Juan Pasquau, humanista ubetense

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Biografía del humanista ubetense Juan Pasquau Guerrero. Libro premio cronista Cazabán 2010

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  • 1. El Humanista ubetenseJuan Pasquau Guerreroy su pocaPremio Cronista Alfredo Cazabn,2010

2. Adela Tarifa Fernndez El Humanista ubetense Juan Pasquau Guerrero y su poca Premio Cronista Alfredo Cazabn, 2010 Colaboradores: Francisco Javier Salido Gmez Mara Antonia Bonachera Vilar Documentacin: Rosa Liao FloresInstituto de Estudios GiennensesJan, 2011 DIPUTACIN PROVINCIAL DE JAN 3. Instituto de Estudios Giennenses Coleccin InvestigacinEdita:Instituto de Estudios Giennenses, 2011DIPUTACIN PROVINCIAL DE JAN De la autora: Adela Tarifa Fernndez De la presente edicin:Instituto de Estudios GiennensesDiseo grfico y maquetacin:Instituto de Estudios GiennensesImprime:Villatorres, 10 Polgono Los Olivares JanI.S.B.N.: 978-84-92876-15-0Depsito Legal: J. 2506 - 2011Impreso en Espaa Printed in Spain 4. ADELA TARIFA FERNNDEZ es Doctora en Historia y Catedrtica de Geografae Historia. Consejera-vicedirectora del Instituto de Estudios Giennenses. Representa ala provincia de Jan en diversas instituciones culturales espaolas por sus nombramien-tos como Miembro de Nmero del Centro de Estudios Histricos Pedro Surez deGuadix (Granada), Acadmica Correspondiente de la Real Academia de la Historia,Acadmica Correspondiente de las Reales Academias de Crdoba, Alfonso X el Sabiode Murcia, y Real Academia de San Telmo de Bellas Artes de Mlaga. Forma partede un grupo de Investigacin de la Universidad de Granada dedicado a investigar lasrelaciones histricas de Espaa y Latinoamrica y ha dirigido varios grupos de Inves-tigacin. Ha sido nombrada miembro de diversos jurados para designar premios deinvestigacin histricos (Premios Domnguez Ortiz y Joaqun Guichot, y premiosSantillana de investigacin, bajo la presidencia de Mario Vargas Llosa), Ha publicado28 libros y ms de un centenar de artculos relacionados con su especialidad. Hacoordinado dos cursos del Programas Scrates, del Consejo de Europa, para tcnicos-especialistas de Educacin, con representacin de diez pases europeos. Coordin el ICongreso internacional para la Educacin en el Patrimonio: Ciudades Patrimonio dela Humanidad, con la colaboracin de los Ayuntamientos de Baeza y beda y la Di-putacin Provincial en el 2002. Ha coordinado diversos cursos de verano de Historiay de Patrimonio organizados por los Ministerios de Educacin y de Cultura, y parti-cipado en los cursos de otoo organizados en Brasov por los Ministerio de Educacinde Rumana y de Espaa. Ha colaborado con la Comisin de Letras y Humanidadesde la Real Academia de la Historia para elaborar el Diccionario Biogrfico Espaol. Enel 2010 recibi el premio de investigacin histrica Cronista Cazabn del IEG, de laDiputacin Provincia de Jan. Es colona de Honor de las Nuevas Poblaciones de SierraMorena y Cronista Oficial de Carboneros (Jan).COLABORADORES:Francisco Javier Salido Gmez. Licenciado en Informtica por la Universidad deGranada y Profesor de Titular de Educacin Secundaria. Actualmente es Jefe del De-partamento de Informtica y Coordinador de Tecnologas de la Informacin y dela Comunicacin del I.E.S. Virgen del Collado de Santisteban del Puerto, dondeejerce la docencia en Educacin Secundaria y en Formacin Profesional.Mara Antonia Bonachera Vilar. Abogada. Licenciada en Derecho (Universidad deJan). Licenciada en Periodismo (Universidad Carlos III, Madrid), especialidad enla que realiz los cursos del doctorado en el tema, Comunicacin de masas: Infor-macin y Propagada del Departamento de Historia de la Comunicacin Social dela Universidad Complutense de Madrid. Obtuvo beca en TVE y ha colaborado endistintos medioscomo la CADENA SERola editorial de revistas EDIMICROS. Hapublicado varios trabajos sobre su especialidad y colaborado en el Diccionario Biogr-fico Espaol (RAH). 5. PrlogoEl Instituto de Estudios Giennenses en una de sus convocatorias de proyectosde investigacin concedi hace tiempo que se realizase un estudio sobre elarchivo de Juan Pasquau Guerrero, que en su tiempo fue consejero de nmerode esta institucin. En el equipo que lo haba solicitado, dirigido por M An-tonia Bonachera, colabor la Dra. Adela Tarifa Fernndez, catedrtica delInstituto de Bachillerato San Juan de la Cruz de beda.Aquel proyecto de investigacin cumpli sus trmites reglamentarios quedan-do el Instituto satisfecho del trabajo realizado. Sin embargo, la Dra. Tarifapens con acierto que vala la pena profundizar sobre la vida y obra de JuanPasquau y de esta feliz idea naci el presente libro presentado al certamen queen honor de otro ubetense convoca anualmente el expresado Instituto: PremioCronista Cazabn 2010, que este ao se dedicaba a Historia. El Juradopara conceder tal distincin se reuni el 18 de noviembre y por uninamidadconcedi el Premio Cazabn 2010 a este libro.La lectura de este libro nos lleva a considerar varias cuestiones; de momentovoy a citar solo dos: la primera es que se trata de una excelente biografa deun humanista giennense cuya vida se desarroll en beda en el siglo XX; lasegunda es que en un segundo plano se presenta un precioso estudio histricosobre esta ciudad y otras poblaciones de Jan, con amplias pinceladas literariaspara dar a conocer el entorno del personaje que se biografa.La autora de la biografa, la Dra. Tarifa, ha redactado de forma amena yprecisa las vivencias de su biografiado. Es un estudio riguroso en la metodo-loga, rico en fuentes utilizadas y aqu debo yo suponer las dificultades quetuvo para seleccionar todo aquello que de una forma clara fuera expresin dela personalidad de Juan Pasquau, porque de l haba un rico material, fo-mado en buena parte de sus Diarios, Memoria y las numerosas notas, cartas, El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 6. que conservaba el biografiado, amn de sus publicaciones conservados en el archivo familiar. Es muy de apreciar la colaboracin proporcionada por Rosa Liao, viuda del biografiado, por las conversaciones mantenidas con la utora de esta obra. As ha podido la Dra. Tarifa conocer y darnos a conocer psicol- gicamente a este hombre en este estudio sobre su vida y su obra. De otra parte la Dra. Tarifa ha querido presentarnos el ambiente en que se desenvuelto tanto Juan Pasquau como sus antepasados llegados de Francia en el siglo XVIII. Esto le permite darnos a conocer toda una saga de los Pasquau que han tenido una activa vida poltica, social y cultural en la provincia de Jan, sobre todo desde que una parte de ellos se fueron integrando en la socie- dad ubetense. A la vez para los primeros tiempos (siglo XVIII y parte del XIX) la prensa era escasa y de difcil localizacin; despus la prensa local, provincial y nacional completarn la informacin precisa para disear el entorno en que se desenvolvieron los Pasquau en sus primeras dcadas en Espaa. Afortunadamente la profesora Tarifa es una profunda conocedora de la his- toria de beda, ciudad a la que ha dedicado numerosos libros y artculos de investigacin. No es este el momento de destacar la amplia labor investigadora que ha realizado desde que llegara a la ctedra de Historia del Instituto San Juan de la Cruz de beda. Su excelente formacin en las aulas de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Granada la han convertido en una experta historiadora. beda ha entrado en su corazn porque esta ciudad tie- ne especiales encantos que ella sabe saborear, como tambin supo disfrutarlos el biografiado Juan Pasquau, quien, pese a numerosas insistencias de amigos y familiares para que se trasladara a Madrid, no dej a la beda que amaba. Ese caudal de conocimientos ha sido bien aprovechado por la autora, de modo que a la biografa de un gran humanista, escritor y pedagogo, le aade para cada momento oportuno aspectos variados de la vida de beda y otros muchos lugares de la provincia de Jan, as como tambin da unas pinceladas lo sufi- cientemente atractivas para conocer qu ocurra por ese tiempo en el mundo. Las pginas del libro estn plagadas de notas sobre las publicaciones, de todo tipo, que la Dra. Tarifa ha utilizado, muchas de ellas sugerentes para nuevos estudios, en especial sobre beda y otros pueblos y ciudades de Jan. Evidentemente la Dra. Tarifa ha disfrutado presentando una historia ntima de beda, cosa que slo puede hacer un escritor, en este caso una escritora, que pone junto con su mucho saber el corazn. Tambin en su exposicin cruza la vida de personajes, que admira, como son el pintor Zabaleta, que fue amigo personal de Pasquau, el historiador Domnguez Ortiz, el poeta Anto- nio Machado, el acadmico e historiador, estrechamente vinculado a Baeza, Rafael Rodrguez Moino, o el notario e historiador Antonio Linage Conde,10 por citar algunos ejemplos, encajando o comparando la vida de estos notablesAdela Tarifa Fernndez 7. humanistas con la de Juan Pasquau. Por las pginas de este libro se va presen-tando tambin gran parte de la intelectualidad de beda y de la provincia deJan, que ha dado importantes escritores, en diferentes facetas del saber, casode Manuel Muro o Alfredo Cazabn, entre otros personajes mencionados.Ha aprovechado para exponer la vida infantil de Juan Pasquau, crnicasfamiliares, as como a lo largo del libro estn con frecuencia presentes la Se-mana Santa, la feria de San Miguel con sus fiestas de toros. Pero triste es decirque por las pginas de este libro van pasando tiempos de hambre, de paro,huelgas, con una ciudad mal comunicada dependiendo una gran parte de lapoblacin del campo, expuesto a sequas o inundaciones. A esto haba queaadir el elevado analfabetismo. As se comprende que, al margen de recono-cer los errores de la Dictadura de Primo de Rivera, se valoran los resultadospositivos de esa etapa histrica.El libro est bien estructurado, con partes bien definidas de modo que a travsde ellas se va viendo el discurrir de una vida que desde el primer momentose manifiesta profundamente religiosa, observador de su entorno; y as len-tamente se va forjando el escritor que desde muy pronto, ya en su infancia,dio muestras de vocacin. Como biografa que es, sigue la autora un ordencronolgico, aunque a veces, para dar una peculiaridad de Juan Pasquau, sepermita avanzar y dar un testimonio escrito por l aos ms tarde. Son muyexpresivos los ttulos que pone a las distintas partes de la obra como El tr-gico final de la edad feliz, Tiempos de incertidumbre. Se gesta el escritorEscritor por vocacin.En esta obra se va presentando paulatinamente el currculum de Juan Pas-quau, un joven que no pens en un principio dedicarse a la docencia, peroque en ella destac desde el primer momento en que se vio inmerso en la for-macin de nios y jvenes, vinculado primero a la SAFA y alcanzando luego,por oposicin, el cargo de Director de Colegios Nacionales. Cuando Pasquaucomo director diriga uno de los centros de beda el que escribe este prlogotuvo la suerte de conocerlo en bastantes ocasiones y pude admirar al hombreque muy bien define Adela Tarifa como concentrado, silencioso, meditativo;era un hombre sencillo, que cuidaba las palabras para no molestar. En l yopude ver lo que es modestia en un gran hombre.La otra faceta, la de escritor, est muy bien elaborada en este libro porque