INCIDENCIA DE FRACTURAS DEL TERCIO PROXIMAL DE FÉMUR EN PACIENTES DE...

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I INCIDENCIA DE FRACTURAS DEL TERCIO PROXIMAL DE FÉMUR EN PACIENTES DE 60 A 80 AÑOS DE EDAD EN ECUADOR Revisión bibliográfica previa a la obtención del Título de grado de Médico General Autor: CARMEN ELIZABETH RODRIGUEZ PARDO Tutor: MD. PEDRO ESPINOZA Cuenca, Ecuador 2013

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I

INCIDENCIA DE FRACTURAS DEL TERCIO PROXIMAL DE

FÉMUR EN PACIENTES DE 60 A 80 AÑOS DE EDAD EN

ECUADOR

Revisión bibliográfica previa a la obtención del

Título de grado de Médico General

Autor: CARMEN ELIZABETH RODRIGUEZ PARDO

Tutor: MD. PEDRO ESPINOZA

Cuenca, Ecuador

2013

II

CERTIFICACIÓN

DR. PEDRO ESPINOZA

DIRECTOR DE REVISION BIBLIOGRAFICA

CERTIFICA:

Que el presente trabajo de grado realizado por la estudiante: Carmen Elizabeth Rodríguez

Pardo, ha sido orientado y revisado durante su ejecución ajustándose a las normas

establecidas por la Universidad Católica de Cuenca, por lo que autorizo su presentación.

Cuenca, Septiembre 2013

F)…………………………………………………

DIRECTOR

III

AUTORIA

Yo, Carmen Elizabeth Rodríguez Pardo, como autor del presente trabajo de grado, soy

responsable de las ideas, conceptos, procedimientos y resultados vertidos en el mismo.

f)…………………………………………

AUTOR

CI: 1104417041

IV

EXONERACIÓN DE RESPONSABILIDAD

Yo, Carmen Elizabeth Rodríguez Pardo, declaro ser autora del presente trabajo y eximo

expresamente a la Universidad Católica de Cuenca, sus representantes legales y Director de

tesis de posibles reclamos y acciones legales.

Cuenca, Septiembre 2013

f)………………………………

AUTOR

V

AGRADECIMIENTOS

La presente revisión bibliográfica es un esfuerzo en el cual,

directa o indirectamente, participaron varias personas leyendo,

opinando, corrigiendo, dando ánimo, acompañando en los

momentos de felicidad.

Quiero agradecer en primer lugar a mis padres por el apoyo

incondicional, por todo su sacrificio para que yo pudiese realizar

esta revisión.

A mis estimados profesores de la Universidad Católica de

Cuenca, en especial a mi tutor de tesis Dr. Pedro Espinoza ya

que me supo guiar correctamente para la finalización de mi

revisión.

Gracias también a mis queridos compañeros, que me apoyaron y

me permitieron entrar en su vida estos 6 años de convivir dentro

y fuera del salón de clase.

A quienes aportaron de alguna manera para el desarrollo de esta

revisión. A todos gracias.

VI

DEDICATORIA

Dios, por haberme permitido llegar hasta este punto y haberme

dado salud para lograr mis objetivos, además de su infinita

bondad y amor

A mi madre Lucia, por haberme apoyado en todo momento, por

sus consejos, sus valores, por la motivación constante que me ha

permitido ser una persona de bien, pero más que nada, por su

amor.

A mi padre Agustín, por los ejemplos de perseverancia y

constancia que lo caracterizan y que me ha infundido siempre,

por el valor mostrado para salir adelante y por su amor

A toda mi familia, porque han contribuido en mi formación, con

su apoyo y paciencia, sobre todo a mi hermana Judith porque fue

parte fundamental para haber logrado este sueño.

VII

RESUMEN

El envejecimiento poblacional trae consigo repercusiones económicas, sanitarias y sociales

que lo llevan a ser considerado un problema de salud pública.

Según Ministerio de Bienestar Social Ecuador (1)

El Ecuador, en el año 2007, tuvo una población de 13´574.918 habitantes, de las cuales

987.279 son personas de 65 años de edad o mayores, que representa el 7,27 % del total de la

población, con un alto índice de pobreza extrema: 42,02%. Además, existe en el país

1´600.000 personas con discapacidad que representa el 13,3 % de la población ecuatoriana, de

los cuales 550.000 son personas de 65 años en adelante. La esperanza de vida al nacer

evolucionó desde 48,4 años en el periodo 1950-1955 a 74,2 años en el quinquenio 2000–2005.

La mortalidad masculina es siempre superior a la femenina, lo que hace que el

envejecimiento de la población tenga como una de sus características un claro predominio

femenino. Hay una tendencia al aumento en el grupo poblacional de 80 años y más, cuyo peso

habrá pasado de 10,6 a 25,4 % entre 1950 y 2050, lo que implica un desafío muy complejo

desde el punto de vista del gasto social.

Las fracturas de cadera tienen una incidencia de 2 a 1 a favor de las mujeres (2). Con una

incidencia mayor a partir de los 50 años de edad, por traumas menores, en especial a nivel de

tercio proximal de fémur lo que se incrementa rápidamente con la edad reflejando un

incremento de la fragilidad ósea (2). La mortalidad asociada es aproximadamente igual en

ambos sexos, sugiriendo un mayor riesgo de muerte en hombres.

VIII

En los próximos años el incremento de la población Adulta Mayor se asocia a una mejor

condición de vida, es por eso que la esperanza de vida evoluciono a 74,2 años en promedio lo

que implica mayor gasto económico por ejemplo la fractura de cadera constituye una

enfermedad que afecta al individuo geriátrico, son frecuentes en esta edad en forma

exponencial después de los 80 años y la causa más frecuente son la caídas y enfermedad

osteoporóticas, esto se debe al a múltiples factores y uno muy importante como es la pobreza

ya que en este grupo poblacional no se ha podido erradicarlo.

PALABRAS CLAVE: incidencia, fractura, tercio proximal de fémur, adultos mayores,

osteoporosis, caídas.

IX

ABSTRACT

The population ageing brings with it economic, health and social impacts that have caused it

to be considered a public health problem.

According to Ministry of Social Welfare, Ecuador (1)

El Ecuador, in 2007, had a population of 13´574. 918 inhabitants, of which 987.279 are

people 65 years of age or older, which represents 7. 27% of the total population, with a high

rate of extreme poverty: 42, 02 %. Moreover, there is in the country 1´600.000 persons with

disabilities, representing 13.3% of the Ecuadorian population, of which 550,000 are people 65

and older. The life expectancy at birth has evolved from 48. 4 years in the period 1950-1955

to 74. 2 years in the five-year period 2000-2005. Male mortality is always superior to the

female, what makes the aging of the population as one of its features a clear female

predominance. There is a tendency to the increase in the population group of 80 years and

more, whose weight will have passed from 10.6 to 25.4% between 1950 and 2050, implying a

very complex challenge from the point of view of social spending.

Hip fractures have an incidence of 2 to 1 in favour of women (2). With one incidence

increased from 50 years of age, by minor trauma, especially at the level of proximal third of

the femur which increases rapidly with age reflecting an increase in bone fragility (2). The

associated mortality is roughly equal in both sexes, suggesting an increased risk of death in

men.

In the coming years the greater adult population increase is associated with a better condition

of life, so that life expectancy evolved to 74. 2 years on average which implies greater

economic expenditure e. g. hip fracture is a disease that affects the geriatric individual, they

are common in this age exponentially after 80 years and the most frequent are the falls and

X

osteoporotic disease, this is due to the many factors and one very important as it is the poverty

in this population group does not has been eradicated it.

Key words: incidence, fracture, proximal third of the femur, older adults, osteoporosis and

falls.

XI

TABLA DE CONTENIDO

CERTIFICACIÓN ............................................................................................................................... II

DR. PEDRO ESPINOZA ..................................................................................................................... II

DIRECTOR DE REVISION BIBLIOGRAFICA ............................................................................. II

CERTIFICA: ........................................................................................................................................ II

AGRADECIMIENTOS ........................................................................................................................ V

DEDICATORIA .................................................................................................................................. VI

RESUMEN ..........................................................................................................................................VII

ABSTRACT ......................................................................................................................................... IX

TABLA DE CONTENIDO ................................................................................................................. XI

I. INTRODUCCION ..........................................................................................................................1

II. PROBLEMATIZACIÓN ...........................................................................................................3

III. ANTECEDENTES .....................................................................................................................6

IV. MARCO TEÓRICO ..................................................................................................................9

CAPÍTULO 1 ..........................................................................................................................................9

1.1. CONCEPTOS ..............................................................................................................................9

1.2. EPIDEMIOLOGÍA ...................................................................................................................15

CAPÍTULO 2 ........................................................................................................................................16

2.1. CLASIFICACIÓN .....................................................................................................................16

2.1.1. FRACTURAS INTRACAPSULARES DEL FÉMUR PROXIMAL EN EL ADULTO

(10) 17

2.1.1.1. ANATOMÍA ÓSEA Y VASCULAR ..............................................................................18

2.1.1.2. CLASIFICACIÓN ...........................................................................................................18

2.1.2. FRACTURAS EXTRACAPSULARES DEL FÉMUR PROXIMAL EN EL ADULTO

(10) 19

2.1.2.1. CLASIFICACIÓN ...........................................................................................................20

2.1.3. FRACTURAS AISLADAS DE LOS TROCÁNTERES DEL ADULTO ........................20

2.1.4. FRACTURAS SUBTROCANTÉREAS DEL FÉMUR EN EL ADULTO......................20

2.1.5. CLASIFICACIÓN POR AUTORES ..................................................................................22

SEGÚN RAMIRO PADILLA GUTIÉRREZ AFIRMA QUE: ........................................................22

2.1.5.1. CLASIFICACIÓN DE GARDEN 1964. .........................................................................22

BASADA EN EL GRADO DE DESPLAZAMIENTO DE LOS FRAGMENTOS (FIGURA 1) ..22

2.1.5.2. CLASIFICACIÓN DE PAWELLS. ...............................................................................22

XII

FRACTURA TRANSCERVICALES, SEGÚN LA DIRECCIÓN DE TRAZO DE FRACTURA

CON LA HORIZONTAL (FIGURA 2) .............................................................................................22

2.1.5.3. CLASIFICACIÓN DE PIPKIN. .....................................................................................22

PARA FRACTURAS DE LA CABEZA FEMORAL (FIGURA 3): ...............................................22

2.1.5.4. CLASIFICACIÓN DE EVANS. .....................................................................................23

ESTABLES-INESTABLES. ................................................................................................................23

