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Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Artes Volumen 27 No. I enero - marzo 2017 Revista del Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio Los otros territorios ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X 27 NUMERO I

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I S S N 0 1 2 4 - 7 9 1 3

Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Artes Volumen 27 No. I enero - marzo 2017Revista del Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio

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s

ISSN impreso: 0124-7913ISSN electrónico: 2027-145X

27

27NUMERO I

Centro de Divulgación y MediosFacultad de Artes

Sede Bogotá

I

EDITORIAL

ARTÍCULOS

DESDE EL POSGRADO

PUBLICACIONES

7 Los otros territorios. renovación urbana, modeLos urbano-territoriaLes, hábitat popuLar e incLusión sociaL

Carlos Alberto Torres-TovarEloisa Vargas-Moreno

9 rehabiLitación deL contenedor y expuLsión deL contenido: eL modeLo obsoLeto de renovación urbana de bogotá

Eleonora Herrera-MedinaJuan José Martí-NogueraLuis Fernando Molina-Prieto

17 La transformación urbana de bogotá: anáLisis de Los procesos de pLanificación y gestión urbana

Lisandro Iusry-Abulatif27 estanfLación y crecimiento deL área urbana en 2012. oferta deL sueLo en eL gran san Juan

Patricio Cardó35 La inestabiLidad de La forma. proyectos para barrios popuLares en santiago de chiLe, 1953-

1970Emanuel GiannottiHugo Mondragón-López

47 gobernanza territoriaL y Los pLanes de ordenamiento territoriaL: eL caso de La provincia de mendoza, argentina

Matías Agustín Dalla-Torre55 taLLer de diseño coLaborativo y hábitat evoLutivo:

puentes entre La academia y La comunidad

Omayra Rivera-Crespo63 taLLeres en eL “mientras tanto”:

La espera en una poLítica habitacionaL argentina

Romina Sonia Olejarczyk71 espacio púbLico y prácticas corporaLes: un estudio de caso

Claudia Maritza Guzmán-ArizaHéctor Rolando Chaparro-HurtadoElkin Orlando González-Ulloa

79 ciudad digitaL: paradigma de La gLobaLización urbana

Gabriel Benítez-Gutiérrez89 apLicación deL anáLisis muLtivariante para La sostenibiLidad

ambientaL urbana

Loraine Mayrim Giraud-HerreraGiobertti Raúl Morantes-Quintana

101 postconfLicto, modeLo económico y ordenamiento urbano-regionaL

Inti Mesías-Barrera

105 normas para autores: presentación de trabaJos a Revista BitácoRa URBano\teRRitoRial

113 proceso de evaLuación y seLección de artícuLos

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Indexada:

Publindex, Sistema Nacional de Indexación y Homolo-gación de Revistas de CT + I, Categoría B, Colombia

SciVerSe ScoPuS (Elsevier), Países Bajos

redalyc - Red de Revistas Científicas de América Latina, el

Caribe, España y Portugal (UAEM), México

Fuente académica Premier y toc Premier (ebscohost), Estados Unidos

Bases de datos bibliográficas:

latindex - Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe,

España y Portugal (UNAM), México

doaj - Directory of Open Access Journals Lund University Libraries, Suecia

claSe – Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales

y Humanidades-, (UNAM),

dialnet - Portal de difusión de la producción cien-tífica hispana, Universidad de la Rioja, España

ulrich’S PeriodicalS directory (ProQuest), Estados Unidos

e-reViStaS, Plataforma Open Access de Revistas Científi-cas Electrónicas Españolas y Latinoamericanas, Consejo

Superior de Investigaciones Científicas, España

electronic jounalS library, Universidad de Regensburg, Alemania

the euroPean library (Europeana), Unión Europea

ScientiFic electronic library online

Redes:

RII - Red Iberoamericana de Investigado-res sobre Globalización y Territorio

rier - Red Iberoamericana de Editores de Revistas

redib - Red Iberoamericana de innovación y Conocimiento Científico

27NUMERO ICentro de Divulgación y Medios

Facultad de ArtesSede Bogotá

BITÁCORA Urbano/TerritorialISSN: 0124-7913ISSN electrónico: 2017-145XVolumen 27 Número 1Enero – marzo de 2017

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIARectorIgnacio Mantilla PradaVicerrector Sede BogotáJaime FrankyDecano Facultad de ArtesMartha Luz Salcedo BarreraVicedecano de Investigación y ExtensiónPaulo Andrés Romero LarrahondoVicedecano AcadémicoCarlos Alberto Torres TovarSecretario Académico Daira Hernández RomeroInstituto de Investigación Hábitat, Ciudad y TerritorioDirectorHenry Talavera DávilaÁrea Curricular Arquitectura y UrbanismoDirectorLuis Alfonso Pérez OrozcoCoordinador Programa Curricular en HábitatAlberto Gómez CruzCoordinador Programa Curricular en UrbanismoRene Carrasco ReyCoordinadora Programa Curricular de Ordenamiento Urbano RegionalPatricia Rincón AvellanedaDirector Unidad de Divulgación y MediosClara Victoria Forero

DistribuciónCentro de Divulgación y Medios, Facultad de ArtesEditorial Universidad Nacional de Colombiahttp://www.lalibreriadelau.com/http://www.siglodelhombre.com/Revista Bitácora Urbano Territorial es una publicación realizadapor el Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.Informes, distribución y suscripciones:Revista Bitácora Urbano TerritorialInstituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y TerritorioFacultad de ArtesUniversidad Nacional de Colombia, sede BogotáCiudad Universitaria, Carrera 30 N° 45-03Edificio 314 (SINDU). Oficina 106. Código Postal: 111321PBX 3165000 Ext. 12212E-mail: bitá[email protected] [email protected]ágina web: http://www.bitacora.unal.edu.coCanjesDirección de BibliotecasGrupo de ColeccionesHemeroteca Nacional Universitaria Carlos Lleras RestrepoUniversidad Nacional de Colombia, sede BogotáCiudad Universitaria, Avenida El Dorado N° 44ª-40, Edificio 571PBX 3165000 Ext. 20015E-mail: [email protected]: 300 ejemplaresImpreso en Bogotá, ColombiaPeriodicidad semestral

Convocatorias para publicar artículos en Bitácora Urbano\TerritorialLa revista BITÁCORA Urbano Territorial del Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio de la Universidad Nacional de Colombia, con-voca para sus próximas ediciones a los académicos interesados en par-ticipar con un artículo de calidad científica, producto de investigación.

La revista es de carácter netamente académico y busca el forta-lecimiento de redes académicas y de investigación, así como la

divulgación nacional e internacional de la producción que se vie-ne generando en los ámbitos urbano-territoriales. La revista trata temas relacionados con el ordenamiento urbano regional, la ciu-dad y el hábitat y los componentes relacionados con ellos, como los proyectos y procesos urbanos, el urbanismo, la arquitectura y la vivienda, entre otros.

Secciones BITÁCORA Urbano Territorial cuenta con las

secciones habituales: Desde el Posgrado, Desde el

Pregrado, Artículos, Dossier Central y Reseñas. A ex-

cepción del Dossier Central, se mantiene una con-

vocatoria permanente para las demás secciones. En

las dos primeras secciones se publican los resulta-

dos de tesis de investigación presentadas para op-

tar por títulos universitarios. La sección de Artículos

incluye textos relacionados con los temas de la

revista y el Dossier Central es una sección temática

cuyos temas están relacionados a continuación. In-

vitamos a los investigadores a enviar artículos para

estas dos secciones y a profesores y estudiantes a

enviar textos para las secciones Desde el Pregrado y

Desde el Posgrado. Pueden contribuir con Reseñas

de libros publicados recientemente que traten so-

bre la ciudad, problemáticas urbanas y lo territorial

y todo lo que tenga incidencia sobre el hábitat.

Dossier Central  – Bitácora Volumen 27 No. 2: “Re-

flexiones a propósito de la Nueva Agenda Urbana

– Hábitat III” (Fecha límite para envío de textos: 29

de Febrero de 2017).

Del 17 al 20 de octubre de 2016 tuvo lugar uno de los

eventos más relevantes en el campo del hábitat y el

urbanismo, y por qué no, del futuro de las ciudades

a escala mundial: La Conferencia Global: Hábitat III

convocada por las Naciones Unidas, bajo el slogan

de la Nueva Agenda Urbana. Confluyeron miles de

personas involucradas social, política, académica y

económicamente con las múltiples dinámicas que

configuran lo que hoy conocemos como Gestión

Urbana. Además del evento central organizaciones,

movimientos sociales y académicos, plataformas

internacionales, también promovieron eventos

paralelos que buscaban garantizar la inclusión de

todos los actores, sobre todo aquellos [la mayoría]

quienes deben soportar la presión del decadente

modelo neoliberal sobre sus vidas, las de sus fami-

lias y comunidades, expuestas día a día al resque-

brajamiento urbano.

La Conferencia de Hábitat se realiza cada veinte años,

siendo ésta la tercera convocatoria, con una notable

diferencia: pasamos de una agenda destinada a las

problemáticas de los asentamientos humanos en

Vancouver 1976 y Estambul 1996, hacia una pro-

puesta que invita a incorporar los temas [todos] de

la Nueva Agenda Urbana.

En este marco, el equipo editorial de la Revista Bitáco-

ra considera necesaria la reflexión de investigado-

ras e investigadores y demás actores interesados en

los resultados que puedan arrojar tanto el evento

oficial, como los múltiples eventos paralelos en el

gran encuentro de octubre de 2016 en la ciudad de

Quito – Ecuador. Contexto en el cual, resulta de vital

importancia la lectura compartida sobre la actuali-

dad del debate central el Derecho a la Ciudad.

En consonancia con los elementos propuestos en

las discusiones de Quito-2016, proponemos los si-

guientes tópicos:

Naciones Unidas resalta el papel de Sistemas Nacio-

nales sólidos de las ciudades y otros asentamien-

tos humanos como polos de desarrollo territorial

equilibrado. Esto, en un contexto socio – institu-

cional impactado negativamente por las políticas

neoliberales de desmonte y reducción del Estado

como ente garante de procesos de desarrollo local,

de promoción de recursos endógenos y de estruc-

turar sistemas sólidos de ciudades. En estos térmi-

nos, ¿cuál es el alcance e interés de la propuesta de

Naciones Unidas de retomar las agendas urbanas al

interior de cada país, en un tono cercano a lo que

podría considerarse como Reformas Urbanas del

siglo XXI?

David Harvey considera que uno de los retos del esce-

nario en Quito, era llenar de contenido y actualizar

el concepto de Derecho a la Ciudad. ¿Cuáles son es-

tos contenidos? ¿Qué actualidad tiene reivindicar el

Derecho a la Ciudad en el marco de las más recien-

tes movilizaciones por el territorio y los derechos

de y a la naturaleza? ¿Es el derecho a la ciudad eje

articulador y dador de sentido de una ciudadanía

cosmopolita?

Y por último, ¿es posible pensar en transiciones y

transformaciones de las condiciones de vida de la

población mundial en torno a ciudades y territorios

a escala humana?, y en estos procesos ¿cuál es el

papel [positivo o negativo] de las agendas, cum-

bres, encuentros y foros, como: Agenda 2030 para

el Desarrollo Sostenible (Objetivos del Milenio);

Acuerdo de París sobre cambio climático; Marco

de Sendai para la reducción de Riesgos de Desas-

tres 2015-2030; Plan de Acción de Estambul, entre

otros?

Contacto:[email protected] Normas de

presentación:http://www.bitacora.unal.edu.co

(Acerca de/Normas para autores)

Idiomas: Se reciben y publican textos en español, por-

tugués, francés e inglés

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© BITÁCORA Urbano\TerritorialDirección y edición general

Carlos Alberto TorresComité Editorial

Dr. Horacio Capel-Saez, Universidad de Barcelona, Españ[email protected]. Alfonso Xavier Iracheta-Cenecorta, Colegio Mexiquense, Toluca, Mé[email protected]. Emilio Padilla-Cobos, Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, Mé[email protected]. Catalina Ortiz Arciniegas, University College London, Reino [email protected]. Carlos Alberto Torres-Tovar, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá[email protected]

Comité científicoDr. Juan Luis de las Rivas-Sanz, Universidad de Valladolid, Españ[email protected]. Willey Ludeña-Urquizo, Universidad Nacional de Ingeniería de Lima, Perú[email protected]. Luis Miguel Valenzuela-Montes, Universidad de Granada, Españ[email protected]. Julio D. Dávila, University College of London, Reino [email protected]. Frank Marcano-Requena, Universidad Central de Venezuela, [email protected]. Jesús M. González-Pérez, Universitat de les Iles Balears, Españ[email protected]. Sonia Roitman, Freire Universität Berlin, [email protected]. Oswaldo López-Bernal, Universidad del Valle, [email protected]. Beatriz García-Moreno, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá[email protected]. Luis Carlos Jiménez-Reyes, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá[email protected]. Carlos Mario Yory-García, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá[email protected]

Coordinador EditorialEloisa Vargas-Moreno

Asistente EditorialMónica López-Alzate

Corrección de estiloJuliana Botero-Mejía

Diseño y diagramación Mauricio Arango-Pinilla

Impresión y encuadernaciónEditorial Kimpres S.A.S.

CarátulaFoto: Eloisa Vargas-Moreno

Colaboran en este númeroAutores: Eleonora Herrera-Medina, Juan José Martí-Noguera, Luis Fernando Molina-Prieto, Omayra Rivera-Crespo, Lisandro lusry-Abulatif, Romina Sonia Olejarczyk, Inti Mesías-Barrera, Patricio Cardó, Emanuel Giannotti, Hugo Mondragón-López, Claudia Maritza Guzmán-Ariza, Héctor Rolando Chaparro-Hurtado, Elkin Orlando González-Ulloa, Gabriel Benítez-Gutiérrez, Loraine Mayrim Giraud-Herrera, Giobertti Raúl Morantes-Quintana, Matías Agustín Dalla-Torre. Árbitros: Alejandro Feged, Jorge Inzulza-Contardo, Carlos Jiménez- Romera, Eva Durall, Sandra Inés Sánchez, Virginia Manzano, María Dulce Bentes-Sobrinha, Ana María García-López, Clara Inés Aramburo-Siegert, Julián Alberto Rengifo-Rengifo, Graciela Nozica, Nora Elsa Nacif, Rodigo Millán V., Juan Pablo Blanco-Moya, Diego P. Roldán, Veronica Capasso, Mariella Berra, José Luis González-Quirós, María Victoria Pinzón-Botero, Beatriz María Gil-Scheuren, Nélida Marina Berón, Graciela Moretti, Dania González-Couret, Jesús Gómez-Abarca, Erika Araiza-Díaz.Nota: La responsabilidad de las ideas emitidas en los artículos corresponde a sus autores.

Catalogación en la publicación Universidad Nacional de ColombiaBitácora: urbano-territorial. – Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Artes, 1997- v. 27/1 Semestral ISSN: 0124-7913

1. Vivienda 2. Urbanismo 3. Región 4. Hábitat 5. Territorio

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EDITORIAL

ARTÍCULOS

DESDE EL POSGRADO

PUBLICACIONES

Volumen 27 Número 1 enero - marzo de 2017

7 Los otros territorios. renovación urbana, modeLos urbano-territoriaLes, hábitat popuLar e incLusión sociaL

Carlos Alberto Torres-TovarEloisa Vargas-Moreno

9 rehabiLitación deL contenedor y expuLsión deL contenido: eL modeLo obsoLeto de renovación urbana de bogotá

Eleonora Herrera-MedinaJuan José Martí-NogueraLuis Fernando Molina-Prieto

17 La transformación urbana de bogotá: anáLisis de Los procesos de pLanificación y gestión urbana

Lisandro Iusry-Abulatif27 estanfLación y crecimiento deL área urbana en 2012. oferta deL sueLo en eL gran san Juan

Patricio Cardó35 La inestabiLidad de La forma. proyectos para barrios popuLares en santiago de chiLe, 1953-1970

Emanuel GiannottiHugo Mondragón-López

47 gobernanza territoriaL y Los pLanes de ordenamiento territoriaL: eL caso de La provincia de mendoza, argentina

Matías Agustín Dalla-Torre55 taLLer de diseño coLaborativo y hábitat evoLutivo: puentes entre La academia y La comunidad

Omayra Rivera-Crespo63 taLLeres en eL “mientras tanto”: La espera en una poLítica habitacionaL argentina

Romina Sonia Olejarczyk71 espacio púbLico y prácticas corporaLes: un estudio de caso

Claudia Maritza Guzmán-ArizaHéctor Rolando Chaparro-HurtadoElkin Orlando González-Ulloa

79 ciudad digitaL: paradigma de La gLobaLización urbana

Gabriel Benítez-Gutiérrez89 apLicación deL anáLisis muLtivariante para La sostenibiLidad ambientaL urbana

Loraine Mayrim Giraud-HerreraGiobertti Raúl Morantes-Quintana

101 postconfLicto, modeLo económico y ordenamiento urbano-regionaL

Inti Mesías-Barrera

105 normas para autores: presentación de trabaJos a Revista BitácoRa URBano\teRRitoRial

113 proceso de evaLuación y seLección de artícuLos

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La Revista Bitácora Urbano\Territorial como propuesta busca:

• Difundir los esfuerzos para la construcción territorial desde los cambios estructurales, económicos y políticos que viven el país y Latinoamérica.

• Recoger metodologías que reflejen una visión integral de la planeación y de los procesos de desarrollo y gestión terri-torial.

• Plantear y difundir el análisis, la interpretación y las pro-puestas alternativas para abordar y enfrentar los problemas del desarrollo territorial.

• Presentar experiencias de desarrollo, desde perspectivas in-ter y transdisciplinares que permitan interpretar y evaluar los dinámicas presentes en diversos contextos.

• Trabajar una perspectiva latinoamericana de la temática en el marco de contextos de globalidad y autonomías relativas.

• Traer al medio nacional discusiones relevantes en el medio internacional.

La Revista Bitácora Urbano\Territorial como foro pretende:

• Promover una participación amplia de instituciones y aca-démicos con reflexión, gestión y proposición en torno a lo urbano-territorial, de tal manera que se vinculen como cola-boradores y/o coeditores.

• Promover la producción académica en los temas espacial y territorial, en el marco de la acción para el desarrollo a di-ferentes escalas del territorio, con particular interés en lo urbano.

• Promover la interdisciplinariedad mediante el tratamiento y el enfoque de los artículos.

La Revista Bitácora Urbano\Territorial tiene como destinatarios a:

Los académicos, técnicos de planeación, gobernantes y funcionarios territoriales, empresarios, organizaciones no gubernamentales, consultores, estudiantes de pre y posgrado, organizaciones no gubernamentales, comunidades y perso-nas interesadas en la temática y la problemática de lo urbano territorial en Colombia y América Latina, prioritariamente.

Para comunicarse con la Revista Bitácora Urbano\Territorial:

Para estos efectos, toda la correspondencia y demás actuaciones con la Revista, como informes, distribución, sus-cripciones, canjes y envío de trabajos a ser publicados, dirigir-se a la siguiente dirección:

REVISTA BITÁCORA URBANO\TERRITORIALInstituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad & TerritorioFacultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, Sede

Bogotá.Ciudad Universitaria, Carrera 30 Nº 45-03, Edificio 314 (SINDU)

oficina 106, código postal 111321Bogotá D.C. Colombia. Sudamérica.Fax: 316 5292. PBX 316 5000 Ext. 12212 [email protected]; [email protected]://www.bitacora.unal.edu.co

Carácter de la revista

23 enero - marzo de 2017

Bitácora Urbano\Territorial

2744 27

27

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Volume 27 Number 1 January - march 2017Volume 27 Número 1 Janeiro - março 2017

EDITORIAL:

7 The other territories. Urban renewal, urban-territorial models, popular habitat and social inclusionCarlos Alberto Torres-Tovar

Eloisa Vargas-Moreno

ARTIGOS:

9 Rehabilitation of the container and expulsion of the contents: the Bogota’s obsolete urban renewal model

Eleonora Herrera-Medina

Juan José Martí-Noguera

Luis Fernando Molina-Prieto

17 Urban transformation in Bogotá: urban planning and management processes analysis Lisandro Iusry-Abulatif

27 Stagflation and urban area growth in 2012. Land supply in the Great San Juan

Patricio Cardó

35 The instability of the form. Low-income housing projects in Santiago de Chile, 1953-1970

Emanuel Giannotti

Hugo Mondragón-López

47 Territorial governance and the Territorial Planning Plans: t he case of the province of Mendoza, Argentina

Matías Agustín Dalla-Torre

55 Collaborative Design and Evolutionary Habitat Studio: bridges between academy and community

Omayra Rivera-Crespo

63 Workshops in the “meanwhile”: the waiting in an argentinian housing policy

Romina Sonia Olejarczyk

71 Public space and body practices: a case studyClaudia Maritza Guzmán-Ariza

Héctor Rolando Chaparro-Hurtado

Elkin Orlando González-Ulloa

79 Digital city: paradigm of urban globalizationGabriel Benítez-Gutiérrez

89 Application of multivariate analysis for urban environmental sustainability Loraine Mayrim Giraud-Herrera

Giobertti Raúl Morantes-Quintana

FROM POSGRADUATE

101 Post-conflict, Economic model and urban-regional planningInti Mesías-Barrera

108 Instructions for authors and article norms in Bitacora Urbano-Territorial journal

114 Submitting process and refereeing norms

EDITORIAL

7 Outros territórios. Renovação urbana, modelos urba-nos-territoriais, habitat popular e inclusão socialCarlos Alberto Torres-Tovar

Eloisa Vargas-Moreno

ARTICLES:

9 Reabilitação do recipiente e remoção de conteúdo: Teo modelo obsoleto de renovação urbana de Bogotá

Eleonora Herrera-Medina

Juan José Martí-Noguera

Luis Fernando Molina-Prieto

17 A tranformação urbana de Bogotá: análise de processos de planejamento e gestão urbana Lisandro Iusry-Abulatif

27 Estagflação e crescimento da área urbana em 2012. Oferta de solo na Gran San Juan

Patricio Cardó

35 A instabilidade da forma. Projetos para bairros populares em Santiago de Chile, 1953-1970

Emanuel Giannotti

Hugo Mondragón-López

47 Governança territorial e os Planos do Ordenamento do Território: o caso da província de Mendoza, Argentina

Matías Agustín Dalla-Torre

55 Laboratório de Projeto Colaborativo e Habitat Evolutivo: pontes entre o meio acadêmico e a comunidade

Omayra Rivera-Crespo

63 Workshops no “meio tempo”. A espera en uma política de habitação argentina

Romina Sonia Olejarczyk

71 Espaço público e práticas corporais: um estudo de casoClaudia Maritza Guzmán-Ariza

Héctor Rolando Chaparro-Hurtado

Elkin Orlando González-Ulloa

79 Cidade digital: paradigma da globalização urbanaGabriel Benítez-Gutiérrez

89 Aplicação de análise multivariada para a sus-tentabilidade ambiental urbana Loraine Mayrim Giraud-Herrera

Giobertti Raúl Morantes-Quintana

DE PÓS-GRADUAÇÃO

101 Pós-conflito, modelo econômico e ordenamento urbano-regionalInti Mesías-Barrera

110 Diretrizes para autores: aprestacao de trabal-hos para a revista Bitácora Urbano Territorial

115 Processo de seleçao e diretrized de arbitragem

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Bitácora Urbano\Territorial searchs for:• Communicating the efforts on territorial research including structural, econo-

mic and political changes in Latin America and Colombia.• Gathering methodologies that reflect an integral vision of development pro-

cesses and planning on territorial management. • Raising and spreading alternative analysis, interpretation and proposals to ap-

proach and to face territorial development problems.• Presenting development experiences, from interdisciplinary and transdiscipli-

nary perspectives that allow the interpretation and evaluation of present dynamics in diverse contexts.

• Propose a Latin American perspective on the subject in a global and relative autonomy context.

• Introduce in national academic discussion relevant international topics.

Bitácora Urbano\Territorial as a forum pretends to:

• Promote a wider participation of institutions and scholars on reflection, mana-gement and proposal on urban territory subject, so they join the journal as collaborators or coeditors.

• Encourage academic research and papers production on spatial and territory subject in the action framework for development in different territory sca-les, with particular interest on urban matters.

• Allow and promote interdisciplinary research by treating and approaching the journal scope.

Bitácora Urbano\Territorial is addresed to:

Scholars, technical planners, territorial authority and civil employees, non-governmental, consulting industrialists, organizations, undergraduate and post-graduate students, nongovernmental organizations, all communities and people interested in the urban and territorial subjects and problematic in Colombia and Latin America, primarily.

In order or to communicate with Bitácora Urbano\Territorial:

All correspondence and items related to the Journal, such as required in-formation, distribution, subscriptions and journal exchanges shipment, must be sent to the following address:

REVISTA BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL

Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad & TerritorioFacultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá.Ciudad Universitaria, Carrera 30 Nº 45-03, Edificio 314 (SINDU), Oficina 106Bogotá. Colombia. South America.Fax: 316 5292. PBX 316 5000 Ext. 12212 [email protected], [email protected]://www.bitacora.unal.edu.co

27

A Revista Bitácora Urbano\Territorial Como proposta procura:

• Divulgar os esforços para construçao territorial a partir das mudanças estru-turais, económicas e políticas que o país e a América Latina vivem.

• Coletar metologías que refletem uma visao holística do planejamento e dos procesos de desenvolvimiento e gestao territorial.

• Establecer e divulgar a análise, a interpretaçao e as propostas alterna-tivas para enfrentar e resolver os problemas do desenvolvimento territorial

• Proporcionar experiencias que permitem interpretar e avaliar as dinamicas presentes em varios contextos.

• Trabalhar uma perspectiva latinomaricana sobre o assunto dentro de con-textos de globalizaçao e autonomías relativas.

A Revista Bitácora Urbano\Territorial Como un fórum visa:

• Promover a ampla participaçao de instituiçoes academicas e pesqui-sadores com reflexao, gestao e propostas em torno do urbano-terri-torial, de modo que se relacionem como colabores e/ou co-editores.

• Promover a produçao academica nas questoes espaciais e territoriais no ámbito da açao para o desenvolvimento do territorio em diferen-tes escalas, com interesse especial no contexto urbano.

• Promover a interdisciplinaridade por meio do tratamento e a aproxi-maçao dos artigos.

A Revista Bitácora Urbano\Territorial é dirigida a:

Academicos, técnicos em planejamento, dirigentes e funcionarios territo-riais, empresarios, ONGs, consultores, estudantes de graduçao e pósgraduaçao, comunidades e individuos interesados no assunto, e questoes urbanas na Co-lombia e na América Ltina, principalmente.

Para contatar a revista Bitácora Urbano\Territorial:

Para estes fins, toda a correspondencia e outras açoes com a revista, como informaçoes sobre a distribuiçao, subscriçao, troca e envio de trabalhos para publicaçao, entre em cantato no seguinte endereço.

REVISTA BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL

Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad & TerritorioFacultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá.Ciudad Universitaria, Carrera 30 N° 45-03, Edificio 314 (SINDU), Oficina 106.CP: 111321. Bogotá, Colombia, América do Sul.Fax: 316 5292 PBX 316 5000 Ramal [email protected], [email protected]://www.bitacora.unal.edu.co

Journal Scope / Foco e Escopo

23 enero - marzo de 2017

Bitácora Urbano\Territorial

2766 27

Page 9: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

Editorial 77

(1) 2017: 7 - 8 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

27 Editorial27

Los otros territorios. Renovación urbana,

modelos urbano-territoriales, hábitat

popular e inclusión socialThe other territories. Urban renewal, urban-

territorial models, popular habitat and so-cial inclusion

Outros territórios. Renovação urbana, modelos urbanos-territoriais, habitat popular e in-

clusão social Este número está dedicado a lo que desde la revista Bitácora Urbano Territo-rial hemos denominado “los otros territorios”, haciendo referencia a diferentes aproximaciones a las dinámicas y a los escenarios socio-espaciales que relacio-nan los resultados y las consecuencias de la pobreza, la segregación y la des-igualdad, siendo estos la huella imperfecta de nuestro paso civilizatorio por el espacio-tiempo. Este es un tema muy amplio y recurrente pero que no se ago-ta, no mientras persistan condiciones de repetición y perpetuación de la po-breza como “residuo necesario” de la configuración urbana para el desarrollo.

En este número de la Revista, los acercamientos a dichas temáticas están da-dos desde tres aproximaciones: una primera que observa las apuestas por la transformación de la ciudad a través de la rehabilitación urbana, la planifica-ción y la gestión urbana, la re-densificación y la oferta de suelo. La segunda, revisa las condiciones físico espaciales de los barrios populares, los procesos colaborativos de planificación y de diseño, las lógicas de la configuración del hábitat popular, así como el aspecto colectivo de las políticas habitacionales, pasando por el espacio público y las dinámicas de inclusión social. Por último, están las aproximaciones metodológicas, la sistematización de datos, los aná-lisis multivariables y los modelos económicos para el ordenamiento territorial, incluidos los asuntos ambientales.

En sintonía con la primera temática presentamos tres artículos. El primero de ellos, Rehabilitación del contenedor y expulsión del contenido: el modelo obso-leto de renovación urbana de Bogotá, resalta aspectos sociales, culturales y de la transformación arquitectónica propios de los lugares expuestos a procesos de renovación urbana. Aspectos que deben ser tenidos en cuenta para garan-tizar a los habitantes tradicionales la disminución de los impactos negativos asociados al “clásico modelo renovador”. El segundo artículo, A tranformação urbana de Bogotá: análise de processos de planejamento e gestão, centrado en

Carlos Alberto Torres-Tovar

[email protected] Arquitecto, Magíster y Doctor en Urba-nismo, y Doctor en Arquitectura y Ciu-dad. Profesor Asociado en la Universidad Nacional de Colombia. Escuela de Arqui-tectura y Urbanismo. Investigador Senior (IS). Líder del Grupo de Investigación “Procesos Urbanos en Hábitat, Vivienda e Informalidad”.

Eloisa Vargas-MorenoPolitóloga y Especialista en Instrumen-tos de Ordenamiento Territorial de la Universidad Nacional de Colombia. Ma-gister en Sociología y Antropología Ur-bana de la Université de Lille-1. Miembro del Grupo de Investigación “Procesos Urbanos en Hábitat, Vivienda e Informa-lidad” de la Universidad Nacional de Co-lombia. E-mail: [email protected]

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Carlos Alberto Torres-Tovar, Eloisa Vargas-Moreno

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la metodología del estudio de caso, hace un recuento de las ad-ministraciones de Bogotá entre 1995 y 2007, y su impacto en las transformaciones urbanas. La intención del autor es evidenciar y ordenar las herramientas de gestión que son trasversales y que definen un giro en el gobierno de la ciudad. Finalmente, el tercer artículo de este bloque, intitulado Estanflanción y crecimiento del área urbana en 2012. Oferta del suelo en El Gran San Juan, analiza el impacto de la baja en el precio del oro –principal renglón de la economía de la zona– y el comportamiento de los precios del suelo en un área que aún puede crecer en altura.

El segundo grupo de artículos, el más nutrido, está integrado por cinco textos. El primero de ellos, La inestabilidad de la forma: pro-yectos para barrios populares en Santiago de Chile 1953 – 1970, hace una crítica estructurada al uso diferenciado que tuviese la forma abierta e inestable en los proyectos arquitectónicos durante las décadas del 50, el 60 y el 70 del siglo XX, tomando como ejemplo los programas del gobierno chileno Erradicación y Operación Sitio. Dicha diferenciación se sitúa en la distancia en-tre propuestas vanguardistas relacionadas con el arte en el con-tinente europeo, y la funcionalidad y la adaptabilidad brindada para la realidad de la ciudad informal en emergencia en América Latina.

El segundo artículo, Gobernanza territorial y los planes de orde-namiento territorial: el caso de la provincia de Mendoza, Argen-tina, sigue la ruta adelantada en dicha provincia a propósito de la estructuración de su plan de ordenamiento, para develar el impacto de la denominada gobernanza territorial. Se aproxima entonces al concepto de gobernanza, criticado en tanto muta constantemente para significar procesos participativos que aún no cuentan con las estructuras institucionales y los recursos para soportar ejercicios que incluyan de manera decidida y definitiva la voluntad de quienes pueblan los territorios.

Por su parte, Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo: puentes entre la academia y la comunidad narra textual y gráfi-camente la experiencia de intervención y transformación del espacio en uno de los territorios de San Juan, Puerto Rico. La participación de actores comunitarios contó con el apoyo de académicos que permitieron una nueva realidad espacial para la zona. El cuarto texto de este bloque es Talleres en el “mientras

tanto”: la espera en una política habitacional argentina. El inte-resante resultado de un trabajo de campo realizado en el Área Metropolitana de Buenos Aires expone las particularidades del proceso pero, sobre todo, del momento de espera que transcurre entre la asignación de una vivienda y la entrega de la misma para ser habitada. A partir de los estudios sobre el hábitat, la auto-ra busca aportar a las reflexiones con respecto a “la espera” en las políticas públicas. Finalmente, en el artículo Espacio público y prácticas culturales: un estudio de caso, los autores comparten los hallazgos de una investigación en torno a la apropiación de los espacios públicos por parte de los jóvenes en el municipio de Villavicencio, Meta.

El tercer y último bloque, compuesto por dos artículos, ofrece a nuestros lectores una oportunidad importante para pensar la innovación en el campo del urbanismo. Ciudad digital: para-digma de la globalización urbana. El artículo revisa el concepto de ciudad digital como un elemento de la globalización urbana del siglo XXI, partiendo de la noción de complejidad urbana, del proceso de globalización económica y cultural, y del auge de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC). Por su parte, Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad ambiental urbana aborda las siguientes preguntas de investiga-ción: ¿cuáles son las variables ambientales urbanas que influyen en la variabilidad de la sostenibilidad ambiental urbana (SAU)? A partir de la escasa información obtenida, ¿cómo es la relación en-tre estas variables? El marco teórico fundamental de esta investi-gación se basa en indicadores SAU para ciudades, y su evaluación se hace a partir de los datos recolectados en el trabajo de campo y los datos extraídos de fuentes de información secundaria.

Para dar cierre a este número, el artículo Postconflicto, modelo económico y ordenamiento urbano-regional, escrito por un es-tudiante de la Maestría en Ordenamiento Urbano-Regional de la Universidad Nacional de Colombia, apunta a un tema muy actual: el ordenamiento del territorio en el marco de postconflicto. La diversidad de actores y de situaciones comprometidas en esta re-lación constituye una fuente importante de reflexiones, cuestio-namientos y elaboración de propuestas. Las poblaciones pobres, en su mayoría rurales, han de ser diferenciada e integradas desde la restitución de sus derechos pero, sobre todo, protegidas como sujetos activos de la política y de la transformación del país.

Ciudad Universitaria, Bogotá D.C.Enero de 2017

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(1) 2017: 9 - 15 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Rehabilitación del contenedor y expulsión del contenido:

eL modeLo obsoLeto de renovación urbana de bogotá1

Rehabilitation of the container and expulsion of the contents: the Bogota’s obsolete urban renewal model

Reabilitação do recipiente e remoção de conteúdo: Teo modelo obsoleto de renovação urbana de Bogotá

Eleonora Herrera-MedinaEconomista y candidata a Doctora en Economía

Universidad Antonio Nariñ[email protected]

Juan José Martí-NogueraDoctor en Psicología

Universidad Antonio Nariñ[email protected]

Luis Fernando Molina-PrietoArquitecto

Universidad Antonio Nariñ[email protected]

1 El artículo procede del proyecto de investigación Ciudades creativas, ejecutado entre junio de 2012 y julio de 2014, y financiado por la Universidad Antonio Nariño de Bogotá.

ResumenEl artículo reflexiona sobre el paradigma de renovación urbana heredado de la moder-nidad, haciendo énfasis en uno de sus ins-trumentos: la expropiación, y en una de sus manifestaciones contemporáneas: la gentrifi-cación, puesto que generan múltiples efectos negativos en el plano inmaterial de las ciuda-des como la corrupción urbana, la exclusión espacial y la ruptura del tejido sociocultural. El marco teórico del artículo surge de las tres dimensiones de la sustentabilidad estable-cidas en 1987 por la Comisión Brundtland: social, económica y ambiental, y bajo ese enfoque, se estudian los efectos que un pro-yecto de renovación urbana de Bogotá ten-drán sobre la población que habita en la zona a intervenir. Se concluye que para que este tipo de proyectos lleguen a ser sustentables deben reinventarse, de manera que renue-ven tanto los elementos materiales, como los inmateriales de las áreas intervenidas.

Palabras clave: expropiación, gentrificación, corrupción urbana, exclusión espacial.

AbstractThe article reflects on the paradigm of urban renewal inherited from modernity, emphasi-zing one of its instruments –expropriation–, and in one of its contemporary manifesta-tions –gentrification–, because they generate multiple negative effects in the immaterial plane of the cities, as they are: urban corrup-tion, spatial exclusion and breakdown of the socio-cultural fabric. The theoretical fra-mework of the article arises from the three dimensions of sustainability established in 1987 by the Brundtland Commission: social, economic and environmental; nd under this approach, i’ts study the effects that a project of urban renewal of Bogotá, will have on the population that lives in the area to interven-tion. It is concluded that, in order for contem-porary urban renewal projects to become sustainable, they must be reinvented so as they renew both the material and the intan-gible elements of the intervened areas.

Key words: expropriation, gentrification, ur-ban corruption, spatial exclusion.

ResumoO artigo reflete sobre o paradigma de re-novação urbana herdado da modernidade, destacando um dos seus instrumentos –a ex-propriação–, e uma das suas manifestações contemporâneas –a gentrificação–, porque geram muitos efeitos negativos no plano intangível das cidades, tais como: corrupção urbana, exclusão espacial e desagregação de o tecido sociocultural. O referencial teórico do artigo surge a partir das três dimensões da sustentabilidade estabelecidos em 1987 pela Comissão Brundtland: social, econô-mico e ambiental, e sob essa abordagem, são analisados os efeitos que um projeto de renovação urbana em Bogotá, terá sobre a população que vive na área de intervir. Concluiu-se que, para que os projetos de re-novação urbana atuais, tornar-se sustentável, devem reinventar-se, de modo que os ele-mentos tangíveis e intangíveis das áreas de intervenção são realmente renovados.

Palavras-chave: expropriação, gentrificação, corrupção urbana, exclusão espacial.

Recibido: 16 de septiembre de 2013Aprobado: 11 de noviembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.39917

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Eleonora Herrera-Medina, Juan José Martí-Noguera, Luis Fernando Molina-Prieto

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Eleonora Herrera-Medina

Economista, M.Sc en Economía y candi-data Doctora en Economía. Directora del Centro de Estudios y Análisis Económico de la Universidad Antonio Nariño.

Juan José Martí-Noguera

Magister en investigación participativa, Doctor en psicología de la Universidad de Valencia y Postdoctorado en desarro-llo regional de turismo. Autor de artícu-los en revistas indexadas, conferencista invitado en diferentes países iberoame-ricanos e investigador del Centro de Estudios y Análisis Económico de la Universidad Antonio Nariño. Su línea de investigación principal aborda el rol de la academia con relación a su responsa-bilidad en el desarrollo local y regional.

Luis Fernando Molina-Prieto

Arquitecto e investigador con amplia experiencia en áreas de arquitectura, ciudad y ambiente. Ha publicado más de treinta artículos en revistas indexa-das y diez libros producto de investiga-ción, y ha participado como ponente en congresos internacionales en Brasil, Bolivia, Ecuador, España y Colombia. Por su trabajo ha recibido varios reconoci-mientos, dentro de los que se destaca el primer lugar en el Premio de Reportaje sobre Biodiversidad 2004, entregado por Conservación Internacional, durante el II Congreso Mundial de la Naturaleza, realizado en Bangkok, Tailandia.

Introducción

El mundo actual está dando un paso difícil: la transición de la

modernidad a la contemporaneidad, y cada individuo, a partir de su

postura frente a esa mudanza global, la promueve o le hace resistencia.

Las relaciones jerárquicas y verticales típicas de la modernidad,

donde el poder se concentraba en las élites y era administrado por

ellas, son sustituidas por relaciones heterárquicas “donde el poder

circula” (Najmanovich, 1995: 15), y esas formas innovadoras de

relación están generando lógicas nuevas y maneras inéditas de hacer

las cosas. La condición contemporánea provoca y exige cambios.

No es posible abordar, comprender o intervenir la complejidad de

la ciudad contemporánea recurriendo a los instrumentos simplistas

y arbitrarios heredados de la modernidad. Se requieren modelos y

metodologías nuevas para lograr soluciones contemporáneas. Es

necesario cambiar los paradigmas viejos porque son obsoletos y

generan más problemas que los que solucionan, y además, porque

como muy bien subraya Najmanovich, “las rutas habituales nos han

llevado al borde del abismo” (Najmanovich, 1995: 1).

En lo concerniente a la renovación urbana, cabe subrayar que fue durante las grandes intervencio-nes realizadas por Haussmann en París hace más de 150 años cuando surgió el concepto de expro-piación, un instrumento característico de la modernidad gracias al cual los planificadores urbanos logran tres objetivos: i) despojar de sus predios a los poseedores de inmuebles en las áreas interve-nidas con una escueta retribución económica a cambio, o, en muchos casos, sin ella; ii) potencializar la renta del suelo ‘liberado’ en las áreas intervenidas; y iii) inducir y fomentar la especulación inmo-biliaria y del suelo urbano, generando plusvalías cuantiosas (Gaudin, 1985; Gravagnuolo, 1998).

Con la implementación de leyes que posibilitaron al Estado la expropiación forzosa (cuando el Derecho liberal tradicional y el propio Código Napoleónico concebía a la propiedad priva-da como un derecho ilimitado), el Barón Haussmann quedó habilitado para eliminar muchas calles antiguas, derribar casas de apartamentos y reemplazarlas (Molina Mesa, 2009: 3).

Por otra parte, gracias al instrumento de la expropiación las políticas de renovación urbana han generado y multiplicado un fenómeno que, desde hace más de 40 años, viene sucediendo en los centros históricos de muchas ciudades: la gentrificación.2

2 “El término gentrification fue acuñado en 1964 por la socióloga Ruth Glass, al observar cómo en áreas centrales de ciuda-des inglesas se estaba dando un proceso de desplazamiento de residentes de clases bajas por la llegada de la gentry, es decir, de la clase más alta” (Urbina, 2012: 48).

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Rehabilitación del contenedor y expulsión del contenido: el modelo obsoleto de renovación urbana de Bogotá

El proceso de gentrificación que comienza con la erradicación de los asentamientos por parte del gobierno […], consiste en la reutilización sectaria de algún segmento de la ciudad, lu-gar de alto valor inmobiliario, y de la expulsión de antiguos y pobres habitantes, buscando así devolver la ‘nobleza’ y la ‘calidad’ urbana a ciertas áreas emblemáticas. Este proceso urbano de recuperación sectorial, clasista y de expulsión del ‘otro’ no es un hecho aislado, sino que se ha utilizado como método en más de una ciudad para su ‘recuperación’ (Capde-vielle, Ceconato y Mandrini, 2013: 61).

La gentrificación prioriza el valor del suelo por encima del bien-estar humano (Yúdice, 2008), incrementa la segregación urbana al despojar de la renta del suelo a quienes son sus poseedores tradicionales y expulsa a la población más vulnerable hacia las periferias, en tanto transforma el capital financiero en inmobilia-rio y garantiza a los inversores una amplia tasa de retorno (López-Morales, 2013). La gentrificación es resultado del ciclo de vida de las diferentes áreas urbanas que, a través del tiempo, pasan por una serie de fases –construcción, crecimiento, declive, revitaliza-ción o renovación–, las cuales bien pueden ser intervenidas por intereses particulares.

Es precisamente, dentro de ese ciclo de vida que se circuns-cribe el fenómeno de la gentrificación. El mismo tiene lugar en áreas urbanas en las que una desinversión previa en in-fraestructuras ha generado vecindarios cuya renovación puede resultar muy lucrativa (Checa-Artasu, 2011).

En otras palabras: durante períodos prolongados, de 20 y hasta 50 años, se desatiende sistemáticamente un sector estratégico de la ciudad –el carro de basura disminuye sus recorridos, y por último, no pasa; la policía reduce su presencia, y finalmente, no regresa; no se vuelven a realizar allí obras públicas de ninguna índole, en-tre otras muchas estrategias de desatención y desinversión–, y entonces, cuando el sector finalmente está físicamente deteriora-do, y social y económicamente en ruinas, se habla de ‘dignificarlo’ mediante operaciones de renovación urbana. Un ciclo inducido, que se evidencia en algunos barrios del centro de Bogotá como el Cartucho y el Bronx, donde se logró la erradicación masiva de sus habitantes, y se le arrebataron de las manos los títulos de pro-piedad a los dueños legítimos de los predios –porque allí habían predios, y todos tenían dueño–, para entregarle al capital privado y a los especuladores ese suelo ‘liberado’ nuevo, o, en términos de Henri Lefebvre (1974), ese ‘espacio producido’ nuevo.

En Latinoamérica no es reciente el discurso de los especuladores que, estigmatizando las formas de vida de los sectores abando-nados por el Estado, justifican la expulsión de sus habitantes con el fin de apropiarse del suelo urbano, como ya lo subrayaba Albu-querque en 1931: “de la promiscua vida en los cortiços nacen pan-dillas de pervertidos y delincuentes” (Albuquerque, 1931, citado por Outtes, 2002: 27). Este discurso se mantiene vigente, pero ahora, encriptado en el concepto de gentrificación. Un ejemplo de ello es Barcelona, donde los espacios públicos nuevos se pen-saron para “dignificar el espacio, para contribuir a un proceso de gentrification que, durante mucho tiempo, se contempló explíci-tamente como la única posibilidad de ‘regeneración’ física y social

de un barrio degradado en lo construido, conflictivo y estigmati-zado en lo vivido” (Benach y Tello, 2004: 109). ‘Dignificación’ que tiene sus detractores. Algunos autores consideran que, tras sus formas elegantes, las grandes intervenciones urbanas en dicha ciudad ocultan “los desahucios masivos, la destrucción de barrios enteros que se han considerado ‘obsoletos’, el aumento de los ni-veles de miseria y de exclusión” (Delgado, 2007: 14).

En este contexto, el artículo busca identificar los impactos que genera el paradigma de renovación urbana heredado de la mo-dernidad que utiliza el instrumento de la expropiación, sobre uno de los componentes medulares que, desde nuestro enfoque teó-rico, integra la ciudad contemporánea: el componente inmaterial. En otras palabras, los habitantes de las ciudades y sus formas de vida. Para lograrlo, se analiza un caso específico de renovación ur-bana en Bogotá: el Proyecto Ministerios en el centro de la ciudad.

MetodologíaCon base en una primera revisión de la literatura especializada, se evidenciaron dos tipos de documentos vinculados al objeto de estudio: artículos científicos y documentos oficiales. Se dio prioridad a los documentos que, en el campo de la renovación urbana, estudian el sistema de expropiación o el fenómeno de la gentrificación. En segundo lugar se realizaron una serie de visitas al área de estudio: los polígonos destinados al Proyecto Ministe-rios en el centro de Bogotá (véase Gráfica 1), y se hizo un segui-miento a las audiencias públicas organizadas por la comunidad y a las diferentes expresiones en contra de esta iniciativa. Paralela-mente, se estudiaron las Resoluciones expedidas por la Empresa Nacional de Renovación Urbana para este proyecto. Para finalizar, se establecieron las tres dimensiones de la sustentabilidad deter-minadas por la Comisión Brundtland en 1987 –social, económica y ambiental– como referente teórico para el análisis y la interpre-tación de los resultados.

Renovación urbana vs. sustentabilidad

En 1987 la Comisión Brundtland estableció las tres dimensiones de la sustentabilidad: social, económica y ambiental. Las dos pri-meras son, indudablemente, inmateriales. La tercera, que abarca los ambientes naturales y construidos, es la única realmente tan-gible y material. De manera que, según la Comisión Brundtland, una ciudad que aspire a alcanzar la meta de la sustentabilidad debe tener en cuenta los elementos inmateriales y materiales que la conforman. Pero las operaciones de renovación urbana sólo atienden el mejoramiento físico de las áreas intervenidas, desconociendo y vulnerando severamente sus componentes in-tangibles. Esto sucede porque operan a partir del paradigma es-tablecido por Haussmann hace más de 150 años, el cual, desde el enfoque contemporáneo de la sustentabilidad, no solo es inade-cuado, sino que está obsoleto, porque genera múltiples efectos

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negativos en el plano inmaterial, dentro de los que se destacan: i) la corrupción urbana; ii) la exclusión espacial; y iii) la ruptura del tejido sociocultural.

Corrupción urbana

Debido a que movilizan capitales financieros enormes, las opera-ciones grandes de renovación urbana están íntimamente ligadas a las prácticas oscuras de la corrupción. En consecuencia, impul-san el enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos y contra-tistas carentes de ética, mientras erosionan las finanzas públicas, lo que vulnera la sustentabilidad económica de las ciudades. La literatura revisada da cuenta de lo anterior: “la contratación pú-blica y las operaciones urbanísticas son los sectores en los que se dan mayores niveles de corrupción y en donde se corre el ries-go de que este tipo de prácticas se enquiste” (Serrano, 2013: 27). “Hace ya algunos años que se viene percibiendo con claridad en nuestro país [España] un importante problema de corrupción política asociado a la actividad urbanística” (Jiménez, 2008: 263). El fenómeno de la corrupción urbanística “ha sido una práctica recurrente en la historia reciente de España. Sin embargo, no ha sido hasta este último lustro que el fenómeno ha pasado a consi-derarse de notoria gravedad desde instancias sociales, políticas y administrativas” (Díez y Gómez, 2008: 41).

Pero las operaciones de renovación urbana, al menos en Bogo-tá, tampoco benefician las infraestructuras físicas, ni a la ciudad en su conjunto, pues sufren, como otras grandes intervenciones urbanas, de la inconsistencia que les confiere la corrupción. Así, además de desangrar el erario público i) quedan mal hechas o inconclusas, como los corredores de Transmilenio en la capital, cuyas lozas de concreto –sobre las que ruedan los articulados– se rompen continuamente y es necesario rehacerlas continuamente, en detrimento económico de la ciudad y en favor del contratista. ii) No se ejecutan o quedan inconclusas porque los contratistas se apropian de los recursos, como sucedió con los proyectos del llamado ‘carrusel de la contratación’,3 que generaron un menos-cabo patrimonial a la ciudad mayor a 500 millones de dólares, y mantienen privados de la libertad y en proceso penal a un alcal-de, a varios parlamentarios y concejales, y a los contratistas invo-lucrados. iii) Las pocas que se inauguran son cuestionadas por sus efectos negativos, pues no tienen en cuenta los aspectos inmate-riales de las áreas intervenidas, es decir: los seres humanos y sus relaciones socioeconómicas y culturales. Según Gutiérrez Rocha las obras sólo son medios para “favorecer intereses de poderosos grupos económicos organizados a conveniencia y asociados con factores de poder político, en perjuicio de otros sectores de la po-blación” (Gutiérrez Rocha, 2014: 79).

Exclusión espacial

La renovación urbana no genera beneficios a los moradores de las áreas intervenidas, al contrario, los somete a la exclusión es-pacial a través del reasentamiento involuntario o la expropiación

3 El carrusel de la contratación es el nombre que los medios de comunicación le asignaron a una serie de desfalcos a la administración de Bogotá, en su mayoría vinculados con grandes obras públicas, como el sistema de Bus Rapid Transit, conocido en la ciudad con el nombre de Transmilenio.

forzada, secuestrando así su derecho legítimo a la propiedad pri-vada, abocándolos al desarraigo de su entorno vital tradicional y al empobrecimiento económico.

Los proyectos de renovación urbana, pretendiendo no sólo generar suelo urbano para vivienda de interés prioritario e interés social, sino reducir la pobreza, terminan intervinien-do el espacio, pero manteniendo y, aun profundizando las condiciones de pobreza e infelicidad de las comunidades humanas afectadas (Cantor y Cutiva, 2012: 1).

Estos proyectos se ajustan a un modelo basado en la obtención de plusvalías que se logra en dos pasos: i) la expropiación o el pago de indemnizaciones irrisorias a dueños y poseedores del suelo intervenido para expulsarlos; y ii) la especulación inmobi-liaria a partir de ese suelo obtenido por la fuerza –de la Ley. Dicho paradigma de intervención beneficia a empresarios privados, es decir, a contratistas e inversionistas de los mega-contratos que surgen con prontitud en el espacio producido por esos medios, y además, políticos corruptos que cobran tarifas elevadas para adjudicar los contratos.

Entre tanto, a los moradores de las áreas ‘renovadas’ les sucede lo contrario. Desde el punto de vista económico se producen dos efectos graves: i) la pérdida del patrimonio económico materiali-zado en el inmueble, pues deben venderlo bajo las condiciones estrictas y paupérrimas que establece el Estado, o se les expropia; y ii) el cierre de comercios consolidados junto con pequeñas y medianas industrias (PYMES y empresas familiares), lo que afecta a los propietarios –que acreditaron sus negocios o industrias en un lapso prolongado– y a las cadenas productivas que sus acti-vidades han elaborado, dinamizado, y refinado a lo largo de los años. Así, se genera empobrecimiento, inestabilidad económica y desempleo no solo para las familias reasentadas involuntaria-mente, sino además, para las innumerables personas vinculadas a las cadenas productivas que operaban en el territorio interve-nido, y que, por efecto de la renovación urbana, desaparecen.

La exclusión espacial derivada del modelo de renovación urba-na de la modernidad, que se caracteriza por rehabilitar el con-tenedor y expulsar el contenido, arruina las relaciones sociales y económicas consolidadas a lo largo de años, décadas o siglos, aniquilando dos de las tres dimensiones de la sustentabilidad. En cuanto a la tercera, la ambiental, las comunidades desplazadas la pierden porque son despojadas de sus bienes inmuebles, y con ellos, de sus fuentes tradicionales de sustento, abocándolos a la caída del ingreso real, al desempleo, al empobrecimiento, e in-cluso, a la miseria.

Ruptura del tejido sociocultural

Las operaciones de renovación urbana convencionales generan en el plano sociocultural la desvinculación social que rompe la estructura comunitaria, rasgan la trama relacional tejida a lo lar-go del tiempo, deshacen los sistemas de apoyo social que las co-munidades mantienen entre sí, destruyen la apropiación social del ambiente natural y construido que garantiza la seguridad y la conservación de cada rincón del territorio, dislocan y fragmen-tan la cultura y las micro-culturas locales, disuelven la identidad

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Rehabilitación del contenedor y expulsión del contenido: el modelo obsoleto de renovación urbana de Bogotá

del grupo que es fundamental para la cohesión social, estimulan la pérdida de confianza entre los vecinos, destruyen los códigos sociales y comunitarios, acaban con el anclaje social estructura-do en el lugar de residencia, y desconfiguran el marco vital en el que se desenvolvían las comunidades. Este tipo de operaciones de renovación urbana, que sólo atienden lo material, es decir, los entramados arquitectónicos y urbanos, socavan innumerables componentes intangibles de las ciudades como las culturas loca-les, la microeconomía, el modo de hacer de las comunidades, los eventos y rituales, el sentido de pertenecía y el arraigo, en otras palabras: todo aquello que aporta sustentabilidad socioeconó-mica a las ciudades.

La salvaguarda de lo inmaterialPara evitar el sinnúmero de efectos negativos arriba menciona-dos, el Banco Mundial, que dista de ser un organismo de tipo social o humanitario, tiene una política clara al respecto. Una sal-vaguarda que busca proteger a los seres humanos afectados por las intervenciones urbanas, la cual establece que: “en la medida de lo posible, los reasentamientos involuntarios deben evitarse o reducirse al mínimo, para lo cual deben estudiarse todas las op-ciones viables de diseño del proyecto” (Banco Mundial, 2001: 1). Pero, actualmente, los promotores de los proyectos de renova-ción urbana no tienen en cuenta esta salvaguarda aunque acu-den a la banca multilateral en busca de financiación y la única opción que ofrecen a los moradores de las áreas a intervenir es expulsarlos de su territorio. Rara vez se contempla involucrarlos, o hacerlos partícipes y beneficiarios del proyecto, lo que evidente-mente debilita la sustentabilidad social y económica de la ciudad.

Cabe subrayar que el discurso oficial actual, al menos en Co-lombia, habla de respaldar y fortalecer los emprendimientos y las PYMES, es decir, a las personas y sus iniciativas productivas, pero, en la práctica, las operaciones de renovación urbana pro-movidas por el Estado, como se verá a continuación, erradican y destruyen PYMES y emprendimientos acreditados, consolidados y rentables, pues los expulsan de los territorios donde funcionan por tradición.

El Proyecto Ministerios: ¿producción de espacio

para la especulación? La Empresa Nacional de Renovación Urbana, pese a los proble-mas de corrupción asociados a las grandes obras urbanas de años recientes en Bogotá como el mencionado ‘carrusel de la contrata-ción’, está decidida a llevar a cabo un proyecto urbano que, por su dimensión y alcances, no tiene precedente en la ciudad. Se trata del traslado de la sede de los ministerios, actualmente localizada en el Centro Administrativo Nacional, CAN, a un sector ubicado en el centro histórico de la ciudad. Esta iniciativa se ha segmenta-

do a nivel técnico en dos proyectos: el Proyecto CAN y el Proyecto Ministerios. Los dos están a cargo de la Empresa Nacional de Re-novación y Desarrollo Urbano Virgilio Barco Vargas.

El Proyecto Ministerios se ubica entre la carrera 4 y la carrera 10, y entre la calle 6A y la calle 11, en la localidad de La Candelaria, en pleno centro histórico de Bogotá, junto a la Plaza de Bolívar, el Capitolio Nacional (sede del parlamento), el Palacio de Nariño (sede de la Presidencia de la República), el Palacio Liévano (sede de la Alcaldía Mayor de Bogotá) y el Palacio de Justicia (sede de las Altas Cortes), además de varios ministerios (Interior, Relacio-nes Exteriores, Hacienda y Cultura). Este sector se puede conside-rar el centro simbólico, político, jurídico y administrativo del país. Para la ejecución del proyecto serán intervenidos tres polígonos (véase Gráfica 1): dos de ellos consolidados, y el tercero, baldío.

La Resolución No. 11 de 2013, la cual anuncia el Proyecto Minis-terios, asegura en su Artículo Segundo que “con estas interven-ciones se busca realzar la importancia y la jerarquía del Centro Histórico, habilitando espacios para situar entidades públicas y usos complementarios del suelo como comercio, servicios y cul-tura” (Empresa Nacional de Renovación y Desarrollo Urbano Vir-gilio Barco Vargas, 2013a: 5). Si bien las intenciones del proyecto son tan loables como todas las que se plantean comúnmente en ese tipo de actuaciones urbanas, los efectos que generará sobre la población que habita en las áreas a intervenir son perversos, puesto que desde su formulación, los excluye y busca desalojar-los de los inmuebles de los que son auténticos poseedores y pro-pietarios. Por esta razón la comunidad se organizó y, entre otras acciones, adelantó una audiencia pública en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional –transmitida al territorio nacional por el ca-nal oficial de televisión del Congreso de la República en julio de 2013– en la que se debatieron las inquietudes que el Proyecto Ministerios genera en la comunidad que reside en la zona a inter-venir, y particularmente, las preocupaciones de los propietarios de numerosos locales comerciales especializados en la venta de prendas militares, consolidado en la zona desde hace décadas.

