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La miranda DIARIO de IBIZA JUEVES, 31 DE DICIEMBRE DE 2009 Y VIERNES, 1 DE ENERO DE 2010 | 21 Voces y palabras PÁGINAS DE CULTURA Nº 84 25 SUSANA GOLF: CINE Y CENSURA | 26 MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ: PRIMERA MEMORIA [email protected] - blog.diariodeibiza.es/lamiranda Durante el año 2009 un buen número de prestigiosos escritores y artistas han hablado en las páginas de La miranda. Con ellos, a través de sus palabras, nos hemos acercado no solamente a sus respecti- vas obras en marcha, sino que hemos podido conocer y compartir diferentes perspectivas personales de la actualidad, del arte y la literatura de nuestro tiempo. Página 23 Agustín Fernández Mallo Antoni Marí Chico Bialas Jorge Castillo J. A. RIERA J. A. RIERA AINA LORENTE JOSÉ DEL RÍO MONS

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La mirandaDIARIO de IBIZA JUEVES, 31 DE DICIEMBRE DE 2009 Y VIERNES, 1 DE ENERO DE 2010 | 21

Voces y palabras

PÁGINAS DE CULTURA Nº 84

25 SUSANA GOLF: CINE Y CENSURA | 26 MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ: PRIMERA MEMORIA

[email protected] - blog.diariodeibiza.es/lamiranda

Durante el año 2009 un buen número de prestigiosos escritores y artistas han hablado en las páginasde La miranda. Con ellos, a través de sus palabras, nos hemos acercado no solamente a sus respecti-vas obras en marcha, sino que hemos podido conocer y compartir diferentes perspectivas personalesde la actualidad, del arte y la literatura de nuestro tiempo. Página 23

Agustín Fernández Mallo Antoni Marí

Chico Bialas Jorge CastilloJ. A. RIERA J. A. RIERA

AINA LORENTE JOSÉ DEL RÍO MONS

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En estos días en los que tanto se confu-den admiración y papanatismo son másimprescindibles que nunca los puntos devista asépticos. Sobre todo en los asuntosimportantes, como la música. En otros te-mas menores (política, deportes), la ob-jetividad, simplemente, no existe porqueinteresa.

Tres nuevos títulos se suman a esta ta-rea, añadiéndose a la fecunda bibliogra-fía musical en castellano que, felizmente,se está editando en los últimos años. Dosde ellos (el de Guthrie y el de Parker) vie-nen lanzados por una de las editoriales yade referencia en nuestro país en cuanto alibros de, sobre y para la música se refie-re: la barcelonesa Global Rhythm Press.

Estos tres libros cumplen con la nece-saria tarea de desbrozo, de eliminación delos aspectos accesorios o confusos quecomplican innecesariamente el conoci-miento de los mitos de la música, entor-peciendo su comprensión.

Además, los tres lo hacen con metodo-logías diferentes, lo cual favorece calar larelevancia del hecho musical y amplía lasentendederas del lector.

Memorias y recuerdosEl primero de los textos se escribió en pri-mera persona: Woody Guthrie —ídolo deDylan y Springsteen— vertió sus memo-rias en ‘Rumbo a la gloria’, un relato quedeja fuera de juego al lector, como míni-mo, en las 200 primeras páginas, pues lle-gados a ese punto el autor tiene ¡nueveaños!, y de música no se ha hablado prác-ticamente nada.

Lógicamente, de alguien que se pasó 40años recorriendo Estados Unidos con suscanciones y su guitarra como únicosacompañantes se espera una carretada deanécdotas antológicas y reveladores.

Pero no es así. Guthrie prefiere contarsu vida sin alharacas. Una vida, en su ma-yor parte, más pobre que los gatos que sededicaban a matar él y los niños de su ba-rrio, pero una vida, al fin y al cabo, co-mún a la mayoría de los estadounidensesde la época.

