John Bevere - Así Dice El Señor

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un clasico acerca de como nos habla el señor

Transcript of John Bevere - Así Dice El Señor

  • REUGINNida cristiana/Crecimiento espiritual RELIGION/Christian Life/Spiritual Growth

    ISBN 978-0-884 19-608-2

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  • John Bevere

    CASACREACION

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    As dice el Seor?Por John Bevere

    Ttulo original de la obra en ingls:Thus Saith the Lord?Copyright 1999 por John Bevere

    As dice el Seor?Copyright 1999 de la edicin en espaol, por Casa Creacin.Todos los derechos reservados

    Impreso en el Canad ISBN 978-0-88419-608-2

    Casa CreacinCharisma Media600 Rinehart RoadLake Mary, FI 32746Tel (407) 333-7117 - Fax (407) 333-7147Internet http:/ / www.charismamedia.com

    Traducido por Liliana G. De Marco

    Este libro no puede ser copiado ni reproducido bajo ninguna forma sin el permiso escrito de los editores.

    A menos que se indique otra cosa, las referencias bblicas incluidas en este libro corresponden a la versin Reina-Valera Revisada de 1960. Sociedades Bblicas Unidas, usada con el debido permiso.

    Otras versiones usadas:BD: La Biblia al da; NVI: Nueva Versin Internacional;BdlA: Biblia de las Amricas; DHH: Dios Habla Hoy.

    Primera edicin en espaol, 1999 13 14 15 16 17 *18 17 16 15 14

  • Dedico este libro a todos los llamados al ministerio proftico. Dios dice:...si apartas lo precioso de lo vil, sers mi portavoz.

    Jeremas 15.19, BdlA.

    Que el corazn de Dios pueda ser revelado a su pueblo a travs suyo.

  • Reconocimientos

    Mi esposa, Lisa. Junto al Seor eres mi amiga ms preciada y mi gran amor. Gracias por las horas de edicin con las que has contribuido para este libro. Te amo!

    A nuestros cuatro hijos, Addison, Austin, Alexander y Arden. Todos ustedes han trado gran gozo a mi vida. Cada uno de ustedes es un tesoro especial para m. Gracias por compartir el llamado de Dios y animarme a viajar y escribir.

    A Loran Johnson. Gracias por el amor, la bondad y la sabidura que has dado desinteresadamente a nuestra familia y ministerio. Eres una verdadera amiga y discpula de Jess.

    Al pastor Al Brice. Conoces nuestras debilidades y has caminado con nosotros a travs de nuestras deficiencias a lo largo de muchos aos de amistad, amndonos aun ms a Lisa y a m. Gracias por ser un verdadero hermano y pastor.

    Al equipo de los Ministerios John Bevere. Gracias por su apoyo y fidelidad inquebrantables. Lisa y yo los amamos a cada uno de ustedes.

    A David y Pam Graham. Gracias por su apoyo fiel y sincero al supervisar las operaciones de nuestra oficina europea.

    A Rory y Wendy Alee. Gracias por creer en el mensaje que Dios ha puesto en nuestros corazones. Atesoramos su amistad.

    A Debora y Brbara. Gracias por sus habilidades editoriales en este proyecto. Pero ms que todo, gracias por su apoyo y aliento.

    Ms importante, mi sincera gratitud a mi Seor. Cmo pueden las palabras reconocer adecuadamente todo lo que has hecho por m y por tu pueblo? Te amo ms de lo que soy capaz de expresar. Te amar siempre!

    Mi MS profunda apreciacin a:

  • ndice

    Prlogo: Esteban Strang 7

    1/La necesidad del ministerio proftico 13

    2/El engao diseminado 21

    3/El ministerio proftico verdadero - I 31

    4/El ministerio proftico verdadero - II 41

    5 / Corrupcin proftica 51

    6 / La profeca personal 65

    7/Hablando a los dolos del corazn 77

    8 / Corrompido por palabras profticas 95

    9/Ensean rebelin a mi pueblo 107

    10/El funcionamiento de Jezabel 117

    11 / Nombramiento propio o divino 125

    12/El aguijn de Jezabel 135

    13/El conocimiento de los profetas a travs de sus frutos 147

    14/El amor por la verdad 165

    15/Poner a prueba y manejar la profeca personal 173

    Eplogo 187

  • Prlogo

    UNO DE los primeros dones ministeriales restaurado por el Espritu Santo es el ministerio proftico. As como la verdad de la sanidad o el bautismo del Espritu Santo con su relacin espiritual carismtica han sido restaurados a la Iglesia, de la misma forma lo ha sido el quntuple ministerio de apstol, evangelista, pastor, maestro y profeta.

    Aun as, parece que cuando algo bueno es restaurado en la Iglesia, inevitablemente sobrevienen los excesos. Y en el proceso, la gente a veces es lastimada; algunos lo son tan seriamente que se convierten en amargados o caen en la incredulidad.

    Por ejemplo, si una persona est desesperada por sanidad, cree en ella, y no es sanada, con frecuencia se desilusiona y queda devastada. Si alguien se somete a un pastor y es abusado de alguna forma por dicho pastor, puede abandonar la iglesia descorazonado y temeroso de volver a creer alguna vez en algn pastor.

    La restauracin de los dones profticos pareciera brindar mayor oportunidad a los malos entendidos y el abuso. Muchos cristianos no aceptan los dones profticos como necesarios en la actualidad; creen que Dios ya no habla a su pueblo a travs de profetas. Si vencen esa dificultad y creen que la profeca es para hoy da inclusive para ellos mismos o para sus familias pueden aun ser presas de la desilusin o el engao por parte de aquellos que les han profetizado. Tal vez lleguen a aceptar cualquier palabra que viene de un profeta como si fuera del mismo Seor. Otros, emocionados por las palabras que han recibido, comienzan a seguir a aquellos con dones profticos; en ocasiones ms que a Cristo mismo.

    En mi funcin como editor de la revista Carisma y Vida Cristiana, he observado la restauracin del ministerio proftico a la iglesia a

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  • A s i dice el Seor?

    travs del Espritu Santo. Dios ha levantado voces profticas en nuestra generacin. Mi familia y yo hemos sido bendecidos y animados por las profecas que hemos recibido de parte de algunos con ministerios profticos.

    Recientemente, en mi propio estudio de la Biblia he notado historias bblicas que parecen similares a las del ministerio proftico personal que en ocasiones vemos en el presente. En Gnesis 18 leemos acerca de tres hombres que visitaron a Abraham y le dijeron que para el mismo tiempo al ao siguiente Sara tendra un hijo! Sara se ri, creyendo que ella y Abraham eran ya muy viejos, pero Isaac naci ms tarde ese ao.

    El ministerio de Jess incluye su encuentro con la mujer en el pozo de Samaria, donde l le dice cuntas veces haba estado casada, y que el hombre con quien viva no era su esposo. Asombrada, ella le contesta a Jess: Seor, me parece que t eres profeta (Juan 4.19).

    Aunque he sido bendecido personalmente por el ministerio proftico y creo que es vlido para la Iglesia, estoy alarmndome cada vez ms por los abusos que estn ocurriendo. En nuestra casa editorial realizamos recientemente una investigacin exhaustiva acerca de un ministerio que venda profecas a cambio de donaciones de cierta cantidad de dinero. Cuanto ms grande era la donacin, ms profunda era la profeca. En otra ocasin, un respetado ministerio televisivo levant millones de dlares mientras uno de sus invitados daba palabras a los donantes que enviaban dinero para esa maratn televisiva.

    Qu hemos hecho?Creo que Dios ha puesto a ciertas personas en el Cuerpo de Cris

    to para que hagan sonar la alarma cuando algo va mal. El ya fallecido Jamie Buckingham, mi mentor durante largo tiempo, fue uno de esos hombres. Cuando el Movimiento del Discipulado cay en el error en los setentas, l lo confront audazmente, proclamando la verdad a travs de sus artculos y en algunos de sus libros.

    Cunto mejor para algunos, como Jamie, quien amaba a la gente involucrada, confrontar los temas que dejarlos en manos de los crticos que, con sus ataques destructivos, atacaban a aquellos que creamos en la llenura del Espritu Santo y en sus dones espirituales. La cacera de brujas que condujeron algunos crticos ha logrado muy poco excepto avergonzar a la Iglesia.

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  • Prlogo

    De la misma forma que el cuerpo fsico tiene glbulos blancos en la sangre para defendernos de las enfermedades, el Cuerpo de Cristo necesita hombres y mujeres de conviccin que sealen dnde nos extraviamos del evangelio puro, y nos vuelvan nuevamente al camino recto y angosto, de regreso a Cristo.

    Creo que John Bevere es ese hombre. En los ltimos aos Dios lo ha levantado como una voz para darle a la Iglesia un nuevo entendimiento del temor de Dios, y recordarle el peligro de mantener una actitud ofensiva hacia l.

    John escribe ahora un audaz libro, el cual l cree es uno de los ms importantes que ha escrito hasta la fecha. Ve la devastacin que viene cuando aquellos que tienen dones profticos incurren en el error. Reconoce la trampa de dar profecas agradables solo porque existe el deseo de escucharlas de parte de algn cristiano. Identifica el hbito de dar palabras a la ligera con un As dice el Seor, cuando en realidad se tratan de opiniones personales, no orculos de Dios.

    John Bevere no se llama a s mismo profeta, ni es conocido en esa funcin dentro del Cuerpo de Cristo. Aun as, creo que John es un profeta, con frecuencia clamando en el desierto, igual que su homnimo Juan el Bautista.

    En este libro, John esta haciendo sonar la alarma. Est sealando hacia las Escrituras para ver lo que es buena y falsa profeca. Pero lo hace sin agravios, en amor, no como otros que exteriorizan sus crticas speras, en un espritu de odio, buscando destruir ms que construir.

    Creo que de la misma forma en que un evangelista puede extraviarse de su llamado original de llevar a la gente al arrepentimiento, o un pastor puede herir ms que sanar a su rebao, una voz profti- ca puede, a veces, crear destruccin en la vida de algunos donde se supona que no lo hiciera.

    Yo desafo a aquellos que tienen dones profticos desde los bien conocidos ministerios nacionales hasta los cristianos locales, cuyos dones han abierto puertas en su propia iglesia local a leer cuidadosamente este libro. Necesitan analizarlo para recordar lo que dice la Escritura y ver si sus propios ministerios se alinean exactamente con la Palabra de Dios.

    El pastor Ted Haggard, de la Iglesia Nueva Vida, en Colorado

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  • A s dice el Seor?

    Springs, Colorado, seala algunos puntos excelentes en un reciente nmero de la revista Ministries Today:1

    He llegado a la conclusin de que la falsa profeca es un maltrato del nombre del Seor, lo cual es una violacin al tercer mandamiento; y que los frgiles egos de la gente necesitan un buen tirn de orejas si es cue estn proclamndose a s mismos portavoces de Dios y no lo son! Despus de todo, la Biblia nos ordena probar la profeca para ver si realmente viene de Dios (1 Juan 4.1).

