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Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid Ayuntamiento de Humanes de Madrid Aula Arqueológica IES Humanes Coordinador Paco Ramos

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Industrias prehistóricasde Humanes de Madrid

Ayuntamiento de Humanes de MadridAula Arqueológica IES Humanes

CoordinadorPaco Ramos

de la presente edición:©. Ayuntamiento de Humanes de Madrid.©. Aula Arqueológica IES Humanes.©. Paco Ramos, coordinador.

Depósito Legal: M—

Imprime: Blajama Artes GráficasPI Monte Boyal C/ Perdiz 73 Casarrubios del Monte —Toledo.

Humanes de Madrid 2006.Dirección de contacto: [email protected].

Aula arqueológica IES Humanes. Avda. de los Deportes 12. 28970 Humanes de Madrid. —Madrid.http:// www.ieshumanes.com.

Soy consciente de la necesidad que tienen los pueblos de recuperar su historia, para conocer mejor cómose forjó el pasado o nuestro presente y para alentar a los ciudadanos a encontrar las raíces de esta tierra

madrileña que fue clave para la construcción de nuestro país.

La arqueología es una interesante asignatura en nuestro Instituto gracias a la labor docente de un grupode profesores que han hecho del Aula Arqueológica, una increíble y prometedora experiencia didáctica

y pedagógica. Desde que en el curso 2003–2004, se puso en marcha la experiencia de Aula Arqueológica enel IES Humanes, buscando nuevas formas de motivación para los alumnos de secundaria, se ha comproba-do que gracias a la labor de profesores amantes de esta ciencia, los alumnos ven con buena cara esta espe-cialidad y se animan a colaborar en ella. Acercar el trabajo y el método de la arqueología a los alumnos esgratificante para los maestros y para el municipio, por aquello de recuperar nuestros más antiguos orígenes.

Sabedores, por ello, de la necesidad de hacer público este trabajo y el de recogida, limpieza, selección,estudio y catalogación de cientos de piezas encontradas en nuestros campos por Elías Aguililla, decidi-

mos publicar esta obra única en Humanes de Madrid.

Se persigue con la publicación y distribución de este libro de arqueología de Humanes divulgar nuestraextensa capa histórica y la oportunidad de enseñar, acercando el método histórico a los vecinos y a los

alumnos de los colegios e instituto cada vez mas reacios a aprender pero ávidos de conocimientos.

La experiencia del Aula Arqueológica fomentó el gusto entre el alumnado por la investigación, el traba-jo en equipo, la relación entre el profesor y el alumno y, sobre todo, supone un punto de contacto con

la historia más remota de nuestra localidad. Por todo ello es por lo que hemos querido publicar este intensoy extenso trabajo educativo, científico, serio y entrañable de los autores.

El primer yacimiento arqueológico que se reconstruyó en el IES Humanes fue un dolmen de corredor,monumento megalítico funerario de inhumación colectiva con ajuar que data del Neolítico al Calcolítico

con perduraciones hasta la Edad de Bronce, entre el 4000 y el 2500 antes de Cristo. Después han sido reco-gidas y estudiadas cientos de piezas, algunas únicas, por este aula del instituto. Este año, el Ayuntamiento, através de la Concejalía de Cultura, ha retomado el proyecto de techar esta instalación educativa y preservar-la del mal tiempo para que los alumnos y profesores puedan seguir trabajado y estudiando en este campo.

Desde el Ayuntamiento hemos querido hacer un esfuerzo para que los ciudadanos conozcan el trabajo yel esfuerzo didáctico que se lleva a cabo a diario sobre la arqueología en nuestro municipio, y para que

conozcan los vecinos el trabajo de Elías Aguililla que, durante quince años, ha rastreado con detenimiento ytranquilidad el término municipal para encontrar restos arqueológicos únicos en nuestra Comunidad deMadrid. Elías, pacientemente, tras el paso de los tractores en temporadas de siembra y remoción de tierras,ha seguido el rastro de los surcos y encontrado, en afloramiento superficial, cerca de 1.000 piezas líticas ycerámicas.

Junto al trabajo de investigación del Aula de arqueología del IES Humanes, nos mueve el carácter peda-gógico de difusión de estos hallazgos, de un modo riguroso pero ameno y comprensible para el que lo

pueda leer, y dirigido, sobre todo, a los alumnos y a los vecinos en general

Adolfo Álvarez SojoAlcalde presidente del Ayuntamiento de Humanes de Madrid

La arqueología, un bien patrimonial a promover

El edificio de la Historia ha de construirse desde sus cimientos y estos están constituidos por la

Prehistoria. Para acercarnos a la Prehistoria de Humanes de Madrid creamos en el curso 2002-03 el

Aula arqueológica como una forma de acercar a los alumnos a esos principios. A partir de un dolmen de

corredor, alrededor del cual se organiza una necrópolis de incineración de la Edad del Hierro acompañado

de restos óseos y líticos, ajuar cerámico y metalúrgico, etc., hemos descubierto como la Historia del hombre

se hace con pequeños pero significativos elementos que nos sirven para reconstruir nuestro pasado, valorar

nuestro presente y vislumbrar por donde puede ir nuestro futuro. Para esta actividad, desde su comienzo,

hemos contado con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Humanes de Madrid que compartió nues-

tra idea y nuestro entusiasmo colaborando con medios económicos y materiales sin los que no hubiera sido

posible ésta realidad que ocupa una esquina del patio de nuestro Centro y una parte de nuestro proyecto edu-

cativo.

Se trata de un proyecto abierto a toda la población de Humanes ya que contamos con la colaboración y

participación de todos los colegios de nuestra localidad y de la Comunidad de Madrid.

Nos sentimos arropados y apoyados por el Ayuntamiento que recientemente nos ha subvencionado el

techado del recinto del Aula lo que nos permitirá ampliar la actividad a todo el curso escolar llevan-

do a cabo un mayor número de campañas de excavación. Queremos ofrecer al pueblo de Humanes nuestro

esfuerzo y dedicación para que pueda pasar con orgullo por la puerta de su Historia que desde el Instituto

intentamos abrir y de la que todos han sido, son y serán partícipes.

Seguiremos colaborando Ayuntamiento e Instituto, Instituto y Ayuntamiento en el proyecto de crear un

Museo Arqueológico a partir de los restos arqueológicos hallados en la localidad siendo el Centro sede

material de alguna de sus salas

Rafael RelloDirector del IES HUMANES.

Agradecimientos

IES Humanes: Personal laboral, Claustro, Departamentos, Equipo directivo y alumnos.Elías Rodríguez Collado.

Dpto. Física de Materiales Universidad Autónoma de Madrid, UAM.Alejandro Gallego Fernández.

Restaurador técnico de laboratorio de Prehistoria, UAM.—SEHA—. Sociedad Española de Historia de la Arqueología .Jose Antonio Mateos Carretero.

Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid «Jiménez de Gregorio».Cronista Oficial de Parla.

Francisco Rafael Triguero Cañete.Coordinador del Centro Cultural Federico García Lorca de Humanes de Madrid.

Pablo Muñoz Pajares.GEODIDAC.

Ayuntamiento de Humanes:Adolfo Álvarez Sojo.

Alcalde de Humanes de Madrid.Ana Fenoy Valenzuela.

Concejalía de Educación y Cultura.Félix Lázaro Campos.

Gabinete de Prensa del Ayuntamiento.Carlos Martí Roy.

Gabinete de alcaldía.Juan Antonio Alonso Resalt.

Instituto de Estudios Históricos del Sur de Madrid «Jiménez de Gregorio».Cronista Oficial de Leganés.

Y, por supuesto, aElías Aguililla Durán

principal artífice de este trabajo.

Introdución histórica. pág. 9Fernando Santos Carro. Dpto. de Historia. IES Humanes de Madrid.

Elaboración de herramientas líticas pág. 29Juan Pedro Torrico Delgado. Aula arqueológica IES Humanes de Madrid. Dpto. de Historia.

Yacimientos de Humanes. Geología del yacimiento pág. 35Fichas de materiales

sílex: 44, pizarra: 136, fibrolita: 179, serpentinita: 213, esquisto: 214, granito: 215, cuarcita: 216, ofita: 217, lamprófidos: 218, arenisca: 219

Antonio García Palacios.Aula arqueológica. IES Humanes de Madrid. Dpto. de Ciencias Naturales.

Piedra Tallada. pág. 47núcleos: 51, lascas: 62, láminas: 77, microlitos y geométricos: 88, raedera: 91, puntas 103, puntas de flecha líticas: 109, cuchillos: 119, raspador: 127, buril: 135,muescas, denticulados, dientes de hoz: 137, piezas con pico: 153, piezas astilladas: 157, levallois: 157, estadísticas: 161Piedra pulimentada.Paco Ramos Sánchez.Aula arqueológica. IES Humanes de Madrid. Dpto de Historia. SEHA [Sociedad Española de Historia de la Arqueología].

Cerámica. pág. 221campaniforme: 232, objetos varios: 261.Paco Ramos y Santiago Valiente Cánovas.SEHA [Sociedad Española de Historia de la Arqueología].

Salinas de Espartinas pág. 254Mariano Ayazargüena, Fernando López Cidad, Santiago Valiente Cánovas.SEHA [Sociedad Española de Historia de la Arqueología].

Conclusiones pág. 263Paco Ramos.

Aula Arqueológica IES Humanes. pág. 281Paco Ramos y Juan Pedro Torrico Delgado.

Indice de imágenes pág. 296Bibliografía pág. 298

Colaboradores. Tratamiento y gestión de datos:Clara Mañero. CEIP El Parque. Rivas Vaciamadrid.Jesús Romero Fernández. MEH —Ministerio de Economía y Hacienda—.Andrés Díaz Pérez. Dpto. de publicaciones. —MAPA—.Ildefonso Salán Villasur. Dpto. de Lengua y Literatura. IES José Saramago.

Datación TL: Laboratorio de Datación y Radioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid. –UAM–.

Punta levallois HII 286

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Hace miles de años, el territorio que actualmente ocupamos los madrileños era totalmente diferente alpaisaje que conocemos en la actualidad. Para imaginarnos como era por aquella época, tendremosque liberar nuestra mente de imágenes que asociamos a este territorio, eliminaremos todas las carre-

teras, autovías, vías férreas, aeropuertos, polígonos industriales, barrios residenciales, zonas de ocio, panta-nos, infraestructuras, tendidos eléctricos y todos aquellos elementos que ha creado el hombre para sentirsemás cómodo en el espacio en el que vive. Incluso tendremos que hacer un esfuerzo imaginativo para teneren cuenta que la temperatura, especies animales y vegetales, eran diferentes a las que conocemos en la actua-lidad. Y ya que estamos haciendo un esfuerzo para imaginar el tiempo pasado, también debemos hacer eseesfuerzo para visualizar a especies humanas diferentes a la actual.

Introducción históricaFernando Santos Carro.

Homo habilis, fabricante de herramientas.

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En este esfuerzo imaginativo contamos con laayuda de los diferentes restos que se han ido locali-zando, tanto dentro como fuera de la Comunidad deMadrid. Así hemos llegado a conocer la aparienciade aquellas gentes y el tipo de alimentación que tení-an al analizar los dientes encontrados; los utensilioshechos por el hombre de aquellos tiempos nos hanpermitido aproximarnos al tipo de herramientas queempleó y a su estilo de vida; los restos de animalesnos han permitido descubrir qué especies abundaronen cada época prehistórica –algunas de ellas ya des-aparecidas–, y cuáles eran objeto de caza y fuente dealimentos.

Este trabajo se centra en los hallazgos recogi-dos en el municipio de Humanes de Madrid, corres-pondiente a una cronología que abarca lo que cono-cemos como Prehistoria. Por tanto, nos concentrare-mos en la explicación de ese momento histórico quese desarrolla desde el Paleolítico hasta la Edad de losMetales. Al ser un período de tiempo muy amplioiremos dividiéndolo en diferentes etapas. De cadauna de ellas destacaremos su cronología, el tipo deseres humanos que vivían en ella, las herramientasmás típicas que fabricaban, el modo de vida quepracticaban, el pensamiento religioso que poseían ytodos aquellos datos que nos sirvan para recrear laexistencia de aquellos antepasados que poblaronestas tierras.

