John wheeler y otros no dualidad

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Introducción Está la conciencia, y está lo que ésta contiene. Lo único REAL es esta conciencia. Eso es todo lo que hay y nada más. Los contenidos (percepciones, sensaciones, emociones, ‘visiones’, pensamientos, sentimientos, experiencias, etcétera) son evanescentes. Ahora están… ahora no están. Ahora son ‘reales’… ahora dejaron de serlo. Nada permanece, excepto la conciencia, ESO que contiene a todos y cada uno de los contenidos. No hay allí nada que se hurte a ser tragado por esa misma conciencia de donde surgió. NADA hay allí, y por tanto, NADIE a quien estos evanescentes contenidos ocurran. Y por consiguiente, nadie allí que experimente, nadie allí que piense, nadie allí que perciba, nadie allí que sienta, nadie allí que ‘sufra’. En otras palabras, cuando ‘sufres’, no eres tú quien sufre. El ‘tú’ que ‘sufre’ no es nada más que un pensamiento posterior a la experiencia, un fantasma que se toma por ti. No hay nada concebible fuera de la conciencia. Incluso pensar en tal posibilidad no es nada más que otro pensamiento que tiene lugar en la conciencia. De manera que la conciencia y cada uno de sus contenidos son UNO. No hay separación. Lo trascendente (la conciencia) y lo inmanente (los contenidos evanescentes) son UNO, no están separados. Tú eres ESO. Conciencia y contenido, o más bien, conciencia-contenido. ‘Cero grados de separación’, para emplear la expresión de Gilbert Schultz. SER es simultáneamente CONOCER (ser consciente), pero no el sustantivo (el ‘conocimiento’), sino el verbo activo. En este preciso momento estas palabras son leídas —conocidas, vistas— EN la conciencia, al mismo tiempo que el rumor de los automóviles allí afuera, o que los latidos de tu corazón. No obstante, nada se ‘pega’ en esa conciencia, como un espejo al que ninguna de las imágenes reflejadas se adhiere. Ser es conocer, o si se quiere, ‘ver’, pero ver no en un sentido estrechamente visual… VER: eso que hace la conciencia sin esfuerzo: escuchar, ver, oler, sentir calor o frío, advertir un pensamiento, una emoción, o una lacerante sensación de dolor. Ser es conocer. Ser es ver. Y tú eres eso: SER-CONOCER- VER. No hay nada que buscar. Tú eres eso que andabas buscando. 1

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Introducción

Está la conciencia, y está lo que ésta contiene. Lo único REAL es esta conciencia. Eso es todo lo que hay y nada más. Los contenidos (percepciones, sensaciones, emociones, ‘visiones’, pensamientos, sentimientos, experiencias, etcétera) son evanescentes. Ahora están… ahora no están. Ahora son ‘reales’… ahora dejaron de serlo. Nada permanece, excepto la conciencia, ESO que contiene a todos y cada uno de los contenidos. No hay allí nada que se hurte a ser tragado por esa misma conciencia de donde surgió. NADA hay allí, y por tanto, NADIE a quien estos evanescentes contenidos ocurran. Y por consiguiente, nadie allí que experimente, nadie allí que piense, nadie allí que perciba, nadie allí que sienta, nadie allí que ‘sufra’. En otras palabras, cuando ‘sufres’, no eres tú quien sufre. El ‘tú’ que ‘sufre’ no es nada más que un pensamiento posterior a la experiencia, un fantasma que se toma por ti.

No hay nada concebible fuera de la conciencia. Incluso pensar en tal posibilidad no es nada más que otro pensamiento que tiene lugar en la conciencia. De manera que la conciencia y cada uno de sus contenidos son UNO. No hay separación. Lo trascendente (la conciencia) y lo inmanente (los contenidos evanescentes) son UNO, no están separados. Tú eres ESO. Conciencia y contenido, o más bien, conciencia-contenido. ‘Cero grados de separación’, para emplear la expresión de Gilbert Schultz.

SER es simultáneamente CONOCER (ser consciente), pero no el sustantivo (el ‘conocimiento’), sino el verbo activo. En este preciso momento estas palabras son leídas —conocidas, vistas— EN la conciencia, al mismo tiempo que el rumor de los automóviles allí afuera, o que los latidos de tu corazón. No obstante, nada se ‘pega’ en esa conciencia, como un espejo al que ninguna de las imágenes reflejadas se adhiere. Ser es conocer, o si se quiere, ‘ver’, pero ver no en un sentido estrechamente visual… VER: eso que hace la conciencia sin esfuerzo: escuchar, ver, oler, sentir calor o frío, advertir un pensamiento, una emoción, o una lacerante sensación de dolor. Ser es conocer. Ser es ver. Y tú eres eso: SER-CONOCER-VER. No hay nada que buscar. Tú eres eso que andabas buscando.

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ERES, sin la menor duda. Pero no eres nada sustancial, eres VER, eres CONOCER: el verbo activo (‘En el principio, era el Verbo…’). Sin forma, ni dimensiones, ni características. Simplemente VER. Simplemente CONOCER. No eres ninguno de los contenidos que desfilan ante ti. Pero sin ti, esos contenidos NO SERÍAN. Lo que equivale a decir que la totalidad del mundo sensible, sin ti, NO ES. Eres la luz que ‘alumbra’ el mundo entero.

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John Wheeler

Fundamentos

OBJETIVO DE LA NO-DUALIDAD: EL CONOCIMIENTO DE SÍ

El mensaje central de todas las tradiciones No-Duales se resume en la siguiente proposición: ‘El descubrimiento de lo real y la resolución del sufrimiento, de la búsqueda y la duda, se obtienen gracias a la clara comprensión de la verdadera naturaleza de uno mismo’. En otras palabras, estas tradiciones nos dicen que la meta y el propósito de la búsqueda espiritual es saber quiénes somos; el objetivo de toda empresa espiritual es, pues, el ‘conocimiento-de-Sí’. Nada más ni nada menos.

Por definición, lo que somos, sea lo que fuere, está ya aquí. El YO a ser conocido a través del conocimiento-de-Sí debe estar ya presente en nuestra experiencia inmediata. Nuestro ser no es algo distante o separado de lo que somos. ES lo que somos. El conocimiento-de-Sí no involucra la obtención de algo nuevo, sino la clarificación de lo que YA ESTÁ PRESENTE, pero quizás no claramente reconocido o del todo apreciado. Esto significa que no estamos esperando una experiencia futura por medio de la cual obtendremos algo que aún no tenemos. Ni estamos esperando lograr algún estado especial de ‘iluminación’ o ‘despertar’, o cualquier otra cosa similar. El punto es simplemente clarificar la ya-presente naturaleza verdadera de uno mismo. La indagación se reduce a la pregunta: ‘¿QUIÉN, o QUÉ soy yo?’. Esta pregunta resume la esencia de la búsqueda espiritual.

LO QUE NO SOMOS Y LO QUE SOMOS

El primer paso es tener un sentido básico de lo que podría ser nuestra verdadera naturaleza. Lo que somos, sea lo que fuere, debe estar constantemente con nosotros. Las cualidades de nuestra naturaleza esencial deben estar invariablemente presentes en quienes somos. Las cosas que surgen y pasan, o que sufren cambios, no pueden ser características esenciales de nosotros

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mismos. Dada esta premisa, nada de lo que sigue puede ser la esencia de lo que somos, porque todas estas cosas aparecen y desaparecen:

PensamientosSentimientosSensacionesPercepcionesExperiencias EstadosObjetos percibidos

Todas estas son apariencias que vienen y van. Ni una sola de ellas permanece constante en nuestra experiencia directa. Por esta razón no califican como ‘candidatas’ para nuestra verdadera naturaleza. Al no ser la esencia de lo que somos, debemos descartarlas. ¿Y qué queda? ¿Hay alguna cosa que no hayamos considerado? Uno podría concluir que esta lista agota todo lo disponible en nuestra experiencia, y que no hay nada que hayamos olvidado considerar. Si fuera verdad, nuestra verdadera naturaleza tendría que ser inexistente. Pero esta conclusión es prematura. Aun cuando esta lista es bastante exhaustiva, hay todavía algo más a considerar. En primer lugar hay un sentido de SER, el sentido de que ‘somos’. Pese al siempre-cambiante flujo de experiencias, sabemos también que estamos presentes, que existimos. Sabemos que permanecemos presentes, en y a través de esas experiencias cambiantes. De otro modo, ¿cómo podríamos saber de la presencia de esas experiencias? Además, esta presencia no es vacía o inerte. Es CONSCIENTE, cognoscente. Este sentido de estar presente y consciente debe de ser lo que somos, porque es lo único que resta luego de haber agotado todas las otras posibilidades.

Esta comprensión proporciona la clave esencial de aquello que ha de ser conocido en el conocimiento-de-Sí. Es nuestra verdadera identidad PRESENTE. La característica esencial de esta naturaleza verdadera es la de ser presente y consciente. Nuestra presencia ES, y es CONSCIENTE. Como quedará claro en lo que sigue, no estamos tratando de dos cosas diferentes aquí (esto es, presencia y conciencia). En lugar de ello, estamos reconociendo un principio que puede ser visto de diferentes maneras o señalado con dos diferentes etiquetas, las cuales se refieren a la misma ‘cosa’ básica.

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Simplemente, para clarificar términos, en lo que se refiere al sentido de SER PRESENTE [estar presente], uso indistintamente los siguientes términos: ‘presencia’, ‘ser’, ‘existencia’ o el ‘sentido de que ERES’. En lo que se refiere al aspecto consciente de nuestra naturaleza, utilizo los siguientes términos: ‘conciencia’, o directamente ‘conocer’, entre otros. Además, debido a que nos estamos ocupando de un principio o fenómeno singular (nuestra naturaleza verdadera), en algunas ocasiones utilizo términos con guiones, como presencia-conciencia, ser-conciencia, existencia-conciencia, conciencia-presencia, y así seguido. En todos los casos, los indicadores se refieren al mismo principio, tu verdadera naturaleza esencial: en suma, lo que tú eres.

Así que nuestra verdadera naturaleza es ese principio dentro de nosotros que está PRESENTE y CONSCIENTE. Ahora que sabemos esto, tenemos un claro sentido de lo que se está señalando en las enseñanzas No-Duales. Una vez que tenemos esta comprensión esencial, todo lo que resta es echarle una mirada y apreciar de modo completo lo que nuestra presente naturaleza verdadera es. Recuerda, esto no consiste en conseguir algo que no está presente. Más bien consiste en la comprensión de algo que ha estado siempre presente, pero no del todo reconocido o apreciado.

LAS PREGUNTAS: UN MEDIO DE APROXIMACIÓN DIRECTA DE RECONOCIMIENTO NO-CONCEPTUAL

Para facilitar este reconocimiento voy a proponer una serie de preguntas. Estas preguntas están diseñadas para poner de relieve diversas facetas de nuestro verdadero ser. Servirán para encarnar el reconocimiento de lo que tú YA ERES, aquello que está ya completamente presente, pero quizás no del todo reconocido. Así, nuestra verdadera naturaleza se tornará muy claramente evidente. Deberás responder a las preguntas refiriéndote a tu experiencia directa. No las respondas pensando o especulando en torno a ellas. Mira en tu experiencia inmediata y responde desde tu propio conocimiento directo, no-conceptual, no teorético. Respondiendo a estas preguntas por ti mismo, diversos aspectos de tu naturaleza verdadera quedarán claramente a la vista, no sobre la base de la teoría o la especulación, sino a través del conocimiento directo, de primera mano. Simplemente para enfatizar este punto: no intentes responder a estas preguntas a través del proceso del pensar, del

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conceptualizar o razonar. Todas estas cosas son sólo operaciones mentales. Lo que quedará claro, si no lo está ya, es que nuestra verdadera naturaleza no puede ser comprendida o captada a través del instrumento del pensamiento.

Asegúrate de responder a estas preguntas por ti mismo, antes de leer cualquiera de los comentarios que siguen. Los comentarios pretenden clarificar y desplegar las implicaciones de las preguntas.

[1.] ¿Puedes reconocer el sentido de que estás presente, de que tú eres? Y además, ¿puedes reconocer el hecho de la conciencia?

Comentario: El hecho de estar PRESENTE y la capacidad de CONCIENCIA deberían ser intuitiva y directamente obvios, incluso sin reflexión alguna. Nadie puede decir: ‘Yo no soy’. Incluso para aseverar que no eres, tú debes estar presente para hacer esa aseveración. En cuanto se refiere a la conciencia: claramente, todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias están siendo ‘conocidas’. Ellas se están registrando en algún principio de conocimiento o cognición.

Por otro lado, ¿cómo podríamos saber o hablar de ello? Nadie puede decir que la conciencia no está presente, porque la misma aserción surge como un ‘objeto’ en la conciencia presente.

Todos deben reconocer el hecho de la existencia-conciencia. Lo que significa que la pregunta [1.] deberá ser respondida afirmativamente. Cualquier intento de responder negativamente (por ejemplo, ‘yo no existo’ o ‘yo no estoy consciente’) tan sólo confirma lo que uno está intentando negar. Tú debes estar presente y consciente incluso para aseverar que no estás presente ni consciente. De modo que la respuesta negativa falla. El punto clave es ver que eres tú quien responde a la pregunta afirmativamente, porque SER y CONCIENCIA son claramente reconocidos, no como conceptos o teorías sino como hechos innegables, no-conceptuales. Esto significa que, ahora mismo, tienes un claro reconocimiento, de primera mano, del sentido de SER y de la presencia de la CONCIENCIA. Si dudas de esto, pregúntate a ti mismo si el hecho de estar presente es teorético o real.

Debido a que SER y CONCIENCIA son lo que tu verdadera naturaleza es, afirmar la presencia de ambas significa que tú estás experimentando directamente el conocimiento-de-Sí, no como una teoría sino como un reconocimiento viviente. La implicación es que

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el conocimiento-de-Sí, o el directo reconocimiento de tu verdadera naturaleza, está ocurriendo ya, AHORA. Todo el mundo es y sabe que es. Este reconocimiento es, realmente, total y completo conocimiento-de-Sí. Las enormes implicaciones de esta afirmación quedarán claras en lo que queda de la discusión.

[2.] ¿Necesitaste pensar para advertir el hecho de ‘ser’ y de la ‘conciencia’?

Comentario: Este es un punto sutil, pero muy profundo. Advierte que cuando eres interrogado sobre el sentido de SER o sobre la capacidad de CONCIENCIA, puedes, inmediata e intuitivamente, afirmar la presencia de ambas. No necesitas la referencia al pensamiento ni comprometer el uso de la razón para responder. Incluso antes de la activación de la mente para expresar alguna respuesta, la respuesta afirmativa se conoce ya. Esto muestra que el reconocimiento de la verdadera naturaleza de Sí no es un producto del pensar. Es conocimiento no-conceptual, inmediato. Si tienes el hábito de utilizar la mente como tu principal instrumento o herramienta de conocimiento, este punto podría no resultar obvio. De hecho, puede que te sientas confundido, pensando ‘¿pero de qué diablos está hablando?’. Esto es porque la mente trata con conceptos. SER no es un concepto. CONCIENCIA no es un concepto. En verdad, la mente no tiene la capacidad de reconocer tu naturaleza verdadera. Este es el porqué a menudo se escucha afirmaciones como: ‘La mente no puede comprender esto’, y así seguido. Ello quedará claro a medida que prosigamos.

[3.] Advierte el hecho de estar presente y consciente. Nota también que diversos pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias están surgiendo y desapareciendo en esta presencia consciente. Mientras notas estas experiencias cambiantes, ¿cambia en lo absoluto el sentido de estar presente y consciente? ¿Desaparece? ¿Oscila? ¿Viene y va?

Comentario: El punto aquí es advertir un hecho sencillo pero profundo. No sólo el sentido de ser-conciencia está presente ahora, sino que la presencia o ausencia de pensamientos, sentimientos, sensaciones y otras experiencias, no afectan este sentido de ninguna manera. Por ejemplo, el aparecer y desaparecer de los

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pensamientos no cambian el hecho de estar presente y consciente. Tu presencia permanece inmodificada e imperturbada a través de todas las apariencias. Ser-conciencia es realmente el constante telón de fondo, brillando a través de todas las experiencias, sin cambio alguno. Empieza a notar esto por ti mismo. Es un hecho que nosotros probablemente hemos pasado por alto. Estamos generalmente tan cautivados por las experiencias que pasamos por alto totalmente el ser-conciencia, que es el necesario telón de fondo de todas ellas. Por ejemplo, ¿cuántos pensamientos, sentimientos o percepciones puedes tener sin la presencia de tu existencia y conciencia? No muchos… ¡En realidad, ninguno! Una vez que comienzas a reconocer la presencia del ser-conciencia, su naturaleza inmutable se torna transparente con un poquito de investigación.

[4.] ¿Tienes que esperar el ‘futuro’ para reconocer esto (es decir, el sentido de SER y de SER CONSCIENTE)?

Comentario: Debería haber quedado claro que tú no tienes que esperar el ‘futuro’ para conocer el hecho de SER y la presencia de la CONCIENCIA. Ser y conciencia no ocurren en el futuro. Ellos son hechos presentes. Y son reconocidos y confirmados sólo en el presente. Esto significa que el reconocimiento del ser-conciencia es siempre en el presente, en el ‘aquí y ahora’. No es, por tanto, algo que vendrá a nosotros como un evento o experiencia ‘futuros’. Ser-conciencia —que hemos determinado como nuestra naturaleza esencial— está ya aquí. Una implicación importante de ello es que cualquier enseñanza espiritual que confía en el tiempo o que posiciona alguna realización en el ‘futuro’ es, evidentemente, dualística, y en desarmonía con el mensaje básico de la No-Dualidad. El objetivo de las enseñanzas No-Duales es el claro reconocimiento-de-Sí. Nuestra verdadera naturaleza o Yo esencial no reside en el futuro. Por tanto, cualquier doctrina que se apoye en alguna condición o estado ‘futuros’, aun si es denominado evento de ‘despertar’ o ‘iluminación’, está operando en el reino de la dualidad.

[5.] ¿Necesitas emprender una práctica, técnica o ejercicio para reconocer el ser-conciencia?

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Comentario: Para reconocer el presente ser-conciencia, ¿son necesarios alguna técnica, proceso o ejercicio? La respuesta debe ser negativa. Nadie necesita hacer nada para estar presente. Nadie tiene que hacer nada para generar conciencia. De hecho, es todo lo contrario: para hacer o emprender cualquier cosa, el sentido de existencia-conciencia debe estar ya presente como prerrequisito. Aquellos que están practicando, esforzándose y ejercitándose con el objeto de lograr alguna meta espiritual, han colocado la carreta delante de los caballos. El conocimiento-de-Sí, que es el re-conocimiento de tu verdadera naturaleza, no es el resultado de práctica alguna en absoluto. Las prácticas y aproximaciones están muy bien para logros y cumplimientos relativos, pero son enteramente inútiles en el caso del conocimiento-de-Sí. De hecho, son peor que inútiles, porque al perseguir tales prácticas estamos negando activamente el reconocimiento esencial de que nuestra verdadera naturaleza está YA aquí y ahora. Reconocer nuestra verdadera naturaleza no requiere de ninguna práctica o técnica, cualesquiera que sean.

[6.] ¿Necesitas leer un libro espiritual para reconocer el ser-conciencia?

Comentario: ¿Es necesario leer un libro para advertir el hecho de SER y su natural capacidad de CONCIENCIA? Tú debes responder negativamente. Muchos de nosotros hemos buscado en libros espirituales (o en websites, videos, CDs y demás), con la esperanza de descubrir la verdad de quienes somos. Pero tu Yo no está en un libro, así que el mucho mirar allí no te acercará al conocimiento de quien eres. Reconocer el hecho de ser-conciencia no depende de libros. El único valor real que los libros pueden tener es el de señalar la necesidad de conocer ese principio de ser-conciencia que está presente dentro de nosotros. Eso nunca está contenido en un libro. De hecho, la fijación en la lectura de libros, o cualquier otra búsqueda objetiva, es a menudo un obstáculo para el claro y simple conocimiento de nuestra verdadera naturaleza.

[7.] ¿Es posible que alguien venga y te dé este ser-conciencia, o está ya aquí?

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Comentario: Muchos de nosotros estamos bajo la impresión de que el reconocimiento de quienes somos viene de la influencia de algo o de alguien exterior a nosotros: a través de un maestro, a través de la gracia de Dios o de alguna otra intervención. Pero mira en tu propia experiencia y ve si este es el caso. ¿Es verdad que algún ser desciende sobre nosotros y nos entrega el ser-conciencia desde el exterior? Sin necesidad de ello, el hecho de ser-conciencia está YA disponible. Nada necesita traerse desde el exterior. Esto también muestra por qué el concepto de un maestro ‘despierto’ o ‘iluminado’ que posee alguna maravillosa capacidad o realización que nosotros no tenemos, es un concepto erróneo, dualístico. Tu propio ser natural es lo que se está señalando como real. Aquellos inclinados a hablar mucho de maestros ‘despiertos’, de seres y sabios ‘iluminados’, están claramente operando en el reino de la dualidad. Se les ha escapado la comprensión más fundamental: que de hecho ¡nunca ha habido ningún ser ‘iluminado’ en absoluto! La única verdad digna de considerarse es la verdad del propio ser de uno. Esta verdad es la que, en última instancia, es real.

[8.] ¿Necesitas tener una experiencia especial de ‘iluminación’ o ‘despertar’ para ver esto: tu SER y CONCIENCIA presentes?

Comentario: Este punto decepcionará a aquellos aficionados a los conceptos de ‘despertar’, ‘iluminación’ y demás nociones dualísticas. Como ‘buscadores’, muchos de nosotros hemos sido adoctrinados en la creencia de que el conocimiento-de-Sí implica alguna comprensión o logro espiritual especial, algún ‘estado de conciencia’ o momento de comprensión extraordinario. ¡Nada podría estar más alejado de la verdad! ¿Tienes que tener algún despertar o iluminación en absoluto para conocer el hecho de ser-conciencia? A partir de esto, queda inmediatamente claro que toda discusión sobre el despertar o la iluminación son tan sólo historias conceptuales pergeñadas para atraer a los ignorantes. Tales conceptos están bastante alejados de la verdad real. ¡Es increíble cuántos buscadores han sido ‘dopados’ con tales doctrinas dualistas! Ellos están esperando alguna imaginaria iluminación o despertar, al tiempo que pasan por alto el hecho de que lo que está siendo señalado, YA está completamente presente.

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[9.] ¿Necesitas hacer algún esfuerzo para estar presente y consciente?

Comentario: Mira en tu experiencia directa y ve si estás haciendo algún esfuerzo en absoluto para ser (o estar) consciente. Debería quedar inmediatamente claro que ni el ser ni la conciencia dependen de tu esfuerzo. Tú no luchas para estar presente y consciente. Ser y conciencia están naturalmente presentes, sin esfuerzo. No son algo que tú ‘haces’. Más bien, son algo que YA ES EL CASO. ¿Cuántos de nosotros hemos estado bajo la impresión de que el reconocimiento de lo que es real (nuestro verdadero Sí-Mismo) viene como resultado del esfuerzo, de la lucha o de la resistencia? Tu propio VER DIRECTO muestra que esta asunción, simplemente, no es verdadera.

[10.] ¿Puedes ‘tú’ hacer algo para cesar de estar presente y consciente?

Comentario: Este es un suplemento de la última pregunta. Nota que no sólo el SER y la CONCIENCIA sin esfuerzo están naturalmente presentes, sino que no hay nada que puedas hacer para detenerlos, erradicarlos o cancelarlos. No puedes ‘apagarlos’, aun si lo quisieras. Ninguna cantidad de pensar, sentir, percibir o experimentar lograrán que el ser-conciencia desaparezca. Esto muestra que no sólo nuestra verdadera naturaleza de Ser-conciencia está ya presente, sino que no hay nada que podamos hacer para perderla. Esto es completamente lo contrario a la noción común de que nuestra naturaleza es algo distante y difícil de lograr.

[11.] ¿Es tu sentido de ser, esta presencia consciente, algo que puedes captar como un objeto?

Comentario: Advierte el sentido de ser-conciencia. Ve si es algo que percibes ‘allí fuera’ como algo objetivo aparte de ti mismo. ¿Es esa conciencia esencial algún pensamiento, sentimiento o experiencia que puedas señalar y decir ‘es esto’? Este es un punto sutil. Tú no puedes señalar al ser o a la conciencia como ‘cosas’, como objetos ante ti. El ser-conciencia no tiene una forma, perfil o

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dimensión particulares. Por otro lado, es intuitivamente obvio y claramente conocido en todo momento. Esto podría parecer una paradoja.

El ser-conciencia no es un objeto. No puede ser captado por la mente (como un pensamiento), o por los sentidos (como un objeto percibido), y sin embargo, está lo más claramente presente. Su presencia está totalmente más allá de toda duda. Este es el porqué tendemos a pasar por alto la verdad de quienes somos, no porque no estemos presentes, sino porque nuestro ser no puede ser conocido a través de los instrumentos de conocimiento a los que estamos habituados. Razón por la cual, si intentas comprender tu verdadera naturaleza a través de los sentidos o de la mente, se te escapará. Sin embargo, una vez que captas este punto básico, es muy fácil. Tú puedes dejar de utilizar los sentidos o la mente para comprender tu verdadera naturaleza, y confiar en el conocer inmediato, no-conceptual. Tú ERES y SABES QUE ERES. Esto, en sí mismo, es reconocer tu verdadera naturaleza. No es simplemente CONOCER —como si se tratara de algún hecho objetivo— sino también SER. Tú eres lo que conoces, y conoces lo que tú eres. Este es un fenómeno absolutamente único, porque es la única experiencia —si podemos llamarla así— en la cual aquello que está conociendo y lo que está siendo conocido son una y la misma cosa. ‘Ser’ es, y ‘ser’ se conoce a sí mismo. Por ello, nuestra naturaleza esencial es algunas veces mencionada como ‘conciencia-cognoscente-de-sí’.

Ello también muestra que el indicador ‘conciencia’ tiene alguna precedencia sobre el indicador ‘ser’. Para hablar del ser, la conciencia debe estar allí. No puede haber ningún ser del que hablar sin la presencia de la conciencia. El término SER, cuando se utiliza aisladamente, es confiable sólo para comunicar una comprensión parcial de nuestra verdadera naturaleza. Nuestra verdadera naturaleza no sólo está presente, sino vívidamente consciente y cognoscente. El término CONCIENCIA, por otra parte, puede funcionar por sí mismo, porque incluso hablar de conciencia implica que existe, que está presente, de manera que el sentido de SER aparece automáticamente. Este no es el caso con el sentido de SER, pues no trae consigo necesariamente el aspecto de conciencia. Por tanto, entre ambos términos (conciencia y ser), CONCIENCIA es, generalmente, el indicador principal de nuestra verdadera naturaleza.

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[12.] En tu experiencia directa, ¿es eso que tú eres una cosa, y la existencia-conciencia alguna otra, ‘allí fuera’ y aparte? ¿O es que TÚ ERES aquello que está presente y consciente?

Comentario: Este es otro modo de considerar la pregunta anterior. El punto aquí es apreciar el hecho de que el ser-conciencia no es un principio separado de nosotros. No es que nosotros estemos aquí y el ser-conciencia en alguna otra parte, ‘allí fuera’. Más bien, nosotros somos aquello que está presente y consciente. El ser-conciencia no está separado de quienes somos. ES lo que somos. Lo cual significa que lo que somos y el principio de ser-conciencia no son dos cosas diferentes. Esto muestra que la ‘meta’ de las enseñanzas No-Duales no es un objetivo distante. El objetivo real es la revelación de lo que somos. Nuestra verdadera naturaleza y, en último término, la real esencia de las cosas, son una y la misma. Esto es verdadera No-Dualidad. No hay ninguna dualidad o separación entre lo que es real y lo que somos. Esta es la razón de que no haya ningún camino ni meta ni logro, porque lo que hemos estado buscando es lo que ya somos. Y esto muestra por qué nuestra verdadera naturaleza está siempre presente más allá de la necesidad de búsqueda, es imposible de perder, etc. Es ya el caso. El único problema era que no apreciábamos lo que ya estaba aquí. Es por ello que no existe ninguna posibilidad de ‘profundizar’, ‘estabilizar’, ‘madurar’, etc. Todas estas nociones están claramente arraigadas en un sutil concepto de separación o dualidad. Sólo una entidad imaginada que está separada y aparte de la realidad puede soñar en ‘profundizar’, ‘estabilizar’ o lo que ustedes quieran. En el claro VER los hechos, todas estas nociones se descartan como errores conceptuales basados en la ignorancia. La identidad no se vuelve más ‘idéntica’. La conciencia no se vuelve más ‘consciente’. La existencia no se vuelve más ‘existente’. Tú no te vuelves más de lo que tú YA ERES.

Algunos ‘populares’ maestros promueven la visión de que, inicialmente, tú te tornas consciente de tu verdadera naturaleza, pero que el camino espiritual sólo ‘comienza’ en este punto. Después de esta revelación inicial, debe seguir —dicen ellos— un período de profundización y estabilización en el conocimiento así obtenido. En algún futuro, cuando todos los impedimentos, las falsas creencias, los condicionamientos o nociones egocéntricas

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hayan sido superados, ‘amanecerá’ la liberación final. Nada podría estar más alejado de la verdad. Tales aproximaciones progresivas son de carácter claramente dualista. Operan en términos de un logro ‘futuro’ que por lo común no está presente, de una serie de impedimentos a la Unidad que son gradualmente ‘superados’ y de una ‘persona’ que puede lograr (o no) un estado especial llamado ‘liberación’. A menudo se asume que el ‘maestro’ está en ese estado final, en tanto que todos sus ‘estudiantes’ se encuentran aún en proceso de aproximación a la comprensión final, a lo largo de un período de tiempo. Es sorprendente que tanta gente, por lo demás muy inteligente, sea tan fácilmente engañada por doctrinas tan patentemente erróneas e ilógicas.

Tales enseñanzas florecen, incluso bajo el membrete de ‘No-Dualidad’, aun cuando en verdad no son nada de eso. Claramente, aquellos que diseminan o creen en tales aproximaciones pasan por alto totalmente la comprensión esencial de las tradiciones No-Duales. Por un lado se te dice que tu naturaleza ya es libre. Pero luego se afirma, rápidamente, que ‘esto no es aún suficiente’, que es sólo el comienzo, que queda mucho trabajo por hacer y demás absurdos. Así, al descaminado ‘buscador’ se le da una promesa de libertad, pero luego se le empuja de vuelta a doctrinas dualísticas, progresivas, a menudo sin que pueda ver el juego engañoso que se está jugando a sus expensas. Si uno se relaciona con buscadores influenciados por doctrinas tan cuestionables, es posible observar el hecho lamentable de que éstos permanecen interminablemente en el ‘sendero’ esbozado por maestros tan cuestionables. Años o décadas más tarde aún siguen meditando, asistiendo a retiros, ‘encarnando’ la comprensión, pendientes de la esperanza de que el gran ‘despertar’ o ‘iluminación’ finalmente amanecerá. Mientras tanto, vemos a los maestros ascender en rango, influencia y riqueza personales, todo ello a expensas de sus crédulos estudiantes, que aún no han visto el modo de atravesar el absurdo con que se los alimenta. ¡Tanto rollo en torno a la siempre presente libertad!

[13.] Se da por sentado que cuerpos y mentes sufren diversas experiencias, como placer y dolor, actividad y calma, etc. Pero, ¿sufre la existencia-conciencia —por y en sí misma— de alguna de estas cosas en su naturaleza intrínseca?

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Comentario: Este último punto es sutil y puede que necesite de una fina mirada para apreciarlo totalmente. Advierte que el cuerpo, la mente y los sentidos tienen, todos ellos, experiencias. Estas experiencias se despliegan en el reino de las apariencias y son dualísticas por naturaleza. Por ejemplo, el cuerpo puede experimentar placer o dolor. Pero ¿experimenta la conciencia, tu verdadera esencia, placer o dolor?… No, porque es el cuerpo el que tiene estas experiencias. La conciencia, en sí misma, es del todo libre e intocada. No está sujeta ni al placer ni al dolor. Ahora mira a la mente. La mente puede experimentar certidumbre o dudas, miedo o seguridad, ‘problemas’ o alegría. Claramente, todos ellos son ‘estados mentales’. Pero ¿sufre la conciencia alguna de estas experiencias? En otras palabras, ¿es tocada o afectada por estos estados mentales? Nuevamente, verás que es la mente la afectada, y no tu verdadera naturaleza o conciencia.

¿Qué significa esto? Significa que nuestra verdadera naturaleza está totalmente libre de sufrimiento, dolor, temor, problemas, dudas, preguntas, preocupaciones, etc. Está también libre de todos sus opuestos. Ello claramente muestra que lo que tú eres es libre, incondicionado, y más allá de todo dolor, todo sufrimiento y toda duda. Pero esto es describirlo tan sólo en términos de lo que NO ES. Por el lado positivo, podemos decir que es paz imperturbada, plenitud y ‘completud’ que nunca pueden ser perdidas o comprometidas. ¿Por qué? Porque esto es lo que nuestra verdadera naturaleza ES, intrínsecamente. Este reconocimiento completa el cuadro, iluminando otra importante faceta de nuestra verdadera naturaleza. No sólo estamos presentes y conscientes, sino que también SOMOS paz, felicidad y libertad incondicionales. Nuestro único ‘problema’, por decirlo de alguna manera, era que no estábamos apreciando esto que somos y siempre hemos sido verdaderamente. Ninguna de estas cosas ‘llega’ como un logro futuro. Se entiende que es la condición en curso y siempre-presente de aquello que es. Esto es reconocido a través del conocimiento-de-Sí… Aquí tan sólo estamos mencionando las características de lo que ya somos, razón por la cual nunca puede haber una ‘profundización’ o ‘estabilización’ sino, únicamente, un profundo reconocimiento de lo que YA ES. Toda aproximación que se apoya en el ‘logro’, la ‘estabilización’ o la ‘profundización’ graduales, está aún obrando en términos de la ilusión de que somos algo que no somos. El único remedio para ello es el

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claro conocimiento-de-Sí. No hay ningún ‘logro’ más allá del conocimiento-de-Sí, porque el Sí Mismo, o la naturaleza verdadera, es perfecta plenitud y absoluta libertad. Quien tú eres no está separado de la mismísima Realidad-Una. Hablar sobre algo ‘más allá’ de conocer quién eres es pura ilusión. No hay nada más allá de la No-Dualidad, y TÚ ERES ESO.

REVISIÓN DE LOS PUNTOS-CLAVE

Revisemos lo que hemos descubierto hasta aquí para unir todas las piezas. Primero, el propósito de la espiritualidad No-Dual (que es la expresión esencial y más profunda de las grandes tradiciones espirituales) es el conocimiento-de-Sí. Cuando miramos para ver lo que somos, encontramos que la única cosa que puede calificar como nuestra naturaleza esencial es el inmutable sentido de nuestro ser, que es tanto existente como consciente. Al mirar en este sentido de ser-conciencia, vemos que éste está ya aquí y es fácilmente reconocible. No sólo está presente, sino que permanece presente e imperturbado en medio de todo pensar, sentir o experimentar. No es algo que ‘llega’ a nosotros como una futura experiencia. No es algo que sacamos de un libro u obtenemos como resultado de prácticas, técnicas o procesos. Ni es algo que llega desde fuera de algún maestro o ser divino o de cualquier otra fuente. No necesitamos una experiencia de ‘iluminación’ o de ‘despertar’ para conocer nuestra verdadera naturaleza. Está presente sin ningún esfuerzo. De hecho, no hay nada que podamos hacer para escapar de ella… Hemos visto que nuestra verdadera naturaleza no es nada objetivo, y no obstante, es claramente evidente, más allá de toda duda. Nosotros no somos algo ‘aparte’ de ser-conciencia: SOMOS ser-conciencia. Así que no hay ninguna separación entre nosotros y la Realidad. Esto es verdadera No-Dualidad.

Finalmente, hemos visto que esta naturaleza verdadera está total y completamente libre de sufrimiento, preocupaciones, dudas, temor, y conflicto. No sólo está presente y consciente, sino que es paz pura y la libertad misma. Por esta razón, el conocimiento-de-Sí no tiene que ver con alguna experiencia ‘profundizadora’ o de ‘estabilización’ en nuestra verdadera naturaleza, como es sugerido por aquellos que promueven doctrinas gradualistas o dualistas. Eso podría ser únicamente en referencia a alguna imaginaria diferencia

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entre lo que somos y aquello que —imaginamos— podemos llegar a ser en el futuro. También asume la realidad del tiempo, así como la de un ser separado que eventualmente ‘podría’ lograr algún estado especial de despertar o iluminación. Hemos visto que todas estas nociones son dualistas y, claramente, representaciones erróneas de la auténtica No-Dualidad. El conocimiento-de-Sí no es nada si no es una clara comprensión de lo que YA ES. No hay nada más allá del conocimiento-de-Sí, porque el conocimiento-de-Sí es No-Dualidad. No hay nada más allá de la Unicidad. Ninguna cosa más es necesaria, porque es conocimiento y paz totales y ciertos, que no pueden ser contrariados bajo ninguna circunstancia.

Indicadores

La No-Dualidad trata sobre conocerte a ti mismo, no sobre analizar apariencias. Cuerpo, mente, sentimientos y experiencias vienen y van. Todas ellas son apariencias, y no tu ser verdadero. Si todas esas cosas vienen y van, ¿qué es lo que siempre permanece a pesar de esas cambiantes apariencias? Hay el sentido de ser, que está tanto presente como consciente… No sólo verbalices esto, sino reconócelo como un hecho, como un conocer directo y como una experiencia directa. Tu propio ser es lo único constante.

Cuando se niegan las apariencias, ¿qué es lo que queda? ¿Tú desapareciste? ¿Acaso no estás presente y consciente? Esa presencia-conciencia es tu duradera naturaleza real. No puedes negar eso. Es la esencia duradera. Tú no tienes que ‘identificarte’ como eso. Ello sería conceptual. Eres naturalmente y sin esfuerzo, eso. No puedes negar tu ser y su naturaleza consciente. No hay ‘proceso’ subsiguiente. Tratar de ‘ir hacia adelante’ desde ahí, sería retroceder al pensamiento. Simplemente detente ahí y advierte que tú ya eres lo que estás buscando.

Todo aparece en el espacio de la presencia cognoscente. En último término, es así de sencillo. Eso eres tú. No hay ningún ‘tú’

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aparte de eso. No hay nada que hacer, en última instancia, porque eso es lo que tú eres.

Una vez que el interés en creencias e identidades se desecha, debido a que ya no se les toma por reales, se hacen presentes un espacio y una apertura mucho mayores. En verdad, ese espacio es brillante, claro, vibrante y lleno de vida.

La depresión es un ‘estado mental’ —o apariencia— impulsado a menudo por identidades y creencias residuales ego-céntricas, o, en algunos casos, por desequilibrios psicológicos. Incluso así, tu verdadera naturaleza brilla clara y presente a través de todos ellos. Mantente enfocado en tu verdadera naturaleza y no en los ‘estados mentales’ (apariencias). En esa comprensión, las cosas llegan de modo natural a un equilibrio.

‘Dios’, ‘amor’, o ‘yo eterno’ son palabras o conceptos. Todo lo objetivo es impermanente (incluidas estas palabras). Ese ‘todo lo objetivo’ incluye todo aquello que podemos sentir o conocer, lo cual es tan sólo una apariencia en la mente o un movimiento en el pensamiento. A su vez, el pensamiento aparece y desaparece ante ti. ¿Qué es ese ‘tú’, esa presencia que conoce al pensamiento? El pensamiento es objetivo, pero este ‘tú’ no es un objeto. Tú estás claramente presente, pero no como una ‘cosa’ que pueda ser conocida o comprendida objetivamente. No es un nombre, porque un nombre es otro pensamiento. Tú no eres un pensamiento. De manera que este ‘tú’ no entra en la categoría de los ‘objetos’. Así que este ‘tú’, ¿es impermanente, o no? ¿Qué puedes decir sobre esta presencia cognoscente no-objetiva, no-mental, que tú eres? Es aquí donde la indagación se vuelve interesante. En verdad, este es el quid de todo el asunto.

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Cuando un pensamiento aparece, ¿eres tú ese pensamiento? Cuando ese mismo pensamiento desaparece, ¿desapareces tú también? Piensa en cualquier pensamiento… Míralo surgir, luego ‘ser conocido’, y luego desaparecer. Hay algo presente en ti antes, durante y después de esa experiencia. Conoces el surgimiento, la aparición y la desaparición de ese pensamiento. ¿Cómo podría ese pensamiento ser tú, cuando tú permaneces, incluso mucho después de su desaparición? Por lo tanto, no puedes sostener que tu ser es idéntico al flujo del pensamiento (o a la mente).

El pensamiento-yo está en la apariencia, y no es lo que tú eres. No obstante, hay una presencia consciente de ese pensamiento en ti. Básicamente, la conciencia no es un pensamiento. Es ese principio en el cual los pensamientos son registrados. Es tan claro y presente que lo pasamos por alto y lo confundimos con algo que no es.

Todas las cosas —que son ‘objetos’— tienen un comienzo, una parte media y un fin. ¿Puede algo que no es un objeto, tener un comienzo, una parte media y un fin? ¿Tienes alguna evidencia de que la conciencia comienza o termina alguna vez, salvo como una especulación de tu parte? Algunos le han llamado ‘no-cosa’, o ‘vacío’. Pero no es un vacío inerte, sin vida. Otros le han llamado vacío que tiene la capacidad de conocer, o vacío cognoscente.

Toda la cháchara sobre ‘el penique que cae finalmente’ es conceptual, porque tu ser ya está presente. No es necesario que ocurra nada para ser lo que tú ya eres.

Muchos quieren convertir a los ‘maestros’ en algo grandioso, pero esto no gira en torno a algún así llamado ‘maestro’, sino en torno a tu propio ser. Nadie puede dártelo. Únicamente puede ser señalado de manera que puedas echar una mirada por ti mismo.

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No demanda ningún esfuerzo ni tiempo ver lo que tú eres; es necesario tan sólo la disposición para ver lo que ya es claro y obvio.

La mente es una herramienta que aparece en la conciencia. La conciencia ya es clara y está presente antes de que surja cualquier pregunta o duda. Detén por un momento la mente y advierte que la conciencia es simple y obvia. No puede ser negada. Está ya aquí, registrando todo. Toda búsqueda, cuestionamiento o indagación te aparta de la simplicidad de lo que ya está presente. Es tan sólo y simplemente ser-conciencia. Es clara y carente de dudas, y está aquí totalmente, en toda su capacidad. Es esa presencia en ti registrando todas las cosas. En ella, pensamientos, sentimientos y percepciones surgen naturalmente y sin esfuerzo. Son apariencias momentáneas, espontáneas. Todas ellas son reveladas a la luz de esta presencia consciente.

Esa presencia consciente brilla continuamente, iluminando todas las apariencias a medida que vienen y van. Tú eres ese constante ‘conocedor’, o conciencia. Todos y cada uno de los pensamientos confirman esa presencia de conciencia, en la cual se registran. Esa conciencia es tu verdadero ser duradero. No es una ‘cosa’ que pueda ser captada por los sentidos o conocida por la mente. Mente y sentidos encaran objetos. Sólo pueden registrar objetos. Pero tu ser no es un objeto. Tú eres el sujeto de todos los objetos. Así que es inútil tratar de captar o comprender esto con la mente. Sin embargo, tampoco es difícil, porque la presencia consciente es auto-evidente, está aquí mismo, sin esfuerzo. Es innegable. No es una ‘persona’ o ‘yo’ defectuoso. Es como el espacio: conciencia abierta ‘i-limitada’. No es una cosa.

Los sentimientos, pensamientos y percepciones vienen y van. No hay en ellos evidencia de alguna persona limitada o defectuosa en lo absoluto. No hay ninguna evidencia de algún ser, persona, individuo o ‘yo separado’. Mira por ti mismo, y ve si puedes encontrar algún yo separado. ¿Dónde está? El ‘ver’ ocurre. Después decimos ‘yo veo’. El ‘yo’ no estaba allí en el ‘ver’. Es tan sólo una asunción. No hay ninguna cosa que sea un ‘yo’. ‘Yo’ es tan sólo un pensamiento, y tú no eres ese pensamiento, ni ningún otro. Tú eres la pura conciencia misma. Aquí y ahora, tu naturaleza existe, es consciente y luminosa, serena y pacífica.

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Si tratas de rastrear en el pensamiento y encontrar allí alguna‘respuesta’ o confirmación mental, se te escapará la total simplicidad del asunto. Antes de que el siguiente pensamiento aparezca, tú ya estás presente y consciente. Y esto es… eso.

Ve tan sólo lo que es claro y presente en ti. Cualquier cosa puede ocurrir. Simplemente fluye con el funcionamiento natural e inteligente. Recuerda: no hay ninguna ‘persona’ en la ‘mezcla’, ninguna ‘persona’ que pueda hacer, o no hacer. Ninguna cosa que se haga o deje de hacerse cambia la naturaleza básica de tu verdadero ser. Una vez que la identidad como ‘yo separado’ es cuestionada, no hay nadie [ninguno] que pueda hacer o dejar de hacer, ni nadie al que ello preocupe. Todo ocurre simplemente ante tu clara presencia cognoscente. El cuerpo y la mente son únicamente instrumentos para funcionar en el mundo. No son útiles para el auto-conocimiento, así que muy bien podrías usarlos para alguna otra cosa que sea de utilidad.

La mente es: o silente o activa. Tú estás presente en ambos estados. Estás conociendo ambos. De hecho, tú eres siempre el constante ‘conocedor’ de todos los estados. ¡Esa presencia está tan ‘presente’, que tendemos a pasarla por alto!

Nacimiento, vida, muerte y todo lo demás, aparece y desaparece, pero nada ocurre realmente. Es todo apariencia. Al final, la cuenta es nula. Pero el ser-conciencia permanece, pleno, claro, e iluminándolo todo, sin pausa. Ninguna separación de eso ocurrió jamás. El palo o trozo de madera utilizado para encender la ‘pira’ —que es el mirar e indagar— es arrojado a las llamas y no queda nada. No hay ninguna No-Dualidad ni nada más que hacer. Ningún concepto espiritual, ni pregunta, ni nada que comprender.

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Tu verdadera naturaleza es conciencia ordinaria, cotidiana, simple. No es cuestión de identificarte con ella. Ya has visto que no hay ningún ‘yo’, que este es tan sólo un pensamiento. Tú no eres eso. Así que, ¿quién queda allí que necesite hacer alguna cosa? Tú dices: ‘¡Pero es que aún no logro identificar mi verdadera naturaleza como conciencia!’, o ‘¡aún no veo la Unicidad!’. ¡Ese es el ‘yo’ tratando de ‘colarse’ de nuevo en la ecuación! Ve eso, y ‘deja ir’ a los pensamientos. Son tan sólo más ejemplos de pensamiento ego-céntrico. ¡No portan ninguna respuesta porque no hay ningún ‘yo’ allí que pueda responder! Así que deja las dudas desaparecer. ¿Es tu ser algo ‘dudoso’? ¿Hay algún problema con estar presente y consciente? Ve esto y no tendrás más problemas con ninguna pregunta o duda, pues todas ellas presuponen que te has alejado de tu verdadera naturaleza. Pero no lo has hecho. ¡Nunca!

Quedar atrapado en apariencias se debe al hecho de estar confundidos sobre nuestra identidad y de asumir, tácitamente, que estamos ‘en’ las apariencias. Es decir, nos hemos identificado con ellas. Ver lo que verdaderamente eres te coloca en la perspectiva correcta, y entonces las cosas llegan naturalmente a un balance. Buscar quién eres en las apariencias es fútil, porque tu ser no es una ‘cosa’ u ‘objeto’ que resida en la apariencia. Tú eres eso ante quien las apariencias surgen. Este punto, tan sencillo, a menudo se pasa por alto. No hay ‘cambios’ ni ‘logros’ involucrados. Estos conceptos son muy engañosos y yerran el blanco por completo.

Vuelve siempre a lo que ya eres. Pensamientos, preguntas y dudas están en la mente. Siempre están basados en la noción de que tú eres un ‘yo separado’, aparte de la conciencia. Pero ¿alguna vez lo estás? Al volver a la experiencia factual, ves que tú eres eso que está presente y consciente. Y esa es la realidad duradera que sostiene todas las apariencias, incluidos los pensamientos. Así que tú ya eres lo que estás buscando. Simplemente permanece como eso. ¿Podrías acaso hacer alguna otra cosa? La separación es sólo imaginaria, nunca real.

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El estado natural: un diálogo extenso

Pregunta: He estado estudiando Dzogchen los últimos quince años o algo así. En tu libro dices que pasaste el tiempo suficiente con ‘Sailor’ Bob Adamson como para que fuera capaz de llevarte a una detención.

John: Sí. Podría decirse eso.

P: He preparado algunas preguntas. Algunas ya han sido respondidas luego de la lectura de tu libro: Shining in Plain View [Brillando a plena luz]. Luego de la lectura de tu libro todo quedó bastante más asentado. Me torné suspicaz con los pensamientos. Entiendo que, en tanto haya una sensación de un ‘perceptor’ —y hasta que el ‘perceptor’ no se disuelva—, todavía concluirá uno que el falso ‘yo’ es real. Dices que tienes que llegar a una directa realización de que el ‘yo’ no existe. Eso ‘resuena’ realmente. Pero dices también que hay un sentido de ‘ser’, un sentido de ‘observar’. A mí me ocurre todo eso también, pero aún tiendo a llamar a eso ‘yo’.

John: Mmm…

P: Me pregunto cuánto de mi confusión se debe a la semántica, basada en diferentes tradiciones.

John: He estado al tanto de diversas enseñanzas No-Duales por quince o veinte años, más o menos, principalmente a través de lecturas y encuentros con unos pocos maestros occidentales. Cuando conocí a ‘Sailor’ Bob, encontré a alguien que había tenido un maestro viviente: Nisargadatta Maharaj. Nisargadatta era un aclamado maestro de la tradición Navnath Sampradaya de la India occidental. Esa tradición se remonta a través de nueve maestros hasta el siglo XI, y luego más atrás aún hasta el mítico gurú Dattatreya. En cualquier caso, luego de un periodo de años de búsqueda y de intentar diversas aproximaciones espirituales, ‘Sailor’ Bob obtuvo las respuestas a sus preguntas cuando conoció a Nisargadatta Maharaj.

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Para mí, conocer a ‘Sailor’ Bob fue algo muy diferente a mis anteriores experiencias. Sentarse a conversar con él realmente clarificó las cosas para mí. Como resultado, soy un firme creyente en la importancia de un contacto tal. Todas las tradiciones dicen que la comprensión esencial no es conceptual. No es mental. No es un objeto a ser alcanzado. No es algo en que la mente pueda trabajar. Cuando leemos estos indicadores en los libros, casi invariablemente los reformulamos nuevamente como conceptos y los volvemos algo objetivo. Como resultado, tendemos a pasar por alto el punto esencial. Así que lo que hizo por Bob su maestro, y lo que Bob hizo por mí, fue señalar los fundamentos, manteniendo las cosas muy simples, muy directas y claras. Y, por supuesto, todo ello en el contexto de su propia experiencia directa. Eso es lo que yo también estoy tratando de hacer al compartir esto.

Ahora bien, en el budismo tibetano, hasta donde sé, siempre están hablando de algo que ellos llaman ‘conciencia intrínseca’. En mi visión esa es ‘toda la enchilada’, por decirlo así. Es el corazón. En el Advaita Vedanta tienen una cosa similar. Así que, en el intento de apreciar estas enseñanzas, lo más importante es clarificar con precisión aquello de lo que están hablando. ¿Qué es lo que nos están señalando que debamos comprender? A menudo, estas tradiciones dicen que reconocer nuestra verdadera naturaleza como esta conciencia esencial, es sinónimo de libertad. E inversamente, no estar consciente de ella es la definición de un ser que sufre bajo el dominio de la ignorancia. Tú estás al tanto de estas enseñanzas desde muchos años atrás. ¿Es esta parte clara para ti? ¿Comprendes lo que se está señalando con la palabra ‘conciencia’ y demás otras?

P: Sí, lo que dices es claro. La única diferencia para mí es que, cuando la conciencia es vista bajo la lente del ego se vuelve ‘conciencia de’.

John: Se podría decir eso. Eso es muy similar a la diferencia que Nisargadatta establecía a menudo. En sus diálogos él distingue entre ‘conciencia de’ y ‘conciencia’.

P: Sí. Hay una gran diferencia.

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John: Bueno, es cuestión de palabras. Depende de lo que quieras significar con ellas. La conciencia, tal como Nisargadatta utiliza el término, es un producto material que surge cuando el cuerpo es concebido, y que subsiguientemente se disuelve con la muerte. Esta ‘conciencia’ (a la que podríamos llamar ‘mente’) nos permite concebir pensamientos y generar el sentido de ‘yo soy’ como un pensamiento o experiencia. Este sentido de ‘yo soy’ depende de la conciencia-mente, la cual a su turno depende del cuerpo. Así que incluso el sentido de ‘yo soy’ es impermanente. Pero como Nisargadatta continúa diciendo, tú estás aún presente como esa pura conciencia que está conociendo el surgimiento y la ‘puesta’ de esa (relativa) ‘conciencia’. Él a veces preguntaba: ‘¿Qué eras tú ocho días antes de ser concebido?’. El interlocutor podía responder: ‘No lo sé’. La razón de ello es que el cuerpo y la ‘conciencia’ no estaban presentes. No había ningún instrumento para registrar ni decir nada. Nisargadatta decía entonces: ‘Aquello (en ti) en lo cual ese pensamiento ‘no lo sé’ surge, estaba allí. Eso es lo que tú eres’. Algunas veces él se refería a eso como ‘pura conciencia’ o ‘puro ser’. Dado que no es un ‘objeto’, no puede ser conocida objetivamente. Sin embargo, es auto-cognoscente. No puedes conocerla como un ‘objeto’, pero tampoco puedes negarla porque su presencia es auto-evidente. Es la innegable presencia registrando incluso el sentido de ‘yo soy’. Podrías decir que es la pura presencia sin palabras, más allá del sentido del ‘yo soy’.

P: ¡Otra cosa! La claridad es definida muy específicamente en Dzogchen como ‘ningún perceptor’. También se dice que la conciencia es consciente de sí misma.

John: Bien.

P: Sin embargo, primero la conciencia ingresa en rigpa (conciencia intrínseca). Cuando la conciencia entra en rigpa, la creencia en el yo desaparece. Pero el perceptor se disuelve en una vasta expansión abierta, tal como es descrito por Longchempa (maestro Dzogchen del siglo XIII). Entonces tú estás simplemente siendo en este momento, lo cual es inefable, indefinible, totalmente radiante, expansivo, luminoso: todas esas cosas. Y no hay ningún sentido de ‘mí’. Longchempa decía: ‘Descansa sin reificar un objeto externo, sin reificar un yo interno’. No estamos

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tornando esto (señalando un vaso en la mesa) en un ‘vaso’ mediante la definición conceptual, y no estamos tornando esto (señalando el corazón) en un ‘perceptor’. Estas son cosas que se ‘sienten’ intrínsecamente verdaderas en todo ese proceso. Sin embargo, en este punto hay aún un yo ‘tratando’ de verlo. Cuando leía tu libro, hubo un momento en que toda esta conceptualización se detuvo. Pero entonces regresó nuevamente.

John: Hablaré sobre esto en mis propios términos. Será mucho más simple que el enfoque tradicional. Puedes aproximarte a esto desde la perspectiva de la especulación filosófica y hacer montones de sutiles distinciones sobre las cosas. Es un intento de articular lo que está ocurriendo a un nivel muy, muy sutil de experiencia y lenguaje. Eso está muy bien. Yo disfruto de ello hasta cierto punto. Pero en cuanto a llegar al punto esencial de reconocer quiénes somos y ‘salirnos’ del sufrimiento, es verdaderamente del todo más simple. Así que déjame presentarlo como yo lo presento.

P: Bien.

John: Todas las enseñanzas de la No-Dualidad señalan básicamente la presencia de ‘algo’ en nosotros a ser reconocido como nuestra naturaleza esencial. Así que la pregunta —el quid de todo ello— es: ¿Qué es esta naturaleza esencial? Lo interesante aquí es que no estamos buscando algo que no esté presente. No estamos buscando algo en el futuro. No estamos buscando algo que sea un diferente estado de conciencia, o alguna experiencia. En lo absoluto. Estamos arrancando desde la perspectiva de que nuestra verdadera naturaleza intrínseca ya está presente y siempre lo ha estado. Debe estar completamente presente ahora. Tener un claro reconocimiento de esto es el corazón de todo.

E inversamente, no estar claros sobre nuestra verdadera naturaleza, estar equivocados sobre lo que esta es y concebir erróneamente quiénes somos, es la ignorancia o incomprensión fundamental. Este no-reconocimiento se convierte en la causa de todos los subsiguientes malentendidos, apegos y confusiones. Así que, a menudo, yo hablo de dos aspectos. Uno es señalar la verdad positiva de quienes somos. El otro es disolver la idea errónea de aquello que equivocadamente tomamos por nuestra identidad. Estos dos aspectos son en realidad la misma cosa. Es simplemente

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decirla de dos maneras diferentes. Como Nisargadatta decía: ‘Tú puedes empujar o puedes jalar la carreta. No importa cuál, siempre que la mantengas rodando’. Al rechazar la creencia errónea de quien tú eres, lo que va quedando es tu verdadera naturaleza. Por el otro lado, si clarificas la verdad de quien tú eres, entonces esa comprensión disuelve las ideas erróneas. Es tan sólo un asunto de clarificar la identidad esencial de uno. Así es como lo veo.

Nuestra verdadera naturaleza a menudo es señalada como ‘conciencia intrínseca’, o ‘innata’. La pregunta es: ¿Reconocemos eso? ¿Lo vemos por nosotros mismos? ¿Sabemos por nosotros mismos que somos eso? Traigamos esto al momento presente y hagámoslo más simple. Aquí mismo, ahora mismo, sentados aquí esta noche, ¿podemos reconocer nuestro ser esencial y su naturaleza consciente? ¿Es enfáticamente claro, sin ninguna duda en absoluto? Si esto no está claro, entonces vamos a ‘mal-percibir’ quién o qué somos. Y ahí mismo surgirá una visión errónea de nosotros mismos. Vamos a aferrarnos a alguna otra cosa, a algún sentido erróneo de ‘yo’.

Ahora mismo, en nuestra experiencia directa, esta naturaleza intrínseca debe estar presente. ¿Podemos reconocerla? ¿La conocemos claramente? Debe estar aquí porque nosotros estamos aquí, nuestro ser está presente. El modo en que esto me fue señalado es como sigue: ‘Sailor’ Bob Adamson me hizo hacer una pausa para que reconociera un par de cosas. Una era lo que él llamaba ‘presencia’, o el ‘sentido de ser’, este simple sentido de ‘yo soy’, el reconocimiento de que tú eres. Me preguntó: ‘¿Puedes tú sentir, o saber que estás presente? ¿Hay un sentido de ser?’. Por supuesto, esto es innegable. Y entonces él señaló este ‘sentido de conciencia’, preguntándome: ‘¿Estás consciente? ¿Eres consciente, ahora mismo, de pensamientos, sentimientos y sensaciones ocurriendo?’. Esto era algo que yo podía reconocer. Pienso que cualquiera puede. Básicamente, sabemos claramente que estamos aquí, y que hay conciencia presente… Así que el modo en que él introducía esto era señalar este innegable sentido de presencia-conciencia y hacernos mirar eso.

Esto es realmente la esencia. En esto va a parar: reconocer esta presencia de conciencia que está con nosotros ahora mismo. Esto es importante, porque a menudo estamos bajo la impresión de que es algo muy ‘sutil’. Imaginamos que es difícil de ver, o que algo extraordinario tiene que ocurrir antes de que esto se revele. Lo

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interesante de esta aproximación es cuán simple es. La presencia de conciencia es realmente lo que estas tradiciones están señalando como nuestra identidad. Ella ya está aquí. Es simplemente evidente y conocida. Cuando haces una pausa y reflexionas en el hecho de que ‘tú eres’, notas que este sentido de ser no es inerte. Es del todo vívido. Es del todo consciente. Así que esta conciencia presente, o presencia-conciencia, o como quieras llamarle, es cristalinamente clara y totalmente disponible. Es muy, muy simple. El hecho de no haberla reconocido es el origen de esta identidad errónea o falso sentido de ‘yo’. El punto que intento comunicar, sentados aquí, es que lo que realmente somos es este sentido desnudo o simple de estar presentes y conscientes. Nada más que eso.

Ahora bien, otro modo de aproximarnos a esto es descartar todo aquello que no somos. Por ejemplo, ahora mismo, podemos ver aparecer y desaparecer los pensamientos. Lo mismo ocurre con las sensaciones y percepciones. Estos distintos objetos vienen y van. Son transitorios. No permanecen con nosotros por algún espacio de tiempo. Así que no pueden ser la esencia de quienes somos. Si apartas a un lado todo ello y miras qué es lo que queda (aparte de todo ello), encontrarás que aún queda algo presente. Tú estás aún aquí, y sabes que estás aquí. Tu presencia continúa, a pesar de las cambiantes experiencias. Al mismo tiempo que el ir y venir de los pensamientos, hay una conciencia de ellos. Cuando están allí, tú eres consciente de ellos. Cuando desaparecen, tú estás totalmente consciente de que no están allí. Así que esa presencia de conciencia todavía permanece.

La clave para reconocer nuestra verdadera naturaleza es advertir que está 100% absolutamente presente. La verdad es que podemos reconocer esto como un hecho muy, muy fácilmente. Lo que tiende a ocurrir es que encontramos difícil admitir que sea tan sencillo. Pensamos: ‘Esto no puede ser quienes somos. ¡Es demasiado obvio! ¡Es demasiado simple! ¡Esto no puede de ningún modo posible ser aquello de lo que se está hablando’.

Las cosas cambiaron de una manera drástica para mí luego de que el propio ‘Sailor’ Bob —basado en su experiencia con su maestro y en su propia comprensión— me confirmara que, en efecto, era así de simple. Cuando nos detenemos por un instante y reconocemos el puro sentido de ser y de conciencia, reconocemos de manera directa, absoluta y clara nuestra auténtica naturaleza intrínseca. No es un reconocimiento parcial, momentáneo o vago.

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Estamos cara a cara ante lo que las tradiciones No-Duales han estado señalando todo el tiempo. Es muy raro escuchar esto, o que se nos lo señale así de claro, y mucho menos que empleemos algún tiempo en penetrar su sentido. Debido a la forma en que hemos sido condicionados para ver las cosas, pensamos, muy típicamente: ‘Yo soy esto’. ‘Yo soy aquello’. ‘Yo soy un cuerpo’. ‘Yo soy pensamiento’. ‘Yo soy una persona’. ‘Yo poseo ciertos atributos’. Pero todas estas cosas son conceptos. Esta conciencia inmediata que somos factualmente, no es un concepto en absoluto. No está en la mente. Empiezas a ver la diferencia entre la idea de lo que pensamos ser, y la presencia no-conceptual de quienes somos verdaderamente.

Las enseñanzas No-Duales han estado diciendo todo el tiempo que no estamos en la mente, que no somos una imagen, que no somos una construcción en el pensamiento, que no somos algo objetivo. Cuando empiezas a considerarlo, empiezas también a darte cuenta de que es esto precisamente aquello de lo que se trataba. Todas las tradiciones están diciendo básicamente que nuestra verdadera naturaleza es aquello que es real. Reconocerlo es la esencia toda de ello. Entonces la visión de uno cambia de un modo radical. Ciertamente cambió para mí, cuando me di cuenta de que en verdad no estamos buscando algo distante, complicado, o difícil de entender. Una vez que tienes un sentido básico del asunto, empiezas a descubrir cosas bastante increíbles sobre esta presencia-conciencia básica. No hay nada ‘mundano’ en ella.

Reconoce entonces por ti mismo tu verdadera naturaleza como este innegable ‘sentido de ser’, que es al mismo tiempo presente y consciente. Advierte que, al tiempo que distintos pensamientos, sentimientos y percepciones surgen y pasan, tu presencia no cambia. ¿Se altera en lo más mínimo este sentido de ser? ¿Se ‘va’ a alguna parte? ¿Ocurre alguna variación? ¿Viene o va? ¿Lo pierdes? Comprende que, en este mirar, no estamos introduciendo nada nuevo en absoluto. Puede que hayamos visto esto años atrás, pero, simplemente, nunca lo habíamos considerado.

Es muy importante que este reconocimiento de nuestra naturaleza esencial sea claro y firme. Si no queda claro, la mente retrocederá constantemente al proceso de conceptualización, con todas sus dudas y preguntas. Ello se debe a que la mente está ‘buscando’ saber lo que es verdadero sobre nosotros mismos. Si la verdad de quienes somos no queda clara, la mente tratará de

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responder a esas preguntas volviendo atrás, al único lugar con el que está familiarizada: el proceso conceptual. Así que es esencial reconocer lo que somos y permitir que eso quede muy, muy claro. Hemos visto que nuestra verdadera naturaleza es ese sentido de ser-conciencia. Está ya aquí. Es fácilmente reconocible. Está constantemente con nosotros, y no cambia con las apariencias.

P: En el sueño profundo yo no tengo ese sentido.

John: Te sugiero familiarizarte con esto presentemente, en el estado de vigilia. Entonces el tema del sueño profundo quedará claro por sí mismo. Pero lo que a menudo ocurre es que, antes de llegar a familiarizarnos con lo que está siendo señalado, dejamos de mirar y saltamos a esos casos especiales, con lo que quedamos enzarzados en la especulación. Hay cantidad de cosas que puedes ver ahora mismo. ¡Hemos tocado apenas la punta del iceberg!… Continuemos mirando en nuestra presente naturaleza verdadera. Parece simple, pero es realmente muy profunda. Hay muchísima profundidad en ella.

¿Necesitas esperar un momento futuro para reconocer lo que tú eres? ¿Cuántos de nosotros hemos estado esperando que ocurriera algo en el futuro, asumiendo de alguna manera que la respuesta estaría allí? Cuando te das cuenta de que esto trata sobre tu naturaleza presente, ves entonces que no tienes que esperar por el futuro. Apartas a un lado ese concepto.

¿Involucra acaso este reconocimiento un camino, una práctica, una técnica o proceso?

P: No.

John: Es importante ver eso. ¿Hay involucrado en absoluto algún esfuerzo para ‘ser lo que eres’?

P: Sólo si estás en un estado de temor o sufrimiento.

John: Bien. ¡Te lo estoy preguntando ahora mismo! ¿Estás realizando algún esfuerzo para reconocer que tú eres?

P: De acuerdo… No. Pero lo traje a colación porque ese es uno de los temas centrales.

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John: No obstante, encuentras que, en tu experiencia directa, tu conciencia natural ya está presente. Naturalmente y sin esfuerzo. No es un estado que requiere de ‘mantenimiento’. No es algo que tú manufacturas. No es algo que tienes que lograr o conseguir… A menudo hacemos esas asunciones. Pero cuando vemos en la experiencia presente, esas asunciones no son válidas.

Continuemos un poco con la investigación. ¿Es esta conciencia innata un ‘objeto’ que ves como algo aparte de ti mismo? En otras palabras, en el reconocimiento de la presencia-conciencia, ¿es ésta algo que está ‘allí’, mientras que tú estás ‘aquí’? ¿Dices: ‘Allí está, y yo estoy aquí’? ¿Es eso lo que en los hechos ves en tu experiencia? ¿Es esta presencia innata de conciencia algo ‘objetivo’, en lo absoluto? Mira por ti mismo. Sabemos que está aquí. Sabemos que somos. Sabemos que estamos conscientes. En el reconocimiento de ello, ¿hay allí algo aparte, con características que puedas captar ‘objetivamente’? ¿Es tu ser una ‘cosa’? ¿Es un pensamiento? ¿Es una percepción particular?

P: No lo experimento aún como una totalidad. Experimento todas las cosas en ella. Pero lo que aparece está separado, aparentemente. Así que estoy atascado ahí.

John: No perdamos el hilo de lo que estamos viendo aquí. Estamos advirtiendo el hecho de que, hasta donde podemos ver, la presencia —es decir, el sentido de ser-presencia— no es algún pensamiento, o alguna experiencia u objeto que puedas atrapar. No es un ‘objeto’, y sin embargo está presente irrefutablemente, innegablemente… Es algo muy interesante, en verdad.

Hay un par de cosas más a considerar para ‘llevarnos a casa’ con nosotros este básico reconocimiento de las cosas… ¿Es que tú eres una cosa y la conciencia otra? ¿Puedes hacer alguna distinción entre la conciencia y tu propia presencia?… Ya hemos visto que la conciencia no es un objeto. Lo que realmente esto significa es que, en los hechos, no hay ninguna separación entre nuestra verdadera naturaleza y aquello que está consciente. Este punto tiene muy profundas implicaciones… ¡Inmensas implicaciones! Las enseñanzas No-Duales nos están diciendo que la naturaleza de la realidad es esta inefable conciencia-presencia. Y, en nuestra experiencia inmediata, descubrimos que esta conciencia es nuestra

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verdadera identidad. Es lo que somos. No podemos hallar ninguna separación entre nosotros mismos y la conciencia. No es que ‘aquí’ estás tú y ‘allí’ está la conciencia. Tú encuentras que ERES aquello que está consciente.

Hay finalmente otro aspecto a mencionar. El cuerpo ‘siente’ experiencias, la mente ‘tiene’ pensamientos y sentimientos diversos… Así que, naturalmente, la mente podría tener preguntas, o problemas, o preocupaciones. Todo ello es algo que claramente está ocurriendo en la conciencia. Son pensamientos. O el cuerpo podría estar sintiendo algún dolor o sensación. ¿Pero tiene la presencia de conciencia alguna de esas cosas? ¿Está la conciencia misma sujeta a esas apariencias, o es víctima de ellas? Si establecemos que el sufrimiento psicológico es el producto de la mente —o una apariencia en la mente—, ¿podemos decir que la propia conciencia tiene algún ‘sufrimiento’ o ‘problema’? Si establecemos que es únicamente la mente la que ‘tiene’ pensamientos y sentimientos, entonces podemos empezar a reconocer algo muy interesante: la conciencia —que como hemos visto, es, en efecto, lo que somos— no tiene sufrimiento. No está limitada por él. No está sujeta a los estados del cuerpo o de la mente. Ello nos lleva al re-conocimiento de que la presencia intrínseca, innata, está completamente libre de cualquier limitación o sufrimiento…

Revisemos ahora lo que hemos cubierto hasta aquí. Vimos que nuestra verdadera naturaleza es el simple sentido de presencia-conciencia. Está ahí, reconocible, sin esfuerzo. No está en el futuro. No es algo que necesitemos ‘producir’ o ‘mantener’. No es una práctica. No es algo objetivo que podamos captar o ‘agarrar’. No obstante, es totalmente innegable. No podemos encontrar ninguna separación entre nosotros mismos y lo que está presente y consciente. Esencialmente somos eso. Mientras que el cuerpo y la mente experimentan diversos estados y condiciones, la conciencia misma es innatamente libre. Debido a que esta conciencia no es objetiva, no está en el flujo del tiempo. No podemos decir que comienza, cambia o termina. ¿Cómo podría algo que no es un objeto estar sujeto al tiempo o al cambio?

Comienzas a vislumbrar una increíble posibilidad que ha estado, siempre, totalmente presente, pero que habías pasado por alto. ¡No se está señalando algo extraño o difícil de comprender! Es tan innato y presente que no hay siquiera necesidad de recurrir a

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conceptos como iluminación, despertar, liberación o cosa similar. Esas cosas son demasiado ‘crudas’, demasiado ‘objetivas’. Cuando esos conceptos se enfatizan, la gente comienza a pensar: ‘Cuando el despertar ocurra, entonces yo estaré allí. Entonces yo veré esto. Entonces sabré de qué se trata’. Resulta que para conocer quién eres no necesitas ninguna de esas cosas, en lo absoluto. Son conceptos inútiles. Mantienen a la gente apartada de la simplicidad y profundidad de las cosas. Si no hemos estado muy claros sobre lo que estas grandes tradiciones señalaban como nuestra verdadera naturaleza, es muy importante escuchar y reconocer esto por ti mismo.

Ahora bien, lo que yo encuentro, sin embargo, es que muchos de nosotros hemos escuchado cosas así durante mucho tiempo. Puede que hayamos escuchado sobre ello a través de libros o maestros populares. ¡No era algo extraño para mí, y estoy seguro que para ustedes tampoco! Pero el cambio que ocurrió para mí —a través del contacto con ‘Sailor’ Bob— fue el vívido reconocimiento de cuán próximo, cuán cercano y accesible era esto. Hasta aquel momento no lo tenía claro. Lo que yo pasaba por alto era el hecho de que lo que se está señalando, está ya presente en mi propia experiencia. Todos los maestros que había conocido hasta entonces carecían de una clara comprensión de las cosas, porque, abierta o sutilmente, estaban implicando que el total reconocimiento de quienes somos no estaba inmediatamente presente. Eran incapaces de señalar eso. Sin embargo, eso se puede señalar, y será señalado directamente por aquellos con una comprensión clara y directa. Es lo que los maestros que provienen de las tradiciones No-Duales me han confirmado desde su propia experiencia. Y tú encontrarás que no hay nada más allá de esto.

En algún punto, me vi a mí mismo como un ‘buscador’ que estaba básicamente a la caza de la ‘iluminación’, el gran logro futuro. Se me señaló muy rápidamente que eso era tan sólo un ‘concepto’, que estaba buscando en la dirección equivocada. Mientras perseguimos el estado de iluminación, estamos pasando por alto el hecho de que, todo lo que está siendo señalado, está ya, factualmente, aquí. Una vez visto esto, podemos ‘abandonar’ el concepto. Podemos apreciarlo y relajarnos en el reconocimiento del hecho ya presente de lo que somos. ‘Sailor’ Bob me sugería que empezara desde la posición —o desde el reconocimiento— de que ya somos eso. Tú ya conoces eso. Ya está ‘logrado’. ¿Por qué no

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comenzar con esto como tu línea-base, en vez de decir: ‘¿Y dónde está?’ ‘¿Cómo voy a llegar allí?’ ‘Yo no puedo verlo’ ‘Necesito conseguir la iluminación’… Para la mayoría de la gente, este es un cambio radical de perspectiva.

Mirar de esta manera te permite desmantelar muchos otros conceptos innecesarios. Por ejemplo, una noción común es que ‘es cuestión de relajarse en nuestra verdadera naturaleza una y otra vez’. Pensamos que de alguna manera esto nos capacitará para quedar más ‘estabilizados’ o ‘próximos’ a ello. Pero eso es una superposición conceptual. No es necesaria.

P: Es aún un perceptor.

John: Sí. Ya hemos visto que no hay un ‘tú’ como entidad separada, y otra cosa llamada ‘conciencia’. Nada de eso. Vimos que esto es lo que tú eres. Así que, si tú eres esta conciencia y no puedes encontrar ninguna separación, entonces la noción ‘yo voy a relajarme en ella’ es puramente conceptual. Si esto es lo que tú eres, ¿cómo podrías escapar de ello? Ser lo que tú eres es totalmente sin esfuerzo. ¿Quién va a relajarse en ello? Estas creencias y asunciones comienzan a constituirse en obstrucciones conceptuales. Así que hablar de relajarse en la presencia implica que no somos esta presencia. Pero somos esa presencia. Deberíamos reconocer la verdad de lo que ya somos.

Una vez que este asunto básico queda señalado —que lo que hemos estado buscando es lo que ya somos—, ves que no hay nada que puedas hacer para ‘lograrlo’, o ‘ampliarlo’. ¿Dónde vas desde allí? Ese es todo el juego. Es como buscar el Polo Norte. Una vez que llegas allí, ¿dónde puedes ir? De cualquier forma que te muevas, siempre te dirigirás al Sur. Así que… ¡ALTO! Viendo tu posición actual, no vas a moverte a ninguna parte porque eso no te llevaría más ‘cerca’. Sin importar cómo te muevas, siempre ‘caerás’ al Sur.

Desde este reconocimiento, empiezas a darte cuenta que lo que ha estado demorándote son los conceptos, las creencias erróneas sobre quienes somos. Digamos que yo aún creo en la noción de que la meta es algo distante de mí, y que necesito hacer algo para llegar allí. Esa es una creencia. Basado en ella, asumiré que soy un ser separado, que mi verdadera naturaleza es algo aparte de mí y que estoy progresando hacia ella. Así que ese pensamiento-’yo’, que es

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la noción que establece que ‘yo’ estoy separado de la realidad intrínseca, se convierte en una sólida creencia. Sin embargo, toda la estructura conceptual es tan sólo una apariencia de pensamiento surgiendo y ‘poniéndose’ en esta conciencia presente. Esa conciencia está ya en la meta, y tú ya eres eso.

Así que toda la estructura conceptual es un malentendido. No obstante, causa sufrimiento. En vez de realizar la ya presente libertad, la mente concibe una separación. Creemos que somos algo separado. El sentido de limitación aparece y la mente comienza a construir una estructura conceptual sobre cómo lograr la Unidad. Pero no tiene valor, porque tú no estás separado. A medida que estos conceptos son señalados, pueden ser vistos y descartados. Una carga cae. Cada vez que pones sobre el tapete una de estas estructuras conceptuales, tú la reconoces y la creencia queda descartada. El sufrimiento y la esclavitud envueltas en ello caen de tus hombros.

Es importante entender de dónde vienen los conceptos, en qué arraigan y cómo funciona ese mecanismo. Una vez visto que el concepto de un ‘yo’ separado y todas las nociones relacionadas no son válidas, ya no crees en ellas. Al no aferrarte a ellas, ¿dónde quedas? Quedas naturalmente y sin esfuerzo en la verdadera naturaleza que tú eres, sin ningún sufrimiento (debido a la creencia en falsos conceptos). No estás realmente ‘ganando’ nada sino, simplemente, descartando los conceptos que estaban generando un sufrimiento innecesario (todo basado en conceptos).

En mi experiencia, lo que sucedió fue que la naturaleza auténtica me fue señalada y vista muy claramente. Pero, entonces, mis dudas, temores y creencias del pasado surgían en medio de este claro conocimiento de mi identidad como conciencia. Ello me confundía y ‘disparaba’ el sufrimiento. Pero luego comencé a ver lo que estaba ocurriendo. Los conceptos erróneos —basados en la visión de un ‘yo’ limitado— que la mente había recogido en el pasado, iban apareciendo, y la energía de la creencia fluía hacia ellos. Yo estaba asumiendo esos pensamientos como afirmaciones válidas sobre mí mismo, y los tomaba en serio. La clara y simple verdad de quien yo soy estaba siendo pasada por alto. No era nada más complicado que eso, pero en todos esos años de búsqueda yo había estado obviando este punto básico.

La vasta mayoría de buscadores que van por ahí no están claros en cuanto al básico reconocimiento de su verdadera naturaleza.

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Simplemente no lo están. Y esto se aplica incluso a aquellos interesados en el budismo, en el Zen, en Dzogchen, en el Advaita Vedanta u otros modernos derivados de estas tradiciones.

P: Las enseñanzas esenciales raramente se dan alguna vez, incluso en la comunidad Dzogchen. Así que la mayor parte de practicantes carecen de ese básico reconocimiento.

John: En mi opinión, no hay mucha gente por ahí que hable sobre esto de una manera directa (sin ‘mezclarlo’ con conceptos innecesarios). ‘Sailor’ Bob lo hace. Quizás haya unos pocos más. Los puntos básicos están incluidos, obviamente, en las tradiciones, pero cuando examinas el mercado espiritual corriente, raramente ves esto presentado de un modo tan claro.

Es muy, muy importante tener una directa señalización de tu verdadera naturaleza. Lo mejor, a menudo, es tener esto señalado en una conversación viva, cara a cara, de manera que puedas oírlo, resonar con ello, formular preguntas, y permitir que ello penetre en tu experiencia directa. Es difícil, si no imposible, leer sobre lo que estoy hablando y extraer de ello algún sentido. Esto es enteramente no-conceptual. Así que, si tú lees un libro sobre la presencia-conciencia, puede que pienses: ‘Esta es una idea interesante. Suena realmente increíble. Quiero entenderla’. Pero cuando el punto básico de esto hace CLIC en tu experiencia directa y tienes un ‘sabor’ de ello por ti mismo, hay un significativo punto de quiebre. Entonces tú sabes que lo que está siendo señalado no está en los libros. No es algo ‘especial’ que los maestros poseen. No es algo distante en absoluto. Sabes que, dondequiera que vayas, todo lo que fue señalado está brillando en tu experiencia directa como ese innegable sentido de ser-conciencia que está ya aquí. Esto es aquello de lo que siempre estaban hablando los maestros. ¡Ahora tú lo sabes!… Esto quedó muy claro para mí después de hablar con ‘Sailor’ Bob. Súbitamente, el quid de todo ello se hizo patente. Después de todos aquellos años, sabía de lo que estaban hablando. Quedó claro para mí qué era esto realmente.

Vi que mis dudas, temores, preocupaciones y problemas ‘erupcionarían’ en este reconocimiento de quien yo soy. Aún no sabía lo que estaba teniendo lugar. Así que mi sentido de sufrimiento aún estaba activo. Hablé de ello con ‘Sailor’ Bob durante dos o tres días. Me sentía realmente muy claro, con un

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sentido de ‘¡esto es tan obvio!’. Luego aparecía en mi mente algo sobre mi trabajo o mi salud. Quedaba luego atrapado en algún tema personal o algún concepto espiritual. Repentinamente estaba de vuelta en el sufrimiento… Eso me intrigaba. Afortunadamente, pude volver y hablar con él sobre este asunto. Y quedó resuelto.

Así como comprendes la verdad de lo que eres, también puedes comprender el sufrimiento. Tú puedes comprender lo que es, de dónde viene y cómo puede ser resuelto. Conozco muy, muy poca gente por ahí que esté clara sobre este asunto. Te encuentras con cantidad de gente que te dirá: ‘Sé quién soy. Estoy despierto. Sé que soy conciencia’. Y luego añadirán: ‘Pero el condicionamiento y el sufrimiento continúan apareciendo’. Si les preguntas qué harán al respecto, no tienen una verdadera respuesta. No saben de dónde viene el sufrimiento. No saben por qué surge. Pensamos: ‘Espero que algún día se resolverá por sí mismo y entonces seré libre’. Pero ésa no es una respuesta en absoluto. Yo comencé a ver esto en la escena espiritual contemporánea. Las personas que había conocido y que habían estado en ello por años y años, aún permanecían sujetas a dudas y sufrimiento, aun después de haber asistido a incontables satsangs, retiros, y donde los así llamados maestros ‘despiertos’.

