INDEPENDENCIA Y CONSTRUCCIÓN DE ESTADO NACIÓN EN EL … · 2020. 10. 15. · se convirtió en una...
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INDEPENDENCIA Y CONSTRUCCIÓN DE
ESTADO NACIÓN EN EL PERÚ. REFLEXIONES
DE UN DILEMA
Jorge Bedregal La Vera
www.santahistoria.blogspot.com
Arequipa, Perú 2008.
2
El proceso de independencia en el Perú es un tema cargado de polémica y
pasiones desatadas que trascienden la discusión meramente académica y se
insertan profundamente en la agenda cotidiana de la nación. Al contrario de
otras naciones sudamericanas, es un problema aún en discusión y que ha
polarizado de manera visible a los científicos sociales del país1. Entre las
causas probables de esta sensación de tema no realizado, de expectativas no
cumplidas y de frustraciones generalizadas se podría mencionar que el Perú
fue el último territorio libre en Sudamérica de presencia colonial española y en
la consecución de este proceso participaron activa y decididamente
protagonistas externos.
Esta discusión tuvo su clímax en los años 70 del siglo pasado y dividió a los
historiadores en dos bandos contrapuestos. Por un lado, investigadores en su
mayoría de filiación marxista construyeron la idea de que el proceso
independentista determinó que la emancipación en el Perú fue “concedida” por
las fuerzas libertarias que arribaron al territorio virreinal peruano desde
Colombia y la actual Argentina. Por otro, cultores de la historiografía tradicional
buscaban en archivos y repositorios las evidencias de una participación
voluntaria y generalizada de los peruanos en una ansiada campaña
independentista que devendría en una independencia “conseguida”2.
1 No es la única discusión abierta en los ámbitos académicos de la Historia en el Perú. Aún sigue vigente un debate apasionado entre los defensores de Garcilaso de la Vega y sus detractores. Los primeros insisten en presentar su figura como el símbolo de un mestizaje fundador y por lo tanto el primer “peruano”, mientras los segundos –recurriendo a un análisis historiográfico denso- limitan su importancia a la de un cronista mestizo, escindido entre sus dos orígenes, que pretendió traducir el complejo mundo andino a términos comprensibles para europeos y españoles particularmente en aras de reivindicar la figura paterna mellada en el proceso de las guerras civiles entre conquistadores en el Perú. Esta “traducción” habría, siguiendo la lógica de estos historiadores, distorsionado tanto la realidad andina que se convirtió en una imagen caricaturesca y tremendamente mediatizada que influyó de manera determinante visiones sesgadas y anacrónicas exaltadas de patriotismos acríticos (Pease 2001). 2 Esto se demostraría en la búsqueda casi obsesiva de próceres, precursores y héroes de la independencia, algunos incluso de dimensiones continentales. Este fragor de personajes esconde los tintes propios de una sociedad escindida y terriblemente jerarquizada y discriminadora, por un lado los historiadores conservadores buscaron personajes que mejor correspondieran al “tipo” ideal del independentista: varón, blanco, letrado, urbano, costeño, católico y militar. Durante la dictadura militar de Juan Velasco se buscaron más bien tipos mas “peruanos” o cercanos a este estereotipo, es cuando Túpac Amaru se
3
La polémica estaba servida y trajo como consecuencia que se perdieran de
vista, hasta bien entrados los años 80, otros problemas como el de la
construcción del Estado Nacional en el Perú. Sin entrar en la disputa entre
ambos bandos, quiero hacer llegar algunas reflexiones que considero
importantes para acercarnos a la comprensión de este complejo problema
histórico.
En primer lugar, no queda mayor duda que en el Perú, a diferencia de otros
territorios de la América española, el Estado precedió a la nación3. Partiendo
de la sugerente teoría de Benedict Anderson (1993) acerca de las
comunidades imaginadas y el “capitalismo impreso” como requisitos esenciales
a la hora de la construcción de la idea de nación y del nacionalismo, podemos
adelantar que en el Perú la comunidad imaginada se construyó de manera
tardía e inacabada. A diferencia de Argentina, donde las ciudades más
importantes, (Rosario, Buenos Aires o Córdoba) demuestran que se planteó
como una sociedad de “iguales” (según criterios de la dinámica comercial), en
el Perú la escisión social expresada en una escala de poder sumamente
compleja y donde la jerarquía de los grupos estaba pactada de manera
implícita y sólida, impidió que se constituyera una opción modernista, desde el
punto de vista político4.
La existencia de muchos actores, en disputa permanente entre sí y con poca
capacidad dialogante para conseguir alianzas duraderas, implica
necesariamente también, muchos intereses en juego, la mayoría
contrapuestos. Esto provoca que ante la posibilidad de un cambio
revolucionario, termine optándose por la opción más conservadora y la menos
traumática.
empina en la cúspide del olimpo heroico peruano ya que precisamente desde la óptica izquierdizante de la dictadura militar, rompía con todo el marco referencial de la Historia conservadora y tradicional (Bedregal 2001). 3 A esta conclusión arriban, por caminos diferentes, Klarén y Demélas en unos trabajos pioneros e indispensables para acercarnos al tema de la construcción del Estado Nación en el Perú. 4 Advierto que no estoy planteando la idea de una igualdad ideal en la sociedad argentina de inicios de la república sino que me detengo en la “sensación” de igualdad con la que se construye la sociedad rioplatense a inicios del siglo XIX. Para más referencias a este punto sugiero al polémico Felipe Pigna 2005 – 2006.
4
Cuando las tropas dirigidas por José de San Martín desembarcan en la costa
central peruana se encuentran con una realidad impensada e incomprensible
para las ideas liberales que traían consigo. La primera dificultad fue hallar
aliados (tarea que en otros lugares como Chile fue bastante más eficaz)5 ya
que la construcción de la comunidad imaginada no había cuajado aún más allá
de ciertos grupos urbanos y letrados agrupados alrededor del “Mercurio
Peruano”, editado por la Sociedad de Amantes del País a fines del siglo XVIII,
profundamente influenciados por la ilustración europea (Anna 2003, Rosas
2005). La realidad social peruana era, entonces, un intrincado archipiélago de
actores, con una diversidad muy alta de propuestas y culturas, en muchos
casos dispersos, contradictorios, en conflicto permanente y sin coherencia.
Lima, como centro del poder político virreinal, estaba lejos de Buenos Aires no
sólo desde el punto de vista geográfico sino también desde el simbólico
(O’Phelan 2000).
La derrota de la Gran Rebelión de Túpac Amaru implicó el debilitamiento
estructural de una posible propuesta que viniera desde lo indígena. El grave
proceso de represión que sobrevino a la derrota de las tropas del líder indígena
buscó cerrar la puerta a cualquier posibilidad de alianza entre los diversos
actores que en teoría podrían haber abrazado una propuesta libertaria6.
Igualmente, la política sostenida de alimentar rencillas entre indios y otros
grupos, como los mestizos (es decir los productos de la mezcla de indios con
otros grupos) o las castas (mezcla donde el protagonista biológico era el negro)
contribuyó a la imposibilidad de un acuerdo multi grupal. Esta política tenía
como componente principal un soterrado (y a veces abierto) temor7 ante la
insurgencia de los grupos subalternos entre las capas letradas y urbanas que
provocó un verdadero enclaustramiento a través del cercamiento de las
ciudades y el desplazamiento y la marginación de estos grupos a los
5 Respecto a la campaña de búsqueda de alianzas por parte de la junta bonaerense, resulta indispensable el magnífico el trabajo de John Lynch 2001. 6 El trabajo pionero y siempre vigente de Alberto Flores Galindo “Buscando un Inca” es clarificador en este punto (Flores [1986} 2005) 7 Con respecto al “temor” la brillante historiadora peruana Claudia Rosas ha publicado dos trabajos esclarecedores que abordan el temor y el miedo como determinantes en el pensamiento conservador peruano (Rosas 2005 y 2006).
5
extramuros urbanos (Barragán 1995, Coello 2006, Cosamalón 1999, Larson
2002, O’Phelan 2005)
Sería ocioso repetir los argumentos de la necesidad de la consolidación de la
independencia continental en el último reducto de presencia colonial en
Sudamérica8. Lo cierto es que la existencia de un virreinato amplio, poderoso
(aunque ya envuelto en una gravísima crisis estructural producto de las
reformas borbónicas del XVIII) connotaba un peligro permanente de una
respuesta conservadora y una reacción colonialista por parte de la metrópoli.
Por esta razón es que la junta de gobierno de Buenos Aires buscó alianzas
entre las provincias cercanas (Paraguay, la Banda Oriental, el Alto Perú y
Chile) para proceder luego a la intervención armada directa en el territorio de la
Capitanía de Chile y su posterior traslado al Perú.
Ya se había discutido entre los gestores de la independencia del Río de la
Plata el futuro político del subcontinente. Una propuesta seria y que contó con
la adhesión de varios actores fue la de buscar un gobierno único para todas las
provincias libertadas que encontraría su legitimidad en una corona, que sería
impuesta a un descendiente directo de la nobleza inca. El candidato fue
elegido entre los sobrevivientes de la familia directa de Túpac Amaru. Así, se
logró trasladar al hermano del líder desde su exilio en España hasta Buenos
Aires con la idea de coronarlo en cuanto se consiguiera la expulsión definitiva
de las tropas realistas (Halperin 1998, Lewin 2004). Mientras esto sucedía,
Juan Bautista Condorcanqui escribió unas enjundiosas memorias de su
participación en la Gran Rebelión y de su agobiante cautiverio en una prisión
española, recibiendo un salario de la Junta de Buenos Aires para tal propósito
(Tupamaru 1941). La muerte lo alcanzó lejos de conseguir el ansiado trono y
su tumba está perdida en el famoso cementerio de la Recoleta en la capital
argentina.
San Martín fue uno de los adherentes a la propuesta monarquista indígena. El
argumento era simple y correspondía al sentido común propio de la época que
determinaba que un gobierno democrático y republicano era posible
6
únicamente en aquellos territorios que tuvieran poca extensión, poca población
y altos ratios educativos. El territorio peruano, habitado por una población
grande en comparación a la de Argentina o Chile y con una extensión
considerable, amén de una mayoritaria presencia de indígenas analfabetos
entraba así en la categoría de naciones que debían ser regidas por una
autoridad fuerte y legítima, resumida en una testa coronada (Lynch 2001).
Deteniéndonos en este razonamiento, me atrevo a afirmar que la apariencia de
conservadurismo que tendría es eso, sólo apariencia; ya que en realidad,
estaba inserta de manera evidente dentro de la lógica y dinámica de lo liberal
racional europeo de la época. Es por esto que San Martín, al lograr desocupar
la capital virreinal de las tropas realistas, busca encontrar aliados que avalen
esta posibilidad.
Decía anteriormente que la realidad peruana con la que se encontraron las
tropas sanmartinianas en el Perú era muy diferente al modelo de creencias que
traían de su propia experiencia política independentista. Se encontraron con
que no existía una casta noble legítima entre los indios, sino más bien un
mosaico muy denso de personajes que litigaban para el reconocimiento de
nobleza por parte del Estado virreinal. Durante la colonia, los españoles
encontraron que al reconocer ciertos orígenes aparentemente nobles,
premiando su adhesión durante la conquista o su integración a la lógica de
explotación colonial, era un poderoso instrumento de dominación.
Los curacas indios, de nobleza reconocida, se convirtieron así en verdaderos y
muy eficientes intermediarios entre el poder colonial y una amplia masa
poblacional que era explotada según la dinámica productiva del momento.
Magníficos, indispensables y precisos engranajes del pesado aparato colonial,
conveniente y oportunamente engrasados con prebendas y ventajas que
marcaban una distancia muy grande entre estas elites indígenas y el resto de
población nativa. De esta manera se fabrica un nuevo conflicto al interior de la
población indígena que contraponía los intereses de los campesinos a los de
8 Este tema ha sido trabajado brillantemente por Lynch (op. cit.)
7
los curacas, entregados obsesivamente a buscar las brechas discursivas en el
aparato colonial para conservar sus fueros.
Por su parte, los esclavos de origen africano se encontraban en una situación
que distaba mucho de la homogeneidad. Tanto por su propia ubicación en el
complejo aparato productivo colonial como por las propias distancias que
surgían entre ellos (Flores 1991). Estas distancias tanto reales como
simbólicas impidieron que se conviertan en un grupo social con una propuesta
clara o una apuesta por el cambio estructural libertario (Aguirre 2005, Klein y
Vinson 2008).
Al mismo tiempo, tanto castas como mestizos se encontraban en una situación
de abierto conflicto entre sí, tanto como con otros componentes de la sociedad
virreinal. Su incierto lugar en la estructura jerárquica hace que desde su misma
aparición se fuerce el clásico mundo de dos repúblicas (de españoles y de
indios) ubicándolos en una suerte de limbo en el que la violencia será un
ingrediente principal9. En esta situación, tampoco estaban dadas las
condiciones para su participación decidida y consciente en una propuesta
independentista.
Por su parte, las elites tanto peninsulares como criollas, percibían que la
pérdida de contacto con la metrópoli era la palada de tierra final que los
enterraría definitivamente, ya que, al contrario de Caracas o Buenos Aires, en
Lima los comerciantes, en alianza con la burocracia virreinal, validaban su
condición hegemónica de poder a partir de la estrecha relación con España y
su poder monopólico. Cierto es que esta situación se deterioró rápidamente
hacia finales del siglo XVIII en el contexto de las reformas borbónicas; pero las
ansias de conservar el poder, aunque de este les quedara poco, los alejaba de
establecer alianzas con alguna propuesta libertaria10.
9 La existencia de las repúblicas de españoles e indios ha sido calificada por muchos autores como un intento muy interesante de racionalidad organizativa colonial y su eficiencia es manifiesta ante la gran persistencia que tuvo en el tiempo (Lockhart 2003), siendo el mestizaje biológico y cultural (al crear sujetos que no tenían un lugar determinado en la escala jerárquica colonial) el elemento que sería el catalizador del fin de este sistema (Brading 2003). 10 Con respecto a las reformas borbónicas, resultan indispensables las obras de Fisher 2000, y las compilaciones de Mc Evoy y Stuven 2007 y O’Phelan 1999. La tesis de Bonilla (1982) acerca del poco o
8
Esta disgregación social, agravada por la ausencia de proyectos libertarios
internos, coherentes y realizables que trasciendan la intrincada red de intereses
particulares y locales parecía darle la razón a la propuesta monarquista
sanmartiniana. Pero se volvía irrealizable al tratar de diseñarla a partir de una
dinastía “incaica”. Como dijera antes, la nobleza andina no era tampoco una
continuidad de intereses y más bien (especialmente luego de la durísima
represión conservadora a la Gran Rebelión tupacamarista) no podían ni
siquiera contar con una relativa legitimidad. Esto empuja a San Martín y sus
ministros a la búsqueda de algún príncipe en Europa que pudiera (aunque sea
temporalmente) consolidar un poder monárquico en el Perú11.
Mientras se trataba de llevar adelante la propuesta monarquista, San Martín
emprendió lo que consideraba, las bases para la llegada de un rey. Eliminó los
títulos nobiliarios españoles y creo la Orden del Sol que no era simplemente
una condecoración a las acciones de algunos personajes en las campañas
libertadoras, sino que era una suerte de llave que permitiera el ingreso a
algunos actores del poder limeño a una selecta agrupación de “nuevos nobles”
agrupados alrededor de la insignia del sol. Igualmente, se decretó la
prohibición expresa de seguir usando la categoría de “indios” para referirse a
los campesinos de la sierra e implantó el uso del calificativo de “peruanos” para
referirse a todos los nacidos en el territorio12.
nulo interés de las elites limeñas con respecto a la Independencia (lo que explicaría en cierta medida lo de la Independencia Concedida mencionada al inicio) aún provoca urticarias entre ciertos sectores académicos y políticos en el Perú. Sin embargo, y matizando la polémica propuesta de Bonilla, historiadores peruanos más contemporáneos han encontrado validez en dicha tesis, como por ejemplo Nelson Manrique (1995) o Carlos Contreras y Marcos Cueto 2007. 11 Por cierto la idea de un príncipe europeo entronizado en un trono en América no es del todo descabellada, recordemos que Brasil es un caso inédito en la Historia al ser una colonia que se transformó en Metrópoli al convertirse en sede de la monarquía con la fuga real ante el avance napoleónico contra Portugal. De igual manera, el Perú fue visto como una posibilidad cierta de establecimiento de la corte borbónica ante la posibilidad de la invasión francesa y hasta donde se sabe, el traslado estaba siendo considerado con mucha fuerza en Madrid, hasta el secuestro de la familia real por Napoleón (Torres 2007). 12 El decreto de uso del término “peruano” para referirse a todos los nacidos en el territorio del antiguo virreinato constituye el ansia de creación de referentes, propio de la época en la cual está inserta la presente reflexión. Tanto Benedict Anderson (op. cit.) como Eric Hobsbawm y Terence Ranger (2002) son especialmente prolijos en esta forma lingüística de creación de símbolos para la conformación de los Estados Nación modernos. En las nuevas naciones americanas y más aún en el Perú donde la densidad de
9
Esta medida, tomada por la historiografía tradicional sólo como un ejemplo del
alma caritativa y correcta de San Martín, en realidad escondía una propuesta
demasiado liberal para los usos y costumbres de la ex colonia española. Los
integrantes de las elites limeñas, ante la ausencia del virrey y sus funcionarios,
aceptaron a regañadientes estas reformas y en previsión de una posible
reacción feudal asumieron los símbolos libertarios reinterpretándolos, pero sin
dejar sentir un pánico exacerbado por la posibilidad de que los nuevos
ciudadanos de la naciente nación extendieran su lucha hacia reformas
realmente estructurales (Armas 2007)
Inteligentemente, estas elites percibieron que estos cambios, mientras no se
acompañaran de una legislación fuerte y un gobierno decidido (cosas que no
podía garantizar San Martín y sus adláteres), no ponían en peligro las bases
donde se apoyaba su poder. Por estas causas, uno podría creer que hubo una
aceptación generalizada para desinstitucionalizar el régimen virreinal. Pero en
realidad es sólo una impresión, ya que la realidad nos demuestra que esa
aceptación estaba condicionada en tanto no se pusiera en peligro su poder.
Inclusive, en las febriles mentes rioplatenses se planteó la descabellada
posibilidad de secuestrar algún príncipe entre los hijos del monarca español y
así trasladarlo al Perú como un rey con toda legitimidad. En este panorama
aparece un actor completamente diferente, con una carga ideológica mucho
más sólida y con un actuar apasionado y de gran carisma. Simón Bolívar
también entendió que la independencia sólo se podía alcanzar en tanto el
enemigo español dejara de contar con presencia en el continente. La supuesta
incapacidad de San Martín para alcanzar un triunfo bélico decisivo ante las
tropas españolas que seguían dominando gran parte del territorio peruano
sirvió como excusa para que el nuevo proyecto político empezara a sonar
fuertemente en la escena política peruana (Cotler 1978).
Bolívar por su parte, entendió también que el campo de batalla final tenía que
darse en el territorio del virreinato peruano, ya que precisamente en este
jerarquías sociales y la intrincada red de discriminaciones preexistentes, esta forma de tratar la nueva ciudadanía se convierte en un elemento revolucionario para la época.
10
ámbito se mantenía la visión más conservadora y la amenaza de una
restauración sangrienta que pusiera en peligro la larga y compleja jornada
libertaria en la Gran Colombia. Esta visión conservadora a la que aludo, se
manifestó con especial crudeza en el momento de las Juntas Provisionales de
Gobierno, cuando desde Lima, Arequipa y otras ciudades importantes del
virreinato, se enviaron tropas y recursos para acabar con las recientemente
creadas Juntas en Charcas o en Santiago de Chile.
Se ha especulado mucho en las historiografías sudamericanas acerca de los
contenidos de la entrevista que tuvieron San Martín y Simón Bolívar en
Guayaquil13. Lo que sí se tiene en claro son los resultados de tal encuentro.
San Martín y sus tropas abandonan el territorio peruano con olor a derrota y
Bolívar ingresa con un aura de vencedor. Si bien es cierto, San Martín se
rehusó llevar los títulos que el Congreso Peruano le había otorgado y sólo
mantuvo el de Protector, su alejamiento del poder, cargado de dignidad y en
medio de un silencio poco usual para tiempos de guerra, no se puede negar
que este estilo permitió que el aura de Bolívar se cargara aún más con
resplandores de triunfo.
Así, se terminó construyendo en el imaginario peruano la imagen de ambos
libertadores. San Martín representa el prototipo del militar correcto,
caballeroso, capaz de renunciamientos en pro de un bien común, decente,
culto, de buen gusto, esposo amante y fiel, autocontrolado y racional. En
contraposición, Simón Bolívar es el prototipo del militar arriesgado, apasionado,
capaz de las mayores heroicidades en el campo de batalla, proclive al auto
alarde en asuntos de cama, cruel con el enemigo, generoso con el vencido, leal
hasta la irracionalidad con sus partidarios y siempre víctima de conspiraciones
provocadas por envidias y celos de su grandeza (Morote 2003, Bedregal
2006a).
En la supuesta concepción liberal de Simón Bolívar, lo primero que se tenía
que realizar en el Perú era el desmantelamiento de lo que él mismo
consideraba antiliberal. Empezando con las veleidades monárquicas de su
11
predecesor rioplatense, el libertador venezolano entendió que mientras existan
grupos de indios que no sólo acataban una presencia real, sino que la
promovían e incluso se sentían descendientes sanguíneos de una dinastía
legítima y que había sido de alguna manera validada por la nueva situación en
las propuestas de San Martín; no podría iniciarse la construcción de un
gobierno republicano. En este contexto es que se trata de integrar al indio a la
nueva sociedad desindianizándolo. Pero a contrapelo de los objetivos
anteriores, este proceso en manos de Bolívar se convirtió en un arma cuyo filo
apuntó directamente a la conformación de una ciudadanía plena.
Los discursos inflamados del libertador, anunciando que los indios se
convertían en ciudadanos por derecho propio, en realidad provocaron un
proceso de refeudalización en el campo. Al convertirlos en ciudadanos
despojándolos del escudo legal de las comunidades aceptadas y promovidas
por el estado colonial, las tierras de cultivo, especialmente en la sierra, se
convirtieron en presa fácil de las ansias expansionistas de los hacendados,
construyéndose verdaderos feudos con el correlato de servidumbre agresiva
para con los indios.
