Jose Marria Arguedas

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    EL LEGADO CULTURAL DE JOS MARA ARGUEDASRenn Vega Cantor

    Despidan en m un tiempo del Per. He sido feliz en mis llantos y lanzazos, porque fueron porel Per; he sido feliz con mis insuficiencias porque senta el Per en quechua y en castellano. Yel Per qu?: Todas las naturalezas del mundo en su territorio, casi todas las clases dehombres. Es mucho menos extenso pero ms diverso de cmo fue la Rusia antigua. Esos rosde tanta y tan crecida hondura, como ya lo sinti don Pedro C ieza mucho antes que sehicieran ms profundos e intrincados. Y ese pas en que estn todas las clases de hombres ynaturalezas yo lo dejo mientras hierve con las fuerzas de tantas sustancias diferentes que serevuelven para transformarse al cabo de una lucha sangrienta de siglos que ha empezado aromper, de veras, los hierros y tinieblas con que los tenan separados, sofrenndose.Despidan en m a un tiempo del Per cuyas races estarn siempre chupando jugo de la tierrapara alimentar a los que viven en nuestra patria, en la que cualquier hombre no engrilletado yembrutecido por el egosmo puede vivir, feliz, todas las patria. Cmo estn las fronteras dealambres de pas, Comandante? Cunto tiempo durarn? Igual que los servidores de losdioses, tiniebla, amenaza y terror, que las alzaron y afilaron, creo que se debilitan y corroen .

    Jos Mara Arguedas, ltimo diario.

    El Per ha sido tierra de grandes escritores y poetas. En su suelo germinaron Garcilaso de la Vega,Csar Vallejo, Jos Carlos Maritegui, Ciro Alegra y muchos ms. Pero en esa vasta gama dehombres de letras, que han engrandecido no slo al Per sino a toda nuestra Amrica, sobresalela figura de Jos Mara Arguedas, el hombre que con sus escritos hizo ms por las comunidades

    indgenas que lo realizado por todos los indigenistas anteriores.Arguedas dio una personalidad convincente en el plano literario a los indgenas, incorporndolospor la puerta grande, con su propio lenguaje, al mbito de las letras peruanas. Ese escritor,adems, durante su fecunda existencia, en todos los actos de su vida, siempre tuvo en mente a loscomuneros de su tierra, pensando en que ellos no eran cosa de un pasado que haba que mirarcon nostalgia sino que formaba parte de la esencia misma del futuro de su paria.Aparte de su vida literaria, la biografa personal de Arguedas, sobre todo en sus ltimos aos, fuebastante atormentada, debiendo soportar una tenaz lucha interior que finalmente lo llev alsuicidio en noviembre de 1969.La vida de Arguedas est atravesada por tres coordenadas, sin las cuales es vano comprender suexistencia. Estas tres coordenadas involucran su propia vida que como autobiografa aparecepermanentemente en su obra literaria; el intento de aprehensin de la realidad peruana, que lepermiti en su caso desarrollar una literatura que super creadoramente al indigenismotradicional; y, el estudio de la realidad desde la ptica de un cientfico social, que utilizando losinstrumentos de la etnologa y la antropologa supo elaborar notables investigaciones sobre lacultura popular, el mestizaje, que luego se convertirn en elementos sustanciales de sus trabajosliterario. De estos tres aspectos, ntimamente entrelazados en la vida y obra de Arguedas, seocupa este ensayo.

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    LA LUCHA ENTRE UN CUERPO MESTIZO Y UN CORAZN INDIOFue leyendo a Maritegui y despus a Lenin que encontr un orden permanente en las

    cosas; la teora socialista no slo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que haba en mi deenerga, le dio un destino y la carg an ms de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo.Hasta donde entend el socialismo? No lo s bien. Pero no mat en m lo mgico.

    Jos Mara Arguedas

    Un indio blancoCorra el ao de 1914, y en un lugar de los Andes peruanos un nio de escasos 3 caos caminabapresuroso junto a su padre, que se diriga a la aldea de San Juan de Lucanas a contraermatrimonio, por segunda vez, con una rica hacendada de la regin. Ese suceso tendrarepercusiones duraderas en la vida de Jos Mara Arguedas, como se llamaba el pequeo infante.El nuevo hogar del nio hurfano se convirti para l en un verdadero infierno. Su madrastra yuno de sus hermanastros continuamente lo humillaban y despreciaban. Su nueva madre

    actuaba como buena hacendada que era y en cuanto al trato brutal y despiadado que daba a suspongos (indios sirvientes) no se distingua en nada de cualquier gamonal o terrateniente voraz dela sierra peruana. Ella estaba compenetrada del estilo machista del gran seor de haciendas eindios. El pequeo Jos Mara no escap al comportamiento machista de su madrastra, que lo

    castigaba frecuentemente y lo amenazaba con enviarlo a vivir entre los indios, comoefectivamente lo hizo poco despus.Ese castigo, smbolo de oprobio en la cultura seudo aristocrtica y racista de los hacendadosperuanos de principios del siglo XX, result paradjicamente beneficioso para Jos MaraArguedas. Contra todo lo que sta haba escuchado acerca de la brutalidad y falta de sentimientosde los indios, encontr en su seno, pese a su miseria material, el cario que antes no habaconocido. Lospongos acogieron al nio blanco como uno de los suyos, que a su vez experimenten carne propia los sufrimientos e inquietudes que se vivan por el solo hecho de ser indio. A unaedad en que los recuerdos se quedan grabados con fuego en el corazn del hombre, Arguedasvivi la discriminacin de que eran vctimas los comuneros indios. Ese recuerdo lo atorment porel resto de su vida, y fue gua espiritual en su creacin literaria a lo largo de 40 aos.

    El nio blanco se fue indianizando. Al escuchar sus problemas y captar lo ms hondo de suespritu, nos dice, llegu a tener sangre indgena a travs de ellos. Comprend por qu el indgena

    se siente superior al blanco: porque se da cuenta de que es l quien trabaja; el blanco enfermizo,perezoso, slo recoge el fruto de su labor. Qu sera del hombre blanco sin el indio?

    1Durante esta temprana etapa de su vida, Arguedas tiene su primer contacto con la literatura delas comunidades indias, las que usando el quechua haban logrado mantener viva durante siglosuna cultura propia y resistente, con su propio espritu y una genuina creacin artstica. Al respectoArguedas recuerda: Creo que al escuchar los cuentos quechuas que eran narrados por algunasmujeres y hombres muy queridos en los pueblos de San Juan de Lucanas y Puquio, influy en mespecialmente la belleza de las canciones quechuas que aprend durante la niez. Deb tener 6 7aos cuando ya cantaba en Huaynos"

    2.

    Arguedas pas parte de su infancia entre los comuneros indios, hasta ser separado, tanbruscamente como lleg, de ese vasto universo. De ese momento en adelante se produjo surencuentro con el mundo no indio. Eso sucedi a los 15 aos de edad, cuando Arguedas fuellevado a estudiar a un colegio de provincia. En su vida de adolescente sufri el desgarramientointerior que produce el empezar a notar que su vida estaba escindida entre dos mundos el indioy el blanco- sin pertenecer de lleno a ninguno de los dos.

    1. Citado en Julio Flores, Jos Mara Arguedas, una experiencia sin paralelo, Humboldt, No. 68, 1979, p. 462. Ibd.

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    En ese colegio de Abancay, el joven Arguedas conoci el desprecio a que se le someta por supasado indio. Lo llamaban serrano pendejo, lo despreciaban porque hablaba un castellano

    enredado, como resultado de su tardo aprendizaje, pues tan slo a los 7 aos empez a articularel idioma de los seores y hacendados. Durante su vida con los comuneros no tuvo necesidad dehablar castellano, de ah tambin su profundo conocimiento del quechua.