laautora, que no tuvo la fortuna de tratar a Juan Pasquau, lo ha ido conociendoy profundamente a travs de sus escritos, que se manifest desde la infancia enun gnero en el que llega a la perfeccin, el de articulista. Tras ensayos locales,publica en el diario Jan, en Ideal de Granada y el salto a la prensa nacionalle lleg en ABC, colaborando durante 19 aos con este rotativo. El artculo 11El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 8. periodstico, literario, tiene en l ms claro concepto; la inmediatez del tema, la ocasin a veces fugaz, que hay que relatar. La obra se completa con numerosas ilustraciones, muchas de ellas inditas, una amplia bibliografa y dos anexos. El Anexo I est dedicado a la obra escrita por Juan Pasquau y el Anexo II recoge la biblioteca y archivo del bio- grafiado, apartado de la obra realizado por Francisco Javier Salido Gmez y Mara Antonia Bonachera Vilar; ambos anexos son del mayor inters para completar todos los rasgos personales que se han ido exponiendo a lo largo de este interesante estudio por lo que hay que felicitar a la Dra. Tarifa y a sus colaboradores, y al Instituto de Estudios Giennenses por su esmerada publi- cacin. Luis Coronas12Adela Tarifa Fernndez 9. I. INTRODUCCINE n esta obra, que tiene como hilo argumental la vida y la obra del hu-manista de beda Juan Pasquau Guerrero, quien fue Consejero de Nmero delInstituto de Estudios Giennenses desde su fundacin, se realiza una aproximacina la historia de Jan, sus tierras y sus gentes. Su historia tiene como punto de par-tida el siglo de la Ilustracin, cuando se instalan en el Reino de Jan, hacia 1772,los primeros antepasados del personaje central, y culmina con el fallecimiento deJuan Pasquau en 1978.Un estudio profundo de fuentes histricas e historiogrficas durante va-rios aos de investigacin, el comentario sobre la mayor parte de la obra publicadapor Juan Pasquau y la realizacin del fichero de los fondos de su biblioteca y ar-chivo, ha hecho posible que saquemos a la luz infinidad de testimonios inditossobre la historia ms reciente de Jan y rescatemos para la memoria colectiva unaparte del inmenso legado del patrimonio documental de la provincia, no siemprebien conocido ni conservado. Hoy, transcurridos ms de cinco aos desde queabordamos una empresa que pareca inagotable, podemos al fin dar a conocer lofundamentar de nuestro trabajo que, como comprobar el lector, no es slo la bio-grafa de uno de los escritores y pedagogos giennenses contemporneos de mayorprestigio dentro y fuera de Jan. Es una tambin la historia general de una pocaen la que todo lo referido a la provincia de Jan, y de modo especial a la ciudad debeda, cobra especial relevancia.Hemos dividido la obra en tres apartados: una Introduccin, la Biografade Juan Pasquau Guerreo (1918-1978), y dos Anexos, referidos a la Obra JuanPasquau y a los Fondos de su archivo. El trabajo se complementa con una biblio-grafa general y numerosas ilustraciones, muchas de ellas inditas, que completanel perfil humano del biografiado y enmarcan grficamente la poca en que vivi.Esperamos que este libro agrade al lector y sirva para dar a conocer y divulgar unaparte indita del legado histrico patrimonial provincial.13El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 10. El eje central del trabajo consiste pues en realizar una aproximacin a la figura de Juan Pasquau, destacando sus aportaciones a la cultura de Jan. Este pun- to fue el ms complejo, pues para abordar la biografa de un escritor con rigor se precisa recurrir a infinidad de fuentes y conocer a fondo su obra escrita, publicada e indita. Aunque no vamos a negar que dicha investigacin ha supuesto un esfuerzo ingente, infinitas horas de trabajo en soledad, dificultades mltiples que superar, y que hubo muchos momentos de agotamiento y hasta de desnimo, creemos que el resultado final ha merecido la pena. Adems nos parece que con estas pginas se contribuye a mantener vivo el recuerdo de un personaje que hizo mucho por la cultura de Jan. Seguramente por ello el pueblo, que casi siempre sabe juzgar con sabidura y no olvida a quienes dejaron huella en su paso por la tierra, no ha permitido que desaparezca la presencia de Juan Pasquau de la vida cotidiana. To- dava hoy, pasados tantos aos desde la muerte del personaje central de esta obra, su legado de afectos y sabidura est presente en la Ciudad de los Cerros: una calle lleva su nombre, en un colegio pblico llamado Juan Pasquau siguen apren- diendo aos tras aos los nios de beda, y en la Biblioteca Municipal, de la que l fue director hasta su muerte y bautizada tambin con su nombre, se puede con- templar un magnfico busto de este gran giennense universal, esculpido por Juan Luis Vassallo, que fue sufragado por suscripcin popular. All, a la sombra de Juan Pasquau, se congregan cada da infinidad de lectores, convocados por ese impulso tan humano de aprender, esencia del progreso de las civilizaciones. Recientemente (febrero, 2011) el ayuntamiento de la ciudad de beda lleg a un acuerdo con la familia de Pasquau para dedicar una seccin del Archivo Histrico Municipal a los documentos fundamentales de la biblioteca y archivo de este humanista, es- pecialmente los borradores de sus obras y otras piezas documentales inditas, una iniciativa que aplaudimos pues el personaje lo merece.Finalmente deseo manifestar que mi trabajo de estos aos, recopilando documentacin para elaborar esta obra, redactando la biografa, de Juan Pasquau, y adentrndome en su pensamiento a travs de sus escritos, han marcado un antes y un despus en mi trayectoria como historiadora pues su figura y su testimonio de vida me han servido para comprender mejor lo que engrandece la condicin humana. He podido percibir en estos aos, por ejemplo, que en una poca tan ma- terialista como la nuestra, agobiada por la urgencia, por la inmediatez, reconforta darse cuenta de que la mayora de nuestros semejantes no son, como deca Hob- bes, lobos para los otros; que valores como la gratitud hacan quien nos quiso, nos escuch, nos ense algo, estn ms en alza de lo que imaginamos con frecuencia. Ante ello, no podemos exclamar como Marcial que son tardos los laureles que florecen sobre la tumba, porque hemos percibido que Juan Pasquau Guerrero es querido y admirado hoy como si su muerte hubiera sido ayer mismo, si no ms.14 Otra cosa bien distinta es que nos parezca que a l, aunque se sintiera agradecido Adela Tarifa Fernndez 11. por esos laureles que siguen floreciendo sobre su tumba, seguramente, de podercomunicarse con nosotros, afirmara que no los merece y acaso exclamara para s,con su fino humor, conocedor de que la envidia es uno de los pecados capitales delos espaoles y tan alejado como siempre estuvo de buscar fama y celebridad efme-ra: perdn por haber vencido en la difcil batalla del olvido. De lo que s estamosseguros es de que Juanito, Juan, Don Juan Pasquau, que venci y convenci porquetena una gran inteligencia y grandeza de espritu, agradece, desde el lugar queocupe su alma, el cario que le muestran quienes todava hoy le recuerdan como loque fue: un gran hombre y un gran sabio. Ya dijo la reina Cristina de Suecia que lagrandeza y el amor, como los perfumes, los que los llevan apenas los sienten. Respecto a la gratitud de la que hablbamos, acaso uno de los valores mscaractersticos en la personalidad de nuestro biografiado, pensamos que a l tambinle gustara dar las gracias a cuantos han colaborado con nosotros. Para ello recurri-mos a la cita de uno de escritores que ms ley nuestro biografiado, J. W. Goethe,quien escribi esto: Si yo pudiera enumerar cunto debo a mis grandes antecesoresy contemporneos, no me quedara mucho en propiedad. Nosotros nos sentiremossiempre en deuda con un personaje que ha dejado un gran legado cultural a sutierra, Jan, el nico que nadie puede robar, porque, en lo que respecta a los bienesmateriales, Juan Pasquau, como Antonio Machado, pas por la vida ligero de equi-paje, con excepcin de los libros, su nico lujo. Acaso porque Pasquau siempre tuvoclaro, como opinaba Vicente Espinel, que Los libros hacen libre al que los quiere.Juan Pasquau, Cronista Oficial de beda y gran admirador del Cronista AlfredoCazabn, fue un hombre realmente libre, un autntico humanista pues amaba loslibros y a los seres humanos. Su memoria quedar para siempre recogida en uno deellos, el Diccionario Biogrfico Espaol, de la Real Academia de la Historia.Para terminar este captulo de agradecimientos, nos vamos a tomar lalicencia literaria de decir algo a nuestro biografiado de t a t, estableciendo esoque l llam en unos de sus magnficos artculos, un dilogo de una a otra orilla:querido Juan Pasquau, quienes te conocieron y leyeron en vida, y los que te he-mos descubierto a travs de tus escritos, opinamos que tratndose de gratitudes,los que nos quedamos en esta orilla cuando t te mudaste a la otra estamos bienSera muy complejo y extenso hacer relacin de los apoyos recibidos para realizar esta obra. Entre ellos queremosdestacar slo algunos, sin los cuales hubiera sido mucho ms difcil nuestro trabajo. En nombre propio y en el demis colaboradores, Francisco Javier Salido Gmez y Mara Antonia Bonachera Vilar, nuestro agradecimiento aD. Antonio Linage, D. Juan Barranco, D. Luis Monforte, D. J. A. Almagro Alises, D. Natalio Rivas, Da. PilarOgyar y especialmente a la familia Pasquau Liao que nos facilit la consulta en sus archivos.Cuando redactbamos este trabajo recibimos en el equipo la grata noticia de que haba sido aceptada la propues-ta que elevamos a la Comisin de Humanidades de la Real Academia de la Historia para que la biobibliografade Juan Pasquau Guerrero fuera incluida en el Diccionario Biogrfico Espaol. Esta propuesta fue presentada por15Adela Tarifa Fernndez, Acadmica Correspondiente en beda de la Real Academia de la Historia, y a ella le fueencargada la voz de Juan Pasquau. Esto da a nuestro personaje una proyeccin mundial.El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 12. servidos, porque nos has regalado una herencia de amor y sabidura que no tiene precio. Por eso ahora toca a nosotros dedicarte a ti otra cita, del inmortal Virgilio, que refleja algo de lo que nos dicta el alma tras haber sentido que tu testimonio de vida y la lectura de tu obra nos hizo ser un poco mejores: Mientras el ro corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido. Gracias Juan Pasquau Guerrero por dejarnos entrar en tu casa, en sus sen- timientos, en tu familia, en tu vida, en tu obra y en tu archivo. Gracias por ser como eres; por haber conservado tanta documentacin, por haber creado la familia que tienes, por haber escrito tanto y bien. Ten la certeza de que todo ello no ha cado en saco roto y que perdurar para siempre. Nosotros, con la informacin recabada en tu archivo y biblioteca, con los testimonios orales, con lo que reflejaste de tus ideales en tus escritos, donde siempre aflora tu admiracin hacia la ciudad que te vio nacer, tu amor incondicional hacia la familia, los amigos y los alumnos, y tu respeto profundo hacia el ser humano, sin distincin alguna, hoy podemos realizar al fin esta semblanza biogrfica. Seguramente mereces mucho ms que este libro, pero es lo que est en nuestras manos ofrecerte. Nos gustara que esta iniciativa sirviera para que el ayuntamiento de beda y otras