Se trata de un cluster que agrupa una serie de industrias cultura-les del área de las confecciones, el calzado y otros implementos y equipos que lleva funcionando más de 30 años pero, que por efecto de la operación de renovación urbana, debe desaparecer. Los promotores del proyecto plantean dos opciones a los habi-tantes afectados: la venta obligada de los inmuebles al Estado, al precio que este determine, o su expropiación. La Resolución No. 11 no contempla otra alternativa. Por ende, el proyecto afecta-rá severamente a los propietarios de los locales, y además, a las cadenas productivas que esos negocios dinamizan (empresas de confecciones y de calzado; distribuidores y comerciantes de tex-tiles, cueros y otras materias primas; transportadores de insumos y distribuidores de productos terminados, entre otros.).

Por su parte, la Resolución No. 17 de 2013 que establece los pará-metros y procedimientos para los reconocimientos económicos y la mitigación de impactos del Proyecto Ministerios, afirma en su Artículo Primero que “no habrá lugar a los mencionados recono-cimientos y mitigaciones, cuando el trámite de adquisición deba adelantarse por vía administrativa” (Empresa Nacional de Reno-

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Gráfica 1. Proyecto Ministerios: polígonos a intervenir y valores de referencia

Además de que el Proyecto Ministerios no plantea una opción razonable para los habitantes del sector a intervenir, pues sólo concibe su desalojo sin ninguna explicación o argumentación racional para ello más allá de que sus inmuebles son requeridos por el proyecto, llaman la atención poderosamente dos aspec-tos de esta operación urbana. En primer lugar: si el proyecto incluye comercios, como indica la Resolución No. 11, ¿por qué no vincular los comerciantes tradicionales? ¿Por qué erradicar-los? ¿Por qué impedirles ser beneficiarios del proyecto cuando son dueños legítimos del suelo a intervenir? ¿Por qué no se re-habilitan o renuevan sus vidas, al igual que las edificaciones? ¿Por qué se ignora la salvaguarda del Banco Mundial (2001) y no se estudian otras ‘opciones viables de diseño para el proyec-to’? Con base en diferentes experiencias en Latinoamérica se puede predecir que el área destinada al Proyecto Ministerios está abocada a un proceso de gentrificación donde las clases socioeconómicas populares ya no tendrán cabida (Delgadillo, Díaz y Salinas, 2015).

En segundo lugar: ¿por qué los valores de referencia para la com-pra de lotes (véase Gráfica 1) asignan más valor a un lote baldío

Fuente: Empresa Nacional de Renovación y Desarrollo Urbano Virgilio Barco Vargas, 2013c.

vación y Desarrollo Urbano Virgilio Barco Vargas, 2013b: 2), es de-cir, cuando el Estado recurra a la figura de la expropiación. Cabe subrayar que tales reconocimientos son exiguos e irrisorios, y no ‘mitigan’ el impacto del proyecto, pues consisten en tres veces las utilidades que cada local percibió mensualmente durante el últi-mo año, en promedio, sumados al costo de la mudanza. En otras palabras: se reconoce a los comerciantes las utilidades de tres me-ses para que abandonen emprendimientos y PYMES que llevan consolidando treinta años, y si no se acogen a esa opción, se les expropian sus bienes inmuebles sin compensación económica. Lo anterior indica que, en Bogotá, se mantienen firmemente las relaciones impositivas propias de la modernidad, y que las comu-nidades afectadas por las decisiones de la élite, aunque hablen en audiencia pública y televisada, no logran ser escuchadas pues son consideradas por el Estado como simples ‘subalternos’, en los términos en los que tan acertadamente señaló Spivak4 (1988).

4 “El subalterno ‘habla’ físicamente; sin embargo su ‘habla’ no adquiere estatus dia-lógico […] esto es, el subalterno no es un sujeto que ocupa una posición discur-siva desde la que pueda hablar o responder. Como indica Spivak, es el espacio en blanco entre las palabras” (Giraldo, 2003: 298).

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Rehabilitación del contenedor y expulsión del contenido: el modelo obsoleto de renovación urbana de Bogotá

(zona 4), que a áreas consolidadas donde funcionan negocios de los que muchas familias derivan su sustento? Es claro que el Proyecto Ministerios sigue los lineamientos del modelo de reno-vación de la modernidad que rehabilitar el contenedor y expulsa el contenido, de manera que los moradores del área a intervenir carecen de la más mínima importancia para sus promotores y gestores, y en consecuencia, pueden ser expropiados o reasenta-dos en contra de su voluntad.

Finalmente, cabe subrayar que en la audiencia pública mencio-nada, en la cual participaron el director de la Empresa Nacional de Renovación y los Secretarios de Ambiente y de Planeación de Bogotá, los voceros de la comunidad cuestionaron la cifra econó-mica que el Estado ofrece por sus inmuebles, que oscila entre 300 y 600 mil pesos por metro cuadrado (véase Gráfica 1), pues al fi-nalizar el proyecto el metro cuadrado será vendido a 28 millones de pesos. Ante este cuestionamiento uno de los representantes del Estado aclaró que el precio de venta por metro cuadrado será de tan solo 15 millones de pesos.

ConclusionesLa ciudad es el fenómeno más complejo de la contemporaneidad, porque en ella convergen múltiples y diversas actividades huma-nas. La ciudad no se limita a los entramados físicos, es decir, a lo urbano y lo arquitectónico como se evidenció a lo largo del artícu-lo, por el contrario, la ciudad es ‘eso’ que surge y se desarrolla sobre tales soportes físicos. La ciudad contemporánea está “sustentada principalmente en los valores de su cultura, en su potencial huma-no y en su capacidad para proyectarse, todo lo cual es de naturale-za inmaterial” (Tinoco y Soler, 2011: 219). En consecuencia, urge la necesidad de redefinir el concepto de renovación urbana para que surja un paradigma nuevo que atienda de manera genuina las tres dimensiones de la sustentabilidad: social, económica y ambiental. Asimismo, las operaciones de renovación urbana contemporáneas deben reinventarse de manera que sus metodologías e instrumen-tos trabajen para renovar tanto los elementos materiales, como los inmateriales de las áreas intervenidas, puesto que al hacerlo con-tribuirán a consolidar ciudades verdaderamente sustentables.

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(1) 2017: 17 - 26 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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A tranformação urbana de Bogotá:

anáLise de processos de pLaneJamento e gestão urbana

La transformación urbana de Bogotá: análisis de los procesos de planificación y gestión urbana

Urban transformation in Bogotá: urban planning and management processes analysis

Lisandro Iusry-AbulatifAluno do curso de mestrado em Arquitetura e Urbanismo

Universidade do Vale do Rio dos [email protected]

ResumoO artigo trata da realização de um estudo de caso sobre o processo de transformação urbana da cidade de Bogotá entre os anos 1995 e 2007. Foram estabelecidos critérios teóricos para a identificação de ferramen-tas de gestão e planejamento urbano que serviram como base para a pesquisa junto a fontes documentais. São descritos padrões de conduta identificados, que em algum mo-mento forma repetidos pelos prefeitos Anta-nas Mockus, Enrique Peñalosa e Luis Eduardo Garzón durante seus mandatos. Com base nos padrões encontrados é sugerido um mo-delo conceitual de atuação na gestão urbana.

Palavras-chave: transformación urbana, Bogotá, gestión urbana, planificación urbana.

ResumenEste artículo discute el estudio de caso sobre el proceso de transformación urbana de Bo-gotá entre los años 1995 y 2007. Los criterios teóricos establecidos sirven para identificar las herramientas de gestión y los instrumen-tos de planificación urbana que son la base para la investigación de las fuentes docu-mentales adoptadas. Se señalan y describen los patrones de conducta de los tres alcaldes que gobernador la ciudad en dicho periodo: Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón y, sobre esto, se propone un marco de gestión urbana.

Palabras clave: urban transformation, Bogotá, urban management, urban planning.

AbstractThis paper discusses a case study about the urban transformation process of Bogota bet-ween the years 1995 and 2007. Theoretical criterias were established aiming to identify management tools and urban planning ins-truments which were adopted as the bases for the research of documentary sources. Conduct patterns performed by the three analyzed mayors are identified and descri-bed. Based on such patterns an urban mana-gement framework is proposed.

Keywords: transformação urbana, Bogotá, gestão urbana, planejamento urbano.

Recibido: 19 de marzo de 2015Aprobado: 11 de noviembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.49734

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Lisandro Iusry-Abulatif

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Lisandro Iusry-AbulatifÉ graduado em Administração de Em-presas. Especialista em Cidades: gestão estratégica do território urbano, e aluno do curso de mestrado profissional em Arquitetura e Urbanismo da Universida-de do Vale do Rio dos Sinos. Foi consultor da Federação Internacional da Cruz ver-melha para projetos de segurança viária e gestão da informação para o projeto Global Road Safety Partnership. Atua junto à Organização Pan-Americana de Saúde na produção de serviços técnicos para capacitação de cidades em gestão de segurança viária. Atua também com pesquisa na área de desenvolvimento urbano sustentável.

1. Introdução

À medida que os índices de urbanização no mundo aumentam,

torna-se mais importante a compreensão dos processos que levam a

esta realidade. Além disto é fundamental que sejam compreendidos

os processos que poderão auxiliar a construção atual e futura da

sociedade urbanizada.

Tanto as consequências de processos de urbanização malconduzidos, como os benefícios de processos conduzidos de forma exitosa, não se impõem como simples resultado de uma dada cidade pertencer a um país desenvolvido ou a outro em desenvolvimento. Processos de urba-nização estão também relacionados à forma como são conduzidos e vivenciados pelos partici-pantes locais destes processos, tais como gestores, planejadores, operadores do setor privado, representantes de grupos de interesses específicos e a sociedade civil de forma geral (The World Bank, 2013).

A análise de casos de transformação urbana considerados bem-sucedidos surge como ferra-menta de potencial significativo para auxiliar a compreensão de processos de urbanização já existentes, bem como para potencializar processos de planejamento e gestão urbana. Tal análi-se pode ser realizada em múltiplas dimensões, desde o caso do impacto do Estatuto da Cidade no Brasil (Presidente da República, 2001), até ao nível de projetos específicos em âmbito local como os casos do High Line (Sternfeld, 2001) em Nova York nos Estados Unidos e a revitalização do Rio Cheonggyecheon (Podolak, 2012) em Seul na Coréia do Sul.

Devido à complexidade envolvida nos processos de urbanização destaca-se a importância de que os processos de cada cidade ou região sejam analisados dentro do contexto no qual es-tão inseridos. Percebe-se que mesmo analisados individualmente em seus próprios contextos é possível encontrar fatores em comum entre casos estudados – que podem ser considerados como “linhas mestras” para um modelo da avaliação de urbanização. Um possível exemplo é a análise realizada pelo Banco Mundial sobre cidades do Brasil, República da Coréia e Colômbia (The World Bank, 2013).

Este trabalho se propõe a analisar o processo de desenvolvimento urbano ocorrido em Bogotá D.C. entre os anos de 1995 e 2007, nas gestões dos prefeitos Antanas Mockus, Enrique Peñalosa e Luis Eduardo Garzón, a partir do método de estudo de caso, com objetivo de explorar fatores que podem ser considerados como relevantes para o bom planejamento e gestão urbana. Bo-gotá foi escolhida por ser frequentemente mencionada na literatura internacional sobre plane-jamento e gestão urbana como caso exitoso de transformação urbana, devido a melhorias em questões relevantes como segurança, mobilidade urbana e regulamentação territorial, entre outros (The World Bank, 2013; Santoro, 2012; Beckett e Godoy, 2010; Samad, Lozano-García e Panman, 2012; Suzuki, Cevero e Iuchi, 2013).

É realizada a caracterização teórica de ferramentas de gestão urbana nos âmbitos de planeja-mento territorial, processo democrático, viabilização financeira, abordagem estratégica, apara-to jurídico e sistemas de inteligência. Quanto aos instrumentos de planejamento urbano, será realizada a caracterização teórica dos temas: zoneamento, mobilidade, atividade residencial e desenvolvimento social.

Serão apresentados os resultados sobre as ferramentas de gestão e instrumentos de planeja-mento urbano, identificados através desta pesquisa utilizados em Bogotá. A partir dos resul-tados foi possível realizar a proposição de um modelo conceitual de atuação de gestores na gestão urbana.

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A tranformação urbana de Bogotá: análise de processos de planejamento e gestão urbana

2. Contexto de BogotáEmbora tenha tido períodos pontuais de adequada gestão ur-bana desde sua fundação no ano 1539, Bogotá lidava com o déficit no processo de desenvolvimento urbano, que se apro-fundou com o grande aumento demográfico a partir dos anos 1940. Dificuldades de regulação da vida pública se aprofunda-ram durante os anos 1970 e 1980. O processo de desinstitu-cionalização administrativa teve como consequência o uso de práticas clientelistas e corrupção administrativa generalizada (Ceballos e Martin, 2004).

Já no início dos anos 1990 a deterioração da cidade era refletida em várias frentes: (i) sistema viário cada vez mais caótico; (ii) aumento de ruído e poluição do meio ambiente; (iii) espaços públicos privatizados sem manutenção; (iv) deslocamento quase definitivo de famílias abastadas para fora do centro da cidade e sua substituição nesses espaços por populações de baixa renda; (v) perda de interesse no centro histórico e sua consequente degradação; (vi) aumento da violência (Ceballos e Martin, 2004).

A partir do ano de 1995 a história de Bogotá é marcada (e redi-recionada) durante o exercício de quatro mandatos de governo consecutivos no âmbito municipal. Antanas Mockus Sivickas ven-ce as eleições de 1994 e inicia um trabalho com ênfase na cultura cidadã. As eleições de 1997 foram vencidas por Enrique Peñalosa. Trouxe para sua equipe profissionais com expertise no setor pri-vado, o que lhe ajudou a avançar com sua visão orientada por metas durante sua gestão, na qual trabalhou com a idéia de pro-jeto de cidade. Antanas Mockus venceu as eleições de 2000 e deu continuidade aos projetos em andamento do governo anterior. Dentre as marcas de seu governo estão a aborgadem da questão ambiental e da redução da violência. Luis Eduardo Garzón ven-ceu as eleições em 2004, a ênfase de governo esteve em polí-ticas sociais como redução de pobreza e combate à fome. Deu continuidade, em ritmo menor, às ações dos governos anteriores. Tabalhou com a abordagem de cidade-região quanto à gestão urbana (Ceballos e Martin, 2004; Cárdenas, Jiménez e Barriga, 2006; Acquier, et al., 2010).

3. MetodologiaO Estudo de caso foi o método escolhido para a condução deste trabalho uma vez que busca-se analisar como ocorreu a transfor-mação urbana de Bogotá através dos processos de planejamen-to e gestão urbana. Considerando ainda que a pesquisa focaliza acontecimentos contemporâneos e que o pesquisador não pos-sui controle sobre os eventos analisados, é possível identificar que de acordo com Yin (2005) o método de estudo de caso é o mais apropriado.

De acordo com Roesch (1999) o estudo de caso apresenta-se como uma ferramenta para a análise de uma organização ou grupo a serem estudados, a qual permite o estudo de questões

sociais importantes tanto no contexto histórico como contem-porâneo no ambiente natural do objeto da análise.

É realizada a construção de referencial teórico através de pes-quisa de autores com produção alinhada aos temas abordados, a partir dos quais são criados quadros de conceitos-chave dos temas em questão, conforme abordagem de Barringer e Harrison (2000). Na sequência é relizada pesquisa documental sobre as práticas de governo de Bogotá referente ao período de 1995 a 2007. As práticas de governo são agrupadas segundo os temas de gestão urbana e planejamento urbano discutidos na concei-tuação teórica (Barringer e Harison, 2000).

4. Caracterização teóricaCom o objetivo de estabelecer a base teórica a partir da qual será realizado o estudo sobre a transformação urbana de Bogotá, a seguir serão abordados conceitos de ferramentas de gestão e planejamento urbano, os quais serão considerados para o estudo de caso de Bogotá.

4.1 Ferramentas de gestão urbana

4.1.1 Planejamento territorial

De acordo com Kaiser, Godschalk e Chapin Jr. (1995) planejamen-to territorial pode ser entendido como uma competição multila-teral de grandes participantes (governos, planejadores, mercado e grupos de interesses específicos) em relação ao uso do solo de uma determinada área.

Entretanto é importante situar esta “competição” quanto ao seu histórico e intenções de uso (Lacerda, Mendes Zancheti e Diniz, 2000; Chiarella Quinhoes, 2010). O planejamento territorial deve ser considerado como ferramenta que potencialize a utilização do solo, de modo a melhor atender às necessidades e aspirações da comunidade (Montenegro, et al., 2012).

4.1.2 Processo democrático

Pomeroy (1953) propõe que a participação dos cidadãos no pla-nejamento deve estar relacionada aos processos das instituições de governo para que o processo seja frutífero. Um desafio do pla-nejamento urbano é a interação entre quem planeja em aqueles que utilizam o que foi planejado (Le Corbusier, 2000).

Cabe ao gestor urbano a condução deste processo através da moderação, regulamentação, regramento da dinâmica do grupo e criação de um ambiente de respeito e objetividade no qual os indivíduos das comunidades sejam vistos como agentes ativos das mudanças (Colette, 2010; Chiarella Quinhoes, 2010).

4.1.3 Planejamento de viabilização financeira

A viabilização financeira de investimentos na cidade é uma das principais etapas do planejamento urbano (The World Bank,

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2013). Esta consideração é reforçada pela afirmação de que boa gestão e sistemas de informação, em parceria com boa liderança podem ter baixa efetividade se não forem suportados por finan-ciamento adequado (The World Bank, 2009).

Pode-se considerar dois principais caminhos. O primeiro é o cus-teio próprio, como por exemplo, a valorização do uso do solo e a redefinição de impostos. Já o segundo é o financiamento ex-terno, que pode ser feito através de empréstimos ou através da atração de investimentos privados (The World Bank, 2013; Selsky e Parker, 2005; Giles e Dowal, 1996).

4.1.4 Abordagem estratégica

O processo de gestão urbana pode ser potencializado com o uso da perspectiva estratégica (articulação do ambiente presente a partir de uma perspectiva global para construção de um futuro desejado) que auxiliará na articulação dos recursos e caminhos necessários para a realização de determinado objetivo (Costa, 2007; Poister, Pitts e Edwards, 2010).

Gestores que atuem voluntariamente conforme descrito acima, e que estimulem que os demais envolvidos no processo de ges-tão assumam uma postura semelhante de modo a produzir uma mudança significativa de longo prazo, estarão exercendo a “lide-rança estratégica” (Nutt e Backoff, 1993).

4.1.5 Aparato legal

São princípios jurídicos e urbanísticos, aliados a políticas púbicas para gestão da cidade que promovem as definições de parâme-tros para a efetivação dos processos de planejamento e gestão da cidade (Porto, 2012).

A questão legal pode ser compreendida como regulamentadora do ambiente no qual os gestores urbanos estão inseridos para a realização de suas atividades (Fajardo, 2002). A legislação ur-banística é proposta por Santos (2014) e Porto (2012) como ins-trumento que combinado com outros, permite ações na direção pretendida, viabilizando sua continuidade no tempo e normatiza ações complementares.

4.1.6 Sistemas de inteligência

Considerando a complexidade do ambiente urbano, é crítico que a gestão urbana seja suportada por sistemas de informação que permitam potencializar a tomada de decisão dos gestores urba-nos (Kaiser, Godschalk e Chapin Jr., 1995).

Grandes volumes de dados e conhecimento são produzidos dia-riamente em nossa sociedade e um dos grandes benefícios para gestores é a disponibilidade de ferramentas computacionais para acesso e análise destes dados (Smith e Lindsay, 2012). Tais ferramentas estão relacionadas à transformação de dados em informações, depois em decisões e por fim de ações, incluindo o relacionamento com outras instituições (Turban, et al., 2009; Dewett e Jones, 2001).

A Tabela 1 apresenta a síntese dos conceitos acima apresentados.

Tabela 1 - Ferramentas de gestão urbana

Ferramentas Descrição Autores

Planejamento territorial

A gestão urbana deve fazer uso efetivo dos instrumentos de planejamento urbano.

Kaiser, Godschalk e Chapin Jr. (1995);Lacerda, Mendes Zan-cheti e Diniz (2000);Chiarella Quinhoes (2010);Montenegro, et al. (2012).

Processo democrático

A proposição de caminhos para o desenvolvimento da cidade e a tomada de decisão necessita de articulação entre setores público, privado e sociedade civil organizada.

Pomeroy (1953);Le Corbusier (2000);Colette (2010);Chiarella Quinhoes (2010).

Planejamento de viabilização financeira

O planejamento financeiro deve ser realizado tendo em vista a implantação de ações da gestão bem como a manuteção destas ao longo do tempo.

The World Bank (2009; 2013);Selsky e Parker (2005);Giles e Dowal (1996).

Abordagem estratégica

A gestão deve atuar de forma sistemática, a partir da situação atual, em direção à visão de futuro estabelecida. É necessária a figura de ao me-nos uma liderança estratégica.

Costa (2007);Poister, Pitts e Ed-wards (2010);Nutt e Backoff (1993).

Aparato legal

Instrumentos legais que viabilizem a implementação de ações e políticas públicas, tanto no presente quanto ao longo do tempo.

Porto (2012);Fajardo (2002);Santos (2014).

Sistemas de inteligência

Existência e utilização de sistemas de informação com tecnologia aplicada ao suporte para tomada de decisão na gestão urbana.

Kaiser, Godschalk e Chapin Jr. (1995);Smith e Lindsay (2012);Dewett e Jones (2001).

Fonte: elaborada pelo autor.

4.2 Planejamento urbano

4.2.1 Zoneamento

Para atingir seus objetivos, planejadores urbanos contam com diversas ferramentas, entre elas o zoneamento (Giles e Dowal, 1996). Este pode ser conceituado como instrumento “através do qual a cidade é dividida em áreas sobre as quais incidem dire-trizes diferenciadas para o uso e a ocupação do solo” (Saboya, 2007), o que também é defendido por Waldner (2004).

Neste contexto, estão inseridos tópicos como o parcelamento do solo e atividades às quais este se destina (Nogueira, 2003). Estas atividades podem estar relacionadas ao uso residencial, comer-cial, da indústria, rural, para mobilidade e qualquer outro tipo de construção (American Planning Association, 2001; Kaiser, Gods-chalk e Chapin Jr., 1995).

4.2.2 Mobilidade

O tema da mobilidade é considerado como estratégico, e deve ser compreendido sob a ótica da relação entre sistemas de trans-porte e trânsito e as necessidades e interesses humanos no con-texto urbano (Suzuki, Cevero e Iuchi, 2013; Bassett e Colomina, 2012; Fernandes, et al., 2013).

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A tranformação urbana de Bogotá: análise de processos de planejamento e gestão urbana

Dois princípios fundamentais são apresentados por Suzuki, Ce-vero e Iuchi (2013) são, (i) o foco no transporte coletivo de alta qualidade e (ii) estimulo do deslocamento a pé e de bicicleta. Os autores defendem que tais princípios devem ser observados den-tro de um contexto de oferta de meios de transporte integrados.

4.2.3 Atividade residencial

A atividade residencial é a que mais demanda espaço urbano, isto se deve ao fato de que estas também são utilizadas com outras atividades pertinentes à vida cotidiana como comércio, escolas, serviços de saúde, igrejas e espaços públicos (Kaiser, Godschalk e Chapin Jr., 1995).

Um tema crítico em relação à habitação é a questão das habi-tações informais (Bottari, 2002). Para Ceballos e Martin (2004) maiores desfios é administrar o aumento de habitações informais quando esté é superior ao que pode ser administrado.

4.2.4 Desenvolvimento social

Midgley (2013: 13) conceitua o desenvolvimento social como “processo planejado de mudança social designado a promover o bem-estar da população como um todo no contexto de um processo dinâmico de desenvolvimento multifacetado”. O autor destaca também a importância da interação entre as abordagens econômica, humana, política, ambiental e cultural para a viabili-zação do desenvolvimento social.

Neste sentido, a interação entre políticas econômicas e sociais é deve ser bem articulada, pois segundo Bridsall (1993), o des-envolvimento social é também um excelente investimento por contribuir para o crescimento econômico urbano.

A Tabela 2 apresenta a síntese dos conceitos acima apresentados.

Tabela 2 - Instrumentos de planejamento urbano

Instrumentos Descrição Autores

ZoneamentoCriação ou atualização da divisão do solo urbano e fomento à observação da sua normatização.

Giles e Dowal (1996); Saboya (2007); Waldner (2004); American Planning As-sociation (2001);Kaiser, Godschalk e Chapin Jr. (1995).

Mobilidade

Criação ou atualização de ações e políticas de mobilidade com ênfase na mobilidade a pé, uso de bicicletas e transporte coletivo.

Suzuki, Cevero e Iuchi (2013);Bassett e Colomina (2012);Fernandes, et al. (2013).

Atividade residencial

Ênfase em ações de habi-tação para população de baixa renda e na redução da habitação informal.

Kaiser, Godschalk e Chapin Jr. (1995);Bottari (2002);Ceballos e Martin (2004).

Desenvolvi-mento social

Ênfase em ações que valorizem beneficiar a comunidade como um todo, dando similar importância a pessoas de distintos grupos sociais.

Midgley (2013);Bridsall (1993).

Fonte: elaborada pelo autor.

5. ResultadosOs resultados constituem a apresentação de informações refe-rentes especificamente aos períodos dos governos dos prefeitos Antanas Mockus (1995-1997 e 2001-2003), Enrique Peñalosa (1998-2000) e Luis Eduardo Garzón (2004-2007).

5.1 Aplicação das ferramentas de gestão

O primeiro governo de Mockus foi caracterizado por um apelo à “cultura cidadã”. A implementação desta abordagem foi realizada através do posicionamento de liderança com forte ênfase ao com-bate à corrupção e estímulo ao cumprimento de normas de con-vivência. Houve ajuste financeiro a fim de preparar a cidade para buscar financiamentos necessários ao desenvolvimento urbano. Foram regularizadas 122 áreas de ocupação irregular. Trabalhou também na recuperação e valorização de espaços públicos (Ce-ballos e Martin, 2004; Cárdenas, Jiménez e Barriga, 2006).

Durante o mandato de Peñalosa foi utilizada uma abordagem dis-tinta de governo, não quanto à cidade democrática, mas quanto aos passos para criá-la. Buscou para sua equipe profissionais do setor privado, que o auxiliaram a realizar uma gestão orientada por resul-tados, viabilizando a adoção prática de visão de longo prazo (pro-jetos que tiveram sequência nos governos seguintes). Foi emitido o Decreto do Plano de Ordenamento Territorial de Bogotá e criada a Metrovivienda. Quanto à regulamentação de ocupações ilegais, foram regularizados via decreto aproximadamente 449 ocupações (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2000; Martínez Tocancipá, 2007).

A viabilização de recursos financeiros na administração de Pe-ñalosa contou com a reorganização tributária, e parcerias públi-co-privadas. Estas últimas foram utilizadas para a operação do Transmilênio e na área da educação, através da concessão da ad-ministração de escolas públicas à instituições privadas de ensino (Cárdenas, Jiménez e Barriga, 2006).

Na segunda gestão de Mockus identifica-se o caráter estratégico através da continuidade aos projetos do governo anterior. Houve sequência nas ações iniciadas por Peñalosa como as de uso de espaços públicos e mobilidade urbana (Ceballos e Martin, 2004).

O Plano de Ordenamento Territorial teve sua primeira revisão ain-da durante o mandato de Mockus em 2003. Recursos da mais valia urbana obtidos através pelo poder público eram destinados prio-ritariamente para projetos de habitação de interesse social (Veja-rano, 2008; Ferro, 2007; Samad, Lozano-García e Panman, 2012).

Foi formalizado em 2001 o Sistema Distrital de Informações (SDI). Este sistema dispunha de informações integradas oriundas tanto da Administração central de Bogotá, como de empresas públicas e do Fundo de Desenvolvimento Local (Ceballos e Martin, 2004).

O mandato de Garzón possúi características distintas daquelas encontradas em seus dois predecessores (embora tenha manti-do ações de governos deles, como a expansão do Transmilenio) mas que trouxe contribuições importantes para a cidade. Garzón apresentou a abordagem “cidade-região”, com a cidade como a

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centralidade de um sistema integrado à uma região composta por outras cidades (Fundación Konrad Adenauer, 2010). Destaca-se ainda a regulamentação do Plano Diretor de Espaço Público, através do qual o espaço público é concebido a partir de sua de-finição socio-cultural e política, composição física, e formas de ocupação e apropriação. A aprovação do Plano Diretor de Espaço Público foi realizada em 2005 (Gómez Serrudo, 2007).

Foi feita uma compilação dos Decretos No. 619 de 2000 (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2000) e No. 469 de 2003 (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2003) (ambos dipõem sobre o Plano de Ordena-mento Territorial). Esta compilação teve por objetivo proporcio-nar princípios de simplicidade e transparência.

A Tabela 3 apresenta a utilização de ferramentas de gestão urba-na por período de gestão. Nela estão relacionadas de forma sin-tetizada as realizações dos prefeitos e suas equipes de governo consideradas como exitosas no material de pesquisa analisado.

Tabela 3- Análise ferramentas de gestão

Antanas Mockus Sivickas (1995-1997)

Enrique Peñalosa Londoño (1998-2000)

Antanas Mockus Sivickas (2001-2003)

Luis Eduardo Garzón (2004-2007)

Planejamento territorial Recuperação de áreas deterioradas. Tratamento da cidade em escala urbana.

Regularização fundiária.Abordagem “cidade-região”.

Processo democrático

Parceria com o setor pri-vado para energia.Planejamento participativo de bai-rros – obras de saldo pedagógico.Parcerias com universida-des para pesquisas.

Participação no projeto Bogotá como vamos.Parcerias com universi-dades para pesquisas.

Criação da Rede Social de Apoio para sustentabilidade do sistema de parques.

Planejamento e execução de programas sociais integrando setores público, privado e sociedade civil.Uso do conceito do “direito à cidade”.

Viabilização financeira

Ajuste financeiro e melhoria de índices sociais para viabilizar financiamentos externos.Busca do aumento de recei-tas através de impostos.

Parcerias público-privadas para educação.Reorganização tributária.

Empréstimo junto ao Banco Inte-ramericano de Desenvolvimento.

Efetiva implementação da “mais valia”.

Abordagem estratégica

Forte posicionamento de liderança do prefeito.Busca de profissionais acadêmicos para seu grupo de trabalho.Disposição para realizar ações mesmo quando impopulares.Uso de estratégias de comunicação.Combate à corrupção.

Eficiência institucional.Forte posicionamento de liderança do prefeito.Gestão por resultados / Abordagem de longo prazo.Disposição para realizar ações mesmo quando impopulares.Reestruturação institucional.Atenção quanto à su-cessão de governo.

Parceria público-privada para manutenção e administração de parques públicos.Uso de estratégias de comunicação.Continuidade de projetos do governo anterior.

Continuidade de projetos dos governos anteriores.Regulamentação do Plano Diretor de Espaço Público.

AparatoJurídico

Decretos em âmbito municipal para legalização de áreas informais.

Restrição ao uso do automóvel.Decretos em âmbito mu-nicipal para legalização de áreas informais.Decreto do Plano de Orde-namento Territorial, POT.Decreto Metrovivien-da / Banco de Terras.

Plano de Ordenamento Territorial.Decretos de revisão do Plano de Ordenamento Territorial, POT.Regulamentação da aplicação da “mais valia” urbana.

Decretos em âmbito municipal para legalização de Áreas informais.Decreto de compilação do Plano de Ordenamen-to Territorial, POT.

Sistemas de inteligênciaUso de sistemas de informação de violência integrados.Criação do Observató-rio da Cultura Urbana.

Produção de informações sobre intervenções urbanísticas.Sistema de georreferen-ciamento para monito-ramento de parques.Parceria no projeto Bo-gotá Cómo Vamos.

Sistema Distrital de Informações.Adicionou a abordagem de análise qualitativa das informações, para investigação de contexto de eventos.

Fonte: Adaptado de Ceballos e Martin (2004); Cárdenas, Jiménez e Barriga (2006); Martínez Tocancipá (2007); Núñez e Cuesta (2007); Vejarano (2008); Fundación Konrad Adenauer (2010); Concejo de Santa Fe de Bogotá (1998); (Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2000); Dalsgaard (2009).

5.2 Aplicação das Ferramentas de Planejamento Urbano

Durante o primeiro mandato de Mockus, identificam-se ações de desenvolvimento social com objetivo de desenvolvimento da cultura cidadã. Mesmo sendo considerada uma medida até certo ponto impopular (Dalsgaard, 2009), houve comprovada redução no índice de homicídios em Bogotá a partir deste período (Acero, Pérez e Ramírez, 2006).

Mockus deu início a ações de melhoria da mobilidade urbana em Bogotá. Foram traçadas metas de ampliação da malha viária ur-bana e início dos estudos sobre a viabilidade do sistema de metrô para a cidade (Ceballos e Martin, 2004). Através da sua política de “cultura cidadã”, estimulou a observação e acatamento de nor-mas, e a convivência em espaços públicos. Percebe-se que esta cultura foi beneficiada através das ações das administrações mu-nicipais seguintes (Gómez Serrudo, 2007).

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A tranformação urbana de Bogotá: análise de processos de planejamento e gestão urbana

Na gestão Peñalosa, identifica-se como importante instrumento de zoneamento a expedição do Plano de Ordenamento Territo-rial. Foram estabelecidos padrões urbanísticos específicos com objetivo de estabelecer uma abordagem de “modelo de cidade” (Vejarano, 2008).

Houve a regularização fundiária de aproximadamente 449 áreas irregulares, com destaque o projeto do Tercer Milenio que consti-tuiu em um conjunto de ações em uma área degradada no centro da cidade. Entre os objetivos do programa estavam a transfor-mação econômica da área, melhoria nas condições de habitação, renovação social e transformação estética (Ceballos e Martin, 2004).

A construção de ciclovias e melhoria dos espaços para o trânsito de pedestres tiveram como objetivo “pedagógico” tratar pedes-tres e ciclistas com o mesmo nível de prioridade do que até então era dado aos automóveis nas vias municipais (Dalsgaard, 2009). Foi concebido e implantado Transmilenio, um sistema de ônibus de alta performance baseado na concepção do BRT (Bus Rapid Transit). A rede de transporte coletivo existente foi integrada ao sistema Transmilenio (Ceballos e Martin, 2004; Hidalgo e Grafi-tieaux, 2007).

Quanto à atividade residencial, a criação da Metrovivienda teve como objetivo principal a apropriação de solo para o desenvolvi-mento de projetos de habitação de interesse social. Foram realiza-das ações para estímulo ao desenvolvimento social, como a criação de mega-bibliotecas públicas em zonas periféricas da cidade, próximas a parques e espaços públicos. A cultura de observância de regras também foi estimulada junto à população (Ceballos e Martin, 2004).

Na segunda gestão de Mockus houve sequência de certas polí-ticas e programas das duas gestões anteriores. Embora tenha re-tomado a abordagem de “cultura cidadã”, seguiu avançando nos temas de zoneamento e mobilidade. Realizou a primeira revisão do Plano de Ordenamento Territorial, tratando temas como a questão das políticais ambientais, alterações nas classificações de uso do solo, indenizações e estacionamentos, entre outros (Ceba-llos e Martin, 2004; Martínez Tocancipá, 2007; Alcalde Mayor de Bogotá D.C., 2003).

A política de mobilidade continuou a ser abordada através do iní-cio da execução da segunda fase do Transmilenio. Mockus man-teve as restrições ao uso de automóveis particulares (Cárdenas, Jiménez e Barriga, 2006).

Quanto à atividade residencial, Mockus reabilitou a Caja de Vi-vienda Popular que tinha por objetivo o acompanhamento social e relocação de pessoas com baixa renda (Ceballos e Martin, 2004).

Ações de desenvolvimento social identificadas foram a retomada da abordagem da “cultura cidadã” em termos de valores de con-dutas de convívio, o fortalecimento de programas de redução da violência e atenção a moradores de rua (Ceballos e Martin, 2004).

Garzón trouxe em seu mandato uma abordagem com ênfase so-cial. Manteve algumas ações relacionadas a temas abordados por

seus predecessores (como mobilidade e espaços públicos), entre-tanto com uma nova ordem de prioridades (Acquier, et al., 2010). Regularizou aproximadamente 200 áreas irregulares, e avançou quanto à regulamentação de zonas de uso público através do Pla-no Diretor de Espaço Público. Este era regido por três eixos prin-cipais: política de gestão, cobertura e acessibilidade, e política de qualidade (Martínez Tocancipá, 2007; Gómez Serrudo, 2007).

Foi concluída da segunda fase da implantação do Transmilenio. Além disto foi iniciado o planejamento da terceira fase do siste-ma que deveria ser implementada na gestão seguinte (Hidalgo e Grafitieaux, 2007). Garzón manteve a restrição no uso de auto-móveis particulares adotadas nos governos anteriores.

Garzón implantou programas sociais com objetivo de propiciar à população condições de efetivo exercício de direitos políticos, econômicos e sociais. Entre os programas estão o Bogotá sin hambre (relacionado a nutrição), Saúde para uma vida digna, To-lerância zero para abuso, mendicância e trabalho infantil e Comu-nicação para participação (Acquier, et al., 2010).

A Tabela 4 apresenta a utilização de ferramentas de planejamento urbano por período de gestão. Nela estão relacionadas de forma sintetizada as realizações dos prefeitos e suas equipes de governo consideradas como exitosas no material de pesquisa analisado.

6. Considerações finaisO presente estudo dá um passo adicional na identificação dos fatores que contribuíram para a transformação de Bogotá. Um produto importante deste estudo é que, a partir da análise das ferramentas de gestão urbana utilizadas pelos prefeitos entre os anos de 1995 e 2007, tornou-se possível identificar um padrão de ação dos gestores que pode ser disposto em um modelo concei-tual de elementos de gestão urbana (Figura 1).

Os parágrafos a seguir discutem brevemente, em sequência, cada uma das práticas identificadas que deram origem ao modelo pro-posto na Figura 1.

A concepção de um modelo de cidade a ser construído está re-lacionada com a ênfase a partir da qual cada um dos prefeitos atuou durante seu mandato (a transformação urbana que deseja-vam para o futuro). Esta concepção pode ser denominada como “visão de futuro” (Costa, 2007).

Os valores de cidadania necessários à comunidade como justiça social, ética e transparência foram identificados e definidos pelos prefeitos que desenvolveram ações para a construção dos mes-mos junto à população. Em termos gerais, os prefeitos alinharam sua prática de gestão aos valores defendidos, o que consequen-temente gerava confiança e respeito para com seus governos.

Os três governos viabilizaram meios de engajamento da comuni-dade através de articulações específicas com os setores público, privado e sociedade civil. Um exemplo concreto são as parcerias

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público-privadas para mobilidade e educação. Tal articulação mostrou-se crucial para o êxito da trânformação urbana de Bo-gotá como um todo.

A abordagem processual foi identificada a partir de evidências de que os governos além de atuarem com projetos de médio e longo prazo, também davam continuidade à políticas, programas e projetos de gestões anteriores. Foi identificado o que pode ser considerado como pragmatismo (no sentido positivo) na reali-zação das ações de governo, quando a execução de programas e projetos tidos como necessários foi levada a termo mesmo quan-do poderiam ser considerados impopulares.

Foi identificado que este processo de atuação dos prefeitos se deu em um ambiente com fatores que favoreceram esta forma de abordagem de governo. Estes fatores são a legislação nacional

Tabela 4 - Análise planejamento urbano

Antanas Mockus Sivickas (1995-1997)

Enrique Peñalosa Londoño (1998-2000)

Antanas Mockus Sivic-kas (2001-2003)

Luis Eduardo Garzón (2004-2007)

Zoneamento Regularização fundiária.

Regularização fundiária.Período de elaboração do Plano de Ordenamento Territorial, POT.Projeto Tercer Milenio.Recuperação de áreas deterioradas.

Regularização fundiária.Revisão do Plano de Orde-namento Territorial, POT.

Regularização fundiária.Regulamentação de zo-nas de uso público.

Mobilidade Ações de educação de trânsito.

Ciclovias.Ênfase no transporte coletivo.Transmilênio.Espaço para pedestres.Restrições de uso de automóvel.

Continuação da implan-tação do Transmilênio.Continuidade às restrições de uso de automóvel.

Continuação da implan-tação do Transmilênio.Continuidade às restrições de uso de automóvel.

Atividade residencial Atividade de destaque ou inovadora não identificada.

Criação Metrovivienda.Definição das funções do Banco de Terras.Habitação de interesse social.

Reabilitação da Caja de Vivienda Popular.Habitação de interesse social.

Criação do Comitê Seto-rial de Habitação.Habitação de interesse prioritário.

Desenvolvimento social

Cultura cidadã (valores).Programa Hora zanahoria.Programa Vacunación contra la violencia.Valorização es-paços públicos.

Mega bibliotecas.Recuperação do espaço pú-blico (primazia do bem estar geral sobre o individual).Cultura de observância de regras.

Cultura cidadã (valores).Programas de redução de violência.Atenção a moradores de rua.

Criação de programa nutricional.Programas sociais.

Fonte: Adaptado de Ceballos e Martin (2004); Cárdenas, Jiménez e Barriga (2006): Martínez Tocancipá (2007): Giraldo (2008); Concejo de Santa Fe de Bogotá (1998); Alcalde Mayor de Bogotá D.C., (2000; 2005); Jolly (2007).

Figura 1- Modelo conceitual de elementos de gestão urbana identificadas nos governos de Bogotá entre 1995 e 2007

Fonte: elaborada pelo autor.

vigente; distribuição de recursos financeiros; e o grau de autono-mia para o governo local.

A comunicação proativa foi identificada a partir da análise do po-sicionamento de liderança dos prefeitos e sua interação com a comunidade. Considera-se aqui como estratégia de comunicação a liderança por meio do exemplo, evidênciada em especial nas gestões de Mockus e Peñalosa (Dalsgaard, 2009).

A preparação para sucessão foi um elemento importante. Foram relizadas tentativas de identificar candidatos que apresentassem condições apropriadas para dar sequência em ações-chave do prefeito em exercício.

A comunicação do poder público com a sociedade foi iden-tificada como um dos fatores fundamentais no processo de

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A tranformação urbana de Bogotá: análise de processos de planejamento e gestão urbana

transformação urbana analisado. Além dos meios massivos de comunicação, foi possível perceber que a comunicação interpes-soal foi um dos fatores que auxiliaram na implementação de po-líticas planejadas (Ceballos e Martin, 2004).

A gestão orientada por resultados com visão de longo prazo via-bilizou a concretização de etapas importantes na transformação de Bogotá. A análise dos resultados demonstrou que esta aborda-gem, que pode ser considerada como de caráter tecnocrático, foi determinante para o êxito no enfrentamento de situações críticas.

Foi possível identificar que há ações que potencializam o dis-curso dos governos. As ações do poder público quando alin-hadas aos valores éticos e de cidadania propagados por este, tornam-se uma ferramenta estratégica de engajamento da comunidade. Este posicionamento favoreceu o aumento da transparência do setor público junto à comunidade em geral (Bogotá Cómo Vamos, 2014).

Comparando os resultados encontrados com a história de Bogo-tá (Ceballos e Martin, 2004) em termos de planejamento e ges-

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tão urbana, foi possível identificar que os prefeitos apresentaram postura estratégica, tendo assim, êxito na operacionalização das ações de desenvolvimento urbano que se propuseram a realizar.

Adicionalmente identifica-se a relevância do planejamento urba-no “não importado” (como feito em momentos específicos da his-tória de Bogotá), mas realizado a partir da cultura local. Mockus e Peñalosa conceberam políticas, programas e projetos de transo-frmação urbana a partir da realidade histórico-cultural da cidade.

Finalmente, os resultados encontrados e o modelo de gestão ur-bana proposto neste trabalho indicam que é possível aprofundar este tema através de estudos futuros, e também através da apli-cação do modelo de gestão proposto em outras cidades, tanto no âmbito nacional quanto no internacional.

Agradecimentos

As recomendações feitas por Izabele Colusso quanto à organi-zação do referencial teórico foram de fundamental importância e elevado valor para o desenvolvimento deste trabalho.

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artículos 2727

(1) 2017: 27 - 34 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Estanflación y crecimiento del área urbana en 2012.

oferta deL sueLo en eL gran san Juan1

Stagflation and urban area growth in 2012. Land supply in the Great San Juan

Estagflação e crescimento da área urbana em 2012. Oferta de solo na Gran San Juan

Patricio CardóArquitecto urbanista independiente

[email protected]

1 Trabajo financiado por el Consejo de Investigación Científica, Técnica y de Creación Artística (CICITCA) de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).

ResumenLa ciudad de San Juan en Argentina tuvo un crecimiento de su mancha urbana hasta después de 2012 caracterizado por exten-derse hacia zonas productivas y por man-tener una densidad lo suficientemente baja para requerir altos costos de infraestructura por habitante. El presente artículo estudia el aspecto inmobiliario de este crecimiento en 2012, año marcado por una inflación eleva-da y un descenso del precio internacional del oro, principal referente económico de la provincia de San Juan. El texto muestra que la gran mayoría de las ofertas del suelo se lo-calizan en zonas residenciales urbanas y que existen varios casos en zonas periféricas que presentaron un aumento del precio muy su-perior a lo esperable.

Palabras clave: crecimiento urbano, inciden-cia del precio del suelo, oferta inmobiliaria.

AbstractUntil after 2012, San Juan city at Argentina had a growth of its urban area, which was characterized by be extended to productive zones and by keeping a density low enough to require high infrastructure costs per in-habitant. This article studies the real state part of this growth throughout the year 2012. Year marked by high inflation, and the drop of the international gold price, which is the main economic referent of San Juan province. Text shows that the vast majori-ty of land supply are located in residential urban zones. It also highlights that there several cases in outlying areas with a price increase much higher than can be expected by inflation.

Keywords: urban growth, land price inciden-ce, real state supply.

ResumoAté após de 2012, a cidade de San Juan, na Argentina teve um cescimento de sua man-cha urbana, caracterizada por ser estendido para áreas produtivas e para manter uma densidade suficientemente baixa para exi-gir altos custos de infra-estrutura per capita. Este artigo estuda o aspecto imobiliário deste crescimento ao longo de 2012. Ano marcado pela alta inflação e uma queda no preço internacional do ouro, a principal referência económica da província de San Juan. O texto mostra que a grande maioria dos negócios de terras estão localizadas em áreas residenciais urbanas. Também observa que existem vários casos em áreas perifé-ricas que eles mostraram um aumento de preço muito mais elevado do que a inflação esperada.

Palavras-chave: crescimento urbano, impac-to do preço do solo, oferta imobiliária.

Recibido:17 de octubre de 2013Aprobado: 1 de noviembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.40348

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Patricio Cardó

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Patricio CardóArquitecto urbanista de la Universidad Nacional de San Juan. Ha trabajado en la investigación del mercado inmobiliario como vector de los requisitos arquitec-tónicos y como factor de influencia en la productividad. Su principal foco de investigación es la relación entre la ar-quitectura y la productividad.

Introducción

La ciudad de San Juan, Argentina, ha tenido históricamente

una tendencia estructural de crecimiento por expansión hacia

el área rural circundante, con poco incremento de densidad y

consolidación de la planta urbana. En este sentido, la cartografía de

los últimos 60 años muestra un corrimiento permanente del límite

urbano, así como la permanencia de grandes vacíos urbanos en la

planta consolidada. La superficie de la mancha urbana ha crecido

aproximadamente de 8.883 hectáreas en 2004 a 10.718 hectáreas en

2013.2

La densidad poblacional muestra un comportamiento típico de las ciudades centralizadas. El departamento Capital, situado en el centro de la ciudad y contenedor del área intensiva, ha sido el único entre los departamentos que conforman la ciudad que ha sufrido un descenso de habitantes entre 2001 y 20103 (INDEC, 2001; 2010).

Esta forma de crecimiento por extensión implica un impacto ambiental fuerte (Grimm et al., 2008: 756), particularmente en áreas –como la que nos ocupa– caracterizadas por el desarrollo de oasis con base en riego artificial en zonas áridas. Adicionalmente, en este caso se presen-ta un crecimiento predominante sobre las zonas rurales circundantes que son relativamente reducidas. Por ello, resulta de interés conocer cómo ha sido el comportamiento del mercado del suelo urbano en San Juan en estos últimos años, caracterizados por un mayor crecimiento económico.

El objetivo del presente estudio es hacer un relevamiento de la oferta de los terrenos en el área del Gran San Juan4 en 2012 (véase Ilustración 1), así como las zonas circundantes con proyec-ción a ser parte de la mancha urbana. De igual manera, pretende encontrar predominios en la localización de las ofertas, los precios de los terrenos y la incidencia del terreno en el precio inmobiliario durante el mismo año.

2 La mancha incluye Marquesado, La Bebida y El Medanito por su cercanía. No incluye áreas de uso agrícola mayores a 5 hectáreas dentro de sus límites.

3 La población del departamento en 2001 y 2010 fue de 112.778 y 109.123 habitantes respectivamente. Al contrario, las viviendas en el departamento aumentaron de 31.959 a 39.218 en el mismo período (INDEC, 2001; 2010).

4 Los límites del área se rigen por definiciones de la Dirección de Planeamiento y Desarrollo Urbano de San Juan.

Marco teóricoEl equilibrio ecológico y la autonomía económica de una microrregión están fuertemente vincu-lados a la forma en que se usan sus recursos naturales, especialmente el suelo. Esta utilización o consumición del suelo depende de la compacidad de los asentamientos, aun cuando los patro-nes de uso tecnológico y de trabajo optimicen los recursos empleados para la movilidad de las personas (Camagni, Gibelli y Rigamonti, 2002: 214).

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artículos 2929

Estanflación y crecimiento del área urbana en 2012. Oferta del suelo en el Gran San Juan

Ilustración 1: Zonas urbanas del Gran San Juan según la Dirección de Planeamiento y Desarrollo Urbano, DPDU

• El precio óptimo se configura a partir de los precios, las venta-jas y las desventajas con respecto a la competencia.

• Es habitual que el proceso de comercialización de un lote haga que el precio final sea diferente a los anteriores.

Todas estas características se encuentran en cualquier mercan-cía, no obstante, el suelo no se puede reproducir. Esta diferencia hace que existan límites inferiores en el precio del suelo (Topalov, 1979: 82).

Fuentes y metodologíaFuentes

Para el análisis del mercado del suelo se recurrió a la revisión de las ofertas inmobiliarias (datos secundarios) y a la opinión de los actores involucrados en dicho mercado (datos primarios). De esta

Fuente: elaboración propia.

En un mercado libre con predominio de la propiedad de la tierra privada, como es San Juan, la forma y el tamaño de la ciudad se construye principalmente a partir de los cambios en el uso del suelo residencial. Por un lado, las iniciativas estatales que res-ponden a demandas sociales generan un crecimiento de la man-cha urbana con impactos distintos en los precios y en los usos de suelo. Por otro lado, las iniciativas individuales que responden a las demandas privadas generan un crecimiento de la mancha ur-bana que se rige por la definición de los precios a nivel privado.

El mercado inmobiliario tiene las siguientes propiedades:

• Las ofertas del suelo en el ámbito privado se inician por inicia-tiva de sus propietarios o de agentes inmobiliarios.

• Los agentes incrementan su iniciativa si los terrenos a su al-cance tienen características que cada agente entiende como solicitadas por el mercado.

• El precio inicial se define de manera libre.

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Patricio Cardó

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manera, se buscó tener un panorama sobre el nivel de represen-tación que tienen en sí las ofertas del mercado inmobiliario.

Avisos clasificados publicados los domingos cercanos al día 10 de cada mes

En San Juan existen diferentes medios para publicitar inmue-bles. Cinco de ellos se presentan en forma de clasificados impre-sos, de los cuales, sólo uno, Diario de Cuyo, es pago. Este diario publica clasificados inmobiliarios todos los días, no obstante, los días domingos son los de mayor expectativa porque ven-de más ejemplares. Por todas esas características se seleccionó este medio como una fuente confiable para conocer las ofertas inmobiliarias.

Se identificaron 152 ofertas inmobiliarias publicadas los do-mingos próximos al día 10 de cada mes durante el año 2012. La totalidad están dentro de la ciudad de San Juan y su entorno pe-riurbano y rural inmediato, descartándose ofertas cercanas a La Bebida, Marquesado y Alto de Sierra. De estos avisos se relevó lugar, superficie y precio.

Entrevistas a los actores clave

Se entrevistó a seis operadores inmobiliarios clave para entender los pormenores de la definición de los precios del suelo y obtener sus puntos de vista sobre la actividad del corretaje en la ciudad. Las entrevistas fueron semiestructuradas, con preguntas rectoras en torno a la situación de la profesión del corredor inmobiliario, la determinación del precio de venta y la posibilidad de tasar por zonas. Adicionalmente, se realizaron entrevistas abiertas a agen-tes de la Dirección Provincial de Desarrollo Urbano, DPDU, y a un docente de la carrera de tasación.

Método de análisis

Los datos de los precios fueron plasmados en una planilla de cálculo (véase Tabla 1). En los casos en los que las ofertas pre-sentaron una discontinuidad en la publicación se realizó una in-terpolación entre los precios anteriores y posteriores a los meses discontinuados.

Para volcar los datos en la planilla de cálculo se tuvo en conside-ración la siguiente información:

• La incidencia del precio del suelo. Puede entenderse como “las diversas cantidades de metros cuadrados de los diver-sos productos inmobiliarios que va a poder construir sobre el terreno” (Topalov, 1979: 120). Se calcula dividiendo el precio total [$] entre la superficie máxima de construcción posible [m²]. Esta superficie máxima se obtiene multiplicando la su-perficie del terreno por el Factor de Edificación (F.E.). La inci-dencia del precio del suelo se expresa como:

• Los lotes cuya superficie fuesen tres o más veces el tamaño mínimo permitido por DPDU5 fueron tomados como posi-bles de ser subdivididos, por los que se le aplicó un factor de reducción del 22% destinado a espacio verde y circulación, tal como lo prevé el Código de Edificación. El valor se volcó en la columna “Uso”.

• El Código de Edificación tiene múltiples zonas, aunque muchas de ellas mantienen equivalencias de Factor de Edificación con las zonas RN y CN (véase Ilustración 1).6 Se emplearon para la clasificación de las ofertas las zonas equi-valentes y se volcaron en la columna “Eq.”.

• Dado que la definición de precios comerciales e industriales difieren con respecto a las residenciales, el análisis consideró por separado aquellos espacios cuyo uso inminente fuese la construcción de locales comerciales o plantas industriales. Dicho uso se definió por zona DPDU o por el contexto.

• Para evaluar el avance de la mancha urbana se dividieron las ofertas en urbanas y no urbanas, considerando a las últimas como aquellas que se encuentran en zonas R5, rurales y ru-rales especiales.

• Para evaluar todas las ofertas de forma transversal se equili-braron los precios con una actualización. Para hacerlo, se em-pleó la inflación calculada por la Fundación para el Desarrollo Global (2013). Específicamente para San Juan en el año 2012, la tasa estimada fue del 22,1% anual.

5 Los valores permitidos están definidos por la zonificación de la ciudad.6 El subíndice N hace referencia a cualquier número.

Tabla 1: Esquema para consignación de datos

Aviso m² Zona F.E. Máx.(a) Enero Febrero ... Actualización Dic.

Reales Uso(b) Real Eq.(c) Precio $/m²AB(d) $/m²CO

(e) Precio ... Precio $/m²AB $/m²CO

...

Fuente: elaboración propia.(a) Factor de Edificación Máximo. Herramienta de control de densidad edilicia del Código de Edificación.(b) Superficie usable. Para propiedades posibles de ser subdivididas, se calcula como la superficie real, menos el área porcentual para espacios comunes exigida por el Código de Edificación.(c) Las zonas especiales se enmarcan en los indicadores de otras zonas equivalentes.(d) El subíndice AB en el precio por superficie ($/m²AB) se refiere a la superficie absoluta.(e) El subíndice CO en el precio por superficie ($/m²CO) se refiere a la superficie máxima permitida de construcción.

$m2const

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artículos 3131

Estanflación y crecimiento del área urbana en 2012. Oferta del suelo en el Gran San Juan

Evolución de la incidencia del precio del suelo ofertado en 2012

El Gráfico 1 muestra la comparación de la variación anual entre la incidencia del precio del suelo ofertado y otros indicadores eco-nómicos de importancia que se mencionan a continuación:

• El tipo de cambio (XE, 2013). En San Juan la comercialización del suelo en moneda extranjera es excepcional. Sin embargo, el mercado inmobiliario a escala nacional está fuertemente ligado al dólar, por lo que esta moneda ha sido tomada como indicador.

• El oro (Cinco Días, 2013). La actividad económica principal de la provincia de San Juan es la minería de oro.

• La soja (Cooperativa Lehman, 2013). Este cultivo es la princi-pal fuente de ingresos por exportación en Argentina. El pre-cio de las mercancías exportadas es la causa de la variación de las inversiones inmobiliarias en las ciudades más grandes del país (Cuattromo et al., 2011: 11).

• La tasa de interés (XE, 2013) y el crédito hipotecario (Banco Central de la República Argentina, 2013) definen las decisio-nes de construir a crédito.

• La canasta básica total, los fondos derivados de la nación para la provincia y el salario público promedio.7 Históricamente, San Juan tenía un producto bruto de origen administrativo dependiente de la coparticipación federal.

El Gráfico 1 muestra un ascenso claro de todos los indicadores. El oro, no obstante, adquiere un aumento inferior al dólar, lo que puede traducirse en una disminución de la tendencia a invertir en el área.

La evolución promedio de la incidencia del precio del suelo ofer-tado muestra una evolución equiparable a la tasa de interés, el crédito hipotecario y la canasta básica total, reflejando un com-portamiento esperable. Sin embargo, no se percibe el aumento excesivo de los precios del suelo notificada por los entrevistados.

7 Específicamente para San Juan según la Fundación para el Desarrollo Global (2013).

Gráfico 1: Comparación del comportamiento de indicadores económicos

Fuente: elaboración propia.CBT = canasta básica total SPP = Salario público promedio Entre corchetes la unidad de medida

percibida a causa de los delitos crecientes en las zonas urbanas y algunas zonas periféricas.

Para comparar lotes con las mismas características, se apartaron aquellos cuyo uso tuviera una tendencia comercial o industrial, los cuales, representan el 3% (véase el apartado Método de análisis).

El Gráfico 2 muestra la evolución diferenciada de los promedios, tanto del precio del suelo, como su incidencia en el precio de todos los lotes urbanos no divisibles y los lotes no-urbanos no divisibles. Se puede apreciar que, a pesar de la anomalía del mes de noviembre, la incidencia del precio del suelo de las zonas no urbanas creció prácticamente el doble comparada con la urbana, la cual, ha tenido un crecimiento en torno al 20%, equiparable a la inflación. La relación entre las incidencias de los precios de no-urbano y urbano era muy elevada en enero, y si a esto se le agrega que muchas ofertas no-urbanas carecen de servicios, se puede deducir que la tendencia a vivir fuera de la mancha urbana es más fuerte que otros formadores de precio.

