JO C K E Y C LU B0046e30.netsolhost.com/pdf/noviembre2006.pdfgió Gran Estreno, que con fuerza...
Transcript of JO C K E Y C LU B0046e30.netsolhost.com/pdf/noviembre2006.pdfgió Gran Estreno, que con fuerza...
JO C K EY C LU BR E V I S T A D E L
n o v i e m b r e 2 0 0 6
nov
06 300 años de San Isidro | G.P Jockey Club | Carlos Thays | Polo: el Abiert o |Actividades de Ve r a n o | El B r i d g e | Patrimonio: La D i a n a de Falguière |
A ñ o 3 N Ú m e r o 7
ajdgasdgas dg
VOCALES SUPLENTESJuan Carlos Echeverz
Roberto Enrique Hornos
Guillermo Moreno Hueyo
Guillermo Strada
JO C K EY C LU B
comisión di r e ct i va
PRESIDENTEBruno Quintana
SECRETARIO GENERALAlfredo Francisco Cantilo
TESOREROJuan de Ganay
COMISIóN DE CARRERAS
PRESIDENTEEmilio Raúl Dumais
SECRETARIOEdgardo A. Garat
VOCALESGuillermo M. Alvarez Fourcade
Juan Carlos Bagó
Horacio Walter Bauer
Carlos H. Blaquier
Hernán Ceriani Cernadas
Miguel Enrique Crotto
Bartolomé Luis Mitre
COMISIóN DEL INTERIOR
PRESIDENTEDiego Norberto Quirno
SECRETARIOJ. Esteban Cornejo Murúa
VOCALESDaniel C. L. Funes de Rioja
Tomás González Álzaga
Diego M. Ibarbia
Iván Didimo Posse Molina
Marcos F. Roca
Julio Sánchez Sorondo
Patricio Edmundo Weiss
ajdgasdgas dg
R E V I S T A D E L
Jo c k ey Clu b
Revista para Socios
del Jockey Club
Staff
Director
Alejandro Ramos Mejía
colaboran en
este numero:
Xavier Prieto Astigarraga
Gastón Saiz
Roberto D. Müller
Pilar Conci
Santiago Martel
Peter Laurence
Arte
Consignas Diseño
Fotografia
Víctor Alvarez
Julie Bergadá
Victoria Conci
Marcelo Sarachi
Archivo Jockey Club
Archivo Municipalidad
de San Isidro
FOTO DE TAPA
Composición fotográfica
Revista del Jockey Club
es una producción de
ARM Ediciones.
Suipacha 1230 9º B
1011 - Buenos Aires
Tel. (011) 4322-5082
Impreso en Casano Gráfica
estilos62 Autoclásica
42 Esgrima
26 Bridge
46 Fundación Pescar
48 Biblioteca
50 Socios
60 Agenda
índice8 Gran Premio
Jockey club
12 Anticipo GP
Carlos Pellegrini
22 Golf
26 Carlos Thays
38 Campo de Deportes
sumario
32
52
56
10
Reciprocidad
Società del GiardinoLos socios del Jockey cuentan con un espléndido y aristocrático p a l a z z o
en Milán que data del 1700. Golf, restaurante, sauna y masajes son algu-
nos de los servicios para aprovechar la estadía. Un magnífico palacio pa-
ra una ciudad magnífica, como la lombarda Milán, centro económico de
Italia y una de las ciudades más importantes de Euro p a .
P a t r i m o n i o
La Diana de Falguière La escultura-símbolo del Jockey Club, custodia el vestíbulo de la Sede de
la Avenida Alvear, desde donde parece contarnos su trágica historia.
Vigilante en su pedestal, repite el tradicional rito de recibir a socios e invi-
tados. Quizo el destino que, después de una vida llena de avatares, volvie-
ra a la avenida en la que había habitado al arribar a Buenos Aire s .
Polo
a b i e rto de polo del Jo c k ey clu bEl máximo torneo de la institución, se expande en cada temporada. Esta
vez congrego a seis conjuntos que pro m e d i a ron los 30 goles y tuvo como
c o rolario el triunfo de Ellerstina de Gonzálo Pieres y sus tres hijos,
reunidos por primera vez.
Aniversarios
Los 300 años de San IsidroUn acontecimiento memorable reunió a la gran familia sanisidrense en el
H i p ó d romo, para celebrar los primeros 300 años de la fundación de la ciu-
dad. Fuegos de artificio, espectáculos artísticos y un coro de mas de mil veci-
nos, hicieron que la fiesta fuera inolvidable.
carreras
8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Dejeló. Dejeló. Listo, Blan-
co; dejeló. Mire al fren-
te”. Las 18 horas, 32 mi-
nutos, 34 segundos del
sábado 10 de octubre del 2006. Por fin
sonó el grito característico y se abrie-
ron los partidores, poniendo punto final
a la ansiedad de varios días para mu-
chos y al angustiante momento que un
alazán de mal genio temporario le hizo
pasar al tal Blanco.
El tal Blanco no era otro que Rodrigo,
el jockey cordobés que con el tordillo Fi-
re Wall había ganado el Carlos Pellegrini
del 2004. El mismo que minutos antes de
la largada del Gran Premio Jockey Club
de este año había sido eyectado por Gran
E s t reno. Potrillo que, acto seguido, siguió
intranquilizándolo con un golpazo a las
gateras, que quedaron vibrando.
“Déjeló”, aconsejó experimentado el
starter, y Blanco lo dejó. Ciento veinte
segundos después el jinete empezaba a
festejar su tercer triunfo en una compe-
tencia de grupo I en la temporada, tras
una definición electrizante en la que
Gran Estreno contuvo, apenas pero su-
ficientemente, los últimos embates de
Bizardo Sam y Visa Parade.
No faltó emoción en ese desenlace
por demás apasionante de la segunda jo-
ya de la Triple Corona. No le faltaba
atractivo en sí a la propia carrera, que en
lo previo invitaba a una gran contienda
e n t re siete potrillos de tres años, con na-
da menos que cinco triunfadores en
p ruebas jerárquicas. Pero una inoport u-
na lluvia anterior quitó al gran premio su
actor principal: Dancing For Me, un zai-
Un potrillo que hizohonor a su nombre
Gran Premio Jockey Club 300 Años de San Isidro
El jockey Rodrigo Blanco y Gran Estreno:
una dupla ganadora.
Gran Estreno e l i g i ó nada menos que la carre r a
más antigua del país para obtener su primer
éxito jerárquico, en una prueba de emocionante
final que se unió a los festejos por el tricente-
nario del distrito. Antes de usufructuar la ausen-
cia del favorito Dancing For Me y de ser escolta-
do por Bizardo Sam y Visa Parade, revoleó a su
jockey e hizo temblar las gateras.
no invicto en cuatro actuaciones en Pa-
l e rmo y vencedor en los clásicos Old Man
y Miguel Cané y en el Gran Premio Polla
de Potrillos. Es decir, ganador de la aper-
tura de la tríada mayor de carreras para
los productos, y por ende, único postu-
lante a la diadema.
Pese a un buen ensayo (57”4/5 para el
k i l ó m e t ro) de su pupilo en su primera vi-
sita al césped sanisidrense, las dudas por
la grama no despare c i e ron para Juan
Carlos Viviani y el entrenador de Dan-
cing For Me optó por retirar del Jockey al
máximo favorito. “No vamos a arr i e s g a r-
lo en césped pesado”, había anticipado. Y
cumplió. Así aseguró que este período
c a rente de triplecoronados sea más am-
plio que el último, que empezó en el ’96,
cuando Refinado Tom se consagró diez
años luego de su antecesor El Serr a n o .
Aunque, si se hila fino, todavía puede ha-
ber un nuevo acreedor de la serie, pero
sólo en el ru b ro padrillos, pues Lucky Ro-
b e rto es el progenitor de los ganadore s
de la Polla y el Jockey.
“Bailando para mí” sería la traducción
del nombre del gran ausente. Y algo por el
estilo hacían los cuidadores de sus adver-
sarios mientras estaba en pie la part i c i p a-
ción de Dancing For Me. “Sin el de Vi v i a-
ni es otra cosa; hay que modificar la estra-
tegia”, había revelado Roberto Pellegatta,
p reparador de Visa Parade. Y sin el ejem-
plar platense hubo un desarrollo lento,
d e s p rovisto de un puntero firme y peligro-
so. Lideró efímeramente Without Limits,
p e ro pronto lo desplazó Bizardo Sam, que
llegó primero a la recta final. Por fuera lo
desafió Visa Parade, y entre ambos emer-
gió Gran Estreno, que con fuerza primero
los pasó, y con resistencia más tarde los
mantuvo a raya, aunque con poco más
que lo justo –un pescuezo–, en aceptables
2’73/100 pero lejos del récord mundial de
F o rt de France (1982) y L’ E x p ress (1991),
de 1’57”1/5 para los 2000 metro s .
Curiosamente, el campeón de esta
realización del Jockey Club no fue uno
de esos cinco diplomados en clásicos.
Quizás por eso abonó jugosos 8,65 pesos
por cada uno jugado. Y tal vez por eso
mismo constituyó un grato desquite para
Blanco y el entrenador Carlos Daniel Et-
c h e c h o u ry, perd e d o res en esta compe-
tencia dos años atrás, cuando Don Incau-
to, luego monarca latinoamericano, pa-
deció percances que lo limitaron a un
t e rcer puesto. Y Gran Estreno fue, ade-
más de revancha para esos pro f e s i o n a-
les, recompensa de 65.000 pesos para sus
p ropietarios, más una obra de arte para
éstos, cuidador, jockey y criador.
En rigor, la prueba se llamó “Gran
P remio Jockey Club 300 Años de San Isi-
d ro”, en ocasión del tricentenario de la
fundación del partido, y, auspiciada por
la comuna, fue declarada de interés mu-
nicipal. Incluso la transmitió en dire c t o
E. S. P. N. + e integró el programa del día
para el hipódromo montevideano de Ma-
roñas. La fiesta hípica contó con un stand
de turismo del distrito, una obra de tea-
t ro en el tattersall del hipódromo (vincu-
lada al festejo de San Isidro) y 5000 pre-
mios sorpresa para los aficionados en bo-
letos y raspaditas, como llaveros, bombi-
llas, naipes y remeras, amén de incre-
mentos en pozos de apuestas.
“Es un potrillo muy tranquilo. En las
mañanas parece una vaca, pero antes de
l a rgar siempre hace lo mismo y esta vez
me sacó de encima”, contó Blanco, que
elogió a su conducido calificándolo como
“ rendidor”. Ya en la redonda de pre m i a-
ción, Gran Estreno se despachó con unos
amagos de patadas a sus allegados. Qui-
zás haya sido solamente una impre s i ó n
al mirarlo. Tal vez, estirar las patas no
fuera más que una forma de celebrar,
justo en la prueba decana del turf nacio-
nal (1883), su gran estreno en el plano de
las victorias jerárq u i c a s . . .
Xavier Prieto Astigarraga
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 9
El resultado
Gran Premio Clasico JOCKEY CLUB G1
Sabado 14 de Octubre de 2.006, 2.000 metros
Condicion de la Carrera: Productos 3 años. Pista: Cesped Codo. Tiempo: 2'00”73c
Marcador Ejemplar Jockey Diferencia
1 ° Gran Estreno Blanco Rodrigo G.
2 ° Bizardo Sam Falero Pablo G. Pescuezo
3 ° Visa Parade Calvente Gustavo E. Hocico
4 ° Capo Pete Lagos Juan P 5 Cuerpos
5 ° Inimaginable Mendez Jose R. 4 Cuerpos
6 ° Without Limits Leyes Mario L. ? De Cuerpo
7 ° Reelants Noriega Juan C. 17 Cuerpos
No corrieron; Dancing For Me, Global Hunter
El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, el Presidente
del Jockey Club, Bruno Quintana y Ernesto Gutierrez,
Presidente de AA 2000, entregan la Copa Gran Premio
Jockey Club 300 años de San Isidro a los propietarios
de Gran Estreno.
Datos Ganador
Gran Estreno
Entrenador: Etchechoury Carlos D.
Caballeriza: Chelsea
Criador Haras: Luther, Eduardo Carlos
Padre: Lucky Roberto (Usa)
Madre: Great Stampa
Abuelo: Senor Pete (Estados Unidos)
Fecha De Nacimiento: 9/8/2.003
Sexo: Macho
Pelaje: Alazán
Ganó: 65000 Pesos.
carreras
1 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Entre cuidadores, peones, parafreneros y cámaras
de T.V. capturamos entre otros a: Teresa Gonzalez
Fernandez, Willie Alvarez Fourcade y Ernesto Gutierrez.
El intendente Gustavo Posse y el Presidente Bruno
Quintana, Emilio Dumais, Guillermo Biaus y flia. y
al Dr. Bartolomé Mitre.
Fotos Victoria Conci
carreras
1 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Al sur del río Bravo no hay
hecho más relevante en
cuanto a turf. Excluída la
estadounidense, la hípica
americana más trascendente es la ar-
gentina y, como su obra cumbre, el
centenario Gran Premio Intern a c i o n a l
Carlos Pellegrini , que señala el clímax
subcontinental, lo que aficionados y
p rotagonistas de la región consumen
con ojos y oídos atentos. A él acuden
caballos brasileños, peruanos y chile-
nos, y, por supuesto, lo más granado de
la actividad local.
Falta apenas un puñado de días pa-
ra que los 2400 metros más atractivos y
esperados de la temporada sean reali-
dad. Antecedidos, como siempre, por
dos soportes de lujo: los grandes pre-
mios Joaquín S. de Anchorena (1600
metros) y Félix de Álzaga Unzué (1000
metros), en sus distancias, también lo
más granado de Latinoamérica.
El césped sanisidrense será la m o -
q u e t t e v e rde que pisarán los mejore s
de los mejores fondistas del 2006. Aun-
que al momento de escribir estas lí-
neas resulta pre m a t u ro efectuar un
análisis detallado de los candidatos,
bien se puede ir trazando alguna pro-
yección. Todavía sin las anotaciones
a b i e rtas ni con el Gran Premio Nacio-
nal celebrado, es dable estimar que
La prueba que todos esperanSe avecina otra realización del Gran Premio In-
t e rnacional Carlos Pellegrini, la competencia de
t u rf más importante de Latinoamérica. Candida-
tos y novedades de un acontecimiento que otra
vez tendrá un costado solidario.
Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini
Gran Estreno
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1 3
Gran Estreno, vencedor en el Jockey
Club, partirá como un postulante de
fuste, más por el calibre de aquella vic-
toria que por la ajustada manera en
que la consiguió. También Bizard o
Sam, su escolta, merece considera-
ción; cabría lo mismo a Visa Parade de
no ser porque dejaría el país para co-
rrer en Estados Unidos.
Otro ausente de peso sería Dancing
For Me, ganador de la Polla de Potrillos,
un zaino que poco tiene que ver con la
distancia y la superficie del Pellegrini.
Opciones por no desatender serían
Body Gold y No Vo y, primero y segun-
do del Clásico Casey. Y resultaría inte-
resante seguir a Emotion Parade, ga-
nadora de la Polla de Potrancas y del
G. P. Selección en Palermo y del Enri-
que Acébal en la avenida Márquez, pe-
ro –se sabe– casi nunca las hembras se
le animan al sexo opuesto en la gran
c a rrera. Como factibles lances surg e n
Club Royal (Clásico Italia) y Silver
Drink (G. P. Provincia de Buenos Aire s
en La Plata).
D e n t ro del panorama, queda una
c a rta fuerte: el ya consagrado Storm
M a y o r, defensor del título logrado ha-
ce doce meses por una cabeza ante el
favorito Forty Licks. Podría aparecer a
los 4 años para alcanzar una hazaña, la
del doblete, que no se da desde el leja-
no 1945, cuando Filón repitió su éxito
del año anterior.
Por lo demás, la fiesta hípica conta-
rá con –seguramente muy bievenidas–
pantallas gigantes y –aun mejor recibi-
da– una acción solidaria para con la
cooperadora del porteño Hospital Fer-
nández, a la que se destinará lo recau-
dado por el patrocinio de las diversas
pruebas del día y por promociones de-
sarrolladas en el hipódromo.
