John Stott La Cruz de Cristo x Eltropical

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-r^\{--u--ur_ LO=-v_l-'-Y:^@:@w- u,^-lul-61::!v-l-r^\{--u--ur_ LO=-v_l-'-Y:^@:@w- u,^-lul-61::!v-lLejos est de m gloriarme,sino en la cruz de nuestro Seor Jesucristo.Glatas 6.14LACRUZDECRISTOJohn R. W. StottEDICIONESCERTEZABARCELONA, BUENOSAIRES, LAPAZ, QUITO1996Otros libros de John Stott:Cmo comprender la BibliaCmo llegar a ser cristianoCon todo tu ser: Creer es tambin pensarCristianismo bsicoLa nueva humanidad: El mensaje de EfesiosLas controversias de Jess John R. W. Stottla edicin 1986Ttulo en ingls: The cross of Christ Ediciones Certezala edicin 1996ISBN 950-683-067-3Traducido con permiso de InterVarsity Press,Downers Grove, Illinois 6015, USATradujo al castellano: David R. PowellProhibida la reproduccin total o parcialsin autorizacin de los editores.Las citas de la Biblia estn tomadas dela versin Reina Valera Revisada, 1960 (VRV2).Otras referencias se indican de acuerdo alas correspondientes abreviaturas.Ediciones Certeza es la casa editorial de laComunidad Internacional de EstudiantesEvanglicos (CIEE) para los pases de habla hispana.La CIEE es un movimiento compuesto por gruposestudiantiles que buscan cumplir y capacitara otros para la misin en la universidad y el mundo.Ms informacin en:CIEE Comunicaciones, Casilla 17-08-8531, Quito, Ecuador.Correo electrnico: [email protected] Certeza ABUA, Bernardo de Irigoyen 654,(1072) Capital Federal, ArgentinaEditorial Lmpara, Casilla 8924, La Paz, BoliviaPublicaciones Andamio, Alts Forns 68, Stano1,E08038, Barcelona, EspaaSe imprimi en Editorial Buena Semilla, Carrera 31,N 64 A-34, Apartado 29724, Bogot 1, Colombia.Impreso en Colombia. Printed in Colombia.ABREVIATURASAG A Greek-english lexicon of the New Testament and other earlyChristian literature, por William F. Arndt y F. WilburGingrich, University of Chicago Press y CambridgeUniversity Press, 1957.AV Versin autorizada (o del rey Jaime)de la Biblia, 1611.BA La Biblia de las Amricas, Fundacin Bblica Lockman, 1986.BJ Biblia de Jerusaln, Bilbao, Descle de Brouwer, 1981.BLA La Biblia para las comunidades cristianas de Latinoamrica,Ediciones Paulinas, 1972.CI Sagrada Biblia, versin de Francisco Cantera Burgos yManuel Iglesias Gonzlez, Madrid, Biblioteca de AutoresCristianos, 1975.LXX El Antiguo Testamento griego segnla Septuaginta,III a.e.NBE Nueva Biblia Espaola, versin de Luis Alonso Schbkel y JuanMateos, Ediciones Cristiandad, 1975NC Sagrada Biblia, versin de Elono Ncar Fuster y AlbertoColunga, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 5aedicin1953NEB New English Bible, NT 1961, 2aedicin 1970;AT 1970.NIV New International Version, NT 1973; AT 1979.RSV Revised Standard Version, NT 1946, 2aedicin 1971; AT 1952.VM Versin Moderna, de H. B. Pratt, 1893; revisada por laSociedad Bblica Americana, 1929.EX LIBRIS ELTROPICALVP Versin Popular (Dios Habla Hoy), Sociedades BblicasUnidas,1966, 1979, 1983, 1994.VHA Versin Hispano-americana del NuevoTestamento SociedadesBblicas Unidas. 'VRVl Versin de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera,revisadaen 1909.VRV2Versin de Reina y Valera,revisada en 1960 (SociedadesBblicas Unidas).VRV3Versin de Reina y Valera,revisada en 1977 (eLlE).VRVAVersinde Reina y Va lera, actualizada (Editorial MundoHispano).PRESENTACINLoque era objeto dedesagrado para los romanos y derepugnanciaparalosjudos -la cruz-,hallegadoaseremblemadenuestraadoracin y axioma de nuestra fe. Cmo es posible?"Jams podra creer en Dios, si no fuera por la cruz," asegura JohnStott. "En el mundo real del dolor, cmo podra alguien adorar a unDios que fuese inmune al dolor?"Stott presentalacentralidaddelacruzenel planderedencinpreparado por Dios para el mundo, un mundo que sufre bajo el pesode la injusticia, la violencia, la corrupcin y la amenaza de una crisisambiental irreversible.Delaplumadeunodelos principales predicadoresylderescristianosdenuestros das, estees unlibrodeteologadelecturaaccesible queofrece una renovada formulacindel significado de lacruz para el mundo actual. En la cruz de Cristo, afirma Stott, se revelanlamajestadyel amordeDios, yquedanexpuestosel pecadoylaesclavitud del mundo en que vivimos.Msqueunestudiosobrelaexpiacin, estelibropresentalasEscrituras en vivodilogocon la teologacristiana yel sigloxx. Loque surge de su estudio es unmodelo para la vida y la adoracin, laesperanza y la misin del cristiano.John R. W. Stott es conocido y respetado internacionalmente comoundotadoevangelista, predicadoreinvestigadorbblico. Durantemuchos aos llev a cabo un ministerio pastoral vigoroso e innovador,comopastor delaiglesiadeAlI Souls, enLondres. Lderentrelosevanglicos en el campo de la misin en todo el mundo, fueunodelos que estructuraron el Pacto de Lausana. Ha participado activamenteencongresos posterioresvinculados conLausana, adems deintervenir en el dilogo entre evanglicos y catlicos romanos en tornoal tema de la misin. En los ltimos aos se ha desempeado comodirector del London Institute for Contemporary Christianity, ademsde desarrollar un amplio ministerio como orador, especialmente enel Tercer Mundo.Destinadoaser unestudioclsicodeaquelloqueescentral ennuestrafe, lacruzdeCristo, estaobradeStottesproductodesuexperiencia como pastor y estudioso de la Biblia. La combinacin desu erudicin, humildad y calidez pastoral son garanta de que el lectorser ampliamente recompensado en su mente y corazn con la lecturade este libro.CONTENIDOLos editoresPrefacio del autorIII Hacia la cruz1La centralidad de la cruz212Por qu muri Cristo? 553Debajo de la superficie 73nLo central de la cruz4 El perdn995La satisfaccin1276 La sustitucin151nILa victoria de la cruz7La salvacin de los pecadores1878La revelacinde Dios2279La victoria sobre el pecado253IVVivir bajo la cruzlaLa comunidad de los celebrantes28111Identidad y servicio30312Amar a nuestros enemigos32713El sufrimiento y la gloria 345Conclusin375ApndicesNotas393Bibliografa413ndice de referencias bblicas 425Dedico este libro a Frances Whitehead,en seal de gratitud por treinta aos de serviciocaracterizado por su lealtad y eficiencia.1956- 1986PREFACIOCONSIDEROQUE ES UNENORMEPRIVILEGIOELHABERsido invitado por los editores a escribir un libro sobre eltema ms grande y glorioso que pueda existir, el de lacruz de Cristo.Los aos de trabajo que me ha llevadoprepararlomehanenriquecidoespiritualmente, misconvicciones se han aclarado y fortalecido, y he afirmado la decisinde dedicar el resto de mis das sobre la tierra al Cristo crucificado y asu servicio liberador.Resulta apropiado que un libro sobre la cruz formase parte de losfestejos celebratoriosdelasbodasdeorodeInterVarsity Press, laeditorial delaramainglesadelaComunidadInternacional deEstudiantes Evanglicos(eIEE) que, bajo la consagrada conduccindeRonaldInchleyyFrankEntwistle, sehahechoacreedoradelreconocimiento de todo el pblico lector cristiano.La cruz ocupael centro mismodelafeevanglica. Ms todava,como sostengo en este libro, ocupa el lugar central en lafe bblica ehistrica. LoscristianosevanglicossostenemosqueenlapersonadelCristocrucificado, Diosocupnuestrolugary llevsobresnuestros pecados, sufriendo la muerte que merecamos nosotros. Aspodemos recibir la gracia de Dios y ser adoptados como hijos en sufamilia. El Dr.J. 1. Packer ha escrito acertadamente que esta creencia"es unamarca distintivadelafraternidadevanglica universal", Lacruz nos lleva "al corazn mismo del evangelio cristiano".1~ o t a de los editores: Este es el prefacio del autor a la primera edicin enmgls. Incluye una referencia histrica sobre la Comunidad Internacionalde Estudiantes Evanglicos y una reflexin sobre el lugar central que lacruz ocupa en su testimonio. '12 LACRUZDE CRrsToPor cierto que la centralidad de la cruz ha sido un factor vital en lahistoria loque hoylaUniversitiesandCollegesChristianFellowshIp (ueeF), Juntamente con lo que se conoce internacional-mentecomo lacrEE. Enrelacinconsu desarrolloocurrierondoshechos particularmente importantes en los primeros decenios de estesiglo.p.rimero.sucedi cuando, en 1910, la Cambridge IntercollegiateChnstIanUlllon(ereeu) sedesafilidel MovimientoEstudiantil (MEe). LosmiembrosdelaprimeradeestasentidadestUVIeronel hecho de que representaban la tradicin de Bilney,Tyndale, LatImer, Ridley, Cranmer, los grandes nombres de la ReformaenCambridge. Tambinmirabanretrospectivamenteconsatisfac-cin y afecto hacia Charles Simeon, aquel que durante 54 aos, comopastorla iglesia de la Santa Trinidad, haba expuesto con fidelidadlas y que, como lo expresa su epitafio, "ya sea como base desus propIas esperanzas o como tema de todo su ministerio, se propusonosabernadasinoaJesucristo, y aestecrucificado". Noresultasorprendente, porlotanto, quesefuesendesilusionandoantelastendencias liberales del MEe, y particularmente ante la debilidad desus doctrinas sobre la Biblia, la cruz e incluso sobre la deidad de Jess.De modo que cuando Tissington Tatlow, Secretario General del MEese encont.r .c?n los de la ereeu en marzo de 1910, se votladesafilIaclOndel mOVImIento. El aosiguiente, HowardMowllasun:i. lapresidenciadela ereeuycontribuyaestablecer elmOVImIentoquedichaentidadrepresentabasobrefundamentosevanglicos firmes, de los que nunca se ha apartado.2Despus. de concluida la Primera Guerra Mundial en 1918, muchosex-combatientesingresaronenCambridgecomoestudiantes. Porentonces, la ereeu era mucho ms pequea que el MEe. Sin embargo,los lde.res del.se acercaron a la mencionada entidad de CambridgeConde lograr que volvieran a unirse a ellos y proveyeranla calIdez devoclOnal y el impulso evangelstico que a ellos les faltaba.Parala cuestin, Daniel Dick y Norman Grubb (Presidente ySecretanode laereeu) sereunieroncon lacomisindirectivadelMEe en lashabitacionesqueocupabaelsecretariodel MEe RolloPel1y: He aqu el relato del propio Norman Grubb sobre esta crUCIal:Despus de hablar durante una hora, le pregunt a Rol1o:"Coloca el MEe la sangre expiatoria de Jesucristo en ellugar central?" Titube, y luego dijo: "Bueno, laPREFACIO13reconocemos, pero no la consideramos necesariamentecomo algo centraI:' Entonces Daniel Dick y yo dijimos quepara nosotros en la ereeu esto resolva la cuestin. Jamsnos uniramos a ninguna organizacin que no mantuvierala centralidad de la sangre expiatoria de Jesucristo; yasnos separamos definitivamente.3Esta decisin no slo confirm el voto realizado antes de la guerrarespectoaladesafiliacin, sinoquerepresentaba"laverdaderafundacinde