Insectos Plaga en Quinua

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Insectos Plaga en Quinua René Ortíz Romero 1. Introducción La quinua es un recurso fitogenético muy importante en la dieta alimentaria del poblador andino, sin embargo, su producción y productividad es limitada por factores de resistencia ambiental abiótica: sequía, heladas y otros; biótica: insectos, pájaros, hongos etc. Los insectos , ocasionan daños en forma directa cortando plantas tiernas, masticando y defoliando hojas, picando- raspando y succionando la sabia vegetal, minando hojas y barrenando tallos, destruyendo panojas y granos; indirectamente viabi-lizan infecciones secundarias por microorganismos pató-genos. El perjuicio económico que causan los insectos en quinua, se acentúa más, por el uso desmesurado e irracional de insecticidas orgánicos que alteran el equilibrio ecológico del agroecosistema con secuelas muy adversas a la sociedad y su medio ambiente. Estimar las pérdidas es difícil y compleja, sin embargo, la información es muy importante para orientar adecuadamente una política de asistencia y asesoría técnica en protección vegetal Durante el ciclo vegetativo de la quinua se registra más de 18 insectos fitófagos (Alata, 1973; Ortíz, 1997 ), por consiguiente, considerando la relación fluctuación de población, grado de infestación y el perjuicio económico que causan los insectos , se distinguen tres categorías de insectos plaga: clave, ocasional y potenciales. Eurysacca melanocampta Meyrick (LEPIDOPTERA: GELECHIIDAE) Comunmente al estado larval se denomina q!hona q!hona o q!haq! o kuru, en quechua significa moledor o gusano frotador. Especie fitófaga plaga clave, año tras año por su comportamiento trófico, densidad de población, distribución espacial y

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Insectos Plaga en Quinua

René Ortíz Romero

1. Introducción

La quinua es un recurso fitogenético muy importante en la dieta alimentaria del poblador andino, sin embargo, su producción y productividad es limitada por factores de resistencia ambiental abiótica: sequía, heladas y otros; biótica: insectos, pájaros, hongos etc.

Los insectos , ocasionan daños en forma directa cortando plantas tiernas, masticando y defoliando hojas, picando-raspando y succionando la sabia vegetal, minando hojas y barrenando tallos, destruyendo panojas y granos; indirectamente viabi-lizan infecciones secundarias por microorganismos pató-genos.

El perjuicio económico que causan los insectos en quinua, se acentúa más, por el uso desmesurado e irracional de insecticidas orgánicos que alteran el equilibrio ecológico del agroecosistema con secuelas muy adversas a la sociedad y su medio ambiente. Estimar las pérdidas es difícil y compleja, sin embargo, la información es muy importante para orientar adecuadamente una política de asistencia y asesoría técnica en protección vegetal

Durante el ciclo vegetativo de la quinua se registra más de 18 insectos fitófagos (Alata, 1973; Ortíz, 1997 ), por consiguiente, considerando la relación fluctuación de población, grado de infestación y el perjuicio económico que causan los insectos , se distinguen tres categorías de insectos plaga: clave, ocasional y potenciales.

Eurysacca melanocampta Meyrick

(LEPIDOPTERA: GELECHIIDAE)

Comunmente al estado larval se denomina q!hona q!hona o q!haq!o kuru, en quechua significa moledor o gusano frotador. Especie fitófaga plaga clave, año tras año por su comportamiento trófico, densidad de población, distribución espacial y persistencia ocasionan daños de importancia económica; el perjuicio larval se expresa en términos de pérdida en rendimiento del grano, aunque, el daño no siempre implica perjuicio a la planta. Ataca chenopodaceas cultivadas (Chenopodium quinoa Willd., Ch. Pallidicaule Aellen) y silvestres o ayaras.

2. Morfología y ciclo vital

Insectos con metamorfosis completa, los adultos son polillas de hábitos crepusculares y nocturnas , color gris pardusco a amarillo pajizo y cuerpo cubierto con abundante escamas, tamaño aproximadamente 9 mm. y con una expansión alar de 15 a 16 mm.

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Huevos epifitas, pequeños y ovoides de color blanco cenizo, miden de 0.4 a 0.5 mm.

.Larvas eruciformes con cuatro estadios larvales, las recién eclosionadas son diminutas de color blanco cremoso, las maduras miden de 10 a 12 mm de longitud y coloración variable de amarillo verdoso a marrón claro oscuro, con machas difusas marrón oscuro a rosado dispuestas en la región dorsal semejándose a bandas lineales.

.Pupas obtéctas, miden de 6 a 8 mm de color marrón claro a bruno, empupan en el suelo y ocasionalmente en panojas de plantas con madurez fisiológica o en parvas

.El ciclo vital, varía de 75 (Ortíz & Zanabria, 1979) a 83 días (Zanabria & Banegas), con dos generaciones traslapadas por ciclo estacional. Generalmente, el cuadro de vida en los diferentes estados de desarrollo no es constante, esta condicionada por características intrínsecas inherentes a la especie y características extrínsecas del medio físico, en este último, el clima como factor densidad-independiente (limitativo o favorable) tiene acción directa en el ciclo vital.

3. Perjuicio económico y control

El efecto nocivo de E. melanocampta es al estado larval y se expresa en dos niveles: daño sobre la planta y el perjuicio a la planta.

Larvas de la primera generación minan hojas, pegan hojas y brotes tiernos destruyen inflorescencias en formación, en cambio, larvas de segunda generación destruyen inflorescencias formadas, granos lechosos, pastosos y maduros, esta última generación alcanza una tasa de crecimiento porcentual de 30 a 35 (Ortíz, 1993), habiéndose registrado 150 larvas en una panoja por planta (Ortíz & Zanabria, 1979). Durante la cosecha disminuye los rendimientos en calidad y cantidad del grano en un 50% (Ortíz, 1998).

La reducción de las densidades de población larval, requiere la integración de varios métodos de control compatibles con el equilibrio ecológico del agro ecosistema quinua, estructurados básicamente en el control cultural (Bravo, 1992) y complementados con el control biológico natural, sin embargo, si los Umbrales de Daño Económico (UDE) así lo permiten se puede recurrir al control químico.

El control cultural, se debe fundamentar en una buena preparación del suelo para destruir pupas invernantes, eliminación de plantas hospederas alternantes, desaijes adecuados, cosecha oportuna y manejo racional en pos cosecha.

Los enemigos naturales, especialmente los parasitoides como factores densidad-dependiente es muy importante en el control natural. Especies de Copidosoma visualizan un futuro muy interesante para implementar un control biológico aplicado, sin embargo, en forma generalizada el grado de infestación

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de parasitoides en la sobre vivencia de E. melanocampta larval es de nula a ligera (Ortíz, l998), aparentemente, durante la interacción hospedero-parasitoide la respuesta funcional y numérica no es eficiente, además, los parasitoides son más vulnerables al clima e insecticidas.

El control químico, el uso de insecticidas debe ser en forma selectiva, racional, oportuna y focalizada, en criterios de manejo integrado de insectos plaga en quinua, si el Umbral de Daño Económico (UDE) es de cinco (Blanco, 1994) a seis larvas por panoja.

Copitarsia turabata H.S. (LEPIDOPTERA: NOCTUI-DAE)

Insecto plaga ocasional, al estado larval por su comportamiento alimentario y migratorio se llama panojero o gusano ejercito, es fitófaga y polífaga de población fluctuante, solo es perjudicial en ciertas campañas agrícolas, mientras que en otros años no ocasiona daños. El incremento de población, esta asociada con las variaciones de la resistencia ambiental abiótica, biótica y otros factores.

El perjuicio económico ,se expresa cuando las características de plaga es intermitente y se expresa en la disminución productiva de la planta, determinando pérdidas en rendimiento. Ortíz (l991), estima que en cosecha ocasiona daños de 32 %.

Las técnicas de control debe sustentarse en el manejo integrado de insectos plaga en quinua, sin embargo, es necesario realizar algunas estrategias complementarios de control.

Control etológico. Las polillas por su hábito nocturno, pueden capturarse usando trampas de luz como detección o control directo, con ello, reducir el potencial biótico y la gradación larval a nivel de plaga.

Control mecánico. Revisar periódica y oportunamente las plantas, si la infestación es baja, recoger manualmente las larvas para destruirlas posteriormente.

Control químico. Si el control natural no es eficiente, en infestaciones de tres larvas por panoja (Ortíz, 1993), usar insecticidas de contacto y bajo poder residual en forma focal o desmanche. Además, se puede proteger los cultivos no infestados con barreras o zanjas marginales que contengan insecticidas formulados en polvo.

Insectos plaga potenciales

Son especies fitófagas que persisten en poblaciones muy bajas, normalmente son desapercibidas y no causan daños al cultivo, si el agroecosistema es perturbado se puede provocar resurgencia y aparición de insectos a niveles de plaga. Las densidades bajas son condicionadas por el comportamiento satisfactorio del control natural.

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Los insectos plaga potenciales en quinua son: Epitrix sp. (Coleoptera:

Chrysomelidae), Frankliniella tuberosi Moulton (Thysanoptera: Thripidae), Myzus persicae (Sulzer) y Macrosiphum euphorbiae (Thomas) (Homoptera: Aphididae), Liriomyza huidobrensis Blanchard (Diptera: Agromyzidae), Agrotis sp. y Feltia sp. (Lepidoptera: Noctuidae), Meloe sp. (Coleoptera: Meloidae), Borogonalia sp., Bergallia sp. y Paratanus sp. (Homoptera: Cicadellidae), Perizoma sordescens Dognin (Lepidoptera: Geometridae), Pachyzancla sp. y Hymenia sp (Lepidoptera: Pyralidae), Pilobalia sp. (Coleoptera: Tenebrionidae).

La especie polífaga picauta spp. (Coleoptera: Meloidae), por su comportamiento gregario y migratorio, también es considerada como insecto plaga potencial en quinua, su importancia es más frecuente en papa.

BIBLIOGRAFIA CITADA

 

ALATA, J. 1973. Lista de insectos y otros animales dañinos a la agricultura en el Perú. Ministerio de Agricultura. Lima, Perú. 177 pp.

BLANCO, A. 1994. Umbral económico de kcona kcona Eurysacca melanocampta (Lepidoptera: Gelechiidae) en quinua CHENOPODIUM QUINOA WILLD Tesis Ing.Agr.Universidad Nacional del Altiplano. Puno, Perú. 46 pp.

BRAVO, R. 1992.Prevención y control de plagas en waru waru. En Principios técnicos para la reconstrucción y producción agrícola en waru waru. II Producción agrícola: l33-145 pág. Convenio PELT/INADE-IC/COTESU.Puno, Perú. 163 pp.

ORTIZ, R. 1991. Pérdidas ocasionadas por insectos plaga en cultivos andinos: camp.90/91. Convenio FCA/UNA-Proyecto PIWA. Puno, Perú. 10 pp.

1993. Entomología económica de cultivos andinos en waru waru: investigación y propuestas. En Resultados de investigación de la campaña agrícola en waru waru

1991-1992: 161-198 pág. Convenio PELT/INADE-IC/COTESU. Puno, Perú. 278 pp.

1997. Plagas de cultivos andinos. En Resúmenes, 2do. Seminario Internacional de especies andinas: una riqueza no explotada por Chile. Calama, Chile.

1998. Parasitoides controladores biológicos de "q!hona q!hona " (Eurysacca melanocampta Meyrick) manejo integrado de plagas

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en el cultivo de quinua. Universidad Nacional del Altiplano. Puno, Perú. 20 pp.

ORTIZ, R. & E. ZANABRIA. 1997. Plagas. En Quinua y Kañiwa: cultivos andinos. 121-136 pág. Bogota, Colombia. 227 pp.

ZANABRIA, E. & M. BANEGAS. 1997. Entomología económica sostenible. Aquarium Impresores & Editores. Puno, Perú. 201 pp

CAPITULO IV: TECNOLOGIA DEL CULTIVO ORGANICO DE LA QUINUA

MARIO TAPIA & GENARO ARONI

   . ANTECEDENTES

   . OBJETIVOS PRINCIPALES

   . POTENCIALIDADES

   . PREPARACION DE SUELOS

   . PEPARACION DE SUELOS EN LADERAS

   . PREPARACION DE SUELOS EN PLANICIE

   . ROTACION DE CULTIVOS

   . ABONAMIENTO

   . CONTROL DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

   . RIEGOS Y LABORES CULTURALES

   . COSECHA Y POSCOSECHA

   . CORTE

   . EMPARVE

   . TRILLA

   . ALMACENAMIENTO

   . COMENTARIO FINAL

ANTECEDENTES

A finales de los años 1920 el agrónomo inglés Albert Howard escribió su libro Agriculture Testament, en el cual se presentan las bases de una agricultura orgánica. Desde esa fecha, este sistema de agricultura, se constituye en una importante alternativa para la conservacion del medio ambiente, la misma que la han venido adoptando miles de productores agrícolas de todo el mundo.

La agricultura orgánica se ha definido como "un sistema de producción que evita o excluye de manera amplia el uso de fertilizantes sintéticos, pesticidas, reguladores del crecimiento, y también aditivos en henos y concentrados". Hasta donde es posible los sistemas de agricultura orgánica se basan en la rotación de cultivos, uso de subproductos agrícolas, estiércol, cultivo de leguminosas, desechos orgánicos, rocas minerales y aspectos del control biológico de plagas. Todo ello está orientado a mantener la productividad de los suelos que permita proporcionar a las plantas los nutrientes

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necesarios. Además, se puedan controlar las plagas, enfermedades y malas hierbas (García, 1993).

Actualmente ya es bien reconocida que la agricultura orgánica consume 2.5 veces menos energía que la agricultura convencional, denominando así a la agricultura con el empleo de fertilizantes y pesticidas (Crodau, 1977). En estos últimos años la aplicación de una agricultura orgánica se ha ampliado sobre todo en Europa, aunque el porcentaje de área bajo este sistema no sea más del 2 a 3 % del área total y distribuido en forma muy dispersa.

Lo que no se menciona es que, antes de la aparición y uso de los fertilizantes químicos y de la producción de pesticidas sintéticos, la agricultura era eminentemente orgánica. Por ejemplo, los antiguos campesinos de los Andes empleaban una agricultura tradicional, en la que se empleaba intensivamente el guano de las aves depositada en las islas, el estiércol de la ganadería ovina y camélida, así como técnicas apropiadas de rotación de cultivos. En estos sistemas de rotación de cultivos la quinua cumplía un papel importante al constituirse en un cultivo que seguía normalmente a los campos de papa.

La secuencia de la rotación de cultivos estaba muy relacionada a la zona agroecologica, así como al grupo cultural que los empleaba en su dieta. A la fecha se ha comprobado por ejemplo que la quinua no sólo utiliza en forma diferente los nutrientes del suelo sino que permite el control de varias plagas.

PRODUCCION DE QUINUA ORGÁNICA

Actualmente la quinua que se produce en los Andes, se cultiva generalmente en forma orgánica. Por ejemplo, alrededor del lago Titicaca, la quinua en rotación después de un cultivo de papa no requiere a aplicación de fertilizantes químicos o solo en pequeñas dosis en la mayoría de casos.

Sin embargo, es necesario diferenciar los distintos sistemas de producción de la quinua. Un sistema es el que se cultiva en campos de rotaciones sectoriales, denominados laymes o aynocas en el sur del Perú y Bolivia, en donde es fácil encontrar áreas de 2 a 6 hectáreas con solo quinua. En la región de los salares al sur de Bolivia sobre los 3600 m se cultiva la quinua en suelos alcalinos y arenosos, sembrada en forma muy distanciada para utilizar mejor la escasa humedad. En los valles interandinos, entre 2000 a 3800 m, está asociada con otros cultivos como maíz, habas, papas u hortalizas.

En los últimos años numerosas alternativas tecnologicas se han investigado y propuesto para la producción de quinua orgánica sobre todo en Puno, Perú, y la región de los salares al sur del altiplano en Bolivia.

PUNO

En la región alrededor del lago Titicaca se cultiva la mayor parte de la quinua que se produce en el país y se concentra en los terrenos comunales, bajo el sistema de aynocas. Según Mujica y Jacobsen (1999, 2000), en estos campos es posible encontrar una gran diversidad de ecotipos y variedades de quinua que los campesinos pueden reconocer y que las cultivan en mezclas como una forma de disminuir el riesgo del ataque de enfermedades, plagas y daños por factores climáticos. En estos terrenos las quinuas son

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cultivadas bajo condiciones casi libres de la aplicación de fertilizantes químicos y pesticidas, aunque en los últimos años por la presencia de plagas y enfermedades se estan aplicando algunos pesticidas.

La oficina denominada de promoción a la exportación Prompex del Ministerio de Agricultura del Perú, está promoviendo el consumo masivo a nivel nacional de esta especia, así como su exportación a Estados Unidos, Alemania, y Japón. En estas exportaciones se ha privilegiado la quinua de tipo orgánico y de mejor calidad.

Zanabria y Banegas (1997) han efectuado trabajos para identificar y controlar las plagas que atacan a este cultivo, así como los insectos benéficos que podrían apoyar a su control biológico. Un proyecto de producción de quinua orgánica de un ONG, CPUR, en Puno, ha propuesto la siembra de quinua en parcelas individuales en la zona de Calacoto, cerca a Juliaca, con el aliciente de una mejor comercialización.

Cerca de 60 agricultores están participando con la siembra de quinua de variedades seleccionadas y bajo estrictas medidas de producción orgánica. Los campos utilizados en estos sembríos no han tenido una fertilización química los últimos 3 a 5 años y en su mayoría son terrenos de "rompe" en la cual se voltea un campo de pastos que no se ha utilizado agrícolamente por lo menos los últimos 20 años. La siembra se lleva en forma técnica con una buena preparación mecanizada del suelo y la aplicación de materia organiza en niveles de 5 a 8 T.M. de estiércol. Los rendimientos son variables de acuerdo al año, pero en general se tiene un promedio alrededor de 1 a 1.2 T.M. de grano por hectárea. La quinua es procesada embolsada y en su mayoría se orienta hacia mercados externos para su comercialización.

El problema mayor es el que se refiere, al uso posterior de esas parcelas destinadas a la producción de quinua orgánica, pues se requiere una rotación con especies no demandantes de fertilizantes químicos. Se ha escogido la alfalfa de variedades resistentes al frío. Con esta rotación se espera que en 6 a 8 años dichas parcelas puedan entrar nuevamente a la producción agrícola, por lo cual se requiere una intensificación en la producción ganadera sobre todo de vacas lecheras. El proyecto ha contemplado el apoyo en forma de crédito de semilla de quinua y apoyo con maquinaria para la preparación de los suelos, así como el alquiler de una trilladora mecanizada, que se presta en forma de avance de la compra del grano. De esta manera permite a los agricultores manejar mejor su economía.

