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JOANES LEIZARRAGA VIDA Y OBRA

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JOANES LEIZARRAGAVIDA Y OBRA

© Edita: Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Navarra© Textos:

Fernando Pérez OlloXabier KintanaHenrike KnörrTxomin Peillen Karrikaburu

I.S.B.N. 976-84-96506-19-3D.L. NA 2.192/2007Imprime: Castuera. I.G.

UN VIAJE EN LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Uno de nuestros sueños aparentemente inalcanzables,la máquina del tiempo, se inventó en realidad la prime-ra vez que un ser humano se dirigió a otro con una pala-bra. A través del lenguaje podemos remontar las horas,los días, e incluso el curso de la historia si esas palabrasse transmiten mediante la letra escrita. Los libros tienen,entre otras, esa virtud: la de detener el tiempo, dejar im-presa en sus páginas la huella, la radiografía social y es-piritual de los hombres y mujeres de otros siglos y traer-la intacta hasta nosotros. Gracias a ellos nos resulta mássencillo saber en que creían, por qué guerreaban o anteque desarmaban sus corazones.

Y a veces no sólo se trata de lo que los libros noscuentan, sino del propio libro como objeto. Sobre todocuando ese libro es la edición original o un facsímil, co-mo este Iesus Christ Gure Iaunaren Testamentu Berria deJoa nes Leizarraga, de cuya edición “princeps” se conser-van apenas unos ejemplares. Caja Navarra adquirió unode ellos en 1995, en una animada subasta pública reali-zada en la prestigiosa casa Christie’s de Londres. Desdeentonces se acarició –con la suma y pausada delicadezaque exige tratar un libro como este, publicado en 1571–una idea que por fin hacemos realidad: editar un facsímil,es decir, una copia exacta del libro, que permita difundiry compartir esta joya bibliográfica.

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El autor, el pastor protestante Joanes de Leizarraga,supervisó la impresión de la edición original, y eso se tra-dujo en un libro que se distinguía de los que por enton-ces veían la luz por su cuidado, belleza y corrección, sinapenas erratas. El resultado de todo ese mimo, este IesusChrist Gure Iaunaren Testamentu Berria, es una edición tancuidadosa que invita a realizar uno de esos viajes en eltiempo antes mencionado, a ponerse en la piel de Leiza-rraga e imaginar cómo afrontó el auténtico reto que su-puso traducir por primera vez un texto al euskara (y porsi eso fuera poco que este fuera el Nuevo Testamento, locual le obligaba a ser altamente fiel y escrupuloso con lafuente original, sobre todo en una época en la que lasguerras de religión estaban al orden del día).

A Joanes de Leizarraga nacido en Beskoitze, un pe-queño pueblo de Lapurdi, le encomendó esa tarea Juanade Albret, reina de Navarra convertida al protestantismo,fe que se extendía por Europa adoptando algunas prácti-cas revolucionarias para la época, como traducir los tex-tos sagrados del latín a las lenguas vernáculas y hacerlosasí accesibles a todos. El labortano aceptó el encargo,aunque en la dedicatoria a la reina, tal vez en un ejerci-cio de humildad, se muestra sorprendido por ser el elegi-do y admite que mientras realizaba el trabajo estuvo apunto de abandonarlo en más de una ocasión. A pesar detodo, Leizarraga superó todos los obstáculos (la ausenciade modelos y de una tradición literaria, los diferentesdialectos de la lengua vasca, que le llevaron a intentar porprimera vez una unificación, incluso la persecución y cár-cel por sus creencias religiosas).

Es esa la imagen que me transmite principalmenteeste libro: la de un hombre perseverante, entregado con

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responsabilidad a su tarea, que cuidaba cada detalle,consciente de que su obra debía llegar a muchas manos yhacerlo de modo que fuera útil, que se detuviera en todascitas. Tal vez porque en esa actitud veo reflejado el mo-delo de trabajo al que también aspiramos en Caja Nava-rra, la banca cívica, que asume riesgos, explora nuevos te-rritorios, abre caminos e intenta ocuparse de todas las ne-cesidades de las personas, no sólo las financieros, sinotambién las sociales (y entre estas, claro, las relacionadascon la cultura).

Leizarraga hizo, en definitiva, un buen trabajo, hastatal punto de que éste fue capaz de sobrevivir a diferentescalamidades. Así, la mayoría de los ejemplares de aque-lla primera edición del Nuevo Testamento fueron que-mados en la hoguera, en un episodio de las citadas gue-rras de religiones, pero unos pocos, como éste que hoy re-producimos, han llegado afortunadamente hasta nuestrosdías.

Ahora es nuestro turno y hoy editamos este facsímil,con la esperanza de que esta pequeña joya sea capaz tam-bién de deslumbrar a quien la lea y hacerle viajar en esamaravillosa máquina del tiempo que son los libros.

ENRIQUE GOÑI BELTRÁN DE GARIZURIETA

DIRECTOR GENERAL DE CAJA NAVARRA

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GURE TESTAMENTU BERRIARENAURRETIKO ZAHARRAK

Pág. 49

JOANES LEIZARRAGA:VIDA Y OBRA

Pág. 133

LA RÉFORME:UN HUMANISME

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EL EJEMPLAR REGIODE UN LIBRO REAL

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EL EJEMPLAR REGIODE UN LIBRO REAL

FERNANDO PÉREZ OLLO

EL EJEMPLAR REGIO DE UN LIBRO REAL

Iesus Christ gure iaunaren Testamentu berria, impreso porPierre Hautin en La Rochelle el año 1571, ostenta en laportada las armas de Jeanne d’Albret, Juana III deNavarra, pero no declara el traductor.

El señorío de Albret, en Gascuña, tenía su centro enLabrit, lugar de las Landas, en el actual distrito deMont-de-Marsan. Los señores de Albret, apenasnotorios hasta el siglo XIV, ganaron fama en la Guerrade los Cien Años por su incansable presteza al saqueoy la acción. Pusieron sus mesnadas gasconas al serviciodel rey que más les conviniera. La relación de ladinastía con el reino de Navarra comienza en 1215,cuando Amanieu (Ameneo) VI de Labrit casó conAssalida, hija de Arnaldo Remón, vizconde de Tartás yseñor de Mixa-Ostabarets. Su nieto Amanieu VIII(1312-1315) asumió los vizcondados de Tartás y Dax ycon ellos la tierra de Mixa-Ostabarets, al venderle suyerno Arnaud (Arnaldo) Remón III todos sus bienespor 100.000 francos bordeleses. En 1319 prestóhomenaje al rey navarro por esos dominios señorialesen Ultrapuertos –tierra que, contra lo que se dice yrepite, nunca fue merindad, sino parte de la deSangüesa, y, si lo hubiera sido, no sería la sexta del

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reino- y luego, en 1324, los legó a su segundogénito,Guitart, que en 1326 renovó el debido vasallaje aCarlos I el Calvo y tres años más tarde a Felipe III. Ala muerte de Guitart (1338) el dominio volvió aMathe, viuda de Arnaldo Remón III, que lo transfirióa su hermano mayor, Bernardo-Ezi IV. Éste negó almonarca navarro el homenaje, lo cual le acarreó serdespojado de Mixa-Ostabarets, encomendado en 1362por Carlos II a Juan de Grailly, captal del Bruch.Casado éste con Rose, hija de Bernardo-Ezi, yregularizado el homenaje vasallático, Graillyadministró el señorío como lugarteniente del deAlbret. Desconocemos las circunstancias de lareintegración de Mixa-Ostabarets al dominio directode la Corona navarra, en 13781.

Más conocido es que el matrimonio de Arnaud-Amanieu d’Albret con Catalina de Borbón, celebrado en1368, cambió el rumbo de la dinastía. En 1403, CarlosI, señor de Albret, recibe el título de condestable y lafamilia culmina su ascenso señorial con Alain, llamado elGrande (ca. 1440-1522), que conoce a cuatro monarcasfranceses –Luis XI, Carlos VIII, Luis XII y Francisco I- yacumula posesiones que pueden coincidir con losactuales departamentos de Lot-et-Garonne, Gironde,Landas y Gers. Su primogénito Juan casó en 1484 conCatalina, condesa de Foix y reina de Navarra2. El hijo deJuan y Catalina, Enrique (1503-1555) vio la luz enSangüesa y heredó la Corona en 1517 a la muerte de sumadre. En la historia es Enrique II de Navarra y fue elúltimo Príncipe de Viana nacido en la Navarra

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cispirenaicaCuna, bodas y Enrique

Jeanne d’Albret nació en el castillo de Germaine-en-Layea las cinco de la tarde del 16 de noviembre de 1528, hija deEnrique II de Navarra y Margarita de Angulema (1492-1549). Sus padres se habían casado en el mismo castillo el14 de enero de 1527, ella viuda del duque Carlos deAlençon, con quien estuvo unida en matrimonio de 1509 a15254.

Margarita, hija de Carlos, duque de Angulema, y deLuisa de Saboya, era hermana mayor de Francisco (1494-1547), que subió al trono de Francia en 1515. En lahistoria, política y sobre todo literaria, Margarita deNavarra, figura destacada de su tiempo, aparece comoautora de Les marguerites de la Marguerite des princesses(1547) y del Heptaméron, célebre colección de setenta ydos narraciones, contadas por cinco damas y cincocaballeros reunidos en la abadía de Santa María deSarrance. Margarita, “la cuarta de las Gracias” y “ladécima de las Musas”, brilló en la corte de París y conocíaa todos los poetas, pero sus versos no engruesan lasantologías de literatura francesa ni le habrían reportadorenombre, una vez desaparecida. Es el Heptaméron, losfamosos “cuentos de la reina de Navarra”, el título que leasegura un puesto destacado, aunque su prosa puedaresultarnos prolija, cultista y poco flexible. Son historiasrealistas que entretejen, con elegancia y sin disimulo,moral, virtud, galantería e impudor refinados. Margarita,culta, diserta y políglota –dominaba latín, griego,

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español, alemán e italiano-, no ocultaba sus tendenciashugonotes, aunque se mantuviera en la disciplina católica .Su correspondencia con el obispo Guillaume Briçonnetda suficientes muestras de inteligencia y preocupacionesespirituales, compatibles con otros rasgos de supersonalidad6.

Margarita se preocupó desde muy pronto del futuro desu hija, sin olvidar los intereses y la nostalgia del reinoperdido, Navarra, pequeño –se podía recorrer a pata coja,según una descripción cáustica-, pero pieza clave en elajedrez europeo del momento. Los reyes navarrosnegociaron con Carlos I el matrimonio de su hija Juana conel príncipe que luego sería Felipe II. Un enviado delmonarca español, Juan Martínez de Ezcurra, navarro,redactó el borrador de acuerdo, que incluía la devolución deNavarra a los reyes expoliados por la conquista de Fernandoel Católico en 1512, consolidada por la posterior unión a laCorona de Castilla. El plan no prosperó, pero puso sobrealerta al rey francés, que secuestró la voluntad de susobrina, la princesa navarra casadera, y arregló la boda de lajoven. Carlos I reaccionó con la entrega del Milanesado asu hijo el 11 de octubre de 1540.

Juana casó el 9 de junio de 1541 con Guillaume de laMarck, duque de Clèves, once meses después de que sehubiera firmado el contrato matrimonial en el castillo deAnet. Ella ni reconoció ni consumó el matrimonio. Antesde la ceremonia, en estado físico preocupante y ante trestestigos, Juana escribió una declaración de que elconsentimiento nupcial, forzado e impuesto, era nulo.Luego, cuando el cardenal de Tournon le pidió tres veces

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que respondiera en voz que todos pudieran oír y testificarsi quería casarse con el duque alemán, ella no dijo ni sí nino, sino un seco: “Ne me pressez point” -que no será excesivotraducir como “Dejadme en paz”-, según Nicolas deBordenave, al que ella se lo contó7.

Quince meses más tarde, el Emperador derrotaba al deClèves, que debió renunciar a la alianza con Francia ysujetarse a obedecer al español. Fue la capitulación deVenlo. Francisco I entendió que su sobrina y el duquedebían arreglar su futuro matrimonial.

En noviembre de 1543, Juana recibió a los enviados de sumarido en pie, altiva y segura, les entregó su respuesta escritay se reservó el derecho “de declarar la verdad ante quienesdeban entender de la cuestión”. Incluso se empeñó enentregarles el anillo conyugal, que ellos se negaban a recoger,“porque no quería guardar nada de él, y que se lo dijesen alas claras y de modo definitivo”. Los embajadores no estabanhechos a maneras tan rotundas y ajenas a los maticesdiplomáticos. Se quedaron atónitos. “Fecero stupire ogniuno”,informó el nuncio, que aventuraba una demanda de divorcio.

En octubre de 1544 Margarita protestó contra aquellaboda. Reiteró su denuncia en junio de 1545 y Paulo III, el15 de octubre siguiente, disolvió el vínculo matrimonialentre la princesa navarra y el duque alemán.

Tres años después, el 21 de octubre de 1548, Juana deAlbret casó con Antonio de Bourbon, duque de Vendôme(1518-1562). La ceremonia se celebró en Moulins. “No vinunca casada más contenta; reía sin parar”, comentó el reyfrancés, tío de la novia. El novio se extendió en detallesmás crudos y concretos8. Corrió la noticia de que la boda

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verdadera y secreta había tenido lugar tres meses antes,pero parece una argucia política. Carlos I reaccionó denuevo: su hijo juró como rey de Navarra, Felipe IV en lanómina del reino, el 20 de agosto de 1551, en las Cortes deTudela, convocadas a tal efecto.

Juana alumbró cinco hijos. El primogénito y Príncipede Viana, Enrique, nació en 1551 y murió a los veintitrésmeses. El tercero, Carlos, y la cuarta, Magdalena, aúnvivieron menos. La última, Catalina (1559-1604) casó en1599 con Enrique de Lorena, duque de Bar. El más famosofue el segundo, el segundo Enrique, que vino al mundo enPau, cuatro meses después de morir su hermanohomónimo. Nació entre la medianoche del 13 y la una del14 de diciembre de 1553. En la historia fue Enrique III deNavarra, a partir de 1572, y IV de Francia, el primer reyBorbón desde 1589.

El nacimiento de Juana había recibido a este lado delPirineo alguna burla: “Milagro, la vaca hizo una oveja”,porque el escudo de Béarn tiene una oveja. La leyendacuenta que Enrique II de Navarra, escocido por la burla deveinticinco años atrás, cuando vio al segundo hijo de Juana,restregó con ajo los labios de su nieto recién nacido, leacercó un vaso de vino de Jurançon, para preservarle decontagios pestilentes y epidemias, y sentenció: “Ahoramire, aquesta oveja parió un león”.

Credo, muerte y leyendas

Antonio de Borbón, corto de bienes y sobrado de

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ambición, resultó herido el 16 de octubre de 1562 en elcerco de Rouen y murió el 17 del mes siguiente enAndfelys (Eure). Para entonces, Juana, que le habíaamado hasta que conoció la afanosa infidelidad y lavolubilidad pragmática del duque -al que superó delargo en el ámbito político-, vivía su vida, consecuentecon sus propias ideas. Entre sus decisiones destacó eincomodó sobre manera la de confesarse hugonote, pasoque su madre, anfitriona de Calvino, no dio. Juana yAntonio asistieron por vez primera al culto calvinista enLa Rochelle en febrero de 1558 y ella se manifestóseguidora de la nueva confesión en la Navidad de 15609.A partir de entonces fue figura destacada en las guerrasde religión que tiñeron de sangre las tierras de Francia.

Juana heredó de su madre una probada sensibilidadpara las artes y las letras10 y demostró carácter tenaz,–intransigente en cuestiones religiosas- y calculador,unido a una notable capacidad administradora ydiplomática. Acertó a desarrollar las más altasambiciones para su hijo, pero no llegó a verlascumplidas, como tampoco la boda de Enrique II deNavarra con Margarita de Valois (1553-1615), hija deEnrique II de Francia y de Catalina de Médicis,ceremonia celebrada el lunes 18 de agosto de 1572. Unenlace protocolariamente singular, porque se unían uncalvinista y una católica, ésta de reputación mellada.Matrimonio político y de conveniencia, que terminócuando Enrique repudió a Margarita. Ésta, en susMemorias11, escritas en el castillo de Usson –retiroforzoso en el que conoció el asesinato de los Guisa, la

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muerte de su madre y la de su hermano el rey-, notransparenta sentimientos ni juicios acres sobre su exmarido. Más bien, al contrario.

Todavía es frecuente, incluso en textos de tonohistórico, confundir a las dos Margaritas, de Angulemay de Valois, quizás porque los libros de una y otra,ambas esposas de reyes navarros, han corrido como obrasde ‘Margarita de Navarra’, si bien se prefiere reservar esenombre a la de Angulema, abuela del marido de lasegunda, la de Valois, más popular y conocida, muchoantes de Dumas padre, como ‘la reina Margot’, bella,sensual y esplendorosa perla de la corte francesa.

Jeanne d’Albret fue reina titular de Navarra de 1555hasta su muerte en 1572. Su activa y densa biografía nopuede resumirse en tres trazos. Limitémonos aquí alfinal. La reina de Navarra viajó a París para ajustar conCatalina de Médicis el enlace nupcial de sus hijos. Lasnegociaciones entre ambas reinas no resultaron ni brevesni fáciles, hasta llegar al acuerdo de Blois en abril de1572. Luego Juana murió en la casa parisina de susobrino Enrique de Condé –hijo de Luis de Borbón-, enla calle de Grenelle Saint-Honoré, el lunes 9 de junio de1572, dos meses antes de la boda.

La reina Margot cuenta en el primer libro de susMemorias el final de la que iba a ser su suegra. “Habíavenido Madame de Nevers, cuyo talante conocéis, con elseñor cardenal de Borbón, madame de Guisa, madame laprincesa de Condé y sus hermanas y estábamos en laresidencia de la reina de Navarra en París, para cumplirel último deber debido a su dignidad y a nuestra

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proximidad, no con las pompas y ceremonias de nuestrareligión, sino con el pequeño aparato que permite lahugonotería, es decir ella en su cama habitual, lascortinas abiertas, sin luces ni sacerdotes, sin cruz ni aguabendita, y nosotros de pie a cinco o seis pasos de su lechocon el resto de su servidumbre, sólo contemplándola, ymadame de Nevers, que en vida le había odiado más quetodo el mundo y a la que ella le había correspondido depalabra y obra, como bien os consta que sabía hacer conquien detestaba, se adelantó de nuestro grupo y conelegantes, humildes y grandes reverencias se acercó, letomó la mano y la besó; luego, con una inclinaciónprofunda y respetuosa, se retiró hasta donde estábamos.Nosotros, que sabíamos de su inquina, estimamos esegesto”12.

El párrafo encierra envenenadas alusiones familiares. Elcardenal Carlos de Borbón era tío de la duquesa deNevers, Enriqueta de Clèves, hija de Margarita deBorbón y del duque de Montpensier. Es decir, cuñado ysobrina de Juana de Albret. La enemistad entre ésta y lade Nevers arrancaba de una edición del Heptaméron.

Nada de esto encontramos en Bordenave, que sí pareceincómodo respecto a la causa del óbito de su señora13. Laleyenda atribuye el fin al envenenamiento por parte deCatalina de Médicis, su consuegra, mediante unosguantes perfumados, anticipo de los regalos nupciales deEnrique y Margarita. La reina navarra habría muerto poraspirar el veneno puesto en los guantes por CosimoRuggieri, perfumista, químico y astrólogo florentino,que acompañó a la de Médicis desde su ciudad natal a

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París. Pero nadie explica qué ponzoña impregnó losguantes y, por otra parte, Catalina, que odiaba a la reinade Navarra por muchas razones, prodigó una implacablelógica política pero no tiene mucho sentido acabar conJuana en vísperas de la boda de sus hijos. Hoy se prefierepensar que la causa real de aquella muerte, precedida deexpectoraciones sanguinolentas, fue una tisis complicadacon neumonía14. La tuberculosis no fue enfermedadextraña en la familia materna de la reina navarra y acasotampoco en su descendencia, aunque las muertes de losdos hermanos de Enrique, de dos años y de pocos meses,fueron atribuidas a descuidos de la nodriza y a unaccidente.

Dos días antes de morir, Juana hizo testamento.Nombró heredero universal a su hijo y reservó a su hijaCatalina la legítima tradicional sobre todas susposesiones, además de las joyas –con alguna excepción-,que debían permanecer hereditarias en la Casa deNavarra. Exhortaba a Enrique a permanecer en la fereformada, preservar la soberanía de Béarn, donde debíacrecer Catalina hasta que Dios le diera matrimonio oreligión, y mandaba que su cuerpo fuera llevado a ese paíse inhumado en la tumba de sus antepasados –es decir, lacatedral de Lescar- sin pompa alguna ni ceremoniasuntuosa, de acuerdo con la sencillez de los entierros desu fe. Bordenave añade que ese mandato no se habíapodido cumplir y el cuerpo descansaba en Vendôme15.

Como va dicho, diez semanas después de fallecer Juanase casaban Enrique y Margot. Y seis jornadas después dela boda, el día de san Bartolomé, Francia comenzó a vivir

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una de sus páginas más crueles.En otra leyenda, bajonavarra y más bien confusa, se ha

querido ver el recuerdo popular de la reina16. Másinteresante es su propio testimonio, sus Memorias17,alegato impetuoso, libre de la retórica de su tiempo,contra sus enemigos, en especial religiosos. Las páginasmuestran “una princesa que no tenía de mujer más que elsexo, el alma llena de asuntos viriles, el espíritu poderosodado a los grandes asuntos y el corazón inasequible a lasadversidades”, según la dibujó Aubigné 18.

Fe, marido e hijo

Quizá lo más sorprendente es que en esas Memorias noencontramos palabras rencorosas contra Antonio deBorbón. Si reconocemos que “el hombre es cosamaravillosamente vana, variada y cambiante y que sobreél resulta bien difícil formular juicio constante yuniversal”, como quería Montaigne19, podríamos ver enel duque un prototipo de máxima humanidad. Fuecatólico, calvinista y luterano y -dice el editor de lasMemorias de Juana20- más que cambiar de credo, losprofesó todos, según las necesidades de la política21.Juana se limita a decir que “su abandono del fervorinicial me clavó una dura espina, no diré en el pie, sinoen el corazón”22, más otros rigores que no concreta, peroconocemos. Antonio llegó a pensar en repudiar a suesposa y en casarse con María Estuardo, y aplicó a Juanaseveras medidas, de las que ella supo zafarse porque se

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refugió en Guyenne y luego, amenazada por Blas deMonluc23, se retiró al Béarn en junio de 1562, despuésde tener que entregar su hijo al marido. El duque intentóllevarla de nuevo a misa y prohibirle la asistencia a lapredicación calvinista, pero no consiguió nada24.Incluso, según cuenta ella, Antonio envió al secretarioJean Lescrivain, llamado Bologne, a suspender elejercicio de la reforma en Béarn. La reina no cedió unmilímetro y detuvo a Bologne. Más tarde pudo escribirque “no hay quien ignore que plugo a Dios, por sugracia, sacarme de la idolatría en que estuve inmersatanto tiempo y recibirme en su Iglesia”25, graciaextendida a su hijo Enrique, “preservado en la pureza desu religión, en medio de tantos asaltos. Porque no sedebe a su prudencia, fuerza y constancia, ya que, a losocho años recién cumplidos que tenía, no podía lograrlopor sí: sólo, pues, a Dios se debe”26. Amor de madre,fanatismo, mala información, o todo a la vez.

Cuando, en marzo de aquel 1562, hubo de entregar elniño a su padre, Juana le hizo jurar a Enrique que semantendría en la fe reformada. Tres meses después elniño acudió a misa para recibir el collar de la orden desan Miguel27. El año siguiente, el principito ingresó enel Colegio de Navarra, donde recibió lecciones dedoctores católicos28. Del sentido pragmático queEnrique IV imprimió a sus giros religiosos no es éstelugar para hablar, si bien la frase por la que ha pasado ala historia, “Paris vaut bien une messe”, necesitaexplicación. Se atribuye al primer monarca Borbón, peroes una reflexión que Francisco d’O hace al rey, recogida

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por Agrippa d’Aubigné, en el sentido de que, a fin decuentas, sólo se trataba de oír misa y una hora de iglesiale reportaría más que veinte batallas. El editor deBordenave no puede reprimir un juicio negativo29. Peroel mismo historiador oficial de Juana se refiere a los tirasy aflojas sobre el escándalo de la boda de Enrique yMargot. Catalina de Médicis exigía París y el ritocatólico romano, mientras Juana rechazaba la capitalcomo enemiga máxima de su religión y cargada deinquina contra los Borbón. El rey tuvo que imponer suvoluntad. La boda sería en París y el cardenal de Borbón–en cuanto príncipe y no como preste- oficiaría laceremonia y los novios se casarían ante la portada deNotre-Dame. El de Navarra tuvo que aceptar, diceBordenave, pero el escándalo agrietó la disciplina de losreformados30.

El arranque de las Memorias merece lectura atenta.“Siempre he considerado que, si uno no está satisfechode sí mismo por sí solo, el contento que los demáspuedan tener de él no le reporta más que un cortosentimiento de tranquilidad de conciencia. Y como enalgunas cartas que he escrito (…) no he expuesto másque sumariamente lo que deseo explicar con mayorextensión, he tomado la pluma para ampliar (…) lasrazones que me han hecho abandonar mis tierrassoberanas. Y como mi intención es particularmenteaclarar esas razones, que son la Religión, el servicio delrey, mi señor, y el deber de mi sangre, diré, comenzandopor la Religión, que, desde el año mil quinientossesenta, nadie ignora que plugo a Dios librarme de la

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idolatría en la que estuve inmersa y recibirme en suIglesia”31. Donde Juana escribe Religión e Iglesia, conmayúsculas, debemos leer Reforma.

El reino partido

En cuanto a los deberes dinásticos, Juana no podíaignorar o preterir que su padre mantuvo siempre la ilusiónde recuperar el reino perdido, la Navarra peninsular,objetivo también de Antonio de Borbón. Ilusióndesengañada, hay que decir. Conviene analizar la cuestiónen su tiempo y no en abstracto. Desde 1516, los Albret-Foix habían negociado con Carlos I, para que lesdevolviese Navarra, pero Carlos I se convenció pronto dela necesidad de conservar el último reino añadido a laCorona, porque le facilitaba la defensa frente a Francia. Yen París, Francisco I no sentía urgencia alguna en favorecera sus cuñados, que podían fortalecer su propio principadopirenaico y condicionar la libertad del monarca francésfrente a España, aunque conviene saber que Enrique II deNavarra combatió en Pavía, cayó prisionero, como sucuñado, y escapó por una ventana. Aquí no hablamos dederechos, sino del peso de los Albret-Foix frente a los dosreyes que se disputaban la hegemonía en Europa. Paraambos, Carlos I y Francisco I, Navarra era un asuntomenor, que gestionaron según su propia estrategia32. Lacerrada negativa de Carlos I a reintegrar el territorio a losAlbret-Foix (Montpellier, mayo de 1519) empujó aEnrique II a la guerra, pero pecaríamos de ilusos, si

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sostuviéramos que la dirigió. Lo hizo Francia, más urgidaa la confrontación desde que Carlos I fue elegidoEmperador (junio de 1519), y la condujo según le convino,con sus hombres y a costa del rey navarro. Para no entraren más detalles, baste recordar que la fulgurantereconquista del reino en la primavera de 1521, con Andrésde Foix, señor de Asparrós, al frente, ni siquiera supuso lapresencia de Enrique II, inmóvil en Pau, y que los gruesoserrores del de Foix, militares y sociales, llevaron a lacruenta batalla de Noáin (30 de junio de 1521),seguramente desfigurada en los datos humanos, y al asaltode San Juan de Pie de Puerto, final del intento33.

El ataque posterior, en septiembre, lo dirigióGuillermo de Gouffier, señor de Bonnivent y almirantede Francia, que mandaba tropas variadas –lansquenetestudescos, bearneses, gascones y agramonteses exiliados-,y se limitó a tomar tres fuertes: Peñón, sobre la vía aRoncesvalles, Maya y Fuenterrabía. El más famoso en lahistoria navarra fue el de Maya o Amaiur, último bastión,tomado por el virrey el 19 de julio de 1522. Pero ladefensa de Maya, encomendada a jefes agramonteses,Julián Velaz de Madrano y Miguel de Javier, hermano deFrancisco, no recibió ayuda francesa. El mariscal SaintAndré sólo movió su ejército al día siguiente de larendición de aquel puñado de navarros que maravillaronal virrey y provocaron el comentario atribuido albeaumontés conde de Lerín, elogioso para los defensores,enemigos, sí, pero al menos tan navarros como él34.

Navarra fue luego la baza esgrimida por el partidocatólico y español –la reina Juana lo resume en los Guisa-

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para reconducir a Antonio de Borbón a la fe católica. Traslargas negociaciones, Felipe II zanjó el problema conclaridad: la Navarra que había quedado en sus manos eraindispensable para la Corona española, no la podíarestituir a los reyes desposeídos, pero ofrecía unacompensación, Túnez, que no era suyo, y más tardeCerdeña. El juego duró hasta la muerte del duque. Eljuicio de Juana es terminante: “con la vana esperanza devolver a tener nuestro reino, más el de Cerdeña, lehicieron dejar lo cierto para abrazar lo incierto; cosa casiincreíble que este príncipe, de tan buen juicio, pudierajamás darles crédito. Y conviene deducir de qué artificiossaben servirse, cuando quieren atraer a alguien parasumirlo en la ruina. ¡Cuántas lágrimas de cocodrilo haderramado ese cardenal y cuántas astutas finezas le hanprodigado, él y su hermano! Para conocerlos basta leerlos versículos 4-5 del salmo X (…) Me siento obligada arepetir una vez más que es increíble cómo ese príncipe sepudo dejar engañar”35. El cardenal era Carlos de Lorenay su hermano, Francisco de Lorena, duque de Guisa. Alos Guisa les culpaba de haber buscado con diversastretas la muerte de Antonio de Borbón36. La historia, nosólo los hechos protagonizados por estos personajes,presenta complicaciones, cálculos y enredos difíciles deentender e interpretar, pero se impone la idea de que losmonarcas franceses manejaban a los de Navarra enfunción de sus propios intereses, y que los Albretterminaron por resignarse a brillar en ese papel.

Aun así, Juana inculcó a su hijo la obligación de defenderel legado dinástico. Enrique, ya rey de Francia y de

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Navarra, pretendió mantener separados del Estado francéssus dominios patrimoniales, en parte por favorecer a suhermana doña Catalina, regente de Navarra y su herederapresunta, a quien la ley sálica vedaba el trono de París.Enrique se encontró con la resistencia del Parlamentofrancés, que sustentaba la incorporación forzosa a Francia detodos los bienes patrimoniales de monarca, porque éste nopodía tener intereses particulares que defender, tesis quedesconocía los usos y costumbres de Navarra, más dada acambiar de reyes que de principios. Entre éstos el demantenerse independientes y arreglar los negocios en casa.Lograda sucesión, en 1607 Enrique IV incorporó a la Coronasus señoríos, salvo Navarra y Béarn. Hubo que esperar a1620 para que por edicto sucediera lo mismo con el reino deNavarra y el país de Béarn, más Andorra y Donnezan37.

Los párrafos finales de las Memorias describen laseparación de su hijo en 1568 y su convicción de nomentir. “El partió y yo quedé en La Rochelle, privada delplacer de mis casas, pero más feliz y contenta depadecerlo por mi Dios. Sin embargo, pediría a quieneslean esto que excusen el estilo de una mujer que haconsiderado tan importante el tema de su libro que nonecesita de bellas palabras que le adornen, sino de laverdad, que ella ha respetado tanto que, al menos, aun sila ven ignorante e imbécil, será tenida por verdadera”38.

Edición, lengua y ejemplar

La ‘Biblia’ de la reina Juana se terminó de imprimir el

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lunes 24 de septiembre de 157139. La edición costó 336libras, que satisfizo el tesorero de Navarra y Béarn, pororden real de 4 de abril de 1572. Las cuentas de aquelaño registran la partida como abonada a Arnalt deVergier, comerciante de La Rochelle, que las habíaadelantado40. La obra, a la que aludió Montaigne conreticencia41, sufrió las iras de la noche de San Bartolomé,la Saint-Barthélemy, y sobrevivieron muy pocosejemplares.

La dedicatoria a la reina Juana, en francés y euskara, vafirmada en La Rochelle el 22 de agosto de 1571. Joannesde Leiçarraga, laburdino de Briscous –Beraskoitz oBeraskoitze-, alaba la humanidad y fervor de la reina yexplica el porqué de la traducción. Leiçarraga se confiesaindigno de alabar a su benefactora y desliza la confesiónde que todavía el solo recuerdo de la prisión de la que ellale libró le eriza el cabello de la cabeza. En cuanto a sutrabajo, “seguro de que los vascos, entre todas lasnaciones, no eran tan bárbaros que no pudieran reconoceral Señor en su lengua, y viendo la ocasión que sepresentaba, aun cuando esperaba que otros más capacesque yo pondrían manos a la obra (…), apoyándomedespués de Dios en vuestra autoridad, acompañada deinfinitas virtudes, al fin me decidí a hacer lo que tenía enmí y devolver de buena gana lo que Dios quiso darmepara edificación de su iglesia. Pero lo que aún me dio másseguridad fue la esperanza que tengo de que, por estemedio, la palabra pura de Dios entre y crezca en el paísde los vascos, y que para conseguirlo serviría como detrompeta, con la que Dios os llama para hacer la guerra a

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Satanás en vuestro reino de Navarra con el mismo éxitoque la habéis hecho en otros lugares de vuestrodominio”42.

Tras la dedicatoria vasca, va una curiosa advertencia,dirigida a los franceses que no conocen la lengua, sobrela lectura correcta del texto: “Las palabras vascas sepronuncian con todas sus letras, a la manera de laslatinas, como se escriben: u vocal se pronuncia abierta,como si fuese ou”. Las tres líneas siguientes dicen lomismo, en vascuence43.

Leiçarraga era laburdino de cuna, como va dicho, perobajonavarro de habla, porque Beraskoitze quedaba en elárea dialectal bajonavarra oriental. Sin embargo, escribióen labortano, aunque utilizó expresiones bajonavarras,según observó Vinson44.

El ejemplar aquí reproducido en facsímil mide 166,5por 102 mm. La encuadernación, inglesa del sigloXVIII, en tafilete rojo pleno, con los cantos doradosoriginales, lleva grabado en oro en el lomo: NouveauTestament Basque. La llamada Biblia de la reina Juana oBiblia de Leiçarraga no es en rigor tal, sino sólo la versiónvasca y hugonote del Nuevo Testamento.

El libro suma en total 1.136 páginas, divididas encuatro partes, cada una de ellas con paginación propia. Laprimera, que reúne las citadas dedicatorias a Juana deAlbret en francés y euskera, prólogo, advertencia,sumario y títulos de los libros neotestamentarios, cubretres pliegos, ordenados con uno, dos y tres asteriscos, de16, 16 y 8 páginas, es decir dos pliegos y medio.