Como claro ejemplo de las paradojas en la Historia, Bolívar terminó haciendo
un gran favor a los hacendados sedientos de un marco legal que les permitiera
no sólo hacer crecer sus propiedades a costa de las tierras comunales antes
protegidas por la profusa y paternalista legislación indiana, sino que podían
contar con mano de obra servil sin la presencia incómoda de un “defensor de
indios” o las obligaciones que antes tenían que cumplir ante la colonia; y todo
esto con la sazón de un discurso aparentemente liberal. Más grave aún resulta
constatar que a pesar de la intención de imponer una ciudadanía a los
indígenas, el cobro del tributo personal, pesadísima herencia colonial, no cesó
sino hasta inicios del siglo XX14. Entonces los indios se convirtieron en pseudo
ciudadanos de un Estado – nación que los reconocía sólo como siervos
(Manrique 1995).
13 A este respecto resulta interesante el extenso artículo de Jorge Paredes (2003). 14 La excusa esgrimida fue que las luchas independentistas agotaron los escasos recursos del Estado y eso determinó la imposibilidad de eliminar lo que durante muchos años fue el único ingreso seguro del erario nacional (Pease 1995).
12
Algunos apologistas de Bolívar arguyen que los resultados magros y
contradictorios de su presencia en el Perú eran provocados por las
ambigüedades y vacilaciones de su predecesor. Si bien es cierto que San
Martín no ejerció una actitud decidida con algunas reformas y apostaba más
bien por cambios poco traumáticos, evitando así enfrentamientos con los
grandes hacendados y comerciantes, Bolívar también hizo gala de esa cautela,
especialmente en lo referido al problema de la esclavitud que tanto simbolismo
guardaba en el imaginario liberal de la Europa del siglo XIX (Tardieu 2004).
Nos encontramos entonces con una realidad paradójica. Por una parte, lo
supuestamente conservador de la propuesta sanmartiniana fue quizá un
mecanismo que hubiera permitido la integración de una nación. Mientras que
lo supuestamente liberal del pensamiento bolivariano más bien contribuyó a la
persistencia de un sistema económico perverso y tuvo como resultado lo que
dije anteriormente, es decir, apareció un Estado, con todo el aparataje
burocrático y con todo un utillaje simbólico, pero sin nación.
El destino del nuevo país se centralizó y reforzó en las manos de quienes
estuvieron en el poder antes de la independencia. Si revisamos los apellidos
de los representantes al los sucesivos congresos que sucedieron a las batallas
de Ayacucho y Junín, veremos que son los mismos que antes tuvieron entre
sus funciones el manejo del sistema colonial (Rojas 2007). Peor aún, estos
grupos de poder, ya sin el estorbo de una legislación colonial paternalista y
protectora para con los indios en la lógica de ser la fuerza de trabajo primordial
en la colonia, lograron consolidar su poder de una manera mucho más
descarada y sin tapujos.
El resultado no podía ser otro que el de un país escindido entre un discurso
aparentemente liberal y una construcción social que no implicó el principio de
liberación promovido desde el despertar liberal propio del XIX. Una ciudadanía
de papel, inconclusa; aún en el presente15. Aparte de las terribles guerras que
15 La relación entre los conceptos de Estado – Nación y Modernidad en el caso americano están muy bien trabajada por François Guerra (1993)
13
sucedieron al proceso emancipador, tanto internas en pos del control por parte
de los grupos locales de poder; como las internacionales por los sucesivos
conflictos derivados de una delimitación política gaseosa y que desintegró
espacios que antes estaban unidos por ancestrales lazos culturales, étnicos y
económicos, la constitución en sí del Perú como Estado – Nación como vemos,
se dio con especial crudeza, especialmente para los grupos subalternos.
El término patria se estableció en las urbes, mientras que en el campo (incluso
el más inmediato a las ciudades principales) fue un elemento ajeno y extraño,
indigerible para una masa poblacional mayoritaria y que más bien escondía
detrás de un discurso aparentemente integrador, los terribles mecanismos de
exclusión que se hicieron sólidos y que perviven hasta el presente. Para
alcanzar esto se inmovilizó en el tiempo a la nación. Así, el discurso oficialista
aludía a una presencia inmemorial del Perú. Remitiéndose a un pasado
glorioso y milenario, en el siglo XIX se reinventa el país, colocándolo en una
categoría de víctima de las ansias expansionistas europeas, que trajeron abajo
el gran imperio andino instaurando un régimen colonial oscurantista, sangriento
y explotador.
La noche colonial da paso al amanecer independiente, obra de criollos
patriotas, costeños, varones, católicos16, letrados, urbanos y militares. Lima
desplaza al Cusco como centro de la nación y desde allí se rigen los destinos
de todo el territorio, mientras el resto de “ciudadanos” debían agradecer
permanentemente la gran deuda con ese grupo social adoptando su cultura.
Con la intención abierta de conseguir la adhesión popular, el discurso va a ir
migrando paulatinamente a lo largo del siglo XIX hacia la supuesta constitución
de una nación mestiza. Esta trayectoria (exitosa en gran medida en el papel
pero terriblemente ineficaz en la realidad) es calificada por algunos
historiadores como verdadera impostura (Bonilla 2006). El Mestizaje se va a
convertir en el caballo de batalla de supuestos proyectos integradores que no
van a hacer sino reflejar un mestizaje vertical, donde el origen andino (o no
16 Respecto a lo católico, resulta imprescindible el trabajo de Juan Carlos Estenssoro (2003). En este trabajo se analizan con magistral audacia los mecanismos de colonización del imaginario en el Perú a partir de la teoría de Gruzinski (1991)
14
occidental) se va a replegar a una situación de subordinación ante el origen o
raíz occidental o español (Bedregal 2005). Paradójicamente y a pesar del
esfuerzo de tantos sectores por imponer el discurso en pro del mestizaje como
el constructo ideal para la integración peruana, en tiempos contemporáneos se
ha detectado un aumento significativo de la discriminación racial anti-mestiza
(contra el cholo específicamente) en relación al añejo discurso racista-anti
indígena (Manrique 1999, Bruce 2007).
El Perú inicia entonces su vida independiente con mal pie. De la supuesta obra
emancipadora se encuentran excluidos los campesinos, los indios, las mujeres
y los analfabetos. La población amazónica se invisibiliza aún más. La
jerarquización colonial llega a sus más altas cotas, esta vez de manera mucho
más perversa ya que se consolidan prácticas excluyentes y abiertamente
racistas sin ningún estorbo y más aún con el aparato simbólico creado desde el
propio estado como la gran herramienta para lograr, al final de cuentas, una
sociedad excluyente y con un discurso denso en jerarquías17.
El racismo llega a un punto que se introduce en la propia visión del pasado,
determinando que ante la innegable capacidad creadora del hombre andino,
reflejada en la construcción de andenes, en la magnificencia de las
edificaciones prehispánicas; se opta por “deshistorizar” ese pasado,
colocándolo en un limbo sin tiempo y sin actor18. El único indio bueno es el que
ya está muerto y enterrado, que fue capaz de levantar imponentes edificios y
trabajar con arte y delicadeza los metales y las telas. Los indios que hereda la
república (en esta lógica) se encuentran en una situación de abierta
decadencia, intoxicados de alcohol y coca e imposibles de rescatar para
civilización a menos que transcurra un proceso de agresivo mestizaje biológico.
Este pensamiento ha influenciado y sigue haciéndolo gran parte del discurso
social –e incluso académico- del Perú (De La Cadena 2004, Méndez 2000).
17 La Historia en este contexto se convirtió en un arma poderosísima en manos de las elites de poder republicano contribuyendo a la socialización de esta forma de pensar y definir el Perú y creando las bases para que ese discurso se insertara sólidamente en los programas educativos, medios de comunicación y en general, en el imaginario peruano (Glave 2003).
15
De esta manera, tanto Bolívar como San Martín, aun cuando están en bandos
ideológicos casi opuestos; terminan dando legitimidad al “sentido común
racista” de las elites peruanas que partían del supuesto de una profunda e
insalvable brecha cultural con el indio y que antes de ver a la población
indígena como protagonista, aliada o beneficiaria de cualquier proceso
emancipatorio, se les veía más bien como un problema a resolver, una carga
que soportar o un mal a extirpar. En otras palabras, la independencia es un
proceso cargado de una ideología racista antiindígena signada por la creencia
profunda en una supuesta superioridad criolla ante el indígena y que determina
que hasta el presente inclusive, se siga pensando en lo indígena como un
problema (Manrique 2000).
Como anota Juan Orrego, el alejamiento de Bolívar del Perú no contribuye
tampoco al establecimiento de las bases para una posible construcción liberal
del Estado Nación. Un terrible vacío de poder y un Estado debilitado por las
marchas y contramarchas de las guerras de independencia y los
enfrentamientos posteriores entre los diferentes caudillos que vieron en el sillón
presidencial la única garantía de pago por sus supuestos servicios a la nación,
hicieron que el proyecto liberal sea cada vez más lejano, irrealizable y
mediatizado complicando aún más el tortuoso camino republicano peruano y
solidificando las prácticas perversas de un gobierno débil que tiene que realizar
componendas escandalosas con los grupos de poder para lograr sostenerse
(Orrego 2005).
Si revisamos la historia de la ciudadanía en el Perú nos encontramos con un
panorama complicado. Partiendo sólo del ejercicio del derecho de elegir
representantes, resulta que mi país recién hacia finales del siglo XX culmina
con la integración de un grueso de su nación. Paradójicamente, esta
ampliación de derecho ciudadano se dio mediante una dictadura. En 1978 se
realizaron elecciones para una constituyente y en estas por primera vez en la
historia, participaron mujeres, analfabetos y mayores de 18 años. Si bien el
voto femenino ya se venía ejerciendo parcialmente desde finales de los años
18 A partir de los años 90’, la historiografía peruana se ha visto enriquecida con sendos trabajos acerca del racismo y sus perversas consecuencias en la vida nacional (Callirgos 1993, Portocarrero 2007).
16
50, es recién en estas elecciones cuando la generalización del derecho de
votación acercaba a un porcentaje altísimo de analfabetos (Aljovín, López
2005).
Las continuidades coloniales son mucho más visibles en los ámbitos de la
cultura y la cotidianidad. Mientras contamos con una constitución que
garantiza la igualdad y el reconocimiento de derechos a todos los ciudadanos,
nos enfrentamos a una realidad compleja y densa en jerarquías y
discriminaciones. La imposición de un tipo ideal de peruano (como lo
mencioné anteriormente: blanco, costeño, criollo, católico, urbano, letrado y
masculino) aparta e invisibiliza a un porcentaje muy alto de peruanos que no
encuentran un enganche real con un país demasiado legalista pero con leyes
que no se aplican. Esto resulta aún más perverso en algunas ciudades como
Arequipa, donde la nostalgia por lo colonial ha dado sustento a un discurso
abiertamente racista y excluyente (Bedregal 2006b, Chambers 2003).
Otro de los resultados perversos de la construcción inconclusa del Estado –
nación en el Perú es el acentuado militarismo que hace que en el imaginario
nacional la salida dictatorial proveniente de los cuarteles siempre sea una
posibilidad latente. Al insistir en la democracia como sistema político y de
representación, dejando de lado la construcción de la democracia como
sistema social; se deja allanado el camino para ansias dictatoriales, en algunos
casos de manera soterrada o disimulada detrás de presidentes aparentemente
elegidos en democracia (como Fujimori en años recientes) así como también
con golpes de Estado sangrientos. Lo paradójico del asunto radica en que en
los muchos años de gobiernos militares o militaristas en el Perú (casi 102 años
contra sólo 78 de gobiernos democráticos, según cálculo de Herbert Morote
hacia 2001) se han dado las principales oleadas modernistas. La más
significativa en el siglo XX posiblemente sea la del general Velasco Alvarado y
que se caracteriza por una serie de reformas estructurales que ningún gobierno
democrático fue capaz de plantear o ejecutar.
El militarismo es parte de la cultura cotidiana peruana. Esto es fácilmente
comprobable en las fiestas patrias en conmemoración de la fecha de
17
independencia. Cada 28 de julio en el Perú se despliega una parafernalia
agobiante de simbolismo puramente militar, los civiles se uniforman y marchan
al compás impuesto por bandas militares. Niños y mujeres, varones y
ancianos, ricos y pobres, cada julio y en general, en cada fiesta donde se
recuerdan los héroes o las batallas perdidas o ganadas, asumen este
comportamiento con unción casi religiosa. Es como si los militares en el Perú
le siguieran pasando la factura al pueblo peruano por la independencia de 1821
– 1824 (Rodríguez 2008).
La guerra política que asoló al Perú a partir de 1980 hizo visible el inmenso
abismo que existía entre el Perú legal y el real. Las políticas sistemáticas de
represión por parte del Estado, que son consideradas como un verdadero
genocidio, desnudan esta brecha de manera contundente. Casi el 80% de las
víctimas de la violencia fueron personas de origen andino, campesinos y
analfabetos, habitantes de las provincias más pobres del país (Informe Final de
la Comisión de la Verdad y Reconciliación 2003).
Esta estructura social y simbólica que condena a millones de peruanos a la
discriminación y la exclusión, tiene su consolidación precisamente en el
momento en el que la construcción del Estado – nación en el Perú se hizo a
partir de propuestas conservadoras disfrazadas de liberalismo. Lo colonial
pervive en el Perú gracias a los que debieron construir la república19. La
distancia entre la realidad social, con su carga de exclusión y la realidad legal
pletórica de buenas intenciones pero sin sustento y sin mecanismos de
realización, hacen del Perú un país donde el fantasma de la violencia siempre
se cernirá y donde los proyectos políticos totalitarios encuentran
permanentemente apoyo (Manrique 2002).
Reflexionar acerca de la inacabada construcción del Estado – nación en el
Perú, entonces, no sólo implica un ocioso divertimento académico, sino que
nos encara los temas irresolutos que escinden a la población peruana y que
19 A propósito de este tema de las continuidades coloniales aún presentes en la cultura peruana, Eduardo Torres ha publicado recientemente dos brillantes trabajos que se han convertido en el centro de una acalorada polémica muy estimulante en los ámbitos académicos (Torres 2006 y 2007).
18
son determinantes en las dificultades que se presentan a la hora de su
integración macroregional con el resto de naciones sudamericanas.
La consolidación de la democracia como sistema social, el acortamiento de las
brechas que separan a los habitantes de mi país, la integración efectiva de los
peruanos en el corpus de la ciudadanía y el desmantelamiento de prácticas
perversas y pasatistas (amén del abandono de nacionalismos pasionales y
patriotismos acríticos) son pues las tareas a cumplir en el presente.
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Arequipa, julio 2008.
1
PONENCIA
El Discurso Criminológico en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Cartagena:
1935 – 1945.
POR
JOSÉ WILSON MÁRQUEZ ESTRADA
PROGRAMA DE HISTORIA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
2008
2
“Nuestra tarea era la de demostrar que existe una clase de hombres llamada
delincuentes natos, que reproduce gracias a enfermedades congénitas las
características anatómicas y psíquicas del hombre primitivo y salvaje.”
Cesare Lombroso
INTRODUCCIÓN
EEEEl problema de investigación que soporta esta ponencia consiste
fundamentalmente, en descubrir y describir cual fue el discurso criminológico
que se implementó al interior de la facultad de derecho de la Universidad de
Cartagena, y que definió la formación de los estudiantes en materia penal y
criminológica en este período (1935 – 1945) y que se refleja en los textos
escritos en esta materia, producidos tanto por estudiantes como por
3
profesores, hablamos de los artículos de revista, los libros, pero sobre todo, de
las monografías de grado en materia penal y criminológica escritas por los
estudiantes para optar el titulo de abogado.
Esta ponencia esta plenamente enmarcado dentro del contexto historiográfico
de la historia de las ideas y de la historia de las mentalidades. Dentro de la
historia de las ideas por que nos muestra de que manera se han transformado
los conceptos, las categorías y las ideas con relación a la visión del delito, de la
criminalidad, del delincuente y de la reacción social frente a la criminalidad por
parte de un grupo social en particular, que tiene profunda incidencia en la
sociedad local. Dentro de la historia de las mentalidades por que nos muestra
de qué manera se ha transformado la mentalidad y la visión sobre la
criminalidad y el castigo social por parte del gremio jurista de la sociedad
cartagenera en el período tratado, que se refleja en unas prácticas sociales
específicas enmarcadas con mayor fuerza dentro del ámbito penal y judicial.
Los objetivos fundamentales de esta ponencia son: Identificar de qué manera
se construyó un discurso criminológico al interior de la facultad de derecho de
la Universidad de Cartagena. Analizar cuáles fueron las escuelas
criminológicas que influyeron más notablemente en este proceso y de qué
manera impactó el pensamiento de profesores y estudiantes. Describir cuáles
fueron las principales ideas que soportaron la visión criminológica de los
profesores y estudiantes en este período. Analizar cuáles fueron los resultados
y efectos de la implementación de dicho discurso, que se pudieran visualizar
en los diferentes textos escritos producidos en este período, pero sobre todo
en las tesis de grado de los estudiantes de derecho en materia penal y
criminológica. Precisar cuál era la visión de los profesores y estudiantes de
derecho de este período con relación al delito, al delincuente, a la victima, a la
criminalidad y al control social de la criminalidad y sobre todo el papel del
4
derecho penal en la sociedad. Ubicar cuales fueron las tesis de grado más
destacadas en este período, en el sentido en que reflejen con mayor claridad el
influjo de la criminología moderna. Precisar quienes eran los profesores de
derecho penal que sostenían e implementaban las diferentes doctrinas
criminológicas dentro del ámbito de formación de los estudiantes de derecho
de la Universidad de Cartagena.
PPPPor rigor metodológico, y para explicar el titulo de esta ponencia, se empezará
por precisar la definición de los conceptos Discurso y Criminología:
Primero, vamos a connotar el concepto discurso desde la perspectiva del filósofo
francés Michel Foucault, en el sentido que para este autor un Discurso es un
conjunto de ideas, conceptos, categorías, signos, representaciones mentales que
conforman un saber específico sobre un objeto específico y que esta sustentado
en un poder, y que a la vez, lo legitima; este Discurso se visibiliza a través de una
Práctica discusiva que lo posibilita como un ejercicio social, en este sentido es en
la práctica discursiva donde el discurso alcanza sus máximos efectos sociales y se
materializa plenamente como ejercicio de saber-poder.1 En esta perspectiva, el
discurso es un sistema social de pensamiento o de ideas, soportado en la relación
saber-poder y visibilizado como una práctica social.
Segundo, la criminología “es el conjunto ordenado de saberes empíricos sobre el
delito, el delincuente, el comportamiento socialmente negativo y sobre los
controles de esta conducta. Su ámbito científico puede caracterizarse de modo
preciso con los tres conceptos básicos de delito, delincuente y control del delito. A
ellos hay que agregar también lo que concierne a la víctima y a la prevención del
delito.”2 La palabra «criminología» deriva del latín crimen, se atribuye al
antropólogo francés Topinard (1879). El jurista italiano Rafael Garófalo utilizó el
1 Cfr. FOUCAULT, Michel. La Arqueología del Saber. Ed. Siglo XXI. Buenos Aires. 2006. 2 KAISER, Gunter. Introducción a la Criminología. Editorial Dykinson, Madrid, 1988. Página 9.
5
concepto por primera vez para denominar su libro «Criminología» (1885). El
nombre se ha generalizado. Junto a la palabra Criminología nos encontramos
también con las de Psicología criminal (desde 1792), Sociología criminal (desde
1882): Biología criminal (desde 1883), es decir, las llamadas Criminologías
enlazadas con otras disciplinas. En general, se mantiene el criterio de que la
criminología se ocupa del delito y del delincuente, así como del control del delito
en lo que respecta a la ejecución de las sanciones criminales y el tratamiento del
delincuente. Finalmente se está de acuerdo en que también temas como el
alcoholismo, la asocialidad, las actividades socialmente molestas, la prostitución y
el suicidio pertenecen al objeto de la Criminología. Igualmente es necesario
resaltar que la Criminología se limita, según la concepción tradicional más
restringida, a la investigación empírica del delito y la personalidad de su autor. 3
En segundo lugar, podemos afirmar que el objeto de estudio de la criminología es
doble, ya que no solo estudia la génesis y desenvolvimiento de la criminalidad,
como realidad social, sino que se ocupa de analizar la reacción social que tal
fenómeno debe y puede suscitar.4 Ahora bien, la criminología como ciencia tiene
una historia más bien reciente y esta vinculada a la vida del médico EZEQUÍAS
MARCO CÉSAR LOMBROSO (1835-1909). La criminología científica nace como
una reacción frente a los excesos de la Escuela Clásica, corriente inmediatamente
anterior, que fundamentaba su visión de la criminología en la especulación teórica
y dogmática jurídico-penal, olvidándose del hombre delincuente. Esta nueva
corriente denominada científica nace como Criminología Positivista y como dice
Carlos Mario Molina: “Los fundadores y más ilustres representantes de esta
escuela, a quienes llegó a denominarse Los Evangelistas fueron Cesare Lombroso
(el médico), Rafaele Garófalo (el jurista) y Enrico Ferri (el sociólogo).”5
3 IBÍDEM, Página 10. 4 Confróntese MOLINA ARRUBLA, Carlos Mario. Introducción a la Criminología. Editorial Leyer. Bogotá. 1999. Página 30 y Siguientes. REYES ECHANDÍA, Alfonso. Criminología. Universidad Externado de Colombia. Bogotá. 1987. 7ª edición. Página 3 y siguientes. PELÁEZ, Michelángelo. Introducción al Estudio de la Criminología. Editorial Desalma. Buenos Aires. 1982. Página 13 – 14. 5 MOLINA ARRUBLA, Carlos Mario. OP. Cit. Página 138.
6
Para el positivismo el delito es un fenómeno natural y social producido por causas
del orden biológico, físico y social. Según Lombroso, el delito es un hecho tan
natural como los nacimientos, las muertes y los cambios de temperatura; siendo
superfluo, en consecuencia, darle al delito un carácter moral que no podía tener:
para los positivistas, el delito es un hecho de la naturaleza y como tal debe
estudiarse. No debe estudiarse como un ente abstracto, ni jurídico, sino como un
ente real, actual, existente.6 Para esta corriente la criminalidad no es solamente la
lesión de bienes o intereses, o una mera desobediencia de la ley, sino una acción
excepcional de agresión a condiciones fundamentales de la vida social. El delito
abstracto no existe, es un hecho humano resultado de factores intrínsecos y
extrínsecos, es la expresión de una antisocialidad subjetiva, contra la cual debe
actuarse.7
Según Reyes Echandía, la criminología positivista hace parte de una gran
corriente de la criminología denominada Criminología Tradicional, que incluye
también otros enfoques conocidas como General, Clínico y Organizacional.8 Pero
el gran debate a la criminología tradicional se lo plantea una novísima corriente
de la criminología denominada Enfoque Crítico que posee tres tendencias: Del
paso al acto, Interaccionista y radical que plantean una crítica profunda a la
criminología tradicional.