    Luego Ted enumera tres niveles de profeca:

    1. As ha dicho el SeorEsta es la ms alta forma de profeca. Es dada cuando un creyen

    te proclama hablar de parte de Dios mismo. Esta clase de profeca es 100% correcta o 100% falsa. Usar este tipo de profeca significa que no puede haber otras opiniones o pensamientos contrarios. La discusin est terminada porque Dios ha hablado.

    2. Ha parecido bien al Espritu Santo, y a nosotros (Hechos 15.28) Esta clase de profeca refleja el consenso general acerca de la

    voluntad de Dios. Puede o no estar 100% acertada, pero al decir esto, un grupo est expresando que con lo mejor de sus capacidades creen que eso es la voluntad de Dios para una situacin particular.

    3. Esto significa algo para ti?, o Qu piensas de esto?Cuando, mientras oramos por una persona, una palabra o pen

    samiento viene a la mente, podemos preguntarle a la persona lo que Dios esta haciendo en su vida. A veces, el Seor nos gua a una intercesin proftica. Esto tambin puede ser llamado palabra de ciencia o palabra de sabidura (1 Corintios 12.8). Esta clase de profeca no reclama autoridad.

    Ted concluye su artculo con este pensamiento:

    Cuando entend estas tres clases de profeca, se aclar el camino en mi corazn para ser de mayor apoyo a varias de las funciones profticas dentro del Cuerpo de Cristo. Sin estas funciones

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  • Prlogo

    profticas como un ingrediente vital en nuestras iglesias, funcionamos sin uno de los mayores dones, un hecho que innecesariamente debilita nuestras iglesias.

    A lo cual digo Amn!Para aquellos de nosotros que probablemente nunca tengamos

    un ministerio proftico, debemos leer cuidadosamente lo que la Palabra de Dios dice acerca de aquellos con ministerios profticos. De la misma forma que los cristianos evanglicos no toleramos la predicacin de las religiones falsas o paganas en nuestras iglesias, o rechazamos la teologa liberal que no esta de acuerdo con la Palabra, debemos estar igualmente atentos que los ministerios profticos estn alineados con la Palabra.

    Creo que John Bevere tiene una palabra para la Iglesia. La ha articulado con poder y con pasin. He ledo este libro en forma completa y cuidadosa porque siento que su mensaje es muy importante y necesita ser entendido y atendido, tanto por lo lderes cristianos como por los laicos.

    Esteban Strang, editor Carisma y Vida Cristiana

    Lake Mary, Florida

    1. Ted Haggard, Handling False Prophecy, Ministries Today, septiembre/octubre 1998,

  • Hemos estado tan temerosos de despreciar la profeca

    que hemos sido negligentes en juzgarla.

    La necesidad del ministerio proftico

    El mayor privilegio y el deseo ms profundo de todo creyente es escuchar la voz de Dios. Era el clamor de los patriarcas del Antiguo Testamento, quienes caminaron por las arenas del desierto. Era el anhelo de cada creyente del Nuevo Testamento: escuchar nuevamente la voz de Dios. Inherente a cada uno de nosotros, esta el deseo de escuchar y conocer la voz del Seor.

    Es un precioso honor sentarse a sus pies y aprender de l. Es un tesoro para ser guardado. Debemos separar tiempo para leer su Palabra y entonces escuchar en silencio su voz apacible y suave. Esta comunin debe ser cultivada, porque es un jardn de provisin, proteccin y refresco. Como el matrimonio, tiene momentos de gozo ntimo, secretos anhelos y amor sin palabras. Es un lugar para descubrir

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  • Asi Dice el Seor?

    nuestras almas. Es una relacin especial y delicada, una que debe ser alimentada y protegida.

    Dios le habla a sus hijos en formas muy variadas. Creo que su primer preferencia es hablarnos en forma directa. Por esa misma razn envi a su Hijo, para que el velo que separaba al hombre de Dios pudiera romperse. Este libro no intenta cubrir las numerosas formas en las que Dios puede elegir hablar. Es un tema muy amplio para ser tratado en un solo volumen. Este libro se enfoca en un aspecto especfico: cmo saber cuando Dios esta hablndole a travs de otro. Este discernimiento es una parte integral de su relacin personal con Dios.

    Es una asombrosa responsabilidad actuar como un portador del mensaje de Dios. Pedro nos advierte: El que habla, hgalo como quien expresa las palabras mismas de Dios (1 Pedro 4.11, NVI). Pablo confirma que esto no es tema nada liviano: Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor (1 Corintios 2.3-6). Aunque somos humanos, Dios nos confa su preciosa voz y nos utiliza para hablar sus palabras a otros.

    Un profeta es un portavoz divino. Hablar profticamente es hacerlo por inspiracin divina. Es la presentacin del mensaje de Dios para un individuo, grupo, nacin o generacin. Puede traer direccin, correccin, advertencia, nimo o instruccin; pero una cosa es cierta: Siempre conducir a los recipientes hacia el corazn y los caminos de Dios. Un mensajero de Dios solo es bueno mientras es fiel a Aquel a quien representa. No se representa a s mismo o a sus opiniones, sino a Dios.

    Mi primer encuentro con la profeca personalHe sido gratamente ministrado por palabras personales de profeca. Recuerdo la primera vez que Dios me habl de esta forma; fue durante el ao 1980. Estaba estudiando ingeniera mecnica en la universidad de Purdue. Haba recibido la salvacin dos aos antes y poco despus de eso sent una fuerte inclinacin en mi corazn hacia el ministerio. Mis padres no fueron muy receptivos a esto debido a nuestro trasfondo catlico. Me encontr a m mismo quebrndome emocionalmente, mientras oscilaba de ac para all. Respetaba a mis padres, pero no poda ignorar el creciente llamado que senta.

    Asist a una gran conferencia con otras 700 personas en

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  • La necesidad del ministerio proftico

    Indianpolis, Indiana. El muy conocido ministro concluy un hermoso mensaje, entonces dijo que Dios le haba dado palabras para dos individuos. La primera era para un pastor bautista.

    La segunda era para m. l dijo: Hay aqu, esta noche, un hombre joven, y te encuentras sentado en las dos ltimas filas del piso de abajo (mi ubicacin). Vacilas de ac para all mientras dudas si eres llamado para el ministerio. Un da sabes que s lo eres, y al da siguiente te preguntas: "Soy realmente llamado?" Dios dice que, verdaderamente, eres llamado al ministerio de tiempo completo y que l te utilizar de una forma maravillosa.

    Mientras l hablaba yo saba, sin ninguna duda, que Dios me estaba hablando directamente. La fuerte evidencia de su paz y su presencia llenaron mi corazn mientras escuchaba. Mientras pensaba, sent como si cada palabra se converta en una parte ma. Me di cuenta que un peso se haba ido de mi alma. A la maana siguiente tena un inmenso gozo. Conoca que ese era un tema aclarado. Ya no sera ms atormentado por los dobles pensamientos. Termin mi carrera de ingeniera y para el verano del ao 1983 estaba dedicado en el ministerio a tiempo completo, sirviendo a mi pastor. Aquella palabra termin de afirmar el llamado de Dios para mi vida.

    La carne versus las promesasLa Biblia revela que el ministerio proftico tendr un papel crucial en la preparacin de la iglesia para el retorno del Seor. Pedro cita al profeta Joel, quien dijo: ...y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarn ... sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos das derramar de mi espritu, y profetizarn (Hechos 2.16-18; Joel 2.28-31). El enemigo tambin conoce esto. l anhela arruinar o pervertir lo proftico y disminuir su efectividad. Quiere que la iglesia permanezca carnal, porque entonces lo precioso se mezcla con lo vil.

    No es de sorprenderse que exista un patrn bblico aplicable al ministerio proftico actual. Ms de la mitad de las veces el Ismael precede al Isaac. La carne tratar de producir lo que solo el Espritu puede. Permtame explicarlo. Cuando tena 75 aos, Abraham recibi la promesa de Dios que tendra un hijo. Luego de once aos de espera, l y su esposa inventaron un plan de accin. Agar, la esclava de su esposa, fue entregada a Abraham, y naci un hijo llamado Ismael.

    Dios permiti esto y debi haber pensado: Si ellos piensan que

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  • As dice el Seor?

    pueden dar a luz mi promesa a travs de su carne, esperar hasta que el sistema reproductivo de Abraham est muerto (ver Romanos 4.19) entonces dar a luz al hijo de la promesa. Por qu? Porque l no permite que la carne se glore en su sabidura! Pasaron trece aos ms, y ambos estaban muertos reproductivamente. Entonces Sara concibi y dio a luz a Isaac. Pablo escribi:

    En el nacimiento del hijo de la esclava no hubo nada sobrenatural. Pero el hijo de la libre naci porque Dios prometi a Abraham que nacera.

    Glatas 4.23, BD.

    Dios ha prometido restaurar la profeca en todo su poder antes del retorno de Jess (Hechos 3.20,21). La expectativa impregna la iglesia. Sin embargo, he sido testigo de la carne intentando dar a luz lo que Dios ha prometido.

    Hay un ministerio proftico nacido de la voluntad del Padre y uno nacido de la carne y de la voluntad del hombre. Cul es la diferencia? Aunque ambos son concebidos a travs del deseo genuino de cumplir el plan y la promesa de Dios, el que es nacido de la carne es mantenido por la carne, mientras que el que es nacido del espritu ser sustentado por el Espritu. La carne reproduce carne y por lo tanto habla directamente a los deseos del hombre. El espritu reproduce espritu y por lo tanto habla del deseo de Dios. El propsito de este libro es ayudarlo a discernir entre esas voces. Aunque las palabras de la carne pueden ser placenteras a nuestros odos, nos guiarn a la corrupcin, destruccin o posiblemente la muerte. Las palabras del Espritu, aunque inicialmente puedan no ser placenteras, lo guan al corazn de Dios.

    Pruebe toda la profecaHe recibido personalmente numerosos As ha dicho el Seor... durante mis veinte aos como cristiano. De esas, solo un puado han probado ser verdaderamente palabras de Dios. Si hubiera atendido a muchas de ellas, hoy sera un individuo confundido y mayormente desviado de la voluntad divina. El Nuevo Testamento nos exhorta:

    No apaguis el Espritu; no menospreciis las profecas. Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno.

    1 Tesalonicenses 5.19-21, BdlA.

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  • La necesidad del ministerio proftico

    Necesitamos la profeca en la iglesia y somos fuertemente advertidos a no menospreciarla. Menospreciar algo es condenarlo u odiarlo. Hemos estado tan temerosos de menospreciar la profeca que hemos sido negligentes en juzgarla. Es importante que aprendamos a reconocer o discernir lo verdadero de lo falso. Examine nuevamente las palabras de Pablo en el v. 20:

    Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno.

