Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada · Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales,...

3
En su ya famoso poema, A Julia de Burgos, Julia desnuda toda la mentira sobre la mujer de la sociedad capitalista. Pocos trabajos tienen la contundencia y claridad ideológica de éste poema. En él no solo se denuncia la condición de la mujer, sino que se presenta la alternativa en una sociedad justa, donde reine la equidad y no la opresión. Nos dice en lo que se convierte la mujer que está apresada por la imagen que de ella se ha hecho en esta sociedad, por la imagen que nos venden los libros de texto y los medios de comunicación, por los estereotipos que pretenden sean los sueños de las hijas de los trabajadores, los modelos de la enajenación social: ropaje, fría muñeca de mentira social, miel de cortesana hipocresía, egoísta, grave señora señorona. Denuncia la opresión a la que es sometida: eres de tu marido, de tu amo, casera, resignada, sumisa, atada a los prejuicios de los hombre, que es mandada por todos, esposo, padre, parientes, curas, el modista, el teatro, el casino, el auto, las alhajas, el banquete, el champan, el cielo y el infierno, y el qué dirán social. A esa imagen ideológica de la mujer en la sociedad capitalista presenta la otra mujer, la luchadora, la opuesta al orden capitalista, la liberada, la que sostiene la antorcha para quemar las injusticias. Con la voz de la autora personifica la liberación femenina: es esencia, viril destello de la humana verdad, corazón desnudo, jugándose a ser lo es, es vida, fuerza, mujer; es de nadie y de todos porque se da en su limpio sentir y pensar, se siente rocinante corriendo desbocada, buscando horizontes de justicia, en ella solo manda su corazón, se siente flor de pueblo y, sobre todo, paladín de muerte en lucha contra esa imagen de la mujer capitalista. Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada de las luchas de su pueblo. Todo lo contrario, se ubica junto a éste: Cuando las multitudes corran alborotadas dejando atrás cenizas de injusticias quemadas, y cuando con la tea de las siete virtudes, tras los siete pecados, corran las multitudes, contra ti, y contra todo lo injusto y lo inhumano, yo iré en medio de ellas con la tea en la mano. En este Día Internacional de la Mujer Trabajadora queremos rendir honor a las miles de mujeres que con sus reclamos y sus luchas, entregando su libertad, y en muchos casos sus vidas han ido forjando nuestra nación abriéndose paso con conquistas puntuales. Desde distintas trincheras, pero todas luchando contra la opresión, la discriminación, por la justicia social, por la libertad individual y por la independencia nacional han aportado a la formación de nuestro pueblo. Un boletín no es suficiente para hablar de todas ellas. Todas merecen vivir en nuestra memoria. Más aún, todas merecen vivir en la memoria de nuestros y nuestras jóvenes, hijos e hijas. El pueblo de Puerto Rico no puede darse el lujo de olvidar a quienes lo han defendido entregando su libertad y su vida por forjar un futuro mejor. Las mujeres que aquí mencionamos, apenas aparecen en los libros oficiales de la historia de la colonia. María de las Mercedes Barbudo, reconocida por muchos como la primera mujer independentista. Celestina Cordero Molina, maestra a mediados del siglo XIX, lo más que se menciona de ella es haber sido hermana mayor del maestro Cordero, sin negar los méritos de éste habría que reconocer que posiblemente fue su modelo y junto con él, propulsora de la educación pública y educadora de negros. Su vida y obra está todavía por rescatarse. Del período que desemboca en el grito de Lares, se puede mencionar a Mariana Bracetti, Obdulia Serrano, Francisca Brignoni, María Vázquez y Romana Galindo. Por supuesto, la siempre presente autora de nuestro himno revolucionario, Lola Rodríguez de Tió. Posiblemente la que mejor ejemplifica el poema de Julia de Burgos es la incansable luchadora por la clase obrera y

Transcript of Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada · Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales,...

Page 1: Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada · Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales, Lolita Lebrón, Blanca Canales Torresola, Juanita Ojeda, Carmín Pérez y Doris Torresola

En su ya famoso poema, A

Julia de Burgos, Julia desnuda toda la mentira sobre la mujer de la sociedad

capitalista. Pocos trabajos tienen la contundencia y claridad ideológica de

éste poema. En él no solo se denuncia la condición de la mujer, sino que se presenta la alternativa en una sociedad justa, donde reine la equidad y no la opresión. Nos dice en lo que se convierte la mujer que está apresada por la imagen que de ella se ha hecho en esta sociedad, por la imagen que nos venden los libros de texto y los medios de comunicación, por los estereotipos que pretenden sean los sueños de las hijas de los trabajadores, los modelos de la enajenación social: ropaje, fría muñeca de mentira social, miel de cortesana hipocresía, egoísta, grave señora señorona. Denuncia la opresión a la que es sometida: eres de tu marido, de tu amo, casera, resignada, sumisa, atada a los prejuicios de los hombre, que es mandada por todos, esposo, padre, parientes, curas, el modista, el teatro, el casino, el auto, las alhajas, el banquete, el champan, el cielo y el infierno, y el qué dirán social.