instituciones provinciales decidan algn da reeditar toda tu obra, incluida la indita. Por lo que toca a este grupo de investiga- dores, compuesto por Adela Tarifa Fernndez, Javier Salido Gmez y Mara Anto- nia Bonachera Vilar, haremos lo posible por continuar la tarea iniciada, abordando nuevos trabajos referidos a tu vida y obra. Porque es de justicia. Porque te lo mereces y vale la pena hacerlo. Piensa que este libro, estos aos de trabajo, es un regalo que hacemos a ti y los tuyos; y que elegimos hacerte este regalo conscientes de que era el que ms te gustaba: un libro y una buena conversacin entre amigos. Juan, hoy, a la vista de la deriva que toma este mundo, cargado de violen- cia y obsesionado por atesorar riquezas materiales, hoy ms que nunca, cabe decir que acertaste eligiendo como tesoro lo nico que no nos pueden robar: cultura, amor, amistad y fidelidad a tus ideales. Eso has dejado en herencia a tu familia, a tus lectores y a tu ciudad, huyendo de la avaricia, un mal que seca el alma. Sin duda de ese terrible mal nadie te podr acusar, porque bien poco te interesaba reunir ms bienes materiales que los justamente necesarios para vivir dignamente. Eso s, fuiste rico en otras cosas, como en la de atesorar afectos y palabras, y reuniste una buena biblioteca porque lo poco que te sobraba de tu sueldo de maestro lo dedi- cabas a comprar libros. Seguramente por eso tu alma fue siempre joven, aunque una cruel enfermedad envejeciera tu cuerpo prematuramente. Ojal, Juan, cunda tu ejemplo, porque estoy de acuerdo con esta frase que se atribuye a Nicols de Avellaneda: cuando oigo decir que un hombre tiene el hbito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de l. T amaste a los libros y a los seres humanos. Eras16 un hombre bueno y autnticamente libre. Uno de los pocos que he conocido. Adela Tarifa Fernndez 13. II. BIOGRAFA: EL HUMANISTA JUAN PASQUAU GUERRERO (1918-1978)2.1. Los Antepasados de Juan Pasquau Guerrero. Contexto his- trico (1772-1906) Los Pasquau: franceses emprendedores en Espaa S obre el origen de los primeros Pasquau que en tiempos remotos seinstalaron en Jan y en beda recogi algunas noticias Alfredo Cazabn Laguna,quien escribi en el peridico ubetense La Provincia un artculo titulado Fran-ceses en Espaa. Los Pasquau d Esponera. Se remontaba el conocido polgrafoubetense a los tiempos en que una familia francesa del linaje de los Pasquau tenasu casa solariega en el lindo pueblecito de Meyrac, situado en el departamentode los Bajos Pirineos en cuya fachada el propio Cazabn pudo ver los escudos fa-miliares. Mencionaba en dicho artculo el nombre de algunos antepasados ilustresde los Pasquau de Meyrac que sirvieron a los reyes de Francia en acontecimientosmilitares de las Guerras de Religin luchando siempre por el ideal catlico, yrecordaba la participacin de Juan Pasquau dEsponera en famosas batallas libra-das en Flandes e Italia en el siglo XVI, en tiempos del Gran Capitn. TerminabaCazabn Laguna afirmando que un descendiente de este aguerrido Juan Pasquaufue Agustn de Esponera brillante oficial de los ejrcitos de Luis XIV, de quienarrancara la sucesin de esa noble familia francesa que vinieron a establecerse enEspaa. Segn parece, uno de sus hijos fue Pedro Pasquau de Esponera, padredel siguiente Pedro Pasquau, que se estableci en Hijar, de Agustn Pasquaude Esponera, que se estableci en Huesca, y de Juan Pasquau de Esponera, quese estableci en Jan, y ramific pronto su familia a beda, segn la versin deLa Provincia, 13 de noviembre de 1935. 17El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 14. Cazabn Laguna, quien tomaba estos datos, al parecer, de un artculo annimo en el que qued constancia de la presencia en tie- rras de Jan de estos nobles franceses amediados del XVIII .Nuevos datos y ms contras- tados, a nuestro juicio, ofrece el his-toriador Gins Torres Navarrete, quien discrepa en algunos puntos de lo publi- cado por Cazabn y dedica a los Pas- quau, un captulo de su ms extensa obra. Expone este cronista que Pedro Pasquau Canet de Assou, nacido en Sevig-nac, regidor de esa poblacin casado con Ma- Escudo de la familia Pasquaura de Esponera, tuvo varios hijos varones. El primero, Juan Pasquau de Esponera, no estaba establecido en beda, aunque vino a morir aqu en 1804, sin descendencia. Otro hijo fue Pedro Pasquau, el primer Pasquau que se establece en beda, siendo admitido hijosdalgo en el cabildo municipal de 23 de octubre de 1772, a quien el rey Carlos III le dio licencia para establecer en esta ciudad una fbrica de jabn, segn consta en el acta de cabildo de 22 de abril de 1772. Tambin fue diputado de abastos y administrador de Correos. De esta informacin se desprende el espritu emprendedor que caracteriz a los antepasados de nuestro biografiado y su influen- cia en la corte espaola de Carlos III, pues el tal Pedro Pasquau, para establece una fbrica de jabn y otra de aceite en beda, lleg provisto de Real Carta Ejecutoria del rey espaol que le autorizaba a ello. Precisamente los documentos que aport para instalarse en la ciudad de beda, en particular una Real Carta Ejecutoria de Hidalgua, confirman que este personaje era hijo de don Pedro Pasquau y de D Mara Esponera y nieto de don Bertrando Canet de Assou y de D Catalina Cla- verte de Pasquau, naturales de la villa de Sevignac, Provincia Reino de Nabarra de Francia, segn consta en tal documento. Tambin nos informa dicha Real Carta de que la familia Pasquau tena voto en cortes por la provincia de Bearne, que Pedro Pasquau haba ejercido el empleo de primer regidor de Sevignac, electo por los regidores del Valle de Oseau, siendo a la vez Sachistn Mayor honorario de la Iglesia de dicha villa de Sevignac, Prior, Superior, Consejero y tesorero de la Cofrada del Santsimo Sacramento, con lugar de preeminencia en las procesiones y otras funciones pblicas, y que las armas de Pasquau estaban esculpidas en pie-Apellidos extranjeros, Don Lope de Sosa, 1913, p. 19018TORRES NAVARRETE, G. Historia de beda en sus documentos (7 vols) Linajes Ilustres, beda, 1998, pp. 449-451. Adela Tarifa Fernndez 15. dra y mrmol sobre las casas principalesde Pasquau y Castillo de Meirac.... Porello, a la vista de esta informacin, To-rres Navarrete seala que no era exactotodo lo que anteriormente haba apor-tado Alfredo Cazaban, y as lo expresaen su artculo: Otra vez yerra don Al-fredo Cazabn al asegurar que la familiaPasquau fue oriunda del Obispado deOlorn. S lo fueron de all los Lam-beyla, emparentados ms tarde con losPasquau Lpez de Esponera, afincadosen beda.Si nos referimos de forma msconcreta a los motivos que movieron alos antepasados de nuestros biografiadopara fijar su residencia en beda, nocabe duda que pes su afn empren-dedor, abriendo fabricas de aceite yjabones, iniciativas que les reportaronbeneficios econmicos y algn que otroquebradero de cabeza: nos consta que elasunto de los negocios de jabones, que Iglesia de Sevignac, origen de los Pasquauinstal el primer Pasquau afincado enesta ciudad, fue denunciado por algunos vecinos pues este dato histrico quedrecogido en las actas capitulares del ayuntamiento de beda. Al parecer don PedroPasquau tuvo que defenderse ante las autoridades municipales porque fue conside-rado responsable de transmitir ciertas enfermedades a la poblacin a causa de losvertidos txicos de las dichas fbricas de jabones. En esa declaracin se dan algu-nos detalles de su vida que confirman la informacin recogida por Gins TorresNavarrete. De todo lo expuesto, y de otras fuentes consultadas que nos han facilitadodatos precisos sobre el rbol Genelgico de los primeros Pasquau que llegaron abeda y a Jan, se desprende el origen noble de los antepasados del humanistaArtculo de G. Torres Navarrete, publicado en la revista Ibiut. Seala que El primer Pasquau que se estableceen beda lo hace en 1772 y se llam don Pedro Pasquau de Esponera, recibido hijodalgo en esta ciudad el 10de Julio de aquel ao. Y que el primer Pasquau fue un gran emprendedor, destacando su iniciativa para instalarfbricas de aceite y jabn.Sobre la vida y obra de Juan Pasquau Guerrero y noticias de sus antepasados remitimos a R. QUESADA, be- 19da: Hombres y Nombres, Granada, Asociacin Gavellar, 1982, pp. 104-106; VV.AA. VV. AA Ibiut, beda, 1982,n 125-125 (Artculos varios en recuerdo a Juan Pasquau; TORRES NAVARRETE, Los cronistas oficiales deEl humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 16. ubetense Juan Pasquau Guerrero. Aunque en este punto cabe ya adelantar que a nuestro biografiado nunca le interes reivindicar su noble cuna: en las consultas realizadas en su archivo privado tuvimos la ocasin de leer algunas cartas que Juan Pasquau Guerrero recibi animndole a vincularse a asociaciones de hidalgos espa- oles, caso de la que le remiti el Marqus de Gauna, D. Alfonso de Figuerola, en estos trminos: No se olvide de lo de la Asociacin de Hidalgos. Aparte de ser us- ted tercer nieto del Maestrante de Ronda, su primo, el Conde de la Lisea, Moreno Pasquau Valenzuela y Viso, es caballero de Calatrava.... Juan Pasquau Guerrero s se olvid de hacer estas gestiones y nunca se vincul a la citada Asociacin. Un detalle ilustrativo de su personalidad, como tendremos ocasin de comprobar lle- gado el momento. Pero sigamos ahora con la historia familiar ms remota que nos conducir a nuestro personaje.Del antes citado Pedro Pasquau se sabe que su relacin con la ciudad de beda no fue slo empresarial sino tambin afectiva pues en 1772 contrajo matri- monio en la parroquia de San Isidoro de beda, en primera nupcias, con la ube- tense Isabel Pinilla Duque y Moya. Aunque Isabel muri pronto y Pedro se cas de nuevo con una joven de Jan llamada Catalina Delgado, naciendo tres hijas de esta segunda unin. De su primer matrimonio con la joven de beda ya tena dos vstagos: Juana Pasquau, casada con un primo llamado Juan Lambeya Pasquau, y Juan Pablo Pasquau, bisabuelo de nuestro biografiado, quien fue persona de reco- nocido prestigio en la ciudad. Ocup el cargo de alcalde de beda y fue el primero de los Pasquau nombrado, en 1835, Maestrante en Ronda, cargo que busc con ahnco, aconsejado por su padre, para adquirir prestigio social, y que continuaron sus sucesores. El abuelo Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda Juan Pablo Pasquau Lpez contrajo matrimonio con Victoria Gonzlez de Castaeda y Fernndez de Liencres, nacida en Selaya (Santander), el 25 de enero de 1794, dieciocho aos ms joven que l. Es esta lnea familiar la que con- duce directamente a Juan Pasquau Guerrero, nuestro personaje, nieto de uno de los hijos que nacieron de este matrimonio, llamado Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda, que haba nacido en mayo de 1829 y fue bautizado el da 25 de ese beda, Ibiut, beda, 1984, n 11. Tambin en A. CHECA GODOY; y Historia de la prensa jienennse (1808- 1983), Jan, Diputacin Provincial, 1986, pp. 231 y 310; A. VALLADARES REGUERO, Gua literaria de la provincia de Jan, Jan, IEG, 1989, pp. 267-270, y Temas y autores de beda, Ed.. Pedro Belln Sola, beda, 1992, pp. 434-436; VV. AA., Revista Gavellar (n extraordinario dedicado a Juan Pasquau), Madrid, 1978, n. 55-56. Agradecemos la colaboracin de don Juan Barranco, investigador ubetense, quien nos facilit consultas en su archivo referidas a los orgenes de los Pasquau de