Intro reti ii

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Las Las Admoniciones Admoniciones de San de San Francisco Francisco Un Itinerario Vital Un Itinerario Vital hacia el Sumo Bien hacia el Sumo Bien

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Las Las Admoniciones de Admoniciones de

San FranciscoSan FranciscoUn Itinerario Vital hacia el Un Itinerario Vital hacia el

Sumo BienSumo Bien

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San Francisco de AsísSan Francisco de AsísUn Maestro de la Vida InteriorUn Maestro de la Vida Interior

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La santidad humana no se identifica con un proceso de canonización por parte de la Sede Apostólica. Implica, más bien, todo un itinerario vital que hace evidente un verdadero proceso de transformación en la manera de concebir la realidad y de relacionarse con ella. En la medida que un ser humano, varón o mujer, va alcanzando niveles de madurez y plenitud, guiado por la propuesta evangélica de Jesús, va santificándose

La santidad, de hecho, está relacionada con el Espíritu del Señor. El Espíritu del Señor es santo, pues está íntimamente relacionado con el misterio de santidad que es Dios mismo. Dejarse conducir por el Espíritu del Señor es insertarse en el misterio de Dios, lo cual le permite al ser humano entrar en comunión con Él. Quien logra estar en comunión con Dios, es, por tanto, santo o santa. La santidad es un proceso de pneumatización, no en el sentido del desprecio de la materialización, sino en cuanto se va alcanzando la plenitud en Dios

Si la santidad es un proceso de Si la santidad es un proceso de pneumatización, pneumatización, entonces está al alcance entonces está al alcance de todos los seres humanos, puesto que todos hemos sido creados por de todos los seres humanos, puesto que todos hemos sido creados por

obra y gracia del Espíritu Santoobra y gracia del Espíritu Santo

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De este modo De este modo me concedió el Señor me concedió el Señor a mí, el hermano a mí, el hermano Francisco, dar comienzo a mi vida de penitencia. Francisco, dar comienzo a mi vida de penitencia.

Y el Señor mismo me condujo Y el Señor mismo me condujo en medio de ellos, y yo en medio de ellos, y yo practiqué la misericordia con ellos. practiqué la misericordia con ellos.

Y el Señor me dio Y el Señor me dio tal fe en las iglesias, que oraba diciendo con tal fe en las iglesias, que oraba diciendo con sencillez … sencillez …

Después Después me dio el Señor me dio el Señor y me da tanta fe en los sacerdotes … y me da tanta fe en los sacerdotes … Y después que el Señor me dio hermanosY después que el Señor me dio hermanos, nadie me mostraba , nadie me mostraba lo que debía hacer, sino que lo que debía hacer, sino que el mismo Altísimo me reveló el mismo Altísimo me reveló que que

debía vivir según la forma del santo Evangelio. debía vivir según la forma del santo Evangelio. El Señor me reveló El Señor me reveló que debíamos saludar diciendo … que debíamos saludar diciendo …

El Testamento de FranciscoEl Testamento de FranciscoUn Testimonio de la presencia del EspírituUn Testimonio de la presencia del Espíritu

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Expresiones como el Señor me reveló, el Altísimo me mostró, el Señor me condujo, hacen referencia a la presencia de Dios en la vida de Francisco. Esta presencia divina en Francisco no aconteció como un privilegio exclusivo para un hombre del siglo XIII; se refiere, más bien, a la posibilidad de todo ser humano, en todo tiempo, para dejarse conducir por el mismo Espíritu que desea realizar la misma tarea en todos los seres humanos: santificarlos

Ahora bien, este proceso de santificación que el Espíritu desea realizar en todos los seres humanos precisa de una actitud fundamental: dejarse conducir por Él, para lo cual es necesario aprenderlo a escuchar. Si la santidad se ha proclamado de no muchos seres humanos, es porque sólo algunos se han puesto en la tarea de escuchar al Espíritu y dejarse transformar por Él

En algunas de las Admoniciones de San Francisco se insiste en aquellas actitudes necesarias para permitir que el Espíritu de Dios transforme al ser humano desde dentro. La principal actitud es la desapropiación

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Las Admoniciones desde el Las Admoniciones desde el Modelo RelacionalModelo Relacional

Una transformación de la realidad en su totalidadUna transformación de la realidad en su totalidad

Una mirada atenta a las Admoniciones de San Francisco mostrará cómo el Santo de Asís asumió la realidad en su

conjunto, sin excluir ninguna de sus dimensiones, y se insertó saludablemente en ella, dejándonos una clara prueba de

cómo el Espíritu del Señor conduce a toda la creación hacia su madurez y plenitud. No sin razón, Francisco es denominado por los estudiosos de la espiritualidad franciscana como el

homo paradisíacus, es decir, el hombre de las sanas relaciones

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Relación Consigo MismoRelación Consigo Mismo

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En las Admoniciones se descubre una gran preocupación de San Francisco de Asís por el cultivo de la vida interior

Sólo quien logra contactarse con su propia verdad, con su intimidad, con los demonios que lo habitan, estará en

condiciones no sólo de escuchar al Espíritu del Señor, sino de dejarse transformar por Él a partir de un movimiento que va

desde dentro hacia afuera

El silencio, la soledad, el encuentro íntimo con Dios facilita reconocer las tinieblas del corazón y seguir la Luz del Espíritu

Admoniciones Admoniciones

2, 4-7, 10-15, 19, 21-23, 27, 282, 4-7, 10-15, 19, 21-23, 27, 28

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Relación con los OtrosRelación con los Otros

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La sana relación con los otros es otra de las temáticas propuestas por San Francisco en sus admoniciones

Los otros (as) no son solamente los hermanos de la fraternidad o las hermanas clarisas, sino todos aquellos/as

con los cuales se encuentra el Hermano Menor en su itinerario vital

Desde esta perspectiva, la fraternidad es el gran ícono de la espiritualidad franciscana que concretiza la propuesta

evangélica de Jesús sobre el amor al prójimo

Admoniciones Admoniciones

3, 8, 9, 17, 18, 20, 24, 25, 263, 8, 9, 17, 18, 20, 24, 25, 26

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Relación con lo OtroRelación con lo Otro

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Es conocido por todos la delicadeza, el respeto, el cuidado y el amor de San Francisco por sus hermanas las creaturas

Las hagiografías nos cuentan cómo el santo descubre la presencia del Altísimo en sus hermanos los animales, cómo

éstos se convierten en motivo de alabanza al creador y cómo nos enseñan, a su manera, a bendecir y alabar al dueño de

todo lo creado

Sin embargo, en las admoniciones esta relación con lo otro no aparece de manera explícita, sólo se encuentra una breve

referencia

Admonición Admonición

5, 25, 2

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Relación con el Totalmente OtroRelación con el Totalmente Otro

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Si bien Francisco insiste en la relación consigo mismo (17 admoniciones) y en la relación con los otros (9 admoniciones),

no por ello la relación con el Totalmente Otro deja de ser fundamental para el santo de Asís

De hecho, la sana relación consigo mismo, con los otros y con lo otro está en función de la comunión con Dios

En otras palabras, quien se relaciona saludablemente consigo mismo, lo hará con los otros y con lo otro, evidenciando con

ello que está siendo guiado por el Espíritu del Señor

Admoniciones Admoniciones

1, 161, 16