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INFORME DEL COMITÉ DE FINANZAS Y MAYORDOMÍA

A la 98vaAsamblea Internacional

de laIglesia de Dios de la Profecía

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Informe del Comité de Finanzas y MayordomíaA la 98va Asamblea Internacional

I. Reconocimiento de parte de la ECFA (“Evangelical Council for Financial Accountability”) El Concilio Evangélico para Responsabilidad Financiera (ECFA, por sus siglas en inglés) es una

agencia acreditadora que se dedica a ayudar a los ministerios cristianos a ganarse la confianza del público mediante la adhesión a los “Seven Standards of Responsible Stewardship™” [Los Siete Estándares de la Mayordomía Responsable, en inglés], los cuales se enfocan en el gobierno de las juntas directivas, la transparencia financiera, la integridad en la recaudación de fondos y el uso apropiado de los recursos benéficos.

En 2 Corintios 8:21, el apóstol Pablo declara llanamente lo que sirvió de motivo para fundar la ECFA y formular los “Siete Estándares de la Mayordomía Responsable™”: “porque procuramos hacer lo correcto, no sólo delante del Señor sino también delante de los demás” (NVI).

Nos place informarles que la Iglesia de Dios de la Profecía continúa cumpliendo, desde la pasada Asamblea Internacional, con los criterios para reconocimiento por parte de la ECFA. El Director Ejecutivo de Finanzas y Administración de la Iglesia, Paul Holt, y todo el personal de finanzas merecen una palabra de encomio por su diligencia y sus esfuerzos por mantener esta acreditación.

II. Declaración de Reafirmación Sobre la Compensación Pastoral “El tesorero de la iglesia local deberá enviar el diez por ciento (10%) de todos los

diezmos recibidos en la iglesia local mensualmente con el informe del tesorero a las Oficinas Internacionales (los Estados Unidos de América e Islas Vírgenes): todos los demás lugares deberán enviar sus informes a la oficina nacional/regional en su área respectiva, o comunicarse con su supervisor nacional para la información correcta” (Sistema Financiero Actual, pág. 76 de las Minutas de la 96ta Asamblea Internacional).

La compensación pastoral debe recibir la primera consideración del 90% de los diezmos que permanezcan en la iglesia local. El Comité Administrativo recomienda cada año un salario básico mínimo para los pastores, según hubiere fondos disponibles. Con esta cantidad no se hay intención alguna de reflejar una compensación máxima, sino que es una base sobre la cual edificar. Además del salario básico, se deben considerar el seguro médico, la asistencia para la jubilación, la asistencia educacional y otros beneficios; y deben ser financiados por el 90% de los diezmos que permanezcan en la tesorería de la iglesia local.

En las iglesias locales donde no haya fondos disponibles para pagar el salario mínimo básico, el 90% de los diezmos que permanezcan en la iglesia local se designa como compensación pastoral hasta que se cumpla con el salario básico recomendado. No se debe infravalorar el rol importante de los pastores. En esta iglesia deseamos ser pro pastores.

III. Ética Financiera RAZÓN FUNDAMENTAL Vivir irreprochablemente debe ser nuestro objetivo en cada aspecto de la vida cristiana. En el

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Cuerpo de Cristo, nos esforzamos por servir con el más alto grado de ética. Es obligatorio tener responsabilidad financiera en todos los niveles.

La conducta de los individuos que reciben la responsabilidad de manejar las finanzas de la iglesia tiene un efecto directo sobre la reputación y el nivel de confianza de ese cuerpo particular. Y también afecta el nivel de confianza que los individuos tienen al dar sus ofrendas. Una buena reputación se contruye de manera constante al desempeñar las responsabilidades de uno con competencia, confidencialidad apropiada e integridad. Debemos tener el compromiso de mantener los estándares más altos de la responsabilidad financiera.

Reconocemos la dificultad que a veces tenemos de encontrar a alguien que esté cualificado y dispuesto a asumir la responsabilidad de tesorero de la iglesia. Por cuanto es un cargo que debe estar lleno, a veces puede parecer que no hay otra alternativa sino la de nombrar al pastor, a su cónyuge, o a otro miembro de la familia pastoral para que ocupe este cargo. Aunque esto se haga con la mejor de las intenciones, tal decisión pone al pastor y su familia en una posición vulnerable.

Recomendación Para la protección de la familia pastoral/ministerial, y para evitar un posible conflicto de

interés, y en aras de la integridad fiscal, los pastores o miembros de la familia pastoral no deben servir como tesoreros del cuerpo ministerial al cual estén sirviendo. (Esto también aplica a los niveles Estatal/Regional/ Nacional del ministerio).

En circunstancias extremas, donde no parezca haber ninguna otra opción, el Supervisor Estatal/Regional/Nacional deberá conceder la aprobación. Para los Estados/Regiones/Naciones, la aprobación deberá ser concedida por por el respectivo Presbítero General.

