Izquierda Revolucionaria en Uruguay

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    1/27

    Pan American Institute of Geography and Historyis collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to

    Revista de Historia de Amrica.

    http://www.jstor.org

    Pan merican Institute of Geography and History

    Propuest as revolucionarias en la izquierda uruguaya de los aos 60Author(s): Eduardo Rey TristnSource: Revista de Historia de Amrica, No. 132 (Jan. - Jun., 2003), pp. 75-100Published by: Pan American Institute of Geography and HistoryStable URL: http://www.jstor.org/stable/20140109

    Accessed: 07-10-2015 02:54 UTC

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    2/27

    PROPUESTAS

    REVOLUCIONARIAS

    EN

    LA

    IZQUIERDA

    URUGUAYA

    DE

    LOS

    A?OS

    60

    Eduardo

    REY

    TRISTAN*

    Abstract

    This article

    study

    the main

    revolutionary

    proposals

    in

    the

    Uruguayan

    left

    between 1966 and 1973. Firstly, show a general view about the origin of the

    revolutionary

    groups

    between

    1963

    and

    1966,

    trying

    to

    situate tendences

    and

    debates about

    the

    posibilities

    of

    revolutionary

    action

    in

    Uruguay.

    Sec

    ondly, analyce

    the

    two

    main

    proposals

    borned

    in the

    preceding period,

    prac

    ticaly

    the

    only

    that

    can

    be

    considered

    such

    as:

    the

    foquis

    ta

    model

    of

    National

    Liberation

    Movement

    -

    Tupamaros

    (MLN-T),

    and

    the insurrec

    tional

    model

    of the Anarchist

    Uruguayan

    Federation

    (FAU).

    Resumen

    Este

    trabajo

    trata

    de

    dos

    principales

    propuestas

    revolucionarias existentes

    en

    la

    izquierda

    uruguaya

    entre

    1966

    y

    1973. Para

    ello,

    en

    primer

    lugar

    traza

    un

    panorama

    general

    de

    la

    gestaci?n

    y

    nacimiento

    de

    los

    grupos

    revoluciona

    rios

    entre

    1963

    y

    1966,

    ubicando

    procedencias,

    tendencias

    y

    debates

    en

    torno

    a

    las

    posibilidades

    de acci?n

    revolucionaria

    en

    el

    pa?s.

    En

    segundo

    lugar,

    analiza las

    dos

    principales

    propuestas

    que

    nacieron

    del

    periodo

    ante

    rior,

    pr?cticamente

    las

    ?nicas

    que

    pueden

    considerarse

    como

    tales,

    aquellas

    que

    fueron definidas

    de

    forma estructurada

    y

    que

    fueron llevadas

    a

    la

    pr?cti

    ca por las organizaciones que las defend?an: el modelo foquista del Movi

    miento

    de

    Liberaci?n

    Nacional

    -

    Tupamaros

    (MLN-T)

    y

    el insurreccional

    de

    la Federaci?n

    Anarquista

    Uruguaya

    (FAU).

    Entre

    1955

    y

    1971,

    la

    izquierda

    uruguaya

    sufri?

    una

    transformaci?n

    radical.

    De

    ser

    una

    izquierda

    bipartidista,

    dominada

    por

    socialistas

    y

    comunistas,

    minoritaria

    electoralmente1

    e

    integrada

    en

    el

    sistema

    a

    trav?s de

    la

    actividad

    *

    Investigador

    Posdoctoral

    de

    la

    Universidad

    de

    Santiago

    de

    Compostela.

    Trabajo

    realizado

    en elmarco del

    Proyecto

    de

    Investigaci?n

    BHA2002-01644, Ministerio de Ciencia y Tec

    nolog?a.

    Correo

    electr?nico:

    [email protected]

    1

    Desde

    su

    nacimiento,

    nunca

    super?

    el

    10%

    de los

    votos,

    quedando relegada

    a

    papeles

    de

    cr?tica

    en

    unas

    c?maras

    dominadas

    por

    la abrumadora

    mayor?a

    que

    se

    repartieron

    siempre

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    3/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A. N?m. 132

    pol?tica parlamentaria y de la sindical, pas? a ser una izquierda pr?cticamen

    te

    monopartidista,

    aglutinada

    en

    el

    Frente

    Amplio

    (FA),

    renovada

    ideol?gi

    camente,

    que

    ampli?

    su

    base

    pol?tica

    y

    electoral

    con

    la

    integraci?n

    de

    fuerzas

    procedentes

    de

    los

    partidos

    tradicionales, y

    en

    la

    que

    el

    peso

    del

    binomio

    socialista-comunista

    pas?

    a

    un

    segundo

    plano.

    En

    esa

    evoluci?n

    vio

    adem?s c?mo

    de

    sus

    filas

    nac?an

    propuestas

    revolu

    cionarias

    que

    se

    colocaban

    fuera del sistema

    y

    que,

    en

    ciertos

    momentos,

    compet?an

    con

    ella

    por

    la direcci?n del movimiento de

    masas.

    Ambas

    no

    eran,

    sin

    embargo,

    dos

    izquierdas

    diferentes

    y

    encontradas. Fueron dos

    ver

    tientes de una opci?n pol?tica unitaria, que pugnaba por una transformaci?n

    social,

    pol?tica

    y

    econ?mica del

    Uruguay,

    pero que

    lo

    hac?an

    por

    caminos

    diferentes,

    divergentes

    en

    muchos

    casos,

    pero

    con

    puntos

    de

    contacto

    en

    otras

    ocasiones.

    En

    estas

    p?ginas

    nos

    ocuparemos

    de la vertiente

    revolucionaria

    de

    la

    izquierda

    uruguaya

    en

    la d?cada

    de

    los

    sesenta

    y

    los

    primeros

    a?os

    setenta.

    Analizaremos

    sus

    principales

    propuestas

    de transformaci?n de la

    sociedad,

    al

    tiempo

    que

    las formas

    a

    trav?s

    de las

    que

    entend?an

    aquellas

    deb?an

    ser

    puestas

    en

    pr?ctica.

    La

    izquierda

    revolucionaria

    uruguaya

    estuvo

    compuesta

    por

    diferentes

    grupos

    en

    distintos

    momentos. El

    comienzo de

    su

    periodo

    de

    gestaci?n

    se

    sit?a

    hacia los

    primeros

    meses

    de

    1963,

    pudiendo

    considerarse

    definitivamente

    consolidada

    como

    opci?n

    dentro de

    la

    izquierda

    cinco

    a?os

    m?s tarde.

    A

    lo

    largo

    de

    esos

    a?os,

    fueron

    muchos

    los

    grupos

    que

    participa

    ron

    en sus

    debates

    y

    estructuras,

    los

    que

    colaboraron

    a

    trav?s

    de

    esos

    ?mbi

    tos

    en

    la

    conformaci?n definitiva

    de las diversas

    propuestas

    revolucionarias

    que

    cuajaron

    en

    la

    segunda

    mitad

    de la

    d?cada.

    Aqu?

    nos

    ocuparemos

    de las

    dos m?s

    importantes,

    pr?cticamente

    las

    ?nicas

    que

    pueden

    considerarse

    como

    tales,

    aquellas

    que

    fueron

    definidas

    de forma estructurada

    y

    que

    fue

    ron

    llevadas

    a

    la

    pr?ctica

    por

    las

    organizaciones

    que

    las

    defend?an:

    el

    mode

    lo

    foquista

    del

    Movimiento

    de

    Liberaci?n Nacional

    -

    Tupamaros

    (MLN-T)

    y

    el insurreccional

    de la Federaci?n

    Anarquista Uruguaya

    (FAU).2

    Estudia

    el

    Partido Colorado

    (habitual

    partido

    de

    gobierno)

    y

    el

    Partido Nacional

    (hasta

    1958

    el

    partido

    de

    oposici?n).

    2

    Creada

    en

    1956,

    represent?

    la

    renovaci?n

    y

    actualizaci?n

    de

    un

    anarquismo

    otrora

    capital

    en

    el

    movimiento

    obrero

    uruguayo pero

    desde 1929

    muy poco

    significativo.

    La

    reorgani

    zaci?n

    y

    renovaci?n

    supuso

    el

    ensayo

    de

    nuevos

    caminos

    y

    la

    incorporaci?n

    de

    nuevas

    ideas.

    La Revoluci?n

    Cubana

    tuvo

    una

    influencia decisiva

    en

    su

    evoluci?n,

    e

    incluso

    su

    apoyo

    le cost? a la fau una de sus m?s

    graves

    crisis internas en los

    primeros

    a?os sesenta.

    Para

    su

    primera

    etapa

    no

    existen

    trabajos publicados.

    Las informaciones

    aqu?

    utilizadas

    provienen

    de entrevistas

    con

    viejos

    militantes,

    especialmente

    Juan

    Carlos Mechoso

    (reali

    zada

    por

    el

    autor,

    9/11/1999

    y

    9/11/2000,

    Montevideo),

    de

    prensa

    (Voluntady

    Lucha Li

    76

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    4/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    remos con detenimiento ambos en la segunda parte de este trabajo. Antes,

    en

    la

    primera,

    veremos

    los

    rasgos

    generales

    del

    periodo

    en

    el

    que

    se

    con

    formaron

    (1962-1967);

    y

    daremos

    cuenta

    brevemente

    de los ?mbitos

    en

    los

    que

    lo

    hicieron

    y

    de los

    otros

    grupos que

    formaron

    parte

    de

    esos

    espacios,

    participando

    ah? del rico

    en

    intenso

    debate definidor

    de

    los

    modelos revolu

    cionarios

    del

    Uruguay

    de los

    a?os

    siguientes.3

    En

    estas

    p?ginas

    no se

    analizar?

    la

    propuesta

    ideol?gica

    y

    de acci?n

    del Par

    tido Comunista

    Uruguayo

    (PCU).