    Ese es el objetivo de este libro. No podemos aceptar lo falso como verdadero porque tenemos miedo de rechazar la verdad como falsa; debemos aprender a separar lo bueno de lo malo. Ni es correcto ser tan cautelosos y crticos que rechazamos la verdad. Creo que al presente, en los crculos llenos del Espritu, estamos deslizndonos hacia la aceptacin de cualquier palabra. Sin preocupacin, minimizamos lo inexacto o las palabras carnales, con un: Bueno..., ellos perdieron eso, o Recin estn creciendo en sus dones. Pero nadie puede tomar en forma despreocupada algo rotulado con As dice el Seor.

    Israel tambin se equivoc en esta direccin. Lleg al punto donde Dios dijo a travs del profeta Miqueas:

    Si con la intencin de mentirles, llega algn embustero y les dice: Yo les anuncio vino y cerveza", este pueblo lo ver como un profeta.

    Miqueas 2.11, NVI.

    La Biblia al da es aun ms fuerte. Dice: Ese profeta borracho y mentiroso desean. Dios estaba diciendo: Abrazarn como proftico cualquier cosa que satisfaga sus deseos y apetitos carnales.

    Pablo dice que debemos analizar y probar todas las cosas hasta que aprendamos a reconocer lo que viene de Dios. Ya que hemos errado siendo indulgentes, usted puede sentir que este libro se aproxima al otro extremo. Si es as, es con el deseo de traer un balance apropiado y santo. Debemos hacer brillar la luz de la Palabra de Dios mientras examinamos la profeca en su contexto.

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  • As dice el Seor?

    Cmo surgi este libroOriginalmente no tema planeado escribir este libro, sino la segunda parte de El temor de Dios. Pas muchos meses compilando pasajes e informacin, y la casa publicadora hasta lo anunci. En una cena con el editor y algunas personas de su equipo, compart algunos puntos de vista e ideas que encontrar en este libro. Not que el editor estaba quieto y atento mientras yo hablaba.

    Luego me pregunt:John, puedes escribir esto como tu prximo libro?Sorprendido le pregunt:Quieres decir... en lugar de los planes que ya existen?l dijo:-S.Djame orar acerca de esto.Diligentemente busqu la voluntad de Dios a travs de la ora

    cin. Compart la idea del libro con algunos amigos cercanos en quien confo, y ellos tambin me animaron fuertemente a escribir sobre este tpico. En lo profundo de mi corazn saba que iba a hacerlo, pero tambin saba que poda causar malestar en algunos y ser malentendido por otros. Seor, pregunt; realmente quieres que escriba este libro? Yo no poda pensar sino en la persecucin que poda traer. Por qu debo traer persecucin sobre m mismo?

    Me encontr a mi mismo llorando. Saba que haba sido egosta. Record muchas personas con las que me haba encontrado y las historias que haba escuchado de quienes quedaron manchados por palabras que no eran genuinas. Decid que no poda retirarme de lo que Dios me haba confiado declarar.

    En este libro he incluido historias verdaderas que, creo, lo ayudarn a aprender a identificar lo real de lo falso. No se mencionan nombres porque no se trata de identificar individuos sino errores. Con la excepcin de dos relatos, cada uno involucra a alguien con un ministerio proftico nacionalmente reconocido. Digo esto para sealar que no son ejemplos que suceden en lugares remotos o con poca frecuencia. Creo que estos ejemplos son la representacin adecuada de lo que est sucediendo en escala nacional. He hablado con muchos lderes que tienen historias propias similares, las cuales no he incluido debido a la falta de espacio. Creo que enfrentamos una crisis en la iglesia en general, y que empeorar si no abrazamos la verdad y nos volve-

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  • La necesidad del ministerio proftico

    mos de las mentiras.Las verdades en este libro pueden hacer que usted se sienta

    incmodo o traer condena. S esto porque fui condenado mientras escriba. Encontr la iluminacin del Espritu Santo de la verdad ms reveladora, en reas donde haba fallado en caminar de acuerdo con su voluntad. Me arrepent y cambi mi perspectiva sobre dar palabras que tengan a modo de prlogo un As dice el Seor.

    Es mi sincero deseo que este libro pueda enfocar y despabilar a aquellos que ya estn siendo usados en el campo del ministerio proftico. Para lograr esto debemos mantener un corazn abierto y edu- cable. Tambin debemos creer en las verdades ledas en la Palabra de Dios, en lugar de leer lo que ya creemos. Cuando somos confrontados con la verdad podemos responder de dos formas. Podemos enojarnos y tomar la actitud defensiva, como Can, el hijo de Adn, y abandonar la revelacin que necesitamos. O podemos ser humildes y quebrarnos como David, cuando fue confrontado por Natn, y elevarnos a un nuevo nivel en carcter santo.

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  • La enseanza nos establece, pero las amonestaciones nos protegen.

    2El engao diseminado

    Actualmente vivimos en el umbral de un gran cambio: los ltimos aos, das y horas antes de la Segunda Venida de nuestro Seor. La mayora de ustedes ya son conscientes de esto. Aunque Jess dijo que no sabramos el da ni la hora, prometi que conoceramos la poca. Y la misma est sobre nosotros! Nunca antes tal concurrencia de cumplimientos de profecas ocurrieron en la Iglesia, en Israel y en la naturaleza. Jess nos asegur que: De cierto os digo, que no pasar esta generacin hasta que todo esto acontezca (Mateo 24.34). Estos eventos concluirn con el Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, para juntar a sus escogidos desde los puntos ms lejanos de la tierra y del cielo (Mateo 24.30,31).

    Nuestro perodo de tiempo es mencionado repetidamente a travs de las Escrituras. Muy posiblemente es la poca ms emocionante como tambin la ms aterradora en la historia de la humanidad. Es emocionante porque vamos a ser testigos de la ms grande revelacin

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  • As Dice el Seor?

    de la gloria de Dios que cualquier generacin haya experimentado jams. Esta vendr acompaada de una cosecha de almas de tal magnitud que es inimaginable. Ser un tiempo de gran gozo y gloria.

    Pero tambin ser un tiempo de juicio y temor, porque se nos dijo explcitamente a travs del apstol Pablo: Tambin debes saber esto: que en los postreros das vendrn tiempos peligrosos (2 Timoteo 3.1). Estos tiempos difciles sern magnificados por la oscuridad espiritual del engao difundido. Esta advertencia suena repetidamente a travs del Nuevo Testamento. Cada epstola se hizo eco de este mensaje a la iglesia del primer siglo como una amonestacin urgente para sus das, la cual tambin deba ser pasada a las futuras generaciones de los ltimos das.

    Esto no estaba limitado solo a las epstolas. Jess tambin nos advirti en los evangelios acerca del engao. En una de esas referencias, que encontramos en Mateo 24, nos amonesta cuatro veces que tengamos cuidado con el engao. Cuando los discpulos le preguntaron por las seales que precederan a su venida, Jess comenz su respuesta con: Mirad que nadie os engae (Mateo 24.4).

    Es fcil sentir la urgencia de sus palabras. Hay un tono serio y solemne. Jess quiere que sus palabras queden impresas en las almas los discpulos como nunca antes. Dos mil aos despus debemos ser sabios y no ser negligentes con su amonestacin.

    Dios amonest a los suyos: Escucha, pueblo mo, mis advertencias; ay Israel, si tan slo me escucharas! (Salmo 81.8, NVI). l est suplicndoles: Les estoy advirtiendo, pero ustedes no me estn escuchando! Solo nos beneficiamos de las advertencias de Dios cuando las escuchamos y obedecemos cuidadosamente a su Palabra. Los padres saben que hay veces cuando sus hijos escuchan pero no hacen lo que se les dice. Cuando son confrontados, con frecuencia contestan: Es que no entiendo lo que quieres decir...! Esto suele suceder porque no sienten que lo que dijimos era suficientemente importante como para hacer preguntas, o simplemente para darse cuenta de cmo se aplicaba a ellos. Cuando llegan las consecuencias, entonces entienden repentinamente.

    Igual que entre los nios y los padres, sera tonto de nuestra parte pensar que podemos manejar las amonestaciones de Dios descuidadamente y permanecer libres de las consecuencias. Salomn se dio cuenta de esta verdad en sus ltimos aos: Ms vale joven pero sabio que rey viejo pero necio, que ya no sabe recibir consejos (Ecle-

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  • El engao diseminado

    siasts 4.13, NVI). Salomn busc la sabidura de Dios mientras era joven y disfrut de las bendiciones y los beneficios del consejo sabio de Dios durante un tiempo. Como resultado, el reino prosper y l vivi una larga y completa vida.

    Pero a medida que el tiempo pasaba se volvi de la sabidura inicial de su juventud. No pas mucho tiempo antes que entrara el engao. Aunque posea gran conocimiento y sabidura, fall en obedecerla. Sin esta obediencia o sumisin a la verdad, el engao cambi los pasos de este brillante rey, del camino angosto de la justicia hacia uno ancho de destruccin. Mientras su corazn se oscureca, Salomn se volvi a la idolatra. Toda su inteligencia no pudo guardarlo del engao. El conocimiento sin la obediencia correspondiente es una tontera destructiva.

    Se nos advierte: As que, el que piensa estar firme, mire que no caiga (1 Corintios 10.12). Obedecer a algo significa darle atencin especial, consideracin y ser consciente de ello. Su antnimo es la negligencia. Si nuestros corazones no son guiados por la Palabra de Dios, nos exponemos a nosotros mismos a la destruccin. Proverbios 28.26 dice: El que confa en su propio corazn es necio; mas el que camina en sabidura ser librado. No podemos confiar en nuestro corazn porque la Palabra de Dios nos dice que es engaoso sobre todas las cosas (Jeremas 17.9).

    Para caminar sabiamente debemos observar todo el consejo de la Palabra, no solo en porciones. Esto incluye las advertencias. Proverbios 12.15 confirma que el que obedece al consejo es sabio.

    Advertencias para la IglesiaPablo encontr que era imperativo tanto el amonestar como el ensear. l instruy a los administradores de la Palabra de Dios que tanto la amonestacin como la enseanza eran necesarias para presentar a cada persona perfecta en Cristo. l escribi:

    A quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseando a todo hombre en toda sabidura, a fin de presentar perfecto en Cristo Jess a todo hombre.

    Colosenses 1.28

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  • As dice el Seor?

    La enseanza nos establece, pero las amonestaciones nos protegen! Si solo somos enseados pero se es negligente con las amonestaciones, podemos perder lo que se ha establecido a travs del ministerio de la enseanza. Esto es verdad independientemente de cun grande sea esa enseanza. Salomn, el ms grande y sabio de los maestros, cambi cuando no obedeci las amonestaciones de Dios. No importa cun hbiles seamos en la Palabra de Dios, puede ser pervertida o destruida cuando no va acompaada muy de cerca por la atencin a las amonestaciones de Dios.

    En su ltimo discurso a los ancianos de feso, Pablo enfatiz nuevamente la importancia de amonestar a las ovejas utilizndose a s mismo como ejemplo:

    Por tanto, velad, acordndoos c\ue por tres aos, de noche y deda, no he cesado de amonestar con lgrimas a cada uno.

    Hechos 20.31

    Note que esto era en forma continua y para todos, no solo para los nuevos convertidos.

