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Cultura Económica Cultura Económica JUNIO 2015 AÑO XXXIII Nº 89 CENTRO DE ESTUDIOS EN ECONOMÍA Y CULTURA UNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINA Nº 89 AÑO XXXIII - JUNIO 2015 Trabajo, comunión y sociedad Revista Cultura Económica Trabajo, comunión y sociedad

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Cultura EconómicaCultura EconómicaCultura Económica es una Revista de filosofía social y de la economía

que busca investigar las implicancias culturales y éticas de los

problemas económicos contemporáneos, desde una perspectiva

personalista, social-cristiana, humanística e interdisciplinaria.

Cultura Económica se publica dos veces por año

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Revista Cultura Económica, Av. Alicia Moreau de Justo 1400,

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Cultura EconómicaCultura EconómicaJUNIO 2015 AÑO XXXIII Nº 89

CENTRO DE ESTUDIOS EN ECONOMÍA Y CULTURAUNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINAN

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DirectorCarlos G. Hoevel

Secretario de RedacciónÁlvaro Perpere Viñuales

Consejo de RedacciónRicardo CrespoOctavio GroppaGustavo HasperuéCarlos G. HoevelJoaquín MigliorePatricio MillánErnesto O’ConnorAgustina RosenfeldRafael SassotCamilo TiscorniaCarlos H. Torrendell

Asistente de RedacciónAgostina Prigioni

Consejo AcadémicoNestor Auza †Academia Nacional de la HistoriaWilliam CampbellPhiladelphia SocietySamuel GreggCenter for Economic PersonalismFrancisco LeocataUniversidad Católica ArgentinaMiguel Alfonso Martínez EchevarríaUniversidad de NavarraDaniela ParisiUniversità Cattolica del Sacro Cuore, MilanoRafael Rubio de UrquíaUniversidad Autónoma de MadridCharles WilberUniversity of Notre DameStefano Zamagni

Università di Bologna

En la tapa reproducimos la pintura «Feria de Tristán Narvaja» (2015) acuarela sobre papel, 56 x 38 cm., del artista uruguayo DanielArteta.

CULTURA ECONÓMICA es una Revista del Centro de Estudios en Economía y Cultura (CEEC) de la Facultad de CienciasEconómicas de la Pontificia Universidad Católica Argentina de una periodicidad de dos números por año. Creada en 1983bajo el nombre de Revista Valores en la sociedad industrial, la revista tiene como objetivo la publicación de los estudios, ensayosy actividades del CEEC y de autores vinculados a su temática, centrada en el estudio de las implicancias culturales de losproblemas económicos de nuestro tiempo.Cultura Económica acepta colaboraciones para todas sus secciones, en castellano o en inglés, presentadas por académicos yprofesores de todas las universidades. Los artículos de investigación recibidos están sujetos a un proceso de revisión delConsejo de Redacción y de referato anónimo con evaluadores externos. Todos los textos publicados son responsabilidadde sus autores y no comprometen la opinión de la Pontificia Universidad Católica Argentina.Actualmente Cultura Económica está indexada en las bases de datos DIALNET, EBSCO Academics y LATINDEX (catálogoy directorio).

Dirigir el envío de comentarios a: Revista Cultura Económica (UCA) Av. Alicia Moreau de Justo 1400, Edificio Santo TomásMoro 4° piso, CP: C1107AFB, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Tel. (54 11) 4338-0786. E-mail: [email protected] web: www.uca.edu.ar/culturaeconomica. Allí pueden consultarse los números anteriores.Costo por unidad: $100. Recargo por envío: para Argentina, $8,03 + IVA; para MERCOSUR, U$S 13,67; para el resto deAmérica, U$S 15,68; para el resto del mundo, U$S 16,75.

Revista Cultura Económica. Editor responsable: Carlos Germán Hoevel. Derechos reservados. Propietario: FundaciónUniversidad Católica Argentina. Registro de la Propiedad intelectual Nº en trámite. Marca registrada. ISSN Nº 1852-0588

Preimpresión e Impresión: Ricardi Impresos – Terrada 5470, C1419DMD, CABA - Tel.: (011)-4571-7107

Los autores de los artículos publicados en el presente numero ceden sus derechos, en forma no exclusiva, para que seincorpore la versión digital de los mismos al Repositorio Institucional de la Universidad Católica Argentina, como asítambién a otras bases de datos que dicha Universidad considere de relevancia académica.

CULTURA ECONÓMICAJUNIO 2015 AÑO XXXIII Nº89

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Revista Cultura Económica 1

Revista

CULTURA ECONÓMICA

Editorial | Editorial

Trabajo, comunión y sociedad | Work, communion and society 2

Artículos | Articles

Empresas y bien común. Caracterización de las empresas de 8Economía de Comunión y empresas B en la Argentina. | Companiesand common good. A Portrayal of Economy of CommunionCompanies and B Corporations in ArgentinaOCTAVIO GROPPA Y MARÍA LAURA SLUGA

El núcleo duro de la marginalidad laboral en la Argentina: 2010-2014 | 25The Hard-Core of Labor Marginality in Argentina: 2012-2014EDUARDO DONZA

Ensayos | Essays

Capital social y finanzas informales. Notas desde Lima Metropolitana | 40Social Capital and Informal Finance. Notes from Lima Metropolitan AreaKAROL KUROWSKI

La cultura del encuentro en el Papa Francisco: 48proyecciones políticas y la violencia de los añossetenta en la argentina | The Culture of Encounter inPope Francis: political projections and Argentine violent seventies.JULIO OJEA QUINTANA

Ortega y Gasset, 100 años de su llegada a Argentina | 64Ortega y Gasset, a hundred years after his arrival to ArgentinaMORA PERPERE VIÑUALES

Reseñas de libros | Book’s reviews

Ian Geary y Adrian Pabst. Blue Labour. Forjar una nueva 73política. | Ian Geary and Adrian Pabst. Blue Labour. Forging a New Politics.CARLOS HOEVEL

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EditorialTrabajo, comunión y sociedad

Son millones las personas en el mundo y en la Argentina que se levantan a diariocon un largo y vacío día sin trabajo por delante. Muchos son desocupadospermanentes o más o menos permanentes que no tienen qué hacer, o que no sabencómo o qué cosa hacer. Otros, jóvenes y no tanto, ni siquiera han experimentadoalguna vez lo que es el trabajo. Pero también están quienes sienten el momento desalir a trabajar como un castigo, una verdadera tortura por las situaciones deopresión, maltrato, estrés extremo, falta de sentido o simplemente aburrimientoque les esperan en su ámbito laboral.

El problema que describimos es, por un lado, evidentemente económico. Lascosas están organizadas de tal modo en la sociedad que los empleos disponibles noalcanzan. A las situaciones estructurales de un proceso de cambio acelerado deparadigmas tecnológicos y productivos, que en muchos casos liquidan más empleosde los que pueden crear, se les suman las malas políticas que no logran crear lascondiciones para generar empleos estables y productivos.

En nuestro país vivimos desde hace ya varias décadas un proceso de destruccióndel empleo genuino como resultado de las sucesivas crisis ocurridas luego de largosperíodos de políticas económicas incompletas, erráticas o directamente dañinas.La competitividad internacional y la prosperidad de algunos sectores de la economía–especialmente del agro– sumada a los años de bonanza internacional favorables alos exportadores de commodities, permitieron disimular esta situación en la últimadécada por medio de un sistema de impuestos, transferencias y subsidiosgeneralizados que crearon empleos en muchos casos sostenidos artificialmente, uotorgaron a los desempleados ayudas que les permitieron paliar por un tiempoesta situación estructural.

Pero este estado de cosas no puede mantenerse durante mucho tiempo. Larealidad termina finalmente por imponer sus exigencias y las situaciones artificialesse pagan con una parálisis progresiva de la actividad productiva y una inflaciónque aumenta y deteriora los ingresos, a medida que el Estado gasta más paramantener un sistema con un sector privado cada vez menos productivo ycompetitivo. Se vuelve imprescindible entonces enfrentar el núcleo de la cuestióncon sinceridad: ¿cómo crear las condiciones para la inversión empresarial genuinaque resulte en la creación de empleos auténticos verdaderamente productivos ycompetitivos no sólo a nivel local sino incluso a nivel internacional?

El problema del trabajo es así, ciertamente, económico, pero es más queeconómico. Tiene también una dimensión institucional, educativa y social. En cuantoa la primera, las condiciones institucionales y políticas son esenciales para que laeconomía prospere y el empleo crezca. Con inestabilidad, cambios permanentesde reglas, o formas abusivas, patrimonialistas o extractivas de ejercer el poderpolítico, no es posible que haya inversiones de riesgo y de largo plazo y tampoco,

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Revista Cultura Económica 3

por lo tanto, crear empleo genuino.Sin embargo, incluso en una economía próspera, con instituciones bien orientadas y una

política sensata, el problema del trabajo no queda resuelto. Estaría faltando su dimensiónhumana y social. Trabajo no es lo mismo que empleo. Se trata de una actividad humanaesencial por la que el ser humano se realiza, se expresa como persona. El trabajo es unanecesidad no sólo por razones fisiológicas o económicas sino porque es el modo en queactuamos sobre la realidad y en relación a los otros para desplegarnos en nuestra totalidadpersonal. La mentalidad tecnocrática que reduce el trabajo a un factor de producción más eignora esta dimensión, pone en peligro el núcleo mismo de la prosperidad económica. Si eltrabajo carece de sentido o es vivido de un modo oprimente o rutinario, la necesidad derealización de la persona no se satisface y la actividad laboral fatalmente decae. Pero, ¿dequé modo es posible dar impulso a esta dimensión integral, totalizadora del trabajo para laque no alcanzan las solas condiciones políticas e institucionales que hemos mencionado hastaahora?

La dimensión educativa es fundamental. Además de buenas políticas e institucionesrazonables que permitan crear muchos más empleos, se necesita una educación que forme alas personas no ya para un empleo específico, sino para desarrollar sus capacidades y vivir eltrabajo como un modo de realización de todo su ser. Una educación integral vuelve a laspersonas capaces de buscar y aprender distintas formas de trabajar que correspondan a suscapacidades y deseos a lo largo de la vida. Sin una educación de este tipo habrá muchaspersonas que no podrán acceder nunca o quedarán en poco tiempo fuera del mercado laboraly otras que padecerán el trabajo que les toque haciéndolo mal o sufriéndolo con resignación.

Finalmente aparece la dimensión social. Si no existe un sentido de bien común y, másaún, de comunión entre los empresarios, los empleados y los desempleados de una sociedadque les permita darse cuenta de que todos compartimos unas necesidades, un impulso y undestino humanos en común, el trabajo se convierte en mercadería que unos compran, otrosvenden y otros se resignan a mendigar. Pero en cualquier caso, pierde su vitalidad, su sentidoy su capacidad de hacer crecer a las personas, a las empresas, a la economía y a la sociedad.Sentirse parte de un destino común humano y social, tanto por parte de quienes buscantrabajar como por quienes buscan invertir, es un requisito esencial para producir más y mejorestipos de empleos que la lógica pragmática, dominante en buena parte del mercado laboraltradicional, no está creando.

Este número de Cultura Económica se abre precisamente con el artículo Empresas y biencomún de Octavio Groppa y María Laura Sluga, investigadores del Centro de Estudios enEconomía y Cultura de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, en el cual presentanlos resultados de una investigación en torno a las empresas de Economía de Comunión y lasempresas B en la Argentina. Se trata de firmas con fines de lucro, pero que incorporan losbeneficios sociales y ecológicos –los bienes comunes– y sobre todo la realización humana através del trabajo, como objetivos esenciales de su actividad. Llamadas "empresas civiles"por Luigino Bruni y Stefano Zamagni, constituyen un emergente que crece de manera notableen distintas partes del mundo y representan una comprensión de la empresa mucho másintegral y sostenible que el paradigma convencional de la maximización del beneficio a todacosta, que concibe a las personas y la naturaleza como meros recursos –humanos o materiales.La investigación expone asimismo los resultados de una encuesta y de entrevistas realizadasen estas empresas en la Argentina.

El segundo artículo El núcleo duro de la marginalidad laboral en la Argentina: 2010-2014 deEduardo Donza, investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA,intenta describir el perfil del núcleo estructural de los trabajadores en situación demarginalidad laboral en la Argentina, en el período 2010-2014. A partir de los datos recabadosen la Encuesta de la Deuda Social Argentina-Bicentenario, el autor intenta precisar cuál es elporcentaje de la población que compone dicho núcleo, y su evolución a lo largo del quinquenioestudiado en relación con el desarrollo económico y social del país.

En tercer lugar, presentamos el trabajo Capital social y finanzas informales. Notas desde Lima

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Metropolitana de Karol Kurowski, Profesor investigador del Centro de EstudiosLatinoamericanos de la Universidad de Varsovia. Este trabajo recorre distintasformas de finanzas informales que se desarrollan entre los sectores más vulnerablesde la población de Lima, Perú: las juntas o asociaciones de ahorro y crédito rotativo,las actividades de recaudación de fondos basadas en el principio de solidaridad yreciprocidad, y el "banquito", un minibanco privado informal. La descripción desu funcionamiento permite profundizar en el conocimiento de los modos de capitalsocial entre estos ciudadanos que, a través de estas formas de financiamiento, hanlogrado desarrollar y fortalecer valores comunitarios basados en la reciprocidad,la confianza y la conciencia cívica que les han permitido fortalecer la dimensiónsocial del trabajo.

En cuarto lugar publicamos el artículo La cultura del encuentro en el Papa Francisco.Proyecciones políticas y la violencia de los años setenta en la Argentina de Julio M. OjeaQuintana, Profesor Emérito de la UCA. El trabajo está centrado en uno de los tópicossobresalientes del pensamiento del Papa Francisco: la "cultura del encuentro."Esencial en el seno de la Iglesia Católica, el encuentro se debe buscar también entrecreyentes de distintas religiones, entre creyentes y no creyentes, y en la vida socialen general hasta extenderla, incluso, al mundo político. En este trabajo se analiza, ala luz de la "cultura del encuentro" propuesta por el Papa, la violencia sufrida en laArgentina durante la década de los años setenta y se examinan los pasos que podríancontribuir a fomentar la reconciliación en base a una memoria integral de loacontecido, a la justicia y al perdón.

En quinto lugar, presentamos el trabajo Ortega y Gasset, a cien años de su llegadaa la Argentina de Mora Perpere Viñuales, de la Universidad de Salamanca. En esteartículo la autora repasa los aspectos principales de la visita inicial que realiza JoséOrtega y Gasset a la Argentina en 1916, viaje en cual el filósofo busca conocer afondo el alma y la intimidad de los argentinos e incitarlos a crear una nación a laaltura de los tiempos. Tomando en cuenta también los dos viajes posteriores deOrtega al país, el texto reflexiona acerca del llamado a la autenticidad que el filósofoespañol dirige a la sociedad argentina como uno de los ejes sobre los cuales llamaa la realización en nuestro país de un "proyecto sugestivo de vida en común."

Finalmente en la reseña del libro Blue Labour. Forging a New Politics de losbritánicos Ian Geary y Adrian Pabst, el director de esta publicación, Carlos Hoevel,resume los contenidos principales y propone algunas preguntas acerca de esta obracolectiva en la que varios representantes de esta nueva corriente política dentro dellaborismo inglés presentan al trabajo, la sociedad civil y el bien común como ejesde la reforma que proponen tanto para el Reino Unido como para el mundo.

Dada la urgencia del problema del trabajo tanto en el mundo como en nuestropaís, Cultura Económica busca así en este número colaborar desde el plano académicopara su comprensión integral, que exige un detenido análisis pero también uncambio profundo en nuestra cultura institucional, social y humana.

C. H.

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EditorialWork, communion and society

There are millions of people in the world and in Argentina who wake up daily having a long,empty day without any work ahead. Many are permanent or more or less permanentunemployed who have nothing to do or who do not know how or what to do. Others, youngand not so much, have never even experienced work. But there are also those who feel thetime out at work as a punishment, a real torture due to situations of oppression, abuse,extreme stress, lack of sense or just boredom that await them in their workplace.

The problem described here is, on the one hand, obviously economic. Things in societyare organized in such a way that the available jobs are not enough. Beside structural situationswithin a process of accelerated change of technological and productive paradigms, that inmany cases destroy more jobs than the ones they create, we have to add bad policies that failto create conditions to generate stable and productive jobs.

In our country, we have lived for several decades a process of genuine employmentdestruction as a result of successive crises after long periods of incomplete, inconsistent ordirectly harmful economic policies. International competitiveness and prosperity of somesectors of the economy –especially agro-business– plus years of favorable internationalconditions due to commodity exports bonanza, allowed to hide this situation in the last decadethrough a system of widespread taxes, transfers and subsidies that created jobs, in manycases artificially sustained, or granted aids for the unemployed that allowed them tocompensate this structural situation for some time.

But this state of affairs cannot be maintained for long. Reality ends up imposing itsdemands, and artificial situations are paid with a progressive paralysis of productive activityand inflation increases deteriorating earnings, as the government spends more and more tomaintain a system with a less and less productive and competitive private sector. Then, itbecomes imperative to face the heart of the matter honestly: how to create the conditions forgenuine business investment resulting in the creation of truly productive and competitivereal jobs not only locally but also internationally?

The problem of work is therefore certainly economic, but it is more than just economic. Italso has an institutional, educational and social dimension. As for the first, institutional andpolicy conditions are essential for the economy to prosper and the employment to grow.With instability, permanent rule changes, and abusive, extractive and patrimonialist exerciseof political power, risky and long-term investments will never arrive and, therefore, we maynever be able to create genuine employment.

However, even in a thriving economy with well targeted institutions and a reasonableeconomic policy, the work problem is not solved. Its human and social dimension would bemissing. Work is not the same as job. It is an essential human activity in which the humanbeing flourishes and expresses himself as a person. Work is a necessity not only forphysiological or economic reasons but because it is the way we act on reality and in relationto others to unfold all our personality. The technocratic mentality that reduces work to aproduction factor and ignores this dimension, threatens the core of economic prosperity. If

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work is meaningless or is lived in an oppressive or routinely way, the need for aperson’s fulfillment is not satisfied and labor activity fatally wanes. But, how is itpossible to give impetus to this comprehensive, all-encompassing dimension ofwork that is not met by the political and institutional conditions that we havementioned so far?

The educational dimension is essential. In addition to good policies andreasonable institutions to create more jobs, we need an education system that trainspeople not for a specific job, but to develop their skills and experience, andexperience work as a road to self-fulfillment. A comprehensive education helpspeople find and learn different ways of working that are within their capabilitiesand desires throughout their lives. Without an education of this kind, many peoplewill never enter the labor market or will be excluded after a short time, and otherswill carry out their work badly or suffer their job with resignation.

Finally, the social dimension arises. If there is not a sense of the common goodand, even more, of communion among employers, employees and the unemployedin a society that allows them to realize that we all share certain needs, desires anda human destiny in common, work becomes a merchandise that some will buy,others will sell and others will resign themselves to beg for. But in any case, it willlose its vitality, its meaning and its ability to make people, businesses, economyand society grow. In order to allow those seeking for work and those seeking toinvest their capital, to feel part of a common human and social destiny, it is essentialto produce more and better types of jobs that have not been created by the pragmaticlogic, which dominates in large part of the traditional labor market.

This issue of Cultura Económica opens with the article Companies and the CommonGood by Octavio Groppa and Maria Laura Sluga, researchers at the Center for Studiesin Economics and Culture of the Faculty of Economic Sciences of the UCA, whichpresents the results of a research on Economy of Communion companies and Bcompanies in Argentina. These are for-profit firms, but incorporating social andecological benefits –the commons– and especially human fulfillment through workas essential objectives of their activity. Called "civil companies" by Luigino Bruniand Stefano Zamagni, they are an emerging phenomenon growing dramatically indifferent parts of the world that represent a much more comprehensive andsustainable understanding of business than the conventional paradigm of profitmaximization which regards people and nature as mere human or materialresources. The research also presents the results of a survey and interviewsconducted in these companies in Argentina.

The second paper The Hard Core of Labor Marginality in Argentina: 2010-2014 byEduardo Donza, researcher at the Observatory on Argentine Social Debt of UCA,attempts to describe the profile of the structural core of workers suffering workmarginality in Argentina, in the period 2010-2014. From the data collected in theSurvey of the Social Debt Argentina-Bicentennial, the author attempts to specify thepercentage of the population that makes up this core and its evolution over the fiveyears studied in relation to the economic and social development of the country.

Thirdly, we present the work Social Capital and Informal Finance. Notes from LimaMetropolitan Area by Karol Kurowski, Research Professor of the Center for LatinAmerican Studies at the University of Warsaw. This work covers various forms ofinformal finance that develop among the most vulnerable sectors of the populationof Lima, Peru: the joints or associations of rotating savings and credit, fundraisingactivities based on the principles of solidarity and reciprocity, and the informalprivate "mini banco". The description of these activities allows a deeperunderstanding of social capital modes among these citizens who, through theseforms of financing, have managed to develop and strengthen community valuesbased on reciprocity, trust and civic conscience which have also strengthened the

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social dimension of their work.Fourthly, we publish the paper The Culture of Encounter in Pope Francis. Political Projections

and Argentine violent seventies by Julio M. Ojea Quintana, Emeritus Professor of UCA. Thework is centered on one of the outstanding topics of Pope Francis’ thought: the "culture ofencounter." Essential within the Catholic Church, the culture of encounter should also bepresent among believers of different religions, between believers and non-believers, and insocial life in general to extend even to the political world. This paper analyzes, in the light ofthe "culture of encounter" proposed by the Pope, the violence in Argentina during the decadeof the seventies and the steps that could help foster reconciliation based on an examinedcomprehensive memory of what happened, justice and forgiveness.

Fifthly, we present the paper Ortega y Gasset. A Hundred Years after his Arrival to Argentinaby Mora Perpere Viñuales of the Salamanca University. In this article the author reviews themain aspects of José Ortega y Gasset’s first visit of to Argentina in 1916, in which thephilosopher seeks to understand the soul and intimacy of the Argentine people and toencourage the country to create a nation to the height of the times. Taking into account Ortega’stwo subsequent journeys to our country, the paper also reflects on the call to authenticitythat the Spanish philosopher addresses to Argentine society as one of the foundations onwhich he calls for the realization of a "suggestive project of life in common."

Finally, in the review of the book Blue Labour. Forging a New Politics by the British IanGeary and Adrian Pabst, the director of this publication, Carlos Hoevel, summarizes its maincontents and proposes some questions about this collective work in which severalrepresentatives of this new political current within the English labor party propose work,civil society and the common good as pillars of a reform for both the UK’s and the world’seconomy.

Given the urgency of the problem of work in the world and in our country, CulturaEconómica wants in this issue to collaborate, from the academic point of view, for itscomprehensive understanding that requires careful economic analysis and action but also aprofound change in our institutional, social and humane culture.

C. H.

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Empresas y bien comúnCaracterización de las empresas de Economía

de Comunión y empresas B en la Argentina

OCTAVIO GROPPA Y MARÍA LAURA SLUGA* Revista Cultura Económica

Año XXXIII • Nº 89

Junio 2015: 8-24

Resumen: El trabajo describe las características de dos tipos de empresas que presentan unconcepto innovador en relación con los fines y modos de gestión: las empresas de Economíade Comunión y las empresas B. Se trata de firmas con espíritu de lucro, pero que incorporanlos beneficios sociales y ecológicos –los bienes comunes– como objetivo esencial de suactividad. Llamadas "empresas civiles" por Bruni y Zamagni, constituyen un emergente quecrece de manera notable en distintas partes del mundo y representan una comprensión de laempresa mucho más integral y sostenible que el paradigma convencional de la maximizacióndel beneficio. La investigación expone asimismo los resultados de una encuesta y deentrevistas realizadas entre estas empresas en la Argentina.

Palabras clave: economía de comunión; empresas B; economía civil; bien común; gestiónempresarial

Companies and the Common Good. A Portrayal of Economy of Communion Companies andB Corporations in Argentina

The paper describes the features of two types of companies that present an innovative concept inrelation to ends and management practices: economy of communion companies and B corporations.These are for profit firms where social and ecological benefits -the commons- are also an essential aimof their activity. Called "civil companies" by Bruni and Zamagni, they are an emerging phenomenon,growing in different parts of the world, and they represent a much more integrated and sustainableunderstanding of business, compared to the conventional paradigm of profit maximization. Also, theresearch presents the results of a survey and interviews taken among these companies in Argentina.

Keywords: economy of communion; B corporations; civil economy; common good; managementI. Introducción

El presente artículo resume los hallazgosalcanzados en una investigación sobreempresas para el bien común desarrolladaen la Argentina, en el primer semestre de2014 (Groppa y Sluga, 2014). El objetivofundamental era conocer con más detalle lascaracterísticas de estas empresas, así comoevaluar si estas experiencias son replicablesy generalizables.

* Universidad Católica Argentina – [email protected][email protected]

A la fecha de nuestro trabajo noencontramos investigaciones en nuestro paísque procuren abarcar de maneracuantitativa la temática de las empresas quese rigen por un nuevo modo de gestión queincorpora el bien común como objetivocentral. Ciertamente, estas experiencias sontodavía muy poco significativas en número–las empresas de Economía de Comuniónrondan en la Argentina las 50, mientras que

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a la fecha de esta investigación las empresasB eran solo 20–, lo cual significa unalimitación para un abordaje cuantitativocircunscripto a un país1. De cualquier modo,creemos que esta primera exploración ofreceuna imagen inicial de conjunto que permiteir configurando un fenómeno tan nuevocomo prometedor desde el punto de vistade su valoración.

El método de indagación fue doble,cuantitativo y cualitativo. En el primer caso,se construyó un cuestionario tomandoinformación relativa al balance social y enel segundo, se realizaron visitas yentrevistas a varias empresas, de manera decaracterizar con más detalle lo que elcuestionario ofrece en modo muy general.2

En primer lugar se contactó a 38Empresas de Comunión (en adelante EdC),de las cuales 24 contestaron la encuestacompleta –6 lo hicieron en forma parcial. Delas 20 empresas B, 19 recibieron elcuestionario, y luego 15 lo respondieron –5en forma parcial. El cuestionario aclarabaque las respuestas serían confidenciales yla información sólo sería usada de formaagregada. De esta manera se procuróminimizar el incentivo a proveerinformación falsa en las respuestas –si bieneste riesgo no puede ser eliminado porcompleto.

Tras una breve descripción de los rasgosmás generales de estos dos sistemas, sepresentan los resultados de la encuesta. Laúltima sección reflexiona acerca de lasmotivaciones de los empresarios y sobre larelevancia y replicabilidad de estasexperiencias.

II. Empresas para el bien común: dosmodelos

1. Economía de comunión

La Economía de Comunión es unmovimiento de empresarios que procuradesarrollar compañías donde el valor de lapersona y la conformación de la comunidadestán en el centro. El proyecto nace en 1991a partir de una idea propuesta en Brasil porla fundadora del Movimiento de losFocolares, Chiara Lubich (2000, 2003). La

intuición fundamental fue la de crear unanueva economía inspirada en la "cultura deldar" –en contraposición con la "cultura deltener" (Araujo, 1999)– y teniendo como nortela utopía de la humanidad "sin indigentes"(Bruni, 2009: 21-23).

El fortalecimiento de las relacioneshumanas es entendido como un modofraterno de vincularse con los otrosempresarios, con los trabajadores y con losclientes. Las empresas de EdC tienen unespectro complejo de objetivos –que a lamirada convencional pueden parecerincluso contradictorios– que abarca desdela búsqueda del lucro hasta la ayuda a losmarginados, la atención a los problemas quelos propios integrantes puedan tener y elcuidado del medio ambiente. Pero aunqueestos objetivos forman un entramadocomplejo, están jerarquizados. El móvilúltimo es el aporte a la creación de unmundo sin personas pobres.

Asimismo, el espíritu que anima a losempresarios tiene profundasmanifestaciones en la gestión de laempresa. No es extraño, por ejemplo, quelos directivos sometan a discusión con lostrabajadores decisiones que pueden irdesde modos de producción –de maneraque estos puedan aportar la innovación quesurge del conocimiento experto de unatarea– hasta inversiones, o bien cuestionesrelativas al personal –contratación,despidos, premios, sanciones.

