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i., QUE ES UN CAMBIO LINGUfSTICO? Un aspecto generalmente aceptado que subyace a cualquier ami- lisis lingUfstico es que la esencia de las lenguas es su dinamis- mo y el hecho de que cambian de manera con stante e imper- ceptible. De ahf que preguntarnos que es un cambio lingUfstico y c6mo y por que cambian las lenguas son planteamientos fun- damentales en el estudio y conocimiento de cualquier lengua, y son preguntas que varias disciplinas de la lingUfstica general llevan haciendo desde hace poco mas de un siglo, y de manera muy particular e insistente en los lHtimos quince 0 veinte ailos. Contestar esas mismas preguntas es el objetivo central de este trabajo. Para dar cuenta de ellas abordaremos los siguien- tes puntos: a) cuales son las disciplinas que estudian los cam- bios lingUfsticos y c6mo se interrelacionan; b) que es una gra- matica y cual es la estructura de las categorfas lingtifsticas; c) que es un cambio lingUistico y cual es el sfntoma de que algo en la lengua esta cambiando; y d) cuales son las condiciones para que se produzca un cambio. La explicaci6n de estos pun- tos estara focalizada fundamentalmente en cambio gramatical, que comporta siempre cambio semantico, si bien muchas de las generalizaciones aquf planteadas son aplicables tambien a otros niveles de lengua, como Ia fonologfa y la semantica. EI cambio Iexico conlleva problemas adicionales que no seran tra- tados aquf. [13]

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i.,QUE ES UN CAMBIO LINGUfSTICO?

Un aspecto generalmente aceptado que subyace a cualquier ami-lisis lingUfstico es que la esencia de las lenguas es su dinamis-mo y el hecho de que cambian de manera con stante e imper-ceptible. De ahf que preguntarnos que es un cambio lingUfstico y c6mo y por que cambian las lenguas son planteamientos fun-damentales en el estudio y conocimiento de cualquier lengua, y son preguntas que varias disciplinas de la lingUfstica general llevan haciendo desde hace poco mas de un siglo, y de manera muy particular e insistente en los lHtimos quince 0 veinte ailos.

Contestar esas mismas preguntas es el objetivo central de este trabajo. Para dar cuenta de ellas abordaremos los siguien-tes puntos: a) cuales son las disciplinas que estudian los cam-bios lingUfsticos y c6mo se interrelacionan; b) que es una gra-matica y cual es la estructura de las categorfas lingtifsticas; c) que es un cambio lingUistico y cual es el sfntoma de que algo en la lengua esta cambiando; y d) cuales son las condiciones para que se produzca un cambio. La explicaci6n de estos pun-tos estara focalizada fundamentalmente en cambio gramatical, que comporta siempre cambio semantico, si bien muchas de las generalizaciones aquf planteadas son aplicables tambien a otros niveles de lengua, como Ia fonologfa y la semantica. EI cambio Iexico conlleva problemas adicionales que no seran tra-tados aquf.

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LAS DISCIPLINAS DE CAMBIO LINGOiSTICO

Tres son las disciplinas que estudian la variaci6n en las len-guas: dialectologia, conocida tambien como variaci6n sincr6-nica (abarca tambien la sociolingUistic a), Unguistiea historica, conocida tambien como gramatica hist6rica y como variaci6n diacr6nica, y tipolog[a 0 variaci6n interlingUistica. Las tres se pueden subsumir y se conocen bajo el rubro mas general de lingu(stica variacionista 0 variaci6n lingiifstiea. La lingUfstica historica es una de las cinco disciplinas clasicas comprendidas en la gran supradisciplina LingUistica General -junto con la fonologfa, la morfologfa, la sintaxis y la semantica-. La dia-lectologfa surge a fines del siglo XIX como un brazo de la lin-gtilstica historica, a raiz de ciertos problemas planteados por los analisis de comparacion y reconstruccion de lenguas en el modelo neogramatico, y ha tenido un auge muy especial a par-tir de los anos 1960-1970 bajo el rubro de la sociolingUistica (etiquetada a veces como dialectologfa urbana). La tipologfa es una disciplina mucho mas modern a, que, aunque echa sus rakes des de inicios del siglo XX, ha tenido un desarrollo que podria calificarse de espectacular en la segunda mitad de ese siglo. Las tres son disciplinas variacionistas y las tres se deter-minan mutuamente. Veamos.

