islas[conciencia] Núm. 01 - BIODIVERSIDAD
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invierno 2010Nº 1
ejemplar
gratuito
[conciencia]el periódico del Museo Elder
slas
ORGANIZA Y PRODUCE:
Gobiernode Canarias
FINANCIA:
Agencia Canariade Investigación, Innovacióny Sociedad de la InformaciónGobierno de Canarias
Paulino Rivero BautePRESIDENTE DEL GOBIERNO DE CANARIAS
FUNDACIÓN CANARIA MUSEO DE LA CIENCIA Y LATECNOLOGÍA DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Ricardo Fernández de la Puente ArmasPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN. VICECONSEJERO DETURISMO DEL GOBIERNO DE CANARIAS
José Regidor GarcíaVICEPRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN. RECTOR DE LAUNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
VOCALESIsabel Pascua Febles
José Juan Martínez Díaz
Sinesia María Medina Ramos
Rita Enma Hernández Callero
Miguel Cabrera Cabrera
María Méndez Castro
Julio Melián Pérez Marín
Juan Ruiz Alzola
Cristian Santana Hernández
José Carlos Manzano Fernández
MUSEO ELDER DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍADE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Fernando Pérez GonzálezDIRECTOR-GERENTE
José Miranda AyalaADMINISTRADOR
TÉCNICOSJosé C. Ruano Caballero
José Sarmiento Rodríguez
Mª Arántxatxu Rodríguez Quintana
César Díaz Vega
Gregorio de la Fuente Frutos
PUBLICACIÓN
COORDINACIÓN GENERALFernando Pérez González
ADMINISTRACIÓNJosé Miranda Ayala
COORDINACIÓN TÉCNICAGregorio de la Fuente Frutos
TEXTOSSalvador Gregorio Benítez
José L. Martín Esquivel
David Romo Vallejo
Juli Caujapé Castells
Manuel Arechavaleta Hernández
José Luis Gómez Pinchetti
Elizabeth Ojeda Land
Manuel Ángel Vera Galván
Juan Pedro de Nicolás
Obdulia Mª Molina Bolaños
María del Carmen Brito de la Nuez
Martín Moreno Muñoz
José Luis Viejo Montesinos
Ignacio de la Riva
Juan Ignacio Pérez Iglesias
Patricia Assunção
Adelina de la Jara
Laura Carmona
Karen Freijanes
Eduardo Portillo
Héctor Mendoza
Juan Manuel Martín González
Jesús García Rubiano
Jesús Pérez Peña
José Luis Eiroa Martínez
Enrique Peñalver Mollá
Joaquín Moratalla
Araceli Santana Benítez
Miguel Ángel Cabrera Pérez
DISEÑO Y MAQUETACIÓNCarlos Tavío
ILUSTRACIÓN CENTRALIñaki Díez Cortaberría
IMPRESIÓNArtes Gráficas del Atlántico S.A.
EDITAMuseo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas
de Gran Canaria.
Viceconsejería de Turismo del Gobierno de Canarias
PATROCINAAgencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad
de la Información del Gobierno de Canarias
islas[conciencia] es la nueva línea de publicaciones de divulgación científica del Museo Elderde la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria, entidad adscrita a la Viceconsejería
de Turismo del Gobierno de Canarias. Con ella, el Museo pretende hacer llegar a la ciudadanía
los conocimientos, reflexiones y proyectos de científicos e investigadores en aquellos campos
de especial relevancia para Canarias, pero con vocación universal, en el ámbito de la
investigación, la innovación y el desarrollo.
El formato elegido para islas[conciencia], un periódico con artículos de diversos autores que
desde distintas áreas de conocimiento aborden una misma temática, tiene como objetivo el
poner a disposición, tanto del autor como de los lectores, el espacio suficiente para que las
ideas, los conceptos y los razonamientos puedan ser expuestos con la necesaria profundidad.
Sin embargo, es nuestro deseo que islas[conciencia] sea predominantemente divulgativo,
esto es, accesible para todos aquellos que, sin ser especialistas ni poseer conocimientos
técnicos sobre el tema, estén interesados en conocer y disfrutar con y de la ciencia.
Para este primer número dedicado a la biodiversidad, hemos contado con la colaboración
de biólogos, físicos, químicos, geólogos, ecólogos o filólogos que desarrollan su trabajo en
distintas universidades, institutos y departamentos de la Administración. Cada uno, desde
su área de investigación, nos ofrece un punto de vista único para que con el conjunto podamos
conformarnos una imagen global de aproximación sobre uno de los campos de estudio de
mayor relevancia en la actualidad. No en vano, las Naciones Unidas declararón el año 2010
como Año Internacional de la Biodiversidad.
A través de los escritos que componen esta publicación descubriremos el origen reciente del
término biodiversidad, la importancia de las islas como “puntos calientes” de variedad biológica
y el caso especial de Canarias por su elevado número de especies endémicas y por la grave
amenaza en la que se ha convertido la introducción de especies exóticas. Intentaremos
comprender cuáles son las razones que provocan la existencia de este inimaginable número
de especies biológicas distintas y por qué algunas clases, como los insectos, parecen haber
triunfado y otras, como los anfibios, presentan actualmente unas tasas de extinción alarmantes.
Revisaremos los proyectos y herramientas utilizadas para la conservación y gestión de los
recursos naturales o las nuevas oportunidades que se nos presentan gracias a organismos,
hasta ahora no explotados, como las microalgas. La biodiversidad tratada desde campos
como la fisiología provoca nuestro asombro al desvelar las insólitas soluciones que la evolución
ha encontrado para resolver los problemas del frío o el calor y como la física o la química,
abre ante nosotros un mundo insospechado de características que presenta la vida y que
ahora comenzamos a comprender. Pero las especies vivas actuales no son sino una pequeña
parte de todas las especies que han poblado nuestro planeta a lo largo de los últimos 3.500
millones de años, muchas de las cuales desaparecieron en grandes extinciones masivas
dejándonos, como único testimonio de su paso, unos pocos restos fósiles que la paleontología
se afana en estudiar.
Desde el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología queremos agradecer sinceramente el
esfuerzo y el tiempo dedicado, muchas veces robado de sus obligaciones investigadoras,
docentes o profesionales, por todos y cada uno de los autores de los artículos, ilustraciones
y diseñadores que, sin excepción, se prestaron a colaborar desde el primer momento en este
nuevo proyecto de divulgación y difusión de la ciencia. El resultado de su ilusión, dedicación
y saber hacer es este primer número de islas[conciencia].
Este periódico, y la publicación paralela del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife
dedicada a la astronomía, ha sido posibles gracias a la financiación de la Agencia Canaria
de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) del Gobierno de Canarias.
Editorial
ORGANIZA Y PRODUCE: FINANCIA:
Gobiernode Canarias
SU
MA
R O[conciencia]
el periódico del Museo Elder slas
4NUEVAS PALABRAS PARANUEVAS REALIDADESAPROXIMACIÓN AL TÉRMINOBIODIVERSIDAD DESDE UNPUNTO DE VISTA FILOLÓGICOAutor: Salvador Gregorio Benítez Rodríguez
6 ISLAS Y BIODIVERSIDADAutor: José L. Martín Esquivel
8LAS ISLAS GALÁPAGOS:UN LABORATORIO PARA LAEVOLUCIÓNAutor: David Romo Vallejo
11 UNA VISIÓN MOLECULAR
LA FLORA ENDÉMICATERRESTRE CANARIA EN LASOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN:
Autor: Juli Caujapé Castells
18
LA MUSARAÑA CANARIAAutores: Dña. Obdulia Mª Molina Bolaños,Dña. María del Carmen Brito de la Nuez,Dr. D. Martín Moreno Muñoz
20LAS ESPECIESEXÓTICAS INVASORAS:UNA AMENAZA PARA LABIODIVERSIDAD CANARIAAutora: Elizabeth Ojeda Land
23NATURA 2000:LA HERRAMIENTA TERRITORIALEUROPEA DE LA CONSERVACIÓNDE LA NATURALEZAAutor: Manuel Ángel Vera Galván
26BIODIVERSIDAD DE LA GESTIÓNDE LA BIODIVERSIDADNECESIDAD URGENTE DE UN CAMBIO ENLA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDADAutor: Juan Pedro de Nicolás
31
ALGOLOGÍA Y BIODIVERSIDADREFLEXIONES SOBRE ALGOLOGÍAEL DESCUBRIMIENTO DE NUEVASESPECIES Y SUS APLICACIONESINDUSTRIALES REALES Y POTENCIALES.Autor: Juan Luis Gómez Pinchetti
16LA LISTA DE ESPECIESSILVESTRES DE CANARIAS 2009Autor: Manuel Arechavaleta Hernández
DIVERSIDAD Y DECLIVEMUNDIAL DE LOS ANFIBIOSAutor: Ignacio de la Riva
35LA DIVERSIDAD DEINSECTOS ESPAÑOLESAutor: José Luis Viejo Montesinos
39DIVERSIDAD FISIOLÓGICAAutor: Juan Ignacio Pérez Iglesias42
45POTENCIALBIOTECNOLÓGICO DE LAS
MICROALGASAutores: Patricia Assunção, Adelina dela Jara, Laura Carmona, Karen Freijanes,Eduardo Portillo, Héctor Mendoza
47LA BIODIVERSIDADY LAS CIENCIAS FÍSICASAutores: Dr. Juan Manuel Martín Gonzálezy Dr. Jesús García Rubiano
52BIODIVERSIDAD Y QUÍMICA:EL GRAN LABORATORIO DE LANATURALEZAAutores: Jesús Pérez Peñay José Luis Eiroa Martínez
57LA BIODIVERSIDADDEL PASADO Y EL ÉXITO DE LOSINSECTOSAutor: Enrique Peñalver Mollá
61TURISMO YBIODIVERSIDADAutora: Araceli Santana Benítez.
59
LOS PLANES DERECUPERACIÓN:INSTRUMENTOS PARA LACONSERVACIÓN DE LASESPECIES AMENAZADASAutor: Miguel Ángel Cabrera Pérez
62
LAS GRANDES EXTINCIONESDE LA HISTORIA DE LA VIDA:
UN GRAN FILTRO PARALA BIO-DIVERSIDADAutor: Joaquín Moratalla
[conciencia] slas
4EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
NUEVAS PALABRAS PARANUEVAS REALIDADES
APROXIMACIÓN AL TÉRMINO BIODIVERSIDAD DESDE UNPUNTO DE VISTA FILOLÓGICO
Autor:
Salvador Gregorio Benítez RodríguezInvestigaciones Filológicas en Canarias. ULPGC.
Escribir un artículo sobre la palabra biodiversidad desde
un punto de vista filológico exige aproximarse, evidente-
mente, a todos los aspectos que son relevantes para
llegar a comprender su alcance como palabra, su valor
como ente lingüístico. Ahora bien, si queremos percibir
su verdadera esencia, debemos acercarnos al medio
natural, a la realidad que nos circunda, en suma, al
mundo. Y no solo porque a través de la lengua, que
funciona como vehículo de comunicación, le damos
nombre a la realidad, sino porque ambas, las lenguas y
las especies, han evolucionado con el tiempo a partir de
un origen común mediante un proceso denominado
selección natural.
En la naturaleza, la vida nació en un mar de materia
inerte. Los seres primigenios se multiplicaron en seres
semejantes con vida propia que ocuparon las regiones
vacías del planeta donde se desarrollaron, se multiplicaron
y se diversificaron, sobreviviendo y adaptándose a las
diferentes condiciones de vida.
Las lenguas, por su parte, nacen desde la necesidad del
ser humano de comunicarse con los demás miembros
de su comunidad; desde el deseo de expresar sus alegrías
y sus penas, sus sueños y sus esperanzas, sus anhelos
y sus nostalgias; desde la necesidad de dar órdenes, de
influir sobre el oyente, de llamar su atención, pero también
de darle nombres a la realidad para distinguirla de otras;
desde la necesidad de organizar el mundo circundante
y de ordenarlo para organizar y ordenar así el pensamiento.
En la evolución el hombre comenzó a desarrollar la
capacidad del lenguaje, o sea, la de adiestrar a los
órganos que participan en la fonación en la producción
de una serie de sonidos que, combinados según las
reglas que por convención se van estableciendo en la
propia lengua, se convierten en elementos con significado,
esto es, en signos desde el momento en que son acep-
tados por los demás miembros de la comunidad como
tal, es decir, como elementos portadores de contenido.
Esos signos, igual que las demás especies naturales, se
desarrollan, se multiplican, se diversifican para adaptarse
a las necesidades comunicativas y a las capacidades
modulares de las articulaciones bucofaríngeas. Algunos
de estos signos con el tiempo se extinguen porque son
reemplazados por otros en un proceso de selección
natural o porque, simplemente, la realidad a la que
nombraban ha desaparecido, se ha extinguido. Ahora
bien, también nacen otros nuevos para nombrar nuevas
realidades, nuevos objetos, nuevas dimensiones, nuevos
productos o nuevas preocupaciones. La mayoría evolu-
ciona, pero, sobre todo, los más productivos se combinan
con otros para crear nuevos signos, entes con vida propia
que se adaptan al medio y que responden a los tiempos.
En los tiempos de Darwin, a mediados del siglo XIX, cupo
hablar de especies y de evolución, de transmutación y
de selección natural pues sus postulados acerca del
hecho de que todas las especies de seres vivos hayan
evolucionado a lo largo del tiempo a partir de un antepa-
sado común mediante el proceso de selección natural
supusieron una importantísima revolución científica que
hizo necesaria la creación de nuevos términos para
nombrar tales hallazgos y contrastarlos.
Es, por el contrario, en nuestros tiempos, finales del siglo
XX y principios del XXI, cuando nace el término biodiver-
sidad, sin embargo, no el concepto, pues este ya fue
apuntado en cierta manera por la propia “Teoría de la
Evolución”. Según las fuentes, esta palabra fue utilizada
por primera vez en septiembre de 1986 en el título de
una conferencia sobre el tema, el National Forum on
BioDiversity, convocada por Walter G. Rosen, a quien se
le atribuye la idea de la palabra. Sin embargo, el concepto,
por su carácter intuitivo, ha presentado ciertas dificultades
para su definición precisa.
Según la RAE, este término se define como la `variedad
de especies animales y vegetales en su medio ambiente´.
En el campo de la biología, en particular, se entiende que
la biodiversidad abarca al número de poblaciones de
organismos y de especies distintas, pero se hace necesario
hacer algunas precisiones en lo que atañe a su alcance
designativo. Cuando se habla de biodiversidad se han de
distinguir cuatro niveles: en primer lugar, el que se refiere
a la diversidad genética o intraespecífica, que contempla
la diversidad de versiones de individuos dentro de una
especie, las variaciones interindividuales o variedad de
genotipos; en segundo lugar, la diversidad específica, que
contempla la pluralidad de especies, es decir, de sistemas
genéticos o genomas; en tercero, la ecosistémica, que
describe la diversidad de las comunidades de especies
distintas. Y, por último, aquella que describe la riqueza de
esas especies dentro de las comunidades, es decir, la
diversidad interna. En el campo de la ecología el concepto
engloba, además, la diversidad de interacciones entre las
especies y el medio en el que viven: el aire que los rodea,
el agua de la que viven, el suelo que les abriga y el resto
del entorno en el que se desenvuelven.
Esto es en lo que se refiere a su alcance semántico, a su
capacidad designativa, a su valor como signo lingüístico.
Ahora bien, en lo que se refiere a su formación la palabra
biodiversidad no es un elemento que nació ex novo desde
una combinación azarosa de sonidos, sino que es el
En la naturaleza, la vida nacióen un mar de materia inerte.
La Torre de Babel, de Pieter Brueghel el Viejo. Kunsthistorisches Museum
[conciencia] slas
5EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
producto resultante de la combinación de otros signos
que existían con anterioridad en la lengua; por ello debemos
distinguirlos y deslindarlos, y una vez deslindados, anali-
zarlos y caracterizarlos, prestando especial atención a su
clase, a su comportamiento, a su procedencia, a su
significado y a los tipos de relaciones que se establecen
entre ellos.
De entrada, se sabe que la palabra biodiversidad es un
calco del vocablo del inglés biodiversity. Para algunos,
este término resulta de la contracción de la expresión de
la misma lengua «biological diversity» propuesta por
Thomas Lovejoy en 1980 dada la creciente preocupación
en el mundo de las ciencias de la Naturaleza por describir
y por caracterizar la diversidad interna de los ecosistemas.
Esta expresión está integrada por dos unidades, biological
y diversity, términos que, desde un punto de vista de su
formación, se crean en la lengua de Shakespeare, pero
no a partir de especies lingüísticas autóctonas, de for-
mantes creados desde la lengua, sino a partir de signos
de otras lenguas, fundamentalmente de las lenguas
clásicas, bien del griego, que se introducen a través del
latín , como son bio-, -logo, -ico; bien del propio latín,
como es el caso de -al, di-, versus. Pero también a partir
de signos de lenguas románicas, como es el caso del
segmento -ty, que entró a través de la lengua de Voltaire.
Todos estos signos funcionan como especies lingüísticas
foráneas que se aclimatan y se adaptan a los rasgos que
conforman y definen el ecosistema de la lengua británica
y, en particular, a sus hábitos y a sus limitaciones articu-
latorias en la pronunciación. Esta es una gran parte de
la herencia que ha recibido el inglés de las lenguas clásicas
y de alguna de las románicas. Ahora bien, ¿de qué manera
se desenvuelven y se comportan esos signos en un nuevo
ecosistema lingüístico? ¿Cómo se relacionan en el nuevo
medio entre sí y con los demás signos del inglés?.
Es necesario dejar claro que esta lengua no solo ha
recibido en herencia de otros idiomas estos y otros
muchos signos de este tipo y palabras ya formadas, sino
que, al adoptar tales términos, esta lengua asumió como
propios los procedimientos de creación de palabras de
aquellas, en concreto, los patrones en los que se basó
el latín para el enriquecimiento de su caudal léxico y los
de las lenguas románicas que nacieron a partir de él. Esta
importantísima herencia es producto de la convivencia
de tres lenguas durante más de trescientos años en
Inglaterra: la lengua anglosajona, usada por el pueblo
como lengua cotidiana; el latín, reservada para la liturgia
casi exclusivamente; y el francés, la lengua de la corte y
de la nobleza británicas, que se convirtió en la lengua de
prestigio. El resultado más inmediato ha sido el de que
la lengua inglesa, en la creación de nuevas palabras, no
solo recurra con cierta frecuencia a los signos heredados
de otras lenguas, sino también a los mismos procedimien-
tos de creación de palabras que se daban en las lenguas
que sirvieron de modelos; en concreto, los de derivación,
por un lado, esto es, la adición a una palabra ya existente
de un elemento que signifique al principio de ella, llamado
prefijo, como en subespecie para el español y en subspecie
en el caso del inglés, o a final de ella, llamado sufijo, como
en ecologista para el español y en ecologist para el inglés;
los de composición, a través de la unión de dos elementos
léxicos, de dos palabras preexistentes, como es el caso
de quebrantahuesos, una especie de ave, para el español
y dogfish, para el inglés, que alude a una especie de pez;
y, por último, los de contracción, es decir, los de creación
de un nuevo término a partir de partes de otras palabras,
como ya hemos apuntado que sucede con el vocablo
que analizamos.
Todos estos fenómenos dejan de manifiesto que las
palabras, los signos que las componen y las reglas de
combinación de los signos viajan en el espacio y en el
tiempo y que se adaptan en un ecosistema lingüístico
diferente al suyo o, por el contrario, se extinguen, mueren,
desaparecen. En este sentido, biological, por su parte,
es un término producto de la combinación de varias
unidades lingüísticas mínimas con significado: por un
lado, el elemento compositivo o prefijal de origen griego
βιο-, que significa `vida´ y que constituye el elemento de
segundo orden en el término; por otro lado, otro elemento
compositivo, -´logo, ga, que deriva del latín -logus, y este
a su vez del griego -λογο, que alude a la `palabra´ y que
funciona como el núcleo de tal expresión; el elemento
sufijal -´ico, ca, que procede del latín -icus, y este del
griego -lkóç y cuya función semántica es la de indicar
`relación´; y, finalmente, el elemento sufijal -al, que procede
del latín -alis y que expresa también ̀ relación o pertenencia´.
Estos dos últimos elementos funcionan como auxiliares
del primero de la expresión ya que de esta manera hacen
referencia a 'lo relativo al conocimiento de la vida'.
El segundo de los elementos, diversity, es también una
palabra en cuya génesis han participado numerosos
signos. Por un lado, la base que procede del latín diversus,
que es, a su vez, el resultado de la fusión del elemento
di-, que significa `extensión o propagación´, elemento
auxiliar, y de la base versus, que significa `especie,
naturaleza, forma, etc.´, que funciona como el núcleo de
la expresión, a la que se le ha añadido el sufijo del inglés
-ty, que procede del francés -te, elemento auxiliar que
tiene su homólogo español en -dad, ambos de origen
latino, con el que se expresa la abstracción de la cualidad,
en concreto, de `la propagación de la naturaleza, de las
especies´.
Como ya se ha apuntado, en la formación del término
biodiversidad se da el fenómeno de la contracción de los
dos términos ya analizados, vocablos que nacen desde
la lengua, desde los signos con los que ella ya cuenta.
En nuestro caso, la nueva palabra se ha creado a partir
del primer elemento del término biological, el signo bio,
y el segundo término entero; de ahí biodiversity, cuyo
calco en español es biodiversidad.
Este primer elemento es un signo muy productivo y de
una reciente gran vitalidad en la creación de nuevos
términos en el campo científico como, por ejemplo, lo
son bioética, biochip, bioestadística, biocompatibilidad,
biocenosis etc. Esa vitalidad y el hecho de que haya sido
el signo que junto con diversidad más importan es sin-
tomático de un estado de cosas: el hombre es cada vez
más consciente de que, para contrarrestar su influencia
sobre el medio ambiente y para evitar la extinción de la
vida en la tierra, es necesario proteger la biodiversidad,
esto es, la diversidad de vida en el planeta, lo que supone
también la biodiversidad de signos a través de los que
nombrar a los seres que la conforman, caracterizarlos y
definirlos, porque las lenguas no son más que el espejo
en el que se refleja el mundo circundante. Las lenguas y
las especies nacieron de un germen común y seguirán
el camino de la vida juntas y de la mano.
Autor: Salvador Gregorio Benítez Rodríguez
Thomas Lovejoy, creador del término biodiversidad.
Quebrantahuesos
[conciencia] slas
6
ISLAS Y BIODIVERSIDAD
Autor:
José L. Martín EsquivelObservatorio de Desarrollo Sostenible,
Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y
Cambio Climático
Las Galápagos, al oeste de Sudamérica, y el archipiélago
Malayo, al sur de Asia, fueron los laboratorios donde dos
insignes naturalistas, Charles Darwin y Alfred Russell
Wallace, reflexionaron hace unos 150 años sobre el origen
de las especies. A partir de sus observaciones sobre la
biodiversidad de territorios distantes cuyo nexo geomor-
fológico común era que se trataba de islas, ambos llegaron
a la similar conclusión de que las especies provenían
unas de otras evolucionando desde ancestros comunes1.
Casi un siglo antes, Linneo ya había resaltado el papel
de las islas al afirmar que las cosas vivas tuvieron su
origen en una isla montañosa rodeada por el océano
primitivo, que era lo suficientemente alta como para
ofrecer una variedad de hábitats similar a la existente en
las actuales montañas. Naturalmente la intención de
Linneo no era otra sino dar salida a la aparente contra-
dicción de que todas las especies hubieran sobrevivido
en un arca durante el diluvio bíblico, que por muy grande
que hubiera sido parecía imposible que hubiera contenido
tanta variedad de formas como él observaba. La teoría
de la isla de clima primaveral como centro de la creación
fue una primera contribución a la relación teórica entre
la variedad de hábitats y biodiversidad. Con el tiempo,
la idea de un único centro de creación evolucionó hacia
centros múltiples, a modo de islas-continente repartidas
por distintas zonas ecográficas.
Los hallazgos fósiles generaron gran incertidumbre sobre
estos razonamientos, probaba que las especies podían
extinguirse y denotaban un sospechoso parecido con
muchas formas vivientes, como si alguna relación des-
conocida entonces uniera unas especies con otras. Con
base en ello, el geólogo Charles Lyell, contemporáneo
de Darwin y Wallace, llegó a aventurar que la extinción
sucesiva de animales y plantas debía ser parte del
constante y regular curso de la naturaleza. La síntesis
entre las ideas previas vino de la observación de las
biotas insulares. La publicación del "Origen", por Charles
Darwin en 1859, abrió el camino a las modernas teorías
evolutivas y los inventarios en miles de islas impulsaron
los estudios de la biogeografía. Las islas se revelaron
como centros de biodiversidad donde las especies únicas
y exclusivas, desconocidas en otras partes del planeta
(endemismos), era la tónica general frente a lo que ocurría
en los continentes donde había muchas más especies,
pero muy expandidas por extensos territorios.
Exactamente un siglo más tarde, en enero de 1959,
Edward Wilson, un biólogo de Harvard que a la postre
se convertiría en uno de los grandes paladines de la
Desde un punto de vista bioló-gico, las islas están en la cunade la historia del conocimientosobre la evolución.
Charles Darwin
Alfred Russell
defensa de la biodiversidad, especulaba sobre la distri-
bución de las especies en Nueva Guinea2. En sus estudios
de entonces estuvo el germen de la que hoy conocemos
como biogeografía insular, uno de cuyos pilares se
edificaría más tarde, fruto de la colaboración de Wilson
con el ecólogo Robert MacArthur3. Ambos establecieron
la relación entre la superficie de las islas, su antigüedad
y su grado de aislamiento y la biodiversidad que alber-
gaban en la denominada “teoría del equilibrio de biogeo-
grafía insular”. Con dicha teoría ayudaron a comprender
los patrones que regían la biodiversidad en las islas e
iniciaron una intensísima línea de investigación sobre
biodiversidad en islas que hoy continua a pleno
rendimiento4. El último desarrollo de la biogeografía insular
incorpora los procesos evolutivos de formación de especies
y el ciclo geológico de las islas volcánicas, desde su
génesis hasta su desaparición por simple erosión, en una
nueva síntesis que se ha denominado “teoría dinámica
de biogeografía de islas oceánicas". Es el resultado del
trabajo de un grupo de investigadores liderados por el
Profesor Robert Whittaker, de la Universidad de Oxford,
con importantes aportaciones de los científicos canarios.
Parte de este trabajo se sustentó en los recuentos de
biodiversidad realizados por los Bancos de Biodiversidad5
de los Gobiernos de Canarias, Azores, Madeira y Cabo
Verde, con una confección común desarrollada en nuestro
archipiélago6.
Islas hay de muchas formas y dimensiones, pero según
su origen podemos diferenciarlas en oceánicas y conti-
nentales. Las primeras emergieron directamente de los
fondos oceánicos y jamás han estado unidas a un conti-
nente, mientras que las continentales han compartido su
historia con otras masas de tierra vecinas al menos en
algún momento. Las islas oceánicas son las que albergan
mayor cantidad de especies exclusivas: Canarias es un
buen ejemplo de ello.
Biodiversidad de CanariasEl inventario más reciente de Biodiversidad de Canarias
resulta de los bancos de datos que mantiene el Gobierno
de Canarias y el Colegio Oficial de Biólogos de Canarias,
donde se resume el estado del conocimiento de las
especies terrestres7 y marinas8. Las especies terrestres
citadas en Canarias son 14.254 especies de animales,
plantas y hongos, sin considerar fósiles o subfósiles. Los
animales son el grupo dominante (62%), seguido de
plantas y hongos con una representación similar (19%).
Hasta 3.857 de todas estas especies son endémicas de
Canarias. La mayoría son animales y en concreto artrópo-
dos, que es el filo dominante en general en la biodiversidad
de todo el mundo.
El último censo realizado en el medio marino data de
2003. En él se registraron 3.965 especies de las cuales
Islas Canarias
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
7
regiones donde se daban las condiciones climáticas
adecuadas para su pervivencia. Actualmente, tres de las
cinco especies de plantas exóticas mencionadas que de
media se naturaliza cada año en Canarias, se ven favore-
cidas en su expansión por el calentamiento global.
AmenazaHablando en términos muy generales, la probabilidad de
que una especie insular se extinga es unas 40 veces
superior a que lo haga una continental, y los análisis de
las extinciones acaecidas históricamente en todo el mundo
parecen corroborar tal afirmación: el 80% de las extinciones
conocidas desde la expansión europea hasta la actualidad
han sido especies insulares.
La pérdida de hábitats tiene importantes consecuencias
en la desaparición de las especies. Una interesante
derivación de la teoría clásica de biogeografía insular
predice que la desaparición del 90% de la superficie de
un hábitat puede conllevar una extinción de la mitad de
las especies. Teniendo en cuenta la gran cantidad de
especies endémicas que hay en Canarias y la singularidad
de muchos de sus hábitats naturales, es fácil deducir que
la regresión se acompañará de notables extinciones.
Se pueden hacer algunas conjeturas a este respecto. Por
ejemplo, el monteverde de Gran Canaria ocupaba en el
siglo XV una extensión muy superior a la actual, aproxi-
madamente 16.344 hectáreas. En dicho bosque, conocido
por los historiadores como la selva de Doramas, se
encontraban las especies más características de la laurisilva
de la isla. Sin embargo, las continuas talas, la sobreex-
plotación y la transformación del territorio al que se vio
sometido durante siglos, determinó la desaparición del
98,4% de su extensión. La aplicación de la relación
especies área antes mencionada permite concluir que al
menos el 56% de las especies que albergaba este bosque
hubo de desaparecer, y con ellas el 95% de los endemis-
mos locales que vivían en él. Lamentablemente ignoramos
cuáles eran estos endemismos locales, pero no por ello
la pérdida deja de ser importante. Sí podemos afirmar
que, según este modelo matemático, se extinguieron 19
endemismos locales por cada uno que haya sobrevivido12.
La peculiaridad en la biodiversidad es la cualidad más
genuina de la naturaleza de las islas en todo el mundo.
Conforma una herencia evolutiva cuya importancia tras-
ciende los límites de la isla, realzando su globalidad. Las
modernas políticas de conservación que hablan de con-
tener la pérdida de la biodiversidad antes de 2020, en
realidad refieren a la necesidad de preservar la singularidad
biótica de las islas, ya que en ellas reside una parte
destacada de las formas de vida más raras y exclusivas
del planeta.
Autor: José L. Martín Esquivel
solo 365 eran endémicas. Sin embargo los esfuerzos de
los últimos años y los reanálisis de trabajos previos
permiten suponer que esta biodiversidad es con seguridad
de, al menos, un millar de especies más. En el océano,
el grupo dominante es el de los moluscos, concretamente
los del tipo gasterópodo.
RarezaSi algo caracteriza a la biodiversidad endémica de Canarias
es el elevado grado de especies raras. Solo en la isla de
Tenerife hay más de 150 que apenas se conocen en
reductos de menos de 10 km2 y aunque hay quien
considera que ello no es sino consecuencia de un alto
grado de presión sobre el territorio que ha llevado a las
especies a sobrevivir arrinconadas en dichos lugares, lo
cierto es que obedece en buena parte a una distribución
natural. La rareza es, al menos en Canarias, consustancial
a su propia biodiversidad, fruto de una compleja historia
natural con consecuencias evolutivas.
Es una biodiversidad con mayor riesgo intrínseco de
desaparición que la continental, pero no necesariamente
amenazada por naturaleza. Asociar rareza a amenaza es
una confusión cuyas raíces quizás se encuentren en la
tradición botánica de una vieja teoría que relacionaba la
antigüedad de las especies con la amplitud de su distri-
bución. En una serie de trabajos sueltos entre 1916 y
1921, y finalmente en un libro en 1922, J.C. Willis propuso,
refiriéndose a las plantas, que sólo las especies jóvenes
tendrían distribuciones reducidas, de modo que lo natural
sería una tendencia a ocupar amplios rangos9. Aunque
Willis consideraba que no había muchos ejemplos de
especies extinguiéndose, algunos naturalistas interpretaron
su teoría a la inversa: si una especie tenía una distribución
restringida podía deberse a que estaba en regresión. La
hipótesis de Willis nunca ganó aceptación como regla
general, pero las ideas que Willis documentó se aplicaron
en Canarias10 en un temprano análisis que quizás, de
alguna forma, aún perdura en el subconsciente de muchos
naturalistas.
FragilidadLos ecosistemas de las islas son frágiles y muy vulnerables
a la intervención humana, pues han evolucionado en un
entorno menos competitivo que el de los sistemas
continentales11. Las especies endémicas, más adaptadas
a los hábitats de la isla, viven en una suerte de trampa
evolutiva que les hace soportar peor cualquier cambio en
el ecosistema que las especies no endémicas, y tampoco
pueden refugiarse en otros lugares, dado lo limitado del
territorio insular. El cambio puede provenir tanto de una
intervención humana como de la aparición de especies
introducidas. En las tres últimas décadas se ha registrado
en Canarias cinco plantas y un vertebrado exóticos cada
año, de promedio, lo cual además de entrañar una ame-
naza para la biota nativa ha llevado a una rebaja significativa
en los porcentajes de endemicidad. Por ejemplo, en el
caso de la flora, la proporción de especies endémicas se
ha visto reducida desde la mitad a la tercera parte. La
consecuencia final es que la biodiversidad crece pero a
costa de disminuir su singularidad.
Un problema añadido para la preservación de la biodiver-
sidad viene de la mano del emergente calentamiento
global, que favorece el asentamiento en las islas de
muchas especies tropicales que en otras circunstancias
difícilmente podrían reproducirse aquí. Un ejemplo signi-
ficativo es el de los Laureles de Indias, cuyos frutos nunca
maduraron desde que se inició su cultivo en los parques
y jardines de Canarias, hasta que en los años ochenta
del pasado siglo se asilvestró Eupristina verticillata, un
himenóptero polinizador tropical que ha seguido a los
laureles por todo el mundo, asentándose en aquellas Islas Hawaii
1 Wallace, A.R. 1858. On the Tendency of Varieties
to Depart Indefinitely From the Original Type
(S43: 1858).
[http://people.wku.edu/charles.smith/index1.htm]
Darwin, Ch. 1859. On the Origin of species by
means of natural selection or the preservation
of favoured races in the struggle for life. John
Murray, London. 502 pp. [http://darwin-
online.org.uk/contents.html]
2 Wilson, E.O. 1961. The nature of the taxon cycle
in the Melanesian ant fauna. American Naturalist,
95, 169-193
3 MacArthur, R. & E.O. Wilson. 1967. The theory
of Island Biogeography. Princenton University
Press. Princenton, 203 pp.
4 Whittaker, R.J. & J.M. Fernández-Palacios.
2007. Island Biogeography. Ecology, Evolution
and Conservation. 2º ed, Oxford University Press.
Oxford. 401 pp.
5 Martín, J.L., N. Zurita, M.C. Marrero, I. Izquierdo,
M. Arechavaleta, S. Fajardo, M.A. Cabrera, S.
Martín, A. Vera, M. Naranjo & C. Valdivia, C.
2005. El Banco de datos de Biodiversidad de
Canarias. Consejería de Medio Ambiente y Or-
denación Territorial del Gobierno de Canarias163
pp.
6 Whittaker, R.J., R.J. Ladle, M.B. Araujo, J.M.
Fernández-Palacios, J.M. Delgado & J.R. Arevalo.
2007. The island inmaturity - speciation pulse
model of island evolution: an alternative to the
“diversity begets diversity” model. Ecography,
30: 321-327.
7 Arechavaleta, M., S. Rodríguez, N. Zurita & A.
García (coord.). 2010. Lista de especies silvestres
de Canarias. Hongos, plantas y animales terres-
tres 2009. Gobierno de Canarias. 579 pp.
8 Moro, L., J.L. Martín, M.J. Garrido & I. Izquierdo,
I. (eds). 2003. Lista de especies marinas de
Canarias. Algas, Hongos, Plantas y Animales
2003. Consejeria de Política Territorial y Medio
Ambiente del Gobierno de Canarias. 250 pp.
9 Willis, J.C. 1922. Age and area. A study in geo-
graphical distribution and origin of species.
Cambridge University Press. London.258 pp.
10 Guppy, H.B. 1921. The testimony of the ende-
mic species of the Canary Islands in favor of the
Age and Area Theory of Dr. Willis. Ann. Bot., 25,
S. 513-517.
11 Fernández-Palacios, J.M. & J.L. Martín-Esquivel
(eds). 2001. Naturaleza de las Islas Canarias.
Ecología y conservación. Editorial Turquesa, S/C
de Tenerife. 474 pp.
12 Martin-Esquivel, J.L. 2010. Atlas de biodiversi-
dad de Canarias. Gobierno de Canarias. S/C de
Tenerife, 288 pp.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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8
LAS ISLAS GALÁPAGOS:UN LABORATORIO PARA LA EVOLUCIÓN
Autor:
David Romo VallejoCodirector de la Estación Biológica de
Biodiversidad Tiputini. Universidad de San
Francisco de Quito.
El Archipiélago de Galápagos es un conjunto de islas e
islotes de origen volcánico. Se estima que las primeras
islas aparecieron entre 9 y 5 millones de años atrás. Las
primeras se sumergieron y las más recientes probable-
mente no tienen más de 700.000 años. Políticamente,
las islas pertenecen al Ecuador y en su conjunto corres-
ponden a la provincia insular de Galápagos cuya capital
es Puerto Baquerizo Moreno ubicada en la Isla San
Cristóbal. La mayor población humana está en Puerto
Ayora ubicada en la Isla Santa Cruz. La Isla más grande
es Isabela y allí se encuentra Puerto Villamil. Un pequeño
grupo humano habita en la Isla Floreana. Charles Darwin
visitó las islas en 1835 luego de haber pasado también
por las Canarias. Las observaciones que hizo durante
este viaje, y de manera muy especial, lo que vio en las
Galápagos, fueron la fuente de inspiración para su pro-
puesta de la teoría de Evolución de las Especies por
Selección Natural.
El paisaje que vio Darwin no ha cambiado mucho. La
mayoría de islas son rocosas, bastante secas, no hay
fuentes cercanas de agua dulce, y la vegetación llega a
ser boscosa en las islas más grandes y sólo en las zonas
que atrapan la humedad del mar. Esto es algo con lo
que los habitantes de las islas Canarias están muy
familiarizados. Darwin no visitó la parte continental del
Ecuador, pero si lo hubiese hecho, podría haber consta-
tado que en la parte sur y centro de la costa ecuatoriana
existe el único bosque seco tropical del Pacífico. Esta
zona es particularmente importante desde el punto de
la biodiversidad por su altísimo grado de endemismos
(especies que son única de ese lugar) y por ser un
ecosistema de transición entre el bosque muy húmedo
tropical del Chocó y las planicies desérticas de la costa
peruana. Desde aquí migraron aves como el sinsonte
que tanto captó su atención y árboles como el “palo
santo”.
Tanto plantas como animales debieron adaptarse a las
condiciones ambientales particulares de las islas. Para
un ecólogo, es imposible no usar cada espacio de
Galápagos para demostrar los procesos evolutivos de
los ecosistemas. Cada isla tiene al menos un volcán y
algunos de ellos están muy activos. Luego de una erupción
y cuando la lava se ha enfriado totalmente, pasarán unos
pocos meses y se podrán ver plantas de cactus y una
que otra gramínea que empiezan a crecer alimentados
con el rocío que se forma del agua proveniente del mar.
Estas plantas, con sus escasas raíces, son capaces de
Isla de Dafne, islas Galápagos
ir rompiendo la lava y al morir dejan materia orgánica que
es aprovechada por otras plantas más grande cuyas
semillas viajaron en las plumas de algún piquero o albatros.
Unas cuantas décadas después se verá un conjunto de
arbustos, cactus de diferentes alturas, y ciertos árboles
que periódicamente perderán sus hojas en las épocas
en las que la lluvia es escasa. Las raíces más fuertes irán
rompiendo cada vez más las rocas y sus cuerpos muertos
irán acumulando más materia orgánica. Si esta historia
se da en la parte de la isla que capta la humedad,
tendremos luego un bosque con árboles llenos de musgos
café rojizos que, cual barbas de ermitaño, atraparán la
humedad proveniente del mar, obligándola a precipitarse.
Este escenario es común del bosque nublado y es justa-
mente allí donde se encontrará la mayor diversidad da
plantas y animales de las islas.
Darwin describió a las iguanas como los míticos dragones.
El ancestro de estos animales llegó hace algunos millones
de años, probablemente en masas flotantes de vegetación
similares a las que hoy en día vemos saliendo en la
desembocadura del río Guayas en el Golfo de Guayaquil.
Allí viven iguanas verdes y son uno de los atractivos
turísticos de esta ciudad costera. Se ha hecho especial
énfasis en rescatar los lugares tradicionales donde se las
puede observar en pleno casco urbano. Las iguanas
verdes son uno de los pocos lagartos cuya dieta es
vegetariana. Al llegar al archipiélago, sin enemigos naturales
y con suficiente vegetación, es probable que su población
haya crecido casi sin problemas. Con el pasar de los años
y las diferentes adaptaciones a las que llegaron para
sobrevivir en este mundo nuevo, hicieron que hoy en día
reconozcamos 3 especies de iguanas terrestres en Galápa-
gos, todas con su propio género: Conolophus. Las iguanas
terrestres aprendieron a vivir con muy poco agua, extra-
yéndola principalmente de los cactus que son su principal
alimento. Al crecer la población, es muy probable que la
Tortuga
El Archipiélago de Galápagoses un conjunto de islas e islo-tes de origen volcánico.
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comida haya empezado a escasear y que algunas de las
iguanas empezaran a comer algas marinas expuestas
durante la marea baja. Este alimento relativamente abun-
dante presenta algunos retos. Primero tiene mucha sal,
lo que causa pérdida de agua, segundo las olas al romper
en la orilla pueden causar accidentes que terminen ma-
tando al animal y finalmente la presión por acceder a más
comida obligadamente requiere que se pueda bucear.
Las iguanas marinas cambiaron para resolver estos
problemas. Primero sus narices tienen unas “glándulas”
que guardan la sal y la expulsan, logrando así no perder
agua del cuerpo. Los dedos de manos y pies son más
fuertes y las uñas más largas. Así se pueden agarrar de
las rocas y no ser arrastrados por el oleaje. Finalmente
para poder bucear, sus colas son aplanadas lateralmente
y su metabolismo cambió de tal modo que su corazón
late 5 veces por minuto, logrando así sumergirse sin
requerir tomar aire por cerca de una hora. El color negro
de estos reptiles parece ser el producto de dos presiones
ambientales. La primera es camuflarse. El único enemigo
natural aparente es el halcón de Galápagos (especie
endémica) que principalmente ataca a las iguanas recién
nacidas y juveniles. La segunda es poder captar mejor el
calor del Sol. Los reptiles, conocidos como animales de
sangre fría, requieren calentarse para poder activar mejor
su metabolismo. El color negro es el que capta todas las
gamas de luz que provienen del Sol y esto permite que
las iguanas se “calienten” más rápido y puedan así
sumergirse a buscar alimento.
El archipiélago de Colón (nombre oficial de las Galápagos)
tiene además 13 especies de lagartijas, 5 especies de
colúbridos y 12 especies distintas de tortugas terrestres,
de las cuales algunas ya están extintas, todas ellas únicas
de las islas. Darwin aparentemente no recolectó ninguna
tortuga a pesar de que probablemente si comió su carne.
Era costumbre de los barcos en esas épocas colectar
las tortugas y llevarlas como alimento pues su fisiología
las volvía una refrigeradora ambulante ya que no requerían
agua dulce. Las tortugas terrestres evolucionaron un
sistema similar al de los camellos y pueden guardar agua
dulce por varias semanas. Esta práctica causó la extinción
de varias especies de tortugas y más tarde la introducción
de animales como cabras, perros y ratas pondría en
peligro a las especies restantes. Hoy en día la labor de
la Estación Charles Darwin y el Parque Nacional con su
programa de cría en cautiverio ha restaurado las pobla-
ciones de las que aún sobreviven, quedando como un
reto salvar la especie del solitario George, único exponente
de su clase que hasta la fecha no ha producido descen-
dientes.
Iguana marina
Entre los exponentes más conocidos de la fauna endémica
de Galápagos están los pingüinos, cuya población oscila
entre 1500 y 2000 individuos. Los pingüinos son aves
del Polo Sur. La corriente fría de Humboldt debió haber
arrastrado varios individuos que lograron adaptarse a las
nuevas condiciones. Su distribución está restringida a las
islas que están por debajo de la línea ecuatorial. Durante
los eventos del Niño, cuando la temperatura del agua
sube, estos animales sufren descensos poblacionales
bruscos por la falta de comida. Este fenómeno afecta a
todos los animales que dependen de la comida que llega
con la corriente de Humboldt, como son los cormoranes
no voladores, lobos marinos, piqueros de patas azules,
de Nazca y enmascarados, peces, tiburones incluyendo
el endémico de Galápagos, entre otros. El calentamiento
global y el cambio climático que estamos viviendo hace
suponer que algunas de estas especies estarían en severo
peligro de extinción.
Las aves más famosas y estudiadas son los pinzones.
Sus parientes más cercanos están nuevamente en la
costa de Ecuador. Darwin los usó para fundamentar su
teoría de selección natural explicando los mecanismos
de adaptación por presión ambiental. Una pareja de
pinzones llegó hace miles de años y correspondía, como
es de esperarse, a una especie con bastante variabilidad
genética y consecuentemente alta adaptabilidad. Para
entender los detalles de esta historia, imaginémonos una
pareja humana cuyos ancestros poseían varias destrezas
en las manos. La descendencia presentaría algunos de
estos rasgos en unos hijos, otras en otros. Unos tendrían
manos grandes, otras pequeñas, unos dedos más flexibles,
otros menos flexibles, etc. Cuando la recolección de
comida depende de las cualidades de las manos y la
comida es tan variada como los tipos de manos, todos
pueden vivir felices. En el caso de los pinzones, la varia-
bilidad permitía que estas aves accediesen a diferentes
tipos de semillas de acuerdo a la forma de sus picos.
Diferencias en los tipos de plantas en diferentes islas
fueron marcando la dirección de la forma del pico de
acuerdo a la disponibilidad de comida. A medida que las
poblaciones crecían, grupos distintos iban marcando sus
diferencias de acuerdo a la comida que tenían en mayor
abundancia. Cuando la comida escaseaba, sólo los que
tenían los picos adecuados sobrevivían y dejaban des-
cendencia cuyos genes producían hijos mejor adaptados
para el tipo de comida que había en tal o cual isla. La
falta de comida llegó a presionar por buscar alternativas
que ya no eran semillas. Los casos más extremos son el
pinzón que come gusanos de los cactus. Este pajarito
tiene un pico en forma de tijera que lo usa para cortar
espinas y usar el espino para extraer gusanos de troncos
o las tunas del cactus. Darwin no visitó todas las islas e
islotes, por lo tanto no tenía muestras de todos los
pinzones que existen en Galápagos. No fue sino hasta
hace poco que se descubrió una especie “vampira”. En
un pequeño islote desprovisto de vegetación y que es
utilizado principalmente como lugar de anidación por aves
marinas, se encontró una pinzón que se alimenta de
sangre. Para ello, su pico es fuerte y lo usa para arrancar
plumas de las aves que están anidando y cuando sale la
sangre, la bebe.
Las plantas también son notorias. Existen alrededor de
220 especies endémicas del archipiélago. Las plantas
del género Escalecia han evolucionado para producir
coincidencialmente el mismo número de especies endé-
micas que los pinzones. Van desde pequeños arbustos
hasta árboles de varios metros de altura. Los colores de
Autor: David Romo Vallejo
Algodoncillo
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las flores son una adaptación que está ligada al mecanismo
de polinización. Las flores que usan el viento, que de
paso es la estrategia más antigua y generalizada, no
requieren colores fuertes. Las flores que usan insectos
como abejas, por lo general tienen colores amarillos o
violeta. Los colores rojos están ligados a la presencia de
aves. Debido a que existen muy pocas aves en Galápagos,
no existen plantas con colores vivos y predominan más
bien las gamas de blanco y amarillo.
Las adaptaciones más importantes están ligadas a la
conservación del agua y la resistencia a la salinidad. La
mayoría de plantas tienen características de la flora
desértica. Esto es, entre otras cosas: ciclos de vida
cortos, semillas resistentes a la deshidratación, pierden
las hojas en la época seca. En las partes altas de islas
como San Cristóbal, Santa Cruz o Isabela, se pueden
encontrar arbustos, hierbas y árboles que se han adaptado
para condiciones de mayor humedad. Como habíamos
dicho antes, algunos árboles están cubiertos de musgos,
bromelias y helechos. Estas plantas epífitas (que viven
sujetándose en los troncos sin causar daño a la planta
huésped) captan la humedad que llega con la neblina
generada por el mar y el agua condensada nutre a las
plantas. En la Isla de Santa Cruz existe un bosque de
Miconias. Estos árboles de la familia Melastomataceae,
tienen unos frutos dulces y pequeños parecidos a una
baya. En ausencia de competencia, estas plantas formaron
bosques densos hasta la llegada de los humanos, que
introdujeron plantas como la guayaba (guava) y la casca-
rilla. Este último árbol es nativo de Ecuador y a finales
del siglo XIX, los indígenas descubrieron que la infusión
de su corteza servía para curar la malaria o paludismo.
Más tarde se descubrió que la corteza tenía el compuesto
que hoy conocemos como Quininia y que aún es el
principal medicamento para esta enfermedad. Nadie
sabe a ciencia cierta como y porqué llegó esta planta a
Galápagos pues no existe el vector de la malaria y por
lo tanto no hay esta enfermedad. Sin embargo, la cascarilla
se dispersó de una manera alarmante y desplazó a la
Miconia nativa.
Lo anteriormente expuesto sirve de ejemplo para comentar
el grave problema de las especies introducidas en eco-
Lobo marino
Opuntia
sistemas insulares. En Galápagos hoy en día existen un
par de cientos de plantas introducidas y algunas decenas
de animales en la misma categoría. Las cabras y ratas
han sido de lo más dañinas y las primeras casi han sido
erradicadas en su totalidad gracias el esfuerzo del Parque
Nacional y donantes internacionales. Animales como
hormigas y avispas no son tan fáciles de erradicar puesto
que si se trata de envenenarlas se puede afectar seria-
mente a los animales nativos. El tema de las plantas es
mucho más grave pues la única metodología aplicable
es la de arrancar manualmente las plantas. El bosque
de cascarilla que está desplazando a la miconia es
incontenible. El problema se agrava porque el fruto de la
cascarilla se dispersa con el viento. Otra planta que está
causando graves estragos es la mora. La isla de San
Cristóbal está plagada por esta planta y simplemente no
existe el contingente humano para poder erradicarla.
