J/ 11BEVISTA TEOLOG Seminario Conc C. Correo 5

1Re"ísta Uecló{'tíca 1555 J. L.,,Sl'áre tJ Bs. As. - 1- rg.

Publi~ación Trimestral de Teología y Homilética Luterana. Redactada por la Facultad del Seminario Concordia.

Editor: Fr. La n g c.

Núm. 15 Tercer Trimestre - 1957 Año 4

HISTORIA DE LA IGLESIA CRISTIANA

Continuación

Lars Qualben - E.. J. Keller

Las persecuciones durante la era apostólica

Los judíos fueron los primeros en per,;egnir a los cristia­nos. Es natural que la gc11te (llle había rechazado y crucificado a su :Mesías, atacara a sus seguidores. '·Si a mí me han Jlerse­gnido, también a vosotros perseguirán" ( J nan 15 ::W). Fueron los saduceos los que comenzaron por prm·oc:tr disturbios en J en1salén, porque los cristianos proclamaron la resurrección ele los muertos por medio ele .Jesús ( Hechos 4 :2). San Pedro y San Juan fueron detenidos, lle\·ados al proceso ante las autoridades religiosas de los judíos, y ordenados a que no hablasen nada, tampoco en,;eñasen en el nombre de Je.~ú,; (Hechos 4:5-]8).

El segundo ataque contra los cristianos lo hicieron los :~a­duceos bajo la dirección del sumosacerclote. Esta yez, toclns los apóstoles foeron detenidos. Fueron llevados ante el concilio y los miembros del concilio "consuítahan matarlos", pero Cama­liel logró evitar esta calamidad. i\l fin. después de azotar y mandar a los apó,.;toles a que no hablasen en el nombre ele Jesús, los dejaron salir ( 11 echos 5 :18-40).

El tercer ataque contra los cristianos lo hicieron los sadu­ceos en unión con. los fariseo,;, en consecuencia clel martirio de San Esteban. Saulo de Tarso, uno ele los canelillos de la perse­cución, era fariseo estricto (l lechos 2:J :6), y sin eluda tenía el apoyo de su partido al atacar violentamente a los cristianos. "Respirando aún amenazas y muerte contra los <liscípulos del Señor" (Hechos !) : l), se dirigió al lejano Damasco para que pu-

2 Historia de la Igles'a Cristiana

diera llevar como presos a J erusakn a hombres y mujeres cris­tianos.

El rey Herodes J\gripa T fué la primera autoridad civil que persiguió a los cristianos. El "echó mano a maltratar a al­gunos de la iglesia y matú a cuchillo a Santiago, hermano ele Juan. Viendo que había agradado a los judíos, pasó adelante para llcYar preso tamhién a Pedro" (}lechos 12 :l-:3). Esta per­secución se realizó en 44 d. de J .C. La cansa pnede buscarse en la política que el rey seguía para gTanjear;;e el favor del pueblu judío, presenlándose como ele(ensor celoso ele la rcli­giún judía. No hay razún para creer que Herodes actuú ha](J órdenes desde Roma.

En Hechos 18 :2 hay una referencia a un decreto clel empe­rador Claudio <1ue todos los juelíos aha11dm1asen a Eoma. Sueto­nio (Clauclio 25) dice que los judíos fueron echados a cansa ele !ns tumultos continuos provocados por cierto Chrestus. Algunos interpretan este nombre como referencia a Cristo o a los cris­tianos. Pero Chrestns era realmente un norn hre popular entre los griegos y romanos. Además, Suetonio (Nerón X Vl) tenía co­nocimiento definido referente a la secta llamada "los cristianos". Por lo tanto nos parece inverosímil que él hubiera confundido a Cristo, el fundador del cristianismo, con Cresto el perturba­dor. En tal caso, clebía haber creído que Cristo estuviera pre­sente en Roma. Qne hubiera tenido tal opinión es sumamente improbable porque no solamente Suetonio (Nerfm XVI) sino también Pliuio y Tácito (Anales XV, 44) tenían conocimiento definido ele Cristo y de los cristianos. Además, Aquila y Priscila eran todavía judíos y no cristianos cuando Pablo los encontró en Corinto ( Hechos 12 :2). T--Iahían siclo echados ele Roma por ser judíos y no por ser cristianos. Por lo Llllto, ese decreto cuya fecha se fijó en 50-52 el. ele J. C., no fué cliri¡.;iclo contra los cristianos, sino contra los judíos.

Muchas de las calamidades e insultos contra los cristianos y las palabras blasfemas contra el cristianismo provinieron de los judíos que a menudo excitaron al pueblo pagano en contra de lo., cristianos (Hechos 1:3:50; 14:2; 14:19; 17:5 ss.; 18:12 etc.), acusándolos ele rebelión contra los decretos del César (Hechos 17 :7). La lglesia apostólica fué molestada también

Historia de la Iglesia Cristiana 3

por falsos maestros judíos que produjeron mucho resentimien­to contra. los cristianos.

El Nuevo Testamento nunca presenta a Cristo, ni a los cri-;tianos, como enemigos del estado. Cristo había dicho a sus <liscípulus que diesen a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. J'ablo repetidas \·eces dijo que el gobierno pro­viene ele Dius y que los cristianos debían someterse a lus goher-11a11tes y antoriclacles. I'eclro y los otros apóstoles asumieron la misma posición. Hasta el añu GO el. de J. C., cuando Pablo llegó preso a lfoma, el Estado y la Iglesia no era11 hostiles el uno para con el otro. El capitán militar en Jerusalén había salvado la y ida de Pablo ( Hechos 21 :31 ss.), y le concedió un salvo­conclucto a Cesarea. J'ahlo quedó prisionero en Cesarea por dos años porque los respectiyos gobernadores lmscahan el fa\·or de los judíos y no porque odiaban a Pablo o a lus cristianos. En el proceso final el gobierno había encontrado que Pablo nu hizo nada digno ele muerte o prisiones ( fíechos 26 ::-n). Podría haber recobrado su lihertacl si no hubiera ya apelado a César. En Roma recibió trato bueno y le fué permitido vi\·ir en su propia casa alquilada. Aún como prisionero, pudo predicar, escribir y recibir visitas.