Para que se produzca un cambio en la lengua es requisito indispensable que sincr6nicamente exista posibilidad de elec-cion en algtin punto de esa lengua, bien que haya diferencias entre dos hablantes para expresar un determinado referente (por ejemplo, un grupo de hablantes dice la prima de Marfa, otro dice su prima de Marfa), bien que un mismo hablante pueda optar entre dos estructuras para expresar un "mismo" contenido (por ejemplo, senora, i la ayudo? vs. senora, i le ayudo ?), bien porque ese hablante opte por una estructura en una determinada situacion social comunicativa y por otra es-tructura en otra situacion comunicativa (por ejemplo, un mis-mo hablante podria usar su prima de Marfa en una situacion

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coloquial 0 familiar y la prima de Marfa en una situaci6n mas cui dada, menos coloquial). Es decir, si no existen con-tendientes lingtilsticos sincr6nicos no se producira un cam-bio lingUfstico diacr6nico. El cambio puede residir bien en que una de las estructuras 0 formas contendientes se genera-lice y la otra reduzca 0 pierda su aplicabilidad, bien en que las dos formas modifiquen su distribuci6n hacia ambitos muy distintos, 0 bien, mucho mas raro, en que las dos estructuras se pierdan. La frecuencia relativa de uso de una de las for-mas VS. la otra es el sfntoma de c6mo se esta moviendo el sistema lingUfstico, de c6mo esta cambiando la lengua, esto es, a frecuencias relativas distintas subyacen siempre elec-ciones gramaticales distintas.

En la posibilidad de elecci6n, de optar por una estrategia gramatical contra otra, reside, por tanto, la esencia misma de la variaci6n lingUfstica sincr6nica, la cual podra cristalizar en un cambio diacr6nico hist6rico, y en esa libertad de elecci6n reside tambien la creatividad de la sintaxis. La capacidad del hablante de optar, seleccionar ciertos rasgos contra otros, cier-tas formas 0 construcciones contra otras, constituye un princi-pio operativo basico de la lingUfstica hist6rica y de la dialecto-logia. La dialectologfa es, asi, la disciplina que sienta la base, el condicionamiento, el ambito previo de la lingUistica his-t6rica.

La tipologfa, por su parte, esta tambien estrechamente relacio-nada con la lingUfstica hist6rica en cuanto que aquella pone If-mites a esta. Veamos un ejemplo. Es posible que via una recons-trucci6n hist6rica coherente y elegante se llegue a la hip6tesis de que una determinada protolengua s610 tenia un sistema fonol6-gico con dos vocales -una media anterior y una baja central, o una media posterior y una baja, 0 dos medias, 0 cualesquiera contrastes vociilicos-, pues bien, la tipologia nos dirfa que, no obstante la coherencia del proceso, se trata de una mala recons-trucci6n, ya que no existe ninguna lengua conocida en el mundo con s610 dos vocales.

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QUE ES UNA GRAMATICA Y CUAL ES LA ESTRUCTURA

DE LAS CATEGORIAS LINGOfSTICAS

En la perspectiva dinamica que es necesario adoptar para enten-der que las lenguas cambian y que es un cambio lingUistico, una pregunta fundamental es como opera el proceso, sincronico y diacronico, de codificacion y organizacion de categorias lin-gUfsticas, y que es una gramatica. Subyacente a est a pregunta hay otra: cuales son los factores determinantes de dicha codifi-cacion. Dos aspectos bastante extendidos entre divers os enfo-ques funcionalistas relativos ala dinamica de este proceso son, por una parte, que la semantica, entendida de una manera am-plia, de modo que cubra tanto semantica lexica como semantic a pragmatica, constituye un factor relevante para la codificacion sintactica, y, por otra, que la sintaxis es no solo el resultado de la operatividad de reglas automaticas, sino que es en gran parte resultado de elegir 0 poner en relieve, de perfilar, como se co-noce en gramatica cognitiva, ciertos rasgos semanticos y prag-maticos contra otros.

En l{neas generales se acepta que el aprovechamiento seman-tico, pragmlitico y comunicativo de las posibilidades formales de una gramatica es una parte fundamental de la sintaxis de cualquier lengua. Desde esta perspecti va din arnica, una grama-tica suele ser definida como la rutinizaci6n, la cristalizaci6n del uso (Hopper, "Emergent grammar"; Langacker, Foundations), de manera que la eleccion de ciertas construcciones 0 ciertos rasgos semanticos cristalizara en una determinada sintaxis, y la eleccion de otras construcciones y otros rasgos debe cristalizar en otra rutina sintactica.

En cuanto a la estructura de las categorias lingUisticas y su relacion con cambio lingiHstico, se sabe que los cambios no afectan a todos los miembros de una categoria por igual ni al mismo tiempo. Ello es prueba de que la conformaci6n intema de las categorias no es homogenea y de que, por 10 tanto, no es posible establecer una misma caracterizaci6n, ni sintactica ni

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semantica, para todos sus integrantes, mas bien, las formas lin-gUfsticas constituyen un continuum categorial tanto entre cate-gorias como al interior de estas. La separacion entre categorfas no se realiza mediante cortes claros, los limites entre ell as tam-poco estan bien definidos, sino que existen zonas fronterizas difusas en las cuales estan situadas aquellas entradas lexicas 0

construcciones que participan de las propiedades de dos 0 mas categorfas.