larVF(rama inglesa de lacrEE), porque apenas unosmeses ms tarde advertimos que si haba sido necesario un ereeu enCambridge, organizacionesdelamismandoleerannecesariasentodaslasuniversida.desdel mundo".4El primerencuentrointer-universitario tuvo lugar en Londres en diciembre de 1919.EnesapocaNormanGrubbcitaba1 Corintios 15.3-4 comoelversculo clave del modo de pensar del grupo: "Porque primeramenteos he enseado lo que asimismo recib: Que Cristo muri por nuestrospecados, conforme a las escrituras; y que fue sepultado, y que resucital tercerda, conformea lasescrituras:'Hubierasidodifcil hacercoincidir con este pasaje los Objetivos y Bases del MEe,formuladosen 1919, que incluan la siguiente afirmacin respecto a la cruz: "Slocuando vemos en el Calvario el precio del sufrimiento pagado da ada por Dios mismo por todo el pecado de la humanidad, podemosacceder a una experiencia de verdadera penitencia y perdn, que nosliberaparaquepodamosembarcarnosenunamaneradevivirenteramente nuevaoo.este es el significado de la expiacin:'s A estodebemos responder con todo respeto que el significado de la expiacinnoseha deencontrar en nuestrapenitenciaevocadapor lacontemplacin del Calvario, sino ms bien en lo que Dios hizo cuandoocup nuestro lugar en la cruz en la persona de Cristo y carg sobres nuestro pecado.La distincinentreunacomprensin 'objetiva' y 'subjetiva' de laexpiacin debe reiterarse claramente en cada nueva generacin. Segnel doctorDouglasJohnson, elprimerSecretarioGeneral de la rVF,.estedescubrimientofueel hechodecisivoyradical enel giroqueexperimentel ministeriodel doctorMartinLloyd-Jones, quienocup un indiscutido liderazgo en el mundo evanglico en las dcadasquesiguierona laSegundaGuerraMundial. Lloyd-Jonesconfiavarios amigosque"uncambiofundamental tuvolugar ensuperspectiva y ensupredicacinenel ao r929': Porsupuestoquedesdeel comienzodesuministeriohabaenfatizadoel carcter14 LACRUZDECRISTOindispensabledelnuevonacimiento. Perodespusdepredicar unanoche enBridgend, al sur deGales, el ministrode la iglesia lehizonotar que la cruz y la obra de Cristo parecan tener poco lugar en supredicacin. Se dirigi "de inmediato a su librera de segunda manopredilecta y le pidi al propietario dos libros clsicos sobre el tema dela expiacin. El librero oo. le alcanzThe atonement (La expiacin)publicado en 1875 por R. W. Dale, y The death ofChrist (La muerte deCristo), en 1903, por James Denney. Regres a su casa y se entreg alestudio, renunciandotantoal almuerzocomoalamerienda,ocasionandotal ansiedad a suesposaquetelefonea suhermanopara preguntarle si convena llamar al mdico. Pero cuando finalmentesalide su estudio, declarhaber encontrado 'la autnticamduladel evangelio y la clave del significado profundo de la fe cristiana'. Asfue como se transform el contenido de su predicacin, a la vez quesu impacto. Como l mismo lo expres, la cuestin bsica no era lade Anselmo, 'Por quse hizohombre Dios?', sino 'Por qu muriCristo?"'6Dada la vital importancia que tiene la expiacin, como tambinuna comprensin de ella que recupera la interpretacin correcta delos grandes conceptos bblicos de la 'sustitucin', la 'satisfaccin' y la'propiciacin', dos cosas me han causado enorme sorpresa. La primeraes que esta doctrina sigue siendo muy impopular. Algunos teolgosevidencian una extraa resistencia a aceptarla, aun cuando reconozcanquetieneclarofundamentobblico. Pienso, porejemplo, enesedestacado estudioso neotestamentario metodista, Vincent Taylor. Sucuidadosa y exhaustiva erudicin se ponen de manifiesto en sus treslibros sobre la cruz: fesusand his sacrifice (Jess y su sacrificio), Theatonement in New Testament teaching (La expiacin en la enseanzadel NuevoTestamento)yForgivenessandreconciliation(Perdnyreconciliacin). El autorempleaunavariedaddeadjetivosparadescribir la muerte de Cristo, trminos tales como'vicaria', 'redentora','reconciliadora', 'expiatoria', 'sacrificial' yespecialmente'representativa'.Peronoseatreveausarel trmino'sustitutiva'. Despusdeundetallado examen de la predicacin y la doctrina cristiana primitivas,tanto en Pablo, como en Hebreos y en Juan, dice de la obra de Cristo:"En ninguno de los pasajes que hemos analizado se la describe comosustitutiva oo.Enninguna parte hemos encontrado respaldo algunoparatalespuntosdevistas."?Msbien, laobradeCristofue"unministeriocumplidoparanuestrobeneficio, peronoenlugardenosotros". Sinembargo, apesar dehacer estas sorprendentesafirmaciones, Vincent Taylorsesentaincmodoal hacerlas. LaPREFACIO 15vehemencia de las mismas no condice con las concesiones que luegose siente obligado a hacer. "Quizs el rasgo de la enseanza del NuevoTestamentorespectoalaobrarepresentativadeCristoquemsimpacto produce", dice, "sea el hecho de que se acerca tanto, aunquesinllegaracruzarlos, aloslmitesdeladoctrinasustitutiva. Elpaulinismo, en particular, prcticamente la roza': Hasta llega a confesarque lostelogosneotestamentarios "con demasiadafrecuencianosconformamos con rechazar la sustitucin sin llegar a reemplazarla", yquese trata de una nocin "que quizs hemos estado ms ansiosospor rechazar que por evaluar".Sin embargo, lo que vaya tratar de demostrar en este libro es quela doctrina bblica de la expiacin es sustitutiva de principio a fin. DeloqueVincent Taylor huanoeradeladoctrina ens,sinodelascrudezas de las que con frecuencia han sido culpables los defensoresde la doctrina de la sustitucin en su pensamiento y en su expresinde la misma.Mi segunda sorpresa, en vista de la centralidad de la cruz de Cristo,esqueenel lapsodecasi mediosigloningn autor evanglicohaescrito un libro sobre este tema, dirigido a lectores reflexivos. Es ciertoquehanaparecidovarioslibrospequeosdedivulgacin, comotambin algunas obras eruditas. Quisiera brindar especial tributo alnotable esfuerzo llevadoa caboen estecampopor el doctorLeanMorris, de Melbourne, Australia. Estamos todos en deuda con l porsu obra Apostoliepreaching ofthe cross (La enseanza apostlica sobrela cruz), y me alegro de que haya puesto el contenido del mismo alalcance de los laicos enThe atonement (La expiacin). Morris se haconsagradocomoespecialistaenlaextensa literaturadetodoslostiempos en este tema, y su obraThecross inthe NewTestament (Lacruz en el Nuevo Testamento)probablemente sea el estudio generalms amplio de que se dispone al presente. De esta obra cito con miclidoapoyosuafirmacindeque"lacruzdominael NuevoTestamento".Sin embargo, hasta la recientepublicacindela obra deRonaldWallace, The atoning death of Christ (La muerte redentora de Cristo)y de la de Michael Green, The empty cross of Christ (La vaca cruz deCristo, 1984), noconozconingn libro evanglico para los lectoresque tengo en mente, desde que apareci la obra de H. E. Guillebaud,Why the eross? (Por qu la cruz?, 1937), que fue una de las primeraspublicaciones de IVF. Fueesta unaobravaliente, queencarfrontalmentea los crticos de la doctrina de expiacin sustitutiva, yplante tresinterrogantes: (1) Es cristiana?(e.d. compatible con la16 LACRUZDECRISTOenseanzadeJessydesusapstoles); (2) Esinmoral? (e.d.compatible o incompatible con la justicia); y (3)Resulta increble?(e.d. compatible o incompatible con problemas tales como el tiempoy la transferencia de la culpa).mi caso me propongo abarcar un campo ms amplio, porqueeste lIbro no trata slo de la expiacin, sino de la cruz. Despus de lostrescaptulosintroductorios queintegran la Parte1,en laParte11abordo lo que he dado en llamar'lo central de la cruz: donde defiendouna perspectivaautnticamentebblicadelos conceptos de'satisfaccin' y 'sustitucin'. EnlaParte IIIanalizolostresgrandeslogros de la cruz, a saber la salvacin de los pecadores, la revelacindeDios y la victoriasobreelpecado. Pero la ParteIVseocupa decuestiones que a menudo se omiten en los libros sobre la cruz, a saberlo que significa para la comunidad cristiana'vivir bajo la cruz'. Intentodemostrar que la cruz lo transforma todo. Nos ofrece una renovadarelacindeadoracinhacia Dios, unanuevayequilibradacomprensindenosotros mismosyunnuevoincentivoparaentregarnosa lamisin, unanueva expresindeamoranuestrosy un renovado coraje para enfrentar las perplejidades delsufnmIento..;V desarrollar el tema que me he propuesto, he tenido presente eltnanguloconformadopor lasEscrituras, latradiciny el mundomoderno. Mi primera preocupacin ha sido ser fiel a la Palabra deDios,que tiene que decir, sin pedirle que digalo que qUIzas yo querna deCIr. No hay alternativa cuando se hace unacuidadosa exgesis del texto. En segundo lugar, he intentado compartiralgunos de los frutosmis propias lecturas. Al procurar comprenderla cruz no podemos Ignorar las grandes obras escritas en el pasado.No tomar en c?nsideracin la tradicin y la teologa histrica equivale ser.paraEsprituSantoquehavenidoilummando actIvamente a la IgleSIa en todos los siglos. Finalmente,en tercer lugar, he tratado de comprender las Escrituras, no slo a laluz de s misma y a la luz de la tradicin, sino tambin en relacin conel mundo contemporneo. He tratado de averiguar lo que la cruz deCristo tiene para decirnos al final del siglo xx.El atrevimiento de escribir (y de leer)un libro acerca de la cruzconlleva un enormede Esto se debe en parte a quelo que realmente sucedlO cuando DIOS estaba en Cristo reconciliandoconsigo al mundo" esun misterio cuyas profundidades seguiremosdurantetodalaeternida?; y enparteporqueseraImpropIOpretenderadoptar unaactituddefraobjetividadalPREFACIO 17contemplarlacruzdeCristo. Porquenos gusteono, estamosinvolucrados en la cuestin. Nuestros pecados lo llevaron a la cruz.De modo que, lejos de adulamos, la cruz socava nuestros intentos deautojustificacin. Slo podemos contemplarla con la cabeza inclinaday el espritu contrito. Y all permanecemos hasta que el Seor Jesshableanuestroscorazonesofrecindonosperdnyaceptacin, yentonces, atrapadosporsuamoryhenchidosdegratitud, nosdirigimos al mundo para vivir nuestra vida dedicados a su servicio.Agradezcoa Roger Beckwith y a David Turnerpor la lecturadealgunas secciones delmanuscrito y sus valiosos comentarios. Estoyagradecidoamiscuatroasistentesdeinvestigacinmsrecientes:Mark Labberton, Steve Ingraham, Bob Wismer ySteve Andrews. SteveAndrews se ha mostrado caractersticamente meticuloso en la lecturadel manuscrito, la preparacin de la bibliografa y los ndices, el controlde las referencias y la correccin de las pruebas.Peroreservopara el finalmi ms sentida gratitud hacia FrancesWhitehead, quien en 1986 cumpli treinta aos como mi secretaria.Este libro es el