Era el pueblo y no el estaclo civil el que, entre los gentiles, empezó la persecución de los cristianos. Estas primeras perse­cuciones, por parte ele los paganos, consistían mayormente en calumnias e insultos contra los cristianos y en blasfemias con­tra el cristianismo. Semejante condición se refleja en la primera Epístola ele Pedro, escrita allá por los años fi2-64. El sentimiento vopular en contra ele los cristianos llegó a ser francamente hostil a esa altura de los acontecimientos, y clebiclo a que todos los intereses del imperio romano se centralizaron en el estado, es evidente que el gobierno romano más pronto o más tarde se haría eco de la opinión popular, adoptando medidas activas contra los cristianos. El proceso de Pablo en Roma en fi2 y las investigaciones oficiales que precedieron a la persecución nero­niana en 64, enfocaron la atención de las autoridades en los cristianos.

Era ineYitahle ese gran conflicto enlre el cristianismo y el mundo grecorromano. El cristianismo puso en tela ele juicio casi todo lo estimado en el mundo romano y condenó o excluyó

4 l-lis(oria de b Iglesia C,istiana

11rnchos a;;peclo;-; de la \ ida hen·dada de la a:1\ igüedacl. Había por lo mc1w;; dic,·is[·is p1111l"s de diferencia:

l. I•:11 el mundu grecorromano se creía que el e;;tado era t l Bien su¡,1-cmo. I·:11 el estado se hallii lodo el bien que posible­mente p()día \-enir al humhrl', inclti:-;o b religión que foé snbor­dinacb al estado. l'or eso, b lealtad suprema al estado erad gran ideal ro111a1w. El fin de ia \ ida era el ele sen ir al estado. ['ero lus cristianos er:l!l cindadauos de nn reino nu de este mun­d" (J na!l 18 ::Hi). J•:llo;; rccorn1cier"n una autoridatl superior a la del estado.\ cua11do la ley del irnperiu entró en conflicto cun la ley de ellu,- oliedecierun a Diu,- aute,; que a lo;; bom­Ln·,; ( 1 il'ch()s :~!l). l•:ra esta lealtad ,;uprema a una ley aparte de la ley rumaua. lo que irrit<'J y preocnpiJ a las autoridades r.,n1a1'.;l:-; m(t;; q11e tuda:-; bs d('111;1s acn;;aciones en conjnnlo he­chas coutra los nisli;mus. í·:l cri;;tianisn10 tocú la misma raíz del ro111a11is1110 antiguo al opu11crse a este elemento político cles­c,¡uilihrado y exclnsi1<J. Con razón fueron acu~.ados lo;; cristia-1H1s de iudncir a lus rumat]()S a renunciar la religión existente del e,,t;¡d,>, y a creer en b única rciigión \ erda<!era. es decir, , 11 <'1 cri:itia11isn11>. I .(Is roman,,s llegaron a la conclusión ele que el cristianis11I<1 actuaba l'<llllra la naci<'>11 Y que era enemigo del c·sL,ldo v desleal hacia el emlHTador. l'or eso lo:,; cristianos no tenían ;kreclw de existir. [.'unon acus,t<lo,; ele alta traición y ,_·;1s(.igados de acuerdo a ello.

•J Ll cristianisnw apareci<'.1 en el mundo grecorromano c,,mo ltna religi1'm nne,·a sin permisu. La política que seguía l,<1111a en cu;rnt1, a las religione,; nue\'as era ésta: "Qu:en quiera q11c i11tr<1<lujcra rcligi<Jn<·,; 1111e\·a:-;, cuyas tendencias y carac-

cran dcsc1nw,·idos, y p()r medio de las cuales se 1;crturha-los espíritus de 11,s h,m1lircs. dchía :-:cr de,-,tnrado e11 casu

de ¡,crt<·nectT al r;ln~1, .c;upcrior, " ra,;ligado. si 1)('rle11<"cicra al r;11:go i11ferior.'' ( l\r;¡ ky n,111;111;1, dictad;t para prohibir las ret1-11ioncs secretas. s•.· 11;,,'.¡ r1111lr;1 I<>;; ni,;lianos durante el reino de Trajano. J.;1~ r,,11grcg;1cio11t·s cristia11,ts fueron 'consideradas ,·0111<) asociari,,1,cs :,,t·c1-ctas, c,,1n,, c,irp<;raci<Jncs ilícitas.

d. L(ls cri:-;li;t11(1s rel1n,.;arnn ,·iyir conrn 11,,.; demás. El 111m1C!o ro111;1nu pu:,,> é·nfasis en el divertimiento, la alegría y la sati,f;H·ci1',11 de los sc11tidos co111<1 fines ¡wrsnnales. Los cristia-

