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JUSTIZIA, LAN ETA GIZARTE SEGURANTZA SAILA
DEPARTAMENTO DE JUSTICIA,
EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL
Azterlanen eta Araubide Judirikoaren Zuzendaritza
Dirección de Estudios y Régimen Jurídico
ENCUESTA DE CUALIFICACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA 2003
INFORME DETALLADO DE RESULTADOS
INTRODUCCIÓN El objetivo del presente informe es presentar, de manera ordenada, los principales datos
relativos al nivel de cualificación de la población activa residente en la Comunidad Autónoma de
Euskadi (CAE). El estudio se centra en la situación existente en el año 2003, último año de
aplicación de la Encuesta de Cualificación de la Población Activa (ECPA) en que se basan los
datos aportados.
Conviene mencionar, a fin de evitar cualquier tipo de confusión, que el concepto de activo
incluido en la ECPA se extiende al colectivo definido como potencialmente activo cuasi-parado. De
esta forma, además de ocupados y parados en el sentido de las definiciones OIT y EUROSTAT, la
población activa considerada incluye también la población que, no estando disponible para el
empleo en sentido estricto, es decir en un plazo de 15 días, o no realizando las gestiones mínimas
requeridas para ser considerado desempleado, busca sin embargo un empleo1. Esta categoría
extensa de activos se diferencia del colectivo definido en la ECPA como activos potenciales,
definidos como aquellas personas no ocupadas que señalan no buscar empleo pero que, en el
supuesto de recibir una oferta de empleo ajustada a sus características y condiciones personales,
podrían plantearse la posibilidad de acceder al sistema productivo. Este segundo colectivo se
analiza por primera vez en esta operación, siendo objeto de un tratamiento particular.
En el año 2003, el conjunto de personas contempladas por la ECPA – incluida la población
potencialmente activa - incluye en la CAE un total de 1.050.807 personas. Descontando la nueva
categoría de activos potenciales que se incorpora al estudio en la edición 2003, la cifra total baja a
996.418 personas. Esto supone un aumento de 5.984 nuevos activos respecto a 1999, apenas un
0,6 de incremento porcentual sobre la cifra existente en este último año. Se rompe de esta forma,
entre 1999 y 2003, la tendencia fuertemente expansiva de este colectivo entre 1995 y 1999, con
una tasa de crecimiento del 6,6% en ese periodo cuatrienal. No obstante, existe un colectivo de
54.389 personas susceptible de incorporarse al empleo en un plazo relativamente breve – entre 1
y 3 meses - si se le ofreciera un empleo ajustado a sus características y condiciones personales.
1 Por razones de simplificación en la presentación de los datos, el colectivo de inactivos cuasi-parados se asimila, a efectos de este estudio, al de parados.
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En los distintos capítulos del informe se aborda con detalle las distintas variables que
condicionan el nivel de cualificación de la población activa vasca en el año 2003. El núcleo
principal del estudio se centra en los colectivos de ocupados y parados. Se considera igualmente,
no obstante, los rasgos característicos del colectivo de inactivos potencialmente activos.
La estructura de presentación de los principales resultados es la siguiente. En el capítulo 1 se
presentan las características formativas básicas de la población activa de la Comunidad Autónoma
de Euskadi, centrando el análisis en el nivel máximo de formación reglada alcanzado. El capítulo 2
constituye un desarrollo del anterior, introduciéndose a partir de la variable formativa mencionada
en el análisis del tipo de relación existente actualmente entre formación reglada y niveles de
inserción en el mercado de trabajo. El capítulo 3 analiza otro de los aspectos fundamentales en el
proceso de cualificación de la población activa, asociado a la experiencia laboral y profesional. El
capítulo 4 aborda a continuación las actividades formativas complementarias realizadas por la
población activa, con especial referencia al nivel de conocimiento de idiomas extranjeros y a los
procesos complementarios de formación no reglada. En el capítulo 5 se presenta una síntesis de
la cualificación de la población activa y potencialmente activa de la CAE, teniendo en cuenta los
distintos niveles de cualificación analizados a lo largo de los diferentes capítulos del estudio:
(formación reglada, experiencia laboral y formación complementaria - FNR e idiomas extranjeros).
El capítulo 6 analiza a continuación la distribución de los distintos tipos de cualificación por tipos
de grupos profesionales y ramas de actividad. En el capítulo 7, finalmente, se aportan algunos
datos relativos a las distorsiones existente en el proceso de ajuste entre la estructura de
cualificación de la población ocupada, entendida en términos de su formación reglada inicial, y el
sistema productivo.
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I.- ESTUDIOS REGLADOS
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LOS ESTUDIOS REGLADOS DE LA POBLACIÓN ACTIVA DE EUSKADI
La primera dimensión a considerar en el momento de abordar el estudio de la cualificación de
la población activa es su nivel de formación reglada. El presente capítulo está por tanto dedicado a
presentar las principales características de la población activa de la Comunidad Autónoma de
Euskadi en términos del nivel de estudios reglados.
El principal indicador que se utiliza en el análisis es el nivel formativo alcanzado, entendiendo
por tal el que corresponde a la titulación oficial reconocida de nivel más elevado que, hasta el
momento de la encuestación, hubieran obtenido las personas que conforman la población activa
en la Comunidad Autónoma de Euskadi.
1.- ASPECTOS GENERALES
Considerando el nivel formativo de mayor nivel alcanzado, la distribución de la población
activa de la CAE sigue reflejando, al igual que sucedía tanto a mediados como a finales de los
años 90, que una parte sustancial de este colectivo se concentra entre las personas que han
finalizado unos estudios de nivel primario o han obtenido una titulación de formación profesional
de nivel I o equivalente. En total, un 38,5% de la población activa vasca se encuentra en esta
situación.
Las personas con estudios secundarios terminados representan, por su parte, otro núcleo
importante, con un 32,8% de la población activa, correspondiendo un 13,3% a los titulados
secundarios no profesionales y un 19,5% a los titulados de formación profesional de nivel II.
Los activos que han completado estudios terciarios representan otro 22,9% de la población
considerada, con un 8,3% de titulados medios y un 14,6% de titulados superiores.
En conjunto, la población de la Comunidad Autónoma con estudios terciarios o secundarios
profesionales de nivel II, los que podríamos definir como estudios realmente cualificados,
representa un 42,4% de la población activa total.
En cuanto a las personas sin estudios, inclusive aquellas que desarrollaron algún tipo de
educación primaria pero sin terminarla, este grupo representa un 5,8% del conjunto de activos
vascos.
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Tabla 1.1.a
Población activa por nivel formativo
(Datos absolutos y % verticales)
Nivel formativo Abs. % ver. Analfabetos 1.854 0,2 Sin estudios 4.117 0,4 Primarios no terminados 51.724 5,2 Sin estudios primarios 57.695 5,8 Primarios 256.274 25,7 Secundarios no terminados 38.381 3,9 FP I 89.174 8,9 Estudios primarios-FP I 383.829 38,5 Secundarios no profesionales 132.428 13,3 FP II 194.206 19,5 Estudios secundarios 326.634 32,8 Estudios terciarios medios 82.455 8,3 Estudios terciarios superiores 145.805 14,6 Estudios terciarios 228.260 22,9 TOTAL 996.418 100
La población potencialmente activa destaca por un nivel de cualificación muy inferior al
señalado para las personas activas, con un 58,2% de personas con un nivel máximo de estudios
primarios o de FP I, un 26,2% de titulados secundarios no profesionales y apenas un 15,6% con
estudios cualificados (terciarios o de FP II). Se trata por tanto de un colectivo de mucha menor
cualificación.
Tabla 1.1.b
Población potencialmente activa por nivel formativo
(Datos absolutos y % verticales)
Nivel formativo Abs. % ver. Analfabetos 707 1,3 Sin estudios 233 0,4 Primarios no terminados 4782 8,8 Sin estudios primarios 5722 10,5 Primarios 22337 41,1 Secundarios no terminados 1429 2,6 FP I 2173 4,0 Estudios primarios-FP I 25939 47,7 Secundarios no profesionales 14233 26,2 FP II 4078 7,5 Estudios secundarios 18311 33,7 Estudios terciarios medios 2103 3,9 Estudios terciarios superiores 2314 4,3 Estudios terciarios 4418 8,1 TOTAL 54389 100
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La evolución reciente confirma la tendencia a una mayor cualificación de la población activa
vasca. En este sentido, se constata que entre 1995 y 2003 el volumen de población con estudios
secundarios y terciarios aumenta de forma sustancial (33,3 y 24%, respectivamente). El mayor
aumento corresponde a los titulados de FP II, con un 51,7%, y a las personas con estudios
terciarios superiores, con un incremento del 32,4%. Los titulados terciarios medios aumentan un
11,4% y un 13,2% las personas con estudios secundarios no profesionales. También aumenta, en
un 6,8%, la proporción de personas con FP I.
Cae sustancialmente, por el contrario, el volumen de población activa sin estudios (-41,8%).
Aunque no de forma tan intensa, también cae la población con estudios primarios (-5,5%) y con
estudios secundarios no terminados (-16,1%).
El análisis agregado de estos datos resulta aún más significativo. De esta forma, mientras la
población sin estudios primarios cae un 41,8% entre 1995 y 2003, la que ha alcanzado los
estudios primarios en sentido estricto, sin FP I, cae un 7%, aumentando en un 10,5% los titulados
con FP I o con estudios secundarios no profesionales. El mayor aumento corresponde sin
embargo a las personas con estudios cualificados, de FP II o estudios terciarios, colectivo que ve
incrementarse su volumen de población activa en un 35,3%. En definitiva, se constata por una
parte una evolución cada vez más favorable conforme aumenta el nivel de estudios y, por otra,
una clara diferenciación entre la situación de las personas con estudios secundarios y terciarios
(cuyo volumen de población aumenta) y la de las personas sin estudios o con estudios primarios,
afectadas por un descenso llamativo.
Estas tendencias se traducen en un cambio sustancial en la distribución de la población activa
entre 1995 y 2003. Así, en 1995 un 44,8% de la población activa había alcanzado a lo sumo los
estudios primarios (sin FP I o estudios secundarios consolidados) por apenas un 33,6% de
personas con estudios cualificados, correspondiendo el 21,6% restante a personas con estudios
de FP I o secundarios profesionales. En el año 2003, el colectivo más amplio es el de personas
con estudios cualificados, con un 42,4%, reduciéndose al 35,4% el grupo de personas con
estudios primarios o menos, manteniendo su peso relativo el colectivo intermedio (22,2%).
Dentro de estas tendencias generales, la evolución observada en los últimos cuatro años
introduce no obstante algunos cambios llamativos. Si la progresiva caída de la población sin
estudios primarios se acentúa, con un descenso del 18,3% entre 1995 y 1999 y del 28,8% entre
1999 y 2003, aumenta en cambio el volumen de población con estudios primarios (excluida la FP
I). Así, frente a una caída del 11,1% entre 1995 y 1999, este tipo de población aumenta en un
4,5% entre 1999 y 2003.
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Más preocupante es la notable ralentización que se observa, entre 1999 y 2003, en el
proceso de acceso a mayores niveles de cualificación entre la población activa. Por lo que
respecta a las personas con estudios de mayor cualificación (terciarios y FP II), aunque el volumen
de población de referencia aumenta todavía un notable 7,1% entre 1999 y 2003, el incremento se
sitúa claramente por debajo del 26,3% registrado entre 1995 y 1999. La ralentización del ritmo de
crecimiento de los colectivos más cualificados se observa con carácter general, aunque
manteniéndose todavía niveles de crecimiento superiores al 10% entre titulados superiores y
personas con FP II (10,8 y 11,8%, respectivamente). En cambio, el volumen de titulados
superiores de nivel medio cae un 7,3% en el periodo frente a un crecimiento del 20,1% entre 1995
y 1999. En conjunto, los titulados universitarios ven aumentar su volumen de activos en un 3,5%
entre 1999 y 2003 frente al 19,8% del cuatrienio anterior.
En el caso de las personas con FP I o estudios secundarios no profesionales, el volumen de
población activa también cae entre 1999 y 2003, un 5%, en contraposición al crecimiento del
16,3% observado entre 1995 y 1999. La caída se observa tanto entre titulados secundarios no
profesionales como en titulados de FP I pero resulta más intensa en este último caso (-8,8% por -
2,2% entre los titulados secundarios no profesionales). Estas tendencias también contrastan con la
positiva evolución del periodo 1995-1999 (con aumentos en el volumen de activos del 17,1% entre
titulados de FP I y de 15,8% entre personas con estudios secundarios no profesionales).
Al observar la distribución interna de la población activa, la ralentización del proceso de
acceso a niveles mayores de cualificación también es evidente. En este sentido, el aumento del
peso relativo de los grupos más cualificados se produce sobre todo entre 1995 y 1999, pasando
del 33,6 al 39,8%, lo que significa un incremento de 6,2 puntos porcentuales. Aunque la tendencia
positiva se mantiene, sólo llega al 42,4%, 2,6 puntos porcentuales más, entre 1999 y 2003.
Mientras, la población con FP I y estudios secundarios no profesionales, que había pasado de
21,6 a 23,5% entre 1995 y 1999, vuelve al 22,2% en los últimos cuatro años. Por su parte, el peso
relativo de la población con estudios primarios o sin estudios, que había caído del 44,8 al 36,7%
entre 1995 y 1999, con una reducción de 8,1 puntos, apenas pierde 1,3 puntos en los últimos
cuatro años, situándose en un 35,4% de la población activa total en el año 2003.
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Tabla 1.2.a
Evolución de la población activa por nivel formativo
(Datos absolutos y tasas de crecimiento)
Datos absolutos Tasas de crecimiento (en %) Nivel formativo 1995 1999 2003 % 95-99 % 99-03 % 95-03Analfabetos 1.248 1.952 1.854 56,4 -5,0 48,6Sin estudios 9.027 5.107 4.117 -43,4 -19,4 -54,4Primarios no terminados 88.902 74.017 51.724 -16,7 -30,1 -41,8Sin estudios primarios 99.177 81.076 57.695 -18,3 -28,8 -41,8Primarios 271.230 240.045 256.274 -11,5 6,8 -5,5Secundarios no term. 45.767 41.788 38.381 -8,7 -8,2 -16,1FP I 83.509 97.794 89.174 17,1 -8,8 6,8Estudios primarios-FP I 400.506 379.627 383.829 -5,2 1,1 -4,2Secundarios no prof. 116.979 135.436 132.428 15,8 -2,2 13,2FP II 128.021 173.777 194.206 35,7 11,8 51,7Estudios secundarios 245.000 309.214 326.634 26,2 5,6 33,3Estudios terciarios medios 74.023 88.902 82.455 20,1 -7,3 11,4Estudios terciarios sup. 110.089 131.615 145.805 19,6 10,8 32,4Estudios terciarios 184.112 220.518 228.260 19,8 3,5 24,0TOTAL 928.795 990.434 996.418 6,6 0,6 7,3
Tabla 1.2.b
Evolución de la población activa por nivel formativo
Datos agregados
(Datos absolutos y tasas de crecimiento)
Datos absolutos Tasas de crecimiento (en %) Nivel formativo 1995 1999 2003 % 95-99 % 99-03 % 95-03 Sin estudios primarios 99.177 81.076 57.695 -18,3 -28,8 -41,8 Estudios primarios 316.997 281.833 294.654 -11,1 4,5 -7,0 FP I o sec. no prof. 200.488 233.230 221.603 16,3 -5,0 10,5 FP II o terciarios 312.133 394.294 422.466 26,3 7,1 35,3
Tabla 1.3.
Distribución de la población activa por nivel formativo
Datos agregados
(En %)
Nivel formativo 1995 1999 2003 Sin estudios primarios 10,7 8,2 5,8 Estudios primarios 34,1 28,5 29,6 FP I o sec. no prof. 21,6 23,5 22,2 FP II o terciarios 33,6 39,8 42,4
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Nos centraremos a continuación en la descripción de las características internas de cada uno
de los diferentes grupos de colectivos activos señalados, desarrollado la presentación de menor a
mayor nivel formativo.
1.1.- Población activa sin estudios primarios
El grupo de población activa sin estudios primarios finalizados se compone, en función de su
nivel formativo, de tres colectivos diferentes que en el año 2003 alcanzan el siguiente peso
específico en relación al conjunto de la población activa de la Comunidad Autónoma de Euskadi:
Las personas no alfabetizadas representan un colectivo realmente marginal: apenas 1.854
individuos en total, un 0,2% de la población activa.
El colectivo de personas que, aunque alfabetizadas, no tienen ningún tipo de estudios
representa, por su parte un total de 4.117 personas, el 0,4% de la población activa.
El colectivo más importante dentro de este grupo – 9 de cada diez personas sin estudios –
está compuesto por personas que han accedido a los estudios primarios aunque no los han
finalizado. Este grupo incluye un total de 51.724 personas, que supone un 5,2% del total de la
población activa. Esta proporción es sustancialmente inferior al 7,5% observado en 1999.
En conjunto, como ya ha sido señalado, las personas activas sin estudios primarios suponen
un total de 57.695 personas, un 5,8% del conjunto de la población activa de nuestra Comunidad
Autónoma. Esta proporción es inferior al 8,2% que se observaba en 1995 y al 10,7% de 1995.
La mayor parte de las personas activas sin estudios primarios está compuesta por hombres
(58,2%), en una distribución que resulta sin embargo muy similar a la observada para el resto de la
población activa. La edad refleja, en cambio, un elemento claramente diferencial con respecto a
otros colectivos activos, con un 57,9% de personas de más de 45 años por apenas un 30,8% entre
el resto de activos.
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Tabla 1.4.
Población activa sin estudios primarios por sexo y por edad
(% verticales)
Sexo Sin estudios Resto Hombres 58,2 58,0 Mujeres 41,8 42,0 Edad Sin estudios Resto <25 años 3,8 9,4 25-29 años 9,1 17,6 30-34 años 7,3 13,7 35-39 años 9,1 15,4 40-44 años 12,8 13,2 45-49 años 9,8 11,3 50-54 años 14,2 10,2 >= 55 años 33,8 9,3 TOTAL 100 100
Teniendo en cuenta conjuntamente los datos por sexo y edad, se constata que los dos grupos
con mayor presencia, dentro de la población sin estudios, son los hombres y mujeres de más de
45 años (29,8 y 28,1%, respectivamente). Los hombres menores de 45 años representan otro
importante 28,4%, correspondiendo el 13,7% restante a las mujeres en esas categorías de edad.
Destaca especialmente el diferencial que representan, dentro de esta categoría, las mujeres
mayores de 45 años (28,1% frente a apenas un 10,8% en el resto de la población activa).
Tabla 1.5.a.
Población activa sin estudios primarios por sexo y edad
(% verticales)
Sexo y edad Sin estudios Resto Hombres < 35 14,5 22,0 Hombres 35-44 13,9 16,0 Hombres >= 45 29,8 20,0 Mujeres < 35 5,7 18,5 Mujeres 35-44 8,0 12,6 Mujeres >= 45 28,1 10,8 TOTAL 100 100
Los rasgos de la población potencialmente activa con este nivel de estudios evidencian aún
más el protagonismo destacado, en este tipo de nivel formativo, de las mujeres mayores de 45
años. Éstas representan un 43,9% del total por 39,7% correspondiente al resto de mujeres y
apenas un 16,4% al conjunto de la población masculina.
11
Tabla 1.5.b.
Población potencialmente activa sin estudios primarios por sexo y edad
(% verticales)
Sexo y edad Sin Estudios Resto Hombres < 35 5,0 14,3 Hombres 35-44 2,2 Hombres >= 45 9,2 3,9 Mujeres < 35 23,8 23,7 Mujeres 35-44 15,9 19,9 Mujeres >= 45 43,9 38,2 TOTAL 100 100
Respecto a la situación existente en 1999, los datos disponibles reflejan para la población
activa una ligera caída del peso relativo de los colectivos con mayor presencia en este colectivo
tanto hombres (del 61,9 al 58,2%) como mayores de 45 años (del 59,5 al 57,9%). En realidad, el
cambio más llamativo es la caída del volumen de hombres mayores de 45 años dentro de la
población activa sin estudios, con un descenso del 42,6% respecto a 1999 en el volumen total de
población afectada. El peso relativo del colectivo pasa de 36,9 a 29,8%. Aunque rompe en este
caso la evolución al alza registrada entre 1995 y 1999, la caída es mucho menos llamativa en el
caso de las mujeres mayores de esa edad (-11,6%), lo que explica el aumento llamativo del peso
relativo de este grupo dentro de la población activa sin estudios (del 22,6 de 1999 al 28,1%
actual).
A pesar de afectar a un volumen de población menor, la caída del volumen de activos sin
estudios también resulta muy notable entre los menores de 25 años, en especial en el caso de las
mujeres (-48% por una caída de -31,8% en el caso de los hombres), prolongando en ambos casos
las fuertes caídas ya observadas entre 1995 y 1999 (situadas entre - 30 y - 40%). La caída es
también importante (-25,6%) entre las mujeres de 35 a 44 años, un aspecto positivo que contrasta
con el aumento del 23,3% observado entre 1995 y 1999. En esas edades, el volumen de activos
sin estudios aumenta en cambio un 0,4% entre los hombres frente a la caída del 14,6% del
periodo 1995-1999.
En definitiva, los datos muestran que se consolida la tendencia a la fuerte caída del volumen
de activos sin estudios entre los menores de 35 años, con independencia del género, así como
entre los hombres mayores de 45 años, observándose no obstante una extensión de esta línea
evolutiva a las mujeres de 35 y más años, en contraste con el incremente observado en años
anteriores. El colectivo con peor evolución es el de los hombres de 35 a 44 años.
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Tabla 1.6.
Evolución de la estructura interna de la población activa
sin estudios primarios por sexo y edad. Tasas de crecimiento poblacional
(En %)
Sexo y edad 1999 2003 % Crecimiento 99/03 Hombres < 35 15,2 14,5 -31,8 Hombres 35-44 9,8 13,9 0,4 Hombres >= 45 36,9 29,8 -42,6 Mujeres < 35 7,8 5,7 -48,0 Mujeres 35-44 7,7 8,0 -25,6 Mujeres >= 45 22,6 28,1 -11,6 TOTAL 100 100 -28,8
1.2.- Población activa con estudios primarios o de FP I
Entre las personas que agrupamos bajo el epígrafe de estudios primarios o de FP I se
incluyen tres colectivos diferenciados que en el 2003 presentaban la siguiente importancia relativa:
Las personas que han concluido los estudios primarios representan el colectivo más
voluminoso, con un total de 256.274 personas, lo que supone un 25,7% del total de activos de
nuestra Comunidad, muy por debajo del 29,2% de 1992 pero claramente por encima del 24,2%
registrado en 1999.
Las personas con estudios secundarios no terminados incluyen un total de 38.381 activos, un
3,9% de la población activa, por debajo del 4,2% de 1999 y del 4,9% de 1995.
Finalmente, las personas que han concluido estudios de FP I o equivalentes se elevan a un
total de 89.174, lo que representa un 8,9% de la población activa, una cifra muy similar al 9% de
1995 pero un punto inferior al porcentaje de 1999 (9,9%).
En conjunto, las personas con estudios de nivel primario o FP I suponen un total de 383.829
personas, lo que significa un 38,5% del conjunto de la población activa vasca, una proporción
apenas algo superior al 38,3% de 1999 pero claramente inferior al 43,1% que representaban en
1995.
13
El análisis por género y edad apunta a rasgos similares a los de la población sin estudios. De
esta forma, respecto al resto de población activa, destaca una mayor presencia relativa de
hombres (61,6% frente a 55,7%) así como de mayores de 45 años (41,8% frente a 26,4%). La
proporción de personas mayores de 45 años es bastante inferior no obstante a la que
correspondía al grupo de personas sin estudios (57,9%).
Tabla 1.7.
Población activa con estudios primarios o de FP I por sexo y por edad
(% verticales)
Sexo Estudios primarios/FP I Resto Hombres 61,6 55,7 Mujeres 38,4 44,3 Edad Estudios primarios/FP I Resto <25 años 7,0 10,3 25-29 años 11,5 20,6 30-34 años 9,6 15,6 35-39 años 15,1 15,0 40-44 años 14,9 12,2 45-49 años 14,4 9,3 50-54 años 13,5 8,5 >= 55 años 13,9 8,7 TOTAL 100 100
El peso diferencial de los mayores de 45 años se vincula sobre todo a los hombres en ese
grupo de edad, un 26,9% del total activos con estudios primarios o de FP I. Sin embargo, la
proporción de hombres menores de 45 años también resulta sustancial, llegando al 34,7%, con
cifras algo superiores al 17% tanto entre los hombres de 35 a 44 años como en los menores de 35
años. Las mujeres menores de 45 años suponen un 23,5% (10,7% de mujeres menores de 35
años y 12,8% entre 35 y 44 años), correspondiendo el 14,9% restante a las mujeres mayores de
45 años.
Respecto a las personas sin estudios, destaca un protagonismo similar de los hombres de 45
y más años (26,9% por 29,8% entre los hombres de esas edades sin estudios) que no se observa,
no obstante, entre las mujeres en ese grupo de edad (14,9% frente a 28,1%). Es mayor, en
cambio, el peso relativo de las personas más jóvenes, menores de 45 años (58,4% frente a
41,8%).
14
Tabla 1.8.a.
Población activa con estudios primarios o de FP I por sexo y edad
(% verticales)
Sexo y edad Estudios primarios/FP I Resto Hombres < 35 17,5 24,2 Hombres 35-44 17,3 15,0 Hombres >= 45 26,9 16,5 Mujeres < 35 10,7 22,2 Mujeres 35-44 12,8 12,1 Mujeres >= 45 14,9 9,9 TOTAL 100 100
Entre la población potencialmente activa, destaca no obstante de nuevo el peso diferencial de
las mujeres mayores de 45 años, que representa un 54,8% del colectivo con estudios primarios o
de FP I. Las mujeres menores de esa edad recogen otro 39,4%, correspondiendo el restante 5,8%
a la población masculina.
Tabla 1.8.b.
Población potencialmente activa con estudios primarios o de FP I por sexo y edad
(% verticales)
Sexo y edad Estudios primarios/FP I Resto Hombres < 35 1,9 23,7 Hombres 35-44 0,4 Hombres >= 45 3,9 4,9 Mujeres < 35 15,7 31,0 Mujeres 35-44 23,7 15,6 Mujeres >= 45 54,8 24,2 TOTAL 100 100
Respecto a 1999, destaca el fuerte aumento del peso relativo de la población mayor de 45
años entre la población activa con estudios primarios o de FP I, pasando del 31,3% que
representaba entonces al 41,8% actual. El aumento más significativo corresponde sin embargo a
la población femenina, aumentando en un 52,8% su volumen de población con este nivel de
estudios por 27,2% en el caso de los hombres. La tendencia al incremento también es llamativa en
el caso de las mujeres de 35 a 44 años, con un incremento relativo del 10,1% en el volumen de
sus activos con estudios primarios y de FP I entre 1999 y 2003, incremento que en menor medida
también se observa a estas edades entre los hombres (2,8%). En cambio, el volumen de activos
con estudios primarios o de FP I entre los menores de 35 años cae de forma sustancial (-35,8%
entre las mujeres y -23,9% entre los hombres).
15
La evolución al alza de la población activa femenina mayor de 35 años con estudios primarios
refleja una tendencia a una mayor entrada en la actividad de este tipo de colectivo que, entre 1995
y 1999, empezó a percibirse en el caso de las mujeres de más de 45 años. En los últimos cuatro
años, el proceso se acentúa, extendiéndose a las mujeres de 35 a 44 años, aunque también a los
hombres mayores de 45 años, sin duda como consecuencia de las mayores oportunidades
existentes en el mercado. En cambio, se consolida la tendencia a la caída del volumen de
población activa de estas características entre los menores de 35 años, ya observada entre 1995 y
1999.
Tabla 1.9.
Evolución de la estructura interna de la población activa con estudios primarios o de FP I
por sexo y edad. Tasas de crecimiento poblacional
(En %)
Sexo y edad 1999 2003 % Crecimiento 99/03 Hombres < 35 23,2 17,5 -23,9 Hombres 35-44 17,0 17,3 2,8 Hombres >= 45 21,4 26,9 27,2 Mujeres < 35 16,8 10,7 -35,8 Mujeres 35-44 11,7 12,8 10,1 Mujeres >= 45 9,9 14,9 52,8 TOTAL 100 100 1,1
1.3.- Población activa con estudios secundarios
El grupo de personas con estudios secundarios incluye tanto a las personas que han
concluido una formación profesional de nivel II como a aquellas que han concluido estudios
secundarios no profesionales.
La población activa que ha alcanzado estudios de FP II constituye, como en 1999, el grupo
más numeroso, con un total de 194.206 personas y el 19,5% de la población activa. Este colectivo
ha incrementado notablemente su peso relativo en relación al 17,5% correspondiente a 1999 y el
13,8% de 1995.
Por su parte, el volumen total de personas que han concluido estudios secundarios no
profesionales se sitúa en un total de 132.428, un 13,3% de la población activa total, por encima del
12,6% de 1995 pero por debajo del 13,7% de 1999.
En conjunto las 326.634 personas consideradas suponen un 32,8% de la población activa,
por encima del 31,2% de 1999 y del 26,4% de 1995.
16
Al igual que sucedía en 1999, los hombres resultan claramente mayoritarios en este grupo de
activos, con un 62,2% del total (frente al 55,9% del resto de activos). Esto se asocia sobre todo al
peso relativo de los hombres entre los titulados de FP II (66,2%), manteniéndose en niveles
cercanos a los del resto de la población entre los titulados secundarios no profesionales (56,4%).
Un segundo rasgo a destacar es la juventud del colectivo, con un 75,4% menor de 45 años y
un 50,8% menor de 35 años (frente al 33,8% del resto de la población activa). De nuevo puede
observarse que esta tendencia se asocia más nítidamente a los titulados de FP II, con un 78,6%
de menores de 45 años, por 70,7% entre los titulados secundarios no profesionales.
Tabla 1.10.
Población activa con estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
(% verticales)
Sexo Sec. no prof. FP II Estudios secundarios Resto Hombres 56,4 66,2 62,2 55,9 Mujeres 43,6 33,8 37,8 44,1 Edad Sec. no prof. FP II Estudios secundarios Resto <25 años 18,7 11,7 14,6 6,3 25-29 años 15,8 23,1 20,1 15,6 30-34 años 14,2 17,4 16,1 11,9 35-39 años 12,0 17,1 15,0 15,0 40-44 años 9,9 9,3 9,5 15,0 45-49 años 13,4 8,0 10,2 11,8 50-54 años 9,8 8,3 8,9 11,2 >= 55 años 6,1 5,1 5,5 13,2 TOTAL 100 100 100 100
El grupo que, por sexo y edad, resulta dominante entre esta población es el de los hombres
menores de 35 años, que representa un 30,1% del total de activos con estudios secundarios.
Aunque menor, también es relevante el peso relativo de las mujeres en esas edades, con un
20,7%. Igualmente cabe mencionar el peso de los colectivos de hombres de 35 a 44 años y de 45
o más años, con un 15,3 y 16,8%, respectivamente, incluyendo conjuntamente a otro 32,1% del
colectivo (por apenas 17% para las mujeres de 35 o más años). A diferencia de lo que sucede en
el caso de los menores de 35 años, sin embargo, el peso relativo de estos colectivos de personas
de 35 o más años es bastante inferior al observado entre el resto de la población activa.
Otro aspecto a destacar, dentro de los grupos de sexo y edad con mayor representación, es
el peso relativo superior de la FP II entre los hombres menores de 45 años y el de los estudios
secundarios no profesionales tanto entre las mujeres menores de 35 años como, en general y sin
diferencias de género, entre las personas de 45 y más años.
17
Tabla 1.11.a
Población activa con estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
(% verticales)
Sexo y edad Sec. no prof. FP II Estudios secundarios Resto Hombres < 35 25,5 33,3 30,1 17,5 Hombres 35-44 12,9 17,0 15,3 16,1 Hombres >= 45 18,1 15,9 16,8 22,4 Mujeres < 35 23,2 19,0 20,7 16,4 Mujeres 35-44 9,0 9,4 9,2 13,9 Mujeres >= 45 11,3 5,5 7,8 13,8 TOTAL 100 100 100 100
A diferencia de lo observado entre personas con un nivel de estudios inferior, entre los
colectivos potencialmente activos con estudios secundarios se observa en este caso un peso
dominante de las personas menores de 35 años. Éstas representan un 67,9% del total, con un
peso en este caso equilibrado entre hombres y mujeres. Las mujeres mayores de 35 años
representan otro 27,3% del total por apenas un 4,8% de hombres de 35 o más años con este nivel
de estudios entre la población potencialmente activa.
Tabla 1.11.b
Población potencialmente activa con estudios secundarios por sexo y edad
(% verticales)
Sexo y edad Estudios secundarios Resto Hombres < 35 33,0 3,3 Hombres 35-44 0,3 Hombres >= 45 4,8 4,2 Mujeres < 35 34,8 18,1 Mujeres 35-44 10,5 24,0 Mujeres >= 45 16,9 49,9 TOTAL 100 100
Por lo que respecta a las tasas de crecimiento respecto a 1999, se aprecia el importante
aumento del volumen de activos de 45 o más años con estudios secundarios. El incremento es
particularmente llamativo entre las mujeres, con un crecimiento del 52,8%, aunque también es
muy fuerte entre los hombres (21,6%). De esta forma, a pesar de una cierta ralentización con
respecto a lo observado entre 1995 y 1999, se mantiene la tendencia a un fuerte incremento del
volumen de activos en estos grupos de edad y sexo que, en 1995, apenas representaban un
16,6% de los activos con estudios secundarios, representando en la actualidad un 24,6%.
La evolución del número de activos en los demás grupos por sexo y edad evidencia, en
general, un muy inferior nivel de crecimiento, si bien el crecimiento resulta todavía llamativo entre
18
las mujeres de 35 a 44 años (9,2%), en un contexto de incremento además mantenido respecto al
periodo 95-99. El incremento se estanca, en cambio, entre los hombres menores de 45 años,
cayendo sustancialmente incluso entre las mujeres menores de 35 años (-5%), en claro contraste
con la positiva evolución del cuatrienio anterior.
Tabla 1.12.
Evolución de la estructura interna de la población activa con estudios secundarios
por sexo y edad. Tasas de crecimiento poblacional
(En %)
Sexo y edad 1999 2003 % Crecimiento 99/03 Hombres < 35 32,0 30,1 -0,7 Hombres 35-44 16,0 15,3 1,2 Hombres >= 45 14,6 16,8 21,6 Mujeres < 35 23,0 20,7 -5,0 Mujeres 35-44 8,9 9,2 9,2 Mujeres >= 45 5,4 7,8 52,8 TOTAL 100 100 5,6
1.4.- Población activa con estudios terciarios.
El grupo de personas con estudios terciarios incluye a los titulados universitarios medios y
superiores. El primer colectivo supone en 2003 un total de 82.455 personas, el 8,3% de la
población activa, una cifra similar al 8% de 1995 pero inferior al 9% de 1999. Los titulados
superiores, por su parte, recogen un total de 145.805 personas, un 14,6% de la población activa
total, muy por encima del 13,3% de 1999 y del 11,9% de 1995. Por tanto, se constata una cierta
reducción del peso relativo de los titulados medios, que vuelven al nivel de 1995, aumentando en
cambio los titulados superiores su importancia relativa.
En conjunto, las 228.260 personas consideradas representan un 22,9% de la población
activa, cifra no mucho mayor del 22,3% observado en 1999 pero claramente superior Al 19,8%
registrado en 1995.
Conviene subrayar que, como ya sucedía en años anteriores, este grupo es el único de los
analizados en el que la presencia de las mujeres resulta mayoritaria. Un 54,2% de los activos con
estudios superiores son mujeres, proporción que no deja de aumentar desde 1995 (51,3% en
dicho año y 53,7% en 1999). El mayor peso relativo de la mujer se asocia sobre todo a los
estudios medios, con un 60,5% de mujeres, equilibrándose notablemente las cifras en el caso de
los titulados terciarios superiores (50,6% entre las mujeres, por encima no obstante del 45,9% de
1999).
19
Destaca también en este grupo el protagonismo de los más jóvenes, con un 57,4% de
titulados terciarios activos con edades comprendidas entre los 25 y 39 años y 78,9% menores de
45 años. Aunque el peso de los menores de 45 años es superior entre los titulados superiores (81
% por 75,2% de los titulados medios), en ambos casos se sitúa muy por encima del 64,3%
observado entre el resto de la población activa.
Tabla 1.13
Población activa con estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
(% verticales)
Sexo Terc. medios Terc. superiores Estudios terciarios Resto Hombres 39,5 49,4 45,8 61,6 Mujeres 60,5 50,6 54,2 38,4 Edad Terc. medios Terc. superiores Estudios terciarios Resto <25 años 6,5 5,3 5,8 10,0 25-29 años 18,9 27,1 24,1 15,0 30-34 años 14,3 18,4 16,9 12,2 35-39 años 18,9 14,9 16,3 14,6 40-44 años 16,6 15,2 15,7 12,5 45-49 años 9,6 6,7 7,8 12,3 50-54 años 6,9 6,2 6,4 11,6 >= 55 años 8,2 6,1 6,9 11,8 TOTAL 100 100 100 100
Considerando los distintos grupos de sexo y edad, se comprueba que el grupo mayoritario
entre los titulados universitarios es claramente el de las mujeres menores de 35 años, que
representan un 28,6% del colectivo total de referencia. El segundo grupo en importancia es el de
los hombres menores de 35 años, que supone otro 18,2%, seguido por las mujeres de 35 a 44
años (17,3%). Los demás grupos de sexo y edad tienen un protagonismo mucho más reducido,
situándose entre 13 y 15% en el caso de hombres de 35 o más años y en el 8,3% en el de las
mujeres mayores de 45 años.
Mientras los hombres y las mujeres menores de 35 años están más representados entre los
titulados superiores, lo contrario sucede en el caso de las mujeres mayores de 35 años (35,7% de
los titulados terciarios medios frente a 19,9% de los titulados superiores). En realidad, si los
hombres menores de 35 años constituyen el segundo grupo en importancia dentro de los titulados
superiores, después de las mujeres menores de 35 años, entre los titulados medios se ven
superados por las mujeres entre 35 y 44 años (14,9% frente a 22,4%), reflejando un peso muy
similar al de las mujeres mayores de 45 años (13,3%).
Un dato a recalcar en cualquier caso es que, si la población menor de 35 años tiene una
importancia decisiva tanto entre los titulados terciarios como entre los secundarios, mientras entre
20
estos últimos es mayor la importancia relativa de los hombres en ese grupo de edad, lo contrario
sucede entre los universitarios, siendo mayoritarias en este caso las mujeres menores de 35 años.
Tabla 1.14.a
Población activa con estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
(% verticales)
Sexo y edad Terc. medios Terc. superiores Estudios terciarios Resto Hombres < 35 14,9 20,1 18,2 22,6 Hombres 35-44 13,1 15,7 14,7 16,2 Hombres >= 45 11,5 13,6 12,8 22,8 Mujeres < 35 24,8 30,8 28,6 14,6 Mujeres 35-44 22,4 14,5 17,3 10,9 Mujeres >= 45 13,3 5,4 8,3 12,9 TOTAL 100 100 100 100
El carácter predominantemente femenino de los titulados superiores aparece aún más
nítidamente entre las personas con estudios terciarios y potencialmente activas, grupo compuesto
en un 90,5% de los casos por mujeres. Predominan las mujeres mayores de 35 años, un 65,9%
del total por 24,6% correspondiente a las menores de 35 años. El restante 9,5% corresponde a
hombres menores de esa edad.
Tabla 1.14.b
Población potencialmente activa con estudios terciarios por sexo y edad
(% verticales)
Sexo y edad Estudios terciarios Resto Hombres < 35 9,5 13,7 Hombres 35-44 0,3 Hombres >= 45 4,8 Mujeres < 35 24,6 23,7 Mujeres 35-44 36,7 18,0 Mujeres >= 45 29,2 39,6 TOTAL 100 100
La evolución reciente de la población activa con estudios terciarios refleja importantes
cambios respecto a lo observado en años anteriores. De esta forma, únicamente se mantienen los
fuertes niveles de crecimiento observados entre 1995 y 1999 en el caso de los hombres de 35 a
44 años y en el de las mujeres de 35 y más años. El muy fuerte aumento de los hombres de 45 y
más años entre 1995 y 1999 se traduce en una evolución negativa en los últimos años, aspecto
que también se observa entre las mujeres menores de 35 años. En el caso de los hombres
menores de 35 años, se mantiene en cambio la tendencia a la ligera caída, casi una estabilización,
del volumen de activos, una evolución que ya se observaba entre 1995 y 1999.
21
En términos relativos, estos cambios se traducen sobre todo en un peso creciente de las
mujeres de 35 y más años entre los activos con estudios terciarios terminados. Así, del 20,8% de
1995, este colectivo pasa a representar en 1999 un 22,7% del total de activos y un 25,6% en la
actualidad.
Tabla 1.15.
Evolución de la estructura interna de la población activa con estudios terciarios
por sexo y edad. Tasas de crecimiento poblacional
(En %)
Sexo y edad 1999 2003 % Crecimiento 99/03 Hombres < 35 19,0 18,2 -0,8 Hombres 35-44 13,4 14,7 13,9 Hombres >= 45 13,9 12,8 -4,4 Mujeres < 35 31,0 28,6 -4,4 Mujeres 35-44 15,6 17,3 15,2 Mujeres >= 45 7,1 8,3 19,6 TOTAL 100 100 3,5
22
2.- TENDENCIAS ESTRUCTURALES Los datos de la ECPA evidenciaron, entre 1995 y 1999, un proceso de notable y progresiva
elevación de los niveles de formación reglada entre la población activa vasca, pasando el Índice
Sintético de Formación Reglada (ISFR)2 de 3,30 en 1995 a 3,50 en 1999. El análisis de los niveles
de cualificación en el período 1999-2003 apunta, en cambio, a una cierta ralentización del
crecimiento del nivel de la formación reglada de la población activa en la Comunidad Autónoma de
Euskadi. De esta forma, el ISFR se estabiliza en niveles de 3,56, muy similares por tanto a los de
1999. Si el ISFR se incrementó entre 1995 y 1999 en un 6,1%, apenas creció un 1,7% a partir de
1999.
Tabla 1.16.
Índice Sintético de Formación Reglada por edad. Población activa.
Edad ISFR <25 años 3,72 25-29 años 4,07 30-34 años 3,96 35-39 años 3,67 40-44 años 3,55 45-49 años 3,24 50-54 años 3,09 >= 55 años 2,81 TOTAL 3,56
2.1.- Tendencias por grupos de edad
El nivel del ISFR está claramente asociado a la edad. Como puede comprobarse en la tabla
anterior, el incremento del ISFR conforme desciende la edad resulta realmente continuado y
progresivo, pasando de 2,81 en los mayores de 55 años a 4,07 en las personas de 25 a 34 años.
Aunque el ISFR del colectivo más joven baja al 3,72, ello se debe a que a estas edades todavía
una parte fundamental del colectivo de referencia no se ha incorporado al mercado de trabajo,
2 El índice Sintético de Formación Reglada se calcula de acuerdo a la siguiente fórmula: (Ax0+SEx1+Pix1,5+Px2+Six2,5+FPIx3+FPIIx4+Sx4+MEDx5+SUPx6)/Pob activa; siendo: A: Analfabetos SE: Sin Estudios PI: Primarios incompletos P: Primarios SI: Secundarios incompletos FPI: FP I FPII: FP II S: Secundarios no profesionales MED: Terciarios medios SUP: Terciarios superiores
23
precisamente por estar aún en periodo formativo, en formaciones especializadas de nivel
secundario y terciario.
Resulta de interés analizar la evolución del ISFR por edad en los últimos años para analizar el
origen de la estabilización en los niveles de mejora de la cualificación de la población activa.
Destacan al respecto varios aspectos de interés.
En primer lugar, se constata que únicamente entre los 25 y 29 años se observa una
aceleración de los niveles de mejora de la cualificación entre 1999 y 2003 respecto al periodo
anterior. Además, esta circunstancia se debe en gran parte a que se trata del grupo de edad en el
que menos creció el ISFR en el periodo 95-99 (1,8% entre 1995 y 1999 por 3,3% entre 1999 y
2003). En los demás casos, el nivel de crecimiento se ralentiza respecto al periodo anterior.
No obstante, y éste es el segundo dato a destacar, la tendencia a la mejora de los niveles
medios de cualificación por edad se mantiene en general, con crecimientos situados entre el 3 y
6% entre los menores de 35 años, en las personas de 35 a 44 años y en los mayores de 55 años.
Se detectan, con todo, grupos de edad con una evolución no demasiado favorable. En este
sentido, aunque el crecimiento sigue observándose, apenas supera niveles del 1% entre las
personas mayores de 50 a 54 años, en claro contraste con lo registrado en el periodo anterior, con
niveles de crecimiento cercanos al 10%. El nivel del ISFR cae incluso en algunos casos. Así
sucede en las personas de 35 a 39 años y, de forma mucho más llamativa, en las de 45 a 49 años
(de 13,1% a -0,9%).
Los datos anteriores reflejan por tanto la ruptura de la tendencia a una mejoría formativa que
afectó a todas las categorías de edad, normalmente de forma intensa, en el periodo 1995-1999,
observándose ahora una fuerte diferenciación en función de la edad. La evolución de los últimos
años muestra, en general, una moderación de los ritmos de crecimiento, aún dentro de un
contexto de mejoría continuada, para las personas de menos de 35 años y los mayores de 55
años. En contraste con ello, se constata una estabilización o incluso caída de los niveles de
cualificación en las personas de 35 a 54 años, aspecto que choca con la tendencia expansiva
observada en el periodo anterior. La única excepción, en este último caso, corresponde a las
personas de 40 a 44 años, cuyo comportamiento es más similar al de los más jóvenes.
24
Tabla 1.17.
Evolución del Índice Sintético de Formación Reglada por edad. Población activa
Edad 1995 1999 2003 %crec 95/99 %crec 99/03 <25 años 3,29 3,57 3,72 8,5 4,2 25-29 años 3,87 3,94 4,07 1,8 3,3 30-34 años 3,54 3,75 3,96 5,9 5,6 35-39 años 3,46 3,70 3,67 6,9 -0,8 40-44 años 3,25 3,40 3,55 4,6 4,4 45-49 años 2,89 3,27 3,24 13,1 -0,9 50-54 años 2,76 3,05 3,09 10,5 1,3 >= 55 años 2,49 2,71 2,81 8,8 3,7 TOTAL 3,30 3,50 3,56 6,1 1,7
Conviene analizar con detalle la incidencia de las distintas situaciones educativas por edad
para profundizar en los cambios observados.
Analizando en primer lugar, los datos correspondientes a la población activa sin estudios
primarios, afectada por una caída del 41,8% en el periodo 1995-2003. Esta caída corresponde
fundamentalmente a dos grandes grupos de edad: los menores de 35 años y los mayores de 45
años, con caídas normalmente superiores al 25%. Entre las personas de 35 a 44 años, en cambio,
la caída es mucho más reducida (- 17,8% entre 35 y 39 años y – 7,3% entre las de 40 a 44). El
grupo de 25 a 29 años constituye una cierta excepción, con un nivel de caída inferior al que
corresponde a las personas de menos de 45 años (-23,9%) que, además, se reduce notablemente
en los últimos años. Con todo, el periodo 1999-2003 sigue marcando un avance en los niveles, e
incluso en los ritmos, de caída del volumen de activos sin estudios.
De esta forma, en la actualidad, el peso de los colectivos sin estudios supone menos del 5%
de la población activa menor de 40 años, situándose en torno a esa frontera entre los 40 y 49
años. La proporción sube al 7,9% entre los 50 y 54 años y al 18,3% entre las personas de 55 a 64
años, único grupo en el que el problema de la ausencia de estudios sigue resultando destacable.
Pero, como ya mencionábamos, en todos los casos se detecta una notable mejora de la situación
educativa. Así, por ejemplo, la proporción de activos de más de 55 años sin estudios cae entre
1995 y 2003 del 35,7 al 18,3% ya mencionado.
Por tanto, la estabilización de los niveles de cualificación no se asocia en ningún caso a un
incremento de las problemáticas relativas a la ausencia de estudios entre la población activa. Al
contrario, aún cuando entre las personas de 25 a 29 años se observe una menor intensidad en los
ritmos de caída del volumen de población sin estudios respecto a años anteriores, lo cierto es que
en general aumenta la intensidad de la caída en el número de activos con este nivel formativo en
los últimos años.
25
Tabla 1.18.
Evolución de la población activa sin estudios primarios por edad
(Incidencia respecto a la población activa y
tasas de crecimiento poblacional, en %)
Incidencia Tasas de crecimiento Edad 1995 1999 2003 95/99 99/03 95/03 <25 años 7,6 3,9 2,5 -43,4 -59,9 -77,3 25-29 años 4,5 3,4 3,1 -18,2 -6,9 -23,9 30-34 años 8,2 5,2 3,2 -39,2 -43,4 -65,6 35-39 años 4,8 4,9 3,5 -0,6 -17,3 -17,8 40-44 años 6,8 5,8 5,6 -1,5 -5,9 -7,3 45-49 años 12,7 8,7 5,1 -26,5 -33,9 -51,4 50-54 años 21,7 15,8 7,9 -17,6 -42,1 -52,3 >= 55 años 35,7 29,3 18,3 -5,6 -23,5 -27,8 TOTAL 10,7 8,2 5,8 -18,3 -28,8 -41,8
Analizando las características internas de este grupo de activos, se constata que en las
nuevas generaciones la fuerte caída del peso relativo de la población sin estudios primarios se
asocia a la práctica desaparición de las situaciones de analfabetismo y de total ausencia de
estudios, con incidencias de 0,2 y 0,4%, respectivamente.
Por otra parte, aunque aumenta la incidencia de la ausencia de estudios primarios a partir de
los 50 años, situándose en 7,9% entre 50 y 54 años y en 18,3% entre los mayores de 55 años,
esta problemática se asocia fundamentalmente a la ausencia de estudios acabados,
manteniéndose muy bajos los niveles de analfabetismo y de ausencia de cualquier tipo de
estudios (con un máximo acumulado del 3% entre los activos mayores de 55 años).
Tabla 1.19.
Incidencia de la población activa sin estudios por edad y nivel formativo
(En %)
Edad Analfabetos Sin estudios Primarios no terminados
Sin estudios primarios
<25 años 2,5 2,5 25-29 años 0,2 2,9 3,1 30-34 años 0,2 3,0 3,2 35-39 años 0,2 3,3 3,5 40-44 años 0,5 5,1 5,6 45-49 años 0,3 4,8 5,1 50-54 años 0,4 0,6 7,0 7,9 >= 55 años 1,1 1,8 15,4 18,3 TOTAL 0,2 0,4 5,2 5,8
26
Como ya pudimos constatar, la evolución de la población con estudios primarios y de FP I
marca un cambio respecto a años anteriores. En este caso se aprecia, en efecto, un cambio de
tendencia en el proceso de reducción de su importancia relativa en el conjunto de la población
activa que se observó entre 1995 y 1999 (del 43,1% al 38,3%). Así, entre 1999 y 2003 se
mantiene el peso relativo de este grupo, situándose en el 38,5% en el año 2003.
El cambio observado a partir de 1999 se asocia en gran medida a la población mayor de 35
años, colectivo que ve aumentar el volumen de activos con este nivel formativo. El aumento es
particularmente notable en el caso de las personas de más de 45 años, incrementándose en este
caso por encima del 25% el volumen de activos con estudios primarios o de FP I entre los distintos
grupos de edad correspondientes a personas mayores de 45 años. El aumento es, además, más
intenso conforme aumenta la edad (26,1% entre las personas de 45 a 49 años, 34,4% entre las de
50 a 54 años y 47,4% entre los mayores de 55 años). El crecimiento se sitúa en el 14,3% entre los
35-39 años, confirmándose la tendencia observada a un aumento creciente asociado a la edad. La
única excepción corresponde a las personas de 40 a 44 años cuyo volumen de activos desciende
en un 1,6%.
Aunque la tendencia se acentúa entre 1999 y 2003, lo cierto es que el aumento del volumen
de activos con estudios primarios o de FP I ya era perceptible entre 1995 y 1999 en algunos
grupos de edad, en concreto entre las personas de 40 a 44 años y mayores de 50 años. Se
registraron en cambio caídas importantes para las personas de 35 a 39 años y de 45 a 49 años.
En conjunto, si entre 1995 y 2003 aumenta sustancialmente el volumen de personas con estudios
primarios entre los mayores de 45 años, se mantiene relativamente estable la población en el caso
de las personas de 35 a 44 años, compensándose los aumentos de un periodo con las caídas
observadas en el otro.
La evolución de la situación de los menores de 35 años refleja, en cambio, una caída
sustancial del volumen de activos con estudios primarios y de FP I que, además, se acentúa entre
1999 y 2003. Este descenso se sitúa entre el 15 y el 50% del efectivo inicial de 1995.
En términos relativos, respecto a la población activa total, el aumento del volumen de activos
con estudios primarios en algunos grupos de edad sólo se traduce en un incremento final,
respecto a la situación observada en 1995, en el caso de las personas mayores de 50 años, grupo
de edad en el que los titulados con estudios primarios o de FP I llegan a alcanzar en el año 2003
niveles cercanos al 50%. Entre 45 y 49 años, la proporción de personas con estudios primarios
sobre el total ya es inferior a la de 1995, si bien se vuelve a situar muy cerca de ella tras el
aumento de 1999-2003, con niveles en cualquier caso también cercanos al de los mayores de 50
años (49,4%). Entre 35 y 44 años, y respecto a 1999, la evolución apenas supone una
estabilización, con ligera tendencia alcista, del peso de las personas con estudios primarios,
27
manteniéndose niveles alrededor de 5 puntos inferiores a los de 1995. Entre los menores de 35
años, la pérdida de importancia relativa de este tipo de nivel formativo es superior, oscilando entre
8 y 13 puntos.
Tabla 1.20.
Población activa con estudios primarios o de FP I por edad
(Incidencia respecto a la población activa y
tasas de crecimiento poblacional, en %)
Incidencia Tasas de crecimiento Edad 1995 1999 2003 95/99 99/03 95/03
<25 años 42,8 34,6 30,0 -11,4 -44,9 -51,2 25-29 años 33,4 30,6 25,9 -2,0 -12,4 -14,2 30-34 años 40,2 36,3 27,9 -12,4 -29,8 -38,5 35-39 años 45,3 39,3 38,8 -15,4 14,3 -3,4 40-44 años 47,9 43,1 43,5 4,1 -1,6 2,4 45-49 años 53,3 44,7 49,4 -10,5 26,1 12,8 50-54 años 46,5 42,9 49,9 4,4 34,4 40,3 >= 55 años 42,0 41,6 50,1 13,8 47,4 67,7 TOTAL 43,1 38,3 38,5 -5,2 1,1 -4,2
La evolución más reciente marca en cualquier caso una profunda división por edades en la
incidencia de los estudios primarios entre la población activa. Así, si en 1995 la incidencia de este
tipo de estudios se situaba en la mayoría de los grupos de edad entre el 40 y 45% de la población,
en la actualidad se han acentuado las distancias entre los diferentes colectivos de edad. Así, entre
las personas menores de 35 años, la proporción de titulados con estudios primarios o de FP I se
ha reducido a niveles de 25-30%. Los niveles se sitúan entre 38-44% entre las personas de 35 a
44 años, acercándose a niveles del 50% entre las personas de 45 o más años.
A esta diferenciación se añade la asociada al tipo de estudios. De esta forma, los datos
muestran que el peso relativo de la FP I y de los estudios secundarios no terminados tiende a
aumentar conforme desciende la edad. En cambio, con la edad aumenta de forma creciente la
presencia de estudios primarios en sentido estricto (43% entre los mayores de 55 años por apenas
un 12,4% entre los menores de 25 años). En comparación con la situación de 1995, el peso
relativo de los titulados primarios en el total de activos aumenta sustancialmente a partir de los 45
años (37% frente a 33,6% en el caso de las personas de 45 a 49 años, 41,7% frente a 35,3% entre
50 y 54 años y 43% frente a 36,9% para los mayores de 45 años).
Estos datos reflejan sin duda la existencia de un fuerte potencial de recualificación entre el
colectivo analizado.
28
Tabla 1.21.
Incidencia de la población activa con estudios primarios o de FP I por edad y nivel formativo
(En %)
Edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios primarios
<25 años 12,4 6,0 11,6 30,0 25-29 años 13,3 3,2 9,4 25,9 30-34 años 14,9 5,6 7,4 27,9 35-39 años 22,3 4,3 12,2 38,8 40-44 años 29,5 3,9 10,1 43,5 45-49 años 37,0 3,3 9,1 49,4 50-54 años 41,7 2,8 5,4 49,9 >= 55 años 43,0 1,9 5,2 50,1 TOTAL 25,7 3,9 8,9 38,5
La evolución de la población activa con estudios secundarios sigue experimentando, por su
parte, una fuerte tendencia expansiva, siguiendo la trayectoria observada entre 1995 y 1999.
Como hemos podido comprobar, no obstante, se produce una importante ralentización en
comparación con el notable incremento de este colectivo entre 1995 y 1999 (26,2%), de forma que
entre 1999 y 2003 la tasa de crecimiento se sitúa en el 5,6%.
Analizando los datos por edad, sin embargo, puede comprobarse que la realidad de una
fuerte tendencia expansiva en el volumen de titulados secundarios sigue manteniéndose a algunas
edades. Así sucede especialmente entre los 25 y 39 años así como entre los mayores de 45 años,
en realidad el colectivo de activos con estudios secundarios que más crece para el conjunto del
periodo 1995-2003. Entre los menores de 25 años y en las personas de 40 a 44 años, en cambio,
se detectan caídas en el volumen de activos con estudios secundarios. En términos relativos, no
obstante, la única caída importante es la que corresponde a este último grupo de edad, que pasa
del 33,1% de 1999 al 23,6% de 2003, proporción incluso inferior a la de 1995 (26,9%). En este
sentido, la negativa evolución de los menores de 25 años en términos absolutos se asocia a la
caída general de la población activa de menos de 25 años entre 1999 y 2003, de forma que la
proporción de población con estudios secundarios sigue aumentando dentro de este grupo (de 48
a 52,9% en el periodo considerado).
29
Tabla 1.22.
Población activa con estudios secundarios por edad
(Incidencia respecto a la población activa y
tasas de crecimiento, en %)
Incidencia Tasas de crecimiento Edad 1995 1999 2003 95/99 99/03 95/03
<25 años 38,2 48,0 52,9 37,7 -30,0 -3,6 25-29 años 31,7 34,1 38,6 14,8 17,4 34,8 30-34 años 26,7 31,9 39,8 16,1 13,8 32,2 35-39 años 26,2 25,1 32,8 -6,8 51,2 41,0 40-44 años 26,9 33,1 23,6 42,2 -30,3 -0,8 45-49 años 20,4 27,1 29,7 42,0 25,0 77,5 50-54 años 18,9 26,3 28,0 57,7 22,8 93,7 >= 55 años 9,2 13,2 16,9 64,5 56,6 157,7 TOTAL 26,4 31,2 32,8 26,2 5,6 33,3
Los datos relativos al nivel de incidencia de los colectivos con estudios secundarios, dentro de
la población activa, también indican notables diferencias en función de la edad. Así, si entre los
menores de 25 años, la proporción es del 52,9%, acercándose al 40% entre los 25 y 34 años
(32,8% entre 35 y 39 años), la proporción cae por debajo del 30% entre los 40 y 54 años y por
debajo del 20% a partir de los 55 años.
Las diferencias señaladas se asocian, en lo fundamental, a la desigual importancia relativa de
la FP II, aspecto que marca una cierta frontera en torno a los 40 años. De esta forma, mientras los
niveles de FP II se sitúan entre 22 y 26% entre los menores de 40 años, bajan a niveles situados
entre 9 y 16% en los mayores de esa edad. Resulta llamativa la mejora observada, en este
contexto, en el caso de las personas de 35 a 39 años (15,9% de FP II en 1999 frente al 22,1%
actual).
A diferencia de lo observado en 1999, año en el que la proporción de titulados de FP II caía
por debajo de la correspondiente a los titulados con estudios secundarios a partir de los 40 años,
en estos momentos el peso relativo de la FP II tiende a ser en general superior al de los estudios
secundarios no profesionales a prácticamente todas las edades.
30
Tabla 1.23.
Incidencia de la población activa con estudios secundarios por edad y nivel formativo
(En %)
Edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios
<25 años 27,6 25,3 52,9 25-29 años 12,3 26,4 38,6 30-34 años 14,2 25,5 39,8 35-39 años 10,7 22,1 32,8 40-44 años 9,9 13,7 23,6 45-49 años 15,8 13,9 29,7 50-54 años 12,5 15,5 28,0 >= 55 años 7,6 9,3 16,9 TOTAL 13,3 19,5 32,8
La evolución de la población con estudios universitarios evidencia una situación similar a la
de la poseedora de un título de nivel secundario. De esta forma, como hemos observado, entre
1999 y 2003 sigue aumentando el número de activos con este nivel de estudios aunque, al mismo
tiempo, se produce una sustancial reducción del ritmo de crecimiento respecto al periodo 1995-
1999. En términos globales, sin embargo, la población activa con estudios terciarios crece en el
período a un ritmo superior (3,5%) al del conjunto de la población activa, situándose su peso
relativo global en el 22,9%, frente al 22,3% de 1999.
La desaceleración del crecimiento se observa a todas las edades, con la única excepción del
colectivo de 40 a 44 años que crece sustancialmente, explicando de paso la notable caída
observada en el peso de los estudios secundarios a estas edades. Con todo, se observa en
general una tendencia de crecimiento importante en el colectivo de mayores de 40 años,
excepción hecha del de 45 a 49 años, con una caída del 7,2%. En cambio, entre los menores de
40 años la tendencia es a una clara estabilización o caída de los niveles de crecimiento,
manteniéndose únicamente una evolución claramente positiva, con un aumento del 5,3%, entre las
personas de 25 a 29 años.
La división que representa la frontera de los 40 años es llamativa en este contexto. De esta
forma, si entre 1995 y 2003 aumenta entre un 41 y un 68% el volumen de activos de más de 40
años con estudios terciarios, la proporción baja a cifras cercanas al 20% en las personas de 25 a
29 años y de 35 a 39 años y al 4,1% en las de 30 a 34 años, cayendo de forma global para los
menores de 25 años.
La situación de los menores de 25 años se asocia, sin embargo, a la caída demográfica del
colectivo, manteniéndose la tendencia expansiva en el volumen relativo de población terciaria
(11,4% en 1995, 13,6% en 1999 y 14,6% en el año 2003). Esta evolución al alza en el peso
31
relativo de las personas con estudios terciarios también se constata entre los 25 y 34 años. En
cambio, desciende en los últimos cuatro años el peso relativo de la población activa con estudios
terciarios entre la población de 35 a 39 años, rompiéndose así la favorable evolución observada en
los años anteriores. Esto también caracteriza a los mayores de 45 años, si bien en este caso como
consecuencia de un mayor crecimiento de la población activa sin estudios terciarios. A partir de los
35 años, sólo en el colectivo de 40 a 44 años sigue aumentando el peso relativo de esta población.
Tabla 1.24.
Población activa con estudios terciarios por edad
(Incidencia respecto a la población activa y tasas de crecimiento, en %)
Incidencia Tasas de crecimiento Edad 1995 1999 2003 95/99 99/03 95/03 <25 años 11,4 13,6 14,6 31,2 -31,9 -10,7 25-29 años 30,5 31,9 32,4 11,7 5,3 17,5 30-34 años 24,9 26,6 29,2 3,9 0,3 4,1 35-39 años 23,6 30,6 24,9 26,7 -5,9 19,2 40-44 años 18,4 18,0 27,3 13,4 47,9 67,8 45-49 años 13,7 19,5 15,9 52,2 -7,2 41,2 50-54 años 12,9 15,0 14,2 32,4 8,8 44,1 >= 55 años 13,1 15,8 14,7 38,4 14,1 57,9 TOTAL 19,8 22,3 22,9 19,8 3,5 24,0
La barrera de los 45 años no sólo refleja distintas tendencias evolutivas sino también distintos
niveles de impacto de estudios universitarios superiores. De esta forma, el peso de los estudios
terciarios es apenas del 14-16% para los mayores de 45 años, situándose entre 25 y 30% en los
menores de esa edad (14,6%, sin embargo, en los menores de 25 años).
Las diferencias observadas se asocian en gran medida al impacto diferencial de los estudios
terciarios superiores. Así, la proporción de activos con este nivel formativo se sitúa en cifras de 20-
23% entre las personas de 25 a 34 años, entre 14 y 17% en las de 35 a 44 y alrededor del 8% a
partir de los 45 años (8,6% en los menores de 25 años).
En cambio, las diferencias en los estudios medios son mucho menores, con cifras de 5-7% en
los mayores de 45 años (así como en las personas menores de 25 años), 8-9% en las personas
de 25 a 34 años y alrededor de 10% en las de 35 a 44 años.
32
Tabla 1.25.
Incidencia de la población activa con estudios terciarios por edad y nivel formativo
(En %)
Edad Terciarios
medios Terciarios superiores
Estudios terciarios
<25 años 6,0 8,6 14,6 25-29 años 9,2 23,2 32,4 30-34 años 8,9 20,3 29,2 35-39 años 10,4 14,5 24,9 40-44 años 10,4 16,9 27,3 45-49 años 7,1 8,8 15,9 50-54 años 5,5 8,7 14,2 >= 55 años 6,3 8,4 14,7 TOTAL 8,3 14,6 22,9
El análisis conjunto de los datos de formación reglada nos permite, en cualquier caso,
destacar realidades formativas muy diferentes en función de la edad de las actuales generaciones
de personas activas. Tomando como punto de referencia a las generaciones de personas mayores
de 25 años, aquellas en las que prácticamente puede considerarse terminado el periodo de
formación reglada inicial, podemos destacar cuatro situaciones diferentes:
a) En primer lugar, en las personas activas mayores de 50 años sigue observándose
todavía en 2003 un claro predominio de las personas que a lo sumo han conseguido consolidar
unos estudios de nivel primario. En conjunto, la proporción de estas personas llega al 57,8% de los
activos de 50 a 54 años y al 68,4% de los activos mayores de 55 años. Aunque estas cifras son
muy similares a las de 1999 (58,7 y 70,9%, respectivamente), se acompañan no obstante de un
mayor peso relativo de las personas con estudios primarios (49,9 y 50,1% frente 42,9 y 41,6% en
1999), acompañado de una notable caída de las personas que no han alcanzado ese nivel de
estudios. También debe mencionarse una mejora, a estas edades, del peso relativo de las
personas con estudios cualificados, terciarios o de FP II (29,6% frente a 25,5% en 1999 en las
personas de 50 a 54 años y 24% frente a 22,9% en las mayores de 55 años).
b) La evolución más negativa, en materia de formación reglada, corresponde a la población
de 45 a 49 años que ve aumentar la proporción de personas con un nivel máximo de estudios
primarios (54,4% frente a 53,4% en 1999). La proporción de personas con estudios cualificados de
FP II o terciarios cae ligeramente en paralelo (de 30,3% a 29,7%). Estos cambios suponen un
retroceso respecto a la situación de 1999 que sitúan a este grupo de edad en niveles formativos
muy similares a la población de 50 a 54 años. En gran medida, la explicación a esta paradoja es el
fuerte aumento del número de activos en este grupo de edad que ha atraído al mercado de trabajo
a personas sin excesiva formación académica.
33
c) En las personas menores de 35 a 44 años se consolida, en cambio, el peso de las
personas con estudios secundarios o terciarios, circunstancia ya observada en 1999. De esta
forma, aunque la proporción de personas con estudios primarios supera todavía notablemente a la
de titulados terciarios, las personas con estudios cualificados (FP II y terciarios) resultan
mayoritarias entre los 35 y 39 años (47% frente a 42,3% con estudios primarios o menos), tal y
como ya sucedía en 1999. La principal novedad es que la situación se equilibra también en el caso
de las personas de 40 a 44 años, como consecuencia del notable incremento del peso relativo del
colectivo más cualificado (de 32,1 a 41% entre 1999 y 2003, por debajo todavía sin embargo del
43,5% con estudios primarios).
d) En las personas menores de 25 a 34 años resulta ahora siempre dominante el peso de
las personas con estudios cualificados, circunstancia que sólo se producía entre los activos
menores de 30 años en 1999. Si la incidencia tiende a mantenerse en niveles del 57-58% en el
caso de las personas de 25 a 29 años, en las de 30 a 34 aumenta sustancialmente el peso del
colectivo con estudios de FP II y terciarios, pasando del 48,8 al 54,7% en los últimos cuatro años,
acercándose al 58,8% de las personas de 25 a 29 años.
Se constata, en definitiva, que la tendencia a la mejoría de la cualificación sigue siendo una
realidad en la CAE, consolidada además por el avance los titulados secundarios y terciarios en los
menores de 25 años (de 61,5 a 67,5%). No obstante, esta evidencia viene acompañada de un flujo
de acceso a la actividad de colectivos menos cualificados, principalmente entre los 45 y 49 años,
que viene acompañado de una caída de la población activa más joven, y por tanto más cualificada,
como consecuencia de la evolución demográfica. De esta forma, las consecuencias del declive
demográfico vasco y el aumento de los activos mayores de 45 años, en los que tienen mayor peso
los grupos menos cualificados, contribuyen a compensar la realidad objetiva de mejora –
ciertamente atenuada, eso sí - que siguen reflejando en general los datos disponibles sobre la
evolución del nivel de formación reglada de la población activa de Euskadi.
34
Tabla 1.26.a
Incidencia de los distintos niveles formativos en la población activa por edad y nivel formativo
(En %)
2003
Edad Sin estudios primarios
Estudios primarios
Secundarios no
profesionales FP II Terciarios
medios Terciarios superiores
<25 años 2,5 30,0 27,6 25,3 6,0 8,6 25-29 años 3,1 25,9 12,3 26,4 9,2 23,2 30-34 años 3,2 27,9 14,2 25,5 8,9 20,3 35-39 años 3,5 38,8 10,7 22,1 10,4 14,5 40-44 años 5,6 43,5 9,9 13,7 10,4 16,9 45-49 años 5,1 49,4 15,8 13,9 7,1 8,8 50-54 años 7,9 49,9 12,5 15,5 5,5 8,7 >= 55 años 18,3 50,1 7,6 9,3 6,3 8,4 TOTAL 5,8 38,5 13,3 19,5 8,3 14,6
Tabla 1.26.b
Incidencia de los distintos niveles formativos en la población activa por edad y nivel formativo
(En %)
1999
Edad Sin estudios Primarios
Estudios Primarios
Secundarios No
Profesionales FP II Terciarios
Medios Terciarios Superiores
<25 años 3,9 34,6 23,6 24,4 7,2 6,4 25-29 años 3,4 30,6 9,0 25,1 12,3 19,6 30-34 años 5,2 36,3 9,7 22,2 7,7 18,9 35-39 años 4,9 39,3 9,2 15,9 13,8 16,9 40-44 años 5,8 43,1 19,0 14,1 6,6 11,4 45-49 años 8,7 44,7 16,3 10,8 9,5 10,0 50-54 años 15,8 42,9 15,9 10,4 5,9 9,2 >= 55 años 29,3 41,6 6,1 7,1 7,0 8,8 TOTAL 8,2 38,3 13,7 17,5 9,0 13,3
2.2.- Tendencias según el género
Desde la perspectiva de género, la ralentización en el crecimiento del nivel formativo de la
población activa en la Comunidad Autónoma de Euskadi se observa tanto entre los hombres
como entre las mujeres. En el primer caso, el ISFR pasa entre 1999 y 2003 de 3,39 a 3,45 y, en
el segundo, de 3,65 a 3,72, en una tendencia evolutiva muy similar. Los niveles de crecimiento
se sitúan ligeramente por debajo del 2% frente a cifras de 5 a 7% entre 1995 y 1999. Como
puede comprobarse, no obstante, la evolución sigue siendo favorable en los distintos géneros.
El nivel formativo medio de las mujeres sigue siendo, en cualquier caso, superior a finales de
2003 al de los hombres: 3,72 frente a 3,45.
35
Tabla 1.27.
Evolución del Índice Sintético de Formación Reglada por sexo. Población activa.
Incidencia Tasas de crecimiento Edad 1995 1999 2003 95/99 99/03 95/03
Hombres 3,17 3,39 3,45 6,9 1,8 8,8 Mujeres 3,48 3,65 3,72 4,9 1,9 6,9 TOTAL 3,30 3,50 3,56 6,1 1,7 7,9
El diferencial de ISFR a favor de las mujeres se incrementa entre 1999 y 2003 en el caso de
las personas menores de 35 años, de forma más nítida entre las menores de 30 años. Entre las
personas de más de 50 años, por otra parte, también tiende a mejorar la posición de la mujer, al
igual que sucede en las edades comprendidas entre los 40 y 44 años. Hay que precisar, no
obstante, que la población mayor de 50 años es la única en la que se observa un ISFR superior
entre la población masculina.
El origen del equilibrio tendencial que reflejan las cifras generales – y que resulta, como
vemos, relativamente falso en la mayor parte de los grupos de edad - se asocia, por tanto, a dos
grupos de edad específicos – 35 a 39 años y 45 a 49 años - donde se percibe un deterioro
diferencial de la posición formativa de la mujer. En estas edades se observa de hecho en el
periodo una caída del nivel del ISFR femenino, en clara contraposición con lo que se observa en el
resto de grupos por sexo y edad que siguen reflejando una evolución favorable. Las causas más
probables se vinculan a la mayor incorporación a la población activa de mujeres con un nivel
formativo inferior a la media.
El deterioro del ISFR femenino entre los 45 y 49 años sitúa ahora a la mujer con un nivel muy
similar al del hombre a estas edades, cayendo por debajo en el caso de las personas mayores de
50 años, como ya sucedía en 1999. Resulta, en cambio, superior entre las mujeres en todos los
grupos de edad de menos de 45 años, entre 5 y 7% por encima entre 35 y 44 años y entre 10 y
15% para los menores de 35 años. Como puede comprobarse, la tendencia a la mayor
cualificación formativa femenina no hace sino aumentar conforme desciende la edad,
acentuándose esta tendencia en las nuevas generaciones menores de 30 años.
36
Tabla 1.28.
Índice Sintético de Formación Reglada por sexo y edad. Población activa.
Edad Hombres (A)
1999
2003 Mujeres (B)
1999
2003 (B/A) 1999
(B/A) 2003
<25 años 3,40 3,50 3,77 4,02 1,11 1,15 25-29 años 3,75 3,86 4,14 4,32 1,10 1,12 30-34 años 3,59 3,77 3,95 4,17 1,10 1,11 35-39 años 3,55 3,56 3,87 3,81 1,09 1,07 40-44 años 3,42 3,48 3,38 3,65 0,99 1,05 45-49 años 3,21 3,22 3,35 3,26 1,04 1,01 50-54 años 3,09 3,12 2,92 3,04 0,94 0,97 >= 55 años 2,87 2,97 2,34 2,48 0,82 0,84 TOTAL 3,39 3,45 3,65 3,72 1,08 1,08
Conviene completar el análisis anterior estudiando los cambios observados en los niveles
formativos en función del sexo y el nivel de formación reglada. En este punto, podemos volver a
comprobar que las cifras generales esconden una evolución reciente bastante diferente en función
del género.
El primer elemento a destacar es la mejor evolución observada entre los hombres en el caso
de los niveles de estudios más bajos. De esta forma, se constata por un lado una caída mucho
más sustancial del volumen de activos sin estudios en el caso de los hombres (-49,6% por -27,9%
en el caso de las mujeres). Incidiendo igualmente en una línea favorable a un incremento del ISFR
masculino, aumenta más nítidamente la población activa con estudios primarios en la población
femenina (7,1% frente al 2,7% observado entre los hombres). Finalmente, también es más
favorable la evolución que se observa entre los hombres en el caso de los estudios cualificados –
FP II y universitarios -, con un aumento del 9% por 3,8% entre las mujeres.
La única evolución diferencialmente positiva para la mujer hace referencia a los estudios
secundarios. De esta forma, mientras en el caso de la mujer esta población pierde un 0,6% de sus
efectivos entre 1999 y 2003, la caída llega al 8,8% entre los hombres.
Fruto de esta evolución es el aumento de la población cualificada entre los hombres (que
pasa del 36,6% al 40,3% del total), aún cuando también aumenta ligeramente el de las personas
con estudios primarios (de 31,1 a 32%). En el caso de la mujer, el impacto más significativo es el
incremento relativo de las personas con estudios primarios (de 24,7 a 26,2%), si bien también
aumenta la parte correspondiente la población activa cualificada como consecuencia de la caída
del volumen de mujeres con estudios secundarios no cualificados y de las carentes de cualquier
estudio (de 44,3 a 45,3%).
37
Debe mencionarse la circunstancia de que el aumento diferencialmente más intenso del
volumen de personas con estudios cualificados entre los hombres es una realidad que ya se
observó entre 1995 y 1999, reflejando por tanto una tendencia estructural de la población activa
vasca. De esta forma, la proporción de personas con estudios cualificados, terciarios o de FP II,
pasa entre los hombres de 29,1 a 40,3% entre 1995 y 2003. Se reduce así el diferencial con la
mujer, cuyos datos reflejan una mejora menor, pasando los porcentajes mencionados del 37,4 al
45,3%.
A largo plazo, también puede observarse una tendencia a una mayor pérdida relativa de
importancia de la población sin estudios o con estudios primarios entre los hombres. Así, el peso
de esta población con un máximo de estudios primarios pasa de 48,4 a 37,9% entre los hombres
en el periodo considerado. La caída es menos intensa entre las mujeres, pasando de 39,5 a
31,9%.
Tabla 1.29.a
Evolución del nivel formativo por sexo. Población activa.
Datos desagregados (% verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Hombres Mujeres
Nivel formativo 1999 2003 Tasa
Crecimiento 1999 2003 Tasa
CrecimientoAnalfabetos 0,3 0,0 -982,9 0,1 0,4 71,1 Sin estudios 0,5 0,3 -58,3 0,5 0,5 5,2 Primarios no terminados 7,9 5,5 -45,1 6,9 4,8 -40,0 Primarios 25,8 26,9 3,7 22,0 24,1 10,4 Secundarios no term. 5,3 5,2 -2,3 2,7 2,0 -31,6 FP I 9,2 8,9 -4,3 10,8 9,0 -16,9 Secundarios no Prof. 14,4 12,9 -11,8 12,6 13,8 10,1 FP II 19,0 22,2 14,4 15,5 15,7 3,0 Estudios terc. medios 5,3 5,6 5,2 14,1 11,9 -16,3 Estudios terc. superiores 12,3 12,5 1,0 14,7 17,6 18,2 TOTAL 100 100 -0,3 100 100 1,9
Tabla 1.29.b
Evolución del nivel formativo por sexo. Población activa.
Datos agregados (% verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Hombres Mujeres
Nivel formativo 1999 2003 Tasa
Crecimiento 1999 2003 Tasa
CrecimientoSin estudios 8,7 5,8 -49,6 7,5 5,8 -27,9 Primarios 31,1 32,0 2,7 24,7 26,2 7,1 FP I o sec.no profesional 23,7 21,8 -8,8 23,4 22,8 -0,6 FP II o terciarios 36,6 40,3 9,0 44,3 45,3 3,8 TOTAL 100 100 -0,3 100 100 1,9
38
Las tendencias recientes, que reflejan en realidad un acercamiento formativo de la población
masculina, se constatan claramente en el caso de las personas sin estudios, con una incidencia
actualmente similar en el caso de hombres y mujeres (5,8% en ambos casos). En 1999, la
proporción era todavía claramente superior entre los hombres (8,7% frente a 7,5% entre las
mujeres). Llama la atención la mayor incidencia del analfabetismo y de la total ausencia de
estudios entre la mujer, aún cuando la incidencia sea muy limitada (0,9% frente a 0,3% entre los
hombres). La situación era la contraria en 1999 (0,8% entre los hombres por 0,6% entre las
mujeres).
Tabla 1.30.
Población activa sin estudios primarios por sexo y nivel formativo
(Datos absolutos e incidencia respecto a la población activa, en %)
Sexo Datos
absolutos AnalfabetosSin
estudios Primarios no term.
Sin estudios
Hombres 33552 0,0 0,3 5,5 5,8 Mujeres 24144 0,4 0,5 4,8 5,8 TOTAL 57695 0,2 0,4 5,2 5,8
Otros indicadores siguen sin embargo siendo favorables para la mujer. De esta forma, la
proporción de hombres con estudios primarios o de FP I sigue siendo mayor que el de las mujeres
(40,9% frente a 35,2%). Sumando los colectivos sin estudios o con estudios primarios, estas
situaciones caracterizan al 46,7% de los hombres frente al 41% de las mujeres.
La diferencia en perjuicio del hombre se asocia sobre todo al mayor nivel de fracaso en el
desarrollo de estudios secundarios. De esta forma, la proporción de personas con estudios
secundarios no terminados es del 5,2% entre los hombres por apenas del 2% entre las mujeres,
realidad que ya se percibía en años anteriores (5,3 frente a 2,7% en 1999, por ejemplo).
Tabla 1.31.
Población activa con estudios primarios o de FP I por sexo y nivel formativo
(Datos absolutos e incidencia respecto a la población activa, en %)
Sexo Datos
absolutos Estudios primarios
Secundarios no terminados FP I
Estudios primarios
Hombres 236563 26,9 5,2 8,9 40,9 Mujeres 147265 24,1 2,0 9,0 35,2 TOTAL 383829 25,7 3,9 8,9 38,5
Los hombres aumentan sin embargo su presencia diferencial entre la población con estudios
secundarios (35,2% frente a 29,5%), 5,7 puntos más que la mujer (5,3 en 1999). El origen de esta
situación se asocia en realidad al peso de la FP II. De esta forma, mientras entre las mujeres se
39
observa el mantenimiento de su peso relativo respecto a 1999 (de 15,5 al 15,7% actual), aumenta
el peso de los hombres activos con titulación de FP II (de 19% a 22,2%). Esta evolución compensa
una de sentido contrario, pero de menor intensidad, que se detecta entre las personas con
estudios secundarios no profesionales, caracterizadas actualmente por una mayor incidencia
relativa entre las mujeres (13,8% frente a 12,6% en 1999 por 12,9% frente a 14,4% en el caso de
los hombres).