    Como

    se

    ver?

    a

    lo

    largo

    del

    texto,

    no

    enten

    demos

    que

    ?sta

    pueda

    considerarse

    revolucionaria

    en

    el sentido

    en

    el

    que

    aqu?

    se utiliza. Si bien su objetivo final es la transformaci?n de la sociedad, y por

    tanto

    en

    ese

    aspecto

    el comunismo s?

    era una

    opci?n

    revolucionaria,

    en

    el Uru

    guay

    de los a?os

    sesenta

    e

    inicios de los

    setenta

    el

    PCU

    defend?a

    posturas

    que

    no

    contemplaban

    una

    acci?n directa

    y

    radical

    para

    llevar

    adelante

    esas

    transforma

    ciones.

    Se

    entienden

    como

    organizaciones

    revolucionarias,

    por

    tanto,

    aquellas

    que

    defend?an

    la

    acci?n

    revolucionaria

    inmediata,

    que

    en

    la

    Am?rica

    Latina de

    los

    a?os

    sesenta,

    por

    influencia del castrismo

    principalmente,

    significaba

    sobre

    todo

    el

    recurso a

    la lucha

    armada.

    En

    otros

    ?mbitos,

    caso

    de los frentes

    de

    ma

    sas,

    eso se

    traduc?a

    en

    posiciones

    combativas

    en

    cuanto

    a

    demandas,

    acci?n

    y

    organizaci?n,

    como

    veremos.

    La

    postura

    del

    PCU

    a

    lo

    largo

    del

    periodo

    estudiado hab?a sido

    fijada

    en

    el

    proceso

    de renovaci?n

    partidaria

    iniciado

    en

    julio

    de

    1955

    con

    la sustituci?n

    del

    viejo

    l?der

    y

    fundador del

    partido Eugenio

    G?mez

    por

    Rodney

    Arismendi.

    A

    partir

    de

    un

    an?lisis de la

    situaci?n nacional

    que

    presentaba

    al

    Uruguay

    como

    un

    pa?s dependiente

    y

    doblemente

    oprimido (por

    el

    imperialismo

    norteamerica

    no en

    lo

    externo

    y

    por

    los

    grandes propietarios

    y

    grandes capitalistas

    en

    lo in

    terno),

    se

    entend?a la

    sociedad

    uruguaya

    como

    la

    tensi?n

    entre

    dos

    bloques

    definidos:

    una

    minor?a de

    terratenientes

    y

    un

    pu?ado

    de

    capitalistas

    vendidos al

    imperio

    ?se

    dec?a?,

    frente

    a

    la

    mayor?a

    de

    la

    poblaci?n

    del

    pa?s

    (la

    clase

    obrera,

    el

    campesinado,

    las

    grandes

    masas

    de la

    peque?a

    burgues?a

    urbana,

    la

    intelectualidad

    y

    la

    burgues?a

    nacional).

    La

    v?a

    para

    superar

    esa

    situaci?n

    ser?a

    la

    revoluci?n

    agraria

    antiimperialista,

    y

    el instrumento

    clave

    para

    ello,

    centro

    desde

    entonces

    de

    su

    estrategia

    pol?tica,

    el

    Frente

    Democr?tico de

    Liberaci?n

    Nacional,

    gran

    caudal unitario

    de todas las fuerzas

    democr?ticas

    encabezadas

    por

    el

    proletariado

    en

    alianza

    con

    los

    campesinos.

    Ese Frente

    estar?a

    conforma

    bertarid),

    y

    de

    alguna

    documentaci?n

    procedente

    del

    Archivo de

    F

    AU,

    Montevideo. Para

    el

    periodo posterior

    a

    1965,

    contamos

    con

    el

    reciente

    trabajo

    del

    propio

    Mechoso

    (2002).

    3

    Una visi?n m?s

    amplia

    de ese

    periodo,

    con detalle de

    grupos,

    relaciones,

    debates

    y

    pro

    puestas,

    podr?

    encontrarse

    pr?ximamente

    en un

    trabajo

    que

    ser?

    publicado

    en

    la Revista

    de

    Historia

    (Escuela

    de

    Historia,

    Universidad

    Nacional

    y

    Centro de

    Investigaciones

    His

    t?ricas de

    Am?rica

    Central,

    Universidad

    de Costa

    Rica,

    Costa

    Rica).

    77

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    5/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan R.H.A. Num. 132

    do por las fuerzas representativas de ambas clases, todo bajo la conducci?n del

    Partido

    de

    vanguardia,

    el

    comunista.4

    La

    estrategia

    del

    PCU

    desde

    finales

    de

    los

    cincuenta

    dej?

    de lado la

    acci?n

    revolucionaria

    inmediata

    como

    v?a de transformaci?n radical de

    la sociedad.

    Se centr?

    en

    el desarrollo

    del

    partido

    y

    en

    la acumulaci?n

    de fuerzas

    entre

    las

    distintas clases

    a

    trav?s

    del

    Frente Democr?tico de Liberaci?n

    Nacional,

    cuya

    expresi?n

    pol?tica

    desde 1962

    fue

    el

    Frente

    Izquierda

    de

    Liberaci?n

    Nacional

    (FIDEL).

    Su acci?n durante la

    siguiente

    d?cada,

    hasta el

    golpe

    de

    estado de

    1973,

    sigui? siempre

    esos

    principios.

    Y

    hay

    que

    se?alar

    que

    lo

    hizo de modo relativamente exitoso por cuanto el PCU-FIDEL increment? sus

    fuerzas

    y

    su

    peso

    pol?tico

    de

    forma

    muy

    significativa,

    adem?s de

    ser

    la fuer

    za

    dominante

    en

    el movimiento sindical.

    Gestaci?n

    de

    las

    propuestas

    y grupos

    revolucionarios

    Desde finales de

    1962

    e

    inicios de

    1963,

    militantes

    procedentes

    de las dis

    tintas fuerzas

    de

    izquierda

    comenzaron a

    discrepar

    con

    las

    l?neas

    de

    sus

    organizaciones

    y

    a

    pensar

    en

    la esterilidad de las v?as hasta

    ese

    momento

    transitadas.5

    En

    sus

    planteamientos

    estaba

    presente

    sin duda el

    ?xito de

    la

    Revoluci?n

    Cubana,

    ejemplo

    en esos

    a?os

    para

    el

    continente de transforma

    ci?n radical

    a

    partir

    de la acci?n.

    Igualmente

    se

    encontraban

    una

    serie

    de

    importantes

    frustraciones

    pol?ticas

    vividas

    en

    los dos

    a?os

    precedentes,

    de

    las

    que

    destacamos sobre todo

    tres:

    la

    incapacidad

    de la

    izquierda

    para

    lograr siquiera

    las

    firmas necesarias

    para

    plebiscitar

    una

    reforma constitu

    cional

    que

    defend?a

    propuestas

    tales

    como

    la reforma

    agraria

    (1961);

    los

    4

    Los materiales

    claves

    para

    comprender

    la

    renovaci?n comunista

    y

    la

    propuesta

    pol?tica

    que

    rigi?

    la

    vida

    del

    partido

    en

    los

    siguientes

    a?os

    hasta

    1973,

    son

    los resultantes del

    XVI

    Congreso

    Ordinario del PCU:

    Informe

    del Comit?

    Nacional,

    le?do

    por

    R. Arismendi

    (30/9/1955,

    Montevideo,

    84

    pp.,

    Archivo

    Fundaci?n R.

    Arismendi,

    Montevideo);

    y

    del

    XVII

    Congreso

    Ordinario

    (noviembre

    de

    1957):

    Declaraci?n

    Program?tica

    y

    Plataforma

    Pol?tica Inmediata

    (PCU, 1988:54-66).

    Importante

    en

    la

    fijaci?n

    de

    la l?neadel

    partido

    fue

    tambi?n

    el

    trabajo publicado

    por

    R.

    Arismendi

    en

    la

    Revista

    Estudios

    (?rgano

    te?rico

    del

    PCU),

    El

    PCU

    ante

    el

    XL

    Aniversario de

    la

    Revoluci?n

    de

    Octubre ,

    no.

    7,

    noviembre

    de

    1957,

    pp.

    17-31.

    5

    Cabe

    se?alar

    que

    desde 1960 al hablar de la

    izquierda

    ya

    no

    nos

    referimos s?lo

    a

    los

    partidos

    que

    tradicionalmente

    la hab?an conformado:

    PCU,

    psu

    y,

    desde

    1956,

    fau.

    La in

    fluencia de

    la

    Revoluci?n

    Cubana

    primero,

    y

    cuestiones

    internas

    que

    afectaban

    a

    los

    par

    tidos

    tradicionales

    despu?s,

    provocaron que

    desde

    aquel

    a?o

    comenzasen a

    separarse

    de

    estos ?ltimos

    grupos

    progresistas

    que

    conformaron nuevas

    organizaciones

    pol?ticas,

    en

    grosando

    las

    filas

    de

    la

    izquierda.

    De

    todos,

    cabe destacar

    el Movimiento Revolucionario

    Oriental

    (mro),

    formado

    en

    abril de 1961

    por

    el

    ex

    diputado

    del Partido

    Nacional

    Ariel

    Collazo

    tras

    un

    viaje

    a

    Cuba.