La presencia de los primeros restos de homíni-dos en la Península Ibérica se remonta, cómo míni-mo, a los 780.000 años. Desde entonces han sidovarias las especies humanas que poblaron la penín-sula. El rastro de todas ellas podemos encontrarlasen el yacimiento de Atapuerca –Burgos– , uno de loslugares que nos está permitiendo reconstruir comofue ese pasado tan oscuro e intrigante. Las investiga-ciones arqueológicas no han terminado aún enAtapuerca. Se calcula que existe material para variasdecenas de años, y no sería sorprendente encontraralgún tipo más de homínido. No olvidemos que, enlos últimos tiempos, se han producido diferenteshallazgos, y un replanteamiento con respecto a laaparición del ser humano.

CronologíaLa primera noción básica que debemos tener

para adentrarnos en este viaje hacia el pasado es eltiempo que ha transcurrido, y en qué períodos de

tiempo se ha dividido, aproximadamente, cada unade las etapas de la Prehistoria.

Hay explicar, con respecto a la cronología, queal hablar del tiempo que abarca cada época lo hace-mos de manera relativa, y las fechas que indicamosson las comúnmente aceptadas para la periodizaciónde la Península Ibérica. En otras zonas del planetaencontraremos una cronología diferente. Un simpleejemplo bastará para entender esta diferencia: la apa-rición del Neolítico no se produjo en todo el planetaal mismo tiempo, existen unos lugares originarios enOriente Medio y, desde allí, se fue difundiendo pocoa poco; por tanto, la cronología de la etapa delNeolítico irá cambiando según estemos más cerca omás lejos del lugar de origen. A Grecia llegó antesese conocimiento por estar más cerca del foco origi-nario y a la Península Ibérica llegó más tarde porencontrarse en el otro extremo del Mediterráneo.

Resulta curioso comprobar como cada una delas etapas en que se divide la Prehistoria se va redu-ciendo en duración de tiempo según se avanza. Estose debe a que, al tener un mejor conocimiento de laépoca, nos resulta más fácil encontrar diferenciasque nos sirvan para establecer períodos diferentes,asímismo, la divulgación de las nuevas tecnologíasse fue difundiendo con mayor rapidez a medida quefue pasando el tiempo. La división tradicional quepodemos encontrar en cualquier libro especializadoes la siguiente:

El Paleolítico

Paleolítico InferiorAbarca desde el 2.500.000 hasta el 125.000,

coincidiendo con una serie de glaciaciones cíclicasdenominadas Günz, Mindel, Riss I y Riss II. Estasglaciaciones fueron especialmente duras en la zonasnorte y central de Europa. Para el caso de laPenínsula Ibérica, se dejó sentir en el norte peninsu-lar –franja Cantábrica y Pirineos– y en los lugares dealta montaña del interior. Nuestra comunidad noexperimentó los rigores que sufrieron en otros luga-res europeos. El clima en Madrid era templado,húmedo, y alternaba con las épocas glaciales.

Durante este período, los restos humanos en-contrados corresponden al Homo erectus, que, desdeAfrica, se extendió por Asia y Europa; el Homo ante-

Introducción histórica

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cessor, cuyos huesos se han encontrado en el yaci-miento burgalés de Atapuerca, con una antigüedadde más de 800.000 años; y el Homo heidelbergensis,cuya denominación procede del lugar donde seencontraron los primeros restos, la localidad alema-na de Heidelberg, y con una datación que ronda los500.000 años, especie que también se encuentra enel yacimiento de Atapuerca. Por desgracia paranuestra comunidad autónoma no se han encontradorestos humanos de estas especies en los yacimientosde esta época, lo que no significa que no estuvieranpresentes en el territorio.

Las culturas de este período se caracterizan poruna industria lítica en la que los instrumentos estántallados principalmente en cuarcita, sílex y cuarzo.Son dos: la Pebble Culture, o Cultura de cantos tra-bajados, donde los útiles son guijarros, con un traba-jo muy simple; y la Cultura achelense, caracterizadapor bifaces. De estas dos industrias, que correspon-den al Paleolítico Inferior, en los yacimientosmadrileños tan sólo hemos podido encontrar útilesque corresponden a la segunda de ellas, la corres-pondiente a la cultura achelense.

Los yacimientos se situan al aire libre, en lasterrazas de los ríos y, también, más escasos, en cue-vas. Las principales zonas con restos son la cornisacantábrica, la Meseta, Cataluña y Andalucía –ElCastillo, Torralba, Ambrona, Áridos, Atapuerca,Bañolas, Cova Negra–. En la Comunidad de Madridlos principales y vestigios los encontramos en lasriberas de los ríos y en las confluencias de los ríosManzanares, Jarama, Henares y Tajo. En estas zonasel tipo de asentamiento debió ser al aire libre, cercadel río donde despiezaban a sus presas y donde ela-boraban los diferentes útiles necesarios para subsis-tir en aquellas condiciones tan duras. Posiblementese refugiarían en pequeños habitáculos hechos conramas sobre un lecho de hojarasca y en accidentesdel relieve que pudieran ser usados como refugio. Ladatación de estos yacimientos madrileños apenassupera los 370.000 años, por lo que falta un amplioperíodo de tiempo anterior del cual no tenemosinformación en nuestra comunidad.

Entre los excavaciones madrileñas destaca, conespecial interés, el de Áridos, donde se han encon-trado una abundante cantidad de restos líticos juntoa restos de diferentes especies animales, entre elloslos de un elefante descuartizado allí mismo. Los res-

tos líticos encontrados nos permiten conocer congran precisión qué diferentes tipos de herramientasse usaron para descuartizar al animal. Las herra-mientas empleadas por los primeros hombres sefabricaban según el uso que se les fuera a dar, porello encontramos útiles para cortar, rasgar, desollar,machacar, perforar y cualquier otra utilidad quepodamos imaginar como necesaria para sobreviviren aquella época.

En cuanto a la forma de vida que llevaban estosindividuos podemos hacernos idea que no debía serfácil la subsistencia. Es muy probable que se escon-dieran cerca de los abrevaderos de los animalesesperando darles caza, aunque también se dedicaríana la recolección de frutos silvestres como comple-mento a su dieta. Aprovechaban, de la caza, para lavide diaría, carne y grasa para alimentarse, pielespara abrigarse, y huesos para herramientas, aunqueel principal material para fabricar sus utensilios erala piedra. Los Homo erectus fueron los primerosseres humanos cuyos restos están asociados con elfuego: se conoce que lo manipularon, que cocieronalimentos y realizaron agujeros en el suelo para ins-talarlo. Nos queda por saber cómo se produjo aquelproceso de conocimiento del fuego.

La importancia que tendrá el uso del fuego seráextraordinaria para el ser humano, lo usará para

PREHISTORIA

1. Edad de Piedra: Paleolítico que se divide a su vez en tres etapas:Paleolítico Inferior 2.500.000——125.000 a.C.Paleolítico Medio 125.000—— 35.000 a.C.Paleolítico Superior 40.000—— 10.000 a.C.2. Mesolítico o Epipaleolítico: 10.000—— 6.000 a.C.3. Neolítico: 6.000—— 3.000 a.C.4. Edad de los Metales que se divide a su vez en tres etapas:Edad del Cobre o Calcolítico: 2.500——1.800 a.C.Edad del Bronce: 1.800—— 750 a.C.Edad del Hierro I 750—— 500 a.C.Edad del Hierro II 500—Romanización

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alumbrar las largas noches, para defenderse de posi-bles depredadores, para cazar a sus presas, para coci-nar los alimentos o para endurecer útiles realizadosen madera.

La flora y fauna que encontramos asociada alos restos es muy variada, ya que el PaleolíticoInferior abarca un amplio período de tiempo. Estaamplitud nos lleva a que las especies que se hanencontrado correspondan a tres momentos diferentesde la época geológica del Pleistoceno.

Aquí debemos aclarar que no se debe confun-dir una época geológica con un período histórico. ElPleistoceno es una época geológica que se divide entres momentos: Antiguo, Medio y Superior; que sedesarrolla entre 2.000.000 y 10.000 años antes deCristo, y coincide, en gran parte con el Paleolítico.

En la época del Pleistoceno existieron muchasespecies animales que ya no existen en la actualidad,es el caso de un antepasado del elefante de colmillosrectos, y del mamut de colmillos retorcidos, équidosprimitivos, los cérvidos más antiguos, el rinocerontede estepa y el lanudo, el hipopótamo, el bisonte deestepa, el toro primitivo llamado uro, el ciervocomún y el corzo. También encontramos especiesque siguen existiendo en la actualidad, como las for-mas más recientes de équidos, cérvidos, bóvidos, eljabalí, y el lobo común. Además existen restos detoda una microfauna –sapos, ranas, reptiles, avesdiversas, roedores de todo tipo– que nos dan unaidea de la riqueza faunística que albergaba Madriddurante el Paleolítico Inferior.

El conocimiento de esta fauna nos llega a tra-vés de los restos animales encontrados y datados,entre estos yacimientos destacan, además del men-ciado de Áridos, el Cerro de los Batallones. Esteúltimo es de especial interés, no sólo por encontrar-se no muy lejos de Humanes, concretamente enTorrejón de Velasco, sino por la antigüedad de losrestos encontrados. En el Cerro de los Batallones sehan encontrado, en un muy buen estado de conser-vación, un total de veinticinco especies diferentesde animales anteriores al Paleolítico, los animales seremontan a nueve millones de años y entre los restosmás curiosos destacan los vestigios de cincuentatigres de dientes de sable, un impresionante carnívo-ro dotado con unos grandes colmillos aserrados dequince centímetros de largo.

Paleolítico Medio

Se enmarca entre el 100.000 y el 35.000, coin-cidiendo con los estadios de la glaciación Würm –Iy II–. Al igual que en el Paleolítico Inferior, los perí-odos glaciales que se experimentaron en nuestracomunidad, fueron menos extremos que los produci-dos en otros lugares del norte peninsular y del restodel continente europeo, por lo que las característicasclimáticas no variaron en exceso con respecto a laépoca anterior.

Los restos humanos que vamos a encontrardurante el Paleolítico Medio en nuestro país serán deHomo neanderthalensis, especie evolucionada enEuropa que luego se fue extendiendo hacia OrienteMedio, sus restos se encuentran sustituyendo a losde las especies del Paleolítico Inferior y dominarán,de manera clara, todo el período que abarca elPaleolítico Medio hasta la llegada al continenteeuropeo del Homo sapiens sapiens. Estas dos espe-cies convivirán durante un periodo de tiempo, hastaque el Homo neanderthalensis desaparece por com-pleto. Se considera que ambas especies son diferen-tes y que no existió ninguna mezcla entre ellas, perorecientes estudios publicados plantean la posibilidadde una unión de ambas, aunque aún quedan muchosestudios por realizar, y dicha posibilidad no pasa deser una mera hipótesis. En la Comunidad de Madridabundan las huellas arqueológicas de esta época,aunque, por desgracia, apenas se han encontradorestos óseos, en cambio, contamos con una impor-tante muestra de utensilios correspondiente a estosmomentos. Los pocos vestigios óseos de individuospertenecientes al Homo Neanderthalensis se hanencontrado en el yacimiento de Pinilla del Valle, conuna antigüedad de alrededor de 100.000 años. Juntoa los restos humanos se han descubierto piezas líti-cas del Paleolítico Medio, así como diferentes restosde animales.