Localización de las ofertas y diferencias en la incidencia

Los actores entrevistados coinciden en que la demanda inmobi-liaria tuvo en 2012 una tendencia significativa hacia zonas periur-banas. Coinciden también en que la demanda estuvo motivada por la estética, definida por perfiles urbanos arbolados y paisajes de vid u olivo respaldados por montañas, y por la inseguridad

Gráfico 2: Evolución de los promedios de los precios de los lotes e incidencia del pre-cio del suelo

Fuente: elaboración propia.

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Si se consideran a las zonas no-urbanas como una tendencia y se comparan los valores del precio del lote, se debería descartar el supuesto brindado por alguno entrevistados, el cual, sugería que el “punto” o zona de moda tiene mayor valor que el factor de edificación. Sin embargo, el carácter de urbano no define por sí solo la valoración de la zona, por lo tanto, es pertinente ubicar los lotes y encontrar las diferencias en las zonas geográficas.

Para comparar las ofertas dentro del mismo mapa, se realizó una actualización tal como se explicó anteriormente (véase el aparta-do Método de análisis). Las incidencias del precio del suelo con menor valor son mayoritarias, por lo que se realizó una división con rangos crecientes.

Sitios con alta densidad de la oferta inmobiliaria

En la Ilustración 2 se puede apreciar que, en general, las ofertas están distribuidas por toda la ciudad dejando algunos sectores libres. Esta distribución fue corroborada con la localización de las ofertas que no publicaron su precio, las cuales, suman 150 entre octubre diciembre de 2012. Sin embargo, los entrevistados men-cionaron “puntos” o “zonas de moda” que surgen como atractivos para las iniciativas privadas. En este sentido, se pudieron identifi-car cinco grupos de ofertas o sitios con alta densidad de ofertas:

• G1: se implanta en la zona DPDU R3 con 4,2 de Factor de Edi-ficación máxima. En las cercanías persisten los usos agrícolas del suelo, lo que caracterizaba a la zona años atrás, a pesar de que el Código de Edificación identifica desde hace décadas a este sector de la ciudad como una zona de mediana densi-dad. Diversas ofertas se publicaron en cercanías a Meglioli y Libertador, o Cabañas y Coll, permitiendo considerar al grupo como una zona de atracción.

• G2: se presenta dentro del departamento Capital y fuera de la Av. Circunvalación. Allí se están formando vacíos urbanos que, hasta hace unos años, eran ocupados por agricultura de baja escala y asentamientos precarios. Si bien el agrupamien-to es evidente, no presentan esquinas o hitos de referencia como atractivos de oferta. La zona DPDU correspondiente es R3.

• G3: se extiende sobre zonas rurales y semi-rurales según DPDU. El uso del suelo predominante es rural o baldío. El grupo es extenso y tiene varios puntos de referencia que son empleados como atractivo de cercanía para ofertas que se encuentran a más de 1 kilómetro.8

• G4: se concentra en torno a la corta calle Gorriti en el depar-tamento de Santa Lucía. Se localiza cerca del centro de la ciu-dad, tiene suelos de uso agrícola en sus inmediaciones y su

8 Por ejemplo, los lotes ubicados en Alto de Sierra se publican como situados cerca de Libertador y Balcarce, o Sáenz Peña y Colón, cuando en realidad están a más de 4 kilómetros.

accesibilidad es alta. Se implanta históricamente sobre una zona DPDU R4 y presenta, desde tiempos recientes, uso co-mercial y subdivisión de terrenos.

• G5: se sitúa en el departamento Rawson y es de poca exten-sión, a pesar de ello, las ofertas se localizan en distintas zonas DPDU (R3, API y zona rural) sin que sea la causa de las diferen-cias en los precio. Se sitúa en un borde definido de la man-cha urbana, por lo que las ofertas se emplazan en divisiones nuevas y en el entorno predomina el uso agrícola del suelo. Los referentes para los anuncio son UVT –un club deportivo de entorno urbano reciente–, Macro –un almacén mayorista de insumos domiciliarios– y El Medanito –una zona rural con caserío–.

Diferencias de precios en zonas de concentración de ofertas

El Gráfico 3 muestra que los grupos G1 y G2, implantados en zo-nas DPDU R3, tienen precios más bajos que las ofertas en otras zonas R3, lo que permite suponer que no presentan una ventaja competitiva como se presume que debería marcar una “zona de moda”. Por el contrario, los grupos G3 y G4, con relación a “otros rurales” y “otros R4” respectivamente, presentan precios prome-dio considerablemente más elevados. Por su variedad amplia de precios y por encontrarse en diferentes zonas DPDU, el grupo G5 no es fácilmente comparable, no obstante, se ven ventajas de in-cidencia sobre las ofertas en terrenos barriales (R3 y R4).

Gráfico 3: Promedios comparativos entre los grupos identificados y el resto de la ciudad

Fuente: elaboración propia.

ConclusionesLos actores entrevistados coinciden en que la demanda inmo-biliaria tuvo en el año 2012 una tendencia significativa hacia las zonas con un uso agrícola de los suelos cercanos a la ciudad,9 motivada por la estética de la zona –perfiles de calles arboladas y paisajes de vid u olivo respaldados por montañas– y por la inse-guridad percibida gracias a los delitos en las zonas urbanas –va-riable según la zona–.

9 Una porción extensa de las áreas periféricas tiene suelos sin uso o con uso distin-to al agrícola.

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artículos 3333

Estanflación y crecimiento del área urbana en 2012. Oferta del suelo en el Gran San Juan

Aunque la mayoría de las ofertas se localizaron dentro de la man-cha urbana, la tendencia de demanda explicada por los entrevis-tados puede corroborarse, con la diferencia en el aumento del precio entre zonas urbanas y no urbanas. Asimismo, las ofertas demarcadas en este estudio como parte del grupo G3 muestran que dicha tendencia está más focalizada en este sector de la pe-riferia urbana.

El año 2012 mostró una dinámica de ascenso en los precios de la oferta inmobiliaria, superando la inflación local a pesar de que el oro, indicador de la principal generación de valor local, no ha tenido un crecimiento favorable. Esto refuerza lo mencionado por los entrevistados que consideran que existe un “mito mine-ro”, alrededor del cual, los oferentes inmobiliarios suponen que

la población se enriquece de manera continua, a pesar de que la expansión rápida del sector minero haya terminado varios años antes de 2012.

La oferta en sí parece ser sensible a las intenciones de crecimien-to definidas por el Código de Edificación. Esto se puede apreciar con la cantidad de inmuebles ofertados hacia el oeste de la ciu-dad, cubriendo sectores que, por décadas, habían sido plantea-dos como residenciales, pero que han tenido un uso agrícola. La demanda, sin embargo, que sólo puede deducirse por las zonas de moda y sus diferencias de precio, tiende a buscar sitios en con-traposición a lo definido en el Código e, incluso, se encuentran varios casos que no cumplen con los mínimos establecidos para su zona.

Ilustración 2: Localización de las ofertas con los precios publicados en gran San Juan, 2012

Fuente: elaboración propia.

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(Footnotes)1 Factor de Edificación Máximo. Herramienta de con-

trol de densidad edilicia del Código de Edificación.2 Superficie usable. Para propiedades posibles de

ser subdivididas, se calcula como la superficie real, menos el área porcentual para espacios comunes exigida por el Código de Edificación.

3 Las zonas especiales se enmarcan en los indicado-res de otras zonas equivalentes.

4 El subíndice AB en el precio por superficie ($/m²AB) se refiere a la superficie absoluta.

5 El subíndice CO en el precio por superficie ($/m²CO) se refiere a la superficie máxima permitida de cons-trucción.

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(1) 2017: 35 - 46 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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La inestabilidad de la forma. proyectos para barrios popuLares en santiago de chiLe, 1953-19701

The instability of the form. Low-income housing projects in Santiago de Chile, 1953-1970

A instabilidade da forma. Projetos para bairros populares em Santiago de Chile, 1953-1970

Emanuel GiannottiDoctor en UrbanismoUniversidad de Chile

[email protected]

Hugo Mondragón-LópezDoctor en Arquitectura y Estudios Urbanos

Pontificia Universidad Católica de [email protected]

1 Este artículo es producto de la investigación Entre espontaneidad y planificación. La construcción de los barrios populares de Santiago, proyecto de Postdoctorado FONDECYT No. 3130586. Investigador responsable: Emanuel Giannotti. Investigador patrocinante: Hugo Mondragón L.

Resumen¿Qué tienen que ver los proyectos de Ar-chigram, los metabolistas japoneses o los integrantes del Team X con los programas de vivienda popular que se desarrollaron en Chile durante el período de acción de la Corporación de la Vivienda? Aparentemente nada. Mientras los primeros se han explicado a partir de las relaciones de la arquitectura con el arte, el problema habitacional de los sectores populares ha sido abordado princi-palmente como un asunto político, técnico, social y económico. Sin embargo, hay un punto de contacto entre estas propuestas al parecer tan distintas: la idea de que había una dimensión de la forma que podía ser pro-yectada y estabilizada, y otra que no, que se dejaba para que fuera practicada, gestionada y decidida por los usuarios. El presente artí-culo propone una lectura crítica de algunos programas habitacionales chilenos como las Erradicaciones y la Operación Sitio a partir del problema de la estabilidad e inestabilidad de la forma.

Palabras claves: vivienda, Erradicaciones, Operación Sitio, informalidad urbana, barrios populares.

AbstractThe projects of Archigram, the Japanese Me-tabolists and Team X seem to have nothing to do with the social housing programmes that were developed in Chile during the active pe-riod of the Corporación de la Vivienda (1953-1976). Although the first projects have been explained based on the relationship between art and architecture, the low-income housing problem has been mainly addressed as a political, technical, social or economic issue. However, there is common ground between these two different proposals: the idea that there is a dimension of form that can be pro-jected and stabilized and another dimension of form that cannot be projected and stabi-lized, which is left to be practiced, managed and decided by its users. This paper proposes a critical reading of some Chilean housing programmes for low-income sectors, such as the Erradicaciones and Operación Sitio.

Key words: housing, Erradicaciones, Ope-ración Sitio, urban infomality, low-income neighbourhoods.

ResumoQue relações existem entre os projetos do grupo Archigram, Metabolistas japoneses e integrantes do Team X, com os programas de habitação económica que se desenvolve-ram no Chile, durante o período de vigência da Corporación de la Vivienda? Aparente-mente nada. Enquanto que os primeiros se explicaram a partir das relações entre arte e arquitetura, o problema habitacional dos sectores populares foi abordado, principal-mente, como tema político, técnico, social y económico. Contudo, existe um ponto de contacto entre estas propostas, à partida bastante distintas: a ideia de que existe uma dimensão formal que podia ser projetada e estabilizada e outra que não, que se deixava a cargo dos usuários, para fosse praticada, gerida e decidida por eles. De este modo, o presente artigo propõe uma leitura crítica de alguns programas habitacionais chilenos, como Erradicaciones e Operación Sitio, ob-servados desde o problema da estabilidade e instabilidade da forma.

Palavras chave: habitação, Erradicaciones, Operación Sitio, informalidade urbana, bai-rros populares.

Recibido: 4 de febrero de 2014Aprobado: 12 de enero de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.42910

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Emanuel Giannotti, Hugo Mondragón-López

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Emanuel GiannottiProfesor asistente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Uni-versidad de Chile. Es Arquitecto de la Università IUAV di Venezia y Doctor en Urbanismo de la misma Universidad. En los últimos años, su investigación se ha centrado en los proyectos y procesos urbanos vinculados al problema de la vivienda y a la construcción de los ba-rrios populares. Los resultados han sido publicados en revistas de Chile, Francia e Italia.

Hugo Mondragón-LópezProfesor Asociado de la Escuela de Ar-quitectura en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es Arquitecto de la Universidad Piloto de Colombia, Magis-ter en Arquitectura de la Pontificia Uni-versidad Católica de Chile, Magister en Teoría e Historia de la Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, y Doctor en Arquitectura y Estudios Urba-nos de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Los resultados de sus investi-gaciones se han publicado en revistas de Argentina, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Italia. Es editor del libro Sudamérica moderna (2015).

Introducción

En los años que siguieron al final de la Segunda Guerra Mundial,

se escenificó al interior de la cultura arquitectónica de los llamados

países desarrollados un debate sobre los procesos que rigen la

producción de la forma arquitectónica y urbana. En este escenario,

uno de los argumentos que se defendió con mayor entusiasmo

por parte de ciertos grupos integrantes de las vanguardias

arquitectónicas de los años 50 y 60 del siglo XX fue aquel, según

el cual, la forma arquitectónica y urbana debía tender hacia las

estructuras abiertas, complejas y polivalentes (Tafuri, 1968).

En esos mismos años, por otra vía y en el contexto de una urbanización acelerada y con escasos recursos económicos, en los países en vía de desarrollo se llegaba a conclusiones semejantes con relación a la necesidad de proyectar estructuras arquitectónicas y urbanas abiertas, que fueran capaces de absorber los cambios permanentes asociados al problema habitacional de los sectores populares. En América Latina, el laboratorio en el cual se obtuvieron tales conclusio-nes fueron los programas que se implementaron para dar una solución a los llamados “barrios informales”, cuyos alcances fueron introducidos en el debate internacional por personajes como John Turner (1963). Se trataba de soluciones que sucesivamente se conceptualizaron como “slum upgrading”, “site and services”, “core housing”, “aided self-help”, “incremental housing” o “progressive development”. En muchos casos estos programas permanecieron en el anonimato, pero en otros, como el concurso PREVI-Lima, alcanzaron una resonancia internacional (Land, 2015; Ballent, 2004).

Hasta donde ha sido posible indagar, la sincronía y coincidencia de la experiencia europea y lati-noamericana en la necesidad de proyectar formas arquitectónicas y urbanas indeterminadas ha sido poco explorada. En cambio, los debates disciplinares que se desarrollaron a uno y otro lado del Atlántico han tendido a examinarse con objetos de estudio separados y por una literatura diversa. Las discusiones sobre la indeterminación de la forma arquitectónica y urbana, tal como fueron elaboradas por las vanguardias de los años 50 y 60 del siglo XX, suelen circunscribirse a un pequeño segmento de la arquitectura con pretensiones de obra de arte. Los debates en torno a la vivienda popular, a diferencia de lo anterior, habitualmente se explican a partir de la contingencia política, social, económica, jurídica, administrativa y técnica (Smith, 2012).

En el texto que sigue a continuación se propone una lectura crítica de los programas Erradica-ción y Operación Sitio, desarrollados en Chile por la Corporación de la Vivienda (CORVI) entre 1953 y 1970, a partir del problema de la indeterminación de la forma arquitectónica y urbana. Se trata de una interpretación con la que se espera contribuir a los estudios sobre las relaciones entre vivienda y ciudad desde los límites de la arquitectura.

La crisis de la formaLas raíces del debate que se escenificó en los países desarrollados en los años que siguieron a la segunda postguerra se pueden rastrear hasta el siglo XIX, cuando el modo de producción industrial se volvió dominante y relevó, en un período de tiempo relativamente corto, a las for-mas pre-industriales de organización del trabajo. Entre las dos grandes guerras, Walter Benja-

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La inestabilidad de la forma. Proyectos para barrios populares en Santiago de Chile, 1953-1970

min (2011) llamó la atención sobre los efectos que el modo de producción industrial tenía sobre la creación de las obras de arte. La posibilidad de reproducir cualquier objeto por medios me-cánicos –incluidos los objetos artísticos– había enfrentado a los artistas a la disyuntiva de tener que renunciar a la producción de objetos o considerar su condición de piezas reproducibles desde el momento mismo de su creación.

Quienes optaron por la primera vía llegaron a concebir años más tarde happenings, performances e instalaciones. Por la segunda vía, se llegó al industrial design (Krauss, 1996). Esta segunda vía resultó ser, además, muy sugerente para aquellas experiencias arquitectónicas que hicieron suyo el programa de repetición seriada de edificios, para el cual, era necesario tener un control proyectual no solo sobre el edificio como objeto único e indivi-dual, sino sobre aquello que la reproducción de edificios produ-cía como conjunto urbano. Las villas que proyectó Le Corbusier en los años 20 del siglo XX, por ejemplo, han adquirido con el paso del tiempo un estatuto monumental, pero es un hecho que casi todas ellas, incluida la Villa Savoye, fueron proyectadas para reproducirse.2

La necesidad de tener que pensar los edificios como objetos se-riados, repetibles, estandarizados y producidos industrialmente provocó un cambio en las lógicas de ideación de la forma arqui-tectónica que, como se sabe, concluyó con la desaparición del ornamento, la utilización de formas geométricas elementales, el uso de soluciones estandarizadas y el surgimiento de una es-tética industrial (Banham, 1960). Entreguerras, este argumento se instaló como dominante al interior del campo disciplinar, sin embargo, en los años que siguieron a la segunda postguerra fue confrontado por la reacción acompasada de buena parte de la cultura occidental, que se manifestó en contra de los efectos que había tenido la aplicación a gran escala de la estética industrial sobre los edificios y las ciudades.

Del exilio voluntario de Heidegger en la Selva Negra, a los cues-tionamientos de Lewis Mumford (2002) contra la ciudad funcio-nal tal como fue concebida al interior de los CIAM, pasando por las críticas de los jóvenes arquitectos del Team X a la instrumen-talización banal de los hallazgos de la Arquitectura Moderna, un sector importante de la cultura occidental participó de la reac-ción culturalista que reivindicó a partir de los años 50 del siglo XX el valor de los individuos en una sociedad de masas e insistió en la necesidad de buscar propuestas alternativas al edificio con-cebido como objeto industrial, cuya repetición producía entor-nos urbanos altamente indiferenciados.3 Con esto, el problema de la formalización de los edificios y la ciudad volvió a instalarse en el centro de las discusiones disciplinares, mientras que la per-

2 A propósito de la posibilidad de reproducir la Villa Savoye, Le Corbusier escribió: “esta misma casa, voy a implantarla en un rincón de la hermosa campiña argen-tina: tendremos veinte casas surgiendo de las altas hierbas de un huerto, donde continuarán paciendo las vacas” (Le Corbusier, 1999: 160-161).

3 Al respecto, véase como ejemplo la argumentación desarrollada por Peter y Alison Smithson para fundamentar ciertas decisiones proyectuales con las que buscaban aumentar el sentido de identidad y pertenencia de los habitantes en un proyecto de viviendas en masa como Robin Hood Gardens (Smithson y Smith-son, 2001).

cepción de que los cambios y transformaciones socioculturales se producían de manera tan acelerada como los cambios en la tecnología instaló una demanda por edificios y piezas urbanas flexibles, con capacidad para adaptarse a las ampliaciones y a los cambios de uso imposibles de prever anticipadamente (Rissela-da, 2006; Lin, 2010).

Paradójicamente es en el Proyecto Obus para Argel de 1933 de Le Corbusier donde se pueden encontrar enunciados los fundamen-tos conceptuales de las propuestas que la disciplina ofreció en los años 50 y 60 del siglo XX en tanto alternativas al edificio como objeto industrial terminado –rígido y difícil de transformar–y a los ambientes urbanos altamente indiferenciados. En el punto de partida del Proyecto Obus estaba la idea de que había una dimen-sión de la forma arquitectónica que podía ser proyectada, deter-minada y estabilizada, y otra dimensión que se dejaba abierta e indeterminada para que fuera practicada, gestionada y decidida por los clientes-usuarios (McLeod, 1980).

La idea de la indeterminación formal, es decir, que los edificios y las ciudades debían concebirse como procesos abiertos en constante transformación, es el filón conceptual que vincula a los edificios Cluster y Tapiz del Team X, con la Plug-in y la Walking Cities del colectivo Archigram, con la Casa Electrodoméstico de los Smithsons, con las estructuras de crecimiento orgánico de los metabolistas japoneses y con los soportes de Habraken (Smith-son, 1968; Habraken, 1972; Banham, 1976). A estos proyectos se tendría que agregar el conjunto de aeropuertos, rascacielos y centros comerciales proyectados por un contingente de arqui-tectos anónimos –celebrados años después por Rem Koolhaas– que se vieron enfrentados al problema de tener que proyectar una forma arquitectónica disponible a un permanente cambio de función (Koolhaas et al., 2001).

La hipótesis de este artículo es que a la lista de proyectos que durante las décadas de 1950 y 1960 tuvieron como horizonte de sentido la indeterminación de la forma, habría que agregar los proyectos desarrollados al interior de los programas de vivienda popular en América Latina. A continuación, analizaremos los pro-yectos que se desarrollaron al alero de dos programas desarrolla-dos en Chile por la CORVI entre 1953-1970: las Erradicaciones y la Operación Sitio.

Erradicaciones y Operación SitioA lo largo de las primeras décadas del siglo XX la acción del Es-tado chileno con respecto al problema habitacional se amplió paulatinamente (Hidalgo, 2005; Arriagada, 2004; Raposo, 2001; Bravo, 1993; Haramoto, 1983). Si en un principio tuvo una acción legislativa con el propósito de incentivar la participación de ter-ceros en la edificación de viviendas populares, poco a poco em-pezó a involucrarse en una acción directa de construcción. Con tal fin fueron creadas instituciones como la Caja de la Habitación Popular en 1936, la Corporación de Reconstrucción y Auxilio (CRA) en 1939, la Fundación de Viviendas de Emergencia en 1949 y la Corporación de la Vivienda (CORVI) en 1953. Sin embargo, en términos numéricos, la producción fue bastante reducida y el dé-

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ficit habitacional siguió creciendo.4 Además, los programas bene-ficiaron mayoritariamente a obreros y empleados en virtud de los estándares de las viviendas y de los sistemas de crédito que deja-ban por fuera a quienes no tenían un trabajo estable y capacidad de ahorro5 (Bravo, 1959; Valenzuela, 2008; Mondragón, 2010).

A final de los años 50 del siglo XX el Estado comenzó una acción de gran envergadura que aumentó la producción de viviendas, incluyendo programas para los sectores de escasos recursos. El objetivo principal de estos últimos era terminar con las poblacio-nes precarias que habían crecido en lugares marginales de San-tiago, identificadas comúnmente con el nombre de “callampas”6 (véase Imagen 1). Se buscaba dar una solución estable a los que tenían una forma precaria de habitar en la ciudad, llamados “po-bladores” o “sin casa”.7 Esto era no solo un asunto social o sanita-rio, sino que constituía también un problema político, en cuanto las agrupaciones de los pobladores habían adquirido una capa-cidad creciente de presión y, en algunos casos, habían efectuado “tomas” de terrenos: ocupaciones ilegales que se producían por la acción previamente organizada de un grupo de familias (Espi-noza, 1988; Loyola, 1989; Garcés, 2002).

Imagen 1. Población “callampa”

Fuente: CORVI, 1960.

Los programas institucionales intentaron restituir la iniciativa al Estado. El primer programa masivo para los sectores de escasos recursos tomó el nombre de Operaciones de Erradicación. Fue iniciado durante los últimos meses del gobierno de Carlos Ibá-ñez del Campo en 1958, pero tomó un nuevo impulso durante la administración de Jorge Alessandri y con la aprobación del De-creto con Fuerza de Ley No. 28 (CORVI, 1963). El otro programa

4 El Programa nacional de desarrollo económico 1961-1970 estimaba un déficit de 375 mil viviendas para el año 1960 (CORFO, 1961).

5 La labor de la Fundación de la Vivienda de Emergencia y otras instituciones se dirigió hacia los más necesitados. Sin embargo, hasta final de los años 50 del siglo XX, los conjuntos realizados fueron pocos.

6 En Chile se usó el término “callampa” para referirse a lo que en otros países de Latinoamérica se denomina villas miseria, barriadas, favelas, entre otros.

7 Las formas habitacionales precarias eran varias y cambiaron a lo largo del tiempo, incluyendo la ocupación ilegal de terrenos y el arriendo en edificios deteriorados (De Ramón, 1990).

8 El Decreto con Fuerza de Ley No. 2, publicado en el Diario Oficial el 31 de julio de 1959, introdujo innovaciones importantes en la legislación sobre “viviendas

emblemático de esos años fue Operación Sitio, puesto en marcha por el gobierno demócrata cristiano de Frei Montalva en 1965. El objetivo basal de ambos programas era crear una estabilidad habitacional, radicando a quien tenía una condición precaria y a menudo ilegal.

Los terrenos destinados a la implementación de estos programas eran divididos en manzanas y predios. A cada familia beneficiaria le correspondía una parcela predial, la cual, se comprometía a pagar suscribiendo un crédito con el Estado. Algunas veces las poblaciones eran urbanizadas previamente a la llegada de los ha-bitantes, pero frecuentemente las obras de urbanización se rea-lizaban en los años siguientes. Una suerte similar correspondió a la edificación. Comúnmente, los mismos beneficiarios levanta-ban una vivienda provisional en el fondo del predio entregado con materiales recuperados de su vivienda anterior, conocida como “mejora”. Otras veces, se les entregaba un núcleo base que podía ser ampliado por los habitantes (Giannotti, 2014b).

Usando las categorías propuestas por de Solá Morales (1997), lo que se produjo fue una separación entre la parcelación, la urbanización y la edificación, desarticulándose y re-articulán-dose según varias modalidades. Interesa mostrar que es posible identificar en los proyectos un interés particular por estabilizar la forma y las dimensiones del predio, y del trazado urbano de los barrios, mientras paralelamente se producían dos inestabili-dades: la primera, hacia el interior del predio, afectó la forma ar-quitectónica, la vivienda; la segunda, hacia el exterior del predio, afectó la forma urbana en su relación con el contexto.

La estabilización del predioEl Estado chileno ha orientado la producción de la vivienda po-pular mayoritariamente hacia la propiedad. Por lo menos a par-tir de los años 40 del siglo XX la ambición de la propiedad fue también compartida por los “pobladores” y los “sin casa”, que priorizaban la tenencia del predio a la vivienda definitiva. “Que nos vendan un lote de terreno por cada familia, de 10 por 20 metros, se nos proporcionen materiales para levantar nuestras viviendas y se nos concedan facilidades de pago” (citado en Lo-yola, 1989: 40). Nótese cómo la reivindicación del Comité Feme-nino del Zanjón de la Aguada era por una propiedad con una medida precisa: 10 por 20. Esta dimensión fue recurrente en las demandas de los pobladores al comienzo de los años 50 del siglo XX, como testimonia el censo especial de “poblaciones callampa” y una investigación realizadas por estudiantes de la Universidad de Chile, ambos redactados entre 1952 y 1953 (Astica y Vergara, 1958; Albrecht et al., 1952).

La misma dimensión predial ya había sido empleada en algunas poblaciones destinadas a los sectores populares. Una particular-mente emblemática fue Nueva La Legua, creada en 1947 cuan-do el Estado proporcionó un terreno para trasladar a las familias que habían tomado ilegalmente un área en la Calle Zañartu. Se-

económicas”. El DFL 2 sigue vigente y ha tenido varias modificaciones a lo largo de los años.

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gún los relatos de los pobladores, una vez efectuado el traslado ellos mismos trazaron los predios con la ayuda de estudiantes de arquitectura y después levantaron sus propias viviendas (ECO, 2012).

Un predio de 10 metros de frente también fue utilizado en la Población German Riesco, aunque con una profundidad de 18 metros. Esta población fue creada en 1953 por la CORVI para solucionar el problema de las familias que estaban viviendo en Nueva La Legua como “agregadas”,9 las cuales, habían realiza-do una toma. Los predios entregados fueron insuficientes y los excluidos organizaron otra toma en un terreno vecino (El Siglo, 1954). Con el fin de dar una solución definitiva, en 1955 la COR-VI puso en marcha un programa de autoconstrucción dirigida10 (Gómez, 1958; Bravo, 1959). La parcelación fue reconsiderada, re-duciendo el frente de las parcelas a 7 metros, con casas en hilera de un piso (véase Imagen 2).

Imagen 2. Fachadas de algunas viviendas en la Población German Riesco

Fuente: Gómez, 1958.

Otro caso emblemático donde se utilizó el predio de 10 por 20 fue en la toma La Victoria en 1957. El trazado original, proyectado por estudiantes de arquitectura militantes del Partido Comunista, consideraba algunas áreas verdes, pero fue abandonado para dar cabida a todas las familias que finalmente fueron muchas más de las que se habían estimado durante el proceso de organización de la toma. El terreno invadido fue subdividido en casi 3.000 pre-dios, renunciando a los espacios públicos y, sobre todo, reducien-do las dimensiones prediales a 9 por 18, y finalmente a 8 por 16 metros (Giannotti, 2014a). (Véase Imagen 3).

9 Por “agregadas” se hacía referencia a aquellas familias que vivían en una parte de la vivienda o del predio de otra familia. Actualmente son llamadas “allegadas”.

10 La Población German Riesco fue la primera realización a través del Programa de Auto-Construcción y Ayuda Mutua (PRACAM), financiado por CORVI y el gobierno de Estados Unidos gracias a un acuerdo firmado en 1954. La autoconstrucción dirigida era un proceso constructivo, en el cual, los habitantes levantaban sus propias viviendas bajo la dirección de técnicos y asistentes sociales.

Imagen 3. Toma del terreno “La Feria”, de la cual, se originó la Población La Victoria

Fuente: Deik y Rubio, 1958.

La desaparición definitiva del predio de 10 por 20 fue decretada por las Operaciones de Erradicación iniciadas en 1958. Los pre-dios empleados fueron muy variados. Tuvieron superficies más reducidas y, a veces, no alcanzaron el límite de 160 metros cua-drados fijado por el DFL 2.11 Las medidas del frente también va-riaron, siendo la más comunes 7, 7.50, 8, 8.40, 9 y 9.30 metros. Esta variedad fue probablemente un reflejo de las distintas con-formaciones que asumieron las Erradicaciones, sobre todo, con relación a los tipos de vivienda. A parte de algunos casos donde se asignaron predios sin edificación, como en Lo Valledor Sur y Norte, la intención era entregar viviendas, aunque esta se reduje-ra a un núcleo básico. La mayoría eran viviendas pareadas de un piso, mientras las soluciones en hilera tendieron a desaparecer. La única excepción fue la Población José María Caro, donde se usó un tipo edificatorio bastante peculiar: núcleos de dos habita-ciones que crearían un frente continuo hacia la calle gracias a las futuras ampliaciones.

La exploración de distintas dimensiones terminó hacia mediados de los años 60 del siglo XX cuando el predio se estabilizó en 9 metros de frente por 18 de largo. Este fue utilizado en casi la to-talidad de las poblaciones de la Operación Sitio, transformándose en la unidad básica de las intervenciones dirigidas a los secto-res populares. Como han señalado Vergara y Palmer (1990), ta-les medidas cumplían con el mínimo predial establecido por el DFL 2 y permitían mucha flexibilidad tanto en su agregación con otros predios, como en su uso interior. La voluntad de entregar una solución que cumpliera con todas las normas, aunque fue-ra la primera etapa de una vivienda definitiva, se fortaleció con la aprobación en 1967 de un Programa de Ahorro Popular (PAP), que formalizó legislativamente el acceso progresivo a la vivienda (Frankenhoff, 1969).

11 El Decreto con Fuerza de Ley No. 2 dejaba a la CORVI la posibilidad de derogar esta norma.

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La desestabilización de la forma al interior del predio

La “caseta sanitaria” fue el primer dispositivo que permitió la diso-ciación entre la urbanización del terreno y la edificación. Era una unidad de pocos metros cuadrados conectada a las redes de in-fraestructura, que contenía un baño y las instalaciones para la co-cina. Aunque la caseta se utilizó en ejemplos anteriores como la Población Germán Riesco, su uso sistemático se puede observar en la Población San Gregorio. El proyecto original de 1955 con-templaba una población obrera en la que las obras de urbaniza-ción serían ejecutadas por empresas constructoras y las viviendas se construirían a través de un programa de autoconstrucción di-rigida. Debido a su ubicación alejada del centro, se decidió tener una densidad baja y predios grandes de 8 o 9.30 metros de frente por 30 de fondo, que dejaban la posibilidad de cultivar huertas.

En 1958 se modificó el proyecto para incorporarlo a las operacio-nes de erradicación de las callampas. En ese momento, el trazado de la población y los tamaños de los predios estaban definidos por las obras de urbanización y por las casetas sanitarias, que se encontraban en un estado de ejecución avanzado. La dimensión generosa del predio fue una herencia del primer proyecto, pero se revisaron las viviendas descartando el tipo en hilera que re-presentaban alrededor de la mitad de las soluciones inicialmente proyectadas, a favor de las viviendas pareadas que se transforma-ron en el único tipo usado en la población. Esta forma edificatoria fue considerada más apropiada, pues permitía un pasaje hacia el fondo del predio donde los habitantes instalaban una mejo-ra mientras autoconstruían las viviendas definitivas en el frente (González y Morales, 1959). Al llegar los pobladores, se encontra-ron con el paisaje típico de una operación de “sitio con servicios”: una extensión de predios definidos por un cerco donde se erigía una serie de casetas sanitarias conectadas a la red de alcantarilla-do (véase Imagen 4).

Imagen 4. Sucesión de casetas sanitarias en la Población San Gregorio

Fuente: CORVI, 1960.

Otros patrones de disociación entre urbanización y edificación se observan en las Poblaciones José María Caro, Lo Valledor Norte y Lo Valledor Sur que formaban parte del programa de Erradica-ción. En ellas, la caseta sanitaria fue substituida por una letrina

con pozo negro que permitió aplazar la ejecución de las obras de urbanización. En pocos meses fueron instaladas alrededor de 12.000 familias en predios de 7 y 8 metros de frente y 18 de fon-do, dotados de una letrina y pilones de agua cada tres manza-nas. Posteriormente, se instalaron las redes de agua potable y de electricidad. El alcantarillado se estableció varios años después y permitió reemplazar la letrina por una caseta sanitaria.

En lo que concierne a la edificación hubo básicamente dos moda-lidades. Los pobladores que no tenían recursos levantaban una mejora en el fondo del predio esperando una vivienda definitiva que sólo llegó con el cambio de gobierno. A los que tenían una capacidad económica mayor, la CORVI les entregó una vivienda que fue mayoritariamente del tipo 622: una casa mínima de dos dormitorios, pareada y pensada como la primera etapa de una vivienda definitiva de 50 metros cuadrados (González y Morales, 1959). (Véase Imagen 5).

Imagen 5. Foto aérea del sector D de la Población José María Caro en 1961

Fuente: Godoy y Guzmán, 1964.

En las Poblaciones José María Caro y Lo Valledor la letrina y los pi-lones de agua fueron los dispositivos que permitieron postergar las obras de infraestructura, sobre todo el alcantarillado. Esto hizo posible que los habitantes se instalaran cuando la edificación y la urbanización se encontraban en un estado aún muy incipiente y fueron concebidas como parte de un proceso incremental. El tipo 622 representó, tal vez, el primer intento de implementar una casa de desarrollo progresivo donde las ampliaciones no eran extensiones genéricas hacia el fondo, sino una parte constitutiva del proyecto de la vivienda.

La disociación definitiva entre parcelación, urbanización y edifi-cación se produjo con la Operación Sitio. Cuando el programa fue inaugurado en 1965 preveía la realización de poblaciones con ur-banización completa y viviendas definitivas en tres etapas. La pri-mera consistía en la habilitación de los predios para permitir una instalación rápida de los habitantes. Contemplaba la provisión de agua potable, luz eléctrica y la construcción en cada predio de le-trinas y “mediaguas”. En la segunda etapa se terminaban las obras de urbanización y se construía el equipamiento comunitario. En la tercera se levantaban viviendas pareadas a través de sistemas prefabricados (Giannotti, 2016). Popularizadas por el Hogar de

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La inestabilidad de la forma. Proyectos para barrios populares en Santiago de Chile, 1953-1970

Cristo, las mediaguas eran fundamentalmente una racionaliza-ción de las mejoras: viviendas de paneles de pino grueso sin divi-siones interiores y con un techo a una sola agua. Su producción se incrementó de manera relevante paralelamente a la Operación Sitio (Van der Rest, 1973; Mac Donald, 1987).

La necesidad de ampliar y acelerar el programa determinó que en 1966 se decidiera la postergación de la tercera etapa. En el papel, esta debía ser substituida por programas de autoconstrucción di-rigida, pero en los hechos desapareció. Eso permitió un aumento considerable de los predios entregados, los cuales, alcanzaron alrededor de 20.000 anuales (Labadia, 1970). De otro lado, deter-minó el diferimiento sine die de la edificación y de algunas obras de urbanización, entregando únicamente el predio, una especie de grado cero del urbanismo.12

En las intenciones de la CORVI el frente de 9 metros implicaba casas pareadas, como se desprende de algunos planos donde la vivienda está dibujaba con una línea segmentada. Sin embar-go, en la mayoría de los casos, la edificación fue realizada por los mismos habitantes, muchas veces evitando el adosamiento (Greene, Durán y de la Lastra, 1990). Gracias a la dimensión de 9 por 18, que permitía la flexibilidad funcional al interior del predio, la conformación de la vivienda respondió casi exclusivamente a una lógica de uso interno, debilitando las relaciones con las otras viviendas y con el espacio público.

La desestabilización de la forma al exterior del predio

En el transcurso de las dos décadas de las que se ocupa este ar-tículo, los conjuntos dejaron de pretender a la ejemplaridad y la cantidad se convirtió en su principal objetivo. Al ser productos surgidos de la repetición de una unidad predial, en las poblacio-nes que surgieron de los programas de Erradicación y Operación Sitio se escenificó un proceso de separación entre arquitectura y ciudad que en algunos aspectos es semejante al que describie-ron Castex, Depaule y Panerai (1977). La modulación entre llenos y vacíos perdió importancia, así como la articulación entre espa-cios públicos y privados.

En los años 50 del siglo XX la Población German Riesco fue con-cebida como un conjunto arquitectónicamente concluso. Los frentes continuos materializaban las manzanas y conformaban la calle. La arborización y la pavimentación contribuían a defi-nir el espacio público. Un parque lineal central reservado para el equipamiento ordenaba y estructuraba el conjunto. Algunos años después, en la Población San Gregorio, la repetición de las viviendas pareadas debilitó la definición arquitectónica del con-junto. Sin embargo, la conformación de los espacios públicos y la ubicación de los equipamientos entregaban una cierta jerarquía al conjunto. Además, se rescataron algunos elementos del anti-

12 Las críticas hacia este programa fueron duras. Fue llamado despectivamente Operación Tiza porque, a veces, las poblaciones se reducían al trazado de los pre-dios con tiza blanca.

guo fundo rural sobre el que se instaló la población. El diseño de la población José María Caro, en cambio, resultó principalmen-te de la repetición del predio 7 por 18 y de la vivienda 622. Los equipamientos comunitarios, construidos a lo largo de los años por las instituciones responsables, fueron concentrados en unas pocas áreas de gran tamaño ubicadas en el centro de cada sector. Los espacios públicos fueron escasos y la trama vial tardó en ser pavimentada (véase Imagen 6, Imagen 7 e Imagen 8).

Imagen 6. Foto aérea de la Población San Gregorio

Fuente: CORVI, 1960.

Imagen 7. Tapa de una publicación de la CORVI con una foto aérea de los sectores C, D, E y F de la Población José María Caro

Fuente: CORVI, 1960.

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Imagen 8. Foto aérea de la Población La Faena, una de las realizaciones de la Opera-ción Sitio

Fuente: Revista AUCA, 1970.

La lógica repetitiva fue plenamente desarrollada con la Opera-ción Sitio, fundada en la multiplicación del predio 9 por 18. La centralidad proyectual asignada al predio era evidente tanto en las prioridades indicadas por los pobladores, como en la acción institucional. En las luchas de los primeros el objetivo principal era la obtención de un predio y después los servicios básicos. Los programas institucionales, a pesar del énfasis que pusieron en el equipamiento comunitario y en las infraestructuras, terminaron priorizando la entrega de predios (Palma y Sanfuentes, 1979). La transformación de los planos de loteo es reveladora al respec-to. La vivienda era marcada inicialmente con una línea gruesa, después con una línea fina o segmentada, para desaparecer y ser substituida por los números que identificaban a los predios. Una suerte semejante le correspondió al espacio público y a los equipamientos. Mientras en los planos de los años 50 del siglo XX todavía eran dibujados, con la Operación Sitio las áreas libres eran marcadas como “terreno destinado a” o “reserva”. Los planos se fueron llenando de datos y tendieron en su aspecto a una hoja de cálculo o a una tarjeta perforada (véase Imagen 9 e Imagen 10).

Imagen 9. Detalle del plano de loteos de la Población Lo Hermida 1 de la Operación Sitio

Fuente: CORVI, 1970a.

Como han mostrado Vergara y Palmer (1990), el diseño de los conjuntos no se inscribía en un orden urbano mayor, sino que era determinado a partir de la unidad predial. La forma y el ta-maño del predio tipo determinaban la forma y el tamaño de las manzanas, las cuales, se agregaban en torno a una plaza según la

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artículos 4343

La inestabilidad de la forma. Proyectos para barrios populares en Santiago de Chile, 1953-1970

Imagen 10. Detalle del plano de loteos de la Población Los Acacios de la Operación Sitio

Fuente: CORVI, 1970b.

imagen del Sector o de la Unidad Vecinal.13 Las vías vehiculares enfatizaban esta conformación, definiendo islas urbanas al in-terior de las cuales sólo existían pasajes peatonales. Esta lógica estaba en la base de algunas Operaciones de Erradicación como la Población San Gregorio y es evidente en los planos de varias poblaciones de la Operación Sitio como La Faena.

El concepto de la Unidad Vecinal implicaba una forma introver-tida de hacer urbanismo. Se pensaba en la lógica interna de la población, así como los predios eran pensados con respecto a sus usos internos. En cambio, los proyectos muestran una indife-rencia hacia el entorno, la continuidad de los ejes viales, los ele-mentos territoriales y del paisaje. Las únicas preexistencias que se conservaban eran los accidentes que determinaban las áreas no edificables. Los canales, las matrices de alcantarillado o las líneas de alta tensión se transformaban en avenidas, los pozos areneros en áreas verdes.

La periferia de Santiago se configuró a partir de la suma de pobla-ciones isla, deviniendo en un archipiélago de unidades vecinales cuya configuración resultaba de la multiplicación de una unidad predial.

13 La idea del Sector o de la Unidad Vecinal, ampliamente difundida en la época, está presente en algunos de los proyectos urbanos canónicos del modernismo chileno, como los que se pueden vincular a la figura de Emilio Duhart.

ConclusionesSe ha mostrado de qué manera a la voluntad proyectual de esta-bilizar la forma y las dimensiones de los predios, le correspondió una desestabilización de la forma arquitectónica y urbana. ¿Cuál podría ser el significado ulterior de este fenómeno?

En Chile el acceso a la propiedad privada fue un principio am-pliamente aceptado por todos los sectores que participaron en el debate sobre la vivienda popular desde los años 30 del siglo XX. En efecto, lo fue para el Estado y los pobladores, pero tam-bién para la Iglesia Católica que vio en la casa propia un soporte para la familia, lo fue para la clase dirigente que la visualizó como una forma de contención social y un dispositivo para estimular el ahorro, y también fue defendida por los partidos de izquierda en tanto derecho de los trabajadores (Espinoza, 1988; Chaparro, 1994; Millas, 1993).

La obsesión proyectual por el predio muestra que existió un acuerdo social en torno al valor de la propiedad privada y de los ritos de la vida familiar de quienes se instalaron allí, por sobre la propiedad pública y la ritualidad propia de la vida pública. En el caso chileno, el énfasis proyectual en la estabilización de la forma y la dimensión del predio fue acompañado de la renuncia a la po-

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sibilidad de proyectar las viviendas como totalidad, pero también significó renunciar a formas morfológicas y sociales colectivas de asociación.

En cambio, como ha señalado Aymonino (1975) desde una pers-pectiva marxista, varios proyectos de megaestructuras pueden ser vistos como un cuestionamiento a la renta de la tierra y las formas tradicionales de la propiedad del suelo, así como a menu-do enfatizaban el aspecto colectivo por sobre la vida individual. Algunos proyectos de los movimientos de la vanguardia europea de la segunda postguerra que se mencionaron en este artículo cuestionaron explícitamente el sistema capitalista y la propiedad privada, promovieron un nuevo nomadismo y, por lo tanto, en términos conceptuales, estaban en la orilla opuesta de lo que muestra la praxis en los casos chilenos.

De manera similar, es interesante considerar lo que personajes como John Turner (1963; 1968) rescataron de la experiencia la-tinoamericana en el momento en la que esta se difundió en los medios destinados a un público europeo y norteamericano. En un número de Architectural Design de 1968, un grupo de au-tores que habían trabajado en países “en vía de desarrollo” va-loraron la flexibilidad y la adaptabilidad de los asentamientos populares, destacando la autonomía y la autodeterminación que la autoconstrucción significaba para los individuos y las comunidades. Esto, en contraste con la producción de hábitat en Estados Unidos o Europa que parecía haber escapado del control de los habitantes (Goetze et al., 1968). De tal manera, se estaba contribuyendo al debate sobre la participación de los habitantes en el diseño de la vivienda y la ciudad que en esos años se había instalado en el centro de las reflexiones de los arquitectos y los urbanistas europeos y norteamericanos,

pero que todavía no interesaba mucho a los países latinoame-ricanos. La idea de freedom, que Turner asoció a las tácticas de producción espacial de las barriadas latinoamericanas (Turner, 1968; Turner y Fichter, 1972), lo acercaba a las propuestas de los impulsores del “adovacy planning” (Peattie 1968; 1970) o del “Non-Plan”(Hughes y Sadler, 2000), y no eran tan lejanas a la te-sis central del libro y exposición Architecture without architects (Rudofsky, 1964), o a la idea de libertad asociada a la “indetermi-nacy” formulada en los números 7 y 8 de Archigram entre 1966 y 1968 (Sadler, 2005).

La renuncia a las formas terminadas tenía, en todos estos casos, un origen conceptual e ideológico distinto, lo que permite discu-tir la existencia de una ideología de la forma, pues desde campos conceptuales e ideológicos distantes fue posible llegar a plan-teamientos formales semejantes. En efecto, algunas poblacio-nes chilenas de “sitios con servicios” habrían podido servir para ilustrar la idea del grupo Superstudio de una red infraestructural que impulsaría un nuevo nomadismo, aunque, paradójicamente, hubieran sido concebidas como un instrumento de radicación de las familias y subdivisión de la tierra.

Puede verse cómo queda cuestionada la idea de informalidad que en las últimas décadas se ha utilizado para describir los fenó-menos urbanos de los países del Sur Global, la cual, ha tendido a la separación dicotómica entre lo formal y lo informal, lo legal y lo ilegal, lo planificado y lo espontáneo. El análisis del caso chile-no y su comparación con otras experiencias muestra que, en vez de referirse a una ausencia genérica de forma o de proyecto, re-sulta mucho más aclaratorio interrogarse sobre lo que se decide formalizar y lo que no, intentando comprender las motivaciones que estuvieron en la base de estos procesos.

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artículos 4545

La inestabilidad de la forma. Proyectos para barrios populares en Santiago de Chile, 1953-1970

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artículos 4747

(1) 2017: 47 - 54 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

27 Artículos27

Gobernanza territorial y los Planes de Ordenamiento Territorial:

eL caso de La provincia de mendoza, argentina1

Territorial governance and the Territorial Planning Plans: the case of the province of Mendoza, Argentina

Governança territorial e os Planos do Ordenamento do Território: o caso da província de Mendoza, Argentina

Matías Agustín Dalla-TorreDoctorando en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible

[email protected]

1 Este artículo corresponde a un avance de la tesis en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible desarrollada por la autor, titulada Tensiones y conflictos de competencias en la política de Ordenamiento Territorial, Mendoza, Argentina.

ResumenCon base en el enfoque de la gobernanza territorial, el presente trabajo analiza el pro-ceso de participación ciudadana implemen-tado durante la etapa de elaboración del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial en la provincia de Mendoza, Argentina, partiendo de dos interrogantes: ¿existe en Mendoza un modelo de participación y de gestión del territorio innovador y respaldado por una multiplicidad de actores? ¿El Plan de Ordena-miento Territorial de la provincia refleja una visión territorial compartida y consensuada? A modo de hipótesis se sostiene que la go-bernanza territorial en Mendoza es un mo-delo emergente, aún limitado y de incipiente institucionalización que no ha logrado plas-mar en el Plan de Ordenamiento Territorial una visión a futuro sobre el territorio compar-tida y consensuada mediante la participación ciudadana.

El artículo se divide en tres partes, la prime-ra dedicada al análisis de las implicancias teóricas y prácticas de los nuevos estilos de gobierno sustentados en la gobernanza. La segunda se focaliza en la aplicación del con-cepto en la gestión del territorio, para luego contextualizar el proceso de ordenamiento territorial en Mendoza y los procesos de go-bernanza territorial suscitados.

Palabras claves: gobernanza, territorio, Esta-do, sociedad.

Abstract This paper analyzes - through territorial gov-ernance approach - the public participation process that concluded with the develop-ment of the provincial plan of territorial for the province of Mendoza, Argentina. Promot-ed answers to two major questions: is there a model of participation and of land manage-ment innovative and supported by a multi-plicity of actors in Mendoza? Does the plan of territorial planning of the province reflect a shared and consensual territorial vision? As a hypothesis argues that the territorial gover-nance in Mendoza is an emerging model still limited, early institutionalization, which has failed to capture a future vision on the shared and consensual territory through citizen par-ticipation in the land use plan.

The proposal begins with analysis of the the-oretical implications and practices of these new styles of Government based on gover-nance. Subsequently, focuses on the transfer of the concept of governance towards the governance applied to the management of the territory. In the third part, it contextual-izes the planning in Mendoza and raised territorial governance processes are charac-terized. The work ends with a recapitulation of the main findings in each section.

Keywords: governance, territory, State.

ResumoO presente trabalho analisa – por meio do enfoque da governança territorial – o proceso de participação que encerrou a elaboração do plano de zoneamento da província de Men-doza, Argentina. Objetiva-se responder a duas questões principais: existe um modelo de par-ticipação e de gestão do inovadora do territo-rio que esteja respaldado na multiplicidade de atores em Mendoza? O plano de zoneamento da província de Mendoza reflete a visão com-partilhada e consensual? Este trabalho susten-ta a hipótese de que a Governança Territorial em Mendoza é um modelo emergente, com institucionalização incipiente, que não conse-guiu capturar no plano de zoneamento uma visão para o futuro no território compartilha-do e consensual por meio da participação.

A proposta inicia-se com a análise das im-plicações teóricas e práticas desses novos tipos de governo alicerçados na Gover-nança. Posteriormente, concentra-se na transferência do conceito de governança para a governança aplicada à gestão do território. Na terceira parte, é contextuali-zado o zoneamento de Mendoza e faz-se uma caracterização dos procesos de go-vernança territorial suscitados. O trabalho é finalizado apresentando-se as principais conclusões auferidas em cada seção.

Palavras-clave: governança, território, Estado.

Recibido: 30 de noviembre 2014Aprobado: 12 de diciembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.47597

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enero - marzo de 2017

Matías Agustín Dalla-Torre

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Matías Agustín Dalla-Torre

Licenciado en Ciencias Políticas y Ad-ministración Pública de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza Argentina), doctorando en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible de la misma ins-titución y becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Profesor adjunto de la cátedra de Problemática de la vivienda de la carrera de Trabajo Social de la Uni-versidad Nacional de Cuyo.

Nociones en torno a la gobernanza. Principales escuelas y líneas de pensamiento

La gobernanza se ha convertido en una nueva forma de gobierno

impulsada, principalmente, desde la experiencia europea, que

reclama su incorporación en los procesos y dinámicas en América

Latina. Se presenta como una propuesta innovadora cuya finalidad

es generar repuestas a la crisis existente en las formas tradicionales

de gobierno. La gobernanza, en este sentido, formula las bases de

nuevas instancias de legitimidad, participación y gobernabilidad,

configurando nuevas relaciones entre el Estado y la sociedad civil.

El origen del concepto de gobernanza no es claro y ha sido desarrollado por muy diversas es-cuelas de pensamiento, desde la corriente neoliberal de la nueva gerencia pública, hasta el neo-institucionalismo de un nuevo estado social o el universalismo comunitario de la sociedad civil. Siguiendo a Farinós Dasí (2008), el término es tomado inicialmente por la economía institucio-nal y de regulación como mecanismo para simplificar los procesos de regulación y de interven-ción de los actores públicos, y facilitar así la toma de decisiones del resto de los agentes sociales.

El Banco Mundial entiende la gobernanza como el conjunto de procesos e instituciones a través de las cuales se determina la forma en que se ejerce el poder de un país y se lo vincula, principal-mente, con el buen gobierno, término que refiere directamente a la transparencia, y a la eficacia en la elección y el control de los gobernantes, la capacidad de la administración para gestionar los recursos, la participación ciudadana y la garantía del Estado de derecho. Esta definición ha sido criticada desde diferentes enfoques porque reduce la gobernanza a una “herramienta ideo-lógica para una política de Estado mínimo” (Rosas-Ferrusca, Calderón-Maya y Campos-Alanís, 2012: 115).

A pesar del carácter polisémico del concepto (Farinós Dasí, 2008), el rasgo común en la diver-sidad de acepciones y connotaciones en torno a la idea de gobernanza es la redefinición del rol del Estado y sus relaciones con la sociedad civil. Autores como Gantus (2013) y Farinós Dasí (2008) sostienen que el Estado moderno, manejado por las clases políticas tradicionales, tiene serias dificultades para dar respuestas a las demandas sociales en un contexto de creciente co-rrupción, falta de transparencia y crisis de la representatividad, lo que explica las demandas de mayor participación, democratización y apertura que hacen muchos actores al Estado.

De acuerdo con esto, la dirección y la determinación de los objetivos de la sociedad ya no es una función exclusiva del gobierno, sino producto de una multiplicidad de actores que configuran nuevas relaciones y que están reclamando el tránsito de un control jerárquico ejercido desde y por el Estado, hacia formas más horizontales y cooperativas. En otras palabras, la gobernanza promueve un estilo de gobierno sustentado más en la coordinación de intereses de diversos actores, que en el mando formal y normativo propiciado por y desde el Estado.

Ahora bien, ¿cómo se explica que el Estado ceda parte de su monopolio en la tarea de pro-veer sentido y dirección a la sociedad? Quizás puedan encontrarse algunas respuestas al ana-lizar los cambios en el rol del Estado y sus modelos de gestión. Díaz (2013), siguiendo las ideas de Felcman (2009), sostiene que los procesos de gobernanza deben entenderse a partir de la crisis o estallido de los viejos paradigmas en la administración y del rol del Estado. El modelo burocrático-weberiano jerárquico y legalista, en el cual los procedimientos y procesos estaban

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artículos 4949

Gobernanza territorial y los Planes de Ordenamiento Territorial: el caso de la provincia de Mendoza, Argentina

normados al detalle, dio paso al modelo individualista impulsado por las reformas neoliberales de las década de 1970 y 1980. Estos paradigmas de gestión se encontrarían en serios aprietos frente a otros modelos más acordes con los contextos actuales de in-certidumbre y complejidad creciente. De esta forma, la idea de gobernanza se sustentaría en una serie de modelos emergentes denominados modelos igualitarios participativos, una forma de gobierno emergente a partir de la configuración de una multi-plicidad de actores en un proceso de negociación y toma de de-cisión colectiva. Los modelos participativos se caracterizan por

hacer sociedad desde el fin de las organizaciones pirami-dales, con poderes de contralor concentrados, a favor de la pluralidad de nodos decisorios, en los que el poder difuso circula a la hora de tomar decisiones, en procesos internos y externos de trabajosa negociación, siempre entre muchas or-ganizaciones signadas por una horizontalidad tal que su pro-pio gobierno colegiado y consultivo, integrará, ante la mayor cantidad de problemas, la mayor cantidad de decisiones en procura de mayores consensos (Díaz, 2013: 101).

Estos modelos fueron promovidos, en primera instancia, por los enfoques del desarrollo humano sustentable impulsados desde organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), que postulaba la descentra-lización y el empoderamiento de las comunidades mediante procesos participativos de tipo bottom up. Para Díaz (2013) y Felcman (2009) el modelo participativo también fue el alma de los procesos o movimientos comunitaristas que, desde perspec-tivas ligadas a las ideas de Habermas, condenan las actuaciones del gobierno por su incompetencia y falta de transparencia, re-clamando la participación comunitaria o ciudadana para poner límites a la corrupción y a los problemas de representatividad de la democracia moderna. No obstante, nada asegura la idoneidad, la representatividad, ni la transparencia de estos procesos impul-sados desde el accionar de la sociedad civil, pues, aunque el rol del Estado junto a sus modelos de gestión y su relación con la sociedad civil está siendo reinterpretado a partir de los procesos sociales actuales, las nuevas prácticas participativas y comunita-rias, sus componentes burocráticos y neoliberales no dejan de están latentes.

La gobernanza territorial: algunas consideraciones sobre los modelos

participativos aplicados al territorioExisten áreas y sectores de las políticas públicas como la ambien-tal y territorial que, por su complejidad y la necesidad de legitima-ción permanente, son propicias para los modelos participativos o de gobernanza. Para autores como Massiris (2012) y Farinós Dasí (2008), la planificación del territorio es un campo potencial, en el cual se están generando instancias para las nuevas formas de gobierno. Farinós Dasí (2008) identifica a la gobernanza territorial como la puesta en práctica de formas de participación y gestión

de las dinámicas territoriales de manera compartida y concerta-da mediante la intervención de una multiplicidad de actores que comparten objetivos comunes y conocen qué papel deben desa-rrollar en la consecución de los mismos. Este proceso puede ser comprendido como una planificación de tipo colaborativo, cuyo resultado es la elaboración de una visión común y consensuada sobre el futuro del territorio por parte de todos los actores, sus-tentada en la identificación y la valorización del capital territorial.

En otras palabras, el objetivo del concepto de gobernanza que es la búsqueda de mayor eficacia en la gestión, transparencia y legitimidad en los procesos de formulación de políticas públicas, puede ser aplicado a la gestión y el gobierno del territorio, par-ticularmente, para el diseño e implementación de las políticas territoriales. Este proceso debe ser participativo e incluyente, y requiere generar una sinergia entre todos los niveles de gobier-no (nacional, provincial, municipal) y los diferentes actores de la sociedad civil involucrados para evitar incoherencias, acciones contradictorias y yuxtaposiciones.

La estrategia de la gobernanza da impulso a la territorialización de las políticas en donde “cada territorio, como actor global pue-de escoger las trayectorias para el desarrollo en las que la base identitaria y el apego al lugar guíen la acción y las política para poder alcanzar el futuro deseado” (Farinós Dasí, 2008: 16). Si bien estas observaciones corresponden al caso europeo y a la nece-sidad manifiesta de que cada territorio mantenga su identidad en el proceso global de integración, la gobernanza territorial se presenta como la herramienta que permite que cada territorio, a partir de la generación de procesos de participación ciudadana, identifique su potencial y elabore su estrategia de desarrollo de manera complementaria y convergente con las estrategias nacio-nales, provinciales y municipales.