De las declaraciones de variosempresarios surge que el fomento de laparticipación y el trabajo en grupo sonotras actitudes constantes, junto con lapreocupación por la formación de losempleados y la particular atención que sedispensa a quienes atraviesan momentosde necesidad –económica, porenfermedad o de otro tipo. Todo esto creaun clima de buena predisposición yconfianza mutua, con efectoscohesionantes hacia el grupo: unaverdadera sinergia.

En general, la amplia mayoría de losempleados de estas empresas conocen losprincipios sobre los que están fundadas.Algunos de ellos participan incluso en losencuentros entre empresas. Por otra parte,la relación con las demás empresas sigue la

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misma filosofía, sean proveedoras, clienteso, incluso, competidoras. La actitud decoherencia con los ideales es reconocida y amenudo, produce como respuestacomportamientos que serían impensados enotro contexto. A la hora de invertir, porejemplo, el empresario EdC procura abrirnuevos mercados, en vez de disputárselosa empresas ya existentes. Ello ata la creaciónde valor a la innovación más que a lacompetencia.

Los empresarios están nucleados en laAsociación de Empresarios de Economía deComunión. Una evaluación superficialadvierte que este proyecto se encuentra enuna etapa de profundización, tras habersuperado una fase de fuerte expansióninicial en los años ‘90, con nuevas empresasque comienzan a ser fundadas por jóvenesadherentes.

Gráfico 1 – Evolución de la cantidad de empresas EdC en el mundo

Fuente: Crivelli (2013)

2. Empresas B

Las empresas B o B corporations son untipo novedoso de compañías que tambiéntrabajan por el bien común mediante laactividad económica lucrativa. Buscan lacreación de beneficios sociales y ecológicos,además de económicos, con elevadosestándares de transparencia y rendición decuentas. Al modo de las empresas civiles(Zamagni & Bruni, 2007), se proponenutilizar el poder de la empresa privada paracrear beneficios públicos. Este modelo fuecreado en 2007 por la ONG estadounidenseB Lab, que desarrolló una certificación paraconstituirse como empresa B.

Este tipo de empresas tienen muchospuntos en común con las de EdC, pero

también algunas diferencias. Comosimilitud, se advierte la pretensión deutilizar las fuerzas del mercado para darrespuesta a problemas sociales y/oambientales de las comunidades en las queestán insertas. Esta respuesta está dada porlos productos y servicios que comercializan,así como por sus prácticas laborales yambientales. Acaso la diferencia másmarcada entre ambos grupos sea el apego aprocedimientos formales objetivos paracumplir con la misión propia.

Para certificar como empresa B, lascompañías deben cumplir con altosestándares sociales, ambientales y detransparencia. A su vez, es necesario que secomprometan a considerar el interés a largoplazo de todos los grupos vinculados a ella

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Revista Cultura Económica 11

como criterio para la toma de decisiones.Para ello deben atravesar un proceso decertificación en el que se revisan cuatroáreas: gobernanza, trabajadores,medioambiente y comunidad. Para obtenerel certificado es preciso alcanzar un mínimode 80 puntos sobre 200. Al no tener unaestructura binaria (cumple-no cumple), lacertificación incentiva la mejora continua.En este sentido, las capacitaciones y eltrabajo en red están pensados de forma quelas empresas mejoren su puntaje año trasaño.

Los directivos de estas empresas debenconjugar los derechos de los accionistas arecibir utilidades con los intereses de los

demás públicos de interés: los colaboradoreso trabajadores, la cadena de valor, el medioambiente y las comunidades en dondeoperan (Della Mea, 2013). Por tal motivo, lasempresas deben realizar enmiendas legalesen sus estatutos –si es que no nacieron conesta perspectiva– antes de alcanzar estacertificación.

En Latinoamérica, la organización quecoordina y nuclea a las empresas B es SistemaB, con presencia en varios países. Ella seencarga de organizar la estrategia decomunicación, la visibilidad y lacapacitación para expandir el proyecto, quepresenta un fuerte crecimiento desde quefue creado.

Gráfico 2 – Evolución de la cantidad de empresas B en el mundo

III. Caracterización de las empresas de EdCy B

La presente sección resume losprincipales resultados obtenidos de laaplicación del cuestionario a las empresasde EdC y B.

1. Aspectos generales

Las empresas argentinas pertenecientesa estos dos grupos son pequeñas o

medianas. En cuanto a su actividad, lasempresas B muestran actualmente unamayor participación en el sector de Serviciosa las empresas (consultoría) y en el sectorindustrial (especialmente en el textil) encomparación con las EdC, que tienenpreponderancia de comercio y servicios, enun cuadro más heterogéneo.

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12 Año XXXIII Nº 89 Junio 2015

Gráfico 3 – Distribución de empresas de EdC y B por sector de actividad económica

Respecto de la forma jurídica, se repartenentre sociedades anónimas, de responsabilidadlimitada, y unipersonales. Siguiendo este corte,se puede apreciar un mayor grado de

formalidad en las empresas B, entre las que laproporción de empresas unipersonales es másbaja, a la vez que es mayor la porción desociedades anónimas.

Gráfico 4 – Empresas EdC y B según forma jurídica

2. Valores

Respecto de los valores, todas lasempresas B los tienen claramente definidosjunto con su misión. Sin embargo, sólo un

25% los declara en forma explícita, aunquetodos los empresarios entrevistadosexpresaron que los valores se viven demanera concreta en la empresa.

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Revista Cultura Económica 13

A la hora del monitoreo y de laevaluación de estos aspectos, de nuevo seadvierte la mayor formalización entre las

empresas B, como se sigue de la distribuciónde las respuestas obtenidas en la encuesta(Tabla 1).

Tabla 1: ¿Realiza alguna práctica que vele por el cumplimiento del compromiso con elmedio ambiente?

Opciones EdC B

Ninguna 9% 0%

Inclusión en evaluaciones informales 36% 25%

Los trabajadores reciben capacitación al respecto 36% 63%

Los gerentes evalúan estos aspectos 36% 67%

Se incluyen estos aspectos en la memoria anual 0% 40%

Se incluye en cada acción 9% 20%

Total de respuestas 11 16

En cuanto al campo social, se indagó alas empresas acerca de la existencia de algúncompromiso efectivo con proyectos dedesarrollo social, más allá del aportesolidario que se pueda hacer a otrosproyectos. El dato es muy elevado para lasempresas B, que alcanza un 94% de lasempresas. Por su parte, este rasgo escompartido por un 63% de las empresas delproyecto EdC.

La mayor formalidad en el primer grupotambién alcanza a este aspecto, puesmientras que sólo dos empresas confesaronno contar con objetivos definidos yevaluados periódicamente –sobre 16respuestas–, más de la mitad de losentrevistados en EdC afirmó que estosobjetivos no son evaluados periódicamente.Sin embargo, en ambos casos el porcentajede compañías que cuenta con código deética es elevado – un 63% en EdC y el 71%entre las empresas B.

En lo relativo al contacto con la cadenade valor y con grupos de interés, se observaen ambos tipos de empresas unapreocupación por la comunicación, ya seaformal o informal. Las alternativas másformales –como reuniones conrepresentantes de los grupos de interés oencuestas anónimas– aparecenfundamentalmente entre las empresas B,mientras que entre las empresas de EdCson frecuentes los contactos permanentes

o los encuentros regulares con miembrosde la comunidad local. La comunicacióncon proveedores y clientes aparece comouna preocupación más prioritaria entre lasempresas B –alrededor de un 40% de lasempresas respondió incluirlos en este tipode contactos– que entre las de EdC (20%),lo cual se correspondería con uncumplimiento más acabado de buenasprácticas en la gestión empresaria. Encambio, la comunicación con los empleadosaparece más enfatizada en este últimogrupo, en sintonía con la prioridad en laEdC de construir relaciones,fundamentalmente al interior de laempresa. A este respecto, Ruiz (2014)enfatiza en su investigación cómo lainformación es abierta al interior de lasempresas de EdC por él estudiadas. Existeuna política expresa de "revelar lossecretos" del oficio al interior de la empresa,contra las prácticas corrientes en elmercado de trabajo. Ello le fue de granvalor para una compañía analizada enmomentos de incremento de la demandade ciertos servicios especializados, puespudo resolver rápidamente los pedidos envirtud de que su dotación de personal notenía una capacitación rígida, dividida encompartimentos estancos, sino mucho másversátil.

La presente investigación, sin embargo,no reconoció un comportamiento análogo

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en relación con las finanzas de la empresa.En este sentido, es notable la diferenciarespecto de la publicidad de la informaciónde la compañía. Mientras que entre las B un79% respondió compartir la informaciónfinanciera al interior de la empresa, sólo un37% lo hizo entre las de EdC.

3. Empleados

En lo relativo a la cantidad deempleados, las empresas de EdC muestranuna dotación levemente superior a lasempresas B. El grueso de las compañías deambos tipos no supera los 10 empleados,pero no obstante, en EdC existe un puñadoque supera los 20 trabajadores, lo que elevael promedio a 10 –19 empresas querespondieron, con 190 puestos de trabajo–contra un promedio menor a 6 entre lasempresas B –15 empresas con poco más de70 puestos. En ambos casos, sin embargo,se observa un incremento en la dotaciónpromedio en los últimos dos años, del 17%en EdC y del 7% en Sistema B. Estadiferencia puede estar dando cuenta delparticular empeño que manifestaron losempresarios del primer grupo por la

creación de empleo, que es una de las ideas-fuerza del proyecto. De nuevo, Ruiz (2014)encuentra en su investigación una claraanomalía en este sentido, pues la empresaanalizada contrataba personal atendiendoprincipalmente la necesidad de la personadesocupada, antes que la necesidad real dela compañía. Ello la empujó sin duda adesarrollar negocios y expandirse de unmodo que probablemente no habría hechode haber adoptado una conducta más"racional". No obstante lo señalado, en losúltimos 2 años un 12% de los empleados enempresas EdC dejaron voluntariamente sutrabajo, contra apenas un 3% entre lasempresas B.

Por lo general, los empleados son jóvenesen ambos casos –menores a 40 años, conpreponderancia entre 30 y 40 años. Laproporción de mujeres es cercana a la mitad–49% EdC, 43% B. Respecto del tipo decontratación, en EdC es, en promedio,mayor la proporción de personal efectivo.Como contraste, las empresas del SistemaB, más pequeñas, subcontratan una mayorproporción de la mano de obra que utilizan(Gráfico 5).

Gráfico 5 – Distribución del personal en empresas EdC y B según modalidad decontratación

En cuanto a la presencia de personas conalguna necesidad especial, es notable el 75%

de empresas EdC que ha contratadotrabajadores con esta condición. Entre las

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Revista Cultura Económica 15

Gráfico 6 – Empleos a personas subocupadas o desocupadas

empresas B, este valor alcanza el 50% de lasorganizaciones. Análogamente, esimportante la proporción de empresas que

Los salarios pagados en uno y otro casoestán en el mismo rango, si bien como fueindicado, las ramas de actividad de lasempresas de ambos grupos no son lasmismas. Como se ve en el gráfico acontinuación, EdC muestra una mayor

Gráfico 7 – Estadísticos de salarios pagados en empresas EdC y B

La relación entre salario más alto y másbajo, si no se toma en cuenta un caso raroen EdC que muestra una relación de casi 12veces, revela números similares en ambossistemas, con un promedio levemente

inferior –y una dispersión mayor– en EdCrespecto de las empresas B. Debe tenersepresente, de cualquier modo, que se tratade empresas en general pequeñas.

ha dado trabajo a personas desocupadas osubocupadas, particularmente entre las deEdC.

dispersión salarial, donde los salarios másaltos revelados por estas empresas sonmayores a los revelados por las empresasB, y donde los salarios más bajos sonmenores, pero el promedio y la mediana dela distribución son similares (Gráfico 7).

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Gráfico 8 – Relación entre salario mayor y menor (excluido caso raro en EdC)

El grado de sindicalización es tambiéndiverso: mientras que en un 60% de lasempresas EdC los trabajadores estánafiliados a un sindicato, este valor es del 21%en el Sistema B. Este dato, sin embargo, seve en parte compensado porque en un 30%de este último grupo de empresas losempleados tienen participación en lapropiedad, contra un 12% registrado enEdC.

En cuanto a beneficios, más de la mitadde las empresas ofrece premios o bonus a

sus empleados, además de otros comoseguro de salud, préstamos o comedor. Enotro orden, el 90% de estas empresas realizacapacitaciones a sus empleados. En elgráfico 9 se describen las temáticas. Lamayor diferencia se observa en lacapacitación relativa al puesto de trabajo,ofrecida por un 65% de las EdC contra un45% entre las B, y la formación cultural, másenfatizadas por las empresas B, y decrecimiento personal, más valorada entre lasEdC.

Gráfico 9 – Proporción de empresas EdC y B, según contenido de las capacitaciones aempleados

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Revista Cultura Económica 17

En relación con la evaluación de losempleados, existe un alto porcentaje deempresas que lo practican, sea de maneraformal o informal. El 89% de las empresasB y el 72% de las EdC lo hacen, aunque eneste último caso se realizapredominantemente de manera informal,mientras que en el primero, las empresasevalúan mayoritariamente de modo formal.

De nuevo, esta mayor formalidad entrelas empresas B se reconoce a la hora deconsultar a los empleados por su situación.Ante la pregunta acerca de si realizanencuestas anónimas a los empleados, un64% de estas empresas contestóafirmativamente, contra un 33% de las EdC.Las relaciones más informales entre estegrupo se aprecian asimismo en tanto sóloun 25% contestó contar con unprocedimiento definido para canalizardemandas de los trabajadores, contra un56% de las empresas B.

En algunas entrevistas realizadas en lasempresas de EdC fue posible conversar convarios empleados en ausencia de sus

Gráfico 10 – ¿Realiza la compañía algún tipo de contacto con los diversos gruposvinculados (stakeholders) de modo de contar con un retorno (feedback) respecto de susactividades?

empleadores. Todos se mostraron muycontentos de las condiciones de trabajo quetenían. En una empresa señalaron laimportancia del trato singular a cadaempleado según sus necesidades ypotenciales. Los conflictos que aparecieronpor supuesto "trato desigual" fueronresueltos mediante el diálogo y, enparticular, cuando llegó el momento en elque los empleados reclamantes tuvieronellos mismos su necesidad singular, que fueigualmente atendida.

4. Ética en la cadena de valor

En cuanto a las vinculaciones con lacadena de valor o con los stakeholders, un60% de las empresas de ambos gruposmanifestó tener contacto de algún modo. Deestas reuniones participan normalmenteadministradores, empleados, proveedores yclientes –estos dos grupos, en menor medidaen EdC. La modalidad es variada, como sepuede apreciar en la figura siguiente:

Alrededor de un 90% de estas empresas

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realiza consideraciones éticas en su cadenade valor. La mitad aproximadamente,utilizando mecanismos formales–certificaciones, inspecciones, auditorías–mientras que la otra mitad lo haceinformalmente. En este sentido, un 71% delas empresas EdC encuestadas y un 86% delas empresas B manifestaron conocer losestándares de cumplimiento de normativaslaborales o ecológicas de sus proveedores.

Respecto de los clientes, en ambosgrupos existe alrededor de un 25% o 30%de clientes en situación de pobreza. Sinembargo, el 54% de las empresas de EdCmanifestó contar con alguna tarifa menor o"social" para atender a dicha clientela,mientras que sólo un 13% manifestó lopropio entre las empresas B.

5. Ética ecológica

En relación con el medio ambiente, lasempresas B tienen todas un compromisoenunciado de manera explícita. Entre las deEdC, en cambio, esta declaración se da en lamitad de los casos.

Se consultó a las compañias respecto desi contaban con estrategia de reducción dedesechos. Al respecto, el 35% de lasempresas EdC contestó afirmativamente,contra un 83% de las empresas B. Losporcentajes fueron similares (41% y 83%,respectivamente) cuando la pregunta versóacerca de si hacían algún tipo de reciclaje.

Entre las empresas que realizan algúntipo de transformación de insumos en suproceso de producción, cerca de un 80% delos materiales usados son reciclados,biodegradables o ecológicamentesustentables.

6. Ética social

Además de la opción por el respeto porlos valores ecológicos, las empresas quetienden al bien común como metapresentan, como es obvio, un importantedesarrollo de los valores sociales. Lasindagaciones realizadas en este aspectorevelan nuevamente diferencias entre losdos grupos estudiados.

A la pregunta acerca de la participaciónde la empresa en actividades o proyectos dedesarrollo que favorezcan a grupos socialesdesfavorecidos, el 63% de las empresas deEdC contestó afirmativamente, contra un94% de las B. Este dato, sin embargo, debeser considerado junto con el porcentaje delas ganancias destinado a actividades depromoción social, como se verá másadelante. La evaluación periódica de estasactividades es realizada de modo formal enun 88% de las empresas B, una o dos vecesal año. En cambio, sólo el 42% de lasempresas de EdC realiza evaluacionesformales (gráfico 11).

 

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

EdC B

¿Desarrolla la empresa actividades o proyectos de desarrollo 

que favorezcan a grupos sociales desfavorecidos?

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

EdC B

¿Existen objetivos definidos en este aspecto, evaluados y 

revisados periódicamente? 

Gráfico 11

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Revista Cultura Económica 19

Un punto a destacar es el relativo a laResponsabilidad Social Empresaria. Comofue señalado en la Introducción,frecuentemente este tipo de empresas seautocomprenden como un nuevoparadigma que viene a superar el de la RSE.Por tal motivo, a pesar de mostrar uncompromiso social claro, algunas empresascarecen de actividades que ellos cataloguendentro de dicho rubro, o bien de algúnpuesto dedicado a esa tarea. Algunos

empresarios incluso renegaron de la idea yse mostraron orgullosos de no hacer RSE(gráfico 12).

Un aspecto en el que todavía hay margenpara avanzar es el del balance social. Es muybajo aún el porcentaje de empresas que lorealiza (12% EdC, 22% B). Aun así, realizaneste balance con criterio propio y noateniéndose a criterios profesionalesgeneralmente aceptados, auditorías oprácticas institucionalizadas en la materia.

 

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

EdC B

¿Tienen algún vínculo con alguna institución de finanzas solidarias, éticas o alternativas? 

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

EdC B

¿Realiza actividades de RSE? 

Gráfico 12

 

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

35%

40%

45%

EdC B

¿Tiene la empresa algún puesto o gerencia abocado de forma exclusiva a la cuestión de RSE? 

0%

5%

10%

15%

20%

25%

30%

EdC B

¿Realiza la empresa balance social? 

En materia de certificaciones, esteestándar es bajo en EdC, y es alcanzado solopor un 13%, mientras que por definición, latotalidad de las empresas B estáncertificadas.

7. Resultados financierosLa facturación anual promedio de las

empresas de EdC casi cuadruplica larevelada por las empresas B: entre lasprimeras, este valor asciende a 8,8 millonesde pesos, contra 2,5 millones de las empresasB. De nuevo, la dispersión en el primergrupo de empresas es mayor, puesto queexiste una compañía que facturó más de$ 70 millones en 2013.

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20 Año XXXIII Nº 89 Junio 2015

 

1.000.000 

2.000.000 

3.000.000 

4.000.000 

5.000.000 

6.000.000 

7.000.000 

8.000.000 

9.000.000 

EdC B

Facturación promedio

500.000 

1.000.000 

1.500.000 

2.000.000 

2.500.000 

EdC B

Facturación (mediana)

 

10.000.000 

20.000.000 

30.000.000 

40.000.000 

50.000.000 

60.000.000 

70.000.000 

80.000.000 

EdC B

Facturación (máximo)

10.000 

20.000 

30.000 

40.000 

50.000 

60.000 

70.000 

80.000 

90.000 

100.000 

EdC B

Facturación (mínimo)

Por otro lado, el 72% de las EdC (13organizaciones) expresaron haber tenidoutilidades en 2013, con un promedio de 17,5%–dato informado solo por la mitad de lasempresas; mediana de 13%– de excedentesobre costos. Aquel porcentaje se reduce al63% entre las empresas B argentinas (5compañías), donde las utilidades tambiénfueron menores, alcanzando una media del11,6% (mediana, 6,5%).

En cuanto al grado de publicidad de lainformación financiera de la empresa, un 37%de las empresas EdC respondió quecomunicaba esta información al interior dela empresa, mientras que un 79% expresó lopropio entre las empresas B. El nivel defacturación y el porcentaje de utilidades dacuenta de que el fenómeno estudiado estáconformado principalmente por empresaspequeñas.

Un punto interesante a estudiar es la

asignación realizada de estos beneficios. Lasopciones de respuesta ofrecidas eran lassiguientes:

1. Dividendos2. Pago de deudas / intereses3. Reinversión4. Difusión del proyecto5. Ayuda social / solidaridad

Entre las empresas de EdC:

1. Ninguna distribuyó dividendos en2013.

2. Salvo una compañía que dedicó el 90%de su utilidad al pago de deudas, elresto dedica en promedio menos de un10% a este ítem.

3. El grueso de la utilidad, con unpromedio del orden del 60%, esdestinado a la reinversión, en tanto que,como se verá, es muy rara la toma de

Gráfico 13

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deuda para la inversión.4. Si bien existen empresas que mantienen

una disciplina estricta del reparto entercios entre los ítems 3 a 5 –lospropuestos originalmente para elproyecto–, el promedio por empresa–esto es, no del total de beneficios–ronda el 15%.

5. El aporte para tareas de desarrollo opara ayuda social, del mismo modo,se ubica cercano al 12%, con unadispersión entre empresas que aportanun 5% para estos fines y otros quealcanzan el 33% señalado.

Entre las empresas B:

1. 4 de 6 empresas B que respondieron

haber tenido beneficios repartierondividendos de variado porcentaje,10%, 20%, 50% y 76%.

2. La devolución de préstamos o pago deintereses arroja un 14% promedio–también por empresa–, aunque dadoel pequeño número no se puede tomareste dato para realizar inferencias.

3. Con toda claridad, el monto másimportante de los dividendos –cercade la mitad– se destina a la reinversión.

4. Los aportes para difusión del sistemase ubican, en promedio en un 5%.

5. La ayuda social alcanza un 10%.

El gráfico siguiente resume estainformación:

Los datos de inversión se ven reflejadosasimismo en que el 72% de las empresas deEdC realizó inversiones para ampliar eltamaño de la empresa en el último año,contra un 55% entre las empresas B.

El capital de trabajo es financiadoprincipalmente a partir de recursos propios–prácticamente la totalidad de las empresas.A su vez, la mitad de las empresas de EdC yun 20% entre las B tomó créditos bancariospara dicho fin. Este valor, sin embargo, seve compensado en tanto un 30% de estasempresas tomó créditos de otras entidades,como mutuales. Es notable, sin embargo, elbajo nivel de apalancamiento en amboscasos.

Respecto de las inversiones realizadas,el 77% de las empresas EdC y la mitad delas B las financiaron con fondos propios. Entanto, la mitad de las empresas de EdC y untercio entre las empresas B se han fondeadotambién mediante préstamos bancarios o deotras entidades.

Respecto del destino de los productos,de la mano de un mayor porcentaje deempresas dedicadas al sector servicios entrelas de EdC, es notable que mientras ningunaempresa de este grupo exporta, la mitad delas empresas B vende parte de suproducción en el exterior.

Gráfico 14 – Destino de los beneficios en empresas EdC y B

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IV. Reflexiones finales

A lo largo de esta investigación hemosreunido un conjunto de informaciónsuficiente para dar respuesta a losinterrogantes planteados al comienzo. Porotra parte, la comparación entre estas dosexperiencias nacientes en la Argentina –laEdC y el Sistema B– ofrece contrapuntosinteresantes que pueden enriquecer ambasexperiencias.

Como fue señalado, un aspecto quesobresale es la mayor formalización entre lasempresas B en relación con las de EdC, yasociado a esto se observa una conductaempresarial más profesionalizada en elprimer caso. Destacamos el carácter singularque tiene la motivación inicial que conduceal empresario a embarcarse en una empresade este tipo y una primera evaluación sobreel grado de generalización que cabe esperarde estas compañías.

1. Motivación de los empresarios

Un rasgo claro que distingue alempresario en las empresas que trabajan porel bien común de aquel de una empresaconvencional es que su motivación principalno es la búsqueda del lucro por sí mismo –mucho menos el "hacerse rico" – sino labúsqueda de "sentido", entendiendo por ellola realización de actividades con valorintrínseco, como son el respeto por losdemás, la creación de trabajo o el cuidadodel ambiente. Por ello estas empresastienden a un conjunto complejo de objetivosque Gui (2000) ha denominado "finalidadesideales". También es posible denominarlas"trascendentales" porque suponen un nivelde integración más elevado que el meroresultado económico ¡que es condiciónnecesaria para que haya actividadeconómica sustentable!, éticas porquepersiguen, como se señaló, valoresintrínsecos, y en este sentido, gratuitos, oincluso, religiosas, porque son últimas.

Al respecto, vale preguntarse si esteconjunto diversificado no se convierte enuna característica que da fortaleza yresiliencia a la empresa. Estaríamos, en estecaso, frente a una racionalidad no

instrumental –de medios a fines– sino a untipo más complejo y versátil, como se da,por ejemplo, en el funcionamiento denuestro cerebro, que dota a la mente de unaplasticidad tal que le permite adaptarse asituaciones nuevas o adversas. Laconformación de una red con otras empresasy la ayuda en situaciones de necesidad queestas pueden aportar sería otro ejemplo deesta mayor flexibilidad que ofrece laestructura compleja, orgánica, cooperativa,respecto de la individualista.

Si se compara este tipo de motivación delempresario con la tradicional supuesta porla teoría de la firma, debe decirse que elempresario que busca el bien común tieneuna motivación orientada por las"preferencias sociales" (Ruiz, 2014). Ello,ciertamente, significa una innovación enrelación con la búsqueda del lucro comoafán esencial y único.

En este punto se puede ver, asimismo, latremenda inadecuación de la teoría de lafirma en la economía neoclásica, por cuantono puede explicar el elemento fundamentalde la acción empresaria, la innovación, allimitar su acción a la maximización de unafunción –que se supone– dada. Justamente,lo que caracteriza al empresario innovadorse trata precisamente de la capacidad desuperar lo dado.

De cualquier modo, lo que se observa enlos empresarios que conciben empresas parael bien común es que apuestan –en lo queconstituye un verdadero acto de fe– a unarealidad que no está, que no se ve, pero quequieren fundar. El cimentar estas decisionesen una ética, en valores intrínsecos o en unaconvicción religiosa les permite tomardecisiones que pueden incluso serconsideradas irracionales desde un cálculoinstrumental de costo-beneficio. Pues lagratuidad es precisamente eso: superar –nonegar– la lógica costo-beneficio, el criterioproductivista, como móvil último de todaacción.

En este sentido, la díada costo-beneficionos sitúa en el campo de la cadena deproducción, del resultado. Si la actividad sequeda allí –solo allí– entonces es motivadapor un factor externo: el beneficio. Eso es laesclavitud. Libertad solo puede haber dondeopera la lógica del don y de la gratuidad

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Revista Cultura Económica 23

(Groppa y Hoevel, 2014). Y esta solo esposible donde hay valor intrínseco, virtud,como motor de la acción.

2. Factibilidad y relevancia del proyecto:¿son generalizables estas experiencias?

Desde el punto de vista práctico, losproyectos de empresas civiles que trabajanpor el bien común son técnicamente factiblesy generalizables (Zamagni, 2003; Ruiz,2014), si bien requieren de una mirada másamplia que la usual a la hora de evaluar suriqueza y potencial. En este sentido, no sepresentan como una alternativa utópica a laeconomía de mercado, sino que crecen enella, aunque con una lógica distinta,procurando su transformación solidaria.

Abren espacio para un nuevo tipo deempresario, que opere con una racionalidaddiferente, más compleja y realista, entérminos de la incorporación a su espectrodecisional de elementos normalmentedejados fuera, como las cuestiones relativasal medio ambiente o a la situación social –"costos" que son usualmente transferidos ala sociedad– y que lo haga no por cuestiónde imagen o estrategia comercial, sino porreconocer su valor intrínseco –de locontrario, como se dijo, la lógica seguiríasiendo instrumental, no gratuita.

