UNIVERSIDAD FERMIN TORO

VICE RECTORADO ACADEMICO

FALCULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS

ESCUELA DE DERECHO

INFORME SOBRE EL TEMA 4: HERIDAS CAUSADAS POR ARMAS DE

FUEGO.

Cátedra: Medicina Legal

Facilitador: Abg. Dulcemar Montero

Sección: M-6B6

Integrantes:

Luz Magdalena Caraballo

Carballo, 22.184.569

Andribeth Paola Gordillo

Álvarez, 24.567.562

Marilys Vanessa Linares

Piñero, 16.784.106

Eurimar Yisbel Silva Daza, 21.048.737

Lee Andergey Ramírez, 19.455.772

OCTUBRE DE 2015

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TEMA 4: HERIDAS CAUSADAS POR PROYECTILES DISPARADOS POR

ARMAS DE FUEGO

1. La Balística Forense

De acuerdo con Zuraima Colón

(2014) es la rama de la Criminalística

que se encarga del estudio de las

armas de fuego, de los fenómenos en

el momento del disparo, de los

casquillos percutidos, de los

proyectiles disparados, de la trayectoria de estos últimos y de los efectos que

producen.

1.1. Clasificación de la Balística Forense

La Balística Forense, es decir, la aplicada a la resolución de

problemas judiciales, en general se divide en las tres partes que se

presentan a continuación:

Balística Interior:

Se ocupa del estudio de la

totalidad de los fenómenos que

son producidos en el arma a partir

del momento que el percutor

golpea el fulminante del cartucho

3

y lo alcanza hasta el momento mismo en que el proyectil abandona la boca

de fuego del cañón. A su vez, se encarga también de todo lo referente a

armas de fuego, su estructura, mecanismos, funcionamiento, carga y disparo

de la misma.

Balística Exterior:

Esta parte de la

Balística se aboca al

estudio de la trayectoria

del proyectil, desde el

momento en que

abandona la boca del

cañón del arma hasta su

arribo al blanco, y de los

fenómenos que lo afectan en concordancia con las particularidades de cada

caso, tales como:

La gravedad;

La resistencia del aire;

La influencia de la dirección e intensidad de los vientos y;

Los obstáculos que se le interpongan (productores de los

rebotes que modifican la trayectoria original).

Balística de Efectos:

Se ocupa del estudio de los efectos

producidos por el proyectil en el blanco

4

alcanzado, particularmente las características propias del Orificio de Entrada

causado por el proyectil y de la zona inmediata que lo rodea, características

estas que permiten determinar importantes elementos que avalarán

conclusiones referentes a problemas complejos como la determinación de la

distancia del disparo, conforme a lo siguiente:

A. Determinación de los orificios de entrada (OE) y de salida (OS)

de los proyectes de armas de fuego.

B. Estudio de la zona inmediata que rodea el OE del proyectil

(elementos indicadores).

C. Clasificación de la distancia de disparo según las

características del OE del proyectil.

2. Heridas por armas de fuego

La investigación y análisis de las lesiones por arma de fuego son un

tema constante y fundamental en todos los tratados de Medicina Legal a lo

largo de su historia. Ello obedece a tres cuestiones básicas:

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a) Todos los médicos deben conocer

sus manifestaciones para su correcta

interpretación desde la óptica de la

Patología Quirúrgica y de la Patología

Forense.

b) Su producción exige siempre la

investigación judicial por lo que la

participación especializada desde la

Medicina Legal es imprescindible para la

resolución del caso.

c) Su incidencia es creciente a lo largo del tiempo y con carácter

universal.

2.1. Caracteres de las Heridas

Franchini, establece que las lesiones por arma de fuego, son heridas

contusas particulares, debidas a la acción vulnerante de los proyectiles.

Por su parte, Flaminio Favero, al caracterizar la lesividad peculiar de

estas heridas, las califica como “contuso-perforantes”, a nuestro modo de ver

con gran propiedad, en virtud del doble efecto traumatológico del proyectil

sobre los tejidos afectados por él.

Franchini, refiriéndose al aspecto que en ciertos casos revisten estas

heridas, comenta que ellas pueden recordar el de las punturas, cuando son

causadas por proyectiles de forma cilindro-ojival o puntiagudos de pequeño

calibre y dotados de una grandísima fuerza viva. Otras veces, dice, la

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apariencia es de las heridas cortantes, como cuando son producidas por

esquirlas.

En todo caso, sigue comentando Franchini, es lógico tratar aparte el

estudio de estas lesiones, que por lo menos se distinguen de las otras, por el

hecho de ser generadas por un medio que tiene el propósito preestablecido

de dañar (armas), y porque, además plantean cuestiones absolutamente

extrañas a las otras lesiones.