    78

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    6/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    escasos

    logros

    obtenidos

    por

    la radical y novedosa lucha de un sindicato

    agr?cola

    del

    norte

    del

    pa?s,

    la Uni?n de

    Trabajadores

    Azucareros de

    Artigas

    (1961

    y

    1962);6

    y,

    finalmente,

    los

    decepcionantes

    resultados

    obtenidos

    por

    la

    izquierda

    en

    los comicios de noviembre de

    1962,

    inversamente

    propor

    cionales

    a

    la euforia

    y

    expectativas

    que

    hab?a

    provocado

    la

    gran

    moviliza

    ci?n

    en

    defensa de

    la

    Revoluci?n Cubana

    y

    la

    propia

    campa?a

    electoral,

    y

    que

    hab?an hecho

    suponer que

    la

    izquierda podr?a

    superar

    sus

    parcos

    resul

    tados

    habituales

    y

    pasar

    a ser

    una

    alternativa de

    poder.7

    Todas

    esas

    frustraciones

    se

    fueron traduciendo

    desde los

    primeros

    meses

    de 1963 en la b?squeda de nuevas v?as para la acci?n, en el debate en torno

    a

    qu?

    caminos

    se

    podr?an

    transitar

    para

    lograr

    la

    transformaci?n

    del

    Uru

    guay.

    En el

    centro

    de

    todo

    ello

    estaban

    Cuba,

    con

    todo lo

    que

    significaba

    en

    esos

    a?os,

    los

    inicios del movimiento

    guerrillero

    en

    otros

    pa?ses

    del conti

    nente,

    o

    la

    pol?mica

    chino-sovi?tica

    por

    ejemplo.

    En

    la

    conciencia

    de

    todos

    esos

    militantes

    estaba hacer

    algo,

    no

    seguir

    confiando

    en

    la

    acumulaci?n de

    fuerzas

    y

    en

    la

    v?a

    electoral

    para

    lograr

    los cambios

    que

    estimaban

    necesa

    rios

    e

    imperiosos,

    m?xime si

    en

    momentos

    de efervescencia de la

    moviliza

    ci?n

    social

    y

    pol?tica,

    como

    hab?an sido

    los

    primeros

    sesenta

    en

    torno

    al

    apoyo

    a

    Cuba,

    a

    UTAA

    o

    con

    las elecciones de 1962,

    no se

    hab?a logrado

    superar

    las

    miserias

    pol?ticas

    de

    siempre.

    Esas

    inquietudes

    fueron

    convergiendo

    en

    el

    primer

    semestre

    de 1963

    en

    espacios

    comunes

    de

    debate,

    y

    poco

    a

    poco

    los

    que

    all?

    llegaban

    se

    fueron

    agrupando

    seg?n

    la afinidad

    en sus

    posiciones.

    Las

    voluntades de acci?n

    tuvieron

    su

    primera prueba

    en

    el asalto realizado al Club

    de Tiro Suizo el 31

    de

    julio

    de

    aquel

    a?o,

    as?

    como en

    las clandestinidades

    necesarias

    para

    evi

    6

    UTAA

    fue

    fundado

    en

    septiembre

    de

    1961

    en

    el

    departamento

    de

    Artigas

    a

    ra?z

    del

    trabajo

    de

    organizaci?n

    sindical

    que

    desde

    hac?a

    meses

    desempe?aba

    en

    la

    zona un

    destacado

    miembro del

    Partido

    Socialista

    Uruguayo

    (PSU),

    Ra?l Sendic. Los

    trabajadores

    de la

    ca?a

    de az?car manten?an

    unas

    condiciones

    laborales,

    sindicales

    y

    humanas

    muy

    desfavora

    bles,

    por

    lo

    que

    el

    trabajo

    de

    Sendic

    cal?

    pronto,

    y

    r?pidamente

    utaa

    inici?

    movilizacio

    nes

    por

    derechos m?nimos

    y pagos

    atrasados. En

    1961

    y

    1962 realiz?

    sendas marchas

    a

    Montevideo

    para

    dar

    a

    conocer su

    situaci?n

    a

    los

    trabajadores

    y

    poblaci?n

    del

    pa?s,

    con

    un

    gran

    impacto

    por

    el descubrimiento de la

    precariedad

    de vida de

    aquellas

    familias,

    y

    una

    importante

    toma

    de

    conciencia de ciertos

    sectores

    de la

    izquierda

    hasta

    entonces

    vol

    cados

    en

    la

    vida

    urbana. Sobre el

    tema

    v?ase

    Prieto

    (1986).

    7

    Los

    comicios,

    a

    los

    que

    psu

    y

    PCU se

    presentaron

    en

    sendas

    coaliciones

    (Uni?n

    Popular

    los

    primeros,

    FIDEL,

    los

    segundos)

    con

    organizaciones

    escindidas de los

    partidos

    tradicio

    nales,

    significaron

    la

    p?rdida

    de

    representaci?n

    parlamentaria

    para

    el

    psu

    y

    una

    ligera

    me

    jor?a

    del PCU,

    que

    recogi?

    los votos

    perdidos

    por

    su contrincante. El

    porcentaje

    de voto de

    la

    izquierda

    en

    conjunto

    no

    s?lo

    no

    super?

    los

    resultados

    habituales

    (6.21%

    entre

    PCU

    y

    PSU

    en

    1958),

    sino

    que

    fue

    menor

    (5.79%

    entre

    ambas

    coaliciones

    en

    1962)

    (Semanario

    Marcha,

    Montevideo, 5/11/1971,

    pp.

    7-9:

    Las

    v?speras

    del

    cambio ).

    79

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    7/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A. N?m. 132

    tar la

    persecuci?n policial posterior.

    Cuaj?

    entonces la relaci?n

    previa

    y

    los

    diversos

    grupos

    involucrados

    en

    la

    acci?n,

    as?

    como

    otros

    que

    en

    esos meses

    hab?an

    participado

    en

    los

    debates,

    decidieron

    el establecimiento

    de

    una es

    tructura

    no

    muy

    definida de coordinaci?n

    que

    a

    partir

    de

    entonces

    se cono

    cer?a,

    precisamente,

    como

    el

    Coordinador

    de los

    grupos*

    Sus

    integrantes

    eran:

    el

    Movimiento de

    Apoyo

    al

    Campesinado

    (MAC),

    conformado

    sobre todo

    por

    ex

    militantes

    de la

    Juventud del

    MRO

    que

    se

    hab?an

    separado

    del

    grupo por

    discrepancias

    en

    las

    formas de

    apoyo

    a

    las

    movilizaciones de

    UTAA

    y

    el

    significado

    que

    ello ten?a

    en

    el

    debate

    sobre

    las

    condiciones y posibilidades revolucionarias; el Movimiento de Izquierda

    Revolucionaria

    (MIR),

    de orientaci?n

    mao?sta,

    nacido

    tambi?n

    en ese

    a?o

    por

    divergencias

    en

    el

    seno

    de la Juventud

    del

    PCU

    respecto

    a

    la

    pol?mica

    Chino-sovi?tica;

    un

    grupo

    encabezado

    por

    Ra?l

    Sendic

    y

    formado

    princi

    palmente

    por

    trabajadores

    ca?eros

    del

    norte,

    integrantes

    muchos

    de ellos

    tambi?n

    de

    UTAA

    (si

    bien

    no se

    trataba del

    sindicato

    como

    estructura

    legal);

    militantes socialistas

    que

    en esos meses

    y

    a

    lo

    largo

    de 1964

    se

    fueron

    sepa

    rando de

    su

    partido

    por

    las limitaciones

    en

    la

    disposici?n

    revolucionaria

    que

    encontraban

    en

    ?l;

    y

    un

    grupo

    de

    dirigentes

    de la

    FAU.9

    El Coordinador estuvo activo hasta 1965. Fue el espacio fundamental clave

    para

    el

    nacimiento

    de la

    izquierda

    revolucionaria. Comenz?

    como

    punto

    de

    encuentro

    para

    gentes

    de diversas

    procedencias

    pol?ticas

    con

    objetivos

    comu

    nes.

    En

    ?l

    se

    debati?

    sobre las condiciones

    del

    pa?s,

    sobre

    sus

    posibilidades,

    sobre las

    v?as,

    etc. Y

    en esos

    debates,

    en ese

    ?mbito de

    relaci?n,

    de

    actuaci?n

    y

    de confrontaci?n de

    ideas,

    se

    definieron las

    propuestas

    revolucionarias

    que

    dominar?an la

    izquierda

    uruguaya

    en

    la

    segunda

    mitad

    de la d?cada.

    Todos

    sus

    integrantes

    hab?an

    llegado

    a

    ?l

    a

    partir

    de

    una

    convicci?n b?si

    ca

    en

    cuanto

    a

    la necesidad de

    un

    cambio de

    metodolog?a

    en

    la lucha

    por

    la

    8

    El Coordinador

    fue,

    ante

    todo,

    una

    instancia de relaci?n. Los

    grupos que

    lo

    conformaron

    mantuvieron

    sus

    particularidades

    y

    sus

    militantes

    pudieron seguir perteneciendo

    incluso

    a

    otras

    organizaciones

    pol?ticas legales

    (lo

    que

    tambi?n les ofrec?a cierta

    protecci?n).

    Hab?

    an

    llegado

    a

    ?l

    por

    la

    convicci?n

    en

    la

    necesidad de la

    acci?n, y

    a

    partir

    de

    eso

    dejaron

    aparcada

    la

    eterna

    pol?mica ideol?gica

    que

    hasta

    ese

    momento

    hab?a mantenido

    dividida

    a

    la

    izquierda,

    para

    demostrar,

    a

    trav?s de la

    preparaci?n

    para

    la

    actividad

    revolucionaria,

    sus

    voluntades. Para

    profundizar

    en

    todos

    los

    temas

    remitidos

    en

    este

    apartado

    remitimos

    de

    nuevo a

    la

    pr?xima

    publicaci?n

    de la Revista de

    Historia,

    un

    -

    UCR,

    Costa

    Rica.

