Juan Carlos Mainer Falange y Literatura

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8/7/2019 Juan Carlos Mainer Falange y Literatura http://slidepdf.com/reader/full/juan-carlos-mainer-falange-y-literatura 1/32 FALANGE Y LlTERATURA Juan Carlos Mainer tNDICE DEDICATORIA . . . . 5 O OR OD UC CI6N : H IS TO RIA L lTE RA RIA DE UN A V OG A- CI6 N P OL mC A (1930-1950) . . . . . .. 13 Los antecedentes ideologicos. EI 98 y Ortega.. 16 La contrarretorma derechista . . . . . ., 20 U na c on fl ue nc ia , L a E sc ue la R om an a d el P ir in eo y Eugenio d'Ors. . . . . . . . . " 21 D os p re de ce so re s: G im en ez C ab al le ro y Santa. Marina . . . . . . . 24 Primeros hitos fundacionales . 27 Falange y la literatura. . . . 32 La presencia del SEU. . . . 34 EI estallido de la guerra civil. . 36 La significacion de «Jerarquia» 38 D e « Ve rt ic es a «Legiones y Falanges» 42 La vide literaria al final de la guerra civil . 46 La revista «Escorial» (1940.1950). . . . 52 Las fundaciones de Juan Aparicio: {(EI Espafiol» y «La Estafeta Literarian . . . . . . .. 55 La «Revista de Estudios Politicos». . . .. 58 El enfrentamiento de Falange y los conservadores. 60 L a e xp er ie nc ia f al an gi st a de l as n ue va s p ro mo - ciones . . . . . . . 63 Unas notas a esta antologia . 65 BrBLIOGRAFlA. . . . 67 F AL ANGE Y LITERATURA 71 7

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F AL AN G E Y L lT ER A TU R A

J ua n C ar lo s Ma in er

tNDICE

DEDICATORIA . . . . 5

OORODUCCI6N: HISTORIA L lTERARIA DE UNA VOGA-

CI6N POLmCA (1930-1950) . . . . . .. 13

Los antecedentes ideologicos. EI 98 y Ortega.. 16

La contrarretorma derechista . . . . . ., 20Una confluencia, La Escuela Romana del Pirineoy Eugenio d'Ors. . . . . . . . . " 21

Dos predecesores: Gimenez Caballero y Santa.Marina . . . . . . . 24

Primeros hitos fundacionales . 27

Falange y la literatura. . . . 32La presencia del SEU. . . . 34EI esta llido de la guerra civi l. . 36

La significacion de «Jerarquia» 38De «Vert ices a «Legiones y Falanges» 42La vide l iteraria al f inal de la guerra civil . 46La revista «Escorial» (1940.1950). . . . 52

Las fundaciones de Juan Aparicio: {(EI Espafiol»

y «La Estafeta Literarian . . . . . . .. 55La «Revista de Estudios Politicos». . . .. 58E l enfrentamiento de Falange y los conservadores. 60

La exper iencia falangista de las nuevas promo-ciones . . . . . . . 63

Unas notas a esta antologia . 65

BrBLIOGRAFlA. . . . 67

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I: Los precursores. . . .

Introduccion

Luys Santa Marina: Tras el aguila del Cesar.

E. Gimenez Caballero: Notas marruecas de un

soldado. . .

Genio de Espaiia

n: Memorias generacionales

Introducd6n

Agustin de Foxa: Madrid, de corte a cheka .

Rafael Garcia Serrano: Otoiio en la Facultad.J os e M.a Fontana: Los catalanes en fa guerra

de Espafia

m: Los j6venes heroes.

Introducci6n

Rafael Garcia Serrano: La fiel infante ria .

F. Ximenez de Sandoval: Camisa azul .

V. de la Serna: Elogio de la alegre retaguardia.

En la muga de Europa

IV: La crisis esplritnal .

7 3

7 5

78

82

86

VI: La nostalgia de la historia .

I ntr od u c ci on

Eugenio Montes: La vuelta del duque de Alba.Munster de Westialia, tumba

espanola

Despertar de primavera : .

Castilla ha cumplido mil aiios.V. de 1a Serna:95

9 7

9 9

110

VII: La nostalgia burgnesa.

Introducci6n

Rafael Sanchez Mazas: Rosa Kruger .Museo de las [amilias.

Azustin de Foxa: Poemas . . . . . . . .Ja~into Miquelarena: Don Adolfo e l libertino.

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1 4 5

153

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vm: Los camlnos de la fantasia.

Introducci6n .. . .

Agustin de Foxa: Viaie a los eiimeros .A. Cuoqueiro: Historia del caballero Rafael.

16 1DATOS BIO-BlBLiOGRAFICOS DE LOS AUTORES INCLUIDOS

EN LA ANTOLOGiA .

Introducci6n 163

G. Torrente Ballester: Javier Marino. 16 5Dionisio Ridruejo: Cuadernos de la campaiia

de Rusia , . . . 1 8 0

Umbral de la madure; . 184

V: Nuevos camlnos pam el arte. . 193

Introduccion . . . . 195

E . Gimenez Caballero: Arte y Estado . 1 9 8

G. Torrente Ballester: Razon y ser de la dra-

mdtica futura.. 214

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2 4 0

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Si las juventude s estan di sconform es con 10 que

encuentran, no tienen necesidad de justificar can

muchas razones su actitud, No tienenque explicar

la disconformidad, tarea que absorberia su juventud

entera y las incapacitaria para la misi6n activa ycreadora que leses propia,

R AMm o L ED ES M A R AM os: Discurso a las iuwm, .tudes de Espaiia.

Frente al «homo oeconomicus» del marxismo,

DOW Ires afirrnamos que el hombre vive de todo

menos de pan ... A las masas, como a las mujeres,

hay que ofrecerles fiestas, guerras, pasiones, boti-

nes, torbell inos, indecibles embriagueces,

ERNESTO GIMENEZ CABALLERO; Los secretos dela Falange.

Y valved Fray Juan de la Cruz a cantar y el

maestro Viloria a regir y se llenaran los claustros

de estudiantes y las ventas de caballeros y los

caminos de poetas, y un ilia, baio el sol de oro

de Ill. nueva historia, ante el paSIDO del Mundo,volvera DOD Quiiote a su locum de enhebrar es-

trellas, de cstrella r ruf anes con su IIDIza y de ba tirmonstrucs, castillos y rebafios por el honor de una

dama: Nuestra Senora Espafial

FERMiN YZURD!AGA: Dlscurso al sllencio Y JlOZ

de la Falange.

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INTRODUCCION

HISTORIA LITERA RIA DE UNA

VOCACI6N POLiTICA (1930-1950)

El titulo que encabeza estas paginas exige, de entrada.una justificaci6n ya que da un epigrafe politico, y auncontrovertible. a 10que no es sino una inofensiva antologialiteraria. Para su compilador -obligado en cierta medida

a esta enojosa presentaci6n personal- la promoci6n queestudia esta, y por defecto, muy lejos de su propia genera-ci6n; para el, sin embargo. la historia Iiteraria de Falangeha venido siendo un motivo de preocupaci6n civil, imbri-cado en un temprano interes par la aventura politica denuestra literatura contemporanea.

Es evidente que. dentro del plural azar de esa aventura.la ohm de los falangistas supone una importante parcelacuyo estudio obstaculizan los aluviones de una incesantebibliografia interesada en temas que s610de manera margi-nal son los que me ocupan. Para mi -suspensos juiciospoliticos mas comprometedores-, Falange Espanola fueen los aiios que repasaremos la formulaci6n mas atractivay violenta de una rebeldia que se venia larvando de tiempoatras; en gran medida, fue una vocaci6n juvenil muy puraque. pese a la hipoteca burguesa que la lastr6 y acab6 pordisolverla, planteo una primordial protesta contra 10 mascaduco del derechismo contemporaneo, Por esto, el lectorde las publicaciones de Falange anteriores al aDO 1936

recordara, sin duda, los caudales de tinta derrochados enataques furibundos a las Juventudes de Acci6n Popular. al

Bloque Nacional y al bienio derechista de 1933-1935; bien

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que, ciertamente, paralelas diatribas recibian Manuel Azafia,las Juventudes Socialistas 0 el Frente Popular.

Toda aquella actividad en el doble frente de unasderechas anquilosadas y unas izquierdas «antinacionales»respondia, sin embargo, a unas razones que, quieaes eranjovenes en 1931, vivieron en todo su atractivo y en todo supeligro. Sufrieron, en suma, una etapa dificil y naturalmenteviolenta: respondiendo a esto, foe una juventud exasperadaque vio una crisis mundial y que, sentimentalmente desga-

jada de su condici6n burguesa, sintio el aguijonazo de unproletariado militante. Por puro despecho de sus modelosnaturales ~padres que militaron en la Union Patri6tica 0

que se adhirieron a las paradojicamente llamadas «juven-tudes mauristasa=-, amaron otros heroes ~los violentos.Ios

puros=-, creyendo que esta condicion era bastante parasalvar a una sociedad amenazada que habia demostradosu panico en el crac economico de 1929. Ser joven fue

para e110sun pasaporte de validez universal; de esta forma,se aglutinaron en formulas de rebeli6n tan diversas comolos movimientos Iiterarios de vanguardia 0 las primerasformas de asociacion estudiantil, Pero, sobre todo, Ieyeron:gustaron de las novelas de - aventuras cuando Zane Grey,Oliver Curwood y Emilio Salgari empezaron a ser tradu-cidos en Espaiia; les apaslonaron las novelas heroicas ysociales extranjeras que publicaba la Editorial Cenit -desdeDorgeles basta Malraux=: devoraron las biografias de unaepcca prodiga en ellas ----stefan Zweig, Andre Maurois,Jacques Bainville, Emil Ludwig- y se prendaron de un

texto tan significative como La tecnica del golpe de Estadode Curzio Malaparte.'

Cretan tambien en la cultura, termino en e1 que, parae 1 1 0 8 , confluian oscuros intereses declase y altruistas consi-deraciones humanistas, Paradojicamente, temieron tambienpor su desaparicion, ahogada en la marea que. Ortega y

Gasset llama oportunamente «Ia rebeli6n de las masas»:recuerdese que mientras las «ciencias de 1aculturas elabora-ban Ia imagen de una creacion espiritual independiente delas razones sociales, el cefiudo Spengler dictaminaba la

fecha de la definitiva derrota de 1a civilizacion occidentaly el conde de Keyserling profetizaba un proximo renaci-miento, Todo aquello se bubo de encarnar en los dosmovimientos politicos que Falange admiraria basta la iden-tificacion idolatrica: los fascismos Italiano y aleman. Conculpable ingenuidad, los converses de primera hora igno-raron los asesinatos e injusticias -Matteoti, Rocastrada,

Schleicher, Bedrow, Talhm.an- que habian jalonado el

ascenso al poder de Mussolini y de Hitler." SoIamente

oyeron los acordes marciales de dos redenciones espiri-tuales cuya fanfarria bubo de llamar 1a atenci6n a quienes

veian en Ia historia Ia realizaci6n de un espiritu nacional

y el campo propicio para la gloria del jete natural. Por

eso, no deja de ser significative que un escritor de for-

macion liberal pero que vivio con terrible acuidad los pro-

blemas de su generacion, Angel Sanchez Rivero. ea ex-

presara acerca del fascismo en estos ambiguos terminos:

«En el movimiento fascista esta el nudo de toda Ia' bistoria

italiana, con su doble manifestacion: intelectual y polftica, Abora

bien, como este pueblo nos ba dado en varies 6rdenes los mas

altos ejemplos del espiritu, tenemos el deber de acercarnos a 5U

crisis presente con esa pietas de la que su poeta Dante eo; el meiormaestro: sintamos Ia eultnra italiana como ua ademan apasionado

del alma italiana, la mas decidida que ha existido [amas en elmundo. Y tambien sentiremos el fascismo en toda su dramaticidad.No como una vulgar pelotera de izquierdas y derechas,» S

I El cine, y .111~s aun el cine de,acci6u, fue D UO gran descubrlmlen 10 denqueUa [uventud, G arcla Serrano euenta que J000 Antonio ~C(:omendaba dos

filmes a los j6venes mi.litantes de Falange: EI delalo." una romant tca hlstoria

de la revcelta irlandesa, yTres lanceros benl:a/ le s, exaltacl6n de ta Iucha colonia,

ioglesa en la India, U PO l visi6n ho.til de todo esto en Juan Castella Gassol:~asdsmo y falangismm., Cuadernos Amertcanos, XXIV. 6 (1965), p~gs.. 41-51.

, La admlraci6 noel simple interes por el fascismo tuvo en Espalia una

eorta pero si.!:nlllcativa hlstoria que jalonan Ilbros como: Vicente Clavel, EI

fascism 0, 1924; Francese Camb6, Entorn del jeixisme j raUd, 1925; Juan Cbablls,

110lla jasctsta, 1928. Rafael Sanchez Maza. fu" el primero en saludar la emarcla

au Ramal> en sus cronlcas dtalia a paw I)"olil» publicadas en A11C (1923).

J Re~elia de VIral;!! C01ll.'" l'Europe de Curzio Malaparte, en Revlsta de

Occidente, VI (1928), pag. 13.5. Sob". su autor, puede verse mi arttcuto ..Breves

cornea tarlos a un escrltor 01vidado: Ange] Siinchez Rivero" en Insula, mim. 250

(1967), pliG. 6. En ttmlln.os similare. se expresa Ortega y Gasser, coutestaadoa Corpus Barga, en sus> dos artlculos ..Sobre el fascismo~,esc.rilos en 1925 y

recogidos en ,, 1 tome tv de Iii Bspectador, (Cf. Obras, t, M., E~pasa-Calpe.1936, p:lllJi. 532 y sigs.)

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Los ANTECEDENTES IDEOL6orcos . EL 98 Y ORTEGA

Es evidente que tambien Falange intent6 ser un ademanapasionado del alma espaiiola. Efectivamente, si un ca-racter defini6 a su s promociones fue precisamente un nacio-nalismo enconado y absorbente -resuelto en un «estilos

de vida- que no naci6, por otra parte, con Falange. Supunto de origen estaba, en realidad, en la inadaptaci6n

burguesa a la forma capitalista de vida y a la consiguientesublimaci6n espiritual del fen6meno; el heche, en Espaiia,

tenia una fecha que ha becho correr rios de tinta y que

ha bautizado a una generacion: 1898. Unamuno, Baroja,

Azorin, Valle-Inclan habian trazado, en torno a la deca-dencia de Espana, los circulos viciosos que transitarian sus

sucesores: Ia presunta virginidad hist6rica del pueblo espa-

fiol (idea ganivetiana que se desarrolla en el concepto de

«intrahistoria» de Unamuno: la vida vegetativa, sin alientocreador, de los espafioles); el desprecio por las formas del

capitalismo moderno -fabricas, consume, sindicacion, me-tr6polis urbanas-; la admiraci6n por Castilla, entendida

como aglutinante de la empresa nacional. Nos interesa

retener, sobre todo, ese temor al progreso -precariamentesustituido por un intenso vitalismo individual->, en el que

Elias Diaz ba visto, a prop6sito de Unamuno, «una protes-ta contra ciertas alienaciones -las producidas por las socie-

dades capitalistas del bienestar, al menos formalrnente libe-rales=- que sin embargo sup one y exige ala vez una defensa

implicita de otras mas reaccionarias alienaciones. las deri-vadas de una concepcion magico-irracional de una filosofia"humanista" de Ia miseria».s Deliberada alienaci6n que

pueden representar una cadena de titulos de Azorln, albacea

complacido de una pobreza rural que identifica con los

mas altos valores filos6ficos y morales: desde La ruta delQuijote (1905) hasta Pueblo (1930).

No sera en vano, pues, que Emesto Gimenez Caballero.un temprano adalid del fascismo espafiol, se proclame en

Genio de Espana (1932) «nieto del 98» con frase que hara

fortuna. Ni deja de ser curioso que, en fecha muy anterior,

• Revisi6n de Unamuno, Madrid, Tecnos, 1968, pag. 52.

16

pusiera el unamuniano titulo de En torno al casticismo deltalia a su traducci6n de L'ltalia contra l'Europa de Curzio

Malaparte, L~ posterior fortuna del 98 entre los Ialangistas

fue ~uy vana. Unamu~o, por su polemica significaci6n,constituye un caso especial: asistente a un mitin salmantino

d; Jos~ Antonio Primo de Rivera en 1935, fue, a los pocosdias, violentamente atacado en un articulo de Francisco

Bravo qe~e prov.incial de Salamanca a la saz6n) publicadoen el diario Arriba del 13 de maIZO del mismo afio." Casi

~jmultaneo, y revelador de la actitud de militantes mas

jovenes, es un texto que en su secci6n «Figuras» incluye

Haz, ~emanario del SEU, en su mimero del 26 de marzo:

«~AI IDte}ec~ual del 98] parece que aun Ie queda en los

oJos. la perdl?a. de las c~looias. Su prosa, detallista e inutil,destila aburrimiento, dejadez, pereza ... Ama a Francia con

todo su cor~z6n; tiene algo de librepensador, algo de ateo,

alga de mason, alga de fumador de ocbenta y cinco y muchode tont?». EI modele de esta diatriba podlan ser Azorin

o Baroja, No obstant~, facetas noventayochescas siguieron

atrayendo a lo.s falangistas: de Baroja, por ejemplo, Gime-nez Caballero intento una salvaci6n que dio como resultado

el perewino li~ro miscelaneo Comunistas, judios y demdsralea (Valladolid, 1938). El proceso de asimilacion del 98

habia de concluir .anos mas tarde con un libro, par todos

lo~ .conceptos valioso, que detectaba como veremos una

CflSIS d.e valores en el sector m as importante del falangismo:

me ~efiero a La generacion ~e! 98 de Pedro Lain Entralgo,publicado en 1945, pero anticipado por la revista Escorial(XVI [1944], num. 47).