Esta motivación diferente se verifica enel carácter subordinado que tiene el móvildel beneficio. Para las empresas de EdC, elobjetivo primordial es la creación de"hombres nuevos" o el fortalecimiento de loslazos de fraternidad y confianza. Para lasempresas B, es la creación de empresasecológica y socialmente responsables.

3. En adelante

La cuestión del marco legal quefavorezca este tipo de iniciativas puedeconstituir un punto importante para suexpansión futura. Como lo expresó unaempresaria de EdC: "las leyes están armadaspara empresas que evaden y no cumplen yno para ayudar a aquellas que hacen lascosas bien." Se necesita un marco legal queapoye este tipo de experiencias. El SistemaB está trabajando en esta línea en varios

países, incluida la Argentina, pero sinembargo, como también algunosempresarios han expresado, la modificacióndel marco legal no es una condición para elcrecimiento del sistema.

Por otra parte, las condiciones culturalesson muy aptas para este tipo de empresas ylas nuevas generaciones tienen unasensibilidad particular para con estasproblemáticas. No obstante, probablementeestos sistemas se mantengan como redes deempresas de tamaño mediano y pequeño.El grado de comunicación y la lógica deconstrucción colectiva están bastantereñidos con la tendencia a la construcciónde posiciones monopólicas u oligopólicaspropias de las empresas capitalistas. En estesentido, el resultado puede ser óptimo desdeel punto de vista económico agregado, puesse aproximaría a la solución de equilibriodel sistema cooperativo, que maximiza elnivel de empleo sobre las ganancias.

Por último, entendemos que estainvestigación reviste todavía carácterexploratorio y deberá ser enriquecida en elfuturo, estableciendo comparaciones conempresas análogas que no explicitan estetipo de valores.

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http://www.benefitcorp.net/http://www.bcorporation.net/http://edc-online.org/es/http://www.mariapolis.org.ar/http://www.gemeinwohl-oekonomie.org

1 Existe en Europa otro proyecto análogo, denominadoEmpresas para el bien común (http://www.gemeinwohl-oekonomie.org), pero no hemos encontrado empresasadherentes en la Argentina.2 Por razones de espacio, buena parte de esta descripciónfue excluida del presente artículo.El informe final de investigación (Groppa y Sluga, 2014)se encuentra disponible para los interesados.

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Revista Cultura Económica 25

El núcleo duro de la marginalidadlaboral en la Argentina: 2010-2014EDUARDO DONZA* Revista Cultura Económica

Año XXXIII • Nº 89

Junio 2015: 25-39

Resumen: Este artículo intenta describir el perfil del núcleo duro de los trabajadores ensituación de marginalidad laboral en la Argentina, en el período 2010-2014. A partir de losdatos recabados en la Encuesta de la Deuda Social Argentina-Bicentenario, el autor intenta precisarcuál es el porcentaje de la población que compone dicho núcleo, y su evolución a lo largo delquinquenio estudiado en relación con el desarrollo económico y social del país.

Palabras clave: marginalidad laboral; empleo precario; empleo informal; sectores laborales;EDSA-Bicentenario

The Hard-Core of Labor Marginality in Argentina: 2012-2014

Abstract: This paper attempts to describe the profile of the structural core of workers suffering labormarginality in Argentina in the period 2010-2014. From the data collected in the Survey of theSocial Debt Argentina-Bicentennial, the author intends to specify the percentage of the populationthat makes up this core and its evolution over the five years studied in relation to the country’seconomic and social development.

Keywords: labor marginality; precarious employment; informal employment; labor sectors; EDSA-Bicentennial

I. Introducción

En la Argentina, luego de la aplicaciónde políticas que culminaron en la crisiseconómica y social de 2001, y de más de unadécada signada por el crecimiento y laimplementación de normativas laboralesprotectoras, aún perduran dificultades paralograr un trabajo de calidad, según lasnormas nacionales e internacionales queregulan los derechos laborales y sociales.

El objetivo de este trabajo es dar cuentade la evolución de la precariedad laboral enlos últimos cinco años del área urbana deArgentina, determinar el perfil de lostrabajadores que acceden a cada tipo de

calidad del empleo, evidenciar la asociaciónentre la calidad del empleo, el sector deactividad y el nivel de retribución obtenida,y las particularidades que presentan losdesocupados.

Esto se realizará a partir de los datos de laEncuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA)Bicentenario (2010-2016), llevada a cabo desdeel último trimestre de 2010 y que da cuenta dela situación de la población urbana de 18 o másaños. La EDSA-Bicentenario se relevó en elcuarto trimestre de 2010 a 2014 por medio deuna muestra probabilística estratificada deaproximadamente 5.700 hogares urbanos,recogiéndose a través de la misma datos delbarrio, la vivienda, el hogar y de las personas

· Universidad Católica Argentina – [email protected]

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convivientes. En ese marco, quedó seleccionadauna muestra de población de 18 años o más,que fue entrevistada a través de uncuestionario multipropósito que abordóaspectos objetivos y subjetivos de suscondiciones de vida. Por tratarse de unestudio basado en un muestreo de tipoprobabilístico, las estimaciones songeneralizables a toda la población adulta queen ese momento residía en ciudades de másde 80 mil habitantes. La ficha técnica deEDSA-Bicentenario se encuentra anexada alfinal de este trabajo.

II. Situación del escenario laboral

Una de las principales problemáticas delescenario laboral argentino del periodo 2010-2014 es la persistencia estructural de tasaselevadas de asalariados no registrados, el altoíndice de subempleo entre loscuentapropistas y el bajo nivel deretribuciones en una parte importante de lostrabajadores. Estos datos expresan lafragmentación del escenario laboral y laexclusión de una franja de trabajadores sinposibilidades de acceder a un empleo decalidad. Pese al crecimiento económicoobservado, sigue existiendo un sectorinformal dentro de la economía, tan asentadoque provoca una segmentación duradera enel mercado del trabajo. Más allá de políticasanticíclicas de generación y sostenimiento delempleo, el impacto de la crisis internacionaly los factores locales tienden a consolidar ladesigualdad (Beccaria y López, 1996; Barrera,Fernández y Manzanelli, 2013; CENDA, 2011;CIFRA, 2012; Cortés y Marshall, 1993;Grandes y Gerchunoff, 1998; Lindenboim,2000; Marshall, 1996; Monza, 1995; Palominoy Trajtemberg, 2006; OIT, 2013; Tomada yNovick, 2007).

1. Evolución de la calidad del empleo

El trabajo desarrollado por elObservatorio de la Deuda Social Argentina(UCA), ha permitido tener noción de laevolución en la calidad del empleo de lapoblación argentina encuestada en EDSA-Bicentenario. Los datos obtenidos, que sepresentan en el gráfico 1, evidencian lapersistencia de la precariedad en el mercado

del trabajo.En un contexto de desaceleración en el

ritmo de la creación de empleo de calidad,asociada a la disminución del crecimientoeconómico, la proporción de activos de 18años y más que poseen empleo con plenosderechos se mantuvo estable en el períodoestudiado, con una tendencia a disminuir. Enel año 2014, solo el 42,7% de los activosposeían un trabajo con características decalidad.

Una situación similar ocurre con elempleo precario, es decir aquel porcentaje depersonas ocupadas en relación dedependencia que declaran que no se lesrealizan descuentos jubilatorios, aquelloscuentapropistas no profesionales que noefectúan aportes al Sistema de SeguridadSocial y/o que no poseen continuidad laboral;y aquellos patrones o empleadores que norealizan aportes a dicho sistema y/o sincontinuidad laboral, respecto del total depersonas activas. En el período contempladoen el estudio, el empleo precario disminuyólevemente su participación en el total depoblación activa. Incluso, hacia el final de estesegmento temporal, un 30,9% de los activosse resignaron a la búsqueda y obtención deun empleo precario.

Por otra parte, como consecuencia de labaja en la calidad del empleo y delincremento de las políticas laborales contra-cíclicas implementadas por el GobiernoNacional de Cristina Fernández de Kirchner,entre los años 2010 y 2014 aumentó elsubempleo inestable. Esto es, un porcentajede personas ocupadas en trabajostemporarios de baja remuneración o"changas", trabajadores sin salario ybeneficiarios de planes de empleo concontraprestación laboral. Las personasocupadas en actividades de escasaremuneración o de alta inestabilidad, asícomo aquellos beneficiarios de políticas deempleo que realizan contraprestación,representaron en 2014 el 15,5% de los activosde 18 años y más.

En cuanto al desempleo, la proporción deactivos desocupados disminuyó entre 2010y 2013, y luego se estabilizó. Comoconsecuencia de la desaceleración de lacreación de puestos de trabajo, en 2014 un

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9,1% de la población activa no logró accedera un empleo.

Esta investigación empírica permiteseñalar que la dinámica económica y laspolíticas públicas implementadas por elGobierno Nacional no fueron losuficientemente eficientes en la generacióny sustentación de empleo de calidad. Entérminos generales, el balance 2010-2014resulta positivo solo en la disminución deldesempleo abierto.

Ahora bien, también hemos analizado lacalidad de empleo, expresada como lainserción en un empleo pleno de derechos,un empleo precario o un subempleoinestable. Esta genera grandesdesigualdades que están asociadas con lasproductividades diferenciales de los puestosde trabajo.

En primer lugar, se observa que la mediade ingreso mensual de los trabajadoresdisminuyó en el último año del segmentotemporal estudiado. En 2014, el promediode ingreso mensual de los trabajadores conempleo precario fue un 35% menor que elde los trabajadores con plenos derechos. Alconsiderar a los ocupados en subempleosinestables, los ingresos disminuyeron en un70%, siempre con respecto de la situaciónde quienes gozan de empleo pleno.

En el período 2010-2014, ladesaceleración en la creación de puestos detrabajo de calidad y el elevado aumento delcosto de vida limitaron acentuadamente larecuperación del poder de compra de lasretribuciones de los trabajadores. Laimposibilidad de insertarse en un empleode calidad y el incremento general deprecios confinaron a los trabajadores consubempleo inestable a una marcada baja delsalario real mensual. El decrecimiento realdurante el periodo fue de 5% ($7060 a $6710en pesos de diciembre de 2014).

Por otra parte, sólo en 2014 el promediode ingresos de los trabajadores con empleopleno triplicó la media de retribuciones delos trabajadores con subempleo inestable–el promedio de ingresos de empleadosprecarizados duplicó esa media.

En último término, observamos que a lolargo del quinquenio analizado, lasvariaciones de los ingresos mediosmensuales fueron escasas y pocosignificativas, a excepción de la disminuciónde un 17,7% en los ingresos de lostrabajadores con subempleo inestable, quepasó de $3.290 a $2.706, expresado en pesosde diciembre de 2014. El gráfico 2 reflejaestos datos.

Gráfico 1Composición de la población económicamente activa. 2010-2014En porcentaje de la población económicamente activa de 18 años y más

·

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

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2. Sector de inserción

El sector micro-informal constituye ungrupo de unidades de producción en lascuales se desarrollan actividades laboralesdominadas por la baja productividad,caracterizadas por la alta rotación detrabajadores y su escasa funcionalidad almercado formal o más estructurado. Entérminos operativos involucra actividadesdesarrolladas en establecimientos pequeños,en el servicio en hogares, en actividades desubsistencia o en actividades independientesno profesionales de baja productividad.

Ahora bien, uno de los problemasprincipales que genera la existencia de unimportante sector micro-informal en laestructura productiva de un país, es que ésteguarda escasa relación con la economíamoderna globalizada, sino que por elcontrario, se asocia mayoritariamente con laexistencia de un mercado interno pobre,conformado por los estratos bajo y mediobajo de la sociedad. Su característica principales el reducido nivel de productividad yretribuciones, ya que por lo general, lostrabajadores que se desempeñan en estesector están ocupados en actividadesprecarias o inestables, con condiciones detrabajo deficitarias, bajos ingresos, falta deprotecciones sociales y limitaciones paraejercer sus derechos laborales (Bertranou yCasanova, 2013; Lindenboim, 2013;

MTEySS, 2010; OIT, 2011). En el medianoplazo, una consecuencia casi ineludible parael trabajador en estas condiciones es lainmovilidad ocupacional, dada laimposibilidad de acumular experiencia odesarrollar habilidades necesarias paraparticipar del sector formal del mercado detrabajo. En el largo plazo, en la etapa deadultos mayores, es frecuente que estaspersonas sufran del abandono económico,la carencia de una jubilación digna y se veanforzados por necesidad a continuartrabajando en situaciones de marginalidadsocial.

En el desarrollo de nuestra investigación,hemos comprobado que en los últimos añosse ha incrementado la proporción deocupados en el sector micro-informal de lasociedad Argentina. En efecto, en 2014 haalcanzado al 54,7% de los ocupados. En elmismo año, los ocupados en el sectorpúblico –incluyendo tanto a los trabajadoresque cubren las necesidades operativas defuncionamiento del Estado como a losdesocupados que contraprestan en laspolíticas contra-cíclicas de programas deempleo directo– representaban un 14,3% deltotal. Esto significa que solamente el 30,9%de la población ocupada en 2014 realizabaactividades en el sector formal.

Gráfico 2Media de ingreso mensual según calidad del empleo. 2010-2014En pesos constantes de diciembre de 2014 (IPC alternativo)

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

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Por otra parte, si se analizan cada uno delos sectores en los que se desarrolla laactividad de la población, se observa queéstos generan importantes desigualdades enlos ingresos de los trabajadores.

La información recabada a través deEDSA-Bicentenario indica que entre 2010 y2014 la media de ingresos de los ocupados enel sector público decreció en un 6,1% ( $8792a $8258, en pesos de diciembre de 2014). Estadisminución en valores reales puede estarasociada a los efectos negativos de la inflacióny al aumento relativo de los beneficiarios depolíticas de empleo con contraprestación queobtienen remuneraciones inferiores alpromedio general del sector.

Asimismo, a lo largo del quinquenioanalizado, las variaciones de los ingresosmedios mensuales del sector formal y del

micro-informal fueron escasas y pocosignificativas. Se observa un leve incrementodel 3,3% en el sector formal ($ 8.728 a $ 9.018)y un decrecimiento leve de 3,5% en el micro-informal ($ 5.183 a $ 4.999, siempre en pesosde diciembre de 2014).

Finalmente, los datos nos permitencomprobar el hecho de que el sector en quese insertan los trabajadores, generan grandesdesigualdades que están asociadas con lasproductividades diferenciales de los puestosde trabajo. En 2014, el promedio de ingresosde los trabajadores del sector formal casiduplicó la media de retribuciones de lostrabajadores del sector micro-informal. Elmismo año, la media de ingreso de losocupados en el sector público solo fue un 8%inferior a la de los del sector formal.

Gráfico 3Composición de los ocupadossegún sector. 2010-2014En porcentaje de la poblaciónocupada de 18 años y más

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016),

Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

Gráfico 4Media de ingreso mensualsegún sector. 2010-2014En pesos constantes de diciembrede 2014 (IPC alternativo)

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de laDeuda Social Argentina, UCA.

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3. Asociación entre el sector de insercióny la calidad del empleo

En función de los datos obtenidos através de EDSA-Bicentenario, que nos hanpermitido a su vez establecer unaclasificación de la calidad del empleo de lostrabajadores en la Argentina, creemos quees posible unificar en un mismo grupo,caracterizado por carecer de la totalidad delos derechos laborales, a los trabajadores conempleo precario y subempleo.

Las estadísticas reflejan que desde2010 se incrementó levemente la proporciónde ocupados en un empleo precario o en unsubempleo, de modo que si en ese año un50,6% de los ocupados se encontraban en

esta condición, en 2015 llegaron a un 53%del total de la población.

Los diferenciales en los niveles deproductividad, los disímiles requerimientosde especialización y las formas más laxasde organización laboral y de controles porparte del Estado generan que los ocupadosen el sector micro-informal presenten unamenor calidad de empleo con respecto dequienes gozan de pleno empleo. Si se tieneen cuenta sólo el incumplimiento de losderechos laborales, se observa que suincidencia es altamente diferencial según elsector de ocupación. En 2014 representabanel 81,5% de los trabajadores del sector micro-informal mientras que solo el 21,7% de losempleados del sector formal y el 11,8% delos ocupados en el sector público.

Ahora bien, si se focaliza el análisis enlos trabajadores del sector privado, seobserva que el hecho de desarrollaractividades en el sector formal o en el micro-informal, sumado a la calidad del empleo,genera importantes diferencias en losingresos que perciben.

Entre 2010 y 2014 la media de ingresosmensuales de los ocupados en el sectorformal con empleo pleno se incrementó un4,7% –es decir, de $9140 pesos ascendió a lasuma de $9571 pesos– y en forma paralela,el ingreso de los trabajadores del mismo

sector pero de empleo precario evolucionóen forma similar, aumentando en un 4,9% –esto es, dicho grupo pasó de percibir $7069a obtener un salario de $7415. Con respectode la población propia del sector formal consubempleo inestable, se observa undecrecimiento de un 27,7% en el monto delsalario – estas personas percibían $3827pesos y luego fueron remuneradas con$2767 pesos, siempre expresados de acuerdoa los valores de diciembre de 2014.

Por otra parte, al considerar a lostrabajadores del sector micro-informal, se

Gráfico 5Incidencia del empleoprecario y del subempleopor sector. 2010-2014En porcentaje de ocupados de18 años y más según sectorde referencia

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016),

Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

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aprecia que la media de ingreso de los queposeían empleo pleno disminuyó un 10,1%–la suma de $7846 pesos se redujo a $7057pesos– mientras que la suma de los quetenían empleo precario aumentó un 5,8% –la media del ingreso pasó de $5184 pesos a$5482 . Por último, en el caso de la poblaciónde subempleo inestable, sus ingresosdecrecieron en un 16,4% – de $3256 pesos a$ 2722, siempre expresado en valores dediciembre de 2014.

Como ya hemos señalado, lacombinación entre los atributos de laestructura productiva en la que se encuentra

ocupado el trabajador y la calidad delempleo, generan brechas significativas entrelas medias de ingresos mensuales. Para 2014,si se compara el ingreso de los ocupados delsector formal que presentan empleo pleno,la media de ingreso de los del sector formalcon empleo precario disminuye un 23%,aquella propia de los trabajadores del sectormicro-informal con empleo pleno un 26%,la de los del sector micro-informal conempleo precario un 43%, la de los del sectorformal con subempleo inestable un 71% yla del sector informal con subempleo un72%.

Sector formal

Sector micro-informal

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016),

Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

Gráfico 6Media de ingreso mensual según sector y calidad del empleo. Sector privado. 2010-2014En pesos constantes de diciembre de 2014 (IPC alternativo)

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1. Particularidades de los trabajadores delnúcleo duro de la marginalidad laboral

El núcleo duro de marginalidad laboralestá compuesto, mayoritariamente, portrabajadores no asalariados de empleoprecario, y subempleo inestable, también

Gráfico 8Distribución del núcleo duro de lamarginalidad laboral* segúncategoría ocupacional y calidaddel empleo. 2010-2014En porcentaje de trabajadores delnúcleo duro de marginalidad laboral de18 años y más

Gráfico 7Evolución del núcleo duro de lamarginalidad laboral* respectodel total de ocupados. 2010-2014En porcentaje de poblaciónocupada de 18 años y más

* Grupo de trabajadores ocupados en el sector micro-informal con empleo de

baja calidad.

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016),

Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

* Grupo de trabajadores ocupados en el sector micro-informal conempleo de baja calidad.

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016),Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

III. Núcleo duro de la marginalidad laboral

El marcado incumplimiento de losderechos laborales observado en el sectormicro-informal permite identificar un grupode trabajadores, ocupados en dicho sector

y que poseen empleo precario o subempleoinestable, como los que presentan unasituación más endeble. Su peso relativo seincrementó entre 2010 y 2014, pasando del40,5% al 44,6% del total de ocupados.

por un porcentaje menor de asaliariados conempleo precario y subempleo inestable. Elgráfico 8 refleja la distribución del núcleoduro de la marginalidad laboral en funciónde la categoría ocupacional y de la calidadde empleo de los trabajadores.

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La media de ingreso mensual de estegrupo de trabajadores con escasasposibilidades de mejorar su situación, esmarcadamente inferior que la del resto dela población. En el quinquenio estudiado,la brecha entre ambos grupos se mantuvo

2. Perfil de los trabajadores del núcleoduro de la marginalidad

A continuación, estudiaremos en quémedida el perfil de los trabajadores queconstituyen el núcleo duro de la precariedades diferente al del resto de los trabajadores.Sustentaremos nuestro análisis sobre la basede las variables demográficas yresidenciales, considerando en conjunto losaños 2010 a 2014.

En primera instancia, considerando tantoa los asalariados como a los no asalariados,los trabajadores del núcleo duro poseen unamayor proporción de mujeres con respectode los trabajadores que no pertenecen a este

grupo ( 44,1% y 37,5%, respectivamente ) unmayor porcentaje de trabajadores de 60 añosy más ( 14,5% y 8,7%, respectivamente ) unamayor proporción de trabajadores sinsecundario completo (57,6% y 26,3%,respectivamente) y un mayor porcentaje deresidentes en villas y asentamientosprecarios ( 5,4% y 2,2%, respectivamente )en zonas residenciales de nivelsocioeconómico bajo/vulnerable ( 28,4% y14%, respectivamente) y de zonasresidenciales de nivel socioeconómicomedio y medio bajo ( 49,7% y 45,2%), entodos los casos como porcentaje del núcleoduro y del resto de los trabajadores.

* Grupo de trabajadores ocupados en el sector micro-informal con empleo de baja calidad.

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

relativamente estable. En 2014, la retribuciónmensual de los trabajadores del núcleo durode la marginalidad laboral era un 48,8%inferior con respecto de la remuneración delos trabajadores que gozan de un empleopleno de derechos.

Gráfico 9Brecha entre la media de ingreso mensual de los trabajadores del núcleo duro de lamarginalidad laboral* y la de los de empleo pleno de derechos. 2010-2014En porcentaje respecto de la media de ingreso de los ocupados con empleo pleno

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Ahora bien, si se consideran solamente alos trabajadores asalariados, se evidencia quelos del núcleo duro poseen una mayorproporción de mujeres que la de losasalariados que no pertenecen a este grupo( 51,3% y 37,6%, respectivamente ) un mayorporcentaje de asalariados de 60 años y más( 8,3% y 5,6%, respectivamente ) y de 18 a 34años ( 55,1% y 45,3% ) una mayor proporciónde asalariados sin secundario completo( 49,8% y 29,4%, respectivamente ) y unmayor porcentaje de residentes en villas y

asentamientos precarios ( 4,5% y 2,6%,respectivamente ) en zonas residenciales denivel socioeconómico bajo/vulnerable ( 25,4%y 16%, respectivamente ) y en zonasresidenciales de nivel socioeconómico medioy medio bajo ( 50,87% y 47%), en todos loscasos como porcentaje de los asalariados delnúcleo duro y del resto de los asalariados.

Gráfico 10.APerfil de los trabajadores del núcleo duro de la marginalidad laboral*según sexo ygrupos de edad. 2010 a 2014Distribución de trabajadores según cada una de las variables para cada grupo de referencia

Sexo

Grupos de edad

* Grupo de trabajadores ocupados en el sector micro-informal con empleo de baja calidad.

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

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Por último, si se toma exclusivamente lamuestra de trabajadores no asalariados, seobserva que los del núcleo duro poseen unamayor proporción de mujeres que la de losno asalariados que no pertenecen a estegrupo ( 42,3% y 37,2%, respectivamente ) unmayor porcentaje de no asalariados de 18 a34 años ( 32,8% y 24,8%) una mayorproporción de no asalariados sin secundariocompleto ( 59,6% y 12%, respectivamente ) yun mayor porcentaje de residentes en villasy asentamientos precarios ( 5,6% y 0,5%,respectivamente) en zonas residenciales denivel socioeconómico bajo/vulnerable ( 29,1%y 4,9%, respectivamente ) y en zonas

residenciales de nivel socioeconómicomedio y medio bajo ( 49,4% y 36,8%), entodos los casos como porcentaje de los noasalariados del núcleo duro y del resto delos no asalariados.

En función de lo observado, se puedeconsiderar que el grupo de trabajadores quese encuentran ocupados en el sectorproductivo micro-informal y que presentanuna calidad del empleo precaria osubempleo constituyen el núcleo duro de lamarginalidad laboral. Esta afirmación sejustifica no solo por la diferencia de ingresosmensuales observada sino también por lasescasas posibilidades que poseen de realizar

Gráfico 10.BPerfil de los trabajadores del núcleo duro de la marginalidad laboral* según niveleducativo y condición residencial. 2010 a 2014Distribución de trabajadores según cada una de las variables para cada grupo de referencia

Nivel educativo

Condición residencial

* Grupo de trabajadores ocupados en el sector micro-informal con empleo de baja calidad.

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

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actividades en el sector formal de laestructura productiva, expresadas por elbajo nivel educativo relativo que presentanestos trabajadores y en su tendencia a residiren zonas vulnerables, en villas yasentamientos que suelen generardiscriminación residencial.

IV. Perfil de los trabajadoresdesocupados

Es importante tener en cuenta que unaparte de los trabajadores que concurren almercado de trabajo no logran ocuparse, esdecir son trabajadores en situación dedesocupación. Esta desocupación puedegenerarse por no encontrar "ningún trabajo"o porque no se les ofrece un trabajo acordea las expectativas de esas personas o enfunción de la necesidad de un cálculo, enmayor o menor medida manifiesto, de costo-beneficio personal o del hogar al que debenaportar sus ingresos. A partir de la

heterogeneidad, que por estas y otrasrazones, puede constituir al grupo de losdesocupados, es importante analizar elperfil de los mismos en comparación con elde los trabajadores ocupados. Esto serealizado aquí según variables demográficasy residenciales considerando en conjunto losaños 2010 a 2014, tal como se observa en elgráfico 11.

El grupo de desocupados posee unamayor proporción de mujeres con respectode los ocupados (58,9% y 40,3%,respectivamente) un mayor porcentajepoblación de entre 18 y 34 años ( 63,3% y39,8% ) una mayor proporción de personasque no han completados los estudiossecundarios ( 48,2% y 39,5%, respectivamente) y un mayor porcentaje de residentes envillas y asentamientos precarios ( 6,5% y3,5%, respectivamente ) y en zonasresidenciales de nivel socioeconómico bajo/vulnerable ( 28,1% y 20,1%), en todos loscasos como porcentaje de los desocupados yde los ocupados, respectivamente.

Gráfico 11Perfil de los desocupados según sexo, grupos de edad, nivel educativo y condiciónresidencial. 2010 a 2014Distribución de los desocupados y ocupados según cada una de las variables de referencia

Sexo Grupos de edad

Condición residencialNivel educativo

Fuente: EDSA-Bicentenario (2010-2016), Observatorio de la Deuda Social Argentina, UCA.

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V. Conclusiones

De manera particular este estudioevidencia la persistencia estructural de unnúcleo duro de marginalidad laboralconstituido por trabajadores que noparticipan en el Sistema de Seguridad Socialy que pertenecen a un sector micro-informalde la estructura productiva. Esto expresa lafragmentación del escenario laboral y laexclusión que padecen parte de lostrabajadores, sin la posibilidad de acceder aun empleo de calidad. Pese al crecimientoeconómico observado desde hace más deuna década, las evidencias indican lacontinuidad de un sector económicoinformal de características estructurales quegenera segmentación en el mercado detrabajo. Independientemente de laprofundización de las políticas anti-cíclicasque intentan generar y sostener el empleo,el impacto reciente de la crisis internacionaly los factores autóctonos parecen tender aconsolidar esta desigualdad estructural.

Es importante tener en cuenta que unaparte importante de las actividadeslaborales se desarrollan en un sector micro-informal que no forma parte de la economíamoderna globalizada, sino de un mercadointerno pobre, conformado por estratosbajos y medio bajos de la sociedad. Suprincipal rasgo característico es el bajo nivelde productividad y de retribuciones. Por logeneral, los trabajadores de este sector estánocupados en actividades precarias oinestables, entre cuyos efectos inmediatoscabe mencionar las deficitarias condicionesde trabajo, los bajos ingresos, la falta deprotecciones sociales y las limitaciones paraejercer los derechos laborales. A futuro, enel mediano plazo, una consecuenciaineludible deviene de la inmovilidadocupacional, dada la imposibilidad deacumular experiencia o desarrollarhabilidades necesarias para participar delsector formal del mercado de trabajo. Y enel largo plazo, en la etapa de adultosmayores, se impone el abandonoeconómico, la imposibilidad de acceder auna jubilación digna y la necesidad decontinuar trabajando en situaciones demarginalidad social.