Los desafíos principales en torno a estas herramientas de planifi-cación revisten sobre la capacidad que puedan alcanzar los acto-res de cada territorio para plasmar y fijar sus propias estrategias, deseos, identidades e intereses en los planes o modelos territo-riales que finalmente son diseñados por las agencias de gobierno bajo una presunta participación ciudadana. Farinós Dasí (2008) señala la urgencia de hacer un cambio cultural en la forma de los procesos participativos para que logren canalizar verdaderamen-te los deseos y demandas de la población sobre su territorio, es decir, que los planes, programas y proyectos sean la expresión real de los intereses y necesidades de la comunidad, y no se limi-ten a representar la visión técnica de la tecno-burocracia estatal que elabora los planes territoriales.

El objetivo general de este trabajo es analizar y comprender el proceso de gobernanza territorial desarrollado en el contexto de la elaboración del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial de la provincia de Mendoza, Argentina. Una vez alcanzadas algunas precisiones conceptuales y teóricas en torno a la noción general de la gobernanza territorial, el artículo hace un análisis descripti-vo del desarrollo del proceso político del ordenamiento territorial en Mendoza. Utilizando la hermenéutica como una herramienta metodológica, tanto para el análisis documental como para el normativo, se describen las principales vicisitudes a lo largo de

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todo el proceso hasta alcanzar su etapa más fundamental: la ela-boración del Plan. Finalmente, se cierra este trabajo presentando los avances y limitaciones de la puesta en práctica del concepto de gobernanza territorial en el marco de la política de ordena-miento territorial en la provincia de Mendoza.

La estrategia metodológica que se usó para la selección de fuen-tes, el análisis y la recolección de datos es de tipo cualitativa. En una primera instancia, se realizaron estudios exploratorios y des-criptivos sobre los antecedentes y el estado del arte del objeto de estudio. Para la verificación empírica del abordaje teórico pro-puesto, se llevó a cabo un análisis de fuentes secundarias como normativas, reglamentos, documentos técnicos y notas periodís-ticas. Por su parte, las fuentes primarias fueron registradas por el autor de este artículo como miembro del equipo técnico redactor de la propuesta del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial (PPOT) que presentó la Universidad Nacional de Cuyo y miem-bros del Consejo Nacional de Investigaciones Científicos y Técni-cas (CONICET), lo que le permitió estar presente en los espacios formales a partir de los cuales se formuló la política (comisiones de trabajo, talleres de participación ciudadana, consultas y au-diencias públicas), así como de compartir “tras bambalinas” para conocer cómo se diseñan y conjuran verdaderas estrategias para imponer los intereses de cada actor en el desarrollo de la política.

La estrategia de participación colaborativa en Mendoza

El proceso político del ordenamiento territorial en Mendoza

El surgimiento en 2009 de la Ley 8051 de Ordenamiento Terri-torial y Usos del Suelo de la provincia de Mendoza (Provincia de Mendoza, 2009) puede entenderse como la reacción de la comu-nidad frente a los impactos territoriales generados por el proceso de apertura económica de Argentina durante la década de 1990, en el marco de la globalización mundial, y el debilitamiento del Estado en su función reguladora del territorio (Gudiño, 2010).

Para comprender en su plenitud el proceso político del ordena-miento territorial en la provincia de Mendoza vale retrotraerse hacia los primeros años de la década de 1990, cuando los pro-blemas sobre los usos y la ocupación del territorio comienzan a convertirse en materia de preocupación en la provincia y a ser in-corporados en la mayoría de las agendas públicas de los distintos gobiernos. Las consecuencias de una expansión urbana descon-trolada, la ausencia de planificación, y la debilidad de los mar-cos regulatorios y normativos comenzaron a manifestarse en el territorio mendocino con el avance sobre las zonas productivas, el creciente deterioro de las condiciones ambientales producto de los usos de suelo en zonas no aptas, la sobreexplotación del recurso hídrico, el aumento del déficit habitacional y la segrega-ción socio-espacial, configurándose de esta manera una fuerte fragmentación del territorio y una creciente inequidad social.

Esas consecuencias pusieron en evidencia la necesidad de al-canzar algún tipo de regulación sobre el territorio y comenzar a revertir o, por lo menos, moderar las consecuencias negativas del proceso de expansión urbana. Esta reacción adquiere mayor fuerza en el año 2006 con la formación de una coalición técnico-política que congrega a diferentes actores sociales, económicos, científicos, académicos y políticos en pos de archivar dos proyec-tos legislativos que pretenden generar una normativa de orde-namiento territorial para Mendoza, pero que contienen un sesgo marcado a favor de determinados emprendimientos inmobilia-rios y, a su vez, una serie de errores técnico-metodológicos que podrían agravar aún más los conflictos y desequilibrios en los usos y la ocupación del territorio mendocino.

A partir de la presión ejercida por estos grupos, se firma un acuer-do el 28 de diciembre de 2006 entre el Gobierno de la Provincia, las comisiones legislativas de Ambiente, y Urbanismo y Vivienda, la Universidad Nacional de Cuyo, los centros de investigación científica y demás organizaciones de la sociedad vinculadas con el cuidado del medio ambiente. El objetivo es generar un nuevo anteproyecto de ley de ordenamiento territorial en consonancia con las metodologías y principios del ordenamiento territorial. Para ello, se define una coordinación general a cargo de la Uni-versidad Nacional de Cuyo, conformándose cinco equipos in-terdisciplinarios con representantes de diferentes instituciones. “Los resultados obtenidos por los equipos conformados son va-lidados en talleres [abiertos a la ciudadanía]. En total participan más de 170 personas, 23 instituciones gubernamentales, 11 mu-nicipios, 49 organizaciones intermedias” (Universidad Nacional de Cuyo, en prensa).

Al año siguiente se presenta en la Legislatura Provincial el ante-proyecto de ley de ordenamiento territorial y usos de suelo para la provincia de Mendoza (AA.VV., 2007) con base en el trabajo interdisciplinario, que impulsa un modelo de desarrollo equili-brado y sustentable del territorio. La Ley 8051 de Ordenamien-to Territorial y Usos del Suelo (Provincia de Mendoza, 2009) es aprobada finalmente en mayo de 2009, luego de diez años de debates y discusiones, y expresa verdaderamente un proceso de participación ciudadana, de discusión y de consenso sobre el fu-turo de la Provincia, su desarrollo y su territorio (Levatino y Dalla Torre, 2014).

Con el objeto de dar cumplimiento a las etapas establecidas en la Ley 8051 (Provincia de Mendoza, 2009) se conforma la Agencia Provincial de Ordenamiento Territorial de Mendoza, órgano eje-cutor de la política de ordenamiento, y como órgano legislativo, consultor y asesor, el Consejo Provincial de Ordenamiento Terri-torial (CPOT), compuesto por el ejecutivo provincial, los munici-pios, las universidades, los organismos de ciencia y técnica, y las organizaciones de la sociedad civil bajo la órbita del Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales.

Entre sus principales funciones, la Agencia Provincial de Orde-namiento Territorial debe elaborar el Plan Provincial de Ordena-miento Territorial2 y someterlo a consideración del CPOT. Para

2 El plan de ordenamiento puede definirse “como el conjunto de directrices y li-neamientos. Acciones, programas, criterios técnicos-científicos, ejes de articu-

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Gobernanza territorial y los Planes de Ordenamiento Territorial: el caso de la provincia de Mendoza, Argentina

viabilizar la elaboración del Plan, el Gobierno de la Provincia suscribe en el año 2013 un proyecto de investigación y desarro-llo con un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), financiado por el Gobierno de la Provincia y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica del Minis-terio de Ciencia, Tecnología e Innovación (ANPCyT) denominado Ordenamiento territorial para un desarrollo sustentable (Univer-sidad Nacional de Cuyo, en prensa). El Plan contendrá los prin-cipios rectores para que los municipios, a su vez, elaboren sus propios planes municipales. Sin embargo, las diferencias técnicas y conceptuales generan prontamente un quiebre dentro del gru-po redactor del Plan. La ruptura de la coalición se formaliza con la presentación de dos planes de ordenamiento territorial a la Le-gislatura Provincial: el primero de ellos presentado y elaborado por los funcionarios de gobierno, y el segundo promovido por el sector científico y técnico representado por la Universidad Nacio-nal de Cuyo y miembros del CONICET.

Analizar y determinar las causas del conflicto que deriva en la presentación en paralelo de dos planes es de gran relevancia para entender de manera completa el proceso de ordenamiento territorial en Mendoza. Si bien comparar los dos planes no es uno de los objetivos de este trabajo, sólo haremos mención a un tra-bajo anterior que señala lo siguiente:

el Plan presentado por el gobierno puede interpretarse falsa-mente como una reproducción del plan elaborado por los es-pecialistas y académicos sin embargo, se evidencia una clara intención de excluir aquellos instrumentos, lineamientos y programas que pudieran generar ciertos roces y conflictos con los gobiernos municipales sin considerar que su incor-poración al plan es necesaria y fundamental para el cumpli-miento de sus objetivos (Levatino y Dalla Torre, 2014: 7).

¿Democracia deliberativa en el Plan de Ordenamiento Territorial de Mendoza?

La Ley 8051 (Provincia de Mendoza, 2009) contempla tres eta-pas de planificación, sustentadas en procesos participativos de la ciudadanía: a) elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo de la Provincia, el cual, incluye los principios rectores del crecimien-to económico y social para Mendoza en los años venideros, b) elaboración del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial y c) elaboración de los Planes Municipales de Ordenamiento Territo-rial. Con excepción de los Planes Municipales que no han entrado en la etapa de creación, tanto el Plan Estratégico como el Plan de Ordenamiento Territorial son elaborados a partir de espacios de participación como talleres y foros, todos ellos de carácter “no vinculantes”, pero con la intención de proveer lineamientos de una visión compartida sobre los problemas territoriales de Men-doza. Esta intención fue plasmada en los procesos conducidos por los organismos gubernamentales:

lación provincia-municipio e instrumentos de planificación, gestión, ejecución, coordinación y control que permiten orientar y administrar el desarrollo del te-rritorio” (Universidad Nacional de Cuyo y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, 2014: 4).

se adquiere y se consolida una interpretación compartida que rescata y valoriza la diversidad de opiniones respecto de la idea de bienestar, de desarrollo, de crecimiento, de pro-greso y de calidad de vida, entre otros y, fundamentalmente, (a) se evita la imposición de criterios y la preeminencia de expectativas e intereses sectoriales y/o corporativos por so-bre el interés general del conjunto, (b) se consolida la “visión compartida” como “norte”, como “punto de llegada” al que se adhiere conscientemente, y que moviliza y ordena la acción en el marco del proceso planificador y en la implementación de sus resultados y, (c) se produce un acuerdo fundamental en el trazado de denominadores comunes que surgen de la respuesta individual y colectiva a la pregunta de cómo quere-mos ser como personas, como comunidad y como individuos que viven en comunidad (Gobierno de Mendoza, 2010: 10).

El esfuerzo para que el proceso de ordenamiento en Mendoza se elabore de acuerdo con las directrices de la gobernanza territorial también está contenido en el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial, actualmente en tratamiento legislativo, al expresar en su parte introductoria lo siguiente: “todo este trabajo se realizó con alta participación social durante los años que comprendió dicho proceso, a través de foros, talleres departamentales, regio-nales, reuniones sectoriales, etc.” (Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales y Agencia Provincial de Ordenamiento Terri-torial, 2014: 18).

El Plan de Ordenamiento Territorial surge de los ejes establecidos en el proceso participativo de elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo de Mendoza 2030, los cuales fueron cotejados y correlacionados con los problemas detectados en las etapas de diagnóstico y con los “aportes de los talleres realizados con es-pecialistas y técnicos e instituciones y organizaciones de la so-ciedad civil durante las etapas de consulta y Audiencias públicas” (Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales y Agencia Provincial de Ordenamiento Territorial, 2014: 38).

En el Plan es plasmado el modelo territorial deseado, el cual, se sintetiza en un mapa que muestra la imagen futura de la provin-cia de Mendoza que surge, como declara categóricamente el do-cumento, del consenso y la validación social (véase Figura No.1) (Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales y Agencia Provincial de Ordenamiento Territorial, 2014: 38).

formal con las instancias de participación establecidas en la Ley como talleres, consulta y audiencia pública, se caracterizan por tener una participación donde priman los especialistas y los téc-nicos. Estos espacios comienzan con una participación numerosa, sin embargo, la asistencia disminuye durante el trabajo en co-misiones, y son los grupos con mayores intereses y mejor orga-nizados los que terminan liderando los procesos y los talleres de validación.

El proceso de elaboración del Plan Provincial de Ordenamiento Territorial cuenta con una instancia de audiencia pública “no vin-culante” organizado por el Ministerio de Tierras, Ambiente y Recur-sos Naturales bajo la coordinación de la Agencia de Ordenamiento Territorial. En esta instancia, el gobierno pone a consideración de más de 600 personas el Plan. El 15 de abril de 2014 el gobierno

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recibe las críticas y aportes técnicos de diferentes organizaciones vinculadas a sectores productivos, científicos, empresariales y educativos. La mayoría de los oradores de la audiencia pública apoyan la existencia del Plan, objetando la falta de pautas y de-finiciones técnicas para que los gobiernos municipales puedan elaborar sus propios planes (véase Figura No. 2, Figura No. 3, Fi-gura No. 4)

Figura 2. Posiciones a favor y en contra del Plan Provincial de Ordenamiento Territo-rial manifestadas en la audiencia pública

Total Oradores Posiciones a Favordel plan de O.T

Posiciones encontra del Plan O.T

128 84 44

Fuente: Elaboración propia.

REFERENCIAS DE MODELO TERRITORIAL DESEADO

Polos:

A ‐ Polo de investigación de zonas áridas (experiencias de-mostrativas de manejo sostenible de la tierra).

B ‐ Polo logístico integrador Este.

C ‐ Polo de investigación de zonas áridas (experiencias de-mostrativas de manejo sostenible de la tierra). D - Polo logístico Integrador Central.

E - Polo logístico de apoyo a la macro región Pehuenche.

Nodos:

1 ‐ Nodo científico tecnológico - Zona Piedemonte.

2 ‐ Nodo Multimodal Palmira.

3 ‐ Nodo de servicio a la ganadería Santa Rosa - La Paz.

4 ‐ Nodo de servicio a la ganadería de General Alvear.

5 ‐ Nodo de servicio minero - Nueva Pata Mora.

6 ‐ Nodo de turismo en zona de reserva y/o con valor patri-monial -Laguna del Diamante.

7 ‐ Nodo de turismo en zona de reserva y/o con valor patri-monial -Valle de Uco.

8 ‐ Nodo de turismo en zona de reserva y/o con valor patri-monial -Puente del Inca.

9 ‐ Nodo de turismo - Portezuelo del Viento.

10 ‐ Nodo de servicios logísticos de Agua Escondida.

Figura 1. Modelo territorial deseado de la Provincia de Mendoza

Fuente: Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales y Agencia Provincial de Ordenamiento Territorial, 2014.

Figura 3. Adhesiones presentadas en la audiencia pública del Plan Provincial de Or-denamiento Territorial

Fuente: Elaboración propia.

Figura 4. Rechazos presentados en la audiencia pública del Plan Provincial de Orde-namiento Territorial

Fuente: Elaboración propia.

Ley 8051 (Provincia de Mendoza, 2009) y el proceso mismo de ordenamiento territorial en Mendoza implementado hasta la ac-tualidad, busca consolidarse bajo las prácticas de la gobernanza territorial. Si bien se puede afirmar que el proceso cumple en lo

A pesar del apoyo generalizado a la existencia de un Plan de Or-denamiento Territorial, la audiencia pública estuvo plagada de críticas por la falta de participación y difusión del proceso, el uso de estadísticas desactualizadas –se hace referencia al producto bruto geográfico y al uso de estadísticas sobre la situación hídri-ca de la provincia correspondientes a 2006, año en que hubo un súper caudal hídrico–, la ausencia de índices de inflación y de un modelo productivo, la falta de consideración de las demandas de

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Gobernanza territorial y los Planes de Ordenamiento Territorial: el caso de la provincia de Mendoza, Argentina

los puebles originarios y, sobretodo, de los intereses e identida-des de los pueblos y comunidades que se encuentran fuera del área metropolitana de Mendoza. Así lo expresa un asambleísta que participó en la audiencia: “para los asambleístas, vecinos au-toconvocados de San Carloso General Alvear el plan evidencia la ausencia de un modelo territorial deseado por todos los mendo-cinos en procesos participativos bastante engañosos y los cua-les los aportes son ninguneados continuamente” (No a la mina, 2014).

Por su parte, los políticos de la oposición cuestionan varios as-pectos del Plan, señalando que la principal limitación del proyec-to presentado es que no planifica ni establece las acciones para alcanzar los objetivos deseados. Consideran que los programas y proyectos establecidos responden a criterios políticos y discre-cionales, y no dan cuenta del modelo deseado propuesto en el mismo Plan. El sector científico, en un principio co-autor del do-cumento, se desprende de lo aprobado en la audiencia y critica con vehemencia algunos puntos referidos a la falta de criterios generales y obligatorios para la realización de las zonificaciones, dejando esta facultad a libre criterio de los gobiernos municipa-les. Además, critica la falta de concordancia entre los objetivos del modelo territorial deseado y los programas establecidos, así como la ausencia de propuestas para la modificación del impues-to inmobiliario y las políticas de inversión (Romanello, 2014).

Participación y representación en el Consejo Provincial de Ordenamiento Territorial (CPOT)

El Consejo Provincial de Ordenamiento Territorial (CPOT) es el órgano consultor y asesor de la autoridad para la aplicación de la política de ordenamiento territorial. Está integrado por repre-sentantes de instituciones públicas y privadas, es presidido por el Secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, y es el orga-nismo en el que se materializa la participación y la gobernanza territorial.

El Artículo 40 de la Ley 8051 establece que el CPOT deberá estar conformado por (Provincia de Mendoza, 2009):

• Un (1) representante de cada ministerio y secretaría del poder ejecutivo provincial.

• Un (1) representante del Departamento General de Irrigación.

• Un (1) representante por cada uno de los municipios.

• Un (1) representante de las Organizaciones de Usuarios por Cuenca Hidrográfica.

• Cinco (5) representantes del sector científico técnico de la provincia.

• Cinco (5) representantes de las universidades e instituciones académicas.

• Cinco (5) representantes de las organizaciones de la sociedad civil cuyos estatutos tengan relación con la materia.

Si bien el Artículo 40 convoca a representantes de diversos orga-nismos gubernamentales y de la sociedad civil para componer el CPOT, 55,26% de los miembros del Consejo son delegados de los organismos estatales, mientras que sólo el 23,68% representan a la sociedad civil (cuatro entidades empresariales, cuatro colegios profesionales, cuatro entidades diversas, tres institutos, dos pue-blos originarios y una organización de usuarios de cuenca hídri-ca), dándole un mayor peso al sector gubernamental en la toma de decisiones, lo que genera que se viabilicen u obstaculicen las propuestas según sus intereses políticos. Por otro lado, es notoria la ausencia de entidades de base como uniones vecinales, coope-rativas u otras organizaciones que representan a la comunidad y que limitan las capacidades de consenso en el proceso de orde-namiento territorial en Mendoza (véase Figura No. 5).

Figura 5. Composición por sectores en el CPOT

Fuente: Elaboración propia con base en Universidad Nacional de Cuyo, en prensa.

ConclusionesA lo largo del trabajo se indagó sobre la gobernanza territorial en Mendoza bajo el supuesto de que es un modelo emergente, aún limitado y de incipiente institucionalización que no ha logrado plasmar en el Plan de Ordenamiento Territorial una visión a futu-ro compartida y consensuada mediante la participación ciudada-na sobre el territorio. Las principales conclusiones que sustentan esta conjetura pueden reunirse en los siguientes puntos:

• La gobernanza se ha convertido en una nueva forma de go-bierno en un contexto de crisis de los viejos paradigmas en la administración y el rol del Estado. Ella, como modelo de gestión y participación, es congruente con el ambiente ac-tual de incertidumbre y complejidad. Aquellas políticas como la ambiental y la territorial, ya sea por su carácter complejo y su necesidad de legitimación permanente, se conviertan en propicias para los modelos participativos o de gobernanza.

• La gobernanza territorial es la gestión y el gobierno del te-rritorio. Se parte de las mismas premisas de la gobernanza: necesidad de mejor la gestión gubernamental, mayor trans-parencias, legitimidad y representatividad en los procesos de formulación de políticas, entre otros. De manera particular, la gobernanza territorial tiene como objeto al territorio bajo la ambición de construir una visión compartida y consensuada sobre su futuro a partir del debate, la negociación y la delibe-ración entre los diferentes actores territoriales.

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• El proceso de diseño e implementación de la Ley de Orde-namiento Territorial en Mendoza se forjó en espacios de participación cuyo objetivo central era obtener una visión compartida sobre el futuro territorial de Mendoza, de ma-nera consensuada y en correspondencia con las teorías de la gobernanza territorial. En dichos espacios de participación prevalecieron los intereses de los sectores mejor organiza-dos. Las críticas se centralizaron en la falta de participación y difusión del proceso, evidenciando limitaciones y desafíos que la gobernanza territorial deberá conducir en el mediano y largo plazo.

• En cuanto a la participación y representación en el Consejo Provincial de ordenamiento Territorial (CPOT), órgano cuya composición debería rescatar la mayor representatividad po-sible del territorio, el sector público estatal tiene la mayoría de los representantes, lo que se traduce en una mayor inci-dencia en la toma de decisiones en el Consejo y difícilmente puedan librarse actuaciones que no sean impulsadas con an-terioridad por el Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales.

• Las limitaciones en las instancias y organismos de participa-ción ciudadana en el proceso de ordenamiento territorial en

Mendoza señalan los desafíos para forjar una visión territorial a futuro incorporada finalmente en el Plan Provincial de Or-denamiento Territorial.

La gobernanza es el resguardo, un artilugio que el ordenamien-to territorial incorpora a su proceso para limitar o contener los impactos de una planificación estrictamente racional- verticalis-ta y legal. Es decir, se pretende impedir que en nombre de una ordenación técnica racional se pase por encima de los compo-nentes simbólicos que estructuran y ocupan el territorio: valores, culturas e identidades locales que pueden, o no, ser disímiles a la racionalidad técnica propuesta en la planificación.

Sin embargo, la gobernanza es desdeñada en el proceso por los técnicos y, principalmente, por aquellos funcionarios que miran con recelo las instancias de control y rendición de cuenta ante sus representados. Es decir, se cumple lo que Farinós Dasí (2008) señala para el caso español: se realizan los procesos participati-vos para cumplir con los requisitos formales establecidos por ley, pero sin ningún compromiso por abrir el debate verdaderamen-te sobre las formas de ocupación del territorio. Así, los planes y modelos territoriales terminan siendo el resultado del trabajo de funcionarios y técnicos que difícilmente expresen los deseos e identidades del conjunto de la población.

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(1) 2017: 55 - 62 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo:

puentes entre La academia y La comunidad1

Collaborative Design and Evolutionary Habitat Studio: bridges between academy and community

Laboratório de Projeto Colaborativo e Habitat Evolutivo: pontes entre o meio acadêmico e a comunidade

Omayra Rivera-CrespoDoctora en Arquitectura

Universidad Politécnica de Puerto [email protected]

1 Artículo de investigación y reflexión.

ResumenEl artículo presenta la experiencia del pri-mer Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo, un proceso de participación ciu-dadana en el que estuvieron involucrados estudiantes de arquitectura, diseño y pla-nificación urbana, voluntarios y habitantes de Buena Vista en Santurce, uno de los ocho barrios contiguos al Caño Martín Peña en la ciudad de San Juan, Puerto Rico. El re-sultado fue una intervención urbanística y arquitectónica conjunta en espacios de uso común y de uso privado, gracias al inter-cambio de conocimientos entre todos los participantes.

Palabras claves: participación, colaboración, arquitectura, urbanismo, taller de diseño.

AbstractThis article narrates a process of communi-cation and collaboration between students of architecture, planning and design, and inhabitants of Buena Vista, Santurce, one of the eight districts adjacent to Caño Martín Peña in San Juan, Puerto Rico. This collabo-ration led to an urban and architectural in-tervention, in common and private spaces, that communicate collective aspirations. One of the objectives of the workshop that facilitated this process is that of bridging the gap that often exists between academia and practice, and between technical knowledge and the experience of inhabitants.

Key words: participatory process, collabora-tion, architecture, urbanism, design studio.

AbstratoO artigo apresenta a experiência do pri-meiro Laboratório de projeto colaborativo e Habitat evolutivo, um processo de parti-cipação cidadã no qual estavam envolvidos estudantes de arquitetura, design e plane-jamento urbano, voluntários e cidadãos de Buena Vista, em Santurce, um dos oito dis-tritos contíguos ao canal Martin Peña, na ci-dade de San Juan, Puerto Rico. O resultado foi uma intervenção conjunta urbanística e arquitetônica em espaços de uso comum e de uso privado, por meio do intercâmbio de conhecimentos entre todos os partici-pantes.

Palavras-chave: participação, colaboração, arquitetura, urbanismo, laboratório de projeto.

Recibido: 6 de octubre de 2013Aprobado: 11 de noviembre de 2016 https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.39917

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Omayra Rivera-Crespo

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Omayra Rivera-CrespoDoctora graduada de la Escuela de Ar-quitectura La Salle en Barcelona, con un posgrado de la Universidad Politécnica de Catalunya, magister de Arizona State University y licenciada de la Universidad de Puerto Rico. Tiene experiencia como asistente de profesor en Arizona, y como arquitecta y profesora en Boston, Puer-to Rico y Barcelona. Ha realizado varias instalaciones de arte y video, y ha tra-bajado como curadora de diversas ex-posiciones. Es autora del libro Procesos de participación: proyectar, construir y habitar la vivienda contemporánea y co-fundadora del colectivo “Taller Creando Sin Encargos”.

Introducción

El primer Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo,

llevado a cabo en el año 2012, fue una experiencia de colaboración

durante un trimestre académico entre voluntarios (profesionales

de diversas disciplinas en búsqueda de nuevos saberes), estudiantes

de arquitectura (muchos de ellos provenientes de la Escuela de

Arquitectura de la Universidad Politécnica de Puerto Rico), diseño

y planificación urbana, y habitantes de Buena Vista en Santurce,

uno de los ocho barrios contiguos al Caño Martín Peña en la ciudad

de San Juan, Puerto Rico. En él se pusieron en práctica algunas de

las ideas que forman parte de una investigación más amplia de la

autora sobre procesos de participación ciudadana para el diseño, la

construcción y la ocupación del espacio doméstico, así como para el

diseño de espacios de uso común (Rivera Crespo, 2011).

Se utiliza el término colaboración, en lugar de participación, ya que implica igualdad de con-diciones. Según Henry Sanoff “las actividades de la arquitectura participativa se basan en el siguiente principio: el entorno funciona mejor si las personas afectadas por sus cambios están activamente involucradas en su creación y gestión, en vez de ser tratados como consumidores pasivos” (Sanoff, 2006: 48). Cuando un proceso participativo se convierte en un mero ejercicio informativo o de consulta, los habitantes son tratados como consumidores al igual que en un proceso convencional de diseño. Sin embargo, la “participación significa colaboración de perso-nas que persiguen los objetivos definidos por ellos” (Sanoff, 2006: 5). Por lo tanto, en un proceso colaborativo los habitantes no participan solamente dando su opinión sobre un diseño esta-blecido, si no que son parte del proceso de diseño y construcción, es decir, son agentes activos desde el comienzo del proceso y comunican sus ideas basándose en unos objetivos comunes.

La participación, definida como colaboración, es un proceso democrático (Romero y Mesías, 2004). Es un ejercicio complejo de negociación y de toma de decisiones conjuntas que requiere tiempo y, en el caso de la construcción del hábitat, implica que los diseñadores se conviertan en orientadores y mediadores. También es un proceso educativo ya que los habitantes apren-den del conocimiento que puedan tener los técnicos o expertos en un tema, en este caso de diseño y construcción, y los técnicos aprenden de la experiencia de los habitantes en el espacio habitado, de sus maneras de integrarse o interactuar con su contexto inmediato, de la forma en que solucionan sus problemas, de sus necesidades y de sus conocimientos en otras áreas. Esto se basa en los principios de la educación progresista del educador Paulo Freire (1994), que proclama que el conocimiento y el discurso pueden ser construidos por varios agentes, contrario a la práctica educativa tradicional o “bancaria”, en la cual, existe un agente activo que posee todas las respuestas o afirmaciones, y agentes pasivos que se limitan a escuchar y recibir la información.

En consecuencia con lo anterior, en el Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo se uti-lizó un método de trabajo basado en tres estrategias o herramientas: la observación, tomando en cuenta la teoría de lenguaje de patrones de Christopher Alexander (1981); el diálogo, con-

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Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo: puentes entre la academia y la comunidad

siderando los planteamientos de arquitectos y escritores como Giancarlo De Carlo (1971) y Henry Sanoff (2006); y el diseño-construcción con la comunidad, siguiendo el ejemplo de arqui-tectos como Hassan Fathy (1973). Así, los estudiantes del Taller debían diseñar un proceso de diálogo-intercambio específico para el público-comunidad con la que trabajaban y aquello que construían tenía que aportar a mejorar el entorno construido, de manera que “sembraran una semilla” para que la comunidad pu-diera continuar desarrollando el proyecto, al mismo tiempo que aprendían de diseño, técnicas de construcción y materiales.

DesarrolloEl Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo realizó su in-tervención en la Calle 1 del barrio Buena Vista en Santurce (véase la Figura 1, la Figura 2 y la Figura 3), lugar escogido por los líderes comunitarios de las ocho comunidades aledañas al Caño Martín Peña como parte del proyecto REMEN (Renovando Mi Entorno). Este proyecto se lleva a cabo por un comité al que pertenecen algunos líderes, el director de participación ciudadana del Pro-yecto ENLACE del Caño Martín Peña2 y la autora de este artículo, como profesora del Taller de Diseño.

2 El Proyecto ENLACE es una entidad cuya misión es coordinar e implantar la po-lítica pública referente a la rehabilitación del Caño Martín Peña, y al desarrollo urbano, social y económico de las comunidades aledañas con la participación efectiva y protagónica de los residentes y las organizaciones de base comunita-ria, mediante alianzas entre ellos y los sectores público y privado.

Figura 1: Foto aérea de Puerto Rico con la ubicación de la ciudad de San Juan

Figura 2: Foto del Caño Martín Peña con la ubicación del barrio Buena Vista en Santurce

Fuente: Google Maps.

Figura 3: Mapa con fotos de la Calle 1

El gobierno de Puerto Rico está dragando el Caño Martín Peña ya que está sumamente contaminado y su cauce se ha visto afec-tado por la edificación desmedida de viviendas autoconstruidas cerca de sus límites, la basura y los escombros. En consecuencia, los barrios contiguos se inundan cada vez que llueve y el agua contaminada llega hasta las casas, lo que obliga a los vecinos a caminar a través de esta, afectando su salud. A ello se suma la presencia de mosquitos a causa del agua estancada. Muchas de las personas que habitan cerca de los límites de este cuerpo de agua están siendo realojadas en los mismos barrios mientras se realizar el dragado del Caño. Los encargados del realojamiento son los profesionales (planificadores, arquitectos, urbanistas, abogados y sociólogos, entre otros) que forman parte del Pro-yecto ENLACE, cuyas oficinas se encuentran en las inmediaciones del Caño Martín Peña, por lo que el trabajo se hace dentro de la comunidad y con la comunidad, tal como lo solía hacer el arqui-tecto británico Ralph Erskine (Collymore, 1983). Sin embargo, es una labor costosa y que toma tiempo porque es necesario en-contrar viviendas deshabitadas para la venta o construir nuevas, y esto provoca que muchas personas pierdan las esperanzas y no sientan deseos de mantener y cuidar su barrio.

El objetivo de REMEN es que los habitantes de las inmediacio-nes del Caño se identifiquen con sus comunidades, se empode-ren de su espacio público, y se “re-enamoren” de sus calles y de sus viviendas. Al ver el exterior de sus casas mejorado, pintado y renovado, y sus espacios públicos limpios y habitados, sienten orgullo, les dan ganas de seguir manteniéndolos, y conservan la esperanza en el proyecto de urbanismo y de limpieza del Caño que lidera ENLACE. Al mismo tiempo, trabajar en conjunto fo-menta un sentido de comunidad y de equipo. Es por esto que se escogió una de las calles más visibles del barrio desde una avenida principal para comenzar el proyecto, de manera que más personas de la comunidad pudieran ver qué se estaba haciendo y se animaran a renovar su propia casa y calle, pero también para que personas externas al barrio apreciaran y, más aún, admiraran el cambio, generando así orgullo para sus habitantes.

Por otro lado, una de las metas del Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo era que los estudiantes aprendieran sobre los procesos de colaboración con los habitantes de un barrio para que no solo diseñen espacios habitables, sino para que posibi-

Fuente: Google Maps.

Fuente: Proyecto ENLACE, con fotografías de Marcos Caballero.

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liten los escenarios en los que se lleva a cabo esta colaboración, así como proclama el arquitecto Teddy Cruz, que trabaja con las comunidades de los barrios autoconstruidos en la frontera en-tre Tijuana (México) y San Diego (Estados Unidos), ya que “como arquitectos […] también podemos proyectar la participación” (Cruz, 2008: 158). Por lo tanto, era importante que los estudiantes aprendieran a comunicarse con los habitantes y a buscar mane-ras exitosas para obtener información sobre sus experiencias y sus necesidades para poder proyectar el espacio que ellos desea-ban habitar. De forma paralela, el Taller quería que los estudian-tes conocieran sobre la “tectónica” de los espacios que diseñan, haciendo referencia al concepto utilizado por el arquitecto y es-critor Kenneth Frampton (1999) para definir la poética de la cons-trucción en la arquitectura, y el intercambio de dicho saber con la comunidad (Fathy, 1973).

En este primer proyecto los estudiantes debían ayudar a los habi-tantes de la Calle 1 de Buena Vista en Santurce a escoger nuevos colores para pintar las fachadas de sus casas y descubrir otras ma-neras de renovar su entorno. El Taller se dividió en cinco partes y las sesiones teóricas con los estudiantes y con los voluntarios se llevaron a cabo en las instalaciones de Beta-Local,3 en Viejo San Juan. En la primera parte se estudió la teoría de los procesos de participación comunitaria en el diseño y la construcción de espa-cios, tanto públicos como privados, y la manera en que estos es-pacios pueden cambiar o evolucionar en el tiempo para albergar nuevas necesidades. En la segunda, los estudiantes observaron los patrones de comportamiento de las personas del barrio con relación a las cualidades de los espacios que habitan, siguiendo los postulados del arquitecto Christopher Alexander (1981). En la

3 Beta-Local es una organización sin ánimo de lucro dedicada a apoyar y promover la práctica y el pensamiento estético a través de varios programas. Para mayor información véase: http://www.betalocal.org/aboutbetalocal.html

tercera parte diseñaron un proceso participativo que ayudara a establecer un diálogo con los habitantes y los medios de repre-sentación que facilitaran dicho diálogo. Con esto, los estudiantes descubrieron las necesidades y aspiraciones de los habitantes, mientras que ellos aprendieron del conocimiento técnico y es-pacial de los estudiantes. En la cuarta parte realizaron varias pro-puestas de colores para pintar las casas y de intervenciones en los espacios comunes de acuerdo con los resultados del proceso participativo, y se los presentaron a los habitantes para constatar si se acercaban o no a la imagen que estos tenían del espacio que querían habitar. Luego, los diseños fueron desarrollados, perfec-cionados y mostrados por última vez. Finalmente, en la quinta parte los estudiantes trabajaron con los residentes pintando las fachadas de las viviendas, construyendo el mobiliario urbano y arreglando un jardín en lo que solía ser un basurero clandestino (véase la Figura 4).

Figura 4: Estudiantes trabajando en el diseño del proceso participativo

Fuente: fotografía de Omayra Rivera Crespo.

Las charlas teóricas ofrecidas en Beta-Local trataron sobre la ma-nera en que la participación comunitaria ayuda a que las perso-nas se identifiquen con el espacio que habitan y se empoderen de él. También se impartieron conferencias sobre arquitectos in-ternacionales que han trabajado con participación comunitaria como Giancarlo De Carlo, Ralph Erskine y Rodolfo Livingston. El método de Giancarlo De Carlo, por ejemplo, consistía en realizar reuniones donde conocía el parecer y la opinión de la comunidad en general sobre un proyecto y exposiciones en las cuales mos-traba maquetas que ayudaban a que cada persona visualizara el espacio que quería habitar. Según De Carlo,

As long as a group of humans in physical space exists, the physical organization of space will continue not only as a fun-damental necessity of existence, but also as the most direct and concrete means of communicating via materialized sys-tems of self-representation (De Carlo, 1971: 13).

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Siguiendo el ejemplo de estos arquitectos se discutieron los di-ferentes métodos de comunicación con los habitantes, los cuales incluyen reuniones, entrevistas, encuestas, juegos, entre otras dinámicas que pueden estar acompañadas de medios de repre-sentación como las perspectivas, los diagramas, los mapas, las fotografías, los fotomontajes, las imágenes en 3D o las maquetas. De igual manera, se estudió un caso de estudio y se realizó una vi-sita guiada a la comunidad de Juan Domingo en Guaynabo, Puer-to Rico, en donde el arquitecto experimentado Edwin Quiles, uno de los pioneros del diseño participativo en el país, trabajó con los habitantes en el diseño de sus viviendas.

Por otra parte, se hicieron dos visitas guiadas a Buena Vista en Santurce, una en autobús y otra caminando, para que los estu-diantes observaran e identificaran los patrones de comporta-miento de sus habitantes, y tomaran fotos. Según Christopher Alexander “todo lugar adquiere su carácter a partir de ciertos patrones de acontecimientos que allí ocurren” (Alexander, 1981: 11). Entre los patrones observados en la comunidad se pueden mencionar el uso de la calle como una extensión de la casa, la personalización de la fachada ya fuera con el uso del color o con aditamentos decorativos, la necesidad de proteger el espacio do-méstico con rejas por miedo o inseguridad (real o imaginada), la adecuación improvisada de espacios para el estacionamiento y la utilización de la parte inferior de un puente como basurero clan-destino, pues muchos camiones tiraban escombros en este espa-cio ya que lo veían desocupado y entendían que no le pertenecía a nadie. Asimismo, los vecinos no lo frecuentaban porque habían perdido control sobre él y de noche era oscuro, razón por la que la comunidad se sentía insegura en sus inmediaciones.

ResultadosEn primer lugar, los estudiantes y los voluntarios que formaron parte del Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo dise-ñaron un proceso participativo que incluía fotos y mapas para que los habitantes de la Calle 1 de Buena Vista en Santurce iden-tificaran los patrones, o las cualidades y necesidades del lugar, e hicieran sugerencias de cómo mejorarlo. En vez de una reunión estructurada, se realizó una actividad lúdica que motivó la par-ticipación e interacción de todos los asistentes, incluyendo a los más tímidos, que no se sintieron cohibidos para hablar ante un gran público. Afortunadamente, la convocatoria a la actividad fue un éxito y atrajo a todos los residentes de la Calle 1.

Así, los estudiantes y los voluntarios elaboraron afiches con fotos de los espacios desocupados a lo largo de la Calle 1, como el que era utilizado como basurero, con una frase que decía: “me gus-taría que esto fuera…”, seguida de varias líneas para que los ha-bitantes pudieran expresar su opinión por escrito. Esto propició que los residentes reflexionaran sobre espacios que seguramente veían cada día, pero que daban por sentado. Igualmente, impri-mieron un afiche con una foto de la Calle en la que se veían todas las fachadas de las viviendas. Esta imagen estaba alterada para que pareciera un dibujo sin color y así pudieran visualizar sus ca-sas con colores nuevos, pero también sirvió para que la comuni-dad identificar dónde se hallaban los problemas a lo largo de la vía y los señalaran pegando unas tarjetas pequeñas o rótulos con íconos dibujados previamente. Por último, mostraron un mapa de la Calle 1 sobre el que los residentes colocaron rótulos con las actividades que podrían o querrían realizar en el lugar y, al pen-

Figura 5: Proceso participativo en Buena Vista, Santurce

Fuente: fotografías de Marcos Caballero.

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sar en los usos de la calle, identificaban otras carencias. En todos los afiches había espacio para que los participantes del evento escribieran con marcadores de colores sus sugerencias o expre-saran sus sentimientos frente a los cambios que querían realizar en su entono. Simultáneamente, los estudiantes entrevistaron a la totalidad los asistentes (véase la Figura 5) pues, de esta manera, se recogía tanto el sentir colectivo, como el de cada individuo. Esta actividad también sirvió para que los estudiantes tomaran conciencia de la importancia de la comunicación con los usuarios de los espacios, y de cómo parte de su tarea supone negociar con deseos, sentimientos y ánimos.

Con base en la información obtenida, los estudiantes propusie-ron nuevos colores para las viviendas y diseñaron un jardín en lo que solía ser el basurero clandestino adyacente y un mobiliario urbano que incluía botes de basura, bancos, bolardos para con-trolar los estacionamientos improvisados en las aceras, jardineras y buzones, así como esculturas de luz que pudieran ubicarse en las áreas oscuras. Todo esto fue pensado para ser construido con materiales reciclados como paletas de madera y neumáticos. Los estudiantes estuvieron a cargo de hacer la gestión para conseguir los insumos, transportarlos y ensamblarlos, ateniéndose a un pre-supuesto mínimo (véase la Figura 6).

Figura 6: Propuestas de diseño para las mejoras de la Calle 1 de Buena Vista, Santurce

Finalmente, los estudiantes y los todos residentes, con excepción de los que tenían una edad muy avanzada o estaban enfermos, ayudaron a pintar las fachadas de las casas de la Calle 1 en Buena Vista, Santurce y con la ayuda de algunos voluntarios construye-ron en dos semanas el jardín y parte del mobiliario. En el proceso intercambiaron conocimientos sobre técnicas de construcción, los estudiantes vieron sus diseños materializados y convertidos en productos terminados, mientras que los residentes observaron la forma como su calle se fue transformando poco a poco y sintieron orgullo al recuperar su “buena vista” (véase la Figura 7 y la Figura 8).

Keissa Morales, una estudiante de arquitectura que participó en el Taller, expresó que con esta experiencia hacía aprendido “¡mu-chísimo! Aprendí a trabajar mejor en equipo, a tomar decisiones bajo presión y al momento, y a tener y experimentar una relación de arquitecto y cliente mucho más clara y directa (de tú a tú) en donde ambos trabajan juntos, que para mí fue de las mejores ex-periencias en el taller.” (K. Morales, comunicación personal, 16 de noviembre de 2016). Marcos Caballero, también estudiante de arquitectura y participante del Taller, afirmó que aprendió “dema-siado. Aprendí a apreciar la belleza de lo que es ignorado, aprendí a ver más allá de lo que quieren que veas, y pensar distinto” (M. Caballero, comunicación personal, 16 de noviembre de 2016).

Fuente: dibujos elaborados por los estudiantes de arquitectura.

Figura 7: Intervención urbanística y arquitectónica en Buena Vista, Santurce

Fuente: fotografías de Marcos Caballero.

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Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo: puentes entre la academia y la comunidad

En términos generales el proceso para mejorar la Calle 1 fue un éxito, aunque no estuvo exento de limitaciones. Por una parte, la cantidad de mobiliario construido fue restringido y dos de las casas no se pudieran pintar por completo porque no era posible acceder a toda la fachada. Por otra parte, no se pudieron llevar a cabo los talleres que habían sido planeados con los residentes de la Calle 1 para construir mobiliario, por las dificultades de hacer coincidir los horarios de tantas personas. Keissa Morales expresó que “hubiera querido tener un poco más de tiempo para poder acabar los mobiliarios” (K. Morales, comunicación personal, 16 de noviembre de 2016), mientras que el estudiante Marcos Caballero aseguró otra de las limitaciones fue “económica, para poder hacer un poco más”, aunque “aún con poco se hizo un montón”. Tam-bién expresó que “me hubiera gustado involucrar a más personas” (M. Caballero, comunicación personal, 16 de noviembre de 2016).

Uno de los problemas al utilizar materiales reciclados es que su duración es limitada. Hoy, parte del mobiliario ha desaparecido. Sin embargo, se ha logrado el propósito de que los residentes continúen cuidando y renovando su calle.

El mayor logro del proceso fue que los residentes, algunos que no se conocían o habían cruzado palabra, trabajaron juntos por un fin común. La actividad, más allá del embellecimiento del barrio, se convirtió en una de confraternización.

Freddie Rivera, residente de la Calle 1 en Buena Vista, Santurce, expresó que “sabía que sería una actividad de convivencia entre vecinos, líderes comunitarios y voluntarios, entre otros, pero no es-peraba que fuera tan cordial y exitosa”. Y ante la pregunta de si creía que se deberían hacer más trabajos como este contestó que estaba

totalmente de acuerdo en que actividades como esas de-berían realizarse con frecuencia y en todas las comunida-des. A veces, perdemos la capacidad de relacionarnos con los más allegados que son nuestros vecinos. Poder entablar una conversación mientras nos ayudábamos mutuamente a pintar, compartir ese bocadillo o ese jugo con ellos, escu-char el chiste del momento de la boca de una persona que a diario vemos pero no miramos y percatarnos de cuántas co-sas nos unen como comunidad y sociedad. Y rescatar la pa-labra agradecimiento, de poder contar con gente que nos ayudó desde sus circunstancias particulares, pero que se esmeraron en mostrarnos la cara bonita y amable que tene-mos pero de la que ninguno nos habíamos dado cuenta (F. Rivera, comunicación personal, 15 de noviembre de 2016).

ConclusionesEl Taller de Diseño Colaborativo y Hábitat Evolutivo cumplió con su propósito de disminuir la brecha que existe entre la academia y la práctica, pero también ayudó a empoderar a los habitantes para que tomaran conciencia del espacio en el que viven y tuvieran las herramientas para continuar manteniéndolo y desarrollándolo.

Sería beneficioso realizar una versión nueva del Taller o que otra entidad o curso universitario ayude a los residentes de Buena Vista, Santurce, para dar continuidad a algunos trabajos de me-joras de los espacios. Esto contribuiría a que se realicen mejo-ras más permanentes en las que se pueda involucrar residentes de otros sectores. Sin embargo, en futuros Talleres es imperati-

Figura 8: Resultado final de la intervención de la Calle 1 en Buena Vista, Santurce

Fuente: fotografías de Omayra Rivera Crespo.

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vo limitar la escala y el alcance de la intervención teniendo en cuenta que en un trimestre, semestre o año académico sólo es posible comenzar a suscitar un cambio. Un proceso participati-vo de diseño y construcción tenderá a tomar mucho más tiempo y ser más abarcador.

Actualmente, los vecinos de la Calle 1 de Buena Vista en Santurce tienen un comité para mantener las áreas de uso común, limpiar-las y sembrar en el jardín. Los estudiantes, por su parte, adquirie-ron los conocimientos necesarios para comunicarse y entender mejor las necesidades de sus futuros clientes o personas con las que colaboren, además de comprender la forma en que se cons-truyen los espacios que diseñan. Todos los implicados en el pro-ceso comprendieron, por lo tanto, la importancia del sentido de pertenencia y que cuando una persona es parte de la creación de un espacio lo hace suyo y lo cuida. Aprendieron que el espacio que habitamos es reflejo de nuestra identidad, comunica nuestra idiosincrasia y cultura, lo que somos y lo que aspiramos, y por eso es parte esencial de nuestras vidas, por lo que todos debemos colaborar en su creación y gestión.

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Talleres en el “mientras tanto”:La espera en una poLítica habitacionaL argentina1

Workshops in the “meanwhile”: the waiting in an argentinian housing policy

Workshops no “meio tempo”. A espera en uma política de habitação argentina

Romina Sonia OlejarczykDoctora en Ciencias Sociales

Becaria Posdoctoral del [email protected]

1 Una primera versión de las reflexiones que forman parte de este artículo surgen de mi tesis doctoral Tiempos y lugares en la política pública de construcción de viviendas (Ole-jarczyk, 2015). Asimismo, ha sido producido en el marco de mi Beca Posdoctoral financiada por el Consejo Nacional de Investigaciones científicas y Técnicas (CONICET).

Resumen Las políticas de construcción de viviendas conllevan un esquema espacio-temporal que deben atravesar los actores implicados en su ejecución hasta tanto se concrete la entrega del bien anhelado –la vivienda–. En este esquema la espera adquiere una impor-tancia singular. En tanto la política pública en cuestión gira en torno a la entrega de una vivienda, los adjudicatarios deben esperar a la culminación de su construcción física y se presenta, para los funcionarios y trabajado-res de los gobiernos locales, la necesidad de “hacer tiempo” hasta que las viviendas estén en condiciones de ser entregadas. En el caso estudiado, esta espera transcurre en talleres denominados de pre-mudanza en los cuales se dirimen, como demostraré en este artícu-lo, diversos sentidos en disputa acerca del porqué de la espera, así como se vislumbra un primer encuentro entre espacios planifi-cados y espacios habitados.

Este texto surge de un trabajo de campo realizado durante los años 2011 y 2012 en el municipio de Avellaneda, en el Área Metro-politana de Buenos Aires, y busca contribuir a las discusiones que se vienen desarrollando en las ciencias sociales sobre el concepto de la espera y su relación con la implementación de políticas públicas en diversos campos.

Palabras claves: Programas Federales, espe-ra, talleres pre-mudanza.

AbstractHousing-building policies entail a spatial-temporal scheme that the actors involved in their execution must go through until the delivery of the desired good-the dwelling-takes place. In this space-time scheme, wai-ting takes on singular importance. As long as this public policy in question revolves around the delivery of housing, the contractors must await the completion of their physical cons-truction and presents, for local government officials and workers, the need to “make time” until homes are in condition to be delivered. In the case under study, this wait takes pla-ce in workshops called pre-moving in which they are set, as I will demonstrate in this ar-ticle, different senses in dispute about the reason for this wait, as well as a first encou-nter between planned spaces and Inhabited spaces.

This article arises from a field work carried out during the years 2011 and 2012 in the municipality of de Avellaneda, in the Área Metropolitana de Buenos Aires, and seeks to contribute to the discussions on the waiting that are developing within the Social Scien-ces in relation to the implementation of pu-blic policies of various fields, such as public health policies.

Keywords: Federal Programs, waiting, pre-move workshops.

Resumo Políticas de construção de casas carregam um esquema espaço-temporal que os atores envolvidos na sua execução deve atravessar até a entrega da habitação-desejada -o ma-terializar. Neste espaço-temporal esquema, esperando adquire especial importância. Embora esta questão de política pública gira em torno da entrega da habitação, os vence-dores devem aguardar a conclusão de sua construção física e é apresentado para fun-cionários e empregados de governos locais, a necessidade de “fazer tempo” para ambas as casas são capazes de ser entregue. No pre-sente caso, essa espera ocorre em oficinas chamados pré-movimento em que são resol-vidos, como vou mostrar neste artigo, dife-rentes significados em disputa sobre por que essa espera, e uma primeira reunião espaços planejado teares e espaços vivos.

Este artigo resulta de um trabalho de campo realizado durante 2011 e 2012, em el muni-cípio de Avellaneda (Área Metropolitana de Buenos Aires) e visa contribuir para discus-sões sobre as esperanças que foram desen-volvidos no âmbito das ciências sociais em relação à implementação de políticas públi-cas em vários campos tais como as políticas de saúde pública.

Palavras-chave: Programas Federais, espera, workshops antes da mudança.

Recibido: 31 de mayo de 2014Aprobado: 19 de noviembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.43802

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Romina Sonia Olejarczyk

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Romina Sonia Olejarczyk

Licenciada en Trabajo Social, Doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y Becaria Posdoctoral del CONICET, Área de Estudios Urbanos del Instituto de Investigaciones Gino Ger-mani de la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.

Introducción

En este artículo me propongo analizar la espera en el proceso de

implementación de los Programas Federales de Construcción de

Viviendas en Argentina.2

La “espera” como concepto ha sido analizada en diversos campos de la política pública en los últimos años, principalmente en aquellos –como las políticas de salud pública– en los cuales la espera usualmente se materializa en largas colas para acceder a los servicios en cuestión. El desafío que me propongo en este artículo es el de adentrarme en los sentidos que la espera puede asumir en el transcurso de la implementación de políticas públicas de construcción de viviendas como la aquí mencionada.

Para ello, me guiaré por la idea central de que estas políticas implican un esquema espacio-temporal que atraviesan los actores involucrados, y que se organiza en torno al proceso de pro-ducción y entrega de las viviendas.

En este proceso que condensa diversos tiempos y espacios –el tiempo y espacio de la definición, el tiempo y espacio de la espera, el tiempo y espacio de la mudanza, y el tiempo y espacio del habitar– la espera ocupa un lugar crítico, dado que implica transitar un tiempo en el “mientras tanto” se concluye la construcción física de las viviendas.

Esta espera transita en ciertos dispositivos creados para tal fin: los talleres pre-mudanza que responderán a diversas finalidades de acuerdo al lugar que ocupa cada uno de los actores de la política de vivienda. Para unos, los talleres serán útiles con el fin de contener conflictos; para otros, serán un tiempo y espacio para trabajar sobre cuestiones del habitar; para algunos, una distracción porque no se sabe cuándo se culminarán las viviendas e incluso se desconoce si su entrega se hará a los adjudicatarios3 previamente seleccionados.

Entonces, este tiempo de espera es crítico porque se encuentra atravesado por diversos intere-ses, pero también porque lo caracteriza la incertidumbre que conlleva recorrer todo el proceso de adjudicación, la sensación de perder la paciencia, y la desconfianza hacia las decisiones to-madas y su posible revocabilidad.

Los datos que mencionaré aquí surgen de un trabajo de campo que he llevado a cabo en el mu-nicipio de Avellaneda en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) durante los años 2011 y 2012, el cual se basó en la realización de entrevistas semi-estructuradas a habitantes de un barrio construido, a trabajadores de base de ese gobierno local y a funcionarios de las distintas jurisdicciones implicadas; así como en la observación de la cotidianeidad del barrio durante los tiempos de espera en la oficina municipal, de la realización de actos de entrega de las viviendas y de jornadas barriales.4

2 En este trabajo los términos nativos serán resaltados en itálicas. Asimismo, los nombres de los entrevistados han sido modificados en función de preservar su identidad.

3 En Argentina el acto de entrega de una vivienda se denomina adjudicación y, por lo tanto, los actores a quienes se les adjudica pasan a enunciarse como adjudicatarios. Esta denominación se comparte en todos los municipios del AMBA dado que proviene del proceso administrativo que lleva a la escrituración del predio, una responsabilidad del Instituto Provincial de la Vivienda.

4 He presentado una primera versión de este análisis en el III Congreso Nacional de Trabajo Social y II Encuentro Latinoa-mericano de profesionales, docentes y estudiantes de Trabajo Social que se llevó a cabo en la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires en noviembre de 2011. Posteriormente fue publicado en la revista Plaza Pública (Olejarczyk, 2011).

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Talleres en el “mientras tanto”: la espera en una política habitacional argentina

Breve reseña del caso de estudio La política pública de vivienda a la que hago referencia en este artículo se conoce en Argentina como los Programas Federales de Construcción de Viviendas.5 Estos Programas fueron lanzados en el año 2004 como parte de un conjunto de políticas del go-bierno de turno,6 con el fin de reactivar la economía luego de un proceso de fuerte crisis económica, social y política en el país.7 Esta política pública implicó el financiamiento de proyectos de construcción de vivienda social a cargo de empresas privadas a lo largo y a lo ancho del país. En el Área Metropolitana de Bue-nos Aires (Atlas Ambiental de Buenos Aires, 2016)8 –una de las zonas que contó con mayor financiamiento– estos Programas se ejecutaron desigualmente en los distintos territorios a través de un esquema de descentralización de esa política, lo que permitió identificar a gobiernos locales que contaron con las capacidades técnicas y recursos requeridos para la implementación, y a otros que no pudieron ejecutarlos en absoluto.9

La experiencia que relato en este artículo radica en uno de los municipios de la zona sur del Área Metropolitana denominado Avellaneda. Es uno de los más antiguos del conurbano bonaeren-se y se ubica contiguo a la Ciudad de Buenos Aires, cruzando el límite natural denominado Riachuelo.

Allí los Programas Federales se implementaban bajo la órbita de la Secretaría de Obras Públicas conformada por varias subsecre-tarías y direcciones que podrían distinguirse entre aquellas más vinculadas a la ejecución de la obra pública y las dedicadas al acompañamiento social. Las primeras se componían por profe-sionales dentro del rubro de la construcción como ingenieros, ar-quitectos, agrimensores, maestro mayor de obra, entre otros; las segundas, por profesionales de las ciencias sociales como traba-jadores sociales, psicólogos, sociólogos y comunicadores sociales que estaban enfocados principalmente en la tarea de seleccionar a los adjudicatarios, es decir, a los futuros habitantes de las vivien-das estatales, y acompañar la organización pre y post-mudanza.

Un último aspecto a considerar en el modo de implementación de estos Programas es que los trabajadores de base10 a cargo del

5 A partir de aquí haré referencia a los mismos como Programas Federales.6 Me refiero a los gobiernos bajo el mando presidencial de Néstor y Cristina Kirch-

ner (2003-2015).7 La década de 1990 concluyó con una de las peores crisis que atravesó la Argen-

tina en su historia. La recesión económica, las medidas económicas restrictivas como “el corralito”, y el incremento de los índices de desocupación y pobreza condujeron al “estallido social” del 19 y 20 de diciembre de 2001.

8 El AMBA “es la continuidad urbana de la CABA (de aproximadamente 200 km2 y 3.000.000 de habitantes) y los Partidos de la Provincia de Buenos Aires que lo rodean (de aproximadamente 3.600 Km2 y una población cercana a los 9.000.000 de habitantes)” (Atlas Ambiental de Buenos Aires, 2016).

9 Los Programas Federales estuvieron a cargo del entonces Ministerio de Planifica-ción Federal, puntualmente, de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivien-da. A nivel provincial, los Institutos Provinciales de la Vivienda actuaban como mediadores entre la instancia nacional y los gobiernos locales, y estos últimos ejecutaban los Programas Federales a partir de sus propias Secretarías de Obras Públicas.

10 La expresión “trabajador de base” la utilizo para referirme a los trabajadores cuyas tareas se desarrollan en los espacios de vinculación directa con los solicitantes de

acompañamiento social identificaban dos objetivos de la políti-ca pública que redundaba en una organización diferencial de su trabajo cotidiano: urbanizar o hacer casas. Urbanizar es, desde el relato de los entrevistados, trabajar sobre un territorio existente, distribuir y organizar a la población in situ,11 es decir, lograr que una villa y un asentamiento mejoren sus condiciones de vida al ligar este espacio a la trama urbana existente, abriendo calles y haciendo el tendido de servicios básicos. En cambio, hacer casas conllevaba la producción de la casa por la casa misma: el eje está puesto en la producción de la vivienda material promovida desde el Estado, pero bajo la acción de empresas privadas. La casa por la casa misma implica, en este caso, que esta sea el fin último de la política pública. No importa dónde se construyan ni quiénes las habiten, sino que la producción de la vivienda suceda y se culmi-ne sin inconvenientes.