Con la discutida promocion finisecular no se cierra, sin

embar~o, el cuadro de condicionantes espirituales de la inte-iectualidad faIangista: cierta historiograffa liberal -vincu-

iada, por. un lado, con ei 98- tuvo tambien su parte en

laoformacion de una conciencia nacionaiista. En MenendezPidal, por ejemplo, los falangistas pudieron ahondar su

5 unamU1;o! como e~ bien sabido, fue enterr-adc $I{ gt'ln cl «ritual» de Falange.Porta?an 01 forot,ro, segun cuenta David Jato, Victor de la Serna, M Rodrigue,;

de Rivas, E. Dlaz Ferrer y Antonio de Obregon, Otras Iuentes sustituyen al

segundo por el tenor aragones Miguel Fleta.

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idea de un volkgeist castellano, adalid de una nueva

formula de poder frente al anacronismo visigodo del reino

de Leon. Al lector juvenil de 1929 no podian pasarle des-

apercibidos parrafos como este, tornado del prologo a la

primera edici6n de La Espana del Cid: «...la vida del Cidtiene, como no podia men os, una especial oportunidad

espafiola ahora, epoca de desaliento entre nosotros, en queel escepticismo ahoga los sentimientos de solidaridad y la

insolidaridad alimenta a1escepticismo. Contra esta debilidad

actual del esptritu colectivo pudieran servir de reacci6n

todos los grandes recuerdos hist6ricos que mas nos bacen

intimar con la esencia del pueblo a que pertenecemos»."Todos los historiadores de la epoca coinciden, sin em-

bargo~ en que las mayores deudas ideologicas de Falange

se refieren a Ortega. A I pensador madrilefio debi6 la idea

de la?aci6n (~~i)mo un dogma nacional, como un proyecto

sug~st~vo de VIda en comun» 7 y toda una ret6rica regene-racionista que, comenzada el dia 23 de marzo de 1914 en

el !~tro de la Comedia con el discurso «Vieja y nuevapolitica», se reharfa de nuevo en el mismo lugar, veinte

afios ma~ tarde, e~ la ora:i6n fundacionaI de Falange por1. A. Pnmo de RIvera. Sin embargo, Ortega, como Una-

muno, fue simultaneamente adorado y rechazado par los

hombres del nuevo partido que no le pod ian perdonar su

c~ng~nial liberalismo. En. su ya citado Genio de Espana,GImenez Caballero definiria con acierto Ia disyuntiva repre-

sentando a. Ortega en Ia figura de la urraea que pone sushuevos en un sitio y canta en otro y comentando en uncalembour de gusto dudoso: «La misi6n de uno -filio yrespetuo~o secuaz del maestro Ortega- es bien sencilIa:

dar el gnto ahora donde esten los huevos, Y seguir ponien-do 10.s buevos -el acento, el coraje y el vaIor- donde

tambien los gritos, Sin miedo a equivocos ya. Sin terror a

Ia c;msecue~cia».8 Ide~s muy similaresexpresaria el propioJose Antonio en su articulo «Homenaje y reproche a Ortega

• • Torno T ,. Madrid, Espasa-Calpe, 1956, pag. 'VIIT. Reproducido en et

num~ro 58.(lS. de mayo de 1929) de La Gaceta Literaria, p~g. I.

• Esp~na mverte"!ada, en. Obras, rr, Madrid, Espasa-Calpe, 1936, pilg. 771.

Genio de Espa~a, Madnc (La Gaceta Literaria), !932, pag. lB.

18

y Gasser» (Haz. num, 12. 5 de diciembre de 1935), aunque

con anterio ridad el semanario F. E. incluyera en su primer

numero (7 de diciembre de 1934) un «Auto de F. E.» ano-

nimo, en el que se acusa a Ortega de representar «el si-

glo XIX" la burguesia selecta, e1 desprecio del Estado -nue·

vo caballero andante- protector de los desvalidos, de las

pobres masas». Mas tarde, en plena guerra civil, 1a ascen-

dencia orteguiana de Falange es un heche para Manuel

Iribarren que escribe en Ierarquia (nfun. 1. invierno de 1936,

pagina 124): «Los mas autorizad as propugnadores d eeste

movimiento son discipulos suyos [de Ortega], aunque mas

tarde hayan renunciado de su fe germanica en los destines

propios del pueblo .. Ahi estan, par no citar mas, Eugenio

Montes can su cristianismo un poco paganizado, y Gimenez

Caballero, en quien todavia no se ban definido bien la

Roma ecumenica de Augusto y la otra Roma de los papas

-sede de Jesucristo- a la que sirvio nuestro cesar. Car-los I, emperador».

E s visible, pues, que toda una etapa del pensarnientoliberal espafiol subyaceen el falangismo que no hara sino

llevar a sus ultimas consecuencias los postulados del rege-

neracionismo, Recapituiando e sto s p re ce de nte s y relacio-nandolos con el proceso que une el Risorgirnento Italiano

y el fascismo, Gimenez Caballero podia escribir en 1929:

«l,D6nde han estado nuestro D'Annunzio, nuestro Croce,

nuestro Rajna, nuestro Marinetti, nuestro Bontempelli, Dues-

tros Missiroli, nuestro Gentile, nuestro Pirandello? Puessencillamente: hanestado ... aparte. Porque existen. Sustitu-

yamos escritores y veremos que frente a Rajna y D'Ovidio,

hay un Menendez Pidal, creador de nuestra epica naciona-lista; un D'Ors, am ante de la unidad: frente a Croce 0

Missiroli bay un Ortega, creador de nuestra idea nazionale;frente a D'Annunzio, Marinetti y Bontempe1li, un G6mez

de la Serna, creador del sentido latino y modernisimo de

Espana ... Frente a Pirandello, un Baroja, un Azorin, regie-

nalistas como punto de partida de su obra y elevadores

del conocimiento nacional de una tierra, creadores de anchosespejos; frente a Gentile, un Luzuriaga, en posibilidad de

experiment os energicos, de instruccion ... Frente a tantos

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otros ilustres hacedores de nuestra Italia, un Maeztu 0 un

Araquistain, un Marafion, un Zulueta, un Sangr6niz, un

Castro, un Sala venia, etc. Y £rente a Malaparte ... Delante

de Malaparte, Miguel de Unamuno»."

LA CONTRARREFORMA DERECHISTA

Tarnpoco pudo inhibirse Falange Espanola a la nu.evamentalidad que progresivamente aparece en las clasieas

dereehas: un espiritu agresivo y proselitista que acab6 por

contagiar y movilizar a los grupos mas reaccionarios, Act!onFrancaise 10 fue la imagen de Acci6n Espanola, la revista

en que cuajaron las inquietudes de estes grupos y que

publico su primer numero el 15 de diciembre de 1931-ocho meses despues de la proclamaci6n de la republica=-,

como plasmaci6n de los ideales del grupo monarquic~ enel que militaban el conde de Santibafiez del Rio (su prunerdirector), Ramiro de Maeztu, Jose Calvo Sotelo, Vict?_r

Pradera, Pedro Sainz Rodriguez. Eugenio Vegas Latapie,Zacarias de Vizcarra, Miguel Herrero Garcia. Jose MariaPeman, Joaq uin Arraras, Jose Pemartin, etc." La postura

de la revista era fundamentalmente antiliberal (recuerdenselos «falsos dogmas» que exponia Victor Pradera), antirre-

publicana (vease el articulo del can6nigo Castro Albarran«La sumision al poder Iegitimos en el num. 39. 16 de

octubre de 1933) e integrista (como demuestran sus con-tactos con los miembros mas prorninentes del «integralismo»

Iusitano). Pero, junto a estas facetas hoscamente reaccio-narias, Accion Espanola propuso por vez primera (en las

'«Carta a un compafiero de la [oven Espafias , La Gaceta Literaria, 52

(15 de febrero de 1929), pOgo 1.

10 N ombre de un partido y un pcriodlco diario (1908-1944) franceses, rno-

narquicos , catol tcos y de tendencias tasclstcides, Sobre su significacicn, d.

E. Weber: L'Action Francoise, Paris, Stock. 1964. [Cf. tarnblen R. Soucy:«Romanticism and Realism in tbe fascism of Drieu de la Rochelle", Journal of

the History Of Ideas, XXXI, I, 1970, pigs. 69·90; y W. R. Tucker: «Politics

and Aesthetics: the Fascism of Rober! Brassillach», Tho W eslern Political Q"G)~

teriv, num, 4, December, 1962, pug,. 605-611.]

II Cf. Santiago Galindo Herrero: Los partidos mondrqulcos baio la segundo

remiblica, Madrid, Rialp, 1956, y Luis Maria Anson: Acci611 Espailo!a, Madrid,

1960.

plumas de Maeztu y Vizcarra) una suges~va e influyentetarea de Hispanidad y, de otro lado, abrio su~ puertas a

escritores que posteriormente ve~ell1os en las filas ~e Fa-lange: Gimenez Caballero, Eugenio Montes, Rafael Sanchez

Mazas, Julian Pemartin y Emiliano Aguado, entre otro~,Incluso el discurso joseantoniano del Teatro de la Comed~a

fue reproducido con eI titulo «Bandera qu~ se alza» (nu-mero 40, 1 de noviembre de 1933) y elogiosamente rese-

fiado por Pradera en el numero si~u!ente. , .Con fechas anteriores al ad venumento de la republica,

bulleron igualmente grupos juveniles de derechas cuyos

efectivos, previamente radicalizados, en~rosaron muchasveces las filas falangistas: en 1909, el P. Angel Ayala, S'.I.,

habia transformado los anacronicos «luises» en la ASOCIa-

ci6n Cat6lica Nacional de Propagandistas que, presididospor el [oven y activo abogad? ~el Estado Angel ~err~raOria, adquirieron en 1911 el diario E l D e~ G;te, con~htuyen.dose a partir de entonces en un grupo actlVlsta. de lllso~pe-chadas rspercusiones. Las elites ?~ propagandIsta~, cuida-dosamente seleccionadas e incondicionalmente sumisas, fue-

ron con posterioridad las fuentes nutricias de partidospoliticos como Acci6n Popular y la CEDA (Co nfed era-

cion Espanola de Derechas Aut6nomas).y ~n fer~ento deacci6n universitaria cuyos efectos se dejaran sentir larga-

mente en la propia Falange al final de la guerra civil, Deheche, El D ebate -junto con el monarquico AB<;: .e Injor-maciones- denot6 en los afios 1931·1936 el decidido em-

puje de una juventud derechista, mas 0 menos ganada por

las gallardias Iascistas,

UNA CONFLUENCIA. LA ESCUELA RmvlANA

DEL PIRINEO y EUGENIO D'ORS

Los precedentes arriba sefialados -el 98, Ortega, la

contrarretorma derechi.sta- no fueron los unicos que tuvoFalange. Epis6dicamente, dos actitudes pe!sonalisimas ymarginales vinieron a confluir en el cauce abierto del nuevo

movimiento.21

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La primera de ellas surgi6 hacia 1915 en Bilbao, unaciudad que vivi6 Ia prosperidad derivada de la guerra

europea y donde unos cuantos escritores acufiaron una serie

de mitos de gran importancia: la identificacion con lacultura romana, el encendido catolicismo, la defensa a

ultranza de los valores de la civilizaci6n occidental y unasignificativa beligerancia frente al problema de la partici-

paci6n espanola eo el conflicto de 1914.12 Estos escritores,agrupados en la revista Hermes (1915-1922) con el nombre

de Escuela Romana del Pirineo, eran Ram6n de Basterra,

Pedro Mourlane Michelena, Joaquin Zugazagoitia, Rafael

Sanchez Mazas, Esteban Calle Iturrino, Fernando de Qua-

dra Salcedo y Pedro de Eguillor y Atteridge que fungia

de presidente de la tertulia del bilbaino «Lion d'Or»,

Dos de los citados -Monrlane y Sanchez Mazas- tuvieron

una importaocia excepcional en la creaci6n de Ia formulaliteraria falangista y a ellos -ya E. Montes, en menormedida- se debe el nacimiento del ensayo divagatorio,

lleno de alusiones eulturales, refinado e inteiectual: ejemplo,

segun antes hemos visto, de c6mo Ia obstinada referenciaa la historia y a la cultura puede convertirse en una im-

plicita defensa de los valores de una clase social amenazada :

en una nostalgia burguesa, no por ultima vez refugiada enel mito europeista.

La otra actitud prefalangista surgiria de una sociedad

estructuralmente muy parecida a la bilbaina. Eugenio d'Ors

-a quien nos referimos-« habia sido el arbitro intelectual

del «noucentismes catalan basta los hechos que precipitaronsu ruptura con la Mancomunitat. Sus ideas sobre Europa y

sobre la misi6n de la cultura estaban mlly proximas a las

" Sabre I. sisnificaci60 de Basterra, d. Guillermo Diaz-Plaja: L < > poesia

y ei pensamiento de Ramon de Basterra, Barcelona, Juventud, 1941. y Carlos

Antonio Arean: Ramon de Basterra, Madrid, Cultura Hlspaniea, 1953. No serta

aventnrado relacionar la s proxlrnas surgencias totalitarias CO n los movirnientos

de beligerancia platonlca de la 6poca. Muy signiflcativas son las palabras de

UD aliad6filo tan representauvo como Luis de Zulueta pronunciadas en la

famosa Residencia d. Estudiantes madrilefill en 1915: < l : • • • Mientras la bumanidadarrastre habitualmente una vida mezqulna, baja, OSCUla, y sea la guerra la

que viene a sacarla de esc marasma; mientras sean los marciales clarines los que

representen el Ilamarniento al heroismo la humanidad no puede vlvlr», (La

Edad Heroica, Madrid, Publlcaciones de la Residencia de Estudiantes, 1916,

p!gina 137.)

22

mantenidas por la Escuela Romana del Pirineo y, por si

fnera poco, D'Ors habia leido en 1905 una tesis para sudoctorado en derecbo can el significative titulo Genealogiaideal del imperialismo (Teoria del Estado-heroe), incom-prensiblemente dirigida par el krausista Gumersindo de

Azcarate."

En plena guerra civil, D'Ors se incorporo a la Espananacionalista desde Paris y en Ia iglesia de San Andres, de

Pamplona, vel6 «las armas de la caballeria de Falange».

Dotado de las condiciones de un organizador nato, Xenius

aport6 a Ia nueva ideologia su obsesion por los ritualesfastuosos y una irreprimible inclinaci6n a los simbolos:

de Sll numen surgieron seguramente la idea del Instituto de

Espafia, «senado de la cultura nacional» creado el 6 deenero de 1938,14 a la peregrina constitucion de una Comi-

si6n de estilo en las conmemoraciones de la Patria, apro-

bada por decreta del 18 de febrero de 1938, A partir deaquellas fechas, el Nuevo glosario (que empieza a publicarel diario [Arriba Espana! de Pamplona) intento ser la defi-

nici6n clasica y la orientaci6n espiritual de un mundo cuyas

razones se escapaban a quien pretendio ser el inapelableGoethe de la nueva situaci6n. EI predicamento dorsianofue largo -ya como jefe nacional de Bellas Artes, ya como

catedratico de ciencia de Ja cultura- y, en no pequefiamedida, el grupo falangista universitario Ie rindi6 la pleitesiadebida en la tesis doctoral que Jose Luis L. Aranguren

dedic6 a su obra,

U Ernie Jardi: Eug."i d'Ors. Vida i obra, Barcelona, AymA, 1967, pftgi.

nas 36-37.

" Los miernbros del Institute --cuyo presidente era Manuel de Falla (que

decJino el bonor)- habian de responder afirmativamente a la siguiente formula

de juramento: «iJuriHs en Dies y en vuestro Arlgel Custodio servir perpetua y

lealmente a Espafia, bajo imperio y norma de su tradicion viva; en su Catolicidad

que encama el pontific. de Roma; en su continuidad representada por el Cau-

dillo, salvador d. nuestro pueblo?», (Jardf t op, cit., P~I!. 262.)

2 3

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Dos PREDECESORES: GIMENEZ CABALLERO

Y SANTA MARINA

Generacionalmente, en Falange se amalgamaron miem-bro? de las generaciones llamadas de 1925 y 1936, maduras

hacia 1931. A la primera pertenecieron Ernesto Gimenez~abal~ero y ~uys Sa.r:-taMarina, ambos con llna ejecutoriaIiteraria de cierta entidad a1 Ilegar la decada conflictiva delos treinta,

G~enez Caballero, nacido en Madrid en 1899 e hijodel director de Papel y Artes Graficas, habia sido fun-

dad,or e inspirador de La Gaceta Literaria (1927·1932). Ia

re~lsta mas imporrante del vanguardismo espaiiol; sus in-quietudes habian pasa.do de la incursion surrealism que

sUP?,ne Yo,_zn~pector de alcantarillas (1928) a la preocu-

pacion espanolista de Circuito imperial (1929) y al fascismodeclarad? de ,Arte y Est~do (1935), Stl figura representabala aproximacion al fascisrnr; desde Ia vanguardia artistica

en, ~m proces? de inter~ccj6n tan significative como el queuruo en S~I dia el futurismn y Ia ideologfa mussoliniana, 0

el surrealismo frances y el comunlsmo.

