JORNADAS “BUENA GOBERNANZA Y LIDERAZGO DESDE UN ENFOQUE DE

GÉNERO”

Programa Adelante. Línea 3- Formación a Profesionales

Área de Igualdad de Oportunidades y No Discriminación

Fundación Cepaim, Teruel

JORNADAS “BUENA GOBERNANZA Y LIDERAZGO DESDE UN ENFOQUE DE GÉNERO”

25 de Octubre de 2017. Fundación Cepaim, Teruel

JUSTIFICACIÓN DE LAS JORNADAS

El Programa Adelante está financiado por el Fondo Social Europeo, El FSE invierte en tu futuro, con la cofinanciación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (vía aportaciones IRPF), del Gobierno de Aragón y la Diputación de Teruel. Este programa busca aumentar la integración socio-laboral de las mujeres que se encuentran en colectivos más vulnerables, a través de actuaciones que fomenten la igualdad de género y la conciliación de la vida personal y laboral, y evitando la discriminación múltiple. `ADELANTE´ combina Medidas Específicas dirigidas a Mujeres con Medidas de Transversabilidad para la Igualdad de Género. Dentro de las medidas de Transversalidad se encuentra el Proyecto 3: Formación de Profesionales.

La Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres aún está por alcanzar. En el Estado Español contamos con legislación en esta materia que formalmente garantiza dicha Igualdad, así por ejemplo: Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, etc. Sin embargo, no existe una igualdad real:

Según el Ministerio de Sanidad, Seguridad Sociales e Igualdad: casi 2 millones de mujeres en España no tienen empleo ni lo buscan por razones familiares; cada año 380.000 mujeres abandonan el mercado laboral; en torno al 75% de los contratos a jornada parcial lo firman mujeres. Además, las mujeres dedican todavía el doble de tiempo -cada día- que los hombres a las tareas domésticas, según la

Encuesta de Usos del tiempo (INE). Según la última Macroencuesta elaborada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en colaboración con el CIS, el 12,5% de las mujeres mayores de 16 años que viven en España han sufrido violencia física o sexual de sus parejas o exparejas a lo largo de su vida. Existe una sobrerrepresentación de mujeres extranjeras en los datos cuantitativos sobre violencia de género, según las estadísticas que ofrece el Consejo General del Poder Judicial. Otro dato que resulta alarmante es el hecho de que un 68% de víctimas nunca ha denunciado. Sólo en 2015 fueron asesinadas 60 mujeres (fecha de actualización: 29/03/2016), a manos de sus parejas o exparejas hombres según la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.

Todos estos datos ponen de manifiesto la desigualdad de género existente hoy en día. Es por ello, que para poder realizar una atención psico-socio-laboral integral es necesario que los dispositivos de atención, formación y acompañamiento trabajen desde un enfoque que combine la perspectiva de género y la perspectiva intercultural posibilitando atender las especificidades de las mujeres en diferentes situaciones. Por esta razón la formación en materia de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres a profesionales de la intervención social se hace imprescindible para la realización de una atención de calidad libre de prejuicios y estereotipos de género que fomente el empoderamiento de las mujeres.

El presente proyecto se plantea como una medida transversal que pretende incidir de manera general en la visibilización de las desigualdades de género y, de manera particular, en aquellas barreras/obstáculos que estarían dificultando y obstaculizando la activación e inserción laboral de las mujeres, así como el cumplimiento de los Derechos Humanos y la Igualdad de Oportunidades. Resulta imprescindible actuar sobre agentes de cambio clave y sobre las estructuras que pueden estar impidiendo la plena integración de las mujeres y, por tanto, frenar el camino hacia la igualdad entre mujeres y hombres.

Con las jornadas de “Buena Gobernanza y Liderazgo desde un enfoque de género” se pretende fomentar la inclusión de la perspectiva de género en el desarrollo de las políticas locales. Para ello es imprescindible trabajar tanto con hombres como con mujeres que desarrollan su labor diaria en los ayuntamientos y entidades públicas en zonas rurales y urbanas, por ello se realizarán también jornadas para trabajar con hombres en este mismo ámbito. Acercar nuevas alternativas de masculinidad y fomentar el trabajo desde una buena gobernanza sensible al género son puntos clave si se desea que las políticas locales sean equitativas.

Las jornadas están dirigidas a mujeres que trabajan en la política local. Concejalas, alcaldesas, cargos municipales, militantes de partidos políticos, mujeres integrantes de asociaciones, lideresas… todas ellas provenientes de diferentes municipios de la provincia de Teruel.

OBJETIVOS DE LA PROPUESTA FORMATIVA

Conceptualizar las desigualdades de género que se encuentran las mujeres en el ámbito político.

Definir el concepto de buena gobernanza y reflexionar acerca de la necesidad de que dicho concepto sea sensible al género.

Establecer pautas clave para implementar la buena gobernanza en el día a día de las políticas locales, haciendo hincapié en la capacidad de liderazgo y reflexionando sobre experiencias y estableciendo redes.

CONTENIDOS

PONENCIA MARCO: “MUJERES, PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y MEDIO RURAL”

Por Emilia Rojo Raja. Técnica del departamento de innovación, investigación y gestión del conocimiento. Fundación Cepaim.*

Buenos días, agradezco a Beatriz Benito Cagigas, la invitación a participar en esta Jornada; esta invitación me ha traído, de nuevo a la ciudad de Teruel, me ha permitido encontrar a compañeras y compañeros con quienes siempre me es grato el reencuentro y, además, me ha puesto en la tesitura de pensar atenta y detenidamente sobre asuntos a los que, por cotidianos, a veces no prestamos la atención que se merecen. El resultado de estas reflexiones es lo que vengo a compartir con todas ustedes, con el propósito de podamos avanzar conjuntamente en el análisis de los diálogos que se establecen o que no llegan a establecerse,

entre los conceptos y las prácticas de las mujeres, la política y el medio rural, según indica el título de la ponencia que me han encargado realizar esta mañana. Así que también agradezco su asistencia y la ocasión de poder abrir un espacio y un tiempo de reflexión que nos permita construir nuevos significados y contenidos que apoyen el desarrollo de los talleres que se realizarán durante la segunda parte de la mañana y en la tarde. De los tres términos que dan título a esta exposición, he elegido como eje conductor el término política, vinculándolo a otros dos conceptos que dan título a esta jornada: buena gobernanza y liderazgo. La situación de las mujeres en el medio rural, la incluyo de manera trasversal, en un intento de mostrar pistas, indicios que nos ayuden a plantear y, quizá, a responder algunas preguntas pregunta ¿de qué manera las políticas pueden mejorar la vida de las mujeres rurales? ¿Hay políticas que favorecen y políticas que dificultan la participación política de las mujeres en el medio rural? ¿El actual modelo de ejercicio del poder favorece o dificulta la participación política de las mujeres rurales? ¿Se diferencia el buen gobierno ejercido en las ciudades del buen gobierno ejercicio en localidades o comunidades rurales? ¿Dónde puede ser más viable un modelo político basado en los principios de la buena gobernanza? Así que me detendré en una aproximación conceptual del término “política”; dada las variadas perspectivas desde la que se aborda este término y las distintas interpretaciones que, socialmente, se barajan he optado por recurrir a la definición que hace el DRAE, en la que se encuentran doce acepciones; lo que nos advierte, así mismo, de complejidad semántica o de significados. Una de las acepciones que encuentro, curiosamente es la de “cortés, urbano” y esto me ha llevado a buscar las acepciones de urbano que se define, además, de como perteneciente o relativo a la ciudad como cortés, atento y de buen modo. Y entonces también busco la de rural que se limita a “perteneciente o relativo al campo y a sus labores”. Y estas dos definiciones me han triado el runruneo del cómo se ha ido construyendo socialmente una imagen asimétrica o divergente de lo rural y de lo urbano y se me ha surgido una pregunta ¿acaso el espacio social de lo rural no es espacio de hacer política? ¿Acaso la política y las políticas solo pueden hacerse, o tradicionalmente se han hecho desde la ciudad?, algunas veces así se lo he escuchado manifestar a responsable políticos y a vecindario del medio rural. Pero sobre este tema iremos regresando más adelante. Revisemos algunas otras acepciones o significados que el diccionario muestra para el término “política”

Denota afinidad por parentesco: familia política.

Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.

Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto o de cualquier otro modo.

Cortesía y buen modo de portarse.

Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado.

Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o una entidad en un asunto o un campo determinado.

En su raíz etimológica parece establecerse su origen en términos del griego y del latín que venían a hablarnos de asuntos públicos por contraposición a los asuntos privados; también del arte de vivir en sociedad o de gestionar las cosas de la ciudad-estado.

Estos significados semánticos vienen a recuperar el sentido de lo que, mayormente, es y debe ser la actividad política, en cuanto que:

hacen referencia al protagonismo de quienes lideran las políticas que gobiernan un pueblo, una ciudad o un estado

hacen referencia al protagonismo de la ciudadanía que toma parte activa, realizando propuestas a través de los medios establecidos, eligiendo a quienes lideran y representan,

hace referencia a la manera, al cómo se conducen los asuntos, no solamente a los resultados y nos hable del arte de hacer política

hace referencia a la cortesía y al “buen modo de portarse”.

Estos significados nos vienen a decir que el término “política” desde su origen ha estado vinculado a una práctica de buen gobierno de los asuntos públicos. Sin embargo, somos conscientes de que la puesta en práctica no siempre ha respondido a estos principios y no es difícil encontrar ejemplos en entornos cercanos y, en otros más remotos, de prácticas en las que ha confundido lo público con lo privado o que se han dado prioridad a los intereses particulares en relación a los intereses públicos o colectivos. Especialmente en el contexto socio-político de las democracias occidentales se ha visto con preocupación esta situación que contradecía un modelo de gobierno basado en el estado de derecho, pero también otros contextos geográficos se observaba con preocupación un retroceso en los modelos de gobernanza basados en el buen gobierno de los asuntos públicos. En este punto, Naciones Unidas, inició un llamamiento a los responsables políticos y a la sociedad civil en relación a afianzar y recuperar modelos de buena gobernanza. A este llamamiento han respondido multitud de gobiernos con mayor o menor grado de compromiso. La UE incorporo este tema en su agenda política y social en la primera década del s. XX , a través de varias recomendaciones y comunicaciones que los gobiernos europeos también han ido incorporando con mayor o menor impulso. El concepto de buena gobernanza, gobernanza o buen gobierno, que de las tres maneras se suele denominar, hace referencia a la forma en que se realizan las funciones públicas, se gestionan los recursos públicos y se ejercen los poderes reguladores. La gobernanza alude a la capacidad del Estado de servir a la ciudadanía. Trata sobre el conjunto de normas, procesos y conductas a través de los que se articulan intereses, se gestionan recursos y se ejerce el poder en la sociedad. Lo fundamental, en este contexto, es la manera en que se desempeñan las funciones públicas, se gestionan los recursos públicos y se ejercen las facultades normativas públicas. El verdadero valor del concepto gobernanza reside en su mayor pragmatismo, desde el punto de vista terminológico, frente a conceptos tales como democracia, estado de derecho, sociedad civil o derechos humanos pero está directamente relacionado con ellos. En la actualidad, la noción de gobernanza se utiliza en general para denotar el nivel elemental de calidad y eficacia de cualquier sistema político/administrativo; cuando este nivel alcanza un nivel adecuado se habla de buena gobernanza.