IV.AceptarlaCosechayelDesarrollodelLiderazgo:FortalecerlasOficinasNacionales/Regionales/Estatales

RAZÓN FUNDAMENTAL Perspectiva Histórica

En 1994, delegados de todo el mundo se reunieron en 1994, en Louisville, Kentucky, para la 88va Asamblea bajo el tema “Tornándonos a la Cosecha”. En su Mensaje Anual, el Supervisor General, el Obispo Billy D. Murray declaró: “Todo lo que se haga en esta Asamblea deberá hacerse teniendo en mente la cosecha. El foco de toda nuestra atención debe estar en los perdidos. Los comités de Asambleas han trabajado arduamente para preparar sus reportes, pero si tales reportes [sic] no nos ayudan a poner nuestro foco [sic] sobre la cosecha, entonces no deberán ser dados”. Durante aquella Asamblea el rumbo de la iglesia fue alterado a medida que nos tornábamos hacia la cosecha.

La Asamblea siguiente, con el tema “Iglesias Dinámicas Envueltas en la Cosecha”, dio fe de que la iglesia se había embarcado en una transición hacia la descentralización con el propósito de levantar iglesias locales dinámicas. Esta temporada de transición resultó en un cambio inmediato al sistema financiero de la iglesia.

En el informe del Comité de Medios y Arbitrios a la Asamblea de 1994, la tesis de su informe

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declaró: “Creemos en el principio de [que] las responsabilidades básicas de mayordomía le corresponden a la iglesia local. Esta debería ser la administradora de los fondos recibidos como diezmos y ofrendas”.

Con ese informe, se desmanteló el sistema financiero que había servido a esta iglesia por muchos años, y los fondos fueron redirigidos principalmente hacia la iglesia local. Se eliminó el porcentaje de los diezmos de las iglesias que estaba destinado a las Oficinas N/R/E, al igual que todo sobrante de los diezmos. La ofrenda del cuarto domingo del mes para los gastos del Supervisor también fue eliminada. En un esfuerzo por compensar la pérdida de ingresos en las Oficinas N/R/E, los ministros licenciados tendrían que diezmar de sus ingresos ministeriales a tales oficinas.

En su informe, el Comité de Medios y Arbitrios reconoció lo siguiente: “El comité reconoce que durante la transición hacia estas recomendaciones algunas Naciones/Estados o Regiones pueden experimentar un déficit en los fondos disponibles a corto plazo”. Este “déficit en los fondos disponibles” puso en jaque a las Oficinas Nacionales/Regionales/Estatales.

A partir de las Asambleas de 1994 y 1996, las cuales sirvieron de marco para el sistema financiero actual, se han realizado numerosos estudios y encuestas para determinar la eficacia del mismo.

El Comité de Finanzas y Mayordomía informó lo siguiente en la Asamblea de 2000: “Tal vez el comentario más consistente recibido a través de la encuesta fue que entre los pastores existe un alto nivel de preocupación y entendimiento en lo concerniente al extremo al cual los cambios financieros han impactado negativamente los fondos para las oficinas estatales”.

Luego, en el informe del Comité de Finanzas y Mayordomía a la Asamblea de 2008, se declaró: “El diezmo reportado [del ingreso ministerial recibido por los ministros licenciados] no ha sido una fuente de ingresos suficiente para [las] oficinas intermediarias”.

En el 2010, el Comité de Finanzas y Mayordomía informó sobre su estudio de cuatro años sobre sistema financiero presente, declarando: “Este sistema actual fue adoptado en 1994 y puesto en completa implementación durante un período de siete años (1994-2000). Este fue un esfuerzo para restructurar (mejorar) las Oficinas Internacionales y a su vez descentralizar más de los ministerios y recursos hacia las iglesias locales, las cuales debían ser más dinámicas y estar mejor equipadas para descubrir y cumplir con su misión única dentro de la comunidad donde están situadas. El resultado de esta transición redirigió significativamente y/o redujo el porcentaje de diezmos y ofrendas clave fuera de las oficinas intermedias (oficinas nacionales/regionales/estatales) y de las Oficinas Internacionales hacia las iglesias locales… Aunque las iglesias locales y las Oficinas Internacionales se han adaptado con éxito a estos cambios, las oficinas intermedias (es decir, en particular, las oficinas nacionales/regionales/estatales de Norteamérica) han sido afectadas desfavorablemente por los mismos”.

Al momento de aquel estudio, dos terceras partes (61%) de todas las Oficinas N/R/E de Norteamérica informó que el sistema financiero casi no funcionaba para ellos, y que había una

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gran necesidad de que algo fuese presentado por la Asamblea de 2008 e implementado de manera inmediata para impedir que llegaran a ser insolventes.