Los tiempos y lugares de la política de vivienda

El estudio a profundidad de uno de los casos de implementación de los Programas Federales ha permitido adentrarme en otros as-pectos de la trama de sus espacios cotidianos de intervención, en los cuales interactúan diversos actores, principalmente fun-cionarios, trabajadores de base y solicitantes de una vivienda. En esta cotidianeidad de actores “que piden”, actores “que evalúan” y actores “que deciden”, la cuestión de los tiempos y los lugares adquiere especial atención.

A partir de mi trabajo de campo he podido identificar que en todos los proyectos de construcción de viviendas los potencia-les adjudicatarios atraviesan un esquema espacio-temporal es-tipulado por el Estado: mientras se construyen las viviendas, los adjudicatarios atraviesan un tiempo de la definición de listados. Durante este tiempo, el espacio habitado es construido por sus habitantes y por el Estado como un espacio precario.12 Al tiempo de la definición de dichas listas le sucede un tiempo de espera hasta tanto se concluyan las viviendas. En su transcurso, los tra-bajadores de base realizan una serie de talleres denominados de pre-mudanza donde se produce el primer encuentro entre lo que, hasta entonces, había sido un “espacio concebido” (Le-febvre, 2013), es decir, aquel diseñado por los planificadores en

una vivienda. Su caracterización se nutre de la definición de “street level burocracy” de Lipsky (1996) y la “antropología de las ventanillas” de Signorelli (1996).

11 Este modo de significar al proceso de urbanización responde a un modelo espe-cífico de urbanidad (Giglia, 2000, citado en Girola, 2008). Dicho modelo estipula que la villa se urbaniza sólo tras el paso del Estado, negando a la urbanización creada por los propios habitantes (Jauri, 2011; Cravino y González Carvajal, 2012).

12 Este tiempo de la definición se caracteriza por desplegar una disputa entre los solicitantes y el municipio, en la cual los primeros presentan “tópicos del infor-tunio” (Fassin, 2003) singulares para ser reconocidos como adjudicatarios de una vivienda; y los segundos aplican sus propios criterios e instrumentos técnicos para medir las necesidades habitacionales presentadas y justificar la selección de ciertos adjudicatarios.

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correspondencia con ciertos “estándares mínimos de vivienda”13 y el espacio que ya comienza a ser habitado a partir de la preo-cupación manifiesta de los vecinos por conocer aspectos de su vivienda futura. Desde el momento mismo en que los adjudi-catarios comienzan a proyectarse en las viviendas, este espacio también comienza a ser habitado. La espera culmina abrupta-mente ante la noticia de la finalización de las viviendas y la inmi-nente mudanza. El día de la mudanza es, de todos los tiempos identificados, el más fugaz. Ella involucra, ni más ni menos, el encuentro de los adjudicatarios con la nueva vivienda. El tiempo más allá de la mudanza es aquel en el cual el espacio habitado es el protagonista y los tiempos de esta política pública se van dilu-yendo. La última acción por parte de los trabajadores de base es, y sólo en algunos casos, la realización de talleres post-mudanza para acompañar a los habitantes de los nuevos conjuntos urba-nos en las experiencias del habitar sus nuevas viviendas. Al fina-lizar los talleres post-mudanza se inaugura para estas familias un tiempo y un espacio ilimitado por fuera de esa política pública en particular.

La espera en las políticas de vivienda

Al interior de este esquema espacio-temporal de la política de vivienda la espera ocupaba un lugar central porque el bien en cuestión –la vivienda– requería el tránsito obligatorio por el lap-so de tiempo que implicaba su construcción física. Este periodo variaba para cada proyecto, pero en general llevaba años,14 ante lo cual el tiempo de espera también variaba –en principio, cuan-titativamente–. Pero dado que no hay un solo modo de esperar, y “pasan muchas cosas cuando la gente ´solo espera´ aunque pa-rezca que no pasa nada” (Auyero, 2013: 48), me pregunto cuáles son esas “cosas” que suceden –o atraviesan– a aquellos que espe-ran una vivienda estatal.

Los estudios etnográficos han analizado la espera vinculada a la atención médica (Redko, Rapp y Carlson, 2006; Martínez y Belve-dere, 2012; Pascoe, Rush y Rotondi, 2013) y más recientemente con relación a la política de subsidios habitacionales (Procupez, 2015). Una etnografía interesante realizada por Ferrero (2003) en un centro de salud de la Ciudad de Buenos Aires analiza los me-canismos de espera implicados en la entrega de turnos, entendi-da como una actividad ritualizada. Este mecanismo tiene como principal efecto el ordenamiento de las interacciones sociales en el tiempo y en el espacio que expresan jerarquías dentro de la or-

13 Los gobiernos locales utilizaban como referencia para la construcción material de las viviendas el documento Estándares mínimos de calidad para viviendas de interés social (Ministerio de Infraestructura y Vivienda, 2000), elaborado por un grupo de actores estatales y privados con incidencia en la política pública de viviendas. En este documento se definen las características técnicas que deben contemplar sus constructores.

14 El lapso de espera en cada caso dependía, por un lado, de que la empresa hiciera la entrega de la obra finalizada y, por otro lado, del momento en que se había iniciado el censo. Las coyunturas electorales, como señala Auyero (2013), suelen apurar la espera, así como las situaciones de urgencia que pudieran presentárse-les a los adjudicatarios.

ganización del trabajo. La espera “se erige como un tiempo que se percibe como cerrado, cíclico y reversible, en contraste con el tiempo que transcurre fuera de la institución” (Ferrero, 2003: 169). Durante el trabajo de campo en el municipio de Avellane-da se identificó que también existía un ordenamiento espacio-temporal para esperar: mientras se construían las viviendas, los adjudicatarios esperaban en talleres que organizaban y coordi-naban los trabajadores de base, y que denominaban de pre-mu-danza ya que transcurrían de manera previa a que se concretara la entrega de la vivienda. Este era el modo en que la espera se transformaba, al decir de Ferrero (2003), en el tiempo de espera reconocido por la institución.

Al articularse con el esquema de trabajo existente, la distinción entre hacer casas y urbanizar establecía dos modalidades de es-perar. Para aquellos habitantes de alguna villa o asentamiento que se encontraba afectado por un proceso de urbanización, el “mientras tanto” consistía en estar informados acerca de cómo avanzaba la urbanización en su barrio y en cuál etapa de todo este proceso le tocaría mudarse. En los casos en que los traba-jadores de base a cargo de dichos barrios hacían sede, los ha-bitantes contaban con la posibilidad de realizar consultas sobre el avance de la urbanización en general y sobre su situación en particular. La espera en la urbanización era canalizada a través de las mesas de trabajo. Según el momento de la urbanización y la coyuntura política estas instancias se fortalecían o debilitan, pero nunca desaparecían.

El hacer casas, en cambio, le imprimía otras características a la espera. Los adjudicatarios reconocidos no contaban con infor-mación sobre el avance de la obra y, en muchos casos, ni siquiera sabían a cuál se mudarían. Entre aquellos que sí contaban con esta información, algunos –los más osados– se acercaban a la obra, insistían, se hacían amigos de los trabajadores, obtenían información e incluso realizaban visitas de obras auto-gestiona-das. Pero para la mayoría de los adjudicatarios, la información estaba vedada.

A esta desinformación se sumaba la incertidumbre. Si bien los solicitantes habían emprendido su lucha y habían logrado no solo la incorporación a las listas sino también la materialización de esta decisión en un acta de beneficiario, seguían pensando que la misma podía ser revocada fácilmente.

¿Qué los llevaba a pensar que la promesa de adjudicación po-día ser tirada para atrás? El proceso para la definición de los listados de adjudicatarios en las políticas de vivienda implica caminar a través de la incertidumbre: los solicitantes saben que no existe la cantidad de viviendas requeridas, por tal mo-tivo, enfrentan un proceso de selección y, en algunos casos, de recortes al interior de un mismo grupo solicitante. Luego de concluida la selección queda latente el temor a que el lugar de cada uno pudiera ser ocupado por aquellos que habían queda-do afuera. Y aquí residía la incertidumbre que acompañaba el proceso de la espera: alimentada por la certeza de que cual-quier otro podría ocupar su lugar –casi como en “el juego de las sillas” (Ferme, 2013)– las familias se aferraban a lo que era vivido como la promesa de una vivienda transcrita en el acta de beneficiario y estaban dispuestas a “jugar el juego” que el muni-

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Talleres en el “mientras tanto”: la espera en una política habitacional argentina

cipio propusiera hasta tanto, lo que entonces era una promesa, se materializara.15

Ahora bien, la propuesta de realizar talleres de pre-mudanza surgió como un espacio organizado para la espera, destinado a las familias pre-seleccionadas en un proyecto de viviendas que se llevaría a cabo en un barrio del Partido de Avellaneda. Hasta entonces, el espacio colectivo reconocido por todos los actores eran las mesas de trabajo pero ¿qué diferenciaba a los talleres de las mesas de trabajo? ¿Por qué no armar mesas de trabajo para transitar la espera?

El inicio de los talleres pre-mudanza

En el año 2008 se corrió la bola16 en un barrio al interior del Par-tido de que lo que hasta entonces era un gran terreno abando-nado pasaría a ser un plan de viviendas. La intriga sobre para quiénes serían esas viviendas llevó a un grupo de vecinos a re-clamar ante el Intendente. Como resultado, el proyecto de 200 viviendas que estaba planificado para ser utilizado como parte del Programa de Saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo viró hacia solicitantes provenientes de dos fuentes: el listado de demanda espontánea que reunía a todas aquellas familias del Partido que se habían anotado como potenciales adjudicatarios de una vivienda por año; y otro listado que surgió de un pro-cedimiento de censo llevado a cabo en algunas manzanas que rodeaban al mencionado terreno, cuyo radio se acordó con los representantes de diferentes instituciones barriales y con los ve-cinos que reclamaron originariamente.

Como este conflicto se desencadenó apenas circuló el rumor de que se construirían viviendas, el proceso de censo fue realizado por los trabajadores de base durante un período de tiempo en el que la empresa constructora ni siquiera había tomado posesión del terreno. En consecuencia, se presentaba para el gobierno lo-cal la necesidad de hacer tiempo porque restarían aproximada-mente dos años hasta que las viviendas fueran concluidas.

En el marco de este conflicto, la intención no era “hacer esperar”, como lo conceptualizan Bourdieu (2000) y Auyero (2013), sino que se trataba de hacer tiempo hasta tanto el “bien prometido” estuviera en condiciones de ser entregado. En este sentido, Auye-ro (2013) demuestra que la espera –en las oficinas de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires– no es un tiem-po muerto, por el contrario, hacer esperar es una acción produc-tiva y su efecto principal es el de contribuir a la producción de los “pacientes del Estado”, es decir, a la producción de una subje-

15 Esta vivencia de la entrega de la vivienda como una promesa se vincula con la no-ción de precariedad que desarrolla Lekerman (2014). Para la autora, la precarie-dad –junto con la incertidumbre– son características intrínsecas de las políticas de radicación y/o urbanización de villas que atraviesan todo el proceso, incluso, la supuesta solución habitacional.

16 Este correr la bola adquiere el sentido de un “chisme” tal como lo problematizan Fasano et al. (2006).

tividad singular de aquellos que esperan. Cabe preguntarse qué efectos tiene la espera de las viviendas en estas familias adjudi-cadas: ¿será acaso la producción de un habitante deseable? Para Scribano (2010) la espera es un mecanismo de sociabilidad com-puesto por: el manejo de la ansiedad, la adecuación burocrática y el estar entre paréntesis –ser un cuerpo en reposo–. La ansiedad se manifestaba en el proyecto mencionado anteriormente en un constante presionar al gobierno local para que cumpliera con lo acordado y en trabajar sobre aquellos que habían quedado afue-ra. El conflicto por definir a los adjudicatarios –que el censo había logrado aquietar– significó, en realidad, alcanzar un equilibrio de-licado que los trabajadores de base debían re-actualizar perma-nentemente. El “mientras tanto” se perfilaba allí como un tiempo de espera que sería difícil de sostener sin la continuación de esta presencia repentina del gobierno local en el barrio. Concluido el censo, se presentó como necesario crear alguna instancia en la cual poder contener las inquietudes y ansiedades, en definitiva, seguir con el control sobre el conflicto suscitado. Una trabajadora de base entrevistada, que participó activamente de este proceso, lo resumió de la siguiente manera:

los talleres funcionaban para empezar a conocerse… [Se queda pensando.] Es medio ridículo estar un año o duran-te dos años así… [Las viviendas] no estaban ni empezadas a construir. Todavía faltaba tanto, digamos… Pero bueno, era este el sistema. […] Si no se resolvía cuando se originó el plan y el conflicto con los vecinos… se pudría mal. Y era como que los talleres tenían que estar y todo el mundo lo tenía claro (entrevista a Belén, junio de 2012).

Así se inauguraron los talleres. A partir de allí, todos los trabajado-res de base estuvieron involucrados en llevar a cabo un ciclo de talleres para acompañar el proceso de construcción física de las viviendas en cada uno de los barrios en los cuales se llevarían a cabo los proyectos de construcción.

Talleres para esperarLa realización de estos talleres conllevó la planificación de una serie de encuentros entre adjudicatarios y trabajadores de base para tratar diferentes temas, siendo dos los prioritarios: informar a los adjudicatarios quiénes eran los actores que participaban de la política de construcción de viviendas en sus diversas etapas (mapa de actores); y lograr que el inspector de obra estuviera presente en el primer taller con el fin de informarles acerca de las características físicas de las viviendas y responder a sus consultas. Con respecto a este último punto había un consenso generaliza-do: era necesario hablar primero de la obra para poder abordar los otros temas, pero ¿de dónde surgían y a qué apuntaban estos otros temas?

Los trabajadores de base que realizaban sus funciones más abocados por la lógica de hacer casas percibieron la realización de los talleres como un marco de oportunidad, en el sentido de que les permitiría trabajar con los adjudicatarios cuestiones más ligadas al habitar en las viviendas y alejarse de la tarea des-gastante de definir listados de adjudicatarios. En este sentido,

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los talleres se perfilaban como un espacio ligado a la informa-ción sobre la vivienda, pero también al aprendizaje, a la toma de decisiones entre todos aquellos que serían futuros vecinos17 y a trabajar las cuestiones de convivencia antes de que emergie-ran conflictos. Una trabajadora de base sintetizó la idea princi-pal de los talleres así:

yo creo que [los talleres] aportaban mucho en algo que re-sulta fundamental: que se conozcan los vecinos. Que se co-nozcan antes, sepan quiénes son, se peleen, se vean después quién es buena onda, quién no. Eso tiene una potencialidad mucho… Es re-simple, pero es fundamental (entrevista a Bi-biana, junio de 2012).

A esta definición por parte de los trabajadores de base –que enfatizaba los objetivos de los talleres y el por qué de sus con-tenidos– es posible sumar otros sentidos en circulación, princi-palmente porque estos adquirían distintos significados según el grupo de actores directamente implicados en la política de vivienda: para los profesionales era la oportunidad de trabajar en estas cuestiones más allá de la vivienda; para los funcionarios, una herramienta destinada a aquietar conflictos (como se des-prende del relato del acápite anterior); para los adjudicatarios, un modo de generar una distracción ante la ausencia inminente de una fecha de mudanza y una obligación impuesta por el go-bierno local. Para los primeros la espera era un tiempo ganado, para los segundos era un tiempo riesgoso porque contenía un conflicto social latente, mientras que para los terceros era una distracción –un bicicleteo,18 en palabras de uno de los entrevis-tados– porque la fecha de entrega no estaba determinada, pero también era algo que debían transitar lo más a-conflictivamente posible para lograr que el bien anhelado –la vivienda– finalmen-te se hiciera presente.

Con relación a este último aspecto, Candil (2015) demuestra que en las políticas que apuntan al consumo problemático de dro-gas la espera está ligada a un bien, estado o situación anhelada por parte de quien solicita el turno y la familia que acompaña. En su caso de estudio, la espera se vincula al anhelo de que el tratamiento terapéutico surta efecto en el sujeto consumidor de drogas y que, en consecuencia, se vivencie una mejoría que alivie su malestar. Este tratamiento terapéutico es un camino largo y penoso cuyo fin es incierto. Este trabajo resulta inspirador porque en las políticas de construcción de viviendas la espera también se vincula al bien anhelado, solo que en este caso sí consiste en un bien que tiene fecha de finalización y que en algún momento llegará, aunque no se sepa cuándo.

17 Los talleres inauguraron la figura del futuro vecino en su futura vivienda con una intención clara por parte de los trabajadores de base de aludir a la convivencia que se realizaría en un espacio temporal al que todavía no habían arribado, pero que ya podían comenzar a trabajar a partir de sus propias proyecciones.

18 El término bicicletear surgió en una de las entrevistas realizadas. Como su com-posición lo indica, deriva de “bicicleta” y hace alusión al acto de girar los pedales sobre una bicicleta que está fija: esto agota a quien pedalea, pero no genera des-plazamientos. Bicicletear es entonces simular un avance en el espacio –y en el tiempo– que, en realidad, no sucede.

Desencuentro y finalización de los talleres

En todos los barrios en los cuales se ejecutaron los talleres estos transitaron –hasta desvanecerse– con incomodidades y conflic-tos tanto para los adjudicatarios como para los trabajadores de base. Según los adjudicatarios entrevistados, la información que anhelaban ya la habían escuchado en el primer encuentro destinado a caracterizar la obra de las viviendas y las cuestiones convivenciales podían resolverlas por ellos mismos; de acuerdo con lo expresado por los trabajadores de base, los temas técni-cos terminaban obnubilando a los temas sociales. Por otro lado, los trabajadores de base oscilaban entre el hecho de haber per-dido “la paciencia” y una cierta confirmación de su –sospecha-do– rol residual al interior de la Secretaría de Obras Públicas local. Al respecto de la paciencia perdida, Scribano (2010) se-ñala que a la actividad cívica de “esperar” le responde la virtud política de la “paciencia” y que ambas contribuyen a evitar el conflicto social. En este sentido, puede que en el transcurso de los talleres la paciencia –tanto de los adjudicatarios como de los trabajadores de base– decayera y que se diera lugar al conflicto, pero también podría ser que esta propuesta de espera en rea-lidad no cumplía con la función de hacer tiempo, dado que en los temas tratados en los talleres y en el interés expreso de los adjudicatarios se reafirmaba que el centro sobre el cual se or-ganizaba la política de vivienda era la construcción física de las mismas. A pesar de esto, los futuros vecinos hacían el esfuerzo de mostrar el mayor interés posible por los talleres y de asistir con el fin de cumplir con las expectativas de quien les entrega-ría su vivienda; y los trabajadores se esforzaban por acompañar el proceso pacientemente porque sostenían la apuesta fuerte de superar el hacer casas. Pero lo cierto es que era innegable reconocer que pasado el taller sobre aspectos técnicos de la vivienda, en el resto de los encuentros ellos debían retomar y saldar dudas sobre dichas características y, al avanzar sobre cuestiones de convivencia (como redactar un reglamento para el futuro barrio), los talleres se volvían insostenibles.

Este panorama de desencuentros entre quien dejaba hacer tiempo en pos de evitar conflictos (los funcionarios de turno), quienes proponían hacer aún más de lo –hasta entonces– plani-ficado (trabajar sobre el habitar) y quienes cumplían con asistir so pena de perder su acuerdo “precario” permite, en realidad, preguntar qué se jugaba con la espera: ¿por qué ellos sólo que-rían hablar de la casa? Una trabajadora de base cuestionaba la realización de los talleres y graficaba este encuentro –con des-encuentros– de la siguiente manera:

la experiencia es que se desgastaba rápidamente el espacio. Ellos iban con mucha expectativa y una vez que iban al tercer o cuarto encuentro ya no entendían para qué estaban yen-do. Y uno intentaba como generarles… Trabajar algo más de sus ideas sobre lo que es la casa, lo que es la vida con sus vecinos, sobre lo que esperaban, sobre ver si se podía hacer algo más y yo no sé si eso tenía que ver con las expectativas de ellos o con las expectativas nuestras (entrevista a Nadia, mayo de 2012).

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Como producto de estas expectativas diferentes entre quienes asistían y quienes coordinaban los talleres, los encuentros se fue-ron disipando y quedó pendiente la visita de obra en una fecha más cercana a la de la mudanza. Pero ¿qué había de fondo en este desencuentro de expectativas? ¿Por qué los futuros vecinos sólo querían saber de la casa?

La cuestión que emergía y se reforzaba durante los talleres es que la gran tensión no tenía que ver sólo con la espera y la necesidad de hacer tiempo, sino que también implicaban un encuentro entre espacios, dado que constituían el primer contacto de los adjudica-tarios con lo que sería su futura vivienda. Aunque en este primer momento sólo fuera a través del relato de otros, una visita a través de mapas y otras descripciones técnicas. Por ello es posible afir-mar que los futuros vecinos sólo querían saber de la casa porque comenzaban a proyectar su cotidianeidad en ese nuevo espacio: la información sobre las características de las viviendas y saber cuándo se mudarían lo eran todo. Las preguntas en este sentido eran muy puntuales: qué medidas tenían los ambientes (para saber si podrían conservar o no los mismos muebles, o de cuál tamaño conseguir los restantes), si tenía rejas o no, si tenía muebles en la cocina, con qué electrodomésticos contaban las viviendas, entre otrasa. Esas preguntas no serían necesarias si los futuros habitantes participaran de algún modo en la construcción de sus viviendas o tuvieran conocimiento de sus características anticipadamente, pero como es una política pública en la cual el constructor y el habitante no se cruzan, las cuestiones que tienen que ver con un futuro habitar son para estos futuros habitantes la principal intriga.

Palabras finalesLas políticas de vivienda implican una producción y reproducción singular de tiempos y espacios que circulan, se modifican y dis-putan entre los actores involucrados: desde aquellos que luchan por una vivienda, hasta quienes tienen a su cargo la ejecución de políticas como los Programas Federales.

En esta trama densa y cambiante de actores, tiempos y espa-cios, la espera también adquiere diversos sentidos a partir de los tiempos vinculados a la construcción física de las viviendas –lo cual habilita su entrega definitiva– y a la necesidad del go-bierno local de hacer tiempo en el “mientras tanto” esta cons-trucción avanza.

Este “mientras tanto” se transita a partir de una propuesta de intervención concreta: los talleres pre-mudanza. En esos dispo-sitivos –que se crearon como una alternativa a las mesas de tra-bajo que acompañaban los procesos de urbanización– la espera es vista como un tiempo de oportunidad en el cual trabajar las experiencias del habitar en el momento previo a la mudanza, pero también como una posible distracción porque el bien de-seado todavía no ha sido culminado. Esta última interpretación, la de los adjudicatarios, es alimentada por una sensación de incertidumbre y de vivencia del proceso de adjudicación como endeble, en el cual los acuerdos iniciales pueden revocarse en cualquier momento.

Los talleres también han sido un ámbito en el que se tensiona-ron los “temas técnicos” y los “temas sociales” de la vivienda. Una tensión que da cuenta de las disputas entre los diversos “saberes expertos” al interior de la Secretaría de Obras Públicas y de la con-secuente división de tareas al interior de las políticas de vivienda: el seguimiento de obra y el acompañamiento social.

Finalmente, este tiempo de espera en los talleres pre-mudanza habilitó un primer encuentro entre el espacio de los planifica-dores y aquel de sus futuros habitantes. A pesar de que esta tensión es uno de los aspectos principales que atentaron en contra de la realización de los talleres, el lapso de tiempo de su ejecución y el análisis de los relatos sobre estos encuentros es un material rico con respecto a los diferentes imaginarios sobre el habitar que se encuentran allí: por un lado, el espacio plani-ficado por los expertos y, por el otro, el saber cotidiano de los habitantes y su necesidad de obtener información mínima para garantizar un futuro habitar.

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(1) 2017: 71 - 78 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Espacio público y prácticas corporales:

un estudio de casoPublic space and body practices: a case study

Espaço público e práticas corporais: um estudo de caso

ResumenEl artículo hace un análisis de los efectos ge-nerados por la relación entre las prácticas corporales y el espacio público en el munici-pio de Villavicencio, Colombia.

En vista de su carácter cualitativo y compren-sivo, sigue posturas teóricas sobre las prácti-cas corporales, el cuerpo, el espacio público y las formas de inclusión y exclusión que se desprenden de estas relaciones. Así mismo, permite evidenciar nuevos escenarios de participación y vinculación al analizar las derivaciones de orden social cruzadas por formas concretas de manifestación corporal. Es así como el uso de espacios físicos, las ac-tividades que allí se realizan y las formas en que interactúan los sujetos, produce un des-pliegue de subjetividades y efectos sociales que, en últimas, resignifican el sentido y uso del espacio público.

Los resultados de este proyecto permitirán aportar indicios a las nuevas formas de re-configuración del espacio público en la ciu-dad de Villavicencio desde la participación de los jóvenes.

Palabras claves: espacio público, jóvenes, prácticas corporales, exclusión/inclusión social.

AbstractThe article analyzes the effects generated by the relationship between corporal practices and public space in the municipality of Villa-vicencio, Colombia.

In view of its qualitative and comprehensi-ve character, it follows theoretical positions on the corporal practices, the body, the pu-blic space and the forms of inclusion and exclusion that emerge from these relations. Likewise, it allows to show new scenarios of participation and linkage in analyzing the de-rivations of social order intersected by con-crete forms of bodily manifestation. This is how the use of physical spaces, the activities performed there and the ways in which the subjects interact, produces a display of social subjectivities and effects that, in the end, re-define the meaning and use of public space.

The results of this project will allow us to pro-vide indications to the new forms of recon-figuration of the public space in the city of Villavicencio since the participation of young people.

Keywords: public space, youths, corporal practices, social exclusion/inclusion.

ResumoO artigo faz uma análise dos efeitos gerados pela relação entre as práticas corporais e es-paço público na cidade de Villavicencio, na Colômbia.

Em virtude da sua qualidade e natureza abrangente, posições estáticas teóricas sobre práticas corporais, corpo, espaço público e as formas de inclusão e exclusão decorrentes dessas relações. Ele também permite novos cenários demonstram a participação ea adesão para analisar deri-vações ordem social atravessada por formas concretas de manifestação física. Assim, o uso de espaços físicos, as actividades des-envolvidas lá fora e as formas em que os indivíduos interagem, produzindo uma ex-posição de subjetividades e efeitos sociais que, em última instância, redefinir o signifi-cado e uso do espaço público.

Os resultados deste projecto permitirá for-necer pistas para novas formas de reconfi-guração do espaço público na cidade de Villavicencio da participação dos jovens.

Palavras chaves: espaço público, jovens, práticas corporais, exclusão e inclusão social.

Recibido: 11 de abril de 2014Aprobado: 29 de septiembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.47083

Claudia Maritza Guzmán-ArizaLicenciada en Educación Física y Deportes

Universidad de los [email protected]

Héctor Rolando Chaparro-Hurtado

Comunicador SocialUniversidad de los Llanos

[email protected]

Elkin Orlando González-UlloaLicenciado en Educación Física y Deportes

[email protected]

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Claudia Maritza Guzmán-Ariza, Héctor Rolando Chaparro-Hurtado , Elkin Orlando González-Ulloa

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Claudia Maritza Guzmán-Ariza

Licenciada en Educación Física y De-portes, magíster en Educación de la Universidad Externado de Colombia y estudiante de Doctorado en Estudios Sociales de América Latina en Universi-dad Nacional de Córdoba (Argentina). Miembro del Grupo Juego, cuerpo y mo-tricidad de la Universidad de los Llanos.

Héctor Rolando Chaparro-Hurtado

Comunicador Social, magister en Socie-dad del Conocimiento de la Universidad Oberta de Cataluña (España) y Estudian-te del Doctorado en Estudios Sociales de América Latina de la Universidad Nacio-nal de Córdoba (Argentina). Miembro del Grupo Juego, cuerpo y motricidad de la Universidad de los Llanos.

Elkin Orlando González-Ulloa

Licenciado en Educación Física y Depor-tes, especialista en Acción Motriz de la Universidad de los Llanos y estudiante de la Maestría en Motricidad y Desarrollo Humano de la Universidad de Antioquia. Miembro del Grupo Juego, cuerpo y mo-tricidad de la Universidad de los Llanos.

A manera de entrada: apuntes metodológicos

El presente documento constituye un producto asociado del

proyecto de investigación Prácticas corporales y espacio público como construcción de ciudadanía en el municipio de

Villavicencio, financiado por la Universidad de los Llanos. El

proyecto macro estableció la forma como los sujetos construyen

el espacio público desde sus prácticas corporales a través de la

actividad física, la recreación y el deporte. Para ello, estudiamos

el uso que hacen los jóvenes de ese escenario y las formas de

interacción en él, así como el despliegue de subjetividades que

se derivan de las prácticas corporales y los efectos sociales que

producen.

Los jóvenes tienden a reformular constantemente las formas de actuar en el mundo. Sus prác-ticas corporales condensan en su puesta en escena discursos institucionales, matrices de pen-samiento motivadas por estructuras, y esquemas de percepción y acción. Revisitar sus prácticas adquiere sentido porque cobijan una subjetividad singular y operan bajo tramas intersubjetivas de dispositivos muy complejos de interrelación cultural.

El despliegue de los “modos de ser” (Gallo, 2010: 156) de los jóvenes no pasan inadvertidos de-bido al profundo vínculo que se da entre las prácticas corporales y el escenario de lo público, así como sus repercusiones e implicaciones en el ámbito social. De modo que todo cuanto brote de esta relación es susceptible de registro y análisis, en tanto nutre el acervo conceptual y genera nuevas relaciones que permiten comprender la manera en que las experiencias corporales de los jóvenes son aceptadas y/o rechazadas.

El artículo analiza asuntos propios de las culturas juveniles en Villavicencio en función de sus prácticas corporales y el cambio social que de allí se proyecta, entendido los cambios como aquellos procesos a través de los cuales los sujetos transforman e interpelan la cultura tradi-cional insertando nuevos rasgos y desajustes en el curso del diario acontecer, cambios que generan resistencias y “difusiones culturales”1 (Suárez, 2009: 240). En primer lugar, en este docu-mento presentamos una aproximación a los conceptos de práctica corporal, cuerpo y espacio público a la luz de autores como Gabriel Armando Cachorro (2009b), Luz Elena Gallo (2012), Hannah Arendt (1993), Feliz Guattari (2003). Seguidamente, proponemos una revisión de los efectos sociales que emergen de la relación entre el espacio público y las prácticas corporales con base en elementos empíricos, que permitirá, en la tercera y cuarta parte, ir más allá de la mera descripción de manifestaciones, sentidos y significados que de allí se desprenden.

1 El cambio social se da por difusión, es decir, cuando se cruzan dos o más culturas. Una cultura influye o provoca cambios en otra, la cual, interpretará, aceptará y rechazará los nuevos elementos culturales según sus propios valores, costumbres y creencias.

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Espacio público y prácticas corporales: un estudio de caso

Aproximaciones conceptuales Prácticas corporales

Un primer acercamiento al concepto de práctica corporal nos lo ofrece Cachorro (2010), quien define la relación entre la ciudad y los jóvenes como de inmanencia corporal, es decir, la necesidad que siente el joven “de estar al lado de alguien, encontrarse y ex-presar modos de estar juntos” (Cachorro, 2010: 240). Un sujeto histórico que, al vivir en el espacio urbano, siente la vibración de la convivencia certificando ser parte de un grupo social en el que se hacen comunes ciertos rasgos y aspectos de la vida juvenil: sus discursividades, sus prácticas y sus formas de sentir la ciudad.

Las prácticas corporales desplegadas en la ciudad, dice el autor, sirven para consolidar contactos sociales entre parientes y com-pañeros de trabajo, generando un encuadre relacional diferente al ofrecido por el tiempo productivo. Las prácticas deportivas ofrecen competencia y tensión, y establecen una prolongación de las instancias de la vida ordinaria y vulgar que a veces desarro-llamos en nuestras vidas. La ciudad es un espacio que posibilita enfermarse, contracturarse, infartarse y tener diversos contra-tiempos físicos, así como buscar o al menos merodear la muerte y la destrucción. Es un espacio lúdico que permite un juego social al que todos queremos entrar, y donde podemos reinventarnos al disfrutar y motorizar nuestras subjetividades. En esas prácticas corporales se exteriorizan solidaridades, servidumbres, miserias, honestidades, mecanismos de poder y enfermedades que, en realidad, es lo que se pone en juego. En la práctica corporal se construyen y se fraguan elementos de la subjetividad individual a través del cuerpo. Por lo tanto, se juegan cosas distintas para cada participante.

Desde otra óptica, rescatamos el concepto de educación corpo-ral2 de Luz Elena Gallo (2012). Su aporte al campo de las prác-ticas corporales radica en distinciones de orden pedagógico, aludiendo a dimensiones estéticas, históricas, poéticas, lúdicas y ontológicas. Dichas prácticas constituyen modos de acción e identificación a partir de experiencias, con las cuales el cuerpo se hace cuerpo y deviene sujeto socio-cultural.

La práctica corporal no está dirigida a una finalidad prede-terminada, pues no se trata de movernos en direcciones úni-cas ni bajo indicaciones estáticas; prefiere entenderse como potencia y no como un acto, porque como potencia deviene en multiplicidad de perspectivas, direcciones, desplazamien-tos, trayectos, aperturas, no hay punto de llegada; prácticas corporales en términos de multiplicidad y en perspectivas distintas. Gracias a que el cuerpo en movimiento nos permite hacer experiencia, los movimientos corporales le impregnan sentidos al cuerpo. Las prácticas corporales son portado-ras de sentido y, como tienen que ver con un uso del cuer-po ofrecen, a su vez, posibilidades de interpretación (Gallo, 2012: 230).

2 Las reflexiones sobre la noción de educación corporal giran en torno a cinco perspectivas: 1) es base de toda educación; 2) hace parte de la educación física; 3) es sinónimo de educación física; 4) incluye la educación psicomotriz, reeduca-ción psicomotriz y terapia psicomotriz; y 5) es más amplia que la educación física.

Estas nociones alimentaron el espectro interpretativo del presen-te estudio. Una demarcación conceptual que, si bien constituye un problema de relevancia social, no aparece aún como tema de investigación preciso y delimitado.

Cuerpo y prácticas corporales

Las prácticas corporales incluyen reflexiones sobre las prácticas sociales y sobre el cuerpo desde una perspectiva sociocultural y del movimiento humano (motricidad) en las sociedades contem-poráneas. Algunas de estas reflexiones transitan en la actualidad por los siguientes debates.

• El cuerpo como signo y mercancía inscrita en la lógica nar-cisista del consumo de signos, apariencia y prestigio social. Lo anterior, define nociones como las de cuerpos normales y anormales, incluidas todo tipo de dismorfias, y los proce-sos de estetización de la vida cotidiana. Para Fromm (2010), por ejemplo, existe en la tradición occidental una propensión hacia “tener como incorporación”, es decir, una forma arcai-ca de posesión, ya sea real o simbólica, como sucede en el consumismo: consumir es una forma de tener, y quizás la más importante en las sociedades ricas actuales. Consumir tiene cualidades ambiguas: alivia las angustias porque lo que tiene el individuo no se lo pueden quitar, pero también requiere consumir más, porque el consumo previo pronto pierde su carácter satisfactorio. Los consumidores modernos pueden identificarse con la fórmula: yo soy = lo que tengo y lo que consumo.

• El cuerpo como lenguaje, como sistema semiológico produc-tor de sentido (por ejemplo, en la kinesis y la proxemia), como fachada y lugar de ejecutorias dramáticas de orden performa-tivo como sucede con las marcaciones corporales (tatuajes), las modificaciones por vía de la cirugía estética (que produ-cen en los sujetos síndromes de diversas características que se constituyen en dismorfias) y las expresiones motrices (vis-tas como manifestaciones de la motricidad que privilegian no solo el código gestual observable, repetitivo e instrumental, sino las intenciones subjetivas puestas en juego en el acto mismo y matizado por el contexto sociocultural). Esto quiere decir que las expresiones motrices son un escenario donde se manifiestan necesidades, inquietudes, creación, imaginación y contemplación que apuntan a movilizar sentidos, significa-dos, discursos y contenidos a partir del contexto cultural del sujeto. Todas las expresiones motrices tienen distintos fines y aportan el desenvolvimiento y al desarrollo del ser humano.

• El cuerpo como escenario de control y de poder como lo pro-ponen, entre otros, Michel Foucault en su crítica a la moder-nidad ilustrada.

Ha habido, en el curso de la edad clásica, todo un descubri-miento del cuerpo como objeto y blanco de poder. Podrían encontrarse fácilmente signos de esta gran atención dedi-cada entonces al cuerpo, al cuerpo que se manipula, al que se da forma, que se educa, que obedece, que responde, que se vuelve hábil o cuyas fuerzas se multiplican. El gran libro del hombre-máquina ha sido escrito simultáneamente so-

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bre dos registros: el anatomo-metafísico, del que Descartes había compuesto las primeras páginas y que los médicos y los filósofos continuaron, y el técnico-político, que estuvo constituido por todo un conjunto de reglamentos militares, escolares, hospitalarios, y por procedimientos empíricos y re-flexivos para controlar o corregir las operaciones del cuerpo. Dos registros muy distintos ya que se trataba aquí de sumi-sión y de utilización, allá de funcionamiento y de explicación: cuerpo útil, cuerpo inteligible. Y, sin embargo, del uno al otro, puntos de cruce. “L’Homme-machine” de La Mettrie es a la vez una reducción materialista del alma y una teoría general de la educación, en el centro de las cuales domina la noción de “docilidad” que une al cuerpo analizable el cuerpo ma-nipulable. Es dócil un cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser trasformado y perfeccio-nado (Foucault, 1997:140).

Foucault (1997) reconoce el poder como un fenómeno inma-nente en la sociedad, como algo imposible de desvincular definitivamente y asegura que la libertad sólo se puede con-seguir a partir del desenmascaramiento de los procesos de poder implicados en todo grupo.

Cabe pensar que si el poder le es natural a la sociedad [y el conjunto de sus ciudadanos/as] debería conocer los mean-dros y los intersticios propios sobre los cuales se funda el po-der. Llevar al poder hasta sus últimas consecuencias, obligar al poder a ser sí mismo (Calleja, 2002).

En las sociedades de control, la biopolítica se incorpora y se afianza sobre una multiplicidad de relaciones de mando y de obediencia entre fuerzas que el poder coordina, institucio-naliza, estratifica, concluye, pero que no son su proyección pura y simple sobre los individuos. El problema político fun-damental de la modernidad no es el de una causa de poder único y soberano, sino el de una multitud de fuerzas que ac-túan y reaccionan entre ellas según relaciones de obediencia y mando. Foucault (1997) ejemplifica la dinámica del cuerpo social a partir de las relaciones entre un hombre y una mujer, entre un maestro y un alumno, entre un médico y un enfer-mo, entre un patrón y un obrero, las cuales implican en cada momento una relación de poder.

Se reconoce a partir de esta revisión que las prácticas corporales no constituyen únicamente somas o actividades según la con-cepción clásica, sino que producen resultados culturales y bio-lógicos cambiantes, y puesto que las prácticas forman parte del medio en el que se desarrollan, su proceso de cambio no es in-dependiente de la transformación de dicho medio. En un mundo globalizado como el actual existen prácticas corporales hegemó-nicas y dinámicas que coexisten con otro tipo de prácticas arrai-gadas en la tradición y en lo local, dando paso a la construcción de corporalidades y subjetividades específicas.

Esta definición relaciona el cuerpo, la corporeidad y al sujeto con la cultura, ya que al

hacer alusión a lo corporal (Leiblichkeit) y no a lo físico (Kör-perlichkeit) (se evita) escindir en dos al ser corporal y de aten-der al desocultamiento que hemos hecho de la educación física donde está trazada con nitidez la separación cuerpo y mente, y la interacción entre ambas partes. Con el término corporal no se está haciendo alusión a las cosas materiales o extensivas ni a las propiedades dependientes de la natura-leza física del cuerpo, sino que lo corporal es el lugar en que somos; por ello, desde lo corporal, puedo ver la naturaleza del hombre como organismo y, a la vez, como cuerpo sensi-tivo y animado (Gallo, 2009: 125).

Espacio público

En ese ámbito, el espacio público es una categoría de signifi-caciones múltiples que trasciende una localización-ubicación específica para dar respuesta a las relaciones humanas que se ejercen en ese espacio: relaciones de poder, de acercamientos, de tensiones, de confluencia, de apreciaciones, de destrezas, de comunicación, lo que permite concebirlo como un espacio so-cial, cultural y político.

Para Hannah Arendt (1993) lo público es un proceso que se construye a través de la acción y el discurso, lo que genera un espacio entre los participantes que pueden encontrar su ubica-ción en todo tiempo y lugar. Lo público se produce siempre que la gente se reúne, se encuentra potencialmente allí, pero solo potencialmente, no necesariamente ni para siempre (Arendt, 1993). Lo anterior ubica a los sujetos en una relación afinada y comprensiva del diálogo permanente en un espacio de comu-nicación e interacción de múltiples acciones y cotidianidades, lo cual apunta a determinar el tránsito de la esfera pública que se está modificando. De acuerdo con el predominio del Estado, lo público está relacionado con la delimitación de la comunicación. Anteriormente, los libros, la radio, la prensa y la televisión eran la aproximación más real a lo público, sin embargo, esta esfera ha venido desintegrándose en la medida en que se modifican y agencian otros espacios de interacción y de comunicación. La vida en los parques, los movimientos sociales, las acciones coti-dianas de lucha y confrontación de nuestra realidad han comen-zado a integrar lo público frente al Estado y a la sociedad civil.

La dimensión del espacio público para Salcedo y Caicedo (2008) está ubicada en la perspectiva de lo social. El espacio está carga-do de sentido, su dimensionalidad está ligada a la forma como se aprehenden y constituyen simbólicamente los objetos, y a las posibilidades de acción que se pueden desplegar para abordar-los. El espacio es, por lo tanto, un campo en donde la experiencia humana es la esencia de la constitución de lo público. Así, este escenario de materialización de la cultura, de las manifestacio-nes corporales, de las acciones de la cotidianidad, implica una discusión más profunda del sentido de lo público.

Pensar la ciudad no como una estructura concreta, sino como un entramado social, manifiesta una recomposición de lo físico y establece en los sujetos una relación paulatina de su condición social. “El ser humano contemporáneo esta fundamentalmente desterritorializado, sus territorios existenciales originarios –cuer-

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Espacio público y prácticas corporales: un estudio de caso

po, espacio doméstico, clan, culto– ya no se asientan sobre un terreno firme, sino que se aferran a un mundo de significaciones precarias y en perpetuo movimiento” (Guattari, 2003: 1). Esto sig-nifica que los sujetos contemporáneos permean cada vez menos sus lugares de origen. Al contrario, se evidencia una mayor apro-ximación a establecer interrelaciones en otros espacios que les permiten desplegar sus subjetividades, lo cual requiere repensar la cotidianidad de los sujetos y las acciones que en las que expre-san sus formas de pensar y actuar en este mundo cambiante. Se-gún Guattari (2003) existen muchas razones para estos cambios particulares de desterritorialización, entre ellas están la globali-zación de las culturas, la inserción en las nuevas tecnologías de comunicación, la economía capitalista y la crisis de los sistemas políticos.

De inclusiones y exclusiones: reflexiones de campo

Para que los jóvenes se sientan socialmente incluidos en esce-narios de subscripción social, es necesario un acceso mínimo al bienestar y a la protección, a la participación ciudadana, a la afir-mación de una identidad y a la “posibilidad de contar con redes de relaciones que garanticen el desarrollo un proyecto de vida” (Hopenhayn, 2008: 51). Desde la perspectiva del desarrollo hu-mano, la inclusión social puede entenderse como la realización de las capacidades para el ejercicio de las libertades (Sen, 1999), lo que resulta de especial relevancia en la vida de los jóvenes. En este sentido, debe ser el sentimiento de la sociedad la que per-mita el desenvolvimiento libre de las potencialidades corporales del sujeto en y con su entorno. Las redes sociales y familiares se constituye en un elemento importante hacia dinámicas de inclu-sión, así como los sistemas de valores y sentidos que estas otor-guen a las especificidades del entramado cultural que envuelven dichas prácticas. De aquí que convengamos en traer a colación a Subirats, Alfama y Obradors, quienes afirman que: “la existencia de sentidos solidarios es un elemento clave en las estrategias que los grupos y las personas tienen a su alcance para paliar o dar so-lución a determinadas situaciones de carestía o de precariedad” (Subirats, Alfama y Obradors, 2009: 136).

Incorporados o excluidos, según la distinción sugerida por Bourdieu (2000), los estudios sobre los jóvenes, las culturas y estilos juveniles en América Latina han pasado del ámbito puramente descriptivo sobre su realidad y su entorno, hacia discursos más comprensivos que apelan a mecanismos interpretativos para problematizar a los sujetos de estudios y a las metodologías con que se abordan. Los jóvenes, de esta manera, adquieren un carácter como sujetos, como agentes capaces de movilizar objetos sociales, simbólicos y mate-riales, tienen un papel activo en la negociación con las instituciones y las estructuras sociales, trascendiendo posiciones más esencia-listas y deterministas. Por su parte, Reguillo, parte de los estudios culturales con el objetivo de

historizar a los sujetos y prácticas juveniles a la luz de los cam-bios culturales, rastreando orígenes, mutaciones y contextos

político-sociales. Además, bajo la perspectiva hermenéutica se indaga en la configuración de las representaciones, de los sentidos que los propios actores juveniles atribuyen a sus prácticas, lo que permite trascender la mera descripción a través de las operaciones de construcción del objeto de estu-dio y con la mediación de herramientas analíticas (Reguillo, 2000: 37).

De otro lado, Muñoz y Alvarado reconocen la ausencia de los asuntos juveniles en las agendas públicas y señalan que

el gran desafío es tomar conciencia del protagonismo de los jóvenes y potenciar la visión de y sobre los jóvenes como “su-jetos de derechos”, para el ejercicio pleno de la ciudadanía y el establecimiento de garantías sociales e institucionales, el respeto y cumplimiento de sus derechos fundamentales (Muñoz y Alvarado, 2011: 37).

Para los autores, esos derechos incluyen a la cultura y sus ex-presiones, abandonada a las lógicas adultocéntricas que limitan la visión de lo juvenil al cuidado o la sospecha. A la educación, como escenario fundamental para el acceso al mundo del traba-jo, pero también como espacio para la socialización y la construc-ción de la subjetividad propia. Al empleo, precario, mal pagado y atravesado por requerimientos de experiencia. A la salud, por ejemplo en la educación sexual más allá de los enfoques moralis-tas o a la comunicación, en el terreno expresivo y en la visibilidad de sus intereses.

Con el ánimo de reforzar lo expuesto hasta ahora, proponemos a continuación una serie de reflexiones al tenor de las múltiples actividades que desarrollan los jóvenes en su tiempo libre, como sujetos de derechos y cómo esto desemboca en una suerte de aprobación social.

Por un lado, la realización de actividades y prácticas deportivas que, entre otras cosas, favorecen la participación comunitaria y se torna en formas óptimas para aprovechar los momentos libres en virtud del esparcimiento familiar. Por otro lado, la aprobación de las prácticas efectuadas en los distintos escenarios de la ciu-dad se traduce en hechos claros y concretos de inclusión, como dejaba ver un entrevistado: “la gente viene y hablan (sic) con no-sotros, charlan y preguntan que cómo hacen eso, desde cuándo hacemos eso, por qué nos gusta y todo eso. Son muy amables con nosotros”.

Existen formas claras de aceptación, sobre todo en prácticas corporales emergentes,3 como por el ejemplo el skate. Un en-trevistado explicaba que “generalmente, cuando uno patina en los parques hay muchas familias mirando, apoyando al deporte. Igual, esas mismas personas muchas veces se distraen mucho viéndolo patinar a uno, y pasan bien un rato y se ríen”.

3 En el presente estudio se clasificaron las prácticas corporales en tres categorías: formales (aquellas practicadas o instruidas en el marco de lo institucional), no formales (no curriculares, pero con alto reconocimiento) y emergentes (o alter-nativas, aquellas que ejercen mecanismos de presión para acceder a un terreno limitado).

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El nivel de aceptación colinda con el gusto de quien aprecia dicha práctica “pues las familias y vecinos, cuando uno va a jugar, ellos se sientan a mirar, incluso le hacen barra a uno y todo eso”, afirma-ba un entrevistado. Otro decía con mayor agudeza lo siguiente: “pues yo pienso que bien, porque ahí podemos observar cómo las distintas familias de los jóvenes deportistas cada vez se moti-van más a poner a sus hijos hacer un deporte”.

Por su parte, el diálogo y la solicitud de permisos precede la uti-lización de los espacios y concilia humores hacia actitudes pací-ficas y de aprobación, como da cuenta uno de los entrevistados: “pues le pedimos el permiso a la gente, que nosotros venimos a jugar, entonces le pedimos permiso”.

Otro elemento fundamental tiene que ver con el imaginario de la comunidad frente a los beneficios de realizar una práctica corporal determinada debido a que sustituye la drogadicción, el robo y otros flagelos propios de los jóvenes sin mayores ocupaciones, tal como menciona un entrevistado: “la comunidad nos ve sin hacer nada malo, nos ve como muchachos sanos, no como unos marihuaneros”.

Vemos entonces cómo los jóvenes que realizan dichas prácticas se insertan en la vida social a través de sus deseos y anhelos, y de sus prácticas corporales, las cuales se convierten en una opción o en una salida alternativa que evita la proliferación de otras activi-dades, por ejemplo, las delictivas.

Finalmente, se perciben expectativas con relación a las prácticas corporales emergentes y, por ende se crean ciertos niveles de aceptación debido al interés generado por lo nuevo y descono-cido. Concretamente, el skate, el BMX, las barras u otro tipo de prácticas poco comunes llaman la atención generalizada y el ala-go por cuanto implican cierta dificultad en su ejecución. Modos distintos de acogida comunitaria que se traducen en formas más o menos claras de inclusión.

Con respecto a la exclusión social como uno de los efectos en el desarrollo o realización de prácticas corporales en los espacios pú-blicos, hemos de adentrarnos primero en ciertas aproximaciones de lo que ello implica conceptualmente, y en lo sucesivo, cruzarlo con algunas de las reflexiones producto del trabajo de campo que deriven en una interpretación más certera de la realidad juvenil de Villavicencio, sus prácticas corporales y su eventual afectación.

Así pues, Castells (2001) afirma que la exclusión es aquel “proceso por el cual se les impide sistemáticamente, a ciertos individuos y grupos, el acceso a posiciones que les permitirían una subsis-tencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado” (Castells, 2001: 98). Al respecto, se vislumbran en Villavicencio espacios deporti-vos dedicados única y exclusivamente a las prácticas deportivas tradicionales como el microfútbol o el baloncesto, con una posi-bilidad mínima y autodeterminada de adecuación para la realiza-ción de prácticas corporales alternativas, tal como lo afirma uno de los entrevistados: “nosotros ya hicimos farolas, las pusimos, es decir buscamos un modo para practicar nuestro deporte”.

De allí que podamos percibir un desconocimiento notable o, me-jor, una cierta resistencia hacia manifestaciones corporales que

intentan ser visibilizadas de forma desesperada y que reflejan sentimientos de descontento. Prácticas emergentes en donde la subjetividad toma al cuerpo como herramienta de protesta. En Villavicencio, la arquitectura de la mayor parte de los escenarios se encuentra diseñada para el agonismo y las prácticas que se fo-mentan desde la escuela, sin dar cabida y previsión al despliegue de otras formas de “deporte”. ¿Acaso esto no implica mejorar la relación del sujeto con su cuerpo y su cultura? Interrogante que lleva ineludiblemente a pensar cómo se superponen lenguajes codificados e hiperespecializados que otorgan espesor4 y perma-nencia a un número selecto de prácticas.

Al respecto, uno de los entrevistados asegura que “una situación concreta es que no hay espacios adecuados para practicar skate board, entonces ¿eso qué significa? Este es un deporte callejero y pues tiene modalidades, como lo es el street, que es patinar en la calle, tenemos que ir a la calle”.

Si la exclusión se da en tanto “que hay grupos que ven limitado el disfrute de las oportunidades económicas, sociales, culturales y políticas existentes en la sociedad” (Gacitúa, et al., 2000: 12), un indicador de afirmación son los escenarios destinados a la prác-tica deportiva y recreativa en la ciudad. Allí, pese al predominio de los espacios dedicados a la ejecución de prácticas corporales tradicionales, es necesario denunciar, de acuerdo al rigor investi-gativo, un cierto abandono, descuido y falta de mantenimiento de los mismos. Complejos como el de deportes extremos, por ejemplo, no cumplen los requerimientos técnicos para el desa-rrollo pleno de las especificidades propias de la práctica.

No podríamos dejar de lado el imaginario mítico sobre lo extraño. Aquellas prácticas asociadas al desarrollo común de la cotidiani-dad son normalmente aprobadas, no tanto así aquellos ejercicios exóticos en los que las personas exploran lo inexplorado, o que no es de claro conocimiento para el grueso de la sociedad. Si se trata de una actividad bien conocida y que guarda rasgos carac-terísticos de negatividad, poco podrá hacerse para que el ima-ginario que se tiene sobre ella se modifique. El relato de uno de nuestros entrevistados así lo indica:

pues siempre en la comunidad se ha tenido un mito, enton-ces la gente de la comunidad piensa que todo el que va hacer barras5 es fumador o piensa que es ladrón, y muchas veces me he encontrado que la policía llega a requisarnos y que la misma gente es la que llama.

En este sentido, la idea expuesta anteriormente, es una, entre muchas, que se perpetúa en las comunidades circundantes a pro-pósito de las prácticas corporales emergentes que se desarrollan en escenarios no aptos técnicamente. Un imaginario que cerca y estigmatiza las posibilidades nuevas de manifestación corporal, a través de las cuales se busca “la construcción siempre incompleta de la inalcanzable subjetividad” (Cachorro, 2009b: 2).

4 Expresión tomada de los textos Mapas de la educación física e Ideas para pensar la educación física, cuya agenda de temas propone un listado de prioridades no atendidas en la matriz del deporte institucional (Cachorro, 2009a).

5 Práctica corporal emergente que consiste en el despliegue y el levantamiento corporal desde y sobre una barra de acero.

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Espacio público y prácticas corporales: un estudio de caso

HallazgosEn esta última sección presentaremos un resumen de los elemen-tos mencionados arriba que dan cuenta de la inclusión y la ex-clusión vivida y relatada por los jóvenes en Villavicencio. Más allá de esto, veremos también el cruce de acepciones (inclusión/ex-clusión) que cala en gran medida con la perspectiva del estudio aquí señalado y que tiene que ver justamente con la cohesión. Un aspecto visto desde la “dialéctica entre mecanismos instituidos de inclusión y exclusión” (Ottone, 2007: 156), pero también los modos en que la sociedad repele o asiente determinada práctica en el contexto de la solidaridad y la rechazo. Aunque la cohesión social no se describe como una panacea, cuya plena realización se postule, sí se plantea su carácter fundamental en un enfoque amplio del desarrollo que, como se dijo en algún momento, otor-ga posibilidades de libertad en la construcción de las subjetivida-des de los jóvenes practicantes.

Desde la sociología se entiende la cohesión social como el grado de consenso entre los miembros de un grupo sobre la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común. En este marco

la cohesión es parte de la solidaridad social, necesaria para que los miembros de la sociedad sigan vinculados a ella con una fuerza análoga a la de la solidaridad mecánica premo-derna. Ello requiere que sus lazos se hagan más fuertes y nu-merosos, y que abarquen incluso ideas y sentimientos que los unan (Ottone, 2007: 17).

De lo anterior es posible inferir que la cohesión social se refie-re tanto a la eficacia de los mecanismos instituidos de inclusión social, como a los comportamientos y valoraciones de los suje-tos que forman parte de la sociedad. Los mecanismos incluyen, entre otros, las políticas de fomento de la equidad, el bienestar y la protección social. Los comportamientos y valoraciones de los sujetos abarcan ámbitos tan diversos como la confianza en las instituciones, el sentido de pertenencia y solidaridad, la acepta-ción de normas de convivencia y la disposición a participar en espacios de deliberación y en proyectos colectivos.

De otro lado, se aprecia un sentido solidario –un tanto alentador– en la comunidad frente al espacio público y a los practicantes que gravitan allí, a la colaboración con la adecuación de las estructu-ras, a la relación fraterna con los practicantes y a la cercanía, fruto de la tolerancia que son ejes medulares de conciliación entre lo que pudiera significar una barrera (tradicional) y una fugacidad

(emergente). Así lo constata un entrevistado: “vienen y hablan con nosotros, charlan y preguntan que cómo hacen eso, desde cuán-do hacemos eso, por qué nos gusta y todo eso, son muy amables con nosotros… y pues entonces eso es apoyo para nosotros”.

El diálogo se torna en un conductor importante de acuerdos y confianzas, reinventando convivencias basadas en la tolerancia y el reconocimiento del otro como par. Las voces lo revalidan: “poquito a poquito, con tiempo, uno va conociendo a la gente, cuando uno lo integra. Ya uno puede dialogar mucho mejor”.

La enajenación, como la exclusión, viene impresa en el discurso institucional traducido en infraestructuras limitadas de propie-dad pública. Esto, en otras palabras, se explica en el espacio redu-cido que brindan los entes de carácter gubernamentales para el desarrollo de prácticas corporales poco habituales. No obstante, adviene un espaldarazo relativo “pues ellos [el Estado] a veces vienen a ver cómo están las canchas y miran y todo eso y hacen propuestas”, dice un entrevistado, mientras otro asegura que “es un apoyo porque los escenarios estaban en mal estado hace al-gunos años y ahora que estamos entrenando los arreglaron un poco, me parece que está bien, no sé”.

Finalmente, pese al estado precario de algunos escenarios o es-pacios destinados al ejercicio del deporte, al desconocimiento de prácticas corporales emergentes –cuya justificación principal se basa en la rebeldía o la insatisfacción con las prácticas ya exis-tentes por su forma o dinámica de juego–, y a la estigmatización y satanización de manifestaciones de la subjetividad a través del cuerpo, existen expresiones sucintas pero alicientes desde lo so-cial e institucional que tratan de cobijar y rescatar parcialmente la realización de prácticas corporales hacia el desarrollo de la libre personalidad, que potencien experiencias finas del joven con su entorno, su familia, sus amigos, sus vecinos y extraños. En pala-bras de Cachorro,

en esa relación del sujeto con la cultura puede pensarse y promover la opinión crítica sobre la aparición y desaparición de los cuerpos, la expropiación de la experiencia barrial, el se-cuestro del espacio público, la privatización de las instancias de recreación, la intromisión en la vida íntima de las agencias. Es decir, analizar los procesos del cuerpo en la ciudad, en los espacios públicos, implica aterrizar en el corazón de las prác-ticas sociales y ver de qué manera los ciudadanos asumen posiciones en la trama discursiva que intenta maniatarlos (Cachorro, 2009a: 8).