2.1.5.5. CLASIFICACIÓN DE TRONZO ...................................................................................23

INTERTROCANTÉRICA. .................................................................................................................23

2.1.5.6. CLASIFICACIÓN DE BOYD Y GRIFFIN (1949). ......................................................24

2.1.5.7. CLASIFICACIÓN DE KYLE Y GUSTILO (1979) (FIGURA 4) ................................24

2.1.5.8. CLASIFICACIÓN DE SEINSHEINER. ........................................................................25

2.1.5.9. CLASIFICACIÓN AO (MÜLLER) ...............................................................................25

CAPÍTULO 3 ........................................................................................................................................27

3.1. CINEMÁTICA DEL TRAUMA ................................................................................................27

3.1.1. CAÍDAS ................................................................................................................................27

3.1.2. ACCIDENTE DE TRÁNSITO POR CARROS ................................................................28

3.1.3. POSTURA .............................................................................................................................29

3.1.4. CONDICIONES DEL PACIENTE. ...................................................................................30

CAPÍTULO 4 ........................................................................................................................................31

4.1. CLÍNICA ...................................................................................................................................31

4.2. DIAGNÓSTICO ........................................................................................................................33

CAPÍTULO 5 ........................................................................................................................................34

5.1. TRATAMIENTO .......................................................................................................................34

6.1. MOVILIZACIÓN Y REHABILITACIÓN ...............................................................................37

6.2. PRONÓSTICO ..........................................................................................................................38

CAPÍTULO 6 ........................................................................................................................................39

6.1. PREVENCIÓN ..........................................................................................................................39

6.2. PLAN DE PREVENCIÓN ........................................................................................................40

6.2.1. OBJETIVOS .........................................................................................................................40

6.2.2. VIABILIDAD .......................................................................................................................40

6.2.3. TECNOLOGÍA ....................................................................................................................40

6.2.4. PRESUPUESTO ...................................................................................................................41

6.2.4.1. RECURSOS HUMANOS: ...............................................................................................41

6.2.4.2. RECURSOS MATERIALES. .........................................................................................41

XIII

6.2.4.3. RECURSOS FINANCIEROS .........................................................................................41

6.2.5. PRESUPUESTOS.................................................................................................................42

6.3. CONCLUSIÓN FINAL .............................................................................................................43

6.4. RECOMENDACIONES ...........................................................................................................44

V. METODOLOGÍA. .......................................................................................................................45

VI. RESULTADOS ESPERADOS ................................................................................................46

IX. BIBLIOGRAFIA ......................................................................................................................48

I. ANEXOS .......................................................................................................................................51

1. TABLAS ........................................................................................................................................51

TABLA 1 ...............................................................................................................................................51

TABLA 2 ...............................................................................................................................................51

TABLA 3 ...............................................................................................................................................52

2. FIGURAS ......................................................................................................................................52

FIGURA 0 .............................................................................................................................................52

FIGURA 1 .............................................................................................................................................53

FIGURA 2 .............................................................................................................................................53

FIGURA 3 .............................................................................................................................................54

FIGURA 4 .............................................................................................................................................54

FIGURA 5 .............................................................................................................................................55

FIGURA 6 .............................................................................................................................................55

FIGURA 7 .............................................................................................................................................56

FIGURA 8 .............................................................................................................................................56

FIGURA 9 .............................................................................................................................................57

FIGURA 10 ...........................................................................................................................................57

FIGURA 11 ...........................................................................................................................................58

FIGURA 12 ...........................................................................................................................................58

3. GRÁFICOS ...................................................................................................................................59

GRÁFICO: 1 .........................................................................................................................................59

1

I. INTRODUCCION

La importancia de las fracturas del extremo proximal del fémur viene demostrada por su

elevada incidencia en la tercera edad, la morbimortalidad que las acompaña y la importante

carga económico-social que conlleva. La incidencia de las fracturas de extremo proximal del

fémur aumenta con la edad, y teniendo en cuenta el aumento de la expectativa de vida, el

número de ancianos se incrementara en los próximos años.

Además se presentan tantos casos de accidentes traumáticos que ya compiten por igual o

superan, las enfermedades más mortales y las probabilidades de supervivencia de pacientes

con trauma son cada más baja. La mayoría de esos traumas se asocian a fracturas que

conllevan a un riesgo de incapacidad de la funcionalidad normal del paciente y puede llevarlo

hasta la muerte a corto plazo.

El buen manejo inicial y la evolución del trauma son fundamentales para la recuperación, sin

mayores complicaciones, y luego la rehabilitación por completo del paciente afectado,

llevándolo prontamente a su cotidianidad sin secuelas funcionales graves. Los resultados de

estudios previos muestran una baja incidencia de fracturas de cadera en Ecuador en relación a

otros países latinoamericanos, pero aumentara en los próximos años ya que la población de

Ecuador está envejeciendo. Además hay una alta incidencia en el sexo femenino.

Este presente estudio proporcionara información valiosa para las autoridades de salud pública.

Para comenzar a implementar estrategias o métodos para prevenir las caídas y la osteoporosis,

para reducir la carga de las fracturas de cadera en un futuro próximo. Ya que en la mayoría de

los casos son evitables con simples medidas de prevención, solo se necesita interés por parte

de la familia.

2

La prevalencia en la mujer asciende posterior a la menopausia y en el caso del varón después

de los 75 años, a partir de los 80 años de edad esta edad hay un incremento exponencial en

cuanto a la incidencia de fractura de tercio proximal de fémur. Las fracturas de cadera en el

adulto mayor conllevan a procedimientos quirúrgicos a esta edad avanzada, la intervención

quirúrgica está indicada en prácticamente todas las fracturas a este nivel por la gran

incapacidad que presenta sin un tratamiento corrector que permita una buena funcionalidad y

que le permita valerse por sí mismo.

La incidencia aumenta en la mujer debido a múltiples factores como por ejemplo la

menopausia que es un factor de riesgo para sufrir una fractura debido a la disminución

hormonal y deficiencia de vitaminas importantes para el tejido óseo. El tratamiento de

elección ante una fractura de cadera es en la mayoría de los casos quirúrgico debido al gran

compromiso vascular que tiene este tipo de fracturas y el riesgo de que el paciente llegue a la

postración o encamamiento prolongado sin haber tenido el tratamiento adecuado que muchas

de las veces suele ser el más eficaz devolviendo al adulto mayor las ganas para seguir

viviendo.

De lo escrito anteriormente, esta patología conlleva una gran carga social, económica debido a

que el tratamiento quirúrgico tiene un coste elevado por no promover educación preventiva a

este grupo poblacional. Cabe mencionar, que a partir de esta edad, la velocidad de la marcha

se hace más lenta, los mecanismos protectores del cuerpo durante una caída también se ven

disminuidos; los músculos y la grasa que rodean el hueso se reducen con el envejecimiento,

hay disminución de tejido óseo, situación que aumenta el riesgo de que la cadera se lesione y

fracture.

3

II. PROBLEMATIZACIÓN

En América Latina se han presentado importantes cambios demográficos en el siglo XX,

notándose un rápido crecimiento de los grupos de personas adultas mayores, los cuales se

caracterizan por una gran variabilidad en las condiciones socioeconómicas. Es por esto que,

desde la década de 1970, las Naciones Unidas se han preocupado por conocer los contextos

del envejecimiento de la población mundial. Estudios previos no hablan aun de una baja

incidencia de fractura de cadera en ecuador, pero que con el paso de los años incrementara su

incidencia debido a las expectativas altas de vida.

Estas son lesiones que pueden afectar de forma significativa la salud integral del paciente con

complicaciones hemodinámicas a corto plazo, más las complicaciones por las diferentes

comorbilidades que tiene una persona a esta edad avanzada y en un futuro incapacidad

funcional. Está previsto que en los próximos años aumentara la incidencia por el sobre

crecimiento poblacional y las expectativas de vida que están prolongando quizá por los

avances tecnológicos y científicos que tiene el país y nos ayudan a mejorar nuestra calidad de

vida.

Esta revisión bibliográfica, está dirigido a todas las personas adultas mayores que presentan

fracturas de tercio proximal de fémur ya sea por accidentes de tránsito, por caídas o por

enfermedad como la osteoporosis. Aunque no existe una explicación para el predominio de

las fracturas de cadera ni reportes de estudios previos, se dará a conocer la incidencia en el

futuro de este tipo de fracturas en el adulto mayor en relación a la edad y el sexo, las mismas

que servirán para poder crear un plan preventivo contra esta problemática que acontecerá en

los próximos años.

4

Según el Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y censos en Ecuador:

Se define como adulto mayor a toda persona de edad igual o mayor a 65 años. Se cree que en

el futuro la población ecuatoriana sufrirá un proceso de envejecimiento ya que en el año 2000

la población tenía un total de 12.646.000 de los cuales 876.000 son una población mayor de

60 años, lo que indica que para el 2025 la población total será de 17.796.000 y la población

mayor de 60 años será de 2.235.000. Para el 2050 se prevé una población total de 20.536.000

y una población mayor de 60 años de 4.643.000.

Poniendo en evidencia el crecimiento de la población adulta mayor aunque no muy drástica

como en otros países, incrementara la incidencia de fracturas de cadera en Ecuador. Esto

supone una elevada mortalidad en este grupo de edad, disminución de la calidad de vida,

mayor dependencia física y social de las pacientes y un elevado coste sanitario ya que no

podrán movilizarse por sí solos y necesitaran de ayuda para sus labores solamente para su

supervivencia, sin tomar en cuenta que ya no será un grupo poblacional que mantenga un

mercado laboral, económico como antes de sufrir una fractura.

Por ello, destacamos la importancia que tiene la prevención de las caídas y la osteoporosis en

el control de las fracturas de cadera, es necesaria la prevención mediante la utilización de

zapatos ortopédicos lo que ayudara a dar mejor estabilidad y seguridad mientras camina un

adulto mayor. Con este método se pretende ayudar al adulto mayor para reducir el riesgo de

fracturase en el contexto de un paciente con múltiples comorbilidades. La combinación da

todos estos elementos, la actual y futura prevalencia de la osteoporosis, la actual y futura

incidencia da la fractura osteoporóticas y las repercusiones de la fractura a nivel personal,

económico y social.

5

Todos estos factores nos enfatizan la importancia de esta enfermedad. Y subrayan la

necesidad de identificar a los pacientes en este rango para iniciar medidas preventivas y da

tratamiento.