Este enfoque categorial ha side propuesto por uno de los modelos de analisis lingUfstico desarrollado en los ultimos quince 0 veinte afios, teoria de prototipos (Givon, "Proto-types"; Seiler, Prototypes; Company, "Prototipos"), que, a mi modo de ver, ha mostrado ser de especial valla en disciplinas que parten y enfocan necesariamente el uso y no el sistema y que, en consecuencia, deben operar tanto con factores forma-les cuanto con semanticos y pragmaticos, como es el caso de la lingUistica historica y de las otras disciplinas de variaci6n lingUfstica arriba sefialadas. En este enfoque, cada categorfa tiene una zona central, ella misma difusa, que conforma el fo-co categorial y que esta integrada por los elementos que pue-den considerarse los representantes prototfpicos de la clase. A

)medida que nos distanciamos del prototipo, las entidades co-mienzan a debilitar su semejanza sintactica y semantic a con las voces 0 construcciones tfpicas y a mostrar propiedades de otras categorfas; cuanto mas nos alejemos del prototipo, mas "

;jdudosa sera la adscripcion categorial de la entidad 0 construc-cion en cuestion; se produce un proceso de debilitamiento 0

perdida de categorialidad. Por ejemplo, en la categoria 'sus-tantivo' Henan el prototipo las entidades que pueden caracte-rizarse como concretas, visibles, tangibles, delimitables y des-componibles en partes (Lang acker, "Nouns and verbs", pp. 58-60; Company, "La extension"), mesa, silla, zapato, arbol, mientras que sustantivos como esperanza, amor 0 salida, es-tan mas alejados del foco y son "peores" ejemplos de la ca-tegorfa. Voces como rojo, bueno, alto, que se denominan

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"tipos semanticos basicos" de adjetivos (Dixon, "Where", p. 46), ejemplificarian el prototipo de la clase 'adjetivo', pero no agradecido 0 cansado, etcetera.

La conexion entre los distintos miembros de la categoria se realiza via una asociacion 0 extension metaforica entre dos puntos cualesquiera, adyacentes 0 no, del continuum; la ex-tension de una nueva forma a nuevos contextos se hace tam-bien via extensiones 0 asociaciones metaforicas. El concepto 'metMora' debe ser entendido no como una figura retorica es-pecial, sino de una manera amplia, como una herramienta cog-nitiva basica del ser humano, esto es, su capacidad de aso-ciacion.

Desde luego, las categorias no se definen per se, aislada-mente, sino en contexto; es decir, la prototipicidad depende no solo de propiedades semanticas verificables independientemen-te, sino sobre todo de su funcion lingUfstica en el discurso; esto es, la categorialidad se asigna inserta en discurso y no en abs-tracto. Hay inc1uso quienes consideran que los rasgos seman-ticos inherentes a las entidades son secundarios a sus rasgos distribucionales (Hopper y Thompson, "The iconicity", pp. 155-157, 179). Asi, por ejemplo, ciertas entidades que vistas ais-ladamente podrian ser consideradas como buenos representan-tes de su categoria, proximas al prototipo -zorra, piedra-, para sustantivo animado e inanimado, respectivamente, 0 en-trar; llegar, para verbos intransitivos, en construcciones espe-

I[ ciales pueden alterar su categorialidad, transponiendo inc1uso su adscripcion categorial, tal como ocurre en los conocidos casos de la zorra de mi prima, fulanito es una piedra, se die-ron un buen entre, Ie dio un llegue. Tal deslizamiento cate-gorial se hace posible gracias a asociaciones metaforicas ope-rantes en la cultura de una comunidad lingUistica dada.

A diferencia del modelo tradicional de categorialidad discre-ta y absoluta, en el cuallas categorias gramaticales se definen por un conjunto de condiciones necesarias y suficientes, donde el total de miembros de una poblacion debe ser asignado sin

i.QUE ES UN CAMBIO LlNOOisTICO? 19 1 ambigUedades, en eJ enfoque de prototipos no existe un CUII-

junto finito de atributos definitorios, ni necesarios ni suficien-tes, que definan una categoria, sino que estas son abiertas y ciertas entidades cumplen 0 reflejan mejor que otras las propie-dades de la c1ase, esto es, son "mejor ejemplo" de ella. Podria-mos decir que el prototipo es la optimizacion de la categoria. Los miembros prototipicos tienen siempre mayor flexibilidad de distribucion, son capaces de experimentar una amplia gama de procesos gramaticales, tienen, por tanto, mayor generalidad y aplicabilidad a mas contextos, y suelen ser recurrentes en la mayorfa de las lenguas.

La consecuencia natural de este comportamiento no homoge-neo del conjunto de miembros de una categoria es que existe una asimetria esencial, y por tanto una jerarquia, en su interior, de modo que ciertos miembros pueden ser considerados mas basicos 0 centrales que otros. Un efecto directo, por 10 tanto, de la categorizacion en prototipos son los conceptos de jerarquia y marcacion. Asimetria y marcacion van de la mano, pudiendose decir que los miembros centrales son no marcados con respecto a los miembros perifericos.