La cultura de este período es la llamada muste-riense que se asocia al hombre del Neandertal. Esuna cultura con una industria lítica de útiles sobrelascas. Creaban la talla a partir de un núcleo de pie-dra preparado para tal fin, es un estilo que se va amantener sin apenas innovaciones durante casi todoel Paleolítico Medio, sólo al final del período seobservan algunas innovaciones, posiblemente refle-

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jo de la influencia que ejercieron los Homosapiens. Algunos asentamientos de laMeseta son al aire libre, en las terrazas delos ríos, aunque el hábitat más usual es encuevas. Los yacimientos donde se hanencontrado restos del Paleolítico Medioestán en la cornisa cantábrica, Cataluña,Valencia, Andalucía, y en la Meseta. Sehan encontrado restos óseos de HomoNeanderthalensis en Gibraltar, Bañolas,Cueva del Pinar en Granada y Cova Negraen Valencia. En Madrid, debido a que elclima era más suave que en la zona nortede la península, los asentamientos son alaire libre cerca de los ríos, aunque tambiénaprovechaban los refugios naturales enzonas de media ladera cuando el tiempoera más frío. Para protegerse del frío usa-ban ramas y hojarasca, que asentaban conpiedras y cubrían con pieles o barro.Además, contaban con el conocimientodel fuego, que usaban no sólo para cocinarlos alimentos sino también para alumbrar-se en las largas noches y darse calor en lasépocas de más frío.

Entre los yacimientos madrileñoscorrespondientes al Paleolítico Medioocupa un lugar destacado el yacimiento deSan Isidro, su importancia no sólo se debea los restos encontrados, sino también alhonor de ser el primer yacimiento prehis-tórico de nuestro país. Corría el año 1862,cuando el geólogo e ingeniero de minasmadrileño, Casiano del Prado, junto a losfranceses Verneuil y De Lartet, descubrenrestos del Paleolítico Medio, concretamen-te del estilo musteriense, en el cerro de SanIsidro, situado frente a la entrada delcementerio del mismo nombre.

Su subsistencia se basaba en el éxitoa la hora de cobrar la pieza, por lo quedesarrollaron diferentes técnicas paracazar, desde la clásica persecución, ace-cho y ojeo, hasta otras más refinadas,como la aproximación mediante engaños ,camuflajes y trampeo. El hombre deNeandertal contaba con casi todas lasvariedades de utensilios necesarios, aexcepción del arco, las flechas y las lanza-

Casiano del Prado. Cortes estratigráficos y

materiales del yacimiento deSan Isidro.

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deras de azagayas que corresponden al PaleolíticoSuperior. Pero no se limitaban a cazar, también erancarroñeros y recolectores de vegetales, frutos y raí-ces, gracias a su alto conocimiento del medio dondehabitaban.

Tenían una fuerte cohesión social entre los dife-rentes miembros de la tribu, todos ejercían una labordentro de sus capacidades. Posiblemente, en unadivisión básica defunciones, el hom-bre era el encarga-do de la caza mien-tras que la mujer seocupaba del cuida-do de la familia yde la recolecciónde productos sil-vestres. A pesar deesta organización,la mortandad eramuy elevada y laesperanza de vidamuy baja, hay queentender las enor-mes dificultadesque suponía sobrevi-vir en aquellos tiem-pos tan duros. Podríamos destacar de los Nean-dertales su actitud ante la muerte, podría decirse queexiste sentimiento religioso hacia los fallecidos de lafamilia. Ciertos ritos funerarios muestran la disposi-ción de algunos enterramientos donde aparece elcuerpo en posición fetal, en otros los cadáveres sepintaban de ocre rojo y se colocaban junto al difuntoplantas o las armas del mismo.

Llama la atención la ausencia durante granparte del Paleolítico Medio de cualquier tipo decollar, brazalete u adorno personal; tan sólo al finaldel periodo encontramos objetos de esta naturaleza,un ejemplo más de la influencia que ejercieron losrecién llegados Homo Sapiens sobre el hombre deNeandertal.

La flora y fauna que hemos encontrado asocia-da a los restos de este período es la típica de la épocageológica del Pleistoceno Superior: grandes herbívo-ros, el ciervo, el caballo y el gran bóvido; en menorescala la cabra, el corzo y el jabalí; también aparecenosos, hienas y el zorros.

Paleolítico Superior

Se desarrolla entre el 35.000 y el 10.000, coincidien-do con la ultima etapa de la glaciación Wurm –III yIV–. Al igual que en las dos etapas precedentes, losrigores del clima con intervalos de glaciación no fue-ron en nuestra comunidad tan severos como en otraszonas peninsulares y europeas.

Con elP a l e o l í t i c oSuperior apare-ce en escena elúltimo eslabónde la evoluciónhumana: el Ho-mo sapiens sa-piens . Apareceen África haceunos 300.000años, y desdeallí se irá exten-diendo por todoel planeta, lle-gando hasta elc o n t i n e n t e

americano. Al llegar a Asia se encontrará al Homoerectus que habitaba aquellas tierras, y al HomoNeanderthalensis que vivía en Europa. En amboscontinentes existirá un período de convivencia hastaque, finalmente, quede como única especie Homosapiens sapiens. Esta época de convivencia entre lasdos especies diferentes es especialmente interesantepor los interrogantes que se plantean en cuanto a lasrazones de la extinción de una de ellas. El hombremoderno llega por primera vez al continente europeohace unos 40.000 años y los restos más modernos delHomo neanderthalensis encontrados datan de hace30.000 años, por tanto durante unos 10.000 años coe-xistieron en Europa dos especies. La sustitución delos Neandertales por los Homo sapiens sapiens fuegradual y los últimos reductos se encontraban en laPenínsula Ibérica, más concretamente en zonas de laCordillera Cantábrica y en Gibraltar. Esos diez milaños de convivencia se corresponden con los últimoscinco mil años del Paleolítico Medio y los primeroscinco mil años del Paleolítico Superior. Muchas sonlas hipótesis formuladas para hacernos entendercomo fue posible la extinción del Neandertal.

Neandertales

Introducción histórica

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Algunas nos hablan de un enfrentamiento directoentre las dos especies, donde la superioridad técnicadel Homo sapiens sapiens se impuso a la fuerza físi-ca del Homo neanderthalensis. Otra teoría noscomenta como las enfermedades traídas por la nuevaespecie hicieron mella en el sistema inmunológicode los neandertales. También se nos dice que elempuje de la nueva especie fue marginando a losneandertales hacia zonas con escasos recursos ali-menticios. Lo cierto es que la superioridad y varie-dad tecnológica del Homo sapiens terminó porimponerse, una prueba es la gran influencia queejercieron sobre las industrias y costumbres quedesarrollaban los neandertales.

Producto de la enorme variedad tecnológica dela nueva especie en este último período delPaleolítico, la industria lítica se va a diversificar yespecializar, lo que permite la disminución del tama-ño de los artefactos, útiles múltiples, compuestos, yla técnica de extracción laminar. Las culturas líticasde este periodo son las siguientes: el auriñaciense–que ya cuenta con útiles óseos–, el gravetiense, elsolutrense y magadaleniense.

Como hemos comentado en una de las culturasde la época también hay una industria ósea con aza-gayas, agujas perforadas en la cabeza, mientras queya propiamente de la época magdaleniense son losarpones y el propulsor. Una característica de estaépoca es la aparición de elementos de adorno, obje-tos taladrados en hueso, piedra, conchas marinas,dientes de animal, etc. para ser colgados.

El Homo sapiens sapiens sigue siendo cazador,aunque ahora amplia su armamento, perfecciona lastrampas para cazar y crea anzuelos de piedra y huesopara pescar con más facilidad, también creará repre-sas artificiales para obtener más pescado.

Aunque ya existía una cierta idea religiosa enel Homo neanderthalensis, será con esta nueva espe-cie cuando se generalice y se diversifique el senti-miento mágico–religioso. La figura del hechicerocobra una importancia trascendental, él será el inter-mediario para lograr una buena caza –las obras artís-ticas del la época representan en gran medida anima-les, algunos con signos propiciatorios–, para unabuena fecundidad de la familia – las famosas venus,:representaciones femeninas con los atributos defecundidad exagerados–, y un buen tránsito a la otravida de aquel que muere y deja la tribu.

El hábitat era frecuente en zonas de paso de lasmanadas de animales o cerca de sus abrevaderos, yel asentamiento junto a los ríos o junto a la costa. Elhombre vive al aire libre, especialmente en el medi-terráneo, en abrigos y entradas de cuevas, cuyo inte-rior se reserva para santuario.

Los yacimientos con restos del Homo sapienssapiens los encontramos en el Pirineo catalán,región cantábrica, Meseta, Levante y Andalucía. Enel caso de nuestra comunidad autónoma llama laatención la escasez de yacimientos con restos líticosy óseos que nos permitan marcar las épocas de ocu-pación de nuestro territorio.

Durante este periodo la cornisa cantábrica ten-dría un clima mucho más frío que el actual, con unpaisaje de estepa, con algunos bosques de taiga, yexistencia del mamut y del rinoceronte lanudo;mientras en el litoral mediterráneo el clima era tem-plado y relativamente seco.

Recolección. Homo sapiens.

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Arte PaleolíticoEl arte aparece por primera vez durante el

Paleolítico Superior. Estas primeras manifestacionesartísticas se agrupan en dos formas de realización: elarte rupestre y el arte mobiliar. En ambos casos losejemplos en nuestra comunidad son escasos y tansólo podemos destacar los restos encontrados en lacueva del Reguerillo –en el término municipal dePatones– con una serie de grabados de temática zoo-morfa, antropomorfa y de signos.

El arte rupreste es el realizado en las paredes ytechos de cuevas y abrigos. Este arte es aportaciondel hombre del Paleolítico Superior. Su dataciónrepresenta un gran problema, ya que la mayoría delas veces aparece aislado sin útiles líticos caracte-rísticos asociados. Los colores fun-damentales son el negro y rojo. Seempleaban los relieves de la rocapara dar idea de volumen, como ocu-rre con los bisontes de Altamira.Entre los animales representadosencontramos el caballo, el bisonte, lacabra montés, el toro salvaje, el reno yel ciervo. Peces, osos, mamuts, felinos ypájaros aparecen muy esporádicamente.Las figuras humanas o humanoides sonmuy variadas, desde muy detalladas atotalmente esquemáticas. También serepresentan manos en negativo y enpositivo, así como signos. Diversasteorías interpretativas han jalonadola investigación de este artePaleolítico: como magia propiciatoria, lade la reproducción, totémicas, etc. En definiti-va, una manifestación más o menos simbólica yreligiosa.

El arte parietal paleolítico hispano-francéspresenta una gran homogeneidad. En España des-taca el Cantábrico –cueva de la Peña de Candamo,cueva de Tito Bustillo, El Pindal, El Buxu, Las

Herrerías, La Loja, todas ellas en Asturias–. EnSantander la primera en importancia es la deAltamira, luego el núcleo troglodita de Monte delCastillo, Puente Viesgo –Santander–. También hay

representaciones en la Meseta –Casares enGuadalajara-, Levante, Andalucía, Extrema-dura –Maltravieso– y Portugal, alguna de ellas

al aire libre –Domingo García, SiegaVerde, Foz Côa–.

El arte mueble esaquél que se puede transpor-

tar. Su cronología presentamenos problemas, ya que apa-rece incluido mas frecuente-

mente en los niveles arqueoló-gicos. Este arte se realiza sobrehueso, marfil, asta de ciervo, enplaquetas de piedra, cantos roda-dos y fragmentos de bloques.

Los útiles más típicos en laPenínsula Ibérica son las azaga-yas, arpones, bastones de man-

do y varillas. Presentan mo-tivos geométricos y figu-raciones de animales. En

las cuevas de El Castillo yAltamira hay omóplatos grabados.

Las piezas se trabajaban con buriles,perforadores, denticulados y raspadores.

Algunas piezas se decoraban con pintura.Los temas representados corresponden a

representaciones zoomorfas, antropomorfas ysignos, algunos de difícil interpretación.

Calco de Altamira.Reconstrucción de pincel.

Piel de tejón.

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Neolítico de cuevas.

Industria ósea. Aguja.Cerámica de Boquique o de punto en raya.

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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El Mesolítico o Epipaleolítico

Este período denominado Epipaleolítico oMesolítico abarca, aproximadamente, desde el10.000 hasta el 6.000 a.C., y coincide con unmomento de transición entre la desaparición de losmodelos de vida propios del Paleolítico y la apari-ción paulatina de unas nuevas formas, ya relaciona-das con el Neolítico.