Se entiende, por tanto, que la buena gobernanza, en sentido amplio, incluye una amplia gama de maneras de organizar el acceso de la ciudadanía a las oportunidades básicas y al desarrollo de sus potencialidades. Entendida de esta forma, la gobernanza territorial incluye, además de aspectos económicos y de gestión, los más relacionados con la participación política: a través de en instituciones formales ( medidas legislativas , jurídicas, administrativas), como de medios informales (en movimientos y organizaciones de la sociedad civil).El buen gobierno asegura que la corrupción es mínima, que durante el proceso de la toma de decisiones tiene en cuenta a la minoría a y sus peticiones, así como a la voz de los más desfavorecidos. También trabaja para las necesidades presentes y futuras de la sociedad.

El análisis de la gobernanza se centra en los actores, formales e informales, que están involucrados en el proceso de toma de decisiones y en su implementación, así como en las estructuras, formales e informales, que se han preparado para poder implementar las decisiones. No se consideran los mismos actores en un gobierno nacional o local y tampoco si se está analizando una gran ciudad o un municipio rural. Tanto de parte del gobierno como de la parte de la sociedad civil se verán diversos y los procesos de toma de decisiones parecen ser más complejos en una zona urbana que en una zona rural. ¿será más fácil construir procesos de buena gobernanza en un espacio rural que un espacio urbano?. El nivel de gobernanza presente en los sistemas políticos de un territorio se mide de acuerdo a los siguientes componentes o variables, que se definen, según la importancia que su presencia tiene en el modelo de gobierno como variables principales o variable secundarias.

VARIABLES PRINCIPALES

Participación Se refiere a la posibilidad que tiene cada persona, hombre o mujer, de ser considerada en los procesos de toma de decisiones. La participación puede ser directa o bien a través de intermediarios, instituciones o representantes legítimos. Es importante aclarar que la democracia representativa no siempre garantiza el que, en los procesos de toma de decisiones, se tenga en cuenta las necesidades de las personas y grupos más desfavorecidos. La participación necesita estar informada y bien organizada, esto significa libertad de expresión, por una parte, y por otra, una sociedad civil organizada y que propicie la participación de toda la ciudadanía en igualdad de oportunidades. *Asociaciones público-privadas *Interacción estado-ciudadanía-sociedad civil organizada *Creación de redes Equidad Una sociedad de bienestar ha de estar organizada para garantizar, en términos de igualdad de oportunidades, el acceso a bienes y recursos de toda la ciudadanía. Para ello se necesita que todos los grupos, pero especialmente los más vulnerables, tengan las oportunidades para mejorar o mantener su situación de bienestar.

Responsabilidad/Rendición de cuentas El buen gobierno requiere que las instituciones y los sistemas gubernamentales, apliquen y desarrollen las decisiones que se hayan tomado, dentro de un marco de tiempo razonable, atendiendo a todos los grupos de interés que están afectados y rindiendo cuentas de su actuación. Eficacia y Eficiencia Buen gobierno significa que los procedimientos y las instituciones llegan a resultados que necesita la sociedad al tiempo que lo hacen utilizando de la mejor forma posible los recursos de los que disponen. El concepto de eficiencia en el contexto del buen gobierno también incluye el uso de los recursos naturales de forma sostenible y la protección del medio ambiente. *Innovación Administración/gerencia * Creación de redes * Administración descentralizada

VARIABLES SECUNDARIAS Legalidad El buen gobierno necesita que su marco legal sea justo y que se aplique de forma imparcial, en el marco del respeto a los derechos humanos, con especial atención a los de los grupos minoritarios o en mayor riesgo de exclusión social. La aplicación imparcial de la ley requiere de un poder judicial independiente y de una fuerza política integra. Transparencia Los procesos de toma de s decisiones se han de llevar a cabo de acuerdo a un marco normativo y legal conocido por todas las partes implicadas. También significa que la información estará disponible en soporte accesible y comprensible. Consenso El buen gobierno requiere mediación entre los diferentes intereses de la sociedad para alcanzar un amplio consenso, enfocándose a los intereses comunes del conjunto de la comunidad. Así mismo precisa de una visión amplia y a largo plazo sobre las necesidades para el desarrollo humano sostenible y sobre cómo alcanzar los objetivos de este desarrollo. Esto sólo se puede conseguir con la comprensión y entendimiento de la historia, la cultura y los contextos sociales de una sociedad o comunidad concreta. Sensibilidad La sensibilidad es una de las claves para el buen gobierno. Tanto las instituciones gubernamentales como el sector privado y la sociedad civil deben ser sensibles a las demandas del público y a sus grupos de interés. Quién es sensible a quién varía dependiendo en si las decisiones o las acciones tomadas son internas o externas a la organización o institución. En general una institución o una organización son sensibles a aquellos que estarán afectados por sus decisiones y acciones. La sensibilidad no se puede imponer sin transparencia y sin seguir la ley.

Tras los argumentos expuestos se puede concluir sobre la complejidad y la dificultad de aplicar en su totalidad estas variables al gobierno de un estado, ciudad o localidad. Muy pocos países y sociedades han llegado a conseguir un buen gobierno en su totalidad, digamos que estamos en la fase de incorporar los principios de gobernanza para ir llegando a la buena gobernanza; aquí estaría la meta.

Como hemos visto la definición, los principios y los procedimientos propios de la buena gobernanza nos dirigen hacia una forma de hacer política y, también políticas que promuevan la participación de todas las personas, especialmente de los grupos sociales y de los territorios más desfavorecidos, garantizando la igualdad de oportunidades en el acceso a bienes y servicios públicos y privados y un desarrollo socioeconómico sostenible. Y llegadas a este punto del recorrido que comenzamos en el término política y que nos ha llevado hasta el concepto de buena gobernanza como la manera más deseable de hacer políticas es donde nos encontramos y podemos establecer un dialogo a tres, entre política, mujeres y medio rural. Porque no se podrá decir que haya buen gobierno si no se han incorporado a las mujeres y si no se han planteado políticas de desarrollo local que fomenten la igualdad de oportunidades en el medio rural, evitando posibles desigualdades con el medio urbano, con la ciudad.

En España la cuestión de género se ha comenzado a incorporar a las políticas públicas, bien entrada la década de los ochenta; las distintas medidas legislativas que se han tomado en este tiempo han generado un marco jurídico-administrativo de igualdad que, sigue sin tener su reflejo en cuestiones tan trascendentales como la dedicación de tiempo tareas domésticas y al ejercicio de responsabilidades familiares o el acceso a espacios de decisión política o económica, por mencionar sólo algunas. Es evidente que un buen indicador de progreso de una sociedad y de un territorio es el grado de participación de las mujeres en las decisiones públicas.

Por otro lado, es frecuente encontrar en documentos y análisis realizados desde diversas perspectivas que las zonas rurales son a menudo sinónimo de espacios conservadores donde las estructuras de poder y las costumbres sociales cambian lentamente. Yo diría que, sin dejar de ser cierto, ya no es tanta la diferencia con respecto a zonas urbanas. El medio rural no es ajeno a cambios y transformaciones socioeconómicas de carácter global que inciden en las maneras de trabajar, de relacionarse y de vivir. Cierto es que no se debe de obviar la relevancia del componente geográfico e histórico del territorio, pero tenemos que saber que, por ejemplo que en Madrid, hay aproximadamente 50 Colegios Profesionales, solo 6 están presididos por mujeres, de 86 Cámaras de comercio que hay en España, 4 las presiden mujeres; en las Reales Académias de la lengua hay un 10% de mujeres en las Juntas Directivas; en las Universidades Públicas hay tres rectoras, en las privadas hay 6…. Por poner algunos ejemplos. Y un poco más adelante veremos datos sobre participación política en los órganos de representación democrática; quizá no sean tantas las diferencias, aunque ciertamente haya que abordarlas de manera diferente

No obstante, los cambios llegan y de igual manera que para las mujeres urbanas, desde finales de los años ochenta la situación de las mujeres rurales en España hay que analizarla a partir de los nuevos planteamientos del desarrollo rural y en el marco de los efectos de los nuevos procesos de reestructuración rural entre los que destacan la desagrarización y sus efectos

sociales y espaciales. No se puede entender el papel actual de las mujeres si se desvincula de las nuevas funciones del mundo rural: modernización de las estructuras agrarias y ganaderas, enfocadas un modo de producción más sostenible (agroecología, agricultura y ganadería ecológica), la diversificación del tejido productivo y de la actividad económica, promoción del patrimonio natural y cultural, revalorización social del espacio rural como garante de recursos necesarios para la vida.

Un estudio de diagnóstico de la igualdad de género en el mundo rural en España elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino en el 2011 concluye que un 25% de los habi-tantes de los pueblos de España cree que hombres y mujeres no pueden realizar las mismas funciones, ni tener las mismas responsabilidades. Un 30% de esta población cree que las mujeres deben sacrificar su faceta productiva en favor de la reproductiva, y conservar la tra-dicional atribución de roles. Estos datos nos pueden llevar a pensar que los procesos de desigualdad persisten y que, como señalan algunos estudios se produce en el caso de las mujeres del ámbito rural una doble limitación, por ser mujeres y por vivir en zonas rurales, donde, en comparación con el medio urbano los cambios y transformaciones han sido más lentos, se generan menos o diferentes oportunidades y, sin duda, existe un déficit de servicios e infraestructuras en relación a las ciudades o zonas más urbanizadas.

En el medio rural reside el 17,6% de la población española, lo que supone un total de 8.238.248 personas, de las cuales las mujeres suponen el 49% de la población, (frente al 51% de los hombres) ejerciendo funciones de vital importancia para el mantenimiento de la sociedad rural en el territorio. Sin embargo tan sólo un 9% de las mujeres rurales son propietarias de explotaciones agrícolas o ganaderas, siendo una cifra ínfima comparada con los países de nuestro entorno, pero algo está cambiando desde dentro a pesar de que en nuestro país el campo está explotado de forma mayoritaria por los hombres.

Es significativo el hecho de que habiendo pasado cinco años desde la entrada en vigor de la Ley de Titularidad Compartida, un 5 de enero de 2012. A todas luces, la ley ha resultado un fracaso cuando a febrero de 2017 solo 251 mujeres en toda España han accedido a la cotitularidad de las explotaciones, pese a la estimación que el propio Consejo de Ministro hizo de las potenciales beneficiarias: unas 100.000. Aproximadamente, una por cada 400 mujeres estimadas con casos extremos como el de Andalucía, comunidad autónoma en la que no hay ninguna mujer registrada.

Estos últimos apuntes nos señalan cuestiones pendientes que habrá que abordar si queremos hablar de buena gobernanza en el mundo rural; también queremos señalar los avances que han promovido la participación social y política de las mujeres; me quisiera detener en el análisis de efecto de la LEY ORGÁNICA 3/2007 PARA LA IGUALDAD EFECTIVA DE HOMBRES Y MUJERES, en lo referente a la presencia de mujeres en los parlamentos autonómicos y en las administraciones locales.