La adscripcion a una categoria puede ser por semejanza de comportamiento funcional, pero tambien en los casos de ads-cripcion categorial dudosa, una cierta similitud perceptiva con los representantes tfpicos puede decidir la inclusion de una for-ma en la c1ase gramatical en cuestion; esto es, los miembros perifericos estan motivados por los miembros centrales. En ge-neral, se puede decir que las inferencias para categorizar van siempre de miembros centrales a miembros perifericos.

Dado que los cambios nunca afectan a un sistema lingUisti-co en su totalidad -se interrumpiria la comunicacion entre generaciones- se puede hablar de un continuum evolutivo diacronico, que corre paralelo, 0 va de la mana del continuum categorial sincr6nico que acabamos de ver, de manera que los limites entre diacronfa y sincronia se borran y 10 unico que existe es un dinamismo constante y esencial a las lenguas.

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Finalmente, en este apartado es necesario tratar un concepto central a la interrelacion entre estructuracion gramatical sincroni-ca y cambio Iingtiistico, a saber, el de patrones 0 pautas de lexi-calizacion (Talmy, "Lexicalization patterns"). En general se acepta que aquello que es semantica y pragmaticamente impor-tante en una determinada comunidadJingtiistica encuentra codi-ficacion 0 manifestacion gramatical explicita, y que las lenguas siguen vias 0 pautas de lexicalizacion, 0 de una manera mas ge-neral, de gramaticalizacion, propias que les son esenciales, con las cuales muestran 10 que me atrevo a denominar las "obsesio-nes" gramaticales de la lengua en cuestion. Un ejemplo de sin-taxis comparada bastara para mostrar este concepto fundamental. Si comparamos el ingles con el espanol en la zona de verbos posturales y otros afines, podremos percatarnos de que mientras que el ingles marca el cambio postural mediante preposiciones locativas, y por tanto focaliza el cambio del cuerpo en el espacio: lay down, wake up, sit down, stand up, kneel down, etc., el espa-nol por su parte marca el cambio postural mediante la particula reflexiva se, es decir, focaliza nuestra lengua la transformacion que sufre el individuo con el cambio de postura y pasa por alto la consecuencia espacial del movimiento: acostarse, despertar-se, sentarse, levantarse, arrodillarse, etc. Podrfamos decir, por tanto, que las dos lenguas tienen pautas de lexicalizacion, "ob-sesiones" gramaticales, muy distintas: el ingles por el espacio y la locacion, el espanol por la reflexividad y la afectacion, y, en efecto, en perspectiva diacronica, la locacion y la reflexividad son, respectivamente, dos grandes dominios de cambios lingtiis-ticos para esas lenguas.

QUE ES UN CAMBIO LINGOisTICO

Lo esencial de los sistemas es su continuidad, garantizandose con ella que el sistema sigue operando. Sin embargo, paradoji-camente, consustancial tambien al sistema es el hecho de que cambia con stante e imperceptiblemente.

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Un cambio lingtifstico es una transformacion, un micro-quiebre funcional' un reajuste en un sistema dado que garantiza que la lengua siga manteniendo su funcion basica comuni-cativa. En lineas generales, a 10 largo de la historia de la lin-gtiistica, ha habido dos modos de abordarlo: a) una postura que podriamos llamar tradicional, derivada del estructuralismo, que considera que un cambio es una descompostura en el sis-tema, y b) un enfoque mucho mas reciente, que considera que un cambio lingtiistico es una innovacion creativa que logra exito comunicativo, eficiencia comunicativa, y que garantiza que se preserve la comunicabilidad. Podrian conciliarse ambos enfoques, si decimos que un cambio lingtiistico es una descom-postura, pero una descompostura funcional para el sistema. Los focos de una y otra posicion son muy distintos.

EI primer acercamiento focaliza el sistema sincronico en equi-librio, el "systeme ou tout se tient" del que hablaba Saussure en su Cours, un sistema perfecto y bien formado que ocasionalmen-te se desequilibra y erosiona. Uno de los grandes agentes lingtiis-ticos erosionadores del sistema gramatical es el cambio fonologi-co. En este enfoque, la mayoria de las formas lingtiisticas puede ser explicada historicamente como compromisos entre cambios de sonido que erosionan y desequilibran el sistema, el cambio fonologico suele crear irregularidad morfologica, y reajustes gra-maticales diversos que permiten recuperar una relacion trans-parente entre los signos y su valor funcional. Por ejemplo, el pre-terito fuerte que muestran algunos verbos del espanol: pude, cupe, quise, dije, se debe a un proceso fonetico regular de meta-fonia 0 cierre vocalico operativo en la evolucion del latin al es-panol, por el cUal el fonema vocaIico de la raiz (pod-, cap-, quer-, dij-) se cierra por asimilacion a la T originaria de la desinencia del preterito latino (potuz). Este hecho fonologico absolutamente regular (Lloyd, Fr.om Latin to Spanish) creo preteritos irregula-res, irregularidad solucionada en parte por un cambio gramatical analogico: podi, cabi, comunes en habla popular y en habla in-fantil, que rescata la transparencia de la base de formacion.