Historia df' la l\)les',1 Crisli,ltla

1ws predicarou y pradicaro11 la ;1h11cg;1xir'm e hicieron hincapié en el gozo de una vida futura. N(J acl(lr11alian ;-;us casas para ce­lebrar una fie;-;ta !>agana; 110 acep1.;1n,n puesto:-: ele g·<>liicr110 qtte los obligarían a participar c11 los ritos rcligio;;(,;; ele los paga110,s. Usando las palabras de Cecilio: "Voso(r(),; entre t;into. en suc:­pcnso y a11síecla<l, est[1is alisteni(ndoos de los diHcr(imicntos rcspctadus. 1'\o ,·isit[1is los espcctúculoc:, 1H1 ,,s prcsc1Jt[1ic: en las procesicncs ,;o!cmncs. no asistís a l(l;; lia11q11dcs púhli,·(l,;, al,o­rre('('·is los ccrtÚnH'lles sagrados, Lt c,u-ne y la lichicb de d(>llde fu~· tornada una porci('m para s<T ofrt•ci,la y ccliada en los alt.1-res. :'\u us ce11is la cahc-'.a con guirnaldas. 110 lionr[iic: los rito,; iúnehres y aún rclrnsúis c(lronas en \lH'stros S<'lHtlcro;; ·- oh :::ere,; temlJloro,;os y páliclos, dignos d(' compac:i/Jn. aún h com-1>asió11 de los diu,;e~. ,-\sí, oh homlircs rniscTahle,;, ni rcsucitúis ;,tra vez. tam~Joco gozúi;-; de I ida entre ta1111!." El pnehlo pag-;1110 y el gobierno llegaron a c011sidcrar a los cristianos como 1111a raza c1uc se oponía a todq lo que en la h11rn;1nidad era 11ohle, bueno y loable. Se acusú a lo,; cristianos ele ~cr enemigo,; de la humanidad, aborrecedores del h(iml,re.

4. La religión ro111,t11a er;: ,-o,;a puramente externa y p(lr esu, era muy imponente. Era Í!llj)(,:,;iblc q11e los ron1a11<1s lJensa­,;en en un culto rdigioso sin tener templo:< e irnág-cnes. altares y sacrificio,;. Lo:,; primeros cri:,;tianus no tenían templos graneles ni imáge11e,;. :\' o tenían sacrificio,; 111 alt:Lrc;-;. Oraban a 1m Dios invisible. Los romanos 1w jl(>dían comprender e,;e culto. Pen-~aban que los cristianos no tenían ningún Dios que. por lo tanto, eran ateos, y el ateísmo era ,ifen;;a 11111_1 e11 el impe-rio romall(,. Por ende, ¡ Ahajo l(),; ateo,;' .\cu,;aciones ele ateÍ:,­mo y superstición eran quejas comnne,; durante l'l reinado el!:' Domiciano, 81-96 d. ele J. C.

5. Los cristi;mos persi;;tía1, l'll 11() ;Lclor;,r al emperador porque e,;e culio implicaría para ellos 11egar a su Sc11or. U bierno consideró esa falta ele participaciún corno arto ele traición y ele acuerdo a ell,i castigc'i a lo,; ofensores. Lus cris­tianos fueron ccn siderados conw ana re¡ u i~ ta,;.

6. La sociedad constn1ída ,;ol,re la liase ill' la e,;cla, itud se diYidía en clases ;,ocialcs. I·:I cri:-;tia11istll(> prndarnú la igual­dad de todos los homlires ;ltlle 1 )i()s y de c,,ta manera cortó

6 Historia de la Igles'a Cristiana

la raíz a la esclaYitud. La Iglesia apostólica, sin embargo, no estaba en una posición desde donde podía tomar medidas activas contra este mal. Por lo tanto, esta opinión cristiana no incitó a persecución activa.

7. Era muy corrupt;, la vida familiar. 1 .a deshonestidad y el divorcio eran cosas comunes. El infanticidio era práctica ciue prevalecía. El cristianismo proclamó que el matrimonio era sagrado y protegió la vida de la familia, condenando como lwmicidio el ah;:ndono de l"s p{trn1los.

8. Había una unión entre el estado y la religión, con c's'a subordinada a a(1uél. El cristianismo favoreció una scparaciin1 entre la Iglesia y el estado.

!J. Los romanos adoraban a muchos dioses y toleraban las religiones organizadas que tenían permiso oficial. Los cristia­no:-; excluyeron todas las otras religiones y adoraron a un solo Dios.

10. El cristianismo honró toda labor útil y exhortó a todos, en cada clase social, a trabajar. "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (2 Tes. :3 :10). Esto contradecía completamente .el pensar conternporimeo.

11. Los milagros de curación y el exorcismo de demonios trajeron sobre los cristianos la sospecha de ser practicmltes de magia, de pc>:-;ccr libros mágicos, las Escrituras, y ele estar en nniún con ]o:-; poderes de las tinieblas. La pr[tctica de la ma;óa era ofensa seria.

12. Pahlo y Sibs iul·rnn acusados ele haber introcluciclo costumbres (ple los rrn11a11cJ.-; 11cJ poclían a,·eptar ni ol>,;en·ar legalmente (!lechos l(i:21). l,<Js .-ristia11os f11no11 acusado., pos­teriormente y con frl'Clll'ncia dt' Sl'r dl'slrud"rcs ele las buenas costumbres antiguas, liase del dcs;trrollo del imperio y ele hL civilización. Las calamidades públicas, co11H> hambres, terre­motos, sequías, pestilencias, inundaciones, iuerun c,,nsicleradas como yenganza que los dioses tomaban contra la gente, porque toleró en su medio a los cristianos.

1::i. Los que vidan a costa del culto pagano, como los pla­tcrus de Efeso (Hechos l!J :2,l), la gente que vendía los animales para los sacrificios, los procuradores, los en \·e nen adores, los acli,·inos, etc., acusaron a los cristianos de perjmlicar sus oficios.

Historia de la Iglesia Cristiana 7

14. Algunas persecuciones se originaron debido a dis­cordia en la familia, cumo fw.': predil·ho por el Señor (Mat. JO ;;34 SS.).

