Informe (El Alumnado)
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS
UNAH-VS
Licenciada: MPs. Marlen Rajo Asignatura: Sociología de la Educación Sección 20:00 Integrantes de equipo: Lidian Osiris Bejarano Ramírez 20132007403 Norma Ruth Flores Ramírez 20132000357 Sayra Lizett Hernández 20132002588 Lourdes Johanna García 20132003941 Yulissa Ninibet Rápalo Rivera 20122001927 Yoni Javier Palacios Bueso 20122006380 Trabajo: Informe capitulo XII Grupo de exposición: #8 Lugar y fecha: San Pedro Sula, Cortes, Honduras 31 agosto de 2015.
Introducción
En el presente trabajo se desarrollara una temática donde se define la importancia
que tiene el alumnado en su corta etapa de la niñez, adolescencia y la etapa
donde comienza ser un adulto.
Para poder entender más a fondo leamos con mucho cuidado y prestemos más de
la debida atención ya que se dan puntos interesante que el alumnado ha pasado
desde tiempos muy atrás hasta la actualidad. Nosotros nos enfocamos en lo más
primordial donde y como la familia ha intervenido para que se dé el logro que hoy
en día se está demostrando. Aunque primero debemos de conocer el
comportamiento que ese ser más preciado ha tenido y sigue teniendo hasta
nuestros días. La niñez es la etapa donde se crea conciencia y se forma valores
que los educandos pueden demostrarlos dentro y fuera de un salón de clases.
Otro logro importante quienes han intervenido y de qué forma con sus
investigaciones paso a paso se detalla. Y de qué forma se concientiza nuestra
sociedad en que vivimos.
LA CONSTRUCCION SOCIAL DE LA ADOLESCENCIA Y LA CONDICION DEL
ALUMNO.
Erasmo y Vives plantean la necesidad de que los buenos modales a la educación
de la primera infancia, los niños y los adolescentes son seres cuya razón no está
plenamente desarrollada, son inmaduros. Los adultos deben de cuidar de su
propia libertad.
Rousseau es el gran teórico de lo que se puede denominar operación de encierro
de la juventud, también separa al niño y al adolescente del mundo adulto y
proporciona el sustento ideológico para construir un mundo aparte para los más
jóvenes.
La escuela independientemente de lo que desee el profesorado, aparta al niño del
adulto, escinde el pensamiento de la acción. A pesar de que hoy día, al menos en
las sociedades accidentales, se admite de modo generalizado, la idea de la
sobreprotección de los menores de edad no ha gozado de un consenso unánime.
A medida que el tamaño de las familias disminuyo y se aceleró el proceso de
urbanización la infancia pudo convertirse en una esfera protegida.
En la Edad Media solo había dos etapas en la vida:
Niñez
Adultez
En cuanto los niños eran capaces de moverse por su propia cuenta eran
introducidos en el mundo de los adultos. A partir del siglo XVII se produce un
cambio trascendental: los colegios empiezan a sustituir al aprendizaje como medio
de educación, con lo que el niño deja de estar mezclado con adultos. El sistema
educativo institucionalizo la noción de niñez. La secuenciación en cursos en
función de la edad contribuyo a establecer aún más divisiones en el periodo pre-
adulto.
Los inicios de la Revolución Industrial exigieron la contratación de mano de obra
infantil y juvenil. El mantenimiento de esta población en el limbo de la inocencia
era algo que el capitalismo manchesteriano no iba a consentir. En Estados Unidos
la introducción de la educación obligatoria entre 1860-1970 supuso un serio
alejamiento de la juventud de importantes sectores de la economía. De acuerdo
con Bakan, tres son los elementos que contribuyeron a la constitución de la
adolescencia: 1-la legislación laboral infantil, 2-la educación obligatoria y 3-los
procedimientos procesales especiales para la juventud.
El estudio de la infancia partió de ambientes conservadores, de madres
preocupadas por el creciente número de mujeres que consideraban aburridas las
tareas domésticas y preferían dedicarse al trabajo extra-domestico. Por primera
vez en la historia los adolescentes tenían su propia música, sus propios bailes, sus
propias ropas, sus propias modas.
La idea que se manejaba era la de una juventud monolítica, al margen de las
estructuras de clases, homogeneizada por los medios de comunicación de masas,
siendo la música pop y rock el principal elemento eliminador de diferencias.
Cohen esta enraizado en la convicción de que el sistema educativo opera
fundamentalmente para reproducir la estructura de clase dominante y que, por
tanto, las escuelas proporcionan uno de los medios principales a través de los
cuales las desigualdades de clases son mediadas en la experiencia cotidiana de
los adolescentes.