La historia de la criminología en Colombia se puede sintetizar de la siguiente
manera, según José Germán Marroquín Grillo y Jaime Camacho Flórez9:
”En lo que hace relación al período de surgimiento e importación de la criminología
en Colombia es necesario detenerse un poco en el momento histórico que se 6 IBIDEM. Página 141. 7 RODRÍGUEZ MANZANERA, Luís. Criminología. Editorial Porrúa. México D. F. 1984. Págian 241-242. 8 REYES ECHANDÍA, Alfonso. Op. Cit. Página 3 y siguientes. 9 APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LA CRIMINOLOGÍA EN COLOMBIA. En WWW.
CRIMINOLOGÍA.COM. Página dedicada al estudio de los aspectos fundamentales de la
criminología.
7
estaba viviendo. Llega precisamente en la época en que el partido liberal, que
representaba los sectores industrial y comercial de la sociedad, readquiere el
poder político.
Coincide además plenamente con el desarrollo industrial, con la acumulación del
capital en detrimento de los sectores terratenientes, con una gran afluencia de
capital extranjero, lo que origina una situación propicia para un cambio en las
relaciones de poder y de dominación.
Se requería entonces un nuevo orden interno, en el que el control social debía
especializarse y diversificarse. Simultáneamente empiezan a gestarse los
movimientos de oposición, representados fundamentalmente por los partidos no
tradicionales y las organizaciones sindicales.
Ante estos hechos la respuesta oficial es, en principio, la de tratar de acallar y de
subyugar, mediante la violencia, estas manifestaciones. Basta recordar como en el
año de 1929 se produce la célebre “Masacre de las bananeras”, situación en la
que el gobierno responde con fuego a las justas pretensiones de los trabajadores
de la United Fruit Co., dando como resultado un número aproximado de 1.500
muertos.
Se experimenta así una necesidad de legitimación del sistema y con mayor razón
de los mecanismos de control. Es pues, en este momento cuando la cuestión
penitenciaria adquiere su mayor realce.
En 1934 se dicta el primer Código Penitenciario, en 1935 se crea el Instituto de
Antropología y Pedagogía Penitenciaria (que funcionaba como anexo de la cárcel),
se organiza la Dirección General de Prisiones y varios penalistas se dedican a
escribir sobre el tema. Paralelamente, se reforman también los principales
instrumentos jurídicos, entre los que se destaca la adopción de un Nuevo Código
Penal (1936) y de un Nuevo Código de Procedimiento Penal (1938).
8
Estas reformas coinciden plenamente en la aceptación integral de los postulados
positivistas, siendo el Código Penal, en gran medida una copia del Código Ferri,
recogiendo en su contenido la teoría de la defensa social y el estudio de la
personalidad antisocial como fundamentos punitivos.” 10
Quienes se dedicaron a la Criminología en Colombia, como Arcesio Aragón –
pionero de esta disciplina en Colombia, según Reyes Echandía-, Jorge Eliécer
Gaitán, Francisco Bruno, Luis Carlos Pérez, Alfonso Meluk, etc., acogieron en su
totalidad estos postulados, y dedicaron sus esfuerzos al estudio de la Antropología
Criminal.
El hecho de que se requiriera romper con la Escuela Clásica del Derecho Penal, y
la necesidad de imponer un nuevo orden interno, quedaron plasmados en la nueva
legislación. Además, en el campo académico y oficial, son pocos los que se
interesan por legitimar, a posteriori el sistema penal. Este se legitima, en primera
instancia, por sí solo, con las pocas instituciones que surgen, y los pocos
estudiosos del tema.
Como se anotaba la Criminología fundamentalmente trabajaba en los aspectos
relacionados con el sector penitenciario. La gran mayoría de escritos de la época
hacían relación exclusivamente a este sector, en una clara identificación del
delincuente con el condenado, acorde con los postulados positivistas. Sin
embargo, estos trabajos, más que legitimar la totalidad del sistema penal,
buscaban en realidad hacerlo con su fase, la penitenciaria. Sin mayores esfuerzos
y menos aún análisis, se aceptaba de plano la delincuencia como producto de
patologías individuales, y con una relativa preocupación, sobre todo en quienes
empezaban a abordar el Derecho Penal (en las tesis de grados) por las causas de
la delincuencia en todos los órdenes, especialmente la infantil y la juvenil. Esta
legitimación por sí sola del Derecho Penal, sin tener que recurrir forzosamente a la
Criminología, la explica en gran medida Emiro Sandoval, cuando afirma que “en
comparación con el centro del capitalismo, en la periferia las relaciones de
10 IBIDEM.
9
dominación son más visibles y el grado de formación política de los sectores
subordinados es menor y, probablemente la conjunción de estos dos hechos
genera una menor necesidad de legitimación, lo cual explicaría que en América
Latina se hubiera prescindido de desarrollar el discurso criminológico positivista.11
Según Marroquin y Camacho, en cierta forma es tan evidente, esta
autolegitimación del sistema penal, que dos personas que se destacan por su
pensamiento progresista, asumieron acríticamente los postulados ferrianos.
Hacemos referencia a Jorge Eliécer Gaitán, quien en 1938 en una conferencia
sobre “Derecho Penal y Criminología”, expresa su teoría acerca de los “instintos
perversos” en relación con el orden social, y a Luis Carlos Pérez, quien en sus
obras, aceptaba sin reparos estas tesis. No podemos dejar de señalar cómo
Gaitán fue el abanderado de los sectores populares y campesinos, y que Pérez
mantiene una posición de izquierda suficientemente reconocida.
Podemos concluir que la historia de la Criminología en Colombia esta marcada
definitivamente por la fuerte influencia de la Escuela Positivista y que el enfoque
crítico y antitradicional no ha hecho su definitiva aparición en nuestro país.
EEEEl problema central planteado en esta investigación es fundamentalmente
rastrear el impacto de la influencia de la Criminología positivista en la formación de
los estudiantes de derecho de la Universidad de Cartagena entre 1939 y 1965,
reflejada en las tesis de grado que directamente reflejan dicha influencia, es decir
las que traten sobre temas de derecho penal y criminología e igualmente en otros
escritos de estudiantes y profesores que traten sobre el mismo tema (artículos de
revista, libros, etc.). La idea es ver en este lapso de tiempo que tipo de
continuidades o discontinuidades hay, con relación a los ejes centrales de la
doctrina criminológica: su visión del delito, del delincuente, de la victima, de la 11 SANDOVAL HUERTAS, Emiro. Sistema Penal y Criminología Crítica. Editorial Temis. Bogotá. 1985. Página106.
10
responsabilidad, de la criminalidad y del control social sobre este fenómeno, en la
formación de los estudiantes de la facultad de derecho.
El periodo estudiado muestra como en la Facultad de Derecho de la Universidad
de Cartagena se esta viviendo, con relación a la criminología, un verdadero
periodo de transición caracterizado por el abandono de los postulados de la
escuela clásica y por el afianzamiento de la doctrina criminológica positivista, en
una serie de catorce tesis de grado producidas en materia penal y criminológica,
solo tres estan enmarcadas en el ámbito de la escuela clásica, las demás estan
plenamente afianzando el giro en materia criminológica hacia la escuela
criminológica positivista. Esto nos permite afirmar que en esta periodo estudiado
(1935 – 1945) hay un verdadero giro doctrinario hacia la escuela positivista en
materia criminal y penal. Pero veamos en que consistió este giro teórico:
De tiempo atrás, la conducta del hombre, en la medida en que tenga relevancia
social, ha preocupado a los estudiosos y ha sido, por lo mismo, objeto de
investigación.
Según la naturaleza del estudio de ese comportamiento humano, las disciplinas
científicas que de él se ocupan suelen denominarse causal-explicativas,
normativas y aplicativas.
Las ciencias causal-explicativas investigan el origen del hecho humano y su
desenvolvimiento natural; su única limitación es el ámbito propio del fenómeno que
estudian.
Las ciencias normativas se ocupan de aquellos comportamientos –tipos de
conducta – que previamente han sido plasmados en normas legales, su radio de
acción es más estrecho que el de los precedentes en cuanto no va más allá del
marco normativo.
Las ciencias aplicativas son más bien un conjunto de técnicas que, valiéndose del
material científico aportado por las otras, enseñan la manera de responder los
interrogantes prácticos que ellas le plantean.
11
La sociología y la psicología son ejemplos de ciencias causal-explicativas; el
derecho lo es de las ciencias normativas y la medicina de las ciencias aplicativas.
Ahora bien, si tomáramos como referencia el delito desde el punto de vista
tradicional (sin que esto signifique que él sea objeto exclusivo de la criminología)
encontraríamos que podría ser estudiado desde tres ángulos distintos, cada uno
de los cuales correspondería a las tres grandes áreas del conocimiento científico
precedentemente enunciadas: la primera de ellas se ocuparía de explicar el
fenómeno delito en sus orígenes y desarrollos dentro de la sociedad que lo
produce y la forma como esta reacciona ante el hecho; la segunda interpreta los
modelos de comportamiento humano que la ley describe como delitos y aplica las
consecuencias punitivas allí señaladas, y la tercera indaga las circunstancias
personales, instrumentales y temporo- espaciales en que se realizó; las ciencias
que en cada una de estas áreas realizarían las tareas enunciadas son la
criminología, el derecho penal y la criminalística.
Aunque la criminología es una disciplina relativamente nueva, ha experimentado
interesantes y radicales cambios en cuanto a su contenido, objetivos y métodos.
Realicemos una mirada en este devenir histórico.
ENFOQUE TRADICIONAL
Agruparemos bajo esta denominación las más conocidas corrientes de opinión
que consideran como objeto de estudio de la criminología el delito en sentido
jurídico-penal, y que pretenden explicar la criminalidad como fenómeno individual.
a) Positivista. El movimiento positivista parte del supuesto de que el mundo
exterior – la realidad- es algo objetivo, diverso e independiente del sujeto
cognoscente, que puede y debe ser estudiado “neutralmente”, tal como se
manifiesta a los ojos del investigador.
Para el criminólogo positivista la realidad objeto de su estudio es el delito que crea
y describe la ley penal; cualquiera otra forma de comportamiento antisocial
excedería el ámbito de sus comportamientos. Dentro de ese marco normativo, el
positivismo criminológico investiga al hombre delincuente para saber por qué
delinque; de tales indagaciones concluye que siendo la ley un reflejo de la realidad
12
social, el criminal al violarla contraviene esa realidad jurídicamente establecida y
ordinariamente acatada; por eso se le considera como “anormal”; lo que ha de
estudiarse, entonces, son los fenómenos que hacen posible ese comportamiento
anormal, y encontró que eran tres categorías: individuales (orgánicos y síquicos),
físicos (ambiente geográfico) y sociales (familiares, políticos, económicos);
descubiertas las causas del comportamiento criminal, el criminólogo positivista
aconseja segregar al delincuente para someterlo a un tratamiento rehabilitador
penológico que le permita convivir con la realidad social establecida sin el peligro
de que vuelva a disturbarla. 12
Cabe al positivismo el mérito de haber abandonado el examen inerte de la ley
penal para enfocar su interés en el hombre delincuente; critícasele, en cambio,
haberse limitado al estudio del delito legal sin preocuparse de tantas otras
manifestaciones antisociales no tipificadas penalmente, haberse encerrado en una
concepción más o menos fatalista del delito y del delincuente, haber introducido al
derecho penal el dañino concepto de peligrosidad;13 haber ignorado el
cuestionamiento de la ley – particularmente de la ley penal-, y por esta vía haber
contribuido al mantenimiento de un status socioeconómico injusto, en buena parte
responsable de la criminalidad. La suya era una criminología subalterna del
derecho penal positivo.14
b) General. El llamado enfoque “general” de la criminología es el que pretende
hacer de esta una disciplina sintética con los aportes de la antropología, de
la sociología, de la sicología y de la estadística, principalmente; ya que no
estudia el delito como hecho individual sino como fenómeno social, de
masas; con aquel material y sobre este supuesto pretende formular “leyes”
que permitan explicar la criminalidad.15
12 Cfr. FERRI, Enrico. Sociología Criminal. Madrid. Centro Editorial de Góngora. 1950. 13 Cfr.DEL OLMO, Rosa. América Latina y su Criminología. Siglo XXI. México. 1981. Páginas 25-26. 14 Cfr. BARATTA, Alessandro. Criminología Critica e Critica del Deritto Penale. Bologna. Societa Editrice II Mulino. 1982. Páginas 34 – 35. 15 Cfr. ANIYAR DE CASTRO, Lola. Criminología de la Reacción Social. Universidad del Zulia. 1977. Página 71.
13
c) Clínico. La orientación “clínica” de la criminología, partiendo de la
anormalidad del delincuente, lo investiga y trata como si fuese un enfermo;
más que los factores que pudieron haber determinado su comportamiento
delictivo, se ocupa de la persona ya que ha delinquido; preferentemente de
la que está subjudice o ha sido condenada; por eso su campo de
experimentación por excelencia es la cárcel o el frenocomio penitenciario;
allí el delincuente es tratado por un equipo de especialistas (médico,
siquiatra, psicólogo, sociólogo, educador, trabajador social) que hace un
diagnostico “del caso”, aventura un pronostico de comportamiento
penitenciario y pospenitenciario y señala un modelo de “tratamiento” para el
paciente. Dice Reyes Echandía que bien puede considerarse este enfoque
como un neopositivismo médico-siquiátrico. 16
d) Organizacional. Esta corriente criminológica se interesa fundamentalmente
por la política criminal, en el sentido de encontrar medidas que permitan
modificar los sistemas de control social institucional (leyes penales y
penitenciarias, aparato jurisdiccional y carcelario, policía, seguridad social,
etc.), con el fin de atenuar el volumen en un lugar y tiempo determinados.
Dentro del marco del “sistema”, es una criminología crítica en cuanto
enjuicia instituciones y propone reformas, pero sigue siendo “tradicional” por
que ocupa preferentemente de la criminalidad legal y porque respeta el
orden socioeconómico vigente.
Tiene el indudable mérito de haber iniciado la formación de cuadros
técnicos de criminólogos que comienzan a trabajar con seriedad en los
sectores de policía judicial, bienestar social y prisiones. Afirma Reyes
Echandía que esta corriente es el arte aplicado a la prevención general del
delito.17
16 Cfr. DI TULIO, Benigno. Principi di Criminología Clínica e Psichiatria Forense. Instituto di Medicina Sociale. 1960. 17 Cfr. ANIYAR DE CASTRO, Lola. Op. Cit. Página 71.
14
ENFOQUE CRÍTICO
Designamos con este nombre al conjunto de corrientes criminológicas opuestas a
las tendencias tradicionales interesadas fundamentalmente en explicar la
criminalidad como fenómeno más individual que social y en propiciar una política
criminal conservadora del sistema. Las principales críticas a la criminología
tradicional se pueden sintetizar de la siguiente manera, según Antonio Beristain:
1º. Su método es excesivamente ahistórico, apolítico, unilateral, individualista y
formal.
2º. Sus indagaciones son demasiado jurídicas e individualistas.
3º. Tiene del delito un concepto formalista, con olvido de sus reales causas.
4º. Considera el delito como fenómeno anormal, cuando sociológicamente bien
puede tenérselo como de carácter normal.
5º. Concede demasiada importancia a la criminología convencional y olvida la
trascendencia de la no convencional.
6º. Su imagen del delincuente como sujeto patológico no se compadece con la
realidad.
7º. Su criterio sobre el papel de las clases dirigentes como creadoras de una
legalidad indiscutible, está revaluado por la moderna ciencia política.
8º. La sanción penal y, particularmente, la pena privativa de la libertad,
consustancial a la criminología tradicional, han demostrado su ineficacia para
detener la criminalidad.18
Esta nueva orientación de la criminología no ha llegado a conformarse como
unidad conceptual; sus teóricos e investigadores solo están de acuerdo en su
oposición a la criminología tradicional y en asumir una actitud crítica para el
estudio de esta disciplina. Veamos algunas tendencias:
18 Cfr. BERISTAIN, Antonio. Cuestiones Penales y Criminológicas. Ed. Reus. Madrid. 1979. Página 524.
15
a) Del Paso al Acto. Se le ha dado este nombre porque es una criminología
que se interesa en el estudio de los fenómenos individuales y sociales
que explican la razón por la cual el hombre da el paso hacia el acto
delictivo; pudiera decirse que es esta corriente “puente” entre la
criminología tradicional y la crítica.
Sus exponentes más conocidos son Sellin, creador de la teoría de la “anomia”,
término acuñado por Durkheim, según la cual la ausencia o la hipertrofia conflictiva
de normas jurídicas genera criminalidad, y Sutherland, quien sostiene (teoría de la
asociación diferencial) que “la conducta delictiva se aprende en asociación con
aquellos que definen esa conducta favorablemente y en aislamiento de aquellos
que la definen desfavorablemente, y que una persona en una situación apropiada
participa de esa conducta cuando y solamente cuando el peso de las definiciones
favorables es superior al de las definiciones desfavorables”19; a este autor se le
debe también el comienzo de las investigaciones sobre la llamada “criminalidad de
cuello blanco”.
La teoría estructural-funcionalista de la anomia y de la criminalidad sostiene, en
síntesis:
a) Que las causas de la desviación no se encuentran en factores
bioantropológicos y naturales ni en situaciones patológicas de la estructura
social.
b) Que la desviación es un fenómeno normal de cualquier estructura social.
c) Que solo cuando se han sobrepasado ciertos límites, el fenómeno de la
desviación se torna negativo para la existencia y desarrollo de la estructura
social, caso en el cual puede surgir un estado de desorganización en el que
todo el sistema de reglas de conducta pierde valor, sin que haya logrado
todavía afirmarse uno nuevo; es entonces cuando surge el fenómeno de la
“anomia”.20
Critícasele a esta concepción, además de su conservadurismo, el hecho de
asentarse “en la jerarquía y el dominio como bases de la ley y el orden”, y de
19 Cfr. SUTHERLAND, Edwin. El Delito de Cuello Blanco. Ed Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1969. Página 179. 20 Cfr. BARATTA, Alessandro. Op. Cit. Página 57.
16
concebir el orden social como “moralmente estructurado”, con lo que estaría
fortaleciendo el status quo injusto y falsamente consensual.21
b) Interaccionista. El VII Congreso Internacional de Criminología (Belgrado,
1973) consideró que esta corriente “pone el acento en el hecho de que
la sociedad misma selecciona a sus delincuentes, partiendo de este
punto de vista se esfuerza por cuestionar las investigaciones
tradicionales, insistiendo en la investigación de la cifra negra, el proceso
de estigmatización del delincuente y la estereotipia del delincuente”.
Importante contribución de esta tendencia fue la introducción en criminología del
concepto de “desviación”, mediante el cual se amplió el ámbito de estudio de esta
disciplina a comportamientos no incluidos en las leyes penales (conductas
desviadas). Como desviada se califica no solamente la conducta socialmente
reprochable sino aquella que el propio grupo señala como tal en razón de la
posición social de su autor o de su víctima, o simplemente como pretexto para
crear una norma punitiva; de esta manera, la desviación, más que una cualidad
del hombre o de su comportamiento, es un juicio social más o menos arbitrario.22
Creen sus seguidores, y de allí proviene su nombre, que la delincuencia es el
resultado de un proceso de interacción de quien realiza el hecho punible y la
sociedad, pues son los mecanismos sociales que permiten descubrir y bautizar
como “criminal” a una persona los responsables de la creación de la imagen del
delincuente.23
Considera, además, esta corriente que la consecuencia más visible de la sanción
penal es la de producir un decisivo cambio en la identidad social del condenado,
21 Cfr. MILUTINOVIC, Milán. “Las Grandes Tendencias de la Criminología Contemporánea”, En Anuario del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas. Universidad Central de Venezuela.Caracas. 1977. Número 5º. Página 162. 22 Cfr. BECKER, Howard. Los Extraños. Sociología de la Desviación. Ed. Tiempo Contemporáneo. Buenos Aires. 1971. 23 ANIYAR DE CASTRO, Lola. Criminología. Op. Cit. Página 72.
17
quien a partir de entonces queda con la etiqueta de desviado, estigma este del
cual difícilmente podrá escapar en el futuro.24
Los radicales consideran que esta es aún una criminología liberal que se limita a
describir los fenómenos de la criminalización, del estereotipo y del estigma
delictivos, sin indagar sobre sus causas político-sociales.
c) Radical. Quienes siguen esta orientación sostienen que ella difiere de las
demás tendencias criminológicas “en poco menos que todos sus aspectos: sus
premisas acerca del hombre, sus procedimientos prácticos, su concepción sobre
la utilidad del conocimiento y su relación con otros grupos sociales”25, y
reconocen, de otra parte, que esta corriente “vive aún su infancia”.26
En efecto, fueron determinados sucesos sociopolíticos ocurridos en la década de
los sesentas (guerra del Vietnam, proyecto “Camelot”, propagación de la guerrilla
en América Latina, surgimiento del “poder negro”, auge del comercio y consumo
de estupefacientes, rebeliones políticas en establecimientos penitenciarios de todo
el mundo, divulgación del movimiento “antisiquiátrico”, etc.), los que condujeron al
rompimiento definitivo con el enfoque tradicional y a la creación de la “Unión of
Radical Criminologits” (URC) compuesta por profesores y alumnos de la Escuela
de Criminología de la Universidad de Berkeley, y de la “Nacional Deviancy
Conference” (NDC) en Inglaterra.27
La radical relega a un plano secundario el estudio de los factores endógenos y
exógenos de la criminalidad para dedicar preferente atención a despejar
interrogantes tales como: ¿Para qué sirve la ley penal? ¿Quiénes la hacen?
¿Contra quien se hace? Dícese de esta corriente que “es una politología del
delito, porque es una ciencia fundamentalmente política”28
24 Cfr. BARATTA, Alessandro. Op. Cit. Página 87. 25 TAYLOR y Otros. Op. Cit. Página 24. 26 IBIDEM. Página 44. 27 Cfr. ANIYAR DE CASTRO, Lola. Op. Cit. Página 150. 28 IBIDEM. Página 72.
18
Esta posición “radical” ha encontrado serias resistencias en los foros
internacionales en los que predominan tendencias conservadoras y liberales.
Indiquemos, finalmente, que la criminología de la reacción social pretende integrar
y superar las tendencias interaccionista y radical, en cuanto constituyen esfuerzos
incompletos hacia una criminología sistemática. Su finalidad primordial “no es
modificar al delincuente sino a la ley, o al sistema total del cual la ley es un
instrumento más poderoso y efectivo”.29
Cartagena de Indias, 5 de mayo de 2008.
29 Cfr. ANIYAR DE CASTRO, Lola. Op. Cit. Página 73.
1
Las haciendas del Marqués de Santa Coa, don Julián de Trespalacios
Vladimir Daza Villar
Profesor del departamento de Historia y Geografía de la Universidad de Caldas [email protected] El presente texto es una versión del texto que saldrá publicado bajo el título: De las montañas de Burgos a la villa de Santa Cruz de Mompós, siglo XVIII.”