Tabla 1.32.
Población activa con estudios secundarios por sexo y nivel formativo
(Datos absolutos e incidencia respecto a la población activa, en %)
Sexo Datos absolutosSecundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios
Hombres 203299 12,9 22,2 35,2 Mujeres 123335 13,8 15,7 29,5 TOTAL 326634 13,3 19,5 32,8
A la vista del mayor peso relativo de los hombres entre la población con estudios secundarios
que, acompañado de la mayor homogeneización de las cifras de población con estudios primarios
y sin estudios, el mayor nivel del ISFR de las mujeres viene a explicarse en buena medida por el
mayor peso relativo las mismas entre las personas con estudios terciarios. Y, efectivamente, la
proporción de activos con estudios terciarios entre las mujeres se sitúa claramente por encima de
la de los hombres, 29,6% por 18,1%. El diferencial es mayor en el caso de los estudios medios
(11,9 frente a 5,6%) pero está igualmente presente en el de los estudios superiores (17,6 frente a
12,5%). Además, y a diferencia de lo observado en los demás niveles de estudios, el diferencial
respecto a los hombres sigue manteniéndose en lo sustancial (28,8 frente a 17,6% en 1999).
Si se considera el conjunto de personas con estudios cualificados, incluyendo la FP II, el
acercamiento entre sexos es sin embargo mucho mayor del que podrían sugerir estas cifras. Así,
si en 1999, un 36,6% de los hombres tenían este nivel de estudios por 44,3% de las mujeres, con
un diferencial de 7,7 puntos favorable a éstas, la situación es de acercamiento en el año 2003, con
cifras respectivas de 40,3 y 45,3%, con un diferencial actual que se ha reducido a 5 puntos.
Respecto a esta cuestión, además, es evidente que las salidas profesionales de la FP II tienden a
acercarse cada vez más a las que garantizan estudios de más alto nivel, en particular en lo que se
refiere a los estudios de nivel terciario medio.
40
Tabla 1.33.
Población activa con estudios terciarios por sexo y nivel formativo
(Datos absolutos e incidencia respecto a la población activa, en %)
Sexo Datos absolutosTerciarios
medios Terciarios superiores
Estudios terciarios
Hombres 104534 5,6 12,5 18,1 Mujeres 123726 11,9 17,6 29,6 TOTAL 228260 8,3 14,6 22,9
En definitiva, aunque siguen siendo notables, las diferencias a favor de la mujer entre la
población activa parecen tender a reducirse mucho más nítidamente de lo que reflejan los
indicadores generales, condicionados por una mayor presencia relativa en el mercado activo de
las mujeres con mayores niveles de cualificación. En realidad, la situación diferencialmente
favorable de la mujer se vería muy matizada si se considerara a la población potencialmente
activa, mayoritariamente femenina, en cuyo caso el ISFR se reduce a niveles de apenas 2,94.
41
II.- FORMACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO
42
FORMACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO El nivel formativo constituye una de las variables básicas que condicionan el funcionamiento y
segmentación del mercado de trabajo. Este capítulo pretende profundizar en el análisis del tipo de
relación existente actualmente entre formación reglada y niveles de inserción en el mercado de
trabajo.
1.- FORMACIÓN REGLADA Y TASAS DE PARO
A la hora de analizar la relación entre formación reglada e inserción en el mercado de trabajo,
el enfoque sin duda más relevante es considerar la medida en que el nivel de acceso al empleo
aparece condicionado por la formación reglada de partida.
Aunque la aproximación más lógica a esta cuestión se centraría en la consideración de las
tasas de ocupación (aproximación en términos positivos), lo cierto es que la alta incidencia del
desempleo en nuestra comunidad autónoma y la mayor utilización de su indicador
complementario, la tasa de paro o de no ocupación, hacen más útil trabajar en términos de este
último indicador (aproximación en términos negativos, valorando la incidencia del desempleo en
función del nivel formativo)3.
En un primer acercamiento al problema, se constata que las tasas de no ocupación tienden
en general a descender conforme aumenta el nivel de instrucción. De esta forma, si la tasa de
desempleo es del 13,2% en personas sin estudios primarios, baja al 10,5% en personas con
estudios secundarios y al 9,7% en personas con estudios terciarios. La única excepción a esta
tendencia es la relativa a las personas con estudios primarios o de FP I. Este grupo formativo tiene
una tasa de paro del 7,5%, la más baja de las distintas categorías en función del nivel de estudios,
en total contraste con la situación de 1999 en que se detectaba una tasa de paro superior entre las
personas con estudios primarios.
Este esquema está fundamentalmente condicionado por la realidad de la población
masculina. En este colectivo destaca, en este sentido, una tasa de no ocupación particularmente
baja de la población con estudios primarios (4,4%), inferior en prácticamente un 50% a las tasas
3 Aunque se le asimila a la idea de tasa de paro, en el estudio utilizamos preferentemente el concepto de no ocupación o desocupación. De esta forma, la tasa de no ocupación se presenta en términos de una tasa de paro ampliada que incluye como parados a los colectivos potencialmente activos sin ocupación. Estos colectivos son clasificados como inactivos en la clasificación OIT estándar. De ahí que la tasa de no ocupación aquí utilizada sea ligeramente mayor a la tasa de paro habitualmente utilizada. Los conceptos de no ocupación y paro se utilizan indistintamente, sin embargo, a lo largo del informe, resultando equivalentes en los términos aquí definidos.
43
de no ocupación observadas en el resto de categorías y que oscilan, todas ellas, en cifras situadas
entre el 8 y el 9% (8% en el caso de los estudios terciarios, 8,5% en el de los estudios secundarios
y 9,4% en el de las personas sin estudios).
En el caso de las mujeres, en cambio, el modelo esperado, que asocia el nivel de paro o
desocupación al nivel de formación reglada, aparece con mayor claridad. De esta forma, la tasa de
paro va cayendo progresivamente: de 18,4% entre las mujeres sin estudios a 11,1% en las
tituladas con estudios terciarios, correspondiendo un 13,7% a las tituladas secundarias. Aún así, al
igual que entre los hombres, también entre las mujeres se observa una menor tasa de paro entre
las tituladas con estudios primarios (12,6%) que entre las tituladas con estudios secundarios o
entre las mujeres sin estudios. El rasgo diferencial femenino es que, en este caso, la menor tasa
de no ocupación corresponde a las personas con estudios terciarios y no a los titulados con
estudios primarios.
Tabla 2.1.a
Tasas de no ocupación por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
2003 (En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundarios Estudios terciarios Total
Hombres <35 11,8 8,3 13,0 17,3 12,3 Hombres 35-44 12,5 3,7 4,7 2,5 4,2 Hombres >= 45 6,8 2,3 3,9 1,2 2,9 Hombres 9,4 4,4 8,5 8,0 6,8 Mujeres <35 38,1 15,8 18,7 17,1 17,8 Mujeres 35-44 29,5 13,4 9,8 5,2 10,5 Mujeres >= 45 11,2 9,7 4,9 2,9 7,8 Mujeres 18,4 12,6 13,7 11,1 12,8 TOTAL 13,2 7,5 10,5 9,7 9,3
Tabla 2.1.b
Tasas de no ocupación por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
1999 (En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundarios Estudios terciarios Total
Hombres <35 22,2 19,9 17,8 16,4 18,5 Hombres 35-44 16,1 6,8 5,1 2,6 5,9 Hombres >= 45 5,4 5,4 3,5 2,8 4,5 Hombres 11,2 11,3 11,2 8,3 10,7 Mujeres <35 34,7 31,9 31,1 25,6 29,7 Mujeres 35-44 33,4 31,3 23,5 11,7 23,5 Mujeres >= 45 21,1 23,9 12,0 4,8 17,7 Mujeres 26,3 29,7 26,5 18,8 25,4 TOTAL 17,0 18,3 16,9 14,0 16,8
44
La menor tasa de no ocupación de las personas sin estudios primarios está en buena medida
condicionada, sin embargo, por la menor disponibilidad para el trabajo de los colectivos femeninos
menos cualificados. Teniendo en cuenta al conjunto de las personas potencialmente activas, la
tasa de no ocupación de los colectivos con estudios primarios resulta en realidad superior a la de
las personas con estudios terciarios (13,4% frente a 11,4%). Sin embargo, la tasa sigue resultando
inferior tanto a la de las personas sin estudios (21%) como a la de la población con estudios
secundarios (15,2%). Vuelve, por otra parte, a observarse la favorable posición de los hombres
con estudios primarios, con una tasa de no ocupación del 5% inferior a la del resto de grupos
formativos (8,4% en el caso de titulados terciarios, 11,5% en titulados secundarios y 11,9% en
personas sin estudios). Sólo en el caso de las mujeres, las tasas responden íntegramente al
modelo esperado, aumentando el nivel de no ocupación conforme desciende el nivel de estudios
(13,9% entre las tituladas terciarias, 21% entre las secundarias, 25,1% entre las mujeres con
estudios primarios y 31,9% entre las que carecen de estudios).
Tabla 2.2
Tasas de no ocupación por sexo, edad y nivel formativo.
Población activa y potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundarios Estudios terciarios Total
Hombres <35 14,7 9,0 18,1 18,1 15,2 Hombres 35-44 13,8 3,7 4,7 2,5 4,3 Hombres >= 45 9,6 3,2 5,5 1,2 4,1 Hombres 11,9 5,0 11,5 8,4 8,3 Mujeres <35 56,3 23,5 25,7 18,5 23,4 Mujeres 35-44 41,1 23,1 15,2 8,9 17,6 Mujeres >= 45 23,1 27,7 15,1 9,1 21,8 Mujeres 31,9 25,1 21,0 13,9 21,2 TOTAL 21,0 13,4 15,2 11,4 14,0
Puede constatarse, por tanto, que la asociación esperada entre mayor nivel de estudios y
menor tasa de ocupación tiende a observarse en general, aunque se ve condicionada por la buena
situación ocupacional de los hombres sin estudios secundarios o terciarios. Aunque esto se
percibe incluso en el caso de las personas sin estudios, es sobre todo en el caso de los hombres
con estudios primarios donde destaca el elemento diferencial, con un excepcionalmente bajo nivel
de no ocupación, el más bajo en realidad para los distintos grupos de edad y formación (4,4%, que
apenas sube al 5% si se tiene en cuenta al conjunto de la población potencialmente activa).
45
Respecto a 1999, el colectivo de hombres con estudios primarios es precisamente el grupo de
activos que se beneficia de forma más notable del fuerte proceso de descenso de las tasas de no
ocupación, cayendo del 11,3% al 4,4% actual. Las caídas son mucho menos llamativas entre los
hombres sin estudios (de 11,2 a 9,4%) o con estudios secundarios (de 11,2 a 8,5%),
estabilizándose incluso la tasa de no ocupación entre los hombres con título universitario (8,3% en
1999 y 8% en la actualidad).
La favorable evolución de las tasas de no ocupación entre los hombres con estudios primarios
es, no obstante, comparable a la que se observa entre las mujeres con este nivel de estudios,
cayendo en este caso la tasa de no ocupación de 29,7 a 12,6%. El rasgo diferencial entre las
mujeres es que se observa una evolución mucho más nítidamente favorable en el resto de niveles
de estudio, particularmente en el caso de las tituladas secundarias, con una caída de la tasa del
26,5 al 13,7%. La caída es fuerte pero menos llamativa entre las mujeres sin estudios (de 26,3 a
18,4%) y entre las tituladas universitarias (de 18,8 a 11,1%).
En conjunto, teniendo en cuenta los niveles formativos, la tasa de no ocupación disminuye
notablemente en la población activa con estudios primarios, reduciéndose del 18,3 al 7,5%. Las
caídas también afectan al resto de los colectivos, aunque de forma menos intensa (de 17 a 13,2%
entre personas sin estudios primarios, de 16,9 a 10,5% entre titulados con estudios secundarios y
de 14 a 9,7% entre titulados terciarios).
El análisis de los datos por sexo, edad y formación no reglada nos aporta algunos datos
complementarios para el análisis de la relación entre formación reglada y no ocupación. En este
sentido, por ejemplo, se constata que la favorable posición de los hombres con estudios primarios
o de FP I se observa a todas las edades, con niveles de paro siempre inferiores a la media
masculina. Se observa, no obstante, que la tasa de no ocupación sólo es inferior a la de los
titulados superiores entre personas menores de 35 años. Este aspecto es importante porque es
precisamente entre los hombres con estudios primarios menores de esa edad donde se detecta la
principal caída de la desocupación entre los titulados primarios en el último cuatrienio, cayendo la
tasa de 19,9 a 8,3% entre 1999 y 2003. También cae de forma sustancial el desempleo
correspondiente a los hombres sin estudios menores de 35 años (de 22,2 a 11,8%).
La caída de los niveles de desocupación es mucho menos llamativa entre los hombres en los
demás grupos de edad y nivel formativo, aunque sigue estando presente de forma significativa,
con descensos de entre 3 y 5 puntos, en el caso de los hombres sin estudios de 35 a 44 años, en
los hombres con estudios primarios mayores de 35 años así como en los titulados secundarios
menores de 35 años. Se observa en cambio una tendencia a la estabilización de las tasas, o a
variaciones inferiores a 2 puntos, en la mayoría del resto de situaciones. Sin embargo, también
hay aumentos en los niveles de no ocupación, como sucede con los hombres sin estudios
46
mayores de 45 años (la no ocupación pasa de 5,4 a 6,8%) y, de forma más preocupante, con los
titulados superiores menores de 35 años (de 16,4 a 17,3%).
Entre los hombres menores de 35 años, un dato sobresaliente de hecho es la muy superior
tasa de no ocupación entre los titulados superiores, en un contexto en el que tiende a observarse
además una realidad en la que los niveles de paro tienden a aumentar claramente conforme
mejora la situación educativa. Los altos niveles de no ocupación de los hombres menores de 35
años con estudios de mayor nivel resultan, en este sentido, llamativos: 13% entre los titulados
secundarios y 17,3% entre los titulados superiores (18,1% en ambos casos si se tuviera en cuenta
a los potencialmente activos). Este dato es tanto más llamativo como que únicamente entre los
hombres sin estudios primarios menores de 45 años se detectan cifras superiores al 10%, aunque
siempre bastante inferiores, situándose en niveles cercanos al 12% (entre 14-15% considerando a
los potencialmente activos). En el resto de situaciones por nivel de formación y edad, la tasa de no
ocupación masculina cae por debajo del 5% o se acerca a ella (6,8% en los hombres sin estudios
primarios mayores de 45 años), sin que la consideración de los potencialmente activos refleje
cambios llamativos (la tasa llega no obstante al 9,6% entre los hombres mayores de 45 años sin
estudios primarios).
La situación descrita no es nueva puesto que ya en 1999 se observaba el elevado nivel de
desempleo relativo, dentro del colectivo masculino, de los titulados secundarios y terciarios
menores de 35 años. Sin embargo, mientras en dicho año las tasas eran algo inferiores a las de
las personas de esa edad sin estudios secundarios, la evolución posterior refleja un
empeoramiento – al menos en el caso de los titulados universitarios - que contrasta con la muy
favorable evolución de la tasa de paro entre hombres sin estudios o con estudios primarios.
En el caso de las mujeres, la asociación entre formación reglada y nivel de paro es mucho
más nítida, cayendo las tasas de no ocupación conforme mejora el nivel de estudios entre las
personas mayores de 35 años. En las menores de 35 años, este aspecto también puede
constatarse al considerar al conjunto de personas activas o potencialmente activas, aunque deben
matizarse algunos aspectos. De una parte, la menor disponibilidad de las mujeres con estudios
primarios menores de 35 años hace que, entre los activos, la no ocupación de las tituladas
primarias sea inferior a la de las tituladas superiores (15,8 frente a 17,1%), aspecto que cambia de
sentido al considerar también a las mujeres potencialmente activas (23,5 frente a 18,5%). Por otra
parte, también llaman la atención los elevados niveles de no ocupación entre las tituladas
secundarias (18,7%, llegando al 25,7% al considerar a las potenciales activas), superiores a los de
las mujeres en ese grupo de edad con estudios primarios.
Los niveles de no ocupación resultan en cualquier caso muy elevados entre los distintos
grupos de activas, bajando por debajo del 10% exclusivamente entre mujeres de 35 a 44 años con
47
estudios secundarios o superiores y, en general, entre mujeres mayores de 45 años (aunque la no
ocupación afecta al 11,2% de las mujeres sin estudios primarios a estas edades). La tasa se
acerca o cae por debajo del 5% exclusivamente en tituladas universitarias mayores de 35 años y
en tituladas secundarias mayores de 45. Teniendo en cuenta al colectivo de potencialmente
activas, la tasa de no ocupación sólo cae por debajo del 10% entre las tituladas superiores
mayores de 35 años.
En definitiva, aunque tiende a confirmarse el supuesto de que, a igualdad de sexo y de grupo
de edad, tiende a existir una cierta correlación positiva entre nivel de formación reglada y acceso
al empleo, la situación más reciente refleja un cambio sustancial respecto a lo observado en 1999,
donde esta correlación era evidente. De una parte, mejora notablemente la posición de las
personas con estudios primarios o de FP I; por otra, empeora de forma llamativa – en términos
relativos - la situación de los titulados secundarios y terciarios menores de 35 años respecto a la
de las personas con estudios primarios, en especial en el caso de los hombres.
Más allá de esta consideración, parece en cualquier caso evidente que el efecto formación
sigue siendo particularmente intenso entre las mujeres. Esto es perceptible en general aunque
más intensamente en el caso de las mujeres mayores de 35 años, con tasas de no ocupación
cercanas o inferiores al 5% entre tituladas universitarias (5,2% entre 35 y 44 años y 2,9% en las
mayores de esa edad) e inferiores al 10% para las mujeres con estudios secundarios, muy por
debajo de las tasas de no ocupación que se observan entre las mujeres sin titulación secundaria o
terciaria. El diferencial es aún mucho más llamativo si se tiene en cuenta a la población
potencialmente activa. Entre las más jóvenes, no obstante, el deterioro relativo de la posición de
las mujeres con estudios terciarios y, sobre todo, secundario, resulta en cambio evidente.
Entre los hombres, el efecto más intenso de la formación aparece también a partir de los 35
años, si bien en este caso la frontera formativa corresponde a las personas sin estudios respecto
de las demás (entre 7 y 13% de desempleo frente a cifras inferiores al 5% en los demás casos). El
deterioro de la posición de los titulados secundarios y terciarios menores de 35 años y la situación
actualmente más favorable de los titulados primarios o de FP I de 35 y más años respecto a las
personas con estudios secundarios en dichas edades resulta otro elemento novedoso.
Los datos presentados hasta ahora evidencian, por otra parte, la mayor incidencia del
desempleo entre los más jóvenes y entre las mujeres. Las tasas de no ocupación específicas por
edad y formación reglada son, de hecho, siempre muy superiores entre las mujeres. Las mayores
diferencias a favor del hombre corresponden a las personas con estudios primarios o sin estudios,
niveles formativos en los que las diferencias en los niveles de no ocupación resultan entre dos y
tres veces superiores en la mujer, más aún si se considera al colectivo de activos potenciales. Por
supuesto, en estos casos las tasas femeninas son siempre superiores a la media de la CAE.
48
Es a partir de los estudios secundarios y de los 35 años cuando las mujeres presentan tasas
de paro cercanas o inferiores al promedio de la CAE, aunque todavía significativamente más
elevadas que las de los hombres del mismo perfil formativo y grupo de edad. Las diferencias, en
términos cuantitativos, se reducen progresivamente sin embargo conforme mejora el nivel de
estudios. Si se considera a los potenciales activos, se observa no obstante que las diferencias en
perjuicio de las mujeres son todavía muy elevadas a todas las edades y en todas las categorías
formativas.
Tratando de recapitular lo señalado hasta ahora, algunas ideas principales pueden
destacarse:
a) Se sigue constatando en general la fuerte asociación existente entre nivel formativo y
mayores niveles de acceso al empleo.
b) El impacto de la formación es mucho mayor en la población femenina. En el caso de la
mujer, la influencia formativa en la determinación de la situación de ocupación/no ocupación es
significativamente más fuerte. Entre las mujeres mayores de 35 años, el acceso a niveles
secundarios o terciarios constituye la única garantía de disfrutar de menores niveles de no
ocupación, aspecto que resulta especialmente notable en el caso de las mujeres universitarias. En
este colectivo de mujeres universitarias, mayores de 35 años, es en el que cabe reflejar el mayor
impacto real diferencial entre formación y probabilidad de acceso al empleo.
c) Se observa, no obstante, en los últimos años reflejan una cierta alteración del modelo
general. De esta forma, mientras se constata un empeoramiento de los niveles de paro de los
menores de 35 años con titulación secundaria o terciaria, mejora sustancialmente, hasta situarles
en niveles de desocupación comparativamente muy bajos, la situación de las personas con
estudios primarios, en especial en el caso de los hombres.
Analizaremos a continuación los aspectos anteriores, insistiendo de forma específica en la
situación de las distintas realidades formativas dentro de los grandes grupos analizados hasta
ahora.
49
1.1.- Población activa con estudios primarios o FP I
A diferencia de lo que sucedía en 1999, la tasa de no ocupación de las personas con estudios
primarios o de FP I se sitúa en la actualidad por debajo de la tasa general de la CAE (7,5% por
9,3%), al haber experimentado una reducción más pronunciada que el resto de grupos tal y como
señalábamos en su momento.
La caída respecto a 1999 resulta sin duda llamativa, pasando la tasa de no ocupación de 18,3
a 7,5%. Las distintas categorías formativas se benefician de ella. Así, las personas con FP I ven
caer su tasa de no ocupación de 20,4 a 9,2% y aquellas con estudios primarios de 16,4 a 7,4%. La
mejora también afecta, condicionando probablemente la actitud ante los estudios, a las personas
con estudios secundarios no terminados, con una reducción del paro de 24,6% a 5%.
Los datos reflejan una evolución favorable en prácticamente todos los grupos de sexo y edad.
Sin embargo la evolución más positiva corresponde a las mujeres, en general, así como a los
hombres menores de 35 años con estudios secundarios no terminados o estudios de FP I. El nivel
de las tasas sigue reflejando, no obstante, una posición más favorable de la población masculina.
Si las tasas de desempleo reflejan una situación de práctico pleno empleo técnico a todas las
edades entre los hombres (aunque llega al 8,3% entre los menores de 35 años), no ocurre todavía
así entre las mujeres, con tasas en general situadas entre 10 y 13% entre las mayores de 35 años
y de 15,8% en las mujeres menores de esa edad.
En realidad, hay que destacar que se trata de un tipo formativo en el que el diferencial entre
hombres y mujeres sigue siendo muy alto, con tasas de desempleo en general entre dos y cinco
veces superiores entre las mujeres en cada nivel de estudio y grupo de edad. El diferencial resulta
particularmente elevado en el caso de mujeres mayores de 35 años con estudios primarios, con o
sin experiencia posterior de estudios secundarios sin terminar.
Este diferencial es aún mayor si tenemos en cuenta al colectivo de potencialmente activos,
resultando entonces las tasas de no ocupación hasta diez veces superiores entre las mujeres. De
hecho, si la no ocupación sólo aumenta de 4,4 a 5% entre los hombres, pasa de 12,6 a 25,1%
entre las mujeres. El cambio es particularmente notable entre las personas con estudios primarios,
aumentando la tasa de no ocupación de 12 a 27,1% en el caso de estudios primarios en sentido
estricto y de 13,5 a 25,9% en el caso de estudios primarios con experiencia de estudios
secundarios no terminados (de 4,3 a 5,2% entre los hombres en el primer caso, manteniéndose en
niveles de 2,6% en el segundo). En la FP I, en cambio, las tasas son más parecidas: 14,2% entre
las activas y 18,7% en el conjunto de activas y potencialmente activas (5,5 y 5,6%,
respectivamente, en el caso de los hombres).
50
En cuanto a la incidencia diferencial de las distintas tasas de paro en función del nivel de
estudio, destaca en este nivel formativo la evolución positiva de la FP I en los últimos años. De
esta forma, la FP I reduce su diferencial respecto a los estudios primarios en sentido estricto de los
4 puntos de 1999 (20,4% frente a 16,4%) a los 1,8 actuales (9,2% frente a 7,4%). Esta evolución
se debe fundamentalmente a la caída diferencial de la no ocupación entre los hombres menores
de 35 años con estudios de FP I, los cuales pasan de tener en 1999 una tasa de no ocupación
superior a la de las personas con estudios primarios (22,1 frente a 14,2%), a una notablemente
inferior en 2003 (7,2 frente a 10,1%).
En este caso, el análisis es sin embargo más llamativo al considerar conjuntamente a la
población activa y potencialmente activa. De esta forma, se observa que el nivel de desempleo se
sitúa por debajo del 5% entre los hombres mayores de 45 años tanto en el caso de estudios
primarios como de FP I. En los demás grupos de sexo y edad, la tasa de no ocupación de los
titulados de FP I tiende a ser muy inferior a la de los titulados primarios con la única excepción de
las mujeres menores de 35 años, caracterizadas en este caso por un elevado nivel de no
ocupación (27,4% por 22,3% en el caso de estudios primarios en sentido estricto). Este colectivo
es, por otra parte, el único en el que se detecta un impacto superior de la desocupación respecto a
la media general de la CAE para el grupo de sexo y edad de referencia (la media se sitúa en este
caso en el 23,4%). El diferencial con respecto a la media vasca también es muy llamativo entre las
mujeres con estudios primarios, con experiencia o no de estudios terminados no finalizados, a
partir de los 35 años. De hecho, si los hombres con estudios primarios o de FP I, considerados de
forma conjunta, tienen una tasa de desocupación (medida incluyendo a los potencialmente
activos) claramente inferior a la media general de la CAE, lo contrario ocurre en el caso de las
mujeres, en particular a partir de los 35 años.
En este contexto de dificultad de inserción de las mujeres mayores de 35 años con estudios
primarios, debe igualmente mencionarse la importancia que supone el fracaso educativo en el
periodo secundario para este tipo de mujeres, observándose en este caso niveles de no ocupación
entre las activas y potencialmente activas superiores al 35%. Destaca así el fuerte componente
desestructurador del fracaso formativo una vez iniciado los estudios secundarios, situación que
desemboca en los mayores niveles de desempleo dentro del colectivo de personas con estudios
primarios o de FP I.
51
Tabla 2.3.a
Tasas de no ocupación en activos con estudios primarios o de FP I por sexo, edad y nivel
formativo. 2003
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 10,1 5,8 7,2 8,3 12,3 Hombres 35-44 4,4 3,7 3,7 4,2 Hombres >= 45 2,1 4,7 2,3 2,9 Hombres 4,3 2,6 5,5 4,4 6,8 Mujeres <35 13,9 10,6 20,9 15,8 17,8 Mujeres 35-44 14,3 19,4 10,6 13,4 10,5 Mujeres >= 45 9,7 12,9 9,7 9,7 7,8 Mujeres 12,0 13,5 14,2 12,6 12,8 TOTAL 7,4 5,0 9,2 7,5 9,3
Tabla 2.3.b
Tasas de no ocupación en activos con estudios primarios o de FP I por sexo, edad y nivel
formativo. 1999
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 14,2 30,9 22,1 19,9 18,5 Hombres 35-44 9,7 0,8 2,9 6,8 5,9 Hombres >= 45 5,3 3,0 7,1 5,4 4,5 Hombres 9,1 18,2 13,5 11,3 10,7 Mujeres <35 30,3 37,1 32,3 31,9 29,7 Mujeres 35-44 31,9 62,5 24,1 31,3 23,5 Mujeres >= 45 23,6 32,6 23,8 23,9 17,7 Mujeres 28,6 41,8 28,9 29,7 25,4 TOTAL 16,4 24,6 20,4 18,3 16,8
Tabla 2.3.c
Tasas de no ocupación en activos con estudios primarios o de FP I por sexo, edad y nivel
formativo. Población activa y potencialmente activa. 2003
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 11,5 5,8 7,2 9,0 15,2 Hombres 35-44 4,4 3,7 3,7 4,3 Hombres >= 45 3,2 5,1 3,2 4,1 Hombres 5,2 2,6 5,6 5,0 8,3 Mujeres <35 22,3 17,9 27,4 23,5 23,4 Mujeres 35-44 26,5 35,4 12,4 23,1 17,6 Mujeres >= 45 29,4 38,4 15,2 27,7 21,8 Mujeres 27,1 25,9 18,7 25,1 21,2 TOTAL 14,8 8,4 11,3 13,4 14,0
52
Al analizar los diversos tipos de estudios dentro de la FP I se aprecian diferencias
significativas en los niveles de no ocupación entre las ramas de carácter industrial en comparación
con el resto de sectores. En este sentido, mientras las primeras reflejan niveles de desocupación
cercanos o inferiores al 5%, incluso en el caso de la rama de Electricidad, con una tasa cercana al
20% en 1999, en los demás casos los niveles de desocupación tienden a superar el 10%. La rama
de Peluquería es la que presenta la mayor tasa de no ocupación con un 32,4% (38,6% si se tiene
en cuenta a la población potencialmente activas). La no ocupación incide en 11-12% en las ramas
Administrativa, Sanitaria y en el resto de titulaciones de la FP I. Sin embargo, mientras los dos
últimos tipos de ramas no ven aumentar sustancialmente la no ocupación al considerar al colectivo
de potencialmente activos, no ocurre lo mismo con la rama Administrativa, llegando las tasas de
no ocupación al 20% al considerar conjuntamente a activos y potencialmente activos.
En cualquier caso, los datos disponibles evidencian una notable mejoría de las tasas de no
ocupación en todas las ramas de la FP I entre 1999 y 2003, particularmente notable en las ramas
con mayor nivel de desocupación en la actualidad así como en las de Metal y Electricidad. Estas
dos ramas que pasan de verse afectadas por niveles de desocupación superiores al 10% en 1999
a situarse actualmente en niveles de pleno empleo técnico, una realidad que en 1999 sólo
caracterizaba a las ramas de Delineación y Automoción.
Tabla 2.4.
Tasas de no ocupación entre personas con estudios de FP I por tipo de FP I. Población activa
(En %)
Tipo de FP I
1999
2003
2003 (con p.activos)
Apr. Profesional 5,6 3,7 4,1 FP I Administrativa 30,9 12,0 20,0 FP I Metal 10,3 4,5 4,5 FP I Electricidad 19,9 5,5 5,5 FP I Delineación 6,3 4,7 4,7 FP I Automoción 6,3 1,7 1,7 FP I Sanitaria 26,3 11,1 13,3 FP I Peluquería-Estética 38,6 32,4 36,5 Otras FP I y asimiladas 21,6 10,4 10,4 TOTAL FP I 20,4 9,2 11,3
53
1.2.- Población activa con estudios secundarios El análisis de la situación de la población con estudios secundarios refleja de partida un
empeoramiento relativo de la posición del colectivo en relación al conjunto de la población. Si en
1999, esta población tenía globalmente un nivel de no ocupación muy similar al de la población
total (16,9% frente a 16,8%), en el momento actual la situación cambia, con una tasa de no
ocupación claramente superior entre el colectivo con estudios secundarios (10,5% frente al 9,3%
medio de la CAE).
El deterioro relativo de los niveles de ocupación de la población con estudios secundarios
respecto a la media general de la CAE se vincula al género, con un evidente empeoramiento de la
posición de los hombres. De esta forma, la tasa de no ocupación de los hombres con estudios
secundarios cae de 11,2 a 8,5%, por debajo de lo observado para la población general (2,7 puntos
frente a 3,9). En buena medida, esta peor evolución masculina diferencial se asocia al aumento de
la no ocupación entre los hombres con estudios secundarios no profesionales mayores de 35
años.
El ritmo de descenso de las tasas femeninas se mantiene, por su parte, en niveles cercanos a
la media, cayendo de forma notable de 26,5 a 13,7%. La evolución es favorable tanto en el caso
de las tituladas secundarias no profesionales como en el de las tituladas de FP II. No obstante, a
pesar de la evolución globalmente positiva a todas las edades, destaca sobre todo la caída
diferencial entre las mujeres menores de 45 años. La tasa de no ocupación baja del 31,1 al 18,7%
entre las tituladas secundarias menores de 35 años y de 23,5 a 9,8% entre las mujeres de 35 a 44
años.
La mejor evolución de la tasa de desocupación en la mujer le acerca de forma llamativa a las
tasas masculinas, con diferencias actualmente pequeñas por género. Las más importantes hacen
referencia a las mujeres menores de 35 años con estudios secundarios no profesionales (27,7%
frente a 22,1% entre los hombres) y a las mujeres de 35 a 44 años con FP II (9,6 frente a 3%). El
acercamiento de las tasas de desocupación en el caso de los estudios secundarios resulta sin
embargo un hecho importante a destacar. Hay que precisar, sin embargo, que este dato resulta
algo engañoso. En este sentido, se constata que, salvo en lo relativo a las personas con estudios
secundarios no profesionales menores de 35 años, fundamentalmente por lo elevado de las tasas
de ocupación, en los demás casos, el nivel de ocupación de la mujer suele ser de dos a cinco
veces superior si se considera al conjunto de activos y potencialmente activos. El diferencial es
incluso más elevado en el caso de la FP II que en el de los estudios secundarios no profesionales.
En cualquier caso, la evolución interna del colectivo resulta muy diferente en función de la
mayor o menor cualificación formativa. De esta forma, al igual que sucedía en 1999, la
54
especialización asociada a la formación profesional incide de forma decisiva en una mejor
inserción laboral de las personas que han alcanzado este nivel de titulación en relación a las que
tienen estudios secundarios no profesionales. De este modo, mientras los titulados en FP II
presentan tasas de no ocupación notablemente inferiores al promedio de la CAE (7,2%), los que
disponen de estudios secundarios no profesionales se sitúan en un nivel netamente superior
(15,3%). En términos evolutivos, no obstante, la mejora de las tasas de no ocupación se observa
para todo tipo de estudios secundarios. Así, la tasa cae de 22,3 a 15,3% en el caso de los estudios
no profesionales y de 12,7 a 7,2% en el de la FP II.
La influencia positiva de la FP II se percibe por tanto en un menor nivel de desocupación
respecto a la media general de la CAE y, de forma más nítida, respecto a los estudios secundarios
no profesionales. Teniendo en cuenta la variable edad, las diferencias más llamativas a favor de la
FP II, respecto a los demás estudios secundarios, corresponden a los menores de 35 años, con
tasas de desocupación inferiores en más de la mitad (8,3% frente a 22,1% entre los hombres;
11,2% frente a 27,7% entre las mujeres). La diferencia a favor de la FP II es también llamativa
entre los hombres de 35 a 44 años (3% frente a 8%). En cambio, las tasas se equilibran entre las
mujeres mayores de 35 años y entre los hombres mayores de 45 años.
En términos generales, la problemática fundamental de desocupación entre los titulados
secundarios en situación de actividad corresponde a los hombres y mujeres menores de 35 años
con estudios secundarios no profesionales, en cuyo caso un 22,1% de los hombres y un 27,7% de
las mujeres se encuentran desocupados (33,7 y 36,9% si se considera al conjunto de activos y
potencialmente activos). Las tasas oscilan entre 8 y 11% en los hombres menores de 35 años
titulados de FP II, las mujeres menores de 45 años con este nivel de estudios y los hombres y
mujeres de 35 a 44 años con estudios secundarios. En los demás casos, la desocupación se sitúa
cerca o por debajo del 5%. La toma en consideración de los colectivos potencialmente activos
refleja sin embargo que, en el caso de la mujer, la incidencia de la desocupación es en realidad
bastante mayor, superando en todos los casos niveles del 10%.
55
Tabla 2.5.a
Tasas de no ocupación en activos con estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
2003
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 22,1 8,3 13,0 12,3 Hombres 35-44 8,0 3,0 4,7 4,2 Hombres >= 45 4,1 3,8 3,9 2,9 Hombres 13,1 5,8 8,5 6,8 Mujeres <35 27,7 11,2 18,7 17,8 Mujeres 35-44 10,1 9,6 9,8 10,5 Mujeres >= 45 4,2 5,8 4,9 7,8 Mujeres 18,0 9,9 13,7 12,8 TOTAL 15,3 7,2 10,5 9,3
Tabla 2.5.b
Tasas de no ocupación en activos con estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
1999
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 32,6 9,7 17,8 18,5 Hombres 35-44 4,7 5,5 5,1 5,9 Hombres >= 45 2,7 4,3 3,5 4,5 Hombres 15,8 7,7 11,2 10,7 Mujeres <35 45,7 22,0 31,1 29,7 Mujeres 35-44 24,6 22,7 23,5 23,5 Mujeres >= 45 11,8 12,6 12,0 17,7 Mujeres 32,8 21,4 26,5 25,4 TOTAL 22,3 12,7 16,9 16,8
56
Tabla 2.5.c
Tasas de no ocupación en personas con estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
Población activa y potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad
Secundarios no
profesionales FP II Estudios
secundarios Total Hombres <35 33,7 8,5 18,1 15,2 Hombres 35-44 8,0 3,0 4,7 4,3 Hombres >= 45 6,2 4,9 5,5 4,1 Hombres 20,0 6,2 11,5 8,3 Mujeres <35 36,9 15,5 25,7 23,4 Mujeres 35-44 16,1 14,6 15,2 17,6 Mujeres >= 45 17,8 10,9 15,1 21,8 Mujeres 27,8 14,5 21,0 21,2 TOTAL 23,5 9,1 15,2 14,0
La incidencia del desempleo en función de las distintas titulaciones de FP II resulta muy
diferente. En las ramas industriales, por ejemplo, las tasas de no ocupación resultan sumamente
reducidas, situándose en niveles de 1 a 3% en las ramas de Electricidad, Delineación y
Automoción, subiendo al 7,4% en Metal, observándose además importantes caídas de las tasas
en los últimos cuatro años. El nivel de paro es del 4,1% en Maestría Profesional, a pesar de un
ligero incremento del desempleo en los últimos años.
En el resto de ramas, las mejoras casi generalizadas del último cuatrienio no permiten hacer
bajar la tasa de desocupación por debajo del 10%, salvo en el caso del resto de ramas de la FP II.
Así, la tasa de no ocupación sigue situándose en niveles de 10 a 15% en Peritaje Mercantil y en
las ramas de Administración, Sanidad y Peluquería-Estética. En el caso de Peluquería-Estética se
detecta además un nivel muy alto de desocupación oculta. De esta forma, al tener en cuenta a la
población potencialmente activa, la tasa de desocupación asciende al 29,9%. Este problema
también está presente, aunque en menor medida en la rama Administrativa (14,8% de no
ocupación al considerar a los potencialmente activos frente al 10,7% observado entre la población
activa).
Aunque las tasas de no ocupación caen en los últimos años, debe destacarse el ligero
aumento de la desocupación en las ramas de Peritaje Mercantil y FP II Sanitaria.
57
Tabla 2.6.
Tasas de no ocupación entre personas con estudios de FP II por tipo de FP II. Población activa
(En %)
Tipo de FP II
1999
2003 2003
(con p.activos) Maestría profesional 3,0 4,1 4,1 Peritaje mercantil 11,1 12,6 12,6 FP II Administrativa 17,0 10,7 14,8 FP II Metal 10,9 7,4 7,4 FP II Electricidad 10,5 3,1 3,1 FP II Delineación 12,4 1,1 1,1 FP II Automoción 3,6 1,9 1,9 FP II Sanitaria 9,1 12,4 12,4 FP II Peluquería-Estética 22,5 14,6 29,9 Otras FP II y asimiladas 18,2 8,7 10,6 Oficios artísticos 0,0 0,0 0,0 TOTAL FP II 12,7 7,2 9,1
1.3.- Población activa con estudios terciarios La tasa de paro del colectivo de activos con estudios terciarios se sitúa actualmente, a
diferencia de 1999, en niveles de no ocupación superiores a la media de la CAE (9,7 frente a
9,3%). El problema se asocia sobre todo a los titulados con estudios terciarios superiores. Aunque
mejora sustancialmente la tasa de no ocupación en el periodo (parte de 15,5% en 1999), la tasa es
muy superior a la media de la CAE, situándose en el 11,1%. En cambio, la tasa de paro en los
estudios de nivel medio resulta muy inferior, con un 7,3% (11,6% en 1999).
Conviene señalar, no obstante, que la realidad mencionada es algo ficticia dado que la
disponibilidad para el empleo es muy superior entre los titulados superiores. Si tenemos en cuenta
a la población potencialmente activa, de hecho, la tasa de no ocupación resulta en realidad inferior
a la media de la CAE (14%) tanto entre los titulados medios (9,6%) como entre los titulados
superiores (12,5%). No cambia de sentido, en cambio, la realidad de una mayor tasa de no
ocupación entre los titulados terciarios con estudios superiores respecto a los universitarios de
nivel medio.
El análisis por sexo y edad no ofrece siempre, sin embargo, una imagen completamente
positiva de la evolución más reciente. En este sentido, debe mencionarse el incremento de la tasa
de desocupación masculina entre titulados medios, que pasa del 5,7 al 7,7%, como consecuencia
del fuerte aumento del paro entre los menores de 35 años (de 11,1 a 20,5%). Tampoco es
demasiado favorable la evolución de los titulados superiores entre los hombres, con una ligera
caída del 9,5 al 8,1% que se ve igualmente condicionada por el elevado nivel de desempleo de los
58
menores de 35 años (16% todavía en 2003 por 18,4% cuatro años antes). En realidad, la tasa de
no ocupación masculina entre los titulados con estudios terciarios aumenta de 16,4 a 17,3% en el
periodo entre los menores de 35 años. La tasa de no ocupación actual resulta, en cambio, muy
baja, inferior al 3% en los hombres con estas titulaciones entre los mayores de 35 años.
La evolución de la no ocupación entre la mujer resulta en cambio muy favorable, cayendo la
tasa de ocupación de 18,8 a 11,1%. La caída es especialmente notable en el caso de las
titulaciones medias (de 14,8 a 7%) pero también resulta sustancial en los estudios superiores (de
22,7 a 13,9%). La mejora es especialmente llamativa entre las mujeres menores de 45 años.
Los datos por sexo reflejan en la actualidad un acercamiento notable, si bien la incidencia de
la no ocupación resulta todavía bastante superior entre las mujeres de 35 a 44 años con estudios
superiores (8,2% frente a 3,7% entre los hombres del grupo de edad de referencia). En cambio, el
nivel de no ocupación es claramente menor en la actualidad entre las mujeres con estudios
medios menores de 35 años (13,4% frente a 20,5% en el caso de los hombres).
Aunque esta realidad no queda absolutamente alterada al considerar al conjunto de activos y
potencialmente activos, lo cierto es que el diferencial entre hombres y mujeres resulta algo mayor
que lo que sugieren las cifras correspondientes a los activos. En este sentido, los datos muestran
la existencia todavía de un diferencial significativo, en particular en el caso de las personas
mayores de 35 años, tanto en el caso de titulados medios como superiores. De esta forma, frente
a tasas normalmente inferiores al 4% entre los hombres, las tasas se sitúan entre el 5 y 12% en
las mujeres. Sin embargo, el diferencial en los niveles de desocupación resulta aquí muy inferior al
que se observa en otros niveles formativos, en particular en lo que se refiere a los estudios
medios, con un nivel general de no ocupación femenina del 10,8% frente al 7,7% masculino. El
diferencial resulta, en cambio, mayor en lo relativo a los estudios terciarios superiores (16,1 frente
a 8,7%).
Un último dato a destacar es que la incidencia superior del paro terciario, respecto a la media
vasca, está fuertemente condicionada por la estructura de edad de este colectivo, mucho más
joven que la media. De hecho, al analizar los datos por grupos de sexo y edad, se constata que en
relación a los niveles de no ocupación medios de la CAE, la situación de los titulados terciarios,
medios o superiores, resulta globalmente favorable. En realidad, las tasas de paro sólo siguen
siendo muy altas, superiores en este caso al 13% entre titulados medios y superiores menores de
35 años. No obstante, teniendo en cuenta al colectivo de potencialmente activos, las tasas
superan igualmente el nivel del 10% entre mujeres de 35 a 44 años con estudios superiores y
entre mujeres con estudios medios mayores de 45 años.
59
Tabla 2.7.a
Tasas de no ocupación en activos con estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
2003
(En %)
Sexo y edad Terciarios
medios Terciarios superiores
Estudios Terciarios Total
Hombres <35 20,5 16,0 17,3 12,3 Hombres 35-44 0,0 3,7 2,5 4,2 Hombres >= 45 0,0 1,7 1,2 2,9 Hombres 7,7 8,1 8,0 6,8 Mujeres <35 13,4 18,9 17,1 17,8 Mujeres 35-44 1,8 8,2 5,2 10,5 Mujeres >= 45 4,0 1,3 2,9 7,8 Mujeres 7,0 13,9 11,1 12,8 TOTAL 7,3 11,1 9,7 9,3
Tabla 2.7.b
Tasas de no ocupación en activos con estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
1999
(En %)
Sexo y edad Terciarios
medios Terciarios superiores
Estudios Terciarios Total
Hombres <35 11,1 18,4 16,4 18,5 Hombres 35-44 3,6 2,2 2,6 5,9 Hombres >= 45 1,4 3,5 2,8 4,5 Hombres 5,7 9,5 8,3 10,7 Mujeres <35 20,2 29,8 25,6 29,7 Mujeres 35-44 12,0 11,5 11,7 23,5 Mujeres >= 45 4,1 6,2 4,8 17,7 Mujeres 14,8 22,7 18,8 25,4 TOTAL 11,6 15,5 14,0 16,8
Tabla 2.7.c
Tasas de no ocupación en personas con estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
Población activa y potencialmente activa (En %)
Sexo y edad Terciarios
medios Terciarios superiores
Estudios Terciarios Total
Hombres <35 20,5 17,2 18,1 15,2 Hombres 35-44 3,7 2,5 4,3 Hombres >= 45 1,7 1,2 4,1 Hombres 7,7 8,7 8,4 8,3 Mujeres <35 15,3 20,0 18,5 23,4 Mujeres 35-44 5,2 12,1 8,9 17,6 Mujeres >= 45 11,7 5,2 9,1 21,8 Mujeres 10,8 16,1 13,9 21,2 TOTAL 9,6 12,5 11,4 14,0
60
Considerando las diferentes titulaciones medias, se constata que las tasas de paro son
normalmente inferiores al promedio de la CAE, a excepción de los ingenieros técnicos industriales
(12,8%) y del grupo de “Otros estudios medios”, cuya tasa de paro asciende a 12,2%. Sin
embargo, en términos evolutivos respecto a 1999 se ha reducido la tasa de paro en esta última
titulación en 4,6 puntos porcentuales. También se observan mejoras en los niveles de las tasas de
paro correspondientes al profesorado de EGB (de 9,9% en 1999 a 2,2% en la actualidad), y a las
profesiones sanitarias (de 9,2 a 2,3%). Donde más se reduce el desempleo, no obstante, es en el
resto de ingenierías técnicas, con una caída del 17% a 6,8%. El paro aumenta, en cambio, en el
caso de las ingenierías técnicas industriales, pasando su incidencia del 3,5% de 1999 al 12,8%
actual.
Tabla 2.8.
Tasas de no ocupación entre personas con estudios terciarios medios por tipo de estudios
Tipo de estudios medios
1999
2003 2003
(con p.activos) Ingeniería Técnica Industrial 3,5 12,8 12,8 Otras ingenierías técnicas 17,0 6,8 6,8 Profesorado EGB 9,9 2,2 4,1 Profesiones sanitarias 9,2 2,3 8,0 Otros estudios medios 16,8 12,2 15,2 Estudios especializados medios 0,0 0,0 0,0 Total terciarios medios 11,6 7,3 9,6
Entre los titulados superiores, destaca la persistencia de tasas de no ocupación relativamente
altas en algunas categorías, tal y como sucede con los estudios relativos a Informática, Ciencias
Naturales y Exactas (12,2%), Filosofía y Letras (16,8%) y otros estudios superiores (11,4%, 18% si
se considera a las personas potencialmente activas). También son elevadas en el caso de la
Ingeniería industrial (12,9%). En cambio, el paro parece haber desaparecido por completo en el
caso de Medicina (desde niveles del 8,6% en 1999), una evolución muy similar a la que se registra
en el resto de ingenierías (donde la no ocupación cae del 10,9 al 2,8%). Esta considerable
reducción también se detecta en Derecho (de 17,5 a 9%). Aunque la caída de las tasas de paro se
observa también en otras ramas, ésta resulta bastante menos llamativa. La única rama en la que
se observa un incremento de los niveles de desempleo es la de Ingeniería Industrial, pasando el
paro del 3,4% de 1999 al 12,9% de 2003. También aumenta notablemente el desempleo, no
obstante, entre las personas dedicadas a estudios especializados (de 5,2 a 19,6%).
61
Tabla 2.9.
Tasas de no ocupación entre personas con estudios terciarios superiores por tipo de estudios
(En %)
Tipo de estudios superiores
1999
2003 2003
(con p.activos) Ingeniería Industrial 3,4 12,9 14,2 Otra Ingeniería 10,9 2,8 2,8 Informática, Naturales, Exactas 16,2 12,2 13,4 Filosofía y Letras 18,2 16,8 17,9 Económicas 11,9 9,3 9,3 Derecho 17,5 9,0 9,0 Medicina y asimilados 8,6 0,0 0,0 Otros estudios superiores 23,3 11,4 18,0 Estudios especializados superiores 5,2 19,6 19,6 Total terciarios superiores 15,5 11,1 12,5
62
2.- LOS PROBLEMAS DE INSERCIÓN LABORAL AL FINALIZAR LOS ESTUDIOS
El análisis de las tasas de no ocupación nos ofrece una perspectiva relativas al nivel de
inserción laboral, fundamentalmente en términos de situación personal actual respecto al mercado
de trabajo.
Otra cuestión a considerar es la mayor o menor dificultad en el acceso a un primer trabajo
tras la finalización del periodo formativo reglado. En este apartado del estudio nos concentraremos
en esta cuestión que analizaremos a través de dos variables diferenciadas:
a) De una parte, la experiencia de un periodo más o menos prolongado de desempleo tras
la finalización de los estudios, que situamos en al menos 6 meses de duración.
b) De otra, la persistencia de la situación de búsqueda del primer empleo, medida en
términos de no acceso a una primera experiencia de tipo laboral, tenga ésta las características que
fueran.
2.1.- La experiencia de una situación de desempleo de al menos 6 meses
La ECPA nos ofrece información relativa a la orientación principal seguida al finalizar los
estudios por los actuales componentes de la población activa. Aunque el estudio de los diferentes
itinerarios seguidos por la población al finalizar su periodo de formación reglada resulta en todos
los casos de gran interés, nos centraremos aquí en la consideración de la proporción de personas
que, al finalizar sus estudios, conocieron un periodo de desempleo superior a seis meses.
El dato más relevante a destacar es que, en el año 2003, desciende notablemente la
proporción de población activa que ha experimentado una situación de desempleo superior a 6
meses al finalizar sus estudios. Esta porcentaje se sitúa actualmente en el 10,5%, un nivel
considerablemente inferior al de 1999 (18,1%) y al de 1995 (17,6%), lo que refleja una sustancial
mejora en las posibilidades de acceso al mercado de trabajo entre las nuevas generaciones que
acceden al sistema productivo. La tendencia positiva ya se percibió ligeramente entre 1995 y 1999
salvo entre los titulados primarios, circunstancia que incluso contribuyó a un aumento del indicador
de dificultades.
Al igual que lo que se observaba en 1999, los resultados según el nivel de formación resultan
muy similares, ampliándose además en este caso la tendencia a la igualación a la población sin
estudios. De esta forma, la proporción correspondiente se sitúa en el 9,8% entre las personas sin
estudios primarios, oscilando entre el 10,5 y el 10,8% en los demás casos.
63
Al tomar en consideración a la población potencialmente activa, las tasas se igualan aún más,
moviéndose en todos los casos entre 10,5 y 10,8%. Como era de esperar, por otra parte, con la
única excepción de las personas con estudios terciarios, se detecta una mayor incidencia de la
experiencia de no ocupación en el caso de las personas potencialmente activas, creciente además
conforme desciende el nivel de estudios. Las diferencias resultan no obstante pequeñas, con un
13,6% de activos potenciales con experiencia de un desempleo de más de seis meses al finalizar
los estudios por 10,5% entre los activos.
Tabla 2.10.a
Evolución de la incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios por nivel
formativo. Población activa
(En %)
Nivel formativo 1995 1999 2003 Ev.% 99-
2003 (abs.) Sin estudios primarios 10,9 10,0 9,8 -31,3 Estudios primarios-FP I 15,3 18,8 10,5 -43,6 Estudios secundarios 20,9 18,5 10,5 -40,4 Estudios terciarios 21,5 19,0 10,8 -41,3 TOTAL 17,6 18,1 10,5 -41,5
Nota: No se incluyen analfabetos ni personas sin estudios de ningún tipo
Tabla 2.10.b
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios por nivel formativo.
Diferencias entre activos y potencialmente activos
(En %)
Nivel formativo Activos Pot.activos Activos y pot.
activos Sin estudios primarios 9,8 17,5 10,5 Estudios primarios-FP I 10,5 15,4 10,8 Estudios secundarios 10,5 11,5 10,5 Estudios terciarios 10,8 7,2 10,7 TOTAL 10,5 13,6 10,7
Nota: No se incluyen analfabetos ni personas sin estudios de ningún tipo
Como era de esperar, las diferencias por grupos de sexo y edad resultan más llamativas. Un
primer dato a destacar es que la problemática de inserción inicial en el empleo afecta
diferencialmente a las generaciones que, actualmente, tienen menos de 45 años. La proporción de
personas que experimentan una situación prolongada de desempleo al finalizar los estudios
supera normalmente, de hecho, las cifras medias de la población activa vasca tanto entre menores
de 35 años como entre personas de 35 a 44 años. Con todo, destaca la mejoría de los procesos
de acceso al empleo en algunos colectivos, con una incidencia menor del problema entre los más
64
jóvenes que en la generación de edad intermedia, de 35 a 44 años. Así ocurre, en general, entre
los hombres menores de 35 años (salvo entre los titulados primarios y de FP I), así como entre las
mujeres con estudios secundarios o sin estudios primarios.
El impacto del problema tiende a ser, por otra parte, algo mayor entre las mujeres (13,2 frente
a 11,1% entre los menores de 35 años y 12,2 frente a 11,6% en las personas de 35 a 44 años). En
el caso de los mayores de 45 años, la proporción de afectados baja sustancialmente, situándose
por debajo del 10%, aunque con niveles todavía más elevados entre la población femenina (8,1%
frente a 7,1% entre los hombres). En conjunto, el diferencial es de 1,7 puntos en perjuicio de la
mujer (11,5 frente 9,8% entre los hombres), si bien éste es inferior al existente en 1999 (20 frente
a 16,8%). El diferencial se vincula, además, a las personas con estudios primarios o secundarios
así como a los titulados superiores menores de 35 años, reflejando las personas sin estudios y los
titulados superiores mayores de 35 años una problemática de inserción muy superior entre los
hombres.
En lo que se refiere a la asociación entre nivel de formación reglada e incidencia del
desempleo de 6 o más meses de duración al finalizar los estudios, debe señalarse que la relación
sigue siendo relativamente ambigua. En principio, la tendencia esperada, es decir un aumento de
las problemáticas conforme desciende el nivel de estudios, sólo se observa en el caso de los
hombres menores de 35 años y, en buena medida, entre las mujeres mayores de 35 años, si bien
en este caso destaca la problemática de inserción diferencial de las mujeres de 35 a 44 años con
estudios secundarios y la favorable posición de las mujeres mayores de 45 años sin estudios. En
el caso de los hombres de 35 y más años, destaca la posición diferencialmente precaria de las
personas con estudios terciarios y, al igual que sucedía con las mujeres, la posición favorable de
las personas sin estudios mayores de 45 años.
Es interesante comprobar que, al tener en cuenta al conjunto de activos y potencialmente
activos, se observa entre las mujeres menores de 35 años una evidente asociación entre una
mayor problemática de inserción y un menor nivel de estudios, aumentando así la proporción de
personas con dificultades de inserción conforme desciende el nivel formativo. Dado que esta
circunstancia también se observa entre los hombres, la reciente evolución del mercado de trabajo
parece haber introducido una prima diferencial al nivel de estudios, favoreciendo especialmente a
las personas con estudios terciarios entre las nuevas generaciones de personas activas. Aunque
podría pensarse que es la circunstancia esperable, respecto a lo observado en años anteriores, la
realidad de un nítido plus diferencial de cara a una rápida inserción laboral entre las personas con
mayor nivel de estudios constituye una novedad del periodo 1999-2003.
65
Tabla 2.11.a
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios por sexo, edad y nivel
formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 14,8 12,7 10,4 9,2 11,1 Hombres 35-44 25,6 9,5 11,4 13,1 11,6 Hombres >= 45 5,4 8,1 4,1 9,8 7,1 Hombres 12,7 9,8 8,9 10,6 9,8 Mujeres <35 9,1 13,6 14,0 12,4 13,2 Mujeres 35-44 12,0 10,9 16,4 10,7 12,2 Mujeres >= 45 2,5 10,8 6,1 6,6 8,1 Mujeres 5,4 11,6 12,9 10,9 11,5 TOTAL 9,8 10,5 10,5 10,8 10,5
Nota: No se incluyen analfabetos ni personas sin estudios de ningún tipo
Tabla 2.11.b
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios por sexo, edad y nivel
formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 14,3 12,7 9,8 9,1 10,7 Hombres 35-44 26,8 9,5 11,4 13,1 11,7 Hombres >= 45 5,3 8,1 4,0 9,8 7,0 Hombres 12,8 9,8 8,6 10,6 9,7 Mujeres <35 16,4 15,1 15,0 12,2 14,1 Mujeres 35-44 9,9 11,4 16,0 10,2 12,1 Mujeres >= 45 4,4 11,1 6,3 7,7 8,8 Mujeres 7,4 12,3 13,4 10,9 11,9 TOTAL 10,5 10,8 10,5 10,7 10,7
Nota: No se incluyen analfabetos ni personas sin estudios de ningún tipo
Considerando las variables de sexo y edad, se observa con claridad que, la proporción de
personas que han tenido que esperar más de 6 meses para acceder a un primer empleo
desciende sustancialmente entre las personas menores de 35 años a lo largo de estos últimos
años, aunque especialmente a partir de 1999. La proporción era del 27,5% en 1995, pasando a
22,5% en 1999 y a 11,1% en el año 2003 en el caso de los hombres. La caída es similar entre las
mujeres (de 29,9 en 1995 a 23,4% en 1999 y 13,2% en 2003).
La actual generación de 35 a 44 años también se beneficia de la tendencia favorable de cara
al acceso al empleo, viendo caer entre 1999 y 2003 la proporción de personas en paro durante 6 o
66
más meses de 17,5% a 11,6% en el caso de los hombres y de 22,5 a 12,2% en el caso de las
mujeres. En este caso, no obstante, la favorable evolución observada retrotrae en realidad a los
niveles observados en 1995, habiéndose observado por tanto un aumento de las problemáticas en
las generaciones con estas edades en 1999.
En el caso de las personas de 45 o más años, en las que también se observa la tendencia al
deterioro comprobada en 1999, aunque con menor intensidad que en el grupo de 35 y 44 años, las
cifras revelan en cambio un cierto estancamiento respecto a 1999, con una ligera tendencia a la
baja (de 8,8 a 7,1% entre los hombres y de 8,4 a 8,1% entre las mujeres).
Tabla 2.12. Evolución de la incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios por sexo y edad
(En %)
Sexo y edad 1995 1999 2003 Hombres <35 27,5 22,5 11,1 Hombres 35-44 9,7 17,5 11,6 Hombres >= 45 3,4 8,8 7,1 Hombres 15,2 16,8 9,8 Mujeres <35 29,9 23,4 13,2 Mujeres 35-44 13,4 22,5 12,2 Mujeres >= 45 7,5 8,4 8,1 Mujeres 21,2 20,0 11,5 TOTAL 17,6 18,1 11,1 Nota: No se incluyen analfabetos ni personas sin estudios de ningún tipo
En términos evolutivos relativos respecto a 1999 se observa, en cualquier caso, un descenso
prácticamente generalizado en el volumen de personas que han debido esperar más de 6 meses
para acceder a un empleo, siendo más acusada esta evolución positiva tanto entre hombres como
mujeres menores de 45 años. Sólo entre las mujeres de 45 y más años, se observa sin embargo
un empeoramiento de la situación respecto a las generaciones en esa edad en 1999. Este aspecto
puede asociarse, no obstante, a un acceso reciente a la formación de una parte de las mujeres en
este grupo de edad.
67
Tabla 2.13.
Evolución de la incidencia del desempleo (6 Meses o Más) al finalizar los estudios por sexo, edad
y nivel formativo. Población activa
(Tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 -43,6 -63,6 -48,9 -54,5 -55,9 Hombres 35-44 151,4 -45,7 -37,7 -9,2 -30,6 Hombres >= 45 -62,3 45,0 -57,8 0,2 -11,5 Hombres -23,3 -43,1 -47,3 -31,2 -41,5 Mujeres <35 -67,0 -67,8 -34,6 -51,2 -52,4 Mujeres 35-44 -53,7 -37,2 -31,2 -49,9 -40,4 Mujeres >= 45 -2,4 25,3 37,9 45,1 28,3 Mujeres -50,4 -44,3 -29,9 -47,6 -41,5 TOTAL -31,3 -43,6 -40,4 -41,3 -41,5
Nota: No se incluyen analfabetos ni personas sin estudios de ningún tipo
2.1.1.- Población activa con estudios primarios
Considerando la situación de las personas con estudios primarios o de FP I en función del
tipo de estudio, el principal dato a resaltar es una incidencia muy inferior de la experiencia de
desempleo continuado entre las personas con estudios de FP I (8,8% frente a 10,9% entre las
personas con estudios primarios terminados y 11,9% entre las que no completaron sus estudios
secundarios).
La mayor rapidez de acceso al empleo en la FP I, en comparación con lo observado entre las
personas con estudios primarios, se confirma tanto entre hombres como en mujeres. Se observa
de forma especialmente nítida, por otra parte, en el caso de las personas de más de 45 años y en
las menores de 35 años. En las de 35 a 44 años, en cambio, se observa una mayor incidencia de
los problemas de acceso rápido al empleo entre los titulados de FP I, particularmente acusados en
el caso de la población masculina. Este fenómeno ya era perceptible en 1999.
Teniendo en cuenta conjuntamente las distintas variables consideradas, se constata que la
incidencia de un desempleo superior a seis meses de duración al finalizar los estudios ha sido
particularmente notable entre las personas menores de 35 años con estudios primarios
terminados, con un 17,8% de los hombres y un 15,3% de las mujeres afectados a estas edades.
Otro dato a destacar es la mayor dificultad de acceso diferencial al empleo experimentada por las
mujeres con estudios secundarios no terminados, con una incidencia del desempleo superior a
seis meses al finalizar los estudios del 22,2%. En este caso, las dificultades han resultado
particularmente elevadas entre las mujeres actualmente menores de 35 años y en las mayores de
45 (24,5 y 28,3%, respectivamente), con tasas más de tres veces superiores a las de los hombres.
68
Este diferencial explica la mayor dificultad de acceso directo al empleo entre las mujeres con
estudios secundarios no terminados (22,2% frente a 8,9% entre los hombres).
Tabla 2.14.
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios en personas con estudios
primarios o de FP I por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios no
terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 17,8 7,3 8,8 12,7 11,1 Hombres 35-44 7,0 13,7 13,4 9,5 11,6 Hombres >= 45 8,9 6,2 4,2 8,1 7,1 Hombres 10,2 8,9 9,1 9,8 9,8 Mujeres <35 15,3 24,5 6,6 13,6 13,2 Mujeres 35-44 9,8 16,1 12,2 10,9 12,2 Mujeres >= 45 11,7 28,3 4,2 10,8 8,1 Mujeres 11,9 22,2 8,3 11,6 11,5 TOTAL 10,9 11,9 8,8 10,5 11,1
Considerando los tipos de FP I, se constata que las mayores problemáticas de inserción a la
finalización de los estudios corresponden a las ramas de Delineación (17,8%), Administrativa
(13,8%) y Electricidad (13,4%), situándose en los demás casos por debajo del 10%.
Debe señalarse que esto supone una fuerte mejora con respecto a la situación de 1999 en la
que ninguna de las ramas se situaba por debajo del 10% y muchas superaban el 20%
(Electricidad, Automoción, Sanitaria, Peluquería-Estética y Otras). Destaca, de hecho, la notable
mejoría de la capacidad de inserción de la FP I, con 19,7% de personas desempleadas a los seis
meses al finalizar sus estudios en 1999 por apenas un 8,8% en el año 2003.
69
Tabla 2.15.
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios entre titulados de FP I por tipo
de FP I. Población activa
(En %)
Tipo de FP I 1999 2003 Aprendizaje profesional 10,6 8,4 FP I Administrativa 18,2 13,8 FP I Metal 11,7 8,2 FP I Electricidad 27,6 13,4 FP I Delineación 16,0 17,8 FP I Automoción 22,9 0,0 FP I Sanitaria 25,2 3,7 FP I Peluquería-Estética 25,6 0,0 Otras FP I y asimiladas 22,1 6,7 TOTAL FP I 19,7 8,8
2.1.2.- Población activa con estudios secundarios.
La mejora en los niveles de acceso rápido al empleo de los titulados de formación profesional
también se confirma en el caso de los estudios de nivel secundario. De esta forma, si en 1999 un
20,1% de los titulados de FP II tardaban más de seis meses en acceder a un empleo al finalizar
los estudios, por encima del 16,5% de los titulados secundarios no profesionales, en la actualidad
la situación ha cambiado de sentido. Así, frente al 11,4% de los titulados secundarios no
profesionales, la proporción de personas afectadas por un acceso lento al empleo al terminar los
estudios se reduce al 9,8% en el caso de la FP II.
La situación más favorable de la FP II se asocia a una mejor posición diferencial de las
mujeres así como, en general, de las personas de 35 o más años. Entre los menores de 35 años,
a diferencia de lo que se observaba en el caso de la FP I, la proporción de personas que tardan
más de seis meses en acceder a un empleo es algo mayor en el caso de la FP II que en el del
colectivo de contraste, el de los titulados secundarios no profesionales.
70
Tabla 2.16.
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios en personas con estudios
secundarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 8,6 11,4 10,4 11,1 Hombres 35-44 16,1 9,0 11,4 11,6 Hombres >= 45 5,5 3,0 4,1 7,1 Hombres 9,3 8,7 8,9 9,8 Mujeres <35 13,6 14,3 14,0 13,2 Mujeres 35-44 21,1 13,3 16,4 12,2 Mujeres >= 45 9,6 1,2 6,1 8,1 Mujeres 14,1 11,9 12,9 11,5 TOTAL 11,4 9,8 10,5 11,1
La proporción de personas que tardan más de seis meses en acceder a un empleo al finalizar
los estudios sigue siendo elevada en algunas ramas de la FP II. De esta forma, se supera el nivel
del 10% en el caso de los titulados de la rama Administrativa (20,4%), Metal (13,2%), Automoción
(11,7%) y Electricidad (10,1%). En Peluquería-Estética, el nivel es del 0% pero llegaría al 11,6% si
se tuviera en cuenta al colectivo de potencialmente activos, siendo éste el único caso en el que se
observa un desfase sustancial al considerar a los activos o al conjunto de la población
potencialmente activa.
La mejora con respecto a 1999 es sin embargo muy notable, cayendo el índice general de
20,1% a 9,8%. En 1999 ninguna rama se situaba por debajo del 10%, superándose el 20% en las
ramas Administrativa, Automoción, Sanitaria, Peluquería-Estética y Otras.
71
Tabla 2.17.
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios entre titulados de FP II por tipo
de FP II. Población activa
(En %)
Tipo de FP II 1999 2003 Maestría profesional 10,4 0,0 Peritaje mercantil 16,1 0,0 FP II Administrativa 24,6 20,4 FP II Metal 17,5 13,2 FP II Electricidad 16,9 10,1 FP II Delineación 18,5 5,5 FP II Automoción 25,2 11,7 FP II Sanitaria 43,9 3,4 FP II Peluquería-Estética 23,3 0,0 Otras FP II y asimiladas 20,9 7,6 Oficios artísticos 18,4 0,0 TOTAL FP II 20,1 9,8
2.1.3.- Población activa con estudios terciarios
Entre los titulados universitarios, son los hombres –en el caso de los estudios superiores- o
las mujeres –en el de los estudios medios- los que muestran una mayor problemática en el acceso
al primer empleo, con alrededor de un 12% de personas que necesitan más de seis meses para
acceder al empleo al finalizar sus estudios. Los datos por género muestran, por tanto, un diferente
comportamiento respecto al tipo de estudios. De esta forma, si en el caso de los hombres
garantizan siempre una mayor rapidez de acceso al empleo en el caso de los estudios medios, lo
contrario ocurre en el caso de las mujeres, salvo entre los 35 y 44 años.
En cualquier caso, también aquí desciende entre 1999 y 2003 la proporción de personas
afectadas por el problema analizado (de 19% a 10,8%). Además, si en 1999 la situación era
ligeramente desfavorable para las personas con estudios terciarios (19 % frente a 18,1% a nivel
general), en estos momentos la tasa de desempleo de al menos seis meses al finalizar los
estudios de los titulados universitarios es algo más baja que la correspondiente a la media general
de la población activa (10,8% frente a 11,1%).
72
Tabla 2.18.
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios en personas con estudios
terciarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad
Estudios terciarios medios
Estudios terciarios
superiores Estudios terciarios Total
Hombres <35 6,4 10,4 9,2 11,1 Hombres 35-44 8,0 15,4 13,1 11,6 Hombres >= 45 5,5 11,8 9,8 7,1 Hombres 6,7 12,4 10,6 9,8 Mujeres <35 17,2 10,2 12,4 13,2 Mujeres 35-44 8,5 12,6 10,7 12,2 Mujeres >= 45 9,0 3,2 6,6 8,1 Mujeres 12,2 10,1 10,9 11,5 TOTAL 10,0 11,2 10,8 11,1
En cuanto al tipo de estudios, en el caso de los titulados medios el profesorado de EGB el
que presenta mayores problemas de inserción de forma que el 12,2% de la población activa con
esta titulación experimentó el paro durante más de 6 meses al finalizar los estudios, proporción
muy inferior no obstante al 23,3% de 1999. Las tasas también superan el 10% entre los ingenieros
técnicos industriales (10,9%), situándose en el 9,4% en otros estudios terciarios medios. La tasa
cae sustancialmente en otras ingenierías técnicas (3,1%) y en el caso de los ATS y demás
profesionales sanitarios (6,8%).
Respecto a 1999, únicamente en el caso de las ingenierías técnicas se mantienen los niveles
de dificultad de acceso (11,9% en 1999 por 10,9% en la actualidad). En los demás casos, la
mejoría en las tasas resulta sustancial. Mención aparte merecen las personas con estudios
especializados medios, un 31,5% de los cuales tienen en la actualidad problemas de desempleo al
finalizar los estudios.
Tabla 2.19.
Incidencia del desempleo (6 meses o más) al finalizar los estudios entre personas con estudios
terciarios medios por tipo de estudios. Población activa
(En %)
Tipo de estudios medios 1999 2003 Ing. Técnica Industrial 11,9 10,9 Otras Ingenierías Técnicas 13,4 3,1 Profesorado EGB 23,3 12,2 Profesiones sanitarias 10,0 6,8 Otros estudios medios 22,5 9,4 Estudios especializados medios 0,0 31,5 Total terciarios medios 18,8 10,0
73
Entre los titulados superiores, los ingenieros industriales y los licenciados en Informática,
ciencias naturales y exactas son los que presentan mayor dificultad de acceso al empleo al
finalizar los estudios, con entre 17 y 18% de desempleados al menos durante 6 meses. La
proporción supera no obstante también el 10% en el caso de licenciados en derecho (13,9%),
médicos (10%) y otros titulados universitarios (10,1%). Los niveles más bajos corresponden a
filosofía y letras (9,3%), otras ingenierías (7,4%) y económicas (6%).
La caída respecto a 1999 es, sin embargo, la norma, con la única excepción del colectivo de
ingenieros. El aumento es especialmente fuerte en el caso de los ingenieros industriales (de 10%
en 1999 a 18,2% en el 2003). También aparece la problemática en las personas con estudios
especializados superiores (13,8%).
Tabla 2.20.
Tasa de Incidencia del desempleo (6 Meses o Más) al finalizar los estudios entre personas con
estudios terciarios superiores por tipo de estudios. Población activa. (En %)
Tipos de Estudios Superiores 1999 2003 Ingeniería Industrial 10,0 18,2 Otras Ingenierías 6,0 7,4 Informática, Naturales, Exactas 22,1 17,5 Filosofía y Letras 26,6 9,3 Económicas 18,3 6,0 Derecho 19,9 13,9 Medicina y asimiladas 17,7 10,0 Otros estudios superiores 19,4 10,1 Estudios especializados superiores 0,0 13,8 Total terciarios superiores 19,2 11,2
2.2.- La ausencia completa de experiencia laboral En el apartado anterior hemos analizado la incidencia de las situaciones de desempleo de al
menos seis meses de duración a la finalización de los estudios. En este apartado daremos un
paso más allá, analizando los casos en los que aún no se ha producido ningún tipo de experiencia
laboral entre los colectivos activos.
El principal dato a resaltar es la importante caída que se observa entre 1995 y 2003 en el
mencionado indicador, que pasa en lo relativo a la población activa de 6,9% en 1995 a 3,7% en
1999 y 1,9% en el año 2003. De esta forma, lo observado entre 1999 y 2003 refleja el
mantenimiento de las tendencias observadas a finales de los 90, caracterizadas por una
progresiva desaparición de la ausencia total de experiencia laboral entre la población activa.
Únicamente en el caso de las personas sin estudios se observa un cierto estancamiento en este
proceso de caída de las tasas de ausencia de experiencia laboral.
74
El análisis de los datos de la realidad de la población potencialmente activa resulta de gran
interés en este contexto. En este sentido, se observa que la posición ante la experiencia laboral
diferencia notablemente al colectivo de activos del potencialmente activo. Si en el primer caso,
únicamente un 1,9% de la población carece de alguna experiencia laboral, el porcentaje asciende
al 27,9% entre la población potencialmente activa. La incidencia tiende a aumentar con la mejora
del nivel de estudios, alcanzando un máximo del 43,6% entre personas con estudios secundarios
pero incidiendo también en un 27,8% de los titulados terciarios potencialmente activos. La
proporción baja al 20,6% en personas con estudios primarios y al 10,8% en personas sin estudios.
Tabla 2.21.a
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral por nivel formativo. Población Activa.
(En %)
Nivel formativo
1995
1999
2003
Sin estudios primarios 7,6 2,5 2,0 Estudios primarios-FP I 5,6 3,2 0,7 Estudios secundarios 7,8 4,1 2,4 Estudios terciarios 7,8 4,3 3,0 TOTAL 6,9 3,7 1,9
Tabla 2.21.b
Evolución de la incidencia de la total ausencia de experiencia laboral por nivel formativo.
Diferencias entre activos y potencialmente activos
(En %)
Nivel formativo Activos Pot.activos Activos y pot.
activos Sin estudios primarios 2,3 10,8 2,8 Estudios primarios-FP I 0,7 20,6 2,0 Estudios secundarios 2,4 43,6 4,6 Estudios terciarios 3,0 27,8 3,5 TOTAL 1,9 27,9 3,2
Al igual que en 1995, esta problemática afecta sobre todo, como es lógico, a la población
activa menor de 35 años, con mayor intensidad entre las mujeres (5% por 3,3% de los hombres).
En los demás grupos de edad, la problemática es inexistente entre los hombres y marginal, con
una incidencia inferior al 1,5%, entre las mujeres. En conjunto, los distintos factores mencionados
se traducen en una incidencia superior de la ausencia de experiencia laboral entre las mujeres
(2,8% frente a 1,2%). La incidencia del problema resulta, en cualquier caso, marginal en los dos
géneros.
75
Tabla 2.22.
Evolución de la incidencia de la total ausencia de experiencia laboral por sexo y edad
Población activa
(En %)
Sexo y edad 1995 1999 2003 Hombres <35 10,7 5,9 3,3 Hombres 35-44 0,3 0,2 Hombres >= 45 0,1 0,0 Hombres 4,6 2,5 1,2 Mujeres <35 17,3 9,0 5,0 Mujeres 35-44 1,7 1,6 1,0 Mujeres >= 45 2,5 1,5 1,3 Mujeres 10,2 5,4 2,8 TOTAL 6,9 3,7 1,9
Considerando el nivel de estudios, en especial en los colectivos menores de 35 años, los
realmente significativos, se constata que esta problemática alcanza sus mayores niveles entre
mujeres sin estudios primarios (7,5%, por debajo del 10,5% de 1999), si bien también resulta alto
en el caso de estudios secundarios (6,3%), pasando del 5% entre mujeres con estudios terciarios
(5,4%). En las tituladas secundarias y terciarias, el indicador baja sustancialmente sin embargo
respecto a 1999 (9,8 y 8%, respectivamente). Entre las mujeres de mayor edad, destaca también
la elevada proporción de personas sin experiencia laboral entre las activas de 35 a 44 años sin
estudios (10,7%, por encima del 7,2% de 1999).
En el caso de los hombres, únicamente puede hablarse de una incidencia significativa de este
problema en el caso de los titulados terciarios menores de 35 años, con un nivel del 7,4% de
ausencia de experiencia laboral (9,5% en 1999). Esto explica la mayor problemática diferencial
asociada a la mejora del nivel de estudios entre los hombres, a diferencia de una tendencia
globalmente contraria en el caso de la mujer. Esta realidad no es óbice para que se mantenga
habitualmente una mayor incidencia diferencial de la ausencia de experiencia laboral entre la
mujer, con la única excepción precisamente de los estudios superiores entre la población activa
menor de 35 años (5,4% frente a 7,4% entre los hombres menores de esa edad).
De particular interés resulta analizar la problemática de la ausencia de experiencia profesional
entre las personas potencialmente activas. Los datos revelan, por una parte, que esta situación de
actividad potencial se asocia claramente, entre los hombres, a un importante problema de
inserción laboral entre personas menores de 35 años con estudios primarios o secundarios. En el
caso de la población masculina, ésta es la única realidad en la que se constata esta situación,
quedando ligada entre un 75 y un 100% de los casos a una realidad de ausencia de experiencia
laboral.
76
La problemática de ausencia laboral también condiciona la realidad de actividad potencial – y
no real – en algunos colectivos femeninos. Los grupos más afectados son las menores de 35 años
sin estudios o con estudios primarios (19,4 y 35,3%, respectivamente), las tituladas universitarias,
con independencia de la edad (alrededor de 24% en las menores de 35 años y en las mayores de
45 años pero 39,9% en las mujeres de 35 a 44 años) y, de forma especialmente llamativa, las
mujeres menores de 35 años con estudios secundarios (45%). En conjunto, un 37,5% de las
mujeres menores de 35 años potencialmente activas no han tenido ninguna experiencia laboral
por cifras de 15 a 18% en las mayores de esa edad.
Tabla 2.23.a
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral por sexo, edad y nivel formativo
Población activa
(En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 0,8 0,6 3,5 7,4 3,3 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 0,2 0,2 1,7 3,0 1,2 Mujeres <35 7,5 2,1 6,3 5,4 5,0 Mujeres 35-44 10,7 1,4 1,0 Mujeres >= 45 2,2 1,5 1,7 1,3 Mujeres 4,5 1,6 3,5 3,1 2,8 TOTAL 2,0 0,7 2,4 3,0 1,9
Tabla 2.23.b
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral por sexo, edad y nivel formativo
Población potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 100,0 74,6 69,1 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 33,4 65,1 51,2 Mujeres <35 19,4 35,3 45,0 24,3 37,5 Mujeres 35-44 11,0 16,6 39,9 15,5 Mujeres >= 45 14,0 19,2 9,3 24,6 17,5 Mujeres 12,9 19,8 30,5 30,7 22,8 TOTAL 10,8 20,6 43,6 27,8 27,9
77
2.2.1.- Población activa con estudios primarios
El análisis detallado de la incidencia de los problemas de ausencia de experiencia laboral
requiere contemplar la situación interna a cada nivel de formación. En el caso de los titulados
primarios o de FP I, se constata la baja incidencia del problema en todos los niveles de estudio y
para cada categoría de edad. El grupo en el que la separación con respecto a la media general de
la población activa es más llamativa es el de las mujeres menores de 35 años con FP I, pero
incluso en este caso la proporción no pasa del 3,4%, una cifra por tanto minoritaria.
En este nivel formativo, los datos de mayor interés para el análisis son los que corresponden
a la población potencialmente activa. En este caso, se constata la importancia de la ausencia de
experiencia laboral en una parte importante de las mujeres con estudios primarios y
potencialmente activas, con tasas que oscilan entre el 13 y el 27%. No obstante, el problema de
ausencia de experiencia laboral ligado a una situación de actividad potencial se asocia a las
mujeres menores de 35 años con FP I o estudios secundarios no terminados. En este caso, entre
un 45 y un 50% de estas mujeres carecen de cualquier tipo de experiencia laboral.
Tabla 2.24.a
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral en personas con estudios primarios o de FP I
por sexo, edad y nivel formativo. Población activa.
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios no
terminados FP I Estudios
primarios y FP I Total Hombres <35 0,8 1,4 0,6 3,3 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 0,3 0,6 0,2 1,2 Mujeres <35 1,3 1,8 3,4 2,1 5,0 Mujeres 35-44 1,1 2,3 1,4 1,0 Mujeres >= 45 1,8 1,5 1,3 Mujeres 1,5 1,1 2,2 1,6 2,8 TOTAL 0,6 0,5 1,3 0,7 1,9
78
Tabla 2.24.b
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral en personas con estudios primarios o de FP I
por sexo, edad y nivel formativo. Población potencialmente activa.