ensimo que ha mecanografiado. No tengo palabraspara elogiar su eficiencia, su actitud servicial, su lealtad y su constanteentusiasmo por la obra del Seor. Con toda gratitud le dedico estelibro.John StottNavidad de 19851HACIALA CRUZ1LACENTRALIDAD,DELA CRUZHOLMANHUNT, LDERDEUNACOFRADADEPINTORESprerrafaelistas en Inglaterra, en la segunda mitad delsigloXIX, pintLa sombra delamuerte. Conoce esapintura? Muestrael interior del taller de carpinteraenNazaret. Conel torsodesnudo, Jessestdepiejunto a un caballete de madera donde ha apoyado el serrucho. Dirigela mirada hacia el cielo; la expresin de su rostro es de dolor, de xtasis,o ambos. Tieneal11bosbrazos levantados por sobre la cabeza, esti-rndose. Alhacerlo, laluzdelatardecerquepenetrapor lapuertaabierta arroja una oscura sombra en forma de cruz sobre la pared delfondo, dondeel estanteparalasherramientassemejaunavigahorizontal sobrela quesus manoshansidocrucificadas. Lasherramientas mismas nos recuerdan el fatdico martillo y los clavos.Hacia la izquierda de la escena, en primer plano, una mujer estarrodillada entre las virutas de madera. Sus manos descansan sobreel cofre que guarda los valiosos obsequios de los sabios de Oriente.No podemos ver su rostro, porque lo ha apartado. Es Mara, y pareceestar alarmada (o da esa impresin) ante la sombra en forma de cruzproyectada por su hijo sobre la pared.Aquella escuela de pintores ha sido catalogada como sentimenta-lista. No obstante, fueron artistas serios y sinceros; el propio HolmanHunt estaba decidido, como l mismo lo expres, a "luchar contra elarte frvolo de la poca" y su tratamiento superficial de temas trillados.ConesemotivoestuvoenTierraSantaentre1870 y1873,Ypint22 HACIALACRUZ'La sombradelamuerte'enJerusaln, sentadoenlaterrazadesucasa.1Si bien se trata de una esc:na imaginada por el pintor, teolgi- es.Desdela JuventuddeJess, inclusodesdesu cruzyroyectaba su sombra. Su propia muerteera el eJ: de su miSlOn y la iglesia siempre lo ha reconocido as.Imagmemos a un extranjero que visita la catedral de San Pablo enLondres. Supongamos que se ha formado en una cultura no cristianay noprctic.amenteacerca del cristianismo. Sin embargo,esmasqueunsimpletunsta; estpersonalmenteinteresadoenelterha y deseoso de aprender.. camina por una de las calles que llevan a la catedral, loimpreslOna lo grandioso del edificio y se maravilla de que Sir Chris-hubiera podido concebir semejante edificio despus delgran que soport Londres en 1666. Mientras trata de captarcon la mirada toda esa grandeza, lo impresiona la enorme cruz doradaque domina la cpula.Entra en la catedralse ubica en su centro, debajode la cpula.Tratadecaptareltamanoy laformadel edificio, y adviertequeel de la planta baja, que incluye la nave mayor y la transversal,tieneforma cruz. Daunacaminando y observa que cadauna de las capillas laterales contiene algo que se asemeja a una mesa,sobrelaseenformaprominenteunacruz. Bajalasescaleras haCia la cnpta para ver las tumbas de hombres famosos comel propio Sir Christopher Wren, Lord Nelson y el duque de en cada una hay una cruz tallada o en relieve.Cuando vuelve arriba, decide quedarse para ei servicio que est apunto deEl hombre a su izquierda lleva una pequea cruzen la solapa, mientras laque est a su derecha tiene una que desucuello. El Visitantevuelvesuvistahacialoscoloridosvitrales en la ventana que da al este. Aunquenopuede percibir losdesde donde est sentado, no puede dejar de advertir que eldiseo del ventanal incluye una cruz.De pronto la congregacin se pone de pie.El coro y losclrigoshac;n su entrada, por una persona queportauna cruz.Estan cantando unEl visitante se fija en la hoja para el cultode la fecha y lee las sigmentes palabras iniciales:Cantamos alabanzas a aquel que muri,A aquel que muri sobre la cruz.Aunque la humanidad pone en ridculola esperanza del pecador,Nosotros, por ella, damos la espalda al mundo.LACENTRALIDADDELACRUZ 23Lo que sigue despus es el servicio de Santa Comunin, centradoen la muerte de Jess. El visitante as lo entiende porque, cuando laspersonas queestn cerca delse adelantan para recibir el pan y elvino, el ministro les habla del cuerpo y la sangre de Cristo. El servicioconcluye con otro himno:Cuando contemplo la maravillosa cruzSobre la que muri el Prncipe de gloria,Todo lo que tengo me parece nada,yaparto con desprecio toda mi soberbia.No permitas, Seor, que llegue a gloriarmeSino en la cruz de Cristo, mi Dios;Todas las vanidades que ms me seducen,Las. sacrifico a su sangre.El servicio concluye. Pero un matrimonio se queda: han trado asuhijoparaserbautizado. El visitanteseacercaaellosjuntoalbautisterio; observa cmo el ministrodejacaer unasgotas deaguasobrelacriatura y luegohacesobresufrentelaseal delacruz,diciendo: "Te hago la seal de la cruz, para mostrarte queno debesavergonzarte de confesar la fe en el Cristo crucificado:'El visitante sale de la catedral impresionado, pero perplejo. La reite-radainsistencia pormediode palabras y desmbolos en la centra-lidad de la cruz ha sido.abrumado.ra. Pero han surgido interrogantesensumente. Partedel lenguajequehanusadolehaparecidoexagerado. Realmenteesverdadqueloscristianos, poramoralacruz, estiman el mundo como prdida, que se gloran slo en ella, yque sacrifican todo por ella? Puede con justicia resumirse toda la fecristiana como"la fe en el Cristo crucificado"? Cul es el fundamento-se pregunta- de esta concentracin total en la cruz de Cristo?La seal y el smbolo de la cruzTodareligin y todaideologa tienen su smbolo visual, queilustraalgn aspecto significativo de su historia o de sus creencias. La flordel loto, porejemplo, aunquefueusadaenlaantigedad porloschinos, los egipcios ylos indios, enlaactualidadse asociaparticularmente con el budismo. Por su forma circular, se la consideracomo smbolo del ciclo del nacimiento y la muerte, o como smbolodelsurgimientodela belleza y la armonaenmediodelasturbiasaguas del caos. A veces se representa a Buda entronizado en una florde loto totalmente florecida.24 HACIALACRUZEl judasmo antiguo evitaba el uso de seales y smbolos visuales,portemoraquebrantarel segundomandamientoqueprohbe laconfeccin de imgenes. Pero el judasmo moderno ha adoptado elllamado Escudo o Estrella de David, una figurahexagonal formadapor la combinacin de dos tringulos equilteros. Este smbolo habladel pactodeDiosconDavidenel sentidodequesutronoseraestablecidoparasiempre, ydequeel Mesasdescenderadel. Elislamismo, la otra creencia monotesta que surgi en el Medio Oriente,estsimbolizadopor unamedialunacreciente. Al comienzorepresentabaunafasedelciclo lunar, pero ya antesde laconquistamusulmana constitua el smbolo de la soberana en Bizancio.Las ideologas contemporneas tambin tienen sus signos univer-salmentereconocidos. El martilloylahozdel marxismo, queelgobiernosoviticoadopt, en1917, deunapinturabelgadel sigloXIX, representan la industria y la agricultura; las herramientas estnentrelazadas pararepresentar la unin entre obreros y campesinos,las fbricas yel campo. Por otra parte, se ha comprobado que la cruzsvstica exista hace ya 6.000 aos. Los brazos de la cruz svstica estntorcidos en el sentido de las agujas del reloj para simbolizar ya sea elcurso del sol en el firmamento, el ciclo de las cuatro estaciones, o elproceso de creatividad y prosperidad (la palabra svasti significa 'bie-nestar' ensnscrito). A comienzosdeestesiglo, sinembargo, estafigura fue adoptada por algunos grupos germanos como smbolo dela raza aria. Luego se la apropi Hitler, y se convirti en el siniestrosmbolo del fanatismo racial nazi.El cristianismo, por lo tanto, no constituye una excepcin por loque hace a la posesin de un smbolo visual. Con todo, la cruz no fueel primerodesussmbolos. Al comienzo, los cristianossufranabsurdas acusaciones e intensa persecucin. Por lo tanto, "tenan queser muy cautos y evitar lasdemostraciones abiertasdesureligiosi-dad. Por ello lacruz, queahoraesel smbolouniversal del cristia-nismo, fue evitada en un comienzo, no slo por su asociacin directacon Cristo, sino tambin por su vergonzosa asociacin con la ejecu-cin de criminales comunes".2Losp r ~ m e r ~ s motivos pictricos cristianos presentes en las paredesy techosmtenores de las catacumbas(cementerios subterrneos enlas afueras de Roma, donde probablemente se ocultaban los cristianosqueeranperseguidos), parecenhabersidomenoscomprometedo-res. Incluanel pavoreal (quesupuestamentesimbolizabalainm?rtalidad), la paloma, la palma de la victoria de los atletas y, muypartICularmente, el pez. Slo los iniciados saban, y nadie ms podaLACENTRALIDADDELACRUZ 25llegar a adivinarlo, que la palabra iehtys ('pez' en griego) era una siglapara Iesus Christos Theou Huios Soter ('Jesucristo, Hijo de Dios, Salva-dor'). Pero no perdur como signo del cristianismo, sin duda porquelaasociacinentreJess y el pez estababasadapuramenteenunasigla(en este caso una disposicinfortuitade letras), quenotenasignificado visual en s mismo.Algo ms tarde, probablemente durante el segundo siglo de estaera, los cristianos perseguidos parecen haber preferido pintar temasbblicos tales como el arca de No, Abraham sacrificando el corderoen lugar de su hijo Isaac, Daniel en el foso de los leones, sus tres amigosen el horno ardiente, Jons en el momento de ser devuelto por el pez,algunos bautismos, un pastor llevando en brazos una oveja, la curacindel paraltico, ylaresurreccindeLzaro.Todosellosconstituansmbolos de la redencin en Cristo, y al mismo tiempo no resultabancomprometedores, ya que slo losinstruidos en el tema estaran encondiciones de interpretar su significado. Era frecuente que, con lasdos primeras letras de la palabra griega Christos (Chi-Rho) se formaraun criptograma, a menudo en la forma de una cruz, y a veces con unaoveja adelante, o una paloma.Unemblemacristianoqueseaceptarauniversalmentedeba,obviamente, hablar dela personadeJesucristo. Habamuchasalternativas. Los cristianos hubieran podido elegir el pesebre dondefue puesto el nio Jess cuando naci. O el banco de carpintero en elquetrabajsiendojovenenNazaret, dignificandoas el trabajomanual. Podrahaber sidoel barcodesdeel cual ensealasmultitudes en Galilea, o el pao que se ci para lavar los pies de losapstoles, lo cual hubiera habladode su espritu de humildad en elservicio. Tambin estaba la piedra que, al ser quitada de la entrada dela tumba de Jos, hubiera servido como smbolo para proclamar suresurreccin. Otra posibilidad eraeltrono, smbolo de la soberanadivina compartida por Jess, tal como Juan