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El segundo acercamiento focaliza a los hacedores, a los protagonistas del discurso: hablante y oyente, que en su rela-cion dinamica "negocian" y manipulan creativamente formas y significados, es decir, "manipulan" los signos lingtiisticos, buscando exito, eficiencia comunicativa (Keller, "Towards a theory"),

Ambos protagonistas tienen que realizar tare as complemen-tarias, pero bastante diferentes, si se ha de dar con exito esa comunicaci6n. El hablante tiene como tarea ser comprendido y lograr que 10 comunicado sea eficiente y exitoso; por su parte, la tarea fundamental del oyente es inferir un mensaje coherente del paquete lingUfstico que Ie presenta el hablante, ya que las formas no estan dadas para el oyente, en el sentido de que el hablante nunca presenta un mensaje total mente ex-pUcito, sino que comporta presuposiciones, usos metaforicos, huecos informativos, etc., esto es, el mensaje del hablante tiene la caractenstica de ser abierto (Bolinger y Sears, Aspects of language). Desajustes en el proceso comunicativo entre ha-blante y oyente, reinterpretaciones por parte del oyente, 0

tambien manipulacion discursiva pragmatic a por parte del ha-blante para lograr mayor eficiencia en su interlocucion con el oyente, generan cambios.

Por ejemplo, una explicacion de la pronominalizacion "an6-mala" del espanol americana para oraciones bitransitivas: eso ya se los dije a los ninos (en lugar de la normativa eso ya se 10 dije a los ninos) sena, a la luz de este segundo enfoque, que se trata de una innovaci6n creativa que permite codificar explfci-tamente al participante mas prominente de la bitransitiva, el objeto indirecto, usualmente humano, "aprovechandose" del participante menos prominente, el objeto directo, usualmente inanimado; el hablante, dada la total opacidad del pronombre dativo se para toda informacion referencial del objeto indirecto, marca creativamente con una -s anomala de pluralla presencia y pluralidad de ese argumento objeto indirecto (Company, "The

i! interplay").

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Es necesario enfatizar que en la interaccion dinamica de ha-blante y oyente, una gran parte de los cambios lingUisticos tie-ne que ver con reinterpretaciones por parte del oyente; esto es, el oido es un factor importante, fundamental, del cambio lin-gUfstico. Las formas no estan dadas para el oyente, su interpre-tacion en un contexto especffico siempre implica algun tipo de analisis; esta dependencia de contexto invita a reanalisis, a ma-las interpretaciones Y a subsecuentes reinterpretaciones; invita tambien a nuevas asociaciones paradigmaticas que pueden ori-ginar cambios.

Un cambio lingUfstico se ubica en el vertice de una dialec-tica permanente entre varias tendencias 0 motivaciones comu-nicativas encontradas 0 en competencia (Haiman, "Iconic and economic motivation"; DuBois, "Competing"; Company, "Gramaticalizacion") que se complementan y equilibran, pero que usualmente, en un acto discursivo especffico, una "ven-ce" a la otra, generandose asf desequilibrios e innovaciones 0 cambios; en realidad puede afirmarse que tal dialectica de fuerzas encontradas nunca alcanza equilibrio, y en esa dialec-tica se producen gramaticalizaciones. Estas fuerzas encontra-das son, entre otras, fundamentalmente: a) tendencia a la trans-parencia isomorfica -una forma-un significado- vs. tendencia economica hacia la polisemia y la homonimia -una for-ma-varios significados-; b) tendencia a la separacion articu-latoria y perceptiva, pronunciando cada palabra por separado vs. tendencia al menor esfuerzo, a la rapidez comunicativa, juntando palabras y generando procesos de fonetica sinuictica; c) tendencia a mantener conservadoramente las formas vs. tendencia a manipular pragmaticamente, discursivamente, esas formas de manera innovadora, esto es, peso formal vs. peso pragmatico; d) tendencia a mantener el orden no marca-do de los constituyentes, resultando, por ejemplo, un orden sujeto-verbo-objeto, vs. tendencia a marcar focos informati-vos, resultando en este caso, por ejemplo, un orden topico-comentario, esto es, orden gramatical vs. orden informativo

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-ambos ordenamientos pueden coincidir, pero no necesaria-mente-; e) tendencia a regularizar, a analogizar paradigma-ticamente vs. tendencia a mantener las irregularidades, ya que ella Ie da preeminencia e individualidad a la palabra, ademas de que el control de las irregularidades conlleva prestigio, esto es, peso del paradigma vs. peso de la palabra; y f) tendencia comunicativa conservadora a asimilarse e identificarse con un determinado grupo de hablantes vs. tendencia comunicativa innovadora a ser diferente, a parecer brillante y distinto. En general las primeras tendencias, como acabamos de ver, son de naturaleza conservadora, otorgan estabilidad y preservan las formas en las lenguas; las segundas tendencias son, por el contrario, de naturaleza innovadora, desestabilizan y generan cambios. Ambas logran eficiencia comunicativa.

