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La amenaza de los La amenaza de los INFORME ESPECIAL, ENERO 2009. VOLUMEN 46 ISSN 1563-2458 información independiente, desde américa latina y el caribe, para el mundo www.noticiasaliadas.org L a producción, conservación e intercambio de semi- llas nativas constituye una actividad de importancia cultural, social y económica de las comunidades campesinas e indígenas en América Latina, región a la que pertenecen ocho de los 17 países con mayor nivel de biodiversidad en el mundo. Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y Venezuela, están entre estos países megadiversos que reúnen 70% de la diversidad biológica y 45% de la diversidad cultural del mundo. “Nosotros protegemos las semillas para compartirlas”, TRANSGÉNICOS Informe especial TRANSGÉNICOS La gran diversidad de milenarios alimentos nativos de América Latina está ahora amenazada por la irrupción de alimentos transgénicos producidos por transnacionales que buscan apoderarse de las fuentes alimentarias de la región. WILLILAM CHICO dice Francisca Rodríguez, directora de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile (ANAMURI). La defensa de las semillas está ligada a la defensa de la vida, la tierra, los territorios y las culturas, señala uno de los princi- pios de la campaña “Semillas de Identidad” que se desarrolla en Colombia, Ecuador y Nicaragua. Como ésta, son numerosas las campañas que desarrollan en América Latina las comunidades campesinas e indígenas frente al avance de las semillas y alimentos modificados genéticamen- te o transgénicos, propiedad de un puñado de empresas trans- nacionales que buscan controlar toda la cadena alimenticia, des- AMÉRICA LATINA Noticias Aliadas La semilla es vida Transnacionales quieren tornar ilegal práctica ancestral de conservación de semillas, además de apoderarse de ellas.

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La amenaza de losLa amenaza de losINFORME ESPECIAL, ENERO 2009. VOLUMEN 46 ISSN 1563-2458

información independiente, desde américa latina y el caribe, para el mundo www.noticiasaliadas.org

La producción, conservación e intercambio de semi-llas nativas constituye una actividad de importanciacultural, social y económica de las comunidadescampesinas e indígenas en América Latina, región ala que pertenecen ocho de los 17 países con mayor

nivel de biodiversidad en el mundo.Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México,

Perú y Venezuela, están entre estos países megadiversos quereúnen 70% de la diversidad biológica y 45% de la diversidadcultural del mundo.

“Nosotros protegemos las semillas para compartirlas”,

TRANSGÉNICOS

Informe especial

TRANSGÉNICOS

La gran diversidad de milenarios alimentos nativos de América Latina está ahora amenazada por la irrupción de alimentostransgénicos producidos por transnacionales que buscan apoderarse de las fuentes alimentarias de la región.

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dice Francisca Rodríguez, directora de la Asociación Nacionalde Mujeres Rurales e Indígenas de Chile (ANAMURI).

La defensa de las semillas está ligada a la defensa de la vida,la tierra, los territorios y las culturas, señala uno de los princi-pios de la campaña “Semillas de Identidad” que se desarrolla enColombia, Ecuador y Nicaragua.

Como ésta, son numerosas las campañas que desarrollan enAmérica Latina las comunidades campesinas e indígenas frenteal avance de las semillas y alimentos modificados genéticamen-te o transgénicos, propiedad de un puñado de empresas trans-nacionales que buscan controlar toda la cadena alimenticia, des-

AMÉRICA LATINANoticias Aliadas

La semilla es vidaTransnacionales quieren tornar ilegal práctica ancestral de conservación de

semillas, además de apoderarse de ellas.

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009 noticiasaliadas2

de una transnacional externa que va a proveer-nos de las semillas y los herbicidas”, agregaBarrios en momentos en que en el Perú estápendiente la reglamentación sobre políticasde bioseguridad.

Modelo transgénicoLos defensores de los transgénicos presen-

tan estos cultivos y alimentos como parte deuna estrategia para disminuir el hambre en el

Otras cinco compañías —Aventis, Syngen-ta, BASF, Dupont y Dow—junto con Mon-santo acaparan el mercado mundial de semi-llas transgénicas, cuyas modificaciones hanpatentado, lo que quiere decir que los campe-sinos tienen que pagar a la empresa cada vezque las siembran, o de lo contrario pueden serdemandados por utilizar ilegalmente sus pro-ductos.

“Es extraordinario que una empresa puedahacer una sola alteración genética a una planta,y demandar la propiedad privada sobre éstacomo su invención, cuando las mismas plan-tas que se están modificando genéticamenteson el resultado de miles de años de seleccióny mejora cuidadosa hecha por los agricultoresde todo el mundo”, señala Luke Anderson ensu libro Transgénicos. Ingeniería genética, alimentos ynuestro medio ambiente, publicado en el 2002 porla Red de Acción en Alternativas al Uso deAgroquímicos.

La soja es el principal cultivo transgénicointroducido en América Latina. Más del 30%de la soja producida en Brasil ha sido modifi-cada genéticamente, en el caso de Paraguay un80% y en el de Argentina casi el 100%.

La soja es producida principalmente parael mercado de exportación como alimento deganado y no para alimentar a la población em-pobrecida. En Paraguay se exporta el 65% dela producción total de soja, en Brasil el 72.4%y en Argentina el 92%, señala Amigos de laTierra.

Consecuencias destructivasEl cultivo de transgénicos va de la mano

con un menor empleo de mano de obra, loque conduce al desplazamiento de pequeñosagricultores y a la concentración de la tierra enpocas manos.

En Uruguay, por ejemplo, 55 personas sonexpulsadas por día del campo a la ciudad por el

“Lo que está en juego con lostransgénicos es que nuestro país vaa ser dependiente de unatransnacional externa que va aproveernos de las semillas y losherbicidas”.

de la siembra hasta su comercialización.“El Perú, puede decirse que es el Arca de

Noé de todo el planeta. No existe práctica-mente un país que tenga la extraordinaria di-versidad que tiene el Perú: 3,000 especies dequinua, 3,500 de papa, como nuestro país. Esimportante preservar esa diversidad”, señalaSacha Barrios en el documental “Transgéni-cos, lo que está en juego”.

“Lo que está en juego con los transgéni-cos es que nuestro país va a perder su inde-pendencia agraria y va a ser un país depen-diente de un sistema de agricultura externa y

AMÉRICA LATINALa semilla es vida 1

PARAGUAYEntrevista con José Luis Casaccia, secretario del Ambiente 4

ARGENTINAEl azote de los transgénicos 5

BRASILExplosivo avance de transgénicos 7Por justicia social y ecológica 8

MÉXICOMaíz criollo en peligro 9

REGIÓNSemillas, patrimonio común de la humanidad 10-11Monsanto, nada santo 15

CHILESemillas autóctonas, defensa de biodiversidad 13Testimonio 14

COLOMBIACampesinos rescatan semillas ancestrales 16

BOLIVIAUna Bolivia ecológica, ¿una realidad? 17

PERÚCaos y vacío legal para transgénicos 19

mundo. Sin embargo, sus crí-ticos señalan que el problemadel hambre no se resuelve contecnología sino con justiciasocial y equidad.

Hace 13 años se inició elprimer cultivo significativo detransgénicos y tuvo lugar enEEUU. Hoy día sólo cuatrocultivos —soja, maíz, algodóny colza— dan cuenta de prác-ticamente 100% de la superfi-cie sembrada con cultivostransgénicos en todo el mun-do, señala la organización in-ternacional Amigos de la Tie-rra. Estos cultivos han sidomodificados para tolerar her-bicidas y resistir insectos, ta-les como el maíz Mon810producido por Monsanto y elmaíz Bt11 producido porSyngenta.

Aproximadamente el 90%de todas las variedades trans-génicas comercializadas en elmundo tienen característicasde propiedad de Monsanto, lamayor empresa semillera delmundo.

modelo del agronegocio. Ac-tualmente el 1% de la pobla-ción uruguaya es dueña del80% de las zonas cultivables.

El cultivo de transgénicosimplica además un mayor usode plaguicidas y con rendi-mientos equivalentes o inclu-so inferiores a sus equivalen-tes convencionales. En Brasilse ha comprobado, por ejem-plo, que la soja RR no es tanresistente al calor y la sequíacomo las variedades de sojatradicional.

Las empresas que produ-cen semillas transgénicas to-lerantes a herbicidas específi-cos son las mismas que suelenvender el herbicida que esoscultivos necesitan, creandomayor dependencia del agri-cultor hacia la transnacional.

El cultivo sostenido detransgénicos resistentes a in-sectos ha provocado, además,la aparición de resistencias enlos mismos insectos. El prin-cipal recurso empleado por laindustria biotecnológica para

— Sacha Barrios

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hacer frente a esto es “crear nuevas variedadestransgénicas que llevan codificadas proteínasmás tóxicas que las anteriores”, señala JoséGarcía Menéndez, asesor para temas de Ibero-américa de la Universidad de Santiago de Com-postela en un articulo publicado por la revistamexicana Comercio Exterior.

“Como las semillas convencionales nopodrán sobrevivir a las supermalezas y super-plagas, las grandes productoras se mantendránen una situación cada vez más fortalecida,desde la cual podrían encarecer el productode manera considerable”, agrega García Me-néndez.

Una mayor amenaza sobre las semillas con-vencionales la constituye la contaminacióngenética producida por la polinización de cul-tivos no transgénicos por parte de cultivostransgénicos. Esta contaminación es irreversi-ble; quiere decir que al ser contaminados es-tos cultivos se tornan transgénicos.

El Registro de Contaminación Transgéni-ca que realiza Greenpeace Internacional indi-ca que entre 1996 y el 2007 recogió 216 casosde contaminación, plantación y liberación ile-gal de organismos genéticamente modificados.Sólo en el 2007 se reportaron 28 incidentes decontaminación, que involucraron alimentos(19), comida (7) y semillas (2). De los 11 casosde liberación ilegal de transgénicos detecta-dos en el 2007 dos se refirieron a incidentes enAmérica Latina: cultivo ilegal de maíz trans-génico en México y descubrimiento de maíztransgénico en el Perú, donde no se permite elcultivo comercial.

“Los esfuerzos por aislar cultivos transgé-nicos de otros cultivos, por separación, sonincapaces de prevenir la contaminación, aunacompañados de serias medidas de refuerzo yprocedimientos de control de calidad”, señalaGreenpeace Internacional.

Los cultivos transgénicos también consti-tuyen una amenaza a la salud humana. La trans-ferencia de genes de un organismo a otro ori-gina la producción de nuevas proteínas quepueden causar alergias y otras enfermedades.

“Pioneer Hi Bred International, por ejem-plo, manipuló la soja con un gen de la nuez deBrasil con la esperanza de que mejoraría elcontenido de las proteínas de la soja. Investi-gadores de la Universidad de Nebraska pro-baron estas sojas en muestras de suero de lasangre de personas que eran alérgicas a las nue-ces de Brasil. Las pruebas indicaron que si es-tas personas hubieran comido esta soja, habríansufrido una reacción alérgica que podría habersido fatal”, señala Anderson en su libro citan-do un informe del Scottish Crop ResearchInstitute.

Los agroquímicos asociados a transgéni-cos también pueden provocar graves efectossobre la salud humana. Estudios han compro-bado que el glifosato, componente principaldel herbicida Round-Up Ready producidopor Monsanto, aumenta el riesgo de contraercáncer.

Faltan estudios para determinar los efectosimprevistos que los transgénicos podrían te-ner en la salud humana y el medio ambiente.Mientras tanto, la responsabilidad social de losgobiernos debería llevarlos a aplicar el Princi-pio de Precaución de 1998 que plantea que si

no se puede prevenir los riesgos relacionadosa una actividad humana, ésta debe ser prohibi-da. Esto significaría en este caso prohibir laliberación al ambiente y uso de los transgéni-cos en la alimentación.