2.2. Efectos de las Heridas

Sintetizando los

diferentes efectos que un

proyectil puede producir en el

cuerpo, Cazzaniga y

Cattabeni, establecen los

siguientes:

A. Lesiones Contusas

B. Heridas en Semicanal

C. Heridas en Fondo

Ciego

D. Heridas Transparentes

E. Heridas por Explosión

A determinar uno u otro efecto, contribuyen la mayor o menor fuerza

viva del proyectil, el modo como el cuerpo sea vulnerado, la resistencia y las

estructuras de la parte vulnerada y su protección (trajes).

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a) La penetración del proyectil, según hemos comentado, depende sobre

todo de la fuerza viva, ésta es en parte disminuida durante su

trayectoria, para vencer la resistencia del aire. En los últimos trechos

de su trayectoria, la fuerza viva está tan reducida que el proyectil no

llega a herir los tejidos y se limita a producirles una contusión. Puede

ocurrir también en la explicación de este efecto contuso que la parte

vulnerada este protegida por varias capas de tela, o de otros

materiales u objetos que ofrezcan resistencia.

b) Las heridas en semicanal se producen cuando el proyectil lesiona una

parte del cuerpo tangencialmente, es decir, rozándole y produciendo

un simple surco.

c) Las heridas en fondo ciego, ocurren cuando el proyectil al penetrar en

el cuerpo, ya no está animado de una fuerza viva suficiente para

proseguir y salir al exterior. En tal caso la herida consta de un orificio

de entrada y de un trayecto, en el fondo del cual se haya anidado el

proyectil.

d) Las heridas transparentes o en canal completo, son las producidas

cuando el proyectil penetrando en el cuerpo no es detenido en su

curso y llega a salir al exterior, generalmente por la parte opuesta a

aquella por la cual ha penetrado. En este caso se observan un orificio

de entrada, un trayecto y un orificio de salida.

En efecto a lo establecido, tenemos que una herida completa o típica

(transparente), puede ser estudiada desde sus tres perspectivas, estas son:

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1) Orificio de entrada: Es de fundamental importancia, por

cuanto a través de su apreciación, puede aparecer

desechable una versión suicidiaria o accidental de una

muerte por efecto de un disparo.

2) Trayecto: El trayecto de la herida de proyectil es un

canal ordinariamente dispuesto a lo largo de la

prolongación de la trayectoria, terminando en fondo

ciego o con el orificio de salida. Los trayectos pueden

presentar desviaciones, por choque contra tejidos

resistentes; y llegar a veces a tener un curso caprichoso

y anómalo, (herida sedal). En el caso de proyectiles

múltiples es más frecuente la divergencia de los

trayectos.

3) Orificio de salida: El proyectil después de haber

atravesado el cuerpo, en general sale al exterior

determinando así el orificio cutáneo de salida.

Tanto en las heridas en fondo ciego, como en las transparentes,

puede haber una desviación del trayecto debida al choque del proyectil

contra cualquier particular resistencia interna.

e. Las heridas por explosión, se pueden producir en los

disparos que se hacen teniendo la boca del arma apoyada

sobre la piel. En tal caso, los gases que salen por el cañón

junto con el proyectil, penetran en los tejidos, infiriéndoles

9

amplias laceraciones. Se observan también en casos de

disparos hechos con proyectiles explosivos; y de proyectiles

animados de una inmensa fuerza viva que vulneran partes que

contienen sustancias líquidas o semisólidas, por ejemplo, la

cabeza.

En conclusión tenemos entonces que las heridas ocasionadas por

arma de fuego, son las lesiones que ocasiona el proyectil a su paso a través

de los tejidos del cuerpo humano. Estas varían según la distancia y la zona

del cuerpo donde penetra el proyectil.

3. Elementos Indicadores: Determinación de las características que

permiten diferenciar la distancia de producción del disparo

Como es sabido, el OE de un proyectil de arma de fuego se

caracteriza por la presencia de elementos que lo distinguen y que aportan

elementos de juicio en relación a la determinación de la distancia en que ha

sido efectuado el disparo. Esos elementos son:

3.1. El Halo o Anillo de

Fisch

La penetración del

proyectil se genera por empuje y

frotación, o sea, produce heridas

contusas, con depresión y

distención de la piel hasta que

supera y rompe la capacidad de

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elasticidad del tejido, esto es lo que ocasiona el Anillo de Fisch, que viene

siendo la transformación o modificación de las características

inmediatamente periféricas a la herida propiamente dicha en la superficie de

la piel.