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios no
terminados FP I Estudios
primarios y FP I Total Hombres <35 100,0 100,0 69,1 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 34,5 33,4 51,2 Mujeres <35 26,9 52,0 45,1 35,3 37,5 Mujeres 35-44 13,1 11,0 15,5 Mujeres >= 45 20,5 19,2 17,5 Mujeres 19,4 16,6 26,5 19,8 22,8 TOTAL 20,4 16,6 25,9 20,6 27,9
Por lo que respecta a las personas con FP I, el análisis de la ausencia de experiencia laboral
por tipo de formación profesional de nivel I muestra la problemática diferencial de los titulados en
FP I Administrativa. En este sentido, si la proporción de personas sin experiencia laboral es
pequeña entre las personas activas (4%), llega al 34% entre el colectivo actualmente
potencialmente activo. En conjunto, un 6,7% de los activos y potencialmente activos con FP I
Administrativa carecen de algún tipo de experiencia laboral.
Tabla 2.25.
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral entre titulados de FP I por tipo de FP I
(En %)
Tipo de FP I
Activos 1999
Activos 2003
Pot. activos 2003
Aprendizaje profesional FP I Administrativa 3,7 4,0 34,0 FP I Metal 2,7 FP I Electricidad FP I Delineación FP I Automoción 1,7 FP I Sanitaria 6,1 FP I Peluquería-Estética Otras FP I y asimiladas 2,1 0,9 TOTAL FP I 2,0 1,3 25,9
79
2.2.2.- Población activa con estudios secundarios
Por lo que respecta a los estudios secundarios, los datos disponibles siguen indicando con
claridad, al igual que en 1999, una mayor incidencia de la ausencia total de experiencia profesional
entre personas con estudios no profesionales. Así, un 4,5% de estas personas carece todavía de
experiencia laboral, una cifra muy superior a la media de la CAE, situándose exactamente en la
posición contraria los titulados de FP II (0,9%). Aún así, en ambos casos se observa una caída en
la incidencia de este problema (6,8 y 2%, respectivamente, en 1999).
La ausencia de experiencia laboral se asocia en exclusiva a las personas menores de 35
años. En este contexto, llama particularmente la atención la elevada incidencia de este problema
entre titulados secundarios no profesionales. Entre los hombres, esta incidencia es del 7,3% frente
a apenas 1,6% entre los titulados de FP II. Los datos para la mujer son del 11,5% entre tituladas
secundarias no profesionales y de 2,1% entre profesionales de la FP II. A pesar de todo, la
evolución reciente es favorable puesto que la ausencia de experiencia laboral afectaba en 1999 a
un 13,1% de los hombres menores de 35 años con estudios secundarios no profesionales y a un
16,7% de las mujeres en esa situación.
El estudio de los datos relativos a la población en edad potencialmente activa vuelve a
resultar de especial relevancia en este punto. De esta forma, se constata de nuevo que, entre los
hombres, la situación de actividad potencial – y no real – se asocia a una incidencia muy notable
de la ausencia de experiencia laboral. Esta realidad afecta a alrededor del 75% de los hombres
afectados, menores de 35 años con estudios secundarios no profesionales. Esta problemática
también caracteriza a las mujeres menores de 35 años potencialmente activas. La proporción de
ausencia de experiencia, en este colectivo, se sitúa en el 51,1% entre las mujeres en esas edades
con estudios secundarios no profesionales y en el 30,5% entre las mujeres tituladas de FP II. La
problemática también tiene una incidencia importante, en este caso, entre mujeres mayores de 35
años con estudios secundarios no profesionales (37,5% entre las mujeres de 35 a 44 años y
11,6% en las de más de 45 años).
80
Tabla 2.26.a
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral en personas con estudios secundarios por
sexo, edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 7,3 1,6 3,5 3,3 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 3,3 0,8 1,7 1,2 Mujeres <35 11,5 2,1 6,3 5,0 Mujeres 35-44 1,0 Mujeres >= 45 1,3 Mujeres 6,1 1,2 3,5 2,8 TOTAL 4,5 0,9 2,4 1,9
Tabla 2.26.b
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral en personas con estudios secundarios por
sexo, edad y nivel formativo. Población potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 76,6 74,6 69,1 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 70,3 65,1 51,2 Mujeres <35 51,1 30,5 45,0 37,5 Mujeres 35-44 37,5 16,6 15,5 Mujeres >= 45 11,6 9,3 17,5 Mujeres 37,1 16,1 30,5 22,8 TOTAL 52,1 14,1 43,6 27,9
Al igual que lo que sucedía con la FP I, el nivel de experiencia laboral asociado a la FP II es
muy alto, situándose normalmente la incidencia de la ausencia de experiencia laboral en cifras
inferiores al 3%. Por encima se encuentra únicamente la rama de Peluquería-Estética, con un
12%. La problemática de la rama Administrativa es sin embargo más importante de lo que reflejan
las cifras de activos (2,2%), observándose que un 30,2% de los potenciales activos con FP II
Administrativa carecen de experiencia laboral.
81
Tabla 2.27.
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral entre titulados de FP II por tipo de FP II
(En %)
Tipo de FP II
Activos 1999
Activos 2003
Pot.activos 2003
Maestría profesional Peritaje mercantil 5,7 FP II Administrativa 3,2 2,2 30,2 FP II Metal 0,4 FP II Electricidad 3,2 0,3 FP II Delineación FP II Automoción 0,6 FP II Sanitaria 2,0 FP II Peluquería-Estética 12,0 Otras FP II y asimiladas 3,4 0,3 Oficios artísticos TOTAL FP II 2,0 0,9 14,1
2.2.3.- Población activa con estudios terciarios
Al igual que en 1999, se detecta una incidencia superior de las problemáticas de ausencia de
experiencia laboral entre titulados superiores (3,8% frente a 1,7% entre titulados medios). Los
datos más recientes evidencian no obstante un acercamiento de las tasas (6% entre los titulados
superiores por 1,9% entre los titulados medios en 1999).
Los problemas fundamentales siguen asociándose a las personas menores de 35 años, con
la única excepción de las mujeres con estudios medios. Si en este grupo, la incidencia de la
ausencia de experiencia laboral es de apenas un 1,7%, en los demás casos las tasas se sitúan
entre 6 y 8%. Aunque la cifra no es excesivamente elevada, también cabe mencionar el 3% de
ausencia de experiencia de empleo entre las mujeres activas mayores de 45 años con estudios
medios.
El análisis de los datos relativos a la población potencialmente activa refleja que, en este nivel
de estudios, los problemas de ausencia de experiencia se asocian en exclusiva a la población
femenina. En conjunto, un 30,7% de las mujeres potencialmente activas con este nivel de estudios
tiene un problema de ausencia de experiencia de empleo. La proporción es particularmente
elevada en el caso de las mujeres con estudios medios (44,7%), aunque también es relevante
entre mujeres de 35 a 44 años con estudios de nivel superior (30,5%).
82
Tabla 2.28.a
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral en personas con estudios terciarios por sexo,
edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 5,7 8,2 7,4 3,3 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 2,1 3,3 3,0 1,2 Mujeres <35 1,7 7,1 5,4 5,0 Mujeres 35-44 1,0 Mujeres >= 45 3,0 1,7 1,3 Mujeres 1,4 4,3 3,1 2,8 TOTAL 1,7 3,8 3,0 1,9
Tabla 2.28.b
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral en personas con estudios terciarios por sexo,
edad y nivel formativo. Población potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 69,1 Hombres 35-44 Hombres >= 45 Hombres 51,2 Mujeres <35 56,7 24,3 37,5 Mujeres 35-44 53,0 30,5 39,9 15,5 Mujeres >= 45 32,9 24,6 17,5 Mujeres 44,7 15,2 30,7 22,8 TOTAL 44,7 12,5 27,8 27,9
Analizando el tipo de estudios terciarios, se comprueba que el impacto de la ausencia de
experiencia laboral entre titulados universitarios medios resulta en todos los casos bastante
limitada, al menos entre la población activa. No obstante, cabe mencionar la aparición de un
problema de cierta importancia entre los ingenieros técnicos industriales, con un 5,9% de ellos sin
ningún tipo de experiencia laboral en la actualidad.
Los datos relativos a la población potencialmente activa reflejan que la problemática de
ausencia de experiencia laboral se vincula, en este colectivo, fundamentalmente a personas con
titulación en Profesorado de EGB y en el resto de titulaciones medias.
83
Tabla 2.29.
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral entre personas con estudios terciarios
medios por tipo de estudios
(En %)
Tipos de estudios medios
Activos 1999
Activos 2003
Pot.activos 2003
Ing. Técnica Industrial 5,9 Otras Ingenierías Técnicas Profesorado EGB 0,9 0,7 61,1 Profesiones sanitarias 4,3 0,7 Otros estudios medios 3,0 1,6 66,2 Estudios especializados medios Total terciarios medios 1,9 1,7 44,7
En el caso de las titulaciones superiores, se detecta una divergencia en la evolución. Así,
aunque se observa una notable caída de las problemáticas en la mayoría de los estudios, el
aumento de las mismas caracteriza a ingenieros industriales (de 3,4 a 4,4%) y personas con
licenciatura en Filosofía y Letras (de 5,8 a 6,1%) o Economía (de 3,1 a 4,4%). Sin embargo, hay
que precisar que los niveles de ausencia de experiencia laboral son muy bajos en prácticamente
todos los casos, superando niveles del 6% únicamente en Ciencias Naturales y Exactas y Filosofía
y Letras (también entre personas con estudios especializados superiores en la actualidad).
La problemática de ausencia de experiencia laboral, entre personas potencialmente activas,
se asocia entre universitarios a las personas con otras titulaciones superiores (18,3% de este tipo
de titulados potencialmente activos carecen de experiencia previa).
Tabla 2.30.
Incidencia de la total ausencia de experiencia laboral entre personas con estudios terciarios
superiores por tipo de estudios
(En %)
Tipos de Estudios Superiores
Activos 1999
Activos 2003
Pot.activos 2003
Ingeniería Industrial 3,4 4,4 Otras Ingenierías 6,0 0,9 Informática, Naturales, Exactas 10,2 6,5 Filosofía y Letras 5,8 6,1 Económicas 3,1 4,4 Derecho 3,1 2,4 Medicina y asimiladas 3,5 Otros estudios superiores 8,8 18,3 Estudios especializados superiores 8,3 Total terciarios superiores 6,0 3,8 12,5
84
3.- FORMACIÓN REGLADA Y CARACTERÍSTICAS DEL EMPLEO
Si la formación reglada condiciona las posibilidades de acceso o no acceso al empleo,
lógicamente determina también las características del modo de inserción en el sistema productivo.
En este apartado analizaremos esta cuestión, considerando dos variables diferenciadas con
respecto a la población ocupada:
a) El acceso actual a un empleo caracterizado por una cierta estabilidad, entendiendo por
tal una situación que suponga estar, al menos, en el tercer año de ocupación continuada del
empleo.
b) La misma situación pero aplicada a un empleo que, además de estable, pueda ser
considerado tecnológicamente moderno.
Analizaremos finalmente la relación entre el nivel de formación reglada alcanzado y el tipo de
profesión desempeñada.
3.1.- El acceso a un empleo estable La proporción de activos que ocupan en la actualidad un empleo que podríamos definir como
estable, entendiendo por tal una situación que implica al menos estar en un tercer año de
ocupación continuada en el empleo, asciende al 66,2%. Esta cifra es muy superior a la registrada
en 1999, situada en el 56,1%, pero también a la de 1995, ligeramente superior a la anterior
(58,3%). Se observa por tanto, en los últimos cuatro años, una fuerte consolidación de la población
activa en el empleo ocupado.
Los hombres mayores de 35 años siguen siendo los que evidencian los mayores niveles de
acceso a un empleo estable (89,7% de los mayores de 45 años y 79,5% de los de 35 a 44 años).
Aunque con tasas algo más reducidas, la gran mayoría de las mujeres de más de 35 años se
encuentran en la misma situación (82,1% de las de más de 45 años y 68,9% de las de 35 a 44
años). En cambio, menos de la mitad de las personas menores de 35 años están ocupadas en un
empleo estable, lo que es particularmente claro en el caso de las mujeres (37,8% frente a 47,2%
entre los hombres).
Llama la atención la notable mejoría de los niveles de ocupación estable en la mayor parte de
los grupos de sexo y edad. Los avances son sustanciales entre los más jóvenes. Así, la proporción
de mujeres con ocupación estable aumenta del 29,1 al 37,8% de las activas, aumento que es no
obstante mayor entre los hombres (de 35,5 a 47,2%). El incremento es también llamativo, aunque
menos intenso, en los colectivos en los que ya era dominante en 1999 la población con un mínimo
85
de estabilidad. Así, el peso de la ocupación estable pasa de 75,3 a 79,5% entre los hombres de 35
a 44 años y de 86,8 a 89,7% entre los mayores de 45 años. También aumenta de 59,2 a 68,9%
entre las mujeres de 35 a 44 años y de 74,5 a 82,1% entre las mujeres mayores de 45 años, el
único grupo de sexo y edad que ve aumentar de forma continuada el indicador de ocupación
estable entre 1995 y 1999.
Los datos anteriores deben, sin embargo, matizarse en parte teniendo en cuenta al colectivo
de personas potencialmente activas, al menos en lo que se refiere a las mujeres mayores de 35
años. En este sentido, si en el resto de colectivos las tasas de experiencia ocupacional estable se
mantienen en gran medida al considerar a los activos potenciales, no ocurre lo mismo entre las
mujeres en esas edades. De esta forma, las tasas reflejan una caída sustancial al tener en cuenta
a las personas potencialmente activas, cayendo de 68,9 a 63,5% entre las mujeres de 35 a 44
años y de 82,1 a 69,6% en las de 45 y más años, distanciándose notablemente de las masculinas
(79,5 y 88,7%, respectivamente).
La consideración conjunta del total de activos, reales o potenciales, es importante en este
punto. En efecto, de considerar en exclusiva a la población realmente activa, se obtendría la
impresión errónea de que las diferencias en los niveles de acceso a la ocupación estable entre
hombres y mujeres descienden con la edad. Al incluir a los activos potenciales, se comprueba que
en realidad el diferencial a favor del hombre se incrementa notablemente al aumentar la edad.
Tabla 2.31.
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración por sexo y edad
(En %)
Sexo y edad
1995
1999
2003
2003 (Act.y p.act)
Hombres <35 38,0 35,5 47,2 45,6 Hombres 35-44 78,3 75,3 79,5 79,5 Hombres >= 45 86,9 86,8 89,7 88,7 Hombres 64,2 62,4 71,1 69,9 Mujeres <35 33,1 29,1 37,8 35,3 Mujeres 35-44 66,1 59,2 68,9 63,5 Mujeres >= 45 72,3 74,5 82,1 69,6 Mujeres 49,6 47,1 59,5 53,7 TOTAL 58,3 56,1 66,2 62,8
Introduciendo en el análisis la variable nivel de estudios, se constata en el año 2003 la
estrecha asociación entre nivel formativo y estabilidad ocupacional en lo que concierne a las
personas mayores de 35 años. En las personas mayores de esa edad, el indicador de ocupación
estable de un empleo tiende en general a aumentar claramente en paralelo a la mejora del nivel
86
formativo. Las diferencias son especialmente llamativas en el caso de la mujer, donde se detectan
aumentos particularmente notables asociados al acceso a estudios secundarios y terciarios. Esta
realidad se comprueba tanto entre activos como al incorporar al análisis a los potencialmente
activos.
Entre los menores de 35 años, sin que deje de incidir la tendencia a un aumento de la
estabilidad asociada a la formación, hay que introducir no obstante algunos matices. De una parte,
las tasas de ocupación estable se acercan notablemente entre los distintos niveles formativos,
situándose claramente por debajo de la media general de la población activa (47,2% entre los
hombres y 37,8% entre las mujeres frente a una media general del 66,2%). Por otra parte, si en las
mujeres el acceso a los estudios superiores supone un aumento diferencial de la tasa, entre los
hombres ésta tiende a asociarse más bien a los estudios secundarios, cayendo en cambio el
indicador entre los titulados superiores. Con todo, es importante mencionar que desaparece la
realidad observada en 1999, año en el que se detectaba entre los más jóvenes una caída de los
niveles de estabilidad conforme mejoraban los niveles formativos.
En definitiva, los datos de 2003 revelan una cierta tendencia al aumento de la estabilidad en
la ocupación conforme aumenta el nivel formativo, una realidad que queda en buena medida
oculta al analizar las tasas generales y por sexo. En el caso de la mujer, por ejemplo, de los datos
generales parece derivarse, con la única excepción relativa de las personas con titulación superior,
un descenso continuado del nivel de estabilidad conforme mejora el nivel formativo.
Al retomar el análisis del notable incremento de las situaciones de estabilidad de los menores
de 35 años, debe destacarse además que éste es creciente conforme aumenta el nivel formativo.
De esta forma, si entre los hombres cae el indicador de estabilidad de las personas sin estudios
entre 1999 y 2003 (de 49,9 a 48,1%), aumenta seis puntos en el caso de los estudios primarios
(de 39,3 a 45,4%), catorce en el caso de estudios secundarios (de 35,3 a 49,6%) y más de veinte
en el de titulados terciarios (de 23,8 a 44,2%). Una tendencia similar se observa en el caso de las
mujeres jóvenes, aumentando en apenas algo más de un punto la tasa de ocupación estable en el
caso de las personas con estudios primarios (de 34,4 a 35,7%), nueve puntos entre tituladas
secundarias (de 27,7 a 36,8%) y más de quince en tituladas terciarias (de 23,8 a 39,1%). En el
caso de la mujer, no obstante, también aumenta notablemente el nivel de ocupación estable entre
personas sin estudios primarios – de 48,7 a 61,9% -.
Los datos anteriores reflejan el fuerte aumento de las tasas de ocupación estable entre
menores de 35 años con estudios terciarios, con incrementos de 15,3 puntos en las mujeres y de
20,4 puntos en los hombres. El aumento es también muy fuerte en el caso de menores de 35 años
con estudios secundarios (9,1 puntos entre las mujeres y 14,3 entre los hombres). También
aumenta en 13,2 puntos la tasa de ocupación estable entre las mujeres menores de 35 años sin
87
estudios primarios. Aumenta en 6,1 puntos en los hombres con estudios primarios, manteniéndose
relativamente estable o cayendo entre hombres sin estudios primarios o mujeres con estudios
primarios.
Además de los colectivos más jóvenes, especialmente en el caso de los más cualificados,
también se observa un fuerte incremento de las tasas de estabilidad en la ocupación en otros
grupos de sexo, edad y nivel formativo. Así ocurre con el notable aumento de las tasas de
ocupación estable de las mujeres mayores de 35 años con estudios primarios. La tasa pasa, en
este sentido, de 45,2 a 62,6% entre las mujeres de 35 a 44 años con este tipo de estudios y de
64,5 a 80,3% entre las mujeres mayores de 45 años. En cambio, entre los hombres mayores de 35
años con este nivel de estudios, la tendencia expansiva resulta muy pequeña (entre 1 y 2 puntos).
Aunque de menor intensidad, el aumento es igualmente notable entre las personas con
estudios secundarios o terciarios en el caso de hombres mayores de 35 años, con incrementos de
entre 3,5 y 8,5 puntos. La evolución es, a estas edades, algo menos favorable en el caso de la
mujer, con aumentos de entre 2 y 5,5 puntos, cayendo incluso 4,2 puntos entre las mujeres
mayores de 45 años.
En conjunto, la evolución reciente es globalmente más favorable para los hombres entre los
menores de 35 años. La tasa de ocupación estable de los hombres aumenta así, a estas edades,
de 35,5 a 47,2%, con un aumento algo más moderado entre las mujeres (de 29,1 a 37,8%),
circunstancia que se vincula a la evolución observada entre titulados secundarios y terciarios. En
cambio, el aumento de la ocupación estable es proporcionalmente mucho mayor entre las mujeres
en el caso de las personas de 35 o más años. Así, entre 35 y 44 años, la tasa de ocupación
estable aumenta de 59,2 a 68,9% entre las mujeres, pasando de 75,3 a 79,5% entre los hombres.
En los mayores de 45 años, el aumento es de 74,5 a 82,1% entre las mujeres y de 86,8 a 89,7%
entre los hombres. En este caso, la mejor evolución diferencial de las mujeres se asocia a la
población con estudios primarios, evolucionando más favorablemente la ocupación estable entre
los hombres en el caso de estudios secundarios o terciarios.
A pesar de la positiva evolución de la mujer, la incidencia de la ocupación estable sigue
siendo, en general, muy superior entre los hombres. La evolución reciente muestra, además, un
aumento del diferencial favorable a los hombres entre los titulados secundarios. Además, entre las
personas con estudios terciarios, frente a una posición comparativamente más favorable de las
mujeres en 1999, las tasas de ocupación estable son actualmente superiores a todas las edades
entre los hombres, en especial entre los más jóvenes y los más mayores. En cambio, como
consecuencia de la positiva evolución de las mujeres con estudios primarios, el diferencial se
reduce notablemente en el caso de los estudios primarios.
88
El diferencial entre hombres y mujeres es, además, bastante superior al que indican las cifras
relativas a la población activa en sentido estricto. Teniendo en cuenta a la población
potencialmente activa, podemos comprobar que el diferencial es casi siempre superior a 10 puntos
a favor de los hombres, pasando incluso de 20 puntos entre las personas sin estudios primarios o
con estudios primarios mayores de 35 años. El diferencial únicamente se reduce, oscilando entre 3
y 5 puntos, entre los menores de 35 años sin estudios primarios y entre los menores de 45 años
con estudios terciarios.
El estudio de los datos por edad evidencia en general, por otra parte, la tendencia a la pérdida
de importancia del empleo estable conforme desciende la edad, aunque con un corte cualitativo
entre los menores de 35 años y los mayores de esa edad. En este sentido, la ocupación estable
cae por debajo del 50% entre los menores de 35 años, tanto en hombres como en mujeres,
moviéndose en cifras de 70 a 90% a partir de esa edad.
Cruzando los datos de edad con la variable sexo, se confirma en general una alta incidencia
del empleo estable, superior al 75%, en todos los grupos de hombres de más de 35 años, con la
excepción de los de 35 a 44 años sin estudios primarios, donde se sitúa en un 70,7%. En la
población femenina, las mujeres con estudios terciarios mayores de 35 años y las mujeres
mayores de 45 años con al menos un nivel de estudios primarios terminados se encuentran
también en esta situación. En los demás casos, aunque tienden a bajar, las tasas superan el 65%
entre mujeres con estudios primarios o secundarios de 35 a 44 años y en las mujeres mayores de
45 años sin estudios. La excepción sigue correspondiendo, como en 1999, a las mujeres de 35 a
44 años con estudios primarios o sin estudios, donde la proporción de ocupación estable se sitúa
en el 40,5% entre personas sin estudios y en el 62,6% en mujeres con estudios primarios.
En los menores de 35 años, en cambio, en ningún caso se supera el 50% de personas
ocupadas en un empleo estable, con la única excepción de las mujeres sin estudios primarios
(61,9%). Las tasas se sitúan normalmente entre 45 y 50% entre los hombres, con independencia
del nivel de estudios, oscilando entre 35 y 40% en el caso de las mujeres con al menos estudios
primarios.
La situación anterior resulta algo equívoca, no obstante, en el caso de las mujeres. De hecho,
si apenas varía el diagnóstico entre los hombres al considerar a la población potencialmente
activa, no sucede lo mismo en el caso de las mujeres. Al considerar al colectivo de activos
potenciales, la realidad de la mujer ante el fenómeno de la ocupación estable muestra fuertes
diferencias internas. La participación superior al 75% sólo se mantiene en mujeres con estudios
terciarios mayores de 35 años y en mujeres con estudios secundarios mayores de 45 años. En los
demás casos, las tasas se sitúan entre 55 y 65% para el resto de mujeres mayores de 35 años,
salvo en el caso de mujeres de 35 a 44 años sin estudios (33,9%). En las menores de 45 años, la
89
tasa baja a 43,7% en las mujeres sin estudios primarios, a 38,4% en las tituladas terciarias y a
cifras inferiores al 35% entre tituladas primarias y secundarias.
Tabla 2.32.a
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración por sexo, edad y nivel
formativo
(En %)
2003
Sexo y edad Sin estudiosEstudios
primarios–FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 48,1 45,4 49,6 44,2 47,2 Hombres 35-44 70,7 78,8 79,3 83,5 79,5 Hombres >= 45 89,3 88,2 89,2 96,4 89,7 Hombres 74,5 73,4 67,6 71,5 71,1 Mujeres <35 61,9 35,7 36,8 39,1 37,8 Mujeres 35-44 40,5 62,6 66,7 81,9 68,9 Mujeres >= 45 76,4 80,3 84,0 89,7 82,1 Mujeres 67,6 62,0 53,9 60,5 59,5 TOTAL 71,6 69,0 62,4 65,5 66,2
Tabla 2.32.b
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración por sexo, edad y nivel
formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
2003
Sexo y edad Sin estudiosEstudios
primarios–FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 46,5 45,0 46,7 43,7 45,6 Hombres 35-44 69,6 78,8 79,3 83,5 79,5 Hombres >= 45 86,6 87,3 87,8 96,4 88,7 Hombres 72,5 73,0 65,4 71,2 69,9 Mujeres <35 43,7 32,5 33,6 38,4 35,3 Mujeres 35-44 33,9 55,6 62,7 78,6 63,5 Mujeres >= 45 66,2 64,4 75,0 83,9 69,6 Mujeres 56,4 53,2 49,3 58,6 53,7 TOTAL 65,2 64,7 59,1 64,3 62,8
90
Tabla 2.33
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración por sexo, edad y nivel
formativo. Población activa
(En %) 1999
Sexo y edad Sin estudiosEstudios
primarios–FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios Total
Hombres <35 49,9 39,3 35,3 23,8 35,5 Hombres 35-44 55,8 78,1 74,8 75,0 75,3 Hombres >= 45 85,3 86,3 85,8 90,9 86,8 Hombres 71,9 66,3 57,2 58,8 62,4 Mujeres <35 48,7 34,4 27,7 23,8 29,1 Mujeres 35-44 43,9 45,2 64,0 76,3 59,2 Mujeres >= 45 71,7 64,5 81,8 93,9 74,5 Mujeres 61,4 45,4 44,2 48,4 47,1 TOTAL 67,9 58,3 52,3 53,2 56,1
Debe destacarse el impacto diferencial que supone el incremento de los niveles de ocupación
estables entre 1999 y 2003 en el caso de la población con estudios secundarios y terciarios,
compartida en buena medida por la población con estudios primarios. Sólo en los activos sin
estudios se observa una evolución alcista menos intensa del indicador en los últimos cuatro años.
No obstante, es preciso señalar que la evolución favorable de la población con estudios
secundarios y terciarios se produce después de la caída en la proporción de personas con
ocupación estable observada entre 1995 y 1999. Teniendo en cuenta el conjunto del periodo,
1995-2003, el índice de estabilidad aumenta 11,4 puntos entre los titulados primarios, 5,9 entre los
secundarios y 6,3 entre los terciarios (7,6 en el caso de las personas sin estudios primarios). En
realidad, la mejora continuada de la estabilidad ocupacional sólo se registra para el conjunto del
periodo entre las personas con estudios primarios o sin estudios.
Tabla 2.34.
Evolución de la proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración por nivel
formativo
(En %)
Nivel formativo 1995 1999 2003 Sin estudios primarios 64,0 67,9 71,6 Estudios primarios-FP I 57,6 58,3 69,0 Estudios secundarios 56,5 52,3 62,4 Estudios terciarios 59,2 53,2 65,5 TOTAL 58,3 56,1 66,2
91
3.1.1.- Población activa con estudios primarios
Analizando el impacto de la ocupación estable dentro de las distintas categorías de población
con estudios primarios en el año 2003, se observa en primer lugar la tendencia a unos niveles
superiores de estabilidad en la ocupación de las personas con estudios exclusivamente primarios.
De hecho, mientras la tasa general de ocupación estable es del 72,3% entre este colectivo, baja al
60,9% en el caso de la FP I, por debajo incluso del 66,2% correspondiente a las personas con
estudios secundarios no terminados.
El segundo aspecto a destacar es la menor tasa de ocupación estable que se registra entre
las mujeres con estudios secundarios no terminados: 51,9% frente a 57% en el caso de la FP I y
64,8% en los estudios exclusivamente primarios. Entre los hombres, en cambio, se detecta el
menor nivel de ocupación estable entre los titulados de FP I (63,7% por 70,3% entre las personas
que no han terminado estudios secundarios y 77,2% entre los que únicamente tienen estudios
primarios).
Una aproximación más detallada en función del sexo y de la edad nos permite precisar las
diferencias anteriores. En este sentido, se constata que las bajas tasas de ocupación estable entre
las mujeres con estudios secundarios no terminados se asocian en exclusiva en la actualidad a las
mujeres menores de 35 años (31,9%). Entre las mujeres mayores de 35 años, el porcentaje de
ocupación estable resulta muy elevado en realidad, superior en todos los casos al 80%.
En cuanto a las mayores tasas de ocupación entre las personas con estudios exclusivamente
primarios, se comprueba que el análisis por grupos de sexo y edad no refleja unas diferencias tan
llamativas. En este sentido, son pequeñas a favor de los estudios primarios, e incluso nulas, entre
personas menores de 35 años, cambiando incluso de sentido entre los hombres mayores de 45
años y entre las mujeres de 35 a 44 años. En realidad, las tasas de ocupación estable sólo son
significativamente superiores a las de la FP I en el caso de los hombres de 35 a 44 años y de las
mujeres mayores de 45 años.
Con respecto a la media general de la CAE para cada grupo de edad y sexo, debe
mencionarse una situación de precariedad diferencial en algunos colectivos. Esta afecta en
general, aunque no con mucha intensidad, a los menores de 35 años, a las mujeres de 35 a 44
años así como, con la única excepción de los hombres mayores de 45 años, a los titulados de FP
I.
Conviene precisar que muchas de las conclusiones presentadas están condicionadas por los
niveles de actividad, debiendo por tanto matizarse. Teniendo en cuenta al colectivo de activos
potenciales, la imagen negativa de la FP I desaparece en buena medida. De hecho, en todos los
92
grupos de edad femeninos, la tasa de ocupación estable tiende a ser superior entre los titulados
con FP I, con mayor intensidad a partir de los 35 años. Lo mismo sucede entre los hombres
mayores de 45 años. La tasa de ocupación estable sólo resulta superior en el caso de los estudios
primarios entre los menores de 45 años, en particular entre los hombres de 35 a 44 años.
Otro aspecto importante a destacar es que la posición diferencialmente negativa de las
mujeres con estudios secundarios sin acabar no resulta tan llamativa, aún cuando sigue
caracterizando tanto a las mujeres más jóvenes como a las más mayores (alcanzándose en
cambio las tasas más elevadas entre las mujeres de 35 a 44 años en esta situación).
Tabla 2.35.a
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración en personas con estudios
primarios o de FP I por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 46,8 45,1 43,5 45,4 47,2 Hombres 35-44 79,4 90,5 71,1 78,8 79,5 Hombres >= 45 87,8 89,3 90,0 88,2 89,7 Hombres 77,2 70,3 63,7 73,4 71,1 Mujeres <35 36,3 31,9 36,3 35,7 37,8 Mujeres 35-44 59,8 80,6 65,0 62,6 68,9 Mujeres >= 45 81,1 87,1 75,8 80,3 82,1 Mujeres 64,8 51,9 57,0 62,0 59,5 TOTAL 72,3 66,2 60,9 69,0 66,2
Tabla 2.35.b
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración en personas con estudios
primarios o de FP I por sexo, edad y nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 46,1 45,1 43,5 45,0 45,6 Hombres 35-44 79,4 90,5 71,1 78,8 79,5 Hombres >= 45 86,8 89,3 89,6 87,3 88,7 Hombres 76,5 70,3 63,7 73,0 69,9 Mujeres <35 32,7 29,3 33,3 32,5 35,3 Mujeres 35-44 51,3 64,6 63,7 55,6 63,5 Mujeres >= 45 63,4 61,6 71,2 64,4 69,6 Mujeres 53,7 44,5 54,0 53,2 53,7 TOTAL 66,5 63,8 59,4 64,7 62,8
93
Analizando la situación de las personas con FP I se observan grandes diferencias internas en
los niveles de estabilidad ocupacional. En algunos casos, los niveles de estabilidad son muy
superiores a la media de la FP I como sucede como las ramas de Automoción (85,8%) y, en
menor medida, Delineación (65,7%), Metal (64,9%) y la rama Administrativa (63,9%). Las cifras se
sitúan entre 50 y 55%, claramente por debajo de la media por tanto, en las ramas de Electricidad
(54,2%), Sanitaria (53,8%) y en el resto de FP I (50,6%). La tasa se aleja de la media de forma
aún más llamativa en el caso de Peluquería-Estética (37,5%), la única en la que la mayoría de la
población activa carece de una mínima estabilidad ocupacional.
Con todo, respecto a 1999, los datos presentados suponen un aumento muy notable de los
niveles de estabilidad ocupacional, con aumentos de entre 15 y 25 puntos en la mayoría de las
ramas. Las excepciones corresponden a ramas como Electricidad o Peluquería-Estética, donde el
aumento de la tasa de ocupación estable se sitúa entre uno y tres puntos, así como al Metal, rama
en la que se detecta una caída de los niveles de estabilidad ocupacional bastante notable en el
periodo (de 79,9 a 64,9%).
La toma en consideración de los datos relativos a la población potencialmente activa refleja
únicamente un cambio significativo en lo relativo a la rama administrativa, observándose en tal
caso una tasa de ocupación estable algo inferior a la media de la FP I (58,2 frente a 59,4%), en
contraste con lo que pudieran sugerir los datos relativos a la población activa.
Tabla 2.36.
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración entre titulados de FP I por tipo
de FP I
(En %)
Tipo de FP I
Activos 1999
Activos 2003
2003 Act. y pot.
Aprendizaje profesional 84,5 87,1 86,7 FP I Administrativa 38,8 63,9 58,2 FP I Metal 79,9 64,9 64,9 FP I Electricidad 53,3 54,2 54,2 FP I Delineación 45,0 65,7 65,7 FP I Automoción 68,2 85,8 85,8 FP I Sanitaria 41,3 53,8 52,4 FP I Peluquería-Estética 34,6 37,5 35,2 Otras FP I y asimiladas 36,1 50,6 50,6 TOTAL FP I 52,4 60,9 59,4
94
3.1.2.- Población activa con estudios secundarios
En el caso de las personas con estudios secundarios aparece mucho más nítidamente la
asociación entre mayor cualificación de los estudios y mejora de los niveles de acceso a un
empleo estable. Los datos revelan, en este sentido, un impacto claramente superior de las
situaciones de estabilidad ocupacional en la FP II. Este diferencial es notable tanto entre los
hombres (69,9% frente a 63,7% en los estudios secundarios no profesionales) como, más
intensamente aún, en el caso de las mujeres (60,0% frente a 46,9%). Teniendo en cuenta
conjuntamente las variables de sexo y edad, el diferencial resulta especialmente llamativo -
además de entre las mujeres mayores de 45 años - en el caso de los menores de 35 años: 54,7
frente a 39,9% entre los hombres y 47,6 frente 23,8% entre las mujeres. La imagen presentada no
cambia en exceso al tener en cuenta a la población potencialmente activa, manteniéndose las
mismas tendencias.
En general, la posición de estabilidad en el empleo de los titulados de FP II es igualmente
superior a las cifras generales de la CAE para cada grupo por sexo, edad y nivel de formación. El
diferencial es más notable, sin embargo, en los dos grupos de personas en las que el diferencial
se acentuaba respecto a los titulados secundarios no profesionales: los menores de 35 años y las
mujeres mayores de 45 años. En cambio, los niveles de ocupación estable entre las personas con
estudios secundarios no profesionales son, en general, notablemente inferiores a la media vasca
en los grupos de sexo y edad de referencia.
Tabla 2.37.a
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración en personas con estudios
secundarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 39,9 54,7 49,6 47,2 Hombres 35-44 79,1 79,4 79,3 79,5 Hombres >= 45 86,4 91,4 89,2 89,7 Hombres 63,7 69,9 67,6 71,1 Mujeres <35 23,8 47,6 36,8 37,8 Mujeres 35-44 65,8 67,3 66,7 68,9 Mujeres >= 45 79,2 90,9 84,0 82,1 Mujeres 46,9 60,0 53,9 59,5 TOTAL 56,4 66,5 62,4 66,2
95
Tabla 2.37.b
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración en personas con estudios
secundarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 34,0 54,5 46,7 45,6 Hombres 35-44 79,1 79,4 79,3 79,5 Hombres >= 45 84,5 90,3 87,8 88,7 Hombres 58,7 69,6 65,4 69,9 Mujeres <35 20,8 45,3 33,6 35,3 Mujeres 35-44 61,5 63,6 62,7 63,5 Mujeres >= 45 67,9 86,0 75,0 69,6 Mujeres 41,3 56,9 49,3 53,7 TOTAL 50,9 65,2 59,1 62,8
En el ámbito de las especialidades de la FP II, la proporción de activos ocupados estables es
muy superior a la media general y a la de la FP II en Maestría Profesional (89,6%), Peritaje
Mercantil (82%) y en la rama de Electricidad (74,8%). El nivel resulta igualmente elevado,
situándose entre 65 y 70%, en las ramas Administrativa, Metal, Delineación y Automoción,
superando todavía el 60% en la rama Sanitaria. En general, en todas las ramas mencionadas
aumenta sustancialmente en el periodo 1999-2003 la proporción de activos en situación de
ocupación estable de un empleo.
La proporción de ocupados estables baja a cifras cercanas al 55% en el resto de la FP II y en
los Oficios Artísticos, alcanzando un mínimo del 51,6% en Peluquería y Estética, una tasa muy
similar a la de 1999. La situación de la rama de FP II de Peluquería y Estética es la única, por otra
parte, que refleja un importante nivel de deterioro al considerar al conjunto de activos y
potencialmente activos. Mientras en el resto de ramas, las diferencias resultan muy pequeñas al
tomar como referencia una u otra población, en esta rama de FP II se observa un retroceso de la
tasa de ocupación estable hasta niveles del 42,4%, notablemente inferiores a los de la media de la
CAE.
96
Tabla 2.38.
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración entre titulados de FP II por tipo
de FP II
(En %)
Tipo de FP II
Activos 1999
Activos 2003
2003 Act. y pot.act.
Maestría profesional 88,8 89,6 89,6 Peritaje mercantil 73,9 82,0 82,0 FP II Administrativa 51,7 67,5 64,4 FP II Metal 37,1 65,8 65,8 FP II Electricidad 46,9 74,8 74,8 FP II Delineación 48,9 65,7 65,7 FP II Automoción 50,5 66,7 66,7 FP II Sanitaria 51,4 60,6 60,6 FP II Peluquería-Estética 50,2 51,6 42,4 Otras FP II y asim. 40,2 54,3 53,1 Oficios artísticos 100,0 56,3 56,3 TOTAL FP II 53,3 66,5 65,2
3.1.3.- Población activa con estudios terciarios
En el ámbito de los estudios universitarios, el comportamiento diferencial de los distintos tipos
de estudios está muy claramente vinculado al género. De esta forma, si entre las mujeres la
proporción de tituladas ocupadas estables es muy superior en los estudios medios,
particularmente entre las personas menores de 45 años, lo contrario tiende a ocurrir entre los
hombres, al menos entre los menores de 45 años. La buena posición de las tituladas medias
menores de 45 años se asocia a una posición diferencial favorable que incluso se traduce por
unas tasas de ocupación estable superiores a las de los hombres en esas edades y con el mismo
nivel formativo. Este aspecto se comprueba también al considerar a las personas potencialmente
activas.
En general, todas estas tendencias ya se manifestaban en 1999. Hay que precisar, no
obstante, que la evolución reciente ha sido de naturaleza diferente para la mujer. En este sentido,
por una parte, se detecta una evolución positiva entre las mujeres con titulación media,
diferencialmente favorable respecto a la de los hombres, que consolida la posición de la población
femenina en este tipo de estudios. Por el contrario, en los últimos cuatro años cae la tasa de
ocupación estable de las mujeres con estudios universitarios superiores mayores de 35 años y la
propia evolución de los menores de 35 años es más favorable para los hombres, aspectos todos
ellos que se traducen en un cambio de la posición favorable de las tasas entre las mujeres en este
nivel de estudios. Así, si en 1999, el índice de estabilidad ocupacional de las personas con
estudios terciarios superiores era similar entre los menores de 35 años y mejor en la mujer entre
97
personas de 35 y más años, en la actualidad estos índices resultan siempre favorables a los
hombres.
En cualquier caso, se comprueba que la posición de las personas con estudios terciarios
tiende a determinar niveles de estabilidad en la ocupación muy superiores a las que son habituales
– a igualdad de sexo, edad – en el conjunto de la población. Las dos únicas excepciones son las
que corresponden a los hombres menores de 35 años con estudios medios, con una cifra de
36,4% de personas con ocupación estable, muy inferior al 47,2% observado para el conjunto de
hombres en ese grupo de edad en la CAE, y la de las mujeres con estudios superiores en ese
grupo de edad (36,4%). Las cifras de ocupación estable del resto de personas con estudios
terciarios y menores de 35 años tampoco se alejan en exceso de las cifras medias, no superando
en ningún caso niveles del 50%. En sentido contrario, destacan niveles de ocupación estable
normalmente muy superiores a las referencias generales de la CAE entre las personas mayores
de 35 años.
Tabla 2.39.a
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración en personas con estudios
terciarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa
(En %)
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 36,4 47,4 44,2 47,2 Hombres 35-44 80,4 84,9 83,5 79,5 Hombres >= 45 100,0 94,7 96,4 89,7 Hombres 69,5 72,4 71,5 71,1 Mujeres <35 43,9 36,9 39,1 37,8 Mujeres 35-44 94,5 70,8 81,9 68,9 Mujeres >= 45 90,1 89,1 89,7 82,1 Mujeres 72,8 52,1 60,5 59,5 TOTAL 71,5 62,1 65,5 66,2
98
Tabla 2.39.b
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración en personas con estudios
terciarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 36,4 46,8 43,7 45,6 Hombres 35-44 80,4 84,9 83,5 79,5 Hombres >= 45 100,0 94,7 96,4 88,7 Hombres 69,5 71,9 71,2 69,9 Mujeres <35 42,9 36,4 38,4 35,3 Mujeres 35-44 91,2 67,8 78,6 63,5 Mujeres >= 45 82,8 85,5 83,9 69,6 Mujeres 69,8 50,8 58,6 53,7 TOTAL 69,7 61,2 64,3 62,8
Considerando los diversos tipos de estudios universitarios medios, se observa que los niveles
de inserción en empleos estables son muy superiores a la media general de la población activa
vasca en los estudios especializados medios (84,8%), las ramas de profesorado de EGB (77,7%) y
en las profesiones sanitarias (88,2%), situándose en torno a dicha media en otros estudios medios
(66,1%). Las cifras bajan en las ingenierías, tanto en la ingeniería técnica industrial (61,9%) como,
más intensamente, en el resto de ingenierías (57%). De hecho, el índice de ocupación estable en
las ingenierías medias es bastante inferior a la media vasca general.
Lo cierto, no obstante, es que la tendencia a una mayor estabilidad ocupacional de los activos
con estudios terciarios medios, que se observa con carácter general entre 1999 y 2003, es una
importante característica a destacar.
Tabla 2.40.
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración entre personas con estudios
terciarios medios por tipo de estudios
(En %)
Tipo de estudios medios
Activos 1999
Activos 2003
2003 Act. y p.act
Ingeniería Técnica Industrial 58,0 61,9 61,9 Otras Ingenierías Técnicas 49,6 57,0 57,0 Profesorado EGB 74,7 77,7 76,2 Profesiones sanitarias 79,2 88,2 83,0 Otros estudios medios 31,7 66,1 63,8 Estudios especializados medios 100 84,8 84,8 Total terciarios medios 56,0 71,5 69,7
99
La positiva evolución de los niveles de estabilidad ocupacional también se observa en las
diferentes ramas de estudios terciarios superiores. La mejora es especialmente llamativa en el
caso de Medicina, con un 89,5% de activos ocupados estables en la actualidad. Esta proporción
es muy superior a los niveles de 60-70% que se observa en la mayoría del resto de estudios
universitarios superiores, como Informática, Ciencias Naturales y Exactas (68%), Derecho
(65,8%), Económicas (63%) y otras ingenierías técnicas (62,7%). La proporción baja al 58,2% en
Ingeniería Industrial, al 57,9% en el resto de estudios superiores y, de forma más notable, al
51,7% en Filosofía y Letras. El nivel más bajo corresponde, después de la caída observada en los
últimos años, a los estudios especializados superiores (51,3%).
En realidad, sólo los estudios de Medicina y de Informática, Ciencias Naturales y Exactas
reflejan niveles de ocupación estable superiores a la media general de la CAE entre la población
activa. Dado que la propensión a la actividad de los universitarios es muy superior a la media, no
obstante, al tener en cuenta al conjunto de activos y potencialmente activos, esta realidad se
extiende a Económicas y Derecho.
En términos evolutivos conviene igualmente mencionar los aspectos particulares relativos a
las ingenierías. Destaca en particular la caída de la tasa de ocupación correspondiente a las
ingenierías industriales (de 69,7 a 58,2%). En cambio, de niveles muy bajos, situados en el 23,9%,
la tasa de ocupación estable pasa a 62,7% entre 1999 y 2003 en el caso del resto de ingenierías
superiores.
Tabla 2.41.
Proporción de activos con un empleo de 3 o más años de duración entre personas con estudios
terciarios superiores por tipo de estudios
Tipo de estudios superiores Activos 1999
Activos 2003
2003
Act. y p.act Ingeniería Industrial 69,7 58,2 57,3 Otras Ingenierías Técnicas 23,9 62,7 62,7 Informática, Naturales, Exactas 51,6 68,0 67,1 Filosofía y Letras 46,6 51,7 51,0 Económicas 48,1 63,0 63,0 Derecho 62,1 65,8 65,8 Medicina y asimiladas 72,5 89,5 89,5 Otros estudios superiores 41,7 57,9 53,6 Estudios especializados superiores 73,1 51,3 51,3 Total terciarios superiores 51,3 62,1 61,2
100
3.2.- El acceso a un empleo estable y tecnológicamente moderno
La proporción de personas con un empleo que, además de estable, en el sentido señalado en
el apartado anterior, se desarrolle sobre la base de la utilización de una tecnología o medios de
trabajo modernos, se reduce sustancialmente, situándose en apenas un 35% de la población
activa de la Comunidad Autónoma del País Vasco. El indicador mencionado refleja, no obstante,
una tendencia expansiva de este tipo de puestos de trabajo, situándose muy por debajo en 1999
(29,5%) y 1995 (27%).
Como era de prever, en este caso la asociación entre este tipo de inserción en el empleo y el
nivel de instrucción sí resulta inequívoca, pasando del 20,8% de las personas sin estudios
primarios al 51,1% de los titulados universitarios.
Al igual que en 1999, se mantiene en la actualidad el corte fundamental que se observaba
entre las personas con estudios primarios y secundarios, pasando el indicador de 25,7% de los
titulados primarios al 37,3% de las personas con estudios secundarios. Pero se amplia en el año
2003 la distancia entre titulados secundarios y terciarios (37,3 frente a 51,1%). Llama de hecho la
atención el notable impulso de los puestos estables y tecnológicamente modernos en el caso de
las personas con estudios terciarios en los últimos cuatro años, aumentando su presencia de 39%
a 51,1%, en especial si tenemos en cuenta la caída observada desde 1995, año en el indicador se
situaba en el 42,2%. Aunque aumenta también el nivel del indicador entre personas con titulación
secundaria, de 31,9 a 37,3%, el aumento resulta proporcionalmente menor al registrado entre
titulados universitarios.
La distancia se agranda en los últimos años, en cualquier caso, entre los titulados terciarios y
el resto de tipos formativos, y no sólo con los estudios secundarios. De hecho, mientras la tasa de
ocupación estable y tecnológicamente moderna sigue aumentando entre titulados secundarios, se
estabiliza entre las personas con estudios primarios (25,7 frente a 23,7% en 1999), cayendo
incluso entre las personas sin estudios (de 21,9 a 20,8%). Se cambia de sentido, con ello, una de
las paradojas del periodo 1995-1999, caracterizado por una correlación negativa entre nivel
formativo y aumento de la proporción de personas con un empleo estable y tecnológicamente
moderno. De esta forma, mientras mejoraba la posición de las personas sin estudios o con
estudios primarios, prácticamente se mantenía la proporción de personas con empleos estables y
tecnológicamente modernos en titulados secundarios, empeorando en el caso de titulados
universitarios. El periodo 1999-2003 refleja, en cambio, una consolidación de este tipo de empleo
en las personas con mayor titulación. Frente a una modernización asociada a un nuevo acceso a
empleos tecnológicamente modernos, característica de lo observado entre 1995 y 1999, en los
101
últimos años se consolidan los puestos introducidos en años anteriores y ocupados por personas
con formación elevada.
La consideración del conjunto de activos y potencialmente activos no introduce apenas
cambios en el análisis, manteniéndose prácticamente las tasas observadas para el conjunto de la
población activa (18,9% en personas sin estudios, 24,1% en titulados primarios, 35,2% en
secundarios y 50,1% en universitarios). A lo sumo puede mencionarse un incremento de la
distancia existente entre los titulados universitarios y el resto de la población en el acceso a los
empleos estables y tecnológicamente modernos.
Tabla 2.42.
Evolución de la proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración por
nivel formativo
(En %)
Nivel formativo
1995
1999
2003
2003 Act. y p.act.
Sin estudios primarios 16,1 21,9 20,8 18,9 Estudios primarios-FP I 20,1 23,7 25,7 24,1 Estudios secundarios 31,3 31,9 37,3 35,3 Estudios terciarios 42,2 39,0 51,1 50,1 TOTAL 27,0 29,5 35,0 33,2
En general, los mayores niveles de ocupación estable y tecnológicamente moderna se dan en
las personas con estudios secundarios o terciarios mayores de 35 años. En estos casos, la mayor
parte de las personas consideradas están en esta situación laboral, llegando a un nivel máximo del
82% en hombres con estudios terciarios de más de 45 años. No obstante, las cifras bajan por
debajo del 50% en el caso de las personas de 35 a 44 años con estudios secundarios (40% en el
caso de las mujeres y 47,5% en el de los hombres).
En los demás casos, las proporciones caen sustancialmente hasta situarse normalmente por
debajo de la media general de la CAE, lo que caracteriza también a los menores de 35 años con
estudios secundarios o terciarios. No obstante, la proporción de personas con empleos estables y
tecnológicamente modernos se sitúa en cifras cercanas – e incluso en alguna ocasión algo
superior a la media de la CAE – en algunos colectivos masculinos, concretamente entre hombres
mayores de 45 años sin estudios (37,2%), hombres mayores de 35 años con estudios primarios
(33-34%) y hombres menores de 35 años con estudios terciarios (33,1%). Si en los colectivos
masculinos señalados el indicador se sitúa en niveles de 30 a 37%, en los grupos femeninos de
sexo, edad y nivel formativo de referencia, el máximo corresponde a las menores de 35 años con
estudios terciarios, no llegando sino a un 29,2%.
102
Conviene destacar la existencia de tasas notablemente superiores de empleo estable y
tecnológicamente moderno entre las personas mayores de 35 años. Entre los hombres, se pasa
así de niveles de 26,8% en los menores de 35 años a cifras algo superiores al 45% entre los
mayores de esa edad. Entre las mujeres, el 22,4% de los menores de 35 años es claramente
inferior al 39,4% de las mujeres de 35 a 44 años. A pesar de que el indicador no se mantiene en
niveles tan elevados a partir de los 45 años, situándose entonces en el 32,4%, el indicador sigue
reflejando un impacto muy superior al que se observa entre la población más joven.
Aunque los datos globales por edad pudieran hacer pensar lo contrario, al reflejar una gran
similitud a partir de los 35 años, o incluso caídas entre las personas de mayor edad como se
comprueba entre las mujeres, el análisis de los datos por nivel formativo, sexo y edad revela que
la proporción de personas con empleos estables y tecnológicamente modernos tiende a aumentar,
para cada nivel de estudios y sexo, con la edad. En este sentido, si se confirma el aumento
sustancial que supone franquear la frontera de los 35 años, en general se observa un aumento de
los niveles de ocupación estable y tecnológicamente moderna entre los grupos de personas
mayores de 45 años para cada nivel considerado. Este aumento es particularmente llamativo en el
caso de los hombres con estudios terciarios y entre las mujeres con estudios secundarios.
La única excepción a la tendencia mencionada corresponde a las personas con estudios
primarios mayores de 45 años. En claro contraste con lo observado en 1999, en este caso
desciende el nivel del indicador con respecto a las personas de 35 a 44 años. No obstante, si en el
caso de los hombres esta caída es pequeña (de 34,3 a 33,2%), entre las mujeres el descenso es
muy notable (15,6% frente al 24,6% de las mujeres de 35 a 44 años). Estos datos revelan la
importancia, en especial en el caso de las mujeres, del acceso de las personas de 45 años con
estudios primarios a puestos con escaso nivel de estabilidad y tecnología asociada. En realidad, si
se consideran los datos conjuntos de activos y potencialmente activos, esta situación se agrava,
cayendo el porcentaje de mujeres mayores de 45 años con un empleo estable y tecnológicamente
moderno al 12,5%, por debajo del 32,9% de los hombres en el mismo nivel de estudios y grupo de
edad e incluso por debajo del 13,7% registrado entre las mujeres menores de 35 años.
La evolución reciente de las tasas de ocupación, comparando las realidades de 2003 y 1999,
muestra en general caídas importantes entre las personas sin estudios (salvo en el caso de los
hombres mayores de 45 años) y en las personas con estudios primarios mayores de 45 años.
Tampoco es favorable la evolución de los hombres de 35 a 44 años con estudios primarios o
secundarios. Por el contrario, las tasas aumentan claramente a todas las edades entre los
titulados terciarios, entre las mujeres con estudios secundarios así como, en general, entre los
menores de 35 años con al menos estudios primarios. Esta positiva evolución de las personas
103
jóvenes con estudios primarios se amplía, en el caso de las mujeres, a las personas de 35 a 44
años.
Considerando finalmente el impacto diferencial del indicador por género, hay que destacar
que con carácter general se aprecia entre las mujeres un nivel de acceso a este tipo de empleos –
estables y tecnológicamente modernos – inferior al de los hombres, situándose este diferencial en
algo más de 8 puntos porcentuales en beneficio de los hombres (38,5% frente a 30,2% entre las
mujeres).
Analizando los datos por sexo, edad y tipo de formación, se comprueba que la probabilidad
de acceso a un empleo estable y tecnológicamente moderno resulta siempre muy superior entre
los hombres, en especial si se consideran conjuntamente activos y potencialmente activos. Estas
diferencias tienden a aumentar en general con la edad (salvo en el caso de personas con estudios
secundarios mayores de 45 años) y con un menor nivel de estudios. Las diferencias sólo se
reducen notablemente tanto entre personas con estudios secundarios como terciarios. Con todo,
estas diferencias siguen siendo superiores a 5 puntos en prácticamente todos los casos, con las
únicas excepciones de los titulados secundarios mayores de 45 años y de las personas con
estudios terciarios menores de 35 años.
Tabla 2.43.a
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración por sexo, edad y nivel
formativo
(En %)
2003
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundarios Estudios terciarios Total
Hombres <35 15,3 21,7 28,6 33,1 26,8 Hombres 35-44 24,6 34,3 47,5 68,1 45,2 Hombres >= 45 37,2 33,2 52,8 82,0 45,8 Hombres 28,7 30,3 39,8 58,1 38,5 Mujeres <35 15,1 21,3 29,2 22,4 Mujeres 35-44 6,5 24,6 40,0 61,0 39,4 Mujeres >= 45 12,7 15,6 56,6 67,7 32,4 Mujeres 9,8 18,5 33,2 45,2 30,2 TOTAL 20,8 25,7 37,3 51,1 35,0
104
Tabla 2.43.b
Proporción de personas con un empleo moderno de 3 o más años de duración por sexo, edad y
nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
2003
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundarios Estudios terciarios Total
Hombres <35 14,8 21,5 26,9 32,8 25,9 Hombres 35-44 24,2 34,3 47,5 68,1 45,1 Hombres >= 45 36,1 32,9 52,0 82,0 45,3 Hombres 27,9 30,1 38,5 57,8 37,9 Mujeres <35 13,7 19,4 28,7 20,9 Mujeres 35-44 5,5 21,9 37,6 58,6 36,2 Mujeres >= 45 11,0 12,5 50,5 63,4 27,5 Mujeres 8,2 15,8 30,4 43,8 27,3 TOTAL 18,9 24,1 35,3 50,1 33,2
Tabla 2.44.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración por sexo, edad y nivel
formativo
(En %)
1999
Sexo y edad Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundarios Estudios terciarios Total
Hombres <35 16,4 15,3 17,8 17,7 16,8 Hombres 35-44 25,6 35,3 50,6 62,8 45,2 Hombres >= 45 26,1 40,3 52,6 71,8 46,2 Hombres 23,6 29,5 34,3 47,0 33,7 Mujeres <35 9,4 9,2 18,1 16,4 14,6 Mujeres 35-44 16,8 17,4 37,9 50,4 32,5 Mujeres >= 45 23,3 19,6 52,6 59,8 33,8 Mujeres 19,1 14,4 27,9 32,1 23,6 TOTAL 21,9 23,7 31,9 39,0 29,5
La distancia entre géneros respecto a este indicador parece, además, haber tendido a
aumentar en algunos casos, en particular entre los menores de 35 años y en las personas de 45 y
más años. Así, entre los menores de 35 años, mientras la proporción de hombres aumenta 9,2
puntos entre 1995 y 2003 (de 17,6 a 26,8%), sólo aumenta 4,9 puntos entre las mujeres (de 17,5 a
22,4%). Lo mismo sucede entre las personas de 45 y más años. Mientras el indicador aumenta 8,7
puntos entre los hombres (de 37,1 a 45,8%), aumenta únicamente en 5,4 puntos entre las mujeres
(de 27 a 32,4%).
105
En cambio, la evolución reciente muestra un incremento ligeramente superior entre las
mujeres en el caso de las personas de 35 a 44 años, aumentando la tasa de ocupación estable y
tecnológicamente moderna femenina en 7,3 puntos desde 1995 (de 32,1 a 39,4%) por 6,1 puntos
en el caso de los hombres (de 39,1 a 45,2%).
Tabla 2.45.
Evolución de la proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración por
sexo y edad
(En %)
Sexo y edad 1995 1999 2003 Hombres <= 35 años 17,6 16,8 26,8 Hombres 35-44 años 39,1 45,2 45,2 Hombres >= 45 años 37,1 46,2 45,8 HOMBRES 29,5 33,7 38,5 Mujeres <= 35 años 17,5 14,6 22,4 Mujeres 35-44 años 32,1 32,5 39,4 Mujeres >= 45 años 27,0 33,8 32,4 MUJERES 23,3 23,6 30,2 TOTAL 27,0 29,5 35,0
3.2.1.- Población activa con estudios primarios
Teniendo en cuenta la asociación entre nivel formativo e impacto del empleo estable y
tecnológicamente moderno, no sorprende comprobar que, en el contexto de las personas con
estudios primarios o de FP I, destaque la mayor facilidad de inserción en este tipo de ocupación
entre los titulados de FP I. A todas las edades, y para cada género, la proporción de personas con
empleos modernos y estables suele ser, en este sentido, mayor en la FP I que entre las personas
con estudios primarios. Sólo en el caso de los hombres, entre 35 y 44 años, el indicador refleja un
nivel superior entre las personas con estudios primarios.
Hay que destacar, no obstante, que los niveles de inserción en empleos estables y
tecnológicamente modernos son normalmente bajos en este nivel formativo, inferiores a la media
vasca. Respecto a la media general de la CAE para cada grupo de sexo y edad, la distancia
resulta muy fuerte en el caso de las personas con titulación primaria. Entre los titulados de FP I,
las cifras se sitúan en la media en el caso de los hombres menores de 35 años o mayores de 45
así como en el de las mujeres mayores de 35 años. La posición de este último grupo de mujeres
con FP I es en realidad el más positivo, situándose la tasa de empleos estables y
tecnológicamente modernos al menos 3 puntos por encima de la media al tener en cuenta tanto a
activos como potencialmente activos.
106
Otro aspecto llamativo hace referencia a las mujeres con estudios primarios, con unos niveles
excepcionalmente bajos de inserción en empleos estables y tecnológicamente modernos (13,6%
en el caso de estudios primarios y 20,6% en el de secundarios no terminados). Estos niveles son
muy inferiores a los de los hombres, lo que determina el fuerte desfase general entre hombres y
mujeres que se da para el conjunto de los estudios primarios y de FP I (30,3% frente a 18,5%).
Un último dato a subrayar es la positiva evolución del indicador de ocupación estable y
moderna en la FP I entre 1999 y 2003, aumentando del 27,5 al 31,1% entre los hombres y del 18,6
al 30,9% entre las mujeres. Al caer la proporción de personas con este tipo de empleos entre los
mayores de 45 años, tanto en hombres como en mujeres, y a pesar de la mejora observada entre
los menores de 45 años, el indicador se estanca en cambio en el caso de los estudios primarios
(de 30 a 30,3% entre los hombres y de 13,2 a 13,6% entre las mujeres).
Tabla 2.46.a
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios primarios o de FP I por sexo, edad y nivel formativo. (En %)
2003
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 18,3 21,6 26,5 21,7 26,8 Hombres 35-44 38,7 28,1 26,5 34,3 45,2 Hombres >= 45 30,7 40,7 44,9 33,2 45,8 Hombres 30,3 28,6 31,1 30,3 38,5 Mujeres <35 12,1 17,0 19,2 15,1 22,4 Mujeres 35-44 16,2 33,6 40,1 24,6 39,4 Mujeres >= 45 12,6 33,3 15,6 32,4 Mujeres 13,6 20,6 30,9 18,5 30,2 TOTAL 23,7 26,8 31,0 25,7 35,0
Tabla 2.46.b
Proporción de personas con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios primarios o de FP I por sexo, edad y nivel formativo. Población activa y potencialmente
activa (En %)
2003
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 18,0 21,6 26,5 21,5 25,9 Hombres 35-44 38,7 28,1 26,5 34,3 45,1 Hombres >= 45 30,4 40,7 44,7 32,9 45,3 Hombres 30,0 28,6 31,0 30,1 37,9 Mujeres <35 10,9 15,6 17,6 13,7 20,9 Mujeres 35-44 13,9 27,0 39,3 21,9 36,2 Mujeres >= 45 9,9 31,2 12,5 27,5 Mujeres 11,3 17,7 29,2 15,8 27,3 TOTAL 21,8 25,9 30,3 24,1 33,2
107
Tabla 2.47.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios primarios o de FP I por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
1999
Sexo y edad Primarios Secundarios
no terminados FP I Estudios
primarios-FP I Total Hombres <35 13,5 13,7 19,0 15,3 16,8 Hombres 35-44 31,3 56,6 34,1 35,3 45,2 Hombres >= 45 40,1 45,3 39,5 40,3 46,2 Hombres 30,0 30,5 27,5 29,5 33,7 Mujeres <35 9,4 2,3 11,0 9,2 14,6 Mujeres 35-44 11,6 19,5 30,7 17,4 32,5 Mujeres >= 45 18,5 13,1 26,9 19,6 33,8 Mujeres 13,2 7,0 18,6 14,4 23,6 TOTAL 23,7 24,2 23,5 23,7 29,5
El acceso a las distintas ramas de la FP I condiciona, no obstante, la posibilidad de acceder a
un empleo estable y tecnológicamente moderno. En algunos casos, la incidencia de este tipo de
empleos resulta muy alta, como sucede en la automoción (77,9%). Lo más habitual, no obstante,
es garantizar niveles cercanos a la media de la CAE, como ocurre con la rama Administrativa
(36,9%), el Metal (31,2%) o la Sanitaria (34,2%). En cambio, la probabilidad se reduce
notablemente en las ramas de Electricidad (21,4%), Delineación (14,6%), Peluquería-Estética
(12,3%) y otras ramas (21,5%).
A diferencia de otros indicadores, el desfase que se observa al contemplar al conjunto de
activos y potencialmente activos no es, en este caso, tan importante en lo relativo a la FP I
Administrativa. De esta forma, si la tasa de ocupación estable se situaba en el 36,9% para los
activos, la proporción es bastante similar para activos reales o potenciales (33,6%).
Tabla 2.48.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración entre titulados de FP I
por tipo de FP I (En %)
Tipo de FP I
Activos 1999
Activos 2003
2003 act. y p.act.
Aprendizaje profesional 37,2 45,9 45,7 FP I Administrativa 21,6 36,9 33,6 FP I Metal 35,0 31,2 31,2 FP I Electricidad 23,5 21,4 21,4 FP I Delineación 30,4 14,6 14,6 FP I Automoción 29,9 77,9 77,9 FP I Sanitaria 20,7 34,2 33,3 FP I Peluquería-Estética 8,7 12,3 11,6 Otras FP I y asimiladas 10,7 21,5 21,5 TOTAL FP I 23,5 31,0 30,3
108
3.2.2.- Población activa con estudios secundarios
La situación de la enseñanza secundaria refleja un notable impacto positivo de la FP II, con
incidencias muy superiores de los empleos estables y tecnológicamente modernos que las que se
dan entre los estudios secundarios no profesionales, aspecto perceptible en todos los grupos por
sexo y edad. Sólo entre los hombres de 35 y 44 la situación tiende al equilibrio, aún
manteniéndose la posición favorable de la FP II. En conjunto, esta realidad es perceptible tanto en
el caso de los hombres (44% de titulados de FP II en esta situación frente a 32,6% en el caso de
estudios secundarios no profesionales) como en el de las mujeres (36,8 frente a 29%).
La posición favorable de la FP II es mucho más nítida que la observada en 1999, año en el
que la proporción de activos con empleos estables y modernos era relativamente similar entre la
FP II y los estudios secundarios no profesionales, al menos entre las personas de 35 y más años.
Lo cierto, no obstante, es que mientras tiende a aumentar en los últimos años la proporción de
titulados de FP II con empleo estable y moderno, salvo entre los hombres de 35 a 44 años, entre
las personas con estudios secundarios no profesionales la mejoría se limita – al menos en
términos significativos - a los menores de 35 años, registrándose una notable caída en el caso de
los hombres de 35 y más años.
Un dato de gran importancia es que, en relación a la media general de cada grupo de sexo y
edad en la CAE, los estudios secundarios no profesionales determinan una tasa de acceso a
empleos estables y tecnológicamente modernos notablemente inferior, con la única excepción de
los hombres de 35 a 44 años y de las mujeres mayores de 45 años. Este dato es importante
porque refleja un empeoramiento de la realidad observada en 1999, ampliándose la posición
diferencialmente negativa de los menores de 35 años a otros grupos de sexo y edad. En cambio,
el diferencial positivo es de al menos 3 puntos, a todas las edades y para cada género, entre las
personas con FP II. El diferencial positivo es especialmente notable, con niveles superiores a 15
puntos, entre los mayores de 45 años, hombres o mujeres.
109
Tabla 2.49.a
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
2003
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 19,3 33,4 28,6 26,8 Hombres 35-44 45,2 48,7 47,5 45,2 Hombres >= 45 42,2 61,0 52,8 45,8 Hombres 32,6 44,0 39,8 38,5 Mujeres <35 15,8 25,8 21,3 22,4 Mujeres 35-44 35,9 42,7 40,0 39,4 Mujeres >= 45 50,8 64,8 56,6 32,4 Mujeres 29,0 36,8 33,2 30,2 TOTAL 31,0 41,6 37,3 35,0
Tabla 2.49.b
Proporción de personas con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
2003
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 16,4 33,3 26,9 25,9 Hombres 35-44 45,2 48,7 47,5 45,1 Hombres >= 45 41,3 60,3 52,0 45,3 Hombres 30,0 43,8 38,5 37,9 Mujeres <35 13,8 24,6 19,4 20,9 Mujeres 35-44 33,5 40,4 37,6 36,2 Mujeres >= 45 43,6 61,2 50,5 27,5 Mujeres 25,6 34,9 30,4 27,3 TOTAL 28,0 40,7 35,3 33,2
110
Tabla 2.50.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios secundarios por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
1999
Sexo y edad Secundarios no profesionales FP II
Estudios secundarios Total
Hombres <35 13,1 20,3 17,8 16,8 Hombres 35-44 49,8 51,5 50,6 45,2 Hombres >= 45 54,4 50,7 52,6 46,2 Hombres 35,8 33,2 34,3 33,7 Mujeres <35 9,8 23,3 18,1 14,6 Mujeres 35-44 35,8 39,7 37,9 32,5 Mujeres >= 45 50,1 59,1 52,6 33,8 Mujeres 25,4 29,9 27,9 23,6 TOTAL 31,8 32,0 31,9 29,5
Al igual que en la FP I, el impacto relativo de la ocupación estable y tecnológicamente
moderna es muy diferente en función de la rama de formación profesional de segundo nivel
considerada. En algunos casos, por ejemplo, resulta particularmente baja, como ocurre en
Automoción (20,6%), Peluquería-Estética (27,1%), acercándose a la media general de la CAE en
el resto de las ramas de FP II (33,2%). Lo normal, sin embargo, son cifras claramente superiores a
la media general de la CAE, tal y como se detecta en la FP II Administrativa (45,7%), Metal
(40,8%), Electricidad (39,2%) o Sanitaria (38,3%). En algunas ramas se superan incluso niveles
del 50%, como sucede en Maestría Profesional (59,1%), Peritaje Mercantil (75,8%), Delineación
(55,4%) y Oficios Artísticos (56,3%).
El sentido de los resultados señalados no cambia al considerar, o no, a la población
potencialmente activa.
111
Tabla 2.51.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración entre titulados de FP
II por tipo de FP II
(En %)
Tipo de FP II
Activos 1999
Activos 2003
2003 Act. y p.act.
Maestría profesional 54,1 59,1 59,1 Peritaje mercantil 51,7 75,8 75,8 FP II Administrativa 40,3 45,7 43,6 FP II Metal 16,2 40,8 40,8 FP II Electricidad 19,0 39,2 39,2 FP II Delineación 34,8 55,4 55,4 FP II Automoción 32,9 20,6 20,6 FP II Sanitaria 20,6 38,3 38,3 FP II Peluquería-Estética 14,5 27,1 22,3 Otras FP II y asimiladas 22,4 33,2 32,5 Oficios artísticos 53,5 56,3 56,3 TOTAL FP II 32,0 41,6 40,7
3.2.3.- Población activa con estudios terciarios
En el ámbito de los estudios terciarios, la situación observada en el año 2003 resulta
relativamente compleja. En este sentido, la proporción de empleos estables y tecnológicamente
modernos no refleja tendencias claras respecto al mayor o menor efecto positivo de los estudios
universitarios superiores. De esta forma, si éstos garantizan un impacto mayor en el acceso a una
ocupación estable y tecnológicamente moderna en el caso de hombres menores de 45 años y de
mujeres mayores de 45 años, los estudios terciarios medios son más efectivos en el caso de
hombres mayores de 45 años y de mujeres menores de 45 años. Se rompe, de esta forma, la
tendencia observada en 1999 a un impacto más favorable de cara al acceso a empleos estables y
tecnológicamente modernos de los estudios medios en los menores de 35 años y para los
estudios terciarios superiores a partir de los 35 años.
Estos resultados están fuertemente condicionados, sin duda, por la evolución más reciente. Si
se observa en todos los casos una tendencia claramente alcista en la proporción de activos
ocupados en empleos estables y tecnológicamente modernos, se registra un aumento
particularmente extraordinario entre los menores de 35 años con estudios superiores pero también
entre varios colectivos con estudios medios, en concreto los hombres mayores de 35 años y las
mujeres menores de 45. Salvo entre los hombres menores de 35 años, por otra parte, el aumento
de las tasas de ocupación estable y moderna es mucho mayor entre las personas con estudios
medios en los últimos cuatro años.
112
La evolución resulta globalmente más favorable, por tanto, para los estudios medios. De esta
forma, un 53,8% de los titulados terciarios medios tienen en 2003 un empleo estable y
tecnológicamente moderno por 49,6% de los titulados superiores (37,4 frente a 40,1% en 1999).
Considerando estos datos por sexo, con todo, la imagen sigue siendo similar a la de 1999. De esta
forma, los estudios medios siguen garantizando a la mujer un nivel superior de acceso a empleos
estables y tecnológicamente modernos (52,1% frente a 40,6%), situándose los hombres en la
posición contraria (56,3% entre los medios frente a 58,9% entre los titulados superiores).
Aunque la proporción de mujeres con empleos estables y tecnológicamente modernos es muy
elevada en general entre las tituladas universitarias, las cifras comparativas por edad y tipo de
estudio no son en general favorables a la mujer. Las diferencias son importantes a favor del
hombre en los estudios superiores, con diferencias entre 9 y 12 puntos según las edades,
diferencias que también se observan entre los titulados medios mayores de 45 años. Sólo entre
los titulados medios menores de 45 años las cifras se equilibran o cambian de sentido a favor de la
mujer. La evolución particularmente positiva del indicador de empleo estable y moderno entre las
mujeres menores de 45 años con estudios terciarios medios es a este nivel el dato más llamativo,
reflejando en la actualidad un nivel de inserción en empleos estables modernos superior al de los
hombres en el mismo grupo de edad. Esta realidad es especialmente destacada en el caso de la
población más joven, menor de 35 años (33,1% entre las mujeres por 25,5% entre los hombres).
En comparación con las cifras medias generales de la CAE para cada grupo de sexo y edad,
la mayor inserción en empleos estables y modernos de las personas con titulación universitaria es
un hecho muy destacado en el caso de los mayores de 35 años, con niveles habitualmente iguales
o superiores al 65%, tanto en hombres como en mujeres (salvo en las mujeres tituladas superiores
entre 35 y 44 años, aunque también en este caso la proporción resulta muy elevada, con un
57,6%). En los menores de 35 años, sin embargo, si el indicador es habitualmente superior al que
corresponden a los grupos de sexo y edad correspondientes, salvo entre los hombres con estudios
medios, lo cierto es que se sitúan en niveles todavía bastante bajos, entre 25 y 35%, por debajo o
en niveles cercanos a la media general de la CAE para el conjunto de la población activa.
113
Tabla 2.52.a
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
2003
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 25,5 36,3 33,1 26,8 Hombres 35-44 64,4 69,9 68,1 45,2 Hombres >= 45 87,2 79,5 82,0 45,8 Hombres 56,3 58,9 58,1 38,5 Mujeres <35 33,1 27,4 29,2 22,4 Mujeres 35-44 64,8 57,6 61,0 39,4 Mujeres >= 45 66,2 69,8 67,7 32,4 Mujeres 52,1 40,6 45,2 30,2 TOTAL 53,8 49,6 51,1 35,0
Tabla 2.52.b
Proporción de personas con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(En %)
2003
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 25,5 35,8 32,8 25,9 Hombres 35-44 64,4 69,9 68,1 45,1 Hombres >= 45 87,2 79,5 82,0 45,3 Hombres 56,3 58,5 57,8 37,9 Mujeres <35 32,4 27,1 28,7 20,9 Mujeres 35-44 62,5 55,2 58,6 36,2 Mujeres >= 45 60,9 67,0 63,4 27,5 Mujeres 50,0 39,6 43,8 27,3 TOTAL 52,5 48,8 50,1 33,2
114
Tabla 2.53.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración en personas con
estudios terciarios por sexo, edad y nivel formativo
(En %)
1999
Sexo y edad Estudios medios
Estudios superiores
Estudios terciarios Total
Hombres <35 24,4 15,2 17,7 16,8 Hombres 35-44 50,9 68,0 62,8 45,2 Hombres >= 45 57,3 79,2 71,8 46,2 Hombres 43,1 48,7 47,0 33,7 Mujeres <35 17,7 15,4 16,4 14,6 Mujeres 35-44 48,2 52,7 50,4 32,5 Mujeres >= 45 58,2 63,1 59,8 33,8 Mujeres 34,3 29,9 32,1 23,6 TOTAL 37,4 40,1 39,0 29,5
Teniendo en cuenta los diferentes tipos de estudios terciarios medios, los que se asocian a
mayores niveles de inserción en empleos estables y tecnológicamente modernos siguen siendo
las profesiones sanitarias, con un 68,9% (64,9% si se contemplara al conjunto de los
potencialmente activos), situándose en los demás casos en cifras cercanas al 50% (alrededor de
50% en las ingenierías técnicas, 55% en Profesorado de EGB y estudios especializados medios y
49,3% en otros estudios medios). Todas las ramas se benefician, en cualquier caso, de la notable
mejoría de situación que se detecta en los últimos cuatro años entre los titulados medios,
particularmente en el caso del resto de estudios medios y de las ingenierías técnicas no
industriales.
Tabla 2.54.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración entre personas con
estudios terciarios medios por tipo de estudios
(En %)
Tipo de estudios medios
Activos 1999
Activos 2003
2003 act. y pot.act
Ingeniería Técnica Industrial 45,1 50,0 50,0 Otras Ingenierías Técnicas 31,2 50,1 50,1 Profesorado de EGB 45,5 55,0 53,9 Profesiones sanitarias 53,4 68,9 64,8 Otros estudios medios 21,7 49,3 47,6 Estudios especializados medios 100 55,0 55,0 Total terciarios medios 37,4 53,8 52,5
115
Por lo que respecta a los estudios universitarios superiores, todavía algunos de estos
estudios no se traducen en niveles del indicador de acceso a empleos estables y
tecnológicamente modernos cercanos o superiores al 50%. Así, la proporción es del 37,3% en
Filosofía y Letras o del 37% en otros estudios terciarios.
El nivel se mueve entre 50 y 60%, sin embargo, en la mayoría de los estudios superiores,
como sucede con las Ingenierías (51,9% en la industrial y 54,3% en el resto de ingenierías
superiores), Informática, Ciencias Naturales y Exactas (51,5%), Económicas (50,8%) o Derecho
(58,5%). El nivel máximo corresponde a Medicina, con un 74,6% de los activos ocupados en este
tipo de empleos estables y tecnológicamente modernos. Los estudios especializados superiores
reflejan un nivel del 48,7%.
La evolución reciente, al igual que en los estudios medios, parece beneficiar sobre todo al
resto de estudios como a los estudios más técnicos, aumentando notablemente el impacto de los
empleos estables y tecnológicamente modernos en las ingenierías no industriales (de 17,3 a
54,3%), Informática, Ciencias Naturales y Exactas (de 38,5 a 51,5%) o Medicina (de 65,1 a
74,6%). Sin embargo, la mejora de las tasas tiende a ser general, con la única excepción de la
Ingeniería Industrial, rama que ve caer su tasa de acceso a empleos estables y tecnológicamente
modernos de 66 a 51,9% entre 1999 y 2003.
Tabla 2.55.
Proporción de activos con un empleo moderno de 3 o más años de duración entre personas con
estudios terciarios superiores por tipo de estudios
(En %)
Tipo de estudios superiores
1999
2003
2003 Act. y p.act.
Ingeniería Industrial 66,0 51,9 51,1 Otras Ingenierías 17,3 54,3 54,3 Informática, naturales y exactas 38,5 51,5 50,7 Filosofía y letras 33,0 37,3 36,8 Económicas 43,6 50,8 50,8 Derecho 53,4 58,5 58,5 Medicina y asimiladas 65,1 74,6 74,6 Otros estudios terciarios 24,0 37,0 34,3 Estudios especializados superiores 45,3 48,7 48,7 Total terciarios superiores 40,1 49,6 48,8
116
3.3.- Formación reglada y tipo de ocupación en función de la profesión
Los condicionantes ocupacionales del nivel de formación reglada se perciben con claridad en
nuestro mercado de trabajo, observándose que la división del trabajo productivo está fuertemente
condicionada por esta variable sociológica. Lo podemos comprobar analizando los ámbitos de
ocupación profesional de la población activa de acuerdo con su nivel de formación reglada de
partida.
En relación con esta cuestión, se detecta que la población activa sin estudios primarios se
orienta en lo fundamental hacia el ámbito de las profesiones industriales y de servicios menos
cualificadas. La gran mayoría de este colectivo, un 80,7%, se concentra entre las profesiones
cualificadas de la industria, la construcción y la agricultura (26,1%), los trabajos cualificados del
sector servicios (10,8%), las distintas profesiones asociadas con la operación, instalación y
montaje industrial (19,9%), así como, finalmente, los trabajos no cualificados de la industria y los
servicios (23,9%).
La distribución profesional de la población con estudios primarios o FP I refleja una
concentración en estos mismos cuatro grandes sectores profesionales. La proporción de activos
en estos grupos es incluso algo superior en 2003, con un 81,4%, a diferencia de lo observado en
1999. La distribución interna del colectivo es, no obstante, algo diferente, como consecuencia del
menor peso relativo de los trabajos menos cualificados, en concreto operadores y montadores
(17,8%) y trabajadores no cualificados de la industria y los servicios (16,7%). Aumenta, en cambio,
el peso relativo de las profesiones cualificadas de la industria, la construcción y la agricultura
(28,4%) y, sobre todo, la de los trabajadores cualificados del sector servicios (18,5%). En
comparación con las personas sin estudios primarios, se constata igualmente entre las personas
con estudios primarios o de FP I un mayor peso relativo de técnicos y empleados administrativos
(7,3 frente a 3,7%).