Alternativas a los transgénicosLos transgénicos constituyen una real ame-

naza a la biodiversidad y a la soberanía alimen-taria, que es el derecho de cada pueblo de con-trolar y decidir soberanamente sobre sus fuen-tes de alimentación, siendo el control sobrelas semillas un componente básico al igual queel control de la tierra y al agua.

Ante ello, comunidades campesinas e in-dígenas de la región, así como ambientalistas ylíderes sociales plantean que se centren losesfuerzos en el incentivo de la agricultura or-gánica no certificada que se sustenta en el in-tercambio local de semillas, en los sistemaslocales de mejoramiento y en los saberes tra-dicionales.

La agricultura orgánica o ecológica pro-mueve la diversidad de cultivos que facilitanel autocontrol del agrosistema. La propuestade que no sea certificada responde al hecho deque las corporaciones semilleras ya vieron enla producción de cultivos orgánicos un nego-cio lucrativo y en su afán de controlarlo tam-bién promueven un esquema de certificación

“Los esfuerzos por aislar cultivostransgénicos de otros cultivos, porseparación, son incapaces de prevenir lacontaminación, aun acompañados de seriasmedidas de refuerzo y procedimientos decontrol de calidad”.

de semillas. La regulación de las semillas or-gánicas impide la expansión de la diversidad,sostienen.

Con el propósito de proteger las semillasnativas crece también la propuesta de declararzonas y países libres de transgénicos.

El ministro peruano de Ambiente, Anto-nio Brack Egg, propuso en setiembre pasadoevaluar muy objetivamente la posibilidad dedeclarar a Perú como un país libre de transgé-nicos. Además, Brack dijo a medios locales queactualmente Perú exporta US$160 millones enproductos orgánicos que se pondrían en ries-go con el uso de transgénicos.

Las organizaciones defensoras de la sobe-ranía alimentaria también promueven el forta-lecimiento y la promoción de las ferias comu-nitarias de semillas, los mercados locales, laagricultura urbana y los intercambios de pro-ductos. También proponen apoyar las redes deconservación de semillas nativas en organiza-ciones indígenas.

— Greenpeace Internacional.

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Desde el 15 de agosto pasado gobierna en Paraguay elex obispo católico Fernando Lugo, quien al ganar laselecciones de abril logró romper con 61 años de hegemo-nía del conservador Partido Colorado. Son muchas lasexpectativas de cambio que el gobierno de Lugo ha sus-citado en el pueblo paraguayo, incluidas una reactiva-ción económica con equidad social y una reforma agrariaintegral.

El gobierno de Lugo también deberá definir unapolítica respecto al monocultivo de soja transgénica queexpulsa a los pequeños agricultores de sus tierras. Sobreeste tema versa la siguiente entrevista que Ramiro Es-cobar, colaborador de NOTICIAS ALIADAS, hizo aJosé Luis Casaccia, secretario del Ambiente delParaguay.

Los transgénicos están entrando en Améri-ca Latina. ¿Paraguay va a resistir esta ola ova a navegar en ella?

Paraguay es un caso emblemático. En laépoca de [la dictadura de Alfredo] Stroessner[1954-89] se dio muchos favores a la coloniza-ción, sobre todo a la que venía del Brasil. Huboun boom de la soja, y los agricultores, para mar-car su frontera agrícola, tumbaron buena partedel bosque. Los transgénicos en nuestro paísentraron de contrabando.

¿De qué dimensiones es el problema?Tenemos un 70% de transgénicos, no por-

que se haya decidido, sino porque las fronte-ras con Brasil son amplias y hoy estamos pa-gando un alto precio por la irrupción de lasoja. Somos el sexto productor mundial deeste cultivo, pero tenemos como contrapar-tida la huida de los campesinos a urbes o me-trópolis. Hay 2.6 millones de hectáreas desoja. Somos grandes exportadores [de soja],pero ¿dónde están las fábricas para procesarlao darle un valor agregado? Se exige muchacantidad de tierra, pero un mínimo de bra-zos-hombre. Está todo mecanizado. No que-da renta para el campo. Es un sistema perver-so en el cual el colono de origen brasileño, el‘brasiguayo’, es el gran sojero. Hoy estamoscon el tema de cobrar un impuesto y ellosestán ofreciendo resistencia.

¿Fue con los ‘brasiguayos’ que llegaron lostransgénicos a Paraguay?

Sí, prácticamente se introdujo la semilladesde el Brasil y hoy estamos viendo pobla-ciones enteras quejándose de los transgénicosy de los agroquímicos que se utilizan. El pro-ductor de soja piensa en ganar cada vez más, nole interesa lo que es la biodiversidad o el ser

humano. Ese es el choque que estamos tenien-do ahora.

¿Es una especie de choque cultural tam-bién?

El problema es que la soja no es algo que elcampesino cultive. La soja en 10 o 15 Ha no esmuy rentable que digamos. En 100 Ha para arri-ba sí lo es. Por eso, chocan dos modelos muydistintos: los grandes y medianos producto-res, con muchas hectáreas de tierra, y el pe-queño productor, para quien no es rentabledicho cultivo. Es un choque bastante grande.

¿Hay o habrá alguna política del Estado pa-raguayo para los transgénicos?

Eso se está analizando actualmente. La sojatransgénica se ha instalado y va a ser difícil sa-carla. La idea es limitarla y poner áreas. Ya noexpandir ese cultivo, que nos hace figurar en lalista de grandes productores, no obstante quela pobreza se acrecentó. Tenemos como unmillón y medio de compatriotas que están eníndices de pobreza por debajo de lo que esta-blecen las Naciones Unidas.

¿En qué consistirán las nuevas políticassobre el tema?

Tiene que haber una política para todos.No se trata de permitir que se instalen máscultivos transgénicos, sin que se sepa qué efectopueden tener sobre los humanos. Tenemos quehacer un estudio más profundo y hacer plani-ficación al respecto. Eso está a cargo del nuevogobierno. Una idea sería, en todo caso, indus-trializar la soja y que salga del país con valoragregado. No podemos ser solamente un paísexportador de materias primas y seguir pobrescomo siempre.

¿Una ola de transgénicos podría afectarcultivos propios de la biodiversidad para-guaya?

Según los científicos puede afectar. Con elcrecimiento de esa frontera agrícola y la apli-cación de los químicos puede haber efectosgrandes en la biodiversidad. Inclusive, en loscultivos orgánicos que limiten con la soja.Nosotros estamos trabajando para un ordena-miento territorial y vamos a limitar la presen-cia de la soja en algunos departamentos.

¿Eso implicaría algunas expropiaciones detierras?

No, no. Simplemente sacar una ley dicien-do que en tal departamento o comunidad está

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“El productor desoja piensa enganar cada vezmás, no leinteresa lo que esla biodiversidado el serhumano”.— José Luis Casaccia

PARAGUAYEntrevista con José Luis Casaccia, secretario del Ambiente de Paraguay

“La soja transgénica se ha instaladoy va a ser difícil sacarla”

5INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009noticiasaliadas

ARGENTINAAndrés Gaudin desde Buenos Aires

El azote de los transgénicos

permitido todo tipo de cultivos, menos la sojatransgénica. Hay que incentivar los cultivosorgánicos, que tienen mejor precio. Tenemosalgunos cultivos exitosos. El sésamo, por ejem-plo, por el cual hay un pedido a nivel mundialy a buen precio. Y se puede cultivar en pocashectáreas.

¿Qué harán frente a las grandes corpora-ciones que producen transgénicos?

Sabemos que las grandes corporacionesque se dedican a los productos o alimentos, engrandes cantidades, tienen sus intereses. Esta-blecen sus mecanismos y después hasta te quie-ren cobrar una especie de impuestos por usarla patente o la semilla. La idea es limitar todoeso. Sabemos que los transgénicos son pro-ductivos o comerciales para mucha gente, perono sabemos los efectos que puedan tener y creoque con la soja es suficiente.

¿Para ustedes es una cuestión de sobera-nía alimentaria?

Por supuesto. Uno de los planes es garan-tizar la soberanía alimentaria, sobre todo den-tro del rubro de productos que sean los másnaturales y orgánicos posible. Es la tendenciaque marcaremos.

Se dice que los transgénicos son una solu-ción para el problema de la alimentación.¿Qué piensa de eso?

No hay que ser simplistas. El transgénicoque se produce en nuestro país sirve para ali-mentar cerdos del Asia, por ejemplo. Tene-mos que buscar otras alternativas. La soja ennuestro país no ha respetado las reservas lega-les de bosque, ni los cauces hídricos. No harespetado las reglas establecidas para pobla-dos, escuelas. Estamos tratando de reencauzareso y vamos a exigir a los señores productoresde soja que recompongan el pasivo ambiental,que cumplan con las leyes. No hay una con-ciencia en el productor. Tenemos buenas le-yes, pero estamos saliendo de un periodo don-de campeó la corrupción. Estamos cambiandode mentalidad. Y ahora vamos a exigir el cum-plimiento de la ley a todos.

Soja transgénica generadegradación del suelo,concentración de la tierra ymigración campesina.

En un mundo que sigue demandandoproductos transgénicos, en especialsoja destinada al consumo animal, elbloque del Mercado Común del Sur

(MERCOSUR), con Argentina a la cabeza, seconsolidó como el mayor granero mundial,con una cosecha de 105 millones de toneladasde esta leguminosa (72% de las provisionesglobales) en el 2007, relegando a EEUU, hasta2006 el más grande entre los grandes provee-dores.

Aunque las organizaciones campesinas,aborígenes, de cooperativas familiares y gru-pos ambientalistas del Cono Sur advierten losriesgos que conlleva la agricultura del mono-cultivo sobre el empleo y la pobreza, la sobe-ranía alimentaria, la salud, el clima y la degra-dación de los suelos, los gobiernos de esta su-bregión impulsan los cultivos de transgénicos—organismos genéticamente modificados(OGM)— porque en el 2008 los impuestos alas exportaciones de soja, trigo, maíz y girasolles permitieron recaudar un total cercano a losUS$70 millardos.

La gran demanda mundial que llevó a la“sojización” de la Argentina se afianzó cuandosurgieron grandes consumidores, como Chi-na e India, y en coincidencia con la decisiónde varios gobiernos europeos que, para dete-ner la epidemia de la llamada “vaca loca” obli-garon, ya a principios de este siglo, a la elimi-nación de las harinas de hueso y vísceras ovi-nas de las raciones para aves, cerdos y vacunosy su reemplazo por la harina de soja, explicó elagrónomo argentino Jorge Rulli.

En los primeros cultivos de los años 60 delsiglo pasado, la soja tradicional no presentabaatractivos para los productores: no era reque-rida en el mercado mundial y su cotización erainferior a la del trigo y el maíz. A mediados delos 90, hizo irrupción la variedad transgénicapatentada mundialmente por la empresa esta-dunidense Monsanto. En Argentina, la multi-nacional la impuso “sensibilizando” a los pro-ductores con una oferta tentadora: semilla másherbicida a un precio menor al que pagabanpor cualquier otra semilla.

A esto se sumó un gran atractivo para losproductores: que las semillas transgénicas delas multinacionales son inmunes al glifosato yotros herbicidas patentados por ellas mismas,lo que llevó a la implantación de la ‘siembradirecta’, que no exige rotación de cultivos ydemanda muy escasa mano de obra, según ex-plica la investigadora argentina Reneé IsabelMengo en el artículo titulado “República Ar-

“El transgénico que se produce en nuestropaís sirve para alimentar cerdos del Asia”.