Las islas Galápagos han cambiado políticamente mucho
desde la época de Darwin. Cuando él llegó nadie recla-
maba su territorio porque no tenían mayor atractivo. En
la primera mitad del siglo XX fueron una cárcel ecuatoriana
para reos peligrosos. En 1939 se declaró a todo el
archipiélago como el primer parque nacional del Ecuador,
Autor: David Romo Vallejo
Sinsonte
excluyendo las zonas pobladas. Sin embargo en la década
de los 50 la Isla de Baltra albergó una base militar de los
Estados Unidos. En 1973 se declara al Archipiélago de
Colón como la primera y única provincia insular del Ecuador.
En 1979 se la declara como Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO. En 1998 se declara la Reserva Marina
de Galápagos, siendo ese entonces la segunda reserva
marina más grande en el mundo y en la actualidad la de
mayor tamaño en América y el Caribe. Los esfuerzos por
garantizar la protección de este paraíso terrenal son
grandes y los ojos del mundo están siempre atentos a lo
que hacemos mal, aunque no siempre están allí para
aplaudir lo que hacemos bien. Galápagos es sin lugar a
dudas uno de los últimos lugares en el mundo donde aún
podemos observar a la naturaleza en su estado prístino.
Es un laboratorio que día a día nutre nuestro entendimiento
de los procesos evolutivos. La teoría de la evolución
enunciada por Darwin nos permite entender y aprender
cada uno de los mecanismos que dan forma a la vida en
la Tierra. Es responsabilidad de los ecuatorianos y del
resto de habitantes del planeta el que este lugar se
mantenga para las actuales y futuras generaciones.
Sin lugar a equivocación, no existe un lugar igual a Galápagos.
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UNA VISIÓN MOLECULAR
LA FLORA ENDÉMICA TERRESTRE CANARIA EN LASOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN:
Autor:
Juli Caujapé CastellsJardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”-Unidad
Asociada CSIC. Cabildo de Gran Canaria.
Figura 1. Orígenes putativos de la flora Canaria endémica según las evidencias moleculares disponibles. Modificado a partir de: Caujapé-Castells J (2011) Jesters, red queens,
boomerangs and surfers: a molecular outlook on the Canarian endemic flora. En: D. Bramwell y J. Caujapé-Castells (eds.) The Biology of Island Floras. Cambridge University
Press, London (en prensa).
Islas, plantas endémicas,conocimientoLas islas del mundo conforman sólo el 5% de la superficie
emergida actual del planeta, pero contienen aproximada-
mente el 25% de las plantas vasculares terrestres cono-
cidas, y 20 de los 34 puntos calientes (hotspots) de
biodiversidad son islas, o contienen un componente insular
importante (ver http://www.biodiversityhotspots.org).
Solamente el aislamiento ya confiere a las islas la categoría
de “generadoras de biodiversidad singular” y por ello
concentran mayores densidades de organismos endémi-
cos que la mayoría de áreas continentales. Pero es que,
además, las islas oceánicas como Canarias (que, recor-
demos, nunca han estado unidas al continente) poseen
características físicas derivadas de su origen volcánico
(profundos barrancos, elevadas montañas, abruptas
discontinuidades climático-ecológicas) que imponen
barreras adicionales al flujo genético y fomentan todavía
más que la propia insularidad la generación de nuevas
especies (o también su extinción por causas naturales
no asociadas con el hombre).
Se estima que existen actualmente unas 610 especies
de plantas vasculares terrestres endémicas de Canarias
(según cálculos de Arnoldo-Santos Guerra, del Jardín de
Aclimatación de La Orotava). Un número ciertamente
elevado que sin embargo es probablemente una infra-
estimación, porque la abrupta orografía actual de muchas
de las islas representa también un impedimento para su
adecuada exploración botánica. Primera paradoja: en
pleno siglo XXI, con la estación espacial internacional y
miles de satélites orbitando sobre nuestras cabezas, o
telescopios explorando los confines del universo conocido,
todavía no sabemos con precisión cuántas especies de
plantas viven en un territorio como Canarias, ni dónde se
distribuyen exactamente. Sin menoscabo de la importancia
de los espacios exteriores, es todavía muy necesario
tener los pies en el suelo e invertir los mismos recursos
en la elaboración de un censo preciso de los organismos
que comparten el planeta (tierra, agua y aire) con nosotros,
y en su investigación.
Teniendo en cuenta las incertidumbres sobre el presente
de la biodiversidad, puede parecer una osadía investigar
el pasado de la flora endémica de una región insular tan
rica, compleja y variable como Canarias a través de
variables invisibles (la información que contiene la molécula
de ADN) para derivar algunas conclusiones de futuro
sostenible. Pero en el año internacional de la biodiversidad,
y aunque sea solamente desde el punto de vista de la
biología molecular, vale la pena apuntar lo que creemos
saber, lo que imaginamos y lo que ciertamente ignoramos
sobre la diversidad vegetal terrestre del archipiélago.
Orígenes y modos de diversificaciónde la flora Canaria: hipótesis basadasen evidencias molecularesDesde poco después de que en el Mioceno se originaran
sus islas más antiguas (Fuerteventura y Lanzarote, hace
unos 21 y 19 millones de años según las estimaciones
más actualizadas), el archipiélago Canario ha estado
recibiendo biodiversidad desde múltiples áreas geográficas.
Los orígenes, la composición y el éxito de los organismos
que colonizaron las islas a lo largo de un tiempo tan
prolongado sin duda han variado dependiendo de factores
biológicos, climáticos, geológicos, o puramente aleatorios.
A consecuencia de diferentes combinaciones de estos
factores, y de la insondable influencia de la extinción, la
flora canaria terrestre que conocemos actualmente es
una representación imperfecta de los vínculos florísticos
históricos entre el archipiélago y otras regiones geográficas.
Como cualquier otra rama de las ciencias no exactas, la
biología molecular tiene numerosas limitaciones. No
obstante, los datos genéticos se prestan al análisis
matemático mejor que los morfológicos, y en consecuencia
permiten evaluar con mayor precisión cuestiones impor-
tantes sobre la biodiversidad en el espacio-tiempo, como
por ejemplo los posibles orígenes y la evolución post-
colonizadora de la flora endémica Canaria. Por supuesto,
las conclusiones a este nivel no deben tomarse como
una verdad absoluta, porque ni las verdades absolutas
existen en ciencia, ni toda la flora Canaria ha sido aún
examinada bajo perspectivas moleculares, ni estas aproxi-
maciones ofrecen siempre la resolución perseguida. A
pesar de todo esto, este tipo de datos sí permite enfatizar
tres generalidades importantes.
En primer lugar, la flora Canaria actual es el resultado de
eventos de colonización en diferentes momentos del
tiempo desde numerosos puntos geográficos del planeta,
no necesariamente cercanos. Los datos actuales apoyan
que los antepasados más próximos de aproximadamente
un 35% de los grupos examinados bajo la perspectiva de
la filogenia molecular se ubican en la región Mediterránea,
un 25% en el Noroeste de África, y un 22% en regiones
geográficas más remotas, especialmente Sudáfrica, el
Este de África, o América. Alguien podría sorprenderse
de la predominancia de los grupos Canarios cuyo origen
putativo se halla en el Mediterráneo, pero debemos recordar
que la bajada eustática del nivel del mar en el último
máximo glacial provocó la emergencia de numerosas
montañas submarinas entre la península y el archipiélago
que hoy están de nuevo sumergidas (las personas intere-
sadas podrán verlas fácilmente en Google earth). Todas
ellas existían ya cuando se empezó a formar la isla más
antigua del archipiélago (Fuerteventura), e indudablemente
la biodiversidad vegetal pudo colonizarlas gracias sobre
todo al tránsito de semillas, con la inestimable ayuda de
los vientos alisios (o, en una minoría de casos, de pájaros).
Así, representaron vías de paso desde el Mediterráneo y
otros lugares hacia Madeira, y luego Canarias.
En segundo lugar, el origen geográfico de la flora Canaria
terrestre no se explica solamente por contingentes colo-
nizadores provenientes de zonas continentales, sino que
la Macaronesia insular tuvo también un importante papel
en la generación de los endemismos actuales. No hay
ninguna evidencia molecular que sugiera el origen de una
especie endémica canaria a partir de un antepasado
caboverdeano, pero un 18% de los endemismos canarios
para los que se dispone de datos de este tipo parecen
tener su origen en las mismas Islas Canarias, en Madeira,
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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12
Figura 2. Contrastes entre el paradigma clásico y el nuevo en el concepto de evolución en islas, y sus características básicas. En el recuadro del paradigma clásico, el dibujo
corresponde a la Figura 16 del capítulo de Per Sunding en el libro “Plants and islands” (Academic Press 1979). Las fotos ilustrativas del paradigma nuevo representan algunos
géneros de plantas vasculares terrestres en los que los endemismos canarios pueden haber retro-colonizado el continente. De izquierda a derecha, representantes canarios de
los géneros Aeonium, Androcymbium, Convolvulus, Lotus y Matthiola. Fotos de Felicia Oliva-Tejera, investigadora del Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo-Unidad Asociada
CSIC (Cabildo de Gran Canaria).
Autor: Juli Caujapé Castells
o en Azores (Figura 1). Es muy probable que las peculia-
ridades orográficas y la antigüedad de las islas Canarias
(cuando el antepasado más reciente de los endemismos
es Canario) y de nuevo los vientos alisios (en el caso de
los endemismos con antepasados de los otros dos
archipiélagos) hayan influido en este patrón.
Finalmente, los datos moleculares disponibles en nume-
rosos linajes endémicos también apoyan que las Islas
Canarias no han sido exclusivamente receptoras de
biodiversidad, sino que pudieron tener un papel importante
en la composición florística y faunística de algunos
enclaves continentales. Este fenómeno, conocido como
retro-colonización o “efecto boomerang”, está propug-
nando desde Canarias un cambio de paradigma en las
teorías de evolución insular.
En efecto, hasta hace poco, se asumía que las islas
actuaban exclusivamente como “sumideros biológicos”:
lugares donde algunos elementos de biodiversidad llega-
ban muy improbablemente y luego diversificaban dando
lugar a espectaculares endemismos (o se extinguían),
pero de donde nunca podían escapar. Ahora, datos
moleculares examinados por nuestro grupo de investiga-
ción apoyan con diferentes grados de robustez un posible
retorno al continente desde Canarias en 30 géneros de
plantas vasculares terrestres, así como en algunos grupos
de animales e insectos. Y en contraposición a los diversos
orígenes geográficos de la flora endémica, parece que
la proximidad geográfica ha sido determinante en el éxito
de las retro-colonizaciones vegetales, ya que el 68% de
las que hemos podido detectar hasta ahora implican a
grupos distribuidos cerca de la zona de Marruecos
conocida como el enclave Macaronésico (la “Macaronesia
continental”). La retro-colonización es hoy en día uno de
los temas de investigación más candentes sobre la
evolución post-colonizadora de linajes endémicos cana-
rios, y está siendo evidenciada con creciente incidencia
por otros grupos de investigación en musgos y hepáticas.
En estrecha relación con esta excitante realidad emer-
gente, los datos moleculares actuales también sugieren
de forma convincente que, en muchos endemismos
Canarios, las especies distribuidas en las islas más
orientales (Fuerteventura, Lanzarote y, en ocasiones, Gran
Canaria) mantienen mayor similitud genética con sus
congéneres del Oeste de África que con los distribuidos
en las Islas Canarias más occidentales. Este parece ser
el caso de, por ejemplo, Olea guanchica (el acebuche),
o Androcymbium psammophilum (el cebollín estrellado
de los jables). Las evidencias moleculares, apoyadas por
la detección de un gradiente significativo de diversidad
genética en sentido Este-Oeste (esto es, mayor diversidad
genética en Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria que
en el resto de las islas del archipiélago), nos han llevado
a sugerir la hipótesis del “singameon surfero” para explicar
los orígenes y la distribución de parte de los elevados
niveles de diversidad genética y taxonómica detectada
en la flora endémica Canaria terrestre.
Según esta nueva teoría, la orografía poco compleja de
Fuerteventura y Lanzarote (y, en ocasiones, el Este de
Gran Canaria) durante los últimos millones de años
(excepto en los macizos de Jandía y Famara), la elevada
antigüedad geológica de estas islas, su mayor cercanía
al continente y su superficie acotada pudieron fomentar
la mezcla genética entre diferentes genotipos coloniza-
dores filogenéticamente próximos, que podrían haber
estado previamente aislados en el continente. Pensamos
que, en las zonas menos abruptas de las tres islas
Canarias orientales, la convergencia de estos factores
pudo generar poblaciones de tipo singameon, caracteri-
zadas por una gran diversidad genética y morfológica.
La individualización de diferentes especies endémicas a
partir de los singameones habría sido difícil en Fuerteven-
tura y Lanzarote porque el abundante flujo genético
imperante en la mayor parte de su territorio impedía el
necesario aislamiento (excepto en Jandía y Famara). No
obstante, nuestra hipótesis actual es que los niveles de
diversidad genética mantenidos en los singameones
pudieron ser determinantes para permitir a algunos linajes
vegetales terrestres colonizar con éxito diferentes ecosis-
temas en alguna de las islas más occidentales, donde la
mayor complejidad orográfica y ecológica sí pudo promover
la disrupción de la cohesión genética y la efectiva gene-
ración de nuevas especies por aislamiento, selección o
deriva. De ahí que la hipótesis se refiera a los singameones
“surferos”, porque las poblaciones instauradas en las islas
más occidentales tendrían menor variabilidad genética a
medida que se alejan de del punto de origen de la ola de
colonización en las islas orientales.
La predominancia de la mezcla genética en Fuerteventura
y Lanzarote podría ser también una causa a considerar
(junto con su antigüedad geológica y la extinción, por
supuesto) para explicar que el número de endemismos
insulares exclusivos en estas islas sea actualmente menor
que en las demás (excepto en el Hierro, donde este hecho
se explica sólo por la escasa complejidad orográfica y la
juventud geológica, 'apenas' 1,12 millones de años según
las últimas estimaciones). Gran Canaria sería excepcional,
ya que en ella confluyen factores que podrían haber
propiciado el mantenimiento de singameones con otras
características (como la elevada complejidad orográfica
de gran parte de la isla) que habrían fomentado la dife-
renciación de nuevas especies endémicas.
La conservación de la biodiversidadvegetal canaria.Por regla general, el origen a partir de contingentes
colonizadores supuestamente no muy numerosos (que
condicionan bajos niveles de diversidad genética y, por
ende, menor capacidad de adaptación a cualquier cambio)
y la evolución en total aislamiento hace a las especies
endémicas de islas oceánicas muchísimo más singulares
que las de otros enclaves geográficos, pero también
extremadamente más frágiles. Creo importante enfatizar
que los factores biológicos que generaron en el pasado
la profusa diversidad de la flora terrestre Canaria (leñosidad,
aislamiento, singularidad genética, fragmentación ecoló-
gica,..) son los mismos que la hacen también ahora mucho
más susceptible a las presiones derivadas de los cambios
globales actuales, demasiado rápidos y radicales para
permitir la adaptación. A igualdad de otras variables, las
especies endémicas Canarias requieren mayor grado de
protección que las de otros enclaves de nuestro país. De
hecho, tal vez en un mundo ideal toda la biodiversidad
insular debería estar protegida.
En el mundo insular real, diversas problemáticas científicas
se unen a variables inextricablemente asociadas al desa-
rrollo de nuestra especie para dificultar el cometido de la
biología de la conservación. Me refiero sobre todo a los
fenómenos que imponen mayores cargas para la super-
vivencia de los endemismos vegetales Canarios, como
son el crecimiento demográfico en un espacio de por sí
limitado, la rápida y con frecuencia gratuita fragmentación
territorial asociada, el cambio de uso de las tierras, la
ganadería incontrolada, o las amenazas políticas derivadas
de la ambición asociada al desarrollo insostenible, tan
bien plasmadas en Canarias por el recientemente aprobado
Catálogo de especies protegidas de Canarias.
Vaya por delante que la biología de la conservación nunca
trata de menoscabar las oportunidades de desarrollo de
un territorio en pro de la biodiversidad (¡muchísimas islas
del mundo basan su economía exclusivamente en el
turismo!). Bien al contrario, puede (¡debe!) ayudar a pre-
servar y potenciar algunas de sus características singulares
para atraer desarrollo económico aplicando el único
conocimiento válido en la gestión de la biodiversidad: el
derivado de la investigación científica. Un paisaje degra-
dado, o una biodiversidad enferma, restan muchísimas
posibilidades de desarrollo sostenible, por ejemplo a la
industria turística. Por contra, si sabemos conservar el
impresionante patrimonio natural Canario, la biodiversidad
puede ser un activo económico mucho más importante
de lo que ya es hoy en día.
Sea como fuere, la coincidencia entre elevada fragilidad
y abundantísima diversidad biológica que se da en Canarias
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
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Figura 3. Plantas canarias que poseen una diversidad genética excepcionalmente elevada a pesar de estar críticamente amenazadas. Debajo del nombre popular y científico, se muestra una foto de algunos especímenes, así como una imagen de los patrones de
variabilidad obtenidos en cada género mediante una de las muchas técnicas moleculares que aplicamos para la estimación de la diversidad genética (electroforesis horizontal de aloenzimas en gel de almidón). Las fotos y los datos de diversidad genética comentados
en el texto son parte de las investigaciones de Moisés Soto Medina y colaboradores (Crambe tamadabensis), Felicia Oliva Tejera y colaboradores (Lotus arinagensis) y Olga Fernández Palacios y colaboradores (Parolinia platypetala).
Autor: Juli Caujapé Castells
genera problemas de gestión y de conservación, ya que
por definición los recursos presupuestarios son limitados
y no alcanzan para proteger integralmente una biodiver-
sidad de tal calibre. Hoy en día, se hacen necesarias
variables de selección, y normalmente los datos genéticos
se utilizan para maximizar las oportunidades de supervi-
vencia de las especies que resultan priorizadas por aquellas
variables (que no son genéticas). Sin entrar en detalles,
por regla general se considera que cuanta más diversidad
genética se conserva, mayores posibilidades tiene una
especie de sobrevivir a los cambios futuros que no
impliquen su destrucción física.
Que ciertas especies estén priorizadas según algunos
parámetros de amenaza internacionalmente aceptados
(por otro lado de muy discutible aplicabilidad en islas) no
significa necesariamente que éstas sean las únicas que
deben merecer protección legal. Cuando declaramos que
una especie está “críticamente amenazada” suele ser
porque su depauperación biológica ha alcanzado ya
extremos espectaculares, y queda bien poco de ella que
conservar: en muchos casos apenas existen una o dos
poblaciones que contienen unos pocos individuos muy
emparentados, con muy poca variabilidad genética y que
se reproducen (si es que se reproducen) con dificultad y
dando en ese caso lugar a descendencia tarada, poco
vigorosa. Tal vez sea adecuado reflexionar seriamente
sobre la optimización de los recursos dedicados a la
conservación en un territorio tan biodiverso como Canarias,
sobre todo para evitar que se destinen sólo a los casos
más críticamente amenazados en detrimento de otros
que todavía pueden contener abundante variabilidad
genética que interesa conservar. La biodiversidad funciona
como una complicada red de interacciones en la que
ninguna especie puede sobrevivir sin la aportación de
muchas de las demás. Por lo tanto, no se trata de elegir
a cuáles destinamos los recursos, sino de escoger las
estrategias de conservación más adecuadas en función
de cada caso, de forma que se aspire a una protección
integral.
Aunque algunas especies críticamente amenazadas de
la flora Canaria terrestre disponen de niveles de diversidad
genética muy superiores al promedio, la gran mayoría de
ellas tienen unas pocas poblaciones muy exiguas que
son reproductivamente poco viables a medio-largo plazo.
Por lo tanto, todas ellas son candidatas prioritarias a la
conservación “ex situ” (es decir, fuera de sus áreas
naturales de distribución). Esto no significa descartar la
protección de sus hábitats o dejar de realizar otro tipo de
estudios en algunos casos de especial interés. No obs-
tante, la estrategia general aquí es la recolección indiscri-
minada y urgente de semillas en las poblaciones (sin
interferir con su dinámica demográfica natural) para el
almacenamiento en bancos de germoplasma, comple-
mentada con el mantenimiento de colecciones vivas para
su estudio, su exhibición (por ejemplo en Jardines Botá-
nicos como el “Viera y Clavijo”), su uso en educación
ambiental (¡pasen y vean a los organismos más raros de
la naturaleza!) y, en algunos casos, la utilización de sus
genes en tecnologías aplicadas.
En las especies no tan amenazadas (que todavía pueden
tener niveles moderado-altos de diversidad genética que
interesa conservar), la estrategia debería ser más diversi-
ficada. En cuanto a la conservación “ex situ”, y a diferencia
de las plantas más críticamente amenazadas, ya no se
trata aquí de “acumular todas las semillas posibles cuanto
antes”, sino de representar el máximo de la diversidad
genética en los bancos de germoplasma. Por lo tanto, el
muestreo de semillas tendría que ir precedido siempre
de (como mínimo) estudios genéticos encaminados a
seleccionar las muestras que éstos almacenan. Así mismo,
en estos casos la información genética es de fundamental
importancia para la conservación “in situ” (es decir, en las
áreas naturales de distribución, o en otras de características
similares). Por ejemplo, utilizándola para seleccionar
poblaciones donantes que optimicen la dinámica de flujo
génico de las poblaciones donde detectemos más fallos
genéticos o reproductivos, o para establecer reintroduc-
ciones estratégicas que propicien mayor conectividad
genética entre todas las poblaciones de la especie. Todas
estas acciones, junto con otras que incluyen el necesario
monitoreo periódico de las poblaciones, están empezando
a implementarse en la Reserva de la Biosfera de Gran
Canaria con el fin de crear un modelo de gestión e
investigación de la biodiversidad que sea exportable a
otros espacios de características similares del archipiélago
Canario o de otros territorios del planeta.
Han tenido que pasar treinta años desde la fundación de
la biología de la conservación por Michael E. Soulé y
colaboradores/as para que se reconozca la necesidad
de destinar recursos (y un año internacional) a esta ciencia.
La motivación viene dada también porque gran parte de
nuestra economía y bienestar se basan en la biodiversidad
vegetal (muchas medicinas, tejidos, alimentos, combus-
tibles o materiales para la construcción provienen direc-
tamente de ella, y no pueden sintetizarse por medios
artificiales). Incluso el Banco Mundial ha lanzado recien-
temente un proyecto para valorar la biodiversidad y ayudar
a las personas a entender mejor (en términos económi-
cos…) la r iqueza na tu ra l de su en to rno
(http://planetark.org/wen/60040). Por algo se empieza,
aunque probablemente la iniciativa estaría mejor encami-
nada si se complementara con medidas para hacer
percibir a las personas el impacto de sus hábitos de
consumo en la biodiversidad (y ayudándolas a minimizarlo).
Pero en pleno auge de la denominada “sociedad de la
información”, creo que el tratamiento de la conservación
de la biodiversidad no puede cerrarse sin tocar un tema
que es también de la mayor importancia para optimizar
recursos: la conservación de la información relevante para
conservar la biodiversidad.
La información a secas:la bioinformáticaCualquier persona razonable puede entender que para
maximizar las posibilidades de éxito de toda iniciativa (ya
sea en conservación biológica o en otros campos de la
actividad humana) es imprescindible que toda la informa-
ción relevante disponible sea accesible, sobre todo a los
especialistas. Lo que ya no se entiende tan bien es que
la información básica sobre biodiversidad (que es cara,
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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Autor: Juli Caujapé Castells
Figura 4. Funcionamiento básico del sistema de información Demiurge para ampliar el conocimiento existente sobre la diversidad genética de la biodiversidad. Cada usuario/a que disponga de una matriz de genotipos en formato Transformer 4 podrá geo-referenciarla
y depositarla voluntariamente en el servidor (previa autenticación), junto con otra información que considere relevante. Una persona con la especialización adecuada revisará estos datos, que si son validados podrán ser objeto de búsqueda, descarga y análisis por
cualquier usuario registrado. Tanto los revisores como los autores de los compendios de diversidad genética reciben un certificado acreditativo. A la derecha, un ejemplo del prototipo de compendio de diversidad genética que se generará después de este proceso.
Estos elementos han sido obtenidos por la colaboración entre el Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”-Unidad Asociada CSIC, el Departamento de Ingeniería del Software del ITC, Mr. Bicho, Jablesoft, The agile monkeys, Inventia Claudesign y la Fundación Amurga.
valiosa, y se financia con fondos públicos en la mayoría
de casos) sea actualmente de acceso muy limitado,
incluso para los especialistas. No me estoy refiriendo a
los datos que no se hacen públicos por incompetencia
o por un mal entendido “celo profesional” (¡la ciencia
surgió para explicar las cosas, no para ocultarlas!), sino
a un fenómeno más subrepticio: el continuo goteo de
conocimiento que se está produciendo en paralelo a la
generación, análisis y publicación de cantidades cada
vez más ingentes de información sobre la biodiversidad
y su conservación. El mundo actual, que quiere tejer una
“sociedad del conocimiento” basada en la informática y
las telecomunicaciones, está todavía huérfano de herra-
mientas eficaces que conserven la información básica
sobre la biodiversidad y permitan analizarla para dar lugar
a nuevo conocimiento. Otra gran paradoja: ¿Dónde está
el conocimiento que perdemos con la información?
En el campo concreto de la diversidad genética, las
revistas de impacto que publican artículos basados en
datos de genética de poblaciones no son eficientes a la
hora de transmitir la información básica en la que se
sustenta el importante conocimiento que contienen. Del
mismo modo que es imposible cocinar un huevo frito
partiendo de una tortilla a la francesa, tampoco se puede
construir conocimiento sobre la biodiversidad a partir de
datos ya elaborados, aunque estén publicados en revistas
con un impacto galáctico. En la genética de poblaciones
como en muchos otros campos, se hace imprescindible
disponer de los datos crudos que las revistas de impacto
no difunden para ponerlos a disposición de la creatividad
humana y poder reciclarlos en nuevo conocimiento
mediante análisis alternativos a los que se desarrollan
en las publicaciones, o técnicas estadísticas que hoy no
existen, pero que sin duda surgirán en el futuro.
Canarias es hoy pionera en lo que podríamos denominar
“reciclaje de datos” sobre diversidad genética, y ocho
instituciones del archipiélago (el Jardín Botánico Canario
“Viera y Clavijo”-Unidad Asociada CSIC, el ITC, Mr. Bicho,
Jablesoft, The agile monkeys, Inventia Claudesign y la
Fundación Amurga) están colaborando para optimizar
una herramienta bio-informática universal que permita
preservar y ampliar todo el conocimiento existente sobre
la diversidad genética de la biodiversidad. El servidor web
Demiurge (http://www.demiurge-project.org/) será en
breve tiempo el primer repositorio de datos y meta-datos
de diversidad genética que pondrá a disposición pública
matrices de genotipos geo-referenciadas listas para ser
analizadas de forma versátil, libre y gratuita mediante
software de nueva generación.
El ámbito de aplicación de este gran esfuerzo científico-
técnico es planetario, y viene refrendado por el Programa
de Cooperación Transnacional Madeira-Azores-Canarias
(http://www.pct-mac.org/) y por la infraestructura mundial
de información sobre la biodiversidad (GBIF), que recien-
temente se hizo eco de la iniciativa (hacia el final del enlace
http://www.gbif.es/Recursos3.php). No obstante, sus
repercusiones pueden ser determinantes para ampliar el
conocimiento sobre la Flora Canaria, exprimiendo al
máximo los datos que ya existen, pero que sin este
“demiurgo de diversidad genética” están actualmente
demasiado dispersos, o son de difícil (¿imposible?) utili-
zación.
La información húmeda: el ADNOtro tipo de información de indudable relevancia para la
conservación biológica es la que contiene la molécula de
material hereditario que poseen todos los organismos
vivos. Aunque no podemos plantar ADN en el campo y
esperar a que crezca la planta de la que proviene, el ADN
contiene toda la información necesaria para generar la
manifestación más visible de la biodiversidad: cada uno
de los organismos que la conforman. Por lo tanto, alma-
cenando adecuadamente el ADN garantizamos el acceso
a esta información en el futuro. Desde su fundación en
el año 2005, el Banco de ADN de la flora canaria del
Jardín Canario cuenta ya con casi 7.000 muestras, en su
gran mayoría con origen en el archipiélago y recolectadas
por personal del propio centro. Como siempre explicamos,
este banco es causa y efecto de la investigación desarro-
llada en el centro, y su misión es invertir sus fondos de
material genético en acciones de investigación que den
lugar a beneficios en términos de conocimiento. Tres de
nuestras líneas de investigación más avanzadas son la
identificación molecular de la flora como complemento a
las variables morfológicas (los llamados “códigos de barras
moleculares”), la detección de santuarios de biodiversidad
mediante la asignación de valores de complejidad evolutiva
a cada unidad de territorio, y la construcción de un “árbol
de la vida” de toda la flora Canaria, para el que ya
disponemos del 70% de los endemismos.
Sería apropiado que las acciones de conservación “ex
situ” e “in situ” antes comentadas incluyeran extracción
y depósito del ADN de todas las poblaciones implicadas.
Pero también sería necesario que las grandes interven-
ciones urbanísticas fueran precedidas de adecuadas
herborizaciones, extracciones de ADN y recolecciones
de semillas en el territorio sobre el que se va a intervenir.
De lo contrario, pronto será imposible entender el impacto
real de estas intervenciones en la biodiversidad, generar
conocimiento fiable sobre la flora endémica Canaria, o
conservarla.
Reflexiones finalesQue yo me haya limitado a algunas de las líneas de
investigación en diferentes aspectos de la biodiversidad
molecular de la flora canaria en las que mi centro está
implicado solamente significa que prefiero hablar de lo
que mejor conozco. Sólo en el ámbito de la investigación
sobre la flora canaria terrestre, existen muchos otros
grupos de investigación de calidad contrastada en la
institución que me acoge, en el archipiélago Canario y en
el resto del mundo. Algunos de ellos están desarrollando
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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Autor: Juli Caujapé Castells
Figura 5. Aportaciones realizadas por diferentes instituciones al Banco de ADN de la Flora Canaria del Jardín Canario y distribución geográfica de las muestras Macaronésicas residentes en esta instalación de conservación “ex situ”. Entre paréntesis después del nombre
de cada institución se muestra el número de especies aportadas, y porcentaje de muestras del banco de ADN que éstas representan. Modificado a partir de Jaén-Molina y colaboradores (en preparación).
Agradecimientos
Felicito al Museo Elder por esta magnífica iniciativa
en el año internacional de la Biodiversidad, y
agradezco a su director la deferencia de invitarme
a hacer esta aportación. Deseo así mismo agra-
decer el apoyo institucional del Cabildo de Gran
Canaria, del Consejo Superior de Investigaciones
Científ icas y de la Fundación Amurga-
Maspalomas. Gracias también a todas las per-
sonas e instituciones con las que colaboramos
hoy en día (son demasiadas para citarlas aquí
sin olvidar a nadie), pero muy especialmente a
las que nos aportan perspectivas sobre aspectos
de la biodiversidad que no desarrollamos en
ninguno de los departamentos de investigación
del Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”-
Unidad Asociada CSIC.
investigaciones con organismos que no entran en nuestra
misión institucional (animales, bacterias, algas, organismos
marinos en general,…). Otros investigan como nosotros
plantas vasculares terrestres, pero desde puntos de vista
a los que ninguno de los departamentos de investigación
del Jardín Canario se dedica (ecología, demografía,
biodiversidad de regiones que mantienen vínculos florísticos
con Canarias, etc…). Tanto los unos como los otros
aportan conocimientos y conceptos nuevos a nuestra
misión institucional de conocer y conservar la flora terrestre
del archipiélago. Por lo tanto, generan naturalmente
complementariedades con las que enriquecemos nuestras
investigaciones sobre la biodiversidad Canaria. Sin esta
multi-disciplinariedad, cualquier dato sobre biodiversidad
sería casi irrelevante; nuestro conocimiento de la flora
todavía más limitado; su conservación, un esfuerzo fútil.
Si la situación actual cuasi-prometedora quiere mantenerse,
deben analizarse sus causas, y poner los medios para
fomentarlas sin generar una sobrecarga inhumana de
trabajo para las personas que ya tienen las capacidades
adecuadas y disponen de un trabajo estable. En un
reciente artículo sobre conservación de la biodiversidad
vegetal en las islas del mundo se enfatizan las necesidades
que se consideran más urgentes en Canarias
(http://dx.doi.org/10.1016/j.ppees.2009.10.001). Para
implementarlas, se requiere ante todo un pacto político
a largo plazo (no a cuatro años vista), que apueste
decididamente no sólo por las grandes infraestructuras,
sino por consolidar al personal ya suficientemente espe-
cializado (sin especialización no es hoy posible la ciencia),
y por ir dotando a las instituciones de nuevo tejido humano
todavía mejor seleccionado y por lo tanto más adecuado
para mover la máquina de la investigación insular. Si no
hay manos, sobran las cabezas y las infraestructuras.
Desde hace mucho tiempo, el archipiélago canario es un
punto caliente de biodiversidad reconocido a nivel mundial.
Afortunadamente, Canarias es hoy en día también un
punto caliente de ideas nuevas sobre la biodiversidad
que, en ocasiones, están teniendo profundo calado
internacional. Y hay que felicitarse por el hecho de que,
a diferencia de la situación imperante hace poco tiempo,
muchas de estas ideas se están liderando desde institu-
ciones Canarias. Sirva como muestra esta magnífica
iniciativa del Museo Elder (¡y no están todos los que son!).
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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LA LISTA DE ESPECIESSILVESTRES DE CANARIAS 2009
Autor:
Manuel Arechavaleta HernándezBiólogo. Técnico del Servicio de Biodiversidad.
Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Medio Ambiente. Gobierno de Canarias.
Este catálogo recoge todas las especies terrestres de
hongos, plantas y animales del archipiélago, según la
información que ha sido publicada en revistas científicas
o que se recoge en otros estudios inéditos. Dicha lista
recopila exclusivamente los animales y vegetales silvestres,
omitiendo las especies domésticas y aquellas ligadas al
hombre que no viven en el medio natural. Es un fiel reflejo
de la información registrada en el Banco de Datos de
Biodiversidad de Canarias y su publicación periódica es
un mandato de la Orden de 1 de junio de 1999, por la
que se crea el Banco de Datos de Biodiversidad de
Canarias, con el objetivo de divulgar la biodiversidad.
La primera edición del catálogo de especies de Canarias
vio la luz en 2001 y supuso un hito en la historia del
conocimiento de la biodiversidad de las islas, pues por
primera vez se recopilaban en una misma obra todas las
especies silvestres terrestres conocidas en el archipiélago.
En ese momento Canarias fue una región pionera en este
tipo de iniciativas pues pocas regiones del mundo contaban
con un catálogo de esta naturaleza. Posteriormente, en
2004, se publicó una nueva lista con datos actualizados
respecto a la edición anterior, en la que se incluía además
otros grupos animales y vegetales poco estudiados,
suponiendo nuevamente un avance considerable. En este
contexto se publica ahora una nueva lista ampliada y
corregida de los hongos, plantas y animales terrestres, en
la que se incluye la información anterior y la que se ha ido
generando desde 2004, progresando con ello en el objetivo
de dar a conocer y divulgar nuestros valores naturales.
Es obvio que el registro de la biodiversidad de una región
requiere de un arduo esfuerzo de actualización continua.
De hecho, desde que en 2001 se publicara por primera
vez la lista de especies del archipiélago, el conocimiento
de la biota ha aumentado a un ritmo extraordinario, no
sólo por la descripción científica de nuevas especies de
Canarias, sino también por el descubrimiento de otras
especies no registradas hasta entonces del archipiélago
o de algunas de las islas. En todo caso, la información
registrada en el Banco de Datos de Biodiversidad de
Canarias y en este libro no es necesariamente un reflejo
de la distribución real de las especies, sino de aquella que
es conocida y que se recoge en las fuentes científicas y
técnicas de las que se nutre dicho Banco de Datos.
En síntesis, las 13.328 especies recogidas en la Lista de
Especies Silvestres de Canarias 2004 se elevan ahora
hasta 14.254, lo que supone un incremento considerable
de casi un millar de especies. Entre éstas se incluyen 220
El Gobierno de Canarias acaba depublicar una nueva edición am-pliada y actualizada de la Lista deEspecies Silvestres de Canarias.
endemismos canarios, realzando aún más el carácter
exclusivo de gran parte de la biodiversidad del archipiélago.
Para cada especie y subespecie de la lista se indica las
categorías taxonómicas jerarquizadas a las que pertenece
y las islas del archipiélago en que es conocida. También
se indica si es una especie exclusiva de Canarias y si es
nativa o ha sido introducida por el hombre en el archipiélago
o en alguna de las islas.
La obra incluye además un capítulo en el que se resumen
en forma de tablas y gráficos las estadísticas más signifi-
cativas sobre la biodiversidad del archipiélago y de cada
isla, en particular, sobre el número de taxones de cada
grupo, el nivel de endemicidad y la proporción de especies
introducidas frente a nativas. En un anexo se señalan las
especies y subespecies de presencia dudosa en Canarias,
o bien pendiente de confirmación, y las que se considera
que han desaparecido del archipiélago. Finalmente, con
el objeto de facilitar la búsqueda de taxones en esta obra,
al final de la misma existe un extenso índice alfabético con
todas las especies, subespecies y categorías taxonómicas
superiores y, lo que resulta de gran utilidad, otros nombres
considerados no válidos recogidos en la bibliografía (señalán-
dose en ese caso a qué nombre correcto corresponden).
Esta posibilidad que se nos brinda de disponer en una
única obra del inventario de todas las especies que con-
forman la biota terrestre de Canarias y su distribución en
el archipiélago es un paso importante en la tarea de difundir
al público general los conocimientos que se tienen sobre
nuestra biodiversidad, y al mismo tiempo constituye un
referente importante desde el punto de vista científico y
académico.
La biota canaria en cifrasEs sabido que el archipiélago canario está constituido por
islas oceánicas que nunca han estado unidas al continente
y, en consecuencia, las especies nativas que habitan las
distintas islas han tenido que colonizar éstas por su propios
medios de forma natural. Esto condiciona en gran medida
la biodiversidad animal y vegetal de Canarias pues, aunque
existe una buena representación de la mayor parte de los
grupos de hongos, plantas y animales, ciertos grupos con
dificultades para llegar hasta las islas a través del mar están
ausentes, así como otros que habiendo llegado al archi-
piélago no encuentran en él hábitat adecuado. Los sistemas
insulares de esta naturaleza suelen ser pobres en especies,
al menos en comparación con las zonas continentales; sin
embrago en Canarias concurren una serie de circunstancias
que la hacen más rica en especies de lo que cabría esperar,
a saber: la distancia al continente es de apenas 100 km;
las corrientes marinas y los vientos dominantes tienen una
dirección favorable para el transporte de especies desde
la región mediterránea y el norte de África; existe una gran
heterogeneidad de hábitats, determinada por las diferencias
de altitud y orientación; y, por último, los procesos de
especiación son acusados debido al aislamiento y en
segunda instancia a la heterogeneidad ambiental de las
islas.
De acuerdo con la Lista de Especies Silvestres de Canarias
2009, la biota terrestre del archipiélago está constituida al
menos por 14.254 especies de animales, plantas y hongos,
repartidas en un total de 3.193 géneros y 1.335 familias.
A estas habría que añadir una veintena de especies que
se dan por desaparecidas desde hace décadas o incluso
siglos y unas 240 especies cuya presencia en Canarias es
dudosa o está pendiente de ser confirmada.
El grupo dominante en cuanto a número de especies lo
conforman los artrópodos y entre éstos los insectos, que
abarcan algo más del 40% del total. El resto de la biota
está compuesta en un 20% por otros grupos animales, en
un 20% por hongos (incluyendo los líquenes y hongos
liquenícolas) y en otro 20% por plantas en sentido amplio
(fanerógamas, helechos y briófitos).
Port
ad
a d
el l
ibro
de la
list
a d
e e
specie
s
CANARIAS El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura LanzaroteHONGOSHONGOS 1.896 277 1.092 621 1.136 506 48 64
LÍQUENES Y HONGOS LIQUENÍCOLAS 1.548 296 728 662 939 333 215 197
PLANTASBRIÓFITOS (Musgos y hepáticas) 503 193 344 292 427 304 128 112
HELECHOS 64 34 42 41 53 47 16 15
FANERÓGAMAS 2.027 670 862 862 1.415 1.261 732 686
ANIMALESMOLUSCOS (Caracoles y babosas) 286 32 56 78 112 74 41 40
ARTRÓPODOS
Miriápodos (Ciempiés y milpiés) 136 28 45 48 81 48 14 16
Crustáceos 134 25 26 40 67 43 36 22
Arácnidos (Arañas, ácaros, etc.) 984 116 204 271 579 354 187 110
Insectos 6.192 1.181 2.434 1.946 4.206 2.745 1.454 1.227
Otros artrópodos 153 31 54 40 97 31 20 30
OTROS INVERTEBRADOS 242 31 54 53 142 64 18 37
VERTEBRADOS
Peces 9 2 2 2 6 8 1 -
Anfibios 3 1 2 2 2 3 2 1
Reptiles 18 4 3 4 6 6 3 3
Aves 105 46 44 47 82 67 51 47
Mamíferos 21 9 12 9 16 10 9 7
NÚMERO DE ESPECIES SILVESTRES POR GRUPOS TAXONÓMICOS Y POR ISLAS
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
17
Autor: Manuel Arechavaleta Hernández.
El mayor número de especies se concentra, por este orden,
en Tenerife, La Palma y Gran Canaria, por ser islas de gran
tamaño que albergan una gran variedad de ambientes
diferentes. Esta heterogeneidad es un factor clave, pues
islas menores como El Hierro y La Gomera a pesar de su
reducido tamaño son ricas en especies, mientras que
Fuerteventura y Lanzarote, de mayor extensión, se sitúan
entre las más pobres.
Pero el mayor valor de la biodiversidad de Canarias radica
en su alta exclusividad. Como suele ocurrir en islas oceá-
nicas, el aislamiento ha propiciado la generación de una
gran cantidad de endemismos, esto es, especies que son
exclusivas del archipiélago y que no habitan en ningún otro
lugar del mundo. De hecho, casi un 27% de las especies
que viven en Canarias son endémicas de las islas, porcentaje
que se eleva hasta un 30% si excluimos de este cómputo
las especies introducidas por el hombre.
A menudo las especies endémicas tienen una distribución
muy restringida, confinada a un sector de una isla o incluso
a un barranco o una ladera; de hecho, en esta publicación
se pone de manifiesto que un 40% de los endemismos
canarios son además exclusivos de una sola isla. En otras
palabras, casi una de cada tres especies que nos encon-
tremos en la naturaleza en Canarias será exclusiva del
archipiélago y casi en la mitad de los casos será un
endemismo insular. En este sentido, Tenerife y Gran Canaria
son las islas con mayor número de endemismos y de
endemismos monoinsulares y al mismo tiempo con mayor
proporción de éstos en el conjunto de su biota.
El porcentaje de endemismos es muy variable de unos
grupos a otros dependiendo de factores biológicos (como
la capacidad de dispersión) o genéticos (como la facilidad
intrínseca de diferenciación). La mayor cantidad y proporción
de endemismos se da en los artrópodos y en los moluscos,
entre los animales, y en las plantas con flor, entre los
vegetales. En algunos casos, como ocurre en los moluscos
o en ciertas familias ricas en especies de arañas y coleóp-
teros, se supera el 80%. Gran parte de culpa de esto la
tiene un fenómeno evolutivo que se produce típicamente
en islas, denominado radiación adaptativa, por el cual a
partir de ciertas especies se forman varias especies muy
próximas entre sí que ocupan diferentes nichos ecológicos
hasta ese momento vacíos.
El Banco de Datos de Biodiversidad deCanariasEl Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias es una
base de datos puesta en marcha en 1998 por el Gobierno
de Canarias. En ella se recopila toda la información conocida
sobre la distribución en el archipiélago de las especies
silvestres de Canarias. Se registran además las fuentes
documentales que sustentan dicha información, así como
otros datos biológicos de interés, a saber: posición en la
jerarquía taxonómica, nivel de endemicidad, origen en el
archipiélago, estatus de protección, imágenes, etc.
En síntesis, el Banco de Datos es un instrumento funda-
mental para organizar la información existente sobre la
biodiversidad del archipiélago, con información veraz y
actualizada, y sirve de cauce para su difusión y divulgación
a los ciudadanos, al tiempo que es una herramienta de
gran utilidad para orientar las políticas de gestión y conser-
vación de nuestros recursos naturales. De acuerdo con la
Ley 4/2010, de 4 de junio, del Catálogo Canario de Especies
Protegidas el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias
constituye un registro público de carácter administrativo,
en el que se ha de incluir el listado y distribución de todas
las especies silvestres, que de modo regular habitan o se
reproducen en el Archipiélago y sus aguas.
La información se registra y se gestiona mediante una
aplicación informática diseñada específicamente denomi-
nada Atlantis. Todo dato incluido en la base de datos debe
estar avalado por un documento (publicado o inédito) y es
revisado y analizado en última instancia por un supervisor
científico, que a su vez cuenta con el apoyo de diferentes
especialistas en los distintos grupos taxonómicos.
Los datos de la distribución de las especies se registran
georreferenciados en cuadrículas UTM de 500 x 500 m,
a modo de sistema de información geográfico. Para cada
cita bibliográfica se asigna un nivel de precisión según la
concreción geográfica de las citas, y un nivel de confianza,
según la fiabilidad de la fuente o la certidumbre en la
identificación de las especies.
Esta gestión espacial de la información es una de las
grandes potencialidades de Atlantis, pues permite realizar
análisis territoriales de la distribución espacial de la biodi-
versidad. Las aplicaciones que se derivan de esta posibilidad
en materia de conservación de la biodiversidad y de
ordenación de los recursos naturales son muchas. Por
ejemplo, elaboración de mapas de distribución de especies,
elaboración de catálogos de especies de ámbitos territoriales
afectados por planes y proyectos (estudios de impacto,
planes de espacios protegidos, planeamiento territorial,
etc.), delimitación y propuesta de áreas protegidas (ZEC,
ZEPA, etc.), delimitación de áreas de interés faunístico y
botánico, análisis de la evolución temporal de la distribución
de especies, evaluación de tendencias en la distribución
de especies amenazadas, detección de áreas poco estu-
diadas desde el punto de vista de la fauna o la flora,
evolución de la distribución de especies exóticas o modelos
predictivos de distribución de especies o de atributos de
biodiversidad.
La aplicación Atlantis desarrollada por el Gobierno de
Canarias ha sido adaptada para su uso en los archipiélagos
macaronésicos de Madeira, Salvajes, Azores y Cabo Verde,
en el marco de proyectos de cooperación entre regiones
ultraperiféricas financiados por la Unión Europea dentro
de las iniciativas Interreg III-B. De este modo los gobiernos
de estas regiones cuentan en la actualidad con Bancos
de Datos idénticos al de Canarias, habiendo adoptado los
mismos criterios y modelos de funcionamiento implemen-
tados en el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias.
DISTRIBUCIÓN POR ISLASDEL NÚMERO DE ESPECIESY ENDEMISMOS
Nº de especies
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Hongos s.s.
1709 spp.
Protozoos
172 spp.
Cromistas
15 spp.
Líquenes yhongosliquenícolas1548 spp.
HONGOS
Briófitos
503 spp.
Helechos
64 spp.
Fanerógamas
2027 spp.
PLANTAS
Vertebrados
156 spp.
Otrosinvertebrados242 spp.
Moluscos
286 spp.
Artrópodos
7599 spp.
ANIMALES
Plantas
19%
Hongos
19%
Animales
62%
Vertebrados
Moluscos
Otros invertebrados
Arácnidos
Insectos
0 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7000
Nº de especies
NÚMERO DE ESPECIES SILVESTRES POR GRUPOS TAXONÓMICOS
DISTRIBUCIÓN DE ENDE-MISMOS POR GRUPOSTAXONÓMICOS No endémicos
Endémismos
pluriinsulares
Endemismos
insulares
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500
Vertebrados
Artrópodos
Moluscos
Otros invertebrados
Fanerógamas
Helechos
Briófitos
Líquenes y hongos
liquenícolas
Hongos s.s.
40 spp.
107 spp.
6 spp.
2 spp.
637 spp.
10 spp.
236 spp.
2935 spp.
21 spp.
0
2000
4000
6000
8000
10000
El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura Lanzarote
114514
2614
139
567
2975
480
1336
5903
865
2115
9366
312
1146
5018
275
1116
6003
112
673
2976
Nº d
e es
peci
es
Especies silvestres
Especies endémicas
Endemismos insulares
ALGOLOGÍA Y BIODIVERSIDADREFLEXIONES SOBRE ALGOLOGÍA
EL DESCUBRIMIENTO DE NUEVAS ESPECIES Y SUSAPLICACIONES INDUSTRIALES REALES Y POTENCIALES
Autor:
Dr. Juan Luis Gómez PinchettiProfesor Titular en el Departamento de
Biología e Investigador en el Centro de
Biotecnología Marina de la ULPGC.
Las Algas están constituidas por un grupo muy hete-
rogéneo de organismos eucariotas fotosintéticos que
incluye formas macroscópicas, las macroalgas, y un
grupo tremendamente diverso y menos estudiado de
microrganismos agrupado bajo el término microalgas.
En este último también se incluyen algunos organismos
procariotas, las algas verde-azules, cianobacterias o
cianofitas, generadoras hace 3.550 millones de años
del oxígeno que posteriormente dio lugar a nuestra
atmósfera actual; y las proclorofitas, descubiertas
curiosamente hace solo 30 años. En la actualidad las
Algas, a través del proceso fotosintético que fija dióxido
de carbono, son las responsables de generar un
importante porcentaje del oxígeno presente en la
atmósfera de la Tierra produciendo a su vez una
enorme cantidad de carbono orgánico en forma de
En el año 2010, Año Internacionalde la Biodiversidad, no han dejadode sorprendernos las continuas no-ticias sobre el importante papel quelas Algas juegan en el escenarioactual del cambio climático y lasnuevas necesidades energéticas.Estas noticias aparecidas en los me-dios tanto de divulgación como decarácter científico, en sus variadossoportes, nos informaban de losdescubrimientos y tendencias, pro-metedoras en muchos casos, en losque macroalgas y microalgas mues-tran capacidades que otro tipo deorganismos no presentan o las que,hasta el momento, no habían sidoevaluadas.
biomasa, lo que las sitúa en una posición importante
para el mantenimiento de la vida sobre el planeta.
Esta gran diversidad de organismos obliga a clasificar
las diferentes especies en 10 grupos o divisiones
principales caracterizados por su variedad en los tipos
de pigmentos fotosintéticos, sustancias de almacena-
miento o reserva, ultraestructura (estructura celular) y
tipo de cubierta celular. Sin embargo, estas caracterís-
ticas para su clasificación, que pueden resultar sencillas
a priori, reflejan un amplio rango de propiedades
metabólicas, bioquímicas y genéticas que hacen que
el hábitat de las Algas no esté restringido únicamente
al medio marino. Aunque el océano, sobretodo en las
zonas costeras, es el ambiente propio de las macro-
algas, de las que algunas especies llegan a alcanzar
longitudes superiores a los 20 m (p.e. el alga parda
Macrocystis), se han descrito muchas especies que
habitan ambientes de luz, temperatura y salinidad
variables, incluyendo las aguas dulces continentales.