Entre las personas con estudios secundarios destaca el importante peso relativo de técnicos y
empleados administrativos, grupos profesionales que representan un 32,2% de los activos en esta
situación (frente a 7,3% entre los activos con estudios primarios y 3,7% entre los activos sin
estudios primarios). Otros bloques profesionales importantes entre los titulados secundarios son,
de una parte, las profesiones cualificadas de la agricultura, la industria o la construcción o los
trabajos de operación, instalación y montaje, que agrupan a un 29,5% del colectivo (frente a cifras
cercanas a 46% entre las personas sin estudios o con estudios primarios) y, de otra, las
profesiones vinculadas a los trabajos cualificados de los servicios, que recogen otro 16,2% de los
activos del grupo (cifra similar al 18,5% de los titulados primarios y superior al 10,8% de la
población activa sin estudios).
117
Finalmente, entre las personas con estudios superiores predominan técnicos y directivos,
colectivos que representan un 72,4% del total de activos considerados (por apenas un 32,2% entre
los titulados secundarios y menos del 10% en el resto de la población).
La incidencia de la no ocupación, por su parte, tiende a bajar conforme mejora el nivel
formativo. De esta forma, la no ocupación afecta al 9,7% de los titulados universitarios activos, a
10,5% de los titulados secundarios y a 13,2% de las personas sin estudios primarios. La menor
tasa de no ocupación corresponde, no obstante, a las personas con estudios primarios (7,5%).
Comparando los datos de 1999 y 2003, conviene resaltar algunos aspectos llamativos, entre
otros los siguientes:
* La caída del peso relativo de técnicos y directivos (de 26,7% a 25,7%).
* El incremento, en cambio, del peso relativo de empleados administrativos y trabajadores
cualificados de los servicios (de 18,7 a 22,9%).
* El incremento de la proporción representada por los trabajadores cualificados de la
construcción y de la industria (de 15,5% a 17,8%).
* El incremento de los trabajadores no cualificados (de 9,1 a 11%).
* La sustancial caída de la población no ocupada (de 16,8 a 9,3%).
118
Tabla 2.56.
Distribución de la población activa por profesión y nivel formativo
(% verticales)
Profesión Sin estudios
primarios Estudios
primarios-FP IEstudios
secundariosEstudios terciarios
Total 2003
Total 1999
Fuerzas Armadas 0,1 0,2 0,1 Directivos 2,4 3,7 3,9 5,0 4,0 5,8 Técnicos 0,4 2,7 18,0 64,2 21,7 20,9 Emp. administrativos 3,3 4,6 14,2 8,2 8,5 7,7 TC servicios 10,8 18,5 16,2 6,1 14,4 11,0 TC agr.-pesca 3,1 1,0 0,3 0,3 0,7 1,4 TC cons.-industria 23,0 27,3 17,1 1,4 17,8 15,5 Oper. maquinaria. 19,9 17,8 12,1 2,0 12,4 11,8 TNC servicios 16,4 11,4 3,4 2,3 7,0 6,2 TNC agr.-pesca 0,3 0,1 0,2 0,1 TNC cons.-industria 6,4 3,4 2,5 0,6 2,6 1,9 TNC transp.-desc. 1,1 1,6 1,5 0,2 1,2 0,9 No ocupados 13,2 7,5 10,5 9,7 9,3 16,8 No ocup. (con p.act.) 21,0 13,4 15,2 11,4 14,0 ND TOTAL 100 100 100 100 100 100
3.3.1.- Población activa sin estudios primarios
Profundizando en los aspectos anteriores en función del nivel formativo y del tipo de estudios
reglados desarrollado, puede comprobarse que la distribución de la población activa en función de
la ocupación (incluida en su caso la variante asociada a la no ocupación) está muy fuertemente
condicionada por las variables de edad y, aun más decisivamente, de sexo.
Empezando el análisis por las personas sin estudios primarios, se constata el impacto
diferencial de los trabajos cualificados de la agricultura, la industria y la construcción y de las
profesiones ligadas a operación, instalación y montaje entre los hombres (72,6% en los menores
de 35 años, 59,2% en los de 35 a 44 años y 69,1% en los mayores de 45). Este elevado impacto
refleja un notable incremento de la incidencia de este tipo de empleos en el caso de la población
más joven, con un aumento del peso relativo de estas profesiones desde el 37,1% que
representaban en 1995. En las personas de 45 y más años también se observa una cierta
tendencia expansiva desde el 61,9% de 1995, aunque hay que señalar que la incidencia actual se
sitúa por debajo del 73,9% registrado en 1999. En las personas de 35 a 44 años, aunque la
incidencia de este tipo de empleos se recupera entre 1999 y 2003, pasando de 51,2% en 1999 al
59,2% actual, esta incidencia resulta inferior al 60,1% observado en 1995.
El peso de las profesiones comentadas no supera en ningún caso el 20% entre las mujeres.
Entre la población femenina destaca la importancia del trabajo en los ámbitos no cualificados (42%
en las menores de 35 años, 37,4% en las de 35 a 44 años y 45,1% en las mayores de 45 años). El
119
carácter de última reserva de mano de obra de este colectivo aparece palpablemente al
comprobar que, en realidad, la mano de obra no cualificada y la población no ocupada constituyen
los bloques dominantes a todas las edades (80,1% en las menores de 35 años, 66,9% en las de
35 a 44 años y 56,3% en las mayores de 45). Esta incidencia aumenta sustancialmente respecto a
lo observado en 1999 a todas las edades, alcanzando el máximo del periodo 1995-2003. La
descualificación de la mujer sin estudios primarios resulta por tanto un dato fundamental a tener en
cuenta, asociada a una cada vez más difícil inserción en el mercado de trabajo. Este aspecto no
es tan llamativo en el caso de los hombres. Así, frente a un 19,5% de no ocupados u ocupados en
los trabajos menos cualificados entre los hombres, esta proporción es del 61,6% entre las mujeres.
No hay que olvidar, además, que este diagnóstico sería aún más pesimista si se tuviera en
cuenta al colectivo de activos potenciales. En este sentido, si la tasa de no ocupación pasa apenas
de 9,4 a 11,9% entre los hombres sin estudios primarios, aumenta de 18,4 a 31,9% entre las
mujeres con ese nivel de formación, incrementándose la incidencia de este problema entre las
mujeres más jóvenes (56,3% de las menores de 35 años activas o potencialmente activas están
desocupadas, tasa que es del 41,1% entre las mujeres de 35 a 44 años y de 23,1% entre las
mujeres de 45 o más años).
Entre las mujeres sin estudios primarios, el único aspecto positivo a mencionar es que una
edad más avanzada acaba implicando una cierta mejora profesional. Así, entre este colectivo de
activas, la ocupación en ámbitos cualificados o superiores aumenta en función de esta variable:
19,9% en las más jóvenes, 33,1% entre 35 y 44 años y 43,7% en las mayores de 45 años.
Tabla 2.57.
Distribución de la población activa sin estudios primarios por profesión, sexo y edad
(% verticales)
Profesión
Hombre
<35
Hombre
35-44
Hombre
≥45 Total
Mujer
<35
Mujer
35-44
Mujer
≥45 Total Sin est. primarios
Direct. y técnicos 3,4 4,8 3,3 7,6 1,8 2,2 2,8 Administrativos 4,6 8,9 4,7 5,7 3,3 Cual. servicios 6,9 2,8 3,1 4,0 20,8 24,2 20,2 10,8 Otros cualificados 72,6 59,2 69,1 67,6 12,3 12,3 17,7 15,9 46,0 No cualificados 4,0 13,3 11,5 10,1 42,0 37,4 45,1 43,2 23,9 No ocupados 11,8 12,5 6,8 9,4 38,1 29,5 11,2 18,4 13,2 No oc. (con p.act). 14,7 13,8 9,6 11,9 56,3 41,1 23,1 31,9 21,0 TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
120
3.3.2.- Población activa con estudios primarios o FP I
Al igual que entre las personas sin estudios, en el grupo de personas con estudios primarios o
de FP I la salida natural de la población masculina se sitúa a todas las edades en los ámbitos de
las profesiones cualificadas de la agricultura, la industria y la construcción así como en los trabajos
de operación, instalación y montaje. Esta salida se sitúa en cifras del 63,5% en los menores de 35
años, bajando a 60,8% entre las personas de 35 a 44 años pero aumentando a 74,8% en las de
más de 45 años. En general, se observan importantes aumentos respecto a 1995 y 1999 en la
penetración en este sector, particularmente entre los menores de 35 años (del 40,8% de 1995 al
63,5% actual) y en los mayores de 45 años (del 60,8 al 74,8%), aunque también entre las
personas de 35 a 44 años (del 53,6 al 60,8%). En este último grupo de edad, no obstante, cae la
proporción considerada por primera vez desde 1995.
La tendencia alcista de las profesiones cualificadas se asocia a una caída importante de la
incidencia de la parte correspondiente a los trabajos no cualificados de la industria y los servicios
así como, de forma aún más nítida, a la no ocupación. En este sentido, entre los hombres, la no
ocupación pasa de afectar a un importante 19,9% de los menores de 35 años con estudios
primarios en 1999 a 8,3% en la actualidad, de 6,8% a 3,7% entre las personas de 35 a 44 años y
de 5,4% a 2,3% entre las personas mayores de 45 años. En conjunto, las dos situaciones
consideradas pierden fuerza en los últimos cuatro años en todas las edades (de 30,1 a 22,8% en
los menores de 35 años, de 15,6 a 14,6% en los de 35 a 44 años y de 13,6 a 8,8% en los mayores
de 45 años).
En el caso de las mujeres, en cambio, y al igual que sucedía con las personas sin estudios,
tienden todavía a tener un papel determinante los trabajos no cualificados o la no ocupación entre
las personas con estudios primarios. Sin embargo, si un 46,3% de las mujeres de 35 a 44 años
con esta formación y un 37,7% de las mayores de 45 años todavía se ven afectadas por esta
realidad, la proporción – aún muy elevada – baja a 35,9% entre las menores de 35 años. Además,
la evolución general tiende a ser positiva no sólo para las menores de 35 años, que ven pasar la
incidencia de estas situaciones ocupacionales del 49,9 al 35,9%, sino también, a partir de 1999, en
el caso de las de 35 a 44 años (de 57,9 al 46,3% actual) y de las mayores de 45 años (de 48,4 a
37,7%). Hay que destacar, no obstante, que los datos serían más pesimistas si se tuviera en
cuenta a la población potencialmente activa. En este sentido, al considerarse conjuntamente a la
población activa y potencialmente activa, la tasa de no ocupación pasa de 15,8 a 23,5% entre las
mujeres menores de 35 años, de 13,4 a 23,1% entre 35 y 44 años y de 9,7 a 27,7% entre las
mujeres de más de 45 años, manteniéndose similares las tasas de no ocupación de los hombres.
El acceso a trabajos más cualificados del sector servicios también tiene sin embargo
importancia entre las mujeres, particularmente entre las menores de 35 años (64,1% de ellas
121
tienes acceso a trabajos cualificados, administrativos, técnicos o directivos frente a 53,7% entre 35
y 44 años y 62,3% a partir de los 45 años). Respecto a 1999, de hecho, todos estos indicadores
reflejan un notable aumento.
En cualquier caso, la incidencia de la no ocupación resulta diferencial entre las mujeres con
estudios primarios, con una media de 12,6% frente al 4,4% de los hombres. Teniendo en cuenta a
los activos potenciales, las tasas de referencia son de 25,1 y 5%, respectivamente. La intensidad
de las diferencias observadas habla por sí sola.
Tabla 2.58.
Distribución de la población activa con estudios primarios o de FP I por profesión, sexo y edad
(% verticales)
Profesión Hombre
<35 Hombre 35-44
Hombre ≥45 Total
Mujer <35
Mujer 35-44
Mujer ≥45 Total
Estudios primarios
Direct. y técnicos 2,0 9,3 8,4 6,8 5,0 5,5 7,0 5,9 6,5 Administrativos 2,5 5,1 2,0 3,0 4,0 8,2 8,6 7,2 4,6 Cual. servicios 9,2 10,1 6,0 8,0 44,8 31,7 31,3 35,2 18,5 Otros cualificados 63,5 60,8 74,8 67,7 10,4 8,3 15,4 11,6 46,2 No cualificados 14,5 11,0 6,6 10,1 20,1 32,8 28,0 27,4 16,7 No ocupados 8,3 3,7 2,3 4,4 15,8 13,4 9,7 12,6 7,5 No oc. (con p.act). 9,0 3,7 3,2 5,0 23,5 23,1 27,7 25,1 13,4 TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Considerando de forma más detallada al colectivo de personas con estudios primarios,
analizando las diferencias asociadas al tipo de estudios realizados, se observan los siguientes
aspectos de interés:
a) Sólo un 30% de los activos titulados de FP I Administrativa trabajan como empleados
administrativos (24,4% en 1999), además de un 14,1% que opera como técnico o directivo (7,5%
en 1999). Otra salida laboral importante está constituida por los trabajos cualificados del sector
servicios (20,3%, en la línea del 20,9% registrado en 1999).
Entre los titulados de esta rama el nivel de no ocupación sigue siendo muy elevado (12%,
20% si se tuviera en cuenta a los activos potenciales) al igual que el trabajo en ámbitos no
cualificados (19,3%). En conjunto, la incidencia de estas dos situaciones entre la población activa
con FP I Administrativa se reduce no obstante respecto a años anteriores (31,3% frente a 44,3%
en 1999 y 42,3% en 1995).
b) Entre los titulados de FP I de las ramas de Electricidad y Electrónica y de Metal,
Delineación o Automoción se observa un muy superior nivel de ajuste entre formación y empleo.
122
Así, un 76,2% de los titulados de las ramas de Electricidad y Electrónica trabaja como profesional
cualificado de la industria y los servicios, operador, instalador o montador, proporción que es del
69,9% en el Metal. Esta proporción se reduce al 35,9% en el resto de las FP I, si bien es evidente
que en este caso habría que computar, a la hora de analizar el nivel de ajuste, una parte de las
ocupaciones vinculadas a las profesiones cualificadas del sector servicios (31,4%).
En estas ramas de FP I, la proporción de no ocupados o de trabajadores no cualificados es
baja, situándose cerca o por debajo del 10% del conjunto de activos de referencia.
c) En el resto de estudios profesionales de nivel I se constata un aumento del peso relativo
de los empleados administrativos y de los técnicos de apoyo, los cuales pasan a representar un
20,5% de los activos del grupo. No obstante, el grupo dominante sigue siendo el de los
trabajadores cualificados en los sectores no de servicios (62,8%). En este grupo aumenta, sin
embargo, la proporción de no ocupados y trabajadores no cualificados (20,9% del total de activos).
d) En el colectivo con estudios primarios no de FP I destaca la importancia de las
situaciones de no ocupación y trabajadores no cualificados (25,8% de los casos, aunque por
debajo del 33,6% observado en 1999). Con todo, el grupo dominante es el de las personas con
profesiones cualificadas en sectores no de servicios (47,9% frente al 42,3% de 1999).
Los datos anteriores reflejan sin duda la profunda diferenciación profesional en función del
nivel de formación de referencia entre la población con estudios primarios o de FP I. De esta
forma, podemos comprobar el peso diferencial del trabajo como directivo, técnico, administrativo o
trabajador cualificado del sector servicios entre los titulados de FP I Administrativa (64,4%),
destacando en cambio el peso dominante de los cualificados en sectores no de servicios en las
ramas de Electricidad-Electrónica y Metal-Automoción-Delineación (76,2 y 69,9%), colocándose en
una posición intermedia el resto de ramas de la FP I (42,9% en la posición más orientada hacia los
niveles altos y los trabajos cualificados del sector servicios y 36,2% en el ámbito cualificado no de
servicios). La situación de los titulados primarios en sentido estricto se asemeja en parte al grupo
anterior, aunque aumentando el peso relativo del ámbito cualificado en sectores no de servicios
(47,9% frente al 26,2% de los cualificados del sector servicios y colectivos más cualificados) así
como el peso relativo de las personas activas sin ocupación o con una ocupación no cualificada
(25,8%). La incidencia de la no ocupación y de los trabajos no cualificados también es elevada,
como hemos podido comprobar, en la FP I Administrativa (31,3%) y en el resto de FP I (20,8%).
123
Tabla 2.59.
Distribución de la población activa con estudios primarios o de FP I por profesión y tipo de estudios
(% verticales)
Profesión Adminis-
trativa Electricidad Metal Otra FP I Otra Prof. I Estudios Primarios
Directivos y técnicos 14,1 2,0 4,1 14,3 6,4 Administrativos 30,0 3,2 7,4 6,2 2,8 Cualificados servicios 20,3 9,7 19,7 31,4 9,4 17,0 Otros cualificados 4,3 76,2 69,9 36,2 62,8 47,9 No cualificados 19,3 3,5 5,9 10,0 3,7 18,8 No ocupados 12,0 5,5 4,5 10,9 3,7 7,1 No ocupados (con p.act). 20,0 5,5 4,5 11,8 4,1 14,0 TOTAL 100 100 100 100 100 100
3.3.3.- Población activa con estudios secundarios
Entre la población con estudios secundarios vuelven a aparecer las diferencias ocupacionales
básicamente determinadas por el factor sexo, aunque con una fuerte incidencia igualmente de la
variable edad.
En el caso de los hombres, una parte importante de los activos con estudios secundarios se
orienta en este caso hacia las profesiones vinculadas a los empleos administrativos, técnicos o
directivos. La proporción aumenta con la edad: 23,1% en los menores de 35 años, 35,6% en los
de 35 a 44 años y 48,3% en los mayores de 45 años. En este grupo de edad, de hecho, las
mencionadas categorías profesionales tienen mayor importancia que las profesiones cualificadas
no del sector servicios, el otro grupo profesional de importancia entre los hombres activos con
estudios secundarios (35,4%). Entre los menores de 45 años, en cambio, la situación se invierte,
tanto en los menores de 35 años (48,2% en este tipo de profesiones frente a 23,1% de
administrativos, técnicos y directivos) como en los de 35 a 44 años (48% frente a 35,6%). Esto
refleja, en buena medida, la tendencia a la pérdida de importancia relativa en los últimos años de
la población directiva, técnica o administrativa entre los hombres con estudios secundarios. Esta
circunstancia es particularmente llamativa en el caso de las personas de 35 a 44 años, grupo en el
que las profesiones cualificadas en los sectores no de servicios se convierten en dominantes en el
año 2003, en detrimento del más cualificado que resultaba mayoritario en 1999.
En cualquier caso, entre los hombres tres cuartas partes de la población activa o más se
concentran en las dos categorías profesionales consideradas: 71,3% de los menores de 35 años,
83,6% de los de 35 a 44 años y 83,7% de los mayores de esa edad.
124
En las mujeres destaca en la actualidad la ocupación en las profesiones técnicas y directivas
y en las profesiones cualificadas del sector servicios. En el primer caso, la incidencia oscila entre
cifras cercanas al 19% observado en las mujeres menores de 35 años y en las mayores de 45,
llegando a 24,4% entre las mujeres de 35 a 44 años. En el caso de las profesiones cualificadas del
sector servicios, la incidencia aumenta conforme desciende la edad, observándose la mayor
presencia entre las más jóvenes (37,1% por 29,3% en las de 35 a 44 años y 20,9% en las
mayores de esa edad). En este tipo de profesiones, destaca el notable aumento que se observa
respecto a 1995 y 1999, particularmente entre la población menor de 45 años.
Aunque han perdido impacto relativo en los últimos años, también destaca entre las mujeres
con estudios secundarios el protagonismo de las empleadas administrativas, especialmente entre
las mayores de 45 años, grupo en el que este grupo profesional resulta mayoritario. Así, de
apenas un 15,8% del total de activas ocupadas en este ámbito profesional entre las mujeres
menores de 35 años, se pasa al 20,6% entre las personas de 35 a 44 años y al 37,3% en las
personas mayores de 45 años. El peso relativo de estas profesiones resulta menor al observado
en 1995 en el caso de las personas de 35 a 44 años pero mayor en el resto de grupos de edad.
En conjunto, entre un 72 y un 78% de las distintas categorías de mujeres en función de la
edad se encuentran ocupadas en estas tres categorías profesionales, frente a un máximo de
54,3% entre los hombres mayores de 45 años. Sin embargo, mientras aumenta respecto a 1999 el
peso relativo de estas categorías entre las mujeres menores de 45 años, desciende entre las
mayores de 45. La razón es que mientras desciende el impacto de la no ocupación, o de la
ocupación en trabajos no cualificados entre las mujeres más jóvenes, en las mayores de 45 años
la incidencia se mantiene respecto a 1999. Aún así, la incidencia de estas situaciones
ocupacionales sigue siendo mayor en las categorías de edad más joven.
La importancia de las situaciones profesionales más precarias sigue siendo llamativa entre las
personas con estudios secundarios. En conjunto, un 21,9% de las mujeres activas con este tipo de
estudios carece de ocupación o se ocupa en trabajos no cualificados, proporción que se sitúa
alrededor del 23% entre las menores de 45 años, bajando al 16,8% en las mayores de esa edad.
La proporción no deja de ser igualmente elevada entre los hombres (15,6%). En este caso, no
obstante, si la problemática es llamativa entre los menores de 35 años (21,9%), baja a cifras
cercanas al 10% a partir de los 35 años.
Respecto a 1999, se mantiene o incluso aumenta el peso relativo de estas situaciones
negativas salvo en el caso de las mujeres menores de 45 años, precisamente las más afectadas
por el problema. En este caso, la mejoría es notable, pasando de 37,9 a 23,2% entre las menores
de 35 años y de 30,2 a 23,5% entre las mujeres de 35 a 44 años.
125
Hay que destacar, finalmente, en este colectivo que la importancia relativa de la no ocupación
es mayor de lo que las cifras generales reflejan. En este sentido, al considerar a los activos
potenciales, se constata la importancia del problema entre los hombres menores de 35 años, con
un 18,1% de no ocupados entre los activos reales y potenciales, llegando el impacto de este
problema al 25,7% de las mujeres en estas edades. El problema sigue siendo importante,
afectando a alrededor del 15% de la población de referencia, entre las mujeres mayores de 35
años, situándose en cifras cercanas al 5% entre los hombres en esas edades.
Tabla 2.60.
Distribución de la población activa con estudios secundarios por profesión, sexo y edad
(% verticales)
Profesión Hombre<35
Hombre 35-44
Hombre ≥45 Total
Mujer <35
Mujer 35-44
Mujer ≥45 Total
Estudios
Secundarios
Direct. y técnicos 17,7 22,6 33,5 23,2 19,0 24,4 19,4 20,4 22,1 Administrativos 5,4 12,9 14,8 9,8 15,8 20,6 37,3 21,4 14,2 Cual. servicios 6,8 7,3 6,1 6,7 37,1 29,3 20,9 31,8 16,2 Otros cualificados 48,2 48,0 35,4 44,7 4,9 2,3 5,5 4,4 29,5 No cualificados 8,9 4,4 6,3 7,1 4,5 13,7 11,9 8,3 7,5 No ocupados 13,0 4,7 3,9 8,5 18,7 9,8 4,9 13,7 10,5 No oc. (con p.act). 18,1 4,7 5,5 11,5 25,7 15,2 15,1 21,0 15,2 TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Considerando al colectivo de personas con titulación de FP II o de estudios secundarios no
profesionales, se observa una serie de aspectos relevantes que conviene mencionar:
a) Un 41% de los titulados de FP II de la rama Administrativa trabajan como empleados
administrativos. Teniendo en cuenta al conjunto de categorías administrativas, técnicas y
directivas, la proporción llega al 62,3%, muy por encima del 38,2% de 1995 aunque en cifras
relativamente similares al 60,1% de 1999. No obstante, en relación a 1999 se detecta una mayor
especialización administrativa en la ocupación (41% frente a 30,9%), bajando la proporción de
técnicos.
Sigue, por otra parte, reduciéndose en esta rama la proporción de no ocupados (de 33% en
1995 a 17% en 1999 y 10,7% en la actualidad). Hay que señalar, sin embargo, que la incidencia
de la no ocupación aumenta al 14,8% si se tiene en cuenta conjuntamente a la población activa y
a la potencialmente activa.
b) Entre los titulados de FP II de las ramas de Electricidad y Electrónica, un 67,1% trabaja
como profesional cualificado de la industria o la construcción y un 24,1% como administrativo,
técnico o directivo. Estas cifras reflejan una evolución muy favorable tanto entre los colectivos de
126
trabajadores cualificados (de 56,9% en 1995 a 67,1% en 2003) como en las categorías de técnicos
y directivos (de 17,5% a 24,1%), evolución que se consolida tanto en el periodo 95-99 como en los
últimos cuatro años.
Una tendencia similar se observa en las FP II de Metal, Delineación y Automoción si bien en
este caso el peso relativo de los trabajadores cualificados es mayor (70% frente a 19,1% de
administrativos, técnicos y directivos).
c) En el resto de las ramas de FP II destaca la muy heterogénea distribución profesional de
la población activa correspondiente, con un 32,7% de profesionales cualificados de los sectores no
de servicios, un 19,1% en los ámbitos cualificados del sector servicios y un 34,6% de técnicos y
directivos, una proporción sin duda elevada en el contexto de la FP II. En este grupo, no obstante,
la incidencia de la no ocupación es algo más importante (7,5%, 9,8% si se considera a los
potenciales activos).
d) En el caso de maestros profesionales y peritos mercantiles, grupos dominantes en el
conjunto de otros estudios profesionales asimilados a la FP II, aumenta al 32,9% el colectivo de
técnicos o directivos, si bien el grupo dominante sigue correspondiendo a las profesiones
cualificadas de la industria y demás ramas no de servicios (40,5%).
d) También las formaciones secundarias no profesionales destacan por una distribución
profesional muy heterogénea que incluye un 18,3% de técnicos o directivos y un 14% de
administrativos pero también un 25,8% de personas no ocupadas u ocupadas en trabajos no
cualificados. Los trabajos cualificados constituyen el núcleo dominante, sin embargo, agrupando
un 41,9% del conjunto de activos con este nivel de estudios (20,6% vinculados al sector servicios y
21,3% al resto de sectores).
La importancia de la no ocupación en este colectivo, no obstante, debe ser recalcada. Esta
proporción es del 15,3% entre los activos reales pero llega al 23,5% si se tiene en cuenta a la
población potencialmente activa en sentido amplio.
Vistos los datos presentados en conjunto, si los colectivos de directivos, técnicos,
administrativos y trabajadores cualificados de los servicios predominan en la FP II Administrativa,
en el resto de formaciones profesionales de nivel II y las otras ramas profesionales de nivel II
(78,7, 53,8 y 52,8%, respectivamente), los trabajadores cualificados en sectores no de servicios
resultan dominantes en las ramas de Electricidad-Electrónica y de Metal, Delineación y
Automoción (67,1 y 70%, respectivamente). Los titulados secundarios no profesionales se acercan
al modelo de la FP II Administrativa, con un predominio de los colectivos entonces mencionados,
127
aunque con una menor presencia relativa de técnicos y directivos (18,3% frente a cifras de 21 a
33% en las FP II consideradas).
El impacto de las categorías profesionales menos favorecidas – no cualificados y no
ocupados – resulta muy limitado en la rama de Electricidad y Electrónica (5,5%) así como en el
grupo otros estudios profesionales asimilados a la FP II (peritos mercantiles, maestros
profesionales, etc.), con un 6,7%. En las ramas de Metal, Delineación y Automoción, la incidencia
llega al 10,9%, subiendo al 13,6% en el resto de ramas de FP II. La incidencia de este tipo de
situaciones sigue siendo llamativamente alta en la FP II Administrativa y entre los titulados
secundarios no profesionales, superando niveles del 20% de la población activa (20,1 y 25,8%,
respectivamente, proporciones que aún serían más elevadas si se tuviera en cuenta a la población
potencialmente activa).
Tabla 2.61.
Distribución de la población activa con estudios secundarios por profesión y tipo de estudios
(% verticales)
Profesión
Adminis-trativa.
Electricidad
Metal
Otra FP II
Otra Prof. II
Sec. no prof.
Directivos y técnicos 21,3 15,9 16,9 27,9 32,9 18,3 Administrativos 41,0 8,2 2,2 6,7 12,2 14,0 Cualificados servicios 16,3 3,2 19,1 7,7 20,6 Otros cualificados 1,2 67,1 70,0 32,7 40,5 21,3 No cualificados 9,4 2,5 3,5 6,1 1,8 10,6 No ocupados 10,7 3,1 7,4 7,5 4,9 15,3 No ocupados (con pot.act). 14,8 3,1 7,4 9,8 4,9 23,5 TOTAL 100 100 100 100 100 100
3.3.4.- Población activa con estudios terciarios
En las personas con estudios terciarios destaca sin duda la elevada proporción de técnicos y
directivos dentro de la población activa. Entre los hombres, la proporción se sitúa en un 87% en
los mayores de 45 años y en un 80,8% en las personas de 35 a 44 años. La proporción baja
claramente pero sigue siendo dominante, con un 61,2%, entre los menores de 35 años. Este
descenso se asocia a la importancia que en este grupo de edad sigue teniendo la no ocupación,
con un 17,3% (frente a cifras inferiores al 3% en los demás casos).
Sin embargo, a diferencia de lo observado entre 1995 y 1999, con un aumento notable de la
proporción de técnicos y directivos (del 53,7 al 63% en los más jóvenes, del 74 al 81,1% en las
edades intermedias y del 80,8 al 90,7% en los mayores de 45 años), los índices caen ligeramente
en los últimos cuatro años.
128
El peso dominante, entre los titulados universitarios, de las profesiones directivas o técnicas
vuelve a reproducirse entre la mujer, si bien con una incidencia algo inferior. Así, la proporción es
del 51,4 % entre las menores de 35 años, llegando a cifras cercanas al 80% entre las mujeres
mayores de 35 años. Al igual que sucedía entre los hombres, se observa una ligera caída en la
proporción de técnicos y directivos en los últimos cuatro años pero, en este caso, únicamente
entre las mujeres mayores de 45 años, aumentando todavía la proporción de directivos y técnicos
entre las mujeres menores de 45 años (de 47,2 a 51,4% en las mujeres menores de 35 años y de
75,9 a 78,3% en las de 35 a 44 años).
Un rasgo ocupacional a destacar es que una parte significativa de los activos considerados se
mueven en el ámbito de los empleos administrativos. La incidencia de esta situación es más
llamativa en la mujer, con cifras de alrededor del 8% a partir de los 35 años y de 14,7% en las
menores de 35 años, pero también tiene una incidencia relevante (8,2%) en el caso de los
hombres mayores de 45 años.
En cuanto a la incidencia de la ausencia de ocupación y de los trabajos no cualificados,
resulta todavía superior al 20% entre los menores de 35 años (22,2% entre los hombres y 21,3%
entre las mujeres) y de 8,3% entre las mujeres de 35 a 44 años, situándose en cifras cercanas al
5%, o por debajo de esta cifra, entre las mujeres mayores de 45 años y entre los hombres
mayores de 35 años. Hay que destacar, sin embargo, que la problemática de la mujer es algo
mayor de lo señalada ya que la toma en consideración del colectivo de activos potenciales refleja,
en realidad, una incidencia bastante superior de la no ocupación, en particular entre las mujeres
mayores de 35 años. Así, si la no ocupación pasa de afectar, al tener en cuenta a los activos
potenciales, de 17,1 a 18,5% de las mujeres con estudios terciarios menores de 35 años, la tasa
pasa de 5,2 a 8,9% entre las mujeres de 35 a 44 años y de 2,9 a 9,1% entre las mujeres mayores
de 45 años. Las cifras no varían sustancialmente, en cambio, entre los hombres.
129
Tabla 2.62.
Distribución de la población activa con estudios terciarios por profesión, sexo y edad
(% verticales)
Profesión Hombre
<35 Hombre 35-44
Hombre ≥45 Total
Mujer <35
Mujer 35-44
Mujer ≥45 Total
Estudios Terciarios
Direct. y técnicos 61,2 80,8 87,0 74,7 51,4 78,3 81,3 64,6 69,2 Administrativos 4,9 8,2 4,3 14,7 7,6 8,4 11,5 8,2 Cual. servicios 4,2 7,0 3,9 11,0 4,4 5,0 8,0 6,1 Otros cualificados 7,5 7,8 3,6 6,5 1,7 1,3 1,3 3,7 No cualificados 4,8 1,9 2,6 4,2 3,2 2,4 3,6 3,1 No ocupados 17,3 2,5 1,2 8,0 17,1 5,2 2,9 11,1 9,7 No oc. (con p.act). 18,1 2,5 1,2 8,4 18,5 8,9 9,1 13,9 11,4 TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
Entre los titulados medios, los estudios que reflejan una mayor penetración en las
ocupaciones directivas o técnicas son los profesionales de la salud, fundamentalmente ATS, con
un 95,3% en la actualidad (85,7% en 1999). La proporción se sitúa por encima del 70% en las
Ingenierías Técnicas y entre el Profesorado de EGB. Sin embargo, mientras en el primer caso se
detecta un cierto deterioro del indicador en los últimos años (de 81,6 a 71,5% entre 1999 y 2003),
en el segundo se observa un notable incremento (de 68,1 a 78,2%). La proporción baja al 55% en
el caso de los estudios especializados medios.
En el resto de estudios universitarios medios, la proporción se reduce drásticamente,
situándose en un 41,7% (37,9% en 1999). En este caso aumenta notablemente el peso de los
trabajadores administrativos y de los trabajadores cualificados del sector servicios (38,8%) pero
también el de no ocupados o trabajadores no cualificados (14,2%, bastante por debajo no obstante
del 19,9% de 1999).
Es importante destacar el notable aumento del índice de acceso a ocupaciones directivas y
técnicas en estas categorías entre 1995 y 2003: de 55,4 a 71,5% entre los ingenieros técnicos
(aunque con tendencia negativa desde 1999); de 60 a 95,3% en las profesiones sanitarias, de 24,2
a 41,7% en el resto de estudios medios. La proporción se mantiene, en cambio, estable en el
Profesorado de EGB (78,9% en 1995 y 78,2% en la actualidad, aunque después de llegar a caer
en 1999 a 68,1%).
En cuanto a la proporción de no ocupados o trabajadores no cualificados, aumenta de forma
llamativa entre 1999 y 2003, hasta llegar al 14,3% entre los ingenieros técnicos (7,3% en 1999),
proporción similar a la de los otros titulados medios (14,2%, por debajo en este caso del 19,9% de
1999). La incidencia es mucho menor en el Profesorado de EGB (7,6%) y en las profesiones
sanitarias (2,3%).
130
Debe mencionarse la existencia de un núcleo de paro potencial de cierta importancia entre los
titulados medios. En este sentido, la tasa de no ocupación pasa de 7,3 a 9,6% al tener en cuenta a
los activos potenciales. Salvo entre los titulados de Ingenierías Técnicas, esta problemática está
relativamente presente en los demás casos, aumentando la tasa de 2,2 a 4,1% entre el
Profesorado de EGB, de 2,3 a 8% en las profesiones sanitarias y de 12,2 a 15,2% en el resto de
titulaciones medias.
Tabla 2.63.
Distribución de la población activa con estudios terciarios medios por profesión y tipo de estudios
(% verticales)
Profesión Ingeniería Técnica
Profeso-rado de
EGB Prof.
sanitarias
Otros estudios medios
Esp. medios
Terciarios medios
Directivos y técnicos 71,5 78,2 95,3 41,7 55,0 66,7 Administrativos 1,2 6,3 25,7 10,5 Cualificados servicios 7,9 2,4 13,1 45,0 7,7 Otros cualificados 13,0 5,3 4,6 No cualificados 3,6 5,4 2,0 3,1 No ocupados 10,7 2,2 2,3 12,2 7,3 No ocupados (con p.act). 10,7 4,1 8,0 15,2 9,6 TOTAL 100 100 100 100 100 100
Entre las personas activas con estudios universitarios de nivel superior, la titulación que da
origen en estos momentos a una mayor proporción de técnicos o directivos es la medicina
(96,8%), seguida por las Ingenierías Superiores (80,5%), Derecho (75,8%) y otros estudios
terciarios (72,4%). La cifra se sitúa alrededor del 66% en la mayor parte del resto de ramas,
bajando únicamente por debajo de estas cifras en los estudios de Filosofía y Letras (57,1%).
La evolución reciente es, sin embargo, diferente según el tipo de estudio. De esta forma, si el
índice de penetración entre directivos y técnicos aumenta entre los licenciados en Económicas (de
63,4 a 65,3%), Derecho (de 68,6 a 75,8%), Medicina (de 91,4 a 96,8%) y otros estudios terciarios
(de 65,5 a 72,4%), se reduce de forma llamativa entre las Ingenierías Superiores (de 90,2 a
80,5%), Informática, Ciencias Naturales y Exactas (de 76,1 a 67,7%), Filosofía y Letras (de 62,9 a
57,1%) y estudios especializados superiores (de 94,8 a 64,7%). En conjunto, la proporción de
titulados terciarios superiores ocupados como técnicos o directivos baja del 71,8 al 70,7% de la
población activa de referencia (en contraste con el aumento del 62,8 al 66,7% entre los titulados
medios).
Debe mencionarse que la evolución considerada contrasta con la tendencia generalmente
expansiva observada entre 1995 y 1999. Sólo el grupo de otros estudios terciarios veía en ese
131
momento perder su índice de participación en trabajos técnicos o directivos. Esta evolución
negativa parece haber contagiado a otros tipos de estudios superiores, en especial en el ámbito
asociado a las ciencias físicas y naturales.
El índice de desocupación o de participación en trabajos no cualificados resulta todavía
importante en algunas carreras, particularmente en estudios especializados (23%), superando
igualmente el nivel del 10% en las Ingenierías Superiores (10,7%), Informática, Ciencias Naturales
y Exactas (14,5%), Económicas (12,7%) y otros estudios terciarios (13,5%). No obstante, el nivel
más elevado corresponde a Filosofía y Letras, con un 24%. El indicador baja al 9% en Derecho y
al 3,2% en Medicina.
A diferencia de los estudios medios, en este caso el aumento de la no ocupación que pudiera
asociarse a la toma en consideración de los colectivos potencialmente activos se reduce a algunas
categorías, fundamentalmente al resto de titulaciones terciarias. En este caso, la tasa aumenta de
11,4 a 18%.
Tabla 2.64.
Distribución de la población activa con estudios superiores por profesión y tipo de estudios
(% verticales)
Profesión
Ing. superior
es
Ciencias y
Exactas Filosofía y Letras
Económicas Derecho Medicina
Otros terciarios
Esp.
Supe-riores
Terciarios superiores
Directivos y técnicos 80,5 67,7 57,1 65,3 75,8 96,8 72,4 64,7 70,7 Administrativos 1,5 5,7 6,1 16,9 13,2 6,8 Cual. servicios 7,1 9,2 3,8 2,0 7,7 12,2 5,2 Otros cualificados 7,3 5,0 3,7 1,3 6,4 3,2 No cualificados 1,9 2,3 7,2 3,4 3,2 2,1 3,4 3,1 No ocupados 8,7 12,2 16,8 9,3 9,0 11,4 19,6 11,1 No oc. (con p.act). 9,6 13,4 17,9 9,3 9,0 18,0 19,6 12,5 TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
132
III.- LA EXPERIENCIA PROFESIONAL
133
LA EXPERIENCIA PROFESIONAL
En el año 2003, 92.906 de las 996.418 personas activas disponibles en el mercado laboral
vasco se encuentran desocupadas. Esta cifra supone que un 9,3% de la población activa total se
encuentra en una situación de no ocupación o paro, en el sentido amplio delimitado en este
estudio. Esta proporción es notablemente inferior al 16,8% observado en 1999 y, más nítidamente
aún, al 24,3% registrado en el año 1995.
A pesar de la positiva evolución observada, lo cierto es que el potencial ocupacional es
todavía muy elevado. Además, al 9,3% de personas ocupadas que hemos analizado hay que
añadir el que representa la población potencialmente activa, esto es el colectivo que podría
acceder al empleo en determinadas circunstancias, aún cuando no se encuentre estrictamente
disponible en la actualidad. Entendida desde ese punto de vista, la no ocupación afecta hasta un
total de 147.295 personas, un 14% del total del colectivo total de activos y potencialmente activos.
Por tanto, a la vista de los datos señalados, aunque es evidente que en determinados
sectores y ocupaciones pueda darse algún problema de disponibilidad de mano de obra, lo cierto
es que globalmente la oferta de fuerza de trabajo sigue siendo en el caso vasco superior, en
términos meramente cuantitativos, a la demanda expresada por las empresas.
Tabla 3.1.a
Población activa por su relación con la actividad
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Ocupado 903.512 90,7 No ocupado 92.906 9,3 TOTAL 996.418 100
Tabla 3.1.b
Población activa y potencialmente activa por su relación con la actividad.
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Ocupado 903.512 86,0 No ocupado 147.295 14,0 TOTAL 1.050.807 100
En este capítulo profundizaremos en las características de la población activa y
potencialmente activa en términos de su experiencia ocupacional real. Esta experiencia, junto a la
formación reglada de partida, constituye el principal elemento de cualificación de la población
activa.
134
Nos acercaremos al análisis de la experiencia ocupacional analizando dos aspectos
diferenciados:
1. Las características de la ocupación actual, en el caso de personas ocupadas.
2. La principal experiencia laboral, posterior a 1.998, de las personas actualmente no
ocupadas.
Antes de profundizar en estos aspectos, sin embargo, conviene situar brevemente al colectivo
que vamos analizar respecto a algunos indicadores generales relativos al acceso al mundo activo
y al sistema productivo.
A este respecto, es preciso señalar que nos enfrentamos a una población que, de forma
mayoritaria, ha entrado muy recientemente en el mundo activo. En este sentido, un 44,2% de los
activos reales ha accedido por primera vez al mercado de trabajo con posterioridad a 1989, es
decir hace menos de 15 años. Otro 33% entró en la actividad en el periodo comprendido entre
1974 y 1988, accediendo a la actividad con anterioridad, es decir hace 30 o más años, un 23% de
los activos actuales. Los activos potenciales tienen unos rasgos similares en lo relativo a la
proporción de personas que acceden por primera vez a la actividad en los últimos 15 años (45,4%)
pero destacan por una mayor proporción de activos históricos (29,9% de ellos accedieron hace
más de 30 años al mercado de trabajo por 23% entre los activos reales).
Los datos evidencian sin embargo, respecto a 1999, un mayor tiempo de presencia en el
mercado de trabajo en el colectivo analizado. De esta forma, se observa una caída de la
proporción de personas que llevan menos de 15 años en dicho mercado: 44,1% frente a 49,2% en
1999.
Tabla 3.2.
Número de años desde la entrada inicial en la actividad
Población activa y potencialmente activa
(% verticales)
Número de años % activos %
pot.activos % total 35 o más años 14,5 17,8 14,7 30-34 años 8,5 12,1 8,6 25-29 años 10,6 12,4 10,7 20-24 años 9,5 6,2 9,3 15-19 años 12,9 6,2 12,6 10-14 años 12,1 6,8 11,9 5-9 años 16,6 8,4 16,1 < 5 años 15,4 30,2 16,2 Total 100 100 100
135
La estructura señalada se traslada en lo fundamental, entre la población activa, al acceso
inicial efectivo a una primera actividad laboral, con un 21,9% de primeros ingresos en el sistema
productivo hace más de 30 años, un 31,9% entre 15 y 29 años y un 44,3% hace menos de 15
años, con un 1,9% aún esperando a acceder a su primer empleo. La concordancia observada en
el acceso inicial a la actividad y al empleo evidencia la tendencia al automatismo en el acceso a la
actividad y a la ocupación.
Como sucedía con el acceso a la actividad, el acceso al empleo muestra un mayor nivel de
antigüedad en el año 2003. De esta forma, si en 1999 era un 48,4% el que había accedido por
primera vez a la actividad en los últimos 15 años, en el año 2003 esta proporción se reduce a
44,3% entre la población activa. Otro dato a destacar, ya mencionado en capítulos anteriores, es
la caída de la proporción de personas aún a la espera de un primer empleo, que cae del 3,7% de
1999 al 1,9% actual.
Un aspecto a destacar en este punto es que el periodo de acceso a la experiencia laboral es,
en el caso de las personas potencialmente activas, muy anterior al que se observa entre la
población activa. De esta forma, descontando al colectivo sin experiencia, apenas un 32,2%
accedió al primer empleo en los últimos 15 años por 45,2% entre los activos reales. La principal
diferencia se asocia a los que entraron hace más de 30 años en su primer empleo (38,2% frente a
22,3% entre los activos reales).
Estos datos reflejan que, en buena medida, los rasgos propios de las personas
potencialmente activas se asocian, o bien a una ausencia completa de experiencia laboral (27,9%
del total frente a 1,9% de los activos reales), o a un tiempo de experiencia laboral muy alto,
superior a los 15 años. Un 67,8% de los activos potenciales con experiencia se encuentran en esta
última situación (frente al 54,8% de los activos reales).
136
Tabla 3.3.
Número de años desde el acceso inicial a una actividad laboral.
Población activa y potencialmente activa
(% verticales)
Número de años % activos %
pot.activos % total 35 o más años 13,5 15,8 13,7 30-34 años 8,3 11,7 8,5 25-29 años 10,5 11,1 10,5 20-24 años 8,7 5,6 8,5 15-19 años 12,8 4,6 12,3 10-14 años 11,9 6,2 11,6 5-9 años 16,0 5,7 15,5 < 5 años 16,4 11,3 16,2 No ha entrado aún 1,9 27,9 3,2 Total 100 100 100
Analizando, para las personas actualmente ocupadas, el periodo de acceso a la empresa en
la que actualmente desarrollan su actividad laboral, comprobamos la existencia de un cierto
desfase respecto al periodo inicial de acceso a la actividad. Así, sólo un 8,2% accedió a su actual
empresa hace más de 30 años y un 22,1% entre 15 y 29 años, entrando el 69,7% restante a la
actual empresa desde hace menos de 15 años. En realidad, la mayoría de la actual población
ocupada, un 58,1%, se incorporó por primera vez a su actual empresa en los últimos 10 años y
hasta un 39,2% en los últimos 5 años. Estos datos son muy similares a los de 1999 lo que refleja
que, si bien la mayor parte de la población lleva más años en el mercado de trabajo y en el
sistema productivo en general, el tiempo medio en la empresa tiende a mantenerse respecto a
años anteriores, lo que indica un nivel de movilidad relativamente importante.
La estructura señalada en relación con el acceso a la empresa se refleja en cambio en la
distribución de la ocupación actualmente desempeñada, observándose realmente muy escasas
diferencias, lo que indica una tendencia limitada a la movilidad funcional dentro de las empresas.
137
Tabla 3.4.
Población ocupada por el número de años desde el acceso inicial a la empresa y a la ocupación
actual
(Datos absolutos y % verticales)
Acceso a la empresa actual Acceso a la ocupación actual Número de años Abs. % verticales Abs. % verticales 35 o más años 30.796 3,4 26.382 2,9 30-34 años 43.446 4,8 38.857 4,3 25-29 años 66.522 7,4 61.915 6,9 20-24 años 55.988 6,2 56.738 6,3 15-19 años 77.175 8,5 73.575 8,1 10-14 años 104.652 11,6 106.019 11,7 5-9 años 170.798 18,9 172.744 19,1 < 5 años 354.135 39,2 367.282 40,7 Total 903.512 100 903.512 100
1-. AÑOS DE EXPERIENCIA EN LA OCUPACIÓN ACTUAL
A la hora de valorar la experiencia ocupacional de la población activa, resulta claro que uno
de los elementos determinantes es evidentemente el tiempo de experiencia en la ocupación
actualmente desempeñada.
Teniendo en cuenta esta variable, la población activa de la CAE puede dividirse en los
siguientes grandes grupos:
a) El colectivo de los que llevan 10 o más años en la misma ocupación representa un
36,5% de la población activa total y un 40,2% de la población ocupada. Aunque aumenta
notablemente, respecto a 1999, la proporción de activos en esta situación (de 33,4 a 36,5%), el
peso en la población ocupada se mantiene relativamente estable (40,1% en 1999).
b) Los cambios observados en el colectivo de los que llevan entre 3 y 9 años en la misma
ocupación también evidencian que la dinámica laboral del período 1999-2003 ha incidido de forma
favorable en el nivel de experiencia de la población activa de la CAPV. En este sentido, el
colectivo de personas que disponen de 3 a 9 años de experiencia ha experimentado un
crecimiento significativo respecto a 1999, alcanzando en el 2003 un 29,7% de la población activa y
un 32,8% de la ocupada, frente al 22,7% y 27,4% de 1999, respectivamente.
c) Esta dinámica ha provocado la disminución del peso relativo de la población con menos
de 3 años de experiencia en la ocupación actual, pasando del 27,1% y el 32,6% de 1999 al 24,5%
y el 27,0% de 2003 (sobre la población activa total y la ocupada, respectivamente).
138
d) Finalmente, el grupo de los que no tienen actualmente ocupación, que representan un
9,3% de la población activa, notablemente por debajo del 16,8% de 1999.
Tabla 3.5.
Años de experiencia en la ocupación actual. Población activa y ocupada
(Datos absolutos y % verticales)
Años de experiencia Datos
absolutos
Población activa % v.
Población ocupada
% v. Menos de 3 años 243.781 24,5 27,0 3-4 años 123.501 12,4 13,7 5-9 años 172.744 17,3 19,1 10-14 años 106.019 10,6 11,7 15-19 años 73.575 7,4 8,1 20-24 años 56.738 5,7 6,3 25-29 años 61.915 6,2 6,9 30 o más años 65.238 6,5 7,2 No ocupado 92.906 9,3 0,0 TOTAL 996.418 100 100
El análisis de los datos relativos al periodo 1995-2003 refleja, como elemento fundamental a
largo plazo el incremento de la población con al menos 3 años de experiencia. De esta forma,
entre la población activa, la proporción de personas en esta situación pasa de 58,3% en 1995 a
66,2% en el año 2003. Este aumento se asocia sobre todo a la consolidación a partir de 1999 de
puestos de trabajo creados en el periodo 1995-1999. De ahí que descienda, entre 1999 y 2003, la
proporción de personas con menos de 3 años de experiencia en la ocupación actual en beneficio
de las personas con 3 o más años de experiencia (cuyo peso había bajado al 56,1% en 1999).
Los datos confirman, en este sentido, la notable aceleración del ritmo de crecimiento del
volumen de activos con 3 o más años de experiencia en la ocupación actual entre 1999 y 2003 (de
4,4% en el periodo 95-99 a 31,6% en el 99-03 en lo relativo a las personas con 3 a 9 años de
experiencia y de 1,3 a 10% en aquellas con 10 o más años de experiencia). En cambio, después
de crecer un 60,5% entre 1995 y 1999, el volumen de personas con menos de 3 años de
experiencia cae un 9,2% a partir de 1999. Aún así, sigue siendo muy superior la proporción de
personas con menos de 3 años en su actual ocupación en 2003 que en 1995 (24,5% por 18%,
alcanzándose un máximo de 27,1% en 1999).
Por supuesto, el aumento de los colectivos ocupados, tanto de los que tienen más o menos
de 3 años de experiencia, determina la ya mencionada caída del volumen de colectivos activos en
situación de no ocupación laboral, incrementándose el ritmo de descenso en los últimos cuatro
años (-24,3% entre 1995 y 1999 y -44,2% entre 1999 y 2003).
139
Tabla 3.6.
Evolución del número de años de experiencia en la ocupación actual.
(% verticales y tasas de crecimiento de la población en cada situación, en %)
Años de experiencia 1995 1999 2003 % crec.
1995-1999 % crec.
1999-2003Menos de 3 años 18,0 27,1 24,5 60,5 -9,2 3-9 años 23,2 22,7 29,7 4,4 31,6 10 o más años 35,1 33,4 36,5 1,3 10,0 No ocupado 23,7 16,8 9,3 -24,3 -44,2 TOTAL 100 100 100 6,6 0,6
La dinámica descrita ha supuesto el crecimiento de la experiencia promedio1 que pasa de
8,28 años en 1999 a 9,48 en el 2003. Esta evolución supone un cambio en la tendencia observada
entre 1995 y 1999 cuando disminuyó la experiencia promedio, partiendo de la cifra de 8,44 años
en 1995.
El fuerte incremento observado en la media de experiencia ocupacional para el conjunto de la
población activa se asocia en gran medida a la caída de la desocupación. Si se analiza la media
de experiencia de la población ocupada en sentido estricto, de hecho, el impacto del masivo
acceso a un nuevo empleo observado en la segunda mitad de la década de los 90 todavía
determina un nivel medio de experiencia inferior en 2003 al observado en 1995 (10,46 años frente
11,06 en dicha fecha, después de la caída observada en 1999, situándose entonces el índice en
9,95 años).
1 La experiencia promedio se calcula como el número de años de ocupación del empleo por la población ocupada, imputando un nivel cero a la población no ocupada.
140
1.1.- La experiencia laboral según características sociodemográficas
El nivel de experiencia laboral se asocia con claridad al sexo y a la edad. En este sentido,
entre la población activa se constata de una parte una fuerte diferencia en las cifras medias de
experiencia en la ocupación actual por sexo, con 3,34 años de experiencia media en favor de los
hombres (10,88 por 7,54 entre las mujeres). En términos evolutivos, el aumento de la experiencia
media es claramente mayor entre los hombres (de 9,63 a 10,88, con un incremento de 1,25
puntos) que entre las mujeres (de 6,38 a 7,54, con un aumento de 1,16 puntos).
Se constata igualmente el lógico incremento de los años de experiencia conforme se aumenta
la edad, pasándose de apenas 1,20 años de años de experiencia media entre los menores de 25
años activos a los 20,85 años de los mayores de 55 años.
Sobresale, en lo relativo a la edad, el corte que se da entre la población activa mayor y menor
de 40 años, con niveles de experiencia medios superiores a la media vasca a partir de los 40 años
que, en cambio, resultan muy inferiores a dicha media en el caso de los menores de esa edad. El
corte en el número medio de años en la ocupación resulta de hecho sustancial entre los activos de
35 a 39 años (7,17 años) y los de 40 a 44 años (11,39), muy superior al que se observa al pasar
de una generación a otra en los demás casos.
El mencionado corte se producía en 1995 a los 35 años, lo que refleja el aumento de la
movilidad en la ocupación de las nuevas generaciones. Esta realidad se percibe con claridad si
comprobamos que, en 1995, los activos de 35 a 39 años tenían, por término medio, 9,09 años de
ocupación en sus empleos, proporción que cae al 6,69 en 1999, recuperándose sólo muy
ligeramente en el año 2003 (7,17). Además, si se observa en general entre 1999 y 2003 una
recuperación de la media de años de ocupación – salvo entre las personas de 30 a 34 años -, lo
cierto es que es normalmente bastante pequeña.
En general las diferencias señaladas se asocian a una combinación de los efectos
relacionados con la mayor o menor incidencia del desempleo y la mayor o menor incidencia,
dentro del colectivo de ocupados, del tiempo medio de experiencia en la ocupación actual.
Considerando las diferencias en los niveles de experiencia media en la ocupación entre
activos y el conjunto compuesto por activos y potencialmente activos, destaca la fuerte caída del
nivel medio en el caso de la mujer (de 7,54 a 6,82, frente a la caída de 10,88 a 10,70 entre los
hombres). Por otra parte, la mencionada caída se asocia claramente a la edad, con diferencias
crecientes pero pequeñas entre los menores de 40 años que, sin embargo, ya llegan a 0,49 puntos
entre las personas de 40 a 44 años y superan el punto a partir de los 45 años.
141
Tabla 3.7.
Indicadores generales relativos al número de años de experiencia en la ocupación actual por sexo
y por edad.
Ocupados
% de personas no
ocupadas
Años medios en ocupación
actual (1) 2003
Años medios en ocupación
actual (2) 2003
Años medios en ocupación
actual (2) 1999
Años medios en ocupación
actual (3) 2003
Sexo Varón 538.753 6,8 11,68 10,88 9,63 10,70 Mujer 364.759 12,8 8,65 7,54 6,38 6,82 Edad < 25 años 69.897 22,3 1,55 1,20 0,78 1,09 25-29 años 146.089 14,1 3,04 2,61 2,25 2,55 30-34 años 118.355 10,7 4,78 4,27 4,76 4,09 35-39 años 138.840 7,3 7,73 7,17 6,69 6,94 40-44 años 123.010 6,6 12,20 11,39 11,05 10,91 45-49 años 106.776 4,8 15,91 15,14 14,40 14,05 50-54 años 99.063 4,6 18,54 17,68 16,55 16,61 >= 55 años 101.482 4,7 21,87 20,85 20,40 19,38 TOTAL 903.512 9,3 10,46 9,48 8,28 8,99 (1) Población actualmente ocupada (2) Población activa (3) Población activa y potencialmente activa total
El análisis conjunto por sexo y edad revela que el número medio de años de experiencia en la
ocupación de la población activa es inferior a la media de la Comunidad Autónoma en los menores
de 35 años, tanto en hombres como en mujeres (3,16 y 2,47 años, respectivamente). También
resulta inferior a la media vasca, sin embargo, en el caso de las mujeres de 35 a 44 años (7,58).
En cambio, aumenta claramente entre los hombres mayores de 35 años, especialmente en el caso
de los mayores de 45 años (19,41 años por 10,37 en los de 35 a 44 años). Las cifras de las
mujeres mayores de 45 años también resultan elevadas (15,13 años). Debe destacarse una
distancia creciente en el número de años de experiencia a favor de los hombres conforme
aumenta la edad. Así, si es de apenas 0,69 puntos entre los menores de 35 años, llega ya a 2,79
puntos entre los 35 y 44 años para situarse en 4,28 a partir de los 45 años.
Sin embargo, las diferencias por sexo, aún significativas, no son tan grandes como cabía
esperar, constatándose en realidad niveles mucho más parecidos de experiencia en la ocupación
entre hombres y mujeres, particularmente si se considera en exclusiva a la población actualmente
ocupada. A este nivel de hecho, la máxima diferencia es la que se da entre los hombres y mujeres
mayores de 45 años (20 años en los hombres por 16,41 en las mujeres) y sigue siendo
relativamente pequeña. Esto revela la incidencia diferencial de la no ocupación entre las mujeres
como elemento explicativo añadido de las fuertes diferencias observadas. En este sentido,
además de diferencias importantes en los niveles de experiencia en función del sexo, para la
población efectivamente ocupada, incide igualmente la proporción de no ocupados dentro de la
142
población activa, proporción que resulta siempre sustancialmente mayor entre las mujeres. Este
factor se asocia, además de a la situación de precariedad diferencial de la mujer, a una mayor
disponibilidad para el empleo entre mujeres anteriormente claramente orientadas a la no actividad
laboral.
Por supuesto, dado que el elemento determinante es la no ocupación, la distancia no hace
sino aumentar cuando consideramos a los activos respecto a los ocupados y cuando, respecto a
los activos, contemplamos al conjunto de activos y activos potenciales, reflejándose entonces la
distancia creciente existente entre el hombre y la mujer. Esta distancia no hace sino aumentar,
además, con la edad. Así, si entre los ocupados, la diferencia es de 0,60 años medios a favor de
los hombres menores de 35 años respecto a la mujer, apenas sube a 0,75 al considerar al
conjunto de activos y potencialmente activos. En las personas de 35 a 44 años, la diferencia pasa
ya de 2,35 a 3,38 puntos. El mayor impacto se da entre las personas de 45 y más años,
incrementándose la diferencia de 3,59 a 6,35 puntos. Y es que el impacto de los activos
potenciales en la caída de las cifras medias se observa sobre todo en las mujeres mayores de 35
años.
Tabla 3.8.
Indicadores generales relativos al número de años de experiencia en la ocupación actual por sexo
y edad
Ocupados
% de personas no
ocupadas
Años medios en ocupación
actual (1) 2003
Años medios en ocupación
actual (2) 2003
Años medios en ocupación
actual (2) 1999
Años medios en ocupación
actual (3) 2003
Hombres <35 188.722 12,3 3,61 3,16 2,82 3,06 Hombres 35-44 151.420 4,2 10,82 10,37 9,86 10,36 Hombres >= 45 198.611 2,9 20,00 19,41 18,22 19,18 Hombres 538.753 6,8 11,68 10,88 9,63 10,70 Mujeres <35 145.619 17,8 3,01 2,47 2,33 2,31 Mujeres 35-44 110.431 10,5 8,47 7,58 7,65 6,98 Mujeres >= 45 108.709 7,8 16,41 15,13 14,39 12,83 Mujeres 364.759 12,8 8,65 7,54 6,38 6,82 TOTAL 903.512 9,3 10,46 9,48 8,28 8,99 (1) Personas actualmente ocupada (2) Población activa (3) Población activa y potencialmente activa total
143
1.2.- La experiencia laboral en la ocupación actual según el tipo de ocupación, empresa y relación contractual
Analizados en el apartado anterior los condicionantes socio-demográficos de la experiencia
laboral, podemos pasar a considerar las cuestiones más directamente vinculadas a la relación
entre características de la ocupación desempeñada por la población con acceso al sistema
productivo y los niveles de experiencia laboral.
Empezando con la variable profesión, se constata que los mayores niveles de experiencia
profesional se asocian en general a las profesiones más directamente vinculadas a los ámbitos
especializados de los sectores no de servicios, a la población administrativa y, en menor medida, a
directivos y técnicos.
En el caso de los trabajadores cualificados de la agricultura, la industria y la construcción, el
tiempo medio en la ocupación actual se sitúa en 12,38 años, por encima de los 11,37 años de
1999. En muchos ámbitos ocupacionales de este tipo de profesiones, el mencionado nivel se
supera además de forma llamativa. Así ocurre en las profesiones vinculadas a la agricultura y a la
pesca – con cifras medias por encima de los 20 años de experiencia –, entre algunos tipos de
encargados, como los del metal (16,21 años) o los relacionados con instalaciones industriales fijas
(16,44 años), o entre los operarios de esta rama de actividad (16,41 años). En este tipo de
profesionales, sin embargo, el número medio de años en la ocupación actual es siempre muy
elevado, superando normalmente la media vasca. El número medio de años sólo cae ligeramente
por debajo de los 10 años en algunas categorías de trabajadores de la construcción (encargados y
trabajadores relacionados con obras estructurales de la construcción) así como entre los
operadores de maquinaria móvil.
El número de años medios en la ocupación es muy similar al señalado para los trabajadores
cualificados de los sectores no de servicios entre la población con un empleo de tipo
administrativo, situándose en 12,13 años, por encima igualmente de los 11,27 años registrados en
1999. En este tipo profesional, no obstante, se detectan notables diferencias internas. Así, se
observan en general niveles claramente superiores a la media vasca entre los auxiliares sin
relación con el público: operadores de máquinas de oficina (17,36 años), empleados
administrativos ligados a la producción (13,04) y otros auxiliares sin relación de atención al público
(13,56 años). En cambio, la media de ocupación resulta muy baja, cayendo además respecto a lo
observado en 1999, entre empleados de correos (4,40), recepcionistas (8,13) y cajeros (8,93). El
resto de auxiliares administrativos con atención al público se coloca en una posición intermedia,
cercana a la media vasca (10,45 años).
144
El nivel de experiencia cae sustancialmente, aunque se sitúa prácticamente en la media
vasca, en el caso de los directivos y técnicos, con 10,37 años de experiencia por término medio. A
diferencia de los dos grupos mencionados hasta ahora, en este caso se observa además una
pequeña caída respecto a 1999 (10,42 años).
Al igual que lo que se observaba entre los administrativos, en este grupo se detectan no
obstante situaciones muy diferentes a nivel interno. En algunos casos, la media de años en la
ocupación supera la media vasca. Así ocurre en el caso de los gerentes de empresas privadas (13
años), los técnicos y titulados medios o superiores de sectores como la sanidad, la enseñanza o el
derecho (con cifras que oscilan entre 11 y 13 años de experiencia media) y los técnicos ingenieros
(10,48). En otras categorías de técnicos, sin embargo, se registran niveles de experiencia mucho
más bajos, notablemente inferiores a la media vasca. Así ocurre con las Fuerzas Armadas (3,30
años), los directivos del sector público (6,78 años), los ingenieros técnicos y superiores (9,83 y
8,46 años, respectivamente), los titulados superiores en ciencias sociales (6,99), los escritores y
artistas (8,19), otros titulados medios (9,33) y, en general, los técnicos de apoyo en los ámbitos
financiero, comercial y administrativo.
A diferencia de los grandes grupos profesionales considerados hasta ahora, entre los demás
trabajadores del sector servicios (profesiones de la hostelería, comercio, restauración, servicios
personales, etc.) así como en los ámbitos profesionales no cualificados de la industria y los
servicios cae de forma sustancial el número medio de años de experiencia. Esta media se sitúa en
7,34 años en el caso de los trabajos no cualificados y en 7,86 en el de las profesiones más
cualificadas del sector servicios. A pesar de todo, en estos grupos se detecta un aumento reciente
de la media de años en la ocupación: de 6,43 a 7,86 en el caso de los trabajadores cualificados
del sector servicios y de 7,29 a 7,34 años en el de los colectivos no cualificados.
Entre los trabajadores cualificados de los servicios, las cifras reflejan siempre niveles de
ocupación inferiores a la media, aún cuando la media de ocupación se acerca actualmente a los
10 años entre los trabajadores de los servicios de seguridad (9,64) y entre los dependientes de
comercio (9,19). Entre los trabajadores no cualificados, por contra, en algunas categorías
profesionales se supera en la actualidad la media vasca como consecuencia de un notable
aumento en los últimos años de la estabilidad en los empleos de referencia. Así ocurre
fundamentalmente con los peones agrícolas y de la industria, los conserjes y los trabajadores no
cualificados del comercio, grupos profesionales todos ellos con entre 11 y 14 años de ocupación
media en el actual empleo. Los niveles de estabilidad resultan en cambio muy bajos, inferiores a 7
años, entre los trabajadores del servicio doméstico y la limpieza, el resto de trabajadores no
cualificados de los servicios y los peones de la construcción y del transporte.
145
Un dato a resaltar es que los grupos cualificados o semi-cualificados de la industria y la
agricultura concentran hasta un 40,4% del total de años laborales correspondientes a los empleos
actualmente existentes por un 39,1% del total acumulado correspondiente al personal directivo,
técnico y administrativo, lo que refleja una vuelta a la situación de 1995 (con cifras de 41,3 y
38,2%, respectivamente) que contrasta con el mayor peso del colectivo de directivos, técnicos y
administrativos en 1999 (los porcentajes eran de de 39,3 y 44,1% en dicho año). El 20,5% restante
corresponde al trabajo no cualificado y al cualificado del sector servicios, cifra similar a la de 1995
pero que bajó al 16,6% en 1999. En definitiva, los datos indican una vuelta a la estructura
acumulada de experiencia ocupacional en el empleo observada en 1995, aunque basada en este
caso en un volumen muy superior de actividad y de ocupación.
Tabla 3.9.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por profesión
Profesión Datos
absolutos
Años medios en ocupación
actual
Total años en ocupación
actual Fuerzas Armadas 902 3,30 2981 Directivos sect. público 1036 6,78 7017 Dir-ger. empresas privadas 38975 13,00 506713 Ingenieros 12808 8,46 108410 Tit. sup. sanidad y c. naturales 11208 12,23 137115 Tit. sup. enseñanza 26208 11,46 300235 Tit. sup. derecho 9131 10,74 98048 Tit. sup. c. sociales 15499 6,99 108416 Escritores, artistas 4873 8,19 39932 Ing. técnicos 9581 9,83 94192 Tit.med. sanidad y c. naturales 9985 12,57 125495 Tit. med. enseñanza 21292 13,04 277686 Otros tit. med. 2760 9,33 25748 Téc.ingenieros 30401 10,48 318656 Téc. sanidad y c. naturales 6103 13,24 80805 Téc. enseñanza 985 12,94 12747 Téc. apoyo fin. y comercial 27513 6,91 190231 Téc. apoyo administrativo 19323 9,66 186665 Otros téc. apoyo 8239 5,21 42900 Directivos y Técnicos 256822 10,37 2663992 Emp. admvo. fin., prod. 21669 13,04 282562 Emp. admvo. correos y sim. 4140 4,40 18232 Oper. máq. oficina 1631 17,36 28314 Otros aux. adm. no at. público 39862 13,56 540562 Otros aux. adm. at. público 4536 10,45 47424 Recepcionistas 6295 8,13 51163 Cajeros 6440 8,93 57495 Administrativos 84574 12,13 1025752 Tr. Restauración 38460 6,84 263170 Tr. serv. personales 42869 6,67 285923 Tr. serv. seguridad 15865 9,64 152985 Dep. comercio 46747 9,19 429599 Cual. Servicios 143940 7,86 1131676
146
Tabla 3.9.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por profesión
(Continuación)
Profesión Datos
absolutos
Años medios en ocupación
actual
Total años en ocupación
actual Trab. act. agrícolas 3490 20,30 70863 Tr. act. ganaderas 459 28,73 13198 Tr. otras act. agrarias 1370 20,83 28532 Pescadores 2064 26,31 54300 Enc. construcción 2369 7,77 18397 Tr. obras estr. construcción 27791 9,82 272823 Tr. acabado construcción 31272 11,33 354433 Enc. metal 4314 16,21 69923 Tr. ind. extractivas 1298 15,74 20434 Soldadores, chapistas 41002 10,42 427109 Mec-ajustadores 42800 13,46 575917 Tr. precisión y artesanos 5565 14,65 81509 Tr. alimentación 12755 10,59 135069 Tr. ind. manufacturera 8029 12,98 104214 Enc. inst. ind. fijas 4167 16,44 68490 Op .inst. ind. fijas 12887 16,41 211436 Enc. op. maq. fijas 3792 10,56 40027 Op. máq. fijas 42854 12,92 553643 Montadores 15485 12,16 188279 Op. máq. móvil 8541 9,88 84412 Conductores 36248 12,36 448100 Otros Cualificados 308551 12,38 3821107 Tr.no cual. comercio 1772 13,69 24259 Emp. dom./Limpieza 54761 6,59 360862 Conserjes 8982 11,29 101379 Otros no cual. Servicios 4243 4,46 18922 Peones agrícolas 1512 11,36 17177 Peones construcción 12951 3,97 51423 Peones ind. manufacturera 13150 11,65 153180 Peones transporte 12255 6,36 77960 No Cualificados 109626 7,34 805163 TOTAL 903512 10,46 9447690
147
Teniendo en cuenta la variable de categoría profesional, los mayores niveles de experiencia
en la ocupación actual corresponden al personal directivo (13,77 años) y a los encargados y
mandos intermedios (12,84). Las cifras también están claramente por encima de la media en el
caso de obreros y trabajadores cualificados (12,07 años).
El nivel medio de experiencia en el puesto ocupado se sitúa algo por debajo de la media en el
caso del personal técnico (10,37 años). El nivel de años más bajo en la ocupación corresponde no
obstante a los trabajadores no cualificados (7,46 años, una cifra muy similar a los 7,31 de 1999).
Llama la atención la tendencia alcista, mantenida de forma continuada entre 1995 y 2003, en
el número medio de años en el empleo actual entre directivos y técnicos. En el primer caso, la
media de años pasa entre 1995 y 2003 de 11,46 a 13,77 años; en el segundo el aumento es de
9,69 a 10,37. La evolución reciente en los demás grupos supone un cambio de tendencia respecto
a la caída, a veces sustancial, observada entre 1995 y 1999. A pesar de la recuperación, la media
de años de ocupación sigue siendo inferior a la de 1995 entre trabajadores no cualificados (7,46
frente a 9,13 años en 1995), obreros cualificados (12,07 frente a 13,03) y mandos intermedios
(12,84 frente a 13,57).
Debe igualmente mencionarse que, del conjunto de años de ocupación acumulados en el
empleo actualmente desempeñado, un 68,4% del mismo corresponde a los trabajadores,
cualificados o no.
Tabla 3.10.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por categoría
profesional
Categoría Profesional Datos
absolutos
Años medios en ocupación
actual 2003
Años medios en ocupación
actual 1999
Años medios en ocupación
actual 1995
Total años en ocupación
actual 2003
No cualificado 286.118 7,46 7,31 9,13 2.133.677Cualificado 358.344 12,07 11,50 13,03 4.325.087Encargados, m. medios 75.036 12,84 12,53 13,57 963.304Personal técnico 149.338 10,37 9,71 9,69 1.548.285Personal directivo 34.676 13,77 12,19 11,46 477.337TOTAL 903.512 10,46 9,95 11,06 9.447.690
148
En coherencia con los datos presentados en el punto relativo a profesión, los datos por sector
de actividad confirman que los años de experiencia promedio resultan notablemente superiores en
los sectores no de servicios. De esta forma, los mayores niveles medios de experiencia en la
actual ocupación corresponden a la agricultura (18,38 años) y a la industria (13,04), situándose por
debajo de la media en los servicios (9,38) y en la construcción (8,87).
En el sector primario, tanto la agricultura como la pesca presentan niveles medios de
ocupación muy altos (17,49 y 20,18 años, respectivamente). En la industria, las cifras medias
resultan algo más reducidas, si bien resultan también elevadas en ramas como la producción de
energía (16,12 años), la industria petroquímica (15,83 años) y la construcción de maquinaria
(14,36 años). En las demás ramas, el número medio de años se sitúa normalmente entre 12,5 y 14
años. Algo por debajo de esas cifras, en niveles cercanos al 11%, se sitúan no obstante la
industria extractiva (10,67 años) y la producción de material de transporte (10,73).
Dentro del sector servicios se aprecian diferencias considerables según la rama de actividad.
En algunas ramas, por ejemplo, el número de años de ocupación supera las cifras medias, tal y
como ocurre con el sector financiero (13,15 años), la administración pública (12,34), transportes y
comunicaciones (11,83) y educación (11,21). En cambio, los niveles resultan muy bajos, inferiores
a 7,5 años en la hostelería, los servicios a las empresas, el resto de servicios comerciales y el
servicio doméstico.
La evolución reciente muestra una tendencia expansiva en el número medio de años de
ocupación en la industria y los servicios (de 11,98 a 13,04 años en el primer caso; de 8,87 a 9,38
años en el segundo). La cifra media se mantiene en el sector primario, cayendo en cambio de 8,94
años a 8,87 en la construcción.
149
Tabla 3.11.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por actividad
Actividad Datos
absolutos
Años medios en ocupación
actual
Total años en ocupación
actual Agricultura 5.963 17,49 104289 Pesca 2.948 20,18 59482 Agricultura 8.911 18,38 163771 Industria extractiva 2.682 10,67 28609 Industria alimentación 22.321 12,83 286372 Industria papelera 13.740 13,95 191675 Industria petroquímica 10.133 15,83 160373 Industria caucho 13.713 13,86 190064 Industria otros no metálicos 5.941 13,81 82020 Metalurgia 70.991 12,91 916607 Construcción maquinaria 35.014 14,36 502771 Material eléctrico 20.132 12,58 253313 Material de transporte 31.454 10,73 337544 Industrias manufactureras diversas 25.121 12,43 312231 Producción de energía 4.641 16,12 74816 Industria 255.883 13,04 3336395 Construcción 86.281 8,87 765564 Comercio 121.128 9,39 1136809 Hostelería 48.737 6,13 298599 Transportes–comunicaciones 56.192 11,83 664912 Instituciones financieras 23.387 13,15 307635 Servicios a las empresas 79.517 7,47 594128 Administración Pública 42.675 12,34 526794 Educación 61.253 11,21 686490 Sanidad-servicios sociales 56.243 10,07 566508 Otros servicios comerciales 31.982 6,34 202731 Servicio doméstico 31.324 6,30 197355 Servicios 552.437 9,38 5181960 TOTAL 903.512 10,46 9447690
Teniendo en cuenta el tamaño del establecimiento, se observa un incremento progresivo del
número de años de experiencia en la ocupación actual conforme aumenta el mencionado tamaño,
al menos a partir de los 3 empleos. De esta forma, si el número medio de años en el empleo se
sitúa en alrededor de 8,5 años en los establecimientos de 3 a 19 empleos, la cifra media aumenta
progresivamente hasta alcanzar los 14 años en los establecimientos con 500 o más trabajadores.
La única excepción corresponde a los establecimientos con 1 o 2 empleados, con una media de
10,92 años de ocupación por empleo, sólo superada por los establecimientos de 50 o más
trabajadores.
A pesar del aumento progresivo en las medias de ocupación en el empleo conforme se
incrementa el tamaño de los centros, es sobre todo en los establecimientos de 50 y más
trabajadores donde se dan los indicadores más altos de experiencia en la actual ocupación, con
cifras situadas entre 12 y 14 años.
150
En general, tiende a aumentar entre 1999 y 2003 la media de años en la ocupación,
particularmente en los establecimientos de 50 o más trabajadores y en los microcentros con 1 o 2
trabajadores. El aumento es particularmente notable en los centros de 50 a 99 empleos (de 9,95 a
12,36 años). En los establecimientos de tamaño intermedio, en cambio, el número medio de años
se estabiliza o incluso cae de forma llamativa, como ocurre en los de 20 a 49 empleos (de 9,83 a
8,91 años).
En términos evolutivos, cabe mencionar además que la tendencia a la caída de la media de
años de ocupación se mantiene de forma continuada en los establecimientos de 10 a 49 empleos.
En el resto, la subida reciente contrasta con la tendencia a la caída del periodo 95-99. Pero si el
aumento reciente permite recuperar las caídas observadas entre 1995 y 1999 en los
establecimientos de 1 y 2 trabajadores, así como en los de 50 a 99 empleos, no ocurre lo mismo
en los centros de 3 a 9 trabajadores o con más de 100 empleos.
Tabla 3.12.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por tamaño del
establecimiento
Tamaño del establecimiento
Datos absolutos
Años medios en ocupación
actual 2003
Años medios en ocupación
actual 1999
Total años en ocupación
actual. 1995
Total años en ocupación
actual. 2003
De 1 a 2 162.460 10,92 9,96 10,27 1.773.780De 3 a 9 168.936 8,52 8,48 9,07 1.439.963De 10 a 19 109.176 8,40 8,54 9,17 916.782De 20 a 49 151.703 8,91 9,83 10,21 1.351.694De 50 a 99 98.630 12,36 9,95 11,93 1.219.311De 100 a 499 131.912 12,26 12,03 13,38 1.616.590500 y más 80.696 14,00 13,04 14,36 1.129.571TOTAL 903.512 10,46 9,95 11,06 9.447.690
Considerando el tipo de relación con la empresa, se constata en general que los mayores
niveles de experiencia en la ocupación actual se asocian a los colectivos de empresarios,
autónomos y cooperativistas así como a los asalariados fijos, tanto de la Administración como de
la empresa privada. En estos casos, el número medio de años de experiencia en el empleo actual
supera casi siempre los 12 años, llegando a un máximo de 17,48 años entre los empresarios con
menos de 3 asalariados. En las situaciones consideradas, la cifra más baja corresponde a los
asalariados de la propia empresa, con 10,85 años, situándose la media en 11,30 años entre las
ayudas familiares.
151
Un rasgo destacado de estos colectivos, además, es una mayor cifra media de años en la
ocupación en 2003 que en 1995. La única excepción corresponde a los asalariados indefinidos de
la empresa privada. En este caso, si la media de años en el empleo era de 14,97 años en 1995,
cae a 12,25 en 1999 y a 12 en 2003.
Por su parte, los menores niveles de experiencia en la actual ocupación, claramente inferiores
a la media, corresponden a los asalariados temporales de la Administración Pública (3,40 años) y
a los asalariados no indefinidos de la empresa privada (5,13 años en personas sin contrato, 2,37
en asalariados con contrato de obra, 2,20 en otras situaciones contractuales y, lo que supone el
nivel más bajo, 1,72 entre trabajadores con contratos temporales). De este modo, se constata de
forma notoria cómo las formas de relación con la empresa de tipo más precario, o de carácter
eventual, muestran unos niveles de experiencia asociados en la ocupación actual
significativamente más reducidos.
Tabla 3.13.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por situación
profesional
Situación con relación a la empresa
Datos absolutos
Años medios en ocupación
actual 2003
Años medios en ocupación
actual 1999
Años medios en ocupación
actual 1995
Total años en ocupación
actual 2003
Empresario con asal. < 3 14.159 17,48 11,69 13,70 247.467Empresario con asal. >= 3 16.900 14,06 15,31 12,89 237.620Asal. propia empresa 9.661 10,85 12,84 9,65 104.859Autónomo 110.537 12,73 12,70 12,27 1.406.857Ayuda familiar 6.061 11,30 8,97 8,63 68.515Cooperativista 23.521 14,78 13,17 12,62 347.544Asal. fijo Adm. Pública 89.250 15,75 14,38 12,69 1.405.933Asal. Temp. .Adm. Pública 28.079 3,40 3,85 4,28 95.492Asal. fijo. emp. privada 422.351 12,00 12,25 14,97 5.067.448Asal. Temp. emp. privada 89.538 1,72 1,11 2,43 154.048Contrato obra emp. privada 55.289 2,37 2,70 2,44 131.006Sin contrato emp. privada 29.614 5,13 4,91 5,12 152.031A domicilio/teletrabajo 273 16,00 4.369Otra situación emp. privada 2.896 2,20 6,89 4,63 6.357Otra situación 5.385 3,37 9,41 11,49 18.144TOTAL 903.512 10,46 9,95 11,06 9.447.690
152
El tipo de relación contractual con la empresa resulta de hecho determinante respecto a la
variable de experiencia, situándose el número medio de años en la actual ocupación en 12,65 para
las personas con contrato indefinido y en 13,34 para las personas en situación de trabajo por
cuenta propia. Las cifras bajan ya claramente hasta situarse en 5,07 años en lo relativo a las
personas sin contrato y en 2,86 en las personas con otra situación contractual. Los niveles más
bajos corresponden, sin embargo, a las personas con contrato temporal (2,09 años) o de obra
(2,42 años).
