err cuando, estos rasgos se encuentran en estado pufo, pero la mayor partede las veces se presentán como mezclas que se co.pr.ná., percepiualmentecomo combinaciones de los colores primarios subyacentes. Algunas de estascombinaciones son lo bastante precisas de por sí como para que funcionencomo conceptos visuales con derecho propio, por ejemplo, el anaranjado, elverde, o el púrpura. En el sistema de colores, tal comá se aplica, por ejem-plo, en una pintura, estos conceptos secundarios sirven como vínculos detransicién enue los colores primarios, que son los fundamentales del sistema.Es un sistema jerárquico, similar al de la lógica tradicional, en el que unamultitud de conceptos más particulares deriva de unos pocos básicos, creandode ese modo un orden que define la natutaleza de cada uno de los elementosa üavés del lugar que ocupa en el conjunto.

}Juy abundantes pruebas que indican que la captabilidad de las formas ylos colores varía de acuerdo con la especie, el grupo cultural y el grado deadiestramiento del observador. Lo que es racional para un grupo, será irra-cional para otro, esto es, no puede captarse, comprenderse, compararse o re-cordarse. En este respecto existen diferencias entre las diversas especies deanimales, entre hombre y animal y enffe las distintas clases de gentes. Larata no parece percibir la diferencia enue un clrculo y un cuadrado. Paraalgunas personas el pentágono es una figura visual perfectamente captable,mientras que para otas es algo redondeado de angularidad incierta. Los ni-ños tienen dificultad en la identificacién de ciertos colores que, para el adul-to, tienen un claro carácter propio. Algunas culturas no diferencian percep-tualmente el verde del azul. Dentro de ciertos llmites, el adiestramienio reñ-na las categorías que le son accesibles a un individuo.

Cómo leen las máquinas la lorma

Quizá la naturaleza particular de la percepción de la forma puede clarifi-carse si la referimos a las recientes investigaciones sobre el reconocimientode pautas por las máquinas. La tarca consiste en desarrollar insmumentosque puedan leer fotmas tales como letras o números, no simplemente en unaversión normalizada, sino en una amplia gama de variaciones como las queprocuran diversas personas al escribir los mismos números o letras impresasprocedentes de diferentes fuentes. Debe captarse lo que tiene de invariableun J o una B, sean cuales fueren las formas particulares que asuman. La má-quina comienza haciendo exactamente lo que hace el ojo: fragmenta la pautaestimulante continua en un mosaico de partes discontinuas, cada una de lascuales es registrada por una célula fotoeléctrica separada. Este es un acto de lallamada codificación digital, que transforma el estlmulo en un conjunto deunidades discretas, cada una de las cuales informa de la presencia o la au-

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sencia de un rasgo petceptual particulat. El mosaico no ptesetva ni indicapauta alguna, salvo que los ftagmentos no están esparcidos al azat, sino que

mantienen su ubicación particular relativa a los fragmentos vecinos.A partir de un mosaico de este tipo se puede intentar obtener la forma,

fusionando grupos de impulsos positivos adyacehtes en masas continuas oformando líneas continuas a partir de cadenas de impulsos ininterrumpidas.Colocando juntos todos los elementos similares y separándolos de los que

difieren de ellos, la máquina obtiene una pauta somera, que puede luegomejorar pot medio de la eliminación de pequeñas irregularidades, deiandode lado partlculas aisladas, enderezando llneas casi rectas, etcéteta. Esta es

la clase de ciega concertación de piezas que no va más allá del descubrimientode semejanzas y desemejanzas entre elementos adyacentes, y en la que la formaresultante llega como una sorpresa: más bien como si un niño uniera con

una línea.puntos numerados para descubrir luego que iuntos configuran la si.lueta de un conejo.

De acuerdo con este procedimiento, la forma se deriva del análisis de lapauta. Pero a la máquina puede también dársele ciertas formas de figurascompletas o parciales y pedírsele que averigüe cuál de ellas se adecua a lepauta. Esta clase de codificación actúa por analogla, es decir, compara formacon forma. En este caso el concepto preestablecido se identifica rígidamentecon un ejemplar particular, por eiemplo, el concepto de Ia letra A se iden.tifica con un patrón de la letra A de tamaño, forma y proporción definidos.Este método tiene buenos resultados cuando la tarca se limita a,la lectutade un conjunto de formas normalizado, por ejemplo, númetos procedentea

de una única fuente impresora, en un tamaño solamente. El sistema permiti-rá un cierto grado de amplitud de criterio, pues puede hacetse que la má-quina rnida la magnitud del área que una pauta dada tiene en común con unpatrón dado. De esta manera puede tenerse en cuenta una cierta desviaciónde la norma.

Puede lograrse que el concepto perceptual de la máquina resulte más

inteligente cuando no se limita a una forma particular, sino que cubre laentera gama de variaciones comprendida en ciertas dimensiones. El cambiode tamaño es una de estas dimensiones; el cambio de propotción, esto €8,

laruz6n entre la horizontal y la vertical, es oüa. Cuando se tieneen cuenta lgrotación en el espacio, puede reconocerse un diamante como un cuadtado gi-mdo 45. Una transformación más radical es la altetación que cambia loaángulos o la que da cuenta de la inclinación, el estiramiento y el retotcimien-to. Tal flexibilidad hace posible que la máquina alsle las propiedades <(topo.

lógicas» -como

el entrecruzamiento, el contacto o el rodeo- que la defor.mación deja intactas.

Teniendo en cuenta la variabilidad que se da en tales dimensiones, lamáquina puede concentrarse en la tarea de identificar rasgos estructurales

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