RESUMEN:
Esta presentación tiene tres objetivos principales. En primer lugar,
examinar las relaciones entre los debates historiográficos, la producción de la
historia oficial en la “periferia” del este y sudeste del continente europeo y la
política del recinto étnico justificada por una historia oficial para el grupo étnico
en cuestión. El segundo objetivo es presentar una ilustración más detallada de
la influencia de la política del recinto étnico en la producción de las historias
oficiales, a través del examen de los debates historiográficos relacionados con
el problema de etnogénesis. Y, finalmente, el tercer objetivo es utilizar el
concepto del recinto étnico en el momento de examinar las cuestiones de la
independencia de los nuevos estados europeos.
La presente ponencia se iniciará con un análisis del entorno ecológico de las
haciendas del segundo marqués de Santa Coa, don Julián de Trespalacios, en
general para luego ver los cambios ecológicos realizados a partir del
establecimiento de las haciendas ganaderas en las Provincias de Cartagena y
Santa Marta. Posteriormente, se propone estudiar las empresas agrícolas de
don Julián de Trespalacios y su relación con el resto de las inversiones
mercantiles y mineras. Además se muestra como era la producción y los
mercados y sus ingresos y egresos.
A. Cambios ecológicos y la formación de la propieda d rural
Según el clásico estudio de Cronon, una de las premisas para los cambios
ecológicos de América fue el sentido de propiedad que existía entre los
europeos. En cuanto a la Nueva Inglaterra, la enorme abundancia que los
2
europeos registraban en sus diarios comenzó a ser contrastado con las
supuestas condiciones de pobreza de los naturales las cuales recordaban a un
viajero inglés a los pordioseros de Londres. Es decir, para los europeos sólo la
ocupación efectiva del territorio generaba el derecho de propiedad y no la
movilización permanente de los indígenas por éste. El modo de vida y la
relación de los naturales con el medio ambiente y el sentido de propiedad de
éste era totalmente distinto al europeo.
Lo antes dicho se puede inferir al observar los hábitos alimenticios de los
naturales y la crítica que de éstos hacían los españoles. Por ejemplo, los
Arahuacos, según don Nicolás de la Rosa, se alimentaban de “pescado y las
conchas y caracoles que cogen del mar, y rara vez carne de vaca; no usan de
montería”1. En otro aparte, don Nicolás de la Rosa, escribe vulgarizando la
relación de los wayúu con el medio ambiente que:“No tienen estos indios casa
ni rancho alguno, ni tampoco población determinada, y sólo viven debajo de los
árboles, mudando habitación a proporción de los tiempos y logro de las frutas
silvestres de toda aquella costa, porque es de lo que se mantienen: de suerte
en que tiempo del trupío viven a la sombra de ellos; en el tiempo de
guáymaros, en los guaymarales; y lo mismo en los tiempos de los caracolíes,
de los cacahuitos, macarares y otros árboles, frutas y raíces. (...) Lo que
comúnmente comen es el peje, almejas, burgaos, erizos, cangrejos, con las
tortugas de aquella costa. De animales monteses, los venados, los armadillos,
morrocoyas y otros varios, aunque sean de uso común, sirviéndole de pan la
yuca, el guáymaro, el palmito, los cacahuitos, el macarare y otras frutas y
raíces que ellos conocen y apetecen...”2
Es decir, los naturales del Caribe mantuvieron una relación dinámica con el
ecosistema; relación que los españoles van a considerar como una muestra
1 Rosa, Nicolás de la, Op. Cit., p. 273. 2 Ibid., p. 282.
3
más de su inferioridad y propia de:“holgazanes poco aplicados al trabajo (...) y
así, son pobrísimos, aunque la tierra de su habitación se considera tan rica,
como toda la demás de la provincia y tan fértil y pingüe, como fecunda, por tan
dulces y cristalinas aguas” 3.
En consecuencia, en el siglo XVIII el Caribe colombiano era una frontera
abierta que había que terminar de arrebatar a los naturales. Los colonizadores
comenzaron a desarrollar una ideología de conquista ya que “la tierra era un
Vacuum Domicilium4 esperando ser habitada por un pueblo más productivo”:
los europeos.
Esta ideología de dominación de los recursos, que en el caso del imperio
español en la Nueva Granada se expresó en la redistribución de las tierras de
los naturales entre los conquistadores del Caribe colombiano y en el siglo XVIII
en la consolidación de economía ganadera, como ya se dijo5. Durante todo el
siglo XVIII fue feroz la lucha por expulsar a los chimilas de su medio natural ya
que:“las tierras ocupadas por los chimilas eran las más cercanas a Santa Marta
y de las mejores de la provincia para el cultivo de maíz”6
La fuerte presión de los hacendados por ampliar sus propiedades rurales los
condujo a financiar operaciones represivas contra los chimilas. No era raro
pues que en el siglo XVIII, la voracidad de los grandes hacendados viese en las
tierras de los indígenas la posibilidad de expandir sus cercados. En la actividad
militar como Maestres de campo, de don Julián de Trespalacios y en la de su
primo, el poblador don José Fernando Mier y Guerra, quienes también eran
hacendados, está documentada las Salidas contra los chimilas por las
provincias de Cartagena y Santa Marta7.
En 1522 en la ciudad de Santa María del Antigua de Darién el cabildo promulgó
una Ordenanza “en la cual prometimos cuatro o cinco pesos de oro al que
matase cualquiera tigre, y por este premio se mataron muchos de ellos en
3 Ibid., p. 274. 4 Cronon, William, Op. Cit., 5 Tovar Pinzón, Hermes, Hacienda colonial y formación social, Barcelona, Ediciones Sendai, 1988. 6 Rosa, Nicolás de la, Op. Cit., p. 268. 7 Mier, José de, Op. Cit..
4
breve tiempo”8. Y en la medida que la frontera se expandía y se construía una
economía ganadera debieron ser más.
En la Memoria que don Pedro Fernández de Lugo le envía a su Majestad “para
la conquista de Santa Marta y descubrimiento del Río Grande”, le pide al rey,
entre otras cosas:“Item que se le dé licencia para sacar de estos Reinos y de la
Andalucía hasta cien caballos y yeguas para la dicha conquista y puede
asimismo llevar cualesquier ganados sin pena a la dicha provincia”9
Es decir, en el siglo XVI el ganado vacuno y caballar formó parte de la
conquista y cuyos primeros ejemplares se trajeron a Cartagena desde las islas
del Caribe. Pero el panorama de la economía regional que describen los
informes de las provincias de Cartagena y Santa Marta dos siglos después, es
decir en el siglo XVIII, era el de una sólida economía ganadera que ocupaba
las sabanas de ambas provincias.
Francisco Silbestre en su Descripción del reyno de santa fe de bogotá señalaba
que la provincia de Santa Marta:“abunda en Ganado Bacuno, que se extrahe
para la provincia de Cartagena, con carnes saladas, Quesos y Velas de sebo,
que se llevan a las tierras de Oro...se cosecha mucho Algodón y podrá
cosecharse mucho mas si abundase la Población, igualmente que el Cacao,
café, Azucar, Añil, Aguardiente de caña y otras materias”10.
Don Diego Peredo también describe un paisaje que ya ha sido reorganizado
por el interés económico colonial. Peredo al igual que el alférez don Nicolás de
La Rosa describió una lista de las maderas útiles de la provincia de Cartagena
y menciona la cantidad de estancias y haciendas que existían a mediados del
siglo XVIII por toda la provincia de Cartagena11.
Obviamente la ampliación de la frontera por los hacendados significaría la lenta
transformación de la fauna y flora de las provincias del Caribe. En abril 4 de
1770 al concertado Antonio Rico se le pagaron 2 pesos y 5 ½ para su
alimentación, “polvora y balas” para que matara “dos tigres que hacían daño en
8 Fernández de Oviedo, Gonzalo, Sumario de la natural historia de las Indias, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 19 11 Peredo, Diego, Noticia historial de la Provincia de Cartagena de Las Indias año 1772, en: Anuario colombiano de historia social y de la cultura, Bogotá, Universidad Nacional. núms. 6-7, 1971-1972
5
Santa Coa”12. Dos meses después, en junio 30, se le pagaron 4 pesos a
Gregorio Altamar “por haver muerto un tigre”13 en la misma hacienda Santa
Coa. Asimismo, en la hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas se le pagó a
Luis Rivera 190 pesos por haver matado 12 tigres y 14 “leones”14
Los historiadores económicos del siglo XVIII resaltan los datos sobre la
economía colonial rural solo desde la perspectiva del desarrollo agrícola15, y
como evidencia de la riqueza, medida en el número de cabezas de ganado16,
de algunos Notables de Cartagena de Indias. Este análisis resulta estrecho
ante los logros de la ecohistoria, la cual en nuestro país es desconocida, en la
comprensión de las transformaciones paisajísticas y la creación del mundo
rural; es decir se escribe sobre las haciendas ganaderas desconociendo los
efectos que éstas tuvieron en los cambios del paisaje y la consecuente
reducción de la flora y fauna nativas para darle paso a las sabanas.
Desde la llegada de los españoles en el siglo XVI el paisaje de bosques y
ciénagas de la provincia de Cartagena fue sometido a otras dinámicas
transformadoras. Primero, las necesidades de alimentar los pocos caballos que
los conquistadores trajeron consigo y de apacentarlos en sabanas primigenias
y segundo, dos siglos después en el XVIII, de construir una economía agrícola
ganadera.
Es decir, la ganadería fue “una forma de enfrentar la diversidad de la
naturaleza” americana”17 y una “herramienta poderosa de la colonización
europea.” Según algunos autores, la hacienda es “resultado de la expansión
ganadera como de la caída demográfica”18 del siglo XVI y que la “noción de
propiedad se desarrolló en función del tamaño del rebaño poseído19”, es decir
12 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 7, 00764v. 13 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 10, 00765r. 14 Ibid, 00735r. 15 Tovar Pinzón, Hermes, Hacienda colonial y formación social, Barcelona, Ediciones Sendai, 1988. 16 Múnera, Alfonso,El fracaso de la nación. Región, clase y raza en el Caribe colombiano (1717-1821), Bogotá, Banco de la República- Áncora Editores, 1998. 17 Ibidem, p. 1. 18 Aguilar-Robledo, Miguel, “Ganadería, tenencia de la tierra e impacto ambiental en la HUasteca Potosina: loas años de la Colonia”, en: Hernández, Lucina, Op. Cit., p. 19 Aguilar-Robledo, Miguel, Ganadería, tenencia de la tierra e impacto ambiental en la Huasteca Potosina: los años de la Colonia”, en: Hernández, Lucina (Compiladora), Historia ambiental en Méxicon México, p. 9.
6
la ganadería al igual que en Nueva España “desempeñó un papel instrumental
en la privatización de la tierra”.
Pedro de Heredia quien fue uno de los primeros españoles que vio los bosques
que cubrían las costas de Cartagena, en 1535 ordenó a sus hombres buscar un
lugar con “savanas para dar hierva a los caballos”20. Todavía, como se notaba
en 1735, las zonas boscosas dominaban sobre las sabanas: “La región
alrededor de Cartagena es tan exuberante que es imposible contemplar sin
admiración el verde eterno de los bosques. Las ramas trenzadas de los árboles
forman un refugio en el que no puede penetrar ni el calor ni la luz. Los árboles
son grandes y frondosos, y la cantidad de variedades también es asombrosa”21
En las referencias documentales de viajeros, Diarios e informes de funcionarios
reales, al igual que en los mapas del siglo XVIII se nota el crecido interés por
referenciar el medio natural22. En los mapas se relacionaba de manera
detallada, por ejemplo, las aguas útiles para establecer poblados y las fábricas
de aguardientes, los bosques para leña y construir barcazas. Todavía a finales
del siglo XVIII, en 1772, el paisaje de la provincia de Cartagena era “por lo
general (...) montuoso”23 y se señalaba que la ciudad:“esta circundada...(por)
ciénagas y montes por el Este. Está sobre el arena, y aun algunas cieneguillas
cegadas. Encuéntrase agua dulce en algunas partes, a las dos varas”24
Sobre el partido del Río Sinú se decía que “tiene dilatados montes abundantes
de toda madera”. Pero en la descripción que hace de la provincia de Cartagena
el obispo don Diego de Peredo, se puede inferir la importancia de la economía
ganadera y por lo tanto la desaparición de los bosques naturales y su lenta
sustitución por los claros, es decir las sabanas cubiertas de pastizales. Peredo
mencionó, por ejemplo, que en el pueblo de indios de Turbaco había
haciendas, en Santa Rosa de Alipaya había “algunas estancias” y en Santa
20 Véase: B. Le Roy Gordon: El sinú. Geografía humana y ecología, Bogotá, Carlos Valencia Editores, 1983, pp. 96-125. 21 Citado por B. Le Roy Gordon, Op. Cit., p. 100. 22 Cortés, Vicenta, Catálogo de mapas de Colombia, Madrid, Ediciones Cultura hispánica, 1967. 23 Peredo, Diego, Op. Cit, p. 125. 24 Peredo, Diego, Op. Cit, p. 125.
7
Ana trabajaban 221 esclavos “que cultivan varias haciendas”, en María la
feligresía estaba “distribuída en haciendas”, al igual que la de Santero. El
partido del Río Sinú, el cual comprendía las poblaciones de San Nicolás,
Lorica, Ceiba, San Sebastián de Urabá, Cereté, San Juan de las Palmas y
Ciénaga de Oro entre otros, tiene “pastos de ganado vacuno y tierras de labor”;
aunque era en el partido de Las Sabanas de Tolú que: “por sus buenas y
vistosas sabanas de pasto de ganado vacuno es a propósito para esta cría y de
caballares de que son sus haciendas (...) Crían muchos cerdos que traen a la
capital (es decir a Cartagena de Indias)”25. Asimismo en el Partido del Río Sinú
se “cosecha los frutos comunes del país y crías de ganado vacuno y caballar.
Sus vecinos hacen comúnmente las labranzas en tierras de pantanos en donde
los acomodados tienen sus estancias de cacao”
En diciembre 9 de 1766 don Antonio de Arévalo rindió al rey un pormenorizado
informe sobre el desarrollo ganadero y agrícola en la provincia. Señaló el
ingeniero militar que:
“...a solas quatro leguas de distancia se halla hasta 1.500 cabezas de ganado
mayor bueno para matarse, que en tres o quatro días pueden traherse a la
Plaza, con lo que sobra mucho de el que necesita para su subsistencia; y en 8
días pueden escogerse y traherse de hasta 25 leguas de la Ciudad en el
Partido de Tierra Adentro(...) más de 5.000 nobillos o ganados a propósito para
lo mismo y sin que haga falta para continuar las crías; pues según la minuta de
el tanteo prudencial que se ha hecho y se acompaña, se hallarán en él 25.720
cabezas a esa distancia, sin contar 55.680.que habrá en las sabanas de
Tolú...”26
Sin embargo, la elevada cifra de las 87.900 cabezas de ganado que habían
sido inventariadas por Arévalo parece ser no implicaba una presión para el
paisaje. En efecto, don Diego de Peredo afirmó que “no faltan pastos de
ganado especialmente lo son en bastante extensión (en) las sabanas de
Tolú”27.
25 Peredo, Diego de, Op. Cit, p. 146. 26 Marco Dorta, Enrique, Ganadería y abastecimiento en Cartagena de Indias, en: Revista de Indias, Sevilla, Enero-Dic., núms. 119-122, XXX, 1970, pp. 489-490. 27 Peredo, Diego de, Op. Cit, p. 154.
8
Asimismo las necesidades urbanas de madera para la construcción de iglesias,
conventos y casonas para la elite, y leña para cocinar debieron impulsar un
proceso continuo de reducción de los bosques más cercanos a la ciudad. En la
Noticia historial de Cartagena de las Indias año 1772 documento que hemos
venido citando, en la “división económica” de la provincia de Cartagena se
mencionó que en el Partido de Turbaco, la ciudad de Cartagena se abastecía
de leña y de carbón, y de Ciénaga de Oro “provee la ciudad de mucha madera,
especialmente de cedro y caoba”28. Además el religioso observó que toda la
provincia de Cartagena era:“abundante de maderas de todas especies: cedros,
ceibas, guayacanes, ébanos y otros de color, lustre y fortaleza...Dáse también
muy común el majaguo, árbol de cuya corteza beneficiada a poca costa hacen
cuerdas, mochilas y otros menesteres. Hay bejuco común tan dócil como
mimbre, aunque algo más grueso, que sirve por cuerda y con él enlazan en
lugar de clavazón las fábricas de iglesias y casas del campo...”29
Aunque, James Parsons señaló que la costa Caribe fue conocida en Europa
“por los bálsamos aromáticos de sus bosques”30 los cuales se le destruyeron
para darle paso a los cultivos de maíz y de pasto31:“En los montes de este
pueblo (Colosó) hay abundancia de árboles que producen el precioso bálsamo
que llaman de Tolú y se cree ser este el más especial y claro, aunque no falta
todavía igual en los montes de Tolú Viejo y en la parte de las sabanas que cae
por los curatos de Sincé, Morroa y Pileta”32
No obstante, se necesita un nuevo enfoque de las fuentes documentales y otra
formación para comprender cómo fue el proceso de transformación del paisaje
en el Caribe. Según afirma la mexicana Lucina Hernández, hace 100 años,
entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando se eliminaron la
28 Peredo, Diego de, Op. Cit, p. 138. 29 Peredo, Diego de, Op. Cit, p. 154. 30 Molano B., Joaquín (ed.), Las regiones tropicales americanas: visión geográfica de James J. Parsons, Bogotá, Fondo FEN Colombia, 1era. Edición, p. 218. 31 Molano B., Joaquín (ed.) Op. Cit., p. 219. 32 Peredo, Diego de, Op. Cit., p. 143.
9
ganadería silvestre que vagaba libre, se inició, entonces, el proceso intensivo
de deforestación33.
B. Las haciendas ganaderas de don Julián de Trespal acios
No es claro como don Julián adquirió sus tierras. Sin embargo, podemos
observar que una manera de apropiarse durante el siglo XVIII de amplias áreas
de tierras de frontera fue a través del sistema de composiciones o
legalizaciones. Por ejemplo, entre las Composiciones y Confirmaciones
realizadas en el Caribe entre 1699 y 1800, el 77 por ciento perteneció a 14
adjudicaciones en la provincia de Cartagena lo cual significó que las familias
Díaz Granados, Madariaga, Hoyos, Mier y Trespalacios, estas tres últimas
familias que estaban emparentadas, recibieran 51 mil hectáreas de tierra y
situadas en las vegas de los ríos, las más fértiles de las dichas provincias.
Otros cálculos realizados por Tovar Pinzón señalan que apenas 13 familias de
las provincias del Caribe recibieron en composiciones y lagalizaciones 130 mil
hectáreas de tierra.
De esta manera, las haciendas ganaderas eran enormes en ambas provincias
del Caribe. Por ejemplo, las del marqués de San Fernando tenía
aproximadamente 40 mil cabezas y las de la familia Campuzano y la de don
Blas de Godoy contaban entre 10 y 12 mil cabezas de ganado34.
No tenemos evidencia documental de que Don Julián hubiese utilizado la vía
de composiciones y legalizaciones para formar sus propiedades rurales, no
obstante, su primo el hacendado don Joseph Fernando Mier y Guerra si las
utilizo. En junio 23 de 1741, don José Fernando quien poseía “un populoso
hato de ganados maiores, y menores” en las sabanas de Calenturas,
jurisdicción de la ciudad de Valle de Upar, canceló a la Real Contaduría de
Santa Marta 541 pesos 1 real y 14 maravedíes por el derecho real de 33 Para una visión comparativa véase Gimpel, Jean, La revolución industrial en la Edad Media, Madrid, Taurus, pp. 67-78. Esta opinión coincide con la observación de James Parsons quien señaló que la tarea de eliminación de los bosques nativos que poblaban el río Sinú, finalizaría cuando el representante consular de los Estados Unidos en Cartagena en 1880 llamó la atención de la Casa Emery Company sobre los “inextinguibles” bosques de cedro y caoba del Sinú. 34 Estadística de Mompós, Mompós, Imprenta de “La Palestra”, 1880, p. 13.
10
composición de 16 caballerías de tierra “para el maior aumento de esta
hasienda que es de tanta utilidad de esta Provincia y de donde sale gran parte
de abastos para la Cartaxena”. Don José Fernando Mier y Guerra era
propietario de la hacienda Loba que le había costado 20 mil pesos, y otros
2.500 pesos35.
Es de suponer que el segundo Marqués de Santa Coa acudió a esta posibilidad
por cuanto el propio gobernador de Santa Marta y Juez General Privativo para
la Composición de Tierras y Baldíos justificaba la entrega de las caballerías
“por el servicio que hase a su Magestad” don José Fernando; lo cual pudo
decirse de Don Julián, por cuanto ambos eran maestres de campo. Aunque
don Julián pudo acudir a la adquisición, a terceros, de tierras, e incluso de
haciendas, por ejemplo, la posesión de la hacienda Santa Bárbara de Las
Cabezas le fue confirmada por el Rey en marzo 11 de 174936. También le
compró a la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen en la villa de San Benito
un hatillo de ganado37; en las sabanas “que llaman de Mojarras”. En 1764, le
compró a don Joaquín de la Torre la hacienda Las Monjas, y la estancia El
Remolino, la adquirió de don Antonio Gayón38. Por último, al presbítero don
Francisco Javier Quintero le compró una estancia por 2.047 pesos y 4 ¼ de
reales39, y la estancia de cacaotal Las Piedras había pertenecido a don Tomás
Angel Villarreal40. Posteriormente, a los herederos de Paula María Gorgora y
Juana de Los Santos Leyba se les compró 600 varas de tierra con un platanar,
por 320 pesos41.
A través del pago de las deudas, muchos vecinos le abrían las posibilidades a
Don Julián de ampliar lentamente sus propiedades rurales. De esta manera,
don Joaquín de la Torre, vecino del sitio de Caimito en la provincia de
Cartagena, quien debía a don Julián 868 pesos y para dicho “pago tiene
vendidas al señor marqués (...) las tierras nombradas del Congo en las
35 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 6, 00611r 36 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 3, 00152v. 37 Ibid, 00007v. 38 Ibid, 000423v. 39 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 16, 00609r. 40 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 3, 00135r. 41 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 10, 00753r.
11
Sabanas de Tolú”42, las cuales eran ideales para la expansión de las tierras
ganaderas de Don Julián. Pero la mayor adquisición que podría haber aspirado
el Marqués de Santa Coa fue la oportunidad ofrecida por don Joseph de la
Roca, quen vecino de Ocaña pero residía en Barinas, Llanos venezolanos.