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Claudia Maritza Guzmán-Ariza, Héctor Rolando Chaparro-Hurtado , Elkin Orlando González-Ulloa

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(1) 2017: 79 - 88 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Ciudad digital: paradigma de la globalización urbana1

Digital city: paradigm of urban globalization

Cidade digital: paradigma da globalização urbanaGabriel Benítez-Gutiérrez

ArquitectoUniversidad Nacional Autónoma de México

[email protected]

1 Este trabajo hace parte de la investigación de posgrado del autor titulada Arquitectura y sociedad de la información: formas contemporáneas de habitar.

ResumenEl artículo revisa el concepto de ciudad di-gital como un elemento de la globalización urbana del siglo XXI, partiendo de la noción de complejidad urbana, del proceso de glo-balización económica y cultural, y del auge de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC). Analiza, en particular, los modelos de ciudad digital aplicados en Béjar (España) y en Ciudad de México (Méxi-co), lo cual, aporta una perspectiva teórica en contextos urbanos disímiles que son interve-nidos transversalmente por este modelo de gestión urbana como signo de la globaliza-ción.

Palabras clave: ciudad digital, ciudad inteli-gente, globalización, Tecnologías de la Infor-mación y de la Comunicación (TIC), sociedad de la información.

AbstractThe article reviews the concept of digital city as an element of urban globalization for the 21st century. Analyses the urban complex-ity, the process of economic and cultural globalization and the rise of Information and Communication Technologies (ICT). It examines the digital city models applied in Béjar (Spain) and in Mexico City. This pro-vides a theoretical perspective in urban con-texts that are transversally intervened by this model of urban management “digital city” as a sign of globalization.

Keywords: digital city, smart city, globaliza-tion, ICT, information society.

ResumoO artigo analisa o conceito de cidade digital como um elemento de globalização urbana para o século XXI. Parte da noção de comple-xidade urbana, o processo de globalização económica e cultural; ea ascensão da Tec-nologia da Informação e Comunicação (TIC). Ele analisa em particular, modelos de cidades digitais aplicadas em Bejar (Espanha) e Cida-de do México. Que fornece uma perspectiva teórica contextos urbanos diferentes que são transversalmente operados pelo modelo de gestão urbana “cidade digital” como um sinal de globalização.

Palavras-chave: cidade digital, cidade inte-ligente, a globalização, as TIC, sociedade da informação.

Recibido: 17 de junio de 2015Aprobado: 30 de diciembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.51349

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Gabriel Benítez-Gutiérrez

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Gabriel Benítez-GutiérrezArquitecto egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudiante de la maestría en Arquitectu-ra en el área de Diseño Arquitectónico de la misma institución. Co-fundador y escritor de la revista digital de crítica urbano arquitectónica Disonante.mx. Docente en arquitectura y diseño in-terior arquitectónico de la Universidad Motolinía del Pedregal. Co-fundador de IO Workshops despacho de arquitectura, diseño y escuela de software.

Ciudad Digital: paradigma de la globalización urbana

Si queréis creerme, bien. Ahora diré cómo es Ottavia, ciudad-

telaraña. Hay un precipicio entre dos montañas abruptas: la ciudad

está en el vacío, atada a las dos crestas con cuerdas y cadenas y

pasarelas. Se camina sobre los travesaños de madera, cuidando de

no poner el pie en los intersticios, o uno se aferra a las mallas de

cáñamo (Calvino, 1893: 34).

La cita de Calvino (1983) es tan acertada en su arbitrariedad sobre Ottavia, como análoga es a la convención que une por ciudad a Tokio y a la pequeña Durbui.2 La ciudad (del latín civĭtas: “conjunto de ciudadanos” o “Estado”) representa a la sociedad que forma una entidad político-administrativa con una economía basada en actividades secundarias y terciarias. En sentido ma-terial, ciudad también significa el área urbana (urbs), lo físicamente construido, el escenario de acción entre los ciudadanos (Martínez, 2003).

De las condiciones propias del territorio, de la sociedad y su historia devienen múltiples estruc-turas urbanas: La Habana, Beijing, Rio de Janeiro, Ámsterdam, Madrid. Cada una con un sistema político-administrativo, motores económicos, infraestructura urbana, expresiones culturales e identidad. Sin embargo, en la ciudad se dan también los procesos de globalización económica y cultural, al punto de ser considera un producto global que “ha dejado de ser competencia de los gobiernos locales para ser pensada por grupos de empresariales a través de operaciones de gran escala” (Muxí, 2009: 16).

Antecedentes históricos a la ciudad digitalBajo tales circunstancias, las ciudades de este inicio de siglo se forman entre las identidades locales y las globales (Borja, 1999), a partir de los flujos materiales y de la información digital, de la relación entre átomos y bits (Negroponte, 1996). Un elemento de especial relevancia en la condición global de las ciudades se debe al uso de las Tecnologías de la Información y la Comu-nicación (TIC) como actor clave de una urbanidad globalizada para el siglo XXI. La gestión de la administración pública del espacio urbano basado en la tecnología de la información se deno-mina ‘ciudad digital’ o ‘ciudad inteligente’. Valga considerar tres antecedentes históricos para la construcción de este modelo: a) la noción de complejidad en las ciudades, b) la globalización económica-política y c) el auge de las tecnologías de la información.

La noción de complejidad en las ciudades

La crisis de la modernidad en el siglo XX socavó la imagen de progreso ilimitado. Las ciudades antes compactas pasaron a ser (en algunos casos) de millones de habitantes. La sociedad urba-na se sectorizó de acuerdo con las clases sociales, y se formaron guetos que representaban el conflicto y las tensiones generadas por la desigualdad. El crecimiento de la industria y la falta de control en sus emisiones, aunado al aumento del consumo de los recursos naturales, trajeron consigo un fuerte deterioro ambiental que más tarde abogaría por la ‘sostenibilidad’. La realidad

2 Las convenciones para considerar a una población como ciudad oscilan entre los diez mil y los veinte mil habitantes. Cada país o región geográfica determina su parámetro. En México, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) considera una población urbana a partir de los dos mil quinientos habitantes.

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Ciudad digital: paradigma de la globalización urbana

urbana pasó así del ideal a la crisis. Ante tales circunstancias, se reconoce la creciente complejidad social, política y económica que dejó este proceso acelerado de cambios en las condiciones de la existencia urbana.

La globalización económica-política

La complejidad de las ciudades devino también del proceso de globalización, donde la economía, la producción y la comuni-cación tienen manifiestas repercusiones en “las configuraciones urbanas, cuyas imágenes y funciones se imponen a realidades y situaciones diversas” (Muxí, 2009: 16). De las características del proceso de globalización en las ciudades señalados por Muxí (2009), se destacan tres aspectos característicos:

• El dominio de la fuerza del mercado y las decisiones empre-sariales en un mundo-red con nodos principales, generando áreas de privilegio fragmentadas en todo el planeta.

• La indiferencia política frente a la realidad social que proviene de un convencimiento de que la estrategia de mercado re-suelve los problemas urbanos, enmascarando las diferencias sociales y la lucha de clases.

• El cambio productivo que deriva en la primacía de la produc-ción de servicios terciarios como fuente primordial de recur-sos urbanos y en la festivalización de la vida urbana.

El auge de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) y el modelo de lo digital

La globalización ha tenido por suporte técnico el advenimiento de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) basadas en tres elementos que las organizan: hardware, software y redes (principalmente, Internet). La expansión y el uso de las TIC

en todo el mundo se ven representados en los dispositivos que van de las supercomputadoras que almacenan y procesan gran-des bases de datos, pasando por los ordenadores de escritorio y los portátiles, a los vehículos autómatas, los robots y los drones, los smartphones, las tablets y un sin número de objetos a los que, en general, se conoce como parte del “Internet de las cosas” o IoT (por sus siglas en inglés: Internet of Things).

Este tipo de tecnología se ha identificado en síntesis como ‘digi-tal’, debido a que la estructura de la información que procesan los dispositivos y, el cómputo que realizan, parte de un código base: el sistema binario, compuesto por largas cadenas de ceros y unos que encriptan y decodifican datos para ser traducidos a interfa-ces significativas para el usuario (como el contenido que hoy en día vemos en la pantalla de nuestra computadora o celular).

El mar teórico del cambio impulsado por las TIC se conoce como ‘Sociedad de la información’ o ‘Sociedad de la información y del conocimiento’. Manuel Castells la considera como aquella

cuya estructura social está construida en torno a redes de información a partir de la tecnología de información mi-croelectrónica estructurada en Internet. […] es el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de nues-tras sociedades, es el equivalente a lo que fue la factoría en la era industrial o la gran corporación en la era industrial (Cas-tells, 2000).

La conexión a Internet es la representación dominante de la era digital o de la información (Castells, 1999). En la actualidad, cerca de la mitad de la población mundial es considerada usuaria de Internet según datos del Banco Mundial (2016). Una persona en Estados Unidos pasa en el día más de diez horas frente a una pan-talla, entre el uso de celulares, televisiones y otros dispositivos multimedia (Nielsen, 2016). De forma semejante, en México, el

Imagen 1: Street Moment | Family?

Fuente: Ragai, 2014.

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Gabriel Benítez-Gutiérrez

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tiempo promedio diario de conexión de un internauta es de siete horas y catorce minutos (AMIPCI, 2016).

El panorama de la globalización en el siglo XXI en las ciudades se explica, en parte, gracias a las TIC, que conforman dentro las estructuras materiales actuales un ‘sistema nervioso’ para la captura, transmisión y modificación de datos e informaciones necesarias para el funcionamiento social: productos y servicios interconectados en red, módems, teléfonos ‘inteligentes’, sitios web, entre otros, que se entrelazan en un conjunto de artefac-tos en lo tangible (hardware) y en lo programático (software) fortaleciendo el paradigma de la ‘sociedad red’ (Castells, 1999). Es en este espectro de globalidad económica, política y cultural inmersa y contingente con el avance de las TIC, que emerge una bifurcación más para entender la polis en este inicio de siglo: la ciudad digital.

gobierno y la iniciativa privada para la atención de las problemá-ticas y de las oportunidades de la ciudad.

The Blacksburg Electronic Village fue un caso paradigmático para el análisis de futuras ciudades digitales o inteligentes, pues nació del esfuerzo de la comunidad universitaria y el gobierno local para que esta ciudad entrara en un modelo de conectividad digi-tal basado en redes de información. Alojaron correo electrónico gratuito, apoyaron el desarrollo de páginas web para la comu-nidad y potencializaron la venta de productos y/o servicios. En los chats grupales se discutían los temas de la agenda local, al igual que otras iniciativas de la sociedad civil, del gobierno y de las empresas.

Al mismo tiempo en que el desarrollo tecnológico avanzaba en el mundo, BEV empezó a quedar obsoleto y se pronosticaba el fin de un ciclo. El 31 de diciembre de 2015 la administración de BEV anunció el cierre de sus operaciones a través de su sitio web,3 de-bido al crecimiento que tuvieron los servidores de banda ancha privada y a la creación de plataformas en línea, accesibilidad que en 1993 estaba muy lejos de ser real.

Concepto de ciudad digital/inteligente

La metáfora de Her es evidente. Subraya nuestra creciente adicción respecto al mundo digital, y nuestra inmersión cada vez más profunda en un universo desmaterializado. Pero si citamos aquí este film no es sólo por su moraleja sino porque sus personajes viven, como lo haremos nosotros mañana, en una atmósfera comunicacional aún más hiperconectada (Ra-monet, 2014).

En este inicio del siglo XXI, la potencia de las TIC en la sociedad ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad (Mattelart, 2002). El proyecto de Blacksburg nacido en 1993 es revisado hoy en día como un pionero en un nuevo modus vivendi de lo urbano, en tanto que la disponibilidad y la infraestructura de las TIC se han expandido por todo el mundo.4 Es así que nace en el debate público la noción de una ‘ciudad digital’ o ‘ciudad inteligente’ (término conocido en inglés como smart city).5 En Cataluña se popularizó por primera vez el término de ‘ciudad di-gital’ con el Estudi Ciutat Digital, elaborado por el Instituto Cata-lán de Tecnología (ICT) en 1999. En él, se consideró que algunos de sus elementos clave serían: a) la ciudad del conocimiento, ba-sada en la democratización de la información y el desarrollo de conocimiento por la ciudadanía, b) la ciudad sostenible, en tanto se auspiciara el uso de tecnologías limpias no contaminantes, y

3 Para mayor información véase http://www.bev.net/transition-announcement4 El acceso a las TIC no es equitativo en el mundo. Los países desarrollados tienen

los índices más altos de usuarios de Internet. En Japón, Finlandia, Noruega y Lu-xemburgo más del 90% de la población accede a Internet. En contraste, países como Guatemala, Honduras e India, están por debajo del 30% de conectividad (Banco Mundial, 2016).

5 La diferencia entre ‘ciudad digital’ o ‘ciudad inteligente’ es ambigua. Ambos con-ceptos son cuestionables pues la ciudad no puede ser enteramente ‘digital’ ni ser inteligente per se. En todo caso, los habitantes, quienes hacemos uso de la tecnología digital, posibilitamos un uso estratégico de la misma, hacia la cons-trucción de acciones inteligentes en el espacio urbano.

La ciudad digital: paradigma de globalidad urbana

La noción de una ciudad digital depende intrínsecamente de la adopción de la tecnología informática y del uso estratégico de Internet por parte de los ciudadanos, las empresas y el gobierno. En los últimos años se han desarrollado las condiciones necesa-rias para la consolidación y puesta en práctica de este nuevo mo-delo urbano que incorpora para su funcionamiento sistemas de información digital que, en teoría, deben coadyuvar en la gestión urbana con respecto a la movilidad, el uso de energía sostenible, los sistemas de salud y educación, así como la innovación y acti-vación de una economía y política digital, que responda tanto al orden local como global.

Blacksburg Electronic Village (BEV): aproximación histórica a la ciudad digital

En 1993 en la ciudad de Blacksburg, al sureste de Virginia en Esta-dos Unidos, un grupo de académicos y estudiantes de la Univer-sidad Virginia Tech conceptualizaron una red informática capaz de conectar a la ciudad entera. El nombre de este proyecto fue The Blacksburg Electronic Village (BEV) cuyo objetivo era vincular a toda la comunidad a Internet. La iniciativa de la Universidad fue apoyada por el aparato estatal y construyeron la infraestructura necesaria para que los habitantes de Blacksburg, en su mayoría relacionados con la vida universitaria (estudiantes, profesores, investigadores y personal de soporte), pudieran tener acceso a Internet y facilitar la vida pública.

El director de BEV, Andrew M. Colhil, consideró que, al tener a la mayoría de los ciudadanos conectados, era posible aspirar a una ‘nueva democracia’ donde los temas cívicos y las discusiones on-line llevaran a una mejor toma de decisiones y a un incremento en la participación ciudadana (Prieto, 2005). El proyecto logró que en 1999 el 86% de sus habitantes estuvieran conectadas a Internet, cuando en el mundo no más del 5% de la población lo estaba, convirtiéndose así en la primera ciudad del mundo en la que todos sus centros educativos tuvieron acceso Internet. La población encontró canales de comunicación directos entre el

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Ciudad digital: paradigma de la globalización urbana

c) la creación de nuevos sectores industriales impulsados por la innovación tecnológica. De acuerdo al ICT, todos los aspectos de la vida urbana deberían ser incluidos en la visión modélica de la ciudad digital: economía, medio ambiente, urbanismo y la socie-dad en su conjunto (Prieto, 2005).

Desde la iniciativa privada, la Asociación Española de Usuarios de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (AUTELSI) publicó el Manual ciudades digitales en el que definen a la ciudad digital como:

el espacio virtual de interacción entre todos los actores que participan en la vida de una ciudad (ciudadanos, empresas, administraciones, visitantes, etc.) utilizando como soporte los medios electrónicos y las tecnologías de la información y comunicación (TICs), ofreciendo a dichos actores acceso a un medio de relación y comunicación innovador, a través del canal que elijan, en cualquier momento y lugar (AUTELSI, 2006: 8).

El espacio virtual al que se refiere AUTELSI es, en realidad, la Web, que como sitios análogos o alternativos de interrelación social fa-cilitan la relación gobierno-ciudadanía-empresas. El documento expone la importancia de tener una base de servicios, infraes-tructura y acceso a las TIC para que la ciudadanía sea participe del modelo.

Ciudad digital como modelo global: Béjar Ciudad Digital (BCD) y Ciudad de México (México)

Con el fin de estimar la aplicación global del modelo de gestión urbana denominado ciudad digital, comparo la estrategia segui-da en dos ciudades con realidades distintas y contrastantes. El

caso de Béjar, una pequeña ciudad española con un poco más de quince mil habitantes y una superficie 45 km2, y Ciudad de México con más de ocho millones de habitantes y un territorio de 1.485 km2.

La ciudad de Béjar (España) se considera una ciudad digital que tiene por espíritu un “modelo avanzado de comunidad, donde se hacen realidad nuevas formas de relacionarse con el entorno y entre los agentes sociales a través de las Nuevas Tecnologías”. Siendo esta una “ciudad interconectada, en la que se han gene-rado una serie de servicios por parte de los poderes locales, para poner la tecnología al servicio de las necesidades de los ciuda-danos” (Béjar Ciudad Digital, 2016). La estructura operativa que entiende el gobierno de Béjar para la construcción de dicho mo-delo es el siguiente: a) estrategias de desarrollo, b) infraestructura tecnológica, c) servicios: eAdministración, eComercio, eSanidad, eFormación, turismo, cultura, ocio y colectivos con requerimien-tos especiales; y d) acceso, que implica la formación y difusión de las TIC. Béjar Ciudad Digital (BCD) se enmarca en la Ley 11/2007 de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos en España (Juan Carlos I, 2007) que promueve el uso de la pobla-ción a los servicios en red.

Del otro lado del mundo, en la Ciudad de México se promulgó en febrero de 2012 la Ley para el desarrollo del Distrito Federal como Ciudad Digital y del Conocimiento, donde se entiende por ciudad digital

[un] entorno de ámbito local en la que existe un avance con-siderable en la implantación de la Sociedad de la Informa-ción y el Conocimiento en todos los ámbitos de actividad ciudadana, tanto en los sectores público y privado, como en el nivel individual y colectivo, generando nuevas formas de

Imagen 2: The Executive Suite

Fuente: Sane, 2010.

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Gabriel Benítez-Gutiérrez

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interrelacionarse, el fortalecimiento de la comunicación en-tre todos los actores especialmente entre el gobierno y el ciu-dadano (Asamblea Legislativa del Distrito Federal, 2012: 5).

Entre los componentes que forman esta visión de urbe digital se encuentran: a) la infraestructura: banda ancha y computadoras, b) la adopción de la tecnología: educación y apropiamiento tec-nológico, c) el desarrollo tecnológico y social: ciencia, tecnología e innovación así como el desarrollo de comunidades y contenidos digitales, d) la integración de esfuerzos: participación de todos los actores sociales, e) el arco normativo: leyes y políticas públi-cas, y f ) el financiamiento: diversas fuentes de financiamiento. En este contexto se define una Agenda Digital dentro de la Comisión de Gobierno Electrónico basado en cinco verticales: e-Gobierno, e-Justicia, e-Educación, e-Salud, e-Finanzas y e-Transporte. Cada una integra planes y acciones específicas, por ejemplo, el e-Trans-porte contiene: a) Internet móvil gratuito, b) e-Tráfico y c) sistema multimodal.

inteligente” (Berra, 2013: 7). La organización en las ciudades “per-mite la construcción de un capital sociotécnico que es la base para construir una verdadera ciudad inteligente que sea digital e incluyente” (Berra, 2013: 7). Si el discurso se transfiere, efectiva-mente, de la reducción de la brecha digital (es decir, la ampliación del acceso de la población a los medios digitales y a Internet) y se tiende a la generación de los usos estratégicos de las TIC por par-te de la población, quizás, sea posible que este modelo coadyuve a disminuir las deficiencias en la educación, a generar fuentes de empleo y, eventualmente, impacte positivamente en la calidad de vida de los habitantes.

Lo cierto es que estamos en una fase prematura de la adopción de las nuevas tecnologías en el mundo y, más aún, en Latinoa-mérica, lo que deja en entredicho el potencial sobre el mejora-miento de las condiciones materiales e intelectuales de nuestra sociedad.

Ciudad digital/global

La globalización actual está anclada en los procesos de gene-ración, reproducción y transmisión de información digital en el mundo (Sassen, 1999). La relación que une la gestión de Bérja y la Ciudad de México en su transformación hacia ciudades digitales se debe a los estándares de una política internacional sobre los sistemas de gestión pública a partir de las TIC. Ejemplo de ello es que la Organización de las Naciones Unidas en su informe E-government survey 2014. E-government for the future we want (ONU, 2014) hace referencia al potencial que tiene el gobierno electrónico para mejorar los servicios públicos. W. U. Hongbo, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales manifestó que:

las tecnologías de la información y la comunicación son habi-litadores potentes de las instituciones eficaces, transparentes y responsables. […] Los países de todas las regiones del mun-do y en todos los niveles de desarrollo continuarán haciendo importantes inversiones en TIC en el sector público por estas razones. Es mi opinión, que tales esfuerzos son vitales para lograr una amplia participación pública en la toma de deci-siones, la mejora del acceso a la información y la eliminación de barreras para el servicio. […] Si queremos asegurar un fu-turo de equidad económica del crecimiento y el desarrollo sostenible, que están libres de la pobreza y el hambre (ONU, 2014: iii. La traducción es mía).

Desde hace más de una década la ONU mide las implementacio-nes de los gobiernos en gestión pública digital,6 lo que constitu-ye desde una visión global (en tanto organismo internacional de este orden) un incentivo/demanda por incorporar a las adminis-traciones públicas en el horizonte de la sociedad informacional. La ONU opera, de esta forma, como agente globalizador y ele-mento imprescindible del modelo de ciudad digital, y el gobierno electrónico en el mundo.

6 Las encuestas de gobierno electrónico de la ONU (2016) se han realizado desde 2001 hasta 2016 y tiene por resultado nueve informes que muestran las tenden-cias y el desarrollo de los gobiernos electrónicos en los países de todo el mundo.

En este esquema de ciudad digital es observable que, tanto Béjar en España como la Ciudad de México, coinciden en la columna vertebral de implementación. Destaco tres elementos comparti-dos: a) la generación de infraestructura para la conexión ciuda-dana, b) la digitalización y puesta en red de los servicios de la administración pública (administración, educación, salud, finan-zas, entre otros) y c) la formación de los habitantes en el uso y creación de contenidos digitales.

La ciudad digital: ¿un modelo capaz de mejorar la calidad de vida?

La construcción discursiva del modelo de ciudad digital, tanto en la ciudad de Béjar como en la Ciudad de México, suponen un “mejoramiento de la calidad de vida”. Lo anterior, se refleja en el portal de BCD que asegura que, de acuerdo con el plan Europa 2010, la ciudad digital se encamina a “mejorar la calidad de vida de una ciudad, no sólo con los servicios de un ayuntamiento, también los culturales, los sanitarios, turismo, comercio, ocio, formación, etc.” (Béjar Ciudad Digital, 2016). De forma semejante, el decreto de Ley para hacer del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) una ciudad digital, señala en su artículo tercero la impor-tancia del proyecto para “contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar social” (Asamblea Legislativa del Distrito Fe-deral, 2012).

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) sirve como indicador de la calidad de vida de las personas. De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el IDH parte de tres parámetros: a) esperanza de vida, b) educación en todos los niveles y c) Producto Interno Bruto per cápita. En este sentido, es necesario cuestionarse ¿en qué medida las TIC y el modelo de ciudad digital pueden incrementar efectivamente el IDH de las sociedades?

En un estudio que analiza los modelos de ‘ciudad digital’ o ‘ciudad inteligente’ en la región del Piamonte y la Ciudad de México, Ma-riella Berra asegura que la implementación de las TIC “constituye una condición necesaria, pero no suficiente, para un desarrollo

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artículos 8585

Ciudad digital: paradigma de la globalización urbana

En otro ámbito, el de la iniciativa privada, la empresa global Cis-co con sede en San José (California, Estados Unidos) ha fortale-cido el concepto Internet of Everything (IoE) que en una de sus ramificaciones desarrolla aplicaciones para ciudades inteligen-tes (Mitchell et al., 2013). La ciudad de Hamburgo (Alemania) buscaba transformarse en smart city o ciudad inteligente, y el gobierno contrató a Cisco para implementar una red urbana ca-paz de conectar gente, procesos, datos y objetos (Cisco, 2014). Entre sus intervenciones se encuentra un sistema inteligente para el manejo del tráfico (smart traffic management) y senso-res GPS en los contenedores marítimos para un control ‘inteli-gente’ de las operaciones generales, midiendo la capacidad y el flujo de los mismos. La empresa californiana también firmó con el Fideicomiso Ciudad Creativa Digital (CCD) Guadalajara (México) donde compartirá su ‘práctica global en ciudades inte-ligentes’ a partir de tres ejes: a) administración de la ciudad, b) servicios al ciudadano y c) servicios urbanos a nivel de la calle (Sánchez, 2014).

Tanto la trasnacional Cisco como la ONU operan desde el escena-rio global hacia los escenarios locales: Guadalajara, Hamburgo, Ciudad de México o Béjar donde las políticas públicas del territo-rio se vuelven matices de sistemas internacionales (Muxí, 2009).

Históricamente, el proceso de globalización ha trasladado carac-terísticas o procesos entre sitios distantes. El movimiento mo-derno en arquitectura es un ejemplo diáfano de ello, al importar objetos de arquitectura sin relación estricta con el contexto físico y/o cultural en el que se construían. El caso puntual del paradig-ma de la ciudad digital representa uno de los últimos modelos de una geopolítica aplicada a la urbanización. La pregunta es ¿hacia dónde se dirigen las ciudades poseedoras de identidad-territorio-cultura cuando se ordenan desde sistemas globales de información? La gestión pública que se administra en línea y la estructura en los sistemas de control e interacción en el entorno citadino forman un pilar de la regulación global sobre las dinámi-cas constituidas en lo local.

De tal forma, el concepto de ‘ciudad global’ constituye desde su aparato económico y cultural un tipo de ‘ciudad digital’, en tanto que las TIC son las que permiten gestionar los procesos internos del sistema financiero mundial (Sassen, 1999). Sin embargo, una ‘ciudad digital’ como Bérja no constituye necesariamente una ‘ciudad global’ si consideramos las características del Grupo de Estudios sobre Globalización y Ciudades Mundiales (GaWC, por sus siglas en inglés)7 (Globalization and World Cities  Research Network, s.f.), que destaca la relevancia cultural de las ciudades a nivel internacional. En este sentido, concluiríamos que Béjar no pertenece a una ciudad global bajo los criterios de GaWC y de Saskia Sassen (1999).8 Empero, es probable, que por el modelo de

7 Con el paso del tiempo, el GaWC ha generado distintas categorías de ciudades globales, clasificadas en Alpha (Londres, Nueva York, París y Tokio), Beta (Atenas, Lima, Luxemburgo y Budapest) y Gamma (Guayaquil, Osaka y Phoenix), con base en la integración a la economía global de las mismas (Globalization and World Cities Research Network, 2012).

8 Saskia Sassen (La Haya, Países Bajos, 1949) acuñó el término ciudad-global para referirse a ciudades con características claves para la geopolítica, y que sirven como ejes financieros mundiales que coordinan y operan los mercados de venta

redes de información digital utilizadas en la ciudad para organi-zar sus políticas públicas y económicas sea, eventualmente, una ‘ciudad globalizada’.

Las redes digitales “son globales por su capacidad para autorre-configurarse de acuerdo con las instrucciones de los programa-dores” (Castells, 2009: 51) y trascienden las barreras de los límites territoriales e institucionales. De tal suerte que “una estructura social cuya infraestructura se base en redes digitales tiene las posibilidades de ser global” (Castells, 2009: 51). La ciudad de Bé-jar, a partir de su propósito de transformarse en ciudad digital, se convierte a sí misma en una estructura social encaminada a la mundialización. Si tomamos como válido el argumento de Cas-tells (2009), en tanto que las redes digitales son globales por su naturaleza de ser reconfiguradas desde una centralidad informá-tica, entonces la comunidad de bejaranos estaría en el panorama de una urbe de naturaleza o aproximación global.

Las políticas urbanas practicadas hasta ahora parecen desfa-sadas ante los desafíos de la globalización de la economía y tecnología frente a la localización de la sociedad y la cultura. Los gobiernos municipales están frecuentemente superados por acontecimientos que ocurren en esferas que escapan de su control (Borja, 1999: 22).

Tecnofobia/esperanza para la ciudad del siglo XXI

La complejidad de las ciudades y el desarrollo de la industria de la información son elementos complementarios en la visión de una sociedad que está construyendo su desarrollo, al menos en parte, en el paradigma y en la innovación tecnológica. El modelo de ciudad digital es ejemplo de ello, pues hace que los proble-mas de la ciudad sean traducidos al lenguaje de los números, y que la complejidad de la ciudad se analice en sistemas com-putables donde los mecanismos análogos de interpretación (los métodos ‘tradicionales’) sean considerandos obsoletos o insuficientes. La ciudad se transforma así en una suerte de ‘cor-pus teórico-científico’ que estudian agencias especializadas en sistemas, tanto privadas (como el caso de Cisco) o de la adminis-tración gubernamental, alejada de la política tradicional y ahora convertida en una agencia encargada de perfeccionar la gestión pública (Žižek, 2005).

Otro de los aspectos de la ciudad digital es el que implica la vigi-lancia de la urbe y, por extensión, de los ciudadanos. El desarrollo de un aparato estatal en la ciudad digital con cámaras que la mo-nitorean en tiempo real, que graban, almacenan y reproducen las acciones de los habitantes termina por ser la representación del panóptico descrito por Michel Foucault, pues se reduce la privaci-dad de los ciudadanos e, indirectamente, se condicional la moral del ser (Virilo, 2011). Lo mismo pasa con la regulación del tráfico urbano, de la movilidad y la persecución de los delitos. Lo digital

y compra de capital y conocimiento. En un principio, solo formaron parte de este concepto Nueva York, Tokio y Paris (Sassen, 1999).

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Gabriel Benítez-Gutiérrez

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en la ciudad, se encuentra así, entre la disolución de la privacidad y la supuesta generación del orden común.

Antes de la era digital, las ciudades y las sociedades resolvieron con los conocimientos de su tiempo los problemas de lo urbano. En este inicio del siglo XXI, las TIC representan (en el modelo de ciudad digital) un instrumento central para entender, procesar, interpretar y pretender resolver los problemas urbanos actua-les. El paradigma de la ciudad digital es en sí mismo un ideal, en tanto se considera a la ciudad como un objeto de estudio que puede perfeccionarse con el apoyo de la inteligencia artificial y la participación de la sociedad civil, el aparato estatal y las em-presas privadas. Sin embargo, es la voluntad social en su con-junto la que puede contribuir con los usos productivos y bien encaminados de las tecnologías digitales hacia el bienestar de las mayorías con o sin su uso.

El equilibrio de fuerzas entre lo local del espacio urbano y la in-cidencia de un orden global en las ciudades dependerá, así, de la inteligencia con la que se adopten las TIC en la sociedad civil (con un uso estratégico y orientado) y en la administración pú-blica para la gestión urbana. La paradoja que debe afrontarse es la de potenciar la identidad local a la par que se es competitivo en un mundo interconectado en la red con empresas, medios de comunicación y una política global que ejerce el poder a través de Internet (Castells, 2009).

El modelo de ciudad digital permite al ciudadano ser ‘funcio-nal’ a distancia (pagar impuestos, pedir servicios de transporte, comprar y vender productos, servicios, entre otros), sin em-bargo, la movilidad en el sentido real y no metafórico del ser

depende intrínsecamente de la condición socioeconómica. El ciberespacio (que es el espacio teórico de Internet para existir) ha generado ciertos discursos que abogan por la “supresión de fronteras” (Levy, 2004: 72), no obstante, esto parte de la ideolo-gía impuesta por el discurso redentor de las TIC (Prieto, 2011: 20). En términos de Zygmunt Bauman, esta será una de las con-diciones postmodernas de las clases sociales: los de arriba son los agentes que, como turistas en búsqueda de la emancipación territorial, viajan por el ciberespacio y por la realidad física más allá de la ciudad física, mientras los de abajo están subsumidos en una “accesibilidad virtual” (la del mundo en red) pues las dis-tancias físicas siguen siendo inalcanzables en la realidad no vir-tual (Bauman, 2001: 116).

Las consecuencias que el modelo de ciudad digital o ciudad inteligente tengan en los próximos años es algo que no es de-terminable a ciencia cierta dadas las pocas experiencias que existen y la forma en la que cambia la tecnología. Sin embargo, es notable que el crecimiento sostenido de las TIC y la hiperco-nectividad de las personas y las cosas (IoT) deparan sistemas de información cada vez más robustecidos, sea en la administración pública o en las grandes corporaciones de manejo de informa-ción mundial. ¿Qué se hace con la información, quién la procesa y con qué fines? Son preguntas que marcan el debate social de este tiempo y, en particular, el análisis y la conceptualización de la ciudad digital.

En la medida en que las ciudades y los individuos seamos cada vez más dependientes de la conexión a Internet para operar so-cialmente, nuestro devenir será indisociable de las redes infor-máticas. Educación, trabajo, gestión urbana, objetos, seguridad,

Imagen 3: //..//

Fuente: Roeseler, 2014.

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artículos 8787

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salud y vínculos sociales están interconectados en la gran base de información, en la ‘Pangea de la red’ y nuestras acciones se vuelven imprescindibles si no están soportadas en redes. La ciu-dad digital somos nosotros. ¿Cuánto dependeremos de estas en el futuro para asimilar nuestra condición de ciudadanos? ¿Y para entender la ciudad?

En el silencio del pensamiento, nosotros recorremos hoy las avenidas programáticas del ciberespacio, nosotros habita-mos las imponderables casas numéricas, diseminadas por todas partes, que constituyen ya las subjetividades de los individuos y de los grupos. El ciberespacio: urbanística nó-mada, ingeniería de programa, puentes y calzadas líquidos del espacio del saber (Levy, 2004: 72).

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Gabriel Benítez-Gutiérrez

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artículos 8989

(1) 2017: 89 - 100 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad

ambiental urbana1

Application of multivariate analysis for urban environmental sustainability

Aplicação de análise multivariada para a sustentabilidade ambiental urbana

1 El artículo ha sido desarrollado en el marco de la tesis Doctoral Diseño de un sistema integrado de indicadores de sostenibilidad ambiental para el ámbito municipal. Doctorado en Desarrollo Sostenible de la Universidad Simón Bolívar (USB, Caracas, Venezuela) realizado por la profesora Loraine Giraud Herrera.

ResumenLa determinación de las variables ambientales urbanas en el marco de la sostenibilidad am-biental urbana implica la identificación de las posibles variables que inciden de manera críti-ca en el desarrollo sostenible a nivel de parce-las y edificaciones. Este análisis multivariante aplicado en el sector de Los Palos Grandes, municipio Chacao (Caracas, Venezuela) abor-da las siguientes preguntas de investigación: ¿cuáles son las variables ambientales urbanas que influyen en la variabilidad de la sostenibi-lidad ambiental urbana (SAU)? A partir de la escasa información obtenida, ¿cómo es la re-lación entre estas variables? El marco teórico fundamental de esta investigación se basa en indicadores SAU para ciudades, y su evalua-ción se hace a partir de los datos recolectados en el trabajo de campo y los datos extraídos de fuentes de información secundaria. Se le-vantó la información de factores ambientales y urbanos en 21 manzanas del sector (277 parcelas, aproximadamente el 33% del área total) utilizando el programa SPSS, para luego proponer un modelo de regresión lineal múl-tiple que prediga la sostenibilidad ambiental urbana a nivel de la parcela. Los resultados obtenidos reflejan cierta coherencia lógica y relaciones vinculadas con la SAU a nivel de la parcela en el sector estudiado.

Palabras claves: análisis multivariante, sos-tenibilidad ambiental urbana, variables am-bientales urbanas.

AbstractThe determination of urban environmen-tal variables within urban environmental sustainability, involves identifying possible variables that affect critically on sustain-able urban development in terms of plots and buildings. This multivariate analysis ap-plied to a case study of a section of Los Palos Grandes of Chacao (Caracas, Venezuela) ad-dresses the following research questions: What are the urban environmental variables that influence the variability of Urban En-vironmental Sustainability (SAU) and how is the relationship between these variables from the limited information obtained? The fundamental theoretical framework is based on indicators for cities SAU and SAU assess-ment and is made from data collected in field work and data from secondary sources. The data was taken from 21 blocks of LPG indus-try factors (277 plots, 33% of the total area), using SPSS and then propose a multiple lin-ear regression model to predict urban en-vironmental sustainability at plot level. The results reflect some logical coherence and related relations with the SAU at the farm level in LPG.

Key words: multivariate analysis, urban envi-ronmental sustainability, urban environmen-tal variables.

ResumoA determinação de variáveis ambientais ur-banos dentro de sustentabilidade ambiental urbana envolve a identificação de possíveis variáveis que afetam criticamente sobre o desenvolvimento urbano sustentável, em termos de lotes e de edifícios. Esta análise multivariada aplicada a um estudo de caso de uma seção de Los Palos Grandes de Cha-cao (Caracas, Venezuela) aborda as seguintes questões de investigação: Quais são as variá-veis ambientais urbanos que influenciam a variabilidade da sustentabilidade ambiental Urban (SAU) e como é a relação entre essas variáveis a partir das informações obtidas limitado?. O quadro teórico fundamental é baseado com indicadores para as cidades SAU e avaliação SAU é feita a partir de dados coletados no trabalho de campo e dados de fontes secundárias. Rose e dados ambientais urbanos em 21 blocos de fatores da indús-tria de LPG (277 parcelas, 33% da área total), usando SPSS e, então, propor um modelo de regressão linear múltipla para prever a sus-tentabilidade ambiental urbana ao nível da exploração. Os resultados refletem alguma coerência e relações lógicas relacionados com a SAU ao nível da exploração em LPG.

Palavras-chave: a análise multivariada, a sustentabilidade ambiental urbana, variá-veis ambientais urbanos.

Recibido: 24 de junio 2015Aprobado: 25 de diciembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.52110

Loraine Mayrim Giraud-HerreraDoctora en Desarrollo Sostenible

Universidad Simón Bolí[email protected]

Giobertti Raúl Mo-rantes-Quintana

Magister en Desarrollo y AmbienteUniversidad Simón Bolívar

[email protected]

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enero - marzo de 2017

Loraine Mayrim Giraud-Herrera, Giobertti Raúl Morantes-Quintana

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Loraine Mayrim Giraud-Herrera

Urbanista, magister en Gerencia Am-biental y doctora en Desarrollo Soste-nible de la Universidad Simón Bolívar (Caracas, Venezuela). Profesora agrega-da adscrita al Departamento de Planifi-cación Urbana de la misma Universidad. Miembro del grupo de investigación Vida Urbana y Ambiente (VUA-USB) y de la Comisión de Ambiente de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela. Tiene más de veinte años de experiencia profesional en la gestión y gerencia de proyectos de innovación en temas sociales, ambientales y urbanos.

Giobertti Raúl Morantes-Quintana

Ingeniero Ambiental y magister en De-sarrollo y Ambiente. Profesor instructor del Departamento de Procesos y Siste-mas de la Universidad Simón Bolívar, con experiencia en docencia e investigación.

Introducción

Las formas de medición de la sostenibilidad urbana son resultado de

múltiples enfoques y marcos ordenadores de carácter metodológico,

que arrojan una diversidad de variables cualitativas y cuantitativas

susceptibles de ser medidas, así como metodologías de construcción

de indicadores que son difíciles de equiparar con el criterio de

comparabilidad. No obstante, a nivel mundial existen grandes

esfuerzos en las ciudades para avanzar hacia sistemas de indicadores

de sostenibilidad urbana. A nivel micro, hay pocas experiencias que

determinen las variables ambientales urbanas en parcelas y que se

vinculen con la sostenibilidad ambiental urbana.

La necesidad impostergable de identificar y de medir la situación de insostenibilidad de los asentamientos humanos venezolanos requiere de un sistema integrado de indicadores basado en un modelo de ciudad sostenible adaptado a la historia, la estructura y la dinámica urbana de cada una. Para ello se requiere, en una primera fase, levantar y validar la información primaria y secundaria de ciertas variables que es escasa, y que apunten a medir su funcionamiento bajo un enfoque integral y sistémico, además de indicadores que midan las causas, los estados, los impactos y las respuestas, así como las interrelaciones entre cada una de las dimensiones, espe-cialmente a nivel de manzanas y parcelas, donde se considera que podría realizarse una reno-vación o intervención específica que vaya orientada hacia la ruta de la sostenibilidad. Luego, en una segunda fase, se deben construir los indicadores a nivel de cada ciudad y posteriormente, en una tercera fase, llevar a cabo un intercambio y seguimiento de los indicadores frente a los avances y retrocesos que están sufriendo las mismas.

Las formas de medición del desarrollo sostenible a nivel urbano con énfasis en la dimensión ambiental requieren hacer operacionales las variables mediante indicadores e índices vincula-dos con las ciudades sostenibles en los aspectos ecológicos, ambientales y urbanos. Lo anterior exige comprender qué tipos de indicadores de sostenibilidad ambiental urbana (ISAU) se han utilizado y cuáles han sido las experiencias metodológicas aplicadas para la medición de este tipo de desarrollo.

El análisis de la sostenibilidad ambiental en la parcela y en la edificación sugiere que se identi-fiquen y se evalúen las posibles variables ambientales urbanas en el marco de la sostenibilidad ambiental urbana con la aplicación de técnicas de análisis multivariante y contrastarlas con téc-nicas de carácter cualitativo.

Por todo lo anteriormente descrito, se establece como el objetivo de esta investigación obtener un modelo de regresión lineal múltiple que mida la sostenibilidad ambiental urbana en el sec-tor de Los Palos Grandes, Caracas, Venezuela, a partir de la pregunta ¿cuáles son las variables ambientales y urbanas que influyen en la variabilidad de la sostenibilidad ambiental urbana, y cómo es la relación entre estas variables?

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artículos 9191

Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad ambiental urbana

Sostenibilidad ambiental urbana y sus implicaciones

en la ciudad sostenibleGirardet (2001) define una ciudad sostenible como una relación armónica entre la ciudad, su gente y la naturaleza. Para ello, se requiere de grandes esfuerzos vinculados a todas las personas (mente, cuerpo y espíritu), al predominio sobre la gestión a largo plazo, a la actuación que cumpla con los principios de precau-ción y uso responsable de los recursos, a la estimulación de la diversidad entre las sociedades, a la protección fundamentada en la justicia y equidad, y al manejo adecuado de las actividades humanas viables en las escalas apropiadas.

La ciudad es un sistema complejo donde se desarrollan activida-des humanas y se generan efectos ambientales. El urbanismo es un factor importante de presión sobre los ecosistemas (PNUMA, 2002). El ambiente y los recursos naturales son utilizados como alimentos, energía y bienes para satisfacer las necesidades y de-mandas de la población, así como las actividades económicas que se desarrollan en las ciudades, generando residuos orgáni-cos, inorgánicos y emisiones.

Las ciudades deben planificarse bajo un enfoque de la gestión y administración de la sostenibilidad ambiental de los recursos. Para ello, es necesario evitar a toda costa la degradación am-biental que están generando las ciudades y aplicar políticas, estrategias, planes y proyectos innovadores relacionados con la recuperación ambiental de los ecosistemas afectados. Es urgente y necesario incorporar los aspectos ambientales en las políticas urbanas, y en la construcción de las ciudades bajo un enfoque de sustentabilidad ambiental, económica, social y político-institu-cional mediante el análisis de las relaciones entre el urbanismo y los ecosistemas, teniendo en cuenta formas de medición, evalua-ción y monitoreo con modelos de indicadores de sostenibilidad urbana.

La aproximación a una ciudad sostenible no puede verse sesgada por alguna dimensión de la sustentabilidad, es decir, la dimen-sión ambiental urbana no puede separarse de la dimensión so-cial, ni mucho menos de las dimensiones política-institucional y económica. La sustentabilidad urbana debe estar interrelaciona-da entre las distintas variables que inciden en cada una de las dimensiones y estas entre sí.

Las variables que deberían ser consideradas en el proceso de pla-nificación urbana ambiental obedecen a una racionalidad en el uso del recurso y, para ello, es necesario incluir en el análisis el flujo de energía y materiales (entradas, procesos y salidas del sis-tema) aunado con los aspectos sociales, políticos, institucionales, económicos, de transporte y de estructura urbana.

El concepto de sostenibilidad ambiental urbana ha abierto una nueva visión o perspectiva integral, transversal y a largo plazo. Inclusive, es preciso medir si el capital de los recursos naturales puede soportar indefinidamente el desarrollo urbano actual. Para ello, es imperante relacionar la demanda de los recursos ne-

cesarios para satisfacer las necesidades de los habitantes de las ciudades a través de indicadores e índices que midan estas rela-ciones e interacciones complejas (Bettini, 1998).

Si se exhorta a alcanzar la sostenibilidad ambiental urbana en Ve-nezuela es indispensable repensar las variables que condicionan el desarrollo urbano e identificar las vinculaciones posibles, esta-bleciendo nuevas variables ambientales urbanas y evaluaciones ambientales de carácter estratégico necesarias en el proceso de planificación y gestión ambiental urbana para no comprometer la viabilidad ambiental a futuro.

Variables ambientales urbanas en el marco de la sostenibilidad ambiental urbana en Venezuela

Lamentablemente el desarrollo de las ciudades en Venezuela ha sido desordenado y requiere la incorporación de variables am-bientales urbanas en los procesos de planificación y gestión que respondan a las condiciones ambientales del lugar (Pérez, 1999). Grimaldi (1994) señala que las Variables Urbanas Fundamentales (V.U.F.) son las siguientes: los usos e intensidades del suelo urba-no, las dimensiones de la parcela, las dimensiones de los lotes, las áreas de construcción y de ubicación, el área libre de la parcela, los retiros (laterales, frente y fondo), la altura de la edificación y el estacionamiento.

El artículo 87 de la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística (Con-greso de la República de Venezuela, 1987) de Venezuela define las V.U.F. para las edificaciones así: el uso propuesto en la orde-nanza de zonificación, la densidad bruta de población, los retiros de frente, laterales y de fondo, las alturas de la edificación, los porcentajes de ubicación y construcción, y las restricciones por seguridad o por protección ambiental. Estas y las variables am-bientales deberían estar previstas en las propias ordenanzas, y en los instrumentos legales de regulación y control de las edificacio-nes, no obstante, el componente o la variable ambiental expre-sada en esa Ley es la denominada en función de las restricciones o por protección ambiental, dejando un margen muy amplio a la interpretación de cada actor sobre las variables ambientales en el ámbito urbano. La presente investigación propone un modelo que comprenda la construcción y verificación de ciertas Variables Ambientales Urbanas (V.A.U.) en función de los instrumentos de información y planificación existentes para el sector de Los Palos Grandes del municipio Chacao.

Se hace necesaria la obtención, análisis y procesamiento de la in-formación primaria y secundaria para la construcción de las varia-bles ambientales urbanas que, de por sí, son sumamente escasas y desactualizadas. La información primaria se refiere al levanta-miento de información directamente en campo, y la información secundaria hace referencia a otros documentos y herramientas de información disponibles: el Sistema de Información Ambiental y de Riesgos (SIGAR), el Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL) (City Plan Consultoría, 2009-2011) y el Plan de Gestión Ambiental

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Loraine Mayrim Giraud-Herrera , Giobertti Raúl Morantes-Quintana

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Componentes Variables Indicador

Estado de las edificacionesDureza de las edificacionesCalidad técnica de las edificaciones

Patrimonio Edificaciones patrimonialesVivienda y hábitat

Vivienda y hábitat Densidad de vivienda

Porcentaje de edificaciones ubicadas en asentamientos informales o inseguros

Espacios públi-cos urbanos y áreas verdes

Espacios públicos urbanos

Espacio público por habitante

Áreas verdes Áreas verdes por habitanteTechos verdesProximidad de áreas verdes y espacios públicosNúmeros de árboles por habitanteEstado del arbolado urbanoRelación del arbolado público y privadoDensidad del arbolado urbanoPermeabilidad del sueloCampo visual dirección al Parque Nacional El Ávila/Percepción espacial del Ávila

Diversidad bio-lógica (riqueza)

Riqueza del arbolado Riqueza específica del arbolado urbano

Diversidad vegetal del arbolado urbanoMovilidad urba-na sostenible

Infraestruc-tura vial

Porcentaje de superficie dedicados a infraestructura vialEstacionamiento, paradas y líneas de rutas

Ciclo del aguaAcceso soste-nible al agua potable y saneamiento

Dotación de agua potable

Demanda de abastecimiento de aguaGasto de aguas servidas por contribución

Ciclo de energíaDemanda y consumo de energía eléctrica

Consumo de energía eléctrica

Demanda eléctrica máxima actualRiesgos socionaturales y tecnológicos

Riesgos Riesgo de incendio

Porcentaje de riesgo de inundaciónPorcentaje de riesgo sísmico en edificacionesÁrea de afectación por inundaciónPorcentaje de daños estructurales por sismoMicrozonificación sísmica

Gestión de residuos sólidos municipales

Recolección de residuos sólidos urbanos

Residuos recolectados por persona

Residuos sólidos residenciales (RSR) recolectados por habitanteResiduos sólidos “no residencia-les” recolectados por empleado

Calidad del aire y control del ruido

Calidad del aire

Concentración de partículas to-tales en suspensión (PTS)Emisión de dióxido de carbono equivalentes

Control del ruido Nivel de ruido

Capacidad insti-tucional, planifi-cación y gestión socioambiental

Partici-pación y organización comunitaria

Tasa de ONGs ambientales por cada 100.000 habitantes

Fuente: Giraud, 2015.

En la Tabla 3 se enuncian las 29 variables predictoras del mo-delo propuesto, su definición conceptual y operacional. Estas 29 variables son el resultado de usar como insumos los datos levantados en campo, los datos de información primaria y se-cundaria, y la batería de indicadores diseñados. Dichas variables representan las variables ambientales y urbanas de interés que sirven para construir un modelo multivariante de relación entre los datos cuantitativos.

y de Riesgos (PGAR) (Alcaldía de Chacao e Instituto Autónomo Municipal de Protección Civil y Ambiente, 2011). Luego del pro-cesamiento de los datos, se procede a la obtención de la infor-mación básica de cada parcela del sector de estudio, donde se identifican variables, y condicionantes ambientales y urbanas.

A partir del enfoque teórico descrito y tomando como caso de estudio el sector de Los Palos Grandes del municipio Chacao, se construye una conjunto de Indicadores de Sostenibilidad Am-biental Urbana (ISAU) aplicables a la realidad del sector. Así, se elaboraron 47 fichas de indicadores en función de la información primaria y secundaria obtenida, y procesada. El modelo de la fi-cha de indicadores diseñados y el listado de los 47 indicadores se muestran en las Tabla 1 y 2 respectivamente.

Tabla 1. Ficha modelo de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental Urbana (ISAU)

Nombre del indicador:

Componente: Variable:

Definición:

Definición conceptual y operacional del indicador.

Objetivo Estratégico:

¿Por qué y para qué se mide el indicador?

Metodología:

¿Cómo se calcula y se mide el indicador?

Fecha de Actualización: Tipo de Indicador:

Año Indicador de: presión, estado, impacto o respues-ta

Ámbito: Unidad de Medida:

Sector urbano

Fuente: Valor Actual:

Primaria o secundaria

Valores de Referencia:

Rojo Amarillo Verde

Información complementaria:

Fuente: Giraud, 2015.

Tabla 2. Indicadores de Sostenibilidad Ambiental Urbana (ISAU) diseñados para el sector Los Palos Grandes, municipio Chacao

Componentes Variables Indicador

Ocupación del suelo y funcionamiento de la ciudad

Población urbana

Tasa de crecimiento de la población municipal

Usos del suelo e intensidades

Densidad de población (bruta y neta)

Relación de densidades de población y empleoPorcentaje de áreas residenciales multifamiliaresEquilibrio entre actividades de uso terciario y residencialComplejidad urbanaCompacidad absoluta

Edificaciones Superficie edificada por habitanteEdad de las edificaciones

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artículos 9393

Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad ambiental urbana

Tabla 3. Variables predictoras del modelo

Variable Código Definición conceptual Definición operacional Tipo de variable

Tipo de uso del suelo TIPUSOClasificación de diferentes formas de funciona-miento mediante las actividades residenciales, comerciales, industriales, de servicios y otros.

Lectura del plano de tipos de uso del suelo. Nominal (dummy)

Compacidad absoluta COMPACTEl nivel de compacidad puede ser definido como la relación entre el espacio utiliza-ble de los edificios (volumen) y el espacio ocupado por la superficie urbana (área).

Para cada edificio, estimar el espacio utilizable (volumen), multiplicando el número de pisos de cada edificio por una constante acordada que representa la altura de cada planta (3 metros). Multiplicar el resultado anterior con la suma del total del área ocupada por los edificios. Dividir por la superficie total del área ocupada en parcelas.

Métrica

Población POBPARCELA Número de individuos que habitan un área espe-cífica y realizan una actividad particular en ella

Resultado de la suma del número de habitantes de cada parcela de Los Palos Grandes con la cantidad de empleados de cada parcela.

Métrica

Número de viviendas VIVIENDASEspacio físico cerrado y cubierto que se construye para obtener refugio y abrigo ante elementos sociales y naturales.

La variable es el resultado de multiplicar el número de pisos de cada edificio por una constante acordada que representa un factor de 2 apartamentos por piso. También se calcula tomando información de la base de datos de catastro del municipio Chacao.

Métrica

Número de oficinas OFICYLOCAL Espacio físico cerrado y cubierto que se construye para realizar una actividad de índole económica.

La variable es el resultado de multiplicar el número de pisos de cada edificio por una constante acordada que representa un factor de 2 oficinas/locales por piso. También se calcula tomando información de la base de datos de catastro del municipio Chacao.

Métrica

Permeabilidad del suelo de la parcela PERMEABLE

Índice Biótico del suelo para un área determinada. Indica la relación entre las superficies en el ciclo natural del suelo y la superficie total de una zona de estudio, y se tiene una clasificación de suelos permeables, semipermeables y permeables.

Se calcula asignando un valor a cada tipo de suelo, que oscila entre 0 y 1 en función de su grado de naturalidad, siendo 1 el más permeable y el 0 los impermeables. Se le asigna un valor a cada tipo de superficie en la zona estudiada. El índice se calcula mediante la siguiente fórmula: [Σ (fi x ai) / At], donde (fi) es el factor del tipo del suelo, (ai) es el área de la superficie del suelo y (At) es el área total de la zona de estudio.

Métrica

Árboles urbanos ÁRBOLES Árbol ubicado en la ciudad. Conteo de árboles realizado directamente en el sector de estudio. Métrica

Número de árboles sanos ARBOLSANO Árbol que no presenta daño visible por plagas y/o enfermedades.

Valoración cualitativa del atributo “es-tado del árbol = sano” observado direc-tamente en el sector de estudio.

Métrica

Número de árboles enfermos/intervenidos ARBOLENFER Árbol que presenta daño visible por

plagas y/o enfermedades.Valoración cualitativa del atributo “estado del árbol = enfermo” observado directamente en el sector de estudio.

Métrica

Número de árbo-les muertos ARBOLMUERTO Árbol que no presenta condiciones de vida.

Valoración cualitativa del atributo “estado del árbol = muerto” observado directamente en el sector de estudio.

Métrica

Número de árbo-les privados ARBOLPRIV Árbol que se encuentra localiza-

do dentro de la parcela. Conteo de árboles localizados dentro de la parcela. Métrica

Número de árbo-les públicos ARBOLPUB Árbol que se encuentra en la acera in-

mediata que limita a la parcela.Conteo de árboles localizados en la ace-ra inmediata que limita a la parcela. Métrica

Dotación de agua DOTAH2ODotación de agua en litros por segundo, por parcela, con conexión a la red de agua de la ciudad, según la cantidad de habitantes y el tipo de uso de suelo.

Definición operacional: tomando como base la dotación establecida en la Gaceta Nacional No. 4044 (Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y del Desarrollo Urbano, 1988), la población por cada parcela, el número de trabajadores, el tipo de uso del suelo, el número de pisos y el área de ubicación se logra calcular la dotación de agua en litros por segundo para cada parcela de estudio.

Métrica

Consumo de ener-gía eléctrica ELECTkwh

Consumo de energía eléctrica por habitante al año en Mwh que es demandado por la población de un determinado sector, en un periodo de tiempo establecido. Indica los Mwh consumidos al año sin tomar en cuenta el tipo de uso del suelo (comercio, oficina, educacional, entre otros).

La variable es el resultado de multiplicar la población individual estimada por parcela por una constante acordada que representa un factor de 14,7493 Mwh/hab para el municipio Chacao.

Métrica

Residuos sólidos reco-lectados por persona BASURA

Cantidad de residuos sólidos urbanos que son recolectados por día en el transcurso de un año en un sector. Se le atribuye la gene-ración de estos residuos a la población.

La variable es el resultado de multiplicar los habitantes de cada parcela por una constante acordada que representa un factor de 0,65Kg/(hab*día) y los empleados de cada parcela, otra constante de 0,569 Kg/(empl*día).

Métrica

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Variable Código Definición conceptual Definición operacional Tipo de variable

Emisiones de CO2 equivalentes CO2EQUIV

Se trata de un indicador de equivalencia que, a partir del consumo eléctrico y del consumo del agua, determina la cantidad de dióxi-do de carbono emitido a la atmósfera.

La variable es el resultado de multiplicar el consumo de agua potable por una constante acordada que representa un factor de 0,37 KgCO2equiv/m3 agua y el consumo eléctrico por 7,055x10-4 Ton métricas CO2/Kwh.

Métrica

Ruido RUIDO La ausencia de silencio cuando el sonido es considerado desagradable, molesto o dañino.

Lectura del mapa de ruido del municipio Chacao y asignación de un valor particular a cada parcela. Métrica

Área de afectación por inundación RIESGO1

La probabilidad de inundación de un sector urbano (llámese parcela, manzana, entre otros) está directamente relacionada con el nivel de la pendiente del suelo y la cer-canía a cuerpos de agua (ríos, quebradas, entre otros). Se ve intensificada según sea la densidad poblacional en ese mismo sector.

La variable es el resultado de clasificar cada unidad de estudio (parcela, manzana) en tres escalas de densidad poblacional: Alta, Media y Baja (según ordenanza correspondiente al sector).Identificar, para cada unidad de estudio las zonas planas (pendientes menores al 4%) y los aludes de cuerpos de agua, sumarlas y calcular el área de cada zona.

Ordinal

Microzonificación sísmica RIESGO2

La microzonificación sísmica permite determinar la zonas con comportamientos similares ante los movimientos telúricos (Padrón et al., 2013). Sirve para identificar la amenaza sísmica con un mayor nivel de detalle, de manera que se puedan definir recomendaciones precisas para el diseño y construcción de edificaciones sismoresistentes.