La verdadera respuesta viene a través de la clara comprensión. Esperar pasivamente a que el sufrimiento desaparezca no es suficiente desde mi punto de vista. Cuando hablo sobre el sufrimiento, me refiero a la turbulencia emocional, a las dudas, temores, preocupaciones sobre mí mismo, sobre lo que la gente piensa de mí, al sentimiento de ser un individuo separado, o cualquier cosa que puedas pensar que sea contraria a este innato sentido de paz. No me estoy refiriendo al dolor físico. Éste forma parte de la inteligencia orgánica natural del cuerpo. Así que aquello de lo que estamos tratando aquí es: ‘Cómo comprender y resolver el sufrimiento psicológico generado por falsos conceptos sobre quienes somos’. Entonces dejarás de ser víctima de dudas, sufrimiento y preocupaciones, no te sentirás como un buscador separado, no sentirás que otra gente sabe cosas que tú no sabes, no sentirás que estás ‘perdiéndote’ algo, nunca más te sentirás sumergido en negros u oscuros estados de ánimo. Todas estas

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cosas provienen de causas que pueden ser ubicadas. Provienen de una falsa visión de nosotros mismos, y pueden ser resueltas.

Esto se hace en conjunción con el reconocimiento de la verdad de quien tú eres. A medida que ese reconocimiento pase a primer plano, irá ‘contradiciendo’ o eliminando la causa-raíz, esa errónea identidad básica. Eso es perfectamente ‘trabajable’ y llega, absoluta y enfáticamente, a la raíz de todo, de una vez y para siempre. Los que dicen que el sufrimiento es inevitable o parte inherente de la naturaleza de las cosas, están enteramente equivocados.

P: Yo he estado encarándome con algunos dolores físicos.

John: Yo también.

P: Al parecer, para ti ya no hay más dudas en cuanto a que no existe ningún ‘yo’ separado. ¿Es eso cierto?

John: Sí.

P: Entonces, cuando el dolor físico surge con algún nivel de intensidad, ¿la conciencia permanece contigo?

John: Definitivamente sí. Y la razón es muy sencilla. El dolor está surgiendo y se está registrando en la conciencia, así que la conciencia ‘no se va’ a ninguna parte. Nosotros ya establecimos que percepciones, sentimientos y pensamientos que se atraviesan no perturban, contradicen o eliminan la presencia básica de la conciencia. Puede que no reconozcamos o notemos esto en cierta etapa, debido a que el foco y la energía emocional fluyen mucho hacia la experiencia. Pero ello no significa que el ser o la conciencia ‘se vayan’ literalmente a alguna parte. El hecho es que tú no puedes tener esas experiencias sin conciencia. Todas ellas están ocurriendo como experiencias en la conciencia, ¿correcto?

P: Pero toma el caso de alguien como Ramana Maharshi. Él tenía un cáncer en el codo que básicamente se lo ‘comió’, hasta que murió. Él reconocía que había mucho dolor, pero también reconocía que no había ninguna duda, que la conciencia no era afectada en lo absoluto. ¿Correcto?

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John: Y lo mismo con Nisargadatta, el maestro de ‘Sailor’ Bob. Murió de un cáncer en la garganta que acabó con su vida en tres años. Se mantuvo enseñando y hablando hasta el último día. Él apenas podía hablar, y aun así continuaba comunicando este mensaje hasta los últimos instantes de su vida. Así que, de alguna manera, se las arregló para atravesar estas experiencias.

P: Parece que era capaz de sentarse por ahí como conciencia, y simplemente dejaba las cosas surgir a pesar de las experiencias físicas, ¿cierto?

John: Parece que sí.

P: Y lo mismo con Ramana, ¿verdad?

John: ¡Y será lo mismo contigo también! Porque la verdad es que cuando las cosas aparecen, cualesquiera que sean, tú todavía estarás allí como esa conciencia. Esto ya lo hemos visto.

P: Para mí, ahora mismo, el dolor parece llevarme a tal aturdimiento, que puedo dejar de conocer mi naturaleza como conciencia.

John: ¡Aparentemente! Pero no vuelvas atrás a la noción de que tu naturaleza es algo a ser percibido como un ‘objeto’ que puedas ganar o perder. Tú no eres una entidad separada aparte de esa conciencia y nunca lo serás. Así que toda la noción de que ‘no puedes volver atrás a la conciencia’, o que ‘no puedes verla’, está basada en una falsa asunción. No importa lo que tú pienses: tú eres esa conciencia. Siempre lo serás. No hay nada que puedas hacer para escapar de ella. No es cuestión de relajarse o enfocarse en ella, u obtenerla. Todo eso es conceptual. Es mucho más básico que eso. Es lo que innatamente eres y siempre serás.

Así que cuando empiezas a captar ese punto, te das cuenta que la idea de que ‘tienes que acceder’ a tu verdadera naturaleza es falaz. La noción de que debes ‘enfocarte, mantener tu mente ‘de cierta manera’ o ‘prestar atención’, nada tiene que ver con esto. Es mucho más básico. Todos los pensamientos, confusiones, esfuerzos o cualesquiera otras experiencias, siempre aparecen en esta

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conciencia siempre-presente, que está naturalmente presente sin ningún esfuerzo.

P: La conciencia, si es libre, es libre incluso de mirar ese dolor. ¿Es así?

John: Bien. No hay ninguna necesidad de eso. Lo que somos no está realmente sujeto a esas experiencias ni es víctima de ellas. No hay ninguna necesidad de manipular nada para escapar del dolor, abrazarlo, empujarlo o cualquier cosa así. Típicamente, cuando estamos experimentando dolor, pensamos: ‘Esto no debería estar ocurriéndome a mí. Me gustaría escapar de esto. Esto no está bien’. Ese tipo de relación con lo que está surgiendo empieza a desaparecer. Si estás teniendo dolor en el cuerpo, probablemente harás algo para remediarlo. Eso está bien en un nivel relativo. Pero cuando miras un poco más profundamente, ves que hay simplemente conciencia, en la cual las cosas están ocurriendo, incluyendo un dolor en la pierna o cualquier otra cosa. La conciencia es una cosa, el dolor otra. Es una experiencia.

Otro nivel presente allí y que confunde las cosas, es el del proceso conceptual, las interpretaciones de la mente de aquello que está teniendo lugar. Ello agrega una innecesaria conceptualización sobre la experiencia. Por ejemplo, piensas: ‘Yo estoy aquí sintiendo dolor. Me está ocurriendo a mí. Esto no está bien. No debería estar ocurriéndome. Desearía que pare’. Todo eso simplemente está ‘dando vueltas’ en el proceso del pensamiento. La conciencia no tiene esas opiniones. Simplemente está registrando ‘lo que es’. Y el dolor está simplemente ocurriendo. Es una ocurrencia impersonal. Así que, es en este nivel de conceptualización donde el problema se desliza, con sigilo. ¿Por qué? Porque tu conciencia es ya libre y no tiene problema alguno. Pensamientos, sentimientos y percepciones que surgen son tan sólo cosas transitorias que atraviesan esta conciencia. No tienen ninguna opinión sobre si deberían, o no, estar allí. Están simplemente ocurriendo, haciendo su ‘asunto’.

Así que ¿dónde está el problema? ¿Y por qué introducir una tercera entidad en la ecuación? ¿Por qué no estar con ‘lo que es’ y no identificarlo como alguna experiencia de un ‘yo’ que ni siquiera está ahí? Si no interpretas algo a través de ese punto de referencia, entonces no hay ninguna posición conceptual. Todo puede seguir apareciendo, tal y como siempre lo ha hecho desde un punto de

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vista exterior. Pero con una comprensión de la naturaleza conceptual del sufrimiento, éste ya no es tomado como real. No hay necesidad de introducir ese tercer componente.

P: Entiendo que tú mismo has tenido algunos problemas físicos de salud.

John: Sí.

P: Entonces, en esa situación, ¿la preocupación no aparece ni te mantiene girando en torno a ella? ¿No cargas con ella cuando aparece?

John: Mayormente no aparece, porque ha sido ‘vista a través’. Tú puedes ver eso también. Una vez que comprendes que todo este sufrimiento, preocupación y turbulencia está siendo generado a un nivel conceptual, en la mente (en base a una incomprensión), y que aquello en lo que está basado no es real, has acabado con ello. Todo está basado en el pensamiento: depende de dar realidad a esos conceptos y creencias. Vamos a poner como ejemplo un caso extremo, de manera que puedas tener un vislumbre de ello: si supiera repentinamente que este cuerpo está mortalmente enfermo y próximo a su fin, y los médicos me dijeran: ‘No sabemos si lo lograrás o no’, hay dos formas de responder a esto. El hecho objetivo es que el cuerpo es tan sólo una criatura mortal, nació y eventualmente morirá. Este es un hecho objetivo. Y la conciencia simplemente registra lo que aparece. Podría ser un cuerpo lleno de salud o uno enfermo, un cuerpo joven o uno agonizante. La conciencia no tiene juicios de valor. No dice: ‘¡Oh, yo debería ser una persona joven (o saludable)!’. Simplemente registra lo que hay ahí. Y no hay ningún sufrimiento hasta que aparece la conceptualización. Ahora imagínate si yo dijera: ‘¡Me estoy muriendo! ¡Estoy enfermo! ¡Me está ocurriendo a mí!’. Todo ello comenzaría entonces a convocar este sentido de ‘yo’, la noción de que mi ser o identidad está siendo arrastrada por los eventos.

Eso sería confundir la conciencia verdadera que yo soy con el proceso de conceptualización, el cual ya hemos visto que no es lo que yo soy. La mente está creando confusión al mezclar el sentido de nuestra verdadera naturaleza con la identidad conceptual. Así que tú saltas con la afirmación: ‘¡Aquí estoy yo, muriéndome!’. Y el

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sufrimiento surge con esa creencia. La mente entra en pánico. Existe la noción de que mi ser o identidad está terminando, o que algo traumático me está ocurriendo. La verdad es que todo eso es completamente erróneo.

Aquí es donde empiezas a ver de dónde viene el sufrimiento. El sufrimiento no es algo dado, y no es natural. No es parte de lo que realmente está presente, en lo factual. Es una estructura mental específicamente construida, basada en una errónea visión de las cosas. De manera que si la mente construye la noción ‘me estoy muriendo’, y cree en ella, entonces una cierta cantidad de energía fluye hacia esa creencia.

Ahí es cuando empiezo a tener sufrimiento psicológico. Y la mente entonces saltará con conceptos adicionales, como ‘¿Qué voy a hacer ahora? Esto no me debería estar ocurriendo. Tengo que cambiarlo. ¡Oh Dios mío! ¡No quiero morir! ¡Hay tantas cosas que quisiera hacer!’… En ese punto ya estás atrapado en una nube de conceptos, tomándolos como algo totalmente real. Pero todo está basado en el pensamiento. Todo está surgiendo de esta errónea identificación. Ello entonces comienza a mostrarte de dónde proviene el sufrimiento.

Empiezas a darte cuenta de que el sufrimiento, tal como lo estoy definiendo, es una creación del proceso del pensamiento. ‘Sailor’ Bob hace al respecto el siguiente comentario: ‘¿Qué hay de malo contigo si no estás pensando en ello?’. Es una forma de resumir todo el asunto. A partir de aquí, tú empiezas a ver algunas cosas muy interesantes, por ejemplo, que una pregunta es un pensamiento, que una preocupación es un pensamiento, que la sensación de ‘tener un problema’ es un pensamiento, que la preocupación sobre lo que ‘otros’ pudieran pensar sobre mí es un pensamiento, que la preocupación sobre lo que yo debería hacer es un pensamiento, que tus creencias y el sentido de quien eres es una colección de pensamientos. De pronto te das cuenta de que todas estas cosas son creadas por la mente conceptual. Si alguien viniera y borrara esos pensamientos, ¿qué es lo que quedaría? Únicamente presencia-conciencia y, posiblemente, algunos sentimientos y percepciones pasajeras, pero ningún sufrimiento personal o conceptualización basados en la idea de un ‘yo’ separado. Así que… ¡AJÁ! La resolución se presenta por sí misma.

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P: En ese caso, sólo hay conciencia y dolor físico. ¿No podrías definirlo como dolor físico?

John: Sí. Puede que ni siquiera hagas eso. Incluso etiquetarlo como ‘dolor físico’ es realmente una construcción del pensamiento. Puede que encuentres que el dolor físico no es tan intenso como la mente lo hace parecer. Puedes ver esto, por ejemplo, en el caso de una herida o accidente. Usualmente, el cuerpo puede enfrentarse a ello sin mayor inconveniente. Si ‘salta’ la mente y comienza a amplificarlo, o a construir sobre ello y a expandirlo, entonces el conflicto psicológico es, a menudo, más traumático que la situación física misma.

Estamos entonces llegando a comprender de dónde es que proviene el sufrimiento. Ver que el sufrimiento es una creación del pensamiento es muy importante, porque si tú quieres llegar a la causa, tienes que comprender cómo funciona. Cantidad de gente piensa que el sufrimiento está basado en eventos ‘externos’. Pero, ¿cómo podrían llegar realmente a la raíz del sufrimiento si no comprenden de dónde proviene?

De manera que el sufrimiento es, en su mayor parte, un producto del pensamiento. Cuando miras detenidamente esos pensamientos, notas que aquellos que realmente nos perturban son los que nos dicen algo sobre nuestro sentido de ‘yo’ o de identidad ‘personal’. Si estoy sentado aquí y ‘pienso’ cualquier pensamiento al azar, como por ejemplo: ‘La luna está brillando esta noche’… Bien, para la mayoría de nosotros ese pensamiento no nos afecta. No hay mayor reacción. Es tan sólo un pensamiento pasajero. Pero si aparece uno que dice: ‘No soy bueno’, o ‘Zutano no me gusta’, o ‘Voy a morir’, o cualquier otra cosa por el estilo, entonces las cosas se ponen problemáticas. Lo que sucede realmente cuando tales pensamientos aparecen es que me están empezando a definir. Me ‘dicen’ algo sobre mí y sobre quién soy. Mirando de esta manera empezamos a tener una visión más precisa sobre lo que realmente es el sufrimiento. ‘Sailor’ Bob me lo señaló cierta vez. Él definía el sufrimiento como ‘pensamiento ego-céntrico’. En otras palabras, lo que realmente nos hace sufrir son los pensamientos concernientes a mi identidad, al sentido de ‘mí’.

Si tú me dices que algo anda mal contigo, aquí no hay mayor reacción. Pero si piensas que algo anda mal conmigo, entonces… ‘¡Hey!… Espera, espera, espera un minuto…’ (Risas) ¡Eso a mí no

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me gusta en absoluto! ¿Por qué no me gusta? Porque es una afirmación incorrecta sobre lo que soy verdaderamente. Así que cuando rastreas el sufrimiento hasta el siguiente nivel, ves que esos pensamientos giran en torno al ‘yo’. Si eres observador, empiezas a distinguir un patrón en todo ello. No es que haya tan sólo ‘un dolor’ en el cuerpo. Más bien es que ‘yo’ estoy adolorido, o que a ‘mí’ no me gusta ese dolor. Esta noción-raíz ‘yo’ es descrita de diferentes maneras, como sentido del ego o yo separado, o pensamiento-yo, o persona separada. Como fuera que lo describas, es el meollo de todo este mecanismo. Es aquello a lo que todos los conceptos ego-céntricos parecen referirse. La totalidad de las identificaciones están relacionadas con esta creencia central. La razón de que sean problemáticas es que la creencia-meollo es tomada como válida, cuando en realidad es completamente errónea.

Si me dijeras: ‘John, eres un elefante azul’, yo no creería eso ni por un segundo. No lo tomaría en serio. No asocio ese concepto con quien yo soy. Esa noción es patentemente falsa. No creo en ella ni me identifico con ella, en lo absoluto. Y, como consecuencia, no me perturba en lo más mínimo. Un concepto sólo te perturba cuando ‘cargas’ con él y crees en él. Si no creemos en él, carece de poder. Así que, para creer en un concepto, para sufrir bajo un concepto tal como ‘yo no estoy iluminado’, tienes que dar el paso intermedio de tomar al pensamiento-yo como válido. Tienes que tener al ‘yo’ no-iluminado, o cualquier otra identificación así… Esta comprensión nos permite llegar a la raíz del asunto muy directamente. En vez de tomar todos los posibles pensamientos y creencias recogidos a lo largo de los años, tomamos únicamente éste hasta llegar a la raíz. Así nos damos cuenta de que hay un mecanismo que mantiene todo esto junto. Si acabas con la causa-raíz —la creencia en el ‘yo’— entonces no hay lugar en que pueda arraigar cualquier otra identificación. Nada se adhiere nunca más… Esto nos muestra que es posible exponer el meollo de esa creencia y resolver la red completa del sufrimiento de modo concluyente.

Es importante ver de dónde vienen todos los conceptos y creencias. Todo eso es material recogido a lo largo de los años, porque no conocíamos nada mejor. La noción de ser un ‘yo’ limitado o separado es recogida en la mente a una edad temprana. Se asume como real. De ahí en adelante comenzamos a creer en montones de cosas relacionadas al sentido de ‘yo’. La gente nos dice cantidad de cosas… ‘Tú eres un cuerpo’; ‘tú eres un buen

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chico’; ‘tú eres un estudiante’; ‘tú eres esto, aquello y lo de más allá’. Todas estas cosas son básicamente definiciones conceptuales, ¿correcto? Cuando nos convertimos en ‘buscadores’ espirituales empezamos a identificarnos con diversas creencias tales como: ‘Soy una persona espiritual’; ‘soy budista’; ‘estoy en camino de la Iluminación’… Pero la verdad es que tú no estás en ningún camino, en lo absoluto. Eso es una construcción. Son aún definiciones de una entidad aparentemente separada, sólo que ahora tienes un nuevo conjunto de definiciones: ‘tú eres un buscador de la Iluminación’. Estas nociones generan tanto sufrimiento como el que experimenta cualquier persona así llamada ‘no-espiritual’. En el centro de ello está la noción de que ‘yo’ no soy completo, de que estoy separado, de que hay algo aparte de mí, de que no estoy aún allí, de que no soy lo suficientemente bueno, de que si tengo suerte hay algo que podría mejorarme… Tú aún estás atrapado en esta estructura conceptual. Puede que los buscadores estén listos para cuestionar algunos de estos conceptos, puede que no. Pero todos ellos forman parte aún del mismo mecanismo. ¡Tu naturaleza como conciencia innata no es la de ser un ‘practicante’ budista o Dzogchen!

Entonces, ¿cómo es que quedas involucrado en este show? La proposición central es que la razón por la que sufrimos es una creencia residual en la realidad de este concepto corazón. Esta creencia es el combustible de todo el resto de pensamientos habituales que nos mantienen enfocados en la mente. Asumimos que el ‘yo’ central es válido… Yo ya había escuchado eso, como un concepto, muchos años antes de conocer a ‘Sailor’ Bob. Recuerdo haber leído algunos textos budistas que decían que la raíz de todo sufrimiento era la creencia en un ‘yo’ separado. ¡Supongo que todo buen budista sabe eso! Pero lo que no advertía era cómo aplicarlo y qué era lo que realmente significaba. Aun cuando había estado expuesto a ese indicador desde años atrás, yo todavía funcionaba claramente desde el sentido de que era un ‘yo separado’.

Por ejemplo, cuando fui a Australia para ver a ‘Sailor’ Bob, pensaba: ‘Me voy a Australia. Necesito respuestas. Necesito encontrar la ‘Iluminación’. Quizás él pueda ayudarme. Voy a conseguir algo que me falta’. Aún no estaba claro para mí que todo este mindset era un complejo sistema de creencias centrado en un ‘yo’ aparentemente separado. Como la presencia intrínseca de conciencia que verdaderamente somos, ¡yo no tenía ninguna

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necesidad de ir a Australia! No necesitaba conseguir nada. No había nada que él pudiera darme, en un sentido absoluto. Incluso recuerdo un e-mail donde le manifestaba mi deseo de verlo, al cual ‘Sailor’ Bob me respondió que ‘no había necesidad de ir’. Me señaló que yo ya tenía todo lo que necesitaba. Pero yo aún operaba bajo la falsa creencia en el ‘yo separado’. Y resultó que había ‘algo’ en que él sí me ayudó: simplemente, me mostró lo que estaba sucediendo y expuso la falsa creencia de quien yo pensaba que era, de modo tal que esa creencia pudiera ‘desprenderse’ en ese ver. Aun cuando ‘nada’ conseguí de ‘Sailor’ Bob, le estaré eternamente agradecido por esa ‘nada’.

Así que el pensamiento ‘yo’ es una total ilusión. No está ni siquiera allí. Es una completa asunción. No hay ninguna evidencia de que exista siquiera: es un concepto y no tiene ninguna existencia real en lo absoluto, salvo como asunción. Cuando echas una mirada, descubres que la persona separada —que habíamos tomado como nuestro yo— es una ilusión. Para ser aún más enfático: ni siquiera existe. No está presente. No hay ninguna evidencia de un yo limitado, separado… Cuando eso se ve, cuando tú realmente reconoces ese punto, sucede que arrojamos la creencia fuera de toda la estructura. Así que echas una mirada y adviertes que no hay ningún ‘yo’ separado. Yo no soy un deficiente ‘yo’ separado. Yo no soy una entidad así, en lo absoluto. Si alguien viniera y me dijera: ‘¡Pobre John! Él no está iluminado’, ¿a quién se estaría refiriendo? Una vez que se cuestiona ese mecanismo central, todo posible pensamiento ego-céntrico queda invalidado. El punto que ‘Sailor’ Bob enfatizó para mí fue que, cuando ves que el ‘yo’ no está presente, entonces todo tu sufrimiento, tu búsqueda, tus dudas y problemas quedan resueltos. Hay en ello una causa y un efecto. El ‘yo’ central es la causa, y las otras creencias y conceptos dependen de eso. Así que, sin una causa, ¿puede haber algún efecto? Este es el punto que él resaltó.

Y esto nos vuelve al comienzo. Asumiendo que entendemos lo que se está señalando, entonces la pregunta es: ¿Hemos visto por nosotros mismos que el yo separado no está presente?… Yo, ciertamente, no lo veía al comienzo. Si la mente construye estas identificaciones, tales como ‘yo soy esto, yo soy aquello’, y les da realidad, o cree en ellas y las toma por reales, entonces, a pesar de cualquier conocimiento teórico que tengamos, aún no hemos visto que el ‘yo’ es un punto de referencia inválido, nulo. Lo que me

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resultaba extraño era que yo ya estaba bastante familiarizado con las enseñanzas de Ramana Maharshi. Estaba muy al tanto de su enseñanza de ‘auto-indagación’, que era un análisis de la mente para ver si el pensamiento-yo raíz, como él lo llamaba, estaba ahí o no. Él hablaba de esto muchísimo, y parecía ser la piedra angular de gran parte de su enseñanza. Entonces, cuando la gente se le aproximaba y le decía que aún no eran libres, él respondía cosas como: ‘Muy bien. ¿De quién estás hablando? Echa una mirada. ¿Qué es ese ‘yo’ que está en esclavitud?’. Así que yo ya había escuchado algo que iba por estas mismas líneas, pero aún no estaba claro para mí lo que realmente se estaba señalando. Yo había conocido a varios maestros occidentales que intentaban presentar las enseñanzas de Ramana Maharshi, pese a que nunca lo habían conocido. Eso, en sí mismo, era una ‘bandera roja’. Volviendo atrás, veo que su comprensión de esto era muy confusa, muy poco clara. Como resultado, ellos realmente nunca habían ayudado a nadie, hasta donde podía ver. ‘Sailor’ Bob fue capaz de dejar esto muy claro para mí.

Ahora intentemos poner todo esto junto. Tú ya eres totalmente libre. No hay nada equivocado en ti. Tú ya eres esa realidad intrínseca y siempre lo serás. No hay la más mínima cosa equivocada contigo. No hay nada que necesites hacer. Tú puedes salir por esa puerta en cualquier momento, y no eres nunca nada excepto esa libertad pura. Tu naturaleza es ‘simple e innegable presencia-conciencia’, no es una ‘persona’ separada. La persona separada nace en el pensamiento como un concepto. Así que podemos ver que todo ese sufrimiento es… conceptos en torno a un yo ficticio. Sobrevive a través de la creencia. Depende de la idea de que hay un ‘yo’ distinto, separado, en nuestra experiencia. Eso es todo lo que está ocurriendo. Entonces das un paso atrás y adviertes que todo eso es una construcción conceptual basada en una visión errónea, en una idea errónea. Lo que se señala es que no existe ninguna evidencia de que tú estás allí como un ser separado, aparte de la conciencia presente. Tú no puedes encontrar ningún ‘yo’ en el cuadro, en absoluto.

No importa qué tanto mires, no importa dónde mires, no importa cuánto explores y examines, si tratas de rastrear y localizar a este ‘yo’ aparentemente separado, no encontrarás ninguna evidencia de su existencia. Nunca la encontrarás ni puedes encontrarla. No hay nada allí. Ver esto descarta la creencia en toda

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la estructura conceptual. No hay nada teorético en ello. No es ni siquiera una práctica. No es algo así como ‘puede que sí, puede que no’. Es una cosa experimentada muy claramente, tan claramente como si hubieras pensado que había una serpiente sobre la mesa, entonces miraste y advertiste que no había ninguna serpiente allí… Tú ya no sufrirás más por esa creencia.

Así que necesitamos echar una mirada para examinar y ver dónde está este ‘yo’ que está en la raíz de todos nuestros problemas. Me gusta decir que el sufrimiento tiene una causa, pero que cuando buscas esa causa, ¡encuentras que no existe! En el reconocimiento de que la causa es inexistente, el problema del sufrimiento queda resuelto. Una vez escuchado todo esto, podemos abarcarlo y reconocer por nosotros mismos su verdad. No hay nada difícil en ello una vez que los puntos esenciales quedan aclarados. No hay necesidad de esperar años practicando, alimentando esperanzas, haciendo esto o haciendo aquello. Todas eso puede hacer que pases por alto la raíz del asunto. Y los resultados de esta comprensión son evidentes de una manera inmediata. Cuando el sufrimiento surge en nuestra experiencia, ahora se le reconoce como nada más que pensamientos. Se ve con claridad que giran sobre un yo separado… Una vez que abandones la habitación serás capaz de reconocer y apreciar que la raíz misma del mecanismo es inválida, nula. ¿Hay alguna evidencia de un ‘yo separado’? Si es así, ¿dónde? ¿La encontraste alguna vez?… Todas estas cosas están allí para ti, para que las veas por ti mismo.

En algún punto caí en la cuenta. Yo pensaba: ‘Estoy aquí presente y consciente. No hay ninguna duda al respecto. No hay modo de que yo esté separado de la conciencia’. Podía ver eso tan claramente como la luz del día. Veía pasar algunos pensamientos, sensaciones y percepciones. Eso era todo lo que podía ver. Miraba todo ello y pensaba para mí: ‘Entonces, ¿dónde está el ‘yo separado’? ¿Dónde está John Wheeler, la entidad, ese que tiene todos estos problemas y dudas? Veo pensamientos ir y venir, pero ninguna evidencia de que esos pensamientos sean lo que yo soy. Y lo mismo con los sentimientos y las sensaciones’. Al mirar en tu experiencia directa, todo lo que ves son algunos pensamientos, sentimientos y sensaciones, pasando. Así que la persona por la que nos habíamos tomado no está realmente presente en la experiencia directa. Es tan sólo una asunción. La mente ha creado esta noción, pero no hay nada sustancial en ella. No podemos

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descubrir ninguna ‘cosa’ en particular que sea este yo separado. Podrías decir que el pensamiento ‘yo’ está presente como pensamiento. Pero eso es un pensamiento. No es lo que tú eres. Tú eres la conciencia que conoce a ese pensamiento. El pensamiento viene y va. Inclusive si no estás pensando ese pensamiento, tú estás perfectamente bien.

Estas son las cosas que quedaron aclaradas. Nisargadatta dijo alguna vez: ‘Todo sufrimiento está basado en la creencia en una persona. ¡Y no hay ninguna persona!’. ¡Y esa es la esencia del asunto! Eso es lo que se me estaba señalando, y encontré que era suficiente. Tú no necesitas nada más. Ver la verdad de quien tú eres y disipar la ilusión de lo que no eres es más que suficiente. Mis largos años de búsqueda, de sufrimiento, de sentirme limitado, asumiendo que yo era una persona defectuosa… todo eso terminó. Y aquí sentados, ahora mismo, todo lo que hay es esta presencia de conciencia. Puede haber unas pocas cosas apareciendo en ella, pero ninguna está separada de la conciencia. La raíz de todo sufrimiento es la noción de que yo soy algo aparte de esa conciencia intrínseca. Esa creencia en la separación se ‘siente’ como limitación. Crea un sentido de ser incompleto. Es el combustible de la búsqueda para determinar qué es lo que esa (asumida) persona podría ser. Pero vuelve a la experiencia presente y verás que nunca has sido un ser separado. Tú eres el ser mismo. Tú nunca estuviste apartado. Por consiguiente, la base de todo el sufrimiento conceptual es simplemente inválida, nula.

Básicamente, ver las cosas desde esta perspectiva se hace cargo de la raíz del problema. ¿Qué puede ocurrir entonces? Todo lo que puede ocurrirte es que la mente siga generando hábitos residuales del pasado. Acostumbraban a aparecer, así que podrían reaparecer en la mente. Pero no tocan la conciencia. No te ‘sacan’ de lo que tú eres. No se refieren a ninguna persona real, porque no hay nadie allí. Son como cáscaras o cosas sin vida que se muestran sobre la pantalla, pero en las que ya no se cree. Flotan por ahí y te dejan tal como tú eres. No significan nada en relación a ti. Son sólo efectos residuales, mecánicos. Son como una rueda de alfarero girando aún, una vez desenchufada. Es tan sólo una ocurrencia impersonal. Y hay la posibilidad de que, debido a que se cree menos y menos en ellas, se resolverán por sí mismas. Estarán menos y menos presentes como para preocuparse por ellas.

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La gente algunas veces siente que serán libres únicamente cuando la actividad del pensamiento se detenga y ya no aparezca ningún concepto ego-céntrico. Bien, ¡eso es volver a caer en otra historia ego-céntrica! Los pensamientos son impersonales. No pertenecen siquiera a la conciencia. Pertenecen a una imagen de una entidad que ‘murió’ en el camino, porque no es real. Lo que pensábamos que éramos es como un sueño muerto y sin ninguna sustancia.

Después de conocer a ‘Sailor’ Bob, pensaba: ‘¿Cuándo volveré a quedar atrapado en la búsqueda y las dudas? ¿Cuándo aparecerán los problemas nuevamente? ¡No puede ser tan simple!’. sin embargo, encontré que, de hecho, todo había quedado resuelto perfectamente. No necesitaba ‘trabajar’ más en el asunto, ‘perfeccionarlo’, regresar donde ‘Sailor’ Bob para ‘afinar’ las cosas ni nada por el estilo. Él simplemente desplegó todo sobre la mesa. Nunca lo había escuchado tan claro de la boca de nadie. Cantidad de enseñanzas aludían al auto-conocimiento e insinuaban la verdad de quienes somos, pero luego te empujaban de vuelta a las prácticas, a las técnicas, a los gurús, a logros ‘futuros’, y así sucesivamente. Te devolvían nuevamente a la mente, pensando que todavía no eras entero y completo. ‘Sailor’ Bob es de los pocos que te dicen: ‘Esto es lo que es. ¡No hay ninguna cosa más!’. Solía decir: ‘No hay nada [ninguna-cosa] más allá de ‘nada’ [ninguna-cosa]’. Si ves esto por ti mismo, esencialmente, ¡has terminado con ello! Tú ya no vas a emprender alguna práctica o creer en alguna promesa de iluminación en el futuro. ¿Quién necesita eso cuando tú ya eres lo que estás buscando? Puedo decir con absoluta convicción que este modo de mirar las cosas fue absolutamente capaz de resolver todas las dudas que aún me quedaban. ¡No hay ninguna duda ya sobre eso!

Cosas como el karma o la reencarnación —todos esos conceptos tradicionales, doctrinarios— están referidos todavía a la entidad imaginada. Una clara visión de las cosas elimina el interés en cantidad de ese material. Si piensas: ‘Aún tengo que hacer esto, o aquello’… Bien, eso es aplicable sólo si eres un ‘yo’ separado. Por el contrario, si eres pura conciencia, la cual es intrínsecamente libre por naturaleza, entonces no tienes ninguna necesidad de hacer nada en absoluto. ¿Quién está allí para hacer nada, si no hay ninguna persona presente? Entonces se vienen abajo todos los conceptos espirituales, pues están basados en la entidad asumida.

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En el budismo tibetano se dice que la enseñanza más alta y profunda del Buda era un ‘señalar directo’ a nuestra naturaleza innata de conciencia intrínseca. Pero si la gente no entendía esta visión, entonces el Buda proporcionaba distintas enseñanzas ‘relativas’. ¿Por qué? Pues para dirigirse a la posición conceptual en que la gente ‘imaginaba’ estar. Pero la enseñanza más alta nos dice muy claramente que esas enseñanzas ‘relativas’ son incapaces de proporcionar una libertad duradera. La razón es que todas ellas están basadas en una falsa premisa. Se dan únicamente como un paso intermedio a todos aquellos que están comprometidos con la idea de que son alguna clase de entidad. Pero esas enseñanzas relativas no son la enseñanza más alta. No son la enseñanza central. No son capaces de revelar nuestra libertad innata y siempre-presente. Por ello debes renunciar a todos los conceptos, caminos y aproximaciones, y ver que, aquí y ahora, tú ya eres libre, porque nunca fuiste, ni por un instante, otra cosa que esa pura presencia-conciencia misma.

Otros diálogos

A la mente, déjala ser

Pregunta: Las cosas se están desplegando muy bien aquí…

John Wheeler: ¿Qué está conociendo qué? ¿En qué se está desplegando todo? Vuelve a eso. El ‘desplegarse’ es en el tiempo. La Realidad está siempre-presente y es atemporal. ‘Sitúate’ en el corazón de la presencia-conciencia atemporal. Todo lo demás viene y va. Esto no.

P: Es relativamente sin esfuerzo.

JW: La conciencia es 100% natural y sin esfuerzo. ¿Cuándo, en tu experiencia, no está brillando? El hecho de estar presente y consciente es totalmente sin esfuerzo. Eso es lo que tú eres, y está ya presente. La pasamos por alto porque estamos buscando algo exótico, ¡pero ha estado aquí mismo todo el tiempo!

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P: Recuerdo haber leído algo sobre la mente ‘cayendo’ en un estado abierto. Ahora mismo, la mente es muy activa, y parece como que todavía creyera que está conduciendo el show.

JW: Tú aún estás concediendo cierto énfasis a la mente. ¡La respuesta no está ahí! ¡Déjala moverse como quiera! ¿Estás acaso en control de ella? ¿Tienes acaso algún poder sobre ella? ¡No! Déjala ir. La puerta dorada a la libertad está en otra dirección. Eso en ti que está presente y consciente está siempre libre de la mente, así como el sol que brilla sobre las nubes. El sol nunca se preocupa de las nubes. La conciencia nunca es perturbada por los pensamientos. Es sólo el interés en los pensamientos lo que nos ata a ellos. No hay libertad o alegría disponibles si miramos a través de la mente.

El directo reconocimiento de la luz y el amor está en la aprehensión no-mental, no-conceptual de la conciencia. Los pensamientos no forman ninguna barrera a esto. Los pensamientos no pueden estar allí sin la conciencia, ¿correcto? Así que la conciencia está aquí. Es también presencia, apertura y amor. Simplemente vuelve a ella. Esta ahí mismo, siempre en ti.

P: Hay aquí un auténtico deseo de establecerme ahí.

JW: Eso te mantendrá ‘colgado’. Es un concepto, y pone a la mente en conflicto consigo misma. Es una señal de que aún estás buscando en la mente aquello que es real. Ponemos esa expectativa en la mente y ésta no puede satisfacerla. ¿Qué tiene que ver el amor con la mente? A la mente déjala ser. Puede estar ahí o hacer cualquier cosa. Mantente mirando aquello que es presente y claro, y no regreses a la mente. Ni renuncies a ella, ni la juzgues ni hagas nada con ella. Es tan sólo unas pocas nubes pasajeras flotando en medio de un claro cielo azul. ¿Qué es eso que está mirándolas? ¿Qué eres tú en relación a esos pensamientos?

P: ¿Es esa apertura algo que eventualmente ocurrirá?

JW: No, porque ya está presente. Simplemente estamos pasándola por alto. Ve si puedes encontrar esa espaciosidad ya presente en ti.

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P: Supongo que es tan sólo otro indicador, y que no tenemos que esperar ningún desarrollo ulterior.

JW: Abandona la expectativa de cualquier experiencia especial en el futuro. Eso te mantendrá en un círculo vicioso. Tu verdadera naturaleza está siempre en el presente.

P: Yo sé lo que soy, pero hay aún un ardiente anhelo de que las cosas sean de cierta manera. Pienso que todavía tengo algún sentido de ser un individuo. ¿Tienes alguna sugerencia para clarificar esto? Pienso que he trajinado cada camino posible.

JW: Son sólo algunos hábitos residuales. Ellos se cuidarán de sí mismos a medida que te estabilices en el reconocimiento de tu verdadera naturaleza. Puede que haya aún algunos conceptos flotando por ahí como viejas telarañas, alguna sutiles creencias en el futuro, alguna tendencia residual de mirar en la mente por algún estado que no tienes. Eventualmente llegarás a verlos como falsos conceptos, y entonces ya no te turbarán nunca más.

Sólo mantenlo simple

Pregunta: Desde hace cosa de un año que me siento perplejo y fascinado por la No-Dualidad. He tratado de realizar este auto-análisis crucial de descubrir quién soy y dónde existo. Me doy cuento que no soy mis pensamientos y que aún estoy consciente cuando no tengo ningún pensamiento. Pero no puedo decir que no soy mi cuerpo porque mi cuerpo está siempre aquí y nunca desaparece. Aparentemente, la conclusión a la debería haber llegado es que yo no soy mis pensamientos ni mi cuerpo, y que, consiguientemente, soy la conciencia subyacente. Pero no puedo llegar a esa conclusión. ¿Qué estoy haciendo mal? Espero que puedas ayudarme.

John Wheeler: Tan solo mantenlo simple. Detente ahora mismo y nota el hecho de tu presencia, que existe y está consciente ahora mismo. ¿Hay alguna dificultad en reconocer ese hecho? Eso es lo que tú eres. Es claro y presente en todo momento y nunca puede ponerse en duda. Ve que esto no es una conclusión de la mente. No hay ninguna necesidad de conclusión alguna.

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El reconocimiento del hecho de la presencia-conciencia no es a través de la mente o los sentidos. Cuando te preguntas a ti mismo si existes y estás consciente, la respuesta que aparece no es producto de una cadena de razonamientos, sino un reconocimiento directo, no-conceptual. Ese es el porqué le llaman ‘conciencia no-conceptual’. Tú no puedes utilizar la mente para reconocer lo que se está señalando. Sin embargo, es fácil de ver, una vez que ‘captas’ el indicador. La simplicidad es la clave.

Tú estás presente y consciente. Eso es lo que tú eres. Todo lo demás simplemente surge y desaparece en esta presencia, que está siempre-presente y clara como esa cualidad-de-conocer que conoce y que, por tanto, trasciende todas las apariencias. Es eso en dos palabras.

P: Gracias por tu paciente respuesta a mi pregunta. John, ¿importa acaso cuál sea mi motivación en este deseo de despertar? Mi sensación es de que estoy parcialmente motivado por el deseo de conocerme, verdaderamente, a mí mismo, pero también parcialmente motivado por mi ego, que desea ser superior a la gente ordinaria y no-despierta.

JW: Básicamente, todo el mundo desea ser libre y feliz. Todo el mundo desea conocer lo que es real. No hay necesidad de encontrar en tu motivación segundas intenciones. Ello es tan sólo la mente que intenta evaluar las cosas. Tan sólo sigue a tu corazón. El foco naturalmente cae fuera de la mente y sus preocupaciones. Lo que está apareciendo es tan sólo algún pequeño residuo del condicionamiento pasado. No hay problema. No hay necesidad de preocuparse demasiado por ello. Las ideas de gente ‘superior’ y gente ‘ordinaria’ son sólo viejos conceptos. Tú existes y estás consciente ahora mismo. Ello nada tiene que ver con ‘superior’ u ‘ordinario’. Es un hecho simple y trasciende tales etiquetas y categorías mentales.

P: Yo atravieso alternativamente por periodos (algunas veces por minutos, otras por horas) en que siento una gran paz y una profunda quietud, y luego por otros en que me siento de vuelta en fuertes pensamientos y sentimientos sobre mi situación vital: todas las cosas malas que me han ocurrido y toda la gente que me ha embromado alguna vez. ¿Decrecen lentamente estos fuertes

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pensamientos y sentimientos a medida que uno ‘descansa’ más y más en la conciencia? Es como un viaje en una montaña rusa.

JW: Sí. El foco en los pensamientos disminuye. Continúa notando el hecho de ser o de la presencia-conciencia, como quiera que lo llames. Los pensamientos vienen y van pero tú permaneces: claro, presente y sólido como una roca. Prestamos atención a los pensamientos porque pensamos que nos dicen algo sobre lo que somos, pero no es así. Una vez que esta confusión queda aclarada, el foco regresa a aquello que verdaderamente somos.

P: ¿Es verdad que no hay nada que uno pueda hacer para despertar, porque no hay ningún ‘yo’ allí? Si es así, entonces, ¿es el proceso de despertar, simplemente ‘tu’ conciencia ‘disparando’ alguna resonancia en ‘mi’ conciencia? Siento como si fuera un pollito sin cabeza dando vueltas por ahí en busca de aquello que no puedo encontrar.

JW: No. No concuerdo en que no haya nada que tú puedas hacer. Simplemente investiga aquello que tú eres. Echa una mirada para verificar los indicadores. Si no hubiera nada que hacer, no tendría ninguna utilidad el hablar de esto. La investigación revela que lo que tomábamos por nosotros mismos no es verdad. Y también clarifica lo que somos. A la luz del claro ver, el ‘hacedor’ separado es visto como falso. Pero tú necesitas mirar, y ver esto por ti mismo. Suena como una paradoja, pero realmente no lo es. Nosotros simplemente clarificamos las dudas y volvemos al reconocimiento de lo que es verdad. Nada cambia realmente si la confusión no es ‘removida’.

P: Disculpa por estas preguntas. Sé que podría seguir formulándote preguntas por toda la siguiente década, y probablemente ello no me acercaría a lo que busco, porque en último término no existe ninguna fórmula mágica para el despertar.

JW: No te ates demasiado al concepto de ‘despertar’. Es tentador, pero aún sigue siendo un concepto. Sea lo que fueres, tú eres, incluso ahora. Es simplemente ver lo que está presente. No

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hay necesidad de despertar ni de ningún evento o logro. Eso es un concepto que te mantiene mirando en la dirección equivocada.

El antídoto del sufrimiento

Pregunta: Quizás el más preciado don de la comprensión es la ausencia de cualquier necesidad de prueba ulterior de que ‘comprendo’, o de que ‘hay comprensión aquí’, como inicialmente intentaba probar a alguno (¡a mí!) de que ‘yo’ estoy ausente.

John Wheeler: Todo lo que podría decir es lo siguiente, que es tan sólo un sumario de los puntos más fundamentales. Tú existes y estás consciente. Lo que tú buscabas y necesitabas saber era únicamente esto. Esto es lo que tú eres. Es fácilmente verificable y no puede ponerse en duda. Todos los maestros y todos los libros, si tienen algún valor, están señalando esto que tú eres. Y por tanto, una vez que esto se comprende, se convierten en material ‘redundante’.

El sufrimiento: pocos consiguen clarificar y comprender realmente el sufrimiento. Sin llegar a colocar el sufrimiento ‘en foco’, cristalinamente, la búsqueda y el sufrimiento continúan, sin importar qué tanto más hayamos comprendido. El sufrimiento es todas las dudas, los problemas, los temas, las preguntas y los conceptos que turban la mente y el corazón. Estar, por ejemplo, tendido en una cama a las tres de la mañana preguntándose: ‘¿Por qué cojones soy este jodido bueno-para-nada?’… Cuando se mira de cerca, todo ello no es otra cosa que pensamientos. Sin estos pensamientos, un ‘problema’ como éste carece de existencia. El sufrimiento es un subconjunto de pensamientos. Esto lleva a aquellos con tan sólo una comprensión parcial del asunto a intentar liberarse del pensamiento. Ello es totalmente infructuoso, del mismo modo que cualquier otro ruido mental, y es tan sólo otro movimiento del pensamiento.

No todos los pensamientos son sufrimiento, sino únicamente un subconjunto de ellos. Ellos son los pensamientos que giran en torno a ‘mí’. El sufrimiento no es ni más ni menos que pensamientos ego-céntricos. ‘Ningún pensamiento ego-céntrico’ significa ‘ningún sufrimiento’. La raíz de todos estos pensamientos ego-céntricos (la causa) es la idea de un ‘yo’ separado. Esa noción-raíz, es decir, que ‘yo’ existo como una cosa aparte de la presencia-

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conciencia, fue el comienzo del sufrimiento y la separación. Todas las identidades, los conceptos, las creencias, las etiquetas y demás, que caen en la categoría ‘pensamiento ego-céntrico’ son tan sólo ideas ‘amarradas’ a esta creencia raíz. Una vez creída la noción de separación, pasamos la vida entera intentando solidificar esta noción imaginada a través de la creencia en conceptos ego-céntricos (creados por la mente) como: ‘yo no soy suficientemente bueno’, ‘yo no estoy aún iluminado’, ‘ahora lo tengo’, ‘ahora no’, ‘otros están allí, yo no’, y así sucesivamente. Todo ello es fraudulento, porque todo ello es cháchara en torno a un ‘yo’ defectuoso, separado y aislado que hemos tomado por real.

El antídoto es simple, elegante y profundo. Consiste en cuestionar si existe o ha existido jamás una cosa tal como un ‘yo’ separado. Si existe, debe ser algo presente y observable. ¿Dónde? ¿Puede ser visto o encontrado en la experiencia directa? Por el otro lado, ¿puedes jamás encontrar un ‘ti mismo’ separado y aparte de la existencia-conciencia? ¿Hay en absoluto una persona separada en el cuadro? ¿Ha habido jamás alguna? La presencia-conciencia es, en la experiencia directa, pura claridad, paz y totalidad. No hay la más mínima cosa ‘equivocada’ en ella, y no necesita ser ‘mejorada’ o ‘arreglada’. Y esto, luego de un examen meticuloso, es lo que tú eres. No es un logro sino un hecho que necesita simplemente ser verificado. Es muy fácil escuchar lo que estoy diciendo, y sin embargo, no ‘aplicar’ lo que está siendo señalado.

Hay que ver que todo sufrimiento, duda o confusión es simplemente un movimiento del pensamiento y nada más. Ve que tales pensamientos son sencillamente historias o cuentos sobre un pobre ‘yo’ separado y defectuoso; en otras palabras: pensamiento ego-céntrico. Todos esos pensamientos dependen de la existencia de una supuesta entidad, asumida como presente durante tanto tiempo, y que jamás nos hemos cuestionado si pudiera estar del todo ausente. Buscar esta supuesta entidad separada y ver, realmente ver, que no hay nada allí, ‘desenchufará’ completamente al pensamiento ego-céntrico, porque la causa-raíz, la supuesta presencia del ‘yo’, ha sido cuestionada. Sobrevivía porque no hubo ninguna auto-indagación.

Si miras a través de todo esto y tienes un vislumbre de claridad, y sales con que ‘ahora lo tengo’, es que no has entendido nada. Eso es tan sólo otro pensamiento ego-céntrico de alguien que piensa que ahora ‘él está ahí’. Esta es una trampa sutil en la que es muy

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fácil de caer. Toda esta cosa no es un premio a obtener ni alguna meta a alcanzar. Con esta actitud, el sentido del ‘yo’ separado entra por la puerta trasera anunciando orgullosamente su ausencia: el fabulado ‘ego iluminado’. La prueba de que esto no funciona es que el sufrimiento y las dudas y preguntas continúan apareciendo, porque la raíz no ha sido realmente amputada.

Coge este asunto del sufrimiento por las astas y aplícalo realmente en la experiencia directa. El resultado neto es que el sufrimiento, la búsqueda, la adoración de maestros y la búsqueda de técnicas llegan a un alto. No hay nadie allí que pueda darnos algo que no esté presente ya en nosotros. Una de las señales de que esto ha dado en la diana será una aversión a poner a alguien —incluido uno mismo— en un pedestal. Sin nadie allí, ¡no hay nadie a quien poner o sacar del pedestal!

P: Gracias por este último sumario —inesperado y del todo bienvenido— de los fundamentos. Lo encuentro bellamente preciso, especialmente en relación a las trampas en las que uno cae. Parece simple y elegante, y encaja perfectamente en la situación en la cual me encuentro ahora, mientras todo se va estableciendo y la mirada parece más natural y menos artificiosa.

La conciencia y la mente

Pregunta: Me pregunto si podrías detallar tu comprensión de los dos aspectos del reconocimiento que algunas veces mencionas: el de reconocer que tú eres la conciencia No-Dual, y el de erradicar la causa del sufrimiento. Mencionas en tu libro que, a menudo, hay un ir y venir durante el periodo de ‘establecimiento’, en el cual la gente reporta que la conciencia ‘espaciosa’ es auto-transparente por algunos instantes, y luego opaca, cuando la mente queda ‘fijada’ en algo (oscilando entre la conciencia y la mente). De acuerdo a tu comprensión, ¿cómo entiendes la diferencia entre la conciencia y la mente?

John Wheeler: Para mí, la conciencia se refiere al sentido no-conceptual del puro-conocer mismo. Está siempre-presente y clara, y más allá de toda duda. Nada tiene que ver con el pensamiento. Luego está la mente, que es pensamiento conceptual, o simplemente pensamiento. En último término, la conciencia y la

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mente son uno, porque no puede haber ningún pensamiento aparte de la conciencia. La conciencia es la sustancia con la cual el pensamiento es fabricado. Imaginar el pensamiento como un algo independiente, separado de la conciencia, y más importante aún, imaginarnos a nosotros mismos como algo aparte de la conciencia, es realmente la única cuestión. Ello constituye la raíz de todo sufrimiento y de toda esclavitud imaginarios. Rectificar de modo decisivo este asunto a través del claro ver acaba con todas las preguntas, dudas y sufrimiento.

P: ¿Qué es eso que oscila?

JW: El foco de nuestra atención vagabundea entre distintas falsas creencias. La siempre-clara conciencia nunca se ‘marcha’, en absoluto. Tan sólo la pasamos por alto y nos enfocamos en las sombras. Pero inclusive esas sombras están surgiendo y desapareciendo en la clara presencia de la conciencia. Una vez que esto se ve, la oscilación cesa. Esto puede verse y resolverse directamente, una vez que estamos claros sobre lo que está siendo señalado.

P: ¿Hay alguna preferencia por algún estado en vez de otro? (por ejemplo, enfocarse o no enfocarse en el pensamiento).

JW: Una vez que ves lo que está teniendo lugar, no hay ninguna diferencia. La conciencia está siempre presente y nunca la abandonas. Ver esto es el fin de toda oscilación.

P: ¿Hay algún beneficio en cultivar el hábito de ‘habitar’ en, o como, la conciencia, en vez de en, o como, el pensamiento?

JW: Los hábitos y su cultivo son sostenidos en la mente. No pueden tener lugar excepto como una actividad conceptual, reforzando así el error básico. La conciencia no puede ser practicada. Hay tan sólo el ‘hecho’ de ella. Todas las prácticas son desde el punto de vista de la entidad separada imaginada y deben ser finalmente abandonadas.

P: ¿Ves este hábito como algo que pueda lograrse fácilmente?

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JW: Es totalmente innecesario. Tan sólo necesitas ver los hechos. La comprensión es todo. La práctica es una aproximación mucho menos efectiva. El reconocimiento de tu verdadera identidad es la comprensión última.

P: ¿Cómo erradicar la causa del sufrimiento?

JW: Rastreándola hasta su raíz, la cual es una falsa creencia, y erradicando la falsa creencia a través del claro ver. La ignorancia es erradicada a través del conocimiento. Todo gira en torno a la comprensión y no al ‘hacer’. De cualquier manera, la creencia de que tú eres un ‘hacedor’ (o autor) es la incomprensión-raíz. Tú eres totalmente inexistente como entidad separada.

P: ¿Cómo se logra una profunda comprensión (y no una meramente intelectual)?

JW: A través de un penetrante examinar con el objeto de ver si algún ‘yo’ separado está presente, y no como mera especulación, sino como un mirar o ver factual, en la experiencia directa. Pensar y ver son completamente diferentes. Es como leer el menú y comer el alimento. La mayoría de buscadores espirituales, debido a esta confusión, se comen el menú.

P: En tu comprensión, ¿cómo están relacionadas estas dos aproximaciones que hemos estado discutiendo?

JW: Van juntas como las dos alas de un pájaro. Es una aproximación ‘en tandem’ que revela claramente lo que es real en ti y que desmantela el sufrimiento-raíz, que es la creencia de que existes como un ‘yo’ separado aparte de lo real. Habitualmente, esto no da en el blanco meramente a través de la lectura de libros. Pareciera accesible de un modo más claro, en la vida práctica, a través del contacto y el diálogo vivientes. Invariablemente, intentamos ‘captar’ esto como si se tratara de un reconocimiento mental. Pero nada tiene que ver con la mente. Así que, a menos que tengamos un ejemplo vivo, tendemos a ‘caer’ de vuelta en una comprensión intelectual. De cualquier manera, ésa ha sido mi experiencia.

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No hay separación, en ningún momento

Pregunta: He leído Awakening to the Natural State, y es asombroso. Estoy a la espera de Shining in Plain View. Irrumpí en la No-Dualidad hace cerca de seis meses. Mi historia anterior me demandó treinta años de búsqueda, que parece ser el promedio dentro de la comunidad No-Dual.

John Wheeler: Sí. Fisgoneamos la mayoría de nosotros por unos años antes de encontrar que la respuesta estaba ante nuestras propias narices. ¡Y quedamos agradecidos de que se nos lo señale!

P: Básicamente sí. Concuerdo con ello. Y la comprensión ahora es completa.

JW: Me alegra escuchar eso. Ten en mente que ‘concordar’ es en términos generales un asentimiento mental, lo cual en sí mismo está muy bien. La comprensión es completa porque el hecho de la presencia, del ser o de la conciencia (cualquiera sea la etiqueta usada) está totalmente presente y clara. Es ese sentido indudable de ser que nadie puede negar. En este sentido, la comprensión es total y completa para todo el mundo en todo momento.

P: Pero los viejos hábitos mueren con dificultad.

JW: Ningún hábito o duda contradice jamás lo que está siendo señalado. Hábitos, dudas y todo lo demás surgen en la inmediata y clara presencia que tú eres. Ver esto es todo lo que se necesita. Hasta que la simplicidad de esto sea advertida, vuelve una y otra vez a los indicadores básicos y míralo por ti mismo. Es útil también exponer y desmantelar las creencias en contrario. La fijación en esas creencias nos mantiene mirando fuera de la simplicidad de aquello que está siendo señalado.

P: Tan sólo he estado leyendo tu web site nuevamente y encontraba que surgía el pensamiento ‘Oh sí. Por supuesto. No hay ningún ‘yo’. Hay únicamente conciencia’.

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JW: Con o sin pensamiento, la conciencia es. Es ese espacio de puro conocer en el cual todo pensamiento (y no-pensamiento) surge.

P: ¡Es tan obvio cada vez que lo leo o lo encuentro!

JW: Sí. Es la belleza de ello. Ten en mente tan sólo que no es obvio porque tú lo leas. Es obvio en y por sí mismo. Las afirmaciones o indicadores son auto-evidentes y reconocidos inmediatamente como verdaderos.

P: Entonces aparece el lado resbaladizo… Mientras escribo puedo casi escuchar tu respuesta (y la de algunos otros maestros que conozco). Tú (o cualquiera de ellos) podría decir: ‘¿Qué es eso que está consciente de ese lado resbaladizo?’ Entonces hay conciencia de la conciencia nuevamente, por decirlo así.

JW: Excelente visión. Encontrarás al mirar esto que tú estás presente y consciente. Eso simplemente permanece como el contenedor de todas las experiencias. Eso no está separado de ti, y es, de hecho, tu verdadero ser o verdadera esencia. No es algo a lo que devienes consciente porque no es un objeto que pueda ser captado o visto como si estuviera frente a ti. Es la indudable tal-idad o es-idad, la constante presencia-conciencia brillando al centro mismo siempre. La aparente desviación de esto es sólo eso: sólo una apariencia, porque no puedes ‘dejar’ el hecho de tu propio ser. El ‘lado resbaladizo’ y la ‘conciencia de la conciencia’ son apariencias conceptuales surgiendo y pasando a la luz de la conciencia presente. Una vez que ves lo que está siendo señalado aquí —y es muy simple— la oscilación termina completamente. Simplemente estábamos ‘enfocados’ en la dirección equivocada.

P: No obstante, pareciera haber algo diferente en ustedes, los maestros. El aparente ‘procedimiento’ no ocurre. La ‘conciencia de la conciencia’ no parece disminuir.

JW: Ahora mismo, todas esas ideas son tan sólo pensamientos apareciendo en… ¿qué? ¡Adivinaste!… apareciendo en el hecho de la conciencia presente. Retorna a la consideración de que tu conciencia real tal como es ahora mismo nunca está ausente, nunca

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disminuye ni es queda cubierta por algo. Todo lo que puede aparecer ante cualquiera, en todo momento, está apareciendo en la presencia de la conciencia. Al no ver esto, la atención se ‘desliza’ hacia pensamientos conceptuales y material mental, basado en la creencia de que una separación de la fuente ha ocurrido. Sin embargo, no hay ninguna separación en ningún momento. Simplemente echa una mirada y verifica esto a tu entera satisfacción.

P: No quiero hacer algo especial de esto. No obstante, puedo ver a la mente tratando de hacer algo especial de ‘otra gente’, pues no puedo lograrlo por mí mismo. ¡Esa palabra ‘lograr’ es tan mental!

JW: Bien. Eso está claro para ti. No hagas de esto un caso de gente ‘especial’ que tiene algo que tú no tienes. Seguir ese concepto es atender a una creencia y mirar ‘fuera’ de la simplicidad de lo que está siendo señalado.

Tú ya eres libre

Pregunta: Es realmente desconcertante que pueda haber este claro ver que el ‘yo’ es siempre y únicamente un pensamiento surgiendo. Uno tras otro: ‘yo’ esto, ‘yo’ aquello, hasta que finalmente uno queda absorbido en ello. ¿Cómo puede eso ser visto (como yo lo hago), y aun así, la absorción en el ‘yo’ pareciera no tener fin? Sé que existe alguna inercia, pero parecería que una vez que esto se ve claramente, entonces debería terminar. A veces hay únicamente esta comprensión y este dejar que las cosas se desplieguen. Y luego hay frustración, girando en torno al ‘yo’ que surge en el pensamiento.

John Wheeler: ¿Quién quiere que la inercia termine? Ve eso como tan sólo un concepto de alguna entidad que desea llegar a alguna parte.

Tú eres, incluso ahora, totalmente presente y consciente. ¿Has encontrado alguna razón para dudar de ello? ¿Te has movido de la presencia-conciencia alguna vez, a pesar de los pensamientos que puedan surgir, sean los que fueren? Tú brillas, sin oscilación, en y a través de todos los pensamientos, sentimientos y percepciones. ¡Es

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tan elegante y tan simple! ¿No es así? Tú no eres una persona separada en absoluto, sino únicamente esa apertura y esa luz siempre-libre de presencia-conciencia. Es una sencilla verdad. Conoce eso y queda en paz. Toda la paz, la claridad y la alegría están brillando dentro, como la presencia-conciencia que tú eres. Nadie puede darte esto a ti, y nadie puede quitártelo. Es lo que tú eres.

Simplemente ve a los pensamientos por lo que son: sombras pasajeras, partículas de polvo flotantes danzando a la luz de tu propio ser. Incluso pensamientos ego-céntricos y pensamientos-yo son tan sólo pensamientos. Ellos no pueden estar allí sin tu propia presencia. ¿O sí?

Recuerda, no existe un ‘volverse libre’. No es necesario desechar nada. Ve lo que es real y verdadero y las ilusiones simplemente se desvanecen. No necesitas siquiera preocuparte, porque tú ya eres libre. Aun una vida entera de pensamientos-yo en curso no serían un problema, porque el hecho de tu propio ser jamás es tocado siquiera.

Preocuparse por los pensamientos es darles demasiada realidad. Esperar a que algo concluya es tan sólo un concepto. ¡Abandónalo! Nada necesita concluir. ¡Asegúrate y ve que la libertad ya está presente! Luego vuelve a los pensamientos y ve que todos ellos son falsos. No esperes a que los pensamientos desaparezcan. Simplemente míralos como falsos e inaplicables. Entonces no importa si se marchan o se quedan: tú ya no crees en ellos más. Esta es la clave, no si están, o no. Si quedas ‘colgado’ a que ciertos pensamientos estén presentes o no, quedarás encallado, porque, de cualquier forma, tú no estás en control de ellos, ¿no es verdad? Si sigues esa ruta, te arrinconas en una esquina.

Una vez que su falsedad es vista, ellos se irán por sí mismos, naturalmente. No quedará ninguna preocupación en cuanto a si están presentes o no. La verdadera libertad existe cuando ves que tú eres libre, aparezcan o no aparezcan pensamientos. La conciencia permanece como el constante telón de fondo de todos los pensamientos. La conciencia es del todo intocable por los pensamientos, conceptos y emociones. Eso es lo que tú eres. Tú ya eres libre.

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P: He leído tu nota varias veces. Es magnífica. Elegante y simple. ‘Conoce esto y queda en paz’. La parte ‘conoce’ está, y no está allí. Algunas veces lo veo y todo está claro. Algunas otras es como ‘arrancarse los dientes’ para verla.

JW: ¿Qué es exactamente ‘eso’ que estás viendo? ¿Y quién es el ‘yo’ que ‘lo’ conoce o no ‘lo’ conoce, que ‘lo’ ve o no ‘lo’ ve? ¿Es tu verdadera naturaleza, que está presente y consciente en ti, algo que aparece y desaparece? La sutil idea de que hay alguna comprensión que viene y va es una falsa idea. En tanto esa idea sea creída, pasaremos por alto lo que está presente.

Sé muy claro sobre lo que está siendo señalado. Es el simple hecho de tu presente naturaleza y lo que ella es. Encontrarás al final que esto no es sobre ‘captarla’ o ‘perderla’, verla. o incluso ‘notarla’. Todas esas cosas son únicamente actividades mentales. Por naturaleza vienen y van. Recuerda: la respuesta no está en la mente. En la búsqueda de alguna comprensión o experiencia en la mente, estamos mirando en la dirección equivocada. Una vez que ves realmente esto, el ‘foco’ abandona la mente. La idea de conseguir algo que no tienes ya no es creída más. Créeme, todo lo que la mente dice sobre este material espiritual es del todo falso e inútil.

Si piensas que no ‘lo’ tienes, puedes hacer dos cosas. Una: toma la idea como verdadera y espera que ‘ello’ ocurra. Lo cual jamás sucederá. ¿Por qué? Porque es un falso concepto. Lo que aquí se está señalando no es un evento futuro. O dos: puedes cuestionar la idea, verla como falsa y dejar de creer en ella. ¿Dónde te deja eso? Aquí y ahora mismo, en la presencia-conciencia que tú eres y que nunca abandonaste. Entonces ya no estás pensando sobre algo, sino siendo tú mismo: el estado natural.

Esto no es sobre comprender nada ni sobre captar nada, ni siquiera la iluminación, que es totalmente un concepto. Esto es más bien sobre abandonar cualquier idea falsa que aún quede. Entonces el estado natural queda desnudo y revelado. Esa es tu naturaleza presente.

P: Supongo que todo lo que puedo hacer es permanecer ‘tomando nota’.

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JW: ‘Tomar nota’ o no, son sólo pensamientos. ¿En qué aparecen? Eso es tan fundamental que no necesita siquiera ser ‘notado’. Es. ¿Quién es el ‘yo’ que hace todo esto, de cualquier forma? ¿Eres tú alguna entidad que debe hacer algo? La afirmación implica que tú no estás aún ‘allí’ y que hay algo que hacer o algún evento futuro que esperar. Cuestiona esas creencias. Hay una gran libertad en abandonar falsas creencias. Nada se agrega, pero la ‘estática’ inútil queda desechada del cuadro.

Incluso esos tan preciados conceptos espirituales deben ser cuestionados. Ninguno de ellos es realmente verdadero. La verdad es el hecho de tu propio ser, incluso ahora. Vuelve la espalda a los falsos conceptos, y todo es amplia apertura, todo queda claro, disponible y resuelto, ahora mismo.

¿Es ésta otra técnica dualista?

Pregunta: Hola John. Leí recientemente el nuevo libro de un prominente maestro. Comparando notas de ese libro y tu site (¡no es que las dos ‘enseñanzas’ sean lo mismo!), la pregunta que vuelve una y otra vez a mí es ésta: este maestro habla sobre ‘permanecer en el ahora’, ‘volverse consciente del cuerpo interior’, ‘observar al pensador’, ‘observar al cuerpo-dolor’, y así sucesivamente. Todas estas cosas me parecen técnicas, ¿verdad?

John Wheeler: Todo eso, como puedes haber adivinado, es muy diferente de lo que estoy presentando. Algunos comentarios:

Permanecer en el ahora. Primero que todo, todo lo que hay es el ahora. Así que no puedes realmente salirte de él. Ni tampoco necesitas volver a él. La verdad más alta es que el ahora es un concepto. La conciencia presente es atemporal. Así que el ahora es, o a) todo lo que es (o todo lo que hay), o b) no existente, dependiendo de cómo lo veas. No hay ninguna entidad presente como tal que pueda ‘volver’ al ahora, en último término.

Volverse consciente del cuerpo interior. No hay ninguna necesidad de hacer esto, dado que ya estamos conscientes de todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones, sin esfuerzo alguno. Tratar de volverse consciente es tratar de hacer algo que ya está ocurriendo.

Observar al pensador. No hay ningún pensador como tal, únicamente pensamientos. Observar al pensador sería una tarea

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sin esperanzas. Yo diría que primero intentemos encontrar tal cosa como un ‘pensador’. Si la directiva es observar los pensamientos, eso es algo que ya está ocurriendo espontáneamente.

Observar al cuerpo-dolor. Este es un concepto interesante, al parecer construido por el autor. En el mejor de los casos es un modo de tratar de explicar el origen del sufrimiento, proveyendo alguna clase de modelo o teoría. Todo lo que podría decir es no tomar el concepto demasiado en serio (como si existiera una cosa tal como un cuerpo-dolor). Todavía no he visto una cosa así.

Todos estos indicadores podrían ser vistos como útiles pasos intermedios para lograr alguna comprensión básica sobre nosotros mismos, pero todavía hay en ellos alguna dualidad implicada. No son tan simples y claros como los que he encontrado en algunas otras presentaciones. ‘La prueba está en el pudín’, sin embargo. No hay ningún problema en concederles crédito y ver qué es lo que aparece.

P: Encuentro (como lo hacen todos aquellos que conozco) que hay veces en que soy capaz, al parecer, de hacer estas cosas, y otras en que me olvido completamente de ellas y quedo completamente atrapado en la corriente de pensamientos.

JW: Ese es el problema con las técnicas. O bien las olvidas, o bien no puedes sostenerlas, o simplemente quedan obsoletas. Creo que todos — me atrevería a conjeturar— hemos dado vueltas por esos parajes. Todas estas técnicas te mantienen aún mirando y cuestionando hasta que, eventualmente, aparece un interés por ir hasta el fondo de las cosas.

P: De alguna manera se podría decir lo mismo de algunas de las cosas de las que hablas.

JW: ¿Cómo así?

P: Cuando dices ‘sólo nota que hay conciencia’, ‘simplemente mira y ve si puedes encontrar un ‘yo’ separado’, o ‘desmantela las creencias y conceptos que van surgiendo’… todas estas cosas parecen similares a lo que este maestro está diciendo. Admito que son mucho más ‘sutiles’ y que no las siento tanto como técnicas.

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JW: Parece que es así, pero hay una diferencia distintiva, realmente. Yo nunca digo que hay un individuo que está presente y que necesita lograr algo que no tiene. El primer indicador, y el más importante, es la sugerencia de volver una y otra vez al reconocimiento de que lo que estás buscando, tú ya lo eres. Esa presencia-conciencia es quien tú eres ahora, de manera total y completa. Nunca he sugerido que hay algo que hacer o lograr que no esté ya presente. Ni prescribo ninguna técnica o actividad que el supuesto individuo deba hacer, per se. Es más un indicador sobre volver a la comprensión de dos puntos básicos, que son: lo que tú eres (conciencia) y lo que tú no eres (un ‘asumido’ individuo autónomo aparte de esto). Es un animarte a buscar y a entender la posición correcta. No es tomar al individuo como presente y real y luego proporcionarle algún conjunto de técnicas que practicar para quedar ‘libre’.

Hay una diferencia. No es únicamente cosa de que una aproximación sea más sutil, como si lo que yo estuviera diciendo fuera una variación más sutil de dualismo. Puede parecer así debido al lenguaje. No obstante, hay una radical diferencia en la consideración del tema a un nivel muy fundamental. Una fortalece o ensancha el concepto de separación. La otra lo liquida. La prueba está en la experiencia, no en las formulaciones verbales.

P: Pero mi pregunta es: ¿Cómo puedo ‘yo’ hacer cualquiera de estas cosas?

JW: Tú estás dando tumbos —sabiendo ‘a medias’— en el corazón del asunto. En último término, no hay ningún ‘yo’ o entidad que necesite hacer nada o que pueda hacer nada. Recuerda, el indicador básico es que tú eres esa presencia pura No-Dual en sí misma, ahora, siempre y sin esfuerzo alguno. No hay ningún individuo separado en absoluto. Tu has intuido esto correctamente. Como he dicho muchas veces, la creencia en la separación es la raíz de todas las dudas, preguntas, búsqueda, sufrimiento y demás. Cuando todo es unicidad, ¿qué hay ahí que hacer, o buscar, o conocer? El juego ha concluido. Lo que puedo decir es que si esto (esto es, ningún ‘yo’) se ve o se reconoce de manera profunda, ya no quedan más preguntas ni dudas de las que hablar. En suma, ¡no estaríamos teniendo esta conversación!

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P: ¿No sería toda esta plática engañosa si no hubiera ahí un ‘yo’ que no pudiera hacer cualquiera de estas cosas?

JW: Todo lo contrario. De hecho, para alguien interesado en una comprensión genuina y una libertad duradera, estos indicadores son ‘música para los oídos’, porque exponen totalmente y de modo definitivo la raíz de la cuestión. Luego de mirar en esto, ya no hay verdaderos dilemas o problemas que resten, y todas estas preguntas dejan de surgir. Son innecesarias. El hecho de la presencia-conciencia y la ausencia de separación son claras.

Sin embargo, a un individuo plagado de preguntas, dudas, creencias, y la confusión y el sufrimiento resultantes, se le da el indicador para que vea su naturaleza y para que intente encontrar el imaginado ‘yo’ separado. Parece como que se da la directiva a un individuo. Sin embargo, toma nota de la palabra ‘parece’. Aquel con la pregunta o duda está bajo el dominio de la ilusión de ser un alguien separado. Así que ese aparente ‘alguien’ es animado a mirar y ver lo que es verdadero. ¿Quién está siendo ‘dirigido’? El imaginario ‘alguien’ separado, aún bajo el dominio de esa creencia.

¿Acentúa esto la creencia? En absoluto. Porque está poniendo la propia noción bajo escrutinio. ¿Quién está mirando? La pregunta no es realmente necesaria. No hay necesidad de traer a un supuesto ‘alguien’ al cuadro, y luego volver al círculo vicioso de las dudas y preguntas generadas al hacer eso. El ver revela la verdadera posición. ¿Quién ve? ¡Nadie! Es tan sólo un reconocimiento natural, y no por una entidad limitada. Es únicamente un movimiento del claro conocer el hecho de que la unicidad es todo lo que hay. Lejos de ser una técnica dualista que fomenta o fortalece el concepto de ‘yo’ o separación, más bien lo aniquila en el acto. Esta es una cuestión de experiencia, y no tan sólo alguna hipótesis.

Otra aproximación que ‘funciona’ es simplemente establecer de manera rotunda que no hay ninguna entidad ni nada, excepto unicidad. Esta es realmente una versión condensada del mismo indicador. Si hay resonancia con ella, pues excelente. Sin embargo, si no hace clic del todo, a menudo mucha gente queda esperando que ‘algo’ ocurra, especialmente si conceptos tales como ‘despertar’ o ‘liberación’ son sutil o inadvertidamente reforzados. Yo encuentro la aproximación que estoy sugiriendo más enfática y

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clara. ¡Pero esa es sólo mi opinión! ¡Cada uno debe encontrar su propio veneno!

P: Pareciera como que, o bien ‘yo’ recuerdo tomar nota de la presencia o desmantelo alguna creencia, o no lo hago. O más exactamente, ‘tomar nota’ y/o desmantelar una creencia ocurre, o no. No hay siquiera un ‘yo’ involucrado.

JW: Correcto. Esto no es hecho por ‘ninguno’, como ya has visto, porque no hay nadie allí. Sin embargo, existe una inteligencia natural, una resonancia natural, un conocer innato que surge para investigar y ver la verdad. Todos los seres pensantes están innatamente interesados en averiguar ‘quién’ o ‘qué’ son. Hay una curiosidad natural que surge al toparse con los indicadores. No hay necesidad de traer ninguna entidad en nada de este asunto. Es como que tus ojos están viendo. No hay ninguna entidad limitada viendo. Es únicamente ‘ver’. Del mismo modo, hay tan sólo una natural curiosidad para ver lo que es verdadero.

P: En mi experiencia directa pareciera que, o bien la conciencia ‘surge’ e interrumpe todo ‘involucramiento’ con el ‘guión de la historia’, o no lo hace.

JW: La conciencia ni surge ni desaparece. Es clara y siempre-presente. Esto tan sólo es señalado. Tú puedas echar una mirada y verificarlo si gustas. ¿Por qué no? No es difícil y puede ser visto ahora mismo. No hay necesidad de interrumpir ningún ‘guión’. No estoy seguro de dónde vino esa idea. Si peleas con los pensamientos estarás de vuelta en la dualidad nuevamente.

P: No importa qué tanto ‘yo’ intente hacer que ello ocurra: ello no incrementa la frecuencia de los episodios de conciencia.

JW: Es porque se te está escapando la simplicidad de las cosas. Estás creando un dualismo en donde no hay necesidad de ninguno. Todos ellos son conceptos basados en la noción de que eres un limitado ‘alguien’ que necesita hacer algo para liberarse. Pero tú eres libre, y el ‘alguien’ limitado no está presente. Así que echa una mirada.

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P: Supongo que lo que estoy diciendo es que parece que, sin importar cuán claramente pueda alguien articular este tema (y tú lo haces muy bien, en verdad), cualquier clase de comprensión de esto no es útil, porque no hay nada que ‘yo’ pueda hacer con esa comprensión.

JW: ¡Por supuesto! Porque no hay ningún ‘yo’ presente que haga nada. Sin embargo, hay de hecho una comprensión y un reconocimiento que surge y que clarifica todo esto perfectamente bien. Todo lo que puedo hacer es señalar lo obvio. La inteligencia natural que tú eres surgirá para ‘seguir’ los indicadores naturalmente.

P: E incluso las experiencias de ‘ver’ no son útiles porque no hay nada que pueda ‘yo’ hacer para producirlas. La solución obvia es darse cuenta que no hay ningún ‘yo’, y todas las preguntas e ‘intentos’ desaparecerán junto con ello. Pero, una vez más, eso parece ser como algo que ocurre o no ocurre.

JW: No te preocupes por eso. Simplemente echa una mirada. Eso es todo lo que puedo decir. Suena dualista, pero todo lo que puedo decir es que funciona maravillosamente.

P: Todo esto me ‘amarra’ en nudos mentales (como estoy seguro le ocurre a mucha gente). Pero todo ello viene a parar a si existe o no una cosa tal como un ‘hacedor’ o autor individual. Incluso los maestros que sostienen que no hay ningún hacedor aún hablan sobre las cosas que puedes hacer (aunque no lo ‘frasean’ de esa manera). Si realmente no somos los ‘hacedores’ o autores, entonces leer o hablar o tomar nota o sentir carecen de sentido. Todo ello ocurrirá o no, a pesar de nosotros.

JW: Bien. Tú aún tienes la idea de que es necesario que ocurra algo, y esa idea aún te está embromando. Ve ese concepto como falso. Lo que estás buscando es claro y evidente ahora, como ese entido de innegable presencia brillando en tu centro. No hay nada que conseguir en absoluto. Si verdaderamente ves que no hay nadie allí, todos los problemas ‘caen’, inmediatamente. Si no hay nadie allí, ¿quién tiene problemas? Así que tu experiencia delata

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una creencia residual en la presencia de una separación. Así que ¡echa una mirada para ver si es verdad!

P: Gracias por tu trabajo y tu gentil consideración, John.

JW: Echa una mirada y ve si algo de esto es de alguna ayuda. Todo lo que puedo decir es que realmente funciona muy bien en la práctica. Funciona mucho mejor si simplemente entendemos los indicadores, en vez de someterlos a debate. ¿Cuáles son los indicadores básicos en dos palabras? La conciencia, tu verdadera naturaleza, es todo lo que hay. El yo imaginario por el que te has tomado a ti mismo no existe. Esa es la palabra final.

P: Me doy cuenta que el secreto está en ‘simplemente mirar’. Llamarle ‘secreto’ es simplemente una manera de frasearlo. Sé que no hay ningún secreto en absoluto. De hecho, es la cosa más obvia del mundo. En el simple mirar no hay ningún problema en absoluto. Hay tan sólo un natural ver ‘lo que es’. Lo que yo estaba haciendo era amarrar toda suerte de conceptos al mirar, complicando todo el asunto al ‘cargar’ con ideas como: ‘mirar es una técnica’, ‘¿quién es el que está mirando?’, ‘mejor recordar mirar a a menudo hoy’, ‘¿cuándo el ver se volverá permanente?’, y así sucesivamente. Al hacer esto, estaba de manera consistente, pasando por alto la esencia del asunto. ‘Tan sólo mirar’: aquí lo importante es la parte ‘tan sólo’. No hay ninguna agenda ni ninguna asunción acerca de ‘cómo’, o ‘qué debería o no debería ser visto’, ni intento de hacer algo al respecto, ni jerarquía en las cosas que se ven, ni ‘bueno’ ni ‘malo’ en lo que se ve. Hay tan sólo el mirar y el tan sólo ver. Ver está ocurriendo continuamente, de cualquier manera. Es de hecho mucho más difícil y estresante ‘no ver’ (o creer que no estás viendo) que tan sólo ver. Gracias, John.

El juego de la espera

Pregunta: Parece como que los indicadores han sido entendidos y las preguntas descartadas, pero…

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John Wheeler: ¡El tristemente célebre ‘pero’! Como puedes haber advertido, preguntas, problemas y dudas son generadas en el pensamiento. Surgen en respuesta a alguna duda fundamental sobre nuestra verdadera naturaleza. Son realmente los intentos de la mente de lidiar con la pregunta fundamental sobre la identidad. Dando un paso atrás por un instante, puedes ver que ‘ser’, o ‘conciencia’, es, simplemente, ese espacio cognoscente de presencia que está constantemente iluminando todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones. Es como el sol radiando pura luz sobre todo aquello que pasa por debajo. Del mismo modo que el sol no es afectado por las nubes que atraviesan el cielo, así la conciencia no es afectada por el surgimiento ni por el paso de contenido en ella. Es vívida, clara, brillante, luminosa, radiante, viviente y espaciosa en todo momento. Tu ser, como presencia-conciencia, está completamente más allá de toda duda.

Como digo, pensamientos, sensaciones y sentimientos surgen en la conciencia. En último término, no son otra cosa que conciencia, porque no tienen existencia independiente alguna aparte de ella. El mero surgir de esos contenidos no es ningún problema. Todo está surgiendo y pasando en ese espacio de vívida claridad y presencia. Esto es especialmente claro cuando ves que todas las apariencias están brillando ante la luminosa presencia que tú eres. Así que no hay ningún problema en absoluto. ¡Finito!

Pero dudas y problemas parecen surgir. La mente es arrastrada a la confusión, las dudas, las preguntas, los problemas imaginados y demás, y el claro reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza parece disminuir. ¿Y por qué? Debido simplemente a un no-reconocimiento del principio de conciencia. Junto con ese no-reconocimiento surge la creencia de que existimos como algo aparte, algo limitado, fragmentado, aislado, solitario. Esta es la noción-raíz de la separación. Desde esa asunción, la mente genera un flujo de pensamiento preocupado por esa aparente entidad separada. Esos pensamientos son algo así como una nube de imágenes mantenidas juntas por la ignorancia y la ciega creencia. No oscurecen la verdadera posición; no obstante, puede haber una fijación en ellas, que es todo lo que el sufrimiento es en realidad: la fijación o la creencia en ideas erróneas, las cuales, a su vez, son impulsadas por la asunción de que estamos separados de la Unidad. Por supuesto no lo estamos, así que un poco de investigación restablece la verdadera posición (que nunca se perdió

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realmente). Con ello aparece el reconocimiento de la innata claridad y espaciosidad de tu esencia. Ese es todo el señalamiento, en dos palabras.

Todas las preguntas, los humores, estados mentales y demás son experiencias en la conciencia. Ellas vienen y van en base a las causas y condiciones dentro de la mente. Ellas son en su mayoría impulsadas por creencias, conceptos y actitudes mantenidas en la mente. Una combinación de ‘foco’ en la mente, creencia en la separación, y creencia en conceptos ego-céntricos tomados como verdaderos es lo que mantiene el mecanismo funcionando. No hay peligro, en último término, porque la conciencia intrínseca nunca es comprometida en lo absoluto. En cualquier momento, el reconocimiento de lo que es claro y verdadero en ti restablece la claridad, que por supuesto nunca había desaparecido, sino ‘pasada por alto’. Una vez que esto se ve, se vuelve claro que la claridad es, de hecho, siempre-presente, y la creencia en la persona separada junto con sus nociones ego-céntricas que habíamos tomado por reales, quedan expuestas. Nunca más serán un factor impulsor del flujo de pensamiento conceptual.