beda.20 8 AJP, seccin Correspondencia (S.C.)Adela Tarifa Fernndez 17. mes en la parroquia de San Pedro de beda. Poco antes de su nacimiento, el 21de enero de1824, haba nacido en beda un nio llamado Ignacio de Sabater yArauco, hijo del matrimonio formado por Jos de Sabater y Cam, miembro deuna emprendedora familia de Tortell (Gerona) y Brgida de Arauco, quienes fijansu residencia en beda a finales de 1815. Los cinco aos de edad que les separabany la pertenencia a familias de similar rango social nos hace suponer que ambosjvenes coincidiran en mltiples ocasiones. Adems, ambas familias mantuvieronsiempre estrechos lazos de amistad, aunque la vida llevara a estos jvenes ubetensespor caminos diferentes, pues Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda no tena yatanto inters por los nuevos negocios que marcaban los tiempos como sus predece-sores mientras que Ignacio de Sabater desde joven manifest poseer grandes dotespara la iniciativa empresarial, constituyendo, con su hermano Salvador, la Compa-a Sabater Hermanos, en beda, logrando ampliar y diversificar sus actividadesempresariales hasta el punto de ser considerado el banquero ms importante deJan y una de las mayores fortunas de la provincia. S tuvieron en comn Antonioe Ignacio, como casi todos los jvenes de familias poderosas, la aficin por la pol-tica. Una aficin muy frecuente en aquella poca, entre jvenes y mayores, cuandola historia del mundo y de Espaa corra a ritmo ms acelerado que antao10.Cuando naci Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda, abuelo de nues-tro biografiado, el mundo occidental cambiaba por los efectos de la revolucinindustrial y el impulso del primer maquinismo. Las ideas liberales y nacionalistasborraban los residuos del Antiguo Rgimen y en la vecina Francia la alta burguesaapoyaba a una nueva dinasta representada en la figura de Luis Felipe de Orlens,nombrado rey en 1830 por la gracia de Dios y la voluntad del Pueblo. La SantaAlianza, ltimo smbolo del pasado, se descompone y el socialismo utpico de ro-mnticos como Owen se desvanece. Un nuevo Papa, Po VIII, ocupa la silla de Pe-dro. De estos aos son los primeros escritos que invent Braile para abrir el mundoa los ciegos. Pero todava se podan leer pocos textos con el nuevo mtodo, aunqueescritores no faltaban y la prensa cada vez tena ms predicamento lanzando pro-clamas de libertad, como haca Mariano Jos de Larra por entonces en La revistaespaola y en El observador, de Madrid. La idea de libertad, por cierto, no gustabaEsta es la nica noticia que tenemos referida al nacimiento de uno de los abuelos de nuestro personaje, recogidaen un expediente del archivo diocesano de Jan que se instruy para darle licencia de matrimonio. Datos recogi-dos por Juan Pablo Pasquau, a quien agradecemos su generosa colaboracin.10 Remitimos a biografa de este personaje, de A. TARIFA FERNNDEZ, publicada en el Diccionario BiogrficoEspaol, Real Academia de la Historia (2008). Tambin en R. QUESADA CONSUEGRA, Op. cit, p. 213; N.RIVAS SABATER: Nuevos datos sobre los hermanos Sabater. Dueos que fueron del Teatro Principal, Ibiut,beda, 1986, n 25, p. 12; A. VALLADARES REGUERO, Temas y autores de beda, Op. cit, pp. 446-447; G.TORRES NAVARRETE, Historia de beda en sus documentos, Op. cit, pp. 295-296; N. RIVAS SABATER, LosSabater de la ciudad de beda. Apuntes para la historia de una familia, Ed. Natalio Rivas Sabater, beda, 2002; A.TARIFA FERNNDEZ, Breve historia de beda, Ed. Sarri, Mlaga, 2004, p. 120.21El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 18. nada al monarca espaol, Fernando VII, quien persigui a los liberales por todos los medios. Precisamente a finales del ao en que naci Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda, abuelo de nuestro personaje, el monarca espaol, viudo de nuevo, contrajo matrimonio con su sobrina Mara Cristina de Borbn11. Respecto a beda, a falta en nuestro archivo privado de peridicos de aquellos remotos aos, hemos de recurrir a otros documentos histricos e histo- riogrficos que nos ilustren sobre los avatares vividos por estos primeros Pasquau, cuando los polticos conservadores triunfaban sobre los liberales en el reinado de Fernando VII y la miseria del pueblo era una lacra permanente. Detalles sobre la ciudad de beda en estos aos podemos conocer en la lectura de diversos cronistas de la poca. Especial inters tienen los datos que recogi el gran historiador ube- tense del siglo XIX Miguel Ruiz Prieto, militar de tendencia liberal y casi coetneo de Antonio Pasquau, quien relat de primera mano las graves sequas que asolaban los campos ubetense en 1825 y las rogativas que hacan los vecinos implorando el perdn divino. Por entonces fue nombrado Jefe de la Milicia local el Conde de Calatrava, que poco hizo para calmar los nimos de los polticos ubetenses, enfren- tados los regidores en constantes disputas, por lo que Las purificaciones de con- ductas fueron numerosas, ente 1825 y 1826, aludiendo tambin a la corrupcin municipal y a que lo nico que se hizo en beneficio de la poblacin fue la nomen- clatura de las calles y manzanas y numeracin de las casas, sealando Ruiz Prieto que hasta el ao 1833 la miseria, la perturbacin y la desastrosa administracin siguieron en el mismo estado, y sin duda el bondadoso monarca crey conjurar los peligros mandando establecer una escuela de Tauromaquia, cuando las universida- des y otros centros de enseanza estaban cerrados o desiertos12. Habida cuenta que Ruiz Prieto naci en beda en diciembre de 1831, dos aos despus que el abuelo de nuestro protagonista, y que, adems del oficio de militar tuvo la pasin de estudiar y escribir historia, siendo el primer archivero local, hemos de aceptar que sus informaciones son muy ciertas, documentadas en el archivo y transmitidas a l por sus padres y vecinos, testigos directos de la poca y muy prximos a los problemas sociales que padeca el pueblo por su pertenencia a una clase social humilde. l fue uno de los raros ubetenses de la poca que pudo ascender socialmente gracias a sus xitos como militar, llegando a ser amigo de la aristocracia y la inteligencia local, nutrida por personajes notables del momento con los que tambin comparti parte de su trayectoria vital Antonio Pasquau. Tal es el caso del notable poltico y escritor Jos Santiago Gallego-Daz, que naci en 1843, Eugenio Madrid, nacido en 1834, buen escritor y uno de los hombres ms 11Para una visin general de la historia de Espaa remitimos a A. DOMNGUEZ ORTIZ, Espaa, tres milenios de historia, Madrid, 2000, pp. 250 y ss.22 12M. RUIZ PRIETO, Historia de beda (Ed. Facsmil), Estudio Preliminar e Ilustraciones de Adela Tarifa Fer- nndez, Univ. de Granada, 1999, pp. 228 y ss.Adela Tarifa Fernndez 19. Libros de los antepasadosricos y poderosos de la provincia, y el famoso Prior Blanca, coetneo de RuizPrieto. Sin duda Antonio Pasquau y Miguel Ruiz Prieto tambin conocieron yapreciaron a otro insigne clrigo de la poca, Gabriel Galey Moreno, aunque eraalgo menor que ellos pues haba nacido en beda en 1839. Un sacerdote que,como Ruiz Prieto, proceda de una clase humilde pero con su inteligencia y es-fuerzo lleg a ocupar importantes cargos en el seminario baezano y a los 36 aosse le asign el arciprestazgo de beda. El propio Ruiz Prieto hizo de este personajeuna acertada semblanza personal destacando el mecenazgo cultural que ejerca enla provincia a finales del siglo XIX13. Menos relacin directa les una a otro per-sonaje importante en la sociedad ubetense de la poca, el clrigo Manuel MuozGarnica, algo mayor que los antes mencionados pues haba nacido en 1921, quienfue director en 1847 del primer Instituto Provincial de Segunda Enseanza deJan, ubicado en el antiguo colegio de la jesuitas y nacido como fruto del famoso13 La biografa de este clrigo, realizada por M. REDER, pude verse en el Diccionario Biogrfico Espaol, RAH (encurso). Tambin en el Peridico La Opinin (rgano del Partido Liberal fundado en 1890 por J. S. Gallego Daz),nmero extraordinario Ilustrado de 29 de Septiembre, beda, 1896, pp. 10-11 (contiene una breve semblanzabiogrfica y retrato del personaje de M.R.P.) R. QUESADA CONSUEGRA, beda: hombres y nombres, Granada,23Asociacin Gavellar-Casa de beda, 1982, p. 116; M. RUIZ PRIETO, Historia de beda, Granada, Ed. Univer-sidad de Granada, Colec. Archivium, 1999. (Estudio preliminar de A. Tarifa Fernndez).El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 20. Plan Pidal de 1845. En este centro gan Muoz Garnica la ctedra de Lgica en 1846, siendo nombrado director. Por su iniciativa se cre un internado anexo al instituto14. Basten estos nombres para ambientar algo el contexto social en el que se mova Antonio Pasquau y Gonzlez de Castaeda, figura importante en el rbol familiar de nuestro personaje central, Juan Pasquau Guerrero. Retrocedamos pues a la poca en que su abuelo paterno se va haciendo mayor, para ver cmo era en- tonces la hermosa ciudad de los Cerros, hoy Patrimonio de la Humanidad. Por entonces, cuando el Duque de Ahumada, amigo de los Pasquau, ya tena previsto fundar el cuerpo de la Guardia Civil (1848), apenas contaba beda con 4.000 vecinos y era una ciudad casi aislada del exterior por las psimas comu- nicaciones que siempre padeci. De ella dijo Pascual Madoz que era una ciudad triste, de casas de piedra ennegrecidas por la humedad y calles llenas de barro y baches15. Las posibilidades de diversin, de tener un ttulo acadmico superior o de buscarse un buen futuro laboral no eran muchas para los jvenes de clase humilde en una sociedad cerrada, que no quera admitir el rumbo de los nuevos tiempos16. Por eso para algunos mozos, como Miguel Ruiz Prieto, la llamada a filas era una oportunidad que les alejaba de su pueblo y a la vez les abra nuevas posibilidades profesionales. En el caso del joven Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda, na- cido en el seno de una familia acomodada, con propiedades rsticas, el destino le sujetaba a beda de por vida. En todo caso, la infancia y primera juventud de ambos muchachos ubetenses tuvo un escenario histrico similar: transcurren du- rante las Regencias de Mara Cristina y Espartero y en los comienzos del reinado de Isabel II. Ambos fueron testigos de los cambios sociales de una poca que va viendo desaparecer los viejos privilegios seoriales, que contempla los efectos de la desamortizacin de Mendizbal y la supresin de los mayorazgos, y que padece las guerras carlistas. Y ambos, aunque por distintos caminos, lograron alcanzar cierta formacin acadmica bsica en la infancia; pues lo que s parece tena beda ya 14 Las biografas de los personajes mencionados, realizadas por A. TARIFA FERNNDEZ, en el Diccionario Biogrfico Espaol, RAH. 15P. MADOZ, Diccionario geogrfico-estadstico de Espaa, Madrid, 1845- 1850. 16 Con carcter general remitimos a: A. CAZABN LAGUNA: Apuntes para la historia de beda (1887), Ed facsmil. beda, 1992; A. CHECA GODOY, Historia de la prensa jiennense (1808-1983), Jan, 1986. B. ESPI- NAT Y GARCA, Atlante espaol. Edicin comentada por Francisco Olivares Barragn, Jan, 1980; J. MOLINA HIPLITO, Gua de beda, Madrid, 1965. A. MORENO MENDOZA, Gua histrico-artstica de la ciudad de beda, beda, 1985; J. PASQUAU GUERRERO, Biografa de beda, beda, 1958; R. RODRGUEZ-MOI- NO SORIANO, y P. CRUZ CABRERA, Breve historia de Baeza, Mlaga, 1999; M. RUIZ PRIETO, M.: Histo- ria de beda (1897), Ed. facsmil, Granada. 