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Introducción

a la cultura del tiempo

Conciencia del tiempo,imágenes y símbolosbásicos y algunas

metáforas tradicionales

1.- Conciencia e

imágenes del tiempo

LA CONCIENCIA DEL TIEMPO

“Si no me preguntan ya sé lo que es eltiempo. Si me lo preguntan no sé explicar-lo.”

Es la cita tantas veces repetida de SanAgustín que expresa la perplejidad que seproduce al encontrarse con las aporías deltiempo cuando reflexionamos sobre él.Este puede ser el punto de partida de nues-tro libro sobre algunos aspectos de nues-tra cultura del tiempo edición que por azarcoincide con esta simbólica inflexión tem-poral del cambio de milenio. Coinciden-cia que celebramos.

DOS IMÁGENES DEL TIEMPO

Podrían ser dos las imágenes funda-mentales del tiempo de las que pueden

derivar multitud de metáforas y símbolos:el tiempo como continuo y el tiempo comofractal; el flujo continuo indivisible delagua que corre sería por ejemplo imagendel tiempo continuo, y los números, el re-cuento de instantes serían imágenes deltiempo de fractales.

El río y la fuente son metáforas uni-versales del flujo del tiempo. Y las realida-des fractales (en las que cada una de suspartes tiene el mismo carácter que el todoy cada parte remite al todo), tienen susimágenes metafóricas en los espacios ho-rarios de los relojes de sol, en los granosque discurren en el reloj de arena y en losgolpes del áncora en los mecanismos pen-dulares de la relojería analógica y en losimpulsos electrónicos de los relojes digi-tales.

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El tiempo y sus símbolos. Cultura de la temporalidad

Y quizá la imagen del tiempo fraccio-nado acaba siendo la de un flujo porqueen la corriente de agua son gotas, unida-des acuosas, las que ‘confluyen’ en el río.Flujo cuantificable en cualquier caso.

El tiempo flujo, el tiempo sucesión; eltiempo línea, el tiempo puntos; el tiem-po continuo, y el tiempo unidades; eltiempo uno, y el tiempo fractal. Imáge-nes de una realidad inasible pero siempremedible, siempre numerable.

2.- Mirar el tiempo

La metáfora temporal de lamirada

DIRECCIÓN Y SENTIDO DELA MIRADA DE LA CONCIENCIA

Respectividad temporal de la concien-cia. Nos acogemos a la metáfora de lamirada, que en el imaginario del tiempoilumina las referencias temporales: miraradelante, mirar atrás, mirarse a sí mismo;mirar al futuro, mirar al pasado, mirar alhoy.

La conciencia siempre se produce enel presente, el acto de conciencia siemprees actual , se refiere al instante imparable,que acaece en un tiempo que no admitedemora. Un instante que es punto de in-flexión, sin extensión gráfica y sin dura-ción. Pero el contenido de ese acto deconciencia que ocurre en el presente, enla sucesión de presentes, en la reteitera-ción de instantes, esa conciencia, tienecomo objeto y como contenido el tiempopasado, (su memoria), o el tiempo futu-ro, (su proyecto).

La conciencia del tiempo tiene suimagen en la mirada. Los momentos dela secuencia temporal son objeto demiradas. La memoria mira atrás, alpasado; y se mira hacia el futuro,hacia delante. La mirada al presen-te es una mirada reflexiva, es mirar-se.

La imagen del rostro que mirapuede adquirir una significacióntemporal. Se mira el pasado, el pre-sente y el futuro. La figura del diosJano mirando al pasado y al futuroes un icono temporal de gran signi-ficación plástica.

3.- Mirada al futuro

Expectación y proyecto

LA EXPECTACIÓN

En la medida en que según Cassirer,la conciencia de futuro es anterior a la depasado y prevalece sobre ella, el hombrees un ser expectante y la imagen que co-rrespondería a esa situación sería la de unrostro que mira un horizonte impreciso,una mirada que mira intencionadamen-

de Arantzazu, el del Sagrado Corazón, elde Argia, etc.) contiene un tiempo pre-visto. Acumula sistemas simbólicos sobreel tiempo, está cargado de información ydosifica y raciona reflexión, humor, y pro-puestas culturales o éticas. Sus hojas es-tán preñadas de lo previsible y de lo ines-perado, de lo esperado y de la sorpresa.

La agenda es una propuesta de pautapara el tiempo. La agenda puede tenerabundante información similar a la de lostacos de pared pero su utilidad y signifi-cación es muy diferente. El taco dietariode sobremesa y las agendas planning plan-tean el tiempo como opción y oportuni-dad. Significativamente nos hacen due-ños y responsables del tiempo plantean-do el futuro como reto y obligando a lainvención del tiempo.