Un hipódromo que, como en cada
Pellegrini, lucirá sus atuendos más lu-
josos para investir a un nuevo –o no–
campeón regional de turf. Una corona-
ción que se da cada año sólo en Argen-
tina. Sólo en San Isidro, casa hípica del
Jockey Club Argentino. X.P.A.
Bizardo Sam
Fé de erratas
En la edición de Agosto de 2006, en la
nota del Stud Book, hay un recuadro con la
foto de Practicante. En el epígrafe debe
d e c i r..."nacido y criado en el Haras El Tu r f "
Espacio de publicidad
carreras
1 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Cómo apostarEl Hipódromo del Jockey Club de San Isidro, ofrece tres diferentes tipos de apuestas: directas, múltiples o combinadas. En
todos los sectores del hipódromo se encuentran ventanillas habilitadas para adquirir las apuestas y para el eventual cobro
de boletos. Para jugar a las carreras, los apostadores deben determinar el monto a apostar, el tipo de apuesta y el número
de el o los caballos elegidos.
Distancia-miento
EmpateVentajamínima
HocicoMediacabeza
CabezaMedio
pescuezoPescuezo
Mediocuerpo
Tres cuartoscuerpo
Un cuerpo
Un cuerpoy medio
Dos cuerpos
Dos cuer -pos y medio
Trescuerpos
Tres cuer -pos y medio
Cuatrocuerpos
Cuatro cuer -pos y medio
BANDERA ROJA: Indica la orden para largar y per-
manece en alto hasta que el marcador pasa a ser de-
finitivo.
BANDERA VERDE: Indica que, a simple vista, el juez
de raya no pudo determinar cuál de dos o más com-
petidores resultó ganador de alguno de los puestos.
BANDERA AMARILLA: Indica un reclamo de uno o
varios jockeys contra uno o varios de sus compañeros
por molestias.
EL MARCADOR
APUESTAS DIRECTAS
Ganador
Se apuesta sobre un caballo que debe llegar primero en una
determinada carrera. Los poseedores de apuestas a ganador
cobrarán solo si el caballo elegido gana.
Segundo
Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en segundo lu-
gar o mejor. Una apuesta a segundo gana si el caballo elegi-
do termina ya sea como ganador o como segundo. Lo que
otorga al apostador dos chances de cobrar.
Tercero
Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en tercer lugar
o mejor. Una apuesta a tercero gana si el caballo elegido ter-
mina ganador, segundo o tercero, lo que otorga al apostador
tres chances de cobrar
APUESTAS COMBINADAS
Exacta
Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que
deberán llegar primero y segundo en orden exacto.
Imperfecta
Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que
deberán llegar primero y segundo en cualquier orden.
Trifecta
Se deben seleccionar tres caballos en una misma carrera que
deberán llegar primero, segundo y tercero en orden exacto.
Cuatrifecta
Se deben seleccionar cuatro caballos en una misma carrera
que deberán llegar primero, segundo, tercero y cuarto en or-
den exacto.
APUESTAS MÚLTIPLES
Doble
Se deben seleccionar dos caballos en dos carreras consecu-
tivas que deberán llegar en primer lugar.
Triplo
Se deben seleccionar tres caballos que deberán llegar prime-
ro en tres carreras señaladas en el programa oficial.
Cuaterna
Se deben seleccionar cuatro caballos que deberán llegar pri-
mero en cuatro carreras consecutivas señaladas en el progra-
ma oficial.
Triple con canje, enganche y placé
Consiste en acertar los ganadores de tres carreras previa-
mente determinadas en el programa oficial.
Por ser una apuesta abierta, el vale ganador del 1er pase se
deberá canjear durante la venta del 2do pase. Y nuevamen-
te, el vale ganador del 2do pase, se deberá canjear durante
la venta del 3er pase.
Opcionalmente se podrá ingresar en esta apuesta en el 2do
y/ó 3er pase adquiriendo el respectivo "vale de enganche".
Cadena
Se deben seleccionar seis caballos que deberán llegar prime-
ros en seis carreras señaladas en el programa oficial. En el
caso de retirarse un competidor, pasa al favorito de la apues-
ta a ganador.
h i p odrom o Aniversarios
1 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Económicamente holgado y
fervoroso católico, Domingo
de Acassuso era un capitán
español que habitaba la ban-
da occidental del río de la Plata. Según
lo relata la tradición, marchaba un día a
caballo al norte de Buenos Aires cuan-
do decidió parar para reposar a la som-
bra de un espinillo, y, ya en sueños, vio
a San Isidro Labrador, quien le pidió le-
vantar allí una capilla para que los lu-
gareños pudieran asistir a misas. Ni ler-
do ni perezoso, Acassuso, al cabo un
ferviente devoto del santo favorito de su
vasca familia, puso en marcha la inicia-
tiva firmando, el 14 de octubre del año
1706, un escrito por el cual expresaba
su intención. Él no lo sabía, pero ésa se-
ría, nada menos, el acta fundacional del
partido de San Isidro, que acaba de
cumplir 300 años y es el más antiguo
del conurbano bonaerense.
Pudiente, el capitán Acassuso sostu-
vo a un sacerdote para celebrar la euca-
ristía los domingos, los días de fiesta y,
sobre todo, cada 15 mayo, jornada del
santo patrono de los labriegos. Ese ofi-
cio, casualmente, era el más difundido
en el “Pago de Monte Grande”, tal la de-
nominación del territorio por entonces,
época del Virreinato del Río de la Plata
en la que faltaba aún una centuria para
que la Nación se liberara de la adminis-
tración realista. Pan, frutas, legumbres
y leña eran producidos allí y suminis-
trados a Buenos Aires. Mientras, el po-
blado crecía alrededor de la capilla.
Un siglo después de la constru c c i ó n
de ésta sobrevendría la primera invasión
inglesa, y San Isidro hizo las veces de
asiento temporal para don Santiago de Li-
niers, que, proveniente de la Banda
Oriental, acampó con sus tropas camino a
la Ciudad de la Santísima Trinidad y
P u e rto de Santa María de los Buenos Ai-
res, centro político del virreinato. Ta m-
bién en terreno sanisidrense habría pasa-
do su luna de miel don José de San Mar-
tín, que más tarde conversaría sobre la
campaña libertadora a Chile y Perú con
Juan Martín de Pueyrredón, director su-
p remo de la Nación, en la chacra de éste.
Con el mismo fin emancipador, pero para
el futuro Uru g u a y, part i e ron de San Isidro
los 33 paisanos orientales que diero n
n o m b re al hoy departamento c h a rr ú a.
Con el tiempo, de a poco los port e ñ o s
irían encontrando en esta zona un sitio de
descanso y esparcimiento, en el cual mu-
chos term i n a ron radicándose; luego, de
las grandes propiedades se pasó a las
quintas, y merced a la parcelación de las
t i e rras y el desarrollo poblacional y urba-
nístico, favorecido por la llegada del tre n
desde Retiro en el 1863, surg i e ron las ca-
sas con jardines y hasta los edificios. Un
año después del advenimiento de las vías
f é rreas, San Isidro fue reconocido como
p a rtido y en sus límites estaban conteni-
dos los actuales San Martín y Vicente Ló-
pez, una porción de Tres de Febre ro y has-
ta algo del porteño barrio Belgrano. Nue-
ve años más tarde, la capilla erigida a ins-
tancias de Acassuso, ya transformada en
iglesia, contó con dos grandes torres que
c o n s e rvó por dos decenios, hasta que, en
Una historia t r i c e n t e n a r i a . . .En octubre del año 1706, un capitán español de
apellido Acassuso hizo erigir una capilla en honor
a San Isidro Labrador, del que era devoto. Sin
saberlo, estaba fundando el partido más antiguo
y más desarrollado del conurbano bonaere n s e . .
Los 300 años de San Isidro.
Frente del antiguo templo. Foto tomada entre 1875 y 1895.
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1 7
ese 1895, el templo fue demolido para dar
paso a una catedral neogótica inaugurada
a los tres años y dotada de una cúpula que
alcanza 68,65 metros de altura.
La expansión demográfica del dis-
trito tuvo como cabecera a la que en el
1942 fue declarada como “ciudad de
San Isidro” (hoy, de unos 55.000 habi-
tantes), que actualmente es acompaña-
da en el partido por las urbes de Acas-
suso (17.000), Beccar (60.000), Boulog-
ne-Sur-Mer (65.000), Martínez (75.000)
y Villa Adelina (32.000).
Algunos distritos argentinos llevan
n o m b res de pares españoles. Son los ca-
sos de la provincia de La Rioja, que supe-
ra ajustadamente en población a la co-
munidad homónima, y la ciudad de Cór-
doba, que rebasa holgadamente a su co-
lega ibérica. Tal vez, el bueno de Domin-
go de Acassuso nunca hubo de imaginar
que su capilla del siglo XVIII, tal vez ins-
pirada en la de San Isidro que fre c u e n t a-
ban sus parientes del pueblo vizcaíno de
Zalla, se convertiría en una región de
unos 300.000 habitantes y una de las más
potentadas de un futuro país.
Claro que en medio hubo una histo-
ria sanisidrense que se engrandeció
con un prolífico quehacer cultural, de-
portivo, social, económico, y que cuen-
ta con iconos inconfundiblemente pro-
pios, como la propia catedral, Vi l l a
Ocampo, el Club Náutico, la plaza Mi-
tre, el centro científico Darwinion, los
dos principales clubes del rugby nacio-
nal (C. A. S. I. y S. I. C.), el colegio Ma-
rín... y, por supuesto, el Jockey Club.
"Ranchería de San Isidro". Oleo sobre tela, Prilidiano
Pueyrredon, 1865.
Espacio de publicidad
h i p odrom o Aniversarios
1 8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Pocas veces una institución
no estrictamente “local” está
tan emparentada con un si-
tio como la fundada por Car-
los Pellegrini en el año 1882 y que tiene
su sede central en la avenida Alvear...
del porteño barrio Recoleta. Si hasta pa-
rece mas común escuchar: “Jockey
Club de San Isidro”
La identificación que la entidad po-
see con el partido fundado por Acassu-
so no es caprichosa ni casual. En bus-
ca de un gran espacio para establecer
un extenso campo de golf y un hipó-
d romo, el 6 de abril del 1926 el club
adquirió 316 hectáreas (tres años más
t a rde incorporaría otras siete) del pre-
dio principal de San Isidro, que había
p e rtenecido al director supremo de la
Nación Juan Martín de Pueyrre d ó n .
Por aquellos tiempos, la zona era ab-
solutamente suburbana, y lejana -má-
xime con los medios de transporte de
la época- a una Buenos Aires que no
contaba con el desarrollo y las dimen-
siones del pre s e n t e .
Hasta entonces, y desde poco antes
(1921), funcionaba en el amplísimo te-
rreno un aeródromo desde el que se
volaba a Villa Colón y a Montevideo, y
del cual partían aviones que re a l i z a-
ban fotos aéreas; incluso uno efectuó
el primer relevamiento de Buenos Ai-
res desde el cielo. Con la compra del
lote por el Jockey, el aeródromo se
mudó a Morón, donde aún hoy funcio-
na. Y el club fue sentando sus activida-
des. Al año, su secretario general Al-
b e rto Julián Martínez, reparó en una
sencilla y venida a menos vivienda co-
lonial (conocida como “La Posta de la
Esquina”, entre otras denominacio-
nes) situada en la esquina noro r i e n t a l
del predio, para la cual proyectó un
museo autóctono. Restaurada y con
una pulpería construida junto a ella,
la casa recibió valiosas donaciones
que incluían desde monedas y bolea-
doras hasta un cañón y una célebre
mesa (actualmente en la sede de Av.
Alvear) que habría pertenecido al vi-
rrey Joaquín del Pino y sobre la cual
se habrían velado los restos de Santia-
go de Liniers.
Algunas publicaciones dieron la
bienvenida a la iniciativa, pero ésta po-
co duraría: en el '35 el club debió otor-
gar al partido 30 metros de tierras para
el ensanchamiento de la avenida Már-
... una entidad que es fuerz aviva de su pago...Afincado en el año 1926 en el partido, en tierr a s
que habían pertenecido a Juan Martín de Puey-
rredón, el Jockey Club Argentino construyó allí
su hipódromo, sus canchas de golf y su campo
de deportes, y mantiene con el distrito un nutri-
do vínculo que excede su ubicación allí y pasa
por lo deportivo, lo social y lo solidario.
El Museo del Jockey Club, en Av. Márquez y Centenario.
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1 9
quez y justo en ellos se hallaba el mu-
seo, que fue entregado ya sin las reti-
cencias que había generado 14 meses
atrás. No obstante, ese año es rescatado
como uno de los más positivos del club,
pues el 8 de diciembre se inauguró el
magnificente Hipódromo de San Isidro,
de estilo francés y abundante foresta-
ción de tipo inglés, y uno de los más re-
nombrados del orbe. En sus 148 hectá-
reas conviven en la actualidad, además
de pistas y tribunas, el tattersall, la es-
cuela de aprendices, un centro veteri-
nario y cuatro canchas de polo.
No es todo. Cuenta con dos campos
de golf, un lujoso e imponente club hou -
se, pistas de vareo, tres canchas de po-
lo, varias de fútbol y de tenis y cinco
piscinas, entre otras instalaciones.
Pero la relación del Jockey con San
Isidro va más allá de su ubicación física
y del quehacer deportivo. El compromi-
so de la institución para con el partido
se materializa en donaciones de recau-
daciones por apuestas hípicas, destina-
das a obras públicas, comedores escola-
res y diversas entidades benéficas.
Por todo ello, ¿qué mejor lugar que
el club para festejar el tricentenario?
La casa que perteneció al San Isigro Golf y que fue
nuestra sede hasta la construcción del actual Club House.
La tribuna del Hipódromo de San Isidro
colmada de “burreros”
Pregunte a cualquier b u rre ro
de pura cepa cuál fue la ca-
rrera más sobresaliente de la
historia del turf argentino y
éste le contestará que aquel Pellegrini
del '52, definido entre los colosos Ya t a s t o
y Branding, cuando éste destronó a su
gran rival en una tarde de 102.000 es-
p e c t a d o res en las gradas sanisidre n s e s .
Pues bien; una cifra muy parecida
hubo, ya más de medio siglo después,
en la celebración de los 300 años de San
I s i d ro. Sólo semejante motivo podía
congregar tal multitud, y sólo tamaño
escenario podía albergarla.
Fue un acontecimiento magno, co-
mo la ocasión lo merecía. “Que sea una
fiesta, y no un show” era la consigna de
los organizadores, diferenciando entre
un evento hecho para el público y otro
realizado para y con el público. Tratan-
do de llevar adelante “una fiesta de
pueblo para una gran ciudad”, movien-
do a la participación vecinal y a la iden-
tificación de los habitantes con su lugar
y su comunidad, como se busca lograr
h i p odrom o Aniversarios
2 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
...¡y una gran fiestapara celebrar!Unas 100.000 personas cubrieron el hipódro m o
y vibraron con grupos y bandas musicales, fotos
y videos de la historia del distrito, un coro de ca-
si 1.500 vecinos y maravillosos fuegos de art i f i-
cio. El canto del feliz cumpleaños entre todos
fue el clímax de una tarde-noche que quedará
s i e m p re en el re c u e rd o .
Los 300 años de San Isidro.
2
1
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 2 1
con las otras decenas de actividades
que durante el año se sumaron y aún se
sumarán a la causa del tricentenario.
El suceso, al que concurrieron el go-
bernador bonaerense, Felipe Solá; el in-
tendente, Gustavo Posse; el obispo de
San Isidro, Jorge Casaretto, y el presi-
dente del Jockey Club, Bruno Quintana,
fue dos días luego del aniversario, el lu-
nes 16. Un hipódromo engalanado para
la solemne ocasión, dio la bienvenida
con 50 gigantografías sobre la historia
de San Isidro dispuestas en tótem ubi-
cados en el sendero de ingreso. El tema
fue retomado en fotos y videos exhibi-
dos en cinco pantallas gigantes empla-
zadas ante las tribunas, luego de que el
grupo de rock Árbol abriera la fiesta a
las 18.05 en un monumental escenario
que fue parte de un frente de 300 me-
tros situado sobre las pistas. Se sucedie-
ron Los Nocheros; bandas de los bom-
beros voluntarios locales, la Armada y
el Ejército, y La Porteña Jazz Band. Pe-
ro antes de ésta actuó una agrupación
singular: un coro de 1456 vecinos loca-
les, que junto a 80 músicos de Prefectu-
ra Naval interpretaron tres temas (Ru -
mi Cani, en alusión al siglo XVIII; Auro -
ra, por el XIX, y Pueblito Mi Pueblo, por
el XX), más uno especial, el Feliz cum-
pleaños, al que, conmovida, se plegó to-
da la muchedumbre en la mayor emo-
ción de la tarde-noche. Coronada, poco
despues, por 25 minutos de deslum-
brantes fuegos de artificio.