Se puede resumir este conjunto de fuerzas comunicativas opuestas en dos gran des motivaciones generales (Haiman, "Iconic and economic motivation" y Iconocity and erosion), en cuyo vertice, nunca equilibrado, emerge el uso lingiiistico: por una parte, una motivaci6n 0 tendencia a la economfa, a erosionar la relaci6n entre forma y significado; por otra parte, una motivaci6n 0 tendencia a la iconicidad, a rescatar la rela-ci6n entre forma y significado.

Una tipologia comtin de los cambios lingiiisticos es que existen dos grandes clases de cambios: transformaciones conservadoras y transformaciones innovadoras (Benveniste, "Mutations"). Las primeras generan innovaciones 0 cambios manteniendo, conservando, las categorias esenciales de la len-gua madre; las segundas, en cambio, generan nuevas cate-gorfas en las lenguas. La complejidad 0 simplicidad del pro-ceso mismo de cambio no cuenta para esta clasificaci6n. Por ejemplo, la creaci6n de los futuros romances: cantare, dire (en sustituci6n del futuro latina c1asico cantabo, dicam) es, no obstante el complejo proceso morfofonemico implicado, un cambio conservador, pues la categoria futuro ya existfa en el latin. Por el contrario, la creaci6n del articulo en las lenguas

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romances: el, la, los, las, no obstante que se trata de un proceso fonetico muy sencillo a partir del defctico ille-illa-illos-ilias, constituye una transformaci6n innovadora ya que cre6 una nueva categorfa, el articulo, inexistente en la len-gua madre.

Para finalizar este apartado, trataremos brevemente un punto: cual es el sfntoma de que se esta produciendo un cam-bio. El sfntoma de que hay un cambio en proceso es la sensi-bilizaci6n por parte del hablante ante una determinada estructura lingiiistica (Labov, Sociolinguistic). Sincr6nica-mente, se observa que hay un cambio en marcha cuando el hablante 0 bien pregunta i,c6mo se dice? 0 bien alterna entre dos formas 0 bien corrige ya sea a el mismo 0 a su interlocutor. Asi, se puede preguntar (,c6mo se dice: haya 0 haiga?, y esa pregunta es sintoma de que se trata de una zona de cambio en el sistema, pero nunca se pregunta (,c6mo se dice: mesa 0 ... ?, 10 cual es senal de que esa forma se ha mantenido estable, desde ellatin, a 10 largo de mas de dos milenios de evoluci6n lingiiistica. En perspectiva diacr6nica es mucho mas dificil aprehender cambios en proceso, ya que, obviamente, no hay hablantes vivos que observar en el espanol antiguo; en estos casos, 10 mas viable es confrontar diferentes manuscritos de un mismo texto -cuando tenemos la fortuna de contar con ediciones crfticas rigurosas-; si en esa confrontaci6n encon-tramos variantes para una misma forma 0 construcci6n, ella qui ere decir que los diferentes amanuenses 0 escribanos esta-ban sensibilizados a la forma que estaban copiando 0 escu-chanda y que por ella corregian introduciendo una variante de la forma en cuesti6n, esto es, expresaban un mismo ambito semantico con formas diferentes, y ello debe interpretarse como que se trataba de una zona de cambio en proceso en el sistema. Es necesario sefialar que esa sensibilizaci6n reto-rna las elecciones sincronicas que tiene que realizar el ha-blante (vease arriba pp. 14-15) en la generacion de un discur-so eficiente y exitoso comunicativamente.

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CUALES SON LAS CONDICIONES PARA QUE SE PRODUZCA UN CAMBIO

Se sabe que los cambios lingtifsticos son multicausales, en el sentido de que la motivacion para que se produzca un cambio usualmente no viene dada por una sola causa ni nivel de len-gua, sino que se debe a factores multiples, internos y externos -es decir, tanto relativos al sistema lingtifstico como a la co-munidad social usuaria de ese sistema-, que de manera com-plementaria inciden en la produccion de un cambio, ademas de que todos los niveles de lengua suelen ser causantes de manera simultanea de ese cambio.

Ahora bien, la probabilidad de que se lleve a cabo un cam-bio depende, segun creo, de la conjuncion de, al menos, cua-tro condiciones: a) ambigtiedad, b) mala integracion paradig-mitica, c) frecuencia de y d) nivel de lengua modificado. Los cuatro condicionamientos suelen estar copresentes, aunque no necesariamente, en la realizacion de un cambio.