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Porcentaje de personas ocupadas en relación dedependencia que declaran que se les realizan descuentosjubilatorios; cuentapropistas profesionales y noprofesionales con continuidad laboral que realizan aportesal Sistema de Seguridad Social; y patrones o empleadorescon continuidad laboral que también realizan aportes adicho sistema, respecto del total de personas activas.

Porcentaje de personas ocupadas en relación dedependencia que declaran que no se les realizan descuentosjubilatorios; cuentapropistas no profesionales que norealizan aportes al Sistema de Seguridad Social y/o sincontinuidad laboral; y patrones o empleadores que norealizan aportes a este sistema y/o sin continuidad laboral,respecto del total de personas activas.

Porcentaje de personas ocupadas en trabajos temporariosde baja remuneración o changas, trabajadores sin salario ybeneficiarios de planes de empleo con contraprestaciónlaboral, respecto del total de personas activas.

Porcentaje de personas que no trabajan pero que en elmomento del relevamiento buscan activamente trabajo yestán en disponibilidad de trabajar, respecto del total depersonas activas.

Porcentaje de ocupados en establecimientos pequeños,actividades de servicio doméstico o actividadesindependientes no profesionales, respecto del total deocupados.

Porcentaje de ocupados en establecimientos pequeños,actividades de servicio doméstico o actividadesindependientes no profesionales y que realizan trabajostemporarios de baja remuneración, changas o sontrabajadores sin salario, respecto del total de ocupados.

Incidencia de las relaciones laborales decalidad en el total de la poblacióneconómicamente activa, considerando larealización de aportes previsionales y lacontinuidad laboral.

Incidencia de las relaciones laborales precariasen el total de los activos, considerando la norealización de aportes previsionales y laausencia de continuidad laboral.

Incidencia de las relaciones laborales desubempleo inestable en el total de los activos,considerando la no realización de aportesprevisionales, la ausencia de continuidadlaboral, la baja remuneración y/o la situaciónde los beneficiarios de programas de empleo.

Incidencia de la situación de desocupación(búsqueda activa) en la poblacióneconómicamente activa.

Expresa la existencia de un sector productivode baja productividad y alta rotación detrabajadores, vinculado al mercado interno.

Expresa la existencia de un grupo detrabajadores ocupados en el sector micro-informal con empleo de baja calidad.

Anexo - Esquema de dimensiones, variables e indicadores

CALIDAD DEL EMPLEO

EMPLEOPLENO DEDERECHOS

EMPLEOPRECARIO

SUBEMPLEOINESTABLE

DESEMPLEO

TRABAJADORESOCUPADOS ENEL SECTORMICRO-INFORMAL

NUCLEO DURODE LAMARGINALIDADLABORAL

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INGRESOSMENSUALES

INGRESOS PROVENIENTES DEL TRABAJO

Total de ingreso laboral percibidodurante el último mes por la poblacióneconómicamente activa ocupada.

Media de ingreso laboral mensual* correspondiente atodos los trabajos del último mes, en pesos de diciembrede 2014.* Se estimaron ingresos laborales totales cuando los mismos nofueron declarados.

Aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más de la RepúblicaArgentina.

Hogares particulares. Población de 18 años o más.

Muestra apilada hogares 2010/2014: 13.336 casos.Muestra apiladacomponentes del hogar 2010/2014: 40.617 casos.Muestra puntualhogares 2014: 5.683 casos.

Multipropósito longitudinal.

No proporcional post-calibrado.

952 radios censales.

Aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más agrupados en 3grandes conglomerados (Gran Buenos Aires, Otras ÁreasMetropolitanas y Resto urbano). GBA: Ciudad Autónoma de BuenosAires, Conurbano Zona Norte, Conurbano Zona Oeste y ConurbanoZona Sur. Otras Áreas Metropolitanas: Gran Rosario, Gran Córdoba,San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, y Gran Mendoza. Resto urbano:Mar del Plata, Gran Salta, Gran Paraná, Gran Resistencia, Gran SanJuan, Neuquén-Plottier-Cipoletti, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael,Comodoro Rivadavia y Ushuaia-Río Grande.

Polietápico, con una primera etapa de conglomeración y una segundade estratificación. La selección de los radios muestrales dentro de cadaaglomerado y estrato es aleatoria y ponderada por la cantidad dehogares de cada radio. Las manzanas al interior de cada punto muestraly los hogares de cada manzana se seleccionan aleatoriamente a travésde un muestro sistemático, mientras que los individuos dentro de cadavivienda son elegidos mediante un sistema de cuotas de sexo y edad.

Estratificación socioeconómica efectuada por clasificación y ordenaciónde los radios censales, según el promedio de nivel educativo del jefede hogar en cada radio censal.

Cuarto trimestre de cada año.

+/- 1,3%, con una estimación de una proporción poblacional del 50% yun nivel de confianza del 95%.

Dominio

Universo

Tamaño de la muestra

Tipo de encuesta

Asignación de los casos

Puntos de muestreo

Dominiode la muestra

Procedimientode muestreo

Criteriode estratificación

Fecha de realización

Error muestral

Ficha técnica de la encuesta

FICHA TÉCNICA DE LA ENCUESTA DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA / BICENTENARIO 2010-2016

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Capital social y finanzas informalesNotas desde Lima MetropolitanaKAROL KUROWSKI* Revista Cultura Económica

Año XXXIII • Nº 89

Junio 2015: 40-47

Resumen: Este trabajo recorre distintas formas de finanzas informales que se desarrollanentre los sectores más vulnerables de la población de Lima, Perú: las juntas o asociaciones deahorro y crédito rotativo, las actividades de recaudación de fondos basadas en el principiode solidaridad y reciprocidad, y el "banquito", un minibanco privado informal. La descripciónde su funcionamiento permite profundizar en el conocimiento de los modos de capital socialentre estos ciudadanos que, a través de estas formas de financiamiento, han logrado desarrollary fortalecer valores comunitarios basados en la reciprocidad, la confianza y la concienciacívica.

Palabras clave: finanzas informales; asociaciones de ahorro y crédito rotativo; recaudaciónde fondos; bancos informales; economía civil

Social Capital and Informal Finance. Notes from Lima Metropolitan Area

Abstract: This paper studies various forms of informal finance developed amongst the most vulnerablesectors of the population of Lima, Peru: the joints or associations of rotating savings and credits,fundraising activities based on the principles of solidarity and reciprocity, and the "banquito" aninformal private small bank. The description of its functioning allows a deeper understanding ofsocial capital modes among these citizens who, through these financing methods, have managed todevelop and strengthen community values based on reciprocity, trust and civic awareness.

Keywords: informal finance; rotating savings and credits; fundraising; informal banks; civil economy

I. Introducción

En la ciudad capital del Perú existendiversas prácticas de ahorro, préstamo yacumulación de recursos financieros, decarácter colectivo y voluntario, no ligadasal sistema financiero formal. No se trata, porsupuesto, de prácticas ilícitas, sino derespuestas creadas por la población frentea las necesidades económicas yadversidades de la vida cotidiana, lasdeficiencias del mercado laboral y laslimitaciones del sistema formal de crédito.

Algunas de estas actividades tienen mayorpresencia entre los sectores de bajosrecursos, sobre todo en los barriosmarginales localmente llamados"asentamientos humanos"; otras soncomunes tanto entre las personas pobrescomo entre las pertenecientes al nivelsocioeconómico (NSE) medio.

En este artículo presentaremos tres deellas: las juntas o Asociaciones de Ahorro yCrédito Rotativo, las actividades derecaudación de fondos basadas en elprincipio de solidaridad y reciprocidad, y

* Centro de Estudios Latinoamericanos, Universidad de Varsovia - [email protected]

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el "banquito", un minibanco privadoinformal. Es importante resaltar que estalista incluye solamente las modalidades delas que tuvimos conocimiento empíricodurante una investigación llevada a cabo enLima entre 2008 y 20111, pero cuya existenciay funcionamiento también aparece reflejadaen estudios académicos, en los medios decomunicación y en la cultura popular. Lapresencia de este tipo de actividades seevidencia también en otras ciudades yregiones del Perú – sobre todo en la costa ysierra – pero no obstante, sin un exhaustivoestudio de campo resulta difícil describir laincidencia del fenómeno y su relación conla praxis sociocultural de cada región.

II. Las Juntas o Asociaciones de Ahorro yCrédito Rotativo

"Junta"2 es el nombre que se le da en elPerú a una forma popular de ahorro ycrédito comunitario, conocida en laliteratura como Asociaciones de Ahorro yCrédito Rotativo (AACR). El término fuepopularizado a través del estudio delantropólogo Clifford Geertz sobre elmecanismo de crédito rotativo en lacomunidad de Modjokuto, en la JavaOriental (Geertz, 1962). Sin embargo, es unamodalidad de larga trayectoria que existeen numerosos países del mundo, conalgunas variantes en cuanto a laorganización de la asociación, su duración,el perfil social de sus miembros, laimportancia del vínculo familiar o religioso,y las formas en que se realizan las colectasde dinero.

En el contexto peruano, se trata de unainstitución constituida por un pequeñogrupo de individuos3 que deciden contribuirde manera periódica a una caja común –denominado "pozo" o "bolsa" – con unmonto acordado de dinero (Tello Rozas,2007). El pozo es usualmente asignado entrelos participantes por sorteo, pero en algunoscasos existe la posibilidad de pedir seradelantado en el turno por algunanecesidad. La frecuencia con la que el pozoes asignado depende del número depersonas y del interés económico de losparticipantes. La rotación más corta puede

ser diaria, pero lo más común es que lafrecuencia sea quincenal o mensual, ycoincide con el pago de las remuneracionessalariales. Una vez que todos reciben el pozode dinero y culmina el ciclo, la junta sedisuelve o reconfigura; algunos miembrosse retiran y entran nuevas personas.

Como se trata de una institucióninformal y flexible, no existen normasestablecidas en cuanto a su creación ni a laorganización y admisión de susparticipantes. El fundamento de las juntasno son las garantías físicas sino la confianzamutua, por lo tanto es creada usualmenteentre personas muy cercanas o que seconocen entre ellas – parientes, amigos,compañeros, devotos de algún santo,miembros de una iglesia, padres de uncolegio, o en el extranjero, inmigrantes delmismo país4. Normalmente no existeninguna sanción social – o en su defectoexisten pero son muy limitadas – queprotejan a la junta del incumplimiento porparte de los miembros o del posible fraude,como podrían ser por ejemplo, la exclusióndel grupo, la reputación manchada, o lasconsecuencias para el futuro de esa persona.Los participantes son escogidos previainvitación y en el proceso de su selección elpapel más importante lo juegan factorescomo el hecho de ser considerada unapersona responsable, no conflictiva, madura– no se admiten menores de edad – y deconfianza. Existen, asimismo, juntas que seagrupan de acuerdo con la homogeneidadde sus participantes, que comparten porejemplo la misma profesión –comerciantes,empleados de oficinas, transportistas, etc. –o son del mismo sexo (Aliaga Linares, 2002)5.En este aspecto, es una institución exclusivaque busca minimizar los riesgos que puedaoriginar la presencia de individuosdeshonestos e irresponsables y así evitar elposible fraude. Por otra parte, si bien laincidencia de este tipo de asociaciones nose limita a alguna zona de la ciudad o a ungrupo social, posiblemente no exista entrelas familias con mayores ingresos.

En cuanto a la gestión de los asuntos delas juntas, existen dos maneras típicas deadministración. En unos casos, losmiembros escogen a un coordinador que sehace responsable de cobrar los aportes,

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llevar la "contabilidad" y organizar lasactividades para entregar el pozo por lo quenormalmente recibe el dinero primero; enotros, cada miembro asume laresponsablidad de organizar los turnos. Asu vez, la distribución del pozo esnormalmente realizada durante una reuniónen una casa particular o en algún lugarpúblico.

En el aspecto económico, la junta es unamodo de generar un ahorro en formacompartida, con el beneficio de que nogenera intereses, y el pozo recibido equivalea la suma de los aportes que cada miembrohace durante la existencia de la junta. Entrelos aspectos negativos, un factor a tener encuenta es que en un contexto de elevada tasade inflación, el más beneficiado es quienrecibe el pozo en primer lugar. Por otraparte, si los aportes se realizan en monedaextranjera, el beneficio que obtienen losdistintos miembros será variabledependiendo del tipo de cambio y de sufluctuación.

No obstante, a pesar de estas cuestiones,son varias las razones que atraen y animana las personas a formar parte de estainstitución. Se estima que, en la actualidad,aproximadamente el 20% de los limeños(Portocarrero et. al., 2002: 102)6 y el 9% delos peruanos (Mejía et. al., 2015) utiliza lasjuntas como un instrumento de ahorro. Laspersonas que escogen las juntas, optan porno utilizar los servicios financieros formalesen favor de las Asociaciones de Ahorro yCrédito Rotativo por distintos motivos. Enprincipio, desconfían de las institucionesfinancieras, y además señalan no entendero no saber cómo utilizar sus productos7. Porotra parte, no poseen acceso a lasinstituciones financieras ya que loscontextos en los que desempeñan susactividades laborales no les permitenacceder a un ingreso fijo y suficiente paraque pueda cumplir con las garantíasexigidas por los prestamistas formales.Además, quienes se asocian bajo estamodalidad de ahorro afirman que prefierenevitar los costos del préstamo formal, y quedesean manejar el dinero con el que cuentan.Otro factor de relevancia es que consideranque la junta es una solución más apropiadapara sus propios fines económicos.

Finalmente, existen condicionantesculturales de tipo religioso o ideológico quellevan a algunas personas a rechazar losservicios financieros formales, y por lo tanto,se vuelcan hacia formas de ahorro y créditono convencionales, como las juntas.

Al mismo tiempo, debido a lasegmentación de los mercados financierospor niveles de riqueza, en muchos casos elúnico contacto posible de los sectores másvulnerables de la población con lasinstituciones financieras es a través de lasinstituciones no formales o semiformalesque, a pesar de contar con la oferta adecuadapara las necesidades y peculiaridades decada grupo de prestatarios, suelen cobraraltas tasas de interés – incluso, en muchoscasos, más altas que las de las entidadesformales (Alvarado et. al., 2001).

En la región Metropolitana de Lima casi el60% de la población ocupada, no solo la debajos recursos, cuenta con empleo informal,lo cual limita el acceso a la oferta de losproductos financieros formales (INEI, 2014:25)8. Es cierto que desde principios del sigloXXI el sector financiero, principalmente elsector de las microfinanzas, se ha idodesarrollando en forma paralela con respectodel auge de la economía peruana, pero todavíano llega a satisfacer las demandas de toda lapoblación. Por otro lado, en una sociedad queexperimenta profundos procesos detransformación y modernización, la junta noha perdido su valor ni utilidad, siendo másuna costumbre y un elemento del capitalcultural de los peruanos que solo un productofinanciero. Al parecer, los cambioseconómicos, sociales y estructurales no hanlogrado transformar de manera significativala mentalidad, el modo de pensar y la actitudde un gran grupo de la población formadofrente a otras realidades socioeconómicas.

En el interior de las juntas podemosdistiguir tres tipos de participantes, noobstante los motivos que animan a laspersonas a unirse en la misma asociación deahorro y crédito rotativo pueden ser muydistintos, oscilando entre los netamenteeconómicos, los socioeconómicos, e inclusolos psicológicos. El primer grupocomprende a las personas de bajos recursossin capacidad de ahorro ni de acumulaciónde capital y que no pueden acceder a otras

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fuentes de financiamiento o programassociales del gobierno para solventar susgastos diarios, cubrir sus carencias,protegerse de eventos imprevistos yenfrentar contingencias. El segundo grupolo conforman las personas que considerana la junta como una modalidad para obtenercapital de trabajo – destinado al ahorro o ala inversión – para abastecer su negocio,pagar un terreno, prestar el dinero obtenido,etc. Por último, es una actividad practicadatambién por personas con mayor capacidadde ahorro y poder adquisitivo, en muchoscasos usuarios de distintos servicios delsector financiero formal, que se sirven deesta modalidad financiera principalmentepara incrementar su bienestar. Dependiendodel aporte y el tamaño de la junta, participaren esta institución puede servir para el pagode la cuota de un auto, las vacaciones o lacompra de algún bien o servicio nonecesariamente de primera ni de segundanecesidad9.

Por otra parte, es importante considerarque para muchos participantes la junta noes simplemente una fuente de ahorro ycrédito, sino que el sentido de una juntaexitosa se extiende más allá de las relacioneseconómicas. En primer lugar, las propiascaracterísticas de la junta crean un ambienteque sirve para reforzar la capacidadorganizativa de los individuos, ampliar susredes vinculares, fortalecer los lazossociales, y acceder a nuevos recursos,información y oportunidades. Asimismo, laasociación puede ser un pretexto pararealizar otro tipo de evento colectivo, talescomo salidas, reuniones o negocios. Enúltima instancia, y a pesar de laslimitaciones de este sistema de financiaciónpopular, creemos que lo más relevante enel estudio de las juntas es que resulta unaactividad que promueve y mantiene elespíritu cooperativo de la población, ya quees una estrategia de apoyo y ayuda mutua,y un referente en situaciones de necesidad– llevando a la práctica el clásico refrán: "hoypor tí, mañana por mi". En efecto, lapersistencia de las AACR revela un curiosoe interesante detalle sobre la sociedadperuana: en un "mar de desconfianza",donde el 88% de la población afirma creerque no es posible confiar en las personas de

su entorno (The Legatum Prosperity Index,2015)10, las juntas se revelan como unfenómeno particular. Tal vez indiquen algomás que los datos estadísticos acerca del"radio de la confianza" –usando el términode Francis Fukuyama– la cooperación, lasexpectativas que uno puede tener delprójimo, la mentalidad y los valoresculturales de los peruanos.

III. Actividades comunitarias derecaudación de fondos

Otra actividad muy común en el paisajesocial peruano, que no se restringe solo alcontexto limeño, es la organización defiestas con fines económicos, en las cualesse prepara comida para todos losparticipantes11. El modelo económico que seaplica en este tipo de actividades es muysimple: el organizador invierte en lapreparación de pequeños platos de comiday los vende por intermedio de las personascon las cuales se vincula en la sociedad, porun precio asequible al futuro consumidor.

Sin embargo, este tipo de eventosadquieren otros contextos y sentidos enfunción de otros elementos que incluye cadaorganizador. Para cada actividad sepreparan unas tarjetas especiales, queademás de describir los detalles logísticosdel evento, llevan impresa la frase "tarjetarecibida, tarjeta pagada". Adicionalmente,las invitaciones pueden describir el "pro",es decir la razón por la cual se organiza laactividad – por ejemplo, "pro salud"–aunque en los últimos tiempos se hasuprimido este detalle12. Las tarjetas sonrepartidas antes de la fiesta entre familiares,amigos y conocidos, en los entornoscercanos y lejanos con la idea de que lleguenal mayor número de personas, nonececariamente relacionadas con elorganizador. Por parte de los invitados, larecepción de la tarjeta es un acto voluntario,de modo que el boleto puede ser rechazado,aunque sin embargo la aceptación es ungesto simbólico con que se asume laobligación de pago. Quienes compran latarjeta pueden participar de la reunión osimplemente asistir para tomar su plato.Estos eventos generalmente se realizan a

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puertas abiertas, con música y baile, en lascasas de los organizadores, para elevar losingresos animando a los transeúntes a entrary colaborar13.

En cuanto a las motivaciones que animana quienes desean participar en estasactividades, hemos descubierto que existentres cuestiones. Por un lado, un sentimientode deber para cumplir con las obligacioneshacia los familiares, amigos o conocidos; ensegundo término, una fuerte convicciónética, expresada en las frases y refranesrecitados por los peruanos tales como"apoyado es prestado", "hoy por tí, mañanapor mi", o "lo que siembras cosechas"; y porúltimo, la necesidad de diversión yentretenimiento personales.

Ahora bien, resulta casi imposiblerastrear el momento exacto en que tuvolugar el nacimiento de este tipo deactividades, así como de otras "estrategiasde supervivencia" de la sociedad peruana,pues la pobreza siempre ha formado partedel paisaje urbano limeño. No obstante, surápida proliferación está relacionada con losprocesos migratorios que Lima experimentóen la segunda mitad del siglo XX y la crisisde la década de 1980.

Las primeras grandes oleadasmigratorias del interior del país empezarona llegar a la ciudad capital desde la décadade 1940, empujadas por la pobreza, losconflictos agrarios y la falta deoportunidades en los sectores rurales, yatraídas en cambio por el crecimientoeconómico, la vida urbana y el sueño deprogreso social. En las siguientes décadas,sobre todo a partir de la segunda mitad delos años ‘70, la coyuntura cambió y el Perúatravesó una grave crisis económica, políticay social, que se agravó a causa de la guerracivil iniciada en 1980 por el PCP-SenderoLuminoso. Durante este periodo seprodujeron varios desplazamientos en elinterior del país, como consecuencia de laviolencia, el miedo y la incertidumbre quesufría la población asentada en las zonas demayor conflicto. Entre 1981 y 1993,alrededor de 625.000 personas tomaron ladecisión de abandonar sus lugares de origeny actividades habituales, y se dirigieronhacia las zonas consideradas como de menorriesgo, en su mayoría hacia las zonas

urbanas de la costa (CVR, 2003: 637). Lasconsecuencias de este proceso fueronmúltiples, por un lado se agravó el problemade la pobreza multidimensional y de lapolarización social; por otro, los migrantesoriginaron un proceso de transformación enla sociedad peruana, descrito como"cholificación" o "desborde popular"(Quijano, 1980; Matos Mar, 1984). Limaexperimentó varios cambios, perdió sucarácter principalmente criollo y se convirtióen una ciudad marcada por la presencia depoblación de origen provinciano,especialmente de las zonas andinas. Ellosfueron los protagonistas de los múltiplesfenómenos que provocaron la ruptura deantiguas orientaciones valorativas yprácticas sociales, y de la creación de nuevasidentidades urbanas, nuevos imaginarios ypatrones de conducta.

Diversos estudios confirman que elorigen de los migrantes ha tenido un roldecisivo en la adaptación y en el proceso de"producción" de la ciudad de Lima, en susmaneras de enfrentar los problemaseconómicos, laborales, de salud y devivienda, así como en el modo de elaborary llevar a cabo múltiples estrategias desupervivencia (Altamirano, 1983; Adams yValdivia, 1994; Blondet, Degregori y LynchGamero, 1986; Panfichi, 2001). Es cierto quela ciudad transforma la naturaleza de lasrelaciones interpersonales y de la cultura ensu totalidad, pero sin embargo, los distintoselementos del capital cultural de losmigrantes, sus maneras de ser y pensar, engral han perdurado en el tiempo, como porejemplo la importancia del parentesco y delas redes sociales extrafamiliares, lacooperación, el intercambio y la ayudamutua. Lejos de caer en la falsa idealizacióny en el romanticismo, es importante resaltarque estos valores han sido decisivos en lacreación y en el manejo de todas lassoluciones económicas basadas en lapráctica del cooperativismo – como porejemplo los clubes de provincianos, lasasociaciones que tienen como finalidad laocupación del suelo urbano para laurbanización informal, los comedoresautogestionarios y municipales, lasactividades comunitarias relacionadas conel ahorro, el crédito y la recaudación de

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fondos, los trabajos comunitarios llamados"faenas" o "minka", la organización derondas para la seguridad ciudadana, losorganismos autogestionarios en los barrios,las juntas, las asambleas generales, loscoordinadores de calles, los comitésvecinales, entre muchos otros.

Un reciente estudio del Banco Mundialafirma que las denominadas "polladas" sonuna de las formas más creativas deconseguir dinero en tiempos de crisisfinanciera (Klapper, 2015). Sin embargo, estetipo de actividades no ha desaparecido conla sucesiva mejora de la economía y con lastransformaciones de la sociedad peruana.Por el contrario, se han expandido endiversos sectores de la capital, tales comoiglesias, centros educativos, partidospolíticos, ONGs, etc., y hoy forman parte delpaisaje cultural limeño, vinculado por logeneral a las clases sociales populares.

IV. El Banquito

El "banquito" es un organismo decaracterísticas peculiares que funciona fueradel sistema bancario formal, ofreciendoservicios financieros. No cuenta coninfraestructura física, no busca expandirseen el mercado y su propósito principal noes generar ganancias. Por el contrario, es unaestrategia de promoción del ahorro y deoferta de préstamos a largo plazo en lasfamilias, pues el banquito está integradoúnica o generalmente por miembros unidospor lazos de parentesco.

Cada banquito tiene un núcleo centralcompuesto por los fundadores, que invitany avalan a nuevos integrantes, y asumen laresponsabilidad por ellos en caso de quesurja algún problema o haya unincumplimiento de pago. Asimismo, losinvitados están ligados a la suerte delfundador si éste se retira del banquito,porque en tal caso pierden al que garantizala confianza en sus actos.

Como en las juntas, los participantes delbanquito se comprometen a realizar undepósito mensual, con la diferencia de queen este caso, el dinero recaudado es utilizadopara repartir préstamos entre aquellosparticipantes del grupo que lo soliciten, con

un interés muy bajo –a diferencia delofrecido por las entidades financierasformales– y con la posibilidad de pagarloen cuotas. El monto del préstamo dependedel grado de confianza hacia el solicitante ydel tiempo que lleva en el banquito. Cadames, los participantes se turnan en larecepción del dinero, evento en el cual sereciben todos los pagos correspondientes:los aportes mensuales, las cuotas depréstamos y los intereses. Al final del año,las ganancias que genera el sistema suelenser divididas entre todos los participantes.Algunos banquitos tienen una duraciónanual, luego de la cual son disueltos, peroen otros casos, pueden perpetuarse durantedécadas.

Esta modalidad financiera, poco comúny frecuente, está orientada principalmentea promover el ahorro activo y mejorar lacapacidad socioeconómica de los familiares,y teóricamente, busca reforzar la solidaridadfamiliar. Su origen es similar al de las otrasestrategias de supervivencia de la sociedadperuana. En efecto, el banquito apareciócomo respuesta ante la situación económicaadversa de gran parte de la sociedad limeña,y la inexistencia o la inaccesibilidad de lapoblación a los servicios financierosformales. Sin embargo, a diferencia de otrasestrategias, ha logrado sobrevivir a tiemposde crisis gracias a su utilidad y al sentidoque ganó entre los participantes,transformándose en una costumbre y en unelemento importante en la vida familiar dequienes lo practican.

V. Conclusiones

En un modelo simplificado de lamedición del capital social que toma encuenta tres indicadores: la asociatividad, laconfianza generalizada –interpersonal einstitucional– y la participación ciudadana,el mundo de las finanzas solidariasinformales no aparecería como un recursoimportante de una gran parte de lapoblación limeña. Sin embargo, en unamirada más profunda, se advierte que lapopularidad y densidad de este tipo deactividades en el paisaje urbano, por lomenos en dos de los tres casos presentados,

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confirma que la cooperación y la ayudamutua se han convertido en un aspecto degran importancia en la praxis social de laciudad capital peruana.

No obstante, existe un marcado contrasteentre el comportamiento a nivel familiar oen la comunidad a pequeña escala, y lasprácticas que se desarrollan en la sociedaden su conjunto. El ejercicio de las juntas ode las actividades comunitarias derecaudación de fondos, tales como las"polladas", no necesariamente genera unclima de confianza generalizada, sino quelogran aumentar la conciencia cívica opromover los valores éticos. Existen,además, otros factores mucho másimportantes que influyen en elcomportamiento de los limeños y en sumodo de pensar respecto de la sociedad,como son el crimen, la violencia, lacorrupción, y las desigualdades sociales yeconómicas.

A pesar de todo, las actividadesrelacionadas con las finanzas informalesbenefician a la población en la medida enque promueven ideas y estándares que laspersonas tienen en común y, frente a lasnecesidades, la escasez y la soledad de unagran porción de la población, crean unpotencial pasible de ser transformado enacciones que apuntan al bien común y alfortalecimiento de los valores humanos enla sociedad.