Con mucha familia y ningún inci-
dente, uno de cada tres vecinos del
p a rtido (son unos 304.000 totales) es-
tuvo ahí. Sí, alrededor de 100.000 per-
sonas. Es que, como París en el 1989,
en el 2006 San Isidro fue una fiesta.
Una fiesta inolvidable.
Y todo empezó con una capilla, hace
tres centurias. Si lo viera hoy un tal Do-
mingo de Acassuso...
Xavier Prieto Astigarraga
4
5
3
6
1. Fuegos artificiales iluminaron la noche
2. Más de 100.000 vecinos compartieron la fiesta
3. Grupo Arbol
4. El intendente de San Isidro, Gustavo Posse,
el gobernador de la Provincia de Buenos Aires,
Felipe Solá y el presidente del Jockey Club,
Bruno Quintana, en familia y presidiendo el acto.
5. Los nocheros
6. Bandade Bomberos Voluntarios locales, de la
Armada y el Ejército emocionaron a todos.
Hernán Cruz Dubourg se
desplomó de la emoción
al lado del green, miró
al cielo y muchos pen-
samientos le fluyeron naturalmente.
Pensó entonces en el esfuerzo que lo
había guiado hasta allí, en la paciencia
que le tuvo su mujer, Muriel, y ensegui-
da se dispuso a disfrutar de la conquis-
ta de la Copa Carlos Pellegrini, que
ofreció una definición no apta para car-
díacos entre los scratch.
Los datos fríos dirán que el certa-
men se jugó desde el sábado 23 de sep-
tiembre al domingo 1°de octubre, con
su tradicional formato match play, y
que Dubourg venció en el hoyo 38 a
Santiago Beláustegui. Pero había que
estar allí, como espectador en la cancha
Colorada, para vivir de cerca un desen-
lace increíble, digno de los mejores tor-
neos de los profesionales.
Conviene situarse directamente en el
momento cumbre para entender cómo
se llegó a un final que se re c o rdará por
muchos años. Al t e e del par 4 del 36, Be-
láustegui se imponía por un hoyo y le
bastaba con igualar en ese último capí-
tulo para atrapar la copa del Club, esa
que se le había escapado en 2000 ante
Francisco Molinari y en varias semifina-
les de otras ediciones. Arrancó perf e c t o :
luego de un buen d r i v e, su segundo tiro
quedó a cinco pasos de la bandera. En
tanto, Dubourg cayó en el ro u g h de la iz-
q u i e rda, aunque pronto ejecutaría ese
segundo golpe que rubricó uno de los
dos grandes impactos de la tard e .
“Cuando ví que Santiago disponía de un
p u t t de 4 metros para b i rd i e empecé a
s e n t i rme incómodo, con una sensación
de que se me escapaba definiti-
vamente la posibilidad de
ganar”, comentó Hern á n ,
que siguió: “Yo me encon-
traba a 68 pasos del hoyo.
Tomé el L w e d g e, intenté
c o n c e n t r a rme con unos
e j e rcicios de visualización
y confié en que la arr i m a r í a
c e rca…”. Esa fe le dio sus frutos: su pe-
lota aterrizó en el g re e n, picó y re c o rr i ó
un metro y medio, hasta que se intro d u-
jo suavemente como si se tratase de un
p u t t. Águila y al desempate. “Le había
o rdenado a la pelota que se metiera, y el
hecho de verla desaparecer fue de lo
más lindo que me sucedió en el golf. Ló-
gicamente que sentí una gran alegría,
p e ro ahí no había terminado todo, sólo
había empatado el m a t c h global de 36
hoyos”, contó el jugador de 31 años.
A Beláustegui, de 33, le tocó encarn a r
la contracara de esa vibrante se-
cuencia del m a t c h: “La verd a d
es que fue un tirazo el de
H e rnán; sin dudas el mejor
del día. Creía que el part i d o
estaba resuelto, porque yo
tiraba para b i rd i e y ahí lo
ganaba. Pero en realidad, ya
había desaprovechado una
golf
2 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
No apto para cardíacosEn una definición electrizante, Hernán Cru z
D u b o u rg venció en el segundo hoyo de
desempate de la final a Santiago Beláustegui y
conquistó la versión 2006 de la copa del Club.
La Copa Carlos Pellegrini
A Hernán C. Dubourg no le faltó confianza
para afrontar el desafío.
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 2 3
gran oportunidad en el hoyo anterior
(17), en el que fallé un p u t t de un metro
y medio con mucha presión y los dos ter-
minamos haciendo b o g e y” .
Igualados en el marc a d o r, el desem-
pate tomó cuerpo en el hoyo 1, que con-
cluyó con b o g e y para ambos. Allí, Beláus-
tegui contó con el mérito de haber expe-
rimentado una buena recuperación des-
pués de una defectuosa salida a los árbo-
les, mientras que Dubourg no pudo con
un p u t t de 4 metros para par, que le hu-
biese significado la victoria: “Ahí, Hern á n
me perdonó la vida”, confesó Beláustegui.
Caía la tarde y el suspenso continua-
ba, aunque el hoyo 2 terminaría por po-
nerle un corte a tanta expectativa. Be-
láustegui quedó bien posicionado en el
medio del f a i rw a y y, tras su segundo gol-
pe, se acomodó a 7 metros para b i rd i e. A
D u b o u rg no le fue tan bien: padeció el
ro u g h de la izquierda y, luego de su se-
gundo tiro, se encontró con un traicione-
ro p u t t con doble caída de izquierda a de-
recha, muy complicado como para jugár-
sela directo al hoyo.
Beláustegui la dejó dada para par,
pero Dubourg tenía reservado su últi-
mo truco sobre el green: el putt realizó
la parábola exacta, la pelota se escon-
dió en el hoyo y al instante se desató la
emotiva reacción del ganador, que feli-
citó y consoló a su adversario. Mientras,
surgía el aplauso espontáneo del grupo
de socios, que reconoció del campeón
su temple y valentía en los pasajes de
mayor tensión del match.
Y pensar que Dubourg sólo se acerc ó
al golf recién a los 21 años, cuando por
curiosidad acompañó a su padre a una
vuelta en la cancha Colorada ! “Tuve la
intuición de que se trataría de un depor-
te apasionante y no me equivoqué; así
empecé a fanatizarme, pero Guillerm o
Cabanillas resultó clave en mi apre n d i-
zaje: fue la persona que me enseñó a po-
ner la pelota en un t e e”. Ahora, el cam-
peón disfruta de su primer título en la
Copa Carlos Pellegrini y de su título más
i m p o rtante en la competencia intern a
del Club; mucho más aplomado, dejó
atrás alguna etapa de confusión.
El pro g reso golfístico de Beláustegui
también resultó muy llamativo, porq u e
se inició en octubre de 1998, sacó h a n d i -
c a p al año siguiente y encontró definiti-
vamente su rumbo con las enseñanzas
de Mauricio Molina, el profesional que lo
f o rmó y a quien había conocido en un
P ro Am, en Jurado. Con su impronta de
gran competidor, valoró la coronación de
D u b o u rg: “La verdad es que me puso
contento el triunfo de Hernán: se lo me-
recía y además lo venía buscando hacía
rato. Tengo muy buen f e e l i n g con él. Yo
iré por el desquite en esta copa el año
próximo, de eso estoy seguro”, juró.
Un dato para no soslayar de la final es
que en los 18 hoyos de la mañana, Be-
láustegui aparecía con cuatro arriba al
t e e del 11 respecto de Dubourg, mostran-
do un rendimiento muy parejo y con va-
Enrique Morgan concentrado al máximo.
Con paciencia y tenacidad, a Felipe Méndez Diz
se le dió por fin.
golf
2 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
rios aciertos en los f a i rw a y s. Pro g re s i v a-
mente, el ganador fue descontando hasta
quedar empatados en el cierre del pri-
mer re c o rrido. Ya por la tarde, en el hoyo
10 del segundo tramo, Beláustegui se co-
locó con dos de ventaja y Dubourg, que
redujo la diferencia con un par en el ho-
yo 13, se ubicó uno abajo hasta el t e e d e l
último capítulo. Poco después, sobre v e n-
drían esos dos tiros de antología.
Al compás de la acción entre los
scratch hubo episodios de muy buen
juego en las distintas categorías de la
Copa Santiago Luro. En la de 0-9 feste-
jó Enrique Morgan, que superó en la fi-
nal a Cristian Cantilo por 4/3. “Mi acti-
tud para con el juego fue atacar todos
los hoyos, y afortunadamente salió diez
puntos. Lo curioso es que empecé per-
diendo los tres primeros partidos, ex-
cepto la final frente a Cristian. La can-
cha estaba preparada de manera bárba-
ra, con greens espectaculares que reci-
bían muy bien. Luego me quedé viendo
la definición de los scratch, que me pa-
reció impresionante”.
En la de 10-13 se impuso Gonzalo
M o y, de 15 años, tras batir por 3/2 a Art u-
ro Goetz: “Lo tomé como un gran logro
personal, porque venía practicando mu-
cho desde el último año. De alguna for-
ma también significó un desquite, por-
que en 2005 había participado en una ca-
tegoría más alta de esta copa y había al-
canzado la final, pero no pude jugarla
p o rque debía rendir el examen de ingre-
so en el colegio Newman”.
Felipe Méndez Diz, triunfador de la
categoría de 14-17 luego de la victoria en
la última escala ante Francisco Conti por
3/1, destacó la calidad de los rivales con-
tra los que le tocó jugar: “Disfruté de par-
tidos divertidos, con gente muy agrada-
ble. Más que nada deseo resaltar eso: la
c a b a l l e rosidad dentro y fuera del campo,
algo que nunca debería perd e r s e ” .
Para Héctor A. Valenzuela fue ard u o
el camino para acceder al encuentro de-
cisivo de la categoría 18-24. Sin embarg o ,
más allá de las exigencias que le pre s e n-
t a ron sus oponentes, remató su faena
con el triunfo sobre Carlos Gollan por
2/1: “Todos los m a t c h e s e s t u v i e ron carac-
terizados por la tensión; la clave fue que
conté con muchísima suerte, porque em-
bocaba en el g re e n cada vez que debía
hacerlo. Además, comencé jugando ante
Tomás Perkins, un chico de 13 años, y en
la final me topé con Gollan, de setenta y
pico. Quiero subrayar la organización del
t o rneo, que me pareció excelente”, dijo
Valenzuela.
En la última categoría (25-36), de
donde se sale desde las bochas amarillas,
el éxito fue para Francisco Nicholson, de
16 años y vencedor de Carlos Tassara por
2 up. “Ahora estoy pegando con más po-
tencia y más concentrado, de manera
más consistente. Practico para seguir
mejorando y bajar el h a n d i c a p”, se entu-
siasmó Francisco, símbolo de que la ob-
tención de este certamen provoca org u-
llo sin distinción de edades.
Gastón Saiz
Torneo Oficial
Copa “Carlos Pellegrini”
(Campeonato del Club)
Final a 36 hoyos
Domingo 1 de octubre de 2006
Ganador K.O.: Hernan C. Dubourg h 38
Finalista: Santiago Beláustegui
Copa “Santiago Luro”
Final a 18 hoyos
Domingo 1 de octubre de 2006
Categoria 0 a 9
Ganador K.O.: Enrique Morgan 4/3
Finalista: Cristián Cantilo
Categoria 10 a 13
Ganador K.O.: Gonzálo Moy 3/2
Finalista: Arturo Goëtz
Categoria 14 a 17
Ganador K.O.: Felipe Méndez Diz 3/1
Finalista: Francisco Conti
Categoria 18 a 24
Ganador K.O.: Héctor A. Valenzuela 2/1
Finalista: Carlos M. Gollan
Categoria 25 a 36
Ganador K.O.: Francisco Nicholson 2 up
Finalista: Carlos Tassara
Gonzalo Moy y una mirada que lo dice todo
golf perfiles
2 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Carlos Thays
Un destino ligado al paisaje
Su apellido es emblema en pai-
sajismo. De hecho, es sinóni-
mo de lo mejor que se ha he-
cho en nuestro país. Nieto y
discípulo del gran Charles Thays que ha-
ce un siglo transformó la fisonomía de los
espacios verdes de Buenos Aires, Carlos
Thays se encargó de renovar la cancha de
golf del Jockey en 1975 y desde entonces
su figura quedó ligada al campo de juego.
Joven octogenario, su vitalidad y
entusiasmo se mantienen intactos.
Dueño de una sonrisa amena, no pue-
de ocultar su pasión por el paisajismo y
se le iluminan los ojos al hablar de su
trabajo. Para él, seguir ese camino re-
sultó lo más natural del mundo, ya que
su abuelo y su padre habían dedicado
sus vidas a diseñar parques. Desde chi-
co soñó con continuar los pasos de sus
m a y o res, iniciando más tarde a sus hi-
jos en la tradición familiar.
El amor por las plantas y los espa-
cios verdes se transmitió de generación
en generación entre los Thays. Fue la
mejor escuela. Así nos cuenta que su
abuelo llevaba a su padre, cuando este
era sólo un muchacho, para que lo ayu-
dara en sus trabajos. Luego su padre hi-
zo lo mismo con él.
En cada re c o rrida, en cada viaje, su
p a d re le iba llamando la atención sobre
los paisajes, los árboles, y él lo escuchaba
con atención. Fueron sus primeras lec-
ciones sobre una actividad en la que se
c o n v i rtió en especialista. Luego, Thays
hizo lo mismo con sus hijos, mantenién-
dose fiel al estilo que inició su abuelo.
“De mis siete hijos, tres son paisajis-
tas. Uno lleva el mismo nombre. No hu-
bo mucha inventiva en la familia para
los nombres: abuelo Carlos, papá Car-
los, yo Carlos, mi hijo Carlos y a su vez
él tiene un hijo que también se llama
No hace falta presentación para introducir a
Carlos Thays, sinónimo de paisajismo en la
A rgentina. Nieto de Charles Thays, diseñador
hacia fines del siglo XIX de los principales par-
ques del país, habla de su pasión por lo que ha-
ce y re c u e rda a su padre, guía y maestro de vi-
da. En la entrevista nos cuenta su part i c i p a c i ó n
en la re f o restación de las canchas del Jockey.
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 2 7
Carlos, la quinta generación”, dice, con
humor. “De los 22 nietos, es el único
que lleva el apellido Thays”, señala.
El largo romance de los Thays con
el paisajismo comenzó hace más de un
siglo. “El primer paisajista fue mi abue-
lo, Charles Thays, que vino de Francia
contratado por Miguel Crisol”, relata.
Charles Thays se había destacado
en París en el estudio de Edouard An-
dré, que realizó importantes parques en
Europa. Viajó a la Argentina a fines del
siglo pasado, contratado para realizar el
parque Sarmiento, en Córdoba, que le
demandó unos dos o tres años de traba-
jo. Luego de terminar ese proyecto, es-
taba a punto de regresar a Francia
cuando en Buenos Aires le ofrecieron
que se hiciera cargo –concurso median-
te– de la Dirección de Paseos Públicos
de la ciudad.
El nieto del pionero francés re c u e rd a
que su abuelo aceptó el ofrecimiento en
1891, ya que le había gustado mucho el
país y le vio enormes posibilidades. En
aquel entonces, Buenos Aires apenas co-
menzaba a vislumbrar el esplendor que
viviría en las décadas siguientes.
Thays abuelo permaneció en el carg o
hasta 1913. En su larga trayectoria, dise-
ñó los espacios verdes más import a n t e s
de Buenos Aires y muchos otros en el in-
terior del país y en Uru g u a y, Chile y Bra-
sil. Se cuentan entre sus creaciones los
Bosques de Palermo, el Jardín Botánico,
el Parque Lezama, el Parque Centenario,
la Plaza de Mayo, la del Congreso, las Ba-
rrancas de Belgrano, el Parque General
San Martín en Mendoza, el Parque Sar-
miento en Córdoba y el Parque Indepen-
dencia en Tu c u m á n .