    Fue muy importante que durante tres aos Pablo no dejara pasar un da sin amonestarlos. Note su pasin mientras les recordaba a ellos de sus lgrimas. l quera la imagen de un padre llorando, quemando en la memoria de ellos. Su corazn clam con preocupacin. Dnde estn esos padres o pastores hoy da? Dnde estn los padres que llevan la carga de las ovejas? Estos lderes rechazan las comodidades actuales mientras proclaman una amonestacin para maana. Que Dios nos ayude a tener tales corazones!

    En la actualidad hay una gran presin sobre los ministerios para evitar los temas controversiales y hacer que la gente se sienta cmoda. Con mucha frecuencia esa presin sucumbe ante un esfuerzo por mantener y abrir nuevas puertas de oportunidades para el ministerio. Como resultado, a menudo las amonestaciones genuinas son omitidas para no arriesgar las buenas ofrendas e invitaciones. Mientras la reputacin de los ministros permanece intacta, las ovejas son apartadas y destrozadas por lobos voraces porque han perdido la proteccin necesaria.

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  • El engao diseminado

    Dos fuentes de engaoJess describi dos fuentes de engao: los falsos cristos o anticristos, y los falsos profetas. Los falsos cristos o anticristos son aquellos que niegan que Jesucristo, el Hijo de Dios, se hizo carne como un hombre natural. Estos engaadores tienen un espritu de anticristo (1 Juan 2.18-23; 2 Juan 7,8). Histricamente han mantenido que Jess nunca fue realmente hijo de hombre, que siempre fue divino, y por lo tanto nunca muri en verdad. Actualmente, este espritu se manifiesta a travs de varias enseanzas de otros cultos. El resultado final es que ellos siempre atacan la verdad de Jess hecho carne. Esta lnea de pensamiento es inaceptable en cualquier iglesia basada en las Escrituras o en la vida de los creyentes. No es de los anticristos sobre lo que estoy advirtiendo.

    La segunda categora de engaadores que Jess defini son los falsos profetas. Estos pueden ser divididos en dos subcategoras. Primero, aquellos que proclaman otra forma de Dios, comnmente lo describen como el poder superior. Presentan un camino a Dios que esquiva a Jess en lugar de llegar a travs de l. Nuevamente, la mayora de los creyentes no prestaran atencin a estos profetas. Sin embargo, el segundo grupo de falsos profetas es ms difcil de reconocer. Estn en la iglesia, y sin estorbo pueden engaar hasta a los elegidos. Jess dijo que ellos se levantaran con seales y maravillas: ...de tal manera que engaarn, si fuere posible, aun a los escogidos (Mateo 24.24). Estn entre nosotros, usando la misma Biblia, acompaados de dones sobrenaturales, pero se extravan guiando gente hacia ellos mismos en lugar de hacerlo hacia el corazn y el gobierno de Dios.

    Nuevamente, Pablo lo hace claro a la iglesia de feso a travs de sus continuas amonestaciones:

    Porque yo s que despus de mi partida entrarn en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarn al rebao. Y de vosotros mismos se levantarn hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras s a los discpulos. Por tanto, velad, acordndoos que por tres aos, de noche y de da, no he cesado de amonestar con lgrimas a cada uno.

    Hechos 20.29-31

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  • As dice el Seor?

    Note que Pablo dice que vendrn como lobos. Jess describe a estos falsos profetas como lobos vestidos de ovejas (Mateo 7.15). No dice vestidos de pastores; sin embargo, pueden o no tener un ministerio pblico. Es importante que no limitemos los falsos profetas a los que estn en el ministerio del plpito. El nfasis de Jess era que desde todos los aspectos se asemejaran a un creyente, y que su apariencia externa ocultara sus motivos internos. Todos los ministros del plpito a tiempo completo deben ser creyentes, pero no todos los creyentes son ministros del plpito a tiempo completo (Efesios 4.11). Por lo tanto, las palabras de Jess nos muestran que los falsos profetas se mezclan tan fcilmente con la congregacin como con los ministros que estn en el plpito.

    Los falsos profetas se asemejan a los creyentes. Ellos pueden hablar, ensear, cantar, predicar o actuar como uno de ellos, pero sus deseos o motivaciones son completamente diferentes. El deleite de los verdaderos creyentes est en cumplir los deseos de su Maestro. Los lobos solo piensan en ellos mismos. Si la obediencia no interfiere con el cumplimiento de sus agendas se sometern, haciendo ms difcil el distinguirlos de los creyentes. Es por esto que Jess dijo que solo seran identificados por sus frutos. El verdadero fruto permanece constante a travs de las circunstancias adversas, y trae salud y vida a los dems.

    Los falsos profetas son aquellos que todava no han sometido sus vidas al seoro de Jess. Han buscado a Dios por razones equivocadas. Lo sirven por lo que pueden obtener de l en lugar de hacerlo por lo que l es. Son impostores fcilmente confundidos, hasta que sus motivos son revelados. De hecho, no solo engaan a otros sino que tambin se engaan a ellos mismos (2 Timoteo 3.13). Realmente creen que estn viviendo una vida de obediencia. En el da final, son ellos los que llamarn a Jess Seor y profetizarn en su nombre, solo para escucharlo responder: Nunca os conoc; apartaos de m, hacedores de maldad [los que no hacen la voluntad de mi Padre] (ver Mateo 7.15-23, nota entre corchetes agregada). Esta clase de engao va a ser tan efectiva que Pablo todava est preocupado de que los creyentes puedan ser apartados, aun luego de haberles advertido da y noche durante tres aos!

    Pablo sacude cualquier confianza que los efesios pudieran tener en ellos mismos con su comentario: Y de vosotros mismos se

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  • El engao diseminado

    levantarn hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras s a los discpulos (Hechos 20.30). La versin la Biblia al da lo seala aun ms: Y algunos de ustedes mismos falsearn la verdad para arrastrar seguidores.

    Estos son creyentes que sirvieron y produjeron fruto en el pasado, pero en algn lugar, a lo largo de la lnea, algo de su vieja naturaleza surgi, o tal vez fueron llevados por mal camino, por lo que volvieron nuevamente a servirse a ellos mismos. Tenga en mente que Pablo se est dirigiendo a los ancianos de la iglesia. Qu cosas para decir a los mismos lderes a quienes l mismo se dio! Esto nos da un mayor entendimiento de sus lgrimas. Cun difcil debe haber sido para l, no obstante necesitaba eliminar la dificultad.

    No es diferente en la actualidad. Nunca ha habido una necesidad tan grande de la verdad; Jess describe estos ltimos das como el perodo de reproduccin del engao.

    Actualmente la Iglesia est siendo infiltrada por la falsa profeca. Como resultado, ha sido contaminada hasta el punto de distorsionar la verdadera Palabra de Dios. Lo falso es ahora ms popular y rpidamente aceptado que lo verdadero. Debemos escuchar al Cielo antes que la corrupcin tome la Iglesia.

    Un llamado a despertarPor casi toda la dcada de 1980 serv a tiempo completo en el equipo de una iglesia local. Durante toda la dcada de 1990 he visitado cientos de iglesias de distintas denominaciones ubicadas en cada continente, tanto en conferencias como en institutos bblicos. Como resultado he visto y experimentado tanto lo maravilloso como lo desalentador a nivel local, nacional e internacional. Creo que Dios ha permitido esto para que pueda servir mejor a su pueblo.

    Con mi esposa hemos experimentado de primera mano el ministerio proftico falso. Hemos escuchado numerosos casos de abuso y caminado con otros a travs de sus encuentros con el falso ministerio proftico. Los casos han variado desde lo levemente daino hasta lo desastroso. He escuchado a pastores compartir cmo la falsa adivinacin ha destruido familias y controlado o dividido iglesias. Lo he visto en nuestra iglesia local. En algunos casos el engao es ahora evidente, pero solo despus de que el dao fue hecho. La mayora de las veces esos profetas continan como antes, debido a

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  • As dice el Seor?

    la falta de pastoreo por parte de los superintendentes de la iglesia. Con frecuencia, dichos supervisores tambin estn intimidados. Pablo amonest al liderazgo diciendo:

    Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebao en que el Espritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Seor, la cual l gan por su propia sangre.

    Hechos 20.28

    Un pastor no solo alimenta sino que tambin protege. Es tiempo de que los lderes se levanten y protejan a su rebao. Esto significa ya no pasar ms por alto o minimizar las falsas profecas. He sido muy bendecido por el siguiente comentario que le en un nmero reciente de la revista Ministries Today:

    El ao pasado, mientras estaba reunido con un grupo de lderes cristianos, todos comenzaron a contar historias divertidas acerca de falsas profecas. Mientras escuchaba y rea, vi que se haba convertido en una prctica comn el ignorar, o al menos tomar livianamente, a muchas de las personas que hablan en el nombre del Seor". Todos hemos aprendido a controlar nuestras lenguas y ser gentiles. Todos dijeron recibir notas, participar en reuniones y hasta animar a gente con palabras profticas, sabiendo que no eran genuinas...

    Esta reunin llev al autor a buscar la verdad. Luego de examinar la Palabra de Dios, escribi:

    He llegado a la conclusin que la falsa profeca es un maltrato al nombre del Seor, lo cual es una violacin al tercer mandamiento;y que los frgiles egos de la gente necesitan un buen tirn de orejas si es que estn proclamndose a s mismos portavoces de Dios, pero no lo son!1

    Esto es un ejemplo de un pastor dando una alarma en el Cuerpo de Cristo acerca de los peligros inherentes de la falsa profeca. Eso es parte del pastorear al pueblo de Dios.

    Escuchamos profecas personales o colectivas dadas en el nombre del Seor. A veces damos una mirada de asombro o lloramos por la exactitud de la palabra dada. Pero entonces no nos damos cuenta de

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  • El engao diseminado

    la profanacin que se ha revelado hasta que el dao ha tomado lugar, meses o hasta aos ms tarde.

    En este libro veremos claramente, tanto desde las Escrituras as tambin como de experiencias que alinearse con la Palabra de Dios no determina exactamente que la palabra era del Seor. De hecho, una palabra puede ser sumamente exacta y dicha como as dice el Seor..., y no venir para nada de la boca del Seor.

    Cmo sabemos si estamos siendo guiados o engaados? La respuesta se ve claramente en los siguientes versculos:

    Los mandamientos de Jehov son rectos, que alegran el corazn; el precepto de jehov es puro, que alumbra los ojos. El temor de jehov es limpio, que permanece para siempre; los juicios de jehov son verdad, todos justos. Deseables son ms que el oro, y ms que mucho oro afinado; y dulces ms que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es adems amonestado con ellos; en guardarlos hay grande galardn.

    Salmo 19.8-11

    Cuando tememos al Seor seremos guardados puros y limpios, y estaremos correctamente capacitados, enseados y amonestados por su palabra. El motivo por el cual dos personas pueden leer la misma Biblia y uno caer en el camino del engao mientras que el otro es guiado en los caminos del Seor es, simplemente, porque difieren en su temor al Seor.

