Interdisciplinariedad Historia y Economíaa

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1 INTERDISCIPLINARIEDAD ENTRE LA HISTORIA Y LA ECONOMÍA: LA IMPORTANCIA DE LA HISTORIA ECONOMICA Stella M. Settimi Elisa Quartucci Patricia Audino (Universidad Nacional del Sur) (Universidad Nacional del Sur) (Universidad Nacional del Sur) 1. INTRODUCCIÓN La Economía, como la Historia, la Sociología o la Antropología es una ciencia social que tiene como sujeto de estudio al hombre y como objeto las relaciones sociales. La Ciencia Económica no trata de objetos sino de personas que se relacionan entre sí de múltiples maneras. De esta forma, se relaciona con las demás Ciencias Sociales, como por ejemplo, la Historia, la Geografía, el Derecho, la Filosofía, la Ciencia Política, la Sociología, entre otras 1 . Existe, por lo tanto, una íntima interrelación entre las diferentes ciencias sociales: la Economía, por ejemplo, se beneficia con el trabajo realizado en otras ciencias del hombre, pero también éstas aprovechan las investigaciones realizadas en el campo económico 2 . Si bien el investigador puede interesarse más por uno de los diversos aspectos, es condición no dejar de lado al hombre completo 3 . Debe atenderse a todos los elementos posibles y tratar de mostrar cómo están relacionados entre sí para no perder la unidad del conjunto. La historia no puede ser abordada por un solo hombre, es necesario recurrir a un equipo capaz de brindar al historiador conocimientos que de otra manera no podrá alcanzar. Este breve trabajo se dedica, particularmente, al análisis de la relación existente entre la Economía y la Historia. En primer lugar, se presenta una reseña del campo de estudio de la Historia y su interrelación con la Economía. Posteriormente, se analizan los aportes mutuos que existen entre ambas disciplinas y finalmente se destacan los distintos aspectos que justifican el estudio de la Historia Económica. 2. INTERDISCIPLINARIEDAD ENTRE ECONOMIA E HISTORIA: su evolución Desde sus inicios el mundo de las relaciones entre Historia y Economía, y en general entre las diferentes Ciencias Sociales, mostró rasgos complejos y cambiantes. En un principio, la historiografía tradicional se dedicó exclusivamente a los problemas religiosos y políticos 4 . Desde la Historia, la temática religiosa se remonta a los pueblos judíos que tenían la convicción de que la historia de los hombres estaba signada por la divinidad, concepción que luego hizo suya el cristianismo. En cuanto a la historia política, desde la antigüedad se dio importancia a la política en la vida de los hombres. Pero la historiografía política tradicional, cuyas manifestaciones más sobresalientes se advierten en un principio en Grecia y, posteriormente en el Renacimiento -con el surgimiento de los Estados modernos, donde el Estado era el eje de análisis-, comenzó a declinar a mediados del siglo XIX. Paralelamente, en el transcurso del siglo XIX los científicos del campo social se vieron empeñados en un esfuerzo de organización disciplinar e institucional, separando racionalmente a las ciencias sociales en partes autónomas y rígidas, proceso que continuó en las primeras décadas del siglo XX. Este proceso tuvo como consecuencia la fragmentación del saber en compartimientos bien definidos que impedían el fluir entre las distintas disciplinas, pugnando cada una por distinguirse de las demás. Desde el punto de vista de la Ciencia Económica, el autor clásico John Stuart Mill 5 planteó, a mediados del siglo XIX, la posibilidad de constituir una nueva ciencia: la Economía Política, abstrayendo la Economía del resto, es decir, la creación de una ciencia autónoma. Quedó planteado 1 Giménez, Mabel: Principios de Economía, Editorial de la Universidad Nacional del Sur, Serie docencia, Bahía Blanca, 2004. 2 Ramallo, Jorge y otros: Manual de Historia Económica; Buenos Aires, Macchi, 1993, p. 5 3 Ramallo, Jorge y otros, op. cit., p. 4 4 Ramallo, Jorge y otros, op.cit . 5 Latouche, Serge: “Historia y Economía: de un matrimonio fallido a un divorcio imposible”, en Ciclos Nº 13, Buenos Aires, 1997.