Dada la multicausalidad de factores que inciden en un cam-bio, y a su variada naturaleza, no existe predecibilidad alguna de cuando efectivamente se va a producir un cambio, pero si se produce, ello quiere decir que esos cuatro condicionamien-tos, 0 algunos de ellos, estan operando en la lengua. Veamos uno por uno.

a) Ambiguedad. Los signos ambiguos, esto es, aquellos que no mantienen una relacion isomorfica 0 transparente entre for-ma y significado, las dos caras del signo lingtifstico, son mas proclives al cambio que los signos que mantienen una relacion biunfvoca entre sus dos componentes. La ambigtiedad u opa-cidad del signa es, por tanto, requisito indispensable para que se produzcan reanalisis 0 reinterpretaciones (Timberlake, "Reanalysis"), y no suele haber reinterpretaci6n ni cambio en signos que no son opacos.

La ambigtiedad puede deberse a los signos en sf mismos 0 al usa predicacional que se hag a de esos signos. Por ejem-plo, la forma relativa posesiva cuyo(s) es un signo opaco en sf

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mismo: es opaco porque bajo un mismo exponente formal hay dos valores, relativo y posesivo, y es totalmente opaco tam-bien para indicar sus dos funciones basicas, relatividad y po-sesion, ya que formalmente no se parece ni al nexo relativo por excelencia, que, ni tampoco tiene parecido formal con las formas posesivas, su-sus; ademas, es tambien opaco, al igual que los otros posesivos, para indicar caracteristicas refe-renciales de la entidad mas prominente de la relaci6n pose-siva, el poseedor, y s6lo codifica rasgos referenciales de la entidad posefda: un padre cuyo hijo, un padre cuyos hijos, un padre cuya hija, etcetera. La lengua soluciona la opacidad del pronombre relativo posesivo desdoblandolo en sus dos funciones basicas y asimilandolo formalmente a las dos for-mas centrales del sistema lingtifstico para expresar la relati-vidad, que, y la posesi6n, su: un padre que su hijo. Es nece-sario decir que esta construccion desdoblada, que suele ser calificada de incorrecta, esta presente des de los primeros tex-tos que pueden considerarse ya castellanos, es ya frecuente en el Poema de mio Cid, y de hecho en este texto no se em-plea nunc a cuyo: maravilla es del (:id que su ondra tanto (v. 1861).

En cuanto a 10 que he denominado ambigtiedad predica-cional, el gerundio espanol es un caso ejemplar. En la len-gua espanola tiende a evitarse el usa del gerundio, 0 se impo-nen multiples restricciones distribucionales para su empleo, porque es una forma ambigua en cuanto que siempre en ella hay dos predicaciones potenciales permanentes, en el gerun-dio siempre existe una predicacion secundaria permanente. Asf, en la expresi6n vi a Juan paseando por la Alameda, 0

Pedro vio a Juan paseando por la Alameda, no es po sible sa-ber sin apoyo del contexto, lingtifstico 0 extralingtifstico, quien es el que pasea, si el sujeto: yo, Pedro, 0 el objeto di-recto: Juan. Tal ambigtiedad potencial constante genera alta incomodidad comunicativa, de ahf que suela evitarse el usa del gerundio en nuestra lengua.

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b) Mala integraci6n paradigmatica. Un paradigma 6ptimo es aquel que esta integrado por signos formal mente similares, o con un elevado parecido formal: canto, cantaba, cantara, cantado, etcetera, ya que su empleo y control requiere un me-nor esfuerzo por parte del hablante. Los signos que no estan bien integrados en su paradigma, esto es, que constituyen una irregularidad dentro del paradigma, tienden a experimentar cambios que tienen como consecuencia una mejor integraci6n y nivelaci6n paradigmatica.

Si traemos de nueva cuenta el ejemplo del relativo pose-sivo cuyo, podemos observar el efecto de este segundo con-dicionamiento sobre la dinamica de la lengua. Se trata de un signo con una pesima integraci6n paradigmatica; en efecto, no s610 no tiene parecido formal alguno, como ya hemos se-nalado, con las dos formas con las que funcionalmente se vin-cula, sino que exhibe una terminaci6n morfol6gica muy poco afortunada, en -yo, la cual s610 aparece en otras dos formas pronominales-adjetivales en el espanol, tuyo y suyo, que ca-recen del valor relative que Ie es esencial a cuyo; a la mala in-tegraci6n paradigmatic a de cuyo debi6 contribuir sin duda el hecho de que tuyo y suyo son ademas de aparici6n muy tar-dfa en la lengua, las primeras documentaciones corresponden al siglo XIII (Company, La/rase sustantiva, cap. 2), por 10 que hay que inferir que por siglos la forma cuyo padeci6 aisla-mien to paradigmiitico, 10, cual, aunado a la ambigtiedad que soporta este signo, explica su bajfsima frecuencia en todas las epocas y el exito y pronta inserci6n en el sistema del relativo posesivo desdoblado que suo

c) Frecuencia de uso. Es un factor primordial en la genera-ci6n de un cambio, pero es tambien un condicionamiento pa-rad6jico en cuanto que logra efectos opuestos en el sistema lin-gtifstico; me atrevo a calificar la frecuencia como un arma de dos filos. La alta frecuencia fija el uso, 10 rutiniza, otorga apo-yo paradigmatico y crea estabilidad en el sistema gramati-ca, recordemos, es la rutinizaci6n, la cristalizaci6n del uso

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(Hopper, "Emergent grammar")-, pero tambien los signos mas frecuentes son los que estan expuestos a mayor erosi6n, y son los que mas pronto experimentan cambios, ya que la mucha frecuencia genera alomorfia y una morfofonemica compleja. Por su parte, la baja frecuencia suele conllevar equivocaciones en el uso de las formas y es un factor determinante para que esas formas sean sometidas a nivelaciones paradigmaticas.

