Es justo comenzar por una definicin antes de entrar en tema, la soberana poltica es aquella que hace alusin a poder del Estado de imponer todo aquello que le parezca necesario. Aunque se piense que cada Estado ejerce su soberana jurdica y poltica, no es as en todas las naciones. Existen casos en los que el Estado puede tener la soberana jurdica, sin embargo, su soberana poltica depende de los dictmenes de otras naciones en cuanto a su desarrollo social, poltico y econmico.

Analizando La soberana de manera separada tenemos entonces un concepto jurdico poltico propio de las relaciones internacionales y supone la independencia del Estado como nico sujeto con poder de decisin autnoma en el mbito de sus competencias. El conjunto de estados soberanos guardan as relaciones recprocas de igualdad formal en un contexto anrquico, al no existir autoridades supranacionales.

De hecho, la nica regulacin globalmente aceptada de la poltica internacional es precisamente la soberana, lo que hace que ninguna obligacin se pueda imputar a un Estado sin su previo consentimiento. No obstante, la soberana como principio integrador determinante y elemento nuclear del ordenamiento internacional queda matizada por la existencia de organizaciones internacionales que adquieren el ejercicio de ciertas competencias. Aunque tambin en esos casos el Estado suele controlar el proceso de toma de decisiones (gracias a la unanimidad, el consenso o el derecho de veto) y previamente ha permitido que la gestin se atribuya a este actor, lo cierto es que su existencia limita la libertad absoluta estatal. Ms an, la existencia de un ncleo deius cogensimperativo e inderogable contrasta con el principio general de que las normas internacionales deben estar voluntariamente consentidas.

Foros como la ONU podran convertirse en autoridades externas que produzcan normas de aceptacin obligatoria, aun sin el consentimiento estatal, pero este desarrollo del llamado derecho de injerencia est an muy condicionado. Slo las organizaciones que pretenden la integracin supranacional en ciertos mbitos, como la Unin Europea, representan un ejemplo relativamente ambicioso de desafo a la idea de soberana en su acepcin clsica. Claro que, con independencia de las proclamaciones jurdicas, las relaciones polticas internacionales s que demuestran con toda su crudeza las verdaderas Limitaciones de la soberana. Las diferencias de capacidad econmica y militar, la interdependencia comercial o el acceso privilegiado de ciertas potencias a los recursos naturales son fenmenos que muestran la ficcin ideolgica de la idea. Por eso volvemos con este concepto resaltando los logros de la plena soberana poltica que ha venido emergiendo en nuestra amada Venezuela Qu es la soberana? Es la suprema, perpetua e inalienable potestad de un Estado de darse sus propias leyes, ejecutarlas con sus autoridades y decidir con sus propios tribunales las controversias que se plantearan sobre dicha ejecucin. Es una potestad suprema, porque por encima de ella no hay ni puede haber otra. Es inalienable, porque un Estado no puede cederla, comprometerla ni condicionarla sin dejar de existir. Es perpetua, porque una vez instaurada, perdura sin limitaciones en el tiempo. Ello es as porque la soberana expresa la voluntad del pueblo libre. La prdida de la soberana es la muerte del cuerpo poltico. Nadie puede consentir vlidamente en perder la soberana o en ser esclavo, porque como deca Rousseau, la locura no genera derechos.Estos conceptos son muy claros y muy fciles de entender para todos, salvo para la clase poltica que nos gobern durante casi dos siglos. A lo largo de esa desfalleciente historia republicana tuvimos prceres como Bolvar, que defendi denodadamente el derecho a resolver nuestras cuestiones internas con nuestros propios tribunales, incluso contra potencias como Estados Unidos. Pero tambin padecimos traidores que entregaron la soberana a rganos forneos. Durante el pasado siglo vimos cmo una Carta de Intencin pretendi transferir al Fondo Monetario Internacional el derecho a decidir cules leyes podamos darnos y cules medidas econmicas debamos adoptar. Tratados de Promocin y Proteccin de Inversiones y Tratados contra la Doble Tributacin intentaron limitar nuestras potestades legislativas y conferir al Centro Internacional de Arreglos de las Diferencias sobre las Inversiones (CIADI) el derecho a decidir sobre la aplicacin de las leyes econmicas. Estas potestades, empleadas contra el pueblo, condujeron primero a la insurreccin popular del 27 de febrero de 1989 y a la rebelin militar del 4 de febrero de 1992.Ambos movimientos iniciaron un proceso de restauracin de la soberana, vale decir, de la Independencia de Venezuela. Si en algo revela Chvez su verdadera naturaleza es en la sucesin de medidas con las cuales va liberando al pas de las tutelas que otros poderes pretendan ejercer sobre l. Apenas juramentado, ordena que se marche la Misin Militar de Estados Unidos que dentro de nuestras propias instalaciones castrenses pretendia supervisar nuestro Ejrcito. Los marines estadounidenses tratan de desembarcar en nuestras costas con el pretexto de prestar ayuda humanitaria durante la vaguada de Vargas. Chvez les ordena no poner su planta insolente en las playas, y los hace retirarse. La Nmina Mayor de Petrleos de Venezuela S.A. se considera duea de la empresa: Chvez ejerce el derecho de la Nacin como nica accionista de remover y designar la Junta Directiva, aunque ello le cuesta un golpe de Estado y un sabotaje petrolero. Sucesivamente recupera Chvez para Venezuela el control sobre las industrias estratgicas: la electricidad, la telefnica, la siderrgica. Una ley inconstitucional pretende privatizar los ros, lagos, lagunas y aguas; valindose de la Constitucin, Chvez la veta. El CIADI decide sistemticamente contra nuestro pas las demandas de las transnacionales: Chvez impulsa la denuncia del Tratado que nos somete a esos rbitros prejuiciados. La Corte Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA acta como rgano prejuiciado contra Venezuela y pretende enmendarle la plana a nuestros legisladores y jueces: Chvez impulsa la denuncia de la Convencin Interamericana de los Derechos Humanos, y cesamos de estar bajo las sentencias del llamado Ministerio de Colonias de Estados Unidos. Para evitar que cortes forneas nos confisquen las reservas internacionales, ordena repatriar la casi totalidad de los lingotes de oro que estaban en poder de instituciones extranjeras. El imperialismo es la muerte de las soberanas; la resurreccin de stas, la defuncin de los imperios.Pero para los pases pequeos o medianos la soberana es difcil de sostener sin alianzas. Chvez rompe con la diplomacia unipolar; se abre a la multilateralidad, a las relaciones Sur-Sur, a los vnculos con el Asia y con el Movimiento de los Pases No Alineados. Integracionista raigal, es factor fundamental en la derrota del ALCA y en la integracin al Mercosur, as como en la creacin de las grandes hermandades nuestra america del Alba, Unasur y la Celac. Releamos sus discursos, sabiendo que son la expresin fiel de una poltica que se confunde con su ser y con el de Nuestra Amrica. Como la soberana, su voz perdurar mientras el cuerpo poltico aliente y manifieste su voluntad de continuar existiendo: como la soberana, por siempre.