La selección del Prado contiene muchos de los grandes hitos de la producción de Chardin: de tres versiones de Pompas de jabón (a partir de 1733) la popularísima La

Bendición (1740) pasando por el retrato de la mujer del pintor tomando el té meses antes de morir (1735). En ellos se resumen bien el universo de un artista que apenas

salió de París y que hizo protagonistas de sus cuadros a las mujeres, los adolescentes y los niños: Tanto como a los humildes objetos cotidianos, la intimidad y el silencio. El recorrido de la exposición sigue un orden cronológico atravesando los aspectos más

destacados desde los inicios de la vida artística de Chardin, en la segunda década del siglo XVIII, hasta los pasteles de la década de 1770.

Jean Simeon Chardin (1699-1779) es uno de los mejores exponentes de la pintura francesa del siglo XVIII al que nunca se le había dedicado una exposición en España. El

Museo del Prado ha querido subsanar este hecho y ha preparado una exposición con 67 obras del maestro del bodegón y de la pintura de género (escenas domésticas y

familiares e imágenes de la infancia), reconocido por una visión intensamente poética de las cosas y un extraordinario virtuosismo técnico. La exposición organizada por el

Museo del Prado es una oportunidad única para conocer su obra.

Según palabras del comisario de la exposición, Pierre Rosenberg: “Si tuviera que definir en una sola palabra sus naturalezas muertas, lo haría con la palabra `silencio´”.

Y es precisamente ese silencio que emana de sus naturalezas muertas lo que le diferencia de la mayoría de los artistas especialistas en este género. Si los artistas

franceses de su tiempo dibujan con facilidad, pintan deprisa y con habilidad rayana en el virtuosismo para captar el movimiento, adoran el espectáculo y recrean narrativamente la mitología y la historia para apoyar a veces discurso moral, Chardin, dice Rosenberg,

"no dibuja, pinta lentamente, con dificultad, huye del movimiento, pinta los gestos congelados, desprecia la anécdota, rechaza la narración, no de la lecciones de moral". Y continúa: "Le gustan las cosas humildes, los objetos de la vida cotidiana, los gestos de todos los días que se repiten incansablemente. Ama el silencio que nada perturba".

Chardin se dedicará a la naturaleza muerta de manera constante a lo largo de toda su carrera, abordando a partir de 1730 las escenas de género, influido por la pintura

holandesa del siglo anterior, especialmente por Vermeer y Pieter de Hoock. Disfrutó de éxito y reconocimiento en vida y posteriormente, durante el siglo XIX fue poco a poco siendo olvidado. Son los pintores de la modernidad desde los Impresionistas los que lo

volvieron a apreciar. Cézanne, Matisse, Picasso, Morandi y Lucien Freud lo consideraron su maestro.

El célebre enciclopedista Denis Diderot le dedicó muchos elogios en sus reseñas del Salón, destacando como su pintura evocaba la calma y la tranquilidad, una pintura que ante todo era fiel a la tarea de provocar sensaciones en vez de comunicar

ideas:

“No se entiende nada en esta magia. Son espesas capas de color

aplicadas unas sobre otras, cuyos efectos transpiran de dentro a fuera. Unas veces se diría que es un vaho que alguien ha soplado sobre la tela, y otras una ligera espuma que se ha arrojado sobre ella….. Acercaos a un cuadro de Chardin y veréis que todo se confunde, se allana y desaparece; alejaos, y veréis que todo se recrea y

reproduce”.

(Salon de 1763)Autorretrato con visera, pastel. París. Museo del Louvre.

Los complicados inicios de Chardin y sus primeras naturalezas muertas

Música.: Bach. Concierto de Brandemburgo nº 3. Allegro

Utensilios y objetos de menaje y primeros encargos

Detroit, Institute of Arts Paris, Museo del Louvre

Las escenas de género

Estocolmo, Nationalmuseum Fort Worth, Kimbell Art Museum

Nueva York. Metropolitan Museum of Art

Los Angeles, County Museum of Art

Washington. National Gallery of Art

París, Museo del Louvre Berlin, Gemäldegalerie

Londres. National Gallery Washington. National Gallery of Art

El regreso de Chardin a la naturaleza muerta

Los pasteles

Autorretrato con antiparras. Museo del Louvre

Pilar M E

Abril 2011