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INTERDISCIPLINARIEDAD ENTRE LA HISTORIA Y LA ECONOMÍA: LA IMPORTANCIA DE LAHISTORIA ECONOMICA

Stella M. Settimi Elisa Quartucci Patricia Audino(Universidad Nacional del Sur) (Universidad Nacional del Sur) (Universidad Nacional del Sur)

1. INTRODUCCIÓN

La Economía, como la Historia, la Sociología o la Antropología es una ciencia social que tiene comosujeto de estudio al hombre y como objeto las relaciones sociales. La Ciencia Económica no trata deobjetos sino de personas que se relacionan entre sí de múltiples maneras. De esta forma, serelaciona con las demás Ciencias Sociales, como por ejemplo, la Historia, la Geografía, el Derecho, laFilosofía, la Ciencia Política, la Sociología, entre otras1. Existe, por lo tanto, una íntima interrelaciónentre las diferentes ciencias sociales: la Economía, por ejemplo, se beneficia con el trabajo realizadoen otras ciencias del hombre, pero también éstas aprovechan las investigaciones realizadas en elcampo económico2.

Si bien el investigador puede interesarse más por uno de los diversos aspectos, es condición no dejarde lado al hombre completo3. Debe atenderse a todos los elementos posibles y tratar de mostrarcómo están relacionados entre sí para no perder la unidad del conjunto. La historia no puede serabordada por un solo hombre, es necesario recurrir a un equipo capaz de brindar al historiadorconocimientos que de otra manera no podrá alcanzar.

Este breve trabajo se dedica, particularmente, al análisis de la relación existente entre la Economía yla Historia. En primer lugar, se presenta una reseña del campo de estudio de la Historia y suinterrelación con la Economía. Posteriormente, se analizan los aportes mutuos que existen entreambas disciplinas y finalmente se destacan los distintos aspectos que justifican el estudio de laHistoria Económica.

2. INTERDISCIPLINARIEDAD ENTRE ECONOMIA E HISTORIA: su evolución

Desde sus inicios el mundo de las relaciones entre Historia y Economía, y en general entre lasdiferentes Ciencias Sociales, mostró rasgos complejos y cambiantes.En un principio, la historiografía tradicional se dedicó exclusivamente a los problemas religiosos ypolíticos4. Desde la Historia, la temática religiosa se remonta a los pueblos judíos que tenían laconvicción de que la historia de los hombres estaba signada por la divinidad, concepción que luegohizo suya el cristianismo.

En cuanto a la historia política, desde la antigüedad se dio importancia a la política en la vida de loshombres. Pero la historiografía política tradicional, cuyas manifestaciones más sobresalientes seadvierten en un principio en Grecia y, posteriormente en el Renacimiento -con el surgimiento de losEstados modernos, donde el Estado era el eje de análisis-, comenzó a declinar a mediados del sigloXIX.

Paralelamente, en el transcurso del siglo XIX los científicos del campo social se vieron empeñados enun esfuerzo de organización disciplinar e institucional, separando racionalmente a las cienciassociales en partes autónomas y rígidas, proceso que continuó en las primeras décadas del siglo XX.Este proceso tuvo como consecuencia la fragmentación del saber en compartimientos bien definidosque impedían el fluir entre las distintas discipl inas, pugnando cada una por distinguirse de las demás.