El calendario de pared. Presenta losdías alineados en semanas, y los meses re-cuadrados; tiene números rojos en las fes-tividades, se ofrece en mil formatos, des-de el poster de pared al tamaño naipe debolsillo. Tiene la significación de un cré-dito de tiempo, de “vale para un año” enel que tenemos que ir tachando y descon-tando los días vividos.

Almanaques. Los tradicionales alma-naques tenían contenidos similares a losque describiremos en los tacos de pared.La diferencia es que los almanaques ha-cían previsión del tiempo atmosféricobasados en una meteorología creencial opuramente aleatoria. Quizá tenía actitu-des adivinatorias, o quizá pretenda uncondicionamiento atmosférico que escon-día una intención mágica.

Calendarios astrales y horóscopos. Sesitúan en el terreno del esoterismo y de laadivinación. El tiempo y su calendarioastral conciben un tiempo afectado por el

determinismo, por lo que el futuro esprevisible, dado e inmodificable. Sóloes posible la adaptación inteligente alacontecer previsto. Se puede pensarque junto a personas que prestan aestos calendarios una total adhesiónhay muchas que se asoman a estoscalendarios con actitud de psicologis-mo de autoayuda, lúdica y humorís-tica.

EL CALENDARIO A LA VISTA Y ELRELOJ

MEDIDA Y CONTROL DEL TIEMPO

El calendario como institución so-cial que estructura el tiempo y lo pautatiene infinidad de representacionesgráficas en los más variados soportes.Calendarios de pared, de sobremesa,

de bolsillo, impresos en papel y cartón,en plásticos y un innumerable etcétera..

El reloj es el otro de los elementos re-presentativo del tiempo. Está lleno de uti-lidades, significaciones y simbolismo; yestá abierto a la alegoría; es además sus-ceptible de connotaciones técnicas, esté-ticas y económicas.

te, aunque pueda estar absorta. Es unamirada previsora, proyectiva y anticipa-dora; teñida de ilusión y de esperanza ode ánimo y temor.

Los relojes y calendarios miden eltiempo, lo racionan, pautan y contabili-zan. Son símbolos del tiempo pero enellos subyace una significación anticipa-toria y previsora del futuro, que promue-

ve una actitud de proyecto y expectati-va.

MIRADAS AL FUTURO

Hagamos un breve repaso de algu-nos elementos de nuestra cultura coti-diana con significados de expectación:

El taco de calendario (El calendario

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Introducción a la cultura del tiempo

Hay relojes calendario, electrónicos ydigitales; sencillos y complejos, ilustradosy sobrios o historiados, y sofisticados; loshay deportivos y lujosos, relojes utilita-rios y relojes joya, etcétera, etcétera. Nospodemos encontrar con escaparates llenosde centenares de modelos de reloj. Y lossemanarios y revistas ilustradas ocupanmuchas de sus páginas con publicidad derelojes, que son sin duda el objeto mássocorrido para regalar. La función utilita-ria del reloj se enmarca en un contexto depreocupación estética y por tanto sujeto ala evolución de la moda por pertenecer alos llamados complementos del vestir loque le introduce en el uni-verso de significacionesque eso comporta.

EL TACO DE CALENDARIOY LA AGENDA

DOS SISTEMASANTICIPATORIOS DEL

TIEMPO

EL TACO DE CALENDARIO

En la larga serie de mo-delos y formas en que sepresenta y representa el ca-lendario hay una que hagozado de gran aprecio ydifusión en nuestro país, esel taco de calendario. Y ajuzgar por las varias edito-riales que continúan pu-blicando estos calendariosse puede pensar que suaceptación no disminuye.Algún servicio y encantoofrecen sin duda. Nosotrosharemos una breve aproxi-mación fenomenológica aeste popular símbolo deltiempo.

Pluralidad de sistemassimbólicos. Su formato ydisposición es la de un blo-que de hojas y de ahí elnombre Taco de hojas, unapara cada día, que se vandesprendiendo. Reúne di-versos sistemas simbólicos:el numérico de los días,con los bloques mensualeso la contabilización ordinal del conjuntoanual; el calendario astronómico y sus efe-mérides, con horarios de orto y ocaso delsol, fases de la luna, mareas etc.; el calen-dario religioso con las fiestas litúgicas y elsantoral; el calendario laboral y hasta eltributario. Un mismo taco puede acumu-lar todas o muchas de estas informacio-nes.