    9

    El conocimiento del Coordinador

    se

    debe sobre todo

    a

    los

    textos

    del

    Tupamaro

    Fern?ndez

    Huidobro

    (1987,

    1995),

    y

    a

    las

    entrevistas realizadas

    en

    Montevideo

    por

    el

    autor

    a

    mili

    tantes de sus organizaciones: Julio Arizaga, del mir (21 y 23/8/1998 y 8/11/2000); Juan

    Carlos

    Mechoso,

    de

    la

    fau

    (9/11/1999

    y

    9/11/2000);

    Julio

    Marenales,

    del

    mln-t

    (4/8/1998

    y

    26/10/1999);

    Washington Rodr?guez

    Beletti,

    del

    mir

    primero

    y

    utaa

    despu?s

    (12/8/1998);

    y

    Jorge

    Torres,

    del

    mir

    primero

    y

    mln-t

    despu?s

    (30/11/1999).

    80

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    8/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    transformaci?n de la sociedad, como se ha se?alado: rechazaban las formas

    tradicionales

    (electorales

    principalmente),

    convencidos de

    su

    esterilidad

    para

    el

    objetivo

    planteado;

    al

    tiempo,

    entend?an

    que

    la

    lucha revolucionaria

    era

    la ?nica

    posibilidad

    para que

    el

    pa?s

    avanzase en

    la

    l?nea

    deseada,

    como

    el

    ejemplo

    cubano

    ya

    hab?a mostrado. Coincid?an

    tambi?n

    en

    el

    an?lisis

    b?sico de la

    coyuntura

    nacional: la situaci?n del

    pa?s

    y

    la

    agudizaci?n

    de la

    crisis

    estaban

    conformando

    poco

    a

    poco

    las

    condiciones

    objetivas

    necesarias

    para que

    se

    diese

    una

    situaci?n revolucionaria. Las luchas sociales

    se

    hab?an

    radicalizado

    desde inicios

    de

    la

    d?cada;

    la situaci?n

    econ?mica

    se

    deteriora

    ba r?pidamente, destap?ndose al tiempo la corrupci?n de algunos sectores

    pol?ticos

    y

    econ?micos;

    y

    las

    amenazas

    golpistas

    comenzaban

    a

    aparecer

    en

    el

    imaginario

    pol?tico

    del

    pa?s

    desde 1964.

    A

    partir

    de

    estas

    bases,

    la relaci?n establecida

    en

    el

    Coordinador

    y

    la

    acci?n clandestina

    com?n reafirm? la voluntad

    revolucionaria de

    sus

    grupos

    y

    militantes. Pero

    si

    por

    un

    lado

    esas

    acciones

    en un

    primer

    momento

    tuvie

    ron ese

    efecto,

    por

    otro,

    pronto

    generaron

    din?micas

    propias

    que

    requer?an

    que

    la

    definici?n

    conjunta

    superase

    el ?mbito

    de las condiciones

    objetivas,

    de la situaci?n

    nacional,

    y

    entrase

    en

    el de las condiciones

    subjetivas,

    esto

    es,

    en

    la definici?n de la

    organizaci?n

    revolucionaria

    y

    su

    forma

    de

    lucha.

    En

    cuanto

    a

    la

    ?ltima,

    del Coordinador los

    grupos

    extrajeron

    un

    m?nimo

    acuerdo: la

    guerrilla

    rural

    era

    inviable

    en

    el

    Uruguay.

    Entre 1963

    y

    1964

    algunos

    grupos

    de

    militantes

    recorrieron

    los

    campos

    del

    pa?s

    para

    estudiar

    posibilidades,

    se

    discuti?

    el

    tema

    a

    partir

    del conocimiento de

    otras

    expe

    riencias,10

    y

    se

    concluy?

    que

    la

    lucha

    armada ser?a

    sobre todo urbana.

    El

    acuerdo

    no

    fue

    m?s

    all?.

    A

    mediados de

    1965,

    en

    el ?ltimo intento reali

    zado

    para

    mantener

    la

    coordinaci?n

    tras

    algunas

    crisis

    importantes,

    hab?a

    ya

    tres

    ideas claras

    y

    diferenciadas

    entre

    los

    integrantes

    del

    Coordinador

    en

    cuanto

    al

    tipo

    de

    organizaci?n

    y

    lucha revolucionaria

    a

    seguir.11

    En

    primer lugar,

    el

    10

    Se estudiaron

    experiencias

    hist?ricas de lucha

    tanto

    rural

    (especialmente

    Cuba),

    como

    urbana.

    Frecuentes

    fueron

    las lecturas sobre los

    casos

    de

    Argelia,

    Palestina

    o

    Chipre,

    que

    m?s adelante

    resultar?an

    ?tiles

    en

    la

    definici?n

    de

    alguno

    de

    los

    grupos.

    Trabajos

    citados

    luego

    como

    fuentes

    de

    aprendizaje

    de

    t?cticas

    de lucha urbana fueron los libros

    de

    Robert

    Taber

    (1973)

    o

    deMe

    nahen

    Begin

    (1978),

    as?

    como

    las

    t?cticas del

    general

    Grivas

    en

    Chipre.

    11

    La reuni?n

    celebrada

    por

    todos

    los

    grupos

    en

    el

    balneario

    Parque

    del

    Plata fue la

    que

    deslind?

    campos

    entre

    las dos

    propuestas

    y grupos

    m?s

    importantes (el

    que

    luego

    cre? el

    MLN-T

    y

    el

    anarquista).

    Ah?

    se

    coincidi?

    en

    la

    imposibilidad

    de

    seguir juntos

    el

    camino,

    y

    desde

    ese

    momento

    cada

    uno

    comenz?

    a

    trabajar

    en

    la

    maduraci?n

    y

    el desarrollo de

    su

    propuesta.

    La del

    mir,

    tambi?n

    presente

    en estos

    momentos,

    no acababa de

    definirse, y

    no

    fue

    hasta

    meses

    m?s tarde

    que

    este

    grupo

    se

    separ?

    de los

    que

    crearon

    el

    mln-t

    (Fern?n

    dez, 1987,

    1995).

    Las

    informaciones

    de

    esta autor

    fueron

    cotejadas

    con

    las

    entrevistas

    se

    ?aladas

    en

    la

    nota

    n?mero 9.

    81

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    9/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A. N?m. 132

    MIR era favorable a la creaci?n del Partido Revolucionario de inspiraci?n mao

    ?sta. Una

    organizaci?n

    clandestina,

    como

    en

    cierto

    modo hab?a

    supuesto

    el

    Coordinador,

    podr?a

    tener

    la funci?n de brazo

    armado,

    pero

    no

    sentido

    por

    s?

    sola. La

    actuaci?n

    del

    MIR

    no

    tuvo

    una

    relevancia

    significativa

    desde

    que

    se

    deshizo

    el

    Coordinador

    y

    se

    cre?

    el

    MLN-T,

    si

    bien

    sigui?

    actuando

    como

    fuerza

    pol?tica.

    Desde 1967-1968

    se

    aboc?,

    no

    con

    mucho

    ?xito,

    a

    la

    creaci?n

    del

    par

    tido

    de

    masas,

    pero

    hacia 1969

    su

    existencia

    era

    poco

    m?s

    que

    testimonial debi

    do

    a

    diversos

    conflictos

    internos. S?lo

    a

    principios

    de los

    setenta

    logr?

    cierta

    inserci?n de

    masas,

    especialmente

    en

    el medio

    estudiantil

    con

    las

    denominadas

    Agrupaciones Rojas. En 1972, entendiendo que ya hab?an dado el salto de mo

    vimiento

    a

    partido

    revolucionario,

    pas?

    a

    denominarse Partido

    Comunista Re

    volucionario

    (PCR).

    En

    segundo

    lugar,

    en

    los

    meses

    siguientes

    a

    la

    ruptura

    del

    Coordinador

    y

    tras

    la

    infructuosa reuni?n de

    Parque

    del

    Plata,

    un

    amplio

    grupo que

    podr?a agluti

    nar

    aproximadamente

    a

    lamitad de los

    militantes

    vinculados

    antes

    al

    Coordina

    dor

    (unos

    cincuenta

    quiz?s), opt?

    por

    la creaci?n de

    una

    organizaci?n

    armada

    clandestina.

    Se

    trataba,

    en

    cierto

    modo,

    de

    profundizar

    en

    el modelo

    de acci?n

    y

    organizaci?n

    experimentado

    hasta

    ese

    momento,

    pero

    ahora

    superando

    los

    pro

    blemas

    que

    antes

    hab?an

    planteado

    la

    indefinici?n

    de las

    estructuras

    comunes,

    de

    las

    jerarqu?as

    o

    de las

    dobles

    disciplinas.

    Esa

    organizaci?n

    nac?a

    en

    parte

    con

    planteamientos

    de autodefensa

    en una

    posible

    involuci?n

    pol?tica,

    aunque

    en

    el

    fondo

    su

    idea fundamental

    era

    la

    preparaci?n

    clandestina

    para

    el

    momento

    en

    el

    que

    se

    diesen las condiciones

    revolucionarias,

    contribuyendo

    mientras,

    en

    la

    medida de lo

    posible,

    a

    crearlas.

    Este

    planteamiento,

    defendido

    por

    el

    MAC,

    Sendic

    y

    el

    grupo

    de militantes

    llegado

    del PSU

    en

    1964,

    cuaj?

    en enero

    de

    1966

    en

    la

    creaci?n

    del

    MLN-T.12

    En

    tercer

    y

    ?ltimo

    lugar,

    desde el

    anarquismo

    se

    rechaz?

    tanto

    la

    creaci?n

    del

    partido

    revolucionario de orientaci?n

    mao?sta

    como

    la

    de

    la

    organi

    zaci?n

    clandestina.

    La clave de

    su

    estrategia

    era

    el

    trabajo

    de

    masas

    y

    la

    preparaci?n

    para

    el

    momento

    en

    el

    que

    se

    diesen las

    condiciones

    para

    la

    12

    Los

    rasgos

    b?sicos

    de la

    organizaci?n

    ya

    se

    hab?an establecido

    en

    Parque

    del

    Plata.