Lectura del plano de microzonificación sísmica, se escoge la microzona a la cual pertenece cada unidad de estudio.

Nominal (dummy)

Porcentaje de daños estructurales por sismo RIESGO3

Porcentaje de edificaciones con riesgo alto, medio y bajo por sismicidad en el sector de Los Palos Grandes.

Se obtiene al sumar la vulnerabilidad física de la edificación, la microzonificación sís-mica, el grado de magnitud del sismo, el número de pisos de la edificación, la fecha de construcción, entre otros factores.

Métrica

Edad de la edificación EDADEDIF Antigüedad de las edificaciones presentes en el sector urbano.

Con base en la información suministrada por la Dirección de Catastro del municipio Chacao, la cual comprende las edificaciones a partir del año 1967 hasta la actualidad, se obtiene un porcentaje a partir de la información de la totalidad de las edificaciones.

Ordinal

Dureza de la edificación DUREZAEDIFEvaluación de la estructura y la altura de la edificación, así como la relevancia que le otorga el uso dado y a la ubicación.

Porcentaje calculado a partir de la información suministrada por City Plan Consultoría (2009-2012) sobre la dureza de las edificaciones.

Ordinal

Estado de la edificación EDOEDIFSe trata del deterioro de la edificación mediante la identificación de su estado físico, clasificado en buen, regular y malo.

Porcentaje calculado a partir de la información suministrada por City Plan Consultoría (2009-2012) sobre la clasificación del estado de las edificaciones.

Ordinal

Altura de la edificación ALTURAEDIF Número de pisos de una edificación.

La variable es el resultado del plano de alturas suministrado por City Plan Consultoría porcentaje calculado a partir de la información suministrada por City Plan Consultoría (2009-2012) y de la base de datos de catastro del municipio Chacao.

Métrica

Densidad neta DENSIDADPOB Número de habitantes con respecto a la superficie urbana ocupada por las parcelas.

La variable es el resultado del cociente del número total de habitantes existentes entre la superficie urbana total del sector urbano.

Métrica

Área de la parcela AREAPARCELASuperficie del suelo que está claramente limitada por límites legales asignados a una propiedad que se denomina parcela.

Metros cuadrados de superficie ocupados por cada parcela calculados a través del SIGAR. Métrica

Área de ubicación AREAUBICACION Superficie del suelo dentro del área de la parcela que tiene infraestructura construida.

Metros cuadrados de superficie de cada parcela que tienen algún tipo de construcción calculados a través del SIGAR.

Métrica

Área de construcción AREACONS-TRUCCION

Se define como la superficie construida en una parcela tomando en cuenta todos los nive-les o plantas que posee la infraestructura.

La variable es el resultado de multiplicar los metros cuadrados de superficie de cada parcela que tienen algún tipo de construcción por el número de pisos de la misma parcela.

Métrica

Superficie edificada SUPEREDIFI-CADA_SPSS

Medida relativa a la distribución espacial de una cantidad de personas en una edificación según su espacio.

Es el área de construcción por el número de pisos entre los habitantes. Métrica

Fuente: elaboración propia.

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Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad ambiental urbana

Relación entre modelos de regresión y las Variables

Ambientales Urbanas (V.A.U.) Existen investigaciones sobre la construcción de índices e indi-cadores ambientales y de desarrollo sostenible utilizando técni-cas de análisis multivariante, como el análisis de componentes principales (ACP) y el análisis de conjuntos difusos (DP2) (Escobar, 2006; 2008; Montosa, 2014). Estas se llevaron a cabo en sectores urbanos o a escala de la ciudad, no obstante, a nivel micro (par-celas y edificaciones), la técnica del análisis multivariante podría ser aplicada para determinar las posibles variables ambientales y urbanas que inciden en la sostenibilidad ambiental urbana.

Metodología Tipo y diseño de la investigación

Se trata de un estudio no experimental de tipo prospectivo, donde los sujetos son seleccionados por poseer determinados valores que pueden ejercer cierta influencia y de grupo único (se selecciona una muestra de sujetos que presenten todos los niveles de las variables independientes) con finalidad predictiva sobre la variable predicha (VP) (Montero y León, 2002).

Se establece un diseño transeccional que aplica cuando se re-colectan datos en un tiempo único y cuando el propósito es describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un momento dado (Hernández, Fernández y Baptista, 2006; Kerlin-ger y Lee, 2002).

Variables

La definición de las V.A.U. se obtuvo a partir de los fundamentos teóricos, lo establecido en la Ley, y en los instrumentos de pla-nificación y gestión existentes para el sector de estudio. Por lo tanto, se determinaron 29 variables urbanas y ambientales para el sector de Los Palos Grandes, y su definición conceptual y ope-racional.

A partir de los valores de referencia investigados se construye una variable dependiente que sirve como predicha en el modelo de regresión usando los indicadores de sostenibilidad ambiental urbana (ISAU) diseñados para el sector estudiado. Para la inves-tigación actual se asignaron con éxito los respectivos valores de referencia a un total de 14 indicadores. Esta variable a predecir o predicha (VP) asigna un puntaje del 0 al 28 el estado actual (am-biental y urbano) de cada parcela de Los Palos Grandes, según sea el valor del indicador de la misma, comparado con sus valores de referencia: se estableció una escala del 0 al 2, donde “0”, repre-sentado con el color rojo en la ficha del indicador, no cumple con los estándares de la variable evaluada (insostenible). “1”, con color amarillo en la ficha, puede cumplir medianamente con el están-dar de la variable evaluada (medianamente sostenible) y “2”, con

color verde en la ficha, es considerada la mejor opción, en otras palabras, que cumple con los estándares planteados. La VP mide el “deber ser” de cada parcela del sector Los Palos Grandes para la medición de la variable ambiental o urbana. En esta variable, los puntajes más altos se asocian con valores positivos de la dimen-sión ambiental y urbana de la parcela.

Población y muestra

Se trabajó en Los Palos Grandes que se ubica al noreste del muni-cipio Chacao, en el Estado Miranda, Venezuela. La unidad de es-tudio para esta investigación fue la parcela. En el sector existe un total de 63 manzanas, que suman 815 parcelas (12,93 parcelas/manzana), en una superficie de 115,68 hectáreas.

Hernández, Fernández y Baptista (2006) establecen que existen maneras de calcular el tamaño de la muestra a partir del nivel de confianza, el tamaño de la población y el error permitido estable-cido por el investigador. Siguiendo estos parámetros, el tamaño de la muestra se calculó usando la ecuación de determinación de población (Netquest, 2014). Se tomó un universo de 63 manza-nas con un nivel de confianza del 95%, un margen de error del 5% y una heterogeneidad de la población de 50%, resultando en un valor de 21 manzanas.

Definido el tamaño de la muestra, el siguiente paso fue deter-minar cómo iba a ser escogido el individuo que formaría parte del estudio: a) se dividió la zona de estudio en tres (3) sectores según su homogeneidad en cuanto a los tipos de usos del sue-lo y a la estructura morfológica de las manzanas, b) se utilizó un muestreo probabilístico tipo tómbola (Hernández, Fernández y Baptista, 2006) en cada sector y c) se escogieron siete (7) man-zanas aleatoriamente en cada uno de los tres sectores donde se recolectó la información en campo. La Figura 1 muestra un plano del sector de estudio donde se observa cómo se divide el espacio en los tres micro-sectores según su homogeneidad urbanística.

Figura 1. Ubicación de Los Palos Grandes y de micro-sectores de estudio, municipio Chacao

Fuente: Alcaldía de Chacao, 2014.

Análisis de los datos

Se aplicó un modelo de regresión multivariante que estudia si-multáneamente más de dos variables. La regresión lineal múlti-ple está incluida en los ejemplos de análisis multivariante y su análisis permite establecer la relación que se produce entre una variable predicha y un conjunto de variables predictoras. Al apli-car el análisis de regresión múltiple lo más frecuente es que tanto la variable dependiente como las independientes sean variables

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continuas, medidas en escala de intervalo o razón. Otras posi-bilidades son: a) relacionar una variable dependiente continua con un conjunto de variables categóricas y b) aplicar el análisis de regresión lineal múltiple en el caso de relacionar una variable dependiente nomi nal con un conjunto de variables continuas (Rodríguez y Mora, 2001).

La anotación matemática del modelo o ecuación de regresión li-neal múltiple es la que sigue (Rodríguez, 2011; Pardo, 2001):

VP= ∝ + β1 Χ li + β2 Χ 2i + β3 Χ 3i + βK Χ Ki+ ∈i

Ó

VP=∝ + B1 Χ li +B2 Χ 2i+B3 Χ 3i+BK Χ Ki Ñ

VP: variable a predecir

∝: Constante

B: Coeficiente de regresión

β: Coeficiente de regresión estandarizado

Χ: Variable independiente

∈: Residuos

Según Kerlinger y Lee (2002) es necesario que se cumplan una serie de supuestos básicos para que sea viable la aplicación de una regresión lineal múltiple, en consecuencia, se evaluaron los supuestos básicos del modelo de regresión (linealidad, indepen-dencia, normalidad, homocedasticidad y no-colinealidad) para confirmar la pertinencia de llevar a cabo el modelo estadístico propuesto.

Se realizó un procedimiento para la detección de posibles datos atípicos y datos perdidos, resolviendo las incongruencias de los mismos. El procedimiento utilizado en el análisis cuantitativo se dirigió a la obtención de un modelo de regresión lineal múltiple que relacionara las variables de interés con otra variable a prede-cir que midiera de manera numérica el valor actual de cada varia-ble para Los Palos Grandes. Se construyó una matriz de datos y se otorgó un valor a cada una de las 29 variables para cada una de las 277 parcelas del sector, lo cual, sumó un total de 37 variables al tener en cuenta que las variables dummy suman más varia-bles al modelo. Se realizó un análisis previo de la matriz de datos construida que incluye análisis descriptivos de moda, media, me-diana, frecuencias, entre otras. Los pasos siguientes incluyeron el análisis e interpretación de los datos cuantitativos a partir de correlaciones, análisis factorial (exploratorio y confirmatorio) y la construcción de un modelo de regresión lineal múltiple.

ResultadosLos resultados se estructuraron en cinco fases: análisis de corre-laciones exploratorio, análisis de componentes principales explo-ratorio, análisis de correlaciones final, análisis de componentes principales confirmatorio y, finalmente, el modelo de regresión lineal múltiple.

Análisis de correlaciones exploratorio (ACexp)

Su finalidad es identificar posibles asociaciones o relaciones en-tre las propias variables, así como relaciones entre las variables predictoras y la VP, la significancia de las relaciones, su sentido, su magnitud y sincronía (Trochim, 2006; Kelmansky, 2009). Para esto se utilizó el coeficiente de correlación lineal de Pearson y se realizó una matriz de correlación entre las 37 variables. Ciertas variables correlacionaron altamente entre sí, como por ejemplo, población con a) dotación de agua estimada para la parcela, b) consumo de electricidad de la parcela, c) residuos, d) consumo de electricidad y e) emisión de CO2 equivalente. Se evidenció la existencia de colinealidad, es decir, que los predictores del mode-lo están relacionados, constituyendo una combinación lineal (Ló-pez, 1998). Cuando hay evidencias de colinealidad (correlaciones > 0,9 – sig p < 0,00) (Goldstein, 1993) es recomendable eliminar algunas variables si se desea aplicar un análisis de regresión a posteriori (López, 1998). Esto se puede verificar haciendo un aná-lisis de reducción de dimensiones como: análisis factoriales o de componentes principales. Se evidenció también que al menos 14 variables se correlacionaban estadísticamente de manera signifi-cativa con la VP.

Análisis de componentes principales exploratorio (ACPe)

El objetivo es lograr reducir la cantidad de variables manejadas de manera que se pierda la mínima cantidad de información en el proceso al identificar cuáles pesan en un mismo factor (Kerlinger y Lee, 2002). Se realizó el ACPe al conjunto de las 37 variables. Al comprobar los supuestos necesarios para realizar un análisis factorial (comúnmente se aplica el KMO –Kaiser-Meyer-Olkin– y del Test de Esfericidad de Barlett) resultó que no se cumplían los supuestos necesarios. Se llevaron a cabo otras pruebas estadísti-cas que indicaran las posibles técnicas de reducción de variables que se podían aplicar a la matriz de datos en cuestión. Se calcu-ló el “determinante de la matriz de correlaciones” y la “matriz de correlaciones residuales”. Para poder aplicar un ACP, el determi-nante de la matriz de correlaciones debe tender a cero (a = 0,000 para matriz de datos del sector estudiado) y las diferencias entre las correlaciones observadas y reproducidas deben ser mínimas (el porcentaje de residuos debe ser menor al 16% para que se pueda aplicar un análisis factorial) (Gude-Redond, 2014). Para la matriz de Los Palos Grandes el ACPe resultó ser del 15%. Luego de comprobados los supuestos, se realizó un análisis factorial con extracción mediante “componentes principales”.

El ACPe permitió identificar las relaciones existentes entre las variables ambientales y urbanas. Así mismo, permitió agrupar y reducir aquellas variables que pudiesen poseer estructuras sig-nificativas en torno a ciertas variables y validar los posibles cons-tructos. Con este análisis se logró agrupar en diez componentes las 37 variables tomadas en cuenta en el modelo. Los diez com-ponentes explican el 80,559% de la varianza total. Tanto el ACexp como el ACPe permiten reducir la gamma de variables manejada de 37 a 25, perdiendo sólo un 19% de información.

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Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad ambiental urbana

Análisis de correlaciones final (ACfin)

Como se mencionó con anterioridad, para realizar un análisis de regresión es obligatorio evaluar las variables manejadas para conocer si cumplen una serie de supuestos necesarios. Para los casos de análisis de regresión se debe comprobar que las varia-bles no presenten multicolinealidad. La matriz de correlaciones final se hace para comparar las correlaciones entre las 25 varia-bles manejadas hasta este momento y, según las magnitudes y significancias estadísticas que posean estas correlaciones, poder tomar decisiones. A partir del ACfin se eliminaron y rediseñaron algunas variables, reduciéndolas a 21, para ser tratadas en el pos-terior análisis de regresión.

Análisis de componentes principales confirmatorio (ACPc)

Su finalidad es evaluar si las 21 variables que han demostrado ser significativas por sus relaciones entre sí pueden reducirse a un set de variables más pequeño, perdiendo la menor can-

tidad de información posible. En un ACP también se evalúa si los resultados obtenidos hasta el momento mantienen una ló-gica teórica y práctica pues al reducir las variables según ciertos componentes lo que se espera es que las variables que pesen en un mismo componente (con valores > 0,5) tengan propiedades o particularidades en común desde un punto de vista teórico y/o práctico. Por ejemplo: población, dotación de agua, consu-mo de electricidad y emisión de dióxido de carbono equivalen-te deben ser agrupados por el programa automáticamente en un mismo factor, pues todas las variables tienen algo en común: “la población”, es decir, realmente sólo una variable está apor-tando información al sistema. Con el ACPc2 se demostró que las 21 variables se podían agrupar en ocho componentes que ex-plicaban el 79,004% de la varianza. Con los resultados del ACPc se logró eliminar una variable por no poseer un peso significa-tivo en los resultados y se pudo reducir a una sola dimensión otras tres variables (todas relacionadas con los árboles). En este punto del análisis cuantitativo las variables de interés para rea-lizar un análisis de regresión múltiple se reducen a 17 (véanse Tabla 4 y Tabla 5).

2 Se comprobaron nuevamente los supuestos para realizar un análisis factorial re-sultando en un KMO = 0,647, p < 0,000, lo cual, es indicativo de que los datos son aptos para realizar cualquier tipo de análisis factorial (véase Tabla 4).

Tabla 4. Cargas para el análisis factorial confirmatorio con rotación Varimax para la matriz de variables de Los Palos Grandes

Componentes Principales

1 2 3 4 5 6 7 8

ResMULTI 0,235 -0,020 0,837 -0,077 0,026 -0,076 -0,011 0,019

Otros usos variados 0,001 -0,011 -0,162 -0,850 -0,121 -0,036 0,006 0,010

Une los tipos educacional con asistencial -0,002 0,000 -0,044 0,037 0,013 -0,033 0,024 0,981

Comercio-oficina -0,032 0,144 -0,137 0,055 0,859 -0,237 0,082 -0,102

Residencial-comercial-oficina -0,037 0,018 -0,066 0,047 0,004 0,925 0,048 -0,036

Número total de personas de la parcela (empleados más habitantes)

0,102 0,957 -0,071 0,024 0,155 0,002 0,011 0,013

Permeabilidad de la parcela 0,320 -0,051 -0,205 -0,083 -0,267 -0,155 0,243 0,064

Ruido promedio atribuible a cada parcela -0,077 0,228 0,171 -0,233 0,103 0,247 0,678 -0,008

Número total de árboles en la parcela 0,957 0,204 0,124 -0,019 -0,024 0,001 0,017 -0,001

Número de árboles sanos 0,884 0,004 0,203 0,035 -0,017 -0,058 -0,014 -0,019

Número de árboles enfermos y/o con al-gún grado de intervención

0,683 0,387 -0,014 -0,094 -0,022 0,111 0,006 0,030

Número de árboles privados 0,954 0,105 0,168 0,052 -0,011 0,001 0,004 -0,016

ZONA3X -0,075 0,017 -0,001 -0,025 -0,063 0,049 -0,889 -0,020

Área de afectación por inundación -0,065 0,017 0,105 -0,099 0,633 0,450 0,294 0,013

Edad calculada para la edificación -0,126 -0,095 -0,291 0,807 -0,010 0,099 0,036 -0,030

Dureza de la edificación 0,152 0,189 0,586 0,280 -0,002 0,453 -0,128 0,040

Estado de la edificación 0,088 0,081 0,271 0,719 -0,035 -0,052 -0,221 0,101

Área de construcción dividida entre los ha-bitantes (calculada según SPSS)

0,067 0,070 0,759 0,129 -0,216 -0,038 0,157 -0,099

Área de ubicación multiplicada por la altu-ra en pisos (se lee en metros cuadrados)

0,159 0,952 0,078 0,021 0,112 0,055 0,040 -0,024

Área de la parcela en metros cuadrados 0,316 0,807 0,333 -0,073 0,095 0,046 0,120 0,002

Número de pisos (si la variable dice 20, se lee dos pisos)

0,111 0,440 0,545 0,038 0,152 0,494 0,154 -0,016

DENSIDAD_SPSS 0,002 0,428 -0,145 0,138 0,705 0,210 -0,067 0,246

Fuente: elaboración propia.

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enero - marzo de 2017

Loraine Mayrim Giraud-Herrera , Giobertti Raúl Morantes-Quintana

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Tabla 5. Pruebas de KMO y prueba de Bartlett del ACPc

Medida de adecuación muestral de Kaiser-MeyerOlkin (KMO) 0,647

Prueba de esfericidad de Barlett Chi-cuadrado 0,647

Aproximado 4931,869

gl 231

Sig 0,000

Fuente: elaboración propia.

Modelo de regresión lineal múltiple

Finalmente, se construyó una variable predictora (VP) del modelo a nivel de parcela a partir de las 17 variables,3 cuyo objetivo es dar luces para conocer si la parcela es sostenible4 o no con los datos procesados en SPSS, en función de la escasez de información. Se muestra un modelo de regresión lineal múltiple que relaciona dos conjuntos de variables manejados de maneras diferentes pero con factores en común, todo esto mediante una ecuación que se aproxima a explicar de la mejor manera la relación entre esas variables y la VP para el sector de estudio Los Palos Grandes. La ecuación de regresión representa el comportamiento de un hiperplano en un espacio multidimensional.

El modelo de regresión lineal múltiple obtenido explica el 52% de la varianza de manera significativa a partir de las 11 variables (véase Tabla 6). Dado que existen más de dos variables indepen-dientes, la representación gráfica de las relaciones que existen entre ellas y la VP resulta compleja, poco intuitiva, irrelevante y nada útil. La interpretación de las relaciones del modelo es más sencillo de entender a partir de la construcción de la ecuación del modelo lineal (Pardo, 2001).

Tabla 6. Modelo de regresión lineal múltiple: sostenibilidad ambiental urbana

Variables B Beta T Sig. T (p)

(Constante) 19,086   9,566 0,000

Otros usos variados -3,021 -0,254 -5,091 0,000

Ruido promedio atribuible a cada parcela -0,153 -0,255 -5,112 0,000

REGR Árbol sano privado Versión 2 0,839 0,293 5,531 0,000

Permeabilidad de la parcela 1,450 0,240 5,417 0,000

Residencial-comercial-oficina 2,542 0,285 5,529 0,000

Residencial multifamiliar 1,895 0,234 4,150 0,000

Estado de la edificación 0,835 0,196 3,840 0,000

Área de la parcela en metros cuadrados -0,001 -0,417 -4,143 0,000

Número total de personas de la parcela (em-pleados más habitantes)

0,002 0,312 3,712 0,000

Área de construcción dividida entre los habi-tantes (calculada según SPSS)

0,008 0,190 3,382 0,001

Número de pisos (si la variable dice 2 se lee dos pisos)

-0,109 -0,188 -2,757 0,006

Nota: R = 0,735; R2 = 0,540; R2ajustado = 0,521; F = 7,603; p = 0,00; ∈ = 1,979Fuente: elaboración propia.

3 En este conjunto de variables se comprobaron los supuestos de normalidad, co-linealidad, homocedasticidad.

4 La sostenibilidad es identificada en una parcela según cumpla en una mayor me-dida con los valores deseados de las variables ambientales urbanas diseñadas en esta investigación.

A partir de los datos de la Tabla 5 se construye la ecuación del modelo de regresión:

[Modelo A]

VP= ∝ + β1 Χ li+ β2 Χ 2i + β3 Χ 3i + βK Χ Ki + ∈i

[Modelo B: modelo predictivo]

VP=∝ + B1 Χ li +B2 Χ 2i+B3 Χ 3i+BK Χ Ki

Modelo A: VP = 0 – (0.254 otros usos variados) – (0.255 ruido) + (0.839 árboles) + (1.450 permeabilidad) + (2.542 rco) + (1.895 res-multi) + (0.835 estado) – (0.001 áreaparcela) + (0.002 población) + (0.008 superedificada) – (0.109 altura) + 1.979

Modelo B: VP = 19,086 – (3,021 otros usos variados) – (0,153 ruido) + (0.293 árboles) + (0.240 permeabilidad) + (0.285 rco) + (0.234 resmulti) + (0.196 estado) – (0.417 áreaparcela) + (0.312 población) + (0.191superedificada) – (0.188 altura)

VP: Variable a predecir

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artículos 9999

Aplicación del análisis multivariante para la sostenibilidad ambiental urbana

Otros usos variados: otros usos relacionados con equipamientos, vacantes, estacionamientos, entre otros

Ruido: ruido promedio atribuible a cada parcela

Árboles: árboles no muertos ubicados dentro de la parcela Permeabilidad: permeabilidad de la parcela Rco: uso residencial comercial y oficinas Resmulti: uso residencial multifamiliar Estado: estado de la edificación Áreaparcela: área de la parcela Población: población y empleados de la parcela Superedificada: superficie edificada (construcción) de la parcela Altura: altura de la edificación

Con la ecuación del Modelo B se podría predecir la puntuación de la VP que tendría una parcela en Los Palos Grandes sobre la escala que mide el “deber ser” según las variables SAU diseña-das en esta investigación. El Modelo A proporciona una pista muy útil sobre la importancia relativa de cada variable indepen-diente en la ecuación de regresión mediante los valores de los coeficientes estandarizados. Una variable tiene más peso (im-portancia) en la ecuación de regresión cuanto mayor (en valor absoluto) es su coeficiente de regresión estandarizado (Pardo, 2001). (Véase Figura 2).

Figura 2. Mapa de variables del modelo de regresión de Los Palos Grandes para su sostenibilidad ambiental y urbana

Fuente: elaboración propia.

ConclusionesLa aplicación del estudio al caso Los Palos Grandes a partir de la información levantada en 277 parcelas como insumo de datos reales en campo, la revisión de fuentes de información secunda-ria, el diseño de 47 indicadores de sostenibilidad ambiental ur-bana (ISAU), la selección de 29 variables y la formulación de una variable predictora de SAU, arrojó un modelo de regresión lineal múltiple con 11 variables significativas a nivel de la parcela: área de la parcela, población, usos del suelo (residencial-comercial-oficina, residencial multifamiliar, otros usos variados), superficie edificada por habitante, altura de la edificación, estado de la edi-ficación, nivel de ruido, árboles y permeabilidad del suelo. Esto refleja que dicha variable predictora (denominada SAU) para una parcela de Los Palos Grandes, como variable dependiente, está vinculada con las variables medidas positivas o que contribuyen a la SAU como: número de árboles, permeabilidad de la parcela, uso residencial-comercial-oficina, uso residencial-multifamiliar, población, superficie edificada por habitante y estado de la edi-ficación, mientras que las variables negativas o que desmejoran la SAU están relacionadas con el nivel de ruido, otros usos varia-dos (usos vacantes, estacionamientos, entre otros), el área de la parcela y la altura de la edificación. Los resultados reflejan cierta coherencia lógica vinculados con la SAU a nivel de parcela en el sector de estudio.

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enero - marzo de 2017

Loraine Mayrim Giraud-Herrera , Giobertti Raúl Morantes-Quintana

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La necesidad y el esfuerzo por aplicar una metodología cuanti-tativa para la aproximación de la realidad compleja e integral de la ciudad en el marco del desarrollo sostenible es un argumento concluyente que se mantiene en esta investigación.

Aquí, la estrategia cuantitativa se enfoca en el proceso del le-vantamiento de datos en campo y en las fuentes de información secundaria de las manzanas y las parcelas. Se utilizó un modelo de regresión para medir posibles variables predictoras para que una parcela apunte hacia la sostenibilidad, con datos y valores

referenciales descubiertos en las fichas de los indicadores de la investigación cualitativa.

La evaluación de la sostenibilidad ambiental urbana se obtiene con el planteamiento del modelo teórico y el análisis de un es-tudio de caso mediante la construcción de variables ambienta-les urbanas propias para el mismo. Posteriormente se contrasta con la aplicación del método cuantitativo para la obtención de un modelo de regresión lineal múltiple a partir del análisis de co-rrelaciones y ACP, y finalmente, la comprensión cualitativa de los resultados obtenidos para ambas secuencias.

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dEsdE El posgrado 101101

(1) 2017: 101 - 104 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

27 Desde el posgrado27

Postconflicto, modelo económico y ordenamiento

urbano-regional1

Post-conflict, Economic model and urban-regional planning

Pós-conflito, modelo econômico e ordenamento urbano-regionalInti Mesías-Barrera

Estudiante de Maestría en Ordenamiento [email protected]

1 Este artículo expone apartes de un documento de investigación presentado en 2014 para la asignatura Análisis territorial de la Maestría en Ordenamiento Urbano-Regional de la Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia.

ResumenEl modelo económico impuesto en un país define, entre otros aspectos, las disposicio-nes que imperan en materia de ordenamien-to territorial. Entender el papel que juega el neoliberalismo en Colombia es determinante para valorar las posibilidades y amenazas a las que se enfrenta la nación en un escenario de Postconflicto. Por un lado, unas dinámicas urbano-regionales ligadas a un desarrollo económico creciente en aquellas regiones donde el Estado no ha tenido el control de la violencia y, por otro, la posibilidad para los sectores sociales democráticos interesa-dos en modificar esa matriz económica de reivindicar sus exigencias sin que estas sean asociadas con grupos alzados en armas, constituyendo apuestas de ordenamiento desde una lectura regional acorde con las ne-cesidad del país.

Palabras clave: neoliberalismo, Postconflic-to, modelo económico, región.

AbstractIt is the economic model imposed on a country that defines, among other things, provisions relating to land planning that prevail. Understanding the role of neolib-eralism in Colombia is crucial to assess the opportunities and threats facing the nation in post-conflict scenario. On the one hand, some urban-regional dynamics linked to the economic model in increasing develop-ment in regions where the state has not had control of the use of violence, and secondly, the possibility for democratic social sectors interested in modifying the economic matrix to claim of their demands without being as-sociated with armed opposition groups or terrorism, constituting betting system from a regional perspective in line with the needs of the country.

Keywords: neoliberalism, post-conflict, eco-nomic model, region, broad front.

ResumoÉ o modelo econômico imposto em um país o que define entre outros aspectos as dis-posições que em termos de ordenamento territorial imperam. Entender esse papel do neoliberalismo na Colômbia é determinan-te para valorar as possibilidades e ameaças às que se enfrenta a nação num cenário de pós-conflito. Por um lado, umas dinâmicas urbano-regionais associadas ao modelo eco-nômico em crescente desenvolvimento em aquelas regiões onde o Estado não tem tido o controle do uso da violência e, por outro, a possibilidade dos setores sociais democrá-ticos interessados em modificar essa matriz econômica e de reivindicar suas exigências sem que elas sejam associadas com grupos armados ou terrorismo, constituem apostas de ordenamento desde uma leitura regional acorde com as necessidades do país.

Palavras chave: neoliberalismo, pós-confli-to, modelo econômico, região, frente amplo.

Recibido: 12 de mayo de 2014Aprobado: 15 de noviembre de 2016https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n1.47711

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enero - marzo de 2017

Inti Mesías-Barrera

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Inti Mesías-BarreraPolitólogo de la Universidad Nacional de Colombia y candidato a magister en Ordenamiento Urbano-Regional. Cola-borador del grupo de investigación  Ar-quitectura-Ciudad-Territorio.

Introducción

El ordenamiento territorial de un país y las apuestas urbano-

regionales sólo se entienden en tanto se asocien con el modelo

económico imperante. El presente ensayo pretende mostrar la

necesidad de identificar las características del ordenamiento

territorial en una nación con un modelo neoliberal y las

implicaciones de dar continuidad a dicha matriz económica en un

escenario de Postconflicto, en el cual, este elemento determinante no

se encuentra en discusión.

Para cumplir con ese propósito, en primera medida se presenta una valoración teórica del or-denamiento territorial en el marco neoliberal y las apuestas territoriales que a él se circunscri-ben. Posteriormente se analizarán las implicaciones de un escenario de Postconflicto para el ordenamiento territorial y las propuestas subalternas que buscan la conformación de dinámicas urbano-regionales, tomando como referente las negociaciones actuales entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP, para cerrar con algunas conclusiones.

El ordenamiento territorial en un modelo económico neoliberal

El modelo de desarrollo imperante en el país es el neoliberal. Estamos hablando de una nueva fase de acumulación capitalista basada en la creencia de que “los mercados abiertos, competi-tivos y desregulados, librados de toda forma de interferencia estatal, constituyen el mecanismo óptimo para el desarrollo económico” (Brand, 2009: 11). Comúnmente se reconoce una primera fase de privatización y desregulación de la actividad económica, seguida por un período pos-terior de re-regulación en un proceso largo, no lineal y heterogéneo, con una gran variedad de manifestaciones y ritmos en diversos contextos geográficos.

Este modelo de “desarrollo” que acentúa contradicciones y acaba con los pocos avances en el marco del Estado de bienestar que se dieron en la década del setenta en el siglo XX ha generado indudables cambios en las estructuras organizativas sociales, en la planeación y, por ende, en el ordenamiento territorial.

Por ejemplo, a nivel urbano, el neoliberalismo ha tenido los siguientes efectos sociopolíticos: a) la importancia de la ciudad-región como escala clave en la economía global y el surgimiento de la competitividad urbana, b) la naturaleza multiescalar del gobierno urbano, con la ciudad como punto de intersección de políticas supranacionales, regionales, nacionales y locales, c) la reestructuración de los gobiernos locales y la introducción de técnicas de administración de la empresa privada, d) nuevas formas de gobierno y la promoción de una cultura del emprendi-miento, e) la reestructuración de los mercados de trabajo, f ) la privatización y mercantilización de los derechos, y g) el auge del sector de los servicios y de la economía cultural. A la suma, se produce una transformación de fondo enorme: en vez de tener un Estado que regula el merca-do, el mercado actúa como el regulador interno del Estado (Brand, 2009).

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dEsdE El posgrado 103103

Postconflicto, modelo económico y ordenamiento urbano-regional

La orientación neoliberal en materia de ordenamiento urbano es resumida por Swyngedouw, Moulaert y Rodríguez como aquella de grandes proyectos de desarrollo urbano para impulsar la re-generación urbana.

La política de regeneración urbana se ha convertido en un componente cada vez más importante de la política urba-na. En su mayor parte, los planes de regeneración urbana a base de Grandes proyectos de desarrollo urbano han surgido como respuesta a los procesos de reestructuración urbana asociados a la transformación de las condiciones de produc-ción y de la demanda a nivel local, nacional y mundial; por lo general combinan la mejora física con los objetivos de desa-rrollo socioeconómico […]

En particular, este tipo de proyectos se han convertido en una parte integral de las políticas neoliberales para reem-plazar los enfoques más tradicionales. La búsqueda del cre-cimiento y la reurbanización competitiva se ha convertido en el objetivo principal de la regeneración urbana, en un intento de reafirmar la posición de las ciudades en la nueva econo-mía mundial. El aumento de las ventajas competitivas de las ciudades se ve como dependiente de la mejora y adecuación del entorno, que es construido con base en las estrategias de acumulación de las élites claves de una ciudad (Swynge-douw, Moulaert y Rodríguez, 2002: 577).

En lo que se refiere a la planeación, Brand también resume los cambios estructurales que ha traído este modelo económico.

En sus inicios en los años 60, la planeación urbana en Amé-rica Latina formaba parte de un proyecto nacional de desa-rrollo basado en la industrialización, liderado por el Estado, legitimado en la racionalidad instrumental y movilizado por el conocimiento experto […] ahora la planeación de las ciu-dades es un proyecto internacional, orientado hacia afuera, liderado por el sector privado, legitimado en el mercado y movilizado por agentes empresariales (Brand, 2009: 18).

Estamos frente a un cambio profundo en el significado del terri-torio: pasamos de una planeación nacional que tenía una meta de equidad territorial, a una de globalización en donde esa equi-dad deja de ser una meta en sí y la producción de la diferencia geográfica se vuelve un resultado afortunado de los mercados internacionales.

Esta visión se resume en que

hoy por hoy, las lógicas que guían la aplicación del modelo económico neoliberal global se imponen, supeditando to-das las demás razones y lógicas en el territorio, pues a los bastiones “ganadores” de las guerras civiles del Siglo XIX los han reemplazado los proyectos económicos de las “regiones ganadoras” bajo el reinado del modelo globalizador actual, al cual se supeditan funcionalmente las capillas políticas histó-ricas, cuya perennidad se debe precisamente a su capacidad para transmutarse en provecho de las políticas externas, de las cuales han sido siempre obsecuentes aliadas y vergon-zantes testaferros (Espinosa Rico, 2004: 113).

Bajo ese determinante, las propuestas de organización terri-torial del nuevo milenio se asocian con las apuestas que exis-ten en materia de inversión e inserción de capitales en el país. Así, se han propuesto nuevos sistemas de ciudades que tienen como base para su elaboración criterios homogéneos bajo in-dicadores económicos que no corresponden con la construc-ción socio-histórica de las regiones colombiana (Departamento Nacional de Planeación, 2012), y que buscan establecer las ga-rantías institucionales para la inversión y retorno seguro de los capitales extranjeros ávidos de nuevos nichos y oportunidades de inversión.

El escenario del PostconflictoEn el año 2012 se da inicio a un proceso de negociación para la terminación del conflicto armado entre el gobierno de Juan Ma-nuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP, que finaliza en 2016 con el Acuerdo final para la termina-ción y la construcción de una paz estable y duradera (2016). Aun-que el documento plantea elementos con un enfoque territorial como, por ejemplo, la política de desarrollo integral, la participa-ción política y el propio fin del conflicto, todo está construido en torno a la idea base de no debatir el modelo económico vigen-te en el país. Así lo hizo saber el presidente Juan Manuel Santos quien planteó que “el modelo económico y político no está en discusión con las FARC” (Rebollo, 2012) y así fue ratificado por la insurgencia, quien en la socialización de los borradores conjun-tos sobre los tres primeros puntos de la agenda de negociación ha manifestado que han quedado por fuera del debate los temas asociados con

latifundio y delimitación de la propiedad, freno a la extran-jerización del territorio, extracción minero energética y con-flictos de uso del territorio, regulación de la explotación del territorio para la generación de agro combustibles, revisión y renegociación de los Tratados de Libre Comercio contra la economía, ajustes al Ordenamiento Territorial, financiación de la política de Desarrollo Rural y Agrario Integral, cuantifi-cación del fondo de tierras, creación del Consejo Nacional de la Tierra y el Territorio y definiciones sobre el derecho real de superficie2 (Informe especial: El proceso de paz en la habana (III), 2014).

Por lo tanto, el Postconflicto que se deriva del proceso de paz y su implementación implica a todas luces la continuidad de la ma-triz económica neoliberal imperante, lo que involucra el mante-nimiento de una apuesta de ordenamiento territorial ya vigente. Esta continuidad no niega la existencia de cambios en el territo-rio asociados con la conversión del grupo armado en organiza-ción política y que pueden ser tanto amenaza como oportunidad para el ordenamiento territorial y la mirada urbano-regional.

La introducción de este modelo (que no está en discusión) en aquellas zonas donde el Estado no ha logrado el monopolio de

2 Para conocer más sobre la posición de las FARC-EP frente al proceso de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, véase http://pazfarc-ep.org/

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Inti Mesías-Barrera

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la violencia y donde las estructuras insurgentes han impedido su implementación cabal se ve como una amenaza. Un ejemplo pa-tente es la Orinoquía colombiana, sobre la cual el gobierno ya ha manifestado su interés de “inversión para aprovechar el potencial agropecuario y agroindustrial de la región” (Departamento Na-cional de Planeación, 2014: 2).

Por su parte, la oportunidad es la que se deriva del fortaleci-miento de la participación y discusión civil para la generación de propuestas que contrasten con el modelo imperante, en tan-to la imposibilidad de asociarlas con estructuras al margen de ley. Un escenario de Postconflicto dejaría sin sustento alguno la deslegitimación que han hecho los gobiernos de turno de la re-sistencia civil al asociarlos de manera constante con los grupos insurgentes (Mosquera Sánchez, 2009). Se trata de la posibilidad de adelantar dinámicas de resistencia que contraríen el modelo económico imperante y, por ende, su ordenamiento territorial, apostando por la configuración de espacios más acordes con las necesidades sociales y que se nutran con una mirada de equidad y de interés común.

Para cumplir con ese propósito es necesario promover la unidad de todos los sectores que están en franca contradicción con el modelo neoliberal, buscando la construcción de una propuesta urbano-regional que reconozca las diferencias en las que se des-envuelve el país, sus características y potencialidades. Se trata de un ordenamiento territorial que se construye a partir de los re-querimientos nacionales y con el franco propósito de hacer fren-te a las desigualdades sociales, ya que

no será posible un proceso de regionalización mientras ésta no tenga como referente la existencia de un proyecto terri-

torial nacional y mientras la conformación regional deba obedecer a las lógicas espaciales que dicta la aplicación de modelos económicos impuestos por potencias imperialistas (Espinosa Rico, 2004: 105).

ConclusionesLa realidad económica en la que está inmerso el país y la usen-cia de la discusión del modelo económico imperante en la mesa de negociación entre las FARC-EP y el gobierno de Juan Manuel Santos significa reconocer que la matriz económica neoliberal se mantendrá vigente en un escenario de Postconflicto.

Esto implica una amenaza, pero también una oportunidad en materia de ordenamientos territoriales divergentes, adscritos a visiones de país desde la subalternidad. La amenaza se presen-ta por la eventual profundización del modelo neoliberal en los territorios que se han mantenido al margen o que se han resisti-do a su implementación por la presencia clara de la insurgencia, mientras que la oportunidad se relaciona con la posibilidad que subyace en un escenario de Postconflicto para las fuerzas demo-cráticas de construir propuestas alternativas tanto de desarrollo, como de ordenamiento territorial, que requieren una visión de país conjunta de todos aquellos que se encuentran en franca contradicción con este modelo extractivista y de corte neocolo-nial impuesto en la nación. Se trata de la posibilidad de construir un frente amplio para dar lugar a propuestas que se validan a tra-vés de la resistencia civil y que den lugar a matrices económicas donde el mejoramiento de las condiciones de vida sea la nota predominante.

<BibliografíaAcuerdo final para la terminación y la construcción

de una paz estable y duradera. (2016). Consultado en: http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Paginas/Texto-comple-to-del-Acuerdo-Final-para-la-Terminacion-del-con-flicto.aspx

BRAND, P. (2009). “Presentación”. En: P. Brand (ed.), La ciudad latinoamericana en el siglo xxi: globaliza-ción, neoliberalismo, planeación. Medellín: Univer-sidad Nacional de Colombia, pp.8-24.

DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. (2014). Política para el desarrollo integral de la Orinoquia. Bogotá: Imprenta Nacional.

DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN. (2012). Misión para consolidar el Sistema de Ciudades en Colombia. Bogotá: Imprenta Nacional.

ESPINOSA RICO, M. A. (2004). “Región: o el retorno del debate sobre la cuestión nacional en los países de-pendientes”. Bogotá: Universidad Nacional de Co-lombia, ponencia presentada en el 2° Ciclo Anual de Conferencias de Geografía Región, Espacio y Territorio, octubre 28 y 29.

Informe especial: el proceso de paz en La Habana (III). (2014). Consultado en: https://www.pazfarc-ep.org/comunicadosestadomayorfarc/item/2173-informe-especial-el-proceso-de-paz-en-la-habana-tres.html

MOSQUERA SÁNCHEZ, F. (2009). Unidad y combate. Bogotá: Tribuna Roja.

REBOLLO, E. (2012). “Santos: “El modelo económico y político no está en discusión con las FARC””. Se-mana. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/articulo/santos-el-modelo-economico-po-litico-no-esta-discusion-farc/267919-3

SWYNGEDOUW, E., MOULAERT, F., y RODRÍGUEZ, A. (2002). “Neoliberal urbanization in Europe: large-scale urban development projects and the new urban policy”. Antipode: 547-582. Disponible en: http://www.scholars-on-bilbao.info/fichas/antipo-deARodriguez.pdf

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(1) 2017: 105 - 115 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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Normas para autores: Presentación de trabajos

a Revista Bitácora Urbano\Territorial

Bitácora Urbano\Territorial es una revista científica que publica, en me-dios impreso y electrónico, trabajos inscritos en el campo de conoci-miento del hábitat y el territorio. Para garantizar la calidad de los trabajos que publica en ambos soportes, éstos deberán presentarse a la Revista bajo los siguientes parámetros:

A. MODALIDADES

Los trabajos publicados se inscribirán dentro de una de las si-guientes modalidades:

1. Editorial: de carácter propositivo, hace énfasis en el tema cen-tral que aborda la edición de la Revista y anuncia sus conteni-dos. Este texto será elaborado por el director de la Revista o por quien él designe, que en algunos casos es un editor invitado.

2. Artículo: trata un tema relevante en el campo de conocimien-to que aborda la Revista, debe constituir un aporte y estar sus-tentado en resultados originales, parciales o finales, de una investigación. En esta modalidad los trabajos son sometidos a arbitraje por parte de pares académicos.

3. Reflexión: se trata de un trabajo analítico, interpretativo o críti-co, que debe estar referido, de preferencia, a un tema de actua-lidad dentro del campo de conocimiento que aborda la Revista. Su tratamiento puede tener un nivel de sustentación menor al de un artículo, aun cuando debe cumplir con los todos los demás requisitos de contenido y de forma. En esta modalidad los tra-bajos son sometidos a arbitraje por parte de pares académicos.

4. Estudio de caso: aporta resultados de una experiencia espe-cífica de interés para el campo de conocimiento que aborda la Revista, que puede o no estar referido a un marco conceptual. En esta modalidad los trabajos son sometidos a arbitraje por parte de pares académicos.

5. Experiencia: presenta casos particulares de desarrollo glo-bal, regional o local, resultado de la experiencia proveniente de ONG, grupos de base, grupos de trabajo o investigación, funcionarios públicos y/o consultores. Aquí la riqueza, com-plejidad y singularidad están por encima de la generalidad y la abstracción. En esta modalidad los trabajos son sometidos a arbitraje por parte de pares académicos.

6. Crónica de evento: presenta un análisis crítico de las conclu-siones principales de ponencias y discusiones expuestas en conferencias, seminarios, talleres y otros encuentros sobre temas inscritos en el campo de conocimiento que aborda la Revista. En esta modalidad los trabajos son sometidos a arbi-traje por parte de pares académicos.

7. Reseña bibliográfica: presenta una exposición objetiva sobre el contenido de un artículo o libro publicado en relación con temas del campo de conocimiento que aborda la Revista y debe hacer, en forma explícita, un análisis crítico sobre el mis-mo. Puede ser solicitada por el equipo editorial de la Revista y, en caso contrario, éste evalúa y decide sobre su publicación.

8. Entrevista: se trata de la reproducción de una entrevista a un informante clave, estructurada en relación con el tema del Dossier Central de cada edición, que contribuya en debates y reflexiones actuales. Su realización será coordinada por el equipo editorial de la Revista.

9. Traducción: se aceptan traducciones de artículos que hayan sido publicados en otras revistas especializadas donde se in-cluya, además de la traducción, una introducción crítica del trabajo que se presenta. El artículo será sometido a arbitraje por parte de pares académicos y para efectos de derechos de autor debe contar, al momento de su envío, con una autori-zación escrita del autor y otra de la publicación de donde se toma el artículo. Además de la traducción, el artículo se publi-cará en su idioma original.

10. Edición especial: es una edición compuesta por trabajos presentados en eventos académicos, cuyas temáticas están inscritas en el campo de conocimiento que aborda la Revista. Éstos serán evaluados y seleccionados bajo los mismos pará-metros con que se juzgan aquellos que son presentados para una edición habitual.

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Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

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11. Colaboraciones en lengua extranjera: se aceptan trabajos escritos en inglés, francés o portugués, que serán evaluados y seleccionados bajo los mismos parámetros con que se juzgan aquellos que son presentados en español. Su publicación se hará en el idioma original, con resumen en español, inglés y portugués.

B. NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE TRABAJOS1. Originales: el documento debe ser un trabajo original, inédito

y no enviado a otros medios de publicación. Una vez RECIBIDO en la Revista, éste no podrá ser retirado del proceso ni remiti-do a otros editores. El texto y las ilustraciones del trabajo de-ben ser enviados a través del sistema digital de soporte de la Revista (OJS), previo registro del (los) autor(es) en el sitio web http://www.bitacora.unal.edu.co (menú superior, pestaña Re-gistrarse). Una vez el (los) autor(es) se ha(n) identificado como usuario(s) en el sistema, debe(n) subir el texto y sus ilustracio-nes en archivos independientes, junto a una Carta de Respon-sabilidad, según formato presentado a continuación. Para ello se debe ingresar a través del menú superior, pestaña Acerca de, al ítem Envíos online. Para obtener el estatus de RECIBIDO, el trabajo se someterá a una revisión referente al estricto cum-plimiento de estos requerimientos y de los relativos a la exten-sión, luego de la cual se informará al (los) autor(es) al respecto. Una vez el trabajo sea RECIBIDO a satisfacción, se enviará al (los) autor(es) un formato que debe ser diligenciado con sus datos académicos.

2. Carta de responsabilidad: en archivo independiente (pdf ) a los archivos del trabajo, se redactará los siguiente: “Yo (Noso-tros) nombre del autor o autores, declaro (amos) que el artícu-lo título del artículo presenta resultados originales, que no ha sido publicado ni está siendo considerado para publicación en otra revista, y que se ajusta a normas éticas internacionales de propiedad intelectual y autoría”. Para garantizar la veracidad de la información se solicita incluir firma electrónica o firma escaneada y número de identificación nacional de cada uno de los autores.

3. Extensión: los trabajos correspondientes a las modalidades: artículo, reflexión, experiencia, estudio de caso, traducción y aquellos que, correspondiendo a estas modalidades, hagan parte de una edición especial, deben tener una extensión de entre 3.000 y 5.000 palabras, y aquellos que correspondan a crónica, reseña bibliográfica o entrevista, tendrán una exten-sión máxima de 1.500 palabras. El texto debe ser escrito en Word, presentado en formato de página tamaño carta, con márgenes inferiores y superiores de 2,5 cm e izquierdas y dere-chas de 3 cm, en fuente Times New Roman a 12 puntos, inter-lineado de 1,5, sin espaciado adicional. Los títulos y subtítulos deben estar numerados jerárquicamente y las páginas tener numeración.

4. Contenido gráfico: (fotos, fotomontajes, dibujos, renders, mapas, planos, tablas, gráficos) serán numerados consecuti-vamente de acuerdo con su tipo y orden de aparición, debi-damente referenciados en el texto, sin exceder un TOTAL de 5 elementos e indicando su localización APROXIMADA en el documento, según su relación con el contenido escrito. Debe incluirse leyenda o pie explicativo asociado a cada elemento gráfico en el documento, señalando siempre su procedencia o fuente de referencia, y adjuntarse cada uno en el sistema (OJS) en archivos INDEPENDIENTES.

Las figuras (fotos, fotomontajes, dibujos, renders, mapas y pla-nos) deben entregarse ÚNICAMENTE en formatos JPG o TIFF, con mínimo 300 DPI de resolución. Las tablas y gráficos de-ben ser elaborados y enviados en formato Excel y/o Word EX-CLUSIVAMENTE, teniendo en cuenta que serán diagramados nuevamente de acuerdo con el estilo de la Revista. En todos los casos se debe considerar, para la correcta comprensión de la información gráfica, que la versión impresa de la Revista se publica en escala de grises, mientras que su versión digital es en color. Es conveniente elaborar en un archivo independiente una lista de todo el contenido gráfico incluido. En caso de in-cluir reproducción de textos y elementos gráficos publicados por otro autor, deben contar con la autorización respectiva y por escrito de éste y el editor. La ausencia de dichos permisos implicará el rechazo de la información.

5. Título del trabajo: debe ser breve –máximo ocho palabras–, puede tener un subtítulo de menor extensión, y debe incluir la respectiva traducción al inglés y al portugués. Una nota a pie de página debe indicar la procedencia del artículo (investiga-ción financiada, tesis, etc.)

6. Palabras clave o descriptores: se incluirán de tres a cinco descriptores separados por comas en orden jerárquico, que indiquen la orientación temática del artículo y que preferi-blemente no repitan las palabras del título. Debe enviarse la traducción respectiva al inglés, bajo el título de Keywords, y al portugués, bajo el título Palavras-chave.

7. Información del (los) autor(es): en el texto, en el nombre y propiedades de los archivos, NO debe aparecer referencia alguna a la identidad de su(s) autor(es) o a su filiación. Esto corresponde a la aplicación del sistema doble ciego que con-siste en resguardar el anonimato entre el (los) autor(es) y los árbitros, e incluso entre estos últimos, a fin de evitar posibles sesgos en la evaluación. Dicha información será solicitada en el momento del registro en el sistema de soporte de la revista (OJS), en el sitio web, donde cada autor escribirá su resumen biográfico con un máximo de 80 palabras, que será incluido en la publicación.

8. Resumen analítico: al comienzo del texto debe aparecer un resumen de su contenido inferior a 200 palabras, sin notas a pie de página, redactado en español, portugués (resumo) e

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Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

inglés (abstract). Si se supera esta extensión el editor, por es-trictas razones de composición, podrá suprimir información. Se recomienda que en el resumen se incluyan los siguientes aspectos: pregunta a la que se responde en el texto; marco o perspectiva teórica asumida; metodología empleada; princi-pales hallazgos, conclusiones y su relevancia.

9. Notas a pie de página: son ÚNICAMENTE de carácter aclara-torio y contienen comentarios y ampliaciones, su extensión no podrá exceder las 60 palabras por nota. Tienen nume-ración sucesiva y se recogen al final de cada página. No se deben incluir notas de carácter bibliográfico pues éstas van dentro del texto (estilo APA).

10. Citas en el texto: deben insertarse simplificadas en el pro-pio texto, de acuerdo con las normas APA, así: (apellido(s) del (los) autor(es), año de publicación: página). La indicación de página es opcional excepto en el caso de citas textuales, que cuando tengan una extensión inferior a 40 palabras se inclu-yen dentro del párrafo entre comillas. Si la extensión de la cita textual es superior a 40 palabras, debe incluirse en párrafo independiente, con sangría, un punto menor en el tamaño de la fuente y sin comillas.

11. Abreviaturas, acrónimos o siglas: su listado se incluye des-pués la bibliografía.

12. Datos académicos: deben ser enviados vía correo electróni-co ([email protected]) conforme al formato que se remite al (los) autor(es) una vez su trabajo es declarado como RECIBIDO a satisfacción.

13. Escogencia de los trabajos: la coordinación editorial some-terá los trabajos declarados como RECIBIDOS a la revisión crí-tica de al menos dos árbitros, resguardando la aplicación del sistema doble ciego ya explicado.

La RECOMENDACIÓN de un trabajo como PUBLICABLE re-quiere de la evaluación favorable de ambos árbitros, cuya colaboración con la Revista está regida por las normas de ar-bitraje. En caso de discrepancia, el trabajo se someterá a una tercera evaluación para obtener una valoración que permita definir tal recomendación.

Cuando los árbitros consideren que el trabajo necesita ajustes para poder definir su recomendación, se enviarán al autor las anotaciones correspondientes para que proceda al respecto. Una vez corregido, será nuevamente revisado por los árbitros a fin de comprobar la consideración de sus observaciones y presentar su recomendación final.

El equipo editorial decide la APROBACIÓN definitiva de los tra-bajos para un número caso por caso y de acuerdo con el resulta-do de la evaluación de los árbitros, el estricto cumplimiento de la totalidad de las normas aquí presentadas, la relación del trabajo con el tema convocado para la edición y/o con el ámbito temá-tico de la Revista, así como a razones de coyuntura y exogamia. En cuanto se tenga la decisión sobre los trabajos, se avisará

a los autores. Así, según sea el caso, la coordinación editorial procederá a comunicar al (los) autor(es) el estado del trabajo e iniciar el procesamiento del mismo para su publicación en caso afirmativo; en caso de rechazo notificará al (los) autor(es) los motivos que impiden la publicación de su trabajo; y en el caso de aquellos recomendados para su publicación por los árbitros pero que no hayan sido APROBADOS para un número especí-fico, se informará que tendrán la posibilidad de su publicación en alguno de los 2 números siguientes, siempre y cuando se sometan nuevamente al proceso de aprobación definitiva jun-to a nuevos artículos que, recomendados como publicables, postulen con el mismo propósito en cada ocasión. Si esta alter-nativa es de interés para el (los) autor(es), deberá(n) manifestar su consentimiento por escrito al equipo editorial de la Revista.

14. Corrección de pruebas: los autores de los trabajos APROBA-DOS se comprometen a responder consultas derivadas de la corrección de estilo y a corregir la primera prueba de diagra-mación de sus trabajos en un plazo MÁXIMO de cinco días después de su recepción; de no tener respuesta se asume la conformidad con el contenido y la forma enviados. El texto original no se podrá modificar sustancialmente en la correc-ción de prueba, la revisión por parte del autor se debe limitar a rectificación de erratas y subsanación de errores y omisiones.

15. Ejemplares gratuitos: una vez publicado y por cada trabajo, se entregará a su(s) autor(es), a título gratuito, un ejemplar de cortesía del correspondiente número de la revista Bitácora Urbano\Territorial.

16. Responsabilidad de los autores: los trabajos enviados de-ben estar completamente finalizados. No obstante, previo a la publicación, el texto será sometido a corrección de estilo, sin afectar su contenido. La inclusión consciente de datos fraudulentos o inexactos supone un comportamiento falto de ética e implicará el rechazo automático del trabajo.

17. Derechos de autor: el contenido y las opiniones incluidas en los trabajos publicados por Bitácora Urbano\Territorial son de responsabilidad exclusiva de sus autores para todos los efec-tos, y no comprometen necesariamente el punto de vista de la Revista. Cualquier restricción legal que afecte los trabajos y su contenido (escrito y/o gráfico) es responsabilidad exclusi-va de quienes los firman.

Bitácora Urbano\Territorial se reserva el derecho de realizar modificaciones al contenido escrito y/o gráfico de los traba-jos que se van a publicar, a fin de adaptarlos específicamente a requerimientos de edición.

Bitácora Urbano\Territorial está publicada bajo Licencia de Atribución de Bienes Comunes Creativos (CC) 3.0 de Creative Commons. El envío de colaboraciones a Bitácora Urbano\Te-rritorial implica que los autores conocen y adhieren a las con-diciones establecidas en esa licencia. Para conocerlas, visite: http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/deed.es.

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Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

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C. NORMAS Y FORMATO PARA REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

En el listado de referencias se deben incluir ÚNICAMENTE las obras citadas en el texto. Al nombrar más de una publicación de un mismo autor, se deben organizar en orden cronológico. Cuando se citan publicaciones de un mismo autor y año, se usan letras en orden alfabético al lado de la fecha para diferen-ciarlas tanto dentro del texto como en las referencias.

Las referencias bibliográficas se presentan al final de cada tra-bajo, con un máximo de 25 referencias estructuradas de acuer-do con las normas APA, así:

1. Libro de un solo autor: CASTELBLANCO Caicedo, D. Z. (2010). Los relatos del objeto ur-

bano. Una reflexión sobre las formas de habitar el espacio públi-co. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

2. Libro de dos a siete autores: TORRES Tovar, C. A. y GARCÍA, J. J. (2011). Suelo urbano y vivienda

social en Bogotá. La primacía del mercado y el sacrificio del interés general, 1990-2010. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

3. Libro de más de ocho autores: Se registran los primeros seis autores seguidos de puntos sus-

pensivos y a continuación se registra el último autor, así: TORRES, C. A.; GAVIRIA, A.; ZÚÑIGA, D.; VARGAS, J. E.; NIETO, D.

F.; BUSTOS, S. P.,… LUENGAS, L. (2009). Ciudad informal colombiana: ba-

rrios construidos por la gente. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

4. Publicación sin autores: Si no hay autores pero sí editores o compiladores se incluyen los

nombres y entre paréntesis (ed.) o (comp.) según sea el caso:

YORY, C. M. (ed.) (2008). Pensando en clave de hábitat. Una bús-queda por algo más que un techo. Bogotá: Universidad Nacio-nal de Colombia.

5. Capítulo de libro: VALENZUELA, J. A., PÉRGOLIS, J. C. (2009). “La protagonista es

la ciudad, no su sistema de transporte”. En: Montezuma, R. (ed.) Más que un metro para Bogotá. Complementar la movilidad. Bogotá: Fundación Ciudad Humana, Editorial Universidad del Rosario.

6. Artículo de revista: MARENGO, C. y ELORZA, A. L. (2010). “Calidad de vida y políti-

cas de hábitat. Programa de Mejoramiento Barrial en Córdoba, Argentina. Caso de estudio: barrio Malvinas Argentinas”. En: Bi-tácora Urbano\Territorial, 2(17), 79-94.