Los resultados muestran que es necesaria la selección de áreas de cultivo con suelos francos, relativamente planos, para evitar inundaciones, con buen drenaje y con la menor incidencia de factores climáticos adversos como la frecuencia de heladas. En ese sentido, en el mismo altiplano existen pequeñas áreas más protegidas y con menor incidencia de heladas. En segundo lugar la fertilidad del suelo es muy importante por eso los suelos de pastizales presentan las condiciones más adecuadas en contenido de materia orgánica inicial, que se debe completar con aplicaciones mínimos de 8 T.M. de estiércol adecuadamente descompuesto y aplicado con buena anterioridad a la siembra.

La preparación de suelos es fundamental sobre todo para evitar la presencia de hondonadas donde se pueda depositar la humedad por mucho tiempo. En cuanto a la semilla se ha sugerido semilla seleccionada y libre de enfermedades sobre todo fungosas. En este tema parece que hay un cierto conflicto, cuando se prioriza el uso de

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las variedades seleccionadas, es decir utilizar solo una variedad cuando el tema de uso de la biodiversidad parece ser que va más relacionado con la producción orgánica o biológica. La mezcla de variedades nativas de quinua no necesariamente producen un material no comercial si es que se sigue la tradición actual campesina. La agricultura y la biodiversidad son dos aspectos que han caminado juntos desde que la humanidad inició el manejo de cultivos. El uso de agroquímicos y la tala irracional de los bosques son probablemente dos factores de mayor importancia que han agudizado y acelerado la debilitación de los sistemas de producción. En ese sentido, la relación entre agricultura y biodiversidad ha sido prácticamente limitada a los pequeños agricultores, como es el caso de los campesinos en los Andes (Lizarraga, 2000). Experiencias efectuadas en Puno por Canahua mostró que la producción era mas estable cuando se utilizaba más de dos variedades que en el caso de utilizar solo una variedad.

Finalmente, la trilla se ve muy facilitada por el uso de trilladoras portátiles que se han experimentado en la zona, bajo el apoyo del proyecto Herrandina de la Cooperación Suiza. Existe además una experiencia de producción de quinua orgánica en la zona de Andahua, Arequipa, con la exportación de granos andinos producidos bajo condiciones biológicas.

El siguiente paso parece ser que se debería incluir en este programa la siembra de quinua orgánica en las aynocas, con el apoyo a las comunidades que utilizan este sistema y con las cuales se puede convenir en un pago adelantado de la cosecha. Sin embargo, será necesario que exista una responsabilidad solidaria, para los efectos de que funcione el sistema de crédito.

ALTIPLANO SUR DE BOLIVIA

La producción de quinua orgánica, en el Altiplano Sur (20°- 21° LS) de Bolivia, constituye una alternativa de fomento a la quinua, con el fin de lograr mejores precios para este grano en el mercado nacional e internacional que se incluye dentro de la corriente de una agricultura de producción biológica con la preservación del medio ambiente. El cultivo de quinua en la región de los salares se inició en las laderas de las serranías aledañas al Salar de Uyuni y representa una tradición tecnológica desde épocas inmemoriales y que los agricultores todavía lo practican. La producción de quinua en estas condiciones generalmente no es atacado por plagas, debido al efecto del microclima y el sistema de manejo de cultivo que impiden el desarrollo de estas plagas, sin embargo esta producción orgánica apenas alcanza al 8 % de 12.000 has cultivadas en el Altiplano Sur (Aroni & Cossio, 1995; IBTA-PROQUIPO, 1997; PROINPA, 2000).

La proliferación de plagas en el cultivo de quinua fue resultado de la expansión de este cultivo de las laderas hacia una agricultura semi intensiva en las planicies, las causas principales, el uso de pesticidas, que al principio aparentemente fueron muy beneficiosas, pero al transcurrir los años los efectos resultaron contraproducentes, afectando los rendimientos con bajas considerables y el deterioro del ecosistema del Altiplano Sur.

En la década del 90 se inició e intensificó la producción de quinua orgánica a consecuencia del cada vez exigente mercado externo que demandaba productos orgánicos. Según información de algunas organizaciones de productores se conoce que

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inicialmente la Central de Cooperativas "Operación Tierra" y posteriormente la Asociación Nacional de Productores de Quinua ANAPQUI, incursionaron en la exportación de quinua Real a diferentes países. La comercialización de quinua orgánica se inició en 1991 en la Sociedad Provincial de Productores de Quinua " SOPROQUI" (Nor Lipez) del departamento de Potosí, como consecuencia de un compromiso de venta de quinua a JEPA en Alemania (J.C. Aroni, comm.pers.).

Fig. 1. Quinua producido en forma organica y mecanizada en Ecuador (S.-E. Jacobsen)

Para la producción de quinua orgánica en sus inicios se establecieron algunas obligaciones como el diagnóstico de parcelas, el seguimiento del proceso de producción y un sistema de acopio para la producción de 200 ha, siendo el primer certificador Natur Land con su representante Franz Hausburger de Suiza. En la actualidad la producción de quinua orgánica es certificada por BOLICERT en coordinación con Natur Land, Ecocert, Ocia y QAI.

La producción de quinua orgánica constituye una alternativa para los productores de quinua real en el Altiplano Sur y por su naturaleza ecológica, está en total concordancia con las políticas nacionales de desarrollo agropecuario rural que propone el Ministerio de Agricultura de Bolivia respecto a que el sector agrícola debe ser: competitivo, sostenible, equitativo, articulado y fundamentalmente participativo.

 

OBJETIVOS PRINCIPALES

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Involucrar al pequeño productor de quinua a la producción orgánica para acceder a mejores precios de la demanda del mercado internacional.

Producir quinua sin residuos tóxicos, garantizando su calidad de alimento sano, de alto valor nutritivo.

Contribuir a la restauración del ecosistema del altiplano Sur, para el establecimiento de una agricultura sostenible.

Ofrecer al consumidor de quinua, un alimento de calidad cuya procedencia orgánica esté claramente garantizada.

POTENCIALIDADES

El Altiplano Sur (3660 a 4000 m.s.n.m.) tiene cierta potencialidad para la expansión de la producción de quinua tipo Real, sin embargo el cultivo es de alto riesgo principalmente por las limitaciones derivadas de los factores adversos del clima. En contraposición en los últimos años existe una tendencia de incremento permanente del precio, que en la actualidad se cotiza en $ 950 US la T.M. de quinua beneficiada.

Según cifras del Ministerio de Agricultura la exportación de quinua se ha incrementado en forma sostenida en los últimos años como se puede apreciar en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Exportaciones de quinua de Bolivia en el periodo 1992 - 1998

Año Cantidad, kg Valor ($us)

1 1.992 502.612 586.432

2 1.993 538.312 710.070

3 1.994 1.170.764 1.440.906

4 1.995 1.509.525 1.613.046

5 1.996 1.722.204 1.863.058

6 1.997 1.786.181 2.185.868

7 1.998 (*) 816.667 (*) 1.095.233 (*)

(*) Las cifras corresponden al primer semestre de 1.998

FUENTE: Departamento de Estadísticas del MAGDR y Cámara de Exportadores La Paz.

Las cifras que se observan corresponden a la exportación de Bolivia de quinua Real orgánica grano beneficiado (perlado), los países destinatarios son Alemania, Chile, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Holanda, Perú y Suiza.

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La cantidad de quinua exportada anualmente, tuvo un crecimiento permanente aunque en términos moderados, en 1997 la cantidad exportada representó el 19 % de la producción total del Altiplano Sur (9100 TM), lo que significa un esfuerzo notable de parte de los agricultores por producir quinua orgánica, además de la implementación de mecanismos de seguimiento para la evaluación y posterior certificación de las parcelas inscritas con este propósito.

 

PREPARACION DE SUELOS

La Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB, 1998), tiene dos normas respecto a la preparación de suelos. En la elección de las áreas de producción y habilitación de tierras para el cultivo de quinua ecológica (quinua orgánica), se deben considerar todos los factores de producción, en especial la adecuada humedad del suelo, nutrientes y prácticas de conservación de suelo.

Para la conservación del suelo, el cultivo se debe realizar en la planicie o serranía en forma adecuada impidiendo la erosión eólica e hídrica (franjas transversales, barreras vivas y cultivos de cobertura). Igualmente se debe aplicar el principio de labranza mínima o labranza tradicional en la preparación de tierras y de siembra para proteger la superficie contra la erosión y degradación.

 

Preparación de suelos en laderas

Desde épocas remotas se cultiva quinua en las laderas de serranías adyacentes al Salar de Uyuni, la preparación de suelos en estas condiciones siempre fue manual debido a la pendiente pronunciada, se utilizan todavía algunas herramientas nativas como la liukana, taquiza y últimamente palas y picotas.

Por ser muy laboriosa esta práctica, la superficie preparada por familia varia entre 0.4 a 1 ha, la remoción de suelos es poco profunda pero suficiente para acumular humedad y permitir el desarrollo del cultivo.

 

Preparación de suelos en planicie

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La roturación de suelos en el altiplano sur desde hace tres décadas se realiza con el empleo del arado de discos, los suelos de esta zona se caracterizan por tener baja estabilidad de agregados y reducida fertilidad, el uso excesivo de maquinaria agrícola ocasionó la desestabilización de la cobertura del suelo, la degradación de los suelos y en consecuencia el abandono de estas áreas antes productoras de quinua. Cossio et al. (1994), estima que las pérdidas de suelo más graves se provocan con labranza de arado de disco accionado por tractor agrícola, alcanzan aproximadamente a 70 TM/ha/año.

La necesidad de recuperar la fertilidad de suelos y la exigencia del mercado de exportación sobre la producción de quinua orgánica, obligó a las organizaciones de productores de quinua, e instituciones de apoyo a probar nuevos equipos que puedan disminuir el efecto de la erosión de los suelos probando el arado de cincel y la Qhulliri. Los resultados demostraron que estos equipos disminuyen en 60 % los efectos de la erosión eólica, a pesar de presentar algunas ventajas, estos equipos no son todavía adoptados por los agricultores.

En la actualidad la roturación de suelos para producción orgánica, tiene la misma modalidad que para la producción convencional, es decir se utiliza el arado de disco, especialmente cuando hay necesidad de incorporar abono orgánico.

La experiencia de mínimo laboreo ó labranza mínima se tuvo en 1993 como consecuencia de una abundante nevada que se presentó en el mes de Agosto, lo que permitió contar con la humedad óptima en el momento de la siembra, por entonces se utilizó una sembradora mecánica (Satiri) en un suelo que había estado en descanso por dos años consecutivos, obteniéndose una cosecha similar a una producción normal.

 

ROTACION DE CULTIVOS

La quinua es un cultivo anual cuyo ciclo productivo tiene una duración desde mediados del mes de agosto que es el inicio de siembra hasta fines de mayo que es cuando se trilla, o sea representa algo de más de ocho meses. En las condiciones extremas de clima generalmente en el altiplano sur, es el único cultivo extensivo que tiene posibilidad cierta de ofrecer cosecha. Estas características de producción hacen de la quinua un monocultivo en toda la zona, aspecto que presenta algunas desventajas en la economía del productor, sin embargo es contrarrestado con algunas técnicas de manejo de suelos, que consisten en los descansos polianuales que era normal hace dos décadas, pero por presiones de demanda de producción de quinua las últimas gestiones, el descanso generalizado en la mayoría de las zonas quinueras, es el interanual. Estas prácticas de descanso pueden favorecer relativamente a la recuperación del suelo en las condiciones físicas y biológica de los suelos.

Terceros (1997) establece que en un periodo de 11 años se puede obtener 5 cosechas interanuales, después es necesario un descanso que puede variar de 2 años hasta 20 años. El mismo autor asevera, que la producción o el rendimiento de un cultivo de quinua además, de la influencia del tiempo de descanso, está en función de las

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características prístinas del suelo o de su estado anterior. Un suelo virgen habilitado para su producción, difiere en el número de cosechas que puede reportar y cuando sea sometido a descanso su recuperación también puede ser distinta, pero en general la recuperación es muy lenta.

La producción de quinua orgánica en comunidades asociadas a organizaciones de productores, está comprendida en el marco de este sistema de rotación de suelos, a veces este método funciona en concordancia a un sistema de rotación zonal que determina la comunidad, para combinar el cultivo de quinua con el pastoreo de llamas y ovinos, es decir algunas comunidades quinueras tienen hasta tres zonas distintas para el cultivo de quinua y durante una gestión agrícola solamente en una zona pueden cultivar todos los comunarios a la vez.

ANAPQUI que es el acrónimo de la Asociación Nacional de Productores de Quinua, está implementando una serie de mecanismos que obliga a los productores inscribir las parcelas destinadas a la producción orgánica, que generalmente pasa por lo menos dos años en etapa de transición, después de este plazo, recién pueden ser cultivadas, para producción ecológica. La producción en estas parcelas se conoce como quinua de transición (ANAPQUI, 1996).

 

ABONAMIENTO

En el Altiplano Sur, los suelos son generalmente arenosos, y en muchos casos son sobreexplotados y como consecuencia se puede observar tierras marginales, abandonadas, generando consecuencias negativas a la ecología de la zona. Desde principios de la década del 80 se promocionó la fertilización orgánica, sin embargo no hubo mucho interés de parte de los productores, porque en ese entonces los rendimientos de quinua eran relativamente altos, al paso del tiempo, los suelos sufrieron un empobrecimiento paulatino en toda la zona quinuera del Altiplano Sur, aspecto que ocasionó rendimientos bajos, que su cultivo es antieconómico para muchas familias campesinas.

Los abonos orgánicos como el estiercol y compost aplicados al suelo favorecen a las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo. La aplicación de estos abonos en los suelos del altiplano es de innegable importancia, constituyendo en una fuente de nutrientes disponibles para la planta a costos relativamente bajos. Las actividades de promoción para la incorporación de estiércol de parte las organizaciones de productores e instituciones ligadas al rubro hicieron posible una toma de conciencia de los agricultores sobre la necesidad e importancia del abonamiento con materia orgánica de las parcelas quinueras.

Sobre el abonamiento AOPEB (1998), indica: "Para conservar y mejorar la fertilidad del suelo, se recomienda la incorporación continua de abonos orgánicos, los abonos deben emplearse en el momento correcto para impedir la pérdida de nutrientes". No se permiten abonos que no estén anunciados en sus normas.

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Existen experiencias sobre incorporación de estiércol a las parcelas para producción de quinua orgánica, el efecto en estos suelos se expresa con un mejoramiento de la estructura de los mismos, disponibilidad de nutrientes y lo más importante coadyuva en la retención de la humedad del suelo, lo que facilita el desarrollo normal del cultivo. Muchos estudios del Programa Quinua del IBTA, sobre fertilización orgánica determinaron distintas fuentes de materia orgánica, las cantidades necesarias y la época apropiada para la aplicación de los mismos están siendo adoptados por los agricultores.

La incorporación de estiércol en la época de roturación de suelos varia entre 4 a 10 Tm/ha, conforme se trate de aplicación en el sistema de hoyos, surcos y voleo. Cuando se utiliza compost está determinado que incorporando 300 gr./ hoyo se utiliza hasta 2.1 Tm. /Ha. El uso de abono orgánico se puede calificar todavía de moderado, sin embargo la tendencia es al aumento paulatino, tanto para la producción orgánica, como para la producción convencional de quinua. También se han realizado pruebas de incorporación de abonos verdes con algunas especies como el tarwi, cebada y centeno, con un establecimiento de 3 meses se obtuvieron 1,5 Tm, 1.1Tm y 0.8 Tm de materia verde por hectárea respectivamente, sin embargo se ha podido observar una lenta descomposición de la materia orgánica.

SIEMBRA

La siembra de quinua para la producción orgánica se realiza en forma similar a la producción convencional, sin embargo tiene importancia utilizar semilla seleccionada de la gestión pasada, este material debe ser de una variedad o ecotipo definido, bastante homogéneo y el tamaño del grano grande con diámetro superior a los 2 mm. Los ecotipos comerciales más utilizados son Real Blanca, Pandela, Kello, Utusaya, Rosa Blanca, Thimza, Achachino, Mocko, y Mañiqueña.

La siembra manual se realiza en el método de hoyos a una distancia de 1 a 1.20 m entre hoyos, la siembra mecanizada con sembradoras como la "Satiri I" y otros prototipos en procesos de validación como el "Surco", en ambos métodos se requiere entre 6 a 8 Kg. de semilla por hectárea.

 

CONTROL DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

La AOPEB, recomienda el uso de variedades resistentes o tolerantes a plagas, enfermedades y a la competencia de hierbas invasoras. El manejo de cultivo frente a hierbas invasoras, enfermedades y plagas se realiza de acuerdo a las Normas Básicas establecidas, por esta Institución. El uso de pesticidas sintéticos está prohibido.

Una norma básica de AOPEB, indica que en una unidad de producción bien manejada, el problema de plagas y enfermedades debería haberse limitado a un problema de segundo nivel. Se espera, que con una buena rotación de cultivos, con asociaciones de especies y variedades con descanso de parcelas, con un abonamiento limitado, con un buen manejo del microclima, con la conservación de especies nativas, la creación de un

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ámbito favorable a la fauna benéfica y otras medidas preventivas, la incidencia de plagas y enfermedades se va a reducir a un mínimo.

Para cumplir esos enunciados se tiene que realizar una labor seria, de convencimiento a los productores sobre las ventajas de esta modalidad de producción, seguramente va a transcurrir bastante tiempo hasta que esas prácticas sean incorporadas al sistema de producción de quinua en el altiplano sur.

Las organizaciones de productores como ANAPQUI y CECAOT, fueron regulando en forma moderada la aplicación paulatina de estas normas a todos los productores que están involucrados en la producción de quinua orgánica. Es de conocimiento general que la fuente de contaminación medio ambiental en el altiplano fue el uso irracional de pesticidas en la producción de quinua.

La incidencia de plagas en el cultivo de quinua en esta zona, tiene importancia económica, porque puede causar pérdidas importantes en la producción, si el agricultor no toma medidas de precaución y control de estas plagas. Entre las principales plagas podemos mencionar al complejo de ticonas : (Agrotis sp., Copitarsia turbata Herrich & Schäffer, Spodoptera frugiperda (Serville) y Feltia experta Walker (Noctuidae: Lepidoptera), que atacan partes de tallo y hojas, en casos de ataques severos se pueden encontrar hasta 80 larvas por hoyo, con plantas totalmente defoliadas. La Kcona kcona (Eurysacca quinoae (Meyrick) (Gelechiidae: Lepidoptera)) es otra plaga clave del cultivo de la quinua que tiene su incidencia preferentemente en el período de cosecha, ataca particularmente a la panoja y puede destruir un cultivo en menos de una semana.