El objetivo principal de este estudio es determinar la incidencia de las fracturas del tercio

proximal del fémur en pacientes de 60 a 80 años de edad en Ecuador, mediante la búsqueda

de citas bibliográficas para dar a conocer su alta incidencia en los próximos años e

implementar un plan de prevención.

Los objetivos específicos son determinar el sexo más frecuente de las fracturas del tercio

proximal del fémur, buscando citas bibliográficas, para realizar educación preventiva a este

grupo poblacional. Y determinar la edad más frecuente de las fracturas del tercio proximal

del fémur, comparando datos estadísticos de citas bibliográficas, para dar a conocer el tipo de

calzado que deben utilizar.

El presente trabajo se justifica debido al incremento de población adulta mayor y la facilidad

de accidentalidad que tienen, uno de las principales lesiones consecuentes son las fracturas de

cadera, es necesario conocer el impacto que tiene estas lesiones para mejorar en cuanto a

prevención por los diversos factores de riesgo que tienen paciente adultos mayores.

Se plantea una estrategia de educación preventiva al adulto mayor mediante la recomendación

del uso de calzado ortopédico con suela de poliuretano para mantener una estabilidad y

equilibrio al momento de caminar, ya que la mayoría de adultos mayores usan pantuflas

dentro de casa y calzado desgastado en la calle lo cual origina las caídas de su propia altura.

6

III. ANTECEDENTES

Ecuador se encuentra en la parte noroeste de América del Sur, con un territorio de 256.370

kilómetros cuadrados. En 2011, el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Ecuador

(INEC) estimaron 13´215.089 habitantes (48,2% hombres y 51,8% mujeres). Sesenta y uno

por ciento de la población vivía en zonas urbanas, con el 39% en las zonas rurales.

Estudios previos han informado de variación geográfica en la incidencia de fractura de cadera

que compromete tercio proximal, entre y dentro de los países. Las tasas más altas en los

países del norte de Europa, seguidos por los caucásicos en América del Norte y Asia, y las

más bajas de América del Sur. Con estos antecedentes la población femenina es

estadísticamente elevada en relación a la masculina, es por esto que la incidencia de fractura

de cadera es frecuente en el sexo femenino.

Son ocasionadas por diferentes causas como caídas desde alturas, maltrato, golpes directos y

accidentes automovilísticos por lo que la situación geográfica es difícil de establecer por los

diversos factores y mecanismos que tiene esta patología. Es de aparición en los meses de

invierno ya que el adulto mayor en esta época suele enfermarse lo que provoca la

movilización frecuente para recurrir a atención médica siendo susceptibles a las caídas en

pisos resbaladizos.

En lo referente a lo escrito la población femenina, sus enfermedades, factores de riesgo y

asociada a los factores externos de nuestra geografía ecuatoriana son susceptibles a presentar

esta patología. Debería considerarlas como población de alta riesgo ya que la situación en la

actualidad no ha cambiado, existe una elevada incidencia en la mujer.

7

Según Orces, Carlos H.:

Analizó el Anuario de Egresos Hospitalarios para determinar el número de personas de 50

años o más hospitalizadas con un diagnóstico principal de fractura de cadera en 2005. Durante

el período de estudio, 1 005 personas estuvieron hospitalizadas con diagnóstico de fractura de

cadera (664 mujeres y 341 hombres). La incidencia anual bruta de fracturas de cadera fue de

49,5 por 100 000 habitantes (34,8 por 100 000 hombres y 63,2 por 100 000 mujeres). Lo que

aumentó exponencialmente con la edad en ambos sexos. Sin embargo, el aumento fue mayor

en las mujeres.

Lo cual demostró una baja incidencia de fracturas de cadera en Ecuador en relación a otros

países latinos. A pesar de estos hechos, el conocimiento de la epidemiología de las fracturas

de cadera en la mayoría de los países de América Latina sigue siendo limitado a excepción de

unas pocas naciones industrializadas por lo que no podemos tener una estadística clara y

específica sobre la incidencia de fractura de cadera en Ecuador. Sin embargo la incidencia

aumento exponencialmente en el sexo femenino duplicándose en relación al sexo masculino,

según este estudio.

De los antes escrito se puede afirmar que este tipo de fractura es muy frecuente en la

población adulta mayor, por muchas situaciones como por ejemplo la nutrición, ya que varias

de las causas de morbilidad son por la malnutrición, la que a su vez tiene como consecuencia

enfermedades cardiovasculares secundarias a sobrepeso, la anemia, osteoporosis con la

consecuentes caídas y fracturas. Quizá en nuestro país, la situación económica y pobreza es

una de las razones que más afecta a este grupo de personas, lo que incrementa su

vulnerabilidad.

8

¨La fractura de cadera es causa de prolongada internación en adultos mayores de 50 años. La

proporción en mujeres vs hombres 2.05 a 1 fue ligeramente inferior a lo reportado

previamente en trabajos regionales. Más de la mitad de las fracturas ocurren en pacientes

mayores de 80 años, población que debería de considerarse de mayor riesgo¨ (4). Sin embargo

hasta la actualidad son un grupo de pacientes vulnerables, también llamados los olvidados,

porque creen que no generan aportes a la sociedad.

Pese a que es una población que mantiene su participación en la economía de los

ecuatorianos, este tipo de fractura tiene como punto negativo en la economía por el alto costo

que tiene una intervención quirúrgica para el tratamiento y de cuidados especializados para las

diferentes morbilidades que tiene un adulto mayor; así poder obtener una calidad de vida,

física y moralmente. La fractura de cadera es común en paciente con osteoporosis y ya ocupan

abundantes camas ortopédicas en todo el ecuador, por encamamiento prolongado ya sea por

descuido de familiares o falta de colaboración del paciente; a esta edad son más tímidos

dependientes.

De lo anteriormente anotado, esta patología nos da como resultado la utilización de camas de

manera prolongada en los hospitales hasta su recuperación por lo que genera gran coste

hospitalario tanto para cuidado como el requerimiento de otras especialidades para atender sus

enfermedades adicionales. Hay una alta mortalidad en este tipo de fractura a partir de los 80

años de edad y solo una minoría recupera su funcionalidad normal por diversos factores ya

sea porque estuvo previamente en estado de postración o por falta de cumplimiento del

manejo dentro del hospital.

9

IV. MARCO TEÓRICO

Capítulo 1

1.1. Conceptos

Según el centro de ortopedia y traumatología ABC de Santa Fe:

Una fractura de cadera es una ruptura del hueso del muslo justo debajo de la articulación de la

cadera. La articulación de la cadera consiste en una bola en la parte superior del hueso del

muslo (fémur) y un soporte redondeado (acetábulo) en la pelvis. La mayoría de las fracturas

de cadera ocurren en el fémur, una o dos pulgadas debajo de la porción esférica de la cadera.

Es decir es la pérdida de la continuidad ya sea esta completa e incompleta del tejido óseo en el

tercio proximal del fémur, teniendo en cuenta que si el hueso es sometido a una presión mayor

a la que él puede soportar se rompe, sumándose a este trauma las alteraciones de los tejidos

blandos y vasculares circundantes. Estas fracturas son aquellas en que el hueso se destruye

evidentemente son multifragmentadas, desplazadas, hasta aquellas lesiones muy pequeñas e

incluso microscópicas.

Con lo anteriormente anotado, la discontinuidad del hueso que se produce es porque el hueso

exactamente en el extremo proximal del fémur no soporta una presión elevada en relación a la

que ejerce en el momento de la marcha, es mucho más fuerte en una caída por lo que se

fractura. Sumándose la debilidad ósea que tiene un adulto mayor. Además se produce daño de

los tejidos circundantes determinado por la gravedad de la fractura ya sea esta simple,

conminuta o expuesta donde se evidenciara a simple vista el daño de tejidos que también se

encuentran expuestos

10

Álvaro Carvajal Montoya:

Describe como las causas principales de la fractura de cadera son la: osteoporosis y caídas de

su propia altura. La osteoporosis constituye una de las principales causas de la fractura de

cadera ya que es la enfermedad ósea metabólica más frecuente ligada al envejecimiento, que

se caracteriza por una disminución de la densidad ósea o adelgazamiento progresivo del

hueso, que conlleva fracturas por traumatismos mínimos. Afecta aproximadamente al 10% de

la población adulta, fundamentalmente mujeres. La mitad de población mayor de ochenta

años se caen al menos una vez al año y estas caídas suponen el 90% de las fracturas de cadera

en este grupo de población.

La disminución de masa ósea aumenta la posibilidad de sufrir fractura de cadera en la tercera

edad y las caídas en el hogar afectan casi a la tercera parte de las personas mayores de sesenta

y cinco años. La osteoporosis es una enfermedad sistémica que se caracteriza por una

disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura de los huesos, lo que

supone un aumento de la fragilidad de los huesos y del riesgo de sufrir fracturas. Esta

patología es asintomática y puede pasar desapercibida durante muchos años hasta que

finalmente se manifiesta con una fractura, que es frecuente en huesos largos en la porción

distal trabecular del fémur.

En lo anteriormente apuntado, las principales causas de fractura de tercio proximal de cadera

son por caídas de propia altura y patológicas como la osteoporosis vendrá determinado por el

nivel máximo de masa ósea que se obtenga en la edad adulta y el descenso producido por la

vejez, los adultos mayores son muy vulnerables a este tipo de fractura ya que tienden a caerse

con facilidad por factores externos ambientales como una alfombra mal ubicada o pisos

mojados u objetos no visibles por el adulto mayor.

11

Según Mercedes Fernández García-Valdivieso et al (7).

Ha evaluado el efecto de las variables extrínsecas e intrínsecas relacionadas con las dos

principales causas de la fractura de cadera: Osteoporosis y caídas se ven influenciadas por

múltiples factores: Factores intrínsecos como los Fisiológicos, patológicos, farmacológicos,

quirúrgicos. Factores extrínsecos como hábitos y riesgos ambientales.

Fisiológicos: la edad avanzada es un factor de riesgo de la fractura de cadera, ya que se

produce una disminución progresiva de masa ósea, favoreciendo la aparición de osteoporosis

y además a estas edades la presencia de enfermedades crónicas y el consumo de determinados

fármacos, dificulta el equilibrio y la capacidad para evitar caídas tras un desplazamiento (7).