Guthrie parece estar diciendo que sutrayectoria vital no merece ser puesta porencima de ninguna otra, y lo hace a tra-vés de un lenguaje de belleza económica,pero aún así efectivo: lejos de buscar con-mover por la prosa o por las historias ensí, Guthrie escribió sus memorias con untono aséptico y hasta reseco que, para-dójicamente, las llena de vida. Es decir, lomismo que sus canciones.

El segundo de los libros editados porGlobal Rhythm es una recopilación lle-vada a cabo por el empresario musicalRobert George Reisner que recoge opi-niones breves sobre el genio pionero del

jazz Charlie Parker. El peligro evidente de este proyecto

(editado originalmente en 1962) es el bue-nismo: gente de primera fila, sí, pero de-dicándose a blanquear la tumba del mú-sico. Pero, afortunadamente, aquí haytanto halago como vómito.

En figuras de comportamiento perso-nal y laboral tan extremo como Parker, laasepsia sólo se consigue, precisamente,con una exposición de luces y sombras,por muy emponzoñadas que éstas últimasestén.

SpringsteenEl tercer libro es sobre una de las figurasque más papanatismo genera hoy en día:Springsteen. Dicha actitud es la que vegloria bendita hasta en el leve movimien-to de un pulgar, y resume también casitodo lo visto sobre Michael Jackson en

los últimos meses. Por ello son más necesarios, si cabe,

textos alrededor de la figura y obra delrockero, para acabar con ese cargantehalo de endiosamiento.

El libro del pucelano Valdeón Blancoindaga en la creación del cuarto álbum deSpringsteen, Darkness on the edge oftown, editado en 1978 y que, efectiva-mente, merece estar entre los 50 mejoresálbumes de la historia de la música.

El autor, además de periodista, es es-critor, y ello se trasluce en su libro: su es-critura recovecosa de narices se convier-te en la mejor aliada del texto —porqueaporta las más de las veces—, pero tam-bién puede llegar a ser su peor inconve-niente.

Valdeón Blanco se atreve a enhebrar eltexto con sus propias reflexiones, la ma-yoría enjundiosas, pero imponiendo tam-bién un ritmo de lectura más lento de lohabitual en libros de este tipo, creando elpeligro evidente de que el lector no co-necte con el estilo de su prosa y se despe-gue de la narración, hasta incluso aban-donarla.

VÍCTOR M. CONEJO

Woody Guthrie: ‘Rumbo a la gloria.Memorias’. Global Rhythm Press,368 pp., 25 €. Robert George Reis-ner

VV. AA: ‘Nostalgia de Charlie Par-ker’. Global Rhythm Press, 304 pp.,24 €.

Julio Valdeón Blanco: ‘AmericanMadness. Bruce Springsteen y la cre-ación de Darkness on the edge oftown’. Caelus Books, 192 pp., 30 €.

Tres nuevos libros analizan la vida y la música de Woody Guthrie, Charlie Parker y Bruce Springsteen

Desbrozando mitos

DIARIO de IBIZA

Woody Guthrie Bruce SpringsteenCharlie Parker

MÚSICA

Jueves, 31 de diciembre de 2009 y viernes, 1 de enero de 2010 | La Miranda

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«Tres nuevos títulos sesuman a esta tarea,añadiéndose a la fecundabibliografía musical en castellano que,felizmente, se estáeditando en los últimosaños. Dos de ellos vienenlanzados por una de las editoriales ya de referencia en nuestropaís, la barcelonesa Global Rhythm Press»

«El tercer libro es sobre una de las figurasque más papanatismogenera hoy en día:Springsteen. Dicha actitud es la que ve gloriabendita hasta en el leve movimiento de un pulgar y resumetambién casi todo lo visto sobre MichaelJackson en los últimosmeses.