1999. Estudio preliminar e ilustraciones de Adela Tarifa Fernndez; A. TARIFA FERNNDEZ: Marginacin, pobreza y mentalidad social: los nios expsitos de beda (1665-1788), Granada, 1994; beda en 1752, segn las Respuestas Generales del catastro de Ensenada (Estudio Introductorio), Madrid, 1994; Beneficencia y asistencia social en el A. Rgimen: la cofrada de san Jos y los expsitos de beda (siglos XVII y XVIII), Jan, 1994; Breve historia de beda, Ed. Sarri, Mlaga, 2004; G. TORRES NAVARRETE, G.:24 Historia de beda en sus documentos, beda, 1999; VV. AA.: Gua de beda y de Baeza, beda, 1995, y A. VA- LLADARES, Temas y autores de beda, beda, 1992.Adela Tarifa Fernndez 21. entonces era un cantera de buenos maestro de Primaria, como expuso en un pasajede su Biografa de beda nuestro personaje central, Juan Pasquau Guerrero, quienrevela que por entonces haba en beda muy buenos maestros, destacando entreellos la figura de Don Felipe Santiago Morenilla que desde 1842 (en que por opo-sicin obtuvo la plaza de maestro en beda) vena desempeando su magisteriocon celo e inteligencia17.En 1835, con apenas 19 aos, Miguel Ruiz Prieto sali de su ciudad porvez primera para hacer el Servicio militar. Este hecho cambi su vida pues termi-n orientando su carrera profesional por los caminos del ejrcito. Ello le llev arecorrer en pocos aos gran parte de la geografa espaola18. Aunque no tenemoscerteza plena de las causas que impulsaron a don Miguel a quedarse en el Ejrci-to, hemos de imaginar que fue la nica opcin que encontr para no volver a lapobreza que le esperaba ejerciendo la labor de campesino en beda junto a supadre. Como tantos jvenes que convirtieron entonces la vida militar en oficio, enl pes como una losa el destino de la historia de Espaa, aunque no parece quela personalidad de Ruiz Prieto fuera muy compatible con la milicia. Seguramenteno tuvo otra opcin para prosperar en la vida. Para Antonio Pasquau el ejrcito noconstitua una obligacin: ya dijimos antes que le atraa ms la actividad poltica,como a muchos jvenes de su clase en aquella poca cargada de problemas socia-les. As, mientras Antonio Pasquau maduraba su destino, su paisano Miguel RuizPrieto era testigo de las convulsiones internas que tena la tropa militar espaola,reflejo de una Espaa dividida entre conservadores y liberales y marcada por lasguerras carlistas, los pronunciamientos militares, las contiendas en frica y las re-vueltas de obreros y campesinos. Un escenario compartido por ambos ubetenses,aunque Ruiz Prieto se inclinaba ms por la ideologa liberal y, guiado por mandosliberales, particip en los sucesivos pronunciamientos que protagoniza el ejrcito,circunstancia que le facilit el ascenso en el escalafn y le llev a recorrer gran partede Espaa y el norte de frica. Nos situamos ya en la dcada que va de 1850 a 1860. Por entonces RuizPrieto ya comenz su vida militar como profesional en la clase de tropa, puespara ser militar de carrera era necesario ingresar en academias y eso no estaba alalcance de las familias humildes. Antonio Pasquau ha superado ya los 20 aos ysigue vinculado a la casa familiar, ayudando en la administracin de las fincas fami-liares e implicndose en la borrascosa poltica local en la que pronto participara delleno. Por entonces un joven ubetense llamado Rafael Almagro, brillante abogado,buen escritor, amigo personal del escritor Juan Valera, prometedor poltico, diceadis a sus alegres aos de soltera y se casa con la granadina Concepcin Daz, hija17 J. PASQUAU GUERRERO, Biografa de beda, beda, 1982, pp. 473-474.18 L. DAZ DEL CORRAL: El liberalismo doctrinario, Madrid, 1956.25El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 22. mayor de Melchor Ignacio Daz, de familia hidalga con races en Albuol, en la Alpujarra. El joven matrimonio se instal en su casa solariega de beda, en la Co- rredera de San Fernando, De esta unin nacera su nico hijo, Melchor Almagro Daz, el 13 de marzo de 185019. Pasados los aos dos descendientes de los Almagro y los Pasquau, nuestro biografiado, Juan Pasquau Guerrero y Melchor Fernndez Almagro, mantuvieron una amistad que slo la muerte pudo interrumpir. Melchor Fernndez Almagro escribi un hermoso libro titulado Viaje al siglo XX, en el que recuerda a sus antepasados alpujarreos y da vida a personajes muy vinculados a la historia ubetense: Albuol (en el siglo XIX) gozaba de cierta vida porque, cabeza de la regin, tena audiencia de lo criminal y una imprenta nica en la Alpujarra, donde en los aos juveniles de mi padre su hermano Patricio, mdico...y poeta, fund un periodiquito, La Alpujarra, con Natalio Rivas, joven tambin de muchas aspiraciones20. Hoy, en el siglo XXI una alpujarrea de origen, vinculada por afec- tos a las tierras de Jan, es quien escribe esta biografa dedicada al contar la vida de Juan Pasquau y con ella a descubrir una parte de la historia dedicada a todos nuestros antepasados. Cosas del destino? Acaso no del todo, pues, como dice un viejo proverbio, Que nadie le diga lo que tiene que hacer alguien que ya ha deci- dido cul tiene que ser su destino. Un alegato a la libertad de los seres humanos que siempre defendi Juan Pasquau Guerrero en sus escritos y puso en prctica en su vida, tan alejada del nihilismo actual. Con l comparto la idea de que, por lo general, labramos lo que queremos ser y hacer, en la medida de las posibilidades de cada uno, y no es bueno dejarse llevar por aquello que dijo Esquilo: Lo que deba ser, ser. Hoy escribimos este libro con la voluntad de hacerlo, aunque algo haya puesto el destino de su parte para unir a sus protagonistas en algn recodo del camino de la vida. Pero retomemos el curso de los acontecimientos. Volvamos a nuestra historia y a sus personajes, compaeros de viaje de los antepasados de Juan Pasquau. Vecinos y acaso amigos del historiador Miguel Ruiz Prieto, a quien tanto debemos para conocer el ambiente cotidiano en el que se movan los antepasados de nuestro personaje central, don Juan Pasquau Guerrero. Hacia 1853 Ruiz Prieto es ya Sargento. La Vicalvarada de 1854 le vali otro ascenso, al grado de Sargento 1 (Como buen liberal, simpatiz con dicho pro- nunciamiento pero en alusin a su historia de beda, slo habla de un pequeo alboroto). Por aquellos aos beda sigue anclada en el pasado, aunque se notaba algo el efecto de la desamortizacin; Ruiz Prieto afirmara en su Historia de beda que algo haba progresado la agricultura, base de la economa local, que la poblacin creci y que la ciudad se embelleci con mejoras de plazas y ms condiciones higi- nicas. Pero se acercaban aos difciles. Especialmente duro fue el de 1855, cuando 19C. VIES MILLET, Melchor Almagro, Granada, 1999, pp. 29 y ss. Tambin en J. CORRAL, el granadino Mel- chor Almagro Daz, Granada, 1959, y N. RIVAS, Melchor Almagro Daz, Estampas del siglo XIX, Madrid, 1947.26 20M. FERNNDEZ ALMAGRO, Viaje al siglo XX, Madrid, 1962, p. 20 Adela Tarifa Fernndez 23. se producen graves revueltas en Catalua que sofoca el ejrcito21. Tambin fue unao desastroso para beda, asolada la ciudad por una epidemia de clera y azotadapor fuertes temporales22. Precisamente de ese ao pudimos localizar algunos ejem-plares de la prensa local que ilustran desde otra ptica el ambiente de la poca quenos ocupa, en la que se mova el abuelo paterno de nuestro biografiado. Aludiremosa estos peridicos, pero antes queremos dedicar unos renglones a valorar la impor-tante aportacin que supone contar con la prensa para revivir el pasado.Son muchos los temas que refleja la prensa ubetense y provincial, com-plemento magnfico desde mediados del XIX para construir la imagen en la que sedesenvuelve esta historia familiar y cualquier otro acontecimiento histrico que sequiera tratar. En ella vemos reflejados los logros y los fracasos de una sociedad quese mueve lentamente. Sin embargo era la prensa local el mejor modo de conectarcon los aires renovadores forneos pues rompa algo el aislamiento geogrfico de lospueblos de La Loma de beda. Cierto es que a mediados del siglo XIX se estabaconstruyendo una carretera que unira Baeza con beda, camino de La Carolina.Pero estas obras avanzaban muy lentamente. Respecto a los puentes, los ms vitalespara beda eran el famoso Puente Viejo sobre el Guadalquivir, que estaba en estadoruinoso, y el Puente de la Reina. Sobre el ro Jandulilla haba un puente antiqusimo,muy estrecho y peligroso para los viajeros. El mejor de todos era el Puente Nuevo,a dos leguas de beda, por el que pasaba la nueva carretera que iba a comunicarLa Loma de beda con la llamada carretera general de Andaluca. A estas difcilescomunicaciones con el exterior haba que unir el riesgo de los numerosos bandolerosque vagaban por los campos entonces. Esto explica que slo llegara el correo a laciudad tres veces por semana, teniendo beda una administracin de Correos dequinta clase, dependiente de la de Bailn. Tambin explica la permanente preocupa-cin de las autoridades por hacer llegar a beda una lnea de ferrocarril. Un proyectofracasado como tantos otros23. Estos y otros proyectos, que acabaron implicandodirectamente a Antonio Pasquau cuando asumi la alcalda de la ciudad, son temasque se abordan en los peridicos y que tambin se pueden estudiar en la literaturade la poca, caso de las magnficas descripciones que hizo sobre los viajes a Granada,beda y la Alpujarra el ya citado Melchor Fernndez Almagro, que tanta amistadmantuvo con la familia de Juan Pasquau y quien estuvo muy vinculado por lazosfamiliares a beda, ciudad en la que, como ya dijimos, se instalaron sus padres trascasarse, en la casa de la calle Corredera; aunque Melchor naci en Granada24.21 R. CARR, Espaa. 