Desde el punto de vista de la Ciencia Económica, el autor clásico John Stuart Mill5 planteó, amediados del siglo XIX, la posibilidad de constituir una nueva ciencia: la Economía Política,abstrayendo la Economía del resto, es decir, la creación de una ciencia autónoma. Quedó planteado

1 Giménez, Mabel: Principios de Economía, Editorial de la Universidad Nacional del Sur, Serie docencia, BahíaBlanca, 2004.2 Ramallo, Jorge y otros: Manual de Historia Económica; Buenos Aires, Macchi, 1993, p. 53 Ramallo, Jorge y otros, op. cit., p. 44 Ramallo, Jorge y otros, op.cit.5 Latouche, Serge: “Historia y Economía: de un matrimonio fallido a un divorcio imposible”, en Ciclos Nº 13,Buenos Aires, 1997.

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así un núcleo duro de la economía condicionado por su autonomía, núcleo en el que reina elindividualismo / utilitarismo, la armonía natural de los intereses, el equilibrio natural, la “manoinvisible”; situaciones éstas que son tomadas posteriormente por los economistas neoclásicos. Seplanteó entonces, una ciencia sin ataduras a lo social y a la historia.En el caso de la historiografía sólo mostraba una imagen parcial del pasado. Es recién a mediadosdel siglo XIX cuando algunos historiadores (aún cuando hicieron de la política el centro de suinvestigación) advirtieron sobre la necesidad de ampliar el interés histórico, para lo cual considerabanesencial tener en cuenta otros factores que hasta el momento no eran considerados pero quetambién operaban en el proceso, tales como los intereses económicos, la intensidad de las pasiones,la proyección de las ideas o la influencia del medio geográfico.En otras palabras, se había desarrollado una gran variedad de ciencias cuyo enfoque eraimprescindible conocer para captar la dimensión social del hombre; ciencias como la Psicología, laAntropología, la Sociología, la Geografía Humana incitaron al historiador a cobrar conciencia de ellasen su reconstrucción del pasado.

Por otra parte, desde el punto de vista de la Ciencia Económica (si bien los problemas económicoshabían sido puestos de manifiesto anteriormente por los mercantilistas, los fisiócratas o los clásicos) amediados del siglo XIX se puso mayor atención a los problemas económicos a partir de lacontribución hecha por Karl Marx, a punto tal de considerar a la economía como el motor de la vidahumana.

Pero, como se dijo al comienzo, el investigador de Ciencias Sociales no puede dejar de lado alhombre completo. Fue así que a principios del siglo XX (cuando la Historia, por ejemplo, seencontraba en medio de una fuerte división entre “viejos” y “nuevos” historiadores, es decir, entreaquellos que consideraban a la Historia como una disciplina basada en la sucesión cronológica deacontecimientos y entre los historiadores que comenzaron a considerar a la Historia como un procesode evolución lógica) se plantea en Francia un largo pero fructífero debate que rondaba alrededor de lainterdisciplinariedad.La Escuela de los Anales, liderada por Lucien Febvre y Marc Bloch, hizo hincapié en el estudio de lasestructuras más allá de los acontecimientos y de las coyunturas, en nuevas temáticas, entre otrosconceptos6.Es decir, con la Escuela Francesa7 se puso en marcha una nueva historiografía, cuyos efectosperduraron a lo largo del siglo XX -y perduran aún en la actualidad- y uno de esos efectos fueprecisamente, el acercamiento entre la Historia y las Ciencias Sociales en general y, en particular,entre la Historia y la Economía.Los científicos de la escuela francesa bregaron por el intercambio intelectual y por la consideracióntotal del hombre, sin dejar de valorar lo que hay de particular y de único en cada acontecimiento, paralograr aprehender el conjunto de un determinado momento del pasado.