Expone Mario del Guidice Franco, en su obra “La Prueba Balística en

el Juicio Oral”, que el proyectil disparado, perfora la región anatómica de una

persona originando un orificio a consecuencia de esta perforación, cuya

denominación Medio Forense corresponde a “anillo o halo de contusión”;

ahora bien, cuando comienza la penetración, la capa del tejido flexible de la

dermis y simultáneamente con el giro generado por el mismo permite que los

elementos constantes y circunstanciales queden alojados en ese tejido

ocasionando, nuevamente según denominación Médico Forense, un “anillo o

halo de limpieza o enjugamiento”, y ambas características constituyen la

zona de Fisch. Característica inequívoca del OE.

El Halo o Anillo de

Fisch, también llamado “Zona

de Enjugamiento”, es una

zona circular de

características contuso-

equimótico-escoriativas cuya

mayor intensidad se ubica

junto al borde del orificio

atenuándose de modo paulatino a medida que se aleja de él. Por

consiguiente, en el halo pueden diferenciarse dos elementos:

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Halo de contusión: Surge como resultado de la excoriación

epidérmica inmediatamente contigua alrededor del orificio de

entrada. Por lo general posee no más de 1mm de anchura y es

de color rojo brillante y aspecto apergaminado.

Halo de Enjugamiento: Se sitúa sobre el halo de contusión y

se origina como consecuencia de la limpieza de los residuos de

suciedad que transporta el proyectil al penetrar en el plano de la

piel.

Este elemento se encuentra siempre presente en los OE de

proyectiles de armas de fuego, constituyéndose como uno de los signos

primordiales que lo manifiestan.

En este sentido, la forma del Anillo de Fisch, que puede ser circular u

ovoide, y su centricidad con respecto al OE, ya sea concéntrico o excéntrico,

suministran indicios concretos relativos al ángulo de incidencia del proyectil

sobre el plano de la piel. Por

otra parte, cabe destacar que,

por lo general, un proyecta

genera un único OE, no

obstante, de modo eventual

pueden llegar a presentarse

más de uno, como por ejemplo,

en aquellos casos en que el

proyectil atraviese primero un

miembro, para luego ingresar en otra parte del cuerpo.

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Ahora bien, es importante tener presente que así como el diámetro del

OE no aporta elementos de juicio que posibiliten determinar por si solo el

calibre del arma empleada, la forma del Anillo de Fisch no suministra

elementos que permitan inferir por sí la dirección de procedencia del disparo

puesto que únicamente indica el ángulo de incidencia del mismo sobre la

piel, debiéndose considerar que sería menester conocer la posición exacta

del cuerpo en el momento de recibir el disparo, a fines de emitir opinión al

respecto.

Asimismo, el Anillo de Fisch puede o no estar seguida de una “Zona

de tatuaje”, conforme a la distancia en que se haya producido el disparo. Por

último, es menester hacer referencia a que el OS no posee Anillo de Fisch,

tatuaje y ahumamiento, signos estos característicos únicamente del OE.

En resumen el Halo o Anillo de Fisch funciona para informar sobre dos

aspectos esencialmente:

La realidad del disparo por arma de fuego.

La certeza de que se está frente a un OE.

3.2. El Ahumamiento o Falso Tatuaje

El ahumamiento o Falso Tatuaje, según Zuraima Colón, se constituye

de depósitos superficiales de humos procedentes de la deflagración de la

pólvora, la que al no constituir una combustión completa, es decir, una

reacción de óxido-reducción químicamente balanceada, desprende humos

(carbón finamente dividido) que son expulsados por la boca del cañón del

arma a continuación del proyectil. Así pues, como producto de su escasa

masa los humos poseen muy poca energía cinética razón por la cual

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alcanzan una distancia que

difícilmente supera los 10

cm de la boca de fuego,

consecuencialmente,

únicamente se encontrarán

presentes en casos de

disparos a muy corta

distancia, o como se les

conoce vulgarmente, “tiro a

quemarropa”.

Por lo general la zona de ahumamiento presenta, además del depósito

superficial de humos al que debe su nombre, signos de fenómenos térmicos

característicos, generados por la elevada temperatura a la que egresan los

gases producto de la deflagración de la pólvora, los que pueden llegar a

“chamuscar” el vello o el cabello que rodea al OE o a producir efectos

característicos sobre las fibras textiles que constituyen las prendas de vestir.

De este modo, cabe agregar que el depósito de humos puede

removerse fácilmente con una limpieza ligera y superficial utilizando agua

jabonosa, representado esta la característica distintiva que lo diferencia del

tatuaje verdadero.

3.3. El Tatuaje

Según lo expresado por los Dres. Alfredo González y Antonieta de

Dominicis, en el cuaderno de Apuntes de Medicina Legal, de la Sociedad

Venezolana Forense, definen el tatuaje como “una huella impresa e indeleble

14

originada por las incrustaciones

de los elementos componentes

de la deflagración de la

pólvora.” En otras palabras, se

define por la existencia y

constatación de pólvora

quemada y sin quemar y otros

residuos del disparo que se

incrustan y se adhieren

alrededor del orificio de entrada y que puede incluir los efectos de la propia

quemadura.