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 20096 noticiasaliadas

que genera: migración y pobreza, junto al de-terioro del medio ambiente.

Los expertos coinciden en que la siembradirecta demanda un uso obligado y crecientede herbicidas, lo que provoca la desertifica-ción biológica del suelo y la expulsión de lospobladores rurales hacia las áreas marginadasde las grandes ciudades, y como el cultivo seoptimiza cuando se realiza en megaextensio-nes, desemboca en un inevitable fenómeno deconcentración de la tierra en cada vez menosmanos.

“Es alto el precio a pagar. En la siembradirecta no hay laboreo, lo que pudo verse comouna práctica benéfica terminó mal: producecompactación de la tierra, acumulación de re-siduos orgánicos que no pueden ser minerali-zados, disminución de la temperatura del sue-lo, reducción del nivel de nitrógeno, altera-ciones en la microflora y la microfauna y des-trucción de la vida bacteriana —permite la pro-liferación de hongos que impiden la minerali-zación de materia orgánica—, destruyendo lafertilidad del suelo”, dice Mengo.

Distintos estudios oficiales llegan a reve-ladoras conclusiones:

• ocho de cada 10 desocupados del cintu-rón de pobreza de las tres más grandes ciuda-des argentinas —Buenos Aires, Córdoba yRosario— son campesinos desplazados por lasoja;

• con la desaparición del 24.5% de las ex-plotaciones agropecuarias —4 millones dehectáreas— entre el 2002 y el 2007, se produjoun agudo fenómeno de concentración de latierra en manos de inversores extranjeros ysociedades anónimas;

• la necesidad de ganar nuevas tierras parael cultivo de la soja ha hecho que en sólo cincoaños –entre el 2002 y el 2007– se talaran 1.1millones de hectáreas de bosque nativo, unpulmón natural destruido a un pavoroso pro-medio de 760 Ha cada día;

• por las mismas razones, la soja ha despla-zado a la ganadería de sus áreas históricas y elpaís, productor tradicional de carnes, vio caersu stock ganadero de 54 millones de cabezas amediados de los años 90 a menos de 44 millo-nes en la actualidad;

• la siembra directa lleva al uso desmesu-rado de herbicidas.

Respecto al uso de herbicidas, aunque nohay datos oficiales, Mengo estima en su in-vestigación que en este momento los suelosagrícolas deben de estar recibiendo no me-nos de 140 millones/año de litros de glifosa-to y una cantidad similar de otros herbicidasprohibidos en el mundo —atrazina, 2,4-DB,paraquat, imazetapyr—, usados para matar lasmalezas que se han vuelto resistentes al gli-fosato.

Cóctel tóxicoLa soja transgénica no está recomendada en

una dieta humana, según pruebas científicasrecopiladas por la Sociedad Argentina de Pe-diatría: inhibe la absorción de calcio, hierro,vitamina B-12 y zinc, y entre los problemasdetectados más preocupantes está la pubertadtemprana en las niñas, posiblemente vincula-da con los altos niveles de fitoestrógeno de laoleaginosa.

Estudios realizados en la universidad pú-blica de la norteña provincia argentina de For-mosa revelaron un pronunciado aumento dela incidencia de cáncer en poblaciones cerca-nas a los cultivos de soja fumigados con glifo-sato, así como la destrucción de la produc-ción ancestral de alimentos (animales y vege-tales) de la que dependen las comunidadesaborígenes de esa y otras provincias de la Re-gión Norte.

Las plantaciones de soja son invadidas porlo que se ha dado en llamar el “complejo deinsectos”, y para exterminarlo las empresasproductoras de OGM —las multinacionalesMonsanto, Syngenta, Basf, Cargill, Nidera,Bayer, Dow Chemical, Dupont y muchasmás— aconsejan el uso de grandes dosis deendosulfato y cipermetrepina, una mezcla le-tal para las abejas y los peces y muy tóxica paralas aves.

“Ese cóctel tóxico recomendado por elmonopolio sojero ha roto el equilibrio agrí-cola”, dice Rulli, quien explica que a causa deesa mezcla de cipermetrepina y endosulfato seregistra una verdadera catástrofe social y ali-mentaria por la reducción de produccionestradicionales (leche, trigo, miel y carne) y ladesaparición de otras (lentejas, maíz dulce, ar-vejas, zanahorias y distintas variedades de pa-pas y batatas).

Mengo hace una síntesis dantesca sobreel auge de los transgénicos: “El ecosistema esafectado por este sistema de contaminación:las gaviotas y otras aves desaparecen por lafalta de roturación de la tierra y las liebresmueren por envenenamiento, las perdices po-nen huevos estériles, las lombrices que oxi-genan la tierra se mueren, hay áreas donde lospájaros ya desaparecieron, junto con los cui-ses y las mariposas. El hombre que vivía de lamiel que le daban sus abejas ya no está dondesiempre, porque sus abejas murieron oemigraron”.

Los expertos coinciden en que la siembradirecta [de transgénicos] demanda un usoobligado y creciente de herbicidas.

gentina: Impacto social, ambiental y produc-tivo de la expansión sojera”, publicado en fe-brero del 2008 en Ecoportal.

Los impulsores del sistema destacan comouna de sus supuestas virtudes el que para susiembra no es necesario remover el suelo sinoarrastrar una sembradora provista de peque-ños abresurcos por los que cae la semilla. Enefecto, se siembra sobre los rastrojos de la co-secha anterior —porosos y volátiles en el casode la soja— y se echa abundante herbicida por-que los OGM son aptos para ello.

Drama socialPero los impulsores de la agricultura trans-

génica no se preocupan por el drama social

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009 7

Gobierno de Lula promueveorganismos genéticamentemodificados, pese aoposición social.

Brasil tiene ya una de las mayores áreassembradas con organismos genética-mente modificados (OGM), los lla-mados transgénicos. El principal

avance de los transgénicos ha ocurrido duran-te el gobierno del presidente Luiz Inácio Lulada Silva, a pesar de la creciente oposición a losOGM en la sociedad brasileña.

El área sembrada con transgénicos en Bra-sil era de 15 millones de hectáreas en el 2007, yla perspectiva para fines del 2008 es de unaampliación, lo que debe llevar al país al segun-do lugar en el ranking mundial de área sem-brada, que hasta el 2007 pertenecía a Argentina,según la organización sin fines de lucro Servi-cio Internacional para la Adquisición de Apli-caciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, por sussiglas en inglés).

El primer lugar en el ranking mundial si-gue siendo de EEUU, con 57.7 millones dehectáreas en el 2007, esto es, casi la mitad detodo el espacio sembrado con transgénicos entodo el planeta.

Entre el 2006 y el 2007, el crecimiento delárea sembrada con OGM en Brasil fue, sinembargo, mayor que en EEUU. En Brasil sesembraron 3.5 millones de nuevas hectáreasde OGM, equivalentes a un avance de 30% delárea sembrada, contra un aumento de 3.1 mi-llones de hectáreas en EEUU. El incrementode estos cultivos en Brasil, en términos pro-porcionales, fue inferior en el periodo sólo alverificado en la India, donde el área sembradacon transgénicos aumentó de 3.8 millones a6.2 millones de hectáreas, o 63% de aumento,según el ISAAA.

Transgénicos liberadosEl avance de los cultivos transgénicos en

Brasil se produce de forma exponencial enel gobierno de Lula, en que tiene lugar elmayor número de liberaciones de comer-cialización de OGM en el país. La primeraliberación de comercialización fue de sojatransgénica de la transnacional Monsanto, ensetiembre de 1998, todavía en el gobiernodel presidente Fernando Henrique Cardoso(1994-2002). Las demás liberaciones tuvie-ron lugar principalmente durante el gobier-no de Lula, su sucesor, cuando la ComisiónTécnica Nacional de Bioseguridad (CTN-Bio) recibió más poder.

La CTNBio fue el escenario de fuerteoposición a la liberación de nuevos productostransgénicos durante el periodo (2003-2008)

noticiasaliadas

en que la senadora Marina Silva fue ministradel Medio Ambiente. Los representantes delMinisterio del Medio Ambiente en la CTN-Bio, con el apoyo de la ministra, generalmentese oponían a la liberación de OGM, pero laCTNBio ha pasado por sucesivas reformula-ciones y ha aumentado el número de aproba-ciones de nuevos productos transgénicos. So-lamente en el 2008 se registraron siete de las 12licencias para la comercialización de OGM yaconcedidas por la CTNBio en 10 años de acti-vidad.

“La CTNBio ha liberado transgénicos deuna manera preocupante para la salud de lapoblación y el medio ambiente de Brasil”, pro-testa el biólogo Mohamed Habib, prorrectorde Extensión y Asuntos Comunitarios de laUniversidad Estadual de Campinas y una delas voces más críticas de la liberación de OGMen el país.

La primera modificación en la CTNBiotuvo lugar en marzo del 2007, cuando se san-cionó el proyecto que redujo de 18 a 14 elquórum para las reuniones de la Comisiónreferidas a la liberación comercial de trans-génicos.

En octubre del 2007, la Agencia Nacionalde Vigilancia Sanitaria (ANVISA) y el Institu-to Brasileño de Medio Ambiente y RecursosRenovables (IBAMA), órgano ligado al Mi-nisterio del Medio Ambiente, presentaron alConsejo Nacional de Bioseguridad —confor-mado por ministros— un recurso contrario ala liberación comercial de la variedad de maíztransgénico MON 810.

En su recurso contra la aprobación del maíztransgénico MON 810, IBAMA había señala-do, entre otros argumentos, que “en EEUU,España, Argentina y en otros países donde huboliberación para uso comercial de maíz trans-génico se produjo la contaminación de varie-dades convencionales por los transgénicos, conla generación de conflictos sociales y proble-mas comerciales. La falta de segregación, deidentificación y de procedimientos efectivoslleva a la contaminación de variedades con-vencionales y criollas por las variedades trans-génicas”.

En febrero del 2008 el Consejo de Biose-guridad discutió y votó sobre este recurso,confirmando la liberación de esa variedad demaíz transgénico.

Riesgos a la biodiversidad y la saludSegún la organización Asesoría y Servicios

a Proyectos en Agricultura Alternativa (AS-PTA), la variedad de maíz MON 810 presentauna lista de “10 problemas”, entre ellos el he-cho de que “no se hicieron los estudios am-bientales para identificar y caracterizar los po-sibles riesgos ambientales de esta liberacióncomercial en los ecosistemas brasileños”.

En tal sentido, el biólogo Habib considera

“La falta desegregación, deidentificacióny deprocedimientosefectivos llevaa lacontaminaciónde variedadesconvencionales ycriollas por lasvariedadestransgénicas”.—IBAMA

BRASILJosé Pedro Martins desde São Paulo

Explosivo avance de transgénicos

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 20098 noticiasaliadas

que el gobierno brasileño y la CTNBio noestán siguiendo el principio de precaución,defendido por científicos y ambientalistas detodo el mundo.

“El camino que se está siguiendo es equi-vocado y peligroso, tal como sucedió con losagrotóxicos que fueron señalados como solu-ción para la agricultura y, hoy, son reconocida-mente nocivos. Y el uso de agrotóxicos inclu-sive está aumentando con el uso de transgéni-cos, al contrario de lo que sus defensores afir-man”, complementa Habib.

Según datos de IBAMA, entre el 2000 y el2004 el consumo de glifosato —ingredienteactivo del agrotóxico aplicado en la soja trans-génica— aumentó 95% en Brasil, mientras queel área sembrada de soja en el periodo creció71%. En el estado de Rio Grande do Sul, don-de se encuentra la mayor extensión sembradacon soja transgénica, el consumo de glifosatoaumentó 162%, y el área sembrada, 38%.