    Ah?

    se

    hab?an

    discutido

    las

    tesis

    que

    significaron

    la

    separaci?n

    de

    los

    anarquistas

    del

    proyecto,

    se

    aprob?

    un

    Reglamento

    b?sico

    que

    m?s adelante ser?a el del

    mln-t,

    y

    se

    determinaron los

    pasos

    a

    dar

    para

    la

    creaci?n de ?ste

    en una

    reuni?n

    que

    tendr?a

    lugar

    meses

    m?s

    tarde,

    la

    I

    Con

    venci?n

    Nacional

    en

    enero

    de 1966

    (momento

    en

    el

    que

    se

    separ?

    el

    mir).

    El

    Reglamento

    que

    se

    aprob?

    en

    aquella

    reuni?n

    y que

    desde

    la I

    Convenci?n Nacional de

    enero

    de 1966

    se

    convirti?,

    con

    ligeros

    retoques,

    en

    el

    Reglamento

    del

    mln-t,

    hab?a

    sido redactado

    por

    Fern?ndez Huidobro entre 1964 y 1965. En los debates finales del Coordinador en 1965,

    representaba

    la

    apuesta

    por

    una

    sola

    disciplina

    y

    una

    sola

    organizaci?n,

    con

    el

    significado

    que

    ello ten?a

    (Jorge

    Torres

    y

    Eleuterio

    Fern?ndez,

    entrevista

    conjunta

    con

    el

    autor,

    9/12/2000,

    Montevideo).

    82

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    10/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    revoluci?n. Se entend?a que el centro de la actividad revolucionaria deb?a

    ser

    la

    organizaci?n

    pol?tica,

    cuya

    funci?n

    ser?a coordinar la lucha de

    masas

    y

    orientar la acci?n

    de

    una

    organizaci?n

    clandestina

    que

    apoyase

    a

    la

    ante

    rior

    en su

    radicalizaci?n

    y

    enfrentamiento.

    Ese

    aparato

    clandestino,

    en

    todo

    caso,

    actuar?a

    bajo

    criterio

    pol?tico,

    en

    apoyo

    de las

    movilizaciones,

    y

    siem

    pre

    en

    relaci?n

    con

    el

    grado

    de

    radicalizaci?n de las

    masas.

    No

    pod?a

    tener

    sentido

    m?s all? de

    las

    luchas

    de

    ?stas,

    ni

    actuar

    como

    organizaci?n

    aut?

    noma

    desvinculada

    de las

    movilizaciones sociales.

    Si bien el Coordinador

    fue hasta

    1965

    el

    espacio

    fundamental

    en

    la defi

    nici?n de la izquierda revolucionaria uruguaya, no fue el ?nico que existi?.

    Otras

    organizaciones

    fueron

    llegando

    a

    posiciones

    revolucionarias desde

    la

    pr?ctica pol?tica

    legal.

    As? fue

    el

    caso

    por

    ejemplo

    del

    PSU

    o

    del

    MRO.

    Estos

    mantuvieron

    contacto

    tambi?n

    con

    los

    primeros

    grupos, pero

    fue

    su

    evolu

    ci?n

    pol?tica

    en

    el

    marco

    de la radicalizaci?n de

    la vida

    pol?tica

    del

    pa?s

    en

    la d?cada

    lo

    que

    los hizo

    avanzar

    en ese

    camino. Su confirmaci?n definitiva

    fue la

    participaci?n

    de

    ambos,

    junto

    con

    otros

    grupos

    como

    la

    FAU,

    el

    MIR

    y

    algunos

    independientes,

    en

    la reedici?n de

    un

    diario

    de

    izquierdas

    en

    1967

    con una

    clara definici?n

    revolucionaria:

    el diario

    ?poca.

    ?ste,

    que

    hab?a

    salido desde

    junio

    de

    1962 hasta febrero de

    1967

    representando

    el medio de

    prensa

    de toda

    la

    izquierda

    no

    comunista

    del

    momento,

    tras

    unos meses

    de

    cierre fue retomado

    por

    las

    organizaciones

    se?aladas. Se hizo al

    tiempo

    que

    las

    posiciones

    de todas

    ellas

    converg?an

    en

    torno

    a

    la

    pol?mica

    con

    el

    PCU

    sobre la

    participaci?n

    en

    la

    Organizaci?n

    Latinoamericana de

    Solidaridad.13

    Su

    proyecto

    se

    resumi?

    en

    el documento

    conocido

    como

    Acuerdo

    de

    ?poca,

    que

    declaraba

    como

    objetivo primordial

    la

    promoci?n

    de

    la

    maduraci?n de

    las condiciones

    para

    la

    revoluci?n

    en

    el

    Uruguay

    en

    el

    marco

    de la revolu

    ci?n

    latinoamericana,

    aceptaba plenamente

    las resoluciones de

    la

    OLAS

    (que

    defend?an

    la instauraci?n de

    la lucha armada

    en

    el

    continente),

    y

    declaraba

    la voluntad de

    trabajar

    por

    la revoluci?n nacional:

    para

    destruir el

    r?gimen

    vigente

    al

    tiempo

    que

    liberar al

    pa?s

    de

    la

    tutela

    del

    imperialismo

    nortea

    mericano.

    La

    v?a

    ser?a la lucha

    armada.14

    13

    La

    olas,

    celebrada

    en

    La

    Habana del

    31

    de

    julio

    al

    13

    de

    agosto

    de

    1967,

    era un

    proyecto

    de

    internacional revolucionaria latinoamericana

    promovida

    por

    Cuba. Pretend?a

    la

    coor

    dinaci?n

    y apoyo

    de las luchas

    revolucionarias del

    continente,

    y

    consideraba

    la

    guerrilla

    rural

    teorizada

    por

    Regis

    Debray

    y

    el

    Che

    Guevara

    como

    el modelo

    revolucionario

    fun

    damental

    para

    la lucha revolucionaria

    (olas, 1967).

    14

    No

    se

    han

    conservado

    los cinco n?meros de

    ?poca

    editados

    entre

    el 7

    y

    el

    12

    de diciem

    bre

    de

    1967. Se

    conoce

    el

    texto

    del

    Acuerdo de forma

    parcial

    gracias

    a un

    trabajo

    in?dito

    de

    Hugo

    Cores consultado

    en

    el Archivo David

    C?mpora

    de Montevideo

    (en

    adelante

    83

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    11/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A.

    N?m. 132

    El 12 de diciembre de 1967, cinco d?as despu?s de la reapertura de ?poca

    con

    esta

    declaraci?n

    en sus

    p?ginas,

    las

    organizaciones

    firmantes fueron

    ilegalizadas,

    y

    el diario

    clausurado.

    A

    partir

    de

    entonces,

    las

    reglas

    de

    juego

    cambiaron.

    El

    PSU

    se

    mantuvo

    en una

    clandestinidad

    relativamente

    organi

    zada,

    procurando

    mantener

    algo

    de

    presencia

    en

    los

    medios de

    masas.

    Pero

    renunci?

    a

    continuar

    transitando

    por

    los

    caminos

    anteriores.

    Su

    regreso

    a

    la

    pol?tica

    legal

    se

    produjo

    en

    diciembre

    de

    1970,

    y

    a

    partir

    de

    enero

    de

    1971

    fue

    integrante

    del

    FA

    sin destacar

    por

    sus

    posiciones

    radicales,

    acerc?ndose

    en

    todo

    caso a

    las

    del

    PCU.

    Por su parte, el MRO s? pretendi? continuar la coordinaci?n con las organi

    zaciones firmantes del

    acuerdo

    y

    ahora

    ilegalizadas,

    pero

    s?lo

    obtuvo

    respues

    ta

    positiva

    de la

    FAU.

    A

    partir

    de

    mediados

    de

    1968,

    inici?

    su

    preparaci?n

    para

    la

    actividad

    revolucionaria

    en

    el

    pa?s.

    Hasta

    ese

    momento

    hab?a

    supedi

    tado

    su

    estrategia

    a

    los

    dict?menes

    cubanos. Entendiendo

    que

    el

    Uruguay

    no

    era

    propicio

    para

    la lucha

    rural,

    y que

    adem?s

    no

    hab?a

    agotado

    todas

    sus

    opciones

    de lucha

    pol?tica legal,

    sus

    tareas

    se

    hab?an

    centrado

    en

    ?ste

    ?mbito,

    consistiendo

    su

    actividad

    revolucionaria

    en

    el

    apoyo

    a

    otros

    movimientos

    del

    continente. La

    muerte

    de Guevara

    y

    la

    ?legalizaci?n

    de la

    organizaci?n

    impul

    saron

    un

    cambio de

    estrategia y

    la

    preparaci?n para

    la

    lucha urbana

    como

    forma

    de lucha

    contra

    la

    dictadura.

    El

    paso

    definitivo lo

    dieron

    en

    junio

    de

    1968

    tras

    la

    detenci?n de

    parte

    de

    la

    direcci?n

    en

    una

    reuni?n

    clandestina,

    en

    lo

    que

    entendieron

    como

    el

    fin

    de

    las

    posibilidades

    de acci?n

    legal.15

    En

    las

    siguientes

    semanas

    organizaron

    las

    Fuerzas

    Armadas

    Revolucionarias Orien

    tales

    (FARO),

    cuyas

    primeras

    actuaciones tuvieron

    lugar

    en

    los

    meses

    de

    sep

    tiembre

    y

    octubre,

    si bien

    su

    actividad

    clandestina fue

    pr?cticamente

    irrelevante

    en

    el total de la

    acci?n

    violenta del

    periodo.16

    Al

    igual

    que

    ocurr?a

    con

    el

    MIR,

    no se

    puede

    decir

    que

    tras

    las

    FARO

    hubiese

    una

    clara

    concepci?n

    de

    acci?n revolucionaria.

    En este

    caso

    fue

    un

    proyecto

    de

    acci?n,

    pero

    en

    ning?n

    momento

    una

    propuesta

    elaborada

    que

    pudiese competir

    con

    las

    que

    defend?an

    tupamaros

    o

    anarquistas.