Los historiadores de la Escuela de los Anales, según Latouche “cayeron literalmente en la economía”8

por múltiples razones, siendo las principales: a) la idea de tomar distancia respecto de la visióntradicional para ocuparse de las realidades profundas de lo cotidiano, incluyendo las mentalidades,pues en los tiempos modernos lo cotidiano es fundamentalmente lo económico; b) influenciados porel marxismo y el materialismo histórico, estos historiadores pensaban que las realidades económicasson ampliamente determinantes de la totalidad de la vida social, incluso de las mentalidades; c) lapreocupación por la rigurosidad y la seriedad basada en la recolección de datos, podía ser aúnprofundizada a partir del aporte de la Economía, ya que por medio de la estadística se convertía enuna importante proveedora de datos (inclusive, cuantificables).En otras palabras, los historiadores de esta corriente hicieron y hacen uso masivo de los datoseconómicos.

Lawewnce Stone9 en su libro “El pasado y el presente”10 analiza la cuestión de la interdisciplinariedadde la Historia con otras ciencias sociales. Para él, los historiadores se vieron obligados a precisar

6 Obviamente, no debe dejarse de lado la cohabitación que representan la historia económica propiamente dichay la historia del pensamiento económico.7 Jean Francois Bergier, de la Universidad de Ginebra, afirma que los científicos de la Escuela de los Anales handesempeñado un papel esencial en la emancipación de la historia económica como ciencia, pues es a partir dedicha corriente de pensamiento donde se han formado los conceptos y los métodos de la historia Económica. EnJ. F. Bergier, Historia Económica y Ciencia Económica, Desarrollo Económico, Vol. V Nº 20, 1966.8 Latouche, Serge, op. cit.9 citado por Tedeschi, Sonia en “Algunas experiencias de investigación desde el diálogo interdisciplinario”Sumario Revista América Nº 16, Centro de Estudios Hispanoamericanos.10 Stone, Lawewnce: “El pasado y el presente”10, México, FCE, 1986; pp. 15-60.

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mejor sus hipótesis, presupuestos, conceptos y con ellos los modelos teóricos, ejercicio bien aceitadoya en los científicos sociales como por ejemplo, los pertenecientes a la Economía.Según Stone con la interdisciplinariedad, las estrategias de investigación históricas se tornaron másrefinadas, se incorporaron los niveles generales y particulares en las observaciones y la comprensióndel objeto de estudio en estructuras de larga duración. Afirma, además que la utilización de unametodología más técnica y minuciosa –como los muestreos o la cuantificación- les permitió unaevaluación con mayor profundidad de los corpus documentales utilizados.

Esta interdisciplinariedad se hizo más evidente hacia 1945, luego de la Segunda Guerra Mundial,cuando los numerosos cambios que se desencadenaron en el sistema mundial conmovieron elcampo científico. Las líneas divisorias entre los estudios del pasado y del presente, entre los estudiosde mundos sociales con mayor o menor grado de desarrollo, comenzaron a cuestionarse dando lugara un quiebre del orden estructural y por ende, mayor comunicación, préstamo a intercambio deesquemas conceptuales y fases metodológicas entre distintos campos de estudio. Este viraje seconvirtió en decisivo en los años sesenta donde surge con una fuerza aún mayor la necesidad de laconvergencia científica.

Así, los influjos intelectuales desde la Economía y otras ciencias sociales como la Sociología, laDemografía, entre otras, estimularon a los historiadores hacia nuevas temáticas, conceptos ymetodologías.

Más recientemente, en el caso de la Ciencia Económica11, los economistas plantearon también lanecesidad de apoyarse en la historia, y ello fue precisamente ante el desfase cada vez mayorobservado entre la teoría y las pruebas de los hechos.Los presupuestos sobre los que descansa la construcción del núcleo duro de la economía llevan aignorar hechos importantes que caracterizan a la economía contemporánea: los desequilibrios, lascrisis y las fluctuaciones; el subdesarrollo o la especificidad de la moneda.

Robert Boyer llegó incluso al extremo de plantear que la historia ha invadido la totalidad del campoeconómico, a partir de sus análisis del trabajo y los salarios, de las crisis, de los cambios tecnológicosy los movimientos coyunturales de larga duración.