    Yo no tuve necesidad deca- de hablar el castellano hasta los siete aos de edad. En la vastsima regin enque pas mi niez y adolescencia no era imprescindible. El setenta por ciento de los cinco millones dehabitantes de esa zona inmensa -un mundo!- haba nicamente el quechua y el treinta por ciento esbilinge. No es posible desarrollar un ahora (1957) ninguna actividad importante en la sierra central y delsur si no se domina el quechua

    3.

    La ruptura traumtica de la adolescencia origin, andando el tiempo, la novela autobiogrfica Losros profundos, la ms bella de las obras de Arguedas, y una de las ms hermosas de la literaturauniversal.

    La literatura como praxis socialEn 1929, Arguedas lleg a Lima, centro del otro Per, el del mundo costeo y civilizado: el Per

    del orden, que pretenda asemejarse al europeo, desconociendo la realidad india de la sierraatrasada y distante, aunque aquella estuviera en realidad ms cerca de Lima que la propia Europa.Cuando el joven Arguedas llega a la seorial Lima se encuentra con uno de los momentos demayor esplendor cultural y poltico del Per contemporneo. Era la poca en que Jos CarlosMaritegui, con una entrega y enjundia desconocida en nuestro medio, propagaba la necesariaunin entre lo ms autnticamente nacional y qu ms nacional en el Per que lo indio- y lasvertientes ms avanzadas del pensamiento universal, con la perspectiva de encontrar una sendade desarrollo histrico particular y consciente, que superara los vicios del indigenismo chovinistay artificial, y tambin las limitaciones del eurocentrismo, que negaba el sentido de una culturanacional y latinoamericana, originada en nuestros pases como resultado de la simbiosis culturalentre lo europeo y lo indio. Alrededor de Maritegui se fue moldeando un conjunto de

    actividades artsticas, literarias, polticas e ideolgicas que se expresaron en la revista Amauta,una de las publicaciones ms serias y creadoras de cuantas se han realizado en nuestra Amrica.En Lima, Arguedas se relacion con los crculos de Amauta y prontamente sinti el efecto deMaritegui y de su concepcin socialista. En Amauta, nos recuerda Arguedas, recib laorientacin doctrinaria llena de fe en el hombre y en el Per. A travs de ella empec a analizarmis propias vivencias y atener realmente fe en el pueblo en que ha bamos vivido4. De sucontacto con los grupos socialistas de Amauta, Arguedas hered, hasta el fin de sus das, supreocupacin por las luchas sociales de los sectores explotados de la sociedad peruana. Este fueel impacto de la realidad social en la vida de Arguedas, que en ste se convierte en praxis social,pues su obra artstica e investigativa de ese momento en adelante fue resultado de su contactodirecto con la gente comn y corriente. Fue una relacin efectiva consigo mismo, pero tambincon determinados sectores sociales, agrarios y urbanos, que en cada momento de la vida peruanamostraban sus verdaderas posibilidades histricas.En el plano de la creacin literaria la experiencia de Amauta tambin fue bastante productiva paraArguedas, porque le signific el conocimiento de las corrientes indigenistas, que en ese momentodominaban el ambiente artstico del Per. A travs de Maritegui y sus discpulos de Amauta,asimil las crticas estticas y sociales ms lcidas que se le hacan al indigenismo tradicional, que,

    3. J.M. Arguedas, Canciones quechuas,Amricas, Volumen 9, No. 9, 1957, p. 30.4. Citado en Alejandro Lozada, La obra de Jos Mara Arguedas y la sociedad andina, Eco, No. 162, abril de 1974, p.602.

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    pretendiendo reivindicar al indio, en verdad haba originado una literatura falsa, artificial, sin vida,que presentaba a unos indios caricaturizados que en nada se parecan a los hombres y mujeresindios de carne y hueso.Esa crtica profunda de Maritegui no solo fue asimilada por Arguedas sino que la identific almomento con su propia visin y experienciarecurdese que Arguedas dominaba el quechua a laperfeccin-, a la luz de la cual la literatura indigenista en boga se le apareca como muy distante

    de la vida de los pongos que l haba conocido en su niez. Criticando este tipo de indigenismo,Arguedas comentaba que era bastante extrao que sus principales exponentes pudieran hablarde los indios cuando en realidad estaban tan distantes de su mundo. Cmo poda un Lpez Albujarser veraz si conoci a los indios desde su despacho de juez; o un Ventura Garca Caldern

    cmo haba odo hablar de ellos, pues se pas la vida en Pars5

    Consciente de las limitaciones del indigenismo, Arguedas se dio a la tarea de buscar una expresinliteraria y artstica que rompiera con todos los dualismos implcitos en la literatura predominante:costa y sierra, espaol y quechua, pongo y hacendado, lo urbano y lo rural... Esa bsqueda,apasionada y frentica, precis de muchos ejercicios e intentos fallidos (expresados en susprimeros escritos como el conjunto de cuentos titulado Agua, de 1935) hasta llegar a encontrar laexpresin autntica de los pongos, comuneros, mestizos, hacendados y comerciantes del Per,como lo logr en sus obras Yawar Fiesta, Los ros profundos, El Sexto y Todas las sangres.Desde sus primeros escritos, Arguedas comprendi el sentido de su bsqueda y propusoconvertirse en un nexo cultural entre los dos mundos tradicionalmente escindidos de la sociedadperuana, el mundo de arriba (la sierra) y el mundo de bajo (la costa). Que sepan mis amigos

    costeos sentenciaba en 1935- cmo en el corazn de su pas, ser, en adelante, testigo ysemilla, puente entre las dos culturas

    6Como reafirmacin de sus inclinaciones literarias, Arguedas ingres a estudiar Letras en laUniversidad de San Marcos en 1931. Durante su vida de estudiante universitario form parte deimportantes grupos antifascistas, organizados para respaldar la Repblica espaola. En 1937 ungrupo de estudiantes de la universidad de San Marcos esperaban a un funcionario italiano delgobierno de Benito Mussolini, que tuvo la osada provocadora de asistir al Alma Materen visitaoficial, cuando Camarotta, como se llamaba el general, vena simplemente a asesorar la

    reorganizacin de la polica y no tena nada que ver con actividades universitarias. Camarottalleg al acto pblico en la Universidad, donde lo esperaban los estudiantes que en el momentomenos pensado, se abalanzaron contra el general, lo arrebataron de entre las manos de susescoltas, lo izaron en el aire, y mientras entonaban La Internacional, lo depositaron en la pila de laFacultad de Derecho. Derecho fue a caer en el agua el general Camarotta.El hecho era una protesta contra los bombardeos italianos a las ciudades republicanas de Espaa.Entre los estudiantes se encontraba Arguedas, que cursaba el cuarto ao de Letras. Ya un aoantes haba sido detenido y despojado de su empleo en la Oficina de Correos por tomar parte deun Comit de Defensa de la Repblica Espaola, que fue considerado ilegal por el gobierno.Como resultado del caso Camarotta, Arguedas fue hecho prisionero. Pag su condena de un aoen El Sexto, una tenebrosa crcel del Per. Esta experiencia carcelaria dej una profunda huella

    en la vida del escritor, y fue recreada aos despus en la novela titulada El Sexto, en la que sepresenta una imagen realista de la vida en una penitenciaria, pero que quiere ser a su vez unareproduccin simblica de las agudas contradicciones sociales que se agitan en el interior de lasociedad peruana. Al mismo tiempo, esa obra es un canto de esperanza, de confianza plena en lafuerza interior de los hombres humildes, que pese a todos los avatares de la vida, muestran

    5. Citado en A. Lozada, op. cit., p. 595.6. Ibd., p. 596.

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    precipitando en las caticas costumbres extranjeras sino que integre su herencia comunitaria, que es elpatrimonio ms rico de la historia. La sierra, si le abrimos las puertas todava podra salvar al Per.