Santa Marina, santanderino residente en Barcelona era

un, c~so diferente. Hidalg? sin fortuna, obsesionado p~r 10heIO~co y devorador apasionado de 1a literatura «imperial»

del ~lglo de o~o, Max Aub ha dejado un buido retrato desu figura: «Sin ada~me de grasa, el capitoste de aquelcotarro de. echo a diez personas [la tertulia que presidia

Santa Manna], segun los dias, acecinado, seco, la enjuta

cabeza asolead.a, petrea cabeza erguida, ojos corvinos, des-medrados, cunosos, de rapidisimo girar y agarrarse, 'man-

dando ~n una unportants nariz fina. .. Se mantenia de Iechefruta VIva, almendras y alguna ensalada que partfa con s~

tortuga, ~;Innsmo m?rlo que Ia leche era a medias parasu gate». Santa Manna patrocinaba por los alios treinta

una rev~sta, Azor (1932-1934), que resucito en 1942 y, trasotro eclipse, en 1961. Aquel «primer vuelo» de Azor edito

I. Campo cerrado, M.6xico,. Tezontje 1943 pAg 120 Aub 'I't~o la ttl'en et Oro d I RI' D'.· •. . '. u~ or U raI . e un; Iaz-Plaja (Jtt/~morja de una gt1t1eracion destruida Bar-

ce ana, Aymil. 1967, pas. 130), en el Lyon d'Or, '

24

diecisiete numeros en los que colaboraron, aparte del propioSanta Marina, Andres M. Calzada, Jose Jurado Morales,

Juan Ram6n Masoliver, Guillermo Diaz-Plaja Xavier de

Salas, Max Aub, etc. Una antologia de prosistas castellanos

y una seccion fija de «Decires» (donde se incluian coplas y

refranes populares) satisfacian los gustos del director porla Iengua clasica: junto a esto, articulos, poesias y relates

(alli se publico la primera ed icion d e Luis Alvarez Petreiia

de Max Aub seriado entre los numeros 3 y 17) completa-

ban 1a parte literaria de la revista, El tono de los articulos

rozo muchas veces la exaltaci6n nacional fascista; asi, cuan-do Andres Manuel Calzada escribia en el editorial del

numero 15 (diciembre 1933-enero 1934): «AI prociamarse

la republica, todos sentimos el escalofrio hist6rico: elpueblo estaba en pie y arbolaba, exaltado y jubiloso, la

bandera de Ia Patria ... La republica, que es joven, debe deserlo ahora mas que nunca; debe ser violenta, irreflexiva yvaliente, que el valor, la irreflex ion y la violencia son ger-menes de 10 grande» .16

Esta angustiosa demanda de tina empresa heroica en el

afan cultural y educative queda perfecjamente representadaen Ia tarea de La Gaceta Literaria, 1a revista en la que

Gimenez Caballero se jacto de haber alumbrado «las dos

juventudes espirituales que cuajarian el porvenir de Espaiia:

los comunistas y los fascistas»." En Ia revista colaboraban

efectivamente hombres de las mas diversas tendencias: cooGimenez Caballero, actuaba como subdirector Guillermo

de Torre; como redactor jefe desde 1929, el comunistaCesar M. Arconada; en las diferentes secciones, el arte

corria a cargo de Antonio Espina y Sebastian Gascb; el

cine, de Luis Buiiuel; 1a filosofia y 1 a ciencia, de RamiroLedesma Ramos; la gaceta catalan a, de Juan Chabas y

Tomas Garces; Ia americana, de Benjamin James y Gui-

llermo de Torre. Como puede verse, una baza inigualab1e

que los vientos del 36 se encargaron de dispersar geografica

y moralmente, EI clima general de La Gaceta, sin embargo.

16 <qEn pie, Espafia!», loco cii., p5g, 1; reproducido en F. E., rnirn. 5, 1 de

febrero de 1934, pag. 10.

17 Genic de Espaiia, Barcelona, Jerarqula, J939, nota a In pegina 7.

25

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era naturalmente propicio a la surgencia fascista: su cos-

mopolitismo sistematico, su arbitrariedad critica, su jactan-ciosa juventud y, par si fuera poco, un combative espaiio-lismo (reflejado en alguna polemica famosa) prepararon

los espiritus para nuevas singladuras politicas, La alegredespreocupaci6n de Ia vanguardia -respuesta a un estado

de inadaptaci6n a una sociedad tensional- se refugiaracomplacida en un program a que, de algiin modo, sublimay regula la rebeldia: «Cuando el fenomeno fascista surgioen mi conciencia, a posteriori de mi reconocimiento entrafia-

ble con Roma -escribia Gimenez Caballero en 1929-, mevi perdido. Tenia que admitirlo acriticamente. Como un

mandate familiar. como una imperiosa llamada de obedien-cia. Su camisa negra, el negro del aguila imperial y el negrodel clerigo de la Edad Media y el negro del jubon delRenacimiento. Era el negro ecumenico, catolico, expansive,

interventor de culturas incipientes, pobres pero originales.Frente alrubio nordico, Frente al rojo asiatico».lB

Recordando aquellos aiios vanguardistas, Juan Aparicio

cuenta la siguiente y significativa anecdota: «Algo de Ame-ricas de Madrid, de Rastro madrilefio nos trae la remem-branza de aquel tropel de catedraticos, escritores, perio-distas y poetas que concurrieron al agape del 8 de enero

de 1930 en honor de Ernesto Gimenez Caballero. Bajo lafascinacion del afio 30 -recordando su influjo taumatur-gico a traves de varias centurias- se habian colocadoquienes redactaban el semanario radical-socialista NuevaEspana, cuyos redactores eran Pepin Dlaz Fernandez y

Antonio Espina. Amaneradamente Gimenez Caballero ofre.cio a Espina una pistola herrumbrosa como si fuera Ia deLuis Candelas ... Sin embargo, entonces se levant6 con una

audacia militar imprevista Ramiro Ledesma Ramos, quienescribia articulos filos6ficos y cientificos en La GacetaLiteraria y la Revista de Occidente, para prevenir de que

. IS Circntto imperial, Madrid. Cuademos de La Gnceta Literaria, 1929, pa.

gllUl 49. La Ga~'la tuvo dos etapas econonucas: financlaron la primera gentescomo Marafion, Basterra, Gill y algunos empresarios bilbalnos con aspiracicnes

p'0lltic!,s; la segunda (desde 1929) fue de lntegracicn eo el grupo C.I.A.P .. del

financiero Bauer. que impuso como co-director a] erudite, conspirador monar ..

quico y gastr6nomo Sainz Rodriguez. ~

2 6

una generacion jerarquica, disciplinada y normativa estaba

dispuesta al holocausto con tal que se erigiese en Espanauna futura y s6lida Bastilla»."

Una experiencia comun -ysendos Iibros dictados porella- puede unir, por ultimo, dos destines tan significativos

como los de Gimenez Caballero y Luys Santa Marina: laguerra colonial africana. Ambos fueron combatientes endias diffciles: el primero, soldado regular, public6 a la

vuelta del Rif su primer libro, regeneracionista y critico,

Notas marruecas de un soldado (1923); el segundo, volun-tario en la legion extranjera, compuso una exaltacion bri-

llante y exasperada, violenta basta la nausea, con el nostal-

gico titulo Tras el aguila del Cesar (1923). La decepcionespiritual de un combate sin gloria ni disciplina contribuy6a formar un esplritu de lost generation, curiosamente

discrepaote dentro de una literatura de la guerra marroquiexigua perc casi unanime en la protesta: baste recordar e1

ciclo que comienza en Lo que vi en la guerra (1912) de

Eugenio Noel y llega hasta La forja de un rebelde (1942)de Arturo Barea, pasando por El blocao (1928) de JoseDiaz Fernandez e Imdn (1930) de Ramon J. Sender. El

marroquinismo de similor tuvo dos unicos representantes:los futures falangistas Tomas Borras y Luis Antonio deVega.

PRIMEROS HITOS FUNDACIONALES

Hemos visto ya los condicionantes y los puntos de citade la juveotud que bizo Falange Espanola; veremos ahorauna sucinta cronologia de sus actividades literarias y po-liticas.

EI primer clarinazo de atenci6n 10 dio el periodico LaConquista del Estado, «semanario de Iucha y de informacionpolitica» que aparecio por primera vez en Madrid el 14 demarzo de 1931. Dirigia la publicaci6n Ramiro LedesmaRamos, modesto funcionario de correos a Ia saz6n, y com-

,. «La ultima barricade» en Santo y Seiia, 3 [5 de oetubre de 1941). pAg. 3.

Aparicio olvida que Ledesma profiri6 SU discurso blandiendc una pistol" de

verdad Y. al parecer en respuesta a las frnses despectlvas que Esplna dedic6

ELl.diplom,itico fascista italiano Oialio Bragaglia que asistla at acto.

27

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pletaban el cuadro de redactores Ricardo de Jaspe, Ram6nIglesias, Francisco Mateos, Antonio Riafio, Roberto Es-

cribano, Antonio Bermudez Cafiete, Miguel Souto Vilas,

Ernesto Gimenez Caballero, Alejandro Raimundez, JuanAparicio y Emiliano Aguado. «E1 peri6dico -resume

Ledesma- estaba vinculado ados consignas: era pro-

fundamente nacionalista y era profundamente revolucio-nario, social y s ubve rs iv e . .. La Conquista del Estado pre-

tendia representar lin espiritu nuevo, y tenia, necesaria-

mente, que chocar con el republicanismo de 1931, en cuyas

redes veia ademas caer a toda Ia juventud generosa e inex-perta.» 20 La vinculacion del equipo con el regeneracionismo

noventayochesco estaba muy marcada: ya el primer numero

ofrece una entrevista de Juan Aparicio con Baroja; en elsegundo leemos un comentario de Ledesma Ramos al pro-

logo de la Vida de Don Quiiote y Sancho de Unamuno y,

finalmente, en el n umero 19, otro articulo del directorsobre D. Miguel can el explicito titulo «La voz imperial»."

Clausurado e1 peri6dico el 25 de junio de 1931, el 30 de

noviernbre del mismo afio se presentan en la Direcci6n

General de Seguridad los estatutos de un nuevo partidopolitico: las Juntas de Of en siva Nacional- Sindicalista

(JONS), que vivieron precariamente los dos afios siguientes,

paralelas al movimiento vallisoletano que Onesimo Redondo

Ortega, antiguo alumno jesuita, habia iniciado can el nom-

bre de Juntas Castellanas de Actuacion Hispanica. A La

Conquista del Estado sucedio en 1933 la revista mensual

JONS, que dur6 ana y medio y publico once numeros;

colaboraron en ellos, ademas de los ya conocidos, Jose

Maria Areilza Santiago Montero Diaz, Javier M. Bedoya,Guillen Salaya, etc.

En 1933, sin embargo, el pais asistira al primer intento

?e un la~zamiento ruidoso y polemico del fascismo. LaIdea surgio de un hombre sin partido, Manuel DelgadoB~rreto, director de La Nadon -portavoz de Primo de

RIvera durante la dictadura 1923-1930-, que dispuso la

~ Ledesma Ramos: ;,Fasci.mo en Espa>ia?, Barcelona, Ariel. 1968. pag. 81.

. Cf . 1. antologla preparada por J. Aparicio: La conquista del Estado,

Medrld, F. E., 1939. Otra antclogfa de JONS, Madrid. Editor. Nacional, 1939.

28

edicion diaria de 130.000 ejemplares de un periodico fas-

cista. «El primer mimero de El Fascia -escribe Stanley G.

Payne- debia aparecer el 16 de marzo de 1933. Ninguno

de los que escribian en el (Ledesma, Gimenez Caballero,

Sanchez Mazas y Jose Antonio) se hizo grandes ilusiones;

1a rnayoria de los colaboradores se daba cuenta de que elperiodico era, sobre todo, una aventura comercial tipica

dela cIase media y el propio Ledesma criticaba publica-mente el mimetismo del titulo. Jose Antonio, casi a regafia-

dientes, colabor6 con un vago articulo sobre Ia naturaleza

del Estado nacionalista, al que suponia destinado a estable-

cer una especie de sistema permanente, que nunca lleg6 aexplicar claramente. Los restantes articulos ofrecian un

repertorio de estilos que iba desde las elucubraciones fanta-

siosas de Gimenez Caballero a 1a aspera dialectica de Ra-

miro Ledesma.» 22 El mismo dia de su publicacion, el

peri6dico fue, sin embargo, retirado y destruido por orden

guberna tiva.E1 16 de noviembre del mismo afio, Eugenio Montes, un

gallego catedratico de filosofia en varies institutes de ense-fianza media y residente a 1a sazon en Alernania, publicaba

en Accion Espafiola la introduccion «Rehaciendo Espana»

(mim. 43, pags, 681 y sigs.) de 10 que, continuado en elnumero 50 (1 de abril de 1934, pags, 133 y sigs.), serfa Sll ~

«Discurso a Ia catolicidad espanola». EI escrito de Montesno era propiarnente fascista; mas bien, caia -con toda subrillantez forrual- en la nostalgia reaccionaria que parrafos

como este certifican: «Las multitudes doloridas Ie exigenal Estado algo mas que una indiferencia estoica ... La revolu-

ci6n, al llegar al postrer punto de la curva, se quiebra porsu misma naturaleza. Quiebra de Ia democracia, que ya no

es ni popular. Ouiebra del liberalismo ante Ia exigencia

clamorosa de mandamientos y dogmas. E1 propio Estadoya no pide aristocracias y rnonarquias. Pide reyes, porque

«rex a regendo», rey viene de regir, dijo san Isidoro; pide

santos porque pide heroes y credo».23

"l2 Stanley G. Payne: Falange. Historia del [ascismo cspaiio! Paris Ruedo

Iberico, 1965. piig. 26. ' ,

2. 1 Accion. ESPo,la/o. Antologia, Burgos. 1937, piig. 190. Es curioso que.

29

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El llamamiento de Montes no trascendio lo s limites d,

Ia revista que 10 acogi6. No as! el mitin que e129 de octubr

de 1933 organize Jose Antonio Primo de Rivera en eTeatro de la Comedia de Madrid y en el que hablaron, COl

el, Alfonso Garcia Valdecasas y el popular aviador Julir

Ruiz de Aida. EI acto se previo como de «afirmacion na

cional», bien que a los pecos dias sus fautores anunciararla fundaci6n de Falange Espanola, movinriento que estabe

destinado a aglutinar tanto a Jas juntas ledesmianas come

al exiguo partido local de Onesimo Redondo. La uniorse producirla el 13 de febrero de 1934.

Desde el primer memento, Falange disPLISO de unarevista, F. E., cuyo primer numero lleva fecha del 7 dr

diciembre de 1933. Siguieron catorce entregas mas basta

el 19 de julio de 1934. Colaboraron en la revista semanaJ

Samuel Ros, un excelente autor de novelas de humor en

el estiio de Ram6n Gomez de Ia Serna; el imprescindibleGimenez Caballero; Victor d'Ors, hijo del escritor catalar

Eugenio d'Ors: lose Maria Alfaro, Jose Simon Valdiviesoetcetera. Muy pronto, los sectores «a la izquierda» del

incipiente faseismo espafiol ridiculizaron el tono Iiteraric

de un «movimiento pceticos con respecto al cual su propic

fnndador habfa declarado que «a los pueblos no los ban

movido nunca mas que los poetas y jay del que no sepalevan tar, frente a la poesla que destruye, la poesia queprometes.v

Falange Espanola de las JONS -largo nombre quea~opt6 el nuevo movimiento y que conserve, pese ala esci-SIan el 15 de enero de 1935 de Ramiro Ledesma- tuvo

nuevas publicaciones: el semanario Arriba fue cronologica-

mente la primera de ellas y edit6 su primer mimero e121 de marzo de 1935. «A principles de 1935 -cuenta

Felipe Ximenez de Sandoval- fuimos llamados unos cuan-

ailo. mas tarde y en plena mili tancia falangista, MODtes reimp rima el discurso

(en.La estrella y la estela, Madrid. Ediciooes del Movimiento, 1953,pM .

265)

,u't'tuyendo. la frase cpide anstocraclas y monarqujase por «pide autoridad:que 10 mandena,

"J. A. Primo de Rivera' Obras completas, Madrid, D. N. de Secci6p

Pemenina de FEY y de las JONS, 1959 .. pag. 69.

30

tos al despacho del Jefe en Marques del Riscal, Tambien

era un domingo por 1a manana. Can el Jefe, el Secretario

General, Raimundo Fernandez Cuesta; el Presidente de la

Junta Politica, Julio Ruiz de Alda; los consejeros SanchezMazas , Manuel Mateo, Vicente Gaceo y Jose Manuel Aiz-purua y los camaradas Vicente Cadenas, Carlos Ruiz de

1a Fuente y yo. .. Se decidieron los cuatro grandes apartadosque habia de comprender el semanario: "Consignas de

normas y estilo" a cargo de Rafael Sanchez Mazas;. "Poli-

tica Nacional" que red acta ria Jose Antonio; "Vida sindical"

que se encarg6 a Mateo, y "Politica internaclonal' que seme encomendaba ami.»"25

Arriba represento todas las tendencias que confluian en

el falangismo ; el planto por la decadencia de la patria: la

preocupaci6n par un estilo viri] y pcetico de vida; los ata-

ques al capitalismo judio e internacional; 28 el militante

antiseparatismo; Ia exaltacion guerrera y militarista y Iapreocupaci6n por el panorama mundial. Arriba consagraba,

de otro Iado, una ret6rica destinada a hacer fortuna: laintemperie, 10 exacto, maximo a inexorable, la milicla y

10 imperial, 1a impasibilidad, Ia claridad y e1 heroismofrentea 10 barbaro, 10 turbio, 10 chillon. y 10 esteril son los

mots-de -por emp1ear e1 termino linguistico apropia-

do- de una generaci6n. Igualmente, seguian abundando

los articulos te6ricos, ponderados 0 violentos, alguno de los

cuales revela bien a las clams la ideologia de fondo de

muchos militantes, sospechosamente coincidente con el anti-progresismo noventayochesco: «En cierto sentido -Ieemos

en un articulo an6nimo que publica e1 mimero 4 del 11 deabril de 1935-, el Hamada atraso espaiiol es un tesoro

que no debemos destruir con estupidez de barbaros idolatrasde tecnieas deslumbradoras y recientes, sino limpiar, fijar y

dar esplendor con cordura latina, con genio espafiol, lleno

a la vez de fe y de escepticismo, de prudencia y de impetu».

l.S Jos~ Antonio, Madrid, Bullen, 1963, pas. 298.