haba visto en una visin.Tambinpudiera habersido lapaloma, smbolodel EsprituSantoenviadodesdeel cieloel dadePentecosts. Cualquieradeestossmboloshubieraresultadoadecuadoparasealar algunodelosaspectosdel ministeriodel Seor. Noobstante, elsmboloelegidofue una sencilla cruz. Sus dos varas ya constituan desde antiguo unsmbolo csmico del eje entre el cielo y la tierra. Pero los cristianos loeligieronpor una razn ms especfica. No queranque laconmemoracindeJesstuvieracomo centro sunacimientoni sujuventud,enseanza, servicio, resurreccinoreinado. Tampocoeldon del Espritu Santo. Eligieron como central la crucifixin.26 HACIALACRUZEl crucifijo (es .decir, una cruz a la que se fija una figura de Cristo)nohaber sIdo usado antes del siglo VI. Sin embargo, al menosdesde el sIglo11 en adelante, los cristianos no slo dibujaban, pintabany tallaban la cruz como smbolo grfico de sufe, sino que tambinhacan la seal de la cruz sobre s mismos o sobre otros. Uno de lostestimoniosprctica la ofrece Tertuliano, el abogadoy teologo del norte de Afnca que se destac alrededor del ao 200 d.C.Escribi as:A cada paso que avanzamos, a cada movimiento quecada vez que entramos y salimos, cuando nosvestImos y nos calzamos, cuando nos baamos, cuandonos sentamos a la mesa, cuando encendemos las lmparas,cuando nos reclinamos o nos sentamos en todas lasacciones comunes de la vida cotidiana, sobrenuestra frente la seal de la cruz.3 el estudioso presbtero deRoma, es un testigo particu-larmente mteresante, porque se ha hecho conocer como un "reaccio-nario declarado que durante su propia generacin representaba msel pasadoqueelfuturo': SufamosotratadoLatradicinapostlica(alrededor del 215. d.C.) "asegura en forma explcita que slo registralas formas yestIlosdelos ritos queyasontradicionalesylascostumbres largamente establecidas, y que escribe como deliberadaprotesta contra las innovaciones':4 Por lo tanto, cuando describe ciertas"obse:vancias eclesisticas': podemos estar seguros de que ya se venanpractIcando una o ms generaciones antes. Menciona que la seal dela cruz era usada por el obispo cuando unga la frente de los candidatosdurante la confirmacin. Hiplito la recomienda para las oracionesprivadas: "Imita siempre a Cristo, haciendoconsinceridad lasealen la frente, porque esta es la seal de su pasin." Tambin, agrega, esunaproteCCIncontrael mal: "Cuandoseastentado, sellasiempre tu frente con la seal de la cruz. Porque esta sefial dela paSlOn se muestra y se hace manifiesta contra el diablo si la hacescon fe, no para ser visto por los hombres, sino por tu conocimientopresentndola como un escudo."5Nohayrazt,l paradesdefiarestehbitocomosupersticioso. Al enongen, la sefial de la cruz tena comofinidentificar, emcluso.cada acto como perteneciente a Cristo.HaCIamedIadosdel siglo III, cuandoCiprianoeraobispodeCartago, el emperador Decio (250-251 d.C.) desencaden una terriblepersecucin. Miles de cristianos prefirieron morir antes que ofrecerLA CENTRALIDADDELACRUZ 27sacrificiosal emperador. Ansiosoporfortalecerlamoral deloscreyentes, ypara estimularlos a aceptar el martirio en lugar de renegarde su fe cristiana, Cipriano les habl del valor de la ceremonia de lacruz: "Adoptemos tambin para proteger nuestra cabeza el yelmo dela salvacin ... para que nuestra frente sea fortalecida, a fin de preser-var segura la sefial de Dios."6 En cuanto a los fieles que soportaron laprisin y se arriesgaron a morir, Cipriano los alab en estos trminos:"Vuestras frentes, santificadasporel sellodeDios oo. hansidoreservadas para la corona que el Sefior os dar."7Richard Hooker (telogo anglicano y prominente figura de Londresen el siglo XVI) aplaudi el hecho de que, a pesar de que los paganosse burlaban de los sufrimientos de Cristo, los primeros Padres de laiglesia eligieron la sefial de la cruz (en el bautismo) antes que cualquierotra seal.8Hooker era consciente de las objeciones de los puritanos."Santiguarse y otras muestras semejantes del papismo, que la iglesiadeDiosentiemposdelosapstolesnuncaconoci"nodeberanusarse, decan los puritanos. Afirmaban que no corresponda aadirinvenciones humanas a las instituciones divinas y que exista siempreel riesgo del uso supersticioso indebido. De la misma forma en que elreyEzequasdestruylaserpientedebronce, as debatambinabandonarse la seal de la cruz. No obstante, Hooker se mantuvo ensu postura. Sostena que, en asuntos quenoresultaban incompati-bles con las Escrituras, los cristianos deban tener libertad. Por otrolado, la sefial de la cruz tena una aplicacin saludable: "Es para noso-trosuna advertencia... a gloriarnos en el servicio de Jesucristo, sinbajar la cabeza como avergonzados de algo, aunque seamos objeto dereproche y oprobio a manos de este mundo malo':9Constantino, el primeremperadorquesedeclarcristiano, dioimpulso adicional al usodel smbolo de la cruz. Segn Eusebio, envsperas de la batalla del puente Milvio, que le permiti imponer sudominio en Occidente (312-313 d.C.), Constantino vio en el cielo unacruz luminosa, junto con las palabras in hoc signo vinces ('vence conestaseal'). Inmediatamentelaadoptcomoemblemay lahizocolocar en los estandartes de su ejrcito.No importa lo que pensemos sobre Constantino yel desarrollo dela'cristiandad' despusdesudominio, lociertoesquelaiglesiapreservfielmentelacruzcomosusmbolocentral. Enalgunastradiciones eclesisticas el candidato al bautismo todava recibe la sealde la cruz, y es muy probable que en la sepultura de un cristiano secoloque una cruz sobre su tumba. De este modo, desde el nacimiento28 HACIALA CRUZcristiano hasta la muerte cristiana, por as decirlo, la iglesia procuraidentificarnos y protegernos mediante una cruz.La de la cruzLa eleccin que han hecho los cristianos de la cruz como smbolo desu fe resulta ms sorprendente todava cuando recordamos el horrorcon que se consideraba la cruciftxin en el mundo antiguo. La'palabrade la que predicaba Pablo constitua para muchos de sus oyentesun motivo de tropiezo y, ms todava, una'locura' (1 Corintios 1.18, 23).Cmo podra una persona ensusano juicio adorar a unhombreque haba sido condenado como criminal, y sometido a la forma mshumillantedeejecucin?Estacombinacindemuerte, crimenyvergenza lo exclua de toda posibilidad de merecer respeto, y muchomenos adoracin. 10La crucifixin parece haber sido inventada por los "brbaros" en fronterasdel mundoconocido, y adoptada luegotantopor losgnegos como por losromanos. Probablemente sea el mtodomscruel de ejecucin jams practicado, porque demora deliberadamentela muerte hasta haber infligido la mxima tortura posible. La vctimapoda padecer durante das antes de morir. Cuando la adoptaron losromanos, la reservaronpara los criminales declarados culpables derebelinoroboamanoarmada. Noseaplicabaacmdadanosromanossinoaesclavos, extranjeros, ocualquierotroindigno de ser tenido por persona. Por eso los judos semdIgnaron grandemente cuando el general romano Varo cruciftc a mil judos en el ao4 a.c., y cuando el general Tito, durante elSitlO, deJerusaln, crucificatantosfugitivosdelaciudadquenopodia ha.llarse espacio "para las cruces, ni cruces para los cuerpos".1ILoscmdadanosromanosestabaneximidos delacrucifixin,exceptoencasosextremosdetraicin. Enunodesusdiscursos,Cicern la conden como "un castigo sumamente cruel y vergonzan-te': 12 Pocodespusdeclar: ''Ataraunciudadanoromanoesuncrimen, flagelarloesunaabominacin, matarloescasi unactodeasesinato; crucificarlo es oo'qu dir? No hay una palabra adecuadapara Una accin tan horrible."13 Cicern fue aun ms explcitoen la defensa que hizo del anciano senador Gayo Rabirio, quehabaSidoacusadodeasesinato: "La solapalabra 'cruz'nodeberafigurarenel lxicodel ciudadanoromano; msaun, deberaserdeste.rrada de sus pensamientos, sus ojos y sus odos. Es indigno deuncmdadanoromanoy deunhombrelibrenoslosoportar losLA CENTRALIDAD DELA CRUZ 29procedimientospropiosdelacrucifixinsinotambinelverseexpuesto a ellos, a la expectativa, incluso a la sola mencin del hecho:'14Los judos tambin contemplaban la cruciftxin con horror, aunquepor una razn diferente. No hacan diferencia entre un 'rbol' y una'cruz', yporlomismotampocoentreunahorcamientoyunacruciftxin. Por lo tanto, aplicaban automticamente a los criminalescruciftcados la temible declaracin que contena la ley: 'Maldito porDiosesel colgado'enun'madero' (literalmente, 'rbol'; Deutero-nomio21.23). Para los judos era inaceptable queel Mesas de Diospudiera morir sometido a esa maldicin, colgado de un rbol. Comole expres el judo Trifn al apologista cristiano Justino, que entablun dilogo con l: "Sobre esto me siento sumamente incrdulo:'lsDe modo quelos oponentes del cristianismo, ya fuesendetras-fondo romano, judo, o ambos, no perdan oportunidad de ridiculi-zar el hecho de que el ungido de Dios y Salvador de la humanidadhaba terminado su vida sobre una cruz. La sola idea resultaba absurda.Esto loilustrabienungrafttodel sigloII descubierto enelmontePalatinoenRoma, enel murodeunacasaquesegnalgunosentendidos fue usada como escuela para los pajes de la corte imperial.Es la representacin ms antigua que tenemos de la crucifixin, y setrata de una caricatura. El tosco dibujo muestra, extendido sobre unacruz, la figuradeun hombre con cabeza de asno. A la izquierda seencuentraotrohombre, conunbrazolevantadoenactituddeadoracin. Garabateadas al pie del dibujo se encuentran las palabrasALEXAMENOSCEBETE(vale decir sebete)THEON, ''Alexamenos adoraa Dios". La caricatura se encuentra ahora en el Museo Kircherian, enRoma. Cualquiera sea el origen de la acusacin de que adoraban asnos(deloqueseacusabatantoa judos acristianos), loqueseridiculizabaenestecasoeralasolaideadeadorara unhombrecrucificado.Se puede percibir la misma actitud de burla en Luciano de Samosa-ta, el escritor satrico pagano del siglo11. En su obra Sobre la muertede Peregrino (un converso cristiano ima.gi?ario almuestra con:oun charlatn), Samosata satiriza a los cnstlanos por adorar al propIOsoftsta crucificado y vivir sometidos a sus leyes" (p. 15).La perspectiva de JessHay unasola explicacinporqu. lacruz llega serelsmbolo cristiano, y por qu los cnstlanos obstmadamente lo mantu-vieron a pesar del escarnio de que era objeto. La razn es que la centra-30 HACIALACRUZlidaddelacruz habanacidoenla mentedeJessmismo. Esporlealtadl q.ue seguidores se aferraban tan tenazmente a esta seal.Quedequelacruzocupabael centroenlaperspectivadel propiOJess?El nicoatisboquetenemosdeldesarrollo mental del nio Jess es el que se nos ofrece en el relato delo que ocurri cuando tena doce aos, momento en que sus padreslo adurantelaPascua. Sindarsecuenta, JosyloperdleT?nde vista. Cuando loencontraron en el templo, en de los de la ley, oyndoles y preguntn- , lorepre,?dleron. LedijeronquelohabanestadobuscandoPormebuscabais?"respondicon candorosa NosabaiSqueenlosnegociosdemi Padremeesnecesanoestar?"