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    Los ltimos aosEsa visin romntica de las comunidades indias, se pareca mucho a la apreciacin que lospopulistas rusos tenan del mir(comunidad campesina) a fines del siglo XIX. Era un romanticismo

    que se aferraba al pasado pensando en el futuro, para negar el presente. Y al enfrentar esepresente, duro, cruel y contradictorio, Arguedas se dio cuenta del impacto destructivo de lapenetracin capitalista. Luego de terminar sus estudios de Antropologa, a comienzos de ladcada de 1950, Arguedas recorri intensamente los Andes peruanos, para descubrir conasombro que esa realidad india que lo nutri durante su infancia estaba siendo arrinconada porlos lazos mercantiles y comerciales. Vio con rabia y dolor cmo las artesanas indias perdancalidad, porque dejaban de ser un valor de uso para convertirse en un simple objeto de cambio,que proporcionaba ingresos adicionales a los comuneros. Observ cmo los indios renegaban delquechua y queran que sus hijos hablaran castellano para que aprendieran a defenderse en la

    vida, es decir, supieran relacionarse de t a t con los blancos y cholos. Not cmo algunos indiosse haban enriquecido y, de la misma manera que los mestizos y gamonales, se aprovechaban deltrabajo de los indios empobrecidosEsa realidad que l observ y palp, le indicaba que su sueo romntico no era posible y eso lohundi en el escepticismo. Desde ese instante, en que percibi que su obra alimentaba un esprituque afrontaba una profunda crisis -como era el de la cultura india-, Arguedas concluy que no sejustificaba vivir. En lo sucesivo las ideas del tiempo perdido y de la desesperanza estarnpresentes en su vida, para conducirlo finalmente al suicidio.En la dcada de 1960, la ms tormentosa de toda su existencia, Arguedas intenta vivir rompiendocon el pasado. Se alej de sus viejos amigos se divorci de su primera esposa, interrumpi susinvestigaciones antropolgicas, abandon su tan amada Universidad de San Marcos y se refugien la Universidad Agraria de la Molina, epicentro de la actividad de jvenes revolucionarios, aquienes pidi fe y aliento. Esa fe bast para que publicara su epopyica obra Todas las sangres,que el mismo Arguedas consideraba como su mejor produccin literaria.

    Esa fue su ltima obra, porque el proceso de escribir otra, El zorro de arriba y el zorro de abajo, lecostara la vida. En efecto, tal vez en Arguedas como en ningn otro escritor latinoamericano, seobserva el caso que la elaboracin de un producto literario, en la lucha contra el estilo, laspalabras y la expresin, genere tantos problemas, contradicciones interiores y deseo de muerte.Por dichas circunstancias esa obra, publicada pstumamente en 1971, es el testimonio de la lentaagona de un hombre que estuvo luchando no tanto contra la vida sino por encontrar la mejorforma de suicidio.

    El suicidioAquel sbado 28 de noviembre de 1969, Jos Mara Arguedas haba llegado a una conclusindefinitiva: ese sera el ltimo da de su vida, pues, por fin, luego de una lucha tenaz consigo

    mismo, estaba convencido que tal y como estaban las cosas no vala la pena vivir. Arguedas sedot de todo lo necesario para que el suicidio esa idea que haba atormentado su cerebrodurante tantos aos- no fuera a fallar. Prepar todo, hasta el ltimo detalle. Compr un arma defuego, convencido como estaba de que la mejor forma de dejar el mundo de los vivos erapropinndose un disparo en la cabeza, ya que todas las otras formas de suicidio le parecan pocoseguras. Escogi el ltimo sbado del penltimo mes del ao, porque de esa forma su accin nointerferira para nada las actividades docentes de la Universidad de la Molina, en la que se

    9. Citado en Lozada, op. cit., p. 606.

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    desempeaba como catedrtico desde principios de la dcada de 1960. Tan convencido estaba dehaber seleccionado el da preciso que en su diario escribi sus ltimas palabras: escojo este daporque no perturbar tanto la marcha de la universidad

    10Luego de escribir estas palabras, en uno de los salones de clase, Arguedas se dispar un tiro en lasien derecha. No muri al instante, ya que su corazn lati hasta el 2 de diciembre, cuandodefinitivamente se apag la vida de este extraordinario escritor peruano.

    Arguedas tom la tremenda decisin de poner fin a su vida seguro como estaba de que lasposibilidades de creacin literaria estaban agotadas y que su mundo indio se encontraba en lams terrible de sus encrucijadas histricas, ante los avances capitalistas de los aos sesenta.Pocos escritores tienen la franqueza, adems rubricada con su propia muerte, que mostrArguedas poco das antes de su suicidio, al reflexionar sobre las condiciones que explican elagotamiento de su savia creadora:

    He sido escritor a sobresaltos en una verdadera lucha a medias triunfal- contra la muerte. Como estoyseguro que mis facultades y armas de creador, profesor, estudioso e imitador, se han debilitado hastaquedar casi nulas y slo me quedan las que me relegaran a la condicin de espectador pasivo e impotentede la formidable lucha que la humanidad est librando en el Per y en todas partes, no me sera posibletolerar ese destino. O actor, como lo he sido desde que ingres a la escuela secundaria, hace cuarentaitres

    aos o nada11.

    Para describir la vida de Arguedas nada mejor que recordar sus bellas palabras de Yawar Fiesta,cuando al hablar de los comuneros indios que protagonizaban la novela dice que en su coraznest llorando y riendo la quebrada, en sus ojos el cielo y el sol estn viviendo; en su adentro est

    cantando la quebrada, con su voz de maana, del medioda, de la tarde, del oscurecer12. Y la voz

    de Arguedas, cuarenta y dos aos despus de su trgica muerte y un siglo despus de sunacimiento, retumba en el Per y en Latinoamrica como las potentes quebradas y ros profundosque l conoci y describi en sus novelas

    LA OBRA LITERARIA DE JOSE MARIA ARGUEDAS: FIN DEL DISCRITO ENCANTO DEL

    INDIGENISMO

    En la evolucin de la literatura latinoamericana la obra de Jos Mara Arguedas cierra un ciclo, yabre otro. Con esa vasta produccin termina el indigenismo tradicional y se inicia un nuevo tipode literatura que engloba a los ms diversos sectores de la sociedad peruana y latinoamericana,en proceso de modernizacin y desarrollo capitalista. Pero, cmo se produjo esa transicin?Cul fue el papel desempeado por Arguedas en ese proceso?

    El surgimiento del indigenismoEl descubrimiento literario del indio de principios del siglo XX, no se diferenci mucho deldescubrimiento de Amrica por parte de los espaoles cuatro siglos antes. Aunque los

    indigenistas pretendan incorporar al indio al mbito de las letras peruanas y latinoamericanas, noconsideraban su autntica vitalidad en la vida peruana del 900 y tampoco reconocan su crecienteprotagonismo social y poltico. Nada de eso. Por el contrario, se trataba de incorporarloformalmente como problema del pasado y del ms remoto pasado-. Los indigenistas no vean,porque se negaban a reconocer su existencia, a los comuneros indios que habitaban muy cerca enlos Andes peruanos. Paradjicamente, los primeros indigenistas contemplaran al indio con los

    10. J.M. Arguedas, El zorro, p 295.11. Ibd., p. 29012

    . J.M. Arguedas, Yawar Fiesta, Editorial Losada, Buenos Aires, 1947.