7. World Wide Web (www) y textos electrónicos: BORRERO, O. y DURÁN, E. (2010). Efectos de las políticas de suelo

en los precios de terrenos urbanos sin desarrollar en Colombia. Los casos de Bogotá, Medellín y Pereira. Consultado en: http://www.lincolninst.edu/pubs/dl/1784_1004_2009 Borrero Spa-nish Final.pdf

D. PARA CITAR UN ARTÍCULO DE REVISTA BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL

Las normas de citación dependerán del editor que publique el tra-bajo en el que se incluye la cita, cuidando el citar siempre al (los) autor(es) del trabajo [Apellido(s) y nombre(s)], el título del mismo, nombre de la revista en que fue publicado (Bitácora Urbano\Te-rritorial), año, volumen y ciudad (Bogotá). Como recomendación se sugiere el uso de las normas APA, descritas anteriormente.

INSTRUCTIONS FOR AUTHORS AND ARTICLE NORMS IN

BITACORA URBANO-TERRITORIAL JOURNALA. MODALITIES

BITÁCORA publishes articles about urban and territorial

matters, on electronic and hard medias. Collaborations

must be submitted under the following modalities.

1. Editorial: it must have a participative and propositive

character. It will emphasize in the central topic of the

number of the journal and it will submit its content.

2. Article: the article is peer reviewed. It must be related to

a relevant subject, and be referred to a research, theo-

retic and methodological context based on partial or

definitive research results that constitute a contribu-

tion to the study area.

3. Reflection: this kind of study is referred to a current af-

fair in the study area which the journal is specialized

in. Its level of argumentation could be lower than the

referred in the article; even though it must fulfill the

content and form requirements.

4. Experiences: This section includes articles from NGOs,

base groups, government officials and public and

private consultants interested in presenting particular

cases of global, regional or local development, where

complexity and particularity predominate over gen-

eralization and abstraction.

5. Case studies: the study must provide an interesting ex-

perience on the subject, even though does not need

to be submitted to a conceptual framework.

6. Event chronics: the study must present a critical analysis

of the conclusions of the principal papers and discus-

sions of conferences, seminars, workshops and other

encounters under urban-territorial topic.

7. Bibliographical review: the study must depict the con-

tent of an article or a complete book on urban and

territorial subject objectively, and specially the author

critical analysis. The studies will be evaluated by the

journal editorial Committee.

8. Special issue or additional issue: it includes papers

presented in academic circles, which collects collec-

tive researches, readers and conclusions of special

seminars systemically. It will be evaluated under the

same criteria of individual articles.

9. Interviews: structured interviews will be received in or-

der to discuss and reflect on the specialized area of

the journal.

10. Translations: article translations, which have been

published in specialized journals, will be accepted.

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Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

The author should provide the article translation, a

critical introduction to the article, and an authorized

letter by himself and by the journal from the article

was taken out for copyright purposes.

11. Collaborations in foreing language: English, French

and Portuguese articles can be submitted, and they will

be published in their original language. For all the articles

the abstract must be presented in Spanish and English.

B. ARTICLE PRESENTATION NORMS

1. Original: the articles will be original, unpublished and

not submitted to any other kind of publication. Once

the article is received, it cannot be sent to other

publishers. If the author wants to withdraw the article,

he must request it in writing to the Direction of the

Journal, during the period of evaluation and expect

for the consent. The article and its illustrations must

be uploaded to the support system of the journal

(OJS) after author’s registration in www.bitacora.

unal.edu.co (tab “Register”). Once the user has

logged into the system, he must send the paper

and its attachments as separate files, with a Letter

of Responsibility, according to the format presented

below. To do this, he may click on the tab “About”, and

go on “Online Submissions”. Once the submission is

well received, the journal will send to the author a

format to be filled out with his academic data.

2. Extension: it must not exceed 25 pages –with the

exception of the reviews, whose maximum length

must be 5 pages– in A4 format (including the

illustrations), in .doc format with a 2.5 cm superior

and inferior margins and 3 cm left and right ones.

Also, with a 12 point Times New Roman font, a 1.5

line spacing and numbered pages. We request not

include any design patterns, neither spaces between

paragraphs nor titles or subtitles in capital letter.

3. Illustrations: (plans, graphics, tables, photos, maps, ren-

ders) they must be numbered in order of appearance

and referenced in the text with a listing and foot note

in separate file, always indicating its origin, author or

source. When texts and graphics of different authors

are included, it must be included the authorization of

the original publisher or the author. If there is not an

authorization, the article will be rejected.

4. Plans, diagrams and graphics: maximum 5 graphics,

tables, photos by each 10 text pages and must be

enclosed in separated file. Pictures, photomontages,

drawings, renders, maps and plans must be given

only in JPG or TIFF format. Tables and graphics in MS

Excel in black and white or gray scale in at least 300

DPI. Scanned images must be at least 300% of resolu-

tion. It is convenient to include a list of figures.

5. Title: it must be short, the upper limit is eight words, it

is allowed to add a shorter subtitle. An abbreviation

or footnote call will show the article origin (financed

investigation, thesis, etc). If English is not the original

language it should be translated to it.

6. Keywords or descriptors: from 3 to 5 keywords, sepa-

rated by commas, in hierarchic sequence indicating

the scope of the paper. Descriptors might be changed

by the editorial for annual index purposes; repeating

words from the title must be avoided. If English is not

the original language descriptors must be translated to

English.

7. Authors’ name: the full name or names (first and middle

names and surnames) including the authors’ institu-

tional affiliations, actual position, e-mail address and

country must be written under the article title.

8. Analytical Abstract: it must be written at the beginning

of the paper up to 250 words, no footnotes in Spanish

and English. Larger abstracts might be reduced for

design reasons by the editor. It is recommended that

the abstract respond the following topics briefly:

Question that is answered in the paper

Assumed theoretic perspective

Methods

Principal findings, conclusions and their relevance

9. Footnotes: only for clarifying purposes. They may

contain extensions and commentaries not biblio-

graphical information; they must be numbered and

included at the end of each page.

10. References List only the most relevant works and

the referred ones in the text. References list must

appear at the end of the text, it should be ordered

alphabetically by author’s surname (in capitals), and

then chronologically by date in the following order:

for books: author: publication year (in parenthesis),

title, subtitle (Italics), edition information, publication

city, publisher. For articles or book chapters: author,

publication year (in parenthesis), title of the article

(in inverted commas and round letters), In: Journal or

Book title (Italics), volume, number, pages, publication

city, publisher.

11. Cites (quotes and references): they must be included

inside the text in parenthesis with authors surname,

year and pages to confront. For referenced publi-

cations of the same author and year, the alphabet

letter will be used after the year to differentiate them

(a, b, c ) in the text and reference list, respectively.

More than one publications of the same author or

different authors in the same reference must be orga-

nized chronologically.

12. Abbreviations and acronyms: a list must be included

after references list.

13. Mathematical symbols and formulas: mention the

software or processor used. Use letter format, without

tabulators or indentation, separating the paragraphs,

titles and subtitles with an additional space, enume-

rating all the pages, including those ones correspon-

ding to notes, references, appendixes, etc.

14. Authors’ affiliation: It will be attached in the format

sent to the authors by e-mail.

15. Works selection: Editorial Committee of the jour-

nal will come to a decision, by evaluating each

case according to peer review results based on the

appropriateness of publishing the original papers

submitted, in accordance with formal and content

characteristics of the papers and the journal volumes,

as well as opportunity reasons. Authors will be infor-

med about any result, and have the final decision.

16. Proofreading: authors compromise to approve the

first proofreading in the first seven days; if there is

not any response the editorial assumes agreement

with the corrections. The text cannot be substantially

changed after proofreading, only misprints and error

and omissions may be mended.

17. Complimentary volumes: once the article is publi-

shed, the author or authors will receive at no cost

two copies of BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL that

contains the article.

18. Author responsibilities: Submitted article must be fi-

nalized and corrected. However, the text will be send

for proofreading, and changes cannot affect the con-

tent of the article. Nevertheless, the articles express

author opinion entirely and they are exclusively res-

ponsibility of them for any effect.

19. Copyright: BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL is pub-

lished under a Attribution No Derivatives 3.0 from

Creative Commons. For more details of this license,

visit http://creativecommons.org/licenses/by/3.0/

deed.es_ES. It is understood that the authors know

and subscribe to the conditions establish by the com-

mittee when they submit their papers. The policy of

free access to the information adopted by the journal

means that the authors authorize their papers could

be added to the different data bases and reference

list which BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL subscribe

agreements with. However, any legal restriction that

affects the articles and images is exclusive responsi-

bility of its author.

20. Responsibility letter format: in an attached file (pdf )

the author will type the following text: I (we) (author

or authors names), declare that the article (title of the

Page 112: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

enero - marzo de 2017

Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

27110110 27

DIRETRIZES PARA AUTORES: APRESTACAO DE TRABALHOS

PARA A REVISTA BITÁCORA URBANO TERRITORIAL

Bitácora Urbano\Territorial é uma revista científica que

publica, em mídia tradicional e eletrônica, trabalhos inse-

ridos no campo do conhecimento do hábitat e território.

Para garantir a qualidade dos trabalhos publicados nas

duas mídias, estes deverão ser apresentados para a Revis-

ta segundo os seguintes parâmetros:

A. MODALIDADES

Os artigos publicados se inscreverão numa das seguintes

modalidades:

1. Editorial: De natureza proposital, ele terá ênfase no

tema central abordado pela edição apresentada pela

Revista e anunciará os conteúdos. Este texto será

elaborado pelo Diretor da Revista ou por quem ele

designar, que em alguns casos será editor invitado.

2. Artigo: Deve tratar um tema relevante no campo

do conhecimento abordado pela Revista, consti-

tuir avanço para ele e ser sustentado com resultados

origi nais, parciais ou finais de pesquisa. Nesta modali-

dade os trabalhos serão submetidos à avaliação por

parte de conselheiros acadêmicos.

3. Reflexão: Trata do trabalho analítico, interpretativo

ou crítico, que deve ser referido, preferencialmente,

a um tema de atualidade dentro do campo do con-

hecimento abordado pela Revista. O seu tratamento

pode ter um nível mais baixo de apoio do que o ar-

tigo, mesmo que ele deve atender a todos os outros

requisitos de conteúdo e forma. Nesta modalidade os

trabalhos serão submetidos à avaliação por parte de

conselheiros acadêmicos.

4. Estudo de Caso: Fornece resultados de uma experiên-

cia específica relevante para o campo do conheci-

mento abordado pela Revista, o que pode ou não ser

encaminhado para um quadro conceitual. Nesta mo-

dalidade os trabalhos serão submetidos à avaliação

por parte de conselheiros acadêmicos.

5. Experiência: Apresenta um caso particular de desen-

volvimento global, regional ou local, resultado da

experiência de ONGs, grupos de base, grupos de

trabalho ou de pesquisa, funcionários públicos e /ou

consultores. Aqui, a riqueza, complexidade e singular-

idade, são acima da generalidade e abstração. Nesta

modalidade os trabalhos serão submetidos à avalia-

ção por parte de conselheiros acadêmicos.

6. Relatório de evento: Apresenta análise crítica das prin-

cipais conclusões de palestras e discussões expostas

em conferências, seminários, oficinas e outro tipo de

encontros sobre temas inscritos no campo do conhe-

cimento abordado pela revista. Nesta modalidade os

trabalhos serão submetidos à avaliação por parte de

conselheiros acadêmicos.

7. Resenha bibliográfica: Ela apresentará exposição

factual sobre o conteúdo de um artigo ou livro publi-

cado em relação a questões no campo do conhe-

cimento abordado pela Revista e, explicitamente,

uma análise crítica sobre ele. Pode ser solicitado pelo

conselho editorial da Revista e, caso contrário, este irá

avaliar e decidir sobre a publicação.

8. Entrevista: Trata da reprodução de uma entrevista

com informantes chave, estruturada em relação à

questão do Dossiê Central incluído em cada edição,

que vem contribuir para debates e reflexões sobre ele.

Sua execução sera coordenada pela equipe editorial

da revista.

9. Tradução: Serão aceitas traduções de artigos que

foram publicados em outros periódicos que incluem,

paper) presents original results, that it has not been

published nor is being consider to be published in

any other journal, and that it is in conformity to inter-

national intellectual and author ethic norms. It is com-

pulsory provide an electronic signature to guarantee

the veracity of the information.

C. FORMAT AND NORMS FOR

REFERENCES LIST (Bibliography)

The references list of the articles derived of extensive in-

vestigations must be related to the subject presented in

the journal. In order of simplify the reading of the articles,

the footnotes will be only for clarifying purposes and not

bibliographical information. Inside the text, the referenc-

es will be written in the following format: (surname, year,

page); page is optional but not for a quotation.

For two or more papers created by the same author

and  the same year, use “a”, “b”, “c”, etc, to differentiate in

the text and in the reference list. More than one publica-

tion of the same author or different author in the same

reference must be organized in chronological order.

References will be listed at the end of the article according

to APA norms as it follows:

 Single author book:

VIDLER, Anthony (1990). Claude-Nicholas Ledoux: Archi-

tecture and Social Reform at the End of the Ancien

Régime. Cambridge: MIT Press.

Two and three authors:

TAVERNE, Ed and Broekhuizen Dolf (1995). J.J.P. Oud’s Shell

Building: Design and Reception. Rotterdam: Architec-

ture Institute Publishers.

More than three authors:

Use the name of the first author followed by et al. or the

name of the editor or editors.

LAMBERT, Phyllis, et al. (2001). Mies in America. New York:

H.N. Abrams.

Publication without authors:

If there are not authors but editors or compilators, their

names must be included in parentheses (ed.) or (comp.)

according to the case:

GRICE, H. P., & GREGORY, R. L. (ed.). (1968). Early language

development. New York: McGraw-Hill.

Book chapter:

SUMMERS, David (1998). “’Form’, Nineteenth-Century Meta-

physics, and the Problem of Art Historical Descrip-

tion.” In: PREZIOZI, Donald. The Art of Art History: A

Critical Anthology. New York: Oxford University Press.

p.p.305-326.

Journal article:

GHIRARDO, Diane (2001). “Anxious Modernisms JSAH 60”. In:

The Journal of the Society of Architectural Historians,

Vol. 60, No. 4, p.p. 528-530. Chicago: MIT Press.

World Wide Web (WWW):

CLEMONS, Terry L. (2001). “An Analysis of U.S. Counterdrug

Policy and Strategy as Related to DoD Interdiction Ef-

forts Along the Mexican Border,” Army War College,

Carlisle Barracks, PA Available at (8-27-2004): http://

handle.dtic.mil/100.2/ADA390498

D. HOW TO CITE AN ARTICLE OF

BITÁCORA URBANO-TERRITORIAL

The citation norms depend on the publisher of the docu-

ment which the cite is included in.

The author and the title of the article, the name of the

journal (BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL), year, volume

and city (Bogotá) are always cited. It is recommended to

use the APA norms described in the previous section.

Proceso de selección y normas de arbitraje Revista Bitá-

cora Urbano-Territorial.

Page 113: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

publicacionEs 111111

Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

além da tradução, uma introdução crítica ao trabalho

apresentado. O artigo será submetido à avaliação por

conselheiros acadêmicos, por tanto deve vir acom-

panhado, no momento da entrega, com a permissão

escrita do autor e da publicação onde o artigo é

tomado, para fins de direitos autorais. Nesta modali-

dade, para além da tradução, o artigo será publicado

no idioma original.

10. Edição especial: É uma edição composta por trab-

alhos apresentados em eventos acadêmicos, cujas

temáticas são inseridas no campo de conhecimento

abordado pela Revista. Aqueles trabalhos serão avali-

ados e selecionados sob os mesmos parâmetros com

que são considerados os apresentados para uma ed-

ição padrão.

11. Colaborações em língua estrangeira: aceitamse

artigos em inglês, francês ou português, que serão

avaliados e selecionados sob os mesmos parâmetros

que são considerados para aqueles apresentados em

espanhol. Sua publicação será feita no idioma origi-

nal, com resumo em espanhol, inglês e português.

B. NORMAS PARA APRESENTACAO

DE TRABALHOS

1. Originais: O documento deve ser um trabalho orig-

inal, inédito e não encaminhado para outros médios

de publicação. Uma vez RECEBIDO na revista, ele

não poderá ser removido do processo nem remitido

para outros editores simultaneamente. O corpo do

texto e as ilustrações devem se enviar através do

sistema digital de suporte da Revista (OJS), após do

cadastramento do (s) autor(es) no site web http://

www.bitacora.unal.edu.co (menu superior, opção

Cadastrarse). Uma vez que o(s) autor(es) foi (foram)

identificado como um usuário (s) no sistema devera

carregar o texto e ilustrações em arquivos separa-

dos, juntamente com Carta de Responsabilidade,

conforme formato apresentado abaixo. Para fazer

isso, acessar pelo menu superior, opção Sobre, no

item Envios online. Para obter o status de RECEBIDO,

o trabalho será submetido à revisão quanto à estrita

conformidade com estas exi gências e as relativas ao

comprimento. Depois, o(s) autor(es) serão informa-

dos. Uma vez for o trabalho RECEBIDO à satis fação,

enviar-se-ão para o autor(s) formulário para ser

preenchido com suas informações acadêmicas.

2. Carta de responsabilidade: Em arquivo indepen-

dente (pdf ) dos arquivos do trabalho, redigir-se á

como segue: “Eu (Nós) nome do autor o autores,

declaro (amos) que o artigo título do artigo apre-

senta resultados originais, que não tem sido publi-

cado nem esta a ser considerado para publicação

em outra revista, e que se ajusta ás normas éticas in-

ternacionais de propriedade intelectual e de autoria”.

Para garantir a veracidade da informação solicita-se

incluir assinatura eletrônica ou assinatura digitalizada

e número de identificação nacional de cada um dos

autores.

3. Extensão: Trabalhos correspondentes às modali-

dades: artigo, reflexão, experiência, estudo de caso,

tradução e aqueles que, correspondendo a estas mo-

dalidades, fizerem parte de uma edição especial, de-

verão ter uma extensão entre 3000 e 5000 palavras,

e aqueles que correspondem a crônica, resenha bib-

liográfica ou entrevista, terão uma extensão máxima

de 1.500 palavras. O texto deverá vir escrito em Word,

em formato de carta, com margens inferiores e supe-

riores de 2,5 cm e esquerdas e direitas de 3 cm. Toda

página deve vir com numeração. Deve se usar fonte

Times New Roman 12, entrelinhado de 1,5, sem es-

pacejamento adicional. Títulos e subtítulos deverão

estar numerados hierarquicamente.

Conteúdo gráfico: (fotos, colagens, desenhos, renderings,

mapas, planos, tabelas, gráficos) devem ser numeradas

consecutivamente de acordo com seu tipo e ordem de

apresentação, devidamente referenciadas no texto, não

deve exceder um TOTAL de 5 itens e indicando a sua lo-

calização APROXIMADA no documento, segundo a sua

relacao com o conteúdo escrito. Devera se incluir legenda

ou rodapé explica tivo associado a cada elemento gráfico

no documento, assinalando a procedência ou fontes de

referência, e anexado a cada um no sistema (OJS) em ar-

quivos SEPARADOS.

1. Figuras (fotografias, colagens, desenhos, renderings,

mapas e planos) devem ser entregues em JPG ou TIFF

SOMENTE, no mínimo 300 DPI de reso lução. Tabelas e

Figuras devem ser preparadas e apresentadas no for-

mato Excel e/ou Word EXCLUSIVAMENTE, consideran-

do que estes são diagramados novamente de acordo

com o estilo da revista. Em todo caso deve se consi-

derar, para uma correta compreensão da informação

gráfica, que a versão impressa da revista é publicada

em tons de cinza, enquanto sua versão digital é em

cores. É Recomenda-se desenvolver num arquivo

separado uma lista de todo o conteúdo gráfico in-

cluso. No caso de incluir reprodução de textos e ele-

mentos gráficos publicados, devera ter a permissão

respectiva, escrita pelo editor e o autor. Ante a ausên-

cia de tais permissões a informação não será incluída.

2. Título do trabalho: Máximo oito palavras. Pode se

agregar um subtítulo de O título debe ser traducido

para dois outros idiomas aceitos pelas normas desta

resvista. será entregue. Em nota de rodapé será in-

dicada a procedência do artigo (pesquisa financiada,

tese, etc.).

3. Palavras-chave: Serão incluídas de três a cinco

palavras-chave, separada por vírgulas em ordem hi-

erárquica, que indiquem a orientação temática do

artigo. Devese evitar repetição de palavras do título.

Inserir a tradução das palavras-chave para dois out-

ros idiomas aceitos pelas normas desta resvista.

4. Informação do (s) autor(es): No texto, sob o nome

e propriedades dos arquivos, NÃO deve aparecer ref-

erencia nenhuma da identidade do(s) autor(es) ou a

sua filiação. Isto corresponde à aplicação do duplo-

cego, que consiste em proteger o anonimato entre

autor(es) e pareceristas, e mesmo entre estes para evi-

tar possível viés na avaliação. Essas informações serão

solicitadas no momento do cadastro no sistema de

suporte da revista (OJS), no site onde cada autor deve

escrever um esboço biográfico, a ser incluído na pub-

licação, com um máximo de 80 palavras.

5. Resumo analítico: No início do texto deve ser in-

cluído o resumo do trabalho com no maximo duzen-

tas (200) palavras, sem notas de rodapé, redigido em

espanhol, português (resumo) e inglês (abstract). O

que excede essa extensão pode ser retirado pelo edi-

tor por razões imperativas de composição. Recomen-

da-se que o resumo responder aos seguinte tópicos:

Pergunta a ser respondida no texto; Quadro ou per-

spectiva teórica assumida; Metodologia empregada;

Principais constatações, conclusões e relevância.

6. Notas de rodapé: SOMENTE será de natureza es-

clarecedora e a sua extensão não deve exceder 60

palavras por nota. Devem conter comentários e

acréscimos, e não podem ser incluídas notas de

natureza bibliográfica, que devem estar inseridas

no texto (segundo o estilo APA). As notas serão nu-

meradas consecutivamente e apresentadas na parte

inferior de cada página.

7. Citações no texto: Devem ser inseridas no texto, de

forma simplificada, de acordo com as normas da APA,

como se segue: (sobrenome, ano de publicação: pá-

gina). A Em citação no texto, a indicação do numero

da página é opcional, exceto para citações textuais,

que no caso de ter um extensão inferior a 40 pala-

vras serão incluídas no parágrafo entre aspas. Se a

extensão da citação é mais do que 40 palavras, estas

devem ser incluídas em parágrafo separado, recuado,

um ponto menor no tamanho da fonte e sem aspas.

8. Abreviaturas, acrônimos ou siglas: Será incluídas

em lista a continuação da bibliografia.

Page 114: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

enero - marzo de 2017

Normas para autores: Presentación de trabajos a Revista Bitácora Urbano\Territorial

27112112 27

9. Dados acadêmicos: Deverão se encaminhar via cor-

reio eletrônico ([email protected]) con-

forme ao formato a ser remitido para o (s) autor(es),

uma vez o trabalho for declarado como RECEBIDO a

satisfação.

10. Escolha de trabalhos: A Coordenação editorial sub-

meterá os trabalhos declarados RECEBIDOS à revisão

crítica de pelo menos dois pareceristas, atendendo a

aplicação do sistema duplo-cego (explicado acima).

A RECOMENDAÇÃO de um trabalho como PUBLICÁVEL

requer a avaliação positiva de ambos os pareceristas,

cuja colaboração com a revista é regida pelas normas

de avaliação. Em caso de discrepância, o trabalho será

submetido a uma terceira avaliação na procura de

obter avaliação para definir tal recomendação.

Quando os pareceristas considerar que o trabalho pre-

cisa alteracoes para definir a sua recomendação, as

anota coes correspondentes serao encaminhadas

para o autor para ele prosseguir. Uma vez corrigidos,

o artigo será revisto pelos pareceristas para verificar

o cumprimento das suas observações e apresentar

a recomendação final. A equipe editorial decidirá a

APROVAÇÃO final do trabalho, caso a caso, de acordo

com o resultado da avaliação dos pareceristas, o cum-

primento rigoroso de todas as regras aqui apresenta-

das, a relação do trabalho com o tema chamado para

edição e/ou área temática da revista, bem como de

razões de cojuntura e exogamia.

Os autores serão notificados para eles dispor dos seus artigos

quando a decisão recair sobre eles. Assim, conforme o

caso, a Coordenação Editorial comunicará ao(s) autor(es)

o status do trabalho e começar a processá-lo para publi-

cação em caso afirmativo. Em caso de recusa, notificara

ao(s) autor (es) as razões que impedem a publicação do

seu trabalho, e, no caso dos recomendados para publi-

cação pelo parecerista, mas não foram aprovados para

o número específico, os autores serao informados de

que os trabalhos seriam considerados para publicação

nos dois (2) números seguintes, desde que forem nova-

mente para o processo de aprovação final, juntamente

com os novos artigos, que recomendados como pub-

licáveis, fossem postulados com a mesma finalidade,

em cada ocasião. Se essa alternativa é de interesse para

o(s) autor (es) deve (m) expressar consentimento por

escrito ao Conselho editorial da Revista.

11. Correção de probas: Autores de trabalhos APROVA-

DOS comprometem-se a responder a questões

decorrentes da revisão e correção da primeira prova

de diagramacao do seu trabalho até cinco dias após

a sua recepção, como MÁXIMO, ficando claro que

se nao houver uma resposta, presume-se confor-

midade com o conteúdo apresentado e forma. O

texto original não pode se alterar através de revisão,

limitando-o a corrigir erros e omissões.

12. Cópias de graca: Uma vez publicado e por cada tra-

balho, sera entregue ao(s) seu(s) autor(es), a título gra-

tuito, uma (1) cópia de cortesía do correspondente

número da revista BITÁCORA URBANO-TERRITORIAL.

13. Responsabilidade dos autores: Os trabalhos en-

caminhados devem ser completamente concluídos.

No entanto, após a publicação, o texto será sub-

metido a revisão, sem que isto afete o seu conteúdo.

A inclusão consciente de informações fraudulentas

ou inexatas é um comportamento antiético e vai en-

volver a rejeição automática deles.

14. Direitos de autor: O conteúdo e opiniões contidas

nos trabalhos publicados por BITACORA URBANO\

TERRITORIAL são responsabilidade exclusiva dos seus

autores, para todo efeito, e não comprometem ne-

cessariamente o ponto de vista da Revista. Quaisquer

restrições legais que afetem tais trabalhos e o seu

conteúdo (escrito e/ou gráfico) é responsabilidade

exclusiva de quem assinara.

BITACORA URBANO TERRITORIAL reserva o direito de fazer

alterações ao conteúdo escrito y/o gráfico dos trabalhos a

publicar, com a finalidade de adaptá-los especificamente

aos requerimentos de edição.

BITACORA URBANO TERRITORIAL é publicada sobe

Licença de Atribuição de Bens Comuns Criativos (CC) 3.0

de Creative Commons. O envio de colaborações para BI-

TACORA URBANO TERRITORIAL implica que os autores co-

nhecem e aditam às condições estabelecidas na licença.

Para conferir uma copia da mesma, visite http://creative-

commons.org/licenses/by/3.0/deed.es.

C: NORMAS Y FORMATO PARA

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Na lista de referências deverão se incluir SOMENTE as fon-

tes que competem direitamente ao sujeito apresentado

à Revista: somente se incluirão obras citadas no texto. Ao

nomear más de uma publicação de um mesmo autor, estas

devem se organizar em ordem cronológica. Quando citar

publicações de um mesmo autor e ano, usarão letras em

ordem alfabética ao lado da data para diferenciá-las tanto

dentro do texto quanto nas referências.

Referências bibliográficas apresentar-se-ão no final de

cada trabalho, com máximo 25 referências estruturadas

de acordo às normas APA, assim:

Livro de um só autor:

CASTELBLANCO Caicedo, D. Z. (2010). Los relatos del objeto

urbano. Una reflexión sobre las formas de habitar

el espacio público. Bogotá: Universidad Nacional de

Colombia.

Livro de dois até sete autores:

TORRES Tovar, C. A. & GARCÍA, J. J. (2011). Suelo urbano y

vivienda social en Bogotá. La primacía del mercado

y el sacrificio del interés general, 1990-2010. Bogotá:

Universidad Nacional de Colombia.

Livro de mais de oito autores:

Escrevem-se os seis primeiros seis autores seguidos por

reticências e, em seguida, escreve o último autor, assim:

TORRES, C. A., GAVIRIA, A., ZÚÑIGA, D., VARGAS, E., NIETO,

D. F., BUSTOS, S. P.,…LUENGAS, L. (2009). Ciudad in-

formal colombiana: barrios construidos por la gente.

Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Publicação sem autores:

Si a publicação estiver referenciada somente por editores

o mas sim os editores ou compiladores incluem os nomes

e entre parênteses (ed.) ou (comp.), conforme aplicável:

YORY, C. M. (Ed.). (2008). Pensando en clave de hábitat. Una

búsqueda por algo más que un techo. Bogotá: Uni-

versidad Nacional de Colombia.

Capítulo de livro:

VALENZUELA, J. A., PÉRGOLIS, J. C. (2009). La protagonista

es la ciudad, no su sistema de transporte. Em Mon-

tezuma, R. (Ed.), Más que un metro para Bogotá.

Complementar la movilidad. Bogotá: Fundación ciu-

dad humana, Editorial Universidad del Rosario.

Artigo de revista:

MARENGO, C. & ELORZA, A. L. (2010). Calidad de vida y

políticas de hábitat. Programa de Mejoramiento Bar-

rial en Córdoba, Argentina. Caso de estudio: barrio

Malvinas Argentinas. Bitácora Urbano - Territorial,

2(17), 79-94.

World Wide Web (www) e textos eletrônicos:

BORRERO, O. & DURÁN, E. (2010). Efectos de las políticas

de suelo en los precios de terrenos urbanos sin desar-

rollar en Colombia. Los casos de Bogotá, Medellín y

Pereira. Recuperado de http://www.lincolninst.edu/

pubs/dl/1784_1004_2009 Borrero Spanish Final.pdf

D. PARA CITAR UM ARTIGO DE REVISTA

BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL

As normas de citação dependerão do editor que publi-

que o trabalho, porém deve citar sempre ao (s) autor(es)

do trabalho (Sobrenome(s) e nome(s)), título do mesmo,

nome da revista na qual foi publicado (Bitácora Urbano\

Territorial), ano, volume e cidade (Bogotá). Como reco-

mendação sugerese o uso das normas APA, referidas an-

teriormente.

Page 115: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

publicacionEs 113113

(1) 2017: 113 - 115 Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

27 Publicaciones

Proceso de evaluación y selección

de artículos

El Comité Editorial someterá los artículos a la revisión crítica de por lo menos dos árbi-tros, después de haber efectuado una pre-selección. La aceptación del trabajo como artículo para su publicación requiere de la decisión favorable de todos los árbitros, cuya colaboración con la revista está regida por las normas de arbitraje. En todo caso, el resultado de las evaluaciones será notifica-do oportunamente al interesado.• La coordinación editorial de la revis-

ta BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL hará una convocatoria amplia para la presentación de artículos, a partir de la cual quienes deseen participar con-tarán con un plazo determinado para entregar su propuesta.

• Una vez recibido un artículo, la coordi-nación editorial de BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL notificará al autor de su recepción y verificará si el trabajo cum-ple con los requisitos para ser evalua-do. A su vez dará a conocer el título del trabajo sin el nombre del autor, proce-diendo a entregarlo a los arbitros para su evaluación.

• El comité editorial definirá la acepta-ción definitiva, si el arbitraje ha sido favorable y si el artículo se ajusta a las temáticas de los números en edición.

• Según el caso, la coordinación editorial procederá a comunicar al autor el esta-do del artículo e iniciar el procesamien-to del texto para su publicación en caso afirmativo.

• En caso de rechazo, se notificarán al au-tor los motivos expuestos por el Comité Editorial que impiden la publicación de su trabajo.

• Cuando los arbitros consideren que el artículo necesita ajustes, la coordina-ción editorial presentará al autor las anotaciones correspondientes, otor-gando como máximo dos semanas para la elaboración de las modifica-ciones.

B. NORMAS DE ARBITRAJEEl Comité Editorial someterá los trabajos enviados a la revisión crítica de los árbitros, después de haber efectuado una preselec-ción con base en los siguientes criterios:• Relevancia del tema.• Planteamiento claramente expresado

de la tesis o del objetivo central.• Respaldo de una investigación y/o una

experiencia o caso.• Ajuste a las normas para autores.Si el trabajo no cumple con estos requisi-tos mínimos, el Comité Editorial se lo hará saber al autor. Los árbitros deben contar con las califica-ciones adecuadas en el área temática en cuestión. Se integrarán el Banco de Árbi-tros de la revista según sus respectivas es-pecialidades, el cual ha sido levantado en distintas universidades y centros de inves-tigación del país y del exterior.El dictamen de cada árbitro se basará tanto en la calidad del contenido como de su for-ma. Además de otros que el árbitro consi-dere pertinentes, se le solicita pronunciarse de manera explícita y tan amplia como sea necesario sobre los siguientes aspectos:• Relevancia del tema.• Planteamiento claramente expresado

de la tesis o del objetivo central.• Ubicación explícita del enfoque en el

debate correspondiente.• Contribución específica al área de es-

tudio.• Fundamentación de los supuestos.• Nivel adecuado de elaboración teórica

y metodológica.• Apoyo empírico, bibliográfico y/o de

fuentes primarias.• Relevancia de la bibliografía utilizada.• Consistencia de la argumentación.• Claridad y concisión de la redacción,

precisión en los términos utilizados.• Adecuación del título al contenido del

trabajo.

• Capacidad de síntesis manifiesta en el resumen.

• Ajuste a las normas para autores.• Además, el informe del árbitro deberá

expresar si el artículo es:• Publicable sin modificaciones.• Publicable con modificaciones meno-

res.• Publicable con modificaciones mayores.• No publicable.Como es natural, las cuatro categorías an-teriores son excluyentes, por lo cual deberá indicarse una sola. Cuando la recomenda-ción sea “Publicable con modificaciones...”, sean éstas mayores o menores, deberá in-dicarse expresamente a cuáles aspectos se refieren esas modificaciones.En todos los casos, el árbitro velará porque el artículo sea que haya sido escrito espe-cialmente para la revista, –sea que se trate de una ponencia previamente presentada a un congreso, seminario o evento similar– se adecúe a los requerimientos estableci-dos por la revista en las “Normas para los autores”. De no ser así, hará las recomenda-ciones del caso.Si el árbitro considera que se trata de un trabajo de interés, pero presenta insuficien-cias como artículo, podrá recomendar su publicación en la selección de “Reflexiones” o de “Casos de estudio” de la revista. Tam-bién en estos casos deberá hacer explícitas las razones de su recomendación.Una vez que los textos hayan sido aproba-dos para su publicación, la revista se reser-va el derecho de hacer las correcciones de estilo que considere convenientes. Siempre que sea posible, esas correcciones serán consultadas con los autores.Para remitir su opinión a la revista, el árbitro dispone de un plazo máximo de un mes a partir de la fecha de la recepción del artícu-lo, la cual será registrada en la correspon-diente planilla de acuse de recibo.En compensación por su trabajo, el árbi-tro recibirá un ejemplar del número de la

A. Proceso de evaluación y selección de artículos

Page 116: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

enero - marzo de 2017

A. Proceso de evaluación y selección de artículos

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revista BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL, independientemente de que su opinión en relación con la publicación del artículo haya sido favorable o no.

La identidad de los autores no es comunica-da a los árbitros ni la de éstos a los autores, a menos que los soliciten expresamente por escrito y que la persona cuya identidad es requerida acepte revelar su nombre.

SUBMITTING PROCESS AND REFEREEING NORMS

A. EVALUATING PROCESS AND

ARTICLE SELECTION

Editorial committee will submit subject to scientific criti-

cal peer review after a preselect phase. The acceptance of

a paper requires the agreement of at least two referees.

The referees must follow the journal refereeing norms.

The result of evaluation will be notified to the author.

• The coordinating committee of BITÁCORA URBA-

NO-TERRITORIAL will announce a call of papers,

its deadline and topic. Whoever is interested in

publishing may send the paper attending to the

conditions.

• Once the paper arrives a notification will be sent

to the author. The coordinating commitee will

verify that the work meets the requirements to

be evaluated. will announce the title of the study

without the author’s name, proceeding to deliver

it to the referees for evaluation.

• Publishing committee may accept definitively the

paper according to the topics of the next issue

and the favorable outcome of evaluation.

• Coordinating committee will communicate to

the author the resolution on the text, and send it

to proofreading if it has been accepted.

• If it has been rejected the coordinating commit-

tee will announce the reasons of rejection.

• If referees consider that the article needs modi-

fications, coordinating committee will commu-

nicate the author the referees’ proposals, giving a

maximum of two weeks to prepare the amend-

ments.

B. REFEREEING NORMS

Publishing Committee will send the papers to referees af-

ter a first selection, evaluating the following items:

• Subject relevance.

• Clear exposure of the thesis or central aim.

• Endorsement of a research, an experience or case.

• Concordance to author’s norms.

If the paper does not adjust to minimum requirements,

publishing committee will communicate the author what

is required.

Referees must be qualified in the evaluating area. They

will join the referees database of the journal according

to its specialty, bank that has been structured with diffe-

rent universities and national and international research

centers.

The opinion of referees will be based in the content and

its form. Among other aspects that referees consider re-

levant, they must attend to and hand in as long as neces-

sary and as clear as possible the following:

• Subject relevance.

• Clear exposition of the thesis or central aim.

• Explicit situation of debate scope.

• Specific contribution in study area.

• Statement foundation.

• Adequate theoretic and methodological level.

• Research, bibliographical o primary sources su-

pport.

• Relevancy of bibliography.

• Consistency of argumentation.

• Clarity and concision of writing, precision in the

used terms.

• Adjustment of the title to the content.

• Synthesis capacity exposed in the abstract.

• Adjustment to authors’ norms.

• In addition, the referee report will express if the

paper is:

• Publish unaltered.

• Publish after minor changes.

• Publish after major changes.

• Reject.

Each category excludes any other, so they must choose

one. When changes either major or minor are recommen-

ded, recommendations must be explicit.

In every case referee will guard that the article which has

been written for the Journal –not mattering if it is a pro-

duct of a congress, a seminar or similar- is adapted to the

journal requirements in the Instructions for Authors. If not

the referee will recommend the modifications.

If the referee finds interesting the topic, but as an article it

is insufficient, he may recommend it to be published as a

study case or a reflection. Also in this cases he must expli-

cit the reason of his judgment.

After the articles have been accepted, the journal may do

proofreading and change what ever it is consider conve-

nient, when it is possible changes will be consulted with

authors.

To send its opinions to the journal the referee has one

month since the registered date he receives it.

The referee will receive a complementary issue of BITÁCO-

RA URBANO\TERRITORIAL independently of its opinion in

relation to the publication of the article.

Identity of author is not expressed to authors neither the

referees name, it is a double blind peer review, unless it is

hand writing asked and accepted.

Page 117: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

publicacionEs 115115

A. Proceso de evaluación y selección de artículos

PROCESSO DE SELEÇAO E DIRETRIZED DE ARBITRAGEM

A. PROCESSO DE AVALIAÇÃO

E SELEÇÃO DE ARTIGOS

O conselho editorial enviará os artigos para a revisão crí-

tica de pelo menos dois árbitros, depois de fazer uma lista

de candidatos. A aceitação do trabalho como um artigo

para publicação requer a decisão favorável por todos os

árbitros, cuja colaboração com a revista é regida pelas di-

retrizes de arbitragem. Em qualquer caso, o resultado das

avaliações será notificado imediatamente ao requerente.

A coordenação editorial da revista BITÁCORA URBANO\

TERRITORIAL fará uma chamada geral para apresentação

de artigos. Aqueles que desejarem participar terão um

prazo fixo para entregar a sua proposta.

• Após a recepção de um artigo, a coordenação

editorial de BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL no-

tificará ao autor de sua recepção e verificará se o

trabalho atende aos requisitos a serem avaliados.

Por sua vez, anunciará o título do trabalho sem o

nome do autor, procedendo à entrega aos árbi-

tros para sua avaliação.

• O conselho editorial definirá a aceitação final do

artigo, se a arbitragem foi favorável e se ele se en-

caixa nos temas do número em edição.

• Sempre que necessário, a coordenação editorial

deve comunicar o status do artigo e iniciar o

processamento de texto para sua publicação se

aceito.

• Em caso de recusa, o comitê editorial deverá

notificar ao reclamante as razões para prevenir a

publicação do seu trabalho.

• Quando o árbitro acredita que o artigo precisa

de ajuste, a coordenação editorial submeterá ao

autor os comentários correspondentes, para o

processamento que deverão fornecer-se nas se-

guintes duas semanas.

DIRETRIZES DE ARBITRAGEM

O conselho editorial apresentará os trabalhos à revisão

crítica ao árbitro, de ter feito uma pré-seleção com base

nos seguintes critérios:

• Relevância do tópico.

• Abordagem da tese ou principal objetivo clara-

mente explicados.

• O apoio em uma pesquisa e/ou uma experiência

ou caso.

• Cumprimento das diretrizes para os autores.

• Se o trabalho não atender a esses requisitos mí-

nimos, o comitê editorial o comunicará ao autor.

Os árbitros devem ter qualificações adequadas

no tema em questão. Eles integrarão o Banco de

Avaliadores da revista, de acordo com suas es-

pecialidades, que tem sido levantado em várias

universidades e centros de pesquisa na Colômbia

e no exterior.

• A decisão de cada árbitro é baseada tanto na

qualidade do conteúdo quanto na forma. Além

de outras considerações do árbitro, é solicitado

se exprimir explicitamente e tão ampla quando

necessário, em relação aos seguintes aspectos:

• Relevância do tópico.

• Abordagem da tese ou principal objetivo clara-

mente exprimidos.

• Localização explícita do foco sobre as discussões

correspondentes.

• A contribuição específica para a área de estudo.

• Justificação dos pressupostos.

• Nível apropriado de desenvolvimento teórico e

metodológico.

• Suporte empírico, bibliográfico e/ou fontes pri-

márias.

• Relevância da bibliografia empregada.

• Coerência da argumentação.

• Clareza e concisão da escrita; precisão dos termos

utilizados.

• Ajuste do título ao conteúdo do trabalho.

• Capacidade de síntese no resumo.

• Cumprimento das diretrizes para os autores.

• Além disso, o relatório do árbitro deve indicar se

o artigo é:

• Publicável sem modificações

• Publicável com pequenas modificações

• Publicável com grandes modificações

• Não publicável

Naturalmente, as quatro categorias acima são mutua-

mente exclusivas, pelo qual tem que se indicar só uma.

Quando a recomendação é “Publicável com modifica-

ções”, sejam grandes ou pequenas, se indicarão os as-

pectos especificamente abrangidos por estas alterações.

Em todos os casos, o árbitro deve assegurar que o artigo

foi escrito especificamente para a revista, seja ele um do-

cumento apresentado a uma conferência, seminário ou

similar, é esteja ajustado aos termos dos requisitos esta-

belecidos pela revista “Diretrizes para autores”. Se não, fa-

zer as recomendações apropriadas. Se o árbitro acha que

é um trabalho de interesse, mas apresenta inadequações

como artigo, recomendará sua publicação na seção de

“Reflexões” ou “Estudos de Caso” da revista. Também em

tais casos deve explicitar as razões da sua recomendação.

Uma vez que os textos foram aprovados para publicação,

a revista se reserva o direito de fazer mudanças editoriais

que julgue apropriadas. Sempre que possível, essas corre-

ções serão consultadas com os autores.

Para enviar o seu parecer para a revista, o árbitro tem um

período de um mês a partir da data de recebimento do

item; que será gravado no arquivo de recepções.

Em troca de seu trabalho, o árbitro receberá um certidão

da revista BITÁCORA URBANO\TERRITORIAL, independen-

temente que sua opinião sobre a publicação do artigo for

favorável ou não.

A identidade dos autores não é comunicada aos árbitros

nem a dos autores, a menos que especificamente solici-

tado por escrito e que a pessoa cuja identidade é pedida

aceite anunciar o seu nome.

Page 118: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

Políticas de canje y suscripción Revista Bitácora Urbano\Territorial

CANJELa adquisición por canje se hace con universida-

des, instituciones educativas públicas o privadas y editoriales que posean publicaciones similares o afines, que estén interesadas en mantener un intercambio permanente. Las solicitudes deben dirigirse a la Dirección de Bibliotecas, Grupo de Colecciones, Hemeroteca Nacional Universita-ria Carlos Lleras Restrepo, Universidad Nacional de Colombia. Conmutador 3165000, extensión 20015. Correo electrónico: [email protected]

Revistas con canje vigente:CUADERNOS GEOGRÁFICOS, Universidad de Grana-

da, EspañaCUADERNOS DE ARQUITECTURA Y NUEVO URBANIS-

MO, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Querétaro, México

Revista CENTRO-H, Organización Latinoamericana y del Caribe de centros Históricos, Quito, Ecuador

Revista CUADERNO URBANO Espacio Cultura y Socie-dad, Universidad Nacional del Nordeste, Argentina

Revista CIUDAD Y TERRITORIO: ESTUDIOS TERRITO-RIALES, Ministerio de Fomento, Madrid, España

Revista CIUDADES, Red Nacional de Investigaciones Urbanas, Puebla, México

Revista CIUDADES, Universidad de Valladolid, EspañaRevista ICONOS, Flacso, Quito, EcuadorRevista INVI, Universidad de Chile, Santiago, ChileRevista PAISAGEM E AMBIENTE, Universidade de São

Paulo, BrasilRevista PÓS, Posgrado en Arquitectura y Urbanismo,

Universidade de São Paulo, BrasilRevista URBANO, Universidad del Bio Bio, Concep-

ción, ChileRevista URBANA, Universidad Central de Venezuela y

Universidad de Zulia, VenezuelaRevista URBES, Universidad Nacional de Ingeniería de

Lima, PerúRevista URVIO, Flacso, Quito, EcuadorCUADERNOS DE SOCIOLO GÍA, Universidad Santo To-

más, Bogotá, ColombiaRevista ALARIFE, Universidad Piloto de Colombia, Bo-

gotá, ColombiaRevista DEARQ, Universidad de los Andes, Bogotá,

ColombiaRevista DE ARQUITECTURA, Universidad Católica, Bo-

gotá, ColombiaRevista EL CABLE, Universidad Nacional de Colombia,

Manizales, Colombia

Revista PRET-IL, Universidad Piloto de Colombia, Bo-gotá, Colombia

Revista TERRITORIOS, Universidad del Rosario, Bogo-tá, Colombia (virtual)

Revista TRAZA, Universidad de la Salle, Bogotá, Colom-bia

Revista GESTIÓN Y AMBIENTE, Universidad Nacional de Colombia, Medellín, Colombia

Revista INGENIERÍA, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá, Colombia

COMPRA La compra de la revista se puede hacer en la Tien-

da de Artes, ubicada en el primer piso del Edificio 303 de la sede Bogotá, (Arquitectura y Diseño In-dustrial); en las librerías de la Editorial Universidad Nacional, localizadas dentro de la campus Ciudad Universitaria en Bogotá (Carrera 30 N° 45-03, a un costado de la Torre de Enfermería, frente al Audito-rio León de Greiff), Plaza de las Nieves (Calle 20 Nº 7-15) y Claustro de San Agustín (Carrera 8 No 7-21); además de los puntos de venta determinados por Siglo del Hombre Editores. También es posible adquirir BITÁCORA a través de internet en: http://www.lalibreriadelau.com, www.lalibreriadelau.com y www.siglodelhombre.com.

27

enero - marzo de 2017

Políticas de canje y suscripción Revista Bitácora Urbano\Territorial

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Page 119: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

Indexada:

Publindex, Sistema Nacional de Indexación y Homolo-gación de Revistas de CT + I, Categoría B, Colombia

SciVerSe ScoPuS (Elsevier), Países Bajos

redalyc - Red de Revistas Científicas de América Latina, el

Caribe, España y Portugal (UAEM), México

Fuente académica Premier y toc Premier (ebscohost), Estados Unidos

Bases de datos bibliográficas:

latindex - Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe,

España y Portugal (UNAM), México

doaj - Directory of Open Access Journals Lund University Libraries, Suecia

claSe – Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales

y Humanidades-, (UNAM),

dialnet - Portal de difusión de la producción cien-tífica hispana, Universidad de la Rioja, España

ulrich’S PeriodicalS directory (ProQuest), Estados Unidos

e-reViStaS, Plataforma Open Access de Revistas Científi-cas Electrónicas Españolas y Latinoamericanas, Consejo

Superior de Investigaciones Científicas, España

electronic jounalS library, Universidad de Regensburg, Alemania

the euroPean library (Europeana), Unión Europea

ScientiFic electronic library online

Redes:

RII - Red Iberoamericana de Investigado-res sobre Globalización y Territorio

rier - Red Iberoamericana de Editores de Revistas

redib - Red Iberoamericana de innovación y Conocimiento Científico

27

NUMERO ICentro de Divulgación y MediosFacultad de Artes

Sede Bogotá

BITÁCORA Urbano/TerritorialISSN: 0124-7913ISSN electrónico: 2017-145XVolumen 27 Número 1Enero – marzo de 2017

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIARectorIgnacio Mantilla PradaVicerrector Sede BogotáJaime FrankyDecano Facultad de ArtesMartha Luz Salcedo BarreraVicedecano de Investigación y ExtensiónPaulo Andrés Romero LarrahondoVicedecano AcadémicoCarlos Alberto Torres TovarSecretario Académico Daira Hernández RomeroInstituto de Investigación Hábitat, Ciudad y TerritorioDirectorHenry Talavera DávilaÁrea Curricular Arquitectura y UrbanismoDirectorLuis Alfonso Pérez OrozcoCoordinador Programa Curricular en HábitatAlberto Gómez CruzCoordinador Programa Curricular en UrbanismoRene Carrasco ReyCoordinadora Programa Curricular de Ordenamiento Urbano RegionalPatricia Rincón AvellanedaDirector Unidad de Divulgación y MediosClara Victoria Forero

DistribuciónCentro de Divulgación y Medios, Facultad de ArtesEditorial Universidad Nacional de Colombiahttp://www.lalibreriadelau.com/http://www.siglodelhombre.com/Revista Bitácora Urbano Territorial es una publicación realizadapor el Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.Informes, distribución y suscripciones:Revista Bitácora Urbano TerritorialInstituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y TerritorioFacultad de ArtesUniversidad Nacional de Colombia, sede BogotáCiudad Universitaria, Carrera 30 N° 45-03Edificio 314 (SINDU). Oficina 106. Código Postal: 111321PBX 3165000 Ext. 12212E-mail: bitá[email protected] [email protected]ágina web: http://www.bitacora.unal.edu.coCanjesDirección de BibliotecasGrupo de ColeccionesHemeroteca Nacional Universitaria Carlos Lleras RestrepoUniversidad Nacional de Colombia, sede BogotáCiudad Universitaria, Avenida El Dorado N° 44ª-40, Edificio 571PBX 3165000 Ext. 20015E-mail: [email protected]: 300 ejemplaresImpreso en Bogotá, ColombiaPeriodicidad semestral

Convocatorias para publicar artículos en Bitácora Urbano\TerritorialLa revista BITÁCORA Urbano Territorial del Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio de la Universidad Nacional de Colombia, con-voca para sus próximas ediciones a los académicos interesados en par-ticipar con un artículo de calidad científica, producto de investigación.

La revista es de carácter netamente académico y busca el forta-lecimiento de redes académicas y de investigación, así como la

divulgación nacional e internacional de la producción que se vie-ne generando en los ámbitos urbano-territoriales. La revista trata temas relacionados con el ordenamiento urbano regional, la ciu-dad y el hábitat y los componentes relacionados con ellos, como los proyectos y procesos urbanos, el urbanismo, la arquitectura y la vivienda, entre otros.

Secciones BITÁCORA Urbano Territorial cuenta con las

secciones habituales: Desde el Posgrado, Desde el

Pregrado, Artículos, Dossier Central y Reseñas. A ex-

cepción del Dossier Central, se mantiene una con-

vocatoria permanente para las demás secciones. En

las dos primeras secciones se publican los resulta-

dos de tesis de investigación presentadas para op-

tar por títulos universitarios. La sección de Artículos

incluye textos relacionados con los temas de la

revista y el Dossier Central es una sección temática

cuyos temas están relacionados a continuación. In-

vitamos a los investigadores a enviar artículos para

estas dos secciones y a profesores y estudiantes a

enviar textos para las secciones Desde el Pregrado y

Desde el Posgrado. Pueden contribuir con Reseñas

de libros publicados recientemente que traten so-

bre la ciudad, problemáticas urbanas y lo territorial

y todo lo que tenga incidencia sobre el hábitat.

Dossier Central  – Bitácora Volumen 27 No. 2: “Re-

flexiones a propósito de la Nueva Agenda Urbana

– Hábitat III” (Fecha límite para envío de textos: 29

de Febrero de 2017).

Del 17 al 20 de octubre de 2016 tuvo lugar uno de los

eventos más relevantes en el campo del hábitat y el

urbanismo, y por qué no, del futuro de las ciudades

a escala mundial: La Conferencia Global: Hábitat III

convocada por las Naciones Unidas, bajo el slogan

de la Nueva Agenda Urbana. Confluyeron miles de

personas involucradas social, política, académica y

económicamente con las múltiples dinámicas que

configuran lo que hoy conocemos como Gestión

Urbana. Además del evento central organizaciones,

movimientos sociales y académicos, plataformas

internacionales, también promovieron eventos

paralelos que buscaban garantizar la inclusión de

todos los actores, sobre todo aquellos [la mayoría]

quienes deben soportar la presión del decadente

modelo neoliberal sobre sus vidas, las de sus fami-

lias y comunidades, expuestas día a día al resque-

brajamiento urbano.

La Conferencia de Hábitat se realiza cada veinte años,

siendo ésta la tercera convocatoria, con una notable

diferencia: pasamos de una agenda destinada a las

problemáticas de los asentamientos humanos en

Vancouver 1976 y Estambul 1996, hacia una pro-

puesta que invita a incorporar los temas [todos] de

la Nueva Agenda Urbana.

En este marco, el equipo editorial de la Revista Bitáco-

ra considera necesaria la reflexión de investigado-

ras e investigadores y demás actores interesados en

los resultados que puedan arrojar tanto el evento

oficial, como los múltiples eventos paralelos en el

gran encuentro de octubre de 2016 en la ciudad de

Quito – Ecuador. Contexto en el cual, resulta de vital

importancia la lectura compartida sobre la actuali-

dad del debate central el Derecho a la Ciudad.

En consonancia con los elementos propuestos en

las discusiones de Quito-2016, proponemos los si-

guientes tópicos:

Naciones Unidas resalta el papel de Sistemas Nacio-

nales sólidos de las ciudades y otros asentamien-

tos humanos como polos de desarrollo territorial

equilibrado. Esto, en un contexto socio – institu-

cional impactado negativamente por las políticas

neoliberales de desmonte y reducción del Estado

como ente garante de procesos de desarrollo local,

de promoción de recursos endógenos y de estruc-

turar sistemas sólidos de ciudades. En estos térmi-

nos, ¿cuál es el alcance e interés de la propuesta de

Naciones Unidas de retomar las agendas urbanas al

interior de cada país, en un tono cercano a lo que

podría considerarse como Reformas Urbanas del

siglo XXI?

David Harvey considera que uno de los retos del esce-

nario en Quito, era llenar de contenido y actualizar

el concepto de Derecho a la Ciudad. ¿Cuáles son es-

tos contenidos? ¿Qué actualidad tiene reivindicar el

Derecho a la Ciudad en el marco de las más recien-

tes movilizaciones por el territorio y los derechos

de y a la naturaleza? ¿Es el derecho a la ciudad eje

articulador y dador de sentido de una ciudadanía

cosmopolita?

Y por último, ¿es posible pensar en transiciones y

transformaciones de las condiciones de vida de la

población mundial en torno a ciudades y territorios

a escala humana?, y en estos procesos ¿cuál es el

papel [positivo o negativo] de las agendas, cum-

bres, encuentros y foros, como: Agenda 2030 para

el Desarrollo Sostenible (Objetivos del Milenio);

Acuerdo de París sobre cambio climático; Marco

de Sendai para la reducción de Riesgos de Desas-

tres 2015-2030; Plan de Acción de Estambul, entre

otros?

Contacto:[email protected] Normas de

presentación:http://www.bitacora.unal.edu.co

(Acerca de/Normas para autores)

Idiomas: Se reciben y publican textos en español, por-

tugués, francés e inglés

Page 120: ISSN impreso: 0124-7913 ISSN electrónico: 2027-145X

I S S N 0 1 2 4 - 7 9 1 3

Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá Facultad de Artes Volumen 27 No. I enero - marzo 2017Revista del Instituto de Investigaciones Hábitat, Ciudad y Territorio

Con

flic

to A

rmad

o y

Pro

ceso

s de

Paz

en

Col

ombi

a

ISSN impreso: 0124-7913ISSN electrónico: 2027-145X

27

27NUMERO I

Centro de Divulgación y MediosFacultad de Artes

Sede Bogotá

I

EDITORIAL

ARTÍCULOS

DESDE EL POSGRADO

PUBLICACIONES

7 Los otros territorios. renovación urbana, modeLos urbano-territoriaLes, hábitat popuLar e incLusión sociaL

Carlos Alberto Torres-TovarEloisa Vargas-Moreno

9 rehabiLitación deL contenedor y expuLsión deL contenido: eL modeLo obsoLeto de renovación urbana de bogotá

Eleonora Herrera-MedinaJuan José Martí-NogueraLuis Fernando Molina-Prieto

17 La transformación urbana de bogotá: anáLisis de Los procesos de pLanificación y gestión urbana

Lisandro Iusry-Abulatif27 estanfLación y crecimiento deL área urbana en 2012. oferta deL sueLo en eL gran san Juan

Patricio Cardó35 La inestabiLidad de La forma. proyectos para barrios popuLares en santiago de chiLe, 1953-

1970Emanuel GiannottiHugo Mondragón-López

47 gobernanza territoriaL y Los pLanes de ordenamiento territoriaL: eL caso de La provincia de mendoza, argentina

Matías Agustín Dalla-Torre55 taLLer de diseño coLaborativo y hábitat evoLutivo:

puentes entre La academia y La comunidad

Omayra Rivera-Crespo63 taLLeres en eL “mientras tanto”:

La espera en una poLítica habitacionaL argentina

Romina Sonia Olejarczyk71 espacio púbLico y prácticas corporaLes: un estudio de caso

Claudia Maritza Guzmán-ArizaHéctor Rolando Chaparro-HurtadoElkin Orlando González-Ulloa

79 ciudad digitaL: paradigma de La gLobaLización urbana

Gabriel Benítez-Gutiérrez89 apLicación deL anáLisis muLtivariante para La sostenibiLidad

ambientaL urbana

Loraine Mayrim Giraud-HerreraGiobertti Raúl Morantes-Quintana

101 postconfLicto, modeLo económico y ordenamiento urbano-regionaL

Inti Mesías-Barrera

105 normas para autores: presentación de trabaJos a Revista BitácoRa URBano\teRRitoRial

113 proceso de evaLuación y seLección de artícuLos