EVOLUCIÓN DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES EN LOS PARLAMENTOS AUTONÓMICOS

1987 1997 2007 2016

TOTAL %MUJERES TOTAL %MUJERES TOTAL %MUJERES TOTAL %MUJERES

ANDALUCIA 109 4,6 109 28,4 109 39,4 109 49,5

ARAGÓN 67 1,5 67 9,0 67 35,8 67 47,8

ASTURIAS 45 11,1 45 20,0 45 33,3 45 48,9

ISALAS BALEARES 59 6,8 59 30,5 59 49,2 59 47,5

ISLAS CANARIAS 60 1,7 60 13,3 60 40,0 60 53,3

CANTABRIA 39 7,7 39 15,4 42 40,5 36 38,9

CASTILLA-LEÓN 84 3,6 84 20,2 83 43,4 84 41,7

CASTILLA-LA MANCHA 42 9,5 47 23,4 47 53,2 33 42,4

CATALUÑA 135 8,9 135 14,8 135 36,3 135 39,3

EXTREMADURA 64 3,1 65 16,9 65 40,0 65 47,7

GALICIA 71 1,4 78 16,7 75 33,3 75 45,3

MADRID 96 16,7 103 27,2 120 42,5 129 42,6

MURCIA 45 0 45 15,6 46 39,1 45 35,6

NAVARRA 50 8 50 18,0 50 38,0 50 48,0

LA RIOJA 33 9,1 33 21,2 33 39,4 33 45,5

VALENCIA 90 5,6 89 24,7 99 45,5 99 44,4

PAIS VASCO 75 13,3 75 24,0 75 52,0 75 53,3

CEUTA 0 0 0 0,0 25 40,0 25 40,0

MELILLA 0 0 0 0,0 25 40,0 25 40,0

TOTAL 1.164 6,7% (79) 1183 20,4% ( 241) 1260

41,1 % (518) 1249

45,8 (563)

Fuente: Elaboración propia, a partir de datos del Instituto de la Mujer

EVOLUCIÓN DE LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES EN LAS CORPORACIONES LOCALES

1987 1999 2007 2015

ALCALDIA ALCALDIA CONCEJALIA ALCALDIA CONCEJALIA ALCALDIA CONCEJALIA

TM % TM % TM % TM % TM % TM % TM %

ANDALUCIA 16 2,1 60 7,8 2.210 25,9 123 16,0 3378 37,8 178 22,9 3885 43,0

ARAGÓN 18 2,5 69 9,5 700 16,6 98 13,4 979 23,1 135 18,5 1203 28,1

ASTURIAS 3 4,2 5 6,4 260 26,7 11 14,1 355 37,4 18 23,1 392 41,6

ISALAS BALEARES 1 1,6 6 9,0 205 24,3 6 9,0 321 35,9 13 19,4 389 41,8

ISLAS CANARIAS 1 1,2 4 4,6 309 24,3 11 12,6 522 38,3 17 19,3 577 41,9

CANTABRIA 5 5,1 4 3,9 196 19,3 12 11,8 282 27,3 11 10,8 352 33,9

CASTILLA-LEÓN 84 3,9 242 10,8 2.007 15,9 305 13,6 2835 22,9 365 16,3 3340 26,1

CASTILLA-LA MANCHA 34 3,8 123 13,4 1.353 22,9 161 17,5 1903 30,7 198 21,5 2281 35,1

CATALUÑA 25 2,7 66 7,0 1.528 18,4 120 12,7 2585 29,1 177 18,7 3211 35,4

COMUNIDAD VALENCIANA 7 1,4 63 11,6 1.451 27,0 95 17,5 260 26,9 119 22,0 2295 40,1

EXTREMADURA 14 3,7 29 7,6 764 22,4 60 15,7 1966 35,0 76 19,6 1310 39,2

GALICIA 8 2,7 10 3,2 585 15,4 25 8,0 1064 31,8 37 11,8 1379 36,7

MADRID 8 4,6 21 11,7 483 29,1 35 19,6 1143 29,8 43 24,0 961 41,9

MURCIA 1 2,3 3 6,7 178 26,7 6 13,3 850 38,8 15 33,3 332 43,7

NAVARRA 8 3,8 30 11,0 399 21,2 43 17,7 277 37,2 60 22,1 673 35,7

PAIS VASCO 10 4,3 30 12,0 630 26,6 50 19,9 531 27,8 63 25,2 1087 41,4

LA RIOJA 6 3,7 14 8,0 181 19,9 18 10,3 895 35,0 25 14,4 307 29,5

CEUTA .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 10 40,0

MELILLA .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. 10 40,0

TOTAL 248 3,2 779 9,6 13.439 21,1 1179 14,6 20.146 30,5 1550 19,5 23.994 35,5

Fuente: Elaboración propia, a partir de datos del Instituto de la Mujer

Como se puede apreciar ha habido avance, este sería uno de los impactos de aplicar los principios de la buena gobernanza y aunque quede por hacer también es importante valorara los logros; conocer el marco jurídico y aprovecharlo, tanto desde las instituciones y las posiciones de liderazgo político como desde la sociedad civil y des las posiciones de liderazgo social y ciudadano.

Fuentes consultadas: Antònia Casellas Antoni F. Tulla Ana Vera Marta Pallarès Blanch. Gobernanza local y espacio rural: un análisis territorial desde la perspectiva de género Boletín Asociación de Geógrafos Españoles. Nº 62, 2013 Hernández Navarro, ML. Perspectivas sobre el papel de las mujeres en el desarrollo rural. Consultado en: http://aragonrural.org Wittingham Munévar, MV. ¿Qué es la gobernanza y para qué sirve?. RAI. Consultado en: https://revistas.utadeo.edu.co/index.php/RAI/article/viewFile/24/26 Instituto de la Mujer. http://www.inmujer.gob.es/MujerCifras/Home.htm

UNESCAP, Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico. www.unescap.org

* Emilia Rojo cuenta con una amplia trayectoria profesional como consultora social además de como profesora/formadora. Ha realizado asesoramiento técnico a proyectos y programas de intervención social en las fases de planificación, implementación y evaluación así como coordinación Pedagógica de Proyectos de Formación y Orientación Profesional.

Desde 2010 desempeña su actividad profesional en la Fundación Cepaim como técnica Dpto. de Proyectos y en la coordinación de las Áreas de Cultura Emprendedora y de Desarrollo Rural. Actualmente es técnica Dpto. Innovación, Investigación y Gestión del Conocimiento.

Además Emilia ha realizado servicios de consultoría y formación para entidades no lucrativas, centros de formación y administraciones públicas, en temas de planificación estratégica, diseño y evaluación de proyectos, orientación y formación para el empleo, gestión de la diversidad social y cultural e igualdad de oportunidades y género. Esta actividad le ha procurado un amplio conocimiento de entornos institucionales y organizaciones, así como capacidad de interacción con equipos de carácter multidisciplinar y de adaptación a contextos diversos.

TALLERES: "DESIGUALDADES DE GÉNERO, OBSTÁCULOS Y OPORTUNIDADES PARA LAS MUJERES EN LA POLÍTICA LOCAL" Y "HACIA UNA GOBERNANZA SENSIBLE AL GÉNERO: IDENTIFICANDO SOLUCIONES Y OPORTUNIDADES. PROPONIENDO ESTRATEGIAS. MODIFICANDO ACTITUDES".

Por Maite Sarrió Catalá. Doctora en Psicología. Consultora, Coach y Terapeuta. Directora de INFINITA CGD.*

FUNDAMENTACIÓN La discriminación y la segregación siguen siendo grandes problemas sociales, políticos y económicos pendientes de resolver y, por ello, punto crucial en la agenda de cualquier país y organización. Son los modelos de género y creencias sociales (prejuicios como el sexismo, clasismo, racismo, esteticismo, homofobia, edadismo...) sobre los que se basa la construcción de las subjetividades de mujeres y hombres la base de la reproducción de un sistema no igualitario y segregado que además, como consecuencia, provoca infelicidad y escasa adaptación a la realidad actual. La socialización diferencia provoca una serie de barreras internas y externas que se reproducen de generación en generación provocando actitudes laborales (barreras internas) y culturas y políticas organizacionales (barreras externas) que impiden el logro de estructuras laborales diversas en las que hombres y mujeres (y nuevas diversidades emergentes) compartan espacios, derechos y obligaciones. Resulta fundamental, por tanto, que el personal tome conciencia de los efectos que la socialización ejerce para eliminar así barreras tanto internas como externas. Del mismo modo, el conocimiento de los valores y prácticas organizacionales que provocan la segregación y discriminación es el primer paso para determinar y aplicar las políticas y estrategias necesarias para provocar un verdadero cambio hacia unas organizaciones y una sociedad diversa, igualitaria y feliz. De este modo, transformar la cultura organizacional y empoderar al personal se han convertido en el principal foco de intervención a corto y medio plazo. La Ley Orgánica de Igualdad 3/2007 (LOIEHM) ofrece el marco legal desde el que implementar medidas para lograr la igualdad de mujeres y hombres, siendo obligatorias para las grandes organizaciones y muy recomendables para todas. Desde la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres (Pekín, 1995) se adoptó el mainstreaming de género (estrategia de Igualdad de Oportunidades basada en la introducción de la perspectiva de género de forma transversal en todas las política y prácticas), así como el empoderamiento personal como las formas más adecuadas de intervención. Se ha comprobado que la introducción de políticas de igualdad se realiza con mayor éxito si se demuestra una clara correspondencia entre su aplicación y la consecución de beneficios para la organización. Además, es imprescindible que las medidas llevadas a cabo consigan un cambio global, tanto a nivel de la filosofía organizacional como de las creencias y actitudes de sus miembros, para que resulten duraderas y efectivas. Por todo ello, desde los años 90 las políticas de igualdad de oportunidades han evolucionado en EEUU y en países del norte de Europa hacia la adopción de la Gestión de la Diversidad como estrategia tanto en las empresas privadas como públicas.

Además, las ciudades y organizaciones más innovadoras apuestan también por la potenciación de la felicidad como estrategia con grandes beneficios tangibles e intangibles.

En definitiva, el resultado final de la aplicación de políticas de felicidad desde el criterio de diversidad con enfoque de género implica el abandono de arcaicos prejuicios y modos de funcionamiento en pro del desarrollo de poblaciones, ciudades y organizaciones diversas y emocionalmente inteligentes para que se adapten mejor a las necesidades socioeconómicas actuales, y apoyen el progreso y la justicia social y la felicidad de las personas.

POLÍTICAS PÚBLICAS HGD&I HAPPINESS MAINSTREAMING: FELICIDAD,

EMPODERAMIENTO Y GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD

Cada profesional aborda el trabajo por la igualdad desde su propia disciplina. Yo soy Doctora en Psicología, hecho que marca mi metodología e intervenciones, que han evolucionado hacia la Psicología más vanguardista y revolucionaria proveniente de EEUU -Standford, Harvard-y norte de Europa, llamada Psicología de la Conciencia, Cuántica y Espiritual. Me considero una científica de la felicidad y, aunque parezca frívolo con los tiempos que corren, es un nuevo enfoque muy innovador que tiene mucho que ver con la economía y las políticas públicas, y la agenda feminista. El empoderamiento de mujeres y hombres genera buenos resultados humanos y económicos. Tiene un retorno de cuatro euros por cada euro invertido. El desempoderamiento provoca pérdidas de miles de millones de euros.