Los problemas del desequilibrio ecológico del Altiplano Sur causado por el uso excesivo de pesticidas y la introducción de la maquinaria agrícola, se pretende reducir con la explotación agrícola orientada a la producción ecológica, se está promocionando el uso de extractos naturales de Piretro (Chrysanthemum cinerariaefolium), Nim (Azadirachta indica), Muña (Minthostachys sp.), Uma tola (Parastrephia lucida), Ñacá tola (Baccharis incarum), Tabaco (Nicotiana tabacum) y otros.

En este campo y para evitar el uso de insecticidas sintéticos, ANAPQUI está implementando una asistencia técnica mediante promotores que realizan supervisión permanente de las parcelas con cultivo orgánico de quinua, lo más importante en esta experiencia es la capacitación de los agricultores en la preparación y uso de extractos naturales para el control de plagas, la asistencia técnica permanente y en muchos casos la dotación de los insumos.

Sin embargo este esfuerzo de los productores, no es suficiente por la magnitud y la incidencia de las plagas, se requiere la validación y difusión de las alternativas tecnológicas generadas recientemente para el manejo integrado de plagas. Existen estudios sobre control biológico de plagas, por ej. Aroni & Arequipa (1996) indican, que los extractos naturales en estudio (Muñas, Molle (Schinus molle), Chachakuma (Senecio graveolens), Uma tola y Ñaká tola) presentaron una eficiencia gradual en el control de las plagas de la quinua. El efecto residual de los extractos no permanece por tiempo prolongado en el cultivo de quinua por ser biodegradable, razón por la cual no tiene un comportamiento similar a un insecticida sintético. El momento propicio para la aplicación de los extractos naturales es cuando se presentan altas temperaturas en el día, estas condiciones parecen coadyuvar en el efecto de los extractos.

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Aroni & Lucas (1996) estudió la eficiencia de entomopatógenos en el control de plagas claves de la quinua (Copitarsia sp., Feltia sp., Spodoptera sp. y Eurysacca quinoae), las aplicaciones fueron realizadas en dos épocas. La eficiencia de los entomopatógenos varia entre 45.39 % que corresponde al Baculovirus phthorimaea y 57.19 % de Bacillus thuringiensis. Saravia & Quispe (2000) asevera que la dosis de Baculovirus phthorimaea de 50 larvas infestadas en un litro de agua, presentó una eficiencia de 56.41 para el control biológico de Eurysacca quinoae, aumentando esta eficiencia en la medida que se incrementa la concentración de aspersiones.

Sanchez et al. (1995) menciona que un parasitoide de especie no determinada (Ichneumonidae: Hymenoptera) en forma natural es el que mejor control a Eurysacca quinoae (16.54 % para una generación de plaga), en cambio el parasitoide Microplitis sp. (Braconidae: Hymenoptera) es el que tuvo menor porcentaje de parasitismo (1,42 % para toda la generación de la plaga).

Diversas instituciones como COMPAC, IBTA y ANAPQUI realizaron pruebas de control etológico con trampas de luz, en el caso del Programa Quinua (1992 – 1994) con el propósito de efectuar estudios de dinámica poblacional de las principales plagas ha utilizado trampas de luz, observando eficiencia moderada para la captura de lepidopteros adultos, esta práctica puede coadyuvar a la disminución de ataque plagas de la quinua siempre y cuando se realicen campañas comunales responsables y por tiempos determinados.

RIEGO

Las precipitaciones pluviales en el Altiplano Sur de Bolivia oscilan entre 150 a 250 mm/año y muy concentradas en los meses de enero, febrero y marzo, la preparación oportuna de suelos en hoyos, tiene el propósito de acumular humedad con este nivel de precipitación, por tal razón un 97 % de cultivo es a secano. Respecto a la experiencia de riego en el cultivo de la quinua, solamente se puede mencionar la realizada en comunidades que tienen el privilegio de contar con fuentes de agua, que les ha permitido la construcción de sistemas de riego para cultivar quinua en superficies relativamente extensas.

El riego por inundación, se ejecuta a partir de los primeros días de Julio hasta fines de Septiembre, después del riego de cada parcela, se deposita estiércol al voleo en una cantidad de 10 Tm./ha, para incorporar posteriormente esta materia orgánica con el empleo de un arado de disco. Esta labor un mes antes de la siembra es favorable para el desarrollo de las plantas, lográndose rendimientos superiores en un 80 % al cultivo en condiciones de secano.

El riego por surcos también se practica con la finalidad de aprovechar en forma optima el agua de riego, también en este caso se puede incorporar estiércol en una cantidad de 4 Tm./ha.

 

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LABORES CULTURALES

En la siembra manual se deposita alrededor de 80 a 140 granos por hoyo, si consideramos una condición optima de humedad la germinación es superior al 80 %, lo que significa que habrá una emergencia de muchas plántulas, que sin embargo desde el principio serán atacadas por lagartijas, pájaros y roedores, además afectadas por la fuerte insolación existente en el ecosistema zonal. Para proteger las plantas en esta etapa se procede con el "phisnado" ó sombreado con paja, tara tara y otras tholas.

El deshierbe a veces suele ser necesario, pero en general no hay mucha incidencia de malezas si hubo una preparación adecuada de suelos. Por diversos factores favorables el número de plantas por hoyo puede ser numerosas, para obtener buenos rendimientos es necesario realizar raleos oportunos para permitir el desarrollo de no más de 4 plantas por hoyo. Como una de las labores culturales que se incluyen para la producción orgánica de quinua podemos indicar el uso de estiércol fresco como repelente al ataque de liebres en el período posemergencia,

 

COSECHA Y POSCOSECHA

La demanda de la quinua en el mercado de exportación tiene exigencias respecto a la calidad del grano muy ligado a la pureza, referencia a un producto sin piedrecillas ni otras impurezas. En muchos casos de parte de los compradores en el mercado internacional, hubo castigos en el precio del grano exportado por haberse encontrado piedrecillas en el producto, esto ha causado en más de una ocasión dificultades económicas especialmente entre los exportadores.

Las organizaciones de productores y empresas dedicadas a la exportación de quinua actualmente tienen muchas dificultades en el procesamiento y beneficiado de los granos, porque requieren de técnicas especiales para separar especialmente las piedrecillas, en muchos casos se ha recurrido al trabajo manual para la limpieza de los granos. Esto naturalmente eleva los costos de producción, disminuyendo significativamente las ganancias. Para contribuir a solucionar los problemas de incorporación de impurezas en el grano de quinua y otras relacionadas con la conservación de suelos, las instituciones y organizaciones de productores han estado promocionando y difundiendo técnicas mejoradas de cosecha y poscosecha.

 

Corte

Esta labor se ejecuta cuando las plantas han alcanzado su madurez fisiológica, lo cual se puede apreciar por la dureza característica de los granos y el aspecto general de la planta

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que se torna de un color amarillento o púrpura de acuerdo a la variedad. En este estado se cortan con hoz, los tallos de las plantas a una altura conveniente que permita aprovechar todas las ramificaciones donde existen panojas. Esta misma operación se puede realizar con segadoras mecánicas, en el manejo intervienen dos operadores, el primero sostiene desde su base todas las plantas del hoyo y el segundo realiza el corte con el mencionado equipo.

 

Emparve

Es la labor que continua al corte, generalmente se efectúa el mismo día, consiste en formar montones, con las panojas ordenadas a un solo lado y sobre polietileno. Otra forma de emparve es la de arcos, donde se cruzan las plantas en forma de x, disponiendo las panojas hacia arriba y apoyadas en una base de tholas, que se planta al inicio del arco. Esta práctica permite el secado del grano desde un 25 %, hasta un 10 % de humedad para facilitar la trilla.

 

Trilla

La trilla se realiza cuando los granos están secos y con una humedad que fluctúa entre 10 a 13 %. En la trilla mejorada se utilizan lonas, que son extendidas en superficies planas, donde se colocan las parvas en forma ordenada con las panojas en sentido interno y paralelas, para que el tractor o vehículo pesado haga las pasadas necesarias hasta desprender el grano de los perigonios, las labores de venteo y limpieza correspondiente se realiza en forma manual.

Con las trilladoras estacionarias (Vencedora, Alvan Blach y Cifema) se requieren entre 3 a 5 operarios para la trilla, tres que provean y trasladen las parvas de quinua hasta la máquina, otro que realice la alimentación depositando las plantas a la tolva y un cuarto que reciba la quinua trillada en bolsas, estas máquinas pueden tener rendimientos de hasta 10 qq la hora. Con el propósito de obtener granos limpios y sin impurezas se están promocionando prácticas de trilla directa, cuando los granos tienen una humedad del 13 % se cortan y trillan el mismo día, obteniendo grano de buena calidad, aunque pueden presentar algunas dificultades de grano no trillado, pero que no pasa del 6 % del total cosechado.

 

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Almacenamiento

El almacenamiento de la quinua orgánica es muy favorecido por las condiciones climáticas del altiplano, que permite la conservación de los granos, los mismos son almacenados en bolsas de 50 Kg., apilados en ambientes donde se protege del ataque de los roedores. En los dos últimos años a traves de FAO se ha estado promocionando el uso de silos metálicos de diferentes capacidades, con resultados satisfactorios.

 

COMENTARIO FINAL

En el Altiplano Sur, la producción de quinua convencional es fruto de una vasta experiencia. Sin embargo la producción orgánica de quinua, es un desafío para productores y técnicos, por la enorme complejidad de esta actividad, en una zona con características climáticas adversas el desarrollo normal de la agricultura en general. La quinua Real, una especie excepcional se desarrolla en esas condiciones, y su cultivo representa un medio de sustento para miles de familias campesinas. La calidad nutritiva del grano de quinua debe ser aprovechada por toda la humanidad, por eso es importante aumentar su producción sin afectar el ecosistema que heredarán nuestras futuras generaciones.

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PRINCIPALES PLAGAS DEL CULTIVO DE LA QUINUA EN LA SIERRA CENTRAL DEL PERU, Y LAS PERSPECTIVAS DE

CONTROL INTEGRADO

William’s Hidalgo y S.-E. Jacobsen

 

1. Introducción

La expansión que esta alcanzando la quinua, va casi paralelo con el incremento detrimental de las plagas que afectan los rendimientos,

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ocasionando a los agricultores cuantiosas pérdidas económicas. Los agricultores de esta zona, conocen muy bien a los insectos plagas que atacan al cultivo de la quinua en sus diferentes etapas del ciclo vegetativo, a los que combaten haciendo uso indiscriminado de insecticidas que es el método más difundido, las mismas que son utilizadas cada vez en dosis mas altas, rompiendo el equilibrio biológico y generando de esta manera la proliferación y aumento de nuevas plagas cuyo control se hace cada vez más difícil. Entre las plagas importantes se consideran a Diabrótica sp., Copitarsia sp., Myzus sp., Frankliniella sp., Liriomyza sp., Epitrix sp., Paratanus sp., Epicauta sp., y Astillus luteicauda.

Investigaciones recientes (Otazu, comm.pers.) indican que Eurysacca melanocampta Meyrick y Adioristus sp., son las plagas principales del cultivo de quinua en el valle del Mantaro, pudiendo ocasionar notables pérdidas. Frente a esta situación este trabajo pretende brindar mayor información sobre la presencia de nuevas y principales plagas, asimismo sus perspectivas de control para un manejo integrado.

2. Materiales y Métodos

El presente trabajo se realizó en el fundo la Victoria instalaciones del CIP, Huancayo, Perú durante la campaña1998-1999, para los muestreos se demarcaron dos superficies una de 736 m2 donde se instalaron 12 cultivares comerciales de quinua, las mismas que no recibieron ningún tratamiento fitosanitario a fin de no alterar la biología de los insectos, y la otra de 731 m2

donde se instaló el cultivar Blanca de Junín con tres tratamientos las que vienen a ser momentos de aplicación (To sin aplicación, (testigo), T1 una aplicación, y T2 aplicaciones quincenales) de Sherpa SC a la dosis de 250 ml/ha. Las evaluaciones se realizaron tomando los tres surcos centrales de cada tratamiento, finalmente se evaluaron 25 plantas de cada tratamiento con intervalos de 15 días desde el estado de plántula hasta el estado de madurez fisiológica. En cada muestreo se tomó el número de adultos, larvas sanas y parasitadas de todas las plagas, así como de sus respectivos predatores y parasitoides para su identificación.

3. Resultados

3.1 Momento y frecuencia de ocurrencia de las plagas

Se procedieron a los muestreos con el inicio de la incidencia de las plagas. De las mismas se tiene Adioristus sp., que hace su aparición a los 15 días después de la siembra en poblaciones altas dañando a las plantulas recién emergidas para luego ir decreciendo, asimismo los gusanos de tierra (Copitarsia turbata) se presentan a los 30 días después de la siembra conjuntamente con Diabrótica sp. en bajas poblaciones, manteniéndose constante hasta la segunda semana del mes de diciembre (Cuadro 1). Las larvas de Eurysacca melanocampta Meyrick hace su aparición a los 45 días después de la siembra, en el estado fenológico de ramificación desfoliando las hojas, manteniéndose constante hasta los 70 días después de la siembra, teniendo como máximo 7 larvas por planta. Luego decrecieron paulatinamente estas larvas durante la

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floración, debido a la excesiva precipitación lo cuál lavó posturas y provocó ahogamiento de larvas, para luego incrementarse en el estado de grano pastoso hasta la maduración.

En cuanto a adultos de Astillus luteicauda se observa que estos se presentan durante la floración manteniéndose en bajas densidades hasta el estado de grano lechoso; en lo referente a los pulgones estos hacen su aparición sólo al final del ciclo vegetativo, afectando la calidad del producto por las secreciones gomosas de estos insectos. En cuanto a los trips (Frankliniella sp.), los acchus (Epicauta sp.), cigarritas (Paratanus sp. y Bergallia sp.), hacen su aparición durante la floración a los 95 días después de la siembra para mantenerse constante hasta la maduración.

Los controladores biológicos como Copidosoma gelechiae R., Copidosoma koehleri Blanchard (Hymenóptera: Encyrtidae); Eriopis sp., Ceratomegilla maculata De Gueer e Hipodamia convergens Guerin (Coleóptera: Coccinellidae); y crisopas (Chrysoperla sp.) (Neuróptera: Chrysopidae), hacen su aparición durante la floración, hasta la maduración predatando y parasitando huevos y larvas de kcona kcona, llegando en esta etapa a 15 individuos por planta durante la primera semana del mes de enero y mantenerse constante hasta la maduración.

3.2 Control

Para las aplicaciones es conveniente tomar en cuenta de qué orden es el insecto que ataca el cultivo, época de mayor daño, etapas de su metamorfosis, biología del insecto y etapas fenológicas más susceptibles del cultivo, y otros aspectos, para poder seleccionar el tipo de insecticida a utilizar para su control. La primera aplicación del insecticida se realizó en la fase fenológica de ramificación, esta se llevó a cabo quincenalmente hasta la madurez fisiológica para el tratamiento T2, mientras que para el tratamiento T1 sólo se realizó una aplicación durante la fase fenológica de grano pastoso a madurez fisiológica, ya que en esta etapa el ataque de la larva es masivo, que comen y destruyen los granos en formación y coincide con la etapa fenológica más susceptible del cultivo.

3.3. Insecticidas

Existen una cantidad considerable de insecticidas sistémicos o de contacto, como venenos de diferentes marcas que el país importa con una variación compleja de principios activos. Por ello se debe dar estricto cumplimiento a las instrucciones del fabricante, en la dosificación y preparación. El producto Sherpa SC fue utilizado en el control de la kcona kcona, es un insecticida piretroide de amplio aspecto que actúa por contacto e ingestión y se usa en bajas dosis.

El cultivo tratado con Sherpa SC, generalmente permanece tóxico por 15 a 20 días, y controla eficientemente a las plagas.

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Cuadro N ° 1 Registro poblacional de insectos durante el ciclo vegetativo de la quinua.

Los datos presentados son un promedio de 25 plantas

4. Discusión

Los resultados de esta campaña difieren mucho de las campañas anteriores, debido a la excesiva precipitación pluvial, lo cuál influyó en una baja población, actuando como controlador en la proliferación de insectos, en tanto que las precipitaciones intensas lavan posturas y causan la muerte de larvas pequeñas, recién eclosionadas, ubicadas en el área foliar e inflorescencias. Siembras tempranas favorecen el ataque de Adioristus sp. y ticuchis incrementando sus daños a una deficiencia de agua durante los primeros estadíos.

El grupo de los insectos picadores, chupadores, raspadores, y masticadores en quinua, tienen un complejo número de enemigos naturales, entre predatores y parasitoides, que evitan altas gradaciones y daños de importancia económica manteniendo un equilibrio biológico sin necesidad de aplicar ningún plaguicida. La población de pulgones no fue significante en esta campaña.

5. Conclusiones

Las poblaciones de insectos no tienen una densidad constante, presentando fluctuaciones relativamente marcadas en el transcurso del tiempo; una buena labor agronómica y cultural en forma anticipada y oportuna disminuye notablemente la población plaga, las precipitaciones intensas ocasionan el lavado de posturas y de larvas pequeñas, asimismo causan el ahogamiento de larvas que se refugian en el suelo.

Existen varios controladores biológicos al final de la etapa del cultivo que redujeron significativamente las poblaciones larvales.Se deberían seguir investigando variedades que tengan resistencia como las variedades de panojas amarantiformes, sueltas de colores claros como algunos híbridos de la raza Junín que fueron los menos atacados; mientras que los cultivares con panoja glomerulada fueron las más atacadas como la Amarilla de Maranganí, pese a tener alto contenido de saponina.

Para el presente trabajo con sólo una aplicación durante la fase fenológica del grano pastoso a madurez fisiológica fue suficiente para destruir las larvas y alcanzar buenos rendimientos. Se debe realizar un uso selectivo de insecticidas solo cuando sea necesario, en el momento adecuado y oportuno.

 

Bibliografía

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CAPITULO V : PLAGAS Y ENFERMEDADES

RENE ORTIZ, SOLVEIG DANIELSEN, TERESA. AMES, ANDRES CASTRO

   . INTRODUCCION

   . INSECTOS PLAGA

   . Eurysacca quinoae Povolny (LEPIDOPTERA: GELECHIIDAE)

   . Copitarsia turbata H.S. (LEPIDOPTERA: NOCTUIDAE)

   . INSECTOS PLAGAS POTENCIALES

   . ENFERMEDADES

   . MILDIU

   . BIBLIOGRAFIA

INTRODUCCION

La quinua es un cultivo muy importante en la evolución socio económica del poblador andino, su rendimiento esta determinado por características intrínsecas hereditarias y modificadas por una gran variedad de agentes extrínsecos ambientales, por ello, los factores de resistencia ambiental biotica (fitopestes) y abiótica (sequía, heladas y otros) influyen adversamente en la producción y productividad de la quinua.