Don Joseph de la Roca debía la suma de 2.349 pesos con 1 ½ reales y “tiene
para dicho pago otorgada Escritura con hipoteca de una hazienda de cacao” en
Barinas. Se puede inferir, pr un lado, que don Julián estaba financiando la
producción de la finca, y por el otro, en caso que don Joseph incumpliera el
pago de su deuda don Julián se convertía en propietario de nada menos que
de una hacienda cacaotera.
C. La integración agromercantil
Mientras las posibilidades se cerraban a otros comerciantes-ganaderos en la
ciudad, al marqués de Santa Coa se le abrían como financista en toda la
Provincia de Cartagena y de Santa Marta. Aquí los Libros de Contabilidad
nuevamente demuestran la liquidez del marqués al señalar que en las
jurisdicciones donde se encontraban sus haciendas como las villas de San
Benito Abad, Ayapel y Pueblo Nuevo existían deudores del marqués de Santa
Coa al igual que en todos los sitios y pueblos de indios de las provincias de
Cartagena y Santa Marta que ya habían ingresado, desde el siglo XVI, al
universo mercantil hispánico.
Tabla I. Deudores de don Julián de Trespalacios en San Benito Abad, Pueblo Nuevo. 1754-1769.
NOMBRE CONDICION LUGAR CUANTÍA EN PESOS Don Antonio de Castillo Vecino San Benito Abad 987, 1 ¼ Don Nicolás de Argote Vecino Pueblo Nuevo 722, 6 ½ Agustín de la Sierra Vecino Pueblo Nuevo 917, 5 5/8 Don Francisco Matías de Argüelles
Vecino Pueblo Nuevo 888, 1 ¾
Don Lucas Joseph Eguizaval
Vecino Pueblo Nuevo 1.137, 4 ¼
Don Joseph Espinosa Vecino Sitio del Sinsé 709, 4 ½ Don Antonio de Castillo Vecino San Benito Abad 987, 1 ¼ Total
Fuente: A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 3.
42 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 10, 00500r.
12
El total de deudores en las sabanas de Tolú y Pueblo Nuevo eran de 81
vecinos. La cuenta más vieja era de 1755. No se sabe con claridad qué
adeudaban estos vecinos a don Julián puesto que en el Libro de Contabilidad
aparecen los dévitos simplemente como “cuenta”, “resto de su cuenta”, “por
vale”. Ahora don Julián también tenía una cantidad significativa de deudores en
la ciudad de Valle de Upar donde se encontraba la Fábrica de Aguardiente.
Tabla II. Deudores de don Julián de Trespalacios en el Valle de Upar
NOMBRES CUANTÍA EN PESOS Dn. Jaime Bas 1.669, 6 ¾ Bernardo Subero 870, 4 Juan de Guerra + 3.43, 5 Joseph Francisco del Villar 505 Bartholomé Uztáris 2.580, 6 Total
Fuente: A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 3.
Por último, esto refleja cómo su actividad mercantil permitía movilizar capitales
hacia otras actividades como las ganaderas y viceversa. Este caso lo ilustra el
hecho de enviar al “puerto de Carare dos Balsas”43 para transportar “15 Mulas
que remitió don Joaquín de Valdenebro a quenta de lo que debe”44. El vecino del
sitio de Soledad, jurisdicción de Cartagena, don Joseph de Llanos abonó a su
cuenta pendiente con el marqués de Santa Coa 13 sillas de montar45.
Doña María Jacinta Molina y Zúñiga había abonado a su cuenta de 388 pesos
con 7 reales unas botijas de miel que entregó a don Francisco Bravo,
administrador del estanco del aguardiente en Valle de Upar46. Es decir, en
algunas ocasiones los acreedores, en este caso, nuestro marqués de Santa
Coa, aceptaba sus pagos en especie, siempre que las mercaderías
intercambiadas representasen comercialmente el valor de la deuda.
Ahora bien, para satisfacer la demanda en general de textiles en el interior de las
provincias de Caribe y los intereses de sus haciendas, don Julián acudía a uno
43 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 16, 00643r 44 Ibid, 00643r. 45 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 3, 00508v. 46 Ibid, 00512v.
13
que otro negocio de la siguiente naturaleza: en 1777 se le envió a don Eusebio
Pérez, administrador de las haciendas Las Mojarras y Las Monjas, “para pagar la
cuenta de los ganados a don Antonio Vicente”47:1 pieza de Bretaña 10 varas de
Bretaña cruda a 4 rrs/Para la paxarera de la Rosa 9 varas de Cholete ordinario a
3 rrs/4 varas de Listado de Flandes a 3 ½ rrs .
En una tienda de propiedad del marqués de Santa Coa, “que cae en el
traspatio”48 de su casa, los avaluadores de sus bienes encontraron 1.500
botijuelas de aceite enviadas por don Francisco Fernández del Haedo49, quien
seguramente las había colocado para su venta, a sabiendas que era un negocio
seguro, ponerlas en una de las muchas tiendas que tenía don Julián en la
Albarrada. En otras palabras, el marqués de Santa Coa sabía atraer a otros
productores agrícolas al sistema de circulación mercantil que éste había
construido durante muchos años. Como comerciante-ganadero al marqués de
Santa Coa se le abrían las posibilidades mercantiles como financista en toda la
Provincia de Cartagena y de Santa Marta.
D. El lugar de las empresas agrícolas del marqués d e Santa Coa
Contrario al caso del marqués de San Jorge de Santa Fe, don Jorge Peralta y
Lozano, las haciendas no constituían la base de acumulación de capital del
marqués de Santa Coa, don Julián de Trespalacios. Una serie de condiciones
geográficas como la situación de puerto fluvial de Mompox y las ventajas
comparativas como la cercanía al principal puerto de la Nueva Granada,
Cartagena, y la posibilidad de “monopolizar” el comercio en la villa de Mompox
hicieron que la sustentación de la acumulación de capital fuese el comercio es
decir los negocios mercantiles, como lo mostramos en el segundo capítulo.
En todo caso, la hacienda ganadera también podría contribuir a obtener
mayores ingresos, no obstante que en el siglo XVIII: “la agricultura ofrecía
pocas oportunidades para la expansión de ingresos o a la acumulación de
47 Ibid, 00304v. 48 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 6, 00411r. 49 Ibid, 0041r.
14
capital. Ni el comercio legal ni el contrabando suministraban al agricultor
salidas significativas para sus productos, y los cultivos -desde la gran hacienda
hasta la parcela de subsistencia de una familia campesina- estaban
encaminados principalmente a atender la demanda doméstica”
En 1756 cuando Fray Juan de Santa Gertrudis llegó a Cartagena describió los
hábitos alimenticios de la población: “Más la comida de esta gente, por lo
común se reduce a un guiso de tasajo y una olla de tasajo, yucas, arracachas,
camotes, cazabe o ñame y sapallo. Otro guiso hacen de huevos duros con
salsa de maní tostado, con mucho ají compuesto. Y suele también esta gente
comer arroz con las mismas carnes y fuerza de ají. Y para postre ordinario miel
de caña. Pan y vino sólo los caballeros lo usan”
Así pues, una dieta tan elemental con productos, como el mismo Arévalo
señalaba que se cultivaban hasta en las huertas de los vecinos de la ciudad
muestra las imposibilidades del desarrollo de una agricultura comercial en las
provincias de Cartagena y Santa Marta en comparación con la economía
cacaotera que se desarrolló en el mismo período en Venezuela. La situación
era similar o peor en toda la provincia debido a la poca población que vivía
desparramada: “En la Magdalena está todo el río acordillado de pueblecitos de
a 15 o 20 leguas en distancia unos de otros; y entre un pueblo y otro, de una y
otra parte, hacienditas en que viven indios, mestizos o mulatos... En Mahates
solo hay limpio una plaza, y de un canto la casa del cura, y del otro canto la
iglesia, todo lo demás es monte, y para ir a cada casa su caminito. El pueblo
tendrá unas 60 casas de indios y mestizos... (Tamalameque) es ciudad que no
llega a tener 200 vecinos; todas las casas de madera cobijadas con hojas de
palma”50
Las haciendas de don Julián se especializaban en la producción de ganado
para el abastecimiento de Mompox y Cartagena de Indias. Además, vendían
derivados tan importantes como cueros y sebo para la producción de velas y
jabón, tanto para la venta como para el envío a las minas de don Julián51. El
50 Santa Gertrudis, Fray Juan, Op. Cit. 51 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 3, 00619r, 00619r.
15
marqués de Santa Coa era reconocido como “criador de crecido número de
ganados bacunos en ambas provincias” del Caribe. Sus haciendas era la de
Santa Bárbara de las Cabezas que estaba situada en el Paso del Adelantado;
la de El Tamacal en jurisdicción de Pueblo Nuevo; la de Santa Coa en
jurisdicción de Mompox, la de San Andrés de Buenavista, alias Las Monjas;
Las Mojarras y la Candelaria en jurisdicción de la villa de San Benito Abad52.
Además, todas contaban con esclavos, ganados y herramientas.
Como se muestra en la tabla XXXI, las haciendas de don Julián se localizaban
en ambas provincias del Caribe.
Tabla III. Haciendas del marqués de Santa Coa, 1765 NOMBRE DE LA
HACIENDA
LUGAR BIENES
Santa Bárbara de Las
Cabezas
El Paso del Adelantado, Jurisdicción
de Pueblo Nuevo
Ganado vacuno, caballar,
esclavos y aperos
Santa Coa Jurisdicción de Mompox Ganado vacuno, caballar,
esclavos y aperos
El Tamacal Jurisdicción de Pueblo Nuevo Ganado vacuno, caballar,
esclavos y aperos
San Andrés de
Buenavista, alias Las
Monjas
Jurisdicción de la villa de San Benito
Abad, sabanas de Tolú
Ganado vacuno, caballar,
esclavos y aperos
La Candelaria Cercana a la villa de San Benito
Abad
Ganado vacuno, caballar,
esclavos y aperos
Las Mojarras Jurisdicción de la villa de San Benito
Abad
Ganado vacuno, caballar, esclavos y
aperos
Fuente: AGN, Testamentarias de Bolívar, 3, 00005v, 00006r,
Según palabras del propio don Julián, sus principales haciendas ganaderas
estaban situadas estratégicamente para socorrer a Cartagena “en qualquier
tiempo” al estar situadas “sin estorbo de inundaciones” del río Magdalena, lo
cual significaba una ventaja sobre otros ganaderos. La hacienda Santa Bárbara
de Las Cabezas era la más importante de todas las que poseía don Julián. A
pesar de la manera imprecisa de señalar los linderos en el período colonial,
cabe la impresión de que la hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas era muy
grande. En efecto, los límites de esta hacienda resultaban inabarcables:
52 AGN, Testamentarias de Bolívar, 6, 00005v, 00006r.
16
“Desde los márgenes de la Boca de caño de Yguana, agua arriba/pr el playón
de Jazmín y puerto de Raphaela, hasta/encontrar con la cienega de Burro, y de
esta corriendo/
pr el caño de remanga naguas en derechura hasta la/mata de Pueblo Nuevo y
en la misma conformidad hasta/encontrar con la Mata de Gallina y de allí hasta
encontrar/con el caño de quatro votijas linderos de las tierras de Jun/Augustín
Moreno y de este aguas abajo hasta donde den/tra en el caño que llaman del
Passo y de este aguas arriba/
hasta encontrar con la sabana de Sn Cayetano y rebazar/esta bajando a otra q
llaman las Onse Reses y la de Espi/ritu Sto y el parage que llaman Munguía y el
que se le/sigue nombrado Santos y de este cortando en derechura/pr la Boca
del Tonto hasta encontrar con las orillas /de Ariguaní y de este aguas abajo
hasta encontrar con/el río de Zezar qe esdonde desagua y sierra el glovo/de la
citada tiera”53
En verdad, “todas las tierras q comprehenden la Real Confirmación” de la
hacienda abarcaban 19 caballerías con 31 fanegas y 2 almúdes54. Cuando en
octubre de 1766, por mandato de don Joseph Francisco Maestre teniente de
gobernador y Justicia Mayor de la ciudad de Pueblo Nuevo, el mayordomo don
Joseph Beles de las Cuevas realizó los inventarios de esta hacienda, su
prosperidad era evidente. Sus tierras eran propias, la casa principal tenía 3
varas de largo y 12 de ancho:“con sus puertas Bentanas de madera rodeada
de nuebe más que sirben de ospedage a los negros esclavos, una espenza,
y una caballeriza, todo cubierto de palma y Bahareque”55
Tabla IV. Avalúo de la hacienda Santa Bárbara de La s Cabezas, 1766 CLASE DESCRIPCIÓN AVALÚO Ganados 131 vacas “mansas paridas”, 90 “escoteras” 917
“cerreras” paridas, 3.223 “escoteras” paridas, 695 novillos, 668 novillas, 760 toros, 726 toretes
21.336
Caballar 703 “ordinarios”, 67 “andones”, 694 potros “domaderos”, 107 potros “de año”, 67 padrones, 73 yeguas “mansas andonas”, 611 “ordinarias escoteras”, 77 “cerreras”, 102 potrancas
11.080
Mular 37 entre mulas, burros y pollinos 508 Esclavos 82 1.650 Infraestructura Casa principal, caballerizas 150 Tierras 19 caballerizas con 31 fanega y 2 almudes 580 Otros Sillas de jinetes, hachas 70
53 Ibid, 00152v. 54 Ibid, 00179r. 55 Ibid, 00152v.
17
Total 53.580,6 reales A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 3, 00153-00155,00174v, 00175r-00179r.
E. Producción y mercados
La información que existe sobre la producción de las haciendas de don Julián
fue resultado de los inventarios realizados en 1765, luego de la muerte del
marqués de Santa Coa. A través de estos inventarios y los llamados
Quadernos de cuentas en los cuales los mayordomos o los administradores
registraban detalladamente los ingresos y los egresos de las haciendas nos
permiten estudiar, de manera somera, los movimientos de acumulación y
rentabilidad de las haciendas o si éstas mantenían una reproducción simple.
La información que existe sobre la producción, los ingresos y los egresos de las
haciendas del marqués de Santa Coa fue resultado de los inventarios
realizados en 1765, luego de su muerte. Los inventarios y los llamados
Quadernos de cuentas, en los cuales los mayordomos o los administradores
registraban detalladamente los ingresos y los egresos de las haciendas no
constituyen una serie estadística que nos permitan calcular la rentabilidad de
las haciendas para un largo período, como veremos más adelante. Sin
embargo, podemos acércanos con los informes fragmentarios que existen a
calcular los movimientos de acumulación y rentabilidad de las haciendas o si
éstas mantenían una reproducción simple. Para calcular la tasa de rentabilidad
acudimos al método contable de la relación entre ingresos versus egresos56.
Según una de las cuentas57, correspondientes al 12 de septiembre hasta
diciembre 1 de 769, de la hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas58 se traían
tercios de carne, zurrones de sebo “vejigas” de manteca, quesos, cueros y
cachos cuyas ventas produjeron 1.203 pesos 7 ¾ de reales59. Entre enero 12 y
octubre 12 de 1770 la producción creció hasta 2.894 pesos con 2 reales60, lo
que equivale a un nivel de crecimiento de 141% durante los dos períodos en 56 Rentabilidad = (Ganancias/Inversión)*100. Ver: Infante Villarreal, Arturo, Evaluación financiera de proyectos de inversión, Bogotá, Norma, Duodécima Impresión, 1996, p. 86. 57 Sobre las particularidades de la contabilidad de las haciendas, Ver: Tovar Pinzón, Hermes, Op. Cit., pp. 192—228. 58 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 10, 00716—00725. 59 Ibid, 00717v. 60 Ibid, 00719r.
18
mención. Cabe decir que los egresos equivalieron para el mismo período a
2.123 pesos. Veamos en la tabla XXXIII los resultados de un año y 1 mes de
trabajo.
Tabla V. Cuenta de la hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas, Sep. 12 de 1769 - Oct. 12 de 1770 (en pesos )
Valor producción Costos de
operación Ganancia neta
Valor de la hacienda
Tasa de Rentabilidad
4.098p 2 rs 2.123p 1.975p 53.580p 6 rs 3.69 % Fuente: Testamentarias de Bolivar, 10, 00717r-00725r.
Como se observa en la tabla anterior, la tasa de rentabilidad de la hacienda
Santa Bárbara de Las Cabezas, para el período comprendido de Septiembre
12 de 1769 hasta octubre 12 de 1770, fue de 3.69%. Este rendimiento es
atractivo, porque se ubica en el intervalo óptimo de rendimiento del capital
orientando a esta actividad (ganadería) para la época objeto de estudio (entre
el 3% y el 6%)61.
Según la cuenta elaborada por el administrador de esta hacienda, don Josef
Blanco de Dueñas, entre septiembre 29 de 1770 y marzo de 1772, la venta de
la producción de carne y sebo fue de 5.577 pesos, 6 ½ reales62. Los egresos
estuvieron divididos en los costos de mantenimiento de la hacienda, salarios de
los concertados y otros gastos, “además de las remisiones” por un valor de
3.183 pesos y 1/8 de reales63; para una ganancia de 2.394 pesos y 6 1/8 de
reales64. Como se puede apreciar en la tabla XXXIV, la rentabilidad de la
hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas en el período señalado fue del 4.22
%, la cual supera en 0.53% a 1a del período anterior.
Tabla VI. Cuentas Hacienda Santa Bárbara Sept. 29 d e 1770- Marzo de 1772 (en pesos)
Valor venta De la producción
Costos de operación
Ganancia neta
Valor de la hacienda
Tasa de Rentabilidad
5.577p 6 ½ rs 3.183p 1/8 rs 2.394p 53.580p 6 rs 4.22 % Fuente: Testamentarias de Bolivar, 10, 00726r-00730r
61 Tovar Pinzón, Hermes, Op. Cit., p. 206. 62 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 10, 00728r. 63 Ibid, 00730r. 64 Ibid, 00730r.
19
Esta fluctuación se debe, en parte, al buen manejo de los costos operacionales
y posiblemente a la situación cambiante del mercado. Es decir, algunos
factores como las inundaciones en las sabanas que entorpecían la movilización
de los animales y el anegamiento de los caminos podrían haberse reflejado en
la variación cíclica de los precios del mercado en las carnicerías65.
Al continuar con el análisis de la producción de esta hacienda, a partir del 30 de
marzo de 1772 hasta el 15 abril de 1773, es decir 1 año y 15 días, la hacienda
produjo 4.603 pesos con 2 1/8 de reales66. A esta suma, hay que restar los
egresos, en este caso las remisiones recibidas desde la casa del marqués de
Santa Coa en Mompox que representaron 1.130 pesos 6 7/8 de reales67, más
el salario de 16 concertados que ganaron 505 pesos 5 ¾ de reales y otros
gastos en víveres, para un total de 2.155 pesos con 7 1/8 de reales.
Se puede apreciar en la tabla XXXV, que la rentabilidad de la hacienda Santa
Bárbara de Las Cabezas evolucionó al alcanzar una tasa del orden del 4.57%.
Esto puede explicarse por el desarrollo de otras actividades conjuntas dentro
de las haciendas que podríamos llamarlas como producción complementaria68
y al manejo de los costos de producción.
Tabla VII.. Cuentas Hacienda Santa Bárbara desde el 30 de marzo de 1772 hasta
el 15 de abril de 1773 (en pesos)
Valor producción Costos de
operación
Ganancia
neta
Valor de la
Hacienda
Tasa de
Rentabilidad
4.603p 2 1/8 rs 2.155p 7 ⅛ rs 2.448p 53.580p 6 rs 4.57 %
Fuente: Testamentarias de Bolivar, 10, 00733r-00736r
Para este período la rentabilidad fue mayor en 0.35%, lo cual equivale a un
crecimiento del 8% en la rentabilidad entre los dos períodos evaluados. En la
65 Aunque en 1745 “los criadores de ganados se retraían de conducirlos a Cartagena por los despojos que se llevaban los inquisidores y sus ministros, el gobernador, los oficiales reales, el sargento mayor, los regidores, etc.”. Para luego venderlos a terceros perjudicando los intereses de los ganaderos. Ver : Navarro García, Luis, “El privilegio de los regidores en el abasto de Cartagena de Indias”, Sevilla, Anuario de Estudios Americanos, Vol. XXXVIII, 1981, p. 12. 66 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 10, 00733v. 67 Ibid, 10, 00734r. 68 Al respecto ver páginas 162 y 163
20
tabla XXXIV se puede apreciar la producción de la misma hacienda para un
período más largo, es decir por casi 3 años69.
Tabla VII. Cuentas de la hacienda Santa Bárbara de Las
Cabezas, abril de 1773—enero de 1776
PRODUCTOS CUANTÍA EN PESOS FECHA
Ventas de carnes y sebos 6.245, 3 1/8 Desde 15 de abril de 1773
297 toros que remití a Josef López a 3
pesos
891 Diciembre 23 de 1773
17 caballos a 6 pesos 102 Diciembre 23 de 1773
19 mulas entregadas a Salvador
Quintana a 15 pesos
285 Junio 18 de 1774
1 yegua simarrona 4 X
8 Idem que entregó en Sta Coa
Bentura Ximenz a 4 pesos
32 Julio 27 de 1774
1 caballo padrón 6 X
6 caballos manzos que remití a 6
pesos
36 X
5 yeguas simarronas a 4 pesos 20 X
1 Padrote de dhas. Yeguas 6 X
1 caballo manso 6 X
Total 7. 633 pesos
Fuente: A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 10, 00738r—00738v.
En la estructura de los egresos de la hacienda Santa Bárbara, y que más bien,
corresponden a inversiones en bienes de producción en su rendimiento como
era el envío de 12 machetillos, 6 machetes, 1.000 tachuelas, 2 hachas semillas
de plátanos para sembrar, quizás una rosa, para la alimentación de sus
trabajadores, 70 cargas de costales de fique y otros gastos constituidos por las
raciones de ropa y alimentos para los esclavos70. Por ejemplo, en una de estas
remisiones se gastaron 84 pesos en 7 arrobas ¾ de tabaco para los esclavos y
46 pesos en maíz. En fin, los egresos sumaron 5 mil 507 pesos y 3/8 de
reales71.
Tabla VIII. Cuentas Hacienda Santa Bárbara, Abril d e 1773 - Enero de 1776 (en
pesos) 69 Ibid, 00738r—00741v. 70 Ibid, 00740r. 71 Ibid, 00741r.
21
Valor venta de
la producción
Costos de
operación
Ganancia neta Valor de la
Hacienda
Tasa de
Rentabilidad
7.633p 5.507p 3/8 rs 2.126p 53.580p 6 rs 3. 97 %
Fuente: Testamentarias de Bolivar, 00739r-00741v
Para apreciar la estabilidad de la hacienda Santa Bárbara, vale la pena
comparar los anteriores resultados con las del período del 1 de febrero de 1776
hasta el 1 de febrero de 1777, es decir de un año, los cuales están
representadas en la tabla XXXVIII.