Lo mismo sucede con las microalgas en su gran
variedad de formas y tamaños. Sin embargo, la diver-
sidad encontrada hasta el momento en microalgas no
se restringe únicamente a variaciones limitadas en los
factores descritos anteriormente. Muchas especies de
microalgas, especialmente las cianobacterias, han sido
encontradas en ambientes denominados extremos,
es decir, lagos salados y alcalinos, hielos y aguas
termales, desiertos y suelos variados, cuevas, e incluso
en la corteza o el tronco de muchos árboles, sin
olvidarnos de los arrecifes de coral y muchas otras
formas de vida simbionte. Añadido a todas estas
posibilidades, las Algas presentan gran plasticidad
fenotípica, lo que se traduce en una importante capa-
cidad para adaptar su morfología y actividad fisiológica
a las variaciones medioambientales, característica muy
importante a la hora de plantear y abordar las posibili-
dades de su cultivo controlado.
Una vez situados en este contexto la pregunta sería,
¿conocemos cuántas especies de Algas existen en la
actualidad?. La respuesta es sencilla: nadie lo sabe con
exactitud. Jugando con cifras de una forma aproximada,
hasta el momento hay reconocidas entre 36.000 y 40.000
especies que los algólogos (o ficólogos) consideran
como el 20% del número total de especies estimadas,
es decir, podemos calcular un número que puede superar
las 200.000, y algunos expertos afirman que incluso
unos cuantos miles más. De hecho, el número de espe-
cies aumenta semanalmente, una vez que los problemas
para su identificación y clasificación están siendo solven-
tados a partir del desarrollo de las nuevas técnicas de
biología molecular aplicadas a la taxonomía, o sistemática
molecular, sobretodo con microalgas.
Para hacernos una idea, en el Archipiélago Canario,
una región clasificada como importante desde el punto
de vista de la Biodiversidad Marina resultado de una
situación geográfica con óptimas condiciones para el
establecimiento de especies con afinidades biogeo-
gráficas diferentes, hay identificado un número de
Algas que no sobrepasa las 800 especies. Esta cifra
comprende un importante listado de especies de
macroalgas e incorpora, de forma gradual, un número
creciente de especies de microalgas (en su mayoría
cianobacterias y dinoflagelados) identificadas más
recientemente. Comparando las cifras este catálogo
podría parecer incompleto, como lo puede parecer el
cómputo global de especies. Por esta razón, y estando
cada vez más preocupados por los posibles efectos
que el calentamiento global pudiera causar sobre los
patrones de vida de las Algas en general, en los últimos
años se han incrementado los esfuerzos para llevar a
cabo nuevos estudios tanto de catalogación como de
caracterización funcional de las comunidades naturales
y de como éstas podrían evolucionar en un futuro
próximo.
Desde un punto de vista tecnológico y aplicado, muchas
especies de Algas están siendo utilizadas, cada vez
más, en una gran variedad de aplicaciones y procesos
industriales que van desde el consumo humano y
animal a la obtención de biocombustibles, pasando
por la obtención de metabolitos únicos o su utilización
en sistemas de purificación de agua, aire o gases de
combustión. Más recientemente, las técnicas de inge-
niería genética están permitiendo la modificación y
mejora de especies para aumentar sus utilidades
tecnológicas generando un gran número de patentes
y asentando las bases para la creación de nuevas
empresas e industrias de carácter tecnológico innovador.
Algunas especies de macroalgas han sido utilizadas
tradicionalmente como alimento humano, de forma
particular en los países orientales. El desarrollo de los
sistemas de cultivo en mar abierto de géneros como
Porphyra (nori), Laminaria (kombu) o Undaria (wakame)
ha incrementado su mercado de tal manera que no es
difícil disponer de ellas en los mercados occidentales.
Un mercado, por otra parte, que aumenta proporcio-
nalmente con la curiosidad que el consumidor occidental
tiene hacia productos con la etiqueta de saludables y
que puedan ser incorporados fácilmente a nuestra
manera de cocinar. Otra aplicación de gran importancia
industrial es la obtención de los denominados ficoco-
loides. Un grupo de sustancias extraídas de algunas
especies de macroalgas rojas y pardas (Gelidium,
Gracilaria, Kappaphycus, Laminaria, Macrocystis),
muchas de ellas cultivables en la actualidad, que
presentan propiedades particulares cuando son disueltas
en agua. Estos polisacáridos conocidos como agar,
carragenatos y alginatos son capaces de gelificar,
estabilizar, espesar y emulsionar soluciones por lo que
sus campos de aplicación incluyen desde el desarrollo
de técnicas microbiológicas y biotecnológicas hasta
su utilización en la industria de los alimentos procesados.
Un número cada vez más importante de especies,
tanto de macroalgas como de microalgas, pueden ser
cultivables en una gran variedad de sistemas de cultivo
[conciencia] slas
18EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
que abarcan diferentes escalas y grados de control:
sofisticados fotobiorreactores, tanques de cultivo para
la producción de forma intensiva, cultivos en cascada
o estanques en canal tipo “raceway”. Algunas especies
cultivables en estos sistemas también están siendo
empleadas para el tratamiento de aguas residuales de
diferentes tipos. En los denominados sistemas de
policultivo integrado, micro- y macroalgas pueden ser
utilizadas como trampas de nutrientes disueltos que
son producidos como desecho por animales cultivados
de niveles tróficos superiores (peces o crustáceos),
convirtiendo estos “residuos” en biomasa y oxígeno.
Aguas residuales urbanas o provenientes de actividades
agrícolas o ganaderas (p.e. los purines) pueden ser
canalizadas a través de sistemas de cultivo de microalgas
para su biofiltración. Ambos procesos reducen, en
cualquier caso, la descarga de residuos al medio,
evitando así los posibles problemas de eutrofización
que se pudieran generar. La biomasa de Algas producida
en los procesos de biofiltración podría ser utilizada, por
ejemplo, en la obtención de bioestimulantes de aplicación
en agricultura ecológica, o en la extracción y purificación
de pigmentos, como las ficobiliproteínas, utilizados
como marcadores fluorescentes en biomedicina y con
un alto valor añadido.
Macroalgas y microalgas son también fuente de com-
puestos con gran interés en la industria farmacéutica,
algunos de ellos con actividad antibiótica, antivírica o
anticancerígena. Este hecho no es sorprendente ya
que muchas especies han sido capaces de responder
evolutivamente al ataque de microbios o al pastaje de
organismos herbívoros sintetizando metabolitos pro-
tectores que les sirven de defensa. Muchas de estas
sustancias están siendo estudiadas por su capacidad
antioxidante, capaz de reducir la actividad de los
radicales libres causantes de los procesos de oxidación
celular, y aumentando así el interés de las industrias
nutracéutica y cosmética. Algunas especies de micro-
algas (cianobacterias como Spirulina, algas verdes
como Chlorella, Dunaliella, Haematoccocus o diato-
meas como Phaeodactylum) son cultivadas a gran
escala para su utilización como suplemento protéico,
nutricional o como fuente de aditivos como el ß-
caroteno, la astaxantina o los ácidos grasos poliinsa-
turados. Este tipo de sustancias tienen también un
gran interés en el desarrollo de alimentos y piensos
para animales, particularmente en el campo de la
acuicultura.
Pero sin lugar a dudas, el mayor esfuerzo científico-
tecnológico de los últimos años ha estado centrado en
la obtención de biocombustibles, particularmente bio-
diesel, a partir de la biomasa de microalgas cultivadas.
Los problemas ecológicos y económicos asociados a
la disminución de los combustibles fósiles han aumentado
el interés por la búsqueda de recursos sostenibles de
hidrocarburos como fuente de energía. Y en esta aproxi-
mación las microalgas presentan algunas características
socio-económicas interesantes que se pueden resumir
en dos; no compiten con la demanda de plantas terres-
tres importantes como fuente de alimento humano (p.e.
el maíz), y además, para su cultivo no se requieren tierras
que podrían ser destinadas a la agricultura. Las Algas
pueden ser utilizadas para producir biocombustibles
(biodiesel, biohidrógeno, biometano o bioetanol) a través
de procesos como la extracción de lípidos o grasas, la
fermentación de biomasa o los sistemas para la gene-
ración de hidrógeno. Los dos primeros han sido desa-
rrollados hasta lo que se puede denominar la escala
comercial. El tercero se encuentra en fase de desarrollo
con altas expectativas potenciales.
Algunas especies de microalgas (pertenecientes a los
géneros Botryococcus, Nannochloropsis, Neochloris
o Tetraselmis) son capaces de acumular, bajo ciertas
condiciones de cultivo, lípidos con porcentajes elevados
de triglicéridos, la materia prima para la obtención del
biodiesel, por encima del 30% de su peso seco. Tra-
ducido a términos de producción, las microalgas pro-
ducen entre 15 y 300 veces más grasa por unidad de
área y tiempo de cultivo que otros vegetales terrestres.
La composición en carbohidratos, lípidos y proteínas
(y la ausencia de lignina), tanto de micro- como de
macroalgas, permite igualmente su utilización en pro-
cesos de fermentación para la producción de biometano
o bioetanol, y por lo tanto, es una biomasa considerada
como interesante complemento dentro de los plantea-
mientos del concepto de “biorefinería”.
Con lo ya descrito de forma resumida, podemos ha-
cernos una idea del interés que suscita el desarrollo
de tecnología para la producción de Algas. El diseño
y la mejora de los modernos sistemas de cultivo para
la producción de especies con alto contenido en lípidos
(p.e. como fuente de biodiesel para aviones), contem-
plan su conexión a puntos de generación de CO2 o
aguas residuales para su biofiltración, reduciendo así
la generación de sustancias contaminantes a la atmós-
fera o las aguas naturales, mientras producimos la
biomasa. De hecho, durante décadas las microalgas
han jugado un papel importante en investigación es-
pacial (Algología Planetaria), siendo consideradas
seriamente en los procesos de mantenimiento de vida
en naves espaciales y en la posible colonización de
otros planetas. Estos sistemas para la regeneración
de entorno vital están basados en especies que siendo
cultivadas en fotobiorreactores sean capaces de eliminar
dióxido de carbono, producir oxígeno, eliminar desechos
y ser utilizadas, por ejemplo, como complemento
nutritivo.
Pero volviendo a las consideraciones sobre la diversidad
y el número de especies, muchas de estas realidades
y potencialidades sobre la utilización y el futuro apro-
vechamiento de las Algas, de forma general, han sido
establecidas a partir de los conocimientos adquiridos
con un número relativamente reducido de las mismas,
no superior al 2% del total de especies estimadas.
Este hecho apunta hacia la necesidad de continuar el
trabajo sobre la identificación y caracterización, tanto
desde el punto de vista biológico como tecnológico,
de nuevas especies que en muchos casos mejorarán
los procesos desarrollados hasta el momento. En este
sentido, es determinante el papel que juegan las Co-
lecciones de Cultivo.
El Banco Nacional de Algas (BNA), servicio asociado
al Centro de Biotecnología Marina de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria, es la colección es-
pañola de cultivos de especies de microalgas y ma-
croalgas acreditada como Autoridad Internacional de
Depósito de Microorganismos según el Tratado de
Budapest. Su función principal es la de recolectar,
aislar, identificar, y conservar la biodiversidad de mi-
croalgas (cianobacterias incluidas) y macroalgas, de
zonas tropicales y subtropicales, y en particular de la
Región Macaronésica. Además, el BNA presta servicios
de apoyo científico y tecnológico, a la comunidad
científica y al desarrollo de empresas de carácter
biotecnológico, siguiendo las directrices para el esta-
blecimiento, operación y gestión en las colecciones de
cultivo de microorganismos establecidas por la Fede-
ración Mundial de Colecciones de Cultivos (WFCC), y
aportando nuevas técnicas, como la citometría de flujo
y la crioconservación para la preservación de cepas,
a las metodologías tradicionales de trabajo en las
colecciones de cultivo.
Conjuntamente con los proyectos que se desarrollan
en el Centro de Biotecnología Marina, enfocados hacia
la utilización y caracterización de especies que mejoren
las eficiencias en los sistemas de policultivo integrado,
la valoración de sustancias de interés a partir de la
biomasa obtenida de los sistemas de cultivo (p.e.
polisacáridos o sustancias antioxidantes) o la biopros-
pección y selección de cepas para la industria de los
biocombustibles, la actividad en nuestro entorno geo-
gráfico más próximo parece encontrarse bien dirigida
hacia los planteamientos discutidos durante la I Con-
ferencia Mundial sobre Biodiversidad Marina celebrada
en Valencia en 2008. Dentro de las áreas consideradas
de interés prioritario fueron incluidos algunos desarrollos
en los que el término Algología juega un papel tremen-
damente importante, entre ellos, campos como
“Biodiversidad y bioprospección: papel ecológico de
los productos naturales marinos y sus aplicaciones
biotecnológicas”, “Conservación de la Biodiversidad
Marina” o “Beneficios sociales y económicos de la
Biodiversidad” se encuentran, en la actualidad, en la
punta del iceberg.
Autor: Dr. Juan Luis Gómez Pinchetti
[conciencia] slas
19EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Especies de macroalgas (Hypnea, Hydropuntia), microalgas (Botryococcus) y cianobacterias (Spirulina) incluídas en el catálogo del Banco Nacional de Algas.
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[conciencia] slas
20
LAS ESPECIESEXÓTICAS INVASORAS:
UNA AMENAZA PARA LA BIODIVERSIDAD CANARIA
Autora:
Elizabeth Ojeda LandBióloga, Técnico del Servicio de Biodiversidad.
Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Medio Ambiente del Gobierno de Canarias.
Los orígenes de la introducción deespecies en CanariasLa introducción de especies en Canarias es un proceso
que se lleva produciendo desde el asentamiento de los
primeros pobladores del archipiélago. Ya los aborígenes
trajeron consigo animales y plantas, como las cabras y
los perros, así como el cultivo puntual de algunos cereales.
Pero sin duda, el gran salto cuantitativo en la introducción
de especies ocurre en el siglo XV con la conquista
castellana. La llegada de los nuevos pobladores fue
acompañada de una gran cohorte de especies que les
permitieron su estancia y su progreso, además de garan-
tizar su alimentación. Así, se introdujeron diversos cultivos
y nuevos animales como los cerdos, ovejas, o gatos,
liberándose además al entorno natural el conejo, para
asegurar así la presencia de animales cazables. Pero,
con estas introducciones voluntarias, llegaron también
otras indeseables, a veces como polizones en las bodegas
de barcos (ratas y ratones) o mezclados con las mercan-
cías de abasto y de comercio, como es el caso de
numerosas semillas de plantas que, con el tiempo, se
fueron naturalizando en el archipiélago.
A partir del siglo XV, el descubrimiento de un nuevo
continente llevó también al descubrimiento de un increíble
Las especies exóticas son aque-llas que no se encuentran de mo-do natural en un determinado te-rritorio, sino que han sido intro-ducidas por la actividad humana,ya sea de forma voluntaria o invo-luntaria. En ocasiones, estas es-pecies, al establecerse en nuevasáreas geográficas, ocasionan gra-ves daños en los ecosistemas na-turales y en las especies de la floray la fauna nativas. Es entoncescuando se las conoce como espe-cies exóticas invasoras (EEI).
número de especies desconocidas hasta el momento, y
con ello, su incipiente traslado y comercio desde América
hasta Europa, sobretodo en el caso de los vegetales.
Frecuentemente, este comercio vía marítima tenía una
escala ineludible en Canarias.
Nuevas utilidades de las especies exóticas (además de
la agrícola, la ganadera y la cinegética) se generaron con
posterioridad. A partir del siglo XVI y, especialmente,
desde el siglo XVIII y hasta principio del XX, se produjo
un fuerte flujo de organismos (muy relevante en el Reino
Unido) como intercambio de especies vivas con la intención
de su aclimatación. Surgen los Jardines Botánicos como
fuente de investigación científica y exhibición de “especies
raras” vegetales. Más tarde le seguirían los Parques
Zoológicos en los que como resultado de colosales
expediciones, se introdujeron en Europa animales proce-
dentes de lugares recónditos de Asia, África, Oceanía o
América.
Con todo ello, una nueva cultura basada por un lado en
el interés científico, y por otro en la contemplación,
promueve la utilización de especies de plantas y animales
exóticos con fines ornamentales o estéticos, creando así
otros aprovechamientos añadidos: la jardinería, el colec-
cionismo y la exhibición de todo tipo de organismos.
ESPECIES NATIVAS E INTRODUCIDAS SEGÚN LOS GRANDES GRUPOS DE ORGANISMOS
NÚMERO DE ESPECIES TERRESTRES SILVESTRES(Distribución por islas)
ESPECIES INTRODUCIDAS E INVASORAS
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Introducidos62 spp.
HONGOS
Nativos3.383 spp.
PLANTAS
Nativos1.893 spp.
Introducidos701 spp.
Nativos7.489 spp.
Introducidos797 spp.
ANIMALES
0
3000
6000
6000
9000
El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura Lanzarote
358
2242
380
2580
903
4971
1181
8144
513
4480
609
5371
369
2595
Nº d
e es
peci
es
Especies nativas
Especies introducidas
Introducidosprobable622 spp.
Introducidosinvasor183 spp.
Introducidosseguro751 spp.
Vertebrados
Artrópodos
Fanerógamas
Helechos
9000
Nº de especies
35
66
80
2
0 50 100
[conciencia] slas
21
Autora: Elizabeth Ojeda Land
El siglo XX se caracteriza por generar un ingente comercio
de especies, que se intensifica en la medida en que los
medios de transporte evolucionan y se hacen más rápidos
y eficaces. De esta forma, tanto el traslado intencionado
de organismos vivos, como su introducción accidental,
alcanza límites desconocidos hasta el momento. En la
actualidad, miles de especies se trasladan voluntaria o
involuntariamente entre los continentes y en todas direc-
ciones, a un ritmo tal, que es a partir de 1960 cuando se
registra en Canarias el mayor aumento en el número de
especies exóticas establecidas.
Algunos datos sobre las especiesintroducidas en CanariasSegún el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias
(2009) existen actualmente un total de 14.254 especies
terrestres de animales, plantas y hongos que se desarrollan
de forma silvestres en el archipiélago. De ellos, aproxima-
damente un 11% se consideran especies introducidas o
probablemente introducidas (1.556 especies). Son exóticos
con seguridad 62 especies de hongos (incluidos los hongos
imperfectos, protozoos y líquenes); 797 animales (verte-
brados e invertebrados) y 101 especies de plantas (fa-
nerógamas y helechos). Tenerife es la isla con más especies
introducidas seguida de Gran Canaria, siendo Lanzarote
en la que se ha registrado el menor número de especies
exóticas silvestres en términos absolutos.
De todas estas especies introducidas presentes en el
archipiélago, 183 son consideradas dañinas (invasoras).
El impacto de las especies exóticasinvasorasLos efectos negativos que sobre la biodiversidad nativa
pueden ejercer las EEI, se intuían ya desde el siglo XIX.
De hecho, Charles Darwin, en su libro de 1859 El origen
de las especies, aludía al hecho de que algunos animales
domésticos que habían sido trasladados desde Europa
hacia América, una vez introducidos, se multiplicaban
rápidamente, lo que en algunos casos afectaba a la
supervivencia de las especies nativas.
Actualmente, la UICN (Unión Internacional para la Con-
servación de la Naturaleza), considera que la presencia
de especies exóticas invasoras supone una de las princi-
pales causas de pérdida de biodiversidad del planeta.
Estudios recientes reflejan que en Canarias las EEI afectan
negativamente al 73% de las 100 especies nativas pro-
tegidas prioritarias de gestión, alterando también sus
hábitas. Las amenazas más importantes son las que
derivan de la presión que ejercen los herbívoros introdu-
cidos sobre las plantas, particularmente el conejo (Oryc-
tolagus cuniculus), el muflón (Ovis orientalis) y el arruí
(Ammotragus lervia). También los ejemplares domésticos
sin control de cabras (Capra hircus) y ovejas (Ovis aries)
generan fuertes impactos en la flora y en los hábitats
naturales. El gato asilvestrado (Felis silvestris catus) figura
entre los principales factores de amenaza para los lagartos
gigantes de El Hierro (Galliotia simonyi), La Gomera (G.
bravoana) y Tenerife (G. intermedia).
Entre las plantas, la mayoría de las especies exóticas
invasoras introducidas en Canarias, lo han sido volunta-
riamente, provocando cambios profundos en el paisaje
y compitiendo por el espacio y los recursos con la flora
nativa. Distintos usos y aprovechamientos han favorecido
su expansión, resultando algunas de estas especies en
la actualidad, auténticas transformadoras de los hábitats
naturales y de los procesos ecológicos que los sustentan.
La caña común (Arundo donax) ejerce una fuerte com-
petencia con la vegetación nativa sobre todo en los
cauces de barranco, donde forma un tapiz impenetrable
que además altera el régimen de incendio provocando
su rápida expansión y mayor virulencia. La tunera común
(Opuntia maxima) fue introducida inicialmente para el
cultivo de la cochinilla (Dactylopius coccus) y la obtención
de tinte. Posteriormente se la ha usado como alimenticia
por sus frutos, como seto de fincas e incluso como
ornamental. En la actualidad, se encuentra tan extendida
que su erradicación de los paisajes canarios se considera
prácticamente imposible. Algo similar ocurre con la tunera
india (Opuntia dillenii) o con la pitera (Agave americana),
ampliamente distribuidas por todo el archipiélago. Pero
además algunos árboles y arbustos introducidos como
las acacias (Acacia spp.) o los eucaliptos (Eucalyptus
globulus y E. camaldulensis), impiden o dificultan la
regeneración de especies nativas al secretar sustancias
alelopáticas (inhibidoras del crecimiento) o al modificar
las características químicas y físicas del sustrato.
Es importante destacar, que las propias especies nativas
o endémicas de Canarias pueden funcionar como especies
invasoras, si por usos inadecuados, se las traslada entre
islas o de localización de origen, ya que entonces pueden
producirse fenómenos de predación, competencia, e
hibridación genética, que de forma natural no ocurrirían.
Los impactos negativos que las EEI producen en las
nuevas áreas donde se establecen, no son sólo de
naturaleza medioambiental, sino también económicos
(plagas y malas hierbas en cultivos, plagas en ambientes
urbanos), sanitarios (transmisión de parásitos y patógenos,
alergias, envenenamientos, etc.) e incluso de alarma
social, en el caso de escape de animales peligrosos o
potencialmente peligrosos.
Distintas administraciones canarias han invertido recursos
económicos y humanos para el control directo de las EEI
o para la restauración de hábitats afectados por ellas.
A modo de ejemplo, el Cabildo Insular de la Palma invirtió
en 1999, 209.604 euros en el control del rabogato. El
Cabildo de Gran Canaria en 2009, gastó 24.232 euros
para colaborar en la erradicación de la culebra de California
y el Cabildo de Tenerife, entre los año 2005-2006, invirtió
unos 90.000 euros en distintas actuaciones para el control
de aves exóticas y otros animales introducidos asilvestra-
dos en la isla. Pero, el mayor gasto económico proviene
del Gobierno de Canarias. La Dirección General de
Protección de la Naturaleza gastó entre los años 2006-
2008, 1.751.239 euros en acciones encaminadas a
detectar, conocer y controlar los efectos del picudo rojo
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
El picudo rojo supone una grave amenaza para la palmera canaria.
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La amapola de California se introdujo en Canarias como planta ornamental.
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La tunera común se distribuye ampliamente en todas las islas del archipiélago.
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La pitera es una especie mejicana que resulta muy complicada de erradicar del paisaje isleño.
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22
Autora: Elizabeth Ojeda Land
sobre las palmeras canarias y en la actualidad, y desde
el año 2008, lleva a cabo una campaña para el control
de ofidios (especialmente de la culebra de California)
que costará 296.083 euros. Otras medidas de restaura-
ción, conservación y lucha contra la desertificación, así
como actuaciones preventivas y control de plagas en
relación directa o indirecta con las EEI, han requerido
una inversión en torno a 1.600.000 euros.
Algunas de las peores especies exó-ticas invasoras en CanariasEntre las plantas introducidas más dañinas destacan:
las tuneras (Opuntia maxima, O. dillenii y O. tomentosa),
las piteras (Agave americana, A. sisalana y A. fourcroydes),
el matoespuma (Ageratina adenophora), el rabogato
(Pennisetum setaceum), la amapola de California (Eschs-
cholzia californica), las acacias (Acacia spp.), el tojo (Ulex
europaeus), el tabaco moro (Nicotiana glauca), la caña
común (Arundo donax), los geranios (Pelargonium spp.),
la trebolina amarilla (Oxalis pes-caprae), el helecho acebo
(Cyrtomium falcatum) y la orejagato de río (Tradescantia
fluminensis).
Entre los animales con mayor impacto negativo se
encuentran: el conejo (Oryctolagus cuniculus), el muflón
(Ovis orientalis), el arruí (Ammotragus lervia), el gato
asilvestrado (Felis silvestris catus), la rata negra (Rattus
rattus), la ardilla moruna (Atlantoxerus getulus), la hormiga
argentina (Linepitema humile), la cotorra argentina (Myiop-
ssita monachus), la culebra real de California (Lampropeltis
getula), el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) y la
diocalandra (Diocalandra frumenti).
Líneas de actuaciónEn el año 2008, en el marco del proyecto Interreg III-B
“BIONATURA”, se edita el libro Flora y Fauna Terrestre
Invasora en la Macaronesia. Top 100 en Azores, Madeira
y Canarias. En este proyecto participaron científicos,
especialistas en biodiversidad y técnicos de las distintas
administraciones de los tres archipiélagos, con la intención
de cuantificar los efectos de las especies exóticas inva-
soras sobre las especies nativas y sobre los ecosistemas,
así como valorar la viabilidad de su control. Se recopila
por primera vez en un documento la información inicial
necesaria que sirva de soporte para la adopción de
políticas y normativas específicas que contribuyan al
control de la amenaza que suponen las EEI en estos
archipiélagos.
También en el año 2008 se crea la Base de Especies
Introducidas en Canarias. Se trata de una base que se
actualiza periódicamente y que tiene por finalidad recopilar
y centralizar la información sobre las especies exóticas
presentes en las islas (fechas de llegada, distribución,
interacciones con las especies autóctonas, acciones de
control de las que han sido objeto, etc.), con la intención
de que se configure como una herramienta útil que asesore
en los procesos decisorios relativos a la conservación de
la biodiversidad. La base incluye cientos de fichas de la
flora y la fauna terrestres, y de las algas introducidas
(invasoras y no invasoras) que se encuentran naturalizadas
en cualquiera de los hábitats terrestres o marinos de
Canarias. Así mismo, incluye aquellas especies animales
y vegetales exóticas que son objeto de posesión o comercio
y que, en caso de establecerse, podrían convertirse en
especies invasoras (potencialmente invasoras). También
se contemplan las especies nativas trasladadas a otras
islas o islotes que no forman parte de su distribución
natural. En general, no se consideran las especies ligadas
a la actividad agropecuaria, salvo en el caso que se
encuentren naturalizadas y muestren un carácter poten-
cialmente invasor. A esta base se puede acceder desde
la página Web del Gobierno de Canarias en el siguiente
enlace: http://www.interreg-bionatura.com/especies/.
En el año 2009 se celebran los Talleres de Especies
Exóticas Invasoras (invertebrados, vertebrados y flora
terrestre), con la intención de elaborar la lista preliminar
de especies exóticas invasoras en Canarias que sirva
como base para la inclusión de especies tanto en el futuro
Catálogo Nacional, como en el Catálogo Canario de
Especies Invasoras, dando cumplimiento así a lo dispuesto
en la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y de la Biodiver-
sidad. En la actualidad se está trabajando además en la
elaboración de la Estrategia Canaria para la Prevención
y Control de las Especies Exóticas Invasoras. Finalmente,
en lo que concierne a las invasiones biológicas existen
algunas certezas. Por un lado, que el número de nuevas
introducciones de especies tiende a aumentar de forma
exponencial como resultado del aumento del comercio
y de los desplazamientos de personas entre distintos
territorios. Por otro lado, que a partir del establecimiento
de una especie exótica invasora, el problema siempre
tenderá a agravarse si no se toman medidas al respecto.
En definitiva, que los costes de actuaciones tardías serán
siempre más elevados que los asociados a una buena
estrategia de prevención o a una respuesta rápida. La
labor de sensibilización y de información de los distintos
departamentos públicos, sectores privados, así como de
la ciudadanía en general, resulta fundamental para evitar
la proliferación de nuevas especies exóticas invasoras y
sus efectos negativos. Así mismo, también resulta impor-
tante el mantenimiento de una red de comunicación
actualizada que permita disponer de forma temprana de
la información necesaria para actuar con prontitud.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Página principal de la Web de Especies Introducidas en Canarias
En los barrancos de todas las islas crece la caña común. Es una especie que favorece
la propagación de incendios.
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El helecho acebo se introdujo en Canarias por su uso ornamental.
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La ardilla moruna se encuentra, por el momento, exclusivamente en la isla de
Fuerteventura. Es probable que ya no pueda eliminarse de esta isla.
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Cartel de la campaña de control de ofidios en Gran Canaria.
Los ejemplares de cabra sin control causan un grave daño a la flora nativa del
archipiélago.
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NATURA 2000:LA HERRAMIENTA TERRITORIAL EUROPEA DE LA
CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA
Autor:
Manuel Ángel Vera GalvánServicio de Biodiversidad, Consejería de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio
Ambiente del Gobierno de Canarias.
Impregnada de la atmósfera del desarrollo sostenible,
a principios de los años noventa, la Unión Europea
(UE) aprobó la Directiva 92/43/CEE. Esta directiva es
conocida como directiva de hábitats y constituye la
piedra angular de la conservación de la biodiversidad
en dicha alianza de estados.
A través de la directiva de hábitats se marca la pauta
para que los estados miembros de la UE establezcan
en sus normativas las medidas encaminadas a garan-
tizar la biodiversidad europea. Este objetivo se logra
a través de la conservación de los hábitats naturales
y de las especies, pero sin olvidar las exigencias
económicas, sociales y culturales de las sociedades
locales. Se pretende alcanzar la convivencia entre los
valores naturales y las gentes que viven de su aprove-
chamiento.
Para conseguirlo, en la directiva se plantea la construc-
ción de una red europea de espacios naturales, deno-
minada Natura 2000, y el establecimiento de un sistema
de protección para las especies. Culmina este aderezo,
por un lado, la necesidad de remitir a la Comisión
Europea informes periódicos basados en un sistema
de seguimiento y vigilancia del estado de conservación
de esa biodiversidad. Y, por otro, la disponibilidad de
fondos para la conservación de esa biodiversidad y
para el desarrollo rural respetuoso con la naturaleza.
Actualmente, la red Natura 2000 en la UE integra unos
25.828 espacios, que comprenden 922.271 km2, de
En las últimas décadas del s. XXse ha propuesto una filosofía deconservación de la naturaleza de-nominada desarrollo sostenible.Esta idea surge al considerarseel destacado papel que determi-nadas sociedades humanas tradi-cionales juegan en el manteni-miento de la biodiversidad y sealeja de la idea de conservaciónprístina de los ecosistemas deinicios del mismo siglo.
los que 754.710 km2 son terrestres (el 17,6 % de la
superficie de la UE) y 167.561 km2 son marinos. De
ese conjunto, España proporciona 1.774 espacios
cuya superficie alcanza 155.064 km2, lo que supone
que nuestro país está aportando el 16,8 % de la
superficie de la red en la UE. Es un buen indicador de
la importancia española en diversidad biológica en el
contexto europeo.
Los espacios que forman parte de Natura 2000 son
de dos tipos. Unos proceden del primer intento de
regular la conservación de la naturaleza en el seno de
la UE, la directiva de aves; estos espacios se denominan
zonas de especial protección para las aves (ZEPA) y
la directiva de hábitats los ha incorporado a la red. Los
segundos se denominan zonas especiales de conser-
vación (ZEC) y son la culminación de un proceso de
selección de los territorios en función de sus contenidos
en hábitats naturales y hábitats de especies.
El proceso de selección de los espacios pasa por tres
fases. En la primera de ellas es la administración de
conservación de la naturaleza del estado miembro (en
el caso canario corresponde a la administración de la
Comunidad Autónoma) la que determina los lugares
de importancia comunitaria (LIC) en función de la
presencia de los hábitats de interés comunitario y los
propone a la Comisión Europea; seguidamente es la
Comisión quien, una vez evaluada su contribución en
el contexto de la UE, aprueba esos lugares; finalmente,
corresponde de nuevo a la administración del estado
miembro declararlos ZEC y aplicar las medidas que
contribuyan a la conservación de los hábitats que
contienen.
En términos generales, en el ámbito de ZEC y ZEPA
deben evitarse las actividades perjudiciales sobre los
hábitats naturales y los hábitats de las especies por
los que se han declarado. Cuando sea necesario,
deben adoptarse medidas de gestión que favorezcan
la convivencia de las actividades humanas y el mante-
nimiento en un estado de conservación favorable de
los citados hábitats en sus territorios de distribución
natural.
En el marco del espíritu que emana de las instituciones
europeas, se hace necesario que existan vías de
participación para que propietarios y quienes realizan
aprovechamientos formen parte de las decisiones de
gestión en los espacios Natura 2000. Se trata de un
gran reto que las autoridades y administraciones locales
van a afrontar en los próximos años.
En el continente europeo muchos de los territorios
integrados en la red Natura 2000 contienen explota-
ciones agrarias y forestales, hecho que se ha incorpo-
rado en el Reglamento comunitario sobre el Desarrollo
Rural. Con ello se pretende apoyar las prácticas econó-
micas agroforestales que son respetuosas con el medio
ambiente y establecer vías de ayuda adicional a las
explotaciones en el seno de Natura 2000.
Sin embargo, en algunas regiones, tal como ocurre
en Canarias, el desarrollo de actividades agroforestales
en el interior de los espacios se encuentra muy reducido
o sólo presenta una importancia muy local. Principal-
mente es debido a que se trata de espacios con un
elevado índice de naturalidad, en los que los hábitats
presentes no tienen una dependencia del uso humano.
En estos lugares las posibilidades de desarrollo se
encaminan a las actividades de ocio y esparcimiento
en la naturaleza, entre las que destaca el turismo.
Natura 2000 ofrece una llamativa oferta de diversidad
natural que puede ser aprovechada por medio de
prácticas respetuosas con el medio.
Natura 2000 en CanariasEn las Islas Canarias, la red Natura 2000 se encuentra
en un avanzado estado de desarrollo: hay designadas
43 ZEPA y se han declarado 177 ZEC. Estos espacios
ocupan 3.480 km2 (supone el 46,81 %) de la superficie
terrestre del archipiélago y 1.843 km2 (se corresponden
con el 5,37 %) de las aguas territoriales que lo circun-
dan. En unos casos los territorios pertenecen a la
figura ZEC, en otros a la figura ZEPA y, en otras
situaciones ambas figuras se solapan.
Este amplio conjunto de espacios pretende contribuir
a la protección de un destacado elenco natural, de
importancia reconocida en el contexto de la UE, pero
tremendamente fragmentado. En Canarias se distin-
guen 24 hábitats naturales (4 marinos y 20 terrestres)
de interés comunitario de los 231 tipos recogidos en
la directiva de hábitats. Adicionalmente ha de mencio-
NATURA 2000: SUPERFICIE POR ISLA (ha)
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
0
20.000
El Hierro La Palma La Gomera Tenerife Gran Canaria Fuerteventura Lanzarote
Terrestre
Marina
40.000
60.000
80.000
100.000
[conciencia] slas
24
narse la presencia de 73 especies (2 musgos, 4 hele-
chos, 60 plantas superiores, 5 reptiles y 2 mamíferos)
de interés comunitario así como 30 especies o subes-
pecies de aves, cuyos hábitats deben encontrarse
protegidos al amparo de la red Natura 2000.
Entre los hábitats naturales presentes en Canarias,
destacan por su exclusividad los pinares de pino canario,
los bosquetes de sabinares, los palmerales y la laurisilva.
No menos importantes son otros hábitats naturales,
como las cuevas marinas, los campos de lava y las
cavidades volcánicas, los sistemas dunares y, ya bajo
la superficie del mar, los arrecifes y los bancos arenosos
someros, en los que se desarrollan las praderas de
fanerógamas marinas: los sebadales.
Por otra parte, entre las especies cabe acentuar en el
mar el delfín mular y la tortuga boba, mientras que en
tierra resultan llamativos el lagarto gigante herreño, la
cuernúa, el oro de risco, el pinzón azul, las palomas
de la laurisilva y un largo etcétera de especies desco-
nocidas para la mayor parte de la ciudadanía.
Una parte de los hábitats naturales y de las especies
cuyos hábitats han de encontrarse integrados en Natura
2000 se señalan como prioritarios. En el caso de los
hábitats naturales canarios se trata de 7 de ellos,
mientras que entre las especies la cifra se eleva a 35.
Esta distinción significa que para la administración su
conservación supone una especial responsabilidad y,
con el objeto de asegurar su mantenimiento, la normativa
es más exigente en algunas de las situaciones de
prevención de las afecciones.
El proceso para la selección de los espacios integrantes
de Natura 2000 en Canarias se inició en 1996, impul-
sado por el Gobierno de Canarias, con una primera
propuesta que fue remitida a la Comisión Europea a
través del entonces Ministerio de Medio Ambiente. En
esa propuesta se incorporaban las ZEPA, designadas
en su mayoría con anterioridad a la existencia de la
directiva de hábitats. Desde ese momento se abrió un
proceso de evaluación de suficiencia respecto a la
representación de los hábitats naturales y de las especies
en la propuesta de Canarias. La propuesta se basaba
principalmente en los espacios de la red canaria de
espacios naturales protegidos (ENP). Dicho proceso
culminó con las mejoras y subsanación de ausencias
que detectó la Comisión. Estas mejoras supusieron la
incorporación de territorios ajenos a la citada red canaria
de ENP.
Una vez alcanzado dicho estado, la propuesta fue
sometida a consulta institucional de los cabildos insulares
y a un doble proceso de información pública en abril
y julio de 1998. Fruto de este proceso se recibieron
algunas alegaciones que contribuyeron al diseño defi-
nitivo de la propuesta final de LIC que el Gobierno de
Canarias remitió a Bruselas. La Comisión Europea
aprobó esa propuesta el 28 de diciembre de 2001.
Esa fecha se convirtió en el pistoletazo de salida para
que, en un plazo máximo de seis años, las autoridades
canarias iniciaran la definitiva declaración de esos
espacios como ZEC y les aplicaran las adecuadas
medidas de conservación que contribuyan al manteni-
miento en un estado de conservación favorable de los
hábitats naturales y de las especies.
La declaración ZEC llegó finalmente el 13 de enero
de 2010, con la publicación del Decreto 174/2009
del Gobierno de Canarias en el BOC. Curiosa y para-
lelamente, la Administración del Estado se adelantó
publicando el 31 de diciembre de 2009 la Orden
ARM/3521/2009 de declaración de los espacios
marinos y marítimo-terrestres de Canarias. Ahora
mismo, estos espacios están doblemente declarados:
¡se trata de los espacios mejor declarados del territorio
español!
Autor: Manuel Ángel Vera Galván.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Palmerales como el de Taguluche constituyen un ejemplo de hábitat natural en el que la intervención humana es necesaria para su conservación.
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Los sabinares presentan un buen estado de conservación en las escarpadas laderas del norte de La Gomera.
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Las zonas esteparias de Fuerteventura conforman parte de hábitat de especies como la hubara, por lo que han sido integradas en ZEPA.
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[conciencia] slas
25
Autor: Manuel Ángel Vera Galván.
Para las ZEC que no cuentan con una cobertura por
parte de la red canaria de ENP, ambos instrumentos
declarativos emplazan a la aprobación de planes o
instrumentos de gestión para finales del año 2010.
Los planes de gestión promovidos por la administración
central ya han sido sometidos a un periodo de infor-
mación pública. Los planes impulsados por la admi-
nistración canaria acaban de ser elaborados y serán
sometidos a procesos de consulta institucional y a
información pública en breve.
Con respecto a las ZEPA, aún es necesario contar con
la declaración formal de las mismas, tal como exige la
legislación básica estatal. No obstante, la gran mayoría
de los territorios así designados disponen del paraguas
protector de distintas figuras de la red canaria de ENP.
Sin embargo, principalmente algunos roques y zonas
costeras aún no disfrutan de la protección de la decla-
ración, por lo que formalmente no es posible aprobar
sus instrumentos de gestión. Consecuentemente, los
planes insulares han tenido en consideración su exis-
tencia y marcan directrices para el planeamiento mu-
nicipal, de manera que los territorios se mantienen casi
inalterados o escasamente modificados, salvo en muy
contadas ocasiones.
Desde una óptica meramente técnica, en este estado
de desarrollo del aporte canario a la red Natura 2000,
aún quedan muchas cosas por llevar a cabo. A criterio
de este autor, principalmente hay dos líneas de acción
fundamentales para alcanzar la madurez de la red en
Canarias: una, la culminación del sistema de protección
de los espacios y, dos, la divulgación y puesta en valor
de los mismos.
Con respecto al sistema de protección, convendría
realizar una fusión entre el sistema de la red canaria
de ENP y la red Natura 2000 en Canarias, integrando
los objetivos de ambas estructuras territoriales. Sería
factible porque presentan un alto grado de coincidencia,
tanto territorial como de objetivos. La construcción de
un sistema protector común favorecería una mejor
coordinación entre las administraciones implicadas y
conduciría a una simplificación para la propia adminis-
tración y, por supuesto, para la ciudadanía, evitando
procedimientos paralelos que hacen compleja la tra-
mitación de sus iniciativas.
Todo ello requiere del diseño de una campaña de
divulgación de lo que representa Natura 2000, activa
y ambiciosa para alcanzar un impacto social, conside-
rando tanto el plano de conservación de la biodiversidad
como el plano de las oportunidades que supone para
la población. En la actual situación de crisis, la red
Natura 2000 supone posibilidades de diversificación
económica basadas en aprovechamientos sostenibles,
como es el caso del turismo de naturaleza, y constituye
un activo fundamental del archipiélago con capacidad
para contribuir a la reactivación de la economía en
Canarias.
Para más información sobre Natura 2000 puedenvisitarse las páginas web del Gobierno de Canarias(http://www.gobiernodecanarias.org/cmayot/medio
ambiente/medionatural/rn2000/index.html), del Minis-terio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino(http://www.mma.es/portal/secciones/biodiversidad
/rednatura2000) y de la Comisión Europea(http://ec.europa.eu/environment/nature/natura2000
/index_en.htm).
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Los campos de lava y los tabaibales son dos de los numerosos hábitats naturales que atesora la red Natura 2000 (Malpaís de Güímar, en Tenerife).
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El cabezón de Teneguía (Cheirolophus junonianus) es una de las especies de interés comunitario que requiere de medidas de conservación.
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Los pinares presentan oportunidades para el desarrollo de actividades en la naturaleza respetuosas con la conservación, como en este caso de Inagua (Gran Canaria)
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el V
era
BIODIVERSIDAD DE LA GESTIÓNDE LA BIODIVERSIDAD
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26
Autor:
Juan Pedro de NicolásCatedrático de Ecología.
Universidad de La Laguna
Polisemia de la biodiversidadCada grupo de población tiene una visión específica
sobre la biodiversidad adaptada a una serie de condiciones
demográficas, socioeconómicas y ambientales específicas
que les permite subsistir y desarrollarse. Visiones y
condiciones que varían según que se trate de poblaciones
de recolectores de plantas silvestres, de cazadores de
animales salvajes, de nómadas que pastorean su ganado
por amplias praderas, de agricultores que cultivan distintas
variedades de plantas, de ganaderos dedicados a la cría
de animales domésticos, de familias con animales de
compañía y plantas ornamentales, de personas que
trabajan en zoológicos de diferente tipo, de ciudadanos
preocupados por la contaminación de los alimentos, de
taxónomos que clasifican los organismos depositados
en los museos, de biogeógrafos que analizan la distribu-
ción de las plantas y de los animales, de empresarios
interesados por el turismo ecológico y el ocio al aire libre,
de comerciantes de especias, de cocineros interesados
por la calidad de los productos, de grupos ecologistas
defensores de la conservación, de comerciantes que
importan materias primas animales y vegetales, de inves-
tigadores que analizan el uso médico de moléculas
vegetales, de analistas que evalúan los efectos del cambio
climático sobre la biodiversidad, de arquitectos que
diseñan jardines adaptados a las condiciones del clima,
de ecólogos que estudian la relación entre el número de
especies y la superficie de cada área, de gestores am-
bientales que evalúan los recursos y los servicios de los
ecosistemas, y de economistas interesados en el desarrollo
sostenible.
Por tanto, el término biodiversidad es un término polisé-
mico que trata sobre la relación entre los datos, los
principios, las visiones, los objetivos y los criterios de
gestión que asumen, implícita o explícitamente, diferentes
grupos humanos sobre la extraordinaria variedad de los
seres vivos que habitan en el Planeta que les permiten
garantizar su subsistencia. Visiones diferentes según las
condiciones socioeconómicas y ambientales, pero que
comparten el referirse a sistemas en los que intervienen
organismos vivos (seres energizados) para los cuales la
información tiene tanta importancia como la materia y la
energía para cuya interpretación y gestión se precisa
asumir una concepción sobre la realidad más compre-
hensiva que la que ofrece la ciencia analítica fisicalista y
un contexto multiparadigma complementario más adap-
tativo que el contexto uniparadigma excluyente conven-
cional.
Carácter adaptativo de las visionessobre la biodiversidad.Calificamos de adaptativas a las visiones culturales sobre
la biodiversidad que contribuyen a mejorar la subsistencia
y la calidad de vida humana. Para lo cual se requiere que
cumplan como condición suficiente de que el balance
entre los beneficios generados (subsistencia, calidad de
vida) y los costes requeridos (diseño, comunicación
inmediata, gestión) sean positivos (rentable) y mayores
que otras opciones (competitivo), al menos a corto plazo.
Además, si el balance es positivo a medio plazo e incluye
el coste de transmisión de la información (escritura,
imprenta, telégrafo, televisión e internet), la visión corres-
pondiente se transmite de generación en generación
formando parte del patrimonio cultural.
Desde una perspectiva más analítica, una visión cultural
es adaptativa cuando cumple con las dos siguientes
condiciones necesarias: que la comprehensión de la visión
supere a la complejidad de los problemas a gestionar y
que este balance sea el más positivo entre las visiones
que cumplen con la primera condición.
En relación con la complejidad, conviene diferenciar entre
complejidad de interpretación y la complejidad de gestión.
La complejidad de interpretación depende de una multitud
NECESIDAD URGENTE DE UN CAMBIO ENLA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
de factores y de interacciones a diferentes escalas espa-
ciales (local, regional, global) y temporales (corto, medio
y largo plazo), que condicionan significativamente la
dinámica de la realidad; mientras que la complejidad de
gestión es menor, pues sólo considera los factores que
hay que regular conscientemente por haberse degradado
los mecanismos naturales de regulación que los regulaba
como consecuencia de la explotación del medio por el
aumento de la población y del grado de desarrollo. Factores
en función de los cuales se puede evaluar la complejidad
de la gestión de una situación, aunque también convendría
incluir los factores ecológicos (Tabla 1).
Por otro lado, la comprehensión de las visiones asumidas
sobre la biodiversidad depende del número de parámetros
e interacciones significativas a diferentes escalas (espaciales
y temporales) que permite manejar cada visión asumida
sobre la realidad o sobre la gestión (Tabla 2).
Al analizar el patrón de variación conjunta de la variación de
la complejidad de los problemas y de la comprehensión de
la visión que permiten gestionarlos se evidencia una corre-
lación positiva, que se consideran reflejo de la sucesiva
incorporación de visiones más comprehensivas como res-
puesta a la aparición de problemas más complejos. Visiones
que se consideran resultado de la combinación de procesos
de variación y de selección darwiniana o cibernética (Fig 1).
TABLA 2
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Grado de comprehensión Visión sobre la gestión Característicasde la biodiversidad
A Muy Baja Recolectora-cazadora Especies accesibles y comestibles.
B Baja Agraria Plantas cultivadas y animales domésticos.
C Medio baja Naturalista Especies con características fijas.
D Media Evolucionista Definición de variedades y ecotipos.
E Medio alta Desarrollista Comercio de plantas cultivadas y de animales domésticos.
F Alta Ambientalista Conservación de la biodiversidad
G Muy alta Sistémica Recursos y servicios de la biodiversidad
El grado de comprehensión de diferentes visiones sobre la gestión de la biodiversidad depende del número de factores e interaccionessignificativas sobre la biodiversidad que permiten considerar.
TABLA 1
Grado de complejidad Tipología socioeconómica Densidad de población
I Muy baja Sociedad de cazadores y recolectores Muy baja
II Baja Sociedad agraria extensiva Baja
III Medio-baja Sociedad artesanal regional Medio-baja
IV Media Sociedad comercial internacional Media
V Media-alta Sociedad industrial desarrollista Media-alta
VI Alta Sociedad industrial ambientalista Alta
VII Muy alta Sociedad del conocimiento Muy altal
El grado de complejidad de la gestión de la biodiversidad depende de la densidad de población y de las condiciones socioeconómicas.Además, deberían incluirse criterios ecológicos.
[conciencia] slas
27
Autor: Juan Pedro de Nicolás.
Relación entre población, desarrolloeconómico y adaptación cultural.
El crecimiento de las poblaciones en condiciones naturales
(ecológicas) sigue una curva sigmoidal caracterizada por
aumentar inicialmente de forma suave, experimentar
posteriormente un crecimiento exponencial y estabilizarse
finalmente en torno a un valor (capacidad de carga) que
depende de las condiciones ambientales, de la evolución
de las poblaciones y de su interacción con otras pobla-
ciones (Fig. 2.A). Sin embargo, cuando similares pobla-
ciones se desarrollan bajo condiciones controladas que
garantizan el suministro de recursos y la retirada de
residuos, manifiestan un crecimiento exponencial, que
también experimenta la población humana, pero debido,
en este caso, a la sucesiva incorporación de adaptaciones
culturales que permiten superar las teóricas “capacidades
de carga” que cabría esperar sin tener en mente los
factores culturales. Aunque, la población también podría
estabilizarse o disminuir en función de la visión asumida
y de las condiciones ambientales (Fig. 2.B).