Propuesta de cultura y ética. Además lahojita del día, al pie del número de la fe-cha ha solido llevar su “Minuto de filoso-fía” condensado en una breve fase más omenos célebre y conocida. Y en la parteposterior se alternan la anécdota, el chis-te, el relato o una lectura religiosa. Todoello adquiere el sentido de una dosifica-

la vida, y de la suerte. El taco con sus ho-jas es como un futuro anticipado y asegu-rado, es un crédito de tiempo concedidoque se visualiza en las hojas acumuladas,que guardan un tiempo previsto; es unaentrega de futuros que encierra la suges-tión de que ya lo poseemos. Es un tiem-po ya nuestro de algún modo, aunque seacomo promesa; es un futuro prometido;es un regalo de expectativa por consumir;es una entrega en dosis diarias pero en for-mato de contenido anual.

Administración y dosificación del tiem-po. El taco permite administrar el tiem-

po. “Bástale a cada día su pro-pio mal”. Bástale a cada díasu sabiduría, su relato, su cla-ve de sentido, su sugerenciade interpretación. Bástale sise cumple la propuesta éticade sus santos titulares o la delminuto de filosofía entre eladagio popular y el consejomoralizante o de autoayuda.

En el taco se toma con-ciencia de la oferta del tiem-po anual y diario. La hoja deldía es la oferta del tiempo ac-tual, que interioriza la pro-puesta del tiempo por vivir yel reto ético y vital que supo-ne.

El tiempo como oportuni-dad para la perspicacia. El tacosignifica la oportunidad en-tendida como posibilidad,pero también es la oportuni-dad entendida como ocasiónadecuada en el sentido del“momento oportuno.” “Hayun tiempo para cada cosa” (Lasabiduría). Un tiempo paracada cosa y cada cosa a sutiempo, dice la sabiduría po-pular.

La esperanza. El taco im-pone la necesaria disciplinapara arrancar solo una hoja yno tratar de anticipar el futu-ro simbolizado en las hojas dedías venideros. A veces se le-vanta la hoja tratando de ade-lantarse. Pero tampoco se sue-

le querer consumir la sorpresa y la nove-dad del mañana, porque sería la destruc-ción de la tensión de la esperanza. La hojade hoy nos anuncia la de mañana y nossitúa ante ella dando ocasión al nacimien-to de la esperanza de toda víspera.

Aspectos rituales. El taco ofrece ocasiónde potenciales actos rituales. El arrancarla hoja es un rito de la consciencia deafrontamiento del tiempo. Es un ritomañanero que puede quizá situarse entrelas acciones de desperezamiento, de esti-ramientos, de frote de ojos y otras rutinasatemperadoras del ánimo en el umbral deltiempo nuevo del día.

ción cultural para ese tiempo fraccionadoen días que el calendario proporciona.

Metáfora del tiempo. El taco metafori-za el tiempo en un bloque de hojas; es eltiempo en una imagen voluminosa dehojas acumuladas. Es la poética de la me-táfora del paso del tiempo como caídahacia el olvido y como reducción hacia laaniquilación: hojas que caen muertas, quese arrancan secas con el paso del tiempo;caen las hojas de los árboles y caen loscabellos...; es el tiempo consumido quetodo lo achica y reduce, como el cuerpodel anciano se adelgaza; es el tiempo con-

cedido de lo alto que cae sin retorno,inexorablemente, hacia su desaparición.

La dimensión profética. En el taco hayalgo de profecía. El taco se convierte ensímbolo de un futuro preñado que se nosentrega al comienzo del ciclo anual. Esun acúmulo de imaginación de futuro. Unsímbolo de anticipación temporal. Sím-bolo del proyecto y de un dossier de in-tenciones.

El taco es imagen de un futuro que seentrega, futuro temporal encerrado en laincógnita, la incertidumbre y la sorpresa.Encierra noticias y saberes aún por des-cubrir.

Promesa y anticipación. Es símbolo, eltaco, de la expectativa y de la promesa de

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El tiempo y sus símbolos. Cultura de la temporalidad

La agenda y elplaning

ESPACIOS PARA EL PROYECTO,PARA LA MEMORIA DE LA

HISTORIA Y PARA SU RELATO

La agenda contrasta con eltaco en su formato, en su fun-ción y utilidades para el afron-tamiento del tiempo, en susignificación y su poética, y enel ethos con que se utiliza yen el pathos que produce. Laagenda con sus espacios blan-cos deja imaginativamente laposibilidad de nuestra inter-vención en el tiempo pues elfuturo está sin escribir. Y tam-bién está por escribir la histo-ria de lo que me acontecerá yestá por escribir el relato conel que la contaré.