Llegan a crear una subcultura autónoma del ocio. A partir de aquí el ocio, la
diversión inmediata y el desafío a la autoridad reemplazan al trabajo, a la
conformidad con las rutinas y a la subordinación a las demandas adultas.
El estudio de Sugarman sugería que los alumnos, en general nadaban entre dos
culturas:
La cultura de la escuela
La cultura de los jóvenes
En sus modelos los alumnos que fracasan, los cuales preceden mayoritariamente
de la clase obrera, responden a este fracaso rechazando la cultura escolar y se
orienta hacia la cultura juvenil.
A partir de los veinte años de edad se entraría en la fase de la juventud adulta o
juventud a secas. Se trata, en caso de los estudiantes universitarios, o si se
prefiere post-secundarios, de un estatuto de adulto que aún no es pleno. Dado que
no se puede hacer experimentos con seres humanos lo más prudente es
dedicarse al estudio de otras culturas y comprobar si la adolescencia existe con
las mismas características en otras sociedades o si tan siquiera existe.
LA DESIGUAL DISTRIBUCIÓN DEL PODER DENTRO DEL AULA
La escuela es una institución de poder. La función de la escuela es la imposición
de la legitimidad de una determinada cultura o forma de vida.
Ya desde los inicios de la Sociología de la Educación se destaca la asimétrica
relación de poder que padecen los alumnos. De este modo, Bowles y Gintis
consideran que estos viven en un contexto de alineación similar a los asalariados
de la clase obrera. El sistema educativo integra de modo no conflictivo a los
individuos en los puestos de trabajo correspondientes, no a través de las
intenciones conscientes de los profesores y administradores en sus actividades
cotidianas, sino a través de una estrecha correspondencia entre las relaciones
sociales que gobiernan la interacción personal en el lugar de trabajo y las
relaciones sociales del sistema educativo. La correspondencia de las relaciones
sociales en la escuela y en el trabajo tiene cuatro aspectos principales:
Los estudiantes, al igual que los trabajadores con respecto a su trabajo,
ejercen poco control sobre el currículo.
La educación es contemplada como un medio, más que como fin en sí
misma.
La división de trabajo, que confiere a cada persona una estrecha gama de
tareas y que engendra la desunión entre los trabajadores, se repite en la
especialización y compartimentación del conocimiento y en la competencia
entre los estudiantes.
Los distintos niveles educativos se corresponden con, y preparan para, los
diferentes niveles de la estructura ocupacional. De este modo los empleos a
los que dan acceso las credenciales de primaria son repetitivos y
claramente subordinados. Finalmente con los títulos universitarios se puede
acceder a empleos con una elevada autonomía.
Los autores tratan de sustantivar estos puntos centrándose en varias
investigaciones que muestran que en la educación y en el trabajo se recompensan
los mismos tipos de rasgos de personalidad. De este modo, la creatividad y la
independencia se penalizan en las escuelas y se desaprueban en el trabajo;
mientras que a perseverancia, la dependencia, la identificación con la
organización, la puntualidad, se aprueban y se recompensan.
Habitualmente los maestros no piden a sus estudiantes que analicen las
estructuras sociopolíticas en las que viven, las cuales moldean buena parte de sus
comportamientos. Se espera que los estudiantes aprendan por una mera
transferencia de conocimientos.
Los maestros tienen que hacer suyo un lenguaje crítico que denuncie la
hipocresía, la injusticia social y las situaciones de miseria.
¿Qué ocurre dentro de las aulas?
Ante este panorama, nada tiene de extraño que la mayoría de los estudios
sociológicos que se han hecho dentro del aula se centren en la rebeldía de los
alumnos frente a la escuela o el profesor. Cada alumno manifiesta
comportamientos muy distintos en las situaciones que se les presenta, es de suma
importancia analizar a que llamamos la vida en las aulas, ¿Qué pasa dentro de
ellas? ¿Qué relaciones se dan dentro de ellas? Tanto alumnos, como entre
alumno-maestro, ¿Qué habilidades o destrezas se necesitan para la sobrevivencia
dentro de ellas?
Para apreciar el significado de los hechos triviales del aula es necesario
considerar la frecuencia de su aparición, la uniformidad del entorno escolar y la
obligatoriedad de la asistencia diaria en otras palabras que los niños permanecen
en la escuela un largo tiempo, que el ambiente en que operan es muy uniforme y
que están allí tanto si les gusta o no. Se trata de un entorno estable, en donde los
objetos físicos, las relaciones sociales y las actividades principales siguen siendo
lo mismo día tras día.