En el caso de ecosistemas poco alterados (naturales,
ecológicos) y con baja densidad de población humana,
como durante el Paleolítico y en zonas actualmente
protegidas, el crecimiento de la población humana se
regula gracias a mecanismos naturales (ecológicos,
fisiológicos) de regulación cibernética, mientras que las
adaptaciones culturales desempeñan una función que se
limita a transmitir información sobre el lugar y la época
de recolección y de caza de diferentes especies, y sobre
cuándo y a dónde emigrar cuando disminuyen los recur-
sos. Información que ha venido enriqueciéndose con la
experiencia, posibilitando que las poblaciones de homíni-
dos aumentaran gradualmente a lo largo de más de dos
millones de años, modificando paralelamente la biodiver-
sidad y las condiciones de subsistencia. Pues al aumentar
la densidad de población se dificulta la migración y se
precisa intensificar la explotación de los ecosistemas para
responder al aumento de la demanda, alterándose me-
canismos naturales de regulación que han motivado la
desaparición de especies vegetales, de animales y de
homínidos.
Sin embargo, el hombre moderno ha subsistido gracias,
posiblemente y a su mayor capacidad para aprovechar
la información empírica (datos) y la derivada de formular,
asumir y aplicar diferentes concepciones sobre la
gestión que le han permitido evitar su desaparición y
la de otras especies. Sin embargo, no ha podido evitar
destruir los mecanismos naturales de regulación, evitar
la acumulación de efectos secundarios a medio plazo
sobre la subsistencia, que siguiera aumentando la
complejidad de la gestión y la necesidad de seguir
mejorando la comprehensión de la gestión para seguir
subsistiendo.
En la actualidad, gracias a la información de las ciencias
ambientales, la derivada de los datos que suministra la
combinación de la prospección remota, los ordenadores
y los sistemas de información geográfica, la población ha
seguido creciendo a la vez que aumentando la complejidad
de la gestión. Pero al superarse cierto nivel de complejidad,
el rendimiento de los datos comienza a disminuir y a
acumularse problemas más complejos (crisis de comple-
jidad), motivando que para garantizar la subsistencia y la
calidad de vida humana se requiera incorporar una visión
más comprehensiva sobre la biodiversidad que permita
reducir los efectos primarios directos, locales y normalmente
reversibles. Así al aproximarse la población a los siete mil
millones de habitantes aumentan los efectos secundarios
a largo plazo, globales, irreversibles y más complejos para
cuya gestión no basta la información derivada del aumento
de los datos, sino que se precise incorporar una visión
adaptativa más comprehensiva. Visión que, si realimenta
positivamente el aumento de la población, da lugar a una
estructura cibernética (“círculo vicioso”) que posibilita el
crecimiento exponencial. Sin embargo, en función de la
visión asumida sobre la realidad y de las condiciones
ambientales, podrían tener un signo negativo y hacer que
el crecimiento sea nulo o negativo (Fig. 3).
En diferentes momentos de la historia se ha producido
la incorporación de visiones más comprehensivas (revo-
luciones, explosiones culturales, cambios de paradigma)
y adaptativas (operativas, comunicables, rentables y
competitivas) que han dado lugar a mecanismos de
realimentación positiva (círculos viciosos) que han posibi-
litado que la población humana creciera exponencialmente.
Además, algunas de estas visiones adaptativas se han
incorporado al patrimonio cultural configurando culturas
que ahora conocemos como recolectoras, cazadores,
agrarias, naturalistas, evolutivas, desarrollistas, ambienta-
listas y sistémicas que han subsistido hasta la actualidad
por mantener su carácter adaptativo bajo determinadas
circunstancias (Fig. 4).
Las visiones referidas continúan siendo funcionales para
gestionar la biodiversidad de territorios sometidos a
diferentes condiciones socioeconómicas cuando su
comprehensión se adecúa a la complejidad de su gestión;
diferenciando al respecto áreas de conservación, de
agricultura extensiva, de agricultura intensiva, urbanas,
industriales y grandes megalópolis.
CORRESPONDENCIA ENTRE COMPLEJIDAD DE LOS PROBLEMAS Y LA COMPREHENSIÓN DE
VISIONES ADAPTATIVAS SOBRE LA GESTIÓN DE LA BIODIVERSIDAD.
FIG. 1
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
MUYALTA
MEDIA
ALTA
ALTA
MEDIA
MEDIA
BAJA
BAJA
MUYBAJA
MUY BAJA BAJA MEDIA BAJA MEDIA MEDIA ALTA ALTA MUY ALTA
SISTÉMICA
AMBIENTALISTA
DESARROLLISTA
EVOLUCIONISTA
NATURALISTA
AGRARIA
RECOLECTORA
Complejidad de la gestión de la Biodiversidad (Escala ordinal)
Com
preh
ensi
ón d
e la
vis
ión
de la
Bio
dive
rsid
ad
(Esc
ala
ordi
nal)
Relación entre la comprehensión de diferentes visiones sobre la gestión de la biodiversidad y la complejidad de los problemas que permitengestionar. La complejidad de la gestión se evalúa en la tabla 1 y la comprehensión de la visión en la tabla 2.
A. DESARROLLO EN CONDICIONES ECOLÓGICAS B. DESARROLLO EN CONDICIONES CONTROLADAS
Tiempo Tiempo
Crecimientosigmoidal
Crecimientoexponencial
Tam
año
de la
pob
lanc
ión
FIG. 2
Diferencia entre el crecimiento de las poblaciones (A). En condiciones ecológicas la población presenta un crecimiento sigmoidal caracterizadoporque elntamaño de la población se estabiliza en un valor representado por la capacidad de carga (A). Sin embargo, en condiciones
controladas las poblaciones presentan un crecimiento exponencial como el que presenta también la población humana (B).
[conciencia] slas
28
Desarrollo histórico de visiones adapta-
tivas sobre gestión de la biodiversidad.
Durante el Paleolítico, cuando hace más de un millón de
años nuestros ancestros comenzaron a utilizar el fuego, la
densidad de población era baja y sus efectos primarios
sobre la biodiversidad (locales y a corto plazo) resultaban
reversibles debido a la presencia de mecanismos naturales
de regulación fisiológica y ecológica, mientras que la
información cultural representada por la cultura de las
POBLACIÓN, COMPLEJIDAD DE LA GESTIÓN Y DESARROLLO CULTURAL
DIFERENTES VISIONES ACTUALES SOBRE LA BIODIVERSIDAD
poblaciones de recolectores y de cazadores reflejaba
inconscientemente la dinámica (sistémica) de la naturaleza
fruto de proyectar esta dinámica sobre la mente humana
(totemismo) o la dinámica de la mente humana sobre la
naturaleza (animismo), que al transmitirse por imitación u
oralmente posibilitó que la densidad de población aumen-
tara, que resultaran más difíciles las migraciones y que se
intensificara la explotación de los ecosistemas motivando
la extinción de algunas especies animales y vegetales así
como diversas poblaciones de homínidos.
Hace unos 16.000 años comenzó a aumentar la temperatura
causando una crisis climática que llevó a que emigraran
muchas especies vegetales y animales de las que se alimen-
taba el hombre moderno, motivando que mientras que unos
grupos de población siguieron a sus presas, otros protago-
nizaran la revolución cultural del Neolítico. Caracterizada
por el desarrolló de la cerámica, los primeros cultivos, la
domesticación del ganado, la realización de obras hidráulicas,
la creación de organizaciones sociales fuertemente jerarqui-
zadas (imperios), la diferenciación de los componentes
materiales (materia, energía) y formales (información) de la
realidad y que sacerdotes y sabios se especializaran en el
almacenamiento y transmisión de información, posibilitando
que aumentara la productividad y la densidad de la población.
Sin embargo, paralelamente se generaron problemas am-
bientales (las siete plagas de Egipto) y organizativos (falta
de flexibilidad por excesiva jerarquización).
Hace unos 2500 años, durante la Antigüedad griega, la
crisis organizativa y ambiental de los imperios orientales
posibilitó que las ciudades-estado griegas (“polis”) desa-
rrollaran sistemas organizativos más flexibles y competitivos,
fruto de las sinergias inducidas por la combinación del
idioma griego y la filosofía, que les permitió dominar el
comercio en el Mediterráneo y triunfar militarmente sobre
egipcios y persas. Contribuyendo indirectamente a difundir
y ampliar la “visión naturalista sobre la biodiversidad” de
Aristóteles, que asume que los organismos forman parte
de especies fijas que se distribuyen según un orden natural
que hay que respetar, que se tomó como referencia para
la gestión de la biodiversidad durante el periodo Helénico,
el Imperio Romano, la Edad Media, el Renacimiento y el
siglo XVIII e, incluso, en la actualidad para la gestión de
situaciones simples en áreas de conservación.
Al principio del Renacimiento (siglo XV) la invasión del
Mediterráneo oriental por los turcos produjo una crisis
comercial que interrumpió el comercio entre oriente y
occidente. Pero que se pudo superar gracias a las sinergias
derivadas de la interacción entre la ciencia de Galileo y la
tecnología naval, que posibilitó abrir nuevas rutas comer-
ciales entre oriente y occidente y explorar nuevos continentes
en los que se obtuvieron especímenes de diferentes espe-
cies que enriquecieron los herbarios, los jardines botánicos
y los museos, y disponer de nuevas especies comestibles
e industriales. Todo ello amplió la información sobre la
biodiversidad durante el siglo XVIII, pero sin que supusiera
un cambio revolucionario equivalente al experimentado
dos siglos antes en el campo de la física.
Durante el Siglo XIX se incorporó la química, la biología y
la geología al ámbito de la ciencia analítica experimental.
A la vez, la mecánica de Newton experimentaba grandes
avances, la termodinámica daba sus primeros pasos, se
generalizaba el uso del carbón como fuente de energía,
se desarrollaba la máquina de vapor y se difundían con-
cepciones liberales (políticas, económicas y sociales) que
posibilitaron la primera revolución industrial y el intercambio
comercial entre continentes, así como a la exploración de
nuevas áreas biogeográficas y el desarrollo de nuevas
razas de animales domésticos y de variedades de plantas
cultivadas que, además de enriquecer la información sobre
la biodiversidad, suscitaron una serie de interrogantes que
trataron de resolver Lamarck en Francia, formulando una
teoría evolutiva que concedía especial protagonismo a la
información y a la organización, y posteriormente Darwin
en Inglaterra, aprovechando ideas imperantes sobre la
supervivencia del más fuerte que llevó a formular una teoría
evolutiva por variación y selección.
Las visiones referidas supusieron un cambio revolucionario
en la visión sobre la biodiversidad comparable ahora sí a
la que supuso la visión de Galileo en el campo de la física,
que permitió formular durante la primera mitad del siglo
XX una “visión evolutiva sobre la biodiversidad” que integraba
ideas de Darwin, la genética de Mendel, el concepto de
mutación y la genética de poblaciones (teoría sintética).
Autor: Juan Pedro de Nicolás.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
FIG. 3
Relación cíclica entre el tamaño de la población, la explotación del medio, la pérdida de biodiversidad y el desarrollo cultural que serealimentan positivamente configurando en un “círculos viciosos” que propicia el crecimiento exponencial.
VII
VI
V
IV
III
II
I
SISTÉMICA
AMBIENTALISTA
DESARROLLISTA
EVOLUTIVA
VISIÓN FORMAL NATURALISTA
CULTURA AGRARIA
CULTURA RECOLECTORA-CAZADORA
A B C D E F G HTiempo (Escala ordinal)
Com
plej
idad
de
la g
estió
n de
la B
iodi
vers
idad
(Esc
ala
ordi
nal)
FIG. 4
Visiones adaptativas sobre la biodiversidad iniciadas en diferentes momentos de la historia (a: paleolítico; b: neolítico; c: antigüedad griega;d: siglo XIX; e: primera parte XX; f: segunda parte del XX; g: principio del XXI) y que enriquecen el patrimonio cultural actual (h) sobre gestión
de la biodiversidad.
POBLACIÓN
EXPLOTACIÓNDE LA
BIODIVERSIDAD
DESTRUCCIÓNDE MECANISMOSNATURALES DEREGULACIÓN
PÉRDIDA DE
BIODIVERSIDAD
COMPLEJIDADDE LA GESTIÓN
DE LA BIODIVERSIDAD
COMPREHENSIÓNDE LA VISIÓN
SOBRE LABIODIVERSIDAD
+
+
+
+ +
+
+
+ ++
+
+
“CÍRCULOVICIOSO”
[conciencia] slas
29
Autor: Juan Pedro de Nicolás.
A lo largo del Siglo XX continuó el progreso científico y
tecnológico gracias al uso del petróleo como fuente de
energía, el desarrollo de motores de explosión, el uso de
la electrónica, el desarrollo de las comunicaciones inalám-
bricas y la producción en serie, que impulsó la segunda
revolución industrial y un modelo de desarrollo que califi-
camos de “desarrollismo” porque aunque prometía resolver
todo tipo de problemas y contribuyó a que siguiera aumen-
tando la población, paralelamente motivó una serie de
crisis epistemológica, ambiental, demográfica, financiera
y económica.
La crisis epistemológica se inició a principios de la primeramitad del siglo al resolverse a favor de Einstein las contra-
dicciones con Newton sobre el comportamiento de la luz.
La cual inició un proceso que llevaría a que se reconociera
sucesivamente que la ciencia no suministraba conocimientos
ciertos, sino conjeturas que habría que someter a falsación;
que el conocimiento no progresaba gradualmente, sino
que experimentaba cambios revolucionarios (cambio de
paradigma), y que para la resolución de los problemas
complejos que se acumulan a principios del siglo XXI se
necesitaba incorporar una visión sobre la gestión más
comprehensiva que la visión ambientalista y sustituir el
contexto uniparadigma convencional (excluyente) por un
contexto multiparadigma (complementario) reflejo del patrón
de desarrollo cultural humano (Fig. 4). Lo cual implica que
para la gestión de cada problema se requiere asumir una
visión sobre la gestión cuya comprehensión se adecuara
a la complejidad de los problemas.
Pese a las conclusiones referidas, durante la segundamitad del siglo se mantuvieron los principios científicos y
el modelo de desarrollo del XIX, como si no hubieran sido
afectados por la crisis epistemológica; debido posiblemente
a la inercia social y al desfase temporal entre las crisis y
sus efectos. Sin embargo, la manifestación de los efectos
y problemas ambientales no tardarían en evidenciarse, así
como problemas complejos de otro tipo (financieros,
demográficos, económicos) bajo los cuales subyace también
una crisis de complejidad causante de inseguridad intelec-
tual que ha llevado a que se adopten diferentes opciones,
cuyo reconocimiento social ha estado condicionado por
la dificultad para su comunicación y para su utilización en
la gestión.
En primer lugar, fruto de la colaboración interdisciplinar de
físicos, antropólogos, ecólogos y epistemólogos se desa-
rrolló de la cibernética (ciencia del control y de la comuni-
cación), que hubiera permitido una solución conveniente,
pero que no se generalizó debido a que exigía un cambio
cultural demasiado radical para una sociedad satisfecha
que se creía poseedora de una metodología científica
(analítica y reduccionista) capaz de garantizar un conoci-
miento cierto y una gestión correcta. Más propensa a
asumir la idea de “desarrollo cero”, finalmente no se asumió
por sus implicaciones prácticas para la población, optándose
por la alternativa del “desarrollo ambiental” que integraba
objetivos ambientales e información ecológica, que al
resultar difícil de aplicar a la gestión llevó a optar por la
visión más simple, de una visión ambientalista sobre la
biodiversidad.
La visión ambientalista sobre la biodiversidad se articula
en torno a las ciencias ambientales, resultantes de incorporar
objetivos ambientales y de realizar ajustes ad hoc en los
principios de las ciencias analíticas, que permite diferenciar
una serie de ciencias ambientales naturales (física ambiental,
química ambiental, biológica ambiental, etc.) y culturales
(economía ambiental, antropología, sociología ambiental,
geología ambiental, economía ambiental) que, unido a la
información suministrada por los sensores remotos, los
sistemas de muestreo, las técnicas de análisis multivariante,
el uso de los ordenadores y los sistemas de información
geográfica (SIG) configuran la “visión ambientalista sobre
la biodiversidad”. Una visión multidimensional que adquirió
gran protagonismo y se convirtió en la visión convencional
para la gestión de la biodiversidad gracias a resultar fácil
de comunicar y de aplicar a la Administración para gestionar
problemas ambientales trascendentes relacionados con
el urbanismo, la ordenación del territorio, el paisajismo, la
gestión ambiental y la gestión de la biodiversidad. Sin
embargo, no constituía un sistema de principios coherente
y ha contribuido a generar diversos problemas ambientales.
Limitaciones y alternativas de la ges-tión ambientalista.La visión convencional sobre la gestión de la biodiversidad
se refiere a la visión que se considera políticamente correcta
en cada época y territorio, es asumida por la Administración
para la gestión y se difunde por los medios de comunicación
entre la población que integra las redes que controlan el
desarrollo cultural en cada época (burgos, ciudades, áreas
metropolitanas y grandes megalópolis).
A este respecto, hasta finales del siglo XX la visión conven-
cional sobre la gestión de la biodiversidad ha estado
representada por la visión ambientalista, que asume un
contexto científico uniparadigma excluyente que tomaba
como referencia los principios de conservación de los flujos
de materia y de energía (visión fisicalista) y aplicaba una
metodología analítica que fluía de lo macro a lo micro (datos
� criterios heurísticos � principios) en la cual se mezclaban
criterios heurísticos heterogéneos relacionados con la física
de Newton (siglo XVII), la visión naturalista de Linneo (siglo
XVIII) y la visión evolutiva de Darwin (siglo XIX) que resultaban
poco coherentes. Por lo que, aunque permitían abordar
problemas ambientales medianamente complejos (conta-
minación, eficiencia energética) en una época de transición
en la que conviven tecnologías del siglo XXI, estructuras
sociales del XX y mentalidades heredadas del XIX caracte-
rizadas por asumir objetivos locales a corto plazo, no
permitían gestionar problemas más complejos como los
que plantea la gestión de la biodiversidad en las cuales
interaccionan organismos (entes energizados, que poseen
energía propia) para cuya gestión no basta la información
cuantitativa ligada a los flujos de materia y de energía, sino
que se requiere tener en cuenta los flujos de información
cualitativa (“diferencias que crean diferencias”) y aplicar
una metodología integradora que va de lo macro a lo micro
(principios � criterios heurísticos � datos) que permiten
definir "contextos" que den cabida a unas visiones más
comprehensivas que la visión ambientalista.
Pues aunque, la visión ambientalista ha permitido resolver
problemas ambientales medianamente complejos, presenta
importantes limitaciones para la gestión de la biodiversidad
derivadas del enfrentamiento entre grupos de población
(ecologistas, desarrollistas), de la baja comunicación inter-
disciplinar (entre arquitectos, ingenieros, científicos, gestores,
sociólogos, ecólogos) y de los problemas de coordinación
administrativa a diferentes niveles (local, regional, autonó-
mica, estatal, UE). Además, no representa la visión más
extendida entre la población (agricultores, artesanos,
trabajadores industriales, etc.), ni la que reúnen los avances
científicos más recientes, tampoco es la que ofrece mayores
garantías para la gestión de los problemas especialmente
complejos (pérdida de especies silvestres, desarrollo de
transgénicos, contaminación de los alimentos, etc.), y ni
siquiera asume una visión tan comprehensiva sobre la
biodiversidad como la NEPA (National Environmental Policy
Act) en su legislación sobre evaluación del impacto ambiental
que inspira la legislación de la mayoría de los países, debido
al sesgo naturalista que existe en Europa y que se acentúa
en Canarias por razones históricas.
La situación crítica de la gestión ambiental ha seguido
aumentando durante el Siglo XXI al aumentar el tamaño
y la movilidad de la población, motivando la degradación
de mecanismos naturales de regulación y la acumulación
de problemas complejos (pérdida de especies autóctona,
transgénicos, epigenética, ingeniería genética, etc.) con
importantes implicaciones económicas, ambientales y
políticas, que ha hecho de la gestión de los problemas
complejos un objetivo estratégico de primera magnitud.
Ante lo cual, unos grupos de la población han asumido
que vivimos en un mundo incoherente que no permite una
gestión racional; otros grupos han optado por soluciones
culturales heredadas (budistas, taoístas, cristianas, fisicalista),
y un tercer grupo ha optado por aprovechar la información
derivada de la crisis epistemológica y de los planteamientos
de la cibernética.
La profundización de esta última alternativa lleva a concluir
que se necesita asumir una visión más comprehensiva
sobre la gestión de la biodiversidad que la visión ambien-
TABLA 3
FIG. 5
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
ÁREAS DE GESTIÓN CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS VISIÓN ADAPTATIVA
Áreas de conservación Economía recolectora Visión naturalista.
Áreas agrarias extensivas Agricultura de consumo Cultura agraria.
Áreas agrarias intensivas. Agricultura para la exportación Visión ambientalista.
Áreas industriales Economía desarrollista. Visión ambientalista.
Áreas urbanas Economía ambientalista Visión sistémica.
Grandes megalópolis Economía del conocimiento. Visión sistémica.
Áreas definidas en función de las condiciones socioeconómicas, y la visión adaptativa cuya comprehensión (Tabla 2) se adecúe al nivelde complejidad de las poblaciones a gestionar (Tabla 1).
CONTEXTO UNIPARADIGMA
· Convencional· Excluyente· Visión ambientalista
CONTEXTO MULTIPARADIGMA
· Convencional· Excluyente· Visión ambientalista
Durante el siglo XXI se acumulan problemas complejos como resultado del aumento del tamaño y de la movilidad de la población. Lo cualmotiva que para su gestión se precise asumir una visión sistémica más comprehensiva que la ambientalista que sea coherente e integrada
y adaptativa. Para lo cual se requiere sustituir el contexto convencional uniparadigma por un contexto multiparadigma complementario
[conciencia] slas
30
talista y que para que tal visión resulte coherente y adap-
tativa (operativa, rentable, comunicable y competitiva) se
requiere sustituir el contexto convencional uniparadigma
excluyente y fisicalista por un contexto multiparadigma
complementario que permita gestionar problemas más
complejos, en los que intervienen significativamente orga-
nismos que requieren asumir una visión sistémica más
comprehensiva que la visión ambientalista.
El contexto multiparadigma es asumido en diversos campos
de la cultura como la pintura, en la que conviven estilos
clásico (equivalentes a la visión naturalista), impresionista
(equivalente a la visión evolutiva y expresionista (equivalente
a la visión sistémica. Situación que se repite en la gastro-
nomía, donde conviven cocinas tradicionales (local, regional,
nacional), internacionales, (francesa, japonesa, china), la
nueva cocina y la cocina de fusión. Y algo equivalente se
podría decir de la música, contexto que, en el caso de la
gestión de la biodiversidad, implica que, para la gestión
de cada tipo de problema se necesita asumir una visión
cuya comprehensión se adecúe a la complejidad de los
problemas: que sea mayor que la complejidad de los
problemas, pero no mucho más, para que resulte adap-
tativa. De modo que para la gestión de problemas simples,
se debería asumir una visión poco comprehensiva y poco
costosa, fácil de comunicar y de aplicar como la cultura
general recolectora; para la gestión de problemas más
complejos, se debería asumir una visión más comprehen-
siva más difícil de comunicar y de aplicar como, por
ejemplo, la naturalista. Y según se aumenta el tamaño de
la población y la complejidad de los problemas, incorporar
visiones sucesivamente más comprehensivas (evolutiva,
desarrollista, ambientalista) (Fig. 4).
Finalmente, para abordar la gestión de los problemas
especialmente complejos que se acumulan a principios
del siglo XXI se necesitaría incorporar una visión más
comprehensiva que la ambientalista, que no se limite a
asumir un enfoque multidimensional, sino que también
mejore el grado de integración de la información gracias
a un sistema de principios ex novo que resulte adaptativo
(operativo, rentable y competitivo) gracias a las sinergias
derivadas de mejorar la comprehensión, la coordinación
administrativa, la concordia social y la comunicación
interdisciplinar y de la forma de estructurar la información.
La nueva visión se puede materializar en torno a la
“ecoclimatología cultural”. Que mejora la comprehensión
gracias a incorporar la cultura al enfoque sistémico de la
ecología, que resulta operativa estructurando la información
en torno al clima y que resulta rentable gracias a ofrecer
herramientas como los atlas ecoclimáticos, los manuales
de ecodiseño, los planes de empleo verde, los programas
de formación sistémica y las sinergias derivadas de reducir
la confrontación ideológica, propiciar la comunicación
interdisciplinar y mejorar la coordinación. Sin embargo,
para garantizar su comunicación debería promoverse
instituciones educativas complementarias a las universi-
dades y para posibilitar la competitividad habría que mejorar
la investigación, el desarrollo y la innovación sobre el
proceso de evaluación y de ajuste del contexto multipara-
digma, la visión sistémica, de la ecoclimatología cultural,
de las herramientas operativas y de las técnicas de gestión.
Necesidad y urgencia de cambiar deestrategia de gestión.Debido al aumento de la complejidad de los problemas
relacionados con la biodiversidad (cambio climático,
biodiversidad, cultivos transgénicos, ingeniería genética),
a las dificultades para su gestión por el enfrentamiento
entre grupos ecologistas y desarrollistas (que recogen
todos los días los medios de comunicación), a las defi-
ciencias de la comunicación interdisciplinar (entre científicos,
planificadores, gestores, legisladores, arquitectos, inge-
nieros, sociólogos), a los problemas de descoordinación
de la Administración (CC.AA., diputaciones, cabildos,
municipios) y a las implicaciones ambientales, económicas,
políticas y culturales de estos aspectos, la posibilidad de
mejorar la gestión ambiental incorporando un contexto
multiparadigma y una visión más comprehensiva sobre la
realidad constituye un objetivo estratégico de primera
magnitud, superior incluso a las tecnologías de la información
y de la comunicación, pues ofrecen la ventaja añadida para
los países medianos de permitirles competir en la economía
del conocimiento sin requerir de grandes inversiones de
capital para el desarrollo tecnológico.
Esto representa una importante oportunidad para España
y para Canarias. Por un lado, al posibilitar mejorar la gestión
de su rica biodiversidad, que se encuentra en peligro debido
al desfase entre el aumento de la complejidad de los
problemas con la población y su movilidad y las limitaciones
de los sistemas convencionales de gestión de la biodiver-
sidad para gestionar situaciones complejas, por basarse
en un sistema incoherente de principios provenientes de
ambientes tan heterogéneos como la historia natural, la
ciencia analítica y las ciencias ambientales. Y, por otro,
porque el desarrollo de diferentes tecnologías para la gestión
ADECUACIÓN DE LA VISIÓN ASUMIDA SOBRE LA BIODIVERSIDAD A LA COMPLEJIDAD DE
LOS PROBLEMAS
de problemas ambientales complejos posibilitaría ocupar
un nicho competitivo en la economía del conocimiento al
generar sinergias políticas (reducir la confrontación social,
desarrollo sostenible), profesionales (comunicación inter-
disciplinar), administrativas (potenciar la coordinación),
sociales (empleo verde), económicas (economía del cono-
cimiento) y tecnológicas (ecodiseño).
Pero para garantizar la competitividad habría que adecuar
la visión sistémica a las condiciones (socioeconómicas,
geoestratégicas y profesionales) específicas del país y
garantizar su difusión entre la población. Lo cual requeriría
en nuestro caso incrementar la inversión en I+D+i en torno
a la Ecoclimatología cultural y a sus herramientas operativas
y desarrollar tecnologías clave para la economía del cono-
cimiento (gestión sistémica, ecodiseño, formación ambiental
y el empleo verde), así como contar con instituciones
complementarias a las universitarias. Y actuar urgentemente,
pues de lo contrario, países emergentes que padecen
problemas inaplazables relacionados con la biodiversidad
y que disponen de los recursos humanos y económicos
necesarios para impulsar el cambio, después de haber
dominado la economía productivista podrían dominar
también a la economía del conocimiento.
Autor: Juan Pedro de Nicolás.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
SISTÉMICA
AMBIENTALISTA
EVOLUTIVA
DESARROLLISTA
NATURALISTA
AGRARIA
RECOLECTORAAI
BII
CIII
DIV
EV
FVI
GVII
VISIÓNASUMIDA
GESTIÓNDE LA
BIODIVERSIDAD
PROBLEMASA GESTIONAR
COMPLEJIDAD
(tabla I)
COMPREHENSIÓN
(tabla 2)
VISIÓN SOBRE
BIODIVERSIDAD
FIG. 6La gestión adaptativa multiparadigma implica asumir una visión sobre la biodiversidad cuya comprehensión (Tabla 2) se adecúe al grado
de complejidad de los problemas a gestionar (Tabla 1).
CONTEXTO
MULTIPARADIGMAVISIÓN SISTÉMICA
ECOCLIMATOLOGÍA
CULTURAL
HERRAMIENTAS
OPERATIVAS
GESTIÓN
BIODIVERSIDAD
FIG. 7
La visión sistémica sobre la gestión de la biodiversidad se puede materializar en torno a la Ecoclimatología cultural. Esta garantiza sucomprehensión asumir la visión sistémica de la Ecología integrando también la cultura. Además, garantiza la operatividad y rentabilidad
estructura la información en torno al clima y desarrolla diferentes herramientas operativas (atlas ecoclimático, manuales de empleo verde).Sin embargo, se requiere contar con instituciones complementarias a las universitarias para garantizar la comunicación y un proceso
continuo de evaluación y de ajuste del contexto y de las herramientas para garantizar competitividad.
[conciencia] slas
31
LA MUSARAÑA CANARIA
El archipiélago canario siendo volcánico presenta, no
obstante, ciertas peculiaridades respecto a las otras islas
oceánicas: abarca islas relativamente cercanas al conti-
nente africano (Fuerteventura se encuentra a unos 95
Km.); existen profundidades de sólo 40 metros entre
algunas islas (caso de Fuerteventura y Lanzarote); posee
climas muy variados debido a la influencia de numerosos
factores como son: las distintas corrientes marinas, los
vientos alisios y subsaharianos, altitudes que superan en
alguna isla los 3.700 metros. Por último, posee mamíferos
no voladores como la musaraña canaria (Crocidura
canariensis), cuya llegada a las islas es anterior a la del
hombre, hecho que se ha podido comprobar gracias a
la existencia de registros fósiles donde aparecen restos
de este insectívoro.
Todo ello ha favorecido la existencia de una naturaleza
rica y diversa, creándose ecosistemas únicos que han
despertado el interés de científicos de todas las épocas
(Cook, Banks, Bougainville, Broussonet, Malaspina,
Humboldt y Darwin entre muchos otros).
Como frecuentemente se ha venido diciendo, las Canarias
son “un verdadero laboratorio de la Naturaleza”, donde
las especies se han podido desarrollar y evolucionar a
sus anchas.
Pero nos preguntamos, ¿cómo se ha podido producirla colonización de las islas de forma natural por partede animales terrestres como las musarañas? Varios
autores proponen que la llegada de estas especies se
pudo realizar mediante balsas flotantes formadas por
masas de tierra con su fauna y flora incorporada, que se
separarían de ríos de gran caudal y serían arrastradas
mar adentro por las corrientes, a muchos kilómetros de
distancia, tal como se ha constatado en alguno de los
grandes ríos del planeta como son el Amazonas y el
Orinoco, entre otros.
Las islas de origen volcánicotienen una serie de caracterís-ticas que las diferencian de lascontinentales, como son: la le-janía respecto al continente,la presencia de grandes pro-fundidades entre sí y una au-sencia de mamíferos no vola-dores.
Autores:
Dña. Obdulia Mª Molina BolañosBióloga, Licenciada por la Universidad de La Laguna
Dña. María del Carmen Brito de la NuezBióloga, Licenciada por la Universidad de León
Dr. D. Martín Moreno MuñozBiólogo, Licenciado por la Universidad de Barcelona
y Doctorado en Veterinaria por la Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria
Los mamíferos terrestres que actualmente viven en Ca-
narias exceptuando C. canariensis, como se ha comentado
anteriormente han sido, con toda probabilidad, producto
de la introducción voluntaria o involuntaria del hombre.
La musaraña canaria posee dimensiones que apenas
superan los 7 cm de cuerpo y los 4,5 cm de cola. Perfec-
tamente adaptada a la aridez de su hábitat, nuestra
musaraña devora todo aquello que pueda aportarle los
nutrientes necesarios para cubrir las necesidades ener-
géticas de su elevado metabolismo, y si bien opta por
una dieta mayoritariamente basada en invertebrados, no
desdeña restos y carroña de otros animales. Es también
capaz de matar al pequeño lagarto atlántico que vive en
estas islas.
Datos zoológicos de la musaraña canaria
Taxonomía
Clase: Mamíferos
Orden: Soricomorha
Familia: Soricidae
Subfamilia: Crocidurinae
Género: Crocidura
Especie: Crocidura canariensis
Nombre común: Musaraña canaria, ratón hocicudo.
Descripción
Mamífero de pequeño tamaño, considerado de talla media
dentro de los crocidurinos.
Musaraña canaria (Crocidura canariensis)
Su peso oscila entre los 6 y los 9,5 g. El cráneo, de perfil
aplanado, es más largo que ancho y carece de arco
cigomático. Las mandíbulas están bien desarrolladas y
sostienen una dentición típicamente insectívora, con
piezas de cúspides altas y puntiagudas. Posee largas
orejas y está provista de una larga y estrecha nariz, con
vibrisas, que puede mover con facilidad. Su pelaje, largo
y suave, se mantiene todo el año, presentando una
coloración pardo grisácea oscura en el dorso y un vientre
jaspeado, debido al color gris oscuro de la base y puntas
blancas o beige. Tiene una cola robusta cubierta de pelo
fino y de la que salen algunos pelos más largos. Es
pentadáctilo (con cinco dedos en todas sus extremidades),
unguiculado (con uñas en los dedos) y plantígrado (apoya
la planta del pie con el talón tocando el suelo al despla-
zarse).
Distribución
Es una especie endémica de Canarias, que está presente
en las islas orientales de Fuerteventura y Lanzarote, y en
los islotes de Montaña Clara y Lobos.
Hábitat
Vive en los ambientes semidesérticos propios de las islas
más orientales de Canarias. Se puede encontrar tanto
en zonas de malpaíses antiguos donde ya existe vegeta-
ción, como en otros lugares carentes de ésta. También
se encuentra en zonas de barrancos pedregosos e incluso
en ambientes humanizados con paredes de piedras y
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Fo
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F.J.
Nava
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[conciencia] slas
34
Autores: Dña. Obdulia Mª Molina Bolaños, Dña. María del Carmen Brito de la Nuez, Dr. D. Martín Moreno Muñoz.
restos de lo que fueron zonas de cultivos. Las madrigueras
consisten en pequeñas excavaciones bajo las piedras o
en algún hueco ya existente, que rellena con restos
vegetales para conseguir un nido más confortable.
Biología
La mayoría de los datos han sido obtenidos a partir de
observaciones en el laboratorio. Se reproduce varias
veces al año, con un máximo de tres crías por camada,
siendo dos el número más frecuente. La gestación es de
32 días, aproximadamente. Las pequeñas musarañas
nacen poco desarrolladas, sin pelo, ciegas y sordas. Con
menos de dos semanas comienzan sus primeras excur-
siones fuera de la madriguera formando caravanas, en
las cuales una de las crías se agarra a los cuartos traseros
de un adulto y el resto se agarra de la misma forma al
hermano que tenga delante. Emiten sonidos muy agudos
que varían según expresen agresividad, sumisión o llama-
da.
Depredadores
Es presa de la lechuza común (Tyto alba) y, aunque de
forma más ocasional, del cernícalo vulgar (Falco tinnun-
culus), lo que verificaría el hecho de que puede estar
activa tanto de día como de noche. En lugares antropiza-
dos puede ser cazada accidentalmente por los gatos
domésticos que no llegan a comérsela. En ocasiones, se
ha citado al búho chico canario (Asio otus canariensis)
como depredador de esta especie, sin embargo en
estudios realizados con egagrópilas en varias islas, nunca
se han encontrado restos de musarañas.
Estudios sobre musarañas en Canarias
La primera cita publicada sobre la existencia de musarañas
en el archipiélago canario se encuentra en el Diccionario
de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo,
escrito entre 1866 y 1869. El autor utiliza la expresión de
“musgaño” y lo clasifica como Sorex musaraneus, des-
cribiendo de forma muy breve algunas características y
costumbres de este animalillo, sin especificar en qué islas
está presente.
Es en 1903 cuando C. Floericke publica los resultados
de unas observaciones ornitológicas realizadas en el Pico
de Osorio de Gran Canaria, señalando que las musarañas
forman parte de la dieta de la aguililla (Buteo buteo) y del
milano real (Milvus milvus).
El grupo de investigación encabezado por A. Martín realizó
en 1984 el primer trabajo científico que confirmó la
existencia de dos musarañas en Canarias: Suncus etruscus
y la que fue clasificada provisionalmente como Crocidura
russula yebalensis. Pocos años después, en 1987, R.
Hutterer y su equipo de colaboradores, basándose en
estudios más profundos sobre la morfología, biología y
genética de esta última especie, determinaron que se
trataba en realidad de un endemismo canario, al que
denominaron Crocidura canariensis.
En 1989, O. Molina y R. Hutterer observaron diferencias
entre C. canariensis y las musarañas procedentes de
Gran Canaria, describiendo un nuevo endemismo al que
denominaron Crocidura osorio, que hacía alusión a su
primera localización. Después fueron publicados dos
nuevos trabajos relacionados con las musarañas de
Canarias: uno en el que se llevó a cabo el estudio de los
sonidos emitidos por C. canariensis, realizado por R.
Hutterer y L.F. López-Jurado en 1990; y otro, publicado
en el mismo año por A. Fain y G. Rack, en el que se
describe la presencia de un ácaro que determinaron como
un nuevo endemismo y denominaron Echinonyssus mo-
linae, parásito de C. osorio.
Al año siguiente, en 1991, J. Michaeux junto a R. Hutterer
y N. López-Martínez encontraron restos fósiles de musa-
rañas y roedores endémicos pertenecientes a la época
del Pleistoceno en Fuerteventura y paralelamente C.
Criado y P. Atoche los hallaron en la isla de Lanzarote.
Buscando el origen de las dos musarañas endémicas
canarias y un posible antecesor común, R. Hutterer, T.
Maddalena y O. Molina publicaron, en 1992, un trabajo
analizando y comparando los cariotipos, frecuencias
alélicas de loci polimórficos, sonidos, aspectos ecológicos
y biológicos, morfología craneal y restos fósiles de cuatro
especies distintas: C. canariensis, C. osorio, C. russula
y C. sicula (esta última procedente de Sicilia). En él se
concluyó que las dos musarañas endémicas canarias
tienen diferentes orígenes, a la vez que se detectó una
gran cercanía genética entre C. osorio y C. russula, a
pesar de sus diferencias en cuanto al tamaño, sonidos
y número de crías por camada.
Basándose en análisis multivariantes de medidas mor-
fométricas realizados entre C. canariensis y C. sicula, M.
Sara concluyó, en 1995, que ambas son en realidad dos
subespecies de la misma especie. Sin embargo, este
trabajo fue tomado con cierta cautela al considerar que
la metodología empleada no fue determinante para la
conclusión obtenida. No obstante parece ser que ambas
especies sí tuvieron un ancestro común originario en el
norte de África.
Más tarde, en 1996, L.F. López-Jurado y J.A. Mateo
publicaron un estudio sobre la inmovilización de presas
mediante la utilización de veneno por parte de C. cana-
riensis. Desde entonces las dos especies de musarañas
canarias han sido citadas en varios libros de consulta
tales como la guía de campo de los “Mamíferos de
España” de J.C. Blanco (1998), “Naturaleza de las Islas
Canarias” de J.M. Fernández-Palacios y J.L. Martín
Esquivel (2001), así como el “Atlas de los Mamíferos de
España” de L.J. Palomo y J. Gisbert (2002). En todos
ellos es comentada la necesidad de analizar nuevos
resultados que aclaren el status taxonómico de dichas
especies.
Los progresivos avances de la investigación y el uso de
nuevas técnicas, tal como la utilización del ADN mitocon-
drial, han permitido resolver muchas de las incógnitas
planteadas en la clasificación y determinación de la situación
taxonómica de especies de diferenciación dudosa. Apli-
cando dicha técnica, O. Molina, R.P. Brown, N. Suárez y
J.J. Pestano (2002) concluyeron que la especie clasificada
anteriormente como C. osorio debía ser considerada
como C. russula, especie que pudo ser introducida en
Canarias desde la Península Ibérica, probablemente
durante la conquista española hace unos 500 años.
Paralelamente, P. Vogel y un equipo de investigadores,
en 2002, utilizando la misma técnica, realizaron la com-
paración de las dos musarañas canarias con especies
africanas y europeas, llegando a la misma conclusión para
C. osorio, y en lo que se refiere a C. canariensis y C.
sicula, probablemente tuvieran un ancestro común del
que se fueron diferenciando hace unos 50 millones de
años.
Los últimos estudios sobre la musaraña canaria realizados
por el equipo de investigación constituido por A. Arencibia,
O. Molina, M.C. Brito, M. Moreno y J. Orós, han estado
orientados a conocer su anatomía e histología, con el fin
de interpretar sus adaptaciones biológicas, dentro de un
proyecto que fue Premio de Investigación Simón Benítez
Padilla 2002, y que fue presentado en 2004. La amplia
colección fotográfica obtenida a modo de atlas anatómico-
histológico y el protocolo utilizado pueden servir de
referencia para profundizar en el conocimiento de otras
especies y para estudios de anatomía comparada.
Mamíferos endémicos extintos
Se conoce la existencia de al menos tres especies de
mamíferos endémicos presentes en el archipiélago antes
de la llegada del hombre, que desaparecieron poco
después. Pertenecían al orden de los roedores y entre
ellas se encontraban ratas gigantes.
Una de estas ratas a la que se llamó Canariomys bravoi,
encontrada en Tenerife, aparece en yacimientos pleisto-
cénicos, por lo que se le calcula una antigüedad de al
menos 100.000 años. Su extinción es reciente, siendo
probable que conviviera con los aborígenes isleños.
Otra rata gigante de aspecto similar aunque de mayor
tamaño, que pudo llegar a medir medio metro de longitud,
Canariomys tamaranis, fue encontrada en la Aldea de San
Nicolás, en Gran Canaria.
La última especie descubierta en las islas de Fuerteventura,
Lanzarote y La Graciosa, denominada Malpaisomys insu-
laris, es un pequeño roedor del que se han encontrado
restos fósiles entre lavas recientes (de unos pocos cente-
nares de años).
Vista dorsal de la nariz
Detalle de la boca y parte de la dentición
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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ORGANISMOS Nº DE ESPECIES NÚMERO DE ESPECIES ESTIMADAS PRECISIÓN
DESCRITAS
ALTO BAJO MEDIO
VIRUS 4000 1000000 50000 400000 Muy baja
BACTERIAS 4000 3000000 50000 1000000 Muy baja
HONGOS 72000 2700000 200000 1500000 Moderada
PROTOZOOS 40000 200000 60000 200000 Muy baja
ALGAS 40000 1000000 150000 400000 Muy baja
PLANTAS 270000 500000 300000 320000 Buena
NEMATODOS 25000 1000000 100000 400000 Baja
ARTRÓPODOS
CRUSTÁCEOS 40000 200000 75000 150000 Moderada
ARÁCNIDOS 75000 1000000 300000 750000 Moderada
INSECTOS 950000 100000000 2000000 8000000 Moderada
MOLUSCOS 70000 200000 100000 200000 Moderada
CORDADOS 45000 55000 50000 50000 Buena
OTROS 115000 800000 200000 250000 Moderada
TOTAL 1750000 111655000 3635000 13620000 Muy baja
[conciencia] slas
35
INSECTOS ESPAÑOLESLA DIVERSIDAD DE
en números redondos podemos decir que del millón y
medio de especies animales conocidas, un millón y cuarto
son artrópodos y, de ellos, más de un millón son insectos,
la tercera parte de los cuales son coleópteros. En este
sentido cabe recordar la anécdota atribuida al eminente
biólogo británico J.B.S. Haldane, quien a la pregunta de
qué había aprendido acerca de Dios en su larga carrera
científica respondió: “Su desmedida afición por los
coleópteros”. En efecto, por número de especies, géneros,
familias e incluso órdenes, los artrópodos son sin duda
el tronco animal que más éxito ha tenido en la historia
evolutiva.
Los artrópodos son un grupo evolutivamente antiguo, ya
que se encuentran fósiles desde la base del Cámbrico,
e incluso se especula que antes; es decir, están en el
Planeta desde hace al menos 550 millones de años. La
historia de la vida en la Tierra no se entendería sin los
artrópodos; su inmensa diversidad, biomasa, diversidad
ecológica y evolutiva hacen de este tronco una de las
claves para entender el funcionamiento de los ecosiste-
mas. Son tan ubicuos, que podemos encontrar artrópodos
desde las más profundas simas oceánicas, hasta las
altas capas de la troposfera, o las selvas tropicales y los
desiertos; son comunes en el suelo o como parásitos en
el interior de otros animales o de plantas; forman agallas,
son capaces de resistir la desecación total, la congelación
prolongada y la falta de oxígeno.
Los artrópodos, y en particular los insectos, causan a
los seres humanos numerosas molestias, problemas y
enfermedades, bien por acción directa, con molestias,
picaduras, dermatosis, fobias, etc.; bien por acción
indirecta, ya que son los agentes transmisores de algunas
de las enfermedades más dañinas para la Humanidad,
como la malaria, las tripanosomiasis, la fiebre amarilla,
el dengue o la peste. Igualmente, estos organismos
afectan a la agricultura y a la ganadería, sectores que sin
duda se ven perjudicados, aunque es preciso agregar
que en lo que concierne a la agricultura, lo beneficios
proporcionados por los insectos superan con creces los
perjuicios ocasionados. Así, se estima que las plagas de
artrópodos (sobre todo insectos) causan alrededor de
400 millones de euros al año de pérdidas a la agricultura
mundial, aunque, también según algunas estimaciones,
los beneficios por polinización de cultivos alcanzan los
17.000 millones de euros al año, ya que alrededor de 90
cultivos diferentes son polinizados por insectos.
Los artrópodos constituyen alrede-dor del 80% de todas las especiesanimales descritas hasta la fecha;
Autor:
José Luis Viejo MontesinosEx-Presidente de la Real Sociedad Española
de Historia Natural y Catedrático de Zoología
de la Universidad Autónoma de Madrid.
Los insectos son organismos clave para el desarrollo de
las ciencias (y no sólo biológicas), ya que tienen o han
tenido una capital importancia en la Ecología, Biogeografía,
Evolución, Genética, Fisiología, Medicina, e incluso en la
Física y la Química. Al ser sus poblaciones tan ubicuas
y numerosas, los insectos intervienen en muchos procesos
de los ecosistemas terrestres y dulceacuícolas, como
polinización, depredación, parasitismo, control de pobla-
ciones, etc. Contribuyen eficazmente a la formación del
suelo, a los ciclos de nutrientes y al tratamiento de
residuos. El mundo sin los insectos no se parecería nada
al que conocemos. Para empezar las flores, tal y como
son actualmente, no existirían, dado que en la mayor
parte de los casos, estas estructuras reproductoras han
sido evolutivamente modeladas por los insectos, a lo
largo de cientos de millones de años de evolución conjunta.
Así, los colores, formas y olores de la mayoría de las flores
responden a unas claves evolutivas relacionadas con la
atracción de los insectos que han de transportar el polen
de las anteras de una flor al carpelo de otra. También
podemos aducir razones estrictamente económicas para
proteger los insectos. A los beneficios económicos como
polinizadores que acabamos de mencionar, se unen los
derivados del control biológico que ejercen sobre otras
plagas, sean de insectos, sean de plantas invasoras:
malas hierbas, matorral, etc. Los insectos son productores
de miel, cera y otros productos apícolas, además de
recolectores de polen como alimento humano. Pero es
que como alimento humano en sí, los insectos también
constituyen un recurso de primera magnitud. Se trata de
los insectos comestibles que no porque en Europa no
formen parte de la dieta humana, dejan de serlo en
muchos otros lugares del planeta, como China, México,
Centroamérica, Colombia, numerosos países africanos,
etc. Y es probable que en el futuro se conviertan en una
fuente de alimento de creciente demanda, dadas sus
buenas cualidades nutricias. Las barreras principales que
frenan el consumo de insectos son de tipo cultural,
comparables a las que algunos grupos humanos estable-
cen frente a los crustáceos, por otra parte tan apreciados
en España y otros países con tradición pesquera. Además,
se estima que a lo largo de la vida, una persona de una
cultura no insectívora se come inadvertidamente más de
un kilo de insectos, en forma de larvas, pupas o adultos
de Tenebrio molitor (el escarabajo de la harina), o de
Sitophilus zeamais (el gorgojo del maíz), Ostrinia nubialis
(un lepidóptero taladrador del maíz), u otros insectos
propios de productos almacenados que se trituran con
el grano, por no hablar de los pulgones que vienen con
las ensaladas, o los lepidópteros que se procesan a la
vez que la fruta para compotas, mermeladas u otras
conservas vegetales.
¿Cuántas especies de insectos hayen España?
Los artrópodos son un tronco morfológicamente homo-
géneo en términos generales. Se divide en cuatro grandes
categorías: Crustáceos, Quelicerados, Miriápodos y
Hexápodos (normalmente conocidos como Insectos). La
diversidad de especies es muy desigual según el grupo.
En la tabla 1 mostramos el número aproximado de especies
conocidas de los principales grupos de organismos, y
apreciamos el acusado grado de incertidumbre, al que
hay que sumar el problema de la nomenclatura; en efecto,
como sucede con otros grupos de invertebrados, las
cifras de diversidad de artrópodos son altamente especu-
lativas. Al igual que en otros casos es preciso distinguir
TABLA 1
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Número de especies de los principales grupos de organismos en el planeta. Modificado de HEYWOOD & WATSON, 1995.
NÚMERO DE ESPECIESÓrdenes Mundo P. Ibérica Francia Italia Gran Bretaña
Collembola 6500 500 500 418 304
Protura 500 13 10 a 20 31 12
Diplura 800 50 45-60 73 12
Microcoryphia 300 61 38 48 7
Thysanura (Zygentoma) 500 41 10 a 13 19 2
Ephemeroptera 2000 121 140 94 46
Odonata 6000 78 87 88 45
Plecoptera 1900 136 150 144 34
Blattodea 4000 20 18 40 8
Isoptera 2200 2 3 2 0
Mantodea 1900 14 9 12 0
Grylloblattodea 25 0 0 0 0
Dermaptera 1840 20 20 22 7
Orthoptera 19000 307 212 333 30
Phasmatodea 2500 4 3 8 0
Embioptera 275 4 3 5 0
Zoraptera 30 0 0 0 0
Psocoptera 3000 115 108 102 87
Anoplura 490 29 30 267 539
Mallophaga 3000 273 150
Homoptera 49500 2000 2050 2147 1150
Heteroptera 32600 1400 1500 1380 516
Tysanoptera 5600 249 346 213 167
Neuroptera (sensu lato) Megaloptera 270 4 3 4 2
Raphidioptera 175 12 17 20 4
Neuroptera (sensu stricto) 5000 152 160 153 54
Mecoptera 500 4 9 10 4
Coleoptera 330000 10000 9600 11989 3700
Strepsiptera 532 15 10 a 15 21 10
Siphonaptera 1900 86 90 81 61
Diptera 132111 6106 6500 6552 6668
Trichoptera 7000 316 244 367 192
Lepidoptera 165000 4243 5120 5083 2400
Hymenoptera 115000 9400 8000 7526 6641
TOTAL 893837 35775 35110 37315 22034
[conciencia] slas
36
entre las especies cuya existencia es conocida para los
taxónomos (especies descritas) y las especies aún por
describir. A menos que digamos lo contrario, normalmente
nos referiremos a las primeras, es decir las especies que
“ya tienen nombre”, si bien en muchos casos poco más
se sabe de ellas, e incluso en muchos casos no sabemos
si bajo un mismo nombre se esconden dos o más especies
diferentes, o lo contrario: una misma especie tiene más
de un nombre.