Siguiendo este orden de ideas, Dominicis incluso manifiesta que

practicada la exhumación, el tatuaje permanecerá latente mientras existan

tejidos; y en los casos de localizarse en el plano óseo subsistirá mientras se

conserve el hueso.

El Tatuaje se encuentra compuesto por partículas consistente en

granos semi-combustionados y no combustionados de pólvora y partículas

metálicas desprendidas del propio proyectil, como consecuencia de la acción

abrasiva ocasionada por el rozamiento a que fuera sometido dentro del

ánima del cañón.

Es preciso hacer mención a que estas partículas poseen mayor masa

que las de humo y por ende mayor energía cinética, por lo que alcanzan

mayores distancias de la boca de fuego.

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Asimismo, el Tatuaje

está integrado por dos

factores existenciales

constituidos por la quemadura

y, en segundo término, por los

elementos constantes y

circunstanciales; que pueden

presentarse conjunta o

aisladamente, en la zona del

cuerpo objeto de estudio, no perdiendo su condición como tal. Es importante

tener presente que es un indicador de distancias cortas absolutas o

relativamente cortas. De este modo, se definen de la siguiente forma:

La Quemadura:

Es una huella impresa en la región anatómica comprometida que

conforma el tatuaje, la cual se origina por la liberación de los gases

recalentados a altas temperaturas producto de la deflagración de la pólvora,

de color negro, se localiza concéntrica o excéntricamente alrededor del OE.

Con disparos de balas convencionales, el diámetro del cono de dispersión

estampado sobre la superficie estará relacionado proporcionalmente con:

a) La intensidad del color negruzco de la quemadura.

b) El tipo del arma de fuego, y

c) La longitud del cañón de la misma.

En términos generales, la quemadura es originada por la llama. Se

identifica por el aspecto apergaminado de la piel, que adquiere un tono

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moreno o amarillento y, de ser el caso, por la existencia de restos de cabellos

y pelos quemados.

Los Elementos Constantes y Circunstanciales:

Son huellas

impresas que conforman

el tatuaje, las cuales son

generadas por las

incrustaciones (dentro

del tejido del cuerpo de

la victima), de residuos

de pólvora en cualquier

estado en que se

encuentran, trazas

metálicas de proyectil

que se desprendieron a consecuencia del rayado, de los vestigios de los

componentes localizados en el interior del ánima del cañón, polvos, grasas,

entre otros. Con disparos de balas convencionales, el cono de dispersión se

presentará comúnmente fuera del área de la quemadura, cuando la distancia

es mayor de veinte centímetros (20 cm). De este modo, estará relacionada

de acuerdo a:

a) La diseminación de la misma.

b) El tipo de arma de fuego.

c) La longitud del cañón: A mayor distancia, mayor será el aislamiento de

los elementos. En caso de presentarse conjuntamente con la

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quemadura, la distancia será igual o menor de cincuenta centímetros

(50 cm).

Por otra parte, como producto de la posesión de una energía cinética

relativamente alta, las partículas de pólvora y metálicas que componen el

tatuaje se introducen ligeramente en la piel de la zona inmediata al OE,

motivo por el cual no pueden ser removidas, a diferencia del ahumamiento,

por medio de un lavado superficial. El “Tatuaje” posee una subclasificación a

saber:

a) Tatuaje de partículas de pólvora y metálicas: Aquellos donde están

presentes los dos elementos y que para las armas de puño promedio

suelen alcanzar distancias del orden de los 50 cm de la boca de

fuego, variando ésta con el calibre del arma, el largo del cañón, el tipo

y cantidad de carga balística (pólvora) que contenga el cartucho

utilizado.

b) Tatuaje de partículas metálicas: Aquellos donde sólo se encuentran

restos metálicos desprendidos del mismo proyectil como consecuencia

de la abrasión sufrida por éste dentro del cañón y que, al poseer

mayor masa que las de pólvora les permite alcanzar mayor distancia,

las que en armas de puño normales pueden llegar hasta 100 cm (1

mt.).

c) Los restos de fulminante: En la actualidad, el adelanto de los medios

tecnológicos permite efectuar la búsqueda y reconocimiento de restos

de fulminante, en especial Plomo y Bario, con equipos de máxima

precisión, tal como el Microscopio Electrónico de Barrido, el que

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permite detectar restos de estos compuestos, que también

acompañan al proyectil en su trayectoria, hasta una distancia de

aproximadamente 3 metros para las armas de puño.