15. Cuando los cristianos se reunían en secreto en tiempos de per:-;ecuciún, esto dió origen a los rumores, extensamente propalados y generalmente creídos. de que los cristianos eran culp;1hlcs de inmoralidades ahominahles (incesto y canibalismo).

16. ( 'uanclo celclirahan la Santa Cena en secreto, sola-mente estaban presentes los cristianos. Cuanclo los no creyentes oyeron que en esas oportunida(lcs los cristiano;.; comían "el cuer­po" y bebían ''la sangre", hicieron circular el rumor de que los cristianos comían carne humana y liehían sangre humana y que mataban a los niños. El populacho crédulo, al oír estas fábulas, se \'olvió ciego de ira y se con\irtió en un populacho hostil a los cristianos.

La primera persecuciún imperial contra los cristianos esia­llc'i casi por casualidad, en 64 el. de J. C. Desde el 19 hasta el 24 de julio duró el incendio ele Roma. El emperador Nerón quiso librarse ele la sospecha de que él mismo era el autor del incendio. Sabía que los cristiano,; ya habían llegado a ser obje­to del odio popular. Acusándolos (\e haber iniciado el incendio, él podía dar otro cli\crtimiento a s11 crueldad diabólica y hacer­se acepto al pueblo por hacer sufrir a Jo;; cristianos tan odiaclos. Por lo tanto los cristianos en Roma fueron acu,;ados del crimen ele incendiario, ele misantropía y ele ,·icios contra la naturaleza. l 'na per,;ecucit'J1J horrible sigui<'i a esta acusación. 1\luchos cris­tianos fueron ejecutados de una manera cruclelísima. El ser quemado \·i, o era el castigo ordinario para los incendiarios. l .os cristianos, por consiguiente, fueron cla \·aclos en postes de pino, encubiertos con combustibles, y quemados como antor­chas para iluminar las plazas públicas ele noche. Algunos fue­ron crucificado;;. ( )tros fueron re,·esticlos con pieles de hestias silve.stres y expuestos a los perros rahioSlJS para ser destro­zados. Se dice que San l'edro sufrió el martirio en Roma bajo N erún en 64_. d. de J. C., y Pablo igualmente, dlJs años más tarde, bajo el mismo emperador.

Parece que esta persecucic'm se limitú mayormente a la ciu­dad ele Roma, aunque el ejemplo dado por el emperador puede

llislcJ1iiJ d,· J,. I\JJ,·.sia C1islii1t1R

halwr :,cnidu cunw 111"dclo <·11 akuna,; d,· Lls allí (·11 ;1rlcla11lc les nisti;111,>s est;i.l>an en

incia:3. uc~dc u•ust;rntc en

11111chas parte;; del i111perio .. \ i\nún Vc-;p;tsiano ((i8-7!)) .,· luego el hijo de é:'lc, llamadu Tit() ). f\1> hubo pcrsccu-ciuncs oíirialc,.; por parte de e,;t1i,s dos cmi,eradorcs., ¡wro Vc 0

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pasi:,110 exigía una k:11tad sii1 1 escr\'a al estado y Tito creía que tanto el cri;;tia11isrnu c<>lll<> el juclais11111 tenían en sí la misma lc11(lc11cia de rcl:cli,'lll contra el cst:ulo.

1 ;:11llici:rnu ( H 1-!Hi J era un emperador qnc perseguía a lis Cii,:t:;1.11<ls. csptTlal111e11tc du:·;mtc h última p;u·te de ,.;u 1c;nado. l A:s judío,; 110 cristi;u11i<-; d ero11 el moti, o i11medialo p:na ('::.ta

po1·q11t• reh11saro11 pagar e; trilmt<J al Cap:lu!illu. l·'.1 co11i1:c<u que 1T.;ultt'J entre

y los judío,; 1!1c1ckts \Tce,; e11\·1ih íú a los cri-;tiano,.;, Ít) . .; ru111a11(),.: tu(bd:1 110 d:fcrellciahan claramente enlrc

y los cr'.:-·tian()s. i·:1 emperador suprimi<'i cu1 ahinco toda,; las orga11izaciu11t·:c scn11are-; y n·ligiosas que é·l creía :-;e-1 ían de i111 rigas política, .. Fncr()n lJ;1111a<lc:' dcs(lc l';t-· lcsti11a 11il'ic:' de _)¡¡da,-;, el hcr111:11w del Señur. porque eran pane11te,-, del Sei'H,r y desl·c1Hliente,; del rey Da\id. l'ero cuando el cmperacl(,r \!Ó a cst(), Cétmpcsínos humildes slts rnanus callo,:;a-;, los c,m,:inení incapaces ele f,Jmentar políticas

lc,s despidió en p,u

Era exi~e11l·ia general en eso;, día,.; el culto al emperador. Lus cristiano:s rchuc:aron parti,'ipar en ello. Por lo tanto, fucrl!r, aci.:,.;ados g·eneralml'.ntt' de alt:1 traicit'111 .. -\cu,.;aci()nes aclicion:t­les ele atei,.;1110 v s111wrsticit'in n:111 C(lllJllll('S tambié·n. No se sahe de cierto si Du.mioanu dictt'l un decreto qne prohibía la afiliacic'm a la lgle-;ia. pero creen q11c ,;ernejante decreto debía haber siclo preparado el período entre '.'\ crc'J11 v Traja11tJ y (Jllé Domiciano en \'erdad lo prepan'i. Los cristiano-s ful'ron castigados. 1111us con la confiscacic'Jn de ,;ns propiedades. otro,.; con el de,.;tierro y tod,l\ía otros con la muerte.