Respecto al sexo las caídas en edad avanzada son más frecuentes en mujeres por la mayor

esperanza de vida en la mujer, mayor afectación osteoporóticas, mayor número de mujeres

que por su estado civil viven solas. Otros factores de este tipo son la menopausia precoz,

disminución de estrógenos, nuliparidad, alteraciones propioceptivas (problemas de visión,

auditivos y síndromes vertiginosos), escasez de masa grasa, factores genéticos.

De lo redactado anteriormente, la edad es un factor fisiológico que no se lo puede evitar pero

las enfermedades si las podemos prevenir e inclusive erradicarlas pero por mala prevención

las enfermedades aparecen en esta etapa de vulnerabilidad como la menopausia aparece en la

edad adulta es uno de los factores que más influye en el desarrollo de la osteoporosis en las

mujeres, ya que la desaparición de la función ovárica provoca un aumento de la resorción

ósea, esto hace que el huesos sea demasiado frágil y se lesiones fácilmente aun con

traumatismos leves.

12

Patológicos: enfermedades neurológicas (enfermedad de Parkinson, de Alzheimer, Demencia

senil, esclerosis múltiple, hemiplejia) cardiovasculares (trombosis venosa profunda,

insuficiencia venosa periférica, infarto agudo de miocardio), metabólicas (diabetes mellitus e

hipertiroidismo), respiratorias (enfermedad pulmonar crónica obstructiva, neumonía,

insuficiencia respiratoria aguda), musculo esqueléticas (artritis reumatoide, artrosis, cifosis),

renales (que provoquen fallo renal), gastrointestinales (que provoquen mala absorción) y

hematológicas (anemia crónica) (7).

Farmacológicos: el consumo de psicótropos (antidepresivos y antipsicóticos) y

antihipertensivos contribuyen a las caídas y, por otro lado, el consumo de anticoagulantes y de

corticoides (de forma prolongada) inducen a la osteoporosis. Quirúrgicos: como la

ovariotomía (7).

Los factores patológicos podemos afirmar que las enfermedades o comorbilidades que tiene

un paciente adulto mayor también influyen en una fractura de tercio proximal de cadera ya

que estas ocasionan tanto una caída, como para la recuperación después de haber sufrido una

lesión a este nivel. Por ejemplo podemos citar una enfermedad, la trombosis venosa profunda

la que sumado a una fractura nos lleve como consecuencia a una tromboembolia pulmonar y

que afecta a corto plazo la vida del paciente.

De lo antes registrado, para que se produzca una caída en los adultos mayores el factor más

probables son los cambios del estado nutricional como la pérdida de masa corporal, tienden

adelgazar. La disminución de calcio en los huesos lo que se conoce como osteoporosis senil,

la postmenopáusica por deficiencia de estrógenos, al igual que la ovariectomía y la secundaria

a patologías como la insuficiencia renal o la administración de ciertos fármacos como

barbitúricos que pueden enlentecer la capacidad propioceptiva.

13

Factores extrínsecos: Hábitos tóxicos, como el alcohol y el tabaco. Riesgos ambientales,

pequeñas alteraciones del medio habitual (suelo mojado, falta de barandillas en el baño, mala

iluminación, muebles mal diseñados, escaleras poco seguras, calzado inadecuado) pueden ser

consecuencias de caídas. Inmovilización prolongada, que produce una disminución de la

densidad ósea de forma intensa y rápida (7).

El hábito tabáquico con más de 20 cigarrillos diarios, abuso de alcohol y café perjudican la

remodelación ósea. Las personas que realizan una actividad física moderada tienen un menor

riesgo de padecer osteoporosis. Esta enfermedad es más frecuente en las zonas geográficas

donde falta sol, ya que éste es necesario para activar la vitamina D, que mejora la absorción

intestinal del calcio. La época de invierno por los pisos mojados, una habitación mal

iluminada provoca caídas.

En referencia a los factores extrínsecos, son los adultos mayores vulnerables ya que la

presencia de ciertos hábitos como el alcoholismo disminuye la capacidad normal

propioceptiva para emprender la marcha y más aún en lugares irregulares como el piso

resbaladizo, con un calzado desgastado y sin iluminación nos puede llevar a una caída y la

fractura. Un bajo nivel socioeconómico se asocia con una dieta insuficiente y una mayor

morbilidad osteoporóticas.

La pobreza conduce a una mal nutrición. Este factor cobra mayor importancia en las zonas

urbanas que en las rurales debido al incremento en el consumo de comida chatarra que no

beneficia al llegar a la edad adulta por la deficiencia de ciertos alimentos como son la leche,

el queso que tienen fuentes de calcio especialmente durante el desarrollo de los huesos. Todo

esto asociado a la mala calidad de una dieta equilibrada.

14

Factores protectores: Dieta abundante en calcio y vitamina D; un aporte de calcio y vitamina

D adecuado es importante tanto para mantener una masa ósea máxima. Ejercicio físico; es

esencial para la salud del esqueleto, pues la tensión mecánica del peso del cuerpo es quizás el

principal factor exógeno que actúa sobre el desarrollo y la remodelación ósea (7).

El cuerpo necesita vitamina D para absorber el calcio. Sin suficiente vitamina D, no podemos

producir la hormona calcitrol en cantidades suficientes, lo que causa una absorción

insuficiente del calcio de la dieta ya que el cuerpo debe tomar el calcio que necesita de sus

suministros en el esqueleto, lo que debilita el material óseo existente y evita que se forme

material óseo nuevo y fuerte.

Se puede obtener vitamina D de dos maneras seguras: por la piel y de la dieta. La vitamina D

se produce naturalmente en el cuerpo después de exponerse a la luz del sol. Exponerse al sol

por quince minutos es más que suficiente para producir y almacenar toda la vitamina D que

necesita. Aunque una dieta balanceada ayuda a la absorción del calcio, se piensa que altos

niveles de proteína y sodio en la dieta aumentan la eliminación del calcio por los riñones.

Deben evitarse las cantidades excesivas, especialmente en aquéllos que tienen un bajo

consumo de calcio.

De lo antes anotado, así como existen factores causales, existen factores protectores lo cual

nos indica que hay la probabilidad de prevenir una fractura de cadera con simples medidas de

precaución, así como control de enfermedades patológicas y la correcta utilización de la

medicación. En la actualidad, se consideran las fracturas de cadera un importante problema de

Salud Pública porque conllevan un alto porcentaje de mortalidad, disminución de la calidad

de vida, dependen de la sociedad, elevado coste para la economía y alteración del estado

psicológico de la mujer.

15

1.2. Epidemiología

Según Orces, Carlos H.

Se analizó el Anuario de Egresos Hospitalarios para determinar la incidencia de fractura de

cadera en las personas a partir de los 50 años de edad entre 1999 y el 2008. El número de

fracturas de cadera aumentó de 703 en 1999 a 1 315 en el 2008. Después de controlar la

variable edad, se encontró que las tasas de fractura de cadera aumentaron en 3,9 por ciento

anualmente de 46,4 casos por 100 000 habitantes en 1999 a 62,4 casos por 100 000 habitantes

en el 2008.

Este aumento de las tasas ajustadas por edad se atribuyó principalmente a una mayor

frecuencia de las fracturas a partir de los 80 años de edad (Grafico 1). En caso de que el

porcentaje de variación anual de las tasas específicas en función de la edad permanezca

estable, el número total de fracturas de cadera en los ancianos en el Ecuador será cercano a

3909 en el año 2020, a 8980 en el 2030 y a 47275 en el 2050.

Como resultado durante el período de estudio las tasas de fractura de cadera aumentaron

sustancialmente en las personas de 50 años de edad y mayores en el Ecuador. Se prevé que a

medida que la población del país envejezca, el número de fracturas de cadera aumentará en

forma considerable en las personas a partir de los 80 años de edad.

Según los antes apuntado afirmamos que para los próximos años existirá un incremento de

fractura de caderas en los adultos mayores ya pasados los 50 años de edad por el incremento

poblacional de esta edad ya que la alta calidad de vida, la tecnología en la actualidad ha

mejorado la supervivencia del ser humano.

16

Capítulo 2

2.1.Clasificación

Para comprender la clasificación es necesario el conocimiento de la anatomía. Según

Gamaliel González A:

La cabeza del fémur, es redondeada y lisa, se orienta hacia arriba, medialmente y adelante. En

un cuadrante posteroinferior presenta una depresión, fóvea capitis, para la inserción del

ligamento redondo. La cabeza esta sujetada por el cuello anatómico, el mismo no está en el

eje de la diáfisis (inclinación de 130º promedio). En la parte lateral del cuello se encuentra el

trocánter mayor en su parte inferior y posterior el trocánter menor. Estas eminencias están

unidas por atrás por la cresta intertrocantérica.

La cabeza del fémur es la parte más superior de la epífisis o extremo superior del fémur y es

por dónde el hueso se articula con el hueso coxal en la cadera. La cabeza femoral se conecta

con el cuello anatómico del fémur y permite los clásicos movimientos del hueso.

Presenta forma de una esfera en sus dos tercios de superficie, es lisa, y está recubierta de

cartílago articular debido a su función: encajar en la cavidad cotiloidea del hueso coxal,

conformándose así la articulación coxofemoral. Se consideran fracturas de la extremidad

proximal del fémur las que se producen en los cinco centímetros proximales del mismo, es

importante por las múltiples estructuras que comprende a este nivel, sus inserciones

ligamentarias y musculares así como la circulación venosa que se encuentra presentes.

Delo escrito en el párrafo anterior, el tercio proximal de la cadera la podemos dividir en 3

regiones como son cabeza, cuello y región subtrocantérica, cada una con sus distintas

inserciones musculares que facilitan la marcha del miembro inferior y el correcto

funcionamiento y coordinación de los movimientos.

17

Según Gamaliel González A. anatómicamente las clasifica de la siguiente manera:

2.1.1. Fracturas intracapsulares del fémur proximal en el adulto (10)

La osteoporosis es un factor predisponente de este tipo de fracturas, al igual que lo son los

trastornos del equilibrio, los trastornos sensoriales o la debilidad muscular del anciano. Están

producidas por traumatismos de baja energía que pueden ser directos, indirectos en rotación

externa de la extremidad o por cargas cíclicas que ocasionan microfracturas. El ratio fractura

extracapsular/intracapsular aumenta con la edad en la mujer y es estable en el varón. Sólo el

5% de las caídas en la octava década de la vida produce fracturas.