En nuestro país podemos encontrar, correspon-diente a este período dos grandes áreas:

a La costa cantábrica, con yacimientos en cue-vas y restos que pertenecen a la cultura aziliense.Presenta materiales microlíticos que siguen las pau-tas del magdaleniense superior aunque con unamenor presencia de útiles óseos. Existen, en lamisma zona, restos de otra cultura especializada en

el marisqueo, conocido como el asturien-se cantábrico. El asturiense cantábricoes una de las llamadas culturas de losconcheros, así llamada por la granacumulación de conchas a la entrada delas cuevas, que aparecen por todo ellitoral europeo; son yacimientos muycercanos a la costa, dada su base econó-mica, la recogida de moluscos de roca.

a El litoral mediterráneo se divi-de en dos complejos industriales: micro-láminar y geométrico, el primero en SanGregori y el segundo en el Filador yCocina. En ambos casos la mayor parte delos yacimientos son en cuevas. De esta época yzona es el arte rupestre levantino. Seconoce con este nombre al conjuntode representaciones figurativas quetienen lugar en los abrigos de losbarrancos y quebrados del sector oriental de laPenínsula Ibérica. Es una pintura de tintas planasmonocromas, el pigmento más abundante es el rojo,y más escasamente el negro y el blanco. Con escenasy figuras de grupo, los temas generales son animalís-ticos, aunque también hay figuras humanas desnu-das, vestidas con o sin tocado, armas, adornos; enocasiones aparecen cazando, danzando, guerreando,recogiendo frutas o miel, en tareas agrícolas; tam-bién hay huellas de animales, zigzags, puntuaciones,etc. La cronología de este arte rupestre levantino esaún conflictiva y problemática, y las dataciones delos distintos autores varían.

Esta época en nuestra comunidad resulta algooscura por la enorme dispersión de los restos y laescasez de los mismos.

El Neolítico

El Neolítico abarca, aproximadamente, desdeel 6.000 hasta el 2.500 a. C. La llegada delNeolítico, también conocido como Revo-

lución Neolítica, supondrá un cambio radical para elhombre. A partir de este momento cambiarán loshábitos, las relaciones sociales, la concepción de lavida, las creencias, las tecnologías, en definitiva todala existencia del ser humano. El principal cambio seinicia con el método para obtener el alimento, con laaparición de la agricultura y la domesticación de los

Megalitismo. Ortostato dolménico con grabados solifor-mes, serpentiformes, ramiformes y cazoletas indicativos

del profundo cambio cultural producido a partir delNeolítico.

arpón de huesocon ojal.

Introducción histórica

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animales, ya no será necesario realizar peligrosaspartidas de caza para dar de comer a la tribu, y a par-tir de entonces la comida puede estar a las mismaspuertas de la vivienda. Tras este cambio vienentodos los demás: serán necesario nuevos útiles paralos nuevos trabajos lo que significará novedades enel método de obtención del utensilio, se pasará de lapiedra tallada a la piedra pulimentada. La viviendatambién se verá afectada, desde los abrigos naturalesno será posible vigilar los campos ni el ganado, ade-más se necesita un lugar adecuado donde almacenarlos alimentos producidos, nace así la arquitectura yel hombre se hace sedentario. Para transportar losalimentos y almacenarlos será necesario una nuevainnovación como la cerámica, al principio elaboradade manera muy tosca y posteriormente con unamayor calidad en su ejecución. En la vestimenta, lamateria prima ya no será, únicamente, pieles de ani-males, aparecerán la lana y el lino con los que elabo-rar tejidos, y para transformarlos serán necesariasnuevas herramientas como los telares. Para defenderesta nueva forma de vida se tendrán que organizar engrupos armados y mantener sus posesiones. Con losexcedentes alimentarios se podrán superar las épo-cas de carestía alimentaria obien comerciar con lasotras tribus paraintercambiar pro-ductos, con esto sefomenta el comer-cio y el intercambio deexperiencias.Las creen-cias religiosas se acen-túan y aparecen dife-rentes toté-micas. Losdioses, comolas activida-des, se multi-plican. Tambiénse inicia la mi-nería, aunqueno la relacionada con la metalurgia, sino de otro tipocomo la obtención de sílex para fabricar herramien-tas, y la obtención de sal. Esta gran variedad de acti-vidades que realiza en este momento el hombre sóloserá posible mediante una especialización en el tra-bajo: unos serán los pastores, otros los agricultores,otros los ceramistas, otros los tejedores, otros los

sacerdotes, otros los guerreros, otros los comercian-tes, y así según vayan naciendo nuevas actividadeseconómicas. Todo ello significará una estratificaciónsocial, desaparecerá la idea de pertenencia a unatribu y naceré la idea de pertenencia a una comuni-dad más amplia.

Estos cambios se produjeron en diferenteszonas del planeta con una característica común, sonsociedades hidraúlicas, surgieron cerca de grandesríos caudalosos. La Revolución Neolítica se inicióen el llamado Creciente Fértil, en la zona de OrientePróximo. Desde aquí se fue extendiendo hacia Áfri-ca, Asia y Europa. En nuestro continente las zonasdel Mediterráneo oriental fueron las primeras enrecibir estas influencias, mientras que a nuestro país,al encontrarse al otro extremo del Mediterráneo, lle-garon los avances neolíticos con mayor retraso, sien-do las primeras zonas en tomar contacto con lanueva realidad cultural las zonas del Levante,Cataluña y Andalucía; desde aquí penetrará en elinterior peninsular.

Podemos diferenciar en nuestro país diferentesmomentos dentro del Neolítico:

El llamado Neolítico anti-guo se ubica en Cataluña,

Valencia y Andalucía, conhábitat en cuevas. La cerá-

mica más característica es lacardial, así llamada por ser la

concha del Cardium, edulis, elcomún berberecho, la más

empleada para decorar estacerámica, si bien en An-

dalucía se usan peines ypunzones para la

decoración.En el llamado

Neolítico pleno lacerámica cardial

cede ante la decora-ción con incisionese impresiones.

Hacia el final aparece la decoración a la alma-gra, en la que se recubre la cerámica con arcillamezclada con óxido de hierro o almagre, consi-guiéndose un color rojo tras la cocción. En Cataluñase desarrolla la Cultura de los sepulcros de fosa, lacual presenta enterramientos en fosas ovales o enpequeñas cistas de piedra. En ellos los cadáveres

Megalitismo. Dolmen de Los Mellizos. Valencia de Alcántara.

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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aparecen junto a un ajuar. En la Meseta central des-taca el yacimiento de Verdelpino, en cueva, con ves-tigios de ganado vacuno doméstico. En el resto de lapenínsula hay pocos datos de la fase Neolítica. En elnorte, País Vasco, etc, la neolitización es muy tardíay centrada en la ganadería.

En el caso de la Comunidad de Madrid la apa-rición de la agricultura no se produce hasta, aproxi-madamente, el año 6.500 a.C., sin que sepamoscomo se produjo la transición hacia los métodos deproducción agrícola, aunque seguramente entre el7.000 y el 5.000 a.C. se fue alternando la caza conuna incipiente producción agrícola. En nuestracomunidad los yacimientos encontrados, aunque noespecialmente significativos, nos sitúan ante cabañasde formas ovales o circulares, con un hogar cubetaen el interior, y un agujero que debía servir de postecentral. La información de este tipo de hábitat nosllega a través de los llamados «fondos de cabaña»,término que sirve para referirse a las excavacioneshechas en el suelo por los hombres de aquellos tiem-pos. Estas excavaciones serían la base de una vivien-da cuyo alzado debía ser de madera revestido dearcilla. Estos fondos presentan manchas circulares uovales lo que nos da idea de su perímetro.

En el territorio madrileño contamos con dosimportantes ejemplos de explotaciones mineras quese iniciaron con el Neolítico, una de ellas es la explo-tación minera de sílex en la zona de Casa Montero enun loma cercana a Mejorada del Campo, y la otra esla explotación salina de Espartinas en Ciempozuelos.En la explotación minera de Casa Montero se hanencontrado más de 2.600 pozas de diámetro reduci-do, cerca de un metro, con una profundidad de sietemetros, de donde arrancaban el sílex para fabricarutensilios. Estas fosas fueron recubiertas con tierraque contenía fragmentos de cerámica, usados en larecogida del mineral, cuya datación nos sitúa en laépoca Neolítica en sus inicios en la PenínsulaIbérica. Cómo nota curiosa hay que destacar que eldescubrimiento de estos restos obligó a suspender lasobras de la M-50 que se realizaban en la zona y avariar el trazado de la misma. El otro gran yacimien-to minero son las Salinas de Espartinas cuya explo-tación se remonta a la época final del Neolítico yprincipios del Calcolítico, los restos cerámicos aquíencontrados nos sitúan en esa época de transiciónentre el Neolítico y la Edad del Cobre. Esta cerámi-

ca era la usada en aquella época para contener elagua salobre, a continuación se calentaba la cerámi-ca, colocándola al fuego, para que se evaporara elagua y de esta manera obtener la preciada sal.

Respecto a los yacimientos de la Comunidad deMadrid correspondientes a la época Neolítica seencuentran los de Cueva del Aire y la Higuera en eltérmino de Patones, el Aranero de Arganda en el tér-mino de Arganda del Rey, Los Vascos y el Arenerode Valdivia en el término de Villaverde o LaDeseada en el término de Rivas Vaciamadrid.

La Edad de los MetalesLa Edad del Cobre

La Edad del Cobre o Calcolítico abarca desde el2.500 hasta el 1.800 a.C. El tercer milenio supondrála entrada de la Península Ibérica en la economía delos metales. Los avances técnicos, la expansión de laagricultura y las modificaciones en la estructurasocial de los grupos humanos primitivos se encuen-

Enterramiento en El Argar con diadema de oro yajuar metálico. Lámina de Luis Siret.

Introducción histórica

tran íntimamente relacionados con la aparición denúcleos preurbanos en el territorio peninsular. Lafabricación de numerosos instrumentos, armas decobre y algunas piezas decorativas de plata y orocoincidió con un renacimiento en el trabajo de la pie-dra, especialmente el sílex. Esta época de los metalessignificará una mejora en la tecnología que van adesarrollar los seres humanos de aquellos tiempos.La aparición de los metales como materia primaque va sustituyendo gradualmente a la piedra seproduce con la Edad del Cobre, a la que seguirán,según se mejoren los conocimientos y la técnicaempleada, la Edad del Bronce y la Edad delHierro.

El hábitat presenta viviendas circulares depiedra, que se orientan normalmente sobre pro-montorios de difícil acceso, a los que a veces,como el de los Millares, se dota de defensasartificiales. La actividad metalúrgica consoli-dada se atestigua con seguridad en laPenínsula a mediados del III milenio con lacivilización de los Millares.

Con la Edad del Cobre aparecen nuevascaracterísticas culturales como son el fenó-meno del megalitismo y la cerámica campa-niforme.

La cultura megalítica abarcaría desdeun Neolítico avanzado hasta la Edad delBronce inicial, y se extendería por el sur deEscandinavia, la fachada Atlántica,Francia, la Península Ibérica, elMediterráneo, sus islas y el Egeo. Secree que este fenómeno del megali-tismo no es uniforme ni contem-poráneo en el tiempo. Se vecomo una forma de expresióncultural de los pueblos europe-os, plasmada en grandes cons-trucciones de piedra, cuya fina-lidad y morfología difieren según las zonas:

dólmenes: cámaras de ortostatos de piedra cubier-tas con losas horizontales.

galerías cubiertas: forman un gran corredor delosas cubiertas por otras horizontales.

dolmen de corredor o sepulcro de corredor: setrata de un corredor al final del cual se accede a unacámara circular, cuadrada, simple, múltiple, etc.,cubiertas también con losas horizontales o bien con

falsa cúpula hecha por aproximación de hiladas,cubiertas con túmulos de tierra y anillos exteriores depiedra..

menhir: se trata simplemente de una piedra hinca-da en la tierra.

cromlech o henge de estructura circular.En la Península Ibérica la primera etapa

megalítica se situaría a fines del IV milenio, y secaracteriza por la construcción de círculos depiedras con funciones funerarias.