Tabla IX Cuentas Hacienda Santa Bárbara, 1 de febre ro de 1776 hasta 1 de febrero de 1777 (en pesos)
Valor venta de
producción
Costos de
operación
Ganancia neta Valor de la
Hacienda
Tasa de
Rentabilidad
6.110p 5 3/8 rrs 2.775p 3.335p 7/8 rs 53.580p6 rs 6.22%
Fuente: Testamentarias de Bolivar, 7, 00268r-00270r
Para este período la rentabilidad de dicha hacienda fue del 6.22%, cifra que
muestra un gran repunte económico de las actividades productivas de esta
propiedad agraria. De igual manera, se puede estimar cómo la rentabilidad de
esta hacienda ha venido evolucionando significativamente período tras período;
en el presente caso la tasa de rentabilidad es superior en 2.25 puntos
porcentuales a la del período anteriormente analizado.
Para la Hacienda Santa Coa contamos con 3 cuentas, la de 1769, 1770 y
177172. En verdad, la del primer año cubrió desde septiembre a diciembre, es
decir 4 meses y representaron las ventas de 5 arrobas de sebo, 14 vacas “de
matar”, 9 novillos, 11 cueros de novillos y 16 de vacas y 18 ½ libras de hierro;
la suma de 215 pesos con 4 ¾ de reales73. De cuya suma se debe restar 123
pesos con 3 3/8 de reales para una ganancia de 44 pesos con 3/8 de reales74.
Tal como sucede en cualquier actividad económica, las tasas de rentabilidad
sistemáticamente fluctúan en las haciendas por diversos factores, tales como
una buena administración75, disposición de mano de obra y el uso eficiente de
72 Lamentablemente las cuentas no estaban discriminadas. 73 A.G.N., Testamentarias de Bolívar, 10, 00747r. 74 Ibid, 00748r. 75 Cuando se proponían candidatos para la administración de las haciendas pertenecientes al Mayorazgo de la familia, don Juan Toribio de Trespalacios se enfrentó a su tío, don Joseph
22
los factores productivos, capital, tierra y trabajo. Sin embargo, se puede
observar en la tabla XXXVII de ingresos y gastos de la hacienda Santa Coa,
que la rentabilidad fue baja en comparación con las obtenidas por la hacienda
Santa Bárbara de Las Cabezas; aunque una rentabilidad del 0.89% no era en
su totalidad una cifra atractiva, lo que deja entrever una etapa temporalmente
recesiva, acompañada de altas inversiones en capital de trabajo que al
siguiente año arrojó mejores resultados.
Tabla X. Cuentas Hacienda Santa Coa,
Sept. – Dic 1769 (en pesos)
Valor venta de la
producción
Costos de
operación
Ganancia neta Valor de la
Hacienda
Tasa de
Rentabilidad
220p 4 ¾ rs 176p 3 3/8 rs 44p 3/8 rs 4.969p 0.89%
Fuente: Testamentarias de Bolivar, 10, 00747r-00748r
En efecto, este índice, por bajo que haya sido, indica que en ese año la
hacienda obtuvo rendimientos líquidos a favor de su propietario. Al año
siguiente, en la cuenta que cubre todo el año de 1770, el movimiento de la
venta de la producción fue mayor alcanzando unos ingresos totales de 1.871
pesos y 2 ¼ de reales, como se puede observar en la tabla XI.
Tabla XI. Producción de las haciendas de Santa Coa, 1770
Productos Cantidad Precio por unidad Valor en pesos
Plátanos “qe han traído de
Santa Coa”
12. 350 Vendidos a 1 ½ real 23p 1¼ rs
Sebo 44 arrobas, 21 Lbs X 62p 4 rs
Cerdos 5 4 a 7 pesos y 1 en
5 pesos
33p rs
Vacas 39 A 8 pesos 312p rs
Hierro viejo 40 Lbs. 2 pesos arroba 3p 1½ rs
Quesos de Santa Coa en X X 156p 5½ rrs
Fernando, para imponer al administrador adecuado. El tercer marqués de Santa Coa, asegurando su mayorazgo y la eficiencia de las haciendas apoyó para el cargo a don Manuel García Canedo, “por aver vivido quasi toda su vida empleado en esta ocupación al lado de los mejores Maestros en gobierno de semejantes haciendas”. (Además) de “aver vivido lo más florido de su edad ocupado en el mismo exercicio em el Paso, de que tiene conocimiento práctico sin igual: haver quase levantado la misma la hacienda.” Ver: Miscelánea, 7, 00220r.
23
todo el año
Novillos 175 A 9 pesos 1.125p rs
Cueros de novillos 147 X 72p rs
Cueros de vaca 90 A 3 reales 33p 6 rs
Maíz 42 Fanegas A 8 reales 42p rs
Arroz 8 Almudes A 8 reales 8p rs
Total 1.871p 2¼ rs
Fuente: Testamentarias de Bolívar, 10, 00751r—00751v.
La eficiencia en el manejo de los recursos productivos llevó a esta empresa
agrícola a incrementar su rentabilidad para este nuevo período al obtener una
tasa del 6.96%. Si comparamos esta tasa de rendimiento del capital con el
periodo anterior, observamos que fue mayor en 6.07 puntos porcentuales; es
decir, estamos frente a un crecimiento asombroso de la rentabilidad de estas
empresas agrícolas, teniendo en cuenta que los promedios históricos de
rentabilidad de las haciendas de la Nueva Granada76 en el siglo XVIII oscilaban
entre el 1% y el 6 % (ver tabla XII).
Tabla XII. Cuentas Hacienda Santa Coa, Enero- Dic. de 1770 (en pesos )
Valor venta de la
producción
Costos de
operación
Ganancia
neta
Valor de la
Hacienda
Tasa de
Rentabilidad
1.959p ½ rs 1.613p 346p 4.969p 6.96%
Fuente: Testamentarias de Bolivar, 10, 00751r-00755v
La racionalidad en el manejo de los factores productivos, como ya comenté
arriba, eran vitales para el logro de las tasas promedios de productividad de la
época. Por ejemplo, la fabricación de herramientas de hierro para el trabajo en
sus propiedades rurales significaba una erogación monetaria para la
contabilidad de las haciendas.
76 Ver: Tovar Pinzón, Hermes, Op. Cit., p. 206.
24
Baste saber que el marqués de Santa Coa le cobraba a doña Juana María
Herrera, con quien tenía una compañía minera, 356 castellanos 2 tomines, por
concepto de reparación de herramientas77. Así pues, don Julián mandaba a
fabricar sus propias herramientas de hierro, lo cual repercutía en una
disminución de los costos y, por supuesto, un incremento en el nivel de
rentabilidad.
En este sentido, se encontraba “en casa de Phelix Padilla M(aest)ro de Herrero
una fragua del uso de la casa”78 del marqués de Santa Coa. Además se
encontraba en el taller del herrero “del servicio de esta casa” un yunque, 3
tenazas, 1 vigornia, 1 prensa, 2 machos y 1 martillo. Al observar que al herrero
Padilla se le mandaban fabricar permanentemente herramientas, era evidente
el carácter productivo de las haciendas y minas79 de este dinámico empresario
colonial. Así, el 9 de septiembre de 1768 se le dieron 10 pesos “a quenta de su
trabajo de hachas, machetes y almocafres”80. Al siguiente año, el 2 de junio de
1769, se gastaron 7 pesos y 4 reales “de la herramienta que se remitió a La
Loma para servicio de la Hazienda que hallí existe”81. Al siguiente mes, en julio
19 se le dieron al herrero 20 pesos y “30 arrobas y 7 libras mas en 8
vergajones para herramientas nezesarias para las minas y haziendas”82. En el
anexo XII, puede verse la regularidad de la fabricación de las herramientas y
también la disposición de recursos monetarios para la adquisición del hierro.
El metal era especialmente comprado o se reutilizaba las mismas herramientas
partidas o desgastadas para fabricar las nuevas piezas. En 8 años de
compañía que sostuvo el marqués de Santa Coa con doña Juana María de
Herrera se realizaron “600 composturas de barras”83.
Al retornar al análisis económico de la hacienda Santa Coa, vemos que las
ventas de la producción en 1771 registraron un valor de 2.788 pesos y 1 1/8 de 77 A.G.N, Juicios Civiles de Bolívar, 20, 690r. 78 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 6, 00421v. 79 Aunque cabe pensar que por la mala calidad de la aleación metálica el ciclo de duración de las herramientas no era muy largo lo cual obligaba a una rápida reposición. 80 A.G.N, Testamentarias de Bolívar, 6, 00618v. 81 Ibid, 00568v. 82 Ibid, 00615r. 83 Ibid, 00615r.
25
reales, de los cuales 67 fueron por cobro a los 15 arrendatarios de las tierras
de la hacienda84. Por este último concepto se le cobraron a 19 arrendatarios de
esta misma hacienda 155 pesos y 3 reales85. Como se aprecia en la tabla XLII
la rentabilidad de esta hacienda en ese año fue de 2.92%, cifra modesta frente
a los promedios reales de la época.
Tabla XIII. Cuentas Hacienda Santa Coa, Mayo 11
de 1771 - Dic. de 1771(en pesos)
Valor venta de la
producción
Costos de
operación
Ganancia
neta
Valor de la
Hacienda
Tasa de
Rentabilidad
2.788p 5 1/8 rs 2.643p 3 ¾ rs 145p 4.969p 2.92%
Fuente: Testamentarias de Bolivar, 10, 00757r-00760v
Las rentabilidades de las haciendas durante el período estudiado son muy
fluctuantes, lo cual permite percibir un cierto estado de incertidumbre
económica de las inversiones, pero que era “regulado” por el tamaño de la
hacienda, la oferta de mano de obra, el gran flujo de ganado y la disponibilidad
de capital de trabajo, cuyo ejemplo era nuestro marqués de Santa Coa, quien
poseía recursos monetarios suficientes para emprender cualquier actividad
económicamente productiva. A pesar de que la tasa de rentabilidad, para este
período, disminuye en 4,04 puntos porcentuales con respecto a la del año
anterior, continúa siendo un indicador atractivo para los propósitos del marqués
de Santa Coa.
84 Ibid, 00758r. 85 Ibid, 00831r.
LA CONTINUIDAD EXPORTADORA DEL TABACO CARMEN Y EL P ROBLEMA DE
LAS FUENTES, 1900-1949.1
Ponencia XlV Congreso Colombiano de Historia-Tunja (Boyacá), Agosto de 2008
Por: WILSON BLANCO ROMERO2
INTRODUCCIÓN
Colombia, mucho antes de ser país cafetero había sido país tabacalero. Esa economía
agro exportadora se había estudiada con cierta importancia solamente para el caso de
las regiones y centros tabacaleros del interior andino, no así para la región exportadora
del Caribe colombiano en los, hoy llamados, Montes de María, con centro en el
municipio de El Carmen de Bolívar. Fue así como, bajo la sabia orientación del
profesor Heraclio Bonilla, nos propusimos estudiar el tema de manera detenida y
sistemática, escribiendo una tesis de Magister en Historia de la Universidad Nacional
de Colombia. Lo que nos llevó a ver, un serio desbalance en el manejo entre fuentes
locales, nacionales y extranjeras, en la forma como algunos reconocidos historiadores
económicos había estudiado el tema del ciclo exportador del tabaco Carmen en las
primeras décadas del siglo XX. Es esto de lo que se ocupa nuestra ponencia.
1.-El tema y la investigación
Ubicándonos inicialmente en el contexto de la historia nacional, no es casual que el
tabaco (tabaco negro en rama) haya jugado un papel sobresaliente en Colombia desde
los más tempranos desarrollos del comercio en los mismos tiempos coloniales y más
aún en los republicanos, ya bien entrado el siglo XlX .
No resulta difícil argumentar razones a favor de la formulación anterior. Si tenemos en
cuenta, de un lado, las características intrínsecas del tabaco como artículo de
comercio; y de otro, las propias de la configuración geográfica de lo que hoy es
Colombia. Siendo el tabaco un cultivo barato y su producto la hoja de tabaco, una vez
secado, fermentado o curado, entre los artículos de comercio de gran consumo y
1 La presente ponencia es parte del resultado de la investigación concerniente a la tesis presentada en el año 2004 con la cual, al autor, la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá le otorgó el título de Magíster en Historia; titulada El emporio tabacalero de El Carmen de Bolívar. Orígenes y contexto histórico, 1905-1935 . 2 El autor es Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, y actualmente se desempeña como Profesor Titular en la Universidad de Cartagena, y pertenece al grupo de investigación Sociedad y Frontera en el Caribe Colombiano del Programa de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas de esta universidad. E-mail: [email protected]
2
significativo valor, uno de los más perdurables, de fácil almacenamiento y sobretodo
liviano. Tenia que ofrecer, entonces, como en efecto ofreció, inmejorables ventajas
comparativas, en un país cuya intricada geografía ha hecho tan difícil y costoso el
transporte, y donde los índices de inversión foránea no se han caracterizado por ser
tempranos y muy altos; retrasando todo ello, relativamente, el proceso histórico de su
modernización.
Así, se entiende entonces que el tabaco haya sido considerado durante la colonia, por
allá en el siglo XVlll, el “Rey de la economía”3, y durante la república inicialmente el
brazo derecho del fisco4; y ya a mediados del siglo XlX, caído el régimen de estanco,
se haya convertido en la actividad económica predominante, sirviendo como el primer
producto que vinculó, mediante su exportación a Europa, la economía colombiana a los
mercados internacionales, antes que el café5, y contribuyó decisivamente al proceso de
modernización, entre otras cosas, al suministrar la carga de bajada para la
estabilización de la navegación a vapor por el rió Magdalena6.
De tal manera, que el nuestro, mucho antes de ser país cafetero había sido tabacalero.
Y configurado en la larga duración, tras la primacía aurífera de la época colonial, con
una economía marcadamente agro exportadora, va a ser precisamente el tabaco, el
cultivo que en un ciclo exportador de más de 30 años le va a ligar al mercado mundial
hacia mediados de la centuria decimonónica.
De allí que los autores, que de alguna forma han dedicado sus obras a la economía
colombiana del siglo XlX les haya tocado ocuparse del tema del tabaco con cierto
detenimiento. Tal son los casos que a continuación reseñamos, como sobresalientes.
El primero en resaltar y estudiar, documentada y detenidamente, el papel del tabaco en
la formación y desarrollo de la economía nacional no podía ser otro distinto que el
padre de la historia económica en Colombia, que no es otro que Eduardo Nieto Arteta;
quien en su celebrado e inaugural libro, publicado en 1942, Economía y cultura en la
3Phelan, John Leddy. El pueblo y el Rey-La revolución comunera en Colombia, 1781, Carlos Valencia Editores, Bogotá, p.35 4 Ospina Vasquez, Luis. Industria y protección en Colombia 1810 - 1930, Medellín, FAES : 1979, p.63 5 Ver Luis F. Sierra. El tabaco en la economía colombiana del siglo XIX, Bogotá. UN. 1971. p.11 6 Nieto Arteta, Luis Eduardo. Economía y Cultura en la Historia de Colombia. Bogotá el Ancora, 1996, p.263
3
historia de Colombia 1810-1930, bajo el título, precisamente, de “El tabaco”, le dedica
todo un capítulo de su obra, que resulta ser el mas extenso de la misma. Le sigue el
conocido Luis Ospina Vásquez, quien en su completo y vigoroso estudio sobre la
evolución y cambios de la política económica en el país, Industria y Protección en
Colombia, publicado en 1955, también se ocupa de la materia, y con bastante
detenimiento. Eso entre los tempranos años 40s a 50s.
Los estudios recientes tampoco lo han dejado de lado. Tanto que, José Antonio
Ocampo también le destina el capítulo más extenso en su destacado y muy citado libro,
aparecido en 1984, Colombia y la Economía Mundial, 1830-1910. Como también lo
hacen, respectivamente, con la debida pertinencia y ponderación, tanto Jorge Orlando
Melo como Salomón Kalmanovitz en los sendos capítulos que escriben para la más
importante enciclopedia de la moderna historia de Colombia, como lo es Nueva historia
de Colombia, editada por Planeta. Y por supuesto que tampoco se le escaparía el
tema del tabaco al, desafortunadamente desaparecido, José Antonio Bejarano en su
libro Historia económica y desarrollo.
Como vemos, el del tabaco ha sido un tema de inexcusable ocupación para estudiosos
e investigadores de alto nivel académico, tanto tempranos como más recientes, de la
historia económica del país, especialmente referida al siglo XlX. Pero no obstante la
gran importancia del tema, más allá de las referencias y estudios de carácter
complementario en obras significativas de temática más amplia, es poco lo que se ha
dado en lo que hace a la dedicación de obras o libros completos sobre el tema de la
historia económica del tabaco específicamente. En la dimensión nacional, hasta ahora
sólo se conoce la publicación de un solo libro como lo es el estudio del economista Luis
F. Sierra, El tabaco en la economía colombiana del siglo XIX , publicado en 1971 por la
Universidad Nacional de Colombia. Eso, además de otro estudio que no obstante
mantenerse inédito desafortunadamente, es un gran aporte investigativo, como lo es
la tesis de doctorado de 1951 de la Universidad de Berkeley de Jhon Parker Harrison
titulada The Colombian Tobacco Industry : from goverment mon opoly to free
trade, 1778 . 1876 , de la cual sabemos que hay una copia dactilográfica en la
biblioteca de la U. de los Andes.
4
En lo regional, publicado, está el libro de Jesús Antonio Bejarano y Jorge Orlando
Pulido. El tabaco en una economía regional. Ambalema …, en el año . Ambalema, en el
alto Magdalena, constituyó el centro de la principal región productora tanto de la época
colonial como de los primeros años del auge decimonónico. Pero hubo otros centros.
Destacándose especialmente El Carmen de Bolívar como centro principal de la zona
tabacalera de Los Montes de María en la costa Caribe colombiana, entre los actuales
departamentos de Bolívar y Sucre. Que a comienzos de la década de los años 60s. del
siglo XlX, en momentos en que decaía Ambalema, logra la primacía. Siendo el tabaco
carmen el único tabaco colombiano que tras el cambio de siglo se mantiene y
consolida una economía tabacalera exportadora a lo largo de todo el siglo XX.
No obstante el interés y la atención que el estudio de la región del carmen ha merecido,
de paso, en obras de temática mas amplia, la prolongada ausencia de estudios
específicos sobre esta importante región tabacalera exportadora, suscitó hacia fines del
siglo XX, el reclamo de autores de la historia económica del país que se han ocupado
del tema del ciclo exportador tabacalero. Ausencia de la que se lamenta José Antonio
Ocampo cuando anota en su citado libro lo siguiente: “Desafortunadamente no se ha
escrito una historia de otras regiones tabacaleras de Colombia con el mismo grado de
detalle de la que existe para el Valle del Magdalena” Y en seguida, se refiere a la gran
importancia de la región del Carmen al suplir la decadencia y aniquilamiento de
Ambalema(p.239). Mientras que J.A. Bejarano en su libro Historia económica y
desarrollo... reconocía que “...se carece,..., de trabajos sobre El Carmen de
Bolívar”(p.117). Y Eduardo Posada Carbó en el libro Historia económica y social del
Caribe colombiano publicado en 1998, escribía: “no existen aún estudios sistemáticos
sobre el ciclo del tabaco del Carmen, pero no hay duda del enorme impacto que este
tuvo tanto en la economía regional como en la nacional”(p.91).
La necesidad de contribuir a llenar ese persistente vació fue una de las principales
razones que nos movió a dedicarnos por años al estudio e investigación del tema del
tabaco carmen, culminando con la aprobación de una tesis de Magíster en Historia con
la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá en el año 2005, bajo la sabia y eficaz
asesoría del profesor Heraclio Bonilla.
5
2. El comercio de El carmen
Entrada la primera mitad del siglo XX, la ciudad de El Carmen7, que así era
denominada formalmente, ciudad, en los documentos oficiales y en la prensa , no
obstante su predominante ámbito rural, constituía un importante centro de comercio y
finanzas que centralizaba los negocios agro mercantiles en un radio de mas de 30
leguas a la redonda. La revisión de sólo la documentación notarial, permite ver el
cúmulo de variados negocios y transacciones de compraventa de tierras, de predios
urbanos, casas, bodegas, huertas, etc., además de actividades financieras de negocios
de tabaco, café e incluso cueros; instrumentados a través de operaciones hipotecarias
y de venta con pacto de retroventa. Eso que, toca tener en cuenta que muchas
transacciones, como lo hemos establecido por fuente oral, se realizaban verbalmente,
sin quedar registradas en la documentación notarial; o a través de pagarés o simples
cartas de créditos, vales, etc. que no siempre eran protocolizados.
El asunto es que la dinámica del Carmen, como gran centro de comercio y finanzas de
la región de los Montes de María y su área de influencia, trascendía el ámbito regional
y nacional no sólo porque era centro de un comercio de exportación directa de tabaco
e incluso café, además de venta de ganado, que salía hacia el interior andino8; sino por
que, además, era también centro de importación directa de mercaderías, generalmente
provenientes de Europa.
Un hecho particularmente significativo y diciente de la importancia del Carmen como
centro de comercio comarcano y regional es la existencia, empezando el siglo XX,
dentro de su perímetro urbano no de una sino de dos plazas, la plaza principal o de la
Iglesia y la plaza de Molongo o parque Santander( también llamada Plaza de lo Coches
). Eso, además de la llamada calle del Comercio[ ver fotografía en Anexos ]. Hecho
bastante excepcional en la región Caribe en donde por lo común todas las localidades
tienen una sola plaza; si exceptuamos a las grandes urbes como Cartagena,
Barranquilla y Santa Marta.
7 Capital de Provincia y sede de la Notaría Única de la Provincia de El Carmene. Provincia que integraba los municipios de Zambrano, San Jacinto, San Juan, Tetón o Córdoba, Yucal y Guamo; además de El Carmen. En total 6 municipios de la comarca Monte mariana y su área de influencia. Ver Blanco Romero, Wilson. Op. cit. El aparte: “El marco político administrativo del emporio tabacalero. La antigua provincia del Carmen” del Capitulo ll 8 sobre la ganadería en el ámbito de la antigua Provincia del Carmen se puede ver Meisel, Adolfo. Los alemanes en el Caribe colombiano: el caso de Adolfo Held, 1880-1927” en Boletín Cultural y Bibliográfico del Banco de la República, Bogotá, vol.35, No.49, 1998, editado en el año 2000.