La agenda es símbolo deltiempo secular frente al carác-ter sacral de la concepción deltiempo subyacente en el tacode calendario.

Porque la agenda en su ca-rácter y significación de tiem-po secular conlleva la previ-sión del tiempo como actitudvital. Y la previsión supone unespíritu de secularización deltiempo. La previsión contras-ta con la actitud del descan-sar en manos de la providen-cia.

TIEMPO RECIBIDO Y TIEMPO PROYECTADO

En el horizonte sacralizado se sitúa laprovidencia fuera del mundo. Colocar laesperanza en el mundo es la actitud auto-providente que subyace en la agenda pro-duciéndose un cambio en el anclaje de laespectativa.

La agenda se sitúa, pues, frente al tacode calendario que sería la imagen del fu-turo determinado, y determinista, con unaesperanza ante una suerte ya echada, y yaescrita.

En la agenda está por escribir el obje-tivo cotidiano y el futuro previsor, inde-terminado y libre, con la esperanza abier-ta. En cambio en el tacoestá no solo determinado elfuturo sino además escritoy simbólicamente anticipa-do en la hoja diaria. En laagenda, hay resquicio ima-ginativo para el milagro,para el azar y la suerte.

Hay agendas que com-binan ambos elementos,santorales y frases éticascon los espacios para pre-ver el futuro y para escribirel acontecimiento hacien-do memoria de él. Y al revéstambién hay tacos que com-binan ambos elementos.

misma. Es en la agenda dondeel concepto de accidente tienesu sentido precisamente porqueno se deja sitio para el aconte-cer accidental.

Ethos y pathos. La agendaencierra en su propia mecánicauna moderna actitud anticipa-toria, un ethos diferente y unpathos también. La agenda seojea y se puede mirar al últimodía, pues se pretende eliminarla sorpresa y controlar el deve-nir. Esto da lugar a una actitudprometéica frente a las dificul-tades que el tiempo acumula yque la agenda nos las presentatodas juntas en el planninganual a la vista, propiciando es-trés.

El taco en su mecánica tieneun pathos de aceptación, de ple-gamiento, que “prohibe” la an-ticipación ya que al usuario solose le permite arrancar una hoja,la del día.

4.- La mirada al

pasado

Memoria, recuerdo yperformatividad

VIVIR ES UN ESTADO DE VOZ EN LA MEMORIA

Yo solía oír en la radio, como pórticode un espacio musical, el poema que trans-cribo más abajo. Lo recitaba su autor, lue-go supe que lo era. Llamé a la emisora yhablé con aquel locutor, autor y comen-tarista musical. Le dije a José Ramón Ri-poll que aquella poesía me atraía de unmodo singular. Me fascinaban las palabras,la voz que las decía, y la sugestión de lasimágenes. Con la referencia que me diome hice con el librito “Sílabas ocultas” delque él es autor, y pude leer y recordar “Lavoz de la memoria” y sentir el escalofríoque me solía producir “La piedra y la me-moria”. Y es que aquellas imágenes y suspalabras forman ya parte inexplicada demi imaginario del tiempo o quizá exis-

tían ya, quien sabe des-de cuando, en mi acer-vo imaginativo y ahoraconvocadas al recuerdose activaban, y se las sa-caba del pozo, de mipozo, y eran redimidas.Tal era la sintonía conaquellas palabras-imá-genes.

Se vive en la memo-ria; vivimos recordan-do, vivir es recordar. Laspiedras del acontecercaen, grávidas, perolentificadas por la den-sidad del aire en el in-

La agenda es símbolo del reto del tiempopor prevenir el acontecer indeterminadoy gratuito. La agenda tiene aspecto de for-mulario; es el símbolo de la programacióndel tiempo y de la previsión.

La agenda es como un exceso, comouna sicosis de previsión por el aprovecha-miento productivo del tiempo. Es ima-gen de la fijación en el proyecto sin dejarresquicio para el tiempo recibido, para eltiempo regalado, para el tiempo gratuitoy “ocioso”; no deja resquicio para la im-previsión.

La agenda como previsión del tiempo.En la agenda no hay lugar para que ocu-rran imprevistos pues elimina la suerte

LA PIEDRA Y LA MEMORIALa voz de la memoria nos redime del pozoDonde las piedras caen junto al silencio espeso.Su timbre nos recuerda que también fuimos piedrasQue en el pozo vivieron haciéndose silencio.Vivir es un estado de voz en la memoriaY la vida es un acto que el pozo me recuerda.Deja elegir su música pero impone su eco:El de la piedra oscura y la memoria blanca.