    Si teme a Dios obedecer las amonestaciones de su Palabra. Mientras lee, clame desde lo profundo de su corazn igual que el salmista: Instruyeme, Seor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazn para temer tu nombre (Salmo 86.11, NVI). 1

    1. Tedd Haggard, Handling False Prophesy, Ministries Today, septiembre/octubre, 1998, p.29.

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  • Cunto ms pronto reconozcamos lo real, menos vulnerables seremos a lo falso.

    El ministerio proftico verdadero .I

    Para identificar adecuadamente lo falso primero debemos bosquejar lo real. Un documental reciente en una de las mayores cadenas de televisin ejemplific esto. El equipo de noticias recibi el reporte de que cierta cadena de joyeras estaba vendiendo piedras fabricadas, como si fueran preciosas, es decir, reales. Estas tiendas haban estado en el negocio por aos, y una veintena de hombres y mujeres haban comprado lo que ellos crean eran piedras preciosas. Esos clientes no solo haban comprado piedras para ellos mismos, sino que tambin haban compartido sus tesoros con otros.

    Nadie cuestion la autenticidad de las piedras hasta que individuos expertos sealaron que eran fabricadas. Los equipos de noticias fueron a las tiendas con cmaras ocultas y, luego de varias semanas de investigacin, expusieron el fraude.

    Cmo engaaron estos joyeros a tantas personas? La respuesta

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  • As dice el Seor?

    es simple. Lo falso se pareca mucho a lo real. No se perciba la diferencia a no ser que se tuviera un ojo adiestrado. Observ cmo un experto le ense a la periodista de televisin a identificar el engao. Primero estableci el criterio de autenticidad. Le mostr cmo se vea una piedra preciosa real, bajo el escrutinio de un vidrio de aumento de alto poder. Luego le explic qu buscar en la piedra falsa. Sin este adiestramiento, ella hubiera sido fcilmente engaada por falta de conocimiento.

    Estos mismos principios se aplican para identificar si la profeca es falsa o verdadera. Cuanto ms rpido reconozcamos lo real, menos vulnerables seremos a lo falso. Si nunca he visto un zafiro o una esmeralda real, puedo ser engaado fcilmente. Usted podra mostrarme una piedra verde y decirme que es un zafiro; yo no conocera que los zafiros en realidad son azules, as que no tendra razn para dudar. Usted hasta podra darme libros bosquejando las caractersticas de los zafiros verdes para llevar ms lejos el engao. En poco tiempo, yo sera resistente a las caractersticas de los reales. Esto explica cmo muchos son engaados por las sectas.

    A la inversa, si s que los zafiros son azules, inmediatamente rechazara los de otro color. Cualquiera que fuera falso, por lo menos tendra que parecerse a un zafiro. Aun as, yo podra caer presa de cualquier joyero astuto con una buena imitacin, como muchas de las que fueron extradas de las joyeras en el documental de televisin. Pero, qu sucedera si yo estuviera adiestrado? Entonces sera casi imposible engaarme, aun con la mejor imitacin.

    Nos fue dicho: Toda la Escritura es inspirada por Dios y til para ensear, para reprender, para corregir y para instruir en justicia (2 Timoteo 3.16, NVI). Encontramos nuestro adiestramiento y guas necesarios en la Palabra de Dios. Cuanto ms diestros nos convertimos en las Escrituras, ms evidente y clara es la delineacin entre lo verdadero y lo falso, lo correcto y lo incorrecto. La Palabra es nuestra salvaguarda contra el engao.

    Con mucha frecuencia somos como los clientes de esas joyeras, quienes gastaron su dinero en costosas imitaciones. Poseemos solo un conocimiento superficial de lo genuino. Carecemos de la sabidura para separar lo precioso de lo que no tiene valor. Los ojos sin adiestramiento pueden fcilmente confundir la imitacin con lo autntico. Una profeca falsa con frecuencia parece real por comenzar con

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  • un As dice el Seor..., seguida por la compasin por las heridas pasadas y el pronunciamiento de las bendiciones por venir; entonces usted est atrapado.

    El ministerio proftico verdadero . I

    Definicin de profetaLa primera mencin de la palabra profeta en las Escrituras es una referencia a Abraham encontrada en Gnesis 20.7. Dios advirti a Abime- lec: Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta. Cuando pensamos en Abraham, la primera descripcin que nos viene a la mente no es la de un profeta. No pensamos de l como tal porque no lo vemos prediciendo eventos futuros, pero Dios lo vio como uno de ellos. Esto expone un concepto errneo o limitacin que tenemos sobre los profetas. Dejemos que las Escrituras nos den la verdadera descripcin de un profeta.

    En referencia a Abraham, la palabra hebrea para profeta es nabi'. Esta es la palabra ms comn utilizada para los profetas en el Antiguo Testamento; aparece ms de 300 veces. Cuando un autor introduce un trmino usualmente lo define. (Si no lo hace la primera vez, entonces lo hace poco despus.) En este caso, no es dada una definicin clara de profeta la primera vez que Dios, el autor de las Escrituras, la usa. Pero aprendemos ms de su significado en las siguientes apariciones.

    La segunda mencin de nabi' en las Escrituras nos da una visin general de su significado. En xodo 7.1 leemos:

    Jehov dijo a Moiss: Mira, yo te he constituido dios para Faran, y tu hermano Aarn ser tu profeta.

    La escena es inmediatamente despus de que Moiss comparti su falta de habilidad para hablar claramente y afirmar que no poda aparecer ante Faran como el portavoz de Dios (xodo 4.10-16). Aunque esto disgust a Dios, nombr a Aarn (el hermano mayor de Moiss) como el representante de Moiss. l explic:

    Y l hablar por ti al pueblo; l te ser a ti en lugar de boca, y t sers para l en lugar de Dios.

    xodo 4.16, nfasis aadido.

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  • A s dice el Seor?

    Podemos obtener de estos dos pasajes la definicin global de profeta. Moiss tena el mensaje, pero Aarn era la voz. Dios dijo que Aarn sera el portavoz o profeta para Moiss. La definicin se encuentra en sus funciones: un profeta es aqul que habla por otro, o uno que presta su voz a otro. El concepto de profeta como que predice el futuro es errneo.

    La definicin bsica de nabi' es apoyada nuevamente en su primera aparicin en referencia a Jess. Dios prometi a Moiss que, para su pueblo, Profeta les levantar de en medio de sus hermanos, como t; y pondr mis palabras en su boca, y l les hablar todo lo que yo le mandare. (Deuteronomio 18.18). Esto, por supuesto, se refiere a Jess. Hebreos 1.1,2 reitera la funcin del profeta diciendo: Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros das nos ha hablado por el hijo. Nuevamente, el nfasis est en ser un representante o portavoz y no en predecir eventos.

    Jess mismo confirm esto: Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envi, l me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar (Juan 12.49). La definicin ms clara de profeta es: Uno que habla por otro. Esto podra incluir predecir el futuro, pero esta lejos del verdadero nfasis de profeta.

    Los profetas del Nuevo TestamentoPara definir a un profeta un poco ms debemos examinar lo que el Nuevo Testamento tiene para decir. Las Escrituras registran que cuando Jess resucit de la muerte, l estableci dones u oficios con el propsito de construir y fortalecer a su iglesia:

    Y l mismo constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

    Efesios 4.11-13

    Note que Jess es el que nombra estos oficios. Una persona no elige ocuparlos. Es el llamado de Dios y debe venir a travs de su

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  • El ministerio proftico verdadero -1

    nombramiento. Trataremos esto en gran detalle en el captulo 11.Fjese que estos oficios no son dados hasta que el Cuerpo de Cris

    to llega a la unidad de la fe y del conocimiento de Jesucristo. Esto todava tiene que suceder y no concluye con el paso de los apstoles y profetas que aparecen en el Nuevo Testamento. Por lo tanto, el oficio de profeta todava est vigente y es muy necesario.

    Aunque muchos estaran de acuerdo con esto, es importante enfatizar que los apstoles o profetas actuales ya no escriben o agregan algo a las Escrituras. El libro de Apocalipsis nos advierte que si alguno agrega algo a las palabras de las Escrituras, Dios traer plagas sobre su vida. Y si alguien saca algo de las palabras de la Biblia, Dios quitar su parte del libro de la vida (Apocalipsis 22.18,19). Por lo tanto, cualquier cosa hablada ahora no debe contradecir en ninguna forma lo establecido en las Escrituras. Tal como Pablo dijo: Si alguno os predica diferente evangelio del que habis recibido, sea anatema (Glatas 1.9).

    Por otro lado, Pedro nos exhorta: Te sientes llamado a predicar? Predica entonces como si Dios mismo hablara a travs de ti (1Pedro 4.11, BD). Un profeta es el que tiene un mensaje de Dios para su iglesia. Como ilustracin, mire a los mensajeros de un rey. Un monarca se comunica directamente con su pueblo a travs de sus mensajeros designados. Es importante que los emisarios comuniquen en forma apropiada no solo las palabras del rey, sino tambin su corazn. El mensajero debe comunicar el mensaje como si el mismo rey lo estuviera haciendo.

    Aunque el mensaje del profeta no debe contradecir las Escrituras, a veces puede traer uno que no est confirmado por un captulo y versculo. Este mensaje puede ser una palabra genuina de Dios. Un buen ejemplo de esto es la palabra que Agabo dio a la iglesia en Antio- qua acerca de la gran hambre que vendra sobre la tierra (Hechos 11.27,28), o su advertencia a Pablo de que lo ataran y lo entregaran en las manos de los gentiles (Hechos 21.10,11). Es en estas reas donde el engao entra fcilmente en escena. Un falso profeta puede dar un mensaje individual o colectivo cuya autenticidad no pueda ser confirmada o supuesta por las Escrituras. Con frecuencia, este mensaje viene de su propia inspiracin o de espritus familiares. Si no son confrontados, estos mensajes o palabras profticas pueden corromper al pueblo de Dios y hacerlos intiles (Jeremas 23.16). La corrupcin

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  • A s dice el Seor?

    o contaminacin ser explicada en detalle en el captulo 5. Es mi oracin que la verdad en este libro pueda advertirle, protegerlo o librarlo de esta clase de corrupcin o contaminacin.

    Examinemos lo que las Escrituras revelan acerca del ministerio proftico de estos postreros das.

    Elias el profeta

    He aqu, yo os envo el profeta Elias, antes que venga el da de Jeho- v, grande y terrible. El har volver el corazn de los padres hada los hijos, y el corazn de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldicin.

    Malaquas 4.5,6

    La segunda venida de Cristo es el gran da de la ira del Seor. Jess dijo que en ese da lamentarn todas las tribus de la tierra, y vern al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria (Mateo 24.30). Ser un da terrible para aquellos que no lo aman y obedecen. Juan, el apstol, recibi una visin de ese da y describi cmo ellos se escondieron en las cuevas y entre las peas de los montes; y decan a los montes y a las peas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que est sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran da de su ira ha llegado; y quin podr sostenerse en pie? (Apocalipsis 6.15-17).