P: De alguna manera, yo aún ‘siento’ que hay algún tipo de juego de espera, como si supuestamente algo tuviera que ocurrir.

JW: Bien. Puede quedar aún algún tipo de creencia residual en que hay algo que lograr para alcanzar la felicidad o la libertad. No lo hay, porque tu ser innato de presencia-conciencia es todo lo que hay. Es la fuente de todo y la fuente de la alegría misma. Así que el ‘juego de la espera’ está basado en un concepto erróneo. El futuro no existe, excepto en la imaginación. Es un espejismo. El ‘juego de la espera’ mira fuera de la fuente de claridad y hacia un futuro que es inexistente. Ve este concepto como falso. En este ‘ver’, el concepto ‘cae’ naturalmente y tú habitas como la innata y natural claridad que tú eres.

P: Hay algo en la mente que se resiste a esta vida tan ordinaria.

JW: No hay ninguna vida ordinaria. La vida es un gran despliegue o florecimiento dentro de la vasta y clara presencia de la divina inteligencia. Cada hoja y cada mota de polvo son mecidas en una expansión de luz y presencia. Esa presencia-conciencia que

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contiene todas las cosas es también la profunda presencia de amor y de paz, siempre. El universo revelado a cada momento está inflamado de la presencia de un amor exquisito. En ello, incluso la cosa más ordinaria es una expresión única y maravillosa de la unidad subyacente de todo.

P: Un maestro habla de ‘caer’ enamorado’ de esto, de que todo es un love affair, de que uno vuelve a la inocencia de un niño pequeño, y así seguido. Pero para mí, hay tan sólo monotonía y, a veces, aburrimiento. Hay también a veces tranquilidad, pero jamás nada como bienaventuranza, o amor, o cualquier otra cosa extraordinaria.

JW: Una vez que la atención se desprende de los conceptos creados por la mente y regresa al reconocimiento no-conceptual de la presencia-conciencia factual, tú descubres una claridad y una alegría allí que son inconfundibles. Está brillando ahora, pero tendemos a mirar de nuevo a la mente y sus estados, en vez de simplemente relajarnos con el reconocimiento de la presencia natural de claridad. Eso no depende de los estados de la mente. Todos los estados, aburridos o no-aburridos, pueden continuar, pero hay un naciente reconocimiento de la luz que brilla detrás de ellos, por decirlo así.

P: Sé que todos los conceptos son basura, pero hay aún este sutil ‘juego de espera’ de algo más que esto. A partir de tu propia experiencia, ¿podrías extenderte un poco en esto?

P: Esto —es decir, tu verdadero ser de presencia-conciencia— está lleno hasta el borde de claridad y alegría. Simplemente estate con eso y deja que te revele sus profundidades. Esto no está en contradicción con el flujo y reflujo de los estados corporales y mentales, que continuarán fluctuando en base a las circunstancias y las condiciones. No obstante, tú te ‘contagiarás’ de la fragancia de una cierta tranquilidad y claridad, a medida que el reconocimiento de la presencia-conciencia como tu naturaleza se revele. Nada es introducido. Nada ha cambiado. Es el simple reconocimiento de algo tan claro que tan sólo habíamos pasado por alto, hasta ahora.

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P: Gracias. Cuando dices cosas como ‘inflamado de la presencia de un amor exquisito’… eso mismo es lo que crea la perturbación y el sentimiento de separación.

JW: Es tan sólo una descripción poética de lo que tú eres. La conciencia no es una cosa monótona, tibia. Es viviente, vital, radiante, clara e inmensamente llena de alegría. Esa es la razón por la que los hindúes llaman a tu verdadera naturaleza, sat-chit-ananda [ser-conciencia-beatitud]. Señalarla no produce ninguna separación. ¿Cómo podría? Se está simplemente señalando a la innegable presencia-conciencia que tú eres. Abandona la ‘fijación’ en las palabras y simplemente habita en —y como— la presencia-conciencia no-conceptual que tú eres. En este punto, toda ulterior discusión o pensamiento es inútil porque te lleva de nuevo a la mente, las palabras y los conceptos. ‘La palabra no es la cosa’, y tú no eres una palabra. ¡Mejor abandónalas mientras vayas por delante!

P: Esa clase de discurso me hace parecer que ‘tú’ ves algo que ‘yo’ no puedo ver.

JW: Aquí es donde el problema aparece. No hay ningún ‘tú’ ni ningún ‘yo’ en absoluto, únicamente la presencia-conciencia-una brillando en todas direcciones. Si recoges la creencia en ‘ti’ y en ‘mí’ entonces la separación y la dualidad comienzan. Así que no lo hagas, y todo irá muy bien.

P: Aun así, como el ‘love affair’ de aquel maestro, suena muy bien, pero puede ser muy engañoso. Yo no puedo enamorarme de esto, ¡así que no lo logro!

JW: No hay nada que lograr. Tú eres lo que estás buscando. Además, no hay ningún ‘yo’ presente que pueda lograr algo. Es una ligera creencia residual en esos conceptos lo que te mantiene dando vueltas. Viendo esto, todo el mecanismo estalla en pedazos.

P: Hay únicamente conciencia, así que, ‘amor o no-amor’, ¿a quién le importa?

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JW: ¡Tú eres quien lo dice! Dicho sea de paso, tu concepto de conciencia parece ser un poco pálido y plano. Aquí, y en los hechos, la conciencia es esa presencia atemporal iluminando la totalidad de la creación, el suelo inmutable del ser desde el cual todo surge y en el cual todo ‘se pone’, inseparable del corazón del amor mismo. ¿Por qué no zambullirse ahí para ver exactamente qué es en realidad esta presencia-conciencia que tú ya eres?

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Annette Nibley

Lo que nunca cambia

Advaita

Las ideas y enseñanzas referidas aquí derivan de una tradición espiritual denominada Advaita. La belleza de Advaita (a-duaita, literalmente ‘no-dos’) y lo que lo hace virtualmente diferente de cualquier otra filosofía en su género, es que no sustenta la idea de que la persona ‘no-iluminada’ debe hacer algo ahora para quedar ‘iluminada’ en el ‘futuro’. Advaita descarta cualquier idea de algún tiempo ‘futuro’ en el cual un aspirante verá, eventualmente, a través de la ilusión del ego y podrá declararse a sí mismo oficialmente ‘iluminado’.

En principio, esto podría tomarse como ‘malas noticias’, porque ¿no es acaso lo que hemos estado intentando? ¿Acaso no aspiramos a liberarnos de la ilusión del ‘yo’, de manera que podamos ‘despertar’?… Sí, a eso es a lo que aspiramos, pero desafortunadamente no es posible. Es aquí donde aparecen las ‘buenas noticias’ de Advaita. Advaita resuelve el dilema de la imposibilidad de llegar a la ‘iluminación’ de la manera en que estábamos tratando (y fracasando) y señala las falsas asunciones que eran la causa de que, durante todo este tiempo, miráramos hacia el lugar equivocado. Volveremos a ello más adelante.

Otra cosa única respecto al Advaita es que este es experimental. No te pide aprender ni recordar nada: en lugar de ello te pide que deseches todo lo que habías aprendido y mires simplemente por ti mismo. No es la lectura ni el estudio sino el experimentar por ti mismo lo que te permitirá apartar el velo de la ignorancia, de manera tal que la verdad sea vista.

Advaita tampoco te pide que practiques nada ni que ‘mejores’ de alguna manera. No es un gradual aproximarse hacia algún objetivo. Tú ya lo has intentado, y puede que te sientas ‘más cerca’ que cinco o diez años atrás, pero ‘más cerca’ no significa la

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consecución del objetivo. En Advaita no hay ningún objetivo, ni lugar a donde ir, ni nadie que pueda lograrlo.

A través de la popularización de Advaita en Occidente, a través de maestros como ‘Sailor’ Bob Adamson, Jean Klein y otros —todos ellos estudiantes de los grandes maestros de la tradición Advaita en la India durante las décadas del 60 y 70 del último siglo—, estamos asistiendo literalmente a una explosión de la comprensión entre nuestros pares que nunca hubiéramos podido imaginar posible. Permítanme afirmar enfáticamente que Advaita funciona, y al parecer es un asunto contagioso. Lo estoy viendo por mí misma: está ocurriendo por todas partes. Y aquellos para quienes ha funcionado están ahora compartiendo lo que ven, y la cosa continúa.

Y debido a ello, podemos realmente ver y conversar ahora con personas que conocen su verdadera naturaleza y ya no sufren más bajo erróneas asunciones sobre lo que son. Son amigos nuestros, muy semejantes a nosotros mismos, gente que trabaja, con familia y estilos de vida modernos, y no cenicientos indios fallecidos a la vuelta del siglo. Gente como tú y como yo, como el sujeto que trabaja contigo en el cubículo vecino en tu oficina (mis links son la prueba). Al conocer a estas personas y escucharlas compartir lo suyo, podemos ver que cuando uno conoce su naturaleza verdadera, la vida prosigue tal como antes, pero ya sin ‘historias’ dolorosas resonando en la cabeza. Cuando vemos que esto es posible para gente común como nosotros, algo hace clic.

Tú ya no tienes que ir a la India, ni tienes que renunciar ni sentarte a los pies de algún gurú, y lo más importante, tampoco tienes que esperar hasta la ‘siguiente vida’. Esto es tuyo ahora mismo. Está ocurriendo a tu alrededor.

Refiriéndome a la liberación de la ilusión del ego, había afirmado anteriormente que ‘no puede hacerse’. Esta declaración podría haber sonado a ‘toque de difuntos’ en lo que concierne a la esperanza del conocimiento de la verdad, pero realmente es liberación. Veamos cómo funciona.

En primer término: ¿Por qué no puede hacerse? ¿Por qué una persona no puede liberarse de la dolorosa ilusión de ser incompleta? ¿Y por qué esto es bueno?

No puede hacerse porque no hay ninguna ‘persona’. El ‘yo’ que desea ver a través de la ilusión del ego no existe. Esto es lo que los maestros Advaita, tanto antiguos como contemporáneos, nos

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señalan de muchas maneras diferentes, mostrándonos las distintas facetas del asunto, de manera tal que la verdad pueda ser vista.

Ninguna otra indagación espiritual o religiosa —a menos que yo sepa— vuelve literalmente la mirada 180 grados hacia aquel que indaga o que busca, hacia el ‘buscador’. ¿Quién es este cuestionador? ¿Cuál es la naturaleza de esta cosa que llamo ‘yo mismo’? ¿Es este ‘yo’ real? Este cuestionamiento es la base para que toda la estructura del ‘yo’, del ‘buscador’ y del maestro ‘iluminado’ se venga abajo. ¡Y esto es iluminación! Pero es muy fácil emplear décadas enteras siguiendo meticulosamente una enseñanza, tan sólo para darse cuenta de que la pregunta ‘¿quién está preguntado?’ nunca se había formulado.

Así que mira por ti mismo. ¿Quién está preguntando? ¿Cuál es la naturaleza de esta entidad que pregunta? La belleza de ello es que no toma demasiado tiempo indagar por ti mismo para descubrir que el ‘yo’ —que habíamos asumido como real— está parado sobre un terreno muy movedizo… Dejaré esta discusión para otra ocasión, pero abundan directivas para conducir esta indagación (aun cuando podría ser del todo auto-dirigida). Todo lo que necesitas realmente es preguntar: ¿Qué es esta cosa que llamo ‘yo’?… y luego aguardar una respuesta.

Y entonces, después de un breve período de cuestionamiento sobre la naturaleza de este ‘yo’ (o sobre aquello de lo que está ‘hecho’), la pregunta puede responderse por completo. La entidad controladora, separada, llamada ‘yo’, no resiste el escrutinio… Intenta convencerte a ti mismo de que existe una entidad controladora, separada, llamada ‘yo’… ¡y ve hasta dónde puedes llegar! Tú no eres ni nunca has sido este cuerpo ni esta personalidad. Míralo por ti mismo. Nadie puede proporcionarte esta información. Es algo que debes descubrir por ti mismo. Y una vez que un espejismo es visto como tal, nunca más podrá confundirse con agua nuevamente.

Esta indagación es la primera parte de la ecuación: lo que tú no eres.

De manera que, si yo no soy este cuerpo ni esta personalidad que llamo ‘yo’, entonces ¿qué soy yo? Ello conduce a la segunda parte de la ecuación, la parte ‘¿qué eres tú?’ Después de haber

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investigado como se sugiere más arriba, subsiste aún, en el mejor de los casos, una vacilante creencia en el ‘yo’. Pronto, sin embargo, el castillo de naipes se desploma y quedas únicamente con la Realidad de lo que tú eres, la luz de la conciencia, en la cual son vistos el ‘yo’ individual y todos los demás objetos.

Como vimos en nuestra propia experiencia en tiempo presente, la única ‘cosa’ que no cambia jamás, esto es, aquella ‘cosa’ no afectada por ningún pensamiento, sentimiento, experiencia o circunstancia, es la clara y no-oscilante luz de la conciencia, en la cual todas las ‘cosas’ aparecen. Esto es quien tú eres. Ninguna otra cosa. Y aunque es de lo más obvio, se pasa fácilmente por alto, del mismo modo que el espacio en una habitación que, de tan conspicuo, no es siquiera notado. La luz de la conciencia que tú eres es el plano de fondo de todas las cosas, siempre-aquí, y la razón de que tan a menudo pase desapercibido, y por tanto tiempo, no es porque sea complicado ni algo ‘oculto’, sino porque ¡es demasiado simple y evidente! Lo damos por hecho y lo vemos sin notarlo.

Dije anteriormente ‘en tiempo presente’, y quiero asegurarme que este punto quede claro. Nada de ello está en el ‘futuro’. Nada de ello es gradual o adquirido a través de años de práctica. Esto es simplemente la realidad de lo que está presente, ahora mismo y siempre: tú no eres otra cosa que esta inmutable y estable lLuz de la conciencia que ve todas las cosas y no es tocada por ninguna, y ESTO es todo lo que siempre has sido. Este siempre-fresco momento de existencia es espontáneo y nace por primera vez ahora, y vuelve a nacer ahora, y ahora, y ahora otra vez. ¿Cómo podrías hallar ESTO en el ‘futuro’, o conocerlo después de años de estudio? Es únicamente AHORA.

Todo el tiempo has estado luchando, buscando y encarando los ‘problemas’ de la vida. Y todo el tiempo fuiste sólo ESTO, y ninguna otra cosa. Esta Luz, este Espacio Consciente en el cual todas las cosas aparecen, es quien tú eres, sin la fantasía de un ‘yo’ ficticio al cual aferrarte. Tú puedes entender esto ahora mismo, sin esperar algún otro momento y menos aún ‘otra’ existencia (¿y de QUIÉN sería esa ‘otra’ existencia?).

Y esto es aquello de lo que yoguis, santos y sabios han estado hablando siempre. No hay ningún otro ‘estado’ o ‘experiencia’ que esté por encima o más allá de este simple reconocimiento de tu verdadera naturaleza. No se requiere nada más. Conociéndote a ti

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mismo como ESTO, nada necesitas. No hay ningún problema. Como dice Nisargadatta: ‘No hay error posible nunca más’.

Cualquier ‘estado’ o ‘experiencia’ deseado es para la persona, y esta persona ‘existe’ tan sólo en una especie de ‘sueño de ignorancia’. Así que cualquier estado o experiencia —digamos de éxtasis, o de ‘iluminación’— es una ficción, un evento imaginario para una persona imaginaria en un tiempo imaginario. Nada de lo que ocurre en este sueño de ignorancia ‘toca’ lo que es Real. Y lo que tú eres ya es ESO. ¿Y cuándo ves eso? Lo ves ahora mismo, mediante el simple reconocimiento de la luz de tu propia conciencia presente, observable ahora mismo.

Este espacio claro, consciente e iluminante nada tiene que ver con cualquier pensamiento o sentimiento que puedas albergar sobre él: es simplemente la ‘cosa’ más resaltante en tu atención, y no es modificada por ningún sentimiento o pensamiento en torno a ella. Este es el espejo que refleja al mundo, inmodificado por aquello reflejado. Y ESTO es lo que tú eres… Tómate tu tiempo, date una oportunidad de conocer esta Luz y descubrir su naturaleza. Esto no puede hacerse con la mente. La mente queda atrás, y la Luz Se Ilumina a Sí Misma: ESTO es ‘Iluminación’. ¡Y no hay ningún ‘alguien’ que quede ‘iluminado’!

Cuando dejas de lado este ‘yo’ personal y separado, y ves que todo lo que he estado señalando siempre es esta luz de la clara conciencia presente, todas las religiones, de pronto, comienzan a cobrar sentido. Incluso la ciencia y la moderna física comienzan a cobrar sentido cuando se ven desde este punto de vista. Pero interpretar una u otra, sin dejar al mismo tiempo de asumir que el ‘yo’ es real, te llevará a inconsistencias y verdaderos callejones sin salida.

Así que no, jamás podrás ser una ‘persona iluminada’. Porque la verdad (de la iluminación) que se ve, es ésta: aquello que está realizando la visión no es una persona: es la conciencia. No es una conciencia personal, no es ‘tu’ conciencia, sino la conciencia universal, la conciencia dentro de la cual todas las cosas aparecen, la conciencia que nunca es alterada o nublada por nada de lo que aparece. Esta conciencia también puede ser llamada Luz, Realidad, Unicidad, Ser, Dios, Brahman, pero da igual: es la Realidad-Una, sin-forma, sin-atributos, más allá del tiempo y el espacio, más allá de toda descripción.

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Esto no es algo místico, ni espiritual. Es sencillamente Real. Únicamente hay Una Realidad. Esta Luz es quien tú eres, y es AHORA. Vuelve a ella una y otra vez, ahora y ahora y ahora otra vez, y se convertirá en la ‘opción por defecto’. La Luz se vive a Sí Misma a través de ti, y no hay ninguna otra cosa aparte de esta vida espontánea, sucediendo ahora y siempre. Iluminación, eternamente presente, para nadie.

Así que esto es lo que la ‘persona’ desea pero no puede obtener. La persona no puede ser ‘iluminada’. Y la persona no puede liberarse de la ilusión de sí, porque el ‘yo’ surge de su propia creencia en sí mismo. El ‘yo’ es ilusión… Así que descubre realmente quién eres. La liberación es aquí y ahora, pero no para esta ‘persona’. Indaga en esta persona y ve a dónde conduce tu indagación. Ella conduce al tesoro que todos los sabios y profetas de todos los tiempos han querido que encontraras. Has hallado ya el lugar marcado con una ‘X’: no vayas a cavar ahora en algún otro lugar.

Esto y aquello

Es inútil si es un recuerdo. Desecha todo lo que alguna vez aprendiste, todo lo que alguna vez se te dijo. Ahora mismo, la memoria no es necesaria para simplemente ser. Simplemente ahora, sin ninguna memoria ni experiencia ni preconcepción anterior, esto es lo que tú eres, esto lo que pensabas era necesario buscar. Ahora mismo, como tu sentido cotidiano normal de estar vivo: siempre fresco, creado de nuevo a cada momento. Conciencia, no de los objetos que existen, sino de la existencia misma.

Tan sólo conciencia de que existes. Tan sólo esto. Ordinario, sin requerir de ninguna memoria, ni mantra, ni recitación, ni práctica que llevar a cabo. Nada que retener en la mente, ninguna cosa que recordar. Ahora mismo, no recuerdes nada. Deja relajarse a la memoria. Dale un descanso. Tan sólo esto, tan sólo ahora. Ordinario. Esto es lo que tú eres.

No hay ninguna persona separada que tenga su propia realidad separada: hay sólo la realidad-una, la totalidad. ¿Cómo lo sabes? No con la mente, dado que la mente sólo aparece en ella. Lo sabes

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porque es lo que salta a primer término cuando la mente está quieta. Tú sabes, factualmente, que es más ‘tú’ que lo que el cuerpo o los pensamientos son; estos últimos cambian constantemente de forma. Es lo único constante que jamás has conocido, y es exactamente la misma cosa que conociste desde que eras chico. La conoces como el espacio claro y ordinario constantemente presente del conocer, en el cual todas las cosas cambiantes aparecen. Tú no puedes escapar de ese espacio. Nunca cambia y nunca muere, y tú apareces en él. Tú no eres y nunca has sido una entidad separada y autónoma viviendo una existencia arrancada o separada de él. Como eso, nada puede irte mal jamás.

¿Ves que todo es resuelto dentro de este conocer? ¿Ves cómo la verdad de quien eres resuelve todas las preguntas? Todas las preguntas se desvanecen dentro del conocimiento de que eres esta realidad eterna desplegándose. Ahora mismo, ¿ alguna pregunta necesita ser resuelta? ¿Hay alguien a quien pudiera aplicarse? ¿O únicamente hay este inmutable amor, esta paz apareciendo como todas-las-cosas, ahora, ya completa?

¿Qué es lo que todo ser humano anhela? Todos anhelamos exactamente la misma cosa: no sentirnos aislados de nosotros mismos, de los otros, de la naturaleza, de la vida. Porque nos sentimos ‘arrancados’ hay un hambre profundo de totalidad. Y así comienza.

Todos los sabios, todos los grandes libros, todos los profetas dicen la misma cosa: tú ya eres completo. Nunca abandonaste la totalidad, nunca abandonaste la fuente que te creó, nunca has sido otra cosa que la vida misma, la fuente misma. Pero el pensamiento, siendo lo que es, no puede captar esta verdad de quien tú eres. Y así, todos los pensamientos son falsos. No mires a ellos para hallar tu naturaleza verdadera. Abandona todo intento de encontrar algo útil en la mente.

Encuentra lo que estás buscando fuera de la mente. Esto es ‘ser-conciencia-serenidad’. Es el primer principio, está presente y es obvio en todo momento, y es quien tú eres. Es todo lo que hay. No hay ninguna segunda cosa.

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Aun cuando la mente gira en círculos, con sus preocupaciones, sus planes, sus intentos de mejorar las cosas, su necesidad de comprender, su deseo de dejar de girar en círculos, ¿hay algo que sea necesario en este momento? ¿Necesita la mente cesar ahora? ¿Y por qué habría de cesar? ¿Haría ello más entero o más completo a este momento presente de realidad pura y prosaica?

Esta realidad prosaica, o inteligencia-conciencia-totalidad, no tiene ningún problema con nada de lo que aparece dentro de ella, ahora mismo. No hay ningún problema. No hay nada equivocado. Cualquier cosa, todas las cosas son libres de aparecer.

El sentido de este ser quien eres está disponible para ti, ahora mismo: la tranquilidad, dentro de la cual todas las ansiedades aparecen, es obvia y está siempre presente; el amor, dentro del cual todo el antagonismo, la intolerancia y el auto-criticismo ocurren, es obvio y está siempre presente: Esas cosas —el amor, la aceptación, la tranquilidad— nunca oscilan, nunca desaparecen, nunca varían, y nunca son oscurecidas. Tú puedes sentir esto: es tu conciencia ordinaria. No tu conciencia personal de sentir o pensar, sino la conciencia del espacio impersonal dentro del cual todo pensamiento, sensación y sentimiento ocurren.

Este espacio consciente no es afectado, en absoluto, por los pensamientos pasajeros que surgen en la mente de un ‘objeto’ (persona), apareciendo dentro de él. Todos los objetos —y los pensamientos surgiendo dentro de las mentes de objetos—, simplemente pasan, como lo hacen objetos y apariencias. Todos ellos aparecen momentáneamente en la pantalla que refleja perfectamente la realidad, y luego desaparecen.

Tú eres, únicamente, este perfecto reflejar. Tú eres únicamente este amor. No eres —de ningún modo posible— algún objeto apareciendo dentro de este amor, porque todas estas apariencias son meramente momentáneos BLIPS sobre la pantalla de la realidad, destellando energía, creando imágenes sobre la pantalla, como una película… y que luego desaparecen. La persona que tú

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crees ser es meramente una apariencia momentánea sobre la pantalla reflejante de la realidad. Pero esta persona-objeto ha tomado consigo un sentido de su propia realidad, y ha consumido muchos años construyendo esta historia, agregando sobre ella capa tras capa. ¡Esta persona-objeto ha inventado una historia que está separada de esta realidad dentro de la cual aparece!

Ni siquiera recuerdes estas palabras. No trates de hallar en tu cerebro alguna breve frase que te ayude a salir de tu estado de temor o de confusión en curso. No rebusques en tu mente, presa del pánico, alguna perfecta sentencia que consiga apaciguarte y llevarte al lugar confortable que deseas. La mente no puede hacer eso. No puede conseguirlo con ninguna de esas frases. Esas frases sólo pueden perturbarte. Aún más.

No busques en la apariencia. Ni siquiera busques la respuesta a la pregunta ‘¿por qué no debería mirar en la apariencia?’. Vuelve la espalda a la apariencia y descubrirás por qué. Mira todas las cosas como si fueran reflejos en un espejo, y ve cómo el espejo mismo no es afectado. El espejo sólo refleja; nunca piensa. Tú eres el espejo.

Esto es todo, o nada. Esto es totalidad. ¿Acaso no estás cansado ya de todas las palabras, de cada palabra? La totalidad de la apariencia, la totalidad de las palabras, son tan ‘pesadas’… Siempre hay algo que hacer; y ya estás harto de que haya algo que hacer.

No tienes que creer una sola palabra. No lo necesitas.Cada pensamiento es experimentado como imperfección.

Cualquier pensamiento se siente como si algo anduviera mal. Pensar siempre oscurece; nunca cura.

Tu estado natural es sin-causa. ‘Feliz sin ninguna razón’ es tu estado natural. Si no estás experimentando este ‘feliz sin ninguna razón’, entonces hay alguna historia resonando en tu cabeza.

Ve tras esa historia. Búscala. Llévatela aparte. ¿Qué es esa historia? ¿Es real? ¿A qué se refiere?

Eventualmente, toda historia será revelada como lo que es: actividad mental, fuegos neuronales en tu cerebro referidos a un

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‘yo’-centro que no existe. Y cualquier historia arrastra tu atención fuera de la siempre presente felicidad, que es tuya a tu solo pedido.

Sin la historia, la felicidad es. Y la felicidad es quien tú eres, en todo momento.

Entonces, esto es lo que ves cuando te vuelves y miras donde la palabra ‘yo’ está señalando. Dejamos de mirar los objetos, para, finalmente, ver el espacio brillante y consciente dentro del cual los objetos aparecen. Y entonces se sabe que esto es quienes somos realmente. Este espacio: no los objetos, no el que nota los objetos, ni siquiera el que nota la brillante espaciosidad. No somos el ‘notador’ de nada. Somos eso.

Una conversación imaginaria

Acto 1. Escena 1: Varias personas sentadas circularmente en una sala. La plática ya lleva algún tiempo antes de lo que sigue a continuación:

Hay tanta paz ahora. La sensación de paz en esta habitación ha crecido desde que estoy aquí.

¿Y…?

Sólo estoy diciendo que todo es muy apacible, muy pacífico… Me gustaría que este sentimiento se expandiera aún más. Me gusta.

¿A QUIÉN le gustaría? No importa si aquí hay paz o si aquí hay bombas estallando. Aun así, está la conciencia de eso como telón de fondo, y ninguna persona en absoluto que pierda o gane nada con ello. Así que no hay ni ‘bueno’ ni ‘malo’, excepto en relación a la persona. ‘Se siente muy bien esta paz’ concierne enteramente a la persona, y no hay ninguna persona. Así que yo digo que no importa si hay aquí un sentimiento pacífico o bombas estallando. No hay ninguna diferencia.

En mi experiencia, ¡‘paz’ es mejor que ‘bombas estallando’!

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Muy bien, esa es tu experiencia. Yo sólo te digo que no en mi experiencia. Mi experiencia es que da lo mismo. Nada cambia a la conciencia, la cual está siempre viendo, sin ningún punto de vista.

¿No tienes acaso cosas que te agradan o te desagradan? ¡No creo que no te importe si hubiera bombas estallando aquí!

De acuerdo. ¿A QUIÉN le importaría? Por supuesto hay deseos, pero sólo a través de un ‘ego-filtro’ imaginario. No me preocupa ninguno de esos deseos. Ellos sólo afectan a la persona-fantasma, que es imaginada cuando las cosas se ven a través de un ego-filtro. Dado que no me preocupa lo que le ocurre a ese fantasma, tampoco me preocupa lo que ese fantasma desea o lo que a ese fantasma le place. No es relevante para mi vida. Mi vida está aquí, pero la persona no está aquí.

Sólo estoy diciendo que la primera vez que vine aquí no había esta sensación de conexión entre todos nosotros, pero ahora está aquí. Y se siente muy bien.

¿QUIÉN se siente muy bien?

Yo. Hay aquí la placentera sensación de estar conectados.

¿Y a QUIÉN le afecta esa sensación placentera? ¿QUIÉN se beneficia, y de qué manera? ¿Cuál es el beneficio de esa sensación placentera?

No es preciso que sea beneficiosa. Simplemente es placentera.

Suena bastante inocente, hasta que adviertes cuánto afán y sufrimiento representa el intentar que haya más sentimientos placenteros en la ‘historia’.

Sólo digo que se siente bien, ahora que existe este sentimiento de conexión entre nosotros.

Si te quieres sentir ‘bien’ has venido al lugar equivocado. Este mensaje nada tiene que ver con ‘sentirse bien’. Si, en lugar de ello,

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has venido aquí para descubrir lo que es posible en términos de no vivir esclavizados por el afán y el sufrimiento, entonces ‘estamos en la misma página’.

Muy bien. De cualquier forma, nada puedo hacer. No estoy en control de nada.

Ese es tema para otra discusión. Ahora hablamos sobre lo que PUEDES hacer, mientras creas todavía que hay diferencia entre el que ocurran ‘buenas’ cosas y el que ocurran ‘malas’ cosas.

Entonces, ¿qué puedo hacer?

Busca la raíz de la creencia en que hay ALGUIEN que pueda ‘ganar’ o ‘perder’ en la apariencia, en torno a cualquier cosa. Hasta que cojas esa creencia por la raíz, siempre habrá algo que desees cambiar o mejorar en la apariencia: en la ‘historia’. Y esa es la esclavitud. Ese es el sufrimiento.

¿No sufres tú alguna vez?

De acuerdo. ¿QUIÉN estaría sufriendo? He buscado a esa ‘persona’ que yo creía que sufría, y no encontré ninguna persona en absoluto; sólo un ardid de la mente, un ser imaginario que tenía que vivir constantemente vigilante para mantenerse a salvo. ¡Eso era todo! Así que esta es la prescripción: mira y averigua si esa entidad que desea ‘cosas’ es real. No hay nada que encontrar allí, salvo un ardid mental que ha creado la ilusión de una persona. Ve esto tan sólo una vez, ¡y se acabó! Nunca necesitarás ni desearás ni temerás nada, nunca más.

¿Nunca te enojas, o te asustas?

Todo eso surge para la persona-fantasma, pero a mí nada de eso me preocupa. He visto que no soy esa persona-fantasma, y así, cualquier cosa que ocurra en la ‘historia’ mental de esa persona-fantasma es totalmente irrelevante para vivir esta vida consciente, surgiendo de manera espontánea, que soy yo. No tengo la menor idea de qué va esta vida, y así, sentirme ‘bien’ es completamente irrelevante para mí. Esta vida es un misterio, y no puedo componer

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aquello sobre lo cual nada sé. Este no-saber aniquila todo deseo de sentirse bien o cualquier otro deseo. El deseo simplemente muere de pura irrelevancia… No es exactamente lo que deseabas escuchar, ¿cierto?

Hay únicamente conciencia

Conciencia es todo lo que conozco. No conozco ningún ‘yo’ asociado con esta conciencia. Todo lo que conozco es esta conciencia… Es así de simple.

Todo es claro, espacioso y abierto aquí. No hay apego a ninguna-cosa, y sin embargo, SOY todas-las-cosas. No hay manera de localizar esta conciencia. ¿Está la conciencia en ese árbol? No lo sé. Todo lo que conozco es ESTO. Esas preguntas (de la mente) permanecerán por siempre un misterio.

Esta conciencia es vacía. No hay nada en ella. No hay en ella ningún contenido en absoluto. Es simplemente un vacío pacífico, libre y claro. Pero muy vivo, muy vibrante, en modo de ‘presencia’, no en modo de ‘cuerpo’. Una vivacidad inmortal, no mortal.

Así que no hay necesidad de mirar y preguntar si hay un ‘yo’ aquí. Hay únicamente esta paz, y ninguna otra cosa. No hay necesidad de preguntar dónde está localizada, o si muere. Es todo lo que conozco [todo lo que sé], ahora mismo. ¿Qué más necesito?

Esta conciencia está completamente libre de contenido. Pero eso no significa que esta conciencia sea una mente quieta. Una mente quieta es sólo una mente quieta. La conciencia, que es vacía, no es tocada por la mente, quieta o no quieta. La conciencia no es ‘accesada’ tranquilizando la mente. No es accesada en absoluto. Es todo lo que conozco, ahora mismo. Simplemente ES.

No es algo que tengas que ‘cazar’ mentalmente para hallarla. Está aquí mismo, y es la cosa más obvia en esta habitación. Es todo lo que conozco, con seguridad.

Simplemente ESTO.

Ningún gurú es necesario

¿Es necesario estar en presencia de algún maestro para que ‘transmita’ lo que se está señalando?

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La totalidad de la apariencia es completamente imaginaria e inexistente. De modo que lo que tienes es tan sólo una historia sobre algún ‘otro’ supuestamente ‘realizado’, y cómo eso te puede ser transmitido, cuando, en realidad, no hay ningún ‘otro’, y tú no puedes ser ‘realizado’. Hay únicamente conciencia, y aun cuando los objetos, las personas y los conceptos (como ‘realización’) parecen algo sustancial, no lo son. Así que cualquier cosa que ganes en ese mundo ‘aparente’ (como realizar ‘algo’ luego de estar en presencia de ‘alguien’) está sujeto a cambio. Una semana más tarde dirás: ‘¡Hey, lo perdí!’, y la búsqueda comenzará nuevamente.

El único modo de escapar del ciclo es saber que tú NO ERES ninguno de esos objetos, sino únicamente la conciencia dentro de la cual todo parece tener lugar. COMO esa conciencia, los objetos, personas y conceptos no tienen relación contigo, y la ‘realización’ o el ‘despertar’ es tan sólo una idea que procede de ese montón de basura de conceptos muertos. El ‘tú’ viviente es, ahora mismo, fresco, y no tiene en absoluto ideas ni conceptos dentro de sí. Tú eres totalmente LIBRE… ¡Ya ves! ¡No hay necesidad de ‘despertar’!

Puede que hayas tenido una fuerte experiencia en presencia de alguien que comparte este mensaje; en la apariencia, todo tipo de imprevisibles bendiciones ocurren. Y entonces le sigue algún imprevisible desastre, de cualquier género. Así que, ¿por qué preocuparse por ello? El mundo de acciones, sentimientos, éxitos, ganancias y transmisiones es 100% FALSO, y aunque se siente real y tendemos a querer ‘arreglarlo’ o mejorarlo, ello es imposible. La sensación de mejoría será tan sólo temporal. La única manera de escapar es saliendo totalmente. Tú NO ERES NADA [ninguna-cosa] dentro de ese sueño, y nada dentro de él puede ayudarte. Tú eres conciencia pura: la única cosa que conoces con certeza, ahora. Simplemente aquí, consciente, siendo, conociendo… ¡TÚ!

¿No he respondido a tu pregunta, verdad? No quiero dejar ninguna ruta de escape abierta a la cual tu mente pueda aferrarse —la ruta de ‘cuando encuentre a alguien en persona, entonces sucederá’—, pretendiendo que la pregunta tiene alguna validez. No hay ninguna validez en tu pregunta, y mi trabajo es cancelar las posibles rutas de escape y señalarte que esta conciencia es todo-lo-que-hay literalmente, y no como alguna ingeniosa metáfora. El mundo (y el hacer que ocurran cosas EN ese mundo) nunca te ayudará. Tan sólo permanece con lo que tú conoces, este CONOCER, presente y claro. No hay nada que arreglar. Este ser

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aquí, ahora mismo, libre de conceptos, es ESO. Tú ya tienes lo que estás buscando.

Es fácil

Esto no es difícil. Hay únicamente un advertir, un ‘notar’ ahora mismo que hay conciencia presente —ser presente— y ningún ‘yo’ que tenga que involucrarse para que esto tenga lugar. Ninguna entidad individual que dé cuenta de esta conciencia, presente ahora mismo.

Así que no hay ninguna comprensión mental, o ‘personal’, en lo absoluto. Es un despuntar de la verdad —como cuando la niebla se despeja— de que no hay ninguna cosa ‘personal’ teniendo lugar, sino simplemente un CONOCER universal, con nadie ejerciendo ese conocer… hasta que construimos una ‘historia’ e inventamos a ‘alguien’. La ‘niebla que se despeja’ es tan sólo el resultado de notar que la conciencia presente —la innegable certeza de que hay conciencia AQUÍ— es todo lo que está teniendo lugar, siempre. La ‘historia’ soñada de un ‘yo’ y un mundo es ‘embutida’ dentro de esa conciencia, pero la conciencia que tú eres nunca es tocada por nada de esa historia o drama. La conciencia simplemente refleja todo, y permanece no-nublada, imperturbada.

Esto no ocurre con el tiempo, y ‘tú’ no puedes adquirirlo, ni gradual ni repentinamente. Sólo hay esta conciencia (en tiempo-presente), presente ahora mismo, y experimentada por ti como tu estado normal de ‘notar’ que estás aquí. No hay ninguna otra cosa teniendo lugar. No hay ningún ‘tú’ individual que descubra alguna otra cosa al respecto. Hay una ‘historia’ que aparece a partir de una incomprensión: la de que este ‘yo’ que sientes se refiere en efecto a alguna ‘persona’ que piensas es ‘tú’ mismo. Pero de hecho, este ‘yo’ no se refiere a ninguna persona en absoluto. Tan sólo asumes que sí.

¿Por qué vivir una vida de temor, únicamente por una falsa ASUNCIÓN? Descubre cuál es la verdad en esto. Observa y ve que ‘yo’ sólo se refiere a la conciencia simple, neutral, en tiempo presente, sin ningún hacedor, ni pensador, ni conocedor. Todo el asunto del ‘yo’ es algo superpuesto SOBRE aquello que está ahí, realmente: simple CONCIENCIA. No es necesario ‘figurarse’ esto en lo absoluto. Está YA aquí, siempre presente.

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Permanece con ‘yo estoy consciente’ y ya puede venir la mente con todas las preguntas supuestamente ingeniosas que quiera. No puedes remediarlo. Tú no estás ‘en control’. No hay ningún ‘tú’ en control de nada. Tan sólo regresa una y otra vez a ‘ahora mismo, sólo hay esta conciencia’. Ahora mismo, en esa conciencia, ¿dónde está la pregunta?… Todas las preguntas se desvanecen. Es fácil.

Simplemente ahora

Es bien fácil quedar enredado en el drama de una vida imaginada; para mucha gente es extremadamente doloroso. Si no te gusta, puede que tengas que recordarte a ti mismo, una y otra vez, aquello que es Real, y simplemente ‘‘traerte de vuelta’ a la conciencia presente en donde, en este momento, ningún ‘yo’ puede de ningún modo posible existir. Ayuda a ello el ver simplemente, una y otra vez, que al ‘traer’ tu atención al AHORA, no hay nada que desear en el futuro, ningún ‘yo’ que exista en ese futuro.

Para que haya un ‘tú’, tendría que haber algún futuro y algún pasado al cual referir ‘tus’ asuntos, para describir ‘tu’ lugar en el esquema de las cosas. AHORA MISMO no hay ningún pasado ni futuro. Y la ‘persona’, aparentemente, sólo aparece si define su propio pasado y futuro: una ficción auto-inventada.

De lo que estamos hablando aquí es de romper un mal hábito adquirido: el hábito de referir toda actividad en tu vida a este centro-‘yo’ auto-inventado. Ese hábito se puede romper. Así que no te proyectes dentro de un supuesto futuro (futuro por otra parte inexistente) que dice que siempre te sentirás mal, frustrado. Aquí mismo, ahora mismo, ¿hay algún problema? ¿Hay frustración en la conciencia corriente, clara e impersonal? ¿O hay calma, notada en la observación de la frustración? Mantente regresando una y otra vez a esta calma, y se volverá imposible permanecer fuera de ella luego de algún tiempo. La otra vida, la vida centrada en el ‘yo’, pierde su atractivo y se vuelve algo de lo más doloroso, como tocar una estufa ardiente. La calma simplicidad de quien tú eres realmente se vuelve magnética, y te lleva consigo.

Una y otra vez, regresa a tu presente CONOCER impersonal del que eres consciente, y eso significa AHORA MISMO. No tienes oportunidad de ‘hacer’ o ‘conseguir’ esto en el futuro. El futuro que imaginas ‘contigo’ logrando esto, es imaginario y nunca se materializará. Ningún momento futuro se materializará jamás. Así

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que no hay ninguna utilidad en imaginar ese momento futuro que deseas. Tú sólo tienes una oportunidad EN ESTO, y es AHORA MISMO. Jamás hubo ningún otro tiempo. Desecha el futuro de tus planes. No hay ningún futuro. La expectación, el deseo, la codicia que tienes de ‘realización’… ¿cuándo surgen? Pues AHORA. ¿Y qué es? SUFRIMIENTO. Así que deja eso ser lo que es, pero nota que todas las cosas que surgen alguna vez —sufrimiento, felicidad— surgen únicamente ahora mismo. Cuando alcances ese imaginario ‘futuro’ en donde estés finalmente satisfecho, ¿CUÁNDO estaría surgiendo el ‘finalmente satisfecho’? Únicamente AHORA MISMO. Y allí es donde tú estás. YA. ‘Tiéndete fuera’ del ahora (es decir, en la imaginación) y sufrirás.

De modo que, más que mirar aquello que está surgiendo —’yo’, deseo, frustración, etcétera—, mira el ORIGEN de todo eso que surge. De todas las cosas que están dentro de esta conciencia que observa —tus ‘buenos’ momentos, tus ‘malos’ momentos, todas tus experiencias ‘espirituales’, las acciones, los pensamientos—, no hay nada que no sea ‘notado’ EN esa conciencia. Así que atente a ello. No tienes que ‘mejorar’, porque no hay ningún juicio de valor en la conciencia. Todo es notado y bienvenido por igual, todo igualmente conceptual, igualmente análogo-al-sueño. Desde la conciencia, ‘tú’ no puedes necesitar nada, de ningún modo posible: ‘Tú’ eres tan sólo un concepto. Pero la conciencia —la cual es ‘conocida’ impersonalmente AHORA MISMO— no es un concepto.

¿Y qué decir sobre todo ese asunto de ‘ya estoy harto de no lograrlo’?… Ignora el objeto de la conciencia (‘yo’) y mira qué necesita en esta situación esta calma conciencia, la cual da a todo lo que aparece la bienvenida. ¿Necesita alguna cosa? Nada en absoluto. ¡Ahhhh!… Mantente recordando esto, y se volverá tu modo normal de ver, como un hábito.

Conclusión 1: ¿Cuándo realizas que eres libre? Pues ahora. Tú eres libre AHORA MISMO, excepto por el deseo de algún evento imaginario ‘futuro’.

Conclusión 2: Permanece en el AHORA. Regresa a este lugar impersonal —sin-mente, sin-palabras— una y otra vez. Es así de simple.

Conclusión 3: No hay nadie que llegue a ninguna conclusión.

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Una cuestión de atención

Vuelve tu atención fuera del sueño ahora mismo. Ahora mismo no lo necesitas. Deja que los pensamientos y las preocupaciones del personaje soñado continúen como quieran. Tan sólo da un paso atrás por un momento y obsérvalas ocurrir, observa al personaje soñado involucrado en su sueño.

Y mientras el personaje soñado continúa con ‘sus’ asuntos, vuelve tu atención, ahora mismo, a la única cosa que está brillando claramente, y que es pacífica, estable y sólida: la conciencia con la cual se está observando al personaje soñado.

Tan sólo descansa aquí, en la conciencia inmutable que refleja, pero que no es modificada por aquello reflejado. ESTO es la Realidad. Ninguna otra cosa.

Reposa tu atención aquí. Conócela. Deja que la realidad de la conciencia sea conocida por ti, como TÚ. Nada necesita hacerse. Ningún pensamiento la afecta, y así, el pensamiento es innecesario. Ninguna acción la afecta, y así, la acción es innecesaria.

No es posible hacer nada con esta conciencia, porque esta conciencia ES YA TODAS-LAS-COSAS. Préstale atención por un momento, ahora mismo, y podrás notar fácilmente que la conciencia es completa. Y puesto que la conciencia es completa, TÚ eres completo. La única cosa que hace que te sientas incompleto, no-entero, y que necesitas ‘volver’ a algún lugar para encontrar la Totalidad, es el hecho de haber puesto tu atención en la vida soñada, y haber ‘olvidado’ que esa Totalidad es todo lo-que-tú-eres realmente.

Observa entonces al personaje soñado deseando ‘Iluminación’, deseando amor, seguridad, respeto. Observa al personaje soñado y observa ‘su’ vida, desplegándose. NO es quien tú eres. TÚ eres esta conciencia que no tiene ninguna cualidad ‘mortal’, ninguna vulnerabilidad, ningún límite. Más allá de toda imaginación, la NADA dentro de la cual reside la semilla de toda existencia, la brillante creación de infinitos universos, eso, esa NADA… eres TÚ.

Pon tu atención aquí, y permite que el sentido de esto crezca. Si estás buscando la Totalidad, está aquí. Si estás buscando Amor Verdadero, está AQUÍ, en el YO-UNO-ILIMITADO, que es la Realidad. Ningún otro amor es posible. Y este Amor está ya aquí, como TÚ. Es sólo cuestión de atención.

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Paz

Paz es la cosa más obvia que conoces, ahora mismo. Hay seguramente una historia que te dice que eso no es verdad, pero mira ahora mismo, en tu propia experiencia y sin recurrir a ningún pensamiento sobre pasado o futuro —ningún recuerdo del pasado, ninguna fantasía sobre el futuro—, ¿hay alguna cosa en este AHORA que sea no-pacífica?

Cualquier cosa que pienses no es pacífica en este ahora mismo, puedes estar seguro de que vive sólo en el futuro o en el pasado. Ahora mismo únicamente hay paz.

¿La notas ahora mismo?

No todavía

¿Es ésta tu historia?:

‘[ESO] No ha echado raíces, todavía’.‘La total realización [de ESO] no está aquí, todavía’.‘No estoy completamente desapegado de mi historia, todavía’.‘Aunque lo he leído todo, siento que aún no capto [ESO]’.

¿Te suena familiar? Seguro que sí. Y todas esas declaraciones son FALSAS. ‘Todavía’ es sólo un malentendido, un error en tu pensamiento, el error de ‘se supone que algo debe pasar’. NADA VA A PASAR, y no entender eso es tu único obstáculo. ¿Estarías esperando o intentando que algo ocurra, si estuvieras convencido de que nada va a ocurrir, jamás? ¡Lo dudo! Porque entonces la búsqueda se detendría.

Una vez que SABES que nada va a ocurrir, y que literalmente NO HAY NADIE a quien vaya a ocurrirle, entonces, naturalmente, dejarás de tratar, o de esperar, o de tener alguna expectativa. Y lo que se vuelve obvio es que nunca hubo ninguna persona que necesitara nada: ni conocimiento, ni realización, ni libertad, ni comprensión integral. NADA. Ni siquiera necesitas ‘saber que sabes’. Simplemente no hay nadie que necesite nada. Tú no estás separado ni tratando de recapturar tu estatus como Totalidad. No. Tú siempre has sido ESTO, nunca has estado apartado de esta Totalidad, nunca has sido ‘otro’ que esta Totalidad.

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La mente dirá entonces: ‘Comprendo que no hay ‘nadie’ que ‘despierta’, pero realmente ¡yo quiero lograr eso!’… Esa es una afirmación contradictoria, y si no lo crees así, echa una mirada y advierte cómo esa afirmación asume la creencia de que hay efectivamente un ‘yo’ que puede lograr ‘algo’. ¡No hay ninguno! Ve tras la creencia de ser un ‘yo’ separado, en lugar de ir tras la tierra prometida de ‘luego que lo logre’… No sucederá. Pero tú crees todavía que sucederá, y esa es la razón por la que aún estás trabajando en esa dirección. ¿No estás ya harto de eso?

Simplemente mira tus asunciones. No bromeo cuando digo que esto es TODO lo que necesitas hacer. No hay necesidad de libros o CDs, ni de conocer a un maestro en persona ni de cualquier otra cosa. TODO lo que tienes que hacer es estar claro sobre la falsedad de dos ideas: que 1) ‘soy alguien’, y que 2) ‘hay un futuro mejor para mí’. Por supuesto, no creerás en la segunda idea a menos que creas en la primera, así que la única cosa que necesitas examinar es la creencia de que ‘tú eres alguien’. Eso es todo lo que necesitas hacer.

La búsqueda no termina cuando finalmente uno ‘logra’ la realización, o ‘se desapega completamente’ de la historia. ¡No! La búsqueda termina cuando se ve que NO HAY NINGÚN BUSCADOR. Ese es todo el asunto. No hay ningún buscador: ningún ‘tú’. Ese alguien no es real. Lo real es la vida, que vive impersonalmente, y que es experimentada por ti, ahora, COMO conciencia.

Se ‘siente’ personal (y esto puede ser una trampa) hasta que ves con más detenimiento… y entonces, VES que esta conciencia no es personal. No necesitas ser ‘alguien’ para que esta conciencia sea. No necesitas ser ‘alguien con una historia’ para saber que ‘AQUÍ-dad’ está aquí. Y ‘AQUÍ-dad’, ahora, es todo lo que hay. Así que ¿qué demonios es ese ‘alguien’? El ‘alguien’ es algo superfluo, agregado por el hábito y asumido como necesario para hacer que ‘AQUÍ-dad’ ocurra, cuando realmente no es así. ‘AQUÍ-dad’ no necesita de ningún buscador para encontrarla. ‘AQUÍ-dad’ ES, ya, y TÚ ERES ESO.

Advierte que no hay ningún buscador, y se acabó. ¡Es la única manera! En tanto el buscador crea que aún hay algo que lograr, o que aprender, o que sentir, la búsqueda continuará. En tanto haya un buscador, habrá una búsqueda. Desecha al buscador, ¡y la búsqueda se acabó!

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Sé que esto puede escucharse a un cierto nivel, y sin embargo, el fastidioso ‘haré lo que ella dice, y finalmente lo lograré’ aún subsistirá. No. El punto es que ‘lograr’ es propio de ‘personas’. Ser una ‘persona’ ES SUFRIR. Hallar que tú no eres una ‘persona’ es ver que el sufrimiento NUNCA EXISTIÓ, que no necesitaste nunca nada. Nada que lograr, ni nadie que necesitara lograrlo. Hay únicamente esta ‘AQUÍ-dad’, AHORA, y ningún ‘tú’ que la conozca. ¡Y esto es ESO! Ninguna otra cosa está ocurriendo.

¿Qué hacer con los sentimientos dolorosos?

Los sentimientos dolorosos van a surgir. No puedes detenerlos. Pero eso no significa que tengas que sufrir por ellos. ¿Cómo funciona esto?

Digamos que surge un sentimiento, un sentimiento incómodo, una ansiedad sobre algo que ‘tú’ piensas que deseas o que necesitas en ‘tu’ vida. Es muy intenso y doloroso cuando surge, porque realmente crees que necesitas que esta cosa ocurra. Aun cuando sabes que ‘todo en el universo es como debería ser’, no puedes sacudirte el pensamiento de que tu vida necesita esta mejora adicional, o de que nunca serás capaz de renunciar a ella, y tu vida será una miseria y carecerá de lo más importante. Entonces, obviamente, el único modo de hacer que tu ansiedad desaparezca es, aparentemente, actuar sobre ese anhelo doloroso, obsesionarte lo suficiente como para hallar un plan que logre tu objetivo, el objetivo de tener esa cosa que deseas.

De manera que el deseo de ‘mejorar’ tu vida, de tener la cosa que estás anhelando tan ansiosamente, se convierte en obsesión. Podría ser útil en este momento recordar cómo han funcionado este tipo de cosas para ti en el pasado.

Cuando lograste alguna vez la cosa deseada, ¿te alivió de la ansiedad? Probablemente. ¿Te sentiste bien? Sí. ¿Por cuánto tiempo? ¿Por cuánto tiempo, antes de que otra ansiedad se volviera tan intensa como la primera? ¿O antes de que la cosa que anhelabas se volviera decepcionante, o al menos, no todo lo buena que pensabas que sería? (Sí, incluso ‘estar iluminado’ se volverá decepcionante, porque es un falso objetivo). O, si el deseo nunca fue satisfecho, ¿cuánto tiempo transcurrió antes de que olvidaras todo acerca de ese deseo? ¿Cuántas cosas has deseado en tu vida que ni siquiera recuerdas ahora? ¡Cientos! ¡Miles!

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Así, en medio de la agónica ansiedad en torno a algo que deseas, recuerda que NO NECESITAS ACTUAR en relación a ella. Que tenga o no lugar el resultado deseado no es el punto. El punto es que AHORA hay ansiedad. Hay una terrible incomodidad, un miedo mezclado con anhelo, un terror de que las cosas no salgan ‘bien’. Eso es lo que realmente deseas cambiar: el sentimiento EN CURSO. Y tus fantasías sobre ‘mejorar’ o ‘arreglar’ tu vida sólo empeoran las cosas. Dar vueltas y vueltas obsesivamente en torno a lo que necesitas hacer parece la única manera de sacudirte el terror que ha aparecido.

Así que, ¿qué puedes hacer?La clave es saber que no es necesario actuar en relación a

ningún sentimiento. Desaparecerá por sí mismo. Saber que nada hay que arreglar, nada que hacer; sólo observar. Tan sólo observar el surgimiento de este sentimiento de ansiedad: notar que es visto claramente en la conciencia, y saber que pasará. El dolor está en pensar que ‘tú tienes que actuar a su respecto’. El dolor empeora pensando que tienes que hacerlo desaparecer actuando a su respecto (dado que ‘tú’ eres responsable de hacer todo lo necesario para dar lugar a las perfectas circunstancias para que esa ansiedad desaparezca). Lo gracioso del asunto es que esa ansiedad desaparecerá por sí misma. Simplemente observa cómo va apagándose y es reemplazada por otro pensamiento. Puede tomar un tiempo, y puede que sea dolorosa mientras esté aquí, pero igual se desvanecerá.

Así que, cuando un sentimiento incómodo está aquí, es importante ver que simplemente pasará. Eso es todo. Pero mientras está aquí, tan sólo observa con asombro cuán claro es. Hay una clara luz de la conciencia que brilla ‘sobre’ ese sentimiento, y lo ves con compasión, sin desear hacer nada a su respecto. No hay ninguna razón para hacer algo con el objeto de aliviar la ansiedad o cualquier otro sentimiento incómodo. No es necesario actuar a su respecto. Ninguna acción tendrá un efecto satisfactorio. Y si no es necesario actuar a su respecto, entonces puede olvidarse. Pasa, y eso es todo.

Recuerda que tú eres la clara luz de la conciencia que brilla ‘sobre’ todos los sentimientos y pensamientos que surgen. ¡No hay nadie residiendo en esos pensamientos y sentimientos! ¡No hay ‘nadie en casa’ en esa historia! Los sentimientos vienen y van; a ellos nos apegamos, pero no tiene que ser así. Ante todo, nada de

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ese sin sentido de que es necesario actuar a su respecto. ¡No hay nadie allí para efectuar ninguna acción! El único UNO en el universo ya está ocupándose de todo, por toda la eternidad, y ESE UNO ERES TÚ: la luz de la conciencia misma.

La guerra no está presente ahora

Este increíble milagro de la conciencia clara y cristalina es todo lo que hay. Es consciente de Sí Misma, y eso es todo. La mente interpreta mal lo que pasa, y dice ‘es mi conciencia’. Pero está bien, eso nada cambia. Eso no hace a la conciencia ‘tuya’. Tú no eres responsable de ‘ser’ consciente, porque no hay ninguna entidad ‘tú’.

Piensas que importa lo que ‘tú’ ves. ¡No importa lo que ‘tú’ ves! Vuelve tu atención de lo visto, al VER mismo. ¿Cómo puede estar ocurriendo este VER? Este (perfectamente claro e impersonal) ver, este (impersonal) CONOCER, ‘toma’ consigo todas-las-cosas, sin juzgarlas. No importa qué ‘vistas’ aparecen, qué sensaciones surgen. No importa qué pensamientos, qué sentimientos surgen. Pueden ser buenos o malos, no importa. No importa qué es lo que el cuerpo está haciendo o atravesando. No importa si hay dolor físico. La conciencia de TODAS estas cosas es CLARA y cristalina.

Piensas que lo que ves es un mundo de guerras, injusticia y crueldad. ¿Es eso cierto? Piensas que la guerra es ‘mala’. Para hacer ese juicio, tienes que ‘convocar’ cantidad de cosas en la memoria: educación, criterios morales en que crees, ideas sobre quien eres… todo lo cual reside en el pasado.

Ningún pasado existe. En tu experiencia presente, SE VE CLARAMENTE que AHORA es el único tiempo que hay. ESTO es conciencia. La conciencia no conoce ningún pasado, ningún futuro. La conciencia sólo conoce AHORA. Así que, ¿cómo podría, digamos, un así llamado ‘travesti’ ser juzgado como ‘malo’, si la conciencia no tuviera ninguna memoria de aquello que lo ‘hace’ ‘malo’? Únicamente ‘tú’ crees en la memoria. La memoria te da la impresión de que están ocurriendo cosas, y que las cosas importan. Pero ni una ni otra cosa es verdad.

Si nada está ocurriendo, ¿cómo podría haber algo equivocado?

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¿Quién eres tú? Tú DEBES ser real. Tú ciertamente sientes que ‘algo’ es real aquí, y eso te da la confianza suficiente como para proclamar que tu YO es real. Pero, ¿es eso verdad?

Hay únicamente UNA REALIDAD, y la Realidad es todo ‘lo que es’. ¿Puedes ser tú alguna otra cosa que eso? La Realidad es todo aquello que SIEMPRE existió, la ESENCIA, eternamente ESTO. ‘lo que es’. Intenta nombrar algo que no sea Realidad. No importa lo que nombres: ESO es Realidad también. Únicamente Realidad. UNA. Tú eres únicamente ESO. No puedes ser otra cosa.

Pero miras a tu alrededor, y con un cerebro dotado para este tipo de cosas, divides la REALIDAD-UNA en un millón de cosas, etiquetas esas cosas que has dividido, y entonces construyes historias sobre cómo esas cosas ‘interactúan’ una con la otra y… Voilà! ¡Aparece el mundo!

Pero la realidad nunca estuvo dividida hasta que tú la dividiste. En esencia, no hay ninguna división, no hay piezas separadas de la REALIDAD-UNA. Nunca hubo nada separado de la REALIDAD-UNA, hasta que la dividiste con tu mente. ¿Tu mente? ¿De dónde viene eso? TU MENTE NO EXISTE.

‘Tú’ y ‘tu mente’ no existen como piezas separadas de la Realidad: no hay piezas separadas de Realidad. Donde ‘tú’ ves una persona y una mente, la Realidad sólo se ve a Sí Misma. La Realidad no ‘ve’ ni ‘crea’ a tu mente. La Realidad es, toda ella, UNA COSA, y no crea ni etiqueta a alguna parte de Sí Misma separada, como ‘tú’ y ‘tu mente’. Y tu mente no se creó a sí misma. Así que la mente, y el yo, simplemente NO SON.

Así, todas las imaginaciones de la mente son FALSAS. Así, la ‘personalidad’ entera y la biografía recordada por la mente son falsas. La historia en curso de sufrimiento y de búsqueda es falsa. El trauma infantil es falso —nunca ocurrió— porque nunca hubo un ‘tú’ separado a quien las cosas ocurrieran. ‘Tu’ historia es falsa, ahora, y siempre ha sido falsa. Tú nunca fuiste otra cosa que ES-ENCIA, intocada por la invención del yo o de la mente.

Y como esencia, no hay nada que hacer o que lograr. No hay nada que tomar personalmente ni modo de tomar posesión de ninguna circunstancia. NADA ES PERSONAL. Tú flotas libremente, sin un centro. Nada puede encontrarte, nada puede asirte. Los sentimientos son poemas escritos en tinta invisible, tributos a

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algún pasado recordado vagamente. Los pensamientos son insectos tropezándose unos con otros sobre una extensión de césped bajo el sol ardiente. La vida ocurre, y esa vida es… TÚ. Cayendo libremente, sorprendida a cada momento de estar viva, sin saber ni preocuparse por lo que viene luego: ESTO es tú, y es todo lo que has sido siempre. Toda la historia fue un sueño.

Si lo captaste, déjalo ir

Tan sólo continúa abandonando lo que posees. Puedes creerme cuando digo que no hay nada de valor en tus posesiones. Abandónalas. Abandona las ideas sobre la persona que eres, la vida que llevas, y cómo eso es de alguna manera ‘tú’. Abandona la búsqueda de la ‘respuesta última’, porque esa respuesta es imaginaria, una invención del personaje.

No te afanes tratando de saber algo. O, si sientes que ya sabes esto ‘intelectualmente’, tampoco te afanes en ‘identificarte’ con ello. Tratar de ‘identificarse’ con algo es tan sólo la actividad de un falso personaje. La actividad es NOTADA; fíjate si puedes encontrar una entidad separada realizando este ‘notar’. Si no puedes, y ves que el personaje es falso, observa cómo todos los puntos de referencia en relación a esa actividad se desvanecen. ¿QUIÉN se identificará con el ‘observar’, cuando el ‘QUIEN’ se ha desvanecido?

Puede que haya un deseo surgiendo ahora mismo, alegando que este personaje ficticio desea identificarse más a menudo con la conciencia. No importa. Cualquier cambio que desees realizar sería simplemente el movimiento de un personaje ficticio. El recuerdo de alguna conversación… un pensamiento sobre alguna fantasía futura… ¿a qué se reducen?

Incluso si ‘captas’ esta comprensión, abandónala. Déjala ir. Ahora mismo hay SER VACÍO, sin posesiones. Es libre y no tienes que hacer cosa alguna. Yo llamo a eso un ‘buen negocio’.

Ni historia, ni persona, ni sufrimiento

Escucho a mucha gente decir que están en una ‘posición’ de comprensión, pero que no sienten todavía que el asunto ‘se acabó’. Dicen estar frustrados, y desean saber qué hacer para acabar con la frustración.

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Y no creo que ayude mucho decirles ‘¿QUIÉN está frustrado?’. Es verdad que no hay allí nadie que pueda frustrarse, pero pienso que esto se ha dicho tantas veces que termina por caer en oídos sordos. Necesitan algo más que eso.

¿Qué es lo que quieren decir los maestros cuando dicen: ‘No hay NADIE allí que pueda frustrarse’? Ellos se están refiriendo, realmente, a la HISTORIA que vienes construyendo todo el tiempo para que pueda haber una ‘persona’, y para que haya frustración. Es la historia la que está en la raíz de la creencia en la persona. Tú estás construyendo la ‘historia’, y consiguientemente la ‘persona’, a partir de tu propia imaginación. No-historia, no-persona.

Es necesario contar una historia para que haya frustración. Sin contar una historia, ¿hay frustración? ¿Dónde? ¿Cómo? Examina la historia que estás contando. Examina la narrativa que crea a la persona a partir del aire. Esto es algo que tú estás HACIENDO todo el tiempo: CREANDO todo el tiempo a la ‘persona’ a partir de tu narrativa interior. Y esta es la esencia de todo problema, de todo sufrimiento (por más mínimo que sea) y de toda búsqueda.

Así que ¿qué puedes hacer? Lo que se necesita no es acción, es INACCIÓN: deja de construir una historia.

No tener ninguna historia equivale a la misma cosa que has estado preguntándote una y otra vez: ‘¿QUIÉN está frustrado? ¿DÓNDE está la ‘persona’?’ Pero advertir que no hay ninguna persona no es algo que tienes simplemente que ‘esperar’ hasta que puedas ‘verlo’: construir una persona es, de hecho, algo que tú estás haciendo activamente todo el tiempo. No tienes que hacerlo. No tienes que construir una historia. Y sin la historia, el pensamiento ‘esto es tan frustrante’ no tiene lugar donde ‘enganchar’, ningún lugar donde florecer. Simplemente se disipa como el polvo. Nada tiene lugar donde ‘enganchar’. Nada puede dañarte. Estás en paz total.

Si no te cuentas ninguna historia ahora mismo, hay tan sólo OBSERVACIÓN, un pacífico ‘tomar nota’ del momento en curso. Ningún problema surge, ninguna frustración, ninguna irritación… hasta que empiezas a construir la narrativa. Hasta ese momento ella no existe, y sólo hay pura conciencia: TÚ. PAZ. ¡Eso es todo!

¡No lo hagas!

¡No lo hagas!

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No busques un futuro en el cual serás supuestamente feliz. No luches por hallar un modo más lúcido de estar en el futuro. Mira únicamente lo que está AQUÍ, y luego detente.

Detén tu movimiento hacia adelante. Nada existe excepto ESTO. AHORA.

Yo estoy aquí, y soy consciente. No importa lo que me suceda, mis seres queridos, el mundo… yo estoy aquí, y soy consciente. ¿Qué le ocurre a esta conciencia cuando muero? No preguntes. Tu mente sólo puede armar un caos con aquello que ya sabes es verdad. Mantente retornando a aquello que sabes verdadero, ahora mismo: YO SOY CONSCIENTE. Todas las preguntas serán vistas como irrelevantes, y antes de que tengas las respuestas, dejarás de preocuparte por ellas para siempre. Simplemente apártalas por ahora. Atente a lo que experimentas ahora: que tú eres consciente.

Todo lo demás, aparte de esta conciencia en tiempo presente, es una fantasía. ¿Te das cuenta cuánto incluye eso? Incluye TODO. No importa qué pienses, no importa qué hagas, no importa qué parte de esto capte tu mente, no importa cuán sesudamente hables sobre ello. Es todo fantasía. NADA ES REAL, excepto esta conciencia en tiempo presente. No los objetos en la conciencia sino la conciencia misma. La luz que hace ‘tu’ ver y conocer posibles. El milagro detrás de todo.

Enfócate ahora mismo en esta Luz que es observable, aquí mismo. Todo lo que ves es un objeto que aparece en esta Luz. Enfócate en ella ahora mismo. Tu cuerpo es simplemente un objeto que aparece en esta Luz. Enfócate en la única cosa que sabes tiene que estar para que tus sentidos y tu mente puedan siquiera percibir tu ser aquí.

Esto no es un ejercicio mental. Si se vuelve mental, detente, y vuelve atrás. Simplemente nota que eres consciente. Nota la sola conciencia: tu ‘capacidad’ de ser consciente. Tú eres capaz de ser consciente de todo impulso que pretende hacer de esto un ejercicio mental. Tú eres consciente de ese impulso. Tú estás consciente. Ese impulso está contenido EN la luz de la conciencia. Sin esta luz que ilumina mi mundo, no vería nada en absoluto. ¿Y dónde conozco esta Luz? ¡Aquí mismo, como ‘yo’!

Ahora mira la cualidad de esta Luz. Lees y escuchas que ‘ESTO es todo lo que hay’. Así que más vale que valga la pena. ¿Correcto? Bien, AQUÍ está. Echa una mirada por ti mismo:

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¿Tiene esta Luz algún problema para ti? ¿Te juzga esta Luz? Esta Luz ¿divide acaso el mundo en cosas ‘buenas’ y ‘malas’? Esta Luz ¿te falla acaso alguna vez? ¿Puede escapársete? ¿O esta Luz refleja simplemente ‘LO QUE ES’, sin modificarlo?

¿Te parece aburrido? ¿Como que… podría no ser ‘suficiente’ para calmar tu sed? Bien, mira nuevamente. Estás avanzando a trompicones por la vida, sin saber nunca lo que va a pasar después. La Luz muestra que tú conoces tan sólo ‘LO QUE ES’, ahora mismo… ¡y esto es del todo desconocido hasta que ocurre! Tú estás cayendo de un aeroplano con el viento volviendo tu rostro hacia los lados. La vida te arroja novedades a cada momento.

A cada momento una flamante realidad erupciona, un momento ocurriendo espontáneamente y que nunca pudiste haber predicho. ¡Y ahora otro! ¡Y ahora otro más!… ¿Aburrido? Si estás aburrido, estás en tu mente, escribiendo una historia sobre cómo esos momentos están entretejidos, y sobre lo que tienes que hacer al respecto. Esos momentos no están ‘entretejidos’. Y no tienes que hacer nada a su respecto.

¿Y qué sobre tu seguridad y bienestar? Esto suena bastante peligroso y aun irresponsable: ‘únicamente observa todo ocurrir, y no veles por tus propios intereses’… ¿Verdad? ¿Pero cómo podrías dejar de preocuparte por tu propia seguridad?

De acuerdo. ¿Hay ‘alguien’ que pueda salir dañado? ¿O que pueda no salir vivo de esto? NO. Hay únicamente CONCIENCIA.

Tú, así como tu cuerpo y tu persona, jamás han estado vivos. ‘Tú’ has sido un cadáver desde el principio mismo. Un cadáver amorosamente animado por una Luz y una Inteligencia ÚNICA, libre ya de daño, porque tú ya ‘fuiste’. Nunca fuiste, aquí, inseguro. Nunca fuiste, aquí, vulnerable. Nunca estuviste, aquí, separado. Nunca estuviste, aquí, incompleto. Nunca tuviste, aquí, ningún problema. Nunca tuviste que resolver ningún problema porque nunca tuviste ninguno. ‘Tú’ nunca estuviste aquí.

Nada está ocurriendo, jamás, excepto esta Luz. Dentro de esta Luz hay tan sólo movimiento. La vida de la Luz. Ningún evento separado para etiquetarlo como ‘bueno’ o ‘malo’. Ningún objeto separado para etiquetarlo como ‘valioso’ o ‘detestable’. Ninguna de estas cosas existen, excepto en la mente dividida de un ser humano. TÚ NO ERES ESE SER HUMANO. Tú eres esta Luz.

Dondequiera que vuelvas la vista, está esta Luz. Nunca se va. Sea el pensamiento (que surja en tu cabeza) positivo o negativo, ese

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pensamiento es visto EN esta Luz. Ahora mismo, esta Luz hace posible que estés consciente de estas mismas palabras. Ya ves. No tienes que irte a ninguna parte. Está aquí. Dondequiera que vayas, la Luz del mundo ES. ¿Qué podría ser, sino TÚ?

Tú no eres responsable

Tú no eres responsable por nada de esto. Tú no lo hiciste. Tú no puedes hacerlo mejor. Tú no eres el creador de lo que está pasando aquí, y no puedes mejorarlo. Respecto a ello, simplemente puedes relajarte. Tú no eres la parte responsable. No está sobre tus hombros. Nunca lo estuvo.

Todas las cosas en el universo están funcionando a la perfección. El universo funciona por sí mismo, y nada está errado o fuera de lugar jamás. Tú únicamente puedes estar aquí [en Él], vivo, sorprendido por lo que ocurra luego. Tú eres una criatura con conciencia (o así lo parece), y eso es todo lo que has ‘conseguido’: conciencia. La conciencia no tiene el poder de cambiar nada. Es meramente consciente. Es consciente de ‘LO QUE ES’, pero no modifica ‘lo que es’. Todo aquello aparte de esta simple conciencia presentemente ocurriendo, puede ser descartado como irrelevante.

Así que TODO es irrelevante, realmente. Todo, excepto la simple conciencia que estás experimentando ahora mismo. Incluso la idea de que esta conciencia es ‘personal’ —de que hay una ‘persona’ consciente— es irrelevante. Innecesaria. La conciencia es perfecta en Sí Misma. No te necesita. No te necesita a ti ni necesita ningún otro objeto. No es lo que está EN la conciencia lo que cuenta. Lo que cuenta es la conciencia misma.

Estamos mirando para ver que ESTO es lo que somos: esta simple conciencia. Ninguna otra cosa. Y también estamos mirando para ver lo que NO SOMOS: no somos un individuo auto-propulsado, una entidad separada que debe luchar para controlar su mundo y ‘arreglarlo’ bien. Estamos mirando para ver que YA somos libres, porque nunca hubo un centro personal de nuestra experiencia aparte de aquel que imaginamos.

Simplemente permite que esta indagación se ponga en movimiento. Tú no tienes que tratar, o trabajar, o emplear esfuerzo en esta indagación. La pelota está corriendo, y continuará bajo su propio poder. Cualquier cosa que haya de ser descubierta será descubierta. ESTO es todo ‘lo que es’, contenido siempre EN la

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conciencia. Nada que hacer al respecto, nada que mejorar al respecto. Esta conciencia es tu único ser, y no requiere nada para ser. No hay ninguna otra cosa ocurriendo aparte de ésta.

No tienes que ser diligente. Ni valeroso. No tienes que ser fuerte. La vida está cuidando de ti, y cualquier esfuerzo de tu parte será simplemente nadar contra la corriente. No hay necesidad de nadar contra la corriente. El río es seguro, y no dejará que algo te dañe. Permítete recordar la verdad de estas palabras, del tiempo anterior a que la ‘historia’ comenzara, cuando esta conciencia era, y era ‘TÚ’. Es lo que tú has conocido todo el tiempo.

Lo que NO ERES está separado. Lo que ERES es la Totalidad.

El alcance de lo que tú eres

Con honestidad, ¿QUÉ eres realmente? Tú notas un espacio de donde surgen pensamientos. Eso es todo.

No puedes encontrar un solo pensamiento, sentimiento o sensación que esté ‘fuera’ de este espacio.

Notas que este espacio no tiene forma. Es simplemente un espacio sin-forma dentro del cual surgen pensamientos.

Notas que este espacio no tiene límites. Es simplemente un espacio i-limitado dentro del cual surgen pensamientos.

Notas que este espacio no tiene cualidades. Es simplemente un espacio in-definible dentro del cual surgen pensamientos.

Algunos de estos pensamientos son responsables de crear la ilusión de un cuerpo y una mente. Tú eres ANTES que esa ilusión. Eres sin-límites, sin-forma, un espacio in-definible dentro del cual surgen pensamientos.

Tú eres ANTES del pensamiento ‘yo soy este cuerpo’. Tú eres el espacio dentro del cual surgen pensamientos. ¿Cómo podría ‘yo soy este cuerpo’ ser pensado, si no hubiera un claro espacio consciente del cual surgen pensamientos?

¿Eres el espacio? ¿O eres el pensamiento? Siéntelo. De los dos, ¿cuál eres?

¿Quién trajo esa claridad?

Sin ningún esfuerzo, la conciencia está ya aquí. Cómodamente sentado, ¿hay algo que hacer aquí? No encontrando ningún cuerpo

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por el cual preocuparme, floto. Nada existe. No obstante, dentro de este flotar surge un ‘notar’ (de la conciencia). Todo lo que es ‘notado’ es un claro ‘notar’.

Todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones que surgen son vistos claramente: la claridad es común a todos. ¿Cómo es esto posible? Esta claridad está ANTES que los pensamientos sean vistos claramente. La claridad está ya aquí. AQUÍ. ¿Dónde? Contigo. Tú la trajiste.

Nada puede ser visto ‘no-claramente’. Cuando se busca la claridad, la clara Luz del VER brilla en esa búsqueda: ‘buscar’ es visto claramente. Incluso la confusión es vista claramente. Se ve con perfecta definición, ningún detalle queda fuera. Olvidamos que esto está ocurriendo todo el tiempo: un CLARO VER. ¿Quién lo trajo? Tú lo hiciste.

TÚ ERES LA CLARA LUZ DEL VER, la cual está ya allí donde un pensamiento surge (para ser visto). Tú eres la clara Luz del VER que está ya allí cuando la idea de un cuerpo aparece.

¿Dónde estás tú? Tú eres primero. Tienes que serlo, antes que el pensamiento ‘yo soy’ pueda ser.

El sufrimiento no puede prevalecer

El sufrimiento no puede prevalecer porque el sufrimiento no es real. Si te encuentras sufriendo en algún momento, se trata tan sólo de un fenómeno pasajero, y cuando pasa, todo lo que queda es paz. Paz total. Paz perdurable.

Así que, en medio del sufrimiento, esta paz perdurable puede ser ‘tocada’: confía en ella como la verdad subyacente de lo que está pasando en todo momento. Nunca hay nada que temer, aun en medio del miedo. Nunca hay nada que perder, aun en medio de la pérdida. La paz es siempre la piedra de base, la opción por defecto, el suelo inmutable con el que siempre se puede contar.

Esto no tiene que ver con ‘malos’ momentos reemplazados por ‘buenos’ momentos. Tú no eres ni tus ‘buenos’ ni tus ‘malos’ momentos. Todos los estados de ánimo pasan, todos los pensamientos pasan, todos los sufrimientos pasan, todos los éxtasis pasan, con PAZ como telón de fondo. Y la paz está siempre aquí. La paz prevalece.

El sufrimiento, incluso aquel de baja intensidad, tiene lugar gracias a alguna historia que te estás contando. No puede

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producirse de otra manera. No es real, y no puede ocurrir por sí mismo. No está ‘ya ahí’. La PAZ está ya ahí. Siempre. Antes y después de toda historia. Puedes contar con ella.

Primero hay paz. Siempre hay paz al comienzo, y al final. Siempre. Pero estas historias son extremadamente sutiles. Se cuelan dentro de ti. Cuando despiertas por la mañana, tiendes a pensar en tus necesidades. Y cada necesidad tiene una historia de carencia asociada con ella, y cada historia de carencia causa sufrimiento. Luego continúa y va aumentando de tamaño durante todo el día.

Viene un pequeño pensamiento: ‘Me gustaría que se me asegure que estoy bien’. Para la mayoría de la gente, hay un miedo subyacente a que, de alguna manera, no estamos ‘bien’, y mucho de nuestra vida e historia tiene que ver con encontrar modos de re-asegurarnos que estamos ‘bien’.

Piensa en toda la energía mental que empleas en batallar con esta inseguridad básica. Casi toda empresa humana tiene a esta básica inseguridad en la raíz: se trata de convencer al mundo y a nosotros mismos de que estamos bien. Mucho de aquello por lo que sufrimos tiene que ver con la falsa creencia de que algo anda mal con nosotros, y que hay algo que se puede hacer para que deje de herirnos.

Pero el ser heridos no puede sobrevivir. El ser heridos no puede sobrepasar en poder a la paz dentro de la cual aparece. Ve ahora mismo que, en ausencia del pensamiento ‘yo no estoy bien’, hay únicamente paz. Ve que un pensamiento es sólo un pensamiento, y no la realidad. Ve que ‘yo no estoy bien’ no es nada más que una brisa pasajera, y que se puede dejar ir. No necesita que se le alimente con un banquete de necesidades insatisfechas. Ve que ‘yo no estoy bien’ es una pequeña partícula de polvo en un grandioso cielo azul, y no necesita convertirse en un huracán.

Vuelve al origen de cualquier creencia que te esté causando sufrimiento. Probablemente tenga el ‘yo no estoy bien’ en la raíz. Creamos una necesidad en torno a ese pensamiento pasajero, y entonces olvidamos el pensamiento (que ya pasó), y ahora la necesidad se ha convertido en el objetivo. Nos obsesionamos con la posesión o con el evento que pensamos nos hará sentir bien. Dinero, sexo, amor, iluminación, reconocimiento o lo que fuera. Pensamos que cuando tengamos esa cosa estaremos ‘bien’ y la herida cesará. Y así olvidamos que un pensamiento pasajero, un

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minúsculo jirón de una nube en el cielo llamado ‘yo no estoy bien’, creó semejante maelstrom.

La paz es primero. ‘Yo no estoy bien’ surge como un estornudo o un eructo. La paz permanece. Nada puede jamás cambiar eso. Es lo que nunca cambia. El sufrimiento no puede prevalecer nunca. Sea lo que fuese aquello que surge dentro de la paz, no tiene no tiene ningún poder. Nada de ello es real. ¿A quién le importa si se ‘siente’ real? NO ES REAL. No puede prevalecer. No puede herirte.

Nota, ahora mismo, la paz, antes del pensamiento ‘yo no estoy bien’. Nota ahora mismo la claridad de la conciencia que hace posible la lectura de estas palabras. Nota que nada necesita hacerse con esta conciencia. Nota que no hay ningún punto de vista en esta conciencia. Nota que ESTO es paz. Nota que esta paz es quien TÚ ERES. Nada existe en esta paz. No hay nadie (ninguno) que no esté ‘bien’. Sólo hay esta simple conciencia ordinaria, que no pertenece a nadie. Pacífica, y eterna.

Muévete con lo que conoces

Está el CONOCER y están las CREENCIAS. Ahora mismo ustedes piensan que no hay diferencia, y que todo pertenece al mismo caldero denominado ‘lo que yo conozco’. No es así. Está lo que CONOCES desde tu propio mirar; y está lo que CREES, porque lo escuchaste o lo leíste o te fue enseñado, y a lo cual quedaste profundamente condicionado a lo largo de los años.

¿Por qué importa? Importa porque el sufrimiento únicamente está en aquello que CREES. No hay sufrimiento en aquello que CONOCES directamente. Para estar libres del sufrimiento es necesario que encaremos este asunto. Hagámoslo:

Lo que tú CREES incluye todas las cosas que piensas sobre ti: quién eres como persona, tu nombre, tu personalidad, tu cuerpo, tu historia, tus recuerdos, tus pensamientos, tus sentimientos, tus opiniones, tus relaciones, tu filosofía, tu espiritualidad. De hecho, lo que crees incluye el mundo del tiempo y del espacio que ves en torno tuyo.

¿Qué NO incluye ‘lo que yo creo’? No incluye tu conocer directo de lo que es, de quien tú eres. Tú no puedes ‘creer’ tu conocer directo. Tu conocer directo es la ausencia de aquello en que se cree. Es la negación de todo lo condicionado y lo aprendido. Es lo que

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queda cuando todas las ideas y pensamientos son apartados. Y está siempre aquí, y por tanto, no puede agregarse ni puede apartarse.

Así que, ¿identificas este conocer directo de quién eres? La IDEA de quién eres es aquello que te fue enseñado, es decir, una persona separada en un cuerpo, y todo lo que ello entraña. Si no se te hubiera enseñado ni hubiera quedado grabada en ti ni una sola idea, ¿qué sabrías sobre ti mismo?

Mirando directamente, la primera cosa que conoces es que tú eres consciente. No tomes mis palabras en lugar del mirar directo: estamos hartos de aprendizajes y creencias. ¿Ves por ti mismo que la conciencia está aquí? ¿Ves que esta conciencia subyace a todo lo demás? Digamos que te gustaría decir que la primera cosa que conoces es que ‘tú eres este cuerpo’. ¿Cómo lo sabes? DEBE haber una conciencia para que ese saber sea. Así que ya ves, no hay nada que pueda venir ANTES que esta conciencia. Todas las demás cosas que CREES conocer, no podrían ser conocidas si no hubiera en primer término conciencia para ser conocidas.