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DIARIO de IBIZA

Jorge Castillo, sin duda uno de los pinto-res de mayor prestigio en el panorama in-ternacional de las últimas décadas, ha deci-dido quedarse a vivir en Eivissa. «Conocí laisla por primera vez en 1959», nos dijo enuna entrevista publicada en julio. «Regreséen los 60 y 70, pero no fue hasta los 90 quedecidí alquilar una casa en Santa Agnès yme quedé a vivir tres años». Después siguióviniendo todos los veranos y ahora, desdeel mes de octubre, reside en Santa Eulària,para seguir pintando, «unas 6 horas al día»y, sobre todo, para seguir disfrutando deesta luz y de este mar. En realidad, «de Ei-vissa me gusta todo, cuando llueve y cuan-do hace buen tiempo, la soledad del invier-no pero también el verano cuando se llenade gente horrible y de gente maravillosa».

De arte y de Eivissa también hemos ha-blado en La miranda con Miguel Siguán. Asus 90 años, su fidelidad a la casa que leconstruyó Erwin Broner en 1970 sigue in-tacta. Como Castillo, también Siguán co-noció la isla en 1959 y, desde entonces, to-dos los veranos, descansa y escribe en San-ta Eulària. El escritor y Catedràtico de Psi-cología ha recordado que «el ambiente ar-tístico en la isla de los años 60 era emocio-nante». Y ha destacado su amistad conMompó, con Broner, con Tur Costa, conWill Faber, con Munfort, con Laabs... Lepreguntamos el 25 de septiembre: ¿qué cir-cunstancias propiciaron aquel ambiente ar-tístico de vanguardia? Y ésta fue su res-puesta: «Es un misterio. No había nada enEivissa que lo justificase. Un poco la casua-lidad. Cada uno vino por algún motivo di-ferente y decidió quedarse». Pero de aque-lla casualidad surgió una época llena de arte,de innovaciones, de transgresiones. Casti-llo no ha expuesto nunca en Eivissa y Si-guán ha afirmado con razón que la isla noha sabido crear un proyecto que agruparauna historia de la creatividad, un espaciovivo y a la vez de memoria artística de laisla.

También en Eivissa, en su casa situada enuna pequeña colina de Sant Mateu, hemoshablado con otro artista: el fotógrafo ale-mán Chico Bialas. Este ha sido un buen añopara él, con una gran exposición en Parísque después ha viajado también a Barcelo-na. Prestigioso fotógrafo de moda, son cé-lebres sus imágenes de, entre otras modelosy actrices, Monica Bellucci y Laetitia Cas-ta, a quienes le gusta captar siempre en mo-vimiento y lejos del estudio. Pero no menosinteresante es su serie ‘Picture diary’, confotografías tomadas durante sus viajes y encualquier lugar del mundo, en hoteles, ba-res, en las calles... Son fotografías que ex-presan sobre todo la mirada abierta y sor-prendida del autor. Tanto en sus fotografí-as de moda como en estas otras, Chico Bia-las busca sobre todo, según nos contó el 6de noviembre, «una historia que contar».

Siempre también con múltiples historiasque contar llegó a Eivissa en enero el escri-tor Manuel Vicent. Testigo también de loscambios producidos en la isla a lo largo delas últimas décadas, como visitante habi-tual, el escritor nos contó una anécdota lle-na de simbolismo: el desguace de la JovenDolores. «Yo había ido muchas veces en estabarca, siempre de Ibiza a Formentera. Ade-más, pasaba la revisión en los astilleros deDenia. Y hace unos cuantos veranos la vi

allí una vez más, pero porque la iban a des-guazar. De pronto unas máquinas se preci-pitaron sobre ella y la dejaron reducida anada, ni siquiera a chatarra».

Entre el pasado y el presente, la arqui-tectura mira al futuro. Philippe Rothier, queahora vive buena parte del año en Tahití hadenunciado una vez más lo que todos sa-bemos: que Eivissa no ha sabido tampocoproteger uno de sus valores máximos: la vi-vienda rural. Como nos dijo en abril, «conla arquitectura rural ibicenca se ha cometi-do un crimen». Todavía se podrían hacermuchas cosas en este sentido, ya sin pensaren lo que se ha dejado de hacer. Otro ar-quitecto más joven, Josep Bohigas, estuvoen Formentera en mayo para dar una con-ferencia. Allí conversamos con él y allí ex-puso algunas de sus tesis sobre urbanismo.Y respecto a las islas, Bohigas afirmó que«no siempre construir es la solución a losproblemas». De hecho, llegando más lejos,se muestra convencido de que «a los estu-diantes de arquitectura se les debería ense-ñar más a no construir que a construir».