Cabe la comparación de la familia con el aula de una institución educativa, ya que
pasamos tanto tiempo en la escuela, que ya nos son tan familiares todas las cosas
o personas que se encuentran dentro de ella, que es bien considerada como
nuestra segunda casa, y es esta quien tiene una mayor responsabilidad de la
transmisión de conocimientos académicos aquí es donde la autoridad pasa de los
padre gradualmente al control de los profesores; que son los que deben guiar a los
niños en el buen camino de la enseñanza tanto a nivel curricular como a nivel de
una educación en valores, sin embargo la encargada de la educación en valores
es función principal de la familia.
Aprender a vivir en el aula supone, aprender vivir en el seno de una masa, donde
la mayor parte de las actividades se hacen con otros o al menos en presencia de
otros, desde luego los profesores son los más poderosos que los alumnos, en el
sentido de poseer una mayor responsabilidad en la conformación de los
acontecimientos del aula. Quien sin duda alguna se le exige continuamente que
formule juicios sobre el trabajo y la conducta de los alumnos, dentro de un aula
también cada alumno está abierto a la crítica.
Pero ¿Qué ocurre dentro de las aulas? En primer lugar existe una clara
desigualdad en la distribución de poder, concentrándose este en manos del
profesor, quien si bien no es el único en formular juicios sobre alumnos (también
lo pueden hacer los demás alumnos), también hay éxitos destacándose así estos
alumnos por sus habilidades y conocimientos, amistad; que al pertenecer a un
grupo se obliga a los alumnos a ser pacientes ante ciertos rasgos de la vida
escolar como con la demora el rechazo, la interrupción y la distracción social
diferencias, peleas; los juicios formulados por los compañeros circulan a menudo
bajo la forma de habladurías, intimidaciones, fracasos, abusos y desigualdad,
dadas estas situaciones es necesaria la presencia del profesor como guía o
controlador de este tipo de situaciones para evitar un caos social dentro del aula.
LA OPOSICION A LA ESCUELA
La oposición a la escuela se manifiesta como un estilo de vida quienes forman
este grupo son los “colegas” quienes son una cultura contra-escolar, el primer
signo de entrada de este grupo es el cambio de vestimenta, peinado, capacidad
de atraer al sexo opuesto, fuman y consumen bebidas alcohólicas. No obstante el
grupo tiene ciertas normas que derivan fundamentalmente de la fidelidad al
mismo. Por instinto la cultura contra escolar tienden a limitar la fuerza de trabajo,
el comportamiento en la escuela estos chicos refuerza la solidaridad de grupo
rechazando radicalmente la competitividad que la escuela alienta, la cultura contra
escolar contrapone la lógica individualista a la grupalista.
El autor Philip Brown DISTINGUE TRES TIPOS DE ALUMNOS
1-Los cateadores: son mayoritariamente varones, una de las razones que ellos
dan para acudir a la escuela es que se trata de un lugar donde pueden
encontrarse con sus amigos.
2- Los currantes: reconocen que son diferentes de los otros grupos de estudiantes,
no obstante el hecho de pertenecer a un grupo de “currantes” supone un serio
estigma.
3-Los convencionales: estos chicos tiene una visión instrumentalista de la
escuela, valoran negativamente el tener que aprender materias desconectadas
de su futuro laboral.
LA VIOLENCIA ESCOLAR
La violencia escolar es todo tipo de persecución, hostigamiento o cualquier forma
de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma
reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Se caracteriza por el desequilibrio
de poder (la víctima, sola, frente a agresores y observadores).
La violencia entre los estudiantes puede presentarse de manera visible u oculta, a
través de acciones como: apodos, burlas, hostigamiento, amenazas, engaños,
golpes o abusos diversos.
El juego es un canal común para expresarse y descargar tanto sentimientos
positivos como negativos. Permite un equilibrio emocional. Por lo tanto, es común
que podamos observar, a través de esos juegos, situaciones de violencia que
los niños hayan vivido o visto en el seno de su familia, la televisión, etc.
En el texto sobre Bélgica se liga el fracaso escolar con la violencia y se proponen
pautas de actuación para la escuela:
-Participación de los alumnos en los proyectos de la escuela
-Estabilización de los equipos pedagógicos
-Poner a disposición de los alumnos las informaciones sobre orientaciones
profesionales y de empleo
-Asociación de los alumnos en proyectos de mejora de su entorno
-Gestión eficaz del recreo.
TIPOS DE VIOLENCIA ESCOLAR
De acuerdo a investigaciones cuantitativas y cualitativas se han descrito hasta 7
modalidades de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas:
1. Bloqueo social (29,3%): Son todas las acciones de acoso escolar que buscan
bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y
su marginación impuestas por esta conducta de bloqueo.