Aparte de esta ‘primera’ cosa que conoces sobre ti mismo —’yo soy consciente’—, todo lo demás ha de ser mantenido en suspenso y examinado. La única cosa que sabes es que eres consciente, y ese es el lugar en donde puedes descansar, mientras cuestionas todas las demás ideas. La conciencia misma no puede ser cuestionada porque es conocida directamente: ¿Acaso no eres consciente ahora mismo?

No cometas el error de considerar este saber directo COMO SI fuera una creencia. Es un truco que a la mente le encanta jugar. Simplemente mira ahora mismo y ve si puedes negar que eres consciente, y luego dime si eso es una experiencia directa o es una creencia. Luego ignora a la mente cuando intente complicar el asunto, insistiendo en que definas la conciencia, o que establezcas dónde va la conciencia cuando duermes, o que entres en sutilezas en cuanto a cuáles son los términos adecuados. ¡Pura distracción! No te tomes la molestia de examinar las tonterías de la mente. TÚ ERES CONSCIENTE. ¿Sí o no?

Entonces nota este punto de pura conciencia del que estás completamente seguro ahora mismo. No tienes que aprenderlo, o creer en él. Está siempre aquí. El sistema del cuerpo puede quedar dormido por la noche, pero cuando recomienza en la mañana, hay conciencia, ya presente y a la espera. Lo sabes y confías en eso.

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Siente la solidez de tu propio conocer directo. Nota que no hay ningún sufrimiento aquí. Es pacífico.

Ahora que estás seguro de la primera cosa —’yo soy consciente’—, eres libre de ponerlo a prueba agregando distintos pensamientos y creencias sobre ti mismo, y probando luego su validez. Pero es provechoso advertir que el punto de partida o línea de base es siempre, simplemente, este punto de pura conciencia. Lo conoces con certeza. No es algo que puedas ‘perder’ u ‘olvidar’. ¡Trata de olvidar que eres consciente!… No puedes hacerlo.

Esto no es una enseñanza: no hay nada que aprender ni nada en que creer. Este conocimiento no requiere de ninguna práctica ni de ningún tiempo. Velo mientras lees estas palabras: tú eres consciente, ahora mismo. No mezcles el ‘yo soy consciente’ con tus creencias; ve que realmente hay un CONOCER que no es una creencia. SÉ que soy consciente y SÉ que esto no es una creencia. ¡No tomes tus creencias por el CONOCER, ni viceversa!

Tú sigues tratando de agregar más y más a ese caldero de ‘lo aprendido’, pensando que mientras más agregues, mejor, y que finalmente tendrás lo suficiente, o que simplemente aparecerá la pieza correcta de información que te liberará del sufrimiento. ¡Pero en ese caldero sólo hay sufrimiento! Así que agregarle más y más no hará nada que te alivie del sufrimiento. Tú no estás tratando con algo que conoces de modo directo, estás tan sólo agregando más y más creencias. Y todo sufrimiento es causado por esas creencias. La única cosa que estás ignorando en esto es lo que realmente conoces. Y eso tú YA LO CONOCES. No puede ‘agregarse’ porque no te falta.

Tendemos a rechazar el conocer directo en favor de creencias, porque hemos llegado a encariñarnos con ellas. Estamos apegados a nuestras creencias. Ese es el porqué sufrimos y luchamos con la confusión y la frustración. Pero cuando miramos por nosotros mismos, todas las dudas sobre quienes somos se desvanecen y todo queda perfectamente claro. Al negar TODO —excepto aquello que conocemos por nuestro mirar directo—, el sufrimiento desaparece. Y todo lo que conoces mediante ese mirar directo es: ‘Yo soy consciente’. Nótalo ahora.

Lo bello del asunto es que aquello que conoces directamente no contiene sufrimiento. El sufrimiento sólo existe en aquello a lo cual quedas aferrado por hábito, aquello creído, pero no conocido. Así que este es el don; éste el porqué se ha dicho tantas

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veces que tan sólo hay Amor. Amor es el hecho de que, en la única cosa que conoces con seguridad, ¡no hay ningún sufrimiento!

Tú. Ahora mismo. CONOCIENDO. ¿Ves que esto no está en el futuro, que no es un logro? Aquello que tú CONOCES está aquí mismo todo el tiempo, y siempre lo ha estado. Tú no lo aprendiste, ni lo ‘creíste’. No puede ser quebrado, ni amenazado, ni apartado. Ahora mismo, mirando por ti mismo, está conciencia cotidiana y ordinaria está aquí. Todo lo demás es aprendido, o creído; es irreal y causa sufrimiento.

Simplemente nota la única cosa que en verdad conoces: YO SOY CONSCIENTE. En ese CONOCER, tú eres libre.

Sin palabras

Ni siquiera la cualidad-viviente es mía. Nada es mío, porque no hay absolutamente nada aquí que pueda ser llamado ‘yo’.

SER. ¿Ser de quién? CONCIENCIA. ¿Conciencia de quién?Es imposible decir nada en absoluto, porque con el lenguaje la

creación de un ‘objeto’ es automática, y no hay aquí ningún objeto. No hay ningún objeto ‘yo’. No hay ningún objeto ‘conciencia’. No hay ningún objeto ‘ES-encia’.

Nada en absoluto puede ser conocido usando las palabras y conceptos que tenemos a nuestra disposición. Pero la REALIDAD —lo Absoluto— PUEDE ser conocido. ¿Cómo? La REALIDAD es conocida en el presente espontáneo, SIN PALABRAS. Únicamente de esta manera es conocida.

Únicamente ahora, presentemente, ANTES de la entidad ‘cognoscente’, antes del deseo de conocer, antes del ser humano que anhela fundirse con lo UNO. Antes de que cualquier cosa ocurra, todo es transparente. Y esta transparencia es lo que trae cada momento … antes de cualquier otra cosa. Antes de que el tiempo ‘arranque’.

La Realidad no existe en el mundo del tiempo. El tiempo pertenece al ‘tú’ y a sus pensamientos y palabras. Tratar de colocar una palabra sobre esto, es como tomar una instantánea de las Cataratas del Niágara y decir que el agua de la foto es las cataratas. No hay ninguna palabra que pueda contener el flujo de este eterno manantial de ‘lo que es’.

ESTO no es un ‘espacio’. Uno no entra en un ‘espacio’ así. Si estás buscando una experiencia de ESTO, no confundas el

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sentimiento (limitado al tiempo) de un cierto ‘espacio’, con aquello que es atemporal y eternamente libre. Tu ‘bonito’ espacio colapsará. Lo ETERNO no puede colapsar.

La Realidad no ofrece nada. Demórate un momento con el objeto de saborear lo que trae para ti y estarás hundido: la habrás convertido en una instantánea de las cataratas. Tú no puedes sujetar esto para satisfacer tu urgencia de apropiártelo más de lo que puedes ‘sujetar’ las cataratas a un árbol. No puedes hacerlo permanente. Deja las cataratas caer y reconoce tu incapacidad de retener o describir o adquirir algo de ello. No es una ‘comodidad’ para tu consumo. No es NUNCA lo que piensas que es.

No hay aquí la oferta de ningún sentimiento extático, ni de algún conocimiento último, ni de ser permanentemente liberado. Todas esas cosas están limitadas al tiempo, limitadas por la entidad, y serán enterradas junto con tu cadáver. De hecho, ellas ya han sido enterradas. ¡Qué alivio!

Mira aquello sin-palabras. Mira lo espontáneo. Mira aquello que no existe todavía. Mira el ‘momento’ anterior a ‘ti’. Mira el ‘momento’ anterior a que empezara el tiempo a transcurrir.

No hay nada en absoluto que hacer. No hay ni una sola cosa que puedas lograr que no vaya a ser enterrada en esa caja de pino junto contigo. Así que muy bien puedes, simplemente, dejar el esfuerzo disolverse en esta libertad de la existencia sin palabras, sin significado.

Ahora bien: no vayas a intentar SER esto. Ese intento no es más que un puñado de palabras y material limitado al tiempo que tú has construido. No seas algo ‘construido’ por ti. Entonces ¿qué?

No quedan palabras.

El sufrimiento es opcional

P: Hablabas la otra vez de tu vida cotidiana normal, y decías que ningún sufrimiento resulta de nada de ello. Si mi pequeño hijo muriera, habría sufrimiento. Pienso que lo que estabas diciendo era que el sufrimiento aún podría surgir, pero que no había nadie que se lo ‘apropiara’. ¿Es eso lo que querías decir?

R: El sufrimiento no resulta de los eventos en mi vida. Pero necesitamos definir nuestros términos:

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Pesar: Una emoción que surge en la mente de una aparente persona como resultado de cosas que ocurrieron anteriormente.

Sufrir por el pesar: El cargar ‘a bordo’ con la emoción de pesar por parte de quien se cree un individuo separado y vulnerable que ha perdido algo.

La diferencia es que el pesar es automático, o reflexivo, mientras que el sufrimiento es opcional. Habrá emociones que surjan automáticamente cuando se den ciertas condiciones en la aparente vida. Pero el sufrimiento no es automático. El sufrimiento sólo ocurre cuando existe la creencia ‘soy una persona que puede perder algo’. Cuando esa creencia no está presente, el sufrimiento no está presente.

¿Y por qué no? Porque se sabe que la conciencia nunca cambia, sin importar la emoción que la ‘atraviese’. Esta conciencia es siempre la misma, siempre pacífica, sin importar si existe el pesar o el dolor. ¿Desaparece alguna vez? No. Puedo volver mi atención a ella en cualquier momento, y aquí está: no se ha movido ni una pulgada. Sólida, estable, segura, eternamente no-afectada por la pena. Aquí está. No necesito hacer nada más. No necesito hacer que el dolor de la vida desaparezca, porque cuando me enfoco de nuevo en esta conciencia, ésta no habrá cambiado. El dolor puede aumentar o disminuir, y cuando vuelvo mi atención a esta conciencia, es la misma. Comienzo a advertir que ningún evento en la vida tiene algún efecto sobre nada; comienzo a advertir que no necesito nada en la vida en absoluto. Esta paz está siempre aquí.

¿Aun en el caso de un tremendo dolor? Sí. Todo sufrimiento es lo mismo, todo sufrimiento es igualmente irreal. ¿Qué hago si tengo un pequeño dolor en la baja espalda? Ahora mismo, noto que hay conciencia. La conciencia no es afectada por el dolor. El dolor puede mejorar, o empeorar. Miro nuevamente, y la conciencia no ha cambiado. Toda mi historia personal de ‘está bien, no está bien, pobre de mí, duele tanto’ cambia, pero cuando miro a aquello que está notándolo, eso no ha cambiado con nada de la historia personal. Miro ahora mismo y aquí está: tomando nota, pacífica, sin necesidad de nada. Sin importar cuándo mire, es lo mismo. Ha sido así toda mi vida.

Ahora toma ese dolor de espalda y multiplícalo por un millón, y muévete a tu corazón. Es la misma cosa. Incluso ese grado de dolor o de sufrimiento no puede tocar a la conciencia. Así que, ¿qué diferencia hay si ese dolor desaparece? Hay una única cosa que sé

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con seguridad, y es ‘yo soy consciente’. No puedo evitarlo. Pero no tengo que sufrir. El sufrimiento es únicamente el resultado de creer en una persona separada, en un yo vulnerable. Y yo no creo en eso.

Pon tu atención en la atención

¿Hay algo que puedas hacer?Sí. Pero únicamente ahora mismo. Todo comienza y termina

ahora mismo. Tú no puedes practicar algo ahora, o aprender algo ahora, esperando que afectará tu futuro de un modo positivo. No hay ningún futuro. Así que sea lo que fuere que hagas, tiene que ser ahora, o nunca.

Entonces, ¿qué puedes hacer AHORA? ¡Es tan fácil! ¡Es tan simple! Y no hay ninguna otra cosa que

necesites aprender ni saber para ‘hacerlo’. No hay ninguna ‘verdad’ a buscar que te ayude a ‘hacer’ esto. No hay ninguna ‘maduración espiritual’ necesaria para hacerlo, ninguna ‘apertura del corazón’ necesaria para hacerlo. Más satsangs ni más maestros, de ningún modo posible pueden agregar nada a tu capacidad de ‘hacer’ esto. Nada se necesita para ‘hacerlo’.

He aquí: pon tu atención en la atención misma. Es todo.Es la práctica de —ahora mismo, en el presente inmediato—

volver tu atención 180 grados desde el mundo exterior (para dirigirla) hacia adentro, hacia la atención misma. Todo lo que se necesita es poner tu atención en curso sobre la atención misma, e ignorar el resto. De hecho, ni siquiera necesitas ignorar el resto: cuando pones la atención en la atención misma, ‘el resto’ desaparece. Simplemente no está ahí.

No es que no sepas a qué atención me refiero. Si te digo: pon tu atención en los latidos de tu corazón, no me vas a preguntar a qué atención me refiero. Todos conocemos íntimamente la ‘atención, del mismo modo que conocemos nuestro brazo derecho. Eso es realmente lo que quiero decir cuando hablo sobre la conciencia ordinaria, cotidiana. La conciencia es atención.

Poner la atención en la atención misma es lo opuesto a lo que estás acostumbrado por hábito. Usualmente tú colocas tu atención únicamente en el contenido —pensamientos, sentimientos, objetos, personas, actividades— y no en el hecho de que tienes atención en absoluto. Esto es atención interior, no exterior. Esto es atención a la atención, y no a los objetos: pensamientos, cuerpos o mentes.

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‘Volver la atención al interior’ no es lo que habíamos creído todos estos años. Creíamos que significaba: mira tus pensamientos, tus sentimientos, aquello que te hace latir. ¡Falso! Volver la atención al interior significa literalmente mirar aquello que está mirando. Significa mirar a la atención misma.

Advierte ahora mismo que, cuando la atención reposa sobre la simple atención que se está concediendo a estas palabras, hay tranquilidad. No la atención a las palabras mismas, sino atención a la atención que las hace ‘advertibles’. Cuando la atención en curso se mueve fuera de sí misma, hacia el exterior, entonces aparecen estas palabras. El yo, el cuerpo, los pensamientos y el mundo aparecen, y todo el sufrimiento que nace con estas cosas. Estas cosas aparecen ante ti cuando pones la atención en ellas. No tienen que aparecer en absoluto. Mantén la atención en la atención misma y ninguna-cosa aparece jamás.

¿Por qué parece difícil poner la atención en la atención? Porque tu mente rechaza instantánea e inmediatamente la atención, porque ésta no tiene cualidades. Así que no intentes ni hagas esto con tu mente. Tan sólo vuelve tu atención ‘atrás’, a la atención misma, allí donde comenzó. Notarás que la mente desaparece.

No es necesario nada más. Ninguna actividad es necesaria para hacer esto ‘mejor’, porque cuando la atención está en la atención, NO HAY ninguna actividad. Toda las actividades, objetos, cuerpos y egos aparecen cuando pones tu atención en ellos.

¿Ves por qué hay aquellos que dicen: ‘Simplemente mira ahora, y asunto concluido’? Ahora bien, cuando miras —cuando pones la atención en el interior, en la atención misma (y no en el exterior, en los objetos atendidos)— ¿queda alguna-cosa? ¿Puedes encontrar algún ‘yo’ allí? E incluso, ¿puedes encontrar un cuerpo o una mente? ¿Puedes encontrar sufrimiento? ¿Puedes encontrar algún ‘buscador’? ¿Y de qué iba tu búsqueda?

Tú no tienes que ‘hacer’ ninguna auto-indagación. La auto-indagación implica mirar con una mente, en una mente, para ver si puedes encontrar el origen y el asiento del ‘yo’, y encontrar que no hay sino un manojo de pensamientos. Tú no tienes que hacer todo eso. Mira al interior, a la atención misma, y queda inmediatamente claro que no hay ningún ‘yo’ ni nunca lo hubo. Todo queda claro ahora mismo y cada vez que miras.

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No tienes que sentarte ni meditar sobre esto. Esto es ‘caminar-funcionar-no-meditación’. Es parte de tu día a día. Mientras caminas, haces tus asuntos, trabajas, conversas con la gente, vuelve tu atención a la atención misma. ¿Qué ocurre?

Hazlo ahora, hazlo de una vez, y ya nunca necesitarás que se te convenza de nuevo. Nada hay sino ESTO: esto mismo.

¡Y tú eres ESTO!

La dimensión que no es

No pienses en estar ‘en el momento’. Un momento es demasiado grande. En un momento, tú inventas un yo con biografía y todo, e inventas un mundo en el que ese yo vive. Un momento es un tiempo demasiado largo.

¿Qué hay antes de ese momento? El presente.¿De dónde viene ese momento? Del presente.Nota este fresco y espontáneo presente surgiendo. Está aquí,

vacío y nuevo. No dura ni un momento. Tan pronto como llega se va, y renace de nuevo. Nota esta total-idad. Siente esta vacuidad. Esto no es conceptual, no es espiritual, ni tampoco una idea trascendental sobre el modo como las cosas funcionan. Es real, y puedes probártelo a ti mismo mirando. Es aquello que notas cuando miras por ti mismo. El presente es todo lo que tú conoces.

Tú no puedes notar el presente con tu mente. La mente tratará de estirarlo en una ‘cosa’ que existe en el tiempo. En el momento que hayas acabado, ya no está. Tu mente no puede ver el siempre-fresco presente surgiendo. Pero tú puedes.

Nota esto con tu ser. Nota el presente porque tú siempre estás en él. Nótalo con el presente mismo.

Entonces, ¿cómo es que todo este otro ‘material’ —el mundo, el yo, la biografía— surge? Parece real.

Parece así, pero cuando miramos en el presente no podemos encontrarlo. ¡El presente siempre llega vacío! Pero cuando la mente se mueve —y lo hará— ese movimiento crea su propia burbuja de tiempo para tener algún lugar donde desplegarse. Toda actividad y toda apariencia existen únicamente en esta burbuja de tiempo, creada por el movimiento de la mente.

Pero miremos de nuevo el presente. Una burbuja de tiempo no está presente en el presente. El presente nunca cesó de estar vacío.

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El presente nunca cesó de ser nuevo. El presente nunca cesó de ser total. El presente simplemente es esto, siempre fresco.

No puedes parar el movimiento de la mente. Mientras estés vivo el tiempo será creado por ti. Pero puedes conocer el truco, puedes darte cuenta de aquello que tiene lugar. El aparente mundo y el aparente yo existen, literalmente, en otra dimensión. El presente es un único punto en donde ninguna dimensión existe.

Así que, ¿qué eres tú?

Ninguna pregunta existe

P: ¿Podrías comentar esta declaración: ‘Tú estás construyendo la historia… a partir de tu propia imaginación’? ¿Cómo puedes ‘tú’ construir una historia sobre una persona que no está allí? Si no hay nadie allí, entonces ¿de dónde viene la historia? ¿Quién/qué cree en la historia? ¿Quién/qué la imagina? Si la persona no es real, entonces ¿cómo puede haber conciencia de ella?

Muchas gracias.

R: Estas preguntas sobre ‘cómo va junto todo ello’ carecen de respuesta. Carecen de respuesta porque se refieren a algo que no existe. De manera que la mente dice: ‘Sí. Claro. Debe de ser una enseñanza falsa, pues no puede responder siquiera a las grandes preguntas’. Bueno, eso es correcto. Es falso para la mente, dado que ¡no existe!

Pero una vez que tomas los indicadores ofrecidos, los cuales señalan enteramente fuera de la mente, enteramente fuera de la historia, y ves que donde realmente estás parado está fuera de toda construcción, ocurre algo interesante: la mente, el yo y la historia desaparecen. Y junto con su desaparición, la desaparición de todas las preguntas asociadas con mente, yo e historia. Así que, en vez de ello, ¿por qué no intentas esto? Sigue los indicadores que dicen: no mires dentro de la historia; ve que tú ya estás fuera de la historia y siempre lo has estado.

No hay ninguna respuesta a la pregunta que has formulado. Nunca podrá haber una respuesta a esa pregunta. Si alguien te ofreciera alguna, será simplemente alguien que te está enchufando el esperanzador pensamiento de que tus preguntas serán respondidas, y que esto de algún modo te liberará. No lo hará. No

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puedes malgastar la vida entera de esa manera, porque las preguntas planteadas por la mente son infinitas. Pero puedes seguir el consejo ofrecido aquí (y en alguna otra parte) de abandonar la obsesión por la mente, y simplemente ser lo que tú eres: sin mente, vacío e infinito.

No intentes obtener más respuestas a tus preguntas. Hasta aquí, ninguna respuesta ha sido de ayuda para ti. La única cosa que acaba con las preguntas es salirse de ese ciclo de insistir en que es necesario tan sólo una pieza más del rompecabezas para que todo quede claro, antes de que puedas avanzar hacia la verdad. No hay ninguna pieza del rompecabezas, y no hay ninguna verdad. Y no hay ningún tú que avance a ninguna parte.

Ve que donde estás, lo que eres y quien eres, está fuera de todo contenido, fuera de toda estructura: sin forma, sin perfil, sin tiempo. Hay únicamente vacuidad: esta vacuidad que notas ahora cuando miras lo que está presente. Esta vacuidad, esta quietud, es todo lo que hay.

Permítete a ti mismo ser nada en absoluto. Esto es lo que eres. Ningún intelecto, ninguna lógica, ninguna mente. Simplemente conciencia sin forma, sin perfil, aquí y ahora. Tú puedes notar esto ahora mismo, y esto es lo que está siendo señalado. Tú eres esta ausencia de forma.

Y siendo esto, ¿qué ocurre con la pregunta que formulaste?

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Randall Friend

Tú estás soñando

Paz y Amor

Tu verdadera esencia es Paz y Amor. Totales. Esta Paz no es el opuesto de la guerra o el conflicto; es la Paz que acepta la aparición de la guerra y del conflicto. Este Amor no es el opuesto del odio; es el Amor que acepta sin condiciones todo lo que surge, incluyendo el odio.

Esta Paz y este Amor no es algo que necesite o que pueda ser hallado, o desarrollado, o aprendido. Esta Paz y este Amor es la naturaleza esencial de Ser.

En esta Paz y este Amor hay una inocencia casi infantil, una magia prodigiosa, una gran tranquilidad… pero ‘TÚ’ nunca puedes hallarlos. La presencia de un ‘YO’ es la aparente separación entre ‘YO’ y el mundo. En esta separación hay conflicto, sufrimiento, esfuerzo, deseo, temor. Sentimos que hemos perdido esa inocencia, esa magia, y buscamos conseguir algo… ¿tal vez la ‘Iluminación’?

Así que no hay nada que pueda hacerse para ‘conseguir’ esta Paz y este Amor, nada que pueda ‘YO’ hacer para hallarlos, simplemente porque la creencia en el ‘YO’ es el factor mismo que oscurece el reconocimiento de la Paz y el Amor ya presentes.

La búsqueda es simplemente más de lo mismo, es decir, de la negación por parte de la mente de la magia y maravilla de ESTO, de lo que de hecho está ocurriendo. Tal vez en el futuro consiga las respuestas a mis preguntas, o bien meditaré lo suficiente como para ser capaz de verlo. Pero ningún ‘YO’ ha podido verlo jamás. Ninguna búsqueda ha podido conducir a ello jamás. Y no hay respuestas a la pregunta sobre qué podría ‘YO’ hacer para verlo. ‘YO’ nunca podré verlo. Porque ‘YO’ es tan sólo otro pensamiento que surge, otra creencia creada a partir de memorias encadenadas.

La única respuesta reside en el sonido del viento entre los árboles, en la sensación de un baño caliente, en el aroma de una

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taza de chocolate humeante, e incluso en la desesperada lucha del indigente sin hogar, o en el olor a podrido de una alcantarilla, o en el dolor por la pérdida de algún ser querido.

La Paz y el Amor únicamente pueden ser, exactamente, ESTO, AHORA MISMO: exactamente este momento ordinario, el cual la mente pasa por alto, prefiriendo aquello que ‘podría’ ser.

No hay nada más que conocer ¿Qué hay presentemente en la conciencia?Un monitor de computadora, los dedos en el teclado, una ligera

sensación de acidez.Esto es exactamente lo que estás buscando. No hay nada más

que encontrar, ningún otro lugar adonde ir, ninguna otra cosa que conseguir.

La creencia de que hay algún sentido ulterior, alguna ‘mayor’ Iluminación, es la base de la búsqueda. Y en esta búsqueda hay una negación de este preciso MOMENTO. La búsqueda de lo sagrado en el futuro no es posible. Nunca será hallado.

En la medida que agotemos las posibilidades de encontrar la beatífica Iluminación en algún punto del futuro (siempre que recitemos tantos mantras o que meditemos lo suficiente), se vuelve crecientemente obvio que ESTE PRECISO MOMENTO es la única cosa que existe. El pasado y el futuro son sólo pensamiento, que surge PRESENTEMENTE. El tiempo parece moverse, pero es SIEMPRE AHORA. El tiempo nunca se mueve.

Cuando esto nos penetra, surge la pregunta: ¿Qué soy yo? Todo aquello de lo que está construido este ‘YO’ está basado en la memoria, en historias, en cosas que he poseído o he hecho, o en cosas que deseo hacer.

Este deseo es como un torbellino que continúa con la farsa del ‘YO’.

¡Es tan patentemente obvio, que se pasa por alto! ¿Dónde podrías ‘TÚ’ existir, si el TIEMPO es una ilusión? La única cosa que se conoce es el pensamiento (o la percepción, o la sensación) que surgen presentemente. La mente toma a estos y los agrupa sin orden y los etiqueta como ‘cuerpo’, y más tarde como ‘mi cuerpo’.

Incluso la mente (o el pensamiento) es tan sólo una sensación surgiendo AHORA. ¿Dónde está la base para la identificación?

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Incluso tenemos que ir a las definiciones de palabras memorizadas para saber cómo etiquetar alguna cosa.

ANTERIOR A TODO ELLO hay una ‘cualidad de conocer’ básica, una conciencia simple y ordinaria, que está registrando cada sensación, cada percepción, cada pensamiento, cada etiqueta, cada identificación. TODO es conocido en este espacio de conocer. Y este registro está ocurriendo espontáneamente, sin esfuerzo alguno.

Cualquier cosa conocida, incluyendo el deseo de ser una persona, el sentido de ‘yo’, el sentido de estar en un cuerpo, el sentido de cualquier cosa, ocurre en este espacio de conocer. Es el écran en el cual todas las cosas se registran, como en un espejo.

Esta vacía ‘cualidad de conocer’ es lo que tú eres, anterior al sentido de ser una ‘persona’, anterior a las sensaciones que son etiquetadas como ‘YO’ o ‘MI CUERPO’. El ‘cuerpo’ es únicamente un manojo de sensaciones asociadas: no es lo que tú eres.Ver esta ocurriendo presentemente. No hay nada más que conocer.

Cada paso es Dios

En la búsqueda de Dios hay millones afanándose, realizando toda suerte de prácticas, restringiendo su dieta y modificando su manera de vestir y su conducta. Creando también reglas con las que, supuestamente, ‘otros’ deberían vivir sus vidas para acercarse a Dios o ganar sus favores. Todas las religiones buscan estar ‘más cerca’ de Dios que las demás.

Cada átomo de este ‘universo’ es Dios. No hay ningún lugar al que tengas que ir para aproximarte a Dios, nada que tengas que hacer para estar más cerca de Dios. Porque Dios es aquello de lo que estás hecho, Dios es lo que TÚ ERES. No puedes JAMÁS estar separado de Dios.

Si Dios es omnipresente, omnisciente, omnipotente, ¿cómo podría Dios ser otra cosa que lo que tú eres? ¿Cómo podría ser omnipresente si no estuviera EN TODAS PARTES, incluyendo este cuerpo, estos pensamientos, este sentido de ser una persona que busca la iluminación, este sufrimiento, o CUALQUIER OTRA COSA perceptible o concebible? Todo ello, ¿cómo podría ser otra cosa que Dios?

Dios es un término demasiado manoseado y que tiene distintas definiciones dependiendo de la orientación religiosa. Pero Dios no

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es otra cosa que el CONOCER inteligente actual, dentro del cual el mundo aparece.

La paz viene cuando se advierte que cada ‘persona’, cada ‘situación’, es, únicamente, Dios. Dios está ‘haciéndose’ a Sí Mismo. Así que, ¿por qué preocuparse? ¿por qué sufrir?

Algunos llaman a Dios, conciencia o unicidad, pero no importa qué etiqueta se emplee, porque la propia etiqueta es Dios.

Y en esta realización, todo ello es Dios: no hay lugar para una persona separada, una ‘biografía’ que tenga algún sentido. Todo está ocurriendo en Dios y como Dios.

Y mientras atravesamos la apariencia de esta ‘biografía’, estamos anclados en esta Paz, con la comprensión y realización de que cada paso que damos es Dios. Cualquier cosa, sea la que sea, ES DIOS… ¿Quién va a encontrar algún problema en eso?

¿Quién está mirando?

¿Quién está mirando? ¿Quién está viendo? ¿Quién está leyendo esto?

¡YO!… Eso es lo que la mente dice. ¿Qué es este sentido de ‘YO’ que surge súbitamente? ¿Puedes

rastrearlo? ¿Qué está señalando?Hay un simple y ordinario VER, ocurriendo ‘antes’ de que YO

aparezca. Este ver-conocer-ser es anterior a la mente, anterior a la experiencia, ya existente, nunca naciendo, nunca comenzando, siempre-ya el caso.

‘¡Pero yo no puedo verlo todavía!’… Sí. Correcto. TÚ no puedes verlo porque TÚ ‘apareces’ en él. El concepto TÚ es tan sólo un pensamiento, surgiendo en este conocer, surgiendo presentemente en el pensamiento. El CONOCER este pensamiento es lo que tú eres, NO el pensamiento ni aquello a lo que parece referirse.

‘Necesito investigar un poco más’. Sí. Investiga un poco más. Ve por ahí y medita, o repite mantras, o visita algún gurú para hacer satsang. Ve por ahí y pondera el significado de la vida. Ve por ahí y ‘habla con Dios’… ¡Como si Dios fuera algo separado de lo que tú eres!

Cuando se ve que está búsqueda se mueve en círculos (o que termina en un callejón sin salida), puede que la búsqueda se detenga por un momento, la mente consumida y exhausta. En esta pausa, un simple MIRAR ocurre, una simple conciencia ordinaria

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de SER, no diferente de lo que AHORA está presente. Ocurre tan sólo que ESTO jamás fue (para ‘nosotros’) suficientemente ‘bueno’, suficientemente ‘iluminado’. El AHORA es ignorado, prefiriendo alguna experiencia beatífica que siempre parece pasar, para luego retornar a ESTO, el ser ordinario.

Tú nunca puedes ‘salirte’ de AHORA, nunca puedes ‘perder’ la conciencia. Este espacio vacío (del CONOCER) está totalmente presente SIEMPRE, y es el suelo para que cualquier cosa pueda surgir. Este VER-CONOCER es lo que tú eres: NO algún objeto que pueda surgir en este mirar, sino el mirar mismo.

Pregúntate QUIÉN está mirando a través de tus ojos…

Lo que yo soy

Este cuerpo está débil y cansado… Este cuerpo siente dolor, emociones, placer…

Esta mente está a veces confundida, analizando, definiendo, pensando…

Esta mente a menudo afecta al cuerpo: un pensamiento flamea y el cuerpo reacciona con sensaciones.

Pero lo que yo soy nunca es afectado por nada de ello.Lo que yo soy simplemente ‘toma nota’ de todas estas

percepciones y sensaciones, sin etiquetarlas ni juzgarlas.Lo que yo soy no tiene la capacidad de etiquetar ni juzgar.Lo que yo soy no piensa, pero observa al pensamiento.Lo que yo soy no actúa, pero observa la acción.Lo que yo soy no tiene creencias, pero observa las creencias.Lo que yo soy no tiene palabras, pero observa las palabras.Lo que yo soy no tiene forma, ni perfil o tamaño, pero observa

las formas de todos los perfiles y tamaños.Lo que yo soy no tiene ningún centro ni circunferencia o borde,

y por tanto, no puedo encontrar dónde termino ‘yo’ ni dónde comienza ‘el mundo’.

Lo que yo soy no es nada, tan sólo el observar vacío de todo lo que va surgiendo.

Lo que yo soy es todo: todas las formas y actividades aparecen en lo que soy.

Lo que yo soy no tiene nombre, ni biografía, ni personalidad, ni familia, ni trabajo, ni dinero, ni refugio.

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Lo que yo soy es el espacio abierto que acepta todo, sin condiciones, el espacio abierto en el cual todo aparece. Lo que yo soy no puede ser conocido: lo que yo soy es el conocer mismo.

Sólo por un momento…

En vez de repetir la misma cosa una y otra vez —’tú eres conciencia’, ‘tú eres todo lo que aparece’—, mirémoslo de otra manera:

Sólo por un momento, asume que lo que está siendo señalado ES la Realidad. Asume que la conciencia diaria, ordinaria, que conoces tan bien, es, en efecto, ESO. Asume que este ver-conocer-oler-degustar-sentir es realmente lo que tú eres, y no el cuerpo-mente.

Sólo por un momento, asume que la única cosa de la que estás absolutamente seguro —el hecho de tu propia existencia y conciencia— es exactamente lo que tú eres, y que la identificación con el cuerpo-mente es falsa.

Sólo por un momento, asume que lo que estás buscando, la Paz y el Amor que estás buscando, están, ya, totalmente presentes. Jamás estuvieron ausentes. Asume por un momento que es imposible perder lo que tú eres, y las cadenas de la esclavitud simplemente no estarán allí.

Sólo por un momento, asume que esta conciencia con la que estás tan familiarizado —antes, durante y después de los pensamientos y de la identificación con el cuerpo-mente—, es todo lo que los auténticos maestros están señalando.

¿Qué sería la Realidad? ¿Qué serías TÚ?Tú serías tan sólo un SILENTE CONOCER, una PRESENCIA

OBSERVANTE: observando todo lo que tiene lugar, sin ser tocado o afectado de ninguna manera por nada de ello. Tú observarías moverse el cuerpo-mente por ahí, tú observarías el surgir de pensamientos, emociones y sensaciones…

No tendrías ni brazos ni piernas, pero observarías brazos y piernas moverse. No tendrías mente alguna, pero observarías a la mente creando conceptos y creencias. No tendrías ningún deseo ni temor, pero observarías el movimiento del deseo y el temor.

No tendrías ninguna capacidad de pensar; tan sólo de observar los pensamientos. No tendrías ninguna capacidad de moverte; tan

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sólo de observar el movimiento. No tendrías ninguna capacidad de sufrir; tan sólo de observar el sufrimiento.

No tendrías ninguna capacidad de crear historias sobre el pasado o sobre algún hipotético futuro, por lo cual eres consciente únicamente del presente, y consciente del pasado y el futuro como pensamientos surgiendo en el presente. Pero observarías las historias y la obsesión de la mente.

Nunca morirías porque nunca naciste.No te relacionarías a un ‘yo’, pero observarías el surgimiento

del sentido de ‘yo’ como un pensamiento, un concepto, una creencia. No encontrarías ninguna entidad sólida ni persistente.

No podrías buscar la ‘iluminación’, pero observarías esa búsqueda.

Nunca estarías sujeto a —o afectado por— ninguna experiencia, pero podrías observar al cuerpo-mente atravesando experiencias espirituales asombrosas, o experiencias deprimentes y horrorosas.

Nunca cambiarías, pero observarías todas las cosas cambiar.Observarías este cuerpo-mente cambiar, observarías esta

identificación con el cuerpo-mente surgir, observarías estos intentos de ‘soltar’ el yo, de matar el ego, de lograr la iluminación… Observarías la sensación de ser una persona atrapada en un cuerpo-mente, pero no estarías sometido a esa identificación.

No tendrías ningún control, ninguna propiedad, ninguna vida, ninguna posesión, ningún futuro, ninguna esperanza, ninguna creencia, nada a que aferrarte ni nada que perder. No tendrías ningún yo.

Y en ESTE MOMENTO, simplemente observarías el FLIP-FLOP de la mente, inclinándose hacia esto o hacia aquello, deseando esto y resistiendo aquello. Cada simple cosa que ocurriera, ‘buena’ o ‘mala’, no haría ninguna diferencia, e incluso no tendría ningún significado.

Observarías simplemente los intentos de lograr la iluminación, pero no tendrías siquiera la capacidad de reír de cuán descaminado es eso.

En realidad, éste YA es el caso. Tú YA eres esto, está SIEMPRE ocurriendo, la PURA Y SILENTE CONCIENCIA ya está viendo-conociendo todas las cosas, incluida la búsqueda misma. No es algo que tienes que encontrar, es algo que es INEVITABLE: AHORA. No tienes que encontrarla: no puedes escapar de ella. AHORA MISMO, ver-conocer está ocurriendo, sin excepciones.

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Pero la búsqueda asume que algo no es correcto AHORA, o que no es lo suficientemente bueno, o que es necesario agregar o aprender o ganar ‘algo’ para conocer esto. Aparentemente es necesario agregar ‘algo’ a la experiencia, al ‘banco’ de conocimiento de la mente para ‘conseguirlo’. Pero la lucha por ‘conseguirlo’ está, YA, siendo observada. Literalmente, toda cosa en la experiencia es conocida en la conciencia, incluyendo la mente y sus reacciones a ‘LO QUE ES’.

Ver-conocer está ocurriendo AHORA, ahora mismo, no por un cuerpo, no por una persona (porque no hay tal cosa, salvo un concepto surgiendo presentemente en el pensamiento), sino por esta CONCIENCIA PURA, que no es una ‘cosa’, ni es una persona, ni tiene sabor, ni aroma, ni forma, ni metas, ni significado… y que no tiene que ser encontrada ni lograda. La ‘persona’ es la ilusión: aquello que CONOCE la ilusión es lo que tú eres.

¿Qué es eso que conoce al mundo ahora?

Mira a tu alrededor: ve lo que está presentemente surgiendo, lo que está presentemente ocurriendo.

Mira las paredes, el techo, el piso. Mira el pupitre, la silla, la computadora. Mira los brazos, las manos, el torso… Mira la mente, los pensamientos, los conceptos y creencias surgiendo.

Mírate a ti mismo. Mírate profundamente a ti mismo. ¿QUÉ eres tú? Detén el pensamiento por un momento y simplemente mira.

¿Qué es lo que encontraste? Encontraste la habitación, el pupitre, el cuerpo y los pensamientos. ¿Te encontraste a ti mismo?

En ausencia de pensamiento, ¿existía la persona? ¿O vino más tarde bajo la forma de un pensamiento?

¿Hay en curso un suelo-base que CONOCE, un espejo prístino reflejando al mundo, una pura conciencia inmutable en la cual las ‘cosas’ aparecen?

¿Puedes separar esas ‘cosas’ de esta conciencia? ¿No está la silla ‘separada’ únicamente cuando digo: ‘veo una silla’? ¿Puedes encontrar alguna separación, alguna frontera, fuera del pensamiento o el concepto?

Se dice que todas las cosas son vacuidad, y que la forma es vacuidad en movimiento.

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¿Excluye esto el cuerpo-mente? ¿Eres tú una entidad separada rodeada por un mundo hostil? ¿O eres una parte inseparable del mundo?

¿Existe el mundo fuera de la conciencia? ¿Es el mundo ‘otra cosa’ que conciencia? ¿QUÉ es lo que está conociendo al mundo, ahora mismo?

Lo he perdido todo…

Tuve alguna vez una hermosa casa y un automóvil y ropa fina. Ahora, eso lo he perdido.

Tuve alguna vez una buena educación y una carrera prometedora. Ahora, eso lo he perdido.

Tuve alguna vez una familia feliz, esposa e hijos. Ahora, eso lo he perdido.

Fui alguna vez una persona agradable, un trabajador empeñoso, tal vez un poquitín ansioso, feliz aunque puede que algo descontento, y buscaba paz. Ahora, eso lo he perdido.

Fui alguna vez un cuerpo saludable, con ligeras fallas. Ahora, eso lo he perdido.

Tuve alguna vez una mente brillante, inteligente, curiosa, obstinada. Ahora, eso lo he perdido.

Tuve alguna vez mis pensamientos, inquisitivos, demandantes, persistentes. Ahora, eso lo he perdido.

Alguna vez fui un ser humano, parte de la multitud, en control de algunas cosas, aunque también sujeto a otras que estaban fuera de mi control. Ahora, eso lo he perdido.

Lo he perdido todo… no tengo ni vida, ni posesiones, ni familia, ni salud, ni riqueza, ni metas, ni ambiciones, ni futuro, ni esperanza, ni sentido.

Veo la casa, los autos, la carrera, la familia y las finanzas, pero esas cosas NO SON lo que yo soy.

Veo el cuerpo-mente, representando el rol de un ser humano, de una ‘persona’, pero eso NO ES lo que yo soy.

Soy el CONOCEDOR de todo ello, pero esas cosas NO SON lo que yo soy.

Ya no puedo aferrarme a nada, ni tampoco perder nada. Ya no puedo actuar ni fracasar. Ya no puedo convertirme en nada. No puedo siquiera ser yo mismo.

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Así que nunca perdí realmente nada, porque nunca tuve realmente nada, nunca poseí nada, nunca controlé nada, nunca hice nada. En realidad, nunca FUI nada. Este sueño de ser una persona que ‘hizo’ o ‘tuvo’ todo esto fue siempre falso, siempre un sueño. Nada ha cambiado.

Así que, mientras esta ‘persona’ hace su vida y lucha por mantener sus posesiones (o lograr incluso más), por encontrar felicidad y ‘controlar’ el mundo, todo lo que puedo hacer es observar.

E incluso el CONOCEDOR, el OBSERVADOR, es tan sólo un concepto. Así que ¿QUIÉN QUEDA que pueda perder eso?

La naturaleza de ‘yo’

¿QUÉ es este ‘yo’? ¿QUÉ es lo que estamos señalando cuando decimos ‘yo soy’?

Este ‘yo’ surge en la creación de la dualidad. ‘Yo estoy triste’. El ‘yo’ que está ‘triste’ surge con el sentimiento de tristeza. Una vez que la tristeza pasa, pasa también el ‘yo’. Luego viene otro ‘yo’: ‘Yo estuve triste ayer’. Este es un ‘yo’ enteramente diferente: el ‘yo’ que estaba triste ya no está presente. Ahora es un ‘yo’ contento.

Luego viene el ‘yo estoy buscando la Iluminación’. Este ‘yo’ es un yo obstinado: este ‘yo’ aparece con frecuencia, aparentemente, cada vez que la vida no es de nuestro agrado. En esos momentos rezamos a Dios, nos volvemos al interior, vamos a satsang o a meditar, en el intento de liberarnos del sufrimiento. Este ‘yo’ tiene muchos sabores.

Luego, un ‘yo estoy en paz’ aparece. Este ‘yo’ es el yo preferido. Este ‘yo’, por el momento, tiene lo que desea. Este ‘yo’ ha logrado algo, así que está, por el momento, libre de deseos.

Luego aquel maldito yo de ‘yo estoy sufriendo’ regresa…¿No es este ‘yo’ tan sólo una representación de lo que está

ocurriendo en el momento? ¿No es este ‘yo’ tan sólo un reflejo del estado mental en curso, el pensamiento presente y más asertivo del momento?

¿Es este ‘yo’ real? ¿A qué señala este ‘yo’?Supón por un momento que ‘yo’ de ‘yo quiero la Iluminación’

consigue lo que quiere. ¿Te dejarán entonces solo los otros ‘yo’? ¿Puede este ‘yo’ ser satisfecho alguna vez? ¿Qué experiencia posible podrías satisfacer a este ‘yo’?

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Mira aquello que está CONOCIENDO a todos estos ‘yo’ mientras van surgiendo. ¿Puedes realmente decir ‘yo soy aquel que ve-conoce’? ¿No surgen todos estos ‘yo’ ocasionales dentro de esta presente conciencia que nunca cambia?

Y si ningún ‘yo’ está presentemente surgiendo, ¿no está este VER, de cualquier manera, ocurriendo? ¿No es lo que tú eres, ANTERIOR a todos estos ‘yo’?

Más allá de la apariencia

Veo un cuerpo, una cabeza, brazos, piernas, ojos, boca, oídos…Sé sobre un cerebro, pulmones, corazón, estómago, hígado…‘Escucho’ pensamientos, conceptos, recuerdos, asociaciones…Observo este cuerpo-mente yendo por el mundo, tomando

decisiones, pensando, hablando, sintiendo dolor, sintiendo placer…Presencio este cuerpo-mente teniendo pensamientos sobre un

‘yo’ que hace esto, un ‘yo’ que hace aquello…Todo es perfecto tal como es. Nada es necesario cambiar.Pero NO ES lo que yo soy.Lo que yo soy VE al cuerpo, la mente, las decisiones, el

sufrimiento y el éxtasis.Lo que yo soy conoce el movimiento, conoce los intentos de

encontrar respuestas, de conocer la verdad, de encontrar la iluminación.

Pero lo que yo soy nunca puede tener nada de esto, nunca puede encontrar nada de esto, y de cualquier forma no los necesita.

Lo que yo soy no tiene la capacidad de buscar, de moverse, de pensar. Lo que yo soy no tiene la capacidad de preocuparse o de no preocuparse. Lo que yo soy ni siquiera sabe el nombre de estas cosas ni el significado de ellas…

Lo que yo soy es la fuente de todo ello: yo VEO el ir y venir del cuerpo, de la mente, de la misma conciencia.

VEO las creencias pasar como nubes, VEO el sufrimiento tornarse en alegría y luego nuevamente en sufrimiento.

VEO el ‘pensamiento-yo’ surgir para acoger el sentido de separación: yo lo VEO pasar.

Lo que yo soy nunca es tocado, tal como un espejo que refleja todo, incondicionalmente, nunca reteniendo nada; no porque no lo desee sino porque no tiene la capacidad de retener.

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Lo que yo soy no tiene ninguna capacidad de desear o no desear, de necesitar o no necesitar, de temer o no temer. Lo que yo soy nunca nació ni puede morir, porque es únicamente el cuerpo-mente pasajero el que nació y morirá.

Y lo que yo soy es lo que TÚ ERES: el YA PRESENTE ser-conciencia, el cual está detrás de todo lo que surge, incluyendo el mundo, el cuerpo-mente, y aun esta conciencia.

Lo que tú eres está presentemente viendo-conociendo sin hacer nada, sin esfuerzo. Lo que TÚ ERES es el espacio abierto, el telón de fondo sobre el cual esta entera representación, este sueño, está ocurriendo.

Esto no es algo que ‘TÚ’ tienes que lograr: es LO QUE TÚ ERES. La identificación con —o la creencia en— el cuerpo-mente COMO lo que tú eres es el único aparente bloqueo para ver lo que tú YA ERES. Ninguna medida de meditación, ningún camino espiritual puede ‘ayudarte’ a lograrlo, porque ese cuerpo-mente que medita es tan sólo otra ocurrencia en lo que tú eres. La meditación es presentemente conocida. YA es el caso.

La única cosa que puede hacerse, y que YA está ocurriendo, es descansar en esta silente y espaciosa conciencia VIDENTE-COGNOSCENTE, observar al cuerpo-mente haciendo su trabajo, moviéndose de diversas maneras, buscando, sufriendo, experimentando placer y dolor. No hay nada que necesite hacerse al cuerpo-mente, ninguna experiencia, ningún logro que tengan necesariamente que ocurrir.

Pero buscamos una respuesta DENTRO del sueño, DENTRO de aquello que es visto-conocido. Sin embargo, el concepto de un ‘yo’ que ve este cuerpo-mente es también una ilusión, es todavía una falsa separación. Decir ‘yo conozco el cuerpo-mente y no es lo que yo soy’, es TAMBIÉN separación, también dualidad.

Así que ¿cuál es la respuesta? ¿Quién está viendo-conociendo? ¿Quedarás satisfecho con la respuesta ‘nadie está viendo-conociendo’? ¿Es posible que lo que tú eres realmente no sea una cosa, que sea ‘nadie’, carente de significado, in-existente? O, para ponerlo de otra manera, ¿LA ÚNICA COSA QUE EXISTE?

¿Puede el espejo verse a sí mismo?

P: Comprendo esto intelectualmente, pero aún no estoy allí…

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RF: La mente sólo tiene al intelecto: esa es su herramienta. Esa herramienta utiliza conceptos y tiempo para crear esta realidad relativa, este sueño… Desglosa todas las cosas en conceptos, de otro modo todo sería un misterio, todo sería la ACTUALIDAD de ESTO y no sería descriptible.

Sin esto, no habría ninguna capacidad de ‘conocer’ qué es esta cosa, este ‘cuerpo-mente’, este YO. No habría ninguna capacidad de tener la creencia de que esta ‘cosa’ es un YO, de que es ‘lo que yo soy’.

De manera que la mente sólo puede ver las cosas de acuerdo a su mecanismo, de acuerdo a las cualificaciones por las cuales conoce: ‘cosas’.

Pero lo que tú eres no es una cosa, no puede NUNCA ser una cosa, porque las cosas son únicamente cajas conceptuales, confortables pequeños paquetes, comprensibles únicamente en referencia a otros pequeños paquetes. ¿Qué soy yo? Soy una persona. ¿Qué es una persona? Una persona es un cuerpo y una mente, un ser humano. ¿Qué es un ser humano? Un ser humano es un cuerpo y una mente. Un gran círculo sin ninguna puerta de salida.

La mente sólo puede comprender intelectualmente: utilizando conceptos. Así que aquí los conceptos son utilizados no para que la mente comprenda, sino para ir más allá de la mente hacia aquello que es anterior a la mente, anterior a cualquier comprensión o no-comprensión.

¿Qué ES anterior a la mente? ¿Qué ES anterior a cualquier comprensión? ¿Qué ES anterior a la apariencia del cuerpo? ¿Qué es constante e inmutable, mientras pasan mente y cuerpo, y de hecho, el mundo entero? ¿Qué está reflejando el mundo que aparece, sin ser tocado?

¿Qué está leyendo estas palabras, ahora mismo?Si dices ‘SOY YO’, ¿ves este sentido de existencia y conciencia

innegable, totalmente presente, 100% inevitable, inescapable e indescriptible por el intelecto? ¿Conoces —anterior al intento de la mente de comprender— el espejo que refleja todo sin retener, sin la capacidad de conocer?

¿Puede el espejo verse a sí mismo?Tú dices: ‘Yo no estoy aún allí’. Esta conciencia reflejante, ¿se

marcha alguna vez a alguna parte? ¿O es tan sólo el escenario el que cambia, dentro de la reflexión? ¿No es tan sólo el ‘show’ el que

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pasa a través de esta conciencia reflectante? ¿Necesita el espejo ‘estar allí’, o tan sólo refleja el aparente ir y venir, el devenir y no-devenir, el existir y no-existir, el comprender o no-comprender, la vida y la muerte?

Lo que tú eres es el espejo reflejando el mundo —y el mundo y el reflejo del mundo no son dos— surgiendo juntamente, como las dos caras de una moneda. E incluso la moneda es tan sólo un concepto.

¿Puede jamás el intelecto entender eso?

¿Es esto lo que realmente deseas? ¿Qué es la Iluminación?Hay todo tipo de conceptos sobre lo que es, incluido el

concepto de que la Iluminación tiene un propósito: hacer-ME sentir mejor, hacer-ME más pacífico, más feliz, más sereno, permanentemente sabio y libre.

Descartando todo ese sin sentido, Iluminación es Aniquilación. Aniquilación del ‘yo’. ¿Es esto REALMENTE lo que deseas? ¿Es esto lo que REALMENTE estás buscando? Si hubieras sabido que era la aniquilación del ‘yo’, y no hacer TU vida mejor, ¿habrías realmente malgastado tanto tiempo y dinero comprando libros, visitando maestros, sentándote en meditación?

Así la Iluminación se vuelve meta: algo que ‘yo’ necesito hacer para ‘lograr’ la Iluminación. Entonces ‘yo’ seré una mejor persona, tendré una vida mejor, seré más feliz y estaré más en paz. Entonces ‘yo’ comprenderé todos los misterios de la vida.

Pero la Iluminación es la aniquilación del yo: borrar totalmente el ‘yo’. Nadie queda para ser feliz, nadie queda para estar en paz, nadie queda para tener una vida mejor.

Pero la aniquilación del yo no significa que este ‘yo’ existe aquí y ahora, y luego, MÁS TARDE, este ‘yo’ será aniquilado. Esto es TOTAL aniquilación: la realización de que NUNCA HUBO ningún ‘yo’, NUNCA HUBO ningún ‘yo’ que pudiera tener esas cosas, en primer término. La Iluminación significa que NUNCA HUBO nadie allí que deviniera iluminado, en primer término. NUNCA HUBO un buscador, NUNCA HUBO una ‘persona’ que estuviera sufriendo, NUNCA HUBO nadie que necesitara paz, o felicidad, o una vida mejor.

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Total aniquilación: ¿es esto realmente lo que deseas? Ninguna ‘persona’ desearía jamás esto. Ningún ‘yo’ desearía jamás al ‘yo’ aniquilado, o ver que el ‘yo’ era únicamente un concepto, un pensamiento. Nunca ningún ‘yo’ ME desearía no haber existido jamás. Ninguna ‘mente’ podría visualizar o conceptualizar jamás su propia inexistencia.

Así que la aniquilación nunca ocurrió ni podría ocurrir, porque no hay nada que aniquilar, nadie que DEVENGA inexistente, ningún ‘yo’ que perder. La Iluminación era únicamente otro intento de la ‘mente’ de ‘mejorar’ esta historia de vida, de aliviar el sufrimiento causado por la referencia a algo que jamás existió, en primer término.

¿Quién eres tú?

¿Qué es ‘vida’? ¿Qué es el ‘mundo’? ¿Qué es la ‘persona’? ¿Quién eres ‘tú’?

¿No son todos ellos sólo historias? ¿Podrían sobrevivir sin un pasado y un futuro? ¿No son también ‘pasado’ y ‘futuro’, sólo historias apareciendo AHORA?

¿Qué son todas estas cosas sino historias? ¿Y ante quién están apareciendo?

¿No son ‘quién, cuándo, dónde, por qué, cómo’, todos ellos parte de la historia? ¿No es el propio ‘uno mismo’ ante quien están apareciendo, a quien ellos se aplican, sólo parte de la historia?

¿No es el ‘yo’ una parte relativa de la historia?¿No dependemos de estas apariencias relativas para definir

quiénes somos? ¿No es cada pedacito de aquello que hemos identificado como ‘yo’, o MÍO, aún sólo parte de la historia? ¿No tenemos una creencia (algo no evidente en la experiencia directa) en que esta apariencia relativa, este cuerpo-mente impermanente, es lo que nosotros somos?

Sin contar ninguna historia, ¿qué eres tú? Sin mirar al pensamiento, a la memoria, a las formas, a las creencias, a los conceptos, sin confiar en nada relativo, ¿qué eres tú?

¿No eres tú únicamente aquello en que las historias aparecen? ¿Aquello que permite que estas historias aparezcan? ¿Aquello que ilumina estas historias? ¿Aquello que ni acepta ni resiste estas historias?

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¿No es lo que tú eres la ya-presente Paz, en la cual cualquier cosa puede ser tal como es, cualquier historia surgir sin esfuerzo, incondicionalmente?

¿No es lo que tú eres el ya-presente Amor, que es el espacio-uno, sin separación, en el cual lo ‘separado’ aparece?

¿No es lo que tú eres la Beatitud, que ve todas las apariencias, todas las historias, como únicamente Dios, como únicamente Uno?

Si la identificación con estas cosas relativas es vista como falsa, la pregunta es: ¿quién o qué eres tú?

¿Podría la respuesta ser: ‘ninguna-cosa’? ¿Podría la respuesta ser: ‘no lo sé’? ¿No es el intento de conocerte a ti mismo como ‘alguna-cosa’, aún parte de la historia? ¿No es el conocimiento una acumulación de ‘cosas’, ideas, conceptos, pensamientos?

¿Requiere el conocer lo que tú eres de más conocimiento? ¿O es la desaparición del conocimiento, hasta que todas las creencias, todas las ideas, todos los conceptos, todos los pensamientos son vistos por lo que realmente son?

Tan sólo una historia… Y aquel a quien estas historias se aplican, ¿existe aparte del pensamiento presentemente surgiendo?

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John Astin

Fuera y más allá de las ideas

Brahman es el mundo

‘El mundo es ilusorio.Sólo Brahman es real.Brahman es el mundo’.— Ramana Maharshi

La tendencia de las tradiciones espirituales (incluyendo muchas, sino la mayoría de las No-Duales) es enfatizar las dos primeras líneas de esta maravillosa estrofa de Ramana, a saber, que el mundo de las formas, el mundo de las apariencias, no es real. Las tradiciones son agudas (y certeras) al señalar que el contenido eternamente cambiante de la conciencia es, por su misma naturaleza, temporal e impermanente. Enfatizan que es la creencia en (y la identificación con) las formas, objetos e historias mentales que aparecen y desaparecen en la conciencia, las que, en último término, crean el sufrimiento psicológico: ningún pensamiento — ningún yo — ningún problema…

Lo real —continúan diciendo estas tradiciones— no es el contenido impermanente sino aquello que lo ilumina, el espacio vacío, sin-contenidos, de la conciencia despierta, en la cual todas las cosas —cuerpo, mente, sentimientos y pensamientos— aparecen y desaparecen. Las enseñanzas enfatizan que lo que somos en último término no es ‘lo nacido’, no es el cuerpo, ni la mente, ni el pensamiento, sino el vacío no-nacido en el cual todas esas ‘cosas’ aparecen. Cuerpo, mente, la totalidad de las cosas, incluyendo la búsqueda de la conciencia o de la libertad, surgen en la conciencia (o Dios, o como quieran llamarlo). El pensamiento crea un mundo imaginario de ‘yo’ y ‘otro’, una historia de un buscador y de aquello que busca. Pero la Realidad es aquello que está presente antes de que la historia-pensamiento surja, y aquello que permanece cuando las historias desaparecen…

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Como indicadores de la libertad inmutable que no depende de (ni está condicionada por) los fenómenos cambiantes, las primeras dos líneas de la estrofa son verdaderas. Pero la tercera línea nos recuerda que, si permanecemos ahí, introducimos una falsa separación, una dualidad donde realmente no hay ninguna. Sí, el contenido de la mente es, por naturaleza, siempre cambiante e impermanente, es decir, irreal. Pero el contenido de la mente —el mundo ilusorio— es Brahman. Mente o pensamiento no son otra cosa que lo Real, porque únicamente hay lo Real. Sí, las apariencias son en último término irreales y pasajeras. Pero todo esto que está surgiendo y desapareciendo es simplemente el movimiento de la Realidad, la danza de Dios, apareciendo por un momento como esta experiencia, como este sentimiento, como esta sensación.

Por un momento, siéntete ‘dentro de’ lo que llamas ‘cuerpo’. Deja al cuerpo sentirse ‘dentro de’ sí. ¿No está vivo y despierto? ¿No es el ‘cuerpo’ simplemente vida, o vigilia, apareciendo como cuerpo? Todas las cosas están despiertas ¿verdad? Todas las cosas son la verdad, todas las cosas son lo Real… El pensamiento está despierto, el cuerpo está despierto, el sentimiento está despierto, la memoria está despierta, las imágenes están despiertas… Hay únicamente lo que está despierto, únicamente Dios, únicamente Ser, el contenido y el continente, la forma y el vacío en que aparece, Una-Sola-Realidad-Inseparable…

Sí, lo que tú eres no es meramente cuerpo, no es meramente mente. Y no obstante, el cuerpo y la mente son exactamente lo que tú eres, porque hay únicamente lo que tú ERES, únicamente vigilia, apareciendo como cada cosa, danzando como cada forma.

Y por supuesto, lo que aparece está, al mismo tiempo, desapareciendo, ¿verdad? En todas partes, a cada momento, muerte. Y a cada momento, simplemente, vida…

Realización y conducta (Parte 1)

Supongamos que uno asiste a algún satsang, o va a algún retiro, o escucha a algún maestro espiritual, o simplemente camina por una calle y, súbitamente, todo se hunde, y hay una profunda visión en la naturaleza de quién y qué es uno mismo. En ese

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momento, el sufrimiento y la búsqueda desaparecen, porque aquel que sufre y que busca ha sido visto ‘a través’ como ‘nada más que’ un pensamiento, un fantasma, una entidad imaginada. Sólo hay totalidad, sólo vida, y no queda nadie para ‘negociar’ con ello.

Y en ese momento intemporal de reconocimiento, toda resistencia a ‘lo que es’, todo esfuerzo o deseo de cambiar uno mismo o de cambiar a otros se desfonda, porque se ha visto tal actividad como innecesaria, un descaminado esfuerzo por obtener algo que jamás, jamás estuvo ausente. Llámalo como quieras: un momento de ‘despertar’ o de ‘realización’. Es a menudo un profundo punto de quiebre en una vida…

Ahora bien. Hay quienes sostienen que cualquier enseñanza en la que haya algún ‘proceso’ o período en el cual tales realizaciones tienden a profundizarse o llegan a ‘encarnar’ mejor, es una enseñanza engañosa. Pero ¿es esto verdad, realmente? Olvida lo que los llamados expertos dicen. ¿Cuál es tu experiencia? Por ejemplo, ¿has tenido alguna vez un momento de profunda visión interior o realización, un momento en el cual toda búsqueda y resistencia se desfondan porque se vio claramente que el buscador no era otra cosa que lo buscado, que tú siempre has sido la totalidad y la lLibertad que andabas buscando? Si es así, a la luz de tales experiencias —experiencias que revelaron que ninguna experiencia es Eso (porque todas las experiencias son transitorias) y que cada una de las experiencias es Eso (porque todo es el movimiento de la Realidad Una)—, ¿no has encontrado que, de alguna manera, la búsqueda y el deseo de experiencias regresaron siempre, del todo inesperadamente?

A la luz de la realización de que ningún punto de vista ni perspectiva mental es verdadera, ¿no te has encontrado alguna vez defendiendo (o argumentando contra) algún particular punto de vista? ¿Has tenido alguna vez un momento de realización donde quedara clarísimo que nada había faltado jamás? ¿Que este momento, tal como es, es siempre suficiente, y luego, más tarde, encontrar que ese aferrarse a alguna experiencia o a la búsqueda de algún ‘otro’ momento, súbita y espontáneamente retornó? ¿Has realizado alguna vez que todas las cosas son Dios, para luego encontrarte a ti mismo argumentando con la realidad, resistiendo alguna experiencia, creyendo que hay ‘algo’ que no es Dios?

Dentro del mundo de la No-Dualidad, hay aquellos que pretenden que la conducta, en verdad, nada tiene que ver con la

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liberación o el descubrimiento de la totalidad que han sido señalados. Y desde cierto punto de vista, es cierto. Sea que des de comer al hambriento o cuides de tu bebé o consumas heroína, la totalidad es la totalidad, moviéndose como esas particulares experiencias. Sea que trates a otros compasivamente o que cometas atroces actos de violencia, la presencia o cualidad vigil permanece, inmóvil e intocada por cualquiera de las experiencias que estén apareciendo en ella. En otras palabras, aquello que está despierto y consciente no depende de (ni está condicionado por) la conducta. La conciencia permanece consciente, la libertad permanece libre, sin importar el fenómeno o actividad que esté sucediendo. Desde este punto de vista, es verdad que la conducta nada tiene que ver con la realización o liberación. Y no obstante, como concepto, decir que la realización nada tiene que ver con la conducta es tan falso como cualquier otro concepto. Podríamos igualmente decir que la realización tiene todo que ver con la conducta…

Por ejemplo, parece justo decir que la conducta consistente en volar aviones para estrellarlos contra rascacielos matando a miles de civiles inocentes es algo que surge básicamente de la ignorancia: un caso extremo de identidad errónea. Parecería que tales acciones están en última instancia arraigadas en una conciencia tan perdida e identificada con un particular conjunto de creencias e ideas, que uno se vuelve del todo capaz —incluso con gran entusiasmo— de tomarse las vidas de otros, simplemente para probar algún punto de vista ideológico o filosófico. Sí, la totalidad es la totalidad, la conciencia es la conciencia, a pesar de cualquier conducta que pueda aparecer. Pero si algún miembro principal de Al Qaeda hubiera súbitamente despertado y reconocido la verdad de que ‘este momento es todo lo que siempre busqué’, si hubiera despertado y visto la realidad de ‘ningún yo separado’, ¿no habría sido altamente improbable que esa misma persona estrellara un avión contra un rascacielos para probar algún punto, o se volara en pedazos con la esperanza de hallar algún paraíso futuro o alguna salvación? Visto desde esta perspectiva, ¿no es justo decir que la liberación, o el despertar, realmente tiene todo que ver con la conducta?

Para poner otro ejemplo: si una persona ya no está buscando en el futuro alguna cosa o experiencia imaginada que cree le traerá felicidad (porque se ha visto que somos ya Eso, que somos la paz y la felicidad que habíamos estado buscando), entonces ¿no estaría

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esa persona menos preocupada —del todo naturalmente y sin esfuerzo— por el pasado y el futuro, no porque lo esté intentando ni porque ‘el Buda dijo’ que deberíamos ser más cuidadosos o que deberíamos permanecer en el momento presente, sino porque, simplemente, estar más presente y despierto a ‘lo que es’ se vuelve el resultado natural (conducta) de dejar de mirar en algún ‘otro’ lugar, en busca de satisfacción y plenitud?

La gratitud por el milagro de esto que está apareciendo ahora mismo, tiende a convertirse en la manifestación (de conducta) natural del río de la vida, que ya no está buscando el ‘milagro’ fuera del momento, que ya no va a la caza de la ‘cosa’ o ‘experiencia’ siguiente para ganar algo. ¿No es razonable entonces que, a la luz de la realización de que ‘esto es Eso, esto es siempre suficiente’, la tendencia sería a desear, o a aferrarse menos y menos, a la fama, o a la fortuna, o a las relaciones, o a la ‘iluminación’? Preferencias e incluso opiniones pueden permanecer como una función más del condicionamiento biológico y cultural de ese particular cuerpo-mente. Pero cuando se ve que en la satisfacción de preferencias no es donde reside la satisfacción más profunda, satisfacer esas preferencias tenderá a ser menos y menos importante, menos y menos una fuerza conductora en la propia vida… ¿no es así?

Ten en cuenta que, en todo esto, no estoy sugiriendo que la conducta debería ser de determinada manera o seguir algún ‘ideal’ preconcebido, simplemente porque ha habido un cierto grado de visión a través de la ilusión de separación. Pero considera esto —o mejor aún, mira tu propia experiencia—: si nadie queda ahí que defender o proteger, si se ha visto que no hay ningún ‘yo’ separado que necesite ‘negociar’ con la vida, o tratar de extraer algo de la vida… bueno, ¿no resulta entonces un tanto bobo decir que la realización nada tiene que ver con la conducta? ¿No sería más sensato decir que la conducta es, en muchos aspectos, un espejo o un perfecto reflejo de lo que ha sido visto (o no visto)?

Ahora bien, uno podría escuchar esto y entonces emprender el proyecto de mejorar o cambiar su personalidad o conducta, para asemejarse más a lo que imagina ‘debería ser’ una vida ‘despierta’. Pero eso sería no entender la broma. Esto no es sobre ‘yo debería ser más cálido o compasivo, porque las escrituras me dicen que así es como debería ser una vida despierta’… No. Esto es sobre el hecho de que el así llamado amor —o la compasión, o el desapego—simplemente va volviéndose la expresión natural de una vida que

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ha cesado de buscar alguna otra cosa, de una vida que ha dejado de ver las experiencias o circunstancias como ‘problemas’ a ser resueltos, o como ‘cosas’ a que aferrarse.

Y en todo esto no hay ningún ‘alguien’ separado que podría hacer esto, ninguna ‘persona’ que podría ‘encarnar’ o vivir más plenamente lo que ha sido realizado, así como tampoco ‘alguien’ separado que podría ‘despertar’ o ‘realizar’ la verdad de ‘no-yo’, en primer término… El Ser despierta para realizarse a Sí Mismo, y el Ser es también aquel que ‘encarna’ lo que ha sido realizado, porque únicamente hay Ser…

He aquí un bello pasaje de ‘Sailor’ Bob Adamson, que en muchos sentidos captura lo que entiendo como la esencia de la encarnación:

‘La Verdad o la Realidad no puede ser almacenada, no puede ser amasada:

no es acumulable. El valor de cualquier intuición, comprensión o realización sólo puede estar en la eternamente fresca presencia del

momento. La realización de ayer no vale un pimiento. Ahora está muerta. Ahora ya ha perdido su vitalidad. Es inútil tratar de aferrarse a (o de

‘colgarse’ de) alguna visión interior, o comprensión, o realización, porque sólo en su movimiento cabe la posibilidad de que aparezcan siempre

frescas y nuevas intuiciones sobre la Verdad o la Realidad. La idea de la iluminación o auto-realización como un único evento, o como un estado o

experiencia permanente o duradero, es un concepto erróneo’.

Si entiendes la iluminación como un momento atemporal en el cual uno cesa de ser engañado por la ilusión de ‘separatidad’ y ve que siempre ha habido únicamente esta totalidad, considera el ‘encarnar’ la realización como un ‘proceso’ en el cual uno es engañado cada vez menos por el estado de trance de la mente, por el estado de trance de la separación…

Realización y conducta (Parte 2)

En respuesta al post anterior (Realización y conducta. Parte 1), recibí un comentario más o menos largo que suscitó la siguiente respuesta:

Querido ‘Árbol de la Vida’:

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Gracias por tu post. He intentado responder a cierto número de preguntas que me formulas.

Primero. Tú preguntas: ‘¿No es verdad que todas las ideas de ‘bien’ y ‘mal’ provienen de un punto de vista fijo, relativo, personal y condicionado?’

Sí. Pero ese es también el caso en todo lo que escribes: lo que estás formulando es un punto de vista particular, uno que, por su misma naturaleza, es tan inherentemente dualístico (y por tanto, no-verdadero en un sentido absoluto) como cualquier cosa que yo hubiera establecido en mi post. ¿No es verdad que, en el momento en que usamos palabras y lenguaje, ya hemos tomado una posición, aun si es aquella que dice que no hay ninguna posición, o que todas y cada una de las posiciones son falsas?

Mucho de lo que tú sugieres en tu comentario es un ejemplo de lo que los filósofos llaman ‘contradicción performativa’: es decir que tú, esencialmente, estás diciendo que no hay absolutos, lo cual, por supuesto, es una afirmación tan absoluta como cualquiera que la mente pueda formular. Es un poco como cuando escritores y maestros No-Dualistas —incluido yo mismo— dicen cosas como: ‘No hay ninguna enseñanza’, o ‘No hay nada que enseñar’. Estas afirmaciones, por supuesto, son afirmaciones auto-contradictorias, porque decir que no hay nada que enseñar es exactamente eso: una enseñanza… El punto aquí es que, en el momento que abrimos la boca y comenzamos a hacer afirmaciones absolutas sobre la no-existencia de absolutos, hemos caído víctimas del mismísimo error que —sostenemos— otros están cometiendo.

En otro pasaje, tú declaras que: ‘El amor es incondicional y absoluto. El amor ama toda conducta. El amor es pura conciencia que no conoce bien sin mal, correcto sin equivocado, apropiado sin inapropiado. El amor es anterior a cualquier conocimiento sobre seres despiertos o seres no-despiertos’.

Coincido contigo sobre la naturaleza absoluta e incondicionada del amor-conciencia. La pregunta interesante sería: ¿Qué ocurre cuando la conciencia pura sin-forma comienza a moverse en el mundo de la forma? ¿Qué ocurre cuando la conciencia es requerida para moverse y actuar de cierta manera? Cuando miramos a través de nuestros ojos y contemplamos el mundo desde el amor despierto que tú describes, ¿consideramos a los villanos que tienen que ser derrotados, o a los enemigos contra los cuales será necesario luchar? ¿Vemos a amenazantes ‘otros’ que tienen que ser

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convencidos de que nuestra perspectiva es la correcta? ¿O esos ojos del amor ven alguna otra cosa? ¿No ven su propio ‘yo’ reflejado en todas partes?

Sí, el amor es anterior a cualquier conocimiento o acción. ¿Pero qué ocurre cuando ese amor sin-forma que no conoce distinciones, esa presencia despierta, o amor, que es el silente abrazo a todas las cosas, abre sus ojos por la mañana, lee un post en Internet tal como el que yo escribí, y comienza a responder de alguna manera? ¿Qué ocurre cuando la conciencia quieta y vacía que simplemente registra ‘lo que es’ y que no ve ninguna distinción, comienza a moverse en el mundo de la forma y la relatividad, un mundo lleno de diferencias y distinciones? En el caso de tu respuesta, ¿no parecería que ‘algo’ tenía una opinión sobre lo escrito? ¿‘Algo’ que se sintió impulsado a contestar? ¿Qué era eso para la conciencia- testigo-pura que, como dices, nada tiene que decir sobre nada, realmente? La conciencia-testigo no tiene perspectivas, ni juicios, ni puntos de vista…

¿Será que la manera en que la corriente de la vida se mueve y actúa en el mundo relativo de la forma es algo (o quizás un poquito) diferente, cuando este amor absoluto del cual estás hablando ha sido realizado? Como tú dices, este amor ama sin condiciones, no porque ‘debería’, sino porque esa es su naturaleza. Y todo lo que yo realmente estaba tratando de señalar es que, cuando se ve con estos mismos ojos de amor absoluto que ‘todo está perfectamente bien’, que no hay ningún ‘problema’, entonces las acciones y conductas no parecen surgir de (o ser motivadas por) la creencia de que algo está ‘mal’ (precisamente porque se ha visto que ‘mal’ es una construcción mental, como tú correctamente has señalado).

Como mero concepto, la noción de que ‘todo está muy bien’, o ‘todo es Dios’, puede convertirse en una justificación para hacer todo lo que demonios desee la mente. ‘Muy bien, todo está perfectamente, así que descargaré mi frustración y mi rabia sobre mi mujer o mi hijo porque ello me agrada y, por supuesto, ese sentimiento y toda mi conducta están muy bien porque no hay tal cosa como buena o mala conducta, porque todo es Dios, todas las cosas son Uno…’ Es verdad, golpear o gritar a mi esposa o a mi hijo es tan Dios como no hacer ninguna de esas cosas. Pero como realización viviente, es probable que ‘todo está perfectamente’ no nos movería, digamos, al abuso o a la manipulación de los otros

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porque, ¿cuál sería el ímpetu para hacer esas cosas cuando se ha realizado que ‘todo está perfectamente’? La verdad es que no estoy diciendo nada sobre la existencia de algún tipo de ‘absoluto’ correcto o incorrecto aquí (o, como has sugerido, sobre alguna ausencia absoluta de correcto o incorrecto). Recuerda: decir que no existe nada ‘correcto’ o ‘incorrecto’ es un punto de vista tan conceptual como decir lo contrario. Francamente, yo encuentro ambas argumentaciones un poco pesadas…

Toma, por ejemplo, la actividad o conducta denominada ‘búsqueda’. No estoy sugiriendo que es ‘mejor’ o ‘peor’ buscar. No estoy implicando que la búsqueda es ‘buena’ o ‘mala’. Buscar es simplemente buscar. Y sí: en esencia, ‘buscar’ no es diferente de ‘no-buscar’. Ambos son movimientos de la vida-una, movimientos del mismo misterio. Buscar y no-buscar no son ni buenos ni malos. No son ninguna ‘cosa’. Simplemente son. Pero lo que yo estaba sugiriendo era que la actividad o conducta denominada ‘búsqueda’ tiende a ocurrir menos (o quizás, a no ocurrir en lo absoluto) cuando se ha reconocido que no hay nada que buscar, que lo buscado es ya, siempre, el caso.

Eso es en verdad lo que estoy diciendo. Y aunque buscar y no-buscar son movimientos de la misma Realidad, a nivel de la experiencia tienden a dar origen a muy diferentes sensaciones y percepciones: buscar da lugar a distintos grados de sufrimiento y de pesar; y no-buscar, a distintos grados de paz y de contento y de amor por ‘lo que es’; la búsqueda tiende a nublar la percepción: vemos personas y cosas como imaginamos ‘deberían’ ser, o como desearíamos que fueran; mientras que la no-búsqueda tiende a clarificar la percepción, pues la percepción está liberada de las distorsiones propias de la codicia. Sí: ‘buscar’ y ‘no-buscar’ no son diferentes. Y sin embargo, son totalmente diferentes. Inclinarse hacia uno u otro lado de esta dualidad es, claro está, inclinarse hacia uno de los lados de la dualidad…

Personalmente, no me preocupa si estamos o no hablando desde algún punto de vista, porque todo hablar procede de algún particular punto de vista, incluso aquel que pretende que no, o que argumenta de que ‘no hay puntos de vista’ (una posición que, como dije anteriormente, es simplemente otro punto de vista). La pregunta es, ¿cuánta fijación hay en torno a los puntos de vista que están siendo adoptados? ¿Cuán libres estamos de todo aquello que pensamos que sabemos?… Como Rumi bellamente dice:

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‘Todas las teologías son como flechas que el sol reduce a polvoEl conocimiento te lleva hasta el umbral, pero no a través de la Puerta

Nada pueden enseñarte si no des-aprendes todo¡Cuán erudito era, antes de que la Revelación me dejara mudo!’.

Ya ido

Todo está terminando

Todo está terminandoy no obstante intentamos que se detenga,nos entregamos a esta batalla imposiblede sostener lo que ya ha desaparecido,luchando por controlar lo que ya se deslizó entre nuestros dedos…

Pero cada finaltambién es un comienzo, vida creandoy luego destruyendo,y luego creando,una y otra y otra vez,lo agonizante y lo que nace,un movimiento indistinguible…

La seguridad de la inseguridad

Lo cierto es que no podemos saber lo que vendrá luego…Pero, irónicamente, son nuestros esfuerzos por controlar o

predecir el futuro (que es por naturaleza impredecible), lo que, de hecho, crea el sentido de inseguridad, de la cual, imaginamos, esos esfuerzos nos liberarán. En otras palabras, son nuestros esfuerzos por estar seguros los que crean el sentido de que no lo estamos, es el propio esfuerzo de escapar el que crea el sentido de estar aprisionados…

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Todo se ha desvanecido

¿Cuántos pensamientos tuviste hoy? ¿Cien? ¿Mil? ¿Tal vez un millón? ¡Quién sabe!… Pero una cosa es segura: todos ellos se desvanecieron, ¿verdad? Cada uno de ellos… desvanecido. Los alegres, los tristes, todos ellos… ¡PAF!

¿Y los miles o millones de sentimientos o de sensaciones? Todos ellos idos, igualmente. Todo lo que queda es la frescura de ESTO, de ESTO que está apareciendo ahora, de ESTO que pronto se desvanecerá también, como todo lo demás.

El futuro no es posible

Tendido en mi cama una mañana, surgió súbitamente un deseo de re-experimentar un momento extático que había tenido años atrás durante un retiro. Había ese familiar sentido de anhelo, la mente aferrándose a algún evento futuro que, imaginaba, le daría de alguna manera aquello de lo que creía carecer. Pero al instante siguiente, todo quedó completamente claro: el futuro fue, y siempre es, una completa imposibilidad. Sólo hay ESTO, ESTO que está apareciendo ahora mismo, y ahora, y ahora…

Y como la imposibilidad de cualquier momento futuro se estaba viendo nuevamente, había también, al mismo tiempo, una ‘dulce-amargura’ en ese ver, el sentimiento de que rechazar la experiencia que estaba ante mí por algún futuro imaginado era, para ponerlo crudamente, rechazar a Dios. Era rechazar la vida que, en este preciso momento, era YA VIVA. Pude ver la tonta arrogancia de una mente que creía saber ‘mejor’, que creía que la experiencia que estaba apareciendo ahora mismo no era suficiente, que creía que existe alguna otra cosa que Dios…

Sí, el futuro es en verdad imposible. Sólo en la imaginación la vida ocurre ahí. Y así también con el pasado, que es, y que siempre permanecerá como una imposibilidad. No hay vida en lo que fue… Pero podríamos decir también que, así como el pasado y el futuro, el presente también es imposible. Porque aunque el futuro nunca será, es también, en cierto sentido, todo lo que está ocurriendo, porque lo que está aquí nunca realmente está aquí, pues continuamente está dando nacimiento a alguna otra cosa, a algo nuevo, a algo que no estaba aquí anteriormente…

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ESTO, tan sólo ESTO que está apareciendo ahora mismo es todo lo que hay, todo lo que pudo haber y todo lo que alguna vez fue necesario. ESTO es lo que somos. Pero ESTO no es una cosa estática. Es la propia danza de la vida, despierta, vital, dinámica… un ‘ahora’ que se mantiene estallando en lo que viene luego, siempre cambiante, y no obstante siempre el mismo…

El sentido de separación no está separado Como buscadores espirituales, luchamos por sobreponernos o

trascender el sentido del ‘yo’ separado. Buscamos liberarnos del sentido de separación porque hemos llegado a creer que ese es el problema último que debe ser resuelto, que la creencia errónea en un ‘yo’ o ‘ego’ separado debe ser erradicada.

Pero ahora mismo, si está presente, simplemente siéntete ‘dentro de’ esa sensación de separación, de esa sensación de ser un individuo separado, de ese sentido de ‘mí’. Simplemente siéntelo. No tus ideas sobre ello, no tus interpretaciones ni tus conclusiones mentales sobre lo que ello significa, sino, simplemente, la ‘cruda’ sensación misma. ¿Hay realmente alguna separación en la sensación? ¿O el sentido de estar separado no está separado en lo absoluto? Cuando te sientes ‘dentro de’, ¿no es la sensación misma ‘i-limitada’, sin-forma, sin orillas ni fronteras? ¿Puedes sentir cómo la sensación de separación no está realmente separada de cualquier otra cosa en absoluto? ¿Puedes encontrar en alguna parte una línea divisoria entre la sensación de separación y la vida?

Ya ven ustedes… !Cuán interesante es que el sentido de separación no esté verdaderamente separado! Para la mente esto no significa nada, pero el sentimiento de separación del cual deseamos liberarnos es, realmente, la vida misma. Justo en medio de cada sensación, justo en el corazón de cada sensación (incluyendo la sensación de estar separado), la vida es cien por ciento viva, cien por ciento Dios… Gracioso, ¿verdad? ¿El que el propio sentido de separación del cual hemos intentado denodadamente escapar… resulte ser la vida misma? El yo separado no es otra cosa que el YO IN-DIVISO, porque únicamente el YO ES: la VIDA-UNA apareciendo como todo aquello que se siente, todo aquello que se toca…

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Nada que ganar ‘Con la consumación de esta iluminación incomparable, no adquirí la

menor cosa’.— Buda, Sutra del Diamante

¿Podemos permitir que estas palabras nos penetren?