Tres jóvenes escritores nos han habladode sus libros: José Morella, Lucía Montojoy Agustín Fernández Mallo. El primero hasido finalista del Premio Herralde de nove-la con ‘Asuntos propios’. Nació en Sant An-toni y vive en Barcelona, donde trabajacomo profesor. Lucía Montojo nació y viveen Madrid, pero se considera «absoluta-mente ibicenca», ya que aquí vive casi todasu familia desde hace muchos años y este esel lugar al que vuelve una y otra vez, asícomo el lugar de sus novelas. FernándezMallo vive en Palma y ha publicado este añola tercera parte de su exitoso Proyecto No-cilla, así como un polémico ensayo sobrepoesía: ‘Postpoesía’.

Y ahora que se duda del futuro del libro,el escritor Antoni Marí, en la entrevista delDía del Libro, ha afirmado con optimismo«que el libro es un diseño tan perfecto quenunca desaparecerá». Sobre libros y sobreel futuro de las bibliotecas hemos habladotambién con el bibliotecario José Garibo. Elpintor y escritor Jean Willi ha presentadoeste año la traducción catalana de su pri-mera novela, ambientada en Corona, y harecordado que, en realidad, se ha dado cuen-ta con el tiempo de que «los verdaderos hip-pies eran los payeses». Y con sus libros deversos maravillosos vinieron HumbertoAk’abal y Ana Becciu para participar enPuerto Mediterráneo del Libro. Tambiénellos nos prestaron sus voces y sus palabras.(Todas las entrevistas pueden visitarse en el blog de La miranda:blog.diariodeibiza.es/lamiranda).

VICENTE VALERO

23ENTREVISTAS

La miranda | Jueves, 31 de diciembre de 2009 y viernes, 1 de enero de 2010

Un año de entrevistasEscritores, pintores y arquitectos han hablado durante el año 2009 en La miranda

Jean Willi VICENT MARÍ Lucía Montojo D.I.

Miguel Siguán D.I. Humberto Ak’abal D.I.

Josep Bohigas D.I.Ana Becciu D.I.

«Respecto a las islas, elarquitecto Josep Bohigasafirmó que ‘no siempreconstruir es la solución alos problemas’. De hecho,se muestra convencidode que ‘a los estudiantesde arquitectura se lesdebería enseñar más a no construir que a construir».

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TURNO DE PALABRAS

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En poesia, els comptes enrere no ens faranarribar mai fins a la lluna. Paciència i deses-per. Tampoc no ho voldríem, això de pujartan alt, fins a tan amunt, per a marejar-nos?Calma i lluita escrita contra el possible pà-nic, vingui d’on vingui. Però l’estat civil del’art, entès de manera ampla i prou vital, volapropiar-se sempre de l’esperit. I l’esperit ésuna aparició misteriosa que ens reclama elpagament d’algun deute endarrerit que nosabem a quant puja, ni en quins plaços l’-haurem de deixar liquidat.

En què creiem més: en nosaltres o en lanostra excepcional provisionalitat? Hi ha ar-tistes que ens serveixen, arribats a determi-nat moment, per a treure’ns les castanyes delfoc, com sol dir-se, com es podria dir en unmón encara lligat a la més popular de les cul-tures, la que s’expressa només amb l’orali-tat. Però la cultura oral va tan de baixa comel pensament incorrecte, i per això més valque no m’hi fiqui. Oral, mental, exponen-cial de la saviesa. Josep Marí, artista pelsquatre costats, professor i amic, seixantaanys i una vessada de dies afegits al seu pro-fit viatjador i pleníssim d’entusiasme bon-homiós. Viure és millor que saber-ne, de noviure. I no només en teoria. I gens ni mica,de no viure, en la pràctica.