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populares de Lima", en Perú: actores yescenarios al inicio del nuevo milenio. O.Plaza, Lima.

Klapper, L (2015). "Chicken parties andother ways the world’s poorest peopleraise money", artículo publicado enThe Guardian el 29 de enero de 2015.Disponible en:http://www.theguardian.com/global-development-professionals network/2015/jan/29/chicken-parties-poor-raise-money. Ultimo acceso: junio2015.

1 Esta investigación realizada entre 2008 y 2011, ha sidola base de la tesis doctoral "Sociedad civil en condicionesde pobreza. El caso del asentamiento humano El Paraísode Cajamarquilla (Lima Metropolitana)".2 Llamada también "pandero", nombre más usado fuerade la ciudad capital de Perú.3 Tello Rozas presenta un análisis de los panderos con unnúmero de miembros que varía entre 7 y 20. Solo en uncaso el pandero tenía 40 miembros.4 En los barrios de mayor presencia boliviana y peruanaen Buenos Aires y en Asunción se evidencia la existenciade las AACR, llamadas "juntas" en el caso de los peruanos,y "pasamano" o "pasanaku" en el caso de los bolivianos.En Argentina además, puede que existan otrasdenominaciones del mismo fenómeno.5 En su estudio, Aliaga Linares explica que por aquellasfechas la junta era la estrategia más usada como ahorrocolectivo por los comerciantes ambulantes del distrito deIndependencia, Lima (38,4%) (L. Aliaga Linares, 2002).6 Según la encuesta de la Superintendencia de BancaSeguros y de la Universidad del Pacífico, desarrollada en2011, Lima es la ciudad latinoamericana con mayorparticipación de la población en las asociaciones de ahorroy crédito rotativo (CAF, 2011). Para los clientes de losservicios de las microfinanzas esta cifra ascendía en 1999al 29,4% (C. Trivelli, 2002: 102).

7 En el caso del mercado financiero en Perú, existe unagran desconfianza por parte de la población hacia lasinstituciones bancarias, en primer lugar por razoneshistóricas – un período prolongado de inestabilidadpolítica y económica, y la corrupción de los funcionariospúblicos han tenido como consecuencia la pérdida deconfianza en las instituciones formales – y en segundolugar por el hecho de que brindan un servicio deficiente– cobro indebido de comisiones y otros cargos, etc.8 La incidencia de pobreza monetaria en Lima es del 11,8%(2014) y el 53,8% de la población de Lima y Callao esconsiderada perteneciente a la clase media (INEI, 2014:25).9A las razones que motivan a las personas a participar enlas juntas podemos añadir también las siguientes: guardardinero fuera del hogar, aprender o disciplinarse paraahorrar, entre otras variables. El Perú es considerado unpaís con una baja cultura de ahorro, donde un gran sectorde la sociedad – que no distingue clases sociales – tiendea efectuar gastos excesivos o no prioritarios, que puedeninfluir negativamente en la economía familiar.10 También según los datos del Latinobarómetro, el Perúes uno de los países de América Latina con mayor índicede desconfianza (The Legatum Prosperity Index, 2015).11 Estas fiestas toman su nombre de los platos de comidaque se sirven en cada ocasión. Las más típicas son las"polladas" donde, como su nombre lo indica, se ofrece unplato de pollo, pero existen más posibilidades,dependiendo del origen, ingenio o presupuesto de losorganizadores. La lista es muy larga, existen:"anticuchadas (del corazón de res), parrilladas,chicharronadas, pachamancadas, chuletadas, cebichadas,chorizadas, cuyadas, panchadas, picaronadas" (un tipo depostre). Fuera de Lima encontraremos también "truchadas,carapulcradas" (plato típico del "sur chico"), "lechonadaso rompopeadas" (bebida típica de la ciudad de Piura).12 Como suelen decir los peruanos, se han convertido eneventos "pro bolsillo" ("pro celular", "pro divorcio", etc).13 En caso de una "pollada bailable" u otro evento de estetipo, la tarjeta suele llevar una descripción adicional, como"Amenizado por un potente equipo estereofónico conmúsica del momento y el bar estará surtido de la deliciosacerveza y gaseosas bien heladitas".

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La cultura del encuentro en el PapaFranciscoProyecciones políticas y la violencia de los

años setenta en la argentinaJULIO M. OJEA QUINTANA* Revista Cultura Económica

Año XXXIII • Nº 89

Junio 2015: 48-63

Resumen: Uno de los tópicos sobresalientes del pensamiento del Papa Francisco es suinsistencia en la "cultura del encuentro". Esta es necesaria en el seno de la Iglesia Católica,entre creyentes de distintas religiones, entre creyentes y no creyentes, y en la vida social engeneral, que se extiende hasta el mundo político. En este trabajo se analiza la violencia sufridaen la Argentina en la década de los años setenta a la luz de la "cultura del encuentro» y seexaminan pasos que podrían contribuir a fomentar la reconciliación con base en la memoriaintegral de lo acontecido, la justicia y el perdón.

Palabras clave: cultura del encuentro; Papa Francisco; dictadura militar; guerrilla

The Culture of Encounter in Pope Francis: political projections and Argentine violentseventies.

Abstract: One of the most remarkable topics in Pope Francis’ thought is his insistence on the “cultureof encounter”. Essential within the Catholic Church, the culture of encounter should also be presentamong believers of different religions, between believers and non-believers, and in social life in generalto extend even to the political world. In this light proposed by the Pope, the paper analyzes the violencein Argentina during the decade of the seventies and the steps that could help foster reconciliationbased on an examined comprehensive memory of what happened, justice and forgiveness.

Keywords: culture of encounter; Pope Francis; military dictatorship; guerrilla

ILa presencia del Papa Francisco en la

política actual resulta innegable tanto en elplano nacional como en el ordeninternacional. Las frecuentes menciones desus gestos y palabras en las declaracionesde dirigentes de distinto signo, unidas aldesfile de muchos de ellos para lograrpreciadas fotografías demostrativas de sucercanía con el Papa y reforzar de ese modosu legitimidad, evidencian, más allá de lospropósitos de los protagonistas, el peso deFrancisco en la política local. Y otro tantopuede decirse en el ámbito internacional.

Sus gestiones para evitar una intervenciónarmada de las potencias occidentales enSiria; la cita en el Vaticano con lospresidentes israelí y palestino, Simón Peresy Mahamud Abbas, para rezar por la pazentre ambos pueblos; el decidido y eficazimpulso a las negociaciones entre losgobiernos de Estados Unidos y Cuba convistas al restablecimiento de sus relacionesdiplomáticas; el franco apoyo de la causaarmenia al referirse a la persecución turcade principios del siglo XX como al

* Universidad Católica Argentina - [email protected]

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"genocidio armenio", reiterando así lacalificación hecha en su momento por JuanPablo II; el ofrecimiento de mediación enColombia, entre muchas otras cuestiones,son prueba de su presencia en la políticainternacional, reconocida, por lo demás, porlíderes de la talla de Vladimir Putin, BarackObama y Raúl Castro, entre otros.

Las ideas del Papa Francisco, convertidode hecho en un referente significativo en lapolítica nacional e internacional, revisten asíindudable interés. Ellas pueden rastrearseen su desempeño anterior, especialmente apartir de su designación como obispo ycardenal en Buenos Aires, y por cierto en suactuación ulterior como Sumo Pontífice dela Iglesia Católica. Para esto es preciso teneren cuenta sus escritos, pero tambiéndeclaraciones y gestos, siempre elocuentesen el marco de su personalísimo estilocomunicacional.

Y bien, uno de los tópicos sobresalientesdel pensamiento de Francisco es suinsistencia en lo que suele denominar"cultura del encuentro". Aquí se intentanponer de manifiesto sus implicancias en elmundo político y luego, con base en esasimplicancias, abordar las secuelas de laviolencia sufrida en la Argentina durante losaños 70.

IILa idea de una cultura del encuentro es

postulada por el Papa Francisco en todos losámbitos de la vida social y ante todo en elcampo religioso. Y dentro de dicho campo,y en primer lugar, en el interior de la propiaIglesia Católica, donde existen tradicionesy tendencias diferentes llamadas a conviviren armonía, animadas por un mismoespíritu, superando tensiones y conflictos.En segundo lugar, en las relaciones entrecristianos. En este sentido, Franciscocontinúa la senda del ecumenismo, iniciadadecididamente en la Iglesia Católica a partirdel Concilio Vaticano II y desde entoncesrecorrida sin interrupciones por los papasanteriores. Transcribiendo palabras delConcilio Vaticano II, Francisco ha dicho:

La credibilidad del anuncio cristianosería mucho mayor si los cristianos

superaran sus divisiones y la Iglesiarealizara la "plenitud de catolicidadque le es propia, en aquellos hijos que,incorporados a ella ciertamente porel Bautismo, están, sin embargo,separados de su plena comunión".Tenemos que recordar siempre quesomos peregrinos, y peregrinamosjuntos. Para eso, hay que confiar elcorazón al compañero de camino sinrecelos, sin desconfianzas, y mirarante todo lo que buscamos: la paz enel rostro del único Dios (Evangeliigaudium, 2013: 244).

En tercer lugar, el encuentro se produceentre creyentes de distintas religiones. Enespecial con los judíos (Evangelii gaudium,2013: 247-249), pero también con losmiembros de otros credos:

Una actitud de apertura en la verdad yen el amor debe caracterizar el diálogocon los creyentes de las religiones nocristianas, a pesar de los variosobstáculos y dificultades,particularmente los fundamentalismosde ambas partes. Este diálogointerreligioso es una condiciónnecesaria para la paz en el mundo, ypor lo tanto es un deber para loscristianos, así como para otrascomunidades religiosas (…) De estaforma, podremos asumir juntos eldeber de servir a la justicia y la paz, quedeberá convertirse en un criterio básicode todo intercambio. Un diálogo en elque se busquen la paz social y la justiciaes en sí mismo, más allá de lomeramente pragmático, uncompromiso ético que crea nuevascondiciones sociales. Los esfuerzos entorno a un tema específico puedenconvertirse en un proceso en el que, através de la escucha del otro, ambaspartes encuentren purificación yenriquecimiento. Por lo tanto, estosesfuerzos también pueden tener elsignificado del amor a la verdad(Evangelii gaudium, 2013: 250).

Finalmente, siempre según el Papa, lacultura del encuentro debe crecer asimismo

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entre creyentes y no creyentes:

Los creyentes nos sentimos cercatambién de quienes, noreconociéndose parte de algunatradición religiosa, buscansinceramente la verdad, la bondad yla belleza, que para nosotros tienensu máxima expresión y su fuente enDios. Los percibimos como preciososaliados en el empeño por la defensade la dignidad humana, en laconstrucción de una convivenciapacífica entre los pueblos y en lacustodia de lo creado. Un espacioparticular es el de los llamadosnuevos "Areópagos", como el "Atriode los Gentiles", donde "creyentes yno creyentes pueden dialogar sobrelos temas fundamentales de la ética,del arte y de la ciencia, y sobre labúsqueda de la trascendencia". Estees un camino de paz para nuestromundo herido (Evangelii gaudium,2013: 257).

En los hechos, el Papa Francisco harecorrido concretamente ese camino con lacarta dirigida a Eugenio Scalfari enrespuesta a dos artículos escritos por ésteen el diario La Repubblica, "como nocreyente" (L’Osservatore Romano, 20/9/2013),y en la entrevista personal concedida pocodespués a dicho periodista, cuya versiónoriginal fue publicada en el mismo diario(L’Osservatore Romano, 4/10/2013).

Pero la cultura del encuentro no espostulada por Francisco solo en el camporeligioso. Ciertamente, en este campo ellaresulta imperiosa, habida cuenta la índolede los valores que vinculan a los hombresentre sí, ya sean cristianos, miembros deotras religiones, creyentes o no creyentes.Sin embargo, la idea en cuestión es másamplia. En rigor, es extensible a todas lasrelaciones sociales, cualquiera sea sufundamento: étnico, histórico, afectivo,económico, cultural, etc. Siempre que hayahombres conviviendo, puede y debe crecerel encuentro entre ellos. Inclusive en lapolítica, como luego se verá.

El Papa contrapone la cultura delencuentro a la "cultura del descarte", basada

en el rechazo:

Hay un tipo de rechazo que nos afectaa todos, que nos lleva a no ver alprójimo como a un hermano al queacoger, sino a dejarlo fuera de nuestrohorizonte personal de vida, atransformarlo más bien en unadversario, en un súbdito al quedominar. Esa es la mentalidad quegenera la cultura del descarte que norespeta nada ni a nadie: desde losanimales a los seres humanos, eincluso al mismo Dios. De ahí nace lahumanidad herida y continuamentedividida por tensiones y conflictos detodo tipo (L’Osservatore Romano, 16/1/2015).

Sus consecuencias son palpables:

Una cultura que rechaza al otro, quedestruye los vínculos más íntimos yauténticos, acaba por deshacer ydisgregar toda la sociedad y generarviolencia y muerte. Lo podemoscomprobar lamentablemente ennumerosos acontecimientos diarios(…) Constatamos con dolor lasdramáticas consecuencias de estamentalidad de rechazo… en laconstante proliferación de conflictos.Como una auténtica guerra mundialcombatida por partes, se extienden,con modalidades e intensidaddiversas, a diferentes zonas delplaneta (L’Osservatore Romano, 16/1/2015)1.

Sin embargo, la cultura del encuentro esposible, y el Papa Francisco suele mostrarlocon ejemplos.

Una clara demostración de que lacultura del encuentro es posible, lahe experimentado durante mi visitaa Albania (…) A pesar de las heridasde su historia, el país se caracterizapor "la convivencia pacífica y lacolaboración entre los que pertenecena diversas religiones", en un clima derespeto y confianza recíproca entrecatólicos, ortodoxos y musulmanes.

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Es un signo importante de que la fesincera en Dios abre al otro, generael diálogo y contribuye al bien,mientras que la violencia nacesiempre de una mistificación de lareligión, tomada como pretexto paraproyectos ideológicos que tienencomo único objetivo el dominio delhombre sobre el hombre(L’Osservatore Romano, 16/1/2015).

En la misma oportunidad, Francisco hamencionado experiencias análogas enTurquía y Jordania, los puentes tendidosentre los Estados Unidos de América yCuba, las iniciativas para lograr la paz enColombia y la concordia en Venezuela, y losesfuerzos para arribar a un acuerdodefinitivo entre Irán y el así llamado Grupo5+I sobre el uso de la energía nuclear confines pacíficos.

Por cierto, la confianza del PapaFrancisco en la posibilidad de una culturadel encuentro tiene raíces profundas, quetrascienden los logros concretos que puedanregistrarse en su desarrollo. En últimotérmino, ellas remiten al misterio cristianode la salvación, en el cual nociones talescomo unidad y separación, encuentro ydesencuentro ocupan un lugar importante.El hombre, creado por Dios para vivir encomunidad con Él se ha separado de éste, yde esta forma se ha separado de sí mismo aldesconocer su realidad más profunda, sucondición de creatura. Se ha extraviado desu propio ser, y al mismo tiempo se haalienado también de los otros y en definitiva,de toda la creación. La unidad ha devenidoasí separación; el encuentro, desencuentro.Sin embargo, Cristo ha recorrido el caminode la reconciliación; y con Él el hombrepuede reencontrarse con Dios, consigomismo, con los demás y con el resto de lacreación2. Ello tendrá su consumación al finde los tiempos, pero esta dimensiónescatológica no obsta, sino que por elcontrario, conduce a su realizaciónprogresiva en la historia, recomponiendo yelevando el orden inherente a la creación.En términos evangélicos, se trata de hacerpresente el Reino de Dios:

en la medida en que Él logre reinarentre nosotros, la vida social seráámbito de fraternidad, de justicia, depaz, de dignidad para todos (…) [pues]la verdadera esperanza cristiana, quebusca el Reino escatológico, siempregenera historia. (Evangelii gaudium,2013: 180-181).

Y si las vías que concurren a ese fin sonmúltiples, la cultura del encuentropropuesta por Francisco bien puedecontarse entre ellas. También son múltipleslos pasos que pueden llegar a contribuir adicho encuentro. Entre otros cabe mencionarlos siguientes, de especial relevancia parael tema examinado. En primer lugar: elreconocimiento del otro, con igual dignidady como sujeto de derechos humanosfundados justamente en esa dignidad,tópico central, por lo demás, en la DoctrinaSocial de la Iglesia. Sin tal reconocimiento,el otro no cuenta como persona o quedareducido a la condición de meroinstrumento, obstáculo o enemigo; y en esascondiciones el encuentro se tornaradicalmente imposible (CDSI, 105).

Luego: la solidaridad, que significa unpaso más hacia el encuentro. "Ella confiereparticular relieve a la intrínseca sociabilidadde la persona humana, a la igualdad detodos en dignidad y derechos, al caminocomún de los hombres y de los puebloshacia una unidad cada vez más convencida";tiene particular importancia en nuestraépoca, dado que "nunca como hoy haexistido una conciencia tan difundida delvínculo de interdependencia entre loshombres y los pueblos, que se manifiesta atodos los niveles"; y debe ser asumida comoexigencia propiamente moral, como virtudpersonal y como "principio social ordenadorde las instituciones (CDSI, 192-193)".Francisco acota que la solidaridad "suponecrear una nueva mentalidad que piense entérminos de comunidad" (Evangelii gaudium,2013: 188)".

En tercer término: el diálogo; y en estesentido el Papa aboga por "una cultura queprivilegie el diálogo como forma deencuentro, la búsqueda de consensos yacuerdos", aunque sin preterir "lapreocupación por una sociedad justa,

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memoriosa y sin exclusiones" (Evangeliigaudium, 2013: 239).

En última instancia se produce lareconciliación. Con relación a este últimotópico, el Papa Francisco subraya a su vezla importancia de ciertas instanciasnecesarias con vistas a dicha reconciliación:memoria, verdad, justicia y perdón. Antetodo memoria, como presupuestoinsoslayable para comprender, juzgar yobrar con relación a los hechos pasados encuestión. Es cierto, la memoria de ofensas ydaños causantes de rupturas ydesencuentros nunca será completa, perodebe tender a ello. Y como tampoco serásuficiente, pues librada a sí misma puedeser puesta fácilmente al servicio del odio yla venganza, debe integrarse con lassiguientes instancias que pide dereconciliación: verdad, justicia y perdón.Francisco ha insistido muchas veces en lanecesidad de la memoria. Así, este año, enla conmemoración del centenario delexterminio armenio, tuvo oportunidad demanifestar:

Hacer memoria de lo sucedido es undeber (…) para que el llamamientoque surge de la tragedia nos libre devolver a caer en semejantes horrores(…) Es necesario recordarlos, es más,es obligado recordarlos, porquedonde se pierde la memoria quieredecir que el mal mantiene aún laherida abierta; esconder o negar elmal es como dejar que una herida sigasangrando sin curarse (L’OsservatoreRomano, 17/4/2015).

En segundo lugar la verdad es tambiénun presupuesto insoslayable para juzgar yobrar con acierto frente a los sucesos delpasado, tanto personales como colectivos.Se trata de reconocer y estar en la realidadde las cosas, no en construcciones o relatosque traduzcan o escondan pasiones ointereses. Ciertamente, la capacidad paradesentrañar íntegramente la realidad dehechos es limitada y en todo caso no esmenor la tentación de no querer verla, sobretodo tratándose de situaciones humanascomplejas y dolorosas, pero la búsqueda yla aceptación de la verdad es irrenunciable.

Al respecto, en la conferencia de prensadurante el viaje de Sri Lanka a Filipinas elPapa expresó:

Sí, apoyo los esfuerzos encaminadosa encontrar la verdad y también todaslas iniciativas equilibradas, no comovenganza, que contribuyan a ponerde acuerdo (…) Las comisiones deinvestigación sobre la verdad son unode los elementos que pueden ayudar,al menos pienso en las de Argentina:un elemento que ha ayudado(L’Osservatore Romano, 23/1/20152015)3.

En tercer lugar la justicia, que supera lairracionalidad de la venganza e implica, enprincipio, reparación del daño causado,castigo al culpable y en definitiva, elrestablecimiento de la ley como regla deconvivencia en la vida comunitaria, todoello con las limitaciones inherentes a lajusticia humana.

Finalmente, el perdón es consideradopor Francisco como "la puerta que nosconduce a la reconciliación" (L’OsservatoreRomano, 22/8/2014)4. Insiste en ello en formapermanente, al punto de referirse a lanecesidad de una "cultura del perdón, de lapaz y la reconciliación" (L’OsservatoreRomano, 29/5/2015)5. Y no es casual que lohaga. El perdón, humanamente valioso entanto libera a quien ha sufrido de la ofensadel resentimiento o el odio que puedenencadenarlo, agranda su estatura moral ypermite la reconstrucción de vínculosdestruidos, resulta central en la concepcióncristiana. Jesús enseña a rezar elPadrenuestro donde se pide a Dios perdónpor nuestras ofensas "así como nosotrosperdonamos a los que nos ofenden"(Mt 6,9/15; Lc 11, 1/4). Cuando es interrogado porPedro acerca de si los agravios deben serperdonados hasta siete veces, responde: "Note digo hasta siete veces, sino hasta setentaveces siete" (Mt 18, 21/2; Lc 17, 4); y en lacruz, antes de morir, Jesús exclama: "Padre,perdónalos, porque no saben lo que hacen"(Lc 23, 34). Ciertamente, el Papa nodesconoce las dificultades, a veces casiinsalvables, para llegar al perdón, tanto enel plano personal como social. Pero sin

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mengua de ese realismo, insiste en él comopaso decisivo para la reconciliación, enambos planos (L’Osservatore Romano, 11/4/2014)6.

IIILa postulación de la cultura del

encuentro por el Papa Francisco se extiendetambién a la vida política. Suele destacaravances concretos en esa dirección tanto enel orden internacional como en el seno depaíses afectados por graves conflictospolíticos7. Y sus intervenciones en esoscampos en aras de la paz confirman suconfianza en la posibilidad de fomentardicha cultura del encuentro. Pero de esemodo, ¿es realista Francisco? ¿Es factible eldesarrollo de una cultura del encuentro enla política? ¿Es tal idea compatible con lalógica que parece gobernar loscomportamientos en este campo?

En las entrañas de la vida política hay unatensión permanente entre dos polos que, condistintas denominaciones, remiten a unmismo problema: unidad-separación,acuerdo-desacuerdo, concordia-discordia,amistad-enemistad, encuentro-desencuentro.Es que, por un lado, el segundo término detales binomios, el conflicto, es inherente a lapolítica. En su faz agonal ello se muestra entoda su crudeza. Se lucha para alcanzar elpoder y para conservarlo. De maneraviolenta o pacífica, legal o ilegal, la luchapor el poder es un dato constante. Y elconflicto tampoco está ausente en la fazarquitectónica, ya que la concreción de todoorden político supone opciones,prioridades, preferencias y postergacionesde intereses. Más por otro lado, sin lapresencia del primer término de esosbinomios, sin un cierto consenso, laconvivencia resulta insostenible.

La política –escribió Raymond Aron–lleva consigo un elemento de conflicto,pero también supone un elemento deacuerdo, pues si las diversas"políticas", es decir, los finesperseguidos por los individuos ogrupos en el seno de la colectividad,fuesen rigurosamente contradictorios,se entablaría una lucha sin

cooperación posible y la colectividaddejaría de existir (Aron apud JustoLópez, 1973: 25)

El peso de uno y otro factor ha sidoreconocido y ponderado de distintos modosen la historia del pensamiento político. YaHesíodo advertía sobre la presencia en lavida social de fuerzas generadoras de ordeny desorden, mostrándolo, en términosmitológicos, en la lucha de Dike, Eunomíay Eirene, diosas de la justicia, la seguridady la paz respectivamente, contra Eris, diosade la discordia. Aristóteles, al tiempo queexamina la causa de las revoluciones, valorala amistad política, fundada en unacoincidencia práctica en torno a los fines yla forma de gobierno de la polis. Y Cicerónve en la concordia el vínculo más sólido dela República. Hay quienes de distintosmodos destacan la inevitabilidad y el papeldecisivo del conflicto en la política, comoMaquiavelo, Marx y Carl Schmitt, entreotros; y quienes, sin negar el conflicto,consideran posible y necesaria sucontención y encauzamiento dentro de uncierto orden, como Montesquieu,Tocqueville, Compte y Ortega y Gasset,entre otros.

Y bien, al insistir en la cultura delencuentro en la vida política, el PapaFrancisco se inscribe en esta última línea depensamiento. No desconoce la existencia delconflicto, pero piensa que puede sersuperado. En tal sentido, propone cuatroprincipios "que orientan específicamente eldesarrollo de la convivencia social y laconstrucción de un pueblo donde lasdiferencias se armonicen en un proyectocomún" (Evangelii Gaudium, 2013: 221), asíformulados: la realidad es más importanteque la idea, el todo es superior a la parte, eltiempo es superior al espacio y la unidadprevalece sobre el conflicto. Tales principiostrascienden el campo político, pero loincluyen; y por su directa relación con lacultura del encuentro es preciso subrayar elindicado en último término: la unidadprevalece sobre el conflicto. Al respecto diceel Papa:

El conflicto no puede ser ignorado odisimulado. Ha de ser asumido. Pero

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si quedamos atrapados en él,perdemos perspectivas, loshorizontes se limitan y la realidadmisma queda fragmentada. Cuandonos detenemos en la coyunturaconflictiva, perdemos el sentido de launidad profunda de la realidad. [Hayuna manera] adecuada de situarseante el conflicto. Es aceptar sufrir elconflicto, resolverlo y transformarloen el eslabón de un nuevo proceso."Felices los que trabajan por la paz"(Mt 5,9) (…) De este modo, se haceposible desarrollar una comunión enlas diferencias, que sólo puedenfacilitar esas grandes personas que seaniman a ir más allá de la superficieconflictiva y miran a los demás en sudignidad más profunda. Por eso hacefalta postular un principio que esindispensable para construir laamistad social: la unidad es superioral conflicto. La solidaridad, entendidaen su sentido más hondo y desafiante,se convierte así en un modo de hacerhistoria, en un ámbito viviente dondelos conflictos, las tensiones y losopuestos pueden alcanzar unaunidad pluriforme que engendranueva vida. No es apostar por unsincretismo ni por la absorción de unoen el otro, sino por la resolución enun plano superior que conserva en sílas virtualidades valiosas de laspolaridades en pugna (EvangeliiGaudium, 2013: 226-228).

Cuando Francisco expresa que detenerseen la coyuntura conflictiva implica perder"el sentido de la unidad profunda de larealidad" alude a un tópico de la tradiciónaristotélica-tomista-suarista, en la cual él fueformado filosóficamente y que continuóconfigurando su horizonte intelectual.Según esa tradición, la persona humana esun ser relacional, y entre esas relacionesresulta esencial su relación con los demás.La persona no es un ente encerrado en símismo, en su propia individualidad; es unser constitutivamente social. No puededesarrollarse sino en comunidad con losdemás. Solo en esta comunidad puedeacceder a los bienes de que carece,

materiales y espirituales, y solo en esacomunidad puede desplegar con amplitudsus condiciones. Es más, como dijoAristóteles, el hombre es un zoon politikon,pues es en el ámbito de una comunidadpolítica donde puede lograr esa relativasuficiencia. Solo en ella puede buscar lo queTomás de Aquino llama bien común, eseconjunto de bienes de la vida que no esposible lograr sino entre todos y al cualtodos están llamados a participar. Comomucho después será caracterizado en laDoctrina Social de la Iglesia, se trata del"conjunto de condiciones de la vida socialque hacen posible a las asociaciones y a cadauno de sus miembros el logro más pleno ymás fácil de su propia perfección" (CDSI,164).