Durante la <::ra apo,;tc'Jlica no bahía una per,:;ecución geri:.> ral, hien planeada. extensa ) sistemática de 1a Iglesia. La:,; pcr,·ecuciones bajo ~ enín y Uomicia110 eran "solamente e;:;ta­llidos de crneldad pehonal y de caprichos tiránicos''. Traj<1110 y ,m,; ;,ucesort'S dirigían suo, ataques rnay()nncnte contra indí­vicluos cristianos. lJecio (2.-J.!J-:~:-íl) era el primer empenclor que

Historia de la Iglesia Cristiana 9

inició una persecución general y extensa y que tenía por fin la .c;upresión completa ele] cristianismo.

Organización, vida, disciplina y culto.

¿ Qu<'.· es la Iglesia cristiana? ¿ En qué difiere esta Iglesia de otras organizaciones? Externamente, ''la Iglesia es la congre­gación de los santos, en la cual el Evangelio es rectamente en­señado v los Sacramentos son administrados en rectitud. Para la vercl;dera unidad de la Iglesia es suficiente la confnnni­dacl en la doctrina del Evangelio y en la administración ele los Sacramentos. Y no es necesa¡;io que en todas partes sean iguales las tradiciones humanas, a saber, los ritos o las ceremo­nias institLtídas por hombres (Confesión ele Augslrnrgo. Art. V1I). Internamente, "la Iglesia no es solamente la participación en objetos y ritos externos, semejantes a otros gobiernos, mas es, en principio, una comunión de fe y del Espíritu Santo en los corazones." (Apología de la Confesión ele Augsburgo IV, 5).

Había una relación orgánica entre la "congregación" del Antiguo Testamento y la "Iglesia" del Nuevo Testamento; sin embargo, las dos instituciones eran diferentes en gran manera en cuanto a la organización y el culto. Aquélla tenía un sacer­docio especial característico del tiempo del Antiguo Testamen­to. Esta tenía un sacerdocio universal de todos los creyentes, gracias a la mediación eterna de Jesucristo. "Nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre" (Apoc. l :6). "Vosotros s01s linaje escog·iclo, real sacerdocio, gente santa, pueblo adc¡niriclo" (l Ped. 2 :9; d. lleb. 4 :16).

Este sacerdocio uniYersal ele los creyentes fué reunido en un organismo bajo Cristo. fundador y cabeza de la Iglesia. Dios "sometió todas las cosas debajo ele sus pies, y clióle por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud ele Aquel que hinche todas las cosas en todos" (Efe. 1 :22-24); "Pon1ue de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, tocios los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo" (1 Cor. 12 :12). Aquí el cuerpo se refiere a la Iglesia.

El Señor clió a su Iglesia todas las partes esenciales de la organización (Cf. pp. 51-52). Encomendó a ella (l) la predica-

Id Histeria de la Iglesia Cristiana

ción de la l'alalira de Dios; (2) la adrninistraci<'m de los do., sacramentos: (:3) el apostolaclo, el primer ,1ficio en la lg-lcsia cristiana; (4) la autoridad ele la disciplina; (rí) el cumplimiento de la promesa de en\'iar al 1,:spíritu Santo.

Se puso importancia extraordinaria en b direcciún inmedia­ta del Espíritu Santo en todos los asuntos de la Tg·lcsia. l)ijn el Sefrnr concerniente al [,:spíritu Santo: ''él os en,;e11arfr toclas las cosas y os recordará tocias las cosas cp1e os he dicho" (Juan 14 :2(i). "Pero cuando viniere aquel Espíritu de \'enlacl, 61 os guiará a toda \'erclad" (Juan l(i :1:J). Lutern en su Catecismo Menor dice concerniente al Espíritu Santo que 61 "llama, con­g1Tga, ilumina y santifica" (Hechos G :4, 9).

Cristo también ordenó que la Iglesia sea guiada por medio ele] oficio ele! apostolado (Lucas (iJ:J; Mat. 28:l(i-20). Los após­toles fueron seleccionados y educados cuiclaclosamente por d mismo. Eran los dirigentes reconocidos ele la Iglesia porque (1) tenían un llamamiento especial clcl Se11or, (2) fueron eclucados especialmente por el Señor, (::l) íneron dotados con poder mila­groso y tenían una autoridad <lacia por Dios contra la cual 110

había apelación, y (4) recibieron revelaciones especiales ele! Señor después ele que él hahía resucitado (Cf. pp.). Por lo tanto, los apóstoles diferían de otros cristianos primitivos, que tamhi¿·n tenían ciernes especiales y extraordinarios del Espíritu Santo (1 Cor. 12 :4-11; 12 :28). 1\l episcopado pertenecían, como ya foé> dicho, tocios los distintos c'irdenes y funciones que la Iglesia dió en herencia a las edades posteriores. Originalmente se centrali­zaban en los apústoles todas las funciones que más tarde fueron asignadas a los obispos, presbíteros, di{tco11os. pastores, profetas, evangelistas y las personas dotadas de dones carismúticos.

Al aumentarse el número de lus feligreses, el trabajo ele los apóstoles se extendió demasiado y la congregación en J eru­salén eligió un comit{: de siete hombres para ayudarles. Los deberes de los siete se deducen ele Hechos 6 :1:3. Partiendo de allí, parece que el diaconado era el segundo oficio instituído en la Iglesia. En Hechos 6 :1-6 los siete no son llamados diáconos, po1• eso algunos han sostenido que el presbiterio y no el diaco­nato constituía la continuación ele los siete. Pero hay que ciarse cuenta ele qnc en aquel entonces el oficio y la función ele los presbíteros toda\'Ía estaba en manos de los apóstoles mismos.

Historia de la Iglesia Cristiana 11

Los siete eran ayudantes de los apóstoles corno rnfts tarde los diáconos eran ayudantes de los ancianos (Hechos 14 :2:l; Fil. 1 :1; 1 Tes. 5:12; d. ~lechos 20:17).

