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JEAN BAUDRILLARD: Una Requisitoria al Marxismo Por Carlos Julio Pájaro "Homenaje a Bolívar" 1982. 0.84 x 1.50 x 2.34 mts. Jean Baudrillard, El Espejo de la Produc- ción, o la ilusión critica del materialismo his- tórico, Gedisa, Barcelona 1980, 178 pp. se hallan presentes, a juicio nuestro no pa- rece haber alguna que constituya una ten- dencia claramente dominante. Pero este prolifero pensamiento conserva, a través de su todo, una manifiesta propensión: el análisis crítico del marxismo. Todos los conceptos fundamentales del análisis marxista deben ser interrogados, para deci- dir si ellos se adecuan a las sociedades contemporáneas industrializadas, ya las Es difícil asignar un nombre a la obra o teoría de lean Baudrillard por el cual po- damos hacer ingresar a ésta en el territo- rio de una disciplina analitica específica (Sociología, Sicoanálisis, Semiología, etc.), puesto que si todas ellas, y otras, 62 que dio origen la vida en comunidad del hombre, desde la era primitiva hasta la inmediatamente anterior al estadio capi talista que vio nacer a la teoría de Marx. Es imperativo que la crítica contemporá- ne~ por la transformación de las formas de vida se constituya en crítica del mate- . rialismo histórico, crítica orientada a des- prenderlo del pensamiento económico-

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JEAN BAUDRILLARD:Una Requisitoria al Marxismo

PorCarlos Julio Pájaro

"Homenaje a Bolívar" 1982. 0.84 x 1.50 x 2.34 mts.

Jean Baudrillard, El Espejo de la Produc-ción, o la ilusión critica del materialismo his-tórico, Gedisa, Barcelona 1980, 178 pp.

se hallan presentes, a juicio nuestro no pa-rece haber alguna que constituya una ten-dencia claramente dominante. Pero esteprolifero pensamiento conserva, a travésde su todo, una manifiesta propensión:el análisis crítico del marxismo. Todos losconceptos fundamentales del análisismarxista deben ser interrogados, para deci-dir si ellos se adecuan a las sociedadescontemporáneas industrializadas, ya las

Es difícil asignar un nombre a la obra oteoría de lean Baudrillard por el cual po-damos hacer ingresar a ésta en el territo-rio de una disciplina analitica específica(Sociología, Sicoanálisis, Semiología,etc.), puesto que si todas ellas, y otras,

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que dio origen la vida en comunidad delhombre, desde la era primitiva hasta lainmediatamente anterior al estadio capitalista que vio nacer a la teoría de Marx.

Es imperativo que la crítica contemporá-ne~ por la transformación de las formasde vida se constituya en crítica del mate- .rialismo histórico, crítica orientada a des-prenderlo del pensamiento económico-

político en que tuvo origen. Esta cuna dela teoría social marxista produce en ella,según J. Baudrillard, la creación de unmodelo productivista cuyo efecto inme-diato es la sustantivación del trabajo don-de los conceptos de producción y traba-jo asumen el papel de principios funda-mentales del conjunto de categorías delMaterialismo Histórico. Con ellos debeempezar entonces la revisión de los con-ceptos del análisis marxista.El Modo de Producción propició el sur-gimiento de un pensamiento critico refe-rido a él, pero este pensamiento no tocaal "principio de la producción". El ob-jeto de la crítica está dado por los Con-tenidos de Producción, dejando inaltera-ble la producción como Forma; consi-guientemente, ésta resurge, sobre unplano eminentemente ideal, luego de lacrítica del "modo de producción capi-talista" .En el contexto de la crítica de la econo-mía política (Marx) el discurso de la pro-ducción puede tener dos significados: oes "metáfora revolucionaria" que invierteun concepto oriundo de la economia po-lítica y obediente de su principio de rea-lidad, con lo cual es muy sospechosa la"alternativa radical" que designa, o bienno hay "alternativa radical", ni metáfo-ra, sino una fehaciente demostración dela imposibilidad de que este discurso pue-da surgir al margen del esquema generalde la producción.Es cierto que Marx rompe el mito del Ho-rno oecon6micus por el cual era natura-lizado el sistema del valor de cambio, peropasa a constituir al hombre mismo en pro-ductor del valor por e! trabajo bajo el in-flujo de su Fuerza de Trabajo. Entonceshay lugar para preguntar si no se sigueuna operación análoga a la criticada, ypor la cual se instaura' 'un modelo de si-mulación destinado a codificar todo ma-terial humano, toda eventualidad de de-seo y de intercambio en términos de valor,finalidad y producción" , permitiéndose,por lo tanto, la emergencia de un códi-go, el código de la producción, cuya fi-nalidad sería imponer el Desciframientode sí del hombre donde propiamente nohay ni finalidad, cifra o valor. Es el Es-pejo de la producción: la especie huma-na toma conciencia de sí en lo Imagina-rio, que no es más que el universo obje-tivo en e! que e! hombre se reconoce ob-jetivamente buscando el desciframientode sí mediante sus obras.Se sucede de esta manera, a nivel de lacrítica de la economía política, la repro-ducción, donde el hombre deviene en símismo su propio significado. Escapa,