El problema de plagas y enfermedades en el bioma andino es latente, se acentúa más, por el uso desmesurado e irracional de pesticidas orgánicos que alteran el equilibrio ecológico con secuelas muy negativas a la sociedad y el medio ambiente.

Las fitopéstes en quinua son las plagas (insectos, nematodos, pájaros y roedores) y enfermedades (hongos, bacterias y virus), estos, ocasionan pérdidas directas e indirectas. Estimar las pérdidas es difícil y compleja, sin embargo, la información es muy importante para orientar mejor una política de asistencia técnica en protección vegetal.

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INSECTOS PLAGA

Durante el ciclo vegetativo de la quinua se registra de 15 (Bravo y Delgado, 1992) a 18 (Alata, 1973; Ortíz, 1997) hasta 22 (Zanabria y Banegas, 1997) insectos fitófagos, estos, ocasionan daños en forma directa cortando plantas tiernas, másticando y defoliando hojas, picando-raspando y succionando la savia vegetal, minando hojas y barrenando tallos, destruyendo panojas y granos (Ortíz y Zanabria, 1979) e indirectamente viabilizan infecciones secundarias por microorganismos patógenos.

Considerando la relación fluctuación población, grado de infestación y el perjuicio económico que causan los insectos fitófagos, en quinua se registran tres categorías de insectos plaga: clave, ocasional y potenciales (Cuadro 1).

 

Eurysacca quinoae Povolny (LEPIDOPTERA: GELECHIIDAE)

En la zona andina de Sudamérica, varias especies de Eurysacca (E. media Povolni, E. melanocampta Meyrick y E. quinoae Povolny) se encuentran asociadas a la quinua. Investigaciones recientes evidencian que q’hona q’hona o q’haq’ho kuru corresponden a E. quinoae Povolny (Rasmussen et al , 2000 ). Especie fitófaga plaga clave, año tras año por su comportamiento trófico, densidad de población, distribución espacial y persistencia ocasionan daños de importancia económica.

Cuadro 1. Categorías de insectos plaga en quinua Chenopodium quinoa Willd.

Nº Nombres científicos/Nombres comunes Categorías

01

02

03

04

05

Eurysacca quinoae Povolny

"q´hona q’hona"

"q’haq’ho kuru"

Copitarsia turbata H.S.

"panojero"

Epicauta spp.

"padre kuru"

"chhallu chhallu"

Epitrix sp.

Clave

Ocasional

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

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06

07

08

09

10

11

12

13

14

15

16

17

18

"piki piki"

"pulguilla saltona"

Frankliniella tuberosi Moulton

"llawa"

"kondorillo"

Myzus persicae (Sulzer)

"q!homer usa"

Macrosiphum euphorbiae (Thomas)

"q!homer usa"

Liriomyza huidobrensis Blanch.

"mosca minadora"

Agrotis sp.

"silwi kuru"

Feltia sp.

"tikuchi"

Meloe sp.

"uchu kuru"

"llama llama kuru"

Borogonalia sp.

"cigarritas"

Bergallia sp.

"cigarritas"

Paratanus sp.

"cigarritas"

Perizoma sordescens Dognin

"medidores"

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Potencial

Page 27: Insectos Plaga en Quinua

"kuarta kuarta"

Pachyzancla sp.

"polilla de quinua"

Pilobalia sp

"charka charka"

Hymenia sp.

"polilla de quinua"

 

Al estado larval se denomina "q’hona q’hona" o "q’haq’o kuru", por su hábito alimentario es oligofaga, ataca chenopodáceas cultivadas (Chenopodium quinoa Willd., C. pallidicaule Aellen), silvestres o "ayaras" (Chenopodium sp.) y Amarantáceas (Amaranthus caudatus L.), ocasionalmente, se registra en papa minando y pegando hojas terminales.

El nombre común en quechua significa "moledor" o "gusano frotador", las larvas de la segunda generación se alimentan de granos pastosos y maduros, ocasionando, polvo blanco al pie de la planta producto de la destrucción de granos.

MORFOLOGIA.

Los adultos son polillas de color gris pardusco a amarillo pajizo y cuerpo cubierto con abundante escamás. Cabeza pequeña, pieza bucal tipo sifón con palpos labiales bien desarrollados curvados hacia adelante y arriba, antenas filiformes largas que sobrepasan la mitad de la longitud del cuerpo (Ortíz y Zanabria, l979); alas anteriores alargadas con manchas negruscas en la región vannal, alas posteriores triangulares de color pajizo (Ortíz, 1976). Tamaño aproximadamente 9 mm de longitud y con expansión alar de 15 a 16 mm (Ortíz y Zanabria, l979).

Huevos, epifitas y pequeñas, miden de 0.4 a 0.5 mm de longitud, forma ovoide con superficie liza y color blanco cremoso a blanco cenizo.

Larvas eruciformes, las recién eclosionadas son diminutas de color blanco cremoso con la capsula cefálica café y mide 0.8 mm de longitud, las adultas con colores variables de amarillo verdoso a marrón claro oscuro, con manchas difusas marrón oscuro a rosado dispuestas en la región dorsal semejándose a bandas o venaciones lineales, miden de l0 a l2 mm de longitud. Pupas obtecta, forma elíptica de color marrón claro a bruno y mide de 6 a 8 mm de longitud.

BIOLOGIA.

Insectos holometábolos (Fig. 1), adultos con una longevidad de 30 a 35 días, preoviposición y oviposición con 10.5 a l8.4 días respectivamente (Quispe, 1979),

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incubación de 7 a l2 días, período larval 36 días (Ortíz, l976) con cuatro estadíos, período prepupal y pupal 35 días.

Fig. 1. Metamorfósis de Eurysacca quinoae Povolny.

h: huevo; l: larva; p: pupa; a: adulto

El ciclo vital varía de 75 días (Ortíz y Zanabria , l976) a 83 días (Zanabria y Banegas, 1997) con dos generaciones traslapadas por ciclo estacional (Fig. 2).  

Fig. 2. Ciclo vital de Eurysacca quinoae Povolny

_____ Adultos (preoviposición, oviposición y postoviposición), generación 1 y 2

- - - - Larvas generación 1 y 2

……. Pupas generación 1y 2

Generalmente, durante una generación el cuadro de vida de E. quinoae en sus diferentes estados de desarrollo no es constante, esta gobernada por características intrínsecas inherentes a la especie y características del medio físico, en este último, el clima como factor densidad-independiente (limitativo o favorable) tiene acción directa sobre la modificación del

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tiempo en que se suceden los ciclos de vida, crecimiento y desarrollo, reproducción y longevidad.

ETOLOGIA.

Las polillas son crepusculares y nocturnas, durante el día permanecen ocultas en grietas del suelo, debajo de terrones y en partes oscuras de la planta, cuando son perturbadas realizan vuelos cortos y bruscos.

Los huevos, son depositados en grupos de 30 a 40 y raramente aislados sobre inflorescencias, envés de hojas tiernas y brotes. Las larvas eclosionadas minan el parénquima de las hojas o destruyen el ovario de las flores y granos lechosos.

Los diferentes estadios larvales son activos, usando finos hilos de seda pueden migrar hacia el suelo y luego a plantas vecinas, cuando son molestadas mueven la parte caudal del abdomen. Los estadios IV y V , en las inflorescencias forman estuches sedosos blanco sucio pegajosos donde permanecen la mayor parte del día.

Empupan al pie de las plantas a una profundidad de 2.5 cm. Larvas de segunda generación, ocasionalmente empupan en panojas de plantas con madurez fisiológica o en parvas.

DINAMICA POBLACIONAL

En agroecosistemás de quinua las poblaciones de adultos y larvas de q!hona q!hona no es constante, desde la preparación del suelo hasta la cosecha ocurren altas y bajas densidades de poblaciones. La población de polillas es variable y descendente (Fig.3), la primera generación (setiembre a noviembre) es más numerosa en relación a las de la segunda generación (Diciembre a Enero), aparentemente, los factores climáticos y edáficos influyen satisfactoriamente en la eclosión de pupas invernantes de la segunda generación, en cambio, la eclosión de adultos de la segunda generación son condicionadas adversamente por la alta humedad del suelo.

Fig. 3. Fluctuación poblacional de E. quinoae

_____ Adultos

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-------- Larvas

Sin embargo, los parámetros de población vinculados con cambios en la abundancia dependen de la interrelación natalidad, mortalidad, inmigración y emigración (Krebs, 1985) de la polilla durante el ciclo fenológico del cultivo.

La densidad larval durante el desarrollo del cultivo es heterogénea y ascendiente (Fig.3), la primera generación es menor en oposición a la segunda generación, es decir, los factores densidad dependiente (predatores y parasitoides) son eficientes y casi nula durante la segunda generación traslapada respectivamente, por consiguiente, la interacción hospedero-parasitoide y predator-presa evidencia una respuesta funcional y numérica irregular en los índices de sobrevivencia de q’hona q’hona al estado larval.

La dinámica de población, esta determinada por la resistencia ambiental (Huffaker y Messenger, 1985) biótica (predatores y parasitoides) y abiótica (clíma y suelo). Las fuerzas bióticas y abióticas interactúan en forma compleja, sin embargo, el clima tiene influencia directa (ciclo de vida, reproducción, desarrollo, fecundidad y longevidad) e indirecta (abundancia y escasez de alimentos) en la tabla de vida de E. quinoae.

PERJUICIO ECONOMICO

El efecto nocivo de q’hona q’hona se expresa en dos niveles: daño larval sobre la planta y perjuicio larval a la planta. En el daño larval, la capacidad productiva de la planta se reduce. Las larvas de la primera generación minan y se alimentan del parénquima de las hojas, pegan hojas y brotes tiernos, destruyen inflorescencias en formación, en cambio, las larvas de la segunda generación destruyen inflorescencias formadas, granos lechosos, pastosos y maduros (Foto1). Esta última generación alcanza una tasa de crecimiento porcentual (r%) de 30 a 35 (Ortíz, 1993), habiéndose registrado más de 200 larvas en una planta.

Foto1. Daño larval de E. quinoae sobre granos de quinua (P. Delgado)

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El perjuicio larval, se expresa en términos de pérdida en rendimiento del grano, aunque, el daño no siempre implica perjuicio a la planta. E. quinoae durante la cosecha, disminuye los rendimientos en calidad y cantidad del grano de 40 % (Quispe, 1976) a 50 % (Ortíz, l998).

Medir las pérdidas es complicado, generalmente se fundamenta en apreciaciones por expertos y métodos experimentales, este último, se sustenta comparando rendimientos de plantas protegidas con plantas artificialmente infestadas, conducentes en determinar Umbral de Daño Económico (UDE) y Nivel de Daño Económico (NDE).

TECNICAS DE CONTROL.

La reducción de las densidades de población de E. quinoae, requiere la integración de varios métodos de control compatibles con el equilibrio ecológico del agroecosistema quinua, estructurado básicamente en el control cultural (Bravo, l992) y complementados con el control biológico natural, sin embargo, si los Umbrales y Niveles de Daño Económico ameritan se puede recurrir al control químico.

• CONTROL CULTURAL. Las prácticas agronómicas previenen infestaciones de q’hona q’hona, responden a una planificación de manejo del cultivo. La secuencia es:

-Preparar el suelo con una buena aradura y mullido, para destruir pupas invernantes.

Page 32: Insectos Plaga en Quinua

-Eliminación de plantas hospederas alternantes, como solanaceas (k!ipa papa) y Chenopodaceas remanentes (ayaras) de la campaña anterior.

-Desáhijes oportunos, para evitar microclimás benignos y favorecer la gradación de poblaciones dañinas.

• CONTROL BIOLOGICO. En la naturaleza la dinámica poblacional de E. quinoae larval es limitada por la resistencia ambiental biótica (controladores bilógicos), los predatores y parasitóides actúan como factores densidad-dependiente y constituyen una fase del control natural.

Los parasitóides registrados son: Copidosoma koehleri Blanchard (Chambi, 1972), C. gelechiae Rav. (Mamani, 1980; Delgado, 1989), Dolichostoma sp. (Mamani, 1980), Diadegma sp. Deleboea sp., Meteorus sp., Microplitis sp. y Phytomyptera sp. (Delgado, 1989). Los insectos benéficos C. gelechiae y C. koehleri registran niveles de infestación de 56% y 2l % (Delgado, 1989; Mamani, 1980) respectivamente.

Copidosoma, visualiza un futuro muy importante para implementar un control biológico aplicado, sin embargo, en forma generalizada el grado de infestación de parasitóides en la sobrevivencia de E. quinoae larval es de nula a ligera (Ortíz, 1998), aparentemente, durante la interacción hospedero-parasitoide la respuesta funcional y numérica no es eficiente, además, los parasitóides son más vulnerables al clima y a insecticidas que los insectos hospederos (Huffaker y Messenger, l985).

En campos de quinua se observa especies de coccinélidos, carábidos y otros de hábitos predatores, por ello, estos deben considerarse como especies de engranaje en el balance del complejo de enemigos naturales de insectos plaga (Doutt y DeBach, 1985) en quinua.

Bravo y Mamani (1992) registran en agroecosistemás de papa y quinua los predatores: Homaeotarsus sp. (Coleóptera: Staphilinidae), Bemdidium quadrimaculatum, Stenolophus plebejus Dej., Chlaenius sp., Ch. Sericeus Forst., Amara sp. y Pterostichus sp. (Coleóptera: Carabidae). En cambio, Ortíz, (l993) evidencia los siguientes predatores: Erax sp. (Díptera: Asilidae), Eriopis sp y Cycloneda sp (Coleóptera: Coccinellidae), Stenolophus sp. y Harpalus sp (Coleóptera: Carabidae).

La fluctuación poblacional de predatores es variable en las diferentes fases fenológicas de quinua, son abundantes Harpalus sp., Stenolophus sp., Eriopis sp. y Cycloneda sp. (Ortíz, 1995). Experimentalmente Galerita sp. muestra mayor capacidad de predación sobre huevos y larva I de polillas con 4.5 y 2.l presas/día respectivamente.

• CONTROL QUIMICO. Si en forma natural los factores de mortalidad densidad - independiente y densidad - dependiente, mantienen por tiempo prolongado la densidad promedia de equilibrio de E. quinoae larval en niveles sin importancia económica, no es necesario usar insecticidas, para ello, es importante establecer el Umbral de Daño Económico (UDE).

Determinar el UDE es muy complejo, en el pasado fue una concepción más teórica que real, sin embargo, es necesario para implementar el control químico como integrante del

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manejo armónico de insectos plaga en quinua. El uso selectivo de insecticidas debe ser racional y específica cuando el UDE es de cinco (Blanco,1994) a seis larvas por panoja.

 

Copitarsia turbata H.S. (LEPIDOPTERA: NOCTUIDAE)

Al estado larval es fitófaga y de población fluctuante, solo es perjudicial en ciertas campañas agrícolas, mientras que en otros años no ocasiona daños. El incremento de la población esta asociada con variaciones de la resistencia ambiental abiótica, biótica y otros factores.

Comúnmente se denomina "panojero" o "gusano ejercito", sin embargo estos nombres varían , ello, relacionado a su hábito alimentario y comportamiento migratorio. Especie cosmopolita y polífaga, infesta Chenopodaceas (Chenopodium quinoa; C. pallidicaule), Solanaceas (Solanum curtilobum, S. tuberosum y S.juzepczukii), Leguminosas (Vicia faba L. Lupinus mutabilis Sweet) y Amarantaceas (Amarantus caudatus L.).

MORFOLOGIA.

Adultos son microlepidopteros de color castaño claro a castaño grisaceo y cuerpo cubierto con escamás. Cabeza relativamente pequeña, aparato bucal con palpos labiales pronunciados, antenas filiformes y no sobrepasan la longitud del cuerpo; alas anteriores con maculación especial, donde, la mancha orbicular circular castaño claro lleva un pequeño punto central y la mancha reniforme castaño oscuro con bordes castaño claro (Calderón, 1991) es muy peculiar; alas posteriores hialinas con mancha discal pequeña y venación oscuras. Expansión alar de 38 a 40 mm

Huevos epífitas o edáficas, pequeñas y de forma esférica algo aplanado con finas estrias longitudinales, miden de 0.5 a 0.6 mm de diámetro, color blanco a blanco perlado.

Larvas eruciformes de cuerpo alargado y cilíndrico, coloración variable de gris claro oscuro a verde claro o azul oscuro, región pleural y sternal blanco sucio amarillento a amarillo o marrón negruzco, tamaño de larvas adultas de 38 a 40 mm de longitud. Pupas optectas o momificadas, miden de 22 a 23 mm de longitud, color marrón rojizo a marrón oscuro.

BIOLOGIA.

Insectos con metamorfosis completa (Fig.4), longevidad de imagos varía de 35 a 40 días, preoviposición y oviposición de 15 a 16 días respectivamente, incubación de 8 a 16 días, estado larval abarca de 45 a 50 días con seis estadios, período prepupal y pupal 40 días.Ciclo vital es de 90 a 100 días con dos generaciones por ciclo estacional.

Fig. 4. Metamorfosis de Copitarsia turbata H.S.

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H: huevo; l: larva; p: pupa; a: adulto

El cuadro de vida de C. turbata, es condicionado adversa o positivamente por el complejo resistencia ambiental densidad dependiente y densidad independiente, por cuya razón, la duración del ciclo de vida es variable.

ETOLOGIA.

Son polillas de hábitos nocturnos, los huevos son depositados en másas pequeñas o aisladamente sobre las hojas (envés), tallos de plantas tiernas y suelo o pie de plantas tiernas. La capacidad de oviposición varía de 450 a 500 huevos. Las larvas eclosionadas son gregarias y sobreviven entre ellos por canibalismo. Los estadios IV, V y VI son migratorias y polífagas voraces. En quinua, son cortadoras de plantas tiernas, defoliadores (Foto2) y destructor de panojas. Empupan en el suelo al pie de la planta a 5 cm de profundidad.

Foto2. Daño larval de Copitarsia turbata H.S. sobre hojas de quinua (P. Delgado)

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DINAMICA POBLACIONAL.

La población de polillas es constante cada año, en cambio, la erupción larval es variable (Foto3) en las diferentes campañas agrícolas, por ello, si la relación fluctuación de población y grado de infestación larval de C. turbata evidencia condición de plaga ocasional puede causar perjuicio económico al cultivo.