2. Hostigamiento (20,9%): Son aquellas conductas de acoso escolar que
consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que manifiestan
desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del niño.
3. Manipulación (19,9%): Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que
pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra
él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y
cargada negativamente de la víctima.
4. Coacciones (17,4%): Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que
pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante estas
conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un
sometimiento total de su voluntad.
5. Exclusión social (16,0%): Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan
excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas
conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño.
6. Intimidación (14,2%): Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que
persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño
mediante una acción intimidatoria.
7. Agresiones (13,0%): Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan
amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño o de su
familia, o mediante la extorsión.
Quizá una de las mejores reflexiones sobre la violencia escolar la encontramos
en los escritos de Juanita Ross quien argumento sobre el modo en que la
organización institucional de la escuela contribuye al desarrollo de la violencia.
La violencia sistemática incluye un amplio espectro de prácticas negativas, que
abarca las estructuras administrativas.
Como si esto fuera poco, se están presentando nuevas formas de violencia, como
la cibernética o virtual a través de medios electrónicos. Los adolescentes actuales
disponen de una amplia variedad de medios para ejercer violencia y se ha
propiciado una gran cantidad de abusos. A través de los Blogs o redes sociales
como Facebook, pueden difundir y observar situaciones violentas o denigrantes.
Páginas como YouTube muestran videos de peleas o imágenes de alumnos o
docentes en situaciones embarazosas, penosas o humillantes, las cuales filman
con teléfonos celulares. La accesibilidad a estas tecnologías, facilita que se pueda
llevar a cabo la modificación digital de imágenes, audio y video, así como su
respectiva impresión y difusión en los modernos equipos digitales, de fácil acceso.
Estrategias para prevenir la violencia en las escuelas:
Lo principal para prevenir la violencia es tomar acciones desde las salas más
pequeñas del jardín de infantes y aunar criterios entre los distintos niveles, incluido
el secundario. Por ejemplo:
Actuar en conjunto.
Respetar el derecho de todos.
Posibilitar diferentes espacios de expresión.
Promover la no discriminación bajo ningún motivo (color de piel, ojos, religión,
etc.).
Actuar con afecto.
VIOLENCIA EN LAS AULAS
El tema de la violencia en las aulas es uno de los problemas más generalizados
en los últimos años dentro de la enseñanza. A diario nos encontramos ante
numerosas situaciones de acoso en el ámbito escolar que incluyen tanto al
alumnado como a los propios docentes. Debemos luchar y trabajar para erradicar
este problema con el fin de lograr que nuestros jóvenes aprendan a ser tolerantes
y sean capaces de convivir pacíficamente.
Entorno familiar
Gran parte de la violencia que existe en nuestra sociedad tiene su origen más
inmediato en el núcleo familiar. La familia es el referente más inmediato, a través
de ella se adquieren los primeros esquemas y se desarrollan las expectativas
básicas de lo que es el mundo, de las relaciones sociales, de lo que se espera de
nosotros, etc.
La violencia que se manifiesta en los colegios tiene su origen preferente fuera de
estos, y refleja un problema general del que la sociedad en su conjunto es
responsable.
Se distinguen tres formas de abuso:
A. Maltrato físico: amenazar con armas, pegar, esconder, romper o robar algo.
B. Maltrato verbal: insulto, poner sobre nombres, hablar mal de alguien.
C. Exclusión social: ignorar a alguien, no dejar participar a alguien en alguna
actividad.
D. Mixto: amenazar con el fin de intimidar, obligar hacer cosas con amenazas,
acosar sexualmente.
¿CÓMO PREVENIR E INTERVENIR LA VIOLENCIA EN LAS AULAS?
Nos encontramos ante un reto difícil en el que tanto docentes como padres deben
trabajar conjuntamente. Hay que estimular una comunicación positiva entre
escuela y familia, y mucho más necesaria en el caso de aquellos/ as alumnos/ as
con dificultades de adaptación al sistema escolar o con riesgo de violencia.
Por lo que respecta a la respuesta que el sistema educativo ha dado o da a este
tipo de comportamiento hemos de destacar que desde la implantación de la
LOGSE personal especializado, se incorporó a los centro para prestar ayuda a
aquellos/ as alumnos/ as con problemas.