1 "ª relacit111 oficial entre ap,'istoles, diáconos y ancianos:

Apóstoles

D..! ta conos

-----------p Ancianos

--------- DiácLos El presbiterio, o sea, el oficio de los ancianos. era tal yez

el tercer oficio instituído en la Iglesia. Nada se dice en cuanto al origen de este oficio, pero es muy pnJbable que seguía el modelo en la sinagoga. Los presbítero,.; cristianos se mencionan por primera vez en Hechos 11 :30. En el Nuen> Testamento hay clos nombres que pueden intercambiarse para designar a eso:;; funcionarios, a saber: '"presbyteroi" o presbíteros, y "'episcopoi" u obispos ( cf. pastor, ministro, o en inglés "elder"). Algunos creen c1ue presbítero era título de honor y que obispo corres­ponde al título de su oficio, pero lo que se afirma en l Tim. :3:1-7 y 5:17-22 no da base para tal conclusión. La única dife­rencia entre presbítero y obispo parece ser la del nombre. L'e 11 echos 14 :2:J se deduce claramente que Pablo y Bernahé, ini­ciando su primer Yiaje misional entregaron la dirección general de las distintas iglesias locales fundadas por ellos, a los ancianos ele la localidad. Estos eran los sucesores de los apóstoles como jefes espirituales y dirigentes generales ck las congregaciones locales.

San Pablo seguía la práctica de organizar tocias las congre­gaciones fundadas por él, o con quienes tuvo contacto, emplean­do para esto un sistema definido. En primer término seleccionú de entre los ele la iglesia de la localidad, un grupo ele ancianos que debían oficiar corno jefes espirituales y directores generales, cacla grnpo cu su propia iglesia. Seguía esta práctica en su pri-mero segundo viaje misional, como también durante los últi-mos de su \·ida (Tít. l :G; lTim. ::i :1-rn; etc). Los ancianos

12 Historia de la Iglesia Cristiana

ele la localidad, o sea, los presbíteros, eran los sucesores de los apóstoles como dirigentes de las iglesias, y los diáconos ayuda­ron a esos ancianos (Fil. l :1; l Tim. ;3 :l-1:3 etc.). Esta organi­zación eclesiástica pre\'alecía, por lo menos en las regiones de Asia Menor y Europa, durante la vida ele San Pablo.

El episcopado mmúrr¡uico, de que no se halla rasgo en las Epístolas Pastorales. ni en el tiempo de San Pablo, se introdujo primeramente en las ]Jr<l\'incias de Asia a fines de la era apost(>­lica. Esto se Ye de las epístolas de San Juan, y en el Apocalipsis. El episcopado monárquico había llegado a ser el primer oiicio en la iglesia local, esto es, la dirección de cada congregaci(m se centralizó en un solo oficial que era superior a los demás ancia­nos y a los cliúconos. Esto se ve de los mensajes del Seíior a las siete iglesias (J\po. cap, 1-:3). Cuando fueron comunicados estos mensajes (cerca de 94-9G d. de J. C.). el, nombre "episcopos", o sea, obispo, eYidentemente no había llegado todavía a ser título regular del individuo obispo, como fné el caso en las epístolas ele San lgnacio, escritas cerca del año 100. Los dirigentes autori­zados ele las siete iglesias son designados por medio de dos sírn­lmlos: "las siete estrella, son los ángeles de las siete iglesias" (Apo. l :20).

Estrellas, según d usu ele las Escrituras, a menudo desig­nan a los que gobiernau o reinan: y la \'OZ ''ángel''' se usa en el Antiguo Testamento para de~ignar a los profetas y sacerdo­tes, a quienes Dios enYió al pueblo para proclamarle su volun­tad y su Palabra. Los oiicialcs de las siete iglesias se llaman "estrellas", gracias a la dirccci/lll que ejercían; y se llaman "ángeles", gracias al puesto alto y gran rcsponsahiliclad que te­nían. Nos ciamos cuenta de que aquí el Sefíor puso tocia la res­ponsabilidad relacionada con la congregación sobre un :c:olo fun­cionario y no en el grupo entero ele los ancianos.

Timoteo y Tito no eran ancianos o presbíteros ordinarios, mas tenían puestos más elevaelus. Ambos actuaron como re­presentantes provisionales ele San Pablo, el apc'istol, Timoteo ,en y alrededor ele Efeso, y Tito en la isla de Creta. San Pablo mismo sentía su responsabilidad para el desarrollo de las igle­sias en esas dos localiclacles, especialmente en cuanto a la doc­trina y la organización. En esos deberes temporarios ele Timo­teo y Tito podemos ver qniz:1, los rudimentos del episcopado

Historia de la lgles:a Cristiana 13

diocesano. a1111qne este uf1c1n no fué instituído formalmente hasta en el segundo siglo. l'()r la posición que ocupó el apóstol Juan en Ffeso, cuando escribió sus epístolas y el Apocalipsis, tenía casi todas las características del oficio posterior del obispo de una diócesis. Puede compararse lamhi[,n la relacit'm que al principio lt1\o Santiago el Justo con las Tgle.sias Judías en la. diáspora, rehL·ión reflejada en la epístola de Santiago.