Por su localización queda en contacto con el líquido sinovial el cual realiza una lisis del

coagulo impidiendo que este se organice resultando finalmente en una inadecuada

consolidación. Es importante tener en cuenta que el cuello femoral se encuentra recubierto

por membrana sinovial y no por periostio por lo cual la consolidación depende principalmente

del callo endóstico. La fractura puede lesionar los vasos retinaculares ascendentes

comprometiendo la circulación de la cabeza femoral. A su vez el hematoma a tensión en la

cápsula puede colapsar los vasos ascendentes.

De lo antes escrito la detección precoz de una fractura intracapsular es muy importante,

debido a que este tipo de fractura está propensa a complicaciones por dos razones principales:

frecuentemente ocurre disrupción del aporte sanguíneo a la cabeza femoral, lo que puede

conducir a una necrosis avascular; por otra parte, el fragmento de la fractura es a menudo

frágil y proporciona un pobre anclaje para los dispositivos de fijación, esta situación a

menudo incrementa la posibilidad de no unión o mal unión.

18

2.1.1.1.Anatomía ósea y vascular

Desde el punto de vista anatomopatológico es importante conocer la anatomía ósea y

vascular de esta región. En el adulto, la vascularización de la cabeza femoral se realiza por

tres vías interconectadas, grupos vasculares de Crock:

1.-Anillo vascular extracapsular: en la región basicervical, procedente de la arteria circunfleja

femoral medial y lateral, y arterias glúteas superior e inferior. Forman ramas ascendentes

cervicales: retinaculares de Weitbrech (figura 11). 2.-Ligamento redondo: es sólo funcional en

un tercio de los pacientes. Procede de la arteria obturatriz o de la circunfleja medial. 3.-

Vascularización intraósea: interrumpida por el trazo fracturario. Es importante conocer la

distribución de la tensiones trabeculares descritas por Ward (figura 11), así como los ángulos

anatómicos cérvico-diafisario (130º ±7º) y de anteversión femoral (10º ± 7º)

2.1.1.2.Clasificación

Un sistema de clasificación específico para las fracturas de la cabeza femoral es el de Pipkin

(figura 3). Divide estas fracturas en cuatro grupos: fractura inferior a la fóvea, fractura

superior a la fóvea, fractura de la cabeza asociada a fractura del cuello femoral y fractura de la

cabeza femoral asociada a fractura acetabular.

Pauwels clasificó las fracturas intracapsulares de la región cervical del fémur según al ángulo

del trazo respecto a la horizontal (30º, 50º y 70º) (FIGURA 2), pero la clasificación más

utilizada en la actualidad para las fracturas subcapitales y transcervicales del fémur es la de

Garden (FIGURA 1). Que distingue cuatro tipos de fracturas según su desplazamiento y el

consecuente compromiso vascular.

19

Según Gamaliel González A.:

Anatómicamente las clasifica de la siguiente manera:

2.1.2. Fracturas extracapsulares del fémur proximal en el adulto (10)

Se incluyen en este grupo las fracturas entre ambos trocánteres, tratándose de fracturas

extraarticulares metafisarias sobre hueso esponjoso ricamente vascularizado por las múltiples

inserciones musculares. De ahí se entiende que supongan un problema mecánico más que

biológico, siendo raros los trastornos de consolidación. Son más frecuentes en ancianos, con

un pico de incidencia a los 75 años. Aparecen de tres a diez años más tarde que las fracturas

intracapsulares, y tienen una proporción varón: mujer de 2:1 a 8:1, representando

aproximadamente la mitad de las fracturas de la extremidad proximal del fémur.

Como mecanismo lesional puede deberse a traumatismos directos sobre la región del trocánter

mayor, o de forma indirecta por tracción de los músculos iliopsoas y abductores. Suelen

provocar una mayor inestabilidad hemodinámica que las fracturas intracapsulares y mayor

deformidad (con marcado acortamiento y rotación externa) por el compromiso de tejidos

circundantes. Sumado a la mayor edad del paciente, el resultado es una morbimortalidad más

alta para este grupo de fracturas.

De lo anteriormente escrito podemos concluir que las fracturas extracapsulares por su

localización no comprometen la vascularización de la cabeza femoral ni su consolidación se

encuentra comprometida por la presencia de líquido sinovial en la articulación, por lo que

generalmente va bien con el tratamiento, pero hay daño de tejidos adyacentes.

20

2.1.2.1.Clasificación

Existen varias clasificaciones, pero ninguna se emplea de forma predominante. La de Boyd y

Griffin se basa en la facilidad de lograr y mantener la reducción y la clasificación de Evans las

divide en cuanto a la estabilidad (FIGURA 12)

2.1.3. Fracturas aisladas de los trocánteres del adulto

Las fracturas aisladas de los trocánteres son raras en el adulto. En el caso del trocánter mayor

se puede tratar de una conminución por traumatismo directo o una avulsión de los dos tercios

proximales por contracción brusca del glúteo medio. En cuanto a las fracturas aisladas del

trocánter menor, suelen darse como accidente deportivo por arrancamiento de la inserción del

músculo psoas ilíaco.

2.1.4. Fracturas subtrocantéreas del fémur en el adulto

Son fracturas comprendidas entre el límite inferior del trocánter menor y el comienzo de la

morfología cilíndrica del fémur. La mayoría se producen en pacientes jóvenes por

traumatismos violentos. Generalmente las fracturas subtrocantéreas sufren un gran

desplazamiento: el fragmento proximal en flexión, rotación externa y abducción por la

inserción muscular del psoas y el glúteo mayor; y el fragmento distal en varo por la acción de

los músculos aductores.

La región subtrocantérea está sometida a grandes requerimientos mecánicos durante la carga,

especialmente en la cortical medial, y por otra parte está menos vascularizado que la región

pertrocantéreas. Por lo que se plantean problemas importantes para la estabilización

quirúrgica y la consolidación.

21

Desde el punto de vista terapéutico, la clasificación más sencilla es la que considera el nivel

de la fractura (al mismo nivel que el trocánter menor, hasta cinco centímetros por debajo, o

entre cinco y ocho centímetros) y el patrón de estabilidad (según adaptabilidad y continuidad

de la cortical interna). Son más frecuentes las formas inestables.

SEGÚN Sebastián Muñoz G. las fracturas se clasifican en: (figura 0 anexo)

Fracturas de la cabeza del fémur (capitales): poco frecuentes y casi siempre se dan en

el contexto de una luxación de cadera. Son aquéllas ubicadas entre la superficie

articular y el plano coincidente con el reborde del cartílago de crecimiento.

Fracturas cervicales: aquéllas ubicadas entre un plano inmediatamente por debajo del

límite del cartílago de crecimiento y el plano en que el cuello se confunde con la cara

interna del macizo trocantereano. Se divide en:

-Subcapitales: el trazo se sitúa en el límite de la cabeza femoral.

-Transcervicales: las más frecuentes de este grupo; habitualmente de trazo espiroideo.

-Basicervicales: las de mejor pronóstico por su buena vascularización.

Fracturas trocantéricas (inter o pertrocantéreas): la línea de fractura es extraarticular y

va de un trocánter a otro.

Fracturas subtrocantéreas: la línea de la fractura está situada entre el trocánter menor y

el inicio de la morfología cilíndrica de la diáfisis (istmo femoral).

Con esta clasificación la fractura de tercio proximal de cadera se divide en fractura articular la

que se subdivide en capitales, subcapitales, cervicales y transcervicales y fractura no articular

que se subdivide en fracturas trocantéricas y subtrocantéricas específicamente, todo en

función para un buen diagnóstico clínico.

22

2.1.5. Clasificación por autores

Según Ramiro Padilla Gutiérrez afirma que:

Debido a las variantes múltiples en los trazos de fractura que se presentan en el extremo

proximal del fémur, se han diseñado varias clasificaciones la cuales menciona y propone que

las clasificaciones más importantes según el segmento en donde se presenta la patología

fracturaría son las siguientes: (12)

2.1.5.1.Clasificación de Garden 1964.

Basada en el grado de desplazamiento de los fragmentos (Figura 1)

• Tipo I: Fractura incompleta o en abducción (impactada en valgo).

• Tipo II: Fractura completa sin desplazamiento.

• Tipo III: Fractura completa, parcialmente desplazada, menos de 50%.

• Tipo IV: Fractura completa, pérdida del contacto entre los fragmentos

2.1.5.2.Clasificación de Pawells.

Fractura transcervicales, según la dirección de trazo de fractura con la horizontal (Figura 2)

• Tipo 1: Entre 30 y 50 grados.

• Tipo 2: Entre 50 y 70 grados.

• Tipo 3: Mayor de 70 grados

2.1.5.3.Clasificación de Pipkin.

Para fracturas de la cabeza femoral (Figura 3):

23

• Tipo I: Trazo de fractura por debajo del ligamento redondo. No coincide con zona de apoyo.

• Tipo II: Trazo de fractura por encima del ligamento redondo. Compromete zona de apoyo.

• Tipo III: Tipo I o II con fractura del cuello femoral asociada. Es la de peor pronóstico.

• Tipo IV: Cualquiera de las anteriores con fractura asociada de acetábulo.

• Tipo V: Fractura de la cabeza asociada a luxación posterior.

2.1.5.4.Clasificación de Evans.

Estables-inestables.

• Tipo I: La línea de fractura se irradia hacia arriba y afuera, desde el trocánter menor.

• Tipo II: Fractura con trazo oblicuo invertido: el trazo principal irradia hacia abajo y afuera,

desde el trocánter menor, con desplazamiento medial del fragmento distal por acción de los

aductores.

2.1.5.5.Clasificación de Tronzo

Intertrocantérica.

• Tipo I: Fractura incompleta, sin desplazamiento.

• Tipo II: Fractura completa sin desplazamiento.

• Tipo III:

IIIA: Conminución del trocánter mayor.

IIIB: Conminución del trocánter menor con el fragmento proximal telescopado.

24

• Tipo IV: Fractura con conminución de la pared posterior.

• Tipo V: Fractura con trazo invertido.

2.1.5.6.Clasificación de Boyd y Griffin (1949).

Incluye todas las fracturas desde la parte extracapsular del cuello hasta un punto 5 cm distal al

trocánter menor.

• Tipo I: Fractura a lo largo de la línea intertrocantérica desde el trocánter mayor al menor, no

desplazadas, estables y sin conminución (21% de las fracturas).

• Tipo II: Fractura conminuta, el trazo principal va a lo largo de la línea intertrocantérica, pero

con múltiples trazos en la cortical medial, mínimamente conminutos, estables una vez

reducidas (36%).