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    el arte peruanos, no ser, seguramente, por su inters literario o plstico, sino porque las fuerzasy el impulso vital de la nacin tienden a reivindicarlo

    16.Aqu el indio no es ni subordinado ni anticuario del pasado, sino que pasa a ser considerado comoun sujeto con un papel histrico que cumplir en el proceso de lucha de la nacin peruana porconstruir una sociedad diferente, en la perspectiva de destruir el semifeudalismo primero y luegoel capitalismo. Se reconoce, entonces, en esta ptica el protagonismo histrico-social de los

    indios, dndole un nfasis a su participacin en el plano de la lucha poltica contra las fuerzas (degamonales y hacendados) que los oprimen y explotan.Este ltimo aspecto es el que ms influenci a Arguedas, pues ste en la bsqueda de una culturanacional se nutri filosficamente del pensamiento de Maritegui, del que hered un acentuadonacionalismo y la imperiosa bsqueda de transformar la sociedad peruana para organizar unanueva, donde los indios desempean un rol activo.17Sin embargo, pese a que Maritegui y el primer grupo de socialistas que vislumbraron elproblema indio resaltaron el plano de la explotacin india del presente, que por sus propias

    limitaciones de perspectiva y de clase no podan ver los indigenistas del 900, siguieronpresentando el problema en trminos dualistascomo se podr apreciar en las primeras obras deArguedas- al seguir hablando de manera excluyente entre sierra y costa en el plano espacial, entreindio y blanco en el plano racial, entre quechua y espaol en el plano lingstico y entre

    feudalismo y capitalismo en el plano econmico. Segua siendo una visin de exclusiones y dedicotomas que esquematizaba demasiado a la sociedad peruana y mxime si se tiene en cuentaque el capitalismo ya desde los aos veinte estaba trastocando drsticamente el orden agrario ycultural predominante en importantes zonas de la sierra peruana. Esta segunda concepcintambin es revalorada crticamente por Arguedas:

    Toda la intelectualidad del Per es sacudida por la influencia de esa revista (Amauta): el indio y el paisajeandino se convierten en los temas predilectos de la creacin artstica. Se trata de un arte combatiente,antihispanista. La revolucin socialista aparece como inminente y fcil para los lectores y redactores deAmauta El gamonal es presentado con expresin inhumana y feroz, se muestra al indio o en sus miserias oen sus virtudes. Pasado el tiempo esta obra aparece como superficial, de escaso valor artstico y casi nada

    sobrevive de ella, pero cumpli una funcin social importante.

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    La crtica de Arguedas va todava ms lejos, aunque es igualmente equilibrada. En efecto, si biensostiene que desprendindose de Amauta escritores posteriores, como Luis E. Valcrcel, llegarona plantear la restauracin del imperio Inca en una muestra de antihispanismo ciego que llev alextremo opuesto al que haba llegado el primer indigenismo-, ahora ese antihispanismo conducea un chovinismo provinciano, que resulta incapaz de comprender las transformaciones operadaspor la irrupcin mundial del capitalismo en Amrica Latina despus de la crisis de los aos treinta,que va a borrar con esa imagen prstina de los grupos indios.Entre otras cosas hay que anotar que la crtica incisiva de Arguedas a aquellos indigenistasromnticos, que pretenden volver a un pasado milenario para restaurarlo tal como si nadahubiera pasado en la historia en los ltimos quinientos aos, cobra vigencia a raz de la aparicin

    de un pensamiento indigenista que en algunas regiones de Amrica Latina plantea el necesarioretorno al mundo prehispnico19.

    16. Salvador Bueno, Jos Mara Arguedas en una edicin bilinge, Casa de las Amricas, N 106, Enero-

    Febrero de 1978, p. 186.17

    . A. Rama, op. cit., pp. IX y ss.18

    . J.M. Arguedas, Razn de ser, p. 195.19

    . Posiciones indigenistas de este tipo tienen alguna fuerza en pases como Bolivia y Per. Al respecto Cf.Fausto Reynaga et al., Utopa y Revolucin, Editorial Nueva Imagen, Mxico, 1982.

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    Pero Arguedas es equilibrado, como decamos, porque reconoce que el nfasis en la realidad dualdel Per que hacen los socialistas se origina, sobre todo, en el desconocimiento inmediato que delproblema tena Maritegui, quien por cuestiones de trabajo y por su prematura muerte noalcanz a profundizar en su estudio20. Adems, Maritegui no cae tampoco en el romanticismoutpico y nostlgico de algunos de sus seguidores.Este segundo indigenismo dio a Arguedas energas para fortalecer su sensibilidad social, lo que le

    posibilit comprender y asumir la rebelda indgena desde dentro, si se quiere, de la propia vidade las comunidades. Eso personalmente se le facilit por su particular experiencia de haberconvivido con los comuneros durante su infancia, experiencia que dejar una profunda huella ensu ser y en su obra literaria.

    El dualismo inicial de la literatura de ArguedasA comienzos de la dcada de 1930 en el momento en que Arguedas iniciaba su carrera literaria recurdese que su primer cuento fue publicado en 1933, cuando apenas contaba con 22 aos deedad- tena varias ventajas sobre las corrientes indigenistas que haban dominado en el panoramade las letras peruanas. Una primera ventaja, posea la perspectiva suficiente que le proporcionabael haber conocido algo de la produccin artstica del indigenismo y poder ubicar sus limitaciones

    estticas. Una segunda se la proporcionaba su propia experiencia vital entre los indios, cuandocasi convertido en uno de ellos sufri las penalidades y martirios a que eran sometidos aquellospor los gamonales y hacendados, lo cual le permiti sentir en carne propia la vida cotidiana de loscomuneros. Esta era una gran ventaja pues, como se ha recalcado antes, los indigenistas, tantolos del 900 como los de Amauta, desconocan directamente la realidad india. Una tercera, quecomparta con los de Amauta, era su sensibilidad social, nutrida con sus ideales socialistas y deluchar por construir una sociedad distinta que transformara las condiciones de opresin de supresente. Y finalmente, una cuarta que se deriva de las anteriores, Arguedas se diferencia detodos los escritores e intelectuales blancos y mestizos de su generacin porque conoca

    directamente el quechua; lengua que nunca despreci como hacan todos sus contemporneosletrados, quienes aunque la dominaran slo la usaban a hurtadillas como temiendo serdescubiertos empleando el idioma de los indios.

    Contradictoriamente, Arguedas primero aprendi a hablar en quechua y tardamente sefamiliariz con el espaol, idioma que asimil despus de los 14 aos. Precisamente hablando dela vitalidad del quechua, y de su necesario emparentamiento con el castellano, Arguedassostena: Ms de 4 siglos de contacto entre el quechua y el castellano han causado en la lengua

    inca efectos que no son negativos. En ellos se muestra la fuerza proveniente de esta lengua, en laflexibilidad con que ha incorporado trminos necesarios para la expresin artstica21. YArguedas fue el principal gestor de una nueva expresin esttica, que us creadoramente los dosidiomas predominantes en la sociedad peruana.A pesar de todas estas ventajas, para que Arguedas lograra por fin la produccin de un nuevotipo de literatura no indigenista en el sentido convencional del trmino- primero produjo unaserie de obras en las que reproduca las deficiencias del indigenismo, sobre todo de la segunda de

    las tendencias antes sealadas. Las primeras obras de Arguedas de la dcada de 1930 aunquedesde el punto de vista del manejo del lenguaje significan la aproximacin positiva, que aosdespus se concretar con ms claridad, del castellano y el quechua, siguen presentando laimagen dualista de la sociedad peruana, escindida entre mistis22e indios, odio y amor, capitalismo

    20. J.M. Arguedas, Razn de ser p. 194.

    21. Citado en S. Bueno, op. cit., p. 146.

    22. Mistis: Seores o hacendados. Pueden ser blancos o mestizos. Son los grandes propietarios que

    necesitan del trabajo indio. Su comportamiento ante los indgenas es brutal.