El entonces cardenal Bergoglio ha hechoreferencia a ello en distintas ocasiones. Enel mensaje a la VIII Jornada de pastoral socialllevada a cabo en Buenos Aires en el año2005 expresó:

Ante la crisis vuelve a ser necesariorespondernos a la pregunta de fondo:¿en qué se fundamenta lo quellamamos vínculo social? (...) ¿Qué eslo que me vincula, me liga, a otraspersonas en un lugar determinado,hasta el punto de compartir un mismodestino. Permítanme adelantar unarespuesta: (…) el hombre es hombreen la sociedad, animal político, comodirían Aristóteles y toda la tradiciónrepublicana clásica. Esta naturalezasocial del hombre es la quefundamenta la posibilidad de uncontrato entre los individuos libres.(Bergoglio, 2005: 28-29)

[…] una perspectiva cristiana (y éstees uno de los aportes del cristianismoa la humanidad en su conjunto) sabevalorar tanto "lo dado", lo que ya estáen el hombre y no puede ser de otraforma, como lo que brota de lalibertad, de su apertura a lo nuevo,en definitiva, de su espíritu comodimensión trascendente, de acuerdosiempre con la virtualidad de "lodado" (…) ¿Qué es lo que hace quemuchas personas formen un pueblo?

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En primer lugar, hay una ley natural.(Bergoglio, 2005: 37-39).

Así, antes de toda convención oconstrucción social, en razón de su propianaturaleza el hombre está llamado alencuentro con los demás; con ellos debeconvivir y con ellos debe procurar el biencomún. Podrá fracasar en el intento, enmayor o menor medida, como ocurrecuando priman pasiones e intereses quellevan al desencuentro. Pero ello noentorpece a ese primer llamado alencuentro, inscripto en la condiciónhumana.

Ahora bien, la búsqueda del bien comúndebe ser concretada históricamente; y segúnFrancisco, en este plano la conformación deun "pueblo" constituye una nueva instanciaen el desarrollo de la cultura del encuentro.En la exhortación Evangelii gaudium escribe:

En cada nación, los habitantesdesarrollan la dimensión social de susvidas configurándose comociudadanos responsables en el senode un pueblo, no como masaarrastrada por las fuerzasdominantes. Recordemos que "el serciudadano fiel es una virtud y laparticipación en la vida política esuna obligación moral". Peroconvertirse en pueblo es todavía más,y requiere de un proceso constante enel cual cada nueva generación se veinvolucrada. Es un trabajo lento yarduo que exige querer integrarse yaprender a hacerlo hasta desarrollaruna cultura del encuentro en unapluriforme armonía (EvangeliiGaudium, 2013: 220).

El pueblo supone entonces, ante todo,ciudadanos responsables, no individuosyuxtapuestos que giren alrededor de símismos ni una masa informe y manipulable;ciudadanos capaces de asumir moralmentela tarea del bien común8. Sin embargo, ellono basta. Para que surja un pueblo es precisoque entre esos mismos ciudadanos exista unamayor integración. En el texto antestranscripto y en otros escritos, Franciscoinsiste en que el pueblo implica una herencia,

con aciertos y errores, contradicciones ytensiones, alimentada por distintasgeneraciones; una cultura, un modo de ser,un ethos; un consenso fundamental sobrevalores; y también un proyecto de vidacomún9.

De ese modo, así entendido el puebloconstituye un modo eficaz de actualizar elllamado al encuentro ínsito en la naturalezasocial y política del hombre; pues herencia,cultura, valores y proyecto de vida en comúnson factores que, cuando son compartidos,facilitan y estimulan dicho encuentro.

En suma, en Francisco la política no esimpermeable a la cultura del encuentro. Porel contrario, hay en ella realidades que lademandan y promueven. Ante todo, lapropia naturaleza del hombre, que llama aéste a encontrarse con los demás en labúsqueda del bien común. Y en segundotérmino, la conformación de un pueblocomo espacio privilegiado para concretarese encuentro en torno a una herencia y unacultura compartidas, bases a su vez de unproyecto de vida en común. Por cierto, nadade ello excluye el desencuentro. Sinembargo, para Francisco "la unidadprevalece sobre el conflicto", inclusive en lavida política.

Es más, también en la política tienenviabilidad e importancia los pasos antesseñalados como necesarios para la culturadel encuentro en la vida social en general.Primero, el reconocimiento del otro, conigual dignidad, como sujeto de derechoshumanos fundados justamente en esadignidad. En segundo término, lasolidaridad, que debe ser asumida comoprincipio inspirador de políticas einstituciones. Luego, el diálogo, que nuncadebe ser preterido en este campo. Manifestóel entonces cardenal Bergoglio: "Noresignemos nuestras ideas, utopías,propiedades ni derechos, sino renunciemossolamente a la pretensión de que sean únicoso absolutos" (Bergoglio, 2005: nota 27); y elhoy Papa Francisco:

Es hora de saber cómo diseñar, en unacultura que privilegie el diálogo comoforma de encuentro, la búsqueda deconsensos y acuerdos [aunque] sinsepararla de la preocupación por una

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sociedad justa, memoriosa y sinexclusiones (Evangelii Gaudium, 2013:239).

Por último, la reconciliación, con suscuatro momentos: memoria, verdad, justiciay perdón, necesarios cuando esareconciliación es buscada genuinamente.Memoria, no obstante la aparentecomodidad que ofrece el olvido interesadode las situaciones humanas que interpelan.Verdad, pese a las dificultades paraacercarse a ella y a las resistencias paraaceptarla por conformismo o pordeformaciones ideológicas. Justicia,evitando la venganza y la impunidad.Perdón, a nivel personal e institucional, parapoder ir más allá de los límites de la justiciay aspirar así a bienes que no siempre puedenencontrarse dentro de esos límites.

IVLa idea de la cultura del encuentro, tan

estrechamente ligada a la concepcióncristiana de la persona y a los principios dela Doctrina Social de la Iglesia, en particularal bien común y la solidaridad, reúne lascaracterísticas de dichas nociones. Es unprincipio práctico, no teórico, que buscaimpulsar y regular la acción. Poseeuniversalidad, en tanto es aplicable a larealidad social en su conjunto, desde lasrelaciones interpersonales, signadas por laproximidad y la inmediatez, hasta aquellasmediadas por la economía, el derecho y lapolítica, nacional o internacional (CSDI,161). Es general, pues juega como criteriode acción orientador, indicativo de unadirección, sujeto a determinaciones varias,no necesarias, de modo que su validez selimita al principio mismo y se debilita y setorna problemática a medida que seproyecta sobre las consecuencias. Poseeíndole moral, concerniente tanto al obrarpersonal de los individuos, primeros einsustituibles sujetos responsables de la vidasocial, como de igual modo a las costumbres,leyes, instituciones y estructuras en general,en virtud de su capacidad para influir ycondicionar las opciones de muchos y pormucho tiempo (CDSI, 163).

La aplicación de dicho principio en el

campo político no puede sino reproducir lasdificultades propias de la vida moral,particularmente acentuadas en ese campo.Como se indicó anteriormente, existe en lapolítica una tensión permanente entre dospolos que, con distintas denominaciones,remiten a un mismo problema: unidad-separación, acuerdo-desacuerdo, amistad-enemistad. No es cuestión pues de banalizarlas resistencias que puedan oponerse,pensando que la sola evidencia del valorhumano que encierra la idea de la culturadel encuentro o la autoridad de quienes laprediquen bastará para su crecimiento. Perotampoco es cuestión de caer en una suertede pesimismo trágico, según el cual esecrecimiento siempre sería ilusorio. Se trata,más bien, de ver en ello una tensióndramática (Aranguren, 1968: 103). Unproceso arduo, poblado de obstáculos, perocon un final no anunciado ni sellado por unfracaso inevitable, sino abierto, dependientedel juego de los factores que operen a favoro en contra de la unidad, del acuerdo, de laconcordia, de la amistad civil y, en definitiva,del encuentro. Éste podrá desarrollarse,pero ello dependerá entonces de laprevalencia de los esfuerzos –éticos ypolíticos, fundamentalmente– que se hagancon ese objeto.

Por otra parte, la concreción de la culturadel encuentro en una comunidaddeterminada debe contar con lasmodalidades y disposiciones existentes enella, sobre todo morales, encarnadas enhábitos, costumbres, instituciones yestructuras sociales en general. Talesmodalidades y disposiciones, su mayor omenor potencialidad o resistencia, serán asíla medida de una cultura del encuentrorealmente posible.

Aplicable a la vida política, la cultura delencuentro resulta entonces un principioorientador para la reflexión sobre laviolencia experimentada en la Argentinadurante los años setenta y sobre los modosde asumir sus consecuencias. Sin embargo,es sólo un principio orientador, indicativode una dirección general, y no una fórmulani una receta. Asimismo, éste no avanzasobre las modalidades con que pueda serconcretado con respecto a dicha situación,ni sobre los medios que puedan contribuir

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al encuentro. Estos deben buscarseprudencialmente, sobre la base de unalectura de lo sucedido, de sus secuelas y delos caminos que puedan recorrerse a ese fin– teniendo en cuenta además las tensionesque el tema presenta y las disposiciones ylímites existentes en el país. Por cierto, esalectura encierra una cuota inevitable desubjetividad, pero ello no compromete lavalidez y fecundidad del principio sino, entodo caso, el acierto de las conclusionessugeridas en esta ponencia.

VCon relación al período aquí tratado me

interesa efectuar tres consideraciones. Laprimera es notar que la violencia políticaejercida en dicho período fueextremadamente grave, con dañosirreparables y responsabilidadesindudables. En segundo lugar, pese a losmuchos años transcurridos, subsistenheridas no cerradas: a nivel personal,resentimientos y odios, y a nivel socialvenganzas, injusticias, discordia. En tercertérmino, debe considerarse que, en buenamedida, la reconciliación es una asignaturapendiente que debe ser procurada.

El contexto internacional de los añossetenta estuvo caracterizado por el fin delproceso de descolonización y la guerra fría,y en América, por la revolución cubana. Porsu parte, la Argentina estuvo signada porquince años de proscripción del peronismo,un gobierno militar carente de legitimacióndemocrática y una creciente sensibilidadfrente a la injusticia social. Estos, entre otrosfactores, generaron el surgimiento dedistintas organizaciones –ERP, Montoneros,etc.– cuyo objetivo fue tomar el poder paraimplantar un régimen socialista, concebidode distintas maneras según cada una de esasorganizaciones. Por otra parte, dichasagrupaciones coincidieron en constituirsecon jerarquías y disciplina militar, con unmodo operativo clandestino y en el recursoa la acción directa, particularmente laviolencia. No es el caso de detallar aquísecuestros y muertes ejecutadas por esasorganizaciones armadas, basta recordar unestribillo entonces repetido que expresa a lasclaras la adopción de la violencia como

instrumento político: "Duro, duro, duro…,somos los Montoneros que matamos aAramburu".

La respuesta no se hizo esperar.Comenzó con el gobierno militar de la asíllamada "Revolución Argentina", paraentonces declinante, continuó durante elgobierno peronista y luego durante elsiguiente gobierno militar autodenominado"Proceso de Reorganización Nacional". Sereprimió desde el Estado y se lo hizo dentrode la ley y fuera de ella. Tampoco es el casode abundar aquí sobre los crímenescometidos de este lado, mas algunos dichosfrecuentes en aquellos tiempos evidencianel clima de violencia dominante en quienesparticipaban en dicha represión o laaprobaban: "El mejor enemigo es el enemigomuerto", "lo que hace falta es fusilar veintemil tipos y se acaba el asunto".

Las consecuencias de tal violencia,ejercida por unos y otros, son conocidas:muertes de combatientes y no combatientes,de hombres y mujeres con relevanciapolítica y sin esa relevancia; secuestros,desapariciones, ocultamiento del cuerpo delas personas ejecutadas, detenciones sinjuicio y juicios sin posibilidad de defensa,torturas y supresión de la identidad de niñosnacidos de madres encarceladas y luegoejecutadas; en fin, delaciones, miedo,manipulación de la opinión pública y, endefinitiva, una profunda radicalizaciónsocial y política.

Tanta sangre y tantas lágrimasplantean el tema de las responsabilidades,aunque cualquier juicio sobre el puntoresulte harto complejo. En la vida política,la cuestión relativa a la moralidad de losfines y sobre todo de los medios ha sidosiempre extremadamente delicada, y elproceso que nos ocupa no escapa a ello. Lajustificación de la violencia con invocaciónde grandes causas convertidas en valoresúltimos y absolutos, tan frecuente, jugó enlos años setenta, cuando por un lado seanunciaba la liberación y el hombre nuevo,y por otro, la defensa de la Patriaamenazada.

Vinculadas a ello abundaban otrasjustificaciones de la violencia. En uncontexto internacional influido por elproceso de descolonización, el

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antiimperialismo y el ejemplo cubano, laviolencia revolucionaria fue idealizada porimportantes corrientes de pensamiento, yello se reprodujo en el país. Los ambientesuniversitarios fueron caja de resonancia deesa exaltación revolucionaria. Se argüía quela violencia de arriba justifica la violenciade abajo, desde el exilio Perón alentaba a la"juventud maravillosa" y en la misma IglesiaCatólica no fueron pocos los sectores quede una u otra manera bendijeron ese camino.Por cierto, también fue justificada laviolencia ejercida desde el Estado, en formailegal. Se decía que ésta era inevitable en una"guerra sucia", que era necesaria unaoperación quirúrgica y que si se violabanderechos humanos era por causas grandes,o bien se asentía silenciosamente al uso deestos métodos represivos. Por otra parte,para mayor complejidad del asunto, espreciso reconocer la sinceridad con quemuchas veces esas posturas fuerondefendidas, en ambos campos, inclusive conriesgo de la propia vida. Como suele decirse,se mataba y se moría. El clima era semejantea una "guerra santa".

Sin embargo, esa complejidad,derivada de la naturaleza misma de lascuestiones en juego y del convencimientode quienes militaban en uno y otro lado, nopuede obstar al repudio de los crímenescometidos ni a soslayar lasresponsabilidades consiguientes. Es que laviolencia que marcó la década de los añossetenta, no accidental sino elegidaexpresamente como estrategia einstrumento político, más allá de ideales yconvicciones resultó inaceptable política yéticamente y ello impone considerarresponsabilidades de igual naturaleza.

En mi opinión, el espectro de esasresponsabilidades es amplio y diverso.Comprende a quienes tomaron lasdecisiones relativas tanto a la opción por laviolencia como a su ejecución concreta, y aquienes participaron directa eindirectamente en los hechos consecuentes.Pero también, a quienes la alentaron yjustificaron ideológicamente: a quienes consuficiente información de lo que sucedíaaprobaron de uno u otro modo lo que sehacía y a quienes, sin esa informaciónsuficiente, tampoco quisieron buscarla y

prefirieron refugiarse en una cómodaignorancia. Esta situación roza por igual ala Iglesia Católica, en tanto hubo en ellapersonas que acompañaron y hastapromovieron la violencia revolucionaria, ytambién personas que bendijeron larepresión ilegal.

No se defiende aquí la así llamada "teoríade los dos demonios", cuyo origen y alcancees por lo demás incierto. No se trata deconsiderar "demonios" a quienes en uno uotro campo participaron en la lucha,olvidando las razones que los llevaron apensar, decidir y obrar como lo hicieron, consinceridad difícil de desconocer. Perotampoco se trata de considerarlos "ángeles".Fueron hombres y mujeres de carne y huesocuyos ideales bien pudieron rebajarse a lapura afirmación del poder o confundirse conmotivaciones de otra índole, y que, endefinitiva, los llevaron a cometer crímenesbrutales y en todo caso inaceptables.

Por otra parte, es claro que lasresponsabilidades fueron distintas. Nopuede equipararse la responsabilidad dequienes, habiendo asumido la conduccióndel Estado –con legitimación o sin ella–ejercieron la violencia desde allí,desnaturalizando gravemente su intrínsecaordenación al bien común, con la de quieneslo hicieron desde el llano, sin contar con elaparato estatal. A su vez, es claro que enambos bandos los grados de participaciónfueron diversos y que, en otro orden, lasresponsabilidades deben ser vistas no solojurídicamente, con arreglo al derecho penal,sino también desde un punto de vista ético,más allá de la ley positiva.

A partir del retorno de la democracia yen las décadas siguientes se dieron no pocospasos para asumir la violencia de los añossetenta y sus consecuencias. A nivelindividual, hubo autocríticas yreconciliaciones, y a nivel colectivo, esfuerzossignificativos. Así, la tarea de esclarecimientorealizada por la CONADEP, la publicaciónde abundante bibliografía sobre el tema, aveces con sesgo apologético pero también convaliosos aportes objetivos, algunos –soloalgunos– reconocimientos deresponsabilidades institucionales, por partede las Fuerzas Armadas –en particular elEjército– y de la Iglesia Católica, reparaciones

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materiales unilaterales, a determinadossectores, enjuiciamientos penales consucesivas y cambiantes alternativas:condenas a las Juntas y altos mandosmilitares y a jefes de organizacionesguerrilleras, leyes de obediencia debida ypunto final, indultos, anulación parcial deestas últimas medidas y reapertura de juiciosa integrantes de las fuerzas armadas y deseguridad.

Sin embargo, tales pasos han resultadoinsuficientes. Subsisten resentimientos yrencores, se insiste todavía en la justificaciónde la violencia ejercida por uno u otro lado,median objeciones verosímiles areparaciones y enjuiciamientos. Subsiste asíla discordia y, en esa medida, lareconciliación sigue constituyendo unaverdadera asignatura pendiente.

Es necesario pues seguir empeñados enella. Con realismo, sin esperar unareconciliación perfecta que no es propia deeste mundo y sin saber tampoco en quémedida podrá ser lograda entre nosotros.Pero aún con estos límites, caminar en esadirección resulta insoslayable. Y en talsentido, la insistencia del Papa Francisco enla cultura del encuentro se muestra comoun principio especialmente valioso parareflexionar sobre el asunto. No comofórmula o receta, pero sí como criterio deacción orientador en la búsqueda decaminos que puedan fomentar dichoencuentro.

VIJunto al reconocimiento del otro como

persona, a la solidaridad y al diálogo, comopasos requeridos por la cultura delencuentro, Francisco subraya el papel de lareconciliación, cuyas condiciones son lamemoria, la verdad, la justicia y el perdón.Es oportuno pues detenerse en ellas conrelación a los años setenta.

Ante todo entonces memoria, comopresupuesto para comprender, juzgar yobrar con respecto a los hechos del pasado,sobre todo para no recaer en los errores yhorrores cometidos. Pero memoria converdad, para no errar a la hora decomprender, juzgar y obrar sobre taleshechos. Sin embargo, no es seguro que

tengamos ni que queramos tener estamemoria. Durante el gobierno militariniciado en 1976, dominó una versión parcialde lo ocurrido, con arreglo a la cual no solose demonizó a quienes eran llamadosdelincuentes subversivos, sino que se buscósilenciar y desconocer detenciones, torturasy ejecuciones ante la opinión pública y antelos estrados judiciales cuando, frente a losrequerimientos en los habeas corpusinterpuestos a favor de las personasdesaparecidas, se respondía en formasistemática que las detenciones no figurabanregistradas. El intento de barrer la memoriade esos hechos tuvo expresión final en latorpe pretensión del régimen de prohibirpor ley la revisión de los mismos.Posteriormente, restaurada la democracia,tampoco se hurgó demasiado en la violenciaanterior a dicho régimen militar,desarrollada bajo los gobiernos de HéctorJosé Cámpora, Juan Domingo Perón e IsabelPerón, sobre todo entre la derecha y laizquierda peronistas; y en la última décadaparticularmente, organizaciones deDerechos Humanos y el propio GobiernoNacional instalaron un relato sobre los añossetenta también parcial y sesgado. Sedemoniza ahora a quienes participaron enla lucha contra las organizacionesguerrilleras bajo el estereotipo derepresores. Con eufemismos o sin ellos seidealiza y se justifica lo actuado por quienesintegraban esas organizaciones, sinsalvedades ni distinciones, con olvido de loscrímenes cometidos. Solo se consideravíctimas a los alcanzados por la represión,silenciando, en su caso, la participación quepudieron tener las organizacionesguerrilleras; y se niega o retacea talcalificación a quienes resultaron afectadospor las operaciones de estas últimas.

A partir de los años ochenta huboesfuerzos importantes para recuperar unamemoria genuina de lo sucedido. Yamencioné el informe de la CONADEP, labibliografía publicada con ese espíritu y laexistencia de algunas autocríticas personalese institucionales. Pero no son suficientes,como lo evidencia tanta rigidez en no pocasposiciones que hoy todavía se defienden.Una memoria integral de aquel procesotodavía está por reconstruirse, aún contando

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con inevitables diferencias en acentos einterpretaciones. Exige trabajo y sobre todohonestidad para no manipular la memoriacomo mera justificación o arma al serviciode emociones, prejuicios o posturas yaadoptadas10.

El camino a la reconciliación en torno alos años setenta y sus secuelas necesita puesmemoria y verdad, esto es, memoriaintegral, pero también justicia. En principioésta exige la reparación del daño y el castigoal culpable, como modos de restablecer elimperio de la ley en la vida social. Pero tantola reparación como el castigo, tienen supropia medida. La reparación no debe llevaral enriquecimiento sin causa de la víctimamás allá del daño sufrido, y el castigo alculpable tampoco debe confundirse con lairracionalidad de la venganza ni con el rigorde la ley del talión, sino debe tender a surehabilitación y a la preservación del biencomún mediante la ejemplaridad de lacondena.

¿Se ha hecho justicia entre nosotros conrelación a los hechos de los años setenta?Sólo con gran esfuerzo se ha podidoaveriguar la identidad de muchos niñosnacidos de madres detenidas y ejecutadas,entregados no a sus familiares de sangresino a personas ajenas, permitiéndoles asírecuperar su identidad, hasta entoncesocultada. Hubo reparaciones materiales,mas no a todos los damnificados, ya quebeneficiaron sólo a quienes sufrieronpérdidas a raíz de la violencia ejercida desdeel Estado, y el sistema utilizado paraotorgarlas tampoco exhibe suficientetransparencia. Hubo también condenasinobjetables, como fueron las dictadas en losjuicios a las Juntas y altos mandos militaresy a jefes de distintas organizacionesguerrilleras durante los primeros años delrestablecimiento de la democracia, mas noson pocas las dudas que plantean lasmuchas críticas que se escuchan con relacióna los actuales enjuiciamientos a militares detodos los rangos –y sólo a ellos–concernientes, entre otros aspectos, a laprolongación de los procesos y a lascondiciones de detención de numerososimputados que, por su edad avanzada,deberían cumplirla en forma domiciliaria.

Y si a esos reparos, que ponen en

cuestión la existencia de verdadera justiciaen el tratamiento de situaciones derivadasde la década aquí considerada, se suman loslímites propios de toda justicia humana,pues siempre será imperfecta y porque losmedios con que cuenta –reparación deldaño, no impunidad y castigo al culpable–no tienen valor absoluto, en ciertascircunstancias bien puede la justicia resultarinsuficiente para lograr otros bienes nomenos importantes para el bien común,como son la concordia y la paz. Paraalcanzarlos, es entonces necesario ir más alláde la justicia. Al convocar al jubileoextraordinario de la misericordia dijoFrancisco: "La justicia por sí misma no basta,y la experiencia enseña que apelandosolamente a ella se corre el riesgo dedestruirla. Por eso Dios va más allá de lajusticia con la misericordia y el perdón"(Bula Misericordiae vulturs, 2015: 21).

Esto lleva al papel del perdón,considerado por el Papa Francisco como "lapuerta que nos conduce a la reconciliación"(L’Osservatore Romano, 22/8/2014)11. Significair más allá de la justicia pues, como surgede la misma etimología del vocablo (dellatín, per-donare), nos sitúa en el plano deldon, de lo gratuito, en tanto implica unasuerte de renuncia a lo debido, a lareparación y sobre todo al castigo delculpable. Ello se realiza en aras de valoressuperiores, valores humanos, como elenaltecimiento moral de quien perdona y elenriquecimiento de la convivencia, y valorescristianos, para quienes participan de estaconcepción.

Pese a los indudables obstáculos internosy externos que juegan en su contra, elperdón es posible no sólo como gestopersonal; también tiene su espacio y sentidoen la vida social. Al respecto son elocuenteslas líneas escritas por Juan Pablo II, unhombre que en su Polonia natal vivió bajolos regímenes nazi y comunista, yexperimentó sin duda heridas propias yajenas difíciles de curar:

Un mundo del que se eliminase elperdón, sería solamente un mundo dejusticia fría e irrespetuosa, en nombrede la cual cada uno reivindicaría suspropios derechos respecto a los demás;

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así, los egoísmos de distintos géneros,adormecidos en el hombre, podríantransformar la vida y la convivenciahumana en un sistema de opresión delos más débiles por parte de los másfuertes o en una arena de luchapermanente de los unos contra losotros (Juan Pablo II, 1980: 14).

Obviamente, en un plano institucional,las leyes no pueden conseguir por sí solasla reconciliación entre los hombres, peropueden coadyuvar a ella creandocondiciones que la faciliten y estimulen.

En tal sentido, transcurridos más detreinta años desde los acontecimientosocurridos en la década del setenta, el perdónpuede cumplir entre nosotros un rolrelevante. Se trata de caminar en esadirección, preparando el terreno,particularmente con el paso inicial quesignifica el pedido de perdón por parte dequienes tienen motivos para hacerlo; y ensu caso ofreciéndolo, no solo en el corazónde cada uno sino –¿por qué no?– tambiénen el campo institucional a fin de procurar,más allá de la justicia, otros bienes no menosimportantes para el bien común como sonla concordia y la paz.

VIIEn resumen, la cultura del encuentro,

sobre la cual tanto insiste el Papa Francisco,que es comprensiva de todos los ámbitos dela vida social, incluye la política. Hay en éstarealidades que la demandan y facilitan,como la misma naturaleza social y políticadel hombre y la configuración de un puebloo nación. Sobre esas bases, pues, es posibledesarrollar la cultura del encuentrocultivando el reconocimiento del otro comopersona, la solidaridad, el diálogo y lareconciliación. Esta última es fundada, a suvez, en sus cuatro pilares: memoria, verdad,justicia y perdón. Sin constituir una fórmulao receta, tales principios ayudan a repensarlos años setenta y a enfrentar susconsecuencias, vivas y dolorosas, pese a lasdécadas transcurridas desde entonces, y enespecial, la reconciliación, que todavía esuna asignatura pendiente entre nosotros. Ental sentido, de acuerdo con mi personallectura de los acontecimientos, pienso que

avanzar en el camino de la reconciliación,contribuyendo de ese modo a la cultura delencuentro, exige hoy ciertos pasos:

1° En orden a la memoria y la verdad,trabajar en la consolidación de una memoriaintegral de los hechos, no parcial ni sesgada,al servicio de la verdad histórica –en lamedida en que ella pueda ser encontrada–y no de relatos que expresan más bienemociones, prejuicios, ideologías opreferencias políticas determinadas.

2° En función de la justicia, poner fin alsilencio que subsiste sobre la verdaderaidentidad de niños sustraídos a madresdetenidas y ejecutadas en los años setenta.Contemplar una ampliación razonable yequitativa de las reparaciones aún debidasa quienes sufrieron daños causados pororganizaciones guerrilleras, y expurgar losactuales enjuiciamientos a integrantes de lasfuerzas armadas y de seguridad de lasdistorsiones que comprometan la justiciapretendida con ellos, como la prolongaciónsine die de los procesos y detenciones encondiciones de extrema dureza, enparticular tratándose de personas que porsu avanzada edad bien podrían cumplirlaen forma domiciliaria.

3° En orden al perdón, alentar apersonas, agrupaciones e instituciones quedeban pedirlo con motivo de los daños porellos provocados, cualquiera haya sido elcampo en que lucharon o al cual apoyaron,y cualquiera haya sido el grado de laresponsabilidad que les incumba, a expresary formalizar tal pedido, ya que sin ese gestoprevio del ofensor es difícil esperar elperdón del ofendido. Todos los que en ladécada del setenta ya éramos adultosdeberíamos reflexionar con honestidadacerca de la actitud que asumimos frente alos hechos de entonces y sobre las sucesivasrespuestas dadas a sus consecuencias.

4° Asimismo, y siempre en orden alperdón, debatir abiertamente, sin prejuiciosy sin censuras ni autocensuras, más allá dela ley positiva, la posibilidad jurídica,política y ética de poner fin de algún modoa los referidos enjuiciamientos, impulsandoasí, en lo concerniente a los años setenta, unanueva etapa en la convivencia nacional.