El 13 de mayo del 2008 la senadora Silvadejó el Ministerio del Medio Ambiente, y fue-ron inmediatas las interpretaciones de que susalida estaba relacionada con la serie de frentesde disputa de que había participado dentro delgobierno de Lula, entre ellas la contraria a laliberación de transgénicos.

El mismo día en que la ex ministra estabadejando el cargo, el gobierno de Lula estabasiendo denunciado en Bonn, Alemania, durantela cuarta reunión de las partes del Protocolode Cartagena, por seis organizaciones de lasociedad civil brasileña. Un documento fir-mado por Greenpeace, AS-PTA, Tierra deDerechos, Asociación de Agricultura Orgáni-ca (AAO), Instituto Brasileño de Defensa delConsumidor (IDEC) y Asociación Nacionalde Pequeños Agricultores (ANPA) sostenía queel gobierno de Lula no estaba implementando

medidas para evitar riesgos a la biodiversidady la salud humana en Brasil, al no exigir estu-dios relacionados al impacto del maíz transgé-nico en el medio ambiente y la salud de la po-blación del país.

Al mes siguiente de la salida de la ex minis-tra Silva, en junio del 2008, el Consejo de Bio-seguridad se volvió a reunir, para discutir unnuevo recurso contrario a la liberación de unanueva variedad de maíz transgénico. Fue enesa reunión que se decidió que a partir de aquelmomento la CTNBio tendría poder total paraevaluar los requisitos técnicos relacionadoscon la posible liberación de nuevos productostransgénicos. En seguida aprobaron la libera-ción del algodón LibertyLink de Bayer CropS-cience y el maíz de Syngenta y de Monsanto,todos transgénicos.

El sector favorable a los transgénicos tam-bién tiene sus defensores en el Congreso Na-cional brasileño.

El 16 de octubre del 2008, justamente cuan-do se recordaba el Día Mundial de Alimenta-ción, el diputado Luis Carlos Heinze presen-tó al Parlamento un proyecto que alteraría lasactuales reglas de rotulado de alimentos gené-ticamente modificados en Brasil.

El decreto 4.680/03 estipula que todos losproductos con más de 1% de materia primagenéticamente modificada deben indicar lainformación en el rótulo. Un símbolo T enmedio de un triángulo amarillo es la indica-ción de la presencia de componente transgé-nico.

Según el proyecto de Heinze, el símbolosería eliminado, entre otros cambios en la Leyde Rotulado propuestos por el diputado, quees del estado de Rio Grande do Sul, donde seencuentra la mayor área sembrada con sojatransgénica en Brasil.

BRASIL

Por justicia socialy ecológicaObispos preocupados por situación depequeños y medianos agriculores.

A pesar del parecer contrario de varios sectores de lasociedad civil y del propio gobierno, la liberación ysembrado de transgénicos prosigue a ritmo acele-

rado en Brasil.Con esto, sin embargo, el gobierno de Luiz Inácio Lula

da Silva está sufriendo muchas críticas, inclusive de sec-tores que históricamente han sido afines con la trayectoriadel presidente y del Partido de los Trabajadores, como laIglesia Católica.

Ya en mayo del 2003, año en el que asumió Lula, losobispos acompañantes de la Comisión Pastoral de la Tie-rra (CPT), habían presentado una “Declaración sobre lostransgénicos”, afirmando entre otros puntos que la libera-ción de OGM era contraria a los principios de la “no malefi-cencia”, la “justicia social”, la “justicia ecológica” y la “pre-

caución”. Los obispos estaban particularmente preocupa-dos con la situación de los pequeños y medianos agricul-tores brasileños que estaban amenazados por el “inexora-ble monopolio mundial de la producción y comercializa-ción de semillas [de transgénicos], que pasan por el domi-nio de un pequeño grupo de gigantescas y poderosas em-presas transnacionales”.

Pasados casi seis años de esa declaración, y ya con-tabilizadas varias liberaciones de nuevos productos trans-génicos y su respectivo sembrado en varias áreas de Bra-sil, los obispos firmantes del documento se muestranmás preocupados todavía. Es el caso de Mons. Pedro Ca-saldáliga, obispo emérito de São Félix do Araguaia, estadode Mato Grosso.

“El gobierno de Lula está siguiendo la misma cartillaneoliberal, pues los transgénicos están ligados a la ex-pansión del monocultivo y del agronegocio, que es el nue-vo nombre del latifundio”, dice Mons. Casaldáliga, uno delos mayores nombres de la teología de la liberación enAmérica Latina. “Hay esperanza en los movimientos por lareforma agraria, en las ONG que luchan por la vida y portanto contra los transgénicos”, señala.

Para Mons. Casaldáliga, el Foro Social Mundial de laAmazonia, a realizarse a fines de enero del 2009, será unnuevo momento para fortalecer “la conciencia planetariade la defensa de la vida, y la lucha contra los transgénicosestá inserta en este contexto”. —José Pedro Martins.

“El camino quese está siguiendoes peligroso,como sucediócon losagrotóxicos quefueron señaladoscomo solución yhoy sonreconocidamentenocivos”.— Mohamed Habib

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009 9noticiasaliadas

Importación,comercialización y siembraexperimental de maíztransgénico amenazandiversidad genética de estegrano.

Los posibles efectos del maíz trans-génico en las variedades criollas dela planta viene siendo motivo demuchos años de debate en México.

En el país existen 59 especies diferentesde maíz. Este grano tiene importantes valo-res culturales, simbólicos y espirituales parala mayoría de los mexicanos, por lo que lapercepción del riesgo del maíz transgénicose expresa en los términos de que la entradaal país de maíz transgénico sentará un durogolpe para el campo mexicano y su biodi-versidad.

“Resulta especialmente preocupante nosólo debido a la importancia sociocultural yeconómica de la agricultura tradicional delmaíz en México”, sino también porque estepaís “es uno de los centros de origen del maízy perder una variedad del grano en Méxicosignifica perderla en todo el planeta”, afirmala investigación titulada Maize and biodiver-sity: The effects of Transgenic Maize in Mexi-co (Maíz y biodiversidad: Efectos del maíztransgénico en México), efectuada en el 2004por la Comisión para la Cooperación Am-biental de América del Norte (CCA), inte-grado por México, EEUU y Canadá desde1994.

El gobierno mexicano ha auspiciado inves-tigaciones sobre este tema pero sus resultadosse han difundido vagamente. No obstante,otros estudios muestran que los transgenes sehan introducido en algunas variedades tradi-cionales de maíz en México.

Siembras experimentalesLos casos comenzaron a documentarse en

noviembre del 2001, cuando la revista Naturepublicó el hallazgo de contaminación trans-génica de variedades nativas de maíz en el es-tado de Oaxaca. Esta fue la primera informa-ción sobre la existencia de siembras experi-mentales de maíz transgénico sin monitoreoni regulación, las cuales no están permitidasen México, de acuerdo con el artículo 69 dela Ley de Bioseguridad de Organismos Ge-néticamente Modificados, aprobada en el2005, que establece los mecanismos para el

de los Órganos Genéticamente Modificados(CIBIOGEM), denunció que hay casos de em-presas trasnacionales como Pioneer, DuPonty Monsanto, entre otras asentadas en el sur deEEUU, dedicadas a la venta de maíz transgéni-co que lo distribuyen a los productores de Si-naloa, estado exportador de productos agríco-las en el norte de México.

El informe de la CCA calcula que con baseen la proporción de maíz transgénico que secultiva en EEUU, las importaciones mexica-nas de maíz estadunidense son transgénicasen una proporción de 25% a 30%. Explica quelas dos variedades de maíz transgénico pro-cedentes de aquel país poseen dos rasgos ge-néticamente modificados: 1) transgenes Btpara la resistencia a ciertas larvas de insectos,

En México existen 59 especies diferentes de maíz.

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Sigue en la pág. 12 >

MÉXICOKaren Trejo desde Ciudad de México

Maíz criollo en peligrootorgamiento y la revisión de los permisosde siembra.

De acuerdo con el monitoreo realizadohasta febrero del 2007 por la organización am-bientalista Greenpeace en México, hay pre-sencia de maíz transgénico en campos de co-munidades rurales de Michoacán, Sinaloa,Distrito Federal, Tamaulipas y Chihuahua.

En Michoacán, que es considerado el co-razón agrícola del centro del país por la purezade las especies de granos básicos que ahí secultivan, es probable que en casos particulareslas semillas hayan sido enviadas por las fami-lias migrantes que están en EEUU y sembra-das en sus comunidades por desconocimien-to, dice Roberto Duarte, integrante de la So-ciedad Productora Rural del Lerma

Sin embargo, Alejandro Espinoza, coordi-nador del Consejo Consultivo Científico dela Comisión Intersecretarial de Bioseguridad

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 20091 0 noticiasaliadas

Semillas, garantía deSemillas, garantía deSemillas, garantía deSemillas, garantía deSemillas, garantía desoberanía alimentariasoberanía alimentariasoberanía alimentariasoberanía alimentariasoberanía alimentariaLa soberanía alimentaria es el derecho quetienen todo los pueblos a una alimentaciónsana y nutritiva, adecuadaculturalmente a sus gustosy necesidades. Ello invo-lucra el derecho de cadapueblo de controlar y de-cidir soberanamente so-bre sus fuentes de alimen-tación, siendo el controlsobre las semillas uncomponente básico, aligual que el control de latierra y al agua.

La soberanía alimenta-ria plantea la necesidad deasegurar la satisfacción de la demanda de ali-mentos interna con producción nacional yresalta el papel protagónico de los campesi-nos en la producción de alimentos.

Semillas,patrimonio comúnde la humanidad

Países latinoamericanos productores de transgénicos(2007)

Lugar* País Millones Ha Cultivos2º Argentina 19.1 Soja, maíz, algodón3º Brasil 15.0 Soja, algodón7º Paraguay 2.6 Soja9º Uruguay 0.5 Soja, maíz

13º México 0.1 Soja, algodón

Colombia, Chile y Honduras ocupan los lugares 14º, 15º y 17ºentre los mayores productores de transgénicos en el mundocon menos de 50,000 Ha destinadas al cultivo de algodón, cla-vel y maíz.* En el mundoFuente: ISAA

TécnicaTécnicaTécnicaTécnicaTécnicade mejode mejode mejode mejode mejoLas culturas aupaíses han jugasión de la diverseleccionado almejorado otrascultivos a micrnera natural.

La obtenció

do producto. PNicaragua hancando el mejorarroz.

¿Qué es un transgénico?¿Qué es un transgénico?¿Qué es un transgénico?¿Qué es un transgénico?¿Qué es un transgénico?Un transgénico u organismo modificado genéticamente(OMG) es un organismo vivo que ha sido creado artificialmentemanipulando sus genes. Para ello, la ingeniería genética aísla seg-mentos del material genético de un ser vivo (bacterias, virus, in-sectos animales e incluso seres humanos) para introducirlos aotro para transferir un rasgo o carácter deseado. Así, hay maíces ytomates con genes de bacterias y bananas con genes de virus, en-tre otros.

Guardianes de semillasGuardianes de semillasGuardianes de semillasGuardianes de semillasGuardianes de semillasFamilias indígenas y campesinas ancestralmente han cus-todiado y protegido las semillas, de ahí que reclamen el

derecho a usar, escoger,almacenar e intercambiarlibremente semillas y es-pecies, porque son partede su identidad y cultura.Son las mujeres campesi-nas las encargadas en cadacosecha de guardar, lim-piar y proteger la semillanativa para la próximasiembra.