Para obtener más información sobre la biodiversidad
española, sugerimos al lector la consulta de las recientes
revisiones de LIZANA y VIEJO (2007), y VIEJO (2007 y
2011).
La fauna de insectos de España no es fácil de evaluar;
las más conservadoras estimaciones indican que en la
Península Ibérica debe haber poco más de 40.000 espe-
cies descritas, mientras que otros cálculos apuntan más
bien hacia las 50.000; a ellas habría que añadir las especies
canarias que no aparecen en la península (endémicas o
no) y que podrían ser tres o cuatro mil. Como en otros
casos, el nivel de conocimiento de la fauna de insectos
de España es muy desigual, tanto desde el punto de vista
taxonómico, como del biogeográfico, ya que algunos
grupos difícilmente aportarán novedades relevantes en
cuanto a nuevas adiciones a la lista de especies, como
los ropalóceros (mariposas diurnas), mientras que otros
son una fuente inagotable de noticias taxonómicas, como
los colémbolos o determinadas familias de coleópteros
o de lepidópteros; igualmente sucede con respecto al
territorio, pues algunas regiones están relativamente bien
prospectadas y conocidas, como la Comunidad de Madrid,
mientras que otras ofrecen extensas lagunas de informa-
ción biogeográfica, como Castilla-La Mancha, Extremadura
o amplias zonas de Castilla y León o Andalucía. En la
tabla 2 recogemos los datos disponibles o las estimaciones
respecto al número de especies de cada orden.
Debido a la enorme amplitud del grupo, es impensable
recoger en la necesariamente limitada extensión de este
artículo siquiera una pincelada de cada uno de los órdenes
de insectos, por lo que únicamente ofreceremos una breve
reseña de algunas especies particularmente llamativas,
singulares o amenazadas, sin ninguna otra pretensión.
Los efemerópteros son insectos evolutivamente muy
antiguos, ligados a los cursos de agua, cuya fauna ibérica
es relativamente rica, ya que se conocen al menos 120
especies. Su vinculación a los ríos, dados sus hábitos
larvarios, convierte a estas especies en vulnerables a
causa del lamentable estado de nuestros cursos de agua.
Esa es la razón por la que en el Libro Rojo de los Inverte-
brados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) se incluyen
siete especies de efemerópteros, todas ellas con la etiqueta
de En peligro: Caenis nachoi, Torleya nazarita, Rhithrogena
monserrati, Rhithrogena thomasi, Habrophlebia antoninoi,
Prosopistoma pennigerum y Siphlonurus ireneae.
Los odonatos (libélulas y caballitos del diablo) no son un
orden particularmente diverso, ya que en el mundo sólo
se conocen unas 6000 especies, y en la Península Ibérica
78; sin embargo es uno de los grupos de insectos más
populares, por su tamaño más bien grande y su aspecto
llamativo; además son buenos bioindicadores de la calidad
de las aguas a las que están ligadas por sus fases larvarias.
Entre las especies españolas de odonatos merecen
destacarse las siguientes:
· Ophiogomphus cecilia. Se trata de una libélula de la
familia Gomphidae, incluida en el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas, en la categoría En Peligro de
Extinción, cuya presencia en la Península Ibérica está
confirmada en Portugal, y en España ofrece fuertes
indicios.
· Lindenia tetraphylla.- Es otro gónfido incluido en el
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, en la
categoría En Peligro de Extinción, sólo conocida por
TABLA 2
citas antiguas de Valencia. En Libro Rojo de los Inver-
tebrados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) se
cataloga En peligro crítico.
· Gomphus graslinii.- Gónfido incluido en el Catálogo
Nacional de Especies Amenazadas, en la categoría De
interés especial, muy raro. En Libro Rojo de los Inverte-
brados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) se
cataloga En peligro.
· Macromia splendens.- Es una libélula de la familia
Cordulidae, considerada una reliquia del periodo glaciar,
muy rara, con citas muy escasas en ríos de la mitad
occidental, incluida en el Catálogo Nacional de Especies
Amenazadas, en la categoría En Peligro de Extinción.
En Libro Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ
Y GALANTE, 2006) se cataloga En peligro crítico.
· Oxygastra curtisii.- Es un cordúlido, incluido en el Catálogo
Nacional de Especies Amenazadas, en la categoría
Sensible a la alteración de su hábitat, relativamente raro.
En Libro Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ
Y GALANTE, 2006) se cataloga En peligro.
· Leucorrhinia pectoralis.- Libélula de la familia Libellulidae,
sólo conocida en España en una localidad del Pirineo
de Lérida, y catalogada en el Libro Rojo de los Inverte-
brados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006) En
peligro crítico.
· Coenagrion mercuriale.- Libélula de la familia Coenagrio-
nidae, incluida en el Catálogo Nacional de Especies
Amenazadas, como De interés especial, dispersa por
la Península Ibérica, aunque rara.
Los ortópteros son los conocidos saltamontes y langostas,
algunas de cuyas especies constituyen serias plagas
agrícolas, pero que en España actualmente no constituyen
una grave amenaza para los cultivos. En la Península
Ibérica se conocen poco más de trescientas especies,
algunas incluidas en el Catálogo Nacional de Especies
Amenazadas, como Baetica ustulata (Sensible a la alte-
ración de su hábitat) y Acrostira euphorbiae, un panfágido
endémico de La Palma (En Peligro de Extinción).
Los dictiópteros con frecuencia se escinden en Blattodea
(cucarachas) y Mantodea (mantis o santateresas); en la
península Ibérica se conocen unas 20 especies de cuca-
rachas y unas 14 de mantis. Entre las primeras está
Loboptera subterranea, un blatélido exclusivo de Tenerife,
que vive en tubos volcánicos, y considerado En peligro
en Libro Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ Y
GALANTE, 2006); entre las segundas se incluye Aptero-
mantis aptera, una mantis sin alas, endémica de la Penín-
sula Ibérica, considerada como De Interés Especial en el
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
En relación con los coleópteros, el Libro Rojo de los
Invertebrados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006)
Autor: José Luis Viejo Montesinos.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Número de especies de insectos descritas en el mundo y que se estima están presentes en la Península Ibérica, Francia, Italia y GranBretaña. Modificado a partir de ORTUÑO (2002).
[conciencia] slas
37
Autor: José Luis Viejo Montesinos.
recoge tres especies En peligro crítico; se trata de los
carábidos Dicrodontus alluaudi y Trechus detersus; el
primero es un escarabajo endémico de Gran Canaria y
el segundo de Fuerteventura Y Lanzarote; la tercera
especie es Cionus canariensis, un gorgojo (Curculionidae)
endémico de Gran Canaria. Otros coleópteros amenaza-
dos y catalogados como En peligro son: Apoduvalius
naloni, carábido cavernícola de Muñera (Asturias), Calathus
amplius, carábido endémico de Tenerife, Ildobates neboti,
carábido cavernícola de Castellón, Otiorhynchus torres-
salai, curculiónido cavernícola, Athypna iberica, escarabajo
de la familia Glaphyridae, endemismo ibérico sólo conocido
de las sierras del sur de Salamanca, Oresigenus jaspei,
escarabajo cavernícola de la familia Leiodidae, sólo
conocido de los Picos de Europa, Meloe foveolatus y
Mylabris uhagonii, dos meloideos muy raros, Amaladera
longipennis y Paratriodonta alicantina, dos escarabajos
de la familia Melolonthidae, sólo conocidos de Alicante.
En el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas se
recogen algunos coleópteros como Pimelia granulicollis,
un tenebriónido endémico de Gran Canaria En Peligro
de Extinción, Osmoderma eremita (Cetoniidae) muy raro
de los Pirineos, Cucujus cinnaberinus (Cucujidae), sólo
conocida de Monte Muniellos (Asturias) y Limoniscus
violaceus (Elateridae), sólo conocida de Picos de Europa
(Cantabria) y del valle de Goñi y Sierra de Andía (Navarra),
ambas especies ligadas a la madera podrida en bosques
de haya; Buprestis splendens, escarabajo Buprestidae
ligado a los pinos, sólo conocido en España en las
provincias de Cádiz, Cuenca y Granada; Lucanus cervus,
el conocido ciervo volante, asociado a los robledales
maduros de la mitad septentrional de la península; Rosalia
alpina, un cerambícido ligado a los hayedos con madera
podrida, Carabus (Mesocarabus) riffensis es un endemis-
mo norteafricano, sólo conocido a las afueras de la ciudad
de Ceuta. La fauna canaria de coleópteros es altamente
interesante, con 1248 endemismos y una considerable
diversificación de algunos géneros, como Acalles (27),
Attalus (51), Calathus (24), Cardiophorus (31), Hegeter
(22), Laparocerus (66), Longitarsus (17), Nesotes (20),
Oxypoda (16), Pachydema (16), Tarphius (30) y Trechus
(16) (entre paréntesis el número de especies, según
MACHADO, 2002).
Los dípteros probablemente sean uno de los órdenes
con más especies presentes en España. Según CARLES-
TOLRÁ (2002), en España se han catalogado 6.433
especies, de las que 5.800 son de la España peninsular,
559 de Baleares y 1.146 de Canarias; para la península
(incluye, claro, Portugal) la cifra es 6106; para la región
ibero-balear, 6.184; para Europa, 17.440, y para la región
Paleártica, 34.699; sobre un total mundial de 132.111.
La mayor diversidad está en los Cyclorrhapha, dípteros
más bien de tipo mosca, con más de tres mil especies;
de Nematocera (mosquitos en sentido general) se conocen
1.873 especies españolas. Entre las familias más diversas
se encuentran, entre los nematóceros, los quironómidos,
con cerca de 500 especies españolas; y entre los ciclo-
rrafos, los sírfidos (con 355), los múscidos (276) y los
parasitoides taquínidos (514). De algunas familias se
conoce relativamente bien la fauna (Syrphidae, Muscidae,
Calliphoridae, etc.), mientras que de la mayoría el cono-
cimiento es muy escaso y fragmentario. Aún así en los
últimos años se han ido teniendo en cuenta en la elabo-
ración de listas rojas, de manera que en el Libro Rojo de
los Invertebrados de España (VERDÚ Y GALANTE, 2006)
se incluyen tres especies amenazadas: Caliprobola spe-
ciosa, un sírfido asociado a bosques sólo conocido en
España en una localidad leonesa y catalogado como En
peligro; Rhyncomyia italica, un califórido asociado a
medios dunares, sólo conocido de Cerdeña y de un par
de localidades levantinas y catalogado como Vulnerable;
y Mallota dusmeti, otro sírfido muy raro del centro de la
península, cuyas larvas son saproxílicas, es decir, están
asociadas a la madera podrida.
Acherontia atropos imago
Iris oratoria
Onychogomphus uncatus
Saltamontes
Xylocopa violacea Garapito [Corixa]
Los himenópteros son un extenso orden de insectos
muy populares, entre los que se incluyen las abejas, las
avispas y las hormigas, pero que igualmente agrupa a
una miríada de pequeñas especies parasitoides, cecidó-
genas (que producen agallas en las plantas) o de otros
hábitos, poco conocidas. La fauna española es particu-
larmente rica, ya que se conocen cerca de 10.000 espe-
cies. El papel de los himenópteros en los ecosistemas es
de capital importancia, ya que constituyen una buena
fracción de los polinizadores y de los parasitoides contro-
ladores de las poblaciones de otros insectos. En el Libro
Rojo de los Invertebrados de España (VERDÚ Y GALANTE,
2006) se recogen tres abejorros y dos hormigas En peligro:
Bombus (Megabombus) reinigiellus (endemismo de Sierra
Nevada), Mendacibombus (Mendacibombus) mendax (de
Pirineos) y Psithyrus (Fernaldaepsithyrus) flavidus (Pirineos
y Cordillera Cantábrica), los tres de la familia Apidae, y
Goniomma compressisquama (endemismo ibérico sólo
conocido de El Ejido, Almería) y Rossomyrmex minuchae
(endemismo de Sierra Nevada y Sierra de Gádor, Almería),
que son las dos hormigas.
Los lepidópteros son quizá uno de los órdenes de insectos
más populares, debido a que entre ellos están las maripo-
sas; sin embargo el carácter llamativo y la opinión benévola
que estos insectos inspiran, no se extienden a todos los
miembros del orden, la mayoría de los cuales son polillas
o falenas de aspecto anodino, cuyas larvas (orugas) no
suelen gozar de muy buena opinión entre el público.
Constituyen un excelente bioindicador de condiciones
ambientales, debido sobre todo a la marcada propensión
de muchas especies a comer en la fase larvaria de una
sola especie vegetal o a lo sumo de unas cuantas (este-
nofagia). La fauna ibérica de lepidópteros, aun siendo
extensa, es más bien pobre en relación con la diversidad
mundial, ya que apenas llega al 3% de las especies
conocidas, lo que cabe atribuirse a la inmensa biodiversidad
de las áreas tropicales y ecuatoriales; sin embargo si
realizamos la comparación con Europa, la fauna ibérica
es una de las más ricas, y si añadimos la fauna canaria,
encontramos un valor añadido en cuanto a número de
endemismos. En el mundo se conocen 4 subórdenes, 41
superfamilias, 107 familias y unas 165.000 especies (dato
que varía según las fuentes); en la Península Ibérica, 2
subórdenes, 29 superfamilias, 78 familias y unas 4.250
especies (VIEJO, 2009).
Ecosistemas o áreas de especial in-terés para los insectosLa riqueza faunística de España es elevada en la mayor
parte de los grupos, si bien el reparto de las especies no
es uniforme a lo largo del territorio nacional. Según de
qué clase, orden o familia se trate es posible señalar
ecosistemas o áreas naturales más ricos en especies;
igualmente el concepto de riqueza no debe limitarse a la
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
38
Autor: José Luis Viejo Montesinos.
mera cifra del número, sino que debiera incluir la singula-
ridad biogeográfica: endemismos, disyunciones, etc.
Entre otros muchos ecosistemas o áreas españolas de
particular interés por su fauna entomológica podemos
mencionar los siguientes:
· En términos generales las islas Canarias constituyen un
“minihotspot” o punto caliente de biodiversidad, con un
elevado número de endemismos que, en términos
relativos, alcanza las 7,1 especies/100 km2, y que para
los coleópteros es de 16,7 especies/100 km2 (MACHA-
DO, 2002).
· Los bosques son comunidades de gran interés faunístico,
en especial aquellos que conservan buena parte de su
naturalidad. En estudios realizados sobre mariposas en
la Comunidad de Madrid, los melojares y los quejigares
son los bosques más ricos y diversos (VIEJO Y TEM-
PLADO, 1986; ROMERA et al., 2002).
· Los ecosistemas saproxílicos, es decir, los que se generan
en torno a la madera podrida, son auténticas rarezas
forestales. SPEIGHT (1989), en su trabajo para el Consejo
de Europa, basándose en la presencia de especies
indicadoras, elaboró un listado de bosques de impor-
tancia internacional para los organismos saproxílicos.
En España cita los siguientes:
- JAÉN: bosques de Pinus y Quercus de la Sierra del
Pozo en las Sierras de Cazorla-Segura.
- ALMERÍA: bosques de Pinus y Quercus de la Dehesa
de Alfaguara en la Sierra de María.
- CÁDIZ: bosques de pinsapo y quejigo de El Pinar en
la Sierra de Grazalema.
- MÁLAGA: bosques de pinsapo y Quercus de la Sierra
de las Nieves.
- MADRID: bosques de Fagus y Quercus del Hayedo
de Montejo, en Montejo de la Sierra.
- NAVARRA: bosques de Picea y Fagus del Bosque de
Irati.
- LÉRIDA: bosques de Fagus y Abies del monte del
Montseny.
- GERONA: bosques de Castanea de San Privat de
Bas, entre los 600-800 m de altitud en Olot.
- TENERIFE: bosques de Laurus, Ilex y Prunus de El
Pijaral.
- LA PALMA: bosques de Pinus canariensis del Pinar
de Garafía.
· Las cumbres de los sistemas montañosos españoles
albergan interesantísimas especies, muchas de ellas
endémicas. Particular mención merece Sierra Nevada,
donde se encuentran numerosas especies de insectos
bien endémicas (por ejemplo los lepidópteros Agriades
zullichi y Polyommatus golgus, o la hormiga Rossomyrmex
minuchae), bien de sorprendente distribución disyunta.
· Los prados húmedos, donde sobreviven y prosperan
especies relictas de épocas más húmedas y frías, como
le sucede a la mariposa Maculinea nausithous.
· Los ecosistemas subterráneos ofrecen un gran interés
en España, tanto en la península, como en las islas. Se
trata de ambientes muy peculiares, en los que apenas
existe producción (en términos ecológicos) y sus orga-
nismos son básicamente consumidores, al carecer de
luz en la inmensa mayoría de los casos. Ya hemos
comentado la importancia de los tubos volcánicos
canarios, pero a ellos hay que añadir las cavernas
peninsulares y baleares, repartidas en los siguientes
distritos (ORTUÑO, 2002): cantábrico, vasco, pirenaico,
catalán, levantino, bético, lusitánico, central y balear. En
estas cavidades se encuentra una asombrosa diversidad
de coleópteros (carábidos, estafilínidos, catópidos,
colídidos, etc.), pero también de colémbolos, tisanuros,
dipluros, y muchos otros insectos.
· Los ecosistemas de aguas continentales están especial-
mente amenazados en España, y acogen una destacada
riqueza faunística, tanto en número de especies, como
en singularidad biogeográfica. Entre los insectos ligados
a las aguas continentales, se encuentran efemerópteros,
odonatos, hemípteros, plecópteros, tricópteros, coleóp-
teros (Hydrophilidae, Dytiscidae, Gyrinidae, Haliplidae,
Hygrobiidae, etc.), dípteros y otros muchos insectos.
· El medio edáfico alberga también una destacada riqueza
faunística, en gran medida dominada por artrópodos,
muchos de los cuales tienen un importante papel bioin-
dicador. Entre la fauna edáfica se hallan numerosos
endemismos o especies singulares de colémbolos,
coleópteros, dípteros, etc.
En lo que respecta a las mariposas (Lepidoptera, Papilio-
noidea y Hesperioidea), la fauna está mucho mejor estu-
Acheronthia atropos Acherontia atropos pupa
Cucullia verbasci Hyles euphorbiae
diada que en los demás grupos de insectos (incluido el
resto de lepidópteros) y es posible ofrecer mucha más
información referida a la riqueza de especies en áreas
concretas. En este sentido se puede comentar que las
cuadrículas de 10 x 10 km que corresponden al Sistema
Ibérico son las más ricas en especies (más de 160). Sin
embargo, y por útil que sea este sistema de medir la
riqueza, el número de especies no debiera ser el único
criterio para seleccionar áreas de máximo interés. Así,
desde el punto de vista de la riqueza, para la declaración
de áreas de máximo interés se han seleccionado especies
singulares, aplicando criterios tales como: Especies
restringidas a Europa (189 especies), Especies recogidas
en el Apéndice II del Convenio de Berna y/o la Directiva
de Hábitats (23 especies) y Especies amenazadas según
el Libro Rojo de las Mariposas Europeas o el de la UICN
(71 especies). El resultado de cruzar esta información se
expresa en la tabla 3, donde se muestran áreas concretas
de especial interés para las mariposas.
Área Paisaje Especies Superf. (ha)
Picos de Europa Riscos, bosques y praderas 6 64.700
Peña de Orduña Bosques y praderas 3 2
Sierra de Guara Bosques y praderas 5 47.500
Panticosa Praderas 3 350
El Cadí y La Molina Bosques y praderas 4 50.000
Montseny Bosques y cultivos 4 30.100
Sierra de Urbión Bosques 4 25.000
Sierra del Moncayo Bosques y praderas 5 30.000
Alto Valle del Lozoya Praderas 2 6
Sierra de Albarracín, Montes Universales y Alto Tajo Bosques y praderas 6 70.000
Serranía de Cuenca Bosques y praderas 6 90.000
Sierra de Gúdar Bosques 5 30.000
Sierra Nevada Bosques y vegetación de alta montaña 5 86.200
Sierra de María Bosques y riscos 2 7.500
TABLA 3
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Áreas de especial interés para las mariposas (Papilionoidea y Hesperioidea), según MUNGUIRA et al. (2003).
DIVERSIDAD Y DECLIVEMUNDIAL DE LOS ANFIBIOS
Autor:
Ignacio de la RivaDepartamento de Biodiversidad y Biología
Evolutiva, Museo Nacional de Ciencias
Naturales.
Hoy en día el número de especies conocidas de anfibios,
6754 a fecha 14 de noviembre de 2010, supera al de
mamíferos, e iguala casi al de reptiles (pese a que en
ambos grupos también han aumentado las cifras). El
número de nuevas especies de anfibios descubiertas en
los últimos tiempos se aproxima a mil por década y
puede decirse que no sabemos con una mínima certeza
cuántas faltan aún por descubrir, principalmente en las
regiones tropicales. Pero junto a esta asombrosa diver-
sidad desconocida y parcialmente revelada en unos
cuantos lustros, de los anfibios podemos afirmar además
otro hecho de cariz mucho más sombrío: tampoco
sabemos cuántas especies han desaparecido para
siempre en el mismo período, pero sí sabemos que las
especies de anfibios extintas desde los años 70 superan
con creces a las de todos los demás grupos de verte-
brados terrestres juntos. La pérdida lamentable de este
acervo natural responde a causas complejas que co-
mentaremos más adelante, y supone no sólo la desapa-
rición irreversible de un número alarmante de especies,
sino a veces de linajes enteros con historias evolutivas
apasionantes y características biológicas exclusivas.
Hablaremos aquí de esa diversidad taxonómica (taxo-
nomía: la ciencia que describe y clasifica las especies),
de la multiplicidad de formas de vida que convierte a los
anfibios en un grupo singular y repasaremos la magnitud
y las causas de la tragedia en la que está inmerso.
Un reparto desigualLos anfibios están distribuidos casi por todo el globo,
estando sólo ausentes de las regiones polares, los
desiertos más extremos y de casi todas las islas oceánicas
(aquellas de origen volcánico que nunca estuvieron en
contacto con tierra firme). Pero, por razones biogeográfi-
cas, la diversidad de especies no está en absoluto
repartida uniformemente. En general, a latitudes más
altas, menos diversidad, siendo ésta máxima en torno
En la década de los 70 del pasadosiglo, cualquier obra zoológica dedivulgación mostraba a los anfibioscomo el grupo de vertebrados me-nos diverso, con unas 1500 espe-cies, bastante por detrás de los rep-tiles, de los mamíferos y, desdeluego, de las aves y de los peces.
a la línea del ecuador. Las selvas tropicales y las áreas
montañosas albergan el mayor número de especies. En
biodiversidad se utiliza el término “hotspot” (punto caliente)
para referirse a los lugares donde se alcanzan las mayores
diversidades y, en general, estos lugares suelen coincidir
para un gran número de tipos de organismos. Los princi-
pales hotspots de anfibios son las selvas tropicales de
Sudamérica (sobre todo cerca de los Andes y en el
sudeste de Brasil) y de Centroamérica, así como algunas
regiones de África tropical, del subcontinente indio y del
sudeste asiático. Por ejemplo, en algunas localidades
bien estudiadas de la Amazonía de Ecuador y de Colombia
se han hallado diversidades de cerca de 100 especies
en una sola hectárea; concentraciones muy altas se
encuentran también en enclaves privilegiados de Borneo,
Sri Lanka o los Western Ghats de la India. Las regiones
más boreales y australes albergan sólo una o dos especies,
al igual que extensas áreas de desierto (y aquí siempre
junto a los enclaves más húmedos, donde las especies
presentan cortos periodos de actividad limitados a las
esporádicas lluvias). Para hacernos una idea de cuán
irregular es la distribución de la diversidad de anfibios en
el planeta, basta un dato comparativo: Rusia alberga 32
especies, frente a las 492 de Ecuador, cifras aún más
reveladoras si tenemos en cuenta que la extensión de
Rusia es 60 veces superior a la del país andino (cuyo
catálogo, además, está todavía por completarse).
Tampoco la distribución es homogénea desde un punto
de vista taxonómico. De los tres órdenes vivientes de
anfibios, los anuros (ranas y sapos) son cosmopolitas, los
urodelos (salamandras y tritones) ocupan prácticamente
sólo el hemisferio norte, y las cecilias (anfibios subterráneos
con aspecto de lombriz) se limitan a las zonas tropicales
de América, África y Asia. Dentro de los anuros algunas
familias son casi cosmopolitas, como los bufónidos y los
ránidos, con cientos de especies cada una, mientras otras
son endémicas de áreas muy restringidas y presentan
normalmente poca diversidad; por ejemplo, los sooglósidos
(cuatro especies) se circunscriben a las islas Seychelles y
los rinofrínidos (una especie) a Centroamérica. La única
radiación de urodelos que ha conquistado de verdad los
trópicos ha producido el mayor número de especies dentro
del grupo: nada menos que 262 especies -el 44% de
todos los urodelos- se agrupan en la subfamilia Bolitoglo-
ssinae de la familia pletodóntidos, y se distribuyen por
Centroamérica y marginalmente por el norte de Sudamérica.
Las razones de tan diferentes distribuciones y diversidades
residen en la historia de los anfibios como grupo primitivo
(son los primeros vertebrados terrestres) ligado a la antigua
distribución de los continentes, pero las características
ambientales de las diferentes regiones son las responsables
últimas de la diversificación. Por ejemplo, la aparición de
sistemas montañosos en un área antes sin relieve promueve
procesos de especiación al generar una gran heteroge-
neidad de ambientes y la aparición de barreras que aíslan
unas poblaciones de otras. La complejidad fisiográfica de
la cordillera de los Andes, extendida a lo largo de miles
de kilómetros de norte a sur a través de los dos hemisferios,
[conciencia] slas
39EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Nido de espuma con larvas de Leptodactylus petersi, Bolivia.
sin duda está detrás del hecho de que Sudamérica sea,
con diferencia, el continente de mayor diversidad de
anfibios.
Especies nuevasCon frecuencia oímos en los medios de comunicación
que, tras una expedición a un lugar remoto o una campaña
de colecta de ejemplares aquí o allá, han aparecido varias
o muchas especies nuevas para la ciencia, y hay quien
se pregunta si es que las especies evolucionan tan deprisa.
Esto lo que quiere decir es, simplemente, que el mundo
está poblado de infinidad de formas vivientes y estamos
aún muy lejos de conocerlas todas. En ocasiones, el
científico encuentra en el campo algo que ya de una
forma casi inmediata identifica como nuevo, y otras veces
sólo la profundización en el estudio de poblaciones ya
conocidas permite descubrir que, lo que se tenía por una
sola especie, en realidad corresponde a dos o más
entidades distintas. Así, si oímos que se ha descrito una
nueva especie de anfibio en Europa o Norteamérica, lo
más seguro es que se trate de algo ya previamente
conocido pero que se ha estudiado ahora mejor. En
cambio, en las regiones tropicales y menos exploradas,
es frecuente que el científico pueda encontrar en el campo
algo realmente distinto a todo a lo demás y reconocerlo
en el acto como tal. Y esto, con anfibios, ocurre práctica-
mente todos los días. En los últimos años, un contingente
cada vez mayor de taxónomos locales está accediendo
al estudio de la fauna y flora en países megadiversos,
donde antes casi toda la investigación era hecha por
extranjeros. Este cambio ha llevado a una explosión de
descubrimientos de especies nuevas. También, las nuevas
tecnologías aplicadas a dichos estudios aceleran el
proceso y permiten discernir donde antes todo parecía
lo mismo. Un reciente resumen del progreso efectuado
en el conocimiento de la biodiversidad amazónica entre
los años 1999 y 2009 arroja el espectacular dato de 216
nuevas especies descritas para la región en dicho periodo,
un promedio cercano a dos cada mes.
Diversidad de formas de vidaDe vez en cuando estos descubrimientos añaden, además,
una nueva curiosidad al ya largo catálogo de extrañezas
en el comportamiento de los anfibios, sobre todo en lo
referente a la reproducción. En efecto, uno de los aspectos
más fascinantes de los anfibios es la increíble variedad
de formas de reproducción que exhiben. Incluso la mo-
dalidad más común -huevos abandonados en el agua de
los cuales eclosionan larvas acuáticas que luego se
transformarán en adultos de vida más o menos terrestre-
es ya de por sí asombrosa: no olvidemos el increíble
fenómeno de la metamorfosis. Los urodelos y las cecilias
presentan variadas formas de reproducción pero es en
los anuros donde la diversidad se muestra en todo su
esplendor. En el año 1986, los Drs. William Duellman y
Linda Trueb (dos investigadores muy renombrados en el
campo de la herpetología -parte de la zoología que estudia
los anfibios y los reptiles), de la Universidad de Kansas,
compendiaron los modos de reproducción de los anfibios
anuros basándose en aspectos tales como el número y
tamaño de los huevos, dónde son depositados, si existe
fase larvaria o no y, en caso de que la haya, si las larvas
se alimentan independientemente o no, si hay algún tipo
de cuidado de la prole por parte de alguno de los proge-
nitores, etc. Desde que se hizo esta clasificación de los
modos de reproducción se ha pasado de conocer 29
modos a más de 40. En algunos casos, esto se ha debido
a un estudio más profundo de la biología de especies
que ya eran conocidas, pero en otros, el descubrimiento
de una nueva especie ha sido al mismo tiempo el de un
modo de reproducción inédito. Por ejemplo, en 2010 se
ha descubierto en Borneo una pequeñísima rana que se
reproduce exclusivamente en el agua acumulada en los
jarros -recipientes alimenticios- de una especie concreta
de planta carnívora.
Entre las modalidades de reproducción más extravagantes
podemos destacar la de las dos especies australianas
del género Rheobatrachus, lamentablemente extintas
ambas en los años 80 del siglo pasado. En estas ranas,
tras la puesta, la hembra se tragaba los huevos y los
incubaba en el estómago hasta que los juveniles eran
“paridos” por la boca una vez completada la metamorfosis.
Algo parecido es lo que hacen otras dos especies de los
bosques húmedos del sur de Chile, las ranitas de Darwin
del género Rhinoderma. Fue el herpetólogo español
Marcos Jiménez de la Espada quien en la segunda mitad
del siglo XIX desveló que los machos de estas especies
tragan los huevos e incuban a sus hijos en los sacos
vocales (esas bolsas que las ranas macho inflan para
cantar). En América tropical muchas especies de la familia
Leiuperidae y Leptodactylidae construyen nidos de es-
puma a base de una secreción que macho y hembra van
batiendo con las patas en el momento del acoplamiento
y la puesta. En esos nidos, que pueden estar sobre tierra,
bajo tierra, o ser flotantes, las larvas viven protegidas de
muchos depredadores y de posibles episodios de dese-
cación, hasta que pueden ser liberadas al agua (algunas
especies no lo hacen nunca y terminan su desarrollo
dentro del nido). Miembros africanos de la familia de los
racofóridos hacen nidos de espuma semejantes, pero
en los árboles o vegetación sobre el agua. La estrategia
de colgar las puestas sobre vegetación o rocas, de
manera que al eclosionar las larvas caigan directamente
al agua de arroyos o charcas, ha evolucionado diferentes
veces en distintos grupos de anuros; en algunas especies
de las llamadas “ranitas de cristal” (Centrolenidae) además
uno de los progenitores permanece cerca de la puesta
hasta la eclosión, hidratándola y protegiéndola de depre-
dadores. En algunas familias americanas los huevos son
transportados por la hembra sobre el dorso, bien sea en
celdillas especiales embebidas en la piel, que se engrosa
a tal efecto (los acuáticos Pipidae) o en un repliegue
cutáneo especial que constituye una bolsa incubadora,
como ocurre en las llamadas ranas marsupiales. Una
variante de una especie de la familia australiana Myoba-
trachidae, Assa darlingtoni, es que las bolsas incubadoras
están en los costados de los machos. De todas estas
estructuras pueden salir larvas o ranitas ya perfectamente
formadas, según las especies. Hay algunos pequeños
sapos africanos que son vivíparos: las hembras paren
[conciencia] slas
40
Autor: Ignacio de la Riva.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Macho de Hyalinobatrachium carlesvilai cerca de la puesta; esta especie se describió en 2010 y habita en los bosques del piedemonte andino en Bolivia y sur de Perú.
[conciencia] slas
41
Autor: Ignacio de la Riva.
juveniles ya perfectamente formados sin pasar por fase
de huevo terrestre ni acuático. En las ranas venenosas
de la familia Dendrobatidae, los padres invierten conside-
rable energía en cuidar de la prole; uno de los progenitores
acarrea las larvas en el dorso hasta que las libera en algún
cuerpo de agua restringido donde, en los casos de mayor
sofisticación, la hembra periódicamente depositará huevos
infértiles para alimentar a sus renacuajos. Sin tener que
viajar a lejanas tierras tropicales, en Europa se encuentran
los conocidos sapos parteros, cuyos machos, tras fertilizar
los huevos, los enredan en cordones que transportan en
sus patas traseras y terminarán depositándolos en el
agua justo antes de la eclosión. Todas estas extrañas
estrategias responden a dos presiones selectivas: evitar
el peligro de desecación de la puesta y eludir, en las fases
tempranas del desarrollo, a los depredadores, que son
una gran amenaza tanto en el estadio de huevo como
de larva.
El declive global de los anfibiosLos medios de comunicación se hacen eco continuamente
de uno de los mayores motivos de preocupación ambiental
de los últimos años: la pérdida de biodiversidad a una
tasa posiblemente nunca alcanzada en el pasado, y
debida a la acción del hombre. En esta pérdida global,
los anfibios tienen un papel protagonista, al ser el grupo
de vertebrados más amenazado. La Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza establece para las
especies una serie de categorías de amenaza que van,
de mayor a menor gravedad, desde “En peligro crítico”
a “Preocupación menor”, pasando por varias categorías
intermedias. Aquellas especies de las que se tiene evi-
dencia razonable de su desaparición se consideran
“Extintas en la naturaleza” (en los casos en los que sólo
queden ya ejemplares en cautividad) o “Extintas”. Las
estimas más recientes, sobre un total de 6284 especies
evaluadas, consideran que un total de 37 especies de
anfibios se han extinguido con seguridad (probablemente
son muchas más, pero constatar la extinción no es sencillo)
y nada menos que un 41% de las especies vivientes
están amenazadas en diversos grados; casi 500 especies
(un 7.7%) ostentan la categoría de “En peligro crítico”,
pero se teme que en realidad 157 de ellas puedan haberse
extinguido ya. En las escasas poblaciones monitorizadas
de las que se tienen datos continuados desde 1970 el
declive ha sido del 80% de los efectivos. Lo verdadera-
mente preocupante es que toda esta situación, incluyendo
las extinciones, es muy reciente, de los últimos 30 o 40
años. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué unos animales discretos,
con muy limitado uso por parte de los humanos, y que
han florecido durante millones de años hasta alcanzar
una diversidad fantástica que sólo ahora estamos empe-
zando a desvelar, han entrado en pocas décadas en un
declive tan catastrófico? Son muchas las causas que, de
forma aislada o actuando de forma sinérgica, están
acabando con tan interesante clase de vertebrados. La
propia condición anfibia, con una vida normalmente a
caballo entre el agua y la tierra, supone que estos animales
se vean doblemente condicionados por los factores
negativos que influyen sobre ambos medios. Algunas de
las causas son bien conocidas y afectan igualmente a
otros grupos animales y vegetales: la pérdida de hábitat
por urbanización, deforestación y otros cambios en el
uso del suelo; la contaminación de aguas y suelos con
desechos industriales, farmacéuticos, fertilizantes, pesti-
cidas, y productos químicos diversos; la desecación y
alteración de cuerpos de agua, que sirven como enclaves
fundamentales para la reproducción; la introducción de
especies foráneas que compiten directa o indirectamente
con las nativas, depredan sobre ellas o introducen enfer-
medades; el calentamiento del clima, que provoca cambios
ambientales a los que frecuentemente las especies no
pueden responder con suficiente velocidad; y las llamadas
enfermedades emergentes. Otra causa que se ha pro-
puesto es el aumento de la radiación ultravioleta. La
colecta directa de ejemplares para consumo humano,
usos medicinales, o como mascotas es un problema que
sufren determinadas especies, y en algunos casos pun-
tuales puede llegar a ser muy serio. Raramente una causa
actúa en solitario, y lo más frecuente es que una variedad
de ellas se confabulen para poner a las especies en
problemas. La sinergia entre algunos de estos factores
es un fenómeno complejo de estudiar y que tiene diversas
manifestaciones. Por ejemplo, se ha comprobado que
en tiempos de sequía, cuando la escasez de agua hace
que las charcas sean más someras, los huevos están
más expuestos a la radiación ultravioleta, lo que a su vez
los hace más vulnerables frente a la infección por hongos
del género Saprolegnia. Recientemente se ha propuesto
que el tándem más letal es la combinación de cambio
climático e introducción de especies foráneas.
El declive drástico de las poblaciones y la extinción casi
fulminante de especies enteras, incluso en muchas regio-
nes prácticamente vírgenes, han traído de cabeza a los
científicos desde que se empezó a observar el fenómeno
a finales de los 80 del pasado siglo. Por ello, en las últimas
dos décadas, herpetólogos, biólogos de la conservación,
parasitólogos, micólogos y otros especialistas han con-
formado muchos equipos de trabajo por todo el mundo
para averiguar la causa última de esta mortalidad masiva.
Se ha avanzado bastante, pero aún quedan muchas
aspectos por comprender y, desde luego, está todo por
hacer para descubrir cómo mitigar estos efectos, si es
que fuera posible hacerlo. Lo que hoy sabemos es que
el principal culpable de las desapariciones súbitas es un
hongo patógeno llamado Batrachochytrium dendrobatidis,
un miembro del grupo de los quitridios descubierto en
1999; nunca antes se había conocido una especie de
este grupo que parasitase a vertebrados. Aunque hay
indicios de que podría provenir de África y haberse
extendido por el globo transmitido por una especie de
rana de uso común en laboratorios (Xenopus laevis), hay
datos que hacen dudar de tal hipótesis. Podría ser que
el hongo siempre haya estado por todas partes pero sólo
ahora se ha hecho infeccioso. Esta hipótesis alternativa
invoca al cambio climático como factor que podría haber
desencadenado la nueva acción patógena del hongo o la
nueva vulnerabilidad de los anfibios. En América y Australia
la enfermedad, llamada quitridiomicosis, se ha comportado
como una ola invasora de avance predecible y efectos
devastadores. Afecta sobre todo a las especies de áreas
montañosas que se reproducen en aguas corrientes. Las
bonitas ranas arlequines de América tropical (género
Atelopus), de las cuales quedaban decenas por describir
para la ciencia, han desaparecido en casi todas partes,
habiendo sobrevivido prácticamente sólo las especies de
tierras bajas; de casi todas las especies de montaña no
hay ni rastro, incluyendo algunas como el “jambato” de
Ecuador, de la que se llegó a decir que, en algunos lugares
y ciertas épocas, era imposible caminar sin pisarlas.
Seguramente son más de 100 las especies de Atelopus
que han sido borradas del mapa para siempre en los
últimos 25 años, prácticamente el 80% de las especies
del género. Candidatas a haber sido víctimas del hongo
asesino son también las dos especies de Rheobatrachus
mencionadas anteriormente, aunque esto no se ha com-
probado; había en marcha programas de investigación
para estudiar con ellas el tratamiento de la úlcera de
estómago en humanos, pues la ingesta de los huevos y
la detención de todos los procesos digestivos durante su
incubación intra-estomacal, debía contener la clave del
control de la producción de jugos gástricos. Nunca lo
sabremos, pues una de las especies se vio por última vez
en 1979 y la otra en 1985, sólo un año después de haber
sido descubierta. De las dos especies de Rhinoderma
chilenas también mencionadas antes, una de ellas es muy
posible que haya desaparecido ya y la otra ha sufrido un
serio declive. Así, vemos que el fenómeno de la extinción
no sólo está borrando de la faz de la tierra ésta o aquella
especie, sino terminando a la vez con estrategias biológicas
únicas y fascinantes, trayectorias evolutivas que tardaron
millones de años en gestarse y que se pierden para
siempre. Es dramático que nos esté tocando vivir un
momento así, pero esta es la realidad actual y, si es que
tenemos alguna responsabilidad en ella (y casi todos los
indicios apuntan en ese sentido), debemos hacer todo lo
posible por cambiarla.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Atelopus zeteki, rana arlequín de Panamá con categoría de "En peligro crítico". La mayoría de las especies de este género se ha extinguido por culpa de la quitridiomicosis.
[conciencia] slas
42
DIVERSIDAD FISIOLÓGICACuando pensamos en diversi-dad animal tendemos a pensaren la diversidad de especies,de grupos taxonómicos, tam-bién de patrones corporales,de anatomía. E incluso, tende-mos a relacionar esas especiescon la diversidad de entornos.
cero, hay riesgo de congelación. A continuación veremos
unos casos en los que distintos animales han desarrollado
diferentes estrategias para hacer frente al frío o a sus
efectos.
Vivir bajo ceroDebido a las sales disueltas que contiene, el agua de mar
se congela a -1'8 ºC. Los líquidos corporales de los peces
(teleósteos, al menos) contienen menos solutos, por lo
que la temperatura de congelación de la mayoría de ellos
es -0'8 ºC. Por eso, uno tiende a pensar que difícilmente
podrían encontrarse peces en aguas que se encuentran
a temperaturas inferiores a ese valor, puesto que los
líquidos internos de los peces estarían congelados. Pero,
por increíble que parezca, sí hay peces a temperaturas
inferiores a esa, y los hay porque sus líquidos corporales,
contra lo que cabría esperar, no se congelan. La razón
de esa paradoja es que los peces que viven en esas
aguas tan frías acumulan en su interior sustancias que
tienen efecto anticongelante. Así, los peces que viven en
el Océano Antártico acumulan glucoproteínas en su interior,
que es lo mismo que hacen los bacalaos de los mares
septentrionales. Pero hay otras sustancias que sirven al
mismo propósito. De hecho, las sustancias más utilizadas
para evitar la congelación son los péptidos. Y hay peces
que utilizan moléculas aún más simples, como la glucosa;
Fundulus heteroclitus, por ejemplo, acumula glucosa, un
simple azúcar.
Fuera del mar también hay organismos que recurren a
solutos anticongelantes. Algunos anfibios recurren, como
Fundulus, a la glucosa. Y otros han optado por el glicerol,
otra sustancia relativamente simple también.
Sea cual sea la molécula, todas tienen una característica
común: se trata de moléculas orgánicas. Y esa caracterís-
tica, su condición orgánica, la comparten con los anticon-
gelantes que utilizamos en los radiadores de los automóvi-
les cuando llega el invierno. Así pues, también en este
caso los seres vivos se han adelantado millones de años
a algo que los fabricantes de automóviles creyeron inventar
hace tan solo unas cuantas décadas.
Además, hay animales que toleran la congelación. La
mayoría son invertebrados. Pero también hay algunas
especies de vertebrados capaces de sobrevivir tras
haberse congelado y recuperar sus funciones vitales. Ni
Autor:
Juan Ignacio Pérez IglesiasCatedrático de Fisiología, Coordinador de la
Cátedra de Cultura Científica de la Universidad
del País Vasco.
Establecemos con facilidad la conexión entre, por ejemplo,
el modo de vida sésil del mejillón y el biso mediante el
que se adhiere a la roca donde vive. Y también ligamos
de forma automática la capacidad ambulatoria del caracol
con el poderoso pie que le permite desplazarse. Pero no
sólo los rasgos anatómicos tienen relación con el modo
de vida. Los fisiológicos también la tienen, una relación
fuerte, además.
Cuando hablamos de fisiología hablamos de las funciones
animales. A los que nos dedicamos a ese campo de la
Biología, nos interesan dos aspectos de la función: el
mecanismo implicado en la función y el problema que
permite resolver. Y por supuesto, como en cualquier otro
campo de la Biología, el punto de vista adaptacionista
siempre ha de estar presente, o lo que es lo mismo, para
comprender cómo funcionan los animales, debemos
tener presente que también eso es producto de la evo-
lución y consecuencia de las presiones selectivas que
han operado en el pasado de cada especie.
La temperatura, sus variaciones, así como los extremos
que puede alcanzar, es una variable de gran importancia.
Condiciona de forma decisiva la biología de los animales
y es un factor en relación con el cual han desarrollado
numerosos y muy diversos mecanismos adaptativos. Por
esa razón he utilizado esta variable aquí. Explicaré la
diversidad de respuestas que los animales dan a la
temperatura, al frío y al calor, como ejemplos claros de
diversidad fisiológica.
Fundulus
El fríoLas bajas temperaturas representan una seria dificultad
para la vida animal. La velocidad de las reacciones
químicas depende de la temperatura. Por ello, también
los procesos biológicos, -y muy especialmente el meta-
bolismo y los procesos que dependen de él-, varían con
la temperatura. Y eso puede ser un problema si las
temperaturas bajan o son muy bajas. Porque las activi-
dades animales pueden verse obstaculizadas por el frío.
Es más, allí donde la temperatura alcanza valores bajo
peces, ni aves, ni mamíferos toleran la congelación, como
tampoco la toleran la mayoría de reptiles y anfibios; también
en esos grupos esa tolerancia constituye una excepción.
Las especies que toleran la congelación viven, como es
lógico, en zonas muy frías y para poder sobrevivir no
tienen por qué desplazarse a zonas más cálidas cuando
llegan los hielos.
En el Viejo Mundo las únicas especies de las que se sabe
que toleran la congelación son la salamandra siberiana
(Salamandrella keyserlingi) y la lagartija europea (Lacerta
vivipara). El resto de vertebrados que recuperan sus
funciones tras la congelación se encuentran en Las Améri-
cas. Se han estudiado tres especies de reptiles, las tres
tortugas. Dos de ellas, Terrapene carolina y Terrapene
ornata, son las más grandes de las especies que toleran
la congelación.
El caso más sorprendente de tolerancia a la congelación
es el de la rana del bosque, Rana sylvatica, una rana que
puede encontrarse en el círculo polar ártico y que puede
experimentar la congelación completa de su cuerpo en
repetidas ocasiones. Es verdaderamente asombroso
observar cómo se congela, deteniéndose la respiración
y la circulación sanguínea, y dejando de responder a
estímulos. Un 65% de sus líquidos corporales se puede
convertir en hielo; puede llegar a tener hasta 7 u 8 g de
hielo en el celoma y bajo la piel, de manera que el resto
de órganos han de sufrir una deshidratación considerable.
Tras permanecer durante días o semanas en esa situación,
al fundirse el hielo por la elevación de la temperatura,
recupera todas sus funciones y en un plazo que varía
entre 5 y 14 horas, recobra la excitabilidad de los nervios
periféricos y las respuestas reflejas. La rana del bosque
utiliza una sustancia protectora harto conocido, la glucosa;
la acumula en sus fluidos para prepararse para la estación
fría. Alcanza concentraciones de entre 150 y 300 μmol/g
en los órganos principales, hígado, corazón y cerebro. A
efectos comparativos, ha de tenerse en cuenta que en
ranas en estado normal esas concentraciones se encuen-
tran entre los 1 y 5 μmol/g; esto es, son del orden de 100
veces menores. Parece ser que gracias a su tamaño
(grande) el proceso de congelación cursa de forma gradual
y además, no llega a formarse hielo en el interior de las
células, debido a la alta concentración osmótica que hay
en el medio intracelular al haberse producido flujo osmótico
de agua hacia el exterior de las células.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
El frío paralizaPor las razones dadas antes, el frío paraliza. Las bajas
temperaturas provocan una ralentización de los procesos
fisiológicos, con lo que ello supone si de lo que se trata
es de poder desarrollar niveles aceptables de actividad.
Sin embargo, en el reino animal se ha desarrollado toda
una batería de respuestas para hacer frente a los riesgos
que se derivarían de una estricta dependencia térmica
de los procesos biológicos. Me refiero ahora, por supuesto,
a los animales poiquilotermos, esto es, a aquellos que
no regulan su temperatura corporal.
Muchas especies de poiquilotermos han desarrollado
mecanismos moleculares que permiten mantener una
relativa independencia de la actividad con respecto al
cambio térmico. Un mecanismo muy común consiste en
disponer de una batería de variedades enzimáticas con
distintos óptimos térmicos. Este mecanismo es carac-
terístico de animales que habitan latitudes diferentes,
como varias especies de peces marinos, por ejemplo, y
también de otros que mantienen sus niveles de actividad
relativamente constantes a lo largo de las estaciones del
año. Así, la sustitución progresiva de enzimas metabólicas
con óptimos de actividad en temperaturas altas por otras
con óptimos a temperaturas bajas es un mecanismo
adecuado al pasar de verano a invierno.
Un caso curioso, descrito recientemente, es el de la
lengua del camaleón. Es conocido que los camaleones
tienen una lengua que proyectan a gran velocidad de
manera que atrapan a la presas, pequeños insectos, por
sorpresa. El problema para los camaleones es que en las
mañanas frías, prácticamente no pueden ni moverse, y
eso representa un problema si de ello depende su capa-
cidad para cazar. Curiosamente, la selección natural ha
encontrado una solución a ese problema. Resulta que la
lengua del camaleón, mientras se encuentra recogida, se
halla sometida a una considerable tensión, similar a un
muelle comprimido. Esa tensión se libera, proyectando
la punta de la lengua hacia delante, cuando abre la boca
para atrapar a una presa. En ese momento el camaleón
no desarrolla ningún trabajo; lo ha hecho antes, al recoger
la lengua. Por esa razón, aunque el frío deprima la actividad
metabólica, ello no afecta a su capacidad para lanzar la
lengua y atrapar presas. Al fin y al cabo, una vez ha
cazado un insecto, puede tomarse el tiempo que sea
necesario para recoger la lengua. Y una vez recogida,
aunque haya necesitado mucho tiempo, ya se encuentra
en situación de proyectarla de nuevo a gran velocidad.