Perquè la vida és la verbalitat principal dela consciència de l’art. Viva pau, a pesar detants conflictes, senzillesa descansada, al-guns segells per al franqueig de la més quenecessària comunicació amb els altres. I pas-

sar el temps amb la devoció encuriosida dequi vol treure’n l’entrellat, la fòrmula ma-gistral, l’efecte de la causa i a l’inrevés.

Així serà com ens colpirà el protagonistade tantes iniciatives necessàries i inexcusa-bles per a la majoria dels qui l’admirem. Lapersona que s’amaga rere una mala vista deconsideració notable, però excel·lent si ensatenim als resultats aconseguits amb el seuús ben del cert esgotador. Nòmada amb lesarrels ben clavades a la terra, perpetu reno-vador d’un juvenil existencialisme que no re-nega dels privilegis que maduren com labona fruita, en els moments escaients, en elsmés exactes. La pintura amb l’escriptura,sense defectes ni llicències abandonadoresdel que l’ortodoxia recomana. La soledat dela persona farà que la col·lectivitat no puguiassumir sempre els reptes massa íntims i in-compartibles del creador contumaç que desde molt jove emborronava papers amb qua-si secreta il·luminació.

L’ego de l’artista és sempre massa humà iacaparador de les totalitats que somia. En-cara que no sempre se l’entengui. Encara quetan sols se’l toleri com a rar especimen quefaculta la societat de tot allò que més li cal.El dia a dia fraternitza amb la torrentera delsanys que sedimenten després d’una fràgilexistència de paper als calendaris.

Contra la pressa i contra el desastre, el justnegar-se a abdicar, a renunciar a res de tot elque s’havia exigit, a no donar mai per per-duda la lluita incessant, l’esforç que són

molts d’esforços i que no s’acaben mai. Totté preu i no valen les falses monedes a canvide les promeses que encara seran molt pit-jors. Enganyats, els artistes basculen entre laràbia o l’aïllament preventiu.

Un individu social com Josep Marí sap ferrialla grossa de la postració que debilita sino acaba anihilant.

El genial pintor se’n fot de les ocurrènciespatètiques amb la seva tendència a la ironiamossegadora. El geni que escriu quan pintamenys, no vol feina de remolc ni excessivespenitències. La vida és breu, a la manera més

clàssica, i l’art és llarg, llarguíssim, però im-prorrogable. Ciutadà de Vila amb casa quemira a la necròpolis del Puig des Molins, ex-pert jugador de cartes que no sabem si en-devinen el futur, però que possibiliten algunguany, o alguna pèrdua, el contacte amb elsamics, la desconnexió del ritual insuporta-ble de l’avorriment ferotge, l’allunyament deles coses que no volem ni ens interessen.

Josep Marí, un estat de l’home que afa-voreix la passa gairebé segura cap a la feli-citat. Els dubtes corroboren que l’ànim vaencara a la recerca més exigent de la belle-sa. Perquè el desig de la bellesa és salvador iconfigura algun preludi, alguna pretensió deperpetuar-nos en allò que perseguim. Comen un nou, incessant reviscolament anhelat,sota les taques del present hi ha l’utopia i elseu redreç que no volem entendre com a deu-re ni com a obsequi. Els canvis són violentsa vegades, terribles fins i tot.

Les persones també canvien i algunes d’e-lles no per a millor. A Eivissa, com a tot arreu,ja res és igual a com era, però això tampocpot sorprendre’ns ni ho ha de fer.

Tot dóna voltes i acaba en un retorn eterna la primera paraula, a la primera llum, a laprimera acció. I aquí continuem, amb lesnostres exigències pel que sembla més obvi,molt obvi i precisable:

Com qui gaudeix del vi i li omplen el got altra vegada, agrairé el rebrotd’alta vida atorgada al descregut.

DIARIO de IBIZA

Josep MaríBARTOMEU RIBES

«Ciutadà de Vila ambcasa que mira a la necròpolis del Puigdes Molins, expertjugador de cartes que nosabem si endevinen el futur, però quepossibiliten algun guany,o alguna pèrdua, el contacte amb els amics...»