La ciencia y la técnica sí pueden servicio de productores y consum

Variedades de papaen Perú

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Guardianas de las semillas

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Creceresistencia atransgénicos

1 1INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009noticiasaliadas

Sitios web de interésBiodiversidad en América Latina y el Caribehttp://www.biodiversidadla.org/Red por una América Latina Libre de Transgénicoshttp://www.rallt.org/Ecoportal.nethttp://transgenicos.ecoportal.net/Portal Combat-Monsanto.orghttp://www.combat-monsanto.es/

¿Qué hacer en defensa¿Qué hacer en defensa¿Qué hacer en defensa¿Qué hacer en defensa¿Qué hacer en defensade la semilla nativa?de la semilla nativa?de la semilla nativa?de la semilla nativa?de la semilla nativa?• Apoyar una agricultura de pequeña escala, di-versificada, centrada en las personas,los mercados locales y modos de vidasaludables, usando menos energía ymenos dependencia de recursos ex-ternos.• Fortalecer la producción y selec-ción local de semillas nativas.• Apoyar las redes de conservación desemillas nativas en organizaciones in-dígenas.• Promover ferias comunitarias desemillas locales y el intercambio deproductos.• Promover la producción orgánicade cultivos.• Recuperar nuestros cultivos tradicionales entrelos campesinos e indígenas.

TTTTTransgénicos:ransgénicos:ransgénicos:ransgénicos:ransgénicos:Semillas deSemillas deSemillas deSemillas deSemillas demuertemuertemuertemuertemuerte• Aumentan la expulsiónde campesinos y campesi-nas del campo ya que re-quieren poca mano deobra• Estimulan los monocul-tivos que eliminan la biodiversidad y generaconcentración de la propiedad de la tierra• Aumentan el uso de agrotóxicos altamentevenenosos para la salud humana y animal• Aumentan la contaminación de todos losrecursos naturales• Intensifican la deforestación

as tradicionalesas tradicionalesas tradicionalesas tradicionalesas tradicionalesora vegetalora vegetalora vegetalora vegetalora vegetalutóctonas ancestrales de nuestrosado un rol importante en la expan-rsidad genética. En ese proceso hanlgunas variedades productivas y hans menos eficientes, adaptando susroambientes específicos de una ma-

ón de variedades productivas la hanhecho a través de la se-lección de multitud derasgos genéticos que yaexistían dentro de lavariedad genética deuna especie dada.

Fitomejoramientoparticipativo es una es-trategia donde los dife-rentes actores de la ca-dena productiva (fito-mejoradores, agriculto-res, técnicos) trabajanjuntos en el proceso dedesarrollo de las varie-dades de un determina-

Países como Guatemala, Honduras y desarrollado esta experiencia abar-

ramiento de frijol, maíz, sorgo y

AMÉRICA LATINACultivo de soja

% producción total

País Es transgénica Para exportaciónArgentina casi 100 92Paraguay + de 80 65Brasil + 30 72

Fuente: Amigos de la Tierra

Aumento de ganancias detres mayores semilleras

1º Monsanto* 44%2º Dupont* 19%3º Syngenta** 28%

* En 2007 respecto al 2006** En el primer trimestre 2008Fuente: GRAIN

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n estar alumidores.

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La biodiversidad sirve a laseguridad alimentaria.

La investigación alservicio del lucro.

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 20091 2 noticiasaliadas

y 2) otros transgenes para la resistencia a cier-tos herbicidas.

Grave advertenciaEl estudio de la CCA establece que “hasta

ahora no hay evidencia alguna de que la intro-gresión de los rasgos de las actuales variedadesde maíz GM entrañe daños significativos parala salud o el medio ambiente en Canadá, EEUUo México. Sin embargo, esta cuestión no se haestudiado en el contexto de los ecosistemasmexicanos”.

Y lanza una alerta: “Los efectos en la diver-sidad genética del maíz mexicano podrían te-ner repercusiones directas en la diversidad del

mento no toma en cuenta un marco de biose-guridad para la siembra de maíz transgénicoen México, por lo que “los pasos para la libe-ración de ese grano aún no están concluidos”,afirma en entrevista telefónica Aleida Lara,coordinadora de la Campaña de AgriculturaSustentable y Transgénicos de GreenpeaceMéxico.

En un comunicado conjunto esas organi-zaciones afirmaron que “el gobierno federalpretende aprobar la siembra de transgénicospasando por encima de la ley, ya que no se haestablecido un principio precautorio para pro-teger a los maíces criollos”, de acuerdo con loestablecido en el artículo 2, fracción II, de laLey de Bioseguridad de Organismos Genéti-camente Modificados.

Esta norma refiere la necesidad de “definirlos principios y la política nacional en materiade bioseguridad de los OGMs y los instru-mentos para su aplicación”.

Por su parte, la organización Semillas de laVida argumenta en su campaña de cartas públi-cas que “la salud de las familias mexicanas, elderecho de los pueblos a conservar la autono-mía sobre el libre uso de las semillas de suscosechas y 5,000 años de desarrollo de Méxicosustentado en el maíz, son razones suficientespara actuar con prudencia”.

Semillas de la Vida exige la moratoria a lasiembra experimental de maíz transgénico enMéxico, establecida en el 2001 por la CCA,además del cumplimiento irrestricto a la Leyde Bioseguridad de Organismos Genética-mente Modificados.

Aunado a la operación de corporacionestrasnacionales y a la falta de consensos políti-cos para salvaguardar, por un lado, la riquezagenética de las semillas criollas y, por el otro,la seguridad de campesinos y consumidores,un tercer factor que alienta la producción demaíz con transgenes fue la inclusión de Méxi-co hace 14 años en el Tratado de Libre Co-mercio de América del Norte (TLCAN), afir-ma Greenpeace en su recuento de casos decontaminación de cultivos de maíz transgé-nico en México, publicado el 28 de febrerodel 2007.

La alternativaCon base en sus normas de protección am-

biental, la CCA recomendó a los tres países ensu informe del 2004 mantener y fortalecer lamoratoria a la siembra comercial sin regula-ción de maíz transgénico en México, así comoreducir y monitorear las importaciones de esteproducto, hasta que no se compruebe en in-vestigaciones los efectos a la salud y al medioambiente.

También en el mismo informe se ha pro-puesto que las empresas etiqueten los produc-tos con una leyenda que anuncie su origentransgénico para que el consumidor ejerza elderecho de elegir lo que se come; además deque se difunda mayor información por mediode “Programas educativos dirigidos a los cam-pesinos para que no siembren semillas quepuedan contener transgénicos y no plantenninguna semilla traída de EEUU o de otrospaíses donde se cultiva maíz GM”.

Lamentablemente esto no ocurre de formacontundente en México.

> Viene de la pág. 9

“Los efectos en ladiversidad genética delmaíz mexicano podríantener repercusiones directasen toda América del Nortey el resto del mundo”.— CCA

maíz y los ecosistemas en toda América delNorte y el resto del mundo. Más aún, los ge-nes contaminantes sin duda tendrán mayoresimpactos en la diversidad biológica de Méxi-co. Uno de los posibles genes contaminantesexpresa un plaguicida —la toxina Bt— que sesabe produce efectos en otros organismos apar-te de las plagas objetivo que suelen encontrar-se en EEUU”.

Hasta febrero del 2007, los datos recabadosen el monitoreo de la organización ambienta-lista Greenpeace en México, apuntan hacia laexistencia de transgenes nptII y Cry1Ab encampos de cultivo de Sinaloa; así como deEPSPS, Cry1Ab y Cry9C, en el Distrito Fede-ral, sin que se refieran sus posibles consecuen-cias.

El debateLa Ley de Bioseguridad de Organismos

Genéticamente Modificados se encarga de re-gular y monitorear la liberación experimentalcon fines de investigación, y la comercializa-ción, importación y exportación de organis-mos genéticamente modificados.

Después de 3 años de su aprobación, enmarzo del 2008 se publicó el reglamento dedicha ley en el Diario Oficial de la Federa-ción, sin el aval del Consejo del CIBIOGEM,denunció Espinoza.

En respuesta, grupos ambientalistas comoGreenpeace y el Grupo de Estudios Ambien-tales ya planean interponer una controversiaconstitucional en contra de ese reglamento.El principal argumento es que dicho regla-

1 3INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009noticiasaliadas

Mujeres y hombrescampesinos promuevencultivos agroecológicos yconservación de semillasancestrales.

Frente al avance de la producción de cultivos transgénicos y monocultivos,mujeres y hombres campesinos estándando la pelea en Chile para preservar la

biodiversidad genética y las semillas ancestrales.Con diversas iniciativas de protección de

la herencia biológica, los campesinos se hanlevantado para evitar que desaparezcan o secontaminen los cultivos tradicionales.

Si bien Chile no es un país que se recono-ce internacionalmente como productor de sojao maíz transgénico, lo cierto es que, desde es-tas latitudes, se están produciendo semillastransgénicas que son exportadas al mundo.

¿Un semillero transgénico mundial?La historia de la producción de transgéni-

cos en Chile no es reciente. En 1992 se permi-tió la internación de material transgénico en elpaís, a través de una normativa del ServicioAgrícola Ganadero (SAG), la cual permite cul-tivos transgénicos para multiplicación de se-millas para exportación, para realizar pruebasde campo u otro propósito. Así lo indica Ma-ría Isabel Manzur, experta en transgénicos dela Fundación Sociedades Sustentables, quienrealizó un informe sobre la situación de lostransgénicos en Chile y en el mundo.

A partir de esta investigación se confirmóque “Chile produce semillas transgénicas decontraestación para surtir el mercado deEEUU y Europa, y las compañías involucra-das son en su mayoría transnacionales”.

Según cifras del SAG, en el 2000 existíanen Chile más de 8,000 Ha de cultivos transgé-nicos, de las cuales un 95% se destinaba a cul-tivos de maíz transgénico y el 2% a soja trans-génica.

Si bien la producción de semillas transgé-nicas a primera vista no genera mayor daño a labiodiversidad, lo cierto es que la contamina-ción por la polinización es una realidad.

“Desde 1994 se levantó la cuarentena debioseguridad para maíz y soja. El levantamien-to de esta cuarentena significa que sólo se guar-dan las distancias de semilleros para impedirsu contaminación por otros cultivos cercanos,pero no se les exige guardar distancia ni adop-tar medidas tendientes a evitar la contamina-ción del semillero hacia otros cultivos y male-

zas cercanas”, indica Manzur.Existe poca información científica sobre

los impactos ambientales de los cultivos trans-génicos, a pesar de que los sectores campesi-nos los tienen plenamente identificados. Sinembargo, una investigación del Instituto Na-cional de Investigación Agropecuaria indicaque dichos cultivos podrían contaminar 23formas raciales prehispánicas de maíz, siete delas cuales están amenazadas por extinción.

Campaña de la SemillaA pesar de este panorama, la rica herencia

genética de la biodiversidad chilena está sien-do protegida por quienes tradicionalmente lahan trabajado con respeto y dedicación: las mu-jeres y hombres campesinos.

Desde el año 2002 la Asociación Nacionalde Mujeres Rurales e Indígenas de Chile(ANAMURI) viene desarrollando la Campa-ña de la Semilla, la que durante todos estosaños ha logrado traducirse en diversas accio-nes, como semilleros campesinos, intercam-bios de semillas y ferias de la biodiversidad.

Francisca Rodríguez, directora de ANA-MURI a cargo de esa campaña, explica que lagente ha entendido el mensaje, de modo quelas semillas se convirtieron nuevamente en uninterés muy grande de las mujeres, y en unapasión de muchos.