Desde el 2500 existe la cultura de losMillares, caracterizada por las tumbas decorredor, a veces denominadas tholos, cubier-tas con falsa cúpula, con pasillos de accesocompartimentados por lajas o puertas perfora-das, y refuerzos de anillos pétreos concéntri-cos que sujetan las tierras de los túmulos cir-culares.

Relacionado con el mundo del megali-tismo en el Aula arqueológica del Institutode Educación Secundaria Humanes, en lapropia localidad de Humanes de Madrid,existe una réplica en granito de cómo debíaser uno de esos monumentos megalíticos,concretamente un dolmen de corredor confinalidad funeraria. En esta experienciaeducativa se intenta motivar a los alumnospara un conocimiento de la historia a tra-

vés de una práctica diferente a las habi-tuales en el aula. Los enterramientosque encontramos en este Aula de

arqueología abarcan diferentes épo-cas históricas correspondientes a

las diferentes etapas de laEdad de los Metales, y tum-bas que caracterizan a grupossociale y circunstancias diver-

sas –tumba del guerrero, delcaballero, del herrero, de la reina, la tumba expolia-da,– de la Edad del Hierro.

En nuestra Comunidad encontramos un ejem-plo de monumento megalítico en la sierra, concreta-mente nos referimos al dolmen de Entretérminos,localizado entre Alpedrete y Collado Villalba.

La cultura del Vaso Campaniforme se difundepor Europa central y occidental al principio de laEdad de los Metales. Es una cerámica de lujo, acam-panada y con profusa decoración. Hasta hace poco se

Alabarda de cobre. Los Millares.

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Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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consideró que existía una Cultura del Vaso Campaniforme,actualmente se han distinguido grupos distintos.

En la Península Ibérica hay dos variedades: una de tipomarítima, más antigua y de color rojizo, y otra de tipo continen-tal. Ambas se dan a finales del III milenio hasta el primer cuar-to del II milenio. Con la aparición de los campaniformes conti-nentales se introducen tres novedades en la Península Ibérica:

sustitución de las viejas tradiciones funerarias de enterra-mientos colectivos por tumbas individuales.

cierta generalización del cobre.aparición de la orfebrería, los objetos de adorno que hasta

entonces se habían realizado en otro tipo de materiales se reali-zan a partir de ahora con la nueva materia prima metalúrgica.

Se interpreta el vaso campaniforme como un elemento deprestigio social ya que los encontraremos en muchas tumbas dela época junto con el resto del ajuar del difunto –armas, cerámi-cas, adornos personales, etc.–

La tipología campaniforme desarrolló en nuestraComunidad el estilo Ciempozuelos. Entre los abundantes yaci-mientos madrileños correspondientes a la Edad del Cobre cabeseñalar El Ventorro y Las Carolinas en Villaverde, los diferentesyacimientos del valle del Tajuña, La Esgaravita en Alcalá deHenares, el yacimiento de Cantarranas en la Ciudad Uni-versitaria, o El Espinillo en la carretera de Andalucia.

Edad del Bronce.La Edad del Bronce se inicia como producto de una mejora enla obtención de materiales metálicos. El bronce es el resultadode una aleación –mezcla– de cobre y estaño, que va a resultar deuso más eficiente que el cobre. Se iniciará la sustitución de losmateriales líticos y de cobre por los realizados en bronce.

Esta Edad del Bronce se inicia hacia el 1.800 hasta el 750a.C. aproximadamente, y se subdivide en otros tres períodos:Bronce Antiguo entre el 1.800 y el 1.500, Bronce Medio desdeel 1.500 hasta el 1.200, y Bronce Final hasta el 750 a.C.

Esta nueva Edad no supondrá un cambio radical en las cul-turas hasta entonces existentes, así en la meseta perviven losmateriales de la civilización campaniforme de estiloCiempozuelos. En la zona noroeste de la Península Ibérica apa-recen los petroglifos o grabados ruprestes al aire libre, sobrecanchos de granito.

Pero la cultura más relevante durante el Bronce Antiguo yMedio de la Península Ibérica es la cultura del El Argar. Secaracteriza por reunir en el mismo espacio hábitat y necrópolis.Los enterramientos, normalmente bajo las viviendas, suelen serindividuales. A veces se entierran en cistas o en tinajas de cerá-mica –pithoi–. Suelen presentar ajuares, a veces muy ricos.

Bronce: estela decorada de guerrero.

Introducción histórica

Con la llegada del Bronce final encontramos lacultura de los Campos de Urnas en la zona norestede la Península Ibérica, desde el siglo XII a.C., esuna cultura de una población de origen indoeuropeo,que practican la incineración. Los restos calcinadosse recogen en urnas depositadas en hoyos; ocupabancuevas excepcionalmente, siendo más normal laexistencia de casas rectangulares.

En el occidente peninsular el avance de lametalurgia es importante, imponiéndose poco apoco sobre las costumbres existentes. . En el inte-rior peninsular llega a su apogeo la denomina-da cultura Cogotas I, caracterizada por unacerámica troncocónica y de perfiles care-nados, con rica decoración usando diver-sos sistemas: incrustaciones, incisiones,excisiones, impresiones, puntillados o deboquique de punto y raya. Esta cultura desta-ca por practicar enterramientos de inhu-mación.

Junto a esta cultura de Cogotas,también encontramos en laComunidad de Madrid otras dosculturas durante la Edad delBronce: la cultura del BronceClásico con cerámicas carenadasy la cultura Cogeces con unamayoría de cerámicas lisas.

Tenemos varios ejemplosde la Edad del Bronce en nuestra

región. Basta recordar los yacimientos de EcceHomo en Alcalá de Henares, la Cantera de Zarzalejoen San Lorenzo del Escorial, Rivas Vaciamadrid, olos diferentes restos encontrados en el Sector III deGetafe.

Durante esta época se desarrolló en lasBaleares una importante cultura ciclópea, la culturatalayótica, desarrollada en torno a grandes poblados

con murallas. Los monumentos más característi-cos de esta cultura son el talaiot, de plantacircular o cuadrada y estructura troncocóni-

ca, la taula y la naveta.Durante la Edad del Bronce se

inicia la paulatina entrada en laPenínsula Ibérica de pueblos

centroeuropeos que se van mez-clando con los pobladores autócto-

nos. Vienen con costumbres celtas,que se mezclan con las ya existentes

en el territorio peninsular dandolugar a la primera distribución tribal

conocida en nuestro país. Los que seestablezcan en nuestra comuni-

dad, al unirse con los ori-ginarios del lugar, daránlugar a los carpetanos yvettones mencionados en

las crónicas romanas.Con la mejora

en la explotaciónHierro. Guerrero.

Hachas metálicas de la Edad del Bronce.

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Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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agraria, gracias a los nuevos materiales y al uso detécnicas de cultivo como las inundaciones controla-das, el nivel de alimentos aumenta. El fruto se alma-cenará en silos y fondos de cabaña impermeabiliza-dos. La caza ha dejado de ser la actividad primordial.Ahora lo son la agricultura y la ganadería, pero eldesconocimiento de la rotación de cultivos provoca-rá el agotamiento de la tierra, por lo que será necesa-rio emigrar, cada cierto tiempo, a nuevas zonas decultivo. Para defender los poblados y vigilar al gana-do se crean recintos amurallados, situados en lugareselevados, que controlan el entorno y facilitan ladefensa ante cualquier ataque exterior.

Las viviendas son generalmente pequeñas casasde planta circular cuyo material de construcción esvariado, predominando la madera como elementosustentante, zócalos de piedra y adobe, y entramadosvegetales para techos. La distribución de las aldeasdonde se apiñan estas casas es irregular, no siguien-do ninguna trama urbanística planificada, aunque sesolía dejar un gran espacio central para la alimenta-ción del ganado y el almacenamiento del grano ensilos subterráneos.

Edad del HierroLa Edad del Hierro I se desarrolla entre los años 750a.C. al 500 a. C., aproximadamente. Este período noes más que una evolución y una mejora en la meta-lurgia que se estaba empleando hasta esos momen-tos, generalizándose el empleo del hierro para lafabricación de armas y herramientas y el torno dealfarero, que tardará aún en difundirse por las tierrasde interior.

Lo más significativo de esta época es la plenaconsolidación, en el territorio peninsular de los dife-rentes pueblos prerromanos que son mencionadospor los autores latinos que narran la conquista deHispania por parte de Roma.

En la región madrileña se fue configurando lazona de actuación de los carpetanos. Con este pueblose fue introduciendo un tipo de poblamiento situadoen zonas elevadas –cerros–, perfectamente adaptadoal terreno, con tan sólo un lugar por el que acceder alpoblado, lo que suponía una fácil defensa para sushabitantes. Encontramos poblados amurallados, quecontienen en su interior edificios de plantas rectan-gulares, levantados en adobe sobre zócalos de piedracon diferentes estancias según su uso. Ya podemoscontemplar cierta idea de urbanismo en el interior deestos poblados con calles, casas de diferentes tama-ños y una cierta organización urbanística. Ejemplosde estos poblados los encontramos en Dehesa de laOliva en el término de Alpedrete de la Sierra, laOliva en el término de Patones, o el Cerro de laGavia en la zona de Vallecas. La llegada de losromanos supondría el inicio de una nueva era

Hierro. Fíbula zoomorfa.

Mar

isa

Cas

ado

Un castro es un poblamiento en altura fortificado. Se desarro-lla a lo largo del primer milenio a.C., alcanzando su plenituden el Hierro Pleno.

Los castros suelen ser de tipo longitudinal, aprovechando un lugarestratégico en alto que facilita la defensa, reforzada por líneas demurallas, bastiones, torreones defensivos, fosos y piedras hincadas.Suelen elegir para su ubicación un lugar visible, con amplio controlvisual del territorio circundante y las vías de comunicación, frecuen-temente aprovechando un espigón fluvial originado por un meandropronunciado o la confluencia de dos cursos de agua. Aprovechancrestas rocosas, lo que facilita el amurallamiento. Las murallas sesuelen construir con doble fila de paramento pétreo, con una anchu-ra de dos a ocho metros, en seco y relleno de piedras y cascotera.Pueden presentar varias líneas defensivas, adaptadas a las cotas delterreno. A veces presentan engrosamientos circulares –bastiones–adosados a los flancos más desprotegidos y puertas. Estas pueden sersimples vanos, aunque normalmente se construyen en embudo oesviaje. Un andamiaje de maderas recrecería la parte superior. Foso,e hileras de piedras hincadas pueden reforzar aún más la fortifica-ción.

Suelen estar divididos en dos recintos, distinguiéndose la partebaja y la acrópolis, y otras subdivisiones para el ganado.

La acrópolis es residencia de la clase dirigente, integrada por laaristocracia militar, con casas de mayor tamaño y ajuares caracterís-ticos de panoplia de armas en los enterramientos de cremación. Laparte baja suele aportar ajuares domésticos más pobres e inclusomenores dimensiones.

Se han documentado casas de planta circular, generalmente másarcaicas, y de planta cuadrada. En las poblaciones más importantesse reconocen trazas urbanísticas con planificación de manzanas,calles y espacios comunes.

La fábrica de las casas sería de piedra granítica en seco, recrecidacon adobe y techada por un andamiaje de barro y vegetales, con divi-siones interiores, bancos corridos, hogares, vasares, molinos y hor-nos.

Pueden encontrarse en los castros y sus alrededores variados tiposde construcciones: bastiones y puertas de defensa, dobles murallas,fosos, piedras hincadas, viviendas, cercas y establos para el ganado,talleres de cerámica y metalurgia, almacenes, torreones, altares y edi-ficaciones cultuales, canteras, aljibes, basureros, barrios extramuros,necrópolis o enterramientos...

En relación con el castro existirían otros asentamientos aisladosen la llanura, con fines agrícolas, y en los montes aledaños, con fun-ciones pecuarias, de difícil determinación numérica en cuanto apoblación, pues sus restos, más frágiles y aislados, no se han conser-vado

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1.- castro.2.- acrópolis.3.- sistemas defenhincadas, fosos, pbastiones.4.- verraco.