La segunda, con los textos escriturarios, a una

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columna, cubre 459 hojas, numeradas como folios enarábigos: San Mateo, del 1 al 59; San Marcos, del 60 al96; San Lucas, del 97 al 159; San Juan, del 159 vueltoal 206; Hechos de los Apóstoles, del 207 al 265 vuelto;las catorce epístolas de San Pablo –Romanos,Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses,Tesalonicenses, Timoteo, Tito, Filemón y Hebreos-,del 266 al 401 vuelto; la de Santiago, del 402 al 408;las dos de San Pedro, del 408 vuelto al 419 vuelto; lastres de San Juan, del 420 al 430; el Apocalipsis, del430 al 459 recto. La última línea, en cursiva, declara:Testamentu berriaren fina. Siguen dos folios, sinnumerar, que serían 459 vuelto-460 vuelto, con laexplicación de antropónimos hebreos y griegos. Elorden es el mismo de la Biblia católica, salvo laomisión de la carta de San Judas, que se incluye tras lasde San Juan45.

La tercera parte, siete pliegos de dieciséis páginas cadauno, ordenados con letras mayúsculas de A a G -y dentrode cada pliego, sólo las cuatro primeras páginas recto,i,ii,iii,iiii-, ofrece el formulario de oraciones, sacramentos-bautismo, celebración de la Cena, matrimonio,confesión de las culpas, visita de enfermos-, el catecismo-artículos y confesión de la fe, mandamientos- y ladeclaración de la fe.

La cuarta, cuatro pliegos, también de dieciséis páginas,señalados con a, e, i, o minúsculas -igualmente marcadasi,ii,iii,iiii, las cuatro primeras páginas recto de cadapliego-, contiene un repertorio explicativo de palabrasdifíciles, un vocabulario euskérico de Zuberoa, a tres

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~~ ~ ~

columnas, y el índice de materias.La tercera parte de este ejemplar, característica de las

iglesias reformadas, es en otros la cuarta y falta en nopocos.

Este ejemplar, completo, bellamente impreso en papelbiblia verjurado y bien conservado, merece la atencióncodiciosa de los bibliófilos por la rareza, pero tambiénpor sus características materiales e históricas.

El libro contiene una hoja suelta, ajena al volumen. Esel retrato de la reina, grabado por Thomas de Leu, queacentúa los rasgos y a la vez da empaque a la imagen quela propia Juana envió a la república de Ginebra.

Cabe preguntar por qué la reina Juana dispuso esaedición en euskera y no en bearnés. Debió de pensar quesus súbditos de Béarn tenían fácil acceso a las Escriturastraducidas oficialmente al francés, pero también seráoportuno recordar que la ‘Religión’, es decir la Reforma,se consolidó pronto entre los bearneses, mientras queJuana encontró cerrada resistencia a implantarla en lastierras de Navarra, de habla vasca, decididamenteopuestas a la Reforma. En sus dominios navarros, Juanafue implacable y fracasó. Para el proyecto de la reina, latraducción resultaba imprescindible y urgente, porque laEscritura era la única regla de fe, según Calvino. El afánde que la gente llana entendiera los textos sagradosexplica que la traducción llevara un glosario de vocespropias de Zuberoa (Soule).

Este ejemplar del Testamentu berria ya lo identificó JulesVinson como perteneciente en origen a la Biblioteca Realde Francia46. En la portada luce dos sellos en tinta roja

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que lo certifican. El de la izquierda, de 16,75 mm dediámetro, dice: “Bibliothecae regiae”, muestra las armasreales con el collar de Saint-Michel y caracteriza, segúnel citado vascólogo francés, el reinado de Luis XIV. El dela derecha, también circular, de 23,5 mm, con las armaspero sin el collar, lleva la leyenda: “Doubles changés”.

No consta cuándo y quién lo sacó de la BibliotecaReal, pero sí sabemos que el libro pasó a Inglaterra yluego viajó a América. En la tercera página de respeto,de la encuadernación, no del texto impreso, puedenleerse la dedicatoria manuscrita: “Al Sr. MosqueraArboleda. Lima, 10 agto. 1830. Pedro Abadía”. Vinsonidentificó a esas dos personas. Pedro Abadía, periodista yescritor peruano, “probablemente de origen vasco(Abbadia, Abbadie es un apellido bastante frecuente enel país)”, y Tomás Cipriano Mosquera Arboleda, político,militar que llegó a general y hombre de letras47.

Mosquera, colombiano, nació el 20 de septiembre de1798 en Popayán, capital del departamento de Cauca, enNueva Granada. Hizo carrera militar –cadete en 1813,teniente en 1816, teniente coronel en 1823 y general-,diputado, senador, gobernador repetidas veces ypresidente de la República de Nueva Granada (1845-1849) y más tarde, en 1861, dictador –tras una guerracivil, en la que, aliado con los liberales, derrotó a losconservadores, sus antiguos compañeros- y primerpresidente de los Estados Unidos de Colombia, nuevadenominación de Nueva Granada a partir de 1862.Ejerció el cargo un bienio. Se retiró de la vida pública ymurió en su hacienda de Coconuco –no en Sosonusco,

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departamento del departamento mejicano de Chiapas,como escribe Vinson48-, cerca de su ciudad natal, el 7 deoctubre de 1880 (1878 o 1883, según diversos autores.)

Su primer libro, Examen crítico, data de 1843 y sustítulos más citados en su tiempo son un Compendio deGeografía general política, física y especial de los EstadosUnidos de Colombia (1863) y un Diccionario geográfico de losEstados Unidos de Colombia (1868), de los que apenasqueda memoria bibliográfica, y que no cabe confundircon el Tratado de geografía cronológica e histórica que en1873 publicó otro colombiano, Sergio Arboleda (1822-1888), cabeza del partido conservador, senador,numerario de la Academia Colombiana y correspondientede la Real Española.

En 1830 Mosquera Arboleda estaba en Lima, paranegociar una deuda de Perú con Colombia, enviado porBolívar, que ya en 1823 le había llamado bravo defensorde Barbacoas, batalla en la que cayó herido. El libertadorle hizo su ayudante de campo y secretario49.

Esta ‘Biblia’ la adquirió en el siglo XIX el duqueDebote, escocés de origen, y su séptimo sucesor lo sacó asubasta en abril de 1995.

La verdad oculta de una puja

La historia de un libro es parte del mismo libro,especialmente si se trata de un ejemplar raro y codiciadopor sus circunstancias, al igual que un violín de firmafamosa incorpora el nombre de su más ilustre propietario

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o la calidad de un Velázquez o un Rembrandt pareceavalorada porque lo haya poseído una casa real, unpalacio aristocrático o un refinado coleccionista. En elcaso de este libro de Leizarraga, la historia, cuyos trancosanteriores van descritos, termina en Pamplona.

Anunciada la subasta de la ‘Biblia’ en la casa Christie’sde Londres, Juan Cruz Alli, presidente del Gobierno deNavarra y, por tanto, de la Caja de Ahorros de Navarra,decidió hacer lo posible por que el volumen viniera a laComunidad Foral, donde no había ningún ejemplar deeste libro. A las razones lingüísticas se unían sobre todolas históricas del Reino. La propia casa subastadora avisóal Gobierno foral y el presidente recabó diversasinformaciones, coincidentes en que se trataba de unajoya. El consejero de Educación y Cultura, JavierMarcotegui, advirtió de que la Administración estaba“muy atada” en las posibilidades económicas. Lasnoticias sobre la ‘Biblia’ se sucedían y así se supo que elGobierno Vasco y Euskaltzaindia (Real Academia de laLengua Vasca) y la Fundación Sancho el Sabio mostrabaninterés por ella. Alli comentó el asunto con ÁngelLasunción, ex diputado foral de Hacienda, que habíaseguido las informaciones sobre la subasta anunciada y seofreció a intervenir en la puja, si era preciso, directa oindirectamente, porque conservaba amigos, de sus añosde estudiante en el Reino Unido. Uno de ellos, TimothyDawson, director de un banco. El presidente navarro,urgido por el calendario y atado por el presupuesto,explicó la situación al director de la Caja de Ahorros deNavarra, Lorenzo Riezu, que se mostró de acuerdo,

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porque a la CAN, con capacidad de maniobra, no le eraajena una inversión como la de la ‘Biblia’ de Juana deAlbret.

Alli y Lasunción ataron los detalles. “Se trataba dejugar sin ser vistos, se trataba de ganarles por la mano”–recuerdan- a quien ya sabían que iba a concurrir a lasubasta, la Fundación Sancho el Sabio, dependiente de laalavesa Caja Vital. Lasunción se encargó de la puja porteléfono desde Christie’s de Madrid, mientras Dawsonacudió a la sala londinense. Y el 14 de marzo el Gobiernode Navarra aprobó con carácter de urgencia que unrepresentante del Departamento de Educación y Culturapujase por la ’Biblia’ hasta un máximo de dos millonesde pesetas.

La subasta tuvo lugar el 15 de marzo. Comenzó a las14,30 hora local, una más en España. En la sala había doscentenares de personas, entre ellas los corresponsales deprensa españoles. Eduardo Escalada, periodista naturalde Pamplona y afincado en Madrid, representaba a laFundación Sancho el Sabio. La ‘Biblia’, lote 237, salió alicitación por menos de dos millones de pesetas, comoestaba anunciado. Comenzó la puja entre Escalada y otropresente –algunos lo identificaron como el enviado delGobierno foral-, que se retiró cuando el precio alcanzólas 33.000 libras, unos 6,7 millones en la monedaespañola. Entonces comenzó a intervenir Lasunción –enconexión con una empleada de Christie’s de Londres- ycuando la puja alcanzó los 29 millones y él se sentíaempapado en sudor por haber rebasado con creces ellímite que se había fijado, unos diez millones, su

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interlocutora le anunció que el otro postor pedía tiempo.Pero el competidor no se retiró. Así llegaron a las148.000 libras. Lasunción pensó que dos posturas más,de 2.000 libras, y abandonaba. Y cuando cursó laprimera, quien abandonó fue el otro. La ‘Biblia’ quedabaadjudicada en 150.000 libras, 30,6 millones de pesetas,a quien intervenía por teléfono y cuya identidadChristie’s nunca desvelaría. La operación duró apenascinco minutos.

El Consejo de la CAN, informado por su presidente,aprobó unánime la compra el 31 de marzo, viernes. Lanoticia de la adquisición se publicó el 5 de abril yprodujo gran sorpresa y algunas reacciones curiosas sobrela cantidad desembolsada y la maniobra personal delpresidente50. El libro llegó a Christie’s de Madrid el 17de abril. El 18, fuimos a recogerlo Javier Arregui,secretario de la CAN, y yo. Dispuse de todo el tiemponecesario para examinarlo a fondo y verificar que elejemplar era el reseñado y se encontraba en perfectoestado. A las siete y media de la tarde el libro llegó a lasede de la CAN. El Testamentu Berria de Juana de Albretperteneciente a la biblioteca real de Francia y de Navarraestaba en Navarra. El 4 de mayo, Alli y Riezu lopresentaron en rueda de prensa, pero no revelaron laurdimbre de la operación. La sacó a la luz JavierMarrodán en 2003, con los testimonios personales dequienes intervinieron en la compra y último viaje dellibro51.

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Arte singular y piedad

El 21 de mayo de 1566 Juana de Albret visitó laimprenta de Henri Estienne. La reina conoció cómofuncionaban las máquinas del taller y comentó algunasideas al respecto. Estienne le propuso que escribiera algoque los operarios pudieran componer ante su mirada.Juana improvisó una cuarteta en endecasílabos,respondida por un soneto del impresor. Los versos de lareina fueron:

Art singulier, d’icy aux derniers ansReprésentez aux enfans de ma raceQue j’ay suivy des craignans-Dieu la traceAlfin qu’ilz soient les mesmes pas suivans52,

que condensan su convicción de seguir la senda dequienes temen a Dios, su fe ardiente, y el deseo de quelos impresos la fortalecieran y transmitieran a lasgeneraciones futuras. Cinco años más tarde vio la luz su‘Biblia’.

Fernando Pérez OlloPamplona, octubre 2007.

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Notas

1. Susana Herreros Lopetegui, Las tierras navarras de Ultrapuertos(siglos XII-XVI). Pamplona, Gobierno de Navarra, Departamentode Educación y Cultura, 1998, pp.113-117.2. Achille Luchaire, Alain le Grand, sire d’Albret. L’administrationroyale et la féodalité du Midi (1440-1522). París 1877.3.”Anno mil Vª y tres XXVº dia de abril en la billa de Sanguessa entrelas ocho y las nueve horas de la mañana pario la Reyna nuesta Sennorahun príncipe al qual batizaron al tercer dia y fueron compadres dosRomeros de alemanya que yban a Santiago y al uno llamaban adan y alotro enrrich y le posieron nombre enrrich plegue a dios le de larga vida conmuchos Reynos a seruicio de dios”, recoge el Registro del Concejo de Olite,f. 57vº, edición de Ricardo Ciérvide, Pamplona, InstituciónPríncipe de Viana, 1974, p. 243. Al margen izquierdo,“Nacimiento del príncipe D.Enrich”, en letra del siglo XVII, segúnCiérvide. No era el primer hijo varón de los reyes. A la muerte desu madre, reina titular, Enrique II heredó el reino de Navarra máslos dominios de ella: Armagnac, Périgord, vizcondado de Tursan,Gabardan, Tartan y Limoges.4. Para la biografía de la reina Juana, Théodore César Muret,Histoire de Jeanne d’Albret, reine de Navarre, París, 1861.- Lostrabajos de Alphonse de Ruble son imprescindibles: Le mariage deJeanne d’Albret, París, 1877; los cuatro tomos de Antoine de Bourbonet Jeanne d’Albret, París, 1881-1886; Jeanne d’Albret et la guerrecivile, París, 1897.- Natanael Weiss, L’intolerance de Jeanne d’Albret,BSHPF, 1891, y Encore l’intolerance de Jeanne d’Albret, BSHPF,1895.- Léonce Allier, Jeanne d’Albret, reine de Navarre, Montauban,1899.- Nancy Lyman Roelker, Queen of Navarre, Jeanne d’Albret,The Belknap Press of Harvard University Press, Cambridge,Massachusetts, 1968.- Yves Cazaux, Jeanne d’Albret, París, 1971.5. La bibliografía es nutrida. Mantiene su vigencia el extenso yminucioso estudio de Pierre Jourda, Marguerite d’Angoulême,Duchesse d’Alençon, Reine de Navarre (1492-1540).Étude biographique

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et littéraire. París, 1930.6. Guillaume Briçonnet – Marguerite d’ Angoulême, Correspondance(1521-1524). Edition du texte et annotations par ChristineMartineau et Michel Veissière avec le concours de Henry Heller.Travaux d’ Humanisme et Renaisance, nº CLXXIII. Ginebra,1979. Sobre el corresponsal y consejero espiritual de la reina,obispo de Meaux, cfr. Lucien Febvre, Le cas Briçonnet, Annuaire del’École des Hautes Études, section des Sciences religieuses pour1945-1946 et 1946 et 1947, París, 1946; recogido en Au coeurreligieux du XVIe siècle, SEVPEN, París, 1968, pp. 145-161.Guillaume Briçonnet padre, que desempeñó altos cargos en elreino, era cardenal cuando murió.7. Histoire de Béarn et de Navarre par Nicolas de Bordenave (1517 à1572), historiographe de la Maison de Navarre. Edición de PaulRaymond. Société de l’Histoire de France. París, chez Mme VeJules Renouard, 1873, p.39: “ainsi que Sa Majesté m’a autrefois dit”.Bordenave, que escribió la Histoire por encargo de Juana en 1571y la terminó en la última década del siglo, aporta informaciones deprimera mano. La de la respuesta de Juana en la boda con el deClèves no es la única. Así, explica que ese matrimonio se hizo“contre la volonté de l’espousée et du père, que le souffrit pour n’irriter leFrançois, plus tot que consentit, et la fille n’y osa ouvertement contredire,tant pour la crainte et le respect de son oncle que de sa mère (la volonté delaquelle le frère avoit gagnée), que pour l’honeste érubescence de son sexe etaage, car elle n’avoit encores atteint le tems auquel les loix politiquesottroyent aux filles de donner consentement de mariage. Néantmoins soitqu’elle fut ainsi conseillée ou que cela vint d ‘elle mesme, elle fit secrètementtenir un acte de protestation de son no consentement et de la violence faiteà sa volonté par l’autorité de son oncle”. Ibid., p.38.8. Las fuentes, impresas o manuscritas, recogen que a la mañanasiguiente Juana irradiaba felicidad y Antonio “fort fait son devoir dejour et de nuit, de sort que six coups s’en sont allez bien gayment, sedisait-il”.9. Lo recuerda en L’ample déclaration, La Rochelle, 1570, publicadapor Alphonse barón de Ruble como Mémoires et poésies, París,

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1893. Cito por esta edición y con ese título facticio, pág. 2. Ladeclaración de la reina anula lo dicho por Pierre Olhagaray, Histoiredes comptes de Foix, Béarn et Navarre, París, 1629, pág, 560, segúnel cual Juana tomó parte en la cena por vez primera el día dePascua, 6 de abril, de 1561. A Olhagaray, historiador de EnriqueIV y contemporáneo de los hechos narrados, le contradice tambiénBordenave, op. cit., p. 108, que data en la Navidad de 1560 laprimera confesión pública de la reina.10. Mémoires et poésies, pp. 123-144, recoge las composicionespoéticas.11. Mémoires de Marguerite de Valois, reine de France et de Navarre,Auxquels on a ajoûté son Eloge, celuy de Monsieur de Bussy & la Fortunede la Cour. Lieja, 1713. El grabado en la página frente a la portadalleva una leyenda mnemotécnica: Marguerite de Valois, Fille deHenri II, Soeur de Henri III et Femme de Henri IV, Rois de France. Laedición de Mercure de France, colección ‘Le Temps retrouvé’,preparada por Yves Cazaux, París, 1971, reproduce la primera, de1628, con la ortografía original, más algunas variantesintroducidas por la edición de Guessard en 1842.12. Mémoires, ed. cit., p.14. El inciso “la regardant seulement”, quereproduzco, aparece en la edición Guessard, no en la citada de 1713.13. “Les uns eurent opinion qu’elle avoit esté empoisonnée en une collationfaite chez le prévost des marchans; les autres par un parfumeur italien avecuna paire de gans parfumés; d’autres asseurent qu’elle mourut d’unaplurésie, et de fait les médecis la pensèrent comme atteinte de cette maladie.Je ne sçay si bien ou mal et s’ils furent, comme plusieurs pensent, trompezaux signes de cette maladie et prinrent par un faux jugement una causepour autre, comme souvent aux maladies internes telles gens prennentMontmartre pour Paris”. Bordenave, op. cit., p. 333. La última frasevale por un ensayo sobre la medicina como ciencia.14. J.Witowsky, Comment moururent les rois de France. Paris, 1920.15. Bordenave, op.cit., pp.332-334. La última frase del texto es:“Mais la malice du tems n’a encoré permis l’exécution de cest article, et soncorps est demeuré à Vendosme”.16. Resurrección María de Azkue, Euskalerriaren Yakintza,

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Madrid, 19592, p. 158: “Aize egoa Printzesa baten arima da.Printzesa harek, Espaiñiako erregerekin ezkontzeko, Baxenabarre eramanzuen Espaiñiara dote gisa. Gero Frantziak Espaiñiari gerra bateanirabazi zion. Printzesa hura ezta kontent eta maiz yitez da bere dotearenerreklamatzerat, aize egoaren iduria hartuz”. Lo da como recogido enGarazi.17. Las Mémoires debió de redactarlas a partir de 1568, en LaRochelle.18. Histoire universelle. Edición de la Societé de l’Histoire deFrance, t. III, p. 291.19. “Certes, c’est un subject merveilleusement vain, divers et ondoyant, quel’homme”. Essais, libro I, cap. 1, p. 13 de la edición de Gallimard,Pléiade, preparada por Albert Thibaudt y Maurice Rat. París,1967.20. Mémoires et poésies, ed. cit., p. 3, nota 2.21. El barón de Ruble. Cfr. n. 8.22. “Et mesme, du temps du feu Roy, mon mary, lequel, s’estant retiré dece premier zèle qu’il avoit, me fut une dure espine, je ne diray pas au pied,mais au coeur”. Mémoires et poésies, p. 3.23. Blaise de Monluc, Commentaires, 1521-1576. Ed. de LaPléiade, por Paul Corteault, París, 1964. Monluc no se fiaba deella, p. 520, y ella le odiaba, según él, p.529. La primera referenciade Monluc a “la royne de Navarre” , p.466, es para recordar que ellale acusó de entenderse con Felipe II. Cfr. en especial, pp. 626-685,699-709, 724, 769-74, 788-798. 24. Mémoires et poésies, ed.cit., p. 29-30.25. Mémoires et poésies, ed.cit., p. 2.26. Mémoires et poésies, ed.cit., p. 4.27. Ruble precisa que esa noticia aparece en las cartas delembajador Perrenot de Chantonay, a Felipe II, fechadas a 23 defebrero, 8 de abril, 19 de mayo y 3 de junio de 1562. Mémoires etpoésies, p.4, nota 1.28. Crevier, Histoire de l’Université, t. VI, p. 232, que sigue a P.Mathieu, según Ruble.29. Prefacio de Paul Raymond a Bordenave, op. cit., p. XII:

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“Bordenave a arreté son récite en 1572, à la mort de Jeanne d’Albret. Jecrois que c’est à dessein, et qu’il n’a pas voulu, bien qu’historiographeofficiel, tracer une suite d’événements qui l’aurait conduit à faire l’histoirede la réaction catholique qui se prépara bientôt, sous la protection occultede Henri IV, grand roi auquel je ne retire rien de sa gloire, en disant qu’ilsubordonna toujours la religion à la politique”. P. Raymond era elpropietario del manuscrito de Bordenave, por razones familiares.30. Bordenave, op.cit., pp. 332-333. “Ce qui fut trouvé fort mauvaispar tous les autres et apporta un grand scandale à toute l’Église reforméeet ne fit pas petite bresche à la discipline des églises de ce Royaume; maisla peur plus que la raison leur fit accorder plustot qu’approver ceste forme[bastarde]”.31. Mémoires et poésies, p. 2.32. Pierre Boissonade, Histoire de la réunion de la Navarre à laCastille. Essai sur les relations des princes de Foix-Albret avec la Franceet l’Espagne, París, 1893, pp. 471-543. Son los capítulos IV a VII dellibro IV, dedicado a “Les tentatives de recouvrement de la Navarre:expéditions et négociations. Réunion definitive de ce royaume à laCastille (1513-1521)”. Esos cuatro capítulos documentan lasnegociaciones de Noyan y Bruselas en mayo-septiembre de 1516, lasdel matrimonio del príncipe navarro, Enrique, las conferencias deBruselas y Cambrai, de octubre 1516 a marzo 1517, lasnegociaciones de Aranda y Zaragoza (1518), las de Montpellier y laruptura (1519-1520).33. Pierre Boissonade, op. cit., pp. 543-560, capítulo VIII dellibro IV: “La troisème expédition de Navarre: la Navarre reconquise etdéfinitivement perdue (1521)”.34. Alesón, Anales del Reino de Navarra, libro XXXVI, cap.IV, § VII. Edición de Tolosa, 1912, VII, p. 428: “Abierta labrecha, fue tal la bizarría y arrojo con que los sitiadosrepelieron los primeros combates, que el Virrey quedóadmirado. Y diciéndole el Condestable que no tenía por qué,siendo navarros los defensores, entró en mayor cólera y saña”.Recoge Miguel de Orreaga (Pedro Navascués Alarcón),¡Amayur…! Los últimos nabarros. Vindicación de los caballeros

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patriotas que lucharon por la independencia de Nabarra y por losderechos de la Casa de Albret en los años 1512-1524, Pamplona,1923, p. 231.35. Mémoires et poésies, pp. 5-6.36. Ibid., pp. 7-9: “C’est qu’au temps que Monsieur le prince, mon beau-frère, estoit prissionnier à Orléans, chacun sçait que ceux de Guise et leursadhérans pourchassèrent la mort de feu Roy, mon mary, en divers façons:premièrement par poison, à un disner, où il fut adverti de n’aller point.Une autre fois le soir, partant de chez le Roy, d’un coup de pistole. MaisMonsieur le Connestable avec ses enfants et autres amys et serviteurs dudictseur Roy, mon mary, le soir se retirans à son logis, l’accompaignèrent sibien que l’on n’en peut approcher. L’on feroit cas de ces deux entreprinses,si la tierce par son exécration ne les surmontoit de trop. Qui est, qu’ayantfailli à cela, ils persuaderent le feu Roy François, dernier mort, de tuer ledict seigneur Roy, mon mary, de la façon que je vous diray: c’est qu’ilfeindroit d’estre malade et, n’ayant que sa robe de nuict et une dague à saceinture, envoyeroit quérir le dict seigneur en sa chambre, où il n’y devoitavoir que le seigneur de Guyse, le cardinal de L’Orraine, le mareschal deS.André, et quelques uns advertis de qu’ils avoyent à faire; et le Roy,prenant une querelle d’Allemaigne, comme on dit, contre le dict seigneur,luy devoit donner un coupe de dague et les autres l’achever.” El planfracasó, porque Antonio de Borbón fue avisado. Pero ese plan leparecía a Juana “non simplement illicite, mais du tout barbare, et pluspropre aux canibales, qui se mangent l’un l’autre et ne coignoissent pointde Dieu, qu’à ceux qui, encores qu’ils ne le croyent, en sçavent un.”37. Olivier-Martin, La réunion de la Basse-Navarre à la Couronne deFrance. Anuario de Historia del Derecho Español, Madrid, 1933. 38. Mémoires et poésies, p. 120-121.39. Lo declara el propio traductor, Leizarraga: “Egun hunequinTestamentu berria Heuscaraz lehenic imprimitzen acabatu 1571”, frente aldía 24 en la plana de septiembre, Buruilla, de su Kalendrera. Cito por“I. Leiçarragas Baskische Bücher von 1571 (Neues Testament, Kalender undABC) in genauen Abdruck herausgegeben von Th. Linchsmann und H.Schuchardt. Mit Unterstützung der Kais. Akademie der Wissenschaften zuWien”, Strassburg, Verlag von K.J. Trübner, 1900. Como se sabe, esta

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edición no se imprimió en Estrasburgo, sino en Jena.

40. Jules Vinson, Essai d’une bibliographie de la langue basque. París,J. Maisonneuve, Libraire-Éditeur, MDCCCXCI, p. 33. Esos datosse los facilitaron P. Raymond, archivero de los Basses-Pyrénées, yM.L Soulice, bibliotecario de Pau. Conviene tener presentes,también de Vinson, las Notes de bibliographie basque. Les exemplairesde Liçarrague, RLPhC, 1911, XLIV, pp. 45-49.41. Montaigne, Essais, I, LVI, § 10: “Sçauons-nous bien qu’en Basque& Bretaigne il y ayt des Juges assez pour establir cette traduction faicte enleur langue? L’Eglise universelle n’a point de Jugement plus ardu à faire,et plus solenne”. Ed. cit, p. 306 Ese capítulo está dedicado a lasoraciones. Los editores señalan en nota, p. 1519, la traducción deLiçarrague.42. Leiçarraga, prefacio, *iii vº-*iiii. En euskera, sin foliar,pero vi vº-vii.43. Ibíd., s.f, pero vii vº.44. Vinson, op. cit., p. 31. El estudio de Schuchardt, op, cit, pp.IX-CXX, Über die Einrichtung des Neudrucks, insbesondere über dieDruckfehler und Varianten bei Leiçarraga, contiene mucho más de loque anuncia y es todavía hoy un espléndido análisis filológico.45. Cito por el Novum Testamentum graece et latine, LibreriaEditrice Vaticana, Typis Polyglottis Vaticanis, Città delVaticano, 1981. 46. Vinson, op. cit., pp. 16-17. La descripción es minuciosa yexacta.47. Ibíd., p. 17.48. Ibíd., íd.49. Diego Castrillón Arboleda, Tomás Cipriano de Mosquera, Bogotá1944. William Lofstrom, La vida íntima de Tomás Cipriano deMosquera (1798-1830), Bogotá, 1996. En el prólogo de este libro,p. 11, Malcom Deas dice que Mosquera acometió en la juventuduna traducción de Tasso. El militar, diplomático y político nocursó estudios, pero dominó, además del idioma materno, inglés,francés, italiano y latín.50. Algunas precisiones, en Fernando Pérez Ollo, Precio, valor y

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patrimonio. Diario de Navarra, 5 de abril de 1995, p. 22. Yaentonces se habló de publicar una edición facsímil.51. El último secreto de la Biblia. Diario de Navarra, 3 de noviembrede 2003, pp. 54-55.52. Mémoires et poésies, p. 139-140. Prosper Marchand ponderó ensu ejemplar del Testamentu Berria a Juana de Albret, Juana III deNavarra, como “cette très illustre et véritablement pieuse Reine deNavarre, incomparablement plus respectable que Henri IV Roi deNavarre, son Fils, quoique beaucoup plus pluissant qu’elle; parce que saprétendue conversion n’a jamais été qu’une scandaleuse Hypocrisie, &qu’une très criminelle Dissimulation des excellentes et religieusesInstructions que lui avoit données cette grande et incomparable princesse,tant par elle-mème, que par les Soins et Leçons du sage et respectableFlorent Chrétien, l’un des plus honnêtes Hommes de son Siècle (…) Eneffet, & quoi qu’en puissent dire les lâches & vils adulateurs de Henri IV,on ne persuadera jamais aucune Personne véritablement judicieuse &raisonnable de la Vérité et de la Sincérité de cette Conversion: il ne faut,pour en bien et suffisamment prouver la Fausseté, d’un côté, que sonadmirable et pieux Apothegme, si generalment répandu et approuvé dessots, Ventre Saint-Gris, Paris vaut bien une Messe (…) Henri IV a fortdégéneré de la Piété de son illustre et très respectable Mére, & qu’à cet egardil n’est nullement comparable à cette incomparable Princesse”. Vinson, op.cit., p. 11-12.

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GURE TESTAMENTUBERRIAREN AURRETIKO

ZAHARRAK

XABIER KINTANA

EuskaltzainaEuskal Herriko Unibertsitateko irakaslea

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GURE TESTAMENTU BERRIARENAURRETIKO ZAHARRAK

Egia da gauzak, batzuetan, bihotzaldiz eta usteka-bean jazotzen direla, baina halere, giza egintza gehie-nak aurretik gertaturiko zerbaiten ondorio izaten dira,hots, halako xedea lortzeko edo nahiren bat betetzekoasmoz burutuak. Eta izan, horretarikoa dugu, euska-raz lehenbiziko aldiz 1571n argitaratu zen Testamen-tu Berriaren itzulpena bera ere. Lehen begiratuan bi -txia irudi dakiguke ordura arte izkribuz oso gutxi lan-duriko eta moldiztegitik bi liburuxka besterik pasara-ziak ez zituen herri-mintzaira batean1, hots, BernardEtxepareren Linguae vasconum primitiae (1545) etaSantxo Eltsokoaren doktrina (1561), bat-batean Jesu-sen Berri Ona, haren apostoluen eginak eta gutunakbiltzen dituen liburu mardul bat argitara ematea. Bai-na garai hartako testuingurua pixka bat arakatuz gero,berehalaxe kontura gaitezke hor ez zela inolako ezus-tekorik. Has nadin bada, denboraz urruntxera atzeraeginez, arduratzen gaituen liburu honen aurrehistoriaazaltzen.

Behin baino sarriagotan aipatu da gertakarien kau-

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1 Baziren euskaraz, noski, moldiztegitik atera gabeak baina,bestelako testu batzuk ere, Bretainiako borrokaren poema edotaoraintsu aurkitu dugun Joan Perez Lazarragaren obra, baina, bis-tan denez, hauek, beren pribatutasunean, ez zuten jendaurrekoezagutza handirik lortu.

sak anitz eratakoak izan daitezkeela, eta, distantziahandia gorabehera, tropikoetako tximeleta baten he-goen higidurak ipar hemisferioan ekaitz beldurgarriaksorraraz ditzakeela esaten zaigun ondorio ospetsua be-zala, badira denboran ere aspaldi-aspaldidanik datozeneraginak ere. Hauek inoiz historian zehar herrestanbezala iragaten dira, ia ohartzeke, eta luzaro ezkutuanegon ondoren, supituki, garai bereziren batean, era as-kotako kausen zori on edo txarreko metatze eta kora-pilatzeren bategatik, ia ustekabean agertu eta egintzanabarmenetan mamitzen zaizkigu, udako bero kixkal-garrian orbelen azpian ezkutaturiko onddo eta perre -txikoak udazkeneko euriekin harrigarriro azaldu ohizaizkigunez. Eta Berri Onaren liburu honek, bere in-guruko gertaera politiko eta erlijioso guztiekin bate-ra, eduki, erro historiko luze eta sakonak dauzka, on-doren ikusiko dugunez.

Kristautasuna inperioaren erlijio ofiziala

Eusebio apezpikuaren arabera, Konstantino I.aHandia erromatar enperadoreak, 312. urtean, Milviozubiko batailan borrokatu baino lehen, ametsetanikuskizun bat ukan omen zuen; hartan Kristoren mo-nograma agertu omen zitzaion: XP, grezierazko hitzhauekin: en touto nika ‘honekin garaipe-na’. Enperadoreak zeinu hori bere soldaduen ezkutue-tan pintarazi eta garaitia harrigarria lortu zuen bereetsai Magentioren tropen gainean. Horren kariaz, eta

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haren ama Santa Helenaren aholkuz, hurrengo urteanMilango ediktua atera eta horrekin kristauei beren er-lijioa inperio osoan publikoki praktikatzeko askatasu-na eman zien. Geroxeago, 380. urtean, Theodosio I.aHandiak kristautasuna Estatuaren erlijio ofizial alda-rrikatu zuen, sineskera hori enperadorearen politikare-kin uztartuz, horrela erromatar hiritarren artean lotu-ra berri bat sortzeko.

Harrezkero, Europan botere izpiritual eta mundu-tarraren arteko harremanak gero eta estuagoak hasi zi-ren egiten. Estatuak Elizari laguntza eta pribilegioakematen zizkion, baina hartuak emana zor, euskal atso-titzak dioenez, latinezko do ut des esaera jakinaren bi-detik. Elizak, halaber, Estatuari segurtasuna, beremenpekoen fideltasuna, Elizako goi kargudunak izen-datzeko eskubidea eta gisa bereko beste mesede ba -tzuk eskaini behar izan zizkion ordainez, erakundebiek elkarren intereskidetasunean iraungo bazuten.

Bestalde, Elizak, Erromatar Inperioaren adminis-trazio-egitura kopiatu eta mimetikoki aplikatu zuenbere antolakuntza mailakatua eraikitzean: EnperadoreaInperioaren erpinean bezala, Aita Santua aginte-pira-midearen goren puntuan kokatzen zen, eta, beherago,artzapezpikuak, apezpikuak eta, azkenean, apaizakaurkitzen ziren, inperioko probintzietako gobernado-reak, pretoreak, kontsulak, edilak etabarren maila zibilezberdinen kide erlijioso gisa, guztiak baina, goitikhierarkikoki hautatu eta izendatuak. Latina bera, hots,mendebaldeko Erromatar Inperioaren hizkuntza ofi-ziala, Elizarena ere bihurtu zen, erlijio berriaren fun-

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datzailea, hots, Jesus, dirudienez, hartan inoiz mintza-tu ez arren2. Erroma, bestalde, Nazaretekoak behin erebere oinekin zapaldu gabeko tokia, kristau printzeenegoitza bilakatu zen, inperioaren hiriburua zelako,hain zuzen, eta Jerusalem, aldiz, guztiz ahantzirik gel-ditu, salbatzaileak hain maitatua izan eta harengatikhain kezkatua bazegoen ere (Mat. XXIII, 37).