JOSEP MARÍ: ‘AUTORRETRATO’, 1993

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25CINE

La miranda | Jueves, 31 de diciembre de 2009 y viernes, 1 de enero de 2010

Cuenta Alberto Gil (licenciado en Cien-cias de la Información por la UniversidadComplutense de Madrid) que los españo-les que vieron ‘Casablanca’ en su estrenoen 1946, e incluso su reposición en 1965,se quedaron sin saber que Rick (Humph-rey Bogart) había luchado en la Guerra Ci-vil Española al lado del Gobierno republi-cano.

La censura perseguía los besos y la ex-hibición de carne pero también las actitu-des «amorales» o las críticas al fascismo.Ni siquiera películas tan inocentes como‘Las chicas de la Cruz Roja’ o ‘El mago deOz’ resultaron ilesas.

La censura fue suprimida en 1977.

Viridiana: escándalo en el Vaticano’Viridiana’ fue un caso sonado. In-creíblemente, la novicia seducida por

su tío, el suicidio y la escena con los indi-gentes de Buñuel pasaron el filtro con unpequeño lavado de cara. Llegó a Cannes yganó la Palma de Oro.

El Vaticano la condenó por «impía» yFranco reaccionó: destituyó al director ge-neral de Cinematografía y declaró proscri-ta la película, dentro y fuera de España.

El «peligro gay» de TarzánLa homosexualidad, real o imagina-da, era otra de las obsesiones de la

censura franquista. ‘La gran aventura deTarzán’ pasó de tolerada para todos los pú-blicos a sólo adultos. ¿El motivo? «La ad-miración física hacia el arquetipo masculi-no puede dañar psíquicamente a los ado-lescentes poco diferenciados, acentuando

su complejo de timidez o de angustia se-xual, desviando peligrosamente su aten-ción de la sexualidad femenina».

Travestidos en Con faldas...Billy Wilder y los censores chocaban.En ‘Con faldas y a lo loco’ se junta-

ban las curvas de Marilyn Monroe (tan ex-plosiva como en ‘La Tentación vive arri-ba’) y el hecho de que los protagonistasmasculinos, Jack Lemmon y Tony Curtis,se pasaran diez de los trece rollos de la pe-lícula vestidos de mujeres.

«Prohibida aunque sólo sea por sub-sistir la veda de maricones».

Mogambo. Incesto por adulterioMogambo ha pasado a la historiacomo una de las meteduras de pata

mayúsculas de la censura española. En elfilm de John Ford, Grace Kelly engañaba aDonald Sinden con Clark Gable.

En su afán por convertir a la protago-nista en soltera y evitar el adulterio, trans-formaron al matrimonio en hermanos.Pero era evidente su vida marital. La in-fidelidad acabó en incesto, para vergüen-za de los censores.

La censura y García BerlangaEl director valenciano homenajeadoestos días en la Mostra no se libró. ‘El

Verdugo’ sufrió catorce (más de 4 minu-

tos) y, en vísperas de ir a Venecia (ganó elpremio de la crítica), alguno más.

En ‘Bienvenido Mr. Marshall’ no se viocómo la bandera estadounidense se per-día río abajo.

El guante de Gilda¿Cómo pasó «Gilda», donde RitaHayworth irradiaba sensualidad?

Circula la leyenda de que fue el propioFranco el que la salvó, gratamente impre-sionado por el origen español de la actriz(su verdadero nombre era Margarita Can-sino). Pero su estreno en las pantallas es-pañolas en 1948 generó una avalancha deprotestas.

Padres de familia, obispos, estudiantescatólicos. Gilda aguantó, pero la censu-ra, en adelante, dio más voz a la jerarquíaeclesiástica.

La ducha de PsicosisEs el clímax de la película. A los cen-sores, sin embargo, les incomodaba

Marion (Janet Leight) desnuda, inclusomuerta. La versión de Hitchcock la seguíaen la ducha, bajo el chorro de agua, la apu-ñalaba una y otra vez, la veía caer desplo-mada desde arriba.