5° Como homenaje póstumo a HéctorRicardo Leis, un hombre lúcido y valiente

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que desde sus propias motivaciones recorrióun camino con el cual convergen estasconsideraciones, no puedo sino recordar yadherir a su propuesta final:

Un memorial conjunto de lasvíctimas, sin excluidos de ningúntipo, ni de inocentes ni de culpables–que incluya desde los soldadosmuertos en el asalto al regimiento deFormosa, hasta los estudiantessecundarios desaparecidos en LaPlata, desde los militares hasta losguerrilleros– abriría la posibilidad deun nuevo comienzo, de un ciclo depaz sin resentimientos (…) Que hayaentonces, en mármol o en papel, unalista única por orden alfabéticoregistrando apenas nombres y lafecha en que murieron odesaparecieron esos argentinos yargentinas (Leis, 2013: 101-102).

Referencias bibliográficas

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Leis, Héctor Ricardo (2013). Un testamentode los años 70. Terrorismo, política y verdaden la Argentina. Katz, Buenos Aires.

*Texto de la ponencia presentada en el Congreso Nacionalde la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP),celebrado en la ciudad de Mendoza en 2015.1 Palabras de Francisco dirigidas al Cuerpo diplomáticoacreditado ante la Santa Sede.2 "Los Padres, coherentemente, entienden el pecado comola destrucción de la unidad del género humano, comoruptura y división. Babel, el lugar de la confusión de laslenguas y de la separación, se muestra como expresión delo que es el pecado en su raíz. Por eso, la "redención" sepresenta precisamente como el restablecimiento de launidad en la que nos encontramos de nuevo juntos en unaunión que se refleja en la comunidad de los creyentes"(Benedicto XVI, 2007: n° 14). A su vez, el Papa Franciscoha escrito: "Cristo ha unificado todo en sí: cielo y tierra,Dios y hombre, tiempo y eternidad, carne y espíritu,persona y sociedad. La señal de esta unidad yreconciliación de todo en sí es la paz. «Cristo es nuestrapaz» (Ef 2,14)" (Evangelii Gaudium, 2013: 229).3 Con la referencia a las comisiones en la ArgentinaFrancisco alude seguramente a la CONADEP. A su vez,en las palabras dirigidas a los obispos de Togo haponderado la intervención de Iglesia en trabajos de la"Comisión nacional de verdad, justicia y reconciliación"(L’Osservatore Romano, 16/1/2015, 29/5/15).4 Palabras de Francisco en la misa por la paz y lareconciliación celebrada en Corea.5 Palabras de Francisco a los obispos de la RepúblicaCentroafricana.6 Palabras de Francisco a los obispos de Ruanda; 22/8/14,palabras en el viaje a Corea; 17/4/15, palabras con motivodel centenario del exterminio armenio; 15/5/15, palabrasa los obispos del Congo; palabras a los obispos de laRepública Centroafricana.

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7 Palabras dirigidas al Cuerpo diplomático acreditado antela Santa Sede, donde expresa que "una clara demostraciónde que la cultura del encuentro es posible, la heexperimentado durante mi visita a Albania", mencionandoluego, en el mismo sentido, avances en Turquia, Jordania,Líbano, Estados Unidos y Cuba, y Colombia. Recuerdaasimismo como "de las cenizas de aquella terrible tragediaque ha sido la segunda Guerra mundial surgió una voluntadnueva de diálogo y de encuentro entre las naciones quedio vida a la Organización de las Naciones Unidas"(L’Osservatore Romano 16/01/2015).8 El ciudadano es citado para asociarse hacia el bien común.Ciudadano no es el sujeto tomado individualmente comolo presentaban los liberales clásicos ni un grupo depersonas amontonadas, lo que en filosofía se llama "unidadde acumulación". Se trata de personas convocadas haciauna unidad que tiende al bien común, de cierta maneraordenada; es lo que se llama "la unidad de orden". Elciudadano entra en un ordenamiento armónico, a vecesdesarmónico por las crisis y conflictos, pero ordenamientoal fin, que tiende hacia el bien común. (Bergoglio, 2010).9 Vivimos en el tiempo y en el espacio. Cada generaciónnecesita de las anteriores y se debe a las que la siguen. Yeso, en gran medida, es ser una Nación: entenderse comocontinuadores de la tarea de otros hombres y mujeres queya dieron lo suyo, y como constructores de un ámbitocomún, de una casa, para los que vendrán después.Ciudadanos globales, reconociendo los avatares de la genteque construyó nuestra nacionalidad, haciendo propios ocriticando sus ideales y preguntándonos por las razonesde su éxito o fracaso, para seguir adelante en nuestro andar

como pueblo. (Bergoglio, 2005: nota 27).10 En la carta pastoral "Una luz para reconstruir la Nación",los obispos católicos escribieron: "La interpretación de lahistoria argentina está atravesada por cierto maniqueísmoque ha alimentado el encono entre los argentinos. Lodijimos en 1981, en Iglesia y Comunidad Nacional: «Nopodemos dividir al país, de una manera simplista, entrebuenos y malos, justos y corruptos, patriotas y apátridas.No queremos negar que haya un gravísimo problema éticoen la raíz de la crítica situación que vive el país, pero nosresistimos a plantearlo en los términos arriba recordados»(Conferencia Episcopal Argentina, 1981: 31). A veintidósaños de la restauración de la democracia conviene que losmayores nos preguntemos si trasmitimos a los jóvenes todala verdad sobre lo acontecido en la década del setenta. Osi estamos ofreciéndoles una visión sesgada de los hechos,que podría fomentar nuevos enconos entre los argentinos.Ello sería así si despreciásemos la gravedad del terror deEstado, los métodos empleados y los consecuentescrímenes de lesa humanidad, que nunca lloraremossuficientemente. Pero podría suceder también lo contrario,que se callasen los crímenes de la guerrilla, o no se losabominase debidamente. Estos de ningún modo soncomparables con el terror de Estado, pero ciertamenteaterrorizaron a la población y contribuyeron a enlutar a laPatria. Los jóvenes deben conocer también este capítulode la verdad histórica" (Conferencia Episcopal Argentina,2005).11 Palabras de Francisco en la misa por la paz y lareconciliación celebrada en Corea.

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Ortega y Gasset, a cien años de sullegada a la ArgentinaMORA PERPERE VIÑUALES* Revista Cultura Económica

Año XXXIII • Nº 89

Junio 2015: 64-72

Resumen: El presente trabajo buscará, en primer lugar, repasar los aspectos principales de lavisita inicial que realiza José Ortega y Gasset a la Argentina en 1916, viaje en cual el filósofobusca conocer a fondo el alma y la intimidad de los argentinos e incitarlos a crear una nacióna la altura de los tiempos. En segundo lugar y a partir del repaso de sus dos viajes posterioresa este país, reflexionar acerca del llamado a la autenticidad que Ortega dirige a la sociedadargentina, en cada uno de sus tres viajes, como uno de los ejes sobre los cuales el filósofobasaría su vínculo con esta nación.

Palabras clave: Ortega y Gasset; Argentina; vida auténtica; generación; minoría selecta.

Ortega y Gasset, a hundred years after his arrival to Argentina

Abstract: The present work proposes first, to review the main aspects of José Ortega y Gasset’s initialvisit to Argentina in 1916, moment in which the philosopher seeks insight into the soul and intimacyof Argentine people and to encourage the country to create a nation up with the times. Taking intoaccount Ortega’s two subsequent trips to the country, the author also reflects on the call to authenticitythe philosopher addresses to the Argentine society as one of the foundations on which he would base itsrelationship with this nation.

Keywords: Ortega y Gasset; Argentina; authenticity; generation; elite.

I. Introducción

En 2016 se cumplen cien años de laprimera visita de José Ortega y Gasset a laArgentina. En este viaje, de tres querealizaría en total, Ortega buscaría conocera fondo el alma y la intimidad de losargentinos. Sería desde allí que intentaríaincentivar a esta sociedad a cumplir con sumisión histórica, con su trayectoria vitalpropia, para que lograra construirse, sólo deesta manera, como auténtica nación.

Invitado por la Institución CulturalEspañola, Ortega arriba a la Argentina por

primera vez en julio de 1916.1 En esteencuentro inicial, descubre una sociedadaun joven que se estaba construyendo ennación. Y si unos años antes se habíapreguntado a sí mismo

¿Qué será la Argentina? ¡El Río de laPlata, el Paraná, el Chaco, Tucumán,la Pampa, Buenos Aires! ¡Rumor denombres fraternales! Sobre todo laPampa... ¿Qué será la Pampa? Pocomás o menos ya sé lo que esgeográficamente; pero ¿qué será la

* Universidad de Salamanca - [email protected]

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Pampa sentimentalmente? (Ortega yGasset, [1917] 2004, tomo II: 291)

Ahora por fin podía observar desdedentro a este país, conocer sus costumbresy singularidades, y entablar, poco a poco,un vínculo de intimidad con esta jovennación.

A partir de la invitación que lo acerca ala Argentina, Ortega llega con un programadefinido: brindar un ciclo de conferenciastitulado "Introducción a los problemasactuales de la filosofía", ofrecer seis leccionessobre la Crítica de la razón pura y, finalmente,impartir dos conferencias bajo el título"Cómo Miguel de Cervantes solía ver elmundo" (Asenjo y Garbaraín, 2000: 54).Pero, para Ortega, el viaje a la Argentina ibamucho más allá de cumplir con esteprograma para el cual había sido invitado.Él destaca en reiteradas oportunidades—tanto ante la prensa como ante el públicoque asistía a sus lecciones y conferencias—que el viaje producía en él, además de unaparticular gratitud, una gran curiosidad.Gratitud, porque la visita se realizaba en unaépoca de grandes acontecimientos a nivelmundial, y esto producía en el público uninterés particular por la filosofía. Pero, almismo tiempo, Ortega llegaba con sumacuriosidad: éstas eran para él tierras aunjóvenes y, por lo mismo, terreno fértil dondese pudiera construir una nación a la alturade los tiempos. Ortega tenía claro que desdesu lugar de intelectual podía acercar estaidea a los argentinos e incitarlos a llevar estatarea adelante.

En el presente trabajo veremos, enprimer lugar, cuál fue esta percepción inicialde Ortega sobre el país, y en qué consistíael llamado que realizó a los argentinos, yadesde este primer momento, a crear unanación a la altura de los tiempos. Y, ensegundo lugar, veremos cómo este llamadoa la autenticidad, que inicia en 1916, será elpunto en el cual Ortega insistirá en añosposteriores, convencido de encontrar en laArgentina un país con el potencial suficientepara constituirse en una gran nación. Estellamado se convertirá, indudablemente, enuno de los ejes sobre los que Ortega basarásu larga e íntima relación con este país.

II. Primer encuentro con el públicoargentino

El 7 de agosto de 1916, Ortega iniciafinalmente el ciclo de conferencias en laFacultad de Filosofía y Letras de laUniversidad de Buenos Aires. En la primeraconferencia, tal como él mismo lo destaca,la sala estaba llena, pero con el lleno normaly corriente de las inauguraciones. El filósofocautiva a los argentinos desde esta primeradisertación, un poco por la apelaciónconstante al destino histórico argentino, yotro poco por el nivel de oratoria que locaracterizaba, elementos que producendesde un primer momento un elevado nivelde empatía con el público. Tanto es así queel panorama para la segunda conferencia esllamativo: Ortega relata cómo, cuando el Dr.Avelino Gutiérrez va a buscarlo para llevarloa la Facultad, se encuentra con que la calleViamonte (sede de la Facultad de Filosofíay Letras hacia 1916) estaba ocupada por lafuerza pública. Es que era tal el número dejóvenes que deseaba asistir a susconferencias, que se habían producidoforcejeos y hasta se había roto un cristal deledificio. "¡Y toda esta turbulencia y tantodesmán, no más que por el afán de escucharuna lección filosófica de un mocito gallego,ocho días antes totalmente desconocido!"(Ortega y Gasset, [1939] 2004, tomo V: 446),relataba el mismo Ortega años más tarde.

Ortega destaca desde su primeraconferencia que lo que lo había traído al paísera, en gran medida, el afán de conocer laintimidad argentina. Él mismo señala queno buscaba quedarse simplemente con laparte visible del país, sino lograr un contactomás íntimo con esta sociedad. En palabrasde Ortega, en su primer encuentro con losargentinos buscaba "penetrar en su moradainterior, descubrir vuestro modo genuino detemblar ante la vida, inclinándomerespetuoso sobre vuestra alma" (Ortega yGasset, [1916b] 2004, tomo VII: 557). Endefinitiva, Ortega buscaba dirigirse alpueblo argentino desde la sinceridad, unasinceridad que requería conocer el país nocomo un turista sino, como dirían unaslíneas más adelante, como "un viajerocordial, que no va de tierra en tierra y deurbe en urbe, sino de pecho en pecho y de

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alma en alma". Y si bien hacia el final de susconferencias manifestaba no considerarsemás que un "entusiasta que pasa", estaba sinembargo convencido de haber encontradoen Argentina un pueblo con grandesaspiraciones y, a la vez, con un destino queexigía un significativo esfuerzo por parte delos individuos. La pregunta que se hacíaentonces era si el argentino lograríarealmente dar lugar a todas esas exigenciasa las que lo retaba su futuro.

Ahora bien, más allá de que estaspalabras iniciales resultan alentadoras parael auditorio, está claro que Ortega nobuscaba simplemente verbalizar elogiossobre el país, sino más bien contribuir a lavida argentina, a su crecimiento comonación. Por esta razón, no deja de lado susinceridad a la hora de dirigirse a losargentinos, y ya en este primer viajemanifiesta la inquietud que le producenciertos intereses o prioridades que encuentraen la sociedad argentina en este momentofundamental de su conformación. Enparticular, Ortega se refiere en variasoportunidades a la enorme desproporciónque advierte entre la preocupacióneconómica de esta sociedad y el resto de susactividades. Y en su análisis atribuye esteproblema, al menos en un primer momento,al hecho de que se encuentra en realidadfrente a una nación aun joven, con unpasado colonial todavía reciente quepareciera dificultarle dejar de lado latrayectoria que le fue impuesta desde suorigen. Pero aun siendo ésta la circunstanciapropia de la Argentina, Ortega sostiene que

un pueblo que ve claro delante yquiere con decisión su porvenir, comoel argentino, sabe muy bien lo que hade hacer para corregir ese defectooriginal. Y eso que ha de hacer nopodrá consistir en otra cosa que endedicar tanta mayor energía al cultivosuperior de las actividadessobreeconómicas cuanto mayor es sudesproporción frente a las utilitarias.(Ortega y Gasset, 1981: 33)

Esta visión se enmarca, como veremos,en la crítica generalizada que Ortega realizaa la visión utilitaria de la vida, heredada del

siglo XIX. De esta manera, el llamado deOrtega es a que la Argentina deje de ladolas herencias coloniales; a que asuma, porfin, el inevitable esfuerzo de buscar supropio e individual destino y realice lastareas que éste le exige para poder crecercomo auténtica nación.

Se debe tener presente que el tema de laautenticidad e inautenticidad de la vida esquizás el más antiguo en el pensamiento deOrtega y Gasset y es, además, el másconstante. En este sentido, cabe recordar queOrtega había publicado en 1914 Meditacionesdel Quijote (Ortega y Gasset, [1914a] 2004,tomo I: 745), obra en la que había hechoespecial hincapié en el tema de laautenticidad. Él insiste constantemente enla necesidad de que el hombre se mantengafiel a lo que verdaderamente es, en loforzoso que resulta tomar las riendas de lavida individual y, atendiendo a lascircunstancias propias e individuales, tomarlas decisiones necesarias para no traicionarel destino propio. Y Ortega no restringe esteconcepto a un ámbito exclusivo de la vidadel hombre; por el contrario, él mismo formaparte del modo en que se refiere la exigenciade vivir de una manera adecuada en losdiferentes ámbitos y esferas de la vidahumana.

En este caso en particular, la Argentinade 1916, el llamado orteguiano a laautenticidad como nación está marcado porla búsqueda de una nueva sensibilidad.Ortega sostiene –y reprocha en más de unaocasión – que lo característico del siglo XIXhabía sido su visión utilitaria de la vida, unaconcepción que "ha llegado a interpretar elbien como utilidad, y ha predicado unamoral de utilitarismo y la ha inyectado ennuestras venas" (Ortega y Gasset, [1916a]2004, tomo VII: 550). Esto mismo, comohemos visto, era lo que le inquietaba de lasociedad argentina. El siglo XX exigía, encambio, desarraigarse de esta sensibilidadpretérita y estéril y dar lugar a unaconcepción más dinámica de la vida.

Esta preocupación por la búsqueda deuna nueva sensibilidad no se limitabasimplemente a la sociedad argentina. Setrataba, en realidad, de una inquietudfilosófica que Ortega tendríaparticularmente en torno a estos años, y que

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marcaría así el modo de expresar su llamadoa los argentinos a conformar una nación "ala altura de los tiempos". Conviene,entonces, que nos detengamos en algunosde estos conceptos utilizados por él.

Ortega sostiene que el modo de dar lugara una nueva sensibilidad —tal comorequería la sociedad argentina— estabamarcado por la llegada de una nuevageneración. Es que todo cambio histórico,considera Ortega, supone el nacimiento deun tipo de hombre distinto al que ya hay; esdecir, supone que aparezcan hombres ymujeres con una sensibilidad vital distintade la antigua y, a la vez, homogénea entresí. Esto es la generación.

Las generaciones nacen unas de otras, y,en este sentido, cada una cuenta con dosdimensiones: por un lado, debe recibir lovivido y creado por la generación anterior–ideas, valores, instituciones, etc.— pero,por otro lado, toda nueva generación debetambién dejar fluir su propia espontaneidad.Es decir, ante el carácter de concluido quese percibe en las formas heredadas, todanueva generación debe tener la certeza deque nada de lo que ella se encuentrabuscando, pensando o construyendo está yacompleto o cerrado. Tal como Ortegadesarrollaría en varias oportunidades —principalmente en El tema de nuestro tiempo,publicado en 1923 (Ortega y Gasset, [1923]2004, tomo III: 557) — el espíritu de cadageneración dependerá del espacio que cadauno de estos dos factores ocupe (OsésGorráiz, 1989: capítulo 10).

Ortega distingue, entonces, dos tipos deactitudes de pensamiento que dominan enlas diferentes generaciones. Sostiene quehay, por un lado, generaciones que sesienten en perfecta homogeneidad con ellegado recibido. Son éstas épocasacumulativas, en las que el pensamiento seconsidera un desarrollo de ideasgerminadas anteriormente. Y, por otro,existen generaciones que perciben el pasadoinmediato como algo urgente de reformar.Son éstas, épocas polémicas y de combate.Se trata, diría Ortega hacia 1914, de

épocas de brinco y crisis subitánea,en que una multitud de pequeñasvariaciones acumuladas en lo

inconciente brotan de pronto,originando una desviación radical ymomentánea en el centro degravedad de la conciencia pública(Ortega y Gasset, [1914b] 2004, tomoI:714).

Son, en definitiva, épocas deconstrucción.

Cuando Ortega se dirige al públicoargentino en 1916, lo hace con la certeza deestar viviendo una época de este último tipo.La nueva generación debe, a sus ojos,romper con la herencia del siglo XIX,principalmente de su segunda mitad, y darlugar a su propia espontaneidad. Sólodejando de lado los ideales del siglo anteriorse podrá trabajar para que los nuevos idealesflorezcan. La nueva generación no puedepermitir la reproducción e imitación inertede las formas pretéritas. No se puedesostener una vida ficticia: la nuevageneración debe buscar conocer su vocaciónpropia, su misión histórica.

Hay un imperativo para toda generación:desarrollar sus gérmenes interiores, laindividualidad propia con suscaracterísticas y circunstancias. Cuandotanto las generaciones como los individuosdejan de lado esa vocación, cuando seresisten a cumplirla, se ven presos en idease instituciones que carecen de afinidad consu temperamento. Y, como sostiene Ortegafrente al auditorio del Teatro Odeón:

La vida es limitada, por tanto espreciso cargarla bien de realidades.Se acabaron los juegos, se acabó laacción imaginaria pueril en que noscontentamos con repercutir lasacciones ajenas en que somossombras de otros, nos figuramos creerlo que no creemos, y creemos amarlo que no amamos. (…) La existenciaes demasiado breve para que lagastemos en ensayos, enfingimientos, en hacernos la ilusiónde que nos contenta y satisface lo queapenas roza nuestros nervios. (Ortegay Gasset, [1916a] 2004, tomo VII: 549).

El hecho de que Ortega hable de ensayoso fingimientos no es casual. Son muchas las

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oportunidades en las que él se detiene en elproblema de la imitación como una de lasdificultades fundamentales que impide laposibilidad de llevar adelante una vidaauténtica, ya sea a nivel individual o, comoen este caso se refiere, a nivel colectivo o denación. Es que una de las formas máshabituales que tiene el hombre de no hacersecargo de su vocación y destino individual –y por lo tanto de ser inauténtico– es la deimitar vidas ajenas. Esto le permite evitaraquel esfuerzo creador que implica conocerla propia circunstancia, las posibilidadesque la vida pone frente a sí, y elegir entreellas aun sin tener la certeza de que elcamino elegido lo conducirá efectivamenteal cumplimiento de su vocación. Lo propiosucede con una nación que se limitacómodamente a imitar a otras naciones o,simplemente, a recibir pasivamente lascreaciones de las generaciones anteriores.

La vida imitada es siempre falsificacióny vulneración de la propia vida, sostieneOrtega. Es por esto que compara estafalsificación con un suicidio parcial, porquecon ella se aniquila una porción de laverdadera existencia. Este tipo de vida sólopuede conducir al hombre a la infelicidad ya la angustia. El siglo XX exige más quenunca el dar lugar a una nueva sensibilidad.

Se acabaron los juegos, se acabó laacción imaginaria pueril en que noscontentamos con repercutir lasacciones ajenas en que somossombras de otros, nos figuramos creerlo que no creemos, y creemos amarlo que no amamos (Ortega y Gasset,[1916a] 2010: 549)

sostiene Ortega frente al auditorioargentino en 1916. Y agrega:

Exigimos felicidad –el cumplimientode nuestra vocación. Pero ya estapalabra felicidad pertenece al tiemponuevo; todavía en la atmósferapública y vulgar dominada aún poringredientes del siglo XIX suena mal,y la mayor parte de los oídos se asustade la sombra que esta palabra tiendesobre el ánimo (Ortega y Gasset,[1916a] 2010: 549).

A casi cuatro meses de haber llegado porprimera vez a la Argentina, Ortega ve de unmodo claro que es tiempo de que estasociedad se haga cargo de su vocación, deque deje de imitar modelos ajenos y busquepor fin sus gérmenes propios. De quealcance por fin una vida auténtica y, en estemismo camino, se construya como nación.

III. El problema de la autenticidad en lasociedad argentina

Este llamado a la autenticidad comonación no culmina, para Ortega, en suprimer viaje al país. Por el contrario, éste es,de hecho, uno de los puntos en los cualeshará más hincapié durante su segundo viajea la Argentina, en 1928. Un viaje que estaríamarcado por la popularidad con la queOrtega contaba entre el público argentino,pero, a su vez, por la desconfianza y elespíritu crítico con los que fueron recibidassus palabras acerca de la Argentina enalgunos círculos intelectuales del país.

En esta oportunidad, Ortega llega a laArgentina invitado por la Asociación deAmigos del Arte, con el concurso de laInstitución Cultural Española en BuenosAires y el respaldo de la Facultad deFilosofía y Letras de la Universidad deBuenos Aires. Si en el primer viaje habíasorprendido la expectativa con la que serecibía a este filósofo aun desconocido enestas tierras, en esta segunda oportunidadOrtega arribaba al país como una figura yaconsagrada, con un pensamiento másmaduro y que constantemente llamaba laatención sobre aquellos acontecimientos quefinalmente conducirían a la crisis de los años‘30 (Campomar, 2009). En estos doce añosque transcurren hasta que Ortega vuelve avisitar el país, podemos encontrar lapublicación de varias de sus obrasfundamentales —entre ellas, Españainvertebrada (Ortega y Gasset, [1922] 2004,tomo III: 421) y, como ya dijimos, El tema denuestro tiempo— así como la gestación de loque finalmente constituiría La rebelión de lasmasas—esta última publicada ya en 1930(Ortega y Gasset, [1930a] 2004, tomo IV: 347).Es claro que, si bien está presente desde susprimeros escritos, el tema de la autenticidade inautenticidad de la vida es uno de los

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temas que más preocupan a Ortega en estaépoca en particular. Es por eso que en estosaños es constante el llamado a cumplir conaquella exigencia que tiene el ser humanode vivir de manera adecuada en losdiferentes ámbitos y esferas de su vida. Lainterpretación orteguiana de la Argentina en1928 será fuertemente planteada en estaclave.

Ortega insiste en que el hombre esmucho más que un cuerpo o un alma: es unproyecto o programa que lucha por llegar aser lo que tiene que ser. En esta lucha oprimeal mundo en torno, a su circunstancia toda,y ésta responde —facilitando algunas veces,dificultando otras— la realización de eseproyecto. La vida consiste, así, en unapermanente necesidad de acción y de tomade decisiones frente a un conjunto deposibilidades que el mundo pone frente alhombre.

Cuando se refiere al ámbito colectivo, ycomo ya hemos visto, Ortega sostiene quela autenticidad de una sociedad implica queésta se haga cargo de las tareas propias desu generación. Pero esta vez, hacia 1928,Ortega realiza especial hincapié en unelemento constituyente de toda generación:la minoría selecta. Si bien ya había dedicadoparte de su filosofía a explicar en quéconsistía ésta, en este segundo viaje, elllamado de Ortega a los argentinos seconvierte, en gran medida, en un llamado ala conformación de una minoría capaz deconducir a la Argentina a conformarse en lagran nación que debía ser.

Es, de hecho, en estos términos que enAmigos del Arte, y bajo el título"Introducción al presente", Ortega realiza unllamado de atención a los argentinos. Si yaen 1916 había insistido en el futuropromisorio de la Argentina, esta vez, anteun auditorio que no dejaba de asombrarseante sus palabras, agregaba que estasociedad, si efectivamente quería alcanzarese futuro promisorio con el que contaba,debía dar lugar a un nuevo tipo de hombre:aquel que se exigiera excelencia a sí mismoy estuviera listo para la conducción. En otraspalabras, en una época en que las masashabían irrumpido en el escenario social,Ortega consideraba que se necesitaba de unaminoría selecta que tuviera un alto

conocimiento de las áreas esenciales de lavida pública —como el ámbito jurídico ysocial— para conducir a la Argentina aconsolidarse como nación.

Tras sus conferencias en Amigos delArte, Ortega emprende un viaje hacia Chile,viaje que lo lleva a atravesar en tren laPampa argentina. Y en este viaje, lo primeroque llama su atención es la monotonía delpaisaje que atraviesa. Lo que encuentrafrente a él es una infinita y uniforme llanuraque no cuenta con un primer término en elcual el espectador pueda centrar su mirada.Por el contrario, el paisaje se torna igual encada uno de sus puntos, y esto invita a quela mirada del espectador se deslicenaturalmente hacia el horizonte. Una vezallí, parece inevitable que la mirada secargue de embriaguez y abundancia porque,como afirma el mismo Ortega, "esos boscajesde la lejanía pueden serlo todo" (Ortega yGasset, [1929] 2004, tomo II: 731). La pampase mira, entonces, comenzando por su fin,por su órgano de promesas. Ortega adviertecómo ese paisaje desértico refleja el perfilde la vida argentina. Es que el argentino,sostiene, vive con los ojos puestos en elhorizonte, y es desde esa existencia ilusoriaque olvida su miseria real y vive su vidaactual. Pareciera que —afirma Ortega unaslíneas más abajo— "lo esencial de la vidaargentina es eso: ser promesa. (…) El quellega a esta costa ve ante todo lo de después".Es esto lo que no permite al argentino llevaradelante una vida auténtica. La vida delhombre es, decíamos, siemprecircunstancial. Pero el paisaje pampeanodificulta, a los ojos de Ortega, estaposibilidad de que el hombre argentinoconozca, asuma y se ocupe de aquello quelo envuelve. Por el contrario, lo que sucede—sostiene— es que el argentino nuncasiente estar donde realmente está, sino quese encuentra instalado siempre por delantede sí mismo, en la vida prometida. Y esdesde ese futuro aun no cumplido, desde lapura promesa, que lleva adelante su vidapresente.