J-luh<> taml>iC:·11 cristian()s que habían recibido dones especia­les y extraordinarios del Espíritu Santo. Esta dotación espe­cial no pertenecía a ninguna orden u oficio especial en la Igle­sia, mas fué dada a los creyentes según quiso el Espíritu (1 Cor. 12:11). I·~stas personas dotadas, con excepción ele las mu-

(l Cor.14::\4: 1 Tim. 2:12), tenían el privilegio de ense-y de predicar en la congregaciún. Algunos se ocuparon es­

pecialmente en el e\·angelismo ( 11 ech. 21 :8; Efe. 4 :11). En l{om. 16: 1 se hace mención del oficio de las diaconisas. De 1 Tim. :í :!J parece desprenderse que solamente las Yiuclas mayo­res de fiO aíios, podían ocupar este oficio. Cuidaban ele los po­bres, de ln,.; enfer111os y de las mujeres Yisitantes en la congre­gación.

lfay instrucci<'m precisas en cuanto a las calificaciones de los candidatos para un puesto en la iglesia (l Tim. 5 :1-1:3; l I ech. (i ::l). l l 11 estudio Jire, e de las primeras elecciones men­cionadas en Lt Iglesia apostólica (l lech. tí :1-6) nos da las si­guientes impresiones: (J) Los apóstoles definían los requisitos que debían tener los candidatos: (2) El derecho de elegir a los candidatos, según el parecer de los apc'istoles, era derecho de la Iglesia: (:)) La congregación misma hace la elección, pero los ap<'istoles ofician en la consagración y la institución; (4) El acto final era la impusición de manos que significaba la co­municaciún di\'ina de poder y gracia. Parece que esta mane­ra ele proceder llegú a ser el orden acepto en la Iglesia primi­ti\'a. Fl amor fraternal (Juan J:l ::)4-:35) era el principio que gohernaha la Yida ele los cristianos. ''En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tnYiereis amor los unos con los otros". Este amor se expresó en cuidar misericordiosamente de los enfer111os y necesitados y en una hospitalidad notable. Esta manera de vivir con de:-;intcrés y en pureza pronto suscitó la admiración ele lo:-; no cristianos. Los creyente:-; eran una leva-

14 Historia de la Igles'a Cristiana

dura sana dentro de la masa perdida de ia sociedad. El cris­tianismo logró refrenar y poco a poco eliminar tres grandes males de \;1 antig·üeclacl: el desprecio a ios extranjeros, la e;,­cl~ll'itud, y la degradaci,m de la mujer.

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EL PRESBJTER/0

como tÍ1ri­

de las ~le.s1as

i¡!,{es1a normalm11.nle Ít

n/a siafr¡ Pre.5/,1'feros, fodos dfl l'an:I,o

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fL DIACO/'/ADO Di'iiCohos fueron e{e.cfos por fas %fo5(as loe dios pard ayodar a los Afo'sfo/es y los Anc,anos e'1 los puehacer.z.s rutinarios. A~unos lJia"cono, oran Fvan;1,elisfas permananfes como [s/dan y Felipe.

j,

[L EPISCOPADO MO!YA!<QU!CO D1rrzcc10-.,, d1t. vna

un ofu:taf 7ue era Ancicsrnos y a fo:.

!}Los paslor" ,n 'ºf tjPoli',arpo e.n D>mU'na. .-

5. [PJSCOPADO de la D!OC [EIS Un Pr.sb,l~ro u Obispo 7ue fenia

v1sio'n ofiá"aÍ so6ra. un /!,ran número i¡!,lescas .-

1) {antia¿?,º •n Juusafe'n -!I) Juan <n E/eso. -

'JI) Tifo en Cre/a, -

.. rcHARJsi,ii,,'ri;DONis [S [CJAL[SDÜ-[Ü)_-SAttió1 f Cor. /2:4-28; Rom. 123 8; Pedro 4,/0-/1

EL APOSTOLADO Luc. 6: 13; Mat Z8 ,f6-20

l ,a disciplina eclesiástica era muy sc\-era. Se excluía ele la cornunión con la Iglc;-:ia a lo,; herejes, apóstatas. y ltis culpa­bles de pecados groseros. Era idea común que ciertos pecados cometidos después del bautismo ya no podían ser perdonaclus y por eso excluían permanentemente de la Iglesia. l'or ende, el liantismo fué administraclo después de una hncna instruc­ción no solamente en doctrina sino también en las cosa,; que los cristianos debían buscar y e\-itar.

Las partes esenciales v característica:;; del culto cristiano se mencionan en la 2a. se~ción de este capítulo. El domingo, "el día del Señor", fué apartado como clía del cnlto. g1·acia;, a los sagrados recuerdos relacionados con ese día. Era el día cuando el Seí'íor resucitó de entre los muertos. Era el día del nacimiento ele la Iglesia, pues el primer Pentecostés cristiano

Historia de la Iglesia Cristiana

era día domingn. Fl primer día d\' la :,,Cmana Dios creó el mundo y can1hir'.> las liuichlas cu luz. (Se santificaha el domin­go con nn culto matutino a la salida del sol y con una fiesta de arnnr, o sea ágape, por la 1ardc. Aparte clc esto los cris­tianos trabajaban corno los demás ciudadanos el día domingo. Constantino co1n·irti<'> el domingo en día ele descanso para los funcionarios del estado, pero este pri\·ilcgio no era para todo el mundo. l ,os cristianos ya habían empezado a tomar sus des­cansos los <lomíngos y tenían cultos por la mañana ya por algún tiempo antes de los decretos oficiales de Constantino).

Había por lo general dos cultos el domingo por la maña­na. El culto consistía en la acloracic'm, oración y predicación, v a este culto se admitían adem;i;; ele los cristianos también ;t otros. El culto por la tardo. concl11ía con la fiesta de amor, o ;;ca una cena en común que a ;;u vez fué seguida por la Santa Cena o sea el Sacramento del Altar. Hacia fines de la era apo;;­tólica y poco antes del año 100 dejaron ele celebrar estas cena.s <le amor v la Eucaristía fn/: introducida en el culto matutino. No es p1:ohahle que las cfo,tintas Iglesia;; tuvieran un orden uniforme de culto, tampoco reglas fijas para el culto. El orden del culto de]Jendía naturalmente y hasta cierto punto de los dones de los part icipanies, pero aún las expresiones espontá­neas y no meditadas ele lo;; que hahlahan en lenguas y de los que hahlahan palahra ele profecía fueron presentadas a la asamblea por orden y no en confusión.