1808-1975, Barcelona, 1988, pp.273-35122 J. PASQUAU, Biografa de beda, p. 48223 Una visin general de el tema en A. TARIFA FERNNDEZ, Breve historia de beda, Op. cit., pp. 78-99.24 FERNNDEZ ALMAGRO, Viaje al siglo XX, Madrid, 1962; De este matrimonio nacieron cinco hijas y un 27hijo. Concha Das, la madre, se traslad a Granada para el parto, lo cual no es raro por la arraigada tradicin deque la mujer diera a luz en la casa paterna. En C. VIES, Op. cit, p.46El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 24. Tambin la prensa refleja las tensiones sociales de una poca en la que haba abismales diferencias entre los ricos, que eran pocos, y la gran masa de pobla- cin pobre, agudizado el problema cuando el Estado liberal atac a las comunida- des religiosas y cofradas que se ocupaban de la caridad. Porque el Estado no supo o no pudo asumir ese grave problema social, aunque se crearon algunas instituciones laicas dedicadas a la beneficencia, caso de la Junta de Damas que atenda, con poco xito por cierto, de la Casa-Cuna, ubicada entonces en el hospital de Santiago25. En general, en los aos finales del siglo los sectores sociales marginados pasaron uno de sus peores momentos porque el modelo poltico liberal no les atendi lo necesario. Sus desgracias las solan olvidar disfrutando de los festejos que se orga- nizaban en la ciudad, tema tambin reflejado en la prensa local. As sabemos que la aficin ms extendida en beda era la taurina, dndose la paradoja de que en plena crisis de subsistencia se construy una magnfica plaza de toros, usando el espacio, y hasta parte de los materiales, del desaparecido convento de San Nicasio. Desde 1847 hubo notables fiestas taurinas en este coso, por el que pasaron las ms importantes figuras del toreo de la poca, caso de Lagartijo, que tom en esta plaza la alternativa en 1865. Generalmente se destinaban parte de los beneficios de esta fiesta a la beneficencia local. De todo da fe la prensa ubetense decimonnica, que alcanz bastante importancia en el contexto del periodismo andaluz26.Es pues importante realzar el hecho de que prensa ubetense del siglo XIX y parte del XX era de alta calidad dado que aludiremos con frecuencia a esta fuente de informacin en el curso de este libro. Todo esto se aprecia en los numerosos pe- ridicos que salieron en beda entonces, de todas la tendencias polticas. Tal es el caso de El Orden, (1869) y El Libertador (1896), de orientacin carlista; La Ruleta (1881) y El Cantn Granadino (1890), de ideologa republicana federal, El defensor de beda (1889) y El defensor de La Loma (1898) y El Ideal Conservador, conserva- dores, o La Opinin (1890), rgano del partido liberal y el peridico de mayor di- fusin entonces, slo por poner algunos ejemplos. Solan salir semanalmente, con slo cuatro pginas de gran tamao, y una tirada no superior a 300 ejemplares. En circunstancias especiales se editaban nmeros extraordinarios, como sucedi con el publicado por La Opinin el 29 de septiembre de 1896, para conmemorar las fe- rias, y el que sac El Ideal Conservador, en julio de 1898, para recaudar fondos con destino a los soldados heridos en la guerra de Cuba. Otros extraordinarios mag- nficos se editaron en 1891, con motivo del centenario de la muerte de San Juan 25 Sobre el tema de la Beneficencia provincial remitimos a A. GARCA SNCHEZ, La organizacin de la Bene- ficencia en la provincia de Jan en el siglo XIX: 1822-1852, IEG, 2007. 26La prensa local es una de las fuentes histricas ms materialmente amenazadas de una desaparicin total inminente. Hay bastante desidia institucional para proteger este tesoro documental, algo que no entendemos. Agradecemos en este punto la labor que realizan personas particulares de beda que custodian estas fuentes y nos28 han permitido consultarlas. Nuestra gratitud a D. Natalio Rivas, D. Luis Monforte, D. Agustn Palacios, Da Rosa Liao y D. J. A. Almagro por las facilidades que obtuvimos para consultar sus archivos privados. Adela Tarifa Fernndez 25. de la Cruz, o en vsperas de Semana Santa. Todos sonverdaderas joyas para el historiador actual, porqueen ellos se refleja perfectamente la realidad socialy la mentalidad colectiva de beda. Aunque notodos los ubetenses pudieran pagar los pocoscntimos que costaban, ni supieran leerlos. En la dcada de los 50, cuando ocu-paron la alcalda de beda antepasados denuestro biografiado, caso de Pedro PasquauGonzlez de Castaeda, que fue alcalde entre1858-1859, se editaba en Baeza el Correo de laLoma de beda. Algunos de sus ejemplares ilus- Pedro Pasquau Gonzlez de Castaedatran sobre las graves dificultades que padecan lospueblos de la Loma y otras zonas de Jan, es-pecialmente en 1855 que fue el ao del clera yde la pobreza. Tambin se alude a los problemas de co-rrupcin poltica. As vemos que en el n 2 de este peridi-co los redactores afirman a que una de sus misiones consiste en haber contribuidoa la moralizacin del pas. Este informativo da mucha importancia a la MiliciaNacional, garante del orden y la libertad. En su seccin religiosa se anunciabael Jubileo concedido por Po IX y las iglesias designadas para ganarlo en beda:La Colegiata y San Nicols para hombres y mujeres, La Trinidad, para mujeressolamente y San Isidro, slo para hombres. Curioso reparto que slo se explica enel contexto de la mentalidad de la poca. En esa fecha vala la fanega de trigo 37reales, la arroba de aceite 33 reales, 13 el vino y 44 el aguardiente. A finales de eseao se hace un elogio fnebre muy sentido al que fuera alcalde de Baeza FranciscoMara Chacn, elogio que finaliza as: su familia ha perdido el buen esposo, elcarioso padre, el querido hermano, la patria, el virtuoso y modesto ciudadano,que llen (su vida) de grados literarios y condecoraciones debidas a su civismo ypadecimientos por la causa de la libertad...T que desde la mansin del descansoescuchas nuestros votos y lees nuestros corazones recibe este sencillo homenajedebido a tus virtudes y que la tierra te sea ligera. Eran otros tiempos y otra formade entender el lenguaje literario desde la prensa, que hoy nos conmueve.En los primeros das de enero de 1855 El Eco de la Loma se hace eco delacto de toma de posesin del nuevo Ayuntamiento Constitucional de beda, conun ritual que vale la pena recoger, pues sera similar para el recibimiento de nue-vos ediles en aquellos aos, cercano el da en que estuviera al frente de la alcaldaAntonio Pasquau: despus de la ceremonia, dicho Ayuntamiento, precedido devarios individuos de la M. N. De infantera uniformados, y de la banda de msicay rodeado de los jefes de dicha Milicia y de un inmenso pueblo, recorri los puntos 29El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 26. ms principales de la ciudad publicando por medio de pregn el acuerdo definitivo de las Cortes, relativo a la supresin de los derechos de consumos y de puertas. En el mencionado pregn se anunciaba la asistencia de la orquesta al paseo, por la tarde, y se mandaba que por la noche, despus del aviso dado por el repique de campanas, hubiese iluminacin general. Todo lo que se ha verificado con el mejor orden y la mayor exactitud. Era alcalde primero de la nueva corporacin ubetense Ramn Fernndez y alcalde segundo, Jos M Rienda27. Precisamente en 1855 el joven ubetense Miguel Ruiz Prieto intensifica sus actividades militares: el 1 de julio de ese ao sale a operaciones, hallndose el 5 de septiembre en la Sierra Bluna (Bar- celona) a las rdenes del Teniente Coronel D. Gregorio Novella. Las acciones que all realiz le son recompensadas con la concesin de la Cruz Sencilla de M.Y.L., mantenindose en esa operacin militar hasta fanales de ao28. Poco tiempo des- pus, en el Rif, el azar hizo coincidir en Marruecos a Ruiz Prieto y al granadino Pedro Antonio Alarcn. En el ao 1859 participaba de lleno en la Guerra de frica y fue herido gravemente en una rodilla, por lo que logra ms condecoraciones y es ascendido a Subteniente de Infantera. La obligada convalecencia le permiti al fin volver a beda. Mientras se recupera de sus heridas, es recibido en su ciudad con grandes muestras de admiracin y cario por paisanos, familiares y autoridades locales, gobernando el ayuntamiento Juan Aguilar, que ha sustituido a Pedro Pas- quau. Aunque Miguel se incorpora pronto al ejrcito, all se resienta de su reciente herida y por ello obtiene nueva licencia para restablecerse en beda, donde estuvo algunos meses de 1861, volviendo a su puesto en noviembre de ese ao.Ese ao de 1861 en que Ruiz Prieto vuelve a beda otro peridico nos permite conocer algo de lo que se encontr el joven militar al llegar a su patria nativa. Algunas noticias que tomamos de El Eco Ebdetense29 reflejan detalles del ambiente cultural que era habitual para los antepasados de nuestro biografiado y que debi llamar la atencin del joven Ruiz Prieto, quien ya tena una buena for- macin. Este Semanario de Literatura y Artes emita anuncios para promocionar numerosos libros y revistas de temas religiosos, como El Ao Cristiano de Croisset. Otras obras anunciadas son la famosa Historia General de Espaa del padre Maria- na y ediciones del Diccionario de la Lengua. El peridico se editaba en la imprenta Martnez y compaa, en beda. Pero no todo era cultura y arte en l, pues aporta informacin local diversa. Por ejemplo, en el nmero 2, de 4 de septiembre, se fe- licita al ayuntamiento por sus gestiones para establecer un telgrafo, y nos cuentan 27Correo de la Loma de beda, 2, 3 y 4 de enero de 1855, n 2, 3 y 4. Archivo privado. 28Esta Cruz la cre Fernando VII en 1829 para premiar con ella a un ilustre cirujano militar llamado Carlos Luis Benot. En M. RUIZ PRIETO, Estudio introductoria de A. Tarifa, op. cit., p. 54. 29Una resea sobre este peridico en A. PALACIO MARTNEZ: Villanueva del Arzobispo y El Eco Ebdetense, en La Moraleja, Villanueva del Arzobispo, marzo de 1999, p. 47. Es la publicacin ms antigua de beda. Se30 inici en agosto de 1861 y tuvo una vida corta, hasta el 29 de diciembre de 1861. Costaban ocho reales tres meses de suscripcin. Adela Tarifa Fernndez 27. que Si el gobierno de S.M. tiene en cuenta, como es de esperar, que nuestra pobla-cin es la ms importante de la provincia, despus de la capital, por su vecindario,su riqueza, su comercio y situacin topogrfica, creemos que nuestras aspiracio-nes... se vern cumplidas.... No sabemos si beda era en realidad la poblacin msimportante pero s que segua sin resolver la eterna asignatura pendiente: no habraprogreso autntico hasta que no se mejorasen las comunicaciones de beda, queeran psimas. En otro nmero de este medio, al hablar de los preparativos para laferia de San Miguel, se ofrecen ms noticias esperanzadoras, como los arreglos enlas calles, especialmente en la de La Trinidad para las Escuelas Pas que verificarnen breve su apertura en el Casino primitivo, modelo de buen gusto, y... en elde Artesanos, donde se oyen las entusiastas notas que arroja el magnfico pianoque acaban de traer, y donde ejercita su habilidad y conocimientos...el siempredeseado D. Juan de la Cruz Moreno. Pero de todos los acontecimientos citados,lo que ms interesa a la redaccin de este semanario es la apertura del colegio deEscolapios, que fue inaugurado solemnemente el domingo 6 de octubre de 1861,bajo la presidencia honorfica del Marqus de la Rambla. Los actos programadospara tan importante evento culminaron con una funcin religiosa y a la una delda se repartir una limosna a los pobre en el patio del colegio, una noticia que nosinstala en la realidad de una ciudad con ms sombras que luces cuando avanzabael siglo XIX.El ao 1861 finaliza casi a la vez que se clausura este semanario, que de-dica la editorial de su ltimo nmero a hablar de la moda y el lujo, al que sigue unartculo firmado por Juan de Dios Molina. En aquella navidad todo se venda muycaro en la plaza: La carne ms cara era la de ternera y la ms barata, la de cabra30.Y as llegamos al final del reinado de Isabel II. Poco antes de que esta reina fueraderrocada comenz a editarse un peridico de larga tradicin, que contribuy adignificar la profesin que ejerceran algunos miembros de los Pasquau: El Magis-terio Espaol 31 Avanzamos en el tiempo histrico de la vida de los primeros Pasquau debeda nos situamos ya en beda, en una fecha crucial de la historia de Espaa,1868, cuando la Revolucin Gloriosa triunfa y la Reina Isabel II abandona Espaa.En ese ao era alcalde de beda el abuelo de nuestro biografiado, Antonio PasquauGonzlez de Castaeda, Jefe del Partido Constitucional. Desempeaba el cargodesde septiembre de 1866 y de su trayectoria poltica se conocen bastantes datos.30 Hemos consultado los nmeros de este semanario en la biblioteca de Agustn Palacios, a quien agradecemossu amabilidad.31 El primer nmero sali en Madrid el 8 de mayo de 1867, anuncindose como la Revista general de la Ense-anza. rgano de todos los establecimientos de instruccin pblica y privada Universidades, Escuelas Especiales, 31Institutos, Colegios, Escuelas