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Introducción a la cultura del tiempo

terior del pozo, por el ambiente que haceal silencio espeso e impenetrable al ruido.

Derrubio de aconteceres en el fangodel tiempo que fue, del tiempo ido. Du-ran en el silencio del olvido hasta que elrecuerdo da voz a la memoria que rescatadel fondo del pozo-placenta, receptor delocurrir; útero y vagina paridora de la vidadecantada en el silencio y en la oscuri-dad. Ahora el sedimento del tiempo se re-mueve y sale a la vida como reinventado,como música, pero que suena como algoya visto, y que se ve como algo ya oído. Elrecuerdo es el eco de esa música, músicaque es el invento del relato inventado dela memoria.

El pozo silencioso de lamemoria, el baúl cerrado de losrecuerdos, el cuarto oscuro delolvido, la noche impenetrabledel pasado perdido…Lugares,sitios, rincones, espacios dememoria, de olvido y pérdida.

Caer al pozo, guardar cosasen el arcón, arrojar al desván,encerrar en el cuarto oscuro, sertragado por la oscuridad, per-derse en la noche.

Sacar agua del pozo, limpiarel fondo, “sacar cosas nuevas yviejas” del baúl, encender unaluz en el desván, adivinar en lanoche la forma de las sombras.

Quizá sea solo una peque-ña sicopatología de la vida co-tidiana del estilo de las estudia-das por Freud, pero entresien-to en el poema sintonías queconvocan recuerdos que teníasin inventariar. Hay uno queme suena a cita bíblica implí-cita que he podido situar en elcapítulo 5, versículo 15 del li-bro del Deuteronomio. En laproclamación del Decálogo,cuando se insta en el tercer pre-cepto a que se conceda el des-canso también a los siervos y esclavos, seapela a la memoria de quienes fueron li-berados de la servidumbre del faraón y seles dice: “acuérdate que también tu fuisteesclavo en tierra de Egipto, y de allí fuisteliberado”. El olvido en el fondo del pozoes la esclavitud en tierra egipcia, la libera-ción mosaica del yugo del faraón es la re-dención del pozo del olvido.

En el poema se dice: “La voz de la me-moria nos redime del pozo…Su timbre nosrecuerda que también fuimos piedras queen el pozo vivieron haciéndose silencio”.Estas palabras han provocado un eructode mi memoria. Es el recurso de la me-moria, el acto del recuerdo el que redimedel olvido. Y esa apelación a la memoriatiene un carácter ético.

Igualmente nosotros recordando nues-tro gratuito rescate del pozo debemos res-catar del olvido palabras y palabras, pie-dras y piedras; debemos hacer del recuer-

hace que lo olvidado se recuerde. El re-cordar, el rememorar, es recuperarlo: loido retorna, lo muerto revive, y lo pasadose actualiza.

LA RECUPERACIÓN DEL TIEMPO PASADO.

La memoria crea en nosotros la con-vicción de la virtualidad del recuerdo, laconvicción de que lo pasado perdura y esrecuperable, y que su actualización no esinerte sino virtuosa. Por eso el recordar,el activar la memoria, el rememorar, es re-producir, representar, volver a hacer pre-sente el acontecer.

El recuerdo busca en la memoria eltiempo ido para actualizarlo, aunque no

ya como oportunidad sino comotiempo concluido pero efectiva-mente perdurable en los efectos. Loque ya ha sido no puede no habersido. Y hay algo de esa realidad quela memoria conserva. Y que el re-cuerdo pretende performatizar, ac-tualizar, y ‘representarlo’ efectiva-mente.

Una canción dice: “Voy a sacarjuventud de mi pasado”

¿Cómo se hace eso?. Se hace re-cordando y representándolo comoperformance. Recordando lo queviví y reviviéndolo. O también re-cordando las experiencias y apren-diendo del pasado. Pero en todocaso es actualizar por la memoria laexperiencia pasada. La lección delpasado es un poso del tiempo, desituaciones pasadas a las que se danrespuestas nuevas o aprendidas.Vuelve el tiempo como experien-cia, hecho lección, bajo forma depropuesta, y como opción de posi-bilidades inéditas.

Performatividad en lamemoria

PERFORMATIVIDAD Y CULTURA

Lo performativo es un acto significa-tivo, una acción que significa mientrasdura. El vivir humano tiene un carácterperformativo que es precisamente la cul-tura.