Desde mis inicios como investigadora en la Universidad de Valencia hasta hoy como profesional independiente que también trabaja a pie de campo, he indagado en la comprensión de los factores biopsicosociales causantes de la violencia, la discriminación, rechazo a la diversidad, la enfermedad y en definitiva de la infelicidad humana, así como en la búsqueda de estrategias para la transformación social y la erradicación del paradigma patriarcal. Ya con mi Tesis Doctoral sobre el Techo de Cristal observé que la confrontación directa, la guerra de sexos desde la posición de víctimas y verdugos, la queja, así como las políticas derivadas de esta perspectiva no sirven. Es seguirle el juego al sistema y luchas de “poder”. Hemos de establecer estrategias globales que tengan un claro beneficio a nivel de economía, sostenibilidad, innovación y que integren a toda la ciudadanía. Hay que tocarle las entrañas, el estómago, y el corazón al Patriarcado. En el momento actual nos encontramos ante un debate mundial sobre las políticas públicas y la cultura socioeconómica imperante, cuyos nefastos resultados sobre lo que millones de personas “tenemos” son más que evidentes. La llamada de atención de diversos organismos internacionales y cada vez más profesionales de todos los ámbitos (economía, salud, educación...) se está convirtiendo ya en un grito de SOS. Es deber y obligación de las políticas públicas potenciar la felicidad de la ciudadanía, así como velar por que las políticas organizacionales cumplan y respeten el mismo cometido.

Inicio esta formación con la escena de Mátrix en la que Morfeo ofrece a Neo elegir una pastilla roja o azul. Es decir, empoderarse y despertar para ser libre y feliz o seguir ciego y desempoderado. Mátrix es el sistema Patriarcal, el cual te hace esclavo/a, limita tu mente infinita y te hace infeliz. Hay mucha gente despertando, expandiendo su conciencia (algo que se ve en las calles, el cine, libros, gimnasios, jornadas, congresos...). Este cambio social es un factor de oportunidad. Estamos viviendo un momento histórico muy interesante. Aunque

aparentemente el machismo más reaccionario está muy caliente, también existen elementos que actúan como factores de oportunidad.

Si realizamos un análisis FODA o DAFO de las políticas de igualdad podemos observar elementos muy a tener en cuenta:

FORTALEZAS (internas)

• Somos muchas las personas trabajando para transformar el paradigma actual. • Leyes que avalan, obligan y sancionan. • Largo recorrido con buenas políticas, instrumentos, materiales y resultados. • Aumento de sensibilidad en gobiernos, empresas y personas. • Ayudas y presupuestos. • Red Agentes de Igualdad en algunas Comunidades. • Recuperación de Instituciones e infraestructuras de Igualdad. • Formación e I+D crecientes y consolidados (Doctorados, másters, etc.).

OPORTUNIDADES (entorno)

• Globalización y NTCs • Despertar político ciudadanía 15M/Movimiento civil (DDHH, LGTB, etc.) • Movimiento de Hombres por la Igualdad y paternidades corresponsables • Tejido asociativo comprometido • Estructuras útiles (Univers, CEFIREs, AMPAs...) • Despertar ético, ecológico y espiritual personal, institucional y organizacional (empresas saludables): consumo responsable, autocuidado (mindfullness, yoga, nutrición...) empodera, reduce (auto)violencia y conecta con Unidad/Amor/Feminidad • Valorización valores y competencias “femeninos” (inteligencia emocional, empatía...) en educación y empresas • Interés organizacional creciente por RSC y Gestión Diversidad • Alarma (ONU, OCDE, OMS, Fondo Monetario I...) sobre resultados Patriarcado

DIFICULTADES (internas). A mejorar...

• Falta de compromiso del personal político y técnico (no entienden por qué, no conectan con para qué...). • Deficiente evaluación de la calidad de Planes Ig realizados en administración. • Falta de presupuestos transversales (sólo subvención). • Ninguneo y sobrecarga de Agentes de Igualdad. Poca formación/experiencia. • No transversalización real. Concejalías “para las mujeres”. Concejalías “fantasma” y de “foto”.

AMENAZAS (entorno)

• Rechazo al feminismo. • EG rechazado en educación, economía... • Machismo, conservadurismo y fascismo. • Altas cotas de violencia(s) y malestar. • Aumento identidades estereotipadas. • Juventud ciega e inactiva. • Planes por cumplimiento legal y no por sensibilidad real. • Proliferación de Consultoras que “regalan” planes de igualdad (muchas sin EG ni experiencia). • Desvalorización del trabajo por la igualdad (un informe de economía se paga tres veces más que un diagnóstico igualdad y se ejecuta sin resistencia).

Las pérdidas humanas y materiales son tan elevadas que ha saltado la alarma sobre la necesidad de cuidar la felicidad. Algunos apuntes y datos:

La infelicidad genera enfermedades, conflictos, acoso, violencia, muertes, absentismo,

accidentes y bajas laborales, relaciones de pareja, rendimiento escolar, etc., las cuales tienen un alto impacto en la economía global.

Según OIT en la Unión Europea estrés y ansiedad laboral (generado por la matrix) tiene un coste anual de 20.000 millones € (productividad perdida y gastos sanitarios), el 4% del PIB. En España lo sufre el 60% personas empleadas Falta de conciliación, malas condiciones, mobing y acoso...

Según la OMS, la ansiedad y la depresión están aumentando de tal manera que en 2020 serán la causa principal de baja laboral. Se estima que 300 millones de personas viven con depresión en el mundo, con un aumento del 18% en 10 años. Estos trastornos afectan a 1 de cada 3 personas en España, y ocurren el doble en mujeres que en hombres. Alta medicalización de las persona (mujeres es muy grave).

El impacto de estos factores suponen un coste anual para cada empresa de 1.200€ por persona empleada

La enfermedad mental en la infancia es cada vez más diagnosticada y su medicalización aumenta de forma alarmante con trastornos depresivos, TDH...

En España, el suicidio es la primera causa de muerte entre los 15 y 29 años (más alto entre hombres), y la segunda causa en las mujeres (después de los tumores).

La infelicidad genera violencia de género y violencia contra las mujeres con cifras cada vez más elevadas y visibles.

Dadas las estadísticas, las organizaciones públicas y privadas no sólo deben incorporar la felicidad en su visión y misión por cuestiones de responsabilidad social corporativa sino como clave de supervivencia y éxito. Las políticas de igualdad que actúan sobre lo colectivo/macro a nivel externo (legislativo, judicial, económico etc.) son muy necesarias. No cabe duda. Bien sabemos que una buena ley, como la de Violencia o Igualdad empujan grandes cambios. Sin embargo, por mi experiencia en el trabajo por la igualdad con organismos públicos y también privados (empresas) sé que sus resultados respecto al impacto de género no acaban de ser del todo efectivos porque no son bien recibidas ni utilizadas porque no remueven la base principal, que es lo interno, las creencias patriarcales que millones de personas tienen, mujeres y hombres, y con las que se crea esta realidad patriarcal (desde la premisa “creas lo que crees”). La física cuántica ha demostrado científicamente algo que las antiguas civilizaciones exponían hace miles de años: la persona influye en la naturaleza y dirección que adopta la materia (realidad). Es decir, nuestra conciencia y mente (no es lo mismo) desde su enfoque y creencias crea la realidad individual y colectiva (es decir, el Patriarcado/Matrix). Si no se transforma la subjetividad de las personas (identidades y creencias) no lograremos una verdadera transformación social. Desde la idea (cuánticas) de Kate Millet “lo personal es político” (todo es uno) o la espiritual de Gandhi de que “el cambio empieza dentro de cada persona”, los cambios colectivos se irán dando a partir del cambio personal de una masa crítica de personas por el llamado efecto mariposa.

El enfoque de la Felicidad es una estrategia promovida a nivel privado por diferentes profesionales y a nivel público por la ONU (apoyada por OMS, OIT, Fondo Monetario Internacional...). Para definir los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2015-30, la Asamblea General de la ONU adoptó en 2011 una resolución histórica. Invitó a todos los países miembros

a medir la felicidad de su ciudadanía y a usar los resultados para guiar sus políticas públicas. En 2012 se realizó el primer encuentro mundial sobre felicidad y se publicó el primer Informe de Felicidad (ya tenemos el de 2017), siguiendo la filosofía de Bután que mide anualmente su FIB (Felicidad Interior Bruta). Según el psicólogo Premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, es una metodología innovadora que resulta altamente recomendable para todos los países, así como para cualquier organización. Como he dicho según los estudios internacionales tienen un coste de retorno muy positivo: 1€ de inversión/4€ retorno.

Entre los indicadores de mayor relevancia propuestos se encuentra la libertad personal, red de apoyo/vínculos afectivos sólidos, la empatía o solidaridad, presencia de afectos positivos (amor, risa, alegría...) y ausencia de negativos (miedo, rabia...), o enfermedades de salud mental (estrés, baja autoestima, ansiedad, depresión), factores que tienen que ver con el empoderamiento personal. Yo Soy más que con el YO tengo... La felicidad previene reduce gastos de los sistemas sanitarios y de la seguridad social, judiciales, policiales... Aumenta la paz interior y exterior, la motivación, el engagment y estado de flow, productividad, creatividad, innovación, mejora la atención a clientes y del clima laboral, mejora relaciones personales y familiares, la crianza y la educación...

La felicidad no es sólo una cuestión de salud pública, sino también económica, ecológica, de supervivencia y sostenibilidad, ligada íntimamente al feminismo. Las causas del malestar/infelicidad están totalmente relacionadas con el paradigma socioeconómico patriarcal y neoliberal y, por supuesto, el sistema sexo/género es uno de los elementos transversales clave. Las mujeres, según los informes de felicidad, tienen puntuaciones más bajas en muchos indicadores del malestar

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, aunque también se observan patrones de desempoderamiento importante entre los hombres. Se observan por supuesto diferencias de género de interés (más libertad o más ira y rabia entre ellos/menos libertad o más miedo, pena y depresión entre las mujeres).

Dado este escenario he desarrollado el concepto y estrategia “Happiness Mainstreaming”

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, Transversalizar la Felicidad, paraguas amplio a nivel metodológico, que integra o se apoya en otras dos estrategias para su aplicación: el empoderamiento personal (interno) y colectivo (externo), y la gestión de la diversidad personal (interna) y colectiva (externa)

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. Felicidad es Bienestar en todas las áreas de la vida, implica libertad y ausencia de miedo y violencia (limitar potencial Yo), violencia de género (limitar expresión diversidad de género).

He llegado al HM después de mucha investigación y de ensayo y error en el campo de la lucha feminista para determinar nuevas maneras de abordar la satisfacción de las necesidades de la ciudadanía, además de erradicar y prevenir la violencia, la desigualdad y la infelicidad desde argumentos de justicia y equidad humana y a la vez económicos. He comprobado a pie de campo que las políticas de felicidad son mejor recibidas que sólo el mainstreaming de género con Planes de Igualdad o acciones positivas segmentadas (de sobra conocemos el rechazo al feminismo y a todo lo que suene a igualdad de mujeres y hombres...). La incorporación del enfoque de género es inherente a las acciones desarrolladas puesto que, aunque no sea visible a primera vista, se trabaja para fomentar la gestión de la diversidad y el empoderamiento humano con elementos que tienen mucho que ver con el feminismo, la feminidad y las competencias asociadas (empatía, inteligencia emocional, cultura de cuidado y la conciliación, prevención de violencia...)