A esa imagen ideológica de la mujer en la sociedad capitalista presenta la otra mujer, la luchadora, la opuesta al orden capitalista, la liberada, la que sostiene la antorcha para quemar las injusticias. Con la voz de la autora personifica la liberación femenina: es esencia, viril destello de la humana verdad, corazón desnudo, jugándose a ser lo es, es vida, fuerza, mujer; es de nadie y de todos porque se da en su limpio sentir y pensar, se siente rocinante corriendo desbocada, buscando horizontes de justicia, en ella solo manda su corazón, se siente flor de pueblo y, sobre todo, paladín de muerte en lucha contra esa imagen de la mujer capitalista.

Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada de las luchas de su pueblo. Todo lo contrario, se ubica junto a éste:

Cuando las multitudes corran alborotadas dejando atrás cenizas de injusticias quemadas,

y cuando con la tea de las siete virtudes, tras los siete pecados, corran las multitudes,

contra ti, y contra todo lo injusto y lo inhumano, yo iré en medio de

ellas con la tea en la mano.

En este Día Internacional de la Mujer Trabajadora queremos rendir honor a las miles de mujeres que con sus reclamos y sus luchas, entregando su libertad, y en muchos casos sus vidas han ido forjando nuestra nación abriéndose paso con conquistas puntuales. Desde distintas trincheras, pero todas luchando contra la opresión, la discriminación, por la justicia social, por la libertad individual y por la independencia nacional han aportado a la formación de nuestro pueblo.

Un boletín no es suficiente para hablar de todas ellas. Todas merecen vivir en nuestra memoria. Más aún, todas merecen vivir en la memoria de nuestros y nuestras jóvenes, hijos e hijas. El pueblo de Puerto Rico no puede darse el lujo de olvidar a quienes lo han defendido entregando su libertad y su vida por forjar un futuro mejor.

Las mujeres que aquí mencionamos, apenas aparecen en los libros oficiales de la historia de la colonia. María de las Mercedes Barbudo, reconocida por muchos como la primera mujer independentista. Celestina Cordero Molina, maestra a mediados del siglo XIX, lo más que se menciona de ella es haber sido hermana mayor del maestro Cordero, sin negar los méritos de éste habría que reconocer que posiblemente fue su modelo y junto con él, propulsora de la educación pública y educadora de negros. Su vida y obra está todavía por rescatarse.

Del período que desemboca en el grito de Lares, se puede mencionar a Mariana Bracetti, Obdulia Serrano, Francisca Brignoni, María Vázquez y Romana Galindo.

Por supuesto, la siempre presente autora de nuestro himno revolucionario, Lola Rodríguez de Tió.

Posiblemente la que mejor ejemplifica el poema de Julia de Burgos es la incansable luchadora por la clase obrera y

Page 2: Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada · Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales, Lolita Lebrón, Blanca Canales Torresola, Juanita Ojeda, Carmín Pérez y Doris Torresola

las reivindicaciones de la mujer, Luisa Capetillo (1879-1922) feminista, anarquista y sindicalista, que supo vivir según sus principios.

El Nacionalismo conoció una gran cantidad de mujeres extraordinarias. Mencionarlas es siempre pecar por no incluir alguna. El calibre humano, sensible, solidario, de entrega total a sus principios, de luchadoras incansables, de humildes revolucionarias, son ejemplo para las generaciones actuales: Laura Meneses, esposa de Albizu y con méritos propios, Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales, Lolita Lebrón, Blanca Canales Torresola, Juanita Ojeda, Carmín Pérez y Doris Torresola Roura.

Cerrando y siendo transición de toda una época, fundadora de la Liga Socialista, luchadora por la clase obrera y las reivindicaciones de la mujer, militante comprometida con la lucha por la independencia y el socialismo, Consuelo Lee Tapia, cariñosamente conocida como doña Consuelo.

Luchas más recientes nos hacen reconocer a un grupo de valientes luchadoras por la independencia que en su militancia conocieron la perdida de su libertad, y que se les conoció como prisioneras de guerra. Acusadas de ser

miembros de las FALN nos recuerdan, además, que gran parte de la nación puertorriqueña vive exilada en los EE.UU. Son ellas, Carmen Valentín, Lucy Rodríguez, Alicia Rodríguez, Alejandrina Torres, Dylcia Pagán y Haydée Beltrán. Estas no son todas. hemos dejado fuera las que pertenecen a los nuevos

movimientos sociales, políticos, clandestinos y sindicales, luchadoras por los derechos de la mujer, de las comunidades, solidarias contra la represión e incluso las miles de víctimas de éste sistema capitalista colonial por su condición de mujer, por no pertenecer a las elites sociales, por ser parte de la clase obrera, de las comunidades pobres, de los marginados, como Adolfina Villanueva.

A todas, las pasadas y las presentes, a las clandestinas, que por razones obvias no se les menciona, gracias por su ejemplo y compromiso de lucha.

A todas las mujeres, principales víctimas de las consecuencias de la llamada "crisis económica" de la colonia, vaya nuestra solidaridad. El día internacional de la mujer trabajadora en el Puerto Rico de 2010 es un grito de

lucha contra este gobierno opresor que ha tirado el peso de la crisis sobre las mujeres trabajadoras.

Page 3: Julia, sin embargo, no se presenta como heroína aislada · Rosa Collazo, Isabel Rosado Morales, Lolita Lebrón, Blanca Canales Torresola, Juanita Ojeda, Carmín Pérez y Doris Torresola