Asimismo, economistas de corte neoclásico como Shumpeter con el propósito de explicar los ciclos yel movimiento del capitalismo debió introducir la historia de las técnicas, la mentalidad empresarial yel impacto de las innovaciones. También Friedman recurre a la historia monetaria de los EstadosUnidos para explicar su teoría y Perroux recurre a la Historia y a la Geografía para explicar lassituaciones de subdesarrollo, es decir, la situación del Tercer Mundo.De lo expuesto se puede deducir de manera evidente que existe una íntima interrelación entre lasCiencias Sociales.

En particular y respecto a los aportes mutuos entre la Economía y la Historia, se hace necesariomencionar que la Historia aporta a la Economía elementos de juicio que permiten a la cienciaeconómica relativizar las conclusiones teórico-abstractas, propias de los conceptos armados con elmétodo deductivo; contribuye a explicar el marco político, social, jurídico y cultural en el que sedesarrolla la actividad económica en las distintas épocas; fortalece la idea de unidad del procesosocial, evidenciando la interacción entre los diferentes componentes de aquél; posibilita comprenderel peso relativo de cada factor o causa, evitando caer en los errores propios de las explicacionesmonistas; participa significativamente en la formación de conceptos y categorías analíticas clavespara la teoría económica, tales como: régimen, sistema, estructura, formas de organización, etc.;ofrece información sobre las causas y consecuencias que determinadas medidas ejercieron sobre lavida económica; su metodología identifica períodos, fases, etapas o estadíos, aportando elementosde juicio respecto del papel desempeñado por el Estado, instituciones, grupos y clases en laimplementación y ejecución de las estrategias económicas; demuestra que el desarrollo y elcrecimiento de los pueblos no está sujeto a un esquema lineal, sino que es un proceso de evolución ycambio cultural de carácter policausal.Por otro lado, la Economía suministra a la Historia teorías, conceptos, categorías analíticas, datoseconómicos debidamente organizados, criterios de sistematización y modelos importantes para elhistoriador, lo cual posibilita tomar conocimiento de la verdadera influencia de los factoreseconómicos en los procesos políticos, sociales y culturales.

11 Latouche, Serge, op. cit.

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3. LA IMPORTANCIA DE LA HISTORIA ECONÓMICA

La Economía trata, sobre todo, de cuestiones que tienen que ver con el "aquí y ahora" ysecundariamente con cuestiones del pasado. Se interesa por el análisis de problemas actuales ycontribuye al desarrollo de programas políticos. En cambio, la Historia Económica12 se ocupa delproblema del devenir enfatizando sobre los procesos, las tendencias de largo plazo y los factores decambio. En otras palabras, existe entre ambas disciplinas una diferencia de enfoque.

La Historia Económica13 es la rama de la Economía que estudia los hechos del pasado a la luz delanálisis económico. Su estudio contribuye al conocimiento de los límites de las distintas teoríaseconómicas y explica las relaciones entre las variables económicas y las demás variables sociales,permitiendo la realización de diversos diagnósticos de alcance político y de política económica.Economistas, historiadores e incluso políticos recurren a la Historia Económica con la intención dedemostrar la eficacia de una política económica determinada. Ayuda a explicar cómo los cambios enla estructura social y los mercados han contribuido al desarrollo económico en el largo plazo. Adiferencia de otros enfoques, el análisis histórico puede concentrarse en los orígenes de losdesiguales niveles de desarrollo existentes en la actualidad. Un correcto diagnóstico de los orígenesdel problema no garantiza por sí solo una receta eficaz, pero difícilmente puede esperarse que elproblema se remedie sin tal diagnóstico. Además al concentrarse en ejemplos de crecimiento y ocasodel pasado, el enfoque histórico puede aislar los fundamentos del desarrollo económico, sindistraerse con discusiones sobre la conveniencia de políticas concretas aplicadas a problemasactuales específicos 14.