Así, las medidas de atención a la diversidad y la educación en valores se
muestran como prioridades en nuestro actual sistema educativo. Pero, realmente,
la resolución de conflictos no es algo sencillo pues, como ya se ha citado
anteriormente, dichos comportamiento están motivados por numerosas causas y
en ellos se ven implicadas muchas personas. Es necesario avanzar en dicho
terreno para conseguir que la escuela sea un lugar idóneo para la educación y la
convivencia. Lejos deben quedar las intervenciones basadas en la sanción para
dar paso a la reflexión y el desarrollo personal y social.
Para erradicar este tipo de comportamiento antisocial en el entorno escolar sería
necesario cumplir determinados objetivos que nos ayudarán sin duda alguna a
luchar contra este problema:
1. Dar al alumnado más protagonismo en su propio aprendizaje adecuando dicho
papel a las características y tareas básicas de cada edad. En el caso de la
adolescencia es preciso favorecer, por ejemplo, el desarrollo del pensamiento
abstracto o favorecer las experiencias que fomenten aspectos de la
responsabilidad introduciéndoles así el mundo de los adultos.
2. Favorecer la integración de todos / as en el sistema escolar. Según trabajos
realizados sobre la violencia en las aulas desde los 8 o 10 años de edad surgen
problemas de integración escolar que, con posterioridad, llegan a desarrollar un
comportamiento violento en jóvenes y adultos. Dichos adultos violentos durante
esta etapa escolar se caracterizaban entre otras cosas por:
Llevarse mal con sus compañeros de clase
No respetar a los profesores/ as
Baja autoestima
Falta de identificación con el sistema escolar.
Abandonar prematuramente la escuela.
3. Distribuir las oportunidades de protagonismo. Con frecuencia aquellos alumnos/
as con problemas de conducta mediante este tipo de comportamiento buscan
llamar la atención de docentes y compañeros de clase.
4. Enseñar a prevenir e intervenir los problemas que conducen a la violencia.
Enseñar al alumnado que la violencia es un problema que nos afecta a todos (no
sólo a las víctimas visibles), de naturaliza destructiva para todos lo que conviven
con ella y contra la cual se puede y se debe luchar; adquiriendo al mismo tiempo
las habilidades necesarias para no recurrir a la violencia ni ser su víctima.
5. Educar en la empatía y el respeto a los derechos humanos. Para prevenir la
violencia debemos enseñarles a ponerse en lugar del otro y tenemos que
favorecer la comprensión de los derechos humanos.
6. Superar las representaciones que conducen a la violencia como el sexismo,
racismo y la xenofobia. Como he citado anteriormente, determinadas actitudes y
creencias que existen en nuestra sociedad hacia la violencia ejercen una decisiva
influencia en los comportamientos de los más jóvenes. Ante dicha situación
debemos estimular cambios que favorezcan la superación de dichas actitudes.
7. Utilizar los medios de comunicación y el uso de las nuevas tecnologías en la
educación en valores. Servirnos de determinados documentos audiovisuales e
informáticos como complemento a las explicaciones del docente puede sernos de
gran ayuda.
8. Fomentar la democracia escolar. Con ellos conseguiremos avanzar en los
objetivos citados anteriormente y aumentar la eficacia con la transmisión de los
valores a la vez que mejoramos la calidad debida en la escuela.
9. Colaboración escuela, familia y sociedad. Para luchar contra la violencia y lograr
una convivencia pacífica en el entorno escolar es necesario estrechar las
relaciones entre el colegio y la familia dando mayor protagonismo a los padres y
madres orientando dicha colaboración hacia un objetivo compartido: mejor la
calidad de la educación y de la convivencia en cuyo contexto se produce.
10. Los docentes deben asegurar que las relaciones sean positivas en los
alumnos y una vigilancia necesaria. La adecuada supervisión de las aulas no solo
es deseable sino exigible.
Conclusiones
Para finalizar se ha notado el cambio que ha tenido la niñez dentro de la sociedad
desde épocas muy atrás, tomando en cuenta nuestra realidad educativa, aunque
hoy en día se ve que muchas familias siguen teniendo esa misma culturas donde
es el niño quien lleva el pan de cada día a la casa, es quien se priva de la
educación en nuestro sistema educativo, notamos que también quien es el
irresponsable en el vínculo familiar son los padres que no se responsabilizan y
quienes creen que son sus hijos el cambio de nuestro país sin educación, que
nuestro sistema nos dice que es gratuita, laica y para todos.
Este capítulo nos ayudó a poder ver las cosas desde otra perspectiva, como
debemos ver las cosas como padres y que responsabilidad tenemos ante la
sociedad que día a día van en avances, nosotros somos quienes debemos ser el
cambio como lo trataron de hacer los personajes nombrados en este informe y lo
lograron hasta ciertos puntos.