Edonola ere, mendebaldeko hizkuntz monolitis-

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2 Erlijio-hizkuntzak, oro har, hasieran fundatzailearen herrikomintzaira biziak izan dira, baina jendeen ohiko berbetak berezkoeboluzioaz aldatuz doazen heinean, era idatzian, ordea, erabilera li-turgikoetarako fosil moduan gelditzen dira, aldaezin. Horrek, bi-de batez, hizkuntza horiek fededunen belarrietarako “apaizek etaagintariek Jainkoarekin hitz egiteko darabiltzaten mintzaira eso-teriko eta misteriotsuak” bilakarazten ditu. Horixe gertatu da his-torian zehar, adibidez, sanskrito, koptoera, hebreera, arameera,arabiera klasiko, greziera eta eslaviera zaharrarekin. Latina, ordea,dakigula behintzat, ez zen inoiz Jesusen hizkuntza izan. Hura, ja-torriz israeldarra izanik, arameera eta hebreera izan zituen egune-roko mintzamolde eta, atzerritarrekin komunikatzeko, segur aski,greziera ere bai, garai hartan hori Ekialde Hurbil osoan linguafranca gisa aski ezaguna zen eta. Grezieraz idatzi ziren, adibidez,lehen ebanjelioak, berorien sintaxi bereziagatik, lehenago testubatzuk jatorriz arameeraz ere izkiriatuak izan zirela susma daite-keen arren. Hortaz, arrazoiz pentsa daiteke Jesus eta Pilatoren ar-teko elkarrizketa laburra, latinez barik, segurenik grezieraz eginzela, Bibliaren arabera behintzat, hura solasaldi zuzena izan bai -tzen, hots, tarteko itzultzailerik gabea. Egia esan, hebreeratik hi-ru hitz besterik ez dira gelditu kristau liturgiaren erabileran: ???amen ‘halabiz’, ?????? halleluiah ‘gorets ezazue Jainkoa!’ eta ??????hosanna ‘agur’.

moa gora behera, ez zen gauza bera gertatzen Ekialde-ko Erromatar Inperioan. Han, latina barik, grezierazen Bizantioko hizkuntza ofiziala eta, beraz, bertakoElizarena ere bai. Halere, III. mendetik baziren litur-gia eta predikaziorako erabiltzen beste hizkuntza ida -tzi batzuk ere: siriera, Jesu Kristok berak eskuarkiegiten zuen arameeraren aldaera dialektala, hain zu-zen, eta koptoera, hots, faraoien garaiko hizkuntza za-harraren forma berria, garai hartan oraindik Nilo baz-terretan mintzatua, eta, IX. mendearen inguruan ara-bierapean galdu zen arren, gaur egun ere Egiptokokristauen liturgi hizkuntza. Koptoen etsenplu hurbi-lari jarraikiz, etiopiera ere goiz hasi zen idazten, etaarmeniera eta georgiera ere bai. Guztiok berehala bi-lakatu ziren elizkizunetako mintzaira eta, V. mendera-ko, Kaukasoko herri horiek bazuten Biblia osoa zeinekbere hizkuntzara itzulirik.

Bestalde, IV. mendean, Wulfilak, Konstantinopo-lisko apezpikuak, orduan Itsas Beltzaren bazterreankokaturik zeuden germaniarrak ebangelizatzeko, Bi-bliaren itzulpena egin zuen gotikora. Geroago, IX.mendean, eta Erromako Elizaren onespenaz, gauza be-ra egin zuten Kyril eta Methodio anaia misiolariek ereJesusen mezua Danubioko eslaviarren artean hedatze-ko: lehenik haien hizkuntza idazteko alfabeto batmoldatu zuten –greko eta hebraikoan oinarritua, etagaur bulgariera, errusiera, ukrainera, bieloerrusiera etaserbiera idazteko oraindik erabilia– eta ondoren Bibliaeslavonierara, hau da, antzinako bulgarierara itzultze-ari ekin zioten.

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Europaren mendebalean, Eliza-Estatu arteko enten-te cordiale horrek Erdi Aro osoan mesede nabariak eka-rri zizkien partaide biei, eta, segurenik, egonkortasu-na ez zen txikiena izan. Antso III.a Nagusiak, Nafa-rroako erregeak, bazekien hori, bera izan baitzen, XI.mendean, rex Dei gratia, hots, ‘Jainkoari esker errege’titulua bere buruari ezarri zion lehenbizikoa. Horrenbitartez erregetza, indar, botere edo armen kontu hu -tsa ez baina Jainkoarengandik zetorkion dohain sakra-tua ere bazela adierazi nahi zuen, menpekoek horixeongi gogoan ukan zezaten. Era horretara, Jainkoak be-re graziaz errege izendaturiko agintariari desobedi -tzea, mundu honetan gaztiga zitekeen lege-haustea ezeze, baizik eta bekatua ere bazen, beste munduan erebetiereko kondenazioaz zigorgarria3.

Erregea onartu eta haren esaneko izatea, beraz,kontzientziazko betebehar bihurtzen zen haren men-pekoentzat, baina abantaila horrek, ifrentzuan, erregeaElizarekin ongi konpontzera behartzen zuen, beroribaitzen, azken buruan, zeruko Jainko isilak munduhonetan entzunarazten zuen ahots ofizial bakarra, aitasantuarengan islatua. Hortaz, eskumikua, hots, Elizakbere elkartetik norbait formalki egoztea, ohiko fede-dunentzat berez infernura joateko arrisku larria bazen,

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3 Nafar erregeekin hasi zen titulu horrek, mamiaz pixka bataldaturik bada ere, gure belaunaldira arte iraun du. Gogoan izan,esate baterako, duela hogeita hamar bat urte esku artean genera-biltzan txanponek oraino Francisco Franco caudillo de España por lagracia de Dios testua zeramatela.

erregeei hortik are ondorio larriagoak zetozkiekeen,aita santuaren erabaki horrek Jainkoaren grazia ken -tzen zielako, errege izateko nahitaezkoa behar zutena,hain zuzen. Errege eskumikatua, hortaz, jada ez zate-keen gehiago errege, eta haren erresuma hargai geldi -tzen zen, hura konkistaz eskura zezakeen beste erregebaten menean.

Mendeetan zehar, botere izpiritual eta lurtarrarenarteko harremanak biziatuz joan ziren pixkanaka. Ba -tzuetan, monarkiak ahul aurkitzen zirenean, Elizak es-kua sartzen zuen erregeen gobernuetan bere gogokolege, pribilegio eta neurriak onar zitezen. Era berean,Eliza, ahal zuen guztietan, Estatuaren legeria, ohiturapublikoak eta moral hiritarra bere sineskeraren arabe-ra moldarazten saiatzen zen, erlijioaren ikuspegitikbekatu zen oro lege zibilek galaraz eta zigor zezaten.Egoera horrek luzaro iraun zuen, XVIII. mendekoFrantses Iraultza garaian, lehenik Frantzian eta geroa-go Europako eta munduko beste herri askotan ere, le-ge zibilak eta eklesiastikoak elkarrengandik bereiztenhasi ziren arte4.

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4 Hirugarren munduko herriei, musulmanei bereziki, lege er-lijioso eta zibilen arteko bereizketa oraindik egin gabe izatea maizaurpegiratzen diegun arren, gogoratu beharko genuke, apaltasu-nez, joan den mendearen azken aldian, Frankismo garaian, geukere pairatzen genituela Espainian oraindik indarrean zeuden erahorretako neurriak: haurrei kristau santuenak ez ziren izenak ezinjartzea, bataio-ziurtagirien beharra, eliz ezkontzen balio zibil au-tomatikoa, dibortziorik eza, aste santuan zinema eta ikuskari lai-

Beste aldi batzuetan, ordea, indarren korrelazioaErromaren aurka zegoenean, errege eta gobernariakizaten ziren Elizarengandik gehiegizko pribilegio etaera guztietako mesedeak ateratzen saiatzen zirenak.Horren ondorioz, XV. mendearen bukaeran eliz admi-nistrazioa ustelkeri egoera penagarrian aurkitzen zen5.Alde batetik, elizgizonek ez zituzten beren ikasketakmodu erregularrean egiten. Apaizgaitegietako debo-zio giroan barik, teologia ohiko unibertsitateetan ira-kasten zen, era eta maila guztietako ikasle, pikaro etagoliardoen artean. Alemanian aurkituriko Erdi Arokobertso batzuk, Carmina burana izenaz deituak, gaurCarl Orff-en musikari esker mundu osoan ezagunak,orduko estudiante pikaroen ispilu bikainak ditugu.Aita santu, kardinal, artzapezpiku, apezpiku eta pa-

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koak debekatzea, udal ospakizun ofizialetan kargudunak mezarajoan beharra, erlijio katolikoa ofizialtzat hartu eta gainerakoakbaztertu eta ia-ia debekupean egotea, moral publiko jakina (andre-en gona laburren edo bainu-jantzi “ausartegien” kontrako kanpai-nak, homosexualen errepresioa, liburu, teatro, ikuskizun eta fil-men zentsura...) etab.

5 Juan María de Olaizolak gogoratzen digunez, oso adierazga-rria da Juan Ruizek, Hitako Artzipresteak, bertso honetan sala -tzen duena: “Yo vi en corte de Roma, do es la santitat, /que todos al di-nero fasen gran homildat,/ Que todos á él se homillan como á majestat. /Si tuvieres dineros, habrás consolación,/ plaser é alegría, del papa rasión,/comprarás paraiso, ganarás salvación, / Do son muchos dineros, es muchabendición”. (Historia del Protestantismo en el País Vasco, Pamiela, Iru-ñea, 1993, 58. orr.).

rroki buruen karguak maiz nobleek eta familia nagu-siek berenganatzen zituzten diru-truke6.

Erromak, gainera, askotan erregeen nahietara ma-kurtu eta, Estatu-interesen arabera, maila hurbilekosenideak elkarrekin ezkontzeko baimenak ematen zi-tuen, eta, herri xeheari ofizialki predikatzen zitzaiondibortzio-ezintasuna gorabehera, ezkontza-hausteakere komenientzia politiko zein ekonomikoen araberaegiten ziren. Elizak zori ez zen egunetan baraua hau -tsi eta haragia jateko salbuespen-buldak saltzen ohi zi-tuen, eta, dirua behar zuenean, bekatuen barkamene-rako indulgentziak ere bai7. Elizgizonen bizimodu eta

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6 Honetaz eskandalurik sonatuenak, segur aski, XV-XVI.mendeen artean gertatu ziren Erroman, valentziar jatorriko Bor-giatarren inguruan. Izan ere, XV-XVI. mendeetan familia horre-tako bi aitasantu izan ziren: Kalixto III.a eta Alexandro VI. Azke-nak lau seme-alaba izan zituen; haietako bat, Cesar, 16 urterekinIruñeko apezpiku izendatu zuen, eta 20 urte bete baino lehen Va-lentziako artzapezpiku eta kardinal. Horrez gainera, hainbeste elizkargu goren banatu zituen bere loba eta senideen artean. Nepotis-mo eta ustelkeri giro honetan, ez da harritzekoa aita santu berbe-rak, arrazoi politiko hutsengatik, Amaneo Albretekoa, Nafarroakoerrege Joan Albretekoaren anaia, 22 urteko gaztetxo bat besterikez zena, 1500.eko irailaren 22an kardinal izendatu eta haren ardu-rapean Comminges, Condom eta Oloron-go apezpikutegiak uztea.Ikus José María Lacarra, Historia política del Reino de Navarra, vol.3. Ed. Aranzadi. Iruñea, 1973, 391-392. or.

7 Leizarragak berak, indulgentzien salmenta salatzen du Fede-co confessionea-ren 17. puntuan: “Bada guc dugu protestatzen etadeclaratzen ecen Iesus Christ dela gure ikuzgarri complitua eta

portaera publikoa ez zen oso edifikagarria, eta apezpi-kuek eta aita santuek berek ere diruzalekeria eta mo-ral urriko egintza franko erakusten zuten ahalkerikgabe, ezkontzaz kanpo zituzten seme-alaba ugariakinola ere ezkutatzeke. Guztiek ikus zezaketen, gaine-ra, Erromako Elizak zer nolako Herrialde zabalakzeuzkan Italiaren erdialdean, eta aita santua de facto,arimen goi burua ez eze, sujet konkretu batzuen lur-tar agintaria ere bazela, maiz mundutar interes horienalde armaz borrokatzen saiatzen zena8.

Elizako kargudunen bizimodu ez-eredugarriarenaurka, era askotako apaiz, fraide eta pentsalari ez gu txialtxatu izan dira mendeetan zehar, Eliza bere hasierakopraktika apal, herritar eta kristauagoetara itzul tzea hel-buru. Diru gosea alde batera utzi eta pobrezia etaamankomuneko bizitza praktikatu nahi izan duten tal-deak ere ez dira urriak izan, Frantzisko Asiskoaren or-dena adibidez. Euskal Herrian, frantziskotar batek, FraiAlonso de Mellak talde heretiko batzuk bultzatu zituenDurangon XV. mendearen erdialdean eta hurrengoarenhasieran, dirudienez, berrehun urte lehenago, Italiako

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perfectoa, eta haren herioan dugula, gu hoguendun garen falta etainiquitate gucién satisfactione ossoa eta complitua: eta berce erre-medioz batez-ere ecin deliura ez ampara ahal gaitezquela”.

8 Anekdota gisa kontatzen denez, Michelangelo Buonarroti-kJulio II.a aita santuari behin galdetu omen zion ea nahi ote zuenzizelatzen ari zitzaion eskulturan esku artean liburu bat jartzea,baina hark honela ihardetsi omen zion: io non so lettere ‘nik ez da-kit irakurtzen’, eskuetan ezpata bat jartzeko eskatuz.

Ferraran sortu eta Europa osoan zehar hedatu ziren fra-ticelli9 famatuen ildotik. Guztiek baina, hierarkiak kri-tikatzeko zerabilten joeragatik, neurri batean zein bes-tean, Elizaren gaitzespena merezi izan zuten.

Latinaren gainbeheraren hasieran

Gauza jakina denez, latina, mendebaldeko Erro-matar Inperioaren hizkuntza ofiziala, Europako hego-alde ia guztiaren herri-hizkuntza izatera heldu zen.Logikoa zirudien, beraz, Elizak berak ere, bere egune-roko administrazio, liturgia eta harremanetarako, hu-ra ere ofizialtzat hartzea. Haren liburu nagusia ere,hots, Biblia, hartara itzuli eta halaxe zabaldu zen.Denboraren joan etorrian baina, munduko gainerakohizkuntza guztien antzera, latina dialektalizazio-pro-zesuan abiatu eta, hartatik gaurko erromantzeak sor -tzen hasi zirenean, mintzaira zahar hura herriko jende-ari gero eta arrotzagoa gertatzen zitzaion. Halere, kris-tau agintariek, mende askotako inertziagatik nonbait,ez zuten horregatik latina baztertu; aitzitik, jendeareneguneroko hizkuntza ez bezalakoa izateak eta haren -tzat ulergaitz gertatzeak halako misterio kutsua ema-ten zion, Jainkoarekin eta sainduekin mintzatzeko

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9 Talde honek ez zuen inola ere ondasun pribaturik onartzen.Martin V.a aita santuak kondenatu zituen fraticelli-ak 1418ko bul-da baten bitartez.

tresna esoterikoa balitz bezala. Gainera, horrela, apai-zak bihurtzen ziren, noraezean, liburu sakratu etakriptiko haiek ziotena azaltzeko bitarteko egokiak.

Bestalde, jende xehearen interpretazio okerrakedota liberalegiak saihesteko, Elizak Biblia herri-hiz-kuntzetara itzultzea galarazia zuen. Ondorioz, testusakratuak latinez irakurri eta ulertzeko egoeran zeu-den bakarrak, elizgizonez gainera, pertsona ikasiak etaletratuak ziren, eta hargatik, ustez behintzat, ortodo-xian ere ongi frogatuak. Horrek, nolabait, heresien etazismen arriskuak saihesten zituen, eta pasarte ilun edoeztabaidagarriak Erromaren erabakimenerako uztenziren.

Baina, honetan ere, apaiz eta monjeen artean,guztiak ez ziren uste berekoak. Batzuek ez zeritzotenongi Jainkoaren hitza, latinez mozorroturik, herrikojendearengandik urrundu eta ezkutatzeari. Halakoekziotenez, Jesus eta apostoluak beren herrikideekineguneroko hizkuntzaz aritzen ziren, haiek eskuarkizerabilten mintzairaz, eta ez berbeta arrotz eta adie-zinez. Bibliaren pasarte famatu hau zuten gogoan:“Zoazte mundu guztian zehar eta hots egin berri ona iza-ki guztiei” (Mark 16,15), eta nori bere hizkuntzanpredikatu behar zitzaiola errepikatzen. Kontuanizan, bestalde, Europaren hegoaldeko herrialdeetanlatina oraindik zerbait hurbil eta bertako hizkuntzenamatzat onar bazitekeen ere, ez zela gauza bera ger-tatzen iparraldeko germaniar, eslaviar eta bestealakojendeen artean, han latina haien eguneroko mintzai-retatik askoz ere urrunago gelditzen zen eta. Horixe

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izanen zen, gainera, geroxeago Afrika, Asia eta Ame-riketako lurralde berrietan misiolariek aurkituko zu-ten giroa.

Guretik hurbilago, gogora dezagun Errioxako Do-nemiliaga Kukulan aurkituriko lehen erdal eta euskalglosak, X. mendearen ingurukoak, latinez idatzirikotestuen lerro artean agertu zirela, eta, azken buruan,latina ongi ez zekiten elizgizonen argigarri ezarri zire-la, horien bidez herriko jende arruntei predikatu ahalizateko.

Halere, ulertzeaz gainera, bazen beste arazo batere. Pertsona ikasiek bazekiten Erromatar Inperioarenhizkuntza ez zela Jesusena, eta jentilentzako lehenbi-ziko testu kristauak, gainera, latinez barik, grezierazidatziak zirela. Egia da San Hieronimok, 391-405 ur-teen artean Testamentu Zaharra eta Berria latinera-tuak zituela, geroago Vulgata izenaz ezagutuko zeni tzulpena eginez, baina edonola ere, mendebaldekokristauek de facto ez zituzten jatorrizko testuak eza-gutzen, horien latin-itzulpenak baizik. Horregatik,XVI. mendean Erasmok eta beste humanista batzuekliburu originalen garrantzia azpimarratzen zihardu-ten, maiz fedeko gaiak iturburuko testuen arabera az-tertu eta eztabaidatu beharrean, itzulpenen itzulpene-kin tratatzean, gaiak nahasi eta egiazko esangurakokertzeko arriskua zekusatelako. Beraz, jatorrizkoiturburuetara itzultzea eskatzen zuten. Hori ekidite-ko, Jainkoaren hitza herri-hizkuntzetan emateko or-duan, –horren premia ere gero eta argiago ikustenbaitzen– translazioak hebreera eta grezieratik abiatu-

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rik egin beharko zirela errepikatzen zuten, latina baz-terrean utzirik.

Ernazimenduaren eragina

Aspaldiko eta gertuko aurretiko guztiokin, XV.mendearen amaierara heltzen gara, Aro Berriaren ate-etara. Italian mende bat lehenago ereinak ziren jadaErnazimenduaren lehen haziak, eta han hasiriko antzeeta ideien eraberrikuntza pixkanaka Europako tokiguztietara ari zen hedatzen. Behialako Grezia etaErromako filosofia, poesia eta arte eredu klasikoakmodan jarriak ziren berriro, eta orduko hizkuntza za-harrak ere bai. Hortaz, zaletasun berriak akuilaturik,haien gramatikaz gainera, erretorika eta literatur ba-liabide klasikoak ere aztertzen ziren.

Baina, aldi berean, idazle batzuek ziotenez, antzi-nakoen egiazko imitazioa ez zen haien hizkuntza zaha-rrak ikaste hutsean gelditu behar, eta haiek bezala jo-katzeko, nork bere mintzairaz idatzi beharra zeukan10.

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10 Ideia hori Cervantesek berak ere azaldu zuen bere Don Ki-xote-n: “el grande Homero no escribió en latín, porque era griego;ni Virgilio escribió en griego, porque era latino. En resolución, to-dos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron enla leche, y no fueron a buscar las extranjeras para declarar la altezade sus conceptos; y siendo esto así, razón sería se extendiese estacostumbre por todas las naciones, y que no se desestimase el poe-ta alemán porque escribe en su lengua, ni el castellano, ni aun el

Dante Alighieri bere De vulgare eloquentia-n (1304-1307) herri-hizkuntzen duintasunaren alde agertzenda, eta hortik abiatuz bere Divina Comedia italierazidatzi zuen osorik. Gauza bera egin zuten FrancescoPetrarcak eta Giovanni Boccacciok ere, bai maitasu-nezko poesia eta bai narrazio-prosa Italiako hizkuntzaarruntean ere ederki eta dotore eskain zitezkeela era-kusteko. Giro berean moldatuak dira, halaber, Geof-frey Chaucer ingelesaren Canterburyko Ipuinak ere.Alemanian XV. mendearen erdialdean Johannes Gu-tenbergek moldiztegia asmatua zuen, eta liburuak,banan-banan monasterioetan eskuz kopiatuk izatetikinprimategian ehundaka aletan ateratzera iragan zi-ren. Ondorioz, haien prezioa ere nabarmen merkatuzen, eta, horretara, urraturik gelditzen zen irakurlemultzo handiagoengana heltzeko bidea.

Geografian eta astronomian ere aurrepausoak egi-ten ziren. Afrika inguratu, Asiarako itsas bide berriakireki eta, ustekabean, Amerika ere aurkitu zen. Mun-dua, antzina uste ez bezala, ez zen gehiago laua izan-go. Joan Sebastian Elkano euskaldunak Lurraren biril-biltasuna ongi frogatuko zuen hurrengo mendean. To-paturiko herrialde berri horietan jende, hizkuntza,

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vizcaíno que escribe en la suya”. Miguel de Cervantes, Don Quijo-te de la Mancha, XVI. kap. Litekeena da, Pruden Gartziak susma -tzen duenez, hor indikatiboan aipatzen duen ‘euskaraz idaztenduen euskaldun’ hori berak segur aski pertsonalki ezagutzen zuenJoan Perez Lazarraga poeta arabarra izatea.

kultura, ohitura, animalia, landare eta produktu bitxiasko, ordura arte ezezagunak, ageri ziren, BenjaminTuterakoak XII. mendean eta Marco Polo veneziarrakhurrengoan beren ekialdeko kontakizunetan aurreratuzuten bezala.

Kartografoak mapa berriak egiten hasten dira.Txinatarrek anitz mende lehenago asmaturiko ipar-orratzak nabigazioa erratzen du eta haien sutautsa ere,greziar sua izenaz, Europaraino da heltzen; handik las-ter kanoiek katapulta zaharren tokia bete zuten. Mi-kolaj Kopernik poloniarrak, Ptolomeoren antzinakogeozentrismoa baztertu eta Lurra eta gainerako plane-tak Eguzkiaren inguruan biraka dabiltzala azaltzendu. Leonardok da Vincik makina harrigarriak projek-tatzen ditu, Ikaroren amets zaharra berpizturik, giza-kia hegaz egitera eramateko asmoz. Horrek guztiorrekordura arte jakin uste zen guztia zalantzan jarri zuen.Mundu zaharra kordokatzen ari zen eta Europa osoannolabaiteko endelegu-iraultza prestatzen hasi ere bai.

Letren eta zientzien arloan gertatzen ari zen alda-keta sakon hark, antzinako quia magister dixit haren le-kuan, argudio eta froga seriosak eskatzen zituen, etalogikaz jokatzeko nahiak pixkanaka bizitzako arloguztiak kutsatzen. Venezia bezalako errepublika abe-rats eta indartsuen existentziak monarkien nahitaez-kotasuna desafiatzen zuen, eta armen indar soilean oi-narrituriko botere eta iritzi orok, arrazoimenarenerronka aurkitzen zuen bere aurrean. Eta hortik ez zenEliza salborik irten, ez berorren mundutar antola-kuntza autoritarioa, alde askotan jada ustelkeriak joa,

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ez eta aita santuak testu sakratuak interpretatzeko ze-rabilen exklusibismoa ere.

Jainkoaren hitza jende arrunten mintzai-retan

Erromak onartzen zituen era guztietako abusuenaurka lehenbizi altxatu zirenetako bat Joan Hus izanzen. Protoerreformista honek sermoiak txekieraz egi-ten eta idazten zituen jada. Jainkoaren hitza ondo he-datzeko, herri-hizkuntza behar bezala erabili nahiaketa horren kezkak akuilaturik, De orthographia bohemi-ca deritzon liburuxka moldatu zuen, txekieraren idaz-kera aldatzeko proposamenekin, eta alde horretatikbere nazio-hizkuntzaren arautze-bidearen urratzailegertatu zen. Bere protestek surtara eraman zuten1415ean11.

Hurrengo mendean aleman fraide augustino batek,Martin Luther-ek, bere herkideek Biblia beren hiz-kuntzaz irakurtzea amesten zuen, ordura arte mila ur-te lehenagoko mintzaira arrotz eta hil batean predi-katzen zitzaiena. Eta Philipp Melanchthon-ekin bate-

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11 Oso esanguratsua da, garai hartako protestanteen elkar-tasun-sentimenduaren lekuko, Leizarragak bere Egutegian uz-tailaren 9an efemeride hau jartzea: Egun hunequin Cõstanceco Con-cilioan erre içan cen Joãnes Hus Euangelioco eguiaren sust ~egatzeagatic,1415.

ra12, alemana berau ere, Testamentu Berria grezieratikitzultzen hasi zen, bai eta 1522an argitara eman ere.Ondoren Testamentu Zaharra itzultzeari ekin zion,oraingoan hebreeratik, 1534an burutu arte. MartinLutherrek Bibliaren itzulpenerako erabili zuen hiz-kuntza goi-alemana (hoch Deutsch) deritzona zen, ha-rrezkero, katolikoen hasierako txarrespenak gorabehe-ra, aleman hizkuntza batuaren ereduaren oinarri bila-katuko zena.

Martin Lutherrek Erromako Agintaritzarekin1517ko urriaren 31n hautsi zuen, WittenbergekoGazteluaren Elizaren atean bere 95 proposamen ida -tziak iltzatu zituenean13. Aita santurik gabeko Elizademokratikoa aldarrikatu zuen, artzain eta fededunenarteko harreman zuzenagoan oinarritua, ordura artekohierarkia zurrun, autoritarioa eta maiz botere mundu-tarrei salduari uko eginik. Bai berak eta bai bere mo-

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12 Erreformista honen egiazko deitura Schwarzerd zen, ale-manez ‘lur beltz’ esan nahi duena, baina berak, hura hitzez hitzgrezierara itzuli zuen: schwarz = pelan ‘beltz’ eta Erd = xuvn‘lur’ eta holaxe ezagutzen da gaur egun mundu zabalean. Melanch-thon maila handiko jakintsua zen, erretorikan oso aditua eta it-zultzaile bikaina; artzain protestanteen predikazioa hobetu etaidazteko estilo ona hedatzeko lan handia egin zuen, Jainkoarenhitza mamian ez eze, formaz ere txukun eta dotore aurkeztu beha-rra zegoela pentsatzen zuen eta.

13 Leizarragak, 11. oharrean esaniko arrazoiagatik, honakohau ezarri zuen bere egutegian urriaren 31an Eg ~u hunequin 1517.M. Luther has cedin indulgentia Papalezco enganioar~e aguertzen.

dura pentsatzen zuten beste askok protesta egiten zu-ten aita santuaren aurka, eta horregatik protestante ize-na eman zitzaien14.

Lutherrek, katolikoen antzera, gizakiaren jatorriz-ko bekatuan sinesten zuen, baina, haiengandik alden-tuz, gizakia fedeak salbatzen duela uste zuen, eta ezharen ongi eginek. Gainera, apaizgoa ohiko herrita-rrengandik at zegoen ofizioa zela pentsatu gabe, hurafededun guztien ministeriotzat jotzen zuen. Azkenik,Jainkoaren hitza eta salbamendurako mezua, LiburuSantuetan, hots, Biblian aurkitzen zela aldarrikatzenzuen, hor beste bitartekorik onartu gabe. Beraz, herri-ko jende xeheak, latinez ez zekienak, Jainkoaren hitzgarbia bere hizkuntzan zuzenik eta oharrik gabe ira-kurtzeko eskubidea zeukala zioen, eta Bibliatiko me-zu sakratu hori inork zentsuratu eta aldatzerik ez ze-goela.

Martin Lutherren etsenplua aintzat harturik, libu-ru santuak Europako beste herri askotan ere hasi zirenitzultzen harrezkeroztik. Horretara, Frantzian JacquesLefèvre d’Estaples erreformistak (deiturak latineratu-rik Faber Stapulensis ere deituak) frantsesera itzulirikolehen Testamentu Berria argitaratu zuen Parisen1523an. Bost urte geroago Antwerp/Anberes-en Tes-tamentu Zaharra agertu zen, eta 1530ean, hiri berean,

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14 Protestanteek Erromako Elizaren aurka zeuzkaten kexaguztiok oso ongi agertzen dira Leizarragaren obran, Jean Calvinekberak prestaturiko Fedeco Confessionea deritzon atalean.

biak elkarrekin (Antwerp-eko Biblia). Ospetsuagoaizan zen, ordea, –eta horixe jotzen da protestanteenBibliaren egiazko lehen frantses itzulpentzat– PierreRobert Olivétan-ek (maiz Olivetanus gisa ere aipa-tuak), Piamonten emandako erbestealdian moldatueta 1935ean argitaratu zuena, bere lehengusu JeanCalvin-ek latinez egindako hitzaurrearekin15. Itzulpenhori, gainera, maiz berrikusi, zuzendu, egokitu etahainbat ediziotan berrargitaratu zuten protestanteekXVI. mendean zehar.

Calvin teologian, erretorikan eta jurisprudentzianikasia zen, eta Melanchthonen pausoei jarraikiz, izu-garrizko garrantzia eta eragina izan zuen Frantzian ze-biltzan testu protestanteen prestaketan. Egia esan,Calvinek, frantses erlijio-prosa jaso, aberastu eta doto-retzeko egindako lana Rabelais-ek narrazioan etaMontaigne-k entseiuetan egin zuten mailakoa zelaesan daiteke, eta, arrazoi osoz, frantses literatura mo-dernoaren sortzaileen artean aipatu ohi da16.

Europaren iparraldean Mikael Agricola Finlandia-ko lehen luthertar apezpikuak 1543 inguruan Testa-mentu Berria, grezieratik suomierara itzulia, emanzuen argitara, Biblia osoa 1642an publikatua izanik.

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15 Aitzin-solasa honela hasten da: Joanes Calvinus, Cesaribus,Principibus gentibusqz Christi Imperio subditis: Salutem.

16 Jean Calvinek literaturan izandako eraginaz, Olivier Mi-llet-en obra interesgarri hau kontsulta daiteke: Calvin et la dyna-mique de la Parole, Editions Slatkine, Geneva, 1992.

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Pierre Robert Olivétan-en 1535eko Bibliaren azala.

Txekian Jan Brahoslav moraviar apezpikuak Bibliarenitzulpen goiztiar bat egin zuen XVI. mendearen ha-sieran, baina garrantzitsuena Unitas Fratrum izenekoadituen elkartearena izan zen, Kralice Bible deritzona(1579-93), gaurko txekiera literarioaren oinarria. Au-zo herrian Gáspár Károlyi-k Bibliaren itzulpen osoaegin zuen magyar hizkuntzara 1590ean, HungariarErreformaren bukaeran agertua.

Herri baltikoei dagokienez, lituanieraz inprimatu-riko lehen liburua, hain zuzen, Katezismoaren hitz ba-kunak, irakurtzeko eta izkiriatzeko artea eta himnoak ize-nekoa da, Martin Mazvydas-ek 1547an Königsberg-en argitaratua. Bi urte lehenago beste katezismo bataterea zen gaur jada mintzatzen ez den prusiera zaha-rrean, Lutherren obretan oinarritua berau ere.

Egia esan, herriko hizkuntzetan baziren protestan-teenak baino itzulpen zaharrago batzuk. Espainian,adibidez, Biblia gaztelaniara lehenbiziko aldiz Alfon-so X.a Jakintsuaren garaian (1221-1282) itzuli zen,erregearen beraren aginduz, eta Aragoiko Alfonso V.aEskuzabalak ere (1396-1458) beste itzulpen bat eginzezatela agindu zuen. Baina testu hauek, nolabaitesan, herritarrek erabiltzeko barik, monarka eta han-diki gutxi batzuen apeta hutsak izaten ziren, eta bie-tatik ale bakarrak kontserbatzen dira, eskuz idatziak.

Behin moldiztegia asmatu eta gero, ordea, besteitzulpen batzuk egin eta inprimatu ziren gaztelaniaz.Lehena, eta seguraski famatuena, Ferrarakoa izan zen,1533an argitaratua. Geroago, 1553an, beste bat emanzen argitara Genoan. Garai berean Francisco de Enzi-

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nas erreformistak Testamentu Berria itzuli zuen, berapublikatzeko eragozpen handiak izan arren. Bestalde,Casiodoro de la Reinak, Granadako fraide moriskoak,Sibilian 1559an izandako erlijio-jazarpenagatik Her-behereetara ihes egin eta 1569an Basilean (Sui tzan) er-dal biblia osoa argitaratu zuen, berak itzulia. Bitarte-an, Francisco Jiménez de Cisneros kardinalaren eragi-nez, 1514-1517an Alcalá hirian Biblia eleanizdunaedo Complutense deritzona inprimatzen zen, hebree-raz, arameeraz, grezieraz eta latinez moldatua. Ediziobenetan bikaina, baina herriko jende arrunten helme-netik oso urrun.

Katalanezko lehen itzulpena Bonifacio Ferrer-ekegin zuen, San Vicent Ferrer-en anaia eta Kartuxakoburu nagusia zenak, eta 1478an inprimatu zen Va-lentzian, latinetiko hizkuntza batean argitaratu zenlehenbizikoa, hain zuzen, baina 1498an Inkisioak edi-zio osoa errearazi zuen. Era honetako ekintzak berret-si nahirik eta Trentoko Kontzilioaren erabakiak bete-arazteko, Pio IV-ak 1564an Index Librorum Prohibito-rum deritzon liburua eman zuen argitara17, horren III.,V. eta IV. erregeletan, Biblia ezein ere herri-hizkunt-zatara itzultzea espresuki debekatuz.