,. Representados r es pectivamente, en 10' almacenes sao, propiedad do>

un indio aleman, y la f<;brica suiza Ne,lHL

31

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8/7/2019 Juan Carlos Mainer Falange y Literatura

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FALANGE Y LA LITERATURAUn caracter indudablemente similar. que imagino tam-

bien com placido en discreteos culturales y exaltaciones his-

toricas, tendrian las Ilamadas «cenas de Carlomagno» que

reunian en torno a una mesa del Hotel de Paris, en Madrid.a diez a doce comensales rigurosamente vestidos de eti-

queta: Mourlane, Miquelarena, Sanchez Mazas, J ose An-tonio y algun otto. «Un sill6n sobreel que se colocaba unapiel de corzo, como homenaje al invitado que no vendria

-recllerda Miquelarena-, presidia las famosas cenas de

Carlomagno: La piel pertenecia a Jose Antonio, que Iahabia enviado desde su casa. Se mandaba bacer fuego de

lena en la cbimenea; y sabre e1 mantel, impecable y muelle

par el grosor del muleton, tres candelabras can sus velas

correspondientes iluminaban el convite ... Estaba claw queaquello equivalia a una protesta contra Ia Puerta del Sol,

zoco de las peores pasiones politicas y de las mas viles,

lanzada desde el mismo borde de aquel asfalto para Iimpia-betas, para flamencos. para cafes can consumidores de"solitario" y uiia Iarga .. para "desesperaciones" de Espron-

ceda y para periodistas del Heraldo.» 28

Como partido politico. Falange solamente incurrio un ave z -que yo sepa~ en Ia acreditada costumbre madrilefiadel banquete-homenaje: fue el 24 de febrero de 1935 y se

ofreci6 a Eugenio Montes. conmemorando sus exitos comocronista de ABC en Italia y antes de su marcha a Alernania.

El acto tLlVO lugar en el Cafe de San Isidro, ubicado en Ia

popular calle de Toledo. Al acto asistieron, segun testimonia

Ximenez de Sandoval, mas de mil personas ·-cifra a todas

Iuces demential pero que repite David Jato- y los brindis

corrieron a cargo de Jose Antonio, Ruiz de AIda, SanchezMazas y el propio agasajado que agradecio el bomenaje

con un breve y lirico parlamento: «Alla en el abril del

Renacimiento italiano, bubo lin dia, feliz entre los dias, en

que los estudiantes de Bolonia, hartos de Pandectas y demenudas aburridas glosas, irrumpieron en las aulas dan-dole al aire este grito divino: "[Habladnos de Platen! [Por

10 que mas querais, habladnos de Platen, par Dios y par Ia

El interes litera rio de Falange no reside. sin embargo.en Ia prensa que sucintamente hemcs resefiado, servidoraobligada de polemicas e intereses muy concretos. Muytempranarnente, Falange y sus ideales suscitaron un grupo

de escritores, militantes unos, simples simpatizantes otros,que vivieron en tertulias y redacciones de peri6dicos el

espiritu que informaba el nuevo movimiento. Una de aque-

Ilas alcanzaria un renombre excepcional, transformandose

al cabo en una suerte de mitologia literaria; se trataba de

Ia tertulia de La Ballena Alegre, reunida en los sotanos delbar madrileiio del mismo nombre, decorado con pinturas

marltimas par Hidalgo de Caviedes. La Ballena era -como

Bakanik y Or.Kom-Pom, otros lugares de los que era asiduo

Jose Antonio-« un local atrayente y bastante caro, centro

conocido de otras tertulias; a Ia que nos interesa acudian

como asiduos -aparte de Jose Antonio y de su pontificeen funciones, Pedro Mourlane Michelena- «poetas como

Ouadra Salcedo. Ridruejo y Foxa; pintores como Alfonso

Ponce -de Leon y Cabanas; ensayistas como Montes y San-

chez Mazasrnovelistas como Zunzunegui y Samuel Ros;

periodistas como Miquelarena, Obregon y Victor de Ia

Serna; aficionados al teatro como Luis Bolarque; musicos

como Tellerla., La charla discurria por los temas m asvariados y altos: Filosofia, Poesia, Historia y Arnor. Yo

apenas he ido por La BalIena y no recuerdo detalles; pero

par haber frecuentado con Jose Antonio otros lugares ana-logos. se muy bien como penetraba, sutil y luminoso, en

el espiritu de cada uno de estos temas. Tengo presente una

polemics en Rirnbombin sabre Ia pcesia de Lope y Ia de

Garcilaso: un plebiscita en el Museo del Greco sabre elmejor ap6stol de la genial colecci6n de Theotocopuli y La

discusi6n entre Jose Antonio y Rafael Sanchez Mazas sobresi los toros de lidia vinieron 0 no a Espafia pasando por

los Alpes»."

" Ximenez de Sandoval: op. cit., pag. 378. Cf. tambien Samuel Ros en

«Jos~ Antonio en la Ballena Alegr •• (Dolor y memoria de Etpa,'ia en e! segundo

al1iversario _del.a

muerte de Jose A}itQniO, Barcelona, Jerarquta, 1939t

p a g . 209)y una. evocacion de la tertulia en las plumas de Mourlane, I. Catalsi, J. Rubio.

T. GISt"" y E. Monies, en La Estaieta Litercria, 5 (I.V-1944), piigs. 16-17.29 . oIiLas cenas de Cartomagno», en Dolor y memoria . .. ~ ed. CiL~ pagt.

nag 186-187.

32

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Virgen!". Por insultar a Indalecio Prieto 0 a Manuel Azafi

perder una vida es macho. Es, en verdad, demasiado. Per

por un concepto plat6n.ico de Espana. par una "esencia'

bien puede darse una existencia de sacrificio, porque j

hombre muere y la esencia dura».29

Las palabras de Montes son una sintesis suficiente de u

estilo yuna creencia que indudablemente compartian -etoda su ardorosa ingenuidad y en todo su Iatente peligro-buen numero de los presentes, .

LA PRESENCIA DEL SEU

Los nombres que hemos venido citando basta ahor

-Gimene.z Caballero, Sanchez Mazas, Victor de Ia Sernr

Eugenio Montes, Felipe Ximenez de Sandoval. Samuel Ro

Jose Maria Alfaro- pertenecen por las Iechas de su nacmiento a la generaci6n que tuvo su fecha estelar en torn

a 1925; no obstante. La vivencia mas cruda de las contradieClones de la epoca -ysu consiguiente tentaci6n nacionali:

ta- corresponderia a los hombres nacidos entre 19101915,. estudiantes universitarios en su mayona durante I eafios que resefio: 1a generaci6n del 36 0 generaci6n de 1

Republica, como ha side altemativamente Ilamada."Quiza donde se vivier on m as intensamente aquellc

aiios de crisis fue en las Facultades madrilefias que inaugt

raban todavia sus nuevas instalaciones de L a McnclosAquellos afios de intensidad academica y politica inusua

vieron el nacimiento del Sindicato Espaiiol Universitariel 21 de noviembre de 1933, fecha en la que un estudiant

de arquitectura y campeon de Espana de nataci6n. Manne

,. F. Xim~nu de Sandoval: op, c it ., p~g. 261. Otra tertuli .. curiosa e.

de los siete <!Fico. de Europa .. (D'Ors, Monies, Alfaro, Mourlane. Juan Pujo

Carlos Fernandez Cuenca y Lui, Araujo Costa), Datos en L. Araujo Cost

Biogra!ia de «La ePQcu>J, Madrid, Librcs y Revistas, 1946, p~g. 159.

$0 La generad6n del 36 fue bau tiz .a da ast par Homero Serls en un artlcul

publicado en Book$ Abroad (<<The spanish gener.tiono! 1936&, XVI, 1945

rebatido par

loseHerrera Petere

yGuillermo de Torre. Sabre el lema, cf. ]:

comunicac iones del simposlo celebrado 0 : ' " la Univers idad de Syracuse {US~

publlcadas en Symposium. A QUQrteriy Lournai in Mad'e.t'rt Foreing Literarur«

XXll, 2, Syracuse University Pre ss, 1967,. y el nurnero monografico de [",,,,/,

224-225 (julio-agosto de 1965).

34

Valdes, presento los estatutos de Ia nueva asociacion, ob-viando, por razones comprensibles, su estrecha vinculacion

a Falange. E I recien nacido SEU hubo de afianzarse traba-

josamente entre la fuerza de la FUE (agrupaci6n izquier-

dista) y Ia incitaci6n de los grupos catolicos, muy arraigados

en las Facultades de Derecho y Medicina: a 10 largo de

dos aiios, reclut6 los habituales relapses entre los monar-

quicos desengailados de la inania mental de su partido-Matias Montero era uno de estos=-; de los simplemente

indecisos, ganados por el mimetismo fascista 0 incluso de

los izquierdistas nostalgicos de adhesiones sentimentales yprogram as nacionalistas. «No habia tregua -escribe David

Jato. uno de los fund ad ores-, y apartarse de la politica

para integramente dedicarse al estudio era una actitud casiimposible y para muchos reprobable, Cuesta trabajo ima-

ginar las carteras de tantos estudiantes de entonces en los

dias agitados, Allado del libra, la porra de alambre retor-

cido can una cabeza de plomo 0 la pistola, eran insustitui-bles compafieros.» 51

La revista de la nueva asociacion fue Haz que aparecio

por primera vez el 26 de marzo de 1935 como «semanario

deportivo universitario» (denominacion que desapareci6 en

la tercera entrega). La mayor parte de los articulos de Haz

eran anonimos; aparte de las secciones doctrinales y depor-

tivas, Ia revista ofrecia, en su secci6n «Literatura-Arte-

Cinema), una medida de las preocupaciones intelectuales

de sus redactores: fenomenos generacionalmente tan inte-

resantes como el centenario de Lope de Vega, el teatrouniversitario de «La Barraca» a la significacion de la obrade Alejandro Casona, fueron puntualmente comentados,

Otras veces, se publicaban colaboraciones entusiastas de

noveles; asi nos ha llegado una interesante «Carta de lasansiedades» que firma Rafael Garda Serrano y que semeja

un borrador de su pr6ximo Eugenio 0 Proclamacion de la

primavera. El tono de la pieza denuncia Iecturas del mani-fiesta fntnrista de Marinetti y, sirnultaneamente, un oscuro

pavor a la deshumanizacien capitalista del mundo moder-

no: «Queremos plantar en cada ventana y en cada estreIla

, ., David Jato: La rebelton de 10. e'ludill" tes, Madrid. 1967, p~g. 139.

35

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una rima. Necesitamos el imperio del poema en todos 10faros de todos los autos. Las sirenas de las fabricas Ian

zaran humo tetrico y para que no suenen roncas les pondrernos una cola de pescado. As! se detendran los avione.ante ellas que los engulliran por ingenues. Crearemos una

nueva mitologia que esta vez sera romantica basta el fin»."No encontraremos en Haz ninguna altura literaria. Los

miembros universitarios de esta generaci6n, militantes des-

pues en Falange Espanola, tuvieron otros medics de expre·sion a traves de una serie de revistas muy poco conocidas

donde se van afianzando los caracteres -rehumanizaei6n,politizacion, sentimentalismo religioso- de la generaci6ny donde se mezclan inextricablemente quienes s610 un afiomas tarde militaran en frentes antagonicos, Ouizas el caso

mas Hamativo sea el de la revista Cruz y Raya (1933-1936),

cat6lica progresista, dirigida por Jose Bergamin, y donde

encontramos las firm as de Sanchez Mazas, Santa Marina,Jose Antonio Maravall, Luis Rosales y Luis Felipe Vi-

vanco (sobrino del propio director), llamados a tener tantaimportancia en los afios cuarenta. A Cruz y Raya podemossumar Literatura de Ricardo Gullon e Ildefonso Manuel

Gil y Frente Literario de Burgos Lecea, en Madrid; Isla

de Pedro Perez Clotet, en Cadiz; Noreste en Zaragoza;Humano en Le6n; Agora de Jose S. Serna, en Albacete;Marta de Rafael Duy6s y Ramon Faraldo, en Valencia, etc.

Una dura prueba -la de la guerra civi}- aguardaba aaquellos hombres y casi todos participarian con ardor en

la Iucha -fisica e ideologica-> que en 1936 los mas Iucidosveian inminente y los mas agresivos deseaban con todassus fuerzas.

EL ESTALLlDO DE LA GUERRA CIVIL

EI 18 de julio de 1936 comenzo en Espafia Ia guerra

civil que habia de durar tres afios. Falange Espanola. derro-tada en las eleeciones que habian dado el triunfo al Frente

Popular, prisioneros sus jefes mas destacados, estaba total-

3, Haz. 5 (12 de octubre de 1935). pag. 10.

36

Dente desarticulada al comienzo de la sangrienta contienda,

xSin embargo -anota Payne con toda justeza-. a medida[ue fueron definiendose los bandos de la guerra civil, eloartido empezo a adquirir una mayor importancia, La

ierecha ortodoxa no habia creado una mistica adecuada

oara el mantenimiento de una guerra civil, ni ofrecia nino~una ideologia nueva que sirviese para justificar el con-Iicto ... Onicamente los requetes y los falangistas estaban

sn condiciones de responder al lIamamiento para la acci6nlirecta.» sa Evidentemente, la atractiva retorica falangista

'ue el elemento idoneo para cubrir las necesidades de sun-iologia y exasperaci6n que necesitaba el nuevo movimiento.

vliIlares de estudiantes, de profesionales y de comerciantes:e apresuraron a inscribirse en las milicias de un partido

lue hablaba de amaneceres y violencias, mientras las capi-ales provisionales del alzamiento -Sevilla, Zaragoza, Pam-

,lona, Salamanca, Burgos y muy pronto San Sebastian-e inundaban de camisas azules y de yugos y fleehas.

La situacion ideo16gica era, no obstante, confusa. Seegistraba, en efecto, una galvanizacion espiritual en las

lases sociales -alta burguesia y c1ases medias- ateridas

Ie espanto en los aiios anteriores, Pero, junto a las camisaszules, tambien surgieron los rosarios, las grandes medallas- las procesiones penitenciales; junto a la exaItaci6n de laevoluci6n nacionalsindicalista, un larvado anhelo de aristo-

raticismo -bellos uniformes militares, mantillas de blon-a- invadi6 el pais, hasta eaer en la cursileria de las rna.

rinas de guerra y las chicas-topolino. «Los libros claveel momento -escribe Vicente Marrero-, eran la ejemplar

teiensa de fa Hispanidad de Maeztu, al que Peman, erigidontonces en vate nacional. .. llam6 "senor y capitan de la'ruzada"; El Estado Nuevo, vademecum del pensamiento'adicionalista de Victor Pradera; las obras de los grandes

ensadores tradicionalistas como Donoso, antologado por.ntonio Tovar; Menendez Pelayo, especialmente en Iascopilacion anto16gica de sus textos dedicados a Ia his-iria de Espana, hecha por Jorge Vig6n; Los [oresdogmas

acionales de Mella; las obras de los pensadores de Falange

"s. G. Payne: op; cit., p~g. 101.

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a quienes el Alzamiento sorprendio en plena gestacion,Las antologias que circularon a granel, como la del P. RejCabrera, S. J., El resurgir de Espana, hecha con textos d

nuestros pensadores tradicionalistas. a 1a del P. Cayuela

l~ de Ac~ion Espanola, 1.ade F. E. Fue tam bien muy difundido el libro de exaltacion, de Gimenez Caballero Genic

de Espaf!a, .muy leido par 1a juventud que hizo la gu~rra.» 3J

Reprimido el levantamiento militar en Madrid y Bar-celona, las des capitales editoria1es espafiolas, pequeiias

~lllpresas provinciales hubieron de hacerse cargo del trajlnintelectua] de los escritores nacionalistas: Santaren, de Va-

lIadolid; 1a Editora Iaternacional, de San Sebastian; laImprenta Aldecoa, de Burgos; la de Jerez Industrial yCer6n (Cadiz), en Andalucia; la Libreria General, en Zara-

goza, entre otras. AI esfuerzo de estas, se sumaron bienpronto dos sellos editoriales de importancia: Jerarquia(falangista, cuyos avatares nos ocuparan muy pronto) y

Cultura Espanola (organizada por Ia antigua revista AccionEspanola). A los trabajos de esta ultima corresponde, entrelos afios 1938 y 19~2, la edici6n de algunos titulos impor.taD:tes.: las traducciona, de Ia biografia de Napoleon deBainville, el Discurso a los universitarios espaholes de Juan

Jose Lopez Thor, E! pensamiento politico de Calvo Sotelo

de Eugenio Vegas Latapie, las Estampas de capitanes deJorge Vigen, etc.

LA SIGNIFICACI6N DE «IERARQUlA»

La constit~~i6~ progresiva del nuevo regimen en Espanasupuso 1a oficializacion del esfuerzo juveail de Falange.

«En el pruner reparto de funciones del nuevo Estado-consigna Antonio Fontan-s-, a los disclpulos de MenendezPelayo, colaboradores de Maeztu, Pradera y Vegas, se Ies

entregaba 1a cultura, mientras que a los falangistas, capi-taneados por Serrano Stiner, Ies correspondian las parcelasde la politica interior general y de 1a Prensa y Propaganda.