Estufas biológicasLa otra gran estrategia para hacer frente al frío consiste
en calentar el organismo desde el interior. A eso se le
denomina endotermia, y es la condición que debe cumplirse
para que un animal pueda mantener más o menos cons-
tante su temperatura corporal. Los animales que mantienen
constante la temperatura corporal son homeotermos, y
por tanto, para poder ser homeotermo, un animal debe
ser endotermo. Dicho de otra forma, sin una fuente interna
de calor no es posible regular la temperatura corporal.
La constancia térmica se consigue igualando la pérdida
y la ganancia de calor. La pérdida de calor es la que se
produce, por conducción y por radiación, cuando la
temperatura externa es más fría que la interna. La única
forma de igualar esa pérdida es generando calor en el
interior del organismo (endotermia), y es la actividad
metabólica la que da lugar a esa producción de calor.
Esto tiene consecuencias importantes. Dado que el calor
es una forma de energía, térmica para más señas, es
necesario disponer de otra, la energía química contenida
en los alimentos, para producirla. Por eso, un animal
endotermo requiere mucho alimento. Dicho con otras
palabras, mantenerse caliente es caro.
Por ser caro mantenerse caliente, algunos animales
ahorran una parte de la factura hibernando. Muchos
mamíferos de zonas frías mantienen, de abril a septiembre,
un modo de vida normal, pero a partir de septiembre, en
algún momento, se recluyen en su madriguera, bajan la
temperatura corporal, reducen su metabolismo a un
mínimo, y dejan de desarrollar actividad muscular. Gracias
a todo ello ahorran mucha energía, que es de lo que se
trata, ya que en esas zonas suele escasear el alimento
en invierno. Hay que aclarar, no obstante, que durante el
periodo de hibernación, en ciertas ocasiones y con una
periodicidad determinada, despiertan para volver enseguida
a la condición de mínimo nivel metabólico. Se desconocen
las razones por las que se producen esos fugaces des-
pertares, pero deben de ser razones muy poderosas,
puesto que conllevan elevaciones significativas del gasto
energético, hasta el punto de que dos terceras partes del
gasto que se produce durante la hibernación ocurre
debido a esos breves episodios.
Una característica común a los animales que hibernan
es su pequeño tamaño. La razón de ello es que a los
animales de tamaño grande, por razones que ahora no
vienen al caso, no les interesa hibernar. Esta afirmación
seguramente chocará, pues todos tenemos en la cabeza
a los osos, que son animales de gran tamaño. Y lo cierto
es que, en contra de la creencia popular, los osos,
técnicamente, no hibernan; lo que hacen es desarrollar
una hipotermia superficial, que no es lo mismo, aunque
pueda parecerlo. El animal de mayor tamaño que hiberna
es la marmota alpina, que con sus cinco kilos de peso,
se encuentra muy lejos de las grandes masas propias de
los osos.
Otra posibilidad para hacer frente a las necesidades
derivadas del mantenimiento de una temperatura corporal
relativamente alta es acumular reservas de energía en
cantidades importantes. El caso quizás más extremo de
esa estrategia es la del pingüino emperador. Este pingüino
tiene un ciclo de vida verdaderamente extraño. Tras poner
el huevo, las hembras se dirigen al mar, en busca de
alimento, y los machos se quedan a incubarlo durante el
invierno austral. Permanecen sin comer a temperaturas
que pueden alcanzar los -50 ºC, y en medio de unas
tempestades de nieve y viento terribles. Para hacer posible
esta proeza biológica se conjugan tres elementos. Por
un lado cuentan con un aislamiento térmico -el plumaje-
excepcional; por otro, disponen de un gran volumen de
grasa, que han acumulado durante el verano en el rico
mar antártico; y finalmente, se disponen unos junto a
otros, en un agrupamiento que minimiza la pérdida de
calor. A pesar de ello, en ocasiones no sobreviven al
invierno.
Y la otra posibilidad es la de contar con suficiente alimento
durante todo el año, y en cantidades tales que su consumo
permita aportar la energía necesaria para equilibrar la
pérdida de calor. Tenemos un ilustrativo caso de este
fenómeno en la especie humana. A partir de datos obte-
nidos de los registros de intendencia del ejército de los
Estados Unidos, sabemos que existe una clara relación
entre la cantidad de alimento que consumen los soldados
y la temperatura media de la localidad en la que se
encuentran. La relación es negativa, por supuesto: comen
más cuanto más baja es la temperatura ambiental. Ex-
presado en unidades de energía, los soldados acantona-
dos en una localidad cuya temperatura media es 35ºC
consumen, en forma de alimento, 3.100 kilocalorías
diarias, mientras que aquellos cuyo entorno se encuentra
a una temperatura media de -30ºC, llegan a consumir
5.000 kilocalorías por día. Estos son los datos extremos,
pero la dependencia negativa existente entre ambas
magnitudes, -ingestión calórica diaria y temperatura
ambiental-, es muy clara para el conjunto de 22 acanto-
namientos de los que se tiene información precisa. Esa
relación negativa se deriva de las distintas necesidades
que impone la regulación térmica en unas y otras locali-
dades. Se necesita comer más cuando hay que hacer
frente a las mayores pérdidas de calor que se experimentan
en climas fríos, porque esa mayor ingestión de alimento
es la que permite disponer del combustible necesario
para compensar las pérdidas de energía en forma de
calor.
Tortuga terrapene
[conciencia] slas
43
Autor: Juan Ignacio Pérez Iglesias
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
El calorSi en vez de frío, hace calor, los problemas que hay que
resolver son otros. El excesivo calor puede causar la
muerte. Hay varias razones por las que el calor es letal,
pero seguramente es la inhabilitación de las neuronas la
razón primera de la muerte térmica. Por eso todos los
animales tratan de evitar condiciones térmicas letales. El
otro problema que causa una temperatura alta es, por
decirlo así, el contrario al que causaban las bajas tempe-
raturas. Altas temperaturas pueden provocar altas velo-
cidades biológicas y, por ende, alta actividad metabólica
y excesivo gasto de energía. Y ese mayor gasto es en
sí un problema, porque esa energía que se pierde no
queda disponible para crecer y para reproducirse, que
en última instancia, es de lo que se trata.
Los animales ectotermos pueden “resolver” este problema
de la forma ya descrita cuando hemos visto el efecto del
frío. Si dispone, por ejemplo, de una batería de variedades
enzimáticas con diferentes óptimos térmicos, puede
mantener relativamente constante su actividad metabólica.
Así pues, lo que valía cuando me refería al frío vale igual
al referirme al calor. Y por supuesto, hay animales que
no disponen de ese tipo de mecanismos de compensa-
ción.
Los seres humanos sudamosEn los animales homeotermos el problema se plantea
cuando la temperatura ambiental está por encima de la
corporal. Eso es un problema, porque un cuerpo más
frío que el entorno no puede perder calor ni por conducción
ni por radiación. Su único recurso consiste en la evapo-
ración. Es sabido que cuando un líquido se evapora
encima de una superficie, esa superficie se enfría, porque
al evaporarse, el líquido toma calor de ella. Todos hemos
experimentado esa sensación al mojarnos. En el reino
animal hay tres mecanismos para perder calor de esa
forma. Uno de los mecanismos consiste en la sudoración.
Nosotros, los seres humanos, somos un ejemplo claro
de ese comportamiento y de hecho, llegamos a perder
grandes volúmenes de agua de esa forma cuando nece-
sitamos disipar mucho calor. Un jugador de futbol, por
ejemplo, puede perder hasta un 4% de su masa corporal
en forma de sudor a lo largo de un partido, y eso que
suelen ingerir cierto volumen de agua (en forma de líquidos
isotónicos) en el vestuario durante el descanso y cada
vez que tienen ocasión cuando se detiene el juego. Y
puede ser bastante más lo que llegan a perder los
deportistas que participan en pruebas de resistencia de
larga duración.
Hablando de sudor, es ilustrativo el dato que aporta el
historiador británico Sir Robin Lane Fox en su “El Mundo
Clásico” (Editorial Crítica, 2007, 825 pp.; traducción de
“The Classical World. An Epic History of Greece and
Rome”, Penguin Books, 2005). Se refiere a la Atenas
clásica, cuando era la cabeza del imperio ultramarino
que llegó a ser en la Antigüedad. Cito literalmente:
“En las expediciones que se emprendían en pleno verano,
esos remeros mostraban una resistencia muy superior
a cualquier individuo de nuestros tiempos. En una recrea-
ción de este tipo de naves realizada recientemente, los
remeros tenían que ingerir un litro de agua por cada hora
de trabajo al remo (los remeros actuales de una trirreme
habrían necesitado por tanto casi dos mil litros de agua
para una jornada de trabajo de diez horas, mientras que
una trirreme antigua no podía transportar grandes provi-
siones de agua). “Casi toda el agua consumida”, cuentan
los modernos recreadores de la trirreme, “era eliminada
a través del sudor, y los remeros apenas sentían la
necesidad de orinar. Buena parte de ese sudor caía Marmota
goteando sobre los hombres que ocupaban la hilera
inferior, lo que resultaba verdaderamente desagradable
para ellos. El mal olor de la bodega era tan penetrante,
que debía fregarse con agua salada al menos una vez
cada cuatro días (aunque los antiguos atenienses proba-
blemente fueran más tolerantes)”. Para mantenerse fresco
el cuerpo debe evaporar fluidos, de modo que “la venti-
lación se hace absolutamente necesaria, pero rara vez
resulta suficiente para la inferior de las tres hileras” (los
entrecomillados, tomados de J.S.Morrison, J.F.Coates y
N.B.Rankov, 2000, “The Athenian Trireme”, 238 pp.)
Los perros jadeanLos canes carecen de glándulas sudoríparas y no sudan.
Pero eso no quiere decir que no recurran a la evaporación
como vía para perder calor. Lo que ocurre es que jadean
cuando tienen que perder calor y la corriente de aire que
provoca el jadeo facilita la evaporación del líquido superficial
que impregna las superficies respiratorias.
Los perros no jadean para respirar. Al jadear toman aire
por la nariz y lo expulsan por la boca; nosotros, cuando
jadeamos, tomamos el aire por la boca y lo volvemos a
expulsar por la boca. En nuestro caso, por lo tanto, el
movimiento es bidireccional; en el caso de los perros, sin
embargo es principalmente unidireccional. Esa diferencia
obedece al hecho de que si el movimiento de aire sobre
las superficies respiratorias fuese bidireccional, el calor
perdido en el movimiento de inspiración se recuperaría
en parte con el de espiración.
El jadeo canino es rápido, o mejor dicho, rapidísimo. De
hecho, si ese movimiento fuese provocado por las con-
tracciones repetidas de los músculos de la caja respiratoria,
la actividad muscular sería tan intensa que produciría más
calor que el que se consigue disipar evaporando el líquido
superficial de las superficies respiratorias. Y sin embargo,
como es lógico, no es así. Lo que ocurre es que los
músculos intercostales cuya contracción provoca la
actividad de jadeo sólo se contraen activamente al inicio
de la secuencia; a partir de ese momento la cavidad
torácica se contrae y se expande rítmicamente sin que
apenas sea necesario trabajo muscular adicional. Y eso,
por sorprendente que parezca, ocurre porque la frecuencia
de jadeo es la frecuencia de resonancia de la cavidad
torácica. Debido a ello, los perros, como muchos otros
animales sólo jadean con una frecuencia determinada, la
de resonancia de su caja torácica. Cualquier otra exigiría
un trabajo muscular demasiado alto y produciría, por ello,
excesivo calor.
Veamos un situación posible. Tras una carrera, por ejemplo,
para mantener constante su temperatura corporal, un
perro debe disipar el calor que ha producido su musculatura
esquelética. Bajo esas condiciones jadeará a una frecuencia
aproximadamente constante de entre 300 y 400 movi-
mientos por minuto. Conforme vaya disipando el exceso
de calor acumulado, su necesidad termorregulatoria
disminuye. Pues bien, no irá reduciendo su frecuencia de
jadeo progresivamente, sino que empezará a intercalar
periodos de respiraciones cuyos movimientos se producen
con una frecuencia muy inferior, de entre 30 y 40 movi-
mientos por minuto. Cualquiera que observe jadear a un
perro se percatará de ello. Así pues, no hay reducción
progresiva de la frecuencia, sino cambios abruptos, de
manera que conforme va teniendo menos necesidad de
disipar calor los periodos de respiración con menor
frecuencia van siendo cada vez más prolongados. El
movimiento de menor frecuencia es eminentemente res-
piratorio, mientras que el de mayor frecuencia, sin dejar
de ser también respiratorio, es ante todo termorregulatorio.
En los perros, el líquido que se evapora en la superficie
respiratoria proviene de una glándula nasal. Se tiene
conocimiento de la existencia de esa glándula desde el
siglo XVII, pero antes se pensaba que su función era la
de mantener húmeda la nariz. Sin embargo, parece que
además de esa función también surte de agua a los
epitelios de las vías nasales internas. Y gracias a ella se
mantiene la nariz perruna húmeda y fresca. De alguna
forma, la función de esa glándula es equivalente a la que
cumplen las glándulas sudoríparas de los animales que
sudamos.
ConclusiónComo hemos podido ver, también en el terreno de las
funciones cabe hablar de diversidad, y cabe hacerlo,
además, ligado a la adaptación a las características del
entorno. Hay diversidad de usos de un mismo dispositivo.
Y también hay diversidad en cuanto a los mecanismos
mediante los que los animales hacen, -o hacemos-, frente
a las condiciones ambientales que pueden representar
un problema. Los efectos del frío se pueden combatir de
diferentes formas, y lo mismo pasa con los del calor. En
última instancia, de lo que se trata es de sobrevivir y de
disponer de los recursos necesarios para perpetuarse en
la descendencia, y cada especie ha desarrollado los
mecanismos que se lo han permitido.
[conciencia] slas
44
Autor: Juan Ignacio Pérez Iglesias
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
45
MICROALGASPOTENCIAL BIOTECNOLÓGICO DE LAS
Autores:
Patricia Assunção, Adelina de la Jara,Laura Carmona, Karen Freijanes,Eduardo Portillo, Héctor MendozaDepartamento de Biotecnología, Instituto
Tecnológico de Canarias (ITC).
A pesar de su gran importancia para nuestro Planeta,
las microalgas constituyen un grupo de microorganis-
mos cuyos usos potenciales aún no han sido suficien-
temente estudiados. Se han descrito más de 40.000
especies de microalgas, pero se estima que más de
10 millones están aún por catalogar. De las especies
de microalgas conocidas, menos del 1% ha sido
sometido a trabajos de “screening” para la identificación
de nuevas sustancias bioactivas o potenciales aplica-
ciones industriales o agrarias. Teniendo en cuenta que
sólo se explotan industrialmente con éxito unas 6
especies, se puede decir que la biotecnología de las
microalgas es una actividad en fase de desarrollo que
se beneficia tanto de técnicas de la biotecnología
tradicional como de la moderna. Las microalgas cons-
tituyen una de las más importantes reservas de nuevos
productos y aplicaciones.
Hoy en día, las microalgas se han diversificado hasta
límites desconocidos y se encuentran en ambientes
muy diferentes. Han colonizado ecosistemas muy
dispares en los que los rangos de salinidad y tempe-
ratura varían fuertemente. La adaptación a estos
ambientes pasa por la aparición de procesos que, de
alguna manera, las protegen, ya sea por la síntesis de
compuestos antioxidantes en ambientes de alta salini-
dad y temperatura, la disposición en la membrana de
ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga que
evitan la congelación de la membrana en ambientes
muy fríos o el desarrollo de mecanismos fototácticos
mediante los que las microalgas son capaces de evitar
las horas de mayor irradiación.
Las microalgas fueron los primerosorganismos con capacidad de fo-tosíntesis y uno de los principalesagentes en la creación de la actualatmósfera terrestre. Estos organis-mos son claves en el equilibrio pla-netario, ya que la dinámica del dióxi-do de carbono en la Tierra está, engran medida, determinada por ellosy, además, constituyen la base delas cadenas tróficas que permitenla vida en los océanos.
Aparte de la industria farmacéutica (restringida a un
reducido número de productos) y la producción desti-
nada a la acuicultura, el mayor mercado para los
productos obtenidos a partir de la microalgas corres-
ponde a los alimentos dietéticos y funcionales, seguido
por el mercado de aditivos alimentarios, especialmente
carotenoides como la astaxantina y el β-caroteno. La
producción de ácidos grasos poli-insaturados de
cadena larga -ω3 y -ω6 a partir de microalgas, para
consumo humano y animal, se presentan como una
óptima alternativa de futuro a la fuente tradicional de
estas sustancias, los aceites de pescado. Por otra
parte, debido en gran medida a la crisis del petróleo
en los últimos años, y al consecuente uso abusivo de
los cereales para la producción de etanol y biodiesel,
las microalgas han vuelto a suscitar interés como
productoras de biocombustibles.
El Departamento de Biotecnología, perteneciente a la
División de Investigación y Desarrollo Tecnológico del
Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), en colaboración
con otras instituciones locales e internacionales, centra
su esfuerzo en la exploración de actividades basadas
en la biotecnología que ofrezcan nuevas posibilidades
de desarrollo en los sectores de la industria, la agricultura
y el medio ambiente. Sus principales líneas de trabajo
se basan en el estudio de las aplicaciones potenciales
de las microalgas, teniendo en cuenta su enorme
biodiversidad. Para ello se seleccionan las especies y
cepas de microalgas que reúnen las características
adecuadas para la producción de la sustancia de
interés (trabajos de “screening”) antes de cultivarlas a
gran escala. Posteriormente, esos cultivos son cose-
chados (centrifugación, tamizado, floculado, etc.) y
procesados (secado, pasteurizado,etc.) hasta obtener
una biomasa destinada a la aplicación de interés
(alimentación, farmacia, cosmética, energía, etc.). En
este sentido, la identificación y la caracterización de
nuevas especies y cepas no sólo constituye uno de
los más prometedores abordajes en el campo de la
biotecnología, sino una contribución inestimable a la
preservación de su biodiversidad. Como ejemplo, los
grandes programas de investigación sobre la utilización
de microalgas en procesos de mitigación de gases de
efecto invernadero y la producción de biocombustibles,
que en la segunda mitad del siglo XX fueron puestos
en marcha por E.E.U.U. y Japón, permitieron generar
importantes colecciones de microalgas que en la
ESPECIES DE MICROALGAS CON ALTA RELEVANCIA EN APLICACIONES BIOTECNOLÓGICAS
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Observación microscópica de la microalga Haematococcus. Cultivo de microalgas en medio solido.
Especie/Grupo Producto Aplicaciones
Spirulina platensis/Cyanobacteria Ficocianina, biomasa Alimentos dietéticos
Chlorella vulgaris/Chlorophyta Biomasa Alimentos dietéticos, suplementos dietéticos, sustitutos de piensos
Dunaliella salina/Chlorophyta Carotenoides, ≤-caroteno Alimentos dietéticos, suplementos dietéticos, piensos
Haematococcus pluvialis/Chlorophyta Carotenoides, astaxantina Alimentos dietéticos, productos farmacéuticos, aditivos de piensos
Ondontella aurita/Bacillariophyta Ácidos grasos Productos farmacéuticos, cosméticos, alimentación infantil
Porphyridium cruentum/Rhodophyta Polisacáridos Productos farmacéuticos, cosméticos, alimentación
Isochrysis galbana/Chlorophyta Ácidos grasos Alimentación animal
Phaedactylum tricornutum/Bacillariophyta Lípidos, ácidos grasos Alimentación, producción de biodiesel
Lyngbya majuscule/Cyanobacteria Inmunomodeladores Cosmética, Alimentación
Nannochloropsis oculata/Chlorophyta Ácidos grasos Alimentación animal
Autores: Patricia Assunção, Adelina de la Jara, Laura Carmona, Karen Freijanes, Eduardo Portillo, Héctor Mendoza.
[conciencia] slas
46
actualidad constituyen la base de muchos trabajos en
diferentes áreas de la investigación. Actualmente, el
Departamento de Biotecnología del ITC posee una
amplia colección de microalgas, provenientes de co-
lecciones oficiales de cultivo y fruto de los aislamientos
de campo realizados a lo largo de 10 años que son la
base de muchos proyectos de investigación. En este
sentido, el Departamento de Biotecnología ha apostado
por las herramientas de la biología molecular para lograr
una identificación correcta de las especies de microalgas
depositadas en su cepario, una vez que la taxonomía
tradicional, además de muy laboriosa, no siempre
permite una identificación precisa. Por otra parte,
también se ha empezado a estudiar la variabilidad
genética intra-especifica de las diferentes especies de
microalgas que producen moléculas de interés biotec-
nológico, de manera que pueden ser seleccionadas.
Por ejemplo, se ha obtenido una gran variabilidad intra-
especifica en diferentes aislamientos de campo de la
microalga Dunaliella salina, el mayor productor de β-
caroteno a nivel industrial.
Entre los estudios realizados por el ITC, cabe destacar
el diseño y desarrollo de técnicas de cultivo a gran
escala para la producción de microalgas destinadas a
consumo humano y para la elaboración de piensos
animales, así como la elaboración de dietas para
acuicultura. Asimismo, el Departamento de Biotecno-
logía de esta institución lleva a cabo estudios de
viabilidad técnica para la producción de sustancias
bioactivas a partir de microalgas, con especial atención
a la obtención de bioantioxidantes naturales, que
pueden ser aplicados en la elaboración de alimentos
funcionales. Este departamento ha dedicado también
sus esfuerzos a la producción de pigmentos naturales
(β-caroteno, astaxantina) de uso alimentario a partir de
microalgas. Otra utilidad de gran importancia es la
depuración de aguas residuales y gases de combustión
a partir de cultivos intensivos de microalgas. Por otra
parte, en los últimos años se ha trabajado con vista a
seleccionar especies y cepas de microalgas hiperpro-
ductoras de ácidos grasos saturados para producción
de biocombustibles, y poli-insaturados (-ω3 y -ω6)
para uso alimentario.
Por último, decir que las Islas Canarias, por sus óptimas
condiciones ambientales (clima templado y una ade-
cuada insolación), constituyen un lugar ideal para el
desarrollo del cultivo intensivo de microalgas a gran
escala. El cultivo de microalgas es una actividad de
bajo impacto ambiental con una baja demanda de
energía que no requiere ni suelo fértil ni agua de calidad.
No compite, por tanto, con otras actividades agrarias.
En la actualidad, ciertas microalgas son la base de una
floreciente industria biotecnológica. Canarias es un
territorio frágil, deficitario en su sector industrial y en el
que el sector primario pierde de forma acelerada peso
económico a favor de un sector terciario fuertemente
dependiente del turismo. El desarrollo tanto de la
industria como de las actividades agrarias, fuertemente
condicionado por la insularidad, sólo podría sustentarse
sobre nuevas actividades poco exploradas, con un
gran potencial de desarrollo tecnológico y comercial y
de bajo impacto ambiental, como es el caso del cultivo
intensivo de microalgas.
PROYECTOS EN QUE PARTICIPA EL DEPARTAMENTO DE BIOTECNOLOGÍA DEL INSTITUTO
TECNOLÓGICO DE CANARIAS (ITC)
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Estudio de los usos energéticos, farmacéuticos, alimentarios y cosméticos
de la biomasa de microalgas teniendo en cuenta aspectos de viabilidad,
sostenibilidad social, medioambiental, energética y económica.
Mejora del conocimiento sobre organismos extremófilos y ampliación la
colección de microalgas originarias de ambientes hipersalinos del
Departamento de Biotecnología del ITC.
Creación de un banco genético marino de la Macaronesia.
Diseño y desarrollo de nuevos formatos alimentarios a partir de microalgas.
Transición hacia un modelo Energético Sostenible para Madeira, Azores
y Canarias.
Uso de lactosueros para el cultivo heterotrófico de microalgas para la
producción de ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga y la
elaboración de lactorremplazantes en nutrición animal.
Estudio de viabilidad técnica de los difusores venturi como mejora del
proceso de dilución en vertidos de salmuera procedentes de desaladoras
y consiguiente reducción del impacto ambiental en los ecosistemas
marinos, especialmente sobre praderas marinas.
Valorización energética de cultivos de microalgas en plantas alimentadas
por energías renovables (bioacumuladores: producción de biodiesel y
fijación de emisiones de CO2 por cultivos de microalgas).
Fuentes alternativas de biomasa: microalgas en nutrición animal. Evaluación
del efecto de microalgas marinas sobre el sistema inmune de rumiantes.
PSE-Microalgas
OMARAT/POCTEFEX
BANGEN
FAM
TRES
LACTOALGA
VENTURI
BIOACU
INMOSEAWEED
Acrónimo Proyecto Entidades Financiadoras Objetivo
Cultivo de microalgas a escala de laboratorio.
Cultivo de microalgas en fotobioreactores.
Cultivo de microalgas en sistemas abiertos (raceways).
[conciencia] slas
47
LA BIODIVERSIDAD Y LAS CIENCIAS FÍSICAS
FÍSICA Y VIDA
Autores:
Dr. Juan Manuel Martín González yDr. Jesús García RubianoDepartamento de Física. Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria.
La mayor parte de las personas no considera a la Física
como una disciplina fundamental en el estudio de la
biología y de la vida en general. Así, cuando se analizan
los planes de estudio de las carreras de Biología,
Veterinaria o Medicina se constata que se dedica muy
poco tiempo al estudio de la Física que se considera,
a lo sumo, una materia auxiliar. Esta concepción es
errónea y simplista, ya que la Física subyace en todos
los aspectos de las Ciencias de la Vida. En este sentido,
la mecánica nos proporciona los fundamentos de la
estructura de los seres vivos, tanto desde el punto de
vista estático como dinámico, nos permite entender,
por ejemplo, la bipedestación del ser humano o cómo
era el equilibrio de los antiguos saurios. La Termodiná-
mica es otra parte de la Física clave en los estudios
biológicos, ya que sus leyes regulan los intercambios
energéticos entre los sistemas biológicos tanto a nivel
celular como en el ámbito macroscópico. Resulta
frecuente definir a un organismo vivo como un sistema
termodinámico que lucha contra el aumento inexorable
de la entropía1 que impone el segundo principio de la
termodinámica. La mecánica estadística -parte de la
Física que modeliza sistemas de muchas partículas-
se ha utilizado como herramienta para modelar la
dinámica de poblaciones de seres vivos desde unice-
lulares a seres humanos.
La Electricidad y el Magnetismo -otra de las piezas
angulares de la Física- subyace en todo el fenómeno
vital y nos permite entender, cosas tan dispares como
el intercambio de nutrientes en la membrana celular,
la trasmisión nerviosa, la naturaleza de la radiación
electromagnética que reciben y emiten los seres vivos
o la orientación de las aves en los fenómenos migra-
torias. Qué no decir de la óptica, que además de
proporcionar instrumentos tan útiles como el micros-
copio, es la base de nuestro sistema de visión. La
mecánica cuántica y sus aplicaciones como la Física
Atómica, la Física nuclear o la Física del Estado Sólido
son disciplinas estrechamente imbricadas con la Quí-
mica en el estudio de las bases de la vida.
Por otra parte, la mayor parte de nuestros medios de
observación de los seres vivos se basan en alguna de
las ramas de la Física. Baste como ejemplo indicar,
que gran parte de los avances en los estudios médicos
y biológicos en las últimas décadas han sido posibles
gracias al desarrollo de instrumentos como los aparatos
de Rayos X, el microscopio electrónico, el láser o la
resonancia magnético-nuclear.
Todo lo anterior nos indica que la Física, lejos de ser
una herramienta auxiliar, en las ciencias de la vida
constituye una de sus disciplinas básicas de forma
que toda persona que se quiera acercar al estudio de
este campo debería tener sólidos conocimientos de la
misma. Esto ha sido reconocido desde la antigüedad
y grandes físicos han dedicado parte de sus esfuerzos
a la relación entre la Física y la vida. Hermann von
Helmholtz (1821-1894) conocido por sus estudios de
termodinámica, acústica y electromagnetismo estudió
también la fisiología sensorial, los Premios Nobel de
Física y padres de la teoría cuántica Niels Bohr (1885-
1962) y Erwin Schrödinger (1887-1961) se interesaron,
también, en la aplicación de su nueva teoría a la vida
llegando el último a escribir un libro titulado ¿Qué es
la vida? También podemos destacar al célebre George
Gamow (1904-1968), quien colaboró activamente con
James D. Watson en aplicaciones de teorías físicas al
ADN o al físico nuclear húngaro Leo Szilard (1898-
1964), quien se dedicó a la Biología tras la segunda
guerra mundial.
Desde el punto de vista abiótico, o del entorno de los
sistemas vivos, la importancia de la física es determi-
nante: geofísica (terremotos, tectónica de placas,…),
oceanografía, meteorología,… El problema surge pre-
cisamente cuando constatamos que los objetos de
estudio de estas partes de la física son, probablemente,
los sistemas no biológicos más complejos conocidos.
El sistema más complejo del universo probablemente
sea nuestro cerebro.
La metodología clásica de la Física se basa, en general,
en la reducción de problemas complejos a una suma
de problemas simples. Durante siglos, las limitaciones
del cálculo matemático han hecho que los físicos
realizaran fundamentalmente modelos de los fenómenos
basados en sistemas lineales que fueran resolubles.
Los modelos se mejoraban considerando que las no
linealidades en las ecuaciones eran pequeñas pertur-
baciones sobre las soluciones de los modelos lineales.
Este esquema conduce a modelos de una gran utilidad
que nos han permitido comprender desde el compor-
tamiento de los átomos a la evolución del universo y
realizar desarrollos tan prácticos como edificios, puen-
tes, maquinaria industrial, generadores de energía o
productos electrónicos. Sin embargo los modelos
lineales son demasiado simples para describir sistemas
complejos como los relacionados con la vida, o los
geofísicos ya mencionados, en los que la interacción
no lineal entre sus partes da lugar a fenómenos apa-
rentemente imprevisibles.
Por ello, en las últimas décadas se ha intentado la
búsqueda de explicación a fenómenos complejos que,
debido tanto a su tamaño (número de variables) como
a la no linealidad de las interacciones entre sus ele-
mentos, son irresolubles mediante los modelos mate-
máticos en uso. Este esfuerzo ha dado lugar al naci-
miento de la Teoría del Caos y de la Geometría Fractal,
ambas de carácter interdisciplinar, aunque de profundo
contenido físico-matemático.
Estos dos elementos: no linealidad y sensibilidad
extrema a las condiciones iniciales, son los dos ingre-
dientes clave en los procesos o comportamientos
denominados caóticos. Como hemos comentado,
según la mecánica clásica, de un sistema lineal del
que se conocen sus ecuaciones características, y con
unas condiciones iniciales fijas, se puede conocer
exactamente su evolución en el tiempo. Pero en el
caso de los sistemas caóticos, una mínima diferencia
en esas condiciones hace que el sistema evolucione
de manera totalmente distinta. Muchos sistemas
naturales como el Sistema Solar, la dinámica de las
placas tectónicas, los fluidos en régimen turbulento o
los crecimientos de población se aproximan más a un
sistema de este tipo que a uno lineal. Este hecho fue
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
George GamowErwin Schrödinger
[conciencia] slas
48
Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.
apuntado por Henri Poincaré (1854-1912) a comienzos
del siglo XX, pero no fue hasta la década de los 60,
cuando se comenzó a disponer de una capacidad de
cálculo suficiente con la aparición de los ordenadores
de alta velocidad, cuando pudo comprobarse. Las
primeras investigaciones en la Teoría del Caos se
deben a Edward Lorenz (1917-2008) al estudiar las
soluciones de un modelo matemático de dinámica
atmosférica se dio cuenta que alteraciones mínimas
en las precisión de los decimales de los números que
introducía en sus ecuaciones resultaban en soluciones
ampliamente divergentes2. El concepto de Caos De-
terminista surge en este entorno, estrechamente
relacionado con la Geometría Fractal3, que es la
geometría con la que se pueden modelizar las nubes,
de las cuencas de los ríos, de las líneas de costas
perfiladas por el mar, etc. Por si fuera poco, las
distribuciones de probabilidad que se obtienen en
estos casos, cuando se hacen análisis de tipo esta-
dístico, no siguen los patrones normales o Gausianos,
de manera que los valores medios en muchos casos
no existen y las varianzas no son finitas. Es en estas
especialidades donde los modelos físicos son más
débiles y donde la predicción a medio y largo plazo
es simplemente una quimera.
En la actualidad la capacidad de cálculo ha aumentado
exponencialmente de forma que junto a nuevos con-
ceptos y herramientas procedentes de las ciencias de
la complejidad, las ciencias físicas están tratando de
abordar el estudio de estos sistemas desde varios
puntos de vista distintos. En este breve artículo pre-
tendemos mostrar las relaciones entre estas nuevas
formas de “hacer Física” y el complejo fenómeno de
la biodiversidad.
BiodiversidadCon el término biodiversidad o diversidad biológica
hacemos referencia a todos los genes, especies,
ecosistemas y paisajes que conforman nuestro mun-
do. Abarca toda la variedad de la vida en la Tierra;
todos los seres vivos, desde los microscópicos a los
más grandes del planeta, así como su composición
genética única. Incluye a las plantas, los paisajes, las
tierras de cultivo, los bosques y los lagos. En definitiva
la enorme variedad de ecosistemas terrestres, enten-
didos como agrupaciones dinámicas de animales,
plantas y microorganismos, en estrecha interacción
entre ellos y con el entorno físico o abiótico en el que
viven. Por su parte este entorno no es menos diverso:
fenómenos geológicos, oceánicos, lagos, ríos, etc.
Sin olvidar la atmósfera, el clima y los ciclos climáticos
con toda su complejidad. La diversidad biológica
juega un papel fundamental tanto en el mantenimiento
de la vida en nuestro planeta como en muchos as-
pectos físicos y mentales relacionados con nuestro
bienestar y salud, siendo además muy importante el
mantenimiento de la biodiversidad para las genera-
ciones futuras.
La biodiversidad, es el resultado de la evolución,
mediante la selección natural, a lo largo de miles de
millones de años. Esta evolución parece ir en la dirección
de una cada vez mayor diversidad y reserva genética
o de especies que permita el mantenimiento de eco-
sistemas más adaptables y resistentes a las condiciones
ambientales cambiantes. Una mayor biodiversidad
aumenta la probabilidad de que existan especies en
el ecosistema que puedan responder a perturbaciones
diferentes tanto como que sean capaces de reemplazar
la función de alguna especie extinguida. A lo largo del
proceso evolutivo ha habido grandes extinciones de
manera que, en la actualidad, sólo hay una pequeña
parte, menos del 1%, de todas las especies que han
existido sobre el planeta, lo que da a las extinciones
un papel importante en el modo en que la vida ha
evolucionado.
Uno de los mayores retos de la ciencia moderna es
desarrollar una teoría unificada de la diversidad biológica.
¿Puede la enorme variedad de los seres vivos, el gran
ecosistema que es la biosfera en su conjunto, explicarse
en términos de leyes o principios relativamente simples
a la manera de la Física?
Fisica y BiodiversidadEn la tierra, los seres vivos interaccionan entre sí y con
su entorno físico, abiótico, en escalas de tiempo que
van desde el microsegundo hasta el milenio y en escalas
espaciales que van desde el micrómetro hasta el globo
terrestre entero. En medio de toda esta enorme diver-
sidad, tanto física como biológica, emergen patrones
de organización ecológica sorprendentemente precisos
y cuantificables; patrones que regulan el tamaño de
los organismos, las abundancias relativas de especies
tanto espaciales como en comunidades ecológicas,
etc., y cada patrón emergente proporciona pistas sobre
los mecanismos subyacentes que regulan la biodiver-
sidad. Muchos de ellos muestran la actuación de las
leyes y principios de la Física, la Química y la Biología,
en el control de los procesos fundamentales. Es obvio
que principios muy bien establecidos en Física, como
la conservación masa-energía, el comportamiento de
la materia a niveles atómicos o moleculares, a los que
se añaden otros procedentes de la química, de la
tectónica de placas, de las leyes de la herencia biológica,
de la evolución por selección natural, etc., deben
desempeñar un papel importante en la regulación de
la biodiversidad. Así, la existencia de ciertos patrones
estadísticos en las estructuras de comunidades refleja
la actuación de leyes naturales o al menos de principios
generales. Sin embargo no está claro cómo interactúan
entre sí estos procesos fundamentales para producir
la diversidad que vemos a nuestro alrededor ni cuál es
la causa de que los seres vivos muestren un grado de
auto-organización y complejidad tan grande.
Uno de los patrones ecológicos más importante viene
dado por la manera en la que aumenta el número de
especies a medida que aumenta el área muestreada,
conocida como relación especie-área. Hoy en día ya
no se pone en cuestión que la distribución espacial de
muchas especies muestra características fractales, y
que los métodos que se derivan de la geometría fractal
son adecuados para analizar patrones macroecológicos
como la mencionada relación especie-área. Aunque
también se encuentran especies cuyas distribuciones
se desvían de los patrones fractales estrictos.
El punto de vista TermodinámicoLa Primera Ley de la termodinámica, como es conocida,
formula que la energía total de un sistema se conserva
constante. La Segunda Ley establece que la entropía
de un sistema aislado sólo puede aumentar, lo que
implica que la energía libre de un sistema aislado es
degradada sucesivamente por sistemas que intercam-
bian calor, conduciendo a un aumento o producción
de entropía. Eventualmente el sistema tiende a alcanzar
un estado de equilibrio en el que la entropía es máxima
y donde cualquier perturbación tiende a ser anulada.
Todo posible gradiente es de inmediato eliminado o
degradado. En el equilibrio toda organización, estructura
o memoria del pasado queda destruida. Pensemos en
un animal encerrado en un lugar completamente aislado
y en lo que sucede después de su muerte.
Por ejemplo, cuando quemamos carbón obtenemos
calor, humo y cenizas; la energía concentrada en las
moléculas de carbón, se ha dispersado, desordenado,
la entropía ha aumentado. Con el carbón podríamos
conseguir hacer algún trabajo; con el humo, las cenizas
y el calor que se pierde en el aire, es más complicado.
Si vertemos leche en el café, se mezclaran aumentando
la entropía. Por mucho tiempo que esperemos, no
veremos que el café y la leche, de forma natural, se
separen, lo que implicaría un reordenamiento y por
tanto una disminución de la entropía. En resumen, todo
sistema cerrado tiende a un estado de máximo desor-
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Geometría fractal en una variedad de broccoli (izquierda) y representación gráfica de un atractor de Lorentz, ejemplo de modelo matemático con comportamiento caótico (derecha).
El litoral costero (izquierda) puede ser modelado de forma eficaz mediante la geometría fractal (derecha).
[conciencia] slas
49
den o entropía o, lo que es lo mismo, a una disminución
de la energía útil.
Desde el punto de vista termodinámico o más bien
mecánico-estadístico, la complejidad se relaciona con
la cantidad de información necesaria para describir un
sistema y, por tanto, cuanto más complejo es un ser
vivo más información hay contenida en él, más orde-
nados serán todos los procesos y estructuras que lo
conformen y, por tanto, menor será su entropía. La
cuestión de que la pérdida de información es equivalente
a un aumento de entropía no se aclaró del todo hasta
la mitad del siglo XX, con el desarrollo de la informática,
cuando se consiguió unificar la definición mecánico-
estadística de la entropía con la entropía como medida
de información o de incertidumbre; es decir cuando
se pudo relacionar con claridad el concepto de energía
con el de información.
En realidad los sistemas reales no están aislados,
intercambian energía, materia o información con el
ambiente que les rodea. Por ejemplo, la tierra intercam-
bia energía mediante radiación de diferentes longitudes
ondas: recibe radiación de onda corta y baja entropía
desde el sol y emite radiación infrarroja, térmica o de
onda larga, mucho más desordenada y entrópica, al
exterior. A pesar de ello, la termodinámica clásica
puede aplicarse, no sin dificultad, a sistemas no aislados
y en estados de no equilibrio, como mostró el Premio
Nobel Ilya Prigogine (1917-2003). Para estos sistemas
el cambio de la entropía total del sistema viene deter-
minada tanto por el aumento o la producción interna
de entropía, como por el flujo de entropía a través de
la frontera del sistema con su entorno. Así, un sistema
en no equilibrio puede mantener un nivel bajo de
entropía, a costa de aumentar la del ambiente, expor-
tando el excedente al exterior.
Todos los procesos naturales que se dan en la tierra,
un sistema termodinámico abierto, trabajan degradando
fuentes de energía libre y produciendo entropía. Así se
producen y mantienen los fenómenos abióticos: circu-
lación atmosférica, transporte de calor, ciclos hidroló-
gicos, etc. Pero los seres vivos también requieren de
fuentes de energía libre tanto para poder construir y
mantener sus complejos organismos como para realizar
trabajo (crecer, moverse, reproducirse...). Además, a
través del metabolismo de cada ser vivo, la actividad
biótica afecta tanto a la química del planeta (especial-
mente a la concentración de gases en la atmósfera)
como a las características físicas de la superficie
terrestre cambiando su albedo, rugosidad del suelo
(vegetación), etc. Todo ello implica la transformación
de diferentes formas de energía entre sí, gobernadas
por las leyes de la termodinámica.
Conviene aclarar que la temperatura no es una forma
de energía, aunque este término a menudo se usa por
algunos ecologistas en lugar del concepto de energía.
Sin embargo, la temperatura tiene una gran importancia
para los seres vivos ya que controla el ritmo al que los
organismos utilizan la energía química. La temperatura
ambiental es determinante en los procesos fisiológicos
de los organismos, en la reproducción y en su desarrollo,
también determina la distribución de los organismos
en zonas climáticas; en aguas más o menos frías; etc.
Mucha de la diversidad biológica depende de las
adaptaciones de los seres vivos a los distintos ambien-
tes climáticos que responden a gradientes térmicos.
El principal gradiente térmico en nuestro planeta es
debido a las diferencias de temperaturas entre el
ecuador más caliente y los polos mucho más fríos. En
este tipo de gradientes de temperatura, de forma
natural, se produce un transito de calor desde la zona
más caliente a la más fría, que tiende a reducirlo, a
conducir al sistema al equilibrio y cuyo responsable es
la entropía. La naturaleza siempre actúa de manera
que todo gradiente genera una “fuerza” que tiende a
contrarrestarlo. Es como si la naturaleza aborreciera
los gradientes. Un tornado, la corriente termohalina,
una bacteria que persigue un gradiente de glucosa,
un alud de nieve, el viento que mueve un molino, etc.,
tienen un mismo propósito: reducir un gradiente de
presión, temperatura, concentración química, energía
potencial, etc. Lo interesante es que entre las vías
disponibles de forma natural para contrarrestar los
gradientes se encuentra el desarrollo de estructuras
y de procesos altamente organizados. Un ejemplo
simple son las estructuras autoorganizativas que se
producen en los movimientos convectivos de fluidos
como respuesta a una diferencia de temperatura.
La naturaleza que nos rodea está plagada de sistemas
que, a pesar del segundo principio de la termodinámica,
se mantienen lejos del equilibrio; desde los fenómenos
meteorológicos y marinos pasando por los seres vivos,
hasta nuestras sociedades y estados modernos. Estos
sistemas se mantienen y desarrollan importando energía
de alta calidad, e incrementando su organización, a
expensas del aumento de entropía del entorno. En
nuestro caso, desgraciadamente, este aumento de
entropía toma la forma, entre otras, de enormes con-
tenedores de basura, emisión descontrolada de gases
a la atmósfera, de contaminación de ríos o mares.
Muchos de los residuos que eliminamos, todavía
contienen energía de cierta calidad y por tanto deberían
ser reciclados y reutilizados. La emergencia de empre-
sas de reciclaje, de grupos sociales que tratan de
ganarse la vida a la vez que cuidan el entorno, etc. es
una buena metáfora de aumento de la “biodiversidad”
y reducción de gradientes, aunque en este caso social
o económica.
Desde este punto de vista, los seres vivos son sistemas
termodinámicos disipativos, que se mantienen en
estados lejos del equilibrio, con una gran organización
interna. Para ello degradan fuentes de energía libre,
producen residuos que expulsan al exterior y aumentan
la entropía total del sistema. Desde cierta visión termo-
dinámica, la biodiversidad se debe a que la vida explora
y explota todos los gradientes de energía posibles a
su alcance, de manera que la entropía total se maximice.
Para ello, los ecosistemas desarrollan estructuras y
funciones que degradan de manera muy efectiva los
correspondientes gradientes de energía. Son maestros
del reciclaje.
Auto-organización y emergencia enla frontera del CaosLa vida no es sólo orden y organización, también
necesita el caos o el azar para poder explorar, para
acceder a lo nuevo, para aprender. Nada hay más
caótico que la cría de un animal cuando está en proceso
de aprendizaje, como todo propietario de un perro o
un gato sabe. Por esta razón a veces se habla de la
vida como un proceso de auto-organización entre el
orden y el caos, que se sitúa en alguna zona crítica
entre fases definidas. Así físicos, como el recientemente
fallecido Per Bak (1948-2002) y sus colaboradores
Chao Tang y Kurt Wiesenfeld, han desarrollado la idea
de los Sistemas Críticos Autoorganizados (Self-
organized criticality o SOC). Tratan de responder a
preguntas del tipo ¿Qué es lo que subyace debajo de
la eficiencia funcional de estos enormes sistemas? Lo
que parece suceder es que los grandes sistemas que
funcionan eficazmente no se rigen por el caos deter-
minista, ni por el orden estructural perfecto, sino que
de alguna manera se sitúan en una zona crítica, en
algún lugar entre el orden y el caos. Usando un símil
automovilístico: circulan bordeando siempre la legalidad.
Desde un punto de vista musical diríamos que estos
sistemas no tensan la cuerda ni muy rígida ni demasiado
suelta, ni afinan el instrumento de forma perfecta. Se
sitúan en un punto de afinamiento que, si bien no es
el mejor, es el que permite adaptarse mejor a otros
músicos, al director, a la obra y al ambiente musical.
Téngase en cuenta que de nada sirve ser el mejor
músico del mundo si lo importante es el sonido del
Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Las células de Benard, debidas al movimiento convectivo de las partículas de un líquido entre dos placas a diferentes temperaturas, son un ejemplo de las estructuras disipativas
autooganizadas estudiadas por Prigogine.
Las colonias de bacterias y los hormigueros son ejemplos de estructuras emergentes autoorganizadas.
[conciencia] slas
50
mitir información suficiente a su descendencia y ser
capaz de reaccionar a estímulos externos.
Leyes de potencia. Complejidad eco-lógica y biodiversidad.En el estudio de los sistemas naturales una de las
verdades inevitables es que no hay una escala deter-
minada a la cual estudiar su dinámica, y uno de los
objetivos de la ciencia es el estudio de propiedades
universales que no dependen de las escalas determi-
nadas por los detalles del modelo. El inevitable problema
de la escala viene asociado también al hecho de que
tanto los animales como las organizaciones sociales
no pueden hacerse mucho más grandes o mucho más
pequeños sin experimentar cambios fundamentales
en su estructura o conducta. Una ley de potencia o
de escala se describe mediante una expresión mate-
mática del tipo y = c xb donde x e y son dos variables,
cantidades u observables, c es una constante (también
puede entenderse como una constante de normaliza-
ción), y b el exponente de escala.
La propiedad más interesante de este tipo de ecuacio-
nes es que su forma no varía si cambiamos las escalas
con las que observamos las variables. A esta propiedad
se la conoce como invarianza en escala (scaling inva-
riance) y, los fenómenos asociados a este tipo de
comportamiento, se denominan libres de escala (scale
free). Estadísticamente, una serie de datos que se
distribuyan de esta manera, o que se expresen siguien-
do una ley de este tipo, carecen de magnitudes carac-
terísticas, es decir, no tiene longitudes características,
ni valores medios o varianzas definidos.
La aparición de leyes de potencia sugiere la existencia
de algún tipo de orden subyacente en sistemas capaces
de auto organizarse, aunque estos mecanismos no
han sido completamente explicados en muchos siste-
mas. A pesar de ello hay cierto número de modelos o
de procesos que las generan. Uno de los más conoci-
dos es el ya mencionado de los Sistemas Críticos
Autoorganizados (SOC). El estudio de las leyes de
escala permite simplificar la complejidad ecológica y
entender algunos de los principios físicos y biológicos
que regulan la biodiversidad. Este sigue dos direcciones:
· De tipo estadístico, estudiando la aparición de distri-
buciones de frecuencia del tipo p(x) = c xb, a veces
denominadas de “cola larga”, que siguen procesos
que carecen de escalas característica, que muestran
comportamiento fractal y, por tanto, poseen las
mismas propiedades estadísticas a diferentes escalas.
Estos comportamientos han sido tradicionalmente
estudiados por la física en el caso de los fenómenos
críticos que aparecen en las transiciones de fase y
que no poseen una escala característica o típica, ni
en el espacio ni el tiempo.
· De tipo alométrico. Investigaciones recientes en el
campo de la alometría, refuerzan la idea de que el
tamaño es uno de los ejes principales de la variación
biológica. Los organismos vivos varían en tamaño
desde las millonésimas de gramo de bacterias o virus
hasta las toneladas que pesa una ballena; hay más
de 21 órdenes de magnitud entre sus pesos. Sin
embargo, la Ley de Kleiber: r = cM3/4, relaciona el
ritmo metabólico r y la masa corporal M de todos los
organismos vivos, desde la célula hasta la ballena.
Esta sencilla ley de potencia, considerada una de las
leyes más importante en biología, es para algunos el
origen de la “cuarta dimensión” de la biología, debido
a su conocido exponente de escala 3/4.
Por otra lado una gran parte de la biodiversidad global
se debe o puede atribuirse a fenómenos abióticos que
varían espacialmente y con los que el medio biótico
interacciona. Es el caso de la enorme heterogeneidad
de los paisajes terrestres, marcadas por los procesos
tectónicos, erosivos, etc. Para cuencas de ríos o redes
hidrográficas se han encontrado relaciones de escala
en leyes de potencia típicamente fractales. No deja de
sorprender como las raíces y ramas de los árboles, los
sistemas circulatorios, respiratorios o digestivos, se
ramifican de manera similar a como lo hacen los ríos.
Comparten el hecho de ser objetos fractales.
Por último, mencionar que bajo las Leyes de Potencia
puede subyacer una estructura fractal. Para la biodi-
versidad es importante el tratamiento geométrico de
la variación ambiental, de los gradientes ambientales,
y no hay una teoría global sobre ello. Aún así, la geo-
metría fractal nos puede permitir cuantificar y modelizar
la geometría de esta heterogeneidad ambiental. Algunos
gradientes, como la división por zonas de la vegetación
de los lagos, varían de forma lineal, suavemente. En
este caso, el problema fractal está en la frecuencia y
el tamaño de los lagos en una determinada región. La
geometría fractal, también puede ser de utilidad al
analizar distribución espacial de los nutrientes del suelo.