Kasu hauetan guztiotan Bibliaren itzulpenek,maiz esangurari baino gehiago hitzari garrantzi han-

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17 Urte batzuk lehenago, 1557an, Elizak beste zerrenda batargitaratu zuen liburu galarazien zerrendaz, baina ez zen ofizialaizan, aita santuaren berrespena ez zeramalako.

diagoa emateko akatsa gorabehera, Jainkoaren mezuahedatzeaz gainera, herri-hizkuntzei bestelako duinta-suna ekartzeko balio izan zuten. Izan ere, liburu san-tuko kontakizun ugariak, esaera zaharrak, aholkuak,aginduak, poemak (Kantiken Kantika, salmoak, ere-siak...), parabolak eta leku urrun eta jende arrotzendeskripzioak eskaintzeko, askotan lexiko berria erabi-li beharra zegoen. Horrek, nahitaez, ordura arte herri-mintzaira haietan behin ere ukitu gabeko arloak etakontzeptuak lantzera behartzen zituen itzultzaileak,hizkuntzak maileguz eta esaldi berriez hornitzera,haien sintaxia zaluago bihurtzera eta, ondorioz, min -tzaira bera aberastu eta kulturarako egokitzera. Aldiberean, berbeta horien grafia prestatu eta literatur hiz-kuntza finkarazteko urrats erabakigarriak egin ziren.Sarritan, herri-hizkuntza horietara itzuli beharrak hitzberriak sorraraztea zekarren, latinaren ereduetan oinharturik18. Eta behin goi mailako kulturaren adierazleizateko gaitasuna eginetan frogatu eta gero, beregain-

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18 Hori gertatu zen, adibidez, alemanez, impressio ‘barrurakosakada’ eta expressio ‘kanporako sakada’ hurrenez hurren, Eindrucketa Ausdruck moduko kalkoen bidez itzultzean. Egia esan, erroma-tar idazle klasikoek eta Erdi Arokoek lehenago ere gauza bera egi-na zuten grezierazko ereduekin. Hor dago, adibidez Ciceronekqualis ‘zein’-etik sorturiko qualitas (grezierazko poio-tes-en oinarritua, poios ‘zein’), edo latin berriko insectum‘bere baitan ebakia’ edo atra bilis ‘behazun beltza’ gisako moldae-rekin, azken buruan grezierazko entomon eta me-lan-kholos hitzetan oinarrituak.

tasun politikoa zeukaten herrietan behintzat, herri-mintzaira horietako ez gutxi administrazio-tresna bi-lakatu ziren, unibertsitateetan ere latinari pixkanakalekua kenduz, azkenean estatu-hizkuntza ofizial bila-katu arte.

Nafarroako testuinguru politiko,ideologiko eta kulturazkoa

Errege-erregina katolikoen ezkontzaz Aragoik etaGaztelak erresuma-elkartasun boteretsu bat osatua zu-ten penintsulan, eta XV. mendearen bukaeran, musul-manak Granadatik egotzi eta gero, hori areago sendo-tuko zen. Iparraldean, bien erdian Nafarroako erresumatxikia gelditzen zen. Tradizionalki, Nafarroa ingurukoauzo boteretsuekiko hitzarmen-orekatuen bila arituazen, eta une hartan, batez ere, iparraldera begira zego-en, Frantziako erregeekiko adiskidetasuna lantzen.

Pirinioetako erresuma bereganatzeko, seme-alabenarteko ezkontza-proposamen batzuk egin ziren, bainaFernando Katolikoak horiek guztiok alferrekoak zire-la ikusita, Nafarroa indarrez hartzea erabaki zuen. Ho-rretarako, Julio II.a aita santuaren eskumikatze-buldaberantiar bat erabili zuen19, Frantziako erregeak Ita-lian Aita santuaren kontra zerabilen gerran nafarrek

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19 Berez, dokumentua oso susmagarria da, aita santua hil bai-

laguntzen ziotelako eta protestanteen aldekoak zirela-ko aitzakiaz.

Dokumentu horrek, nolabait, Nafarroako legezkoerrege-erreginak eskumikatzen zituen, haien izenakargi aipatzeke baina20. Horren bitartez, nafar monar-kari errege izateko behar zuen Jainkoaren grazia ken -tzen zitzaion, eta beraz, haren erresuma, bera konkis-ta zezakeen beste errege baten esku uzten. Horrela,1512an Gaztelako tropak Nafarroan sartu eta bertakoerrege-erreginek, Joan III.a Albretekoak eta harenemazte Katalina Nafarroakoak iparraldera ihes eginbehar zuten.

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no lehentxeagoko data baitauka, eta horregatik badira FernandoKatolikoak berak faltsuztatu zuela diotenak. Edonola ere, halaizan ez arren ere, behin Nafarroa konkistatu eta gero, Elizak ezzuen behin ere puntu hori argitu, eta bai, ordea, bere isiltasunazAragoiko erregearen harrapaketa onetsi.

20 Berez bi bulda izan ziren: Pastor ille caelestis (Erroman,1512-6-21ean Julio II.a aita santuak sinatua, hots, Fadrique deToledo, Albako Dukea, bere tropekin Nafarroan Burundatik sar -tzen zen egun berekoa, bulda hori urte bereko agorrilera arte pe-nintsulara heldu ez arren) eta Exigit contumaciam obstinata proter-vitas 1513ko otsailaren 18koa, aita santua hil baino hiru egun le-henago emana. Egia esan, horietan ez ziren nafar errege-erreginakespreski kondenatzen, baina, Fernando Katolikoak hori baiezta-tu ondoren, Erromak ez zuen inolako gezurtatzerik atera Nafa-rroako monarken alde. Halere, Thomas More santuak Aragoikoerregearen bidegabeko lapurreta hori salatu zuen Utopia bereobra ospetsuan. Ikus Tomas Moro, Utopia, Klasikoak, Bilbo,1992, 87. orr.

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Margarita Nafarroako erregina (1492-1549). François Clouet-en (?) marrazkia.

Frantzia, Gaztela eta Aragoi artean kokatua izanik,Nafarroak politika harremanetan pairatzen zuen egoe-ra orekagaitza gorabehera, XVI. mendearen hasieranerresumak kultur giro ernazentista nabarmena bizizuen. Joan Albretekoaren eta Katalina Nafarroakoarensemea, Henrike IIa, Margarita Angulemakoarekin ez-kondua zen21, hots, Frantziako François I.a erregearenarrebarekin. Berori kulturaz Ernazimenduko andrelanduenetako bat izan zen, eleanizduna22, letretaraemana eta hainbat obraren idazlea, bai poesian eta baiprosan ere. Haren lanik famatuena, zalantzarik ez,Heptameron deritzon ipuin bilduma dugu, Boccaccio-ren Decamerone-ren antzera moldatua baina, berak ai-tortzen zuenez, “benetan gertaturiko pasadizoetan oi-narritua”.

Bearnon, Nerac-eko bere jauregian, kultur gortebat antolatu eta hura garai hartako poeta, filosofo,pentsalari eta erreformisten babesleku bilakatu zuen.Haien artean Jacques Lefèvre d’Estaples, Bibliaren le-hen frantses itzultzailea, eta Jean Calvin aipa daitezke.Badakigu Erasmo Rotterdamekoarekin ere harrema-nak zituela, berorrek 1525 eta 1527an erreginari bigutun bidali zizkion eta. Ernazimendu giroko pertso-

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21 Henrikerekin ezkondu zenetik beti Margarita Nafarroakoasinatzen zuen, eta horrelaxe aipatzen da eskuarki.

22 Frantsesaz gainera, ba omen zekizkien gaztelania, italiera,latina, greziera eta hebreera. Ohiko bizilekuagatik, gainera, se-gurtzat eman daiteke gaskoiera ere, ulertu bederen, egiten zuela.

na aurrerazalea zen bera, erlijio askatasunaren aldekoa,buruz eta izpirituz ideia berrietara oso irekia. Erroma-ko Elizaren abusuak kritikatzen eta katoliko batzuensineskeriak23 salatzen zituen, baina protestanteei es-kainiriko babes nabarmena gorabehera, berak betiiraun zuen zintzo katolikotasunean. Egia esan, ez zenhain harritzekoa, bere burua hain katolikotzat zeukanaragoitar erregearen eta aita santuaren jukutriengatikberen erresuma galdua zekusaten nafar errege-erreginahaiek protestantismoa begi onez ikustea.

Margaritari zor zaio orduko Nafarroak mundu-rantz projektatzen zuen jakintza-irudi bikaina. Ez dakasualitatea William Shakespeare-k bere Love’s labourslost (= ‘Alferreko maitasun-lanak’) komedia ezagunarenkokalekua non eta Nafarroan jartzea, kultur giro kor-tes eta atseginean24. Zoritxarrez, konkistaz gero –vaevictis!– aurreko panorama miresgarri hura itsustu eta

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23 “Baina esperientzia handiko dama alargun batek, Oisillezeritzonak, bide txarren beldurra alde batera uztea erabaki zuen,Andre Maria Sarrance-kora heldu arte. Ez, hain sineskeriatsua ezbaitzen, pentsatzen zuelako Ama Birjina loriatsuak bere semeareneskuina utz zezakeela, bera jarririk dagoen lekua alegia, eremuhuts batean egoteko, baina deboziozko leku hori ikustearren, har-taz mintzatzen hainbestetan entzuna zen eta”. Margarita Nafa -rroakoa, Heptameron, Aitzin-solasa.

24 Navarre shall be the wonder of the world, Our court shall be a little academe,Still and contemplative in living art.

Love’s Labour’s Lost. Act 1

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Margarita Nafarroakoaren obra ezagunena, Heptameron,haren alaba Joanak argitararazi zuen 1560an, ama hil etagero.

desprestigiatzeko kanpaina luzea egin zuten agintariberriek, nafarrak oro nekazari ezjakin, trakets, buru-gogor eta pertsona landugabe gisa bidegabeki aurkez-teko asmo gaiztoaz.

Nafarroaren birkonkista

Henrike II.ak ezin zezakeen inola ere ahantz bereerresuma osoa Gaztelaren menpean zetzala. Hura be-rreskuratzeko, bere koinatu François I.aren laguntzaz,nafarrez eta gaskoi-bearnesez osaturiko armada bat an-tolatu zuen, erretagoardian frantses zaldieria eta ale-man mertzenarioak zituela. Tropa horiekin 1521eanNafarroara sartu eta erresuma osoa birkonkistatuzuen. Halere, gaztelau armadaren kontraerasoan, No-aingo batailan, Iruñeko ateetan, borroka galdu eta be-rriz ere iparraldera itzuli behar izan zuen, etsipenaz.Orduantxe, maiatzaren 20an zauritu zuten nafarrekEneko Lopez Oñazkoa, Eneko Loiolakoa izenaz ezagu-nagoa, Gaztelako tropa erasotzaileekin batera zebile-na.

Bi urte geroago, gaztelauek Hondarribiko gazteluahartu zuten, Henrike II.aren aldeko nafar soldaduekoraindik irmoki mantentzen zutena. Horixe da, hainzuzen, Irungo jaietan urtero ospatzen den alardeareniturria, gaur, egiazko historia ahantzirik, frantsesenaurkako garaipen gisa aurkeztua. Bestalde, Pirinioeta-ko Bortuak neguko elurteez itxirik eta Donibane Ga-raziko gotorlekua, bakarturik gelditzean, defendatze-

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ko oso zaila zelako, 1527an gaztelau tropek NafarroaBeheretik alde egin zuten, eskualde hura nafar errege-aren eskuetan utzirik.

Joana III.a Albretekoa

Haren aita Henrike IIa. 1555.ean hiltzean, JoanaAlbretekoak Nafarroako koroa hartu zuen, “Nafarroa-ko erregina eta Bearnoko Andre gehien” gisa. Harenama Margaritak protestantismoari zion begikotasunaJoanarengan areagotua zen. Horretara, 1560ko Egu-berri egunean jendaurrean katolikotasunari uko egineta Jean Calvinen erreforma onartu zuen. Pentsatzekoadenez, erabaki horretan bere erresuma, –Aragoiko Fer-nando katolikoak, aita santuaren gaizkidetasunaz,ebatsia– osotasunean ezin berreskuratzeak zerikusihandia ukan zezakeen. Ondoren, bere aginpeko herrie-tan kalvinismoa sartzen ahalegindu zen. Horretarako,Bearnoko apaiz batzuk Genevara igorri zituen, Calvi-nek berak sineskera erreformatua irakats ziezaien.

Orthezen unibertsitate kalvinista bat fundatuzuen, eta, euskaldunen artean Jainkoaren hitza hedatueta protestanteen ideiak ereiteko, Testamentu Berriaeuskarara itzultzea agindu zuen. Erreginaren erabakihorretan denboretan zehar oso aspaldidanik zetozenkausa, eragin eta ideia askoren arteko korapilatze ha-rrigarri baten ondorioa mamitzen zen: Erromak herri-hizkuntzekin luzaro erabiliriko mespretxua, ekialdeanjendeen mintzairekin izandako errespetu-tradizioa,

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botere politiko eta erlijiosoen arteko harremanak etakontraesanak, elizburuen ustelkeria, despita eta men-deku-nahiak, askatasun-gogoa, fededunen egia-ega-rria, erreformistek beren sineskera berriak hedatzekozuten asmoa, protestanteen eredua, borondate pertso-nalak, itzultzale euskaldunek beren herria ezagutaraz-teko interesa... baina faktore horiek guztiok banan-ba-nan eta xeheki aztertzeak luze joko liguke.

Luis Villasantek ongi dioenez25, protestanteen eus-karazko itzulpenak euskaldunen artean erlijio-errefor-ma hedatzeko plan ongi pentsatu baten barruan ko-katzen ziren. Egia esan, hura, dakigula, gure Herrikolehen plangintza linguistikoa gertatu zen. Era bereanbearnesez salmoak eta beste izkribu erlijioso batzukpublikarazi zituen. Erreformak Bearnon, oro har, arra-kasta handia ukan zuen, bai eta, maila apalagoan, Zu-beroan ere, baina Nafarroa Beherean katolikoek nagu-si iraun zuten, eta erlijio-gerra odoltsua piztu zen26.

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25 Luis Villasante, Historia de la Literatura Vasca, Ed. Sendo,Bilbo 1961, 56. or.

26 Axularren obraren hasierako gomendiozko gutunean, Ber-trand Etxaus-en aita aipatzean, erlijio-gudu horien oihartzuna adidaiteke: “Naffarroa behereco parte hetan, bertce anhitz leccutanbeçala, legue Catolica saindua, iduriz flacatcera, cordocatcera etaerortcera cihoanean, badaqui munduac, nola çure aita Iauna, bereetcheaz, onez eta biciaz ere contu guti eguinic, Ioan cen donapa-laiora, non baitcen Orduan Naffaroaco Parlamenta. Eta han ausar -tcia handi batequin, bere bihotz guiristino noblearequin, hasi cen,Ezpata bilucia escuan harturic, Oihuz, Mathatias bat bere dembo-

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Anton Bourbongoa, Nafarroako errege ezkontidea (1518-1562).François Clouet-en lantegiko pintura.

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Joana Albretekoa, Nafarroako erregina (1528-1572).François Clouet-en erretratua.

Joanes Leizarraga Beraskoizkoa27

Ez da asko Testamentu Berria lehenbiziko aldizeuskarara itzuli zuen gizon honen bizitzaz dakiguna.Jaio Lapurdin egin zen, 1506 urtearen inguruan, Be-raskoitz izeneko herrian hain zuzen, eta joan den men-dearen hasieran haren sortetxearen hormak zutikomen zeuden oraindik. Protestante izan baino lehenapaiz katolikoa izan zela dirudi, baina haren ikasketenberri ez dugu. Bere ideia erlijiosoengatik presonde-gian egon zela eta han gaizki tratatua izan zela, ordea,bai, eta hori “oroitzeak ere buruko biloa latz eraziten”zion. Pauen 1567ko apirilaren 15ean artzain protes-tante izendatu eta Bastidara bidali zuten bere artzain

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ran beçala, erraiten çuela. Omnis qui habet zelum legis, statuens testa-mentum exeat post me. Ea guiristinoac, guiristino icenarequin, içanaduçuenak, bertce eguiteco guztiac vtciric hurbil çaquizquidate,Iarraiqui çaquizquidate eta egiazco leguearen eta fedearen man-tentcen eta sostengatcen, lagun çaquizquidate. Eta hanbat eguinçuen, non bere herria eta ingurunecoac ere, hetan sartcera cihoaneritasunetic beguiratu baitcituen. Eta guero handic hartaco herrazeta mendecuz bere Iauregui ederra erre cioten”. Pedro Axular,Guero. Gomendiozco carta. Bordele, 1643, 6-7. orr.

27 Berak euskaraz beti Joannes Leiçarraga Berascoizcoa sinatuzuen, bai Testamentu Berriaren hitzaurrean eta bai ABC-an ere,eta frantsesez Jean de Liçarrague de Briscous. Ez zuen inoiz erabili, ezeuskaraz ez frantsesez, Lizarraga edo Liçarraga forma, batzuk, le-kukotasun historikoaren eta aspaldiko euskal tradizio nagusiarenkontra, oraindik horrela aipatzen duten arren.

ministerioa betetzera. Nafarroa Behereko herritxo ho-rretan egon zen hil arte, bertako fededunen artadun.

Georges Lacombek emandako datuei esker, bada-kigu Leizarraga 1565etik 1579ra kalvinisten sinodoe-tara maiz joaten zela, baina Pauen 1596ko agorrilaren20an egin zenera ez zuela joaterik izan, zahartasunaeta beste gaixotasun batzuengatik. Dakigula, 1598anBastidako artzain zegoen oraindik, baina 1601eko uz-tailaren 17eko sinodoan herri horretako postua hutsikzegoela azaldu zen, dirudienez Leizarraga jada hila ze-lako, segur aski urte berean, laurogeita hamasei urteinguru zituenean.

Bada, gainera, beste datu bat Leizarragaz, Jacques-Auguste de Thou-k, Estatuaren kontseilariak, bereOroitzapenak liburuan kontatzen diguna. Jaun honek,Jean de Thumery-rekin batera, Parisko ParlamentukoKontseilaria berau ere,1582an Frantziaren hegoaldeanegindako bidaia batez honako hau dio, gertakariak be-ti hirugarren pertsonan azalduz:

“Ondoren Donapaleu eta Donibane Garazitik iraganez,Bastidara heldu ziren. Han Joanes Leizarraga ikusi zuten,toki hartako Elizaren ministroa, Joana erreginaren aginduzKatezismoa eta Testamentu Berria euskarara itzuli eta ka-raktere ederrez Rochelan Pierre Haultinen bidez inprimara-zi zituena. Hartaz beste inork ezin zezakeen hori egin, hiz-kuntza honek, irlanderak eta bretoierak bezala, gainerako-ekin daukan zerikusi urria ikusirik.

Apaiz honek, euskaraz eta frantsesez, bietan ongi min -tzatzen zenak, herrikoen aurrean bere hizkuntzan predika -

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tzen zuen, eta lehenagoko katolikoek meza ematen zuten eli-za berean; baina beste ordu batzuetan. Erlijio ezberdintasu-nak ez zuen haien artean inolako haserrebiderik sorraraz-ten, eta ohiturik zeuden elkarrekin bakean bizitzera”.

Testuak dioenez, garai hartan Bastidan euskarazegiten zen, gaur gaskoiturik dagoen arren. Bestalde,guztiz interesgarria da orduko erlijio-bizikidetasunbaketsuaz kontatzen duena, garai hartan gerra eta go-rroto giroa inguruetan oso hedaturik zegoen eta.

Bada, ordea, beste jakingarri bat, bereziki azpima-rratzekoa. De Thouk bere Oroitzapenak jatorriz latinezidatzi zituen, eta XVII. mendean atalka argitaratuzjoan ziren. Horien frantsesezko itzulpen osoa baina,lehenik, 1789an publikatu zen, eta bada beste ediziobat, 1823an argitara emana. Oinarriz, testu berberabada ere, bigarren edizio honek badauzka aldaketabatzuk, aurreko itzulpenaren frantsesa, orduko irakur-leentzat zenbait hitz eta esaeratan jada ulertezin edozaharkitu xamarra zegokeelako.

Horrela, ediziorik zaharrenean hau irakur daiteke:“Ils virent Jean de Licarrague (sic) 1582 Ministre de l’E-glise du lieu, qui par ordre de la reine Jeanne avoit traduitle Cathéchisme et le nouveau Testament en langue Bisca-yenne & qui l’avoit fait imprimer en beaux caractères (...)vu le peu de rapport que cette langue, de même que l’Hyber-nois & le bas Breton, a avec les autres”. Baina XIX. men-dekoak honela dio: “Ils virent Jean de Licarrague (sic)1582 Ministre de l’Eglise du lieu, qui par ordre de la rei-ne Jeanne avoit traduit le cathéchisme et le nouveau Testa-ment en langue basque, et qui l’avoit fait imprimer en be-

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aux caractères (...) vu le peu de rapport que cette langue, demême que l’irlandais et le bas-breton, a avec les autres”.Beltzez nabarmendu ditudan hitzetan garbi ageri de-nez, oraindik XVIII. mendearen bukaerako frantse-sentzat langue biscayenne eta langue basque erabat sino-nimoak ziren, hybernois kultismoa eta irlandais, aldiz,hitz arrunta ziren bezalatsu28.

Azpimarragarri deritzot argitasun honi. Anselmode Legarda-k bere obra ezagun eta hainbat aldiz aipa-tua argitaratu zenetik hona jada mende erdia pasatu

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28 Dena den, zalantzarik bat ere izan ez dadin, hona hemen deThou-ren jatorrizko Comentaria de vita sua-ko jatorrizko pasartea la-tinez: viderunt & allocuti sunt Ioannem Licarraguëm loci pastorem, quimandatu Ioannæ reginæ catechismum, & Nouum Testamentum in lin-guam Vasconicam seu Cantabricam vertit, & typis elegantissimis à PetroHaltino Rupellae excudendum curauit, & operis, nam quis alius potuissetipse praefuit, Cantabrica lingua, sicut Britannica nostra & Hibernicasingulares sunt & nihil commune cum cæteris habent, ideoque scribi nonposse putabatur. Azken iruzkin hori ‘eta horregatik uste zen ezinidatz zitezkeela’, jadanik 1545an Etxeparek deitoratzen zuen iri -tziarerkin bat dator –“eta berce nacione oroc uste dute ecin deuse-re scriba dayteyela lengoage hartan nola berce oroc baitute scriba -tzen beryan” –, baina, zalantzarik gabe, Thou-ren hitzok Monteig-nek Biblia herri-hizkuntzetara itzultzearen kontra emandako iri -tziari doazkio zuzen-zuzenik: “Badakigu Euskal Herrian etaBretainian badiren epailerik aski beren hizkuntzaz egin itzulpenhorren ezartzeko?” Michel de Montaigne, Entseiuak I, LVI, Klasi-koak, Bilbo, 1992, 276. orr. Dakusagunez, herri-hizkuntzek kul-turarako balio ez dutelako mespretxuzko aurreiritzia ez da gaur-koa, Estatuko mintzaira ofizialdunenen aldetik bederen.

arren, bada oraindik, antza, horretaz konturatu (gura)ez duenik. Aipaturiko lan horren lehenbiziko orrialde-an garbi azaldurik ageri da29, vizcaíno = vasco sinonimiahori, baina horretaz gogaitu arte errepikatu dena go-rabehera, Frantses Xabierkoaren jaiotzaren bosgarrenmendeurrena dela eta, behin baino gehiagotan iraku-rri behar izan ditugu bazterretan horren kontrako xe-lebrekeria ez gutxi.

Izan ere, garai bereko Frantses Jatsukoaren etxekohizkuntza euskara zela ukatzeko helburuaz, santuakberak aipatzen zuen «mi lengua vizcaina» famatu hura,dakusagunez garai hartako eta geroagoko frantseseanere erabilia, RAC-en arabera, vizcaíno eta vascuence ber-bek orduko gaztelanian zeukaten bigarren esangurapejoratiboaz ulertarazi nahi digute, hots, ‘erdalgaitz,

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29 Don Kixote-n agertzen den “bizkaitarra” (Sancho de Az-peitia) egiaz gipuzkoarra dela eta, honetara dio: “la aparente con-tradicción existente entre vizcaíno y Azpeitia se resuelve apelandoa cierto concepto vago de la palabra vizcaíno en siglos pasados”Anselmo de Legarda, op. cit. 9. orr. Autore berberak Manuel deLarramendi jesuitaren hitz hauek aipatzen ditu: “los autores queescribieron sobre estas provincias, no tomaron más principio quever en las universidades donde estudiaron todos los vascongados,vizcaínos, alaveses y navarros y guipuzcoanos hacían un cuerpo pa-ra distinguirse de castellanos, andaluces, extreños, así en los víto-res como en las elecciones de consiliarios y otras funciones, y quea este cuerpo lo llaman Vizcaya, por no repetir tantos otros nom-bres”. Anselmo de Legarda: Lo “vizcaino” en la literatura castellana,Biblioteca Vascongada de los Amigos del País, Donostia, 1953,12.orr.

hizkera nahasi eta ulertezina’ gisa. Ez dira kontura -tzen, ordea, horrela izatekotan, erabiltzaileari gaztela-nia trakets hori, definizioz, bere lehen hizkuntza eus-kara izatetik letorkiokeela, eta beraz, ahoz erdal “viz-caíno” hori erabiltzeko conditio sine qua non gisa, aurre-tik, interesatuak euskara jakin beharra zeukala. Bidebatez, absurdo-bidean, badirudi santuak euskaraz ezzekiela aldarrikatzekotan, prest leudekeela halakoakSorbonan ikasiriko nafar noble hura gaztelaniaz eregaizki mintzatzen zela onartzeko.

Testamentu Berriaren euskal itzulpenaz

Pauen 1563ko martxoaren 14ean bilduriko sino-doaren aktan irakur daitekeenez30, Joana erreginarennahia betetzeko, Joanes Leizarraga lapurtarrari harajoateko eskatzea erabaki zen, Testamentu Berria,Otoitzak eta Katezismoa euskaraz presta zitzan. Aga-ramont, Beltzuntze, Meharin, Ezponda eta Zalgizekojaunek, eta apaiz batzuek, zuberotarrak gehienak, har-

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30 “Lissarrague qui est au pays de Labourt sera mandé de senvenir Icy pour semployer a La translation du Nouueau testamentprières et Catechisme en Langue Basque et pour se preparer asuer-vir au Ministere en Ce pays ou en La Basse Nauuarre sil se veutobliger purement, & sera prié le Conseil Ecclesiastique Lentrete-nir sil sen veut venir veu qLa volonté de la Royne est quil Vien-ne”. Georges Lacombe, Du nouveau sur Liçarrague et ses collabora-teurs, in R.I.E.V. , 22. lib. 363-364. orr. 1931.

tara bultzatu zuten, berak bere liburuaren hitzaurreanaitortzen duenez.

Bi urte geroago Leizarragak itzulpenak jada buka-tuak zituen eta, horiek gainbegiratzeko, sinodoak bes-te lau lagun izendatu zituen: Piarres LandetxeberriÜndüreingoa eta Sanz Tartas Sarrikotapiakoa zubero-tarrak, Joanes Etxeberri, “petit basque” deitua, Doni-bane Lohizunekoa, eta Tardetz zeritzon beste bat, dei-turaren arabera, segur aski zuberotarra izan zitekeena.Ez dakigu baina, horien lana zehazki zertan mamituzen, Joanesek aurretik egindakoa soilki berrikustenala zenbait pasarte itzultzen ere jardun ote zuten,eranskin batzuetako euskara-mota ezberdina ikusita,inoiz susmatu den bezala.

Itzultzaile-lana berria ez bazen ere, testu sakratuenkasuan, ondo gogoan ukan behar dugu itzultzaileek,erlijio-mezuak hizkuntzaz aldatzean, hitz eta esaldiezberdinetan moldatu behar zituztela, baina funtsezkomamia eta ortodoxia, inola ere faltsutu gabe. Kezkahorrek, noski, askotan jatorrizko testuen letrari her -tsiegiki jarraitzera bultzatzen zituen, gramatika-ze-haztasunaren bidetik, horrek maiz aldean itzulpenarimorroikeria nabarmena zekarkion arren. Eta itzultzai-leek berek ez zuten akats hori ukatzen. Horregatik be-ren hitzaurre eta oharretan hurrengo edizioetan pasar-te batzuk hobeki itzultzeko ahalegina eginen zutelaadierazi ohi zuten31. Hitzez hitzeko itzulpenen mugak

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31 Ikus, adibidez, Leizarragak berak dioskuna: “Eta baldin

ezaguturik ere, aitortu behar da, aldi berean, horiekgutxienez iturburuko testuak osorik eta konnotazioguztiekin eskaintzen dizkigutela eta, hapax, hitz za-harkitu, adizkera bitxi edo berba ezezagunak darabil -tzatenean, horiexen esangurak erraz igar ditzakegulajatorrizko pasartera joanda, hor horien kide zehatzaaurkituko baita.

Nolanahi ere den, Leizarragak, bere obran ederkifrogatu zigun itzultzeko zeukan gaitasuna, aurreanaurkitu zituen oztopo ugariak trebeki gainditzean.Testamentu Berria itzultzeko kargua emateak berakgarbi adierazten du bere denboran ere gure hizkuntzaoso ederki jakiteko ospea zuela, eta badakigu harenlankide Tartas-ek, Landetxeberrik eta Tardetz-ek be-ren haurrak Nafarroa Beherera bidali zizkiotela, haienegokizun-gastuak Eliza kalvinistaren kontura ordain-durik, beraskoiztarrarekin urtebete pasa eta euskaraondo ikas zezaten32.

Leizarragak Nafarroako erreginari berorrek itzul -

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sperança dugun beçala, oraindrano eguin den hunetán heuscaldu-nac goçoric edo edificationeric hartzen badu, hunetan emplegatuiçan diradenéc bihotz harturen duté, oraindanic gogo-ere dute~ be-çala, eguin denaren berriz ikusteco eta corrigitzeco: bayeta, baldinIaunac hala placer badu, passage difficilenén declaragarri annota-tionén eçarteco” (Heuscalduney). Izan ere, kalvinistek horixe beraegin zuten XVI. mende osoan zehar beren frantses edizio ugarie-tan, urtez urte, grafia, sintaxi eta estilo aldetik testuetan etenga-beko ukituak eginez.

32 Ikus G. Lacombe, op. cit. 365. or.

tze-lana egiteko eskurarazi zion diru-laguntza esker -tzen badio ere, 1565eko uztailaren 10eko sinodoarenaktak dioenetik, badirudi obra moldiztegira eramate-ko gastuak Eliza protestanteetan bilduriko diruaz or-daindu zirela, eta ez erreginarenaz33. Nolanahi ere den,Testamentu Berria 1571n argitaratu zen Rochellan,Pierre Hautin inprimatzaile kalvinistaren moldizte-gian. Bibliofilo guztiek aho batez aitortzen dutenez,edizio txukun eta oso ongi zaindua egin zen, eta gure-gana heldu diren ale original gutxietarik bat ikustekozoria izandakook hala dela esan dezakegu zinez. Badi-rudi, Julien Vinsonek dioenez –J. A. De Thou-ren le-kukotasuna aipatuz–, liburua Rochellan inprimatzenari zen bitartean Leizarraga bera izan zela bertan, pro-bak eta berrikusten eta zuzentzen, eta horrek azal le-zake testuan hain errata gutxi agertzea.

Leizarragaren argitalpen txikiak

Haren obra nagusia, zalantzarik gabe, TestamentuBerriaren itzulpena den arren, horretaz jardun baino le-hen, derradan zerbait haren obratxo osagarri txikiagoezere. Batzuk Testamentu Berriaren liburuki berean argi-taratu ziren, eranskin gisa, eta honako hauek dira:

Othoitza ecclesiasticoen forma deritzon atalean,

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33 Ikus Olaizola, op. cit. 179. or.

errezatzeko erak, sakramentuak administratzeko for-mulak eta ezkontza egiteko modua azaltzen dira, JeanCalvinek prestauriko testuaren arabera. Catechismeaizenekoan, izenak berak adierazten duenez, Jesu Kris-toren doktrina eskaintzen du, galde-erantzunen bidezhaurrei irakasteko era tradizionalean. Azkenik, Fede-co confessionea-n, protestanteen sineskera zertan da -tzan xeheki argitu eta beren eta papisten arteko ezber-dintasunak berrogei puntutan azpimarratzen dira.Honako hauetan, adibidez:

Hasteko, 3. puntuan, protestanteen ustez Biblia-ren oinarria osatzen duten izkribuak banan-bananizendatzen dira, Testamentu Zahar eta Berriko liburukanoniko guztiekin. Gainerako eliz liburuak alde ba-tera baztertzeko arrazoia honako hau da:

4 ... provetchable içanagatic, ezpaitirade ordea halaconon hetaric fedeco articuluric batre funda ahal dadin.

Eskritura Santuari dioten errespetua honela isla -tzen da:

5 Guc dugu sinhesten ecen erran den liburu hautaco hi -tza Iaincoaganicoa dela eta harenganic beraganic duela be-re authoritatea eta ez guiçonetaric. Eta nola hitz hura bai-ta eguia ororen reglá, contenitzen duelaric Iaincoaren cervi -tzuco eta gure saluamendutaco necessario den gucia, dioguecen eztela sori guiçonén eta are Aingueruén-ere hitz harideusen eratchequitea, edequitea edo cambiatzea. Hunec da-carque ecen ez antiquitateric, ez costumaric, ez gende anhi -tzic, ez guiçonén çuhurtassunic, ez iugemenduric, ez arrestic,ez miraculuric batre etzayola Scriptura diogun huni nehola-tan-ere, ez deusetan-ere contrariatzeco, baina aitzitic hunen

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araura behar diradela Christinotassuneco punctu guciacexaminatu, reglatu eta reformatu.

Kalvinismoaren oinarri sendoenetakoa hauxe zen,fedeak, eta ez otoitzek edo ongi eginek, justifikatzendutela gizakia. Salbazioa, bestalde, Jesu Kristoren sa-krifizioaren eta Jainkoaren ontasunarengatik datorki-gu. Izan ere, gizakia, jatorriz satsu eta bekataria da,eta ezin dezake deus egin betiereko loria erdiesteko.Biziek hilen salbaziorako eskainiriko mezak eta egin-dako otoitz-erreguak, halaber, alferrekoak dira. Sal-batzekoak, beraz, Jainkoak berak hautatzen ditu34:

17 Guc dugu sinhesten ecen Iesus Christ gure Iaunaccrutzean offrendatu vkan duen sacrificio bakoitzaz reconci-liatu eta baquetu içan garela Iaincoarequin, hare aitzineaniusto estima eta recibi gaitecençat: ecen gu haren gogaraco, ezharen adopcionean participant ecin garate, bekatuac barka -tzen eta ohortziten drauzquigun becembatean baicen.

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34 Predestinazioaren doktrina honek, salbazioa Jainkoaren es-kuetan uzten du erabat, eta horrela fededunari etengabeko zalan -tzak sorrarazten, berak, zintzoki jokatu arren, ezin jakin baitezakeazken buruan salbatuko ote den. Duda larriok arindu eta ematunahirik, ordea, Calvinek zioenez, Jainkoak bere hautatuei bizitzahonetan nolabaiteko seinaleak ematen dizkie, beste munduan sal-bazioa ukanen dutela adierazteko. Ezaugarri horietako bat munduhonetako arazoetan, salerosketetan etab. arrakasta izatea zen. Ho-ri dela eta, kalvinista askok merkataritzan jarduten zuten zuhurki,negozioetan lorturiko arrakasta hori zerurako seinale ona zelakoan.Ekonomista batzuen ustez, horixe izan zen, besteak beste, Herbe-hereen ekonomia aurrerantz bultzatu zuten faktoreetako bat, hainzuzen.