Los mecanismos de erupción larval a nivel de daño económico no están bien determinadas, aparentemente, los factores de resistencia ambiental en ciertas campañas agrícolas actúan en forma inversa a los factores de densidad dependiente y densidad independiente.

Además, los veranillos o sequías condicionan un preferendum ecológico satisfactorio, con ello, la temperatura influye favorablemente en las distribución, velocidad de desarrollo, ritmo de metabolismo, crecimiento y comportamiento sobre C. turbata al estado larval.

PERJUICIO ECONOMICO.

Cuando las características de plaga es intermitente solo durante ciertas campañas agrícolas, el efecto perjudicial del "panojero" larval se evidencia sobre la capacidad reproductiva de la planta y se expresa en pérdidas de rendimiento. Ortíz (1991), determina que en cosecha ocasiona daños de 32 %.

TECNICAS DE CONTROL.

El control integrado como fundamento ecológico, se estructura en el efecto de la resistencia ambiental sobre el complejo de fitopestes del agroecosistema, en quinua, este método de control debe complementarse con el manejo satisfactorio de las prácticas agronómicas del cultivo y el uso selectivo de insecticidas.

¨ CONTROL CULTURAL. Preparar el suelo con buena aradura y mullido, para destruir cámaras pupales, enterrándolos profundamente e imposibilitar la emergencia de adultos o exponiéndolos al frío, desecación y a la acción de enemigos naturales (aves predatores silvestres).

¨ CONTROL ETOLOGICO. Las polillas por su hábito nocturno, pueden capturarse usando trampas de luz como detección o control directo, con ello, reducir el potencial biótico y la gradación larval a nivel sin importancia económico durante la campaña agrícola.

¨ CONTROL MECANICO. Revisar periódica y oportunamente las plantas, si la infestación es baja, recoger manualmente las larvas para destruirlas posteriormente.

¨ CONTROL BIOLOGICO. En agroecosistemás de quinua se ha observado que

¨ Calosoma sp (Coleoptera: Carabidae) son predatores importantes (Ortiz y Zanabria, 1979) de primeros estadíos larvales (I, II) del panojero. Además, disminuyen la densidad poblacional Gonia sp, Stomatomyia sp y Winthemia sp (Diptera: Tachinidae). Se desconoce controladores biológicos (predatores y parasitoides) para huevos, sin

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embargo, la fauna benéfica en quinua es bastante grande en las diferentes zonas ecológicas del Perú.

¨ CONTROL QUIMICO. Experimentalmente el Umbral de Daño Económico (UDE) para C. turbata larval no esta determinado, sin embargo, si el control natural es no es eficiente, en infestaciones de tres larvas por panoja (Ortíz, 1993), usar insecticidas de contacto y bajo poder residual en forma focal o desmanche.

Las larvas maduras tienen gran capacidad de infestación y migración de un cultivo a otro, por ello, es recomendable proteger los cultivos no infestados con barreras o zanjas marginales que contengan insecticidas formulados en polvo.

 

INSECTOS PLAGAS POTENCIALES

Son especies fitófagas persistentes en poblaciones muy bajas, normalmente son desapercibidos y no causan daños al cultivo, sin embargo, si el agroecosistema es perturbado se puede provocar resurgencia de insectos a niveles de plagas. Las densidades bajas son condicionadas por el efecto satisfactorio del control natural.

El Cuadro 2, registra la taxonomía de insectos plaga potenciales en quinua, estos artrópodos, están agrupadas en cinco órdenes: Coleoptera (tres familias), Thysanoptera (una familia), Homoptera (dos familias), Diptera (una familia) y Lepidoptera (tres familias).

El Cuadro 3, evidencia datos relacionados a la bioecología de insectos plaga potenciales en quinua, estos tienen metamorfosis variada, por su hábito alimentario son polífagas y pocos son oligófagas, en cambio, son dañinas al estado adulto, larval o ninfal.

El Cuadro 4, muestra la importancia económica de insectos plaga potenciales en quinua, los órganos dañados son la parte aérea de la planta, por ello, son defoliadores, perforadores, raspadores chupadores, picadores chupadores y cortadores de plantas tiernas.

Los métodos de control deben sustentarse con aquellos que permitan mantener el equilibrio ecológico del agroecosistema, por cuya razón , las técnicas de control recomendadas para "q’hona q’hona" y "panojero" son compatibles para disminuir población de insectos plaga potenciales en quinua.

Cuadro 2. Taxonomía de insectos plaga potenciales en quinua Chenopodium quinoa Willd .

Cuadro 3. Bioecología de insectos plaga potenciales en quinua

Cuadro 4. Importancia económica de insectos plaga potenciales en quinua

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ENFERMEDADES

En los últimos años, se ha incrementado considerablemente el area cultivada con quinua en Sudamérica, Norteamérica y Europa. Simultáneamente, las enfermedades que atacan a este cultivo van cobrando mayor importancia; sin embargo, son escasos los estudios integrales sobre identificación, distribución y caracterización de las enfermedades, plantas hospedantes, etiología, ciclo de vida y epidemiología de los patógenos, mecanismos de resistencia y estrategias de prevención o de control. Desde que se publicara el libro ‘Quinua y Kiwicha’ en 1979 (Tapia et al., 1979) donde se describen algunas enfermedades de esta planta, existe muy poca información sobre investigaciones referidas en este sentido.

La quinua es infectada por diversos patógenos (virus, bacterias, oomicetos y hongos) (Alandia et al., 1979; Salas, 1986; Otazú, 1995; Ames y Danielsen, 1999; Mujica et al., 1999; Danielsen et al., in prensa). Las enfermedades se clasifican en: enfermedades del follaje, enfermedades del tallo y enfermedades de la raíz. El Cuadro 5 muestra en forma resumida las enfermedades menores encontradas en las zonas donde tradicionalmente se siembra quinua. Hasta ahora, estas enfermedades no son de mayor significado económico, sin embargo, su potencial puede aumentar con la introducción del cultivo en áreas fuera de las regiones tradicionales de producción. Por el momento el mildiú es la enfermedad más importante de la quinua y la que mayores daños causa a la planta (en infecciones severas el cultivo puede sufrir una reducción considerable); por esta razón se ha hecho una descripción detallada de esta enfermedad donde además se incluyen métodos y resultados de investigaciones recientes (Danielsen y Ames, 2000)

Cuadro 5. Enfermedades de quinua

 

MILDIU.

AGENTE CAUSAL.

Peronospora farinosa (Fr.) Fr. (sin. P. effusa) es el agente causal de mildiu de la quinua (Waterhouse, 1973; Yerkes y Shaw, 1959). P. farinosa es un parásito obligado (biotrófico), miembro de Peronosporales (Oomicetos).

IMPORTANCIA Y DISTRIBUCION.

La enfermedad ataca a hojas, ramás, tallos e inflorecencias o panojas, infecta durante cualquier estado fenológico del cultivo. Los daños son mayores en plantas jóvenes (ramificación a panojamiento), provoca defoliación, afectando el normal desarrollo y fructificación de la quinua (foto 3 y 4).

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Foto3. Planta de quinua atacada por mildiu (Peronospora farinosa) (S. Danielsen)

 

Foto4. Defoliación en el cultivar Utusaya causado por el mildiu. (S. Danielsen)

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Danielsen et al. (2000a) encontraron que el mildiu bajo condiciones de alta presión de enfermedad reduce los rendimientos de 33 a 58% en varios cultivares de quinua: Utusaya, LP-4B, La Molina 89, Blanca de Juli, Kancolla, Jujuy, Amarilla de Maranganí e Ingapirca. Utusaya, cultivar de los salares bolivianos, fue el más afectado con una pérdida de 99%.

Generalmente, las condiciones ambientales con alta humedad favorecen el desarrollo del mildiu. La enfermedad se presenta en la mayoría de los lugares donde se cultiva la quinua, ello, por la gran diversidad genética del patógeno (Danielsen et al., 2000b) y su amplio rango de adaptabilidad. Esta enfermedad se halla distribuida en todos los lugares o países donde se cultiva quinua, Sudamérica, Norteamérica y Europa.

PLANTAS HOSPEDANTES.

P. farinosa es un patógeno altamente especializado. Ni bajo condiciones naturales o pruebas de inoculación artificial de P. farinosa aislada de quinua, se ha encontrado infección sobre kañiwa (Chenopodium pallidicaule), espinaca (Spinaca oleracea) o remolacha (Beta vulgaris) u otros chenopodiaceas (Alandia et al., 1979; Byford, 1967).

SINTOMAS.

La sintomatología varía en las diferentes variedades, fases fenológicas de desarrollo y órgano infectado de la planta. Generalmente, la enfermedad se inicia en las hojas inferiores, propagándose hacia las hojas superiores.

En la cara superior se observa manchas amarillas pálidas (cloróticas) o rojizas de tamaño y forma variable. En la cara inferior (Foto 5) se ve una pelusilla de color plomo o gris violaceo (esporángio y esporangióforos). Los síntomás van aumentando en tamaño y número sucesivamente.

Foto 5. Sintoma de mildiu en el haz y el envés de la hoja (Peronospora farinosa) (S. Danielsen)

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En algunos casos las lesiones están bien localizadas y definidas, sin embargo, en otros las lesiones son muy tenues y amplias, en ambos casos pueden cubrir la totalidad del área foliar. Ocasionan alteraciones fisiológicas, disminuyendo severamente el fotosíntesis. En infecciones graves llega a necrotizar toda la hoja o área afectada de la planta y produce defoliación generalizada (Danielsen et al., 2000a).

Cuando las variedades son suceptibles y el ataque es severo, se observa una distorsión de los tejidos afectados y las hojas muestran depresiones pronunciadas semejándose a ampollas pálidas o coloreadas. En otros casos, las infecciones del patógeno adoptan una característica de tipo sistémico, capaz de llevar a una confusión por ataque de virus, las plantas se quedan amarillentas y con enanismo pronunciado. Esta sintomatología se expresa cuando la infección del patógeno se inicia por medio de oosporas al momento de la germinación de la semilla (Alandía et al., 1979).

Los ataques intensos al follaje se reflejan en las panojas, las mismas se caracterizan por una coloración oscura, viabilizando que los granos de quinua se conviertan en portadores de oosporas y producen plantas enfermas en la siguiente campaña agrícola. En los tallos y ramas secundarias las manchas son menos pronunciadas que en las hojas.

EVALUACION DE LA ENFERMEDAD.

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Evaluar una enfermedad en campo es complicado y depende de la persona, metodología, época e instrumentos (escalas) de evaluación. Danielsen y Ames (2000) aconseja, determinar el porcentaje del área foliar afectado en hojas individuales y no en plantas enteras. Se mide la severidad en 3 hojas por planta, una de cada tercio escogidas a azar, según una escala de 0% hasta 100% (Fig. 5), y luego se calcula el promedio de las 3 hojas para obtener el valor de la planta. El valor mínimo que indica presencia de enfermedad es 1%. Con un mínimo de 3 evaluaciones los valores de severidad se pueden usar para calcular el AUDPC (área bajo la curva de progreso de la enfermedad), parámetro usado para comparar resistencia/suceptibilidad y comportamiento de diferentes cultivares bajo diferentes ambientes climáticos.

Fig. 5. Escala de evaluación para mildiu (Peronospora farinosa): Porcentaje de área afectada (Danielsen y Ames, 2000)

CICLO DE LA ENFERMEDAD.

El ciclo de vida de P. farinosa (Fig. 6) y su relación con el desarrollo del mildiu, es registrada sobre la quinua para condiciones del Altiplano Peruano-Boliviano (Alandía et al., 1979).

 

Fig. 6. Ciclo de vida de Peronospora farinosa. Cf: conidioforo; c: conidio; a: anteridio; og: oogonio; os: oospora (Alandia et al., 1979).

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Generalmente, los signos iniciales del mildiu se evidencian a fines de la primavera en plantas que crecen en ambientes húmedos. Las hojas basales presentan manchas cloróticas o amarilla-pálidas, las cuales, aumentan en tamaño y número conforme aumenta la humedad del medio ambiente, por cuya razón, al aumentar la humedad atmosférica la enfermedad se desarrolla rápidamente en el haz y enves de las hojas. En el enves los síntomás iniciales se convierten en manchas cloróticas sobre la cual se ubica las estructuras vegetativas y de fructificación del patógeno (esporangios y esporangioforos), a partir de estas, la enfermedad es diseminado en todo el campo por el viento y la lluvia.

El micelio del hongo se desarrolla en espacios intercelulares del hospedero (hojas, tallos y otros) y emite haustorios que penetran a las células. Los esporangióforos emergen por las estomas de las hojas, y llevan apicalmente los esporangios que constituyen los órganos de diseminación del patógeno.

Los oogonios son de forma esférica y los anteridios claviformes, estos, aparecen en hojas al finalizar el verano. Las oosporas se producen durante el otoño y son abundantes en tejidos foliares (Alandia et al., 1979). Se han encontrado oosporas adheridas en la parte externa del episperma del grano. Se desconoce el momento en que tiene lugar la germinación de las oosporas y la penetración en los tejidos de plántulas (Alandia et al., 1979). Las oosporas son estructuras de sobrevivencia y sirven como fuente de inóculo primaria en la siguiente campaña agrícola.

EPIDEMIOLOGIA.

El inóculo del mildiu se disemina a través del viento, lluvias (esporangios) y semilla y suelo (oosporas). La infección es estimulada por alta humedad relativa (>80%) y las y temperaturas moderadas (13 – 18°C).

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Cualquiera que sea la fuente de inóculo o diseminación y las condiciones ambientales son favorables, la germinación de esporangios será abundante. Durante la época de cultivo se pueden producir varias generaciones durante las cuales el patógeno se reproduce asexualmente (esporangios) y produce infecciones sucesivas (policíclicos).

RESISTENCIA.

Hasta ahora hay poca evidencia sobre la genética de resistencia en quinua. Ochoa et al. (1999) determinaron factores de resistencia y grupos de virulencia en el patosistema quinua/mildiu. Usando 60 accesiones de quinua de Ecuador y 20 aislamientos de P. farinosa, identificaron 3 factores de resistencia y 4 grupos de virulencia. La interacción específica entre aislamiento y hospedante indica la presencia genes mayores. Las accesiones ECU-291, ECU-470, ECU-379 y ECU-288, fueron propuestas como un set preliminar de diferenciales para identificar grupos de virulencia (razas) de mildiu en quinua. Sin embargo, prubas de virulencia usando un set de diferenciales que representa la mayoría de la variación dentro de C. quinoa, mostraron que la variabilidad dentro de P. farinosa es mucho más complejo que lo que se pudo revelar con los diferenciales ecuatorianos (Danielsen et al., 2000b).

El cultivo de quinua presenta un amplio rango de suceptibilidad al mildiu (Bonifacio y Saravia, 1999; Otazú et al., 1976), hay variedades que sufren infecciones escalonadas o sistémicas, otras sufren lesiones que abarcan todo el limbo foliar. Otras evidencian un alto grado de tolerancia y/o resistencia. Danielsen et al. (2000a) reportan que Utusaya, cultivar precoz, es altamente susceptible al ataque de mildiu que bajo condiciones de valle provocó una defoliación completa con una pérdida de 99% en rendimiento. Los cultivares más susceptibles son restringidos para áreas secas donde debido a la baja humedad, el mildiu no se presenta. En cambio, los cultivares tardíos, La Molina 89, Amarilla de Maranganí e Ingapirca fueron son resistentes.

Debido a la gran diversidad genética del germoplasma de quinua en los Andes, no hay duda que existen muchas fuentes de resistencia horizontal (genes menores) que pueden ser explotadas en programas de mejoramiento. Mujica (1994) considera que los problemás de patógenos son similares en todas las zonas quinueras y propone un esquema de Cruzamiento y Selección para Resistencia Horizontal en quinua, basado en los siguientes ejes de trabajo: evaluación de germoplasma, selecciones de patodemos y patotipos, cruzas y selección de semillas, criterios de selección de plántula en invernadero, pruebas de selección de campo, pruebas en red a nivel nacional y parcelas demostrativas.

CONTROL

Para aumentar la producción y productividad de la quinua, es necesario recurrir a métodos de control compatibles para mantener y conservar el equilibrio del agroecosistema, medio ambiente y la salud. El manejo del mildiu de la quinua, se basa en tres componentes: a) control cultural, basados en rotaciones de cultivo, prácticas agronómicas para disminuir la humedad en el campo (distancia de surcos y plantas, drenaje, dirección de surcos con respecto al viento), asociación o mezcla de cultivos; b) uso de variedades resistentes y/o tolerantes y multilíneas y, c) control químico, aplicando fungicidas foliares como Ridomil, Poliram combi, Cupravit OB-21, Manzate D y Lonacol a una dosis de 1.5 kg/ha (Lázaro, 1984).

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Conjugando armónicamente los diferentes métodos de control de mildiu, se puede brindar una protección integral al cultivo, basado en una buena selección de semilla libre de patógenos, manejo racional y oportuno de las prácticas agronómicas, uso de variedades resistentes y/o tolerantes, uso selectivo de fungicidas y otros métodos de control compatibles con el equilibrio ecológico.

 

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9.6.     Plagas y enfermedades del melloco

El melloco es atacado por varios tipos de larvas de lepidópteros, las que salvo raras excepciones, no son de importancia cuando el ataque es a la planta, por la gran capacidad de rebrote que tiene el melloco; pero cuando el ataque es al tubérculo, se observa disminución de la producción, por la pérdida de la calidad comercial de los tubérculos atacados (tubérculos agrietados o con orificios).

Según Ruales y Moscoso (25), las plagas más comunes del melloco son: Gusano cortador (Copitarsia turbata), cuyos daños son causados por las larvas que trozan las plantas pequeñas o cortan las hojas, suelen esconderse durante el día, ya sea en el follaje o en la base de la planta, saliendo por la noche en busca de alimento. El cutzo (Baroteus spp), cuyos daños, son causados por las larvas que mastican las raíces y tubérculos, los cuales presentan cavidades y perforaciones características. Cuando el ataque es severo destruyen totalmente al tubérculo. El minador de la hoja, insecto del orden Diptero familia Agromycidae, cuyas larvas minan las hojas, alimentándose de las mismas.

Cuando el ataque de estas plagas es muy severo y se prevé que habrá daño económico, se puede realizar un control químico, utilizando Thiodan o Curacron en dosis de 1,5 cc por litro de agua. En la mayoría de casos estas plagas pueden ser controladas con

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enemigos naturales, como una pequeña avispa del orden Hymenoptera que las parasita. (25).

En cuanto a enfermedades, no se ha encontrado ninguna de importancia económica, pero López (15), cita las siguientes:

Pudrición radicular y marchitamiento, causado por Fusarium spp, cuyos síntomas se observan en tubérculos y raíces como lesiones hundidas y agrietadas, sobre las cuales se forman masas fungales blanquecinas, las podredumbres son de aspecto seco.