¿Elección, o no? El ‘yo’ separado busca seguridad en sus ‘puntos de vista’

conceptuales. Desea saber: ¿Hay libre albedrío o no lo hay? ¿Puedo elegir estar despierto o no hay elección? ¿Debería realizar prácticas espirituales o son innecesarias? ¿El despertar es súbito, o gradual? Pero la verdad no está en ninguno de los términos, porque reposa más allá de los conceptos, más allá de los opuestos, aunque los cobija en su abrazo infinito.

La mente escucha las enseñanzas espirituales e imagina que éstas deben ser afirmaciones verdaderas, o no verdaderas. Pero en realidad, ninguna enseñanza puede ser una sentencia verdadera porque no es posible hablar sobre la verdad, no es posible describir lo que por naturaleza es indescriptible. Las palabras y conceptos son, en sí mismos, dualísticos y limitados, razón por la cual cuando son utilizados para señalar hacia algo más allá de ellos, invariablemente terminan contradiciéndose a sí mismos.

Adyashanti está harto de repetir que, más que sentencias coherentes sobre la verdad, las enseñanzas espirituales son en realidad tan sólo estrategias; estrategias que, si son escuchadas del modo adecuado, pueden ayudarnos a catalizar el reconocimiento de la Realidad No-Conceptual hacia la cual las palabras están señalando. Por ejemplo, en los círculos de la No-Dualidad se escucha frecuentemente la sentencia: ‘No hay nada que tú puedas hacer para despertar’. Pero toda la noción de que no hay nada que se pueda hacer, aun cuando verdadera en muchos sentidos, es también no-verdadera, porque mirar y reconocer que la conciencia está ya presente, o ver que no hay nada que necesitemos hacer para que la conciencia brille porque ya está brillando, es, en sí mismo, un tipo de ‘hacer’, ¿verdad? Así que la idea de que ‘no hay nada que tú puedas hacer’, más que una sentencia sobre el modo en que las cosas son en algún sentido absoluto, es realmente tan sólo una

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herramienta, una estrategia. Y si las palabras ‘no hay nada que tú puedas hacer’ resuenan en uno, puede haber una ‘rendición’ o un abandono del esfuerzo, un abandono del intento de hacer algo para que alguna cosa en particular ocurra, un ‘relajar’ todas las estrategias a que nos entregamos para intentar la realización de quién (o qué) somos. Y en ese abandono, la Realidad podría muy bien, sencillamente, despertar y realizarse a Sí Misma como AQUELLO que descansa más allá de todas las nociones dualísticas de hacer o no-hacer, de realizar esfuerzos o no realizarlos, de practicar o no practicar…

También podemos ver esto en la famosa enseñanza espiritual de ‘todo es Uno’. Incluso esta enseñanza no es realmente una sentencia absoluta sobre la manera en que las cosas son, porque, claramente, la vida puede moverse como experiencias de unidad, o también como experiencias de multiplicidad y separación. Un indicador más preciso podría ser decir que ‘las cosas no son ni uno, ni dos’. El océano y sus olas, el sol y sus rayos, el árbol y sus ramas: no-uno, no-dos…

Años atrás me encontraba meditando durante un retiro, y la sensación que tenía entonces era de que todo tenía que ver con la elección. La comprensión en ese momento era de que yo podía elegir entre estar con aquello que estaba surgiendo, o no estarlo. Y en esa elección había un sentimiento profundo de libertad. Luego, más tarde, ese mismo día, surgió la experiencia opuesta. Lo que quedó claro en ese momento era que nunca había habido elección, que no era posible escapar de la experiencia, porque la conciencia abrazaba —sin elección de ninguna clase— todo lo que iba surgiendo. Y en esa experiencia de no-elección había, nuevamente, una sensación de gran libertad.

Así que, ¿cuál experiencia era la verdadera? ¿Descansa la libertad en la elección, o en la imposibilidad de elegir? Bien. La respuesta no es, en verdad, ni una ni otra. La verdad es que la experiencia trasciende siempre nuestras ideas sobre ella, trasciende cualquier conclusión que pretendamos arrancar sobre lo que está ocurriendo. ¿Por qué? Porque nuestros conceptos e interpretaciones mentales son inherentemente dualísticos, y la experiencia no lo es. Es sólo experiencia. Razón por la cual, si en algún momento te encontraras a ti mismo (o encontraras a algún otro) argumentando sobre alguna idea o punto de vista filosófico o conceptual, puedes estar seguro de que esa persona ha ido a parar

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directamente en medio de la ilusión, en medio de las ideas de la mente sobre la manera en que las cosas son… Como el poeta Rumi nos recuerda:

‘Todas las teologías son como flechas que el sol quema hasta reducir a

cenizas.El conocimiento te lleva hasta el umbral, pero no a través de la Puerta.

Nada puede enseñársete si no has desaprendido todo.¡Cuán ilustrado era yo, antes de que la Revelación me dejara mudo!’.

¿Quién es el autor?

Cuando se plantea la enseñanza de que elección y libre arbitrio son, en último término, ilusorios, no es sorprendente que nuestras mentes se resistan a aceptar esta idea. Después de todo, se siente como si eligiéramos entre x, y ó z. Sin duda parece como si fuéramos nosotros los que jalamos de los hilos, tomamos nuestras decisiones, usamos nuestras intenciones y voluntad para movernos de este u otro modo en la vida. Pero cuando miras en los hechos toda esta cuestión de la elección, cuando miras para ver QUIÉN, o QUÉ está tomando decisiones, el cuadro resultante rápidamente se enturbia…

Por ejemplo, esta mañana tomé yogurt, granola y tostadas para el desayuno. Ahora bien, uno podría decir que yo hice la elección de comer esas cosas y no otras, digamos panqueques y huevos. ¿Pero de dónde surgió esa elección? Y para esto, ¿de dónde surge cualquier elección que hayamos tomado alguna vez? Si la lectura de estas palabras (para no mencionar tu reacción a ellas) es una elección, ¿de dónde surgió? Ciertamente, parece como si tú fueras el que decidió que leer estas palabras (y no hacer alguna otra cosa) era como querías emplear el tiempo, al menos por el momento. Pero si rastreas hacia atrás esa decisión, si sigues la intención de hacer lo que estás haciendo ahora mismo hasta su origen, ¿puedes encontrar realmente ese origen? ¿Es posible discernir dónde o cómo se inició realmente la intención? Puede sentirse como si la elección o decisión de hacer algo fue iniciada por ti, que tú eres el ‘autor’ de las decisiones que tomaste. ¿Pero es realmente así? ¿Puedes encontrar el origen o el comienzo de aquello que fue elegido o intentado?

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Toma alguna otra decisión, como salir a correr a la calle. ¿De dónde vino esa idea (elección)? ¿Decidiste tú tener el impulso o el pensamiento que te llevó a hacer ejercicio? ¿Puedes decirme cuál fue la fuente última, o el ‘iniciador’, o el estímulo de esa intención? Se podría responder de muchas formas: puede que el pensamiento o el ímpetu proviniera de tu condicionamiento, de alguna idea aprendida de tu familia o de la sociedad en relación a aquello que resulta bueno para el cuerpo. O puede que el impulso o el deseo proviniera de tu biología o de tus propios genes, surgiendo del instinto natural del cuerpo de cuidar de sí mismo. Pero sea cual fuere su origen último, la pregunta es: ¿estás en verdad eligiendo conscientemente los impulsos, pensamientos e ideas que luego se manifiestan como las decisiones y elecciones que se tomaron? En otras palabras, ¿eres realmente el que está ‘en control’? Puede parecer así, pero ¿es realmente así? Porque si en último término no es posible definir o saber de dónde provienen nuestras elecciones, ¿cómo podemos decir entonces que somos ‘nosotros’ los ‘autores’ de esas elecciones?

Existe un trabajo reciente muy interesante en neurociencia que pone en cuestión esta profundamente asentada asunción de que somos ‘nosotros’ los ‘autores’ de las elecciones y decisiones que tomamos. Como un conocido neurocientífico decía, resumiendo su investigación: ‘El acto voluntario libre parece comenzar de manera inconsciente en el cerebro, mucho antes de que la persona sepa conscientemente que desea actuar’. Se refiere aquí a experimentos que muestran que, antes incluso de que seamos conscientes de alguna intención de hacer algo (como levantar un dedo o presionar un botón), algo se dispara en el cerebro en aparente anticipación de lo que etiquetamos como el comienzo o el inicio de la decisión de actuar… Asombroso, ¿no? La conclusión de muchos neurocientíficos es que el sentimiento de volición o de autoría y control personal de las acciones es en verdad algo que el cerebro crea, después del hecho. Se siente como si en efecto decidiéramos hacer cosas, pero ese sentimiento o sensación está siendo simulada por la mente. El pensamiento llega luego de que la acción surge, y entonces reclama la propiedad o ‘autoría’ de esa acción (es decir: ‘yo decidí hacer eso…’).

Aun cuando creer que somos los autores de nuestras acciones tiene probablemente alguna utilidad funcional, la pregunta es: ¿es, factualmente verdadero? Porque si buscamos la fuente de nuestras

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acciones e intenciones parecería que, de hecho, no es posible en la experiencia directa encontrar esa fuente. Pensamientos, deseos, creencias, sentimientos, acciones, aun cuando parecen fruto de una elección, surgen espontáneamente de no sabemos dónde, emergiendo, como cualquier otra cosa, desde un misterio que la mente no puede penetrar…

No puedes ‘hacer’ Esto

Relájate…

no puedes impedirque el viento sopleni que la lluvia caiga.

Relájate…

no puedes hacer que brille el solni puedes evitarque deje de brillar.

Relájate…

nunca encontrarásaquello que estápor todas partes.

Relájate…

careces de poderpara aceptar o rechazareste momento.Es demasiado tarde para esopues lo que está aquíYA está aquí.

Relájate…

Nada es necesario que ocurra,

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tus esfuerzos por llegara alguna otra parteno tendrán éxitoporque no hay ningún escapede la Única Cosaque ES…

Relájate…

La vida no puede dañarteporque TÚ ERES la vida.

El camino del fracaso

Este es el caminodel fracaso,no del éxito:

el fracaso de controlar aquello que es por naturalezaincontrolable,

la incapacidadde retener algoque ya fue…

la futilidad de estabilizarlo que ya es estable,

la imposibilidadde componerlo que nuncaestuvo roto

o de hallarlo que nunca se perdió…

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Traducción Esta experiencia que está apareciendo ahora mismo, ¿qué es

realmente? Antes de que la mente asome y comience a sacar conclusiones sobre lo que es, antes de que el pensamiento entregue su veredicto u opinión sobre la materia, antes de atravesar toda esta maquinaria de conceptos y de condicionamiento, ¿QUÉ es esto que está ocurriendo?

ALGO está ocurriendo, sin duda. Pero antes de que decidamos lo que es, ¿QUÉ es realmente? Antes de que la máquina pensante traduzca o interprete esta experiencia, ¿QUÉ ES esta experiencia? ¿Podemos decir que es ‘buena’, o ‘mala’, o ‘limitada’, o ‘libre’, o ‘despierta’, o ‘adormilada’? ¿O todo es simplemente ‘interpretación mental’? Podríamos decir que ‘simplemente ES’, pero incluso eso es decir demasiado: un intento de hablar sobre lo que no se puede hablar, de describir lo que está completamente más allá de toda descripción. Pero eso, ¡ay!, parece ser lo que los cuerpos-mentes hacen. Ellos funcionan como traductores de la Realidad, como intérpretes de la Realidad. El cuerpo-mente intenta convertir lo que es en último término MISTERIO INSONDABLE, en algo que ‘cree’ puede conocer, en algo que ‘imagina’ puede comprender. Pero ¿puede? ¿Podemos realmente saber lo que cualquier cosa ES, en esencia? ¿O lo que debería ser? ¿Sabemos lo que cualquiera de estas cosas significa? ¿Y necesitamos saberlo? ¿O esto es tan sólo un juego que la mente juega consigo misma, imaginando que ‘sabe’, cuando en realidad eso no es nada seguro?

Pero a pesar de (o tal vez gracias a) esta incertidumbre, la mente tiende a creer en sus traducciones e interpretaciones, y construye incluso religiones a partir de ellas, pensando todo el tiempo que tales edificios de creencia la mantendrán de alguna manera a salvo de la inseguridad y la incertidumbre que rondan a la vuelta de la esquina, a salvo de la oscuridad de lo desconocido, de lo insondable, del misterio no-nacido a partir del cual nacen la mente y todas las cosas…

Y mientras la mente continúa generando ideas, insistiendo en que sus traducciones de la Realidad son factualmente verdaderas (y puede incluso que peleando en su defensa hasta la muerte), son las traducciones mismas —y la creencia de la mente en ellas— las que nos mantienen en la noria del sufrimiento: ‘¿Es esto suficiente?’ ‘ESTO es Dios y esto otro no lo es’; ‘este pensamiento,

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esta sensación, este sentimiento… es un problema que DEBE ser resuelto, trascendido, penetrado, desechado…’ y así sucesivamente. Todo interpretación. Todo imaginación…

Así que… ¿QUÉ es esto realmente? ¿QUÉ es este momento antes de que el más mínimo pensamiento surja para decirnos lo que es? ¿No es el MISTERIO, despierto a Sí Mismo y no obstante, en último término, incognoscible, incluso para Sí Mismo? Como el sabio Sócrates decía: ‘La única cosa que sé es que nada sé…’.

Paradoja

Lo limitadoestá hecho de lo ilimitado,

lo nacido, de las semillas de lo no-nacido,

el reino del tiempo hecho de lo intemporal,

el mundo de la ilusiónsurgidodesde lo profundo de lo real.

lo personal,forjado en el corazón de lo impersonal.

Abandónate a Esto

Abandónate a la preocupacióny descubrirás lo que jamás conoció el miedo.

Ríndete a la inseguridady encontrarás lo que siempre estuvo a salvo.

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Abandónate a la esclavitud y hallarás lo que siempre estuvo liberado.

Desaparece en la contracción y verás lo que nunca estuvo contraído.

Sométete a ti mismo a la separación y hallarás lo que por siemprepermanece in-diviso.

Todas las cosas son Dios

Si todas las cosas son Uno, si todas las cosas son la Verdad, o el Tao (elige tu palabra favorita para describir la Realidad Última), entonces, en el instante en que buscamos a Dios o la Verdad en algún ‘otro’ estado, en alguna ‘otra’ experiencia o momento distinto a aquel que está ocurriendo ahora mismo, estamos efectivamente dividiendo al mundo en dos. Decimos: ‘Muy bien, esto no es, pero alguna otra cosa, algún otro estado ES’. Y eso, allí mismo, es el comienzo, el medio y el final del sufrimiento humano, el esfuerzo de escapar a ‘lo que es’, en la esperanza de que alguna ‘otra’ cosa nos traerá lo que deseamos; la errónea creencia de que justamente ESTO, tal como es, nunca podría ser Dios…

Vida sin adornos

Sólo hay vida, vida sin ningún propósito motivo o solución, vida sin ninguna direccióndestino o conclusión,vida sin ninguna historia meta o resolución,vida, tal como es, despierta, sin adornos,libre de claridad o de confusión…

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¿Qué es eso que está buscando?

Buscamos la libertad,pero aquello que la está buscando ya es Libre;

Buscamos la apertura pero aquello que la está buscando ya es Abierto;

Buscamos el contento pero aquello que lo está buscando ya es Contento;

Buscamos el amor pero aquello que lo está buscando ya es Amor.

El perceptor y lo percibido Creemos estar separados de lo percibido. Pero, si miramos en

la experiencia directa, resulta evidente que esta separación no es real sino meramente imaginaria. Mira cualquier cosa, sea cual fuere lo que se está percibiendo: la pantalla del computador, los árboles al otro lado de la ventana, los papeles en el escritorio, los sonidos del tráfico callejero… Simplemente míralo. Ahora pregúntate: ¿Está eso que está mirando y percibiendo realmente separado del objeto de su percepción? ¿Dónde termina el objeto (lo percibido), y dónde comienza el sujeto (‘tú’, como perceptor)? ¿Dónde termina el sujeto y comienza el objeto? ¿Es cierto que el perceptor está verdaderamente separado de lo percibido? ¿el que ve apartado del objeto visto? ¿el que escucha, separado de lo escuchado? ¿o esa separación es meramente conceptual, meramente ‘inferida’ por la mente? En tu experiencia directa, ¿puedes realmente encontrar alguna separación de aquello visto, de aquello escuchado, de aquello percibido?

La verdad es que no existe ningún ‘otra-cosa’. SOMOS todo lo que es visto, todo lo que es escuchado, todo lo que es tocado, todo lo que es amado, todo lo que es odiado, todo lo que es atractivo, todo lo que es repulsivo. Somos el gentil piar de un pajarito y el ruido de las bombas que devastan el corazón de los hombres.

Somos cada momento de apego y la dulce libertad de ‘dejarse ir’. Somos la alegría y la tristeza. Somos todo lo juzgado y todo lo perdonado.

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El perceptor ES todo aquello que está siendo percibido. Así que, ya ven… ustedes están siempre mirándose a sí mismos.

La noria del sufrimiento En un cierto punto, puede que nos topemos con la enseñanza

(o con la experiencia directa) de que la mente es la culpable, de que el pensamiento es la causa de todo nuestro sufrimiento. Y cuando esto ocurre, tratamos invariablemente de encontrar alguna manera de librarnos de la mente pensante y de su desfile sin fin de deseos, preferencias, juicios y expectativas. Creemos que la mente es el problema, así que naturalmente buscamos modos de escaparle…

Pero he aquí que nuestro esfuerzo de librarnos de la mente ES mente: buscamos librarnos del deseo, lo cual, por supuesto, es sencillamente más deseo; pensamos que el pensamiento es el problema, lo cual es simplemente más pensamiento; anhelamos librarnos de la búsqueda, lo cual es sencillamente más búsqueda; y así continuamos, dando vueltas y más vueltas, tratando de escapar a la noria de la mente, tratando de ‘sacarnos’ a nosotros mismos de la noria del sufrimiento, sin advertir que en el preciso momento en que tratamos de saltar de la noria, no hemos hecho otra cosa que trepar de vuelta a ella. En realidad no hay ningún girar de la noria sino hasta el momento en que deseamos hacerla detener.

¿Cómo entonces le ponemos fin? ¿Cómo librarnos a nosotros mismos de esta mente, que se mantiene tejiendo sus historias de separación y de aflicción, sus historias sobre cuán equivocado es todo, o cuán lejos estamos de Dios o de la libertad? Simplemente hay que mirar y advertir que aquello que está consciente de la mente que da vueltas, en sí mismo no da vueltas. Hay que mirar, y en ese mirar descubrimos que aquello que está despierto al movimiento del pensar, no está pensando. Advertimos que lo que está consciente de los turbadores sentimientos y pensamientos, no está en sí mismo turbado; que lo que conoce las creencias de la mente no está atrapado ni definido por esas creencias; que lo que ve el temor no está asustado… En otras palabras, no escapamos de la noria del sufrimiento tratando de escapar. Descubrimos, simplemente, aquello que nunca puso pie en esa noria…

Y desde la perspectiva de esta conciencia que nunca estuvo atrapada en la noria, desde la ventana de esta presencia-despierta —que ve la noria girante de la mente pero que, en sí misma, no esta

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atrapada en ella—, la noria no fue nunca un problema. Es sólo la mente la que convierte a la mente en un ‘problema’, que luego cree debe resolver. Pero no es únicamernte que la conciencia ni resiste ni argumenta contra el girar de la noria de la mente: la conciencia no es otra cosa que el movimiento que llamamos mente, porque TODO ES ESO, TODO ES LA FUENTE, incluso eso que llamamos sufrimiento…

Pura imaginación

Algo pareceestar aquí, algo parece estar ocurriendo, pero lo que eso es, nunca realmente se puede saber, ¿verdad? Pues cualquier idea sobre lo que es o sobre lo que debería ser es tan sólo eso, una idea, pura imaginación…

Implacable Ahora

Sin importar cuántas experiencias de visión interior o de realización nos hayan visitado,siempre quedaremos con sólo ESTO,con este momento frescode vigilia que jamás estuvo antes

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ni jamásestará de nuevo…

El colapso de todo

Este es el colapso de todas las cosas:la muerte de todolo que alguna vez esperastepudiera ocurriry de todo lo que deseaste que nunca hubiera ocurrido;todos los futuros, todos los pasados,todos los sueños, todos las lamentos,todas las ideas e idealesdevorados,desvanecidos en esta quieta simplicidad,este misterio del ahoraque sigue estallando en lo que viene luego:ESTO, demasiado vivocomo para ser retenidoo ‘compuesto’ jamás,un pájaro de tiempodemasiado rápido como para capturarlo,aun cuandono vuela jamás…

Toma lo que te ha sido dado

¿Y qué si simplemente tomáramos lo que nos ha sido dado, sin pedir más de lo mismo? Ni más grande, ni mejor, ni más rico, ni más despierto, ni más iluminado, ni cualquier otra cosa, sino simplemente ESTO, esto que está aquí, ahora mismo, tal como es…

Realmente, ¿tiene que haber ‘más’ que ESTO? ¿O es ésa la última ‘historia’ de la cual despertar? El pequeño (imaginario) ‘yo’ parece eternamente insatisfecho, ¿verdad? Para el ‘yo’, esto que hay aquí no es nunca suficiente. Porque incluso cuando ‘yo’ consigo

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una alta ‘dosis’ de amor divino o cualquier cosa que imagine que me falta, la tendencia es, simplemente, a querer más de ‘ello’, o asegurarse de que cualquier cosa que ‘ello’ sea, nunca falte. Pero he aquí que siempre ‘ello’ se termina, ¿cierto? Nunca tuvimos una experiencia que permaneciera. Ni la tenemos, ni la tendremos…

ESTO, ahora mismo, tal como es: ESTO es el amor divino que estamos buscando, amor sin límites apareciendo como este instante, este sentimiento, esta sensación, este pensamiento. TODO divino, inclusive los momentos que la mente juzgaría que no. Así que relájate, nunca puedes acercarte (o alejarte) de la única cosa que hay, este suelo desde el cual todo está brotando, momento intemporal a momento intemporal. Todo vacío, y no obstante todo lleno, lleno de esta vida en constante flujo, que no obstante todo el tiempo permanece como Sí Misma.

Y todo el tiempo, nunca hubo un ‘yo’ en nada de ello. Experiencias de amor divino: ningún yo. Experiencias de lucha: ningún yo. Experiencias de ‘no-yo’: ningún yo. Experiencias de ‘yo’: ningún yo. Experiencias de profunda realización y de apertura: ningún yo. Experiencias de contracción y de miedo y apego: ningún yo. Experiencias de trascendencia: ningún yo. Experiencias de dolorosa identificación: ningún yo.

Todo está vacío, vacío de cualquier traza de yo… Asombroso, ¿verdad?… Y sin embargo tan simple, tan ordinario, tan gratuito…

La verdad es un proyecto de demolición Este es un proyecto de demolición: la aniquilación de todo lo

que la mente imagina que no es Dios.

¿Dónde está la conciencia?

Un día, un joven estudiante fue a visitar a una sabia mujer de la localidad, a quien preguntó:

‘¡Oh sabia mujer! ¿Puedes ayudarme a comprender algo? Escucho una y otra vez hablar sobre esta conciencia que acepta todo, esta conciencia que es tan abierta y tan amante, tan libre y tan en paz. Pero ¿dónde está? ¡No puedo encontrar esta conciencia por ninguna parte!’

Y entonces la mujer respondió:

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‘¡Oh joven buscador! Es más simple de lo que te imaginas. Déjame preguntarte algo: ¿Puedes escuchar mis palabras ahora mismo?’

‘Bueno, sí. Por supuesto que puedo’, respondió el joven.‘¿Y cómo es que eres capaz de escuchar lo que estoy diciendo?

¿Cómo es que eres capaz de escuchar los pájaros allí encima de esos árboles, o el sonido de las campanas de la iglesia repicando a la distancia?… Pues por una sencilla razón: los escuchas porque la conciencia está presente’.

La sabia mujer continuó: ‘Ahora dime. ¿Eres capaz de verme ahora mismo?’

‘Bueno, sí.’ replicó el estudiante.‘¿Y cómo es que eres capaz de hacer eso? ¿Cómo es que puedes

ver cualquier cosa ahora mismo? Bueno, por la misma razón por la que puedes escuchar algo: porque la conciencia está presente’… ‘Ya ves,’ continuó la mujer, ‘lo divertido de la búsqueda de esta cosa elusiva llamada conciencia es que, durante todo el tiempo en que la buscamos, ESTÁ YA AQUÍ, justo en medio del buscar mismo. De hecho, ¡la conciencia es lo que hace posible la búsqueda de esa misma conciencia!’

‘¿Qué quieres decir?’ preguntó el estudiante.‘Bueno,’ replicó la mujer, ‘cuando cualquiera de nosotros dice:

‘No puedo encontrar esta conciencia’… ¿qué es eso que ve la falta aparente de conciencia? ¡Pues la conciencia, por supuesto! Nunca podemos decir con honestidad: ‘No estoy consciente’, porque para saber que no estamos conscientes, ¡tenemos que estar conscientes! ¿verdad?’

‘Así que ya ves, querido mío,’ prosiguió la mujer, ‘buscamos encontrar esta conciencia, pero la verdad es que no podemos escapar de ella, porque la conciencia está siempre ahí. Mírame, y la conciencia está ahí, mirando a través de tus ojos. Vuélvete y examina los árboles o el césped, y la conciencia está ahí, mirando todas esas cosas. Ahora vuelve la mirada hacia tu interior y mira tus pensamientos y sentimientos, y nuevamente la conciencia está ahí, mirando tu mundo interior. Nosotros no creamos a la conciencia, está YA AQUÍ, y tampoco podemos hacerla desvanecer. La conciencia simplemente ES. Estar consciente no requiere esfuerzo. Todo lo que tenemos que hacer es poner un poco de atención, advertir tan sólo que esta conciencia está, sin esfuerzo, espontáneamente presente. Y luego permitirnos a nosotros mismos

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relajarnos entre sus brazos, abiertos y espaciosos, y entonces ver cómo luce el mundo desde ese lugar, ese mismo lugar desde el que siempre hemos estado mirando…’

Unicidad

Incluso la resistencia al amor es Amor,el argumento contra Dios, Dios,y la lucha con la vida, Vida…

Estados de la mente

Decimos que el buscador en nosotros está a la caza (o tal vez huyendo) de ciertos estados de la mente. Pero en verdad, nunca hemos experimentado realmente ningún ‘estado’ de la mente. Sí. Podríamos decir que ‘algo’, efectivamente, está ocurriendo: un pensamiento, un sentimiento, una sensación corporal. Pero no hay nada en aquello que está presentemente apareciendo que sea estático, nada que podamos poner en una caja y etiquetar y decir luego: ‘Ese es el estado en que estoy ahora mismo’.

En verdad, en lo que concierne a ‘estados’ de la mente, el tratar de sostener o de escapar a ellos es una empresa sin esperanzas, porque NO HAY ningún estado. Hay simplemente ESTO, este movimiento de la vida eternamente cambiante, ESTO que ya se desvaneció, mucho antes que tratáramos de aferrarlo, o apartarlo…

El secreto Toda esta fascinación por descubrir ‘el secreto’: la técnica

secreta que nos traerá las riquezas que alguna vez soñamos, o manifestar las relaciones que siempre anhelamos, o bañarnos en la fama, la fortuna, la adoración o iluminación que la mente imagina nos producirá felicidad… El verdadero secreto es darse cuenta de que NO HAY ningún secreto, VER que nada que pudiéramos hacer, pensar, sentir, encontrar, obtener o manifestar nos traerá lo que deseamos de verdad, la única cosa que verdaderamente deseamos: la felicidad. Porque aquello que buscamos (la felicidad) es aquello que siempre hemos sido. El contento es nuestra naturaleza misma,

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la naturaleza de TODO. Ese es el secreto. Y nadie te lo puede enseñar, ni transmitir, ni vender…

Ese es el secreto: VER que este momento —justamente el que está surgiendo ahora mismo— no es lo que la mente nos había hecho creer, es decir, un ‘medio’ para algún ‘fin’ imaginario. El momento ES el fin: el milagro sin fin de, justamente, ESTO…

La raíz de todo

Los problemas y conflictos humanos centrales, evidentes en el mundo de hoy, fluyen desde una simple convicción: la sensación de que a ‘lo que es’ —la experiencia que está apareciendo ahora mismo— le falta de alguna manera ‘algo’. Porque si el momento fuera experimentado como verdaderamente suficiente, no habría ninguna búsqueda de cosas tales como poder, o reconocimiento, o prestigio, o control. Las mismas conductas que han sembrado tanta destrucción y causado estragos en el mundo —codicia, avaricia, intolerancia, fanatismo, abuso, adicción— representan, todas ellas, el esfuerzo humano por llenar algún imaginario vacío, apuntalar la imagen propia, hacernos sentir más importantes o más seguros, o ayudarnos a encontrar una felicidad o satisfacción superior. Esta es la gran ironía: el que los ‘problemas’ del mundo arraigan, en primer término, en la creencia de que hay un problema.

Aun cuando es verdad que las acciones humanas emprendidas con el objeto de remediar este sentido de aparente ‘incompletud’ o insuficiencia son, a menudo, bastante inocuas, y dan lugar algunas veces a gran placer y satisfacción, por no mencionar la profunda intuición y creatividad humanas involucradas, es también ese mismo sentido de carencia y de separación —y el subsiguiente impulso de encontrar ‘totalidad’ o ‘completud’— el que perpetúa toda la locura y caos que vemos dentro y en torno a nosotros. Y todo el tiempo, la locura en torno nuestro surgiendo a partir de un problema que jamás existió realmente: la creencia de que ‘lo que es’, no es suficiente… Asombroso, ¿verdad?

Esta intimidad ¿Está el mundo realmente ‘ahí afuera’?

¿Dónde es ‘afuera’?

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¿Dónde experimentas lo que llamas ‘mundo’?¿Dónde exactamente está eso que tú crees ‘otro’?

La verdad es que tú eres el mismísimo objeto de tu deseo, todo lo que siempre deseaste, pero también todo lo que siempre detestaste, todo lo que es visto y amado y todo lo que esperabas desapareciera.Tú eres George Bush y Mahatma Ghandi, Martin Luther King, Osama y el Dalái Lama…

Simplemente mira y verás que no es posible decir dónde terminas tú y dónde comienza el mundo o dónde termina el mundo y dónde comienzas tú…

El sujeto ha sido siempre el objeto;el objeto ha sido siempre el sujeto: ningún ‘otro’, ningún ‘yo’, sólo esta intimidad vida tocando vida…

Propiedad Lo gracioso es que, cuando la mente reclama alguna cosa o

experiencia como propia —‘mi’ cólera, ‘mi’ alegría, ‘mi’ amigo, ‘mi’ Dios—, realmente nos estamos separando a nosotros mismos de esa ‘cosa’ o ‘experiencia’. Irónicamente, es el movimiento de personalizar ‘lo que es’ lo que crea la experiencia (no la Realidad, porque eso es imposible) de estar separados de ‘lo que es’, de estar apartados de aquello que está ocurriendo…

En el momento en que ‘algo’ se vuelve nuestro, tenemos también el sentimiento de estar separados de ese ‘algo’, la percepción de que ese ‘algo’ es un ‘objeto’ que puede ser poseído. La gran paradoja es que, factualmente, es la naturaleza radicalmente impersonal de todas las cosas —el hecho de que no hay ningún ‘yo’ en ello— lo que hace a esas mismas cosas tan ‘personales’ (‘personales’ en el sentido de insoportablemente

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íntimas, de inefablemente cercanas: nuestras en el verdadero sentido del término…).

La vida sólo puede ser ‘nuestra’ cuando ya no estamos más…

Nunca realmente separado

Luchar por no estar separadoes tener la experiencia de estar separado,aun cuando estar separadono es nuncarealmente posible…

La búsqueda

La búsqueda de libertad brota en la Libertad.La búsqueda de conciencia brota en la Conciencia.La búsqueda del ser brota en el Ser.La búsqueda del momento presente brota presentemente.La búsqueda de paz brota en la Paz.La búsqueda de Dios brota en Dios.La búsqueda de Dios es Dios.Hay únicamente Dios…

El río

Al mismo tiempo que el río del pensamiento, de la sensación, del sentimiento se precipita, la mente ‘buscadora’ anhela encontrar algún punto de apoyo, de certidumbre en medio de todo este flujo y este cambio, y lo hace mediante dos sencillos movimientos: ‘esto ES’, y ‘esto NO ES’. No obstante, todo el asunto es totalmente desesperado, porque ‘esto’ ya se desvaneció, ya desapareció… ‘Este’ momento —que la mente quería hacernos creer el momento (o de ninguna manera el momento)— realmente no existe, excepto como memoria. La mente trata de afincar en algún sitio, reclamar alguna experiencia, alguna visión interior o comprensión como ‘aquello’ (o de ninguna manera ‘aquello’), pero el destino o conclusión a la que imagina haber llegado ya no está más. El momento (ya sea aferrado ya sea rechazado) se desvaneció ya, completamente. Ahora ya se ha

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convertido en otra cosa, la siguiente cosa, el siguiente giro del río. No hay ningún lugar donde afincar, ningún sitio que encontrar, y nadie que pueda encontrarlo. No podemos detener el río rugiente, ni podemos salirnos de él. El río es lo que siempre hemos sido: quietud moviente, vacío danzante, silencio rugiente…

Tal vez

Tal vezesto es lo que siempre deseaste: estoque la mente jamás podrá conocer,ni comprender,ni definir.Tal vez esto es todo lo que hubo alguna vez, todo lo que alguna vez podría haber.Tal vez esto es todo lo que alguna vez quisistetodo lo que alguna vez soñaste que podría ser.Tal vez esto es todo lo que hay…

El amante perfecto

Como seres humanos, buscamos lo que imaginamos el amante perfecto: esa ‘persona’ que siempre nos querrá y nunca nos

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abandonará, ese ‘alguien’ especial que nos acogerá y nos amará, con verrugas y todo.

¿Y dónde encontraremos a ese amante perfecto? AQUÍ MISMO. Porque el misterio que está mirando a través de tus ojos en este mismo instante ES ese amante, ese espacio sin límites de la conciencia que todo lo acoge, esa apertura en la cual el mundo aparece. El abrazo radical y sin compromisos a todas las cosas, el amor que ama sin razón ni motivo, que ama con o sin el consentimiento de la mente.

ESE es el amante que siempre buscaste, el amante perfecto que siempre has sido…

Mundos virtuales Surge un pensamiento: ‘Este momento debería ser ‘otro’ que el

que es. Es necesario alguna ‘otra’ cosa para que lo que está aquí ‘mejore’…’

Y desde ese inocente pensamiento nace todo un mundo, una realidad virtual de ‘pérdida’ y ‘carencia’, y un personaje imaginario que encontrará de algún modo lo que imagina haber ‘perdido’. Y todo el tiempo la cosa se ‘construye’: un mundo irreal, conjurado del aire, mantenido entero tan sólo por el vuelo del pensamiento.

Los pensamientos y los mundos creados por ellos, apareciendo y desapareciendo como castillos en el aire… ¿Qué hay aquí, antes de todo eso?

El Uno

El UNO es incapaz de salirse de Sí para emitir alguna opinión o juicio; el Amante, incapaz de separarse de la cosa que ama, porque ES el propio objeto de Su devoción: Amor enamorado de Sí…

El UNO (que es lo que tú eres) nunca ha creído realmente en un solo pensamiento, nunca se tragó una sola idea. Puedes sentirlo ¿verdad?… sentir que este Ser, esta cualidad-vigil que tú eres no tiene ningún punto de vista, ninguna perspectiva, ninguna opinión, ninguna idea. Está completamente más allá de todas esas cosas, más allá de todas las ideas, libre de todas las cosas conocidas…

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El UNO no conoce nada [ninguna-cosa] porque no hay nada [ninguna-cosa] fuera de Él que pueda conocer; no cree en nada [ninguna-cosa] porque no hay nada [ninguna-cosa] en que creer. Y no obstante, se mueve como todas las cosas conocidas y todas las cosas creídas, este misterio que es todas-las-cosas, este misterio que tú has sido siempre…

No puedes perder ‘esto’ No puedes perder ‘lo que es’. Perder ‘lo que es’ es imposible.

Simplemente, ‘lo que es’ será siempre ‘lo que es’, aun si se mantiene transformándose en alguna otra cosa. La paradoja es que ‘lo que es’ se mantiene… ¡DESAPARECIENDO! Y no obstante, NUNCA DESAPARECE.

Ese misterio que experimenta las experiencias, sean las que fueren; ese misterio que ve y siente todo lo que aparece y desaparece y aparece de nuevo, nunca puede ser ‘perdido’… Todo lo que alguna vez se ‘perdió’ son experiencias. Todo lo que alguna vez desapareció son estados del cuerpo, estados de la mente. Y aun cuando nada pueda hacerse al respecto, me pregunto a veces: a pesar de lo que decimos, ¿realmente deseamos que alguna experiencia se detenga?, ¿deseamos realmente que alguna experiencia permanezca la misma?

Siempre viendo

Si piensas de algún modo que ‘tú’ has tenido éxito en ser capaz de ver lo que está siendo señalado, inevitablemente surgirá el otro lado de esa moneda, es decir, la experiencia de un ‘tú’ que ‘no está viendo esto’.

Si piensas que hay algo que ‘tú’ puedes hacer, alguna estrategia que puedes emplear para ver esto, inevitablemente aparecerá la temida experiencia opuesta, es decir, el sentimiento de que ‘tú’ debes de estar haciendo alguna cosa equivocada que te impide ver esto, que ‘tú’ de algún modo has fracasado en hacer algo que imaginas necesario para ver esto más claramente.

El punto es que no hay nada que ver en particular: ninguna visión interior, ninguna experiencia, ninguna imagen: NADA. Hay simplemente VER, y ver ya está sucediendo, no importa cuál sea la

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experiencia. Siempre algo está siendo visto, aun si lo visto le parece a la mente terriblemente ordinario. VER YA ESTÁ OCURRIENDO, ¿verdad?, al margen de que lo visto sea algo deseado o temido. Ver está ocurriendo y está ocurriendo en este mismo instante, mucho antes de que tú miraras para ver si estaba ocurriendo. ¿Lo ves?

Puede que digas: ‘Pero yo no estoy viendo esto claramente, ni sintiendo (o sabiendo) lo que está siendo señalado aquí’. Pero si ello fuera verdadero, ¿QUIÉN, o QUÉ, estaría viendo que ‘no ve’, o sintiendo que ‘no siente’, o sabiendo que ‘no sabe’?

Moviéndose dentro y fuera

Durante años he luchado por mantener contacto con la conciencia, por permanecer en un estado de lucidez o de presencia (llámalo como quieras). La experiencia era más o menos así: durante la meditación (o simplemente en la vida cotidiana), experimentaba una suerte de oscilación entre estar en contacto con aquello que testifica el movimiento de la mente —llamémosle lucidez o conciencia— y, entonces, en algún punto, segundos o minutos más tarde, quedaba atrapado en aquello que estuviera moviéndose o apareciendo (pensamiento, sentimiento, recuerdo, fantasía). Luego, por supuesto, intentaba ‘reconectar’ (algunas veces denodadamente) con esa conciencia observante, ‘reconectar’ con eso que observa a la mente pero que no es atrapado por ella.

La sensación —siempre que ‘re-conectaba’ con éxito con esa presencia observante— era la de ‘volver a casa’ de nuevo. E inversamente, siempre que había la experiencia de inmersión en alguna historia mental, sueño despierto o fantasía, la sensación era la de estar perdido, una sensación poderosa y a menudo dolorosa de haber perdido contacto con algo, lo que a su vez conducía a alguna clase de esfuerzo por recapturar la sensación de ‘estar en casa’, a alguna estrategia por reestablecer el contacto con la lucidez-presencia. ¿Les suena familiar? Es una versión de la vieja danza del buscador espiritual, la danza de ‘encontrarla, luego perderla, luego tratar de encontrarla nuevamente’… Era puro sufrimiento, aunque de ello no me di cuenta durante largo, largo tiempo…

Entonces, un buen día, surgió la pregunta: ‘Hay este sensación de haber ‘retornado a casa’. Pero, ¿QUÉ ES ESO que está

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experimentando esta sensación? ¿QUÉ ES, factualmente, ESO que está ‘retornando’, regresando a la presencia? Se siente como si hubiera ‘algo’ allí moviéndose hacia atrás y hacia adelante, entrando y saliendo, moviéndose de la presencia o conciencia a la mente o pensamiento, y luego (si hay suerte) de vuelta a la presencia y al sentimiento de ‘hogar’. Pero ¿QUÉ ES ESO que aparentemente está moviéndose?’.

Desde que puedo recordar, en todos esos años de buscar esta presencia y luego, una vez hallada, buscar no perderla —o al menos, regresar a ella inmediatamente luego de haberla perdido—, había la creencia y la sensación de que era por supuesto ‘yo’ quien ‘me’ movía hacia atrás y hacia adelante. La asunción (y el correspondiente sentimiento) era de que era ‘yo’ quien estaba volviendo a casa, como si ‘yo’ fuera quien quedaba perdido en el pensamiento, sumergido en la historia de la mente. ‘Yo’ era quien oscilaba entre sentimientos de libertad y esclavitud, recuerdo y olvido, conciencia y mente…

Y entonces, en el inmediato despertar a esa pregunta… ¡quedó todo tan perfectamente claro! No había nadie, ningún ‘yo’ que estuviera ‘moviéndose’ hacia atrás o hacia adelante, ningún ‘yo’ que estuviera ‘retornando a casa’ (o abandonándola). Había: o bien la sensación de ‘estar en casa’, la sensación de algo que ‘volvía’ a sí mismo, la lucidez o presencia ‘retornando’ a conocerse a Sí Misma nuevamente; o bien, simplemente, una sensación diferente, un movimiento de ‘involucramiento’ en lo que estuviera apareciendo: un pensamiento, un sentimiento, una sensación, una imagen, una percepción. Y si había la sensación de haber perdido algo en ese involucramiento… bien, entonces, había simplemente la sensación de estar ‘perdido’, la sensación de estar involucrado o sumergido. Pero no había nadie allí, ninguna ‘persona’, ningún ‘yo’ que se hubiera ‘movido’ dentro de esa experiencia de ‘estar perdido’ o sumergido. Había simplemente Ser — estar perdido — Ser — estar involucrado — Ser — estar en casa… En pocas palabras, había simplemente ‘lo que es’: tan sólo ‘vida moviéndose como estar despierto y descansar como la presencia-testigo’, y luego, ‘vida moviéndose como involucramiento en la actividad de la mente’. Y todo aquel tiempo yo había pensado que había ‘alguien’ allí, ‘alguien’ en el centro de todo aquel aparente movimiento hacia atrás y hacia adelante, cuando en realidad no había tal, no había nada en el centro de todo ello. NADA…

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Y entonces pudo verse que ‘volver a casa, a la presencia’ o ‘estar perdido y aparentemente fuera de casa, fuera de la presencia’, no eran realmente diferentes. Porque cuando no hay ningún esfuerzo por moverse fuera del ‘estar sumergido’, cuando no hay ninguna historia de que estar sumergido es un ‘problema’ que ‘yo’ debería resolver, ninguna prisión de la que ‘yo’ debería escapar, entonces hay simplemente Ser, simplemente EXPERIENCIA OCURRIENDO. En otras palabras, cuando no hay ningún esfuerzo por escapar, no hay realmente ninguna esclavitud. Hay simplemente lucidez, naturalmente presente, y ningún esfuerzo por retornar a ella.

Todo lo que hay es ‘lo que es’. Si hay la sensación de estar en casa, de descansar en la presencia, entonces eso es ‘lo que es’. Si hay la sensación de estar involucrado o incluso perdido en el movimiento de la mente, entonces eso es ‘lo que es’. Algo [alguna-cosa] —realmente nada [ninguna-cosa]— está presente en todo ello, un misterio que está saboreando tanto la libertad como la esclavitud, pero que no es ninguna de las dos. TÚ ERES ESE MISTERIO, un misterio que nunca está moviéndose ‘dentro’ o ‘fuera’ de nada, sino de Sí Mismo.

Ven descansa en Esto

Ven descansa aquí, AQUÍ en este pensamiento, en este sentimiento, en este momento de gran pesar o de alegría.

Ven descansa aquí, AQUÍen el ruido de los niños que ríen y en los angustiados gritos de aquellos que imaginan haber perdido su camino.

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Ven descansa aquí, AQUÍ en la cunade una cálida noche de verano, y en el penetrantefrío de un amanecer invernal.

Ven descansa en ESTO porque no hay ningún otro sitio donde descansar…

¿Alguna otra pregunta?

El pensamiento de que estás separado de Dios, es Dios.El sentimiento de que estás apartado de Dios, es Dios.

¿Alguna otra pregunta?

La sombra de la inatención

Desperté esta mañana y escuché que cientos de manifestantes sudaneses estaban pidiendo la ejecución de un maestro de escuela por ‘incitar al odio religioso’, al permitir a sus alumnos llamar al oso de felpa de su clase ‘Mahoma’. Increíble…

Y entonces fui a dar con la siguiente cita de Nisargadatta:

‘El mal es la sombra de la inatención.A la luz de la conciencia de Síse marchitará y caerá’.

Sí, la sombra de la inatención…En aquella discusión denominada ‘realización y conducta’, eso

es todo lo que estaba señalando: LA SOMBRA DE LA INATENCIÓN, la sombra de no saber lo que verdaderamente somos, la sombra proyectada por el fundamentalismo de todos los tipos, sea

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demócrata, republicano, cristiano, budista, hindú, ateo, musulmán o ‘No-Dual’. Es la sombra de creer que sabemos, porque, como Nisargadatta apunta bellamente: ‘La única afirmación que la mente puede hacer es: ‘Yo no sé’ ‘.

ESO que sabe que no sabe, es amor…

El fantasma hambriento ‘Cuando tenga la respuesta a esta pregunta, no habrá más

preguntas’.‘Cuando este deseo quede finalmente satisfecho, no habrá más

deseos’.‘Cuando finalmente haya encontrado lo que andaba buscando,

no habrá más búsqueda’.

Hemos escuchado todo esto anteriormente, ¿verdad? Hemos escuchado todas las falsas promesas del ‘yo’. Es la voz de un fantasma hambriento, un vacío que nunca será satisfecho porque no hay nada ahí que llenar…

Un pequeño pensamiento Una mañana desperté para encontrarme a mí mismo bregando

a la búsqueda de algo, de alguna respuesta, aunque no sabía qué era. Nada había sido preguntado por mí en aquel amanecer, no había presiones, ni demandas, ni expectativas. No obstante, había este persistente sentido de que ‘algo más’ era necesario en aquel momento, el sentimiento de que ‘algo faltaba’ todavía…

Ahora bien, siendo el entrenado buscador espiritual que era, y tendido como estaba en mi cama, intentaba figurarme cómo podría librarme de lo que estaba sucediendo, buscando alguna salida a la experiencia de pugna y sufrimiento que por alguna razón estaba apareciendo.

Conocía la instrucción: ‘Encuentra al testigo, el espacio de conciencia que está inherentemente libre de toda búsqueda, de todo anhelo, de toda pugna’. La búsqueda y la pugna, no obstante, continuaron. Al margen de qué ‘truco espiritual’ empleara, la búsqueda proseguía, incesante. ¿Cómo podía estar aún allí?’, pensaba. ¿Cómo podía, pese a todo lo que ya sabía, pese a todos

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esos momentos de visión interior de la verdad de que ‘nada se había perdido jamás’, de que ‘nunca había habido nada que buscar, porque la paz y la libertad que había buscado ya estaban aquí como esta conciencia-despierta que soy… y BLA, BLA, BLA.

Pero entonces, en un momento de gracia, algo más se reveló a sí mismo. Súbitamente se vio que toda la experiencia de búsqueda estaba siendo sostenida por una simple creencia, una idea que mantenía ‘unida’ toda la cosa: Esto ‘no debería’ estar aquí. La búsqueda ‘no debería’ estar ocurriendo. ¡Era eso!… ¡Un simple pensamiento!…

Y en el instante que eso se vio, toda la cosa se vino abajo. La búsqueda se desenredó por sí misma, porque resultaba obvio que era únicamente la resistencia a la búsqueda, el propio esfuerzo de librarme de ella lo que la mantenía viva. Porque ¿qué es la búsqueda cuando no hay ninguna resistencia a ella? ¿Qué son el miedo y la ansiedad y la inseguridad, cuando no hay ninguna idea de que esas experiencias ‘deberían’ ser distintas de lo que son (¿o, si tales ideas están presentes, ninguna idea de que tales ideas ‘deberían’ de alguna manera desaparecer?)

¿Qué le ocurre a la experiencia que llamamos ‘sufrimiento y separación’, cuando no hay ningún esfuerzo para librarnos de ella?

Nuestro predicamento

Buscamos satisfacción en algún otro momento, pero no puede haber otro momento.

Meditación caminando

Puede que las hayas visto: puede que tú mismo seas alguna de ellas.. Esas figuras silenciosas caminando muy, muy lentamente, caminando ‘meditativamente’, sintiendo y explorando cada uno de sus pasos, cada movimiento. Caminando, como algunos de ellos dicen, con cuidado y atención. ‘Meditación caminando’. Puede ser bello e iluminador caminar de esa manera…

Pero esta mañana, mientras caminaba por la calle, alboreó en mí la visión interior de que ésta era la verdadera meditación caminando: simplemente amar el modo en que ‘yo’ camino, amar

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el modo en que ‘yo’ me muevo, el modo en que todo se mueve. Simplemente amar ESTO, tal como es…

Identidad No hay respuesta a la pregunta ‘¿Quién soy yo?’. Porque para

responderla debemos hacer referencia a algo: a algún pensamiento, sentimiento, imagen, memoria, sensación, experiencia, intuición, filosofía, religión…

¿Qué le ocurre a la identidad cuando no tiene lugar donde descansar, ningún lugar donde ‘reposar su cabeza’?

Perdiéndolo Mucha gente reporta la experiencia de ‘hallar ESO’, y ‘perderlo’

luego, el sentido de ir hacia atrás y adelante, dentro y fuera de la presencia, dentro y fuera de la comprensión, del reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza como conciencia o Ser.

Pero la única cosa que puedes perder siempre, la única cosa que siempre estás perdiendo, es una experiencia.

Tú no eres una experiencia…Y eres también cada experiencia…

Toma lo que ha sido dado

Cuando tomas lo que ha sido dado y no pides nada más verás cuán plena esta vida ha sido siempre.

Pero si aún tuvieras que pedir más, entonces desea lo que ha sido dado.Es más de lo que la mente puede alguna vez soñar.

Un rayo de luz es todo el sol, una gota de lluvia es todo el mar.

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ESTO que ve es todo lo que es visto.Un diminuto resplandor que alumbra el mundo…

Ninguna resistencia

Cuando no hay ninguna resistencia a la experiencia de ‘quedar dormido’, entonces ‘quedar dormido’ despierta.

Cuando no hay ninguna resistencia a la experiencia de ‘perder’, entonces ‘perder’ se convierte en la imposibilidad de perder nada.

Cuando no hay ninguna resistencia a la experiencia de ‘estar separado’, entonces ‘estar separado’ se realiza como la ausencia de separación.

Cuando no hay ninguna resistencia a la experiencia llamada ‘resistencia’, entonces la ‘resistencia’ se convierte en rendición…

El traje de este Amor

‘Yo’ no es nada más que un nudoen el tejido de la vida…

Ajustado

leve o apretadamente, o desanudado totalmente, todo éles el trajede este Amor.

Imposible retener En ciertos círculos espirituales se habla mucho de la necesidad

de abandonar nuestros apegos: el apego a las cosas, el apego a la gente, a los estados mentales, etc. Pero he aquí un pequeño experimento: ahora mismo, vean si realmente son capaces de adherirse a algo que esté siendo experimentado. ¡Adelante! Inténtenlo. Vean si pueden retener el más simple pensamiento, sentimiento, sensación, imagen o memoria que vaya surgiendo.

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Realmente es imposible, ¿verdad? Aunque parecemos convencidos de la necesidad de ‘dejarnos ir’ o de ‘volvernos desapegados’, cuando miramos a los hechos, resulta evidente que apegarnos no es nunca una posibilidad, porque somos incapaces de impedir que lo que surge no desaparezca a su vez. Aun cuando podamos haber sido condicionados para creer que ‘dejarse ir’ es necesario, si miramos la realidad de nuestra experiencia, veremos que pensamientos, sentimientos y experiencias desaparecen tan pronto como aparecen, aquel que acababa de aparecer ya se desvaneció, y con ello, cualquier posibilidad de retenerlo.

Este Vacío está lleno

Usualmente, cuando cualquier sentimiento de carencia surge, nuestra tendencia es la de intentar solucionarlo, dando los pasos necesarios para ahuyentar ese sentimiento de carencia.

Pero, si no hay ningún esfuerzo enderezado a hacer nada, si no damos los pasos requeridos para cambiar, o modificar, o escapar del sentimiento de que ‘algo falta’, entonces veremos que este aparente vacío ha estado siempre lleno, y el sentimiento de carencia, siempre completo.

Koans ¿Precisa esfuerzo o no, estar consciente?¿Es posible no experimentar lo que está experimentándose?¿Es este momento completo o incompleto?¿Dónde está el camino hasta aquí?¿Dónde acaba el yo y comienza el mundo?

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Stephen Wingate

Mundo Zen

Chillando

Este momento está vivo, chillando: ‘¡Mira! ¡Estoy vivo! Soy real. Aquí y ahora yo soy. ¡No hay nada sino yo!’

La vida es fresca, vibrante, viviente, completamente nueva. No hay nada viejo en la vida. Nace de nuevo eternamente, ahora, y ahora, y ahora. Todo lo que ves, escuchas, sientes e imaginas es prístino, recién nacido, ahora. Esto es eso. Esto es vida. Esto está vivo. Viento soplando entre los árboles, hojas susurrando, pájaros gorjeando. Los pies fríos y una oreja que pica. Tú eres vivo, rico, pleno, inmenso: ojos viendo, corazón latiendo, estallando dentro del universo. Todo es completamente nuevo. Nada es viejo. La vida renace a cada momento, sin precedentes. No puedes envejecer. Hay sólo ESTO. Original, nacido de nuevo, incluso ahora.

Adiós, adiós

Arrójalo. Arrójalo, arrójalo, arrójalo. Ramana Maharshi dijo esto, Nisargadatta dijo aquello, el Buda dijo esto, Jesús dijo aquello. ¡Arrójalos! Arrójalo todo. No te ayudará. Sólo hay ESTO. No hay lugar para nada más. Arrójalo todo. Y cuando nada quede, arrójalo también. Arroja todas tus soluciones. Arroja todos tus problemas. Arrójalos fuera.

¿Y ahora qué?

¡Hey! No hay absolutamente NADA que lograr. ¿Me estás escuchando? ¡NO HAY NADA QUE LOGRAR! No puedes lograr nada. No puedes lograr el Absoluto. No puedes ir más allá de la mente. No puedes escaparte de aquí mismo, de ahora mismo. No puedes ir más allá del presente momento. El presente momento es todo lo que hay, y no hay nada en él para ti. Ni una sola cosa. Estás

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atascado. No hay escape. No hay ningún problema. No hay ninguna solución. Problemas y soluciones son imaginarios. Imaginación es todo lo que tienes. Imaginación es tu única realidad. La Realidad es imaginaria, y es todo lo que tienes. Así que ahora ¿qué vas a hacer?

¡Una aspirina, por favor!

Tu mundo es tu propia mente: tu imaginación, tus creencias, tus pensamientos. Si no te gusta tu mundo, no te gusta tu propia mente. Incluso tu ‘desagrado’ con el mundo es desagrado con tu propia mente. El mundo no tiene existencia independiente de tu propia mente. Todo lo que ves y conoces es tu propia mente: ninguna otra cosa.

Tu descontento no tiene nada que ver con tu pareja, con tus hijos, con tus amigos, con tus enemigos, con tu jefe, con tu trabajo o tu cuenta bancaria. Cada persona y cada cosa es tu propia mente. El universo es tu propia mente. Nada en tu experiencia está separado de tu propia mente.

Tratar de cambiar tu mundo de experiencia es tratar de cambiar tu propia mente. ¿Puedes cambiar tu propia mente? ¿Qué herramienta tienes para efectuar el cambio en tu mundo? Tienes tu propia mente —que es el mundo— tratando de efectuar un cambio sobre sí misma. ¿Tienes alguna otra herramienta?

Tu mente es el mundo. Tu mente es tiempo.Descontenta es tu propia mente al tratar de resolver su propio

descontento en el mundo a lo largo del tiempo. Un perro neurótico cazando su propia cola. Eventualmente se cansará, o morirá en el intento. Y la paz intemporal prevalecerá.

¿Será que la resolución del descontento no es a través de la mente, ni en el mundo, ni en el tiempo? ¿Será que la respuesta está más allá de la mente, más allá del mundo, en un estado de ser intemporal?

¡Sí! La respuesta está más allá de la mente, en un estado de intemporalidad. ¡Finalmente! ¡Qué alivio!

Pero, espera un minuto: ¿No es ‘intemporalidad más allá de la mente’ tan sólo otro concepto de la mente? ¿Puedes traer un estado de ser intemporal a tu mente? ¿A tu mente, que es tiempo?

¡Diablos! Puede que no haya escape.

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¡Auxilio!

Continúa tratando. Tú estás ‘casi’ allí. ¡Hoy puede ser el día!Medita. Enfócate. Auto-indaga: ¿Quién soy yo?, ¿qué soy yo?,

¿cuál es mi verdadera naturaleza? Permanece en el momento presente. No pienses. Detente. Déjate ir. Abandónate. Ríndete. Sé simplemente. Expándete. Sé compasivo, sin ego. BLA, BLA, BLA … ¿Terminará esto alguna vez?

Puedes correr, pero no esconderte. No hay ningún escape. No hay ningún escape.

¿Qué es Eso?

Aceptación es eso. Rechazo es eso.Contento es eso. Frustración es eso.Compasión es eso. Indiferencia es eso.Excitación es eso. Aburrimiento es eso.Generosidad es eso. Codicia es eso.Placer es eso. Dolor es eso.Paz es eso. Guerra es eso.Amor es eso. Odio es eso.Tú eres ESO. Yo soy ESO.

¡Estás despedido!

¿Hay algún problema que no esté basado en el pensamiento, la imaginación o la creencia?

Por favor, encuentra un problema, uno solo, que no esté basado en el pensamiento, la imaginación o la creencia.

El universo está funcionando magníficamente y el pensamiento no juega ningún papel. El sol brilla, las flores brotan y los ríos del pensar fluyen: todo ello ocurriendo natural y espontáneamente, sin requerir de ningún pensamiento.

¿Ves que todos los problemas están basados en el pensamiento, la imaginación o la creencia?

¿Y qué me dices de las soluciones a esos problemas?¿Hay alguna solución que no esté basada en el pensamiento, la

imaginación o la creencia?

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Por favor, encuentra una solución, una sola, que no esté basada en el pensamiento, la imaginación o la creencia.

‘Despertar espiritual’, ‘iluminación’, ‘felicidad’, ‘paz mental’, ¿no están todas estas ‘soluciones’ basadas en el pensamiento, la imaginación o la creencia?

Tu corazón está latiendo, tus ojos viendo, tus pulmones respirando, todo ello ocurriendo naturalmente, sin requerir de ningún pensamiento.

¿Ves que todas las soluciones están basadas en el pensamiento, la imaginación o la creencia? ¿Lo ves claramente?

Todos los problemas están basados en el pensamiento, la imaginación o la creencia.

Todas las soluciones están basadas en el pensamiento, la imaginación o la creencia.

Tu vida —vida universal— está funcionando magníficamente, natural y espontáneamente, sin requerir de ningún pensamiento.

Así que, ¿qué te queda por hacer? !Nada! ¡Estás despedido!

Pregunta capciosa

¿Eres ‘todas-las-cosas’ o ‘ninguna-cosa’? [¿Eres todo o nada?]

Ni idea

No tienes ni idea de quién eres, o cómo eres, o por qué eres. ¿O sí?

Permanece allí y vive desde eso.Es la única vida que vale la pena vivir.

¿Cuál es tu problema?

No conseguirás nada de esta vida: ni un trozo de basura ni un grano de arena. No saldrás vivo: ya estás tan frito como un muerto. No lograrás la liberación, ni la iluminación ni cualquier otro vaporoso estado ‘místico’ con que estés soñando. Ni siquiera puedes mantener un simple estado de felicidad mundana más allá de unos pocos minutos… ¡en verdad, segundos! ¡Por el amor de Dios, abandona todo eso y deja ya de lloriquear! Tus problemas son imaginarios, lo mismo que tus soluciones. Felicidad, iluminación,

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paz… ¡Por favor! ¡Estás soñando! Despréndete de eso. Estás aquí, ahora mismo: ¿Cuál es tu problema?… NINGUNO.

Jugando

¡Es esto, chicos y chicas!Ningún lugar adonde ir… Nada que comprender… Nada que

lograr… Y todo ello, simplemente por pura diversión. Juego de niños.¡Disfruta del juego!

Tres pasos hacia la total iluminación

Paso 1. Ve que la iluminación no existe sino como concepto.Paso 2. Ve que no hay ninguna persona separada a quien

cualquier concepto de iluminación sea aplicable.Paso 3. Vete afuera a cortar el césped.

La luz del conocer

Incluso el sentido de ser una ‘ego-mente’ separada es una apariencia de la Fuente Misteriosa’. ¿Fue el ego el que creó al ego? Todas las cosas son la Fuente Misteriosa. Tú eres la Fuente Misteriosa. Todo es la Fuente Misteriosa. Nada está separado.

La auto-imagen de la ego-mente es sólo eso: una imagen de ‘mí’. Todo tipo de pensamientos, sentimientos y juicios quedan proyectados sobre esta imagen mía y se cree que es lo que yo soy.

Tú eres ‘ninguna-cosa’ que conoce ‘todas-las-cosas’. Eres la luz del conocer. El ‘yo separado’ es un personaje imaginario creado por la Fuente Misteriosa para su propio entretenimiento, tu propio entretenimiento, aparentemente.

Tú eres la luz del conocer. No puedes ser visto o conocido. Tú eres aquello desconocido desde lo cual todo es creado, se vuelve manifiesto y conocido.

Tú no puedes ser descrito con palabras. La manera más aproximada en que puedes ser descrito es decir que tú eres la luz del conocer, la luz de la conciencia, la presencia observante de todo lo que es.

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Todos los problemas son para ‘alguien’ separado que no existe. Viendo que tú no existes como alguna cosa en particular, tangible o descriptible, te conoces a ti mismo como la luz de todo lo que es tangible o descriptible. Sabiendo que tú no eres alguien separado o solo, sabes también que eres la esencia de todo.

Tú eres incognoscible: la luz del conocer. Esta luz del conocer es amor. Tú eres siempre esta luz. Incluso ahora.

Sirviendo al mundo

¿Qué deberías hacer con tu vida? Nada. No hay nada que debas hacer. Todo ya está hecho. Sabrás exactamente lo que debes hacer… después de hecho. Hasta entonces, olvídalo. Tu vida está siendo vivida. El mundo no necesita de tu ayuda. Si la necesita, lo sabrás, y lo que haya que hacerse será hecho. El universo se cuida a sí mismo. Tu vida es Vida Universal, no es ‘tu’ vida. Así que déjalo ser. Eso es lo que deberías hacer.

Analiza Esto

Es muy común comparar y contrastar los pensamientos y experiencias propios con aquello que otros han expresado. Esta comparación podría proseguir indefinidamente. Pero no ayuda en lo absoluto. Lo que se está señalando es aquello que es lo mismo para todos nosotros, no aquello que es diferente. Hay un ver ocurriendo a través de tus ojos ahora mismo, mientras lees estas palabras. Esta es la luz de la conciencia que está brillando a través de cada uno de nosotros y que ilumina el mundo. Esta luz de la conciencia es lo que tú eres. Nota esta luz de la conciencia brillando a través de tus ojos, ahora mismo.

Esta luz es la misma en cada uno de nosotros. Esta luz de la conciencia es lo que tú eres. Conócete a ti mismo como esta luz. Nota que está brillando siempre. Esta luz es lo que tú eres. Advierte esto en ti mismo y habrás advertido lo que Krishna, Buda, Moisés, Jesús, Nisargadatta y todos los demás han advertido. Podrá parecer demasiado simple, pero es la verdad. Tú eres la luz del mundo. Permanece con esta luz. Está siempre contigo. Analizar las apariencias es una batalla interminable e infructuosa.

Tú eres la luz del mundo. Es así de simple, y de profundo.

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Funerales de un sueño

La iluminación ha muerto.No tiene vida, ni respiración, ni pulso.

Tú estás vivo, el corazón latiendo, los pulmones aspirando y espirando.

La iluminación es el sueño de ayer.No tiene realidad, ni luz, ni presencia.

Tú eres la única realidad, brillando, atemporalmente presente.

Tú eres la luz de la iluminación.La iluminación te necesita a ti, tú no la necesidas a ella.

Cada bocanada de aire

¿Cuál es la Fuente del universo entero? ¿Cuál es la Fuente de cada galaxia, de cada estrella, de cada planeta? ¿Cuál es la Fuente de cada ser vivo en el mundo, inclusive de cada partícula? ¿Cuál es la Fuente de cada pensamiento, de cada sentimiento, de cada sensación que experimentas? ¿Cuál es la Fuente de cada latido, de cada bocanada de aire?

¿Puede la Fuente de tu experiencia diaria ser diferente de la Fuente del universo entero? ¿Cuántas Fuentes hay?

¿Cuál es la Fuente de cada pensamiento, de cada sentimiento, sensación o acción de los otros? ¿Puede la Fuente de la experiencia de los otros ser distinta de la Fuente de propia experiencia? ¿O hay sólo una Fuente Misteriosa?

¿Estás separado de esta Fuente Misteriosa? ¿Están los otros separados de esta Fuente Misteriosa?

¿O somos todos la misma Fuente Misteriosa expresándose en una infinita variedad de formas?

Bosta de vaca

Nadie es especial. Si estás colocando a algún gurú o maestro en lo alto de un pedestal, estás atrapado en tus propios delirios de

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grandeza. Considerar a alguien como superior, como despierto o iluminado es auto-engaño.

Lo que se está señalando es aquello que tienes en común con tu pequeño y ‘especial’ gurú. Lo que ha sido señalado es lo que tienes en común con tu perro, tu gato, o con el pececillo dorado que tienes por mascota. Si lo que quieres es cuidar de alguien, consíguete una mascota.

Considerar a algún maestro o gurú como ‘especial’ es un reflejo de tu propio deseo egótico de ser el Supremo Ego del Mundo. ¡Bosta de vaca!

Todo el mundo es conciencia. Nadie es ‘especial’.

‘Chequeando’ la realidad

¿Cuál es tu definición de realidad? ¿Puedes definir la realidad en términos de espacio y tiempo? ¿Cuándo es la realidad? ¿Dónde es la realidad? ¿Está la realidad aquí y ahora mismo? ¿Puedes definirte a ti mismo en términos de realidad? Aquí y ahora mismo, ¿qué eres tú?

¿Cuál es tu definición de imaginación? ¿Puedes definir la imaginación en términos de espacio y tiempo? ¿Cuándo es la imaginación? ¿Dónde es la imaginación? Si la realidad es aquí y ahora, ¿cuándo y dónde es la imaginación? ¿Hay algo real respecto a ti en la imaginación?

Si la realidad es aquí y ahora mismo, ¿qué es real respecto a ti? ¿Y qué es imaginario?

¿Mi mente, mi cuerpo?

Ahora mismo, nota tu cuerpo y tu mente. Primero nota los pensamientos que están apareciendo y luego nota las sensaciones que están surgiendo a través de tu cuerpo. ¿Ante QUIÉN aparecen estos pensamientos y estas sensaciones? ¿De QUIÉN son esos pensamientos y sensaciones? ¿Respondes: ‘Estos pensamientos y sensaciones aparecen ante mí’? ¿O quizás: ‘Son mis pensamientos y mis sensaciones’?

¿QUIÉN es este ‘yo’ que dice: ‘mis pensamientos’, ‘mis sensaciones’, ‘mi cuerpo’, ‘mi mente’?

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¿Existe este ‘yo’? ¿O este ‘yo’ es tan sólo otro pensamiento? ¿Ante QUIÉN o ante QUÉ aparece este ‘yo’? ¿Ante QUIÉN o ante QUÉ aparecen el cuerpo y la mente? ¿ QUÉ eres tú? ¿Existes?

Eternamente ESTO

Hay únicamente ESTO.ESTO es lo que todas las antiguas tradiciones y los maestros

modernos están señalando. Miles de conceptos y palabras se han escrito que señalan únicamente ESTO.

ESTO es eso.Hay únicamente ESTO. Como ESTO, no hay sufrimiento

alguno. Como ESTO, no hay iluminación alguna. No hay ninguna otra cosa: únicamente ESTO. ESTO es todas-las-cosas y ninguna-cosa. Tú no puedes salirte de ESTO. Tú eres ESTO.

ESTO es la resolución de toda búsqueda espiritual. No hay ninguna otra cosa: únicamente ESTO. Conocer ESTO es el final de tu búsqueda espiritual. Puede parecer demasiado simple, pero ESTO es eso.

Arroja todo lo demás

Ahora mismo la luz de la conciencia está brillando a través de tus ojos. La luz de la conciencia está brillando en estas palabras. Mira alrededor y la luz de la conciencia brilla dondequiera que mires. Mira tus pensamientos y la luz de la conciencia brilla en tus pensamientos. Mira tus sentimientos o tus sensaciones corporales, y ocurre la misma cosa. Tú eres la luz de la conciencia. Arroja todo lo demás: nota que tú eres esta luz de la conciencia. Ignóralo todo, excepto la conciencia brillando a través de tus ojos.

Todas las preguntas y dudas son absolutamente irrelevantes y no necesitan ser respondidas: arrójalas todas. Tú eres la luz de la conciencia: permanece con ello y sólo con ello. Continúa volviendo una y otra vez a esta luz de la conciencia hasta que te conozcas a ti mismo. Una y otra vez, arroja cada pregunta, cada duda, cada pensamiento, cada sentimiento, y nótate a ti mismo como la luz de todo tu mundo. Tú eres la luz del mundo. Sin ti, nada existe. Dondequiera que mires, tú debes estar allí brillando e iluminando tu mundo.

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La génesis del sufrimiento

‘Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás. En la desventura comerás de él todos los días de tu vida’.

¡Hoy es un buen día para empezar una nueva dieta!

Yo soy el camino, la verdad y la vida

Existe un sentido de paz y de bienestar subyacente a cada momento de tu existencia diaria.

Puedes sentirlo ahora mismo. Es este sentido de ser, este sentido de saber que existes. Es fundamental. Es simple. Tú existes y sabes que existes. Este sentido de ser está siempre contigo. Es tu naturaleza esencial. Detente por un momento y nótalo. Puedes notar una sutil vibración de energía a través de tu cuerpo, y hay conciencia de ello, un sutil conocimiento de ello. ¿Lo sientes ahora? Cuando escuchas los términos ‘yo soy’ o ‘es-encia’, a esto es a lo que nos estamos refiriendo. Nótalo otra vez.

Este ‘yo soy’ que conoces tan bien, es referido como la verdad, porque es fundamental, no-conceptual y no requiere prueba alguna. Es la conciencia auto-cognoscente, o ‘es-encia’. Es la vida misma. Y tú eres esta vida. Tú eres el camino, la verdad y la vida.

Reencarnación

Cada momento tu mundo es recreado y tú naces de nuevo. ¿Lo has notado?

¿Puedo tomarme una crema batida?

Tu preciada experiencia de ‘despertar’ es absolutamente inútil: está únicamente en tu sueño. ¿Estás ‘impresionado’ con tu historia de ‘despertar’? Eres el único que está impresionado. Únicamente soñadores cono tú están impresionados. Si hablas sobre tu historia de ‘despertar’, sonarás dormido: todavía soñando. ¡Tú eres la conciencia, por Dios Santo! La conciencia no tiene experiencias de ‘despertar’. La conciencia no está ‘impresionada’ con tus ‘especiales’ historias de ‘despertar’. ¡Todo eso es bosta de vaca!

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Despierta del sueño de ‘despertar’, despierta del sueño del ‘yo’. Conócete a ti mismo como aquel que ya está despierto. Conócete a ti mismo como aquel que está observando la historia de sufrimiento y la historia soñada de ‘despertar’. Cuéntale a un niño de cinco años sobre tu ‘despertar’ y verás que dice algo así como: ‘¿Ah? ¿Puedo tomarme una crema batida?’

Vida universal

El universo está vivo, y tú eres esta vida. No hay ninguna vida separada de la vida universal. ¿Puedes separar tu vida de la vida universal? Simplemente no es posible. ¿Cuándo nació la vida universal? ¿Nació alguna vez?

Los cuerpos nacen. Los planetas, las estrellas, las galaxias nacen. Cuerpos, planetas, estrellas y galaxias son apariencias temporales de la vida única, infinita, eterna y universal: todas ellas nacieron y todas ellas morirán.

El universo es infinito, no tiene fronteras: ni comienzo ni fin. Si hubiera una frontera del universo, ¿qué habría al otro lado de la frontera? Si el universo tuviera un comienzo, ¿qué habría antes del comienzo? Si el universo tuviera un fin, ¿qué habría después del fin? El universo no tiene comienzo ni fin.

El universo es infinito, no tiene fronteras. El universo es eterno. El universo está vivo y tú eres esta vida. Tu vida es vida universal. Tu vida es vida eterna.

Tú, vida eterna, nunca naciste y nunca morirás: simplemente no es posible.

¿Estás engañado?

Si crees que tu gurú o maestro favorito está iluminado, y que algún día tú también lograrás la iluminación, estás absolutamente engañado. Es así de simple. Y si crees que tú o que los otros no están iluminados, estás de igual manera absolutamente engañado.

No hay tal cosa

Viendo que no hay tal cosa como perfecciónhay únicamente PERFECCIÓN

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Viendo que no hay tal cosa como ‘yo’hay únicamente YO

Viendo que no hay tal cosa como liberaciónhay únicamente LIBERACIÓN

Viendo que no hay tal cosa como tiempohay ETERNIDAD

Viendo que no hay tal cosa como conocimientotodo es CONOCIDO.

Soñando en la iluminación

Si alguien viene a ti y te dice: ‘¡Estoy sufriendo!’¡Puedes estar seguro de que está soñando!

Si alguien viene a ti y te dice: ‘¡Estoy iluminado!’¡Puedes estar seguro de que, también, está soñando!

Lo que tú eres es conciencia pura.

La conciencia pura no puede sufrir.La conciencia pura no puede ‘volverse’ iluminada.

Tú eres la conciencia pura, esta presencia observante.Tú observas los sueños de sufrimiento y observas los sueños de

iluminación.

Conócete a ti mismo como conciencia pura ahora mismo, y quedas libre del sueño de sufrimiento, y quedas libre del sueño de iluminación.

Conócete a ti mismo

Detente por un instante y advierte que…

Tú eres la conciencia. La conciencia es lo que tú eres.

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Nota que tus ojos están viendo. Ver está ocurriendo a través de tus ojos.

Nota que estás escuchando. Escuchar está ocurriendo a través de tus oídos.

Nota las sensaciones en tu cuerpo de la cabeza a los pies.Nota tus pensamientos surgiendo ahora.Nota lo que ves, los sonidos y las sensaciones que están

surgiendo en ti.

Nota que tú eres la conciencia. Tú eres aquello que es consciente de lo que ves y de los sonidos.Tú eres aquello que es consciente de los pensamientos y las

sensaciones.Tú eres aquello que es consciente de ver y escuchar.Conciencia es lo que tú eres.

Ahora te conoces a ti mismo.

Tú eres la luz del mundo

Tú eres la luz del mundoEl mundo es tu mente y tu cuerpo

Hay únicamente tú

Tú eres la luz de la conciencia brillando a través de mente y cuerpo.Sin ti, la luz de la conciencia, no hay mundo.

Tu mente concibe el mundo, y tu cuerpo lo siente.El único modo en que puedes concebir o sentir el mundo es a

través de mente y cuerpo.Tu mundo es tu mente y tu cuerpo.

No hay ninguna separación entre tu mente, tu cuerpo y tu mundo.Tú eres la luz de la conciencia, y tu mundo es tu mente y cuerpo.

Es TODO TÚHay ÚNICAMENTE TÚ

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Sufrimiento e iluminación son imaginarios

¿Has experimentado alguna vez sufrimiento psicológico sin alguna historia en tu cabeza? ¡Por supuesto que no! Si no hay ninguna historia en tu cabeza no hay sufrimiento psicológico. Otro nombre para las historias resonando en tu cabeza es ‘imaginación’. ¿Está claro que todo sufrimiento psicológico está basado en la imaginación?

Algunas veces, las historias imaginarias crean una incómoda energía en el cuerpo, y llamamos a este proceso ‘sufrimiento psicológico’. Así que el sufrimiento psicológico no es nada más que imaginación más una incómoda energía en el cuerpo.

¿Qué es lo que haces cuando existen perturbadoras historias resonando en tu cabeza y una incómoda energía fluyendo a través de tu cuerpo? Tú observas. Nada más se necesita hacer.

Tú eres esta presencia observante. Tú observas tanto las historias placenteras como las displacenteras. Tú observas tanto las sensaciones placenteras como las displacenteras.

Posiblemente notes que realmente no hay tal cosa como ‘sufrimiento psicológico’. Decir que ‘sufres’ psicológicamente psicológico es sólo otra historia en tu cabeza. Y tú la observas.

Tú eres esta presencia observante que es consciente de estas palabras ahora mismo. Tú eres consciente ahora mismo. Esta presencia observante que tú eres, jamás sufrió y jamás estará iluminada. Esta presencia observante que tú eres ahora mismo está observando tus historias de ‘sufrimiento’ y tus historias de ‘iluminación’.

Esta presencia observante que tú eres no puede sufrir, ni puede lograr la iluminación. ¡Fin del show!

Cualquier duda o pregunta ulterior es, simplemente, un sin sentido conceptual.

Radicalmente fluyendo con la corriente

La única realidad o verdad, es el hecho de que estás presente y consciente. ¿Te das cuenta de cuán radical es esto? Aquí y ahora, tú estás consciente. Todo lo demás en tu mundo —TODO LO DEMÁS— es tu propio y mezquino sueño.

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¿Es la ‘búsqueda’ consciente de ti?

Tu mente está buscando. Tú estás observando tu mente.La búsqueda no es tu hacer. Tú eres testigo de la búsqueda de

tu mente. Obsérvala.Observar [observación] es lo que tú eres.¿La ‘mente’ es consciente de ti? ¿o ‘tú’ eres consciente de la

mente?Esto es todo lo que las enseñanzas están señalando: tú eres

conciencia. ESO que es consciente. Así que, ¿tú eres consciente ahora mismo?

¿Realidad?

La única herramienta que tienes para conocer y experimentar el mundo es tu propia mente. Tu realidad es una proyección imaginaria de tu propia mente. La realidad es imaginaria. Tu imaginación es tu única realidad. ¿Puede haber alguna realidad que no hayas imaginado? ¿Dónde estaría?

Soluciones

No hay ningún problema, ni ninguna solución. Soluciones y problemas son la misma cosa: pensamientos. Si tienes alguna ‘solución’, esa solución es tu ‘problema’. La ausencia de soluciones es la ausencia de problemas.

Hay únicamente ESTO. No hay ningún problema. Nada real existe, sólo ESTO. Todo lo que existe es tu propia mente: TODAS-LAS-COSAS. Sin ninguna excepción. Todas-las-cosas y ‘personas’ en el universo son tu propia mente. No hay nada que puedas señalar que no sea tu propia mente: ni una sola cosa. Ni una sola persona. Nada. No puede haber ‘otra’ cosa que tú. Todo es tú.

Esperando

¿Estás esperando que algo ocurra?¡Es ESTO!¡No hay ninguna otra cosa!

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Nada que ganar.Nada que perder.ESTO es todo lo que hay.¿Aún estás esperando?Es ESTO, realmente.Sólo ESTO.

Ido ya

Todas-las-cosas están comenzando y están terminando ahora mismo.

Nota este ‘algo’ que es ‘nada’

Algo está consciente de estas palabras ahora mismo. Nota este ‘algo’. ALGO está consciente, ¿sí? Este ‘ALGO que está consciente’ es lo que tú eres. Lo conoces directamente. No necesitas ninguna palabra ni concepto para ‘conciencia’, ‘ser’, ‘vacío cognoscente’, ‘mente del Buda’, ‘conciencia crística’, el ‘yo soy’, o ‘YO SOY EL QUE SOY’. No necesitas de ninguno de estos conceptos para saber que ‘ALGO está consciente’ ahora mismo.

Todas las palabras y conceptos están señalando a este ‘ALGO que es consciente’. Lo conoces directamente. Tú eres este ALGO que es ‘ninguna-cosa’. ¿Comprendido?

Control

No hay nadie en control.No hay nadie fuera de control.No hay nadie sufriendo.Hay únicamente conciencia. Todo lo demás es imaginación.

No hay ningún sufrimiento.No hay ninguna libertad del sufrimiento.Nadie está iluminado.Nadie está no-iluminado.

No hay ninguna persona separada salvo en la imaginación.

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Hay únicamente conciencia: esto es lo que tú eres. Nada más es real.

Sufrimiento e iluminación son pura imaginación.¿Ves esto?

Cinco mil años de sabiduría

Tu conciencia es paz. Tu sufrimiento es imaginación.

¿Qué debería hacer?

¿Estás consciente? Nota tu conciencia. ¿Estás consciente aún? Nota tu conciencia. ¿Estás consciente? Nota tu conciencia. ¿Estás consciente aún? Nota tu conciencia. ¿Estás consciente? Nota tu conciencia. ¿Estás consciente aún? Nota tu conciencia. ¡ALTO!… Ahora nota tu conciencia. ¿Estás consciente?

¡Camarero, yo sólo ordené felicidad!

Primero tú creas un estado imaginario llamado ‘tristeza’… ¡Y luego preguntas cómo evitarla! La tristeza no es real: es imaginación. La energía está fluyendo a través de tu cuerpo, las imágenes a través de tu mente: tú les llamas ‘tristeza’. No hay ninguna tristeza. Son estados mentales imaginarios. Si deseas vivir en un mundo de sueños, se te servirá ‘tristeza’ junto con ‘felicidad’.