20 Guc dugu sinhesten ecen iustitia eta gratia hunetan,participant garela fede hutsez. (...) Bada fedez obtenitzendugun iustitia haur, dependitzen da Iaincoac on darizculadeclaratzen eta testificatzen draucun promes gratiazcoeta-ric.

Kristau batzuen artean Ama Birjinaren eta santuenirudien gurkeraz eta santutegi famatuen inguruko mi-rariei buruzko ustekizun eta sineskeriak arbuiatzen zi-tuzten:

28 Eta sinheste hunen araura guc dugu protestatzen etadeclaratze ecen (...) eguiazqui Sacramenduric administra -tzen eztén lekuan, nehor propriqui minçatzera ecin erran de-çaquela han Eliçaric dela. Eta causa hunegatic guk dituguabhorritzen Aitasaindu erraiten denaren arauezco synago-gác eta congregationeac, ceren hetaric Iaincoaren eguiazcohitza banitu eta accotatu içan baita, eta Sacramenduac ha-yen artean corrupitu, falsificatu eta choil ezeztatu içan bai-tirade bayeta ceren idolatria eta superstitione gucia hetanbaita bogatan.

Batetik, apaizen arteko berdintasuna aldarrikatzenda, berez hor inolako hierarkia edo aginkeriarik onar-tu gabe:

30 Guc dugu sinhesten ecen eguiazco Pastor oro no-erebaitirade, bere officioare exercitatzeaz den becembatean, ceinbere lekuetan authoritatez eta puissançaz bardin diradela,Buru bakoitz bate azpico diradelaric, cein baita IesusChrist Iauna Ipizpiku subirano, eta iniuersal bakoitza. Etacausa hunegatic, ecen eceinere Eliçac eztuela dominationericez iaurgoarik vsurpatzeco berce Eliçaren gainean.

Horregatik izendapenak goitik egin barik, kalvi-

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nismoak, Erromako Elizaren egitura monarkiko edoinperialaren lekuan, sufragio bidezko errepublikaregitura modernoagoa proposatzen du, karguak hautes-kundeen bitartez izendatzeko:

31 Guc dugu sinhesten ecen nehor bere buruz ez bere au-thoritate propriz Eliça carguric vkaitea eztela auançatzeco:baina haur behar dela eguin electionez, Iaincoac permetti -tzen duen eta eguin ahal dadin lekurano.

Bestetik, kalvinismoak bi sakramentu besterik ezdituela onartzen adierazten du:

35 Eta guc dugu confessatzen ecen bi Sacramendu dira-dela solament, eta hec diradela Eliça guciaren commun: etahetaric lehena, baita Baptismoa (...) Cena saindua (baitabigarren Sacramendua)...

Leizarragaren eranskin hauek, gorago esan den be-zala, garai hartako Testamentu Berri protestante asko-tan ageri den testuei darraizkie, inolako berrikuntzaedo aldaketa nabarmenik gabe.

Goian aipaturikoez gain, aparteko liburu gisa, besteobratxo bi eman zituen argitara Leizarragak 1571an:

Lehena haren Calendrera dugu, euskaraz helduzaigun lehenbiziko egutegia, historia, kultura, erlijio,hagionimia eta lexiko aldetik datu interesgarri ez gu -txi dakartzana. Lehenengo eta behin, hilabeteen ize-nak eskaintzen dizkigu, garai hartan iparraldean esa-ten zirenez, eta horiexek ditugu, hain zuzen, salbues-pen gutxirekin, gaurkoak berak35. Aipatzen dituen

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35 Egia esan, tamalgarria izan da, ene aburuz behinik behin,

Zoodiakoaren figuren izenak ere baliagarriak izanzaizkigu, eta hortik egungo hizkuntza estandarrerairagan dira. Ilargialdietako biga esateko modua ereematen da: ilhargi berria eta ilhargi bethea alegia.

Bestalde, Bibliaren araberako urteen kontuak erebadakartza: munduaren sorreratik uholderaino (1656urte), uholdetik Moisesenganaino (797), Moisesen-gandik Kristorenganaino (1.514) eta harrezkerokoak(1.572). Hortaz, guztira, Jainkoak mundua egin zue-netik ordurarte 5.539 urte iraganak zirela uste zuen,XIX. mendean eboluzionistek eta geologoek bestela-ko datuak agertu arte, hortxe-hortxe sinesten zen be-zala. Urthe bissexta eta urteko egunik luzeenak eta la-burrenak ere, solstizioak alegia, aipatzen ditu. Bereneurri apalean, oso interesgarriak dira, halaber, hilabe-teetan tartekatzen dituen beste efemeride astronomi-ko, kultural eta erlijiozkoak ere, garai hartako pen -tsaera eta jakituriaren lekuko. Horien arabera, badaki-gu euskarazko Testamentu Berria 1571ko buruilaren–gaurko irailaren– 23an amaitu zela lehenbiziko aldizinprimatzen. Kontuan hartzekoak dira, halaber, aipa -tzen dituen santuen euskal izenak (Catherina, Esteben,

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gutxienez Leizarragaren garaitik euskal literaturan tradiziorik lu-zeena izan duten agorrila eta hazila hilabeteen izen jatorrak, gauregun ere iparraldean ongi bizirik dirautenak, euskara baturakooraindik lehenetsiak ez izatea, abuztu bezalako erdarakadaren etaazaro –mendebalde osoan behintzat ‘ereiteko edozein aro’ esan na-hi duena– hitz ezegokiaren mesedetan.

Thomas, Nicolas, Barbara, Denis, Martin, Laurens, Bar-nabas, Georgi, Leon, Blasi, Antoni...) gure onomastika-ren osakide.

Bigarrena ABC edo christinoen instructionea,othoitz eguiteco formarequin deritzon liburutxoa da.Horren azalean pasarte hau eskaintzen du: Vtzi tzaçuehaourrac, eta enegana ethortetic eztitzaçuela empatcha: ecenhorrelacoén da ceruetaco resumá (Mat, 19). Irudimen han-dirik gabe susma daitekeenez, bistan da umeak maitezituela eta haiei irakastea atsegin zuela. Bada, gainera,hori pentsarazten digun beste datu bat ere, lehentxeagoaipatua: haren itzultzaile lagunek beren haurrak haren-gana bidaltzea, euskaraz ongi irakats ziezaien.

Aspaldian, bai gurean eta bai atzerrian ere, haingaurkoa bihurtu den nazio hitzaren eztabaidarako, ezdagoke gaizki Leizarragak horretaz uste zuena gogora -tzea. Heuscal-Herrian gaztetassunaren iracasteco carguä du-tenér eta goitico guciér egindako hitzaurretxoan honakohau dio: Berce natione guciéc, ceinec bere lengoagean beçala,Heuscaldunac-ere berean duençat, certan iracurtzen ikas ahaldeçan, eta nola Iaincoa eçagutu eta cerbitzatu behar duen, ne-cessario estimatu ukan dut ABC haur berce instructionere-quin Heuscaraz-ere iar ledin... Joana Nafarroako erregi-nari eginiko aurkezpenean ere dioena errepikatuz36.

Lantxo honekin Leizarraga euskal irakaskuntzarenaitzindari agertzen zaigu. Hor ere arlo horretako oina-

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36 Alabaina segur içanez ecen Heuscaldunac berce natione gucién ar-tean ezgarela hain bassa, nõ gure lengoagez ecin eçagut

rrizko lexikoa eskaintzen digu: vocala, consonanta, diph-tongoa, syllaba, paussua, punctu, colona, comma... etagaurko hiztegi guztietara jada iragana den letreiatuhitz ahantzia ere bai, ... vngui eta trebequi lehen-vicitikletreyatzen haourrér iracats dieceçuen... perpausean aur-kitzen dena.

Liburutxoaren hasierako irakurketaren hasi-masiakeskaintzeaz gainera, ondoko orrialdeetan ohiko kristauotoitzak (Aita gurea, goiz, arrats eta gaueko errezuak,jan-aurreko eta ondoko otoitzak, lan egitekoak, etab.),kristau fedeko artikuluak (Kredoa), Hamar aginduaketa kristau batek jakiteko dituen puntu nagusiakazaltzen dira.

René Lafonek dioenez, badirudi lantxo hau egite-ko, Leizarraga protestanteek 1568an argitaratu zutenABC, ou Instruction des chrestiens deritzon obrako zen-bait atalez baliatu zela, gainerako osagaiak beste iturribatzuetatik jasorik.

Bibliaren itzulpenaren iturriak.

Asko idatzi da beraskoiztarrak Testamentu Berriaeuskarara itzultzeko erabili zituen testuez. L.L. Bona-

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eta lauda deçagun gure Iainco Iauna... nolabait Etxeparek ere Ber-nard Lehete abokatuari eskainiriko hitzaurrean esandakoaren bide-tik: “eta berce nacione oroc uste dute...”. Garbi dago garai hartako eus-kaldunek beren herria naziotzat zeukatela.

parte, Schuchardt, Dogson, Vinson, Urkixo, Lafon,Mitxelena, Ruiz Arzalluz eta Olaizola, besteak beste,aritu dira kontu interesgarri honen inguruan, Leiza-rragak Testamentu Berria zehazki zein hizkuntzatatikeuskaratu zuen argitu nahirik37. Ikertzaile horietakogehienek uste dutenez, Leizarragak frantses itzulpe-nen bat izan zuen gidari, kasu batzuetan latinezkoVulgata ere kontuan izanez. Haren testua Vulgatarena-rekin ez baina grezierazko originalekin bat datorrenkasuan, ordea, kidetasun hori aurretik frantses itzul-penetan ere errespetatua izan zelako susmoa izan da38.

Euskarazko testua Robert Olivétan-en 1535eko le-hen frantses edizioarekin konparatuz gero, alde asko-tatik, begien bistan dago Leizarraga, funtsean, itzul-pen horretan oinarritu zela bere lana burutzeko, edo,hobeki esan, horrexen hurrengo edizio berrikusirenbatean. Izan ere, obra bien lehen orrialdeak parean

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37 Orain arteko lanen bilduma zehatza eta lan kritiko bikai-na den aldetik, Iñigo Ruiz Arzalluz-en “El modelo griego de Leiza-rraga: ¿una quimera filológica?” kontsulta daiteke: In Memoriae L.Mitxelena magistri sacrum. Donostia, Gipuzkoako Foru Aldundia,1991 (ASJU-ren eranskinak), 107-115. orr.

38 Gaurko datuen argitan, ezin onartuzkoa dirudi J. M. Olai-zolaren usteak: “Se sabe (...) que traducía el Nuevo Testamento di-rectamente de la famosa edición del Nuevo Testamento Griegocon traducción latina que Erasmo de Rotterdam publicó en Basi-lea”. Autore berberak ordea, argi aitortzen du: “...tenía sobre lamesa además de la edición griega de Erasmo, la traducción france-sa de Pedro Roberto Olivetan...” op. cit. 176. or.

jartzea aski da kidetasuna ikusteko: LE NOVVEAV /TESTAMENT / De nostre Seigneur et seul Sauueur / JesusChrist. / Translate de Grec en Francoys. / En Dieu tout. /Matth. Xvij. / Cestuy est mon filz bien ayme, auquel / aypris mon bon plaisir / escoutez le. Hau da, ia-ia Leizarra-garena bera: IESVS CHRIST / GVRE IAVNAREN /TESTAMENTV / BERRIA. / MATTH. XVII / Haurda ene Seme maitea, ceinetan neure atseguin ona / hartzenbaitut, huni beha çaquizquiote.

XVI. mendeko biblia kalvinista ugarien arteanorain arte aurkitu dugun iturri hurbilena Le nouveauTestament, c’est à dire, la Nouvelle alliance de Nostre Seig-neur Jesus Christ izenekoa dela esan daiteke39, Jean Cal-vinek Genevan, Augustin Marlorat-en oharre-kin,1563an argitaratua, berorrek, kapituluen hasierandakartzan laburpenak ia-ia Leizarragarenak berak bai-

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39 Frantzian Bibliaren eta Testamentu Berriaren hirurogeiedizio inguru egin ziren XVI. mendean, horietako batzuk elebi-dunak: latin-frantsesak, latin eta grezierazko hutsak kontatzeke.Horien artean Leizarragaren iturburu izan zitezkeenak aurkitzeaez da lan erraza. Bilatze- edo, bederen, hurbiltze-lan honetarakoazkenean hautatu nituen hamazortziak ebazteko orduan berezikieskertu behar diet emandako laguntza estimagarria Euskaltzaindi-ko Azkue Bibliotekako zuzendari den Pruden Gartziari eta Josu-ne Olabarria bertako langileari. Era berean, Txomin Peillen eus-kaltzain eta adiskidearekin dudan zorra aitortu behar dut, 2006koudazkenean, XVI. mendeko frantses bibliak aztertzeko xedeaz,biok Parisko François Mitterrand Biblioteka Nazionalera eginda-ko bisitan eskaini zidan lankidetasun baliosagatik.

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Pierre Robert Olivétan-en 1535eko frantses BibliakoTestamendu Berriaren barne-azala.

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Joanes Leizarragaren 1571ko euskarazko TestamentuBerriaren azala.

tira, bai perpausen tankeran –hitzez hitz itzuliak–, baitipografian eta bai zenbakiak jartzeko eran ere, urtehorietako beste frantses itzulpenetan ez bezala.

Halere, 1563ko edizio horretako beste eranskinbatzuk (Otoitzak, sakramentuak administratzeko etaeriak bisitatzeko formak, fedeko konfesionea, katezis-moa...) jadanik aurreko hamarkadan inprimaturikobeste edizio kalvinista batzuetan ere aurki ditzakegu.Frantses edizio horietan guztietan, gainera, kapitu-luak bertsetetan barnebanaturik datoz, Leizarragarentestuan bezalaxe, Robert Estienne-k, Olivétan-en be-rrargitalpena 1553an plazaratzean, lehen aldiz eginzuenari segituz.

Genevako 1563ko frantses argitalpenean, Olivé-tan-ek lehen edizioan dakarren testu bat dator, JeanCalvinek berak idatzia, baina berrargitalpen honetangrafiaz eta edukiz pixka bat aldatua: Declaration com-ment Iesus Christ est la fin de la Loy. Par M. Iean Cal -uin40. Berau ere hitzez hitz agertzen zaigu Leizarraga-renean, Heuscalduney idazpuruan euskarari buruz es-kainitako argitasunen ondoren: Batbederac iaquiteco, eta

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40 Olivétan-ek bere 1535eko argitaraldian agerturiko testuhau, garai hartan maiz berrikusi, orraztu eta aldatuz zihoan fran -tses ortografiari egokitua, kalvinistek hurrengo edizio batzuetanere eman zuten argitara. Hemen, erraztasunagatik eta jada esan di-ren arrazoiengatik, frantses itzulpenen aipamenak egitean, oro hareta bereziki besterik esaten ez denean, 1563ko argitaraldikoaz ba-liatu gara, berorrek aurreko edizio batzuetako ia testu berberakbiltzen ditu eta.

maiz iracurtzeco duen Advertimendua, nola Iesus Christ denIaincoaren Leguearen fina, eta gure saluatzeco moyen ba-koitza.

Hona frantses testuaren hasiera: Dieu le Createur tresparfait et excellent ouurier de toutes choses, encore par dessusses autres creatures, esquelles il s’estoit desia monstré plusqu’admirable, auoit fait l’homme comme vn chef d’oeuure:auquel on peust contempler vne singuliere excellence. Car ill’auoit formé à son image & semblance.

Eta hona euskarazkoa, elkarrekin konpara ditza-gun: Iainco gauça gucién Creaçale eta obrero gucizco perfec-toac eta excellentac, bere goitico creaturetan miraculuzco bai-no miraculuzcoago eracutsi içanic, are berce gucién gainecoeta bere obra gucién monstraburu beçala, creatu vkan çueguiçona-ere, gucizco excellentia perefectionetacobat hura bai-than contempla ahal ledinçat: ecen creatu vkan çuen bereimaginara eta irudira.

Baina bada gehiago ere. Bonapartek bere garaianjada azpimarratu zuen puntuari berrukituz, esan deza-gun gure beraskoiztarrak letra etzanez jarri dituen pa-sarte gehienak, “testu gorputz berecoac” ez “baina declara-garri iarriac”, berdin-berdin ageri zaizkigula 1535 eta1563ko frantses itzulpenetan ere. Gainera, erdal jato-rrizko lexikoa bietan ia berbera da.

Hona hemen adibidez, pasarte horietako batzuk,oso esanguratsuak:

Et le roy Dauid engedra Salomoh / de celle qui futfemme a Vrie. (1535)

Et le roy Dauid engendra Salomon; de celle quiauoit esté femme d’Vrie. (1563)

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Eta Dauid regueac engendra ceçan Salomon Vria-sen emazte içanaganic. (Mat. 1,6)

Car ie suis homme cõstitue soubz lauctorite dau-truy et ay soubz moy des gendarmes... (1535).

Car aussi ie suis homme constitué sous la puissanced’autruy: & ay sous moy des gendarmes... (1563)

Ecen ni-ere guiçon nauc berceren meneco, ditudala-ric neure azpico gendarmesac... (Mat. 8,9)

Et Jesus ayant ouy ce il se smerueilla... (1535)Quoy oyant Iesus s’esmerueilla... (1563)Eta haur ençunic Jesusec mirets ceçan... (Mat. 8,

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Va derriere moy Satan. Tu me es empeschement:car tu netendz point les choses qui sont de Dieu / maisles choses qui sont des hommes (1535)

Va arriere de moy, Satan, tu m’es en scandale: cartu n’entens point les choses qui sont de Dieu, mais leschoses qui sont des hommes (1563)

Guibelerat adi eneganic Satan, empatchu atzait:ecen eztituc aditzen Iaincoaren diraden gauçac, bainaguiçonén diradenac. (Mat. 16,23)

Et retournoit estans assis sur son chariot / et lisoitIsaiah le p.phete. Et lesperit dit a Philippes: Approche/ et te adioins a ce chariot (1535)

Et retournoit estant assis en son chariot, & lisoit leProphete Isaie. Adonc l’Esprit dit à Philippe, Appro-che, & t’adioin à ce chariot (1563)

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Eta itzultzen cen iarriric cegoela bere carriot gai-neã, eta iracurtze çuen Esaias prophetá. Orduan errancieçon Spirituac Philipperi, Hurbil adi, eta hers aquiocarriot horri (Apost. Eg., 8, 28-29)

Parquoy prenez toute larmure de Dieu: affin q aumauuais iour puissiez testifier / et ayãs parfaict touteschoses estre fermes. Soyez dõc fermes / ayãs voz reinsceinctz de verite: et vestus du hallecret de iustice.(1535)

Parquoy prenez toutes les armes de Dieu, afin quepuissiez resister au mauuais iour, & ayans tout sumon-té, demeurer fermes. Soyez donc fermes, ayãs vos reinsceints de verité, & estans vestus du halecret de iustice.(1563)

Harren, har eçaçue Iaunaren harmadura gucia, re-sisti ahal deçaçuençát egun gaitzean, eta guciey garai-thuric fermu çaudeten. Çareten bada fermu, çuen gue-rrunceac eguiáz gerricaturic, eta iustitiazco halacretaiaunciric. (Efes.6, 13-14)

Edo Lafonek seinalatu zuen pasarte hau:Quand le maistre dhotel eut gouste leaue muee en

vin (1535)Quãd le maistre d’hotel eut gousté l’eau qui auoit

esté faite vin (1563)Eta dastatu çuenean mestedostalac vr mahatsarno

eguin içan cena (Joan, 2, 9)

Gorago esan den bezala, kapituluen hasieran jar -

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tzen dituen barruko edukien laburdurak ere, 1563kofrantses edizioan ageri direnen itzulpen zuzenak dira,hitzez hitz euskaratuak, ondoko bi adibideok erakus-ten dutenez:

Mat I. kapitulua: 1 Les ancestres de Jesus Christ, selon la chair. 18 Cõceu

du Sainct Esprit, né de la vierge Marie, fiancee de Ioseph. 21Iesus pourquoy ainsi nommé. 23 Emmanuel.

1 Iesus Christen burhasso eta haraguiaren arauezco ai -tzinecoac. 18 Nola hura Spiritu sainduaganic concebituric,Maria virgina Iosephen emazteaganic iayo içan den. 21Cergatic icen eman çayon Iesus. 23 Emmanuel.

Eta Lukasen XVI. kapitulua: 1 Du despenser accusé enuers son maistre. 8 Enfans du

monde. 9 Richeseses d’iniquité. 11 Loyauté. 13 Servir àdeux maistres. 15 Se iustifier. 16 La Loy et les Prophetes.18 Delaisser sa femme. 19, 20 Du mauuais riche et du La-zare. 31 Ouir Moyse et les Prophetes.

1 Despenser nabussia baithan accusatua. 8 Munduarenhaourrac. 9 Iniquitatezco abrastassunac. 11 Leyaltatea. 13Bi nabusi ecin cerbitza. 15 Bere buruären iustificatzea. 16.Leguea eta Prophetác. 18 Emaztearen utzitea. 19, 20Abrats gaichtoa eta Lazaroa41. 31 Moysesen eta Propheténençutea.

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41 Hots, kasu absolutu mugatuan, frantsesezko du preposi-zioak barnean daraman artikulua bera ere euskarara harrigarriroitzuliz.

Azkenik, Leizarragaren Testamentu Berrian diradenicen propri Hebraico eta Greco batzuén declarationea eta Tes-tamentu Berrico hitz eta minçatzeco manera difficil bakoitzbatzu bere declarationéquin deritzen ataletako izen berezigehienak, oro har, Olivétan-en 1535eko itzulpenekoTable de tous les motz Ebrieux, chaldees, Grecz et latins tantdhommes que de femmmes, de peuples, de pays, de citez, defleuues, de montaignes et dautres les quelz sont contenus auvieil et nouueau testament extraictz de plusieurs bons au-theurs et familierement traduictz en francoys delakotik ja-soak direla esan daiteke, grafia aldaketa txiki batzue-kin, hurrengo edizio askotan ere agertuak, elkarren on-doko adibide parekatuok ongi erakusten dutenez:

Aharon ou Aaron, montaigne ou du mont, ou enseignant,ou conceuant. Exo.4. f. Duquel Aharonites (1535)

Aaron, montaigne, ou Homme de montagne (1563)Aaron, mendia, edo mendico guiçona.

Abraham, Pere de la multitude (1535)Abraham, Pere de multitude (1563)Abraham, anhitzen aita.

Adam, hõme, ou terrie, ou roux, ou sanguin (1535)Adam, Homme, ou de Terre, ou Rosseau (1563)Adam, guiçona, edo lurrezcoa, edo canaberá.

Abel, soubz HabelHabel, ou abel vanite / souffle, ou (Syrien) vapeur

(1535)Abel, par he, c’est le fils d’Adam (1563)

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Abel, he, duenean, Adame semea, vanitatea.

Agabus, sausterelle, ou ioyeusete du per (1535)Agabus, sauterelle (1563)Agabus, othia.

Agar, soubz Hagar: / Hagar, ou Agar, estrãger, ou pele-rin, ou ruminant, ou craignant (1535)

Agar, estrangere (1563)Agar, estranger.

Alexander, aydeur des hommes / ou aydeur viril et fort(1535)

Alexandre, adiuteur, vertueux (1563)Alexandre, aiutaçale, verthutetsu

Ikus, gainera 1563ko edizioak bere Recveil d’avcunsmots et manieres de parler difficiles dv Novveau Testament,auec leur declaration atalean sabbat42 hitzari eskaintzendion azalpena, Leizarragaren Testamentv Berrico hitz etamanera difficil bakoitz batzu bere declarationéquin delako-az alderatua:

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42 Hebreerazko sabbat hitza grezierak eta latinak aspal-dian mailegatu zuten, sabbaton eta sabbatum forman;eta Leizarragak, horrexegatik, sabbath eta sabbatho gisa itzuli zuenmaiz. Latinezko aldaeratik berba hori hizkuntza erromaniko asko-tara iragan da (sábado, dissabte, samedi, sábato....) eta Calahorrapekodiozesian erabiltzen zen mendebaldeko euskarara ere bai, zapatuformaz, seguraski eliz predikazioaren eraginez.

Sabbath, signifie repos: ce qui nous a meu de lelaisser, a esté pource que les Euangelistes ne l’ontpoint voulu chãger escriuans en Grec, en laquelle lan-gue estoit ce mot incognu...

Sabbathoa, errã nahi da reposa, eta berehala hitz be-ra eduqui vkan dugu, ceren Euangelistéc Grecquezscribatzean lengoage hartaco ezpacen-ere, ezpaitutecambiatu vkan.

Baina bada froga are garbiagorik ere. Guztiok daki-gunez, euskarazko zenbatze-sistema tradizionala, ehu-neraino bederen, hogeinakoa da, baina horri segidaemanez, aldizka bostogei eta seiogei formak ere dokumen-tatu izan dira autore zaharretan. Leizarragak, hain zu-zen, bere obran seiogei hitza bi aldiz darabil, ‘ehun etahogei’ esateko. Gizakiaren hatz-behatzen kopuru osoanoinarritzen den sistema hori, gaurko frantsesean quatre-vingts / quatre-vingt-dix-ean hondakin gisa gelditua, hiz-kuntza zaharrean ehundik gora ere joan zitekeen (cinq-vingts, six-vingts, quinze-vingts...), horrela jokatzea, nahi-taezkoa barik, hiztunentzat aukerakoa izan arren. Ho-rretara, Olivétan-ek 1535eko bere itzulpenean pasartehau dakar, (Apost. Eg., 1,15), grezierazko eta latinezkoohiko zenbakeraz bat etorriz itzulia:

erat autem turba nominum simul fere centum vi-ginti

“(et la estoit vne multitude de noms enseble enui-ron cet et vingt)”.

Baina 1563ko edizio egokituan, aldiz, beste hauirakur daiteke: “(or là estoit vne compagnie enuiron de

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six vingts personnes). Leizarragaren testuaz guztizados datorrena: “(eta cen hã berean compainiabat seio-guey personaren ingurucoric)”.

Era berean, azken edizio biotan berba bitxi eta zai-len azalpenean stade / estadio hitzaren definizioan hau-xe dator:

Frantsesez: “Stade estoit vne espace limite pourcourir i, cõme maintenant on en fait pour iouer auxbarres: & contenoit i celle espace six vingts & cinq pasde longueur, qui font six ces & vingt cinq pieds”.

Eta euskaraz: “Stadioa, cen spatio lastercaco cheda-tubat: orain nehorc barrán artzeco eguin baleça beça-la: eta spatio hura cen luce seioguey eta borz vrrhets,baitirade 625. oin”.

Dakusagunez, bi-bietan seiogei zenbatzailea agerizaigu, frantsesezko six vingts-en kide zehatza, eta, di-rudienez, XVI. mendeko frantsesean erabat ohikoa.

Bestalde, Veillá eta Vnguentua hitzen azalpenean,1563ko frantses testuaren peko morrontza ezin gar-biago ageri da. “Veillá, hartze da costuma ancianoaren(sic) araura:” (Cfr. Veille se prend selon la coustume an-ciene). “Vnguentua, ezta erran nahi orain nehorcvnctatzeco usatzen duen vnguentu motá: baina olioclaroa edo vr vssain onetacoac: eta harienez ancianoqui(sic) vsatzen çuten, orain nehorc perfumez edo vrvssain onetacoz vsatzen balu beçala.” (Cfr. Oignement nesignifie pas telle espece que nous auons maintenantpour oindre, mais plustost huile claire, ou eau odori-ferante: & en vsoit-on anciennement, comme mainte-nãt on vseroit de perfum, ou d’eau de senteurs.)

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Beraz, oraindik kea darion pistola hau aurkitu etagero, guztiok batera etor gaitezke, funtsean, IñigoRuiz Arzellus-en esanekin, hots, Leizarragak bereitzulpen asko greziera-latinetatik ez baina frantses tes-turen batetik egin zituelako ustean, frantsesetik zu-zen-zuzenik euskaraturiko argibide, hiztegitxo,otoitz, erlijio-kontsiderazio eta doktrina atalak ez ai-patzearren. Halere, autore berak “tengo la certeza, sinembargo, de que no podemos postular, al menos de momento,un modelo griego” dioen arren43, Leizarragaren argitalpe-nean badira zalantzazko pasarte batzuk –prestatzen arinaizen lantxo batean xehekiago azaltzekoak– frantse-sezko 1563ko edizio horrekin, ez eta aurrekoekin ere,bat ez datozenak.

Paueko sinodoak Leizarragari euskarazko itzulpenaegiteko kargua 1563an eman ziola eta, zentzuzkoa di-rudi, aldi berean, Jean Calvinen ardurapean urte ho-rrexetan Genevan argitaraturiko azken TestamentuBerriaren testu berrikusi eta zuzendua ere eskurarazi-ko ziotela pentsatzeak, bere lanerako lagungarri. Gai-nera, Calvin hurrengo urtean hil zela kontuan izanda,huraxe izan bide zen, hain zuzen, berak pertsonalkiikusi eta ukituriko azken argitaraldia.

Bestaldetik, beraskoiztarra erlijio-gizona zen eta,horrexegatik, Testamentu Berria euskaratzeko agin-dua jaso baino lehenago ere, bere etxean beste bibliabatzuk eduki behar zituen. Apaiza izanik, noraezekoa

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43 Op. cit. 115. or.

da latinezko Vulgata zeukala uste izatea, eta kalvinis-tek beren doktrina bereziki frantsesez hedatzen zute-nez gero, frantsesezko itzulpenen bat ere bai. Etaagian biak liburu berean, garai hartan edizio latin-frantsesak ugari izan zirela gogoan izanda. Herrixkabateko artzain batek grezierazkoa ere edukitzeak zai-lago dirudi, baina, beherago aipatuko dudan gertha ze-din-en itzulpenaz berberak dioskunagatik, hala sinetsibeharko. Hortaz, dudazko kasuetan, bidezkoa dirudi,eman zioten frantses testutik hastandurik, beste libu-ru horiez ere baliatu zela pentsatzeak, ondorioz euska-razkoa nolabait itzulpen eklektikoa gertatuz.

Ikus, adibidez, ondoko hauek:Latinezko tenebrae-ri segituz, frantsesezko testuetan

tenebres ageri da, beti pluralean, baina, halere, lapur-tarrak sistematikoki ilhumbea dakar, grezierazko

skotos eta skotia hitz singularren bide-tik. Litekeena da Leizarragaren euskaran, ilunbe hitza,jatorrizko etimologiaren arabera, beti singularreanerabili behar izatea, frantsesez tenebres eskuarki plura-lean usatzen den bezala, baina ia garai bereko autorebatek, Axularrek, adibidez, ondorengo eta oraingo au-tore gehienen antzera, pluralean ere erabili ukan duhitz hori, OEH-an44 argi ikus daitekeenez. Adibidehonetan, (Joan 1, 2,10-11), nabarmen ageri da:

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44 Ikus Luis Michelena, Orotariko Euskal Hiztegia, IX. Liburu-kia, Bilbao, 1996, 323-326. orr. Pluralez ere erabiltzeko joera ho-ri, bestalde, badirudi aspaldikoa dela. Izan ere, Jabier Kaltzakor-

Qui diligit fratrem suum / in lumine manet etscandalum in eo non est / qui autem odit fratremsuum / in tenebris est et in tenebris ambulat et nescitquo eat / quoniam tenebrae obcaecaverunt oculos eius

Qui ayme sõ frere / il demeure en lumiere / et nyapoit de scãdale en luy. Mays qui hayt son frere / il esten tenebres / et chemine en tenebres / et ne scet ou ilva: car les tenebres ont aueugly ses yeulx (1535)

Qui aime son frere, il est en tenebres, & ne choppepoint. Mais qui hait son frere, il est en tenebres, & nesçait ou il va: car les tenebres luy ont aueuglé les yeux(1563).

Baina bere anayeri on daritzana arguian dago, etascandaloric ezta hura baithan. Baina bere anayeri gaitzdaritzana, ilhumbean da, eta ilhumbean dabila, eta ez-

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tak berriki jakinarazi didanez, Gipuzkoako leku batzuetan, Atau-nen adibidez, ilunpeta izena erabiltzen da, pluralezko ohiko erabi-leratik analogiaz sortua, Jose Arratibelen Kontu zaarrak liburuanirakur daitekeenez: “Nun zebillen ere ez zekiala, iritxi zan illun-peta artan leizearen azpiraiño”, La Gran Enciclopedia Vasca, Bil-bao, 1989, 59. Hor beste tokietako Ameriketa, ameseta edo olgetabezalako forma analogikoa ikus daiteke, Bizkaiko zenbait tokitan“olgetan-benetan” esaldi ezagunak “olgetiak benetia dakar gero”esaera bitxia sorrarazi duen bezalaxe.

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taqui norát ioaiten den: ecen ilhumbeac haren beguiacitsutu vkan ditu.

Eta beste anitz pasartetan ere gauza bera gertatzenda, adibidez: Mat. 8,12, Mark. 15, 33, Luk. 11,35.Edonola ere, Testamentu Berriaren hasieran ageri denCalvinen Aduertimendua-n –jatorriz frantsesez idatziaberau eta, beraz, grezieraren eraginik gabea–, “...nousne pouuons discerner le bien d’auec le mal, la clartedes tenebres...” irakur daiteke, eta azken hitz hori, eraberean, singularrez ematen du beraskoiztarrak “...onagaichtotic, ez clartatea ilhunetic (...) ecin discerni ezberez ahal ditzaquegu”, “tenebres esclaircies,” = “ilhu-na clartu” “pour nous fouruoyer aux tenebres de men-songe” “gueçurrezco ilhumbeari (...) iarreiqui nahi ez-pagaizquio”, eta beharbada hori ilhun / ilhumbe hi tzak,bere euskararen ohiko usadioan behintzat, beti singu-larrean erabiltzen zirelako seinaletzat har liteke.

Badaezpadako beste puntu bat honako hau dateke:Testamentu Berrico hitz eta mincatzeco manera zail eta ar-gigarri horien artean badira bi, guertha cedin eta guerthaeztadila, hain zuzen, 1563ko frantses edizioan ageri ezdirenak. Lehenbizikoan hauxe dio: “Guertha cedin eça-rri dugun lekuan, Grecac emaite du, eguin cedin: bai-na minçatzeco manera hunez vsatu vkan dugu, ez halaerraiten dugunean, ignorantac minço diraden beçala,venturazco edo tropuzco gauça dela erran nahi dugula-cotz, baina legoagean moldezcoago itzeuquiz, eta Fran-cesari iarreiquiz”45. Beraz, hiru gauza aitortzen dizkiguLeizarragak pasarte honetan: batetik, ororen iturburu,grezierazko testua jotzen zuela; bigarrenez, eta aurre-

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1563ko Genevako Bibliaren azala, Jean Calvinen ardurapeaneta Augustin Marlorat-en bazter-oharrekin argitaratua. Be-rau izan liteke, kidetasun ugariak ikusita, Joanes Leizarragak,euskarazko itzulpena egiteko, erabili zituen liburuetako bat.

koaren ondorioz, itzultzerakoan horrek zioena kontuanbehintzat hartzen zuela; eta, hirugarrenik, aldi berean,frantses itzulpenen bat ere bazerabilela aldean.