pues, a Marx un análisis radical de la for-ma/representación "(el status del signo,del lenguaje que gobierna todo el pensa-miento occidental)", del mismo modo co-mo el de la forma/producción se le esca-bulle. La ausencia del análisis le imponea Marx sus límites, los mismos de lo ima-ginario de la economía política.El análisis marxista incluye una exigen-cia que le es inherente, la de "crítica ra-dical y superación de la economía políti-ca" . Esta misma exigencia debe inspirarel requerimiento de revisión de los con-ceptos que le son propios a aquél. La dis-tinción entre valor de cambio y valor deuso, con la cual el análisis marxista alcan-za su fuerte relievancia, es, dice Baudri-llard, el lugar donde éste "revela tambiénsu flaqueza", pues contrariamente a loque Marx piensa, queriendo situar el va-lor de uso en un más allá de la economiapolítica, éste no es sino un producto, elcumplimiento, del sistema de! valor decambio. La dinámica estructural del va-lor de cambio es la que otorga al valorde uso del trabajo, despojado de su "na-turalidad", su valor "específico" aúnmayor. El "equilibrio dialéctico" existen-te entre trabajo cualitativo en acto y tra-bajo abstracto cuantitativo, aún mantie-ne el movimiento aparente de la economíapolítica, pues es el valor de cambio el querecibe de Marx la prelaci6n lógica "(laformación económica dada)" , pero al va-lor de uso le otorga todavía algo de "an-terioridad concreta" en el seno de di-cha estructura. La no revelación porMarx del verdadero sentido del valor deuso como producto del valor de cambio,es consecuencia de la falta de radicaliza-ción del esquema, que de darse lograríainvertir la apariencia y efectuar tal reve-lación. Así, pues, ¿cómo puede surgir laplusvalía en la mera actualización de lafuerza de trabajo, si no es suponiendo quela contradicción (dialéctica) entre lo cua-litativo y cuantitativo es un movimientoaparente?El valor abstracto de todos los trabajos,sometidos a comparación, determina locuantitativo; lo cualitativo es supuesta-mente incomparable, pero bajo este res-pecto, es lo cualitativo lo de mayor sig-nificado: "significa la comparabilidad detoda práctica humana en términos de pro-ducción y trabajo". Es, en otras palabras,lo sostenido como carácter universal delo "concreto" del trabajo cualitativo.Sin embargo, "concreto" y "abstracto"parecen aquí opuestos, pero en la mismaestructura binaria se halla fundada laabstracción por la cual el trabajo se auto-nomiza; el juego entre los dos tipos de va-lor, juego estructuralizado de significan-

