“Un encuentro genuino con el Señor da por resultado una vida transformada.”

Jacob: Un Encuentro con Dios

Domingo 19 de agosto del 2012.

JACOB Tuvo una gran herencia espiritual.

Nieto de Abraham, el padre de la fe; beneficiario de la mayor bendición que Isaac podía dar: la tierra y las promesas que Dios les había dado a Abraham y a Isaac.

Jacob no le había rendido a Dios su vida ni sus métodos. No había reconocido ni aceptado la presencia y la dirección de Dios en su vida. Su herencia no era suficiente.

JACOB Por eso es Jacob el que está

más cerca de nuestra vida, en nuestras flaquezas e imperfecciones humanas, indignidad e inutilidad humana, sufrimiento, pruebas y disciplina humana, y en la gracia de Dios, que quedó engrandecida por todas esas insuficiencias.

1. Su nacimiento: Gn 25: 19 - 26 Ya en la misma matriz de su

madre, algo de su espíritu innato: el comienzo de aquella fe que luego se desarrolló tan poderosamente. Por ello Oseas 12:3 dice: «En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano», como si en alguna forma tuviera en él algo de lo que luego le impulsó a reclamar las poderosas promesas de Dios.

¿Y qué para nosotros hoy?

La misma Palabra lo declara es Nuestro Dios el que planea y determina como será nuestra vida El pone su sello. El Salmo 139:16

O como también lo expresa Efesios 1:4 “Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él”.

2. Su derecho de Primogenitura: Gn 25: 27 – 34, Gn 27: 14- 29

Su madre le había hablado de las esperanzas enlazadas con su nacimiento y de las promesas que lo habían anunciado.

Esto le había sido prometido antes de su nacimiento, y él debería haber presentado sus derechos y dejar todo lo demás para asegurárselo.

2. Su derecho de Primogenitura: Gn 25: 27 – 34, Gn 27: 14- 29

Reclamó la recompensa con la tenacidad de la fe, y luego dañó la fe al añadir sus propias obras.

Y, con todo, no podemos olvidar que Jacob vio el valor del derecho de primogenitura en tanto que Esaú lo despreció.

Él no tenía sentido del futuro eterno, Jacob vio el tesoro y lo reclamó con insistencia y lo hizo suyo.

¿Y qué para nosotros hoy?

Necesitamos conocer las promesas de Dios para nuestras vidas, creerlas y apropiarnos de ellas.

Pero entre tanto estamos siendo formados en fe, evitemos la incredulidad.

Confiemos en los que Dios ha dicho y reposemos en El.

Pero cuando tememos que Dios puede a fallar, tratamos de hacer algo que solo servirá para estorbar.

¿Y qué para nosotros hoy?

Las caídas de Jacob fueron causadas por lo turbio de su propia naturaleza que Dios tenía que clarificar.

Dios nos ayude a aprender la lección y a creer de forma que «en quietud y en confianza será vuestra fortaleza», y no solo esperaremos, sino que esperaremos quietos la salvación de Dios.

3. La Visión de Jacob: Gn 28:10 - 22

Y fue en la hora más oscura en el desierto, con una almohada de piedra, que el Dios del cielo iba a concederle la bendición del pacto.

Jacob había escogido a Dios cuando escogió la primogenitura. Pero Dios no había tenido ningún encuentro con Jacob. Jacob era como nosotros cuando aceptamos la promesa pero no hemos visto todavía al que promete.

3. La Visión de Jacob: Gn 28:10 - 22 La visión de Jacob era también una

prefiguración del camino de su propia vida. Vio una escalera cuyo extremo tocaba el cielo, y Dios apareció en lo alto, como el Dios de sus padres. Esto nos enseña que la única verdadera escalera de la vida es la que alcanza el cielo. La escalera de Jacob llegaba al cielo.