HGD&I y Ética de los Cuidados en la agenda política

Numerosos países cuentan con ministerios, departamentos o instituciones de la Felicidad (Bután, Noruega, Islandia, Dubái, Dinamarca, EEUU, Inglaterra... ). Contamos con la hoja de ruta a aplicar por los gobiernos respecto al cuidado del bienestar en el Marco de Acción Europeo sobre Salud y Felicidad de la llamada Acción Conjunta 2013. En España, 2017 es declarado el año de la salud mental. Madrid es “Ciudad de los Cuidados” y tiene “Barrios Saludables”. En Villena, estoy desarrollando el Plan FID, primer plan municipal de Felicidad, Igualdad y Diversidad (disponible diagnóstico en la web Ayto.).

En el ámbito privado, se observa un gran auge de políticas organizacionales que incluyen acciones para promover entornos y organizaciones saludables (enfoque wellness/felicidad) dentro de los programas de RSC, Prevención de Riesgos laborales, Prevención de Violencia, etc. Siguiendo estos planteamientos invito a ampliar la mirada, el enfoque haciendo políticas desde paraguas amplios, desde las inteligencia emocional y práctica, desde las entrañas, sin asperezas, sin excluir, integrando nuestra masculinidad y feminidad, desde la comprensión de que hay miles de mentes desempoderadas viviendo ciegamente la mátrix. Desde el Amor... El amor es poner límites claros al patriarcado desde el auto(cuidado) y el auto(bienestar) o felicidad. La mejor estrategia contra la infelicidad es la felicidad como práctica política cotidiana.

Implantación de la HGD&I en cuatro pasos

Primer paso – Comprender y sentir el Business Case de Felicidad, Género, Diversidad & Inclusión/Igualdad (HGD&I)

Para entender por qué hoy el día es imprescindible gestionar la diversidad de una manera estratégica y consciente, las personas líderes de la organización pública o privada necesitan no tan solo entender sino también sentir la importancia de trabajar en un entorno igualitario, feliz e inclusivo. Muchos estudios han comprobado que una gestión adecuada de la felicidad, igualdad y diversidad tiene un impacto positivo en la cuenta de resultados y en el bienestar (felicidad) de clientes internos y externos (la ciudadanía y trabajadores/as del propio Ayuntamiento o empresa. Un Ayuntamiento u organización inclusivo sabe cómo potenciar el talento interno para cuidar bien y estar lo más cerca de sus clientes (ciudadanía que cada vez es más diversa) atendiendo sus necesidades y potenciando a su vez su talento y potencial para crear una sociedad sostenible, pacífica, creativa, armoniosa, saludable, inteligente...

Segundo paso – Diagnóstico. Conocer la organización y el contexto

Una vez entendido el Business Case de HGD&I recomendamos conocer la foto de la organización y su entorno (municipal a nivel local y global). Un diagnóstico cuantitativo y cualitativo ayudará dibujar el punto de partida para el viaje hacía la inclusión, igualdad e innovación y definir los hitos de la estrategia de HGD&I.

1 Venimos hablando del “malestar de las mujeres” acuñado por Mabel Burín desde hace décadas.. 2 Sarrió, M. (2015). “Happiness Mainstreaming” Fundamentos Teóricos y Metodológicos desde la Psicología de Género. En Eva Cifre, María Vera y Fulvia Signani (2015). Género, Salud y Trabajo: Aproximaciones desde una Perspectiva Multidisciplinar. Editorial Pirámide. 3 Sobre la definición, enfoques y metodologías de ambas estrategias podéis profundizar en la bibliografía y videos disponibles en mis páginas web www.infinitaconsultora.org y www.maitesarrio.com y citada en el capítulo.

Tercer paso – Compararse con otros “colegas” o la “competencia” (otros Ayuntamientos)

Saber qué hacen otras instituciones y organizaciones y sus stakeholders sirve no tan solo de inspiración para el diseño de la estrategia, sino también permite entender mejor las necesidades tanto de clientes (trabajadores/as y ciudadanía) como colaboradores/as.

Cuatro paso – Diseñar e implementar la estrategia

El éxito de la estrategia depende de su diseño, el cual recomendamos realizar junto con personas expertas en este campo para la creación de un equipo transversal que co-diseñará el plan de acción de Felicidad, Género, Diversidad & Inclusión/Igualdad. En este apartado se darán a conocer las fases de la implantación de un HGD&I Plan, herramientas, estrategias, acciones...

EMPODERAMIENTO PARA EL LIDERAZGO

No es fácil explicar los fundamentos teóricos y metodológicos seguidos en los procesos de empoderamiento. Trataré de sintetizar lo que a mi entender, con los conocimientos y experiencia adquirida tras años de estudio y trabajo sobre la perspectiva de género, y tras la participación en talleres impartidos por grandes mujeres expertas en temas de empoderamiento y/o liderazgo constituyen los fundamentos básicos a seguir para la realización de talleres que fomenten el ‘poderío’ de las mujeres. Se funden en ellos aspectos de la perspectiva de género mezclada con la psicología occidental y no tan occidental, la sociología y hasta la física cuántica respecto al desarrollo de la propia subjetividad y la creación de la realidad. Una realidad que para nosotras, las mujeres, sigue el mandato de género basado en la sumisión y la dedicación al cuidado del otro/os (Ser-para-otros), mientras que para los hombres se basa en la dominación y el individualismo (Ser-para-sí-mismos). Una realidad que, además, nos aparta a todos y a todas de la conciencia sobre nuestra capacidad creadora y la responsabilidad sobre nuestra vida y nuestra felicidad (Ser-Infinito/Ser-Todo), convirtiéndonos en seres limitados y desempoderados, cuando somos seres poderosos e infinitos. Es por ello, que el sistema socioeconómico conduce a las mujeres a estar/ser doblemente desempoderadas. Por un lado, como ‘ser social’ y, por otro, por nuestra ‘condición de género’. En nuestra vida hemos construido unas formas de ser, estar, hacer y relacionarnos en base a unas creencias y pensamientos que hemos incorporado como propios. Estas creencias no son ni naturales ni neutrales, sino que obedecen a unos valores socioeconómicos basados en relaciones de poder de dominio de unos pocos y la sumisión de muchos y muchas. Al sistema no le interesa que las personas crezcan sabiéndose poderosas e ilimitadas, sino todo lo contrario. El poder, como elemento activo aunque abstracto e impalpable, necesita el beneplácito de una gran mayoría desempoderada para justificar su existencia y mantenerse generación tras generación. El mundo está dominado por un colectivo que representa al 7% de la población. Este colectivo es de sexo masculino, raza blanca, heterosexual, sin discapacidad, nivel cultural, social y económico elevado y otras características de sobra conocidas que están muy lejos de representar a la gran diversidad humana que conforma el mundo que habitamos. El sistema necesita que creamos en una serie de prejuicios que nos apartan de la conciencia del Ser poderoso, total y unitario que somos para que así sigamos construyendo una realidad basada en el dominio y la sumisión, el miedo y la dependencia, el conflicto y al violencia... Estos prejuicios, entre otros, son el clasismo, el racismo, el esteticismo, el edadismo, la homofobia o el sexismo. Este último afecta a un 52%

de la población, situando a las mujeres y la feminidad en una posición de infravaloración que provoca discriminación y distintas formas de violencia estructural, simbólica y directa a nivel social, cultural, económico, jurídico, psicológico, corporal, sexual, etc. Las mujeres, por ello, entre otras consecuencias relacionadas con su vida cotidiana, no acceden en igualdad de condiciones a la toma de decisiones y a las posiciones de poder. El feminismo, como movimiento social, filosófico y político lleva ya siglos trabajando para eliminar las relaciones asimétricas de poder existentes entre los sexos, siendo el empoderamiento de las mujeres una de las estrategias ratificadas como fundamentales por las distintas plataformas y grupos de mujeres sean del signo que sean, junto con otras medidas como el mainstreaming de género. Es fundamental que las mujeres se empoderen a nivel individual para poder acceder al poder colectivo y a la creación y la toma de decisiones respecto al mundo. Difícilmente se puede dirigir un equipo si una no se sabe dirigir a una misma ni se es capaz de tomar decisiones respecto a la propia vida.

En la formación, realizada como un Taller vivencial, se potencia el empoderamiento personal y subjetivo para el liderazgo. El objetivo es compartir una serie de claves para ser/vivir en libertad, partiendo del análisis de las causas y consecuencias del sexismo y otros prejuicios a nivel social (creencias, relaciones y estructuras) y psicológico (el Yo y la identidad de género) para desarrollar el ‘poderío’ y la autonomía colectiva e individual (conjunto de poderes positivos y derechos para vivir), ofreciendo claves para que cada persona desarrolle su propia ética y práctica de vida (‘mismidad’) y eliminemos la opresión de género y la desigualdad, logrando la plena participación de mujeres y hombres en todos los espacios. Dado que partimos de la idea de que es el sistema mediante sus distintos agentes educativos quien conduce a las personas (en este caso a las mujeres) a desarrollar una identidad basada en el desempoderamiento, la clave para lograr la igualdad, la autonomía y la libertad (‘poderío’) es compartir una nueva ‘pedagogía de género’ basada en un método que pasa por dos momentos: 1) Deconstruir-desaprender el desempoderamiento, la subjetividad y prácticas limitantes del Yo. 2) Construir-aprender alternativas no sesgadas por el sistema sexo/género y potenciar el poder y liderazgo personal desde nuevas éticas y prácticas innovadoras.

DESEMPODERAMIENTO La igualdad jurídica entre mujeres y hombres es un hecho conseguido en la mayoría de países, pero cada día es más evidente que este reconocimiento de derechos no es suficiente. Entre la igualdad formal y la igualdad real sigue existiendo una profunda brecha difícil de resolver. Pese a las grandes diferencias existentes entre las mujeres del mundo, todas nosotras compartimos un elemento que define al género femenino que es la situación de ‘no poder’. Más de la mitad de la población vive desempoderada respecto a derechos y libertades fundamentales. Las formas y niveles que adopta esta carencia de poder son muy diversos, tanto como heterogéneo es el colectivo femenino. Sin embargo, la falta de autonomía personal y de poder de decisión sobre sus propios destinos y el de la sociedad es una realidad que escapa a la promulgación de leyes antidiscriminatorias. Los altos índices de maltrato y acoso, el analfabetismo, la feminización de la pobreza, la discriminación laboral, su trabajo sumergido y no valorado tanto en la esfera pública como en la privada/doméstica, su no autonomía y