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    y feudalismo, ambivalencias entremezcladas en una concepcin mayor que enfrente al mundo dearriba (la sierra) y el mundo de abajo (la costa), el cndor y el toro, etc.23La visin dualista originaria de Arguedas no slo tena que ver con el influjo original de Amauta,sino que adems era una manifestacin del propio desgarramiento interior que l vivi, porque alos 25 aos no saba en realidad a qu mundo perteneca: si al de los comuneros indios que loacogieron en su seno, luego de que a los siete aos su madrastra lo oblig a vivir con ellos, o si

    perteneca al mundo de los blancos, en una de cuyas familias haba nacido. La dualidad ronda lavida misma de Arguedas, desde su ms tierna edad: fue rechazado por los mistis y aceptado porlos indios. Ese dualismo en poco tiempo pas por tres momentos; el inicial de abandono ydesarraigo en el mundo de los blancos; un segundo, de aceptacin en el mundo indio, dondevivi un proceso temporal de identificacin con su cultura, valores, magia, smbolos y dondeaprendi el quechua; y, uno final, cuando comprendi que la soledad inicial slo desapareciefmeramente entre los indios, pues no consigui ser uno de ellos, sintindose hurfano yabandonado. Por esta circunstancia de ndole autobiogrfica, en sus primeros escritos no haycabida para los mestizos, que tan slo aparecern en su novela Yawar Fiesta, de 194124.Tambin habra que considerar que la visin inicial de alguien que creci y vivi entrecomunidades indgenas, era limitada al compararla con el Per de la dcada de 1930. Tal cosaocurra no por ninguna limitacin o inferioridad cultural india. Sencillamente, la posibilidad dever, en una perspectiva totalizante, esa sociedad desde los Andes era bastante difcil, en virtud deaislamientos regionales, falta de informacin, incomunicaciones y prejuicios mutuos entre costa ysierra. Este hecho tena que pesar en la visin original de Arguedas, expresada en sus primerostrabajos, en donde slo consider un medio exclusivamente rural y aislado, circunscrito a unacomunidad indgena.

    Mestizaje y transculturacinEn la primera poca de la produccin arguediana encontramos, entonces, un mundo escindido yaislado, que sigue manifestando el dualismo tpico de la segunda corriente indigenista, pero queya empieza a ser superado con el intento de recrear literariamente la rica realidad peruana, consu sincretismo cultural y lingstico. En esa visin no haba lugar para el mestizo.

    Rpidamente Arguedas comprende que sin incorporarlo, cualquier obra literaria que pretendaasumir la problemtica indgena del Per ser artificial y esquemtica, ya que el mestizopermeaba todas las estructuras sociales de la sociedad peruana, incluso aquellas donde lascomunidades pareceran haberse conservado ms puras. Paradjicamente, la superacin de la

    novela indigenista se dio por la va de la incorporacin del mestizo en la construccin literaria, loque enriqueci la misma visin sobre la cultura india, con todos sus problemas, contradicciones, yelementos transculturizadores.En reflexiones posteriores que Arguedas realiz sobre literatura dio cuenta, justamente, de laforma como el reconocimiento del mestizo alter la perspectiva del indigenismo. En un artculo de1950, haciendo alusin al mestizo, Arguedas consideraba que no era fcil:

    Erguirse contra indios y terratenientes; meterse como una cua entre ellos; engaar al terratenienteafilando el ingenio hasta lo inverosmil y sangrar a los indios, con el mismo ingenio, succionarlos ms, y a

    23. Alberto Flrez Galindo, Buscando un inca: Identidad y utopa en los Andes. Premio Casa de las Amricas,

    la Habana, 1986, p. 327.24

    . Ibd.

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    instantes confabularse con ellos, en el secreto ms profundo o mostrando tan slo una punta de las orejas

    para que el dueo acierte y se incline a ceder, cuando sea menester25

    Este lcido anlisis indica que desde un primer momento Arguedas no era un indigenista ortodoxoy romntico, que estuviera limitado en su cosmovisin por esa mirada nostlgica del indio, sinoque consideraba el papel de los mestizos en profundidad, como elementos dinmicos y

    contradictorios, que incluso en determinadas circunstancias podan ser la nica posibilidad desupervivencia de las culturas indias. Teniendo en cuenta este criterio, en diversos estudiosantropolgicos Arguedas distingui entre las comunidades conservadoras y laseconmicamente fuertes; y, contra lo que pudiera pensarse a primera vista, consider que

    aquellas que ms posibilidad de resistencia presentan no son las conservadoras, que intentan

    desconocer los caminos que la occidentalizacin trae consigo, aislndose por ejemplo, sino lassegundas, las econmicamente fuertes, que podrn sobrevivir mejor porque han asimilado

    anticuerpos mestizos de resistencia, o, en otras palabras, porque pueden adoptar elementos

    occidentales que les permiten resistir sin perder su identidad26.Arguedas igualmente seala las dimensiones del cruce cultural que se produce entre indios ymiembros de otras culturas. Como resultado de esa mutua influencia ha aparecido un

    personaje, un producto humano que est desplegando una actividad poderossima, cada vez msimportante: el mestizo. Hablamos en trminos de cultura; no tenemos en cuenta para nada elconcepto de raza. Quien quiera puede ver en el Per indios de raza blanca y sujetos de pielcobriza, occidentales por su conducta

    27.En 1941 en su obra Yawar Fiesta se aprecia el vuelco de Arguedas respecto al indigenismoanterior. Esta obra no tiene una visin estereotipada y dualista simple, pues aqu aparecendiversos sectores sociales, con muy variadas actitudes. En el paisaje social aparecen indios,terratenientes, estudiantes, mestizos y polticos. Y como ruptura fundamental, en esta obratambin se presenta la consideracin de la transculturacin, entendida segn la defina el ilustreinvestigador cubano Fernando Ortiz, inventor de la expresin, como un intercambio de elementosculturales de diversa prudencia que originan un proceso en el cual se da algo a cambio de lo que

    se recibe; es un toma y daca, como dicen los castellanos. Es un proceso en el que ambas partes

    de la ecuacin resultan modificadas. Es un proceso en el cual emerge una nueva realidad,compuesta y compleja; una realidad que no es una aglomeracin mecnica de caracteres, nisiquiera un mosaico, sino un fenmeno nuevo, original e independiente

    28.Si, la transculturacin es una ecuacin en que ambas partes reciben y el cambio cultural adopta, sise trata de dos culturas, un sentido bidimensional. Eso lo comprendi muy bien Arguedas y desdeYawar Fiesta, como en todas sus obras posteriores, lo aplic magistralmente. En el caso que nosocupa, la transculturacin fue vista como una apropiacin por parte del mundo de los indios deimportantes manifestaciones culturales del mundo blanco, como las corridas de toros; pero no

    nicamente eso, sino que dicha apropiacin incorpora sus propios ceremoniales que rebasan elrito tradicional espaol; y de otro lado, tambin el mundo de los blancos se apropia, aunque

    ellos no lo hagan conscientemente ni lo quieran reconocer, de elementos culturales indios,

    llegando incluso a familiarizarse con creencias religiosas nativas. Esto es lo que se puede llamar laindianizacin del criollo29.