J< La guerra espanola y el Im.1 de las cercbros, Madrid, Punta Europa,1961, p~g. 271.

38

y a los carlistas, con eI Ministerio de Justicia, se les e~car-gaba 1a demolici6n y la sustituci6n. de las leyes Ialca~,secularizadoras a sectarias de los tiempos de 1a Repu-

blica.»!"La ambici6n reformista de Falange tuvo pronto su lugar

en la Delegaci6n Nacional de Prensa y Propa.~anda, directa-

mente adscrita al Ministerio de la Gobernacion, y sucesorade un servicio de propaganda dirigido en Salam~ca porMillan Astray. El primer delegado de Ia nueva entidad fueel singular clerigo Fermin Yzurdiaga Lorca, navarro, que

procedi6 a designar a Dioni~io Ridru~jo, falangista, comosu jefe de prensa y al carlista Eladio Esparza como su

director de propaganda. Personalmen~e, en l~ figura deYzurdiaga confluian elementos falangistas y slillpleme~tereaccionarios pero expresados en un tono de exaltacionmistica que llegaba a 10 ridiculo. El activo cura navarrotransformo la ret6rica usual de Falange: empleo basta el

cansancio la palabra discurso como epigrafe de sus escri-tos: hizo escribir en rituales mayusculas las palabras clave(R~voluci6n, Imperio, Mando, cesar); se obsesiono c~nlas inscripciones Iatinas e introdujo, junto al vocabulano

ya conocido, terminos no menos expJj~ito~ y ~emp~e larga-mente difundidos (ardiente, gozoso, terarqutco, ejemplar,

vigilante, heroico, riguroso, altivo, delirante, augusto, etc.,

que, en muchas ocasiones, recuerdan poderosamente la ter-minologia voluntarista de ciertos libros de piedad),

Precisamente radicado en Pamplona y regido por Yzur-

diaaa y Angel Maria Pascual nacio, el Lde agosto de 1937,el primer diario nacionalsindicalista, [Arriba Espaiial, otroal que muy pronto sigui6 Ia conversion del viejo rotativesalmantino La Gaceta Regional en periodico falangista cu-yos destinos rigi6 Juan Aparicio;" La publicaci6n mas sig-

35Antonio PODla,,: Los catolicos <" la Universidod espaiiola actual, Madrid,Rialp, 1961, pags. 68·69.

36 Herbert Rutledge Southworth (en Antijalang«. Estudio critico de «Fa/wlge

ell la gu., ,·a de Esptliia: la Unijicacion y Hedilla», Paris , Ruedo Iberico , 1967.

p6gs. 166-167) transcribe una lista de los peri6dicos falangtstas al comienzo de

Ia guerra civil, segun datos de F. H. Kluge: Nationalspanische Kampjzeitungen,

Hamburgo, Paul Evert Verlag, 1937. Es un total de 34 publlcaciones diarias,

muchas de las cuales --Odiel de Huelva, Patria de Granada, Arnanecer de

Zaragoza, Libertad de VaUadolid. Alerta de Santander, Proa de Leon, Unidad

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nificativa del gropo navarro fne, sin embargo, Ierarauia,

«la revista negra de Falange», cuyos cuatro unicos numeros

forman parte hoy de 1a reducida mitologia de la bibliofilianacional, Los redactores de la publicacicn eran, junto conYzurdiaga y Angel Maria Pascual. el granadino Luis Ro-sales, el aragones Lain Entra1go, el soriano Dionisio Ri-druejo, el gallego Gonzalo Torrente Ballester, el madrilefioManuel Ballesteros Gaibrois y el navarro Pascual Galindo,

entre otros.Lo primero que sorprende en Ierarquia es 1a impecabletipogratia, fruto, como sefialaba Angel Maria Pascual enel numero tercero, del deseo «de Ianzar el pensamiento delos intelectuales nacionalsindicalistas de un modo acorde,exaltado y grave, como en los coros de las grandes abadiasse levanta el canto de Ia manana» (loc. clt., pag, 171). La

revista presentaba unos belles volumenes negros, impresosa cuatro tintas y en los que se repetian varies mottosinvariables: una «Nota» en Ia pagina 4; las palabras

«Jerarquia I Guia / nacionalsindicalista / del Imperio I de

la Sabiduria / de los Oficios» en la pagina 6; el celebresoneto de Hernando de Acuna «Ya se acerca, Senor, a yaes Ilegada ... », en la pagina 7; el lema en rojo «Para Diosy el Cesar» en la pagina 9 y, finalmente, una alabanza algeneral Franco en la pagina 10. La mezcla de suntuosidad

y pintoresco anacronismo (las Umayusculas de todas laspublicaciones de Yzurdiaga se transcriben can el tipo V)realza significativamente la pretensi6n de la revista: con-vertir el atan cultural en una manifestaci6n apodictica yejemplar del inmortal espiritu de la patria, dentro de una

suerte de sociedad platonica a la que parecia aludir Iainvocaclon al Imperio, la Sabiduria y los Oficios. «Son deldominio y competencia de las ediciones Jerarquia las dis-ciplinas de la Sablduria, las letras, las artes», rezaba lapresentacion, al final de cada entrega, del plan de ediciones«segun la ensefianza imperial y catolica». Este plan -ob·viamente incumplido- estaba a cargo de Alfonso Garda

y La V O : G de Espana de San S eb as tL o n, e tc :. - sub sisten toda V i a, in tegrad as en

cPrem::a del Movimlento».

40

Valdecasas y Luis Rosales y comprendia las secciones «Lasabiduria» (que preveia ediciones de teologos, misticos ypoetas «imperiales»), «Las letras», «Las aries» y «La

vida nueva». Aunque la totalidad del ambicioso plan no seIlevara a efecto, Jerarquia edit6 durante los aiios de guerranumerosos libros -desde novelas de Foxa y Garcia Serranohasta Ia antologia Poesia heroica del imperio de L. Rosalesy L. F. Vivanco y las poesias completas de Manuel Ma-

chado- hasta que en 1941 fue relevada de sus tareas porEditora Nacional,Los cuatro numeros de Ierarquia correspondieron al

invierno de 1936, octubre de 1937, marzo de 1938 y un

ultimo simplemente fechado en 1938. La revista representopertectamente las dimensiones ideo16gicas del peculiar mo-menta de Falange -el ferviente heroismo y 1a defensa de

los valores religiosos-, pero tambien supuso 1a aportacionde un grupo joven y valioso, preocupado en la busqueda delethos del perfecto militante. A este respecto -escolioobligado de Ia frase joseaatoniana «el hombre es portador

de valores eternos»- contribuyeron articulos de AlfonsoGarcia Valdecasas, Pedro Lain Entralgo, Angel MariaPascual y Juan Pablo Marco, del que leemos en su cola-boracion «Pequeno periplo en torno al concept a de unidad».

que «la filosofia existencial en sus diversas formas' repre-senta, a mi modo de ver, un modo mas autentico aunqueno definitivo de implantar una filosofia totalitaria», paraafirmar mas alia que «el estilo es 10 irracional en el horn-bre, 10 infra y 10 suprarracional»: 27 a la postulacion de

una nueva literature, contribuyo, por otro Iado, Gonzalo

Torrente Ballester, que en el articulo «Raz6n de ser de ladrarnatica futura» propuso un teatro que fuera «Mito,Magia, Misterio» y afirmo que «seimpone una vuelta a 10heroico y pedir prestados sus nombres a Ia epica, paraotra vez, como nos dice Esquilo, hacer tragedias con mi-gajas del festin de Homero»."

La poesia ocup6 buena parte de las entregas de Ierar-

" <Il?equeiio periplo en tOInO al concepto de totalidad s , Lerarquia, 2 (octubrede 1937), prigs. 149·154.

, . «Razon v ser de Ia dramritlca futuraa, lac. cit., pags. 61·S4.

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quia: Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo,Agustin de Foxa, Ramon de Basterra y Eugenio d'Orsvieron sus poemas publicados en las bien cuidadas paginas

de la revista.

DE «VtRTICE»A «LEGIONES y FALANGES»

El empeiio de mas envergadura de la Delegacion Nacio-nal de Prensa y Propaganda fue, sin duda, Ia edicion de larevista mensual Venice que tiro su primer numero en abrilde 1937 y finalize, tras ochenta y una entregas, en 1946.39

Se imprimia en varios talleres guipuzcoanos y sucedia, conmas amplia repercusion, a1 efimero ensayo de un F. E.donostiarra, revista exclusivamente doctrinal que llego acontar dieciseis numeros. Venice era, fundamentalmente. unmagazine Iujoso y caro (costaba tres pesetas; pese a todo,

dos menos que lerarqufa) del que, quienes fueron suslectores, recordaran los grandes reportajes de los fastosmussolinianos, la suntu0sidad de las secciones de decoraci6ny cine -«Chall Chau clnematograficos=-, los bellas di-bujos en color en laminas fuera de texto y la magnificadocumentacion grafica de la guerra. Dustraban los numerosde Venice, Teodoro y Alvaro Delgado, Jose Caballero,J. J. Acha, J. OIasagasti y, sobre todo, Carlos Sainz deTejada, cuyas grandes composiciones a la acuarela -deuna plasticidad que recuerda a Jose Maria Sert- fueron Iatraduccion pictorica del estiIo literario falangista, como ya10 habian sido de los versos de Jose Marfa Peman en unalujosa edicion del Poema de la Bestia y el Angel paraediciones Jerarquia.

Colaboraron en Vertice todos los escritores de quienesnos hemos venido ocupando : Gimenez Caballero, Foxa,Mourlane Michelena, Victor de la Serna. Samuel Ros (suprimer director), Manuel Hakon (segundo director), JoseMaria Alfaro (director de la ultima etapa), Dionisio Ri-

19Cf. mis artlculos «Recuerdo de una vocacion generaelonal, I: rule y

politica en Yertice (1937-1940)>>, Insula, 252 (1967), pag. 3, y «IJ: Creacicn

literaria en Vertice (1937.1940)>>. Id, 254, pag. 9.

42

druejo, Edgar Neville, Jacinto Miquelarena, Eugenio Mon-res, Alvaro Cunqueiro y Jose Maria Castroviejo, apartede la eventual colaboracion de los mas populares cro-nistas de la guerra -Manuel Aznar, «EI Tebib Arrumi» y

«luan Deportista»-. La exaltacion belica sigue ocupandouna gran parte de los aspectos doctrinales de la revista: en

LInarticulo de Foxa (num, 1, abril de 1937) sobre las minasdel Alcazar de Toledo se puede leer que «necesitamosruinas recientes, cenizas nuevas, frescos despojos... Percya esta Toledo destruido, es decir, edificado ... con Ia alegre

primavera de Falange ya viene el deshielo de las vitrinas»:y, mas adelante, Alvaro Cunqueiro escribe en el articulo«Relates de guerra» que «Ia vocacion militar del espafioles vocacicn perpetua. Probablemente, y excepto en la gente

franca, no haya en las Europas caso igual... Se contaraen los tiempos venideros de esta guerra de Espana como

de una cabaJgada de fiebre y de incendio, victoria in-mortal de un espiritu contra todas las claudicaciones, horro-res y muertes de un siglo».

Muy pronto, sin embargo. y con toda intensidad apartir de 1939, eI ambito de Venice se llena de nostalgiasburguesas, de evocaciones del pasado proximo -los felicesafios finiseculares- y de bellas elegias culturales sobre unaEuropa cuya realidad -Munich, Polonia, Stalingrado-esta mUYlejos de los terminos de Ia nostalgia: Pedro Mour-lane Michelena, Eugenio Montes, Rafael Sanchez Mazas,Mariano Rodriguez de Rivas Y, con ellos, Agustin de Fi-gueroa (hijo del conde de Romanones) y Eduardo Aun6sson las principales firmas concitadas en un aspecto queocupa su correspondiente apartado de la antologIa. Tituloscomo «Tertulias de cafe» de Francisco de Cossio (nom. 66,octubre 1943), «Moralidades de un carnaval difunto» (no-mero 71, enero 1944) de P. Mourlane; «EI mundo de loscremes» de M. Rodriguez de Rivas (num, 75, abril 1944)o «Mi Verlaine» de Eugenio Montes (nom. 76, enero 1945),ilustran suficientemente una tendencia igualmente vigentepara los ilustradores.

Venice patrocino tambien una coleccion de novelascortas donde vieron Ia Iuz interesantes originales: desde las

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novelas canomcas de Concha Espina y Jose Maria Sala-

verda a las «moralites» de J. A. Zunzunegui, las fantasias

de Alvaro Cunqueiro 0 Rodriguez de Rivas y los relatos de

guerra de Edgar Neville y Pedro Alvarez.

Identicos terrenos que Ia revista que acabaroos de es-

tudiar aunque con mayor proclividad a1 reportaje y a la

informacion grafica, fueron batidos por otras revistas de

la Jefatura como Fotos (nacida igualmente en San Sebas-

tian el 25 de febrero de 1937), el semanario femenino Y

(1939) y la revista cinematografica Primer Plano (1940) .10

Todas ellos suministraron -0 intentaron hacerlo- lanecesaria inyeccion de sentimentalismo rnenor, de mitolo-

gla manejable, en unos hogares ateridos; supusieron el re-

encuentro con un mundo pacifico y bien pensante, amable

y puritano, que igualmente aprendi6 a reir con las gracias

de Miguel Ligero, a admiral" 1a belleza de Imperio Argen-

tina 0 Amparito Rivelles y a emocionarse can la heroica

allure guerrera de Alfredo Mayo y Julio Pefia en los

tiempos inolvidables de Ia productora cinematografica Ci-fesa. Una extensa y protectora capa de cursileria pacata

se extendi6 por el pais; muy pronto, los intelectuales falan-

gistas reaccionaron a la victoria pirrica de sus ideales, a la

inevitable decepci6n de los resultados, con una doble acti-

tud: la nostalgia y el escapismo por un Iado; Ia meditaci6ncritica y Ia reconciliacion por otro.

Sin embargo, el exito indudable de estos afios fue el

lanzamiento (1937) de la revista semanal de humor La Ame-

tralladora, fruto de un equipo dcnostiarra compuesto por

Miguel Mihura, Antonio Lara «Tono», Edgar Neville y el

[ovencisimo Alvaro de Laiglesia. EI humor de Ja revista no

era absolutamente nuevo: respondla a la idea contempora-

nea de una comicidad «pura», inmotivada, que ya habla

'. La Delegaclon publico tambien tebeos Infantiles que abrfan el camino a

una cultura de masas de Importante Significado: me refiero al famoso Flechas

y Pelayos (1938), resultado de la confuncton de los «comics» falangistas y

carlistas creados desde 1936. los protagonistas de tebeo que. de hecho, supu-

sieron la metafora larvaria de un «pathos» agresivo generacional, valent6n. y

alegre, fueron, sin embargo, Juan Cell/ella (1939) y los Inseparables Roberto

Alcdzar y Pedrin (1940). Datos Intcresantes en Los comics de Ram6n Terenci

Molx (Barcelona, Libros de Sinera, 1968). Iuan Centella, concretamente era una

adaptacion de los comics fascistas Ital ianos de DickP ,,/m ;11e . '

44

inspirado revistas anteriores a 1936 como Gutierrez, BuenHumor Y la antirrepublicana Gracia y Iusticia y, en esencia,tenia como precedente literario la novela humoristica de

Ram6n Gomez de la Serna. La Ametrolladora -titulo que

reproduce el de una revista italiana similar- impuso un

humor descoyuntado y absurdo destinado a larga fortuna

en su heredera directa, La Codorniz (1941): los inefables

di<ilogos de Don Venerando (que escribia Neville); los gra-

closes monos de satira burguesa de Tono y Lila; las fotosantizuas a las que se ponia un pie peregrina; las parodias

de peri6dicos republicanos ... Junto a esto, la revista ofrecia

unas notas politicas -mas 0 menos humoristicas y siempre

soeces- sobre las personalidades enemigas y una amplia

secci6n dedicada a las «rnadrinas de guerra» y a las colabo-raciones literarias de los combatientes, provistas de toda la

buena voluntad y el pesimo gusto que podia esperarse, Re-

cordando aquella etapa, Neville resumiria mas tarde una

importante faceta del tono de La A metralladora , heredado

por La Codorniz: «Se trataba de triturar una civilizaci6uburguesa y falsa que traia renqueando un siglo de cursileria

y de convenciones, atado a los faldones del ultimo chaquet

(sic J . . , Satira de las novelas romanticas, de los folletines, de

los sonetos a la rosa de te, de las visitas de curnplido,

de Maria 0 la hija de un jornalero, de los senores conbarba y chistera, satira del ingeniero que se casa con Ia

mocita de Arenales del Rio ..., satira del niiio modelo, del

famoso Juanito y del imbecil de su padres.v'En 1937, por iniciativa de Ignacio Agusti y Juan Ramon

Masoliver, nacio en Burgos Ia revista Destino. Politica deUnidad, destinada a cohesionar dentro de una tonica falan-

gista a los catalanes disperses por la Espana nacionalista.

M uy pronto, sin embargo, Destino fue transfcnnandose en

una revista de cierta caIidad que sirvi6 a los rnismos intere-

ses manifestados por su conocida heredera de hoy: el

comentario politico, la literatura y la evocaci6n historica.

Todo ello al servicio de una burguesta ilustrada y Iiberali-

zada como la catalana y escrito par las plumas de AlvaroCunqueiro, Santiago Nadal, Jaime Ruiz Manent, Sebastian

<l Entrevista anonirna en E/ Espaiioi, 91 (IS de julio de 19~4), p~'tg. 8.

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Juan Arbo, Jose Pia, Juan Teixidor, Eugenio Nadal, etc.