En términos evolutivos, destaca la tendencia a la baja de la ocupación media entre los
asalariados indefinidos (de 14,41 a 12,65 años entre 1995 y 2003) así como entre los asalariados
con contrato temporal y de obra (de 2,70 a 2,09 años en el primer caso; de de 2,57 a 2,42 en el
segundo). En general, estas tendencias son positivas puesto que reflejan una renovación del
colectivo de asalariados indefinidos, con el acceso a esa posición de nuevos colectivos,
situándose los trabajos temporales en términos más coyunturales, como les corresponde. El
incremento del número medio de años en la misma ocupación que se registra en los contratos
temporales a partir de 1999, después de la fuerte caída del periodo 1995-1999, matiza sin
embargo la afirmación anterior, pudiendo reflejar en parte una vuelta a las prácticas de utilización
de contratos temporales para la realización de actividades estructurales (entre 1999 y 2003, el
número de años en empleos temporales aumenta de 1,58 a 2,09 años). Además, en lo relativo a
los contratos de obra, las cifras reflejan más bien una cierta estabilidad en su duración media (2,57
años en 1995, 2,65 en 1999 y 2,42 en el año 2003).
Tabla 3.14.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por tipo de relación
contractual con la empresa
Relación contractual
Datos absolutos
Años medios en ocupación
actual 2003
Años medios en ocupación
actual 1999
Años medios en ocupación
actual 1995
Total años en ocupación
actual 2003
Indefinida 511.601 12,65 12,68 14,41 6.473.381Temporal 113.403 2,09 1,58 2,70 237.403Obra 58.347 2,42 2,65 2,57 141.023Sin contrato 30.316 5,07 4,91 5,21 153.698Teletrabajo 273 16,00 4.369Otra situación 8.734 2,86 7,57 4,56 24.954Cuenta propia 180.839 13,34 12,83 11,89 2.412.862TOTAL 903.512 10,46 9,95 11,06 9.447.690
153
1.3. La experiencia laboral según el tipo de tecnología utilizada
En la experiencia laboral un factor sin duda relevante es el tipo de tecnología utilizada. Al
tratar esta cuestión, se observa que la experiencia promedio se sitúa en torno a los 12-13 años en
el caso de tareas actualmente desarrolladas con tecnologías modernas de producción
automatizada pero también en el de tareas asociadas a equipos productivos y a tecnologías
administrativas de carácter tradicional. El número medio de años en la ocupación se sitúa, por su
parte, en cifras entre 10 y 11 años en trabajos desarrollados con otro tipo de tecnologías
modernas (administración informatizada y resto). Las demás tecnologías tradicionales,
normalmente utilizadas en trabajos escasamente cualificados del sector servicios, destacan
finalmente por cifras notablemente inferiores de experiencia ocupacional (8,93 años).
Los datos evolutivos reflejan un aumento en la media de años de ocupación del empleo actual
entre 1999 y 2003, aunque después de una fuerte caída entre 1995 y 1999. En realidad, para el
periodo 1995-2003, se observa una disminución del tiempo medio de ocupación en prácticamente
todas las situaciones tecnológicas. Esta tendencia sólo cambia de sentido en empleos
desarrollados con tecnología administrativa tradicional (la media de años de ocupación aumenta
de de 9,63 a 12,43 años entre 1995 y 1999) así como en otro tipo de empleos con tecnología
moderna (aumentando en este caso ligeramente, de 9,75 a 10,06 años). Hay que mencionar, no
obstante, el carácter prácticamente marginal del primer tipo de empleos, basados en tecnologías
administrativas convencionales actualmente en vías de desaparición.
Tabla 3.15.
Indicadores generales relativos a años de experiencia en la ocupación actual por tecnología
utilizada
Tecnología utilizada Datos
absolutos
Años medios en ocupación
actual 2003
Años medios en ocupación
actual 1999
Años medios en ocupación
actual 1995
Total años en ocupación
actual 2003
Moderna prod. automatizada 90.786 12,60 12,02 13,36 1.144.023Administrativa informatizada 141.377 10,65 10,08 11,33 1.505.058Otra moderna 229.808 10,06 9,79 9,75 2.312.006Equipo productivo conv. 127.820 12,72 10,80 14,17 1.625.563Administrativa convencional 16.850 12,43 12,21 9,63 209.445Otra convencional 296.872 8,93 8,94 9,91 2.651.595TOTAL 903.512 10,46 9,95 11,06 9.447.690
Resulta, en cualquier caso, importante asociar el análisis de la experiencia en el empleo al
tratamiento de la variable tecnológica. De ahí la importancia de considerar de forma detallada la
situación actual en esta dimensión. Centrándonos en exclusiva en la población ocupada, la
aproximación a esta cuestión nos aporta algunos elementos de interés.
154
El primer aspecto a destacar es que el trabajo con instrumentos de carácter tradicional ha
dejado de ser dominante en nuestro sistema productivo, afectando únicamente en estos
momentos a un 48,9% de la población ocupada frente al 49,3% de 1999 y el 54,4% registrado en
1995.
Tabla 3.16.
Población ocupada por tecnología utilizada
(Datos absolutos y % verticales)
Tecnología utilizada Datos
absolutos % ver. 2003
% ver. 1999
% ver. 1995
Moderna prod. automatizada 90.786 10,0 10,1 8,8 Administrativa informatizada 141.377 15,6 18,7 13,8 Otra moderna 229.808 25,4 21,9 23,0 Equipo productivo conv. 127.820 14,1 12,6 16,3 Administrativa convencional 16.850 1,9 2,0 2,9 Otra convencional 296.872 32,9 34,6 35,2 TOTAL 903.512 100 100 100
El peso creciente de los empleos de tecnología moderna se asocia en parte a una muy fuerte
caída de algunos tipos de empleo de naturaleza convencional, en particular en el ámbito
administrativo, con una caída global del 16,9% entre 1995 y 2003. La razón principal, sin embargo,
es que el aumento global en los niveles de ocupación que se observa entre 1995 y 2003 en el
ámbito de los equipos productivos tradicionales (10,4%) o del resto de sectores convencionales
(19%) resulta muy inferior a las cifras de crecimiento del 40 a 45% que se observan entre los
distintos tipos de ocupación desarrollados con tecnologías modernas. En el ámbito de las
actividades productivas automatizadas y de la administración informatizada, no obstante, la
evolución reciente marca una inflexión, con niveles de crecimiento muy inferiores a los del periodo
1995-1999, incluso negativos en lo relativo a los empleos asociados a tareas administrativas
informatizadas.
Tabla 3.17.
Evolución de la población ocupada por tecnología utilizada
(Datos absolutos y tasas de crecimiento, en %)
Tecnología utilizada 1995 1999 2003 % Crec.
1999-1995% Crec.
2003-1999 % Crec.
2003-1995Moderna prod. automatizada 62.716 83.498 90.786 33,1 8,7 44,8 Administrativa informatizada 97.516 154.156 141.377 58,1 -8,3 45,0 Otra moderna 163.126 180.474 229.808 10,6 27,3 40,9 Equipo productivo conv. 115.775 103.955 127.820 -10,2 23,0 10,4 Administrativa convencional 20.266 16.734 16.850 -17,4 0,7 -16,9 Otra convencional 249.571 285.137 296.872 14,3 4,1 19,0 TOTAL 708.970 823.953 903.512 16,2 9,7 27,4
155
Cruzando los datos relativos a utilización de tecnología con los que corresponden a los años
de experiencia en la ocupación actual, podemos tratar de profundizar a continuación en el estudio
de la incidencia real de la experiencia de trabajo con tecnología moderna.
Operando de esta manera, podemos delimitar los siguientes grandes grupos de ocupados en
función del tipo de tecnología utilizada y de su nivel de experiencia en la ocupación:
a) Al igual que lo que ya se observaba en 1999, el grupo mayoritario corresponde en estos
momentos a los ocupados que utilizan instrumentos de trabajo modernos y ocupan su empleo
desde hace más de 3 años. Este grupo representa un 38,7% de la población ocupada, por encima
del 35,5% de 1999 y del 35,4% de 1995.
b) Un 34,4% de la población ocupada se encuentra en la misma situación que el grupo
anterior, aunque utilizando instrumentos de trabajo convencionales. El peso relativo de este grupo
aumenta respecto a 1999, en el que representaba un 31,9% de la población, pero cae de forma
notable respecto a 1995, año en el que se situaba en primera posición con un 41% de la población
ocupada.
c) Un 14,5% lleva menos de 3 años en una ocupación en la que se utiliza instrumentos
convencionales, una proporción superior a la de 1995 (13,4%) pero inferior a la de 1999 (17,3%).
d) Finalmente, un 12,5% lleva en la misma situación, aunque utilizando tecnología
moderna, por encima del 10,2% de 1995 pero por debajo del 15,3% en 1999.
Los datos reflejan, en general, un incremento del peso relativo de las personas que utilizan
tecnología moderna, consolidándose dentro de ellas las que tienen una ocupación estable,
superior a los 3 años. La consolidación del peso relativo de las personas con 3 o más años en la
ocupación, respecto a las nuevas entradas en el empleo, no sólo caracteriza a los empleos
desarrollados con tecnología moderna, observándose el mismo fenómeno en las ocupaciones más
convencionales o tradicionales.
156
Tabla 3.18.
Años de experiencia en la ocupación actual (en función de la tecnología utilizada)
(Datos absolutos y % verticales)
Años de experiencia y tecnología utilizada
Datos absolutos
% ver. 2003
% ver. 1999
% ver. 1995
<3 años tec. moderna 112.762 12,5 15,3 10,2 3-9 años tec. moderna 155.108 17,2 13,9 14,4 >= 10 años tec. moderna 194.100 21,5 21,6 21,0 <3 años tec. convencional 131.019 14,5 17,3 13,4 3-9 años tec. convencional 141.137 15,6 13,4 16,0 >= 10 años tec. conv. 169.386 18,7 18,5 25,0 TOTAL 903.512 100 100 100
Los datos de evolución reflejan la importancia del incremento entre 1995 y 2003 de los
empleos ocupados por un tiempo inferior a tres años. Este tipo de empleos crece notablemente,
tanto en el ámbito de las tecnologías modernas (55,6%) como convencionales (38,1%). El
aumento se asocia sobre todo, no obstante, al periodo 1995-1999, cayendo a partir de entonces el
peso de estos empleos, lo que sin duda refleja la consolidación en el tiempo de los nuevos
creados en el periodo de referencia. Este proceso se traduce de hecho en un muy fuerte aumento
del empleo ocupado entre 3 y 9 años en el periodo 1999-2003, tanto en el caso de empleos
modernos como convencionales. Los empleos modernos ocupados entre 3 y 9 años aumentan
mucho más para el conjunto del periodo 1995-2003 no obstante (51,6% frente a 24,6% entre los
convencionales), al reflejar ya una evolución favorable entre 1995 y 1999, a diferencia de lo que se
observa en los empleos más tradicionales.
El crecimiento es menor pero también muy importante en los empleos modernos ocupados
por un tiempo superior a 10 años, aumentando número de ocupados en un 30,6% durante el
periodo 1995-2003. Aunque se recuperan a partir de 1999, caen en cambio un 4,6% para el
conjunto del periodo 1995-2003 en el caso de los empleos convencionales ocupados por un
tiempo superior a los 10 años.
En conjunto, por tanto, se observa una tendencia a un mayor crecimiento relativo de los
empleos que actualmente son ocupados por menor tiempo, tanto en el caso de empleos modernos
como convencionales, lo que refleja el proceso de intensa creación de empleo del periodo 1995-
1999. La consolidación de estos empleos en los años posteriores se traduce igualmente, sin
embargo, en el fuerte aumento de los empleos modernos ocupados entre 3 y 9 años. Por otra
parte, a igualdad de tiempo de ocupación del empleo, el ritmo de consolidación de los nuevos
empleos es muy superior en el caso de ocupaciones tecnológicamente modernas, con diferencias
crecientemente llamativas conforme aumenta el tiempo de ocupación.
157
En cualquier caso, destaca sobre todo el notable incremento del conjunto de empleos
desarrollados con tecnología moderna, con niveles de crecimiento situados entre el 30 y el 55% en
el periodo 1995-2003. El ritmo de crecimiento de los empleos modernos sólo refleja cierto nivel de
competición, dentro de las tecnologías tradicionales, en los empleos ocupados por un tiempo
inferior a 3 años.
Tabla 3.19.
Evolución de los años de experiencia en la ocupación actual (en función de la tecnología utilizada)
(Datos absolutos y tasas de crecimiento, en %)
Años de experiencia y tecnología utilizada 1995 1999 2003
% Crec. 1999-1995
% Crec. 2003-1999
% Crec. 2003-1995
<3 años tec. moderna 72.464 125.817 112.762 73,6 -10,4 55,6 3-9 años tec. moderna 102.293 114.406 155.108 11,8 35,6 51,6 >= 10 años tec. moderna 148.601 177.905 194.100 19,7 9,1 30,6 <3 años tec. convencional 94.850 142.659 131.019 50,4 -8,2 38,1 3-9 años tec. convencional 113.261 110.736 141.137 -2,2 27,5 24,6 >= 10 años tec. conv. 177.501 152.431 169.386 -14,1 11,1 -4,6 TOTAL 708.970 823.953 903.512 16,2 9,7 27,4
1.3.1. La experiencia en el uso de las tecnologías modernas
En conjunto, un 35% de nuestra población activa combina, en el año 2003, la disponibilidad
de un empleo con el mantenimiento en el mismo en el medio y largo plazo (más de tres años
continuados) y la utilización de una tecnología de tipo moderno. Esta proporción es muy superior a
la que se registraba tanto en 1995 (27%) como en 1999 (29,5%), reflejando por tanto el proceso
de consolidación de los empleos estables y tecnológicamente modernos en la CAE.
La incidencia de las situaciones de estabilidad en una ocupación tecnológicamente moderna
es mayor entre los hombres que entre las mujeres (38,5 frente a 30,2%). Gran parte de este
diferencial corresponde a la evolución observada entre 1995 y 1999. En este periodo, mientras
aumentaba sustancialmente la proporción de hombres con empleos estables y tecnológicamente
modernos (de 29,5% en 1995 a 33,7% en 1999), las cifras se mantenían en el caso de las mujeres
(de 23,3 a 23,6%). En los últimos años, en cambio, se detecta una evolución más favorable a las
mujeres, aumentando el peso de este tipo de empleo de 33,7 a 38,5% entre los hombres y de 23,6
a 30,2% entre las mujeres.
Las diferencias más acusadas en el impacto de los empleos estables y tecnológicamente
modernos entre hombres y mujeres corresponden a los empleos de 10 o más años de duración
(22,3% entre los hombres frente a 15,6% entre las mujeres). En el caso de empleos de 3 a 9 años
158
las cifras se acercan sustancialmente (16,3% entre los hombres por 14,6% entre las mujeres),
teniendo mayor impacto entre las mujeres los empleos nuevos, ocupados actualmente por tiempo
inferior a los 3 años (13,2 frente a 10% entre los hombres).
Las diferencias a favor del hombre resultan algo mayores si se tiene en cuenta al conjunto de
la población activa y potencialmente activa, colectivo en el que impacto de la ocupación estable y
tecnológicamente moderna cae a 33,2% respecto al 35% registrado entre la población activa. La
razón es que si entre los hombres se mantiene sustancialmente la proporción de personas con
empleos estables y tecnológicamente modernos (37,9% por 38,5% entre los activos), la proporción
se reduce más claramente entre las mujeres (27,3% frente a 30,2% entre las activas). La caída del
indicador entre la población femenina se distribuye bastante equilibradamente en función de la
edad. Aunque se acentúa la distancia favorable a los hombres existente en lo relativo a los
empleos de más de 3 años y se reduce la favorable a la mujer entre los ocupados por tiempo
inferior a dicho tiempo, en los nuevos empleos sigue siendo mayor el impacto de la ocupación
femenina (que afecta al 11,9% de las mujeres activas y potencialmente activas frente al 9,8% de
los hombres).
Tabla 3.20.a
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por sexo y años de
experiencia en la ocupación. Población activa
(En % respecto a la población de referencia)
Sexo <3 años 3-9 años >= 10 años >=3 años
2003 >=3 años
1999 >=3 años
1995 Hombres 10,0 16,3 22,3 38,5 33,7 29,5 Mujeres 13,2 14,6 15,6 30,2 23,6 23,3 TOTAL 11,3 15,6 19,5 35,0 29,5 27,0
Tabla 3.20.b
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por sexo y años de
experiencia en la ocupación. Población activa y potencialmente activa
(En % respecto a la población de referencia)
Sexo <3 años 3-9 años >= 10 años >=3 años
2003 Hombres 9,8 16,0 21,9 37,9 Mujeres 11,9 13,2 14,1 27,3 TOTAL 10,7 14,8 18,5 33,2
La presencia de las situaciones de estabilidad en una ocupación tecnológicamente moderna
tiende a aumentar sustancialmente con la edad. No obstante, es preciso introducir en este caso
algunos matices. En particular, se observa que los máximos niveles de estabilidad detectados no
159
se dan entre las personas de mayor edad sino entre las que en la actualidad tienen entre 40 y 44
años (47,8%), bajando con posterioridad dichos niveles hasta situarse en un 39,4% en el caso de
las personas mayores de 55 años. Se rompe, de esta forma, la tendencia a un aumento continuo
de los niveles de experiencia conforme aumenta la edad. Con todo, la incidencia de este tipo de
empleos a partir de los 45 años en ningún caso cae por debajo de los niveles observados entre las
personas menores de 40 años.
En conjunto, con la excepción del máximo correspondiente a las personas de 40 a 44 años, lo
cierto es que la incidencia de los empleos estables y tecnológicamente modernos se sitúa en
general entre 35 y 40% a partir de los 30 años, por encima de los niveles medios de la CAE. La
incidencia baja únicamente por debajo de dichas medias entre las personas de 25 a 29 años
(24,5%) y entre los menores de 25 años (8,5%). En las edades más jóvenes, el contacto con la
tecnología moderna sí existe - como se deriva de la elevada incidencia de personas con menos de
tres años de experiencia en una ocupación que requiere la utilización de este tipo de tecnología -
pero no se ha traducido, al menos por ahora, en una situación de empleo estable.
La descripción de situación realizada no cambia en exceso al analizar al conjunto de activos y
potencialmente activos, si bien es evidente que la proporción de ocupados con empleo estable y
tecnológicamente moderno disminuye más intensamente entre las personas mayores de 30 años,
en particular a partir de los 45 años.
Tabla 3.21.a
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por edad y años de
experiencia en la ocupación. Población activa
(En % respecto a la población de referencia)
Edad <3 años 3-9 años >= 10 años >=3 años
2003 < 25 años 27,9 8,5 8,5 25-29 años 22,6 23,4 1,0 24,5 30-34 años 15,6 28,9 7,4 36,3 35-39 años 10,3 19,2 18,9 38,1 40-44 años 4,4 13,7 34,1 47,8 45-49 años 4,1 6,3 35,9 42,2 50-54 años 1,5 9,3 31,8 41,0 >= 55 años 1,1 5,6 33,8 39,4 TOTAL 11,3 15,6 19,5 35,0
160
Tabla 3.21.b
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por edad y años de
experiencia en la ocupación. Población activa y potencialmente activa
(En % respecto a la población de referencia)
Edad <3 años 3-9 años >= 10 años >=3 años
2003 < 25 años 25,2 7,7 7,7 25-29 años 22,0 22,8 1,0 23,9 30-34 años 14,9 27,6 7,1 34,7 35-39 años 10,0 18,6 18,3 36,9 40-44 años 4,2 13,1 32,7 45,7 45-49 años 3,8 5,9 33,3 39,1 50-54 años 1,4 8,7 29,8 38,5 >= 55 años 1,0 5,2 31,5 36,7 TOTAL 10,7 14,8 18,5 33,2
Con respecto a la situación observada en 1999, sin embargo, debe mencionarse un notable
aumento de los empleos estables y tecnológicamente modernos entre los menores de 40 años, en
claro contraste con la pequeña caída observada en el indicador entre 1995 y 1999. Este cambio de
tendencia se traduce en la superación de las cifras medias entre las personas de 30 a 34 años y
en un mayor acercamiento a las mismas de las de 25 a 29 años. En cambio, desciende
ligeramente la incidencia de este tipo de empleos entre los 45 y 54 años, en contraste con la fuerte
tendencia expansiva observada entre 1995 y 1999. Entre los mayores de 55 años, la tendencia
favorable sigue siendo evidente, aún cuando el aumento del indicador se asocie
fundamentalmente en este caso al crecimiento del periodo 95-99.
Tabla 3.22.
Evolución de la proporción de personas ocupadas durante 3 o más años en empleos con
tecnología moderna por edad. Población activa
(En % respecto a la población de referencia)
Edad 1995 1999 2003 16-24 años 4,4 2,9 8,5 25-29 años 16,9 15,1 24,5 30-34 años 29,6 29,1 36,3 35-39 años 35,3 33,7 38,1 40-44 años 37,3 45,5 47,8 45-49 años 38,5 45,7 42,2 50-54 años 35,6 42,3 41,0 >= 55 años 27,7 38,2 39,4 TOTAL 27,0 29,5 35,0
161
Considerando conjuntamente las variables de sexo y edad, se observa que las situaciones de
estabilidad en una ocupación tecnológicamente moderna alcanzan sus mayores niveles entre los
hombres mayores de 35 años, con cifras superiores al 45% (45,2% entre 35 y 44 años y 45,8% en
los mayores de 45). En este caso, la evolución del indicador resulta claramente favorable respecto
a lo observado en 1995 (39,1 y 37,2%, respectivamente), si bien en un contexto de estabilización
respecto a las cifras de 1999 (45,2 y 46,2%, respectivamente). Aunque mucho más reducidas, las
cifras siguen siendo relativamente altas, en todo caso superiores a la media, entre las mujeres de
35 a 44 años (39,4%), con un fuerte aumento respecto al nivel ligeramente superior al 32% en que
se situaba dicho indicador tanto en 1995 como en 1999.
La proporción baja en cambio claramente por debajo de la media entre las mujeres mayores
de 45 años (32,4%), reflejando la caída del indicador registrada entre 1999 y 2003 (se situaba en
el 33,8%, bastante por encima sin embargo de las cifras de 1995, situadas en un 27%). La
posición de las mujeres en ese grupo de edad deja, de esta forma, de acercarse a la realidad
globalmente favorable de las personas de más de 35 años, hombres o mujeres, en nítido contraste
con la situación observada en 1999.
Las cifras bajan aún más entre la población más joven, incluso en el caso de los hombres
menores de 35 años que, con un 26,8%, se sitúan claramente por debajo de la media. Respecto a
las cifras de 1995 y 1999, situadas en torno al 17%, se observa no obstante un aumento muy
sustancial. Aunque también se detecta un incremento, éste es en cambio bastante menor entre las
mujeres menores de 35 años (22,4% frente a 14,6% en 1999 y 17,5% en 1995).
En general, la estabilidad en un empleo tecnológicamente moderno es en la actualidad un
fenómeno que tiende a estar más presente entre los hombres, acentuándose además la distancia
entre géneros conforme aumenta la edad (de 4,4 puntos entre los menores de 35 años se pasa a
5,8 entre 35 y 44 años y 13,4 a partir de los 45 años). Salvo entre las personas de 35 a 44 años,
donde se detecta un acercamiento, la distancia entre hombres y mujeres aumenta además entre
1999 y 2003.
Las diferencias mencionadas entre hombres y mujeres no hacen sino acrecentarse al tener
en cuenta al conjunto compuesto por activos y potencialmente activos. Así, mientras las tasas de
ocupación de empleos estables y tecnológicamente modernos se mantienen básicamente entre
los hombres, caen sustancialmente entre las mujeres (1,5 puntos entre las menores de 35 años,
3,2 entre 35 y 44 años y 4,9 entre las personas mayores de 45 años). La diferencia en las tasas
masculinas, respecto a las femeninas, aumenta así a 5 puntos entre los menores de 35 años, 8,9
entre 35 y 44 años y 17,8 años entre las personas mayores de 45 años.
162
El único aspecto positivo es la incidencia muy superior entre las mujeres de los ocupados en
empleos tecnológicamente modernos con menos de tres años de ocupación en el empleo. Este
dato podría anunciar una próxima tendencia a la igualación entre las nuevas generaciones,
aunque también un mayor recurso de la contratación ocasional a la mujer en este tipo de empleos
tecnológicamente desarrollados.
Tabla 3.23.a
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por sexo, edad y años de
experiencia en la ocupación. Población activa
(En % respecto a la población de referencia)
Sexo y edad <3 años 3-9 años >= 10 años >=3 años
2003 >=3 años
1999 >=3 años
1995 Hombres < 35 19,2 23,7 3,1 26,8 16,8 17,6 Hombres 35-44 7,6 17,0 28,2 45,2 45,2 39,1 Hombres >= 45 2,1 7,9 37,9 45,8 46,2 37,2 Hombres 10,0 16,3 22,3 38,5 33,7 29,5 Mujeres < 35 24,2 19,6 2,8 22,4 14,6 17,5 Mujeres 35-44 7,4 16,0 23,3 39,4 32,5 32,1 Mujeres >= 45 2,7 5,5 26,9 32,4 33,8 27,0 Mujeres 13,2 14,6 15,6 30,2 23,6 23,3 TOTAL 11,3 15,6 19,5 35,0 29,5 27,0
Tabla 3.23.b
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por sexo, edad y años de
experiencia en la ocupación. Población activa y potencialmente activa
(En % respecto a la población de referencia)
Sexo y edad <3 años 3-9 años >= 10 años >=3 años
2003 Hombres < 35 18,6 22,9 3,0 25,9 Hombres 35-44 7,6 17,0 28,1 45,1 Hombres >= 45 2,0 7,8 37,5 45,3 Hombres 9,8 16,0 21,9 37,9 Mujeres < 35 22,5 18,3 2,6 20,9 Mujeres 35-44 6,9 14,8 21,5 36,2 Mujeres >= 45 2,3 4,7 22,8 27,5 Mujeres 11,9 13,2 14,1 27,3 TOTAL 10,7 14,8 18,5 33,2
Centrándonos exclusivamente a partir de ahora en la población ocupada, podemos tratar de
aproximarnos al impacto de las situaciones de estabilidad en una ocupación tecnológicamente
moderna en función de ciertas variables ligadas a la propia ocupación. En conjunto, un 38,7% de
los ocupados vascos actuales ocupan un empleo de estas características, por encima de lo
observado en años anteriores (35,4% en 1999 y 35,5% en 1995).
163
Empezando por la variable profesión, se comprueba que los mayores niveles de estabilidad
en una ocupación tecnológicamente moderna se dan entre los empleados administrativos (59,2%,
por encima del 56,3% de 1999) y entre el colectivo de técnicos y directivos (58,8%, también por
encima del 50,3% registrado en 1999).
En estos tipos profesionales, las variaciones internas a las distintas profesiones
administrativas y técnicas son importantes si bien en prácticamente en todos los casos superan los
niveles de incidencia media de la CAE. Las mayores incidencias, superiores a un 60% de
ocupados en empleos estables y tecnológicamente modernos, corresponden a los directivos del
sector público (100%), los ingenieros y técnicos ingenieros (68,3 y 61,4%), los técnicos superiores,
medios y técnicos de la sanidad (80,3, 67,3 y 76%), los titulados en derecho (80,5%), los técnicos
de apoyo administrativo (65,9%), los operadores de máquinas de oficinas (87,4%) y los auxiliares
administrativos sin relación directa con el público (66,5%).
En los demás grandes grupos profesionales, los niveles de estabilidad en una ocupación
tecnológicamente moderna son siempre inferiores a la media del colectivo de ocupados, lo que se
comprueba tanto en el caso de las profesiones cualificadas en sectores no de servicios (30,6%,
por encima del 29,6% de 1999) como, más nítidamente, en las profesiones cualificadas de los
servicios (25%, también por encima del 18% de 1999) y en las no cualificadas (16,1%, igualmente
por encima del 13,7% de 1999). En estos últimos casos, las cifras caen muy por debajo no sólo de
las cifras medias de ocupados sino también de las cifras medias generales.
Dentro de estos grupos profesionales hay sin embargo ramas con una incidencia de los
empleos estables y tecnológicamente modernos superior a la media de la población ocupada de la
CAE. Así ocurre con los trabajadores de los servicios de seguridad (43,8%), los pescadores (74%),
los distintos colectivos de encargados en el sector industrial y de la construcción (con cifras
superiores al 50%), los trabajadores de la industria extractiva (72,8%), los trabajadores de
precisión y artesanos (40,7%), los operadores de maquinaria fija (39,5%), los trabajadores no
cualificados del comercio (47,7%) y los conserjes (39,1%).
164
Tabla 3.24.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por profesión y años de
experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Profesión Datos
absolutos<3
años 3-9
años >= 10 años
>3 años
Fuerzas Armadas 902 0,0 22,3 0,0 22,3 Directivos sect. Público 1.036 0,0 75,4 24,6 100,0 Dir-ger. empresas privadas 38.975 10,6 18,6 34,4 53,0 Ingenieros 12.808 24,4 36,4 32,0 68,3 Tit. sup. sanidad y c. naturales 11.208 6,3 29,1 51,2 80,3 Tit. sup. Enseñanza 26.208 11,7 14,3 42,1 56,4 Tit. sup. Derecho 9.131 7,9 47,9 32,6 80,5 Tit. sup. c. sociales 15.499 28,3 37,7 22,1 59,8 Escritores, artistas 4.873 15,5 24,5 22,1 46,5 Ing. técnicos 9.581 43,4 17,7 38,8 56,6 Tit. med. sanidad y c. naturales 9.985 5,9 13,7 53,6 67,3 Tit. med. enseñanza 21.292 17,0 11,5 38,6 50,1 Otros tit. med. 2.760 13,8 40,4 25,5 65,8 Téc. ingenieros 30.401 26,8 30,4 31,0 61,4 Téc. sanidad y c. naturales 6.103 6,0 45,5 30,5 76,0 Téc. enseñanza 985 27,4 0,0 72,6 72,6 Téc. apoyo fin. y comercial 27.513 18,8 36,7 14,9 51,6 Téc. apoyo administrativo 19.323 28,6 28,4 37,4 65,9 Otros téc. apoyo 8.239 41,6 17,4 7,9 25,3 Directivos y Técnicos 256.822 18,9 26,1 32,7 58,8 Emp. admvo. fin., prod. 21.669 12,4 22,9 33,3 56,2 Emp. admvo. correos y sim. 4.140 0,0 7,7 6,0 13,7 Oper. máq. oficina 1.631 12,6 18,6 68,7 87,4 Otros aux. adm. no at. público 39.862 20,9 18,4 48,0 66,5 Otros aux. adm. at. público 4.536 8,2 32,4 26,3 58,7 Recepcionistas 6.295 26,5 35,0 18,7 53,7 Cajeros 6.440 23,3 29,1 23,2 52,3 Administrativos 84.574 17,5 21,8 37,4 59,2
165
Tabla 3.24.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por profesión y años de
experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia) (Continuación)
Profesión Datos
absolutos<3
años 3-9
años >= 10 años
>3 años
Tr. restauración 38.460 10,8 10,9 3,9 14,7 Tr. serv. personales 42.869 12,6 11,4 13,3 24,7 Tr. serv. seguridad 15.865 13,0 14,7 29,1 43,8 Dep. comercio 46.747 15,7 17,4 10,0 27,4 Cual. Servicios 143.940 13,2 13,6 11,5 25,0 Trab. act. agrícolas 3.490 1,4 3,1 30,7 33,8 Tr. act. ganaderas 459 0,0 9,8 11,3 21,1 Tr. otras act. agrarias 1.370 0,0 0,0 27,7 27,7 Pescadores 2.064 0,0 0,0 74,0 74,0 Enc. construcción 2.369 13,2 42,3 15,4 57,6 Tr. obras estr. construcción 27.791 5,4 13,7 10,1 23,7 Tr. acabado construcción 31.272 3,2 9,9 17,4 27,3 Enc. metal 4.314 8,0 18,7 48,4 67,0 Tr. ind. extractivas 1.298 0,0 0,0 72,8 72,8 Soldadores, chapistas 41.002 8,5 14,8 6,7 21,5 Mec-ajustadores 42.800 8,2 6,1 19,7 25,8 Tr. precisión y artesanos 5.565 12,0 5,0 35,8 40,7 Tr. alimentación 12.755 5,3 8,8 12,2 21,0 Tr. ind. manufacturera 8.029 2,7 4,7 6,1 10,8 Enc.inst.ind.fijas 4.167 0,0 34,3 52,3 86,6 Op.inst.ind. fijas 12.887 6,7 7,8 28,3 36,2 Enc.op.maq.fijas 3.792 6,1 35,1 19,4 54,5 Op.máq.fijas 42.854 14,5 21,6 17,9 39,5 Montadores 15.485 4,2 10,9 14,4 25,3 Op.máq. móvil 8.541 12,5 12,5 21,7 34,1 Conductores 36.248 15,1 10,2 20,9 31,1 Otros Cualificados 308.552 8,5 12,6 18,1 30,6 Tr.no cual.comercio 1.772 0,0 47,7 0,0 47,7 Emp.dom./Limpieza 54.761 2,4 4,4 3,1 7,5 Conserjes 8.982 0,0 22,0 17,1 39,1 Otros no cual.Servicios 4.243 6,1 21,0 0,0 21,0 Peones agrícolas 1.512 0,0 0,0 0,0 0,0 Peones construcción 12.951 5,6 22,5 0,0 22,5 Peones ind.manufacturera 13.150 7,0 12,1 7,5 19,6 Peones transporte 12.255 8,2 6,0 16,5 22,5 No Cualificados 109.626 3,9 10,4 5,7 16,1 TOTAL 903.512 12,5 17,2 21,5 38,7
En coherencia con los datos anteriores, a la hora de analizar los datos por categoría
profesional se observa que las situaciones de estabilidad en una ocupación tecnológicamente
moderna son más habituales entre el personal directivo (67,3%), el personal técnico (62,7%) y el
encargado (44,9%), situándose también ligeramente por encima de la media en el caso de los
obreros cualificados (39%). La incidencia de estas situaciones laborales baja en cambio
sustancialmente, hasta el 20,6%, en el caso del personal no cualificado, único caso en el que se
166
constata tanto cifras bajas de estabilidad en empleos tecnológicamente modernos como una
media baja de años de experiencia en la ocupación.
La evolución reciente marca, no obstante, un avance prácticamente generalizado en la
proporción de ocupación estable y tecnológicamente moderna. Resulta particularmente intensa en
el caso de la población directiva (de 45,3 a 67,3% entre 1999 y 2003) así como en el colectivo de
técnicos (de 52,3 a 62,7%), observándose únicamente ligeras mejoras entre los colectivos de
trabajadores (de 38,1 a 39% entre los cualificados y de 18,7 a 20,6% entre los no cualificados).
Sólo se observa una caída en la incidencia del tipo de empleos considerados entre los encargados
(de 53,3 a 44,9%).
Tabla 3.25.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por categoría profesional y
años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Categoría profesional Datos
absolutos <3 años 3-9 años >= 10 años>=3 años
2003 >=3 años
1999 No cualificado 286.118 11,4 12,4 8,2 20,6 18,7 Cualificado 358.344 10,7 15,4 23,5 39,0 38,1 Encargados 75.036 12,9 19,9 25,0 44,9 53,3 Personal técnico 149.338 19,2 28,1 34,6 62,7 52,3 Personal directivo 34.676 9,5 21,0 46,3 67,3 45,3 TOTAL 903.512 12,5 17,2 21,5 38,7 35,5
Por sectores, el dato más llamativo es la recuperación del indicador de acceso a empleos
estables y tecnológicamente modernos en el sector servicios. Así, este sector recupera los niveles
observados en 1995 (38,9% en la actualidad por 38,1% en 1995), después de la notable caída
registrada en 1999 (34,5%).
En la industria y la construcción se consolida, por su parte, la tendencia expansiva de este
tipo de empleos observada entre 1995 y 1999. De esta forma, el indicador pasa de 34,7% en 1995
a 40,2% en 1999 y 42,1% en el sector industrial. Las cifras respectivas son de 17,1, 25,1 y 26,8%
en la construcción. En el sector primario, se registra en cambio una caída en los niveles de
incidencia de la ocupación estable y tecnológicamente moderna (de 42% a 39,9% entre 1999 y
2003).
La aproximación por ramas resulta sin embargo más ilustrativa en la aproximación a la
incidencia de la actividad. En el ámbito de las ramas no de servicios destacan los altos niveles de
estabilidad en empleos tecnológicamente modernos en las siguientes ramas: pesca (56%),
industria extractiva (65,8%), industria papelera (49,6%), petroquímica (53,2%), caucho (50,9%),
167
construcción de maquinaria (48,2%), material eléctrico (55,7%) y producción de energía (69,4%).
En estos sectores, el indicador cae sin embargo por debajo de la media vasca en la agricultura
(31,9%), la industria de alimentación (37,7%), la metalurgia (36,9%), las industrias manufactureras
diversas (20,9%) y la construcción (26,8%).
En cuanto a los servicios, se pueden observar altos niveles de estabilidad en empleos
tecnológicamente modernos en las siguientes ramas: instituciones financieras (69,7%),
Administración Pública (64,9%), educación (50,2%) y sanidad y servicios sociales (47,7%),
superando igualmente niveles del 40% en transportes y comunicaciones (41,8%) y servicios a las
empresas (43,6%). El indicador cae, en cambio, por debajo de la media en las ramas de comercio
(30,2%), hostelería (14,9%), otros servicios comerciales (28,8%) y servicio doméstico (6,5%).
Tabla 3.26.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por actividad y años de
experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Actividad Datos
absolutos <3 años 3-9 años >= 10 años>=3 años
2003 >=3 años
1999 Agricultura 5.963 4,2 2,5 29,3 31,9 45,7Pesca 2.948 0,0 0,0 56,0 56,0 25,2Agricultura 8.911 2,8 1,7 38,2 39,9 42,0I. extractiva 2.682 0,0 37,4 28,4 65,8 34,0I. alimentación 22.321 10,9 9,8 27,9 37,7 37,3I. papelera 13.740 16,6 20,2 29,4 49,6 51,5I. petroquímica 10.133 10,9 11,6 41,5 53,2 59,1I. caucho 13.713 12,3 18,6 32,3 50,9 56,0I. otros no metálicos 5.941 0,0 15,0 29,5 44,5 38,0Metalurgia 70.991 8,7 15,4 21,5 36,9 37,4Cons. maquinaria 35.014 5,4 24,0 24,2 48,2 41,7Mat. eléctrico 20.132 9,2 29,0 26,7 55,7 26,9Mat. transporte 31.454 17,2 28,4 12,9 41,4 43,2I. manuf. diversas 25.121 9,4 10,0 10,9 20,9 21,7Pr. energía 4.641 13,9 25,0 44,4 69,4 57,8Industria 255.883 10,1 18,9 23,2 42,1 40,2Construcción 86.281 10,1 14,6 12,3 26,8 25,1Comercio 121.128 14,2 16,8 13,4 30,2 25,6Hostelería 48.737 11,3 11,3 3,6 14,9 9,2Tr.-comunicaciones 56.192 11,3 14,1 27,7 41,8 36,6Ins. financieras 23.387 21,0 26,0 43,7 69,7 72,0Serv. empresas 79.517 20,7 26,3 17,3 43,6 41,0Administración Pública 42.675 9,2 19,7 45,2 64,9 61,6Educación 61.253 13,4 15,0 35,2 50,2 41,4Sanidad-serv. sociales 56.243 14,1 17,0 30,7 47,7 45,4Otros ser. comerciales 31.982 23,2 15,5 13,3 28,8 22,0Ser. doméstico 31.324 0,0 3,5 3,0 6,5 3,3Servicios 552.438 14,1 17,0 21,9 38,9 34,5TOTAL 903.512 12,5 17,2 21,5 38,7 35,5
168
El tamaño del establecimiento constituye, por su parte, una variable claramente asociada a la
estabilidad en la ocupación de un empleo que implica la utilización de tecnología moderna. En este
sentido, la proporción de ocupados estables con tecnología moderna no cesa de incrementarse
con el tamaño del centro, desde el 26,3% de los micro-establecimientos con 1 o 2 trabajadores
hasta el 51,4% que caracteriza a los establecimientos con más de 500 trabajadores. Llama, no
obstante, la atención la estabilización del indicador en los últimos años en los establecimientos con
100 o más trabajadores, aumentando en cambio entre los demás tipos de establecimientos, en
particular en los centros con 1 o 2 trabajadores y en los de 10 a 99 empleados.
En general, las cifras resultan iguales o superiores a la media a partir de los 10 trabajadores,
superando el nivel del 40% de ocupados en la situación descrita en establecimientos con 50 o más
empleados.
Tabla 3.27.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por tamaño del
establecimiento y años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Tamaño del establecimiento
Datos absolutos <3 años 3-9 años >= 10 años
>=3 años 2003
>=3 años 1999
De 1 a 2 162.460 7,2 11,6 14,8 26,3 21,6 De 3 a 9 168.936 13,8 18,2 14,9 33,1 32,6 De 10 a 19 109.176 14,7 23,1 18,8 41,9 31,6 De 20 a 49 151.703 14,0 18,4 19,8 38,2 37,5 De 50 a 99 98.630 12,0 14,9 29,7 44,6 40,6 De 100 a 499 131.912 14,3 16,2 30,2 46,4 46,6 500 y más 80.696 12,0 20,1 31,3 51,4 51,5 TOTAL 903.512 12,5 17,2 21,5 38,7 35,5
Finalmente, resulta de interés analizar la incidencia de las situaciones analizadas teniendo en
cuenta la relación de la población ocupada con la empresa y, de forma específica, el tipo de
relación contractual con la misma.
Teniendo en cuenta estas variables, se constata que los empresarios con más de 3
asalariados (55,2%), los cooperativistas (47,4%) y los asalariados fijos de la Administración (67%)
y de la empresa privada (46,4%) son los grupos de ocupados con mayor presencia de los empleos
estables y tecnológicamente modernos. Sin embargo, sólo en el caso de la Administración se
detecta un incremento continuado del indicador desde 1995 (de 56,1 a 67%). En el caso de los
empresarios con 3 o más asalariados y de los cooperativas, si bien el incremento del indicador es
notable respecto a las cifras de 1995 (33,2 y 41,9%, respectivamente), se observa una importante
caída respecto a 1999 (65,6 y 54,7%, respectivamente). En cambio, después de caer de 47,2 a
169
43,8% entre 1995 y 1999, se recupera hasta volver a niveles del 46,4% en el caso de los
asalariados de la empresa privada.
La proporción de empleos estables y tecnológicamente modernos se sitúa ya por debajo de la
media entre los asalariados temporales de la Administración Pública (34,2%), aumentando sin
embargo su proporción tanto respecto a 1995 como a 1999 (26,1 y 33,1%, respectivamente).
También son relativamente elevadas, situándose en niveles cercanos a la media vasca en el
caso de los empresarios con menos de 3 asalariados (39%), los asalariados de la propia empresa
(36%) y los autónomos (33,1%). No obstante, en todos los casos aumenta sustancialmente la
proporción observada respecto a la de 1995 (32,4, 24,9 y 22,4%, respectivamente).
Finalmente, las cifras caen muy por debajo de la media general en lo relativo a personas sin
contrato (6,7%), asalariados temporales del sector privado (8,2%) y contratados por obra y servicio
(11,6%). Aunque se registran en general niveles superiores tanto a los de 1999 como a los de
1995, las diferencias no resultan sustanciales.
Tabla 3.28.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por situación profesional y
años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Situación profesional Datos
absolutos <3 años 3-9 años>= 10 años
>=3 años 2003
>=3 años 1999
Empresario con asalariados < 3 14.159 5,6 5,5 33,5 39,0 37,4Empresario con asalariados >= 3 16.900 4,7 17,1 38,1 55,2 65,6Asal. propia empresa 9.661 13,7 17,7 18,3 36,0 37,8Autónomo 110.537 7,2 14,1 19,0 33,1 31,4Ayuda familiar 6.061 3,7 10,2 7,5 17,7 13,8Cooperativista 23.521 2,7 21,8 25,6 47,4 54,7Asal. fijo Adm. Pública 89.250 3,9 14,4 52,6 67,0 64,2Asal. temporal .Adm. Pública 28.079 32,3 25,5 8,7 34,2 33,1Asal. fijo. emp. privada 422.351 8,4 22,3 24,1 46,4 43,8Asal. temporal emp. privada 89.538 37,6 6,9 1,3 8,2 4,1Contrato obra emp. privada 55.289 30,0 11,0 0,6 11,6 9,2Sin contrato emp. privada 29.614 2,7 3,5 3,2 6,7 3,3A domicilio/teletrabajo 273 0,0 Otra situación emp. privada 2.896 10,8 25,5 25,5 19,6Otra situación 5.385 34,4 5,6 5,6 0,0TOTAL 903.512 12,5 17,2 21,5 38,7 35,5
170
En cuanto al tipo de contrato, se constata que un 50% de los ocupados con un contrato
indefinido trabajan en una ocupación tecnológicamente moderna desde hace tres o más años, una
proporción que es muy similar a la de 1995 (49,6%) pero ligeramente superior a la de 1999
(47,9%).
En los demás casos, el indicador cae por debajo de la media, aún cuando resulte todavía
relativamente elevado entre las personas que trabajan por cuenta propia (37,1%). Esta cifra es
muy superior a la de 1995 (25,7%) pero inferior a la de 1999 (39,4%).
Las cifras señaladas bajan sustancialmente entre las personas con contrato temporal
(13,6%), con contrato de obra (12,8%) o sin contrato (7,9%). Estas cifras son siempre superiores a
las de 1999, sin embargo, aún cuando en el caso de los contratos temporales se detecte
simplemente una vuelta a la situación de 1995 (13,4% en aquel año).
Tabla 3.29.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología moderna por tipo de relación
contractual con la empresa y años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Relación contractual
Datos absolutos <3 años 3-9 años >= 10 años
>=3 años 2003
>=3 años 1999
Indefinida 511.601 7,6 20,9 29,1 50,0 47,9 Temporal 113.403 36,6 10,7 2,9 13,6 9,0 Obra 58.347 29,3 11,7 1,1 12,8 10,3 Sin contrato 30.316 3,5 4,8 3,1 7,9 3,3 Teletrabajo 273 0,0 Otra situación 8.734 30,0 11,9 11,9 17,4 Cuenta propia 180.839 6,5 14,8 22,3 37,1 39,4 TOTAL 903.512 12,5 17,2 21,5 38,7 35,5
1.3.2.- La experiencia en el uso de la tecnología convencional
Hemos analizado en el apartado anterior la incidencia de los empleos que combinan el
mantenimiento a medio y largo plazo en la ocupación (más de tres años continuados) y la
utilización de una tecnología de tipo moderno.
Sin embargo, hay otras situaciones que, a pesar de no basarse en la utilización de tecnología
moderna, reflejan un indiscutible nivel de estabilidad en el empleo, teniendo por ello importancia
en términos de valoración del nivel de experiencia laboral. En este contexto, se comprueba que un
31,2% de la actual población activa (sin considerar activos potenciales) lleva más de tres años
ocupando un empleo de tecnología convencional por un tiempo superior a 3 años, proporción que
se sitúa en el 17% al considerar a las personas que llevan más de 10 años en dicho empleo. La
171
proporción de personas con más de 3 años en un empleo de tecnología convencional aumenta
notablemente en los últimos años, situándose en el 26,6% en 1999.
La estabilidad, en el sentido considerado, en empleos con tecnología convencional es un
aspecto que incide más intensamente entre la población masculina, 32,5% frente a 29,3% entre
las mujeres. Esta diferencia se asocia fundamentalmente sin embargo a la realidad de las
personas muy consolidadas en el empleo, las que llevan más de 10 años en el empleo, con un
19,4% de hombres por apenas 13,7% de mujeres. En las demás situaciones es mayor el peso de
la mujer: 15,6 frente a 13,1% entre las personas que ocupan un empleo convencional con una
antigüedad de 3 a 9 años; 14,5 frente a 12,2% entre las que llevan ocupando ese tipo de empleo
por un tiempo inferior a 3 años.
Respecto a 1999 aumenta la proporción de personas ocupadas en un empleo estable y de
tecnología convencional, tanto entre las mujeres (de 23,5 a 29,3%) como entre los hombres (de
28,8 a 32,5%). Como puede comprobarse, no obstante, el incremento es relativamente mayor en
el caso de las mujeres.
Un aspecto de interés a destacar es que la distancia existente entre hombres y mujeres en el
volumen de personas con situación de estabilidad es menor que el que se observa en el caso de
las personas con tecnología moderna. La menor distancia se asocia, especialmente, a la mayor
presencia relativa de mujeres con una antigüedad en el empleo entre 3 y 9 años.
Tabla 3.30.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional según años de
experiencia en la ocupación por sexo. Población activa
(En % respecto a la población activa de referencia)
Sexo <3 años 3-9 años >= 10 años>=3 años
2003 >=3 años
1999 Hombres 12,2 13,1 19,4 32,5 28,8 Mujeres 14,5 15,6 13,7 29,3 23,5 TOTAL 13,1 14,2 17,0 31,2 26,6
Como era previsible, en este caso la asociación entre edad e incidencia de este tipo de
empleos estables resulta particularmente elevada, pasando de apenas 11,5% entre los menores
de 25 años a 50,7% en las personas mayores de 55 años.
Se observan una serie de cortes en el progresivo incremento de este tipo de empleos de
tecnología convencional o tradicional. Así, por debajo de los 25 años la incidencia es inferior al
25% del total de activos, situándose en cifras cercanas a 30-35% entre las personas de 35 a 44
172
años. Las cifras superan ligeramente el 40% entre las personas de 45 a 49 años (41,4%),
superando niveles del 45% a partir de los 50 años (46,2% entre 50 y 54 años y 50,7% entre las
personas mayores de 55 años).
Entre 1999 y 2003 aumenta notablemente la proporción de activos en empleos estables de
tecnología convencional, particularmente en el caso de las personas de 35 a 54 años y entre los
menores de 25 años. La incidencia de este tipo de ocupaciones se estabiliza, en cambio, entre los
mayores de 55 años y entre las personas de 25 a 29 años, cayendo incluso de forma notable entre
las personas de 30 a 34 años.
Tabla 3.31.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por edad y años de
experiencia en la ocupación. Población activa
(En % respecto a la población activa de referencia)
Edad <3 años 3-9 años >= 10 años>=3 años
2003 >=3 años
1999 < 25 años 29,7 11,5 11,5 6,3 25-29 años 20,9 16,8 1,2 18,0 16,7 30-34 años 14,6 19,3 3,6 22,9 27,0 35-39 años 13,7 15,8 14,7 30,6 28,7 40-44 años 7,1 14,1 20,1 34,2 28,6 45-49 años 7,5 13,3 28,1 41,4 33,5 50-54 años 6,6 10,3 35,9 46,2 39,4 >= 55 años 4,1 8,3 42,4 50,7 50,1 TOTAL 13,1 14,2 17,0 31,2 26,6
Cruzando los datos por sexo y edad, se constata que la tendencia a un muy fuerte aumento
de la incidencia de las situaciones de estabilidad en un empleo convencional conforme aumenta la
edad es una realidad común tanto a hombres como a mujeres.
El otro aspecto destacable es una incidencia diferencial decreciente de estas situaciones a
favor de la población masculina conforme aumenta la edad. De esta forma, si la incidencia de este
tipo de empleos es claramente superior entre los hombres en edades inferiores a 35 años (20,4
frente a 15,5%), así como entre 35 a 44 años (34,4 frente a 29,6%), cambia de sentido entre las
personas mayores de 45 años (49,7% entre las mujeres por 43,9% entre los hombres).
Desde una perspectiva más evolutiva, se observa que la similitud de tendencias que refleja la
cifra general para hombres y mujeres es engañosa. En este sentido, se da un aumento del peso
relativo de este tipo de empleos muy superior entre los hombres en edades inferiores a los 45
años, resultando en cambio mayor entre las mujeres a partir de esa edad.
173
Tabla 3.32.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por sexo, edad y años
de experiencia en la ocupación por sexo y edad. Población ocupada
(En % respecto a la población activa de referencia)
Sexo y edad <3 años 3-9 años >= 10 años>=3 años
2003 >=3 años
1999 Hombres <35 21,3 17,6 2,8 20,4 18,7 Hombres 35-44 8,7 13,8 20,5 34,4 30,1 Hombres >= 45 5,3 7,8 36,1 43,9 40,6 Hombres 12,2 13,1 19,4 32,5 28,8 Mujeres <35 20,2 15,0 0,5 15,5 14,5 Mujeres 35-44 13,1 16,5 13,1 29,6 26,7 Mujeres >= 45 7,4 15,6 34,1 49,7 40,8 Mujeres 14,5 15,6 13,7 29,3 23,5 TOTAL 13,1 14,2 17,0 31,2 26,6
Un rasgo fundamental de los empleos estables desarrollados con tecnología tradicional es su
muy fuerte asociación con los empleos menos cualificados, tal y como puede comprobarse al
analizar estos empleos entre la población ocupada en función de la profesión actual.
De este modo, este colectivo de ocupados estable supone un 50% de los trabajadores no
cualificados, llegando al 45,5% entre los trabajadores cualificados de los sectores no de servicios y
al 39,9% entre los trabajadores cualificados del sector servicios. En cambio, entre directivos,
técnicos y administrativos, el peso relativo de este tipo de empleos baja a cifras cercanas al 17%.
En conjunto, un 34,4% de la población ocupada ocupa este tipo de empleos estables y
tecnológicamente tradicionales.
Dentro de las categorías en las que el peso de este tipo de empleo resulta claramente
superior a la media general de la CAE, podemos comprobar que son muy reducidas las
profesiones en las que el impacto de este tipo de situaciones se aleja sustancialmente de la
media. No obstante, el indicador se sitúa por debajo del 30% entre los trabajadores de los
servicios de seguridad (27%), los pescadores (26%), diversos colectivos de encargados (29,2% en
la construcción, 24,9% en el metal, 13,4% en instalaciones industriales fijas o 27,1% en
operaciones con maquinaria fija), los trabajadores de las industrias extractivas (0%), los
operadores de maquinaria móvil (23%), los peones de la construcción (19,8%) y los peones del
transporte (24,3%). En sentido contrario, entre administrativos, técnicos y directivos, únicamente
en el caso de las Fuerzas Armadas se detecta una incidencia superior a la media de este tipo de
empleos (42,9%).
174
Tabla 3.33.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por profesión y años
de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Profesión Datos
absolutos <3 años 3-9 años>= 10 años >3 años
Fuerzas Armadas 902 34,8 42,9 42,9Directivos sect. público 1.036 0,0Dir-ger.empresas privadas 38.975 7,1 8,7 20,6 29,3Ingenieros 12.808 5,2 2,0 2,0Tit. sup. Sanidad y c. naturales 11.208 6,7 4,4 2,3 6,7Tit. sup.enseñanza 26.208 8,4 15,4 8,1 23,5Tit. sup.derecho 9.131 11,6 11,6Tit. sup. c. Sociales 15.499 6,6 2,9 2,4 5,3Escritores, artistas 4.873 7,8 6,4 23,7 30,2Ing. Técnicos 9.581 0,0Tit. med. Sanidad y c. naturales 9.985 3,9 8,5 14,5 23,0Tit. med. Enseñanza 21.292 2,6 6,4 23,9 30,3Otros tit. Med. 2.760 20,3 20,3Téc. Ingenieros 30.401 3,5 3,6 4,7 8,3Téc. Sanidad y c. naturales 6.103 18,0 18,0Téc. Enseñanza 985 0,0Téc. apoyo fin. y comercial 27.513 11,4 14,4 3,7 18,2Téc. apoyo administrativo 19.323 3,2 2,4 5,6Otros téc. Apoyo 8.239 8,7 17,4 7,0 24,4Directivos y Técnicos 256.822 5,4 7,2 9,7 16,9Emp. admvo. fin., prod. 21.669 3,2 13,9 14,4 28,3Emp. admvo. correos y sim. 4.140 67,8 18,5 18,5Oper. máq. Oficinas 1.631 0,0Otros aux. adm. no at. público 39.862 0,4 2,7 9,5 12,2Otros aux. adm. at. público 4.536 5,5 19,5 8,1 27,5Recepcionistas 6.295 6,4 4,4 9,1 13,5Cajeros 6.440 12,7 5,5 6,2 11,7Administrativos 84.574 6,1 6,6 10,7 17,3Tr. Restauración 38.460 28,8 24,9 20,7 45,6Tr. serv. Personales 42.869 24,6 26,4 11,6 38,0Tr. serv. Seguridad 15.865 16,2 6,6 20,4 27,0Dep. comercio 46.747 15,7 20,0 21,2 41,2Cual. Servicios 143.940 21,9 21,7 18,1 39,9
175
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por profesión y años
de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
(Continuación)
Profesión Datos
absolutos <3 años 3-9 años>= 10 años >3 años
Trab. act. Agrícolas 3.490 19,1 12,2 33,5 45,7Tr. act. Ganaderas 459 78,9 78,9Tr. otras act. agrarias 1.370 34,3 38,0 72,3Pescadores 2.064 26,0 26,0Enc. Construcción 2.369 29,2 29,2Tr. obras estr. construcción 27.791 14,8 33,1 23,0 56,1Tr. acabado construcción 31.272 21,4 16,2 31,9 48,2Enc. Metal 4.314 15,5 9,4 24,9Tr. ind. Extractivas 1.298 27,2 0,0Soldadores,chapistas 41.002 20,1 22,3 27,6 49,9Mec-ajustadores 42.800 19,8 13,6 32,7 46,3Tr. precisión y artesanos 5.565 5,4 11,1 30,7 41,8Tr. Alimentación 12.755 22,1 21,9 29,8 51,7Tr. ind. Manufacturera 8.029 9,9 33,3 43,3 76,6Enc. inst. ind. fijas 4.167 13,4 13,4Op. inst. ind. fijas 12.887 15,2 7,5 34,3 41,9Enc.op.maq.fijas 3.792 12,3 8,2 18,8 27,1Op. máq. Fijas 42.854 7,3 15,9 22,8 38,7Montadores 15.485 19,2 20,7 30,7 51,4Op. máq. Móvil 8.541 30,3 8,1 14,8 23,0Conductores 36.248 10,5 13,0 30,3 43,3Otros cualificados 308.551 15,3 17,6 27,9 45,5Tr. no cual. Comercio 1.772 11,0 41,3 52,3Emp. dom./Limpieza 54.761 31,1 36,2 22,8 58,9Conserjes 8.982 9,1 17,6 34,2 51,8Otros no cual. Servicios 4.243 28,8 39,6 4,5 44,2Peones agrícolas 1.512 27,2 72,8 100,0Peones construcción 12.951 52,2 15,3 4,4 19,8Peones ind. manufacturera 13.150 12,7 27,7 33,1 60,7Peones transporte 12.255 45,0 18,2 6,1 24,3No cualificados 109.626 30,1 28,8 21,2 50,0TOTAL 903.512 14,5 15,6 18,7 34,4
En términos de categorías profesionales, la incidencia de los empleos estables y de
tecnología convencional es muy superior a la media general en los colectivos de encargados
(36,8%), trabajadores cualificados (38,6%) y, alcanzando los niveles máximos, trabajadores no
cualificados (40,8%). En cambio, resulta muy inferior entre técnicos (14%) y directivos (19,8%).
La distancia observada entre las diferentes categorías profesionales se acentúa aún más en
los últimos años. De esta forma, mientras la incidencia de este tipo de empleos aumenta entre
1999 y 2003 entre trabajadores, cualificados o no, y encargados, desciende sustancialmente entre
técnicos y, con aún mayor intensidad, entre directivos.
176
Tabla 3.34.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por categoría
profesional y años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Categoría profesional Datos
absolutos <3 años 3-9 años>= 10 años
>=3 años 2003
>=3 años 1999
No cualificado 286.118 27,1 23,3 17,5 40,8 35,5 Cualificado 358.344 11,7 15,3 23,3 38,6 34,3 Encargados, mandos medios 75.036 5,3 12,4 24,4 36,8 29,1 Personal técnico 149.338 4,1 5,8 8,2 14,0 18,0 Personal directivo 34.676 3,5 4,6 15,2 19,8 37,2 TOTAL 903.512 14,5 15,6 18,7 34,4 31,9
La incidencia de los empleos estables y tecnológicamente convencionales resulta
especialmente elevada en el sector primario (50,3%) y en la construcción (40,5%). Baja
sustancialmente, en cambio, en la industria (36,5%), alcanzando los niveles más bajos en el sector
servicios (32,2%).
Por ramas de actividad, el mayor impacto de este tipo de empleos, con niveles superiores al
40%, se detecta en la agricultura y la pesca (53,4 y 44%, respectivamente), el resto de industrias
manufactureras (59,9%), el comercio (40,3%), la hostelería (42,5%) y el servicio doméstico
(62,4%). Por el contrario, tienen una incidencia muy limitada, inferior al 30%, en la producción de
material eléctrico, producción de energía, instituciones financieras, servicios a las empresas,
Administración Pública, educación, sanidad y servicios sociales.
177
Tabla 3.35.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por actividad y años
de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Actividad Datos
absolutos <3 años 3-9 años>= 10 años
>= 3 años
Agricultura 5.963 10,5 16,7 36,8 53,4 Pesca 2.948 0,0 10,6 33,4 44,0 Agricultura 8.911 7,0 14,7 35,7 50,3 I.extractiva 2.682 0,0 0,0 34,2 34,2 I.alimentación 22.321 15,2 16,8 19,4 36,2 I.papelera 13.740 3,3 9,2 21,3 30,6 I.petroquímica 10.133 2,1 3,1 30,8 33,8 I.caucho 13.713 5,4 9,1 22,2 31,3 I.otros no metálicos 5.941 22,1 5,1 28,3 33,4 Metalurgia 70.991 16,1 13,0 25,3 38,3 Cons.maquinaria 35.014 9,1 15,3 21,9 37,2 Mat.eléctrico 20.132 10,0 9,2 15,8 25,1 Mat.transporte 31.454 10,8 13,4 17,3 30,7 I.manuf.diversas 25.121 9,8 25,3 34,6 59,9 Pr.energía 4.641 4,9 0,0 11,8 11,8 Industria 255.883 11,3 13,3 23,2 36,5 Construcción 86.281 22,5 21,4 19,1 40,5 Comercio 121.128 15,4 19,0 21,3 40,3 Hostelería 48.737 31,2 22,8 19,7 42,5 Tr.-comunicaciones 56.192 12,3 12,2 22,5 34,6 Ins.financieras 23.387 3,1 3,1 3,0 6,1 Serv.empresas 79.517 13,0 12,3 10,4 22,8 Administración Pública 42.675 9,9 4,9 11,1 16,0 Educación 61.253 8,0 12,1 16,2 28,3 Sanidad-serv.sociales 56.243 11,2 11,3 15,7 27,1 Otros ser.comerciales 31.982 16,0 17,3 14,6 31,9 Ser.doméstico 31.324 31,1 46,4 16,0 62,4 Servicios 552.437 14,9 15,8 16,3 32,2 TOTAL 903.512 14,5 15,6 18,7 34,4
Destaca la fuerte incidencia de los empleos estables con tecnologías de carácter
convencional en los establecimientos de menor dimensión. Así, estos empleos suponen un 36%
de la ocupación en los centros de 3 a 9 trabajadores y un 50,6% de los establecimientos de 1 y 2
trabajadores. En cambio, a partir de los 10 empleos el peso relativo del colectivo ocupacional de
referencia se sitúa por debajo de la media, normalmente en cifras cercanas al 30%.
Un aspecto a mencionar en este contexto es que, a partir de los 50 trabajadores, el colectivo
de empleos con un mayor grado de experiencia en este tipo de ocupación tecnológicamente
convencional – más de 10 años - se incrementa de forma significativa, particularmente en el caso
de los establecimientos de más de 500 empleos (20,6%, una proporción que sólo se ve superada
en el caso de los microestablecimientos, con un 28,4%).
178
La evolución reciente explica en parte las diferencias observadas, con un fuerte aumento del
número de ocupados en este tipo de empleos de tecnología convencional en establecimientos
menores de 10 trabajadores, en especial en los centros con 3 a 9 empleos (de 29,1% del total
en 1999 a 36% en la actualidad). También se detecta una tendencia expansiva de este tipo
de ocupación, no obstante, en los centros de más de 50 trabajadores. En cambio, la
incidencia se estanca en los establecimientos de 10 a 19 empleos, cayendo en los de 20 a 49
empleos.
Tabla 3.36.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por tamaño del
establecimiento y años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población de referencia)
Tamaño de establecimiento
Datos absolutos <3 años 3-9 años
>= 10 años
>=3 años 2003
>=3 años 1999
De 1 a 2 162.460 15,9 22,2 28,4 50,6 48,2 De 3 a 9 168.936 17,0 17,2 18,8 36,0 29,1 De 10 a 19 109.176 16,0 16,8 10,6 27,4 27,3 De 20 a 49 151.703 18,0 14,4 15,4 29,8 31,7 De 50 a 99 98.630 12,0 13,3 18,1 31,4 27,1 De 100 a 499 131.912 10,6 11,9 16,7 28,6 26,4 500 y más 80.696 7,2 8,8 20,6 29,4 26,2 TOTAL 903.512 14,5 15,6 18,7 34,4 31,9
Abordando el impacto de los empleo estables y de tecnología convencional en función de la
situación en la empresa, se constata una incidencia claramente superior a la media en las
diferentes categorías de empresarios (48,6% en los que tienen a su cargo menos de 3
trabajadores, 40,4% en los que tienen 3 o más empleados y 42% en el caso de los asalariados de
la propia empresa). Esta situación se amplía, dentro de los trabajadores por cuenta propia, a
autónomos (51,1%), ayudas familiares (50,6%) y cooperativistas (49,8%). En cambio, la
proporción es normalmente inferior a la media entre los asalariados, con la única excepción de los
asalariados fijos de la empresa privada (37,1%) y las personas sin contrato (46,4%).
Los datos reflejan, por tanto, una notable diferencia entre el colectivo de asalariados y no
asalariados. Al mismo tiempo, dentro de los asalariados, si la incidencia de este tipo de empleos
entre los asalariados fijos de la empresa privada es importante, lo contrario sucede en
prácticamente todos los demás tipos de población ocupada asalariada.
179
Tabla 3.37.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por situación
profesional y años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población ocupada de referencia)
Situación profesional
Datos
absolutos <3 años 3-9 años
>= 10
años
>=3
años
2003
>=3
años
1999
Empresario con asalariados < 3 14.159 6,7 8,6 40,1 48,6 49,4 Empresario con asalariados >= 3 16.900 9,7 30,5 40,2 22,1 Asal.propia empresa 9.661 8,3 12,9 29,1 42,0 47,1 Autónomo 110.537 8,6 16,6 34,5 51,1 50,5 Ayuda familiar 6.061 27,9 15,5 35,2 50,6 57,0 Cooperativista 23.521 0,1 19,9 30,0 49,8 29,6 Asal. fijo Adm. Pública 89.250 1,8 6,1 21,2 27,3 30,8 Asal. temporal .Adm. Pública 28.079 24,4 9,1 9,1 16,8 Asal. fijo. emp. privada 422.351 8,2 17,6 19,5 37,1 35,4 Asal. temporal emp. privada 89.538 40,9 12,4 0,9 13,3 9,7 Contrato obra emp. privada 55.288 41,1 14,8 2,5 17,3 20,7 Sin contrato emp. privada 29.614 44,3 33,0 13,4 46,4 39,1 A domicilio/teletrabajo 273 100 100 Otra situación emp. privada 2.896 40,6 23,1 23,1 30,2 Otra situación 5.385 25,5 20,4 14,2 34,5 37,9 TOTAL 903.512 14,5 15,6 18,7 34,4 31,9
Las conclusiones anteriores se ven confirmadas al analizar las formas de relación contractual
con la empresa. De esta forma, resalta especialmente la fuerte incidencia de los empleos
convencionales estables entre las personas que trabajan por cuenta propia (49,2%), situándose
igualmente por encima de la media la incidencia de este tipo de empleos entre los asalariados
indefinidos (35,4%) y de forma paradójica entre las personas sin contrato (45,3%). Respecto a la
situación de 1999, la incidencia de los empleos estables y convencionales aumenta en todas estas
categorías, aunque de forma especialmente notable entre los trabajadores por cuenta propia.
El impacto de los empleos considerados se reduce al 16,4% en los contratos de obra y al
13% en los contratos temporales. Mientras desciende - respecto a 1999 - el impacto relativo de
estos empleos en los contratos de obra (de 19,6 a 16,4%), aumenta en cambio en el caso de los
empleos temporales (de 11 a 12,8%).
180
Tabla 3.38.
Proporción de personas ocupadas en empleos con tecnología convencional por tipo de relación
contractual con la empresa y años de experiencia en la ocupación. Población ocupada
(En % respecto a la población ocupada de referencia)
Relación contractual Datos
absolutos <3 años 3-9 años>= 10 años
>= 3 años 2003
>= 3 años 2003
Indefinida 511.601 7,1 15,6 19,8 35,4 34,4 Temporal 113.676 37,0 12,0 0,7 12,8 11,0 Obra 58.347 41,5 14,1 2,4 16,4 19,6 Sin contrato 30.316 43,3 32,2 13,1 45,3 39,1 A domicilio/teletrabajo 273 100 100 Otra situación 8.734 29,1 20,2 8,7 29,0 31,4 Cuenta propia 180.839 7,2 15,5 33,7 49,2 43,8 TOTAL 903.512 14,5 15,6 18,7 34,4 31,9
2.- LA EXPERIENCIA LABORAL DE LA POBLACIÓN ACTIVA NO OCUPADA
En el apartado anterior hemos centrado nuestra aproximación en la situación ocupacional de
la población activa, aunque con una incidencia particular en la realidad de experiencia de la
población ocupada. Conviene igualmente considerar la experiencia laboral reciente de la población
activa actualmente no ocupada así como la de la población potencialmente activa. En el análisis
nos limitaremos, a las experiencias laborales recientes, contemplando en exclusiva los trabajos
realizados en los últimos cinco años. Se utiliza, por tanto, un concepto restringido de experiencia
laboral.
63.331 son las personas activas actualmente no ocupadas que han tenido algún tipo de
experiencia laboral en los últimos cinco años (103.740 en 1999 y 125.043 en 1995). La cifra de
población potencialmente activa con experiencia laboral en los últimos cinco años es bastante más
reducida, afectando a 16.438 personas. En realidad, la limitada experiencia laboral reciente es una
característica de la población potencialmente activa, con apenas un 30,2% de ella con alguna
experiencia laboral en los últimos cinco años, claramente por debajo del 68,2% registrado entre la
población activa no ocupada. En conjunto, la población no ocupada – activa o potencialmente
activa – con experiencia laboral representa un total de 79.769 personas, un 54,2% de la población
no ocupada total.
Tanto en la población activa como en la potencialmente activa, el acceso a la experiencia
laboral es bastante mayor en el caso de los hombres (75,5 frente a 62,8% en las mujeres entre la
población activa; 33,4% frente a 29,5% entre la población potencialmente activa). Sin embargo, al
estar más afectadas por el desempleo, las mujeres representan la parte fundamental del colectivo
181
considerado, con un 58,8%. La distribución está más equilibrada en el colectivo de activos, con un
53,3%. El peso de la mujer resulta en cambio claramente dominante entre los potenciales activos
con algún tipo de experiencia laboral, representando en este caso la población femenina un 80,1%
del total.
Tabla 3.39.a
Población no ocupada con experiencia laboral en los últimos cinco años por sexo
(Datos absolutos y % verticales)
Sexo Activos %
2003 %
1999%
1995Pot.
activos %
2003 TOTAL %
2003 Hombres 29.575 46,7 42,7 48,8 3.273 19,9 32.848 41,2 Mujeres 33.756 53,3 57,3 51,2 13.165 80,1 46.922 58,8 TOTAL 63.331 100 100 100 16.438 100 79.769 100
Tabla 3.39.b
Proporción de población no ocupada con experiencia laboral en los últimos cinco años por sexo
(En %)
Sexo Activos Pot.
activos TOTAL Hombres 75,5 33,4 67,1 Mujeres 62,8 29,5 47,7 TOTAL 68,2 30,2 54,2
Los activos no ocupados con experiencia laboral resaltan por su juventud, con un 63,6% de
menores de 35 años. La proporción no hace sino bajar sin embargo desde el 71,3% de 1995,
situándose esta cifra en el 66,3% en 1999. El elemento más llamativo es la fuerte caída de los
menores de 25 años (de algo menos del 30% en 1995 y 1999 al 17% actual).
La proporción de activos potenciales menores de 35 años también es sustancial, con un
47,6% del total. En este caso, no obstante, los mayores de 35 años tienen un peso más importante
en la distribución del colectivo.
En términos relativos, el nivel de experiencia laboral supera niveles del 65% entre los activos
desocupados entre 25 y 49 años, situándose por encima del 50% tanto entre los menores de 25
años como entre los mayores de 50 años. En el caso de la población potencialmente activa, este
nivel sólo es superado entre las personas de 25 a 29 años (62,3%), situándose por encima del
40% igualmente entre los activos potenciales de 30 a 39 años. La proporción se sitúa en niveles
de apenas 20-35% entre los activos potenciales menores de 25 años y en los mayores de 40
años.
182
Tabla 3.40.a
Población no ocupada con experiencia laboral en los últimos cinco años por edad
(Datos absolutos y % verticales)
Edad Activos %
2003 %
1999%
1995Pot.
activos %
2003 TOTAL %
2003 < 25 años 10.772 17,0 29,5 28,2 2.449 14,9 13.222 16,6 25-29 años 16.570 26,2 22,3 23,2 2.719 16,5 19.288 24,2 30-34 años 12.946 20,4 14,6 19,9 2.663 16,2 15.609 19,6 35-39 años 7.131 11,3 11,9 8,9 2.093 12,7 9.225 11,6 40-44 años 6.405 10,1 8,2 8,1 1.876 11,4 8.282 10,4 45-49 años 3.954 6,2 5,1 4,6 1.790 10,9 5.744 7,2 50-54 años 2.766 4,4 4,9 4,2 1.303 7,9 4.069 5,1 >= 55 años 2.788 4,4 3,6 3,0 1.544 9,4 4.332 5,4 TOTAL 63.331 100 100 100 16.438 100 79.769 100
Tabla 3.40.b
Proporción de población no ocupada con experiencia laboral en los últimos cinco años por edad
(En %)
Edad Activos Pot.
activos TOTAL < 25 años 53,6 25,2 44,3 25-29 años 69,2 62,3 68,1 30-34 años 91,7 43,9 77,3 35-39 años 65,6 43,1 58,6 40-44 años 73,7 32,0 56,9 45-49 años 73,2 20,5 40,6 50-54 años 57,6 19,4 35,3 >= 55 años 56,1 19,2 33,3 TOTAL 68,2 30,2 54,2
Cruzando los datos de sexo y edad, se observa que los grupos dominantes entre los activos
no ocupados con experiencia laboral corresponden a las mujeres y hombres menores de 35 años
(33,7 y 29,9%, respectivamente). No obstante, el peso relativo de estos dos grupos desciende
notablemente respecto a 1995 (37,7 y 33,5%, respectivamente), situándose lo esencial de esta
caída entre 1995 y 1999 en el caso de los hombres y en los últimos cuatro años en el de las
mujeres.
Los hombres mayores de 35 años suponen otro 16,8% del colectivo analizado,
correspondiendo el 19,6% restante a mujeres mayores de esa edad. En ambos casos, la
proporción aumenta respecto a 1995 pero de forma más llamativa entre las mujeres (13,5% en
1995, 15,2% en el caso de los hombres).
183
Las características por sexo y edad son sustancialmente distintas entre los activos
potenciales. En este caso, únicamente el peso relativo de las mujeres menores de 35 años es
similar (36,5%), siendo el grupo más importante el de las mujeres mayores de 35 años (43,5%). El
peso de los hombres es mínimo, tanto si se trata de menores de 35 años (11,1%) como de
mayores de esa edad (8,8%).
La incidencia de la experiencia laboral, entre las personas activas desocupadas, se sitúa en
cifras de 71 a 76% entre los hombres menores de 45 años y de 65 a 68% entre las mujeres en
esas edades, aumentando al 93,9% entre los hombres mayores de 45 años. El nivel más bajo
corresponde a las mujeres mayores de 45 años, con apenas un 42,2%. Destaca el impacto
diferencial de la edad en función del género, aumentando el nivel de experiencia con la edad entre
los hombres y disminuyendo, de forma muy notable a partir de los 45 años, entre la mujer.
Entre los activos potenciales, el nivel de experiencia laboral sólo supera el nivel del 50% entre
los hombres mayores de 35 años, acercándose no obstante a dicho nivel entre las mujeres
menores de 35 años (46,5%). En los demás casos, la proporción resulta muy baja (36,3% entre las
mujeres de 35 a 44 años, 25,1% entre los hombres menores de 25 años y 15,7% entre las mujeres
mayores de 45 años). Debe mencionarse que la tendencia a la caída de los niveles de experiencia
conforme aumenta la edad vuelve a observarse entre las mujeres.
Las diferencias en la incidencia de la experiencia laboral entre activos y activos potenciales
son muy elevadas en todos los grupos por sexo y edad, siempre superiores a 20 puntos. No
obstante, estas diferencias resultan algo más bajas entre mujeres, particularmente entre las
menores de 35 años – con niveles de experiencia cercanos o superiores a las medias de
referencias respectivas – y en las mayores de 45 años – con niveles, en esta ocasión, más bajos -.
Tabla 3.41.a
Población no ocupada con experiencia laboral en los últimos cinco años por sexo y edad
(Datos absolutos y % verticales)
Sexo y edad Activos %
2003%
1999%
1995Pot.
activos %
2003 TOTAL %
2003 Hombres <35 18.918 29,9 28,2 33,5 1.823 11,1 20.741 26,0 Hombres 35-44 5.023 7,9 7,4 8,5 125 0,8 5.148 6,5 Hombres >= 45 5.634 8,9 7,1 6,7 1.324 8,1 6.958 8,7 Hombres 29.575 46,7 42,7 48,8 3.273 19,9 32.848 41,2 Mujeres <35 21.370 33,7 38,1 37,7 6.007 36,5 27.377 34,3 Mujeres 35-44 8.513 13,4 12,7 8,4 3.845 23,4 12.358 15,5 Mujeres >= 45 3.873 6,1 6,5 5,1 3.313 20,2 7.186 9,0 Mujeres 33.756 53,3 57,3 51,2 13.165 80,1 46.922 58,8 TOTAL 63.331 100 100 100 16.438 100 79.769 100
184
Tabla 3.41.b
Proporción de población no ocupada con experiencia laboral en los últimos cinco años por sexo y
edad
(En %)
Sexo y edad Activos Pot.
activos TOTAL Hombres <35 71,1 25,1 61,3 Hombres 35-44 76,0 100 76,5 Hombres >= 45 93,9 55,0 82,8 Hombres 75,5 33,4 67,1 Mujeres <35 67,7 46,5 61,5 Mujeres 35-44 65,7 36,3 52,5 Mujeres >= 45 42,2 15,7 23,7 Mujeres 62,8 29,5 47,7 TOTAL 68,2 30,2 54,2
Además del análisis de las características y de la incidencia de la experiencia laboral entre la
población no ocupada en función de las variables demográficas de sexo y edad, resulta
igualmente relevante analizar las tasas de paro o no ocupación entre la población activa con
experiencia laboral posterior a 1999 en función de las distintas variables ocupacionales relevantes.
Estas tasas son indicativas del nivel de paro real existente aplicado a la población con algún nivel
de inserción real en el mercado de trabajo y en el sistema productivo, pudiéndose considerar en
sentido amplio como la tasa de paro entre activos con experiencia laboral.
En la actualidad, un 6,6% del conjunto formado por la población activa con experiencia laboral
efectiva en los últimos cinco años se encuentra desempleada. Estos datos reflejan una importante
caída respecto al 11,2% de 1999 y el 15% de paro entre activos con experiencia laboral observado
en 1995. La caída histórica de este tipo de desempleo a partir de mediados de los años 90 se
acentúa por tanto en los últimos cuatro años. De tener en cuenta a la población potencialmente
activa con experiencia en los últimos cinco años, la tasa de paro o no ocupación aumentaría al
8,1%.
A nivel profesional, las tasas de paro evidencian un muy fuerte contraste entre algunos
colectivos favorecidos y el resto de grupos profesionales. En el primer caso, se encuentran tanto
técnicos y directivos como trabajadores cualificados de los sectores no de servicios, con tasas de
paro inferiores al 5% (4,7% y 4,8%, respectivamente). En ambos casos, la tasa es inferior a la
observada en años anteriores, aunque la caída es más llamativa entre los trabajadores de la
agricultura, la industria y la construcción (7,6% en 1999 por 7,1% en el caso de directivos y
técnicos).
185
En el resto de profesiones, la tasa de paro o desocupación es superior a la media general. El
paro llega al 7,5% entre los trabajadores cualificados del sector servicios y al 9,1% entre los
empleados administrativos, alcanzando un nivel máximo del 12,2% entre los trabajadores no
cualificados. Estas tasas de paro caen sustancialmente sin embargo entre 1995 y 1999, bajando
de 15,5% a 9,1% en ese periodo entre los trabajadores administrativos, de 18,3% al 7,5% entre
trabajadores cualificados del sector servicios y de 19,4% a 12,2% entre trabajadores no
cualificados. Sobresale, en particular, la fuerte caída del paro entre los trabajadores cualificados
del sector servicios.
Analizando internamente los distintos tipos profesionales, comprobamos que entre los
directivos y técnicos las cifras tienden normalmente a situarse por debajo de la media vasca. En
este sentido, las cifras se acercan sustancialmente o caen incluso por debajo del 5% entre el
personal directivo, los ingenieros superiores, los licenciados en derecho, los escritores y artistas,
los titulados superiores de la sanidad y la enseñanza y, en general, en la mayoría de las
categorías de técnicos de apoyo. Entre trabajadores cualificados en sectores no de servicios, esta
situación se detecta igualmente entre los trabajadores de la agricultura, el personal encargado –
salvo en el metal -, los trabajadores de industrias extractivas, los soldadores y chapistas, los
mecánicos y ajustadores, los trabajadores de precisión y artesanos, los trabajadores de la
alimentación, los operadores de instalaciones industriales fijas o de maquinaria móvil y los
conductores. En estos tipos profesionales, la tasa de paro o de desocupación entre personas con
experiencia laboral sólo supera el nivel del 10% entre los ingenieros técnicos (10,1%), otros
técnicos de apoyo (15,4%) y pescadores (11,6%).