• Tipo III: Fractura subtrocantéricas, con al menos una fractura que irradia a la diáfisis

femoral proximal, inmediatamente distal o a nivel del trocánter menor, gran área póstero-

medial conminuta, inestables (28%)

• Tipo IV: Fractura de la región trocantéricas con irradiación a la diáfisis femoral.

2.1.5.7.Clasificación de Kyle y Gustilo (1979) (Figura 4)

• Tipo I: Fractura estable, sin desplazamiento ni conminución.

• Tipo II: Fractura estable, con mínima conminución.

• Tipo III: Fractura inestable, con conminución posteromedial.

• Tipo IV: Fractura con extensión subtrocantérica, muy inestable

25

2.1.5.8.Clasificación de Seinsheiner.

Fractura subtrocantérica. Basada en el número de fragmentos, la localización y la dirección de

los trazos de fractura (Figura 5)

• Tipo I: Fractura no desplazada o con un desplazamiento de menos de 2 mm.

• Tipo II: Fractura de dos fragmentos;

IIA: Fractura transversa

IIB: Fractura espiroidea con el trocánter menor unido al fragmento proximal

IIC: Igual a B, pero con el fragmento del trocánter menor unido al fragmento distal.

• Tipo III: Fractura en tres fragmentos;

IIIA: Espiroidea en tres fragmentos, con el trocánter menor como tercer fragmento.

IIIB: Igual a la anterior, pero el tercer fragmento en ala de mariposa.

• Tipo IV: Fractura conminuta en 4 o más fragmentos.

• Tipo V: Fractura inter y subtrocantérica.

2.1.5.9.Clasificación AO (Müller)

Se basa en tres segmentos (Figura 6), en la región Trocantérica (Figura 7), el cuello (Figura 8)

y la cabeza femoral (Figura 9), siendo extracapsulares, intracapsulares y extraarticulares e

intracapsulares e intraarticulares, respectivamente. Como sistema de clasificación global de

las fracturas del fémur proximal es útil conocer la clasificación AO (tabla 1). Según este

26

sistema, nos encontraríamos ante fracturas del grupo 31: fémur = 3 y segmento proximal =1.

(Figura 10)

Lo más importante desde el punto de vista del tratamiento y el pronóstico es diferenciar dos

grupos de fracturas según sean intracapsulares o extracapsulares (tabla 2). Las fracturas

inestables son con mayor frecuencia las intracapsulares y que el grado de estabilidad va a

depender de cuan fracturado este, se menciona esto porque la estabilidad de la fractura es un

factor pronóstico de la funcionalidad de la articulación.

En lo antes escrito nos indican diferentes clasificaciones En general, se definen dos grandes

grupos de fracturas de cadera, las fracturas intracapsulares y las extracapsulares. En las

primeras, la fractura se sitúa en el cuello del fémur y puede quedar interrumpida la

vascularización de la cabeza femoral, por lo que conllevan un riesgo de necrosis y de

pseudoartrosis, que deben ser considerados a la hora de seleccionar el tratamiento.

Las fracturas extracapsulares se subdividen, según su localización anatómica, en

Basicervicales, intertrocantérea y subtrocantéreas. Sin embargo, el factor pronóstico clave

para conocer la capacidad de recuperación funcional precoz de estos pacientes es la

estabilidad de la fractura, por lo que es más práctico clasificarlas en fracturas estables e

inestables.

La de Garden es muy importante ya que los distintos niveles de cada uno de estos tres tipos

de fractura nos predispone a tener conocimiento sobre el compromiso vascular que tiene cada

parte del hueso, la fractura va determinando un progresivo daño en la vascularización ya sea

de localización a nivel del cuello y la cabeza femoral. A medida que la fractura va siendo más

cerca de la cabeza, mayor es el número de arteriolas lesionadas que actúan en la nutrición del

hueso. Además la clasificación de Pauwels nos indica que una fractura por abducción es

27

estable, Por el contrario, en la fractura por aducción determina que la fractura sea de difícil

reducción e inestable; por lo que el tratamiento será quirúrgico.

Capítulo 3

3.1. Cinemática del trauma

3.1.1. Caídas

Según S. García et al:

En primer lugar, hemos de realizar una correcta anamnesis, preguntando sobre el antecedente

del traumatismo, profundizando tanto en la causa de la caída como en el mecanismo de la

lesión. La mayoría de las lesiones, como ya hemos comentado, se habrá producido por un

traumatismo de baja energía, pero de no ser así se debe interrogar de cómo fue el mecanismo

en un accidente de tránsito, o una caída a gran altura.

En este mecanismo de aceleración y desaceleración se debe valorar la altura, cuanto mayor

sea la distancia mayor la complejidad de las lesiones, la superficie contra la que se golpea y

determinar cuál es la parte del cuerpo que primero colisiona, la forma en que cae el lesionado,

si es parado o cae sentado La mayoría de las fracturas de cadera son el resultado funesto de

una caída o de un mal paso, mientras que tan sólo en el 5% de los casos de fracturas de la

cadera no se encuentran datos de una acción traumática.

Con lo anterior escrito se concluye que el mecanismo de la lesión tiene mucho que ver con la

altura, generalmente en el adulto mayor el mecanismo es por un tropezón de su propia altura o

al bajar las escaleras; caen por su propio peso del cuerpo y se traumatizan directamente en las

zonas más prominentes ya que tienen alterado el colocar las manos como mecanismo de

defensas, con impacto directo generalmente en la cadera, lesionándose y produciéndose la

fractura por un simple traumatismo.

28

3.1.2. Accidente de tránsito por carros

Según Vanesa Álvarez Arenas:

El impacto lateral puede producir una fractura de tercio proximal de fémur. Ocurre cuando el

vehículo es golpeado por uno de sus costados. El desplazamiento lateral dependerá de la

velocidad del vehículo impactante con relación al impactado. En este tipo de impacto el

primer componente es la intromisión del impactante en el compartimiento de pasajeros, el

ocupante de este recibe el trauma en el mismo costado por la aceleración y golpe directo.

Un segundo componente es el desplazamiento lateral del colisionado y el uso o no del

cinturón de seguridad del conductor y ocupantes del auto impactado. Si está sujeto tendrá un

desplazamiento lateral junto con el vehículo, de lo contrario se moverá hasta chocar con el

costado de su propio vehículo.

El ocupante en el lado del impacto es quien recibe la mayor fuerza y una alta probabilidad de

tener lesiones graves en cuello, fractura de carillas articulares rotura de ligamentos y fracturas

de compresión lateral, cabeza, tórax, se pueden fracturar las costillas y lesionar el bazo, el

hígado y los riñones, abdomen y pelvis. La compresión del hombro contra la clavícula puede

generar fracturas de la parte media de su diáfisis. Un impacto lateral sobre el fémur empuja la

cabeza de este contra el acetábulo pudiendo generar una fractura de cadera.

De lo antes escrito el impacto lateral ocasiona una lesión directa en tercio proximal de fémur.

En este caso sería una lesión de alta energía que generalmente en el adulto mayor ocasionaría

gran daño del esqueleto y compromiso hemodinámico por lesión de órganos. El cual requiere

de estabilidad hemodinámica urgente para luego dar tratamiento a la fractura.

29

3.1.3. Postura

Según Vellas quien realizó:

Un estudio longitudinal durante cinco años a 500 personas ancianas, en buenas condiciones

generales, investigando la frecuencia de las caídas y sus circunstancias fue realizado por

Vellas en Nuevo Méjico (Estados Unidos) y Toulouse (Francia). En este trabajo se encontró

que en general las caídas se favorecen por un problema de postura asociado al envejecimiento,

originando un desequilibrio. El riesgo mayor del desequilibrio es la estación unipodal. Los

ancianos que permanecen más de cinco segundos parados en una sola extremidad tienen un

gran riesgo de caerse y fracturarse la cadera.

El desequilibrio es una sensación de pérdida de balance corporal. Obedece a la alteración de

cualquiera de las estructuras que componen el aparato de equilibrio, que comprenden las vías

vestíbulo-espinales y propioceptivas, el aparato vesicular, el cerebro, el ojo, la corteza

cerebral y el sistema neuromuscular del tronco y de las extremidades. El desequilibrio en el

adulto mayor obedece a defectos neurosensoriales, por ejemplo: mala visión, debilidad de la

cadera por una artrosis.

En conclusión la perdida de balance corporal es producida por los déficits neurosensoriales

provocando mareos porque superan la capacidad de compensación cerebral. Este mecanismo

probablemente es responsable de muchos de los síntomas de mareo en los adultos mayores

debilitados lo que produce el desequilibrio y mayormente si se encuentra de pie en una sola

extremidad como lo es al bajar o subir las escaleras con la consecuente caída traumatizándose

directamente en la cadera.

30

3.1.4. Condiciones del paciente.

Según Alfredo Martínez Rondanelli:

El paciente adulto mayor con fractura de cadera puede presentar al momento del evento

traumático un estado de salud en tres categorías diferentes:

3.1.4.1.Personas en buen estado de salud. En este grupo se encuentra el 65% de la población

mayor de 60 años. Son personas sin mayores problemas patológicos, con una gran

actividad que les permite continuar realizando sus labores habituales con total

independencia.

3.1.4.2.Personas frágiles. Representan el 20% de la población mayor de 60 años, se

consideran todas las personas mayores de 85 años; y las personas más jóvenes con

estados patológicos con un acelerado envejecimiento, por problemas para la marcha, la

audición y la visión. Son personas con alto riesgo de perder su autonomía o

independencia, con problemas nutricionales, cognoscitivos, e incapaces de realizar los

actos de la vida cotidiana.

3.1.4.3.Personas dependientes. Constituyen el 15% de las personas de edad. Son todas

aquellas que presentan la enfermedad de Alzheimer severa, que viven en casa de

ancianos u hospitales de larga estancia. En este grupo de pacientes es muy frecuente

encontrar problemas nutricionales, anemia y problemas serios de locomoción

De lo antes redactado, la causa de fractura de cadera en el adulto mayor son las caídas de su

propia altura a la cual está dada según sea la condición del paciente por el riesgo que tiene de

complicaciones y muerte. De ahí la importancia de conocer el mecanismo de la caída para su

respectiva clasificación.

31

Capítulo 4

4.1. Clínica

Según la Primera sección de Patología traumática:

Los hechos clínicos son patognomónicos: Paciente de edad avanzada: 50 años o más; con

mucho mayor frecuencia del sexo femenino; en general, traumatismo de escasa magnitud, en

franca desproporción con la gravedad del daño óseo; es frecuente que no se compruebe un

traumatismo directo sobre la cadera (caída); corresponde a casos en que el paciente se

desploma porque se fracturó mientras caminaba o cuando sostenía todo el peso del cuerpo en

un solo pie. En estos casos debe seguir la sospecha de una fractura en hueso patológico.