“Recuperar semillas es una batalla políticade gran significación e importancia. Esta es unaacción silenciosa, local, que se hace todos losdías. Esta no es una campaña con bombos yplatillos; por el contrario, es una campaña si-lenciosa que se hace con amor, en una luchaque se lleva a cabo día a día, que se hace con

Productoras de cultivos agroecológicos rescatan yprotegen semillas ancestrales.

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CHILERocío Alorda desde Santiago

Semillas autóctonas,defensa de biodiversidad

“Recuperarsemillas es unabatalla políticade gransignificación eimportancia”.— Francisca Rodríguez

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009 noticiasaliadas1 4

convicción, con sentimientos y con muchaconciencia”, explica la dirigenta.

Las semillas, que representan la vida parael mundo campesino, está siendo resguarda-da por campesinos como Carlos Opazo, di-rigente y curador, quien ha dedicado los últi-mos 14 años a recuperar semillas para prote-ger la biodiversidad amenazada por los trans-génicos. Así comenzó su búsqueda de semi-llas criollas y porotos, llevando a tener hoy85 variedades de porotos o frijoles y 40 varie-dades de maíz.

“La protección y defensa genética de losproductos alimenticios, de plantas y vegeta-les, traducida en la protección de las semi-llas, es una actividad de por vida, particular-mente de mujeres indígenas y de campesi-nos, quienes siempre hemos realizado estaactividad”, señala Opazo.

Las y los curadores protegen la genéticanativa rechazando las producciones híbridas,ya que “esas semillas intervenidas generan uncontrol desde las grandes empresas, obligan-do a que los campesinos años tras años ten-gan que comprar nuevas semillas para poderproducir”. Además de proteger a las semillas,los y las curadoras han levantado su voz paradenunciar los efectos de los transgénicos.

CHILE/TESTIMONIORocío Alorda desde Santiago

“Mientras en más manosestén, más protegidasestán las semillas”

“La principal consecuencia de los transgé-nicos es la dependencia de la producción ymantención de políticas agrarias que no sondictaminadas desde el país, sino que vienendictadas por el mercado a nivel mundial a tra-vés de instrumentos como la OrganizaciónMundial del Comercio que está dirigida a pro-ducir a grandes volúmenes y a alta velocidad.Además, la producción transgénica produce unencadenamiento perverso, porque vamos per-diendo soberanía alimentaria, cuando todo logenera el mercado”, señala Opazo.

Rol protagónico de mujeres campesinasLas mujeres del campo siempre han teni-

do una labor importante en la defensa de lastradiciones campesinas, lo que ha permitidoque no se pierdan esos conocimientos ances-trales. Es por esto que son ellas quienes hanasumido un rol protagónico en la defensa de labiodiversidad genética.

Jacqueline Arriagada, dirigenta social de lacomuna de Quillón —región del Bío Bío—ha desarrollado una importante labor en la de-fensa de la soberanía alimentaria y en la pro-tección de semillas ancestrales.

“Como organizaciones de mujeres ruralesestamos en proceso de formación en el tema

Francisca Rodríguez,directora de la Aso-ciación Nacional de

Mujeres Rurales e Indíge-nas de Chile (ANAMURI),es responsable de la“Campaña de la Semilla”que desde hace seis añosse realiza en este paíssudamericano y que estásirviendo para revalorizarlas semillas autóctonas.

“Yo diría que lo que seha hecho históricamenteen el campo son técnicaspara desarrollar la tierra.Porque antes no había ne-cesidad de proteger las se-millas, había la necesidadde multiplicarlas, de desa-rrollarlas, de mejorarlas,de poder adaptarlas a cli-mas y suelos diferentes.

“Entonces era un pro-ceso que siempre iba ha-cia delante en evolución yeran retos cotidianos y

eran satisfacciones inme-diatas porque ibas viendocómo, producto de la prácti-ca diaria, se iba mejorandola calidad de tu producto.

“Esta gran expansión devariedades de semillas, esuna cosa maravillosa, fueresolviendo la necesidad dealimentar al mundo, en lamedida en que el mundo seiba desarrollando. Sin em-bargo, se descubre que unode los negocios más renta-bles es la alimentación, en-tonces empieza a mirarsehacia el campo, hacia el de-sarrollo de la naturaleza, yempieza una apropiación.

“Así, comienzan a llegarlos biopiratas, quienes pri-mero vienen como amigos,a alabar lo que hacemos, aconocer nuestra cultura, yno son más que los piratasmodernos que han llegadopara llevarse nuestras semi-llas y robarnos nuestras

y nosotras frente a esto? Eslevantar resistencia, y levan-tar resistencia es saber quetenemos que defender yproteger la naturaleza,cuando antes lo que hacía-mos era desarrollar la natu-raleza para su multiplica-

ción. Hoy está la necesi-dad imperiosa de proteger-la, de cuidarla y de repro-ducirla para las nuevas ge-neraciones y hacer con-ciencia a partir de esto.

“Pero la reproducciónes un proceso lento, nocomo la multiplicación quees rápida. La reproducciónes a pequeña escala, eslenta, es como tener enuna sala de recuperación aun enfermo, es buscar lassemillas donde están paraprotegerlas y seguir repro-duciendo, hasta que se tie-ne una cantidad que tepermite compartirlas paraque otros sigan haciendolo mismo que hiciste tú, detal manera, porque mien-tras en más manos estén,más protegidas están lassemillas.

“Esa es la diferencia,ellos —las grandes empre-sas— tienen retenidas lassemillas para venderlas ypara convertirlas en un ne-gocio, en cambio nosotroslas protegemos para com-partirlas y para que ojalátodo el mundo las tuviera,porque si todo el mundolas tuviera en sus huertas,aunque ellos sigan paten-tando, las semillas estánsalvadas”.

“Ellos —lasgrandesempresas—tienen retenidaslas semillas paravenderlas, encambio nosotroslas protegemosparacompartirlas”.— Francisca Rodríguez

plantas, para ponerlas pri-sioneras en los laboratoriosdel mal, para transformarlasy esterilizarlas y para impe-dir su reproducción por sísolas.

“Entonces ¿qué es loque hemos hecho nosotros

1 5INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009noticiasaliadas

de la biodiversidad, y a partir de esta formaciónhemos ido consolidando organizaciones en de-fensa de nuestra biodiversidad local y regional,y solidariamente con lo nacional e internacio-nal”, explica la dirigenta.

Esta formación ha permitido que en su co-muna se desarrollen experiencias como la orga-nización de grupos agroecológicos, donde secultivan verduras y hortalizas. “Las organizacio-nes son de mujeres, principalmente, por lo tan-to, es sin duda nuestra gran preocupación la ali-mentación sana para nuestras familias”, enfatizaArriagada.

De cultivos orgánicos a cultivos agroecoló-gicos

Como respuesta a la gran producción indus-trial de alimentos, brotaron fuertemente loscultivos orgánicos, los que producían de mane-ra limpia y segura, con menos impactos en elmedio ambiente.

A criterio de Rodríguez, dichos cultivosfueron una buena partida para ir recuperandola producción limpia; sin embargo, los “biopi-ratas” —empresas extranjeras que se roban lasformas de producción campesina— vinieron yse apoderaron de la producción orgánica y hoyeste tipo de producción también se ha conver-tido en un buen negocio. Los movimientoscampesinos y organizaciones internacionales

de defensa de la biodiversidad, han identifi-cado a una serie de biopiratas que van por elmundo patentando las plantas y semillas ori-ginarias de las comunidades rurales y de lospueblos indígenas. Algunas de estas empresasque han sido acusadas de robo de informa-ción biogenética son Syngenta, Nanosys,Monsanto, entre otros.

“Lo que se está desarrollando ahora es laagroecología, la que como ciencia no es otracosa más que los agrocultivos ancestrales, esdecir, recoger las formas de cultura de nues-tros ancestros para seguir desarrollándolos ycombinarlos con nuevas prácticas porque laagricultura nunca ha sido estática y siempre haestado en evolución”, indica Rodríguez.

Así, la agroecología es la recuperación delos conocimientos de la agricultura ancestral yde la agricultura campesina, lo que significaseguir produciendo con una agricultura queproporciona alimentos sanos y seguros, queestá en armonía con la tierra y con la naturale-za, por lo tanto, que está libre de químicos yagrotóxicos.

De este modo, con cultivos agroecológi-cos y con mujeres y hombres organizados yconscientes del valor de sus semillas, Chileestá resguardando su patrimonio biológico, pa-trimonio que está en las manos de los campe-sinos al servicio de la humanidad.

Monsanto, nada santo

Nace en 1901 en San Louis, Missouri, EEUU. En susinicios fabricaba sacarina, el primer edulcorante ar-tificial. En los años 70 se demostró que consumida

en dosis altas la sacarina puede producir cáncer. En losaños 20, Monsanto se convirtió en uno de los principalesfabricantes de ácido sulfúrico y de otros productos básicosde la industria química. Desde la década del 40 hastanuestros días se ha mantenido como una de las 10 mayo-res empresas químicas de EEUU.

A mediados de los 30 inició la producción de bifenilospoliclorados (PCBs por sus siglas en inglés), compuestosquímicos utilizados en la industria de equipos eléctricos ehidráulica. Investigaciones durante los años 60 y 70 reve-laron que los PCBs eran carcinógenos poderosos, y tam-bién los relacionaron con un amplio conjunto de trastornosreproductivos, de desarrollo y del sistema inmunológico.En 1976 se prohibió la fabricación de PCBs en EEUU perosus efectos tóxicos y perturbadores del sistema endocrinopersisten en todo el mundo.

A fines de los 40 comienza la producción del herbicida2,4,5-T, que afectaba a los trabajadores que manipulabanel herbicida con erupciones en la piel, dolores en las extre-midades, articulaciones y otras partes del cuerpo, debili-dad, irritabilidad, nerviosismo y pérdida del deseo sexual.Documentos internos muestran que la compañía sabíaque aquellas personas estaban realmente tan enfermascomo decían, pero la empresa mantuvo todas las pruebasocultas. El contaminante responsable de las dolencias delos trabajadores no fue sino hasta 1957 identificado comodioxina, pero antes de esa fecha, los especialistas en gue-rra química del Ejército de los EEUU se habían interesadopor dicha sustancia como una posible arma química. Y

Monsanto había llegado a acuerdos con ellos.El herbicida producido por Monsanto conocido como

Agente Naranja, que fue usado por las fuerzas militaresestadunidenses para defoliar los ecosistemas de selvatropical durante la guerra Vietnam en los años 60, era unamezcla de 2,4,5-T y 2,4-D, con altas concentraciones dedioxina. Veteranos de la guerra del Vietnam experimenta-ron un conjunto de síntomas de debilidad atribuibles a laexposición al Agente Naranja y demandaron a Monsanto yotras seis compañías químicas. En 1984 la justicia ordenóa Monsanto pagar el 45.5% de la indemnización total porUS$180 millones que las siete compañías debieron pagara los demandantes.

Monsanto produce Roundup, el herbicida de glifosatomás vendido del mundo que promociona agresivamentecomo un herbicida seguro y de uso general en cualquierlugar, desde céspedes y huertas hasta grandes bosques.Investigaciones científicas han demostrado que el glifosa-to es tóxico para los organismos acuáticos, puede aca-rrear efectos nefastos para el ambiente a largo plazo y pro-voca las primeras etapas de la cancerización en las célu-las.

La transnacional ha creado agrotóxicos tan peligrososcomo el insecticida DDT, actualmente prohibido en casi to-dos los países. También produjo las hormonas de creci-miento bovino y de estímulo a la producción de leche, pro-hibidas en Europa debido a que implican demasiadosriesgos para seres humanos y animales.