3. La Visión de Jacob: Gn 28:10 - 22Esta escalera no solo era larga,

sino que se subía peldaño a peldaño; poco a poco, momento a momento; de este modo también nos conduce a Dios, paso a paso.

Una escalera apoyada en la tierra, tocaba el cielo, ángeles subían y bajaban, Jehová estaba en lo alto de ella.

Cada paso por la escalera estaba bajo el cuidado estricto de Dios.

3. La Visión de Jacob: Gn 28:10 - 22No solo vemos el camino y la

escalera, sino el pacto y la consagración. Jacob se levantó y en el altar se consagró a sí mismo con palabras pobres e imperfectas, es verdad–, y si parece una fe que vacila, con todo, Dios la aceptó, y a partir de entonces su vida estuvo enlazada con vínculos tiernos con el amor eterno de Jehová.

¿Y qué para nosotros hoy?

Cuál es nuestra visión de Dios en este momento histórico de nuestra vida por donde Dios nos está llevando? ¿Qué hay en nuestra escalera? Quién la sostiene, quién está arriba? En qué están fundamentados nuestros anhelos, deseos?

¿Dónde estamos haciendo nuestro tesoro? Hagamos tesoro en el cielo donde no se

agota, donde no llega ni el ladrón ni la polilla.

¿Y qué para nosotros hoy?

Como Jacob estamos dispuestos a que sea el Señor el que verdaderamente nos guíe en su forma ¿Estás dispuesto a andar de esta forma, con paciencia, momento tras momento, venciendo y ascendiendo?

Deja que tu escalera sea guiada por su mano, no apoyándose en alguna torre de nubes de tu ambición sino en las manos que fueron traspasadas por ti.

4. Jacob lucha con el ángel en Peniel:

“No te dejaré, si no me bendices”. ¿Cuál es tu nombre? Jacob. Entonces el hombre le dijo: ya no te llamarás más Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. … Jacob llamó aquel lugar Peniel porque dijo: “He visto a Dios cara a cara y sigo con vida”.

4. Jacob lucha con el ángel en PenielUna promesa mayor que Dios

había declarado antes: “Yo estoy contigo…porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.

Jacob sabía que en todos esos años Dios lo había acompañado. Su vida estaba consagrada para Dios, llegaba el momento de subir otro peldaño.

No iba a perder esa oportunidad.

4. Jacob lucha con el ángel en Peniel

Era necesario encontrarse cara a cara con Dios, era necesario llegar a este punto, Dios tenía que ratificar el Pacto que había hecho con sus antepasados y cumplir su Palabra.

Ya no más el que engaña, o que el que suplanta, sino el que seguiría con el cumplimiento de la Promesa: “ y todas las familia de la tierra serán benditas en ti y en tu descendencia”.

4. Jacob lucha con el ángel en Peniel

El derecho de primogenitura, implicaba no solo el ser cabeza de la tribu, sino también privilegios espirituales del pacto divino, que también nos alcanzaría a nosotros dentro de lo que habría de venir a través de Cristo.

De este encuentro Jacob no salió igual, ya no era de oídas ahora vivía en la presencia de Dios y a partir de este encuentro hizo las cosas de a cuerdo a lo que Dios quería.

¿Y qué para nosotros hoy?

Es necesario reconocer la Presencia de Dios en nuestras vidas.

Dios ya no fue solo el Dios de Abraham, de Isaac, ahora era el Dios de Jacob. ¿Tiene Dios ese sentido de pertenencia en tu vida?

Cuando tengo un encuentro cara a cara con Dios mi vida es consagrada para él, vivo para él y me comprometo a servirle sin ser fluctuante.

¿Y qué para nosotros hoy?

Estoy dispuesto a que la mano de Dios me toque para realmente ser transformado.

Hay más que un deseo de seguirle buscando para que él siga haciendo cambios en mi vida.

No busco posiciones, quiero ser un siervo dispuesto a los demás.

Estoy en una constante revisión de mis conductas y actitudes conforme a la Palabra de Dios.