(Lucas 2.41-50). DesearamosqueLucas hubieradadodetalles. Pero no los da, y debemos ser cautelosos para noleer alh que lo que la narracin misma ofrece. Con todo, podemossm lugar a dudas, que ya a los doce aos de edad Jess hablabadeDlOS como "mi Padre" y senta un fuerteimpulso a ocuparse delos asuntos de, suSaba que tena una misin que cumplir. SuPadrelohablaenViadoal mundoconunpropsito. Lamisinenc?mendada deb.a.s,er llevada a cabo; el propsito deba cumplirse.Cuales eran esa ffilSlOn y ese propsito, es loque seir mostrandogradualmente en la narracin de los evangelios.Los. sugierenquetantoenelbautismocomoenlatentaclOn Jess se consagr a s mismo a seguir el camino de Dios enlugar del camino del diablo. En cada caso, eligi la va del sufrimientoen lugar depopularidad y la aclamacin. Marcos (a quien siguenen estey Lucas)seala unmomento posterior enelque. a claramente este concepto. Fue el hechodeCISIVo de su ladivisoriasu vida pblica. Despusde haberse retirado con sus dlSClpulos al distrito del norte, alrededordeCesareadeFilipo, al piedel monteHermn, les preguntfrontalmentequinpensabanqueeral. CuandoPedrodeclarqueerael Mesas deDios, Jesslesadvirtidemmedlato "que no dijesen esto de l a ninguno" (Marcos 8.29-30). Yaantes les haba dado instrucciones de mantener el 'secreto mesinico'Pero ahora sucedi algo nuevo: .(Jess]comenz a ensearles que le era necesario al Hijodel ?ombre padecer mucho, y ser desechado por losanCianos, por los principales sacerdotes y por los escribasy ser muerto, y resucitar despus de tres das. Esto les decaclaramente. Marcos 8.31-32LA CENTRALIDAD DELA CRUZ 31La expresin 'claramente' traduce la palabra parresia, que significa'con libertad de expresin', sin secretos. Su mesianismo haba sido unsecreto hasta aqu, porque an no haba sido entendido correctamente.El pueblo esperaba como Mesas a un lder poltico revolucionario.Juan nos dice que en el momento cumbre de la popularidad de JessenGalilea, despusdehaber alimentadoa cincomil personas, lasmultitudes queran "apoderarse de l y hacerle rey" (Juan6.15).Ahora que los apstoles haban reconocido y confesado claramentesu identidad, Jess poda explicarles abiertamente la naturaleza de sucarctermesinico. Pedroreprochal Seor, horrorizadoporeldestinoquehabapredichoparasmismo. DeinmediatoJessloreprendiseveramente. El mismoapstolque, porrevelacindelPadre, haba confesado a Jess como el Mesas divino (Mateo 16.16),ahorahabasidoengaadoporel demonioparaquenegaralanecesidad de la cruz. "Qutate de delante de m, Satans!" dijo Jess,con una vehemencia que debe haber asombrado a sus oyentes. "oo. nopones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres."16Se alude a este incidente como la primera 'prediccin de la pasin'.Hubo antes alusiones al pasar (por ej. Marcos 2.19-20); pero en estaocasinnohabaambigedad alguna. Lasegundafuehechapocodespus, cuando Jess iba pasando de incgnito por Galilea. En esaocasin les dijo a los Doce:El Hijo del hombre ser entregado en manosde hombres, y le matarn; pero despus de muerto,resucitar al tercer da. Marcos 9.31Marcosdicequelosdiscpulosnoentendieronloquequeradecirles, ytenantemor depreguntrselo. Mateoagregaque"seentristecieronengranmanera"(Marcos 9.30-32; Mateo17.22-23).Esteprobablementefueel momentoenque, segnLucas, Jess"afirm su rostro para ir a Jerusaln" (Lucas 9.51). Estaba decidido acumplir aquello que se haba escrito de l.Jess hizo su tercera 'prediccin de la pasin' cuando estaban encaminoaJerusaln. Marcosdescribevvidamenteel temorqueladecisin del Seor produjo en sus discpulos:Iban por el camino subiendo a Jerusaln; y Jess ibadelante, y ellos se asombraron, y le seguan con miedo.Entonces volviendo a tomar a los doce aparte, les comenza decir las cosas que le haban de acontecer: He aqusubimos a Jerusaln, y el Hijo del hombre ser entregado a32 HACIALACRUZlos principales sacerdotes ya los escribas, y le condenarn amuerte, y le entregarn a los gentiles; y le escarnecern, leazotarn, y escupirn en l, y le matarn; mas al tercer daresucitar. Marcos 10.32-34Mateo se expresa de manera similar y Lucas agrega el comentario deque "se cumplirn todas las cosas escritas por los profetas acerca delHijo del hombre':. 17Lanarracin deMarcosadquieresolemnidadconestatriplereiteracinde la prediccin de la pasin. Lo expresa de manera talque deliberadamente va preparando a los lectores, de la misma formaen que Jess intencionalmente prepar a los Doce para los terriblesacontecimientos que iban a ocurrir.Quesloquemsimpactoproduceenlanarracin?Noes elhecho de que Jess sera traicionado, rechazado, y condenado por supropio pueblo y sus lderes. Tampoco el hecho de ser entregado a losgentilesqueprimeroseburlarandel y luegolomataran. Niladeclaracin de que tres das despus iba a resucitar de los muertos.Lo que ms asombra no es ni siquiera el hecho de que Jess en cadaocasin se identifica como el 'Hijo del hombre' (la figura celestial queDaniel haba visto en su visin, viniendo en las nubes de los cielos a. . .,' ,qUienseotorgabaautoridad,gloriay poder soberano,y recibalaadoracin de las naciones), a la vez que paradjicamente afirma queel Hijo del hombre va a sufrir y morir. Al hacerlo, Jess combina confranca originalidad las dos figuras mesinicas del Antiguo Testamento,la del Siervo sufriente de Isaas 53 y la del Hijo del hombre entroniza-do de Daniel 7. Pero contodo, hay algo que sobresale aun ms en lanarracindel Evangelio. Loquems asombraeslainflexibledeterminacinqueexpresa y ejemplifica Jess. Dijoenfticamenteque l deba sufrir, ser rechazado, y morir. Todo lo que se haba escritode l en las Escrituras deba cumplirse. De modo que"afirm su rostrohacia Jerusaln': r se pusoa lacabeza de losDoce al emprender elcamino. Inmediatamente reconoci el comentario negativo de Pedrocomo de origen satnico, y por eso lo rechaz rotundamente.Estastresprediccionesconstituyenunconjuntoobvio, porsuestructura y vocabulario similares. Con todo, los Evangelios registranal menos ocho ocasiones ms en las que Jess aludi a su muerte. Albajar del monte donde se haba transfigurado, advirti que iba a sufrira manos de sus enemigos tal como haba sufrido Juan el Bautista.18Volvi a referirse a su maerte cuando respondi al pedido escan-dalosamente egosta que hicieron Santiago y Juan, de que los ubicaseLA CENTRALIDADDELA CRUZ 33en losmejoreslugaresdel reino. Jesslesdijoque lmismohabavenido para servir, no para ser servido, y "para dar su vida en rescatepor muchos". 19 Las seis alusiones restantes fueron todas hechas durantesultimasemanade vida,amedidaqueseacercabaelmomentocrtico. Consider su muerte como la culminacin de muchos siglosde rechazo del mensaje de Dios por parte de los judos, y predijo queel juicio de Dios acabara con el privilegio de los judos como nacin.20Dosdasantesde laPascua, dijoqueiba a ser "entregado para sercrucificado". En Betania, cuando Mara ungi sus pies con perfume,describiestaaccincomopreparacinparasuentierro. Enelaposento alto insisti en que el Hijo del hombre ira tal como se habaescrito de l; luego les reparti el pan y el vino como emblemas de sucuerpo y su sangre, proyectando as la imagen de su muerte y pidiendoquelaconmemoraran. Finalmente, enel huertodeGetseman, senegaser defendidoporhombres oporngeles:"Perocmoentonces se cumpliran las Escrituras, de que es necesario que as sehaga?"2lEs evidente que los Evangelios sinpticos ofrecen un mismo testi-monio: Jess previ claramente y predijo reiteradamente su inminentemuerte.Mi hora ha llegadoEl Evangelio de Juan omite estas predicciones precisas. Sin embargo,testifica acerca del mismo hecho al incluir siete referencias de Jess asu'hora' (generalmente usa la expresin hora; una vez utiliza la palabrakairos, 'tiempo'). Era la hora de su destino, cuando dejara el mundopara regresar al Padre. Su hora estaba bajo el control del Padre; poreso, al principio Jess dijo que 'an no ha venido' su hora, mientrasquehaciael final podadecircon todaseguridadque'la horahallegado'.Juan relata que durante la boda en Can, en momentos en que sehaba acabado el vino, Jess le dijo a su madre que su hora 'an no havenido'. Lo mismo dijo a sus hermanos cuando queran que fuese aJerusaln y se diera a conocer pblicamente. El significado inmediatode sus palabras resultaba obvio. Pero al incluirlas, Juan pretenda quesus lectores captaran el significado profundo, aun cuando la madre ylos hermanos de Jess no lo haban percibido.22Luego Juan comparteestesecretoconsuslectores, ylousaparaexplicarporqulasafirmaciones aparentemente blasfemas de Jess no terminaron en suarresto. "Procurabanprenderle", comeI ta, "peroningunoleechmano, porque an no haba llegado su hora:'2334 HACIALA CRUZSlo cuando Jess lleg a Jerusaln por ltima vez Juan haceexplci- Cuandoalgunosgriegosquisieronverlo, primerolesdIJO: Hallegadolahoraparaqueel Hijodel hombre sea glorifi-Lue,?o,de hablar muy claramente de su muerte, siguidICIendo: esta turbada mi alma; y qu dir? Padre, slvamede esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tunombre."24 ,Ms tarde, en el aposento alto, dos veces hizo alusin al hecho dequehaballegadolahoraenquehabadedejarel mundoyserglorificado.25Aunsi lasprimerasalusiones a su 'hora' o 'tiempo' rtosdejaran nopodemosalbergardudaalgunaacercadeestasultImas tres referencias. Jess calific especficamente a su'hora' comoel tiempodesu'glorificacin' (glorificacinqueempezconsu como veremosms adelante). Declar que no poda pedirser lIbradodeellaporqueparaeso, precisamente, haba venidoalmundo.Por cierto que la paradoja que registra Juan no pudo haber sido esdecir, quelahora enqueJessiba a dejar el mundo eraJustamentelahoraparalacualhabavenido. Marcosesaun msexplcito cuando establece una equivalencia entre la'hora' y la'copa'.26El propsito de Jess las evidencias que nos ofrecen los evangelistas, qu podemos afirmar respecto a la perspectiva que Jess tena de supropIa muerte? No cabe duda de que saba que ella iba a ocurrirnosimplemente en el sentido en que todos sabemos que algn daamorir, sinoenel sentidodequesufriraunamuerteviolentaprematura, aunque con un propsito. l mismo ofrece tres entrelazadas de la inevitabilidad de estos hechos.En primer lugar, saba que iba a