La sintomatología casi siempre es el severo dolor que refiere y la impotencia o limitación

funcional para caminar, en ocasiones el dolor suele ser de intensidad variable, dependiendo

del grado de la lesión ósea, magnitud del desplazamiento, etc. Se manifiesta en la zona del

pliegue inguinocrural, irradiado a la cara interna del muslo y aún hasta la rodilla. La poca

intensidad del dolor, su irradiación al muslo, unido a la escasa magnitud del traumatismo, son

causas frecuentes de error diagnóstico, quedando la fractura inadvertida.

De lo escrito anteriormente los síntomas que primero aqueja un adulto mayor es el dolor que

es variable dependiendo del tipo de fractura más la imposibilidad para caminar. En el caso de

una fractura patológica se produce primero la fractura y por limitación para caminar se

produce una caída, la cual muchas de las veces nos hace pensar que la caída que presento da a

lugar una fractura, lo que en realidad no sucedió así, es por eso que ante la evidencia de dolor

32

localizado a este nivel ya es indicativo de que algo anda mal y que merece realizar un buen

examen físico.

Impotencia funcional, en la mayoría de los casos es absoluta; pero en fracturas sub-capitales,

no desplazadas y encajadas, es posible la estadía de pie y aun la deambulación, aunque con

ayuda de terceras personas o de bastón. Miembro inferior más corto, por el ascenso del

segmento femoral, determinado por la contractura muscular de los pelvi troncantéreos;

rotación externa, por acción del músculo psoas-ilíaco.

Las dos deformaciones señaladas pueden ser de mínima cuantía, difíciles de detectar en

fracturas sub-capitales o medio-cervicales, reducidas y encajadas; también ello se suele

constituir en causal de errores de diagnóstico. Ligera abducción del muslo. La imposibilidad

para elevar el talón de la cama. Es un signo siempre presente, y de gran valor diagnóstico

frente a un cuadro clínico en que los otros signos sean poco relevantes.

A pesar de ser ésta una fractura en un segmento óseo importante, no hay: Aumento de

volumen del muslo, ni equimosis en las partes blandas vecinas. Ello se explica porque la

fractura del cuello del fémur casi en todos los casos es intra-articular, generando una

hemorragia en la cavidad articular que aísla el hematoma del medio circundante. Ello permite

diferenciarla de inmediato de la fractura pertrocantéreas, extra-articular, que presenta gran

equimosis en las partes declives de la raíz del muslo, y aumento de volumen por la acción

inflamatoria de la hemoglobina libre en las partes blandas.

De lo escrito el principal signo es el acortamiento y rotación externa de la extremidad, es decir

al unir los dos miembros inferiores va a ver una asimetría, uno más largo (que es el afecto)

que en relación al otro. Ante la evidencia clínica de una fractura de fémur, se debe de

proceder de inmediato a realizar un examen neurovascular exhaustivo y a inmovilizar al

33

paciente mientras se instauran todas las medidas de atención de emergencia y se descartan

otros traumas asociados.

4.2. Diagnóstico

Según Sebastián Muñoz G et al:

El diagnóstico de fractura de cadera puede ser, en la mayoría de los casos, fácilmente

establecido a través de una historia clínica detallada, un minucioso examen físico y un estudio

radiográfico de la cadera afectada que en general confirma el diagnóstico. Se necesitan al

menos dos proyecciones: anteroposterior de pelvis incluyendo ambas caderas y, si el dolor lo

permite una placa lateral de la cadera. Cualquier alteración en la cortical o en la continuidad

del trabeculado medular es sospechosa de una fractura.

En ocasiones, con sospecha clínica de posible fractura y con una radiografía aparentemente

normal. Es necesario ampliar el estudio con una tomografía y ocasionalmente con una

resonancia magnética para detectar una fractura oculta.

En general, el diagnóstico de la fractura, no es de mayor dificultad, pues la persona no puede

caminar, presenta intenso dolor al mover el miembro inferior afectado y éste toma una

posición de acortamiento y rotación hacia afuera. En cualquier caso, y como de todos modos

ante una caída es siempre verificar con una radiografía para confirmar el diagnóstico.

De lo anteriormente anotado, el diagnostico básicamente es con el antecedente de caída en un

adulto mayor, más dolor a nivel de cadera ya sea derecha e izquierda, limitación para

caminar. La cual con el estudio radiográfico ya sea unas placas de rayos x simple,

tomografía, resonancia magnética se confirme el diagnóstico para dar un tratamiento

específico dependiendo del tipo de fractura.

34

Capítulo 5

5.1.Tratamiento

Según Giorjanela López et al refieren:

La mayoría de los pacientes precisa una intervención quirúrgica para la reducción de la

fractura; las desplazadas por razones obvias y las no desplazadas para evitar que se desplacen

y conviertan un procedimiento sencillo y con buen pronóstico, en uno difícil y con pronóstico

reservado, como es el de reducción y osteosíntesis de una fractura intracapsular desplazada. El

objetivo es movilizar lo más rápidamente al enfermo, un retraso de la intervención quirúrgica

más allá de las 36-48 horas posteriores al ingreso se ha relacionado con un aumento tanto de

la morbilidad como de la mortalidad hospitalaria.

Se deben explicar al paciente y a la familia los riesgos que se asumen, así como las ventajas.

La cirugía es la indicación básica del tratamiento de estas lesiones, ya que sólo con ella es

posible que el paciente pueda volver cuanto antes a caminar e integrarse a sus actividades

anteriores. Cuando se trata de una fractura del cuello del fémur, la extirpación de la cabeza

femoral, seguido de la colocación de una endoprótesis, es la técnica más común, y es tanto

más utilizada cuanto mayor edad tenga el paciente ya que de no ser así aparece una

complicación como es la necrosis isquémica.

De lo antes redactado, la cirugía es el método de tratamiento más utilizada para pacientes que

presentan fractura de tercio proximal de fémur ya sea para una movilidad normal a futuro

como para evitar complicaciones que dejen secuelas con mala calidad de vida. Es necesario en

35

la mayoría de los casos salvo que el paciente tenga una morbilidad que amenaza la vida del

paciente a corto plazo.

En los pacientes mayores de 65 a 70 años, debilitados, con enfermedades crónicas

concomitantes, se prefieren en su orden, una prótesis parcial, una bipolar o una total. Se

recomiendan las prótesis totales en algunos grupos de pacientes, por ejemplo, en enfermos

con falla renal, por lo avanzado de la desmineralización ósea. En los pacientes con

enfermedad de Parkinson, por la presencia de contracturas; además en los pacientes con

artritis reumatoide y en los casos de osteoartritis avanzada (17).

Todo paciente con fractura de cadera requiere una evaluación médica meticulosa para poder

identificar cualquier condición de morbilidad que pueda afectar el plan de tratamiento. Los

desequilibrios hidroelectrolíticos y los problemas cardiopulmonares (sobre todo la falla

cardíaca congestiva) deben corregirse antes de que se realice la cirugía

De lo escrito anteriormente, los pacientes que serán sometidos a procedimiento quirúrgico

deben ser controlados ya que por lo general presentan múltiples comorbilidades que pueden

complicar una cirugía incluyendo el riesgo de muerte en el transquirurgico. En general, la

cirugía debe realizarse tan pronto como sea posible.

Los intervalos de tiempo prolongados entre el ingreso y la realización de la cirugía

incrementan el riesgo de complicaciones y de mortalidad postoperatoria a no ser que el retraso

de la cirugía sea con el motivo de estabilizar una condición médica aguda, lo que mejoraría

sus resultados. Cualquier retraso en la realización de la cirugía debe ser cuidadosamente

considerado, pues el reposo prolongado en cama previo a la cirugía produce incremento de las

probabilidades de complicaciones, incluyendo trombosis venosa profunda, complicaciones

36

pulmonares, infecciones urinarias y alteraciones en piel y faneras; por lo que se hace necesaria

que la intervención sea emergente.

El tratamiento conservador queda exclusivamente para unos pocos pacientes que presentan

contraindicaciones absolutas para la cirugía, también en estadios terminales de enfermedades

incurables y en aquellos con importante deterioro psíquico (pacientes que están inmovilizados

previamente, y que no aquejan dolor al movilizarlos). Requiere meses de reposo en cama y,

en algunas ocasiones, tracción; se requieren excelentes cuidados de enfermería para evitar

úlceras por decúbito y disfunción respiratoria (17).

Con esta modalidad, es común la consolidación inadecuada de la fractura, desigualdad en la

longitud de las extremidades, dolor y mayor mortalidad. Las posibilidades de que los

pacientes vuelvan a caminar son de tan solo 55%, a diferencia de 76% para quienes se operan.

La profilaxis antibiótica no solo disminuye la incidencia de infección de la herida quirúrgica

sino también el riesgo de infecciones urinarias y respiratorias y debe utilizarse en todos los

casos quirúrgicos.

No se ha demostrado que prolongar su uso posterior a la cirugía mejore los resultados. Todos

los pacientes deben recibir heparina de bajo peso molecular subcutánea, en una dosis ajustada

a su peso y a su riesgo de sufrir un evento tromboembólico venoso. No se administrará

ninguna dosis en las 12 horas previas a la cirugía. La analgesia postoperatoria adecuada

permite una movilización precoz después de la cirugía y se asocia a un descenso de la

morbilidad cardiorrespiratoria y gastrointestinal, debe evitarse la sedación excesiva del

anciano.

37

De lo anotado anteriormente, el tipo de cirugía a realizar dependerá de las características de la

fractura (localización, calidad del hueso, desplazamiento y conminución), de una cuidadosa

valoración del paciente (edad, nivel de funcionalidad previo a la fractura) y de la experticia

del cirujano.

6.1.Movilización y rehabilitación

Según Giorjanela López et al refieren:

Debe promoverse la deambulación precoz, ya sea en andador o bastones y vigilada por

personal calificado; se inicia por lo general en las primeras 48 a 72 horas en los mejores

casos. Es importante animar al paciente y a sus allegados a participar activamente en el

programa de rehabilitación.