Esandakoagatik, eta pasarte batzuetan argi ageridenez, Leizarraga ez darraio beti garai hartako kalvi-nisten itzulpenari, greziera edo Vulgatako latinari bai-zik. Honako honetan, adibidez:

Lehenic minçatu içan nauc, Theophile, Iesus egui-ten eta iracasten hassi içan cen gauça guciéz (Apost.Eginak, 1,1).

Primum quidem sermonem feci de omnibus, oTheophile, quae coepit Iesus facere et docere.

Hau da, lehen aditza singularrez emanez, ordukofrantses itzulpenek hura pluralez eskaintzen dutenarren:

Nous auons certes faict mention parauãt / o Theo-phile / de toutes les choses lesquelles Jesus a commecede faire et enseigner (1535).

Nous auons parlé par-ci deuant, Theophile, de tou-

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45 Hona hemen, adibidez, Mat. 19, 1-eko pasartea:et

factum est cum consummasset Iesus sermones istos migravit a Ga-lilaea / Aduint que quand Iesus acheué ces propos, il se partit deGalilee / Eta guertha zedin, Iesus propos hauc acabaturic partibaitzedin Galileatic...

tes les choses que Iesus s’est mis à faire & enseigner(1563).

Aipa dezadan, distiratzen duen guztia ez dela kris-tal fina gogoratzeko, inoiz itxurako frogak engainaga-rriak ere gerta daitezkeela. Izan ere, Testamentu berricohitz eta minçatzeco manera difficil bakoitz batzu bere decla-rationéquin deritzon atalean zeta hitza honela definitzendu Leizarragak: “Cetá, hitz hunez vsatu vkan dugucembeitorduz, Grec-ez Byssos erraiten denaren signifi-catzeco, cei erran nahi baita liho fin crespá irudi duem-bat”, eta argitasun horrek egileak, maila batean bede-ren, grezieraz bazekiela pentsatzera eraman gaitzakenolabait. Segur asko bai, bazekikeen grezieraz, bainahori esateko ezin dezakegu ustezko froga hori oinarribakartzat har, frantsesez ere azalpen berbera ageri bai-ta Genevako 1563ko edizioan, aurreko beste batzuetanbezala: “Soye, nous auons quelque fois vse de ce motpour signifier ce qui est dit en Grec Byssos, qui est vneespece de fin lin semblable à crespe, duquel on vsoitcomme on feroit maintenãt de tafetas”.

Leizarragaren euskara dela eta

Leizarraga ongi konturatzen zen euskara, itzulpene-tan bederen, ez zela ordura arte erabilia. Horregatikerronka latzari eutsi behar izan zion berak, lehenago in-ork zapaldu gabeko alorra lehenbiziko aldiz urratzean.Eta noski, ezinezkoa zatekeen, aitzindaririk gabeko bi-de zail horretan lehen aldian ongi asmatzea. Kontuan

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˜

ukan behar dugu kontzeptu asko berriak zirela eta eus-karaz, segurenik, ordura arte inoiz adierazi gabeak. Le-xikoari doakionez, gure hizkuntzak batasunik ere ezzuen, eta bai tokian tokiko sinonimo eta aldaera ugari.Eta hori guztiori, gainera, Europako hizkuntza guztie-tako idazle gehienek grezieratik eta, batez ere, latine-tik, kezka handirik gabe, ehundaka kultismo mailegat-zen zituzten unean gertatzen ari zen, hizkuntza klasikohoriei dotore eta eredugarri irizten zietelako.

Ondorioa ezin zitekeen bestelakoa izan: testu sarri-tan zurrun samarra, itzulpen-kutsu nabarikoa eta atze-rriko berba ugariz josia. Euskal aditzaren baitan, gai-nera, XVI. mendean itxuraldaketa nabarmena gerta -tzen ari zen, batez ere indikatibo eta subjuntibo mo-duetan eta potentzial eta geroaldiko adizkeretan,ñabardura horiek gure hizkuntzan ordura arte inguru-ko erdaretan bezain ongi bereizten ez zirelako. EtaLeizarragak, agian adinagatik, bere gaztaroan ikasita-ko, hots, kutsu zaharreko formen aldeko apustua eginzuen, etorkizuneko hizkuntzaren bilakaera bestelakobideetatik abiatuko zela susmatzeke. Hori dela eta,haren mintzaira maiz irreala begitantzen zaigu, egun-go ohiko euskal izkribuetatik urrundua.

Halere, itzulpenak, oro har, erabat zehatzak eta zu-zenak izaten dira, Jainkoaren esanei deus ezin erantsedo ken zekiekeela zinez uste zuelako46. Eta horrexega-

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46 Hona hemen honetaz bere advertimendua-ren bukaeran zer

tik, haren testua oso baliagarria izaten da aipamenakegiteko orduan, gaurko beste itzulpen “dinamiko”batzuetan, zoritxarrez, gertatzen ez dena47. Horrez gai-nera, erdarakadak eta guzti, itzulpenean konta ezine-ko altxorrak aurkitzen dira, bai lexikoan eta bai sinta-xian ere, eta gaurko itzultzaileok, –erlatibozko esaldizail eta korapilatsuetarako, bereziki– horietako askoondo kontuan eduki beharko genituzke:

Eta vtziric Nazareth, ethor cedin eta habita Capernaumitsas aldecoan, Zabulongo eta Nephthalingo bazterretan(Mat. 4,13).

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dioen: “Haur da bada chedea, non gure adimendua arrastatu eta paus-satu behar baitugu, deus hunequin guretic nahastecatu gabe, ez eta hunieratchequi lequidion doctrinaric batre recebitu gabe. Ecen gure saluamen-duco beharquian, hunetan iracasten çaicunaz berçalde syllaba baten-ereiracastera iarten liçatena, behar da maradicatutan eduqui Iaincoaren etaEliçaren aitzinean”.

47 Bibliak, fededunentzat beren sineskeraren iturria bada ere,badu, horrez gainera, bestelako balio bat ere, eta ez txikia, Mende-baldeko zibilizaziokide guztiontzat: gure pentsaera, moral, filoso-fia, arkitektura, pintura, musika eta literaturaren oinarri sendoe-netako bat izatea. Horregatik, ez dirudi oso egokia, euskaldun ira-kurle guztiak kultura gabeko jende xehetzat hartu eta horiei bideaerraztearren, duela bi mila urte idatziriko testu bateko hitzak etaesaerak gaurko balioen arabera itzultzeak. Izan ere, estadioak kilo-metro, metretak litro, anaiak senide edota Armadetako Jauna JaunAhalguztidun bihurtzean, jatorrizko esaera horien itzulpen zuzena-ren lekuan interpretazioa ematen da, eta haiek moldatu zireneko-giro kulturala eta pentsaera guztiz itxuraldatzen, anakronismo na-barmenak eginez. Alde horretatik, euskaraz Biblia kultural arau-tuaren faltan gaude oraindik.

Baina baldin landaco egun belhar dena, eta bihar labe-an eçarten dena, Iaincoac hala inguru veztitzen badu: ezaçuec anhitzez areago, fede chipitacoac? (Mat. 6,30).

Eta cen hetaric vrrun vrdalde handibat alha cenic (Mat.8,30).

Ceren baitziraden errebelatuac eta barreyatuac ardi ar -tzainic eztutenac beçala (Mat. 9, 36).

Eta eguin cedin hodeybat hec estali cituenic (Mark. 9, 7).Baina mahatsarno berria çahagui berrietan eçarteco da:

eta biac beguiratzen dirade (Luk. 5,38).Maledictione çuey, guiçõ guciéc onherranen çaituztenean

(Luk. 6, 26). Eta huná, Ionas bainoagoa leku hunetã (Luk.11,32).Guiçon abratsbat cen despenserbat çuenic (Luk.16,1).Gauza bera esan daiteke kapituluen hasierako edu-

kien laburpenez ere, herri usarioan ongi oinarrituez48,eta horiek kazetaritzan, albisteen izenburuak emate-ko, adibidez, gaur ere baliatzekoak dituzkegu. Esate-rako:

Joannesec penitentiá eta Christen ethortea predicatzen.Christ batheyatu. Aingueruéc bilduren elegituac. IudasecChrist traditzen. Christ Caiphasgana eraman içan. Iainco-aren hitza eguiazco. Emazteac sepulchrera ethorri. BereApostoluac predicatzen eta batheyatzen artzera igorri. Ne-hor satsutzen duten gauçác cein.

Orobat gertatzen da gaurko euskaldunon belarrie-

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48 Era horretako laburpenak irakur daitezke, aditz laguntzai-lerik gabeak alegia, Zuberoako Santa Garaziko elizako gurutz-bi-dearen koadroen idazpuruetan, adibidez.

tarako perpaus bitxi eta harrigarri askorekin ere, etahorrek euskara zaharraren sintaxia hobeki aztertzerabultzatu beharko gintuzke:

Cergatic hori eguiten duçue? (Mark. 11,3). Norhaourtcho haur içanen da? (Luk, 1,66). Zer dançut haurhiçaz? (Luk. 16,2).

Azkenik, ezin utz nezake aipatzeke arnoa ‘ardoa’hitzerako ematen duen definizioa:

Arnoa, hartzen da hordi ahal deçaquen edari gucia-gatik.

Ceruoise, ce mot est prins pour tout breuuage quipeut enyurer (1563).

Eta frantses testuan datorrenarekin konparatzean,are argiago ageri da, jatorriz, ardo hitza, euskaraz ezzela soilki mahatsarena, berorri Leizarragak beti ma-hatsarnoa baiteritzo, Kana-ko ezteietako pasarte hone-tan ere ageri denez:

Eta diotsa, Guiçon guciac lehenic mahatsarno ona eçar-ten dic, guero vngui edan duqueiten orduã, gaichtoena: bai-na hic beguiratu vkan duc mahatsarno ona oraindrano (Jo-an, 2,10).

Leizarragaren lanen eragina EuskalLiteraturan

Europako beste anitz herritan protestantismoak,Bibliaren itzulpenarekin, herri-hizkuntza askori lite-ratur hasiera eta batasuna ekarri zielako argudioaemanda, gure arteko batzuek, F. Krutwig buru, Leiza-

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rragaren euskara, besterik gabe, gaurko euskaldunonhizkuntza batutzat proposatu nahi ukan dute. Horibaina, derragun argiro, lehenengo eta behin, historiafaltsutzea litzateke. Protestanteen Biblia-itzulpenakondoko literatur hizkuntzen eredu gertatu izan direntoki guztietan gurean ez bezalako bilakaera historikoaizan da. Holakoetan, alde batetik, herrialde osoan, edozati zabal batean bederen, protestanteak nagusi geldi-tu ziren, kontrarreformaren erasoen pean baztertu etaezereztuak izan gabe. Bestalde, nazio horiek guztioknolabaiteko buru-agintea gorde izan dute, eta bertakoliteratura, etenik gabe, protestanteek orduan ezarriri-ko eredutik abiatu eta garatu izan da, administrazioaeta irakaskuntzaraino ere heldurik.

Ez da hori baina, Euskal Herriko kasua izan. Pro-testantismoa, hasieran Iparraldearen ekialdean ga-rrantzizko hedadura ukan arren, XVI. mendearen bu-kaeran bertan hasi zen ahultzen, eta arraina burutikkirasten hasten delako kontuagatik hain zuzen: JoanaAlbretekoak, ideologiaz eta komentzimenduaz gaine-ra, neurri batez arrazoi politikoengatik erreformabultzatu bazuen, haren seme Henrike III.ak, bestelakoarrazoi politiko batzuengatik, hots, Frantziako erregeizateagatik49 –Paris vaut bien une messe–, protestantis-moari uko egin zion. Erabaki oportunista horrekin ha-

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49 Frantziako Henri III.a erregea hiltzean, haren senide hur-bilena Henrike III.a Nafarroakoa gertatu zen, frantsesek ‘Bearne-sa” eta Bearnokoek “el nostre Henric” deitua. Koroa burura era-

ren jarraitzaileei, katolikoen aldetik, errepresio lazga-rria utzi zien, berak, erregea izanik, inondik ere paira-tu behar ez zuena. Horretara, higanoten amilerarekin,akabo euskal literatura protestantea bera ere, ia erabatbehintzat.

Hortaz, XVI. mendeko euskara hura, hain ezauga-rri arkaikoz asea, XX. mendearen erdian literatur mo-delotzat proposatzea, ordutik honako lau mendeotaneredu hark inolako segidarik ukan gabe eta, gainera,bitarte luze horretan katolikoek egindako idazlan uga-riak kontuan hartzeke, garai hartako janzkera, adibi-dez, oraingo modatzat jarri nahi izatea bezalako zer-bait da: anakronismo hutsa.

Horrek ez du esan nahi, hortik norbaitek pentsa le-zakeenez, euskal literaturak protestanteekin zorrik ezduenik. Ene ustez, euskaldunon artean protestantis-moaren eragina, nolabait, ekologismoak, mutatis mu-tandis, mundu zabalean ukan duenaren parekoa izanda. Egia da ekologistak, bakarka zein koalizioz, ez di-rela inoiz boterera heldu, –Alemaniako die Grünen‘Berdeen’ kasuan salbu– horrela, agintetik zuzen-zu-zenik beren ideologia, programa kontserbazionistaketa naturaren aldeko neurri konkretuak betearazi ahalizateko. Halere, haien eraginez, ekologismoaren alda-rri eta salaketek jendeengan ukan duten harrera ona

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mateko, ordea, beharrezko baldintza zen, giro hartan, katolikoaizatea, eta nafarrak, dirudienez, ez zuen kontua bi aldiz pentsatubehar ukan.

eta oihartzun ukaezina ikusita, pixkanaka, gainerakoalderdi guztiek ekologisten proposamenetarik ez gu -txi hartzen eta kopiatzen jardun dute, bai eta, gober-natzera heldu diren heinean, programa horietako ideiaugari praktikan jartzen saiatu ere: berdeguneak, parkenaturalak, bizikletentzako bide gorriak, birziklatzea,energia nuklearra baztertzea, kutsaduraren aurkakodebekuak, autorik gabeko egunak...

Protestantismoak euskal literaturari zeharka ekarri-riko emaitzaz ere antzeko zerbait esan genezake, zalan -tza handirik gabe. Gogoan izan behar dugu, alde bate-tik, Eliza katolikoak, gainerako herri-mintzairez kezkahandirik ukan ez zuen bezala, ez zela euskaraz inola erearduratu XVI. menderarte. Guregana behintzat euska-raz ez da lehenagoko otoitzik, ez erlijio-testu idatzirikbat ere heldu. Itxura denez, gurean lehenago errezuaklatinez egiten bide ziren, soil-soilik, oraintsura artekomezak eta letaniak bezalaxe. Eta, bat-batean, XVI.mendean gauzak errotik hasi ziren aldatzen.

Argi dago, beraz, kalvinismoak mende horretaneuskaraz argitaraturiko testu ugariek, (TestamentuBerria, katezismoa, liturgia, otoiztegia, euskaraz ira-kurtzen irakasteko materialak etab.) katolikoen arteankezka larria sorrarazi eta, gogoeta eginda, beroriek ereeuskaraz idaztera bultzatu zituztela. Trentoko Kontzi-lioak berak, oro har, herri-hizkuntzetan kristau-ikas-bideak prestatu eta publikatzeko agindu zuen. Baina,ene aburuz behintzat, protestantismoaren beldurrezeta higanotek aurretik egindako lan erraldoiagatikizan ez balitz, bere kontrarreforman Erromako Elizak

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ez zukeen aginduko argitara zitezela hainbeste doktri-na eta eliz liburu gurea bezalako hizkuntza txiki etadistiragabe batean, eta arrisku protestantea nabarme-na izan ezean, ez zatekeen katolikoen artean euskaralantzeko interesik sortuko. Beraz, alde horretatik,Euskal Herrian garaile gertatu ez bazen ere, errefor-mak segur aski garrantzi erabakigarria ukan zuen eus-kal letren sorreran eta bultzadan50, haren hasierako la-nek zuzenki segidarik eduki ez arren51.

Erlijioaren irakaskuntza protestanteengandik ka-tolikoengana iragatean baina, aldaketa nabarmenakgertatu ziren. Lehenengo eta behin, hizkuntzaren tan-kera bera: Axular, Sarako Eskola eta Larramendirekineuskara herritarragoa eta modernoagoa hasi zen in-dartzen, arkaismoetatik beti iheska, baina, aldi bere-

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50 Hau guztiau, jakina, eliz agintarien erabakiz publikaraziziren liburuei dagokie, herri-xeheari erlijioa bere hizkuntzan ikas-teko aukera ematen ziotelako. Horrek ez du kentzen, noski, apaizkonkretu batzuek, hala nola Joanes Etxeberri Ziburukoak, Axula-rrek, Larramendik, Mendiburuk etab. euskal letrak berezko herri-zaletasunaz lantzea, inoiz, gainera, beren agintarien iritzien kon-tra.

51 Halere, harrezkeroko joera garbizalearen antzutasuna ikusieta gero, XX. mendearen bigarren erditik gure hizkuntzan ere na-zioarteko lexikoa, kultismoak, teknizismoak eta zientzia mailakohitzak euskaraz onartzeko orduan, noraezeko erreferentzia izan du-gu Leizarraga eta haren aspaldiko aintzindaritza. Sintomatikoa da,adibidez, Krutwigek eta Villasantek, zeinek bere ikuspegitik, eus-karak era horretako terminologia mailegatzeko premia eta eskubi-dea aldarrikatzean, beti Leizarragaren lekukotasuna goraipatzea.

an, gure mintzaira endogamikoagoa bilakatu zen, gar-bizaleagoa, baserritarragoa, nazioarteko kultismorikgabea, Peru Abarkaren ereduari beha. Halere, joerahorrek, itxuraz jatorragoa izan arren, denbora iraganahala, humanistika, zientzia eta teknikarako bideazaildu digu.

Bestalde, protestanteek beren itzulpenetan hiz-kuntza batu eta nazionala proposatzen zuten, IparEuskal Herri osorako bederen, ongi pentsatua eta ze-hazki planifikatua52. Katolikoek, ordea, euskaldungo-aren luze-zabalari ez baina tokian tokiko eta bana-ba-nako premiatxoei so ibili eta euskararen erabilera uti-litario eta dialektala bultzatu dute beti: hasieran dio-zesietako euskalkietan emana eta, ondoren, elizbarrutiak Estatuaren administrazioaren herrialde-ba-naketari egokitzean, mekanikoki probintzien arabera-ko argitalpenak atereaz, bertan egiazki diren herrimintzaira ezberdinak kontuan izan gabe.

Are larriagoa da, gainera, euskara bizitza ofizialetikbaztertzen zuten aginte-egitura zaharrak aspaldiandesagertu direnean ere, hots, azken hogeita sei urteo-tan euskara bertoko hizkuntza ofizialetako bat denarren, estandar batua jadanik administrazio politikoan,

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52 Leizarragak berak horrelaxe adierazten du Heuscalduney egi-niko oharrean: raçoin hunegatic sensu eguiazcotic aldaratu gabe, lengo-ageeaz den becembatean ahalic gehiena guciey adi eraciteari iarreiqui içangatzaitza, eta ez choil edocein leku iaquineco lenhoage bereciri. Izan ere,hortxe datza edozein hizkuntzaren batasunaren oinarria: hiritarguztientzat testu idatzi berdin eta bakarrak prestatzeko beharkian.

irakaskuntzan eta hedabideetan eredu nagusia izan etagero, ulertu ezineko inertziagatik, Elizak bere mezaketa liturgi testuak53 oraindik era dialektal zaharkitue-tan mantentzea, gure herriaren barne-zatiketari eutsiz.

Kopuruz emaitza mugatuak eta denboran ere labu-rrak eskaini zizkien protestantismoak euskal letrei,baina, aldi berean, une egokian gerta-mamitu ziren,eta horregatik orduan inork ezin pentsa zitzakeen on-dorio iraunkorrak utzi ditu gaur arte.

Xabier Kintana

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53 Gauza jakina da zenbait elizgizonek, eta ez soilki parrokie-takoek, oztopo ez gutxi jarri dituztela gure hizkuntzaren batasu-naren bidean. Euskal Herriko bizitza publiko osora jadanik heda-tu den arren, euskara batua herriko jende analfabetoaren ohikohizkera ez omen delako aitzakiarekin, Elizak ez du oraindik eraba-ki euskara estandarra elizkizunetan erabiltzea, baina berori da,hain zuzen ere, aspaldiko mende laurden luzean eskola guztietanirakasten den eredu ia bakarra. Halere, erreparorik ez, adibidez,Gipuzkoa osoan gipuzkera (det) erabiltzen segitzeko, Deba arroanmendebaldeko euskaraz (dot) eta ekialdeko gipuzkoarrak goi nafa-rreraz (dut) mintzatu arren. Egia da, noski, Elizen arteko Biblia eus-kara batu txukunean argitaratu dela, baina garaia ere bada, orain-dik dirauen euskalki-anarkia hau behingoz buka dadin, behialakoliturgi batzordea berriz bildu eta Euskal Herri osorako testu nor-malizatuak prestatzeko, gainerako nazio zibilizatuetan egin denbezala, euskaldunok ere geure hizkuntza ofiziala badugula kontsi-deraturik. Eta gauza bera esan liteke Elizaren meneko euskal irra-ti erabat dialektal batzuengatik ere, munduan beste inon egiten ezdenaren etsenplu harrigarriak.

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JOANES LEIZARRAGA:VIDA Y OBRA

HENRIKE KNÖRR

Real Academia de la Lengua Vasca –Euskaltzaindia

Universidad del País VascoEuskal Herriko Unibertsitatea

1. Vida

No es mucho lo que sabemos acerca de la vida deJoanes Leizarraga1. Nació hacia 1506 en Beskoitze –enfrancés Briscous2–, pueblo labortano pero de habla ba-jonavarra occidental, y perteneciente entonces al reinode Francia, no de Navarra. La casa Lizarraga que allíexistía, y que presumiblemente perteneció a la familiadel escritor, desapareció en 19443.

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1 También llamado Lizarraga, Leissarrague, Lissarrague, Liça-rrague y Leiçarraga; nosotros hemos preferido utilizar la forma delapellido tal como el autor lo escribe en lengua vasca, y lo mismoel nombre de pila, formas ambas que son hoy sin duda las másusuales. En el nombre de pila, la doble consonante de la forma Jo-annes es un claro cultismo.

2 Beskoitze, forma habitual hoy día en euskara y aprobada porEuskaltzaindia, es una contracción de Beraskoitz, con la –e paragó-gica (es decir, añadida al final), como en tantos otros casos, porejemplo Azkaine, Uztaritze, Parise, y en las hablas vascas occiden-tales Urdulize, etc. Recordemos que Leizarraga empleaba Beraskoitz(escrito Berascoitz).

3 Gracias a Marie-Christine Urbistondo-Picavea, tenemos untestimonio oral fidedigno del triste final de esta casa. Fue recogidode labios del señor Eiherabide, ex alcalde de Beskoitze. Dice así: “Lemaire d’après-guerre [i. e. la guerra de 1939-1945], un homme trèssage et économe, a eu le désir d’ouvrir une voie d’accès praticabledepuis le quartier du château de Liçarrague, Mendizelaia, jusqu’àl’église de Briscous. Pour construire cette route il achète pour unepoignée de pain les pierres du château au dernier survivant des Li-çarrague revenu de la dernière guerre mondiale. Le travail était ru-de et pour encourager les ouvriers de la ville, les remercier, les ré-

Ignoramos también dónde hizo sus estudios sacer-dotales. Sólo sabemos que primero fue cura católico,antes de convertirse al protestantismo. Probablementeejerció en Lapurdi durante su etapa católica. En 1563ya es citado en las actas del sínodo protestante del Be-arn4. En 1567 fue designado por las autoridades ecle-siásticas del reino de Navarra ministro evangélico yenviado a Labastide, en la Baja Navarra, entonces (yahasta bien avanzado el siglo XX) población de mayo-ría de habla gascona, no vasca5. No se menciona en lu-gar alguno que contrajera matrimonio.

Sabemos que en 1594 Leizarraga no asiste al síno-do. El acta lo cita entre los ausentes, y dice:”Monsieurde Lissarrague, ministre de Labastide de Clarence, ex-cusé pour sa vieillesse et pour son indisposition”6.¿Cuándo murió? Algunos suponen que fue en 1601,contando unos 95 años. La avanzada edad es claramen-te la causa de su apodo, L’Antique.

En la dedicatoria de su libro a la reina Juana de

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conforter, car le temps était mauvais et il faisait très froid, les res-ponsables ont eu l’idée de leur offrir du vin chaud. Les livres qui setrouvaient dans l’immense bibliothèque du château ont servi à ali-menter le feu pour chauffer le vin…”. Urbistondo-Picavea, Les Bas-ques et le protestantisme…, tomo II, sin paginación, hacia el final.

4 Urbistondo-Picavea, obra citada, 25.5 Es interesante el testimonio del académico honorario Odón

Apraiz (información particular), que hacia 1921 encontró Labasti-de enteramente de lengua gascona.

6 Urbistondo-Picavea, obra citada, 99.

Albret, Leizarraga cita brevemente sus padecimientosen la prisión, cuyo recuerdo le erizaba los cabellos.¿Dónde estuvo preso Leizarraga? ¿Fue en algún lugardel reino de Francia? ¿Ocurrió en el momento deconvertirse al protestantismo, o bien, lo que parecemenos probable, en Labastide, en medio de la abier-ta sublevación católica de parte de la nobleza y delpueblo de la Baja Navarra, entre 1567 y 1570? Por elmomento tampoco tenemos respuesta a estas pregun-tas.

A lo largo de su vida, Leizarraga gozó de una granfama de sabio y de buen conocedor de la lengua vasca.No es casualidad que el Consejo real le encargara latraducción del Nuevo Testamento y de los demás tex-tos. Es tam bién significativo que se le encomendaranlos hijos de varios pastores protestantes para que lesenseñara el euskara. E igualmente es reveladora de sucelebridad la visita que en 1582 le rindió en Labasti-de un conocido personaje fran cés, Jacques Auguste deThou (1553-1617), destacado católico, miembro delsector galicanista, y cuyo papel fue importante para lafirma del Edicto de Nantes (1598) sobre tolerancia re-ligiosa. Thou, autor de unas volumino sas Historiae suitemporis (primera edición 1604), donde habla de nues-tro autor, recibió en el curso de esa visita un ejemplardel Nuevo Testamento vasco, hoy en la Biblioteca Na-cional de París. Este regalo in clina a pensar que Leiza-rraga perseveró en sus convicciones protestantes hastasu muerte, aunque, según Thou, la iglesia de Labasti-de albergaba los cultos de ambas confesiones. Más di-

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fícil es creer, con Haristoy, que Leizarra ga fuera al mis-mo tiempo el oficiante de las ceremonias católicas yprotestantes7.

2. El marco histórico

Tiempos muy turbulentos le tocaron a Leizarraga.En su infancia y juventud vio la conquista de Navarrapor la corona de Castilla, en 1512, y los frustrados in-tentos de reconquista, el último saldado con la derro-ta de las tropas navarras en Noain el año 1521. Nueveaños más tarde, en 1530, Carlos V renuncia definitiva-mente a la Baja Navarra, ante las dificultades de de-fender convenientemente esta parte citrapirenaica, pe-ro su hijo Felipe II ambicionó hacerse con el reino deNavarra, que, además de la mencionada provincia vas-ca comprendía el Bearn y una serie de territorios dise-minados en Francia. Hay que recordar que ni Lapurdi,ni Zuberoa pertenecían al reino de Navarra, sino al deFrancia, tras la caída de Baiona, hasta entonces en ma-nos inglesas, el año 1451.

Pero junto a ello, hay, sobre todo, el conflicto reli-gioso, que sacudió toda Francia durante cerca de un si-glo.

En los albores del protestantismo, la corte de los

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7 Haristoy, Recherches historiques, II, 120.

reyes de Navarra se distinguió por acoger a muchos es-critores y artistas, buena parte de ellos favo rables a laReforma o bien impregnados de un sincero deseo derenovar la Iglesia católica. La madre de la reina Juana,Margarita de Angulema (1492-1549), casada con En-rique II de Navarra, no se apartó nunca de estaconduc ta, pese a las severas críticas que recibía poramparar a herejes y similares.

Margarita, en su corte de Pau y de Nérac, ciudadésta en el ducado de Albret, no lejos de Agen, rehizoel círculo de intelectuales y reformistas que habíaconstituido tras la subida al trono de su hermanoFrancisco I de Francia. En la corte navarra residíanahora, entre otros, el poeta Clément Marot (nacido enCahors hacia 1496 y muerto en 1544), y el humanis-ta, teólogo y traductor de la Biblia al francés JacquesLefèvre d’Estaples (picardo, nacido en Étaples hacia1450 y muerto en Nérac en 1536), y hasta Calvinoperteneció al grupo un corto espacio de tiempo, en1534, aunque después marchó a Ginebra, desilusiona-do porque la reina no dejaba el papismo y porque la ri-gurosidad del reformador estaba muy lejos del espíri-tu humanista y abierto de Margarita, escritora de ta-lento. Mas aún, Calvino atacó la protección ofrecidapor la reina a los llamados libertinos espirituales, tanpróximos al pensamiento de Margarita, y escribió unopúsculo contra ellos.

Al morir Enrique II de Navarra en 1555, sube altrono su hija Juana III (1528-1572). Cuando apenascontaba doce años, fue obligada a casarse con el du-

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que de Clèves, matrimonio posteriormente anuladopor el papa, y en 1548 contrajo nuevas nupcias conAntonio de Borbón. Este matrimonio, sin duda poramor, cerraba el paso a las ambiciones de Felipe II,quien por vía de casamiento con Juana pensaba hacer-se con la Baja Navarra y el resto de los territorios deaquella corona; naturalmente, tal posibilidad fueconsiderada un gravísimo peligro para la monarquíafrancesa.

Antonio de Borbón procuró desde el principioacercarse a los intereses franceses, ofreciendo al rey En-rique II de Francia la incorporación del Bearn a cam-bio de territorios en el centro del país. Pero la oposi-ción de Juana, secundada por todos los bearneses, des-barató esos planes. La nueva reina daría hasta su muer-te abundantes muestras de tenacidad y de celo por laindepen dencia e integridad de sus tierras.

Al igual que su madre, Juana de Albret cultivó lasletras. Escribió en francés algunas poesías y es autorade unas interesantes memorias8. Tam bién publicó al-gunos inéditos de su madre. Por otro lado, hay que re-cordar que fundó en 1566 la Universidad o Academiaprotestante, cuya sede se repartieron sucesivamenteOrthez y Lescar. Proclive a los vientos reformadores,Juana era, sin embargo, menos amiga de compromi-sos, y llegó hasta la conversión pública al protestantis-

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8 Ver nuestra bibliografía.

mo, hecho acaecido en Pau, el día de Navidad de1560. En cambio, su esposo Antonio mantuvo unapostura cambiante, y murió en 1562 defendiendo a loscatólicos.

La expansión del protestantismo en los dominiosde Juana de Albret, cabeza de la nueva iglesia en sureino e introductora del régimen presbite riano sino-dal, se vio salpicada de innumerables dificultades.Indudablemen te, la Reforma iba calando en ciudadesy pueblos. Antes de la conversión de la reina habíapredicaciones protestantes en Bearn, al menos desde1557, y, en el reino francés próximo existían núcleosevangélicos en Mauleón y Baiona. Numerosos estu-diantes vascos –quizá en su mayoría bajonavarros ybearneses– estudiaban Teología en Ginebra. Hay querecordar que incluso al sur de la frontera, y a pesar detodas las prohibiciones, los progresos del protestan-tismo no eran desdeñables. En Donostia había minis-tros protestantes, y en las zonas próximas no eran ra-ros los libros y folletos de la nueva doctrina, que en-traban principalmente por el puerto de Pasaia. Se haafirmado que algunas de estas obras estaban en len-gua vasca, pero no nos ha llegado testimonio algunode ello.

La reina Juana no tardaría en comprobar que suspropósitos de extender la fe protestante chocaban conla renuencia, si no con la abierta hostilidad, de la ma-yor parte de los bajonavarros. En esta tierra Juana con-taba, desde luego, con la lealtad de algunos señores.Entre ellos destaca el poderoso señor de Gramont (o

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Agramont), que tenía señoríos además en el Bearn y enterritorios sujetos a la corona francesa. Junto a él hayque mencionar a los condes de Mehaine y de Beltzun-ze. Pero aquel importante apoyo no era suficiente.Otros nobles bajonavarros eran claramente hostiles alprotestantismo, figurando el vizconde de Etxauz alfrente del bando católico, si bien en 1570 AntoninoEtxauz escribió una carta a la reina Juana de Albretofreciéndole obediencia.

En la vecina Zuberoa, fuera, por tanto, de los do-minios navarros, había, desde luego, influyentes fami-lias ganadas para la Reforma, entre ellas los Bela y Ez-ponda, pero el bando católico también hacía sentir supoder, capitaneado por Charles de Luxe, señor de Tar-dets, y por Pierre de Maytie, ascendido después en laescala social por su celo antiprotestante. Los tumultos,acompañados de violencias en Baja Navarra y Zube-roa, arreciaron especialmente en 1567, y la situaciónno se calmó hasta 1570, en lo que se refiere a Baja Na-varra a favor de los intereses de la reina y sus objetivosen materia religiosa.

Juana de Albret era consciente de la necesidad depropagar la doctrina protestante en las tres lenguasprincipales de su reino: francés, occitano (en su varie-dad gascona) y euskara. Por lo que toca al francés, lalabor estaba hecha con los libros originales y las ver-siones que corrían desde hacía unos años (Lefèvre d’Es-taples, Olivetan, Calvino y otros). Quedaban las doslenguas más extendidas de sus dominios meridio nales:el occitano y el euskara, en una situación en que la ma-

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yor parte de la población no conocía más que una len-gua. Para el occitano, en la variedad gascona, encargóal sacerdote Arnaud de Salette la traducción de los Sal-mos de David, traducción que vio la luz en Orthez en1583, una vez establecida allí la imprenta a impulsosde la reina. No se tradujo el Nuevo Testamento al gas-cón. Por lo demás, cabe señalar que Juana ordenó en1556 que las leyes de los Estados del Bearn se redacta-ran en gascón, un decreto diametralmente opuesto alde Villars-Cottêrets (1539), firmado por su tío, Fran-cisco I de Francia, y que ordenaba que toda la docu-mentación oficial fuera redactada en francés (decretoque, no olvidemos, iba principalmente contra el em-pleo del latín).

En cuanto a la lengua vasca, el sínodo del Bearn, demarzo de 1563, tomó el acuerdo de pedir a Leizarragala traducción del “Nuevo Testamento, oraciones y ca-tecismo”, según el tenor literal de las actas.

¿Se hicieron otras traducciones vascas por orden dela reina Juana? Thou, siempre meticuloso en su infor-mación, escribió que la reina mandó traducir al euska-ra los Salmos compuestos por Marot, que entre 1534y 1536 residió en la corte de Margarita en Nérac. Pe-ro ignoramos completamente el paradero de esta tra-ducción, si es que fue hecha, y tampoco sabemos quiénfue su autor (¿Leizarraga?). Del mismo modo, nada sa-bemos de las publicaciones protestantes “en lenguavizcaína”, que Francés de Álava, embajador de FelipeII, comunicó en una de sus misivas haber visto al Nor-te de la frontera.