A 1 principio Jo;; lugares para el culto eran el templo (} Tech. 2:4f-i; :Ll-4::3). la sinagnga (Sant. 2:2; Hech. 1:1:rn ss. 14:1; 17 :1-2; 18 :4 ss.; 1 !) :8) y las casas pri va<las (lT echos 2 :4o; 20 :7-8; Rom. lo ,2:3). Además usaban edificios alquilados (He­chos 19 :9 etc.). Edificios especiales para la iglesia fueron cons­truídos en una era posterior. generalmente siguiendo el estilo ele la, basílica.

A fines clel primer siglo cri;;tiano, los creyentes aclornahan artí;;ticarnente los sagrados lugares ele descanso de los muer­tos. 1 "ºs dirigentes eclesiásticos prominentes amonesta han a los fieles a pre~tar atención a las cosas "buenas y amahlcs" (Fil. 4 :8). Por lo tanto es razonahlc concluir que el arte ocnp<'> un lugar en la ca:-;a de acloraciém y en el hogar cristiano.

16 H'storia de la Iglesia Cristia11a

La Iglesia a fines de la era apostólica

Es ele interés notar C:ste resumen de los progresos y de las características del cristianis1rn1 apostólico.

1. Como el grano de mostaza, así la Iglesia, corno un or­ganismo viviente, fué plantada y creció hasta llegar a ser un 'árbol grande, cuyas ramas se extendían a la mayor parte de1 mundo civilizado. El poder espiritual de este organismo se mostrc'i capaz ele transformar los corazones y las mentes ele los creyentes, y de renovar poco a poco la sociedad decadente.

2. ] ,a Iglesia asumió sus propias formas característica., de organízacic'm, ele vida y ele culto. Sobre este árbol que cre­cía tan rápidamente, aparecen brotes espurios y ramas falsas en forma ele sectas y herejías, que chupaban ele la vitalidad y afectaban la vida interna por medio de compromisos inclehiclos, por la apostasía y por las persecuciones. La J glesia trató de ajustarse a estas condiciones, en parte por medio de una expli­cación cuidadosa de los principios cristianos fundamentales e importantes, tomados ele! Nuevo Testamento, y en parte por medio ele la predicación del Evangelio con pocler y con la ayu­da del Espíritu Santo, y en parte también por medio de la Yicb santa de los creyentes.

3. Esta vida y desarro1lo de la Iglesia formó la base para todos los desarrollos futuros del cristianismo. Lo que los após­toles enseñaron e instituyeron llegó a ser el modelo según el cual toda enseñanza y práctica posterior iba a ser juzgada. El cristianismo apostólico llegó a ser el prototipo auténtico de la Iglesia ele! futur.o.

4. En anticipación a los desarrollos en la Iglesia durante los próximos siglos, puede ser de interés hacer una compara­ción entre el cristianismo apostólico y el católico. o sea entre apostoliciclacl y catolicismo. Hay las siguientes diferencias: (1) El cristianismo apostólico reconoció un sacerdocio ele todos los creyentes que era uniyersal y espiritual; el catolicismo recono­ció un sacenlocio especial que hizo una división entre los cris­tianos, diYidiéndolos en clérigos y legos. (2) A la pregunta ¿ Qué es la Iglesia? el apostolismo contestó con las palalJras ele Jesús: "Donde hay dos o tres reunidos en mi 110111 bre, allí es-

Tesis sobre Koinonía 17

loy en medio de ellos''; el catolicismo dijo: Donde estit el obis­po,1- allá está la Iglesia. Fuera de esta Iglesia no hay salvación. (:3) La Iglesia apostólica sostenía que cada creyente tenía acceso directo a Dios por medio de la fe en Jesucristo; la ] gle­sia Católica mantenía que la comunión con Dios era posible solamente por medio de la comunión con el obispo. (4) Aque­lia Iglesia permitió a cada varón cristiano que tuviera dones especiales del Espíritu, a enseñar, a predicar y administrar los sacramentos; esta Iglesia concedió esta autoridad solamente al obispo.

(5) La Iglesia apostólica mantenía que el pecador recibe perdón al confesar sus pecados directamente a Dios según lo rnelado por Jesucristo en su Palabra; la Iglesia Católica man­tenía que el perdón ele los pecados ,·íene por medio de la boca del sacerdote mediador.

(ti) Aquella Iglesia enseñó que la comunión personal con Dios se realiza sólo por la fe; esta 1 glcsia enseñó que tal co­munión con Dios se realiza por adherir estrictamente a ciertas formas externas.

(7) Aquella consideró como Iglesia ese grupo ele gente santa que cr~ía en Jesucristo o sea una congregación ele los santos; ésta consideró como Iglesia a ese grupo de creyentes que pertenecían al episcopado o sea la J glesia ele los obispos.

A base ele estas comparaciones breves, el estudiante podrá anticipar algunos de los desarrollos subsiguientes que condu­cen desde la apostolicidad al catolicismo. También podrá dis­cernir cómo los resultados en conjunto de un catolicismo ex­tremo inevitablemente conducirían a la Reforma, es decir, a la exigencia de que la Iglesia volviera a la fe y la práctica apos­tólica.

Tesis sobre los principios que gobiernan la cooperac10n entre

las Iglesias que no están unidas en comunión eclesiástica

Las tesis siguientes aparecieron en la revista Australian Lutheran, el 27 ele junio de 195G. Ya que la cuestiún rk afiliar-