“El Jardín Botánico fue considerado
en su momento como uno de los mejore s
j a rdines botánicos del mundo, en part e
por la colección de plantas que había en
él, y que había intercambiado con todos
los países del mundo. Entonces, el Jard í n
Botánico tenía secciones no tan sólo de-
dicadas a los países europeos, sino tam-
bién otras para los países de América, y
una región dedicada a las plantas nues-
tras, a las plantas indígenas”, señala.
Además de su colección de plantas,
otra característica distinguió al Botáni-
co. “En el trazado y en el diseño, mi
abuelo hizo una demostración de los
tres estilos clásicos, que en ese momen-
to imperaban en el paisajismo: el estilo
francés geométrico, el estilo italiano y
el estilo apaisado como el de las parqui-
zaciones inglesas, con espacios muy,
muy abiertos y grupos de árboles que
incorporan los paisajes adyacentes al
interior del parque”, explica.
El intercambio de plantas con otro s
países que propició Charles Thays le valió
condecoraciones en el exterior. Su nieto
Carlos cuenta que uno de esos países fue
Túnez, hacia donde su abuelo envió tipas.
“ A n d u v i e ron maravillosamente bien, y
cuando estuve en Túnez hace unos 15 o 20
años, me encontré con las tipas, como las
que están frente al club house de la cancha
de golf del Club. No podía creer lo que es-
taba viendo. Tengo el diploma y la conde-
coración que le dio en ese momento el sul-
tán de Túnez, por haberle enviado las ti-
pas, que pro s p e r a ron en ese ambiente en
f o rma extraordinaria”, relata, org u l l o s o .
Además de ser responsable del tra-
zado de la gran mayoría de los parques
públicos, Charles Thays también traba-
jó en emprendimientos privados, desde
Carlos Thays junto a la flor de un Roble sedoso
Thays
golf perfiles
2 8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
fines del siglo XIX hasta 1915, aproxi-
madamente. “En esa época de gran
prosperidad de nuestro país, los gran-
des propietarios hacían parques de
grandes extensiones, de 100, 200, 300,
400 hectáreas. Mi abuelo trabajó en
muchísimos parques privados de pro-
d u c t o res agropecuarios import a n t e s
dentro del país, cuyas casas eran verda-
deros castillos y obras de arte”, señala.
Charles Thays dejó la Dirección de
Paseos de Buenos Aires en 1913, y en
1923 su hijo Carlos lo sucedió en el pues-
to. Continuó la labor de su padre duran-
te casi 20 años, hasta 1945, cuando fue
dejado cesante por cuestiones políticas.
Cuenta Thays que su abuelo era un
enamorado de las tipas –que él mismo
trajo desde Salta– y que en cambio su
p a d re era un amante del jacarandá,
pasión que él comparte. “En la década
del 30, hubo un concurso para elegir la
flor nacional y escogieron al ceibo. Mi
p a d re votó por el jacarandá, que para
mí es uno de los árboles con la flor
más linda que hay. Sobre todo cuando
caen y tapizan el suelo con esa alfom-
bra de color violeta, para mí es una
poesía”, confiesa.
En los largos años que lleva de pro f e-
sión, Thays trabajó muchísimo. Se dedicó
a realizar parquizaciones grandes, en
p a rticular en los campos que se subdivi-
dían luego de sucesiones y que necesita-
ban un nuevo diseño. Su visión y su estilo
t u v i e ron mucha demanda. “Debo haber
hecho, sin exagerar, 600 o 700 parques en
distintas partes de la República, y tam-
bién un poquito en el Uruguay”, estima.
En 1975, Oscar Sansot, entonces
presidente de la Comisión de Golf del
Club, lo llamó para trabajar en la can-
cha, que necesitaba mejoras en lo pai-
sajístico. Cuenta Thays que antes de
que lo llamaran del Jockey, ya había di-
señado una cancha de 9 hoyos, por lo
que había estudiado sobre el diseño de
este tipo de campos de juego.
“Básicamente saqué todas las plantas
e n f e rmas, decrépitas y mal formadas que
estaban en la cancha, que ya no tenían
posibilidad de recuperación alguna y que
ya habían dejado de brindar valores esté-
ticos”, dice, al explicar que las plantas en
una cancha de golf deben cumplir dos
funciones. “Una, es la funcionalidad re l a-
cionada con el juego, porque ya sea un
g rupo de plantas o plantas aisladas, in-
t e rvienen en él. Y segundo, hacer de la
cancha de golf un lindo paisaje”, afirm a .
Thays también encontró muchas
plantas de gran valor ornamental que
estaban desvirtuadas por otras de poco
valor. “Por ejemplo un roble lindísimo
tenía pegoteado un paraíso, o una mora
guacha”, recuerda.
En otros lugares, en cambio, fue ne-
cesario realizar plantaciones, y Thays
incorporó tanto especies indígenas co-
mo exóticas. “Busqué las que brinda-
ban los mejores efectos decorativos y la
mejor funcionalidad para cada uno de
los lugares en que fueron plantadas, de
acuerdo al desarrollo del juego”, dice.
El paisajista utilizó muchas plantas
originales de la Argentina, sobre todo
del Norte. “No había una sola planta in-
dígena nuestra. La única que había era
un tala y posiblemente el eucaliptus del
hoyo 2. Entonces yo planté palos borra-
chos, jacarandás, timbó, lapachos y birá
pitá. Las tipas estaban”, asegura.
Muchas de esas plantaciones fuero n
realizadas con el objeto de darle color a la
cancha, que, según explica Thays, pre-
sentaba tonalidades de verde parejas. Por
eso él incorporó plantas de especies exó-
ticas con las que buscó lograr acentuados
contrastes de color. “Sobre todo en la épo-
ca otoñal, mediante fresnos dorados, li-
q u i d a m b a r, robles y otras especies de fo-
llaje cambiante en otoño”, señala, y agre-
ga que también eligió plantas con carac-
terísticas muy especiales, interesantes de
v e r, como el corcho (el alcorn o q u e ) .
Otro tipo de plantas que tuvo en
cuenta para sumar color son las que tie-
nen flores, como su querido jacarandá,
que también utilizó en el estaciona-
miento. “No hay cosa más linda que, al
subir al auto, ver arriba del capot las
florcitas del jacarandá, las que cuando
uno inicia la marcha empiezan a volar
como si fueran mariposas”, opina.
Thays coincide en que los eucaliptus,
como los que se encuentran cerca de los
t e e s de salida de la cancha de golf de Club,
no son recomendables para el campo de
juego. “El eucaliptus no es una planta pa-
ra estar integrada en la cancha de golf,
p o rque su follaje tiene una re n o v a c i ó n
muy permanente y siempre hay suciedad
en el suelo, a lo que se suma que por sus
raíces de gran extensión seca el terreno y
nunca se puede tener un lugar en buenas
condiciones de verde”, explica.
Además, el paisajista agrega que es-
tos árboles –que él ha hecho sacar en
muchas de las canchas de golf en las
que trabajó– no permiten un buen man-
tenimiento porque la sombra y la hu-
medad que generan traen hongos difí-
ciles de combatir.
golf perfiles
3 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
“Hubo con frecuencia mucha impro-
visación, como por ejemplo con el cedro ,
que es una conífera que tiene sus ramas
basales a ras del suelo. No se pueden po-
ner esos árboles en lugares donde posi-
blemente un tiro desviado se va allí de-
bajo. Porque en vez de dificultar el se-
gundo tiro, castiga: no se puede jugar de
abajo por los ramazones”, arg u m e n t a .
“En muchas canchas, agrega, el pro b l e-
ma se solucionó cortando las ramas ba-
sales y deformando una planta que nun-
ca debió ser plantada en ese lugar”.
“Hay plantas en una cancha de golf
que tienen que penalizar, tienen que
castigar, tienen que orientar los tiros,
tienen que dar pautas de distancia, tie-
nen que dividir fairways en lugares es-
tratégicos para evitar que las pelotas
desviadas puedan dañar o pegarles a
los que vienen en sentido contrario. En-
tonces, hay árboles que tienen que te-
ner follaje denso, para que paren la pe-
lota, y no follaje transparente, como po-
dría ser una bétula, donde la pelota pa-
sa a través. Es decir que todos lo árbo-
les deben cumplir una función dentro
de una cancha de golf. Todos”, afirma.
Thays aclara que en el Club él sólo
ha plantado árboles de copa, no rastre-
ros. “Son todos árboles de copa que per-
miten que si el jugador se va debajo de
un grupo de cuatro, cinco árboles, pue-
da sacar tranquilamente”, asegura.
Sobre los árboles que plantó en la
cancha azul, en el entorno del lago, ex-
plica: “Hay árboles que tienen diálogo
con el agua, y hay otros árboles que no
tienen nada que ver con el agua. Los ár-
boles que tienen diálogo con el agua
son los sauces, las palmeras y los robles
palustris”. Por eso, él plantó estos tres
tipos de árboles. “No hay cosa más lin-
da que ver un sauce con sus ramas aca-
riciando con el viento el espejo de agua.
O como el reflejo de las palmeras en el
agua, en las noches de luna”, opina.
Su trabajo en la cancha de golf del
Club le abrió un nuevo horizonte labo-
ral. “A partir de ese momento empecé
a trabajar en todas las canchas de golf.
De la provincia de Buenos Aires, prác-
ticamente he trabajado en todas. En
To rtugas, San Isidro Golf, el Náutico,
el Argentino”, enumera, por nombrar
un puñado.
Desde hace ocho años, sin embargo,
Thays ya no se ocupa más de la cancha
de golf del Jockey, más allá de contestar
alguna pregunta ocasional. También le
cedió su estudio, en el bajo de San Isi-
dro, a su hijo. Cuenta que se fabricó su
gabinete de trabajo en su casa, y desde
allí se ocupa sólo de los trabajos que le
encargan los amigos. “Salvo los miérco-
les, que vengo acá al Club, a jugar la
polla con los gerontes. Edad promedio:
85”, cuenta, entre risas.
Pilar Conci
Arriba, un pequeño y solitario Jacarandá.
Abajo, una perspectiva del Club House desde el hoyo 1
de la Colorada.
Polo
3 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
San Isidro cumplía 300 años, y
el polo del club no podía dejar
de estar a tono con semejante
acontecimiento. Para eso se
llevó a cabo, en lo organizativo, un
A b i e rto de categoría, como los que vie-
ne realizando la institución. Y se cele-
bró, en lo deportivo, un certamen de
j e r a rquía, no sólo por los seis califica-
dos equipos que lo pro t a g o n i z a ron, si-
no también y principalmente por un
hecho singular: por iniciativa del capi-
tán de esta actividad en el Jockey, Gui-
l l e rmo Álvarez Fourcade, volvió mo-
mentáneamente al polo grande el titá-
nico Gonzálo Pieres para, por primera
vez en sus 50 años de vida, compart i r
una formación junto a sus tres descen-
dientes varo n e s .
C l a ro que el Maradona de a caballo
de los ochentas no iba a optar por
cualquier lugar para, invitado por Ál-
v a rez Fourcade y acicateado por su
p ropio entorno (hijos, preparador físi-
co), re a p a re c e r. Eligió el Abierto del
J o c k e y, que en cada realización y con
sus ahora 62 años, crece en infraes-
t ructura, actividades colaterales y ni-
vel deportivo. Y no se equivocó: en un
m a rco espléndido, Gonzálo y sus chi-
cos Gonzalito (23 años), Facundo (20)
y Nicolás (15) se re g a l a ron el mejor
Un especial homenaje a San IsidroEl máximo torneo de la institución se expande
en cada temporada con mejoras organizativas y
atracción deportiva. Esta vez congregó a seis
conjuntos que pro m e d i a ron casi 30 goles de
handicap, y entre ellos, uno especial: Ellerstina
de Gonzálo Pieres y sus tres hijos, reunidos por
primera vez en un equipo y ganadores de la
Copa 300 Años de San Isidro .
Abierto del Jockey Club
El team familiar puso garra y se quedó con
la Copa del Abierto
debut como equipo, con el título de
campeón para Ellerstina.
Como preludio más próximo de la
Triple Corona en cuanto a lo temporal
y a calidad polística, el Abierto anual
de la entidad contó esta vez con un
p romedio de 29,5 goles de handicap
e n t re sus cuartetos participantes, una
cifra superior, incluso, a la habitual en
la disputa de la prestigiosa Copa Cá-
mara de Diputados. Un éxito de convo-
catoria que se explica en el valor del
t o rneo en sí mismo y como pre p a r a-
ción para la tríada de To rtugas, Hur-
lingham y Palermo y también en la
atracción que generan los siempre
i rre p rochables campos de juego de
San Isidro, que este año fueron bende-
cidos por el clima, sin inoportunas llu-
vias que retrasaran la pro g r a m a c i ó n .
Amenaza de ello hubo en la final,
jugada en un nublado y fresco sábado
23 de septiembre. Pese a lo poco con-
vocante del cielo y la temperatura, un
nutrido número de espectadores acu-
dió a la cancha Alfredo Lalor para pre-
senciar la definición entre Ellerstina
(31 tantos) y el también poderoso Loro
Piana (29). Claro que, si bien el tiempo
no se asoció, el público podía disfru t a r
algunos mimos organizativos, como la
entrada gratuita a cambio de una con-
tribución voluntaria para la org a n i z a-
ción benéfica Damas Rosadas de San
I s i d ro, que trabaja en el hospital local;
como las tribunas tubulares más am-
plias y cómodas que las de años ante-
r i o res; como la fanfarria de Granade-
ros a Caballo; como el coqueto tablero
que exhibe las alineaciones, el re s u l t a-
do y el chukker en juego.
. Para los polistas-parientes la Co-
pa 300 Años de San Isidro llegó de ma-
nos del intendente Gustavo Posse, ca-
beza política de un partido que fomen-
tó el certamen del club como parte de
los festejos por el tricentenario. Y en-
t re las distinciones figuró una muy re-
c o n f o rtante: el premio Gonzalo Ta n o i-
ra al jugador más correcto de las últi-
mas tres versiones del campeonato.
Pocas veces un galardón llevó un
n o m b re tan adecuado, y el re c o n o c i d o
fue, con justicia, el siempre disciplina-
do Santiago Araya.
La fiesta deportiva que constituyó el
torneo contó con aportes de varios sec-
tores del club, como el del fútbol, que
cedió canchas para que hicieran las ve-
ces de estacionamiento.
Así, con dedicación y colaboración,
es como va progresando en cada tem-
porada el Abierto del Club.
Xavier Prieto Astigarraga
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 3 3
Los varones Pieres y la Copa Abierto del Jockey Club 300
Años de San Isidro
Gran Magnolia, criada por Gonzálo Pieres, se llevo
el trofeo a la mejor yegua del Torneo
La final en síntesis
Ellerstina Etiqueta Negra 13 vs.
Loro Piana 9
Ellerstina Etiqueta Negra:
Nicolás Pieres, 4; Gonzalo Pieres, 7; Gon-
zalo Pieres (h.), 10; Facundo Pieres, 10; To-
tal: 31
Loro Piana: Alfio Marchini, 3; Juan Mar-
tín Nero, 8; Eduardo Novillo Astrada (h.),
9; Milo Fernández Araujo, 9; Total: 29
Progresión: Ellerstina, 1-1, 2-3, 6-4, 8-
6, 11-7 y 13-9.
F e c h a : sábado 23 de septiembre de 2.006
Cancha: Alfredo Lalor, Nº 1 de Jockey Club.
Goleadores : Ellerstina: N. Pieres, 2; G.
Pieres (h.), 5, y F. Pieres, 6 (3 de penal).
De Loro Piana: Marchini, 2; Nero, 6 (4 de
penal), y Fernández Araujo, 1.
Jueces: Daniel Boudou y Juan José
Díaz Alberdi (h.).
Árbitro: Juan José Alberdi.
Premio República Dominicana al
goleador: Facundo Pieres.
Premio al mejor ejemplar: O p e n
Magnolia, criada por Gonzálo Pieres y
utilizada por Facundo Pieres.