6
Una mirada a los avisos publicitarios de la prensa se El Carmen, que para entonces
comprendían tres periódicos comerciales, citados a continuación, nos permite
aproximarnos a una idea de lo que tempranamente fue su abigarrado comercio urbano,
con un variado número de establecimientos. Con grandes tiendas y almacenes de
variadísima mercadería, ferretería , talabartería, servicios profesionales y financieros
etc., además de negocios al por mayor de tabaco, ganado, café, etc.[ ver cuadro
siguiente ]
Tabla 1.. Muestra del Comercio de El Carmen, entrad o el siglo XX . Avisos de
prensa.
Nombre Oferta y modalidad Ilustración-Fuente
1.Leopoldo Angulo
Pareja
Diversos servicios
financieros
“realiza toda clase de
operaciones bancarias”**
2.Botica de Abraham
Arroyo
Drogas y medicinas,
artículos de tocador e
instrumentos de música
*
***
3.José M. S. Arroyo Vende un cinematógrafo “...ya usado con
suficiente luz química y
variadas películas”*
4. Manuel E. Arroyo Drogas “Surtido completo de
drogas y artículos de
castilla”***
5.Santiago Arroyo Comerciante-comisionista
Gran almacén de
variedades y sorpresas
Negocio de cantina con
venta de hielo por arroba
y por quintal*
***
6.Dr. Hernando Barrios Medico-cirujano Oficina diagonal al
camellón***
7. P.M Ballestas Mercancías- ganado “Compra ganado...”***
8. “El Progreso” de
Filadelfo Beltrán
Peluquería *
9.Gregorio Bobadilla Abogado “Se hace cargo de
cobros de no menos de
7
500 dollars. Telégrafo:
GREBO”*
10.”Sastrería Bogotana”
de Arturo Guevara
Sastrería *
11.Dr. Alberto Bustillo Médico cirujano *
12. “La Castellana” de
Gabino Misol
Servicio de Hotel ***
13. “Celia Hermanos &
Co.”
Calzado
“Fabrica Italiana de
Calzado. Esta fábrica
produce el mejor calzado
de la Costa Atlántica
Haga sus pedidos a esta
fábrica...[en Barranquilla]
14.”El Cuerno de Oro”
de Alberto Torres F.
Mercancías y frutas del
país y alambre de púas.
“Nuevo establecimiento
comercial abierto en la
Plaza de los Coches[ de
Molongo o Santander ]*
15.Dr. Pedro J. Diaz Médico-cirujano ***
16.Isaac Deulofeut Comerciante-exportador-
cultivos de tabaco, café y
caucho-negocios de
ganado en gran escala
“Propietario de grandes
Haciendas de café,
caucho y de extensas
sementeras de
tabaco...Exportador de
frutos, especialmente de
tabaco...”**
***
17.Salvador Frieri Tienda de mercaderías,
diversos servicios
financieros, compra de
tabaco y ganado
“... letras de cambio, en
giros y en
cheques...descuento y
préstamo de obligaciones
de primera clase y
prestamos debidamente
respaldados con fianza”**
***
8
18.Arturo Fernández G. Café y ganado “Negociante en café y
ganado”*
19. “El Faro” de Eloy H.
Narváez
Salsamentaria y toda clase
de licores, fulminantes y
artículos del país.
*
20.Guillermo L. Franco Servicios relacionados con
la talabartería
*
21.Antonio Gallo V. Joyería, sombreros,
corbatas, y artículos varios
***
22.Adriano Garrido Cantina-juego de billar “Venta permanente de
licores de toda clase.
Juego de billar y otras
distracciones cultas”*
23.Samuel C. Gonzáles Abogado “...se ofrece muy
especialmente al
Comercio, para cobros
dentro y fuera del país”**
***
24. Mario Hernández Importador de enseres de
carpintería
“Recibirá estos días del
exterior, varios enseres
de carpintería,
apropiados para los mas
delicados trabajo de
torno”*
25.Manuel Hernández Medicina y cirujia “Doctor en medicina y
cirujiia de la Facultad de
Bogotá...”*
26. “Boardin House” de
Estebana López
Servicio de hospedaje “[en la ]Plaza principal”*
27.Matías Jaraba Ganado y tabaco “Ganadero. Compra de
tabaco”***
28.José María Lora Ganado, tabaco y cuero “Ganadero. Compra de
tabaco y cuero. San
9
Jacinto”***
29.Angel Manzur R. Comerciante y ganadero “Tacamocho,..Compra...
de ganado...por
Telegrafo: AMANZUR”**
***
30.Arturo Martínez C. Comerciante y
comisionista
*
32.Arturo Martínez C. Comerciante-Importador-
Exportador- Almacén de
mercancías en general.
“Compra y vende
artículos americanos y
del país.”**
33 Arturo Martínez C. Servicio de energía
eléctrica y Cine-Hielo,
mercancías, drogas-
Servicios financieros.
“Empresario de Energía
Eléctrica, Cine y Hielo
Venta de mercancías y
drogas”***
34.Diego Maldonado Tabaco, cuero y ganado “Negociante en tabaco,
cueros y ganado” con
establecimiento en El
Carmen y La Gloria***
35.Doctor Luis G. Malo Médico Cirujano *
36.Doctor Manuel H.
Mendoza
Cirujano-Dentista *
37.Romualda Montes Servicio de comadrona “Competente en
hemorragias y demás
consecuencias relativas
a los partos”*
38.Pablo M. Matos Compra y venta de ganado *
***
39.Julio Moré F. Gestión de asuntos
administrativos y judiciales[
apoderado ]
“Acepta toda clase de
poderes de acuerdo con
las leyes vigentes...”*
40. L.F Narvaez Fotografía *
41. Aníbal Noguera Medicinas- Compra y “Venta permanente de
10
venta de artículos del país medicinas de patente...[
establecido en San
Andrés Dpto. de
Bolívar]”***
42.Angel Novella Venta de toda clase de
artículos tanto nacionales
como extranjeros
*
43.Rúgero Novoa M. Comerciante-Tabaco “Compra permanente de
tabaco”***
44.Andrés G. Ochoa. Cantina “Exquisita cantina donde
se encuentran los
mejores vinos que se han
introducido, amen de
otros licores:”*
45.Andérs y Nestor
Ochoa
Comerciante. Completo
surtido en ranchos y
licores
***
46. “Oriente” de
Juvenal Viana
Peluquería **
47. Delfín Peñaloza M Mercancías de todo
género
*
48.Peñaloza & Co( o y
Ca. ).
Mercancías en general-
Tabaco-Ganadería
“Negociante en
mercancías en general y
sobre todo en tabaco.
También comercia en el
ramo de ganadería, y
posee grandes hatos de
ganado”**
***
49.Miguel Pérez Talabartería “Talabartero con mas de
20 años de práctica”*
50.Pedro Pérez
Zambrano
Panelas por mayor y detal “El rey del dulce por esta
comarca”*
51.Reyes Herazo y Ca. Tenería. Sillas de montar y “Renovado surtido de
11
demás artículos de cuero. sillas de montar,
cinturones y demás
artículos de cuero
elaboradas en su
Tenería”*
52.Crispín Romero Hamacas “El Rey de las
hamacas...[en] Carmen y
San Jacinto”*
53.Guillermo Romero Bebidas tónicas-Surtido
completo de drogas.
*
***
54. M. B. Romero y Co. Compran y venden café de
la Cansona- Exportación
“Importadores(sic.)[debe
ser Exportadores] de
Café”*
***
55.Julian Romaní Mercaderías de toda clase “Especialidad: hojas de
Collins”*
56.Antonio Rosas Mercancías “Gran surtido de
mercancías”*
57. Juan Salcedo
Castelló
Vende un buey de
molienda
*
58. Juan Feilx Sebá B. Negocio de tabaco “Negociante en tabaco:
Cultivo, Exportación y
Consumo.
Por telégrafo: SEBA”*
59.Jorge Sinis Mercancías y Ferretería “...surtido de espejuelos”*
60.Miguel Z. Tinoco Compra y venta de ganado “Potreros de alquileres”
61.Gabriel Taboada
Santodomingo
Hacendado. Compra y
venta de ganado
***
62.Pablo Valle Bestias de carga “Vende 20 muletas de
uno y medio a cuatro
años...”*
63.Ismael Yepes Compra de ganado y
tabaco
***
12
64.Bonifacio Vuelvas Ganado al por mayor “Negociante de ganado
al por mayor”*
65. Antonio Volpe & Co. Importación-Exportación-
Mercaderías de toda clase-
Ganadería
“Con Casa[además] en
Barranquilla y San
Jacinto: Importadores de
roda clase de tejidos y
quincallería: de joyas de
oro y piedras
preciosas...Exportadores
de oro en polvo, Tabaco,
Bálsamo y
Pieles...Tenedores de
fuertes cantidades de
ganado...ACUDID!”*
***
Fuente: *Ecos de la Montaña", Carmen(B.), No.1, junio 14 de 1913; y No.14, marzo 29
de 1914 .**Ariel, Carmen B., marzo 1º de 1919 . ***El Centinela, Carmen B. agosto 15
de 1920 .
Si bien, nuestra intención acá, no es hacer un estudio detenido de lo que fue el
comercio urbano del Carmen, que debe ser objeto de trabajos posteriores, creemos
que el cuadro de arriba, susceptible de ser ampliado y completado, sirve como
herramienta de análisis para percibir rasgos interesantes en dicho Comercio.
Visto el hecho, de que estamos ante el ámbito de la ruralidad de la región Caribe
colombiana en la segunda década del siglo XX, que el Carmen no era ninguna capital
de Departamento o gran ciudad sino simplemente capital de Provincia en la comarca
Monte mariana; realmente sorprende, el gran impulso que a través de esta muestra se
puede percibir en su Comercio. Por su diversidad, sus conexiones y alcances
regionales e internacionales a través de Barranquilla9, de una parte, y el mercado
9 La llamada “Puerta de Oro de Colombia” entonces, como principal y único gran puerto fluvial y marítimo del país.
13
exterior, de la otra, con varios productos de exportación como el tabaco, el café y
otros10.
De otra parte, un comercio de mercancías con tiendas y grandes almacenes que
ofrecían prácticamente de todo, con artículos tanto nacionales como extranjeros. Un
abigarrado comercio de servicios que iba desde el alquiler de potreros para
ganadería11, recuas de mulas12 y talabartería o tenería13, hasta una amplia gama de
modernas operaciones financieras a gran escala14 y gestión comercial, administrativa y
judicial15, además de médicos16, dentista17, abogados18, billares19, cine20, luz
eléctrica21, etc. Comercio operado, por agentes tanto nacionales como extranjeros. En
el caso de estos últimos, de los cuales encontramos un número significativo, tenemos
a los Frieri, Gallo, Manzur, Novella, Sinis y Volpe22. En conclusión, podríamos decir
que, el comercio del Carmen dada la preponderancia de su economía tabacalera
exportadora, por lo que vemos en la tabla 1, era uno de los de mayor dinámica e
importancia en el ámbito de la ruralidad costeña, entonces. Lástima que, por ahora,
carecemos de estudios puntuales para otros casos que comparativamente nos
permitirían llegar a conclusiones mas firmes.
3. La continuidad exportadora y el problema de las fuentes
La disciplina histórica consiste en la representación intelectual y discursiva, de hechos
que si bien repercuten o trascienden en la línea del tiempo, entendidos como sucesos
que son, su ocurrencia no puede ser objeto de percepción o examen directo por el
observador( o sea el historiador ). Quien sólo podrá conocerlos o aproximarse a su 10 Ver de la tabla 1, los cuadros Nos. 13 y 65 para lo de Barranquilla; para lo del comercio directo de exportación e importación ver Nos.24, 32, 54 y 65 especialmente. 11 Id., No.60 12 Id., No.62 13 Id., Nos.49 y 51 14 Id., Nos. 1, 17 y 33 15 Id., No.39 16 Id., Nos.11, 15, 25, 35 y 36 17 Id. No.39 18 Id. Nos.9 y 23 19 Id. No.22 20 Id. Nos.3 y 33 21 Id. No.33 22 Id. Nos.17, 21, 29, 42, 59, 65 .
14
conocimiento teniendo como único soporte objetivo las huellas o indicios, escritos o no,
documentales o de cualquier otra índole, a que pueda tener acceso. De tal manera que
la reconstrucción del pasado que pretendemos hacer los historiadores para el estudio
del presente, tiene un carácter, inexcusablemente aproximativo y en cierta medida
imaginativo. No fantasioso o ficticio, que es otra cosa por supuesto.
Lo anterior hace que las fuentes y su manejo constituyan no sólo el zócalo sobre el cual
se asienta cualquier historiografía seria, sino el problema fundamental de su
metodología. Planteándose una doble cuestión. Una cuestión de limitaciones; y así
mismo de posibilidades indeterminadas. Lo que le da un especial sabor al oficio de
historiar.
Cualquier proyecto historiográfico sobre un determinado tema se investiga y se escribe
a partir de un limitado acervo de fuentes accesibles y revisadas. Limitado, sea
cuantitativa o cualitativamente; o las dos cosas a la vez. Pero no obstante, una vez
escrita y/o publicada la historia, queda abierta la posibilidad de que temprano o tarde
aparezcan mas fuentes; u otras distintas que complementen o revisen las que se
habían consultado; u otras formas, modos o enfoques de valoración y/o interpretación
de las misma; u otras miradas, como se dice. De tal manera que el carácter provisorio,
intrínseco a la naturaleza de la historiografía, como historia escrita, está íntimamente
ligado al problema metodológico, e incluso teórico, de las fuentes23. Consideremos la
cuestión para el caso concreto de nuestra experiencia con el estudio e investigación del
tema del tabaco carmen, más exactamente de su comercio exterior.
Una de las peculiaridades de dicho tabaco que mas me llamó la atención a mi, ya en la
culminación de la investigación realizada para mi tesis de maestría en Historia en la
Universidad Nacional fue, su sorprendente continuidad exportadora a los mercados
europeos, desde mediados del siglo XlX hasta bien entrado el siglo XX. Cuando todos
los tabacos de las demás regiones exportadoras(Ambalema y Palmira) habían
declinado y perecido desde fines del XlX, el tabaco Carmen con fluctuaciones y
bajones pero de manera ininterrumpida, soportando precios muy bajos y por encima de
crisis y grandes guerras tanto internas como externas, se mantuvo con vigor en dichos 23La “revolución historiográfica” de la llamada escuela histórica francesa de la primera mitad del siglo XX, en gran parte tiene que ver con esta cuestión. Ver Arostegui, Julio. La investigación histórica: teoría y método, Crítica, Barcelona, 2001; Fontana, Joseph. Historia. Análisis del pasado y proyecto social, Crítica, Barcelona, 1999; y Casanova, Julian. La historia social y los historiadores. ¿Ceniciente o princesa?, Crítica, Barcelona, 2003.
15
mercados. Soportando guerras internas como la de los Mil días, la más grande y
devastadora de las guerras civiles en Colombia de 1899 a 1902; y externas, como la
Gran guerra europea, llamada posteriormente Primera guerra mundial, que tuvo su
epicentro en Europa y como principal contendiente, precisamente Alemania, el mas
importante y casi único destino del tabaco Carmen, durante mucho tiempo.
Circunstancias todas ellas de las que me ocupo detenidamente en mi tesis.
A propósito de la continuidad exportadora del tabaco Carmen y la ocurrencia de la
Primera guerra mundial o Gran guerra europea, entre 1914 y 1918, encontré que todos
los autores que me habían antecedido en el estudio o tratamiento parcial del tema en
sus obras de temática más amplia, sostenían precisamente lo contrario en importantes
y a todas luces bien documentadas obras. Sostenían que la ocurrencia de dicha guerra
había traído como consecuencia la interrupción o terminación del flujo exportador. Que
la Gran guerra europea había suspendido la exportación de tabaco del Carmen.
Esa confrontación en el resultado de mi investigación me llevó a escribir y publicar un
artículo, parte de mi tesis, al cual están ligadas las reflexiones que, ahora en este
congreso, he querido compartir. Además de mi experiencia con mis alumnos de
Pensamiento histórico l en la U. de Cartagena24.
En efecto, y citándolos en orden de antigüedad, encontramos por primera vez
publicada la especie en la Geografía económica de Colombia tomoV. Bolívar, en 1942
por Alfonso Romero Aguirre, donde refiriéndose a la trayectoria “veintesecular” de la
exportación tabacalera de El Carmen se dice: “..., al estallar el conflicto en 1914 la
industria (exportadora de tabaco) sufrió un colapso del cual no pudo recuperarse en
todos los años de paz que siguieron antes de que nuevamente estallara la
conflagración.”25
Especie esa, que coincide con los resultados de la investigación de historiadores
profesionales de alta formación académica e investigativa como Harrison, que en su
tesis doctoral del aún lejano año de 1951 señalaba lo siguiente:
24 Ver Wilson Blanco Romero. “La exportación tabacalera de El Carmen de Bolívar en los albores del siglo XX: guerra y tabaco” en El Taller de la Historia, revista del Programa de Historia de la U. de Cartagena, Cartagena de Indias, abril 2001, No.1 25 Romero Aguirre, Alfonso. Geografía Económica de Colombia tomo V Bolívar, Contraloria de la República, Ed., El Gráfico, Bogotá, 1942 pag.351
16
Los embarques de tabaco Carmen a Alemania continuaron incrementándose
gradualmente hasta 1914 cuando la guerra europea temporalmente terminó el
comercio, justamente el control británico de los mares causó la abrupta ruptura”, ( y un
párrafo mas abajo agrega el mismo autor): “Entre las dos guerras mundiales del siglo
XX, Carmen(sic.) continuo siendo el único tabaco colombiano exportado, pero nunca en
cantidades iguales a la era de la Primera Guerra Mundial.26
Y se repite 43 años después en un libro considerado como el más importante de la
reciente historiografía económica de Colombia, publicado en 1984 por el eminente
economista José Antonio Ocampo, y titulado Colombia y la Economía Mundial, 1830-
1910. Donde se señala lo siguiente, refiriéndose a la evolución de las exportaciones
tabacaleras entrado el siglo XX:
Finalmente, el repunte de las exportaciones(de tabaco) de la primera década del siglo
XX se frustró por el cierre del mercado alemán durante la Primera Guerra Mundial. Las
exportaciones de tabaco no desaparecieron en las décadas posteriores pero, salvo
años excepcionales, nunca se acercaron a los niveles de la segunda mitad del siglo XlX
o de la primera década del siglo XX27.
Finalmente Posada Carbó en su gran obra El Caribe colombiano. Una historia
regional , publicada en 1998, casi 60 años después de Romero Aguirre persiste en la
misma especie que ya investigadores anteriores habían vuelto tesis, al anotar,
siguiendo a Harrisón, que: “Las exportaciones(de tabaco) a Europa cesaron durante la
Primera Guerra Mundial y se reanudaron una vez concluido el conflicto, pero nunca con
la intensidad del periodo de la preguerra.”28
Pero como lo dije arriba, nuestra investigación de ese pasado me llevó a sostener la
tesis contraria, como podemos ver a continuación.
Fue así como encontramos y pudimos probar que la ocurrencia de la Primera Guerra
Mundial no interrumpió el flujo de las exportaciones de tabaco Carmen a Europa, sino
que se mantuvo interrumpidamente, y con mucho vigor.
26 Ver Harrison. The Colombian tobacco...(1951) p.231. Las cursivas son nuestras. 27Ocampo, José Antonio. Op. cit. pag.221 28 Posada Carbó, Eduardo. El caribe Colombiano. Una historia regional (1870 - 1950), Bogotá, El Ancora, 1998., p.92. Las cursivas son nuestras.
17
Así encontramos como el periódico “Ecos de la Montaña” de El Carmen de Bolívar[ en
adelante “Ecos”] en la edición del 22 de septiembre de 1914, varios meses después de
iniciada la guerra europea, hace referencia a un discurso del parlamentario sincelejano,
José A. Valverde en el Congreso. En el cual, éste señaló que: El Carmen “Exporta
anualmente de 60 a 80 mil bultos de tabaco” 29 [ que calculados a razón de 65
kilogramos por bulto arrojarían un promedio de entre 3900 y 5200 toneladas]. En el
informe del Director Subalterno de Estadística sobre la Provincia de El Carmen, la cual
como bien sabemos se especializaba en la producción para la exportación, se dice que
en el año de 1914 el cultivo de tabaco ascendió “a la cantidad de 4.582.700 el número
de matas sembradas; pero con motivo de la guerra europea se ha dejado de la mano y
se han dedicado al cultivo del café”30. Pero, por otra parte en una carta de abril 10 de
1917, publicada en “Ecos” sobre el tema de las repercusiones para la economía
colombiana de la entrada de U.S.A a la “Guerra Europea” se advierte que: “...serán
desastrosas por que la interrupción de los transportes impedirá los intercambios
afectando especialmente las industrias del tabaco y en la en ciernes del café!”31. Con lo
cual se colige, que la interrupción de los transportes que paralizó las exportaciones al
mercado alemán con motivo de la guerra, debió producirse no en los primeros años de
la mencionada guerra, sino a partir de 1917 tras la entrada de U.S.A a favor de los
aliados, que se anunció solo hasta abril 4 de ese año. Lo otro que no podemos
desconocer es que ante el hecho del bloqueo inglés los alemanes continuaron su
comercio marítimo a través de los países neutrales32.
Además, en una nota publicada en noviembre de ese mismo año en la Gaceta
Departamental de Bolívar, el cónsul general de Colombia en Holanda advierte que:
Hay en Holanda especialmente en Amsterdam... un gran interés por el tabaco del
Carmen, muy conocido-apreciado(sic.) y solicitado. Casa fuertes importadoras solicitan
29 A.H.C “Ecos ” No.17 Xl-22-1914 30 A.H.C G.D No.1525 Vlll-20-1915 31 Archivo Histórico de Cartagena(en adelante A.H.C )“Ecos” No.68 lV-15-1917 dicha carta que aparece firmada con el seudónimo de “CORRESPONSAL" por el estilo parece ser del notable empresario carmero Don Manuel B. Romero, quien participó en el negocio de exportación tabacalera y cafetera, y tenía fincas de café en la zona de “La Cansona”, desde donde fue enviada la carta.”. Las cursivas y el resaltado es nuestro. 32 Ver Ferro, Marc. “La Gran Guerra(1914-1918)” en Historia Universal Salvat, Barcelona, 1987 p. 56, donde leemos al respecto lo siguiente: “Para aniquilar al adversario los aliados trataron de arruinar su comercio marítimo, con lo que esperaban destruir las bases de su economía.....Los alemanes, sorprendidos por semejantes medidas, no se preocuparon en un primer momento, pues el comercio con los países neutrales les permitía paliar los inconvenientes de la situación.”