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Aula arqueológica

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os: campos de piedrastas en esviaje, murallas,

5.- encinas.6.- extramuros: casas de piedra, adobe y techovegetal.7.- fragua, horno.9.- molino circular de piedra.10.- cerámica a torno.11.- campos de cultivo; gavillas de cereal.12.- telar.13.- cestería.14.- especies ganaderas.15.- necrópolis y ceremonia de enterramiento.16.- tumba con urna de cremación y ajuar

Tallamateriales: cuarcitas, sílex cuarzo obsidiana jaspe...cantos trabajados talla por golpeo unifaciales

modo de talla 1 percutor duro bifaciales

de núcleo y lasca retoques simple huellas de usos bifazmodo de talla 2 abrupto lascas y utiles raedera

plano enmangues utiles...revivados

de núcleo preparados levallois lascas percutor duro lascas levalloismodo de talla 3 láminas percutor blando persistencia técnica puntas

economía de materiales láminas levalloisbipolar aumento filo útil

láminas planas percutor blando complejidad tecnológicapresión especialización productiva

plano solutrense tratamiento térmico artesanal hojas de sauce, laurelmodo de talla 4 microlitos enmangues geométricos

puntas de flechamodernos trillos

piedras de fusilPulimentomateriales dioritas gneis sillimanitatalla básica hachaspulimento abrasión azuelas

otros materiales hueso, asta madera...

Extracción de una punta levallois

de primer orden

de segundo orden

negativos de extracción

núcleo

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esde un principio el hombre ha usado toda clase de materiales que le pudieranser útiles: unos en su forma original –útiles propiamente dichos que han sidoempleados por un ser humano en su estado natural sin modificación, sin altera-ción intencional para adaptarlo a cumplimiento de sus funciones– y otros tra-bajados –artefactos, que han sufrido un proceso de manufactura intencionado–.

La producción de herramientas de piedra y minerales, el uso de diversosútiles y la producción de un conjunto de artefactos derivados de la actividadhumana constituye lo que se llama industria lítica o tecnología lítica.

La capacidad de producción de herramientas del ser humano se ha desa-rollado desde los cantos, los guijarros, las primeras piedras talladas por una

Elaboración de herramientas líticas Juan Pedro Torrico Delgado

Riñón de silex melado, lascas de desbastado inicial y percutor

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cara, pasando por toda una serie de técnicas muydiversas, pero tratando siempre de aprovechar suscualidades y fenómenos para adaptarse al medio ydespués para adaptar el medio a él.

El primer paso para elaborar una herramientaes la idea que el hombre se realiza en su mente,valorando su finalidad, su uso, las materias primasde que dispone y su propio entorno cultural. Todoesto se conjuga con su habilidad y con las propieda-des de las diversas materias primas para dar laforma final a la herramienta.

La talla lítica se refiere al troceado intencio-nal de la piedra: supone un desgajamiento de frag-mentos de un bloque madre al ejercer una fuerzasobre él, ya sea por percusión –directa o indirecta–o por presión. Nace con la necesidad o la idea queestimula al ser humano a iniciar su actividad pro-ductiva, sigue con la bús-queda de la materiaprima pétrea, su trans-formación mediantela talla, hasta conse-guir el, o los útilesnecesarios. Despuésestá su utilización,incluyendo variasfases de manteni-miento de la funcio-

nalidad por medio de reafilados y, cuando la herra-mienta es ya inservible, su abandono. A veces, lapieza es reciclada y vuelve a entrar, por un tiempo,en la cadena operativa, pero indefectiblemente serádesahuciada y olvidada hasta que, tal vez, conmucha suerte, algún arqueólogo la recoja para suestudio.

La materia prima La materia prima se esculpe y se le da forma, apro-vechando la fractura concoidea cuyo nacimiento esla parte donde el material recibe la tensión que va aprovocar la fractura –bien por un impacto, bien poruna fuerte presión–, con el objeto de fabricar útilesnucleares, o para extraer lascas. Éstas podían serusadas en bruto, o servir de soporte para herramien-tas, retocándolas después de su extracción.

La materia prima que se elegía para fabricarartefactos de piedra tallada son las rocas duras defractura concoidea, pues este tipo de troceado esfácilmente controlable. Las rocas más apreciadasson las más homogéneas, siendo el sílex el más pro-lífico. También se usaban otras, casi todas silíceas,como la cuarcita de grano fino, el basalto, el cuarzoy otras rocas como la obsidiana, la calcedonia, eljaspe, etc.

Además de la variedad, cuenta la calidad,pues las experiencias de talla de muestran que habíaque seleccionar la materia prima por su frescura –siestaba cerca de la cantera–, por la homogeneidad degrano, por su color, por su sonido o, en último caso,probándola por medio de un lascado que evidencia-se su estado interno. Si la lasca extraída se astilla,demuestra que el trozo que se esta valorando nosirve, tiene fisuras internas o irregularidades queimpiden el correcto control del tallado. Si por elcontrario, sale entera, con concoide homogéneo,

con una cara inferior suave al tacto y unosfilos cortantes y regulares, es posible

que el trozo de piedra sirva.

Métodos de tallaEn tecnología lítica es necesariodistinguir lo que es una técnicade lo que es un método lítico.

Por técnica lítica entende-mos una secuencia sencilla,pero sistemática, de gestos

Canto trabajado unifacial -chooper- en cuarcita.

Pedernal y cuarcita.

Piedra tallada

31

encadenados. A veces un sólo gesto basta para apli-car una técnica lítica, otras veces se necesitan variasacciones. En cambio, un método lítico es una secuen-cia de acciones dirigida a la manufactura de produc-tos predeterminados cuya sucesión no es necesaria-mente lógica, ya que muchos métodos tienen gestos,pasos, etapas, etc., sumamente complejos, sujetos aun fin último, tecnológico, que no tienen sentidohasta que se completa el proceso. Cualquier métodode talla puede consistir en una o más técnicas sucesi-vas. Los ejemplos más conocidos de métodos líticosson:

Pebble Tools: cantos trabajados que han sido modi-ficados mediante una talla amplia y de grantamaño, conservando buena parte de su super-ficie intacta. Dentro de esta talla encontra-mos los choppers trabajados con talla uni-facial, con un filo redondeado; los chop-pings tools con talla bifacial, configu-rando un útil puntiagudo. De su evolu-ción surge el bifaz, que se obteníamediante el empleo masivo de latalla bifacial sobre el riñón desílex o cuarcita.

el Método Levallois: medianteel cual se obtenían lascas, láminaso puntas de formas predetermina-das, a partir de un núcleo prepara-do a tal efecto.

el método Kombewa: es un pro-cedimiento de extracción de lascasque sigue unos pasos especiales,probativos, que permiten obtener unalasca de forma y tamaño preconcebidoen el núcleo. Es, por tanto, un métodode talla predeterminante, similar aunquediferente del método Levallois. Éste esun método de aprovechamiento sumode las características básicas de la lascaen sí, es decir, se busca que la convexidad propia dela cara ventral, producida por la fractura concoidea,se dé igualmente en la cara dorsal. Consiste en crearuna lasca con dos caras inferiores, perfectamenteconvexas que se cortan en un filo, igualmente conve-xo y muy regular en todo su contorno.

En el Paleolítico superior se generaliza el uso de latalla laminar en lugar de las lascas: aparecen las pun-tas de Chatelperron sobre grandes hojas con retoqueal dorso, los raspadores gruesos carenados, las hojas

estranguladas, los buriles arqueados, la fina y alarga-da punta de La Gravette, con dorso retocado. En elMagdaleniense predomina una industria lítica contendencia hacia el microlitismo.

Objetivos de la tallaLa talla es cualquier acción voluntaria de troceado dela materia prima por medio de la percusión, el marti-lleado o la presión. Incluye la extracción de lascas–troceado, o mejor, lascado, con objeto de obtenersoportes para artefactos–, y la talla en sentido estric-to –troceado con objeto de dar una forma concreta ala pieza o a una parte de la misma–, que incluye la

hechura y el retoque. Dentro de la talla lítica, engeneral, es posible discernir distintas variantes

en función de los objetivos que se buscan:La hechura: consiste en desbastar un

trozo de roca por medio de la talla conobjeto de darle una forma concre-ta, de modo que las lascas resul-

tantes son un subproducto –aprove-chable o no–, ya que el producto bus-

cado es el útil nuclear –un bifaz, uncanto tallado, un pico, un hacha, uncincel de piedra –.

El lascado o extracción de las-cas: es el proceso de talla con elfin de obtener lascas u hojas queservirán como soporte para fabri-car otros utensilios. Las lascas uhojas pueden ser usadas en bruto,

tal como se extraen, pues tienenun filo muy cortante, pero lo más

normal que sean transformadas pormedio del retoque.

El retoque: es uno o varios lascadospracticados sobre una lasca o sobre unahoja para transformarlos en utensilios de

morfología y funcionalidad muy variada con unatipología definida: buriles, raederas, raspadores, per-foradores, muescas y denticulados, puntas, microlitos

Técnicas de tallaLas técnicas esenciales de la talla lítica se basan enque la fractura concoidea es previsible y controlablepor el artesano en función de los gestos que lleva acabo con el percutor. Hay dos modos fundamentales

Bifaz.

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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de tallar la piedra, la pre-sión y la percusión, peropodemos distinguir algu-nas diferencias:

La percusión inversa olanzada, es decir, golpean-do el trozo de roca contraun percutor pasivo o dur-miente, a modo de yun-que, que es otra piedrasólidamente anclada en elsuelo.

La percusión directa con percutor duro: con untrozo de roca, se golpea la piedra que se desea tallarextrayendo de ella varias lascas.

La percusión directa con percutor blando: con untrozo de madera o, mejor, de cuerna, se golpea lapieza a tallar, obteniendo una serie de lascas.

La percusión indirecta con pieza intermedia: elpercutor es un pesado trozo de cuerna de cérvido quegolpea una pieza intermedia o puntero, trans-mitiendo la fuerza del golpe a la pieza atallar. Esta técnica sólo se usa para operacio-nes de extracción o de lascado.

La talla por presión –es la más compleja yevolucionada–, consiste en aplicar una fuertetensión sobre la pieza a tallar con una piezallamada compresor –que sustituye al percu-tor–. La compresión llega a ser tan fuerte queacaba troceando la roca a tallar.

La flexión, consiste en combar un produc-to de lascado, especialmente una hoja, apo-yado contra un saliente –haciendo palanca–,hasta fracturarlo por el lugar deseado.

En todos los casos estamos hablandode lascas –fragmento desprendido por percu-sión cuya longitud es inferior al doble de suanchura– y se han enumerado las técnicasdesde la más simple a la más compleja, desdela que menos control ofrece a la que permitemás dominio del troceado.

La industria óseaEl desarrollo de la industria ósea está directa-mente ligado a la multiplicación de raspado-res y buriles. En el Paleolítico Medio, la fun-ción del raspador queda atestiguada por lasinnumerables raederas e instrumentos denti-

culados sobre lascas deformas varias, pero pare-ce corresponder almodelado de maderasarrojadizas y de lanzas.Las raederas persistenen el paleolítico superiorparalelamente a los ras-padores propiamentedichos.

El instrumentomás antiguo y amplia-mente atestiguado es elpunzón, que aparece a final del musteriense. A menu-do es una esquirla de hueso cuya punta se ha obteni-do por abrasión. Está acorroborada su presencia entodas las partes donde el hueso ha sido trabajado,pero no es frecuente que su frente o su decoraciónsirvan para establecer una datación.

Lascas levallois.

Piedra tallada

33

Las puntas de flecha, cabezas de azagayas de arpones siguenluego en orden de importancia numérica. Son objetos cuyasformas evolucionan mucho más característicamente que lasde los útiles de piedra, por el hecho de que han sido esculpi-das y no talladas. Otros objetos están aún más estrechamen-te ligadas a cada medio cultural: tales son los bastones per-forados, espátulas y objetos ornados como los colgantes.

Evolución de la cultura material del PaleolíticoCada especie humana se encuentra asociada a un tipo deindustria lítica. En el Paleolítico inferior el Homo habilisestá asociado a la industria de cantos rodados, lascas. La cul-tura achelense pertenece al Homo erectus. Se extienden losbifaces –dos caras– en forma de hacha de mano. Aparece laindustria ósea. Con la industria Levallois se obtienen lascascon una forma preconcebida y similar entre sí, con un granaprovechamiento de la materia prima.