    A

    partir

    de

    1971,

    tras

    muchas

    detenciones

    adc).

    Sus contenidos

    coinciden

    con

    la

    descripci?n

    del

    documento

    realizados

    por

    la Reso

    luci?n

    de clausura

    del

    diario

    y

    peque?os

    fragmentos

    citados

    en

    la

    prensa

    del

    momento.

    15

    Ariel

    Collazo,

    entrevista

    con

    el

    autor,

    10/11/99

    y

    5/12/2000,

    Montevideo.

    16

    La actividad violenta

    de

    las

    FARO

    ue

    muy poco

    significativa

    en

    el

    global

    de

    la

    izquierda

    revolucionaria

    del

    periodo.

    Del

    total de acciones

    cuya

    autor?a ha

    sido

    identificada

    como

    correspondiente

    a la

    izquierda,

    s?lo le

    corresponden

    el 1.4%. Se trat? sobre todo de robos

    para

    desarrollo

    de

    la

    infraestructura

    clandestina,

    contabiliz?ndose

    tambi?n

    alguna

    acci?n

    de

    propaganda

    como

    la

    toma

    de

    un

    cine

    para

    difusi?n de

    volantes

    de la

    organizaci?n

    (Rey,

    2002:426-421).

    84

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    12/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    y muy pocos logros, el MRO volvi? a la legalidad y se integr? al FA, con lo que

    la lucha

    armada

    qued?

    definitivamente

    abandonada.

    Elfoquismo

    tupamaro

    La

    estrategia

    revolucionaria

    tupamara

    se

    defini?,

    en

    lo

    fundamental,

    en

    los

    debates

    del Coordinador

    y

    en

    los

    meses

    previos

    a

    la creaci?n de la

    organiza

    ci?n

    en enero

    de 1966. Sus

    ideas

    b?sicas,

    presentes

    en

    muchos de

    los traba

    jos

    que

    se

    manejaron

    en

    los

    debates

    de

    aquella primera

    y

    definidora

    etapa,

    fueron sintetizadas en junio de 1967 en el conocido

    como

    Documento

    no.

    1

    del

    MLN-T,17

    si

    bien

    en

    los

    siguientes

    a?os

    otros

    textos

    matizar?an,

    comple

    mentar?an

    o

    enriquecer?an

    la

    propuesta

    con

    la cual naci? la

    organizaci?n.18

    Dado

    que

    aquellos

    debates

    hab?an

    girado

    desde

    1963

    en

    torno

    a

    docu

    mentos,

    ideas

    y

    propuestas

    procedentes, principalmente,

    de

    la Revoluci?n

    Cubana,

    las

    conclusiones

    de

    quienes

    optaron

    por

    la creaci?n

    de la

    organiza

    ci?n

    revolucionaria

    clandestina

    no

    pod?an

    menos

    que

    ser

    deudoras de

    aque

    lla.

    Las

    principales

    fueron

    tres:

    el

    car?cter

    continental de

    la

    lucha,

    la

    apuesta

    por

    la lucha armada

    como

    ?nica

    posibilidad

    para

    la transformaci?n

    revolu

    cionaria de la

    sociedad, y

    la

    convicci?n de

    que

    ella contribuir?

    al desarrollo

    de

    las

    condiciones

    necesarias

    para

    la

    revoluci?n

    a

    partir

    del establecimien

    to

    de

    un

    foco

    militar

    (no

    pol?tico).

    La idea

    de

    Guevara

    de muchos

    Vietnam

    en

    Am?rica

    Latina,

    era

    traducida

    por

    los

    tupamaros

    en

    la

    propuesta

    de

    una

    revoluci?n

    continental

    con una

    estrategia

    continental.

    Sus

    razones

    b?sicas

    eran:

    la necesidad

    de

    colaboraci?n

    entre

    las

    or

    ganizaciones

    revolucionarias

    para

    afrontar

    una

    lucha

    larga

    y

    prolongada

    contra el

    imperialismo, quien

    adem?s

    desarrollar?a

    una

    estrategia

    de

    represi?n

    y

    contrarre

    voluci?n

    a

    nivel

    continental;

    y

    la convicci?n

    de

    que

    la lucha

    en

    cualquier

    pa?s

    era

    17

    Documento

    no.

    1,

    MLN-T,

    junio

    1967,

    Montevideo.

    Reimpresi?n

    mln-t

    de 1985

    (adc),

    Montevideo.

    Puede consultarse

    tambi?n

    en

    la obra de Harari

    (1987:228-249).

    Jorge

    To

    rres

    fue

    autor

    de la redacci?n de buena

    parte

    de

    las

    tesis

    b?sicas

    que

    se

    manejaron

    en

    la

    reuni?n de

    Parque

    del

    Plata

    y que

    se

    recogen

    en

    el Documento

    no.

    1.

    Este documento

    re

    sumi?

    la

    propuesta

    revolucionaria de

    aquellos

    que

    hab?an

    optado

    por

    una nueva

    organiza

    ci?n clandestina

    (Jorge

    Torres

    y

    Eleuterio

    Fern?ndez,

    entrevista

    conjunta

    con

    el

    autor,

    9/12/2000,

    Montevideo).

    18

    Adem?s

    del Documento

    no.

    1,

    cabe se?alar

    otros

    documentos

    del

    mln-t

    importantes

    para

    conocer su

    concepci?n

    revolucionaria:

    Treinta

    preguntas

    a

    un

    tupamaro

    (junio

    1968,

    Montevideo,

    adc.

    V?ase

    tambi?n

    en

    Costa,

    1971:68-77);

    el Documento

    no.

    3

    (mayo

    1968,

    Montevideo.

    Reimpresi?n

    mln-t,

    mayo

    1985,

    adc. V?ase tambi?n en

    Harari,

    1987:249-259);

    el Documento

    no.

    4

    (enero

    1969, Montevideo,

    adc.

    V?ase tambi?n

    en

    Harari,

    1987:265-284);

    y

    el

    documento

    Foco

    o

    partido,

    falso

    dilema

    (agosto

    1971,

    Mon

    tevideo,

    adc.

    V?ase tambi?n

    en

    Harari,

    1987:384-400).

    85

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    13/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A. N?m.

    132

    una contribuci?n a la emprendida por todos los dem?s. Esta idea, originaria de los

    te?ricos

    casuistas,

    fue

    recogida

    por

    los

    tupamaros

    como

    justificaci?n

    para

    el

    esta

    blecimiento de la lucha

    armada

    en

    el

    Uruguay,

    pa?s

    que,

    junto

    con

    Chile,

    no con

    taba

    en

    la

    estrategia

    cubana

    por

    las

    posibilidades

    que

    entend?an

    ten?an a?n

    en

    ellos las

    transformaciones

    por

    las v?as

    establecidas.

    Este

    argumento, que

    el

    propio

    Guevara hab?a defendido

    en

    Montevideo

    en

    1961

    con

    ocasi?n de

    una

    conferencia

    en

    la

    Universidad

    de

    la

    Rep?blica,

    significaba

    un

    indudable

    apoyo para

    la

    estrate

    gia

    comunista. Los

    tupamaros

    lo

    vaciaron

    de

    excepciones

    y

    apostaron

    por

    demos

    trar

    que

    la

    lucha

    armada

    era

    posible

    tambi?n

    en

    el

    Uruguay,

    que

    tendr?a

    sus

    propias caracter?sticas, y que deb?a ser parte de la estrategia revolucionaria conti

    nental

    por

    las

    mismas

    razones

    por

    las

    que

    deb?an

    serlo

    las

    luchas

    que

    se

    pudiesen

    desarrollar

    en

    el

    resto

    de

    pa?ses

    del

    continente.

    Adem?s,

    la

    propia

    situaci?n del

    pa?s

    entre

    dos

    estados

    gorilas

    desde

    1966,

    reafirmaba

    la

    necesidad

    de

    ubicar la

    lucha

    uruguaya

    en una

    estrategia

    continental:

    tanto

    por

    las

    posibilidades

    de

    in

    cremento

    de la

    represi?n

    que

    aquella

    situaci?n

    supon?a,

    como

    por

    la

    vinculaci?n

    con

    los

    exiliados

    brasile?os

    y

    argentinos.

    En lo

    nacional,

    el

    an?lisis

    realizado

    entre

    1964

    y

    1966

    en

    el

    seno

    del

    Coordinador,

    recogido

    en

    el

    Documento

    no.

    I,

    les hab?a

    llevado

    a

    concluir

    que

    si bien

    exist?an

    condiciones

    objetivas para

    la

    acci?n

    revolucionaria, las

    subjetivas

    todav?a

    no

    se

    daban.

    Las

    primeras

    eran

    resultado

    de la

    crisis

    que

    sufr?a el

    pa?s

    tanto

    en

    lo

    econ?mico

    como

    en

    lo

    pol?tico

    y

    social.

    Entend?an

    que

    estaban

    ante

    un

    continuo

    deterioro

    del

    sistema,

    el

    de

    un

    r?gimen

    le

    gal

    que

    escond?a

    en

    el

    fondo

    una

    dictadura de

    clase,

    y

    cuya

    ?nica

    respuesta

    ante

    la

    persistente

    crisis

    y

    las

    demandas

    sociales

    que

    la

    acompa?aban

    era un

    progresivo

    recorte

    de

    libertades

    y

    el

    aumento

    de la

    represi?n.

    Pero

    as?

    como

    la crisis

    hab?a

    puesto

    de

    manifiesto la

    existencia de

    unas

    m?

    nimas

    condiciones

    objetivas

    para

    la

    acci?n

    revolucionaria,

    la

    respuesta

    que

    se

    daba desde la

    izquierda

    mostraba

    la

    inexistencia

    de

    las

    condiciones

    subjetivas

    necesarias

    para

    emprenderla.