Desde 1944 actu6 junto a Destino la editorial del mismo

nombre, empresa decisiva -en todo caso, junto al editor

Jose Janes- en el auge de la novela en los afios 1945-1950:

junto a las consabidas traducciones del ingles -Conrad,

Woolf, Tackeray, Hughes, Dickens-, se afianzaban nom-

bres espafioles, muchos de ellos promocionados desde 1944

a traves del Premio Nadal.Una curiosa experiencia es Ia que sup one, por ultimo, la

edicion de la revista mensual Legiones y Falanges, editada

en Roma y dirigida por el italiano Giusseppe Lombrossa

y el espafiol Agustin de Foxa. Se public6 desde noviembre

de 1940 a 1943, efimera muestra de Ia amistad hispano-

italiana, y colaboraron en ella Eugenio Montes, Ernesto

Gimenez Caballero (cuyo libro Roma risorta nel mondo[19381 gano el concurso internacional de libros fascistas),

Victor de la Serna, Rafael Garcia Serrano, Jose Garcia

Nieto, Camilo Jose Cela, Marques de Lozoya Martin de

Riquer, Luys Santa Marina. Alfredo Marquerle, AntonioValencia, Azorin, etc.

LA VIDA LITERARlA AL FINAL D E LA GUERRA CIVIL

El panorama literario espafiol al final de la guerra civil

era desalentador. Ausentes forzosos los escritores de mas

nota, solamente quedaron quienes se adhirieron a tiempo al

movimiento y, con su obra, reflejaron, por otra parte, las

inquinas, los temores y las esperanzas de su publico natural:asi, Ricardo Leon , Concha Espina Wences1ao Fernandez

Fl6rez, Jose Maria Salaverria, etc. Es significativo que,

durante afios, el manjar litera rio mas prodigado sean los

Jibros que recogen eI anecdotario sangriento de la vida eo

la Espafia republicana durante Ia guerra civiL La burguesia

atemorizada venga de esa manera los agravios inferidos por

Ia «borda» en los aiios frentepopulistas y el rencor encuen-tra pr6digamente sus Quo vadis? y sus Fabiala en unascatacumbas realmente menos heroicas de 10 que entonces

se creia : Madridgrado (1938) de Francisco Cam ba; Reta-

46

guardia. Imdgenes de vivos y de muertos (1937) de Concha£Spina; EL otro mundo (1939) de Jacinto Miquelarena;

Checas de Madrid (1939) de Tomas Borras; Una isla en el

mar raja (1939) de Wenceslao Fernandez F16rez; Preven-

toria D (1940) de Felix Ros; Cristo en los iniiernos (1943)

de Ricardo Leon, son los titulos mas salientes de una Iarga

teo r ia de volumenes, A los que podriamos afiadir, bien

que en el plano de la mas descarada pornograna politica,

Ia obra de cinco graf6manos impenitentes: los «historia-dotes» Mauricio Carlavilla, Juan Tusquets y Eusebio Co-

min Colomer, obsesionados por la influencia secreta de Iamasoneria y el judaismo; Joaquin Perez Madrigal, un anti-

gu o radical, sospechosamente converso, y J 086 Maria Ca-rretero (<<EIcaballero audaz»), un p es im o n ov elis ta er6tico,

partidario en su dia de la dictadura de 1923 y puesto «al

servicio del pueblo» desde 1938.

Falange se mantuvo al margen de los s6rdidos intereses

de la revancha burguesa. En una sociedad pragm atica y des-

preocupada como la que se avecinaba, posiblemente su errorestuvo en la distancia abismal que mediaba entre la fantasia

creadora de sus poetas y su s novelistas y las dimensiones

reales de un mundo cerriI e interesado, No obstante, corres-

pondio a Falange Ia reapertura de la vida intelectual rna-

drilefia con posterioridad a 1939. Ya el17 de enero de 1940,

a los ocho meses de finalizada la guerra, se reunia en .la

Biblioteca N ac io nal m a drile fia la primera tertulia de «Musa

Musae». Bajo el expllcito lema «Ocio atento» Ia formaban

Rafael Sanchez Mazas, Jose Maria Alfaro Dionisio Ri-

druejo, Adriano del Valle, Jose Maria de Cossio y ManuelMachado. «Musa Musae» pretendia revivir el tono arbitra-

rio y locuaz de Ia conversacion litera ri a renacentista y ser,tras tres afios de violencia, el reencuentro del escritor con

su condicion de dilettante y creador de belleza. POl' eso, la

nueva tertulia contribuyo, como Ierarquia 0 Vertice, a dar

Ia tonica literaria de aquellos afios: una absoluta gratuidad,

una impecabilidad formal y una vocaci6n contemplativa,

(~ poesla -vin.o a decir Sanchez Mazas en la primerasesion de la tertulia, glosando el conocido paralelo «poesla-

mistica» establecido por Henri Bremond- se reduce a

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llamar divinas a las casas, a buscarles queriendo 0 sin

querer su destello de divinidad, Sll particula celeste, su

razon inexplicable de amor ... Solamente par virtud religiosa

se transforma nuestra total actitud contemplativa: desde el

orden cosmico hasta la idea del amor humane 0 del cerco

native»."

«Musa Musae» no paso, sin embargo, de un intentoetimero y aislado, cuya trascendencia palidece en compara-

ci6n con 1a formaci6n del primer cafe litera rio de la pos-

guerra -el Cafe Gijon, todavia existente en el rnadrilefiopaseo de Recoletos- y de la primera difusion periodistica

de Ia nueva literatura -el suplemento literario de Arriba

(dirigido par Lope Mateo y Pedro de Lorenzo), el viejo

semanario de Jose Antonio que reanud6 sus tareas como

diario en 1939 ocupando la que fuera redacci6n de ElSol-.Al Gij6n acudieron todos los literatos de nota en la epoca,

pero, si algo le dio fama en sus primeros dias, fue la

presencia de Ia que se autotitu16 «Juventud creadora»."Can ella, una nueva actitud pcetica se posesiono de 1a

lirica espanola: con ella cornenzaron los cincelados sonetos,el estremecimiento religioso, el intimismo, todo, en suma,

10 que compone el vilipendiado rnovimiento de la revista

Garcilaso (1943). AI grupo pertenecian Alfonso Moreno(1910), Federico Muelas (1910), Jose Garcia Nieto (1914).

Jesus Juan Garces (1917), Rafael Romero Moliner (1917) y

Rafael Montesinos (1921). En el surgimiento de Ia nueva

poesia confluyeron dos tipos de razones: las simplemente

hist6ricas (una responsabilldad civil ante las que son impo-sibles los jugueteos vanguardistas) y las literarias. El can-

sancio de la formula «poesia pura» databa de antes de laguerra civil y se babfa pcdido detectar en las figuras que,

con posterioridad a 1939, dan la pall ta en los d ominios

lit.erarios: Leopolda Panero, Luis Rosales, Luis FelipeVivanco, German Bieiberg, I1defonso Manuel Gil, etc. La

<2 J(uan) A(ntoo;o) d. Z{unzunegui): «Mus. Musae» , Vel"lice, 28 (enero

de 1940). Las reunlones - idea, .1 parecer, de Manuel Machado- se celebraron

en 10 sucesivo en el Museo de Arte Modemo (edificlo de Ia .Bibl ioteca Nacional),

cedido por su director Eduardo Llosent y Marafi6n.

43 Cf. Marino Gomez Santos: Cronica del caM Gljo", Madrid, BibliotecaNueva. 1955.

48

figura de Garcilaso sustituye en interes paradigmatico a

J a de Gongora pero, junto al poeta toledano, n ue vo s c la si co sQcupan el interes y la admiraci6n de los jovenes poetas: la

vivacidad de Lope, la noble entonacion de Herrera, la sabia

meditacion de fray Luis de Le6n ... El resultado de aquellos

condicionantes sent una poesia en la que la densidad ret6-rica y sentimental sustituini el leve cinismo y la brillantez

metaf6rica de la generaci6n de 1925. Un neorromanticismo

-imbricado can Ia preocupacion par el ethos genera-

cional que ya habia apuntado Ierarquia-« y la busqueda

tenaz de una belleza humanizada pero independiente de

compromisos sociales se plante6 como primera conquista

de la poesia. La transformaci6n fue general y pronto

Garcilaso y sus corifeos quedaron reducidos a la condi-

cion de sintorna de un movimiento mas vasto y profundo:

marcaron la pauta los miembros de la generacion de 1925

radicados en Espana, cuyos nuevos libros suponen unapreocupaci6n por el destine del hombre, meditaci6n coo-

secuente can el reflujo natural de tantos alios de entu-siasmo colectivo, La publicaci6n de Sombra del paraiso

(I944) de Vicente Aleixandre y de Hiios de la ira y Oscura

noticia (1944) de Damaso Alonso son dos hitos considera-

bles que pueden fJanquear dignamente los cuadernos de

Poesia en armas (1940 y 1944) de Ridruejo, Tiempo de

dolor (1940) de Luis F. Vivanco y, cinco afios mas tarde,

La casa encendida (1949) de Luis Rosales y Escrito a cada

instanie (1949) de Leopolda Panero. Ante ellos, Ia pre-sencia de dos extraordinarios continuadores del mcdernisrno

-Adriano del Valle y Agustin de Foxa-> es una ilustrativa

paradoja,

Hacia 1945 podemos hablar de una nueva conciencia

poetica a la que responde, s in duda, la excursion literaria

que en 1946 hicieron a varios paises de America Latinacuatro de sus mas significados creadores: Rosales. Panero,

Vivanco, Foxa y Antonio de Zubiaurre, Esta preocupacion

americanista -que, pronto, canalizaria el Instituto de

Cultura Hispanica=-, habia tenido como precedentes las

giras culturales del recitador Gonzalez Marin y del confe-renciante Eugenio Montes, realizadas durante la guerra civil

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espanola y alentadoras de tlDOS e~imeros movimientos falan-

gistas en paises del Nuevo Continents. . . ,

Dentro de aquel ambito espiritual --del que partlClpo

tambien el gru po barcelones de Entregas d~ poesla (l?44)

de Juan Ramon Masoliver, Fernando Gutierrez y DIegoNavarro, continuadores de Poesia en la mana (1940)-, la(mica nota estridente la dio el «postismo», un pintoresco

movimiento de vanguardia que acaudlllaron, en el CafeCastilla de Madrid, Eduardo Chicharro bljo y Carlos Ed-mundo de Ory. Interesante quiza como protesta a un ~m·biente un tanto funeral, el «postisrno» no altere los terminosde una conviccion poetica, a veces de ins6lita madurez,

que solamente bacia 1950 tom6 nuevos rumbos,

La novel a tuvo un auge insospechado tras una decada-la de los treinta- particularmente infecunda .. Genero

popular por excelencia, la narrativa de esta epoc~ asisti6 ehistoric el proceso vital de una burguesia flore:lente que,

a fin de cuentas, respire tranquila el dia 1 de abril de 1939:no otra significaci6n tienen los testimonios de Ignacio Agus-

ti sobre el origen de las clases medias catalanas; de JuanAntonio de Zunzunegui sabre la vida madrilefia de losalios cuarenta; de Ram6n Ledesma Miranda, 0 posterior-

mente la recapitulaci6n de Jose Maria Gironella. No obs-tante, junto a ese exam en de conciencia burgues .---cuyosintereses van del reaccionarismo a la apertura Iiberal=-,

se empieza a apuntar una novela-documento sabre los

hechos recientes. La guerra como ambito ideal de Ia hom-

bria, como realizacion de aquella «dialectica de los pufiosy de las pistolas», OCl1PO una parte importante de lasactividades literarias de los ex combatientes y fue el terre-

no predilecto de aqu~lla militante generaci6~ d_e1936 qu~antes hemos visto agitarse en las aulas madrilefias: «l,Oueproduce e1 SEU -se preguntaba can iotimo regocijo

Juan Aparicio en 1945-,. aparte de sus cam peones depor-tivos, de S 1 . l cisne azul y de su fanfarria goliardesca? Para

responder a tal descoofianza crltica de los ignorant~s, elSEU produce gobernadores civiles, tecnicos y novelistas ...

Si clasificamos a los novelistas espafioles por su contactocronologico can la Universidad, hemos de hallar las claves

50

de las diferencias y afinidades, proclamando que Zunzu-negui fue escolar cuando no existian el SEU ni la FUE;

Pedro Alvarez en medio de la apoteosis de una FUE eri-zada de chalecos rojos, en tanto que Camilo [Cela] y Rafael[Garcia Serrano] han cursado sus estudios universitarios also caire de la camisa azul y las pistolas transtormandoseen ametralladorasa.w

El mas conocido de estes novelistas de la «quinta delSEU» es, ciertamente, Rafael Garcia Serrano cuya ejecu-toria empieza en Eugenio (1938) y llega hasta el recentisimoDiccionario para un macula (1964). Pero junto al broncoy valio so narrador navarro, brillaron en su dia hombrescomo Cecilia Benitez de Castro (cuyo Se ha ocupado el

kilometro 6 . . . . [1939] se present6 como «respuesta aRe.marque»); Pedro Alvarez (un invalido que gan6 con Cada

cien ratas un permiso el Premio Vertice de 1938 para nove-las de guerra); Pedro Garcia Suarez (autor de Legion 1936,

[1941J) Y Jose Vicente Puente (can Viudas blancas [1937] y

IV grupo del 75·27 [1942J publicada en Iolleton par ElEspanol), Otros narradores falaogistas optaran, sin embargo,por la exposicion crltica de Ia toma de conciencia genera-clonal: ast Felipe Ximenez de Sandoval en Camisa azul(1937), Jose Anton.io Gimenez Arnau en El puente (1941),

Jose Maria Alfaro en Leoncio Pancorbo (1942) y GonzaloTorrente Ballester en Javier Marino (1943), a los que sepuede surnar el inacabado ciclo de Agustin de Foxa quecomienza con Madrid de corte a cheka (1938). Algunos,finalmente, levantaran acta de la etapa de heroismo en unas

pocas pero significativas novelas ambientadas en el frenteruso durante Ia segunda guerra mundial: A. J. HernandezNavarro en Ida y vuelta, Enrique Errando Villar en Cam-

pana de invierno, Alberto Crespo en Memorias de un

combatiente sentimental, etc. Una pobre y desmedrada poe-sia de guerra fue paralela de esta novelistica: puedo rescatareven tualmente de lin justisimo 01vid 0: los poemas de JoseMaria Castroviejo en Altura (1939), Rafael de Balbin enRomances de la cruz ada (1941), Manuel Diaz Crespoen La voz anunciada (1941) 0 las antologias de J. Villen

" EspMio/e$ co" clave, Barcelona, Luis de Caralt, 1945, pas. 123.

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Antologia poetica del Alzamieruo (1937) y de Jose Sanz y

Diaz Lira belica (1940), aparte del largo Poema de fa Bestiay e I Angel (1938) de quien indudablemente fue el autor maspopular de estos alios, Jose Maria Pernan.

En teatro, el drama epico-ritual propuesto por TorrenteBallester en un as lineas que he transcrito mas arriba, no

tuvo virtualidad alguna si se exceptuan las piezas simbo-licas del propio Torrente (ganador del concurso de autos

sacramentales de 1939 con El casamiento engaFioso) y losautos de escritores jesuitas de los que puede ser testimonioun lamentable Y el Imperio volvia... (1940) del barcelonesRamon Cue. S. I. Si dejamos aparte supervivencias -Be-navente, Pemall-yanacronismos-elteatrodeJoaqu.inDicenta hijo=-, 1 0 mas original de Ia escena espanola delos afios cuarenta es la aparici6n de un teatro de humorsuperficial y fantastico que mantienen Jardiel Poncela, deun lado, y el equipo de La Codomir (Tono, Mihura, Neville.

Lopez Rubio), de otro. Un teatro que, con limitaciones,podriamos llamar de tesis asoma tfmidamente can Claudiode la Torre y J. 1. Luca deTena.

No olvidernos, por ultimo, que estes son los alios en losque cuaja el primer intento doctrinal serio de Falange Es-

panola en las plumas de Juan Beneyto, Javier M. Bedoya,Julian Pemartin, Jose Luis Arrese y Rairnundo FernandezCuesta. Simultaneamente nace su primera historiografia conlas obras de Sancho Davila y Julian Pernarttn Hacia la

historia de la Falange (1938); la de Gurnersindo Montes

Agudo Vieja guardia (1940) y Ia de Francisco Bravo His-toria de Falange Espanola de las JONS (1943), can lasdos primeras biografias del Jefe ausente: Jose Antonio. EI

hombre. EI jete. El camarada (1939) del citado Bravo yJose Antonio. Biograiia apasionada (1941) de Felipe Xime-nez de Sandoval.