Todo lo que experimentas es tu propia mente, y tu mente no tiene ninguna realidad absoluta. Sólo la presencia observante es real. Permanece con eso, y no sabrás más nada sobre ‘tristeza’ ni sobre ‘felicidad’. Desde la perspectiva de la ‘mente-sueño’ que cree que sus propios estados imaginarios son reales, esto es radical.

¿Tienen tus estados mentales conciencia? ¿La ‘tristeza’ te conoce? ¿O tú conoces a la ‘tristeza’? Tú eres real. La felicidad y la tristeza no son reales.

Nirvana es Samsara

La única manera de salirte de tu mundo de ensueño es saliendo totalmente de él. Si concedes realidad al despertar, a la liberación o

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la iluminación, también estás concediendo realidad al sufrimiento, a la esclavitud y la ignorancia. No puedes creer en unos sin creer en los otros. Si crees en Nirvana, también crees en Samsara. ¿Ves que todo es una creación imaginaria de la mente? ¿Y que tú eres AQUELLO QUE VE a la mente?

Tú eres eso que es consciente del despertar, de la liberación y la iluminación. Tú eres aquello que es consciente del sufrimiento, de la esclavitud y la ignorancia. Tú eres aquello que es consciente de Nirvana y de Samsara. Tú eres aquello que es consciente de todas las creaciones imaginarias de la mente.

Tú eres conciencia pura.Tú no estás despierto, liberado o iluminado. Tú no estás

sufriendo, ni cautivo o ignorante. Tú no estás viviendo en Nirvana ni en Samsara.

Tú estás más allá de todas las experiencias y conceptos de tu mente. ¿VES esto?

No te escondas, puedo verte

‘Conciencia’, ‘vacío cognoscente’: son palabras para referirse a ti. ¿Pero a qué se refieren? ¿Qué es conciencia y qué vacío cognoscente? ¿Qué eres tú?

¿Qué ves? Nota los objetos a tu alrededor. Ver está ocurriendo a través de tus ojos. Sigue los objetos vistos hacia atrás a través de tus ojos. ¿Qué es eso que está viendo los objetos?

¿Qué escuchas? Nota los sonidos a tu alrededor. Escuchar está ocurriendo a través de tus oídos. Sigue los sonidos hacia atrás a través de tus oídos. ¿Qué es eso que está escuchando los sonidos?

¿Qué sientes? Nota las sensaciones en tu cuerpo. Sentir está ocurriendo a través de tu cuerpo. Sigue las sensaciones hacia atrás a través de tu cuerpo. ¿Qué es eso que está sintiendo las sensaciones?

¿Qué es eso que ve? ¿Qué es eso que escucha? ¿Qué es eso que siente? ¡Eso eres tú! Tú eres conciencia. Tú eres vacío cognoscente.

¿Puedes tú ser visto? ¿O eres invisible?¿Puedes tú ser escuchado? ¿O eres silente?¿Puedes tú ser sentido? ¿O eres sin-forma?

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Emprendiendo acciones Viviendo desde este ‘no-saber’, pueden surgir pensamientos y

preocupaciones acerca del futuro. Y pueden ser llevadas a cabo acciones para responder a unos y otras. Si se lleva a cabo una acción para responder a una preocupación, ocurrirá con un sentido de paz y con un sentido de ‘no-saber’ si la preocupación es válida o si la acción llevada a cabo es necesaria.

Todo está perfectamente bien en tu centro. Tú estás en paz. Nada puede dañarte, y no hay mal alguno en tener preocupaciones sobre el futuro, o en el tomar acciones o en el no tomarlas. Tú estás siempre en paz y completo. Tú eres vida eterna, universal. La muerte no puede tocarte. Ningún mal puede ocurrirte.

¿Qué es lo que todos deseamos? Deseamos paz, amor y un sentido de que ‘todo está bien’. Así, si emprendemos una acción con relación a alguna preocupación sobre el futuro, emprendemos esa acción para asegurarnos paz y bienestar. Pero ahora sabemos que paz y bienestar son nuestra propia esencia, y que no podemos ser dañados, sin importar lo que ocurra en el mundo. Esta es la paz que sobrepasa toda comprensión. ESTO es lo que somos.

Así que, si emprendemos alguna acción, es a partir del amor, y no del miedo a perder esa paz. Nuestra paz no puede perderse: es lo que somos.

Sit-Chat-AnDrinka (Sansklish)*

He aquí la resolución del sufrimiento psicológico y la búsqueda espiritual: no hay ninguna persona separada. No hay ninguna persona separada que pueda sufrir, no hay ninguna persona separada que pueda ser iluminada. Eso es todo. Todo está resuelto. Hay únicamente conciencia, aquí y ahora. Fin. Estás acabado. Respira profundo, relájate por un momento y luego vete a buscar a algún amigo para beber una taza de té. ¡Tú estás iluminado! ¡Y no tuviste siquiera que aprender sánscrito! ¡Namasté!

(*) Juego de palabras. El autor alude a la expresión sánscrita Sat-Chit-Ananda (literalmente: ser-conciencia-beatitud). Sit-Chat-AnDrinka (siéntate-charla-bebe) en ‘Sansk-lish’, es decir, en una supuesta mezcla de sánscrito e inglés.

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Tiempo… ¡fuera!

Tu pasado, presente y futuro son, todos ellos, imaginarios.

Examen final

Es tu mundo:

a. ¿Real?b. ¿Irreal?c. ¿Tanto real como irreal?d. ¿Ni real ni irreal?e. ¿Todas las anteriores?

¿Qué es lo que ves?

Mirando a través de tus ojos, ves tu propia mente. Tú mente está ‘ahí afuera’, como tu mundo. Todas las cosas y personas que ves y experimentas son tu propio yo, tu propia mente. Tu mente es tu mundo.

¿Ves tú esto? Tú eres la luz de la conciencia brillando a través de tus ojos, iluminando tu mundo, que es tu propia mente. Tu mundo es tu yo.

Tú estás totalmente solo en un mundo de tu propia hechura. Tú eres el creador, el testigo y la totalidad de la creación. Es todo tú.

Sí, pero

Sí, pero. Sí, pero. Sí, pero.— Sí, pero ¿QUÉ?

¿Esto es aplicable a ti?

¿Te das cuenta de que todas las cosas en tu mundo son una proyección de tu propia mente? ¿Ves que tu mundo no tiene ninguna realidad absoluta? ¿Ves que la persona separada que crees ser es una proyección de tu propia mente y no tiene ninguna realidad absoluta?

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Si tú no eres la persona separada que creías ser, entonces ¿qué eres tú? ¿Será que eres la conciencia universal? ¿Será que la vida de la persona que creías ser es la vida universal?

¿Será posible que no seas ninguna persona separada viviendo en el mundo, sino la conciencia universal, y que tu cuerpo, tu mente y tu mundo son una apariencia en ti?

¿Qué queda por hacer?

Al darte cuenta de que todas las cosas y todas las personas en tu mundo son tu propia mente, ¿qué te queda por buscar? ¿qué más puedes lograr?

Al darte cuenta de que la persona separada que creías ser tú mismo es un fantasma, ¿quién puede sufrir? ¿quién puede lograr la iluminación?

Al darte cuenta de que tu vida es vida eterna, universal, ¿cómo puedes temer a la muerte?

Al darte cuenta de que hay únicamente inteligencia universal, y que tú eres ESO, ¿qué te queda por hacer?

Dando ‘vueltas’ en tu propia mente

Tu mente es tu mundo. Levántate y ve a darte una vuelta, y estarás ‘dando una vuelta’ en tu propia mente. Literalmente. Esta no es ninguna ingeniosa metáfora espiritual. Todo lo que ves y experimentas es tu propia mente. El mundo es tu propia mente. El universo es tu propia mente. Tu cuerpo es tu propia mente. El universo es tu propia mente. ¡Explora! Dondequiera que vayas, tú estás explorando tu propia mente y nada más. Tú eres la luz de la conciencia brillando sobre tu propio mundo. Tu mundo es tu propia mente. Así que, ¡disfruta de ti mismo!

Enamorado de un volcán

Tu cuerpo-mente es un volcán en erupción de sensación y pensamiento. Tú eres aquello que es consciente de tu cuerpo y tu mente. Tú eres conciencia: aquello que ve y conoce al volcán.

¿Qué puede la conciencia hacer? Ella observa al cuerpo y la mente. ¡Eso es! Un volcán no puede ser controlado. Si la boca de

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un volcán es taponada, erupcionará en otra dirección, incluso con mayor fuerza. Tratar de controlar a ese volcán es el propio sufrimiento del cual estás tratando de librarte. Al volcán ¡déjalo solo! Apártate de la ardiente lava. Déjala fluir. Tú eres conciencia. Observa la erupción del volcán y déjalo ser.

No hay ninguna paz en tratar de controlar al volcán. Déjalo erupcionar y obsérvalo desde la distancia. Y puede que llegues a amar a ese volcán que tú llamas ‘tu cuerpo’ y ‘tu mente’.

Los ojos lo tienen

La conciencia mirando a través de tus ojos es la conciencia universal. Tú eres la conciencia universal. Tus ojos son los ojos de Dios.

Esto eres ‘tú’

Este momento es lo que tú eres. Nada más ni nada menos. La única realidad. Simplemente ESTO, aquí y ahora. El ayer está muerto, el mañana nunca nacerá. Tú estás vivo, ahora mismo. ESTO eres ‘tú’.

Auto-realización, conciencia y meditación

Yo estoy ‘auto-realizado’. Yo no estoy ‘auto-realizado’. ¿Es alguna de esas afirmaciones verdadera?

Eres consciente de ambas afirmaciones. Ambas afirmaciones surgen en tu conciencia. A la conciencia, ¿le hace alguna diferencia el que surja una u otra afirmación? ¿Es la conciencia ‘realizada’? ¿Es la conciencia ‘no-realizada’?

Tú eres conciencia. ¿Hay uno, o dos ‘tú’? Hay UNA conciencia: ¿Puede la conciencia ‘realizar’ que es consciente? Decir ‘estoy realizado’ o ‘no estoy realizado’ es puramente conceptual. Ninguna afirmación es verdadera. Ninguna afirmación te afecta como conciencia. Arroja ambos conceptos y ¿qué queda?

Aferrarse a —o creer en— conceptos espirituales de realización, despertar e iluminación, es cosa de la mente que teje fantasías. Arroja todos esos conceptos y ¿qué queda? Tú quedas, como

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conciencia. Tú, como conciencia, no eres afectado por ningún concepto.

La conciencia está presente siempre, tan sólo observando. La conciencia es meditación. Tú eres conciencia. Tú eres meditación.

¡Acepta el desafío No-Dual!

¿Puedes encontrar ‘algo’ que esté separado de tu propia mente, de tu propia conciencia?

¿Qué es lo que sabes?

¿Puede alguna cosa ser conocida absolutamente?

Más trabajo que hacer

Sé que soy conciencia. Es obvio. Me doy cuenta de ello ahora mismo, en mi propia experiencia directa, y lo comprendo intelectualmente. Yo soy conciencia. Pero aun así me siento como una persona separada. Siento como que mi ego estuviera todavía vivo y funcionando. Así que me queda aún más ‘limpieza’ por hacer.

¡Falso! ¡Caíste nuevamente! Pensamientos, pensamientos, pensamientos… No hay ningún ego. No hay ningún yo separado que ‘limpiar’. Es todo pensamiento e imaginación. ¿Quieres algo real que limpiar? ¡Vete a lavar los platos!

Realización directa

Tu mente es el proceso pensante: el proceso de etiquetar, describir, definir, separar, categorizar y juzgar. Es el proceso mental de dividir lo absoluto en lo relativo. En ausencia de tu mente, que es ausencia de pensamiento, no hay partes separadas en el mundo: es un todo único, absoluto, indiviso. El pensamiento, factualmente, no separa al mundo en partes: meramente crea la apariencia de separación. Aun en presencia del pensamiento, el mundo permanece como un todo indiviso.

Toda experiencia y conocimiento son relativos. No hay manera de experimentar o conocer el absoluto. Por definición, el absoluto

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no está dividido en sujeto y objeto. El absoluto es UNO. Todos los objetos de la experiencia y el conocimiento son relativos a un sujeto. El único sujeto es tu mente, el proceso pensante.

Tu conocimiento y experiencia del mundo no tienen ninguna realidad o existencia absoluta, aparte de tu propia mente. Tu mente es la única herramienta que tienes para experimentar y conocer el mundo. Sin excepción, todo lo que conoces y experimentas es un producto de tu mente.

Tu mundo es tu propia mente.Puedes darte cuenta de esto del modo más sencillo en tu propia

experiencia directa. Empieza con un simple objeto y luego expande la realización hasta incluir todo lo que experimentas y conoces. Continúa expandiendo esta realización hasta tu mundo, todo lo que experimentas y conoces, y el entero universo es conocido como (siendo) tu propia mente.

Para empezar, cualquier simple objeto servirá. Echa una mirada a tu silla. ¿Se describe a sí misma tu silla ante ti? ¿Te dice: ‘¡Yo soy una silla! Tengo cuatro patas, estoy hecha de madera, y soy utilizada para sentarse’? ¿O es tu mente quien define, describe y crea un objeto llamado ‘silla’? Desde tu punto de vista mental relativo, es una silla de madera que sirve para sentarse. Pero para una termita tu silla de madera es una casa y un alimento potencial.

La ‘silla’ en la que estás sentado no tiene ninguna existencia o realidad absoluta, independiente. En términos absolutos no es una ‘silla’: no tiene existencia absoluta. Tiene una existencia relativa como ‘silla’ simplemente porque tu mente la define, la describe y la crea. ¿Ves tú esto? Sin tu mente, la silla no existe. La silla es tu mente. No hay ninguna separación entre tu mente y la silla. La silla y tu mente son uno.

Puedes expandir esta realización hasta incluir todas las cosas y personas que conoces y experimentas. Todas las cosas en el universo son tu propia mente. Tu mente es el universo. El sujeto y el objeto son uno. No hay ninguna separación. El universo y tu mente son un todo absoluto, indiviso. Es todo tú.

Viendo esto claramente, los conceptos de la No-Dualidad dejan de ser meramente una filosofía, y pasan a ser tu propia realización directa. Este es el final de la búsqueda. Y la vida continúa como siempre lo ha hecho: una respiración y un latido del corazón por vez.

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Chad Barber

Luminosa realidad viviente

No-Dualidad: luminosa realidad viviente

Lo-que-tú-eres es, simplemente, un presenciar sin límites. Es aquello que es consciente de las palabras de esta página, consciente de tus pensamientos, de tus sentimientos y tu cuerpo. Ese puro sentido de presenciar es lo que tú eres, y está siempre presente, libre y vacío. No puedes alcanzarlo porque ha estado siempre aquí y siempre estará aquí. Nada que tú puedas decir, pensar o hacer puede cambiarlo, crearlo o destruirlo. Lo demás es ficción: una historia inventada por los pensamientos. Simplemente, lo que somos es este luminoso ver; en él todas las cosas vienen y van. El presenciar mismo es vacío: una misteriosa y reluciente nada.

Lo-que-tú-eres es aquello en donde la historia de tu vida ocurre. No tiene ubicación ni forma. No obstante, todas las cosas surgen en aquello: como un espejo, refleja todo imparcialmente. Como un espejo, nada se le adhiere. Es claro y enteramente no-conceptual. Afortunadamente, tu mente no tiene que entenderlo ni, de alguna manera, ‘conseguirlo’, porque tú ya eres eso.

Aun cuando es interesante hablar sobre ello, también es posible advertir directamente lo que está siendo sugerido aquí. La única cualificación requerida es: ser, existir, o conciencia. Cuando se ve claramente que tú no eres la ‘historia de vida’ o ‘biografía’ que estás viendo, sino el ver mismo, un sentido de paz y libertad muestra que está y siempre ha estado disponible, porque es la base misma de toda experiencia. Lo que surge también es un ‘prosaico’ sentido de vivir, una cualidad vibrante que encara temerariamente la realidad ‘tal como es’, porque se comprende que no hay nadie aquí que pueda controlar nada.

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Realidad e imaginación

‘Realidad es aquello que queda cuando dejamos de creer’ — Philip K. Dick

La cuestión es: ¿Es esta realidad viviente innegable, ahora mismo? ¿O es imaginación? La fantasía es la historia que la mente te cuenta sobre el mundo: esa historia sugiere siempre objetos, en un mundo en el que un sujeto (tú) ‘negocia’, de alguna manera, con el fin de ‘tramitar’ la felicidad ‘ahí afuera’. Desde esa ficción fundamental se tejen todas tus imaginarias ideas sobre ti mismo y el mundo. El sufrimiento ocurre cuando se cree que esas historias y pensamientos están ocurriéndole a alguien, supuestamente a ti. Esto se manifiesta entonces como tensión o ansiedad en el cuerpo, lo cual genera más historias, que también son creídas. Este es el ciclo del sufrimiento psicológico.

Entonces se ve claramente que ese sentido de ‘alguien’ no es, de hecho, otra cosa que un presenciar vacío que no le ocurre a nadie. Este es el corazón de la Realidad. Simplemente este presenciar-vivir-‘ahorar’, aquí mismo. No requiere ninguna elaboración, y tú estás ahí todo el tiempo: es la base siempre-presente y no puedes salirte de ella. Todos los pensamientos, ideas e historias sobre un supuesto ‘yo’ y un supuesto ‘mundo’ surgen en esto. La historia imaginaria cambia, pero esto es siempre el mismo: aquí mismo, perfecto y fresco.

Tiene las cualidades de paz, de vibración y espaciosidad. Es también muy ‘prosaico’ y directo. Stephen Wingate lo describe agudamente como: ‘La paz que está en paz con la paz y la paz que está en paz con la guerra’. Es una paz que no es tocada por la paz o la guerra transitorias en la historia imaginaria: es la auténtica paz de la realidad vs. la paz o la guerra creadas por la imaginación.

Tú eres Esta Realidad Viviente.Cualquier hacer, cualquier tratar de lograrlo se convertirá en

una historia: simplemente nótalo, y descansa como lo que eres. Es muy fácil ser lo que eres, nadie puede enseñártelo.

Si sencillamente investigas por ti mismo para hallar lo que es genuinamente real, encontrarás sólo esto: un eterno presente de presenciar vacío; ninguna otra cosa. Cuando ves claramente que no hay ningún sujeto experimentando, queda claro también que no hay ningún objeto separado: todo-lo-que-hay o ‘todo-lo-que-existe’

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es Realidad conociéndose a Sí Misma. Cualquier otra cosa aparte de esto es un pensamiento y una fantasía que tu mente imagina. Tu mente imagina la totalidad del mundo. La Realidad es, simple y llanamente, este luminoso presente que no requiere de nada. No tienes que hacer nada para ‘establecerte’, de alguna manera, en la Realidad presente; tú siempre eres ya, aquí mismo.

El mundo imaginario requiere esfuerzo, devenir y hacer. La Realidad es sin-esfuerzo, siempre disponible, ahora mismo. ¿Lo ves? La Realidad está aquí mismo: es libre, abierta y vacía. Es simplemente esto, lo que está teniendo lugar aquí-mismo, ahora-mismo. Nota qué es eso que está presenciando este prosaico momento. ¿Qué es?

Chequea esto por ti mismo en tu propia experiencia ahora. No requiere de ningún esfuerzo especial: simplemente mirar.

Podrás notar que ‘aquello-que-está-mirando’ es ‘ninguna-cosa’. Cuando intuyes esta cualidad de ‘vacuidad’, tu mente pensante automáticamente intentará etiquetarla, pues ha asumido que esta conciencia vacía es una ‘cosa’. Pero no es ninguna cosa, ni nadie; no obstante, está viva. Notarla no requiere de ningún estado especial. Esta misteriosa nada viviente está observando cada momento de tu vida. Es la ‘real-idad’ viviente de todas las cosas a cada momento: es vivir todas-las-cosas. Es clara y vacía, y tú eres eso, ahora mismo.

¿Qué ocurre cuando esto se ve? Tu vida pasa a ‘ser vivida’, las cosas ocurren, los pensamientos son pensados, pero por nadie. Y ves que siempre ha sido y será de esta manera, y no hay nada que puedas hacer al respecto. Simplemente mirar.

Desechando el Despertar

Se ve que ‘despertar’ no es un evento que pueda ocurrirte en el ‘futuro’, esa imaginaria línea temporal que creas en la mente.

Se ve que lo que realmente eres está fuera de la imaginación. Aquello que está fuera de la imaginación está fuera del tiempo (el cual es imaginario). Está siempre aquí, en cada momento.

Porque el corazón de la Realidad —esta presencia-de-conciencia— no es algo que vaya a ocurrirte en una fecha futura. No es un evento especial que te cambiará para siempre. No es un estado mental que debas alcanzar, o mantener. Ese tipo de evento

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está enteramente en la historia que tu mente teje; es una fantasía sin esperanza, y te mantendrá girando en círculos.

Nada puede cambiar lo que tú eres. Nada puede ayudarte a convertirte en lo que ya eres.

Despertar es desechar la idea de que hay un evento llamado ‘despertar’, y advertir que tú eres, siempre, este ahora-viviente, luminoso y totalmente despierto desde el principio.

Todo-lo-que-hay es este vacío presenciar en este luminoso ahora, esta cruda realidad viviente aquí mismo: es todo lo que siempre es. Muy en lo profundo probablemente ya sabes esto. Son ‘malas noticias’ para la grandiosa historia en la que tú eres el protagonista principal, tratando de ganar el ‘gordo’ de la lotería de la ‘iluminación’. No obstante, también son ‘buenas noticias’ si se descubre que esta Realidad, aquí mismo, es pacífica, abierta y buena, simplemente tal como es.

Es total simplicidad, completamente ordinaria y disponible para todos.

Cuando surgen dudas

Cuando la verdad de esto se ve con claridad y ha quedado claramente señalado que lo que tú eres es este ‘vacío-ahora-viviente’, este luminoso presenciar; cuando se ha visto con claridad que es imposible separarte de ello, es el comienzo del fin.

Las dudas surgirán en la mente, la historia continuará y los pensamientos y juicios ocurrirán. Cuando estas dudas surgen, puede ser útil conversar con alguien que haya visto esto claramente para ayudarte a clarificarlas.

También es importante darse cuenta que dudar es una función espontánea de la mente, un pensamiento en la historia. Estos pensamientos y toda clase de pensar, sentir y experimentar surgen espontáneamente, y están fuera de tu control. Nunca tuviste ningún control, porque nadie está ‘haciendo’ el pensar. El pensar simplemente ocurre, como el clima. Las dudas no pueden cambiar lo que tú eres: ellas simplemente son pensamientos: imaginación. Las dudas y el pensar conceptual ocurren en el (imaginario) tiempo. Una secuencia temporal creada en la imaginación. ¿Dónde está el futuro y el pasado? ¿Puedes advertir por ti mismo que estos ‘tiempos’ no están en otro lugar que en la imaginación?

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Lo que es, ahora, es Realidad. La Realidad está viva y conociéndose a Sí Misma como ‘tú’.

Y lo más importante: nunca hubo un solo pensamiento que te sacara de la Realidad, del mismo modo que nada de lo que ocurre en una pantalla de cine puede echarte físicamente del cinema. Además, ¿a quién le están ocurriendo esas dudas? Investiga quién está teniendo estas dudas. Encontrarás que todo lo que hay es este presenciar vacío. Las dudas ocurren, pero a nadie.

¿Qué me ocurre a ‘mí’?

El personaje en la historia no desaparece; también está surgiendo espontáneamente desde esto. Tú continúas viviendo tu vida: tienes experiencias, ‘buenos’ y ‘malos’ momentos, alegría y tristeza. Todo ello ocurre. Es asombroso simplemente tal como es. Es el ‘prosaico’ vivir.

Surge una nueva perspectiva, basada en la realidad de lo que tú eres. Tú eres simplemente este presenciar luminoso. El resto viene y va.

No puedes cambiar la historia. Tratar de cambiar la historia es la raíz del sufrimiento. Y lo que es más: ves que no puedes cambiar la historia porque es, simplemente, ‘realidad ocurriendo’. No hay ningún control. ¿Quién sabe que puede ocurrir luego? Esto es vida viviéndose a sí misma. Es una bella y ‘cruda’ realidad viviente y está ocurriendo ahora mismo, pero nadie lo está ‘haciendo’.

Este presenciar vacío es feroz y temerario: lo ve todo. No se puede detener y no se puede destruir. Tú eres eso.

Experiencias espirituales

Cuando ves lo que realmente eres, puede que una experiencia especial o estado alterado de conciencia surja en la mente. De manera similar, cuando ves esto, puede que nada en especial ocurra en absoluto.

Este tipo de experiencias no son diferentes de una fuerte experiencia de temor, de celos o de aburrimiento: es algo que está surgiendo en este presenciar vacío. La experiencia placentera o extática pasará. La experiencia no es lo-que-tú-eres; surgió en lo-

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que-tú-eres. El presenciar vacío está allí durante, antes y después de la experiencia.

Todo tipo de experiencias vienen y van en la historia. ¿No lo han hecho siempre? Lo real es únicamente este vacío presenciar, siempre presente e inmutable.

De manera similar, cuando has visto esto claramente, no hay necesidad de actuar de ningún modo especial. ¿Cómo podrías? Pensamientos, acciones y eventos sólo están ocurriendo, tú no estás ‘haciéndolo’. Nadie está ‘haciendo’ nunca nada. Todo está sencillamente ocurriendo por sí mismo: todo ocurre en el ahora-viviente de este presenciar vacío, el cual es ninguna-cosa. No obstante, tú eres eso.

Una Realidad

Cuando se ve claramente que no hay ningún sujeto o ‘yo’ (este es sólo un pensamiento), entonces parecerá que hay únicamente objetos en la conciencia. Luego, espontáneamente, quedará claro que no hay objetos separados como tales: sólo una Realidad conociéndose a Sí Misma.

De hecho, el sentido del ‘yo’ se deriva del presenciar vacío, el cual, perpetuamente, presencia. La presencia de la conciencia que tú eres es considerada erróneamente como alguna ‘cosa’. Te refieres a esa cosa como ‘yo’. Este presenciar vacío es la base para que incluso el concepto ‘yo’ surja. Sin conciencia, ¿podrías estar consciente de cualquier sentido de ‘yo’? Esto demuestra, de manera muy sencilla, que la conciencia es la condición para que incluso la idea de separación surja. El presenciar vacío, o la conciencia, es anterior al sentido de ‘yo’ o a cualquier otro pensamiento.

La ‘persona’ por la que te tomas está surgiendo en la conciencia como una idea. Viene y va en distintos momentos. Quizás cuando estás profundamente concentrado, o durmiendo, o teniendo buen sexo. El sufrimiento psicológico está correlacionado de manera directa con el sentido de esa ‘imagen-yo’ que surge fuertemente. Por ejemplo, cuando eres insultado, el concepto ‘yo’ recrudece con fuerza, junto con otros muchos recuerdos e historias, culpas y temores pasados. Esto se debe a que, mientras más el ‘pensamiento-yo’ sea tomado erróneamente por lo que tú eres, más es aceptada por la mente la dualidad sujeto-objeto. Esa separación o dualidad es inherentemente dolorosa: como estar aterrorizado en

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un sueño. Esta dualidad, literalmente, es una construcción imaginaria. No es real. La Realidad es anterior al pensamiento y a la imaginación; está también allí durante el pensamiento y la imaginación.

La Realidad es continua y completa tal como es. Los conceptos la dividen para que nosotros, como individuos, extraigamos algún sentido y discriminemos entre ‘cosas’. De hecho, este es un funcionamiento útil de la mente, pero nunca una completa comprensión de todo el cuadro.

Así que este examen puede tomar una forma muy práctica, como ‘investigación en el presenciar que somos’. ¿Qué es eso que está presenciando? Si buscas una respuesta podrías no hallar nada en absoluto. Por ejemplo, si miras un lápiz, sólo verás un lápiz, y junto con ello podrías tener pensamientos sobre el lápiz. Pero si intentas ver qué es lo que es consciente de esos pensamientos y que mira ese lápiz, no puedes señalar nada en absoluto. Puede que tu mente conjure de manera automática la incertidumbre con el pensamiento ‘yo soy consciente de ese lápiz’, pero ese es sólo un pensamiento. Con seguridad, tú no puedes ser un pensamiento, ¿verdad? Los pensamientos se mantienen cambiando todo el tiempo… No. Tú eres la conciencia de ese pensamiento. (La conciencia) está siempre aquí.

Si la presencia-conciencia está siempre aquí, entonces, ¿qué es? Considera esa pregunta por un momento, sin permitir que los pensamientos llenen el espacio en blanco por ti. Puede que notes un escurridizo sentido de ‘vacuidad’. Es como mirar en un espejo: puedes ver los reflejos en la superficie del espejo, pero no puedes realmente ver la superficie misma del espejo… No puedes. Es como una ‘potencialidad en blanco’ que permite los reflejos. Todo lo que continúa son los reflejos mismos. Los reflejos cambian todo el tiempo al moverse el espejo, pero la superficie del espejo está siempre quieta. No es tocada por ningún reflejo, sea el que fuere. Si pusiéramos ante el espejo algo horrible para reflejar, ¿podríamos dañar el espejo? ¿Podríamos ensuciarlo si pusiéramos ante él un calcetín apestoso?

Aun cuando el espejo es una metáfora útil, sólo débilmente sugiere lo que aquí se discute. Este luminoso presenciar vacío es también viviente y tiene un tangible sentido de inmediatez o de ‘cualidad-ahora’. Precede al pensamiento; no obstante, muy íntimamente, es la estructura de nuestra existencia. Lo conocemos

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como nosotros mismos y lo etiquetamos (erróneamente) como ‘yo’, y arrastramos con nosotros todos estos pensamientos e imágenes sobre ese ‘yo’ y lo que imaginamos que es. Pero el hecho es que, cuando lo examinamos en este momento, es tan sólo una ‘nada abierta’, tal como la superficie de un espejo. Cuando lo intuye, este sentido de ‘vacuidad’ pone a alguna gente muy nerviosa, pero inmediatamente después es ‘racionalizado’.

Cuando notamos —de manera total, más allá del pensar conceptual— que somos en efecto esa misteriosa y refulgente ‘vacuidad’, se revela una profunda cualidad de paz in-mediata [sin mediación] dentro del corazón de la Realidad. Una paz disponible aquí, ahora mismo. Es la ‘paz sin causa’ que somos cuando ya no estamos limitados por la incesante historia, por la extenuante historia —eternamente cambiante— ‘representada’ en la mente.

Uno no puede ‘manufacturar’ esto intentando detener el pensar o suprimir el pensamiento. ¡Intenta no pensar y averigua qué ocurre! No es posible. Tú no estás en control. En lugar de eso, trata de advertir que lo que tú eres es, simplemente, este ahora-viviente, ‘presenciante’, y que está vacío de cualquier ‘sí mismo’ o ‘yo’. Cuando ves claramente, de primera mano, lo que tú eres, entonces lo que no eres pierde su aguijón: experiencias cambiantes, reflejos en el espejo que no pueden de ninguna manera posible dañar lo que tú eres factualmente. Es como si la Realidad se auto-iluminara: lo Real se ve a Sí Mismo como un lápiz, como un pensamiento, como un sonido o sensaciones en tu cuerpo. Estos objetos cambian continuamente, pero lo-que-tú-eres es estable como una roca.

Tú eres Esta Realidad conociéndose a Sí Misma.

Ser Humano

Luego de ver esto claramente, tú continúas siendo un ser humano. La rabia surgirá, la tristeza surgirá, la alegría surgirá: todo esto ocurre sin obstrucción en el presenciar vacío que tú eres. Esto es todo lo que hay en el ‘prosaico’ vivir. No obstante, hay un nuevo ‘efecto’ en ello, una paz que está en paz con la rabia y en paz con la alegría, ecuánimemente.

Es como si la rabia y la alegría simplemente ‘estallaran’ en ese espacio abierto. Es prosaico y hermoso: tú estás siendo vivido por la Realidad. Podrías también decir que la Realidad está

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viviéndose a Sí Misma. Esto es eso: cada cosa es inherentemente perfecta en esto.

Seguramente habrás escuchado que la gente que ha visto claramente la verdad se comporta de cierta manera: más pacífica o más sabia. Puede que ‘intentes’ hacer estas cosas por ti mismo. Eso también es imaginación: todas estas son ‘historias’ sobre una ‘persona’ imaginaria en la historia, y nada tienen que ver con la Realidad, la cual es, simplemente, este prosaico y viviente ahora presenciando todas-las-cosas.

¿Quién sabe qué le ocurrirá al personaje en la historia? ¿Qué pensamientos tendrá? ¿Qué cosas hará? No estoy diciendo que hagas lo que te plazca: estoy diciendo que no hay nadie allí que pueda elegir. Tú eres simplemente este puro presenciar, eso es todo. El resto simplemente está desplegándose en el espejo del Ser, y es perfecto tal como es.

‘Yo no voy a sufrir en el intento de ‘encarnar’ la iluminación, o lo que fuere. He terminado con eso. Eso es el mismo sufrimiento: tratar de

encarnar, tratar de lograr, tratar de ser amoroso y considerado y pacífico, tratar de estar iluminado. Ese mismo ‘tratar’ es el propio sufrimiento del

que deseaba liberarme, así que no estoy interesado en encarnar absolutamente nada. Sea lo que fuere lo que esté ocurriendo, está

ocurriendo. Nosotros observamos.’ — Stephen Wingate, The Universe Says Meow [El Universo dice miau].

Existencia y ‘Vacuidad’: Ser

Cuando se ha advertido en tu propia experiencia directa que esta viviente y luminosa ‘cualidad-ahora’ está, de hecho, vacía de cualquier naturaleza intrínseca o ‘coseidad’, parece como que esa vacuidad está viviendo como tú.

Sin embargo, hay también un aspecto de existencia o ‘es-encia’. Es ‘alguien’ existiendo, pero al mismo tiempo, es ‘ninguna-cosa’ en absoluto. Este juego —aparentemente— contradictorio entre nada y existencia, caracteriza cómo es sentido por nosotros (como seres humanos) el despliegue de esta intuición. Por una parte, se ve claramente que no hay ‘nadie’ en control y que no hay ‘nadie’ en ninguna parte que esté haciendo ‘nada’: todas las cosas son una expresión de la Realidad desplegándose espontáneamente. Por otra

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parte, hay un sentido de un ‘yo’ particular, de una ‘persona’ que prosigue con ‘su’ vida, haciendo, hablando y sintiendo.

Aparentemente, es esta percepción paradójica lo que la mente conceptual encuentra difícil de digerir. ¿Cómo encaramos este ser ‘alguien’, aunque de hecho no haya ‘nadie’ en absoluto? Con seguridad, la mente piensa que es: o uno o el otro. Por fortuna, para que tenga lugar no tiene que ser entendido por la mente. Está ocurriendo todo el tiempo, y continuará ocurriendo. El juego entre existencia y vacuidad es como la Realidad se ‘real-iza’ a Sí Misma.

La existencia, en este sentido, es una expresión inmediata y directa de la ‘vacuidad’ o el vacío: ambas son inseparables. ¿Es posible separar los objetos (de la conciencia), de la propia conciencia?

Cuando miramos los pensamientos, por ejemplo, vemos un pensamiento que surge, y luego se desvanece; luego otro pensamiento que surge y que se desvanece también. Ocurre espontáneamente y sin ningún esfuerzo.

Hay ‘vacuidad’ viviente, y entonces un objeto surge desde ésta (existiendo) y desaparece nuevamente. Esto ocurre en cada nivel; una especie de danza parece tener lugar. Podríamos llamar a este juego entre existencia y ‘vacuidad’: ser, o Ser. Este movimiento es espontáneo e intrínsecamente perfecto.

Es posible relajarse en este modo de ser espontáneo, natural y sin esfuerzo. Es una corriente profunda de paz y totalidad intrínseca que podemos advertir. Es este simple sentido de ser que tenemos todo el día. Y este sentido de ser es una expresión natural de este juego entre existencia y ‘vacuidad’ (o vacío), razón por la cual, cuando lo advertimos y nos relajamos en él, hay un sentido de espaciosidad y claridad. Es muy vívido y real, y no obstante, muy sencillo y carente de artificios. A menudo es descrito como el ‘estado natural’, porque es la base natural de todo nuestro experimentar y sentir. ¿Qué sentimientos, percepciones y pensamientos pueden ocurrir, a no ser en este presente momento de ser?

Este presente momento de ser es el fundamento, y podemos sentirlo ahora mismo. Sólo tiene que ser ‘notado’, no creado o sostenido. Tiene un sabor de silencio, presencia y ‘cualidad-ahora’. Estas palabras son apenas claves que, con suerte, pueden disparar el reconocimiento, cuando esto se ve en tu propia experiencia directa.

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Cuando es aprehendido claramente, verás cómo es posible estar agitado y pacífico, al mismo tiempo. O triste y pacífico, e incluso pacífico y pacífico. La profunda corriente de paz de la que hablamos es tan básica, tan simple, que no puede ser perturbada o nublada por respuestas emocionales temporales. Es el fundamento de este espontáneo suceder, al que conoces como ‘tú mismo’. Todas las cosas son una expresión de esta paz básica.

‘Ordinariedad’ i-limitada

Si exploras gentilmente tu experiencia en este momento, notarás que hay un sentido de ‘ordinariedad’. Quietamente sentado, hay pensamientos ocurriendo y algunas sensaciones en el cuerpo. Es muy simple lo que tiene lugar en nuestra experiencia, realmente. Si te sientes ‘dentro’ de este momento de una forma sencilla, encontrarás un tipo muy básico de paz. No es nada ‘glamoroso’ ni particularmente especial o místico; es simplemente este sentido de ser. Es muy ordinario.

Si te permites explorar esta ordinariedad, encontrarás que no es tan sólo ‘tu’ ordinariedad; es la misma ordinariedad de la taza de té que estás bebiendo, o la del viento que sopla, o tal vez la de un poco de basura al costado del camino. No es nada en especial; sin embargo, está viva. Es vívida y real.

Esto es Realidad. Simplemente este sentido de ‘ordinariedad-ahora’. Al parecer, lo que nos aparta del estar satisfechos con esto son tan sólo historias pensadas sobre un mundo imaginado y sobre el personaje que imaginamos ser. Lo Real, sin embargo, es tan sólo esto: las sensaciones, los sonidos, las cosas que ves. Simplemente.

De hecho, las historias pensadas están apareciendo en esta ordinariedad. Son enteramente inofensivas en sí mismas: como el sonido de fondo de un aparato de televisión prendido. Puede que quedes atrapado en la telenovela que se está proyectando mientras esperas que hierva el agua, y eso es divertido por un rato, pero entonces regresas a picar verduras, mientras continúa resonando el parlamento de la TV como sonido de fondo. De manera similar, puede que mires las historias pensadas con más detenimiento y quedes involucrado en ellas, o que descanses simplemente en este espacio sencillo y ordinario en el cual todas esas historias están ocurriendo, mientras la cháchara continúa automáticamente. Es muy básico y pacífico.

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A medida que comienzas a notar, más y más, que esta paz ordinaria de ser es más real que tu imaginación, más sentido del humor eres capaz de extraer de esas mismas historias. Aun cuando la telenovela pueda ser entretenida, lo que verdaderamente importa es picar las verduras y asegurarse de apagar el fuego cuando el agua hierve. Y aun cuando puedas, por algunos minutos, quedar absorto en la historia de amor proyectada en la pantalla, difícilmente arruinarás tu cena si la pareja protagonista se separa.

Cuando se ve que esta básica y pacífica ordinariedad es el sabor de este vacío presenciante, y que esa misma ordinariedad de la conciencia diaria es la que nos permite hacer las compras y preparar la cena y que, de hecho, ya está vacía de cualquier ‘yo’, la claridad empieza a surgir.

No hay necesidad de convertirse en algo especial, o de alcanzar algo, o de tener experiencias místicas que, de algún modo, durarán por siempre (¡suerte con ello!). Ver claro desde esta perspectiva es, realmente, la unión de ordinariedad y vacuidad. Todo esto continúa cotidianamente de una forma muy normal, pero no le ocurre a nadie; ciertamente, a nadie en especial. Hay un gran espacio para respirar, relajarse y estar vivo en el sentido más básico.

Al descansar en esta ordinariedad, descubrimos que hay una cualidad de ausencia de límites en ella: espaciosidad y libertad. Hay también la certeza y la paz que vienen de no tener que crear o lograr alguna realización o estado especial de la mente, los cuales acabarían por desvanecerse, dejándonos deprimidos y confusos. Se descubre que la ordinariedad i-limitada de Ser es, de hecho, luminosa, y está disponible siempre, ¡aquí mismo, en nuestra propia cocina!

Maravilloso chasco

De muchas maneras, dentro de la historia, esta llamada ‘realización’ es el mayor chasco de todos. No ofrece absolutamente ninguna esperanza en el ‘futuro’: el personaje soñado no va a ‘lograr’ nada que vaya a hacer la más mínima diferencia.

Tan sólo hay este presenciar vacío, que presencia sin distorsión. Nada se le puede agregar o quitar. Extrañamente, cuando toda esperanza se pierde, todo lo que queda es este

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desnudo momento de conciencia, que resulta ser perfecto tal como es.

Resolviendo la historia

Si estás esperando que los contenidos de la historia se ‘resuelvan’, de tal manera que puedas tener una paz duradera, vas a llevarte un gran chasco. La historia (pensada) está cambiando constantemente: algunas veces hay alegría, algunas otras tristeza; o júbilo, y luego miedo. La historia está en ‘automático’: nadie está conduciendo ‘tu’ vida. Es parte del espectáculo que está desplegándose de ‘lo que es’. Si pretendes enmendar la historia, de manera tal que tengas algo permanente, entonces estarás embarcado en una jornada sin esperanzas. La historia no tiene final. Simplemente está ocurriendo, como las estaciones o la rotación de los planetas.

La paz, sin embargo, está en esta primaria experiencia de ser, aquí mismo: estos sonidos, estos sentimientos y este cuerpo, aquí mismo. Descubre por ti mismo qué es más real: ¿la imaginación, o lo que está ocurriendo aquí y ahora? Relájate en lo factual, en esta primaria ‘Real-idad’ que sientes ahora mismo: este sentido de Ser, esta primaria real-idad. Este sentido de ser, esta primaria realidad o presencia, es más real que todas las historias. Tiene un sentido de quietud y paz intrínsecas: explora ese sentimiento y notarás que es el telón de fondo siempre-presente de todo experimentar.

Atravesar la puerta (soñada) de las historias (pensadas) es un experimentar ‘secundario’: una simulación. Incluso esa simulación está ocurriendo en esta primaria Real-idad. Pero hablamos de ‘experimentar secundario’ como una analogía, para señalar ese ilusorio sentido de separación de la Realidad.

Relájate en esta conciencia primaria sin esfuerzo de lo factual: esta habitación, este ver, aquí mismo. Deja que las historias surjan sin obstrucción, mientras tú descansas en lo que es Real. No hay modo de cambiar o de controlar nada en esas historias. Esto no significa que no puedas tener paz: lo-que-tú-eres está, en realidad, fuera de cualquier historia, observando pacíficamente. La paz de la que hablamos es tan básica que no necesita, para ser, que la historia sea de cierta manera. Ella es: todo lo demás viene y va. Es esta Realidad viviente, aquí mismo: estás mirándola ahora, sintiéndola ahora, viéndola ahora.

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Esto es Realidad. Descansa en lo que es Real y deja desplegarse la representación imaginaria por sí misma, mientras tú observas —indestructible— desde el ‘asiento de diamante’. Una vez que adviertes que, simplemente, tú estás ocupando siempre esta factualidad obviamente disponible, la confianza y la facilidad surgen sin ningún esfuerzo.

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Jeff Foster

Vida sin un centro

Extraordinaria ‘ordinariedad’

A todo alrededor, lo completamente ‘ordinario’ se revela a sí mismo. Y esta ‘ordinariedad’ es, precisamente, aquello que todo el tiempo habíamos estado buscando, realmente sin saberlo.

En la búsqueda de lo extraordinario, lo ordinario fue siempre ignorado. Realmente, en la búsqueda de lo extraordinario fue creado lo ‘ordinario’, y así, mientras proseguía la búsqueda, lo ordinario permanecía ordinario y lo extraordinario quedaba siempre fuera de alcance.

Pero con el colapso de la búsqueda, con el colapso de lo extraordinario como meta a alcanzar, lo extraordinario colapsa en lo ordinario y lo ordinario en lo extraordinario. En verdad, no hay nada ‘extraordinario’ que encontrar, y nunca hubo nada ‘ordinario’ de lo cual escapar.

Lo cual equivale a decir que esto, la obvia apariencia presente de todas las cosas está ya, y siempre, más allá de toda idea de ordinario o extraordinario.

Es sencillamente esto: tan simple, tan obvio, y no obstante, tan jodidamente elusivo para la mente que va en su búsqueda. ¡Tan ordinario, y sin embargo tan extraordinario!

La claridad que estábamos buscando ya está con nosotros. Y ver esto no toma ningún tiempo, y no es algo que una ‘persona’ pueda hacer jamás. ¿Por qué? Porque es siempre ahora, y cualquier tiempo ‘futuro’ en el cual esto pudiera ser ‘visto’ sería simplemente un pensamiento surgiendo en el presente. Y la ‘persona’ que ‘viera’ esto es, también, únicamente un pensamiento.

Y así, cuando digo que esto es el fin de la búsqueda, quiero decir exactamente eso: la búsqueda nunca ocurrió. Es siempre ahora, y la búsqueda es tan sólo una idea, surgiendo ahora. Y surge en esta ‘ordinaria-extraordinaria’ apariencia presente.

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Una ‘persona’ podría emplear la vida entera tratando de concluir la búsqueda. ¿Pero cómo podría una persona ilusoria concluir una búsqueda ilusoria? Sólo podría acabar en frustración.

Pero nunca hubo ninguna necesidad de luchar. El milagro está ya, aquí. El milagro es, ya, esto. No hay nada más que hacer. No hay nada más que necesite hacerse. De cualquier manera, no hay nadie aquí que pudiera hacer alguna cosa.

Simplemente esto, y nada más.

Sólo un pensamiento

Esto nada tiene que ver con el esfuerzo.Esto nada tiene que ver con la comprensión.Nada que ver con procesos ni con praxis.Nada que ver con ausencia de procesos o de praxis.Esto no es sobre ver algo nuevo ni sobre liberarse de algo viejo.Esto no es sobre algo que la mente pudiera asir jamás; tampoco

es que la mente necesite abandonar su asirse.Esto no es nada ‘personal’, ni tiene que ver nada con lo

‘impersonal’.Esto no es sobre conciencia sin-elección, ni sobre ver ‘a través’

del ego, ni sobre auto-indagación.Esto no puede ser expresado utilizando conceptos, ni podrá ser

expresado jamás en ausencia de conceptos.Esto no es sobre palabras, ni siquiera estas palabras.Esto no es sobre llegar a ningún sitio.Esto nada tiene que ver con algún tipo de logro futuro.Esto no es sobre seguir ningún camino: no hay ningún

‘camino’, aunque pueda haber la ‘idea’ de un camino.Esto no es sobre alcanzar algún estado superior: no hay ningún

‘estado superior’, aunque pueda haber ‘conceptos’ sobre ‘estados superiores’.

Esto no es sobre volverse alguna cosa, aunque creencias sobre ‘volverse alguna cosa’ pudieran surgir.

Esto ciertamente no es sobre ‘poner un fin al yo’: sólo un ‘yo’ podría desearlo.

Esto, definitivamente, no es sobre ‘volverse más presente’: el presente, en primer término, nunca se perdió.

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Esto no es sobre esperar algún evento denominado liberación: ello requeriría tiempo, y un ‘yo’ que eventualmente quedara ‘liberado’.

Esto nada tiene que ver con ir ‘más allá’ de nada: no hay nada ‘más allá’ de lo cual ir, ni nadie que pudiera ir más allá, incluso si lo deseara.

Esto no es sobre la ‘iluminación’: no hay cosa tal como ‘iluminación’.

Esto no es sobre el ‘despertar’: no hay cosa tal como ‘despertar’.Esto no es sobre ‘individuos iluminados que transmiten su

comprensión’. Esa es una buena historia, y respetable, pero tan sólo una historia sin ninguna realidad más profunda.

Esto no es sobre algo que pudiera ser de utilidad para ‘alguien’.Esto no es algo que ‘alguien’ pudiera desear jamás.No importa: el ‘yo’ que pudiera desearlo es, de cualquier modo,

tan sólo un pensamiento.Tan sólo un pensamiento.

El mensaje de la No-Dualidad

El mensaje de la No-Dualidad es simple: nada está separado de nada. Pero la aparente separación está en la raíz de todo lo que un individuo hace; en verdad, el individuo no es otra cosa que ‘aparente separación’, y esa separación impulsa toda la búsqueda espiritual y el intento de disolución del ego, así como todos los empeños mundanos.

Pero la mente buscadora (es decir: ‘tú’, el individuo) jamás será capaz de entender este mensaje, dado que, para la mente, este mensaje no es otra cosa que su propia disolución, es decir, su propia muerte.

Sí. Este mensaje es muerte, pero también vida. Toda vida es aquí, toda vida es ahora, y la mente no puede aceptar eso, porque la mente no es otra cosa que una negación de la vida. La mente no puede entender la Totalidad, así que crea un mundo, un mundillo de conocimiento y de valores y de significado. Y eso está muy bien, pero el intelecto jamás será capaz de comprender la vastedad de la vida, porque la vida, es decir, esto, es anterior al intelecto; en verdad, el intelecto surge desde la Totalidad, desde esto.

En este momento, todos los problemas del llamado individuo son meramente pensamientos y, dado que los pensamientos

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aparecen simplemente en el juego de la vida, el pensamiento es ya impersonal, ya liberado, porque la conciencia ya trasciende, inherentemente, todo aquello que aparece en ella.

Pero todo esto es ponerse demasiado ‘sesudo’, demasiado ‘intelectual’. La realidad es simple, obvia, presente. Los pensamientos aparecen ahora: no son ‘mis’ pensamientos, son sólo pensamientos. No son ‘mis’ problemas, son sólo problemas. Esto no es ‘mi’ vida, esto es sólo vida.

La vida se agota, y yo estoy completamente inmerso en ella y completamente ausente de ella. Y éstos no son opuestos polares: estar completamente inmerso es estar completamente ausente.

Totalmente inmerso, totalmente ausente. No obstante, aún está el ruido del tráfico ahí afuera, aún el CLIC-CLIC de la caldera prendiendo y apagando, aún el sonido de la respiración, aún el TAP-TAP de la lluvia en la ventana, aún el cansancio en el cuerpo, aún las sensaciones, precioso momento a precioso momento…

Y así, aun cuando estoy totalmente ausente, la vida continúa.Aun cuando no puedo ser hallado en ninguna parte, la vida no

puede cesar, ni cesará, ahora ni nunca.

Volviendo a casa

Esto es atemporal, inmortal, eterno.Esto es sin-igual, esto no es nunca repetible, esto es totalmente

único y completamente nuevo en todos y en cada momento, aun cundo no hay ningún ‘momento’ en absoluto.

Esto está vacío de toda cualidad, aun de la cualidad de ‘estar vacío de toda cualidad’. No obstante, esto está totalmente lleno, preñado de infinitas posibilidades, posibilidades que desbordan una y otra vez en un mundo.

Esto es paz, pero una paz volcánica, una paz que no niega el ruido sino que lo abraza totalmente, una paz que no descansa, una paz extática que se vierte desde sí, ahora, y ahora, y ahora.

Esto es completamente incognoscible, y no obstante, lleno de conocimiento de las cosas, lleno de un mundo aparente ‘allí fuera’, en sus infinitos modos.

Esto es algo que no puede ser dicho por nadie, y no obstante, las palabras son vertidas, día tras día tras día.

Esto no es de este mundo, y sin embargo, no es otra cosa que este mundo.

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Esto es totalmente extraordinario, y sin embargo, tan simple y tan obvio como el sonido de la lluvia salpicando en el tejado.

¡PLASH! !PLASH!Esto es un espacio amplio, con lugar suficiente para un mundo

entero, ‘pulsando’ con un amor radical e incondicional, y que nunca será comprendido por una mente enredada en la búsqueda de ‘algo más’.

Esto es simple, obvio, ordinario.Esto es lo que todo el mundo anda buscando, pero nadie puede

encontrar.Y nadie puede encontrar esto precisamente porque aquel que

busca esto, es exactamente aquello que aparentemente lo oscurece (aunque esto nunca puede ser oscurecido, porque incluye ya cualquier idea de alguien deseando ‘alguna cosa más’).

Esto es Jesús muriendo en la cruz.Esto es el Buda viendo a través de toda confusión.Esto es el mundo desapareciendo cuando dos amantes se

abrazan.Esto es una madre meciendo a su niño recién nacido.Esto es observar a un anciano cayendo sobre el pavimento, y

ver únicamente a ti mismo.Esto es tu corazón quebrándose a la vista de una anciana con

sus bolsas llenas de comestibles luchando por atravesar alguna ruta concurrida, y encontrarte a ti mismo corriendo en su ayuda sin dudarlo, porque no tienes elección, y nunca tuviste ninguna elección.

Y esto es realizar, finalmente, que la elección es ilusión, que nunca, ni por un momento, estuviste separado de esta cosa que llamamos ‘vida’; que nunca, ni por un momento, estuvimos separados de los otros; que ningún hombre es una isla; que nos afectamos uno al otro de un modo más profundo de lo que la mente pudiera comprender jamás.

Y no obstante no hay ‘otros’, y ‘tú’ no puedes ‘realizar’ ninguna jodida cosa.

El Reino

El Reino de los Cielos está disperso sobre la tierra, y hombres y mujeres no lo ven. Y no lo ven precisamente porque hombres y mujeres están perdidos en el sueño de la individualidad.

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Creemos que somos personas: individuos nacidos en un mundo indiferente, y en ocasiones cruel, en el que tienen que encontrar sentido, propósito y felicidad. Y esta creencia tiene su lugar: sólo tienes que mirar el pasado millón de años o algo así de historia humana para ver que, aunque pueda ser un sueño, ¡es un sueño pero muy, muy convincente!

Y, perdidos en el sueño, a menudo desearíamos poder escapar, y muchos de nosotros nos volvemos a la espiritualidad — oriental u occidental— que promete mucho más que esto: alguna dimensión superior, más significativa de existencia; algo divino, puro y maravilloso; algo pacífico y libre de sufrimiento. ¡Algo mejor que este caótico mundo, a cualquier precio!

Tal vez hayamos escuchado sobre gente que ha logrado la ‘iluminación’, o encontrado a Dios, o experimentado una total ‘pérdida del yo’, y puede que hayamos convertido a esas personas en nuestros maestros o gurús. Deseamos lo que ellos tienen, anhelamos experimentar lo que ellos experimentan. ¡Lucen tan felices, tan pacíficos, tan libres de humano sufrimiento! Puede incluso que dediquemos nuestras vidas a seguirles, adorarles o escuchar sus pláticas y leer sus libros 24 horas del día.

Puede incluso que vendamos nuestra casa, abandonemos la familia y huyamos a meditar a alguna montaña en la India; cambiemos nuestro nombre, vistamos ropas espirituales, comamos alimento espiritual; renunciemos al cuerpo, neguemos nuestros deseos, ayunemos hasta quedar hueso y pellejo. Y todo ello, por supuesto, tiene su lugar. Todo muy bien, maravilloso. Pero ello no nos ayudará a concluir la búsqueda.

Porque en tanto estés haciendo algo para llegar a algún lado, continúas atrapado en la búsqueda. En tanto medites para alcanzar algún estado pacífico, continúas atrapado en la búsqueda. En tanto trates de ver algo como ‘Uno’, todas las cosas conectadas, o como la manifestación de Dios, continúas atrapado en la búsqueda. En tanto desees liberarte del ‘yo’, del ‘ego’, del ‘yo mismo’, continúas atrapado en la búsqueda. En tanto trates de ‘estar más presente’, continúas atrapado en la búsqueda. En tanto trates de volverte otra cosa que lo que tú eres, e incluso tratando de ‘ser lo que tú eres’, o ‘llegar a ser lo que tú eres’, continúas atrapado en la búsqueda. Tú continúas atrapado en la búsqueda incluso si estás tratando de terminar con la búsqueda.

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Esto es realmente lo que se conoce como ‘doble-atadura’: pierdes si lo haces, pierdes si no lo haces.

Así que, ¿qué haces cuando no hay nada que puedas hacer?¡Buena pregunta! Cualquier cosa que pudiera ser sugerida sería

simplemente otro modo de continuar con la búsqueda. En tanto el ‘yo’ pueda hacer algo, su continuidad está asegurada. El ‘yo’ se mantendrá a sí mismo incluso diciendo ‘¡muy bien, dado que no hay nada que pueda hacer, abandonaré la búsqueda!’. Y tratará desesperadamente de ‘abandonar la búsqueda’. Entretanto, su existencia se mantiene: un individuo —yo— está tratando de abandonar la búsqueda.

Entonces, si nada puedes hacer, o no-hacer, ¿qué hacer?¡No! No estoy dándote ninguna respuesta. La búsqueda de

respuestas a tus preguntas es simplemente parte de la búsqueda.¿No ves que el ‘yo’ —es decir, ‘tú’— simplemente adora hacer

preguntas? En tanto ese ‘yo’ formule preguntas, su continuidad está asegurada: existe un sentido de pasado, un sentido de futuro y un sentido de individualidad. Hay una persona formulando preguntas, y que, eventualmente, encontrará las respuestas.

Si hubiera respuestas que encontrar, ¿no crees que ya las habrías encontrado? ¿Acaso no has recibido ya suficientes respuestas? Tus estantes de libros, ¿no están llenos de respuestas, en realidad, repletos de respuestas?

Ya ves: la formulación de preguntas debe continuar, porque el ‘yo’ debe continuar. Respuestas a tus preguntas te han sido dadas una y otra vez, pero el ‘yo’ no puede aceptarlas como verdaderas porque entonces las preguntas serían aniquiladas, y junto con ellas, el ‘yo’ que las formula. El preguntador surge y se disuelve con las preguntas.

Así que el ‘yo’ debe seguir formulando preguntas y esperando respuestas. ¡Su existencia está en juego! Y así, la gran búsqueda continúa: ‘¡Algún día seré liberado! ¡Algún día seré libre!’.

¿Y por qué no hoy? ¿Y por qué no ahora? Y si no es ahora, ¿cuándo?

¿Qué respuestas estás esperando?¿Qué preguntas estás formulando?Quizás pueda verse la futilidad de todo el asunto, y puede que

estalles en carcajadas a la vista de los ridículos nudos con que nos atamos a nosotros mismos, ‘tratando’ de ser libres, ‘tratando’ de ser liberados. Sí, hay mucho humor, muchas risas cuando el sueño

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de la individualidad y la lucha por liberarse de todo ello se ven ‘a través’. Tal vez esto ocurrirá, tal vez no. Pero no hay nada que ‘tú’ puedas hacer al respecto.

Este ‘sí mismo’, este ‘yo’ no tiene que ser negado ni rechazado. La búsqueda está muy bien también, la carga de la individualidad y el anhelo de liberarse de todo ello. ‘En verdad el Reino de los Cielos está disperso sobre la tierra, y hombres y mujeres no lo ven’. Pero aun eso —nuestra ignorancia del Reino, nuestra búsqueda del Reino—, es parte del Reino. En verdad, no hay nada que no sea el Reino.

Abraza todas las cosas. Todo.

La liberación es… pagar la cuenta del gas

Sólo esto.Siempre sólo esto.Surgiendo espontáneamente.No dejando huella.¿Cómo podría ser de otra manera?Vacío y plenitud, ser y no-ser.Todo es aquí. Todo es ahora.Pero estas son sólo palabras.Ninguna palabra es necesaria.Sólo esto.

Gato maullando. Agua hirviendo. Corazón latiendo. Comiendo cornflakes (¡la leche un poquitín ácida!). Los recibos de tus cuentas deslizándose en el buzón.

Respirando.Liberación.Comiendo.Liberación.Bebiendo.Liberación.Yendo al baño.Liberación.Dolor en el pecho.Liberación.Anhelo, engaño, deseo, amor, odio, celos, culpa.¡Liberación, liberación, liberación!

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Ninguna necesidad de buscar más.¿Hubo jamás un pasado?¿Hubo alguna vez alguien que buscara? ¿Alguien que sufriera y

anhelara liberarse de todo ello?¿Alguien que creyera en algo?¡Oh Dios! ¡Qué locura! ¡Desear alguna otra cosa que esto!…

Simplemente detente.Detente, mira y escucha:Esto es todo lo que hay.Nunca hubo ninguna otra cosa.¡Me pregunto a cuánto asciende la cuenta de gas este mes!

El petirrojo

Nada a que aferrarse más.Nada tangible.Ninguna red de seguridad.Ninguna seguridad.Ninguna confortable creencia.Nada. Ninguna cosa.Y en eso, todas las cosas.Un vacío enteramente lleno, un total vacío.

Y más allá de estas palabras, de estos pequeños garabatos que no simbolizan nada más allá de sí mismos, más allá de todas las filosofías, más allá del intelecto, más allá de todos los intentos de comprender, más allá incluso de poner esto en palabras, más allá incluso de estas palabras escritas ahora, más allá de todo ello, este pequeño petirrojo en un árbol allí, y no tengo la más remota idea de lo que está haciendo o de por qué está allí, o por qué cualquiera de estas cosas está ocurriendo en absoluto (e innegablemente, hay algo que está ocurriendo), pero confío en que el pequeño petirrojo jamás haya luchado por la vida del modo en que los humanos lo hacen, que ni por un momento haya tratado de ‘intelectualizarlo’, o de ‘figurárselo’, o tratado de ‘entenderlo’… y ciertamente, confío que jamás haya tratado de ‘escapar’ de ello.

Y más allá de todas las palabras, de todos los pensamientos, de todas las creencias, de todas las ideologías, está ese petirrojo allí (y

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digo ‘petirrojo’, pero realmente no tengo la más mínimaa idea de lo que es), y ese petirrojo, piando para sí mismo, brincando de rama en rama, cantando su pequeña canción, nos recuerda a todos que simplemente no hay nada que lograr, que la idea de que ‘hay algo que lograr’ está en la raíz de la humana miseria y confusión, que esta presente apariencia es todo lo que hay o habrá jamás, y que no hay ningún problema hasta que ‘tú’ llegas y deseas otra cosa que lo que es…

El petirrojo comprende. O más bien, jamás se le ocurrió ‘tratar’ de comprender. Él brinca de rama en rama, cantando su pequeña canción, piando su pequeña canción de alegría y de congoja, y eso es el mundo, ese es su mundo, y no hay ningún otro.

¡Oh pequeño petirrojo!… Tú sabes muy bien esto: nada importa.

Y precisamente porque nada importa, absolutamente todo importa.

Y sí… Podríamos argüir que no hay ningún ‘petirrojo’, ni tampoco ningún ‘yo’ que pudiera estar consciente, en primer término, de ningún petirrojo, que todas las palabras son sólo creencias, y que todo es un concepto, pero eso sería ‘errar el blanco’ enteramente…

Esto no es algo que pueda comprenderse jamás a través de palabras y conceptos. Pero los conceptos y palabras surgen, así que tampoco las neguemos. Si surgen, pues surgen…

Pregunta al petirrojo, él te lo dirá.

El fin de la búsqueda

Esto es. Esto es el fin de la búsqueda espiritual. Libertad, felicidad e iluminación no han de ser hallados en ningún otro lugar que aquí: justo frente a nosotros.

El sordo murmullo de la computadora, una sensación de agujetas en el pie izquierdo, el TUIT TUIT de los pajaritos en el jardín, saltando de rama en rama.

¿Por qué nunca estamos satisfechos con esto? ¿Por qué este momento nunca es suficiente?

Quizás porque en algún punto de nuestras vidas recogimos la creencia de que existe ‘algo más que esto’; algún tipo de estado en el cual nuestra Verdadera Naturaleza™ es revelada a nosotros en

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toda su gloria, en el cual todos los pensamientos se disuelven, en el cual el ego se quema y se desvanece para siempre, sin dejar huella. En otras palabras, un estado muy diferente de este estado presente.

¿Pero qué realidad posee cualquiera de esas cosas? Ahora mismo, hay sólo el sonido del pequeño petirrojo saltando de rama en rama, el latido del corazón, el vapor ascendiendo desde una taza de té recién pasado, la brisa de la mañana acariciando gentilmente mis mejillas…

Y entonces, el pensamiento: ‘¡Tiene que haber algo más que esto! ‘Yo’ no estoy aún allí, pero pronto, algún día tal vez, aunque sea por pocos minutos, alcanzaré ese estado del que he leído tanto. ¡Ese estado ‘no-estado’, esa libertad, esa liberación!’

Pero el pensamiento ‘tiene que haber algo más que esto’ surge ahora. Es un pensamiento presente como todos los pensamientos. Todos los pensamientos son pensamientos presentes. Todos los sonidos son sonidos presentes, todas las ‘vistas’ son ‘vistas’ presentes. El presente nunca puede ser eludido: el pensamiento es tan sólo la ilusión de pasado y futuro.

Y si hay únicamente el presente, entonces este estado de ‘iluminación’, de ‘liberación’, o como quieras llamarlo, debe ser ‘logrado’ en el presente. Lo que equivale a decir que no puede ser logrado en absoluto. Porque un ‘logro’ implica tiempo, implica un ‘yo’: alguien que logra, y un tiempo en que será logrado.

¡Imposible! ¡Imposible! ¡Imposible!Hay únicamente ahora. Hay únicamente esto. La búsqueda

de ‘alguna otra cosa’ que esto es una negación de la innegable ‘esto-idad’ de esto, de la innegable presencia de ser. La búsqueda de la iluminación es una negación de la iluminación, la cual siempre, ya, es. La búsqueda de la unidad es una negación de… ¡bueno, tú captas la idea!

Y la paradoja es aún más profunda. Porque aun la búsqueda de unidad, de liberación, de libertad… aun la propia búsqueda es, simplemente, una expresión de unidad, de liberación, de libertad.

No puede ser encontrada, no puede ser eludida, no puede ser evitada.

Y así, después de toda una vida de búsqueda, lo enteramente obvio se revela a sí mismo. Y lo enteramente obvio está siempre justo frente a nosotros.

¡Y ESTO ES ESO!

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¡Esto es unidad! ¡Esto es liberación! No puede ser perdida, no puede ser hallada. No puede ser evitada, no puede ser ignorada. Evítala, y es simplemente la unidad evitando a la unidad. Ignórala, y es simplemente la unidad ignorando la unidad. Trata de hallarla, y es la unidad tratando de hallar la unidad.

Entonces ¿qué hacer?¿Hay aún búsqueda?Eso está muy bien.¿Hay aún pesar?Eso está muy bien también.¿Hay aún sufrimiento, esperanza, desesperación?Todo eso está muy bien. No es necesario nada más. Nada más

ni nada menos.El final de la búsqueda es una radical, radical aceptación de

lo que es. Y esta aceptación, este ver ‘a través’, no es efectuado por ti. No es un hacer. No es un logro. No es algo por lo que esforzarse.

Así, puede que haya un ‘ver a través’, o puede que no. Puede haber una absorción en la búsqueda, o puede haber un sentido de facilidad, un sentido de liviandad. Todo eso está muy bien, todo eso es maravilloso, todo eso es parte del juego.

Puede haber un pequeño petirrojo brincando de rama en rama, y puede verse (o no) que únicamente hay el petirrojo, únicamente hay el brincar, únicamente hay el TUIT-TUIT. Todo eso es unidad. Sin comienzo ni fin. Sin propósito ni meta ni significado.

El pequeño petirrojo ‘no daría ni dos TUIT’ por encontrarse a sí mismo, o por alcanzar algún estado de liberación. Para él, al parecer, simplemente brincar, simplemente la ‘siguiente’ lombriz, es suficiente. Será por eso que somos atraídos por la naturaleza. ¡Los animales parecen tan libres de la carga de la individualidad, del egoísmo, de la búsqueda de algo más significativo que lo que ‘ya es el caso’!

Pero la gran liberación está ya aquí, para todos nosotros. Esto —lo que ya está claramente dado en este momento— es todo el sentido que hay. Esto —sentarse en el sanitario, o almorzar, o comprar pan y leche de la tienda local— es todo el propósito que hay.

Es la propia búsqueda de propósito lo que crea la ausencia de propósito, y es la búsqueda de sentido lo que crea la ausencia de sentido.

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No hay nada más que esto. Enamórate de ello… o no. Ya sabes: realmente no importa que sea de una forma o de otra. No hay nada que ganar con el ver esto. Esto no es un logro, no es el resultado de un largo esfuerzo, ni tiene que ver con la inteligencia o la habilidad o el conocimiento. Nada tiene que ver con causa o efecto, con esfuerzo o persistencia o cualquier otra cosa.

Libertad e iluminación no han de ser hallados en ningún otro lugar que aquí. Lo cual equivale a decir que no pueden ser ‘hallados’ en lo absoluto.

Vida sin un centro

Y así es como llegamos al final de todas las cosas, el cual es realmente el comienzo de todas las cosas. Finalmente, lo obvio se ve: hay únicamente amor, únicamente este amplio espacio que da la bienvenida a todas las cosas, literalmente a todas. Y siempre ha sido así. Nosotros simplemente estuvimos dando vueltas como pollos decapitados la vida entera, tratando de encontrarlo.

Únicamente amor, únicamente aceptación como la esencia y el fundamento y la condición de todas las cosas, aunque aquí no hay nadie que pueda captar qué es lo que cualquiera de estas cosas significa. Y de haber algo, la codicia que impulsó una vida entera de búsqueda es ‘vista a través’, y lo que se revela es aquello que siempre estuvo presente a través de toda la búsqueda, literalmente aquí mismo: esto, la innegable apariencia presente de todo, el amplio espacio abierto en el cual el mundo entero aparece, en el cual todas las cosas aparecen sin excepción. La búsqueda implicaba que había alguna otra cosa que este mundo todo apareciendo ahora. Muy bien, fue un bello juego, un simpático modo de pasar el tiempo. Pero en último término fútil, porque esto es todo lo que hay, y todo lo que siempre hubo o habrá.

Y este espacio abierto no rechaza nada. Sólo un ‘yo’ rechaza; en verdad, el ‘yo’ (es decir, ‘tú’) no es otra cosa que ‘rechazo’, una búsqueda de permanencia, una negación de la realidad que se presenta a sí misma ahora, y ahora y ahora. Sólo un ‘yo’ busca, y en esa búsqueda perpetúa su propia existencia. Y sólo un ‘yo’ busca el final de la búsqueda, y en ello, en esa exageración de sí mismo se hace a sí mismo más fuerte.

Pero este espacio abierto acepta todo eso también. En verdad, este espacio abierto (llámalo ‘conciencia’ si gustas) es aquel que, en

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primer término, permite al mundo entero ser, como bien han visto los filósofos: ninguna conciencia, ningún mundo. Ningún yo, ninguna vida. Yo soy esa misma vida, yo no puedo separarme de ella. Yo soy lo que surge ahora, yo soy esto, y esto, y esto también. En verdad, esa misma separación es lo que crea este ‘yo’, tal y como me conozco y me experimento a mí mismo. ‘Yo’ soy esa misma separación de la cual busco liberarme. Es un círculo vicioso, y no hay ningún escape.

Pero quizás haya un escape (¡Oh, ninguna palabra lo capturará jamás!). Y el escape es esto: aquí, ahora. Hay un mundo, ya, apareciendo gratuitamente, en todos los momentos y en cada momento, que no pide nada de ti, ni siquiera un ‘tú’ que venga al ser en primer término. En verdad, el ‘tú’ simplemente aparece (o no) como parte del cuadro, como parte de la textura de este momento. Cualquier práctica o terapia espiritual mediante la cual supuestamente trascendemos este ‘ego’, simplemente perpetúa la misma enfermedad que se propone curar, porque ya —como los budistas han visto— este ego es sencillamente una ilusión, en el sentido de que es simplemente un manojo de pensamientos surgiendo ahora, a través de los cuales el mundo entero (aparente) es percibido.

Ninguna auto-trascendencia es requerida, aunque ¡por favor, sigue ese camino si lo deseas! Porque ya el individuo que sigue ese camino, o que hace algo en absoluto, es simplemente una historia, una creencia surgiendo ahora, junto con el olor del té recién pasado, el runrún de la lavadora y la sensación de hambre en el estómago.

Vida, pero nadie aquí que la vive.Vida, con o sin la dura carga de ‘yo y mis problemas’.Vida, sin un centro…

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Jan Kersschot

Un iceberg derritiéndose

ENTREVISTA

Revista Amigo: ¿Qué papel jugaron los maestros en tu camino espiritual y cuál es la importancia de un maestro para el buscador?

Jan Kersschot: He tenido muchos maestros en el aparente camino, y cada uno de ellos me ha enseñado algo. La mayoría son mencionados en el libro Coming Home (puedes leer más sobre esto en las entrevistas que tuve con algunos de ellos).

De hecho, he des-aprendido cantidad de cosas en mis encuentros con los ‘auténticos’ maestros. Paso tras paso, vas desechando una a una las convicciones que anteriormente alimentabas, hasta que notas que no queda nada, incluido el ‘buscador’: aquel que esperaba ‘iluminarse’ algún día. Finalmente, ves que la clara presencia que tú eres nunca desapareció.

Tony Parsons fue mi último maestro —si puedo utilizar esas palabras—, y me pregunto si es realmente necesario encontrar a algún maestro. Pienso que es diferente para cada buscador. De cualquier manera, conocer a Tony fue importante para mí, aparentemente. La primera vez que lo vi en Hampsted (Londres), hubo una resonancia directa cuando dijo: ‘Esto es ESO’. Esas tres palabras disolvieron todas mis preguntas instantáneamente… Las conversaciones que tuvimos, el tiempo que pasamos juntos, todo eso reveló y desenmascaró todo tipo de ‘juegos del ego’ que solía jugar.

No obstante, quiero agregar aquí que mi testimonio podría dar al lector la idea de que hay, en verdad, un ‘proceso’ desde un estado ‘no-iluminado’, a uno ‘algo iluminado’ y luego a otro ‘totalmente iluminado’. Tal creencia en un camino progresivo es muy popular, pero a mi parecer, eso es completamente contradictorio con lo que la liberación realmente es. La creencia en un ‘camino’ espiritual

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que conduce a la cima de la montaña está basada en dos básicos malentendidos:

— la importancia que das a la parte personal de la historia (¿Cómo puedo yo alcanzar ESO?)

— la creencia que tú todavía alimentas en el fenómeno del tiempo, tu esperanza en un mejor ‘futuro’ (¿Cuándo alcanzaré ESO?)

Mientras no hayas comprendido que la liberación no es personal ni temporal, eres como el asno persiguiendo la zanahoria. La verdadera liberación es impersonal, y por tanto, no puedes reclamarla para ti. Yo —como Jan— nunca puedo poseer ESO. Además, ESO es a-temporal (no ‘aquí y ahora’, sino más allá de tiempo y espacio), y así, ESO nunca puede ser proyectado en el futuro. Sin embargo, si lo haces, entonces te estás engañando a ti mismo, aunque, en última instancia, no hay tampoco nada erróneo en engañarse a sí mismo…

Aun así, deseo proponer que ESO no es alguna especie de estado de perfección, ahora o en el futuro. De hecho, puedes leer lo que estoy diciendo en otros libros sobre el tema. Pero puede que hayas leído únicamente lo que deseabas leer. Y entonces continúas manteniendo falsas concepciones y sistemas de creencias. Advierto que algunos de los lectores de mis libros se las arreglan de algún modo para no ver lo que estoy señalando. Un verdadero maestro espiritual señalará estas falsas concepciones al buscador, hasta que toda ambición espiritual se disuelva. Y estoy seguro de que una confrontación directa con alguien que es claro y directo al respecto puede ser muy inspirador.

Amigo: Tú hablas de ‘auténticos maestros espirituales’. Eso implicaría que también hay ‘maestros menos auténticos’. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? ¿Es la diferencia entre el llamado camino ‘progresivo’ (paso a paso) y el camino ‘directo’?

Ahí encontramos una paradoja. Si lees mi libro con cuidado verás que, a menudo, parezco contradecirme a mí mismo. Ello es inevitable porque tengo que utilizar palabras, las cuales son dualistas por naturaleza. Las palabras dividen la unidad en partes; las palabras describen ‘cosas’, y tomamos las palabras por la

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realidad. Pero eso no funciona cuando hablamos sobre el Uno. ‘Ser uno’, ‘liberación’, ‘volver a casa’ o ‘No-Dualidad’, todas estas expresiones son conceptos, después de todo. Mejor olvida esas palabras. En cuanto a tu pregunta: no hay ningún maestro ‘auténtico’ vs. alguno ‘inauténtico’, o ‘menos auténtico’. Aunque algunos maestros que conocí estaban, de hecho, desencaminando a sus seguidores, yo ya no quiero criticar más a los llamados maestros del camino ‘progresivo’. Para mí, el maestro ‘auténtico’ no está presente como una personalidad, y es, de esta manera, un espejo para el buscador, quien, de hecho, también está vacío. ¡No hay nadie allí! Y en este ‘vacío’, ambos son Uno. Entonces, ya no hay más diferencia entre el buscador y el maestro, entre esto y aquello, entre ‘liberado’ y ‘no-liberado’. En otras palabras, no hay nadie en casa [la edición inglesa de Ser Uno se titula Nobody Home (Nadie en casa)].

En mi libro describo el vacío como ‘conciencia’, pero recuerda: esa palabra es también una etiqueta. La conciencia i-limitada es indescriptible. No puede ser alcanzada, y por tanto, ESO nunca puede ser proyectado en un futuro estado de perfección. Y ESO no puede ser proyectado en un maestro, sin importar cuán especial o inspirador ese maestro sea. Ese es el porqué yo siempre niego haber alcanzado ESO. No me presento a mí mismo como un maestro ‘iluminado’ o como un ser ‘realizado’, o como alguien que trata de ‘abrir’ el corazón de otras personas en satsang o algo por el estilo. Tampoco sugiero que yo puedo entregar ESO a otros. ¿Cómo podría ser ‘entregado’ lo Infinito? ¿Y dónde están esos ‘otros’, si únicamente hay una conciencia? La única cosa que puedo hacer es desenmascarar un show de falsas concepciones. Que ‘lo que es’, a mí me parece suficiente, y que no necesito conducir a nadie a ningún lado. No veo la necesidad de salvar a nadie. O llevar la Luz a alguien. O salvar al mundo. Para mí, ESO está en todas partes, así que ¿para qué preocuparse? La Luz está igualmente disponible para aquellos que dicen que no ven ESO. La Luz está igualmente disponible para los ‘buenos’ como para los ‘malos’.

Como dije anteriormente, el camino progresivo sólo puede existir si creemos en lo personal y lo temporal. Ese es el porqué he descrito el camino ‘progresivo’ como ‘menos auténtico’, porque ya no creo más en lo temporal ni en lo personal, excepto por razones estrictamente prácticas, por supuesto. Mi vida habitual, mi día a día, continúa como antes, pero mi ambición espiritual ha

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desaparecido. El materialismo espiritual que tenía se ha disuelto. Y decir eso puede resultar engañoso, porque no hay ningún ‘yo’ que pueda hablar sobre ‘lo mío’. Este ‘yo’ es también una imagen apareciendo en la Luz.

Y déjame recordarte que el camino ‘progresivo’ es tan sólo una apariencia, otra imagen en la conciencia. Y que no estoy señalando la cualidad o el sentido de esas imágenes, sino la Luz en ellas. No estoy interesado en las diferencias entre los maestros espirituales.

Aun así, no puedo decir que haya realmente nada erróneo en el camino ‘progresivo’, así como tampoco en todas las otras cosas que aparecen en la pantalla. ¿Y por qué esto es así? Aquel que juzga, aquel que critica el camino ‘progresivo’ es, él mismo, otra imagen que aparece en la pantalla. También aquel que se atreve a sugerir que el llamado camino ‘directo’ es superior a los denominados caminos ‘progresivos’ —yo mismo caí en ello—, esa persona es también una imagen en la pantalla, y de hecho, totalmente sin importancia.

Amigo: En el camino ‘progresivo’ hay esperanza en el buscador, hay la creencia de que ‘el progreso y la evolución’ existen. Sin embargo, en el camino ‘directo’, no hay ningún buscador ni ninguna enseñanza. ¿Es verdad que nada puede ser transmitido?

No hay nada que pueda ser transmitido, porque lo que yo señalo en mis libros y conferencias no tiene límites ni fronteras. Ningún límite en el tiempo ni en el espacio. Por tanto, ESO está siempre y en todas partes. Nada ni nadie puede ser excluido de ESO. Lo diré nuevamente: ‘¡Nada ni nadie puede ser excluido!’ Así que ¿cómo podría ser posible transmitir ESO desde ‘aquí’ hasta ‘allí’? ¿De una ‘persona’ a otra? Quien sugiera tal ‘transmisión’ o ‘proceso’ está hablando de cualquier cosa excepto de la Liberación a la que me estoy refiriendo. Está hablando de experiencias trascendentales, de la energía grupal en las meditaciones, de intuición espiritual, de experiencias ‘pico’, de crecimiento personal, de un sentimiento de paz o de una sensación de amor. Todo ello puede ser muy excitante e interesante, pero no es de lo que mis libros están hablando. Como he dicho repetidamente: no hay absolutamente nadie en casa, no hay nadie viviendo ‘en’ el

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maestro ni nadie viviendo ‘en’ el buscador. De manera que, ¿de qué estamos hablando?

Amigo: ¿Puedes decirme qué es lo que recuerdas de Jan como ‘buscador’? ¿Cuál era su ‘aparente’ camino?

Tus preguntas se vuelven más y más difíciles porque asumes que hubo una ‘persona’ que experimentó la historia que sigue, pero ello sólo es aparente. Y lo gracioso es que a mí también me parece real. En verdad, yo recuerdo a Jan como ‘buscador’, pero todas esos recuerdos están ocurriendo aquí mismo, ahora mismo. No diez o veinte años atrás. Pero de acuerdo… ¡Jugaré al ‘juego del tiempo’ para responder a tu pregunta! Pero no olvides que mis experiencias personales, básicamente, no son importantes: son tan sólo ‘experiencias’. No quiero que el lector compare sus propias experiencias con las mías. ¡Eso es precisamente de lo que el libro Nobody Home no trata! ¡Hay tantos libros llenos de historias personalizadas! ¡Hay tantos buscadores que terminan confundidos o frustrados, porque están comparando sus propias experiencias espirituales con las experiencias descritas por algún ‘héroe espiritual’! Muchas veces eso es totalmente engañoso.