Debe consignarse que

las partículas, humos y

gases que egresan de la

boca de fuego del arma

acompañando al proyectil, se

dispersan formando

espacialmente una figura de

tipo cónica, con el vértice

dirigido a la boca del cañón

del arma y con la base en la

superficie receptora del

disparo, por lo que a mayor

distancia, será mayor el área abarcada por el tatuaje y

menor la densidad de sus partículas y a menor distancia, será menor el área

de tatuaje y mayor su densidad.

En este orden de ideas, esta característica permitiría en principio,

efectuar estudios comparativos entre el “dibujo” que presenta la zona de

tatuaje en un caso determinado y los que se logran efectuando disparos

experimentales con el arma cuestionada, utilizando cartuchos de idénticas

características que el usado en el hecho. El estudio comparativo del “dibujo”

formado por estos tatuajes permitirá establecer la distancia a que fuera

disparada el arma con una aproximación de más o menos 5 cm.

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En resumen, la presencia del tatuaje sirva para informar sobre los

siguientes aspectos:

Confirma la realidad del disparo por arma de fuego, que se puede

determinar mediante el estudio complementario a través de la analítica

de los residuos.

Orienta sobre la distancia del disparo en rangos de corta distancia.

Informa sobre dirección del disparo, ya que si el tatuaje es circular, el

disparo habrá sido efectuado de forma perpendicular al plano del

organismo. A su vez, para impactos oblicuos, la densidad del tatuaje

es siempre mayor o más concentrada en el lado desde donde

proviene el disparo.

3.4. La Escarapela de Simonin y el Signo de Benassi

El Signo de Benassi es, tal y

como comenta Del Guidice, un halo

ennegrecido, es decir, una

quemadura, sobre la superficie

externa del hueso, que puede

observarse en disparos de contacto

en la cabeza, aunque se ha

encontrado también en costillas y cualquier zona ósea. Este signo representa

una gran ayuda a los fines de diagnostico del OE en disparos en la cabeza,

aun maas si las partes blandas están en putrefacción. Cabe hacer mención a

que este signo no desaparece ni siquiera en el tejido putrefacto.

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En términos generales, ocurre cuando como en el caso anterior,

debajo de los tejidos subcutáneos se encuentra un plano óseo (como en los

huesos del cráneo o en los omóplatos), bajo estas condiciones, los disparos

abocados hacen que los gases y humos producto de la deflagración de la

pólvora ingresen junto con el proyectil dentro de la herida. Mientras los gases

producen los efectos del “Golpe de Mina de Hoffman” explicado

precedentemente, los humos se depositan en los planos subcutáneos,

particularmente en el hueso, ennegreciéndolo alrededor del orificio producido

por el proyectil, lo que constituye una característica probatoria de disparo

abocado (distancia 0) conocido con el nombre de “Signo de Benassi”.

Este mismo efecto puede generarse entre la prenda de vestir y la piel,

quedando depositado el humo en forma de dos o tres círculos concéntricos,

a esto es a lo que se denomina “Escarapela de Simonín”.

3.5. El Golpe de Mina o de Hofmann

Característico de los

disparos efectuados con la boca

de fuego del arma apoyada sobre

la piel, disparos conocidos con la

denominación de “Disparo a Boca

de Jarro” y que se produce cuando

inmediatamente debajo de la piel

se encuentra un plano óseo, tal

como es el caso de los disparos suicidas en la zona parietal. Aquí los gases

producto de la deflagración de la pólvora se expanden entre el tejido

subcutáneo y el hueso, produciendo su desprendimiento, aglobamiento y

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posterior estallido hacia afuera, lo que provoca una herida de características

irregulares, con desgarramientos radiales y labios evertidos, como si la

explosión hubiese sucedido dentro del cuerpo, característica de donde deriva

el nombre de “Golpe de Mina”.

Simplificando términos, el Signo

de Hoffman es el aspecto desgarrado

con borden ennegrecidos, del OE, en

disparos de contacto en la frente, se

produce cuando hay piel resistente

unida firmemente al hueso como en

dicha región. Es la mancha de quemadura en el hueso plano, especialmente

observable en los huesos del cráneo.

4. Heridas Traspasantes

Cuando el proyectil disparado por un arma de fuego incide sobre la piel y

los músculos que se encuentran ubicados debajo de la misma, en razón de

la elasticidad de las fibras

que componen ambos

tejidos, se produce

primeramente una

depresión con elongación

de los tejidos, los que

finalmente, al ser vencida

por el proyectil la

resistencia que estos

oponen a su avance, son

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perforados dejando una herida circular u ovoidal dirigidos hacia el interior de

la piel. A esto lo llamamos herida completa o típica traspasante, en donde se

pueden estudiar las siguientes características:

5. Orificio de Entrada

Son orificios provocados por un proyectil que ha incidido

perpendicularmente al plano dérmico, con ojiva aguzada y sobre una zona de

tejido blando. En la mayoría de los casos el diámetro del orificio es menor al

del proyectil, variando el mismo según el tipo de ojiva, la velocidad, los

movimientos (rotacionales y de mutación), la profundidad a la que se halla

ubicado el plano óseo más

cercano, la orientación de las

fibras musculares, las ondas

sónicas y la turbulencia que

siguen al proyectil, la posición

y el ángulo de incidencia del

mismo sobre la piel.