LA REVISTA «ESCORIAL» (1940-1950)

Dentro de este panorama, 00 precisamente deslurnbra-dor, la revista Escorial tuvo una relevaote significacion,Bien que acogida a la financiaci6n de nuestra ya conocida

52

Delegacion Nacional de Prensa y Propaganda, .Escorio:l fu~,sabre todo, la idea personal del grupo falangista uruversi-tario que capitaneaban Pedro Lain Entralgo, Dionisio Ri-

druejo Y Antonio Tovar. Los dos primeros fueron, respec-tivamente, director y subdirector de la nueva publicaci6n;actuaron como secretarios de redaccion el poeta Luis Ro-

sales y el critico Antonio Marichalar. Como puede verse,el equipo procede de la prematura experiencia de Ierarquia,

la revista negra de Falange; empero, el paso de los aliosha limado ret6rieas y Escorial, al reves que su antecesora,

se convirti6 muy pronto en el perdido hogar de una Iitera-tura y en el punta de cita en el que un publico, minoritariopero importante, pudo al fin reconocer la herencia de las

grandes revistas culturales de anteguerra. Escor ial no pudosustraerse, sin embargo, a Ia idea sacramental y nacionalistade la cultura; desde el titulo y el severo aspecto de larevista a los dogmaticos editoriales, todo confIuia en esa

idea: pretendemos, resumia eI autor ao6nimo (Pedro LainEntralgo) de la presentaci6n, «una propaganda en la altarnanera, ya que no hay propaganda mejor que la de lasobras, y obras de Espana -propias de Escorial- sen inlas del esplritu y la inteligencia para las que abrimos estaspaginas»." La amplitud de la convocatoria de Escorial

no excluia, pues, una idea estamental, platonica, de Iacultura, destinada a irradiar desde su oIimpo sobre un

hipotetico pueblo en demanda de guia espiritual.La revista fue dirigida a partir del numero 27 por Jose

Maria Alfaro; entre 1945 y 1947 tuvo un transitorio eclipsey reaparecio este Ultimo afio dirigida por Pedro MourlaneMichelena. El casi invariable indice de Ia revista 10 cam-panian las secciones «Ensayos», «Poesia», «Vida del es-piritu» y «Netas», El primer apartado acogia dos 0 trescolaboraciooes por numero que casi siempre versaban sobretemas historicos 0 literarios: alIi escribieron Raro6n Me-nendez Pidal, Emilio Orozco, Melchor Fernandez Almagro,Emilio Garcia Gomez, Xavier Zubiri y se tradujeron cola-boraciones de Edmund Spranger, Romano Guardini, WaIterVon Wartburg, Martin Heidegger, Alfred North Whitehead

'S «Manifieslo editorial», Bscorial, I, Cuad, 1 (1940), pllg, 10.

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y otros, Junto a estes, encontramos tambien los ensayos del

grupo inspirador de la revista y de la generacion: Lain

con sus temas medico-filosoficos; Tovar, con una bella

interpretaci6n politica de Antigona; Alfonso Garcia Valde-

casas proponiendo al «hidalgo» como modelo espafiol, su-

perador del antagonismo de burgueses y proletarios, etc.

Importancia excepcional tuvo el apartado «Poesias quese convirti6 no s610 en una muestra puntual de Ia Iirica

nacional sino tambien en un insustituible mirador a 10

mejor de la poesia extranjera. En punto a 10 primero, Ge-

rardo Diego, Damaso Alonso y Vicente Aleixandre publi-

caron en Escorial avances de sus nuevos libros al igual

que Leopoldo Panero, Luis Rosales, Dionisio Rid ruej 0,

Jose Antonio Munoz Rojas, German Bleiberg, Jose Luis

Cano, Jo~e Garcia Nieto, etc., al tiempo que las paginas

de Ia revista revelaron al publico nombres destinados a un

importante porvenir: Jose Luis HidaJgo, Bias de Otero,

Carlos Bousofio, Jose Maria Valverde y Eugenio de Nora.En cuanto a versiones de poesia extranjera baste recordar

las traducciones de Rilke, Keats y Shelley por Leopolda

Panero; de Holderlin por Luis Dlez del Corral; de Novalis

por Ram6~ de Ga.rciasaJ; de Gerard Manley Hopkins parJ. A. Munoz ROJas; de G. Ungaretti y S. Ouasimodo

por Jose Maria Alonso Garno, etc.

En las notas y resefias Iiterarias e historicas, RicardoGull6n, Carlos Claverla, Jose Antonio Maravall, Enrique

Azcoaga, Manuel Cardenal Iracheta y Manuel Munoz Cor-

tes tuvieron a su cargo la tarea de presentar la actualidadcultural y bibliografica a un publico ansioso de aquella

complicidad literaria ansiosamente deseada. Al11 se hablo

de novela inglesa -tema de la maxima actualidad- de

la esencia de Ia poesia, del panorama editorial naci~nal

del naciente existencialismo, de la valoracion de los escri-

tores del momento, etc. La relativa contradiccion entre los

dogmaticos prop6sitos iniciales -«)a propaganda de Ja alta

manera»- y los resultados finales -una revista liberal

casi prototipica=- hablan claramente de las limitaciones

l~s an~ustias y las indecisiones del grupo literario que l~dio ongen, atenazado entre una vocacion inteJectual de

54

signo liberal y el atractivo sefiuelo de la revoluci6n nacional

y una suerte de totalitarismo del espiritu. La victoria en

la guerra civil -con el negro hond6n de una tetrica pos-

guerra- fue para ellos una victoria pirrica que, antes que

animarles en su camino, les abri6 la cuenta acuciante de

la responsabilidad civil."

LAS FUNDACIONES DE JUAN APARICIO:

«EL ESPANOL)} y «LA ESTAFETA LITERARIA»

Un aspecto radicalmente diferente al de Escorial pre-

sentan las revistas de la Delegacion Nacional que promovi6

Juan Aparicio, a quien ya hemos conocido como director

de La Gaceta Regional salmantina durante la guerra civil y

que en 1941 sustituy6 a Dionisio Ridruejo como delegado

de prensa. El Espahol, la primera de sus fundaciones impor-

tantes, surgi6 el 31 de octubre de 1942 como «semanario .

de la politica y del espiritu», desapareciendo tras publicar236 numeros en 1947. Volvio aver la luz en 1953, directa-

mente adscrito al Ministerio de Informaci6n y Turismo

(siguiendo los destinos de Ia propia Delegacion) y, una vezmas aun, en 1963. .

El Espaiiol no tenia la presentaci6n cuidada y a la vez

austera de Escorial. Si el modelo inconfesado de esta ultima

habia sido Cruz y Raya (es curioso que ambas revistas se

tiraran en Ia misma imprenta). El Espaiiol -y, mas aun,

La Estafeta Literaria- recordaban, en algo mas que el for-

mato y el nombre, Ia experiencia de La Gaceta Literaria deGimenez Caballero en la que, ademas, Juan Aparicio habia

hecho sus primeras armas periodisticas, El Espahol era,

pues, lin rotativo abigarrado, bastante mal compuesto, don-

de el sensacionalismo politico -denuncia de maniobras

antiesp.anolas, articulos sobre los pilotos suicidas japoneses,

acusaciones sabre los controvertidos cadaveres polacos delas fosas de Katyn- altemaba con la informaci6n Jiteraria,

40 Cf. mis artlculcs «La revlsta Escorial en Ia vida l iteraria de su tiempo

(!941.1950)>>. Insula, 271 y 275.276 (1969). p~g. 3 y pag. 3. y M. Dupuieh da

Silva y J. M.· SoI.nchcz Diana. «Hi.loria de una revista: consideraciones sobre

Escorial», Bolotin d. la lnstitucion Fermin Gonzalez, XVI. 1965, pags, 714-741.

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las evocaciones historicas, las entrevistas y encuestas y lasnovelas seriadas. Disponla de una serie de secciones fijas:unos editoriales de politica nacional, debidos a la plumadel propio Aparicio; las «Cartas desde Cosmosia» escritasdesde Pamplona por Angel Maria Pascual; el «De conso-latione philosophiae» de Luis Ponce de Leon y «EI corazonme manda» de Miguel Villalonga, comentarios mas 0menosarbitrarios pero siempre curiosos de una significativa galena

de escritores, Concretamente, Pascual era un falangista delgrupo de Yzurdiaga: Ponce, un miembro de Ia «quintadel SEU» y Miguel Villalonga, un rnallorquin tan inteli-

gente como reaccionario, profesional de las arrnas y oriundode una linajuda familia insular. EI Espaiiol tenia tambienuna secci6n fija de economia y otra de politica colonial;en sus paginas centrales, por ultimo, desarrollaba a cargode varios articulistas una evocaci6n monografica.

La revista estaba abierta, a diferencia de Escorial, a lacolaboracion juvenil y, ann mas, se complacia en el cultivo

de Ia polemica, de la consigna semicamuflada y de lacritica feroz, En sus paginas pad ian leerse Iindezas comoesta: «Perez Gald6s marc6 una huella pemiciosisima enla evoluci6n del pensarniento de la democracia y la meso-cracia espafiolas» (num, 28. 1942, pag. 8), 0 como estaotra: «EI Ouijote es un medio ser... En este siglo, DonQuijote hubiera sido un caso clinico de un psiquiatra dela escuela de Freud, Young (sic; posiblemente Carl Jung)o Adler, que hubiera diagnosticado sencillamente: es uncaso de inadaptaci6n al medic, consecuencia del celibate»(num, 1. 1942, pag. 5). Repetidamente, esta incultura agre-siva asalta desde las paginas de la revista, como una remem-branza de una etapa heroica que las circunstancias hanclausurado pero que se presenta como unico refugio deuna juventud sin demasiados objetivos.

De cara al lector, sin embargo, El Espaiiol pretendi6ser una pubUcaci6n popular y mayoritaria que contribuyeraa crear un estado de opini6n y una comunicaci6n penna-nente can las formas de Ia cultura y el espiritu nacionales,Para conseguirlo se identific6 p1enamente can la generaci6nen marcha -la de los nacidos entre 1910y 1920- yen un

56

«Panorama de la nueva generacion literaria», en el queterciaron Marquerie, Serrano Anguita, Pedro de Lorenzo.Ruiz de lriarte, Perez Valiente y Zunzunegui, supo detectaralguna de las claves ideologicas de los nuevos. As! cuandoSalvador Perez Valiente hablaba de «la inadecuaci6n entrepensamiento y formas expresivas de la colectividad, subjeti-vismo, valoraci6n romantica de la angustia..., lirnitaci6n detemas respondiendo a unos deseos comunes minoritarios

y a crisis inventiva, valoraci6n de 10poetico ... Resumiendo,encrucijada, transicion, ensayo»." De otra parte, se esforz6en sacar a la calle las grandezas y servidumbres del escritory rindi6 un servicio inapreciable a los euriosos al publicaren forma de serial tres interesantes autobiografias : la deLuis Ruiz Contreras, Ia de Felipe Sassone y la de MelchorAlmagro San Martin. La misma forma adoptaron tambienlas novelas que desde su primera entrega fue publicandoIa revista: tratabase de titulos de merito tan desigual comoEl tonto discreto de Miguel Villalonga, Los chachos de

Pedro Alvarez, IV grupo del 75-27 de Jose Vicente Puente.Pabellon de reposo de Camilo Jose Cela (cuyo Pascual

Duarte [1941J tuvo una acogida entusiastica par parte deT . Aparicio y L. Ponce de Le6n), El malogrado de EusebioGarcia Luengo, etc. .

La larga presentacion de EI Espaiiol excusa, en parte, elbreve espacio que dedicare a su gemela, La Estaieta Litera-

ria, otra promoci6n de Aparicio que nace can periodicidadquincenal el 20 de marzo de 1944. La Estaieta tenia unadedicaci6n exclusivamente litera ria y es innegable que supocomponer con gracia una imagen del escritor, un poco

bon vivant, un poco bohemio, un poco regeneracionista,siguiendo los pasos de La Gaceta Literaria, su mas cualifi-cado precedente. Disponia de secciones fijas provistas delos caprichosos enunciados, tipicos de la onomastica deAparicio: «Reparto de medianoche», «A muerte», «Sellode urgencia», «Troteras y danzaderas», «Nana, nanita,nana», «Ouien canta su mal espanta», donde con Ia mezcIade desenfado y dogmatismo habituales se despachaban

~7 «Panorama de una nueva generaciou Iiteraria», El Espaiiol, 216 (15 de

enero de 1947), p~g. S.

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noticieros literarios, novedades musicales y de danza, re- un intelectual cuyos avatares muestran convenientemente el

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sefias de Iibros y una apretada seccion de cronicas de lavida en provincias, Igualmente se dedicaban monografias a

temas concretos, encuestas de las mas d iv er sa s r na te ria sy hubo, par ultimo, basta una secci6n .d~ grafologia d~ lose sc ri to re s ( re co rd emo s que La Gaceta Literaria disponia de

un apartado dedicado a las opiniones de las ~spos~s de es,-c rito re s so bre sus conyuges) . La Estaieta Literaria, desti-nada a u na n ue va r es ur re cc io n en 1957,concluy6 su primera

epoca en el numero 40 (1946).Un ana despues que La Estajeta surgi6 Fantasia, «sema-

nario de Ja invencion Iiteraria», que, nacido el 11 de marzode 1945, no llego a 1a veintena de numeros. La revistarecozia colaboraciones de creaci6n can una notoria alturaintel~ctua1: Azorin, Juan Ramon Jimenez, Jose MariaPeman, Miguel Mihara, Samuel Ros, Jose Garda Nieto.Tomas Borras, Jose Luis Cano, Leopoldo Panero, ErnestoGimenez Caballero, entre otros, publicaron originales enFantasia. La nueva publicaci6n era el complemento idealde 1a labor informativa de La Estaieta: entre ambas, inten-

taron hacer de una Iiteratura minoritaria y empobrecida-los formalismos garcilasistas, la provocativa violencia dela «quinta del SEU» , la fantasia de la nostalgia bur-guesa- un objeto de consumo colectivo, una cultura vocea-da, testimonio de una actitud de alegre servicio por parte

d elescrito r.

LA «REVISTA DE EsTUDIOS POLiTICOS»

La posicion del g ru po fa la ng is ta u ni ve rs ita ri o -10 queVicente Marrero llama «minoria astillada de 1936»- noconc1uy6 con la publicacion de Escorial. E1 9 de septiembrede 1939 fue creado el Institute de Estudios Politicos, «coo-cebido =-segun escribe Payne- como brain trust de laFET, destinado a Ia formaci6n de cuadros del partidoy al estudio de toda c1ase de cue st io ne s i deol og ic as y poll-ticas»." Su primer director fue Alfonso Garcia Valdecasas,

.. S. G. Payne: op . cit .• pM . 179.

58

proceso de m uc hos future s miell1bros. del Institu~o:. m uyjoven habia side diputado de la orteguiana «ASOCIaCI6n alservicio de la Republica»; mas tarde habia participado con

Jose Antonio en el mitin fundacional de Falange y, trasuna fugaz militancia monarquica, hahia side recuperadopar el equipo constitutive de Ierarquia. Con el encontramosuna importante teoria de universitarios falangistas muchosde los cuales promocionaran en 1942 la creaci6n de la

Facultad de Ciencias Politicas y Economicas: son Fran-cisco Javier Conde, Fernando Marla Castiella, Joaquin Ga-rrigues, Luis Dlez del Corral, Jose Antonio Maravall yLuis Jordana de Pozas , junto a los que se agruparon gentesde las mas diversas procedencias ~liberalescomo JoseAntonio Munoz Rojas, Valentin Andres Alvarez y RamonCarande; monarquicos como Eugenio Vegas Latapie y

Severino Aznar, etc. Desde enero de 1941 el Institute cont6con Ia Revista de Estudios Politicos, todavia existente ycaracterizada desde un primer momenta par la insolitaapertnra en temas y tratamientos. La publicaci6n presen-

taba una 0 dos grandes colaboraciones, una nutrida seccionde notas y reseiias, una recopilacion bibliografica -aliiaparecio (II [1941], pags, 828 -849) tina bibliografia de laguerra civil debida a Eusebio Comin Colomer- y las era-

nicas nacional y exrranjera, respectivarnente redactadas porBartolome Mostaza y Pedro Mourlane Michelena,

Los in_gredientes ideol6gicos de Ia revista demostrabanunevidente interes por fundamentar criticamente su dobleoposlcion al Iiberalismo y a las exaltaciones totalitarias:por ell0, sociologos como Wifredo Pareto, Max Weber y

Werner Sombart y juristas como elnazi Carl Schmitt figuranfrecuentemente en las paginas de la revista, De la teoriadel «carisma politico» del segundo de los citados, Condetome, po r ejernplo, los razcnamientos que Je llevaron ajustificar la teoria del «caudillaje»; de Weber y de Sombartprovendria la crltica idealista a1capitalismo contemporaneo,basada en ideologias y sentimientos -el calvinismo enWeber, el Iujo en Sombart-; en Carl Schmitt, ei grante6rico del totalitarismo, encontrarian la justificacion juri.dica del nuevo Estado y de su posibilidad imperial.

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Pese a la mayoritaria filiacion falangista de los redac-

to res, la labor del Instituto y su revista no podia dejar de

responder a una doble incitacion: de un lado, Ia incomo-

didad personal con la hipoteca fascista de Falange y. de

otro, Ia progresiva desvinculacion del partido can el regimen

surgido de Ia guerra civil. Los primeros pasos de una reno-

vacion mental =-mas liberal e integradora- estaban ya

dados en Escorial y en Ja Revista de Estudios Politicos:faltaba iinicamente abandonar aquel recelo hist6rico a la

realidad que se habia disfrazado de nacionalismo, destino

espiritual y negaci6n de la lucha de cIases.

EL ENFRENTAMIENTO DE FALANGE Y LOS CONSERVADORES

La evolucion que arriba be indicado no pas6 desaper-

cibida a los equipos conservadores capitalizadores a la larga

de la victoria de 1939. En 1942. una serie de eventos poll-ticos habia determinado la separaci6n del gobierno de

Ram6n Serrano Sufier, que fue reemplazado por Jordana

en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Can la remocionde Serrano acabo la influeocia del grupo de Escorial e,indudablemente, las esperanzas politicas que albergara, Los

grupos conservadores estaban destinados a recoger la heren.cia y a beneficiarla, maxime cuando Ia Delegaci6n de Prensa

y Propaganda pasa a depender del Ministerio de Educaci6n.sucesivamente detentado por el monarquico Pedro s a i n i .