18
informes de este Consulado General, muestras, precio y cantidad que podría
obtenerse.33
En un reportaje hecho a Diego Maldonado, comerciante y gran exportador de tabaco de
la región de El Carmen, por un diario de Barranquilla y reproducido por “Ecos” a
principios de 1917 se le pregunta que número de bultos de tabaco considera él que se
exporta anualmente de “aquella región” [de El Carmen] y responde textualmente:
No se puede precisar con exactitud, por cuanto las cosechas fluctúan en razón de la
bonanza de los años y de los avances que se hagan. En todo caso podría fijarse un
promedio de cien mil(100000) bultos[ que a razón de 65 kilogramos por bulto equivale a
unas 6500 toneladas. ]34;
El asunto es que, por ningún lado del reportaje, que es bastante extenso, se hace la
mas mínima referencia a la guerra europea; ni en particular a interrupción o problema
alguno ocasionado por ella a las exportaciones de tabaco a Europa. Se habla sí, por
parte del tabacalero entrevistado, del problema de la gran disminución sufrida por el
tabaco de consumo “en primer término por los impuestos que pesan sobre él en cada
Departamento”35, como señala.
Por otra parte en el acta de la visita practicada por el Procurador Fiscal en la
Administración de Hacienda de la Provincia del Carmen, concluida el 11 de julio de
1918 (en el último año de la guerra, que terminaría en septiembre),encontramos, así
mismo, el siguiente dato bien revelador sobre la continuidad de las exportaciones
durante la guerra: “El Sr. Administrador informó que la mayor parte del tabaco que se
produce en el Distrito o que se introduce a él, lo destinan a la exportación, según las
fianzas que presenta y el dato que suministran los talonarios de las guías expedidas”36.
Mientras que, en un editorial de “Ecos” publicado en marzo de 1922 sobre el agente
comercial y tabacalero francés Francisco Degioanni, se calcula la exportación de
tabaco “del Carmen(sic.)” del año 1918[ el último año de la guerra ] en 37.384 bultos,
iguales aproximadamente a unas 2.430 toneladas “que reportaron divisas por
$639.266.4 oro americano”37.
33 A.H.C. G.D. No.2223 Xl-23-1917 34 A.H.C “Ecos” No.68 lV-15-1917 35 A.H.C “Ecos” No.68 lV-15-1917 36 A.H.C G.D No.2431 Vll-27-1928 37 A.H.C “Ecos” No. lll-23-1922
19
Como complemento de los datos del editorial sobre el empresario francés, son muy
ilustrativos y concluyentes los comentarios hechos en un artículo titulado “El Tabaco del
Carmen”, que exalta la importancia y vigor de la industria no obstante las dificultades
del momento; artículo publicado a principios de septiembre del año 1918 por un hombre
tan atento y preocupado por los problemas de El Carmen como Don Abraham Arroyo,
director de “Ecos”, quien escribe:
Es verdad que este negocio ha sufrido declinaciones sensibles, que no sabemos a que
atribuirlas, si a la baja calidad o al aumento de producción en los mismos mercados
consumidores[ es significativo que en este pasaje tampoco se mencione la guerra]; sea
de lo que ello fuere , el Carmen vale por su tabaco su enseña indiscutible...Un artículo
exportable siempre ensancha el comercio...” y dos párrafos mas adelante agrega: “Aquí,
donde hay tantos compradores como sembradores, nadie desmaya. Unos caen y otros
se levantan, sin temor a los obstáculos engendrados por el actual conflicto mundial.” Y
en seguida concluye: “Negociantes ha habido, que en la cosecha de ahora, han abierto
operaciones, por cerca de cien mil dollars;...38
Monto ese, que calculado a 10 pesos el quintal (promedio que establecimos para el año
siguiente)39, arroja un volumen de casi 1000 toneladas; cuantioso para un solo
negociante. De donde es fácil deducir que, en un momento en que la Primera Guerra
Mundial aún no había terminado , ni era posible predecir cuando terminaría, la
negociación de tan grandes volúmenes de tabaco por parte de algunos negociantes,
indica forzosamente que las condiciones para la exportación de tabaco en ese año no
eran nada malas; y que aún menos se puede pensar en que la exportación estaba
paralizada por dicha guerra, que sólo terminó oficialmente con el armisticio de
Rethondes pedido por los alemanes y firmado el 11 de Noviembre de 1918 por los
aliados tras la abdicación de Guillermo ll.40
Queda claro, pues, ante el ilustrativo testimonio de un contemporáneo como Don
Habram Arroyo, que la ocurrencia de la Primera Guerra Mundial no pasó de significar
tan solo “dificultades u obstáculos” para la industria principal de El Carmen, como él la
denomina. Dificultades u obstáculos que para nada paralizaron su producción ni
hicieron cesar su exportación en miles de toneladas como acabamos de demostrar.
38 A.H.C Id. No.103 lX-13-1818. La cursiva es nuestra 39 Ver A.H.C Sección Notarias. Libros de protocolo de la Notaria única de El Carmen de Bolívar; escrituras. Nos.17,18,132 y 139 de 1919 40 Ver Diccionario enciclopédico LAROUSSE, Bogotá, Planeta Colombiana Editorial S.A, 1984, vol lV, p.1118 artículo sobre la primera guerra mundia; cfr. LAROUSSE Diccionario Enciclopédico 2000, Santafé de Bogotá, 1999, pag. 1370.
20
Todo lo anterior indica, de manera palmaria, que no hubo tal cese o ruptura de las
exportaciones de tabaco de El Carmen a Europa durante los años de la Primera Guerra
Mundial, como venia siendo sostenido por décadas; y que dichas exportaciones
aunque tuvieron dificultades y disminuyeron de manera significativa en relación con los
años inmediatamente anteriores, esa disminución solo se dio en los dos primeros años
de la guerra, por que en los dos últimos- 1917 y 1918 -hubo una notoria recuperación.
El asunto es que las exportaciones de tabaco del Carmen durante ninguno de los 4
años que duró la guerra dejaron de darse en volúmenes y valores bien significativos,
de tal manera que se mantuvieron, aún en los años en que la disminución fue mas
pronunciada, por encima del 1% del total de la composición porcentual de las
exportaciones colombianas para esos mismos años. Como de manera indirecta lo
demuestran los datos de la siguiente tabla. Teniendo en cuenta que, como lo sostiene
Harrison41, el único tabaco colombiano exportado desde fines del siglo XlX era el
“tabaco Carmen”:
Tabla 2
Porcentajes de tabaco sobre el total de las exporta ciones colombianas.
1912-1922
AÑO PORCENTAJE
1912 1.4
1913 2.7
1914 1.2
1915 1.1
1916 1.1
1917 1.7
1918 2.8
1919 3.5
1922 0.5
Fuente:Tovar Zambrano, Bernardo.”La economía colombiana(1886-1922)” en NHC vol.V pag.11
41 Ver Harrison, Jhon Parker. Op. cit. pag.229-230
21
Fueron tan significativos los volúmenes y valores de la exportación del tabaco del
Carmen para los años de la guerra europea que, en una monografía publicada por la
Contraloría de Bolívar con el título de El Carmen B., se dice al respecto, de manera un
tanto exagerada pero aportando una explicación adicional sobre el asunto, lo siguiente:
“La exportación tuvo su máximo esplendor durante la guerra del año de 1914, cuando
las necesidades originadas de esa contienda hicieron mas imperiosa la salida del
artículo a las zonas de abastecimiento de las fuerzas beligerantes”42.
Lo que si parece haber ocurrido, es que por efecto del control británico de los mares, al
que hace mención Harrison en el pasaje arriba citado, el destino de las exportaciones
durante esos años no fue Alemania, como lo venia siendo tradicionalmente; país cuya
navegación y puertos desde luego estaban afectados por dicho bloqueo marítimo.
Pero sí lo fueron Inglaterra y Francia, países aliados en la Triple entente y enemigos de
Alemania, que no tenían tal problema43.
La cuestión es que, el cese de las exportaciones colombianas a Alemania y su
continuación hacia otros países europeos, no afectados por el referido bloqueo, como
Inglaterra y Francia principalmente, no cobijó solo a las exportaciones de tabaco, sino
al conjunto de los productos exportados a ese país, por lo que podemos deducir de los
datos de la siguiente tabla:
Tabla 4.4
Exportaciones colombianas: porcentajes por países d e destino. 1913-1919
Años Gran Bretaña Francia Alemania
1913 16.9 2.6 9.0
1914 17.3 1.6 6.5
1915 12.2 7.4 __
1916 2.1 1.3 __
1917 1.5 1.7 __
1918 0.7 2.0 __
42 Contraloria de Bolívar.(Monografía).El Carmen B. Publicaciones de la Contraloria de Bolívar, 1946, pag.21 43 Ver Ver Diccionario enciclopédico LAROUSSE, Bogotá, Planeta Colombiana Editorial S.A, 1984. p. 1116 en donde al respecto encontramos lo siguiente en el artículo correspondiente a la primera guerra mundial: “Guerra Naval. Los aliados, superiores gracias a la participación de Gran Bretaña, se adueñaron del mar e impusieron un bloqueo a lo imperios centrales[ encabezados pòr Alemania], a los que pretendian “asfixiar”....”
22
1919 3.4 3.0 0.3
Fuente: Tovar Zambrano, Bernardo.”La economía colombiana (1886-1922)” en NHC vol.V pag.46
Como se puede observar en dicha tabla, hay ausencia total de cifras de exportación a
Alemania para los años de guerra comprendidos entre 1915 y 1918, reanudándose
débilmente el año siguiente a la conclusión de la guerra en referencia.
Al respecto de la continuación de los negocios de exportación de tabaco del Carmen a
Inglaterra y Francia como mercados alternos ante el cierre temporal del mercado
alemán por efectos derivados de la guerra, es muy sugerente, por una parte, el hecho
de que el comerciante, tabacalero y exportador Diego Maldonado, que nombramos
atrás, en agosto de 1916(algo mas de dos años después de iniciada la guerra ) otorgue
poder especial al abogado:
Rogelio García A.( vecino de B|quilla ) para que promueva las acciones judiciales
necesarias contra los Srs. Scholss Brothers de Londres( Tracey Brothers) para que le
rindan cuentas o le paguen lo que esta arroje a su favor...por haber fallado al
cumplimiento en la condición de comisionistas para vender...tabaco44.
Como también es sintomático el hecho de que el empresario francés “don Francisco
Degioanni G. ....[viniera] al País(sic.) en 1918 investido del cargo de Apoderado
General de la firma Duhart Freres & Co. de París, el Habre(sic.) y Bordeaux .“
estableciéndose por varios años en El Carmen de Bolívar, donde se dedicó a la
gestión de negocios de tabaco45, sin lugar a dudas tabaco de exportación46.
En relación con las actividades del gran hombre de negocios, que fue, Diego
Maldonado, al respecto del mismo asunto de los mercados alternos ante el cierre del
mercado alemán en la época de la primera guerra mundial, veamos el siguiente dato,
realmente concluyente, que trae un periódico carmero del año 1920 en un artículo
dedicado a mostrar su gran trayectoria de negociante emprendedor y exitoso:
... La guerra europea que para muchos fue fuente de desastres, para él fue ventajosa,
pues cuando nadie encontraba salida para sus productos, su inventiva le hizo encontrar
44 A.H.C sección Notarias Protocolos de la Notaría Única de El carmen de Bolívar No. 153 Vlll-31-1916. La cursiva es nuestra. 45 A.H.C Id. No.164 lll-23-1922. La cursiva es nuestra. 46 A proposito, datos parciales nos han permitido constatar la exportación de 221.8 tons. de tabaco en rama con destino a Francia por el puerto de Cartagena durante los meses de marzo, abril y mayo de 1919,por valor de $63.646.0 ver Gaceta Comercial de la Camara de Comercio de Cartagena Nos.28,29 y 30 de Vl-30-1919.
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mercados donde nadie soñó antes que pudiera conseguirse...” y un poco mas adelante:
“Como una muestra de su actividad citaremos el hecho de haber comprado durante el
año de 1919 una cantidad no menor de 75.000 pacas de tabaco...47
Para mayor ilustración, anotemos acá que no solo fue el caso del tabaco de la región
montemariana en Colombia. Con la exportación de la región tabacalera del Cibao en
República Dominicana, que igualmente se especializaba en la exportación de tabaco
negro en rama y tenia a Alemania como su principal mercado, ocurrió algo similar con
motivo de dicha guerra; como lo describe el historiador holandés Michiel Baud en su
magistral obra, la cual tuvo la amabilidad de obsequiarnos personalmente en un viaje
que hizo a Cartagena de Indias tras conocer de nuestro trabajo. Anota el Dr. Baud al
respecto lo siguiente:
Como consecuencia del estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 y la ocupación
norteamericana en el país[ Rep. Dominicana ] que se inició en 1916, las relaciones
comerciales con Alemania se suspendieron y se presentó la necesidad inmediata de
encontrar nuevos mercados para el tabaco. El cierre del mercado alemán fue lamentado
por unos pocos. Los mercados alternos parecían ofrecer propuestas promisorias e,
inicialmente, el optimismo reinó en el Cibao. Todos los gobernadores provinciales del
Cibao recibieron una carta del Secretario de Estado de Agricultura en marzo de 1915 en
la que decía que Francia estaba interesada en comprar el tabaco dominicano que no se
pudiera embarcar hacia Alemania por la guerra. De acuerdo a la carta, el régimen
francés estaba preparado para convertirse en un comprador regular de una gran
cantidad de tabaco dominicano: ‘lo que a Francia interesa es establecer un comercio
constante entre las dos Repúblicas y sustituir definitivamente a Alemania como cliente y
como comprador’...48
Podemos establecer así en conclusión que, durante algunos años de la Primera Guerra
Mundial cesaron o se paralizaron las exportaciones de tabaco “del Carmen” o tabaco
Carmen. Sí, pero a Alemania como al parecer sucedió con los demás productos
colombianos que se exportaban a ese país, por el bloqueo marítimo impuesto por Gran
Bretaña, al que hace referencia Harrison; pero continuaron en volúmenes
considerables a Inglaterra y Francia, que se constituyeron en mercados alternos. Sobre
lo cual acabamos de presentar nosotros pruebas positivas y concluyentes. Por otro
47 A.H.C Miscelanea “Centinela” E.C.B. No.7 Xll-18-1920. La cursiva es nuestra 48 Ver Baud, Michiel. Los cosecheros de tabaco. La transformación social de la Sociedad Cibaeña, 1870-1930., Santiago de los Caballeros: Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, CEUR,1996 pag.128. Las cursivas son nuestras.
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lado parece ser que incluso a Holanda(Países Bajos) hubo exportaciones, como lo
sugiere de manera evidente el informe del Cónsul General de Colombia en ese país
fechado en 1917 y antes citado.
Así que, lo antes expuesto nos lleva a concluir que la ocurrencia, entre mediados de
1914 y fines de 1918, de la gran guerra europea, que se conocería posteriormente
como primera guerra mundial, no significó para nada el corte o cese del flujo de la
exportación del tabaco del Carmen a Europa, como han creído y sostenido, sin el
debido fundamento, respetables autores de nuestros tiempos como Harrison, José
Antonio Ocampo y Posada Carbó y otros del pasado como Alfonso Romero Aguirre;
quien refiriéndose a la trayectoria “veintesecular” de la exportación tabacalera de El
Carmen escribe: “..., al estallar el conflicto en 1914 la industria sufrió un colapso del
cual no pudo recuperarse en todos los años de paz que siguieron antes de que
nuevamente estallara la conflagración.”49
Contrario a lo afirmado por Aguirre, hemos visto como esas exportaciones se
mantuvieron durante los años de la guerra y continuaron con más vigor en los años
inmediatos a su terminación, como se puede ver en la tabla que sigue:
Tabla 6. TABACO DEL CARMEN EXPORTADO A EUROPA. 1918-1922
VOLUMEN AÑOS
EN BULTOS EN TON. APROX.
VALOR DIVISAS
EN ORO*
1918 37.384 2.430.0
1919 37.961 2.467.5
1920 56.464 3.670.0
1921 19.882 1.292.3
1922 7.266 472.3
TOTALES 158.957 10.331,1 $2.723.385.10
Fuente: A.H.C., “Ecos” No.164, lll-23-1922, editorial “Dn Francisco Degioanni G.”
*Oro americano
49 Romero Aguirre, Alfonso. Geografía Económica de Colombia tomo V Bolívar, Contraloría de la República, Ed., El Gráfico, Bogotá, 1942 pag.351
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En esta tabla se aprecia como en los 5 años a partir del último de la Primera Guerra
Mundial las exportaciones de tabaco Carmen fueron tan cuantiosas que alcanzaron a
sumar una cifra cercana a los 3 millones de dolares(oro americano).
Detallando encontramos que: en los dos primeros años de posguerra hubo un ascenso
en el volumen de las exportaciones, alcanzando un nivel conspicuo en 1920, con 3.670
toneladas. Con lo cual, y teniendo en cuenta lo demostrado en el aparte anterior, se
pone en cuestión también la tesis de José Antonio Ocampo; cuando, desconociendo
las fuentes locales y regionales que nosotros hemos revisado, señala lo siguiente,
refiriéndose a la evolución de las exportaciones tabacaleras entrado el siglo XX:
Finalmente, el repunte de las exportaciones de la primera década del siglo XX se
frustró por el cierre del mercado alemán durante la Primera Guerra Mundial. Las
exportaciones de tabaco no desaparecieron en las décadas posteriores pero,
salvo años excepcionales, nunca se acercaron a los niveles de la segunda mitad
del siglo XlX o de la primera década del siglo XX50.
Lo cual no coincide con las evidencias encontradas por nosotros. Puesto que, aquí
hemos visto como las exportaciones de tabaco Carmen no sólo repuntaron en los dos
últimos años de la guerra, sino que alcanzaron niveles prominentes en los 2 primeros
años de posguerra( 1919 y 1920). Y, después tras lo que nosotros llamamos en
nuestra tesis de Maestría “el bajón de los años 20s”, hacia fines de la década de los
30s. no sólo se obtienen en algunos años niveles cercanos a los “de la segunda mitad
del siglo XlX o de la primera década del siglo XX”, sino que se sobrepasan con creces.
Continuando las ventas de miles de toneladas de tabaco a los mercados europeos
durante y después de la Segunda Guerra Mundial, incluso; dentro de una proceso
cualitativo de recuperación sostenida que no permite hablar de “años excepcionales”
después de la Primera Guerra Mundial, como afirma Ocampo; y que demuestra que el
emporio tabacalero y exportador de El Carmen de Bolívar recuperó plenamente su
vigor, y sostuvo su continuidad exportadora de manera ininterrumpida51.
4.El problema y su solución.
50Ocampo, José Antonio. Op. cit. pag.221 51 Ver Blanco Romero, Wilson. El emporio tabacalero de El Carmen de Bolívar. Orígenes y contexto histórico.1905-1935, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Historia, Bogotá, 2004, tesis para optar el título de Magíster, pp.276-294
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En conclusión, como podemos ver el problema de investigación planteado acá, es
esencialmente un problema de fuentes. Un problema de limitación y desconocimiento
de fuentes, aunque también conlleva un problema de enfoque, de estudio. Durante mas
de medio siglo, la moderna historiografía económica de Colombia tuvo una visión falsa
de la evolución, en el transito del siglo XlX al XX, de la economía tabacalera
exportadora de la región de los Montes de María con centro en el municipio del hoy
Carmen de Bolívar. En relación a un hecho nodal del entorno externo de esta
economía, como lo fue la ocurrencia Gran guerra europea o Primera Guerra Mundial y
sus consecuencias para dicha economía.. ¿Por qué?:
Empecemos por el problema de enfoque o de estudio. Hasta ahora el tema había sido
manejado con un enfoque parcial. Visto o estudiado de pasada, de manera distante,
complementaria y ligera. De una parte. Hacia falta el estudio detenido, amplio,
sistemático, riguroso y profundo, y a la vez mas próximo, como el de una tesis de
Maestría en Historia; elaborada, además, por una persona del propio entorno del tema
investigado.
De otra parte está el problema clave de las fuentes, que de cierta manera está ligado al
anterior. Si revisamos las fuentes de los historiadores que sostenían la vieja tesis de
que la Guerra terminó o paralizó el flujo exportador vemos que son muy limitadas y
parciales y casi inapropiadas, ya que dejaban del tipo de fuente clave para estudiar un
tema de historia local y regional, como lo es el tabaco Carmen. Precisamente las
fuentes regionales y locales que no revisaron ellos, que se limitaron a fuentes
exógenas: nacionales y extranjeras. Mientras que el fuerte de nuestra investigación son
precisamente las fuentes locales y regionales, que fueron las que me dieron la clave
para confrontar y desmontar dicha vieja tesis.
BIBLIOGRAFÍA EN ORDEN DE APARICIÓN
Obras principales
-Blanco Romero, Wilson, El Carmen de Bolívar. Orígenes y contexto histórico, 1905-
1935, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas,
Departamento de Historia, Bogotá, 2004, tesis para optar el título de Magíster.
-Phelan, John Leddy. El pueblo y el Rey-La revolución comunera en Colombia, 1781,
Carlos Valencia Editores, Bogotá.
27
-Ospina Vasquez, Luis, Industria y protección en Colombia 1810 - 1930, Medellín,
FAES : 1979.
- Nieto Arteta, Luis Eduardo. Economía y Cultura en la Historia de Colombia. Bogotá el
Ancora, 1996
- Ocampo José, Antonio. Colombia y la economía mundial 1830 - 1910, Bogotá, Siglo
XXI : 1984.
- Harrison, John Parker. The Colombian Tabaco Industry : from goverment monopoly to
free trade, 1778 . 1876 tesis doctoral inédita, Berkeley, Universidad de California : 1951
-Romero Aguirre, Alfonso. Geografía económica de Colombia tomoV. Bolívar,
Contraloría General de la República, Ed., El Gráfico, Bogotá, 1942
- Posada Carbó, Eduardo. El caribe Colombiano. Una historia regional (1870 - 1950),
Bogotá, El Ancora, 1998
- Contraloria de Bolívar.(Monografía).El Carmen B. ,Publicaciones de la Contraloria de
Bolívar, 1946
- Baud, Michiel. Los cosecheros de tabaco. La transformación social de la Sociedad
Cibaeña, 1870-1930., Santiago de los Caballeros (Rep. Dominicana): Pontificia
Universidad Católica Madre y Maestra, CEUR,1996
Fuentes primarias
-Archivo Histórico de Cartagena(A.H.C):
Seccion Prensa, pequeño formato, periódicos: “Ecos de la Montaña”, “El Ariel” y “El
Centinela”, los tres de El Carmen de Bolívar, además de la Gaceta Departamental de
Bolívar
Sección Notarias: Protocolos de la Notaría Única de El Carmen de Bolívar.
-Archivo de la Cámara de Comercio de Cartagena:Gaceta Comercial