morir a causa de la hostilidad delos lderes la nacinO?ser:ref[o1os que esta situacin surgimuy al comIenzo de su mInIsteno publIco. Su actitud hacia la ley engeneral, y hacia el da de reposo en particular, los exacerbaba. Cuando insisti en sanar a un hombre que tena la mano tullida en la enundadereposo, Marcosnosdiceque, "salidoslos}omaronconsejoconlos herodianos contral paradestruIrle (3.6). Jess seguramente estaba al tanto de esto. Tambinestaba familiarizado con la historia del Antiguo Testamento respectoa la persecucin de los profetas fielesYAunque saba que l mismoera ms que un profeta, tambin saba que no era menos y que, sinLA CENTRALIDADDELA CRUZ 35duda, lo trataran de manera similar. Jess constitua una amenaza alaposicin y losprejuiciosdelos lderes. SegnLucas, despusdeleer y comentar el pasaje de Isaas 61 en la sinagoga de Nazaret, dondeJesspareci hablar deciertapreferenciadivina hacia losgentiles,"todos en la sinagoga se llenaron deira; y levantndose, le echaronfuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre elcual estaba edificada la ciudad de ellos, para despearle': Lucas agregaqueJess"paspor enmediodeellos, y sefue"(4.16-30).Escapjusto a tiempo. Jess saba que tarde o temprano lo iban a aprehender.En segundo lugar, saba que iba a morir porque eso era lo que lasEscrituras decan acerca del Mesas. "El Hijodel hombre va, segnest escrito de l" (Marcos 14.21). Cuando se refera a los testimoniosprofticos del Antiguo Testamento, Jess vinculaba la muerte con laresurreccin, lossufrimientosconlagloria. LohacaporquelasEscrituras enseaban ambas cosas del Mesas. Incluso el Seor siguiinsistiendo en esto despus de su resurreccin. Les dijo a los discpu-los, camino a Emas; "No era necesario que el Cristo padeciera estascosas, yqueentraraensugloria?Y comenzandodesdeMoiss,ysiguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituraslo que de l decan" (Lucas 24.25-27; ver tambin 44-47).Qu hermoso hubiera sido estar presente durante esta exposicinsobre 'Cristo en todas las Escrituras'! Las citas reconocibles que hizoJessdelAntiguoTestamento, enrelacinconlacruzyconlaresurreccin, enrealidadnofueronmuchas. CitandoaZacaras,predijo que los apstoles lo abandonaran cuando dijo que heriranal pastor y las ovejasse dispersaran.2BConcluy su parbola de loslabradores con una emotiva referencia a la piedra que, habiendo sidorechazada por los constructores, lleg a ser la piedra angular del edi-ficio.29Yaenlacruz, tres delasas llamadas 'sietepalabras' quepronuncifueroncitasdirectasdelasEscrituras: "Diosmo, Diosmo, por qu me has desamparado?" es del Salmo22.1. "Tengo sed"alude al Salmo 69.21, y"Padre, en tus manos encomiendo mi espritu",al Salmo 31.5. Encadacaso, estossalmosdescribenlaprofundaangustiadeunavctimainocente, quesufretantofsicacomomentalmente a manos de sus enemigos pero que, al mismo tiempo,mantiene la confianza en su Dios. Inicialmente, el salmista los escri-bi para expresar su propia angustia. A su vez, Jess evidentementese haba reconocido a s mismo y a sus padecimientos como el cumpli-miento final de aquellas expresiones.Sin embargo, es de Isaas53 donde Jess parece haber extrado lams clara prediccin no slo de sus sufrimientos sino tambin de la36 HACIALACRUZgloria que recibira a continuacin. All el Siervo de Yahvh apareceprimerocomo"despreciado y desechado entre loshombres, varnde dolores, experimentado en quebranto" (53.3), sobre quien el Seorcargnuestrospecados, demodoquefue "heridopornuestrasrebeliones,molidopornuestrospecados"(53.5-6). Luego,tantoalfinal delcaptulo52comodel 53, "ser engrandecido y exaltado, yser puesto muy en alto" (52.13), y se le dar "parte con los grandes"(53.12), como resultado de lo cual "asombrar l a muchas naciones"(52.15) y "justificar ... a muchos" (53.u). La nica cita literal que seregistra en labios de Jess es la frase del versculo 12, "fue contado conlos pecadores". "Os digo que es necesario que se cumpla todava enm aquello que est escrito': dijo en Lucas 22.37, agregando la expre-sin de Isaas. Sin embargo, aunque no citexplcitamente a Isaascuando declar que tena que"padecer mucho" y que no haba venido"para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate pormuchos" (Marcos 8.31; 10-45), su manera de combinar el padecimiento,el servicio y la muerte por la salvacin de otros apunta claramente aIsaas 53. Ms aun, Pablo, Pedro, Mateo, Lucas y Juan, los principalescontribuyentesal NuevoTestamento, enconjuntoaludenpor lomenos a ocho versculos de los doce que tiene aquel captulo de Isaas.Por qu podan aplicar con tanto detalle y seguridad Isaas53 a lapersona deJess?Debenhaberloescuchadodesuspropios labios.Sin duda,fue por este captulo ms que porningn otro que Jessentendi que la vocacin del Mesas era sufrir y morir por los pecadosde la humanidad, para ser as glorificado.La oposicin de los lderes y las predicciones de las Escrituras sonclaves importantes, pero no explican por s solas que era inevitableque Jess muriera. La tercera razn, y la ms importante, por la cualsabaqueibaamorir eraquel mismohabahechoesaeleccindeliberadamente.Yo doy mi vidaJess estaba decidido a cumplir lo que estaba escrito acerca del Mesas,por doloroso que resultara. No era la suya una actitud de fatalismo ouna vocacin de mrtir. Se trataba sencillamente de que crea que lasEscrituras constituan la revelacin de su Padre. Estaba plenamenteresuelto a hacer la voluntad de su Padre ya completar la obra iniciadapor l. Adems, su sufrimiento y su muerte tenan un propsito. "ElHijo del hombre[haba venido] a buscar y a salvar lo quese habaperdido" (Lucas 19.10). Iba a morir por la salvacin de los pecadores,dando su vida en rescate para proporcionarles libertad (Marcos 10-45).LACENTRALIDADDELACRUZ 37por eso Jess 'afirm su fueln. Nada lo iba a detener nI deSVIar. Por eso el reIterado es necesanocuando hablaba de su muerte. Era necesario que el Hijo del hombresufriera muchas cosas y fueserechazado. Eranecesario quetodo loque se haba escrito de l se cumpliese. Jess se neg a solicitar quelosngeleslorescataran, porqueentoncesnosecumpli.ranlasEscrituras quedecan queeranecesario que las cosas sucedIeran deesa forma.. Acaso no era necesario que el Cristo sufriera antes de entraren su Se senta constreido, incluso bajo la :'Deun bautismo tengo que ser bautizado; y cmo me angustIo[NacarColungatraduce 'constreido', literalmente 'cercado'] hastaquesecumplal" (Lucas 12.50). .De modo que, si bien saba que deba monr, no era porque fueseuna vctima impotente de las fuerzas del mal convocadas encontra,ni de un destino inevitable decretado contra l. Libremente hIZO suyoel propsito de su Padre para la salvacin de los pecadores, tal comohaba sido revelado en las Escrituras.Esta era la perspectiva de Jess respecto a su muerte. A pesar de lagran importancia de su enseanza, de su ejemplo, y de sus obras decompasin y poder, ninguno de estos aspectos ocupabaen su misin. Lo que dominaba en su mente no era la Idea de segUIrviviendo sino la de dar su vida. Su 'hora' era este sacrificio final de smismo, para el cual haba venido al mundo. .,Los cuatro evangelistas demuestran haberloPor e,sodedican una desproporcionada cantidad de espaCIO a los ultImas deJess sobre la tierra, como tambin a su muerte y resurrecClOn.Esta fase ocupa entre un tercio y una cuarta parte de los treslios sinpticos. Por su parte, se dice que deJuan est compuestodedospartes: El hbrodelas senales'y Ellibrodelapasin', yaqueJuandedicacasi lamismaproporCInacada uno de estos temas.El nfasis de los apstolesA menudo se afirma que, en el libro de Hechos, los ponenel nfasis en la resurreccin ms que en la muerte de Jesus, y noofrecen all ninguna explicacin doctrinal sobre su muerte. Nmgunade estas afirmaciones tiene pruebas en las cuales sustentarse. Tampocoestoyafirmandoquelossermonesdelosapstolespresentandoctrinacompletadelaexpiacin, tal comosela;ncuentramasadelante en sus cartas.38 HACIALACRUZLucas escribi Hechos con un enfoque histrico, es decir, registrloquedijeronen esemomento,noloquepodran haberdichosihubieran estado predicando varios aos ms tarde. No obstante, lassemillas de la doctrina desarrollada ms adelante estn ya presentes.Lucas teje su relato en torno a dos apstoles, Pedro y Pablo, e incluyecincosermonesevangelsticostpicosdecadaunodeellos, enresmenes ms o menos extensos. As tenemos, de Pedro, los sermonesen el da de Pentecosts y en el atrio del templo, breves resmenes delo que dijo durante los dos interrogatorios en el Sanedrn, y un registromsomenoscompletodel mensajedadoanteelcenturingentilCamelia y los de su casa31. En cuanto a Pablo, su hroe misionero,Lucas contrasta su prdica ante los judos en la sinagoga de Pisidia deAntioqua con la que brinda a los paganos al aire libre, en Listra. Luegocontrapone otras dos predicaciones en el segundo viaje misionero, asaber a los judos de Tesalnica y a los filsofos de Atenas, ysintetizalo que les ense a los lderes judos en Roma.32En cada uno de lossermones el enfoque es diferente. A los judos Pablo les hablaba delDios del pacto, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, pero a los gentilesles hablaba del Dios dela creacin, quehizo los cielos, latierra, elmar, y todo lo que hay en ellos. Sin embargo, haba un ncleo comnen la proclamacin de los dos apstoles, ncleo que podra recons-truirse en la siguiente forma:Jess era un hombre que fue acreditado por Dios por mediode milagros y ungido por el Espritu para hacer el bien y parasanar. A pesar de esto, fue crucificado por la intervencin dehombres malvados, aunque tambin debido al propsito deDios de conformidad con las Escrituras de que el Mesasdeba sufrir. Luego Dios cambi el veredicto humano relativoa Jess levantndolo de los muertos, tambin de acuerdo conlas Escrituras, y tal como lo confirma el testimonio de losapostles. Seguidamente Dios lo exalt a un lugar desupremo honor como Seor y Salvador. Ahora posee plenaautoridad para salvar a aquellos que se arrepienten, creen, yson bautizados en su nombre, otorgndoles el perdn delos pecados yel don del Espritu. Tambin tiene plenaautoridad para juzgar a aquellos que lo rechazan.La muerte de Jess obedeca a un propsito divinoHay varios puntos importantes que se destacan en este ncleo esencialdel evangelio.LA CENTRALIDADDELA CRUZ 39Enprimer lugar, sibien losapstolesatribuyeronlamuertedeJess a la maldad de los hombres, declararon que tambin se deba aun propsito divino.33Ms aun, Dios lo saba y lo haba anunciadoanticipadamente. De modo que los apstoles