    Antes que este da llegue, Dios enviara a Elias el profeta. Este Elias que va a venir no es el Elias de 1 y 2 Reyes, volviendo a la tierra. El texto no se est refiriendo a un hombre histrico ni est limitado meramente a un hombre. Ms bien esto describe el verdadero significado de Elias. Para explicarlo, la palabra Elias viene de dos palabras hebreas: el y Yahh. El significa fortaleza o poder y Yahh es el nombre sagrado del verdadero Dios, Jehov. Al unirlas tenemos el poder o fortaleza de Jehov, el Dios verdadero. As que lo que Malaquas estaba diciendo es que antes del da del Seor, Dios enviara un ministerio proftico en la fortaleza y poder del nico y verdadero Dios.

    Previo a la primera venida de Jess, el ngel Gabriel se le apareci a Zacaras, el padre de Juan el Bautista, y describi el llamado que haba sobre la vida de su hijo:

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  • El ministerio proftico verdadero - 1

    Y har que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Seor Dios de ellos. E ir delante de l con el espritu y el poder de Elas, para hacer volver os corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Seor un pueblo bien dispuesto.

    Lucas 1.16,17

    Juan era un profeta enviado en el espritu y el poder de Elias para preparar el camino del Seor, precediendo la primera venida de Jess. El significado de su mensaje y ministerio era hacer volver a Dios el corazn de los hijos de Israel. Al hacer esto, sus lderes ya no se serviran ms a s mismos sino al pueblo, y los desobedientes volveran a la sumisin a la Palabra y los caminos de Dios.

    El mensaje de Juan puede resumirse en una declaracin: Arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 3.2). Arrepentirse significa un cambio de mente y corazn, no una simple accin. Las acciones de los hijos de Israel con frecuencia eran espirituales o religiosas, mientras que sus corazones se alejaban de Dios. Miles asistan a la sinagoga todo el tiempo, sin darse cuenta de la verdadera condicin de sus corazones. Confiaban en el hecho de que eran descendientes del pueblo del pacto con Dios. Estaban confiados de su salvacin y crean que estaban en buena relacin con Dios. Pero estaban engaados!

    En su misericordia, Dios levant un profeta, Juan, para exponer la verdadera condicin de sus corazones al proclamar la palabra del Seor. Juan se diriga a las multitudes que iban a bautizarse, ms o menos en estos trminos: Hijos de vboras! Creen que bautizndose van a escapar de la ira venidera? No! Primero vayan y demuestren en la prctica que se han arrepentido de veras. Y no crean que se van a salvar porque son descendientes de Abraham. Eso no basta. Aun de estas piedras puede Dios hacerle descendientes a Abraham! (Lucas 3.7,8, BD).

    Es interesante notar que este fue su mensaje a las multitudes que haban viajado horas por el abrasador desierto para escuchar su predicacin y ser bautizados por l. Estos no eran ciudadanos satisfechos, quienes se burlaron de l y rechazaron las molestias de un viaje difcil a travs del desierto para escucharlo. Juan no estaba interesado en ser popular. No adul a los que haban ido a sus reuniones;

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  • A s dice el Seor?

    l arda de pasin por ser fiel para declarar lo que Dios le haba dicho. Era un profeta en el verdadero sentido. Esto es muy diferente de lo que experimentamos en el ministerio hoy da.

    La uncin de Elias en la actualidadJuan el Bautista cumpli las profecas de Elias (hay otras como las de Isaas 40.3,4; Malaquas 3.1) precediendo a la primera venida de Jess. Sin embargo, Malaquas profetiz que esa uncin sera enviada precediendo al gran y terrible da del Seor, su segunda venida. Esto significa que hay dos clases diferentes de cumplimientos de la profeca. Jess habl de esos dos cumplimientos a tres de sus discpulos.

    Jess llev a Pedro, Jacobo y Juan a un monte alto. All se transfigur delante de ellos. Su rostro resplandeci como el sol y sus vestiduras se hicieron blancas y radiantes. Moiss y Elias aparecieron y conversaron con Jess. Mientras l estaba hablando, una nube de luz los cubri y Dios habl, diciendo: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a l od. El temor de Dios abrum a los discpulos y cayeron sobre sus rostros. Cuando miraron, estaban solos con Jess.

    Ahora era muy claro para ellos que Jess era el Mesas tan esperado. Sin embargo, esto los confundi. Ellos haban escuchado a los escribas ensear, del libro de Malaquas, que Elias vendra antes de que el Seor lo hiciera. Le preguntaron a Jess acerca de esto, y su respuesta fue:

    A la verdad, Elias viene primero, y restaurar todas las cosas.Mas os digo que Elas ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con l todo lo que quisieron; asi tambin el Hijo del Hombre padecer de ellos. Entonces los discpulos comprendieron que les haba hablado de Juan el Bautista.

    Mateo 17.11-13

    Jess habl de dos Elias separados. Primero del Elias que est viniendo (tiempo futuro). Esto podra no haber sido una referencia a Juan, ya que a esta altura haba sido decapitado (Mateo 14.1-12). Luego Jess habl del Elias que ya haba venido (tiempo pasado), al cual, claramente, l identific como Juan el Bautista.

    Precediendo al retorno de Jess, Dios nuevamente levantar un profeta ungido. Sin embargo, esta vez el manto no descansar sobre

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  • El ministerio proftico verdadero - 1

    un solo hombre, sino colectivamente sobre un grupo de profetas (Efesios 4.7-11; Apocalipsis 22.8,9). Estos profetas Elias proclamarn un mensaje similar al de Juan el Bautista, porque l ser el tipo y precursor de estos profetas de los ltimos das. Ellos buscarn a las ovejas perdidas o engaadas en la Iglesia, as como tambin harn volver a aquellos que se han ido ofendidos.

    Muchos de los engaados aun ahora asisten a la iglesia y sienten que estn listos para el regreso de Jess. Igual que las multitudes en los tiempos de Juan el Bautista, se conforman asistiendo a sus iglesias, con la habilidad de hablar en lenguas o la fluidez de otros dones. Se sienten seguros de que Dios est obligado a aceptarlos porque un da oraron la oracin del pecador, aunque todava no se han sometido al seoro de Jess. Solo obedecen cuando es conveniente o no entra en conflicto con su agenda. Si la obediencia al Maestro interfiere con sus placeres, en forma despreocupada ignoran su liderazgo, clamando la gracia de Dios. Pueden creer que estn justificados, pero, lo estn? Podran ser la Iglesia tibia que Jess confronta en Apocalipsis, quien encuentra la confianza en una falsa gracia? (Apocalipsis 3.14- 22). Desafortunadamente, esta condicin se propaga mucho ms por los falsos profetas y maestros, quienes les dicen que estn en la relacin correcta con Dios.

    Los mensajes tibios han producido una multitud de convertidos durante las ltimas dcadas. Pero hay muchos quienes verdaderamente aman y temen a Dios, aunque pueden haber crecido un poco dbiles. Parecen ser la minora y no pueden entender dnde est la verdadera palabra del Seor, que penetrar el corazn de la Iglesia y nuevamente la har ntegra. El mensaje de estos profetas Elias fortalecern a aquellos que han perseverado en obediencia en una iglesia afligida. Sus palabras traern nuevamente claridad a los propsitos de Dios para los tiempos finales de la Iglesia.

    En el prximo captulo examinaremos ms de cerca el mensaje de un verdadero profeta, y por qu es tan desesperadamente necesitado hoy da.

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  • Decirle a la gente lo que quiere or a expensas de lo que necesita or,

    debilita a la Iglesia.

    4El ministerio proftico verdadero - II

    En el captulo anterior establecimos, a travs de las Escrituras, que un profeta es un portavoz del Seor Jess. Tambin aprendimos acerca de la funcin de la profeca en los tiempos finales.He aqu, yo os envo al profeta Elias, antes que venga el da de

    Jehov, grande y terrible. l har volver el corazn...Malaquas 4.5,6

    Juan el Bautista cumpli la profeca de Elias para sus tiempos y anunci el tipo de uncin proftica que vendra precediendo la segunda venida de Jess. El propsito de Juan era despertar a la oveja perdida de la casa de Israel, para prepararlos para la primera venida de Jess. No haba sido enviado a los paganos. El ngel Gabriel

    4 1

  • A s dice el Seor?

    describi el enfoque de su ministerio:

    Y har que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Seor Dios de ellos.

    Lucas 1.16

    Esto corresponde con la descripcin de la profeca en Malaquas: hacer volver los corazones a los caminos y la sabidura de Dios. Hay un hilo comn que corre a travs del mensaje en casi cada profeta en la Biblia. Representa el corazn del llamado de ellos. Su nfasis puede resumirse en: Vulvanse al Seor con todo su corazn! Aunque dicho en diferentes tonos, lugares y niveles de intensidad, cada profeta arda con la pasin de ver al pueblo de Dios restaurado para caminar en los caminos de l. Examinemos un muestreo de sus palabras, las que confirman ese hilo comn.

    MoissY te convirtiereis a Jehov tu Dios, y obedeciereis a su voz

    conforme a todo lo que yo te mando hoy, t y tus hijos, con todo tu corazn y con toda tu alma.

    Deuteronomio 30.2

    La misin completa de Moiss era llamar y liberar al pueblo de Dios de la esclavitud egipcia, para que pudieran experimentar la revelacin de su Dios y servirle.

    SamuelHabl Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vues

    tro corazn os volvis a Jehov, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazn a Jehov, y slo a l servid, y os librar de la mano de los filisteos.

    1 Samuel 7.3Isaas

    Vulvete a m, porque yo te redim.Isaas 44.22

    Jeremas, antes de la cautividadSi te volvieres, oh Israel, dice Jehov, vulvete a m. Y si quita

    res de delante de m tus abominaciones, y no anduvieres de ac para all.

    Jeremas 4.1

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  • El ministerio proftico verdadero - II

    Despus de la cautividad:Escudriemos nuestros caminos, y busquemos, y volvmonos a

    Jehov.Lamentaciones 3.40

    EzequielPor tanto, di a la casa de Israel: Convertios, y volveos de vues

    tros dolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.Ezequiel 14.6

    OseasVenid y volvamos a Jehov.

    Oseas 6.1

    ]oelPor eso pues, ahora, dice Jehov, convertos a m con todo vues

    tro corazn.Joel 2.12

    AmosPero as dice Jehov a la casa de Israel: Buscadme, y viviris.

    Ams 5.4

    ZacarasDiles, pues: As ha dicho Jehov de los ejrcitos: Volveos a m,

    dice Jehov de los ejrcitos, y yo me volver a vosotros, ha dicho Jehov de los ejrcitos.

    Zacaras 1.3Malaquas

    Desde los das de vuestros padres os habis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a m, y yo me volver a vosotros, ha dicho Jehov de los ejrcitos.

    Malaquas 3.7

    Todos los otros profetasJehov amonest entonces a Israel y a Jud por medio de todos

    los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescrib a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.