Un ejemplo bastara para mostrar este caracter parad6jico. El verba hacer es altamente irregular pero es tambien muy fre-cuente, su elevada frecuencia de uso garantiza que los hablan-tes controlen bien la irregularidad, y en efecto, este verba lIe-va siglos sin cambiar, ningun hablante nativo de espanol tiene problemas a la hora de usar las diferentes formas irregulares: hago, hice, hare, etc. Los compuestos de hacer, en cambio, sa-tis/acer, rehacer, dado que son mucho menos frecuentes que su verbo base, empiezan a mostrar cambios, y cualquier ha-blante dudara entre si el futuro correcto es satis/are 0 satis/a-cere, si el preterito es satis/ice 0 satis/ad; a su vez, rehacer tiene muchos menos problemas de control que satis/acer, dado que es mas frecuente que este y que muestra tambien un prefi-jo de composici6n mas comun. Vemos, por tanto, que al bajar la frecuencia de uso de una forma, empieza a haber dudas res-pecto de su empleo, empieza, por tanto, a darse la posibilidad de elecci6n sincr6nica, la cual, como ya senalamos, es requisi-to indispensable para que se produzca un cambio.

Hemos visto que un principio operativo de la lingtifstica his-t6rica es que los cambios rescatan la transparencia de los sig-nos, y que en general, las lenguas tienden a evitar signos opa-cos. Con todo, signos con alto grado de irregularidad y no tan frecuentes se mantienen por siglos en el sistema, no obstante que son totalmente opacos en cuanto a sus relaciones en el pa-radigma y que requieren, en consecuencia, un gran componen-te de memoria, tal es el caso de anduve (en lugar del natural y bien integrado ande). Hay que preguntarse por que. Creo que dos causas estan en juego en estas zonas de irregularidad

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persistente inusual, una de naturaleza interna y otra externa. Por un lado, la irregularidad es semiotica, en el sentido de que otorga peso propio al signo linglifstico y 10 independiza del pa-radigma, con la irregularidad la palabra muestra su prominen-cia estructural como unidad fundamental de las lenguas. Por otro lado, el control de las irregularidades da prestigio social y evita la estigmatizacion, en ultima instancia responde ese per-manecer de la irregularidad al viejo refnin de "dime como ha-bIas y te dire quien eres".

d) Nivel de lengua modificado. Finalmente, comentare de manera muy breve la relacion entre cambio y nivel de lengua en que opera el cambio. En lfneas generales, los cambios sue-len ser lentos y graduales (con excepcion del cambio fonologi-co que es abrupto), para garantizar con ella que la comunica-cion entre generaciones siga operando por siglos. Sin embargo, la dinamica y velocidad del cambio pueden ser muy distintas segun el nivel de lengua implicado en el proceso. Asi, los ni-veles que podrfan denominarse mas externos, como el lexi-co, y quiza tambien, en mucho menor grado, la fonologfa, suelen caracterizarse por experimentar cambios mas flipida-mente y tambien porque los hablantes tienen una mayor con-ciencia sobre el proceso mismo de cambio. Los niveles mas internos de lengua, por el contrario, como la morfologfa 0 la sin taxis -0 la morfosintaxis, si se trata de lenguas altamen-te fIexivas- suelen caracterizarse por cambios muy lentos y graduales, al punto de que la apariencia de las lenguas en mu-chas zonas del sistema morfosintactico puede ser justamente la ausencia de cambio.

CONCLUSIONES

Hemos visto como la variacion sincronica y la variacion dia-cronica se determinan mutuamente y que en realidad no existen lfmites tajantes entre una y otra. Hemos sefialado la estabilidad y el cambio como consustanciales a los sistemas lingllfsticos y

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tambien que ambos se complementan y conviven en cada esta-do de lengua.

Vimos asimismo que no hay predecibilidad respecto de si se producira un cambio, pero si tiene lugar, se debe a la pues-ta en juego de una serie de condicionamientos, los cuales, juntos 0 por separado, apuntan a un mismo hecho; a saber, las lenguas operan normal mente con signos polisernicos, pero tienden tambien a solucionar la opacidad de esos signos res-catando su transparencia e integrandolos paradigmaticamente.

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Instituto de Investigaciones Filologicas Universidad Nacional Autonoma de Mexico

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