sumisión en las relaciones de la vida cotidiana, su escaso o nulo poder y acceso a puestos de responsabilidad, su escasa participación ciudadana y política, su alejamiento de las nuevas tecnologías y otras muchas cuestiones todavía sitúan a las mujeres en condiciones de inferioridad y subordinación respecto a los hombres. Numerosas mujeres han roto con su rol tradicional, alcanzado niveles de cualificación y experiencia profesional equiparable a la de muchos hombres. La caída en picado de la tasa de fecundidad, los altos índices de divorcios y familias monoparentales, las altas tasas de actividad laboral o el aumento de la presencia femenina en estudios y profesiones consideradas ‘masculinas’ muestran el grito silencioso de unas mujeres que se han atrevido a transgredir los roles y estereotipos de género prescritos tradicionalmente. Sin embargo, todos estos cambios sociales no han conseguido romper con las arcaicas relaciones de poder que rigen el mundo. Relaciones de dominación y sumisión que siguen marcadas por el género. La escasa presencia de mujeres en las posiciones más elevadas de las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales sigue siendo, a principios del tercer milenio, una realidad (sólo entre un 3% y un 20% de las posiciones de responsabilidad son ocupadas por mujeres). Los índices de segregación laboral de género horizontal y vertical (concentración de las mujeres en determinados sectores y puestos) apoyan esta afirmación. Las explicaciones dadas a este fenómeno han sido sintetizadas desde los años ochenta, por la invisibilidad de sus contornos, con la metáfora del Techo de Cristal, desde la que se intentan explicar los factores que impiden a las mujeres desarrollar su carrera y lograr posiciones de poder en la misma medida que sus compañeros varones. Las causas de esta situación de ‘no poder’ respecto a nuestras propias vidas y en relación a la construcción del mundo van más allá de la supuesta complementaria diferenciación física existente entre hombres y mujeres. Los intentos de explicación basados únicamente en comportamientos individuales tampoco son adecuados para comprender un fenómeno tan universal y sistemático. La discriminación hacia las mujeres es consecuencia de la relación de desigualdad existente entre mujeres y hombres, provocada y alimentada desde hace siglos por el patriarcado y la socialización de género realizada desde sus instancias fundamentales. Afecta a toda la organización y estructura de nuestras sociedades y, es por ello, que el desempoderamiento individual y colectivo de las mujeres debe analizarse como un fenómeno sociocultural, el cual se expresa, es transmitido y se reproduce a través de los distintos agentes sociales que actúan al servicio del patriarcado como el Estado, la religión, la familia, el sistema educativo, los medios de comunicación, el lenguaje, etc. Es imprescindible tomar en consideración que todas y todos somos ‘víctimas’ de un sistema patriarcal (machista y androcéntrico) que es por antonomasia discriminador, prejuicioso y violento, puesto que está basado en un modelo de relación jerárquica de dominación/sumisión y en el sexismo en el cual todos y todas somos socializados, el cual obliga a mujeres y hombres a desarrollar una determinada identidad de género y nos excluye de diferentes espacios (Sarrió, 2004, 2005). Los pilares fundamentales del patriarcado, como forma de orden social que en algunos contextos sociales adopta formas más feroces que en otros, está basado en las jerarquías y las dicotomías complementarias de dominio/sumisión, victoria/derrota (ganar-perder), independencia/dependencia, saber hegemónico/ignorancia, privilegio/discriminación, riqueza/pobreza, etc. El perfil de las características a la derecha de la barra se corresponde con el de todos los colectivos humanos ‘dominados’, y siempre con el grupo de las mujeres (obviamente con la diversidad existente en los distintos contextos), mientras que el perfil de la

izquierda se corresponde con el colectivo hegemónico masculino occidental ‘dominador’. Esta ideología, obviamente, provoca la no valoración de la diversidad y las distintas formas de discriminación esgrimidas hacia todos los colectivos que no se corresponden con el perfil del ‘dominador’. Como argumenta Marcela Lagarde (1998, 2005), multitud de prejuicios nacen de ella: sexismo, machismo, androcentrismo, misoginia, clasismo, esteticismo, homofobia, lesbofobia, racismo, edadismo, etc. El sexismo, piedra angular del patriarcado que impregna las relaciones entre mujeres y hombres desde el cual somos socializados en todas las sociedades actuales, puede adoptar dos tonos afectivos independientes (Glick, 1996 y Glick et al., 2000) desde el claramente identificado como hostil hasta el llamado benévolo, más sutil y difícil de denunciar. El sexismo hostil se articula en base a un paternalismo dominador, que entiende a las mujeres como débiles e inferiores y legitima la figura dominadora del hombre; una diferenciación de género competitiva, según la cual las mujeres no poseen las habilidades necesarias para intervenir en el terreno de lo público y, por ello, han de permanecer en lo privado; y una clara hostilidad al considerar a las mujeres manipuladoras y con ‘poderes’ peligrosos. El sexismo benévolo, por el contrario, se articula en base a un paternalismo protector, por el cual el hombre debe proteger y cuidar a las mujeres; una diferenciación de género complementaria, según la cual las mujeres tienen ‘por naturaleza’ características muy positivas que complementan las de los hombres; y está basado en la intimidad, que lleva a los hombres a depender de las mujeres para criar a sus hijos y satisfacer sus necesidades más básicas, como las sexuales, de alimentación, etc. El sexismo hostil implica prohibición y conlleva claros componentes violentos y peyorativos hacia las mujeres, mientras que el benévolo es más políticamente correcto. Es el machismo de siempre maquillado bajo el supuesto respeto y valoración de la figura femenina y sus cualidades naturales para el cuidado y la belleza (la madre, la esposa, la bella, etc.). No es hostil pero sigue siendo sexismo, puesto que continúa provocando segregación de identidades y roles y, por tanto, desigualdad y no equivalencia. La sociedad está impregnada de este sexismo benevolente que convive todavía con muchas manifestaciones del hostil, con ejemplos tan claros como la discriminación salarial, un despido improcedente, una violación, el asesinato (ejemplos hostiles) o el curriculum oculto, el techo de cristal o la segregación laboral horizontal (ejemplos del benévolo). En otras sociedades, desgraciadamente, el sexismo hostil es mucho más predominante, justificando actos como una lapidación, el matrimonio pactado, la mutilación genital, la violación en el seno del matrimonio, etc. Las relaciones de género a nivel personal, laboral, social, cultural, etc. se establecen en base a estos patrones simbólicos y representacionales de comportamiento. Unas relaciones ya de entrada discriminatorias y violentas puesto que están basadas en la dominación/sumisión y el sexismo, normas transmitidas como hemos dicho a través de la socialización de género por las distintos agentes sociales (Estado, familia, escuela, instituciones, medios de comunicación, etc.) y que conforman tanto la subjetividad de las personas como los sistemas y estructuras socioeconómicas derivadas del pensamiento individual y la cultura colectiva. La diferenciación de género nos afecta a todas las personas por igual, hombres y mujeres. Pero mientras a unos el saberse ‘hombre’ les sitúa en una situación de claro dominio a las otras, el sabernos ‘mujer’, nos sitúa en una situación de subordinación y sumisión aprendida. A partir de estas posiciones interactuamos y creamos nuestro mundo y el que tenemos en relación al otro/a. La célebre frase de Simone de Beauvoir (1948) ‘no se nace mujer, una llega a serlo’, que resume de forma tan clara y sencilla el carácter psicológico y socio-cultual de la dimensión de género es, por ello, también aplicable a la otra mitad, al primer sexo, a los hombres. Por tanto, para entender

el fenómeno del sexismo y el desempoderamiento es fundamental analizar cómo estamos socializados unos y otras y cuáles son los elementos subjetivos que los determinan. El sistema sexo/género es, por tanto, el principal eje vertebrador, puesto que determina tanto el propio Yo como las relaciones con el Otro/a de forma decisiva, así como las estructuras y sistemas socioeconómicas resultantes de nuestra subjetividad y relaciones (y viceversa). Veamos más detenidamente cómo se desarrolla e interiorizan las normas de género. En nuestra estructura social sexista el género se convierte en un rol normativo fundamental desde muy temprana edad. Su influencia va a afectar a la manera de hablar, de vestir, de actuar, de juzgar o de valorar, repercutiendo, en suma, en el desarrollo de todo el comportamiento y, de manera muy especial, en las relaciones interpersonales de cualquier tipo (familiares, amorosas, amistosas, laborales, religiosas, deportivas, etc.) (Barberá, 1998). El género es una construcción cultural por el cual se han ordenado las relaciones entre mujeres y hombres a partir de la diferenciación sexual física (sexo), incorporando siempre un proceso de reflexión subjetiva sobre uno/a mismo/a y sobre los demás. Los procesos de género están tan ligados a la subjetividad humana que suelen ser inconscientes. Impregnan nuestra identidad personal a partir de la interiorización de las creencias estereotipadas de género y se actualizan o accionan a través de nuestro comportamiento, haciendo que desarrollemos la masculinidad y la feminidad que se espera en base a nuestro sexo (macho/hembra). Entre los atributos característicos de la masculinidad y la feminidad se encuentran rasgos de personalidad, actitudes, intereses, roles, ocupaciones profesionales y rasgos físicos. En base a esta categorización diferencial, la masculinidad está asociada a la fuerza, la dureza, la independencia, la agresividad, la competitividad, la seguridad, etc. Por el contrario, como opuesto y complementario (y sobre todo inferior), la feminidad está asociada a la debilidad, la dependencia, la no competitividad, la inseguridad, la pasividad, la emotividad, la dulzura, la empatía, etc. Como apunta Franca Basaglia (1980, 1981), a las mujeres se les enseña a ‘Ser-para-otros’ y a ellos a ‘Ser-para-sí mismos’. A unos se les ha otorgado la libertad de actuación, el poder y la independencia. A las otras se les ha dado el abnegado rol de entregar sus vidas al cuidado del otro(os) en el mundo privado y público, con el consiguiente olvido y descuido de su Yo, desarrollando la creencia de ser ‘incompletas’ sin la presencia del ‘otro’, el cual goza de centralidad y superioridad en nuestras vidas. Estamos tan centradas en la satisfacción de las necesidades del ‘otro’ que no conocemos ni satisfacemos las propias, además de que sufrimos el castigo patriarcal al ‘egoísmo’ no permitido para las mujeres. La satisfacción de nuestros propios intereses y necesidades por encima de las del ‘otro’ no está bien vista. La distancia y la separación respecto al ‘otro’, y la soledad se vive con miedo. Se nos enseña a desarrollar miedo a ser sujetas de nuestra vida, a actuar con independencia y libertad. De manera que nos sentimos omnipotentes en el mundo privado (capaces de hacer todo aún descuidando nuestro Yo, nuestra salud y nuestra vida en general) e impotentes en el mundo público y masculino (cambiar una rueda o un enchufe, viajar solas, vivir solas...). Por el contrario, la identidad de género masculina se construye en base a un Yo individual, central, superior y separado del ‘otro’, en el que se potencia el ‘egoísmo’, el conocimiento y la satisfacción de las propias necesidades, la omnipotencia en el mundo público y la impotencia en el mundo de lo privado, y con un desarrollo del individualismo que choca con la necesidad de apego de las mujeres. La socialización de género implica la ‘prohibición’ implícita para ambos de traspasar los límites de sus correspondientes mundos. A ellos se les ha negado la emotividad y las tareas de cuidado, y a nosotras la independencia y la autonomía como sujetas políticas y sociales con igualdad de