    25. J.M. Arguedas, La novela y el problema de la expresin literaria en el Per, Apndice a Yawar Fiesta,

    Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.26

    . A. Rama, op. cit., pp. XX y ss.27

    . J.M. Arguedas, El complejo cultural en el Per, en A. Rama, op. cit, p. 2.28

    . Fernando Ortiz, Contrapunteo cubano del tabaco y el azcar, Editorial Ariel, Barcelona, 1972.29

    . J.M. Arguedas, El complejo, p. 2

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    En la produccin literaria de Arguedas el proceso ms claro de transculturacin nos lo muestra suobra ms ambiciosa Todas las sangres, donde describe un universo verdaderamente complejo ycontradictorio, en el que el terrateniente tradicional (Bruno Aragn de Peralta), impotente paraentender y resistir el embate del capitalismo transnacional que descompone sus formas de vida,adopta comportamientos propios de los comuneros indios, e incluso llega a compenetrarse con suvisin mgica y simblica del mundo30

    Ruptura plena con el indigenismo tradicionalA partir de Yawar Fiesta la ruptura con el indigenismo est consumada, y luego ser desarrolladaen Los ros profundos, Todas las sangres y en la truncada novela El zorro de arriba y el zorro deabajo. Esa ruptura implica varias transformaciones. El Per ya no aparece como un universo dual,entre dos mundos separados y sin ningn vnculo entre s, sino que es visto como un complejoentramado de paisajes, formas de organizacin social, culturas y lenguas que conforman unatotalidad dinmica y articulada.De paso hay que decir que esta visin literaria de Arguedas, rica en sugerencias para las cienciassociales, no fue asimilada por importantes corrientes del anlisis social latinoamericano de losaos 1950 y 1960 que pasaron a presentar como fabulosos descubrimientos el llamado dualismo

    estructural y la teora de la marginalidad, cuando ya Arguedas con su obra literaria haba rotocon esa vieja e ideologizada forma de ver a las sociedades latinoamericanas. El logro de Arguedasdemuestra, que la literatura cumple, entre muchos roles importantes, la funcin de anticiparse aciertos descubrimientos en el campo de la ciencia. Y el anlisis totalizante de Arguedas fue unavaliosa contribucin en ese campo. Lo que debemos lamentar es que pase tanto tiempo para serasimilada por las ciencias sociales del continente.La literatura de Arguedas recorri los ms diversos caminos geogrficos del Per, como l mismolo recordaba al hablar de su obra principal:

    Todas las sangres, ha madurado durante largos aos. Para poder escribirla fue necesario haber intentadointerpretar en Agua (1935) la vida de una aldea, en Yawar Fiesta (1941) la de una capital e provincia y enLos ros profundos (1958) la vida de un territorio humano y geogrfico ms vasto y complejo. Sin estas obras

    no hubiese podido crear Todas las sangres () Y siendo que mi ltima novela es ms literaria que lasanteriores porque en ella lo literario proviene de la faz y el corazn de infinidad de gentes distintasentrabadas en nuestro pas en una urdimbre sutil, profunda, a veces terrible, y no solamente de ladescripcin del llanto y de la mgica maravilla de los ros y montaas

    31

    La produccin literaria de Arguedas, generada en el perodo 1935-1969, revela los mecanismosparticulares que posibilitaron la transicin de la sociedad servil y semifeudal a la sociedadcapitalista. Parafraseando la clebre afirmacin de Marx en el sentido que Balzac es el escritorque ms se aproxima a la comprensin de la sociedad francesa postnapolenica-, podemosafirmar que para comprender la crisis de la sociedad tradicional peruana y los nuevos desajustes ycontradicciones generados por el pujante capitalismo, nadie mejor que Arguedas. La asimilacinde esos procesos en su obra literaria se facilitaba porque Arguedas conoci de cerca dos

    coyunturas tan significativas como la de 1930 y 1960, ambos momentos esenciales en la aceleradaexpansin capitalista y descomposicin del rgimen agrario tradicional32.

    30. J.M. Arguedas, todas las sangres, Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.

    31. Citado en Juana Martnez G., Jos Mara Arguedas, Historia de la Literatura Latinoamericana, N 13,

    Editorial Oveja Negra, s.f., p. 20932

    . J.M. Arguedas, La soledad csmica en la poesa quechua, Casa de las Amricas, N 15-16,noviembrede 1962, febrero de 1963, pp. 15 y ss.

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    El primer momento aparece contextualizado en su artculo La soledad csmica de la poesaquechua, en donde relata la forma como a principios de los aos 1930 se produjo el contactoentre la costa y la sierra y una nueva invasin ingres a torrentes en el mundo hispanoquechua

    antiguo, ciertos valores de la civilizacin industrial33. Ese proceso de acercamiento signific que

    los sectores aristocrticos se apresuraban a recuperar el tiempo perdido durante tres siglos dedistanciamiento entre la costa y la sierra. Unos, los ms conservadores se resistieron ante el

    empuje de las perversas costumbres que la Civilizacin traa y otros, los modernizantes,confundieron desde entonces y no sin cierta lgica, lo colonial y lo quechua, el indio y lascatedrales, en un solo bulto. Para ellos, ambos casos representaban el pasado ms vergonzoso, elatraso, la antigualla, el lastre de la civilizacin.

    34.Desde el momento en que penetraron los valores del capitalismo (individualismo, mercantilismo,egosmo, competencia), la descomposicin de la sociedad tradicional fue acelerada; pero, a la vez,ese no fue un proceso unilineal y mecnico, sino que origin recomposicin social y resistenciaentre los sectores populares. El aspecto de la resistencia lo recalca Arguedas, al considerar que lairrupcin del capitalismo no supuso ni la desaparicin inmediata, en trminos fsicos y culturales,de las comunidades indgenas ni tampoco la imposicin omnmoda de los valores de la culturaoccidental.Y aqu est el otro aporte de la obra arguediana: resaltar y dimensionar, como no lo hacan losindigenistas tradicionales la capacidad de resistencia y de rebelin de los indgenas. Donde elindigenismo tradicional vea a un indio resignado, sumiso, con dudosas muestras de rebelda,Arguedas ve a un sujeto inconforme, activo, dinmico, con espritu de rebelda, experimentandoodio anterior hacia sus opresores. Pero que Arguedas muestre la rebelin india y la comparta, noimplica que su anlisis haya sido falsamente heroico y unilateral. Bien por el contrario, lospersonajes indios como todos sus personajes- son de carne y hueso, autnticos, que sienten,vibran, lloran, resisten, alimentan odios, rencores, temores, y se adaptan a las situaciones. Sepuede decir que con la obra de Arguedas el indgena entra, ahora s, por la puerta grande a laliteratura universal, e ingresan tambin los Andes, con su magia, su belleza y sus mitos. Asmismo, en el plano de la lengua, Arguedas ha hecho aportes notables, obteniendo, luego de unalucha titnica de varios aos, la expresin caracterstica de los indgenas, sin desfigurar el quechua

    ni caer tampoco en la retrica o el formalismo.En su propia habla cotidiana, Arguedas expres las mltiples facetas de los indios, sindescontextualizarlos ni beatificarlos. Recre bellamente como lo hacen en Los ros profundos- lamajestuosa naturaleza andina, con sus ros, montaas, rboles y animales, que le dan un vigorinusual a sus descripciones geogrficas y resaltan la funcin de la naturaleza en la trama de susobras. Esa relacin indio-naturaleza, que l haba conocido en su niez, le permiti comprender lamagia andina y la soledad csmica del hombre quechua. Y en la nueva forma de ver a losindgenas, Arguedas no muestra hroes individuales sino que reivindica permanentemente elespritu colectivo del hombre andino. De ah que en el plano narrativo la accin nunca gire en unpersonaje principal, pues sus personajes centrales son ante todo colectivos: los comuneros enYawar Fiesta; la ciudad de Abancay en Los ros profundos; la muchedumbre de la prisin en El

    sexto; los comuneros que trabajan en las minas, los habitantes indios de la ciudad y lostrabajadores de las haciendas en Todas las sangres; y los trabajadores del Puerto de Chimbote enEl zorro de arriba y en el zorro de abajo.La transformacin capitalista de los aos sesenta tambin fue visualizada creadoramente porArguedas, como se deja entrever en sus dos ltimas obras (Todas las sangres, pero sobre todo enEl zorro de arriba y el zorro de abajo), en que se capta la nueva arremetida contra el

    33. Ibd.

    34. Ibd.

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    involucrar las fuerzas imperiales que inciden en la vida de cada territorio. En este sentidoArguedas fue claro:

    La narrativa actual, que se inicia como indigenista, -deca-, ha dejado de ser tal en cuanto abarca ladescripcin e interpretacin del destino de la comunidad total del pas, pero podra seguir siendo calificadade indigenista en tanto que contina reafirmando los valores humanos excelsos de la poblacin nativa y dela promesa que significa o constituye para el resultado final del desencadenamiento de las luchas socialesen que el Per, y otros pases semejantes de Amrica Latina se encuentran debatindose37.