Por otro lado, en la actualidad los economistas se preocupan insistentemente por la elegancia de losmodelos matemáticos y por sus cualidades para predecir el futuro y han dejado que la historiaeconómica sea escrita por sociólogos, politólogos e historiadores que, ciertamente, no tienen laformación para hacerlo. No se trata de menospreciar el conocimiento de estos académicos ni muchomenos, se trata simplemente de que no es posible entender los hechos económicos del pasado sincontar con un modelo explicativo de tales fenómenos.

La importancia del análisis de la historia económica radica en el hecho de que la concepción quetengamos sobre lo ocurrido condicionará, en mayor grado que las nuevas teorías, nuestra manera dever el presente, en tanto que la nueva teoría económica solamente influirá sobre la opinión publicarecién en un par de generaciones, cuando los jóvenes que hoy se están formando en estas nuevasideas estén en la palestra de las aulas universitarias formando a las nuevas generaciones.La situación incluso podría ser más pesimista, en términos del tiempo que debamos esperar para quelas nuevas ideas tengan aplicación efectiva, en sociedades donde existe cierta resistencia al cambio.Concebir el devenir de los fenómenos económicos como el resultado de las acciones de los hombres,es un error que nos ha conducido a pensar que si antes fue así, hoy tendría que ser igual, es decirque nuestras acciones podrían cambiar, a nuestro antojo, el comportamiento de la economía. Locierto es que, si bien los fenómenos económicos son resultado de la acción humana, éstos noresponden a nuestro propósito y, menos aún, a la buena intención de un planificador, son el resultadode la acción de millones de personas que actúan en correspondencia a sus intereses en un sistemade transacciones. De allí se sigue que para entender la historia económica no se debe transitar por lavisión historicista de ciertos pensadores, sino que lo que se precisa es una mayor comprensión decómo funciona el mercado y su sistema de precios.

4. CONCLUSIONES

La Historia Económica supone la concreción de un diálogo provechoso entre disciplinas científicasque tienen sus propias especificidades. La trayectoria de la relación entre la Historia y la Economía nofue lineal y armónica sino que presentó alternancias propias de campos de conocimiento con criteriosde investigación diferentes. Es a partir de la iniciativa de la escuela francesa de los Anales que losestudios históricos sobre economía y sociedad se integraron al campo de las ciencias sociales yadoptaron muchos de sus métodos. Estos desplazamientos teóricos y metodológicos permitieronconsolidar la interdisciplinariedad y recuperar la dimensión histórica de los fenómenos económicos.

12 Jean Francois Bergier, de la Universidad de Ginebra, plantea que la crisis de los años treinta ha sido el puntode partida para una Historia Económica autónoma, con métodos y conceptos propios (Bergier, J.F. op. cit).13

La Historia Económica tiene sus propios instrumentos de trabajo, sus propios métodos de investigación yelaboración. Por otra parte, además de emplear la documentación tradicional de los historiadores, utiliza unadocumentación diferente que es a menudo de carácter numérico.14 R. Cameron, Historia económica mundial, Alianza Editorial, 1988.

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Bibliografía:

Bergier, Jean Francois, Historia Económica y Ciencia Económica, Desarrollo Económico, Vol. V Nº20, 1966 (disponible en Internet en http://www.educ.ar)Cameron, Rondo, Historia económica mundial, Alianza Editorial, 1988.Giménez, Mabel: Principios de Economía, Editorial de la Universidad Nacional del Sur, Seriedocencia, Bahía Blanca, 2004.Latouche, Serge: “Historia y Economía: de un matrimonio fallido a un divorcio imposible”, en Ciclos Nº13, Buenos Aires, 1997.Ramallo, Jorge y otros: Manual de Historia Económica; Buenos Aires; Macchi; 1993.Stone, Lawewnce: “El pasado y el presente”, México, FCE, 1986.Tedeschi, Sonia: “Algunas experiencias de investigación desde el diálogo interdisciplinario”, SumarioRevista América Nº 16, Centro de Estudios Hispanoamericanos.