derechos y obligaciones. El sistema nos socializa para que seamos seres incompletos. A las mujeres se nos corta el ala de la libertad y la individuación y a los hombres la emotividad y el amor hacia el ‘otro’. La interiorización de la norma social culmina con la aceptación de la ética del cuidado y la maternidad como expresión de la realización individual de las mujeres, mientras que la ética de la individualidad y la separación constituye el núcleo de la posición de los hombres (Gilligan, 1982). De este modo, se prepara a cada individuo/a para que se comporte según el modelo preestablecido respecto a la masculinidad y la feminidad, reproduciéndose el ‘statu quo’ imperante generación tras generación. Así, se espera que los hombres desarrollen rasgos y actividades relacionadas con el rol agente/instrumental (independencia, carreras técnicas, ocupaciones en el sector industrial, posiciones de poder, etc.) y las mujeres con el comunal expresivo (relaciones de dependencia, carreras de ciencias sociales y humanas, ocupaciones en el sector servicios, posiciones de escasa responsabilidad, etc.). El proceso de construcción de la identidad de género conlleva la interiorización de las definiciones socioculturales asignadas a cada sexo y la aceptación de la ideología dominante como el modelo a seguir. Las personas asumen así el compromiso de comportarse según las normas. Por ello, tanto los hombres como las mujeres contribuyen a la construcción de esta realidad sexista, puesto que se la ‘creen’ sin cuestionarla y así la convierten en realidad (primero en su subjetividad y después a través de sus acciones). Los unos utilizan sus recursos de poder para definirla, construyendo estructuras y relaciones y, las otras, la aceptan inconscientemente y la reproducen en sus vidas de forma ‘voluntaria’, sin que este proceso se dé necesariamente de forma coercitiva -aunque en algunas ocasiones sea así-. Las ‘elecciones’ realizadas por las propias mujeres de forma inconsciente contribuyen a su posición de desempoderamiento y desventaja social con respecto a los hombres, sin olvidar, claro está, que estas elecciones se realizan sobre unas opciones ya predeterminadas por la sociedad patriarcal. Es por ello que hemos de hablar de elementos externos e internos como factores de reproducción y mantenimiento del patriarcado y el sexismo, en tanto en cuanto unos, los factores externos, son creación de los hombres y su subjetividad (creencias y actitudes estereotipadas relativas a la identidad de género transmitida por la socialización) y las estructuras y sistemas resultantes de dicha subjetividad (empresas con su cultura y políticas, leyes, ciencia, cultura, medios de comunicación, etc.). Por el contrario, los factores internos son aquellos creados y mantenidos por las propias mujeres (creencias y actitudes estereotipadas relativas a la identidad de género transmitida por la socialización) en relación a su propio Yo (que implica el autodescuido, la autoviolencia, la autoexclusión, etc.) y a las estructuras, relaciones y sistemas establecidos por dicha subjetividad (relaciones personales de sumisión y dependencia, ausencia de la ciencia y la NTC, ausencia en posiciones de poder, etc.). La interacción existente entre todos los elementos es clara, de manera que el proceso creado es como un pez que se muerde la cola. El efecto se vuelve causa y viceversa. Por ejemplo, la creencia estereotipada de empresarios y seleccionadores de personal sobre la menor implicación laboral femenina impide la promoción de las mujeres a puestos de responsabilidad. La no existencia de mujeres en dichos ámbitos a nivel estructural, alimenta de nuevo la creencia a nivel subjetivo, tanto entre los hombres como entre las mujeres, por la no existencia de modelos y referentes que modifiquen la creencia, la cultura existente en dichos ámbitos, etc. Las consecuencias de todo ello respecto a la subjetividad y la vida privada son palpables y ya se han explicitado anteriormente. Respecto a la vida pública, las organizaciones (empresas

públicas y privadas o instituciones) y sus miembros (mujeres y hombres) no son entes aislados de la sociedad, y por tanto contribuyen a reproducir las tradicionales relaciones de género basadas en el sexismo y los roles estereotipados. Las estructuras organizacionales siguen segregadas en base al género, determinando los puestos y niveles que mujeres y hombres desempeñan, y limitando el acceso de las primeras a posiciones de poder. Por ello, la mayoría de estudios sobre la segregación laboral y el ‘techo de cristal’ muestran que los factores personales de tipo interno (el propio Yo femenino desde su subjetividad e identidad de género) y los sociales y organizacionales de tipo externo (subjetividad masculina y las relaciones y estructuras creadas a partir de ella) interaccionan continuamente entre sí, provocando procesos de discriminación interna o externa que actúan como poderosas barreras en el acceso y promoción a determinados puestos (Sarrió, 2004). Numerosas acciones y estrategias se vienen desarrollando desde hace ya décadas para intentar eliminar las barreras existentes y los elementos que provocan el desempoderamiento de las mujeres respecto al acceso a recursos personales y materiales fundamentales para la libertad. Desde medidas legislativas, y acciones positivas, pasando por el mainstreaming de género son las actuaciones que desde el feminismo se llevan a cabo alrededor del planeta para cambiar esta realidad violenta y discriminadora. Sin embargo, aunque no podemos poner en duda la necesidad y utilidad de las estrategias tendentes a paliar aspectos externos y formales, tras todo lo expuesto en este apartado podemos decir que resulta fundamental cambiar las creencias colectivas y la subjetividad de mujeres y hombres para que un verdadero cambio social se produzca, dado que como postula hace siglos la filosofía oriental, el mismo Einstein y ahora la física cuántica el mundo (la realidad) es producto de nuestra manera de pensar y no podrá ser cambiado si no cambian nuestros pensamientos. Mujeres y hombres seguimos creyendo en el patriarcado y el sexismo y dado que creamos lo que creemos, el desempoderamiento de las mujeres sigue reproduciéndose de generación en generación. La ‘ceguera de género’ es evidente. No existe conciencia sobre los efectos que la socialización ejerce sobre hombres y mujeres y sobre la construcción de la realidad propia y ajena. Es por ello que se está haciendo especial hincapié en la estrategia del empoderamiento individual de las mujeres y la reeducación de la masculinidad de los hombres. El empoderamiento subjetivo e individual de las mujeres logrado mediante la recuperación de su autoestima lastimada, el cambio de sus pensamientos y creencias y el afianzamiento de su autonomía es la base del empoderamiento colectivo y del cambio social por su ‘efecto mariposa’ (término sociológico según el cual pequeñas causas provocan grandes efectos). Los beneficios que la estrategia y los talleres de empoderamiento están teniendo son palpables en las mujeres que asisten y, por ello, en sus entornos, tanto en los más cercanos como a nivel universal.

EMPODERAMIENTO

Entendemos el empoderamiento como una estrategia política feminista contemporánea. La palabra viene del término inglés ‘empowerment’ y significa facultarse, habilitarse, autorizarse. Los movimientos por los derechos civiles y humanos, así como los movimientos feministas han utilizado la palabra empoderamiento para explicar que quienes están sometidos a diversas formas de opresión requieren poderes para hacerles frente y que dichos poderes sean interiorizados formando parte de su propia subjetividad y de su manera de ser y existir. Aplicado a la condición de subordinación de las mujeres, el empoderamiento consiste en el proceso por el cual cada mujer se faculta, se habilita y se autoriza a nivel individual y colectivo. Es una cuestión fundamental dada la constante desautorización de las mujeres y las

dificultades que el mundo les plantea para sentirse, capacitarse y ser capaces, para tener la facultad y el poder de ‘ser’, ‘hacer’, ‘tener’ y ‘estar’ y, en definitiva, de vivir en libertad, con autoridad, valoradas y reconocidas. El empoderamiento de las mujeres como estrategia pretende que adquieran capacidad de decisión y actuación sobre sus propias vidas para lograr un cambio y evolución personal positiva, y que adquieran voz para participar en el cambio social como dinamizadoras y promotoras del desarrollo de su entorno (Lagarde, 2003, 2005). El empoderamiento es el conjunto de procesos a través de los cuales cada quien se apropia e integra en su vida recursos, bienes, derechos y poderes que nos han sido expropiados por el patriarcado. Es fundamental apropiarse de estas cuatro vertientes puesto que la historia del feminismo nos ha demostrado que no basta con tener derechos sin recursos, bienes y poderes. Todos ellos son necesarios para el logro real de la ciudadanía de las mujeres. Por ello, el empoderamiento se define como el acceso paulatino de las mujeres al control de:

1) Recursos psicológicos (ruptura de barreras internas provocadas por el patriarcado y la socialización de género basada en la ética del cuidado y el ser-para-otro, lo que implica anti-autonomía, dependencia, sumisión, auto-descuido y auto-violencia). 2) Recursos materiales (físicos, humanos o financieros como el agua, la tierra, los bosques, las casas, los cuerpos, el trabajo y el dinero, las nuevas tecnologías, etc.). 3) Recursos intelectuales (conocimientos, información e ideas). 4) Ideología (facilidades para generar, propagar, sostener e institucionalizar creencias, valores, actitudes y comportamientos).

Todo ello significa una reafirmación de las mujeres a través de la autoestima de género y personal, la educación global y la formación en áreas vetadas hasta la fecha, la información, la adquisición de conocimientos específicos, el acceso a posiciones de poder, a las nuevas tecnologías, la creación de redes... etc. Todo ello significa ganar poder e influencia sobre sus propias vidas y respecto a la construcción del mundo que habitan. La estrategia y los talleres de empoderamiento pretenden ofrecer a las mujeres claves para desaprender el sexismo y aprender nuevas éticas y prácticas de vida, claves para vivir desde la autonomía y la libertad. Claves entendidas como métodos, mecanismos y principios éticos, estéticos y prácticos para desarrollar ‘poderío’ entendido como poderes para la vida y no como el poder de dominio tradicional. Esta última distinción es fundamental puesto que la palabra empoderamiento provoca el rechazo de muchas personas, incluidas mujeres. El feminismo persigue la eliminación de las relaciones de poder basadas en el dominio y los supremacismos en pro de una verdadera ‘democracia de género’ donde el respeto a la diversidad humana y la potenciación de la felicidad sea una realidad.

A continuación, se ofrece una síntesis de los principios éticos y prácticos fundamentales del empoderamiento y las principales claves a transmitir en cualquier proceso de crecimiento hacia la autonomía y el ‘poderío’ de las mujeres.

-Deconstrucción del poder de dominación para construir poderes de vida. El ‘poderío’ no está basado en la exclusión, la descalificación, la violencia y las relaciones de poder tradicionales. Empoderarse es adquirir capacidades constructivas para vivir en libertad, basadas en el respeto y el amor. El acceso al poder y la toma de decisiones de las mujeres se establece desde la premisa del uso del poder sórico para transformar la realidad y las

relaciones de dominación-sumisión desde la práctica de liderazgos que resignifiquen las cualidades y capacidades femeninas, y que representen y satisfagan nuestros propios intereses y los de la sociedad global. Es fundamental desarrollar liderazgos desde el compromiso de género y la sororidad, liderazgos justos (para satisfacer necesidades básicas y de justicia), liderazgos eficientes (de calidad, adaptados a la realidad concreta y global, con visión de impacto y futuro), liderazgos incluyentes, horizontales, pactados y convergentes desde la gestión de la diversidad). -Construcción de un nuevo Yo ‘ilimitado’ (Yo-Soy-Infinita). Es necesario reparar la ‘conciencia’ del Ser poderoso que somos dañada por el sistema. El Ser es ilimitado. Creas lo que tú crees y, por tanto, hemos de eliminar las barreras internas que nos creemos e interiorizamos para construir otra realidad plena y satisfactoria. De nosotras depende vivir en la abundancia o en la carencia. Es fundamental que cada mujer analice dónde se sitúa. Ha de subir su umbral del dolor y crear su Ser autónomo y feliz desde su infinito potencial. La construcción de la autoestima personal es también base del empoderamiento. En este proceso es fundamental el conocimiento y dominio del Yo (cualidades y objetivos vitales), emociones, pensamiento, lenguaje y cuerpo.