reiteradamente subraya-ron que la muerte y la resurreccin de Jess sucedieron 'conforme alas Escrituras'. El resumen del evangelio que ms tarde hizo el propioPablo tena el mismo nfasis: "Que Cristo muri por nuestros pecados,conforme a las Escrituras; ... que resucit al tercer da, conforme a lasEscrituras.. :' (1 Corintios 15.3-4). Slo de vez en cuando se transcribendirectamente citas del Antiguo Testamento. Seguramente seusaronmuchas ms sin que se las registrara, como cuando en la sinagoga deTesalnica Pablo"discuticonellos, declarando y exponiendopormedio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, yresucitasedelosmuertos"(Hechos 17.2-3). Parecera probablequeestas afirmaciones incluyesen los pasajes bblicos usados por el propioJess, y por lo tanto la doctrina que ellos expresaban.La cruz era lugar de maldicinEn segundo lugar, aunque falte una doctrina sobre la expiacin plena-mente desarrollada, la prdica apostlica sobre la cruz tiene carcterdoctrinal. Proclamaban que Cristo muri de acuerdo con las Escritu-ras, porlotanto, deacuerdoconel propsitosalvficadeDios.Adems, alacruzenlaquehabamuertolallamaban'madero'(literalmente, 'rbol'). Lucas tiene el cuidado de registrar este detalleen relacin con los dos principales apstoles, Pedro yPablo. Dos vecesPedro expres que lo mataron 'colgndole de un madero'. La primeraen el Sanedrn, y la segunda en casa de Camelia, el gentil. De manerasimilar, Pablodijo, enlasinagogadePisidiadeAntioqua, queelpueblo y sus jefes en Jerusaln, "habiendo cumplidot o d ~ s las cosasque de l estaban escritas, quitndolo del madero, lo pUSIeron en elsepulcro".34 .Los apstoles notenanobligacinalguna deusar este lenguaje.Pedro tambin habl de la'crucifixin' de Jess, y Pablo de sus 'padeci-mientas' y su 'ejecucin'.35Porqu, entonces, estasreferenciasal'madero' o 'rbol', y al hecho de que Jess haba sido 'colgado' de l?LanicaexplicacinposibleseencuentraenDeuteronomio21.22-23, donde se haba dado la orden de que el cadver de alguienque hubiese sido sentenciado por un crimen grave a la pena capitalpor ahorcamiento, deba ser sepultado antes del anochecer, "porquemaldito por Dios es el colgado". Los apstoles estaban perfectamentefamiliarizados con esta legislacin; la deduccin lgica era que Jess40 HACIA LACRUZhaba mU,erto .bajomaldicindeDios. Sin embargo, en lugar deguardardehberadamente dirigan la atencin de la gente aeste hecho. EVidentemente no les avergonzaba decirlo. Por cierto nopensabanqueJessmereciera lamaldicindeDios. Por lotanto,seguramente comenzaban a comprender que era nuestra maldicinla que estaba llevando sobre la cruz. Ambos apstoles lo expresaroncon toda claridad en las cartas que escribieron ms tarde. En su Cartaa Glatas, probablemente escrita muy poco despus de su visita aAntIOqua de Pisidia, Pablo escribi:Cristo nos redimi de la maldicin de la ley, hecho pornosotros maldicin (porque est escrito: Maldito todoel que es colgado de un madero). Glatas 3.13Por su parte, Pedro escribi:[Jess] llev l mismo nuestros pecados en su cuerpo sobreel madero. 1 Pedro 2.24En sus epstolas, tanto Pedro como Pablo reconocieron cIaramen-t: 5ueen la cruz cargaba nuestros pecados y nuestra maldi-CiOn, yambos relacIOnaron este hecho con el pasaje de Deuteronomiorespecto a la maldicin de ser colgado de un madero. Por consiguiente,no es razonable suponer que ya en los discursosde Hechos, en losque hablaban de la cruz como un madero (o rbol), haban percibidoesa verdad? De ser as, significa que en los primeros sermones de losapstoleshay ms enseanzadoctrinal acercadelacruzdelaquenormalmente se les atribuye.Jess muri y resucitEn, tercerlugar, tenemosqueconsiderarcmopresentabanlosapostoleseld,elaAunquelaenfatizaban,serauna exageracIOn decir que predicaban exclusivamente un evangeliode la resurreccin. La resurreccin no puede ser presentada aislada-me?te. hay resurreccinsianteshay muerte, y susignificadoestapor la naturaleza de dicha muerte. Es decir, la raznde enfatizar la resurreccin podra deberse a la necesidad de enfatizaralgo respecto a la muerte que esa resurreccin anula y vence. Yas es,en efecto. En su expresin ms sencilla el mensajede los apstolesera: Vosotros lomatasteis, Dios lo levant, y nosotros somostesti-Enotraslaresurreccin era lamanera en queDiosrectificaba el verediCto humano sobre Jesucristo.LA CENTRALiDADDELACRUZ 41Peroeraaunmsqueeso. PormediodelaresurreccinDiosglorific yexalt a Jess,elquehabamuerto.3? Lediounsitiodesupremohonora sudiestra, encumplimientodelaprofecadelSalmo nO.l y en mrito a loque su muerteobtuvo.El Jesscruci-ficadoy resucitadofuehechopor DiosSeor y Cristo, PrncipeySalvador, con autoridad para salvar a los pecadores otorgndoles elarrepentimiento, el perdn yel don del Espritu.38Esta salvacin totalse debe al poder de su 'Nombre' (suma total de su persona, muerte yresurreccin), en el cual las personas deben creer, y en el cual debenser bautizadas, ya que "no hay otro nombre bajo el cielo, dado a loshombres, en que podamos ser salvos':39La centralidad de la cruz en las cartas apostlicasEl lugar prominente que los apstoles otorgan a la cruz es aun msmarcado en sus cartas. Estas son formulaciones ms maduras que losprimeros sermones que se registran en Hechos. Es verdad que algunasdelas cartas ms brevesnolanombran(tal el casodelaCartadePablo a Filemn, la de Judas, y la segunda y tercera Epstolas de Juan).LaCartadeSantiago, unahomilamayormentetica, tampocoserefiere a ella. Pero los tres escritores principales del Nuevo Testamento,Pablo, Pedro y Juan, todos ofrecen un testimonio unnime sobre lacentralidad de la cruz, y lo mismo sucede en la Carta a los Hebreos yen Apocalipsis. . , 'Empecemos por Pablo. El apstol claramente defilllo su como'la palabradelacruz'. Suministerioconsistaen 'predicaraCristo crucificado'. Describa el bautismo como la participacin en lamuerte de Cristo y la Cena del Seor como una proclamacin de sumuerte. Valientemente declaraba que, si bien la cruz pareca a muchos'locura' o'piedradetropiezo', enrealidadsetratabadelaesenciamisma de la sabidura y el pQ(}.er de Dios.40Tan convencido estaba ,deesto que haba resuelto, como se lo expres a losa la sabidura del mundo y no saber entre ellos otra cosa Sillaa Jesu-cristo, y a este crucificado' (1 Corintios 2.1-2): , .En lamismacarta, lesrecuerda a losconntIOselevangehoquehaba recibido y les haba entregado a ellos, y que haba llegado a serel fundamento sobre el cual se sostenan y las buenas nuevas por lascuales haban sido salvados:Que Cristo muri por nuestros pecados, conforme a lasEscrituras; y que fue sepultado, y que resucit al tercer da,conforme a las Escrituras; y que apareci ...1 Corintios 15.1-542 HACIALACRUZAlgunos aos ms tarde, el apstol Pablo ampla este esquema paraelaborar ese manifiesto completo del evangelio que es la Carta a losRomanos. All su nfasis en la cruz es aun ms fuerte. En los primeroscaptulos' demuestra la pecaminosidad de toda la raza humana y suculpabilidad delante de Dios. Luego explica queel modo adecuadoen que Dios justific ante s a los pecadores fue"mediante la redencinque esenCristoJess, aquienDiospusocomopropiciacinpormediode lafeensusangre"(Romanos 3.21-25). En consecuencia,somos"justificados ensusangre" y "reconciliados conDios por lamuertede suHijo"(Romanos5.9-10). Sin lamuerteredentoradeCristonuestra salvacin hubiera sidoimposible. Con raznPablonoquera gloriarse enotracosa sinoenlacruzdeCristo(Glatas6.14)!El testimonio de Pedro es igualmente claro. El apstol empieza suprimera carta con la llamativa afirmacin de que los lectores han sidorociados con la sangre deJesucristo.Unos versculos ms adelante,les recuerda que no haban sido redimidos de la vida vaca ysin sentidoquellevaban"concosascorruptibles, comoorooplata",sinomsbien "con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin manchay sin contaminacin" (I Pedro 1.1S-19).Enestacarta, las restantes referenciasa lamuertedeJesslarelacionan con los sufrimientos injustos que padecen los cristianos:estos, igual que Jess, alcanzarn la 'gloria a travs del padecimiento'.Peroel apstolPedroaprovecha la ocasin paraofrecerprofundasenseanzasacercadelamuertedel Salvador y mostrar el cumpli-miento de la profeca de Isaas53. Cristo, declara el apstol, "llev lmismonuestros pecados en su cuerpo sobre el madero" y "padeciuna sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnosa Dios" (2.24; }.lS). En el contexto Pedro est enfatizando la cruz comounejemploparanosotros, y esto le da aunmsfuerzaal hecho deque, al mismo tiempo, quiera escribir acerca de Cristo como el quellev nuestros pecados, y como nuestro sustituto.El nfasis deJuanensus cartas es el tema de la encarnacin. Suobjetivoeracombatir latempranaherejaquetratabade separar aCristo de la persona de Jess, al Hijo divino del ser humano. Por estarazn ~ n s i s t i enqueJesserael Cristo.'venidoencarne' y quecualqUIera que negara esta verdad era el AntIcristo.41Juan considerabaque la encarnacin estaba relacionada con la expiacin. El amor nicoy total de Dios, dice el apstol en su primera carta, se manifest en elhecho de que Cristo vino para morir, ya que Dios "envi a su Hijo enLA CENTRALIDADDELACRUZ 43propiciacin por nuestros pecados': y es su sangre la que "nos limpiade todo pecado".42La Carta a losHebreoses enrealidad untratadoteolgico,msque una carta. Fue escrita a judeocristianos que, bajo la presin de lapersecucin, sesentantentadosarenunciaraCristoy volveraljudasmo. Quhizoel escritor?LesdemostrlasupremacadeJesucristo. Como Hijo, superior a los ngeles; y como profeta, mayorqueMoiss. Especialmente, comosacerdote, Jesssuperabaalobsoleto sistema del sacerdocio levtico.Elministerio sacrificial deJess, "nuestro gran sumo sacerdote"(Hebreos 4.14), es incomparablemente superior al de ellos. Jess notena pecado por el cual tuviera que hacer sacrificios; la sangre quederram no fue la de corderos ni machos cabros, sino la suya propia;no tena necesidad alguna de ofrecer reiterados sacrificios, que nuncapodan eliminar el pecado, porque ofreci 'una vez para siempre unsolosacrificiopor lospecados'; y as obtuvo'redencineterna'yestableci un'pacto eterno' que contiene la siguiente promesa: "Nuncams me acordar de sus pecados yde sus iniquidades" (Hebreos S.12) .43El Cordero inmolado del ApocalipsisHemos considerado la centralidad de la cruz en los primeros sermonesen Hechos y en las cartas apostlicas.Pero loms asombrosoes ladescripcinquetenemosdeJessenel ltimolibrodelaBiblia,Apocalipsis.En el primer captulo se nos presenta