Mancha de la hoja, causada por Alternaria spp, sobre la lámina foliar se desarrollan manchas hundidas concéntricas con varias tonalidades de café claro a café obscuro de 0,5 a 3 cm de diámetro.

Mancha amarilla de la hoja, cuyos síntomas son causados por Cladosporium spp, que son manchas amarillo pálidas en el haz mientras que en el envés se forma un moho verde oliva, el tejido afectado se descompone, las hojas se enrollan y caen, en casos graves se produce marchitamiento general.

En cuanto al combate de estas enfermedades, hasta el momento no se ha recomendado el uso de productos químicos, pero para prevenirlas se debe utilizar semilla seleccionada, fertilización adecuada, labores culturales oportunas y eliminación de plantas enfermas.

Por otro lado Brunt et al (3), detectaron en melloco, el virus denominado "Ullucus virus C" (UVC), que fue transmitido mecánicamente, por contacto de hojas enfermas a hojas sanas. Pero no observaron síntomas visibles en plantas infectadas con este virus. Tentativamente se cree que existe también el "Ullucus mosaic virus" (UMV), que presenta en las hojas un moteado clorótico.

La agricultura Andina

Tubérculos andinosAutor

   . OCA

   . MASWA

   . PAPAS AMARGAS

   . ULLUKU

OCA (Oxalis tuberosa)Nombre botánico: Oxalis tuberosa Molina.Familia: Oxalidáceas.Nombres comunes: quechua: oqa, ok'a; aymara: apilla; castellano: oca (Perú, Ecuador), oca, ibia (Colombia), ruba, timbo, quiba (Venezuela), papa roja, papa colorada, papa extranjera (México).

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La oca es un cultivo endémico de los Andes. Su domesticación y la de otros tubérculos andinos en la región central del Perú (10° lat. S) y el norte de Bolivia (20° lat. S) donde se encuentra la mayor diversidad, tanto de formas cultivadas como silvestres, habría dado origen —junto con la papa— a la actividad agrícola en las zonas agroecológicas más altas de los Andes. Las migraciones del hombre precolombino habrían extendido su cultivo hasta los 8° lat. N en Venezuela y 25 ° lat. S en el norte de Argentina y Chile. Su cultivo fue introducido en México hace unos 200 ó 300 años, y es hoy en día relativamente importante en la zona del Eje Neovolcánico Trasversal. La introducción de la oca en Europa se hizo en el siglo pasado, y aun cuando se produjo como hortaliza nueva, no llegó a ser un cultivo permanente. La existencia de oca en Nueva Zelandia es conocida desde 1860, y su cultivo parece haber ganado popularidad durante los últimos 20 años.

La oca se siembra asociada con ulluku, mashwa y papas nativas en parcelas de 30 hasta aproximadamente 1 000 m2. Por lo tanto, es difícil conocer el área cultivada y su producción. Sin embargo se estima que en el Perú se siembran anualmente 20 000 ha, con una producción promedio de 3-12 t/ha, aunque algunas selecciones y tratamientos han llegado a producir experimentalmente 97 t/ha.

Usos y valor nutritivo

Las ocas se asolean primero, para hacerlas más dulces, y luego se sancochan, asan o preparan en la pachamanca.

El tubérculo congelado y secado se denomina khaya; si se lava después de la congelación se obtiene un producto más blanco, considerado de calidad superior, denominado okhaya; la harina de esta última se utiliza para preparar mazamorras y dulces. La oca es ante todo una buena fuente de energía; las cantidades de proteínas y grasas son bajas.

Descripción botánica

Planta herbácea anual de crecimiento erecto en las primeras etapas de su desarrollo, decumbente o postrada hacia la madurez. Tubérculos claviforme-elipsoidales, cilíndricos, con yemas en toda su superficie y de colores variados: blanco, amarillo, rojo, morado.

Hojas trifoliadas, con pecíolos de longitud variable (2-9 cm). Inflorescencias de 4 ó 5 flores. Cáliz formado por 5 sépalos agudos y verdes; corola con 5 pétalos amarillos, con rayas moradas, estambres 10, en 2 grupos de 5, y pistilo más corto o largo que los estambres. Se propaga casi exclusivamente por tubérculos. La estructura floral presenta un eficiente mecanismo que facilita la polinización cruzada.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

La oca su cultiva desde los 3 000 hasta los 4 000 m, desde Colombia a Chile, pero la mayor concentración se encuentra entre los 3 500 y 3 800 m, en la zona agroecológica de suni (Laderas).

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Especies silvestres del género Oxalis se hallan en las «lomas» de la costa del Perú, o en forma simpátrica con la oca cultivada en los Andes, y en la ceja de selva.

Diversidad genética

El número básico de cromosomas fue establecido en x = 11. Existe información sobre ocas próximas a pentaploides (2n = 2x = 58) y hexaploides (2n = 2x = 66) y también sobre la naturaleza hexaploide de las ocas cultivadas. Faltaría aclarar la frecuencia de diploides, triploides, tetraploides, pentaploides y hexaploides, así como de aquellas que no son exactamente euploides. Necesitaría estudiarse el papel de los gametos 2n en la formación del complejo poliploide, así como la naturaleza del material F1 y F2.

El modelo de variabilidad en la oca parece ser bastante complejo. En efecto, hasta el presente, las formas cultivadas se agrupan en una sola especie que incluye diversas formas y colores de tubérculos.

El sistema de autoincompatibilidad presente en la oca y la consiguiente polinización cruzada, unido a la selección estética efectuada por los agricultores andinos, deben haber influido en la existencia de la gran diversidad de colores y formas de tubérculos, así como número y profundidad de «ojos» o «yemas». La alta variabilidad encontrada en el color de tubérculos sugiere una variación continua, ya que el color varía desde el blanco hasta el negro, pasando por distintas tonalidades de amarillo, rosado y rojo. El color de la pulpa también parece seguir una variación continua pero menor que el color de la piel. Se han observado ocas de pulpa blanca marfileña, amarilla y púrpura-morado en diversas tonalidades. Una gran cantidad de formas presenta el anillo vascular del tubérculo pigmentado con la misma coloración de la piel, seguido en intensidad de color por la médula.

Colecciones de oca en América del Sur

Expediciones de recolección de ocas cultivadas se han llevado a cabo en Perú, Ecuador y Bolivia durante los últimos 10 años. Las colecciones de campo en el Perú se mantienen y evalúan en las Universidades de Cuzco, Huancayo, Ayacucho, Cajamarca, Puno y en el INIAA, donde existen más de 1 000 accesiones con suficientes duplicaciones. La mayoría de este material se mantiene in vitro en el Laboratorio de Biotecnología de la Universidad Nacional Mayor San Marcos, en Lima. La colección de oca ecuatoriana es mantenida como colección de campo en la estación de Santa Catalina, Quito.

Prácticas de cultivo

Los tres tubérculos andinos (oca, mashwa y ulluku) se cultivan en la misma zona agroecológica y sus requerimientos de suelo, así como las prácticas de cultivo son muy semejantes y parecidas a las de la papa, razón por la cual se los presenta en conjunto.

En la zona norte de la sierra peruana se practica en forma tradicional el cultivo en «melgas»: después del cultivo de la papa se divide el terreno en 3 a 5 tablones y en cada uno se siembra uno de los tubérculos andinos. En el altiplano de Puno y en la zona agroecológica de la puna semihúmeda se siembran los tubérculos en mezcla; en cambio en la zona agroecológica quechua se plantan la oca y el ulluku en asociación con el

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maíz. Estos cultivos responden altamente a las labores agrícolas en términos de fertilización, aporcado, escarda y sobre todo al control de plagas y enfermedades, incrementándose su producción hasta niveles de 40-50 t/ha, comparables a los más elevados rendimientos de papa.

FIGURA 15Tubérculos andinos: A. oca (Oxalis tuberosa); A1. tubérculo; B. mashwa (Tropaeolum tuberosum); B1. tubérculo.

Perspectivas de mejora y limitaciones

Las perspectivas de este cultivo radican en la posibilidad de incrementar el rendimiento y en su uso como fuente de harina alternativa a la de trigo. Deberían tenerse en cuenta los siguientes aspectos:

• Las ocas tienen que competir por terrenos (superficies de cultivo) con la papa; en tal sentido, ésta podría limitar su expansión. Algunas investigaciones en el sur del Perú parecen confirmar esta afirmación.

• El ataque de plagas, como los gorgojos, puede ocasionar la pérdida total del cultivo. Sería necesario hacer estudios sobre el control integrado de esta plaga, por medio de

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prácticas culturales, el control biológico usando el hongo Beauveria brogniartii, el manejo postcosecha y el uso de variedades resistentes. Las ocas amargas presentan cierto grado de resistencia a los diferentes gorgojos.

• Presencia de enfermedades virales. Aunque se ha identificado un solo virus en la oca, parece que existen otros que dañan el cultivo. La limpieza de variedades comerciales y materiales genéticos debe establecerse como práctica corriente, porque variedades libres de virus darían rendimientos más altos.

• El extenso período vegetativo de 7-8 meses expone al cultivo por más tiempo al ataque de factores bióticos y abióticos y tiene como consecuencia el reemplazo progresivo del cultivo de oca por variedades precoces de papa (4-5 meses). La duración corta del tubérculo afecta igualmente la propagación del cultivo.

Los altos rendimientos en materia seca obtenidos, y las posibilidades de lograr hasta 6-7 t/ha de harina deberían ser objeto de un programa de investigación agroindustrial.

MASHWA(Tropaeolum tuberosum)

Nombre botánico: Tropaeolum tuberosum R. & P.Familia: Tropeoláceas.Nombres comunes: mashwa, mashua (Perú, Ecuador), isaño, añu (Perú, Bolivia), maswallo, mazuko, mascho (Perú), cubio (Colombia).

La mashwa es al parecer originaria de los Andes centrales (10-20° lat. S); su cultivo se habría extendido por migraciones del hombre precolombino hasta Colombia (8° lat. N) y el norte de Argentina y Chile (25° lat. S). A pesar de su rusticidad no existen referencias de introducción en otros países, posiblemente porque el sabor del tubérculo resulta poco agradable para quien lo prueba por primera vez.

Cultivada en asociación con ulluku, oca y papas nativas en parcelas de 30 a 1 000 m2 aproximadamente, resulta difícil conocer su área cultivada y producción. Sin embargo se estima que alrededor de 6 000 ha se siembran anualmente en el Perú, con un rendimiento promedio de 4-12 t/ha. En condiciones experimentales se han obtenido hasta 70 t/ha.

Desde el punto de vista agronómico la mashwa es muy rústica porque se cultiva en suelos pobres, sin uso de fertilizantes y pesticidas; aun en estas condiciones, su rendimiento puede duplicar el de la papa. La asociación con ulluku, oca y papas nativas se explicaría por los principios de control nematicida e insecticida que posee la planta.

A los tubérculos se les atribuyen propiedades anafrodísiacas desde la época de los incas, que la incluían en la alimentación de sus soldados. Hoy se sabe que los niveles de testosterona se reducen significativamente en ratas machos alimentados con mashwa.

Usos y valor nutritivo

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La mashwa tiene importancia para satisfacer la alimentación de los habitantes de menores recursos en zonas rurales marginales en los Andes altos. Se prepara en forma de sancochado, asado o como thayacha; esta última consiste en exponer los tubérculos por una noche a los efectos de la helada. Al día siguiente se comen, acompañados de miel de chancaca (caña).

Descripción botánica

Planta herbácea anual de crecimiento erecto cuando es tierna y de tallos postrados con follaje compacto cuando madura. Esto le permite competir ventajosamente con las malas hierbas. A primera vista, los tubérculos pueden ser confundidos con los de la oca, pero se les distingue por su forma cónica, jaspes oscuros y mayor concentración de yemas en la parte distal, así como por su sabor agrio.

El ciclo vegetativo de esta especie varía entre 220 y 245 días. A diferencia de oca y ulluku, produce gran cantidad de semillas viables.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

La mashwa se cultiva de Colombia a Bolivia, entre los 3 000 a 4 000 m, con una mayor concentración entre los 3 500 y 3 800 m. A pesar de la pobreza de los suelos, temperaturas extremas, radiación, variación en precipitación y los vientos de los Andes, la planta crece rápidamente, repeliendo insectos y nematodos, suprimiendo malezas y maximizando la fotosíntesis. La proporción de materia seca trasferida a los tubérculos puede llegar hasta el 75 por ciento.

Diversidad genética

El género Tropaeolum es de amplia distribución geográfica y parece ser muy variable. Se estima que hay 50 especies en México, América Central y del Sur. Especies silvestres de mashwa en el Perú pueden encontrarse en las «lomas» de la costa, en la ceja de selva y, en forma simpátrica, con la mashwa cultivada en los Andes. Tropaeolum ornamentales pueden hallarse en jardines de la costa y de los Andes. Mashwas malezas llamadas kita añu son esporádicas en los campos de maíz o de tubérculos de la sierra. Se han descrito también T. edule, T. polyphyllum y T. patagonicum como productoras de tubérculos en los Andes de Chile y Argentina, pero al parecer no tienen uso económico.

Al igual que para la oca, no se conocen los grupos de cruzabilidad, es decir se desconoce la situación del acervo de genes de mashwa.

Los cómputos cromosómicos establecieron el número básico de x = 13. Las formas cultivadas muestran ser tetraploides (2n = 4x = 52). No se conoce la frecuencia de diploides, triploides y tetraploides. Tampoco se sabe el flujo de genes que podría estar ocurriendo.

La polinización cruzada, así como la tendencia a la autofecundación, unidas a la selección estética, deben haber influido en la aparición de diferentes morfotipos. Se puede afirmar que la diversidad de la mashwa es menor que la de la oca, y ligeramente menor que la del ulluku. Sin embargo, se ha encontrado variación en el color de

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tubérculos, formas, características de yemas y coloración de la pulpa. El color de la piel del tubérculo puede variar del blanco marfileño a púrpura morado muy oscuro, pasando por el amarillo, naranja y púrpura morado en distintas tonalidades. Sobre la piel pueden presentarse coloraciones rosadas o púrpuras en forma de jaspes o bandas que se distribuyen en el ápice y debajo de las yemas. La tuberización en las yemas es más frecuente en clones de tubérculos cónico-acortados que en los de tubérculos cónico-alargados y elipsoidales. En la región comprendida entre el centro del Perú y el norte de Bolivia se encuentra la mayor variación de colores y formas de tubérculos.

Colecciones de mashwaen América del Sur

La mashwa cultivada, al igual que el ulluku y oca, se han recolectado ampliamente en el Perú, Ecuador y Bolivia durante los últimos 10 años. Las colecciones de campo del Perú, mantenidas y evaluadas en Ayacucho, Cajamarca, Huancayo, Cuzco y Puno, sobrepasan las 300 accesiones. Muchas de ellas se mantienen in vitro en el laboratorio de biotecnología de la Universidad Nacional Mayor San Marcos, en Lima; la colección de campo de mashwa ecuatoriana se mantiene y evalúa en la estación experimental de Santa Catalina, en Quito.

Prácticas de cultivo

Son las mismas que las mencionadas en el cultivo de la oca

Perspectivas de mejora y limitaciones

A causa de su sabor, la mashwa podría tener mejores posibilidades de un uso más extendido en alimentación animal. En ese sentido, algunos clones con contenido hasta del 11 por ciento de proteína presentan buenas perspectivas.

Una encuesta llevada a cabo por el Centro Internacional de la Papa, en el Departamento de Cuzco, Perú (1989), acerca de los factores limitantes para la producción de mashwa, arrojó las siguientes respuestas campesinas: escasez de tierras apropiadas, 28 por ciento; bajos rendimientos del cultivo, 17 por ciento; escasez de semilla, 17 por ciento.

El incremento de la población y la presión sobre la tierra serían un factor limitante no sólo en el Cuzco, sino también en otras partes de los Andes. Los bajos rendimientos del cultivo no serían un factor limitante serio, pues la mashwa responde al buen manejo del suelo. La escasez de semilla es un problema que puede ser resuelto.

Las principales líneas de investigación son las siguientes:

• función de las sustancias indeseables;

• largo período de cultivo;

• conservación del tubérculo;

• selección de variedades para las diversas condiciones agroecológicas;

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• patrones de consumo en poblaciones rurales y urbanas.

PAPAS AMARGAS(Solanum x juzepczukii)(Solanum x curtilobum)

Nombres botánicos: Solanum x juzepczukii, S. x curtilobum.Familia: Solanáceas.Nombres comunes: aymara: luki; quechua: ruku; castellano: choquepito, ococuri.

Parece ser que la domesticación de las papas amargas se inició hace unos 8 000 años y que como especies domesticadas cultivadas se emplean extensamente al menos desde hace unos 3 000 años.

Acosta, uno de los primeros cronistas españoles en describir los recursos agrícolas de los Andes, menciona que las papas amargas, al ser expuestas al frío de la noche y secadas después de ser apisonadas, eran trasformadas en lo que se denominaba chuño y se utilizaban como el pan en Europa. Un siglo más tarde, el sacerdote Bernabé Cobo refería que en el altiplano existían papas silvestres y papas amargas, que los aymara denominaban aphus y que sólo se podían consumir procesadas como chuño, constituyendo el principal alimento en la región altiplánica entre Perú y Bolivia.

Estos cultivos, a pesar de su importancia para las zonas agroecológicas de la puna, donde la presencia de heladas en la época de crecimiento es un factor limitante para la producción de alimentos, no fueron estudiados durante la época de la Colonia, ni en el inicio de la República. En los años veinte de este siglo la expedición rusa organizada por Vavilov y compuesta por sus discípulos Juzepczuki y Bukasov consiguió una descripción detallada de estas especies, en base a las colecciones efectuadas en el altiplano, alrededor del lago Titicaca.

FIGURA 16Tubérculos andinos: A. papas amargas; A1. tubérculos; A2. flor; B. ulluku (Ullucus tuberosus); B1. tubérculos.

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Origen de las papas amargas

Se han realizado varios estudios sobre las papas amargas en los últimos 50 años, comprendiendo su origen, descripción y evaluación de su capacidad nutritiva.

El área actualmente cultivada es muy variable de un año a otro, según se cuente con la adecuada cantidad de semilla, pudiéndose estimar que existen unas 15 000 ha en el Perú y unas 10 000 ha en el altiplano de Bolivia, en parcelas que varían desde 300 a 500 m2 y en superficies más extensas en los terrenos de rotación sectorial a nivel de las comunidades campesinas. Existen más áreas potenciales de cultivo, con cuya incorporación se podría fácilmente duplicar la producción actual.