Los colectivos profesionales de administrativos y trabajadores cualificados del sector servicios
reflejan, por su parte, notables diferencias internas. En algunos casos, las cifras son inferiores o
cercanas al 5%, como sucede con los administrativos ligados a actividades de producción, los
auxiliares administrativos de atención al público, los trabajadores de los servicios de seguridad o
incluso los dependientes de comercio. Los niveles se acercan, en cambio, a nivel de 10 a 15%
entre cajeros y trabajadores de los servicios personales. Las tasas se disparan incluso por encima
del 15% entre empleados administrativos de correos y similares (18,1%), operadores de máquinas
de oficina (22,8%) y recepcionistas (16,4%).
En el caso de los trabajadores no cualificados sólo entre los trabajadores no cualificados del
comercio se detecta una situación de pleno empleo. En los demás casos, la tasa se sitúa algo por
debajo del 10% en profesionales del servicio doméstico y de la limpieza (8,8%) y en otros
trabajadores no cualificados de los servicios (9,6%), alcanzando niveles de 10 a 15% ente los
peones de la construcción (12,4%) y los conserjes (14,5%). Las tasas superan incluso la barrera
del 15% entre peones del transporte (15,7%), peones de la industria (20%) y peones agrícolas
(28%).
186
Tabla 3.42.a
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por profesión
(En % respecto a la población activa de referencia)
Profesión Datos
absolutos Tasa Fuerzas Armadas Directivos sect. público Dir-ger.empresas privadas 684 1,7 Ingenieros 774 5,7 Tit. sup. sanidad y c. naturales 389 3,4 Tit. sup.enseñanza 1.490 5,4 Tit. sup.derecho Tit. sup. c. sociales 1.633 9,5 Escritores, artistas 182 3,6 Ing. técnicos 1.077 10,1 Tit. med. sanidad y c. naturales 155 1,5 Tit. med. enseñanza 794 3,6 Otros tit. med. 292 9,6 Téc. ingenieros 1.838 5,7 Téc. sanidad y c. naturales 379 5,8 Téc. enseñanza Téc. apoyo fin. y comercial 1.081 3,8 Téc. apoyo administrativo 316 1,6 Otros téc. apoyo 1.505 15,4 Directivos y Técnicos 12.589 4,7 Emp. admvo. fin., prod. 1.201 5,3 Emp. admvo. correos y sim. 915 18,1 Oper. máq. oficina 482 22,8 Otros aux. adm. no at. público 3.486 8,0 Otros aux. adm. at. público 256 5,3 Recepcionistas 1.239 16,4 Cajeros 892 12,2 Administrativos 8.472 9,1
187
Tabla 3.42.a
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por profesión
(En % respecto a la población activa de referencia)
(Continuación)
Profesión Datos
absolutos Tasa Tr. Restauración 3.635 8,6 Tr. serv. Personales 4.927 10,3 Tr. serv. Seguridad 185 1,2 Dep. comercio 2.877 5,8 Cual. Servicios 11.625 7,5 Trab. act. agrícolas Tr. act. ganaderas Tr. otras act. agrarias 62 4,3 Pescadores 270 11,6 Enc. construcción Tr. obras estr. construcción 1.300 4,5 Tr. acabado construcción 3.206 9,3 Enc. metal 394 8,4 Tr. ind. extractivas Soldadores, chapistas 1.389 3,3 Mec-ajustadores 1.386 3,1 Tr. precisión y artesanos Tr. alimentación 357 2,7 Tr. ind. manufacturera 838 9,5 Enc. inst. ind. fijas Op.inst.ind. fijas 547 4,1 Enc. op. maq. fijas Op. máq. fijas 3.649 7,8 Montadores 1.093 6,6 Op. máq. móvil Conductores 903 2,4 Otros cualificados 15.395 4,8 Tr. no cual. comercio Emp. dom./Limpieza 5.283 8,8 Conserjes 1.524 14,5 Otros no cual. Servicios 452 9,6 Peones agrícolas 588 28,0 Peones construcción 1.827 12,4 Peones ind. manufacturera 3.293 20,0 Peones transporte 2.285 15,7 No cualificados 15.251 12,2 TOTAL 63.331 6,6
El análisis de estos datos no debe olvidar, no obstante, la existencia de un colectivo de
potenciales activos. Los datos reflejan, a este nivel, la importancia diferencial dentro de ese grupo
de los trabajadores no cualificados y de los cualificados de los servicios. Si estas profesiones
188
representan un 29% de la población activa total, la proporción llega al 64,9% entre los activos
potenciales, con un peso diferencial de los no cualificados (37% frente a 12,9% en los activos).
Hay que señalar, sin embargo, el peso importante de directivos y técnicos en este grupo (un
22,3% del total).
Tabla 3.42.b
Población potencialmente activa con experiencia laboral en los últimos cinco años por profesión
(Datos absolutos y % verticales)
Profesión Datos
absolutos % ver. % ver. activos
Directivos y técnicos 3.669 22,3 27,9 Administrativos 514 3,1 9,6 Cual. servicios 4.589 27,9 16,1 Otros cualificados 1.588 9,7 33,5 No cualificados 6.078 37,0 12,9 Total 16.438 100 100
Analizando los datos por categoría profesional, los mayores niveles de desempleo se asocian
desde luego a los colectivos no cualificados, con una tasa de desempleo en personas activas con
experiencia laboral que llega al 10,8%, la más elevada de todas. En los demás casos, las cifras se
acercan a niveles inferiores o similares al 5%, situándose todavía algo por encima en el caso del
personal técnico (5,9%) y ya ligeramente por debajo entre los trabajadores cualificados (4,5%).
Los niveles mínimos corresponden al personal directivo (2,9%) y a encargados y mandos
intermedios (2,1%).
Un dato a subrayar es que en todos los casos se observan mejoras respecto a 1995, más
notables sin embargo en el caso de los trabajadores cualificados (del 11,8 al 4,5%) y del personal
encargado (del 7,9 al 2,1%). La caída es menos llamativa entre el personal directivo, al afectarle
ya un nivel de paro de apenas el 5,1% en 1995. Entre los técnicos, el paro pasa del 9,8% de 1995
al 7,8% de 1999 y al 5,9% actual. A pesar de mantenerse aún alto el nivel de desempleo, la
evolución es también muy favorable en el caso de los trabajadores no cualificados, bajando la tasa
de paro del 23% de 1995 al 10,8% actual, una caída que puede considerarse reciente, dado que el
paro y la desocupación afectaban aún al 19,5% de la población en 1999.
Al tomar en consideración a la población potencialmente activa, sin embargo, se observa que
el paro potencial es realmente algo mayor entre la población no cualificada, ascendiendo al 13,6%.
La posición de los trabajadores cualificados también empeora ligeramente, subiendo al 5,6%. En
las demás categorías profesionales, las variaciones son mucho menores. Y es que un 91,6% de
los activos potenciales con experiencia son trabajadores (64,7% no cualificados y 26,8%
cualificados).
189
Tabla 3.43.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por categoría
profesional
(En % respecto a la población activa de referencia)
Categoría profesional Datos
absolutos Tasa 2003
Tasa 1999
Tasa 1999
Tasa con p.activos
2003 No cualificado 34.527 10,8 19,5 23,0 13,6 Cualificado 16.836 4,5 7,1 11,8 5,6 Encargados, mandos medios 1.640 2,1 2,1 7,9 2,6 Personal técnico 9.284 5,9 7,8 9,8 6,5 Personal directivo 1.044 2,9 3,9 5,1 2,9 TOTAL 63.331 6,6 11,2 15,0 8,1
En lo que se refiere a los aspectos tecnológicos, un rasgo característico de la situación actual
es que la incidencia diferencial del paro o de la desocupación en función del tipo de tecnología se
ha reducido sustancialmente. Si la tasa de paro se sitúa entre 4 y 6% entre los distintos colectivos
de trabajadores que emplean tecnología moderna, es del 6,4% en las actividades productivas de
tecnología convencional y del 5,1% en las actividades administrativas desarrolladas con
tecnologías tradicionales. Sólo al considerar otro tipo de tecnología convencional aumenta el nivel
de desempleo y desocupación en los ámbitos tecnológicos menos modernos, situándose en este
caso la tasa de paro en el 8,5%.
Esta realidad contrasta notablemente con la observada en 1995 y 1999 donde - para cada
tipo de tecnología moderna o convencional - se observaba una tasa de paro dos o más veces
superior en el caso de personas con experiencia en trabajos con tecnología convencional respecto
a aquellas con experiencia en tecnologías modernas. La diferencia era en 1999 específicamente
llamativa en el ámbito del trabajo más ligado a las tareas administrativas (7,3% en el ámbito
moderno frente a 21,3% en el ámbito de trabajo con tecnología convencional), diferencia que ha
desaparecido por completo en el año 2003, con una tasa de paro incluso más baja entre los
usuarios de instrumentos de trabajo de tipo convencional (5,1% frente a 6,3% en los empleos
administrativos informatizados).
La evolución reciente de las tasas de paro muestra, en cualquier caso, una extraordinaria
caída de las realidades de desempleo ligadas a las actividades administrativas. Si esta caída ha
sido fuerte en los empleos asociados al uso de tecnologías modernas (de 13,7 a 6,3% entre 1995
y 2003), ha resultado extraordinaria en el caso de las tecnologías convencionales (de 26,9 a
5,1%), en un proceso que sin embargo se asocia a la progresiva desaparición de estas formas de
trabajo. Las mismas tendencias, así como la misma intensidad en los ritmos de descenso de las
tasas de paro, pueden observarse, tanto para tecnologías modernas como convencionales, en el
190
resto de tareas. En cambio, la evolución favorable es menos llamativa en las actividades
productivas. Así, en el caso de las actividades de producción automatizadas, el paro del 5,3% de
1995 cae al 4,4% en 1999, manteniéndose en niveles similares en 2003 (4,1%). En la actividad
productiva convencional, la tasa pasa del 10,1% de 1995, la más baja con diferencia dentro del
tipo de tecnologías convencionales, a 9,8% en 1999 y a 6,4% en 2003, ofreciendo por tanto un
nivel de descenso algo mayor al registrado en las tecnologías modernas (aunque desde tasas de
paro todavía claramente inferiores en estas últimas).
Cierto es, sin embargo, que la toma en consideración de los activos potenciales haría
aumentar las tasas de no ocupación, en especial en los ámbitos tecnológicos menos modernos,
con un 83,3% de los activos potenciales con experiencia anterior relacionados precisamente con
ocupaciones ligadas a actividades tecnológicamente convencionales. La tasa de paro aumentaría
al 6% en el ámbito administrativo, al 7,2% en las actividades productivas y al 11,9% en el resto de
áreas de tecnología convencional. En el ámbito de las tecnologías modernas, sólo se observaría
un incremento en el resto de actividades realizadas con tecnología moderna, ascendiendo en este
caso la tasa de paro potencial al 6,1%, manteniéndose en el 6,4% en las actividades productivas
informatizadas y en el 4,3% en la acción administrativa informatizada.
Tabla 3.44.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por tecnología
utilizada
(En % respecto a la población activa de referencia)
Tecnología utilizada Datos
absolutos Tasa 2003
Tasa 1999
Tasa 1995
Tasa con p.activos
2003 Moderna prod. automatizada 3.844 4,1 4,4 5,3 4,3 Administrativa informatizada 9.447 6,3 7,3 13,7 6,4 Otra moderna 12.738 5,3 9,4 11,7 6,1 Equipo productivo conv. 8.785 6,4 9,8 10,1 7,2 Administrativa convencional 906 5,1 21,3 26,9 6,0 Otra convencional 27.611 8,5 15,7 20,4 11,9 TOTAL 63.331 6,6 11,2 15,0 8,1
En el ámbito sectorial, en la actualidad el desempleo en personas activas con experiencia
laboral alcanza su nivel más alto en la agricultura, con un 7,4%, siendo igualmente superior a la
media la tasa de paro en la construcción (7,3%) y en los servicios (6,9%). La tasa baja en cambio
al 5,5% en la industria. Como puede verse, sin embargo, las diferencias sectoriales resultan
actualmente bastante bajas.
191
La evolución reciente ha sido particularmente favorable en la construcción, pasando la tasa
de 20,6% en 1995 a 12,2% en 1999 y 7,3% en 2003). Pero también es muy llamativa en los
servicios, bajando la tasa de 18,3% en 1995 a 13% en 1999 y 6,9% en 2003. También resulta muy
positiva en la industria, aunque se observa en este caso una fuerte contención del ritmo de caída
entre 1999 y 2003 (de 7 a 5,5% después de bajar desde el 13,7% en 1995). El paro y la
desocupación entre personas con experiencia muestra mayor nivel de estabilidad, dentro de la
general línea descendente, en el sector primario (10,1% en 1995, 8,5% en 1999 y 7,4% en el año
2003).
El análisis por ramas revela mayores diferencias que el sectorial. En este sentido, algunas
ramas tienen una tasa de paro que se acerca o es inferior a niveles del 5%. Esta situación
corresponde a una serie de ramas industriales (extractiva, alimentación, papelera, petroquímica,
caucho, minerales no metálicos, material eléctrico o de transporte y producción de energía), y a las
ramas de servicios de comercio, transportes y comunicaciones, instituciones financieras,
administración y educación. La tasa se sitúa en niveles de 6-9% en el sector primario, en
prácticamente todas las demás ramas industriales, en la construcción y, dentro del sector
servicios, en las ramas de hostelería, servicios a las empresas, sanidad y servicios sociales. La
tasa supera, no obstante, niveles del 10% en el resto de servicios comerciales (11,0%) y en el
servicio doméstico (12,3%).
Un dato a destacar es que la gran mayoría de los activos potenciales con experiencia laboral
en los últimos cinco años, un 84,7%, tuvieron su última ocupación en el sector servicios. De esta
forma, la tasa de paro potencial, incluyendo activos potenciales, aumenta al 9% en este sector.
También aumenta ligeramente sin embargo en la industria, situándose en el 6,3%, todavía por
debajo de la construcción (7,5%) y de la agricultura (7,4%), sectores muy poco afectados por la
toma en consideración de los activos potenciales.
En realidad, la mayor parte de los activos potenciales con experiencia de empleo anterior se
concentran en cuatro grandes ramas que agrupan al 63,5% de este colectivo: comercio (15,6%),
hostelería (23,1%), servicios a las empresas (11,8%) y servicio doméstico (12,9%). También es
importante el peso de otros servicios comerciales (8,4%) y sanidad y servicios sociales (8%). La
incidencia del paro potencial en estas ramas, la mayoría de las cuales ya destacan por un impacto
potencial del desempleo importante, resulta por tanto superior a la que reflejan los datos
presentados hasta ahora. La tasa de no ocupación, o paro potencial, supera de hecho niveles del
10% en ramas como la hostelería, los servicios a las empresas, otros servicios comerciales y
servicio doméstico. También supera este nivel la tasa correspondiente al resto de industrias
manufactureras (industrias manufactureras diversas).
192
Tabla 3.45.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por actividad
(En % respecto a la población activa de referencia)
Actividad Datos
absolutos Tasa Tasa
con p.activos Agricultura 438 6,8 6,8 Pesca 270 8,4 8,4 Agricultura 708 7,4 7,4 I. extractiva I. alimentación 676 2,9 3,9 I. papelera 401 2,8 2,8 I. petroquímica 497 4,7 4,7 I. caucho 784 5,4 7,2 I. otros no metálicos 3,8 Metalurgia 5.373 7,0 7,2 Cons. maquinaria 2.771 7,3 7,8 Mat. eléctrico 931 4,4 4,4 Mat. transporte 856 2,6 5,2 I. manuf. diversas 2.562 9,3 10,2 Pr. energía Industria 14.852 5,5 6,3 Construcción 6.779 7,3 7,5 Comercio 6.978 5,4 7,3 Hostelería 4.373 8,2 14,4 Tr. -comunicaciones 2.727 4,6 4,6 Ins. financieras 579 2,4 3,1 Serv. empresas 8.177 9,3 11,3 Administración Pública 2.633 5,8 5,8 Educación 3.280 5,1 6,0 Sanidad-serv. sociales 3.909 6,5 8,5 Otros ser. comerciales 3.934 11,0 14,3 Ser. doméstico 4.402 12,3 17,2 Servicios 40.993 6,9 9,0 TOTAL 63.331 6,6 8,1
La tasa de desempleo en personas activas con experiencia laboral tiende a caer conforme
aumenta el tamaño del establecimiento, con cifras situadas en el 9% en los centros de 3 a 19
trabajadores y cercanas o inferiores a 6-7% en establecimientos con 20 o más trabajadores,
alcanzándose un mínimo del 3,3% en el caso de trabajadores con experiencia de trabajo en
establecimientos de más de 100 trabajadores. La única excepción hace referencia a los
establecimientos con 1 y 2 trabajadores, en cuyo caso la tasa de paro, situada en un 4,7%, resulta
una de las más bajas.
La evolución reciente muestra una fuerte caída de las tasas de paro en todos los tipos de
establecimientos. No obstante, debe mencionarse que, entre 1999 y 2003, se detecta una cierta
193
ralentización del proceso de caída de las tasas en los centros de 10 a 19 empleos y en los de 50 a
99.
La realidad de los colectivos potencialmente activos muestra una estrecha asociación entre la
experiencia en el empleo y los establecimientos más pequeños. De esta forma, un 57,1% de los
activos potenciales con experiencia tuvieron su último trabajo principal en establecimientos con
menos de 10 trabajadores, con otro 37,1% correspondiente a centros de 10 a 99 empleados. Las
tasas de paro potencial aumentan por tanto de forma importante en este tipo de centros,
acentuándose la situación diferencialmente positiva de los centros con más de 100 trabajadores y
percibiéndose de forma aún más nítida la asociación entre tasa de paro (potencial en este caso) y
tamaño de los centros, con la única excepción de una tasa claramente inferior a la media en los
micro-establecimientos.
Tabla 3.46.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por tamaño del
establecimiento
(En % respecto a la población activa de referencia)
Tamaño del establecimiento
Datos
absolutos
Tasa 2003
Tasa 1999
Tasa 1995
Tasa con p.activos
2003 De 1 a 2 7.995 4,7 12,5 13,5 7,3 De 3 a 9 16.355 8,8 15,5 22,1 11,0 De 10 a 19 11.361 9,4 11,1 16,8 10,7 De 20 a 49 8.890 5,5 10,0 14,4 7,0 De 50 a 99 7.686 7,2 8,9 14,3 8,8 De 100 a 499 8.321 5,9 8,3 12,7 6,4 500 y más 2.723 3,3 5,6 8,7 3,5 TOTAL 63.331 6,6 11,2 15,0 8,1
Al considerar el tipo de relación a la empresa, el dato principal a subrayar es la práctica
ausencia de desempleo en personas que han trabajado por cuenta propia o con contratos de
carácter indefinido (2,5 y 2,1%, respectivamente). En este tipo de situaciones, únicamente el
colectivo de ayudas familiares muestra cifras de desempleo superiores al 3% (16%).
En cambio, las tasas de paro en activos con experiencia se sitúan entre dos y tres veces por
encima de la media vasca entre personas con contratos de obra (15,8%), contratos temporales
(20,4%) o sin contrato (16,2%). Dado que un 64,9% de los activos potenciales con experiencia de
empleo trabajaron con este tipo de relación con la empresa (10,6% en otra situación), la tasa de
paro potencial resulta incluso más elevada: 23,6% entre las personas con contrato temporal,
22,7% en caso de ausencia de contrato y 17,7% en contratos por obra. La tasa de paro potencial
194
sigue, en cambio, moviéndose en cifras cercanas al 3% entre las personas con contrato indefinido
y trabajando por cuenta propia lo que evidencia, con total claridad, el nivel de estabilidad
diferencial del que este tipo de población disfruta en el mercado de trabajo. En todos los grupos,
sin embargo, se detecta desde 1995 una favorable evolución del desempleo que se consolida
entre 1999 y 2003.
Tabla 3.47.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por situación
profesional
(En % respecto a la población activa de referencia)
Situación profesional
Datos
absolutos
Tasa 2003
Tasa 1999
Tasa 1995
Tasa con p.activos
2003 Empresario con asalariados < 3 0,0 2,8 Empresario con asalariados >= 3 401 2,3 1,3 1,4 2,3 Asal.propia empresa 224 2,3 1,6 2,2 4,2 Autónomo 2.714 2,4 5,6 6,0 3,6 Ayuda familiar 1.156 16,0 18,3 13,1 16,0 Cooperativista 112 0,5 0,0 2,4 0,5 Asal. fijo Adm. Pública 1.244 1,4 0,2 1,1 1,4 Asal. temporal .Adm. Pública 5.058 15,3 32,3 44,2 18,5 Asal. fijo. emp. privada 9.623 2,2 3,6 6,0 2,8 Asal. temporal emp. privada 24.751 21,7 28,0 33,5 24,8 Contrato obra emp. privada 10.358 15,8 22,2 27,0 17,7 Sin contrato emp. privada 5.881 16,6 28,4 42,0 23,1 A domicilio/teletrabajo Otra situación emp. privada 517 15,1 9,7 28,4 15,1 Otra situación 1293 19,4 28,5 30,9 36,0 TOTAL 63.331 6,6 11,2 15,0 8,1
Tabla 3.48.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por relación
contractual con la empresa
(En % respecto a la población activa de referencia)
Relación contractual Datos
absolutos Tasa 2003
Tasa 1999
Tasa 1995
Tasa con p.activos
2003 Indefinida 10.867 2,1 2,9 4,6 2,5 Temporal 28.999 20,4 28,9 35,0 23,6 Obra 10.973 15,8 23,1 29,9 17,7 Sin contrato 5.881 16,2 28,4 42,5 22,7 Otra situación 2.005 18,7 15,6 29,4 30,0 Cuenta propia 4.607 2,5 3,9 7,9 3,3 TOTAL 63.331 6,6 11,2 15,0 8,1
195
La gran mayoría de personas activas en situación de desempleo o desocupación, pero con
experiencia profesional en los últimos cinco años, ha perdido su empleo en los últimos dos años
(66,9%, 89,9% en los últimos cuatro). La situación de los activos potenciales con experiencia no se
aleja en exceso del dato anterior, con un 60,6% en esa situación (88,4% en los últimos cuatro
años).
Tabla 3.49.
Personas no ocupadas con experiencia laboral en los últimos cinco años por año de salida de la
ocupación
(Datos absolutos y % verticales)
Año de salida de la ocupación
Activos Abs.
% verticales
Pot.activos Abs.
% verticales
2003 19.669 31,1 3.196 19,4 2002 22.685 35,8 6.768 41,2 2001 8.228 13,0 2.659 16,2 2000 6.360 10,0 1.913 11,6 1999 3.571 5,6 1.028 6,3 1998 2.818 4,5 875 5,3 TOTAL 63.331 100 16.438 100
Entre los activos con experiencia laboral, el motivo que aparece con mayor frecuencia como
el causante de esta pérdida de empleo se asocia a la finalización del contrato (56,7%). También
resulta relevante el cese voluntario (22,3%).
La motivación de los activos potenciales resulta, en este caso, sustancialmente diferente,
aumentando la incidencia de la voluntariedad en las bajas en el empleo. Así, el cese voluntario se
presenta como el motivo principal, con un 42% de los motivos de salida del empleo, seguido por
las situaciones de fin de contrato (27,4%) y la categoría de otras causas (19,1%).
196
Tabla 3.50.
Personas no ocupadas con experiencia laboral en los últimos cinco años por motivo de salida de la
ocupación
(Datos absolutos y % verticales)
Motivo de salida de la ocupación Activos
Abs. %
verticales Pot.activos
Abs. %
verticales Fin de contrato 35.932 56,7 4.496 27,4 Cese voluntario 14.109 22,3 6.909 42,0 Despido sin expediente de crisis 1.813 2,9 156 1,0 Despido por expediente de crisis 2.054 3,2 Reconversión 1.440 2,3 555 3,4 Excedencia 239 1,5 Incapacidad laboral 1.058 1,7 936 5,7 Ocupar otra o la misma ocupación en otra empresa 1.886 3,0 Otro 5.040 8,0 3.145 19,1 TOTAL 63.331 100 16.438 100
Uno de los aspectos de mayor interés a considerar, respecto a la población no ocupada, es la
incidencia dentro de la misma de las situaciones de alto nivel de experiencia que hemos
considerado hasta ahora, principalmente al estudiar la situación de los colectivos ocupados. En
principio, consideramos sobre todo las situaciones de experiencia superiores a tres años cuando
se vinculan a un trabajo tecnológicamente moderno y, de forma más restrictiva, las situaciones de
experiencia superiores a diez años cuando el tipo de ocupación corresponde al desarrollo de
tareas con tecnologías convencionales o tradicionales.
El dato fundamental, al respecto, es que el colectivo vasco de activos desempleados con
experiencia laboral es un colectivo, de forma mayoritaria, no ofrece a los demandantes de fuerza
de trabajo un nivel de experiencia relevante. De hecho, sólo 8.517 desempleados, un 9,2% del
total, ha ocupado algún puesto de trabajo que llevara aparejado el uso de tecnología moderna
durante un tiempo significativo, en este caso de 3 o más años. Otro 5,7% ocupó durante 10 o más
años algún empleo en el que se utilizara tecnología convencional, experiencia que sin embargo
puede ser relativamente obsoleta en la actualidad. En realidad, la gran mayoría de los
desempleados se caracteriza o bien por un nivel de experiencia poco significativo, en los términos
definidos en este estudio, adquirido en los últimos 5 años (53,3% de los casos) o bien por la
ausencia total de experiencia o una experiencia anterior a lo últimos 5 años (31,8%).
Ante este panorama realmente poco alentador en términos de experiencia laboral, resulta
poco significativo mencionar la existencia de una cierta mejoría comparativa respecto a años
anteriores, aumentando la proporción de personas con experiencia significativa en tecnologías
modernas (9,2% en el año 2003 por 7% en 1999 y 7,2% en 1995) o convencionales (5,7% por
5,5% en 1999 y 3,9% en 1995). Más importante, con todo, es la fuerte caída del peso relativo de
197
los desempleados sin ningún tipo de experiencia laboral previa o con una experiencia de trabajo
desarrollada hace más de cinco años (31,8% en el año 2003 por 37,5% en 1999 y 43,1% en
1995).
La posición de la población potencialmente activa respecto a la experiencia laboral, por su
parte, refleja un contacto aún más alejado de una experiencia de empleo significativa. Desciende
notablemente, en este sentido, la proporción de personas con experiencia en los últimos cinco
años (30,2% frente a 68,2% entre los activos desempleados). Además, sólo un 1% tiene alguna
experiencia laboral significativa anterior en tecnologías modernas, limitándose al 3,5% los que
tuvieron una experiencia de más de diez años en un empleo de tecnología convencional. Otro
rasgo específico de este colectivo es el peso relativo de las personas cuya última experiencia de
trabajo tuvo lugar hace más de cinco años, un 41,9% del total, casi cuatro veces más que lo
observado entre los activos desempleados (11,7%).
Tabla 3.51.
Personas no ocupadas por nivel de experiencia laboral
(Datos absolutos y % verticales)
Nivel de experiencia Activos
2003 Abs. % ver. 2003
% ver. 1999
% ver. 1995
Pot.activos 2003 Abs. % ver.
Exp. >= 3 años con tecnología moderna 8.517 9,2 7,2 7,0 569 1,0 Exp. >= 10 años con otra tecnología 5.319 5,7 5,5 3,9 1.880 3,5 Otros con experiencia últimos 5 años 49.495 53,3 49,8 46,0 13.989 25,7 Otros con experiencia anterior últ.5 años 10.850 11,7 15,6 14,2 22.769 41,9 No ocupado sin ninguna experiencia 18.725 20,2 21,9 28,9 15.182 27,9 TOTAL 92.906 100 100 100 54.389 100
La importancia diferencial de la experiencia laboral, y del tipo de experiencia, resulta sin
embargo indiscutible en el mercado de trabajo. De esta forma, el nivel de desempleo entre
personas con experiencia de una ocupación a largo plazo (tres o más años) tecnológicamente
moderna resulta muy bajo, apenas del 2,2% (2,4% con los activos potenciales). El factor de
ocupación a largo plazo resulta también relevante, incluso en ausencia de renovación tecnológica,
situándose la tasa de paro en el 2,9% en el caso de empleos ocupados por más de 10 años,
aunque se trate de empleos tecnológicamente convencionales (3,9% si se incluyen los activos
potenciales). En los demás casos, en cambio, la tasa de paro se dispara, llegando al 12,4%,
15,3% si se tiene en cuenta a los activos potenciales.
198
Tabla 3.52.
Tasas de paro entre activos con experiencia laboral en los últimos cinco años por nivel de
experiencia
(En % respecto a la población activa de referencia)
Nivel de experiencia Datos
absolutos Tasa 2003
Tasa 1999
Tasa con p.activos
2003 Exp. >= 3 años con tecnología moderna 8.517 2,2 3,6 2,4 Exp. >= 10 años con otra tecnología 5.319 2,9 5,1 3,9 Otros con experiencia últimos 5 años 49.495 12,4 19,5 15,3 TOTAL 63.331 6,6 11,2 8,1
Podemos tratar de caracterizar brevemente al colectivo con un nivel de experiencia más
significativo entre los desempleados, es decir a las 8.517 personas que han ocupado a partir de
1999 durante al menos 3 años un trabajo desarrollado con tecnologías modernas.
El primer rasgo a destacar es la importancia del colectivo de mujeres menores de 45 años,
grupo que representa un 51,1% del total de personas considerados. Otro grupo importante es el
de los hombres menores de 35 años, con un 21,7%. Los hombres mayores de 35 años constituyen
un 20,6% del colectivo, representando las mujeres mayores de 45 años el 6,7% restante.
Tabla 3.53.
Personas no ocupadas con experiencia en los últimos cinco años en empleos de tecnología
moderna por sexo y edad. Población activa
(Datos absolutos y % verticales)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales Hombres <35 1.845 21,7 Hombres 35-44 616 7,2 Hombres >= 45 1.139 13,4 Hombres 3.599 42,3 Mujeres <35 2.175 25,5 Mujeres 35-44 2.174 25,5 Mujeres >= 45 569 6,7 Mujeres 4.918 57,7 TOTAL 8.517 100
El núcleo principal de este tipo de desempleados está constituido en la actualidad por
directivos y técnicos (34,8%), aunque resulta igualmente importante la presencia de empleados
administrativos (23%), incluyendo ambos grupos un 57,8% del total del colectivo objeto de estudio.
También es relevante el peso de los trabajadores cualificados en sectores no de servicios (20,7%).
199
Tabla 3.54.
Personas no ocupadas con experiencia en los últimos cinco años en empleos de tecnología
moderna por profesión. Población activa
(Datos absolutos y % verticales)
Profesión Datos
absolutos %
verticales Directivos y técnicos 2.967 34,8 Administrativos 1.960 23,0 Cual. Servicios 1.278 15,0 Otros cualificados 1.765 20,7 No cualificados 548 6,4 TOTAL 8.517 100
La categoría profesional real de estos desempleados muestra un menor nivel de cualificación
que el que se deriva de la variable profesión. En este sentido, desciende al 30,6% la proporción de
personal técnico o directivo y al 0,7% el peso de encargados y mando intermedios. El colectivo
dominante es de los trabajadores cualificados (41,5%), con otro núcleo importante de personal no
cualificado (27,2%).
Tabla 3.55.
Personas no ocupadas con experiencia en los últimos cinco años en empleos de tecnología
moderna por categoría profesional. Población activa
(Datos absolutos y % verticales)
Categoría profesional Datos
absolutos
% verticales
2003
% verticales
1999 No cualificado 2.317 27,2 28,4 Cualificado 3.531 41,5 22,4 Encargados, mandos medios 61 0,7 22,8 Personal técnico 2.059 24,2 17,3 Personal directivo 550 6,5 9,1 TOTAL 8.517 100 100
Otro aspecto a destacar finalmente es la importancia de este tipo de experiencia en el sector
servicios. Este sector recoge un 65,2% de las situaciones de experiencia consideradas por un
30,7% de la industria y un 4% de la construcción
200
Tabla 3.56.
Personas no ocupadas con experiencia en los últimos cinco años en empleos de tecnología
moderna por sector de actividad. Población activa
(Datos absolutos y % verticales)
Sector de actividad Datos
absolutos
% verticales
2003
% verticales
1999 Industria 2.619 30,7 14,0 Construcción 345 4,0 2,1 Servicios 5.554 65,2 83,9 TOTAL 8.517 100 100
Respecto a la situación observada en 1999 resulta de interés destacar no obstante la mayor
importancia relativa que tienen, dentro del colectivo analizado, el personal cualificado y las
personas procedentes del sector industrial y de la construcción.
201
IV.- LA FORMACIÓN EDUCATIVA COMPLEMENTARIA
202
LA FORMACIÓN EDUCATIVA COMPLEMENTARIA Aunque los principales condicionantes del nivel de cualificación están constituidos por la
formación reglada de partida y la experiencia profesional, no cabe duda que las actuaciones de
formación complementaria y reciclaje tienen una importancia creciente en el proceso de
cualificación de la población activa. En este capítulo, abordaremos las actividades formativas
complementarias realizadas por la población activa, con una aproximación específica al desarrollo
de actividades de formación no reglada (FNR) y al acceso al conocimiento de idiomas extranjeros.
1. LA FORMACIÓN NO REGLADA EN LA ACTUAL POBLACIÓN ACTIVA VASCA
1.1.- Aspectos generales
En conjunto, un 31,2% de los activos de nuestra Comunidad Autónoma señala haber
desarrollado alguna acción de formación no reglada complementaria a la formación reglada
inicialmente adquirida. Llama especialmente la atención que esta proporción sea inferior tanto al
33,9% registrado en 1995 como al 38,5% de 1999.
Un 20,7% de los activos desarrolló esta formación con posterioridad a 1.998 y otro 10,6% con
anterioridad a dicha fecha. Este dato refleja, entre 1999 y 2003, una notable caída del impacto
relativo de la formación no reglada desarrollada por la población activa en los últimos cincos años,
situándose muy por debajo del 28,9% registrado en 1999. De hecho, el volumen de activos con
experiencia de FNR en los últimos cinco años cae en un 28,1% entre 1999 y 2003. El impacto de
la formación desarrollada hace más de cinco años aumenta en cambio en el periodo, pasando de
9,6% en 1999 a 10,6% en la actualidad. De esta forma, si la caída de la incidencia de la FNR entre
los activos actuales resulta notable entre 1999 y 2003, más aún es la FNR realizada de forma
reciente, en los cinco años anteriores al momento de la encuestación.
Centrándonos en las personas con una formación más reciente, es decir posterior a 1.998,
podemos concretar aquellas situaciones en las que la formación se ha vinculado, directa o
indirectamente, al acceso a un empleo o al desarrollo de una ocupación. Englobamos en esta
categoría los siguientes tres tipos de colectivos:
a) Los que desarrollan una formación no reglada a iniciativa de la empresa (como cobertura
de carencias iniciales, como consecuencia de cambios tecnológicos y organizativos, a efectos de
desarrollo profesional o especialización, etc.).
203
b) Los que, como consecuencia de la formación no reglada, acceden a un nuevo empleo o
a nuevas funciones.
c) Finalmente, los que no estando en ninguna de las dos situaciones anteriores, han podido
sin embargo aplicar los conocimientos adquiridos en algún empleo o trabajo.
La categoría así delimitada incluye un total de 153.164 personas, que representan un sin
duda importante 15,4% de la población activa. A pesar de ello, esta proporción también desciende
en los últimos años, situándose por debajo del 20,5% de 1999 e incluso del 15,6% registrado en
1995.
Como puede comprobarse, los distintos indicadores disponibles tienden a confirmar que el
impacto sentido de la formación no reglada cae en Euskadi en los últimos años entre los colectivos
activos. Aunque esta caída puede asociarse en parte a la entrada de nuevos activos en el
mercado de trabajo, no puede olvidarse la evidencia de una caída tanto relativa como absoluta del
impacto de la FNR.
Entre la población potencialmente activa, los indicadores de acceso a la formación no reglada
son todavía más bajos. Apenas un 15,5% de este colectivo ha desarrollado actividades de FNR en
los últimos 5 años. Únicamente en un 1% de esta población, la FNR realizada tuvo una incidencia
favorable en términos de acceso al empleo o de aplicación de los conocimientos en el ámbito
ocupacional.
Tabla 4.1.
Población activa por tipo de actividades de formación no reglada
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Tipo de actividades de FNR Datos
absolutos % verticales
2003 % verticales
1999 % Crecimiento
1999 -2003 % ver. 2003
p.activos FNR Incidencia en el empleo 153.614 15,4 20,5 -24,4 1,0 Otra FNR >=1998 52.411 5,3 8,4 -37,0 8,5 Otra FNR <= 1998 105.185 10,6 9,6 10,5 6,1 Sí FNR 311.210 31,2 38,5 -18,5 15,5 No FNR 685.208 68,8 61,5 12,5 84,5 TOTAL 996.418 100 100 0,6 100
¿En qué consisten, en lo fundamental, las acciones de formación no reglada desarrolladas
por la actual población activa vasca?
Iniciando el análisis por aquellos activos en los que la principal formación realizada ha tenido
algún tipo de impacto en términos ocupacionales o de acceso al empleo, se constata que – como
204
en años anteriores - la mayor parte de las actuaciones desarrolladas se sigue enmarcando en
campos de actuación formativa de carácter horizontal como dirección y gestión, informática de
usuario, idiomas y otras acciones generales (ligadas a programas de mantenimiento o medio-
ambientales). Estos ámbitos formativos recogen un 51,4% de las actuaciones principales
realizadas frente al 19,4% de actividades vinculadas al sector servicios y el 23,6% asociado a
otros sectores. Otro 5,6% de las actividades corresponde a formaciones relacionadas con la
informática técnica.
De forma específica, sobresale en el colectivo analizado el peso de la informática general,
con un 21,6% de las acciones principales con impacto sobre el empleo, y de las acciones de
dirección y gestión general, con otro 19,9%, destacando dentro de estas últimas las acciones
asociadas a administración y finanzas (8,3%). Otro ámbito importante corresponde a los grandes
servicios públicos, como enseñanza, sanidad y servicios sociales, que recogen otro 13,6% de las
actuaciones consideradas. Otras ramas relevantes con impacto en el empleo hacen referencia a
los idiomas (7,9%), la construcción (4,7%) y la fabricación mecánica (5,8%).
Al observar la distribución de las actividades principales de formación en los activos en los
que no se detecta ningún impacto positivo de las mismas sobre el empleo, en la actualidad se
detectan algunas diferencias de interés respecto a los cursos sin impacto laboral. La principal
diferencia hace referencia a la importancia relativa de las acciones de tipo general (dirección,
gestión, informática general, idiomas, etc.). Así, si éstas suponen un 51,4% de las actuaciones en
los casos con impacto ocupacional, la proporción baja a 47,4% en los cursos sin éxito. Los cursos
sectoriales – en los servicios o en otros sectores de actividad - tienen, en cambio, menor impacto
relativo entre los cursos con impacto laboral – 43% frente a 47,7% en los que no han influido en
términos ocupacionales o de empleo-. Con todo, como puede observarse, la estructura es
bastante parecida en ambos casos.
Una aproximación más detallada revela, sin embargo, diferencias más llamativas si
consideramos en exclusiva los cursos realizados más recientemente, es decir con posterioridad a
1998. En este caso se constata que las diferencias más importantes corresponden a los cursos
vinculados, por una parte, a dirección y gestión y, por otra, al sector servicios. Si estos cursos
suponen un 39,3% de aquellos que han tenido algún impacto laboral, sólo representan un 24,8%
de los realizados en los últimos años y que no han tenido impacto en términos de acceso al
empleo. En la posición contraria se encuentran las actividades asociadas a informática de usuario
e idiomas: si estas actuaciones representa un 29,6% del total de intervenciones con impacto
laboral, suponen en cambio un 44% de las que no tuvieron incidencia alguna en términos de
acceso al empleo o mejora de la ocupación. Estas tendencias confirman las ya observadas en
1999.
205
Tabla 4.2.
Contenido de la actividad principal de formación no reglada realizada por tipo de actividades de
FNR. Población activa
(% verticales)
Contenido de la FNR
FNR Incidencia
empleo Otra FNR >=1998
Otra FNR < 1998
FNR sin incidencia
empleo Comercial 1,8 0,9 2,6 2,1 Dirección 2,1 1,3 0,9 Seg.laboral 3,7 1,2 1,8 1,6 Calidad 2,5 0,5 0,3 Adm.finanzas 8,3 6,5 6,8 6,7 Rec.humanos 1,5 0,8 0,5 0,6 Dirección y gestión 19,9 9,4 13,5 12,2 Informática de usuario 21,6 32,6 20,6 24,6 Idiomas 7,9 11,4 7,9 9,0 Mantenimiento 1,3 0,1 2,0 1,3 Medio ambiente 0,6 0,6 0,2 0,3 Otros generales 1,9 0,6 2,2 1,6 Inf.técnica 5,6 5,0 4,8 4,8 Comercio 0,9 1,5 1,1 1,3 Enseñanza 6,3 0,7 2,5 1,9 Hostelería 1,7 2,4 2,7 2,6 Sanidad 4,8 6,7 5,3 5,7 Ser.sociales 2,5 2,8 2,3 2,5 Transporte 1,9 3,1 2,1 Ser.personales 1,2 1,3 4,0 3,1 Servicios 19,4 15,4 21,0 19,1 Agropecuarias 0,4 2,5 1,3 1,7 Pesqueras 0,2 0,3 0,2 Aeronáutica 0,5 0,3 0,1 0,1 Alimentación 1,1 0,9 1,1 1,0 Artes Gráficas 3,0 0,6 3,1 2,2 Audiovisual 0,4 0,4 0,3 0,3 Automoción 2,8 3,2 1,6 2,1 Construcción 4,7 5,7 8,6 7,6 Electricidad 2,5 2,3 2,3 2,3 Energía 0,2 0,4 0,2 Fab.mecánica 5,8 6,2 7,1 6,8 Madera 0,1 0,5 0,3 0,4 Minería 0,4 0,2 Química 0,5 0,7 0,3 0,5 Textil 0,2 1,3 0,8 Otros 1,2 2,4 1,8 2,0 Otros sectores 23,6 25,6 30,1 28,6 TOTAL 100 100 100 100
Nota: Se tiene en cuenta la actividad principal de FNR realizada.
206
Podemos concretar los datos adelantados midiendo de forma concreta el impacto diferencial,
o nivel de éxito, de las distintas formaciones no regladas realizadas en términos de impacto sobre
el empleo.
Con carácter general, debe señalarse que el impacto sobre el empleo de las actividades de
formación no reglada resulta importante. Así, en un 49,4% de los casos el principal curso afectado
tuvo un impacto positivo en términos ocupacionales. Esta cifra se sitúa por encima del 46,2%
observado en 1995 pero es bastante inferior sin embargo al 53,3% observado en 1999, lo que de
nuevo refleja un cierto empeoramiento de los indicadores relativos a formación no reglada en los
últimos años.
Teniendo en cuenta el contenido formativo analizado, el impacto más favorable corresponde a
las acciones formativas de dirección y gestión, con un 61,5% de los cursos con impacto positivo
sobre el empleo. También una mayoría de beneficiarios, alrededor del 53%, disfruta de una
incidencia positiva en el empleo en el caso de los cursos de informática técnica así como en otros
cursos generales (mantenimiento o medio ambiente). En el resto de grupos de contenidos
formativos, los niveles de éxito medios se sitúan en cambio por debajo de la media general. La
proporción baja al 49,7% en los cursos vinculados al sector servicios, a alrededor del 46% en el
ámbito de los idiomas y de la informática de usuario y al 44,6% en los relacionados con los
sectores no de servicios.
El análisis detallado de los datos nos presenta una serie de áreas en las que los niveles de
éxito superan el nivel del 60%. Así ocurre en prácticamente todas las áreas formativas asociadas a
dirección y gestión, salvo la comercial y la de administración y finanzas, así como en algunas
áreas sectoriales, en concreto las relacionadas con el medio ambiente, la enseñanza o la
aeronáutica. En la mayoría del resto de áreas, los niveles de impacto positivo en la ocupación o el
empleo siguen alcanzando niveles importantes, superiores al 40%. Las cifras únicamente bajan
por debajo de ese nivel en el caso de las actividades formativas ligadas a los servicios personales
(28,1%), las actividades agropecuarias (20,5%), la construcción (37,3%), la construcción (37,3%),
la rama de madera (26,3%), la minería (0%) o el sector textil (15,7%).
Respecto a 1999, aparece un cierto empeoramiento de la situación correspondiente a los
estudios de informática general y a los cursos asociados al sector servicios. En el primer caso, los
niveles de éxito caen del 57,8% al 46,2% y, en el segundo de 54,7 a 49,7%. En los cursos ligados
al sector servicios, únicamente se observa una mejora reciente en los niveles de incidencia en el
caso de los asociados a la enseñanza y, en menor medida, a la hostelería,
También se detecta una evolución negativa de los cursos asociados al resto de sectores,
cayendo el nivel de éxito de 47,2 a 44,6%, con una incidencia negativa en prácticamente todas las
207
áreas formativas, excepción hecha de las de Agropecuarias, Electricidad y Madera. Mejora, en
cambio, el nivel de éxito de los cursos vinculados a otros cursos generales (de 48,1 a 53,1%, a
consecuencia de la incidencia positiva de los cursos medio-ambientales), y el de los asociados a
dirección y gestión (de 57,6 a 61,5%).
Tabla 4.3.
Nivel de éxito de la formación no reglada por contenido de la formación no reglada1.
Población activa. (En %)
Contenido de la FNR ActivosNivel de
éxito 2003Nivel de
éxito 1999 Comercial 6.025 45,8 61,9 Dirección 4.631 69,7 59,8 Seg.laboral 8.140 69,4 72,3 Calidad 4.409 88,0 73,8 Adm.finanzas 23.252 54,7 48,1 Rec.humanos 3.287 72,0 58,1 Dirección y Gestión 49.744 61,5 57,6 Informática de usuario 71.980 46,2 57,8 Idiomas 26.438 46,1 45,7 Mantenimiento 4.056 48,6 52,6 Medio ambiente 1.479 65,6 46,2 Otros generales 5.534 53,1 48,1 Inf.técnica 16.174 52,8 56,1 Comercio 3.443 42,1 67,3 Enseñanza 12.637 76,4 59,1 Hostelería 6.711 39,3 35,8 Sanidad 16.396 44,9 53,2 Ser.sociales 7.763 49,9 61,7 Transporte 6.206 46,9 73,8 Ser.personales 6.825 28,1 46,6 Servicios 59.981 49,7 54,7 Agropecuarias 3.321 20,5 52,0 Pesqueras 665 54,4 0,0 Aeronáutica 998 80,0 100,0 Alimentación 3.369 51,5 60,7 Artes Gráficas 8.064 56,2 80,2 Audiovisual 1.124 51,5 52,5 Automoción 7.528 56,4 62,2 Construcción 19.176 37,3 48,7 Electricidad 7.442 51,4 41,1 Energía 721 48,1 60,9 Fab.mecánica 19.700 45,6 52,9 Madera 773 26,3 17,1 Minería 381 0,0 0,0 Química 1.486 51,0 88,5 Textil 1.579 15,7 14,1 Otros 5.030 37,1 33,0 Otros sectores 81.357 44,6 47,2 TOTAL 311.210 49,4 53,3
1 El nivel de éxito corresponde a la proporción de activos con actividades con impacto sobre el empleo sobre el total de activos con actividades de formación no reglada.
208
Delimitado el impacto de la FNR entre la población activa y precisado el contenido de las
actividades realizadas, conviene aportar algunos datos relativos a la distribución y el impacto de
estas actividades en función de algunas variables demográficas básicas como vía de aproximación
a la caracterización de los activos protagonistas de la formación.
Desde el punto de vista del género, el desarrollo de actividades de FNR sigue teniendo una
incidencia muy superior entre las mujeres. Un 34,2% de las mujeres activas han desarrollado a
este nivel algún tipo de actuación por 29,1% de los hombres. Estas cifras resultan en ambos casos
inferiores, sin embargo, tanto a las de 1999 (42,4 y 35,8%, respectivamente) como a las de 1995
(38,9 y 30,4%, respectivamente), aspecto que ha venido acompañado de un creciente
acercamiento en los niveles por sexo.
El acercamiento entre géneros también es llamativo en lo relativo a los niveles de éxito en
términos de impacto de la FNR sobre el empleo, con niveles cercanos al 49,5% en ambos casos,
en total contraste con la situación existente en años anteriores, caracterizada por un mayor
impacto positivo de la FNR entre los hombres. Así, si en la actualidad se detectan 0,2 puntos en
favor de la mujer, eran de 9,7 y 11 puntos, respectivamente, a favor de la población masculina en
1995 y 1999. Este cambio se asocia, en lo fundamental, a la caída del nivel de éxito entre los
hombres. Si el nivel de éxito aumenta ligeramente entre las mujeres (de 48% en 1999 a 49,5% en
la actualidad, resultando claramente superior al 40% de 1995), en el de los hombres es
actualmente inferior tanto al de 1999 como al de 1995 (49,3 frente a 57,7 y 51%, respectivamente).
La realización de acciones de formación no reglada se asocia claramente, por otra parte,
tanto en hombres como en mujeres, a la edad, con cifras muy superiores entre los menores de 45
años. No obstante, a diferencia de lo que se detectaba en 1999, con tasas bastante cercanas en
los menores de 35 años y en las personas de 35 a 44 años, la evolución reciente evidencia un
impacto mucho menor de la FNR entre los menores de 35 años que en los de 35 a 44 años. En el
caso de los hombres, un 30,5% de los menores de 35 años han realizado este tipo de actividades
en los últimos cinco años por un 35,5% de los de 35 a 44 años, cayendo al 22,6% en los mayores
de 45 años. En las mujeres, las cifras son del 35,6% en las menores de 35 años, del 42,1% en las
de 35 a 44 años y del 23,8% entre las mayores de 45 años.
Aunque tiende a ser general, respecto a 1999 la caída en la participación en la FNR es
particularmente llamativa en el caso de la población más joven. Así, la tasa de participación en la
FNR pasa del 39,4 al 30,5% entre los hombres menores de 35 años y del 47,5% al 35,6% entre
las mujeres en ese grupo de edad.
209
Analizando los datos de FNR con una incidencia positiva en el empleo, al igual que en 1995 y
1999 las tasas máximas corresponden, entre los hombres, a las personas de 35 a 44 años, a
pesar de una sustancial caída respecto a años anteriores (17,6% frente a 26,3% en 1999 y 20,4%
de 1995). En estos momentos, sin embargo, esta proporción es algo inferior a la de las mujeres
menores de 45 años (18,9% entre las menores de 35 años y 18,4% en el caso de las de 35 a 44
años). Este cambio se debe a que, si bien las caídas respecto a años anteriores también inciden
en estos colectivos de mujeres, resultan menos intensas, manteniéndose cifras superiores a las de
1995 (18,9% frente a 21,8% en 1999 y 18,5% en 1995 en el caso de las mujeres de 35 a 44 años;
18,4 frente a 21,7 y 16%, respectivamente, en el de las mujeres menores de 35 años). Algo similar
sucede en el caso de los hombres menores de 35 años (14,4% frente al 21,5% de 1999 pero
bastante cercano al 15,9% de 1995) y entre los mayores de 45 años, tanto hombres como
mujeres, que después de acercarse al 15% en 1999 vuelven a niveles situados cerca del 11-12%,
como sucedía en 1995. En definitiva, se vuelve en general a niveles de FNR con impacto en el
empleo relativamente similares a los de 1995, después de los excelentes resultados obtenidos en
1999. La principal excepción es la de los hombres de 35 a 44 años, grupo en el que se observa
una caída diferencialmente superior de las acciones formativas con impacto en el empleo.
En lo que se refiere a las acciones sin impacto sobre el empleo, la FNR tiende a estar más
presente entre los menores de 45 años, tanto en hombres como en mujeres. La mayor incidencia
corresponde a las personas de 35 a 44 años (17,9% entre los hombres y 23,7% entre las mujeres
por cifras ligeramente superiores al 16% entre los menores de 35 años, hombres o mujeres).
Analizando los niveles de éxito de la FNR en potenciar el acceso al empleo o la mejora de la
ocupación, los datos reflejan en general un aumento de estos niveles con la edad. Esta realidad
resulta evidente entre la población masculina. Las cifras de éxito pasan así de 47,2% entre los
menores de 35 años a 49,6% en los de 35 a 44 años y 51,9% en los mayores de 45 años. Aunque
también aumenta el nivel de éxito en mayores de 45 años entre las mujeres (52% frente a 43,6%
entre las personas de 35 a 44 años), en este caso es entre las más jóvenes donde se detectan los
mejores resultados (53,1%). Respecto a 1999, la caída de los niveles de éxito es pequeña en los
mayores de 45 años, manteniéndose incluso los niveles entre las mujeres en ese grupo de edad
(52% frente a 51,7% en 1999). El descenso resulta en cambio llamativo entre las mujeres de 35 a
44 años (de 50,9% en 1999 a 43,6% en la actualidad) y, en general, entre los hombres menores
de 45 años (de 65,2 a 49,6% entre la población masculina de 35 a 44 años y de 54,6 a 47,2%
entre los menores de 35 años). El único grupo en el que se detecta un incremento importante es el
de las mujeres menores de 35 años, donde el nivel de éxito de la FNR aumenta de 45,7% a 53,1%
entre 1999 y 2003.
210
Los cambios producidos en los últimos años han tenido una importancia indudable. En este
sentido, la tendencia general a unos mayores niveles de éxito de la FNR entre los hombres cambia
de sentido en los últimos años entre los más jóvenes, con un mayor nivel de éxito entre las
mujeres (53,1 frente a 47,2%). Las diferencias a favor del hombre se equilibran también entre los
mayores de 45 años (51,9% en los hombres y 52% en las mujeres). De esta forma, estas
diferencias sólo siguen siendo favoreciendo a los hombres entre las personas de 35 a 44 años
(49,6 frente a 43,6% entre las mujeres). Todo esto explica por supuesto la actual situación de
equilibrio en los niveles generales (49,3% en los hombres y 49,5% en las mujeres). En realidad,
mientras en conjunto mejora la situación de la mujeres (de 48 a 49,5% entre 1999 y 2003), gracias
a la buena evolución de las menores de 35 años, empeora claramente la del hombre (de 57,7 a
49,3%), con caídas muy llamativas en los niveles de éxito de la FNR entre los menores de 45
años.
Tabla 4.4.
Proporción de activos con actividades de formación no reglada por sexo, edad y tipo de
actividades de formación no reglada. Nivel de éxito de la FNR. Población activa
(En %)
Sexo y edad
FNR Incidencia
empleo Otra FNR >=1998
Otra FNR < 1998
FNR sin incidencia
empleo Nivel de
éxito 2003 Nivel de
éxito 1999Hombres <35 14,4 7,3 8,8 16,1 47,2 54,6 Hombres 35-44 17,6 5,1 12,9 17,9 49,6 65,2 Hombres >= 45 11,7 1,8 9,0 10,9 51,9 54,4 Hombres 14,3 4,7 10,0 14,8 49,3 57,7 Mujeres <35 18,9 7,5 9,2 16,7 53,1 45,7 Mujeres 35-44 18,4 7,0 16,7 23,7 43,6 50,9 Mujeres >= 45 12,4 2,6 8,9 11,4 52,0 51,7 Mujeres 16,9 6,0 11,3 17,3 49,5 48,0 TOTAL 15,4 5,3 10,6 15,8 49,4 53,3
El estudio del nivel de éxito de los distintos tipos de formación no reglada en función del sexo
y de la edad resulta de interés en este contexto.
Entre los hombres, la tendencia observada al aumento de los niveles de éxito de la FNR
conforme aumenta la edad se asocia sobre todo al comportamiento de los cursos relacionados con
la informática general y con los servicios, caracterizados por un nivel de éxito relativamente bajo
entre los menores de 35 años (entre 40 y 45% frente a cifras de 52-55% en los mayores de 35
años). Aunque también desciende el nivel de éxito en las personas menores de 35 años en los
cursos de dirección y gestión, en este caso el nivel de éxito en este grupo se sitúa por encima de
la media masculina (54,9%). Otro elemento que acentúa el diferencial de los más jóvenes se
asocia a los elevados niveles de éxito de los cursos de dirección y gestión entre hombres de 35 a
211
44 años (72,2%) así como en otras áreas generales o informática técnica en mayores de 45 años
(77,6 y 75,6%, respectivamente). Sólo en los cursos de idiomas, el nivel de éxito de los cursos
realizados aumenta entre los más jóvenes (56,7% por 35,5% entre 35 y 44 años y 49,7% en los
mayores de 45 años).
Entre las mujeres, la buena situación diferencial de las más jóvenes se asocia a los cursos de
idiomas, otros generales, informática técnica y los desarrollados en áreas de tipo sectorial, tanto
en el ámbito de los servicios como del resto de los sectores. En todas estas áreas, el nivel de éxito
observado entre las mujeres menores de 35 años resulta superior al resto. Entre las mujeres
mayores de 45 años destacan, sin embargo, los mayores niveles de éxito en los cursos de
informática general y de dirección y gestión.
Tabla 4.5.
Nivel de éxito de la formación no reglada por contenido de la FNR, sexo y edad.
Población activa
(En %) Sexo y edad
Contenido de la FNR Hombres
<35 Hombres
35-44 Hombres
>= 45 Total
HombresMujeres
<35 Mujeres 35-44
Mujeres >= 45
Total Mujeres TOTAL
Dirección y gestión 54,9 72,2 58,9 61,6 63,6 51,6 75,8 61,4 61,5 Informática 40,0 56,8 55,5 50,5 39,6 38,1 60,9 43,0 46,2 Idiomas 56,7 35,5 49,7 45,7 50,8 50,3 32,3 46,4 46,1 Otros generales 46,1 23,5 77,6 52,9 100 54,8 53,1 Informática técnica 49,0 43,2 75,6 50,6 62,3 56,6 59,4 52,8 Servicios 44,1 52,1 52,1 49,7 59,6 41,9 49,8 49,7 49,7 Otros sectores 47,0 42,6 39,7 44,0 53,0 45,9 26,8 47,5 44,6 TOTAL 47,2 49,6 51,9 49,3 53,1 43,6 52,0 49,5 49,4
1.2.- Ámbitos de inserción ocupacional asociados a la formación no reglada
Centrándonos a partir de ahora en la población ocupada, comprobamos que un total de
280.387 personas actualmente ocupadas han desarrollado en algún momento algún tipo de acción
de formación no reglada, lo que representa un 31% de la población ocupada total, proporción
similar a la que se observaba entre la población activa total (31,2%). Como sucedía con la
población activa, también en este caso se registra un descenso de la población con experiencia de
FNR respeto a 1999, con una caída relativa del 12,1%. Al haber aumentado notablemente la
ocupación, sin embargo, en este caso esta caída tiene un impacto diferencial superior. De esta
forma, la proporción de ocupados con experiencia de FNR pasa del 38,1% de 1999 al 31% actual.
La caída más llamativa corresponde además a la población con una experiencia de FNR con
impacto positivo sobre el empleo, que alcanza en la actualidad su nivel más bajo en los últimos
212
diez años (15,9% por 22,4% en 1999 y 18,1% en 1995). El volumen total de personas ocupadas
con una FNR positiva sobre el empleo se reduce entre 1999 y 2003 en un 27,9%.
Otro dato importante a destacar es el contraste entre la caída del volumen de personas con
experiencia previa de FNR (-12,1%) con el notable aumento de las personas ocupadas sin
experiencia de este tipo (18,2%).
Tabla 4.6.
Población ocupada por tipo de actividades de formación no reglada
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Tipo de actividades de FNR Datos
absolutos % verticales
2003 % verticales
1999 % Crecimiento
1999-2003 FNR Incidencia en el empleo 144.076 15,9 22,4 -27,9 Otra FNR >=1998 36.523 4,0 5,9 -33,4 Otra FNR < 1998 99.788 11,0 9,9 18,6 Sí FNR 280.387 31,0 38,1 -12,1 No FNR 623.125 69,0 61,9 18,2 TOTAL 903.512 100 100 8,8
El análisis de la experiencia formativa no reglada de la población ocupada nos aporta
información complementaria relativa al impacto de esta FNR sobre el empleo. Al respecto, un dato
importante es que únicamente en un 6,5% de los ocupados actuales cabe asociar directamente
una situación de mejora de la ocupación o de acceso a un nuevo empleo a la realización de
acciones de formación no reglada. En los demás casos de impacto positivo sobre el empleo, lo
que aparece es un proceso de adaptación formativo iniciado por la empresa de cara al
mantenimiento en el mismo puesto de trabajo o, incluso, una aplicación de nuevos conocimientos
asociados a la formación a la actual ocupación pero sin mejora o cambio de empleo. La proporción
de ocupados cuyo empleo u ocupación actuales se ve directamente ligado a los efectos positivos
de la FNR es inferior al indicador de 1999 (8,4%), consolidándose por tanto una imagen más
negativa del impacto de la formación no reglada sobre el empleo en los últimos años.
Trataremos a continuación de analizar los aspectos del sistema productivo que han
favorecido la conexión entre formación no reglada y empleo, analizando esta relación desde la
perspectiva de las principales variables ligadas a la ocupación.
A este respecto consideraremos, para cada una de las variables a analizar, básicamente tres
indicadores:
a) La distribución interna del colectivo de personas favorecidas, en términos ocupacionales
y en un sentido amplio, por la realización de una acción de FNR.
213
b) La incidencia de las acciones positivas de FNR sobre el empleo, entendidas en sentido
amplio, en el conjunto de la población ocupada.
c) El indicador anterior pero aplicado en exclusiva, y en sentido estricto, a las situaciones
en las que el impacto positivo de las acciones de FNR realizadas ha supuesto una mejora en la
situación ocupacional o el acceso a un nuevo empleo.
Un primer dato a destacar es que la mayor parte de los ocupados en los que se observa un
impacto positivo de la formación sobre el empleo se vinculan al colectivo de técnicos (43,1%).
También tienen un peso relativo importante, dentro del colectivo de ocupados considerado, los
empleados administrativos (12,1%), los trabajadores cualificados de la industria y la construcción
(14,6%), situándose en cifras cercanas al 10% en trabajadores cualificados de los servicios y
operadores de maquinaria.
El colectivo de técnicos es igualmente el que muestra una incidencia superior de las
situaciones definidas por la realización de una formación no reglada con impacto positivo sobre la
ocupación, entendido en un sentido amplio. Un 28,8% de los técnicos se encuentran en esta
situación, por encima del 20,6% que se observa entre administrativos. Las cifras caen
sustancialmente, situándose en niveles ya inferiores a la media, en el caso de directivos (13,7%),
trabajadores cualificados de la industria y la construcción (11,9%), operadores de maquinaria
(11,7%) y trabajadores cualificados de los servicios (10,6%). Los niveles más bajos, situados en
torno al 7%, corresponden a trabajadores no cualificados y trabajadores cualificados del sector
primario.
Las cifras vuelven a superar los niveles medios entre técnicos y administrativos en lo que se
refiere a la población favorecida por un impacto directo de la FNR en el acceso a un empleo o la
mejora del existente, con cifras respectivas de 10,7% y 9,6% de ocupados beneficiados por el
proceso formativo. La incidencia se sitúa en niveles de 4 a 6%, siempre por debajo de la media
vasca, en la mayor parte de los demás grupos profesionales. Con todo, los niveles bajan por
debajo del 2% entre trabajadores no cualificados y trabajadores cualificados del sector primario.
Un aspecto de gran importancia a mencionar es que todos estos indicadores reflejan en
general una caída respecto a la situación observada en 1999.
214
Tabla 4.7.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Profesión %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
Fuerzas Armadas 0,0 0,0 0,0 Directivos 3,8 13,7 5,4 Técnicos 43,1 28,8 10,7 Empleados administrativos 12,1 20,6 9,6 TC Servicios 10,6 10,6 4,6 TC agricultura-pesca 0,3 6,8 TC construcción-industria 14,6 11,9 5,7 Operadores de maquinaria. 10,1 11,7 5,4 No cualificados 5,3 7,0 1,8 TOTAL 100 15,9 6,5
Considerando la categoría profesional en sentido específico, con independencia de la
profesión de origen de la persona ocupada, la mayor parte de los ocupados que evidencian una
relación positiva entre formación no reglada y empleo se encuentra entre el personal técnico
(32,7%) y entre los trabajadores cualificados (35,5%). No obstante, un 19% de los beneficiados
son trabajadores no cualificados.
En términos relativos, con la única excepción del personal directivo, se constata la
estrechísima asociación entre categoría profesional e incidencia positiva de la formación no
reglada sobre el empleo. De esta forma, la proporción de ocupados en los que se señala una
acción de FNR con impacto general positivo sobre el empleo pasa de 9,6% entre los trabajadores
no cualificados a 14,3% en los trabajadores cualificados, 17,1% en los mandos intermedios y
31,5% en el personal técnico. El 16,4% del personal directivo se sitúa en los niveles medios de los
ocupados de la CAE, muy cerca del nivel correspondiente a los encargados, aunque claramente
por debajo de lo correspondiente al personal técnico.
Las cifras siguen favoreciendo a los técnicos a la hora de considerar la incidencia, en sentido
estricto, de la mejora o acceso a un nuevo empleo asociado a la FNR, con un 10,8% del total de
técnicos promocionándose gracias a este tipo de formación. Los niveles superan todavía la media
vasca entre trabajadores cualificados (7%), cayendo por debajo entre administrativos (6,2%),
directivos (4,4%) y trabajadores no cualificados (4%).
215
Tabla 4.8.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por categoría profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Categoría profesional %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
No cualificado 19,0 9,6 4,0 Cualificado 35,5 14,3 7,0 Encargados, mandos medios 8,9 17,1 6,2 Personal técnico 32,7 31,5 10,8 Personal directivo 3,9 16,4 4,4 TOTAL 100 15,9 6,5
Como era previsible, la mayor parte de la población ocupada que manifiesta una incidencia
positiva entre FNR y empleo, un 70,5% de ella, está relacionada con el desempeño de tareas que
implican la utilización de tecnología moderna.
No sorprende por tanto que sean también las personas ocupadas en empleos ligados al uso
de tecnologías modernas las que muestran una mayor incidencia de la formación no reglada sobre
el empleo, con cifras de 20 a 25% de cursos con incidencia en sentido amplio y entre 8 y 12% con
un impacto definido en términos de mejora o acceso a un nuevo empleo. Las cifras se reducen
sustancialmente en el caso de empleos tecnológicamente convencionales, en particular en las
actividades productivas y en el resto de actividades convencionales (situándose en niveles de
impacto cercanos al 10% en sentido amplio y al 3% en sentido estricto). Las cifras se acercan más
a la media, sin embargo, en el caso de ocupados en sectores administrativos convencionales (15,1
y 4,8%, respectivamente).
Tabla 4.9.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por tecnología utilizada
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Tecnología utilizada %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
Moderna prod. automatizada 12,6 20,0 10,4 Administrativa informatizada 24,6 25,0 12,0 Otra moderna 33,3 20,9 8,3 Equipo productivo conv. 8,8 9,9 3,1 Administrativa convencional 1,8 15,1 4,8 Otra convencional 18,9 9,2 2,9 TOTAL 100 15,9 6,5
216
La mayor parte de los ocupados en los que se detecta una asociación positiva entre la
formación no reglada y el empleo trabajan actualmente en el sector servicios, un 64,6%, una
proporción sin embargo inferior al 71,2% observado en 1995 y al 66,3% de 1999, dentro de un
proceso que parece por tanto incidir de forma creciente – aunque todavía claramente minoritaria –
en el resto de sectores.
El peso dominante del sector servicios se asocia a un mayor impacto relativo de la formación
complementaria sobre el empleo en este sector. De esta forma, un 16,9% de los ocupados en el
sector servicios reflejan una incidencia positiva de la formación en relación con el empleo,
acercándose sin embargo a estos niveles el sector industrial (15,8%). La incidencia se reduce
notablemente en la construcción (11,8%) y, sobre todo, en la agricultura (4,4%).
A pesar de la mayor incidencia de la FNR en el sector servicios, debe mencionarse la fuerte
caída que se detecta en los últimos años, desde el 24,4% registrado en 1999 y el 21,5% de 1995.
La caída también se observa en la industria pero resulta menos llamativa, con una incidencia en la
actualidad superior al 13,9% de 1995 aunque muy inferior al 21,3% de 1999. Algo similar ocurre en
la construcción, con un nivel de incidencia actual similar al de 1995, aunque igualmente inferior al
14,7% de 1999. También caen los niveles de incidencia en la agricultura desde el 5,2% de 1999 y
el 8,1% de 1995.
Por otra parte, tal y como ya sucedía en 1999, en términos de acceso o mejora de empleo la
incidencia de la FNR sobre el empleo resulta más importante en la industria, con una incidencia
del 7,3% (superior al 6,1% de 1995 y no demasiado por debajo del 8,8% de 1999). Los servicios
se sitúan en segunda posición, con un 6,5%, por debajo del 8,4% de 1999 y en la línea del 6,7%
de 1995. La mayor caída corresponde a la construcción, que ve pasar el nivel de incidencia de la
FNR sobre el empleo en términos de mejora o acceso al empleo de 7,9% en 1995 a 7,2% en 1999
y 4,6% en la actualidad. La incidencia favorable en el sector primario desaparece por completo en
el año 2003 (0% frente al 4% de 1999).
217
Tabla 4.10.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por sector de actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Sector de actividad %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
Agricultura 0,3 4,4 0,0 Industria 28,1 15,8 7,3 Construcción 7,1 11,8 4,6 Servicios 64,6 16,9 6,5 TOTAL 100 15,9 6,5
Analizando, dentro de las acciones formativas con resultados en términos de mejora o acceso
a empleo, la orientación de las actuaciones formativas por sectores, se constata que la mayor
parte de las situaciones positivas analizadas se vinculan, dentro de los sectores no de servicios, a
cursos de especialización en la actividad sectorial (52,4% por apenas un 14,9% ligado a las áreas
de dirección y gestión y 21,4% a la informática). En el sector servicios, en cambio, la importancia
de los cursos sectoriales en la FNR con impacto directo en el empleo es mucho menor,
apareciendo únicamente en un 28% de los casos. Aumenta, en paralelo, la importancia diferencial
de los cursos relacionados con dirección y gestión (19,6% del total) y con la informática (28,7%).
Este diagnóstico general es muy similar al observado en 1999.
Tabla 4.11.
Población ocupada en la que se constata la incidencia de la FNR en el acceso o la mejora de
empleo por contenido de la formación no reglada y actividad
(% verticales)
Contenido de la FNR Servicios Otros sectores Dirección y gestión 19,6 14,9 Informática 22,7 17,6 Idiomas 3,6 6,5 Otros generales 2,0 3,0 Informática técnica 6,0 3,8 Servicios 28,0 1,8 Otros sectores 18,1 52,4 TOTAL 100 100
218
En lo que se refiere al tamaño del establecimiento, el dato más llamativo es la concentración
de las situaciones favorables de la FNR sobre el empleo en los establecimientos de 3 a 49
trabajadores, centros que concentran un 51,6% de las situaciones detectadas. También es
relevante el 28,9% correspondiente a establecimientos con más de 100 empleados.
Si consideramos la incidencia en sentido amplio de la formación no reglada sobre el empleo,
sin embargo, se observa un progresivo incremento de la misma conforme aumenta el tamaño del
establecimiento, con cifras inferiores a la media en los establecimientos de 1 a 10 trabajadores y
superiores en los de más de esa cifra. El nivel máximo se da en los establecimientos de entre 20 y
49 empleos (20,6%) y en los de más de 500 trabajadores (21,5%).
Analizado el impacto de la FNR en términos estrictos de de acceso o mejora de empleo, se
observa un diferencial muy nítido entre los establecimientos de 1 y 2 trabajadores, con un impacto
muy limitado, situado en el 1,8%, y el resto, con cifras que oscilan entre 6 y 7,5%, sólo superados
por cifras cercanas al 9% en los cursos asociados a personas con ocupación en establecimientos
con 500 o más trabajadores o de 10 a 19 empleos. Un dato de gran relevancia es que el indicador
se mantiene estable, respecto a lo observado en 1999, en establecimientos con 100 o más
trabajadores, cayendo en el resto de establecimientos.
Tabla 4.12.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por tamaño del
establecimiento
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Tamaño del establecimiento %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
2003
Nivel de incidencia (Estricto)
1999 De 1 a 2 7,8 6,9 1,8 2,8 De 3 a 9 16,7 14,2 6,4 8,4 De 10 a 19 13,2 17,4 8,9 11,0 De 20 a 49 21,7 20,6 7,4 11,1 De 50 a 99 11,7 17,0 6,7 9,4 De 100 a 499 16,9 18,5 7,6 8,6 500 y más 12,0 21,5 9,0 9,0 TOTAL 100 15,9 6,5 8,4
Un 70,4% de los ocupados en los que ha incidido positivamente sobre el empleo el acceso a
la formación no reglada lleva más de tres años ocupados en su actual ocupación. Esta proporción
es apenas algo inferior al 73,1% observado en 1995 pero claramente superior al 63,2% registrado
en el año 1999.
219
El impacto de la formación reglada sobre el empleo aumenta ligeramente sin embargo
conforme desciende el nivel de experiencia en el empleo, especialmente si analizamos la
incidencia en términos de mejora y acceso al empleo. Así, entre los ocupados con menos de 3
años en su actual empleo, un 8,3% asocia formación no reglada a acceso o mejora de empleo por
6,8% de los que tienen una experiencia de 3 a 9 años en su actual ocupación y 5% de los que
tienen una experiencia superior a 10 años. Sólo en este último caso, no obstante, se puede
detectar un cierto mantenimiento de la incidencia observada en 1999, cayendo en los demás
casos.
Tabla 4.13.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por número de años en la
ocupación actual
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Años en la ocupación actual %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
2003
Nivel de incidencia (Estricto)
1999 Menos de 3 años 29,6 17,5 8,3 11,3 3-9 años 32,6 15,9 6,8 9,1 10 o más años 37,9 15,0 5,0 5,4 TOTAL 100 15,9 6,5 8,4
En realidad, el aspecto que acabamos de señalar constituye un buen indicador de la
tendencia a un mayor impacto de la formación no reglada sobre el empleo entre los colectivos más
jóvenes. Esto se confirma al analizar los aspectos relativos al sexo y a la edad, constatándose que
un 40,5% de los ocupados que señalan la existencia de una relación entre FNR y empleo tienen
menos de 35 años y un 73,7% menos de 45 años. Por sexo, se observa una mayor proporción de
hombres que de mujeres (55,9 por 44,1%).
En términos de incidencia, se confirma el mayor papel de la formación no reglada sobre el
empleo entre los colectivos menores de 45 años, tanto en hombres como mujeres. Sin embargo,
mientras entre los hombres la mayor incidencia de la FNR sobre el empleo, entendida en sentido
amplio, corresponde a las personas de 35 a 44 años (18% por 15,6% en los menores de 35 años y
12% en los mayores de esa edad), en las mujeres esta situación corresponde a las menores de 35
años (19,9% por 18,6% entre 35 y 44 años y 12,9% en las mayores de 45 años). En términos de
acceso o mejora de empleo, la mejor posición diferencial de la población más joven se extiende en
cambio a los dos géneros, con los niveles más altos entre los menores de 35 años (7,9 y 8,9%,
respectivamente), al igual que sucedía en 1999.
220
Un elemento importante asociado al género es el impacto más positivo a todas las edades de
la formación entre la población ocupada femenina. Sólo se da un impacto mayor entre los hombres
en el caso de personas de 35 a 44 años en lo relativo al indicador de acceso o mejora de empleo
en sentido estricto. En conjunto, un 7,1% de las mujeres ocupadas han accedido o mejorado su
empleo por la vía de la FNR por 6,1% de los hombres. El indicador en sentido amplio revela una
acción positiva de la FNR sobre el empleo en el 17,4% de las mujeres por 15% entre los hombres.
Tabla 4.14.
Población ocupada en la que se constata una incidencia FNR-Empleo por sexo y edad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total en %)
Sexo y edad %
verticales
Nivel de incidencia (Amplio)
Nivel de incidencia (Estricto)
Hombres <35 20,4 15,6 7,9 Hombres 35-44 18,9 18,0 7,1 Hombres >= 45 16,6 12,0 3,6 Hombres 55,9 15,0 6,1 Mujeres <35 20,1 19,9 8,9 Mujeres 35-44 14,2 18,6 5,7 Mujeres >= 45 9,8 12,9 6,0 Mujeres 44,1 17,4 7,1 TOTAL 100 15,9 6,5
1.3.- La formación no reglada en la población desempleada
En la actualidad, el acceso a la formación no reglada entre la población activa no ocupada se
sitúa en un 33,2%, por encima del 31% de la población ocupada. Este dato refleja también una
notable caída con respecto a lo observado en años anteriores. Así, en 1999, un 40,5% de los
desempleados mencionaba haber realizado en algún momento alguna actividad de formación no
reglada.
También desciende, aunque menos intensamente, la proporción de los actuales
desempleados que señala haber realizado alguna actuación formativa que tuviera en algún
momento un impacto positivo en términos de empleo, aún cuando no pudiera consolidarse con
posterioridad (10,3% frente a 11,4% en 1999). Esta menor caída se traduce paradójicamente en
un mayor nivel de éxito de la FNR entre los actuales desempleados en términos de incidencia en
el empleo (30,9% frente a 28,2% en 1999).
La incidencia de la FNR en el empleo es, no obstante, claramente inferior a la de los
ocupados (15,9%), lo que refleja un muy inferior nivel de éxito de la FNR desarrollada por la actual
221
población desempleada en términos de inserción laboral (30,9% frente a 51,4% entre los
ocupados).
En cualquier caso, el impacto de la FNR entre los desempleados es superior a la que se
observa entre los potencialmente activos. En este colectivo, apenas un 15,5% de ellos manifiesta
algún tipo de experiencia de FNR, con apenas 1% de ellos con impacto positivo previo sobre el
empleo.
Tabla 4.15.
Población no ocupada por tipo de actividades de formación no reglada
(Datos absolutos y % verticales)
Tipo de actividades de FNR Activos no ocupados
% verticales Pot.activos
% verticales
FNR Incidencia en el empleo 9.538 10,3 540 1,0 Otra FNR >=1998 15.888 17,1 4.606 8,5 Otra FNR < 1998 5.397 5,8 3.292 6,1 Sí FNR 30.823 33,2 8.438 15,5 No FNR 62.083 66,8 45.952 84,5 TOTAL 92.906 100 54.389 100
Entre la población activa actualmente desocupada, el impacto de la formación no reglada es
notablemente superior entre las personas de 35 a 44 años, con cifras superiores al 40% con
experiencia de FNR (41% entre los hombres y 47,3% entre las mujeres). La proporción baja a
niveles del 33-34% entre los menores de 35 años, situándose en el 16,2% entre las personas
mayores de 45 años.
Los datos por sexo son muy similares salvo entre las personas de 35 a 44 años, donde se
detecta una mayor incidencia de la FNR entre las mujeres. Esta circunstancia determina una
mayor incidencia general de la FNR en la población femenina (33,7% frente a 32,5%), situada muy
por debajo no obstante de los niveles de 1999, que reflejaban por otra parte un impacto similar de
la FNR entre los activos no ocupados (cercana en ambos casos al 43,5%).
Al tomar en consideración al colectivo de activos potenciales, la posición favorable de la mujer
se resiente sin embargo, observándose que un 28% de los hombres no ocupados activos o
potencialmente activos han realizado FNR por 26% de las mujeres.
222
Tabla 4.16.
Proporción de personas no ocupadas con acciones de formación no reglada sobre el total de
población no ocupada por sexo y edad
(En %)
Sexo y edad
Activos no ocupados
Act. y p.act. no ocupados
Hombres <35 34,0 28,8 Hombres 35-44 41,0 42,1 Hombres >= 45 16,2 13,5 Hombres 32,5 28,0 Mujeres <35 33,2 29,7 Mujeres 35-44 47,3 34,5 Mujeres >= 45 16,2 13,9 Mujeres 33,7 26,0 TOTAL 33,2 26,7
Cruzando los datos relativos a la experiencia de formación no reglada y los relativos a
experiencia ocupacional, constatamos que la mayor parte de las personas desempleadas, un
50,1%, no ha tenido ninguna experiencia de formación no reglada pero sí algún tipo de experiencia
laboral, una cifra claramente superior al 43% registrado en 1999. Al grupo anterior podría añadirse
el 20,3% que tuvo una experiencia laboral no asociada a la actividad de FNR desarrollada (24,8%
en 1999). Un escaso 2,6% se encuentra en la situación contraria, con una experiencia en
formación no reglada pero no laboral, muy por debajo del 7% de 1999. Un 16,7% no ha tenido ni
un tipo u otro de experiencia, por encima del 13,4% de 1999. Finalmente, queda el 10,3% que tuvo
una experiencia ocupacional asociada directamente a una actividad previa de formación no
reglada, cifra inferior al 11,8% de 1999.
En el caso de los activos potenciales aumenta notablemente la proporción de personas que
carecen de experiencia de FNR complementaria, reduciéndose además el impacto favorable de la
misma – cuando se realiza – en términos de acceso directo al empleo.
Tabla 4.17.