    2 Reyes 17.13

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  • Asi dice el Seor?

    La idea clave de estos siervos era declarar el corazn de Dios a su pueblo punzando sus corazones para que ellos pudieran volver a Dios. Note que ese era el propsito de todos sus profetas enviados a Israel y Jud. Para cumplir esto tal vez hablaron de cosas por venir, o dieron alguna palabra personal a un individuo. Sin embargo, esto era un componente menor de su ministerio, lo cual ayudaba a realizar el mayor. Con mucha frecuencia somos engaados o llevados por mal camino por agrandar lo que Dios minimiza, mientras minimizamos lo que Dios magnifica.

    Pareciera ser que el nfasis del ministerio proftico actual est enfocado en lo menor, el dar profecas personales y predicciones sobre el futuro. Hemos extrado nuestra definicin de profeta de pasajes limitados y especficos, en lugar de dar un paso atrs para capturar el panorama total. Una perspectiva errnea de profeta ha dejado a la iglesia vulnerable al engao. Lo falso o incompleto se convierte en algo ms fcil de abrazar que lo real.

    Mientras viajo por los Estados Unidos y el extranjero, mi corazn se aflige al escuchar a numerosos pastores y creyentes tratar a aquellos que estn en el ministerio proftico como adivinos. He tenido lderes preguntndome justo antes de que yo ministrara: Est pensando darle alguna palabra a la gente despus del servicio? Por su tono, s que estn deseando que mi respuesta sea s. Aluden a que otros conferencistas se han movido en la profeca, la gente lo disfrut, y quieren que, de alguna forma, actu en forma similar. Ellos ofrecen tener casetes individuales para grabar las palabras para sus miembros.

    Debajo de esta actitud hay una suposicin de que yo puedo prender y apagar la uncin proftica, segn me plazca. Citan pasajes de las Escrituras de que el espritu de los profetas est sujeto a los profetas (1 Corintios 14.31). Significa eso que los profetas ya no estn sujetos al Espritu Santo? El mensajero no determina lo que habla; l es solo un siervo o portavoz. Mi Biblia dice que el don de profeca opera como l [el Espritu] quiere (1 Corintios 12.11).

    Un pastor se quej luego de que tuve los servicios de dos domingos seguidos: No s cuanta gente vendr maana, ya que usted no ha dado ninguna profeca personal. Se ha reducido al Espritu Santo a un adivino, quien acta para mantener a la multitud? Justamente haba sucedido que en esos servicios Dios me haba dicho que

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  • EL ministerio proftico verdadero - Il

    hiciera frente a la insubordinacin. No era un mensaje cmodo de entregar o de soportar. El pastor senta la tensin y el conflicto, y estaba incmodo. l se senta mucho ms cmodo con el ministerio proftico que daba palabras de nimo a todo el mundo.

    A los dos aos del mensaje que Dios me haba dicho que entregara sobre la insubordinacin, uno de sus pastores asociados, quien era considerado profeta, dividi la iglesia y se fue con muchos otros miembros para comenzar una nueva obra cerca, en la misma ciudad. Este pastor asociado haba recibido toda clase de palabras positivas de parte de profetas que haban visitado la iglesia, y de profetas en conferencias fuera de la iglesia. Pero l tena un corazn como el de Absaln, el hijo de David que se rebel contra l. Rompi la relacin con su pastor, a quien criticaba abiertamente. Regres a esa iglesia unos pocos aos despus y ministr al pastor, pero me apena decir que el dao ya haba sido hecho.

    Decirle a la gente lo que quiere or, a expensas de lo que necesita or, debilita a la iglesia. Esto lleva a que la gente busque los dones y las manifestaciones, siendo negligentes en su bsqueda del carcter de Dios.

    El ministerio proftico que Dios est levantando en estos ltimos das ser como el de Juan el Bautista. Sus ministerios anunciarn los mismos llamados y advertencias que l. Estos profetas exigirn cambios; su misin principal ser volver los corazones del pueblo de Dios nuevamente a su Padre. El mensaje estar acompaado de una fuerte conviccin. Con frecuencia las palabras no parecern agradables. Su predicacin golpear las reas endurecidas de nuestros corazones como un martillo rompiendo una roca. Mandarn, reprendern, corregirn y exhortarn con toda autoridad, pero todo eso fluir de un corazn lleno de amor por Dios y por su pueblo.

    Sus palabras cortarn directamente al corazn, actuando como una espada que penetra a travs del alma, para que los motivos del corazn puedan ser revelados. Aquellos que posean corazones llenos de ganancias y codicia arremetern contra sus palabras. Aquellos que aman la verdad encontrarn sus corazones ardiendo con la misma pasin.

    Estos profetas no buscaran las alabanzas o recompensas de los hombres. Solo desearn manejar fielmente la verdad que hace libres a los hombres. No sern comprados porque ya conocen al que los

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  • A s dice el Seor?

    recompensa. El poder, la popularidad o el dinero no influenciarn en sus palabras.

    Ellos son los profetas Elias, quienes hablarn con orculos de Dios. Ardiendo con fuego santo, sus palabras actuarn como hbiles misiles dirigidos, que tienen como blanco el corazn de los hombres. Sus estilos e intensidades pueden diferir, pero seguirn las mismas rdenes.

    He estado sentado bajo tales ministerios; algunos proclamando en alta voz mientras que otros hablaban en tonos suaves. Algunos me hicieron rer, aunque estaba constantemente consciente de la conviccin que me mantena fijo a mi asiento. Con frecuencia tembl, pero todo el tiempo mi corazn anhelaba a Jess. El comn denominador era que sus palabras eran como flechas que daban en el blanco, mi corazn. Luego del servicio no poda esperar hasta estar a solas y buscar al Seor del mensaje. Haba escuchado un llamado a la santidad en una nueva y fresca forma.

    As dice el Seor...Equivocadamente, hemos limitado al profeta a uno que da profecas, palabras de ciencia y sabidura, empaquetados a la forma en que los crculos carismticos acostumbran a orlos. Por el contrario, es muy posible que un profeta entre a un servicio y nunca diga un As dice el Seor... y, aun as, todo su mensaje sea con palabras profticas de ciencia y conocimiento. Con frecuencia no discernimos lo suficiente para reconocer la profeca si no nos es entregada con unos pocos As dice el Seor o rimas asociadas. Dependemos de declaraciones como: Escuch al Seor diciendo..., o El Espritu de Dios dice... para estar seguros de que es l quien habla.

    Sin embargo, no hay ningn registro de Juan el Bautista, diciendo: As dijo el Seor..., y parece que se olvid de dar profecas de nimo personal junto con sus discursos pblicos. Tambin fue negligente en familiarizarse con el estilo para hablar en pblico de los fariseos. l dio palabras profticas a dos grupos: a los recolectores de impuestos: No exijis ms de lo que os est ordenado, y a los soldados: No hagis extorsin a nadie, ni calumniis; y contentaos con vuestro salario. Qu clamor tan diferente al actual! En nuestras reuniones escuchamos palabras como: As dijo el Seor: estoy trayndote un esposo, y l tendr dinero en una mano y ministerio en la otra.

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  • O: Dios no quiere que trabajes... l va a tener gente que d dinero para ti! No, estas no son ilustraciones ficticias. Son palabras reales dadas en reuniones a individuos que yo conozco personalmente.

    Estas palabras pueden haber sido atractivas a los individuos, pero, son escriturales? Fortalecen su caminar con Dios? O hace, que vuelvan su enfoque sobre ellos mismos?

    Juan el Bautista no dio ninguna profeca personal agradable que tuviera a modo de prlogo: As dijo el Seor... De hecho, bajo las definiciones actuales, la iglesia hubiera tenido un tiempo difcil ubicando a Juan en un oficio ministerial. (Los fariseos acostumbraban a poner a la gente en categoras.) Posiblemente podra haber pasado como un evangelista, pero nunca como un profeta. Al limitar el oficio proftico a lo que tpicamente experimentamos en la iglesia actual o a la funcin menor de predecir eventos futuros o dar palabras personales, fcilmente nos perderemos lo que Dios traer a travs de sus profetas Elas.

    Profeta del Antiguo o del Nuevo Testamento?Estn aquellos que pueden decir: Juan el Bautista era un profeta del Antiguo Testamento. Su ministerio no se aplica a nosotros actualmente. Si ese es el caso, entonces, por qu Dios no agreg el libro cuarenta en el Antiguo Testamento y lo llam Juan el Bautista? Observe lo que el Evangelio de Marcos tiene para decir:

    Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Como est escrito en Isaas el profeta: He aqu yo envo mi mensajero...

    Marcos 1.1,2

    El mensajero era Juan el Bautista. Su ministerio est claramente definido como el comienzo del evangelio de Jess. Se lo encuentra en los cuatro Evangelios. Ms adelante Jess lo deja absolutamente claro, al decir: La ley y los profetas eran hasta Juan (Lucas 16.16).

    Note que Jess no dijo: La ley y los profetas eran hasta m. Nuevamente, en Mateo 11.12,13, Jess dice: Desde los das de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. Fjese que Jess da referencia a que el lugar de comienzo del Reino de los Cielos se relaciona con el ministerio de Juan.

    El ministerio proftico verdadero - II

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  • A s dice el Seor?

    Usted puede preguntar: Cmo escribe usted que el ministerio proftico de los ltimos das tendr como patrn al de Juan el Bautista? Yo pensaba que la profeca del Nuevo Testamento era para edificacin, exhortacin y consolacin (1 Corintios 14.3,4).

    En respuesta, retornemos a las Escrituras y veamos lo que dice Dios acerca de la profeca de Juan.

    En el Evangelio de Lucas encontramos el mayor detalle de la profeca de Juan. l se dirigi a las multitudes que haban ido para escuchar y ser bautizados, como: Hijos de vboras! Creen que bautizndose van a escapar de la ira venidera? (Lucas 3.7, BD) Entonces les advirti que si no daban frutos dignos de arrepentimiento seran cortados y echados al fuego. Por eso dijo que Jess estaba viniendo con su aventador en su mano, y que limpiara su era, la cual representa a la casa de Israel (Lucas 3.17) Llamara usted edificantes a estas palabras profticas? Exhortan o traen consuelo? La mayora respondera: De ninguna manera! Pero mire como Dios las juzga:

    Con estas y muchas otras exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.

    Lucas 3.18, nfasis agregado

    Dios categoriza las profecas o predicaciones de Juan como exhortaciones. Esto no es lo que hoy da llamaramos predicacin exhortativa. Isaas tambin describe las profecas de Juan, pero no las llama exhortativas; en lugar de eso se refiere a ellas como consolacin! l escribi:

    Consolaos, consolaos, pueblo mo, dice vuestro Dios. Hablad al corazn de Jerusaln, decidle a voces...Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehov; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

    Isaas 40.1-3

    Piensa que es posible que hayamos tenido un concepto deformado de edificacin, exhortacin y consolacin? Si necesita ms confirmacin, mire el mensaje proftico de Jess a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3! l le advirti a una iglesia que si no se arrepenta la vomitara de su boca (Apocalipsis 3.16). Cuntos consideraran esta profeca como consolacin?