Polo
3 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Puede sonar difícil de creer,
pero teniendo los caballos,
las canchas, la proximidad
que otorga el seno familiar y,
por supuesto, el gusto –casi fanatismo–
por el polo, Gonzálo Pieres y sus tres
varones nunca habían compartido un
conjunto. Ni siquiera en una práctica.
Tuvo que llegar el año 2006 y una
p ropuesta del capitán de polo del Joc-
k e y, para que el padre se decidiera,
después de muchas dudas por el tiem-
po que llevaba alejado del alto nivel y
ahora con 7 goles, a colocarse otra vez
una camiseta de Ellerstina y jugar con
G o n z a (10), F a c u (10) y N i c o (4). Ya ve-
nía poniéndose en forma y su pre p a r a-
dor personal halló en el certamen la
motivación ideal para el entre n a m i e n-
to de Gonzálo.
“ Ya me saqué la foto de equipo en los
palenques. Ahora quiero la del podio”, se
entusiasmó Pieres en una conquista sa-
n i s i d rense que, aún dentro de sus nueve
c e t ros de campeón argentino en Palerm o
y sus muchos años de handicap ideal, se
p rometía ilusoria. Claro que el desafío no
era poco, porque entre los adversarios
a p a recían varias figuras, como Bautista y
M a rcos Heguy, Eduardo Novillo Astrada
(h.), Milo Fernández Araujo, Matías Mac
Donough y Juan Martín Nero .
Pero Ellerstina era favorito entre los
seis conjuntos intervinientes y se apoyó
en sus hoy estrellas Gonzalito y Facun -
do para imponerse con amplitud tanto
en la semifinal con Coronel Suárez (14-
8) como en la final frente a Loro Piana
(13-9). Y el viejo Gonzálo tuvo, nomás,
la foto del podio. “Ésta es una de las ale-
grías más grandes de mi vida. Por suer-
te acepté, porque estuvo buenísimo.
Fue un placer enorme; me di un gusta-
zo”, se complació en el club que mucho
tiempo atrás ya le había otorgado dos
alegrías polístico-familiares: sus títulos
en los años 1982 y 1984 logrados junto a
sus tres hermanos, Álvaro, Paul y Alfon-
so, con los históricos verde y blanco de
La Espadaña. X.P.A.
Dudó , jugó y lo pre m i a ro n …Ya retirado del alto handicap, Gonzálo Pieres no
estaba convencido de volver a participar en un
t o rneo importante. Pero aceptó y al final disfru t ó
“una de las alegrías más grandes” de su vida.
La vuelta de gonzálo pieres
Alineaciones y re s u l t a d o s
Ellerstina: Nicolás Pieres, 4; Gonzalo
Pieres, 7; Gonzalo Pieres (h.), 10, y Fa-
cundo Pieres, 10. Total, 31.
El Paraíso: Facundo Sola, 5; Bautista
Heguy, 10; Marcos Heguy, 9, y Juan Ha-
rriott, 7. Total, 31.
Santa María De Lobos: Guillermo Caset
(h.), 7; Mark Tomlinson, 7; Jaime García
Huidobro, 8, y Luke Tomlinson, 8. Total, 30.
Loro Piana: Alfio Marchini, 3; Juan Mar-
tín Nero, 8; Eduardo Novillo Astrada (h.),
9, y Milo Fernández Araujo, 9. Total, 29.
Coronel Suárez: Stuart Erskine, 7; Gas-
tón Laulhé, 7; Santiago Araya, 7, y Die-
go Araya, 8. Total, 29.
La Irenita: Jorge Donovan (h.), 6; Tomás
Gándara, 5; Guillermo Willington, 7, y
Matías Mac Donough, 9. Total, 27.
Cuartos de final: Coronel Suárez 13 v.
Santa María De Lobos 7; Loro Piana 10
(con Ignacio Heguy –10– por Nero) v. La
Irenita 9
Semifinales: Ellerstina 14 v. Coronel
Suárez 8; Loro Piana 12 v. El Paraíso 11
(chukker suplementario)
Final: Ellerstina 13 v. Loro Piana 9
Gonzálo Pieres recibe del Intendente Gustavo Posse la
Copa Abierto del Jockey Club 300 años de San Isidro.
1. Alejandro Garrahan y Carlos Miguens, 2. Marcos Roca y Sra., 3. Alejandro Uriburu y Sra., 4. Fortunato y Augusto Gómez Romero, 5. Alejandro Moy y Sra., 6. Gustavo Posse,
Intendente de San Isidro y Guillermo Alvarez Fourcade, 7. Un toque de belleza en la platea. 8. Ricardo Von Kyaw y César Bustos, 9. Sebastián García Balcarce y Felipe Ramos Mejia,
10. Teresa González Fernandez, 11. Sra. de Gustavo Posse, 12. Dicky Hughes, Alex Lalor y Julio Saguier
Polo
3 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
1 2 3
4 5 6
10 1 1 1 2
7 8 9
Abierto del Jockey Club
Fotos: Victoria Conci
La propuesta ya transita por
su cuarto año y se enriquece
con las vivencias de los chi-
cos y la iniciativa de los pro-
fesores: se trata de las Actividades de
Verano, una interesante manera de co-
laborar con el tiempo libre, el desarro-
llo y la recreación de los hijos de los so-
cios entre los 5 y 12 años.
El martes 12 de diciembre será la
señal de largada para un calendario
que se prolongará hasta fines de febre-
ro y que apoyará sus pilares en las es-
cuelas de natación y de tenis, además
del fútbol, el hockey, el básquet, el vo-
leibol y los juegos de salón. Pero este
año se abrirá el abanico para nuevas
posibilidades, porque se agregarán el
buceo, el triatlón con bicicleta y la posi-
bilidad de una fiesta para los jóvenes de
12 a 14 años.
Hace tres meses que el cuerpo de
p rofesionales trabaja y sueña para que
éste sea “el” año. Sobre el éxito de la
temporada 2005 se construyó lo que está
a punto de comenzar. El crecimiento de
las inscripciones actúa como la medida
exacta para confiar en la org a n i z a c i ó n :
t res años atrás se anotaron 120 chicos, en
2004 la cifra trepó a los 180, el año último
se incrementó a 256 y está calculado que
habrá unos 300 para diciembre próximo,
el mes que tradicionalmente posee ma-
yor cantidad de inscriptos. También se
registró un positivo aumento para enero
y febre ro respecto de otros años.
Las actividades especiales, como la
fiesta de agua, la kermese y la aventu-
ra, son ampliamente esperadas. Gene-
ran un clima de mucha ansiedad entre
los chicos porque es el momento de ex-
hibir todas sus aptitudes ante sus com-
pañeros y profesores.
R e c reación sin límitesDesde diciembre próximo y por cuarto año
consecutivo, las Actividades de Verano se
p royectan como una opción probada para que
los chicos disfruten de deportes y juegos; las
novedades para esta temporada serán el buceo
y el triatlón con bicicleta
Natación, fútbol, juegos dirigidos por especialistas,
etc.; con lluvia o con sol, los chicos tienen
diversión asegurada.
campo de deportes Actividades de verano
3 8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Verónica Carro, profesora nacional
de Educación Física y coordinadora ge-
neral de las actividades del club, se re-
firió a la puesta a punto: “Cuando llega
la primavera y empieza a organizarse la
temporada de verano se siente la adre-
nalina de algo nuevo. Será el cuarto año
de esta iniciativa, pero cada uno de
ellos es un desafío distinto, una meta
nueva por alcanzar, la preparación de
aquello que pasará a ser parte de la me-
moria de los chicos que la transitan y de
los profesores que la desarrollan”.
Es una experiencia singular observ a r
la llegada de los chicos el primer día de
las Actividades de Verano. Se ven caras
conocidas, con una alegría natural y la
expectativa de los juegos que los ten-
drán como protagonistas este año. Ta m-
bién resultan especiales las caras nue-
vas, que tras su gesto de preocupación y
algo de miedo, traslucen el deseo de sa-
ber en qué consiste esta opción de inte-
gración y divertimento. Sólo basta espe-
rar a que transcurran las cuatro horas de
la primera jornada para que, al verlos ir-
se, todos muestren la típica expresión -
mezcla de cansancio y satisfacción- por
lo que vivieron. Esperan que las horas
pasen muy rápido para re g resar y seguir
d i v i rtiéndose, sumando nuevos amigos y
agotando energías. Nada mejor que los
relatos de los chicos a sus padres para
que éstos sepan cuál es el sentido y a qué
apunta la pro p u e s t a .
Naturalmente, se maximizan las
precauciones y los cuidados sobre la
base de un esquema de disciplinas que
no deja nada librado al azar. A partir de
un schedule establecido, los chicos no
dudan en entregarse a la diversión. Se
viene otra temporada inolvidable.
Gastón Saiz
Homenaje a Carlos Casal
El día 30/9/06 se realizó el 2º
encuentro de hockey sobre
césped Carlos María Casal,
con la participación de todas
las categorías de la escuelita de hockey
y con los clubes invitados, SIC e Hindú.
Ante la presencia de su mujer, hijos
y familiares se descubrió una placa que
reconoce la fecunda actuación de
quien fuera el Capitán del Campo de
Deportes, que brindó sus esfuerzos al
club y, entre otras cosas, fuera el funda-
dor de la Escuelita de Hockey. Fue una
jornada a pleno sol y un día muy espe-
cial para quienes tuvimos la suerte de
conocerlo, de saber de su dedicación y
compartir su tiempo en la Escuelita.
La placa dice “En recuerdo de Car -
los Casal fundador y activo promotor
del hockey femenino en el Jockey Club
septiembre 2006” Familiares e integrantes de la Comisión del Campo de Deportes acompañaron la ceremonia de homenaje.
Un parque de diversiones?: No, son las Actividades Re -
creativas de Verano en el Campo de Deportes del Jockey.
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 3 9
campo de deportes futbol
4 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Ca no queda márgen para el
e rro r. Llegó el último tra-
mo de la temporada futbo-
lística del Club y la lucha
se establece tanto en el césped como en
el aspecto numérico, con la tabla de po-
siciones y la calculadora en mano. Cau-
tiva la definición de los torneos de las
distintas categorías y la posibilidad de
seguir a los equipos de mayor carácter
en busca del triunfo. El final del camino
mostrará a los campeones en la entre g a
de premios, como también al resto de los
j u g a d o res y a quienes colaboran con es-
ta actividad, tejiendo redes de amistad y
c o n f r a t e rnidad, para que la experiencia
sea aún más enriquecedora en la próxi-
ma temporada.
En el número anterior de la re v i s t a ,
se había apuntado que una delegación
de fútbol del Club participaría en el
“ To rneo General San Martín”, org a n i-
zado por el Jockey Club de Rosario el
26 y 27 de agosto últimos. Pues bien:
c o n c u rr i e ron equipos de socios mayo-
res de 40 años e hijos de socios –cate-
goría Libre- y se destacaron no sólo por
su capacidad futbolística, sino también
por el trato respetuoso y amigable para
con los adversarios y directivos del
club org a n i z a d o r.
La gira por Rosario resultó un éxito
y abrió una perspectiva de nuevos en-
cuentros para el futuro cercano, con la
alternativa de recibir planteles de otros
clubes en el Campo de Deportes o de
aceptar invitaciones para dirigirse a sus
respectivas sedes.
Como responsable de la delegación
p a rticipó Pedro Laurence. Federico
Amuchástegui presidió la categoría Ma-
yores de 40 años, que se coronó tras los
triunfos ante Los Arroyos (Rosario) por
4-2 y el Jockey Club de Rosario por 2-1
y un empate 1-1 ante Old Christians, de
Uruguay. En la final, disputada en la
cancha Nº 1 del club de Fisherton, su-
peró por 2-1 a los uruguayos de Padres
Stella Maris. Los campeones fuero n
Eduardo Ramos Oromí, Ezequiel Ra-
mos Oromí, Agustín Obligado, Mario
Seeber, Diego López Saavedra, Alfredo
Rosario y la actualidadAl cierre de esta edición, aún se jugaban los
p a rtidos finales por un lugar en el podio; en
Agosto último, hubo un paso exitoso de los equi-
pos del Club por el Jockey de Rosario
la gira y las definiciones del año
Arriba, como siempre, la pasión mueve la pelota
A la derecha, el equipo de Juveniles y Mayores en Rosario
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 4 1
Cantilo (capitán), Hamilton Casinelli,
Pablo Taso, Santiago Van Gelderen, Da-
niel Lanusse, Juan Hurtig (goleador del
equipo), Emilio Dodds, Martín Shaw
Estrada, Fernando Rivarola, Alejandro
Oyuela, Julián Videla, Gustavo Masch-
witz y Fernando Aragón.
La categoría Libre, a cargo de Carlos
Houssay y Agustín Obligado y con la co-
laboración de Mario Seeber, no se clasi-
ficó para las semifinales por un tanto en
la diferencia de goles: igualó 1-1 ante
Old Christians, cayó 1-0 con el Jockey de
Rosario y superó 2-1 a Madrugada, de
U ru g u a y. El plantel lo conform a ron Juan
Welsh (capitán), Marcos Ramos Mejía,
Rodrigo Gándara, Francisco Gándara,
Gastón Vilela, Ignacio Houssay (golea-
dor), Joaquín de Elizalde, Fernando Ri-
v a rola (h.), Pablo Solari Costa, Felix Wa-
g e n e r, Juan Obligado, Benjamín Obliga-
do, Andrés Obligado, Guido Macera, Al-
fonso Crotto, Martín Frías, Mario Seeber
(h.) y Maxi Cárd e n a s .
El sábado 26 de agosto por la noche,
la delegación completa del Jockey Club
Argentino recibió un agasajo con una
comida brindada por las autoridades
del club organizador en su sede central,
en la que estuvieron el presidente de la
entidad rosarina, Mario Celestino Ara-
ya, el presidente de la Subcomisión de
Fútbol, Eduardo Mac Roullion y don Ig-
nacio Huergo, organizador del torneo
Gral. San Martín. Durante la cena se
d e s t a c a ron los afectuosos lazos que
unen a ambas instituciones y se recor-
dó también a nuestro Carlos M. Casal.
El domingo sintetizó el mejor cierre ,
con la entrega de los premios de las cate-
gorías en un podio y el intercambio de sa-
ludos con los conjuntos subcampeones.
La competencia intern a
E n t re los Menores, en la Categoría
“C” restaban dos fechas al cierre de es-
ta edición, con La Coruña con 18 pun-
tos y único líder. El goleador era Si-
món Pereyra Iraola (16). En la Catego-
ría “D” se consagraron Milán, en la Zo-
na A, y Roma en la B. Los máximos
a n o t a d o res fueron Lucas Art u ro Diehl
M o reno (Roma), Pedro Estruga, Mart í n
Va l e rga y Hugo Jerónimo (Milán) y
Francisco Pistone (Florentina), con 4
tantos. En la Categoría “E”, con cuatro
fechas por jugarse, lideraba América
(12) y Gaspar Hornos (11 festejos) se
p e rfilaba como el goleador. Y en la Ca-
tegoría “F”, a tres fechas del final,
m a rchaba adelante Toulouse, con 15
unidades. El goleador: Matías Vi d e l a
( Lyon), con 10 conquistas.
Respecto de los Juveniles, en la Zona
A figuraba en la cima Yupanqui, con tre s
p a rtidos pendientes y 16 puntos. El art i-
l l e ro era Facundo Gutiérrez (Ti b u ro n e s ) ,
con 9 goles. En la Zona B mandaba Jogo
Bonito, con 22 puntos, y los máximos ca-
ñ o n e ros eran Alejandro y Agustín Tro n-
coni (Jogo Bonito), con 11 goles cada uno.
En cuanto a los Mayores (Copa Prima-
vera), restaban dos fechas de la fase clasi-
ficatoria. Mónaco aparecía como puntero ,
con 13 unidades. Los goleadores: Ferm í n
C a s t ro Madero, Manuel Pereyra Iraola y
M a rtín Shaw de Estrada, todos con 7 go-
les. En esta categoría, los cuatro primero s
equipos avanzarán a las semifinales.