    La

    izquierda

    era

    d?bil,

    estaba

    atomizada,

    y

    si

    bien

    contaba

    con

    muchos

    decididos

    revolucionarios

    en sus

    filas,

    carec?a

    de

    una

    or

    ganizaci?n

    que

    pudiese

    recibir

    tal

    calificativo. Hab?a elementos

    positivos,

    caso

    del elevado

    grado

    de

    organizaci?n

    de

    los

    trabajadores,

    especialmente

    en

    los

    sectores

    claves

    de la

    actividad

    estatal.

    Pero

    eso

    ser?a

    significativo

    en

    el

    momen

    to

    en

    que

    una

    organizaci?n

    revolucionaria

    pudiese

    dirigir

    y

    radicalizar

    las lu

    chas,

    no era un

    factor

    para

    su

    desencadenamiento.

    La

    respuesta

    a

    esta

    situaci?n deb?a

    pasar

    por

    la

    creaci?n de las

    condicio

    nes

    subjetivas

    necesarias

    para

    la

    transformaci?n

    revolucionaria

    del Uru

    guay.

    Y

    en

    este

    punto,

    el

    MLN-T

    optaba

    por

    una

    de las

    dos

    posiciones

    que

    dominaron

    y

    dividieron

    a

    la

    izquierda

    latinoamericana

    en

    los a?os sesenta:

    la

    creaci?n

    de

    las condiciones

    a

    trav?s de

    la

    lucha

    armada,

    como

    ?nica

    posi

    bilidad

    real

    de

    acceso

    al

    poder

    en un

    plazo

    relativamente

    breve,

    como

    la

    86

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    14/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    ?nica v?a para la liberaci?n nacional y la revoluci?n socialista}9 Frente a

    esta

    idea,

    buena

    parte

    de los

    partidos

    comunistas de la

    regi?n

    defend?an el

    fortalecimiento

    del

    Partido,

    la lucha de

    masas

    y

    el

    uso

    de los

    mecanismos

    legales

    existentes

    como

    f?rmula

    no

    violenta

    de

    acceso

    al

    poder.

    La

    opci?n

    por

    la

    lucha armada

    como

    elemento

    fundamental

    para

    la

    crea

    ci?n

    de

    las

    condiciones

    subjetivas

    ?esto

    es,

    de la

    organizaci?n

    revoluciona

    ria?

    adoptada

    por

    el

    MLN-T

    desde

    sus

    or?genes,

    fue

    justificada

    con

    dos

    argumentos:

    en

    primer lugar,

    porque

    desde

    su

    nacimiento,

    las

    organizacio

    nes

    de

    izquierda

    se

    hab?an

    dedicado al

    enfrentamiento verbal. A?adir

    un

    nuevo partido a ese panorama ser?a in?til, pues supondr?a m?s de lo mismo:

    discursos,

    reuniones,

    locales,

    peri?dico,...

    pero

    no

    la

    Revoluci?n. Defend?an

    que

    aquella

    organizaci?n

    que

    quisiera

    considerarse

    revolucionaria,

    deber?a

    prepararse

    siempre

    para

    la lucha

    armada,

    pues

    en

    cualquier

    momento

    po

    d?a

    ser

    atacada

    por

    la

    represi?n,

    y

    ten?a

    que

    estar

    preparada

    para

    defender

    su

    existencia

    y

    no

    desaparecer;

    y

    porque

    si

    a

    cada

    militante

    no se

    le inculca

    desde el

    principio

    la

    mentalidad

    del

    combatiente,

    se

    crear?a

    no un

    movi

    miento

    revolucionario,

    sino

    un

    movimiento

    de

    apoyo

    a

    la

    revoluci?n,

    como

    mucho.

    Afirmaban

    que

    para que

    un

    partido

    de

    izquierda cumpliese

    con

    los

    principios

    revolucionarios

    que enunciaba,

    deb?a

    prepararse para

    la lucha

    en

    toda la

    escala

    del

    partido,

    pues

    esa era

    la ?nica forma de

    enfrentarse

    a

    la

    reacci?n

    en

    cada

    momento,

    y

    aprovechar

    una

    posible

    coyuntura

    revolucio

    naria.20

    Seg?n

    esto,

    en

    el

    Uruguay

    de

    mediados de los

    sesenta,

    ning?n

    parti

    do

    pod?a

    considerarse

    revolucionario,

    si bien

    en

    el

    seno

    de

    todos los

    existentes

    hab?a

    muchos

    militantes aut?nticamente

    revolucionarios.

    Por

    tanto,

    lo

    que

    se

    necesitaba

    en

    aquellos

    momentos

    era

    crear

    un

    foco,

    una

    organizaci?n

    pol?tico

    militar revolucionaria

    que

    los

    agrupase

    a

    todos.21

    A

    partir

    de

    ah?,

    el desarrollo de la lucha

    y

    su

    propaganda

    ir?a

    atrayendo

    a

    todos

    aquellos

    para

    los

    que

    la

    revoluci?n

    era

    algo

    m?s

    que

    palabras.

    19

    mln-t,

    Documento

    no.

    1,

    junio

    1967,

    Montevideo.

    20

    Las citas

    proceden

    del

    documento Treinta

    preguntas

    a

    un

    tupamaro

    (mln-t,

    junio

    1968,

    Montevideo),

    redactado

    por

    Ra?l Sendic

    para

    formaci?n interna

    de

    los

    militantes.

    Sus

    ideas

    b?sicas fueron tomadas del

    Documento

    no.

    7. En

    lo

    que

    respecta

    al

    debate

    entre

    foco

    y

    partido,

    v?ase el

    documento

    Foco

    o

    partido, falso

    dilema

    (mln-t,

    agosto

    1971,

    Monte

    video),

    sistematizaci?n de las

    ideas

    expuestas

    desde 1967 sobre el

    tema.

    21

    El

    acento

    principal

    debe

    ponerse

    en

    el

    desarrollo de la

    guerra

    de

    guerrillas

    y

    no en

    el

    fortalecimiento de los Partidos existentes o en creaci?n de nuevos

    partidos.

    El

    trabajo

    in

    surreccional

    es

    hoy,

    el

    trabajo pol?tico

    n?mero

    uno.

    La

    cita

    es

    de

    Regis

    Debray

    y aparece

    en

    el

    Documento

    no.

    1

    del

    mln-t

    (junio

    1967).

    Este

    documento

    se

    apoy?

    constantemente

    en

    citas de

    los

    te?ricos

    casuistas,

    tanto

    Debray

    como

    el

    Che

    Guevara.

    87

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    15/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A. N?m. 132

    Se asum?a as? la idea as foco desarrollada por los te?ricos castristas tras

    el triunfo de

    la Revoluci?n

    Cubana.22

    Se

    trataba,

    en

    l?neas

    generales,

    de

    una

    peque?a organizaci?n

    clandestina

    que

    iniciaba la lucha

    para que,

    a

    trav?s

    de

    ella,

    se crease

    la conciencia necesaria

    en

    los

    sectores

    revolucionarios

    y

    en

    el

    pueblo.

    A

    medida

    que

    avanzasen

    las

    condiciones

    y

    el

    proceso

    revoluciona

    rio,

    esa

    peque?a organizaci?n

    pol?tica

    podr?a

    transformarse

    en un

    aut?ntico

    partido

    revolucionario,

    lo

    cual ser?a

    sin

    duda

    por

    haberse

    creado

    en

    la lu

    cha,

    y

    no

    s?lo

    por

    haberse

    dotado de tal

    nombre.

    Esa

    organizaci?n

    ser?a

    pol?tica

    y

    militar

    a un

    tiempo,

    seg?n

    recog?a

    el

    Documento no. 1. Lo primero, porque una organizaci?n estrictamente mili

    tar

    no

    ser?a

    capaz

    de vincularse

    con

    el

    pueblo

    y

    movilizarlo;

    lo

    segundo,

    porque

    un

    movimiento

    revolucionario

    que

    sea

    consecuente

    debe

    resolver

    problemas

    t?cnico militares

    que

    le

    permiten

    acompa?ar

    y

    llevar la lucha de

    clases

    a

    niveles

    superiores.

    Si la v?a armada

    era

    el

    ?nico camino

    para

    la

    liberaci?n

    nacional,

    la

    organizaci?n

    por

    fuerza deber?

    ser

    armada

    para

    garantizar

    la lucha

    de

    las

    masas

    y

    posibilitar

    el

    triunfo.

    Ambos

    aspectos

    deb?an

    convivir

    en

    la

    organizaci?n

    revolucionaria,

    y

    sus

    diferencias ser?an

    las

    derivadas

    de la necesaria

    especializaci?n

    en

    el

    trabajo

    a

    desarrollar

    para

    alcanzar los

    fines

    propuestos.

    El

    valor

    principal

    del

    foco

    era

    la

    ruptura

    que

    su

    accionar

    supon?a

    para

    las

    organizaciones

    de

    izquierda

    que

    no

    apostaban

    por

    la

    v?a

    armada.

    Nuestra

    estrategia

    implica

    la instalaci?n

    de

    la lucha armada

    sistem?tica

    [...]

    consiste

    esquem?ticamente

    en

    lo

    siguiente:

    un

    grupo

    armado

    como

    para

    sos

    tener

    una

    lucha

    prolongada,

    es

    decir,

    preparado

    para

    no

    ser

    destruido

    de in

    mediato

    en

    las

    acciones.

    Ante

    el hecho

    consumado,

    el

    resto

    de

    la

    izquierda

    y

    el

    pueblo

    se

    ven

    ante estas

    alternativas:

    o sumarse a

    la lucha

    armada

    o

    perma

    necer

    indiferente

    a

    la

    misma,

    o

    servir

    de

    'soldado

    tranquilo'

    de la

    contrarrevo

    luci?n.

    [...]