tes, es el fundamento del "fetichismo deltrabajo y de la productividad". El valorde uso se constituye en el horizonte an-tropológico del valor de cambio. El va-lor de cambio cobra siempre la presenciade una abstracción, distorsión abstractade un concreto de producción, consumoo significación, pero en dicha distorsiónse encuentra la razón misma de que el"concreto" no sea más que "su ectoplas-ma ideológico" y por lo cual la necesidad,el valor de uso, el referente, no tienenexistencia propia, sino que son la dimen-sión genérica en forma de conceptos delpropio desarrollo del sistema del valor decambio.Para el marxismo no existe otro modo deriqueza social que el generado por la pro-ducción y el trabajo, de donde resulta laplena carencia de alternativa real al capi-talismo. El intercambio ha sido sustan-cialmente simplificado por la ley del va-lor bajo la asunción de este esquemagenérico de la producción y las necesida-des, proposición que es desmentida porel análisis de otros modos de organizaciónsocial, y que de ser efectuado bajo los pre-supuestos de las contradicciones del Mo-do de Producción caeremos cada vez máshondo en brazos de la economía políti-ca, hecho que tiene ocurrencia con el aná-lisis marxista, a juicio de Baudrillard.Ahora bien, la producción concebida co-mo fin genérico del hombre y, por lo tan-to, el hombre concebido como productor,es consecuencia de la forma desarrolladade la economía política, es decir, la pro-ductividad abstracta y generalizada. Eneste sentido, afirma Baudrillard el siste-ma de la economía política no sólo pro-duce al individuo como fuerza de tra-bajo vendida e intercambiada: producetambién la concepción de la fuerza de tra-bajo como potencialidad humana funda-mental. Esto es, además del imaginarioindividuo libre-cambista de su fuerza detrabajo, el sistema lo identifica con sufuerza de trabajo y su acto de transfor-mación de la,naturaleza con fines huma-nos. Se obtiene así con el código de la eco-nomía política no sólo la explotacióncuantitativa del hombre en tanto quefuerza productiva, sino que se le "sobre-determina metafísicamente" como pro-ductor. "Es aquí, en última instanciadonde el sistema racionaliza su poder -yen esto el marxismo colabora con la as-tucia del capital-, al persuadir a loshombres de que son alienados por la ven-ta de su fuerza de trabajo, censurando asíla hipótesis, mucho más radical, de quepodrían serlo en tanto que fuerza de tra-bajo, en tanto que fuerza 'inalienable'de crear valor por medio de su trabajo" .

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El concepto de necesidad operando en ac-to (el consumo del valor de uso), es re-vestido también con la~caracteristicas desingularidad, diferenciación e incompa-rabilidad, de 'cualitativo', en sintesis, queasume la capacidad concreta de trabajo.Mediante la primera el hombre da un finútil objetivo a la naturaleza, la segundaotorga un fin útil subjetivo a los produc-tos. Necesidades y trabajo son la dualcualidad genérica del hombre, que se reú-nen en un mismo haz antropológico don-de reina el concepto de producción comomovimiento fundamental de la existenciahumana y se define la racionalidad y lasociabilidad propias del hombre. Esta an-tropologia constituye un anacronismofrente al radical análisis Lógico del capi-talismo por Marx, pues procede del ra-cionalismo occidental configurado por elpensamiento burgués del siglo XVIII, pe-ro sus conceptos son traducidos "a la ló-gica de la producción material y la dia-léctica histórica de los modos deproducción", con lo cual el análisis, aldistinguir unos de otros los modos de pro-ducción torna insuperable la existencia dela producción, lo económico, como fac-tor determinante, y también generaliza atoda la historia de los hombres el modode racionalidad de lo económico comomodo genérico del devenir humano. Osea, la distinción de los modos de produc-ción circunscribe toda la historia del hom-bre a "un gigantesco modelo de simula-ción", operación que consiste en efectuarla critica del capital sirviéndose, para elanálisis de su universo ideológico, del ins-trumento que la ideología misma ha di-sefiado con mayor eficacia y sutilidad.Con la lógica de la producción materialy la dialéctica histórica de los modos deproducción presentadas por el marxismo,llegamos a una noción aún más substan-cial que define al hombre como ser dia-léctico comprensible sólo a través de suproceso de transformación de la natura-leza. Es, según Baudrillard, la idea queMarcuse extrae de los Manuscritos y porla cual el trabajo no es una mera catego-ria económica sino toda una categoría on-tológica. La coronación dialéctica de to-do esto es en cierto modo el concepto denaturaleza como "cuerpo inorgánico delhombre": naturalización del hombre yhumanización de la naturaleza. A partirde aquí se erige al trabajo en Valor Ab-soluto liberado de toda negatividad y fun-dador del mundo como objetivo, y delhombre como histórico. Etica del traba-jo que atraviesa tanto a la ideología bur-guesa como socialista y que constituye unmodelo de análisis extensible a cualquiertipo de sociedad posible.