La versión de la censura saltaba desdeque ella corría la cortina hasta que apa-recía su asesino/a, reducía las puñaladasa dos y suprimía el plano cenital.

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SUSANA GOLF

El libro ‘La censura cinematográfica en España’, de Alberto Gil, recupera los ‘recortes’ del franquismo

Franco tosía, el censor cortaba

«Mogambo ha pasado a la historia como una de las meteduras de patamayúsculas de la censuraespañola. En el film de John Ford, Grace Kellyengañaba a Donald Sindencon Clark Gable. En su afán por convertir ala protagonista en solteray evitar el adulterio,transformaron al matrimonio enhermanos»

DIARIO de IBIZA

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TURNO DE PALABRAS

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Cuando me preguntan de dónde soy,contesto que soy de Ibiza, aunque lo cier-to es que me trajeron a la isla con sólo tresaños y lo que se dice nacer, nací en Illana,un pequeño pueblo de la Alcarria que estámuy cerca de Pastrana, Sigüenza y Sace-dón. En esto de los orígenes, creo yo queconviene separar ser y nacer, pues a unolo nacen y luego, en cualquier otro lugar,uno se hace.

Nadie puede elegir su nacimiento, perosí su habitación, su afincamiento. Y mis ra-íces están en la isla. Pero a renglón segui-do he de decir que no por ello he olvidadoaquel villorrio mesetario de menos de milalmas que, sesenta años después –sin quesepa por qué–, aún me asalta con recuer-dos tan vagos como persistentes. Desde elaño 1949, tras el traslado forzoso a Ibizade mi padre, cabo de la Benemérita, sólohe visitado Illana en una ocasión, a los 12años, y pienso que aquel viaje pudo servirde «nexo» para que mi memoria retuvie-ra detalles que, en otro caso, el tiempo hu-biera borrado. Pero lo sorprendente es queretengo también recuerdos anteriores, decuando tenía dos y tres años. Y no puedoaceptar que procedan de las historias queluego me explicaron mis padres, porqueson experiencias que viví, posiblementeimágenes que me impactaron y que son hoyel poso de mi subconsciente.

Jamás olvidaré, por ejemplo, algo queya he contado alguna vez y que, siendo en-tonces normal, ahora adquiere tintes có-micos, escatológicos y surrealistas. En unade las casas que habitamos en Illana, el re-trete era un tabuco en el patio trasero conbanco y agujero para colocar las posade-ras, modesto evacuatorio que quedabaabierto por detrás a los corrales, un deta-lle que recuerdo por la ventilación que, alsoltar lastre, sentía en los bajos.

El caso es que, estando yo concentradoen mi trabajo, se coló en el cagadero y pormi espalda una gallina que, sin cacareoque pudiera alertarme, me soltó un pico-tazo en las nalgas con la consecuencia delsusto y que me di de bruces en el patiocuando salí espiritado sin subirme los cal-zones. Y sé también, porque después melo explicaron, que en aquel modesto ex-cusado, a falta del papel que hoy adqui-rimos en higiénicos rollos, utilizábamoslas páginas de un libro que arrancábamossin ningún miramiento, un ‘Quijote’ acar-tonado y monumental que venía adorna-do con hermosas aguadas.

Otros recuerdos, afortunadamente, sonmenos escabrosos y humillantes. Me veo,por ejemplo, pedaleando en un hermosotriciclo azul y blanco entre las patas de losmulos que acudían al abrevadero que en-tonces era el ombligo del pueblo; y las ga-leras que el 8 de septiembre, día de Nues-tra Señora del Socorro, cerraban la PlazaMayor en redondel para que los mozos ma-rearan a un novillo que, agarrado por cuer-nos y rabo, acababa en el pilón; y recuer-do también a tres o cuatro vecinos por susnombres: doña Gregoria, anciana de bas-tón y rosario, muy amiga de mi madre; donTiburcio, el boticario, que tenía unas ma-nos sarmentosas y enormes; Sixto, el bar-bero, de pequeña estatura, calvo como una

bola de billar y bizco, circunstancia que,cuando acercaba su navaja, atemorizaba alos clientes que no sabían si les miraba lajeta o al techo, con el consiguiente peligro;y don Eleuterio, el practicante, que le pusouna inyección a Encarnita, una niña de miedad, con tan mala fortuna que rompió laaguja y que, para sorpresa de todos, le de-jaron en su comprometida ubicación por-que, según dijeron, si no le molestaba, eramejor que la carnicería que para extraér-sela le haría un cirujano. Aún me pregun-to dónde acabó la aguja de Encarnita.