    Esto

    transforma

    en

    muy

    inc?moda

    la

    posici?n

    de

    los

    izquierdistas

    que

    no

    hayan optado

    por apoyar

    la

    lucha armada

    o

    unirse

    a

    ella.

    Quedan

    mar

    ginados

    del

    verdadero foco

    de

    la lucha de

    clases

    y

    sufriendo las

    consecuen

    cias del

    mismo. Pol?ticamente

    la

    historia

    ya

    no

    pasa por

    ellos.23

    Con

    ello

    se

    segu?a

    la l?nea

    que

    ya

    hab?a sido

    inaugurada

    por

    Ra?l Sendic

    y

    UTAA

    cuando,

    en

    vez

    de

    discutir

    con

    la

    izquierda

    la conveniencia de hacer

    una

    22

    Los

    textos

    b?sicos

    para

    el

    tema

    son

    la obra de Ernesto Guevara Guerra de

    Guerrillas,

    de

    1960

    (Guevara,

    1974)

    y

    el

    trabajo

    de

    Regis

    Debray

    ?Revoluci?n

    en

    la

    revoluci?n?,

    que

    llevaba m?s

    lejos

    los

    postulados

    del

    primer

    trabajo

    al

    recoger

    las

    experiencias guerrilleras

    hasta

    1966

    (Debray, 1967).

    23

    Tanto

    esta

    cita

    como

    las del

    siguiente p?rrafo

    pertenecen

    al documento del

    mln-T,

    Docu

    mento

    no.

    3,

    mayo

    1968,

    Montevideo.

    88

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    16/27

    enero-junio

    2003

    Propuestas

    revolucionarias

    en

    la

    izquierda

    uruguaya...

    marcha de

    trabajadores

    ca?eros, decid?a lanzarse a ella, y la misma conmoci?n

    p?blica

    que

    crea,

    obligar?

    a

    los

    sectores

    con

    quienes

    discutimos

    en vano a

    seguirla

    de atr?s. Se trataba del

    valor de la acci?n

    como

    generadora

    de condi

    ciones

    revolucionarias,

    idea fundamental

    en

    toda la

    estrategia

    tupamara.

    El

    foquismo

    tupamaro

    ten?a

    sus

    or?genes

    en

    las

    propuestas

    de los te?ricos

    castristas,

    sin

    duda.

    Pero

    mantuvo

    diferencias sustanciales

    con

    ellas.

    Prime

    ro,

    porque

    rechazaba

    su

    forma,

    la

    guerrilla

    rural.

    El

    estudio de

    sus

    posibili

    dades

    en

    el

    Coordinador

    les

    hab?a

    mostrado

    su

    inviabilidad

    en

    el

    Uruguay.

    Adem?s,

    tomaron

    en

    cuenta

    que

    se

    encontraban

    en

    un

    pa?s

    que

    aglutinaba

    alrededor de lamitad de su poblaci?n en una sola ciudad, la capital. La lu

    cha deb?a

    ser,

    por

    tanto,

    urbana.

    Para

    ello,

    desarrollaron

    una

    aut?ntica teor?a

    de la

    guerrilla

    urbana,

    casi novedosa

    en

    aquellos

    momentos

    en

    el

    continen

    te,

    que

    se

    opon?a

    a

    la

    guerrilla

    rural

    cubana,

    y cuyos

    precedentes podr?an

    encontrarse

    en

    las

    luchas

    argelinas

    de Ben

    Bella,

    y

    en

    Palestina durante

    los

    a?os

    cuarenta.24

    Seg?n

    analizaba el

    Documento

    no.

    1,

    la ciudad

    era

    lugar

    en

    el

    que

    se

    pod?a

    encontrar

    refugio

    y

    operar

    en

    unidades

    peque?as

    siguiendo

    las

    leyes

    y

    t?cticas

    de la lucha

    en

    este

    medio.

    Presentaba facilidades

    para

    comunicaciones

    y

    enlaces, y

    las fuerzas

    enemigas,

    a

    pesar

    de

    que

    era

    aqu?

    en

    donde estaban concentradas,

    se

    encontraban muy sujetas

    a

    la defen

    sa

    est?tica

    (a

    lo

    que

    dedicaban

    un

    50% de

    sus

    efectivos).

    Adem?s,

    el medio

    no era

    hostil,

    sino

    conocido, y

    se

    pod?a

    llevar

    una

    doble

    vida,

    incluso

    tener

    locales si

    se

    contaba

    con una

    buena

    vigilancia.

    En

    la

    ciudad,

    el

    enemigo

    siempre pod?a

    sufrir

    un

    ataque

    sorpresivo.

    Y

    no

    s?lo

    sus

    fuerzas,

    sino

    tam

    bi?n

    su

    mando:

    la clase

    oligarca,

    que

    al final

    era

    el

    principal enemigo

    de

    la

    revoluci?n

    ?las

    fuerzas

    de

    seguridad

    eran

    s?lo los medios

    de los

    que

    se

    val?an?,

    se

    ver?a

    tambi?n afectada

    directamente,

    no

    ser?a

    ajena

    a

    la

    lucha,

    y

    en

    cualquier

    momento

    podr?a

    ser

    atacada.

    En

    segundo lugar,

    la diferencia

    con

    el

    foquismo

    cubano radicaba

    en

    que

    ?ste

    comprend?a

    el

    foco,

    primero,

    como

    algo

    principalmente

    fis

    ico,

    el

    grupo

    de hombres instalados

    en

    el

    lugar

    del medio rural

    que

    iniciaban la

    lucha,

    y

    24

    Adem?s de la obra de

    M.

    Begin

    (1978),

    que ya

    hemos visto fue

    uno

    de

    los libros de

    cabe

    cera

    de

    muchos

    tupamaros

    en

    estos

    a?os,

    fueron

    importantes

    los

    textos

    de

    Mao,

    el

    texto

    del General

    Bayo

    150

    preguntas

    a

    un

    guerrillero,

    y

    el

    Reglamento

    de

    Infanter?a

    de

    Mari

    na

    para

    lucha urbana del

    ej?rcito

    norteamericano.

    A

    pesar

    de lo

    que

    se

    ha

    argumentado

    en

    ocasiones,

    no

    parece que

    hubiese tenido

    importancia

    el

    trabajo

    sobre

    guerrilla

    urbana

    de Carlos

    Marighella

    (1970),

    ni

    el del mismo

    tema

    de

    Abraham

    Guillen

    (1966).

    Seg?n

    Jorge

    Torres,

    esa

    obra hab?a sido escrita

    a

    partir

    de materiales elaborados

    por

    ?l

    en meses

    anteriores,

    y que

    hab?an sido

    prestados

    a Guillen

    por

    otro miembro del Coordinador. Des

    de la

    publicaci?n

    de

    ese

    texto

    por

    Guillen,

    que

    disgust?

    tanto

    por

    la

    apropiaci?n

    como

    por

    la indiscreci?n

    que

    supon?a,

    las relaciones

    se

    rompieron (Jorge

    Torres,

    entrevista

    con

    el

    autor,

    30/11/199,

    Montevideo).

    89

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  • 7/23/2019 Izquierda Revolucionaria en Uruguay

    17/27

    Eduardo

    Rey

    Tristan

    R.H.A.

    Num.

    132

    despu?s,

    como elemento movilizador de conciencias revolucionarias. El

    MLN-T,

    al

    no

    asumir

    la

    guerrilla

    rural,

    rechazaba

    el

    primer

    sentido

    y

    se

    que

    daba s?lo

    con

    el

    segundo,

    interpret?ndolo

    con

    una

    idea m?s

    sutil

    de n?cleo

    activista

    cuestionador

    y

    aglutinador.

    Planteaba

    su

    foco desde

    un

    punto

    de

    vista

    cualitativo:

    su

    influencia

    no

    era

    la

    puramente

    militar,

    sino

    que

    radicaba

    en

    la

    capacidad

    para

    conmover

    las

    mentalidades revolucionarias. En

    su

    teo

    r?a

    ?aunque

    no

    siempre

    en

    la

    pr?ctica?

    la

    lucha

    armada

    (m?todo)

    era un

    apoyo

    a

    la lucha

    principal,

    la

    pol?tica.

    Serv?a

    como

    recurso

    propagand?stico

    para

    movilizar al

    resto

    de

    la

    izquierda;

    y

    su

    fuerza radicaba

    precisamente

    ah?, y no en las armas, que eran m?s que nada una ayuda para darse a cono

    cer a

    la luz

    p?blica.

    Por

    tanto,

    el

    foco

    tupamaro,

    base de

    toda la

    estrategia

    revolucionaria del

    MLN-T,

    era

    ideol?gico

    y

    propagand?stico.

    A

    partir

    de

    esta

    concepci?n

    del

    foco

    y

    la

    actividad

    revolucionaria,

    los

    tupamaros

    deb?an

    articular

    una

    propuesta

    revolucionaria. Su

    primera

    etapa

    consist?a,

    seg?n

    se

    defini?

    en

    el

    Documento

    no.

    1,

    en

    el

    desarrollo

    del

    apara

    to

    armado,

    la

    estructura,

    que

    implicaba

    fundamentalmente acciones de

    per

    trechamiento,

    de

    ejercitaci?n

    y

    de

    aprendizaje.

    A

    partir

    de la

    consolidaci?n

    de la

    organizaci?n

    revolucionaria

    ?lograda

    en

    la

    segunda

    mitad de 1967?

    deb?an pasar a una etapa de proyecci?n p?blica que les permitiese crecer y

    llegar

    a

    constituir el

    partido

    revolucionario.

    Para

    esto,

    la

    estrategia

    tupamara

    se

    bas?

    en

    la

    idea

    de

    propaganda

    armada:

    a

    trav?s

    de

    un

    uso

    moderado

    de

    la

    violencia

    y

    de la

    selecci?n

    de

    los

    objetivos

    con

    cierto

    criterio

    pol?tico,

    buscaron

    ganar