El estudio concluyó diciendo: “En retrospectiva, tal parece que los recortes efectuados en 1994 fueron demasiado profundos y drásticos en los niveles intermedios. Al parecer las oficinas nacionales/regionales/estatales habrían estado mejor si hubieran retenido al menos el cinco por ciento de los diezmos de la iglesia local. Las oficinas nacionales/regionales/estatales ahora subsisten principalmente a base de los diezmos del ministerio (dentro de su área respectiva) que se reciben mensualmente, los cuales por sí solos han resultado insuficientes. Muchas de estas oficinas han reducido su personal y asignaciones del ministerio, consolidado posiciones de oficina, vendido propiedades de valor, mermado las reservas de efectivo, y aún así potencialmente podrían enfrentar insolvencia financiera en el futuro… Por lo tanto, el desafío que tenemos ante nosotros ahora es determinar cómo corregir este error sin afectar desfavorablemente otros niveles dentro del sistema”.

Recomendación En reconocimiento de la urgencia de ajustar el sistema financiero actual para que las Oficinas

Nacionales/Regionales/Estatales puedan responder mejor a la Cosecha y el continuo Desarrollo de Líderes en sus respectivas áreas, sin afectar adversamente el nivel Internacional, recomendamos una redistribución gradual de los diezmos pagados por la iglesia local.

Las iglesias en los EE. UU. seguirán enviando diez por ciento del total de diezmos recibido a las Oficinas Internacionales. Tras completarse la implementación, las Oficinas Internacionales reasignarán el 30% de estos fondos a las Oficinas Nacionales/Regionales/Estatales desde las cuales se recibieren los diezmos.

Esta redistribución será implementada gradualmente durante un período de seis años:

Comenzando el 1 de junio de 2015 10% de los diezmos pagados por las iglesias a las Oficinas Internacionales será reasignado a

las Oficinas Regionales/Estatales

Comenzando el 1 de junio de 2018 20% de los diezmos pagados por las iglesias a las Oficinas Internacionales será reasignado a

las Oficinas Regionales/Estatales

Comenzando el 1 de junio de 2021 30% de los diezmos pagados por las iglesias a las Oficinas Internacionales será reasignado a

las Oficinas Regionales/Estatales

Esta redistribución gradual de los diezmos durante este período de seis años permitirá que las Oficinas Internacionales tengan suficiente tiempo para ajustar debidamente sus presupuestos anuales. El Director Ejecutivo de Finanzas y Administración será el responsable de la redistribución de los diezmos a las Oficinas Regionales/Estatales, la cual deberá ser

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hecha trimestralmente para el 15to día de cada nuevo trimestre (o sea, 15 de septiembre, 15 de diciembre, 15 de marzo y 15 de junio).

Asimismo, los Presbíteros Generales que sirven fuera de los EE. UU. establecerán los debidos

procedimientos bancarios y contables entre las naciones y el Departamento de Finanzas de las Oficinas Internacionales, con el fin de reflejar una redistribución similar de los diezmos pagados por las iglesias locales.

Si la Iglesia a nivel mundial trabaja en el marco de este sistema financiero, los beneficios serán de gran alcance. Pero si las congregaciones locales deciden retener el diez por ciento de los diezmos pagaderos a las Oficinas Internacionales o a los debidos Fondos Internacionales, tanto las Oficinas Internacionales como las Oficinas Nacionales/Regionales/Estatales pueden verse afectadas adversamente por la falta de fondos, lo cual pudiera hacer que sean incapaces de mantener las propiedades, ministerios o servicios existentes.

Esta recomendación no habrá de cambiar la manera en que se distribuyen los fondos actualmente desde la iglesia local. Los informes enviados por los tesoreros de las iglesias locales se quedarán igual. Las Oficinas Nacionales/Regionales/Estatales seguirán recibiendo los diezmos de los pastores y ministros.

Esta recomendación no habrá de eludir la resolución actual de la Asamblea, la cual dice: “Cuando en adición a los diezmos ministeriales exista la necesidad para más fondos operacionales en las oficinas nacionales/regionales/estatales, estas oficinas intermediarias pueden adoptar resoluciones en sus respectivas convenciones (que no estén en contradicción con con las decisiones de la Asamblea o el Sistema Financiero Actual) para poder recaudar el tan necesitado apoyo financiero adicional” (pág. 62, Informe del Comité de Finanzas y Mayordomía, Minutas de la 95ta Asamblea Internacional).

Tras aprobarse esta recomendación, el Comité de Finanzas y Mayordomía velará por su implementación y mantendrá a la Asamblea al tanto de las bendiciones y desafíos causados por este esfuerzo.

Respetuosamente sometido,Obispo Tim Coalter, PresidenteObispo Jay CroyleObispo Franklin FergusonObispo H. Wayne HallObispo George McLaughlinLonda Richardson, Secretaria de ActasObispo Jesse YáñezAngie Zamora

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