En el Paleolítico medio el Hombre del Neandertalestaría ligado a la industria musteriense que agrupó en unprincipio las puntas triangulares y las raederas procedentesde los abrigos rocosos y de las cavernas. También destaca lapresencia de la técnica Levallois: las lascas levallois son elsoporte de útiles cuya forma preexistía en objetos delPleistoceno superior tallados sobre lascas de tipo ordinario.

En el Paleolítico superior las puntas y raederas talla-das y denticuladas sobre lascas de talla levalloiense sonabundantes. Conjuntamente la talla laminar se acentúa. Sedesarrolla la industria lítica musteriense y se desarrolla con-siderablemente en otros dominios: industria ósea en formade azagayas, punzones, talla de hueso y del marfil medianteranuras paralelas hechas con buril.

El auriñaciense señala la presencia de los primerostestimonios conocidos de Homo sapiens y se caracteriza porla desaparición del rebajado de los bordes y un retoque quedesprende hojas y finas escamas, por hojas de fino retoqueinverso, y por la azagaya plana de base hendida.

Entre el 25.000 al 15.000 se caracteriza por la presen-cia de industria lítica, por el desarrollo del retoque abruptodel rebajado, que permitía recortar los bordes de las hojas desílex, –gravetiense– y por el retoque plano en escamas–solutrense–. También aparece el truncado de hojas, y elrecortado de pequeños elementos geométricos, triangulares,que hacia el final del Paleolítico superior adoptarán figurasvarias.

Entre los 13.000 y los 8.000 años se desarrolla, tras elretoque laminar auriñaciense, la secuencia magdaleniense:el rebajado y la talla de las hojas, las hojitas retocadas o deborde rebajado.

Hoja desauce

solutrense.

Materiales nolíticos.

Municipio:

Humanes de Madrid. Código INE 73IGN 582 E 1:50.000

Coordenadas1.-Yacimiento de Blancos: A.– 40º 15’ 02,7’’ N; 03º 49’ 24’5’’ O. altitud 581 m.E.– 40º 15’ 02,7’’ N; 03º 49’ 09’’ O. altitud 672 m.F.– 40º 14’ 58,0’’ N; 03º 49’ 13’1’’ O. altitud 685 m.H.– 40º 15’ 07,3’’ N; 03º 49’ 14’’ O. altitud 687 m.J.– 40º 14’ 56,3’’ N; 03º 49’ 07’5’’ O. altitud 676 m.

2.- Yacimiento de Rojos:Prado de la Casa.Pc.– 40º 15’ 01,9’’ N; 03º 48’ 22’3’’ O. altitud 671 m.2a.- Prado de la Viña.Pv1.– 40º 15’ 02,4’’ N; 03º 48’ 27’1’’ O. altitud 664 m.Pv2.– 40º 15’ 01,8’’ N; 03º 48’ 21’8’’ O. altitud 665 m.

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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Yacimientosde Humanes

Localización

Los yacimientos se sitúan al este del municipiode Humanes de Madrid, extendiéndose entrelos mismos límites del casco urbano

–Avenida de España y colonia de la calle IslasMedas– y los parajes del Prado de la Casa y Prado delas Viñas, en las cercanías de la Ermita de la Virgendel Amor Hermoso, hasta el límite del término muni-cipal en su linde con Parla.

Fisiografía y paisajeEn la Cartografía del Paisaje de la Comunidad deMadrid, el área investigada se incluye dentro de laUnidad T/G 15 –Humanes-Griñón-Torrejón deVelasco–, en el conjunto de Unidades de la Comu-nidad pertenecientes a la Cuenca del Tajo. Dentro deT/G 15, a su vez se incluye en la Subunidad menordel Arroyo de los Humanejos.

Paisajísticamente, el territorio de T/G 15 cons-tituye un área de transición entre el sector de la cam-piña madrileña conocido como Campiña de LasRozas–Griñón, más o menos horizontal, de unos 700m. de altura sobre el nivel del mar y en cuyo bordeSureste se encuentra Humanes y las áreas tambiénllanas pero situadas a una cota inferior en el sector deTorrejón de Velasco-Pinto –valles fluviales delArroyo Guatén y Arroyo de Prados, de unos 600metros sobre el nivel del mar, en tránsito a las vegasFluviales del Jarama y Tajo.

Ambas zonas, la Campiña y Las Vegas, seconectan fisiográficamente por medio de una suaverampa o «vertiente-glacis»! que desciende con levependiente hacia el Sureste. Actualmente esta rampaestá incidida por arroyos de escorrentía intermitentetributarios del sistema Prados - Guatén: ArroyoHumanejos, de Valdemorillo, de las Arroyadas, delPrado de la Casa. Así, el paisaje local adquiere elaspecto de un territorio de suaves ondulaciones, conuna alternancia de suaves vallecillos fluviales sepa-rados por leves elevaciones a modo de interfluvios.

Los yacimientos estudiados ocupan dos deestos interfluvios llanos, próximos ya a la superficiede Campiña, a Este y Oeste de la leve depresión delArroyo de Valdehondillo, sobre la que se elevan ape-nas unas decenas de metros.

El arroyo de Valdmorillo, junto al cual se sitúala Ermita de la Virgen del Amor Hermoso, es unpequeño curso de aguas intermitentes tributariohacia el SE del Arroyo de Humanejos. Discurreexcavando levemente la «vertiente-glacis» local queconectan la Campiña de Griñón y la Depresión deGuatén-Prados.

Humanes

R’io

Jara

ma

R’io

Gua

darra

ma

Sierra de Guadarrama

Cartografía de la zona, con curvas de nivel donde sepuede observar la suave inclinación sureste de la zona.

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

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Geología del yacimientoAntonio García

Vénérido. Mioceno

AntecedentesDe acuerdo a la literatura y cartografía geológica clá-sica sobre la Cuenca de Madrid, los materiales sobrelos que se asienta el yacimiento son las Arenas deFacies Madrid, extensa unidad detrítica pertenecien-te a la Unidad Intermedia del relleno Mioceno dedicha cuenca durante la Era Cenozoica. La Edadpuede cifrarse en unos 15 a 20 millones de años–Aragoniense medio-superior–.

La cartografía geológica 1:50000 del ITGE lascalifica como Arcosas Feldepáticas de facies típica-mente detrítica de borde de cuenca. Constituyen losdepósitos detríticos del frente de los abanicos aluvia-les que se encargaron de evacuar hacia la Cuenca delTajo los materiales procedentes de la erosión de laSierra de Guadarrama cuando ésta se elevó en dichoperiodo como consecuencia del Ciclo OrogénicoAlpino.

Otros trabajos –P.G. SILVA y otros, 1999– citanla presencia en nuestro sector de materiales detríticosdel Plioceno-Cuaternario, más recientes, que proce-derían de la erosión de los anteriores. Estos materia-les, como se verá al estudiar el corte cercano al yaci-miento, constituyen el tránsito entre la Depresióntopográfica de los Arroyos de Prados - Guatén, al SEy la Rampa de Griñón–Las Rozas, terreno llanosobre el que se asienta el casco urbano del Humanes.Por tanto posiblemente estarían representadosampliamente en los yacimientos estudiados culmi-nando localmente el Mioceno superior de la literatu-ra geológica regional.

En el área de estudio, el transporte prolongado de losmateriales, ya alejados de su área fuente justifica elpredominio en la fracción arenosa de tamaños máxi-mos de grano de algunos milímetros, en consonanciacon los ambientes sedimentarios propuestos paraestas facies; abanicos aluviales distales.

La interpretación geológica basada en los ante-cedentes geológicos y cartográficos clásicos sobre lazona podría por ello verse sensiblemente modificadasi de acuerdo a los trabajos citados hemos de consi-derar como Cuaternario el sustrato que sostiene losyacimientos y, con dudas, la propia población deHumanes. De ello trataremos brevemente al final deeste capítulo.

Sedimentología

Se trata de arenas y arcillas no consolidadas en la queexiste una fracción arenosa, de color claro, rica engranos de cuarzo, feldespatos, cuarcita, etc. y unafracción fina arcillosa, oscura. Ésta última es gene-ralmente predominante. Son por lo tanto arcosas,arenas poco maduras sedimentológica y textural-mente, es decir, que han sufrido un transporte escasodesde su área fuente, situada en las elevaciones de laSierra de Guadarrama, cuyos relieves comenzaron aser erosionados al producirse su fase fundamental deelevación orogénica en el Mioceno.

Como veremos, la importancia del componentearenoso y arcilloso es muy variable dentro de la

Geología

37

extensión ocupada por los yacimientos, tanto en elsentido horizontal –cambios de facies–, como en eldesarrollo vertical de los materiales en los diversoscortes que pueden reconocerse en la zona estudiada.

Otros componentes.En el reconocimiento de los materiales sobre los quese asienta el yacimiento se ha constatado la presenciade una cierta variedad de materiales litológicos detamaño considerablemente mayor que la fracciónareno arcillosa general y que no suelen ser citadoscon frecuencia en el Mioceno local. Dada la localiza-ción de la zona reconocida en las cercanías, en ellímite mismo de la población y su carácter de camposde labor, es difícil separar, al menos de momento queparte de ellos proceden de actividad antrópica –verti-dos– y cuales son un componente natural del sedi-mento. Se han reconocido:

Cantos de cuarcita/cuarzo filoniano: muy abundan-tes, de tamaño centimétrico, de 2 a 7 cm., subredon-deados a bien redondeados

Fragmentos centimétricos, abundantes, de aspectocarbonoso, muy frágiles, de pizarras muy oscuras yfinas, con frecuencia asociadas a una componente deoxidos de hierro que puede formar una costra o páti-na sobre la pizarra. Recuerdan vivamente a las faciessapropelíticas del paleozoico inferior de SierraMorena–Montes de Toledo.

Cantos centimétricos de carbonatos, muy frecuen-tes de grano fino y aspecto de creta, muy porosos. Laporosidad es debida con frecuencia a fantasmas deraíces. Se citan carbonatos y calcretas lacustres en elMioceno local.

Cantos y bloques decimétricos de sílex; frecuentes,de tonos blanco-grisáceos, con aspecto comúnmentebrechoide, cavernoso y rico en inclusiones de óxidosde hierro –arcillas?– limonitizados. Presentan unatípica pátina blanquecina de alteración externa.

Cantos de granitoides melanocratos –granodiori-tas?– ocasionales. 4 a 7 centímetros de tamaño, aveces asociados a bloques decimétricos del mismomaterial –restos de canteria?–.

Mapa geológico de Madrid. Comunidad de Madrid.

Plano de los yacimientos

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

38

Materiales de posible origen antrópicoEn el sector del yacimiento adyacente al casco urba-no las labores agrícolas han evidenciado la existen-cia de niveles de algunos m. de extensión lateral ypotencia desconocida formados por restos vegetalesleñosos en un estado de carbonización avanzada aun-que irregular, reconociéndose tallos y raíces, a vecestransformados casi totalmente en carbón vegetalmuy deleznable y de difícil interpretación en el mo-mento actual –fuegos, suelos de habitación, nivelesde origen palustre?–. También se han localizadoescorias de hierro relativamente frecuentes.

En todos los sectores reconocidos se encuentrande modo muy frecuente restos de moluscos bivalvosdecalcificados de tonos blancos, pertenecientes apa-rentemente a una misma especie de hábitat marino–venéridos–, de dimensión máxima próxima a losdos centímetros aunque en algún caso superior, des-articulados pero enteros si no se han visto fragmen-tados por las labores agrícolas. Su interpretación eshasta el momento muy problemática.

Facies sedimentarias.En un reconocimiento somero del área de los yaci-mientos puede observarse cómo en los mismos cam-pos de labor se diferencian visualmente en superficiesectores más blanquecinos, ricos en arenas –que sue-len dar encostramientos difíciles de labrar– alternan-do con otras áreas más oscuras y fundamentalmentearcillosas.

Esta alternancia se observa también en la verti-cal en las laderas de los leves altozanosque bordean el Arroyo de Val-demorillo, afectando a pa-quetes de arenas y arcillas deespesor métrico como má-ximo.