Usos y valor nutritivo

El consumo de las papas amargas requiere de un procesado previo para eliminar los glicoalcaloides. Son procesos tradicionales en la zona altoandina, descritos en diversos trabajos. Consisten en la exposición de los tubérculos a varias heladas nocturnas y al secado en el intenso sol a alturas de 4 000 m, obteniéndose el chuño negro. Las papas amargas de mayor tamaño se destinan de preferencia a la elaboración del chuño blanco, llamado también tunta (aymara) o moraya (quechua); a la congelación sigue el pelado, la hidratación por hasta 30 días y el secado del tubérculo.

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El chuño negro se lleva hasta la ceja de la selva donde, por sus características de producto deshidratado se conserva muy bien. El chuño blanco se consume preferentemente en días festivos; adquiere un alto precio en el mercado de las ciudades, donde es ingrediente de diferentes platos regionales. Tanto el chuño blanco como el negro son muy ricos de energía.

El potencial de las papas amargas radica justamente en su capacidad de soportar bajas temperaturas y asegurar un excedente, constituyendo así una importante reserva alimentaria. Se ha calculado que entre los meses de agosto y marzo, el chuño negro puede representar el 70 por ciento de la alimentación de las poblaciones rurales del altiplano de Perú y Bolivia.

Descripción botánica

S. x juzepczukii, de 30-50 cm de porte, tiene un hábito de crecimiento semirrosetado, con hojas alargadas y derechas, de pecíolos cortos; la corola es pequeña y de color azul.

S. x curtilobum se distingue por sus hojas más coriáceas, la corola es más grande y de color púrpura, con lóbulos muy cortos, de punta aguda.

Los tubérculos varían en tamaño y forma entre redondeados (`Piñaza'), elípticos, oblongos y oblongo alargados (`Luki') y de color; los clones de `Ococuri' son de tubérculos morados y blancos.

Existe una alta variación del ciclo vegetativo, entre 5 a 8 meses. El clon `Piñaza' es uno de los más precoces con 150 días; los clones `Ruki' son los más tardíos, con hasta 195 días.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

Las papas amargas se cultivan a alturas entre 3 000 y 4 300 m, en las zonas agroecológicas de la puna húmeda y de suni, que se caracterizan por presentar temperaturas promedio en la época de crecimiento entre 6 y 14 °C, con precipitaciones que varían según la región y el año entre 400 y 1 400 mm, distribuidas en 5 a 6 meses, y que coinciden con la época de verano en el hemisferio sur (octubre-mayo).

Pueden aparecer heladas durante la etapa de crecimiento, descendiendo la temperatura hasta -5 °C en algunos años; se observa mayor incidencia de bajas temperaturas en períodos de sequía y éstas afectan fuertemente a la producción, variando el daño según las especies.

Origen de las papas amargas

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Ultimamente, en una localidad del Perú, con heladas y temperaturas de -5 °C, la reducción de la cosecha fue de 5 por ciento para S. x juzepczukii; de 30 por ciento para S. x curtilobum y de 40 por ciento para la papa común.

El cultivo de las papas amargas requiere de suelos con suficiente materia orgánica (3-5 por ciento) y que hayan pasado un período de descanso o una rotación adecuada. Los mayores rendimientos se han obtenido en suelos con descanso de 3 a 4 años y con la adición de 2 a 3 t de estiércol.

Las papas amargas predominan en terrenos donde la principal producción es la ganadería con la presencia de pastos naturales, por lo que existe poca presión por la tierra. Debido a ello se pueden tener terrenos dedicados a un sistema rotativo de cultivos con qañiwa (Chenopodium pallidicaule) o con forrajes como la cebada o avena, incluyendo un período prolongado (hasta 6 años) de descanso, durante el cual la vegetación natural vuelve a cubrir el suelo. En áreas de topografía muy quebrada y donde la zona puna está muy cercana a la zona suni o a la quechua (valle), la rotación incluye otros cultivos adaptados a esas condiciones, con tubérculos como la oca (Oxalis tuberosa) y el ulluku (Ullucus tuberosus) o mezclas de estas especies.

Diversidad genética

En la región sur del Perú y en el altiplano de Bolivia existe un elevado número de variedades que han sido seleccionadas por los campesinos durante siglos y que se adaptan a las diferentes condiciones ecológicas, presentes en la región más alta de los Andes. Las papas amargas pertenecen a dos especies: las triploides a S. x juzepczukii y las pentaploides a S. x curtilobum.

Diagrama del proceso de elaboración del chuño

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Por su ploidia, que es causada por un alto grado de esterilidad, es difícil utilizar las características de las papas amargas en programas de mejora. El origen de las papas amargas se debería a diferentes cruzamientos, derivados de especies silvestres como S. acaule.

Existe mayor variabilidad en la especie S. x juzepczukii, pudiéndose mencionar como principales variedades cultivadas `Ruki', `Luki', `Piñaza', `Parina', `Locka', `Parko', `Keta', `Kaisallu', con tubérculos blancos o morados.

En la especie S. x curtilobum se distinguen las del grupo `Choquepito' y las llamadas `Ococuri', que se caracterizan por un menor contenido de glicoalcaloides que S. x juzepczukii.

Se conserva una extensa colección de papas amargas en la zona sur del Perú, Cuzco y Puno, y en la estación experimental de Patacamaya se mantiene una colección de papas amargas procedentes del altiplano boliviano.

Prácticas de cultivo

La preparación del suelo se realiza generalmente con herramientas locales, como la chakitaklla o arado de pie, mediante la participación de toda la familia campesina, por tratarse de parcelas ubicadas en lugares aislados.

La época de siembra de las papas amargas está muy condicionada por la presencia de las lluvias, ya que su cultivo se efectúa en condiciones de secano; se extiende desde septiembre hasta noviembre según el inicio temprano o tardío de las lluvias, existiendo la tradición de escalonar la siembra en dos o tres fechas, como un medio de reducir el riesgo climático. Requiere de uno a dos aporcados que se efectúan cuando la planta llega a una altura de 20-30 cm. El comienzo de la tuberización coincide con el inicio de la floración, aproximadamente 7 a 9 semanas después de la emergencia, y se prolonga por unas cuatro semanas en las cuales es muy crítica la falta de humedad, así como la presencia de fuertes heladas. En ese sentido existe una diferenciación entre ecotipos

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precoces, intermedios y tardíos, que pueden madurar entre cuatro a siete meses, por lo cual se dispone de un amplio rango para los programas de mejoramiento.

La fertilización se limita al uso de estiércol de ovinos; sin embargo se han encontrado respuestas positivas a la adición de abonos químicos, en dosis intermedias. La var. `Piñaza' responde mejor a la fertilización que la var. `Ruki', pero esta última tiene un contenido superior en materia seca.

Las variedades de S. x juzepczukii se adaptan mejor a suelos poco profundos que S. x curtilobum, que tiene raíces más profundas.

Las papas amargas son susceptibles a los nematodos (Naccobus aberrans) y al gorgojo de los Andes (Premnotrypes spp.) por su crecimiento postrado, así como al hongo de la verruga (Synchytrium endobioticum)

Perspectivas de mejora y limitaciones

Se considera que la tolerancia de las papas amargas a las bajas temperaturas constituye su principal ventaja, y queda mucho espacio para realizar selecciones a partir de las actuales poblaciones. La existencia de diversas variedades permite también ampliar el cultivo a las diferentes condiciones de suelos presentes en la zona más alta de los Andes. El uso de los genes de las papas amargas ha estado destinado a la mejora de las variedades llamadas dulces más que a la de aquéllas.

La principal limitación es su contenido de glicoalcaloides que les confieren un sabor amargo; éstos incluyen, además de solanina y chaconina, tomatina, misina y solamargina. Sin embargo, al existir una alta variabilidad en esta característica, se pueden seleccionar variedades con bajo contenido de este principio químico. El actual proceso de eliminación del sabor amargo, aunque es bastante adaptado a las condiciones locales y utiliza eficientemente las características climáticas de la puna, con heladas fuertes en la noche y radiación solar intensa en el día, es muy exigente en mano de obra (las condiciones de trabajo son muy duras): se requieren entre 14 y 28 días de trabajo para elaborar el chuño, y más de 40 días para producir chuño blanco.

ULLUKU(Ullucus tuberosus) Nombre botánico: Ullucus tuberosus Loz.Familia: Baseláceas.Nombres comunes: quechua: ulluku, ullus; aymara: ulluma, illako; castellano: michurui, michuri, miguri, micuche, ruba, rubia, timbo, tiquiño (Venezuela), chigua, chugua, rubas, hubas, camarones de tierra (Colombia), melloco (Ecuador), olluco, ulluco, lisa, papalisa (Perú), lisa, papalisa (Bolivia), olloco, ulluca, ulluma (Argentina).

El ulluku es una planta endémica en los Andes. De origen muy antiguo, es probable que su cultivo se extendiera desde los Andes de Venezuela (10° lat. N) hasta el noroeste argentino y noreste chileno (25° lat. S) en épocas prehispánicas. Sin embargo no se conoce la región exacta de su domesticación. Los vasos ceremoniales del estilo Robles

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Moqo de la cultura Wari (que tuvo su centro en Ayacucho entre los siglos iv y vii d.C.) están decorados con representaciones polícromas de plantas andinas, entre ellas el ulluku. También éste aparece en los vasos ceremoniales qero de la época postinca. El vestigio más antiguo es la presencia de almidón entre los restos vegetales de Ancón y Chilca, en la costa del Perú, de 4 000 años de antigüedad.

La amplia distribución del ulluku en los Andes y su antigüedad se evidencian también en la profusión de denominaciones regionales.

Usos y valor nutritivo

De los tres tubérculos andinos, el ulluku es el más popular y de presencia arraigada en la mesa de los habitantes, tanto rurales como urbanos, en Ecuador, Perú y Bolivia. Entre las preparaciones tradicionales se pueden mencionar la sopa de mellocos (Ecuador); el olluquito con charqui (Perú); el chupe y el ají de papalisas (Bolivia y Perú). Se presta también para platos de la cocina contemporánea, por ejemplo ensaladas. Algunas variedades contienen mayor cantidad de mucílago y requieren un hervor previo a la preparación, para eliminarlo. Estos tubérculos son fácilmente perecibles, lo que explica que los antiguos pobladores andinos hayan buscado la conservación de los excedentes mediante la congelación y deshidratación, que se usan también para el ulluku; el producto se denomina lingli en el Perú. El promedio del contenido de proteína es de 1,7 por ciento en el tubérculo comestible, el de carbohidratos y energía es ligeramente inferior a la mayoría de los tubérculos.

Descripción botánica

El ulluku es una planta erecta y compacta, que alcanza 20-50 cm de alto; al final del crecimiento queda postrada. La forma de los tubérculos varía desde esférica hasta cilíndrica; son de color blanco, amarillo, verde claro, rosado, anaranjado, hasta morado. Muy rara vez forma frutos; entonces la semilla tiene forma de pirámide invertida, con ángulos muy prominentes y superficie corrugada.

Aspectos ecológicos y fitogeográficos

El origen y evolución del ulluku en los climas fríos de los Andes sugiere que es uno de los cultivos más adaptados a la compleja agroecología andina de los terrenos entre los 3 000 y 4 000 m. Aunque no se conoce con exactitud el papel de la hibridación, introgresión y mutación en el ulluku, éstas deben haber actuado —junto con la presión de selección natural y humana— para propiciar la distribución y adaptación de la planta a los diversos tipos de climas y suelos de los Andes.

Diversidad genética

El ulluku silvestre parecería indicar una distribución simpátrica con el ulluku cultivado, al haberse encontrado hasta el momento desde los Andes de La Libertad en el Perú (8° lat. S) hasta el noroeste de Argentina (25° lat. S). Esto parecería indicar un menor rango geográfico de hábitats en relación al ulluku cultivado. Sin embargo las expediciones de recolección han estado orientadas al material cultivado, cuyas cosechas se realizan en épocas secas, cuando ya no hay oportunidad para la recolección de material silvestre. Es probable que en el área de distribución geográfica del ulluku

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silvestre —que parece ser amplia— se encuentren ullukus con caracteres interesantes que orienten más en el conocimiento del proceso de su domesticación.

Los ullukus cultivados son diploides y triploides con un número básico de 12. La presencia de poliploides en el ulluku silvestre también se ha demostrado; pese a ello falta determinar la frecuencia de diploides, triploides y probablemente tetraploides. En la naturaleza, los triploides están generalmente formados por la hibridación entre diploides y tetraploides, o por la fusión de un gameto normal y otro no reducido entre padres diploides. Los triploides son generalmente estériles, y la única manera de propagarlos es vegetativamente. Su alto vigor les permite prosperar y ser muy comunes en una amplia área de distribución.

El estudio de la meiosis en el ulluku diploide cultivado muestra un apareamiento meiótico regular con la formación de 12 bivalentes. La meiosis de los triploides está dentro de lo esperado, es decir es defectuosa y con la presencia de univalentes y trivalentes. Faltaría investigar el apareamiento meiótico de híbridos artificiales diploides, siempre que sean posibles las combinaciones.

Colecciones de ulluku en América del Sur

Los ullukus cultivados y los silvestres no despertaron mucho interés en los exploradores de plantas en el pasado. Pese a que las colecciones de Bukasov y Juzepczuk en América del Sur, entre 1925 y 1928, fueron seguidas por diversas expediciones de recolección de plantas cultivadas y silvestres, no parece haberse recolectado ulluku, ni siquiera dentro de los mismos países sudamericanos. Se podrían distinguir tres etapas en la recolección de ullukus y la formación de bancos de germoplasma. La primera ocurrió en la década de los veinte con los trabajos de Bukasov y Juzepczuk; la segunda comprende los trabajos de León a través del establecimiento de la entonces más grande colección de germoplasma de ulluku en el IICA, con material proveniente de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Posteriormente se establecieron colecciones de ullukus silvestres en el noroeste de Argentina y Bolivia, a cargo de Brucher. La tercera etapa empieza en la década de los setenta, con pequeñas colecciones locales en las Universidades de Cuzco, Huancayo y Ayacucho, las mismas que en la década de los ochenta, gracias a la decidida ayuda del CIRF/FAO, del CIID y del IICA/OEA fueron continuadas más intensamente por programas nacionales como los del IBTA en Bolivia, INIAP en el Ecuador, INIAA y las universidades de Puno, Cuzco y Ayacucho en el Perú. En ellos se mantienen bancos de germoplasma que se reproducen anualmente. Dichos bancos adolecen de fallas que constituyen limitaciones para el conocimiento y fomento de este cultivo:

• Escasa representación geográfica: mientras los Andes de Ecuador y Perú han sido explorados, poca o tal vez ninguna colección se ha hecho en los Andes de Colombia, Venezuela, zona oriental del Perú, sur de Bolivia y noroeste de Argentina.

• Duplicación de accesiones: en cultivos de propagación clonal como el ulluku, existe una alta probabilidad de recolectar repetidamente un mismo clon en diferentes localidades. Igualmente, el intercambio de germoplasma entre programas nacionales, sin los datos de identidad, ha ocasionado que un mismo clon pueda estar registrado con diferentes números en varios bancos.

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• Documentación incompleta: no existen descriptores estandarizados y aceptados internacionalmente para la caracterización del ulluku. Hay carencia de especímenes de herbarios; dicha información sería de mucha utilidad en caso de pérdida de las colecciones vivas.

• Carencia de colecciones de plantas silvestres: existe una ausencia casi absoluta de material silvestre. Este ayudaría a entender los patrones de variación de las formas cultivadas y podría proporcionar caracteres valiosos para el mejoramiento.

Prácticas de cultivo

Son las mismas que las mencionadas en el cultivo de la oca.

Perspectivas de mejora y limitaciones

Aunque el ulluku es una planta rústica, adaptada a las difíciles condiciones de los Andes, las enfermedades virales parecen constituir uno de los problemas más serios. La infección de virus en los bancos de germoplasma llega hasta el 80 por ciento de las muestras. Esto es un problema particularmente grave, no sólo para los bancos de germoplasma, sino también para el manejo del cultivo.

Los virus pueden presentarse formando complejos virales de hasta cuatro partículas diferentes en una sola planta, con pérdida de vigor de éstas, deformación y moteado foliar. Además, son patógenos mucho más difíciles de eliminar que las bacterias y hongos. La erradicación en las variedades comerciales y material genético seleccionado es una urgente necesidad, aunque se desconoce el número de virus que infecta al ulluku. Trabajos preliminares llevados a cabo en el CIP han demostrado que son por lo menos cuatro los virus, pero su número puede ser superior.

Otro factor limitante es el período prolongado de cultivo. Mientras las modernas variedades comerciales de papa son cosechadas después de 4 ó 5 meses en los Andes, el ulluku requiere 7 u 8 meses hasta su maduración. Es decir que las plantas de ulluku están expuestas por más tiempo a las sequías, heladas, plagas, enfermedades y otros factores adversos, frecuentes en los Andes. De esta manera, la productividad en términos de tiempo y espacio es baja. Parece ser una de las causas de marginación, por lo que el cultivo de ulluku es progresivamente reemplazado por variedades de papa precoces y de altos rendimientos.

La mayor ventaja del ulluku está en su arraigada aceptación entre los pobladores rurales y urbanos, donde la oferta es casi continua durante todo el año.

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Los autores de este capítulo son C. Arbizu y M. Tapia (Centro Internacional de la Papa, Lima, Perú).

TUBERCULOS ANDINOS

OCA, OLLUCO Y MASHWA

Origen

Los Andes son el único lugar en el mundo donde se han domesticado tubérculos para la alimentación humana. Además de las conocidas especies del género Solanum (papas), se logró la domesticación de un grupo de tubérculos afines morfológicamente, pero de distintas

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familias botánicas que han sido menos estudiadas y valorizadas en el mundo agronómico (Cortés, 1977; León, 1964; Arbizu y Tapia, 1992).

Los tubérculos nativos de las zonas altas de la cordillera andina, aunque de apariencia parecida entre ellos, pertenecen a distintas familias botánicas: Oxalidáceas, la oca; Baseláceas, el olluco y Tropeoláceas la mashwa. Algunas veces se los confunde porque reciben también diferentes nombres según los países (Cuadro 4).

La domesticación de la oca, el olluco y la mashwa es muy antigua, como lo evidencian las representaciones cerámicas. Según Cárdenas (1969), la oca fue la primera en ser domesticada y luego siguieron el olluco y finalmente la mashwa (Figura 21).