Los Veteranos (Copa Primavera)
tenían a Barza como dominador de la
Zona A, con 6 puntos. En la Zona B
c o m p a rtían la punta Aves Negras y
Caipirinha, con 4 puntos. ¿El máximo
anotador? Vi rgilio Mayol (Caipirinha),
con 3 goles. También en esta categoría
faltaban disputarse dos fechas de la
etapa de clasificación; conseguirán el
pasaje para las semifinales de la ru e d a
campeonato los dos primeros de cada
zona, mientras que los cuatro equipos
restantes chocarán con el mismo for-
mato en la rueda Estímulo.
Por último, en los Veteranos Seniors
dos jornadas separaban del final, con
Conexión en la vanguardia y 19 puntos
acumulados. El goleador: Fern a n d o
Mayorga (8). G.S.
...y todos los fines de semana se renueva el entusiasmo
sede social esgrima
4 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Para Marcelo Méndez la tem-
porada de esgrima 2006 le
hizo nuevamente un guiño:
con 20 años se coronó Cam-
peón Nacional de la categoría Mayores
por segunda vez en su carrera, después
de su primer logro en 2004. En esta
ocasión festejó el primer puesto del
ranking en el Club Universitario de Ro-
sario, tras superar en la final a Cristian
Groupierre (GEBA). “Para mí significó
una conquista importante porque de-
mostré que no fue casualidad lo que ha-
bía conseguido en el 2004, cuando fui
campeón de mayores con 18 años”.
Con espada, su especialidad, logró
el objetivo primordial que se había pro-
puesto este año: la clasificación para los
Juegos Panamericanos de Río de Janei-
ro 2007. A esta versión continental de
los Juegos Olímpicos apunta ahora uno
de los mejores representantes del Joc-
key Club. Llegará entonces la etapa de
preparación más intensa, aunque con-
viene repasar cómo fueron las escalas
para alcanzar tal pasaje a Río.
La posibilidad de sumarse a la gran
cita se dio en los Pre Panamericanos de
Venezuela, que se desarrollaron en la
ciudad de Valencia entre el 24 y el 29 de
octubre. Allí, Marcelo, que cumplirá 21
años el 20 de diciembre, compitió en la
prueba por equipos. “Tuvimos un con-
junto muy fuerte y nos quitamos de en-
cima a Colombia en el primer enfrenta-
miento. Ingresamos en el cuadro de los
ocho primeros y, entre victorias y derro-
tas, finalizamos sextos. Para mí será un
desafío especial porque es la primera
vez que estaré en unos Juegos Paname-
ricanos. Los voy a vivir con mucha
emoción, con nuevas sensaciones”.
P royectándose un poco más allá,
acaso soñando, reconoce que en Río se
le abrirá una pequeña hendija hacia los
Juegos Olímpicos de Beijing 2008: “Cla-
sificarse para los Juegos en Asia sería
como un mini-milagro, pero la posibili-
dad siempre está. Además, si fallo, exis-
tirá una segunda chance en el Preolím-
pico”, cuenta.
Un mes antes de la experiencia en
Venezuela, Marcelo compitió en indi-
viduales y en la competencia por equi-
pos en el Mundial que se realizó en Tu-
rín, Italia. Sirvió para ponerse a punto
en un escenario que conservó intacta
toda la infraestructura de los Juegos
Olímpicos de Invierno que se habían
realizado en esa ciudad del 10 al 26 de
f e b re ro de este año. “Fue impre s i o n a n-
te habernos alojado en la Villa Olímpi-
ca con todos los países. Competíamos
en la pista de patinaje, en donde colo-
c a ron 23 pistas de esgrima, un desplie-
gue impensado para nuestro país”, re-
lata Marcelo, campeón de la Copa 9 de
Julio por equipos de espada en CUBA y
de la Copa Interclubes en el Jockey
Club, además de su reciente experien-
cia en los Juegos Odesur.
“Desde febre ro empezaré a entre n a r-
me duro en el Club. Siempre estaré muy
agradecido a la Comisión Directiva y a
mis form a d o res”, finalizó Méndez, que
pasó de promesa a realidad. G . S .
Sus logros en 2006
• Campeón Nacional de mayores.
• Subcampeón del Ranking Argentino
de Mayores.
• 9º en la Copa del Mundo Copa Jockey
Club Argentino.
• Participación en el Campeonato del
Mundo Absoluto en Torino (Italia ).
• Obtuvo la clasificación para los Juegos
Panamericanos a realizarse en Rio de
Janeiro 2007, en el Pre-Panamericano
de Mayores en Valencia (Ve n e z u e l a ) .
• Seleccionado para participar en los
juegos Odesur en noviembre.
• Campeón de la Copa 9 de Julio por
equipos de espada en C.U.B.A.
• Campeón de la Copa Interclubes de
espada por equipos en el Jockey Club.Marcelo Méndez: de cara a los Panamericanos
De promesa a realidadR e p resentante de la Sala de Armas del Club,
M a rcelo Méndez se consagró nuevamente Cam-
peón Nacional de Mayores y logró en Ve n e z u e l a
la clasificación para los Juegos Panamericanos
de Río de Janeiro 2007
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 4 3
Como caidos del cieloCipriano Quesada (der.) y Alejandro Estrada (h) (izq.) no
dudaron en arrojarse al vacío desde 3000 mts. para
manifestar su amor al Club que los entrena.
Las autoridades están seriamente preocupadas por la
integridad física de futuros con socios que quieran
emularlos en arriesgadas aventuras. Por ello, se ha
abierto un registro para evaluar la misión a emprender
de todo aquel que solicite la bandera del Club...
Espacio de publicidad
sede social bridge
4 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Como es tradicional duran-
te las jornadas del 29 y 30
de septiembre último, se
disputó en la Sede Social
del Club el torneo de Bridge Interclubes
“Copa Jockey Club”.
Contó con la participación de equi-
pos representativos del Mar del Plata
Golf Club, Club Náutico San Isidro, Joc-
key Club de Rosario, La Terraza (Punta
del Este), Tenis Club Argentino, Club
Francés, Club Universitario de Buenos
Aires, Club Argentino de Bridge, Club
Atlético de San Isidro, Círculo de Bridge
y Ocean Club.
Finalizada la competencia, se ofre-
ció un cóctel a los participantes, oportu-
nidad en que se entregaron los premios
al equipo de nuestra Institución que al-
canzó el primer lugar, en tanto que el
Jockey Club de Rosario obtuvo el se-
gundo puesto.
To rneo de Bridge i n t e rc l u b e s C o p a J o c k e y C l u b
Parte de los integrantes del equipo del Jockey,
reciben sus premios de manos de Tomás Gonzalez Alzaga,
delegado del sector.
Un aspecto de las partidas.
Espacio de publicidad
sede social accion solidaria
4 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
El jueves 28 de septiembre, el
Club brindó sus salones para
la presentación de la Funda-
ción Pescar Argentina ante un
g rupo de cien personas, en su mayoría
p rovenientes del sector empresario. ¿En
qué consiste el programa Pescar? Es una
red de centros educativos que funciona
en las empresas y brinda un curso de ca-
pacitación laboral especializada. Así, se
a b re el espacio a la formación personal y
p rofesional para adolescentes de escasos
recursos y oportunidades, con el objeto
de encaminarlos al mercado de trabajo y
p romover su inclusión social. Frente al
espíritu de la iniciativa, el Jockey Club se
encamina a prestar su apoyo.
Durante el encuentro de Fundación
Pescar Argentina habló la presidenta de
Pescar Brasil, Rose Marie Vieira Motta
Linck, quien contó la experiencia de 30
años de acción del proyecto en su país:
“Actuamos con jóvenes entre 16 y 19
años de familias con bajos recursos y los
resultados de empleabilidad de nuestro
p rograma son muy auspiciosos, ya que
ascienden a más del 75% de nuestro s
e g resados”, destacó. Linck, que en su
paso por Buenos Aires recibió el “Pre-
mio en Honor a la Excelencia Educati-
va”, otorgado por el Consejo Ibero a m e-
ricano, también se refirió al efecto de su
Fundación en nuestro país: “Impactó
muy bien, ya que los resultados de Pes-
car Argentina, con sus 3 años de vida,
son muy buenos. Muchas empresas ya
b u s c a ron el programa para convert i r l o
en su proyecto social, así como ocurre
en Brasil. Personalmente, creo que si
q u e remos un mundo mejor y con menos
desigualdad social, todos nos tendre m o s
que unir en esta dirección, juntando los
e s f u e rzos de los tres poderes: Gobiern o ,
e m p resas y ONGs, cada uno con su ex-
periencia, actuando con ese objetivo y
buscando apoyo en el otro”. G . S .
Una posibilidad dec recer ayudandoSe presentó en los salones del Club, la Fundación
Pescar Argentina, que persigue la formación
integral de adolescentes de escasos re c u r s o s
Presentación de la Fundación Pescar
1. Rose Marie Linck (Presidente Fundación Pescar Brasil)
2. Daniel Funes de Rioja y Edgardo Palmero (Presidente
Grupo Palmero)
3. Juan Schaer, Director RRHH Telecom; Maria Rosa
Martini; Silvia Uranga, Directora Programa Pescar;
Francisco Boggino de La Serenisima.
4. Magdalena Bosch, Secretaria Asociación Conciencia;
Mónica Gancia, Presidente Gancia; Ma Rosa Martini,
Lucrecia Lacroze, Presidente Asociación Conciencia;
Graciela Dumais, Asociación Conciencia.
1 4
32
Llámase ex libris (del latín “de
los libros de” o “de entre los li-
b ros”) a una cédula de peque-
ñas dimensiones que se suele
adherir a los libros para identificar a su
p ropietario por medio de inscripciones
diversas y elementos figurativos y/o de-
corativos que se insertan en ella. La de-
nominación proviene, precisamente, de
que muchas de esas papeletas contienen
las palabras ”ex libris” antes del nombre
del dueño, aunque ésta característica no
a p a rece, de manera indefectible, en to-
dos los ejemplos conocidos.
Dado el fin que persiguen, pode-
mos decir que se trata de instru m e n-
tos importantes para expresar de al-
gún modo la satisfacción de quien po-
see los libros, pero también constitu-
yen un punto de partida invalorable
para ejercer el derecho a re i v i n d i c a r l o s .
En cuanto a sus orígenes es lógico ad-
v e rtir que desde siempre ha existido la
necesidad de afirmar el sentido de pro p i e-
dad sobre los libros, pero en su forma más
o menos actual podemos decir que re c i é n
a f l o r a ron a mediados del siglo XV, es de-
c i r, en íntima relación con los primord i o s
del arte de imprimir y del grabado.
Los ejemplares más tempranos fue-
ron tallados en madera, pero durante los
siglos XVII y XVIII, cuando se generalizó
cada vez más su utilización, a medida
que la bibliofilia fue tomando un cre c i e n-
te carácter de moda, se difundió la cos-
t u m b re de grabarlos en cobre. En la ac-
tualidad, los de mayor calidad son graba-
dos (xilografía, buril, punta seca, agua-
f u e rte, litografía) y no es raro encontrar
algunos firmados por artistas de gran va-
lía, pero abundan también los impre s o s
en tipografía y multiplicados en off s e t .
Variados son los lugares que suelen
elegirse para fijarlos, pero sobre todos
ha prevalecido como preferido el rever-
so de las tapas superiores, que es donde
se encuentran casi todos los ex libris
que conocemos.
En la Biblioteca del Jockey Club exis-
tió desde un comienzo la voluntad de pre-
s e rvar el patrimonio mediante una señal
que indicara la pertenencia de los libro s .
En principio se lo hizo con un sello que
mostraba la cabeza de un caballo, una
fusta y una típica gorra de jockey. Muy
p ronto se buscó otra forma más elegante
al adoptarse un primer exlibris que con-
sistía en una cédula de 50 x 40 mm (todos
los ejemplares que hemos podido obser-
var tienen esas medidas) de color amari-
llo sepiado, sobre el que se destacaban,
en tinta azulada, el escudo encargado por
Pellegrini y la leyenda “Biblioteca”. For-
maba el perímetro de la etiqueta un bor-
de blanco y dentado. Dado que la insignia
ya llevaba el nombre de la institución, és-
te no aparecía en el campo que la ro d e a-
ba, así como tampoco la expresión ex li-
bris. (Una imagen de este ex libris se pue-
de apreciar en el Nº5 de la “Revista del
Jockey Club”, abril de 2006, p. 43).
No se sabe a ciencia cierta cuándo fue
resuelto su uso y si éste fue perd u r a b l e .
Extraña, en todo caso, que sean muy po-
cos los libros que aún lo conservan, sien-
do que buena parte de los de mayor anti-
güedad todavía mantienen sus encua-
d e rnaciones originales y que siempre se
ha respetado la existencia de ex libris an-
t e r i o res cuando se han impuesto otro s
nuevos. Estos antecedentes nos llevan a
p e n s a r, por consiguiente, que no se apli-
c a ron a todos los volúmenes o, por lo me-
nos, que su utilización no fue duradera.
Muy distinto es el segundo ex libris de
la Biblioteca, que comenzó a utilizarse en
1921 cuando se inauguró el gran local de
la “Biblioteca Carlos Pellegrini” en la se-
de de la calle Florida y que es el que aún
se encuentra en uso y figura adherido en
todos los libros de sus colecciones.
Se trata de un motivo puramente or-
namental consistente en un entre l a z a-
El e x libris de la Biblioteca
biblioteca
4 8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
miento lineal continuo, que al crear for-
mas circ u l a res deja un centro libre en el
cual, en una cartela, se inscribe el nom-
b re de la institución. Cuatro despre n d i-
mientos triangulares repiten las lacerías
en los ángulos de un rectángulo virt u a l .
Todo el juego lineal es blanco destacado
s o b re negro y el fondo de la cédula tam-
bién es blanco.
El motivo fue tomado de uno de los
seis t o n d i que, conservados en la Bibliote-
ca Ambrosiana de Milán, son conocidos
como le cartelle dell’Accademia Vi n c i a n a.
Se trata de planchas de cobre con incisio-
nes en forma de entrelazos que, durante
mucho tiempo, fueron tenidas como la
única manifestación del arte del grabado
en la obra de Leonardo da Vinci, aunque
hoy por hoy se pre f i e re atribuirlos, por lo
menos en lo que hace al burilado, a algún
discípulo aventajado del art i s t a .
En cuanto a la época en que fuero n
realizados, estos trabajos pueden ubicar-
se en el período milanés de Leonard o ,
durante los últimos veinte años del siglo
X V, cuando estaba al servicio de Ludovi-
co el Moro y participaba con múltiples
actividades en la corte ducal. Fue en ese
tiempo cuando encaró la pintura de la
bóveda de la Sala delle Asse del Palazzo
S f o rzesco, utilizando allí los mismos mo-
tivos de entrelazados que apreciamos en
los tondos, en ese caso cuerdas anudadas
y entre c ruzadas con ramas y hojas para
f o rmar un sistema bien trabado de enla-
ces mutuos, muy semejante a los que
p resentan los grabados que nos ocupan.
Se conocen además algunos dibujos
de mano de Leonardo que compru e b a n
el interés que sentía por ese tipo de dise-
ños, llamados también “nodi vinciani”, el
que también ha quedado atestiguado por
Vasari en su obra Vidas de los más impor -
tantes pintores, escultores y arq u i t e c t o s, al
s e ñ a l a r, con ironía, que el maestro perd í a
su tiempo dibujando grupos de cuerd a s
que se podían seguir de un cabo al otro
hasta llenar un tondo. También decia Va-
sari que uno de esos motivos —“d i ff i c i l i s -
simo e molto bello”—, lo había podido ver
grabado, ostentando en su centro la le-
yenda “L e o n a rdus Vinci Accademia”. En
efecto, los seis tondos llevan en el centro ,
d e n t ro de una cartela, una inscripción, a
veces abreviada pero bastante cercana a
la notada por Vasari: L e o n a rdi Vinci Aca -
d e m i a. ¿Era por lo tanto el grabado que
pudo ver Vasari uno de los seis que aún se
c o n s e rvan en la Biblioteca Ambro s i a n a ?
¿Era quizás, por curiosa casualidad, el
“molto bello” que con el tiempo fue elegi-
do para el ex libris de nuestra biblioteca?
En todo caso, el autor de las Vi t e nos deja
saber que los n o d i eran trabajos que,
efectivamente, solía realizar Leonardo y
que uno de ellos había sido llevado al gra-
bado. Que así lo haya hecho él mismo o
alguno de sus discípulos es algo que nun-
ca sabremos con cert e z a .