Normales y de Primeras Letras, etc. colaboraban en l profesores de distintasFacultades, Escuelas de minas, Comercio, el Instituto San Isidoro, etc. Archivo particular.El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 28. Sabemos, por ejemplo, que fue un buengestor municipal pues al constituirse laJunta Revolucionaria tras la Revolucinque derroc a Isabel II, l ces en el car-go pero dej bien saneadas las cuentasmunicipales: consta que se entreg ala corporacin entrante la cantidad de40.000 reales que haba en ahorro.Los avatares por los que discu-rre la vida nacional son muy comple-jos. Algunos personajes relevantes dela aristocracia inician su viraje hacia elrepublicanismo federal, caso del citadoMelchor Almagro, cuya familia siemprehaba sido fiel defensora de la monar-qua borbnica. Curiosamente el jovenMelchor, hijo del ubetense MelchorAlmagro, haba acompaado a la edad Antonio Pasquau Gonzlez de Castaedade 12 aos, en 1862, a la comitiva querecibi en beda a la reina Isabel II y a su esposo Francisco de Asis. Un testimonio de la poca as lo relata, afirmando que en Un abrupto y deleitoso lugar situado en aquellos andurriales y en propiedad suya denominado La Corredera, don I. Sabater prepar a su costa un campamento suntuoso cuya ereccin mont ms de 60.000 duros, en el cual brind agasajo a los reyes y a su larga comitiva32. Nunca imaginara la reina que aquel muchacho acabara conspirando para echarla del trono, aunque sus veleidades republicanas durasen poco y pronto colaborase en la restauracin borbnica. Lo cierto es que no se trata de un caso aislado: la revolucin de septiembre provoc un gran descon- cierto nacional. En beda se congrego una muchedumbre frente al ayuntamiento al grito de Viva la libertad y abajo lo existente. Pero Ruiz Prieto, que pudo dar detalles exactos de lo acontecido, recogidos sin duda en documentos que manej en el archivo municipal, prefiri cerrar en este punto su detallada historia local, escribiendo escuetamente que La revolucin de 1868 tuvo por un lado progresos liberales y por otro graves consecuencias. Trajo el abandono de la corona de Espa- a de doa Isabel II, una guerra civil desastrosa, y otra separatista, en Cuba, ms desastrosa an33. l haba participado en numerosas revueltas liberales34, especial- 32Cit, en C. VIES, Op. Cit., pp. 52-53 33M. RUIZ PRIETO, Op. cit, pp, 241-242; J. PASQUAU GUERREO, Biografa, Op. cit, pp. 243-244.32 34Por estas fechas Espaa mejor algo. A ello alude el historiador R. Carr como la Sociedad de la opulencia, el R. CARR: Espaa 1808-1978, pp. 260-272.Adela Tarifa Fernndez 29. mente en la que acab derrocando a Isabel II35. Por sus actos de guerra un nuevoascenso se aade a su hoja de servicios, y vuelve a su ciudad con un permiso porasuntos propios, en 1869, ao en que el Ayuntamiento se hizo dueo del Pala-cio de las Cadenas, donde pronto se instalara la sede consistorial siendo alcaldeAntonio Pasquau.En el tiempo en que Ruiz Prieto descansa en beda, triunfaban en laprensa local personajes como Eugenio Madrid, Francisco Garca Pretel y Juan deDios Molina, quien acabara manteniendo estrechos lazos de amistad con RuizPrieto, al igual que sucedi con el insigne mdico don Balbino Quesada, quienle atendi en su ltima enfermedad, la que le llev a la tumba a finales del sigloXIX. Pero antes le quedaba camino que recorrer y en una parte de l su destinose cruzara con el de Antonio Pasquau Gonzlez de Castaeda, quien volvi a seralcalde en beda despus de las convulsiones polticas habidas entre 1868 y laRestauracin borbnica.En estos difciles aos el camino de la historia de Espaa haba girado porderroteros convulsos. La prensa de beda de la poca tambin es fiel reflejo de lostensos avatares de la vida poltica. Animada por republicanos federalistas como ElCantn Granadino, que dirige en 1873 Jos Mara Iturralde36, bajo iniciativas deotro gran periodista, amigo de Ruiz Prieto: Luis Garrido Latorre. Este periodistadinamiz mucho la vida cultural ubetense del momento y debi de tener relacionesde afecto con Antonio Pasquau pues ambos, aunque militaban en ideas polticasdistintas, se caracterizaron por su trato afable y trato dialogante, a diferencia dela actitud ms intransigente que mantuvo en la poltica local su hermano mayorPedro Pasquau Gonzlez de Castaeda37. Luis Garrido, que haba nacido en bedael 19 de octubre de 1854, estudi Derecho y ejerci como de Notario en beda,aunque su pasin era el periodismo, actividad que le hizo famoso. Su ideologapoltica fue republicana y federal y de la defensa de esas ideas orient su actividadperiodstica, aunque la mayora de los peridicos que dirigi tuvieron corta vidapor la censura poltica imperante. El primer peridico que fund fue El Trovadorde la Loma. Fund tambin La Crnica Ubetense, que pronto pas a llamarse LaPropaganda, y La Nueva Propaganda. En 1881 sac un nuevo semanario llamadoLa Ruleta, el peridico ubetense del XIX de ms larga vida (se public hasta 1890),35 L. ULLOA, M. CISNEROS y otros: La Casa de Borbn, T. V de la Historia de Espaa dirigida por L. Pericot,Barcelona, 1973, pp. 308-11.36 Recoge este peridico las inquietudes generales de los republicanos de la comarca, recibiendo cartas de apoyo dediversos pueblos prximos, caso de Sabiote. Iturralde, en larga editorial, concluye afirmando que hay que alertaral vecindario para que mediten en la interpretacin que de su actitud ha de hacerse por el partido republicanode esta ciudad y de fuera de ella..., El Cantn Granadino, beda, 20 de Julio de 1873, Ao I, n 17 (Archivode Agustn Palacios).3337 De este personaje hizo una buena semblanza personal el escritor Ignacio Coco en el extraordinario de La Opi-nin de 1896. Por entonces tena 76 aos y era an el presidente de partido conservador del distrito de beda.El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 30. aunque tambin sufri el rigor de la censura porque se implic de lleno en los ava- tares de la poltica local. Tambin El Cantn Granadino y La Bomba, en 1905. Pero sus ideas polticas no le restaron respeto y amistad de sus vecinos por su carcter dialogante y afable, colaborando en la prensa de todas las tendencias polticas38. Por ello no nos cabe duda de que fue unos de los contertulios que alguna vez tuvo el abuelo de Juan Pasquau Guerrero. Y fueron los avatares de la vida poltica es- paola de aquellos momentos los que hicieron que Antonio Pasquau, que nunca abandon sus convicciones monrquicas, volviera a ser nombrado alcalde en enero de 1874, despus de que el rey Amadeo I abandone Espaa39 y fracase el intento de instaurar una Repblica federal en Espaa, que presidi por ver primera Figueras, luego el almeriense Salmern y Pi y Margall. Un ensayo poltico mal recibido en Europa, incluso entre poetas, caso de Walt Witman, y slo visto con buenos ojos por los Estados Unidos de Amrica40. Un ensayo que, en palabras del historia- dor Domnguez Ortiz, dej a las masas proletarias sentimientos encontrados de nostalgia, frustracin y aun traicin de ideales soados, y en las clases medias el despego hacia una poca de confusin y anarqua41.Dimitido el ltimo gobierno de la repblica, de Castelar, en el que el joven Melchor Almagro Daz tuvo bastante protagonismo, mediando incluso con el Vaticano para contrarrestar las malas relaciones diplomticas que se gestaron en estos aos por los ribetes anticlericales de la Repblica espaola, hubo una corta etapa de interinidad regida por monrquicos. No consta que en beda se produje- ran acciones violentas reseables, ni en los aos de la repblica ni en el cambio de rgimen, aunque nada prosper la ciudad y haba bastante temor a las avanzadillas de partidas de carlistas en el trmino. El ayuntamiento deja constancia en acta capitular de sus felicitaciones al brillante poltico, vinculado a beda, Melchor Almagro. En noviembre de 1873 algunos edificios amenazan ruina y es derribado por completo el antiguo arco de la Plaza de Toledo42. 38La biografa de este personaje, de M. Bonachera Vilar, en el Diccionario biogrfico espaol de la RAH (en curso). Tambin en A. MORENO, Luis Garrido Latorre, en La Opinin (n extraordinario), beda, 29 de septiem- bre de 1896, pp. 7-8; VV. R. QUESADA CONSUEGRA, beda: Hombres y Nombres, Granada, 1982, p. 95; A. CHECA GODOY, Historia de la prensa jiennense, Jan, Diputacin provincial, 1986, pp. 53-55 y 291; A. VALLADARES REGUERO, Temas y autores de beda, Edt. Pedro Belln Sola, beda, 1992, pp. 16, 61, 114, 198-199, 112-113, 215 y 370; A. TARIFA y A. LINAGE , Antes y despus del desastre: La Opinin y El Ideal Conservador de beda, Actas del coloquio internacional Andaluca y el 98, Ed. Univ. de Crdoba, Crdoba, 2001, pp. 405-420, y beda a finales del siglo XIX. Un espejo opaco para una Espaa oscura, Boletn del IEG, n 186, Jan, 2003, pp. 505-585; A. TARIFA y M. A. BONACHERA, beda 1896-1897. Romanticismo y Realismo entre el archivo y la Hemeroteca, cap. En obra colectiva Estudios en homenaje al profesor Jos Szmolka Clares, Univ. de Granada, Granada, 2005, pp. 85-894. 39A. DOMNGUEZ ORTIZ, Espaa, tres milenios.., op. cit, pp. 277 y ss. B. PREZ GALDS, Amadeo I, Episodios Nacionales, Ed. de Historia 16, Madrid, 1996. 40C. VIES, Op. cit, pp. 91-102 41A. DOMNGUEZ ORTIZ, Espaa, tres milenios. Op. cit, p. 282.34 42J. PASQUAU, Biografa de beda, Op. cit, pp. 444-445. Adela Tarifa Fernndez 31. Durante la interinidad queprecedi a la proclamacin de un nuevorey se constituy un nuevo ayuntamien-to, y fue nombrado alcalde Antonio Pas-quau. Por entonces se tom la iniciativade trasladar la sede del ayuntamiento ala ubicacin actual, en el Palacio de lasCadenas. All se celebr la primera se-sin el 16 de julio de 1874. Ese ao seinstal en beda el primer molino acei-tero a vapor de la ciudad por iniciativadel empresario Antonio Cuadra Osma.El 29 de diciembre de 1874 el generalArsenio Martnez Campos proclam aAlfonso XII, hijo de Isabel II, rey de Es-paa, joven caballeroso y valiente...quehizo pensar y sonar las ms halageasesperanzas, que quedaron agostadas enflor con su prematura muerte en el mesde Noviembre de 1885, en palabras deRuiz Prieto43. Fue el abuelo paterno denuestro personaje, el alcalde AntonioPasquau Gonzlez de Castaeda, quienley, en sesin de cabildo de 2 de enerode 1875, un telegrama, con fecha 31 deTorre del palacio de los condes de Guadiana, que perteneci a ladiciembre de 1874, dando cuenta a la familia Pasquauciudad de la proclamacin de AlfonsoXII como rey de Espaa. Sobre sus actuaciones como alcalde hay abundantes datosen las actas capitulares del ayuntamiento de beda, destacando la preocupacinque manifest a lo largo de su vida por atender a los ms necesitados, coincidiendosus ltimos aos de edil con una etapa dursima para todos los pueblos de la Loma.Se afirma que encontr el ayuntamiento en bancarrota y tuvo que recurrir a supatrimonio para paliar asuntos sociales urgentes. Por entonces tena beda algoms de 17.000 habitantes44.Antonio Pasquau dej la alcalda en abril de 1875, sustituido en el cargopor Pedro Pasquau. Se haba casado ya maduro, en 1871, con la joven Mara Ja-cinta, a quien le dedicaremos ms adelante unas pginas de esta biografa. Juntos43 A. DOMNGUEZ ORTIZ, Op. cit, p. 242.44 J. PASQUAU, Biografa, Op. cit, pp. 246-247.35El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 32. tuvieron diez aos ms para gozar de la familia, aunque Antonio Pasquau no vio