Población no ocupada por tipo de experiencia de FNR y de acceso al empleo
(Datos absolutos y % verticales)
Tipo de experiencia de FNR y de acceso al empleo Activos
% verticales Pot.activos
% verticales
Tuvo un empleo asociado a FNR 9.538 10,3 540 1,0 Tuvo un empleo no asociado a su FNR 18.905 20,3 5.980 11,0 FNR sin experiencia laboral 2.380 2,6 1.918 3,5 Experiencia laboral sin FNR 46.581 50,1 32.687 60,1 Ni FNR ni experiencia laboral 15.502 16,7 13.265 24,4 TOTAL 92.906 100,0 54.389 100,0
Nota: Se considera cualquier tipo de experiencia, con independencia del momento de la misma
223
De los datos anteriores podemos extraer algunos indicadores. En concreto, constatamos que
de las 30.823 personas actualmente desempleadas con formación no reglada, un 92,3% ha tenido
alguna experiencia laboral; proporción que resulta superior, como ya sucedía en 1999, al 75% de
experiencia ocupacional que han tenido los actuales desempleados sin experiencia en actividades
de formación no reglada. Por tanto, la realización o no de una actividad de formación no reglada, si
bien no discrimina de forma absolutamente drástica, sí parece haber incidido favorablemente entre
los desempleados respecto al acceso anterior al sistema productivo. Hay que señalar, además,
que la diferencia de 17,3 puntos observada es superior a la de 8,3 puntos detectada en 1999 y a la
de 1 punto registrada en 1995, lo que parece reflejar una incidencia diferencial creciente de la
experiencia formativa.
La tendencia señalada también se detecta entre la población potencialmente activa, con un
77,3% de experiencia laboral entre las personas con experiencia de FNR frente a 71,1% en el
resto de los casos.
El otro aspecto a resaltar es que, de las 28.442 personas actualmente desempleadas que
combinan tanto la existencia de una experiencia laboral previa como también la realización de
actividades de formación no reglada, se constata que sólo un 33,5% de entre ellas vincularon el
acceso al empleo con la realización previa de la formación, proporción que es superior al 27,1% de
1995 y al 32,3% de 1999 (33,4% si se tiene en cuenta a la población no ocupada en sentido
amplio). Por tanto, si la FNR parece favorecer el acceso indirecto al empleo, en términos directos
su impacto es más limitado, sin que se observen avances notables en el tiempo, al menos en el
periodo 1999-2003. La incidencia resulta, con todo, mucho mayor que entre los potenciales activos
(8,3%), circunstancia que puede estar asociada al mayor retraimiento de este último colectivo
respecto al mercado de trabajo.
En cuanto al contenido de la formación no reglada desarrollada por los desempleados, las
actividades formativas asociadas a ámbitos específicos bien de los servicios (24,8%) o de otros
sectores (24,2%), junto con las vinculadas a la informática general y técnica (27,9%) son las que
resultan más recurrentes entre las actividades formativas que realizan los parados en el marco de
la formación no reglada.
Las cifras son similares entre los potenciales activos, si bien en este caso aumenta la
proporción de personas que ha realizado cursos asociados a la rama de servicios, idiomas e
informática general (76,5% frente a 52,2% entre los activos no ocupados).
224
Tabla 4.18.
Población no ocupada por contenido de la formación no reglada
(% verticales)
Contenido de la FNR % activos % pot. activos
Dirección y gestión 15,0 6,6 Informática 19,7 27,6 Idiomas 7,7 10,8 Otros generales 0,4 Informática técnica 8,2 Servicios 24,8 38,1 Otros sectores 24,2 17,0 TOTAL 100 100
225
2.- EL CONOCIMIENTO DE IDIOMAS EXTRANJEROS
En el estudio de la formación complementaria de la población activa, un aspecto esencial a
tener en cuenta es el nivel de conocimiento de idiomas extranjeros. El presente apartado busca
situar a la población activa de la CAE en esta dimensión formativa. A tales efectos, se presentan
inicialmente algunos datos generales sobre el grado de conocimiento de idiomas para pasar
posteriormente a detallar el impacto diferencial que este conocimiento tiene en el nivel de inserción
en el sistema productivo, aportando finalmente algunos datos sobre la situación específica de la
población desempleada en esta dimensión formativa.
2.1.- Aspectos generales sobre el grado de conocimiento de idiomas de la población activa
209.509 personas activas de nuestra comunidad señalan tener un conocimiento bueno o muy
bueno de algún idioma extranjero, lo que supone un 21% de la población activa, por encima del
19,0% de 1999 y del 17,2% de 1995. Otro 25,7% del colectivo señala tener un conocimiento más
bien regular (27,1% en 1999 y 23,1% en 1995), quedando el 53,2% restante sin ningún tipo de
conocimiento o con un nivel de control inadecuado de alguno de estos idiomas (53,9% en 1999 y
59,6% en 1995). Los datos reflejan, por tanto, una evolución positiva a largo plazo en el nivel de
conocimiento idiomático, aunque entre 1999 y 2003 la mejora es sobre todo cualitativa,
aumentando de forma significativa el colectivo que maneja bien o muy bien un idioma extranjero
que el que tiene un conocimiento más general (regular, bueno o muy bueno).
A diferencia de lo que sucedía con la FNR, no se observan grandes diferencias en el nivel de
conocimiento de idiomas entre la población potencialmente activa, con un 20,7% de personas con
un nivel de conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero y un 18,5% con un
conocimiento regular. En conjunto, esto supone un 39,2% con un cierto nivel de conocimiento en
este grupo, no excesivamente alejado del 46,8% observado en la población activa.
Tabla 4.19.
Población activa por nivel de conocimiento de idiomas extranjeros
(Datos absolutos y % verticales)
Conocimiento de idiomas extranjeros
Datos absolutos
Activos % ver. 2003
Activos % ver. 1999
Activos % ver. 1995
% ver. P.activos 2003
Alguno bien o muy bien 209.509 21,0 19,0 17,2 20,7 Alguno regular 256.543 25,7 27,1 23,1 18,5 Malo o ninguno 530.366 53,2 53,9 59,6 60,8 TOTAL 996.418 100 100 100 100
226
El nivel de conocimiento de idiomas entre la población activa tiende a aumentar en los grupos
conforme desciende la edad. Así, si apenas un 12,2% de los hombres mayores de 45 años señala
tener un conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero, la proporción sube al
18,2% entre 35 y 44 años y al 25,8% entre los menores de 45 años. En la población femenina,
estos datos son del 12,1% a partir de los 45 años y del 18,4% entre las mujeres de 35 a 44 años,
alcanzándose un máximo del 35,7% en las mujeres menores de 35 años. Como puede
comprobarse, la proporción de mujeres con conocimientos de idiomas resulta muy superior a la de
los hombres entre las personas más jóvenes, equilibrándose a partir de los 35 años, en nítido
contraste con lo observado en años anteriores en los que se detectaba un mayor nivel de
conocimiento de las mujeres a todas las edades.
El mayor equilibrio en el conocimiento de idiomas en función del género a partir de los 35
años se asocia en parte al mayor acceso al mercado de trabajo de mujeres mayores de 35 años
con un menor nivel cualificación. Este proceso determina de hecho la estabilización en los últimos
años de los índices de conocimiento bueno o muy bueno de idiomas extranjeros entre las mujeres
(del 24,2% de 1999 al 24% de 2003), aún cuando el indicador actual sea claramente superior al
21,2% de 1995. La tendencia al alza del indicador se mantiene en cambio entre los hombres,
pasando de 14,6% en 1995 a 15,3% en 1999 y 18,9% en la actualidad. Esta interpretación queda
confirmada al comprobar que la tendencia alcista sigue observándose entre las mujeres menores
de 35 años (el índice pasa de 26,9% en 1995 a 31,4% en 1999 y 35,7% en el año 2003), cayendo
en cambio el nivel de conocimiento entre las mujeres mayores de esa edad (de 19,1 a 18,4% entre
las mujeres de 35 a 44 años y de 13,5 a 12,1% en las mayores de 45 años, con cifras relativas a
1999 y 2003).
Los datos relativos a la población potencialmente activa confirman, de hecho, la existencia de
colectivos femeninos susceptibles de acercarse al mercado de trabajo con un nivel de cualificación
claramente inferior, al menos a partir de los 35 años. De esta forma, se observa que entre las
mujeres mayores de 35 años desciende el nivel de conocimiento de idiomas respecto al de la
población activa, de forma particularmente marcada a partir de los 45 años. En conjunto, frente al
24% de conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma entre las activas, la proporción baja al
17,4% entre las activas potenciales.
227
Tabla 4.20.
Proporción de activos con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por sexo y
edad
(En %)
Sexo y edad Conocimiento
2003 Conocimiento
1999 Pot.activos
2003 Hombres <35 25,8 20,0 44,1 Hombres 35-44 18,2 14,7 Hombres >= 45 12,2 9,6 11,9 Hombres 18,9 15,3 35,7 Mujeres <35 35,7 31,4 41,8 Mujeres 35-44 18,4 19,1 17,0 Mujeres >= 45 12,1 13,5 2,7 Mujeres 24,0 24,2 17,4 TOTAL 21,0 19,0 20,7
En cuanto al tipo de idiomas conocido por las personas activas con conocimiento bueno o
muy bueno de algún idioma extranjero, destaca claramente el inglés, idioma conocido por un
80,7% de la población activa con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma. Esto supone
que en la actualidad un 17% de la población activa total señala disponer de un conocimiento
suficientemente amplio de este idioma, claramente por encima del 14,4% de 1999 y del 11% de
1995.
El otro idioma con cierto grado de conocimiento entre nuestra población activa es el francés,
conocido por un 31,9% de la población con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma, lo
que representa un 6,7% de la población activa. La pérdida de importancia de este idioma resulta
no obstante llamativa, cayendo desde el 7% de 1999 y el 7,6% de 1995.
El tercer idioma en importancia es el alemán, aunque sólo un 4,2% de las personas con
conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma lo controlan, apenas un 0,9% de la población
activa total (por encima en este caso del 0,4% de 1999 pero en niveles similares al 0,8% de 1995).
Un 8,5% del colectivo señala conocer correctamente algún otro idioma, lo que representa un
1,8% de la población activa, por encima del 0,9% de 1999.
228
Tabla 4.21.
Tipo de idioma conocido por los activos con conocimiento bueno o muy bueno de algún Idioma
extranjero
(Datos absolutos y % verticales respecto al grupo de conocedores y a la población activa)
Idioma extranjero Datos
absolutos
% verticales respecto
conocedores
% verticales respecto a pobl. activa
2003
% verticales respecto
pobl. activa 1999
Inglés 169.133 80,7 17,0 14,4 Francés 66.879 31,9 6,7 7,0 Alemán 8.797 4,2 0,9 0,4 Otro 17.784 8,5 1,8 0,9
2.2.- Inserción ocupacional de las personas con conocimiento de idiomas
Analizaremos a continuación el nivel de inserción de las personas con conocimientos de
idiomas en el sistema ocupacional, considerando las principales variables ligadas a las
características del sistema productivo.
En conjunto, un 20% de los ocupados señalan tener un conocimiento bueno o muy bueno de
algún idioma extranjero, una proporción inferior a la que se observa entre la población activa,
situada en un 21%. Se observa, no obstante, un evidente incremento respecto al 17,7% de 1999 y
al 16,1% registrado en 1995.
Desde la perspectiva profesional, la gran mayoría de las personas con un buen conocimiento
de idiomas son técnicos, un 51,9% del total. Otros grupos con cierta presencia en la distribución
son los empleados administrativos (10,7%) y los trabajadores cualificados del sector servicios
(13,7%). En conjunto, un 76,3% del total de ocupados con buen conocimiento de lenguas
extranjeras se sitúan en esos tres tipos profesionales.
En términos de incidencia del conocimiento adecuado de idiomas sobre el total de ocupados
en cada tipo profesional, los niveles más altos vuelven a corresponder a los grupos profesionales
ya señalados: 43,5% entre técnicos (38,7% en 1999), 22,9% entre empleados administrativos
(24,9% en 1999) y 17,2% entre técnicos cualificados del sector servicios (14,7%). No obstante,
una de las proporciones más altas corresponde en este caso a la población directiva, con un
26,3%, presentándose en la actualidad este tipo profesional como el segundo con mayor nivel de
conocimientos de idiomas, por encima de los empleados administrativos que ocupaban esta
posición en 1999. El aumento del nivel de idiomas entre directivos resulta, de hecho, llamativo
entre 1999 y 2003, partiendo del 19,8% registrado en el primer año.
229
En los demás grupos profesionales la incidencia del conocimiento de idiomas tiende a bajar
por debajo del 10%, si bien es superior a ese porcentaje entre los trabajadores no cualificados de
la construcción y la industria (13,8%) y de los transportes y descarga (12%). El fuerte aumento
desde 1999 (con cifras respectivas de 7,4 y 9,1%, que pasan a niveles de 12-14% en 2003) refleja
el impacto de la inmigración en este tipo de trabajos no cualificados.
Tabla 4.22.
Población ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Profesión %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999 Fuerzas Armadas 0,0 0,0 0,0 Directivos 5,8 26,3 19,8 Técnicos 51,9 43,5 38,7 Empleados administrativos 10,7 22,9 24,9 TC Servicios 13,7 17,2 14,7 TC agricultura pesca 0,0 0,8 4,0 TC construcción-Industria 7,3 7,4 4,6 Operadores maquinaria. 5,4 7,9 4,8 TNC Servicios 2,4 6,1 6,7 TNC agricultura-pesca 0,0 0,0 0,0 TNC construcción-Industria 2,0 13,8 7,4 TNC transportes-descarga 0,8 12,0 9,1 TOTAL 100 20,0 17,7
El buen conocimiento de idiomas extranjeros tiende a aumentar por supuesto con el nivel de
cualificación, pasando de 11,4% entre los no cualificados a 48,6% entre los ocupados con
categoría de personal técnico. Los niveles son en general muy inferiores a la media entre las
distintas categorías de trabajadores, no alcanzando sino el 13,6% entre los trabajadores
cualificados (11,4% en los no cualificados), situándose ya en la media entre los encargados y
mandos intermedios (20,4%). Muy por encima se encuentran, como hemos visto, los técnicos así
como el colectivo de directivos (33,6%).
En la distribución del conjunto de personas con buen conocimiento de idiomas, sin embargo,
llama la atención que un 53,4% de las personas que señalan conocer adecuadamente un idioma
extranjero se incluyan entre mandos intermedios, trabajadores cualificados y trabajadores no
cualificados, una proporción que supera al 40,1% correspondiente al personal técnico y al 6,4%
del personal directivo. La proporción mencionada es incluso superior a la de 1999 (49,9%).
En términos evolutivos, llama la atención el impulso al conocimiento de idiomas que se
detecta en prácticamente todas las categorías. Las mejoras son no obstante reducidas entre la
población trabajadora y entre los técnicos. En cambio, se detecta un incremento importante entre
230
encargados y mandos intermedios (de 14,3 a 20,4% entre 1999 y 2003) y, sobre todo, entre el
personal directivo (de 21,7 a 33,6%).
Tabla 4.23.
Población ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por categoría
profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Categoría profesional %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999 No cualificado 18,1 11,4 10,7 Cualificado 26,9 13,6 11,6 Encargados, mandos medios 8,5 20,4 14,3 Personal técnico 40,1 48,6 46,2 Personal directivo 6,4 33,6 21,7 TOTAL 100 20,0 17,7
La mayor parte de las personas con buen conocimiento de idiomas se vincula a puestos que
implican el desempeño de sus actividades recurriendo al uso de tecnologías modernas (69,6%),
en especial en lo que se refiere a la utilización de equipos informáticos en los procesos
administrativos (31,8%) y de otras formas de tecnología moderna (31,4%).
La mayor incidencia relativa de los idiomas se observa precisamente entre personas
desarrollando actividades administrativas con tecnología moderna (40,7%) o en otras tareas de
producción tecnológicamente modernas (24,7%), si bien también es llamativa la presencia de los
ocupados con buen conocimiento de idiomas entre las personas vinculadas a formas
convencionales de trabajo administrativo (24,6%), aspecto este último que refleja la importancia de
la variable idiomas en las tareas administrativas. El buen conocimiento de idiomas resulta muy
inferior en cambio en las actividades productivas, incluso en el caso de los trabajadores ocupados
en procesos de producción automatizados (12,6% frente al 7,3% observado en los procesos de
producción tradicionales).
En términos evolutivos, se confirma la tendencia a un generalizado incremento entre la
población ocupada del impacto del conocimiento adecuado de idiomas. Los aumentos más
significativos corresponden, no obstante, a las personas trabajando con tecnología moderna en
procesos de producción automatizados (de 4,4 a 12,6%) o en tareas administrativas (de 35,3 a
40,7%).
231
Tabla 4.24.
Población ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por
tecnología utilizada
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Tecnología utilizada %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999 Moderna producción automatizada 6,3 12,6 4,4 Administrativa informatizada 31,8 40,7 35,3 Otra moderna 31,4 24,7 23,8 Equipo productivo convencional 5,2 7,3 4,3 Administrativa convencional 2,3 24,6 21,9 Otra convencional 23,0 14,0 12,8 TOTAL 100 20,0 17,7
El sector de actividad resulta fundamental, constatándose que un 74,2% de las personas con
conocimiento de idiomas son personas ocupadas en los servicios. Las diferencias, en términos de
incidencia, son al respecto realmente notables, con un 24,3% de personas ocupadas en el sector
servicios con buenos conocimientos de idiomas por 13,7% en la industria, 12,6% en la
construcción y 8,7% en la agricultura. Aunque la tendencia expansiva es evidente en los servicios
(de 20,5% de ocupados con buen conocimiento de idiomas en 1995 a 22,3% en 1999 y 24,3% en
la actualidad), se observa un incremento mucho más nítido en la industria (de 9,5% en 1995 a
11,8% en 1999 y 13,7% en el año 2003). El aumento reciente es también llamativo en la
construcción (de 7,6 a 12,6% entre 1999 y 2003), si bien parte de una caída previa respecto a la
situación de 1995 (8,6%). Lo mismo ocurre en la agricultura (de 8,2% en 1995 cae a 5,1% en 1999
para volver a subir al 8,7% en 2003). Parte del incremento mencionado se asocia sin duda a la
inmigración.
Tabla 4.25.
Población ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por sector de
actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Sector de actividad %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999 Agricultura 0,4 8,7 5,1 Industria 19,4 13,7 11,8 Construcción 6,0 12,6 7,6 Servicios 74,2 24,3 22,3 TOTAL 100 20,0 17,7
232
Otro aspecto a destacar es la mayor incidencia de la proporción de personas con buen
conocimiento de idiomas entre los colectivos ocupados con menor número de años de experiencia
en la ocupación. De esta forma, la media se sitúa en el 26,9% en el caso de las personas con
menos de tres años de experiencia, el 22,6% entre las personas con 3 a 9 años de experiencia y
en 13,3% entre las que llevan más de 10 años en su actual empleo.
Mientras la incidencia considerada desciende entre las personas con 3 a 9 años en el empleo
respecto a 1999 (de 26 a 22,6%), aumenta sustancialmente en cambio entre las personas con
menos de 3 años en su empleo (de 17,4 a 26,9%) y entre las personas que llevan más de 10 años
(de 7,6 a 13,3%). Esto parece reflejar una asociación entre conocimiento de idiomas y facilidad de
acceso a un nuevo empleo o de mantenimiento en el mismo a muy largo plazo. De hecho, si en
1999 un 53,2% de la población con buen conocimiento de idiomas llevaba más de tres años en su
empleo, en la actualidad esta proporción ha aumentado al 63,7%. Este dato pone en evidencia
que un buen control de idiomas extranjeros constituye un elemento de estabilidad en el empleo o
que, al menos, ayuda a consolidarlo a largo plazo mediante procesos de reciclaje.
Tabla 4.26.
Población ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por años en
la ocupación actual
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Años en la ocupación actual %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999 Menos de 3 años 36,3 26,9 17,4 3-9 años 37,1 22,6 26,0 10 o más años 26,7 13,3 7,6 TOTAL 100 20,0 17,7
La mayor parte de las personas que controlan suficientemente algún idioma extranjero entre
la población ocupada son personas jóvenes. Un 53,5% de ellas son menores de 35 años y un
26,1% tienen entre 35 y 44 años.
De hecho, el nivel de conocimiento de algún idioma extranjero alcanza niveles más elevados
entre los más jóvenes, especialmente en el caso de las mujeres, donde llega al 34,2% (24,9%
entre los hombres). Las cifras se sitúan alrededor del 18% en hombres y mujeres de 35 a 44 años,
bajando al 12,2% en los hombres mayores de 45 años y al 11,6% entre las mujeres mayores de
esa edad. En conjunto, un 22,6% de las mujeres conocen adecuadamente un idioma por 18,3% de
los hombres.
233
La evolución reciente resulta positiva en todos los grupos de edad entre los hombres. Sin
embargo, se observa entre 1999 y 2003 una caída del impacto de los idiomas entre las mujeres de
35 y más años (de 20,1 a 18,1% entre 35 y 44 años y de 15,1 a 11,6% en las mayores de esa
edad), circunstancia asociada sin duda a la entrada en el sistema productivo de mujeres con
menor nivel de cualificación.
Tabla 4.27.
Población ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por sexo y
edad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total, en %)
Sexo y edad %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999 Hombres <35 26,0 24,9 19,0 Hombres 35-44 15,0 17,9 14,7 Hombres >= 45 13,4 12,2 9,4 Hombres 54,4 18,3 14,5 Mujeres <35 27,6 34,2 28,9 Mujeres 35-44 11,0 18,1 20,1 Mujeres >= 45 6,9 11,6 15,1 Mujeres 45,6 22,6 23,2 TOTAL 100 20,0 17,7
2.3.- El conocimiento de idiomas de la población no ocupada
La proporción de personas con conocimiento de idiomas es superior en la población
desempleada que en la ocupada, situándose en el 30,8%, por encima del 25,1% registrado en
1999. Incluso resulta más elevada entre los potenciales activos, donde alcanza a un 20,7% del
colectivo.
Entre los activos no ocupados vuelve a reproducirse la tendencia a una mayor incidencia del
conocimiento de idiomas conforme desciende la edad, con un 76,5% de desempleados con buen
conocimiento de algún idioma extranjero menores de 35 años y niveles de incidencia superiores al
30% que llegan al 42,5% entre las mujeres (31,8% entre los hombres). Los niveles de
conocimiento superan el 20% entre las personas de 35 a 44 años (23,4% entre los hombres y
20,9% entre las mujeres), bajando al 18,8% entre las mujeres de 45 y más años y al 12% entre los
hombres en ese grupo de edad.
Llama la atención el bajo nivel de conocimiento de idiomas entre los hombres mayores de 45
años, circunstancia que en parte se asocia a la caída o estabilización de las tasas entre 1999 y
2003 (de 15 a 12%), en contraste con incrementos bastante sustanciales entre los menores de 45
234
años, presentes también entre las mujeres. El aumento de la proporción de mujeres
desempleadas mayores de 45 años con conocimiento de idiomas aumenta sustancialmente entre
1999 y 2003, de 6 a 18,8%, en nítido contraste con lo observado entre los hombres.
La proporción de mujeres desempleadas con conocimiento de idiomas sigue siendo mayor a
la de los hombres (33,3 frente a 27,3%), manteniéndose las diferencias observadas en 1999
(27,2% frente a 21,7%). Los datos correspondientes al conjunto de activos desempleados y
potenciales activos reflejan, no obstante, una menor incidencia del conocimiento de idiomas entre
las mujeres (26,1 frente a 29%), lo que indica que la mayor tendencia de la mujer no cualificada a
quedarse en la práctica al margen del mercado de trabajo puede estar exagerando la realidad de
la cualificación diferencial de la mujer en esta materia. Sólo entre los menores de 35 años puede,
en realidad, hablarse de un mayor nivel de conocimiento de idiomas entre las mujeres no
ocupadas, activas o susceptibles de acceder a la actividad.
Tabla 4.28.
Población activa no ocupada con conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero por
sexo y edad
(En %)
Sexo y edad %
verticales
Nivel de incidencia
2003
Nivel de incidencia
1999
Incidencia 2003
Act.y p.activos Hombres <35 29,6 31,8 24,4 34,4 Hombres 35-44 5,4 23,4 14,4 22,9 Hombres >= 45 2,5 12,0 15,0 12,0 Hombres 37,5 27,3 21,7 29,0 Mujeres <35 47,0 42,5 37,2 42,3 Mujeres 35-44 9,5 20,9 16,0 19,1 Mujeres >= 45 6,1 18,8 6,0 7,6 Mujeres 62,5 33,3 27,2 26,1 TOTAL 100 30,8 25,1 27,1
235
V. UNA TIPOLOGÍA EN RELACIÓN AL ESTADO DE CUALIFICACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA VASCA
236
UNA TIPOLOGÍA EN RELACIÓN AL ESTADO DE CUALIFICACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA VASCA
Una vez considerados los distintos elementos que determinan el nivel real de cualificación de
la población activa, estamos en condiciones de tratar de aproximarnos a una valoración sintética
de la cualificación de este colectivo. A estos efectos, volveremos a utilizar la tipología establecida
en la ECPA 1995, teniendo en cuenta tres dimensiones básicas: la experiencia laboral, la
realización o no de estudios cualificados y el desarrollo de actividades complementarias de
formación no reglada que puedan considerarse significativas.
De cara a construir esta tipología, partimos de los siguientes principios básicos:
1. En lo relativo a las distintas situaciones de experiencia laboral que hemos tenido en cuenta a
lo largo del estudio, se considera como experiencia laboral significativa, a efectos del actual
sistema productivo, las dos situaciones siguientes:
a) El desarrollo de un empleo con tecnología moderna durante al menos tres años
continuados, tanto si se mantiene actualmente la ocupación de este empleo como si no.
b) El desarrollo de un empleo sin tecnología moderna durante al menos diez años por parte
de personas que aún mantienen dicha ocupación en la actualidad.
2. Se valora, por otra parte, como estudios cualificados los tipos de estudios que implican una
formación técnica y profesional especializada significativa, incluyéndose tanto los estudios
universitarios como los estudios secundarios profesionales de nivel II.
3. Se considera, finalmente, como formación complementaria significativa el conocimiento bueno
o muy bueno de algún idioma así como la realización de acciones de formación no reglada que
hayan tenido una incidencia comprobada sobre el empleo (en términos de acceso a un empleo o
de mejora significativa de la posición en la actual ocupación).
En el caso de personas sin experiencia laboral significativa, se incluirá igualmente en esta
situación a las personas activas que hubiesen terminado estudios secundarios no profesionales o
una formación profesional de nivel I.
Los datos correspondientes a la aplicación de la tipología anterior se presentan en la tabla
5.1.
237
Tabla 5.1.
Población activa por nivel general de cualificación
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacionales, en %)
Nivel general de cualificación
Datos absolutos
2003 % ver. 2003
Datos absolutos
1999 % ver. 1999
% crecimiento 1999/2003
% ver. p.activos
2003 Estudios cualificados y exp. lab. significativa 246.899 24,8 192.732 19,5 28,1 0,7 Exp. laboral sign. con form. compl. sign. 32.002 3,2 27.797 2,8 15,1 Exp. laboral sign. sin est. cualificados 272.321 27,3 259.727 26,2 4,8 0,4 Estudios cualificados sin experiencia lab. sign. 175.567 17,6 201.564 20,4 -12,9 15,0 Form. compl. sign. sin exp. laboral sign. 128.896 12,9 146.485 14,8 -12,0 33,5 Ni exp. lab. sign. ni estudios cualificados 140.733 14,1 162.129 16,4 -13,2 50,5 TOTAL 996.418 100 990.434 100 0,6 100
Como puede comprobarse en la tabla anterior, los niveles de experiencia laboral significativa
que hemos delimitado afectan en el año 2003 a más de la mitad de la población activa, un 55,3%
en concreto. Un 24,8% asocia esta experiencia laboral con una formación reglada cualificada y un
3,2% con una formación no reglada complementaria relevante en términos de empleo y/o un
conocimiento bueno o muy bueno de algún idioma extranjero. Las personas que destacan sobre
todo por su experiencia laboral, no estando presente una formación reglada o no reglada
complementaria significativa, representan por su parte un 27,3% de la población activa vasca.
En términos evolutivos, aumenta la parte correspondiente a los colectivos con experiencia
laboral significativa, situándose en el 55,3% en el año 2003, después de caer de 49,7 a 48,5%
entre 1995 y 1999. El incremento observado entre 1999 y 2003 no sólo supone recuperar el
retraso acumulado sino ampliar el indicador, que por primera vez supera – y además de manera
sustancial - los niveles del 50%. Más importante aún, es llamativo que la parte más importante del
aumento en los últimos años corresponda a las personas que, además de una experiencia laboral
significativa, tienen estudios cualificados. Este grupo pasa de representar un 17,9% de la
población en 1995 a 19,5% en 1999 y 24,8% en el año 2003. Dado que esta favorable evolución
se produce en un contexto de aumento cuantitativo de la población activa, es obvio que se asocia
a un muy fuerte aumento del volumen de personas afectadas (166.483 personas en 1995, 192.732
en 1999 y 246.899 en 2003), con un incremento del 28,1% entre 1999 y 2003.
Por su parte, el peso correspondiente a las personas con experiencia y formación
complementaria significativa sigue siendo notablemente inferior al de 1995, tanto en términos
relativos (3,2% frente a 5,4%) como cuantitativos (32.002 en la actualidad por 50.365 personas en
el año 1995). Con todo, el peso relativo y el volumen absoluto de este colectivo se recuperan de
forma llamativa entre 1999 y 2003, reflejando un aumento del 15,1% en términos relativos.
238
También aumenta el peso relativo del colectivo de personas con experiencia pero sin estudios
reglados o no reglados significativos, pasando de 26,2 a 27,3% entre 1999 y 2003 (26,4% en
1995). En términos cuantitativos, el aumento es más llamativo, pasando de 245.122 personas en
1995 a 259.727 en 1999 y 272.321 en el año 2004, aún cuando el incremento de 4,8% registrado
entre 1999 y 2003 sea bastante inferior al experimentado por otros colectivos con estudios
reglados o complementarios significativos.
Las personas sin experiencia laboral significativa suponen actualmente un 44,7% de la
población activa (por debajo del 50,2% de 1995 y del 51,5% de 1999). Un 17,6% destaca por su
alta formación cualificada reglada, representando otro 12,9% el colectivo con algún tipo de
formación relevante complementaria (estudios secundarios no profesionales, formación profesional
de nivel I, alguna formación no reglada complementaria significativa o conocimiento adecuado de
un idioma extranjero). En ambos casos se observa una caída de peso relativo respecto a 1999,
aún cuando la proporción de personas sin experiencia pero con estudios cualificados sea
actualmente superior todavía a la de 1995 (17,6% por 15,7%, con un máximo del 20,4% en 1999).
En términos relativos, el volumen total de población en estos grupos cae ente un 12 y un 13%
entre 1999 y 2003. Respecto a 1995, es mayor sin embargo el volumen de activos actual entre las
personas con estudios cualificados (175.567 por 145.650, después de alcanzar un máximo de
201.564 personas en 1999) y muy similar entre las personas con otros estudios significativos
(128.896 por 129.418, con un máximo de 146.485 igualmente en 1999).
A la vista de los datos anteriores, podemos señalar que hasta un 85,9% de la población activa
vasca posee al menos algún rasgo significativo en términos de cualificación, ya sea una formación
reglada cualificada, una experiencia laboral significativa, una formación no reglada
complementaria con impacto comprobado sobre el desarrollo de un empleo o, en el caso de
personas sin experiencia laboral, un mínimo nivel de estudios alcanzado (estudios secundarios no
profesionales o una formación profesional de nivel I). Esta proporción es algo superior al 83,6% de
1999.
Sólo un 14,1% de los activos de nuestra Comunidad Autónoma carece de todos y cada uno
de los rasgos cualificadores analizados, porcentaje claramente inferior al 20,6% observado en
1995 y al 16,4% de 1999. En términos absolutos, esto representa pasar de 191.757 personas en
esta situación en 1995 a las 140.733 registradas en el año 2003.
En definitiva, el rasgo más característico del periodo 1999-2003 es el incremento del peso
absoluto y relativo de las personas con estudios y experiencia laboral significativos, una evolución
que se acompaña de la caída del volumen de personas con este tipo de estudios pero sin
experiencia. De esta forma, si entre 1995 y 1999, nos encontrábamos ante un tipo de población
activa en fuerte expansión pero en la que destacaba la importancia de los núcleos sin experiencia
239
laboral significativa, entre 1999 y 2003 se consolidan los colectivos de activos que alcanzan un
nivel significativo de experiencia laboral y, en buena medida dentro de ellos, aquellos que
disponen de una mayor cualificación en términos formativos.
Conviene subrayar, por otra parte, la notable diferencia existente en la estructura presentada
entre la actual población activa y los colectivos potencialmente activos. En este sentido, estos
últimos destacan sobre todo por la ausencia de formas de experiencia laboral significativas,
encontrándose en esta situación un 99% de las personas consideradas por apenas un 44,7%
entre los activos. El otro rasgo destacable es la importancia de las personas sin cualificación de
ningún tipo, ni formativa ni ligada a la experiencia laboral. Este grupo supone un 50,5% de los
activos potenciales por apenas un 14,1% de los activos.
Abordaremos a continuación el estudio detallado de cada uno de los grupos referidos según
sus características sociodemográficas, grupos y categorías profesionales, rama de actividad y tipo
de contratación. Nos centraremos sobre todo en la población activa, aunque aportaremos
igualmente algunos datos relativos a los activos potenciales.
1.- LA POBLACIÓN CON ESTUDIOS CUALIFICADOS Y EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA
El grupo más cualificado de nuestra Comunidad Autónoma está constituido por aquellos
activos que, además de una formación reglada cualificada (estudios terciarios o secundarios
profesionales de nivel II), tienen – o han tenido a lo largo de su carrera profesional - una
experiencia laboral que resulta significativa en términos del actual sistema productivo.
Este grupo alcanza en la actualidad un total de 246.899 personas que representan un 24,8%
de la población activa, por encima del 19,5% de 1999. Entre 1999 y 2003 aumenta el volumen
absoluto de este colectivo en un 21,9%, lo que explica el incremento de su peso relativo en la
población activa.
Este tipo de activos está en general muy distribuido en los distintos grupos de sexo y edad,
con la única excepción de las mujeres mayores de 45 años que sólo suponen un 10,3% del total
de activos considerados. En los demás casos, se observan dos tipos de situaciones: un peso en
torno a 14-16% en el caso de mujeres menores de 45 años y de hombres menores de 35; y un
peso ya superior al 20% en el caso de hombres mayores de 35 años. La mayor parte de las
personas analizadas se sitúan de hecho entre los hombres mayores de 35 años, con un 42,9% del
total.
240
La evolución reciente indica un aumento mayor del número de personas en esta situación de
estabilidad ocupacional y estudios cualificados entre los titulados cualificados menores de 35
años, aumentando en un 42,1% entre los hombres y un 26,5% entre las mujeres. También
aumenta sustancialmente entre las mujeres mayores de 45 años (37,8%). Debe señalarse que se
trata de los grupos con menor presencia relativa dentro del colectivo (40,5% por 38,4% en 1999),
observándose menores niveles de crecimiento, siempre inferiores a la media, entre los grupos con
presencia dominante en la distribución del colectivo, es decir entre los hombres mayores de 35
años y las mujeres de 35 a 44 años. Sin embargo, si el crecimiento se sitúa en niveles de 20-22%
en hombres mayores de 45 años y mujeres de 35 a 44 años, la subida se acerca a la media vasca
en el caso de las hombres de 35 a 44 años (27,4%).
La proporción de hombres dentro del colectivo es nítidamente superior a la de mujeres
(59,3% frente a 40,7%). En cada grupo de edad resulta más importante el número de hombres,
resultando especialmente llamativa la diferencia entre las personas mayores de 45 años.
Tabla 5.2.
Población activa con estudios cualificados y experiencia laboral significativa por sexo y edad.
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales % crecimiento
1999/2003 Hombres <35 40.467 16,4 42,1 Hombres 35-44 50.209 20,3 27,4 Hombres >= 45 55.813 22,6 20,9 Hombres 146.488 59,3 28,5 Mujeres <35 34.003 13,8 26,5 Mujeres 35-44 41.007 16,6 22,9 Mujeres >= 45 25.401 10,3 37,8 Mujeres 100.411 40,7 27,6 TOTAL 246.899 100 28,1
El nivel de desempleo es muy bajo en este tipo de activos. Únicamente el 1,7% de los activos
con estudios cualificados y experiencia laboral significativa se encuentra actualmente
desempleado (2,5% en 1999 y 3,2% en 1995). Este dato evidencia la importancia que, de cara a
consolidar la participación en el mercado de trabajo, tiene alcanzar una formación cualificada y la
posibilidad de consolidar un tiempo mínimo de experiencia laboral.
241
Tabla 5.3.
Población activa con estudios cualificados y experiencia laboral significativa por relación con la
actividad
(Datos absolutos y % verticales)
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Ocupado 242.586 98,3 No ocupado con experiencia 4.313 1,7 TOTAL 246.899 100
Las tasas específicas de desempleo por sexo y edad resultan siempre muy bajas en este
colectivo de activos, siendo normalmente cercanas o inferiores al 3%. La tasa de paro más
elevada corresponde a las mujeres menores de 35 años, con un 4,2%, una tasa que en el contexto
actual de nuestro mercado de trabajo no deja de resultar relativamente reducida. En general la
tendencia es, además, a la caída de las tasas desde 1995.
A pesar de las bajas tasas, debe mencionarse sin embargo que el desempleo afecta todavía
diferencialmente a la mujer en este tipo de colectivo, al menos entre las personas menores de 45
años (4,2 frente a 2,1% entre los activos de menos de 35 años y 3,2 frente a 0,3% en los de 35 a
44 años).
Tabla 5.4.
Tasas de no ocupación en personas con estudios cualificados y experiencia laboral significativa
por sexo y edad. Población activa
(En %)
Sexo y edad 2003 1999 1995 Hombres <35 2,1 1,8 2,3 Hombres 35-44 0,3 0,8 1,8 Hombres >= 45 0,6 1,5 2,0 Mujeres <35 4,2 4,9 7,9 Mujeres 35-44 3,2 4,9 2,6 Mujeres >= 45 1,0 1,3 2,4 TOTAL 1,7 2,5 3,2
Centrándonos en exclusiva en las 242.586 personas actualmente ocupadas incluidas en este
grupo, comprobamos que más de dos terceras partes de ellas se desenvuelven en lo más alto de
la escala profesional, ocupando puestos técnicos y de dirección y gerencia, un 60,6% del total,
proporción superior al 58,6% observado en 1995, aunque inferior al 69,4% de 1999. Este cambio
se asocia al aumento del peso relativo de los empleados administrativos, que pasan de
242
representar un 10,4% del total en 1999 al 13,3% actual, aumentando igualmente de forma
llamativa los operadores de maquinaria (de 4,3 a 7,5%).
Resulta igualmente significativa, dentro de la distribución de los ocupados, la parte
correspondiente a los trabajadores cualificados de la industria y la construcción (9,9%, también por
encima del 9,3% de 1999). El resto de trabajadores cualificados recoge un 6,1% del colectivo, con
un 2,7% ocupado en trabajos no cualificados.
Analizando la incidencia que representa la situación analizada en la población ocupada total,
se comprueba que es también en los puestos más altos de la escala laboral donde están
presentes los mayores niveles de incidencia, particularmente en lo relativo al colectivo de técnicos
(un 61,9% de ellos están incluidos en este grupo). Aunque muy por debajo, la incidencia resulta
igualmente alta entre el personal directivo (33,6%) y, más nítidamente, entre los empleados
administrativos (38,1%).
En los demás casos, las cifras se sitúan claramente por debajo de la media general del grupo,
situada en el 26,8%, e incluso por debajo de cifras de incidencia del 10%, excepción hecha de los
trabajadores cualificados de la industria y la construcción (13,5%) y de los operadores de
maquinaria (14,6%).
Tabla 5.5.
Población ocupada con estudios cualificados y experiencia laboral significativa por profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Profesión % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 Fuerzas Armadas 0,0 0,0 0,0 Directivos 5,5 33,6 31,0 Técnicos 55,1 61,9 54,4 Empleados administrativos 13,3 38,1 25,6 TC Servicios 5,8 9,7 8,2 TC agricultura pesca 0,3 9,0 9,1 TC construcción-Industria 9,9 13,5 11,4 Operadores maquinaria. 7,5 14,6 7,0 TNC Servicios 1,2 4,2 2,5 TNC agricultura-pesca 0,0 0,0 22,5 TNC construcción-Industria 1,2 10,9 3,0 TNC transportes-descarga 0,3 6,9 0,0 TOTAL 100 26,8 22,8
243
En coherencia con los datos anteriores, al analizar la situación por categoría profesional se
constata que la mayoría del colectivo considerado, un 48,6%, trabaja en funciones técnicas o
directivas. Otro grupo relevante en la distribución es el de los trabajadores cualificados, con un
31,7% del total. Sólo se observa un 9,2% de personas actualmente desarrollando trabajos no
cualificados, además del 10,5% de encargados o mandos intermedios.
Con respecto a 1999, sin embargo, llama la atención la caída del peso relativo de técnicos y
directivos, que pasa de 54,8% a 48,6%, aumentando el colectivo de trabajadores (de 39,3 a
40,9%) y, de forma especialmente llamativa, el de encargados y mandos intermedios (de 5,9 a
10,5%).
En términos relativos, un 67,5% de las personas actualmente ocupadas con categoría de
técnicos se encuentra en este colectivo de personas con experiencia laboral y formación
cualificada. Las cifras resultan igualmente altas en lo relativo al personal directivo, con un 49,6%
de los ocupados adscritos a este colectivo, y entre mandos intermedios (33,8%). Las cifras bajan
sustancialmente, en cambio, en lo relativo al personal cualificado (21,5%) y sobre todo en lo que
se refiere al personal no cualificado (7,8%).
Respecto a la situación de 1999, llama la atención la consolidación de este tipo de situación
entre el personal directivo (pasa de 32,3 a 49,6% en los últimos años) y entre encargados y
mandos intermedios (de 22,6 a 33,8%).
Tabla 5.6.
Población ocupada con estudios cualificados y experiencia laboral significativa por categoría
profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Categoría profesional % ver. Incidencia
2003 Incidencia
2003 No cualificado 9,2 7,8 5,8 Cualificado 31,7 21,5 18,2 Encargados, mandos medios 10,5 33,8 22,6 Personal técnico 41,5 67,5 64,5 Personal directivo 7,1 49,6 32,3 TOTAL 100 26,8 22,8
A nivel sectorial, la mayor parte de las personas ocupadas con experiencia laboral y
formación cualificada se concentran en el sector servicios, un 66,7% del total, algo por debajo del
69% de 1999. Dentro del sector servicios, resulta particularmente importante la presencia en este
colectivo de las ramas de educación, sanidad y Administración Pública, ámbitos que vienen a
representar un 33,3% del total de ocupados del grupo (36,5% en 1999). También resulta relevante
244
el 16,3% que corresponde a intermediación financiera y servicios a las empresas (17,8% en 1999)
así como el 7,5% del comercio (8% en 1999).
Frente a los servicios, la industria recoge sólo un 28% de los ocupados del grupo, por encima
no obstante del 25,6% de 1999. Otro 4,6% corresponde a la construcción y 0,7% al sector
primario. En estos sectores no de servicios, la metalurgia y la construcción de maquinaria y otro
material constituyen las ramas de mayor presencia del colectivo, con un 19,6% del total
(claramente por encima del 16,4% de 1999).
En términos de incidencia sobre la población ocupada total, las diferencias entre el sector
servicios y la industria no son tan llamativas. Así, si los servicios siguen siendo el sector en el que
este tipo de población cualificada y con empleo estable tiene mayor penetración, con un 29,3%
(26% en 1999), la incidencia asciende al 26,5% en la industria, consolidándose este colectivo de
personas cualificadas y con experiencia laboral por encima del 20% registrado en 1999. Las cifras
son del 19,7% en el sector primario (10% en 1999), bajando al 12,8% en la construcción. Éste es,
precisamente, el único sector en el que no se detecta un avance sustancial en los últimos cuatro
años, situándose el indicador en el 12,4% en 1999. La mejora resulta en cambio muy llamativa,
como hemos visto, en los demás sectores, particularmente en la industria y en el sector primario.
A nivel de ramas, los ámbitos de mayor incidencia de este colectivo altamente cualificado y
laboralmente estable corresponden, con cifras cercanas o superiores al 30%, a la pesca, la
industria petroquímica, la industria del caucho y de otros productos no metálicos, la construcción
de maquinaria y material eléctrico, la producción de energía, el sector de intermediación financiera
y de servicios a las empresas y, en general, los servicios administrativos y de educación, sanidad
y servicios sociales. En cambio, las cifras bajan sustancialmente, cayendo por debajo del 20% en
algunas ramas como la agricultura, la industria extractiva, la de alimentación, las industrias
manufactureras diversas, el comercio, la hostelería y el servicio doméstico. En una posición
intermedia, con cifras entre 20 y 30%, se encuentran la industria papelera, la metalurgia, el
material de transporte, los transportes y comunicaciones y los otros servicios comerciales.
245
Tabla 5.7.
Población ocupada con estudios cualificados y experiencia laboral significativa por actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Actividad % ver. Incidencia Agricultura 0,3 13,0 Pesca 0,4 33,2 Agricultura 0,7 19,7 I. extractiva 0,2 16,1 I. alimentación 0,8 8,5 I. papelera 1,4 23,9 I. petroquímica 1,8 42,9 I. caucho 1,7 29,7 I. otros no metálicos 0,8 30,7 Metalurgia 8,2 27,9 Cons. maquinaria 5,1 35,4 Mat. eléctrico 3,5 41,8 Mat. transporte 2,9 22,2 I. manuf. diversas 1,0 9,9 Pr. energía 0,8 42,2 Industria 28,0 26,5 Construcción 4,6 12,8 Comercio 7,5 15,1 Hostelería 1,0 4,9 Tr.-comunicaciones 5,3 22,9 Ins. financieras 4,5 46,6 Serv. empresas 11,8 35,9 Administración Pública 8,9 50,6 Educación 14,6 57,8 Sanidad-serv.sociales 9,8 42,3 Otros ser. comerciales 3,1 23,2 Ser. doméstico 0,3 2,2 Servicios 66,7 29,3 TOTAL 100 26,8
Un 91,8% del colectivo de activos considerado trabaja por cuenta propia o con un contrato
indefinido (90,3% en 1999). La incidencia de los contratos temporales es sólo del 5,3% en el
grupo, recogiendo las demás situaciones apenas otro 3% de los casos.
En términos de incidencia relativa, un 34,7% del total de contratados indefinidos pertenecen a
este grupo por 24,9% de las personas trabajando por cuenta propia, 11,2% de los contratados
temporales, 9,9% de los contratados por obra y 3,5% de las personas sin contrato. Salvo en el
caso de las personas con contrato de obra, o en otra situación, se observa en todos los casos un
aumento importante de la incidencia respecto a las cifras de 1999.
246
Tabla 5.8.
Población ocupada con estudios cualificados y experiencia laboral significativa por tipo de relación
contractual con la empresa
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Relación contractual % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 Indefinida 73,2 34,7 31,2 Temporal 5,3 11,2 8,4 Obra 2,4 9,9 10,6 Sin contrato 0,4 3,5 1,1 Otra situación 0,2 4,5 22,9 Cuenta propia 18,6 24,9 20,6 TOTAL 100 26,8 22,8
2.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS CUALIFICADOS PERO CON EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA Y FORMACIÓN COMPLEMENTARIA
El colectivo que analizamos en este apartado tiene en común con el anterior su nivel de
experiencia laboral. Se diferencia de él en que no están presentes formaciones regladas
cualificadas, tales como estudios secundarios profesionales de segundo nivel o estudios terciarios,
pero sí una formación complementaria significativa, asociada a actividades formativas no regladas
con impacto en el empleo o a un buen nivel de conocimiento de idiomas extranjeros.
El colectivo así definido ha experimentado un aumento del 15,1% respecto a 1999, pasando
de 27.797 personas activas en 1999 a 32.002 en el 2003. Se trata, no obstante, de un grupo que
apenas supone el 3,2% de la población activa total.
En este colectivo destaca la presencia claramente mayoritaria de la población masculina, que
representa un 69,9% del total por apenas un 30,1% de mujeres, acentuándose además la
diferencia con respecto a 1999 (63,2 frente a 36,8% en aquel momento). En realidad, la mayor
parte del grupo está conformado por hombres mayores de 35 años, con un 52,7% del total de
activos considerados (45,6% en 1999).
Destaca de hecho la importancia que este tipo de modalidad formativa ha tenido en la
consolidación de empleos recientes en el caso de hombres mayores de 45 años, aumentando un
75,1% en los últimos cuatro años el colectivo en esta situación y con estas características
demográficas. El aumento, situado en un 12,4%, también es llamativo entre los hombres menores
de 35 años, bajando al 6,9% entre la población masculina de 35 a 44 años. En cambio, desciende
notablemente el volumen de población de referencia entre las mujeres menores de 45 años. La
consecuencia es que, del 20,1% que éstas representaban en 1999, pasan a suponer únicamente
247
el 15,7% del colectivo en el momento actual. Entre las mujeres mayores de 45 años también se
observa un estancamiento del volumen de personas consideradas.
Tabla 5.9.
Población activa sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa y formación
complementaria por sexo y edad
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales
% crecimiento 1999/2003
Hombres <35 5.503 17,2 12,4 Hombres 35-44 8.335 26,0 6,9 Hombres >= 45 8.533 26,7 75,1 Hombres 22.371 69,9 27,3 Mujeres <35 2.368 7,4 -8,3 Mujeres 35-44 2.641 8,3 -12,1 Mujeres >= 45 4.622 14,4 -0,4 Mujeres 9.631 30,1 -5,9 TOTAL 32.002 100 15,1
Al igual que sucedía con las personas con experiencia laboral y un nivel de estudios
cualificado, la incidencia del desempleo resulta muy baja en este grupo, situándose en apenas un
0,8%, una cifra incluso inferior a la del colectivo de activos más cualificado. La caída observada
respecto al 5,2% de 1999 es particularmente llamativa. El impacto favorable para el empleo de la
FNR en este grupo debe por tanto quedar resaltado.
Tabla 5.10.
Población activa sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa y formación
complementaria por relación con la actividad
(Datos absolutos y % verticales)
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Ocupado 31.739 99,2 No ocupado con experiencia 262 0,8 TOTAL 32.002 100
Debe destacarse que el desempleo resulta nulo en la práctica totalidad de los grupos de edad
y sexo entre las personas de referencia. La única excepción hace referencia a los hombres
menores de 35 años, grupo en el que el desempleo se sitúa en el 4,8%, claramente por debajo sin
embargo del 11,4% registrado en 1999. El desempleo, que superaba el 5%, entre las mujeres
menores de 45 años desaparece por otra parte en estos últimos cuatro años.
248
Tabla 5.11.
Tasas de no ocupación en personas sin estudios cualificados pero con experiencia laboral
significativa y formación complementaria por sexo y edad. Población activa
(En %)
Sexo y edad 2003 Hombres <35 4,8 Hombres 35-44 0,0 Hombres >= 45 0,0 Hombres 1,2 Mujeres <35 0,0 Mujeres 35-44 0,0 Mujeres >= 45 0,0 Mujeres 0,0 TOTAL 0,8
31.739 son las personas adscritas al grupo actualmente ocupadas, representando un 3,5%
del total de ocupados de la Comunidad Autónoma (3,2% en 1999). Entre estas personas y en
función de la profesión destacan los grupos profesionales de técnicos y empleados administrativos
(18,1 y 19,9%, respectivamente) así como los trabajadores cualificados de la construcción y la
industria (26,4%, 34,7% incluyendo a los operadores de maquinaria). Los trabajadores cualificados
de los servicios suponen otro 14,5% del colectivo. En conjunto, los trabajadores cualificados
suponen un 49,4% del total, constituyendo el núcleo principal de estos ocupados con experiencia y
formación complementaria, por encima del 46,8% correspondiente a directivos, técnicos y
administrativos.
En términos de incidencia relativa sobre la población ocupada total, sin embargo, destaca
sobre todo el peso de este grupo de ocupados dentro del total de empleados administrativos y de
directivos (7,5 y 7%, respectivamente), llegando al 4,7% entre los trabajadores cualificados de la
construcción y de la industria. La incidencia es del 3,2% entre trabajadores cualificados de los
servicios, cayendo por debajo del 3% en los demás casos.
249
Tabla 5.12.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa y formación
complementaria por profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Profesión % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 Fuerzas Armadas 0,0 Directivos 8,8 7,0 3,4 Técnicos 18,1 2,7 2,0 Empleados administrativos 19,9 7,5 9,4 TC servicios 14,5 3,2 2,6 TC agricultura-pesca 0,2 0,8 4,9 TC construcción-industria 26,4 4,7 3,3 Operadores de maquinaria. 8,3 2,1 1,9 TNC servicios 2,4 1,1 3,2 TNC agricultura-pesca 0,0 TNC construcción-industria 1,4 1,7 1,8 TNC transportes-descarga 0,0 TOTAL 100 3,5 3,2
Aunque se observa un llamativo 19,8% de personal no cualificado, lo cierto es que este
colectivo de ocupados destaca por el predominio del personal cualificado y del personal intermedio
(encargados y mandos intermedios), personal que representa un 66,8% del colectivo total. Los
trabajadores cualificados suponen, por sí solos, un 55,5% del total.
La incidencia de este tipo de ocupados en las dos categorías mencionadas resulta
ciertamente superior a la media: 4,9% en el caso de los trabajadores cualificados y 4,8% entre los
encargados y mandos intermedios, reflejando sin embargo una evolución diferente (el nivel era del
3,8% en 1999 en el primer grupo, reflejando una caída desde el 8,8% de 1999 en el caso de los
encargados). Sin embargo, como consecuencia del fuerte aumento registrado desde 1999 (2,4%
entonces) es entre los directivos donde destaca este tipo de personal en el momento actual, con
una incidencia del 6,4%. Los niveles bajan al 2,2% entre el personal no cualificado y al 1,4% entre
los técnicos.
250
Tabla 5.13.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa y formación
complementaria por categoría profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Categoría profesional % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 No cualificado 19,8 2,2 2,8 Cualificado 55,5 4,9 3,8 Encargados, mandos medios 11,4 4,8 8,8 Personal técnico 6,4 1,4 0,9 Personal directivo 7,0 6,4 2,4 TOTAL 100 3,5 3,2
Al igual que sucedía con el colectivo analizado en el apartado anterior (personal cualificado
con experiencia significativa), la mayor parte del empleo se concentra también en este grupo en
los servicios (59,1% por 30,4% en la industria, 10,3% en la construcción y 0,2% en la agricultura).
A diferencia del anterior, no obstante, destaca la amplia distribución del colectivo por ramas, si
bien en la actualidad algunas de ellas llegan a recoger algo más del 10% del colectivo. Así ocurre
en el sector comercio (16,7%), en transportes y comunicaciones (10,9%) y en las instituciones
financieras (11,1%).
En términos de incidencia sobre la población ocupada total, la incidencia más alta de este tipo
de ocupados corresponde a la industria y la construcción, con un 3,8%, por encima del 3,4% de
los servicios. Baja al 0,7% en el sector primario.
El impacto de las situaciones analizadas supera los niveles del 5% en la industria extractiva
(21,3%), la industria papelera (6,8%), la industrial de material eléctrico y de transporte (5,6 y 5,1%,
respectivamente), transportes y comunicaciones (6,2%) e instituciones financieras (15,1%).
251
Tabla 5.14.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa y formación
complementaria por actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Actividad % ver. Incidencia Agricultura 0,2 1,0 Pesca Agricultura 0,2 0,7 I. extractiva 1,8 21,3 I. alimentación 3,2 4,5 I. papelera 3,0 6,8 I. petroquímica 1,5 4,6 I. caucho I. otros no metálicos Metalurgia 9,9 4,4 Cons. maquinaria 2,5 2,2 Mat. eléctrico 3,6 5,6 Mat. transporte 5,1 5,1 I. manuf. diversas Pr. energía Industria 30,4 3,8 Construcción 10,3 3,8 Comercio 16,7 4,4 Hostelería 3,9 2,6 Tr.-comunicaciones 10,9 6,2 Ins. Financieras 11,1 15,1 Serv. Empresas 5,8 2,3 Administración Pública 5,9 4,4 Educación 1,0 0,5 Sanidad-serv. Sociales 3,7 2,1 Otros ser. Comerciales Ser. Doméstico Servicios 59,1 3,4 TOTAL 100 3,5
En cuanto a la forma de contratación, un 95,9% de estos ocupados son personas que
trabajan por cuenta propia o con contrato indefinido (88,6% en 1999). En términos relativos, estas
dos categorías son las que mayor incidencia tienen en la población ocupada total (4,5 y 4,1%
respectivamente), bajando en los demás casos por debajo de 1,5%.
Respecto a la situación de 1999, mientras se estabiliza la incidencia entre la población con
contrato indefinida en torno a niveles de 4,5% y baja en las personas con contrato temporal o sin
contrato, aumenta en cambio notablemente el impacto de este tipo de situación entre las personas
ocupadas por cuenta propia (de 2,8 a 4,1%). En los últimos años, por tanto, la formación
complementaria ha beneficiado de forma diferencial a las personas que se han lanzado a una
actividad por cuenta propia.
252
Tabla 5.15.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa y formación
complementaria por tipo de relación contractual con la empresa
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Relación contractual
% ver.
Incidencia 2003
Incidencia 1999
Indefinida 72,4 4,5 4,3 Temporal 0,8 0,2 0,8 Obra 2,5 1,4 2,3 Sin contrato 0,8 0,9 2,1 Cuenta propia 23,5 4,1 2,8 TOTAL 100 3,5 3,2
3.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS CUALIFICADOS PERO CON EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA
Un último tipo de población con experiencia laboral significativa es aquella en la que ni existe
una formación cualificada previa (a lo sumo estudios secundarios no profesionales o estudios
profesionales de nivel I) ni tampoco acciones de formación complementaria significativas. Este
grupo incluye a 272.321 personas, un 27,3% del total de activos de la Comunidad Autónoma.
En términos demográficos, este grupo resulta muy similar a los descritos con anterioridad, con
un peso dominante de la población masculina (68,3 frente 31,6%) y, de forma más precisa, de los
hombres mayores de 35 años, que representan un 58,8% del colectivo total.
En términos evolutivos, este grupo incrementa su volumen en los últimos años en un 4,8%,
aunque este dato refleja comportamientos internos muy diferentes. En este sentido, se constata
una notable caída del número de hombres menores de 45 años, caída que también afecta a las
mujeres menores de 35 años. El aumento observado entre los hombres mayores de 45 años
resulta en cambio importante (4,7%), si bien en ningún caso comparable al muy fuerte incremento
observado entre las mujeres mayores de 35 años (17,1% en las de 35 a 44 años y 51,1% en las
de más de 45 años). De hecho, si las mujeres mayores de 35 años representaban en 1999 un
21,1% del colectivo de referencia, la proporción sube en 2003 al 27,7%.
El incremento del volumen de mujeres mayores de 45 años en esta situación ya se observó
entre 1995 y 1999, resultando por tanto uno de los rasgos característicos de la evolución del
mercado de trabajo en los últimos años. Aunque de forma menos intensa, esta realidad se
extiende al conjunto de las personas mayores de 45 años, observándose igualmente una
253
tendencia creciente del número de hombres con el nivel de formación característico del grupo de
referencia en este apartado.
Tabla 5.16.
Población activa sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa por sexo y
edad
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales % crecimiento
1999/2003 Hombres <35 25.940 9,5 -7,0 Hombres 35-44 53.084 19,5 -11,4 Hombres >= 45 107.081 39,3 4,7 Hombres 186.105 68,3 -2,1 Mujeres <35 10.850 4,0 -26,6 Mujeres 35-44 25.905 9,5 17,1 Mujeres >= 45 49.461 18,2 51,1 Mujeres 86.216 31,7 23,8 TOTAL 272.321 100 4,8
La tasa de desempleo de este colectivo resulta de nuevo particularmente baja, incidiendo en
apenas un 1,4% del colectivo considerado (2,2% en 1999).
Tabla 5.17.
Población activa sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa por relación
con la actividad
(Datos absolutos y % verticales)
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Ocupado 268.379 98,6 No ocupado con experiencia 3.942 1,4 TOTAL 272.321 100
Los niveles de paro por sexo y edad resultan muy bajos, inferiores al 3%, entre los hombres y
entre las mujeres mayores de 45 años, aunque resultan igualmente inferiores al 5% entre las
mujeres de 35 a 44 años (3,4%). Sólo las mujeres más jóvenes, menores de 35 años, tienen un
nivel de desempleo algo superior al 5% (6,9%, por encima del 5,6% registrado en 1999).
254
Tabla 5.18.
Tasas de no ocupación en personas sin estudios cualificados pero con experiencia laboral
significativa por sexo y edad. Población activa
(En %)
Sexo y edad 2003 Hombres <35 2,8 Hombres 35-44 0,9 Hombres >= 45 0,7 Hombres 1,1 Mujeres <35 6,9 Mujeres 35-44 3,4 Mujeres >= 45 0,6 Mujeres 2,3 TOTAL 1,4
La gran mayoría de las personas ocupadas adscritas a este grupo se distribuye en ámbitos
cualificados o semi-cualificados ligados a los sectores no de servicios. Así predominan los
trabajadores cualificados de la industria y la construcción (26%) y los operadores de maquinaria
(23%). También es relevante el peso de los trabajadores cualificados del sector servicios (17,4%).
En conjunto, los trabajadores cualificados representan un 68,2% del colectivo
En cuanto a la población ocupada total, el colectivo analizado constituye un 36,8% de los
directivos, un 32,4% de los trabajadores cualificados de los servicios y un 39,3% de los
trabajadores cualificados de la industria y la construcción, teniendo un impacto similar igualmente
en el caso de los trabajadores no cualificados en los sectores mencionados. La proporción
mencionada se acerca o supera niveles del 50% entre los trabajadores, cualificados o no, del
sector primario así como entre los operadores de maquinaria.
255
Tabla 5.19.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa por grupos
profesionales
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Grupos profesionales % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 Fuerzas Armadas 0,1 22,3 0,0 Directivos 5,5 36,8 40,1 Técnicos 4,6 5,7 10,6 Empleados administrativos 8,6 27,2 33,5 TC servicios 17,4 32,4 24,4 TC agricultura-pesca 1,9 69,0 61,6 TC construcción-industria 26,0 39,3 38,9 Operadores de maquinaria. 23,0 49,8 49,6 TNC servicios 8,5 32,6 34,8 TNC agricultura-pesca 0,4 72,8 28,7 TNC construcción-industria 3,1 32,3 28,5 TNC transportes-descarga 1,0 21,8 42,2 TOTAL 100 29,7 30,8
Teniendo en cuenta la categoría profesional, se comprueba que la mayoría del colectivo se
concentra entre ocupados con categoría de trabajadores cualificados, un 52,1%, si bien el peso
relativo en la distribución de este tipo de ocupados de los trabajadores no cualificados resulta más
elevado de lo que refleja la clasificación por profesión (32,9%). El peso relativo acumulado de
encargados, técnicos y directivos es sólo del 15,1%.
En términos de incidencia, los dos colectivos cuantitativamente dominantes en la distribución
de los ocupados reflejan igualmente una incidencia elevada de este tipo de situación de
experiencia y nivel formativo. Así, un 39% de los trabajadores cualificados y un 30,8% de los no
cualificados pertenecen a este tipo de ocupados. Sin embargo, la incidencia también es alta entre
el personal directivo (28,9%) y, sobre todo, entre los mandos intermedios (34,1%). El peso de este
colectivo sólo cae drásticamente entre el personal con categoría de técnico (3,3%).
Un dato a resaltar es la fuerte caída, entre 1999 y 2003, de la incidencia de esta situación
entre encargados (la incidencia pasa de 47,1 a 34,6%) y directivos (de 40,2 a 28,9%), lo que a la
vista de los datos presentados hasta ahora refleja un proceso de mejoría profesional de estos
colectivos, en especial en términos de cualificación.
256
Tabla 5.20.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa por
categoría profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Categoría profesional % ver. Incidencia
2003 Incidencia
2003 No cualificado 32,9 30,8 30,3 Cualificado 52,1 39,0 38,9 Encargados, mandos medios 9,5 34,1 47,1 Personal técnico 1,8 3,3 2,6 Personal directivo 3,7 28,9 40,2 TOTAL 100 29,7 30,8
Reflejando una clara continuidad respecto a lo observado en 1999, algo más de la mitad de la
población ocupada de este grupo se encuentra dentro del sector servicios (51,5%), aumentando
no obstante la importancia relativa de los demás sectores. En este sentido, el sector de la industria
supone el 36% del total y el de la construcción otro 10,7%, correspondiendo el 1,8% restante a la
agricultura. Por ramas, dentro del sector de la industria, la metalurgia destaca como la actividad
más relevante en términos de su peso relativo (9,2%), mientras que en el sector servicios destaca
el comercio (15,3%). La distribución del colectivo por ramas resulta, en cualquier caso, bastante
dispersa en este colectivo de ocupados sin experiencia formativa amplia.
En términos de incidencia, el único sector que no supera la incidencia media correspondiente
a este tipo de ocupados es el de servicios (25%). En el sector de la construcción el nivel de
incidencia resulta ya bastante superior, llegando al 33,3%, siendo superado sin embargo por la
industria (37%). En el sector primario, más de la mitad del personal que trabaja en este sector
pertenece a este grupo (55,2%). Un aspecto importante a resaltar es la tendencia a la
estabilización o caída de los niveles de incidencia de este grupo en todos los sectores,
particularmente en la construcción y en el sector primario.
Por rama de actividad, el nivel de incidencia más reducido se produce en el ámbito de la
educación, ya que únicamente el 9,4% del total de personas que trabajan en dicho ámbito
corresponde a este grupo, siendo igualmente notablemente inferior a la media en las ramas de
instituciones financieras, servicios a las empresas, sanidad y, en menor medida, Administración
Pública. Por el contrario, en las industrias extractivas se registra el índice más alto, de modo que
del total de personas que trabajan en esta rama, el 62,6% corresponde a la población ocupada sin
estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa. En las ramas no de servicios se
supera en general niveles del 30%, niveles que llegan sin embargo al 40% - además de la
industria extractiva - en el sector primario, la alimentación, la industria papelera, la industria del
caucho y de otros materiales no metálicos y las industrias manufactureras diversas. En los
257
servicios, en niveles de 30 a 40% se sitúan el comercio, la hostelería y la rama de transportes y
comunicaciones.
Puede comprobarse, por tanto, que si en los sectores no de servicios resulta importante el
peso de este colectivo de profesionales, también lo es en algunas ramas de servicios. En otras, en
cambio, el peso relativo de este tipo de ocupados resulta muy limitado, en especial en las ramas
de educación, instituciones financieras y servicios a las empresas, con niveles inferiores al 20%.
Tabla 5.21.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa por actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Actividad % ver. Incidencia Agricultura 1,2 54,7 Pesca 0,6 56,2 Agricultura 1,8 55,2 I. extractiva 0,6 62,6 I. alimentación 3,7 44,7 I. papelera 2,3 45,9 I. petroquímica 1,4 36,5 I. caucho 2,4 46,9 I. otros no metálicos 0,9 42,1 Metalurgia 9,2 34,9 Cons. maquinaria 4,2 32,5 Mat. eléctrico 2,1 27,5 Mat. transporte 3,9 33,5 I. manuf. diversas 4,4 47,3 Pr. energía 0,7 38,9 Industria 36,0 37,7 Construcción 10,7 33,3 Comercio 15,3 34,0 Hostelería 5,6 30,8 Tr.-comunicaciones 8,3 39,5 Ins. financieras 1,0 11,0 Serv. empresas 5,3 17,9 Administración Pública 3,7 23,3 Educación 2,2 9,4 Sanidad-serv.sociales 4,5 21,5 Otros ser. comerciales 3,3 27,9 Ser. doméstico 2,4 20,3 Servicios 51,5 25,0 TOTAL 100 29,7
Al igual que sucedía con los dos colectivos considerados con anterioridad, este grupo destaca
también por su estabilidad, con un 92,4% de personas que trabajan por cuenta propia o con un
empleo indefinido.
258
En términos relativos, este tipo de ocupados representan un 32,7% de la contratación
indefinida y un 44,2% de las situaciones por cuenta propia por apenas un 6,8% de las realidades
de contratación temporal y un 10,5% de los contratos de obra. Suponen, en cambio, un 16,6% de
las situaciones sin contrato, cifra importante aunque inferior a la incidencia media del colectivo.
Tabla 5.22.
Población ocupada sin estudios cualificados pero con experiencia laboral significativa por tipo de
relación contractual con la empresa
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Relación contractual % ver. Incidencia
2003 Indefinida 62,4 32,7 Temporal 2,9 6,8 Obra 2,3 10,5 Sin contrato 1,9 16,6 Domicilio/teletrabajo 0,1 100 Otra situación 0,5 16,1 Cuenta propia 29,9 44,4 TOTAL 100 29,7
4.- LA POBLACIÓN SIN EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA PERO CON ESTUDIOS CUALIFICADOS
Nos introducimos a continuación en la descripción de las características de las personas sin
una experiencia laboral significativa en el sistema productivo. Realizaremos inicialmente una
aproximación al grupo de personas que destacan por disponer de estudios cualificados, ya sea
estudios secundarios profesionales de segundo nivel o de estudios terciarios medios o superiores.
Este grupo incluye un total de 175.567 activos.
Este grupo está constituido en lo fundamental por personas menores de 35 años, las cuales
llegan a representar hasta un 76,3% del colectivo de activos considerado. En términos de relación
hombre-mujer destaca el alto equilibrio existente, con un 49,3% de hombres y un 50,7% de
mujeres.
La evolución reciente marca una evolución a la baja del colectivo que contrasta con lo
observado entre 1995 y 1999. En ese periodo, el aumento se situó en el 38,4% respecto a los
145.650 activos en estas condiciones de 1995, cayendo en cambio en un 12,9% a partir de 1999
respecto a las 201.564 personas entonces registradas.
259
La caída afecta sobre todo a los menores de 35 años, hombres o mujeres, con descensos de
entre 15 y 20% asociados a un aumento de los niveles de estabilidad en este grupo. También se
observa una fuerte caída, del 25,4%, entre los hombres mayores de 45 años. En cambio, sigue
aumentando el volumen de personas activas en esta situación entre las personas de 35 a 44 años,
consolidándose de esta forma el notable aumento registrado entre 1995 y 1999. También aumenta
el número de activos en estas circunstancias de formación y experiencia entre las mujeres
mayores de 45 años.
A diferencia de los colectivos analizados hasta ahora, entre las personas con estudios
cualificados pero sin experiencia laboral aparece un número significativo de activos potenciales,
8,139 personas en total. Los rasgos característicos de este colectivo son muy diferentes a los de
las personas activas. De esta forma, frente al equilibrio por género y la importancia relativa de la
población joven, entre los activos potenciales destaca el peso de las mujeres de 35 y más años,
grupo de sexo y edad que representa un 56,4% del total de activos potenciales del grupo. Las
mujeres menores de 35 años tienen, no obstante, un protagonismo igualmente destacado, con un
36,5% de los activos potenciales. En cambio, los hombres apenas suponen un 7,1% del colectivo.
Tabla 5.23.
Población activa sin experiencia laboral significativa pero con estudios cualificados por sexo y
edad
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales % crecimiento
1999/2003 P.activos
Abs. %
verticalesHombres <35 65.691 37,4 -15,3 578 7,1 Hombres 35-44 16.449 9,4 12,3 Hombres >= 45 4.450 2,5 -25,4 Hombres 86.590 49,3 -11,8 578 7,1 Mujeres <35 68.184 38,8 -20,0 2.968 36,5 Mujeres 35-44 16.735 9,5 4,1 2.689 33,0 Mujeres >= 45 4.057 2,3 94,0 1.903 23,4 Mujeres 88.977 50,7 -14,0 7.561 92,9 TOTAL 175.567 100 -12,9 8.139 100
A diferencia de lo observado entre las personas con experiencia laboral significativa y
estudios cualificados, en este caso el nivel de desempleo – o no ocupación - dentro del colectivo
resulta particularmente elevado, con una tasa de paro que, si bien se reduce respecto al 23,9% de
1999, es todavía del 18,1%. La ausencia total de experiencia profesional refleja también una tasa
elevada, situada en un 5% de la población activa, inferior no obstante al 6,5% de 1999.
Los datos reflejan no obstante el mantenimiento del proceso de aumento de la ocupación
entre este colectivo que había despegado sustancialmente entre 1995 y 1999, pasando del 58,8%
260
al 76,1%, con un nuevo incremento en el 2003, año en el que la tasa de ocupación alcanza el
81,9%. Sin embargo, el ritmo de aumento de la ocupación se ralentiza en los últimos años en este
colectivo.
Las cifras de no ocupación deben tener en cuenta la realidad de los activos potenciales. De
considerar a este colectivo, la tasa de no ocupación pasaría a ser del 21,8%. La variación afectaría
fundamentalmente a no ocupados con experiencia, manteniéndose en niveles similares el impacto
relativo de los no ocupados sin experiencia laboral previa (5,7%).
Tabla 5.24.
Población activa sin experiencia laboral significativa pero con estudios cualificados por relación
con la actividad
(Datos absolutos y % verticales)
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Act. y p.act.
% ver. Ocupado 143.720 81,9 78,2 No ocupado con experiencia 23.098 13,2 16,0 No ocupado sin experiencia 8.749 5,0 5,7 TOTAL 175.567 100 100
Dentro del grupo de activos considerado, las tasas de paro siguen resultando
desproporcionadamente altas entre las mujeres, particularmente entre las más jóvenes (20,4%) y
las mayores de 45 años (22,3%). En el caso de los hombres, las tasas caen por debajo del 20%
entre los menores de 45 años, con un nivel mínimo del 10,3% entre los hombres de 35 a 44 años
(17,8% entre los menores de 35 años). Sin embargo, el nivel de paro aumenta al 26,3% entre los
hombres mayores de 45 años, la tasa más elevada de todas.
Las tasas de no ocupación siguen cayendo no obstante, entre 1999 y 2003, en el caso de las
mujeres y en el de los hombres de 35 a 44 años, aumentando sin embargo entre los hombres
menores de 35 años y en los de 45 y más años. La mejor evolución corresponde, en general, a las
mujeres de 35 y más años, con notables caídas de las tasas. La tasa de paro femenina cae de
hecho, entre este tipo de activos, del 31,7 al 19,4% entre 1999 y 2003. En cambio, la tasa
masculina aumenta, pasando del 15,7 a 16,8% en los últimos cuatro años.
Los datos de no ocupación tienen que tener en cuenta, no obstante, a la población
potencialmente activa, apareciendo con claridad entonces el impacto muy superior de la no
ocupación entre las mujeres (25,8% frente al 17,4% de los hombres). La no ocupación aumenta,
en realidad, con la edad, incrementándose igualmente en función de esta variable la distancia
existente respecto a la población masculina.
261
Debe señalarse no obstante que, al considerar a la población activa y potencialmente activa,
prácticamente en todos los grupos de sexo y edad se detectan tasas muy elevadas de no
ocupación, cercanas o superiores al 20%,. La única excepción corresponde a los hombres de 35 a
44 años, con una tasa de no ocupación del 10,3%.
Tabla 5.25.
Tasas de no ocupación en personas sin experiencia laboral significativa pero con estudios
cualificados por sexo y edad. Población activa
(En %)
Sexo y edad 2003
1999
Tasa de no ocupación act. y p.act.
Hombres <35 17,8 16,2 18,5 Hombres 35-44 10,3 12,4 10,3 Hombres >= 45 26,3 17,9 26,3 Hombres 16,8 15,7 17,4 Mujeres <35 20,4 30,3 23,7 Mujeres 35-44 14,9 36,2 26,7 Mujeres >= 45 22,3 53,2 47,1 Mujeres 19,4 31,7 25,8 TOTAL 18,1 23,9 21,8
Los 143.720 ocupados adscritos a este grupo constituyen un 15,9% del total de ocupados en
la Comunidad Autónoma de Euskadi (frente al 12,1% que representaban en 1995, aunque por
debajo del 18,6% de 1999). De ellos, un 38% trabaja como técnico. Aunque la proporción es muy
inferior, también es llamativo el peso correspondiente a trabajadores cualificados de los servicios
(17,8%), trabajadores cualificados de la industria y la construcción y operadores de maquinaria
(23,5%) y empleados administrativos (9,8%).
El peso del personal técnico era del 55,1% en las personas con el mismo tipo de formación
pero experiencia profesional. Resulta por tanto claro que la ausencia de experiencia profesional
fuerza un trasvase, entre las personas con estudios cualificados, desde ocupaciones técnicas
hacia puestos de trabajador cualificado e, incluso, no cualificado.
A pesar de este trasvase, los mayores niveles de incidencia siguen situándose entre los
técnicos, con un 25,3% correspondiente a este tipo de ocupados, seguido de administrativos
(16,7%) y trabajadores cualificados de los servicios (17,8%). La incidencia es igualmente elevada
entre trabajadores no cualificados del transporte y descarga (16%). Alcanza un máximo del 42,9%
entre las Fuerzas Armadas.
262
Tabla 5.26.
Población ocupada sin experiencia laboral significativa pero con estudios cualificados por
profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Profesión % ver. Incidencia Fuerzas Armadas 0,3 42,9 Directivos 2,9 10,4 Técnicos 38,0 25,3 Empleados administrativos 9,8 16,7 TC servicios 17,8 17,8 TC agricultura-pesca TC construcción-industria 14,7 11,9 Operadores de maquinaria. 8,8 10,2 TNC servicios 4,0 8,3 TNC agricultura-pesca TNC construcción-industria 2,3 12,8 TNC transportes-descarga 1,4 16,0 TOTAL 100 15,9
En términos más estrictos de categoría profesional, se constata que si un 36,8% ocupa
puestos directivos, técnicos o de encargado, un 35,1% se sitúa en puestos cualificados de la
industria y los servicios y un 28,1% incluso en puestos no cualificados, constatándose por tanto la
presencia dominante de este colectivo en los ámbitos menos cualificados de la escala profesional.
Esta realidad aumenta claramente respecto a 1995. Si en dicho año, un 53,4% del colectivo
trabajaba como obrero, cualificado o no, la proporción aumenta en 1999 al 66,3%, manteniéndose
en lo sustancial, a pesar de la ligera tendencia a la baja, en el año 2003 (63,2%).
Aún así, es entre el personal técnico donde la incidencia del grupo sobre la población
ocupada total resulta mayor (25,7%), situándose en cifras de 14-15% entre obreros, cualificados o
no, y mandos intermedios. La menor incidencia corresponde al personal directivo (9,9%): En
general, se detecta una caída respecto a 1999, salvo en el caso del personal encargado, pasando
la incidencia del colectivo de referencia de 10,1 a 14,9% en los últimos cuatro años.
263
Tabla 5.27.
Población ocupada sin experiencia laboral significativa pero con estudios cualificados por
categoría profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Categoría profesional % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 No cualificado 28,1 14,1 16,7 Cualificado 35,1 14,1 17,8 Encargados, mandos medios 7,8 14,9 10,1 Personal técnico 26,7 25,7 31,1 Personal directivo 2,4 9,9 10,1 TOTAL 100 15,9 18,6
A nivel sectorial destaca el empleo en el sector servicios, un 71,3% del total por apenas un
21,7% en la industria, un 6,7% en la construcción y un 0,3% en el sector primario. El proceso de
terciarización de este núcleo de activos es evidente, aumentando el peso de los servicios desde el
67,8% de 1999, cayendo en cambio notablemente en el caso de la industria (28,5% en 1999).
Dentro del sector servicios, las ramas más significativas son las relacionadas con los servicios
públicos y la administración (21,4% en administración, educación y sanidad) así como con el
comercio, la hostelería y otros servicios comerciales (28,2%) y los servicios a las empresas
(11,8%).
Las diferencias en la distribución se vuelven a reflejar en términos de incidencia respecto al
conjunto de la ocupación. De esta forma, las cifras son claramente superiores en los servicios
(18,6% frente a 12,2% en la industria y 11,2% en la construcción, cayendo incluso al 5,1% en el
sector primario). Por ramas, la incidencia de este tipo de ocupados supera el 20% del empleo en
ramas de servicios como comercio, instituciones financieras, servicios a las empresas, educación
y otros servicios comerciales. Fuera del sector servicios, este nivel de incidencia sobre el empleo
únicamente se observa en el caso de la industria de material de transporte.
En términos evolutivos, los datos reflejan una fuerte caída de la incidencia de este tipo de
situaciones en la industria (de 18,3% en 1999 al 12,2% actual), en contraste con el incremento de
estas realidades en el sector primario (de 1,4 a 5,1%) y en la construcción (de 7,8 a 11,2%). En el
sector servicios también se detecta una caída del nivel de incidencia de este tipo de situaciones,
aunque menos intensa que en la industria (de 20,8 a 18,6%).
264
Tabla 5.28.
Población ocupada sin experiencia laboral significativa pero con estudios cualificados por actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Actividad % ver. Incidencia Agricultura 0,3 7,6 Pesca Agricultura 0,3 5,1 I. extractiva I. alimentación 2,1 13,7 I. papelera 0,8 8,8 I. petroquímica 0,5 7,0 I. caucho 0,6 6,2 I. otros no metálicos Metalurgia 4,2 8,5 Cons. maquinaria 4,3 17,4 Mat. eléctrico 2,0 14,3 Mat. transporte 4,6 21,0 I. manuf. diversas 2,1 11,9 Pr. energía 0,5 13,9 Industria 21,7 12,2 Construcción 6,7 11,2 Comercio 18,9 22,4 Hostelería 4,2 12,3 Tr.-comunicaciones 4,6 11,7 Ins. financieras 4,1 25,0 Serv. empresas 11,8 21,4 Administración Pública 3,5 11,9 Educación 10,9 25,6 Sanidad-serv.sociales 7,0 17,8 Otros ser. comerciales 5,0 22,6 Ser. doméstico 1,3 5,9 Servicios 71,3 18,6 TOTAL 100 15,9
Una parte importante del colectivo de ocupados considerado trabaja en situación contractual
precaria. Considerando conjuntamente los contratos temporales y de obra y las situaciones sin
contrato, las realidades señaladas recogen el 43,5% del total de personas afectadas. En términos
de incidencia, un 40,1% de los contratos temporales corresponden a este colectivo por un 27% de
los de obra y un 4,4% de las situaciones sin contrato. En cambio, sólo un 11,6% de los contratos
indefinidos y un 9,9% de las realidades de trabajo por cuenta propia corresponden a este tipo de
personas.