El llano o suavementeondulado relieve del entornodel yacimiento no facilita laexistencia de cortes de terre-no donde observar in situ lanaturaleza y disposiciónde los materialesarcósicos.

Aún así, se han hallado algunas escasas porcio-nes expuestas de la serie en las excavaciones de cier-tos pozos, donde afloran un par de metros de mate-riales, y es posible reconocer someramente algunascaracterísticas de los sedimentos.

En el corte del Pozo Ciego la alternancia entremateriales dominantemente arcillosos oscuros y are-nosos claros, se reproduce en la vertical, afectando acapas o paquetes arenosos y arcillosos de algunasdecenas de centímetros de espesor como máximo.

Hemos podido distinguir diversas facies sedi-mentarias que indican condiciones variadas de sedi-mentación [*ver página 40 descripción del Corte Pozo Ciego]

1– Facies arenosas canalizadas y 2– Facies de decantación arcillosas con, rizocre-

ciones y concreciones calcáreas.1– Facies Fc canalizadas: Niveles arenosos de

grano medio a grueso con escasa continuidad lateral,de base cóncava y techo plano que se acuñan lateral-mente. Erosionan claramente a las arcillas sobre lasque se superponen. Constituyen antiguos canales deescorrentía energética rellenos de sedimento grueso,arenoso que erosionan un ambiente circundante másarcilloso asociado a zonas de aguas quietas, inunda-

das donde domina la decantación de arcillas. 2– Facies Fd: arcillosas, niveles oscuros algo

más gruesos que los arenosos de grano muy finoy con escaso contenido en arenas. Poseen un con-tenido importante en carbonatos que parecenestar asociados a rizoconcreciones y procesos deinfiltración de aguas meteóricas en condiciones

edáficas. No se puede hablar propiamente de pale-osuelos pero sin duda eran áreas sólo temporalmen-

te inundadas donde la vegetación se desarrollaba ycuya actividad provocaba la precipitación de car-

bonatos. Son facies pues de llanura deinundación fluvial o de sectores inter-

canal en el lóbulo distal de abani-cos aluviales.

Intercaladas en losmateriales arcillosos de esta

D. ElíasAguilillaDurán

Cuenca de Madrid. Comunidad de Madrid..

Geología

39

facies aparecen hiladas mili a centimétricas arenosasde muy escasa continuidad lateral, formando paque-tes erosivos superpuestos de arenas que erosionanlaminarmente a los infrayacentes pero sin indiciosde excavación por canales. Deben corresponder aavenidas arenosas sobre suelos arcillos de a Facies 2próximos a canales de la Facies 1, como consecuen-cia del desbordamiento de estos en momentos defuncionamiento del canal del abanico.

Edad del Yacimiento

Para valorar la edad de los materiales en que seasienta el yacimiento hemos considerado tres aspec-tos fundamentales:

1– Como punto de partida, la datación clásicacomo Mioceno –Aragoniense Medio o Superior– delas arcosas feldespáticas de la Unidad Intermedia delrelleno de la cuenca de Madrid, materiales que serí-an en principio los que formarían el sustrato del yaci-miento.

2– La fisiografia del yacimiento, situado en eltránsito entre la Campiña de Griñón y las Vegas deJarama y Tajo. Dicho tránsito se produce por mediode un complejo conjunto de vertientes o rampas tipoglacis inclinadas hacia el SE, que en la literaturageológica consultada son atribuidos al Cuaternariopor cuanto en los valles del Guatén y Prados recu-bren terrazas fluviales de estos cursos, datadas comoCuaternario por faunas fósiles de mamíferos–Mammuthus, Equus–.

3– Los materiales encontrados en el terrenopresentan desde luego similitudes con el Miocenolocal descrito en la literatura; arcosas feldespáticasmuy arcillosas con ocasionales niveles de calcretas

–carbonatos– y sílex, pero también con los materia-les arcósicos Pliocuaternarios descritos en la HojaGeológica de Madrid –en los que es destacable laabundancia de cantos de cuarcita y granitoides, juntoa concreciones calcáreas y oxidaciones asociadas aprocesos edáficos–.

Se plantea pues la posibilidad –a falta de unacartografía geológica local reciente– que los depósi-tos sobre los que se asienta el yacimiento fueran deedad Cuaternaria, atribuibles a los que conforman ensectores próximos los glacis cuaternarios proceden-tes de la erosión reciente del Mioceno de la Campiñade Griñón, infrayacente. Estos depósitos de glacisretomarían o removilizarían en parte esos materialesMiocenos

D. Elías Aguililla y el autor del artículo en el vértice geodésico de Curcio, 674 m.

Vista general del yacimiento

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

40

El corte estudiado es el único disponible actualmen-te para interpretar los materiales que constituyen elsustrato geológico nuestros yacimientos. Se sitúa enel entorno próximo al yacimiento Humanes II o «deRojos», a poco más de 700 m.al ESE de la Ermitadel Prado de la Casa, muy cerca del límite entre lostérminos municipales de Humanes de Madrid yParla.

Las coordenadas aproximadas son 40º 14’58.2’’ de longitud, 3º 48’ 02.2’’ de latitud norte y 668m. de altura sobre el nivel del mar. Estamos a unos1700 m. de distancia del yacimiento Humanes I.

Lamentablemente, la reducida sección estudia-da es actualmente impracticable, al situarse inme-diata a la boca de un antiguo pozo que ha sido des-afortunadamente cegado en fechas recientes. En estecorte se exponían unos 2,5–3 m. de espesor de laparte más superior de los materiales en los que seasientan los yacimientos estudiados.

Contexto geológico.

Los materiales estudiados son arenas arcósicas yarcillas de Edad Terciaria y, con dudas, Cuaternaria,que se sitúan en el límite de dos grandes unidadesdel Terciario Superior que aflora localmente y se hanreconocido en diversa cartografía geológica. Estasgrandes Unidades son los materiales del Miocenosuperior de la Rampa de Griñón–Las Rozas y losmateriales Pliocuaternarios de la Depresión fluvialde Prados—Guatén, que se sitúa al SE del términomunicipal de Humanes, en terrenos ya de Parla yTorrejón de la Calzada.

Los suaves relieves que constituyen el marcofisiográfico del yacimiento y que descienden levepero constantemente hacia el SE –Depresión dePrados– pertenecerían, según P. G. SILVA y otros,1999, a un conjunto del glacis que a modo de orla

bordean la Rampa de Griñón por el sureste en trán-sito hacia la cuenca fluvial citada. Esta orla incluyela población toledana de Illescas y las madrileñas deParla, Getafe y Leganés. La Edad atribuida a estosmateriales es Plioceno–Cuaternario sin más preci-sión.

En concreto, los terrenos en que se asientaHumanes II son casi con total probabilidad atribui-bles a los materiales Pliocuaternarios y en ellos sesituaría el presente corte. Humanes I ofrece ciertasdudas de atribución, aunque su situación topográfi-ca inclina a pensar en que forme parte ya de laRampa de Griñón y por tanto pueda atribuírsele unaEdad Mioceno Superior.

Nuestros yacimientos se localizarían en elborde occidental de la depresión de Guatén –Prados, en el sector en que ésta enlaza con la Rampade Griñón. El Arroyo Valdemorillo no es sino un tri-butario menor del propio Guatén.

La falta de una fauna fósil propia de estasfacies en el corte estudiado nos impide datar losmateriales del afloramiento con mayor precisión. Noexisten criterios claros en este corte para diferenciarsin duda materiales de Edad Cuaternaria.

Serie estudiada.La serie aflorante está constituida por arcillas areno-sas pardas oscuras en las que se intercalan nivelesarenosos de un espesor medio de pocos decímetros–10 a 50 cm. como media–. La proporción de ambostipos de materiales se acerca al 50 %. La continui-dad lateral de los niveles arenosos es de pocosmetros, evidenciando una base de los bancos suave-mente cóncava pero claramente erosiva sobre lasarcillas inmediatamente inferiores, y una parte supe-rior generalmente plana, en algunas ocasiones corta-da a su vez por la base de un nuevo paquete arenosoque erosiona claramente al inferior .

YACIMIENTO HUMANES II «ROJOS»

Interpretación de los materiales del contexto del yacimiento

CORTE «POZO CIEGO».

Situación del Corte.

Geología

EaHorizonte edáfico actual,con removilización agrícola.

FDFacies de desbordammien-to de canal o de llanura deinundación

CcConcreciones calcáreas.

Rz Probables rizoconcrecio-nes

D Removilizado actual abase de corte.

1 Muro del Pozo2 Trinchera de acceso3 Detalle del tránsito entrefacies de desbordamientocon concreciones calcáre-as [Fd] y facies de canal[Fc] mostrando la morfo-logía de cuerpos canaliza-dos y superficies erosivasa muro de los mismos

Industrias prehistóricas de Humanes de Madrid

42

Diferenciamos dos tipos de unidades sedimentariasen el corte, que corresponden a dos facies que hansido originadas por procesos sedimentarios diferen-tes y nos permiten reconstruir al menos de un modoaproximado el medio sedimentario que depositóestos materiales.

Facies canalizadas. Fc. Arenas arcósicas de grano medio a fino bastanteinmaduras composicionalmente, formadas mayorita-riamente por granos de cuarzo –centil de hasta 3-4mm.– pero con un porcentaje importante de granosde feldespatos y otras litologías de tonos más oscu-ros. La fracción arcillosa es apreciable.

Carecen de estructuras sedimentarias reconoci-bles, salvo el carácter erosivo de la base de los ban-cos, ya comentado. No se reconocen laminaciones oestratificaciones cruzadas ni una grano selecciónmuy marcada aunque si se observan acumulacioneslocales de granos más gruesos hacia la parte inferiordel cuerpo arenoso sin que lleguen a constituir ver-daderos depósitos de lag o fondo de canal.

Interpretamos esta facies como el relleno areno-so de canales fluviales o mas bien de carácter torren-cial o de abanico aluvial, sin que existan evidenciasde una intensidad de corriente muy importante, aun-que si suficiente para erosionar y excavar el materialsobre el que circulaban las aguas encauzadas quetrasportaban el sedimento arenoso.

Facies de desbordamiento o abandono de canal; Fd.Lateral y verticalmente, la facies Fc evo-luciona a un material arcilloso con unaimportante presencia local de nivelillos opaquetes arenosos. En las arcillas seobservan frecuentes concreciones carbo-náticas aisladas que en ocasiones mues-tran morfologías serpenteantes o ramifi-cadas. Puede tratarse de depósitos de car-bonato producidos en el entorno de siste-mas radiculares de plantas –rizocrecio-nes– en condiciones por tanto subaéreas.

Esta facies se interpreta como unmaterial depositado en condiciones decorriente escasa o nula que permite la

decantación de los materiales arcillosos en suspen-sión en las aguas. Esto ocurriría bien en momentosde cese de la corriente y por tanto de abandono de loscanales de la facies Fc –corrientes episódicas o esta-cionales de carácter torrencial– o bien al desborda-miento lateral de los canales en momentos de funcio-namiento de los mismos, que daría lugar a zonasencharcadas, de casi nula corriente, favorables aldepósito de arcillas. En ocasiones, estos depósitospodrían incluso quedar expuestos al aire libre.

La presencia de concreciones de carbonato enel entorno de las raíces de plantas podría indicar undrenaje insuficiente de las áreas encharcadas. Sinembargo, en ningún caso hemos hallado estructurasque puedan hacer pensar en un desarrollo de paleo-suelos incipientes.

Interpretación

De acuerdo con los escasos datos disponibles obteni-dos en el corte y la bibliografía regional sobre el con-texto geológico de áreas próximas, el ambiente sedi-mentario en el que se habrían formado estos materia-les podría atribuirse a un medio fluvial episódico decarácter torrencial o aluvial. En una interpretaciónalternativa la facies Fd se habría formado en lagunasefímeras muy someras –tablas– en las que desagua-rían las corrientes fluviales que aportan la facies Fc,que solo funcionarían en periodos de precipitacionesde cierta entidad

Corte 3. Detalle del canal

Unidades litológicas e interpretación

Geología