Cuál es el significado exacto de esos
diseños tampoco es cuestión simple de
d i l u c i d a r, y al respecto se han dado inter-
p retaciones muy disímiles: que tienen un
carácter meramente ornamental o son la
e x p resión esoterica de profundos concep-
tos cósmicos; que se trata de motivos pa-
ra decorar pavimentos, para bord a d o s ,
para encuadernaciones e incluso para ex
libris. Es muy posible que las re f e re n c i a s
bibliograficas sobre su supuesto uso co-
mo ex libris, común en los libros sobre
L e o n a rdo con fecha de edición del siglo
XIX, hayan sido la causa de que en el club
se decidiera su uso con el mismo fin.
Sea cual fuese el significado re c ó n d i t o
de los t o n d i, en el pasado uno de ellos -se-
gún nuestro criterio el de diseño más fino
y sutil- fue elegido como motivo orn a-
mental para nuestro ex libris. Desde en-
tonces, multiplicado en más de 150.000
e j e m p l a res -tantos como volúmenes se
c o n s e rvan en la Biblioteca-, aguarda que
los lectores abran los libros para ofre c e r-
se ante ellos con el exquisito fluir de su
trazado lineal y con el prestigio suple-
mentario que le otorga su tradicional ads-
cripción a Leonardo da Vi n c i .
Roberto D. Müller
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 4 9
Aguirre Lanari, Juan R.
Almeida, Abel O.
Antelo, Mario
Apellániz, José Fernando de
Azize, Carlos Alberto
Bieule, Alberto E.
Bieule, Eduardo A.
Bissone, Roberto Carlos
Blasco, Armando
Blaquier, Jorge
Brea, Miguel
Calegari, Guillermo J.
Carlés, Federico Ezequiel
Carlés, Roberto Marcelo
Carreras, Arturo F. de las
Cernadas, Eduardo (h)
Coll Votta, Arístides C.
Colombo Murúa, Marcelo F.
Danuzzo Iturraspe, Carlos Alberto
De Rentería, Ignacio
Devoto, Rodolfo Lorenzo
Escudero Peña, Gonzalo
Escudero Peña, Pedro
Fox, Enrique Alfredo
García Oliver, Jenaro Pedro Luis
García Quiroga, Eduardo (h)
Goedhart, Gerardo
Gómez Crovetto, Hugo J.
Gómez Escalante, Marcelo Diego
Gonzales Chaves, Adolfo (h)
Gonzales Chaves, Pedro Adolfo
González Casartelli, Adrián (h)
Gradín, Francisco
Gramajo, Alejandro César
Hermida Pini, Saúl A.
Herrera Vegas, Jorge Hugo
Hersch, Luciano Rubén
Imbellone, Oscar Alberto
Labanca Domínguez, Jorge Nicolás
Larguía, Alfredo Miguel
Leguizamón Pondal, Honorio Emilio
Lerena , Horacio J
Llavallol, Esteban
Madero, Enrique H.
Magrane, Carlos Patricio David
Marenco, Carlos Mariano
Martens, Hilberto Thilo
Maschwitz, Horacio A.
Massone, Carlos Alberto
Maurette, Emilio
Medina Muñoz, Raúl Agustín
Molinari, Arturo Miguel
Mondet, Alberto F.
Morixe, Roberto
Navarro Viola, Miguel
Oría, Alejandro S.
Padilla, Augusto José
Paz, Armando (h)
Pereyra Iraola, Félix L. R.
Pérez, Esteban R.
Petrella, Fernando
Podestá Castro, Guillermo
Romero Krause, Raúl Eduardo
Ruiz Frías, Juan C.
Sammartino, Martín Edelmiro
Sarrabayrouse, Manuel A. M.
Saubidet Bilbao, Mariano
Schenone, Luis Héctor
Serra, Jorge Alberto
Setti, Eduardo Pablo
Silva Garretón, Martín
Sojo, Emilio C.Soto, Fermín
Torre, Luis Guillermo de
Trevisán Palacios, Héctor Raúl
Vázquez Iglesias, Jorge Raúl
Zichy Thyssen, Federico
Socios vitalicios durante el año 2006
El 15 de Noviembre se efectuó el acto de entrega de
medallas a los socios vitalicios del 2006. La reunión fue
presidida por el Sr. Bruno Quintana, presidente del Club.
Socios
5 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 5 1
S o c i o sque nosh o n r a n
El Dr.Leopoldo F. Montes fue
incorporado en octubre co-
mo miembro de número a la
Academia Nacional de Medi-
cina. Había sido designado el 29 de ju-
nio de 2006 y ocupa el sitial N° 1 del Dr.
Francisco J. Muñiz.
El Dr. Montes acredita una vasta tra-
yectoria en el campo de la medicina y,
en especial, en el de la dermatología.
Nacido en Buenos Aires el 22 de no-
v i e m b re de 1929, se recibió de médico en
la Universidad de Buenos Aires (UBA) en
1954. Posteriormente, realizó una maes-
tría en dermatología en la Universidad
de Michigan, y se graduó como doctor en
Ciencias Médicas de la UBA en 1961.
Fue residente en dermatología en el
Pennsylvania Hospital y en la Universi-
dad de Michigan entre 1955 y 1958, y
desde entonces ejerció como profesor de
d e rmatología de esa casa de estudios.
E n t re 1963 y 1966 se desempeñó co-
mo profesor auxiliar de la Universidad
de Baylor, Texas, antes de convertirse en
p rofesor asociado de la Universidad de
Alabama, en Birmingham, en la que fue
nombrado profesor full time en 1970.
Publicó numerosos artículos de su es-
pecialidad en periódicos y revistas de di-
vulgación científica y dirigió, en los Esta-
dos Unidos, el prestigioso Journal of Cu-
taneous Pathology. Además, fue, durante
cinco años, secretario general asistente
de la International Society of Tro p i c a l
D e rmatology y, en 1991, nombrado Dire c-
tor of Dermatology Research del Stru c t u-
ral Research Center, en Mobile, Alabama.
Uno de sus mejores trabajos es el li-
bro “Scaning electron microscopy of
normal and abnormal skin”, publicado
en 1986, donde se mostró por primera
vez, tridimensionalmente, una visión
interna del epitelioma basocelular, la
psoriasis y el acné. F. C. N.
Dr.Leopoldo F. Montes
Patrimonio
5 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
En 1891, el escultor francés
J e a n - A l e x a n d re Falguière
p resentó en el tradicional S a -
lon des Beaux-Art s de París
una estatua marm ó rea de Diana, la mito-
lógica y casta diosa de los bosques, que
había concluido de tallar unos meses an-
tes, hacia fines del año anterior. Sobre la
obra confluyeron de inmediato las mira-
das de los concurrentes, ya que se la ha-
bía emplazado en un lugar pre e m i n e n t e
del pabellón de exposiciones, como re c o-
nocimiento a sus muy especiales méritos
y al prestigio de su autor. Por entonces,
F a l g u i è re (Toulouse 1831 – París 1900)
era ya un artista consagrado. Había ga-
nado las máximas distinciones en el S a -
l o n parisino y gozaba de la apro b a c i ó n
del público, los críticos y las autoridades
culturales. Tal como les había ocurrido a
La estatua de la Diana en su emplazamiento
original en la Sede Social de la calle Florida.
La «Diana» de Falguière: la escultura-símbolo del Jockey Club
n u m e rosos artistas a través de los siglos,
la figura de Diana pareció ejercer sobre
él una especial fascinación. La primera
vez que modeló el cuerpo de la diosa fue
en 1882, cuando envió al S a l o n una pie-
za de arrogante belleza. Algunos mode-
los en yeso que se conserv a ron en su es-
tudio confirman que el tema le siguió
atrayendo a lo largo de toda su carre r a ,
p e ro solo uno de esos proyectos llegó a
c o n c retarse, y el resultado fue, pre c i s a-
mente, la obra que, hors concours, mos-
tró en el S a l o n de 1891. La nueva Diana
resultó muy diferente de su pre d e c e s o r a ,
que había sido criticada por su cuerpo
excesivamente vigoroso y su aspecto po-
co clásico. Ante todo, la figura de la se-
gunda versión mostró un modelado mu-
cho más grácil y una cierta turbulencia
totalmente novedosa. Con el cabello al
viento, el cuerpo elástico y en dinámica
torsión, avanzando con impulso inconte-
nible hacia delante y hacia lo alto, esta
Diana parecía querer elevarse hacia el
cielo para re g resar así a su morada ce-
lestial. Pero a pesar de los rasgos que dis-
t i n g u i e ron a esta pieza de la anterior, al-
go había en común entre ambas, y eso lo
supo expresar muy bien el crítico Alfre d
de Lostalot, al decir que los títulos y atri-
butos clásicos de las esculturas de Fal-
g u i è re no eran más que cuestiones su-
p e rficiales, y que en realidad sus obras
eran retratos realistas. Léon Bénédite
también se manifestó en términos simi-
l a res, advirtiendo que a Falguière la mi-
tología parecía interesarle menos que la
posibilidad de expresar un ideal de for-
mas en movimiento, para así exaltar la
belleza femenina. En efecto, sus Dianas
re s u l t a ron ser más terrenales que olím-
picas; los rasgos, los cuerpos, que dela-
tan el uso habitual de corsés –también
ellos modeladores de las formas, por
c i e rto–, incluso los peinados, eran los
p ropios de las mujeres de fines del siglo
XIX, y en ellos se transparentaban clara-
mente las fisonomías de las modelos que
habían posado para el artista.
En el S a l o n, la nueva Diana causó
sensación. El crítico Albert Wo l ff, escri-
biendo para el F i g a ro - S a l o n, no dudó en
calificarla como una invención deliciosa,
uno de esos desnudos en los que el art i s-
ta, como ya era habitual, había consegui-
do hacer palpitar el mármol con una sol-
tura difícilmente superable. Esas carac-
terísticas hacían que su escultura se eri-
giera en «le morceau capital du Salon» .
E n t re los visitantes que fre c u e n t a ro n
aquella exposición se hallaba un distin-
guido caballero argentino: el Dr. Sylla
M o n s e g u r. A él también lo deslumbró la
obra de Falguière, y conociendo bien la
pasión que por el arte sentía su compa-
R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 5 3
La Diana en su estado actual,
en el vestíbulo de la Sede Social.
triota Aristóbulo del Valle, decidió adqui-
rir la obra para obsequiársela a su muy
a p reciado amigo. No pocas fueron las
quejas que se alzaron por dejar partir ha-
cia Sudamérica una pieza de arte que,
por aquellos días, se consideraba ejem-
p l a r, y solo logró acallarlas el propio es-
c u l t o r, que prometió ejecutar las réplicas
que fueran necesarias para dejar a salvo
el honor artístico francés1. Fue así que
D i a n e, alabada y cargada de pre s t i g i o ,
viajó a través del proceloso Atlántico
convenientemente embalada y llegó por
fin a Buenos Aires, yendo a dar al elegan-
te p e t i t - h ô t e l de del Valle, en la Av e n i d a
Alvear entre Callao y Rodríguez Peña.
Desde ese momento concitó toda la aten-
ción de su propietario y de quienes se
allegaban a la casa para escuchar sus di-
s e rtaciones sobre la pureza del desnudo
en el arte, asunto sobre el que volvió a
tratar cuando colocó la estatua recién lle-
gada en el centro del gran hall de su ca-
sa part i c u l a r, rodeada por sus cuadros y
sus preciados objetos decorativos.
Del Valle falleció el 29 de enero de
1896. Con el tiempo, casi todos las piezas
de su nutrida colección artística se incor-
porarían al patrimonio del Museo Nacio-
nal de Bellas Artes, pero la suerte de la
D i a n a –ya es tiempo de que traduzcamos
su nombre, puesto que se había aclimata-
do bien al ambiente porteño– sería muy
otra. Por aquellos años, Carlos Pellegrini
se esforzaba en llevar a feliz término las
obras de la sede social que para el Jockey
Club se construía en la calle Florida.
Cuando los arduos trabajos estaban pró-
ximos a finalizar, resolvió visitar a doña
Julia Te j e d o r, la viuda de del Valle, con el
p ropósito de adquirir la escultura, que ya
era famosa en la ciudad. La operación re-
sultó exitosa, abonándose 30.000 francos
por la pieza que, de inmediato, fue trasla-
dada a la sede del Club. Contra la opinión
de algunos socios, proclives a ubicarla en
el salón principal del primer piso, Pelle-
grini decidió por su cuenta y riesgo que
se la instalara en el descanso de la esca-
lera, de frente al gran vestíbulo de re c e p-
ción, mirando hacia la puerta de ingre s o .
Así se lo comunicó a Cané en una cart a
que le dirigió el 15 de mayo de 1897: «Es
la diosa del Sport, estará allí en su lugar y
dará a toda esa entrada un cachet art í s t i-
co que hará gran efecto». Y tuvo razón Pe-
llegrini, porque la noche del baile inau-
gural, la escultura, así emplazada, sor-
p rendió a la multitudinaria concurre n c i a .
El cronista del diario La Nación del 1º de
o c t u b re de 1897 consiguió describir muy
bien la impresión que le había causado
«la regia escalera por donde la vista as-
ciende, como imantada, por la gracia per-
fecta de una estatua blanca y serena co-
mo una aparición de ensueño: la D i a n a
de Falguière, que ilumina con luz de art e
la suntuosa galería, a la que converg e n
todas las miradas, atraídas por el embele-
so que inspiran sus formas ideales».
En ese lugar de privilegio quedó ins-
talada la escultura de Falguière. A través
de los años, presenció el cotidiano ingre-
so de lo socios del Club y fue admirada
por los visitantes ilustres que eran lleva-
dos a conocer la sede del Jockey, por en-
tonces uno de los edificios más impor-
tantes de la ciudad. Muchos fueron, con
el tiempo, quienes ascendieron por la es-
pectacular escalera y pasaron a su lado.
La contemplaron príncipes y pre s i d e n-
tes; la Infanta que enamoró a Buenos Ai-
res durante las fiestas del Centenario; el
Príncipe de Gales –el futuro y efímero
E d u a rdo VIII de Inglaterra–; duques, al-
mirantes, embajadores monárquicos y
republicanos, intelectuales argentinos y
e x t r a n j e ros, y a todos cautivó con su ges-
to casi alado. El deslumbrante efecto que
causaba, envuelta por la luz cenital que
caía sobre ella a través de los v i t r a u x
d ’ a rt del techo, fue sin duda un motivo
más que suficiente para que la turbamul-
ta que asaltó la sede del Club el 15 de
abril de 1953 se ensañara cru e l m e n t e
con su delicado cuerpo marm ó reo. Arro-
jada por la escalera, en su caída fue per-
diendo sus brazos y el arco que apuntaba
hacia el cielo, dejando también en el ca-
mino parte de su cabellera, para term i-
nar dispersándose en fragmentos sobre
el frío piso de granito del vestíbulo. A su
a l rededor vio crecer las llamas que inju-
riaban los muros, consumían los cuadro s
de firmas célebres y destruían los tapices
y los biombos irremplazables. Su mundo
se consumía y nada podía hacer, ya sin
a rco y sin flechas con que enfrentar a los
i n t rusos. Al día siguiente se re c o g i e ro n
algunos de sus restos, pero poco después
se abatió sobre ella, como sobre toda la
casa, un silencio abru m a d o r.
Así pasaron más de cinco años. Re-
cién se la volvió a ver el 1º de octubre
de 1958, cuando el Jockey Club reabrió
sus puertas en su sede provisoria de Ce-
rrito 1353. Había sido devuelta destro-
zada, mas una acertada restauración
dirigida por el Arq. Alejandro Bustillo le
permitió recuperar en algo su antiguo
esplendor. Allí se la mantuvo, en el sa-
lón de recepciones del primer piso, has-
ta que diez años más tarde se la trasla-
dó a la residencia que el Club adquirió
en la Avenida Alvear, para que, vigilan-
te sobre su pedestal, repitiera, una y
otra vez, el tradicional rito de recibir a
los socios y a sus invitados. Quiso su ha-
do que, después de una vida llena de
avatares, volviera a la avenida en la que
había habitado al arribar a Buenos Ai-
res, y que además pudiera reposar de
sus fatigas muy cerca del monumento
que recuerda a Carlos Pellegrini, que
fue su apasionado admirador.