Pues bien: Jan era un buscador muy serio, apasionado, pero no obstante muy crítico. Aunque no iba a dejar piedra sin remover hasta que encontrara ESO, estaba convencido de que no tenía que abandonar mi modo de vida occidental. No sentía ninguna necesidad de abandonar nada para marcharme y vivir en un monasterio o ashram. La búsqueda del UNO nada tiene que ver con cambiar de ropas o aceptar algún nuevo nombre. Sabía que mi búsqueda tenía que ser compatible con la vida familiar, con el vino, el sexo, el alimento, los BMWs, unas buenas vacaciones y todas las demás cosas usualmente etiquetadas como ‘no-espirituales’. Puede que sea una de las características de mi búsqueda: si estoy en busca del UNO, de lo Universal, ESO debe estar disponible para todos, en todo momento, al margen de la conducta o de la práctica espirituales. Este era mi punto de vista, y no había muchos que compartieran conmigo esa visión.

Si yo estaba, realmente, en busca del UNO, pensaba que esa búsqueda no podía excluir nada. Quedó claro para mí que no daría ni un solo centavo por ningún ‘código espiritual’ de conducta. ¿Quién podría imponer alguna regla, si mi búsqueda versaba sobre

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lo universal? Como resultado, pues, tenía que desenmascarar y poner en perspectiva muchas reglas y sistemas de creencias. Especialmente las reglas de la New Age, o de la cristiandad, o del budismo, o del hinduismo.

Mis experiencias espirituales empiezan en mi primera juventud. Una que recuerdo en particular se remonta a mis 15 años. Mientras besaba a una chica, hubo súbitamente un momento de total apertura. Podrías llamarla ‘experiencia espiritual’, pero ello suena demasiado serio, demasiado religioso. Fue muy simple, muy infantil, pero no obstante, muy físico. Es difícil hablar sobre ello, pero podría describir esa experiencia como ‘pura presencia’. Fue algo inesperado pero claro como el cristal, y al mismo tiempo, ‘yo’ no estaba involucrado en ello. De hecho, me pregunto si esta experiencia en particular podría haber sido el impulso para mi llamada ‘búsqueda espiritual’ ulterior. ¡Quién sabe!

Más tarde empecé a leer sobre yoga, y comencé a practicar meditación trascendental cuando tenía 18 años. Durante mi primera meditación trascendí una especie de frontera. Reconocí que algo esperaba por mí, un vacío indescriptible, que también me parecía familiar. Fue como si yo reconociera un viejo ‘sentimiento de unidad’. Como si hubiera encontrado a un viejo amigo que era más ‘yo’ que mi propia personalidad. Fue como volver a casa, a lo indescriptible. ¡Y era tan familiar al mismo tiempo! Como resultado de mi deseo de saber más sobre el asunto, empecé a leer todo lo que caía en mis manos. Me volví un ‘buscador espiritual’. En mi (aparente) camino, me topé con todo tipo de maestros, algunos bajo la forma de libros (por ejemplo Yogananda, Jiddu Krishnamurti, Osho, Da Free John, Sai Baba, Deepak Chopra, Wolter Keers, Margo Anand, Jean Klein, Lao Tze, Alan Watts, Sri Nisargadatta Maharaj, Ramana Maharshi), otros bajo la forma de maestros o ‘gurús’ vivos (Armando Costa, Jacques Lewensztein, Alexander Smit, Andrew Cohen, Ranjit Maharaj, Francis Lucille, Douglas Harding).

Como decía anteriormente, unos fueron inspiradores, otros más bien engañosos. Los experimentos de Douglas Harding, especialmente, fueron una revelación para mí. La primera vez que hice el ejercicio de ‘apuntar’, fue como si los cristales de mi ‘ventana’ se hubieran limpiado súbitamente. Creo que fue en 1995 ó 1996. Todo lo que había leído anteriormente en aquellos libros quedó claro como el cristal. Estaba viendo, en lugar de escuchar

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sobre ello. De la comprensión a SER. Más tarde tuve más y más periodos de apertura, pureza y vacuidad total. Y aunque tenía la impresión de estar en la pista correcta, mi hambre espiritual aún no había quedado satisfecha. Leí aun más libros: entre otros, de Justus Kramer Schippers, Eckhart Tolle, Ramesh Balsekar, Wayne Liquorman, Suzanne Segal y Chuck Hillig. De modo gradual, todo tipo de sistemas de creencias quedaron desenmascarados. No obstante, todavía tenía un ‘camino espiritual’ en mi cabeza, una ‘meta futura’, incluso sin apercibirme de ello. Los ‘juegos del ego’ continuaban en alguna parte de una manera sutil: comparación, anhelo, expectativas, idealizaciones, y así sucesivamente.

Por el otro lado, sentía que estaba sentado en un iceberg derritiéndose, y que el mar sobre el que este iceberg se encontraba flotando se calentaba más y más. Lo que todavía no entendía era que yo mismo estaba hecho de hielo y que, finalmente, también terminaría derritiéndome. Como aún pensaba que ‘yo’ (como Jan) estaba ‘en camino’ a alguna parte, creía que tenía que realizar progresos en el ‘camino espiritual’. Todavía esperaba algún evento… Hasta que conocí a Tony Parsons. Durante el primer encuentro, todas mis expectativas simplemente se evaporaron al escuchar estas tres palabras: ‘Esto es ESO’. La idea de que había un ‘camino’ quedó desenmascarada ahí mismo. Fue como un amable ¡ZAS! Pero no fue ninguna revelación espectacular, ningún evento místico ni nada por el estilo. En un momento atemporal, todo se volvió completamente claro, de una forma sencilla y natural. Todo el castillo de naipes se desplomó, de una manera simple y ordinaria. Todas las preguntas habían desaparecido.

E incluso —ya después—, cuando los hábitos de la mente pensante trataban de reconstruir el castillo de naipes, el aspecto ilusorio de éste quedó absolutamente claro. Inicialmente parecía como si Tony ‘cargara’ con mis esperanzas, hasta que ‘yo’ pudiese ver que nunca había habido nadie buscando, o esperando. Así, el ‘ventilador’ se mantuvo girando durante un tiempo, aun cuando el ‘enchufe’ ya había sido desconectado. Mi mente pensante aún trataba de enmendar las cosas, pero finalmente ‘abandonó’. Entonces, todo lo que todavía esperaba en el campo espiritual se desfondó. Vi que el buscador con el que me había identificado a mí mismo nunca había existido, salvo como idea. Parecía a veces como si Tony me tuviera en vilo, pero en realidad eran las propias preguntas que yo le formulaba las que regresaban a mí como un

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bumerán. En esa época tuve también inspiradoras conversaciones sobre el tema con Nathan Gill. Él me decía: ‘Nosotros somos el mismísimo Uno’. Él dejaba claro que todos somos conciencia, y que no importa en absoluto en qué estado te encuentras. Una vez que esto queda claro, ya no hay vuelta atrás. Retrospectivamente, fue como si me hubiera encontrado a mí mismo en arenas movedizas. Pero esa imagen es tan sólo una apariencia. La muerte del ego era realmente tan sólo la muerte de una ilusión, y por tanto, nada tan ‘especial’ como siempre había pensado que sería. En verdad, nada ocurrió. La vida cotidiana continuó. Sólo el atemporal ‘esto es ESO’ permaneció.

Amigo: Después de ‘esto es ESO’, después de realizar que eres una expresión de la conciencia, ¿te ha afectado ello como persona o como médico?

Contra lo que uno pudiera esperar, Jan y su función en la sociedad no han cambiado mucho. Aún mantengo mis (aparentes) talentos y mis (aparentes) deficiencias. El hecho de que hayas reconocido tu verdadera naturaleza no cambia nada en particular. Podría decir que soy menos especial aún de lo que era antes de que esto ocurriera. Recuerda: incluso aquel que ha reconocido ESO es una ilusión. Lo-que-yo-soy es la conciencia misma (así como lo es el lector) y la persona ‘Jan’ aparece en esta misma conciencia. Pero no tengo absolutamente ninguna ‘tarea’ espiritual ni nada por el estilo. No veo que nada deba ser cambiado. No veo ningún límite entre lo correcto y lo equivocado. Todo es simplemente tal como es. La persona conocida como ‘Jan’ —y como dije antes, ‘Jan’ es sólo una imagen— puede aún aparecer por razones prácticas, lo cual está perfectamente bien.

No obstante, algo ha cambiado. La necesidad de juzgar y de criticar ha desaparecido. Ya no hay ninguna lucha a nivel ‘espiritual’. La búsqueda ha cesado, porque el así llamado ‘buscador’ es reconocido ahora como apenas un concepto. La conciencia estuvo allí todo el tiempo, incluso cuando no era reconocida como tal. Como resultado de esta visión, no puedo reclamar ya nada como ‘mío’, ni siquiera las llamadas ‘experiencias espirituales’ que acabo justamente de describir. El ‘yo’ que pensaba haber experimentado ESO era ilusorio desde el mismo comienzo. Aun cuando esas experiencias fueron muy importantes para mi ego

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‘espiritual’, ahora mismo me parece como si no hubieran ocurrido. No significan absolutamente nada, y esto no es una especie de falsa modestia. Ellas son tan sólo imágenes que aparecen ahora, que aparecen en lo atemporal. Son como memorias de experiencias en las que ‘yo’ no estaba presente. Entonces, ¿cómo atreverse a hablar de ellas?… De cualquier modo, la unidad (el UNO) estaba allí incluso antes, durante y después de las experiencias trascendentales. El UNO también está presente, al cien por ciento, durante esos momentos que etiquetamos como banales, o como ‘no espirituales’. Cuando ves esto, ¿dónde vas a ir?

[Entrevista de Kees Schreuders, Amigo]

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Joan Tollifson

¡Lo que tú eres es Aquí!

ENTREVISTA

Revista Amigo: Luego de leer tu libro Awake in the Heartland, reconocí —de seguro como muchos— el anhelo y la búsqueda de alguna experiencia trastornadora… Las visitas y conversaciones con todo tipo de maestros, sobre los cuales escribió más tarde (Gangaji, Tony Parsons, Wayne Liquorman, Toni Packer, Steven Harrison), tratando de descubrir la necesidad de una experiencia tal… Finalmente, ¿en qué consistió ésta? ¿Y cuál era la significación de ese anhelo y esa búsqueda?

Joan Tollifson: La experiencia ‘trastornadora’ es la disolución del buscador, que no es algún evento que le ocurre al ‘buscador’ (¡dado que no existe ninguno!), sino la simple y clara visión (por parte de nadie) de que nunca hubo nadie que realizara la ‘búsqueda’ (ni cualquier otra cosa), de que no hay en absoluto nada que lograr, de que sólo existe ESTO. La Unidad (o paz, o felicidad) que se estaba buscando, es en realidad inevitable y omnipresente.

Mucha gente (en la ‘película’ de la vida espiritual) está esperando algún evento, algún momento explosivo luego del cual todo será diferente. Pero ningún evento o experiencia es real. El despliegue fenoménico, en su totalidad, es una apariencia sin ninguna solidez ni sustancia.

Lo que ES no puede ser ‘logrado’, o ‘realizado’, ‘encarnado’, o lo que fuere. No hay nada aparte de ESTO que lo ‘realice’ o lo ‘logre’, ni nada que no lo encarne ya perfectamente. Toda experiencia es igualmente sagrada, igualmente verdadera. La Realidad es ‘lo que es’, exactamente tal como es.

La búsqueda, en su totalidad, es un sueño. No tiene ninguna significación en lo absoluto. Es una experiencia momentánea, como las nubes, los shows de televisión, un bello crepúsculo, las hojas secas flotando en el aire de otoño…

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Amigo: Entonces, es descubrir: ‘Nadie por aquí, nadie por allí’ (como a Tony Parsons le gusta decir). Y así, no hay nadie a quien maldecir, nadie a quien acusar, nadie a quien amar, ni a quien rezar ni a quien responsabilizar, ni nadie quien ser. Simplemente seguir con la vida y vivirla tal como es. Me lo represento a menudo como una puerta giratoria: el anhelo y el deseo te llevan a ella, pero finalmente te encuentras fuera de nuevo, exactamente en el mismo lugar en que te hallabas. Así que ¿cuál es la diferencia? ¿Es por eso que uno se siente desasosegado, engañado, desilusionado? ¿Es por eso que uno se vuelve ‘adicto’ a la ‘puerta giratoria’, manteniéndose en la búsqueda?

JT: No hay nadie que siga con su vida y que la viva tal como es, ni nadie que entre, salga o gire en torno a alguna puerta giratoria. Todo ello es una apariencia, una ‘historia’. Y no hay ningún ‘tú’ que ‘regrese’ al mismo lugar. El viaje y el viajero son imaginarios. Aquí es siempre aquí, y siempre ahora. Las apariencias vienen y van, las historias toman forma y se disuelven, las películas continúan, pero AQUÍ no viene ni va.

AQUÍ es(tá) Dios. AQUÍ es(tá) el Bienamado. AQUÍ es(tá) ‘lo que ES’. AQUÍ es(tá) la pura conciencia. AQUÍ es(tá) el amor incondicional. AQUÍ es(tá) ‘lo que tú eres’.

El desasosiego y la desilusión son bellos. Son una invitación (a ‘nadie’) a abandonar completamente toda esperanza, toda creencia: dejar que el barco se hunda. ¿Y qué es lo que queda? Lo que queda es [está] AQUÍ. TÚ. ESTO.

Si la mente trata ahora mismo de ver este AQUÍ como un objeto, o figurarse lo que ESTO es, o de captarlo, habrá frustración. La mente no puede aferrar aquello que lo incluye todo y que no está contenido en nada.

Todas las cosas (incluyendo el aferrarse, la búsqueda y la frustración) son permitidas exactamente tal como son, y no por algún ‘tú’ que finalmente realiza de forma correcta la ‘aceptación’, sino por este AQUÍ y AHORA que es Omnipresente e Inevitable. AQUÍ acepta todo. Es el corazón de todo. Es todo lo que es. Cualquier sentido de separación o división es sólo una apariencia. Y esa apariencia está también AQUÍ. Ella, también, es lo que ES.

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Lo que ES (AQUÍ) no puede hallarse porque nunca se perdió. No puede verse, porque es el ver mismo. Es invisible, y no obstante, brilla en todas partes: en cada trabajo de arte y en cada trozo de basura, en la actividad aparentemente más ‘iluminada’ y en la aparentemente más ‘neurótica’. Cuando esto se ve, no queda ya impulso para buscar en ningún ‘otro’ lugar, porque no hay ningún ‘otro’ lugar.

Las palabras son tan sólo palabras: sonidos juguetones surgiendo desde ningún sitio. Como todo lo demás, aparecen AQUÍ por un instante, y luego se desvanecen. AQUÍ permanece.

Todo lo que pensabas que iba mal contigo está perfectamente bien.

Amigo: Déjame jugar con otra combinación de palabras en la ‘pantalla’. ‘Autenticidad’ (de acuerdo con el diccionario, ‘cualidad o condición de ser auténtico, confiable o genuino’). Si tiene lugar alguna ‘búsqueda’ de la Fuente, parecería inevitable encontrar un ‘agujero negro’ (aquello que está ‘más allá’ de las palabras o la comprensión), y toparse con la belleza de ser incapaces o incompetentes, y ver y ser ‘la Fuente’, expresándose sin restricciones a través de todas las historias que ocurren aparentemente.

Al mismo tiempo, esta palabra parece orientar la asumida personalidad hacia un ser genuino y auténtico. Vivir la expresión del AQUÍ tal como es, sin ninguna personalidad asumida, pasada o futura, con la cual medirse y a la cual ‘permitir’. Por ejemplo: ‘Estoy involucrado, realmente, en la ‘espiritualidad’ (meditación, comida vegetariana, realización de ejercicios o supresión de deseos, ejercicio del celibato, etc.), pero aún puedo ‘enojarme’, y entonces empiezo a suprimir estas cosas en vez de ‘expresarlas’.

Desde otro ángulo: de una manera u otra, lo genuino al parecer nos ‘toca’ o nos ‘golpea’. A partir de allí creamos ‘héroes’ y ‘heroínas’ (Mandela, Gandhi, Kennedy, la Madre Teresa de Calcuta, etc.) Estas personas parecen expresarse a sí mismas sin restricciones. Y las admiramos.

JT: Lo que ES es auténtico. Cualquier esfuerzo por ser auténtico tiene su raíz en la asunción de que es posible ser alguna ‘otra’ cosa. ¿Es posible? Hay muchos maestros que hablan de vivir de una manera espiritualmente correcta, o de ‘encarnar’ la

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iluminación, como si eso fuera algo que ‘uno’ pudiera hacer (o dejar de hacer).

La verdad es que hay simplemente ‘lo que es’, tal como es. Nada de ello es personal. Es un único tapiz, inseparable y sin divisiones. Las líneas divisorias están únicamente en la mente, no en la realidad.

No hay ningún ‘yo’ separado que pueda ser (o no) auténtico. Decir una ‘mentira’ es tan auténtico como decir la ‘verdad’. Comer carne es tan auténtico como comer vegetales. Enojarse, o comerse las uñas, es tan auténtico como meditar o dedicarse a las buenas obras.

Aquello que es verdaderamente auténtico (innegablemente verdadero y genuino) es ESTO, que no puede estar contenido en ninguna palabra; ESTO, que incluye absolutamente todo y que no es posible mejorar; ESTO, que ha sido señalado con palabras tales como: Aquí, Ahora, Presencia, Vacío, Escucha Pura, Ver, Ser, el Sí Mismo, ‘lo que es’. ESTO es innegable. Inescapable. ESTO no es una creencia. Es la única cosa de la cual estás absolutamente seguro, ahora mismo, sin ninguna duda. Tú sabes que estás aquí. No necesitas de un espejo ni de alguna autoridad externa o curso de estudios para saberlo. Ver está ocurriendo, escuchar está ocurriendo, por sí mismos. Esto ES. ESTO es innegable.

Cualquier idea (o ideal) sobre personas ‘iluminadas’ viviendo ‘vidas iluminadas’, son tan sólo ideas que tienen que ver con un personaje ficticio en una película. Tales ideas son una forma de ‘restricción’ o ‘supresión’ (para utilizar tus propias palabras), pero incluso esa restricción o supresión, son también, genuinamente, ‘lo que es’, y no pertenecen a nadie. Son una apariencia impersonal, como el clima. Unos días el clima es soleado y claro, otros, ventoso y salvaje, y otros más, tormentoso y oscuro. No significa nada. Simplemente ES. Nos encanta idealizar a las personas, especialmente a los muertos, especialmente a los ‘gurús’ muertos. Nos encanta imaginar que carecen de fallas, que son perfectos, que son vegetarianos.

Uno de mis principales maestros, Nisargadatta Maharaj, fumaba cigarrillos y murió con un cáncer de garganta. Vendía cigarrillos para vivir. Vivía cerca de una zona ‘roja’ en Bombay. Se encolerizaba, gritaba a la gente, los arrojaba fuera de su satsang. Nunca lo conocí en persona, pero eso es lo que he escuchado. Pienso que ello era parte de lo que me lo hacía atractivo. Me quedó

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instantáneamente claro que ‘despertar’ no significaba que una tenía que parecerse a Ramana Maharshi, o a Thich Nhat Hanh. No tenías que ser alguien con modales suaves, ni tener un aspecto beatífico o gentil, ni comer vegetales.

Otra persona que fue muy importante para mí fue Tony Parsons. Cierta vez comentó, medio en broma, que las personas que venían a verle estaban abandonando el vegetarianismo, o subiendo de peso, o muriendo de ataques al corazón. Decía: ‘No tienes manera de no estar en gracia. Todo lo concerniente a ti es total, absoluta y perfectamente apropiado’. Escuchar eso era enormemente liberador. Me di cuenta cuán atrapada había estado, tantísimo tiempo, tratando de perfeccionar al ‘personaje’, o de tener alguna experiencia de despertar impresionante, o de librarme de algunos pequeños hábitos neuróticos, o de intentar convertirme en alguien ‘mejor’, o de hacer que ‘algo’ (distinto de ESTO) ocurriera.

Me di cuenta de que toda esta búsqueda de auto-perfección (e iluminación personal) era una película, un sueño. La película era absolutamente perfecta sencillamente tal como era. ¡Era una magnífica película! Pero, al fin y al cabo, una película. Nada concerniente a Joan necesitaba cambiar. Ningún ‘Big Bang’ era necesario. Fue una revelación ver que todo el esfuerzo de Joan por ‘despertar’ de la película no era más que otra parte de la misma película. El ‘despertar’ que yo había estado buscando con desesperación, de hecho nunca había estado ausente. Pero este ‘despertar’ no era una experiencia a ser experimentada (porque cualquier experiencia no sería sino otra escena de la película), y no le ocurría a Joan, porque ¿cómo un espejismo iba a ‘despertar’ de un espejismo?

Cuando escribo o hablo sobre este asunto ‘espiritual’, siento, al parecer, una abrumadora compulsión por revelar las idiosincrasias y neuróticas rarezas de este personaje: Joan. Alguna gente dice que soy muy valiente y honesta y genuina. Pero en verdad, ello es tan sólo lo que ocurre. No lo puedo controlar. No estoy tratando de ser así. En verdad, durante largo tiempo, estuve tratando de no hacer eso. Tenía la idea de que ‘yo’ quería decir y escribir únicamente la ‘Pura Verdad’, y pensaba que esto significaba dejar atrás toda la historia de Joan y de su neurótica y caótica vida, y hablar y escribir únicamente sobre la conciencia pura (¡sea eso lo que fuere!). Lo que eventualmente se vio es que la verdad pura

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es todo lo que hay. Nada necesita ser logrado o abandonado. El caos de la vida diaria es, en verdad, la perfecta expresión de la verdad. Ahora mismo, ¿qué es auténtico? Esa es una gran pregunta. Y sólo hay una única respuesta: ‘lo que es’, tal como es.

‘ AQUÍ’ ES VERDADERO AMOR

Amigo: A medida que leía tu libro, notaba que, por un lado, te sentías atraída por las enseñanzas devocionales (bhakti), y por el otro, por las aproximaciones intelectuales (jnani). ¿Cuál fue el papel del corazón y el de la mente en la historia de la ‘evaporación’ de Joan?

JT: Gran pregunta. Por un lado, yo no caracterizaría la aproximación ‘jnani’ como intelectual. El tipo de exploración e indagación que me atraía tenía que ver más con un abierto ‘darse cuenta’, y con la curiosidad, la pura experiencia sensorial de ‘lo que es’ (sensaciones, sonidos, visiones); ver las historias como historias y los pensamientos como pensamientos. Pasaba gran parte del tiempo explorando cosas, como por ejemplo, la manera como ocurre realmente una ‘decisión’ o ‘elección’, no de un modo analítico, sino observando estos procesos en la acción. ¿Había alguien en los controles? ¿Había allí alguna ‘elección’? ¿Había allí algún ‘yo’? No era un proceso de razonamiento, sino más bien mirar y ver. Supongo que eso tenía también alguna dimensión intelectual, pero, en primer término, era observación directa. Y tenía que ver también con el simple ‘reposar’ en la pura presencia: los sonidos y sensaciones de este momento, sin la sobrecarga mental. Mi principal maestra en esta etapa fue Toni Packer.

En algún punto, irrumpí en el Advaita (Nisargadatta y Jean Klein fueron mis introductores), y algo nuevo comenzó a abrirse paso, algo que yo llamaría ahora ‘comprensión No-Dual’, la cual es, simplemente, el reconocimiento de que no hay absolutamente nada que lograr, de que la conciencia es todo-lo-que-es.

Antes de irrumpir en el Advaita, yo tenía la sensación de que estaba comprometida en una empresa evolutiva muy importante, luchando por ‘estabilizarme’ en un estado de conciencia abierta, y de ir más allá del sentirme atrapada en historias centradas en ‘mí’, y de patrones neuróticos habituales. Me parecía que yo iba y venía

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entre estos dos ámbitos. El mundo mismo me parecía muy real, y me parecía que este proceso de volverse más y más despierto y presente era crucial, no sólo en cuanto a resolver mis problemas personales, sino también en cuanto a resolver los conflictos globales mayores. Me imaginaba a mí misma comprometida en lo que Toni Packer llamaba ‘el trabajo de este momento’: observar, explorar, prestar atención. El tono, a nivel de sensación, era muy serio y sobrio.

Advaita, por otro lado, parecía no tomarse el mundo en serio. ¡No parecía tomarme en serio! ¡Tampoco parecía tomarse en serio el paradigma evolutivo! ¡Ni tampoco preocuparse con la observación o con el ‘prestar atención’! Comencé a sentirme más y más a gusto en escenarios espirituales donde las personas reían ruidosamente y se miraban abiertamente a los ojos y hablaban sobre el amor y la devoción. Entonces conocí a Wayne Liquorman y luego a Tony Parsons, ambos intransigentemente No-Duales, y deliciosamente irreverentes y no-espirituales. Todo ese tono sobrio, serio, el ‘prestar atención’, el ‘estar presente’, el ‘trabajar este momento’, la ‘empresa espiritual’, todo ello colapsó. Había sólo ‘LO QUE ES’. Nada más ni nada menos.

Una vez que la espiritualidad se organiza e institucionaliza, aparecen las limitaciones. La gente empieza a creer que ello sólo puede ocurrir en un entorno particular, o que requiere de una vida externa de quietud, o de comida vegetariana, o cualquier cosa de esa naturaleza. La personalidad del maestro queda confundida con la naturaleza del despertar, así que si, por ejemplo, el maestro tiene una personalidad beatífica, entonces la gente comienza a pensar que el despertar debe lucir beatífico. La gente adopta conductas, dietas y estilos de vida que imaginan ‘espiritualmente correctos’.

Para mí, una de las cosas liberadoras del mundo de Advaita fue la ruptura con todas las formas o ideas que aún conservaba sobre lo que era (o no) espiritual. Fue como romper un huevo. El verdadero bhakti, en lo que a mí concierne, no tiene que ver con adorar (o adular) a algún gurú —aun cuando puede haber un gran amor por el gurú— sino sencillamente con el claro ver.

Cuando estás enamorado te deleitas con cada detalle y cada rasgo del amado. Tú eres absorbido en el amado. Tú ves sólo belleza. No retienes nada. No te restringes. Todas las inhibiciones se derriten. Quedas completamente desnudo. No puedes encontrar la línea divisoria entre el amante y el amado, entre el que ve y lo

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visto, entre el que da y el que recibe. Tú desapareces. Estás enamorado de todo. El mundo entero parece brillar y centellear.

El despertar no es sobre enamorarse de algún objeto en particular; es sobre el amor incondicional, que sólo ve al Amado, en todas partes. El darse cuenta, por su misma naturaleza, acepta todo. Esto es verdadero amor. Esto es lo que, de hecho, ES. No lo que una persona hace.

Tengo una sección en mi libro sobre el bhakti:

‘Uno de mis temores ha sido siempre que, de perder las riendas, me convertiría en alguna suerte de bhakti desprovista de mente, cayendo

desvanecida de pura devoción. Completamente inútil, boba, sin sentido de vergüenza. Totalmente enamorada, completamente ‘loca’. ¿Es posible ser

una bhakti desprovista de mente, devota de la lluvia, del tráfico, del viento entre las hojas, de la total simplicidad de la conciencia pura?’.

Amigo: Dentro de la aparente historia tejida con los pensamientos del personaje soñado, ¿es importante descubrir, o encontrar, los aspectos bhakti y jnani?

JT: Yo diría que no son dos, y el descubrimiento consiste en que este amor incondicional, esta pura conciencia, es todo lo que hay. Cómo ese descubrimiento se despliega, aparentemente, en la película de la vida, carece de toda importancia real, y puede ocurrir en un millón de formas distintas. En verdad, carece de causa, y nada ocurre. Ha sido así siempre.

AQUEL QUE PRETENDE ESTAR ILUMINADO SE ENGAÑA

Amigo: Si comparas los recuerdos entre aquel impulso de hablar sobre el Bienamado durante la búsqueda de Joan, con lo que Joan es ahora, ¿notas alguna diferencia?

JT: La urgencia de comunicar y expresar, a través de la escritura y las pláticas, surge naturalmente aquí. En el pasado yo reflexionaba demasiado sobre esta urgencia, pensaba en ello, me preguntaba si era ‘espiritualmente correcto’ o no. ¿No sería mejor permanecer silenciosa? ¿Debería seguir escribiendo? ¿Debería publicar un libro? ¿Debería convocar reuniones? ¿Era todo esto un gran juego del ego, un asunto de escapismo (¡uno más!) para darle

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algún sentido a mi vida? ¿Era lo suficientemente buena, lo suficientemente clara, lo suficientemente ‘despierta’ para este trabajo? ¿O era yo un fraude? ¿Debería cobrar dinero? ¿Debería convertir esto en una forma de ganar dinero? ¿Podía convertir esto en una manera de vivir? ¿Lo aprobarían mis maestros?

Ahora simplemente ocurre. Mañana podría dejar de ocurrir. No tengo idea. Ya no pienso si ello es espiritualmente correcto, o no. No tengo ningún sentido de misión, en lo absoluto. Ningún sentido de que estoy sirviendo a la gente, o ‘despertándoles’, o participando de alguna gran ola evolutiva. Nada de eso. Ello simplemente ocurre —o parece ocurrir—, y me queda muy claro que no hay ningún ‘yo’ haciéndolo, que no hay forma de que ESTO sea de otra manera.

Amigo: ¿Hay algún cambio en la aparente ‘biografía’ de Joan, ahora que hay claridad?

JT: No es como si la ‘claridad’ fuera alguna cosa que penetró en la ‘vida de Joan’, en algún momento particular en el tiempo, transformándola en una santa y borrando netamente el dolor y el sufrimiento de su vida. Esa es la fantasía personal de la iluminación.

‘Claridad’ es una palabra que señala el fundamento sin-fundamento, que es omnipresente e inescapable: AQUÍ-AHORA-ESTO. Joan es una expresión de esta Realidad-Una, no la propietaria de ella. La vida de Joan como alcohólica y drogadicta (hace 30 años) era una expresión tan perfecta de esta Realidad-Una, como ‘su’ vida actual.

Hay muchas historias en la vida de Joan: muchas versiones, siempre revisadas. La vida misma es cambio incesante. Joan se siente feliz ahora, y un minuto después triste. Un día está llena de entusiasmo y energía, al día siguiente tiene dolor de cabeza e indigestión ácida. Serena y amante en una situación, en otra perdiendo los papeles… Algunas veces, cuando se siente deprimida o ansiosa, enfrenta esos sentimientos sin ninguna resistencia ni intento de escapar, simplemente sintiendo de modo total y permitiendo que esos sentimientos se disuelvan; en otras, cuando siente esos mismos sentimientos de incomodidad, se obstina en buscar algún alivio (leyendo algún libro o viendo TV, mordiéndose las uñas o chequeando sus e-mails o cualquier otra cosa). No hay

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personas ‘iluminadas’. Aquel que pretenda estar ‘iluminado’ está engañándose. Claridad es la aceptación que abraza absolutamente todo. Esta aceptación no es algo que la persona ‘hace’. Es una descripción de lo que siempre-ya, ES. Todo ESTÁ siendo aceptado — ahora mismo.

Podría describir muchos cambios en el carácter de Joan a lo largo de lo que aparece como ‘tiempo’ (alguna vez fue alcohólica, ahora no; en una época buscaba desesperadamente la iluminación, ahora ya dejó de hacerlo; alguna vez su pelo era rubio, ahora es gris; en un tiempo acostumbraba pensar que estaba más cerca de la verdad cuando meditaba que cuando comía papas fritas, ahora ese pensamiento aparentemente ha dejado de surgir). Pero esos cambios son detalles argumentales de una película. Son fantasía, son incidentales. No significan nada.

Enfocarse en esa clase de cambios (en mí o en ti o en cualquier otro) es enfocarse en los detalles argumentales de una película. No hay nada malo en ello, pero no te llevará ni un solo paso más cerca de la pantalla que la película que está proyectándose ahora mismo. De hecho, la pantalla está allí en cada uno de los momentos de la película, y tú estás realmente viendo la pantalla todo el tiempo que estás observando la película. Está igualmente presente en una escena de conmovedora belleza que en una escena de escalofriante terror. Del mismo modo que un espejo es todo lo que estás viendo realmente en cada uno de sus aparentes reflejos (todas estas analogías se resquebrajan más allá de cierto punto, así que no te las tomes demasiado literalmente, o quedarás atascado en ellas). Cualquier ‘pantalla en blanco’ o ‘espejo vacío’ que creas haber encontrado es tan sólo otra imagen en el espejo, otro reflejo: tú eres el ver mismo, ninguna ‘cosa’ en absoluto. Tú eres el AQUÍ-AHORA que ESTÁ aceptando todo, aceptando incluso la aparente no-aceptación.

Es muy simple. Aquí mismo, ahora mismo, no hay ninguna ‘Joan’. En absoluto. Estoy hablando desde mi experiencia directa, no desde alguna creencia. Mira por ti mismo y ve si no es así. Hay sólo sonido, sensación e imágenes visuales. Eso es todo lo que hay. No hay ninguna ‘Joan’, ni ninguna ‘iluminación’, ni ninguna ‘claridad’, ni ningún ‘pasado, ni ningún ‘futuro’, ni ningún ‘presente’, excepto en la mente. El pensamiento y la memoria y la imaginación tejen la historia de ‘mí’ (y la de ‘otros’ y la del ‘mundo’). Crean la ilusión del tiempo y de la continuidad. Y muy

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pronto el proyector está rodando, y tenemos película tras película, sensacionalmente realistas todas ellas, pero todas pura fantasía. Joan y Su Camino Hacia la Iluminación. Joan y Sus Fracasos. Joan y Sus Éxitos. Cómo Joan Ha Cambiado Ahora Que Hay Claridad. Cómo Joan se Compara con Ramana Maharshi… ¿Es Ella o no es Ella? Y dale que dale… y todo es como lo que ocurre cuando prendes tu televisor. Incluso si el programa es pura basura, si lo miras por más de medio minuto empezarás a quedar absorta en él.

Es así como albergamos la idea de que el objetivo de la espiritualidad es apagar el televisor y mantenerlo apagado. Y ese es el objetivo de muchas escuelas de meditación. Pero esa práctica de meditación es también un programa de televisión. Todavía se cree en la ilusión-raíz: de que hay ‘alguien’ que supuestamente tiene en sus manos el control remoto y mira la TV. Ese alguien no existe.

Ver está ocurriendo, pero no hay nadie que esté viendo. Eso puede ser investigado ahora mismo. El ‘yo’ que está viendo, leyendo, comprendiendo estas palabras, es un pensamiento posterior, una imagen mental. Ver simplemente ES.

Todo simplemente ES.

[Entrevista de Kees Schreuders, Amigo]

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Leo Hartong

Despertando al sueño

Pregunta: Hace poco aparecieron en mi interior ciertas ‘formas’ (no utilizo ni drogas ni alcohol). ¡Eran tan hermosas y tan extrañamente familiares! Parecía como que la conciencia de ellas empezó cuando comencé a realizar ciertos ejercicios de imaginación (creados a través de ‘mí’). Si hay algo que le gustaría comentar, por favor, se lo agradeceré.

Leo Hartong: Todas las experiencias, desde hacer las compras hasta una explosiva experiencia mística, son el contenido de la conciencia. La conciencia no puede ser objetivada por la mente, del mismo modo que la visión es invisible para el ojo. Es tan clara y simple como el espacio, y sin embargo, indescriptible. ¡Tan sólo trata de describir el espacio tridimensional! Verás que es imposible. Ver esto no es algo difícil, y sin embargo, está más allá de la capacidad de la mente de capturarlo en palabras. La mente necesita conceptos, palabras, pensamientos e imágenes, mientras que la conciencia es el contexto invisible en el cual la ‘mente-experiencias’ aparece. Ve qué ocurre cuando desplazas la atención del contenido al contexto. Permanece con ese vacío silente, descubre que el ‘yo’ es también un objeto en esta conciencia. Y ve entonces que queda únicamente el ver, sin ‘alguien’ efectuándolo. Permítete a ti mismo dis-solverte y nada necesitará re-solverse.

Pregunta: Irrumpí en tu website anoche y leí el fragmento del último capítulo de tu libro. Muy lindo. Tu descripción de este estado iluminado es de una elegante sencillez.

¿Has experimentado personalmente ese estado? Es un estado que anhelo.

LH: Que la iluminación sea una ‘experiencia’ o ‘estado’ para ‘alguien’ constituye el mito de la iluminación. La iluminación no es tanto una experiencia para ‘alguien’, como, más bien, estar libre de

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ser un ‘alguien’. Sí, hay maravillosas experiencias (experiencias ‘pico’ o experiencias místicas) que son a menudo confundidas con la iluminación. La verdadera iluminación ya está totalmente presente, pero, en tanto la mente piense que es algún tipo de experiencia, este hecho se pasará por alto.

Tu verdadera identidad es el sujeto último, el cual es consciente de todas las cosas sin esfuerzo. Para este sujeto último —esta presencia observante— todas las cosas que aparecen son un objeto, incluyendo los pensamientos, el ego y la mente. Desde este ángulo, la mente aparece en la conciencia. Desplaza la atención de la experiencia al experimentar mismo, de lo visto (la mente) al ver, y de lo conocido al conocer, y todo quedará claro. Ver jamás puede ser visto por el ojo, y este conocer jamás puede ser objeto de sí mismo, por cuya razón está —como suele decirse— más allá de la mente.

Te deseo la claridad que anhelas. ¡Pero cuidado! Ello puede aniquilar el ‘tú’ que anhela esa claridad.

Pregunta: Algunos maestros Advaita dicen: ‘Reconoce quién eres realmente, entrénate en ese reconocimiento y estabilízate en ese reconocimiento’. Otros dicen: ‘No hay nada que ganar, no hay ningún ‘tú’. ¡Hay sólo esto!’.

La primera aproximación me ofrece un método para encarar mis emociones, mis frustraciones y mi errónea creencia de ser una persona. Aunque aprecio la segunda aproximación, no ofrece ningún método para lograr estabilizarme en eso que realmente soy. ¿Tienes alguna sugerencia en relación a ello?

LH: Los métodos para encarar las emociones están muy bien, pero pertenecen al ámbito de la psicología, y tienen poco o nada que ver con el claro ver. Esos métodos son para confortar y ajustar a la ‘persona’. Lo que aquí se discute es sobre ver ‘a través’ de la persona como a través de una ilusión, y no sobre proporcionarle métodos. Que el trabajo de la persona sobre la persona tenga éxito es tan improbable como el que una trampa logre atraparse a sí misma.

El problema con tratar de llegar ahí es que, automáticamente, te confirma que no estás ahí. Te confirma que realmente hay un ‘tú’ separado que tiene que llegar a algún lugar más tarde. Esto mantiene la ilusión de separación y la ilusión del tiempo intactas y

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muy vivas. No hay realmente ningún personaje separado que vaya a alcanzar algún estado futuro de a-temporalidad.

Esto trata sobre el reconocimiento de qué es en verdad eso que vive, piensa, ve, y respira ‘como’ y ‘a través’ del aparente personaje. Es la Sustancia-Una. Es tal como es, simplemente esto. Presencia-conciencia. El ‘pequeño tú’ no puede llegar a estabilizarse en esto, pues tú eres esto.

Pregunta: Me siento muy frustrado por ser aparentemente incapaz de tener siquiera una experiencia de una fracción de segundo de mi verdadera identidad. Mi mente siempre está quejándose de esto y de aquello.

Cuando hace calor se queja del calor, y se queja también cuando el cuerpo no se siente bien. De manera que estas quejas prosiguen todo el tiempo. No culpo al cuerpo ni a la mente por ello porque no hay escape de la tiranía de la vida. Eso no significa que sea infeliz. Soy feliz a menudo, cuando las cosas van a mi manera y de acuerdo a lo planeado, pero tengo, por otra parte, un flujo de pensamientos cargados de enojo. La mente, siendo como es, no puede parar. Creo que sabes a qué me refiero. ¿Hay manera de escapar de este sueño que, mientras dura, parece tan real?

LH: Tu frustración es comprensible, porque estás mirando en la dirección equivocada. Tu verdadera identidad no es una experiencia: es el experimentar. Así como el sentido de la vista puede ver pero no ser visto, tú puedes experimentar, pero no ser experimentado. Tú eres el experimentar.

Esta comprensión ‘atraviesa’ tu mail. ¿Qué es eso que ve a la mente saltar de una cosa a otra? Dado que ve la actividad de la mente, debe de estar más allá de la mente. No hay escape de la tiranía de la vida porque no hay ningún ‘tú’ que esté esclavizado por ella.

Mira al interior, ahí donde supuestamente existe un ‘yo’. ¿Puedes encontrarlo, o es simplemente más pensamiento? ¿Y qué es el pensamiento? ¿No es, otra vez, tan sólo mente? No hay ningún ‘tú’ que esté feliz o enfadado. Sólo hay emociones que surgen y que la mente etiqueta como ‘positivas’ o ‘negativas’. Esta calificación parece hecha por un ‘yo’, pero verdaderamente no es nada sino —otra vez— mente.

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Relájate en el ver. Advierte que todo lo que surge es lo visto. Aparece, persiste por un rato, y desaparece. Pero el ver (tu verdadera identidad) permanece.

Los pensamientos cargados de enojo no tienen ningún poder. El único poder que parecen tener viene desde más allá de ellos y de la creencia de que son tus pensamientos. Observa el pensar (tú eres el observador), ve cómo los pensamientos surgen por sí mismos, y sólo después de haber surgido, aparece el pensamiento de que eres tú el que tuvo esos pensamientos. Nuevamente, éste no es sino el siguiente pensamiento, espontáneo y que surge por sí mismo.

No aceptes ni rechaces esto simplemente, sino verifícalo por ti mismo. Ningún otro puede hacerlo por ti.

Pregunta: En las experiencias cercanas a la muerte (ECM) se dice que el alma deja algunas veces el cuerpo y ve la situación desde ‘arriba’, advirtiendo cosas que nunca podrían haber sido vistas desde la perspectiva del cuerpo. Si no hay un ‘yo’ separado, como Advaita sostiene, ¿cómo puede haber un alma separada? En otras palabras, ¿cómo encaja el concepto de alma en una perspectiva No-Dual? ¿Qué es aquello que ve desde ‘arriba’ en una ECM?

LH: El ver al que te refieres no implica automáticamente un

alma. Eso que aparece como todas-las-cosas, puede también aparecer como el ver en una ECM. El siguiente paso que a menudo se reporta en una ECM es que parecería haber un ‘umbral’, el cual la persona que atraviesa la experiencia considera como un punto de no-retorno. Desde la perspectiva de Advaita, ir más allá de ese umbral es simplemente el paso final, después del cual la ilusión de una individualidad separada propia se fusiona de vuelta con el yo oceánico.

Respondo a esta pregunta porque no quiero dar la impresión de que estoy eludiendo un tópico difícil, pero también me gustaría recordarte que la mente es muy astuta y capaz de producir preguntas interminablemente. La respuesta última no está en la mente; la mente vive en —y por gracia de— la ‘respuesta última’.

No hay manera de que el pensar pueda llevarte más allá del pensar. Desde esta perspectiva, la mente puede concluir que esto es

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muy difícil, o que simplemente es una farsa utilizada para eludir preguntas.

Como siempre, yo señalo hacia ‘atrás’, a eso que es consciente de la mente. Es anterior al pensamiento y más allá de lo ‘simple’ y lo ‘complejo’. Es eso que se expresa vía la mente como el pensamiento ‘yo soy’. Pero tú eres antes de que ese pensamiento pueda surgir. Permanece con eso, y todas las preguntas que te distraen de la verdadera esencia se disolverán.

Pregunta: Hay algo que continúa molestándome sobre el Advaita. ¿Cómo sabemos que aquello a que nos referimos como conciencia no es una función de este cerebro? Aunque Advaita dice que todo surge dentro de la conciencia, ¿no es también verdad que esta conciencia que yo soy desaparecerá al momento de la muerte?

Por favor, ayúdame con cualquier sugerencia. Simplemente, me parece claro que, sin este cerebro, no habría conciencia para este cuerpo al que me refiero como ‘yo’.

LH: Así como no tengo ninguna verdadera respuesta para el ‘cómo sabemos…’ de tu pregunta, así tampoco sé cómo el corazón late, cómo las células se dividen y renuevan y cómo funciona el metabolismo. Sé que podemos describir estos procesos hasta cierto punto, pero ello tiene que ver más con ‘lo que’ está ocurriendo que con el ‘cómo’ está ocurriendo. Cómo es que pueda existir algo en absoluto —especialmente conciencia— es literalmente alucinante.

Tú mezclas dos cosas aquí: lo que yo señalo como ‘conciencia pura’, y la ‘conciencia personal’. El término ‘conciencia pura’ es, como digo a lo largo del libro, un ‘señalizador’ (o ‘indicador’) conceptual de esa ‘cualidad viviente’ que me permite hacer la señalización. Lo que tú llamas ‘la conciencia que yo soy’ —y que podría desaparecer o no en el momento de la muerte— es el modo como esta energía anima-dora se expresa vía el cerebro. El pensamiento primario es ‘yo soy’, y ello, luego de adquiridas las palabras para pensar esto. Pero antes de que ese pensamiento pueda surgir, tú eres. Este ‘tú primario’ no es el personaje (persona) que se identifica a sí mismo como el organismo cuerpo-mente. Es la energía que es la ‘fuente de poder’ de la manifestación entera.

Compara esta ‘energía anima-dora’ con la electricidad. Se expresa como luz, vía una bombilla. La bombilla puede considerar

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la instalación eléctrica como aquello que provee la electricidad. Cuando la bombilla escucha sobre esta electricidad inmortal, puede que diga: ‘Sí, pero cuando esta instalación eléctrica dentro de mí se descomponga, la luz desaparecerá, y eso será mi fin’. Si la bombilla viera que la luz se origina en la electricidad y no en la instalación, reconocería a aquélla como su verdadera naturaleza. Eso que le da vida y que no es afectado por la ‘muerte’ de la bombilla.

Todo lo que puedo sugerir es descubrir cuán real es este ‘yo’ que podría morir. La certidumbre de que no eres el cuerpo tiene que abrirse paso y ‘quemar’ todas las dudas. Descubre y reconoce la electricidad que ‘enciende’ tu ‘instalación’. Este reconocimiento no te puede ser entregado, dado que ‘elimina’ al ‘tú’ que piensas que eres. Ve si este ‘tú’ que supuestamente efectúa el pensar se puede hallar aparte del propio pensamiento. Ve si hay realmente un ‘tú’ que ‘efectúa’ el pensar y el vivir. Si no puede encontrarse, entonces ¿quién es el que va a morir?

En tanto te creas a ti mismo limitado al organismo cuerpo-mente en lugar de la ‘energía anima-dora’, serás como la bombilla y te ‘venderás demasiado barato’.

Pregunta: He estado totalmente envuelto en una disputa, aunque había ‘decidido’ intentar observar el papel jugado en este conflicto. Más tarde estuve fastidiado conmigo mismo por haber quedado tan ‘involucrado’ que olvidé totalmente lo demás.

Hablando con una amiga, ella me dijo: ‘Pero tú estabas ‘observando’, porque lo recuerdas’. Sentía que yo estaba en Maya y en el involucramiento, y que había olvidado quién era —o quién soy— yo. Lo que quería saber es: ¿es esto ‘observar’?

Leo Hartong: ‘Observar’ no es algo que tú ‘haces’. Es la realización de que hay una conciencia viva de todo lo que está teniendo lugar. Observar está presente siempre, y la realización de ello es lo que se está señalando, tanto aquí como en el libro.

Ve que incluso cuando estás absorto en una actividad o en un pensamiento, algo es (o está) consciente de eso. Es la conciencia la que te permite saber que —como bien dices— ‘yo estaba tan involucrado… etc. que olvidé todo lo demás’. Algo ha notado esto, de otro modo no serías capaz de recordar y reportarlo. Ese algo está consciente también de la idea de que podría haber un ‘tú’ tratando de efectuar la observación. Este ‘tú’ o ego parece ‘tener’

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conciencia. pero en realidad hay conciencia del ‘tú’-ego. El re-conocimiento de este presencia observante no es algo a ser practicado por una entidad aparentemente separada. Es el re-conocimiento impersonal del siempre-presente uno-yo-conciencia-realidad. Así que sí: el observar estaba ahí cuando pensabas que no estaba, porque algo estaba consciente del aparente espacio-tiempo en el que pensabas que tú no efectuabas el observar. En último término, no hay siquiera un ‘tú’ separado que lo efectuara. Las idas y venidas del ‘tú’ que trata de observar, están siendo observadas.

Pregunta: No quiero llevar esto al nivel de una columna sobre la ‘agonía de mi tía’, pero me pregunto si tienes algo que decir sobre la ‘adicción’, colocándola quizás en un contexto mayor. Supongo que lo que estoy preguntando tiene que ver con el ansia y la conducta obsesiva.

LH: Lo que surgió cuando consideraba tu pregunta fue que el problema-raíz de todos los problemas es el sentido de ser una entidad separada y estar identificado como un cuerpo-mente. Desde esta ‘raíz’ puede crecer un árbol frondoso con incontables ramas y hojas. La adicción es uno de estos ‘crecimientos’, y trabajar con ellos ‘hoja por hoja’ y ‘rama por rama’ es una tarea interminable y desalentadora.

Mi sugerencia es ir directamente a la raíz. Descubre que tú no eres el cuerpo-mente. Si esto llega a quedar absolutamente claro, el problema de la adicción desaparecerá. La adicción puede continuar o no, pero ya no será ‘tu’ adicción ni ‘tu’ problema.

El cuerpo-mente Wayne Liquorman es totalmente sobrio, pero Nisargadatta era adicto a la nicotina, y murió por ello. Nisargadatta no consideraba su nombre, cuerpo o mente como su identidad. La adicción puede ser del cuerpo o la mente, y es una de las maneras en que la conciencia aparece ante Sí Misma.

Aquello que tú eres verdaderamente no es adicto a nada. Es la libertad misma, y tú eres eso.

Pregunta: Tal vez todo sentido de liberación, sea verdadero o falso, es, en el mejor de los casos únicamente temporal: ‘Esto pasará también’.

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No veo ninguna razón para que la conciencia misma deba ser excluida de esta regla de la ‘prueba-del-tiempo’.

LH: Conciencia es tan sólo una palabra para señalar el in-nombrable eso. ‘Pastel de manzana incondicional’ podría servir igualmente.

Todo lo que cae bajo la regla de la ‘prueba-del-tiempo’ viene y va. Pero eso en lo cual viene y va, en sí mismo no viene ni va. Ir y venir es cosa del tiempo y el espacio. Eso desde lo cual tanto el tiempo como el espacio surgen, es anterior a la manifestación y no es tocado por ella. Incluso la propia lógica de la mente ordena que ello sea así.

Cuando percibimos un universo con ‘tiempo’ y ‘espacio’, percibimos también ‘causa’ y ‘efecto’. Cuando hay causa y efecto tiene que haber una primera causa. Esta primera causa debe ser en sí misma sin-causa, de lo contrario no podría ser primera causa. No tiene por lo tanto ningún comienzo. Y si no tiene comienzo tampoco puede tener fin, y cualificaciones como ‘antes’ o ‘después’ no pueden aplicársele. Sin estos criterios, eso está fuera de —o es anterior a— las dimensiones del espacio y del tiempo.

Nada de lo dicho o escrito puede ser eso, y no obstante, nada puede no ser eso, de la misma manera en que todos los objetos que aparecen en el espacio no son el espacio en el que aparecen. Pero más allá del nivel subatómico, todas las cosas colapsan en energía-espacio. De la misma manera, todo lo que aparece en eso (conciencia), se disuelve en eso (conciencia).

La liberación ‘ocurre’ cuando eso (conciencia-pura) —que no tiene comienzo ni final y que no viene ni va— es reconocido por eso como tu/Su verdadera identidad.

Pregunta: Realmente disfruto con los fragmentos y boletines

en tu website. Tus explicaciones son profundas y comprensibles, quizás tan sólo porque he estado leyendo sobre la conciencia-observador durante tanto tiempo… Desafortunadamente, me encuentro atrapado en este círculo vicioso de ‘mi mente’ tratando de ir más allá de ‘mi mente’, fuera del ego.

Así que nada ocurre. ¡He decidido aplazar la conciencia hasta el día de mi muerte! De otra manera es demasiado doloroso y no puedo encarar esta vida.

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LH: Lo principal es ver que no hay ningún ‘yo’ que escape o no del círculo vicioso. Tampoco es ‘tu’ mente; es tan sólo ‘mente’. Ni tampoco eres ‘tú’ el que tiene que ver esto. Hay únicamente ver, sin ‘alguien’ efectuando el ver. La estructura de nuestro lenguaje demanda el que haya un ‘yo’ que efectúe el ver, y entonces se olvida que este mismo ‘yo’ no es otra cosa que lenguaje-pensamiento. El ‘yo’ en la expresión ‘yo pienso’ tiene tanta sustancia como el ‘[ello]’ en la expresión ‘[ello] llueve’.

Observa y advierte que los pensamientos tan sólo aparecen, sin un ‘tú’ efectuando el pensar, y entonces ya no serán vistos como problemáticos. Es simplemente ‘lo que es’, completo en sí mismo y sin ninguna necesidad de alteración o modificación.

También se puede ver que algo es consciente de la actividad de la mente, pues de otro modo no podría ser reportado. Esta conciencia no puede ser un objeto para Sí Misma. Es el conocer que no puede ser conocido y el ver que no puede ser visto. Es el in-experimentable experimentar mismo. Tú eres eso.

Esperar a que esto llegue a quedar claro es, de nuevo, tan sólo pensamiento espontáneo y que surge por sí mismo, lo cual es tan sólo la manera en que eso aparece ante Sí Mismo, y no ‘tú no consiguiéndolo’. Todas-las-cosas son eso y tú eres eso. Eso no es algo que tú puedas postergar hasta el día de tu muerte; eso es lo que verdaderamente eres, exactamente igual que ola y océano son ‘una sola agua’. Ello es así incluso cuando eso está expresándose como el aparente ‘tú’ separado y todo lo demás que aparece, incluyendo estrellas, pájaros y dudas, sea que ello sea o no así realmente.

Como tú decías: ‘Nada ocurre’. Eso es como es, y no hay necesidad de esperar a que ocurra alguna experiencia. Todas las experiencias vienen y van, pero eso —que es consciente de todo ello— no viene ni va. Es el espacio consciente en el cual todo surge y se disuelve, del mismo modo que los pensamientos de ayer aparecieron y se disolvieron nuevamente.

No hay ningún ‘tú’ que tenga una vida que encarar. Es decir, la vida —eso— simplemente está ‘viviendo’ la vida, y lo hace también como ‘tú’. El dolor puede surgir, el placer puede surgir, pero eso en lo cual todo ello surge es la alegría sin-causa que no conoce opuestos. Eso es el corazón inmóvil en el centro de la tormenta, eso es el espejo auto-reflejante, no afectado por aquello reflejado, sea lo que fuere. Tú eres eso.

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Pregunta: ¿Es este estado ‘despierto’ la realidad última? ¿El

pináculo de la evolución? ¿Cómo puede saberse con certeza que no hay nada más que esto? ¿Cómo puede haber la certidumbre de que es así?

LH: La evolución concierne al nivel relativo de existencia.

Eso, o ‘Lo Último’, no es el pináculo de la evolución, pero es eso desde y en lo cual surge la aparente evolución. Dentro de la estructura del sueño de la existencia, en donde las ilusiones de tiempo y espacio son aplicables, la evolución podría ir en todas las direcciones.

Quizás la capacidad telepática pueda evolucionar, o tal vez podamos descubrir cómo viajar más rápido que la velocidad de la luz, o cómo tele-transportarnos y encontrar el secreto para ser físicamente jóvenes durante diez mil años: ‘¡Sonríe para mí, Scotty!’.

Escribes: ‘¿Cómo puede haber la certidumbre de que es así?’. Esto es su propia certidumbre. No puede ser conocido por alguien pues es el conocer mismo. La evolución no es aplicable al infinito. La totalidad de la aparente evolución aparece en el tiempo-espacio, y es una representación en y sobre el silente telón de fondo desde el cual todo surge. Sea (esto que surge) lo que fuere, no afecta a eso, del mismo modo que una pantalla de cine permanece inafectada, sin importar si sobre ella se proyecta Star Trek, o Gladiator.

Como el propio espacio, eso permanece (siempre) inafectado por aquello que aparece en él, y estará allí aun cuando las apariencias se disuelvan de regreso a él. Si aun la metáfora espacial permanece en sí misma indescriptible, ¿cuánto más es aplicable a eso para lo cual la metáfora espacial es utilizada? Y del mismo modo que con el espacio, los conceptos dualistas de ‘cierto-incierto’, o ‘conocer-no conocer’ son inaplicables. Eso no es algo complicado, y no obstante, eso es incomprensible. Eso es omni-penetrante, a-temporal, siempre-presente y puro.

Todas estas descripciones son meros indicadores, dado que eso no puede ‘embutirse’ en un concepto. Eso está más próximo que lo próximo, es el centro desde el cual todo emana, incluyendo el sentido de ser un individuo que tiene preguntas. Eso es lo que tú eres, aquello que aparece como tú, y no algo que puedas conseguir,

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como una flecha capaz de señalar en todas las direcciones, excepto hacia sí misma. Esto es eso, tú eres eso.

Pregunta: El indicador de Joseph Campbell: ‘Persigue tu felicidad’ tocó mi corazón, y sin embargo, aun cuando continúo buscando mi ‘felicidad’, no la he encontrado con ningún medio de subsistencia que haga a mi corazón cantar.

¿Estás sugiriendo que esto es tan sólo ‘lo que es’ y que no hay nada que pueda yo hacer para hallar un medio de subsistencia con el que realmente pueda ganarme la vida? Hay una gran frustración y ansiedad y un sentido de ‘carencia’. ¿Tengo alguna opción en esta materia?

LH: Como no estoy familiarizado con esa sentencia de Joseph

Campbell, no puedo decir nada al respecto. El título de su libro parece sugerir que existe un ‘tú’ separado que podría perseguir o no su felicidad. Desde el punto de vista No-Dual, este concepto no tiene mucho sentido.

No es tanto que no puedas hacer nada, sino que no hay ningún ‘tú’ separado que pueda hacerlo. Todo lo hecho o no-hecho es ‘como’ eso/Dios aparece ante Sí Mismo. El sentido de separación, el sentido de ser un individuo, es también eso apareciendo ‘como’ el aparente individuo. Cuando ves estatuas o adornos hechos bellamente en oro, tú puedes enfocarte en las distintas formas, o notar que, en esencia, todos son Una-Sustancia.

Todo lo que ocurre es una incitación para ver qué es lo que realmente vive ‘tu’ vida. Si hubiera realmente un ‘tú’ en los controles, ¿habrías tenido jamás algún pensamiento o emoción infeliz? Nuevamente, no estoy sugiriendo que no tienes esperanza, sino que no hay ningún ‘tú’ sin esperanza.

Los problemas que describes son dolorosos. Mientras mayor sea tu disposición para permanecer con ‘lo que es’ —al margen de lo que éste sea— mayor será la paz. La felicidad que estás buscando queda oscurecida por la propia búsqueda, por el deseo de que las cosas sean diferentes. Como dice Chuang Tzu: ‘La felicidad es la ausencia del esfuerzo de ser feliz’.

Mientras más deseemos que las cosas sean diferentes, mayor será el sufrimiento. Al parecer, aquí entramos en contradicción, porque si hay algún deseo de que las cosas sean diferentes, ese es el modo en que las cosas son, y sea como sea, podría ser bienvenido.

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La felicidad no es algo que consigues sino lo que esencialmente eres. Es el espacio consciente en el cual los opuestos del dolor y el placer surgen. Es el profundo silencio desde el cual todas las cosas surgen y en el cual nuevamente se disuelven. Es la alegría sin-causa, no afectada por las preocupaciones; como un espejo, no es afectada por aquello que refleja. Tú eres eso, tú eres el espejo en el cual tanto ‘tú’ como el sufrimiento en curso, quedan reflejados.

Si esto es reconocido y aceptado —por ninguno—, hay paz. El sufrimiento puede continuar o abrirse una ruta de ‘salida’, a nivel relativo. Eso que verdaderamente eres es la felicidad misma y no hay ‘ninguno’ que pueda perseguirla. Es simple y puro ser. Tú eres eso.

Pregunta: Estoy tan exhausto. ¡Y la niebla en el cerebro es

extrema!… Tampoco sé qué hacer… ¡Y las ‘personas’ realizadas continúan insistiendo que no hay ‘nadie’ allí, así que: ‘nadie’ sabe ya qué hacer!…

Existe el temor de que todos ustedes sean unos artistas fraudulentos… (Iluminación = ¿Fin del sufrimiento?… ¡Y ahora no me digas que, de cualquier modo, no hay ‘nadie’ allí que sufra!).

¿Cuál es la diferencia entre ‘hay sufrimiento’ y ‘yo sufro’? ¿Dónde está la diferencia? ¡Ambas son el infierno! Yo no veo diferencia en absoluto. ¡O puede que yo sea el artista fraudulento, y simplemente esté proyectándolo sobre ti…!

LH: O todos a lo largo de la historia iban descaminados, o

estás buscando en la dirección equivocada. Quizás estés buscando algo sin advertir que la joya está en el invisible buscar mismo. Tú preguntas cuál es la diferencia entre ‘sufrir’ y ‘alguien que sufre’. Y ya proporcionaste la respuesta que no quieres escuchar: ‘¡Y ahora no me digas que no hay nadie allí que sufre!’.

Así que, si no te gusta esta respuesta, he aquí unas pocas preguntas:

a) ¿Cuál es la diferencia, al observar una película, entre creer

que es todo real, y saber que es sólo una película?b) ¿Cuál es la diferencia, al ver un espejismo en el desierto,

entre creer que es un lago, y saber que es un espejismo?

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c) ¿Cuál es la diferencia, al ver a un mago en el escenario aserrando a tu novia por la mitad, entre creer que es real, y saber que es un simple truco?

Podemos decir que ‘ninguna diferencia’, porque, sepamos que es una ilusión o no, vemos la misma cosa. O podemos decir que hay un mundo de diferencia, porque no hay la misma ‘inversión emocional’ en aquello que vemos.

Echa una mirada y ve si puedes encontrar a aquel que está ‘efectuando’ el sufrimiento. O tal vez, ve si hay algo que permanece intocado, algo que es consciente del sufrimiento.

Pregunta: Todo el mundo dice que es la conciencia la que, al

parecer, aparece como todas las cosas… Esta Unidad se manifiesta a sí misma en tantas formas diferentes. ¿Qué es eso que hace que el UNO aparezca como los muchos?

Me gustaría conocer ‘tus’ razones. ¡Y por favor no hables de lo que se dice en los libros porque ya he leído demasiados! Dime lo que tú sabes… aquello que tú has experimentado.

LH: El UNO apareciendo como los muchos es auto-originante.

Es la primera-causa sin-causa; el origen sin-origen. Es eso que produce al tiempo y el espacio y es, en sí mismo, anterior a tiempo y espacio. No tiene ‘por qué’, ni ‘cuándo’, ni localización, y es, sin ninguna razón para ser. Podríamos decir que eso es, en sí mismo, la razón misma de todo ser o no-ser.

Ninguna etiqueta se le puede aplicar, y por eso ha sido llamado vacío. Incluso llamarle ‘vacío’ es una etiqueta, y de nuevo, tan sólo palabras. Cualquiera sea la respuesta, será tan sólo palabras, y aparentemente, tú mismo has encontrado que las palabras son incapaces de comunicar la respuesta que estás buscando.

Me preguntas cuál es mi experiencia. Cuando leas el libro Awakening to the Dream [Despertando al Sueño] o cualquiera de los boletines, encontrarás que yo no llamo a esta ‘comprensión’ una ‘experiencia’ para ‘alguien’, sino que señalo a la realización de que no hay ningún individuo que pueda tener tal experiencia.

Eso no es algo que pueda ponerse en palabras, así que nadie puede decirte qué es. Es como preguntar por el sabor de una manzana: no puede explicarse. No porque sea algo complicado,

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sino porque las palabras son siempre símbolos de ‘algo’; nunca son la cosa misma.

En el caso de la manzana, las palabras pueden señalarte dónde encontrar a un vendedor de manzanas o dónde encontrar un árbol de manzanas, pero saborear la manzana es algo que sólo puedes hacer tú. Para tu pregunta sólo puede haber una señalización de esa cualidad-viviente que te permite a ti formular esa pregunta.

Un ‘saboreo’ del ‘árbol de la iluminación’ disolverá a aquel que ‘saborea’, y únicamente quedará el ‘sabor’.

Pregunta: Algunos actores en la representación despiertan al sueño, mientras otros no. ¿Es que el YO elige a alguna gente en papeles que impiden la posibilidad del ‘despertar’, o hay un ‘campo de representación’ igual para todos?

Si realizar nuestra irrealidad es deseable, ¿sugiere esto algún propósito en el juego, o es nuestro estado de conciencia algo sin ninguna significación real en el gran esquema de las cosas?

LH: Cuando utilizo la metáfora del actor, me refiero al Uno desempeñando todos los papeles. Lo que tú llamas ‘actores’ es lo que yo llamo los diferentes papeles o mascaras del Único Yo.

Estas ‘mascaras’ no despertarán jamás: es siempre el Uno despertándose a Sí Mismo. El despertar revela que no hay ninguna separación en ninguna parte, y por consiguiente, ningún individuo separado en algún relevante o irrelevante estado de conciencia.

‘Realizar’ o ‘no realizar’ esto, son, uno y otro, el Único Yo apareciendo como esta representación cósmica. Despertar puede parecer deseable y ser el propósito del juego, pero la ‘realización’ no tiene ningún mérito especial.

Sea ‘despertando’, sea ‘soñando’, todo ello es eso. Como los muchos ornamentos hechos todos de oro: cualquiera sea la forma que tome el oro, jamás es otra cosa que oro. Ningún ornamento puede volverse más ‘verdadero’ en su esencia a través de un cambio en su forma, ni puede aquel que ‘busca’ volverse más eso cambiando su papel por el de aquel que ‘encuentra’. Entiendo que puede parecer así, pero esto es en sí mismo la ilusión, la cual, por supuesto, es únicamente otra modificación en la conciencia o en el modo en que eso aparece ante Sí Mismo.

Hay únicamente eso, y nadie que lo ‘consiga’, pero (y aquí vienen las buenas noticias) tampoco nadie excluido de la fiesta.

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Pregunta: Tu libro es tanto consolador como provocador.

Nadie puede ser ‘iluminado’ o ‘despertado’. Una máscara puede o no ser despertada dentro del sueño, pero ello es irrelevante, hasta donde puedo entender.

Pero dime, por favor: ¿Es de alguna relevancia que eso, siendo el actor, se esfuerce? Porque no soy ‘yo’ el que está esforzándose, sino el Único Yo, actuando como ‘yo’. ¿Es ser ‘bueno’ o ‘malo’ de alguna relevancia? Si el Único Yo representa todos los papeles, ¿es Gandhi —aunque también Saddam— sus actos? ¿Son marionetas, por así decirlo?

LH: ‘Relevancia’ es un término relativo dentro del juego de la vida. Los aparentes eventos, acciones, pensamientos y hechos ciertamente tienen su valor, del mismo modo que los peones tienen relevancia dentro del ámbito del juego de ajedrez.

La palabra ‘relevancia’ tiene la misma raíz que las palabras ‘relativo’ y ‘relación’. ‘Relación’ es de esto a aquello, entre tal y cual, pero la Totalidad no puede relacionarse con nada, porque no hay nada fuera de ella con lo cual relacionarse.

La Totalidad no tiene relevancia, pero la incluye como parte del juego, y dentro de este juego el ‘esforzarse’ puede aparecer; simplemente no hay ningún ‘yo’ separado que pueda elegir entre esforzarse o no.

Cualquier movimiento, cada decisión, cada pensamiento, toda acción o inacción es una modificación en la manera como la conciencia aparece ante Sí Misma.

Decir que Gandhi y Saddham Hussein son marionetas es un modo de expresarlo, pero en verdad no hay ningún individuo, sea utilizado como marioneta, sea controlando independientemente su vida; hay únicamente vida viviendo la vida como aparentes ‘individuos’.

Viendo que eso es Una-Sustancia, no es posible hallar diferencia entre la forma y la sustancia. Del mismo modo que no es posible separar la forma de la estatua de la piedra a partir de la cual fue trabajada. La forma es la sustancia, la sustancia es la forma.

Todo esto es eso. Eso es todo esto.

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Pregunta: En tu libro dices que la conciencia pura es la realidad última no dual. ¿Cómo podría ser así? ¿No necesita la conciencia algo de lo cual estar consciente? ¿Y eso no significa acaso que la conciencia es dualista?

LH: Buen punto, pero en el mismo libro encontrarás también esto:

‘Haz un zoom hacia atrás, y la conciencia y su contenido se unifican en una singularidad auto-luminosa sobre la cual nada puede decirse o saberse, por la sencilla razón de que cualquier cosa que se diga o se sepa es parte y parcela de esta singularidad’.

La aparente dualidad de la conciencia y sus objetos es una división generada por la mente. Si hay conciencia, nos dice el razonamiento, tiene que haber alguna otra cosa de lo cual sea consciente. La mente o el proceso del pensar, puede, por su misma naturaleza, operar únicamente entre pares de opuestos —o en una mezcla de ellos— tales como: caliente-frío, bueno-malo, sujeto-objeto, observador-observado, y así sucesivamente. Sin embargo, la conciencia pura es la ‘enchilada’ entera: las nubes, las aves y el cielo… todas las cosas, así como ninguna.

Comparemos la conciencia con algo simple como una vara de madera. Decimos que la vara tiene un centro y dos extremos. El centro y los extremos son un modo de dividir conceptualmente la vara —lo cual puede ser magnífico para propósitos prácticos—, pero en realidad el centro y los dos extremos no tienen ninguna existencia aparte de la vara. No podemos arrancarlos de la vara para acabar con dos extremos separados sin un centro, o con un centro sin los dos extremos. Lo mismo ocurre con la conciencia; conceptualmente puede ser dividida en el perceptor, el percibir y lo percibido, pero de hecho constituye un único todo indivisible.

Quizás funcione mejor para ti si desechamos la palabra ‘conciencia’ y la reemplazamos con la palabra eso. Eso no puede ser convertido tan fácilmente en una imagen dualista por la mente. En claridad, eso se reconoce a Sí Mismo como todo ‘lo que es’ y todo ‘lo que no es’; sin-causa y auto-iluminante. No hay nada aparte de la conciencia pura, esta sustancia-una, este sabor-uno o esta fuente única… sin importar cómo puede parecerle a la mente.

En términos del hinduismo: ‘Todo lo que es, es Brahman; Brahman es todo lo que es’ [Todo lo que hay es Brahman; Brahman

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es todo lo que hay]. ‘Esto es Unicidad Absoluta, mágicamente disfrazada como multiplicidad’. ‘Esto es el Misterio, Esto es eso’.

Pregunta: Algunos maestros espirituales modernos —al menos aquellos con los que estoy familiarizado— hacen aparecer la iluminación, de alguna manera, como algo simple y natural, algo que simplemente ocurre algún día, cuando hay la suficiente madurez. Con la excepción de Douglas Harding, que habla de ‘la barrera’, como una experiencia descorazonadora y muy dolorosa que, según él, casi invariablemente precede al verdadero despertar (Thaddeus Golas también dice algo similar, aunque no tan claramente, y Ramesh Balsekar habla de un estado que bordea la psicosis, ‘casi enloquecedor’, de ‘volverse loco’, antes de que la comprensión ocurra), muy pocos otros hablan del tema.

No obstante, en la tradición cristiana —la ‘noche oscura del alma’, o la ‘nube del desconocer’— es un tema recurrente en los escritos de los grandes místicos. ¿Qué piensas de todo esto? ¿Qué es la ‘noche oscura del alma’ en tu visión o experiencia?

LH: Gracias por tu pregunta, tan inteligente por cierto.La iluminación es, básicamente, muy simple. El problema con

esta respuesta es que la mente puede responder: ‘Si es tan simple, ¿por qué no loa consigo?’. La respuesta es que no hay ‘nadie’ que pueda ‘conseguirlo’. Todas las preguntas y todas las respuestas son de la mente, y la verdad de lo que eres es anterior a la mente. Es como ver tu rostro por la primera vez en un espejo. Tú no ‘conseguiste’ tu rostro repentinamente; nada cambió. Tu rostro estaba ahí todo el tiempo. Tu ‘rostro original’ está ya, y siempre, presente. No puede ser visto pues es el propio ver, no puede ser conocido pues es el propio conocer.

Mientras dura la búsqueda, ella puede parecer un proceso de descubrimiento de tu ‘rostro original’. Este aparente proceso puede incluir una ‘noche oscura del alma’, pero no hay ninguna regla fija en cuanto a cómo se supone que pueda ocurrir el despertar. Cuando se traspone la ‘puerta sin-puerta’ y la claridad está presente, se ve que no hay ninguna causa aislada para la realización de aquello sin-causa.

Para mucha gente, la iluminación es sinónimo, bien de una experiencia mística o bien de un estado a lograr a través del esfuerzo personal o de la aceptación. En el capítulo ‘Cegado por la

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Luz’ de mi libro [Awakening to the Dream], yo rememoro una experiencia mística así. En efecto, esta experiencia fue precedida por una profunda depresión, experiencia que por aquel momento yo tomé como ‘iluminación’.

Actualmente ya no suscribo este punto de vista, y agregaría que, si hay algo que deseemos etiquetar como iluminación, será el reconocimiento de que no hay nadie a ser ‘iluminado’; que el ‘despertar’ es libertad de la persona, más que libertad para la persona; y que no es una experiencia, sino el experimentar mismo.

‘Libertad de la persona’ a menudo se traduce a la idea de que deberíamos librarnos a nosotros mismos de nuestro ego. Cuando este concepto se ve por lo que es, se advierte que no es otra cosa que la ilusión misma del ego. El fútil esfuerzo de liberarse del propio ego puede llevar al agotamiento y a la frustración, que puede sentirse como ‘la ‘noche oscura del alma’.

Sin embargo, esta dolorosa experiencia no es obligatoria, pues el despertar puede también ocurrir sin tales forcejeos; puede haber un gentil ‘dejarse ir’, o bien ocurrir súbitamente. Al margen de la manera como ocurra, es el final de la búsqueda, así como el final del buscador. Ninguna meta futura ni nadie presente. Tan sólo presencia.

Pregunta: De acuerdo. Conciencia es todo lo que hay, es las nubes ahí arriba, es el sonido de las automóviles ahí fuera, es este cuerpo, estos pensamientos, la silla… ¿Por qué esta conciencia toma este específico punto de vista, la localización específica de este cuerpo-mente (que no es exclusiva), en vez de, digamos, la silla o cualquier otra cosa? ¿Depende la conciencia del cuerpo-mente para revelarse a Sí Misma?

LH: La respuesta corta: no es la ‘persona’ (la perspectiva localizada) la que puede experimentar el Infinito; es el Infinito el que experimenta a la ‘persona’. Todas las formas son de Una-Sustancia, del mismo modo que las olas del océano están todas ‘hechas’ de agua, y no el agua ‘hecha’ de olas. La ola es la perspectiva localizada en esta metáfora. En tanto el agua ‘olea’, existe la aparente expresión individual de cada una de las olas. En tanto la Sustancia-Una ‘individua-lea’, existe la aparente expresión individual de cada uno de los individuos.

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La versión larga: la forma no existe separada de la sustancia. La piedra es la sustancia, la estatua es la forma. La forma puede cambiar, pero la sustancia permanece la misma. La piedra y la forma, lo inmutable y lo cambiante, no son sino dos ‘términos’ o extremos conceptuales de la Conciencia-Una. Y lo mismo con la perspectiva localizada y no-localizada.

Aun cuando la perspectiva localizada está presente, hay algo silenciosamente consciente de ésta. Esta conciencia no puede en Sí Misma estar localizada. Si la localizamos entre los oídos y detrás de los ojos, como muchos hacen, entonces nuevamente eso que es consciente de esto, permanece como el sujeto no-objetivable.

La mejor respuesta al ‘¿por qué?’ de tu pregunta, es ‘¿por qué no?’. Es el modo como el juego es jugado, entre la contracción y la expansión; es la naturaleza de eso aparecer como la aparente diversidad, incluyendo las ‘personas’. Podríamos incluso decir que una ‘persona’ no es otra cosa que una perspectiva localizada.

Como la persona, eso puede realizar que su esencia no es diferente de la Totalidad, pero mientras la Totalidad-Sustancia-Una se exprese como tal, la perspectiva localizada permanecerá intacta. Esta perspectiva puede ser reconocida como una ocurrencia temporal, mientras que el verdadero Yo es realizado como eterno: presencia no-localizada.

Pregunta: Hola Leo, espero que estés bien. Aquí tengo algunas preguntas para ti:

Pregunta 1. ¿Por qué casi todos los maestros iluminados parecen contradecirse unos con otros? Algunos dicen: hagan un esfuerzo; otros dicen: el esfuerzo es el obstáculo. Algunos dicen: debe haber un fuerte deseo de encontrar a Dios; otros dicen que este deseo es como cualquier otro deseo. Algunos dicen: tú tienes que meditar, etcétera; otros dicen que no hay nada que puedas hacer al respecto… ¿A quién creer?

LH: Una buena parte de mi vida la pasé —y la paso— en Amsterdam. La ciudad vieja está construida en forma de círculos concéntricos y, regularmente, los turistas quedan confundidos al preguntar por las direcciones. A menudo tú puedes señalárselas indicando a la derecha, o a la izquierda, o también ‘de frente’,

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cortando a través de los círculos. Aunque éstas son tres direcciones diferentes, todas ellas acaban en el mismo lugar.

A la pregunta sobre si hacer o no un esfuerzo, yo respondería que es la creencia en una entidad separada la que causa el verdadero problema. Debido al esfuerzo, la búsqueda y la acción, la separación y la idea de ‘no estar aún allí’ son reafirmadas. Por otra parte, yo no diría que no puedes hacer nada, sino que te sugeriría que eches una mirada para ver si realmente hay un ‘tú’ separado que pueda hacer algo en absoluto. Si este ‘yo’ separado no puede encontrarse —y esto debe quedar absolutamente claro—, el ‘buscar’ y el ‘tratar’ se desprenderán por sí mismos.

Pregunta 2. Ellos también se contradicen unos con otros en tópicos como la reencarnación, el karma, sea que exista o no un ‘alma’ o entidad individual (burbuja) que sobreviva después de la muerte. Y lo gracioso es que todos ellos suenan tan seguros de que lo que dicen es verdad y de que lo que dicen los ‘otros’ es erróneo… Y los ‘otros’ dicen exactamente la misma cosa de los primeros.

LH: Nada de lo dicho o escrito es la verdad; a lo que la mayoría de palabras pueden aspirar es a señalar hacia ‘atrás’, hacia la fuente desde la cual surgen. Esto ocurre de un millón de maneras y a menudo depende de muchas variables. Si tú me pidieras señalar a Venus en el cielo nocturno en diferentes momentos de la noche, me observarás señalando en diferentes direcciones. Durante el día, sin embargo, te diré que me resulta imposible señalar a Venus. Yo no me preocuparía por el karma, las almas y la reencarnación hasta que la pregunta ‘¿Quién soy yo?’ sea resuelta. Si después de esa respuesta queda aún un interés en tales materias, las respuestas se verán más fácilmente.

Pregunta 3. Recientemente leí comentarios negativos de Tony Parsons en relación a Power of Now; anteriormente, leí comentarios negativos de Ramesh Balsekar con respecto a Osho; y luego comentarios negativos de Osho y Poonja con respecto a Sai Baba: el ciclo es interminable. Mi pregunta es: ¿Por qué después de la Iluminación no pueden decir que aún no saben, que todo es un misterio y que lo que puedan decir es posible que no sea la verdad? ¿Por qué tienen que responder a cada pregunta?

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LH: Muchas de estas personas dicen que la verdad última no puede ser objetivada, que no puede ser aprehendida por la mente y eso por supuesto no excluye a sus ‘propias’ mentes. Ramesh dice a menudo: ‘Lo que aquí se dijo no es la verdad’. Tony Parsons señala las contradicciones que ve en ciertas enseñanzas, pero agrega: ‘Por supuesto, toda esta confusión es tanto una expresión de la Unicidad como la revelación de Ella’.

Pregunta 4. ¿Cuál es la diferencia entre tú y yo ahora? O para ponerlo de otro modo, ¿cuál es la diferencia entre tú ahora, y lo que tú eras antes de la iluminación? Aun cuando tú no defines la ‘iluminación’ como un evento ocurriendo en el tiempo, pareciera que todo el mundo dice que a tal edad y en tal día ‘me ocurrió la iluminación’. Por ejemplo, Ramesh lo dice; Poonja lo dijo y casi todos los demás.

LH: ‘Antes’ es un término relativo. Hay esta incomprensible percepción de que nada ocurrió y de que nada está pasando… ¡Nunca! ‘Antes’ había la creencia de que el despertar tenía que ocurrir. Ahora la ‘es-encia’ de eso aparece en primer plano. Es la Presencia que nunca ha estado ausente, razón por la cual ‘antes’ y ‘después’ ya no son aplicables. Para hacer la conversación posible, yo diría que ‘antes’ yo creía que ‘yo’ utilizaba mi mente; ahora hay sólo mente. Gramaticalmente es conveniente decir ‘yo pienso’ y ‘yo hago’, pero hay esta comprensión de que existe la apariencia del pensar, del hacer, del sentir y del ser, sin un ‘yo’ haciendo cualquiera de estas cosas. La diferencia entre tú y yo es tan sólo aparente. Es la Fuente-Una apareciendo como ‘tú’ y como ‘yo’. Que se reconozca como tal o no, o que aparezca como claridad impersonal o como condicionamiento personal, todo ello proviene directamente de la Fuente.

Pregunta 5. ¿Y por qué todos comienzan a ‘vender’ la iluminación? ¿Es porque hay tantos potenciales ‘compradores’ y es una manera conveniente de ganarse la vida? Sé de muchos maestros que llevan un ostentoso estilo de vida, tienen retiros en parajes exóticos, vuelan en avión a todos partes con los gastos pagados y adoración asegurada…

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LH: No todo el mundo tiene esta comprensión. Aquellos que sí la tienen —y están claros al respecto— saben que están vendiendo agua en las cercanías de un río.

Pregunta: ¿Es posible que cambiando la química cerebral a través de la meditación, el trabajo corporal, o quizás un trauma causado por alguna caída o accidente, pueda conducir a la ‘realización’?