a Jess como 'el primognitode los muertos' (v. 5). Es el que vive, el que estuvo muerto, pero ahoravive por los siglos, y tiene las llaves de la muerte y del Hades(v. lS).Losversculos 5 y6del mismocaptulocontienenunaadecuadadoxologa:Al que nos am, y nos lav de nuestros pecadoscon su sangreoo' a l sea gloria e imperio por lossiglos de los siglos.El nombre que ms usa Juan para referirse a Jess en las imgenesdel Apocalipsisessimplementeelde 'Cordero'. Larazndeserdeeste ttulo, que se le aplica veintiocho veces a lo largo del libro, tienepoco que ver con la mansedumbre de su carcter. En una ocasin secontrastan deliberadamente sus cualidades tanto de 'Len' como de'Cordero', (5.5-6). Pero el nombre de Cordero se debe ms bien a quefue muerto como vctima expiatoria y que por su sangre ha liberadoa los suyos.44 HACIALACRUZPara entender la perspectiva desde la cual Juan concibe la influen-cia del Cordero, puede ser de ayuda que consideremos cuatro aspectos:la salvacin, la historia, la adoracin y la eternidad.El pueblo redimido de Dios, que ha sido reunido de toda nacin ytoda lengua, y que est delante del trono de Dios, atribuye su salva-cin especficamente a Dios y al Cordero. La "gran multitud, la cualnadie poda contar" exclama a gran voz:La salvacin pertenece a nuestro Dios que estsentado en el trono, y al Cordero.Juan usa una figura muy elocuente para describir las vestimentas quellevan; nos dice que "han lavado sus ropas, y las han emblanquecidoenlasangredelCordero':Enotraspalabras, slotienenderechoaestar ante el trono de Dios gracias a la cruz de Cristo, por medio de lacual han sido perdonados sus pecados y limpiadas sus maldades. LasalvacinquehanlogradoporCristoessegura: susnombreshansido escritos en el libro de la vida del Cordero y el nombre del Corderoha sido escrito en sus frentes.44Sin embargo, en la visin de Juan el Cordero es ms que el Salvadorde una incontable multitud. Es tambin el Seor de toda la historia.Para empezar, est en pie 'en medio del trono', es decir, comparte elgobierno soberano con Dios Todopoderoso. Ms aun, el que ocupael trono tiene en su diestra un rollo con siete sellos, que generalmentese identifica como el libro de la historia. Juan relata que al principiol lloraba muchoporquenohabanadieentodoel universoquepudiera abrir elrollo, ni siquiera mirar dentrode l. Finalmente sedeclara que el Cordero es digno de hacerlo. Este toma el rollo y rompeuno auno lossellos. As (pareciera) devela la historiapasoapaso.Qu lo ha hecho merecedor de cumplir este papel? Su cruz. Esta es laclave de la historia y de la redencin. A pesar de los sufrimientos de laguerra, el hambre, lasplagas, lapersecucinyotrascatstrofes, elpueblo de Dios todava puede vencer al diablo'por medio de la sangredel Cordero'. La victoria final, sin ninguna duda, ser del Cordero yde ellos mismos, porque ha quedado demostrado que el Cordero es'Seor de seores y Rey de reyes:45que el autor de la salvacin y el Seor de la historia seatamblen objeto de la adoracin celestiall En el captulo 5 escuchamosun. coro tras otro que se suman para entonar la alabanza del Cordero. (5.8-9), .cuando tom el libro, los cuatro seres vivientes y los ,ancIanos(queprobablementerepresentanlatotalidaddelacreaClOnporunlado, ylatotalidaddelaiglesiaenambosLACENTRALIDADDELACRUZ 45estamentos, por otro) "sepostrarondelante del Cordero oo' ycantaban un nuevo cntico";Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;porque t fuiste inmolado, y con tu sangre nos hasredimido para Dios, de todo linaje y lengua ypueblo y nacin.Luego (s.n-12), Juan oy la voz de cientos de millones de ngeles,queformabanuncrculoalrededordelosquerodeabanal trono.Ellos tambin cantaban a viva voz:El Cordero que fueinmolado es digno de tomarel poder, las riquezas, la sabidura, la fortaleza,la honra, la gloria y la alabanza.Finalmente (5.12), oy a "todo 10 creado que est en el cielo, y sobrela tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que enellos hay"... La creacin universal cantaba:Al que est sentado en el trono, y al Cordero,sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder,por los siglos de los siglos.A esto los cuatro seres vivientes respondan 'Amn', y los ancianos sepostraron y adoraron.46Jess el Cordero hace algo ms que ocupar el centro de la escenaenla salvacin, enla historia y en la adoracin; adems, tendr tambinunlugarcentral cuandolahistoriallegueasuculminacinysedescorra el teln de la eternidad. En el da del juicio, aquellos que lohan rechazado tratarn de escapar (6.16-17). Clamarn a las montaasya las rocas para que los cubran:Caed sobre nosotros, y escondednos delrostro de aquelque est sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;porque el gran da de su ira ha llegado; y quin podrsostenerse en pie?En cambio, para aquellos que han confiado en l y 10 han seguido,ese da ser como un da de boda, como una fiesta de casamiento. Launinfinal deCristoconsupueblosedescribeentrminosdelaboda del Cordero con su esposa.Usando otra metfora, hacia el finaldel Apocalipsis Juan declaraque la nueva Jerusaln descender del cielo. No habr templo en ella,"porqueel Seor DiosTodopoderosoesel templodeella, yel46 HACIALACRUZCordero" (2I.22). Tampoco habr necesidad de sol ni de luna, "porquela gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es suEsimposible dejarde advertir lareiterada y explCIta asoClacIOnque hace el apstol Juan entre Dios y el Cordero. La persona a laubica en un mismo nivel con Dios es el Salvador, Jess, el que munapor los pecadores. En su visin, Juan lo describe como el mediadorde la salvacin que Dios ha provisto; l es quien comparte el trono deDios, recibe la adoracin que le corresponde a Dios y ladeDios. El mritoquelohabilitaparatodosestos pnvIlegIOsexclusivos es el hecho de que fue muerto, y que por su muerte obtuvonuestra salvacn.Si en Apocalipsis13.8 se dice(como es posible y RVR, noVP1994) que el libro de la vida pertenece al Cordero que fue mmoladodesde el principio del mundo, entonces Juan nos est diciendo nadamsynadamenosquedesdelaeternidadenel pasado hastalaeternidad en el futuro, el centro de la escena lo ocupa el Cordero deDios que fue muerto.Los enemigos de la cruzPodemos decir, sin vacilar, que los principales escritores del NuevoTestamento crean en la centralidad de la cruZ de Cristo. Su conviccinestaba fundada en la perspectiva que el propio Seor tena respecto asumuerte. Laiglesiaprimitivatenaunafirmebasedoble -laenseanza de Cristo y la de los apstoles- para hacer de la cruz laseal y el smbolodelcristianismo. La tradicin de la iglesia es, enesto, un fiel reflejo de las Escrituras.Tampocopodemospasar poraltolanotabletenacidaddelosapstoles. Saban que aquellos que haban crucificado al Hijo de Dioslo haban sometido al 'vituperio'. Jess se humill y "sufri la cruz,menospreciandoel oprobio"(Hebreos 12.2).48Sinembargo, loqueresultaba vergonzoso e incluso detestablelos enemigos de Cristo,a los ojos de sus seguidoresera loms glonoso. Haban aprendidoqueelsiervono erams que su Seor, y quetambinpara elloselsufrimiento era el camino hacia la gloria. Ms aun, el padecimientomismo resultaba ser glorioso: cuando eranpor el nombrede Cristo', entonces'el glorioso Espritu de DIOS reposaba sobre ellos'.49En cambio, los enemigos del evangelio no compartan ni compar-teneste puntode vista. Nohay divisinmsradical entre losquecreen y los incrdulos que la que se refiere a respectivas actitudesante la cruz. Donde la fe ve gloria, la ,s,lo ve desgracia.Loqueeralocuraparalos griegos (ySIgueslendoloparalosLA CENTRALIDADDELACRUZ 47intelectuales modernosqueconfanen supropiasabidura) es, noobstante, la sabidura de Dios. Ylo que es poder de Dios para salvacinsigue siendo piedra de tropiezo para aquellos que confan en su propiajusticia, como los judos del siglo1 (1 Corintios 1.18-25).En OrienteUnadelascaractersticasmslamentablesdel islamismoesquerechaza la cruz. Declara que es inapropiado que el mximo profetade Dios pudiera terminar de una manera tan vergonzosa. El Cornno ve necesidad alguna de que un Salvador muera por los pecados.Al menos en cincoocasiones declara categricamente que "ningnalma llevar la carga de otra': De hecho, "si un alma atribulada clamapidiendo auxilio, ni siquiera un pariente cercano debe compartir sucarga". A qu se debe esto? A que "cada hombre cosechar el fruto desuspropias obras': aun cuando Al sea misericordioso y perdone aaquellos que se arrepientan y hagan el bien. El Corn no slo niega lanecesidaddelacruzsinoel hechomismo.Ensuopininfueunamonstruosafalsedaddepartedelosjudosdeclararquehaban"entregado a la muerte a Jess el Mesas, el hijo de Mara, el apstoldeAl".Enrealidad, "nolomataron, nilocrucificaron, sinoquecreyeronque lohabanhecho".so Aunque lostelogosmusulmaneshan interpretado esta afirmacin de diferentes maneras, la creenciaque se sostiene generalmente es que Dios mandunhechizo sobrelosenemigosdeJesspararescatarlodesusmanos, yqueJudasIscarioteS1o Simn de Cirene ocuparon su lugar a ltimo momento.En el siglo XIX la secta islmica ahmadiya adopt, de distintos autorescristianos liberales, el concepto de que Jess slo se desvaneci en lacruz. Agregan que se reanim en la tumba, y despus fue a ensearenlaIndia, dondemstardemuri; sedeclaranguardianesdesutumba en Cachemira.Losmensajeroscristianosdelasbuenasnuevas, encambio, nopueden callar respecto a la cruz. He aqu el testimonio del misioneronorteamericanoSamuel M. Zwemer (1867-1952), quetrabajenArabia, fue director durante cuarenta aos de The Muslim world (Elmundo musulmn), y recibe a veces el apelativo de 'Apstol enviadoal Islam':El misionero que trabaja entre los musulmanes (paraquienes la cruz de Cristo es piedra de y laexpiacin una necedad)se ve impulsado dlanamente ameditar ms profundamente sobre este misterio de la48 HACIALACRUZredencin, y a adoptar una conviccin ms fuerte de queen esto reside la esencia misma de nuestro mensaje ynuestra misin ...Si la cruz de Cristo significa algo para el que piensa,seguramente lo es todo: la realidad ms profunda y elmisterio ms sublime. Uno llega a reconocer que toda lariqueza y la gloria del evangelio reside all. La cruz es elcentro del pensamiento neotestamentario. Es la marcadistintiva de la fe cristiana, el smbolo del cristianismo y supunto de mira.Cuanto ms niegan los incrdulos el carcter central dela cruz, tanto ms encuentran en ella los creyentes la clavede los misterios del pecdo y del sufrimiento. Cuandoleemos el evangelio con los musulmanes redescubrimos elnfasis