Podría, incluso, dibujar un mapa de Illa-na, no de todo el pueblo, pero sí de las ca-lles que estaban en el entorno de mi casa.Recuerdo bien la carretera que dejaba a laizquierda la ‘Ermita de los Abuelicos’ y en-traba en el pueblo por una calle de casas

bajas y larga como un día sin pan que des-embocaba en los Tres Caños, plazuela quese llamaba así por los tres pitorros que te-nía su fuente. A la plaza daba el casón delos Revuelta, con escudo de piedra en la fa-chada; y la tienda de ultramarinos de Ma-ría de la Torre, mi madrina, que vivía consu hermana Amparo, las dos enlutadas yvistiendo santos por solteras y ejercer desacristanas. De su casa recuerdo un tene-broso sótano-almacén al que entrábamospor una portilla del suelo, dando luz conun candil a lo que a mí me parecía la bocadel infierno; también recuerdo un umbrá-culo que sólo se usaba en verano, atibo-rrado de tiestos y con las paredes cubier-tas de una colonizadora y lujuriosa enre-dadera; y en el piso superior, un dormito-rio que olía a naftalina y alcanfor, con dos

reclinatorios frente a una cómoda con unalamparilla y un San Roque enclaustradoen una hornacina de cristal.

En la plaza había también un horno co-munal, donde, un día a la semana, por tur-no riguroso, las mujeres cocían el pan; ylos domingos y fiestas de guardar, rosqui-llas y roscones que acercaban en enormesbandejas de latón. El olor de los panes re-cién hechos y de aquellos postres festivoslo tengo aún en las narices. Y a la plazadaba también el portalón del cementerioque quedaba en la trasera de la iglesia.

Precisamente, uno se adentraba en elpueblo, desde los Tres Caños, por la calleprincipal que pasando por delante de lachurrigueresca iglesia de Nuestra Señorade la Asunción llegaba a la Plaza Mayor,la del pilón y el abrevadero, que era don-de estaba el Ayuntamiento y que servía dedistribuidor, pues desde allí salían las otrascalles del pueblo, la del Zacatín, larga y es-trecha, la del Puntío, empedrada hasta elarroyo que cruza el barrio de La Umbría,la de La Solana que subía a la parte másalta del pueblo y otra calle que, paralela ala de la iglesia, iba hasta la casa-palacio deGoyeneche en el que estaba entonces elCuartel de la Guardia Civil. Y subiendo LaSolana, quedaba La Bujeda, tierra ya debosques y de lobos.

Y no recuerdo mucho más. Ya sé que noes gran cosa, pero con el tiempo que ha pa-sado, a mí me parece más que suficiente.En uno de esos viajes sentimentales y dedespedida que uno suele hacer en la vejez,siempre he querido regresar a Illana paraver si mis recuerdos casan con la realidad.Todavía espero poder hacerlo.

DIARIO de IBIZA

Primera memoriaMIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ

«Otros recuerdos son menosescabrosos y humillantes.Me veo, por ejemplo,pedaleando en un hermosotriciclo azul y blanco entrelas patas de los mulos queacudían al abrevadero, que entonces era el ombligodel pueblo»

«En la plaza había tambiénun horno comunal, donde, un día a la semana, por turnoriguroso, las mujeres cocíanel pan; los domingos y fiestas de guardar rosquillasy roscones que acercaban en enormes bandejas de latón»

«Lo que se dice nacer, nací en Illana, un pequeño pueblo de la Alcarria que está muy cerca de Pastrana, Sigüenza y Sacedón»