LH: Con tu pregunta estás tocando la gran paradoja inherente a la realización. Todo puede conducir a la realización, sin embargo, nada puede conducir a la realización. Las palabras ‘conducir a’ parecen sugerir que la realización es una meta futura a ser alcanzada por alguien; no obstante, la realización revela que tanto el ‘futuro’ como el ‘alguien’ separado son ilusorios.

La realización puede ser vista como la disolución de la ilusión del tiempo y de la separación. Desde que es una ilusión la que se disuelve, no hay en realidad nada que se disuelva y, por ende, nada que conduzca al despertar o que lo impida.

Esto puede crear un sentido de indefensión. Así que, si eso ocurre, sugiero mirar y ver qué es aquello que está consciente de ese sentimiento. ¿Quién, o qué, es consciente de todas las cosas, incluyendo el cuerpo-mente y las preguntas que produce?

He aquí unas cuantas citas de mi libro Awakening to the Dream [Despertando al Sueño], que responden a tu pregunta desde distintos ángulos:

* Esto no es sobre un proceso gradual hacia una meta futura, sino sobre un despertar radical a ‘lo que es’. Ninguna condición tiene que llenarse para que esto quede claro. La auto-realización puede ocurrir en cualquier momento y a cualquiera.

* Tú no necesitas hacer nada para ‘estar listo’. Ocurrirá por sí mismo y revelará que la Lucidez está —y siempre ha estado— totalmente presente. Brillará cuando brille y desplazará la atención del contenido de la conciencia a la pura conciencia misma.

* Puede ser el silencio de un sabio o las palabras de un tendero. La ‘rendición’ puede provenir de la agonía o del éxtasis. Podría ocurrir con la caída de una manzana sobre tu cabeza; podría venir de la sonrisa de un niño; o podría surgir de una profunda visión interior mientras caminas por una playa en el crepúsculo, o cuando quemas tus dedos en una estufa caliente. En cualquier momento tu

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sentido de separación puede disolverse para revelar al Uno más allá de toda dualidad.

* La iluminación no es algo difícil o remoto, accesible sólo por una pequeña élite. De hecho, no es posible ‘lograrla’ en absoluto, sino que se revela a sí misma a través de la remoción de la ilusión de que hay una entidad individual ‘en control’.

* No hay reglas fijas sobre cómo deberá ocurrir el despertar. El problema con las ideas preconcebidas sobre el tan cacareado Santo Grial de la Verdad o sobre la ‘envoltura’ con la que será ‘entregado’, es que tales nociones evitan que el buscador pueda ver que la liberación que está buscando está siempre presente y es accesible instantáneamente.

Pregunta: Hay esta tristeza que surge, y que se siente como la pérdida de mi ‘historia de vida’, de ‘mi’ biografía. Aprender, madurar, ayudar a otros: ¿es esto lo que ocurre cuando uno se expone a una consistente dieta de Advaita?

LH: Parece haber la sensación de que esta tristeza se relaciona a ‘mí’. En otras palabras, de que hay ‘alguien’ experimentando una pérdida. Esto es aún la historia del ‘yo’. Este ‘yo’ está aún aferrado a su pequeña isla de infelicidad, y prefiere esto a que su refugio vuele en pedazos.

No estoy sugiriendo que ‘tú’ tengas que trabajar más para liberarte del ‘yo’, puesto que ello sería simplemente parte de la misma ilusión. Lo que se sugiere aquí es reconocer que el ‘yo’ es uno de los objetos que surgen en la pura conciencia que tú eres. Esta conciencia que tú eres no es afectada por lo que aparece en ella, del mismo modo que un espejo no es afectado por aquello que refleja. A la mente, este ‘no ser afectado’ le asusta. La mente desea comprender, pero encuentra que ESO no es algo que pueda captar. No puede ser percibido, puesto que es el propio percibir; no puede ser experimentado, puesto que es el propio experimentar. Esto puede parecerle al yo-mente algo vacío y aburrido.

La invitación es la de ser el espejo y considerar la posibilidad de que ESO sea algo vacío y maravilloso. Lo que a la mente parece aburrido puede ser reformulado como paz, y lo que parece a la mente ‘no ser afectado’ puede reformularse como total aceptación. El displacer inherente a la tristeza puede ser visto como un total consentimiento a ‘acompañar’ cada sentimiento que surge.

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Aprender, madurar y ayudar a otros puede aún aparecer, sin la idea de que el punto de destino es más importante que la jornada. Y lo que es más: toda la idea de ‘jornada’ y ‘destino’ puede desecharse en favor de la simple, clara y maravillosa presencia. Puede aún haber ‘ayuda’ cuando ella es requerida, pero no de parte de un ‘yo’ a ‘otro’. Es tan sólo el YO abrazando al YO.

La mente está acostumbrada a tener razones para hacer algo. Desea encontrarle significado y asignarle un valor, pero cuando ‘tú’ comienzas a cogerle el swing a la cosa, se ve —por ninguno— que ESTO, tal como es, es su propio cumplimiento. Se ve que la razón de ser es el ser mismo, y que cuando el ser se manifiesta como tristeza, puede ser amado como tal. El Amor Incondicional no rechaza nada, ni aun el sentido de pérdida. Dejar a esos sentimientos ‘negativos’ desplegarse y disolverse es la cosa ‘amorosa’ a hacer.

Sé amoroso con tu YO.

Pregunta: Comprendo que todo lo que existe está en el plano del drama representado aquí, pero ¿cómo tú, personalmente, continúas jugando este juego sabiendo que nada es relevante?

Mi comprensión de todo esto es que no importa qué juguetes eliges, siempre que goces del juego y dejes de sufrir, viendo que tan sólo es un juego y que estamos aquí para disfrutar de él.

¿Es ésta la realidad de las cosas?

LH: No soy ‘yo’ quien juega el juego. Es tan sólo ESO jugándo-ME. Es anterior a relevante-irrelevante, las cuales son tan sólo etiquetas y modificaciones en la corriente de la vida. No hay ningún ‘yo’ que sea el hacedor; hay tan sólo ESO apareciendo COMO tú, yo y todo lo demás. Ahora, hay un ‘tipear’ teniendo lugar. Ahora —como tú— hay un ‘leer’ teniendo lugar. Ahora, aparece el siguiente pensamiento como una burbuja en una copa de champán, a lo que puede (o no) seguir una acción. Todo ello ocurre espontáneamente, no ‘para’ o ‘por’ nosotros, sino COMO nosotros.

No tomes esto de un modo ‘personal’ porque no puede ser personal: el juego cósmico consiste en que no hay ningún ‘tú’ que lo comprenda o escoja los juguetes para disfrutar del juego o dejar de sufrir. Hay sólo la Energía-Una tomando todas esas diferentes formas y vibrando en todos los patrones posibles. Hay ESO

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simplemente, apareciendo COMO comprensión, sin ningún ‘tú’ efectuando la comprensión. Como digo en el Boletín 15:

El ‘yo’ en ‘yo pienso’ (o el ‘yo’ en ‘yo comprendo’) tiene tanta sustancia como el [ello] en ‘[ello] llueve’.

Por supuesto está muy bien utilizar la palabra ‘yo’, del mismo modo que es correcto y conveniente utilizar la palabra ‘ello’, siempre que se reconozca como la abstracción que es.

Tú preguntas: ‘¿Es ésta la realidad de las cosas?’. En un sentido absoluto, no hay ninguna ‘cosa’. Todo es Uno apareciendo ante Sí Mismo en diferentes aspectos, formas y patrones. Del mismo modo que un millón de estatuas de arcilla son todas esencialmente la misma Sustancia Una. Ve a través de la ilusión de la diferenciación, y la Sustancia Una es reconocida como la verdadera esencia de todas las estatuas aparentemente diferentes.

Mantenlo simple. No-Dual… No Dos… ¡Uno! Sea lo que fuere lo que ‘tú’ piensas, es ESO pensando COMO tú. Sea lo que fuere lo que ‘tú’ hagas, es ESO haciéndolo COMO tú.

Pregunta: ¿Estás diciendo que saber que todo dolor y todo sufrimiento es universal, nos libera de ellos? ¿No continúan existiendo el dolor y el sufrimiento, sean éstos vistos como ‘del’ microcosmos o ‘del’ macrocosmos? ¿Es el ‘dolor de muelas’ de Dios?

LH: A un nivel relativo del juego, la vida es experimentada a través de los opuestos polares: placer-dolor, bueno-malo, alto-bajo, prendido-apagado, y así sucesivamente. Estos polos contrastantes son conocidos desde —y generados por— la perspectiva de un aparente personaje separado. Todo aparente libre albedrío de este personaje ilusorio está encaminado a escapar del polo ‘negativo’ y a buscar el polo ‘positivo’, placentero.

El final del sufrimiento no se encuentra en la erradicación de uno de los polos y el mantenimiento del otro, sino que la verdadera naturaleza del sufrimiento podría aclararse preguntando: ¿Quién es ese que sufre?

La liberación puede venir a través de la realización de que no hay, en verdad, ninguna separación en ninguna parte, y que no hay ningún individuo que sufra. En este reconocimiento, el fuego aún

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quema, el viento aún sopla, la lluvia cae y el sol brilla, para todos… y para ninguno.

No es tanto que uno quede liberado del sufrimiento como que, más bien, se ‘realiza’ que no hay ‘nadie’ a ser liberado. Esta perspectiva se señala en la siguiente cita atribuida al Buda.

Está el hecho, pero ningún hacedor.El sufrimiento existe, pero nadie que sufra.

El sufrimiento es ‘contenido’. La conciencia es ‘contexto’. La conciencia es la fuente en la cual todo surge y se disuelve. La conciencia permanece inafectada, del mismo modo que el espejo permanece vacío, a despecho de lo que parezca aparecer en él. Reconoce que tú eres la conciencia-testigo inafectada, para la cual la ‘persona’ y sus experiencias ‘buenas’ y ‘mala’s son objetos observados. AQUÍ, el punto de gravedad se desplaza desde el contenido al contexto. Este contexto es vacío y maravilloso: no sufre. Es la paz anterior a las divisiones generadas por la mente de bueno-malo, dolor-placer, yin-yang. Tú eres esa Paz.

Pregunta: Siendo yo ESO, amo mis manifestaciones, amo a mi esposa, a mis hijos, a los árboles y las montañas en torno mío. Amo a mi perro, a mi viejo reloj, a mis pacientes, amo la elegancia y la calidez de tu libro, amo ser viejo. Tengo sin embargo miedo del dolor, me perturba la situación mundial, odio a Bush.

Cuando leo algunas citas del Advaita, pienso que estoy totalmente equivocado. Mi actitud debería ser una actitud de indiferencia, o quizás mejor: no hay nada equivocado en la manifestación, sea ésta la que fuere, siendo —como es— el modo en que ESO se expresa a Sí Mismo (ante mí), emociones, sentimientos y pensamientos incluidos. Dime por favor, ¿dónde está el error en estas construcciones?

LH: Tú eres verdaderamente ESO. Esto no significa que la ‘persona’ sea ESO, sino que ESO es la ‘persona’. Parece una diferencia pequeña, y sin embargo, es una gran diferencia. Es como ver que la ola es una expresión del océano, y no el océano una expresión de la ola.

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La ola puede reconocer su verdadera naturaleza como nada más que océano, aun cuando despliega las propiedades de una aparente ola separada.

Se puede ver de la misma manera que la ola-‘persona’, con todas sus preferencias, agrados y desagrados, no es sino una expresión del Yo. La persona y sus preferencias pueden aún aparecer. En tanto el cuerpo-mente esté presente, sus limitaciones y condicionamiento se mantendrán funcionando a un cierto grado. El condicionamiento puede menguar cuando se ve por lo que es, es decir, no otra cosa que una modificación más de la conciencia que tú eres.

Recuerda: tú no puedes estar equivocado, dado que el aparente ‘tú’ separado no es sino una expresión del verdadero TÚ. Si el desacuerdo con Bush apareciera, reconócelo como parte del nivel relativo en donde el juego parece real, es decir, en donde un aparente personaje está en desacuerdo con un aparente ‘otro’. Simplemente déjalo ser. Puedes estar en desacuerdo, pero con un guiño y una sonrisa, y saber que todo es el Uno/Tú efectuando su danza.

Como dijo Meher Baba: ‘No te preocupes. Sé feliz’.

Pregunta: ¿Qué quiere decirse en la No-Dualidad cuando se dice que ESO es lo real, y que lo que aparece es lo irreal?

LH: Lo ‘real’ y lo ‘irreal’ son términos utilizados a menudo en el Advaita: las enseñanzas hinduistas de la No-Dualidad.

Lo ‘irreal’ es aquello que es impermanente o que cambia constantemente, conocido también como ‘los objetos en la conciencia’. Lo ‘real’ es el inmutable contexto/conciencia en el cual todo aparece y se disuelve de nuevo. Hay metáforas que involucran al océano y al oro, ambos muy poderosos indicadores. La metáfora del océano describe al océano como lo ‘real’ y a la existencia separada de las olas individuales como lo ‘irreal’. En la metáfora del oro, el oro es lo ‘real’, y los adornos/formas-temporales que ESO asume, lo ‘irreal’.

La famosa historia Advaita de ver una serpiente en el sendero de un jardín trata sobre esto. Todas las respuestas normales ante una confrontación tal surgen, pero al final resulta que no era una serpiente, sino una soga que se tomó por serpiente. La soga es lo ‘real’ y la serpiente lo ‘irreal’.

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Esta historia se usa a menudo para señalar la naturaleza ilusoria del mundo. El mundo, visto como una colección de objetos separados por una persona separada, es la ‘serpiente’ en la ‘soga’. La aparente serpiente/separación es una proyección, es decir, ‘irreal’. Lo ‘real’ es conocer la totalidad de la manifestación como ninguna otra cosa que el UNO apareciendo ante Sí Mismo: apareciendo como variación y aparente multiplicidad.

He aquí un poema budista que ilustra esto:

Plop. ¡He ahí! ¡Ninguna otra cosa que ESO (lo cual está vacío de materia) llena todas las esquinas del Universo! Montañas, ríos, el mundo entero, tú y todos los demás, manifiestan el cuerpo del UNO.

Al final tenemos que dejar atrás la dualidad real-irreal como simplemente dos conceptos más señalando la claridad/misterio del cual surgen.

Pregunta: Me preguntaba si consideras el estado que describes como atribuible al funcionamiento de entrada sensorial en el cerebro.

LH: Cuando se ve que todo es UNO, resulta difícil atribuir (o no) la claridad a algo específico. Es como una pieza musical tocada por una flauta. ¿Deberíamos atribuirla a la flauta (cerebro), o al soplido, o a los pulmones, o al constructor de la flauta, o al flautista, o al compositor, o a los oídos que traducen la vibración de aire en sonido? Podríamos, entonces, decir que es el aire el que hace todo ello posible, lo que a su vez es posible gracias a las condiciones de nuestro planeta, que a su vez es posible debido al sol, y así sucesivamente. Todo depende del ángulo desde el cual lo veas, o bien del contexto que asumas.

Por supuesto, la claridad requiere de un cuerpo-mente-cerebro para experimentar/expresarse así, pero ESO que se expresa COMO todo ello no depende de nada. Es Auto-Iluminante y anterior a las dimensiones temporales y espaciales de este sueño que llamamos existencia.

El verdadero misterio —el que haya ‘algo’ en absoluto— no puede ser resuelto por el cerebro-mente, dado que el cerebro-mente es una parte, o una expresión, de ese misterio. Ve qué ocurre

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cuando se aplica la mente al misterio del ser. Podemos intentarlo mediante elegantes teorías, como la de la evolución biológica por ejemplo. Antes de ello podríamos percibir la formación de estrellas y galaxias. Antes aún, podríamos imaginar la ‘primera luz’ del Big Bang y el comienzo del tiempo. Aquí la lógica lineal tiene que detenerse. La mente no puede imaginar aquello anterior al tiempo, dado que ‘antes’ y ‘después’ son cualidades DEL tiempo.

Paradójicamente, el misterio es también pura simplicidad: un secreto a voces. Es tanto todas las cosas percibidas, como el percibir mismo. No es algo que la mente pueda captar, pero la mente puede advertir sus propias limitaciones aquí y ‘abandonar’. En este instante puede comprenderse que no hay ‘nadie’ que comprenda. Lo que queda es simplemente comprensión; no la comprensión DEL misterio, sino del Ser COMO Misterio.

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Mario Sanasi

El Ver es Aquí y Ahora

I.

Pregunta: ¿Podrías explicarnos lo que quieres decir con la palabra ‘ver’?

Mario Sanasi: El VER es la conciencia universal brillando en ti AHORA MISMO. Es el VERDADERO TÚ. Es lo que PERCIBE, o es CONSCIENTE de todo. No es lo mismo que el ‘ver’ físico, o la visión de tus ojos. Es lo que es consciente de TODO, incluyendo tu visión física. Es lo que VE todos tus pensamientos y experiencias. Es el UNO y el ÚNICO que percibe. NO TIENE SEGUNDO.

Siéntate y cierra los ojos por un momento y permite que los pensamientos ocurran.

(… pasan unos instantes)Muy bien. Puedes abrir los ojos. ¿Sabes cómo pudiste ‘ver’…,

cómo pudiste ser ‘consciente’ de esos pensamientos? Muy bien, ESO es el VER. Y es ese VER el que ve todas las experiencias.

P: ¿Y puedes explicar qué quieres decir con el Ahora?

MS: Todo ocurre en el Ahora. El VERDADERO TÚ está brillando en el Ahora. El pasado y el futuro no existen. Lo que tú llamas pasado y futuro son sólo PENSAMIENTOS sobre el pasado y el futuro que estás experimentando en el VER en el Ahora.

P: ¿Pero cómo es que las cosas cambian? En el pasado yo era un niño, ahora soy un adulto. El tiempo ha pasado.

MS: El cambio ocurrió, pero ocurrió en el AHORA. La manifestación física está en constante cambio: no puede no ser así. Muéstrame algo en el mundo físico que tarde o temprano no cambie. Tu cuerpo, por ejemplo, está en un constante estado de

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cambio. No obstante, todo ese cambio ocurre en el AHORA. En este instante estás en el AHORA; en diez segundos, cuando estés en ese instante, estarás en el AHORA; en tres semanas, a las 5 de la tarde, estarás en el AHORA. No puedes estar en otra parte que en el AHORA. Todo ocurre en lo que podrías llamar Pantalla-AHORA. Así que, para responder a tu pregunta, cuando eras un niño, experimentaste eso, instante tras instante, en el AHORA. Ahora que eres un adulto, estás experimentando eso, instante tras instante, en el AHORA. TODO ocurre en el AHORA. Ahora que eres un adulto, sólo puedes ‘extraer’ un pensamiento (un recuerdo) de tu infancia. Pero ese pensamiento sólo puede ser ‘extraído’ en el AHORA. El Tiempo mismo es tan sólo un concepto que ocurre en el AHORA.

P: ¿Qué quieres decir con que el tiempo es sólo un concepto? El tiempo pasa. Si quedamos en encontrarnos en dos semanas, entonces ese encuentro ocurrirá en dos semanas, no ahora.

MS: Sí, pero cuando nos encontremos en dos semanas, en ese instante será AHORA. Ninguna otra cosa existe salvo el AHORA. ¡No puedes no estar en el AHORA!

P: De acuerdo. Pero, ¿es realmente útil comprender esto?

MS: ¡Es increíblemente útil! De hecho, la mayor parte de la gente es prisionera de sus pensamientos. Siguen lo que sus pensamientos dictan como marionetas. Y toman sus pensamientos y sentimientos muy en serio. Advierte que tú NO ERES tus pensamientos o sentimientos. Tú eres aquello que está mirándolos. Y tú estás mirándolos siempre EN EL AHORA, en lo que podrías llamar ‘Pantalla-AHORA’. Es en esa Pantalla-AHORA donde todo ello ‘ocurre’. Es en donde todos los pensamientos y emociones son experimentados. Cualquier cosa que ocurra en esa Pantalla-AHORA, si te ‘enganchas’ a ella, te cogerá ‘del pelo’ y afectará tu vida de alguna manera. Los pensamientos sólo pueden ocurrir uno por uno en la Pantalla-AHORA. Y son esos pensamientos —porque piensas que son ‘tú’ y los tomas tan en serio— los que conducen tu vida. Una vez que estás más consciente, instante tras instante, de que TÚ NO ERES los pensamientos y experiencias que están

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mostrándose en tu Pantalla-AHORA, serás capaz de desapegarte de ellos.

P: Esta Pantalla-AHORA, ¿es real?

MS: Es una metáfora para las apariencias —pensamiento, información sensible, experiencias— que se muestran, instante tras instante, frente al puro VER.

P: Lo que estoy buscando es la iluminación.

MS: La ‘iluminación’ que estás buscando para ti, YA la tienes, AHORA MISMO. No aparecerá milagrosamente en algún tiempo ‘futuro’ como algo nuevo y diferente; está aquí AHORA. Imaginar que hay un camino es un obstáculo. Tú eres UNO con la conciencia universal AHORA MISMO.

P: Pero entonces, ¿dónde está?

MS: La conciencia universal que estás buscando está brillando, y siempre ha estado brillando en ti, como la ‘conciencia cotidiana ordinaria’. Es lo que está VIENDO todos tus pensamientos y experiencias. Y está brillando en ti —de hecho, ES tú mismo— AHORA MISMO.

P: Pero yo no me siento como si estuviera allí aún.

MS: Ya estás allí AHORA MISMO, sólo que no te das cuenta. Lo único que necesitas es desechar tus creencias incorrectas y dejar de identificarte con lo que tú no eres. Cuando deseches tus identificaciones incorrectas, entenderás que tú eres la conciencia universal, el VER. Y esa conciencia universal, o VER, está brillando en ti AHORA MISMO, sea que tengas creencias incorrectas, o no.

P: ¿Así que no soy mis pensamientos ni mis experiencias?

MS: No. Tú eres aquello que está VIENDO pensamientos y experiencias. Cuando se comprende que pensamientos y experiencias son apenas cosas que ‘aparecen’ en la Pantalla-AHORA, frente al VER, entonces serás capaz de trascenderlas.

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P: Yo sólo quiero ser feliz. ¿Cómo consigo eso?

MS: Bien, para utilizar las palabras de ‘Sailor’ Bob Adamson (un maestro ‘auto-realizado’): ‘¿Qué anda mal AHORA MISMO, a menos que pienses en ello?’

P: Nada.

MS: Exacto.

P: Pero sólo porque no piense en un problema, no significa que no existe.

MS: Si hay algo que necesita corregirse, espera el momento propicio, y corrígelo. Pero no lo mantengas innecesariamente en la Pantalla-AHORA sin razón.

P: Mmm, pero…

MS: De hecho, es imposible ser infeliz a menos que un pensamiento surja en la Pantalla-AHORA, creando infelicidad. El PURO VER es perfecto. Tú ya eres perfección. Es tan sólo la FALSA IDENTIFICACIÓN con pensamientos y experiencias lo que perturba.

P: Pero yo no puedo dejar de pensar y experimentar.

MS: Sí, de acuerdo. Pero el punto importante es el de NO IDENTIFICARTE con pensamientos y experiencias. Tú eres eso que está VIÉNDO-los.

P: Yo sólo quiero ser feliz, pero parece que no tengo mucho éxito.

MS: La felicidad e infelicidad son, una y otra, experiencias. Son las dos caras de una misma moneda. Ellas acontecen en el VER. Incluso pensamientos silentes y pacíficos son únicamente experiencias que ocurren en el VER. No se trata de tener pensamientos pacíficos, sino de advertir que tú NO ERES los

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pensamientos. Tú eres aquello que está mirando los pensamientos. La paz sólo tendrá lugar cuando no vincules tu identidad a los pensamientos.

No te preocupes demasiado intentando ser feliz. Una vez que comprendas que tú no eres el pensamiento, entonces serás capaz de mirarlo con desapegado. No quedarás ‘enganchado’ por el pensamiento como lo estás ahora. Dejarás de ser su víctima. La paz no puede existir si hay identificación con el pensamiento. No es cuestión de detener el pensamiento, sino de saber que NO ERES el pensamiento; es este punto el que te establece LIBRE.

No luches con tus pensamientos; simplemente déjalos ser, cualesquiera que sean. Luchar con ellos les da vida. Sólo DEJA DE ESTAR INTERESADO en ellos. Es así como puedes liberarte de ellos. Al comienzo puede parecer difícil salir adelante, pero si tú simplemente los conoces por lo que son y ya NO TE INTERESAS en ellos, perderán energía y se disolverán. Los pensamientos son apenas una experiencia pasajera, no tienen NADA QUE HACER con el verdadero tú mismo EN LO ABSOLUTO.

P: Mmm…

MS: Ser el VE-EDOR de las apariencias es un estado natural de felicidad sin-causa. No es una felicidad que dependa de salirte con la tuya. Es una felicidad natural que existe cuando estás libre de la increíblemente limitante e INNECESARIA identificación con el pensamiento. El pensamiento ocurre… ¡Grandioso! Utilízalo simplemente como la herramienta que es, y puede ser muy útil. Tan sólo NO te identifiques con él como si fuera TÚ.

P: ¿Pero cómo continúo sin el pensamiento?

MS: No es cuestión de continuar sin el pensamiento. El pensamiento aún estará allí. El punto es NO IDENTIFICARTE con el pensamiento. ¿Por qué? Quizá ocurra con principiantes, pero tú ya no lo eres, así que ¿por qué identificarte con lo que NO ERES? En segundo lugar, al identificarte con esta herramienta ‘a bordo’, estás limitándote de una manera INCREÍBLE. ¡El verdadero yo es mucho más GRANDE!

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P: Yo no tengo ninguna agenda en mi vida. Vivo la vida como viene, momento tras momento. Así que me pregunto si estoy viviendo en el Ahora.

MS: Estar en el AHORA es ser el VER que VE el pensamiento ‘yo no tengo ninguna agenda’. O cualquier otro pensamiento, por cierto.

P: No comprendo.

MS: Tú eres la conciencia universal que está VIENDO los pensamientos. Tú no eres los pensamientos. Tú eres el no-nacido y eterno VER (la conciencia universal) que está más allá del pensamiento. Tú eres aquello que está mirando los pensamientos.

P: ¿Puedo ver a la conciencia?

MS: Tú ERES la conciencia.

P: ¿Pero por qué no puedo verla?

MS: Del mismo modo que tus ojos físicos nunca se han visto a sí mismos, porque están EFECTUANDO la visión física, la conciencia universal no puede verse a sí misma, porque es la que está EFECTUANDO la visión interna. Es, de hecho, el único VE-EDOR, así que no tiene nada que pueda verlo.

P: ¿Puedo ver esta conciencia?

MS: Aún no comprendes. Tú ERES el VER.

P: Estoy intentando comprender…

MS: Puedes tratar tanto como quieras, pero hasta que captes que eres aquello que está fuera del pensar, todos tus esfuerzos serán inútiles.

P: ¿Pero dónde más puedes buscar, aparte de la mente?

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MS: Esa pregunta estaría bien si aún fueras un principiante. NO HAY REALMENTE UNA COSA TAL COMO LA MENTE. El pensar ocurre en el VER. Es esto lo que llamas ‘mente’. Buscar la conciencia universal en el pensar es como encender una antorcha frente a una pared y luego buscar la antorcha en la pared. ¿Encontrarás jamás la antorcha buscándola en la pared?

P: No.

MS: Muy bien. ¡Deja de buscar allí! Los pensamientos nacen en —y son iluminados por— la CONCIENCIA, pero no son la fuente de esa conciencia. Cualquier intento de buscar la conciencia en los pensamientos es fútil.

P: Así que… ¿cómo puedo hallar esta conciencia?

MS: Empecemos desde el comienzo y continuemos desde allí. Aquel edificio es exterior a ti. Aquel automóvil es exterior a ti. Esa silla es exterior a ti. Tu ropa es exterior a ti. Tu ver físico es exterior a ti. Tu escuchar es exterior a ti. Todos tus sentidos son exteriores a ti. Tus pensamientos son exteriores a ti. Tus emociones son exteriores a ti. Tu imaginación es exterior a ti. Tu intelecto es exterior a ti. Cualquier cosa que pueda ser experimentada es exterior a ti. Tú eres aquello que está observando todo eso. Tú eres el puro VER. Tú eres la CONCIENCIA que ya es.

P: ¿Qué quieres decir con ‘ya es’?

MS: Tú eres la pura conciencia que está viendo todo tal como es, una especie de videocámara que ve todo tal como es. Una cámara de video no excluye ninguna cosa de lo que está mirando; simplemente ve todo tal como es. La conciencia es lo mismo, ve todo simplemente tal como es. Es el pensamiento el que modifica ‘lo que es’. Los pensamientos alteran el puro VER.

P: Pero si yo soy el puro Ver, entonces ¿por qué no comprendo eso sin problema?

MS: Tú eres la conciencia universal que está mirando a los pensamientos, pero como los pensamientos son de las primeras

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cosas sobre las cuales brilla la conciencia universal, tú te has identificado incorrectamente con ellos. La conciencia, aun cuando es la realidad, es sutil, y los pensamientos parecen más tangibles, así que nos ‘agarramos’ a ellos y nos identificamos con ellos. No obstante, son apenas apariencias pasajeras sobre la realidad del VER.

Para darte una idea de su proximidad, la conciencia es como un espejo y los pensamientos son como las imágenes en el espejo. Así que, probablemente, nunca se te haya ocurrido que exista una diferencia…, e incluso tampoco se te haya ocurrido que la conciencia universal existe. Tú simplemente das la conciencia por sentada, y entonces te identificas con algunas de las primeras cosas sobre las que brilla.

P: ¿Así que no soy mis pensamientos?

MS: No. Tú eres la PURA-PRESENCIA-VER (la conciencia universal) ÚNICA, que se ha ‘localizado’ temporalmente a sí misma en ‘tu’ cuerpo (la conciencia individual), y está iluminando el pensar. Esa es tu esencia. Tú te das cuenta que existes, ¿no es así?

P: Por supuesto.

MS: Muy bien, es ESA CONCIENCIA —antes que surja el pensamiento y sea filtrada por él— lo que tú verdaderamente eres. Y esa conciencia, cuando intenta describirse a sí misma en palabras a través del pensamiento, se describe a sí misma como ‘Yo soy’.

P: Pero ‘Yo soy’ son sólo palabras.

MS: Exacto. ‘Yo soy’ es sólo el modo verbal de describirlo, un símbolo de la cosa verdadera. Pensamientos y palabras son ‘cosas’ muertas, no pueden ser lo real, así que no te confundas. Tú puedes pensar o decir ‘comida, comida, comida’ tanto como desees, ¿acaso ello calmará tu hambre? Por supuesto que no. La palabra ‘alimento’ es sólo un símbolo verbal para lo real. ‘Yo soy’ está tan cerca como las palabras pueden estarlo para describir el real conocimiento de que tú existes. Pero olvida las palabras: tú sabes que eres, ¿verdad? Nadie tiene que explicártelo. Ni siquiera tienes que pensar en ello, simplemente sabes que ERES. Es este SABER

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que existes toda la cosa de la que estamos hablando. Es esto de lo que los maestros ‘auto-realizados’ han estado hablando. Parece demasiado simple, lo sé. Y debido a ello probablemente te mantendrás buscando todavía por algún tiempo, luego de que comprendas de lo que estoy hablando, porque es TAN sencillo, que pensarás que TIENE que haber algo más. Pero no lo hay. Esta ‘conciencia cotidiana común’ que tienes AHORA MISMO es la conciencia universal que brilla sobre todas las cosas. NO HAY OTRA REALIZACIÓN MÁS ALLÁ DE ESTO. Es el UNO-SIN-SEGUNDO, el creador y el sustentador de todo.

P: ¿Así que la mente no puede verlo?

MS: No lo olvides: NO EXISTE COSA TAL COMO ‘LA MENTE’. Hay el VER, y hay el pensar que aparece sobre, o en el VER. Y tú eres el VER —la CONCIENCIA— que está mirando a los pensamientos. La conciencia contiene al pensamiento, el pensamiento no contiene a la conciencia. Sin la conciencia universal (que brilla sobre el pensar) el pensamiento no tendría ninguna vida, ninguna existencia. LOS PENSAMIENTOS NO PUEDEN VER. Ellos NO TIENEN NINGUNA CONCIENCIA. Es la conciencia la que efectúa el VER. Los pensamientos son, de hecho, cosas muertas, sólo parecen tener vida debido a la conciencia universal que brilla en ellos. Nuevamente, como ‘Sailor’ Bob Adamson dice: ‘Tú puedes pensar ‘agua, agua, agua’, pero ello no calmará tu sed’. Los pensamientos son sólo símbolos de la cosa. Los pensamientos no tienen ninguna naturaleza independiente propia. Eso significa que sin la conciencia universal brillando sobre el pensamiento, ese pensamiento no podría existir. Sin embargo, la conciencia universal existe sin pensamientos, de ninguna manera depende de los pensamientos. Es la conciencia universal la que ve todo. Es el único VE-EDOR.

P: Me siento perdido…

MS: La conciencia universal es una y la única fuente de conciencia. Es lo que brilla sobre el pensamiento ‘estoy perdido’. La única razón por la que te sientes perdido es que ‘tú’ te estás identificando con el PENSAMIENTO de que ‘estás perdido’.

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Cuando sueñas por la noche y sueñas cincuenta personas y unas pocas sillas en una habitación, cada uno de los personajes soñados piden prestada tu conciencia para existir. Todos ellos vienen de ti, aun cuando parezca, y muy convincentemente, que son entidades separadas. Todo viene de ti, el soñador. Sin ti, el soñador, nada existiría en ese sueño. La habitación, las sillas, las personas, todo ello viene del soñador, que está ‘prestando’ su conciencia al sueño. Y si tú, el soñador, decide tener seis millones de personas en su sueño, ¿eres tú, el soñador, algo ‘menos’?

P: No.

MS: Correcto. Y si tú, el soñador, no tienes ahora seis millones de personas en tu sueño, sino nuevamente cincuenta personas, ¿te afectará de alguna manera?

P: No.

MS: Correcto.

P: ¿Por qué los sueños pueden parecer tan reales?

MS: La conciencia que siempre brilla en ti nunca duerme. Así, cuando tu cuerpo está durmiendo pero el pensamiento está activo aun durante el sueño, la conciencia brilla sobre los pensamientos ensoñados, prestándoles su realidad, y por tanto, haciendo que los sueños parezcan reales. Cualquier cosa a la que la conciencia presta su realidad adquiere la ilusión de vida, sean los pensamientos durante el estado de ensueño o durante el estado de vigilia. La conciencia universal es la ÚNICA fuente de realidad y percepción que existe. Todo lo demás sólo toma prestada su realidad de la conciencia universal, de la misma manera que el brillo lunar durante la noche parece propio, aunque en realidad su luz la obtiene del sol.

Otra cosa a tomar en cuenta sobre los sueños es que todos los personajes del sueño parecen, absoluta y convincentemente, separados; no obstante, tú sabes que sólo surgen de un ÚNICO SOÑADOR, y son, por tanto, uno. Sin embargo, si alguien se apareciera ante ti durante uno de tus sueños y señalara el hecho de que todos en el sueño son, de hecho, UNO, tú pensarías que está

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loco. Así que, incluso en sueños, las creencias incorrectas distorsionan la realidad. Y no vayas a pensar que aquellos pensamientos que crean esa distorsión de la realidad durante tus sueños dejan de embromarte cuando ‘despiertas’, pues están creando la misma distorsión de la realidad AHORA MISMO.

P: Sí, pero la vida no es un sueño.

MS: Sígueme un poco y veremos si puedes advertir que no es así.

P: Quiero decir: tengo un cuerpo, una vida, amigos, un empleo.

MS: ¿QUIÉN?

P: ¡Yo!

MS: El problema es que tú piensas que eres una entidad separada. En principio, incluso la ciencia moderna sostiene que todo es pura energía. Todo es pura conciencia universal, la cual se ha solidificado en energía, y luego, en la manifestación física.

P: Sí, pero ésa no es mi experiencia. Si arrojo un ladrillo sobre mi pie, ¡eso duele! Yo sólo puedo conocer lo que está teniendo lugar en mi mente, no puedo leer las mentes de otros. Si tú estás al otro lado de la habitación y te arrojo una pelota, no la sentirás hasta que te impacte. Cuando yo muero, es ‘yo’ quien muere, no ‘tú’. Yo estoy ‘aquí’ y tú estás ‘allí’. ¡Estamos separados!

MS: ¿QUIÉN siente el dolor? ¿ QUIÉN ve los pensamientos? ¿ QUIÉN muere?

P: Yo.

MS: Mira en tu interior y trata de ubicar el lugar exacto en donde estás. ¿Dónde está tu centro?

P: Yo soy esencialmente la mente, supongo.

MS: ¿Eres el cuerpo?

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P: Yo soy el cuerpo y la mente.

MS: Si fueras a morir de viejo y te dijera que la ciencia ha avanzado tanto que podríamos colocar tu ‘pensamiento’ en algún tipo de contenedor virtual y mantenerlo vivo una vez que tu cuerpo haya muerto, ¿aceptarías hacerlo si fuera esa la única manera de mantenerte vivo?… Estoy seguro que mucha gente aprovecharía la oportunidad. No tendrías que preocuparte más de la pesada carga del cuerpo nunca más. ¿Aceptarías este trato?

P: Sí, supongo que sí.

MS: Entonces estás de acuerdo con que, esencialmente, tú no eres tu cuerpo, ¿correcto? Quiero decir que, si te arrancara los brazos (hipotéticamente por supuesto), ¿estarías todavía aquí?

P: Sí, estaría.

MS: Y si te arrancara las piernas, ¿estarías todavía aquí?

P: Sí.

MS: Si te arrancara los ojos, los oídos, el sentido del tacto, del olfato… ¿aún estarás aquí?

P: Sí.

MS: Así que, ¿cuál es el punto del cuerpo sin el cual tú no estarías más aquí?

P: Creo que no hay ninguno. Mi corazón quizás.

MS: Así que las personas con transplantes de corazón, ¿se volverían como la persona que era dueña del corazón?

P: No, por supuesto que no. Creo que estoy situado en mi cerebro.

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MS: De manera que los llamados ‘descerebrados’, ¿no están aquí más?

P: Bueno, sí. A ellos aún se les considera vivos.

MS: Entonces, ¿eres tu cerebro?

P: No, supongo que no, porque si fuera descerebrado y se me considerara vivo, entonces todavía estaría aquí… Pero si no tuviera cerebro, ya no estaría vivo.

MS: Sí, pero tú podrías decir eso de cualquiera de tus órganos vitales. Y una vez que el cuerpo muere la conciencia individual no tiene ‘casa’ en donde brillar.

Entonces… si el cerebro está todavía vivo, pero la persona descerebrada, ¿estaría aún aquí?

P: Sí.

MS: Entonces, ¿hay algún punto en particular en tu cuerpo del que puedas decir que es ‘tú’?

P: No, creo que no.

MS: De acuerdo. Al menos hemos llegado al punto en que convenimos que el ‘tú’ no está situado en el cuerpo.

P: Pues sí. No hay ningún punto real en el cuerpo que sea ‘yo’. Ahora puedo ver eso. ¿Pero no estamos, todavía, yo ‘aquí’ y tú ‘allí’? Mi cuerpo es ‘mío’ y tu cuerpo es ‘tuyo’… Estamos separados, ¿cierto?

MS: Sólo estamos aparentemente separados. Tú sabes cuán convincentemente separados se encuentran los personajes de un sueño, pero ¿están separados?

P: No, porque todos ellos provienen de un solo soñador.

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MS: Y si algún personaje de tu sueño atravesara el mismo proceso de intentar encontrar el punto en donde él esta situado en el cuerpo, ¿lo encontraría?

P: Bien. No, porque sólo tiene un cuerpo ‘soñado’.

MS: Sí, pero durante el sueño, mientras piensa que su cuerpo ensoñado es real, si intentara encontrar el punto donde está situado en el cuerpo, ¿lo encontraría?

P: No, porque todo es un único sueño. No hay un centro separado en el sueño, sólo parece así.

MS: Exacto. Ese personaje del sueño no será capaz de encontrar su corazón en su cuerpo porque no reside allí. ‘Él’ no tiene centro, sólo parece que lo tiene. El ser esencial del personaje del sueño es la conciencia UNA del soñador, y está más allá de su cuerpo. ¿Lo entiendes?

P: Mmm, de acuerdo, mi esencia está más allá del cuerpo.

MS: Bien, así que ¿QUÉ eres tu?

P: Yo soy mi pensamiento.

MS: Si tú eres tu pensamiento, ¿cuál pensamiento específico eres?

P: No soy ningún pensamiento en particular. Soy el flujo de pensamientos. Yo soy la memoria, la capacidad de razonamiento, el intelecto.

MS: Así, digamos, un pensamiento que tuviste ayer sobre tener hambre, ¿dónde está ahora?

P: Ya no está. He tenido muchos pensamientos desde entonces.

MS: Así que ¿tú eres ese pensamiento sobre estar con hambre?

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P: Por supuesto que no. Como dije anteriormente, yo soy el flujo del pensamiento, el pensar.

MS: Pero si tú no eres ese pensamiento en particular, ¿cómo podrías ser una colección de pensamientos?

P: Yo soy el pensar, el flujo de pensamientos. El pensador.

MS: ¿Dónde está ese flujo de pensamientos que tuviste ayer AHORA MISMO, en este instante? E incluso, ¿dónde está ese flujo de pensamientos que tuviste hace unos segundos AHORA MISMO, en este instante?

P: En ninguna parte.

MS: Así que, si tú eres ese flujo de pensamientos, y ese flujo no está aquí AHORA MISMO, ¿por qué tú todavía estás aquí?

P: Por supuesto que yo estoy aún aquí.

MS: De acuerdo, pero tú no debes de ser ese flujo de pensamientos que decías que eres; de otro modo, no estarías aquí. ¿Correcto?

P: Esos pensamientos están en mi memoria.

MS: ¿Y dónde están esos pensamientos que están en tu memoria ahora mismo?

P: Muy bien. Ahora mismo, en este instante, no están aquí.

MS: ¿Pueden ellos existir en absoluto a menos que aparezcan sobre la Pantalla-AHORA?

P: Muy bien. Sí. Están en mi memoria.

MS: ¿Pero existen en este instante a menos que aparezcan sobre la Pantalla-AHORA?

P: No, no a menos que parezcan sobre la Pantalla-AHORA.

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MS: Así que si tú eres esos pensamientos asentados en tu memoria, pero esos pensamientos no están aquí ahora mismo, aun cuando TÚ CONTINÚAS aquí, entonces ¿cómo podrías ser ellos?

P: Supongo que no podría.

MS: Entonces, ¿te das cuenta que tú no eres tus pensamientos?

P: Pienso que sí.

MS: ¿QUIÉN… ‘piensa que sí’?

P: Yo, el pensador.

MS: ¿De modo que aún piensas que eres el ‘pensador’?

P: Sí. Supongo que sí.

MS: Entonces ¿dónde está este individuo que es el ‘pensador’?

P: En mi cabeza.

MS: ¿Pero dónde exactamente?

P: Yo estoy aquí, pensamiento tras pensamiento.

MS: El ‘pensador’ vive y muere con cada pensamiento. CADA PENSAMIENTO CARGA CON ÉL LA ASUNCIÓN DE QUE ES EL ‘PENSADOR’. Pero esta asunción es INCORRECTA. El pensar sólo OCURRE. No hay NINGÚN INDIVIDUO que esté pensando. El pensar es tan sólo una función corporal normal que simplemente ocurre por sí misma. Pero como tú no te das cuenta de esto, te identificas con los pensamientos. Y el continuo flujo de estos pensamientos consolidan aún más la ilusión de que hay un ‘pensador’. Pero el pensar SÓLO OCURRE, del mismo modo que el ver sólo ocurre y el escuchar sólo ocurre y los latidos del corazón sólo ocurren. Ellos simplemente son funciones naturales del cuerpo que ocurren por sí mismas.

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P: ¿El pensar sólo ocurre?

MS: Sí. El pensar sólo OCURRE, del mismo modo que todas las otras funciones corporales simplemente OCURREN. El pensar no es más ‘tú’ que los latidos de tu corazón. Sin embargo, te has identificado incorrectamente con él.

P: Pero yo soy aquel que está pensando.

MS: No. El intelecto, el razonamiento, la elección, la memoria… todo el sistema que tú llamas ‘PENSAR’ ocurre naturalmente por sí mismo. Pensar es posible porque la conciencia una y única está brillando, haciéndolo posible. Sin la ‘cualidad de percepción’ de la conciencia no habría nada, ni para crear, ni para mirar el pensamiento. El pensamiento está muy próximo a la conciencia, pero NO es la conciencia. Y cuando la ‘muerte’ ocurre, el pensamiento se detiene pero LA CONCIENCIA VIVE, porque nunca nació y no puede morir. Es eterna. Y es tu esencia.

P: Pero cuando hago elecciones mentales, ¿no soy yo el que hace esa elección?

MS: Una computadora también hace ‘elecciones’, pero ¿hay un individuo allí dentro de la computadora? Las elecciones, que son pensamientos, ocurren automáticamente como parte del normal funcionamiento del cuerpo, del mismo modo que los latidos del corazón ocurren automáticamente, como parte del normal funcionamiento del cuerpo. Sin embargo, donde se pone complicado es —en contraste con la computadora— en el ser humano, pues éste, a diferencia de las computadoras, tiene la conciencia brillando en él, de manera que esta conciencia SABE que esta elección está ocurriendo. Una computadora no corre peligro de identificarse con alguna elección tomada, porque una computadora no tiene conciencia, y es, por tanto, inconsciente de la elección en curso. Un ser humano tiene en sí a la conciencia, la cual ‘testifica’ este ‘pensamiento-elección’ ocurriendo, y por tanto trae consigo la posibilidad de identificarse erróneamente a sí misma con ese ‘pensamiento elección’. Y porque la conciencia es el centro ‘VE-EDOR’ y no hay nada existente que pueda mirarla, no es obvio de un modo inmediato que ella exista, de manera que,

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porque sabe intrínsecamente que EXISTE, la identificación se realiza con la primera cosa que aparece en su visión, es decir, un pensamiento. Consiguientemente, se identifica de un modo equivocado con el ‘pensamiento-elección’ o cualquier otro pensamiento que ocurra frente a ella.

P: ¿Este pensamiento no es ‘yo’?

MS: No. Es una apariencia frente al VER.

P: Mmm…

MS: No hay ningún ‘PENSADOR’. El pensamiento SIMPLEMENTE OCURRE. NO ES ‘TÚ’. Anoche hubo un sueño en ‘mi’ VER. En el sueño, un amigo mío estaba sentado en un sillón, hablándome. Él es diseñador y estaba exponiendo su experta opinión sobre aquello de lo que, a su juicio, carecen los jóvenes diseñadores de hoy. Todo muy bien pensado; era una inspirada opinión, muy convincente viniendo de ‘él’. ‘Yo’ estaba escuchándolo por primera vez de un modo fresco, exactamente como si la conversación tuviera lugar en el estado ‘despierto’. Yo no tenía idea de lo que él iba a decir mientras lo iba diciendo. Aparentemente, él era ‘dueño’ de ‘sus’ pensamientos. Aparentemente, él era el pensador de ellos. Pero ¿lo era?

P: No. Los pensamientos eran tuyos.

MS: No. No eran ‘míos’. No hay ningún ‘pensador’ aquí que sea un individuo separado. Eran los pensamientos del mecanismo pensante que ocurre automáticamente en este cuerpo. No hay nadie que los piense: ellos simplemente ocurren instantáneamente como una función automática del cuerpo. Sin embargo, en este caso —a diferencia del estado ‘despierto’ en donde serían atribuidos a ‘mí— eran atribuidos a ‘él’.

Así como el pensamiento puede de manera tan convincente, y no obstante erróneamente, ser atribuido a un personaje de un sueño, el pensamiento durante el estado vigil es también tan convincentemente, y no obstante ERRÓNEAMENTE, atribuido a un ‘pensador’, que es ‘tú’. Sin embargo, no hay ningún ‘pensador’, ningún ‘tú’ que esté ‘pensando’ pensamientos. Hay simplemente

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pensamiento que OCURRE automáticamente como una función del cuerpo, así como el latido del corazón también ocurre de modo automático como una función corporal. Este pensamiento está tan sólo apareciendo automáticamente sobre el VER, que es el VERDADERO TÚ.

P: ¿Pero por qué la gente tiene diferentes pensamientos, diferentes puntos de vista?

MS: Las diferentes experiencias de vida, aprendizaje, cultura, etcétera, que han sido almacenados en cada memoria corporal, da lugar a diferentes pensamientos para cada cuerpo. Pero todos ellos surgen automáticamente del ‘mecanismo pensante’; no hay ningún ‘tú’ separado que esté pensándolos. No hay ningún individuo separado que sea el ‘pensador’, hay sólo pensamiento. El pensar SIMPLEMENTE OCURRE. El pensar es una emanación del VER, que aparece en el VER, pero que no es el VER FACTUAL, el cual es el verdadero tú.

P: Pero yo puedo funcionar, calcular, deducir, sopesar alternativas, tomar decisiones, pensar las cosas.

MS: Todo ello es sólo una función normal del mecanismo pensante: ESO ES LO QUE HACE, ESE ES SU TRABAJO. Calcular simplemente OCURRE. Deducir simplemente OCURRE. Sopesar alternativas simplemente OCURRE. PENSAR SIMPLEMENTE OCURRE. NO HAY NINGÚN PENSADOR.

P: Pero yo sé que existo, yo soy consciente de mi propia existencia.

MS: ¡¡¡Exactamente!!! Tú no tienes que ‘tener pensamientos’ para existir. Si tú eres los pensamientos, entonces ¿cómo es que aún estás aquí en los espacios ENTRE los pensamientos? El conocimiento de que existes está allí, tengas o no un pensamiento. Está allí sin importar que tengas un pensamiento positivo, un pensamiento negativo o ningún pensamiento. Está siempre allí. Sin él no podrías estar aquí. Tú eres la conciencia que está mirando al pensamiento. TÚ NO ERES EL PENSAMIENTO.

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No es tanto que el pensamiento sea el problema… El problema es que tú, incorrectamente, te has identificado con el pensamiento como siendo ‘tú’. Tú eres la CONCIENCIA que es ANTERIOR al pensamiento, tú no eres el pensamiento. La conciencia contiene al pensamiento, el pensamiento no contiene a la conciencia… En cualquier caso, ya hemos tenido bastante con esta indagación. Si lo deseas, te sugiero que prosigas de modo exhaustivo con esta indagación, hasta que quedes totalmente convencido por ti mismo.

II.

P: Mira. Soy una persona, ¿cierto? Tengo una historia, un cuerpo, un nombre, estoy vivo, puedo caminar… ¡y estoy separado de ti!

MS: De acuerdo. Consideremos tu historia. ¿Qué es esa historia, además de una reducida colección de pensamientos que no están aquí, ahora mismo? Una persona con amnesia, ¿existe? Un viejo cuya memoria se ha deteriorado al punto de no recordar su vida, ¿existe? Tú puedes existir aun si no tienes una ‘historia’. Así que, ¿tú eres tu ‘historia’? Por supuesto que no. Entonces, ahí está tu cuerpo. Eso ya lo discutimos. Buscamos allí y no pudimos encontrarte, ¿recuerdas? Seguro que allí hay vida y respiración ocurriendo, pero ¿QUIÉN está viviendo y respirando? Ya te hemos buscado en el cuerpo y el pensamiento. ¿Te encontramos? De hecho, NO HAY NINGÚN INDIVIDUO ALLÍ. Era sólo UNA FALSA ASUNCIÓN. La idea de separación se produce porque la conciencia universal UNA, que está en todas partes, se ‘localiza’ a sí misma en el cuerpo (así como el sol se ‘localiza’ a sí mismo como un resplandor en una ola) y temporalmente limita su visión a lo que tiene lugar en ese cuerpo en particular. Es como la señal de TV que viaja a través del aire y está en todas partes. Se localiza a sí misma y se manifiesta como un programa en un aparato de TV, pero está aún en todas partes. Cuando ese aparato de TV envejece y deja de funcionar, el aparato de TV desaparece, pero la señal continúa. Esta ‘localización’ de la conciencia proporciona conciencia de únicamente lo que está ocurriendo en un cuerpo específico. Por ejemplo: tu brazo te está picando, sólo tú sientes eso. Los pensamientos ocurren, sólo tú los ves. Tienes hambre, o te sientes feliz, triste, apenado, excitado… sólo tú experimentas eso. Te

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encuentras en una habitación mirando una pintura, sólo tú puedes ver la pintura en ese instante. Debido a esto, tú asumes que eres un individuo ‘separado’. Pero esa conciencia individual que sólo tiene este conocimiento ‘local’ es, en verdad, tan sólo una localización temporal de la conciencia universal UNA. Así como un resplandor específico en una ola del mar viene del sol, así también la conciencia individual viene de la conciencia universal.

Saboreando una gota del agua del océano tú conoces qué sabor tiene el océano entero. Del mismo modo, conociendo la conciencia individual tú conoces la conciencia universal.

Y a medida que desplaces tu sentido de identidad del presente desfile de apariencias (pensamientos, etcétera) hacia el ‘tú’ real que es la conciencia universal, las apariencias pasajeras disminuirán su importancia… hasta que, finalmente, pierdan su poder para siempre.

P: Así que la persona que ‘yo’ pensaba era yo, ¿no está aquí?

MS: Los pensamientos, elecciones, etcétera, SIMPLEMENTE OCURREN, del mismo modo que tu digestión SIMPLEMENTE OCURRE. Incorrectamente te has identificado con ellas; ellas no son el verdadero ‘tú’. La asunción de que eres ‘tú’ quien piensa cada pensamiento, o toma cada decisión, ES INCORRECTA. El pensar simplemente ocurre sobre el verdadero ‘tú’, que es el VER. NO HAY NINGUNA ‘PERSONA’ allí. Hay tan sólo pensamientos que están OCURRIENDO. No hay ningún ‘fantasma en la máquina’ separado. Hay sólo UN ‘fantasma en la máquina’ que conduce todas las cosas, y ese es el VER.

P: Eso es bastante diferente de cómo estaba yo viendo el mundo…

MS: Lo que acabas de decir ahora mismo, SIMPLEMENTE OCURRIÓ. Es el pensar, que es el funcionamiento normal de un cuerpo humano. Piensas que ‘tú’ lo pensaste, pero TAN SÓLO OCURRIÓ, y entonces ‘tú’ te identificaste con él. VE que estos pensamientos sólo están ocurriendo sobre el ÚNICO VER. No hay NINGUNA PERSONA SEPARADA allí. Siéntate y observa los pensamientos con el conocimiento que acabo de comunicarte, y tarde o temprano, lo ‘captarás’.

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P: Así que, si no hay ninguna persona allí, eso cambia todo, porque el ‘yo’ que deseaba encontrar las respuestas realmente no existe. De alguna manera toda la cosa queda cabeza abajo.

MS: ¡Exactamente! Ve que el ‘buscador’ separado no está realmente allí, y ‘la búsqueda’ llega a su fin. TÚ ERES ESO QUE ESTABAS BUSCANDO.

P: Pero los pensamientos están aún ocurriendo.

MS: Los pensamientos no se detendrán. Simplemente no te preocupes por ellos. Ellos no son una medida de tu estado espiritual. Tú eres ESO QUE ESTÁ MIRANDO a los pensamientos. Los pensamientos no pueden TOCARTE. ¿Puede el sol ser tocado por las nubes? De cualquier manera, los pensamientos quedarán ‘purificados’ a medida que el sentido de la identidad se desplace hacia el verdadero tú, que es el VER.

P: Pero yo todavía parezco tener cosas perturbándome…

MS: El VER, que es el verdadero tú, no puede tener problemas. Los problemas sólo existen para la ‘persona separada’, la cual en verdad no existe. No hay ninguna persona allí. Hay tan sólo pensamiento que está ocurriendo sobre, o en el VER. Es únicamente porque la IDENTIFICACIÓN CON EL PENSAMIENTO está ocurriendo que los problemas existen. Si algunas cosas TE molestan todavía, quiere decir que quedan aún creencias erróneas flotando por ahí, las cuales no han sido expuestas, y están, por tanto, ‘controlando aún la embarcación’. Como Sri Nisargadatta Maharaj decía: ‘Yo no estoy interesado en aquello que sabes, sino en aquello a lo que todavía continúas aferrado’.

P: Entonces ¿cómo encaras tu pensamiento cuando ocurre?

MS: En lugar de apropiarme de él y creer que soy ‘yo’ quien lo pensó, es visto por lo que es… Es decir, ‘pensamiento’ que está ocurriendo sobre el verdadero yo, que es el VER. Los pensamientos pueden ser correctos o incorrectos, pero en cualquier caso, están

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simplemente ocurriendo como una función corporal, y no a un ‘yo’ que está ‘pensándolos’.

P: ¿Hay alguna técnica que pueda seguir para desarrollar espiritualmente?

MS: Ninguna técnica es necesaria. El VER no necesita nada para SER, para existir. Cualquier técnica sólo puede estar al nivel del pensamiento, y por tanto, es exterior al VER. El VER nunca no está allí, el VER siempre está viendo los pensamientos, no importando cuáles puedan ser. Está siempre consciente de todas las cosas; no puede, bajo ninguna circunstancia, no estar allí, no puedes perderlo. Simplemente SÉ el VER. TEN UN SENTIDO DE IDENTIDAD CON ESE VER Y CON NINGUNA OTRA COSA.

P: Tú estás hablando sobre todas las cosas como siendo Una, pero aún te describes a ti mismo como siendo ‘tú’, y a mí como siendo ‘yo’. ¿Por qué?

MS: ¿Es el cielo azul?

P: Bueno… No. Realmente está compuesto de gases, los cuales, cuando son impactados por la luz, le hace ‘parecer’ azul.

MS: Así que, si tú y yo sabemos que no es azul, ¿por qué decimos que es azul?

P: Porque parece azul.

MS: De manera que ambos sabemos que el cielo no es realmente azul, pero por simplificar, aún lo describimos como azul…

P: Sí.

MS: Muy bien, de manera similar, yo hablo de ‘ti’ y de ‘mí’ y de ‘ellos’. Las cosas ‘parecen’ estar separadas, pero yo sé que realmente no es así.

303

P: Ya veo… Creo que capto lo que has estado diciendo, pero necesito yo aún necesito tiempo para poder empaparme del asunto.

MS: El tiempo es irrelevante. Tú estás únicamente, y siempre, en el AHORA. Y la conciencia, gracias a la cual estás buscando, está brillando, SIEMPRE, AQUÍ y AHORA. No hay nada nuevo que lograr. La conciencia que estás buscando es esa ‘ordinaria conciencia cotidiana’, de la cual estás presentemente consciente. Tú ya estás allí, AHORA MISMO. No hay NADA NUEVO que buscar. Está aquí ahora mismo, VIENDO tus pensamientos.

P: Mmm…

MS: Al esperar el logro de alguna ‘futura’ realización, estás reforzando la creencia de que no estás allí AHORA, y la verdad es que tu estás allí AHORA MISMO, EN ESTE MISMO INSTANTE, sin importar si piensas que estás o que no estás allí.

P: Muy bien, pero aun así necesito ‘tiempo’.

MS: Sí, tú dices que tomará ‘tiempo’ para empaparte en ello. Lo que realmente quieres decir es que tomará sucesivos momentos-AHORA para eliminar tus creencias incorrectas. El tiempo es sólo un pensamiento: sólo el AHORA existe. Algo que ocurrió hace un minuto sólo puede ser experimentado COMO UN PENSAMIENTO en el AHORA, y por tanto, el ‘pasado’ sólo puede ser UN PENSAMIENTO. Del mismo modo, cualquier creencia de que lograrás algo en el ‘futuro’, es también tan sólo UN PENSAMIENTO. Y la conciencia de la que estoy hablando es exterior al pensamiento. Un pensamiento es tan sólo algo ‘muerto’, que nunca puede poseer ninguna conciencia de sí mismo, y por tanto, nunca puede contener la verdad. La única verdad que existe es la CONCIENCIA que está VIENDO pensamientos y conceptos. Pero, en cualquier caso, está muy bien, toma ‘tiempo’ contemplar y continuar con la indagación dentro de ti mismo, hasta que comprendas completamente aquello de lo que estoy hablando. No abandones, y lo lograrás. Pero no lo olvides, la comprensión intelectual NO ES ESO. ESO está FUERA del pensamiento. Es lo que está MIRANDO al pensamiento… Tú no eres ningún pensamiento, o creencia, o sentimiento, o visión, o cualquier cosa

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que pueda ser experimentada. Todas ellas están al exterior del ‘tú’ central, del mismo modo que una casa lo está. Tú no eres ni siquiera el experimentador, porque ello implicaría una entidad separada que está experimentando. Tú eres el único, indiviso y puro VER.

P: Eso puede ser verdad, pero realmente no lo siento así en este momento.

MS: La conciencia universal está SIEMPRE brillando en TODAS LAS COSAS, incluyendo el pensamiento ‘yo realmente no me siento la conciencia universal en este momento’. Tú nunca puedes perder la conciencia. Incluso cuando entiendas aquello de lo que estoy hablando y tu sentido de la identidad se desplace hacia la conciencia, siempre habrá momentos en que sientas que has ‘perdido’ la conciencia. Pero ¿QUÉ es lo que está iluminando ese pensamiento de que has ‘perdido’ la conciencia? ¡La conciencia, por supuesto! ¡TÚ NUNCA PUEDES PERDER LA CONCIENCIA! Así que, obviamente, era un falso pensamiento. La conciencia no viene ni va, está SIEMPRE aquí.

P: Creo que lo capto.

MS: El ‘tú’ que lo ‘capta’ o lo ‘pierde’ no es el verdadero ‘tú’. Ellos son sólo pensamientos. El verdadero TÚ es aquello en donde esos pensamientos aparecen.

P: De acuerdo. Pero aun así creo que estoy ‘aproximándome’ poco a poco.

MS: El pensamiento ‘creo que estoy aproximándome’ es, todavía, tan sólo un pensamiento. Tú ya estás 100% auto-realizado en este mismo segundo, lo comprendas o no. No hay NINGÚN CAMINO, sólo creencias incorrectas que necesitan ser eliminadas. La misma creencia de que hay un camino es, en sí misma, un obstáculo. Tú nunca puedes estar fuera de la Realidad Eterna. ES IMPOSIBLE.

No lo olvides, TODO ocurre EN el VER. Incluso cuando comprendes todo aquello de lo que estoy hablando, pensamientos como ‘he tenido un día muy ocupado en el trabajo y estaba

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distraído; no he permanecido mucho en el VER’, pueden aún aparecer. De la misma manera, el pensamiento opuesto ‘he tenido un día muy enfocado hoy, y realmente he permanecido en el VER’, es tan sólo un pensamiento, una apariencia, que está ocurriendo en el VER. Todo es tan sólo una apariencia en el VER. Y tú eres el VER, no la apariencia. En un sueño, ¿tiene algún atareado personaje dentro de ese sueño al soñador fluyendo a través de él, en un grado menor que otro personaje dentro del mismo sueño meditando sobre el soñador? Para el soñador, ambos son sólo el mismo sueño.

P: Pero seguramente aquel que se da cuenta que está en el sueño está más cerca del soñador.

MS: Bueno, sí. Pero también no. El hecho es que aquel que ignora el hecho de que está en el sueño, tiene a la conciencia fluyendo a través de él tanto como el otro. Eso es lo que quiero decir con ‘TÚ YA ESTÁS auto-realizado’. El personaje soñado que ignora el hecho de que únicamente hay la conciencia única del soñador, está tan ‘dentro’ de la conciencia única como la otra persona que ‘tiene’ la comprensión. La única diferencia entre ellos es que aquel que no tiene la comprensión está cargando con creencias incorrectas. Sin embargo, eso no cambia el hecho de que está realmente dentro del UNO, tanto como el otro.

P: ¿Así que yo estoy tanto ‘dentro’ del UNO como tú lo estás?

MS: Sí, por supuesto.

P: De acuerdo.

MS: CUALQUIER pensamiento que tú tengas es tan sólo una APARIENCIA en el VER. ¡Cualquier pensamiento, cualquier pensamiento, cualquier pensamiento! ¿Lo captas? El pensamiento ‘yo estoy realmente iluminado y entiendo muchísimo’, es tan apariencia (en el VER) como el pensamiento ‘no entiendo nada y soy un ignorante’. Para la conciencia, ellos son tan sólo dos apariencias.

P: Entonces, lo que yo piense o lo que yo crea… ¿importa o no?

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MS: Dentro del mundo aparentemente separado, las creencias (que son sólo pensamientos) y los pensamientos ocurriendo en el VER dentro de tu ‘localizada’ conciencia individual, afectarán al aparentemente separado ‘tú’. Si el pensamiento ‘saltaré al agua’ ocurre sobre tu Pantalla-AHORA, y lo ‘actúas’, el aparentemente separado ‘tú’ quedará mojado.

P: ¿Así que el tener creencias correctas importa?

MS: La persona que comprende que todo es UNO tiene creencias que están en correspondencia con el modo en que las cosas son realmente. Por ejemplo, imagina que hoy es sábado, pero una persona piensa que es miércoles, mientras otra sabe que es sábado. Sin importar cuán convencida esté la persona que piensa que es miércoles, nada cambiará el hecho de que es sábado. ¿Correcto?

P: Correcto.

MS: La persona que tiene la creencia errónea de que es miércoles está en sábado tanto como la persona que sabe que es sábado. La diferencia está en que la persona que sabe que es sábado estará actuando en concordancia con la realidad factual, mientras que la otra persona estará cargando con creencias erróneas.

P: ¿Así que lo que yo pienso importa?

MS: Trata de caminar por ahí un día sábado como si fuera un miércoles y lo descubrirás.

P: ¿Y cómo se diferencia la vida de una persona que actúa en concordancia con la realidad factual, de la vida de otra que no lo hace?

MS: Bien, para empezar, ambas personas no son ni el cuerpo ni el pensamiento, ambas son el único e indiviso VER. Así que eso inmediatamente cambia todo, realmente. ¿Dónde está el ‘tú’ individual, o su ‘nacimiento’ o ‘muerte’, si tú eres el Eterno, No-Nacido, Indiviso VER?

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P: Entonces, si no hay ningún individuo, ¿cómo puedo funcionar?

MS: Si no hay ningún individuo existente ahora, ello significa que NUNCA hubo uno, pese a que pensabas que lo había. NUNCA hubo un individuo separado. Era una creencia incorrecta. Funcionaste entonces y funcionarás ahora. Pero de ahora en adelante, no como una víctima de los pensamientos, que son exteriores a ti. Y no como una víctima de la falsa creencia de que eres una entidad separada. Todas las cosas son UNO, en este mismo instante; simplemente PARECEN separadas.

P: ¿Pero cómo puedo hacer mi trabajo, si no soy mis pensamientos? Si no puedo utilizar mi memoria, ¿cómo puedo funcionar?

MS: El ‘pensamiento’ es una herramienta muy útil a la cual tienes acceso, así que… ¡adelante! ¡Úsala! Pero el punto es que NO LA CONFUNDAS CONTIGO MISMO. Tú eres aquello que está MIRANDO a los pensamientos, tú NO ERES los pensamientos. ¿Y quién dijo que no podías utilizar tu memoria? Yo no dije eso. Tu memoria puede ser muy útil, simplemente no te conviertas en una víctima de ella. Simplemente no te asocies con los pensamientos ni creas que tú eres ellos. Tu pensamiento, memoria, intelecto, etcétera, es un útil conjunto de instrumentos, pero eso es todo lo que son: no son el verdadero tú. El pensamiento puede ser muy buen sirviente, pero también un amo terrible.

P: De acuerdo.

MS: A eso se reduce todo realmente. TE HAS IDENTIFICADO A TI MISMO CON ALGO QUE TÚ NO ERES. Y es esta identificación errónea la que está en la raíz de todos los problemas de tu vida. Tú te has identificado a ti mismo con el pensamiento y con la limitada y localizada conciencia individual, y has asumido por tanto, incorrectamente, que eres un individuo separado. Y una vez que piensas que eres un individuo, ello crea, por defecto, un mundo lleno de ‘otros’ individuos. Tú eres la pura conciencia universal UNA e INDIVISA que brilla en todas las cosas. Tú eres el VER, no

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aquello que es visto. Tú eres eterno y estás en todas partes. Tú no eres el cuerpo, tú no eres el pensamiento, tú estás incluso más allá de la LIMITADA conciencia individual.

P: Entonces, si esta conciencia está en todos nosotros, ¿por qué no puedo leer la mente de algún otro?

MS: La conciencia universal es como el sol y la conciencia individual es como un resplandor reflejado en el océano. La I-LIMITADA conciencia universal, mientras brilla en el cuerpo, se expresa a Sí Misma como la LIMITADA conciencia individual, y sólo ve lo que está ocurriendo dentro de ese cuerpo. Sin embargo, en último término, hay únicamente la conciencia universal. Así que, si tú eres la conciencia individual, que en último término es la conciencia universal, la cual es UNO-SIN-SEGUNDO, entonces ¿QUIÉN está leyendo los pensamientos de QUIÉN? Tú no eres un individuo. En último término, tú no eres la conciencia individual, porque esa conciencia individual se disolverá cuando el cuerpo cese de funcionar, del mismo modo que el resplandor en el océano cesa cuando la pequeña ola se reintegra al mar. Tú eres la conciencia universal.

P: Todavía no has mencionado la palabra ‘Dios’. ¿Por qué?

MS: Dios es una palabra sobre la cual todo el mundo tiene cantidad de ideas preconcebidas, así que prefiero utilizar el nombre conciencia universal, o ‘el VER’. (Son diferentes nombres para la misma cosa.) También porque la conciencia universal —o ‘el VER’— te da factualmente una mejor idea sobre lo que uno es realmente.

P: Pero yo pienso sobre Dios muchísimo.

MS: Dios es aquello que está VIENDO los pensamientos. Y tú ERES ese VER, no los pensamientos. Conceder importancia a los pensamientos —además de tu sentido de identidad con ellos— equivale a ‘adorar a un falso ídolo’.

P: ¿Por qué?

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MS: Porque estás adorando a la apariencia, no a la Realidad.

P: Entonces, ¿dónde está el alma?

MS: El alma es una extensión de la idea del ego. Hay sólo UNA conciencia universal que fluye a través de todas las cosas. No hay ningún centro en ella. Del mismo modo que la conciencia de un soñador fluye a través de todos los personajes de su sueño. Ellos tampoco tienen ningún centro separado de conciencia (o alma); todos son la conciencia UNA del soñador, aun cuando PARECE haber, de modo tan convincente, varias.

P: ¿Y la reencarnación?

MS: ¿QUIÉN hay allí que reencarne?

P: Todavía no encuentro esta conciencia de la que hablas.

MS: Tú la has pasado por alto porque es tan fundamental y ha estado siempre aquí. Por ejemplo, imagina que hubieras sido colocado en una habitación con luz artificial cuando eras un recién nacido. Allí nunca oscurece, siempre la habitación está iluminada. Imagina que has pasado treinta años de tu vida en ella y es el único entorno que conoces. Entonces, un buen día llega alguien a visitarte a tu habitación y comenta algo sobre el alumbrado. Sin embargo, debido a que jamás has conocido ninguna otra cosa, el concepto de alumbrado no se te ha ocurrido nunca. No sabes de qué está hablando porque simplemente dabas por sentado que ésa era la manera que las cosas eran. Lo mismo sucede con la conciencia. Siempre ha estado allí como el alumbrado de la habitación, así que la has pasado por alto.

Sin embargo la conciencia, a diferencia de la luz física, no puede ser vista; no es algo que tú puedas mirar, ES el único y solo VER. Ha sido ‘obviada’ porque es el PRIMERO y ÚNICO VE-EDOR, y por tanto, no tiene nada externo a él que pueda verlo. Tú ERES el VER.

P: Una vez estaba meditando y vi una luz… Entonces, ¿esto no puede ser la conciencia de la que estás hablando?

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MS: No. Sea lo que sea lo experimentado, no puede ser la conciencia, porque la conciencia es el EXPERIMENTADOR de todo. Así que, si viste una luz, tú eres aquello que está VIENDO esa luz. Tú eres el PURO VER.

P: Alguna gente pretende ‘ver cosas’, visiones, fantasmas, etc.

MS: Todas esas cosas son imaginaciones, no son la Realidad Última, son sólo experiencias. Tú no eres la experiencia. Tú no eres lo que es visto, tú no eres ni siquiera el ve-edor, tú eres el VER.

P: Siento a veces que necesito escaparme de todo e irme a meditar.

MS: No hay necesidad de abandonar la sociedad. En estos días tú necesitas trabajar para comer y vivir. Tan sólo necesitas integrar el VER (SIENDO el VER, no lo visto) en tu vida diaria. Alguien que va a meditar al bosque y no obstante retiene aún su ego-conciencia, no está logrando nada. Es totalmente posible ser el VER ÚNICO mientras eres un padre de familia.

P: Entonces, ¿tengo que aquietar mi mente para ser el VER?

MS: Sin importar si estás teniendo cantidad de pensamientos o algunos pocos, todos ellos están apareciendo sobre el VER, y tú eres el VER, no esos pensamientos. Lo principal es identificarse con aquello que está VIENDO los pensamientos y NO con los pensamientos mismos.

P: Pero este ‘ver’ ¿es un ver físico, como cuando veo esa silla?

MS: No, está más allá de eso. El VER es la conciencia, el percibir, aquello que percibe todo, INCLUYENDO tu ver físico. Es la ‘conciencia diaria ordinaria’ que ‘ve’ tus pensamientos y todas tus experiencias en cada instante de tu vida. De hecho, tú lo conoces realmente muy bien. Es tu propio SER.

P: ¿Qué significa auto-realizado?

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MS: Es cuando tú ‘realizas’ o adviertes que eres el VER de todas las experiencias, no las experiencias mismas. Cuando —sin importar si las experiencias son pensamientos, emociones, sentimientos, visiones o cualquier otra cosa— no hay ninguna identificación con ninguna de ellas. Una persona auto-realizada ha visto a través de la falsedad del pensamiento ‘yo soy un individuo que está pensando esto’. Una persona auto-realizada realiza que no es el cuerpo ni el pensamiento. Una persona auto-realizada está más allá de la conciencia individual que está ocurriendo en el cuerpo temporal. Todo el mundo ya está 100% auto-realizado porque la conciencia universal una está fluyendo a través de ti, te des cuenta de ello o no… del mismo modo que un personaje soñado en uno de tus sueños. Al margen de si ese personaje se da cuenta que es tu conciencia la que está dándole su ser o no, el hecho es que tú eres esa conciencia. Una persona auto-realizada es alguien que realiza que él es la conciencia universal que está brillando en él, y que no se identifica con nada exterior a eso. Él es la conciencia universal única. Lo mismo que tú, sólo que aún tienes algunas creencias incorrectas de las que debes deshacerte primero. Pero, incorrectas o no, TÚ ERES ESO.

P: Entonces, ¿tú eres auto-realizado?

MS: Si todas las cosas son el UNO-SIN-SEGUNDO, ¿dónde habría una persona auto-realizada o no auto-realizada?

P: Gracias.

MS: Gracias por escuchar.

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Apéndice

Felipe Oliveira

Brevemente…

Yo soy, yo soy, yo soy: ¡qué cosa bonita! El amor mismo; la creación misma; la primera afirmación de Dios. Tu primera afirmación.

Lo que es, todo lo que es, lo que tú eres, es conciencia. La conciencia se identifica con un cuerpo y una entidad conceptual separada. La identificación con la noción de que tú eres exclusivamente un cuerpo y una entidad individual separada cesa de ser. Eso, y sólo eso, constituye el drama espiritual humano; y su resolución.

Lo que se está señalando no es un estado que viene y va, ni

tampoco una experiencia, sino una visión interior, una comprensión o verificación que está 100% disponible todo el tiempo.

Ser está siempre presente. No es parte ni resultado de creación alguna. No tiene ubicación, ni tiempo, ni comienzo ni fin, ni límite, ni centro (o yo) desde donde radie. Ha estado siempre presente a lo largo de nuestras vidas, pero pasado por alto, mientras que a lo imaginario le fue asignado un valor absoluto, que no tiene.

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Cuerpo, mente y mundo (o universo) son un único fenómeno infinito, conceptualizado como finito. Yo estoy ‘aquí en el mundo’ y tú estás ‘allí en el mundo’ revela identificación con un cuerpo-mente, lo cual, a un nivel funcional, es legítimo en esta existencia. A nivel espiritual es la fuente del temor y del sufrimiento resultante de ese sentido de separación.

Mira lo que está ocurriendo y no lo etiquetes ni expliques ni cuestiones. ¿Qué ves? ¿Alguna otra cosa que Ser?

He aquí la etimología de sufrimiento: ATADURA + YO = TIEMPO [Juego de palabras: TIE + ME = TIME]

Buscar es una señal de alarma, una advertencia, una bomba de tiempo. En su forma más civilizada, es una invitación a mirar.

La raíz del sufrimiento no es nuestra incapacidad de producir ciertas experiencias o de evitar otras, sino nuestra ignorancia del origen de todas las experiencias. La ignorancia de nuestro yo verdadero. La raíz del sufrimiento psicológico es una falsa creencia que surge siempre en este momento. La falsa creencia de que estamos separados de nuestro propio estado natural de paz y de Ser. No está sucediendo ninguna otra cosa sustancial que sea un obstáculo, en lo que concierne a la realización espiritual.

La imaginación medular es el pensamiento ‘yo’.

Se escucha zumbar unos mosquitos, pero el conocimiento-de-Sí nunca es ‘picado’ por esos mosquitos.

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La conciencia que somos no es el resultado de nada (es sin-

causa y siempre-presente). La realización de ese hecho puede ocurrir luego de tener (o no) lugar muchos esfuerzos, de acuerdo al destino de cada organismo individual. Los esfuerzos —así como la capacidad de hacerlos surgir cuando son requeridos— no son la cuestión espiritual medular. La cuestión es conocer la fuente del esfuerzo y de la ausencia de esfuerzo: el verdadero hacedor. Y no es el ‘yo’, por la sencillísima y obvia razón de que el ‘yo’ no está dotado de ningún poder.

Relativamente hablando, el único poder que el ‘yo’ tiene es el de creer que tiene el poder de hacer. Cree ser la fuente del ser o de la acción. Hablando en términos absolutos, la creencia no pertenece al ‘yo’ sino que es, simplemente, un fenómeno impersonal en la conciencia.

‘Y será Su Voluntad’ es un indicador preciso, considerando que

‘Su Voluntad’ se refiere a tu propia manifestación de conciencia impersonal, y no a un poder ‘externo’ separado de ‘ti’.

Donde hay creencia en ‘mí’ como hacedor, hay sufrimiento, o la semilla del mismo.

Sea que haya auto-conocimiento o no, el ‘yo’ —como una estructura de la personalidad que ayuda al organismo a funcionar en la vida— continúa adquiriendo conocimiento, habilidades y condicionamiento de todo tipo. Aún tenemos un nombre, tenemos roles y nos orientamos en el espacio y el tiempo. Todo ello es conceptual y es una parte legítima del ser humano. Es ‘nuestro

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sistema operativo y software adjunto’: es nuestro único domicilio en la red de la vida.

El ‘yo’ como una entidad dotada del poder de autoría de lo que el organismo experimenta nunca existió, salvo como concepto. La creencia en la veracidad de este particular concepto y en su supuesto poder, puede ser vista como falsa, y entonces todo el sufrimiento, la confusión y las dudas basadas únicamente en esa creencia llegan a su fin.

No hay despertar para ‘alguien’. Todo lo que hay es conciencia

o Ser. ES, y esto es lo que tú eres. No se hace ni se construye ni se logra ni se alcanza. Todas estas acciones y objetivos pertenecen al concepto de ser una entidad separada de la conciencia o Ser. Esa separación nunca ocurrió, salvo en la imaginación.

Tú no puedes ser más de lo que tú eres, o más profundo de lo que tú eres, o más tranquilo de lo que tú eres, o más presente de lo que tú eres. La conciencia que tú eres no tiene partes móviles.

El Amor y la Inteligencia erradican el sufrimiento psicológico.

Todos los temores son en última instancia infundados, porque, en cuanto al organismo concierne, todos los datos necesarios para producir ulteriores eventos surgen y se vuelven disponibles en la conciencia ‘sobre la marcha’. Lo que está oculto en el potencial ‘no-ahora’ se vuelve perceptible y el organismo responde de manera espontánea de acuerdo a su naturaleza y condicionamiento.

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Haya auto-conocimiento o no, se toman decisiones, y el flujo de la manifestación sigue su curso sin el más mínimo error. El sufrimiento que rodea al futuro y a la toma de decisiones, se debe únicamente a la proyección de un yo como autor y experimentador. Esa proyección puede ser vista simplemente como insustancial, y el Amor de lo-que-es pasa a primer plano como ausencia de temor, poder de actuar, aceptación y paz.

La creencia en ser un hacedor individual —que es sufrimiento

psicológico— es como conducir con las manos esposadas. Hay movimiento, las cosas ocurren, pero algo no se siente del todo bien. Cuando esa creencia se desecha, no hay nada equivocado nunca más.

El verdadero perdón es una expresión emocional de la

conciencia ‘yo soy’, sin ninguna traza de ego-conciencia. Es una expresión emocional de la comprensión de que todo es impersonal y de que todo es tal como es y no podría ser distinto.

Algunos maestros construyen y refinan al discípulo. Algunos otros, lo destruyen y liberan para siempre.

Lo que podría denominarse ‘proceso de auto-realización’ o

‘trabajo sobre uno mismo’ no se refiere a TI; se refiere a la actividad de la mente. TÚ eres anterior a ella en todo momento.

En algún momento amanece en nosotros el hecho de que siempre estuvimos en casa, y que una vez estuvimos soñando que estábamos ‘ahí fuera’ en el mundo, viajando hacia algún paraíso espiritual.

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Índice

Introducción 001

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LOS FUNDAMENTOS

John Wheeler: Fundamentos 003Indicadores 017El estado natural: un diálogo extenso 023Otros diálogos 051

Annette Nibley: Lo que nunca cambia 078Randall Friend: Tú estás soñando 121John Astin: Fuera y más allá de las ideas 137

EN POCAS PALABRAS

Stephen Wingate: Mundo Zen 180Chad Barber: Luminosa realidad viviente 204Jeff Foster: Vida sin un centro 218

ENTREVISTAS

Jan Kersschot: Un iceberg derritiéndose 232Joan Tollifson: Lo que tú eres es aquí 241

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Leo Hartong: Despertando al sueño 252Mario Sanasi: El Ver es Aquí y Ahora 281

APÉNDICE

Felipe Oliveira: Brevemente… 313

319