El vivir es una performance de la cul-tura. Hay una tradición de gestos, ritos,actitudes, formas, etc. En todos nuestrosactos reproducimos la cultura, represen-tamos la cultura. La vida tiene el carácterde performatividad de la tradición cultu-ral, con la actualización de formas y sig-nificados, que reviven el pasado, que re-cuperan el tiempo. La performatividad esuna actualización de significados y sím-bolos. De la tradición cultural.

Y en la expresión del pathos reprodu-cimos las formas, gestos, actitudes, pala-bras que la tradición nos ofrece. La ex-presión del sentimiento, el gesto, la mue-ca y la pose, está tomada del acervo decultura. La conciencia instantánea del

do un surtidor de vida. Una vez más estálatente una exigencia ética que la voz dela memoria arguye y exige.

El recordar el pasado tiene aquí un as-pecto de exigencia; es preceptiva la inda-gación en la memoria. Lo escrito, lo di-cho, lo vivido, lo visto, lo sentido, y todoel acervo de la cultura es tiempo irreden-to que espera que nuestro recuerdo lo sa-que del pozo y lo libere del olvido. Sóloasí será útil lo vivido por el hombre en elcurso largo de la historia.

Y se me enciende la imagen, tambiénbíblica, de “el dueño de la casa que sacadel arcón cosas nuevas y viejas” según con-viene. A falta de un pozo, en todas las ca-

sas hay un arcón, un armario de recuer-dos, un rincón de tesoros, un instrumen-to de música, que esperan su redencióndel olvido del tiempo.

Memoria y recuerdo

EN LA MEMORIA PERDURA EL TIEMPO PASADO

En la memoria radica una de las apo-rías del tiempo. El tiempo es algo ya ido,pero el pasado es también algo que per-manece. O habría que decir que algo per-manece del paso del tiempo. El acontecerque fue presente, es ahora pasado, perode algún modo sigue siendo, no ha des-aparecido total y definitivamente. Claroestá que nos referimos al poso del tiempoen la memoria. Es obvio que lo realizadoen el tiempo dura: las arquitecturas, lasinstituciones,o el rastro biológico.

El tiempo ido, ¿es tiempo perdido? Lapermanencia del tiempo en la memoria

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El tiempo y sus símbolos. Cultura de la temporalidad

acontecimiento en el presente del acae-cer, no es sólo, como diremos más ade-lante, autonarración del propio acontecersino también autorrepresentación, teatra-lización, dramatización y puesta en esce-na; la conciencia es autoescenificación enla memoria.

PERFORMANCIA DEL RECUERDO

Aunque “el tiempo que pronto se fuepara nunca más volver” queda en el pasa-do la estructura del recordar con su re-presentación de imágenes de la memoriabusca la reproducción de lo vivido; buscarevivir, volver a vivir.

La estructura del recordar, con la re-presentación de imágenes del pa-sado, busca la reproducción de lovivido, busca revivir, volver a vi-vir. Todo recuerdo tiene una in-tención performativa. La preten-sión de representar toda la secuen-cia de imágenes, pretensión quesubyace en todo recuerdo, es yauna performance del pasado.

El recuerdo intenta recobrar eltiempo ido, (no hablaríamos de eltiempo perdido), pero no preten-de recuperarlo como opción aúnpor realizar, como ocasión nueva,o como segunda opción. No. Elpasado vuelve de algún modo enel recuerdo pero no con su ofertade elección, como nueva oportu-nidad. Lo pasado está concluidopero el tiempo pasado no es tiem-po que se ha perdido del todo.

El pasado recordado tiene vir-tualidades: el pasado recordado esel contenido de la conciencia, laexplicitación de la identidad, el re-lato de la autoconciencia, el so-porte de la permanencia del yo, laposibilidad del vivir con sentido.El recuerdo soporta la conciencia presen-te y permite proyectar el futuro con co-herencia con el pasado.

El tiempo ido, el pasado, perdura enel recuerdo y el recordar es revivirlo comoperformance, con intención actualizado-ra y voluntad realizativa.

Rituales de la memoria

CREENCIA Y PERFORMANCE MÍSTICA

Los ritos del recordar se ponen desdeuna creencia performativa; la memoriaintenta la performance del pasado.

Esto en algunos casos se hace expreso.El carácter constitutivamente histórico delos contenidos de la teología cristiana ha-cen que sus liturgias, los signos y símbo-los sean rememorativos y sean tenidos poreficaces. La conmemoración de los hechosque se consideran salvadores actualiza lavirtualidad de aquellos como un efectomístico.