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3. Los libros de Joanes Leizarraga

Los libros de Leizarraga son tres:

3.1. El Nuevo Testamento con sus anexos

El libro tiene en la primera página el escudo conlas armas de Navarra y el pie del impresor, Pierre Hau-tin, de La Rochelle, con la indicación del año: 1571. Acontinuación, en este orden, vienen:– Dedicatoria en francés y en euskara a la reina Jua-

na, texto fechado en La Rochelle, el 22 de agostode 1571. Firmado por Leizarraga. 6 pági nas.

– Nota a los lectores vascos (Heuscalduney). Sin firma,y en primera persona del plural. Es una explicaciónde los responsables de la traducción. Una página.

– Texto del Nuevo Testamento. 917 páginas.– Tabla explicativa de los nombres propios hebreos y

griegos. 3 páginas. – Explicación de algunos términos difíciles. 13 pági-

nas.– Un pequeño vocabulario de las palabras vascas no

usuales en Zuberoa. Una página y 1/4.– Tabla de materias. 48 páginas.– Un texto titulado Forma de las oraciones eclesiásticas.

En su mayor parte son indicaciones sobre los sacra-mentos. 30 páginas.

– Catecismo, con preguntas y respuestas. 62 páginas.– Escrito sin firma al rey de Francia, con mención de

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“este año, 1559” (ese año murió Enrique II, suce-dido por Francisco II). 4 páginas.

– Confesión de los franceses sobre la doctrina pura deCristo.15 pági nas.

Las últimas cuatro partes, que se solían añadir a lastraducciones del Nuevo Testamento hasta el sigloXVIII, faltan en muchos de los ejemplares del libro deLeizarraga.

3.2 Kalendrera, Bazco noiz daten, ilhargi berriaren eta le-tra dominicalaren eçagutzeco manerarequin (“Calen-dario, con la manera de saber cuándo será Pascua,luna nueva y la carta dominical”)

Se trata de un calendario perpetuo, pensado sobretodo para saber cuándo son las fiestas móviles, las fa-ses de la luna, etc. Contiene en la primera página elpie de imprenta, con el mismo año de 1571, sin indi-cación del día o mes. 16 páginas.

No se ha identificado el posible original de estaobrita, lo que hace pensar a algunos que su autor esLeizarraga.

3.3. ABC edo Christioen instructionea othoitz eguiteco for-marequin (“ABC o instrucción de los cristianos,con la forma de rezar’’)

Contiene igualmente el pie de imprenta del impre-sor y el mismo año. Viene precedido de un pequeñoprólogo de tres páginas con el encabe zamiento: “J.Leizarraga de Beskoitze, a todos los encargados de en-

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señar a la juventud de Euskal Herria, les desea la gra-cia”, prólogo fechado en La Rochelle el 1 de octubre de1571. Después se incluye una cartilla para aprender aleer, con silabario. A continuación, el padrenuestro, yel credo; un versículo del Éxodo; los diez mandamien-tos y su resumen (tomado de los evangelios de S. Ma-teo y S. Juan); oraciones para los padres de familia enlas diversas horas del día; un breve catecismo, con pre-guntas y respuestas, para quienes van a ser recibidos enla cena (es decir, el equivalente de la misa católica);una explicación de los principales puntos de la fe cris-tiana; una pequeña tabla con el nombre de los núme-ros y su representación en números arábigos y roma-nos. En total, 88 páginas.

Es el catecismo de Calvino, Christianae religionisinstitutio, publica do por vez primera en Basilea en1536 y que él mismo tradujo al francés y publicó en1541, probablemente el más importante instrumen-to de la Reforma. Hasta el siglo XVIII esta obra sesolía editar conjuntamente con el Nuevo Testamento.Leizarraga se sirvió de una de las muchas edicionesdel libro, no identificada hasta el momento, sin em-bargo.

4. Una empresa coronada por el éxito

Es evidente que, al aceptar el encargo del sínodode 1563, Leizarraga tomaba sobre sus espaldas una la-bor ingente. Sobre todo, había de verter los textos sa-

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grados de la Biblia a una lengua aún sin estrenar, opoco menos, por lo que respecta a esta clase de textos.Indudablemente tenía Leizarraga a su favor cierta tra-dición de cultivo de la lengua, y quizá disponía detextos manuscritos y hasta impresos, aunque nada nosha llegado, fuera de ecos posteriores. En todo caso,esa tradición debía de ser muy fragmentaria e insufi-ciente.

Las enormes dificultades con que Leizarraga se en-frentaba estuvieron a punto de dar al traste con la em-presa, tal como nuestro autor confiesa en el prólogo-dedicatoria a la reina:

“...temiendo que el resultado no pudiera responder ami voluntad, yo me detuve sin más, y poco faltó paraque desistiera completamente, viendo mi empresa tan-to mayor cuanto que la lengua en que yo he escrito esde las más estériles y diversas, y del todo inusitadas,al menos en traducción”.

Es probable que estas últimas palabras contenganuna alusión a Etxepare y su libro de poemas –desdeluego muy lejos del rigor calvinista–, del que conoce-mos la edición de 1545 (la segunda tras otra de unosaños antes que no ha llegado a nosotros).

Ciertamente Leizarraga encontraba consuelo en elhecho de que las dificultades, junto con los posiblesreproches a los traductores, no se ahorraban en otraslenguas más cultivadas:

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“...sin embargo, cuando considero que incluso ennuestros días tantos sabios se han puesto a traducir elNuevo Testamento, tanto en latín o en francés como enotras lenguas muy ricas y usadas, y que después losmismos traductores y después de ellos otros han encon-trado muchas cosas criticables, tanto en el sentido co-mo en la lengua...”.

Pero sobre todo le servía de acicate el pensar que elpueblo vasco no podía ser menos que otros:

“No obstante, asegurándome que los vascos, entretodas las otras naciones, no eran en modo alguno tanbárbaros que no pudieran reconocer al Señor en sulengua, y viendo la ocasión que se presentaba...”.

Además, Leizarraga no estaba solo:

“...esperando asimismo que habría personas más ca-paces que yo para ayudar en la tarea (como así hasucedido en efecto cuando, por orden del sínodo del Be-arn, se ha planteado el revisar y cotejar el traba-jo)...”.

Sabemos algo de los colaboradores que se le asigna-ron a Leizarraga para la revisión y corrección de los tex-tos. Fueron cuatro, todos ellos, según parece, antiguoscuras católicos, como el propio Leizarraga. Dos al me-nos eran suletinos: Piarres Landetxeberri, de Ündürei-ne (en francés Undurein), y Sanz de Tartas (tío abuelo

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de Tartas, el autor católico de Onsa hilceco bidia, librosuletino aparecido en 1666), de Sarrikotapea (en fran-cés Charritte-de-Bas). Otro era labortano, de San Juande Luz: Joanes Etxeberri, también llamado de La Rivey apodado Le Petit Basque, de quien sabemos era pastorcalvinista en Saint-Palais, y que trabajó como ayudan-te del hijo de la reina Juana, el futuro Enrique III deNavarra y IV de Francia. Del último colaborador sóloconocemos el apellido: Tardets, lo que hace pensar queera también originario de Zuberoa, aunque ejerció suministerio en Ostabat y también en Labastide, es decir,en el mismo pueblo que Leizarraga, aunque ignoramossi coincidieron allí en una misma época.

Las actas de los sínodos reflejan los pagos hechos aestos colaboradores. Nada sabemos sobre el peso quecabe asignar a estas personas, que, según la documen-tación, emprendieron su tarea en 1565 y que, por otrolado, padecieron en sus carnes la citada rebelión de loscatólicos bajonavarros de 1567.

No podemos dejar de señalar la intervención dealgunos notables en la decisión de Leizarraga. El au-tor cita expresamente las “exhortaciones vehe mentes”del señor de Gramont, “que era”, dice a la reina, “en-tonces vuestro lugarteniente general”, juntamentecon las “frecuentes solicitaciones de los señores deBeltzunze y de Mehaine, y de algunos otros amigosmíos”.

Es interesante que, mientras el prólogo-dedicatoriaa la reina Juana está firmado por Leizarraga y escritoen primera persona del singular, el aviso que le sigue,

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titulado A los vascos, carece de firma y está redactado,como hemos dicho, en primera persona del plural (in-dudablemente no mayestático). En la nota, que ocupacasi una página, se mencionan las diferencias existen-tes dentro de la lengua vasca:

“Por lo demás, todos saben qué distinta y diversa esla manera de hablar en Euskal Herria casi de unacasa a otra”.

Ese hecho llevó a los responsables a la búsqueda deuna forma de lengua inteligible por la mayoría:

“Por esa razón, sin apartarnos del sentido verdadero,por lo que res pecta a la lengua hemos seguido el crite-rio de ser comprendidos por todos en lo posible, sinatarnos al habla de un lugar determinado”.

Pero se reconoce que el trabajo puede ser mejora-do, y el paso de los años mostrará los cambios que hande introducirse:

“...y sabemos que con el tiempo se encontrarán en estaobra muchas palabras y modos de hablar que pudie-ran decirse mejor de otro modo...”.

En este caso, naturalmente, siempre había de te-nerse presente la situación del euskara:

“...todos los que conocen el asunto recordarán, por fa-vor, que de buenas a primeras no se puede lograraquella perfección que sería necesaria”.

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Sin embargo, la tarea de las traducciones no ha po-dido ser en modo alguno inútil:

“...con todo, sin detenernos mucho en la manera dehablar, tenemos la esperanza de que aquellos que de -seen seguir la palabra pura de Dios encontrarán (conesfuerzo) motivo de satisfacción”.

La nota termina con una referencia a la labor quequeda por hacer en el futuro:

“Y si, como esperamos, el vasco encuentra agrado yprovecho espiritual en lo que hasta ahora se ha hecho,quienes han intervenido en esta tarea se animaránpara, según su propósito, revisar y corregir lo reali-zado y para poner notas explicativas de los pasajesmás difíciles”.

Leizarraga trabajó en el Bearn (¿quizá en Pau?),cobran do los emolumentos que registran las actas delos sínodos y que él agradece en el prólogo-dedicatoriaa la reina Juana, pero ello no excluye que la traducciónfuera hecha parcialmente en otro lugar.

Mucho se ha discutido sobre el modelo que sirvióde base para la tra ducción del Nuevo Testamento.Contra la creencia, habitual entre los vascólogos, deuna traducción a partir del griego, ya se expresó RuizArzalluz

9. Ahora, en esta misma edición que prologa-

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9 “El modelo griego de Leizarraga: ¿una quimera filológica?”.

mos (o que co-prologamos), parece que Xabier Kinta-na demuestra que la fuente principal es la versión fran-cesa de Olivetan.

Los trabajos encomendados a Leizarraga fueron ter-minados en un tiempo breve. Hay noticias de que enun año había concluido el encargo, mientras que otrashablan de cinco o siete años. Sea como fuere, la apari-ción del libro no tuvo lugar hasta 1571. Si efectiva-mente hubo retraso, podría pensarse en las turbulen-cias de los años anteriores a la fecha de la edición. Qui-zá Leizarraga, como hemos dicho, fue víctima de la re-vuelta iniciada en Baja Navarra en 1567, siendoobjeto de la prisión y de los sufrimientos citados en elprólogo-dedicatoria.

Llama la atención que ni en los anexos del NuevoTestamento ni en los otros dos libros se incluyera unsolo canto o himno en lengua vasca.

Leizarraga, que, como se ha señalado, en 1567 era yaministro protestante, hizo un trabajo admirable, publi-cado en La Rochelle, ciudad de la corona francesa y bas-tión del protestantismo (y donde había muchos merca-deres vascos, que representaban una fuerza muy impor-tante, según el embajador Francés de Álava). Compa-rando estos libros con otros salidos de la mismaimprenta aquellos años, parece imponerse la conclusióndel esmero y cuidado extremos de Leizarraga. Gracias aThou, tenemos información, aunque escueta, sobre laestancia de Leizarraga en La Rochelle para supervisarlos trabajos de publicación de los tres libros en una delas dos imprentas de la ciudad, la de Pierre Hautin (“ip-

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se praefuit”, escribe el mandatario francés, es decir, “élmismo estuvo presente”). Recordemos además que ladedicatoria a la reina Juana, que precede al Nuevo Tes-tamento, está fechada en La Rochelle el 22 de agosto de1571, mientras que el pequeño prólogo del ABC es del1 de octubre de ese año, en la misma ciudad. Puedeañadirse que la reina Juana estaba en aquel tiempo enLa Rochelle, tras el sínodo general de las Iglesias Refor-madas de Francia, celebrado allí en el mes de abril. Esprobable que Leizarraga participara en el sínodo, peroextraña que su nombre no figure entre los firmantes dela llamada Confesión de La Rochelle. En cambio, es segu-ro que la reina no se encontraba ya en La Rochelle cuan-do se publicaron los libros, ya que partió de la ciudaden el mes de agosto de ese año.

Comparando algunos de los ejemplares del NuevoTestamento que han llegado hasta nosotros, se deduceque hubo varias tiradas de este libro, pero nada sabe-mos del número de ejemplares impresos por PierreHautin.

5. La lengua de Leizarraga

Es claro que los libros de Leizarraga representan uneuskara más bien arcaico ya para su época. Para expli-car esto no ha de olvidarse, por una parte, el carácterelevado que los textos requerían, y por otra, la búsque-da de una lengua común por encima de las divergen-cias dialectales.

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Ha de consignarse también que la lengua de Leiza-rraga posee una corrección extraordinaria. Estos textosnos recuerdan la fama de Leizarraga como experto enla lengua en que escribe.

Nos hemos referido antes a la tradición de cultivode la lengua vasca, tradición insuficiente, sin duda,pero que debió de allanar un tanto la ímproba labor deLeizarraga. Sus obras, como escribió Villasante, “sonextremadamente pulidas y perfectas. Para ser un ini-ciador, sorprende que hasta tal grado consiga dar laimpresión de una lengua tan normalizada y fijada”10.

El examen de las traducciones de Leizarraga mues-tra la aplicación de un modelo detenidamente pensa-do y cuidadosamente aplicado, tanto en la grafía comoen el léxico y la morfología. Si el sistema gráfico es es-tricto, fuera de unas escasísimas desviaciones, en ma-teria de léxico y morfología es patente asimismo unagran homogeneidad. Entre los pocos ejemplos de do-bletes morfológicos podemos citar daude / daudez, ba-getaco / gabetaco, inharrosi / iharrosi, norbait pero zerbeit,ethorriren / ethorriko, nahi du / nahi da, el relativo cein /ceina, los sufijos –tsu / –zu, etc. Llama la atenciónigualmente la regularidad del empleo de la distinciónde los participios de los dos verbos auxiliares (izan yukan), propia de ambos dialectos bajonavarros, del su-letino y del roncalés (en éste ekun), pero no del labor-

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10 Historia de la literatura vasca, 57.

tano ni del resto de los dialectos: v.g., izan naiz ‘he si-do’, e izan dut ‘he tenido’. También es curiosa la regu-laridad con que Leizarraga escribe emaiten contra iza-ten. Para los dobletes léxicos, nos limitaremos a citarcharpanter / çuharotz ‘carpintero’.

Al optar por el labortano como vasco común, Lei-zarraga, muy probablemente, no hacía más que seguirla norma de los clérigos y letrados del País Vasco aqui-tano. Hay que tener presente a este respecto el presti-gio del labortano, estrechamente ligado a la prosperi-dad de villas marineras como San Juan de Luz, Zibu-ru o Getaria.

Los bajonavarrismos, notorios en los textos devo-tos, tienen quizá su explicación en la autoría de loscompañeros de Leizarraga. Pero no hay que perder devista el objeto principal de las traducciones, a saber, laconversión al protestantismo de la población de la Ba-ja Navarra, dominio de la reina Juana. La huella de lashablas bajonavarras, como se ha señalado desde JulienVinson, no es uniforme en el conjunto de las traduc-ciones de Leizarraga. Es superior en el último libro, elABC, donde la morfología de la declinación incluye eldativo plural en –er propio del dialecto bajonavarrooriental y del suletino.

Como se ha indicado más arriba, los suletinos noquedan completamente fuera de esta obra. Es bienprobable que, como ocurriría en la vecina Baja Nava-rra, la gente culta, además del gascón y, quizá en me-nor medida, del francés, conociera y, a un cierto nivel,empleara la modalidad labortana. En cambio, no mu-

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chos años después el historiador y poeta suletino Oi-henart (1592-1667) presenta en general un tipo delengua bajonavarro, si bien con algunos tintes laborta-nos, sin apenas intervención de su dialecto natal deZuberoa. En las traducciones de Leizarraga, para ayu-da de los suletinos es el vocabulario explicativo que fi-gura en uno de los anexos del Nuevo Testamento, vo-cabulario que, aunque no viene firmado, hay que pen-sar que fue compuesto por los dos (¿o tres?) colabora -dores de Leizarraga oriundos de Zuberoa.

Como en otras traducciones de la época, tanto ca-tólicas como protestantes, en estos libros vascos es pa-tente el peso del latín. Los préstamos de esta lengua,con ligeras adaptaciones a cada uno de los idiomas, secuentan por centenares. Hay que tener muy presente,por otro lado, la importancia que la Reforma atribuíaal original, latín y –entonces en menor grado– grie-go. El empleo de otras voces, aunque más inteligibles,podía ser considerado sospechoso de traición al verda-dero sentido de los textos sagrados.

Leizarraga sigue este camino. Así, vemos infidelita-te, obediencia, illuminatu, etc., aplicados por lo generalde un modo uniforme, como el resto del léxico, salvoexcepciones, como los dobletes excommunicatione / exco-micu ‘excomunión’, siendo la segunda un prés tamomás antiguo en la lengua. Los motivos religiosos cita-dos llevaron a Leizarraga a escribir, por ejemplo, sab-bathoa, en lugar de larunbat ‘sába do’, o fluvio, en lugarde ibai ‘río’. Todo ello, ocioso es decirlo, en nada des-dice del dominio exquisito del euskara por el autor, a

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quien el contacto con otras lenguas, lejos de perjudi-car en su destreza, sin duda le hizo madurar cara a supenosa labor (no estará de más decir que ambas vías, elpréstamo y la producción a partir de voces patrimonia-les, son compa tibles y absolutamente necesarias parala vitalidad de la lengua).

El propósito de fidelidad a las fuentes se revelatambién en el empleo que hace Leizarraga de las letrascursivas, siguiendo la costumbre calvinista, en aque-llas palabras que no figuran en el original de los tex-tos sagrados y que se incluyen para facilitar la com-prensión de los textos.

6. La huella de Leizarraga en la literaturavasca

El fracaso de la Reforma protestante en Francia yen el reino de Navarra (ambos un solo reino tras el de-creto de unión de 1617) trajo como consecuencia elarrinconamiento de los textos de Leizarraga y el co-lapso de toda posibilidad de influjo sobre la lenguavasca y su cultivo literario contemporáneo y posterior.El edicto de Nantes, de 1598, fue revocado por LuisXIV en 1685, mediante el edicto de Fontainebleau,pero para esa fecha la Iglesia evangélica había sufridouna larga e implacable persecución. Detenciones, con-versiones forzosas, torturas y ejecuciones se sucedieroncontra los hugonotes, muchos de los cuales optaronpor la emigración: Inglaterra, Holanda, Suiza o el

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continente americano fueron los destinos habitualesde miles de evangélicos perseverantes en su fe. Lostemplos calvinistas fueron destruidos o bien entrega-dos –en buena parte devueltos– a la Iglesia católica.Los libros fueron pasto de las llamas, fuera de unospocos salvados por el culto clandestino y los bibliófi-los. De las hogueras en el convento de los capuchinosde Baiona, a finales del siglo XVII, habla brevementeVinson11. No es casualidad que hoy sean muy conta-dos los ejemplares del Nuevo Testamento de Leizarra-ga. La cifra parece que no supera las tres docenas, ymenor es el número de los ejemplares de las otras dosobras.

Entre los autores vascos posteriores a Leizarraga,todos ellos católicos, se corrió un velo de silencio sobrelos episodios de la Reforma y el duro combate llevadohasta su casi total eliminación en la Euskal Herriaaquitana. En la extensa obra de Oihenart, por ejemplo,no hay una sola línea acerca de los protestantes euskal-dunes, y Axular, en el prólogo de su libro (Gero,1643), apenas hace una mención del papel jugado porel padre del obispo Bertrand de Etxauz, el vizcondeAntonino, contra la extensión del protestantismo enBaja Navarra, mención donde se evita el nombre mis-mo de esta Iglesia y sólo se dice que el vizconde actuó“cuando en aquellas partes de la Baja Navarra, como

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11 Essai d’une bibliographie de la langue basque, 22.

en muchos otros lugares, pareció que la santa ley ca-tólica iba a flaquear, tambalearse y perecer”12.

Leizarraga es citado, en cambio, pero con palabraspoco amables, por el cura católico Joanes Haraneder,nacido en San Juan de Luz en 1669. Haraneder tradu-jo el Nuevo Testamento, que ha visto la luz en el sigloXX13. En el prólogo, nos habla del “pobre” Leizarraga,

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12 “Naffaroa Behereco parte hetan, bertce anhitz leccutan be-çala, legue catolica saindua iduriz flacatcera, cordocatcera etaerortcera cihoanean…”. Axular, Gero, pág. 6. Citamos por la edi-ción facsímil publicada por Euskaltzaindia, Bilbao 1988. Hay enesa obra otros dos pasajes donde se citan los cismáticos. En la pá-gina 135 escribe Axular: “Eta hala erraiten denean anhitz direladeituac eta gutiac hautatuac, aditcen da ientilac, mairuac, turcoac,iuduac, luterac eta munduco bertce guztiac direla deituac. Bainagutiac, guiristinoac berac hautatuac, eta ez bertzeric”, es decir:”Yasí, cuando se dice que son muchos los llamados y pocos los esco-gidos, se entiende que los gentiles, moros, turcos, judíos, lutera-nos y todos los demás del mundo son los llamados, pero pocos, loscristianos solamente son los escogidos” (obsérvese que para Axularlos luteranos, es decir, los protestantes, no figuran entre los cristia-nos). Más duro es el pasaje de la página 262: “Gutienean bacene-rraque hura dela luthertasun handia, gauça itsusia eta eztaquiculacer gaztigu ordena halacoari”. O sea: “Por lo menos podrías decirque aquello es un luteranismo grande, una cosa fea y que no sabesqué castigo corresponde a un tal” (en ambos pasajes nos hemosapartado de la traducción de Villasante, y particularmente en el se-gundo).

13 Editado por Patxi Altuna en 1990, aunque con el título in-correcto de Iesu-Christoren Evangelio saindua, pues se trata de todoel Nuevo Testamento.

“convertido a la apestada secta de Calvino” y “contami-nado con su herejía envenenada”. Palabras que recuer-dan las de otro sacerdote, Pierre Haristoy, en un breví-simo pero durísimo capítulo de sus Recherches historiquessur le Pays Basque14: “hombre venal”, “uno de esos co-bardes apóstatas dispuestos a servir por turno o simul-táneamente a Dios y al diablo”, “desgraciado cura”.

La ignorancia es muy probablemente involuntariaen un autor algo más viejo que Haraneder, el hugono-te y antes católico y capuchino Pierre d’Urte, nacido enSan Juan de Luz en 1644 y residente en el exilio de In-glaterra. No parece que conociera las traducciones deLeizarraga. Al menos nada nos lo hace suponer el exa-men de su versión del Génesis y de los dos primeros delÉxodo, y tampoco hay rastro de ese conocimiento en sudiccionario vasco incompleto y su gramática vasca, tra-bajos todos ellos publicados en el siglo XX15.

Es digno de reseñar el eco de las obras de Leizarra-ga en medios académicos europeos. Entre ellos cabe ci-tar el erudito flamenco Bonaventura Vulcanius o Smet(1538-1634), que en 1597 publicó en Leiden el libroDe literis et lingua Getarum siue Gothorum, con una par-te dedicada a la lengua vasca, Parergon, siue specimenCantabricae hoc est ueteris Uasconum linguae16. La mues-

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14 Tomo II, pág. 119.15 En edición de Patrizio Urkizu.16 Hay una edición de Justo Gárate. Ver también mi artículo

sobre este asunto, “Brugge eta euskaldunak”.

tra del euskara está sacada de Leizarraga y de la obraDe rebus Hispaniae memorabilius, en castellano Cosas me-morables de España, del historiador Marineo Sículo (pri-mera edición en castellano y en latín 1533). En esemismo siglo XVI, vale la pena recoger la alusión deMontaigne al Nuevo Testamento de Leizarraga; comoescribió Vinson, es evidente que en modo alguno leagradaba a Montaigne la vulgarización de la Biblia entodas las lenguas17.

Uno de los mayores elogios hechos a Leizarraga secontiene en el prólogo del Diccionario trilingüe de Larra-mendi (1745). El jesuita, con su habitual independen-cia de criterio, dedica un capítulo entero al NuevoTestamento protestante, alabando esta traducción, sinun ápice de censura de orden lingüístico ni religioso.A Larramendi le costó dar con la obra de Leizarraga(“después de muchos años de solicitud y diligencia”),que había visto citada en el conocido catálogo Biblio-theca Hispana (1672 y 1692), del bibliógrafo sevillanoNicolás Antonio. Sabemos con seguridad que Larra-mendi consiguió su ejemplar durante su estancia enBaiona, como confesor de María de Neoburgo, viuda

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17 Montaigne, Ensayos, L. I, LVI, 10: En sus Ensayos (primeraedición 1580, segunda 1588), dice: “Sçavons-nous bien qu’en Bas-que & Bretaigne il y ayt des juges assez pour establir cette traduc-tion faicte en leur langue? (Es decir, “¿Sabemos bien que hay jue-ces suficientes en vasco y en bretón para establecer esta traducciónhecha en su lengua?”).

de Carlos II, pero no parece que conociera las dos obrasmenores de Leizarraga. Una de las cosas que más sor-prendieron al jesuita es el sistemático empleo del tra-tamiento hi ‘tú’, incluso cuando los apóstoles se diri-gen a Cristo. Cabe recordar al respecto el paralelo delos libros calvinistas franceses, donde el pronombre tuera usual.

En el siglo XIX vemos crecer espectacularmente elinterés por Leizarraga, de la mano de los vascólogos,de una parte, y de los propagandistas evangélicos, deotra. Varias fueron las ediciones, la mayor parte nocomple tas, del Nuevo Testamento de Leizarraga. Así,por ejemplo, Mahn incluyó algunos capítulos en su li-bro-antología Denkmaeler der baskischen Sprache (1857).Vinson publicó en 1874 el evangelio de San Marcos, yvan Eys el de San Mateo tres años después. La revistaEuskara, publicada en Berlín entre los años 1886 y1896, dio a conocer algunas partes del Nuevo Testa-mento, junto a estudios sobre el traductor vasco. Laprimera edición del Nuevo Testamento, sin los anexos,apareció en 1828. Habrían de pasar muchos años has-ta la edición facsímil de todas las obras de Leizarragapor Hugo Schuchardt y Theodor Linschmann, con eladmirable prólogo escrito de Schuchardt. El libro, conel patrocinio de la Academia Imperial de Viena, se im-primió en Jena, aunque el pie de imprenta dice Estras-burgo18. Por extraño que parezca, Schuchardt, según

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18 Los trabajos en Jena son citados en el prólogo de Schu-

nos cuenta Urquijo, se opuso terminantemente a laventa del libro en Euskal Herria, pues no deseaba quenadie atribuyera a su trabajo intenciones de propagan-da evangélica. De esta edición en 1990 publicó Eus-kaltzaindia un facsímil, que contiene además la tra-ducción castellana del prólogo19. En I903 Dodgson,despechado por la edición de Schuchardt y Lins-chmann, publicó en Londres otra edición del NuevoTestamento, con los auspicios de la Trinitarian BibleSociety. No podemos dejar de mencionar la huella deLeizarraga en Maurice Harriet, especialmente en suedición de los cuatro Evangelios de Haraneder (1855),en realidad un texto completamente alterado y conmuchas reminiscencias de Leizarraga, presente tam-bién en su diccionario inédito20.

Desde comienzos de siglo XX no ha decrecido, si-no todo lo contrario, la atención prestada a Leizarraga,como lo revelan numerosos trabajos publicados, entrelos que destaca el penetrante estudio de René Lafonacerca del verbo, dentro del libro Le système du verbe

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chardt, v, y en una carta de que escribió a Urquijo, del 27 de fer-brero de 1912.

19 Traducción e índices de Iñigo Ruiz Arzalluz y José ManuelVélez Latorre. Este trabajo se publicó también de forma indepen-diente en ASJU; ver bibliografía.

20 Sobre esta edición de Haraneder por Harriet y sobre la hue-lla del hugonote en éste, ver mi artículo “Maurice Harriet JoanesHaranaderren galbahari: Testament Berria (1855)”.

basque au XVIe siècle. Más aún, en torno a 1950, Fede-rico Krutwig, secundado al principio por Luis Villa-sante, propuso a Leizarraga y su lengua, el llamado la-bortano clásico, como modelo para el euskara literariocomún. La empresa era harto difícil, por la distanciaexcesiva con respecto a la lengua actual, incluso en laVasconia aquitana, y por la falta casi absoluta de influ-jo de Leizarraga sobre la tradición literaria, como he-mos dicho21. Sin embargo, esa distancia no ha sido óbi-ce para que, además de los vascólogos, los escritores, yparticularmente quienes no sienten la pereza de enca-rarse con los textos antiguos encuentren en el hugono-te vasco una mina abundante para su trabajo y para en-riquecer su lengua.

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21 Según Krutwig, Urquijo y Azkue eran igualmente favora-bles al labortano clásico como lengua literaria común. En las Me-morias inéditas de Krutwig, tituladas Bilbao en los años cuarenta entorno a Blas de Otero y Resurrección Mª de Azkue, 113, el autor escri-be: “Azkue conocía muy bien mi posición en favor del labortanoclásico, que repito coincidía con la de nuestro común amigo ycompañero Julio de Urquijo, y más de una vez Azkue nos dio áni-mo para que también yo siguiese en mi posición.”

Nota final. Una primera versión de este texto se publicó en1996 (ver bibliografía).

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LA RÉFORME :UN HUMANISME

TXOMIN PEILLEN KARRIKABURU

Académicien d’EuskaltzaindiaProfesseur émérite del’Université

de Pau et des Pays de l’Adour

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Croisée de chemins, croisée d’idées

L’on répète, fréquemment, que le Pays Basque estun isolat ethnique et culturel, protégé par ses hautesmontagnes, or géographiquement notre pays est lemeilleur et le moins haut des passages terrestres versla péninsule ibérique. Le cœur de notre pays fut la Na-varre, petit royaume disputé entre la France et l’Es-pagne. Ce royaume fut un centre intellectuel auMoyen-Age et à la Renaissance ; en effet les rois enfurent des Aragonais, des Champenois, des Nor-mands, des Gascons qui ouvrirent le pays vers le nordde l’Europe et vers l’humanisme ; de plus notre PaysBasque se trouvait sur le grand chemin européen deSaint-Jacques de Compostelle par où circulèrent denombreuses connaissances (architecture, médecine,humanisme et techniques diverses). Pierre le Vénéra-ble, abbé de Cluny, au cours de sa visite en Navarredécouvrit le savant archidiacre anglais Robert deChester, occupé à Pampelune à traduire des traitésarabes de mathématiques en latin. Il le chargea demettre dans la même langue, le Coran, car si on vou-lait convertir les musulmans il fallait connaître leurcroyance. On trouva un Coran au monastère de Leyreen Navarre et la traduction latine parut à Pampeluneen 1143.

Autre ouverture sur le monde fut donnée au coursde ce même douzième siècle par Benjamin Ben Jonahde Tudela qui écrivit en hébreu un récit de voyage au

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Moyen-Orient et en Occident ; un autre juif de Na-varre Yehudà Ha-Levi publia des poèmes anacréon-tiques en hébreu et en castillan, il écrivit en arabe uneoeuvre polémique le Kuzari pour démonter la supério-rité de son monothéisme sur celui des chrétiens et desmusulmans. Enfin un autre Navarrais, Rabi Abrahamben Mair ben Ezra écrivit en hébreu et enseigna en la-tin les sciences les plus avancées de son époque.

Dans le domaine des idées religieuses les Basquesfurent deux des trois fondateurs de la compagnie deJésus (Xavier, Ignace) au seizième siècle ; trois desquatre fondateurs du Jansénisme au XVIIe s. (Duver-gier de Hauranne, M. Barcos, B. Arguibel).

Le protestantisme et l’érudition réforméeen Soule.

La Réforme protestante toucha également le PaysBasque dans sa province de Soule (Zuberoa). Les pro-vinces du Sud du pays, sous autorité hispanique, fu-rent « protégées » de l’hérésie par l’Inquisition espa-gnole.

La Soule connut des décennies d’occupation gas-conne avant d’être vendue au roi de France, mais lesoccupants béarnais restèrent assez nombreux dans lepays, or ces Béarnais, nos voisins envahissants passè-rent assez massivement au protestantisme ; leurscompatriotes de Soule, mais aussi une bonne partie del’élite, des nobles souletins, des paysans de certains

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villages optèrent pour le protestantisme. Il est difficilede donner quelques chiffres ; en fonction du nombrede pasteurs locaux : quelques centaines.

Pour que la Réforme protestante s’implantât enPays Basque, il eût fallu que le peuple s’adaptât à unchangement brutal auquel le monde paysan est peucoutumier. Il eût accepté la religion nouvelle, pourvuqu’elle se fût exercée dans un sens utile à son humblecondition.

Quant au choix de certains nobles et bourgeois,soit pour la foi ancienne, soit pour la nouvelle, les cir-constances nous en sont peu connues ; tout au plus,peut-on supposer que la plupart, tout en partageantles idées des Réformés, suivirent leur Prince dans sesconversions ou ses abjurations ; la particularité soule-tine pourrait être due à la division du pays au siècleprécédent, durant les guerres seigneuriales, en deuxfactions Gramontais et Beaumontais et aussi à l’aideapportée aux huguenots souletins par les voisins béar-nais.

Les protestants basques eurent la vie dure : avantla proclamation de l’Edit de pacification de Nantes, en1598, par Henri III de Navarre, dit Henri IV deFrance, les nobles adeptes de la religion nouvelle s’en-fuyaient en Béarn, se réfugiaient chez leurs parents ca-tholiques, cependant Eneko de Esponde secrétaire dela reine Jeanne d’Albret fut assassiné à Saint Palais parles partisans d’Etxauz vicomte de Baigorry en 1594.Des citadins, pris par leurs obligations, abjuraient enpublic, sous la menace.

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Les paysans n’abjuraient pas : plusieurs figurentdans le martyrologue de Genève victimes des tortureset exécutions des catholiques par pendaison etnoyades. Des corps déterrés des pasteurs furent jetésnus dans les torrents. Malgré les ordres de Charles IXles protestants ne furent pas massacrés en Pays Basquele 24 août 1572 lors de la Saint Barthélémy qui fitplus de 100.000 morts dans le royaume de France etle gouverneur Aspremont écrivit au Roi qu’ilsn’avaient pu trouver de bourreaux à Bayonne.