(Francisco M Fundamentos

Básicos de Balística

Forense).

Para Humberto Giugni. M, el orificio de entrada es de vital importancia, ya

que a través de su apreciación, se puede determinar si la herida provocada

fue de manera accidental, suicida, o homicida.

Cuando el disparo ha sido realizado de cerca con la piel descubierta de

vestido, se pueden hallar, los signos y efectos lesivos producidos por la

23

acción de la pólvora, los gases explosivos, la llama, la combustión, los

residuos no quemados de la pólvora y el humo. Si el arma está aplicada

contra la piel o a una distancia no superior a 3-5 Cms, los gases que se

generan por la deflagración de la pólvora, pueden producir efectos de

explosión cutánea observándose así una herida desgarrada, en general de

forma estrellada, las cuales pueden quitar toda tipicidad al orificio de

entrada, confundiéndose con una lesión diferente.

En referencia a la llama de la combustión, desarrollada por la pólvora

negra, produce en la piel una quemadura en forma de halo o aureola, si la

distancia no es mayor a 30 Cms, para las armas cortas y aún más para las

largas; el halo, aparecerá profundamente alterado en su forma y color por la

acción de la quemadura, cuando en la región de la herida existan

formaciones pilíferas. En los casos de que la pólvora usada sea piroxilada, y

aun cuando el disparo haya sido a poca distancia, el halo estará ausente o

será muy escaso, pero en su lugar se originará un halo de

apergaminamiento, de naturaleza térmico-contusiva, debido a la columna de

gas que acompaña al proyectil, en donde las formaciones pilíferas de la

región afectada se verán fragmentadas pero no quemadas.

Asimismo, el halo de apergaminamiento se manifestará después de la

muerte por la rápida disecación cutánea, y en algunos casos su aspecto será

fraccionado y no deberá confundirse con el tatuaje.

La pólvora negra puede producir un halo de ahumamiento, el cual

desaparece al lavar la zona, este halo puede ser de forma circular o elíptica,

y según la dirección de percusión del proyectil puede ser perpendicular u

oblicua. Asimismo, la pólvora sin humo produce un halo menos marcado, de

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color gris o amarillento, en el primer caso para que se produzca el halo gris,

el arma corta debe estar a 40 Cms de distancia y el arma larga a 150 Cms, y

en el segundo caso para que sea amarillenta, debe estar a 10 Cms y un

metro respectivamente.

Finalmente se puede producir un halo de tatuaje, de forma irregular,

debido a la incrustación en la piel de residuos de pólvora sin quemar, o de

otros residuos sólidos y pesados de la combustión, que no desaparecen con

el lavado. Para que este halo se produzca la distancia debe ser de 50 Cms,

para revólveres y pistolas, y en los casos de armas largas, con pólvora

negra, y de 20 Cms y 150 Cms respectivamente, con pólvora sin humo.

En cuanto a las distancias anteriormente mencionadas, cabe

desatacar que son solo aproximaciones pues para poder determinar con

exactitud alguna de ellas, se deben realizar disparos experimentales con el

arma y cartuchos estudiados.

5.1. Características de los Orificios de Entrada

Su diámetro es menor al del proyectil que lo ha producido, es decir, el

menor diámetro del orificio de entrada, en relación con el del proyectil,

dependerá de la elasticidad de la piel, la cual se deprime al ser

golpeada por el proyectil sufriendo una invaginación en forma de dedo

de guante, y una vez perforada se distiende, recobrando su tono

original después que pasa a su través el proyectil.

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La desproporción entre diámetros de la herida y del proyectil, está en

relación con la fuerza viva de que está animado éste, es decir,

mientras mayor sea la fuerza viva, la desproporción será menor.

En la mayoría de los casos su forma es redondeada, con los bordes

más o menos finos e irregulares y levemente introflexos, esto se debe

a que la sección del proyectil es redonda y golpea la piel

perpendicularmente.

La introflexión de los bordes no es un signo constante en el orificio de

entrada.

En algunos casos la forma es circular, oblicua o en canal, según el

disparo, es decir, si es perpendicular, oblicuo o tangencial.

Permitiéndonos indicios concretos respecto al ángulo de incidencia del

proyectil sobre el plano de la piel.