Los sacramentos y en especial el "me-morial de la muerte y resurrección de Je-

sús" son puestos en escena por la acciónlitúrgica con la intención positiva de ac-tualizarlos. La liturgia es una performan-ce mística. Pretende producir lo que sig-nifica. La relación del signo con el efectoactualizador no está unido por la causali-dad mágica sino por una relación de fe.No es la magia sino la fe lo que actualiza,no es un efecto físico sino místico lo quese produce.

UN SINGULAR RITUAL DE RECUERDO

Hay en la historia universal de la me-moria un caso de institucionalización delrecuerdo sin parangón en las culturas. Sesitúa en el nivel creencial del saber y ob-

viamos su carácter religioso para abordar-lo como fenómeno relevante de la cultu-ra. Su relevancia le viene tanto por la ri-queza y complejidad de su entramado sim-bólico como por su difusión geográfica ysu perduración en la historia. Nos referi-mos al memorial de la última cena de Je-sús en el que se sitúa el sacramento católi-co de la eucaristía. La representación plás-tica de esta institución de recuerdo, de laÚltima Cena, es además uno de los temasmás reiterados en la historia de la pintura.

LA PERFORMATIVIDADDE LA EUCARISTÍA CATÓLICA

Situados en el nivel de significaciónsimbólica de la eucaristía católica nos en-contrarnos ante una acción intencionada-mente performativa. En su origen histó-rico supone la elección de elementos sim-bólicos y constituir con ellos y con un tex-to, un rito que intencionadamente se es-tablece como memorial que pretende pre-sencializar una persona de un pasado le-jano y actualizar sus virtualidades.

Es una acción performativa que se es-tablece con intención explícita de presen-

cia para un período de ausencia. Se poneen boca de Jesús: “estaré con vosotros hastael fin de los tiempos” “haced esto en me-moria mía hasta que vuelva”….

Esto se inscribe en el contexto de lossignos eficaces que establece la teologíacatólica de los sacramentos.

Por tanto en la eucaristía, el memorialde la última cena pronunciado en la co-munidad sobre el pan y sobre el vino “estoes mi cuerpo” “esto es mi sangre” produ-cen en el pan y en el vino, en la creenciacristiana, un cambio simbólico pero real.Ambos, pan y vino, quedan transignifi-cados en ese acontecimiento memorialís-tico, y adquieren una nueva significación,

o una sobresignificación, o una ultra-significación. De tal modo que sonconsiderados como presencia simbóli-ca pero real y efectiva de aquel Jesús.

Se recupera el tiempo ido, se reviveel acontecimiento al que se considerade virtud salvífica o salvadora. Y eseacontecimiento es actualizado y segúnla fe tiene la misma virtud de aquelacontecimiento que tuvo lugar hace dosmil años. Es un caso singular y ejem-plar de recuerdo performativo.

5.- Relatar el tiempo

La metáfora temporal de lanarración

LA NARRACIÓN COMOFORMA SIMBÓLICA DEL TIEMPO

La historia relatada, la fábula tra-mada, el acontecimiento narrado, sonformas simbólicas del tiempo. La na-rración, en su referencia a aconteci-mientos, tiene estructura temporal porsu carácter secuencial: se relata un acon-

tecimiento tras otro, primero uno y lue-go otro, hay un antes y un después.

La narración de la historia real o ficti-cia (tiempo pasado) que se relata (tiemporecordado) secuencialmente (estructuratemporal) es una forma simbólica deltiempo.

LA CONCIENCIA NARRADA DEL PRESENTE

Queremos resaltar un aspecto de laconciencia del presente y de su vivencia.Es el carácter narrativo que la concienciadel presente tiene.

Situados en un plano estrictamente fe-nomenológico, nos deberíamos referir ala conciencia del presente más como in-tuición que como narración.

Cuando acontece algo es el presente;se está produciendo el proceso del acon-tecer que es vivido como una secuenciade momentos. Queremos resaltar que esemomento es autodicho en la memoria, esautonarrado como ya sucedido o en pro-ceso de acontecer.

En la conciencia del acontecer inme-diato, la intuición será verbal, pero la con-

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Introducción a la cultura del tiempo

ciencia es dicha; tenemos conciencia na-rrada, autorrelatada del acontecimiento;y en ese momento, que puede ser instan-táneo, ese relato es ya simbólico. La con-ciencia del presente, en el instante en quese vive, es ya historia relatada, es relatorefigurado de la memoria de eso que estáaún por acabar de ocurrir del todo.