crecer a todos sus hijos, falleciendo en 1881, poco antes de que naciera su ltimo hijo, al que pusieron su nombre. En estos diez aos fue testigo de los intensos ava- tares de la vida poltica local y nacional, caso del breve mandato del alcalde Fran- cisco Javier Daz Lpez, que sucedi a Pedro Pasquau en marzo de 1877. Al ao siguiente se celebraron fiestas por el matrimonio del rey con su prima Mara de las Mercedes. Con tal motivo se realizaron repartos de alimentos a los pobres y se dot a algunas muchachas hurfanas para que pudieran casarse. Los alcaldes se suceden a velocidad vertiginosa, y en 1879 es elegido para el cargo Juan Pasquau Visso. La prematura muerte de Mara de las Mercedes obliga al rey a nuevo matrimonio que garantice la descendencia de la Corona, celebrndose fiestas en beda con tal mo- tivo en noviembre de 1879. Ese ao se present el soado proyecto del ferrocarril Linares-Almera. Destacados personajes vinculados a la ciudad, caso del Senador del Reino Ignacio Sabater Arauco, ejercen su mecenazgo a favor de beda, aunque las eternas plagas, la langosta, la sequa y las epidemias, retrasaban el progreso45. En esta fecha Melchor Almagro se ha incorporado a la vida poltica nacional y es elegido diputado a cortes por Granada, desplegando una intensa actividad hasta que falleci, a causa de una pulmona, en 1893, cuando el liberal Sagasta pensaba en l para altas responsabilidades de la poltica nacional46. La muerte de Antonio Pasquau, el 4 de abril de 1881, casi coincidi con la toma de posesin de un nuevo alcalde, Francisco de Paula Torrente, nombrado el da 8 de ese mes y que destac por iniciar importantes obras pblicas en beda47. En estos intensos aos, de actividad poltica para el abuelo de nuestro biografiado, el militar ubetense Miguel Ruiz Prieto aprovecha los cambio de la Restauracin que devolvi el trono a los Borbones para mejorar su hoja de servi- cios. En noviembre de 1874, en el contexto de las guerras carlistas, fue destinado al Tercer Cuerpo del ejrcito del norte, que se hallaba en el distrito de Burgos, a las rdenes del General D. Juan Villegas, siendo nombrado Ayudante en su Bata- lln. Por orden de 4 de mayo, se le impuso la Cruz Sencilla de San Hermenegildo con antigedad del 22 de julio de 1872. Por las operaciones de enero de 1875 fue recompensado con el grado de Comandante de Infantera. Despus particip en operaciones para el levantamiento del sitio de Pamplona, Villasana de Mena, defensa del Fuerte del Mercadillo, del Pendn y Cueto, por cuyos hechos recibi las gracias de S.M. el Rey. El 20 de enero de 1876 asisti a la toma de Valmaseda, siendo agraciado con la Cruz Roja de 1 clase de Mrito Militar (1878). Recibe adems las distinciones de la Medalla de S. M. el Rey Don Alfonso XII. Ha llegado el tiempo de caminar con ms calma. Todos sus xitos militares son seguidos en 45Ibidem, pp. 147-149. 46C. VIES, Op. cit, pp. 122 y ss.36 47J.PASQUAU, Biografa, Op. cit, pp, 447 y ss.Adela Tarifa Fernndez 33. beda con entusiasmo y orgullo. Volvia su ciudad en 1879, con 48 aos cum-plidos, para casarse con la joven MaraHernndez, de 23 aos, ceremonia quese celebr en la parroquia de San Nico-ls. Tras un breve destino en Mahn yotra fugaz estancia en frica, recibi en1880 la Placa de la Real Orden de SanHermenegildo48.Por entonces la muerte ace-chaba ya a Antonio Pasquau Gonzlezde Castaeda, que, como hemos di-cho, falleci en abril de ao siguiente.Su muerte fue muy sentida en bedaporque no se olvidaba la ciudad de sumeritoria gestin municipal. Buenaprueba de ello es que en el mismo aode su fallecimiento, 1881, el ayunta-miento acord que, para agradecer susservicios a ttulo pstumo, se hiciera unretrato suyo que estara en la Secretarajunto a los de otros ubetenses ilustres,como recoge este testimonio literal quetomamos de las actas capitulares: Actocontinuo por el teniente de alcalde D.Sede del Colegio de las Escuelas Pas, en la actual calle de laBonifacio Quesada Hidalgo se ley laTrinidad, antes llamada de Antonio Pasquausiguiente proposicin. El que suscribecomo individuo de esta Municipalidad por s y en nombre de otros muchos ami-gos suyos, propone a la Corporacin que a sus expensas se coste un cuadro con elretrato de nuestro inolvidable y querido amigo D. Antonio Pasquau y una inscrip-cin conmemorativa de sus virtudes cvicas como Jefe del Partido Constitucionalde esta ciudad, el cual deber colocarse en la Secretara Municipal como recuerdoimperecedero de su memoria49. Otra decisin tomada por el ayuntamiento debeda a la muerte de este alcalde fue poner su nombre a la actual calle Trinidad,48 Remitimos a nuestros trabajos sobre la vida y obra de M. Ruiz Prieto. Tambin en A. TARIFA FERNNDEZ,Estudio Preliminar e ilustraciones de la obra de M. RUIZ PRIETO Historia de beda, Op. cit, pp. XI-CX.49 Archivo histrico municipal de beda (AHMU), Actas capitulares, 9 de abril de 1881. Su retrato no se expusoen el sitio acordado. Este cuadro fue conservado por la familia, primero por un nieto, Antonio Pasquau, hasta 371978. A su muerte pas a casa de Juan Pasquau Guerrero y hoy est en el domicilio de su hijo Miguel PasquauLiao, en Granada.El humanista ubetense Juan Pasquau Guerreroy su poca 34. lugar en que estaba el domicilio familiar, y as se hizo, colocando una placa conme- morativa. Pero el tiempo es olvido y nada de estos acuerdos quedan hoy reflejados en el vapuleado nomencltor del callejero ubetense; aunque tenemos noticias de que en fechas recientes el ayuntamiento tena intencin de reponer la placa con el nombre de este edil en la citada calle Trinidad50. La abuela Mara Jacinta: un hogar en medio del desastre de fin de siglo El dolor natural por el fallecimiento de Antonio Pasquau se hizo notar con especial intensidad en el seno de una familia numerosa que qued a cargo de la viuda, quien esperaba un nuevo hijo en fechas inminentes. Ya haban nacido Victoria, Antonia, Asuncin, Mara y Juan Antonio Pasquau, el padre de nuestro personaje, que vino al mundo en 1876 y slo tena cinco aos cuando qued hur- fano de padre. El hijo pstumo, nacido en 1881, fue bautizado con el nombre de Antonio, como su difunto padre. No pasaran muchos aos antes de que naciera el futuro rey de Espaa, Alfonso XIII, tambin hijo pstumo, que vino al mundo el 17 de mayo de 1886. Unos se iban y otros llegaba a relevar a sus antepasados. Por entonces, en 1882, haba nacido en Cazorla otro nio que pasara la mayor parte de su vida en beda alcanzara fama por sus dotes como escritor y buen abogado: se llamaba Manuel Muro y se cas beda con Mara Barrios Cuadra. Su relacin de amistad con Juan Antonio Pasquau, padre de nuestro biografiado debi de con- solidarse por las aficiones que ambos compartan en la actividad literaria, colabo- rando en los peridicos y revistas de la poca. Este personaje fue nombrado poco antes de su muerte acadmico de Bellas Artes, distincin que tambin lograra nuestro biografiado, Juan Pasquau Guerrero, pasados los aos. Ambos quedaron a la memoria colectiva de los ubetenses por sus cualidades intelectuales y ambos tienen su nombre escrito, como Miguel Ruiz Prieto, en las calles y plazas de la Ciudad de los Cerros51. 50Para conocer datos sobre beda en estos aos remitimos a G. TORRES NAVARRETE, Op. cit, y J. PAS- QUAU, Biografa de beda, beda, 1958; Miguel RUIZ PRIETO, Historia de beda (1897), Ed. facsmil, 1999, Estudio introductorio de Adela Tarifa, Univ. de Granada, 1999. Tambin en A. TARIFA y Maria Antonia BONA- CHERA, Entre la Ilustracin y el Liberalismo. beda en la obra del historiador Miguel Ruiz Prieto, Elucidario, IEG, n 1, Jan, 2006, pp. 289-319. 51Manuel Muro tambin fue nombrado Acadmico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y en Jan presidi la Real Sociedad Econmica de amigos del Pas. Muri en beda el 20 de julio de 1929. El ayun- tamiento ciudad acord en 1930 perpetuar su recuerdo dando una plaza el nombre de Cronista Muro Garca. Los cronistas locales. Manuel Muro, cronista de beda, en Don Lope de Sosa, Jan, 1914, n XIX, p. 202; J.A. MORENO, Glorias que se van: Manuel Muro Garca ha Muerto, en Don Lope de Sosa, Jan, 1929, n 200, pp. 227-230; R. MOLINA NAVARRETE, Pasin serrana, una novela escrita en 1902 por el cronista Muro, Ibiut, beda, 1982, n 2, pp. 20-21; G. TORRES NAVARRETE, Los cronistas oficiales de beda, Ibiut, beda, 1983, n 7, pp. 8-9; R. QUESADA CONSUEGRA, beda: Hombres y Nombres, Granada, 1982, pp. 78-70; M.38 SALAS CABALLERO, Semblanza de don Manuel Muro Garca, Ibiut, beda, 1990, n 50, 52 y 53, pp. 4-5: A. VALLADARES REGUERO, Temas y autores de beda, Edt. Pedro Belln Sola, beda, 1992, pp. 425-426.Adela Tarifa Fernndez 35. Cuando en la familia de los Pasquau se vive el drama de la prdida deAntonio Pasquau llegan para el afamado militar e historiador Miguel Ruiz Prietotiempos ms serenos, aunque tambin azotados por su prematura viudez. Al menoslogra un merecido retiro profesional en su ciudad natal, en el ao 1884, primeroen la Escala de Reserva, donde permanece hasta su retiro definitivo del Ejrcito en1889. Ruiz Prieto se establece en el domicilio familiar de la calle de San Nicols,convertido en un hombre solitario, poco dado a buscar fama y honores, amparadoen el cario de su hermana Teresa. Don Miguel era en este momento TenienteCoronel, un alto grado militar logrado con gran sacrificio porque l perteneca a lallamada clase de tropa, clase que antao no era tan mal vista por los militares decarrera como hoy se piensa, dado que eran estos militares los que ms se jugabanla vida en el campo de batalla y los que por ello marcaba el destino de Espaa52.En adelante Miguel Ruiz Prieto llena sus das volcndose en sus grandes aficiones:la investigacin histrica y el coleccionismo de piezas arqueolgicas. Tambin pa-sara largos ratos conversando con amigos con los que comparta inquietudes ypensamientos, caso del padre Alonso Vinagre, director por un tiempo del afamadocolegio de los Escolapios53 y gran estudioso de la historia de Al-Andalus, los yacitados Balbino Quesada, su mdico y amigo, el Prior Galey y el intelectual Juande Dios Molina. Todos ellos procedan de clases modestas, se haban hecho a simismos y participaban de una mentalidad liberal. A todos les dola Espaa en losltimos aos del XIX. Sin duda acompaaron a su amigo, el primer archivero debeda, en los das duros de aquella enfermedad larga y penosa a la que aludael periodista Manuel Muro, que se llev a la tumba a Ruiz Prieto cuando acababael siglo54 y cuando un joven llamado Juan Antonio Pasquau ha superado ya los 20aos y destaca por su natural inteligencia, tanto en las Letras como en las Ciencias.Sin duda este joven sinti la muerte de aquel militar retirado, poco comprendidoen el vecindario por sus extraas aficiones a leer historia, coleccionar monedas,vagar por los campos descubriendo antigedades arqueolgicas y pasear solitariopor las callejuelas del casco antiguo de beda. Rasgos de genialidad que tenantambin Juan Antonio Pasquau y que hered de l su hijo, Juan Pasquau Guerrero,Juanito para los vecinos, eterno caminante solitario de una ciudad mgica que letraa vivencias familiares hondamente sentidas. Ni el padre ni el hijo hubieran vistonada raro en el peculiar comportamiento de Miguel Ruiz Prieto55, el primer gran52Se llamaba a los militares de tropa comnmente cuchareros o chusqueros.53Estaba situado en el actual colegio