Al conocerse los resultados de diversos estudios quemostraban el grave impacto que el maíz Mon 810, produci-do por Monsanto, puede tener en el medio ambiente y quea largo plazo podría incidir negativamente en los organis-mos humanos, el año pasado Francia prohibió su cultivo.

— Con información de Agencia PrensaMERCOSUR, Adital y Punto Final.

“Lo que se estádesarrollandoahora es laagroecología, laque no es otracosa que losagrocultivosancestrales”.— Francisca Rodríguez

Agricultores de la Asociación de Productores Indígenas y Campesinostrabajan en la recuperación de semillas nativas.

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INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 20091 6 noticiasaliadas

“Las semillasson un ejearticulador que... permiterecomponertejido social yrecuperarconocimientosancestrales”.— Mauricio García

COLOMBIASusan Abad desde Bogotá

CampesinosrescatansemillasancestralesPolítica agraria del Estado vaa contracorriente de uso desemillas nativas.

Las más de cuatro décadas de violenciainterna que ha sufrido y continúa vi-viendo Colombia parecen haberse en-sañado con el campo.

“Cuando los desplazados y los que son ex-cluidos por el modelo económico —que noles da oportunidad en el campo— migran a laciudad, lo primero que pierden es su seguri-dad alimentaria, y cuando un agricultor sale loprimero que pierde son sus semillas que sonla base de su sistema productivo. Además, cuan-do una comunidad agrícola abandona sus tie-rras la erosión de los campos es muy fuerte”,explica Germán Vélez, director de la organi-zación no gubernamental colombiana GrupoSemillas.

“Es así”, continúa, “que los pocos que vuel-ven a sus parcelas se encuentran con que nosólo han perdido su forma de alimentarse, sinotambién sus semillas y la calidad de la tierra.Entonces deben empezar un proceso de cero”.

Realidades como las reveladas por el estatalInstituto Geográfico Agustín Codazzi, que ase-guran que el 61.2% de las tierras están en manosdel 0.4% de los propietarios, el despojo violen-to de territorio y las malas políticas guberna-mentales han llevado a que la población campe-sina colombiana —en cifras del Grupo Semi-llas— haya pasado de ser el 50% en los años 70 asólo un 24% de la población nacional actual.

Dentro de estos factores, el más nocivo hasido el desplazamiento forzado. En los últi-mos 10 años, unos 2.3 millones de campesi-nos, afrocolombianos, indígenas y colonos handebido abandonar un número de hectáreas queoscila entre las 2.6 millones que registra laContraloría General de la Nación y las 10 mi-llones de hectáreas que señala el MovimientoNacional de Víctimas de Crímenes de Estado.

Recuperación de semillas perdidasCuando los indígenas zenúes en Urabá, que

fueron desplazados a principios de 1995 porgrupos paramilitares, retornaron dos años des-pués, se dieron cuenta de que no tenían sussemillas ancestrales, que se les habían perdidopor el modelo económico y porque les habíanpromovido los híbridos y las variedades me-joradas en laboratorio.

“El problema se acentúa porque la ayudainicial que les da el gobierno incluye semillasmejoradas que en un principio los campesi-nos no saben manejar y que en su mayoría sonaptas para unas condiciones especiales de pro-ducción —como agua óptima, suelos especia-les o condiciones fitosanitarias específicas—que si no las tienes, ni posees el paquete tec-nológico requerido, no dan la producción quedebería”, asegura Mauricio García, coordina-dor de la Campaña Semillas de Identidad quela Fundación Swissaid desarrolla en Colom-bia, Ecuador y Nicaragua.

Los zenúes iniciaron un proceso de recons-tituir y recomponer todas las semillas criollasperdidas con ayuda de algunas de las poblacio-nes vecinas que quedaron, y lograron recupe-rar la mayoría de semillas de maíz, frijol, yucay ñame.

Así pues, ante la situación que enfrentan lascomunidades desplazadas al retornar a su lugarde origen, “nace la idea de fortalecer un modelode desarrollo agrícola a partir de fomentar la nodependencia y basándose en los recursos pro-pios de las comunidades. En esta circunstancialas semillas son un eje articulador de este pro-ceso que no sólo les genera a las comunidadesautonomía alimentaria, sino que les permite re-componer su tejido social y recuperar conoci-mientos ancestrales”, dice García.

Añade que “el primer paso, luego del re-greso de la comunidad, es realizar un Diag-nóstico Participativo Rápido, que consiste enun inventario de las variedades perdidas e ini-ciar su búsqueda en las comunidades vecinas.Si el desplazamiento ha sido masivo la tarea esmás difícil y se puede perder un producto quelas comunidades han utilizado durante siglos”.

En el conjunto de guías que, bajo el nombrede Recuperando Vida, Swissaid ha elaborado“para la recuperación de las semillas y la sobe-ranía alimentaria en situaciones de conflicto enColombia”, se indica que con el análisis de laprimera información se establece cuáles son las

variedades que se sembrarán a corto y largo pla-zo, cómo se realizará el transporte y almacena-miento de las semillas y la organización de lacomunidad en los planes de siembra.

García revela que “desde mediados de ladécada del 90 hay una gran cantidad de organi-zaciones indígenas, negras, campesinas, en lasregiones Caribe, Cundiboyacence, en el Pací-fico y en el Cauca, que están trabajando en vol-ver a recuperar estas semillas nativas, así comotodos los conocimientos tradicionales alrede-dor de los sistemas de agricultura. Además es-tán desarrollando nuevas propuestas de pro-ducción agroecológicas, “de agricultura sinagroquímicos, de agricultura orgánica que im-pulsarán la producción de alimentos”.

Modelo de resistenciaLa ardua tarea se ha visto enfrentada a las

políticas que el Estado viene promoviendo yque buscan una agricultura agroindustrial ba-sada en transgénicos, en la producción de bio-combustibles, plantaciones forestales y mo-nocultivos agroindustriales para exportación.“Un modelo agrícola”, sostiene García, “quedice que en el campo no deberían permanecerlos pequeños agricultores que sean ineficien-tes y poco competitivos”.

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Sin embargo, el 7 de octubre del 2005, enSan Andrés de Sotavento, en el norte del país,el Resguardo Indígena Zenú, Córdoba y Su-cre se proclamó Territorio Libre de Transgé-nicos y dio paso para que el estatal InstitutoColombiano Agropecuario (ICA), en las re-soluciones que aprueban las siembras de maíztransgénico, incluyera una prohibición desiembra de este tipo de semillas en resguardosindígenas, y establezca una distancia mínimade 300 m del resguardo en los cuales no sepuede sembrar maíz transgénico.

“Pero a pesar de estos modelos de resis-tencia y de la construcción de propuestas al-ternativas todavía falta avanzar mucho”, comen-ta Vélez, “porque estas redes de iniciativas to-davía están muy atomizadas, dispersas, no arti-culadas, para demostrar que este modelo deagricultura es viable, sustentable y que puedahacerle contrapeso a las políticas del Estado”.

“No hay un inventario nacional de este tipode agricultura, aunque se plantea que más de lamitad de los 10 a 15 millones de campesinosque hay en el campo están trabajando —en pe-queñas parcelas de 1 a 5 Ha— con agriculturade subsistencia utilizando sus propias semi-llas criollas, logrando el 70% de la poca comi-da que se produce en el país”, añade.

BOLIVIAMartin Garat desde La Paz

Una Bolivia ecológica,¿una realidad?Gobierno impulsaproducción ecológica pero asu vez no prohíbe lostransgénicos.

Desde los inicios de su mandato, el pre-sidente Evo Morales anunció que sugobierno apuesta por una Bolivia eco-lógica. Han pasado más de dos años y,

aunque su gobierno ha promulgado leyes enese sentido, la agroecología está lejos de seruna realidad en este país andino.

En junio del 2006 Morales presentó el PlanNacional de Desarrollo: Bolivia Digna, So-berana, Productiva y Democrática para VivirBien, y en noviembre del mismo año promul-gó la Ley de Regulación y Promoción de laProducción Agropecuaria y Forestal No Ma-derable Ecológica, con miras a convertir laproducción ecológica en política de Estado.

Bolivia es un país privilegiado por la natu-raleza. Su flora y fauna están entre las de mayordiversidad del planeta y el país cuenta con cli-mas aptos para todo tipo de cultivos. Tiene,por lo tanto, grandes perspectivas de conver-

tirse en un “país ecológico”. Ya existe, incluso,una importante producción naturalmente eco-lógica o, por lo menos, no química.

“En las regiones alejadas, los productoressiembran especies criollas de papa y otros pro-ductos sin utilizar herbicidas, ya sea porqueno son necesarios, porque no les resulta renta-ble o por el difícil acceso a los campos. Estosproductos ‘naturales’ llegan a los mercados sincertificación alguna y se mezclan con otros quehan sido cultivados con herbicidas. El resulta-do es que los consumidores no llegan a saberde su condición ecológica”, dice Carmen So-tomayor, del departamento técnico de la Aso-ciación de Organizaciones de ProductoresEcológicos de Bolivia (AOPEB), que agrupa a65 redes de campesinos.

Más de dos años después de promulgada laley ecológica, Sotomayor considera que toda-vía faltan acciones concretas.

“La ley es importante, pero en la práctica, elEstado todavía no brinda apoyo alguno a nues-tro sector. No existen los recursos necesariospara implementar la ley. Y el Ministerio de De-sarrollo Rural ha sufrido varios cambios de ti-tular durante esta gestión. La ley crea un Con-sejo Estatal encargado de promover la produc-ción ecológica, pero ese órgano no termina deconsolidarse. Tenemos la impresión de que elgobierno es un poco reticente y todavía duda delas posibilidades de la agricultura ecológica”.

“El concepto ‘ecológico’ no significa sola-mente la ausencia de sustancias tóxicas en laproducción. ‘Ecológico’ exige que toda la ca-dena productiva sea diseñada de manera queno dañe el medio ambiente y garantice la sos-tenibilidad”, señala Sotomayor.

Un problema serio que enfrentan los 60,000pequeños productores agrupados en AOPEBconsiste en la falta de investigación científica.

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“La ciencia se dedica a desarrollar nuevastecnologías para la agricultura convencional ydeja a la agricultura ecológica de lado”, lamen-ta Carmen Sotomayor.

Agroecológicos para exportaciónA pesar de ello, la agricultura ecológica bo-

liviana crece, sobre todo gracias a las exporta-ciones. Cuatro productos lideran el sector:quinua, castaña, cacao y café.

“El 100% de los cultivos del principal ex-portador de quinua son ecológicos. El 90% delcafé que se vende al exterior es ecológico. Yúltimamente ha crecido mucho la producciónde castaña. Este incremento de la producciónecológica se debe principalmente a los merca-dos extranjeros, que son más estables y ofre-cen mejores precios”, explica Sotomayor.

Resulta difícil vender productos ecológi-cos en el mercado interno debido a su elevadocosto de producción. El proceso de certifica-ción como “Producto ecológico” y, por lo me-nos al inicio, un rendimiento menor por nousar herbicidas, aumentan el precio al consu-midor. Hay proyectos de arroz, trigo y hortali-zas ecológicos dirigidos al mercado interno,pero todavía son incipientes y su cuota demercado es reducida.

Según AOPEB, la agricultura ecológica vaa seguir creciendo. Los campesinos que apues-tan a la alternativa verde se benefician doble-mente: evitan problemas de salud al manipu-lar herbicidas y aumentan sus ingresos.

“Los campesinos que abracen los métodosecológicos no se van a hacer ricos, pero van avivir un poco mejor gracias a los precios másaltos de sus productos”, según Sotomayor.