    El nuevo indigenismo, si puede seguir llamndose de esa forma, planteado por Arguedas, piensaante todo en el futuro, para construir un proyecto distinto de sociedad, en la que puedanparticipar sin exclusin todas las races que configuran cada pas y el continente entero. Y en esautopa el pasado milenario de los pueblos indios de Amrica Latina ilumina el amanecer, porque lahistoria anda, o ms rpidamente o con mayor lentitud de lo que suponemos que representan

    las fuerzas en que unos empujamos y otros tiran en sentido co ntrario38 y ese amanecer surgirdel magna indgena, fruto directo y legtimo, nueva llama de una tradicin milenaria cuya

    hondura no ha de ser posible llenar nicamente con cemento y lgrimas39.

    ARGUEDAS: CONOCIMIENTO SOCIAL E IDENTIDAD CULTURAL

    Ya decamos anteriormente cmo la vida intelectual de Arguedas se sita en la literatura y en lainvestigacin antropolgica como dos planos complementarios, que apuntan a un mismoobjetivo: el rescate de lo especfico de la cultura indgena, de sus debilidades y resistencias. Adiferencia de lo sucedido a otros escritores profesionales, que por los escasos recursos que lesproporciona la literatura deben dedicarse a otro tipo de actividades, renegando en el fondo de suser por esa prdida de tiempo que les impide dedicarse de lleno a su oficio de escritor, Arguedasnunca consider que sus actividades de investigador social y de profesor universitario fueranmarginales o que, simplemente, se convirtieran en una forma de vivir por los pocos ingresospecuniarios que le proporcionaban sus obras.

    El sentido de la investigacin social de las culturas indgena y mestizaDesde el punto de vista investigativo la produccin arguediana fue copiosa y variada40. A lainvestigacin concreta Arguedas nunca la subestim, ms bien la consider fundamental paraconocer una mayor gama de matices culturales del pueblo indgena y mestizo de la sierraperuana. Teniendo en cuenta la importancia intrnseca que le atribua a su labor de investigacinsocial, Arguedas desconfiaba del escritor profesional:

    No es profesin escribir novelas y poesasmanifestaba- O yo, con mi experiencia nacional, que en ciertossentidos sigue siendo provinciana, entiendo provincianamente el sentido de esta palabra oficio como untcnica que se ha aprendido y que ejerce especficamente, orondamente para ganar plata. Soy en esesentido un escritor provincial Yo tuve que estudiar etnologa como profesin

    41.

    37. J.M. Arguedas, Razn de ser. p. 197.

    38. J.M. Arguedas, Cartas a Vernica Spasskaya, Casa de las Amricas, No. 99, 1976.

    39. J.M. Arguedas, La soledad csmica, p. 25

    40. Segn los recuentos bibliogrficos sobre la obra de Arguedas se calcula que su produccin de artculos

    antropolgicos y etnolgicos llega a sobrepasar los 300. Cf. Jorge Lafforgue, Observaciones marginales,en J.M. Arguedas, Relatos completos, op. cit., p. 235.41

    . J.M. Arguedas, El zorro, pp. 25-26.

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    Y continuando con su crtica de fondo a la produccin literaria vista como mercanca, Arguedasenfatiza:

    Escribimos por amor, por goce y por necesidad, no por oficio. Eso de planear una novela pensando en quecon su venta se han de ganar honorarios, me parece cosa de gente muy metida en las especializaciones. Yovivo para escribir y creo que hay que vivir desincondicionalmente para interpretar el caos y el orden

    42

    Por esta particular concepcin de lo que debe ser un escritor, Arguedas pudo dedicarse con lamisma energa a recorrer gran parte de su pas y con trabajo directo, la dialctica de lo concreto,indagar sobre variados aspectos de la cultura indgena, principalmente, y a partir de ese eje

    escudriar en la cultura mestiza agraria e incluso citadina de Lima, Ayacucho y otras ciudadesperuanas.Aunque Arguedas no era un terico consumado en el campo de la Antropologa y la Etnologa sconoca las nociones bsicas que le permitieron efectuar un prolongado e incansable trabajo decampo, realizando estudios sobre religiosidad popular y folclor; recolectando mitos y cancionesquechuas; traduciendo himnos y poemas; comparando etnogrficamente diversas comunidades;y publicando continuas reflexiones sobre los variados significados de la cultura43.Por esta versatilidad, en el campo particular de sus estudios antropolgicos, Arguedas, pese a que

    reiterativamente concentra su atencin en la cultura india, pretende comprender los elementosdistintivos de una cultura nacional indoamericana, estableciendo los sentidos del intercambiocultural que se produce entre varios mundos44. Al estudiar estos intercambios Arguedas es unverdadero trasculturizador, puesto que su misma vida como lo hemos descrito en la primeraparte de este ensayo- era resultado del cruce cultural entre blanco i indgena. Y esta mismaexperiencia vital, que nutri su produccin literaria, fue crucial en sus investigaciones sociales,pues lo llevaron a identificar los rasgos distintivos no de culturas separadas (blanca e india, por

    ejemplo) sino de una nueva cultura, mestiza, resultado del intercambio, de los prstamos mutuosy del sincretismo. Como en ningn otro campo, esa nueva cultura se expres en la mezclaidiomtica, porque el castellano se constituy en la expresin legtima del mundo peruano de los

    Andes, noble torbellino en que espritus diferentes, como forjados en estrellas antpodas, luchas,

    se atraen, se rechazan y se mezclan, entre las ms altas montaas, los ros ms hondos, entrenieves y lagos silenciosos, la helada y el fuego

    45.Adems, como su obra de investigador social est encaminada a estudiar las supervivencias de loindio en la cultura mestiza, su mensaje, a diferencia del indigenismo tradicional, no va destinadosolamente al mundo indio sino que se dirige a un mbito pluricultural, no indio, de cholos yblancos, para demostrar que los valores tomados comnmente por inferiores, por ser indios, noeran espurios y renacan en diversas manifestaciones culturales de mestizos e incluso de

    hacendados y seores blancos46.

    Por eso, en sus estudios Arguedas muestra la diversidad de supervivencias indias, incluso

    prehispnicas, que se encuentran en la cultura mestiza. En el plano musical muestra laconjugacin de instrumentos de la zona andina (flautas, quenas, tambores) con instrumentos

    europeos (violn, guitarra)

    47

    . A nivel religioso destaca la manera como las diferentescosmovisiones se mezclan para originar una interpretacin religiosa indita, en la cual, pese a

    42. J.M. Arguedas, El zorro pp. 25-26.

    43. Cf. trabajos citados en la nota 38.

    44. A. Rama, Jos Mara Arguedas trasculturador, op. cit.

    45. J.M. Arguedas, Prlogo a Diamantes y pedernales, Ed. Calicanto, Buenos Aires, 1977, p. 13.

    46. A. Rama, Jos Mara Arguedas p. 17.

    47. Cf. J.M. Arguedas, Canciones quechuas, op. cit,y El Charango, en Seores e indios, op. cit.

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    predominar la concepcin catlica, sta contiene elementos de la religiosidad popular india48. Lamultiplicidad de manifestaciones religiosas fue recogida por Arguedas en diversos estudios, en losque mostr cmo funcionaban en la prctica los prstamos mutuos entre religin catlica yreligiosidad popular. Sealaba cmo ese sincretismo les proporcionaba a los comuneros indiosuna fuerza interior que alimentaba su utopa futurista, creencia mesinica esperanzada en elregreso a un mundo ido, pero mejor que ese que soportaban diariamente49.