LA IMAGEN DEL ACTO NARRATIVO

En el relato, la narración misma ensu estructura de secuencia de aconteci-mientos, lleva concomitante una ima-gen lineal. Y si la narración es escrita,la misma de escritura en su desarrollolineal de sucesión de letras es imagentemporal.

La secuencia con su antes y después,con su rememoración del aconteci-miento es imagen del tiempo.

Y el rememorar los acontecimien-tos en la narración es refigurar el tiem-po, pues ha pasado ya por el tamiz dela memoria que es la que referencia elrecuerdo del momento con respecto alpasado ya ocurrido (y en su momentomemorizado) y con respecto al futuroproyectado. Pasado y futuro son los tér-minos que establecen el sentido de larefiguración del relato del aconteci-miento.

Conciencia y relato

LA MEMORIACOMO RESIDUO DEL TIEMPO

El relato como tal, en tanto que re-lato, como refiguración del aconteci-miento, es representación del tiemposedimentado en la memoria. La concien-cia es memoria, ese es su contenido, y elrelato de la conciencia es la deposición na-rrada de la memoria.

LA CONCIENCIATIENE FORMA DE RELATO

La preocupación de la conciencia delpresente que está acaeciendo en ese mis-mo momento, es cómo darle forma derelato a ese acontecimiento para guardar-lo en el recuerdo; cómo disponer la se-cuencia del ocurrir actual para relatarlocon sentido y coherencia en el contextode mi propia historia. La conciencia delpresente es la auto-narraciónde lo que está aconteciendo.

En el mismo momentodel acontecer me doy cuen-ta de lo que me está ocu-

rriendo porque me lo relato. Y me lo rela-to en coherencia con mi propia historia ycon mi proyecto de futuro; y me lo relatocontrastado con mis expectativas; y me lorelato para relatar a otros. El relatármeloes preparar el relato para relatarlo social-mente, o para ocultarlo con excusas cuyacoherencia trato de establecer o para ex-

culparme porque el relato íntimo es unrelato confesión, es un relato de rendiciónde cuentas coram pópulo o coram Deo.

VIVIMOS EN LA MEMORIA

La vivencia del tiempo es pues una vi-vencia en la memoria. Memoria de lo pa-sado y memoria de lo proyectado. Tam-bién el proyecto es memoria, memoria delo deseado; también lo futuro es anticipa-do en forma de memoria de un deseo, deun proyecto que también es sedimento deltiempo pasado.

LA VIVENCIA Y LACONCIENCIA DEL PRESENTE.

Teniendo esto presente hacemos unaincursión fenomenológica en la vivenciay conciencia del momento presente. Y esaaproximación al presente es una aproxi-mación narratológica que incluye relatoy dramatización.

La intuición de la relevancia delacontecimiento prevé su importanciaa la luz de su experiencia. Y esa intui-ción hace que el sujeto proyecte el re-lato de memoria y se autonarre elevento en su inmediato proceso deacaecer. La conciencia se autonarra elpresente elaborando el relato de lo quele está ocurriendo con la expectativade narrarlo públicamente. El procesodel acontecer presente va cayendocomo crónica al pasado, a la historia.Y en ese pasado inmediato es dondese tiene la conciencia del presente, enla narración de ese inmediato tiempoque acaba de pasar.

La vida es autonarrada y la con-ciencia es autonarración del aconte-cer. El presente mismo en su instantede ser , en el presente del acontecer,en su proceso de memorización, es au-tonarración de lo que está ocurrien-do. La consciencia es autonarración .

El hecho mismo de “contar suce-didos” o “cosas inventadas” es un me-táfora del tiempo. La narración de unrecuerdo es una performance. No sepodrá decir que el puro recordar seaperformativo, pero sí que el narrar esuna performance de lo antes acaecidoque perdura, en forma latente, como

memoria del tiempo ido. El acto de na-rrar, y todo narrar es un relato de la me-moria, es un acto con voluntad realizati-va; tiene un nivel de performancia de lamemoria, porque el relato del recuerdoimplica al narrador en la representaciónde la historia que se cuenta.

El sujeto en el mismo proceso delacontecer se hace literato de su memoriarelatable, funciona como cronista de subiografía secreta, y se convierte en actorque se autorrepresenta en el mismo acon-tecer. En el momento en que acaece, per-formatiza y ensaya el relato y debuta en

esa primera representaciónpública que es el aconte-cimiento que está vivien-do.