-Construcción de un nuevo Yo basado en una nueva ‘ética hacia una misma’. Revolución transformadora de la identidad de género femenina de fusión con el ‘otro’ hacia la autonomía. Asumir la ética del auto-cuidado. Pensar y vivir por el propio yo, identificando deseos e intereses positivos (así como los destructivos y dependientes para deconstruirlos). Acabar con los mandatos patriarcales de la subjetividad femenina (omnipotencia, impotencia y el miedo a la libertad y la soledad) internalizados por las mujeres. Asumir la separación y la distancia y desmontar la invasión del otro/a. Para ser individuas hay que construir la propia autoidentidad y biografía (quién somos, qué queremos...). No hay autonomía sin biografía o genealogía de las mujeres y la propia. Revisión de valores y estereotipos, experiencia real y fantástica, experiencia con el espejo, dependencias emocionales-eróticas-económicas..., miedos (a tomar decisiones, a la independencia...). Practicar la soledad como espacio de desarrollo y recurso metodológico imprescindible para la construcción de la autonomía (espacio para la duda; la reflexión; el análisis crítico; el goce propio; la elaboración de pensamiento, de discurso conciso y no balbuceante que busca aprobación...). Desarrollar la habilidad política de la negociación tanto en la vida pública como en la privada.

-Construcción de un nuevo Tú basado en una nueva ‘ética con los otros/as’. Es fundamental establecer nuevos pactos para la igualdad con el otro/as respecto a las relaciones entre mujeres y hombres y las relaciones con hijos e hijas, maridos, amantes, padres y madres, jefes y jefas, compañeros y compañeras de trabajo, etc. basados en la equivalencia (igual valor en la diferencia), la equipolencia (equidad entre los polos de una relación), la equidistancia (establecer distancia con el otro/a y deconstruir la invasión de género), la equifonía (igual legitimidad de palabras y diálogo), la equipotencia (iguales condiciones para vivir), y el principio de la diversidad (respeto y valoración de la diferencia).

-Construcción de un nuevo Nosotras y un nuevo Nosotros. Hay que reparar la autoestima de género dañada por el patriarcado, eliminando la misoginia existente y que nosotras mismas creemos y creamos. Establecer la sororidad como pacto entre las mujeres tanto en lo privado como en lo público (donde lo tenemos inhibido y prohibido por el patriarcado). Del mismo modo es fundamental que los hombres construyan otra fraternidad entre ellos sin relaciones de poder e individualismo, tanto en lo público como en lo privado (donde lo tienen inhibido).

El taller se fundamenta en varias premisas:

1) Hombres y mujeres asumimos y reproducimos comportamientos y actitudes asociados a nuestro rol e identidad de género de forma inconsciente, debido a la socialización de género realizada por el sistema patriarcal. Esta socialización tiene consecuencias negativas en la subjetividad y en la vida de las mujeres creando barreras internas y externas. La toma de conciencia de los procesos que subyacen a la construcción de los géneros y la subordinación provocada por la misma es un elemento prioritario a partir del cual deconstruir/desaprender lo aprendido y construir/aprender nuevas éticas y prácticas de vida, potenciando el crecimiento y la autonomía personal en las mujeres.

2) En toda persona existe una potencialidad prácticamente ilimitada para lograr para sí misma, e impulsar en otras, altos niveles de bienestar psicológico y eficiencia en relación con metas u objetivos personales o colectivos.

3) Cuando la persona desarrolla su potencialidad en forma plena, la concreta en cualquier plano de su vida y experiencia personal: el trabajo, las relaciones afectivas, las condiciones físicas, etc. Por ello, la autoestima y el empoderamiento se hacen presentes en todos los aspectos de la vida, tanto en lo privado como en lo público.

4) Se concibe a la persona de forma holista, de manera que el desarrollo de la conciencia, el autoconocimiento y el manejo de valores y pensamientos, emociones, comportamiento y cuerpo conducen hacia el desarrollo del empoderamiento personal y el logro de la energía y el equilibrio necesarios. La ausencia de sinergia y articulación afectan negativamente a la globalidad de la persona, tanto en su felicidad y bienestar psicológico como en el logro de sus deseos y metas, y en un desempeño armonioso y satisfactorio en todas las áreas de su vida.

El empoderamiento como estrategia de cambio se realiza siguiendo las siguientes fases en el Taller:

1) Toma de conciencia por parte de las mujeres de su condición y situación de subordinación personal, social, política, económica y cultural concretada en la discriminación, la segregación laboral, la violencia, etc. y de los elementos que conforman su identidad basada en una socialización de género limitante respecto a su completud y autonomía como personas (eliminación de la ‘ceguera de género’ y desaprendizaje/deconstrucción de los elementos patriarcales sexistas respecto a creencias, valores y prácticas). 2) Adquisición de las actitudes, habilidades y competencias necesarias para el desarrollo del ‘poderío’ (recursos personales subjetivos) a partir del aprendizaje/construcción de claves

feministas vitales para Ser-Infinita y vivir en libertad. El logro de autonomía para decidir sobre sus propias vidas y la orientación que quieran darle a ésta, identificando sus cualidades, necesidades y sus intereses requiere recuperar la autoestima personal y de género y desarrollar competencias intrapersonales e interpersonales (habilidades sociales como asertividad, técnicas de negociación, etc.). 3) Adquisición de recursos materiales, intelectuales e ideológicos mediante contenido formativo específico (liderazgo, políticas públicas con enfoque de género, diversidad y felicidad, etc.)

Los resultados del Taller son muy positivos, con efectos visibles a corto, medio y largo plazo tanto en la subjetividad de las mujeres participantes como en sus actuaciones posteriores en los contextos donde desarrollan su misión y trabajo.

Ver testimonios, fotos y más información en la web www.maitesarrio.com y canal de youtube. * Maite Sarrió es Doctora en Psicología por la Universidad de Valencia y Staffordshire University. Máster en Mainstreaming de Género y en Terapia de Pareja Enfoque Gestalt y Sistémico. Docente, investigadora, escritora, terapeuta y consultora especialista en enfoque de género y diversidad en el ámbito público y privado a nivel nacional e internacional. Ha sido profesora en la Universitat de València e investigadora en su Instituto Universitario de Estudios de la Mujer durante unos 20 años.

Actualmente, ofrece su saber en distintas universidades, instituciones y empresas desde su propia Consultora INFINITA CGD. Autora de numerosas publicaciones, conferenciante reconocida en espacios como El Foro Mundial de Barcelona o TEDxValencia. Dirigió TEDxValenciaWomen. Fue Blogger en El País con “Creas lo que crees”.

Dinamiza talleres de empoderamiento en todo el mundo y sus propios “Círculos de Mujeres Infinitas” (Formación en Empoderamiento para la Felicidad con dos niveles).

Creadora del concepto y estrategia Happiness Mainstreaming, actualmente está desarrollando el primer Plan de Felicidad Municipal de España -Plan FID de Villena-. Propone la felicidad, el amor, la unidad y la gestión de la diversidad como claves de empoderamiento y transformación personal y colectiva para el logro de la supervivencia y un paradigma sostenible. Apasionada con su misión, algunos de sus ya conocidos lemas son “Creas lo que crees” y “La Felicidad es la rEvolución”.

REPORTAJE FOTOGRÁFICO

Presentación de las jornadas por Luis Muñoz (Director Programas UE Diputación de Teruel), Beatriz Benito (Coordinadora Fundación Cepaim Teruel) y Ángela López (Coordinadora Formación a Profesionales Programa Adelante).

Ponencia-marco “Mujer, política y medio rural” con Emilia Rojo.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Noticia en el Diario de Teruel (26 de Octubre del 2017):

Entrevista en Radio Calamocha (17 de Octubre del 2017):

http://radiocalamocha.es/fonoteca/detalle.php?id=5351

Publicación en la web de la Fundación Cepaim de la difusión de la jornada:

http://cepaim.org/th_event/curso-buena-gobernanza-y-liderazgo-desde-un-enfoque-de-genero-en-teruel/

OBJETIVOS

• Conceptualizar las desigualdades de géneroque se encuentran las mujeres en el ámbitopolítico.

• Definir el concepto de buena gobernanza yreflexionar acerca de la necesidad de quedicho concepto sea sensible al género.

• Establecer pautas clave para implementar labuena gobernanza en el día a día de laspolíticas locales, haciendo hincapié en lacapacidad de liderazgo y reflexionando sobreexperiencias y estableciendo redes.

METODOLOGÍA

Se combinará la exposición teórica con larealización de dinámicas e intercambio deexperiencias que favorezcan la participacióny el debate.Se utilizará una metodología de interacción yparticipación grupal donde el grupo generesu propio proceso de aprendizaje,canalizando intereses y necesidades ydespertando un proceso creativo y vivencial.

CONTENIDOS

• Mujeres y medio rural.• La participación social y política de las

mujeres.• Barreras y Oportunidades para el liderazgo de

las mujeres.• Desempoderamiento.• Empoderamiento personal y profesional.• Nuevos enfoques del liderazgo y la gerencia

pública.• Evolución de las políticas de Igualdad.• Implantación de un Plan HGD&I.

DIRIGIDO AMujeres profesionales del municipio y localidades cercanas con cargos políticos públicos: alcaldesas,

concejalas, cargos municipales, mujeres militantes de partidos políticos, mujeres pertenecientes a asociaciones,

lideresas…

20 PLAZAS OFERTADAS

7H DE DURACIÓNSe entregará certificado de asistencia, con un mínimo de

asistencia del 80%.

FECHAS y HORARIO25 de Octubre de 2017 de 9:30 a 18:00h.

LUGAR DE REALIZACIÓNSede Fundación Cepaim.

c/ Dolores Romero 39, Teruel

FORMADORASEmilia Rojo Raja. Técnica del Departamento de Innovación,

Investigación y Gestión del Conocimiento. Fundación Cepaim.

Maite Sarrió. Consultora, Coach y Terapeuta.

MÁS INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES

Fundación Cepaim. Tlf.: 978 221349teruel@cepaim.org //www.cepaim.org

Jornadas “Buena gobernanza y liderazgo desde un enfoque de

género”

Organiza:

Cofinancia:

El Programa ADELANTE combina Medidas Específicas dirigidas a Mujeres

con Medidas de Transversabilidad para la Igualdad de Género.

Financia:

INSCRIPCIÓN ON-LINEHasta el 20 de octubre

Programación de contenidos

25 DE OCTUBRE

9.30-9.45h Apertura y entrega de documentación.

9.45-10.00h

Inauguración de las jornadas.

Beatriz Benito Cagigas. Coordinadora de la Fundación Cepaim enTeruel.

Diputado delegado de la Oficina de Programas Europeos de laDiputación Provincial de Teruel

10.00h-11.30h

Ponencia marco: “Mujeres, política y medio rural”. Emilia Rojo Raja.Técnica del Departamento de Innovación, Investigación y Gestión delconocimiento. Fundación Cepaim.

11.30h-12h Pausa-café.

12h-14h Taller 1: “Desigualdades de género, obstáculos y oportunidadespara las mujeres en la política local”. Maite Sarrió. Consultora,coach y terapeuta.

14h-15.30h Pausa - comida

15.30h-17.30h

Taller 2: “Identificando soluciones, proponiendo estrategias,

modificando actitudes”. Maite Sarrió. Consultora, coach yterapeuta.

17.30h-18h Cierre de las jornadas. María Pérez Narciso. Técnica del ProgramaAdelante. Área de Igualdad y No Discriminación. Fundación Cepaimen Teruel.