    El carcter mesinico de la cultura india y de parte de la mestiza fue clarificado con el estudio delos mitos quechuas, entre los cuales sobresale particularmente el de Inkarri (queetimolgicamente significa Rey Inca), con una fuerte connotacin mesinica. Inkarri fue elprimer Dios, hijo del sol y de una mujer salvaje. Hizo todo lo que existe en el mundo. Amarr el sola la cima de un cerro y atrap al viento. Inkarri fue el fundador de la ciudad del Cuzco. Cuandollegaron los espaoles, fue hecho prisionero.

    Fue martirizado y decapitado. La cabeza del Dios fue llevaba al Cuzco. La cabeza de Inkarri est viva y elcuerpo de Inkarri se est reconstituyendo hacia debajo de la tierra. Pero como ya no tiene poder, sus leyesno se cumplen ni su voluntad se acata. Cuando el cuerpo de Inkarri est completo, l volver y ese da harel juicio final. Como prueba de que Inkarri est en el Cuzco, los pjaros de la costa cantan: En el Cuzco el

    rey, Al Cuzco id50

    El carcter mesinico del mito es claro: sobrevendr un momento en que el cuerpo y la cabeza,separados violentamente por los espaoles, se unirn y ese da terminarn los problemas de lascomunidades indias. Esta apreciacin aparece ntida en otra de las versiones del mito:

    La cabeza de Inkarri est en el palacio de Lima y permanece viva! Pero no tiene poder alguno porque estseparada del cuerpo. En tanto se mantenga la posibilidad de la reintegracin del cuerpo del dios, lahumanidad por l creada (los indios) continuar subyugada. Si la cabeza del Dios queda en libertad y sereintegra con el cuerpo podr enfrentarse nuevamente al dios catlico y competir con l. Pero si no lograconstituirse y recobrar su potencia sobrenatural, quizs moriremos todos (los indios)

    51.

    Como el mito de Inkarri, fueron bastantes los mitos leyendas y tradiciones recogidos por

    Arguedas, para testimoniar la importancia de una literatura oral, rica en ritmos y musicalidadpoticos52.

    La cultura, patrimonio difcil de colonizarEn los trabajos antropolgicos de Arguedas sobresale la preocupacin por establecer lascaractersticas de la cultura mestiza del Per, sus formas de supervivencia, el tipo de relacionesque establece con la cultura transnacional de masas y sus mecanismos de resistencia. En los aos1960, notando la creciente penetracin de los medios masivos de comunicacin, Arguedas intuyeel sentido destructor de esa penetracin, desenmascarando la fuerza de las transnacionales y dela dominacin internacional, como encargadas de impulsar la arremetida contra la diversidadcultural del Per para imponer la homogenizacin capitalista. Arguedas lo expres claramente:

    48. El sincretismo religioso es profundizado por Arguedas en su Puquio: una cultura en proceso de

    cambio, en Formacin de una cultura.op. cit.,pp. 74 y ss.49

    . Sobre las concepciones utopistas de la zona andina del Per, cf. Alberto Flrez, op.cit.50

    . J.M. Arguedas, Mitos quechuas posthispnicos, en Formacin de una cultura, p. 175.51

    . Ibd.52

    . Cf. J. M. Arguedas, La soledad csmica, Canciones quechuas.

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    Las potencias que dominan econmica y polticamente a los pases dbiles intentan consolidar tal dominiomediante la aplicacin de un proceso de dominacin cultural Se trata de condicionar la mentalidad delpueblo latinoamericano. Esta gran empresa tiene auxiliares influyentes y poderosos entre los socioslatinoamericanos de los grandes consorcios Constituyen una extensin de los ncleos que tratan de

    colonizar a los pases sobre los cuales ejercen un casi pleno dominio econmico y poltico53

    Pese a la avalancha deculturizadora, indica Arguedas, los pueblos tienen formas de resistencia enel plano de la cultura, porque sta es un patrimonio difcil de colonizar, y en medio de los mssofisticados medios de despersonalizacin cultural los pueblos sobreviven, luchan, resisten,generando una cultura popular, con ramificaciones en distintos espacios y contextos. Incluso,Arguedas, con un verdadero carcter de anticipacin, constata que aquellos medios de culturaoccidentales no pueden ser rechazados del todo, cayendo en un chovinismo provincial, sino quecon ellos se debe establecer un vnculo profundo no avasallable para bien del destino de sus

    propias naciones y de las mismas naciones donde se han organizado los grandes consorciosmuchos de los cuales parecen haber olvidado que el hombre tiene de veras alma y ella muy rarasveces es negociable

    54En conclusin, de la misma forma que en el campo literario Arguedas fue un autntico innovadorque contribuy al surgimiento de una nueva literatura peruana de raigambre universal, en el

    mbito de los estudios antropolgicos y etnolgicos elabor trabajos de significacinencaminados a resaltar el aporte que al conocimiento universal realizan las culturas indgenas. Esacreencia guio su investigacin social y le permiti a Arguedas descollar en ese campo, con elmismo rigor y seriedad que haba demostrado en el terreno de la literatura.En definitiva, en cualquiera de sus campos de estudio Arguedas parti del principio de considerarsiempre al Per como una fuente infinita para la creacin. De ah su bsqueda por perfeccionar

    los medios de entender este pas infinito mediante el conocimiento de todo cuanto se descubreen otros mundos. Por eso, consideraba Arguedas que pretender imitar a alguien a partir de la

    diversidad peruana y latinoamericana resulta algo escandaloso. Consciente de la riqueza

    cultural latinoamericana de mil rostros, con orgullo poda decir Arguedas que si otros mundos entcnica nos superarn y dominarn, no sabemos hasta qu tiempos, pero en arte podemos ya

    obligarlos a que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aqumismo

    55.Y como escritor e investigador social, Arguedas, casi sin salir de su Per natal, demostr con suobra que nuestra Amrica, contra viento y marea, tiene una cultura viva, que late en el almapopular y que ningn poder de la tierra, por descomunal que sea, puede arrancar y negar miles deaos de historia propia. Esa obra del gran escritor peruano, es un esperanzador mensaje de queen nuestra Amrica, como en el mito de Inkarri, algn da se fusionar la cabeza, hundida en latierra de la ignorancia y el desprecio, con sus miembros desparramados a lo largo del continente,desde el ro Bravo hasta la Patagonia, para originar un continente en que nuestros pueblos, comoel gran dios Inkarri, volvern a nacer de las mil muertes a las que han sido condenados durantecinco siglos, pero de cuyas muertes han renacido no una sino cientos de veces. Porque esehermoso da en que nuestros pueblos volvern a nacer viene, lo siento, siento en la nia de mis

    ojos la aurora56

    53. J.M. Arguedas, La cultura: patrimonio difcil de colonizar, en Formacin de una cultura., p. 188.

    54. Ibd.

    55. J.M. Arguedas, No soy un aculturado, en Breve antologa didctica, Editorial Horizonte, Lima, 1981, p.

    85.56

    . J.M. Arguedas, Carta a Hugo Blanco, citado en Carlos Vidales, Arguedas: su corazn, rey entresombras, en Estravagario, Colcultura, Bogot, 1976, p. 47.