León (1964) señala que es difícil establecer el área de origen de cada una de estas especies. Según la variación genética actual podría indicarse que la región de los Andes colombianos sería el centro de origen primario del Ullucus y la región altiplánica peruano-boliviana del Oxalis. En el caso del Tropaeolum es más complicada la definición de su centro de origen, ya que se encuentra homogéneamente distribuido en todos los Andes y se han encontrado formas silvestres muy semejantes a las plantas cultivadas en diversas zonas.

A diferencia de la papa, estas especies han sido poco ensayadas en otros medios. Sin embargo, durante la Colonia se llevó material de oca, de tubérculos rojos y ojos claros, a México. En Europa, el famoso agricultor francés Vilmorin ya escribió en 1848 sobre las bondades del olluco que él había cultivado, aún ahora se encuentra esta especie en ciertos lugares del sur de Francia. En la actualidad se puede adquirir la oca en los mercados de Auckland, Nueva Zelandia (King, 1988).

Figura 21Representaciones de tubérculos andinos en cerámica prehispánica

Fuente: Yacovleff y Herrera, 1943

Descripción botánica

En vez de describir por separado cada uno de estos tubérculos, se tratarán en conjunto; no por su semejanza morfológica, sino porque ocupan un nicho ecológico parecido y el campesino los siembra generalmente en mezcla o en parcelas muy cercanas, con un manejo semejante.

Tanto la oca (Oxalis tuberosa), el olluco (Ullucus tuberosus) como el añu o mashwa (Tropeolum tuberosum) se adaptan a terrenos entre los 2000 y 3800 msnm e incluso se encuentran asociados a la papa en los Andes de Perú y Bolivia a mayores alturas.

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Hojas

La hoja de la oca es muy característica, trifoliada con pecíolos de longitud muy variable (2 a 9 cm) y pubescente. León (1968) describe un ecotipo originario de Puno, denominado "Phasi", con hojas moteadas de color púrpura.

Por el contrario, las hojas del olluco son alternas, de pecíolos largos; la lámina es acorazonada, suculenta y de color verde oscuro en el lado superior y más claro en el inferior.

Las hojas de la mashwa (añu) son alternadas, simples, glabras en el haz y envés y con un pecíolo bastante alargado, generalmente de color oscuro.

Figura 22Hojas de los tubérculos andinos

Figura 23Variaciones en el ápice de la hoja de olluco

 

Flores

En la oca las flores se disponen en dos cimas de 4 a 5 flores. El cáliz está formado por 5 sépalos agudos y verdes. La corola tiene 5 pétalos unidos en la base y festoneados en la parte superior, de color amarillo. La flor tiene 10 estambres en dos grupos de cinco, de diferente longitud cada uno. El gineceo está formado por 5 carpelos separados, cuyos estilos varían en longitud (Figura 24):

– más largos que los estambres: longistilia

– semejantes a los estambres: mesostilia

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– más cortos que los estambres: brevistilia

En la mashwa (añu) las flores son solitarias y nacen en las axilas de las hojas. El cáliz es de color rojo vivo, de 5 sépalos con 3 de ellos que forman un espolón, típico de la familia Tropaeoláceas que incluye además al conocido mastuerzo. La flor tiene 8 estambres, con un estigma trífido.

La flor del olluco tiene forma de estrella, con un perigonio de 5 tépalos, de color amarillo claro. Opuesto a cada tépalo hay un estambre pequeño. El ovario ovoide termina en un estigma redondeado.

Figura 24Variación de longitud de los estilos de las flores de oca

Estolones y tubérculos

Las semejanzas que existen entre los tubérculos de estas especies hacen que se los pueda confundir fácilmente. La mayor diferencia radica en la distribución y profundidad de las yemas (Arbizu y Robles, 1986).

Cuadro 27Forma, tipo de yemas y color de los tubérculos andinos

Forma Yemas Color

Oca Claviforme - elipsoidal "Ojos" en todo Variadocilíndrica el tubérculo

Olluco Esférica- cilíndrica Apicales Uniforme: amarillorojo, rosado

Mashwa Cónica-elipsoidal "Ojos" profundos Manchado, puntastendencia apical moradas

Requerimientos climáticos

Los tubérculos andinos se cultivan entre los 3000 y 3900 msnm en la región central y sur de los Andes (Perú y Bolivia), estando plenamente adaptados a condiciones frías, como las zonas agroecológicas Suni y Puna húmeda, mientras que en los Andes septentrionales de Ecuador y Colombia se los encuentra a alturas de hasta 1000 msnm, como es el caso del Tropaeolum y del Ullucus.

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Cuadro 28Características agroclimáticas de los tubérculos andinos

FotoperíodoÓptimo (horas)

Tolerancia al frío

Períodovegetativo

(días)

Oxalis 9 Buena 180 - 210

Ullucus 8-10 Regular 140 - 180

Tropaeolum 9 Buena 180 - 210

 

Los requerimientos de humedad de estos cultivos no han sido estudiados suficientemente; sin embargo se ha comprobado que su desarrollo es apropiado cuando las precipitaciones fluctúan alrededor de 500 a 700 mm. La resistencia a períodos de sequía es variable y se considera que el olluco está más adaptado a períodos secos que los otros tubérculos.

Se ha encontrado que todos los tubérculos del área de los Andes centrales son de días cortos, requiriendo entre 10 y 12 horas de luz para un crecimiento óptimo (King, 1988). En Bolivia (17°S), el comportamiento de las colecciones de oca cultivadas a mayor período de luz fue variable según la altitud sobre el nivel del mar. Entre 2600 y 3400 msnm se observó menor floración que en las zonas más bajas (Cárdenas, 1958).

El hecho de haberse introducido cultivos de oca en Nueva Zelandia a una latitud de 40°S indica que existe material poco sensible a la longitud del día (Palmer, 1982).

Requerimientos de suelos y fertilización

En general, estos tubérculos requieren suelos oscuros, ricos en materia orgánica y ligeramente ácidos para obtener los mayores rendimientos.

Se ha encontrado en casi todos los casos que responden altamente a la fertilización nitrogenada. Sin embargo, en la práctica pocos agricultores utilizan fertilizantes, pues al cultivarse en rotación, consideran que son suficientes los nutrientes remanentes en el suelo después del cultivo de la papa.

El efecto de los principales elementos en la producción de oca han sido estudiados por Cortés (1981) (Figura 25).

Problemas fitosanitarios

El principal problema en el cultivo de la oca es la presencia de un Chrysanélido (coleóptero) que en estado adulto ataca el follaje y en estado de larva, los estolones y tubérculos.

Los gusanos de tierra (Copitarsia turbata) causan daño a los órganos subterráneos, y los pulgones (Macrosiphum euphorbiae) atacan a los órganos aéreos; también se encuentran trips (Frankiniella tuberosi) y epitrix (Epitrix subcrinita).

Se han encontrado algunos clones tolerantes a la Globodera o Nematode dorado (Cortés, 1985).

Figura 25Respuesta del rendimiento de oca a diferentes niveles de nitrógeno, fósforo y potasio

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Fuente: Cortés, 1981

Fitomejoramiento y variedades

Desde 1960 se han efectuado numerosas colecciones a nivel andino (León, 1958); a nivel nacional del Perú (Arbizu y Robles, 1986) y por el INIAP en el Ecuador (1985). En los últimos años, especialistas de la Universidad de Turku, Finlandia, han reunido material, sobre todo de olluco. El Proyecto Raíces y Tubérculos Andinos del Centro Internacional de la Papa ha revisado los avances logrados y está apoyando la evaluación del material colectado con el propósito de establecer mejores criterios de selección.

La relación del material genético colectado durante los últimos 30 años hasta fines de los 80, se presenta en el Cuadro 29.

Con la creación en 1993 del proyecto sobre biodiversidad de raíces y tubérculos andinos, bajo la coordinación del Centro Internacional de la Papa, se ha dado un enorme impulso al incremento y la organización del material genético y un apoyo paralelo a las acciones de investigación y fomento de estos cultivos.

Cuadro 29Relación de material genético de tubérculos andinos, instituciones e información de referencia, hasta 1986

Tubérculo N° de accesiones Institución Referencia

Oca 887 U. Cusco Alvarez, A. (1982)Olluco 19 U. CuscoMashwa 101 U. CuscoOca 282 U. Ayacucho Arbizu, C. YOlluco 213 U. Ayacucho E. Robles (1986)Mashwa 146 U. AyacuchoOca 169 (Int.) U. Centro Herquinio F. Y

109 (Nac.) Huancayo L. Toribio (1984)Oca 55 INIAP INIAP-CIRFOlluco 96 Ecuador (1985)Mashwa 43

Oca (Oxalis tuberosa)

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White (1975) indica que la oca es una especie poliploide y que este sería un factor responsable de la baja fertilidad de esta especie. Presenta también un mecanismo de polinización cruzada que es común en todo el género Oxalis.

La semilla botánica de oca ha sido obtenida por varios investigadores. La semilla requiere de por lo menos 3 semanas para su emergencia (Cortés, 1977), sin embargo no se ha detectado su uso por los agricultores, con el fin de crear variabilidad.

El programa más intensivo y continuo en el mejoramiento del cultivo de la oca se ha efectuado en la Universidad del Cusco, dirigido por Hernán Cortés (1977); la variabilidad del material genético recibió especial atención. Se considera que por la rusticidad del cultivo en cuanto a baja incidencia de plagas y enfermedades, se cuenta con un potencial de producción superior a 50 t/ha en un buen porcentaje de clones y algunos que sobrepasan las 60 t/ha. Este cultivo, por la cantidad de materia seca que produce por hectárea (30% de materia seca en algunos clones), tendría un gran futuro como especie harinera.

Según Alarcón (1968), la tuberización de la oca se inicia a los 105 días aproximadamente después de la germinación y se concluye a los 200 días. El índice de tuberización puede llegar hasta 6,6 g/día (Rivero, 1976).

Figura 26Planta e inflorescencia de oca (Oxalis tuberosa)

Fuente: León, 1964

En Huancayo, Herquinio y Toribio (1984) evaluaron la colección internacional de ocas que fue colectada por el programa de cultivos andinos del IICA, donde encontraron hasta siete clones que superaron los 2,3 kg de tubérculos por mata, con lo cual se confirman los altos rendimientos obtenidos por varios autores.

Calculando un número de 25.000 plantas por hectárea, se tendrían rendimientos de 57,5 t/ha. En evaluaciones efectuadas en Puno, Perú, se llegó a la conclusión que la densidad óptima de plantas de oca está entre 66.000 - 80.000 plantas/ha, que se obtiene con un distanciamiento de 0,50 m entre surcos y 0,37 m entre golpes, resultando un rendimiento de 72 t/ha (Jiménez, 1986).

La evaluación de las principales variedades se ha llevado a cabo en diferentes ambientes. En Bolivia, Puch (1979) comparó cuatro variedades peruanas y dos bolivianas que se sembraron en cuatro condiciones agroecológicas diferentes: en altiplano, planicie, cerro y orilla del lago.

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Cuadro 30Rendimiento promedio de seis variedades de oca en tres localidades diferentes de Bolivia (en t/ha)

Variedad Belén/planicie

Muru Mamani/cerro

Huatajata/orilla del lago

C 191 33,0 11,2 16,0

C 289 28,5 15,1 13,5

Cusco 47,6 19,6 28,3

Kayra 31,5 13,4 16,2

Janko apilla 33,1 14,6 15,8

Keny 26,2 9,1 7,6

Fuente: Puch, 1977

Cuadro 31Evaluaciones fenológicas y productivas en el material genético de oca

Variable Rango

Ciclo vegetativo, días 220 - 270

% Materia seca 14 - 32.1

% Azúcares base seca 14,4 - 46.7

% Almidón base seca 26,6 - 83.1

% Proteína base seca 3,3 - 7.3

Rendimiento, peso fresco t/ha 3 - 97*

% Khaya /oca fresca 18,0 - 21.6

* Dos ecotipos del más alto rendimiento fueron seleccionados y después de evaluarse en varias campañas se seleccionaron las variedades Cusco y Kayra.

Fuente: Cortés, 1977

Cortés (1976) ha sido el primero en cuantificar la frecuencia de mutaciones somáticas espontáneas para la pigmentación de tubérculos de oca. Después de trabajar con cerca de 300 clones llegó a las siguientes conclusiones:

– Hay capacidad variable en los clones para presentar sectores mutantes en la coloración de los tubérculos.

– La frecuencia de sectores mutantes varía de 1,5 a 24,3 por mil, lo cual es un índice bastante alto en plantas.

Este fenómeno de alta capacidad mutante es muy importante para la variabilidad en oca y como fuente aprovechable para su mejoramiento.

Para una clasificación de los tubérculos de oca, Cárdenas (1965) sugiere la siguiente diferenciación en tres formas hortícolas:

Forma alba:

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Ocas de tubérculos blancos o hialinos (el primer ecotipo descrito procedió de Chile);

Forma flava:

Ocas de amarillo claro o pigmentadas posiblemente de flavonas y amarillo intenso o anaranjado con caroteno;

Forma roseo-violácea:

Ocas de tubérculos con coloración desde rosa claro, hasta el violáceo muy oscuro, casi negro (rojas, magentas, púrpuras).

La clasificación campesina no sólo diferencia la coloración del tubérculo, sino que indica su contenido de oxalatos que le confieren mayor o menor sabor amargo.

El término luki en general se refiere más a las ocas amargas y el de keni a las dulces, en el área sur de Perú y Bolivia.

Olluco o papa lisa(Ullucus tuberosus)

Entre los tres tubérculos, el olluco es el de mejor aceptación entre la población no rural y el que más se asemeja a la papa en su morfología; en cambio su forma de crecimiento se parece más a la oca.

El olluco tiene ramas y hojas suculentas como las otras Baseláceas, con flores muy pequeñas. No se han estudiado lo suficiente sus especies silvestres. El número de cromosomas es de 2N = 36 en Ecuador, aunque en Perú y Bolivia se ha señalado que tendría 2N = 24 cromosomas.

Rousi et al. (1988 ) informan haber encontrado abundante formación de frutos en plantas de olluco, producidas en Finlandia; ello contradice la opinión general de que muy rara vez se producen semillas (León, 1964; Galwey y Risi, 1983).

Rea (1980) estudió el color básico del tubérculo y diferencia 5 grupos: blanco, amarillo, anaranjado, verde y pardo. En la cáscara de estos tubérculos pueden aparecer jaspes, bandas y puntuaciones o sus combinaciones de coloración secundaria.

Figura 27Olluco (Ullucus tuberosus)

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Fuente: León, 1964

En la región de la sierra central del Perú son muy comunes los clones con tubérculos amarillos y blancos, entre ellos se distingue la variedad local conocida como amarilla de Tarma. En Bolivia existen ecotipos preferidos por los campesinos, sobre todo por su bajo contenido en mucílagos, lo que facilita el lavado y la preparación para el consumo.

Mashwa, añu o isaño(Tropaeolum tuberosum)

La mashwa, añu o isaño, es el tubérculo con menor área cultivada de los tres tubérculos y por ello el que menos atención ha recibido. Su cultivo aún se mantiene debido a que es apreciado por ser tolerante a bajas temperaturas y al ataque de insectos y plagas. Se produce a menudo en mezcla con los otros tubérculos.

Como es un pariente muy cercano al mastuerzo (Tropaeolum majus), tanto las hojas como flores son muy parecidas a esta planta ornamental.

Las características morfológicas, altamente correlacionadas con buenos rendimientos son: altura de planta y número y tamaño de tubérculos (Cortés, 1981).

Vallenas (1977) ha estudiado las características morfológicas de 10 ecotipos de mashwa. Al observar más de 600 flores encontró que la mitad tiene flores con 8 estambres, un 25% con 9 estambres y el otro 25% varía entre 10 a 13 estambres. El tiempo de duración de la flor abierta es entre 9 y 15 días.

Figura 28Isaño (Tropaeolum tuberosum)

Fuente: León, 1964

A diferencia del olluco y de la oca se observa que la mashwa produce abundante semilla botánica, lo que abre la posibilidad de una producción de material de alta variabilidad.

En la parte central de Colombia (en Cundinamarca y Boyacá) es conocida como cubio y es bastante popular; se prepara de preferencia en estofados, para disimular su sabor propio. En el sur, al contrario, su utilización es escasa y casi exclusivamente para uso medicinal (White, 1975).

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Fasciación

El fenómeno de la fasciación ocurre en todos los tubérculos andinos y muchas otras especies.

La anormal proliferación de tejido vegetal provoca ocasionalmente la unión de partes que normalmente son consideradas estructuras separadas. La fasciación en oca, olluco y mashwa tiene como resultado unos tallos aplanados y tubérculos de diversas formas; de esta manera puede ser un medio para conseguir tubérculos de mayor tamaño.

Existen dos teorías sobre la actividad de los meristemas en la fasciación. La primera indica que la fasciación nace de meristemas que se expanden desde una cúpula de tejidos, dividiéndose en una extensión de tejidos meristemáticos (Gorter, 1965); la segunda sostiene que el fenómeno empieza con la expansión de los meristemas pero en vez de un desarrollo continuo de la cresta se forma una serie de meristemas independientes y la fisión final ocurre por debajo de los meristemas (Johnson, 1973).

Cultivo y rotaciones

En general, los tubérculos andinos son cultivados en conjunto, razón por la cual las prácticas agrícolas son bastante semejantes.

Es común que los campos donde se cosechó papa (3500 a 3800 msnm) sean cultivados al siguiente año con estos tubérculos cuando las condiciones de fertilidad son apropiadas, sobre todo en suelos oscuros con alto contenido de materia orgánica.

En Cajamarca, Perú, se acostumbra sembrar melgas separadas con cada una de estas especies, sobre todo en terrenos de laderas. En el sur del Perú y Bolivia es frecuente observar campos de mezclas o con surcos intercalados de cada una de estas especies. Esta práctica está también relacionada al control de plagas; su efectividad se confirmó en un ensayo de siembra de una franja de oca alrededor del campo de papa, reduciendo sustancialmente el ataque del gorgojo de los Andes.

El distanciamiento entre surcos de oca ha sido estudiado por Mujica et al. (1997 ); se encontró que 70 a 75 cm entre surcos y 20 a 25 cm entre plantas es lo más apropiado para obtener mayores rendimientos. Aparentemente este distanciamiento sería el más aconsejable para los otros tubérculos.

Fotografía 11Variabilidad genética de tubérculos de oca (Oxalis tuberculosa). Cusco, 1983

Fotografía 12Evaluación del germoplasma de oca. Estación experimental de Santa Ana, INIAA.

Huancayo, 1985

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Fotografía 13Planta de olluco con inflorescencias

Fotografía 14Planta de mashwa o isaño

http://www.proinpa.org/phocadownload/impresos/01_tuberculos_y_raices/02_rubro_oca/03_produccion_de_oca_papalisa_e_isano.pdf