El halo o anillo, se debe a que el proyectil estará rodeado de una zona

circular de características contuso-equimótico-escoriativas cuya mayor

intensidad estará ubicada junto al borde del orificio atenuándose

paulatinamente a medida que se aleja de él. Esta zona se conoce con

el nombre de “Zona de Enjugamiento” o “Anillo de Fisch” y estará

presente siempre en los Orificios de Entrada de los proyectiles de

armas de fuego, siendo uno de los signos que lo manifiestan.

Cabe destacar que así como el diámetro del orificio no suministra

elementos de juicio que permitan determinar por si solo el calibre del arma

utilizada, la forma del Anillo de Fisch no aporta elementos que permitan

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inferir por sí la dirección de procedencia del disparo ya que solo indicará el

ángulo de incidencia del mismo sobre la piel, debiéndose tener en cuenta

que se necesitaría saber la posición exacta del cuerpo en el momento de

recibir el disparo (inclinación del cuerpo, orientación del plano receptor,

movimientos, entre otros), para emitir opinión al respecto. La zona de

enjugamiento o Anillo de Fisch podrá estar seguida o no de una zona de

ahumamiento y de una zona de tatuaje, conforme la distancia a la que se

haya producido el disparo.

Siguiendo el orden de ideas, el autor refiere, que en los disparos con

armas de proyectiles múltiples, los orificios de entrada, van a variar

dependiendo de la distancia en los que se realizan dichos disparos, es decir;

cuando la distancia es corta (hasta un metro en las escopetas modernas) hay

un orifico único, amplio y desagarrado, debido a que los proyectiles hacen o

forman bala; asimismo, al aumentar la distancia se notará una “rosa” de

orificios de entrada, ya que es mayor la distancia del disparo.

Por otra parte en los disparos a distancia moderada, menor de un metro,

se observan, además del orificio de entrada grande y desagarrado, una parte

circundante de aquél, en que se hallan pequeños orificios esparcidos a

“rosa”, producidos por los perdigones más periféricos, cuya trayectoria son

las primeras en divergir.

6. Trayectoria

La trayectoria es definida por Giugni, como “el canal ordinariamente

dispuesto a lo largo de la prolongación de la trayectoria, terminando en

fondo ciego o con el orificio de salida”. Cabe destacar, que el proyectil

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único puede fragmentarse al

chocar contra las partes, es

decir, a mayor resistencia,

producirá varios trayectos.

Los trayectos pueden

presentar desviaciones, por

chocar contra tejidos

resistentes; es decir, cursos

anormales o heridas en

sedal, como es en los casos

de proyectiles múltiples, los cuales son más frecuentes la divergencia de los

trayectos. Como por ejemplo en las lesiones donde los huesos están

atravesados en el curso del trayecto, los cuales son infundibuliformes, es

decir, con márgenes hendidos oblicuamente, constituyendo un factor

importante para la determinación de la dirección del disparo; particularmente

en las heridas de cráneo, ya que por ser un hueso plano, la herida, presenta

un contorno regular, correspondiente al calibre del proyectil, por su cara

externa; y una astilladura irregular por su cara interna.

Por otra parte en los

casos de otros tejidos, el canal

del trayecto prácticamente no

se nota, siendo la indicación

más evidente de su existencia,

la presencia de sangre

extravasada, lo cual también

es signo de reacción vital. Se

dice que en la primera parte

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del trayecto es frecuente encontrar fragmentos, aun microscópicos, de tejidos

de los vestidos o de otro material arrastrado por el proyectil, como en los

casos de segmentos óseos, los cuales sufren el primer golpe en sentido

oblicuo y por esto se astillan, indicando por consiguiente la dirección del

disparo.

Finalmente, en las vísceras, los casos de explosión son eventuales, y

se puede observar que el orificio de entrada es más pequeño y regular que el

de salida.

7. Orificio de Salida

Con relación al orificio de salida del proyectil, debemos consignar que

el mismo no siempre está presente en casos de heridas con armas de fuego,

sino que solo se lo halla en aquellos casos en que el proyectil atravesó

totalmente los tejidos saliendo luego al exterior del cuerpo. Este, responde en

general a una herida de contornos irregulares y aún desgarrados, de

diámetro normalmente superior al Orificio de Entrada y al proyectil mismo,

variando su aspecto con las alternativas que haya sufrido el proyectil en su

trayectoria interna, pudiendo egresar acompañado de esquirlas es decir, del

mismo proyectil, en posición lateral, deformado por choque contra huesos,

órganos entre otros. Cabe acotar que este orificio carece de Anillo de Fisch,

tatuaje y ahumamiento.