Por Roberto D. Müller
1 Hace unos años, una de esas réplicas había sido ubicada
en uno de los fríos y desiertos corredores del castillo de
Chambord. La existencia de una serie de réplicas nos fue
confirmada por Laurent Falguière, bisnieto del artista,
quien visitó el Jockey Club en mayo de 2005.
Patrimonio
5 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Detalle de La Diana
reciprocidad
5 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
El origen de la Società del Giar-
dino de Milán se remonta a
1783, cuando un grupo de
amigos, vinculados a la alta
b u rguesía y el comercio, y aficionados al
juego de las bochas -en aquel tiempo
muy en voga- decidió fundar un club pa-
ra darle un lugar a su pasatiempo.
Francisco Bolchini, uno de los que
llevó adelante la idea, y al que puede
considerarse como el fundador, reunió
a 32 socios, que pagaban una cuota
anual de un escudo milanés. El deporte
de estos caballeros italianos se practi-
caba en un pequeño jardincito que pu-
dieron conseguir como primera sede.
Unos años más tarde, hacia 1789, el
club adquirió más bochas de madera y un
mazo de cartas de tarot para brindarle
mayor entretenimiento a los miembro s .
Según crónicas de la época, en 1795
ya figuraban como socios personajes de
la nobleza milanesa.
En tanto, en 1796, la Società adquirió
reconocimiento legal, y el número de so-
cios fue creciendo desde entonces, lle-
gando a 80 en 1799, a 100 en 1803, 130 en
1808, 202 en 1816 y 230 al año siguiente.
A medida que se incorporaban nue-
vos miembros, el club fue cambiando
de sedes, más acordes a la importancia
que iba adquiriendo.
La actual, el Palazzo Spinola, ubica-
do en la Vía San Paolo 10, fue construi-
da para Leonardo y Virginia Spinola en-
tre los años 1580 y 1597. Diversos cam-
bios de dueño y sucesiones lo dejaron
en manos del marqués Cusani y, tras su
muerte, en 1818, sus herederos lo dona-
ron a la Società del Giardino.
El aspecto del palacio re p re s e n t a
los gustos estéticos de la época, en es-
te caso la corriente clacisista lombar-
da tardía del siglo XVI.
La casa, a la que se accede a través
de un monumental vestíbulo, es de for-
ma rectangular. Recibe a quienes la vi-
sitan un pórtico tableado sostenido por
cuatro columnas jónicas.
Un palacio del 1700 en MilánLos socios del Jockey cuentan con un magnífico
Club en Italia para conocer y disfrutar a p i a c e re.
Espléndidos salones, golf, restaurante, sauna y
masajes, son algunos de los servicios para
a p rovechar la estadía.
Società del giardino
La Sala de Oro en todo su esplendor
reciprocidad
5 8 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Un mismo cornisamiento re c o rre
tanto la planta baja como el piso supe-
rior, donde se forma una galería.
El lugar donde se observa más lujo y
refinamiento es, sin lugar a dudas, la
Sala de Oro, construida por Gerolamo
Arganini entre 1819 y 1821. De gran al-
tura en su origen, (pasaba el entrepiso),
fue elevada aún más, en 1838, por Juan
Tazzini, e inaugurada el 14 de septiem-
bre de ese año por el emperador Fer-
nando. En sólo cinco meses el salón
quedó completamente transform a d o
con la supresión del piano nóbile y la
realización de una bóveda de 14 metros
que la volvió más proporcionada a la
superficie de alrededor de 230 metros
cuadrados con que cuenta.
Fue construida una galería para la
orquesta y, además, la sala fue embelle-
cida con columnas estucadas de capite-
les dorados.
En 1840, para completar la decora-
ción de la Sala de Oro, se adquirieron
c u a t ro grandes lámparas de bro n c e
(obra de un artesano de Birmingham),
todavía hoy en el lugar ya que fueron
puestas al resguardo durante la segun-
da guerra mundial.
En 1842, se decidió unir las dos sa-
las situadas a la derecha de la Sala de
Oro para crear otro gran ambiente (que
fue llamado la Sala de Plata), de 13 me-
tros de largo por 7,20 de ancho, cuya
decoración, con bóveda pintada, pare-
des con espejos y estucos recubiertos
por hojas de plata, fue obra del socio
Luis Tatti; la araña, de cristal, con 72 lu-
ces, fue diseñada por Enrique Terzaghi.
Ambas salas eran admirables ejem-
plos de la tardía arquitectura neoclásica
l o m b a rda. La destrucción bélica de
1943 no dejó de ellas más que las pare-
des perimetrales de la Sala de Oro.
Sin embargo, los socios no se re s i g n a-
ron y, apenas terminada la guerra, encar-
g a ron al arquitecto Cassi Ramelli re s t a u-
rar los ambientes dañados y cumplir una
vasta re e s t ructuración de algunos vanos,
del salón, y de la cocina y el baño.
En la Sala de Oro se rehicieron el pi-
so de mosaicos venecianos y el cielorra-
so, ahora ya no abovedado, sino con ter-
minaciones en casetones y elevado has-
ta el segundo piso.
Donde se encontraba la Sala de Pla-
ta, completamente destruida, fue crea-
da una sala-bar, que funciona hasta la
actualidad.
El club ofreció desde sus comienzos
y hasta el día de hoy conferencias, con-
ciertos y bailes, frecuentados por lo me-
jor de la sociedad milanesa, y tuvo en
varias ocasiones la visita del príncipe
Humberto de Saboya.
También frecuentaron sus salones
el escritor Stendhal, un enamorado de
Milán, Honoré de Balzac y el composi-
tor Franz Liszt, entre muchos otros.
Además forma parte de su patrimo-
nio una valiosa colección de pinturas,
integrada por obras de las escuelas ve-
neciana, toscana, boloñesa, inglesa, con
algunos cuadros del siglo XVII, que en
su mayor parte ilustran paisajes, repre-
sentan a personajes de la sociedad y re-
producen escenas bíblicas.
La sede cuenta asimismo con una
espléndida Sala de Armas, donde se
practica esgrima desde 1875, una es-
cuela de danza creada a finales de la
década del setenta, un exclusivo restau-
rante, una biblioteca con más de 8 mil
volúmenes, peluquería y sauna.
La Società del Giardino tiene
a c u e rdos de re c i p rocidad con los clu-
bes mas exclusivos del mundo como el
C i rcolo Canottieri Aniene de Roma, el
St. Johans Club de Viena, Le Cercle de
L’ Unión Interalièe de París, el Carlton
Club de Londres, el Metropolitan Club
de Nueva York y el Jockey Club de
Buenos Aire s .
Un magnífico palacio para una ciu-
dad magnífica, como la lombarda Milán,
c e n t ro económico de Italia y una de las
ciudades más importantes de Euro p a .
Fernando Castro Nevares
Clubes en Italia
Jockey Club Italiano
Pte: Francesco Aloisi
Tel: 390-6-58330925. Fax: 58330921.
(30 días en el año)
Of. Adm. Vía Portuense 96/D-2*
Roma – Italia
Società del Giardino
Pte: Mario Tiengo
E-mail:[email protected]
Tel: 390-2-76020861. Fax: 78020981.
(30 días en el año)
Via San Paolo 10
20121 Milan – Italia
Arriba: la Galleria
Abajo: El palacio visto desde el jardín
agenda
6 0 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Sede Social
C o n m u t a d o r : 4 8 l 5 - 0 5 6 l / 0 0 2 2
G e rencia de Interior: 4815-7081
C o rreo electrónico: g i n t e r i o r @ j o c k e y c l u b . o rg.ar
Página en Intern e t : w w w. j o c k e y c l u b . c o m . a r
H i p ó d romo de San Isidro
Conmutador: 4 7 4 3 - 4 0 1 1 / 1 9
C o rreo electrónico: j c h s i @ o v e rn e t . c o m . a r
I n t e rn e t : w w w. h i p o d ro m o s a n i s i d ro . c o m . a ra g e n d aactividades
15/11 Entrega de Medallas a socios Vitalicios -
19,30 hs.
26/11 Entrega de Premios Tenis Menores - Cam-
po de Deportes - 17 hs.
29/11 Comida de los Baños - Salón Dorado - 21 hs.
1/12 Fiesta del Campo de Deportes - 21,30 hs.
2/12 Entrega de premios de Golf - Club House -
20,30 hs. (cóctel)
3/12 Entrega de Premios Tenis Mayores - 17 hs.
6/12 Entrega de Premios de Esgrima - Sala de Ar-
mas - 19,30 hs.
12/12 Exhibición de boxeo - Quinto piso - 19 hs
16 /12 Gran Premio Carlos Pellegrini - Hipódromo
de San Isidro
campo de deportes
Invitados al Campo de Deportes y Golf: A efectos
de elaborar la base de datos que permitirá mejo-
rar los controles de acceso, los invitados a Cam-
po de Deportes y Golf deberán concurrir con do-
cumentos de identidad.
Temporada de verano: Se recuerda que para ob-
tener los cupones de temporada deberá presentar-
se la credencial vigente. Sin este requisito no resul-
ta posible extender ese arancel. La renovación de
credenciales se realiza en la Mesa de Entradas del
Club, de lunes a viernes de 12 a 18,30 entregándo-
se el carnet en forma inmediata.
Te n i s
El calendario de torneos y la información general
sobre este deporte puede solicitarse al correo
electrónico [email protected]
hipodrómo de San Isidro
Las alternativas de las pruebas que se disputan
en el Hipódromo de San Isidro pueden seguirse
a través de Internet. Se accede a través de la
página institucional del Club (www. j o c k e y c l u b-
.com.ar) y posteriormente en el icono del Hipó-
dromo de San Isidro, deberá pulsarse CARRE-
RAS DEL DIA.
servicios
Traslado al Campo de Deportes: sábados y do-
mingos salidas desde la Sede a las 10 y 12 hs y re-
gresos a las 16 y 18 hs.
C a r n e t : en la Administración se pueden tramitar
los carnets de socios y familiares.
Masajista para socios: los días miércoles y viernes:
de 13 a 20 hs; sábados y domingos: de 11 a 18 hs.
S a u n a : Se recuerda a los señores socios que se en-
cuentra habilitado este servicio en el vestuario de
socios los sábado, domingo y feriados únicamente.
Masajista para damas: este nuevo servicio se
ofrece los días sábados, domingos y feriados de 11
a 18 horas en el Vestuario de Damas. Alquiler de
c a r r i t o s : Se ha implementado para los señores so-
cios con impedimentos físicos, el servicio de alqui-
ler de carritos para la práctica de Golf.
Cajero automático: Se encuentra habilitado para
el uso de los señores socios, un cajero automático
de la Red Link.
Salones para fiestas: El Campo de Deportes
cuenta con salones aptos para la realización de
eventos sociales. A fin de obtener información so-
bre aranceles, fechas disponibles y reservas, los se-
ñores socios pueden dirigirse a la Administración.
Cumpleaños infantiles: El Campo de Deportes
alquila sus instalaciones para la realización de
cumpleaños infantiles de martes a viernes, en los
sectores Menores y Cadetes. Para información diri-
girse a la Administración.
Tarjeta de crédito: En el comedor del club se acepta
este medio de pago.
Servicio de micros: Cumplen el traslado desde y ha-
cia la Sede Social, debiendo consultarse horarios y fre-
cuencias en la Administración.
Salones para recepciones: Los salones del Club
House pueden ser utilizados para ofrecer recepciones.
La normas y los aranceles respectivos, co -
mo así también cualquier otra consulta, se
podrán realizar comunicándose con la Ad -
ministración del Campo de Deportes, a los
teléfonos 4747-2034; 4742-7406, 4723-6439,
4723-5684, 4742-7404 (fax) de martes a do-
mingo de 8 a 20 hs.
E-Mail: [email protected]
Los señores socios pueden obtener más infor-
mación en la página de Internet:
w w w. j o c k e y c l u b .com.ar “Golf”.
Espacio de publicidad
estilos Exposiciones
6 2 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B
Por acá, un finísimo Vauxhall
Velox de los tiempos del
charleston. Unos metro s
más allá, un imponente blin-
dado que poco entiende de distinción,
pero mucho de fortaleza y contunden-
cia. Se admiran, mutuamente. Uno tie-
ne lo que el otro no, y viceversa. Y a la
vez comparten virtudes: presencia, im-
pacto visual, singularidad. Antigüedad.
Todas esas características abunda-
ron en Autoclásica 2006, que tuvo en el
Hipódromo de San Isidro su sexta reali-
zación. Justo en el sitio donde cada di-
ciembre se da el acontecimiento más
saliente del turf de América del Sur, se
volvió a efectuar la exposición de vehí-
culos clásicos más trascendente de Su-
damérica, integrada por unos 500 auto-
móviles y 250 motocicletas fabricados
hasta el año 1970 y en muy buen estado
de conservación. Hubo de todo: máqui-
nas de lujo, de competición, comercia-
les, de transporte público, militares.
Llevada adelante durante 3 jornadas
por el Club de Automóviles Clásicos de
la República Argentina y con respaldo
de la Secretaría de Turismo de La Na-
ción y la Municipalidad de San Isidro,
Autoclásica 2006 atrajo, según la orga-
nización, a 50.000 aficionados, interesa-
dos no sólo por coches y motos sino
Para todos los gustos… de todaslas épocasEn el parque del hipódromo de San Isidro,
maravillas estéticas y de competición, entre
otras, tuvieron su lugar en una muestra de 750
vehículos antiguos a la que asistieron unas
50.000 personas.
Autoclásica 2006
Joyas de la mecánica de otros tiempos, se dieron cita en
Autoclásica, el evento más importante de Sudamérica.
también por originales actividades pro-
mocionales, como un desfile de máqui-
nas por nacionalidades, con música y
bailes de sus colectividades, y una cu-
riosa carrera en la pista de césped entre
un atleta, un auto a combustión, uno a
vapor, una motocicleta de comienzos
del siglo XX y un estrafalario Quadrilett
(mezcla de coche, bicicleta y moto).
C l a ro que lo sustancial era la pre s e n-
cia de las joyas motrices, y entre ellas fi-
g u r a ron varias estrellas por celebridad u
opulencia estética o mecánica: una répli-
ca del considerado primer auto de la his-
toria, un Benz Trycicle del año 1885, cu-
yo original habita el museo de Merc e d e s -
Benz de Stuttgart; un vehículo a vapor 16
años posterior; el primer coche arg e n t i-
no de serie, un Anasagasti del ’12; algu-
nos vehículos presidenciales y un Re-
nault particular de Julio Roca (1910); va-
r i a s cupecitas de Turismo Carretera y el
Maserati 4CLT, “emblema” de la mues-
tra, con cuyos 260 caballos de fuerz a
Juan Manuel Fangio obtuvo sus primero s
triunfos en Europa (1949), poco antes del
nacimiento de la Fórmula 1.
B e n t l e y, Ferrari, Hispano Suiza,
Mercedes-Benz, Bugatti, entre los pro-
ductos de cuatro ruedas; Harley David-
son, Guzzi, Velocette, Black Shadow y
Triumph, entre los de dos. Marcas que
prestigiaron una exposición que, con-
forme el nivel de conservación y el co-
nocimiento del dueño sobre su funcio-
namiento, su mecánica y su historia
particular, distinguió como vencedora
entre las motos a una Indian 401 del
’28, a un Hispano Suiza H6 B Saloon del
mismo año con el premio a la elegancia
y a un Vauxhall Velox del ’23 como el
vehículo más destacado del festival.
La exhibición poseyó también un
costado benéfico, pues otorgó equipa-
miento de alta complejidad al Hospital
de Niños de San Isidro. Constituyó ésa
la acción solidaria de una muestra ini-
gualada en lo regional, que se propone
“celebrar la preservación y la restaura-
ción de los vehículos más sublimes de
todos los tiempos y del patrimonio his-
tórico de la industria automotriz argen-
tina”. Cincuenta mil personas pueden
dar fe este año de que el ideal buscado
va por buen camino. Y sobre ruedas.
Xavier Prieto Astigarraga
Entre otros fierros, se vieron Ferrari, Bugatti, Bentley,
Hispano Suiza, Mercedes-Benz y Vauxhall Velox de 1923
estilos Exposiciones
6 4 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B