Rodriguez y el antiguo «propagandista» Jose Ibanez Mar-tin. Frente al talante orteguiano -quiza sea esta como

ha .sefi~!ad~ Marichal, la caracteristica principal 49_ y laasprracion integradora del grupo de Ridruejo y Lain, la

nueva reacci6n conservadora, que comenz6 por atribuirse

la direcci6n espiritual del alzamiento de 1936. postulaba un

retorno a las esencias patri6ticas y religiosas de una linea

politica y cultural que comenzaba en Menendez Pelayo,

'9 Sobre !a funci6n del orteguismo y del proplo Ortega y Gasset , ha escrito

una. IIneas mteresantes Juan Marichal en su ensayo «EI nuevo pensamlento

politico espafiol» (en el libra del mismo titulo, Mexico, Finisterre, 1966), que

~raza ademris un cuadro general, discutible perc sagaz, de la «recuperaci6n

liberal» de Ia Espana de posguerra.

60

eguia con Vazquez de Mella y finalizaba en Ramiro de

Maeztu y el grupo de Acci6n Espanola.Muy pronto. el portavoz. de aqu~lla ideologia. fue. una

fundacion estatal ---el Consejo Superior de Investigaciones

Cientificas (CSIC)- y una revista, Arbor. que se convirno

en 1945 en organo oficial del Con~jo. Los ~~tos de La crea-

ci6n de la revista son bien conocidos: n~clO en Bar~elona

por inieiativa de Rafael Calvo Serer, Raimundo Paniker yRam6n Roquer en marzo de 1943 y su pr~er director fue

fray Jose L6pez Ortiz, agustino, a1 que sucedio en 1946 JoseMarla Sanchez Muniain." Con Arbor, una verdadera con-

trarre£orma ideol6gica se puso en marcha: nombres nuevos-Rafael de Balbin, Santiago Galindo Herrero, Manuel

Calvo Hernando, Vicente Marrero. Gonzalo Fernandez de

la Mora. Leopolda Eulogio Palacios- subieron a la pa-

lestra y lidiaron con pasi6n las primeras batallas de unalucha en Ia que los enemigos naturales eran los falangistas

de Escorial. Can una innegable sagacidad, Calvo Sereranunciarla en un ruidoso articulo del numero de diciembrede 1947 d~ Arbor, la presencia de una nueva generacion,

la que el llama de 1948: «Ante las r~inas de la moder-nidad, la o-eneraci6n nueva ha comprendido claramente que

s610 el catolicismo puede vertebrae a Espana. unicamenteel desconocimiento de nuestra historia, que no es perdo-

nable tras Menendez Pelayo, puede negar esta elemental

verdad»." No deja de ser curiosa, sin embargo, que esta

fidelidad discipular a D. Marcelino sea posterior a un exce-

lente articulo de Pedro Lain Entralgo -«La generacion de

Menendez Pelayo». Revista de Estudios Politicos, vn(1944)- en el que la cabeza visible del grupo falangista

daba cuenta de su deuda y su posicion frente al gran erudite

de la Restauracion.

so Florentino Per"" Embid: "Breve hi.laria de In revista Arbon, Arbor,

XXI, 2, 1952, pigs. 305-316.51 R. Calvo Serer: «Una nueva generacion espafl,ola», reproducldo en Espml ..

•in problema. Cito per la segunda edicien, Madrid, Rialp, 1957, pag. 149.

Excelente. sugestiones sobre .1 terna en Daniel Artlgues: EI Opus Dei e." Espar.a,

I, Pad" Ruedo tberico, 1968. La escisicn de los vencedores fue visible en la

polemica sobre el (ermino «Cruzada» que enfrent6 (942) a Lain EntraIgo e

Yzurdlaga en las p~ginaS de Escorial, [Arriba Espaiial y Arriba. Cf. J. M." Pas-

cual: «Negacion v detensa del 18 de Julio como Cruzada», Puma Europa,num, 62 (1961).

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Una polemiea ruidosa entre la generaci6n de 1936 y Ia

que se autatituJaba de 1948 estaba proxima: Ia causa inme-diata fue Ia publicacion del libra de Lain Espana comoproblema (1949) donde el autar aceptaba la tesis de Me-nendez Pidal sobre «las dos Espaiias» 52 y propugnaba

consecuentemente una politica liberal y de concordia. Perez

Embid resetio con cierta dureza el volumen en Arbor y ennoviembre del mismo aiio aparecio la primera edici6n de

Espaha sin problema de Rafael Calvo Serer.En julio de 1951 la Uegada al Ministerio de Educacion

Nacional de Joaquin Ruiz Gimenez supuso un efimero

apoyo para el espiritu de los miembros de la promocionde 1936 que, si bien habian visto desaparecer Escorial,

ocuparon cargos culturales importantes: Lain, por ejemplo,se via en el rectorado de la universidad de Madrid; Tovaren el de Salamanca, y Ridruejo, por su lado, via suavizarse

su incomoda situacion personal. Precisarnente este ultimofue el promotor de Ia ultima revista donde el grupo al quetantas veces hero os hecho alusion hizo acto de presencia.«En el aiio 1952 -escribe el propio Ridruejo-,_ un amigo

mio de Barcelona, el industrial Alberto Puig, me comunicosu deseo de lanzar una revista de formate popular y cola-

boracion selecta para trabajar genericamente por la libera-lizacion del pals.» 53 El resultado fue Revista que, desde

el 17 de abril de 1952, reuni6 las firm as de importantesintelectuales catalanes y del resto de Espaiia: GregorioMarafion, Eugenio d'Ors, Ramon Serrano Suder, Jaime

Vicens Vives, Martin de Riquer, Antonio Tovar, PedroLain Entralgo, Jose Luis L. Arangnren, Camilo J. Cera,

Cesareo Rodriguez Aguilera, Luis Felipe Vivanco, LuisRosales, Jose Maria Valverde Rafael Tasis, etc. La publi-caci6n de Revista forme parte de una brillante ofens iva

cultural de publicaciones liberalizadoras: insula, la revistamadrileiia que significo la apertura hacia el intelectual

exiliado, naci6 en 1946; lndice, una interesante experienciacon reminiscencias falangistas y criterios netamente pro-

" Teoria expuesta por Menendez Pidal en el pr61ogo de 1947 a la Historia

t ic Espai1Q. que dirigi6 hasta su muerte y que sigue en curse de publicacionpor Ia Editorial Espasa-Calp e.

51 Escrtto II!II Espaiia, Buenos Aires, Losada. 1964. pag. 27.

62

zresistas, surgi6, dirigida por Juan Fernandez Figueroa,

~n 1949' El Ciervo, barcelonesa, dirigida por Lorenzo Go-mis y c;eada en 1950, fue el medio de expresi6n del catoli-

cisrno avanzado.Obviamente, el juego de posibilidades abierto pedia una

recapitulaci6n de Jas etapas personales 9ue ~abian lleva~oa los nuevos puestos de acci6n. A tal exigencia responderiaRidruejo con Ia inclusion en Revista de 5U articulo «Con-

ciencia integradora de una generacion» en el que, trasafirmar la representatividad generacional de Jose Antonio

y Ia jefatura espiritual de Lain, e~cribia: ({Uno.~e losmodos de expresion de esta generacion es haber VIVId? la

guerra y poner en sus consecuencias una voluntad de Ultimoepisodio ... Es la generaci6n que debe pagar la cuenta, que

debe arreglar las cuentas y que -fra¥IDentada y tirot~adapar sus fragmentos escindidos, tan peligrosos como estimu-

lantes- no conocera probablemente la tranquilidad ni po-dra dar a S LJ creaci6n -historificada hasta la medula-aquella plenitud de individualidad integral que otras COD-

siguieron» ."4

LA EXPERIENCIA FALANGISTA

DE LAS NUEVAS PROMOClONES

Queda por resefiar, ya como colofon de este prologo,1a actividad de las organizaciones falangistas juveniles con

posterioridad a 1939. No podemos olvidar que, durante eltranscurso de una posguerra dura y larga, el sefiuelo he-roico del partido canaliz6 abundantes vocaciones y siguio

siendo para muchos la ~6rIDula de. c.omp.romiso entre _Iarevolucion social y la hipoteca espiritualista y pequeno-

~~~. .EI SEU -que par decreto del 24 de septiembre

de 1939 integr6 a 1a AET (Asociaci6n de Estudiantes

Tradicionalistas) y Ia CECE (Confederacion de Estudian-tes Catolicos de Espafia)- fue, en todo caso con el Frente

. . aConciencia integradora de una generacien», Revista, mim. 50 (1953). pA-

gina 1.

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de Juventudes (creado en diciembre del mismo afio y lugardonde se integr6 automaticamente el SEU), la organizacionque directa 0 indirectamente promociono una generacionintermedia, capital en la transicion a una situaci6n ente-ramente nueva. Se trataba de unos hombres, nacidos en-tre 1925 y 1935, cuya nifiez habia conocido los primeros

campamentos juveniles, e1 manual de literatura «de Espanay su Imperio» de Gimenez Caballero, los tebeos de JuanCentella y Roberto Alcazar y la fastuosa revista Signal.

pr6digamente distribuida por la Embajada alemana; simul-taneamente, habian padecido el racionamiento, los cochescon gasogeno y el cerco internacional. Resulta exageradoy parcial, naturalmente, atribuir a una entidad de adhesionobligatoria los origenes de quienes hubieron de destacarpasados los afios cincuenta: es obligado resaltar , sin em-bargo, que muchos de elIos encontraron su primer caminoideologico en la idea de un falangismo social, renovador y

basta izquierdista y que su primer medio de expresi6nfueron unas revistas que entre los afios 1945 y 1955 airea-ron can energia ideas y opiniones que bordeaban muchasveces los limites de la censura oficial: Haz; Alierez, quedirigia Rodrigo Fernandez Carvajal; La Hora, can JaimeSuarez, Miguel Angel Castiella y Marcelo Arroita Jauregui.y Alcala fueron revistas del SEU de Madrid; Barcelona,por su parte, cont6 can Laye que redactaban los entoncesestudiantes Jose Maria Castellet, Manuel Sacristan, JesusRuiz y Juan Ferrate entre otros.

En estes grupos dieron sus primeros pasos escritores

como Jose Maria Valverde. Alfonso Sastre, Rafael SanchezFerlosio, Jesus Fernandez Santos; cineastas como JuanAntonio Bardem, pintores, hombres de teatro y economistascomo Carlos Munoz Linares, Juan Velarde Fuertes, En-rique Fuentes Quintana, etc.55 Como puede verse en unsimple repaso de 1a nomina, muy pocos de estos hombresperseveraron en sus creencias de primera hora; el recuerdode su adhesion, mas 0 menos ingenua y completa, ilustra,

.. Un curioso testimonio autobiografico sobre 10' economist as falanglstas

surgidos de las aulas hacla 1947 en Juan Velarde: Sabre la decadencia ece-

n,smica de Espana. Madrid , Tecnos, 1967. p~gs. 2S-44.

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sin embargo, sabre una fascinacion a cuyo analisis preten-den contribuir estas paginas,

UNAS NOTAS A ESTA ANTOLOOLA

Quiero anticipar que la antologia que sigue es obliga-damente parcial y puede que arbitra ria, Desaparece en ellala ordenacion cronol6gica y la relativa exhaustividad queintenta el prologo para ceder paso a un analisis de loscomponentes ideoJ6gicos y sentimentales que confluyen enla literatura de los falangistas. La pretension exclusivamenteliteraria -afirmaci6n cierta en la medida en que existenlos limbos- que me ha guiado, me hace preseindir detodo texto doctrinal y presentar solamente aquellos aspectosque han a1canzado 1atriple condici6n de nivel, signiiicacion .

y [recuencia literarias en la obra de los autores que estudio.De otro lado, be preferido agrupar aqut unos pocos autores-DO precisamente j6venes- dejando que el interesadocomplete una relacion mas nutrida en las paginas que pre-ceden,

Este libro se ha elaborado sobre una bibliografia his-torica y politica a falta de una especifica sobre el tema queme ocupa. Una parte de ella es la que doyen apendice,He de agradecer 1a consulta de libros raros y las informa-ciones mas destacadas a buenos amigos -elIos se recono-ceran en estas lineas- que comparten conmigo una auten-

tica pasion por los temas que trato.

Barcelona, abril-rnayo de 1969

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BIBLIOG RAFfA

BRAVO, Francisco: His/aria de la Falange Espaiiola de las l.D.N.S.,

Madrid, Editora Nacional, 1943.La primera historia del movimiento falangista (si des-

contarnos la de Pemartin-Sancho Davila que versa sabre laFalange de Sevilla y Vieia guardia de Montes Agudo), con-cienzudamente utilizada por Payne y Southworth. Se acusacierta tendencia a 10 legendario (j Plcasso asistente a unareuni6n falangista en San Sebastianl) y demasiadas verdadesa medias; pese a todo, el libra tuvo dificultades con censuray no ha sido reeditado.

JATO, David: La rebelion de los estudiantes, Madrid, 1967.Cito la Ultima edici6n, que amplia considerablemente la

primera de 1953. Se trata de una historia del SEU, realizadapor uno de sus primeros militantes y redactor de Haz: tratadesde los origenes del asociacionisrno estudiantil hasta 1945.Sorprendentemente imparcial a ratos, muy partidista otros ysuperficial siempre, es -ademiis de una cr6nica de bravuco.nerfas que se snbtirulaba «Historia del alegre SEU)>- unahistoria amena, poblada de interesantes datos y avalada poruna extensisima nomina de miernbros de la organizacion pri-mitiva,

LEDESMA RAMOS, Ramiro: ;,Fascismo ell Espaiia?- DiscUTSO alas [uventudes de Espana. Barcelona, Ariel, 1968.Interesa el primer tftulo (pags, 37-205) que el fundador de lasIONS public6 en 1935 con el seud6nimo «Roberto Lanzas»,algun tiernpo despues de su ruptura con Jose Antonio Primode Rivera. Se trata de una inteligente autodefensa, llena dedatos preciosos y documentos originales, que describe perfec-tamente Ja crisis intern a del partido y siluetea con sagacidada sus hombres principales. Enriquecida esta edici6n can exce-lentes fotografias.

PAYNE, Stanley G.: Falange. Historia del iasctsmo espaiiol, Paris,Ruedo Iberico, 1965.

Traducci6n de un libra, publicado por vez primera por

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Ia universidad norteamericana de Stanford y obra de unode los mejores especialistas en Ia historia contemporanea deEspafia. Se trata de una historia puntual de los avatares delpart ido, con abundante informacion sobre act ividades intelec-tuales y una lograda explicitaci6n del clima psicologico quecondicion6 a Falange, Su admiraci6n por la figura de JoseAntonio coincide con la apreeiacion de Gabriel Jackson yHugh Thomas, los otros dos grandes hlstoriadores Iiberalesde este periodo,

SOUTHWORTH,Herbert Rutledge. Antijalange, Estudio critico de«Falange ell La guerra de Espafia: La Uniiicacion y Hedilla».Paris, Ruedo Iberico, 1967.

Pese a 10 concreto del tftulo, el libra (original del mejorbibliografo sobre Ill. guerra civil, antiguo agregado al emba-[ador espafiol en USA, Fernando de los Rios) es bastantemas que una refutaci6n del volumen de Maximiano GarciaVenero citado en el titulo. Excelente de informacion, aunquehostil y hasta erroneo en Ill. interpretacion; contrar iamente a 10

que se dice de rnanera expresa, el imperialismo fue un aspectopintoresco de Falange y no su caracter definidor. Notablesfotografias.

XlMENEz DE SANDOVAL, Felipe: Jose Antonio, Biograffa apasionada,

Madrid, Bull6n. 1963.Cito la edici6n mas completa de esta biografia (1941), rica endatos aunque desordenada y mal escrita. Junto a los estudiosde Bravo sigue siendo pieza basica en los recientes trabajossobre el tema.

[ALVAREZ PUGA,. Eduardo; Historla de la Falange, Barcelona,DOPESA, 1969.

Refundici6n de una serie de articulos aparecidos en larevista Mundo. Pocos datos originales y forzosas omisionesque no rest an, sin embargo, valor a esta templada divulgacion

del tenia, visto con Ia 6ptica progresista-posibilista que carac-teriza al sello editorial de Ia revista arriba citada.]

[DB LA CIBRVAy HOCES, Ricardo: Historia de la guerra civil espa-/ lola. Torno Primero: Perspectivas y antecedentes, Madrid,Librerfa San Martin, 1969.

Especialmente, el capitulo XII, libra IT, «Nacimiento ydesarrollo de los fascismos espafiolesr (pigs. 507-575). Latriple condici6n del autor -nieto de Juan de la Cierva, dis-cipulo predilecto del profesor Fraga Iribame y asiduo Jectorde Ia historiografia anglosajona- es visible en este sugeridoresfuerzo de sintesis, uno de cuyos aspectos mejor valoradoses precisamente el tocante al lema que me ocupa.]

Como bibliograffas de Ill. guerra civil espafiola que pcoporcio-

naran sugestivas fichas al lector interesado, las m a s importantesson: Ricardo de la Cierva, Bibllograi la general sobre la guerra deEspat ia y sus antecedentes, Barcelona, Ariel, 1968, y los Cuadernos

bibliogrdjicos de la guerra de Espana (1936-1939) (en curse depublicacion), Madrid, Universidad de Madrid, 1965, dirigidos porV. Palacio Atard, Del Ultimo titulo tienen especial interes lasseries de «Folletos» y «Periodicos», Iademas del anejo 2, La guerraespaiiola ell la creacion literaria (Ensayo bibliagrdjica) (1970), deMaria Jesus Montes, que lnserta tambien un Indice de Ia revistaJerarquia].

Existe reproducci6n faesfmil de los tres peri6dicos falangistasaoteriores a Ia guerra civil: F. E., Madrid, Editora Nacional, 1943;Arriba, Madrid, Ediciones de la Vicesecretaria de Educaci6n Po-pular, 1942; Haz, Madrid, Ediciones de la Vicesecretaria de Edu-caci6n Popular, 1944.

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