A pesar de la importancia de la temporalidad y demás realidades de precariedad, lo cierto es
que los datos de evolución reciente son relativamente favorables. En términos de incidencia, de
hecho, mientras se mantienen o caen ligeramente los niveles correspondientes a las personas con
contratos indefinidos o trabajando por cuenta propia, caen de forma mucho más llamativa entre los
265
contratos temporales (de 43,9 a 40,1%) y, más claramente aún, en los casos de contrato por obra
(de 36,6 a 27%) o de ausencia de contrato (de 12,3 a 4,4%).
Estos datos reflejan que la actual situación debería traducirse, como ha sucedido de hecho en
los últimos años, en una consolidación del nivel de experiencia a largo plazo entre las personas
con estudios cualificados.
Tabla 5.29.
Población ocupada sin experiencia laboral significativa pero con estudios cualificados por tipo de
relación contractual con la empresa
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Relación contractual % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 Indefinida 41,3 11,6 12,5 Temporal 31,6 40,1 43,9 Obra 11,0 27,0 36,6 Sin contrato 0,9 4,4 12,3 Otra situación 2,8 45,5 45,5 Cuenta propia 12,4 9,9 9,7 TOTAL 100,0 15,9 18,6
5.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS NI EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA PERO CON FORMACIÓN COMPLEMENTARIA
En este apartado analizamos la situación de las personas activas que carecen de estudios
cualificados y que, además, tampoco han tenido una experiencia laboral significativa. Estas
personas tienen, sin embargo, o bien estudios reglados secundarios no profesionales o
profesionales de nivel I o han realizado algún tipo de formación complementaria significativa en
términos de empleo o de adquisición de un idioma extranjero. Se trata por tanto de personas sin
experiencia significativa en el mercado de trabajo ni estudios cualificados pero que, sin embargo,
disponen de un nivel de formación reglada, o no reglada complementaria, que podemos considerar
significativa.
Este grupo de 128.896 personas está constituido en lo fundamental, al igual que el
anteriormente descrito, por personas menores de 35 años, grupo de edad que llega a representar
un 64,2% de la población activa. Como en el grupo anterior, la relación entre géneros es
relativamente equilibrada (50,7% de mujeres frente a 49,3% de hombres). Esto supone un cambio
con respecto a la situación de 1999 en que predominaba ligeramente el colectivo de hombres, con
un 52,5% del total.
266
La evolución reciente se asocia a una caída de la población activa en este grupo que resulta
muy superior entre los hombres (-17,3% por -6,2% entre las mujeres). Esto se debe, en realidad,
al aumento del número de mujeres mayores de 35 años en esta categoría de activos,
circunstancia que compensa en parte la caída del 19,2% observada entre las mujeres menores de
esa edad, similar a la observada entre los hombres (-21,2%). De hecho, el peso relativo de las
mujeres de 35 y más años pasa de representar un 14,6% del conjunto en 1999 al 20,4% actual.
Aunque el volumen de población masculina se reduce en todos los grupos de edad, se observa
que la caída es mayor conforme desciende la edad, reflejando por tanto la tendencia a un peso
relativo creciente de las personas de más de 35 años en este grupo, igualmente detectada entre
1995 y 1999, si bien entonces en términos siempre de crecimiento de los colectivos de referencia.
Al igual que observábamos entre las personas sin experiencia laboral pero con estudios
cualificados, en este caso resulta también importante analizar las características de la población
potencialmente activa. En este tipo de población vuelve a constatarse el peso dominante de los
más jóvenes, un 70,4% del total activos potenciales. Tal y como ya sucedía con el grupo más
cualificado, destaca igualmente el papel diferencial de las mujeres, con un 64,5% de la población
potencialmente activa sin experiencia laboral pero algún tipo de formación complementaria
relevante.
Tabla 5.30.
Población activa sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa pero con formación
complementaria por sexo y edad
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales % crecimiento
1999/2003 P.activos
Abs. %
verticalesHombres <35 43.804 34,0 -21,2 5.889 32,3 Hombres 35-44 11.741 9,1 -3,2 Hombres >= 45 8.059 6,3 -11,8 571 3,1 Hombres 63.604 49,3 -17,3 6.459 35,5 Mujeres <35 39.003 30,3 -19,2 6.925 38,0 Mujeres 35-44 16.274 12,6 16,9 1.790 9,8 Mujeres >= 45 10.015 7,8 35,0 3.036 16,7 Mujeres 65.293 50,7 -6,2 11.751 64,5 TOTAL 128.896 100 -12,2 18.210 100
La tasa de no ocupación o desempleo resulta todavía muy alta en este colectivo, alcanzando
el 21,9% de los activos considerados en 2003. Sin embargo, la mejora es notable respecto a
periodos anteriores, descendiendo la tasa de paro de cifras de 45% en 1995 y de 35,7% en 1999.
La proporción correspondiente a desocupados sin experiencia laboral de ningún tipo también
desciende, situándose en el 5,6% (por debajo del 8,4% de 1999 y del 13,5% registrado en 1995).
267
Teniendo en cuenta al colectivo de activos potenciales, las cifras anteriores resultan sin
embargo más elevadas, aumentando al 31,6% el nivel de desocupación, con un 10,4% de
personas sin ningún tipo de experiencia previa.
Tabla 5.31.
Población activa sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa pero con formación
complementaria por relación con la actividad
(Datos absolutos y % verticales)
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Act. y p.act.
% ver. Ocupado 100.633 78,1 68,4 No ocupado con experiencia 21.015 16,3 21,2 No ocupado sin experiencia 7.249 5,6 10,4 TOTAL 128.896 100 100
Como suele ocurrir en otros colectivos, el nivel de desempleo o desocupación es muy
superior entre las mujeres, circunstancia que no sólo se detecta a nivel general (25,3 frente a
18,5%) sino también para cada grupo de edad.
El otro aspecto a destacar es el mayor impacto de la desocupación entre los más jóvenes,
con una tasa de paro de 30,2% entre las mujeres menores de 35 años y de19,9% en los hombres
menores de dicha edad. También resulta, no obstante, muy elevado el desempleo entre las
mujeres mayores de 45 años (18,7%) e incluso en las de 35 a 44 años (17,5%). Las tasas se
sitúan alrededor del 15% - en cifras todavía muy altas por tanto, aunque ya claramente inferiores -
entre los hombres mayores de 35 años (16,1% entre 35 y 44 años y 14,2% en los hombres
mayores de 45 años):
Respecto a 1999, descienden sin embargo las tasas de paro en prácticamente todas las
categorías por sexo y edad. Esto es particularmente evidente entre las mujeres, con un descenso
de la tasa de paro de 43,5% a 25,3% (de 28,7 a 18,5% entre los hombres). También lo es entre los
hombres menores de 35 años, pasando la tasa de 34,1 a 19,9%. Las tasas se estabilizan o incluso
aumentan, en cambio, entre los hombres mayores de 35 años.
Los datos correspondientes al conjunto de activos, reales o potenciales, refleja la importancia
diferencial de este colectivo, aumentando la tasa de no ocupación de 18,5 a 26% entre los
hombres y de 25,3 a 36,7% entre las mujeres. Las tasas se acercan o superan el nivel del 30%
entre los menores de 35 años, hombres o mujeres, así como en las mujeres mayores de 45 años.
Es todavía del 25,7% entre las mujeres de 35 a 44 años, oscilando entre 16 y 20% en los hombres
mayores de 35 años. Se comprueba, de esta forma, la importancia que todavía tiene la no
268
ocupación entre este tipo de personas, caracterizadas por un nivel de formación limitado y la
ausencia de cualquier tipo de experiencia laboral significativa.
Tabla 5.32.
Tasas de no ocupación en personas sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa
pero con formación complementaria por sexo y edad.
Población activa.
(En %)
Sexo y edad 2003 1999
Tasa de no ocupación act. y p.act.
Hombres <35 19,9 34,1 29,4 Hombres 35-44 16,1 14,4 16,1 Hombres >= 45 14,2 15,0 19,9 Hombres 18,5 28,7 26,0 Mujeres <35 30,2 45,8 40,7 Mujeres 35-44 17,5 42,8 25,7 Mujeres >= 45 18,7 30,0 37,6 Mujeres 25,3 43,5 36,7 TOTAL 21,9 35,7 31,6
Las 100.633 personas ocupadas de este grupo representan el 11,1% del total de ocupados
de la CAE. Este colectivo se distribuye fundamentalmente entre los trabajadores del sector
servicios, cualificados o no (33,3 y 9,3%) así como entre los trabajadores cualificados de la
industria y la construcción (19,3%) y operadores de maquinaria (14,2%). En conjunto, un 67,3%
del colectivo está encuadrado entre los trabajadores cualificados y operadores de maquinaria.
En términos relativos, la mayor incidencia corresponde a los trabajadores cualificados del
sector servicios (23,3%) y determinadas categorías de trabajadores no cualificados,
concretamente los vinculados a la pesca o a transporte y descarga, con cifras cercanas al 30%,
situándose en los demás casos de colectivos de trabajadores entre 11 y 13%. Las cifras bajan por
debajo del 10% entre administrativos, directivos y técnicos.
269
Tabla 5.33.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa pero con formación
complementaria por profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Profesión % ver. Incidencia Fuerzas Armadas Directivos 2,1 5,4 Técnicos 7,9 3,7 Empleados administrativos 5,9 7,0 TC servicios 33,3 23,3 TC agricultura-pesca 0,4 5,7 TC construcción-industria 19,3 11,0 Operadores de maquinaria. 14,2 11,5 TNC servicios 9,3 13,5 TNC agricultura-pesca 0,4 27,2 TNC construcción-industria 3,4 13,3 TNC transportes-descarga 3,7 30,0 TOTAL 100 11,1
Con la excepción del personal directivo, se constata un progresivo incremento del peso
relativo de este tipo de personas en la población ocupada total conforme desciende el nivel de
cualificación, pasando del 2% del personal técnico (3% en el caso del personal directivo) al 19,7%
del personal no cualificado, situándose las cifras entre 8 y 10% en el caso de encargados y
trabajadores cualificados.
En términos de distribución interna del colectivo, de hecho, un 56% de los ocupados
considerados se encuadra entre el personal con categoría profesional de trabajador no cualificado
por un 33,8% entre el cualificado y apenas un 10,2% en las categorías superiores de encargados,
técnicos y directivos-gerentes.
Tabla 5.34.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa pero con formación
complementaria por categoría profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Categoría profesional % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 No cualificado 56,0 19,7 19,7 Cualificado 33,8 9,5 10,4 Encargados, mandos medios 6,2 8,4 7,4 Personal técnico 2,9 2,0 0,9 Personal directivo 1,0 3,0 5,4 TOTAL 100 11,1 11,4
270
A nivel sectorial, predomina el peso de la ocupación en el sector servicios, con un 65,8% de la
ocupación total. El peso de comercio-hostelería (29,2%) y del servicio doméstico (7,6%) es
llamativo en este sector, destacando igualmente el 10,7% de la construcción y el 7,2% de la
metalurgia.
En términos de incidencia, el sector con mayor presencia de este tipo de personal es la
construcción, con un 12,5% del total, ligeramente por encima del 12% de los servicios. La industria
y la agricultura se sitúan bastante por detrás (8,9 y 9,3%, respectivamente).
A nivel de rama, la mayor presencia relativa de este tipo de ocupados en la población
ocupada total se da, fuera del sector servicios, en la agricultura (13,9%), la industria de la
alimentación (11,1%), la industria del caucho (10,4%), la metalurgia (10,2%), la industria de
material de transporte (10,8%), las industrias manufactureras diversas (10,4%) y la construcción
(12,5%). En el ámbito de los servicios, la incidencia mayor corresponde a las ramas de comercio
(13,3%), hostelería (27,3%), sanidad y servicios sociales (11,4%), otros servicios comerciales
(15,7%) y servicio doméstico (24,4%).
271
Tabla 5.35.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa pero con formación
complementaria por actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Actividad % ver. Incidencia Agricultura 0,8 13,9 Pesca Agricultura 0,8 9,3 I. extractiva I. alimentación 2,5 11,1 I. papelera 1,3 9,4 I. petroquímica I. caucho 1,4 10,4 I. otros no metálicos 0,2 3,8 Metalurgia 7,2 10,2 Cons. maquinaria 2,3 6,5 Mat. eléctrico 1,6 8,1 Mat. transporte 3,4 10,8 I. manuf. diversas 2,6 10,4 Pr. energía 0,2 4,9 Industria 22,7 8,9 Construcción 10,7 12,5 Comercio 16,0 13,3 Hostelería 13,2 27,3 Tr.-comunicaciones 5,4 9,7 Ins. financieras 0,5 2,2 Serv. empresas 6,2 7,8 Administración Pública 2,1 5,0 Educación 3,4 5,6 Sanidad-serv. sociales 6,4 11,4 Otros ser. comerciales 5,0 15,7 Ser. doméstico 7,6 24,4 Servicios 65,8 12,0 TOTAL 100 11,1
Destaca finalmente la fuerte incidencia de estos ocupados en todas las formas de
contratación o relación con la empresa de naturaleza no indefinida, particularmente en lo relativo a
las formas de contratación temporal (23,5%), de obra (19,6%) o sin contrato (30,2%). En cambio,
la incidencia cae claramente por debajo de la media tanto en el caso de las personas con contrato
indefinido (7,9%) como, de forma aún más clara, en las personas que trabajan por cuenta propia
(6,1%).
En términos de distribución interna del conjunto de ocupados afectados, se constata que
hasta un 47% de estos ocupados tienen contrato temporal, de obra o carecen totalmente de
contrato. La proporción de personas trabajando por cuenta propia es de apenas un 10,9%,
272
correspondiendo el 40,4% a los ocupados con contrato indefinido (bastante por encima, no
obstante, del 34,4% de 1999).
Tabla 5.36.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa pero con formación
complementaria por tipo de relación contractual con la empresa
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Relación contractual
% ver.
Incidencia 2003
Incidencia 1999
Indefinida 40,4 7,9 7,4 Temporal 26,5 23,5 21,1 Obra 11,3 19,6 14,9 Sin contrato 9,1 30,2 28,3 Otra situación 1,7 20,1 0,0 Cuenta propia 10,9 6,1 9,9 TOTAL 100 11,1 11,4
6.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS NI EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA
Analizaremos finalmente las características de las personas sin estudios significativos, entre
la que situamos a la que dispone únicamente – como máximo - de estudios primarios y carece de
experiencia laboral. Este grupo está compuesto 140.733 personas, un 14,1% de la población
activa total de nuestra Comunidad Autónoma.
Respecto a 1999 en que un 48,6% de las personas consideradas eran menores de 35 años,
en la actualidad es mayor la importancia relativa de los grupos de mayor edad: 27,7% de personas
de 35 a 44 años y 32% de mayores de 45 años por 40,3% de menores de 35 años. Este cambio
se asocia a la fuerte caída del volumen de menores de 35 años en esta categoría de cualificación,
aumentando en cambio el número de personas mayores de 35 años afectadas, excepción hecha
de las mujeres de 35 a 44 años que también ven reducirse el volumen de activos en estas
condiciones formativas y de experiencia.
Al igual que en 1999, sin embargo, sigue siendo mayor la proporción de hombres en esta
categoría de activos (51,7% frente a 48,3%), aunque esto sólo sea atribuible a la distancia
observada entre los menores de 35 años (24,1% de hombres menores de 35 años por apenas
16,2% de mujeres). De hecho, un 32,1% del colectivo está constituido por mujeres mayores de 35
años por únicamente 27,6% de hombres en esas edades.
273
Debe destacarse, en cualquier caso, que en entre 1999 y 2003 se mantiene la caída de este
colectivo de activos, que pierde un 13,2% de su volumen en los últimos cuatro años,
manteniéndose en gran medida la pérdida del 15,5% observada entre 1999 y 2003. Sin embargo,
mientras el ritmo de caída se reduce sustancialmente entre los hombres (-12,3% por -17,7% entre
1995 y 1999), se acelera entre las mujeres (-14,1% por -12,9% en el periodo cuatrienal anterior).
El análisis de situación de este colectivo debe tener especialmente en cuenta a los activos
potenciales puesto que alrededor de la mitad del colectivo total se asocia a esta situación de falta
de cualificación, tanto en términos formativos como de experiencia laboral. Y, en este caso, el
rasgo más llamativo es el predominio de la mujer (91,7% del total) y de las personas mayores de
45 años (63,9%). En realidad, las mujeres mayores de 45 años constituyen por si solas el núcleo
central de este colectivo de personas sin cualificación, suponiendo un 58,5% del mismo.
Tabla 5.37.
Población activa sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa por sexo y edad
(Datos absolutos, % verticales y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Sexo y edad Datos
absolutos %
verticales % crecimiento
1999/2003 P.activos
Abs. %
verticalesHombres <35 33.906 24,1 -27,8 788 2,9 Hombres 35-44 18.210 12,9 3,2 Hombres >= 45 20.674 14,7 11,9 1.482 5,4 Hombres 72.790 51,7 -12,3 2.270 8,3 Mujeres <35 22.795 16,2 -28,5 3.017 11,0 Mujeres 35-44 20.821 14,8 -14,1 6.112 22,2 Mujeres >= 45 24.327 17,3 5,9 16.071 58,5 Mujeres 67.943 48,3 -14,1 25.200 91,7 TOTAL 140.733 100 -13,2 27.471 100
La tasa de desempleo en este colectivo resulta muy elevada, con 24.278 activos
desocupados, un 17,3% del colectivo. Sin embargo, la caída del nivel de desocupación es
sustancial respecto a 1999 (33,3%). Como en 1999, la mencionada tasa resulta algo inferior a la
de las personas con estudios similares pero alguna mayor cualificación añadida, en términos de
FP I, estudios secundarios o aprendizaje de idiomas. El desempleo asociado a una ausencia de
cualquier tipo de experiencia laboral incide en apenas un 1,9% del conjunto de activos
considerado, por debajo del 6,8% registrado en 1999.
La realidad de la desocupación en este colectivo es, sin embargo, mayor de lo que indican
estas cifras. Al tener en cuenta al conjunto de activos, reales o potenciales, la tasa de
desocupación en sentido amplio alcanza al 30,8% del colectivo, todavía ligeramente por debajo del
31,6% observado en el grupo de personas sin experiencia ocupacional pero con alguna formación
complementaria.
274
Tabla 5.38.
Población activa sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa por relación con la
actividad
(Datos absolutos y % verticales)
Relación con la actividad Datos
absolutos %
verticales Act. y p.act.
% ver. Ocupado 116.455 82,7 69,2 No ocupado con experiencia 21.550 15,3 25,9 No ocupado sin experiencia 2.728 1,9 4,8 TOTAL 140.733 100 100
Las tasas de paro resultan elevadas en cada grupo de sexo y edad. Resultan sin embargo
comparativamente bajas entre los hombres, oscilando en torno a cifras del 13%, muy por debajo
de los niveles registrados en 1999 (de 22,5% entre los menores de 35 años a 26,1% en los
mayores de esa edad). La tasa de paro se sitúa ya en el 16,4% entre las mujeres menores de 35
años, pasando a 26,1% en el caso de las mujeres de 35 a 44 años y a 24% en las mayores de 45
años, cifras muy por debajo también de las registras en 1999 (de 36,4% en las menores de 35
años a 48,1% de las mayores de 45 años).
El impacto diferencial del desempleo femenino es mucho más nítido, no obstante, si se
considera al conjunto de la población activa y potencialmente activa. Se comprueba, en tal caso,
que si las tasas masculinas se mantienen globalmente, salvo en los mayores de 45 años (donde la
tasa pasa de 12,3 a 18,2%), en las mujeres el aumento es sustancial. Así, la tasa de no ocupación
se eleva a 26,2% entre las menores de 35 años, 42,9% entre 35 y 44 años y 54,2% en las mujeres
mayores de 45 años.
Tabla 5.39.
Tasa de no ocupación en personas sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa por
sexo y edad. Población activa
(En %)
Sexo y edad 2003 1999
Tasa de no ocupación act. y p.act.
Hombres <35 12,7 22,5 14,7 Hombres 35-44 13,3 24,7 13,3 Hombres >= 45 12,3 26,1 18,2 Hombres 12,7 23,8 15,4 Mujeres <35 16,4 36,4 26,2 Mujeres 35-44 26,1 48,0 42,9 Mujeres >= 45 24,0 48,1 54,2 Mujeres 22,1 43,4 43,2 TOTAL 17,3 33,3 30,8
275
Considerando la población ocupada, se constata que de los 116.455 ocupados, un 12,9% del
total de ocupados de la Comunidad Autónoma, la gran mayoría se sitúa entre los obreros
cualificados de la industria y la construcción (29,7%), operadores de maquinaria (12,5%) y
trabajadores, cualificados o no, de los servicios (16,8 y 24,2%, respectivamente).
El peso relativo de este grupo de ocupados, dentro de la población ocupada total, resulta
importante entre los distintos grupos de trabajadores cualificados (entre un 12 y un 20%, según los
casos) pero de forma más nítida entre los trabajadores no cualificados (entre un 25 y un 40%),
excepción hecha de los de la agricultura y la pesca.
Tabla 5.40.
Población ocupada sin estudios ni experiencia laboral significativa por profesión
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Profesión % ver. Incidencia Fuerzas Armadas 0,3 34,8 Directivos 2,4 6,9 Técnicos 1,5 0,8 Empleados administrativos 2,5 3,5 TC servicios 16,8 13,6 TC agricultura-pesca 1,0 15,5 TC construcción-industria 29,7 19,5 Operadores de maquinaria. 12,5 11,7 TNC servicios 24,2 40,4 TNC agricultura-pesca TNC construcción-industria 6,5 29,0 TNC transportes-descarga 2,7 25,3 TOTAL 100 12,9
Los datos de categoría profesional, mucho más precisos para medir la dimensión estructural
de la población ocupada, nos confirman que la gran mayoría de esta población es no cualificada,
un 62,3% de total, muy por encima del 34,1% de trabajadores cualificados
En términos relativos, 25,4% del total de ocupados en puestos no cualificados pertenecen a
este grupo por sólo 11,1% de los cualificados, 4,1% del personal encargado y menos de 3% del
personal técnico o directivo. La incidencia correspondiente a los trabajadores, cualificados o no, se
mantiene sustancialmente respecto a lo observado en 1999.
276
Tabla 5.41.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa por categoría
profesional
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Categoría profesional % ver. Incidencia
2003 Incidencia
1999 No cualificado 62,3 25,4 24,7 Cualificado 34,1 11,1 10,9 Encargados, mandos medios 2,6 4,1 4,0 Personal técnico 0,3 0,2 0,0 Personal directivo 0,7 2,2 3,8 TOTAL 100 12,9 13,1
A nivel sectorial destaca la presencia de este tipo de personas sin formación ni experiencia
laboral significativa en el sector servicios, con un 55,7%. Dentro de este sector, las ramas donde
se concentra básicamente el colectivo son el servicio doméstico (12,7%) y comercio y hostelería
(20,5%). Fuera de este sector destaca el 19,6% de la construcción y el 8,6% de la metalurgia.
En términos de impacto respecto a la población ocupada total, destaca la incidencia que se
observa en la industria de la alimentación (17,6%), la industria de otros productos no metálicos
(23,4%), la metalurgia (14%), las industrias manufactureras diversas (20,6%), la construcción
(26,4%), la hostelería (22%), los servicios a las empresas (14,6%) y el servicio doméstico (47,2%).
277
Tabla 5.42.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa por actividad
(% verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada total)
Actividad % ver. Incidencia Agricultura 0,5 9,8 Pesca 0,3 10,6 Agricultura 0,8 10,0 I. extractiva I. alimentación 3,4 17,6 I. papelera 0,6 5,2 I. petroquímica 0,8 9,1 I. caucho 0,8 6,8 I. otros no metálicos 1,2 23,4 Metalurgia 8,6 14,0 Cons. maquinaria 1,8 5,9 Mat. eléctrico 0,5 2,6 Mat. transporte 2,0 7,4 I. manuf. diversas 4,4 20,6 Pr. energía Industria 24,0 10,9 Construcción 19,6 26,4 Comercio 11,3 10,9 Hostelería 9,2 22,0 Tr.-comunicaciones 4,8 10,0 Ins. financieras Serv. empresas 10,0 14,6 Administración Pública 1,8 4,8 Educación 0,6 1,1 Sanidad-serv. sociales 2,4 4,9 Otros ser. comerciales 2,9 10,6 Ser. doméstico 12,7 47,2 Servicios 55,7 11,7 TOTAL 100 12,9
En cuanto al tipo de contrato, destaca el peso de las situaciones de temporalidad, obra o
ausencia de contrato (45,1% del total). Los contratados indefinidos representan, sin embargo, un
37,4%, por encima del 30,8% de 1999. Las situaciones de trabajo por cuenta propia recogen el
16,5% restante.
En términos relativos, un 44,4% de los trabajadores sin contrato, un 31,6% de los ocupados
con contrato de obra y un 18,2% de los temporales proceden de este tipo de colectivo sin
cualificación por sólo un 8,5% de los ocupados con contrato indefinido y 10,6% de las personas
que trabajan por cuenta propia.
278
Tabla 5.43.
Población ocupada sin estudios cualificados ni experiencia laboral significativa por tipo de relación
contractual con la empresa
(% verticales y niveles de incidencia)
Relación contractual
% ver.
Incidencia 2003
Incidencia 1999
Indefinida 37,4 8,5 7,6 Temporal 17,7 18,2 19,8 Obra 15,8 31,6 27,2 Sin contrato 11,5 44,4 40,8 Otra situación 1,0 13,8 3,7 Cuenta propia 16,5 10,6 11,9 TOTAL 100 12,9 13,1
279
VI.- TIPOS DE POBLACIÓN OCUPADA EN FUNCIÓN DE LOS NIVELES DE CUALIFICACIÓN
280
TIPOS DE POBLACIÓN OCUPADA EN FUNCIÓN DE LOS NIVELES DE CUALIFICACIÓN
El presente capítulo analiza la posición de los distintos grupos profesionales y ramas de
actividad en función del nivel de cualificación profesional de las personas que se adscriben a ellos,
considerando para ello los elementos de cualificación que hemos venido analizando a lo largo de
los diferentes capítulos del estudio: (formación reglada, experiencia laboral y formación
complementaria (FNR e idiomas extranjeros).
1. TIPOLOGÍAS DE PROFESIONES
En anteriores aproximaciones a la ECPA delimitamos, en función de los rasgos de la
población ocupada según nivel de formación reglada, experiencia laboral y formación no reglada
complementaria, ocho grandes tipos de profesiones.
El primer grupo está compuesto por las personas que trabajan como técnicos o profesionales,
de nivel medio o superior, en el actual sistema productivo vasco. Se trata de 123.345 personas
que suponen, como en 1999, un 13,7% de la población ocupada total.
El rasgo fundamental de este colectivo es el predominio de los estudios cualificados (95,4%
del total de los ocupados de este grupo o tipo profesional). Otros rasgos a destacar son los altos
niveles de experiencia laboral continuada en empleos con tecnología moderna (63,4%, por encima
del 56,6% de 1999) y los elevados indicadores de formación complementaria significativa (55,8%).
El segundo tipo profesional agrupa a los técnicos de apoyo trabajando en ámbitos
relacionados con la ingeniería, la educación, la sanidad o los servicios sociales así como con las
funciones administrativas. Este grupo incluye a 56.812 personas, un 6,3% del total, en este caso
algo por debajo del 6,9% de 1999.
Los rasgos de los ocupados adscritos a este tipo son muy similares a los del grupo anterior,
aunque destacan menores niveles formativos, tanto en lo que se refiere a formación
complementaria (39,5%) como a formación de partida, con un 79,2% de ocupados con estudios
cualificados. En cambio, aumenta ligeramente la proporción de personas con experiencia laboral
con tecnología moderna (67,7%).
El tercer tipo profesional incluye a directivos (normalmente autónomos), técnicos de apoyo en
el resto de áreas no consideradas en el grupo anterior – particularmente en ámbitos comerciales y
financieros- y administrativos con tareas de oficina o de atención al público. Se trata en este caso
281
de 160.336 personas, un 17,7% del total, también en este caso claramente por debajo del 20,7%
de 1999.
Aunque inferior a la de los colectivos anteriores, en este grupo sigue siendo elevada la
proporción de personas con un nivel formativo inicial alto, con un 55,8% con estudios cualificados
(por encima del 45,7% de 1999), así como algún tipo de formación complementaria (31,9% de los
casos). El nivel de experiencia continuada significativa con tecnología moderna resulta también
dominante, aunque inferior a la de los grupos anteriores (58,4% de los casos, seis puntos por
encima del 52,4% de 1999).
El cuarto grupo está constituido por el colectivo de mecánicos-ajustadores, con 42.800
personas, un 4,7% del total de ocupados, por encima del 3,9% de 1999. Este colectivo pierde sin
embargo lo que era su rasgo más llamativo en 1999, esto es la alta proporción de personas con
estudios cualificados, pasando del 50% de 1999 al 36,9% actual. Otros rasgos, en cambio, sí se
mantienen como son cifras reducidas de experiencia significativa en ámbitos tecnológicos
modernos (apenas un 28,9%) o de formación complementaria (12,4%). Desciende, en cambio, la
proporción de este tipo de profesionales que carece de experiencia laboral significativa (de 51,7%
a 38,4% entre 1999 y 2003). La evolución observada sitúa a este colectivo más cerca del siguiente
tipo profesional, salvo en el rasgo que más le caracteriza, esto es la utilización de tecnología
moderna.
El quinto tipo profesional agrupa a trabajadores de seguridad, encargados del sector industrial
y de la construcción, trabajadores de precisión y artesanos y operadores tanto de instalaciones
industriales fijas como de maquinaria fija. Este grupo de profesionales incluye a 92.714 personas,
un 10,3% del total de ocupados (11% en 1999).
Como señalábamos al referirnos al colectivo anterior, este tipo destaca sobre todo por una
proporción elevada de personas con experiencia significativa continuada en trabajos con
tecnología moderna (45,6% del total), resultando en cambio baja la proporción de personas con
estudios cualificados (29,5%) o formación complementaria (14,8%). Respecto a años anteriores, el
personal encargado en la industria y la construcción adopta rasgos bastante cercanos a los de
algunas de las categorías incluidas en el tipo 3, por ejemplo directivos.
El sexto tipo engloba a los profesionales de los servicios personales, dependientes de
comercio, trabajadores del acabado de la construcción o de las industrias extractivas, soldadores,
chapistas y montadores. Se trata de 178.672 personas, un 19,8% del total, en este caso
claramente por encima del 17,9% de 1999. Este grupo supone, de hecho, el segundo en términos
cuantitativos.
282
También resulta baja en este grupo la proporción de personas con formación inicial
cualificada (29,1%), si bien es proporcionalmente algo mayor la presencia de formación
complementaria (17,9%). Pero, a diferencia del anterior, en este caso también resulta baja la
proporción de personas con experiencia en tecnología moderna (27,8%), predominando de hecho
las personas sin experiencia significativa (49,3%)2.
El séptimo grupo es el que tiene un mayor peso relativo en el conjunto de la población
ocupada de la CAE. Incluye a trabajadores del sector de restauración, trabajadores vinculados a
tareas estructurales en la construcción y trabajadores cualificados de la industria alimenticia y
manufacturera. También incluye, de forma general, a los trabajadores no cualificados. En conjunto,
se trata de 196.661 personas, un 21,8% del total, por encima del 19,7% de 1999.
En este tipo, las cifras relativas a formación inicial caen sustancialmente, con apenas un
15,3% de personas con estudios cualificados, el menor de todos. También es bajo el nivel de
formación complementaria (11,7%). En cuanto al tipo de experiencia laboral, un 58,2% carece de
experiencia laboral significativa, un rasgo esencial de este tipo de población ocupada.
Finalmente, el último grupo está compuesto por trabajadores cualificados del sector agrario y
operadores de maquinaria móvil y conductores, incluyendo a un total de 52.173 trabajadores, el
5,8% de la población ocupada, algo por debajo del 6,2% de 1999.
Este grupo destaca por rasgos formativos similares a los señalados para el colectivo anterior
(sólo 17,2% de personas con estudios cualificados y apenas un 11,1% de presencia de formación
complementaria significativa). En cambio, con respecto al grupo anterior, destaca por un mayor
impacto de las formas de experiencia laboral significativas, bajando al 30,6% el peso relativo de
las personas sin experiencia.
2 Las características de los trabajadores de las industrias extractivas se alejan, en la actualidad, de estas características básicas, aunque se trata de un colectivo cuantitativamente reducido.
283
Tabla 6.1.
Tipología de profesiones. Población ocupada
(Datos absolutos e indicadores relativos a estudios, experiencia laboral y formación
complementaria, en %)
Tipos de profesiones Datos
absolutos EST1 EST2 EST3 EXP1 EXP2 EXP3 FNRTit. superiores 79.727 95,6 4,4 66,5 6,5 26,9 61,9Tit. medios 43.618 95,0 5,0 57,6 16,3 26,2 44,7TIPO 1 123.345 95,4 4,6 63,4 10,0 26,6 55,8Téc. ing/ser. gen. 37.489 81,7 17,7 0,7 66,2 6,7 27,1 35,6Téc. admvos. 19.323 74,4 25,6 70,5 2,4 27,2 46,9TIPO 2 56.812 79,2 20,3 0,4 67,7 5,2 27,1 39,5Directivos 40.010 43,9 52,6 3,5 57,3 20,0 22,7 30,7Téc. finan./comer. 27.513 68,6 31,4 56,0 3,7 40,3 40,1Otros téc. apoyo 8.239 80,2 19,8 33,4 7,0 59,6 39,5Admvos. oficina 67.302 55,3 42,9 1,8 62,2 11,4 26,4 26,3Admvos. público 17.271 53,2 42,9 3,9 62,1 7,7 30,1 40,1TIPO 3 160.336 55,8 42,2 2,0 58,4 11,6 30,0 31,9Mec-ajustadores 42.800 36,9 59,7 3,4 28,9 32,7 38,4 12,4TIPO 4 42.800 36,9 59,7 3,4 28,9 32,7 38,4 12,4Tr. seguridad 16.767 34,8 63,2 2,0 42,7 19,3 38,0 24,4Encargados ind/cons. 14.641 49,1 49,3 1,6 70,2 11,5 18,3 15,4Tr. precisión/art. 5.565 25,6 62,5 11,9 47,1 30,7 22,2 36,4Op. inst. ind. fijas 12.887 14,3 68,0 17,7 38,1 34,3 27,6 2,1Op. máq. fijas 42.854 25,7 67,3 6,9 40,5 22,8 36,7 11,9TIPO 5 92.714 29,5 63,6 7,0 45,6 22,5 31,9 14,8Tr. ser. personales 42.869 28,8 69,6 1,6 26,2 11,6 62,2 20,5Dep. comercio 46.747 31,6 62,0 6,4 29,2 21,2 49,6 21,2TC acab. constr. 31.272 27,6 63,2 9,2 28,6 31,9 39,4 16,4TC I .extractivas 1.298 100,0 100,0 Soldadores/chapistas 41.002 25,9 67,4 6,7 25,8 27,6 46,6 12,2Montadores 15.485 36,7 55,2 8,1 25,3 30,7 44,0 20,0TIPO 6 178.672 29,1 65,0 5,9 27,8 22,9 49,3 17,9Tr. restauración 38.460 18,3 75,9 5,8 19,1 20,7 60,2 20,3TC est. constr. 27.791 10,5 78,4 11,0 25,3 23,0 51,8 5,9TC Ind. alim./manuf. 20.784 11,6 76,5 11,8 17,0 35,0 48,0 12,3TNC Servicios 69.757 12,5 74,0 13,5 14,3 23,6 62,2 7,6TNC No Servicios 39.869 22,6 66,5 11,0 24,0 17,0 59,0 14,1TIPO 7 196.661 15,3 73,8 11,0 19,0 22,8 58,2 11,7TC. agricultura 7.384 9,0 66,5 24,4 43,7 35,1 21,2 0,8Op. máq. móvil/conductores 44.789 18,5 70,9 10,6 40,5 27,3 32,1 12,8TIPO 8 52.172 17,2 70,3 12,6 41,0 28,4 30,6 11,1TOTAL 903.512 42,8 51,7 5,5 41,3 18,7 39,9 24,6
EST 1: Proporción de ocupados con estudios cualificados (FP II o estudios universitarios). EST 2: Proporción de ocupados con otros estudios (primarios, FP I o secundarios no profesionales). EST 3: Proporción de ocupados sin estudios primarios. EXP 1: Proporción de ocupados con experiencia laboral significativa (3 o más años en empleo actual o
anterior) en empleos con tecnología moderna. EXP 2: Proporción de ocupados con experiencia laboral significativa (10 o más años en empleo actual) en
empleos con tecnología convencional. EXP 3: Proporción de ocupados sin experiencia laboral significativa. FNR: Proporción de ocupados con formación complementaria (conocimiento bueno o muy bueno de
idiomas extranjeros o formación no reglada con impacto sobre el empleo).
284
De acuerdo con los datos presentados, podemos delimitar la siguiente tipología de grupos
profesionales en función del nivel de cualificación de las personas en ellos ocupados.
Tabla 6.2.
Tipos de población ocupada por profesión y nivel de cualificación, experiencia y formación
complementaria
Predominio
experiencia:
tecnología
moderna
Predominio
experiencia
(moderna o
convencional)
Predominio no
experiencia
TIPO 1
TIPO 2
TIPO 3
N: 340.493
Predominio estudios
cualificados (y FNR
complementaria)
(37,7%)
TIPO 5 TIPO 4 TIPO 6
N: 92.714 N: 42.800 N: 178.672
Peso significativo estudios
cualificados
(y FNR complementaria)
(10,3%) (4,7%) (19,8%)
TIPO 8 TIPO 7
N: 52.173 N: 196.661
No papel significativo
estudios cualificados y
FNR complementaria (5,8%) (21,8%)
Predominio: En torno a >= 45% Significativo: En torno a 25-44%
Podemos subrayar algunos datos llamativos en la tipología anterior, en particular en relación
con la definida en 1999. En primer lugar, destaca la caída del peso relativo en la población
ocupada de los grupos más cualificados y con experiencia tecnológica moderna (tipos 1 a 3), que
pasan de representar un 41,3% del conjunto de ocupados al 37,7% actual, aun manteniendo
globalmente su volumen ocupacional (340.493 ocupados en el año 2003 por 340.643 en 1999).
Incluyendo al tipo 5, la caída es del 52,3% de 1999 al 48% actual, manteniéndose globalmente un
número de ocupados relativamente similar.
En contraste con lo anterior, aumenta el peso relativo de los colectivos menos cualificados,
tanto en términos formativos como de experiencia. Así, el grupo tradicionalmente menos
285
cualificado, el englobado en el tipo 7, pasa de representar un 19,7% de los ocupados a un 21,8%.
En conjunto, los cuatro grupos menos cualificados, los tipos 4, 6, 7 y 8, incrementan su peso
relativo del 47,7% de la ocupación en 1999 al 52,1% actual.
La pérdida de protagonismo de los grupos más cualificados se asocia, además, a un cierto
proceso de descualificación del tipo 4, correspondiente a mecánicos-ajustadores, grupo en el que
se constata una pérdida de cualificación formativa. De esta forma, desciende en este tipo
profesional la proporción de personas con estudios cualificados o FNR complementaria.
Los datos presentados, globalmente considerados, reflejan por tanto una tendencia a una
menor cualificación de la actual población ocupada, una vez considerados los aspectos relativos a
formación reglada y no reglada, experiencia laboral y tipo de acceso a condiciones tecnológicas de
trabajo.
2. TIPOLOGÍA DE RAMAS DE ACTIVIDAD
Por lo que respecta a las ramas de actividad del sistema productivo vasco, los tipos que
pueden delimitarse, en función de los rasgos de la población ocupada en cada rama según nivel
de formación reglada, experiencia laboral y formación no reglada complementaria, son los
siguientes:
El primer tipo de ramas de actividad incluye las ramas industriales de petroquímica y
producción de energía y las ramas de servicios de instituciones financieras y Administración
Pública. En total, se trata de 80.836 personas que representan un 8,9% de la población ocupada
total (9,2% en 1999).
Se trata de un colectivo en el que predominan las personas con estudios cualificados (63,2%
del total) y se detecta una alta incidencia de formación complementaria significativa (34,3%). Otro
de sus rasgos característicos es el predominio de las situaciones de experiencia laboral asociadas
al uso de tecnología moderna (un 66,3% de los ocupados del grupo se encuentran en esta
circunstancia).
El segundo tipo de ramas considerado destaca, dentro de unas tendencias globalmente
similares al alto nivel formativo y de experiencia laboral que se observa en las ramas incluidas en
el tipo 1, por una incidencia algo mayor de la educación inicial cualificada (66,2% de los casos) y
de la formación complementaria (36,8%), resultando en cambio menos intensa la incidencia de la
experiencia de trabajo con tecnología moderna (48,8% del total de ocupados).
286
En este tipo se incluyen las ramas de servicios a las empresas, educación y sanidad y
servicios sociales. Este tipo afecta a 197.013 personas, un 21,8% del total, por encima del 21,4%
registrado en 1999.
El tercer tipo incluye las ramas industriales de construcción de maquinaria, material eléctrico y
material de transporte, agrupando a 86.600 ocupados, un 9,6% del total, proporción claramente
superior al 8,9% de 1999.
Los rasgos en este tipo son en realidad muy similares en la actualidad a los del tipo 2, en
especial en cuanto a nivel de incidencia de la experiencia laboral significativa en tecnologías
modernas (49%), aunque resulta menor la presencia tanto de los niveles de formación cualificada
(50,1%) como de formación complementaria (25,9%).
El cuarto tipo incluye también a una serie de ramas industriales entre las que se encuentran la
industria extractiva, la papelera y la metalurgia, englobando a un total de 87.412 personas, un
9,7% del total de ocupados (por debajo del 11% de 1999). En este grupo se observan niveles de
experiencia laboral significativa con tecnología moderna algo más bajos que en los tipos
anteriores, aunque todavía importantes (44,8%), si bien el rasgo más llamativo es la presencia ya
claramente minoritaria de personas con estudios cualificados (35,2%). Las personas con
formación complementaria constituyen también una evidente minoría, con un 18,6%, una cifra
inferior a la media vasca.
Aunque las cifras formativas son similares a las del grupo anterior (con un 39,2% de personas
con estudios cualificados y un 22,9% con formación complementaria), la proporción de personas
con experiencia laboral significativa en el uso de tecnología moderna cae sustancialmente en el
quinto tipo observado, reduciéndose al 33%.
En este grupo de actividades se incluyen las ramas de comercio y otros servicios
comerciales, que afectan a 153.109 personas, un 16,9% del total, una proporción similar a la de
1999 (16,8%).
El sexto tipo de ramas considerado refleja en 2003 un notable acercamiento a las
características del grupo 4, con una presencia minoritaria de personal con estudios cualificados
(34,6%) pero muy superior a la de 1999 (18,8%), resultando igualmente relativamente baja la
presencia de formación complementaria (21,2% frente a 18,3% en 1999). La experiencia de
trabajo con tecnología moderna resulta en cambio importante, al igual que en el tipo 4,
caracterizando a un 47,5% de los ocupados. En estos momentos, por tanto, los tipos 4 y 6 resultan
muy cercanos en cuanto a sus características internas.
287
Las ramas afectadas incluyen la industria del caucho, la de otros productos no metálicos y
transportes y comunicaciones. 75.846 personas se incluyen en este grupo que representa un 8,4%
del conjunto de ocupados (9,2% en 1999).
El séptimo tipo incluye la industria manufacturera y la hostelería, en conjunto 73.858
personas, un 8,2% del total de ocupados, claramente por encima del 7,1% de 1999. En este caso,
la proporción de personas con estudios cualificados es muy reducida, situándose en el 18,8%,
claramente por debajo de los niveles de 1999. También resulta baja, con un 15,6%, la proporción
de ocupados con formación complementaria. El nivel de experiencia significativa con tecnología
moderna resulta igualmente muy bajo, situándose en el 20%.
Los rasgos anteriores son similares en la actualidad en el octavo tipo considerado, en
especial por lo que respecta a las cifras formativas (23,7% con formación cualificada y 15,9% con
formación complementaria, indicadores más favorables que los de 1999). La proporción de
personas con experiencia laboral en ámbitos tecnológicamente modernos aumenta sin embargo
en este caso al 32,9%, por encima por tanto de lo observado en el tipo anterior. Este aspecto era,
precisamente, el que diferenciaba a este grupo del anterior en años anteriores, aunque partiendo
de niveles de formación reglada más bajos que, en la actualidad, ya no resultan claramente
distintivos.
Se incluyen en este grupo la agricultura, la pesca, la industria alimenticia y la construcción,
con un total de 117.513 ocupados, un 13% del total, por encima del 12,4% de 1999.
Finalmente, es en el servicio doméstico donde se detectan los índices de cualificación más
bajos, con apenas un 8,1% de personas con estudios cualificados, un 5,9% con formación
complementaria y un 6,5% con experiencia laboral significativa en tareas desarrolladas con
tecnología moderna. 31.324 personas se encuentran ocupadas en esta rama de actividad, un
3,5% del total (4,1% en 1999).
288
Tabla 6.3.
Tipología de ramas de actividad. Población ocupada
(Datos absolutos e indicadores relativos a estudios, experiencia laboral y formación
complementaria, en %)
Ramas de actividad Datos
absolutos EST1 EST2 EST3 EXP1 EXP2 EXP3 FNRI. petroquímica 10.133 49,9 46,9 3,2 53,2 30,8 16,1 22,0Pr. energía 4.641 56,2 43,8 69,4 11,8 18,8 26,6Ins. financieras 23.387 71,7 28,3 69,7 3,0 27,2 51,9Administración Pública 42.675 62,5 35,8 1,7 67,2 11,1 21,7 28,5TIPO 1 80.836 63,2 35,5 1,3 66,3 11,3 22,4 34,3Serv. empresas 79.517 57,3 40,2 2,4 45,7 10,4 43,9 37,4Educación 61.253 83,3 15,8 0,9 51,5 16,2 32,3 41,1Sanidad- serv. sociales 56.243 60,1 38,7 1,2 50,2 15,7 34,1 31,3TIPO 2 197.013 66,2 32,2 1,6 48,8 13,8 37,5 36,8Cons. maquinaria 35.014 52,8 40,2 7,0 48,2 21,9 29,9 22,7Mat. eléctrico 20.132 56,2 41,7 2,2 59,1 15,8 25,1 29,5Mat. transporte 31.454 43,3 52,5 4,3 43,5 17,3 39,2 27,0TIPO 3 86.600 50,1 45,0 4,9 49,0 18,8 32,1 25,9I. extractiva 2.682 16,1 83,9 65,8 34,2 21,3I. papelera 13.740 32,7 59,2 8,1 55,2 21,3 23,4 28,7Metalurgia 70.991 36,4 53,7 9,9 41,9 25,3 32,8 16,5TIPO 4 87.412 35,2 55,5 9,3 44,8 24,9 30,3 18,6Comercio 121.128 37,5 57,7 4,8 32,1 21,3 46,6 23,7Otros ser. comerciales 31.982 45,8 52,0 2,3 36,4 14,6 48,9 20,1TIPO 5 153.109 39,2 56,5 4,3 33,0 19,9 47,1 22,9I. caucho 13.713 35,9 60,0 4,0 54,4 22,2 23,4 12,8I. otros no metálicos 5.941 30,7 55,6 13,6 44,5 28,3 27,2 10,7Tr. -comunicaciones 56.192 34,6 56,4 9,0 46,1 22,5 31,4 24,3TIPO 6 75.846 34,6 57,0 8,5 47,5 22,9 29,6 21,2I. manuf. diversas 25.121 21,8 66,9 11,4 22,6 34,6 42,8 6,7Hostelería 48.737 17,3 74,0 8,7 18,6 19,7 61,7 20,2TIPO 7 73.858 18,8 71,6 9,6 20,0 24,8 55,3 15,6Agricultura 5.963 20,6 54,7 24,7 31,9 36,8 31,3 13,0Pesca 2.948 33,2 66,8 56,0 33,4 10,6 I. alimentación 22.321 22,2 72,0 5,8 38,3 19,4 42,4 17,1Construcción 86.281 24,0 68,8 7,2 30,8 19,1 50,1 16,3TIPO 8 117.513 23,7 68,6 7,6 32,9 20,4 46,7 15,9Ser. doméstico 31.324 8,1 77,3 14,6 6,5 16,0 77,5 5,9TIPO 9 31.324 8,1 77,3 14,6 6,5 16,0 77,5 5,9TOTAL 903.512 42,8 51,7 5,5 41,3 18,7 39,9 24,6
EST 1: Proporción de ocupados con estudios cualificados (PF II o estudios universitarios). EST 2: Proporción de ocupados con otros estudios (primarios, FP I o secundarios no profesionales). EST 3: Proporción de ocupados sin estudios primarios. EXP 1: Proporción de ocupados con experiencia laboral significativa (3 o más años en empleo actual o
anterior) en empleos con tecnología moderna. EXP 2: Proporción de ocupados con experiencia laboral significativa (10 o más años en empleo actual) en
empleos con tecnología convencional. EXP 3: Proporción de ocupados sin experiencia laboral significativa. FNR: Proporción de ocupados con formación complementaria (conocimiento bueno o muy bueno de
idiomas extranjeros o formación no reglada con impacto sobre el empleo).
289
Aproximándonos a la aproximación tipológica abordada en el caso de los grupos
profesionales, obtenemos la siguiente distribución de ramas de actividad en función del nivel de
cualificación de las personas en ellos ocupadas.
Tabla 6.4.
Tipos de población ocupada por rama de actividad y nivel de cualificación, experiencia y formación
complementaria
Predominio
experiencia:
tecnología
moderna
Predominio
experiencia
(moderna o
convencional)
Predominio no
experiencia
TIPO 1
TIPO 2
TIPO 3
N: 364.449
Predominio estudios
cualificados (y FNR
complementaria)
(40,3%)
TIPO 4 TIPO 5 TIPO 6
N: 163.258 N: 153.109
Peso significativo estudios
cualificados
(y FNR complementaria)
(18,1%) (16,9%)
TIPO 8 TIPO 7 TIPO 9
N: 117.513 N: 105.182
No papel significativo
estudios cualificados y
FNR complementaria
(13,0%) (11,6%)
Predominio: En torno a >= 45% Significativo: En torno a 25-44%
A diferencia de lo que se observa a nivel profesional, los resultados por ramas reflejan una
evolución positiva de lo niveles de cualificación, particularmente en lo relativo a los tipos 3, 4 y 6,
aumentando la proporción de trabajadores con experiencia de ocupación en un empleo
desarrollado con tecnología moderna. Esta evolución favorable, sin embargo, se compensa
parcialmente con una evidente descualificación, en cuanto a las características formativas, del tipo
7.
290
En conjunto, esta evolución se traduce en un aumento del peso relativo de la ocupación en
los tipos más cualificados (1 a 3), los cuales pasan de recoger un 39,5% de la población ocupada
en 1999 al 40,3% actual. También aumenta, en cambio, la proporción correspondiente a los
colectivos situados en los tipos menos cualificados (tipos 7 a 9), pasando de representar un 23,6%
de la ocupación en 1999 al 24,6% actual. El aumento es superior, como puede observarse, al que
se da entre los tipos más cualificados.
Las situaciones intermedias, correspondientes a los tipos 4 a 6, son por tanto las que pierden
peso relativo, pasando de representar un 37% de la población ocupada en 1999 al 35% actual.
Los datos reflejan, en definitiva, un aumento del peso relativo de las ramas de actividad más
cualificadas que queda compensado por un incremento paralelo de las menos cualificadas,
perdiendo peso relativo las ramas de actividad caracterizadas por un nivel de cualificación
intermedia. La tendencia a unos rasgos globalmente más cualificados en estas ramas intermedias
(aumenta en los grupos 4 y 6 la proporción de personas ocupadas con experiencia de trabajo
significativa en tareas con tecnología moderna) confirma, no obstante, un movimiento globalmente
favorable de los niveles de cualificación por ramas y sectores de actividad.
291
VII.- APROXIMACIÓN FINAL AL AJUSTE EMPLEO-FORMACIÓN REGLADA
292
APROXIMACIÓN FINAL AL AJUSTE EMPLEO-FORMACIÓN REGLADA
Un aspecto de gran importancia para el estudio es analizar la medida en que, en el momento
actual, se está produciendo un nivel de ajuste suficiente entre la estructura de cualificación de la
población ocupada, entendida en términos de formación reglada inicial, y el sistema productivo.
De acuerdo con lo observado en el informe, las principales distorsiones detectadas a este
nivel son de la siguiente naturaleza:
1. Personas con estudios universitarios que no trabajan como directores-gerentes, profesionales
o técnicos de apoyo.
2. Personas con estudios de FP II que trabajan como auxiliares administrativos o en trabajos no
cualificados de la industria y los servicios.
3. Personas con FP I o estudios secundarios que trabajan en empleos no cualificados de la
industria y los servicios.
En conjunto, 109.266 son los casos de ocupados en los que se detecta esta problemática en
el año 2003, lo que supone un 12,1% de la población ocupada total. Esta realidad implica un
notable empeoramiento de la situación respecto a 1999, año en el que 81.733 personas se
encontraban en esta situación, un 9,9% del total. La proporción se reduce en cambio respecto al
13,6% de 1995, si bien en términos cuantitativos el volumen de personas afectadas resulta todavía
superior (96.177 personas en 1995).
A diferencia de lo observado en 1995, año en el que se detectaba cierto equilibrio en función
del género, la problemática considerada afecta más llamativamente en la actualidad – como ya
sucedía en 1999 - a las mujeres (56,5% de casos frente al 43,5% correspondiente a la población
masculina). De hecho, mientras un 16,9% de las mujeres se ven afectadas por el problema, la
incidencia baja al 8,8% entre los hombres. El impacto del problema suele ser, a todas las edades,
alrededor de dos veces mayor entre las mujeres que entre los hombres (22,1 frente a 12,7% entre
los menores de 35 años; 15,9% frente a 9% entre las personas de 35 a 44 años y 11 frente a 5%
en los mayores de 45 años).
Los datos revelan, por otra parte, una fuerte concentración de las problemáticas entre las
personas más jóvenes, aumentando su presencia relativa conforme desciende la edad. De hecho,
el 51,5% de las personas afectadas son menores de 35 años por 28,6% de personas de 35 a 44
años y 20% de mayores de 45 años.
293
A pesar de su mejor posición comparativa, la evolución reciente muestra en general un mayor
empeoramiento de la situación entre los hombres, con incrementos de las tasas de incidencia a
todas las edades en los últimos años. La situación de los hombres de 35 y más años supone en
gran medida una vuelta a la situación observada 1995, aumentando ligeramente la incidencia sin
embargo en los mayores de 45 años (5% frente a cifras cercanas al 3% en 1995 y 1999). Se
mantienen en cambio tasas todavía muy inferiores entre la población masculina menor de 35 años
(12,7% frente a 20,3% en 1995, por encima en cambio del 9,1% de 1999).
Entre las mujeres, las tasas se mantienen respecto a 1999 entre las menores de 45 años,
aumentando notablemente en cambio entre las mayores de esa edad (11%, por encima del 6,1%
de 1999 y del 9,3% de 1995). La posición de las menores de 45 años refleja no obstante, más que
una situación más favorable, una tendencia a la estabilización a partir de 1999 de los niveles de
distorsión existentes, con una ligera tendencia a la baja entre las más jóvenes (22,1% frente al
26,9% de 1995) y al alza entre las personas de 35 a 44 años (de 13,4% en 1995 a 15,9% en la
actualidad).
En el contexto de la mayor incidencia del problema entre las mujeres y entre los más jóvenes,
destaca igualmente por tanto la tendencia al mantenimiento e incluso empeoramiento de la
incidencia de las distorsiones analizadas entre los mayores de 35 años. Esta realidad contrasta
con la tendencia a una mejora a largo plazo de los indicadores entre los más jóvenes que se
consolida a partir de 1999, en especial entre los hombres, a pesar del ligero empeoramiento de la
tasa de incidencia entre 1999 y 2003.
Tabla 7.1.
Población ocupada en la que se observan distorsiones formación-empleo por sexo y edad
(Datos absolutos, % verticales y niveles de incidencia respecto a la población ocupada)
Sexo y edad Datos
absolutos % ver. 2003
Incidencia 2003
Incidencia 1999
Incidencia 1995
Hombres <35 23.997 22,0 12,7 9,1 20,3 Hombres 35-44 13.621 12,5 9,0 5,4 9,3 Hombres >= 45 9.964 9,1 5,0 3,0 2,8 Hombres 47.581 43,5 8,8 6,0 Mujeres <35 32.228 29,5 22,1 22,4 26,9 Mujeres 35-44 17.543 16,1 15,9 15,6 13,4 Mujeres >= 45 11.913 10,9 11,0 6,1 9,3 Mujeres 61.684 56,5 16,9 16,6 TOTAL 109.266 100 12,1 9,9 13,6
294
Profundizando en las cuestiones señaladas, analizamos a continuación los diferentes tipos de
distorsiones observadas entre la población ocupada de la CAE en función de su ocupación y nivel
de cualificación.
La principal distorsión hace referencia a la ocupación de empleos de auxiliar administrativo
por titulados de universitarios o de FP II, con un total de 46.392 ocupados afectados (42,5% del
total de distorsiones detectadas). Un 17,1% corresponde a puestos de auxiliares ocupados por
universitarios y otro 25,4% a puestos ocupados por titulados de FP II.
Esta distorsión aparece asociada en su mayor parte a mujeres (65,3%), especialmente en lo
que concierne a los puestos de auxiliares administrativos ocupados por mujeres con estudios
universitarios (76%). Otro aspecto a mencionar es el factor edad, con un 51,7% de personas
menores de 35 años.
En segundo lugar, según el orden de importancia, se sitúa la distorsión formación-empleo
asociada a la ocupación de puestos no cualificados por personas con un nivel mínimo nivel de
formación reglada (al menos FP I o estudios secundarios no profesionales). 40.522 son las
personas ocupadas afectadas, lo que supone un 37,1% del total de disfunciones observadas.
Destaca sobre todo, en este caso, el 20,9% correspondiente a los puestos ocupados por personas
con FP I o estudios secundarios, seguido por el 9,7% de puestos no cualificados ocupados por
titulados de FP II y el 6,5% correspondiente a titulados universitarios.
Mientras las características de la población universitaria con estudios cualificados responden
al perfil señalado para las personas con subocupación en el ámbito administrativo, predominando
por tanto las mujeres (62,4%), entre los titulados secundarios predominan en cambio los hombres
(58,3% en el caso de FP II y 51,4% en el caso de FP I o estudios secundarios).
Otro aspecto importante se asocia a la edad. Mientras en las personas con título universitario
o FP II que ocupan puestos no cualificados predominan los menores de 35 años (66,8 y 59,9%,
respectivamente), en el caso de FP I o estudios no secundarios es dominante la población de 35 a
44 años (33,5%) y de 45 o más años (31,3%), en especial entre las mujeres. El peso de las
mujeres de 35 a 44 años es también importante, no obstante, en el caso de las personas de FP II
con puestos no cualificados (23% del total).
El tercer colectivo que presenta esta problemática se corresponde con los puestos de la
industria y servicios – que no sean de carácter administrativo o técnico - ocupados por
universitarios. Se trata de 22.351 personas, un 20,5% de total de ocupados en los que se detecta
algún tipo de distorsión llamativa entre ocupación y cualificación.
295
Este grupo se encuentra divido en proporciones semejantes entre hombres y mujeres (48,7 y
51,3%, respectivamente), predominando entre las mujeres las menores de 35 años (37,0%) y
entre los segundos, en porcentajes similares, los hombres entre 35 y 44 años (22,2%) y los
menores de 35 años (21,7%). En conjunto, los menores de 35 años suponen un 58,7% del total.
Tabla 7.2.
Población ocupada en la que se observan distorsiones formación-empleo por tipo de distorsión,
sexo y edad
(Datos absolutos)
Tipo de distorsión Hombres
<35 Hombres
35-44 Hombres
>= 45 Total
HombresMujeres
<35 Mujeres 35-44
Mujeres >= 45
Total Mujeres TOTAL
Empleos administrativos auxiliares Ocupados por universitarios. 2.058 2.409 4.467 9.567 3.024 1.586 14.177 18.644Ocupados por FP II 4.525 4.486 2.636 11.647 7.841 3.804 4.456 16.101 27.748Total Empleos Administrativos 6.583 4.486 5.045 16.113 17.408 6.828 6.042 30.278 46.392Otros empleos cualificados Ocupados por universitarios 4.857 4.964 1.069 10.890 8.259 2.250 952 11.461 22.351Total otros empleos cual. 4.857 4.964 1.069 10.890 8.259 2.250 952 11.461 22.351Empleos no cualificados Ocupados por universitarios 2.015 651 2.666 2.723 1.254 454 4.431 7.097Ocupados por FP II 4.582 637 952 6.172 1.764 2.436 222 4.422 10.594Ocupados por FP I-Sec. no prof. 5.959 2.883 2.898 11.740 2.073 4.773 4.244 11.091 22.831Total empleos no cualificados 12.557 4.171 3.850 20.578 6.561 8.464 4.920 19.945 40.522TOTAL 23.997 13.621 9.964 47.581 32.228 17.543 11.913 61.684 109.266
Tabla 7.3.
Población ocupada en la que se observan distorsiones formación-empleo por tipo de distorsión,
sexo y edad
(% verticales)
Tipo de distorsión Hombres
<35 Hombres
35-44 Hombres
>= 45 Total
HombresMujeres
<35 Mujeres 35-44
Mujeres >= 45
Total Mujeres TOTAL
Empleos administrativos auxiliares Ocupados por universitarios. 8,6 0,0 24,2 9,4 29,7 17,2 13,3 23,0 17,1 Ocupados por FP II 18,9 32,9 26,5 24,5 24,3 21,7 37,4 26,1 25,4 Total Empleos Administrativos 27,4 32,9 50,6 33,9 54,0 38,9 50,7 49,1 42,5 Otros empleos cualificados Ocupados por universitarios 20,2 36,4 10,7 22,9 25,6 12,8 8,0 18,6 20,5 Total otros empleos cual. 20,2 36,4 10,7 22,9 25,6 12,8 8,0 18,6 20,5 Empleos no cualificados Ocupados por universitarios 8,4 4,8 0,0 5,6 8,4 7,2 3,8 7,2 6,5 Ocupados por FP II 19,1 4,7 9,6 13,0 5,5 13,9 1,9 7,2 9,7 Ocupados por FP I-Sec. no prof. 24,8 21,2 29,1 24,7 6,4 27,2 35,6 18,0 20,9 Total empleos no cualificados 52,3 30,6 38,6 43,2 20,4 48,2 41,3 32,3 37,1 TOTAL 100 100 100 100 100 100 100 100 100
296
Tabla 7.4.
Población ocupada en la que se observan distorsiones formación-empleo por tipo de distorsión,
sexo y edad
(% horizontales)
Tipo de distorsión Hombres
<35 Hombres
35-44 Hombres
>= 45 Total
HombresMujeres
<35 Mujeres 35-44
Mujeres >= 45
Total Mujeres TOTAL
Empleos administrativos auxiliares Ocupados por universitarios. 11,0 0,0 12,9 24,0 51,3 16,2 8,5 76,0 100 Ocupados por FP II 16,3 16,2 9,5 42,0 28,3 13,7 16,1 58,0 100 Total Empleos Administrativos 14,2 9,7 10,9 34,7 37,5 14,7 13,0 65,3 100 Otros empleos cualificados Ocupados por universitarios 21,7 22,2 4,8 48,7 37,0 10,1 4,3 51,3 100 Total otros empleos cual. 21,7 22,2 4,8 48,7 37,0 10,1 4,3 51,3 100 Empleos no cualificados Ocupados por universitarios 28,4 9,2 0,0 37,6 38,4 17,7 6,4 62,4 100 Ocupados por FP II 43,3 6,0 9,0 58,3 16,7 23,0 2,1 41,7 100 Ocupados por FP I-Sec. no prof. 26,1 12,6 12,7 51,4 9,1 20,9 18,6 48,6 100 Total empleos no cualificados 31,0 10,3 9,5 50,8 16,2 20,9 12,1 49,2 100 TOTAL 22,0 12,5 9,1 43,5 29,5 16,1 10,9 56,5 100
En términos evolutivos, la tendencia al aumento de las problemáticas respecto a 1999 es
evidente en los distintos casos. Sin embargo, la subocupación en empleos no cualificados es la
que más aumenta, 42,8% por 35,8% en el caso de otros empleos cualificados y del 25,7% en lo
relativos a los empleos administrativos.
Hay que señalar sin embargo que, entre 1995 y 1999, el tipo de distorsión relativo a puestos
no cualificados se caracterizó por una notable caída. De hecho, a pesar del aumento registrado
entre 1999 y 2003, el balance sigue siendo globalmente favorable para el periodo 1995-2003, con
un 22,6% menos de este tipo de situaciones respecto a 1995. En cambio, las otras distorsiones no
han dejado de incrementarse en los ocho años considerados, resultando globalmente más fuerte
en términos relativos en lo que hace referencia a los empleos como trabajador cualificado
desempeñado por universitarios (116% por 38,9% en los puestos de naturaleza administrativa). El
resultado es una pérdida relativa de importancia de las distorsiones asociadas a la ocupación de
puestos no cualificados (de 54,5% del total en 1995 al 37,1% actual), aumentando en cambio el
peso relativo de las distorsiones vinculadas a puestos administrativos (de 34,7 a 42,5%) y, sobre
todo, a trabajos cualificados de la industria y los servicios (de 10,8 a 20,5%).
297
Tabla 7.5.a
Evolución de la población ocupada en la que se observan distorsiones formación-empleo por tipo
de distorsión
(Datos absolutos y tasas de crecimiento poblacional, en %)
Tipo de distorsión 2003 1999 1995 % crec.
2003/1999 % crec.
2003/1995Aux.admvos./Univ. o FP II 46.392 36.909 33.399 25,7 38,9 Emp.cualificados/Universitarios 22.351 16.457 10.350 35,8 116,0 Emp. no cualificados/Titulados 40.522 28.367 52.368 42,8 -22,6 TOTAL 109.266 81.733 96.117 33,7 13,7
Tabla 7.5.b
Evolución de la población ocupada en la que se observan distorsiones formación-empleo por tipo
de distorsión
(% verticales)
Tipo de distorsión 2003 1999 1995 Aux.admvos./Univ. o FP II 42,5 45,2 34,7 Emp.cualificados/Universitarios 20,5 20,1 10,8 Emp. no cualificados/Titulados 37,1 34,7 54,5 TOTAL 100 100 100
Los datos señalados nos siguen mostrando la permanencia de una situación de indudable
presión de los niveles de titulación más altos sobre los puestos de trabajo que, teóricamente,
deberían estar ocupados por personas de niveles de titulación inferiores. Podemos tratar de
comprobar qué incidencia tiene esta cuestión sobre aspectos relativos a la ocupación y al paro en
función del nivel de estudios.
Los datos confirman, en particular, la notable presión de los titulados universitarios en
ocupaciones que requieren un nivel de cualificación inferior, de forma que el nivel de paro
potencial (el que se daría en el caso de no poder recurrir a empleos de características inferiores al
nivel formativo de partida) entre este colectivo resulta 3,2 veces superior al volumen de paro real
(70.253 parados potenciales frente a 22.161 parados reales). Esta situación también se observa,
aunque con menor intensidad, entre las personas con estudios de FP II, con un nivel de
desempleo que también resulta 2,1 veces superior al nivel de desempleo real (29.989 parados
potenciales frente a 13.999 parados reales).
En cambio, en el caso de las personas con estudios primarios y secundarios no cualificados,
los niveles de paro real se sitúan por encima del paro potencial, en 40.522 personas en el primer
caso y 23.561 en el segundo.
298
De darse un total ajuste formación-empleo, sin poder recurrirse a empleos de nivel inferior al
de la titulación de nivel superior alcanzada, la tasa de no ocupación caería potencialmente del 8,1
al 0% entre personas con estudios primarios y del 12,8 al 2,2% en el caso de personas con
estudios secundarios no profesionales y FP I. En cambio, aumentaría de 7,2 a 15,4% entre
titulados de FP II y, más llamativamente, de 9,7 a 30,8% en el caso de titulados universitarios.
Estas cifras resultan elocuentes de cual es actualmente el sentido de la insuficiente oferta de
puestos de trabajo para la demanda realmente existente, aumentando el nivel de paro potencial en
función del nivel de estudios, con cortes evidentes entre titulados secundarios no cualificados y
cualificados y, mucho más nítidamente, entre titulados de FP II y universitarios. Resulta por tanto
evidente que la relativa homogeneidad en las tasas de paro que se observa con carácter general
esconde, en realidad, profundos desequilibrios en el ajuste entre ocupación y cualificación.
Respecto a 1999, debe señalarse que mientras la tasa de no ocupación potencial desciende
claramente en el caso de personas sin estudios o con estudios primarios (de 9,7% a 0% en 2003)
así como en secundarios no profesionales y FP I (de 12,9 a 2,2%), sigue manteniéndose
relativamente estable en el caso de titulados de FP II (17,9% en 1999 y 15,4% en 2003) y de la
población universitaria (31,8% en 1999 y 30,8% en el año 2003). Esto refleja que las
problemáticas estructurales siguen estando presentes, y actuando de forma activa, más allá de la
aparente mejora asociada a la caída real de las tasas de paro.
Tabla 7.6.a
No ocupación potencial y real por nivel formativo. Población activa
(Datos absolutos y tasas en %)
Nivel formativo No ocupados
reales No ocupados potenciales
Tasa de no ocupación
real 2003
Tasa de no ocupación potencial
2003
Tasa de no ocupación potencial
1999 Sin estudios-Primarios 28.384 -12.138 8,1 -3,4 9,7 Secundarios no cualificados 28.362 4.801 12,8 2,2 12,9 FP II 13.999 29.989 7,2 15,4 17,9 Terciarios 22.161 70.253 9,7 30,8 31,8 TOTAL 92.906 92.906 9,3 9,3 16,8 Parados potenciales = Parados reales + Puestos ocupados de nivel inferior – puestos propios ocupados por
personas de nivel formativo superior
La toma en consideración de la población potencialmente activa no cambia el diagnóstico
señalado, aún cuando lógicamente implica un aumento en las tasas de no ocupación, en particular
entre los colectivos menos cualificados. De esta forma, la tasa de no ocupación potencial
aumentaría al 4,5% entre la población sin estudios o con estudios primarios y al 8,9% entre el
299
colectivo con estudios de FP I o secundarios no profesionales. Las tasas se mantendrían
sustancialmente en el caso de la FP II (17,2%) o de la población con estudios universitarios
(32,1%).
Tabla 7.6.b
No ocupación potencial y real por nivel formativo. Población activa y potencialmente activa
(Datos absolutos y tasas en %)
Nivel formativo
No ocupados
reales
No ocupados potenciales
Tasa de no ocupación
real
Tasa de no ocupación potencial
Sin estudios-Primarios 57.872 17.350 15,2 4,5 Secundarios no cualificados 44.768 21.207 18,8 8,9 FP II 18.077 34.067 9,1 17,2 Terciarios 26.578 74.671 11,4 32,1 TOTAL 147.295 147.295 14,0 14,0
Parados potenciales = Parados reales + Puestos ocupados de nivel inferior – puestos propios ocupados por
personas de nivel formativo superior
Podemos analizar en qué tipo de estudios se concentra principalmente la problemática
considerada, en particular en el caso de los titulados universitarios. En este caso, se constata que
la tasa de no ocupación real y potencial sólo resulta similar, entendiendo por tal diferencias
menores a 5 puntos, en el caso de las profesiones sanitarias medias (2,3% real y 4,7% potencial)
y de medicina (0% real y 3,2% potencial). En los demás casos, el desfase entre paro real y
potencial es siempre superior a 10 puntos.
Esto se asocia a un fuerte aumento de las tasas de paro potencial. En realidad, salvo en
medicina y las titulaciones sanitarias medias, donde la tasa de no ocupación potencial es inferior al
5%, en los demás casos la tasa potencial es siempre superior al 15%. La tasa se sitúa alrededor
de 20-25% en las ingenierías superiores (19,5%), Profesorado de EGB (21,8%) y Derecho
(24,2%), alcanzando 27,6% en otros estudios superiores y 28,5% en ingenierías técnicas. La tasa
de no ocupación supera el 30% en el resto de titulaciones universitarias (otros estudios terciarios
medios, estudios especializados medios, informática, ciencias naturales y exactas, filosofía y
letras, económicas y estudios especializados superiores). La problemática de ajuste de la
formación universitaria a las necesidades del mercado de trabajo sigue resultando, por tanto,
fundamental.
La evolución reciente resulta distinta según el tipo de estudios. En algunos casos, se observa
un empeoramiento de las tasas de paro potencial. Así, se detecta un empeoramiento sustancial en
el ámbito de las ingenierías (de 18,4 a 28,5% en las ingenierías técnicas; de 9,8 a 19,5% en las
superiores), en Informática, Ciencias Naturales y Exactas (de 23,9 a 32,3%), Filosofía y Letras (de
300
37,1 a 42,9%) y otros estudios especializados superiores (de 5,2 a 35,3%). En otros casos, se
mantienen en lo sustancial los niveles de no ocupación potencial, tal y como sucede en
Económicas (de 36,6 a 34,7%). Las mejoras resultan, en cambio, notables en Profesorado de
EGB, ATS, Derecho, Medicina y, en general, otros estudios terciarios medios o superiores.
Tabla 7.7.
No ocupación potencial y real en personas con estudios terciarios por tipo de estudios terciarios
Población activa
(Datos absolutos y tasas en %)
Tipo de estudios terciarios
No
ocupados
real
Tasa de no
ocupación
real
2003
Tasa de no
ocupación
real
1999
No ocupados
Potencial
Tasa de no
ocupación
potencial
2003
Tasa de no
ocupación
potencial
1999
Ingeniería Técnica 1.965 10,7 7,3 5.227 28,5 18,4 Profesorado de EGB 569 2,2 9,9 5.634 21,8 31,9 Prof. Sanitarias (ATS) 231 2,3 9,2 479 4,7 14,3 Otros terciarios medios 3.250 12,2 16,8 15.534 58,3 62,1 Especializados medios 611 45,0 100 Ingenierías superiores 1.587 8,7 6,0 3.539 19,5 9,8 Informática, exactas 1.991 12,2 16,2 5.290 32,3 23,9 Filosofía y letras 4.081 16,8 18,2 10.427 42,9 37,1 Económicas 2.586 9,3 11,9 9.639 34,7 36,6 Derecho 1.748 9,0 17,5 4.703 24,2 31,4 Medicina 8,6 332 3,2 8,6 Otros terc. superiores 2.223 11,4 23,3 5.372 27,6 34,5 Especializados superiores 1.930 19,6 5,2 3.467 35,3 5,2 TOTAL 22.161 9,7 14,0 70.253 30,8 31,8
En la siguiente tabla presentamos un balance final relativo al nivel de inserción laboral en
función del nivel de formación reglada inicial, considerado a tales efectos al total de población
susceptible de participar en el sistema productivo, considerando por tanto al conjunto de activos,
reales o potenciales.
Los datos relativos a la incidencia de la población no ocupada en empleos ajustados a la
cualificación refleja, para el conjunto de activos reales o potenciales, una tasa mínima del 14%
entre la población con estudios primarios, tasa que sube al 21% en personas sin estudios o con
FP I. El aumento ya es notable, situándose en el 28,5%, entre titulados de FP II. El mayor nivel del
indicador corresponde a los titulados secundarios no profesionales y universitarios, con tasas
situadas entre el 30 y el 35%.
301
Las tasas se reducen al considerar en exclusiva a la población activa, en particular entre las
personas con menor nivel de cualificación. Pero la imagen general se mantiene.
Los datos reflejan por tanto que, en el momento actual, el ajuste entre cualificación y sistema
productivo está lejos de haberse producido. El origen se encuentra fundamentalmente en lo
relativo a las personas con estudios secundarios y terciarios, repercutiendo secundariamente en
los colectivos menos cualificados como consecuencia de las distorsiones derivadas de la
ocupación de puestos menos cualificados por personas de mayor cualificación3.
Tabla 7.8.a
Tasas de ocupación en empleos ajustados a la cualificación por nivel formativo
Población activa
(En %)
Nivel formativo
Ocupados en empleos ajustados
Ocupados en empleos de
menor cualificación No ocupados
No ocupados en empleos ajustados
Sin estudios primarios 86,8 13,2 13,2 Estudios primarios 92,9 7,1 7,1 FP I 80,9 9,9 9,2 19,1 Secundarios no profesionales 74,2 10,6 15,3 25,8 FP II 73,0 19,7 7,2 27,0 Estudios terciarios medios 66,7 26,0 7,3 33,3 Estudios terciarios superiores 70,7 18,3 11,1 29,3 Total 79,7 11,0 9,3 20,3
3 Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que no en todos los casos la existencia de distorsiones objetivas entre cualificación y empleo es percibida en ese sentido en términos subjetivos. En este informe nos interesamos sin embargo únicamente en la dimensión estrictamente objetiva de la relación cualificación-empleo.
302
Tabla 7.8.b
Tasas de ocupación en empleos ajustados a la cualificación por nivel formativo
Población activa y potencialmente activa
(En %)
Nivel de estudios
Ocupados en empleos ajustados
Ocupados en empleos de
menor cualificación No ocupados
No ocupados en empleos ajustados
Sin estudios primarios 79,0 21,0 21,0 Estudios primarios 86,0 14,0 14,0 FP I 79,0 9,7 11,3 21,0 Secundarios no profesionales 67,0 9,5 23,5 33,0 FP II 71,5 19,3 9,1 28,5 Estudios terciarios medios 65,0 25,4 9,6 35,0 Estudios terciarios superiores 69,6 18,0 12,5 30,4 Total 75,6 10,4 14,0 24,4
303
304
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 2
I.- ESTUDIOS REGLADOS 4 LOS ESTUDIOS REGLADOS DE LA POBLACIÓN ACTIVA DE EUSKADI 5
1.- ASPECTOS GENERALES 5 1.1.- Población activa sin estudios primarios 10 1.2.- Población activa con estudios primarios o de FP I 13 1.3.- Población activa con estudios secundarios 16 1.4.- Población activa con estudios terciarios. 19
2.- TENDENCIAS ESTRUCTURALES 23 2.1.- Tendencias por grupos de edad 23 2.2.- Tendencias según el género 35
II.- FORMACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO 42 FORMACIÓN Y MERCADO DE TRABAJO 43
1.- FORMACIÓN REGLADA Y TASAS DE PARO 43 1.1.- Población activa con estudios primarios o FP I 50 1.2.- Población activa con estudios secundarios 54 1.3.- Población activa con estudios terciarios 58
2.- LOS PROBLEMAS DE INSERCIÓN LABORAL AL FINALIZAR LOS ESTUDIOS 63 2.1.- La experiencia de una situación de desempleo de al menos 6 meses 63 2.2.- La ausencia completa de experiencia laboral 74
3.- FORMACIÓN REGLADA Y CARACTERÍSTICAS DEL EMPLEO 85 3.1.- El acceso a un empleo estable 85 3.2.- El acceso a un empleo estable y tecnológicamente moderno 101 3.3.- Formación reglada y tipo de ocupación en función de la profesión 117
III.- LA EXPERIENCIA PROFESIONAL 133 LA EXPERIENCIA PROFESIONAL 134
1-. AÑOS DE EXPERIENCIA EN LA OCUPACIÓN ACTUAL 138 1.1.- La experiencia laboral según características sociodemográficas 141 1.2.- La experiencia laboral en la ocupación actual según el tipo de ocupación,
empresa y relación contractual 144 1.3. La experiencia laboral según el tipo de tecnología utilizada 154
2.- LA EXPERIENCIA LABORAL DE LA POBLACIÓN ACTIVA NO OCUPADA 181
IV.- LA FORMACIÓN EDUCATIVA COMPLEMENTARIA 202 LA FORMACIÓN EDUCATIVA COMPLEMENTARIA 203
1. LA FORMACIÓN NO REGLADA EN LA ACTUAL POBLACIÓN ACTIVA VASCA 203 1.1.- Aspectos generales 203 1.2.- Ámbitos de inserción ocupacional asociados a la formación no reglada 212 1.3.- La formación no reglada en la población desempleada 221
2.- EL CONOCIMIENTO DE IDIOMAS EXTRANJEROS 226 2.1.- Aspectos generales sobre el grado de conocimiento de idiomas de la
población activa 226 2.2.- Inserción ocupacional de las personas con conocimiento de idiomas 229 2.3.- El conocimiento de idiomas de la población no ocupada 234
V. UNA TIPOLOGÍA EN RELACIÓN AL ESTADO DE CUALIFICACIÓN DE LA
POBLACIÓN ACTIVA VASCA 236
1.- LA POBLACIÓN CON ESTUDIOS CUALIFICADOS Y EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA 240
2.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS CUALIFICADOS PERO CON EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA Y FORMACIÓN COMPLEMENTARIA 247
3.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS CUALIFICADOS PERO CON EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA 253
4.- LA POBLACIÓN SIN EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA PERO CON ESTUDIOS CUALIFICADOS 259
5.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS NI EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA PERO CON FORMACIÓN COMPLEMENTARIA 266
6.- LA POBLACIÓN SIN ESTUDIOS NI EXPERIENCIA LABORAL SIGNIFICATIVA 273 VI.- TIPOS DE POBLACIÓN OCUPADA EN FUNCIÓN DE LOS NIVELES DE
CUALIFICACIÓN 280
1. TIPOLOGÍAS DE GRUPOS PROFESIONALES 281 2. TIPOLOGÍA DE LAS RAMAS DE ACTIVIDAD 286
VII.- APROXIMACIÓN FINAL AL AJUSTE EMPLEO-FORMACIÓN REGLADA 292
305