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  • El ministerio proftico verdadero - II

    l describe otra iglesia: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y ests muerto (Apocalipsis 3.1). Cuntos encontraran edificantes estas palabras? l continua diciendo: Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios ... Pues si no velas, vendr sobre ti como ladrn (Apocalipsis 3.2,3). Concuerdan las palabras de Jess con nuestra perspectiva actual del ministerio proftico?

    A otra iglesia le dijo: Recuerda, por tanto, de dnde has cado, y arrepintete, y haz las primeras obras; pues si no, vendr pronto a ti, y quitar tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido (Apocalipsis 2.5). El candelero representa a la iglesia. Quitarlo de su lugar significa removerlo de su presencia. Si ellos no se arrepentan, podran seguir teniendo sus servicios, reuniones de oracin, conferencias profticas, y mucho ms, pero su santa presencia se habra ido.

    Luego de haber alabado otras dos iglesias por sus servicios, rpidamente advierte a una: Pero tengo unas pocas cosas contra ti (Apocalipsis 2.14), luego procede a corregirlos. A la otra iglesia tambin le dice: Pero tengo unas pocas cosas contra ti (Apocalipsis 2.20) y los corrige.

    Estas son cinco de las siete profecas dadas a siete iglesias. Estos mensajes no eran solo histricos sino que tienen aplicacin a la Iglesia antes de la venida del Seor Jesucristo. Muy poco de lo que sucede en nuestras conferencias profticas, reuniones o servicios actualmente se correlaciona con los patrones de profeca de Jess o de Juan el Bautista. Podra ser que seguimos otro modelo? Hemos llegado a ser como los profetas en los das de Jeremas y Ezequiel, que profetizaban paz y prosperidad, mientras Dios procuraba llamar a su pueblo a que se volvieran hacia su corazn?

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  • da verdadera palabra proftica de Dios nos edificar y fortalecer para permanecer contra las tormentas de la vida.

    La profeca o enseanza falsa tambin edificar vidas, pero lo har sobre una base insegura.

    Corrupcin proftica

    Hace unos pocos aos atrs, mientras preguntaba: Seor, cul es tu palabra para la iglesia? Inmediatamente escuch al Espritu Santo decir: Jeremas 23.11. No estaba muy seguro del contenido de ese pasaje, as que lo busqu:Porque tanto el profeta como el sacerdote son impos; aun en mi

    casa hall su maldad, dice ]ehov.

    Estaba confundido mientras meditaba esto durante un momento, pero debo admitir, con algo de vergenza, que no fui ms all con mis preguntas al Seor sobre su mensaje especfico en este versculo. Como no lo entenda, pens que tal vez no lo haba escuchado de

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  • A s dice el Seor?

    Dios. As que lo dej y segu con otros temas que inmediatamente me llevaron a la oracin.

    Aproximadamente un mes despus, nuevamente, mientras estaba en oracin, le pregunt lo mismo al Seor. Nuevamente escuch: Jeremas 23.11. Aunque no haba olvidado lo sucedido un mes antes, no reconoc la cita bblica. Cuando nuevamente fui al pasaje, estaba sorprendido de ver que era el mismo que me haba dado un mes antes. Como era la segunda vez, prest ms atencin. Le el captulo entero y estudi algunas de las palabras hebreas de ese versculo en particular, pero nuevamente fall en buscar diligentemente el consejo del Seor en esto. No esper para encontrar exactamente cul era su mensaje.

    Las semanas pasaron, y nuevamente, mientras estaba en oracin, escuch al Espritu del Seor decir: Lee Jeremas 23.11. Esta vez reconoc la referencia. Pens, mientras lo buscaba: Creo que es el mismo versculo. Tembl mientras lea las palabras. Desde ese momento en adelante comenc a buscar a Dios diligentemente para saber qu quera comunicarnos a travs de sus palabras profticas.

    Profetas y sacerdotes imposMe di cuenta de que todo el captulo 23 de Jeremas trata del ministerio proftico falso. Aunque Jeremas estaba dirigindose a Israel, sus palabras tienen una advertencia proftica tambin para nuestros das. Esto fue confirmado por sus palabras: Al final de los tiempos lo comprendern con claridad (Jeremas 23.20, NVI). Igual que lo vimos con las profecas de Elias, este es otro ejemplo de un pasaje que tiene ms de un cumplimiento.

    Jeremas comenz su mensaje con: A causa de los profetas mi corazn est quebrantado dentro de m... (v. 9). Los profetas a los que se refera no eran aquellos de los falsos dioses o dolos. No, estos eran los profetas de Israel, los mismos que hablaban en el nombre de Jehov. Eran bien conocidos y aceptados entre la asamblea de creyentes. Aun as Dios se lament: Aun en mi casa hall su maldad (v.ll). Esto provoc que el corazn de Jeremas se quebrara.

    Es diferente en la actualidad? No, los que tienen entendimiento de la verdadera profeca pueden relacionarse fcilmente con su afliccin. No son los falsos profetas y adivinos que leen las manos, tiran las cartas del Tarot, o hablan segn los astros, los que

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  • Corrupcin proftica

    afligen profundamente a los que estn hambrientos por ver a Dios glorificado. En cambio, son los que ministran en el nombre de Jess en nuestras iglesias y conferencias los que quiebran el corazn de los justos. Ellos estn afligidos porque, aunque el ministerio es hecho en el nombre de l, no lo es por su Espritu.

    Debemos preguntar: Qu vio Jeremas que lo afligi tan profundamente? La respuesta se encuentra en el pasaje de las Escrituras que el Seor me seal repetidamente: Porque tanto el profeta como el sacerdote son impos.

    Para entenderlo, debemos ver el lenguaje original y as comprender con mayor claridad el significado de impo. Es la palabra hebrea chaneph, y es definida como: impiedad, profano, contaminado o corrupto. Aparece catorce veces en el Antiguo Testamento y solo una vez es traducida como impo. Con mayor frecuencia es traducida como contaminado o corrupcin. Estas dos palabras describen mejor su significado.

    Contaminar o corromper algo es hacer, de lo que una vez fue puro, una mezcla enferma. Como ejemplo, 20 litros de agua pura son buenos para tomar, cocinar o baarse. Pero si le agrega 1 litro de cido clorhdrico, se convierte en inservible. Aunque la mayora del lquido el 95% todava es agua, no existe ni un vaso de la mezcla que sirva para ser consumida. La pequea cantidad de cido corrompi toda el agua. Los veinte litros de agua originales se han convertido en mortales para beber, txicos para cocinar y dainos para baarse en ellos. Es importante notar seriamente que el cido no se puede detectar a la vista, por lo que la mezcla todava parece ser agua pura.

    Jeremas dijo: Los profetas corren tras la maldad, y usan su poder para la injusticia (v.10; NVI). El poder o dones que Dios les haba dado estaba contaminado. Nuevamente, con frecuencia es difcil discernir la impureza de su don! Tambin le fue dicho al profeta Ezequiel que hablara en contra de muchos de los profetas del Seor. Sus palabras ayudan a clarificar la declaracin de Jeremas:

    Vino a m palabra de jehov, diciendo: Hijo de hombre, profetizacontra los profetas de Israel que profetizan...

    Ezequiel 13.1,2

    El mensaje de Dios a travs de Ezequiel era para los profetas de

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  • A s dice el Seor?

    Israel, no para los de Baal o alguna otra adoracin ocultista. Estos profetas profetizaban en el nombre del Seor. En la corriente proftica actual se estn dando muchas profecas. Estas palabras frecuentes cubren una amplia cantidad de temas. Pero, es todo esto verdaderamente inspirado por Dios? Encontramos que haba una mezcla en los das de Ezequiel y de Jeremas:

    ...Y di a los que profetizan de su propio corazn: Od palabra de Jehov.

    Ezequiel 13.2

    Dios explica que esos profetas profetizaban de su propio corazn. En mi Biblia New King James la palabra corazn tiene una referencia marcada en ella. La nota correspondiente en la columna central explica que la palabra tambin puede ser traducida como inspiracin. La Biblia de las Amricas transmite el pasaje de esta forma: Y di a los que profetizan por su propia inspiracin: "Escuchad la palabra del Seor" (itlicas aadidas). Entonces note que ellos estaban profetizando por inspiracin, pero de la suya propia. No era la inspiracin del Seor.

    Los peligros de la profeca contaminadaEste es solo uno de muchos ejemplos que podra darle, pero ilustra intensamente este principio. Sucedi unos pocos aos atrs, un domingo a la maana durante la primera de una serie de reuniones en una iglesia en la Costa Oeste.

    Era la primera vez que estaba en esa ciudad. Solo haba hablado dos veces, en forma breve, con el pastor; una vez por telfono y la otra cuando me recogi del aeropuerto. Me he puesto la regla de no hablar asuntos de la iglesia antes de ministrar. Lo hago para protegerme de no ser influenciado incorrectamente de una u otra forma. Esto hace que sea ms fcil permanecer sensitivo al Espritu de Dios. Lo hice tambin con este pastor y con su pastor asociado.

    Mientras me preparaba para el primer servicio plane hablar sobre la lnea de predicaciones que normalmente doy los domingos por la maana. Generalmente llamo la atencin a los perdidos en la iglesia aquellos que confiesan ser creyentes pero todava viven para ellos mismos. Pero esa maana, durante la adoracin, sent una inquietud en mi espritu. Sent algo fuera de lugar en el clima espiritual

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  • Corrupcin proftica

    de la iglesia. Lo reconoc corno un enfrentamiento del ministerio proftico falso o la adivinacin que ha influenciado sobre una iglesia. Sent que algo haba sido liberado contra esa iglesia.

    Repetidamente escuch al Seor decir: Ocpate del error.Ped direccin: Por dnde comienzo?Escuch al Seor decir: Comienza leyendo Ezequiel 13.Luego de ser presentado, inmediatamente ped a la congregacin

    que buscaran Ezequiel 13, y comenc a predicar sobre ese captulo. Plante el falso ministerio proftico que est extendindose en forma desenfrenada a travs de la Iglesia en la actualidad. Compart cmo esos profetas estn hablando bajo inspiracin, pero no la del Espritu Santo. Mientras predicaba, tome consciencia de que una fortaleza en el pensamiento de ellos estaba siendo confrontada. Tambin not que el liderazgo estaba escuchando atentamente.

    Despus del servicio fui a almorzar con el pastor y su esposa. Tan pronto como estuvimos solos, el pastor comparti:

    Necesitbamos mucho esto. No se imagina cun en el blanco dio esta maana.

    Le respond:Cunteme. No estoy acostumbrado a esta lnea de predicacin

    en un servicio del domingo por la maana.l cont en gran detalle:Tuvimos un profeta que vino a ministrar a nuestra iglesia, y el

    fruto fue devastador. Djeme contarle de una situacin que se dio con una pareja de nuestra iglesia.