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Pero el concepto de trabajo es propio dela economia política y sólo de ella, razónpor la que no puede ser aplicable fuerade ella, y menos convertido en objeto deuna ciencia que pretende ser la superaciónde la economia política. "El trabajo -dice Baudrillard- corresponde definiti-vamente a la esfera del valor, y por estarazón debe ser sometido, en Marx (asi co-mo los conceptos de producción, fuerzaproductiva, etc.), a una crítica radical co-mo concepto ideológico. No es oportu-no, en consecuencia, generalizarlo a otraspartes, con todas sus ambigüedades, co-mo concepto Revolucionario".

Antropológica e históricamente el traba-jo adquiere la definición de algo que ase-sina todas las virtualidades ambivalentesy simbólicas del cuerpo y el intercambiosocial, y los reduce a un concepto racio-nalista de la utilidad: "el Eros producti-vo", que canaliza todas aquellas virtua-lidades hacia el proceso de la producción,acumulación y apropiación. Replanteareste camino, que nos lleva a la plenitudde la economía política y al "terrorismodel valor", a fin de poder pensar el in-tercambio simbólico, significa que losconceptos del materialismo histórico de-ben ser "resueltos y analizados como con-ceptos ideológicos solidarios del sistemageneral del valor"; por esto el intercam-bio simbólico es radicalmente excluyentede la economía política "(y de su crítica,de la que no es más que su forma acaba-da)". Para lograr entonces la "única pers-pectiva revolucionaria", que consistiríaen hallarnos en una instancia que superela esfera del valor, habrá que hacer volaren pedazos el Espejo de la Producción,espejo en el que viene a reflejarse toda lametafísica occidental.

Esta metafísica, que no es ajena a los ton-ceptos marxistas, hunde sus raices en és-tos, cuando dejando de ser "hipótesisinterpretativas" se transforman en expre-sión misma del movimiento del universo.El concepto de historia en lugar de mos-trarse, al momento de su abolición, a símismo, como histórico, se ha "Transhis-torizado", universalizándose. Así ocurrecon los conceptos de díaléctica, produc-ción, que al universalizarse, junto al dehistoria, "dejan de ser analíticos y co-mienza la relígión del sentido. Pasan a sercanónicos y entran en el modo de repro-ducción teórica del sistema en generál".Simultáneamente a este proceso alcanzansu dignidad de "cientificos", expresionesde una "realidad objetiva" , que no es si-no su determinación como signos: "sig-nificantes de un significado 'real', con locual caen en 'lo imaginario del signo',

que es la propia 'esfera de la verdad'.Salídos de la esfera de la interpreta-ción ingresan en la de la 'simulación re-presiva' ".Ha sido elaborado un estricto código, uncódigo con validez histórica universal alcual han de adecuarse todas las socieda-des. Por eso las sociedades 'sin historia'en el pensamiento marxista son parte dela "pre" -historia, por cuanto en ellas aúnno está desarrollado el modo de produc-ción, ni la producción ni la dialéctica, ra-zón por la cual estas categorías sólo sir-ven para el análisis de las sociedadesregidas por la economia política, las nues-tras. "Cuando el marxismo habla de pro-ducción en las sociedades primitivas, pre-guntémonos en qué medida este conceptofracasa cuando tiene que dar cuenta denuestras sociedades históricas ... ".Estamos, pues, ante una clara expresiónde conquista del efecto contrario, ya quela racionalidad de la producción de Marxsupera en alto grado a la de la economíapolítica burguesa, constituyéndose su teo-ría en la apoteosis de la economía políti-ca. La crítica de la economía política porMarx es radical frente a los contenidos deella, pero conserva la forma propia de locritícado: "cualquier teoria crítica es aco-sada ... , negatividad amenazada por laforma misma de lo que ella niega".Sobre la base de este análisis, lean Bau-drillard declara que la crítica de la eco-nomía politica está substancialmente ter-minada, pues la dialéctica materialista hademolido sus contenidos conservando yreproduciendo su forma. De conformidadcon el espíritu revolucionario de la eco-nomía de Marx, se debe pasar a un pIa-no radicalmente diferente que permita elsalto de la crítica a la resolución definiti-va de la economia política, nivel que noes otro que el del intercambio simbólicoy su teoria, y al que se debe llegar no sinhaber efectuado "la crítica de la metafí-sica del significante y del código, en todasu actual envergadura ideológica" . A es-ta crítica le asigna Baudrillard el nombrede "Crítica de la Economía Política delSigno".