Humberto Giugni. M, en su libro de Medicina Legal, lo define como el

orificio que deja el proyectil después de atravesar el cuerpo y que sale al

exterior, es muy frecuente que este al agotar su fuerza viva no llegue a

29

vencer la resistencia elástica de la piel, quedándose bajo de ella después de

haberla contundido y de haberle imprimido una apariencia de extroflexión.

Por lo general el orificio de salida es más amplio y ancho, y de forma

irregular que el orificio de entrada; sus bordes son extroflexos, no presentan

trazas de la acción de la pólvora y en su contorno falta el anillo contusivo,

salvo en el caso en que la piel haya estado apoyada fuertemente contra una

resistencia dura, flexible y poco extensible. Influyendo en ocasiones, en la

irregularidad más pronunciada y de mayor tamaño que el orificio de entrada.

En los casos que se observan dos orificios, uno regular y otro

irregular, debe presumirse que el segundo es el de salida.

8. Cuestiones Médicos Legales

Las cuestiones médico legal, son numerosas, en ellas podemos

encontrar las derivadas del análisis de las municiones como en los acasos de

los Cartuchos y proyectiles que pueden servir para identificar un arma,

cuando son hallados en el lugar del suceso, también tenemos las huellas en

balas y casquillos, siendo las más importantes en nuestro caso la

Identificación del medio lesivo, Número de disparos, Distancia del disparo,

Dirección del disparo, las diferencias entre homicidio, suicidio, accidente y

autolesión y finalmente la posición del heridor y la víctima.

8.1. Identificación del Medio Lesivo: Al hablar del medio lesivo

debemos determinar efectivamente si se trata de una herida por

arma de fuego, sus características, modelo, calibre, cartuchos,

de dicha arma; para así proceder a identificar el arma mediante

el examen de los proyectiles encontrados en el cadáver o en el

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lugar del suceso, así como los casquillos y su comparación con

los disparos experimentales por el arma sospechosa.

8.2. Número de disparos: Para establecer la cantidad de disparos,

es preciso determinar con exactitud los números de orificios de

entrada e individualizar los trayectos que estos presenten. En

los disparos con proyectiles múltiples, se debe tener en cuenta

la calidad de la carga, la distribución de los proyectiles, el

tamaño de la rosa entro otros. Cabe destacar que la misma

arma en ocasiones puede cargarse con cartuchos diferentes en

cuanto a pólvora, proyectil se refiere; por lo tanto al encontrar

en el cadáver proyectiles diversos, y huellas distintas de

pólvora, no prueba indubitablemente que las heridas sean

debidas a más de un arma.

8.3. Distancia del Disparo: Para determinar el número de disparos,

se debe tomar en cuenta las siguientes características: los

fenómenos de quemaduras, ahumamiento, tatuaje, explosión, la

fuerza de penetración de los proyectiles, la forma y tamaño del

orificio único de entrada en las heridas por proyectiles múltiples

o por la amplitud de la rosa.

8.4. Dirección del Disparo: La dirección del disparo se deduce del

trayecto respectivo del proyectil, el cual nos permite determinar

la posición reciproca del heridor y de la víctima.

8.5. Diferencias entre Homicidio, Suicidio, Accidente y

Autolesión: Para poder diferenciar la etiología (Suicidio,

homicidio, accidente o autolesión), se debe recordar las

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diversas modalidades y las tipificaciones penales de algunos

eventos, como homicidio culposo, doloso, suicidio y autolesión

involuntaria. Por esta razón para la sustentación de las diversas

hipótesis, es preciso determinar el número de disparos, la

región o regiones de las heridas, las eventuales huellas de las

riñas entre otros, ya que estas pueden servir para esclarecer

dicho caso, así como también el hallazgo del arma en manos

del cadáver, el ahumamiento o trazos de pólvora en sus manos.

Cabe destacar que es importante estudiar los antecedentes

personales, datos psicológicos, las condiciones de tiempo y de

lugar, el hallazgo de documentos entre otros.

8.6. Posición Recíproca del heridor y la Víctima: En los casos del

homicidio, esclarecer la posición del heridor y la víctima no es

nada sencillo, puesto que se debe estudiar la dirección del

disparo, porque sobre ello influye no sólo la posición relativa de

la persona, sino también sus posturas individuales.

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Referencias Bibliográficas

Zuraima Colón. Criminalística Básica para estudiantes. (2014)

Oscar A Losseti. Oswaldo Curci. Francisco Famá. Jose. A Patitó

Lesionología Médico Legal. Capítulo 3 Lesiones según el agente

productor y el mecanismo lesional.

Humberto Giugni. M. Lecciones de Medicina Legal. Décima Edición.

Caracas 2011.

Mario A. Del Guidice Franco. La Prueba Balística en el Juicio Oral.

5ta Edición (2013).