Para otro tipo de gradientes, como los generados por
los claros en los bosques o selvas tropicales, producidos
por los grandes árboles cuando caen, y que permiten
el acceso de la luz a ciertas zonas del bosque en
permanente sombra, se producen distribuciones que
muestran la formación de estructuras fractales y multi-
fractales. Ricard Solé y Susanna Manrubia4 mostraron
que estos grandes sistemas se encuentran en un
estado de criticalidad autoorganizada (SOC), estados
a los que tienden de forma espontánea algunos sistemas
formados por muchos elementos que interactúan no
linealmente entre sí. Sistemas auto-organizados, puesto
que en ellos los patrones emergen a partir de las
interacciones, de los arreglos, entre los componentes
del sistema y no son debidos a causas externas.
Redes complejasOtro de los grandes retos es entender cómo la biodi-
versidad responde ante perturbaciones como la pérdida
de hábitat, las invasiones biológicas, la sobreexplotación
de los recursos naturales o el cambio climático. O
responder a preguntas del tipo: ¿cómo afecta la extin-
ción de una especie al conjunto del ecosistema? ¿Se
verán afectadas muy pocas o, por el contrario, se
iniciará una avalancha de coextinciones que se propa-
garán por todo el sistema? En la actualidad solo hay
una pequeña fracción de todas las especies que han
existido alguna vez sobre la tierra, mucho menos del
1% de la diversidad global. La extinción de especies
en forma de avalanchas parece ser la norma y, así, el
sistema parece comportarse como un “Sistema Crítico
Autoorganizado”.
grupo como un todo, y este se consigue evolucionando
y aprendiendo juntos, cuando la autoorganización es
perfecta. La rigidez no es buena, pero la anarquía
tampoco: hay una zona de equilibrio inestable, un
atractor, donde el flujo de información y energía entre
las partes del sistema es el más óptimo, y hacia donde
el sistema es atraído de forma natural. Hay muchos
ejemplos como este: equipos de fútbol, empresas,
ecosistemas. Si un león o un tiburón fuera un depre-
dador perfecto, no pasara hambre, en poco tiempo
no quedarían presas para comer. El ser humano casi
lo es, el barco de pesca armado con equipos dirigidos
por satélite, el cazador armado con la moderna tec-
nología, etc., pueden acabar con la biodiversidad.
Así, las colonias de hormigas o el cerebro son estruc-
turas emergentes, es decir, creadas por un gran
número de individuos que intercambian información
localmente, de manera que ninguno de ellos tiene
conciencia del superorganismo que están ayudando
a construir. Son sistemas auto-organizados, los ele-
mentos que los componen trabajan mediante algún
tipo de entendimiento mutuo, sin órdenes externas,
y los patrones que se observan en los niveles de
organización más altos como el cerebro o el pensa-
miento, emergen sólo de las numerosas interacciones,
no lineales, entre los individuos o subsistemas que
componen los niveles inferiores (neuronas). El tipo de
fenómenos emergentes que pueden surgir no son
predecibles con anterioridad y no podemos saber de
antemano si afectara al sistema de una forma positiva
o negativa. También es claro que estos fenómenos
no pueden ser entendidos examinando aisladamente
las propiedades individuales de los componentes del
sistema; se han de considerar las interacciones entre
sus componentes y tener en cuenta que las interac-
ciones pueden no ser directas, ya que un individuo
puede modificar el ambiente y este a su vez afectar
el comportamiento de los demás.
Las bacterias, por ejemplo, funcionan en equipo con
una división del trabajo espontánea y produciendo
enzimas y otros compuestos químicos colaborativa-
mente. Sus ciclos vitales se entrelazan y los productos
residuales de unas sirven de nutrientes a las otras.
Las bacterias ocupan su medio ambiente y lo alteran
profundamente realizando tareas que individualmente
no podrían llevar a cabo. Así, los comportamientos
que emergen a nivel colectivo son claves para entender
el mundo bacteriano y no podemos entender a las
bacterias analizándolas individualmente. En definitiva,
las bacterias, en su desarrollo metabólico y en el
intercambio genético, no sólo aprenden, sino que
generan un entorno de recursos colectivos que sustenta
a todo el planeta. Y todo esto de forma paralela,
distribuida, cooperativa y sin nadie que dirija.
Otro punto de vista se centra en la exergía, un concepto
procedente de la ingeniería, que mide la cantidad total
de energía libre en un sistema, y que se relaciona
estrechamente con la riqueza de especies. Cuanta
más exergía hay disponible para repartir entre las
especies, más vías disponibles hay para la degradación
de energía. Por tanto, a medida que el sistema madura
aumenta la producción de entropía y por tanto la
tendencia hacia la auto-organización
Podemos pues concluir que, desde el punto de vista
de la física, los seres vivos son sistemas abiertos y
que se mantienen lejos del equilibrio intercambiando
con su entorno materia y energía, almacenando y
procesando información. Lo que distingue a los seres
vivos, como sistemas complejos adaptativos, es que
parte de la información que es obtenida del exterior
a través de los sentidos les permite aprender. Además
contienen un manual genético que les capacita para
auto regularse; auto conservarse; reproducirse; trans-
Por ejemplo, la reproducción de más del 90 % de las
especies de árboles y arbustos en regiones tropicales
no sería posible sin los insectos, aves, mamíferos
frugívoros y otros animales de los que depende la
polinización de sus flores y la dispersión de sus semillas.
Así, la caza selectiva puede tener consecuencias
catastróficas para la regeneración del bosque tropical.
La gran biodiversidad terrestre es deudora de estas
redes mutualistas entre especies animales. Si los tipos
de plantas más diversificados son los que se polinizan
por animales, debemos pensar en lo que sucedería si
desparecen las abejas: ¿polinizar a mano?.
Entender las propiedades de los ecosistemas,
especialmente lo que los hacen vulnerables o resistentes
a la extinción, su fragilidad, la red de interacciones
entre especies, la respuesta a perturbaciones, la
Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
51
Autores: Dr. Juan Manuel Martín González y Dr. Jesús García Rubiano.
dependencia de especies “clave” y la importancia de
estas para la estabilidad y persistencia del sistema, es
de vital importancia en un contexto de rápido aumento
de la modificación de hábitats y de un más que posible
calentamiento climático global.
El uso de la nueva teoría de redes complejas permite
aproximarse a la arquitectura de la biodiversidad,
especialmente al entramado de las interacciones
ecológicas, y a como se propagan las perturbaciones
a través de la red ecológica. El estudio de las redes
complejas ha permitido el estudio de numerosos
sistemas como las redes lingüísticas; muchas redes
económico-sociales o el funcionamiento de Internet.
En los últimos años se ha empezado a entender como
este enfoque permite una mejor comprensión de las
relaciones entre especies y supone un primer paso
hacia una ecología más predictiva, capaz de responder
ante retos como el cambio climático.
“Hasta hace poco, la investigación en biodiversidad
se centraba exclusivamente en la riqueza de especies,
olvidándose de las interacciones entre ellas o asumiendo
que se producían de modo aleatorio, sin un patrón
específico. En contraste, el paradigma de red enfatiza
las interacciones ecológicas entre especies, acentuando
la importancia de su interdependencia” J. Bascompte
(Estación biológica de Doñana, CSIC)
Las redes tróficas (quién se come a quién), el tipo de
redes ecológicas que ha recibido más atención por
parte de los ecólogos, muestran todas las posibles
vías de alimentación de cada una de las especies que
la constituyen. Muchos sistemas complejos funcionan
como una red en la que los vértices (o nodos)
representan a los elementos o agentes y, las líneas
que unen los vértices, representan las relaciones entre
ellos; quién está relacionado con quién; quién se come
a quién; quién es amigo de quién; quién trabajó con
quién... En los últimos años se ha desarrollado toda
una teoría de redes complejas a partir de la antigua
teoría matemática de grafos muy aplicada en Teoría
de Circuitos y Electrónica. Las conexiones entre los
elementos de la red pueden ser al azar y tendríamos
redes aleatorias o, por el contrario, la red puede ser
determinista y todos están relacionados con todos en
una forma geométrica bien definida. Entre estos dos
extremos se encuentran las redes complejas, las cuales
se han estructurado siguiendo patrones no lineales y
su estructura puede mostrar geometría fractal, con
algunos nodos muy relacionados y otros menos, de
manera que la distribución de los enlaces en cada
nodo sigue una Ley de Potencia. Se ha demostrado
también que este tipo de redes son más óptimas que
las otras, de manera que se puede ir de un nodo a
otro con un mínimo número de pasos (redes de
pequeño mundo). Estudios recientes apuntan que las
topologías de este tipo de redes que se encuentran a
medio camino entre redes totalmente ordenadas y
regulares y redes totalmente azarosas, entre el orden
y el caos como ya mencionamos, facilitan la transmisión
de información de manera mucho más eficiente que
cualquier otro tipo de topología.
Estas redes, además, son muy robustas, siguen
funcionando aunque una buena parte de ella sea
eliminada, como una persona que puede seguir viviendo
aunque le falte un brazo o el apéndice. Sin embargo,
estas redes son muy sensibles a ataques bien dirigidos.
El ataque de la serpiente con su veneno es más eficaz,
a la hora de reducir a su presa, que el del león. Los
seres vivos forman estructuras de este tipo, tanto en
su funcionamiento interno (redes metabólicas) como
colectivo (redes ecológicas). Las especies se relacionan
entre sí de diferentes modos, dando lugar a complejas
redes de interacción. En función del tipo de interacción
que observemos nos encontramos con redes de
competidores, redes tróficas, redes mutualistas, redes
de facilitación, etc.
Los modelos basados en redes complejas permiten
identificar qué papel juega cada especie dentro de la
1 La entropía es una magnitud termodinámica que
caracteriza la posibilidad de realización de un
determinado proceso. Así al de lanzar una figura
de cristal al suelo: tenderá a romperse y a es-
parcirse, mientras que jamás conseguiremos
que, lanzando trozos de cristal, se construya la
figura por sí sola. Según el Segundo principio
de la termodinámica, la entropía en un sistema
aislado siempre aumenta. Coloquialmente, se
puede considerar que la entropía indica el des-
orden de un sistema, es decir, su grado de
homogeneidad. A mayor entropía menos orden.
2 Esta sensible dependencia de las condiciones
iniciales fue conocida después como el efecto
mariposa ampliamente utilizada de forma colo-
quial en la actualidad.
3 Un fractal es un objeto semigeométrico cuya
estructura básica, fragmentada o irregular, se
repite a diferentes escalas. Es demasiado irregular
para ser descrito en términos geométricos tradi-
cionales y posee detalles a cualquier escala de
observación. Muchas estructuras naturales son
de tipo fractal. El término fue propuesto por el
matemático Benoît Mandelbrot en 1975 y deriva
del Latín fractus, que significa quebrado o frac-
turado. Fuente: wikipedia.
red: algunas tienen poca importancia, pero otras están
muy bien conectadas, de manera que su extinción
provocaría cambios en toda la red, afectando al
reciclado de nutrientes, los flujos de agua y de carbono,
entre otras muchas funciones, que se alteran cuando
la arquitectura de estas redes se pierde. En el caso de
la biodiversidad, cuando se habla de fragilidad se
mencionan, principalmente, estos dos aspectos: La
pérdida de biodiversidad asociada a la eliminación de
especies y la posible fragmentación de las redes en
subredes desconectadas entre sí (destrucción y
fragmentación de hábitats). En ambos casos, la
desaparición de las especies más conectadas en la
red, o especies “clave”, tiene grandes efectos sobre
la estabilidad y persistencia de la red.
ConclusionesHemos visto como la Física subyace en todos los
modelos e interpretaciones de las Ciencias de la Vida
en general y, en particular, de la biodiversidad. Las
disciplinas clásicas de la Física, en especial la
Termodinámica, rigen gran parte de las interacciones
entre los seres vivos y su entorno. En la actualidad,
las nuevas teorías físico-matemáticas surgidas tras la
aparición de los ordenadores como la Teoría del Caos,
la Geometría Fractal, las Leyes de Escala o las Redes
Complejas permiten la elaboración de modelos que
nos permiten aventurar explicaciones del complejo
fenómeno de la biodiversidad y ayudar en la estimación
de las posibles evoluciones de la misma debido a
cambios antropogénicos o naturales del entorno.
Finamente indicar que la investigación en biodiversidad
no se restringe a la tierra. También ha surgido una
nueva especialidad científica, la Astrobiología o
exobiología, que estudia el origen, presencia e influencia
de la vida en el universo y que hace uso de todos
estos conceptos y especialidades.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
4 Solé, R. & Manrubia, S. 1995. Are Rainforest
self-organized in a critical state? J. Theor. Biol.
Vol. 173, 31-40.
5 Física y Vida. Joaquín Marro, Crítica, Barcelona
2008
6 Redes complejas, Ricard Solé, .etatemas, Tus-
quets, Barcelona, 2009
7 Las manchas del leopardo. Brian Goodwin. Me-
tatemas, Tusquets, Barcelona, 1998
8 La termodinámica de la vida, Eric D. Schneider
y Dorion Sagan. Metatemas. Tusquets, Barcelo-
na, 2008
9 Redes mutualistas de especies. Jordi Bas-
compte y Pedro Jordano. Investigación y Ciencia.
Septiembre 2008.
10 Orden y caos en sistemas complejos: funda-
mentos. Ricard Solé, Susanna C. Manrubia.
Ediciones UPC, 2001. Barcelona
11 The fractal nature of nature: powers laws, eco-
logial complexity and biodiversity. James H.
Brown y otros. Phyl. Trans. R. Soc. Lond. B
(2002), 357, 619-626.
12 Centro de Astrobiología (CSIC/INTA).
http://cab.inta-csic.es/index.php?lng=es
Geometría fractal en copos de nieve
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52
BIODIVERSIDAD Y QUÍMICA:EL GRAN LABORATORIO DE LA NATURALEZA
Autores:
Jesús Pérez PeñaJosé Luis Eiroa MartínezDepartamento de Química
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
El año 2010 fue proclamadopor la Asamblea General de lasNaciones Unidas como el AñoInternacional de la DiversidadBiológica.
A través de este reconocimiento, se pretendía resaltar la
importancia de la biodiversidad en la vida humana y
“acrecentar los esfuerzos para reducir significativamente
el ritmo de pérdida de biodiversidad promoviendo solucio-
nes innovadoras”.
Como respuesta acerca de las numerosas causas que
afectan a la pérdida de biodiversidad, nos encontramos
con algunas que ya forman parte indeleble de la conciencia
ciudadana: el cambio climático (cuya influencia en el
comienzo de las estaciones de crecimiento puede producir
alteraciones y desequilibrios en los ecosistemas) y la
acumulación de sustancias contaminantes que dejan
sentir su efecto negativo en diferentes ámbitos en función
de su tipología y modo de acción. Y detrás de todo ello,
la percepción de una actividad química (o de la Química)
sospechosa de introducir elementos de distorsión negativos
y de efectos no deseables en nuestra calidad de vida:
contaminación atmosférica (destrucción de la capa de
ozono, gases de efecto invernadero, lluvia ácida), conta-
minación del agua (fertilizantes, aguas residuales urbanas
e industriales, disolventes, detergentes, etc.), residuos
sólidos (residuos químicos sólidos, residuos radiactivos y
nucleares, o sea, generación de enormes cantidades de
residuos peligrosos y no peligrosos, etc.), compuestos
persistentes y no biodegradables en diferentes comparti-
mentos medioambientales, etc. En definitiva, una actividad
que, a pesar de su presencia permanente en nuestra vida,
parece que siempre lleve consigo una “marca” como
generadora de efectos negativos sobre el medio ambiente.
2011:Año Internacional de la QuímicaDespués de las reflexiones anteriores, puede que no resulte
anecdótico el siguiente dato: La 63ª sesión de la Asamblea
General de las Naciones Unidas (30 de Diciembre de 2008)
aprobó una resolución por la que se proclama 2011 como
Año Internacional de la Química, justamente el año que
en que se celebra el centenario de la concesión del Premio
Nobel de Química a Marie Curie, confiriendo a la UNESCO
y a la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada
(IUPAC) la dirección y coordinación de las actividades
relacionadas con este evento.
La exposición de motivos para este reconocimiento no
deja lugar a dudas y merece la pena transcribir las decla-
raciones de quienes ostentaban los cargos de Presidente
de la IUPAC y del Director General de la UNESCO en el
momento de la resolución:
“El Año Internacional de la Química impulsará a nivel mundial
las actividades científicas en el campo de esta ciencia
básica para nuestra vida presente y futura. Esperamos
fomentar el conocimiento y el aprecio de la química entre
el público en general, incrementar el interés de los jóvenes
por la ciencia y crear una atmósfera entusiasta con respecto
a las perspectivas de hallazgos creativos de las ciencias
químicas en el futuro” (Prof.Jung-Il Jin, Past-President de
la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC).
“Me congratulo por esta ocasión que se presenta de exaltar
las realizaciones de una ciencia fundamental como la
Química. Sensibilizar al público de la importancia de lasciencias químicas es una tarea de suma importancia,habida cuenta de los desafíos que debe afrontar eldesarrollo sostenible. No cabe duda de que la química
va a desempeñar un papel importante en la creación de
fuentes de energía alternativas, así como en la alimentación
de una población mundial cada vez más numerosa”.
(Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO, 1999-
2009).
El lema elegido es muy significativo: “Chemistry: our life,
our future.” (“Química: nuestra vida, nuestro futuro”) y los
objetivos finales son concretos:
“incrementar la apreciación pública de la Química como
herramienta fundamental para satisfacer las necesidades
de la sociedad, resaltando su contribución como ciencia
creativa esencial para mejorar la sostenibilidad de nuestros
modos de vida y para resolver los problemas globales y
esenciales de la Humanidad como los del agua, alimenta-
ción, salud o energía”.
Parece reconocimiento justificado a un sector que, en
España concretamente es generador de riqueza (el sector
químico está compuesto por más de 3.300 empresas que,
con una facturación anual de más 48.000 millones de
euros, generan el 10% del Producto Industrial Bruto es-
pañol), productor de empleo estable y de calidad (el sector
químico genera más de 500.000 puestos de trabajo direc-
tos, indirectos e inducidos, con un 88% de los contratos
laborales del sector con carácter indefinido, frente al 65%
de la media nacional) y un sector internacionalizado (el
sector químico genera en los mercados exteriores más del
40% de las ventas y se ha convertido en el segundo mayor
exportador de la economía española con una cifra anual
de exportaciones de 20.000 millones de euros)1, repartién-
dose las actividades en los sectores de Química Básica,
Química de la Salud Humana, Animal y Vegetal y, finalmente,
Química para la Industria y el Consumo Final.
La Química y la BiodiversidadPero evidentemente no se trata de presentar un artículo
dedicado a ensalzar los logros de la Química. En una
atención especial dedicada a resaltar la diversidad biológica,
se trata de exponer o buscar algunos de los anclajes
químicos en la biodiversidad considerando que el término
“diversidad” no es asociable exclusivamente a lo biológico,
o si se prefiere, hablar de una diversidad química. Cierto
que un análisis exhaustivo del tema nos llevaría al desarrollo
de una monografía que quedaría fuera del objetivo del
trabajo, por lo que es conveniente centrarse en algunos
ejemplos concretos que sirvan para ilustrar el tema objeto
de análisis. El esquema puede ser el siguiente:
a) Diversidad química desde la diversidad biológica.
b) Química y Salud.
c) Apuesta por el desarrollo sostenible.
Diversidad química desde la diversi-dad biológica.“Cuando F.W. Sertüner consiguió en 1806 (hace poco más
de 200 años) aislar la morfina puede decirse que comenzó
la fitoquímica como ciencia y sobre todo, como ciencia
orientada al estudio general (obtención, síntesis, aplicaciones,
etc.) de productos naturales (metabolismo secundario de
las plantas). Durante los primeros 150 años, la investigación
fue orientada esencialmente al objetivo de aislar y elucidar
estructuras de los nuevos productos obtenidos. Esta etapa,
muy sistemática, supuso un salto cualitativo como soporte
de la química orgánica moderna y, sobre todo, para la
industria farmacéutica, suministrando las bases químicas
para la investigación biológica acerca del metabolismo
secundario de las plantas, dando paso a otra etapa que
comienza hace aproximadamente unos 50 años. A partir
de este periodo, se produce una diversificación en la
orientación de las investigaciones y se buscan respuestas
a una cuestión relevante: ¿cómo pueden sintetizar las
plantas la enorme variedad y diversidad de metabolitos
secundarios que comprenden a más de ¡200.000 estruc-
turas químicas!?2” Fraenkel en 1959, argumentó que la
razón de ser de estos, no podía encajar con la idea de que
eran simplemente “productos de desecho” del metabolismo
primario que se acumulan en las células de la planta debido
a la ausencia de un sistema excretor eficiente. Realmente,
los llamados metabolitos secundarios han sido selecciona-
dos a lo largo de todo el proceso evolutivo para ser útiles
como mecanismos de defensa. Actualmente, su papel
indispensable como componentes de la estrategia de
supervivencia de los organismos vivos frente a los ambientes
más hostiles, está fuera de toda duda.
Y es que la Naturaleza constituye una fuente extraordinaria
de toxinas muy potentes de las que podríamos destacar,
entre otros, los siguientes aspectos:
· Son elaboradas por organismos vivos como sistemas
de defensa y mecanismos de adaptación.
· Presentan estructuras muy complejas que, en la mayoría
de los casos son muy difíciles de sintetizar en el laboratorio.
Muchas son las referencias a las que se puede acudir para
ilustrar con ejemplos lo que la Naturaleza construye desde
los organismos vivos y que hacen excelentes revisiones
acerca de la química de los productos naturales3, 4, 5. Se
describen a continuación algunos ejemplos obtenidos de
bibliografía especializada6.
Un caso muy difundido y estudiado es el de la mariposa
Monarca, Danaus plexippus, que es capaz de incorporar
de las plantas, para su protección, tres clases diferentes
de toxinas. Así, en la fase de larva absorbe, generalmente
de la Asclepias curassavica, glicósidos cardíacos (como el
calotropin) que protegen a la mariposa adulta de la predación.
Pero, junto a los glicósidos cardíacos también incorpora una
serie de tres alcaloides pirazínicos que, transferidos poste-
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Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.
Mariposa monarca
Estructura de la molécula de Calotropin. Glicósido cardíaco incorporado
Toxinas Fuente Metabolitos
Glicósidos cardiacos
Calactin Asclepias curassavica (hojas) Calotropagenin
Calotropin
Calotosin, etc.
Alcaloides pirrolizidínicos
Retronecina Senecio jacobea (néctar) Danaidona
Interregimina Hidroxidanidal
Seneciophyllina (hormonas masculinas)
Intermedina
Lycopsamina
Echinatina
Senecionina
Alcaloides pirazinicos Asclepias curassavica (hojas)
3-Isopropilpyrazina
3-sec-butilpirazina
3-isobutil-2-metoxipirazina
TABLA 1 (Referencia 6)
Estructura de los microtúbulos a partir de los dímeros de tubulina α y tubulina β.
riormente al adulto, proporcionan una mezcla volátil de
secreciones olorosas que emiten como señal de peligro.
Por último, hay que incluir la absorción de una segunda
clase de alcaloides, las pirrolizidinas, que incorpora la
mariposa adulta de plantas de Senecio jacobeae como
néctar reforzado. Así obtienen un doble efecto: por un
lado, una protección extra útil frente a la predación de los
pájaros como un dispositivo de reserva de glicósidos
cardíacos y, por otro, su uso como precursores de la
formación de feromona masculina que almacenan en las
alas y liberan sobre las alas de una mariposa hembra justo
antes de la cópula. La Tabla 1 ofrece el conjunto de toxinas
que incorpora de las plantas la mariposa Monarca.
La lucha ecológica contra las plagasLa mayoría de los organismos vivos utilizan compuestos
orgánicos para establecer comunicaciones químicas entre
ellos e inducir acciones para la conservación de la especie.
En las comunicaciones, hablamos tanto de relaciones
interespecíficas (entre individuos de especies diferentes)
como intraespecíficas. (establecidas entre individuos de la
misma especie). Las feromonas son un ejemplo característico
de compuestos químicos utilizados en este tipo de relación.
Esta comunicación química necesita que la señal codificada
originada en la fuente de emisión se transmita a través de
un medio adecuado para su correcta recepción en destino.
El aire suele ser el medio natural más óptimo para el
transporte de las feromonas, que se emiten a concentra-
ciones muy bajas y cuyos componentes son extraordina-
riamente volátiles.
Dados la limitación y control que, tanto en la agricultura
ecológica como en la no ecológica, se imponen al uso de
productos fitosanitarios, la investigación actual en este
campo se centra en la utilización de productos naturales
semioquímicos junto con el desarrollo de las tecnologías
adecuadas de emisión controlada de los mismos (matrices,
soportes, etc.,) para interferir en el proceso de comunicación
entre los individuos, constituyendo así una herramienta
básica para todo tipo de programas de detección, monitoreo,
acciones de captura masiva y control integrado de plagas.
En definitiva, se trata de la lucha ecológica contra las plagas
en la que podrían destacarse las siguientes ventajas:
· Los semioquímicos naturales como las feromonas, son
productos inocuos.
· Ayuda a la programación de acciones específicas.
· No se incorporan productos o residuos tóxicos que
puedan afectar a la calidad medioambiental.
· No se altera el equilibrio biológico (información obtenida
sobre semioquímicos: www.semiotrap.com).
Los dos ejemplos citados son muestras evidentes de ese
maravilloso laboratorio que nos suministra la propia Natu-
raleza, fábrica de todo tipo de productos que la ciencia
pretende elaborar mediante los procesos de síntesis
adecuados con el fin de aplicarlos para satisfacer las
necesidades de la sociedad desde una perspectiva de
respeto al medio natural. En definitiva, la evidencia de la
diversidad química desde la diversidad biológica.
Química y SaludEl proceso de elaboración de un nuevo fármaco a partir de
productos naturales requiere de la intervención de expertos
en diferentes campos como químicos, bioquímicos, biólogos
moleculares, farmacéuticos, médicos, toxicólogos e incluso
de expertos en procesos de simulación. Se trata pues de
un proceso inter y pluridisciplinar.
Ya hemos visto anteriormente cómo la Naturaleza ha dotado
a los organismos vivos de mecanismos de defensa química
para evitar la predación lo que en definitiva se traduce en
el arte del establecimiento de estrategias evolutivas con
elaboración de sustancias que permitan mantener a unas
especies impidiendo el crecimiento de otras.
Hasta la década de los 80 la principal fuente de productos
naturales de interés farmacológico fueron las plantas terrestres.
Sin embargo, a partir de entonces el número de compuestos
de origen marino que han sido sometidos, por ejemplo, a
ensayos antitumorales preclínicos y clínicos ha aumentado
de forma significativa. En los últimos años la tendencia
consiste en la obtención de productos naturales como materia
prima para procesos de síntesis o hemisíntesis, y eso que
en la actualidad sólo ha sido explorada una mínima parte
del enorme potencial que la biodiversidad marina, por ejemplo,
ofrece como auténtica despensa química de productos
naturales.
Los avances en biología molecular, el conocimiento mole-
cular de los genes responsables de la biosíntesis de
metabolitos secundarios, la biotecnología marina como
complemento a la síntesis química (o viceversa), el empleo
de técnicas genómicas y celulares, la aplicación de técnicas
sofisticadas y adecuadas para el análisis e identificación
de estructuras químicas e incluso el desarrollo de programas
de simulación para diseño virtual de medicamentos en
función de la relación estructura-actividad biológica, cons-
tituyen un magnífico soporte sobre el que se sustenta el
edificio de la investigación sobre fármacos que cubran las
nuevas necesidades terapéuticas.
Uno de los escenarios más importantes en el que se
proyecta el potencial farmacológico procedente de la
biodiversidad marina es el relacionado con el tratamiento
del cáncer. Como ejemplo se pueden citar los avances en
la obtención de productos naturales (y los correspondientes
progresos en el diseño de procesos de síntesis en labora-
torio) que actúan como elementos estabilizantes o modu-
ladores de la dinámica microtubular con especial hincapié
en los aspectos biológicos, bioquímicos y farmacológicos
asociados a estos compuestos.
Como se sabe, la tubulina es el componente principal del
huso mitótico que constituye una de las dianas más
específicas en tratamientos químicos (quimioterapia) de
enfermedades neoplásicas y cuya función está condicionada
por la dinámica microtubular.
La regulación precisa de este proceso es básica en el
mecanismo de la división celular. Pues bien, una de las
líneas de investigación que actualmente presenta más
interés en el tratamiento de procesos tumorales consiste
en la búsqueda de agentes que interactúen en la dinámica
microtubular a distintos niveles y con diferentes mecanismos,
bien como inhibidores de la polimerización de la tubulina
o como estabilizadores de los microtúbulos en condiciones
no estables, deteniendo las células en mitosis e induciendo
de forma eventual la apoptosis (muerte celular regulada).
El trabajo de K.H. Altmann y J. Gertsch7, expone una
excelente revisión de las investigaciones recientemente
llevadas a cabo con especial dedicación al estudio de
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Toxinas de plantas incorporadas por la mariposa Monarca
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Tejo del Pacífico (Taxus brevifolia).
Esponja marina: Discodermia dissoluta.
Los ensayos de laboratorio realizados sobre la sustancia
revelaron que poseía propiedades terapéuticas antifúngicas
e inmunosupresoras. Resultaba especialmente útil en qui-
mioterapia pues detenía el crecimiento de células cancerosas.
La especial sensibilidad del compuesto a la luz (posibles
problemas de fotodescomposición) implica que la recolec-
ción óptima se produzca a profundidades superiores a los
33 metros. Pero el problema principal para su uso farma-
cológico consistía en la escasa cantidad de producto que
podía obtenerse de forma natural, ya que el rendimiento
en la obtención era de unos 7 mg de discodermolida / 434
g de esponja. Este dato hacía poco viable en principio la
obtención a escala comercial del principio activo debido
a las enormes cantidades de esponjas que se requerían.
El hecho químico. La “construcción química” de moléculas
orgánicas complejas requieren, en la mayoría de los casos,
del diseño específico de procesos de síntesis en los que
al menos hay que tener en cuenta dos condicionantes: a)
el uso de moléculas más pequeñas que actúen como
“bloques de construcción” o “ladrillos moleculares” y b)
dado que estas unidades de construcción molecular , con
átomos de carbono con su última capa electrónica com-
pleta, son muy estables y poco reactivas, el método de
síntesis que se diseñe debe incluir procedimientos (normal-
mente catalíticos) para aumentar la reactividad y lograr así
superar las dificultades para la construcción del nuevo
edificio molecular más complejo.
El Premio Nobel de Química en el año 2010 ha sido
concedido a Richard F. Heck, Ei-ichi Negishi y Akira Suzuki
"Por las reacciones de acoplamiento cruzado catalizadas
por paladio y su uso en síntesis orgánica" y en la exposición
de motivos que la Fundación Nobel ofrece como información
se cita textualmente:
“Existe una necesidad cada vez mayor de productos
químicos complejos. La humanidad busca nuevos medi-
camentos que puedan curar el cáncer o detener los efectos
devastadores que los virus causan en el cuerpo humano.
La industria electrónica está buscando sustancias que
puedan emitir luz, y la industria agrícola quiere sustancias
que puedan proteger los cultivos. El premio Nobel de
química 2010 premia una herramienta que ha mejorado la
capacidad de los químicos para satisfacer todas estas
expectativas muy eficientemente: las reacciones de aco-
plamiento cruzado catalizadas por paladio.”
Este tipo de reacciones, que se utilizan desde hace 40 años,
(los primeros trabajos de R. Heck en este campo se publicaron
en J. Org. Chem. en 1972), vienen a solucionar el problema
de la construcción de moléculas complejas mediante pro-
puestas de mecanismos de síntesis adecuados en las que
el paladio actúa como “mediador” o “punto de encuentro”
favoreciendo la reacción entre los carbonos estables.
Los resultados. El hecho comentado anteriormente acerca
de la necesidad de disponer de enormes cantidades de
organismos para obtener un escaso rendimiento de producto,
(especialmente en aquellos en los que no puedan efectuarse
cultivos masivos de los mismos), sitúa a los laboratorios de
investigación en la plataforma de proponer como objetivo
el diseño de procesos de síntesis que sean capaces de
reproducir las estructuras que, de forma natural, “fabrican”
organismos tan primitivos. Y aunque el problema no es fácil
de resolver, en los últimos años se han desarrollado diversos
procesos de síntesis (grupos de Smith, Paterson, investiga-
dores de Novartis que han conseguido publicar su síntesis
química en treinta y nueva pasos, y otros) que han permitido
obtener cantidades razonables de producto (teniendo en
cuenta el rendimiento de las síntesis orgánicas) subsanando
así el problema de suministro para todos los ensayos clínicos.
Las reacciones de acoplamiento cruzado de Heck, Negishi
y Suzuki, pusieron a disposición de los investigadores las
herramientas necesarias para la obtención a escala de
laboratorio de la discodermolida. (Concretamente, en un
paso central del proceso, se utiliza la variante de Negishi).
Esto dio paso además a propuestas de síntesis para
obtención de análogos del producto. La discodermolida
ha mostrado gran eficacia como estabilizador de
microtúbulos y como inhibidor de la proliferación de células
humanas deteniendo el ciclo celular en diferentes fases.
Compite con el taxol por la unión con los microtúbulos,
pero con mayor afinidad y es efectiva también en células
cancerígenas resistentes a otros fármacos.
Podría citarse un amplio abanico de ejemplos similares en
los que a través de procesos químicos de síntesis, la
investigación pretende “copiar” con mucho esfuerzo e
imaginación y no siempre con resultados positivos, ese
maravilloso laboratorio que es la Naturaleza. Sin ánimo de
ofrecer una información in extenso que quedaría fuera del
objeto de esta reseña, sí citaremos de forma resumida tres
ejemplos adicionales, simplemente para ilustrar y poner de
manifiesto la excelencia como expertos químicos de ciertos
organismos marinos, admirando la complejidad de las
moléculas que son capaces de sintetizar (se indican refe-
rencias y fuentes de texto en cada caso).
Eribulin mesilato
La Halicondrina B es una de las formas más activas de un
conjunto de compuestos genéricos, las halicondrinas, que
fueron extraídos en un principio de diversas esponjas de
la zona del océano Índico y, fundamentalmente de una
esponja marina, la Halichondria okadai localizada en los
mares de Japón. El descubrimiento de una nueva fuente
de producto en Nueva Zelanda (en la esponja Lissodendoryx
sp), junto con su cultivo en hábitats artificiales, creó expec-
tativas de poder disponer de cantidad suficiente de materia
para realizar ensayos preclínicos, y aunque los resultados
confirmaron en principio las previsiones, para la producción
en gran escala quedaba sólo el recurso de la síntesis total
en laboratorio.
Estructura de la molécula de Taxol.
Como aplicación del Paclitaxel se ha descrito su uso
terapéutico en diferentes tipos de carcinomas (mama,
ovario, carcinoma de pulmón no microcítico avanzado) y
en el tratamiento de pacientes con Sarcoma de Kaposi
avanzado vinculado al SIDA.
El medio marino: La gran farmacia y un laboratorio de
excelencia. El interesante caso de la discodermolida y otros.
El hecho biológico. La esponja marina Discodermia dissoluta
es un organismo primitivo que, ante la incapacidad de
Estructura de la molécula de Discodermolide.
productos naturales de origen vegetal, bacteriano y marino.
Exponemos a continuación, de forma resumida, algunos
ejemplos.
Paclitaxel (Taxol)8
En 1963, M. E. Wall descubre propiedades antitumorales
en extracciones preparadas de la corteza del árbol Tejo
del Pacífico (Taxus brevifolia). Posteriormente, junto con
M.C.Wani y otros colaboradores, consiguen aislar los
principales componentes, identificando el principio activo
y determinando su estructura química. Los resultados se
publican en una prestigiosa revista científica9.
Finalmente, fue S. Horwitz quien primero determinó, en
1979, las propiedades del paclitaxel como agente modu-
lador de los microtúbulos, recibiendo el producto en 1992,
tras el desarrollo de las correspondientes pruebas, la
aprobación de la FDA (Food and Drug Administration) para
su uso clínico.
El paclitaxel (taxol de nombre comercial) fue la base para el
desarrollo de derivados análogos de síntesis, como el doce-
taxel, pero también supuso el inicio de la búsqueda de nuevos
productos naturales y de síntesis mimética con los mismos
resultados (inhibiendo la replicación de células) en cuanto a
su uso en la quimioterapia del cáncer. La lista es amplia y
podemos citar como ejemplo las epotilonas A y B, eleuterobina,
ciclostreptina, dictiostatina, discodermolida y otros (ver
referencia 7).
escapar de sus depredadores, ha desarrollado una extraor-
dinaria habilidad para producir complejas moléculas de
productos tóxicos como mecanismo de defensa. Es decir,
su problema le convierte en un experto químico10.
La esponja suele vivir en el mar Caribe en hábitats normal-
mente superiores a los 30 metros (más profundidad en la
zona de las Bahamas que en la de Colombia, por ejemplo).
Uno de los venenos que es capaz de sintetizar es la
discodermolide o discodermolida que fue aislada por
primera vez por S. Gunasekera y R. Longley, científicos de
la Harbor Branch Oceanographic Institution.
Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.
Halichondria okadai. Esponja típica de los mares de Japón.
Estructura de la molécula de Halicondrina B.
Las dificultades desde el punto de vista experimental y
teórico para el diseño adecuado del proceso de síntesis
del compuesto, dada la gran complejidad estructural del
mismo, indujo al equipo de investigación de la compañía
Eisai Co, Ltd, a la búsqueda de análogos sintéticos de
halicondrina B, como el eribulin mesilato (E7389) que, por
un lado constituye el fragmento más activo de la Halicondrina
B con una masa molecular inferior (aproximadamente el
70%) y, por otro, posee una actividad equivalente frente
a células tumorales. Desde el punto de vista funcional, es
un inhibidor de la dinámica de los microtúbulos que detiene
el ciclo celular por inhibición del crecimiento de los mismos.
Actualmente se están desarrollando ensayos clínicos en
Estados Unidos y Europa con eribulin mesilato en diferentes
fases y para tratamiento de diferentes tipos de cánceres,
con especial éxito en el cáncer de mama11, 12, 13.
Ecteinascidinas (Trabectedina, E-743), Yondelis
Las ecteinascidinas son alcaloides que se han aislado del
tunicado Ecteinascidia turbinata que puede localizarse
repartido por el Mediterráneo (zonas de Baleares y Túnez)
y en el mar Caribe. En los primeros ensayos clínicos se
utilizó principio activo extraído y obtenido de cultivos
marinos de las especie. Al igual que se ha expuesto en el
caso anterior, las dificultades encontradas para ultimar
métodos directos para una síntesis total, llevaron a inves-
tigadores del grupo biofarmacéutico PharmaMar a desa-
rrollar un método semisintético para obtener producto a
gran escala. En la ruta sintética, se parte previamente de
un metabolito microbiano, safracina B, que presenta una
gran similitud estructural con ET-743 y que puede obtenerse
en grandes cantidades por fermentación de la bacteria
Pseudomonas fluorescens (A2-2)14.
El mecanismo de acción es altamente específico. Por un
lado, causa cambios conformacionales en el ADN interfi-
riendo en la acción de las proteínas encargadas de las
reparaciones celulares. Además interfiere en la división
celular mediante bloqueos continuos del ciclo celular en
diversas fases e inhibe los procesos de transcripción
genética.
Desde el punto de vista de su aplicación, se están llevando
a cabo ensayos de fase II con Yondelis para cáncer de
mama, de próstata y de pulmón y para tumores pediátricos
y fase III para cáncer de ovario. La UE y la FDA de Estados
Unidos le concedieron la designación de fármaco huérfano
para el sarcoma de tejidos blandos (STB) y el cáncer de
ovario15, 16, 17.
La gran molécula: La palitoxina
Volvamos sobre las reacciones de acoplamiento cruzado
catalizadas por paladio, origen y causa del Nobel de
Química 2010, y con ellas, la posibilidad de construcción
de grandes edificios moleculares, a partir de unidades
sencillas. Uno de los resultados más espectaculares (des-
crito ampliamente en la bibliografía) consiste en la síntesis,
utilizando la reacción de Suzuki, de una molécula como la
que se representa en la estructura siguiente:
Se trata de una molécula gigante de 129 átomos de
carbono, 223 átomos de hidrógeno, tres átomos de nitró-
geno, 54 átomos de oxígeno y 64 centros asimétricos. En
1982, el Prof. D. Uemura y sus colaboradores de la Uni-
versidad de Nagoya publicaron la estructura completa de
la palitoxina y en 1994, el Prof. Yoshito Kishi y su grupo
de la Universidad de Harvard publican el método de síntesis:
la que es considerada como una de las “madres de todas
las síntesis”.
Pero con ser espectacular el resultado descrito, no menos
admiración produce saber que esta molécula tan compleja
corresponde a uno de los productos tóxicos más conocidos,
“fabricados” por Protopalythoa Sp. presente en práctica-
mente todos los arrecifes coralinos del mundo en zonas
de poca profundidad.
Estructura de la molécula de Palitoxina
Protopalythoa sp.
Ecteinascidia turbinata, un tunicado.
Estructura de la molécula de Trabectedina
En definitiva, hablamos de alrededor de diez años de
trabajo de excelencia de uno de los grupos de investi-
gación más prestigiosos (del orden de 50 químicos) en
el campo de la síntesis orgánica, dedicados con éxito
final a la obtención en laboratorio de una estructura tan
compleja como la del palytoxin o palitoxina. Esa molécula
que, organismos tan primitivos como la Protopalythoa
sp. “fabrican” de forma natural en su proceso evolutivo
como mecanismo de defensa. Los expertos químicos
también los tenemos en el enorme laboratorio farmacéu-
tico que la Naturaleza dota en el medio terrestre y, sobre
todo en el medio marino. Hay que concluir que la diver-
sidad química se multiplica en el seno de la diversidad
biológica.
Apuesta por el desarrollo sostenible.La Química sostenibleMuchos son los campos en los que en el futuro la Química
deberá seguir suministrando respuestas a los diferentes
problemas. El propio sector ha identificado al menos
cuatro ámbitos de intervención decisiva: salud, energía,
nuevos materiales y medio ambiente. Y será preciso dar
a conocer su compromiso con el desarrollo económico,
con la protección y conservación del medio ambiente y,
en definitiva, con el progreso de la sociedad y mejora de
nuestra calidad de vida, siempre bajo la perspectiva de
respuestas armónicas con el concepto de desarrollo
sostenible.
Un amplio número de indicadores avalan esta perspectiva.
Así, ya se ha descrito el esfuerzo (con gran éxito por
cierto) de la investigación química en la obtención por un
lado y el desarrollo de procesos de síntesis adecuados
por otro, de productos de aplicación farmacológica,
aprovechando y/o “mimetizando” el gran trabajo de ese
magnífico laboratorio, que de forma natural, ha puesto a
nuestro servicio la “diversidad biológica”. Y el futuro es
prometedor no sólo gracias al enorme desarrollo de
métodos de síntesis total en la química orgánica moderna
(hay que tener en cuenta que algunos procesos para la
“fabricación” de los productos naturales no son eficientes)
sino, en gran medida, debido al enorme avance científico
en la biología molecular y celular (puede hablarse del gran
aporte de la genómica que agrupa y recoge en un campo
multidisciplinar los avances en bioquímica, matemáticas,
bioinformática, estadística, física, etc. y los procesos o
mecanismos de transferencia genética).
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
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El ámbito de los nuevos materiales es otro en el que la
innovación química de futuro proyectará resultados muy
prometedores. En este caso pueden citarse los avances
en nanoquímica y nanotecnología para conocer cómo los
químicos, controlando el tamaño y la forma de materiales
a escala molecular, permiten construir estructuras, con
propiedades ópticas, químicas, mecánicas, eléctricas o
magnéticas muy características y no convencionales con
un amplio campo de aplicabilidad. Se trata de materiales
nanoestructurados para fabricación de dispositivos electro-
ópticos, electrónicos, semiconductores con aplicaciones
en fotocatálisis, polímeros conductores, etc18.
La última reflexión se realiza sobre el compromiso de la
Química con la protección medioambiental, manteniendo
como uno de sus objetivos principales el afrontar la
“revolución progresiva” en los procesos de producción
con el fin de promover tecnologías químicas innovadoras
que reduzcan el uso o generación de sustancias químicas
peligrosas, minimizando la aparición de residuos y/o
tratando que éstos tengan toxicidad nula, es decir, que
sean inocuos. Nos referimos a lo que se conoce como el
principio de economía atómica: todos los átomos que
entran a formar parte de una reacción deben aparecer en
el producto de forma que no se genere ningún subproducto.
Y hablamos de un compromiso real como lo prueba la
existencia de muchas iniciativas:
a) Química verde o sostenible.
Este objetivo expuesto anteriormente, coincide con la
filosofía, cada vez con mayor implantación tanto en el
marco conceptual como académico e investigador, de
lo que se ha aceptado en denominar como Química
Verde o Química Sostenible que enmarca su propósito
y fines en doce principios que fueron escritos originalmente
por Paul Anastas y John Warner en su libro Green Che-
mistry: Theory and Practice. No es momento de realizar
un análisis de los doce principios, pero además del citado
en el párrafo anterior, se puede hacer mención al interés
en el uso de materias primas renovables, diseño productos
biodegradables, analizar en tiempo real los procesos
químicos para evitar la contaminación y favorecer el uso
de los catalizadores adecuados de bajo impacto ambiental
como aceleradores en los procesos químicos de forma
que puedan ser recuperados y reutilizados. La catálisis
constituye en sí misma una disciplina que se mantiene
año a año como una de las líneas prioritarias en la pro-
gramación de todos los planes de investigación nacionales
y europeos. Ya se ha hecho referencia a la importancia
de las reacciones catalizadas por paladio en el caso de
la concesión del Premio Nobel de Química 2010 y su
aplicación al campo de la Farmacia y la Medicina, pero
análisis similares podrían realizarse sobre su uso en
Ingeniería e Industria, Fotocatálisis como Tecnología
Avanzada de Oxidación, Polímeros, etc.
b) Plataforma Tecnológica Española de Química Sostenible
(PETEQUS)
A imagen de su homóloga europea, en 2005 se puso en
marcha esta plataforma, que pretende responder a las
necesidades del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología
creando un lugar de encuentro entre los organismos de
investigación y la empresa, con el objetivo de impulsar el
crecimiento de la ciencia química y su industria a través
de la innovación y en un marco de sostenibilidad19.
c) Declaración de la Química20
La Declaración de la Química, apadrinada por el Premio
Nobel de Química, Jean Marie Lehn, fue proclamada en
Madrid el 16 de abril de 2002 en un acto celebrado en el
Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Después
de los considerandos en los que se destaca el papel que
el progreso y el desarrollo futuro del conocimiento tiene
reservado a la Química, citamos textualmente los puntos
1 y 6 de la Declaración:
1. Es necesario concienciar a la Sociedad del indispensable
papel que la ciencia en general y la Química en particular
desempeñan para garantizar y mejorar la calidad de vida
y el bienestar de los ciudadanos.
6. Es necesario que la Química y su desarrollo industrial
continúen considerando prioritario su Compromiso de
Progreso con la protección de la salud, la seguridad y el
medio ambiente, así como la utilización racional y sostenible
de los recursos naturales.
Terminado el Año Internacional de la Biodiversidad, comienza
el Año Internacional de la Química. Después de las reflexiones
puestas en juego, parece lógico que estén enlazados en
el tiempo y conectados con relaciones de interés mutuo.
Muchos son los compromisos que de forma ineludible
parecen asociarse a la Química, quizás como pago al
desconocimiento que, en muchos casos, se tiene de su
actividad y contribución al progreso de nuestra sociedad,
resaltándose con frecuencia los aspectos negativos. Pero,
como ha quedado descrito, el futuro es apasionante y la
Química cumplirá con los retos propuestos.
Autores: Jesús Pérez Peña y José Luis Eiroa Martínez.
1 Datos obtenidos de FEIQUE (Federación Em-
presarial de la Industria Química Española).
2 Reflexiones traducidas del abstract de una ex-
celente revisión sobre la investigación del me-
tabolismo secundario de las plantas desde las
perspectivas funcional, mecanística y evolutiva
que puede encontrarse en: T. Hartmann : “From
waste products to ecochemicals: Fifty years
research of plante secondary metabolism”
Phytochemistry, 68, (2007) 2831-2846.
3 J. Faulkner : “Highlights of marine natural pro-
ducts chemistry (1972-1999) Nat. Prod. Rep.
17, (2000) 1-6
4 M.S. Butler: “The Role of Natural Product Che-
mistry in Drug Discovery”. J. Nat. Prod. 67,
(2004) 2141-2153
5 D.J. Newmann and G.M. Cragg: “Natural Pro-
ducts as Sources of New Drugs over the Last
25 Years” J. Nat. Prod. 70, (2007), 461-477
6 J.B. Harborne: “Twenty-five years of chemical
ecology”. Nat. Prod. Rep. 18, (2001) 361-379
7 K.H. Altmann and J. Gertsch: “Anticancer drugs
from nature-natural products as a unique source
of new microtubule-stabilizing agents”. Review.
Nat. Prod. Rep. 2007, 24, 327-357 (The Royal
Society of Chemistry)
8 Taxol es el nombre que corresponde a la droga
Paclitaxel en formulación clínica final. Es marca
registrada con patente de Bristol-Myers-Squibb.
9 M.C. Wani, H.L. Taylor, M.E.Wall, P. Coggon
and A.T. McPhail. J.Am.Chem.Soc. 93, 2325-
2327, 1971.
10 Estos organismos marinos contienen enormes
cantidades de genes bacterianos que pueden
ser capaces de producir sustancias tóxicas.
11 Wang Y., Habgood G.J., Christ W.J., Kishi Y.,
Littlefield B.A., Yu M.J. "Structure-activity rela-
tionships of halichondrin B analogues: modifica-
tions at C.30-C.38". Bioorg. Mcd .Chem. Lett.
(2000) 10(10): 1029-32.
12 Yu M.J, Kishi Y., Littlefield B.A. "Discovery of
E7389, a fully synthetic macro cyclic ketone
analog of halichondrin B. In: Anticancer agents
from natural products" (eds. Cragg G.M.L.,
Kingston D., Newman D.J. Taylor & Francis,
Boca Ratón (2005) 241-265
13 B.Talero Barrientos, A.Mª Tabasco Alvarez y
Mª. L. González Rodríguez “ Descipción y estado
clínico actual de algunos agentes antitumorales
de origen marino”.. Industria Farmacéutica.
Mayo-Junio 2010, págs 76-83.
14 Velasco, A.; Acebo, P.; Gomez, A.; Schleissner,
C.; Rodríguez P.; Aparicio, T.; Conde, S.; Muñoz,
R.; Calle, F. de la; García, J. L.; Sanchez-Puelles,
J. M. “Molecular characterization of the safracin
biosynthetic pathway from pseudomonas fluores-
cens A2-2: Designing new cytotoxic compounds”.