Les bourgades les plus touchées par la Réforme fu-rent en Soule, Chéraute, Mauléon et Montory, à unmoindre degré, Esquiule, Lacarry, Sauguis, Tardets etUndurein. En 1555 un pasteur réformé, le MinistreJean-Raymond Merlin fut installé à la cour de Navarreet Calvin, Théodore de Bèze et Lefèvre d’Etaples ytrouvèrent refuge ; en 1560 la reine Jeanne d’Albretse convertit au protestantisme et voulut l’implanterdans son royaume de Navarre et en Béarn. Les Réfor-més se définirent comme Protestants, ce qui signifieceux qui témoignent pour, et eux témoignaient pourle salut par la foi seule (sola fide). Jeanne III d’Albretet ses enfants furent condamnés par l’Inquisition espa-gnole et le projet de l’enlever échoua. En Navarre dunord, autrement Basse Navarre, quelques nobles etbourgeois furent convertis. En Basse-Navarre il n’yavait aucune ville, aucun centre d’enseignement, desorte que les catholiques ruraux purent éliminer lesprotestants les armes à la main, comme s’en féliciteAxular, écrivain de la Contre-réforme, tandis qu’en

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Béarn il y avait trois petits centres urbains, Pau, Olo-ron et Orthez et dans cette dernière ville un enseigne-ment secondaire à Lescar. Une université (médecine,droit théologie) fut fondée à Orthez par Jeanne d’Al-bret, Par ailleurs, la reine Jeanne d’Albret qui attiraitle respect par sa conduite et la grandeur de son rang,gagna une élévation éclatante par son mérite et sa cul-ture ; élevée à la Cour de France elle sut rejeter, decelle-ci, tout témoignage et tentation de magnificenceet de galanterie et séduisit par ses vertus l’élite cita-dine béarnaise, si bien que vingt à vingt-cinq milleBéarnais se convertirent au protestantisme.

Les écrivains de langue basque

La Réforme, dans la continuité de la pensée huma-niste du début du siècle, replaça l’homme au centre dumonde ; cette attitude aida les peuples de l’Europe dunord qui adoptèrent la foi nouvelle à développer leurcaractère industrieux, au détriment des peuples dusud et du centre de l’Ancien Continent qui se consa-crèrent par l’art et la pensée à la gloire de Dieu.

Dans un pays fortement illettré en toutes langues,la publication des livres de Leizarraga dont « Le Nou-veau Testament de Notre Seigneur Jésus-Christ » enlangue basque en 1571 provoqua un choc ; en effet ilproposait pour la première fois un abécédaire destinéà l’enseignement en basque. Le parler de la Soule pré-sentant quelques archaïsmes, il fit un petit glossaire

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des originalités du dialecte souletin. Le protestant Bertrand de Sauguis (Zalgize) fut

l’auteur au seizième siècle des poèmes perdus dontnous ne savons rien sinon qu’ils firent l’admirationd’Arnaud d’Oihenart au dix-septième siècle. De l’œu-vre de Bertrand de Sauguis on ne sauva qu’un petit re-cueil de 205 proverbes. A la même époque, les écritscalvinistes en basque de Bustanoby de Lacarry dispa-rurent également, en voici les témoignages, tels qu’onles trouve dans la thèse de Marie Christine UrbistondoPicavea et dans les documents du Synode de Pau du 4mars 1614

« Les basques Navarrois, ceux de la Soule et de Labourtfaisant profession de la religion ayant supplié le Synode decharger ses deputez vers le Synode National de France qui sedoit tenir a Toneinx au commencement de mai prochain de luifaire agreer qu’il interine la requeste de lesd. De la Religion,délibèren(sic) et luy presenter pour obtenir quelque moyen defaire imprimer quelques traitez en leur langue pour l’edifi-cation et l’advancement de l’Eglise. (..)

Monsieur de Bustanoby, pasteur, ministre deCharre avait entre les mains en 1615, les traités quiont disparu, faute sans doute d’être imprimés :

« Mr de Bustanoby, Ministre de Charre est exhorté desatisfaire au plustost a la charge qui lui feut donnee par ledernier Synode National de Tonenx de faire imprimer les es-critz basques qu’il a entre les mains et le colloque de Sauve-terre y veillera (Synode de Pau du 4 août 1615)

Un obstacle, non négligeable, à la diffusion de la Ré-forme fut la méconnaissance de la langue française chez

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les Basques, même au début du dix-septième siècle :« Le colloque de Sauveterre ayant représenté la difficulté

qu’il y’a de pourvoir l’Eglise de Basse-Navarre de pasteur acause de la difficulté de la langue basque et qu’à présent il ya un escolier a Orthez nommé Guilhemy basque bien advanceen lestude de la theologie et cependant en grande necessité es-tant abandonné de son pere en haine de la religion. La com-pagnie pour l’assister:en la continuation de ses estudes luy or-donne cent livres.(…) (Synode de Pau du 3 avril 1617. )

Les écrivains en langue française

Trois érudits et écrivains souletins s’exprimèrenten français au dix-septième siècle : Jean de Esponde(Joanes Ezponda, le poète baroque bien connu), sonfrère Mgr Henri de Esponde et Jacques de Bela, juristeet penseur et leurs écrits eurent plus de chance.

L’œuvre du protestant Jean de Esponde (1557-1595) assez absconse, élégamment traduite, partielle-ment, en basque au XXe siècle par Jean-Baptiste Or-pustan, n’est pas un reflet complet du désarroi queconnut l’auteur : Jean de Esponde, gouverneur de laRochelle, lorsque, tardivement, en 1593, il renia laRéforme, fut expulsé de cette place forte protestante etvint mourir misérablement en Soule et non à Bor-deaux ; toutefois, ses poèmes parurent, après sa morten 1598 dans deux recueils, Sonnets des Amours, Stanceset sonnets de la mort, Stances de la Cène qui furent redé-couverts par l’anglais Alan M. Boase. Très cultivé,

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Jean de Esponde traduisit Homère et Hésiode en latinet Sénèque en français. Les poèmes d’Esponde oppo-sent la pensée mélancolique de la mort, l’horreur dupéché et l’attirance pour l’amour charnel. Auteur desméditations en prose sur quatre psaumes il fut un desgrands prosateurs de son temps.

Quant à Jacques de Bela, (1568-1667), juriste, au-teur des Commentaires à la Coutume de Soule et surtoutdes Tablètes (1650), malgré l’intervention du généralnormand Montgomery, il ne put se maintenir long-temps en sa place officielle de bailli de la Soule en laforteresse de Mauléon ; il se réfugia en Béarn. Lecontenu de l’œuvre principale, hélas inédite, deJacques de Béla, les Tablètes montre combien, sortid’une bourgade de moins de mille habitants, il réussitde très bonnes études et rassembla en plusieurs mil-liers de feuilles une encyclopédie des sciences hu-maines de l’époque (médecine, théologie, éthique,etc..) disposée, bien sûr, dans l’ordre alphabétique etmontrant chez l’auteur une connaissance étonnante dugrec, de l’hébreu, du latin, du basque, de l’espagnol,du français, du gascon, de l’italien.

Malheureusement, deux des six volumes de sonœuvre (dont sa grammaire et son lexique basque) ontdisparu entre le dix-huitième et le vingtième siècle.Personnellement, nous pûmes extraire un ensemble desoixante quatre proverbes en langue basque largementcommentés par Bela, et d’autres recueillis assez légè-rement, avant la disparition du cinquième volume parle mari de la dernière descendante de Bela, l’historien

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Gustave Clément-Simon. L’œuvre de Jacques de Belafut conservée par la famille, même si le petit-neveu, lechevalier Jeanne Philippe de Bela, lieutenant-coloneldes volontaires du Royal Cantabres écrivit, sur la der-nière page du dernier volume, critique des idées réfor-mées de son ancêtre : Moy, Jeanne-Philippe de Bela lieu-tenant colonel de dragons, je me suis recréé par la lecture dece manuscrit de mon bisaïeul dont la diversité des matièresqu’il y a traitées et l’art avec lequel il les a arrangées ontbeaucoup contribué à dissiper de mon esprit les peines im-menses et les travaux infinis que j’ai souffert dans mon mé-tier (…) ne perdant jamais de vue que dans bien des endroitscet ouvrage fut suggéré par le démon du calvinisme dont ilétait malheureusement infesté et qu’il a plu à la divine pro-vidence de ne pas faire passer jusqu’à nous, à Mauléon. (Cemois de juillet 1741 qui est la trente et unième année de monâge)

Dans cet ouvrage d’un protestant nous lisons desextraits du catholique Axular traduits en français etun long extrait non traduit d’une œuvre religieuse dupoète Joanes Etxeberri de Ciboure (Ziburu) Manualdebozionezkoa. Ce protestant n’éprouva aucune rancune,ne manifesta aucun rejet, car nous lisons au Chapitredes Cantabres R1 224g. :

Les basques célèbres en ces derniers temps (1650) le doc-teur Navarre, Huart, Verin, Ibarra, les peres jesuitesLoyola, Xavier ; Garibay, les sieurs d’Esponde l’un lieute-nant general de La Rochelle, l’autre evesque de Pamiers)

Malgré les brimades des catholiques locaux Bela,plaça au dessus de sa religion les intérêts des catho-

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liques souletins et arguant de la différence totale deslangues basque et béarnaise, leur obtint un official del’évêque d’Oloron à Mauléon; par ailleurs il obtint,également, de Louis XIII le rattachement de la Souleau Parlement catholique de Bordeaux et non aux pro-testants béarnais de Pau, autorités béarnaises dont lestendances annexionnistes anciennes, qui durerontjusqu’à nos jours, firent qu’ils ôtèrent au cours des siè-cles administration, services publics, et terres au paysde Soule. Jacques de Bela, cependant, demeura fidèleà la nouvelle foi réformée jusqu’à sa mort.

Les écrivains de la Contre-réforme

Déjà, la langue basque avait connu une Renais-sance catholique discrète : en 1545, un premier livrede poèmes, Linguae Vasconum Primitiae dont quelquesuns religieux, œuvre d’un catholique navarrais écritepar le prêtre Bernard Etxepare avait paru. Un autre ca-tholique alavais Perez de Lazarraga, en 1565, avaitécrit surtout des poèmes d’amour et un roman pasto-ral redécouverts récemment. Au seizième siècle LaBiscaye a produit des poèmes amoureux d’un lyrismeparticulier dont les seuls auteurs connus au seizièmesiècle sont, Perez de Lazarraga et sans doute la dameEstibaliz de Sasiola. Les écrits basques de trois autresécrivains du seizième siècle (Logras, Etchegaray, Sau-guis) disparurent totalement dans les tourmentes desguerres et de l’incurie de certains basques contempo-

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rains.. Lors de la conversion d’Henri III de Navarre, pour

devenir Henri IV de France, plusieurs fidèles le suivi-rent et n’eurent qu’à s’en féliciter Henri de Esponde,(1568-1643) devenu évêque de Pamiers en 1626,aussi savant que son frère, alla à Rome continuer l’œu-vre de Baronius sur l’Histoire de l’Eglise, publiée sousle nom de Annales ecclesiastici Baronii in epitomem redactien 1637.

Athanase de Belapeyre, fils de protestant, vicairegénéral d’Oloron et official de Soule, Tartas neveu dehuguenot, curé d’Aroue, connurent une égale réussite,en se rangeant dans le camp des « papistes ». Fils duhuguenot Jacques de Bela, Athanase de Bela écrivainen langue basque, se fit catholique en prenant le sur-nom de Belapeyre. Belapeyre official de Soule écrivitvers 1680 une doctrine chrétienne à l’usage des en-fants et des adultes qui ne fut publiée, à cause de sonorigine protestante, qu’en 1695.

La pensée de Belapeyre est bien celle de son époqueet de l’Antiquité : saint Augustin et saint Paul neprêchaient-ils pas aux esclaves l’obéissance totale àleur maître. Belapeyre déclare : « Les employés doiventêtre formés pour qu’ils deviennent obéissants et dociles à leursmaîtres ». (Au milieu du vingtième siècle une per-sonne qui prétend être Madame Etchechouri écrit enbasque, dans Gure Herria, les mêmes propos et dé-nonce l’action des syndicats)

Belapeyre déclare par allusion à ses ex-coréligion-naires « Il est défendu de manger, de boire, de fréquenter,

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d’avoir aucune familiarité avec des hérétiques dont les nomsont été annoncés à l’église, sous peine de se retrouver excom-muniés comme eux et dans les feux de l’enfer ». Ces me-naces portaient : Bela cite le cas d’un fossoyeur etmême d’un domestique d’une maison qui refusèrentd’ensevelir leur maître protestant.

Episodes de la guerre de religion en PaysBasque

Si les catholiques s’acharnèrent à extirper par laforce les protestants de Saint-Palais, grâce aux mani-gances des seigneurs de Luxe et Domezain, Bayonnerépublique marchande, n’accepta pas dans son sein deguerre de religion ainsi le Corps de cette ville déclaraen 1592: « Vivre en paix et repos n’injurier, ni les unsni les autres, ni se reprocher les uns les autres leursqualités » Monseigneur Jacques Mauri se prétendantmenacé essaya bien de faire la chasse aux huguenots,mais autour du catholique duc de Gramont gravi-taient des personnes de familles importantes gagnéesà la Réforme, familles parfois réfugiées de secteurshostiles.

Cette répression organisée fut facilitée en Soule parle fait que le Pays appartenait par achat personnel, auRoi de France, or Henri III de France en 1585 avaitinterdit sur ses terres la nouvelle religion. En Soule lecordonnier Maytia se rendit célèbre en abattant àcoups de hache la chaire où prêchait Mgr Roussel

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l’évêque huguenot d’Oloron, ce qui valut à ses descen-dants Arnaud I, Arnaud II et Arnaud III de Maytied’être successivement évêques d’Oloron et de seconstruire au dix-septième siècle un palais dit d’An-durain.

En Basse-Navarre, Etchauz, vicomte de Baigorry,aidé par des seigneurs de la Sainte Ligue catholique(Armendaritz, Luxe, Domezain), chassa les protestantsl’épée à la main comme nous le rapporte Axular, écri-vain de la Contre-réforme dans son ouvrage Gero(1647). Cela valut au descendant d’Etchauz, par sesmérites, ajoutés à ceux de son père, de devenir arche-vêque de Tours et chapelain du Roi de France. Le li-gueur le plus acharné fut Charles de Luxe, associé augénéral Terride, qui tenta de s’emparer du Béarn et futvaincu par le comte de Montgomery.

L’Edit de Nantes ne donna qu’une liberté reli-gieuse relative, pendant moins de cent ans ; dès lerègne de Louis XIII les limitations commencèrent :interdiction de certaines charges (Jacques de Bela,bailli de Mauléon en fut victime), intimidations, prisede la forteresse-refuge de La Rochelle, suppression desautres places de sûreté, puis Louis XIV organisa lesDragonnades pour convertir par la force les Cévenols.

En Soule, au siècle suivant, au temps de la « paixreligieuse » un prêtre d’origine noble Bernard deGoyhenetche crut qu’il pouvait s’en permettre autant: il se mit à la tête d’une « révolte de pastoureaux »paysans égalitaires, anticléricaux, antinobiliaires etdétourna la colère de ceux-ci vers les protestants qu’il

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pourchassa dans le pays en 1662. Le petit peuple en-vieux des élites protestantes vit avec plaisir les Hu-guenots fuir devant leur poursuite haineuse. Goyhe-netche dit Matalas incendia la maison Jaurigoihen oùse donnait le culte réformé à Chéraute en Soule, obli-gea les huguenots à faire des processions à Montory,chassa les pasteurs : c’est ainsi que ses sbires jetèrentau torrent de Mauléon le pasteur Buztanobi, qui fut,finalement, sauvé par l’évêque catholique d’Oloron. LeRoi n’admit pas cette initiative de Matalas, mêmes’il imitait la conduite des troupes royales; le chef re-belle, vaincu, fut décapité.

La Révocation de l’Edit de Nantes en avril 1685fut une erreur grossière, d’un Louis XIV arrogant,poussé par les Jésuites, roi qui ne respecta durant sonrègne, aucune parole, aucun traité. Au dix-huitièmesiècle le réformiste catholique Jusef Egiategi (Eguiate-guy) condamna cette décision, dans son ouvrage dephilosophie en basque écrit vers 1780, en ces termes :

« Lorsque Louis XIV opprima ses sujets sur la religion,il entra dans de tristes guerres qui exilèrent de France unmillion de personnes et n’ayant rien fait de bon en cela, celane plut pas à Dieu ». (Filosofo huskaldunaren ekheia,1785, traduction, Txomin Peillen, tx.p.)

Et plus loin :(...) de là il advint que l’élite du royaume s’enfuit à

l’étranger, le royaume ainsi affaibli d’un tiers des hommes,l’ennemi s’en trouva fortifié d’autant. » (Idem, ibidem,traduction, tx.p.)

Les Jésuites qui ne réussirent pas à s’implanter en

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Pays Basque nord sont rendus également responsablesde l’expulsion des Réformés :

« Après ces honteux évènements, comment a pu entrerdans la cervelle de Louis XIV, trompé par son confesseur,d’oser révoquer l’Edit de Nantes et perdre ainsi à cause des Jé-suites le tiers de sa puissance ». (Idem, ibidem, trad.tx.p.)

Notre penseur souletin appuya son argumentationsur son souvenir des contacts qu’il eut avec les protes-tants français de Berlin, qu’il estime plus croyants queles catholiques qui l’entourent et dans sa « foi decharbonnier » il ajoute :

« Laissons donc les Juifs, les Calvinistes, les Luthériensdans leur croyance : les deux derniers sont aussi chrétiens queles catholiques ».

« Qui sait si Dieu ne veut pas que chaque nation le servesuivant ses propres lois ?

« Je ne sais si les personnes qui affirment que nous de-vons vivre indifférents à ceux qui ne sont pas de notre reli-gion ont raison, puisque la différence de celles-ci ne peut dé-truire les liens de parenté qui nous unissent en tant qu’en-fants d’Adam.

« Si je crois que ma religion est meilleure que celle del’anglais de son côté il croit l’inverse. Dans la mienne il n’ya pas de loi qui m’oblige à la combattre, il est aussi honnêteque moi dans sa croyance, et l’anglais plus loyal dans lasienne. » (Idem, ibidem, traduction tx.p.)

Il ajoute à l’argumentation sur la liberté religieuseet la diversité des religions qu’il faut respecter judaï-sants et mahométans :

« Si Dieu l’avait voulu d’un seul mot il n’y aurait

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qu’une seule religion or il laisse Les Juifs et les Turcs en leurreligion » écrivit-il.

Et c’est à Dieu de remettre les gens dans la voiequ’il souhaite :

« Par la force ou l’amour l’on peut dresser un animalsauvage, mais redresser une religion déformée est l’œuvre deDieu. » (Idem, ibidem, trad.tx.p.)

Egiategi insiste sur la tolérance religieuse que pra-tiquèrent certains empereurs romains païens et mêmecite des alliances fréquentes et commente « La vraiereligion ne méprise pas celle des autres » Notre philosophedonne en exemple David et le païen Hiram, Salomonet le païen Seleucos, Grégoire XIII et les païens fri-sons, les relations entre les chrétiens romains et lesVandales.

Notre philosophe basque souletin félicite les roisde France qui ont soutenu les princes protestants dansleurs guerres pour conserver leur indépendance. Pourlui de trop nombreuses guerres se font au nom de lareligion, cependant, la force n’est pas un bon moyende conversion définitive :

« Que chacun suive la voie que le ciel lui a tracée cartel est le vrai devoir de l’homme et l’enseignement des Apôtres: ce n’est pas à coups de canons que l’on ouvre les portes duparadis, ni que l’on y fait rentrer les gens de force. »

« Chacun est maître de sa conscience et son unique jugeDieu ».

(…) Il est peu de gens qui ne considèrent la religion deleurs ancêtres comme la meilleure et à qui leur parler d’unenouvelle les rebute. Nous avons foi dans les choses anciennes

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si fermement que nous croirions pas que nos ancêtres se sonttrompés : c’est pourquoi l’Indien disait qu’il préférait alleren enfer avec ses parents, plutôt que de se trouver dans l’espé-rance du paradis en compagnie des chrétiens ». (Idem, ibi-dem, 1780-1785 trad. tx.p.)

Si Egiategi donne les Turcs en exemple de cer-taines vertus c’est de la Prusse et des protestants qu’ilnous parle le plus à propos de la tolérance :

« Au royaume de Prusse il y’a toutes sortes de religionset entre elles aucune querelle ainsi par la force des lois duPrince la paix a, là-bas, sa demeure. »

« Dans un pays de tant de nations étrangères nous trou-vons un grand nombre de Calvinistes français et qui n’yconnaît le caractère de cette communauté ? cependant, ilssont aussi paisibles que les Allemands et les Prussiens etm’ont déclaré qu’ils porteront au cœur, jusqu’à leur mort, lesTrois Fleurs de Lys (de la France). (idem, ibidem,trad.tx.p.)

Le dix-neuvième siècle, moins de cent ans après,sera marqué par un retour en arrière: un autre soule-tin, le chanoine Intchauspe, s’acharnera dans ses écritscontre les protestants, les huguenots, classés commeennemis de la religion qu’il accuse de mœurs dépra-vées, d’impiété, alors que les protestants autochtonesont quitté le Pays Basque, depuis des lustres et que lesprotestants anglais établis sur la Côte Basque ne fontguère de prosélytisme.

Dans son livre Uskaldunaren guthuna, 1855, éditéune quinzaine de fois par la suite, son acharnement ades accents fanatiques. C’est ainsi qu’il écrit en

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basque, à destination du peuple, à la fin d’un missel,dans le chapitre sur « Les ennemis de la Religion » :

« La Reine Jeanne voulut convertir au protestantisme lePays Basque, mais ni par la force, ni par la séduction, nipar le prêche elle ne réussit à faire abandonner la vrai foiaux Basques. Pierre Arnaud Maitia de Mauléon marquason temps par une courageuse action d’éclat. Marguerite deValois, mère de la reine Jeanne d’Albret ayant installé unmauvais prêtre huguenot Gérard Roussel comme évêqued’Oloron, ce malheureux empoisonna de sa doctrine le Béarnentier et il crut qu’il ne trouverait pas davantage d’obstaclesà « huguenotiser » le Pays Basque.

Cet évêque envoya un moine renégat de sa ressemblanceprêcher la nouvelle religion à Mauléon, mais les Basques ré-voltés chassèrent ce misérable sur le dos d’un âne et le renvoyè-rent chez son évêque plein de confusion. Roussel se mit en co-lère et se dirigea vers Mauléon (qui dépendait de son évêché),croyant que sa vue ferait trembler les Basques qui n’oseraientse rebiffer à son autorité, puisqu’elle lui était garantie par laReine.

Lorsqu’il arriva M. Maitia (le cordonnier) lui demandade rebrousser chemin car les Basques n’avaient pas perdu laraison au point d’abandonner ce qui depuis le temps duChrist était conservé dans le monde entier pour embrasser lesnouvelles idées de quelques renégats.

L’évêque Roussel n’écouta point Maitia. Il appela le peu-ple à l’Eglise et monta en chaire. Maitia cachant une hachesous sa cape le suivit et lui ordonna de descendre et de sortiret comme il ne voulut point l’écouter, Maitia s’approcha de lachaire, prit une hache et la jeta à bas avec son prêcheur. Des

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personnes proches le relevèrent à moitié mort, frappé davan-tage par la honte, que par le mal et l’emportèrent à Oloronoù il en mourut. Ceci est raconté dans la Gallia ChristianaAnalis Eclesiastici et dans l’Histoire de l’Eglise gallicane,(Uskaldunaren guthuna 1855 p.70)

Jusqu’au début du vingtième siècle les mariagesavec des protestants provoquaient de grands esclan-dres et les enfants des écoles catholiques étaient inci-tés à lancer des pierres sur les vitres du temple deBayonne. Les catholiques ont, désormais, de nos jours,d’autres préoccupations. Entre conversions, galères etexil il ne reste presque plus rien du protestantisme desBasques du nord, seuls des écrits qui montrent leursgrandes qualités intellectuelles.

La langue basque

Bayonne fut un refuge mais aussi un observatoirepour espions ; c’est de l’entourage du duc de Gramontque la dame du château d’Urtubia et le seigneur deLuxe qui tous deux faisaient partie de la Ligue catho-lique obtenaient des renseignements sur les mouve-ments des troupes du protestant Henri III de Navarre.Ces informations écrites vers 1590, étaient communi-quées en une vingtaine de lettres écrites en languebasque, à Garro, un Navarrais de Pampelune, qui lestransmettait au roi d’Espagne.

Catholiques ou protestants les nobles du paysusaient de l’euskara dans leurs relations personnelles

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aux seizième et dix-septième siècle : (Mgr Etxauz,Mgr Zumarraga) et en littérature (les catholiques JoanPerez de Lazarraga, Estibaliz de Sasiola, et Arnaudd’Oihenart, le protestant Bertrand de Sauguis ). Ce futl’époque où les langues vernaculaires voulurent égalerle latin: modestement l’euskara suivit le mouvement.Faute d’une cour princière notre langue ne devint pasune langue administrative.

Du fait du prosélytisme des Réformés en languebasque, la Contre-réforme produisit une abondantelittérature catholique de créations et de traductions eneuskara (Argainaratz, Axular, Etxeberri-Ziburu, Bela-peyre, Gazteluzahar, Materre, Pouvreau, Tartas etc..).Dans l’histoire de la littérature basque on observe,ainsi, des poussées de productions écrites durant lespériodes de crises idéologiques locales (protestan-tisme, nationalisme, marxisme) productions qui par-fois portent ombrage et détournent les écrivains de lalittérature pure. Souvent peu de titres sont produitsmais chacun connaît un grand nombre d’éditions,c’est le cas des Egia katholikak (Les vérités catholiques)de Gazteluzahar. A partir du seizième siècle l’Eglisemaintiendra une politique d’édition en euskara, tandisque les autorités civiles n’encourageront pas la littéra-ture profane en quelque langue que ce soit. La publi-cation par mécénat des poèmes d’Etxepare au seizièmesiècle, ou à compte d’auteur de ceux d’Oihenart audix-septième siècle furent des exceptions, les textesprotestants ou catholiques profanes survécurent mal àl’état de manuscrits isolés.

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Dans la littérature de transmission orale il y a destraces de ces guerres de religion ; même si AtharratzeJauregian, est une ballade qui raconterait le mariagedu seigneur de Tardets avec une fort jeune femme, etson exil en Navarre pour échapper aux vengeances deshuguenots, il n’y est pas dit que le château de Tardetsfut détruit par les protestants. Situations courantes detous temps le père avait été protestant et le fils aucontraire ligueur et tous nos érudits et écrivains catho-liques et protestants souletins cités précédemmentétaient apparentés.

Un effet indirect de la Réforme vers la fin du dix-septième siècle. fut le développement d’un théâtre deMiracles, dit pastorala, qui racontait la vie des SaintsC’était un réponse aux huguenots qui affirmaient queles Saints étaient des idoles, les pastoraliers voulurentdémontrer que c’étaient des modèles de vaillance et devertus. En même temps, les églises furent recons-truites, munies d’autels baroques, et classiques ; par-fois, des clochers murs en forme de calvaires furentédifiés en Soule.

Leizarraga, modèle de langue etd’enseignement

Joanes de Leizarraga fut le premier à se poser laquestion de l’intercompréhension entre les dialecto-phones basques ; commandés en 1564 par le synodecalviniste sous les auspices de la reine de Navarre,

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Jeanne d’Albret ses trois livres parurent en 1571, en-tre deux éditions en français, à La Rochelle chezl’éditeur Pierre Hautin; aidé par neuf personnes pourle contenu et pour la forme, notre traducteur n’eut pasle temps de perfectionner sa langue, il montra, cepen-dant, une grande maîtrise de la grammaire de l’eus-kara, une recherche de formes archaïques riches, mêmesi parfois, par respect des textes sacrés, il employa, unpeu abusivement, des termes latins là où l’équivalentbasque existait.

Cette langue du seizième siècle dite labourdin clas-sique fut proposée comme modèle de langue unifiéeen plein vingtième siècle. Dans les années soixante, legrand partisan et fidèle de cette langue, fut l’académi-cien basque F. Krutwig ; cette langue du seizième siè-cle n’était pas la plus apte à exprimer les réalitéscontemporaines, aussi cet écrivain utilisait-il, soit destermes grecs classiques savants, soit des hispanismes.D’autres écrivains, sans se lancer dans le leizarra-guisme, se sont servis des richesses de l’œuvre protes-tante.

Il faudra attendre plus d’un siècle pour que leNouveau Testament soit traduit par un catholique,mais hasard ou connaissance, les autres traductionsdonneront l’impression de reprises de Leizarraga, pu-rifiées des termes visiblement étrangers à la langue.On sait, qu’entre temps, faute d’autres, certains catho-liques se servirent de la traduction réformée,puisqu’au dix-huitième siècle le jésuite Larramendiréussit à l’acquérir et admira son style.

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Plus généralement, l’on peut dire que les abécé-daires et les écoles protestantes poussèrent l’Eglise,après le Concile de Trente à organiser une alphabétisa-tion destinée à la catéchèse. Ce furent les premièresécoles primaires de l’Europe chrétienne. Toutefois ilfallut attendre le début du dix-septième siècle et avecle concile de Latran de 1606, la bulle Ludi Magestrisavant que la nouveauté catholique s’appliqua par lacréation des écoles paroissiales.

Il est vrai qu’à l’instar de la langue le livre peutêtre la meilleure et la pire des choses c’est ce que pen-seront les inquisiteurs religieux et les censeurs laïcs.

La pensée de Leizarraga s’exprime clairement dans sapréface en français, que vous lirez ci-après, dans sonadresse à la Reine Jeanne d’Albret qui ne fit que com-manditer; les oeuvres de notre auteur furent payées parles autorités locales et les synodes. Dans ce texte il sem-blerait que la Reine aida Leizarraga à confirmer sesdoutes sur l’Eglise catholique, sur sa nécessité de la ré-former ou d’en créer une autre et que, peut-être, le pas-teur Joanes de Leizarraga, ancien prêtre catholique,connut la prison civile ou religieuse. Dans sa dédicace àTrès Illustre dame Jeanne d’Albret, Reine de Navarreque vous pourrez lire entièrement, il déclare que la reinel’a sorti : « de la captiuité ou i’estoye detenu, la souuenancede laquelle me fait encore dresser les cheveux en la teste ».

L’on sait peu sur Joanes de Leizarraga dit Liçar-rague, né en 1506 à Briscous (Berazkoitz) près deBayonne. Il fut pasteur de 1567 jusqu’à sa mort, dansune localité du Pays Basque bilingue, La Bastide Clai-

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rence ; traducteur en basque il était certainement oc-citanophone.

Doyen des pasteurs, il était qualifié dans les sy-nodes du nom de l’Antique. Il vécut vieux et mouruten 1601. Il eut à charge l’éducation de jeunes protes-tants de la noblesse et de la bourgeoisie et par la dif-fusion de la Réforme ses ouvrages, édités probable-ment à quatre ou cinq reprises, et la langue basqueelle-même, furent connus et reconnus au nord de l’Eu-rope et en Italie dès le seizième siècle. Depuis, lesexemples de notre langue et de son vocabulaire furentfacilement pris dans ces ouvrages qui sont majoritai-rement des traductions.

Ces livres connurent des éditions partielles tout aulong du dix-neuvième siècle de la part de bascologueset linguistes depuis F. Lécluse en 1826 jusqu’à Dodg-son en 1889, en passant par C.A.F. Mahn (1857), J.Vinson(1875) W.J. Van Eys 1877. Enfin, une éditioncritique en allemand fut publiée sous l’autorité del’Académie des Sciences de Vienne, à Strasbourg, en1900 par Theo Linschmann et Hugo Schuchardt.Cette recherche fut rééditée avec une traduction en es-pagnol par l’Académie Royale de la Langue Basque, àBilbao, en 1990. Pour commémorer le cinq centièmeanniversaire de la naissance de Leizarraga, la banqueCaja Navarra a voulu financer cette nouvelle édition àpartir de l’exemplaire qu’elle posséde.

Que reste t-il de la Réforme en Pays Basque? Riend’ancien. Des communautés modernes basées surBayonne, Biarritz, Bilbao, Pampelune, Saint-Sébas-

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tien et Vitoria se sont reconstituées au dix-neuvièmesiècle, comme le décrivit dans ses écrits J.M. OlaizolaIguiñiz, pasteur à Saint-Sébastien au vingtième siècle.A l’intérieur du pays les guerres de religion marquè-rent différemment la Basse-Navarre restée farouche-ment catholique et de droite jusqu’à nos jours et laSoule qui connut plusieurs révoltes et qui, dès le mi-lieu du dix-neuvième siècle se partagea politiquementà égalité entre la gauche et la droite.

L’on peut affirmer qu’indirectement, cette Ré-forme qui fut expulsée du Pays Basque, par la force,non sans une aide du roi très catholique d’Espagne, luiapporta une réaction culturelle vive de la Contre-ré-forme, à une époque où les catholiques étaient, la plu-part ignorants des articles de la foi et donna à lalangue basque, aux seizième et dix-septième siècles,un certain prestige.

Voici ce que contiennent ces translationsde la Vulgata et autres textes:

Le titre : Iesu Christ gure Iaunaren Testamentu BerriaL’écu de Navarre de Jeanne d’Albret, est sur la page de

garde, couronné royalement, comprend la référenceaux origines de son époux Antoine de Bourbon : entrois quartiers trois fleurs de Lys barrées, (prémonitiondu destin de son fils Henri III de Navarre, Henri IVde France? ) ; puis le rappel de ses possessions :unefois l’écusson de Béarn, une fois celui de Normandie-

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Alençon, et dans trois parties les armes de Navarre ;curieusement sur le côté, à demi coupées, apparaissentce qui ressemble aux armes d’Aragon, de Castille et deLéon.

Le premier livreLe livre débute par une dédicace bilingue à la

Reine Jeanne d’Albret. Suit un rappel de l’Ancien Tes-tament, une Admonitio, et une adresse aux lecteurspuis contient :

– Les Quatre Evangiles

Le deuxième livre – Les Actes des Apôtres– Les épîtres de saint Paul (aux Corinthiens, aux

Galates, aux Ephésiens, aux Philippiens, aux Thessa-loniciens, à Timothée, à Tite, à Philémon, aux Hé-breux)

– Les épîtres catholiques (saint Jacques, saintPierre, saint Jean, saint Jude)

– L’apocalypse

Le troisième livre Par ailleurs sont traduits de Calvin ou d’autres les

chapitres sur– La prière– Le catéchisme calviniste ou l’Instruction Chré-

tienne : ABC– Le calendrier perpétuel– L’abécédaire La table des numérations en chiffres

romains et arabes. A l’avant-dernière page, nous pouvons lire à

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l’adresse des siens :« Afin que chacun lise fréquemment et sache par cet avis

tous les moyens de salut qu’offre Jésus-Christ dans sa loi di-vine »

L’ouvrage se termine par un avertissement trèsclair, à tous, que nous traduisons :

« Que celui qui veut savoir ce que ceux de La religionont laissé et changé et pourquoi ils l’ont fait, que celui-là liseattentivement cette confession. »

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