Ortega sostiene, así, que el argentinotípico no tiene más vocación que ser aquelque imagina ya ser. De esta manera, viveentregado, no a una realidad, sino a unaimagen. Y el problema es que a una imagen

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no se la puede vivir si no es contemplándola.El hombre argentino deja así de lado su vidacomo proyecto, como quehacer, como tareaconstante. En lugar de exigirse a sí mismoexcelencia, vive en cambio como si de hechoya fuese aquel que imagina ser. Y loproblemático no es únicamente este modode vida individual, sino que este hombre sesumerge en una masa de hombres que vivende la misma manera. Estos hombres, pordetrás de su apariencia, se encuentran enrealidad a la deriva, sin destino propio,buscando diluirse en la corriente. Éste es dehecho el problema de la primera mitad delsiglo XX, para Ortega. Se trata de una épocadonde casi todos los esfuerzos van dirigidosa huir del propio destino, a evitar ser aquelque se tiene que ser. El hombre sigue lacorriente y se deja arrastrar en cuestión deideas, políticas, usos sociales. Cuando estosucede, el hombre se niega a sí mismo y llevaadelante una vida inauténtica. Va llenandosu vida de falsas ocupaciones, y no lograadscribirse a ninguna de ellas por completo.Un día tiene una ocupación y al día siguienteotra y otra, porque ninguna de ellas surgede su íntimo destino. Las palabras de Ortegano sorprenden. Después de todo, aunque enotros términos, se trata, en lo esencial, delmismo llamado a la autenticidad, a evitarla imitación y la falsificación, que habíarealizado en 1916 ante el público del TeatroOdeón.

En este sentido, aquel que acepta y quieresu destino —o lo que es lo mismo, aquel quebusca tener una existencia auténtica—comprende que la vida no le es dada hecha,sino que la misma implica siemprequehacer. Y en la búsqueda de estaexistencia auténtica y feliz, el hombre aceptael esfuerzo que esto conlleva. En otraspalabras, el hombre que busca alcanzar unavida auténtica, en su afán de cumplir consu proyecto vital, acepta libremente laangustia y la tragedia que esto implica. "Serátodo lo paradójico que se quiera, pero laverdad fundamental es que al hombre "legusta pasarlo mal" y esto es la definición deldeporte. (…) La Vida es sentirse morir ygritar a la vez: da capo!" (Ortega y Gasset,[1947] 2004, tomo IX: 1142), escribiría Ortegaaños más tarde.

El aceptar constantemente el esfuerzo y

rehuir de la comodidad es lo que diferenciaa la minoría selecta del hombre vulgar.Mientras que los primeros buscan acumularsobre sí mismos dificultades, obligacionesy deberes, el segundo sólo aspira a seguirsiendo lo que ya es. Esta minoría, lejos delmodo en que vive este hombre masa propiodel siglo XX, dispara, en cambio, hacia loalto su existencia. Se trata de un hombresuperior, sostiene Ortega, pero no tanto porsus dotes como por sus aspiraciones decontinuar ascendiendo. En relación a estadistinción, Ortega sostenía hacia 1924 que

todos los grandes ejemplareshumanos han buscado y querido elpeligro y el dolor. Por íntima aficióneludieron la comodidad, pusieronpecho al enemigo, se consumieron enla batalla o en la idea, y navegaronen Gólgotas… (Ortega y Gasset,[1924] 2004, tomo VII: 834).

En otras palabras, la búsqueda de unaexistencia auténtica expresa un carácter degrandeza en el hombre.

En este sentido, y tal como habíasostenido en Amigos del Arte, Ortega insistenuevamente en que a la Argentina le hafaltado una minoría enérgica que suscite unanueva moral en la sociedad. Una minoríaque llame al argentino a sí mismo, a suefectiva intimidad y sinceridad.

El día que tal minoría enseñe a estehombre a aceptar hondamente suindividual destino, a existirformalmente y no en gesticulación yrepresentación de un rôle imaginario,la Argentina ascenderá de maneraautomática en la jerarquía de las másaltas calidades históricas (Ortega yGasset, [1929] 2004, tomo II: 742)

sentencia Ortega al finalizar estesegundo viaje por el país.

Está claro que las palabras de Ortega noexpresaban una concepción puramenteteórica de la Argentina, ni un llamado deatención desde la pura meditación. Setrataba en cambio, de las palabras de unfilósofo que —tal como se lo habíapropuesto en 1916— había decidido

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detenerse y conocer el alma argentina desdeadentro para sólo así poder dirigirse a estepueblo con sinceridad. Al finalizar estesegundo viaje, sus palabras revelaban, unavez más, la preocupación genuina delfilósofo por la conformación de la Argentinacomo nación en medio de una época decambios.

IV. Conclusión

El llamado a la autenticidad de la naciónargentina fue uno de los ejes sobre los cualesOrtega basó su vínculo con esta nación. Y sibien en muchos casos este llamado producíaenojosas respuestas por parte del públicoargentino, Ortega insistía en que ésta era suforma de contribuir a una nación con la quesentía tener una enorme deuda. Él debía unagran porción de su ser a este país, y así comola Argentina había contribuido a hacer suvida, Ortega buscaba también contribuir ahacer la vida de la Argentina (Ortega yGasset, [1930b] 2004, tomo IV: 301).

Tal como hemos visto, es desde el primerviaje que Ortega llama la atención a losargentinos y les exige el dejar de lado lasherencias coloniales y el dar lugar a la nuevasensibilidad propia del siglo XX. Estemismo llamado a la autenticidad, aunqueen otros términos y con un conocimientomás profundo de la sociedad a la que sedirigía, es el que realizaría en 1928. Y dehecho, en su tercer viaje al país —ya en1939— Ortega vuelve a realizar este mismollamado a la intimidad de los argentinos. Enesta oportunidad, y aun sabiendo que susplanteos podían resultar impertinentes parabuena parte de su público, Ortega llama alos argentinos —una vez más— a que porfin se ocupen de construir su país, que sepongan en acción, que se dejen de promesasincumplidas y busquen finalmente asumirsu propia circunstancia para lograr laformidable nación que la Argentina podíaser.

Queda claro, entonces, que la Argentinase presentaba ante los ojos de Ortega comoun país con un alto potencial paraconstituirse como nación, pero que, a causade su inmadurez política y social, no eracapaz de asumir su propia circunstancia ytrabajar para poder alcanzar ese futuro

promisorio con el que contaba. LaArgentina retrasaba así, a juicio de Ortega,su avance hacia aquella gran nación quetenía capacidad de ser.

Pero más allá de estas palabras críticascon las cuales buscaba incitar a losargentinos a ponerse en acción, hay quetener presente que Ortega no deja deconcederle al país una incomparable virtud:el hecho de que la Argentina cuenta con unenorme afán de ser más, de poseer altosdestinos. "Contando con parejo ímpetuelemental, con esa decisión frenética de viviry de vivir en grande, se puede hacer de unaraza lo que se quiera" (Ortega y Gasset,[1929] 2004, tomo II: 755), considera Ortega.Este afán es algo que no se puede inyectaren los pueblos: aquel que carece de estaaspiración, no tiene remedio. La idea degrandeza es, así, una fuerza irremplazableen los pueblos, y para Ortega el puebloargentino claramente la tenía. Sólo eranecesario dirigirla para que finalmente dieralugar a la acción y permitiera así elverdadero crecimiento de la nación.

Referencias bibliográficas

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([1930b] 2004) "Por qué he escrito el hombrea la defensiva", en Obras Completas,tomo IV. Taurus, Fundación Ortega yGasset, Madrid.

([1939] 2004) "Brindis en la InstituciónCultural Española de Buenos Aires", enObras Completas, tomo V. Taurus,Fundación Ortega y Gasset, Madrid.

([1947] 2004) "La idea de principio enLeibniz y la evolución de la teoríadeductiva", en Obras Completas, tomoIX. Taurus, Fundación Ortega y Gasset,Madrid.

(1981). "Meditación del Pueblo Joven y otrosensayos sobre América", en Revista deOccidente, Alianza Editorial, Madrid.

(2004). Obras completas. Tomos I-X. EditorialTaurus Fundación Ortega y Gasset,Madrid.

Osés Gorraíz, J. M. (1989). La sociología enOrtega y Gasset. Anthropos, Barcelona.

1 Ortega ya había establecido, desde 1911, un vínculo conlos argentinos a través de La Prensa. Sin embargo, éstaera la primera vez que arribaba personalmente a estastierras.

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Reseñas de libros

Blue Labour. Forging a New Politics, deIan Geary & Adrian Pabst.

I.B. Tauris, London, New York, 2015.ISBN 978 1 78453 202 4

En la Introducción de este libro colectivoAdrian Pabst, filósofo de la Universidad deKent, nos ofrece una síntesis del espíritu queanima al mismo al reunir artículos depersonalidades tan variadas como el exarzobispo anglicano de Canterbury, RowanWilliams –autor del prólogo– pasando porJohn Milbank, teólogo británico fundadorde la corriente Radical Orthodoxy hasta ellíder político filo-católico de origen judíoMaurice Glasman. El libro tiene comoobjetivo, de acuerdo a Pabst, ofrecer alpúblico "una exposición renovada delpensamiento del Blue Labour de la boca desus protagonistas claves y de un número denuevas voces que incluyen aexperimentados políticos, destacadosacadémicos y militantes y comentadoresinfluyentes." (Pabst, 2015: 1).

Pabst va directamente al grano aldescribir la naturaleza del Blue Labour:"Desde la derrota en la elección general[británica] en mayo de 2010 –el segundopeor resultado electoral en casi 70 años– hahabido numerosos intentos de repensar latradición laborista. Ninguno ha sido máscontroversial ni más significativo que elmovimiento conocido como «Blue Labour»".La razón de esta importancia, argumentaPabst, está en el cuestionamiento realizadopor el movimiento al consenso actual no sólodel célebre New Labour de Tony Blair sinode toda la política británica, un consenso que

incluye la "fusión de la liberalización socialy económica bajo la égida conjunta delEstado centralizado y burocrático y el "libremercado" global." "La ideología secular quesubyace a esta fusión –agrega Pabst–promueve no mucho más que la libertad deelección, la utilidad y el placer de cortoplazo. Contra esta ideología, y su explícitoo tácito apoyo tanto a la comodificaciónmercantil como a la dominación estatal, elBlue Labour argumenta a favor de un nuevoconsenso: una política del bien común quereconozca la legitimidad de los interesesaparentemente opuestos y ofrezca unasolución negociada al conflicto a través deinstituciones civiles que promuevan lavirtud en lugar del vicio. El objetivo es pasarde un énfasis en el estrecho interésindividual y la avaricia a un beneficiocompartido y mutuamente enriquecedor."(Pabst, 2015: 4)

Pero ¿qué caminos concretos proponenlos autores para llevar adelante esteambicioso objetivo político-moral del BlueLabour? Las seis partes en las que estándivididos los capítulos del libroproporcionan la respuesta a esta pregunta.La primera de ellas titulada "Narrativa yPrograma", contiene dos de los capítulosmás sustanciosos del libro. En el primero deellos, Maurice Glasman, uno de losprincipales líderes de la corriente, exponelas ideas que el Blue Labour tiene sobre "Labuena sociedad, el pensamiento socialcatólico y la política del bien común." Deacuerdo al autor, el Blue Labour nace delreconocimiento de que la hegemonía casiabsoluta de la "política económicadominante, el sistema de welfare state

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actualmente existente y el sector financierodominante estaban dando incentivos parael vicio y no para la virtud" por lo cual sehacía necesario un nuevo consenso políticobasado "en la virtud y la vocación, en unfortalecimiento de las relaciones y de lasociedad de tal modo que no estemos másdominados por el dinero y los funcionariosdel sector público, que la City de Londres yWestminster no sean los únicos lugaresgeográficos de poder y que el liberalismopolítico y económico no sean los únicos quedefinan el progreso frente al cual todas lasotras tradiciones son vistas comoreaccionarias." (Pabst, 2015:13).

De acuerdo con Glasman, "lo que estáocurriendo es que la sociedad se estádesintegrando bajo el dominio del Estado ydel mercado que se caracterizan por lacentralización, la concentración y lacomodificación (...) Tanto el mercado comoel Estado centralizan el poder en nombre dela eficiencia y de la justicia." (Pabst, 2015:15). Frente a este modelo a la vez estatista ymercadista prevaleciente en Gran Bretañay en buena parte del mundo, Glasmanpropone como tercera alternativa elpensamiento social católico. En su opinión,la "intuición fundamental" que ofrece ésteúltimo es que "en tanto una economía demercado basada en la propiedad privada yen los mercados configuradores de preciosy un Estado basado en el rule of law y suenforcement son vistos como necesarios y unacondición para la justicia y la prosperidad,son también vistos como una profundaamenaza para una vida humana plena ycomo fuentes de un poder que puededominar a las personas." (Pabst, 2015: 18).En tal sentido, el pensamiento social católicopermite, según Glasman, "la reintroducciónde una mediación institucional",especialmente a través del principio desubsidiariedad, que evite el dominioexclusivo del Estado y del mercado sobre lasociedad y permita el reflorecimiento de lapersona, el trabajo creativo y las relacionesde reconocimiento y colaboración mutua.Esto se vería reflejado, de acuerdo conGlasman, en diversas formas dedescentralización estatal y empresarial quedesarrollan en mayor detalle otroscolaboradores del libro.

Otro de los ensayos centrales de laprimera parte del volumen que es necesariodestacar es el capítulo "El sueño del BlueLabour" a cargo del teólogo John Milbank.Por el hecho de ser teólogo, la mirada deMilbank apunta a los fundamentos teóricosdel movimiento. En tal sentido, el puntocentral de su argumento está en la idea delos "límites del liberalismo moderno" y encómo la tradición laborista está, en suopinión, claramente enraizada en una visiónque él denomina "posliberal." Esta última,aclara, "no implica que en el liberalismo estétodo mal, pero sí que tiene límites yproblemas intrínsecos." (Pabst, 2015: 29) Elproblema central, en su opinión, esantropológico: tanto el liberalismo políticoderivado de Grotius, Hobbes y Locke, elliberalismo económico derivado de AdamSmith, como el liberalismo progresistaderivado de Rousseau, se basan en un fuertepesimismo acerca de la capacidad delhombre de actuar virtuosamente, lo cualtermina en el reemplazo de la acciónhumana por la acción de la ley, del mercadoo del Estado. "En este sentido, como en otros,los liberales de derecha y de izquierdaconvergen mucho más allá de lo que ellosmismos imaginan." (Pabst, 2015: 31). Elresultado es que tanto la sociedad como losseres humanos concretos son salteados porun "tercer polo" que se alza "sobre y contraellos: el Estado-mercado neoliberal." Por lodemás, este estado de cosas es reforzado porla ciencia económica liberal, que ignora porcompleto los bienes humanos y comunes decarácter "relacional" –como la familia, laamistad, las comunidades– que trasciendenla lógica de la utilidad marginal decrecientetípica de los bienes meramente materialesde capital o de consumo pero que formanparte esencial del bien común. Milbankpropone como alternativa un "socialismopopular" diferente del socialismo de Estado,una "economía civil" basada en las ideas deStefano Zamagni y Luigino Bruni, y unarenovación del Commonwealth británico quelogre romper la hegemonía estatal-mercantildel liberalismo moderno y permita a GranBretaña –y a otros países– entrar en una era"posliberal."

En la segunda parte del libro titulada"Laborismo: partido y política" David

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Lammy, Arnie Graf y Tom Watson, enfatizanla necesidad de que el Blue Labour seconvierta nuevamente en un partido"centrado en las relaciones", en la"organización de las comunidadesconcretas" y que sea a la vez "pro-empresay pro-trabajo." En la parte tres titulada"Política Económica", Jon Cruddas, AdrianPabst y David Goodhart, defiendenrespectivamente la idea de una economíadel "bien común" (basada en una éticaeconómica, mercados mutualistas y Estados"pluralizados"), una "economía civil" (quesupere los modelos de utilidad marginaltanto keyenesiano, monetarista como de laeconomía social de mercado) y unaglobalización que renueve el Estadonacional desde la sociedad superando la"ideología inmigracionista." En la partecuatro, titulada "Modernidad alternativa:sobre la naturaleza, el progreso y el trabajo",Ruth Davis, Dave Landrum y Ruth Yeoman,desarrollan los tres temas poniendo énfasisen la necesidad de superar los problemasque provoca la concepción unidimensionalde la modernidad que está por debajo delactual predominio estatista-liberal. En laquinta parte, titulada "El conservadurismoradical laborista," Rowena Davis y Ed Westexplican la dimensión conservadora del BlueLabour que ofrecería un puente y una políticacomún a los miembros de los partidoslaborista y conservador británicos, enoposición al pensamiento liberal –estatistao de mercado– hasta ahora dominante enambos partidos. En la sexta parte titulada"Fe y familia", Luke Bretherton y MichaelMerrick desarrollan sus ideas sobre el BlueLabour como práctica política –"la practicaantes que la teoría", "la gente antes que elprograma", "la política antes que losprocedimientos," "ni orden espontáneo niadministración racional sino juicio político","lo religioso y lo secular", "lo local antes quelo nacional"– y como movimiento basado enla familia –superación de la NuevaIzquierda, el estatismo y el neoliberalismocomo políticas anti-familia. Finalmente, enla conclusión, Adrian Pabst resume losprincipios, políticas y perspectivas del BlueLabour hacia el futuro.

Sin duda el surgimiento de la corrientedel Blue Labour dentro del laborismo inglés

representa una novedad destacada no sólodesde el punto de vista de la políticabritánica. Se trata de algo nuevo o al menosde una renovación de una tradición políticade origen británico pero que puede resultarde interés en otras partes. Retomando enbuena medida el conservadurismo de Burkey el romanticismo de Carlyle, Cobbett, Scotty Ruskin, el Blue Labour intenta enfrentar ensu raíz y en un plano no solamente políticosino también filosófico, económico ycultural, tanto el "moralismo utilitarista" dela "izquierda" como la "economía liberal" dela "derecha" con la idea de recuperar una"economía moral" basada tanto en el"pensamiento social católico" como en la"economía civil" tal como lo expresan losautores de esta síntesis. Si bien hoy en díase habla constantemente de la necesidad deuna nueva ética económica, pocos seatreven, como hacen los autores de estelibro, a basarla en una tradición filosófico-política alternativa a la del liberalismo, sinapelar ya sea a algún tipo de posturaneomarxista o al populismo en alguna desus versiones renovadas.

Creo que los autores de Blue Labour danen el blanco en varios temas substanciales:la revalorización del trabajo en unaeconomía centrada en la ganancia del capitaly en el consumo a corto plazo, la necesidadde volver a la sociedad civil frente aldominio casi exclusivo de la díada Estado-mercado, la reivindicación del concepto debien común frente a los reduccionismoseconomicistas –estatistas o liberales–, laampliación del marco conceptual de laciencia económica excesivamente reducidaa los bienes susceptibles de un análisis deutilidad marginal, la recuperación del juiciopersonal y la educación vocacional en lapolítica, la economía y la sociedad ante elavance de la marea tecnocrática, el énfasisen la virtud y en la comunidad, en lugar dela reivindicación extrema de los propiosderechos, y el regreso al concepto dedesarrollo interno armónico de los países,largamente descuidado por el predominiode las elites globales financieras otecnocráticas. De todos modos, el libroplantea sin duda también un graninterrogante: ¿es posible abandonar oatenuar fuertemente la importancia de la

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perspectiva de los derechos, de lasinstituciones y de la ley, típica delliberalismo, reemplazándola por las ideasde virtud, comunidad y bien común,

propias de la tradición política y económica"posliberal" que proponen los autores deeste libro, sin caer en una peligrosa derivaautoritaria?

Carlos [email protected]

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La longitud máxima del artículo deberá ser de 10.000 palabras incluidas las notas y labibliografía.Deberá presentarse además un breve Curriculum Vitae del colaborador (que no superelas 100 palabras).Los artículos deben estar precedidos de un resumen que no supere las 100 palabras(abstract), así como también de las palabras claves que correspondan.Los apartados en que se dividan los artículos deberán ir numerados con caracteres romanos.Los subapartados, por su parte, se identificarán con numeración arábiga. Las notas alfinal del documento deben ser numeradas correlativamente en caracteres arábigos.Las referencias bibliográficas deben ser presentadas en un apartado situado al final de losartículos, respetando la siguiente disposición:

Libro:Nombre del autor, editor, compilador (apellido y nombre) o la institución responsable.Año de publicación (entre paréntesis). Título y subtítulo (en cursiva). Título de la serie yvolumen. Editorial. Lugar de publicación.Galbraith, John Kenneth (1958). La sociedad opulenta. Editorial Planeta, Buenos Aires.

Texto en un libro con editores:Friedman, M. (1984). "The methodology of positive economics" en Hausman, D., Thephilosophy of economics. An anthology. Cambridge University Press, Cambridge.

Artículo:Nombre del autor del artículo. Año de publicación original (entre paréntesis). Título delartículo (entre comillas). Título de la publicación (en cursiva). Número del volumen.Número de la publicación. Páginas.Belardinelli, S. (2004), "La empresa desde el punto de vista de la sociedad civil", Empresa yHumanismo, vol. VII, 2/4, pp. 179-190.

Referencias en el cuerpo del texto:Debe indicarse entre paréntesis el nombre del autor, el año de publicación y el paginado,si fuera necesario. Esto debe aparecer al final de una oración. Asimismo, el nombre delautor puede aparecer en el texto, seguido del año de publicación entre paréntesis. Lareferencia completa deberá consignarse en la sección bibliográfica del artículo."[...] La democratización de la tecnología, las finanzas y la información –que ha cambiadonuestra forma de comunicarnos, de invertir y de mirar al mundo – ha dado luz a todos loselementos fundamentales del actual sistema de globalización." (Friedman, 1999: 21)Friedman (1999: 21) explica que la democratización de la tecnología, las finanzas y lainformación ha dado luz a todos los elementos fundamentales del actual sistema deglobalización.

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78 Año XXXIII Nº 89 Junio 2015

Guidelines for the presentation of articles

The papers must be sent by e-mail to: [email protected] (Microsoft Word orPDF format). They can also be delivered in digital media to the following address:

Cultura Económica JournalAv. Alicia Moreau de Justo 1400Edificio Santo Tomás Moro 4° piso, CP: C1107AFBCiudad de Buenos Aires, Argentina.

The maximum length of the article should be 10.000 words, including notes andbibliography. In addition, a short CV of the writer (no more than 100 words) must besubmitted.The articles must be preceded by an abstract of no more than 100 words, as well as itscorrespondent key words.The sections in which the papers could be divided must be identified with Romancharacters. The subsections must be identified with Arabic numbers. The notes at theend of the document must be correlatively numbered with Arabic characters.The bibliography references must be presented in a section at the end of the article,following these guidelines:

Book:Name of author, editor, compiler (surname, and initials or given name) or the institutionresponsible. Year of publication. Title of publication and subtitle if any (italicised). Seriestitle and individual volume if any. Publisher. Place of publication.Buchanan, James (1962). The Collected Works of James M. Buchanan, "The Calculus of Consent,Logical Foundations of Constitutional Democracy", vol.3. Liberty Fund, Indianapolis.

Text in an editor’s book:Friedman, Milton (1984). "The methodology of positive economics" in Hausman, D. (ed.)The philosophy of economics. An anthology. Cambridge University Press, Cambridge.

Journal article:Name of author (surname, and initials or given name). Year of publication. Title of article,in quotation marks. Title of periodical (italicized). Volume Number. Issue number. Pagenumbers.Kahneman, Daniel (2003). "A psychological perspective on Economics", in The AmericanEconomic Review, American Economic Association, vol. 93, Nº2, pp. 162-168.

References in the text’s body:A textual citation requires only the name of the author, the year of publication and pagenumbers, if necessary. This may appear at the end of a sentence, before the full stop.Alternatively, the author’s surname may be integrated to the text, followed by the year ofpublication in parentheses. The full reference must be listed at the end of your essay."The rules of fairness that embody a regard for loss-aversion also induce stickiness inmarkets" (Kahneman, 2003: 165).Kahneman (2003: 165) explains that the rules of fairness that embody a regard for loss-aversion also induce stickiness in markets.

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80 Año XXXIII Nº 89 Junio 2015

ACREDITADA POR CONEAU RESOLUCIÓN NRO. 1055/11

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS

ESCUELA DE ECONOMIA FRANCISCO VALSECCHI

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA ARGENTINA

Santa María de los Buenos Aires

El objetivo de la maestría es contribuir a la formación de profesionales que cuenten con una sólida base analítica y sean capaces de aplicar las herramientas de la teoría económica a la toma de decisiones, tanto en las empresas como en el sector público, en sus tres niveles de gobierno. Por eso, es una maestría en economía aplicada.

La Maestría está dirigida a economistas, y profesionales provenientes de carreras afines que quieran complementar su formación para desarrollar una labor profesional más integral y desde una perspectiva de análisis más amplia.

Contacto: 4349-0200 Int. 7050

[email protected]

Pbro. Dr. Víctor Manuel Fernández Rector Universidad Católica Argentina

Dra. Alicia Caballero Decana de la Facultad de Ciencias Económicas

Dr. Guillermo Sabbioni Director del Departamento de Economía

Mg. Lucía Fiorito Directora del MAE

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Revista Cultura Económica 1

Colaboran en este número

Eduardo DonzaInvestigador del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina de laUniversidad Católica Argentina y del Programa Cambio Estructural yDesigualdad Social del Instituto de Investigaciones Gino Germani - FSOC-UBA. Docente de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacionalde La Matanza.

Octavio GroppaEconomista (UCA). Teólogo (Universidad del Salvador). Investigador delproyecto "Economía, don y reciprocidad" del Centro de Estudios en Economíay Cultura. Profesor de Economía y Teología (Universidad del Salvador).Director de Gestión de Política Fiscal y de Ingresos en el Ministerio deEconomía y Finanzas Públicas de la Nación.

Carlos HoevelDoctor en Filosofía (UCA). Master of Arts in the Social Sciences (U. de Chicago).Profesor de Filosofía y de Economía y Ética en los Negocios (UCA). Directorde esta publicación.

Karol KurowskiAntropólogo (Universidad de Varsovia). Doctor en Sociología (SWPS,Varsovia). Profesor-investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos dela Universidad de Varsovia.

Mora PerpereDoctoranda en Filosofía (Universidad de Salamanca). Máster en EstudiosAmericanos (Universidad de Sevilla). Máster en Estudios Avanzados enFilosofía (Universidad de Salamanca). Licenciada en Filosofía (Universidadde Buenos Aires).

Julio Ojea QuintanaAbogado. Profesor Emérito de la Facultad de Ciencias Sociales (UCA).Miembro de la Comisión Nacional Justicia y Paz de la Conferencia EpiscopalArgentina. Juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil (en retiro).

María Laura SlugaLicenciada en Relaciones Internaciones y en Ciencias Políticas (UCA).Investigadora asistente del proyecto de investigación "Economía, don yreciprocidad" del Centro de Estudios en Economía y Cultura. Analista deproyectos de investigación de mercado en el área de opinión pública.

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Cultura EconómicaCultura EconómicaCultura Económica es una Revista de filosofía social y de la economía

que busca investigar las implicancias culturales y éticas de los

problemas económicos contemporáneos, desde una perspectiva

personalista, social-cristiana, humanística e interdisciplinaria.

Cultura Económica se publica dos veces por año

Suscripciones y correspondencia a:

Revista Cultura Económica, Av. Alicia Moreau de Justo 1400,

Edificio Santo Tomás Moro 4º piso,

CP: C1107AFB, Ciudad de Buenos Aires, Argentina

E-mail: [email protected]

Puede consultarse la colección completa de nuestra revista en:

www.uca.edu.ar/culturaeconomica

Cultura EconómicaCultura EconómicaJUNIO 2015 AÑO XXXIII Nº 89

CENTRO DE ESTUDIOS EN ECONOMÍA Y CULTURAUNIVERSIDAD CATÓLICA ARGENTINAN

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