Mol. Microbiol, (2005), 56, 144-54
15 Transcripción y datos obtenidos de: De la
Calle, F. PharmaMar SAU. «Fármacos de origen
marino » Treballs de la SCB. Vol. 58 (2007) 141-
155. Artículo muy interesante para obtener una
visión general de diversos fármacos obtenidos
de la biodiversidad marina.
16 Jimeno l., López Martín J.A., Ruiz- Casado
A., Izquierdo M.A., Scheuer P.]., Rinehart K.
"Progress in the clinical development of new
marine derived anticancer compounds". Anti-
cancer Drugs. 2004; 18(4): 321-9.
17 Molinski T.F., Dalisay D.S., Lievens S.L., Salu-
des J.P. “Drug development from marine natural
products”. Nat Rev. Drug Discov. 2009; 8(1):
69-85
18 De interés para tener una idea de futuro de
los nanomateriales: Nanoquímica y Nanotecno-
logía: Nuevos materiales, Polímeros y Máquinas
moleculares”. T. Torres Cebada, en Simposium
Internacional.” Nanoquímica: Máquinas y Sis-
temas Supramoleculares”. Valencia, Marzo
2002
19 Fuente y Texto: FEIQUE ((Federación Empre-
sarial de la Industria Química Española)
20 Foro Química y sociedad.
www.quimicaysociedad.org
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
LA BIODIVERSIDADDEL PASADO Y EL ÉXITO DE LOS INSECTOS
Autor:
Enrique Peñalver MolláInvestigador Titular del Instituto
Geológico y Minero de España.
Si la biodiversidad comprendetoda la panoplia de especiesde seres vivos existentes enla actualidad, la paleobiodiver-sidad lo es de todas las queexistieron a lo largo de lostiempos geológicos desde elorigen de la Vida
La paleobiodiversidad se conoce mediante el estudio de
los fósiles, que son los diversos tipos de restos de los
seres vivos del pasado que se encuentran en los estratos
rocosos. Los fósiles nos proporcionan los indicios más
importantes sobre la historia y la evolución de la Vida sobre
la Tierra. Sólo es posible conocer una pequeña parte de
las especies que existieron en el pasado, pero ello no
impide establecer con gran detalle los grandes grupos de
seres vivos que han existido y los patrones principales de
la historia de la Vida. Las mayores discontinuidades referidas
a la paleobiodiversidad fueron las extinciones en masa y
los posteriores procesos de diversificación.
Cuando una especie del pasado se extinguió, ya nunca
más volvió a generarse. Cada especie es irrepetible y el
drama de la Vida es “un drama histórico”. Esta es una
lección añadida para calibrar mejor las decisivas conse-
cuencias de nuestra actividad destructora de ecosistemas...
las especies perdidas nunca volverán. Curiosamente, una
especie fósil que se creía extinguida en un determinado
periodo geológico, luego se puede encontrar en estratos
más modernos. Esto nos indica que hay una laguna en el
registro fósil y que dicha especie en realidad tuvo una
mayor duración. Puesto que parece una “resurrección”, a
dichas especies se les denomina con el vistoso nombre
de “especies Lázaro” o “taxones Lázaro”. Puede ocurrir
algo similar en las especies actuales, por ejemplo el caso
del insecto palo de la isla de Lord Howe, Dryococelus
australis, que ha sido encontrado vivo recientemente
después de 80 años durante los que se creía que estaba
extinguido. Pero el ser humano muchas veces establece
sus propias reglas gracias a la Ciencia y la Tecnología. Los
científicos quieren “resucitar” especies del pasado mediante
la recuperación y manipulación de ADN fósil o subfósil
(ADN antiguo) y la estimulación del desarrollo de embriones
que porten dicho material genético. Una vez más hablamos
de “Parque Jurásico”. Por ejemplo, los mamuts congelados
en el permafrost de Siberia podrían proporcionar el ADN
necesario para incorporarlo al núcleo de un óvulo de
elefanta, previamente despojado de su ADN original, y
hacer que se desarrollase un embrión. Se están realizando
intentos al respecto y es posible que algún día no muy
lejano podamos contemplar un mamut en un zoológico.
¿Paleobiodiversidad que vuelve a ser biodiversidad? Más
bien se trataría de la creación de fascinantes monstruos
de feria similares a lo que fueron los mamuts e irremedia-
blemente fuera de su contexto ecológico.
En conclusión, a la paleobiodiversidad nos acercamos
mediante el laborioso y lento estudio de los fósiles. Muchas
especies del pasado se conocen por la morfología de sus
partes duras, como conchas, huesos y dientes, ya que
estas partes tienen un gran potencial de conservación.
Los organismos de cuerpo blando o muy delicado dejaron
restos fósiles únicamente si quedaron enterrados en am-
bientes muy poco comunes. Los raros yacimientos de
conservación excepcional suelen contener muchos fósiles
de organismos de cuerpo blando y, además, suelen con-
tener fósiles pertenecientes a diversos grupos taxonómicos
de alto rango, como por ejemplo Filos y Clases (lo que
más concretamente se llama disparidad para diferenciarlo
de la diversidad). En estos yacimientos es común encontrar
fosilizados también organismos con partes duras, pero
entonces suelen estar articulados y con la impresión de
las partes blandas, como por ejemplo el perfil de la piel o
el contorno del aparato digestivo en el caso de un anfibio.
En España existen 24 yacimientos de conservación excep-
cional. Dos de estos yacimientos son muy antiguos, del
Cámbrico, de hace unos 540 millones de años, y de origen
marino: Murero (Zaragoza) y Constantina (Sevilla). El yaci-
miento aragonés de Murero ha sido declarado Bien de
Interés Cultural, y contiene preservada una biota de cuerpo
blando de tipo Burgess Shale. Los más comunes en España
son los que se originaron en antiguos lagos y también los
yacimientos de ámbar. Estos raros yacimientos son “puntos
calientes de paleobiodiversidad”, si hacemos una analogía
con los “puntos calientes de biodiversidad” actuales, como
son las selvas tropicales y los arrecifes de coral. Son
ventanas abiertas para conocer la biodiversidad del pasado
y también las relaciones ecológicas entre los organismos,
ya que suelen mostrar evidencias de dichas relaciones; en
el caso del ámbar se encuentran en ocasiones insectos
transportando polen, insectos con ácaros parásitos en su
cuerpo, fragmentos de telas de araña con presas, etc. La
paleobiodiversidad en el ámbar es muy alta ya que la resina
actuó como una trampa para organismos de pequeño
tamaño, principalmente insectos.
Los insectos, con una historia evolutiva de más de 408
millones de años, son el grupo de organismos más diversoInsecto tisanóptero de un milímetro de longitud hallado en ámbar de hace 110 millones
de años en Cantabria. Se ha descrito como Tethysthrips hispanicus en 2010.
Las diferencias entre ambos conjuntos son cualitativas y
cuantitativas, y es el factor tiempo el que más nos interesa
aquí. El tiempo comprendido desde el origen de la Vida
se mide en miles de millones de años, es el llamado tiempo
profundo. Se estima que actualmente existen numerosos
millones de especies, entre 10 y 30 millones, incluso se
ha llegado a plantear la cifra de 100 millones, y como se
puede apreciar se trata de estimaciones muy burdas.
Curiosamente, a los científicos les es más sencillo, y el
resultado es mucho más preciso, estimar el número de
estrellas y galaxias en el Universo conocido que el número
de especies que existen en el planeta Tierra. La dificultad
en este tipo de cálculos se dispara cuando tratamos de
estimar la paleobiodiversidad, y de hecho nadie lo ha
hecho hasta ahora. Darwin escribió el 26 de Julio de 1843
a su amigo G.R. Waterhouse que “Me llevaría un capítulo
argumentar lo probable que es que la geología nunca haya
revelado y nunca revelará más de una de un millón de
formas que han existido...” Al cabo de más de un siglo y
medio después de la labor de miles de paleontólogos que
han descrito numerosas nuevas especies fósiles no se
puede cambiar ni una coma de esta aseveración del genial
Darwin. En algunos libros de divulgación de la paleontología,
se indica que más de un 99,9 % de toda la vida que ha
existido está extinta, y sin duda se trata de una cifra
verdadera. Sin embargo, no deja de ser una estimación
muy burda ya que el número de especies que poblaron
el planeta en el pasado fue tan enorme, que los dígitos
que faltan a la derecha del 9 decimal son los que arrojarían
algo de luz sobre la verdadera magnitud de la paleobiodi-
versidad. Poco después, en otra carta, esta vez a J.D.
Hooker, Darwin escribió que “...las especies no son (es
como confesar un asesinato) inmutables.” El motor de
tanta biodiversidad pasada y actual es la evolución. Unas
especies se originan a partir de otras por selección natural.
La generación de nuevas especies a partir de las existentes
pudo ser rápida o lenta según los linajes, pero al entrar
en la ecuación el tiempo profundo, el resultado sería tan
asombroso como inimaginablemente grande.
[conciencia] slas
57EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
en la actualidad, y seguramente fue así durante una gran
parte del Fanerozoico, principalmente en el Cenozoico.
Por ejemplo, en el yacimiento de conservación excepcional
del Eoceno (hace 48 millones de años) de Messel, en
Alemania, se han encontrado más de 100 familias de
invertebrados, la mayoría insectos. En el ámbar del Mioceno
(hace unos 18 millones de años) de la República Dominicana
se han reconocido cientos de especies de insectos repar-
tidas en 152 familias distintas. Pese a que estas cifras de
paleobiodiversidad son muy grandes, en realidad sólo son
la punta del iceberg. En una hectárea de selva tropical
actual podemos encontrar más de 40.000 especies de
insectos, y en un árbol actual de las selvas de Perú se
determinaron 43 especies de hormigas. En total se conocen
unas 925.000 especies de insectos vivientes, principalmente
escarabajos, mientras que los cordados, que incluyen a
todos los vertebrados, sólo alcanzan las 43.000 especies.
Por otro lado, la fauna actual de insectos estuvo “esbozada”
desde tiempos muy remotos. Muchos de los órdenes de
insectos actuales aparecieron en el tránsito Pérmico-
Triásico, hace unos 250 millones de años, coincidiendo
con la mayor extinción en masa del grupo. Durante el
Cretácico se originaron muchas de las familias actuales
y casi el 90% de las mismas ya existían a finales de dicho
periodo.
El éxito de los insectos sólo se puede explicar por la
conjunción de diversas características. Una de las más
importantes es el diseño de su exoesqueleto, con innova-
ciones clave debidas a la plasticidad de sus extremidades,
por ejemplo para hacerse raptoras, o las extraordinarias
modificaciones que se han producido en sus aparatos
bucales para muy diversos tipos de alimentación. Asimismo,
las alas desarrolladas para el vuelo les permiten huir de
los depredadores, conseguir alimento o facilitar la búsqueda
de pareja, mientras que el origen del estado larval permite
a algunos insectos acelerar el desarrollo de los inmaduros,
facilitar la diapausa en periodos desfavorables, y explotar
dietas diferentes a las de los adultos. Otro hito evolutivo
de enorme importancia en los insectos fue “el
descubrimiento” de la sociabilidad. Todo ello debió contribuir
a que los insectos tuvieran bajas tasas de extinción y altas
tasas de especiación. Una idea generalizada que parece
estar en consonancia con lo dicho anteriormente es que
los insectos son muy resistentes a la actividad humana
destructora de la Naturaleza, sin embargo ello no es cierto.
Se estima que el 99,99 % de las especies actuales de
insectos son muy vulnerables a la acción del hombre y a
la extinción que causa dicha acción. La razón es que las
grandes capacidades de los insectos no son muy útiles
si los ecosistemas a los que están adaptadas las diferentes
especies son arrasados por completo por el ser humano
y, por otra parte, dicha destrucción en muy rápida en
términos evolutivos.
Vamos a narrar la historia de una de las especies fósiles
españolas descritas este mismo año, Tethysthrips hispa-
nicus, precisamente un insecto, como ejemplo del estudio
de la paleobiodiversidad y del conocimiento variado que
ello genera. Se trata de un insecto tisanóptero perfecta-
mente conservado en resina fósil del yacimiento de con-
servación excepcional de El Soplao (Cantabria), un yaci-
miento del Cretácico descubierto hace sólo tres años. La
masa de ámbar que contenía este diminuto insecto (sólo
1 milímetro de longitud corporal) también mostraba un
trocito de madera cubierta por unos raros hongos micros-
cópicos descomponedores que están siendo investigados.
El insecto se aisló en un pequeño fragmento de ámbar,
y se incluyó en resina sintética en una campana de vacío.
El pequeño bloque resultante se cortó en forma de prisma
con una sierra de joyero y se pulieron todas sus caras.
Luego se realizó un dibujo exacto y muy detallado del
ejemplar con un microscopio especial para dibujo y se
describieron todas sus características. Este taxón resultó
ser un nuevo género, además de nueva especie, y demostró
que la familia Thripidae tuvo una distribución muy amplia
durante el Cretácico, completando el mapa junto a otros
fósiles encontrados en Rusia y en el Líbano, lo que sugiere
una antigüedad incluso mayor de la familia. Se descubrió
que un ejemplar en la colección de insectos en ámbar del
Líbano presente en el Museo Nacional de Historia Natural
de París era casi indistinguible del ejemplar español. Los
ámbares de El Soplao y del Líbano se formaron en ambientes
de edad similar en orillas opuestas del antiguo mar de
Tethys precursor del actual Mediterráneo. Por ello, ambos
ejemplares se incluyeron en un género cuyo nombre hacía
referencia al mar de Tethys. El ejemplar del Líbano adquirió
el nombre de Tethysthrips libanicus. Estas especies fósiles
nos muestran los albores de la familia Thripidae, que
actualmente es muy diversa e importante en los ecosistemas,
por ejemplo en la polinización de las flores. La investigación,
en la que intervinieron cinco especialistas y precisó varios
meses de trabajo, se publicó en un volumen especial
dedicado a insectos fósiles de los Anales de la Sociedad
Entomológica de Francia. La descripción de nuevas especies
fósiles es un trabajo laborioso y lento. Pese a que se
recuperan numerosas formas nuevas de insectos en cada
excavación paleontológica, sólo unos pocos ejemplares
pueden ser estudiados debido a la escasez de especialistas
y de recursos. Algo similar ocurre en el caso de las especies
actuales de insectos, pues la limitación para describir y
nombrar muchas más especies se encuentra en la imposi-
bilidad de que sean investigadas al mismo ritmo al que son
descubiertas.
Los grupos acompañantes de Tethysthrips hispanicus en
el ámbar de El Soplao son muy variados e incluyen cuca-
rachas, moscas serpiente, neurópteros, escarabajos, chin-
ches, y sobre todo avispas y moscas. La unión de los datos
de paleobiodiversidad del ámbar, y los proporcionados por
el estudio geológico de los estratos del yacimiento, permite
reconstruir el paleoecosistema. El ambiente era subtropical,
cercano a la costa marina, poblado por extrañas plantas
del grupo de las ginkgoales y de una extinta familia de
coníferas, las queirolepidiáceas, que seguramente produjeron
las masas de resina. En los bosques resiníferos, que serían
frecuentados por los dinosaurios y en donde se desarrollaba
una rica diversidad de insectos y arañas, se producían
frecuentes incendios que debieron de ser gigantescos. La
erosión del suelo de los bosques calcinados producida por
las lluvias desenterró numerosas masas de resina con
insectos en su interior. Estas masas finalmente llegaron
hasta un sistema de estuario cerca de la costa en donde
quedaron enterradas hasta nuestros días. El paleontólogo
debe de tener algo de imaginación, no para incorporar en
sus investigaciones ideas no documentadas, sino para
evocar los ecosistemas desaparecidos y los seres que los
poblaron, y de ese modo apasionarse sin remedio. Rom-
piendo las rocas o cavando en los sedimentos debe
“devolver a la vida” a las especies extinguidas a partir de
los inertes restos fósiles que han llegado hasta nuestros
días.
Edward O. Wilson, máximo especialista mundial en hormigas
actuales y fósiles, precisamente uno de los grupos de
insectos más diversos en la actualidad, y padre de la
sociobiología escribió un libro titulado Biophilia en 1984.
Acuñó el término biofilia como la tendencia innata, no
exclusiva de los humanos, a sentirse atraído por otras
formas de vida y a afiliarse a los sistemas vivos naturales.
La biofilia, que en mayor o menor medida nos afecta a
todos, hace que, por ejemplo, nos emocionemos y sintamos
bienestar ante un paisaje natural salvaje, o que establezca-
mos una relación muy emotiva con nuestras mascotas.
Desgraciadamente, la biofilia se diluye mucho a un nivel
superior al de individuo y no puede contrarrestar la destruc-
tora sed de recursos que tiene la sociedad humana actual.
Vamos a aprovechar estas líneas para establecer un nuevo
término, únicamente similar, ... la paleobiofilia. En este caso
no se trata de una tendencia innata, más bien es intelectual
y exclusiva de los humanos, pero afecta en mayor o menor
medida a un gran porcentaje de la población. Muchos
experimentamos una intensa atracción por las formas de
vida del pasado, también y principalmente por los fósiles,
y nos gustaría vivir la experiencia de visitar un ecosistema
desaparecido hace millones de años... por ejemplo un
ecosistema jurásico (parque) o los alrededores de Atapuerca
durante el Pleistoceno. Sin embargo, tenemos que conten-
tarnos con las reconstrucciones de ecosistemas del pasado
en forma de pinturas en libros, de películas de ordenador
en documentales o de geniales dioramas en algunos
museos, como los del Smithsonian de Washington. ¡Para
los paleobiofílicos los dinosaurio y los insectos Tethysthrips
que vivieron con ellos son fascinantes y generan felicidad!
Esta atracción por el pasado de la Vida es también interés
por nuestro propio pasado. Al fin y al cabo, en la historia
evolutiva de los seres vivos, todos estamos relacionados
por un parentesco básico evolutivo.
Diorama del Smithsonian Museum (Washington) en el que se reconstruye la vida en los mares del Ordovícico (hace 440 millones de años).
Autor: Enrique Peñalver Mollá
[conciencia] slas
58EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
[conciencia] slas
59
Autor:
Joaquín MoratallaInstituto Geológico y Minero de España
(Museo Geominero).
Fue quizás el poeta romanoLucrecio (98-55 a.C.) quien porprimera vez planteó la posibili-dad de una sucesión temporalde las especies, es decir, el he-cho de que a lo largo del tiem-po, puedan aparecer nuevasformas de vida que sustituyana las antiguas.
Sin que él probablemente fuese consciente, este plantea-
miento llevaba implícita la idea de la extinción -tan común
hoy en día- ya que las especies sustituidas desaparecen.
Sin embargo, habrían de pasar unos 1.800 años hasta
que el concepto de extinción fuese formalmente estable-
cido por parte de Georges Cuvier (1769-1832), el gran
anatomista y paleontólogo francés que, además del
término extinción, desarrolló la idea de las grandes catás-
trofes así como el principio de la correlación entre las
distintas estructuras orgánicas, por lo que es considerado
también como el padre de la anatomía comparada.
Después de la propuesta de Cuvier, la extinción de las
especies se ha convertido en una noción habitual dentro
de la paleontología y de la biología evolutiva. Los datos
-cada vez más precisos- del registro fósil indican clara-
mente que la extinción es un fenómeno habitual a lo largo
del tiempo y que, estadísticamente, podemos hablar de
una tasa relativamente continua, a la que podemos
denominar tasa de extinción de fondo. Sin embargo, esta
tasa no es ni mucho menos constante sino que sufre
fluctuaciones de diversa consideración, ocasionalmente
de tal magnitud que éstas han terminado por recibir el
apelativo de extinciones en masa.
¿Cuándo decimos que estamos ante una extinción en
masa?. El consenso más generalizado entre los investi-
gadores es considerar que se produce un evento de
extinción en masa cuando se cumplen las dos condiciones
siguientes: 1) la desaparición de al menos el 15% de las
familias que existen en ese momento sobre la Tierra y 2)
que esa desaparición se produzca en un relativo corto
período geológico de tiempo, no más de 15 millones de
años. Podemos decir que han existido diversas crisis
bióticas cercanas a estos valores pero, sin duda, estas
condiciones se han cumplido claramente en 5 ocasiones,
a las que denominamos las 5 grandes extinciones en
masa o las 5 grandes crisis bióticas de la historia de la
Tierra o simplemente las 5 grandes. Todas ellas se han
producido exclusivamente dentro del período denominado
Fanerozoico (dominado por los organismos pluricelulares),
durante los últimos 540 millones de años de la historia
de nuestro planeta. La pregunta lógica es ¿por qué?¿Qué
factores han causado estas grandes catástrofes biológi-
cas? La respuesta no es sencilla ni inmediata. En primer
lugar, porque las causas de estas grandes extinciones
no se conocen con excesiva precisión y, por otra, porque
cada episodio guarda su propia identidad ya que pertenece
a un momento particular de la historia de la Tierra, con
sus propias condiciones paleoclimáticas y paleobiogeo-
gráficas que hacen de él algo único e irrepetible. Y, en
tercer lugar, porque cada vez parece más evidente que
una gran extinción en masa obedece a más de una causa,
es decir, que cada uno de estos eventos parece conse-
cuencia de una compleja casuística que desencadenó la
catástrofe dentro de un marco multi-causal.
La primera de estas grandes extinciones en masa se
produjo aproximadamente hace unos 435 millones de
años, a finales del período Ordovícico, momento en el
que desaparecieron aproximadamente el 50% de los
taxones marinos. Ocurrió como consecuencia de un
enfriamiento global que llevó a una tremenda glaciación,
al consiguiente aumento del número y tamaño de los
glaciares y a una gran regresión marina. En este episodio
desaparecieron muchos grupos de braquiópodos, de
trilobites, de briozoos y de corales que causó un profundo
cambio en los ecosistemas de las plataformas continen-
tales. Curiosamente, este evento se produjo en dos pulsos
distintos. El primero fue consecuencia del mencionado
enfriamiento y, el segundo -menos severo-, consecuencia
de la posterior desaparición de los glaciares lo que produjo
resultados desastrosos en aquellas especies adaptadas
al frío que se habían beneficiado del enfriamiento anterior.
Hubieron de pasar unos 70 millones de años antes de
que se produjera la segunda extinción en masa conocida,
esta vez a finales del Devónico, hace unos 365 millones
de años. Desapareció el 19% de las familias y el 50% de
los géneros y se vieron afectados grupos tan conocidos
como trilobites, corales, braquiópodos, ammonoideos,
conodontos, foraminíferos, peces y plantas terrestres.
Paradójicamente, hubo grupos biológicos que pasaron
este evento de extinción “sin enterarse”, como por ejemplo
las esponjas hexactinélidas o los bivalvos y los gasterópo-
dos. Al contrario de lo que había ocurrido al final del
Ordovícico, la causa de esta extinción parece proceder
de dos grandes impactos meteoríticos que desencadena-
ron este gran cataclismo biológico. La explicación de esta
extinción en masa se denomina hipótesis “Smoking Guns”
(“Armas Humeantes”), y fue propuesta a partir del descu-
brimiento de dos extensos cráteres de impacto localizados
en Suecia y China, así como también de diversos niveles
sedimentarios con fuertes anomalías de iridio.
UN GRAN FILTRO PARALA BIO-DIVERSIDAD
LAS GRANDES EXTINCIONES DE LA HISTORIA DE LA VIDA:
Huella de gran tamaño (longitud: 60 cm) producida por un dinosaurio ornitópodo en el Cretácico Inferior español. Yacimiento de La Magdalena (Préjano, La Rioja)
EL PERIÓDICO DEL MUSEO ELDER INVIERNO 2010 Nº 01
Autor: Joaquín Moratalla
[conciencia] slas
60
Después de esta catástrofe la vida continuó y dio lugar
al exuberante período Carbonífero, con sus grandes
bosques entre los que se desarrollaron enormemente los
anfibios. El siguiente período, el Pérmico, estuvo, por el
contrario, caracterizado por una extrema aridez debido
a que las masas continentales se habían reunido en un
gran mega-continente, al que denominamos Pangea, en
cuyo interior se desarrollaron extensas áreas tan alejadas
del mar que se caracterizaron por la presencia de climas
continentales muy extremos. En este contexto, el Pérmico
contempló el gran declive de los antiguos bosques y de
aquellos anfibios tan necesitados de agua. En su lugar,
se produjo la gran explosión de los “reptiles” sinápsidos,
que dominaron prácticamente todos los ecosistemas
continentales, entre ellos el género Dimetrodon, un
organismo muy conocido. Las comillas obedecen a que
hoy en día se considera a los sinápsidos fuera del grupo
Reptiles aunque las expresiones “reptiles sinápsidos” o
“reptiles mamiferoides” se utilizan todavía, incorrectamente,
en publicaciones de diversa índole.
A finales del Pérmico, sin embargo, se produjo el evento
de extinción más catastrófico de todos los conocidos
hasta ahora, denominado extinción Permo-Triásica. Este
episodio marca el final de la Era Paleozoica y abre una
ventana hacia el futuro, hacia la nueva Era Mesozoica (o
vida media), de características radicalmente diferentes.
La extinción Permo-Triásica se produjo hace unos 250
millones de años y fue realmente demoledora ya que
desaparecieron el 80-85% de todas las especies de la
biosfera, lo cual es realmente espeluznante y marca
claramente un antes y un después. Tal es así que esta
catástrofe ha sido repetidamente bautizada como “The
Mother of Mass Extinctions” o la “Madre de todas las
Extinciones”. La resolución de este gran enigma -tan
significativo en términos de biodiversidad- es todavía un
profundo misterio. Lo que sí parece claro es que fue un
evento relativamente rápido en términos geológicos para
el que se han propuesto numerosas hipótesis, desde un
fuerte vulcanismo, impactos meteoríticos o liberación de
metano en el fondo de los océanos. Lo cierto es que
durante este evento se produjeron en Siberia las mayores
erupciones volcánicas conocidas en toda la historia de
la Tierra cuyo testimonio actual es un área de basalto de
unos 2 millones de km2. Se eyectó a la atmósfera tal
cantidad de lava y de dióxido de carbono que la tempe-
ratura media del planeta aumentó en torno a los 5 ºC lo
que pudo descongelar los depósitos de hidrato de metano
del fondo marino con lo que se produjeron grandes zonas
anóxicas (sin oxígeno) y se liberaron grandes cantidades
de este gas a la atmósfera. Si unimos a esto la posible
presencia de un gran cráter de impacto en la Antártida,
que pudo también añadir un plus más de desestabilización
al ecosistema mundial, tenemos todos los ingredientes
para plantear un modelo multi-causal como explicación
de este gran evento de extinción. Este modelo múltiple
se ha denominado tradicionalmente “the murder on the
Orient Express Hypothesis” (la hipótesis del asesinato en
el Orient Express), haciendo honor a la famosa novela de
Agatha Christie en la que el detective Poirot desentraña
un crimen a bordo de este conocido tren en el cual todos
los integrantes del mismo estaban implicados de una u
otra forma en la trama. Sólo alrededor del 10% de las
especies se salvaron de esta catástrofe, y la vida -con
tan poca biodiversidad- tardó mucho tiempo en recupe-
rarse sobre un mundo que ya no volvió a ser el mismo.
A pesar de ello, la vida irremediablemente siguió adelante
durante el período Triásico, al final del cual aparecieron
grupos de vertebrados tan conocidos como los mamíferos,
los pterosaurios o los dinosaurios. En medio de esta
expansión faunística, entre el Triásico y el Jurásico (hace
unos 205 millones de años), se produjo otro episodio de
extinción en masa, quizá el más leve de los cinco, quizá
el menos conocido, pero no por ello menos importante.
Desaparecieron el 50% de los géneros tanto en los
ecosistemas marinos como en los continentales (donde
se extinguieron numerosos grupos de anfibios, los teráp-
sidos-precursores de los mamíferos-, así como numerosas
especies de plantas). La causa de esta catástrofe parece
haber sido un calentamiento global estimado en torno a
los 3-7 ºC de aumento medio de temperatura. Sin duda,
los grandes beneficiados de este episodio fueron los
dinosaurios ya que repentinamente desaparecieron sus
grandes competidores. El futuro era suyo y, sin duda, lo
aprovecharían muy bien.
De modo que los dinosaurios y los pterosaurios vivieron
prácticamente entre dos extinciones en masa. La primera
les benefició. Sin embargo, la segunda les extinguió. Esta
última es quizás la más conocida de las 5 grandes, quizá
porque fue la que acabó con los dinosaurios, es decir,
con uno de los grupos biológicos que había protagonizado
uno de los capítulos más fascinantes de la historia de la
vida. Se denomina la extinción fini-cretácica y ocurrió hace
unos 65 millones de años. Con este evento finalizó la Era
Mesozoica y comenzó un mundo nuevo (el Cenozoico)
que, sin grandes cataclismos, ha desembocado hasta
nuestros días. El límite entre ambas épocas (denominado
K-T) es quizá el nivel estratigráfico “más famoso del
mundo” ya que en él se descubrió una insólita alta con-
centración de iridio, sin duda de origen extraterrestre,
quizá procedente del impacto de un cometa o de un
asteroide de gran talla. Esta hipótesis catastrofista se ha
hecho muy popular hasta llegar a convertirse en la expli-
cación estándar que desentraña el misterio de la desapa-
rición de los dinosaurios y de todas las otras especies
afectadas. Sin embargo, muchos otros grupos biológicos
se salvaron: los dinosaurios avianos (aves), los cocodrilos,
las tortugas, los anfibios como ranas y salamandras, los
lacértidos, las serpientes o los mamíferos. Es decir, muchos
de los grupos zoológicos que compartían los ecosistemas
continentales con los dinosaurios se salvaron, y nadie
sabe todavía por qué. Tal vez porque para dar con la
verdadera respuesta habría que añadir -entrando en
nuestro planteamiento multi-causal- la presencia de al
menos otros dos factores: 1) un profundo cambio climático
gradual producido por la continua separación de los
continentes y la apertura del Océano Atlántico y 2) las
violentísimas y continuas erupciones volcánicas del Cre-
tácico Superior en el área del Deccán (India). Y por supuesto
otros factores estrictamente biológicos que todavía hay
que poner en este inmenso e inextricable puzle. Los
“modestos” mamíferos, descendientes de un grupo de
sinápsidos filogenéticamente más primitivos que los reptiles,
tuvieron su gran oportunidad: se encontraron con un
mundo “vacío” a su disposición y, gracias en parte a este
gran cataclismo, la biodiversidad actual es lo que es. Por
supuesto, no todo es tan sencillo. En los últimos 65
millones de años han ocurrido muchas cosas, incluidas
las últimas glaciaciones -que todos hemos oído mencionar-
pero lo cierto es que no se ha vuelto a producir ningún
gran episodio de extinción en masa.
De modo que Cuvier tenía razón. La historia de la biosfera
ha estado condicionada por una serie de grandes catás-
trofes que han afectado profundamente a la bio-diversidad
y a la evolución de la mayor parte de los grupos biológicos.
Unas veces porque fueron repentinamente eliminados y
otras porque desaparecieron sus competidores. La vida
no volvió nunca a ser lo mismo después de cada una de
estas grandes extinciones en masa. Ellas han seleccionado
quién vive y quién muere, quién triunfa y quién fracasa.
Si cualquiera de estas grandes catástrofes no hubiese
ocurrido, el mundo sería impredeciblemente diferente y
el continuo fluir de causalidad contingente de la bio-historia
habría hecho que los humanos no estuviésemos aquí.
Dicen que actualmente estamos dentro de la Sexta Extin-
ción. Sin embargo, tal hecho es imposible de evaluar en
el presente. Habría que esperar al trabajo de los paleon-
tólogos de un futuro remoto, sea como fuere su aspecto,
su filogenia, el color de su piel o el de sus ojos.
Curva que muestra una estimación del la bio-diversidad a lo largo de la historia de la Tierra. En ordenadas, la diversidad expresada en número de familias. En abcisas, el tiempo
en millones de años. V: Véndico; C: Cámbrico; O: Ordocívico; S: Silúrico; D: Devónico; CB: Carbonífero; P: Pérmico; TR: Triásico; J: Jurásico; K: Cretácico; T: Terciario; I: Extinción
del Ordocívico; II: Extinción del Devónico; III: Extinción permo-triásica; IV: Extinción del Triásico-Jurásico; V: Extinción fini-cretácica.
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TURISMO YBIODIVERSIDAD
Autora:
Araceli Santana BenítezViceconsejería de Turismo del
Gobierno de Canarias
La Conferencia Internacionalde Ministros del Ambiente so-bre Biodiversidad y Turismorealizada entre los días 6 y 8de marzo de 1997 en Berlínponía de manifiesto la impor-tancia que la actividad turísticatiene a nivel mundial y advertíade la necesidad de que las ac-tividades de turismo fueranambiental, económica, social yculturalmente sostenibles; al-go que no es siempre fácil deconseguir.
Dicha conferencia acordaba que “el desarrollo y manejo
de las actividades de turismo debe ser guiado por los
objetivos, principios y cometidos dictados en la Con-
vención sobre Diversidad Biológica. Las actividades
de turismo que directa o indirectamente contribuyen
a la conservación de la naturaleza y la diversidad
biológica beneficiando a las comunidades locales debe
ser promovida por todos los interesados. Para conservar
la naturaleza y la diversidad biológica como un recurso
principal de las actividades de turismo, deben tomarse
todas las medidas necesarias para asegurarse que la
integridad de los ecosistemas y hábitats sean siempre
respetados”.
Conseguir el equilibrio entre una actividad como el
turismo y un territorio sostenible es un objetivo que se
plantean los gobiernos de todos los países conscientes
de que es la única manera de conseguir el máximo
beneficio para todos. En nuestro planeta, y las Islas
Canarias son un claro ejemplo de ello, existen zonas
favorecidas con creces por la naturaleza: sus paisajes
son impresionantes y la vegetación es colorida y
exuberante. Por este motivo, siempre ha existido una
clara preocupación en relación a las consecuencias
que puede tener en el medio ambiente la presencia
de turistas que quieren disfrutar de unos días de
descanso.
Sobre lo que no cabe ninguna duda es que, hoy en
día, el turismo es una de las industrias de más rápido
crecimiento. Es una fuente importante de ingresos y
de puestos de trabajo para muchos países y cada día
se va enfocando más a actividades en ambientes
naturales. Sin embargo, así como contribuye positiva-
mente, su rápido crecimiento puede ser una causa
importante de la degradación ambiental y pérdida de
identidad local y de culturas tradicionales. De hecho,
y como ejemplo de la importancia que encierra la
actividad turística, hay que destacar que el turismo
supone en Canarias el 27,4% del Producto Interior
Bruto (PIB), así como el 30,2% del empleo que se
genera en las Islas.
Precisamente, el Día Mundial del Turismo 2010 se
celebró bajo el lema de Turismo y diversidad biológica.
Las empresas y organismos galardonados por el
Gobierno de Canarias fueron seleccionados por su
cometido en el sector de forma meritoria y, especial-
mente, por el desarrollo de un turismo sostenible y
ecológico que respeta nuestro medio ambiente.
Además, son profesionales que han apostado por el
desarrollo de instalaciones turísticas, adaptándose a
las tendencias más novedosas y modernas para po-
tenciar el bienestar del turista. En este sentido, Canarias
es un activo turístico clave para el desarrollo sostenible,
una apuesta por la que la Viceconsejería de Turismo
del Gobierno de Canarias no escatima esfuerzos al ser
uno de los valores más importantes de nuestra tierra.
Por otra parte, el turismo basado en la naturaleza
(ecoturismo) es un segmento creciente de la industria
del turismo, y a pesar de los impactos negativos,
también tiene potencial para traer beneficios a la
conservación de la diversidad biológica y al uso soste-
nible de sus componentes. Asimismo, el turismo sos-
tenible puede despertar la sensibilización del público
sobre la gran cantidad de bienes y servicios que
provienen de la diversidad biológica y el respeto que
merecen los conocimientos y prácticas tradicionales.
De igual forma, el concepto de biodiversidad es un
término muy amplio que engloba a especies vivas, sus
distintas poblaciones, y los hábitats donde se desen-
vuelven. Además, y como actividad de primer orden,
el turismo tiene un importante papel y una responsa-
bilidad en la gestión y conservación de la biosfera, los
espacios naturales y las diversas formas de vida. La
defensa de la biodiversidad es condición sine qua non
para el desarrollo de un turismo que merezca el término
de sostenible. Millones de puestos de trabajo en todo
el mundo dependen de unos ecosistemas cuidados,
respetados y saludables que millones de turistas buscan
cada año. Y a su vez, dichos espacios vivos requieren
de unos empleos cuya actividad incluya la atención
medioambiental para que el medio en el que se mueven
sostenga su calidad ecosistémica.
A nadie se le escapa que, con el paso de los años, se
está erosionando el medioambiente y la biodiversidad.
Para muchos expertos, la biosfera, en su plano más
sustancial, y los paisajes y destinos turísticos, en su
plano más estético, se encuentran en peligro y para
su recuperación es preciso regular la orientación de
las prácticas turísticas en la orientación y tipología de
la oferta, y en la educación de la demanda.
El turismo forma parte del sector servicios y, precisa-
mente, es responsable de la forma en que las pobla-
ciones turísticas se ponen en contacto con los paisajes
y con los recursos medioambientales y socioeconómicos
locales. Por este motivo, especialistas en la materia
aseguran que convendría un mayor desarrollo del
turismo cultural, en el ámbito local, que ponga el acento
en la atención y los servicios personales cualificados,
y en la generación de experiencias turísticas de inter-
cambio, de aprendizaje, relacionales y de ocio, frente
al consumo de recursos materiales.
Aunque los más pesimistas destacan que el daño
realizado es grande, también apuntan que no es de-
masiado tarde para actuar, para cuidar lo que queda,
y para hacer posible que en el futuro los entornos se
regeneren, con la colaboración humana, la adaptación
de la industria, y el propio curso de la vida. Es preciso
hacer una transformación, en la cual, el mercado turístico
no sólo sea foco de riqueza para unos pocos sino que
propicie el beneficio de todos.
El Secretario General de la Organización Mundial del
Turismo (OMT), Taleb Rifai, asegura que “salvaguardar
la biodiversidad es un reto urgente que nos concierne
a todos, la comunidad internacional, los gobiernos, las
empresas y los viajeros, pero aún no es demasiado
tarde para actuar. Estoy seguro de que a lo largo de
2010, y después, la comunidad turística se unirá para
demostrar su papel protagonista en la protección de
la biodiversidad y el impulso de su contribución a la
reducción de la pobreza y al desarrollo”.
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LOS PLANES DE RECUPERACIÓN:INSTRUMENTOS PARA LA CONSERVACIÓN
DE LAS ESPECIES AMENAZADAS
Autor:
Miguel Ángel Cabrera PérezBiólogo. Técnico del Servicio de Biodiversidad.
Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Medio Ambiente. Gobierno de Canarias.
La Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los
Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres
estableció cuatro categorías de protección (“en peligro
de extinción”, “sensible a la alteración del hábitat”,
“vulnerable” y “de interés especial”), señalando la obliga-
toriedad de redactar distintos tipos de planes de gestión
para cada una de ellas. En el marco de esta ley, la
Comunidad Autónoma de Canarias aprobó el primer
Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias mediante
el Decreto 151/2001, de 23 de julio.
Posteriormente, se aprobó la Ley 42/2007, de 13 de
diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad,
que derogaba la Ley 4/1989, de 27 de marzo, y reducía
las categorías de especies amenazadas a dos: “en peligro
de extinción” y “vulnerable”. Debido en parte a la necesidad
de adecuación al nuevo marco normativo estatal, recien-
temente fue aprobada la Ley 4/2010, de 4 de junio, del
Catálogo Canario de Especies Protegidas, que a su vez
derogaba el Decreto 151/2001, de 23 de julio, en la que
se recogen cuatro categorías de protección: las dos
recogidas a nivel nacional, “interés para los ecosistemas
canarios” y de “protección especial”. En cualquier caso,
para las especies amenazadas se mantiene la obligación
de adoptar un plan de recuperación o de conservación
que garantice su supervivencia y eliminen o reduzcan los
factores de amenaza.
A partir del año 2004, se han aprobado un total de 19
planes de gestión de especies amenazadas en la Comu-
nidad Autónoma de Canarias, 16 planes de recuperación
que afectan a un total de 22 taxones “en peligro de
extinción” y 3 planes de conservación del hábitat de 3
especies incluidas en la categoría de “sensible a la
alteración de su hábitat”. En su mayor parte, estos taxones
se corresponden con endemismos insulares exclusivos
de una isla (fundamentalmente especies de flora), salvo
en el caso del guirre, presente en las islas de Lanzarote
y Fuerteventura, la cuernúa presente en esas mismas
islas, y la piñamar, especie cuyo área de distribución
abarca las islas de Tenerife y Gran Canaria. El desarrollo
La protección y conservación de lasespecies amenazadas, es decir,aquellas que tienen comprometidasu supervivencia, ha sido siempreuna de las prioridades de la políticade conservación de la biodiversidad.
y aplicación de los planes de estas especies le corresponde
al Gobierno de Canarias, al tratarse de un programa de
protección de la flora y fauna de ámbito suprainsular.
El guirreEl guirre, Neophron percnopterus majorensis, es una
subespecie endémica de las Islas Canarias, con caracterís-
ticas específicas que lo diferencian de las poblaciones
europeas. Se trata de una de las rapaces carroñeras de
menor tamaño que existen en Europa y oportunista en lo
que a la dieta se refiere, dado que se alimenta de animales
muertos, basuras domésticas, excrementos, insectos, etc.
Originariamente, el guirre se distribuía por todas las islas
del archipiélago, pero en la actualidad la población ha
quedado relegada a islas orientales (sólo nidifica en
Fuerteventura, Lanzarote y Alegranza). Era muy abundante,
pero en los últimos 50 años ha sufrido un importante
proceso de regresión que ha provocado desaparición de
entre el 70% y el 90% de sus efectivos. En el año 2002
su población se estimó en 130 ejemplares, incluidos
jóvenes y subadultos, con no más de 25-29 parejas
nidificantes, concentrándose en la isla de Fuerteventura
más del 90% de la población total reproductora. Es
evidente, que de continuar esta tendencia, el guirre podría
extinguirse en Canarias en unas pocas décadas sin no
se aplicaban medidas correctoras concretas que eliminaran
o minimizaran los factores de amenaza que afectaban a
la especie.
¿Pero cuáles son los factores de amenaza actuales que
condicionaban la supervivencia del guirre? Los estudios
realizados en los últimos años han permitido clarificar los
peligros reales que se ciernen sobre el guirre: los accidentes
en los tendidos eléctricos, los envenenamientos, la intoxi-
cación por plomo, las molestias e interferencias en la
reproducción y la reducción de los recursos tróficos. Para
atenuar los efectos negativos de estos factores en el año
2006 se procedió a la aprobación del plan de recuperación
del guirre, mediante el Decreto 183/2006, de 12 de
diciembre, aunque las actuaciones de conservación ya
se habían iniciado en el año 2004 con la puesta en marcha
del proyecto LIFE04NAT/E/000067 “Conservación del
guirre en ZEPA de Fuerteventura”, auspiciado por el
Cabildo de Fuerteventura y donde además participaba la
empresa UNELCO-ENDESA.
El desarrollo de las acciones recogidas en el Objetivo 1
del plan de recuperación, encaminadas a disminuir la
mortalidad por colisión, electrocución o enganche en los
tendidos eléctricos, fueron consideradas como prioritarias
dado que estos accidentes habían sido los causantes de
la desaparición directa de aproximadamente el 15% de
la población de guirres pocos años. Entre el año 2004 y
2008, y dentro del marco del proyecto LIFE citado, se
procedió a la corrección de los tendidos eléctricos de 66
kV existentes en áreas de especial interés para el guirre
en la isla de Fuerteventura, procediendo a la colocación
de dispositivos disuasorios (salvapájaros) y nuevas estruc-
turas para evitar el enganche de los ejemplares. Esta
actividad se continuó en el año 2009 por parte de la
Dirección General de Protección de la Naturaleza, y durante
el año 2010 está previsto iniciar la corrección de tendidos
eléctricos de 20 kV. Como resultado de estas actuaciones
se ha producido una drástica reducción de la mortalidad,
siendo escasos los casos de muerte registrados a partir
del año 2008.
Además de las acciones anteriores, se han llevado cabo
actuaciones para reducir la mortalidad por envenenamiento
directo o secundario, desarrollando campañas de divul-
gación y sensibilización sobre el uso de cebos envenenados
y elaborando una estrategia para evaluar la viabilidad de
la sustitución de la munición de plomo. También se han
Muladar de Tiscamanita.
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adoptado medidas para garantizar la tranquilidad en las
áreas de nidificación y eliminar las molestias durante el
periodo reproductor con el fin de aumentar la productividad
de las parejas, extremando las medidas de control y
vigilancia durante el periodo crítico.
Por otro lado, dentro del Objetivo 4 del plan, se han
desarrollado acciones encaminadas a la conservación
del hábitat en las áreas de cría, alimentación y agregación
nocturna, evitando su transformación y mejorando los
recursos tróficos. Para esto último, se han implantado
nuevos muladares en Fuerteventura para alimentar a los
guirres en un intento de facilitar la recolonización de zonas
donde la especie ya no se encuentra presente y reducir
la mortalidad de los ejemplares jóvenes, estando previsto
para el año 2010 la implantación de un nuevo muladar
en la isla de Lanzarote.
Todas las actuaciones anteriores se han llevado a cabo
a la vez que se ha continuado con el seguimiento de los
parámetros reproductivos, demográficos y uso del hábitat
de la población de guirres iniciado por la Estación Biológica
de Doñana en el año 1998, con el objeto de mejorar los
conocimientos sobre la biología y ecología del guirre que
permitan mejorar la definición y aplicación de las medidas
de conservación a desarrollar.
La cuernúaAl igual que el guirre, la cuernúa o diente de perro (Cara-
lluma burchardii) es una especie que se localiza únicamente
en las islas orientales del archipiélago canario, aunque
con presencia también en Marruecos. Además de Lan-
zarote y Fuerteventura, también aparece en los islotes de
Alegranza, Montaña Clara, La Graciosa y Lobos, con
numerosos núcleos poblacionales y un alto grado de
fragmentación. Forma parte de comunidades xéricas,
habitando malpaíses y ladera rocoso-pedregosas, gene-
ralmente asociada a tabaibales dulces y comunidades
halo-nitrófilas.
Se trata de una planta de tallos suculentos de sección
cuadrangular, con tendencia a formar rodales con un
número variable de tallos de hasta 45 centímetros de
altura, siendo muy característico su fruto (un par de
folículos en forma de cuernos con más de 10 centímetros
de largo) y las semillas con largos vilanos que ayudan a
su dispersión por el viento. Esta especie fue catalogada
como “sensible a la alteración de su hábitat” en el Catálogo
de Especies Amenazadas de Canarias en el año 2001,
por lo que, mediante el Decreto 180/2006, de 12 de
diciembre, se procedió a la aprobación de su plan de
conservación del hábitat. Hay que señalar que el reciente
Catálogo Canario de Especies Protegidas incluye la
cuernúa como especie “en peligro de extinción”.
El desarrollo del plan de la cuernúa ha girado en torno a
tres aspectos fundamentales: evitar las afecciones y
alteración del hábitat, mejorar el conocimiento sobre la
especie, y por último, incrementar la sensibilidad social
ante la problemática de conservación de la especie. Para
lo primero, el plan establecía recomendaciones que
deberían tenerse en cuenta a la hora de desarrollar distintos
proyectos o desarrollar el planeamiento territorial, espe-
cialmente en espacios integrantes de la red Natura 2000.
Para mejorar y contar con una información actualizada
de la evolución de la especie, se ha promovido un pro-
grama de seguimiento de las poblaciones, procediendo
al cartografiado detallado de todos los núcleos y la
estimación del número de individuos en cada uno de
ellos. Esto ha permitido conocer con mayor detalle el
estado de conservación de la cuernúa, y la situación de
los más de 25 núcleos poblacionales con los que cuenta.
Importante también, ha sido la campaña de sensibilización
llevada a cabo para dar a conocer la problemática de su
conservación. En este sentido, habría que destacar el desa-
rrollo de una página web propia del plan de conservación
(www.gobiernodecanarias.org/cmayot/medioambiente/l
acuernua/index.html) y la elaboración y posterior distribu-
ción entre los cabildos, municipios, centros escolares y
otras instituciones presentes en su área de distribución,
de material divulgativo como folleros, pósters, pegatinas
y material audiovisual.
La piñamarEl plan de recuperación de la piñamar (Atractylis preauxiana)
fue aprobado en el año 2007, mediante el Decreto
33/2007, de 13 de febrero. Este pequeño arbusto halófilo,
con hojas lineares y flores muy características vive en las
costas de las islas de Gran Canaria y Tenerife con una
fuerte influencia de la maresía, formando parte de mato-
rrales halófilos costeros que se encuentran cada vez más
degradados.
En los últimos 40 años el área de distribución de la piñamar
ha experimentado un progresivo retroceso de su área de
distribución, debido a la importante presión que se ha
ejercido sobre las zonas costeras en las islas, áreas
preferentes para la expansión urbanística de carácter
residencial e industrial, donde además han confluido otras
actividades que han contribuido al deterioro de su hábitat
(extracción de áridos, vertidos, proliferación de pistas,
etc). También cabe destacar la presión que algunos
herbívoros, principalmente conejos, ejercen sobre algunos
enclaves puntuales de esta especie.
Este plan tenía como objetivo primordial reducir y contra-
rrestar los factores que dificultaban el mantenimiento y
evolución positiva de sus poblaciones, de manera que se
lograra consolidar su presencia en al menos el 75% del
área de ocupación actual en la isla de Tenerife, mantener
el actual área de ocupación en Gran Canaria, y consolidar
al menos dos nuevas poblaciones en Tenerife.
Hasta este momento las acciones más relevantes llevadas
a cabo han consistido en el vallado de las dos de las
poblaciones en una situación de mayor riesgo (Lomo de
Taliarte en Gran Canaria y Playa del Vidrio en Tenerife),
actuaciones para evitar los daños por herbívoros mediante
el vallado individual de ejemplares, la limpieza y restauración
de la cubierta vegetal en localidades más degradadas, la
recolección de material vegetal y el cultivo de ejemplares
que permitirán este año iniciar las tareas de reintroducción
en Montaña Roja y posterior reforzamiento de otros núcleos
de la isla de Tenerife, todo ello, sin olvidar un aspecto
fundamental: el seguimiento periódico de cada una de las
poblaciones para conocer la evolución de las mismas y la
eficacia de las medidas adoptadas. Este seguimiento,
realizado desde el año 2004, ha permitido comprobar la
elevada fluctuación de los efectivos poblacionales tanto
estacional como anualmente, así como, la situación más
favorable que presenta la especie en la isla de Gran Canaria
frente a la isla de Tenerife, con un menor número de ejem-
plares y mayor nivel de fragmentación de las poblaciones.
Piñamar. Arinaga.
Flor de la cuernúa.
Semillas de la cuernúa.
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Autor: Miguel Ángel Cabrera Pérez
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