Amenaza transgénicaAunque el gobierno de Morales desde un

inicio se había mostrado opuesto a la intro-ducción de semillas transgénicas, el texto cons-titucional consensuado entre el oficialismo yla oposición en el Congreso Nacional a finesde octubre, y que será sometido a referendo el25 de enero, no los prohíbe.

La versión aprobada por la Asamblea Cons-tituyente en el 2007 decía: “Se prohíbe la pro-ducción, importación y comercialización detransgénicos”. Pero la versión que va a refe-rendo dice: “La producción, importación y co-mercialización de transgénicos será reguladapor la Ley”.

“Se cambió el texto para no crear conflic-tos con los grandes sojeros que actualmentecultivan soja transgénica. La versión anteriorhabría significado el fin de la soja trans en nues-tro país”, explica Aldo Claure, jefe de la Uni-dad de Biodiversidad y Recursos Genéticosdel Ministerio de Desarrollo Rural.

Si la nueva carta magna es aprobada, el Par-lamento deberá redactar una Ley de Biosegu-ridad. Claure se niega a especular sobre quécultivos serían prohibidos, pero “en mi opi-nión, no se debería permitir organismos transde especies que ya existen en Bolivia. En cuan-to a especies extranjeras, tendríamos que ha-cer una evaluación caso por caso”. Agrega quelas autoridades no han recibido nuevas solici-tudes de introducción de transgénicos desdehace tres o cuatro años.

Hasta la fecha el único organismo trans-

génico abiertamente permitido en Bolivia erala soja RR línea 40-3-2 de la empresa estadu-nidense Monsanto, cuyo cultivo fue aproba-do por las autoridades en el 2005, bajo el go-bierno del presidente Carlos Mesa (2003-2005), tras una solicitud de la AsociaciónNacional de Productores de Oleaginosas yTrigo (ANAPO).

Bajo la misma gestión de Mesa fueron re-chazados varios intentos de introducir algo-dón y maíz modificados. El maíz trans fue to-talmente prohibido debido al riesgo de conta-minación de las especies nativas. Al asumirMorales había quedado prácticamente cerradala puerta a todo nuevo cultivo no convencio-nal en los próximos años.

La soja RR de Monsanto —que es resis-tente al herbicida glifosato, que se usa para erra-dicar la maleza en los campos— ha tenido

“Los campesinos que abracen los métodosecológicos no se van a hacer ricos, perovan a vivir un poco mejor gracias a losprecios más altos de sus productos”.— Carmen Sotomayor

mucho éxito en la Argentina, pero no le ha idotan bien en las tierras bolivianas.

La RR es cultivada principalmente por gran-des y medianos productores en los llanosorientales. Muchos pequeños productores, encambio, prefieren la soja convencional, expli-ca Sorka Copa, bioquímica e investigadora delForo Boliviano de Medio Ambiente y Desa-rrollo (FOBOMADE).

“Bolivia tiene un convenio con Venezuelapara la exportación de soja a ese país. Pero elconvenio da prioridad a pequeños producto-res y exige soja no transgénica. Nuestra orga-nización, FOBOMADE, ayuda a los produc-tores a detectar semillas transgénicas para evi-tarlas en sus cultivos”.

Hace algunos años, varios campesinos des-cubrieron que las semillas “mejoradas” que leshabía proporcionado ANAPO en realidad erantransgénicas, relata Copa.

Además de contrariar el convenio con Ve-nezuela, la soja transgénica tiene otras desven-tajas. La principal es que no rinde tan biencomo las sojas criollas debido a factores cli-matológicos y de suelo. Y la presencia de sojagenéticamente modificada en el país perjudicaa los productores que no la cultivan. Actual-mente se ven obligados a certificar que su pro-ducto no es transgénico, lo que implica un gastoadicional.

La RR es el único transgénico legal en Bo-livia, pero el Ministerio de Desarrollo Ruralsospecha “fuertemente” que se cultiva maíztransgénico sin autorización, según Claure.“Los mismos productores dicen que hay maízmodificado ‘porque el gobierno lo rechazó’ eimpidió su cultivo legal. No hay respeto porlas normas y además faltan mecanismos de con-trol por parte del Estado”, lamenta.

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Julio Evaristo continúa tradición familiar de guardarsemillas para asegurar alimentación a su familia.

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Julio Evaristo, de 42 años, es literalmenteuna persona con raíces. Es el tercero deuna estirpe de intrépidos agricultoresque guardan las semillas de sus cultivos

andinos, asegurando el suministro de alimen-tos para sus familias por muchos años.

Pero el Perú se dispone a aprobar la regla-mentación pendiente de la Ley de Prevenciónde Riesgos Derivados del Uso de la Biotecno-logía o Ley de Bioseguridad que regula todolo concerniente a los organismos vegetales vi-vos modificados que tiene casi una década deantigüedad, aunque expertos, incluyendo el re-cientemente creado Ministerio del Ambien-te, sostienen que el país no está preparado ins-titucionalmente para garantizar la seguridad ali-mentaria y de los consumidores cuando la nor-ma entre en vigencia.

Los cultivos de Evaristo —chocho (frijolblanco), coloridos tubérculos como papa, ocay olluco, trigo y zanahorias— se ven diminu-tos frente a las montañas cubiertas de nieve dela Cordillera Blanca.

La tierra es inhóspita en el Callejón deHuaylas, en el céntrico departamento de An-cash, pero Evaristo tiene cultivos saludables.Este agricultor, quien ha dictado conferenciassobre rescate de semillas en la sede de Romade la Organización de las Naciones Unidaspara la Agricultura y la Alimentación (FAO),da especial importancia a sus semillas, y señalaque la incertidumbre sobre los cultivos trans-génicos podría ser una amenaza para el sumi-nistro de alimentos a su familia.

“No sabes cuáles llegan con defectos, cuá-les no se dan”, dice sobre las posibilidades delas semillas modificadas genéticamente.

Pero el gobierno peruano, a pocas semanasde entrar en vigencia el tratado de libre co-mercio con EEUU, el 1 de enero del 2009, notiene interés en los pequeños agricultorescomo Evaristo. Decidido a expandir el sectoragrícola, espera para antes de fin de año la apro-bación de las normas necesarias para regularlos organismos genéticamente modificados enel país (ingreso, cultivo y venta).

La Ley de Bioseguridad data de 1999, fuereglamentada en el 2002 pero quedó pendien-te la aprobación de normativas específicas paralos sectores de Agricultura, Salud y Produc-ción que permitan dar a las autoridades el po-der de supervisar los productos transgénicosen el país.

Durante casi una década el Perú, firmantedel Protocolo de Cartagena sobre Seguridaden la Biotecnología, ha tenido una ley que no

daba poder a las autoridades, particularmentede Salud y Agricultura, para hacer cumplir lasmedidas.

“Las Partes velarán por que el desarrollo,la manipulación, el transporte, la utilización,la transferencia y la liberación de cualesquieraorganismos vivos modificados se realicen deforma que se eviten o se reduzcan los riesgospara la diversidad biológica, teniendo en cuentalos riesgos para la salud humana”, dice el Pro-tocolo de Cartagena del 2000.

Agricultores y consumidores desprotegidosPero la ley ha permanecido estancada por

10 años, y aún ahora algunos expertos, citandola contaminación de semillas de maíz genéti-camente modificadas en países como México,dicen que conseguirá su objetivo: proteger aagricultores y consumidores.

La doctora Antonieta Gutiérrez, catedráti-ca de la Universidad Nacional Agraria de LaMolina, en Lima, ha estudiado la bioseguridady los efectos de los organismos genéticamentemodificados por casi 15 años.

Aunque hay una propuesta de que el Perúsea un país libre de transgénicos, Gutiérrez,quien trabajó en el Protocolo de Cartagena, seha resignado al hecho de que se aprobarán las

INFORME ESPECIAL: TRANSGÉNICOS, ENERO 2009

PERÚLeslie Josephs desde el Callejón de Huaylas

Caos y vacío legal para transgénicosSe espera una legislación definitiva pararegulación de la bioseguridad, pero muchostemen que esa norma sea insuficiente.

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leyes suplementarias, a la vez que insta al go-bierno a implementar una moratoria de cincoaños a organismos genéticamente modificados—semillas y productos—, que se iniciaría lue-go que la norma entre en vigencia.

“No hay ninguna capacidad nacional” paramonitorear el ingreso, uso y riesgos de losproductos transgénicos, dice Gutiérrez,quien agrega que el Perú tiene más de 50 va-riedades de maíz, y aunque el país —cuna dela papa de la cual existen miles de varieda-des— no es un importante productor de estegrano, esta situación podría cambiar si la leypermite el flujo de semillas transgénicas delas transnacionales agrícolas, principalmentede EEUU, gracias al acuerdo comercial. “Hayignorancia total”.

Actualmente, el Perú tiene un vacío legalen relación a la bioseguridad. Un alto funcio-nario del Ministerio de Agricultura admitióque el país actualmente recibe aceites impor-tados de Brasil elaborados con soja genética-mente modificada y que los productos trans-génicos no están restringidos ni prohibidosen el país.

A favor de los transgénicosPara algunos, ante la falta de investigación

y pruebas sólidas de los riesgos que puedenacarrear los organismos genéticamente modi-ficados, se debería abrir las puertas, no cerrar-las, a su uso.

El 19 de noviembre, la Asociación Peruanapara el Desarrollo de la Biotecnología, el Cole-gio de Biólogos del Perú y el Colegio de Inge-nieros del Perú publicaron un comunicado enel diario El Comercio, el más importante del país,defendiendo la agricultura transgénica comouna vía al desarrollo, y señalando que “los trans-génicos no han afectado la salud humana, ni esrazonable esperar que lo hagan luego de más de13 años de consumo por cientos de millones deseres humanos en todo el mundo”.

El comunicado fue publicado antes de ini-ciarse la reunión de líderes del Foro de Co-operación Asia-Pacífico (APEC), que se llevóa cabo en Lima del 20 al 23 de noviembre, en lacual se dio un agresivo impulso a nuevos acuer-dos de libre comercio con varias economíasde la cuenca del Pacífico.

“Los cultivos genéticamente modificadosson una opción tecnológica de gran efecto po-sitivo potencial para el agricultor y puedencoexistir sin problemas ambientales con loscultivos orgánicos y convencionales”, dice elcomunicado. “No se debe impedir a los agri-cultores peruanos el libre acceso a esta nuevatecnología por prejuicio o con argumentos quecarezcan de base científica real”.

Las organizaciones firmantes, que agru-pan a 114,000 profesionales, llegaron a decirque la agricultura orgánica no es la mejor op-ción porque “no maximiza rendimiento yproductividad”.

Gutiérrez desestimó el comunicado yotros esfuerzos de estos científicos, calificán-dolos de cabildeos nada ocultos a favor de lascausas pro libre mercado del gobierno.

Dijo que la falta de información sobre losriesgos de los productos transgénicos es per-judicial, motivo por el cual es necesaria unamoratoria que permita una mayor investiga-ción y pruebas.

“El hecho no es si se aprueba o no se aprue-ba [la legislación]”, dijo Gutiérrez. “La mora-toria es clave”.

Aunque el gobierno niega que ya se esténusando en el Perú semillas transgénicas, Gutié-rrez precisó en un estudio realizado el 2006 yel 2007 que ella y su equipo habían detectadocontaminación producida por semillas gené-ticamente modificadas en cultivos de maíz enel valle de Barranca, a unos 200 km al norte deLima, considerándola una señal preocupante.

“Yo apostaría por un Perú que valora lo quetiene”, manifestó.

“No hayningunacapacidadnacional” paramonitorear elingreso, uso yriesgos de losproductostransgénicos.— Antonieta Gutiérrez,