Aunque se puede conseguir una mejoría en cuanto al dolor con poco esfuerzo, un programa

de rehabilitación bien diseñando acelerara la recuperación del movimiento y la función,

disminuirá la claudicación y facilitara la vuelta a una vida independiente. Por esta razón se

propone un protocolo de rehabilitación integral en el que el paciente juega un rol fundamental

para lograr su pronta recuperación. Se deben considerar elementos en el preoperatorio,

durante la operación y en el postoperatorio para lograr el éxito deseado, obteniendo una rápida

recuperación del paciente.

De lo antes apuntado, la rehabilitación y el seguimiento continuado de este tipo de enfermos

es clave en su pronóstico funcional, y por eso cobra importancia la coordinación que existe

entre los traumatólogos, los geriatras y los médicos de atención primaria. Los pacientes

ancianos con una elevada comorbilidad asociada, déficit funcional y mental significativo

previo a la cirugía o que hayan presentado complicaciones graves durante su ingreso, pueden

beneficiarse de un programa intensivo de rehabilitación en una unidad geriátrica

38

multidisciplinaria. Ya que una vez resuelta la fractura siempre es necesaria la rehabilitación

para la funcionalidad del miembro inferior.

6.2.Pronóstico

Según Giorjanela López et al comentan:

Debe enfocarse desde dos perspectivas, en primer lugar, desde el punto de vista de la

mortalidad. La fractura de cadera habitualmente no es la causa inmediata de la muerte sino

sus complicaciones (Tabla No. 3). La mayoría de los estudios parecen coincidir en que las

fracturas de cadera ocasionan un incremento en la mortalidad sobre todo en los primeros 6

meses después de producida ésta. Las complicaciones asociadas con la fractura son la necrosis

avascular, la no unión y la falla en la fijación del material de osteosíntesis.

La frecuencia de la necrosis avascular de la cabeza femoral es del 30%, por esto la reducción

anatómica y la fijación estable son factores muy importantes para tratar de evitarla. La no

unión se define como la falta de consolidación de la fractura en el primer año. Las principales

causas de mortalidad intrahospitalaria son las infecciones, la descompensación cardiovascular

los accidentes cerebrovasculares y el tromboembolismo pulmonar. El segundo punto

importante, es la funcionalidad, ya que existe una relación directa entre peor estado funcional

y mayor morbimortalidad, así como una peor calidad de vida.

De lo antes anotado el pronóstico esta dado fundamentalmente por grado de estabilidad de la

fractura, ya que inmediatamente una fractura no produce la muerte pero si las múltiples

complicaciones que tiene en el transquirurgico y postquirúrgico, además a largo plazo puede

producirse una a funcionalidad del miembro inferior lo que determina el encamamiento, una

mala calidad de vida si no tuvo el tratamiento adecuado. La evolución depende de numerosos

39

factores, de manera que no es posible realizar un pronóstico general del funcionamiento de la

articulación de la cadera. Es importante para la recuperación que el cuello de la cadera y la

cabeza del fémur cuenten con un riego sanguíneo suficiente.

Capítulo 6

6.1.Prevención

Según S. Muñoz et al:

La identificación y tratamiento de los factores de riesgo modificables, incluyendo la

osteoporosis, son vitales para poder prevenir las fracturas de cadera. La osteoporosis es

probablemente la enfermedad más importante asociada con las fracturas de cadera. Por tanto

su prevención resulta crucial para reducir el riesgo de padecerla, especialmente en mujeres

postmenopáusicas. El médico general debe mantener un elevado índice de sospecha para

detectar la osteoporosis en mujeres postmenopáusicas con factores de riesgo y tratar la

enfermedad cuando corresponda. Una evaluación multidisciplinaria de la causa de la caída

podría reducir el riesgo de fracturas posteriores.

Debe buscarse una causa médica que explique la caída, cuando ésta sea el motivo de la

fractura (hipotensión ortostática, arritmias, síncope vasovagal, etc.). Lo mejor sería que no

ocurra la fractura en un paciente adulto mayor mediante la prevención, pero las cosas no

suceden así, debe existir en lo posible el tratamiento de los factores intrínsecos e extrínsecos.

Por ejemplo el diagnóstico y tratamiento temprano disminuye el riesgo a fracturarse.

De lo antes anotado la prevención se debe establecer mediante el reconocimiento de factores

de riesgo los cuales se debe dar tratamiento y control periódico. Las caídas pueden ser

evitadas por ejemplo se podría establecer medidas de seguridad en el hogar, como la

40

instalación de barras de seguridad en la regadera, evitar los pisos muy encerados y alfombras

resbalosas, una instalación de iluminación especial en dormitorios.

6.2.Plan de prevención

La propuesta de prevención más eficaz es el uso de calzado ortopédico que proporciona

mayor estabilidad al movilizarse el adulto mayor, lo cual representa un bajo costo como

prevención que al fracturarse y sea significativamente alto el impacto económico.

6.2.1. Objetivos

Prevenir las fracturas del adulto mayor, mediante la utilización de zapatos ortopédicos para

evitar encamamiento y mala calidad de vida.

6.2.2. Viabilidad

Se analiza la viabilidad de las diferentes opciones propuestas en casos seleccionados de

acuerdo con estudios previos de mercado y las necesidades de un mejor calce en pacientes

adultos mayores así como el calce para adultos con diabetes mellitus ya que es una población

que va en constante aumento y con la necesidad de erradicar esta problemática de salud

pública.

6.2.3. Tecnología

Mediante la presentación de catálogos virtuales para, más tarde, incorporar parámetros a cada

individuo y poder realizar la personalización del calzado. La caracterización de un producto

“on line” es un proceso muy complejo, sobre todo si se tiene en cuenta que muchas de las

características del calzado que intervienen en el proceso de decisión del consumidor, son muy

41

difíciles de comunicar “virtualmente”; sobre todo, el calce. La selección de talla es un punto

negativo, aunque diferentes fabricantes emplean diferentes tablas de medidas y criterios de

escalado.

6.2.4. Presupuesto

6.2.4.1.Recursos humanos:

Aspirante: Carmen Elizabeth Rodríguez Pardo.

Calzado ortopédico personalizado para adulto mayor.

6.2.4.2.Recursos materiales.

Muebles

Computadoras

Impresoras multifunción

Aire acondicionado de ventana

Escritorios L

Mesa de reuniones

Sillas

Teléfonos

Línea de teléfono

Teléfono Fax

Máquinas de costura industriales

Mesas para cortar

Mesa para la recolección y

terminado del calzado

Mesas para los armadores de

calzado

Juegos de hormas

Máquina para cortar

Máquina para clavar

Máquina para sellar

6.2.4.3.Recursos financieros

42

El trabajo estará financiado en su totalidad por la aspirante: CARMEN ELIZABETH

RODRIGUEZ PARDO.

6.2.5. PRESUPUESTOS.

DESCRIPCIÓN CANTIDAD MONTO

Muebles 1 400

Computadoras 2 800

Impresoras multifunción 2 500

Aire acondicionado de ventana 2 100

Escritorios L 1 150

Mesa de reuniones 1 150

Sillas 5 150

Teléfonos 2 40

Línea de teléfono 2 130

Teléfono Fax 1 30

Máquinas de costura industriales 1 150

Mesas para cortar 2 150

Mesa para la recolección y terminado del calzado 1 150

Mesas para los armadores de calzado 1 150

43

Juegos de hormas 200 100

Máquina para cortar 1 400

Máquina para clavar 1 900

Máquina para sellar 1 900

TOTAL 5350

6.3.Conclusión final

La fractura de cadera en el adulto mayor se ha convertido en un problema social en aumento

con una morbimortalidad elevada y un elevado coste económico. Su etiología es diversa ya

que existen múltiples factores que pueden llevar a una fractura de cadera dentro de los cuales

los más importantes son las caídas y osteoporosis.

Se han descrito que para los próximos años habrá una alta incidencia de esta fractura en el

adulto mayor ya que la población ecuatoriana adulta está incrementándose pero hasta el

momento se ha demostrado que hay una baja incidencia en relación a otros países latinos

Según Orces, Carlos H. y que por los diversos factores que favorecen es muy frecuente en

mujeres.

Existen diversas clasificaciones de la fractura de tercio proximal de fémur las mismas que nos

ayudan a tener una idea del pronóstico funcional y más que nada para el correcto tratamiento.

Dentro del tratamiento el de elección y más utilizado es la cirugía dependiendo del tipo de

fractura se utilizaran diversas osteosíntesis ya sea con clavos endomedulares hasta prótesis

totales de cadera.

Es importante la prevención mediante el uso de pequeñas medidas que reducirán el coste

sanitario y la gran carga social que conlleva. Por este motivo es muy importante tanto la

44

prevención de las fracturas como un adecuado tratamiento que devuelva al paciente lo antes

posible a su estado previo, incentivar a pacientes psicológicamente inestables que por falta de

prevención sufren consecuencias como es el deterioro general del paciente.

6.4.Recomendaciones

Acude al menos una vez al año con un oftalmólogo y enséñate a ti y a tu familia todo

lo relativo a las cataratas y a otros problemas visuales.

Usa luces nocturnas y mantén accesibles otras luces. Utiliza una luz adecuada que no

te deslumbre.

Evita mirar directamente las luces brillantes, como por ejemplo, las de los autos al

atravesar la calzada, en donde una opción es usar lentes oscuros que reducen el brillo

deslumbrante. Vuelve la cabeza en sentido contrario a la fuente de luz cuando la

enciendas, para favorecer tu adaptación progresiva.

Utiliza colores que contrasten, o pinta de blanco o negro tu ambiente, para distinguir

mejor las puertas, escaleras, los interruptores de la luz.

Mantén tus lentes limpios y siempre a la mano cuando no los estés usando.

Relata al equipo de salud las caídas anteriores, los medicamentos que ingiera por

prescripción médica y automedicación. Infórmate a través del médico sobre los efectos

primarios y secundarios de los medicamentos que tomas, por ejemplo: los hipnóticos,

diuréticos, etc.

Levántate de la cama en 3 tiempos después de completar cualquier período de

descanso.

45

Es necesario que tu cuidador, o inclusive tú mismo, observes tu forma de andar, para

que en caso de presentarse cualquier alteración seas asesorado por el médico para

evaluar, estudiar y tratar este problema.

Evita la aglomeración de objetos en ambiente, para facilitar tu desplazamiento dentro

de la casa.

Usa zapatos, zapatillas y vestuario adecuados.

V. METODOLOGÍA.

Se llevara a cabo un estudio retrospectivo mediante búsqueda bibliográfica sobre estudios

relevantes sobre este tema. Para la localización de los documentos bibliográficos se utilizaron

varias fuentes documentales. Se realizó una búsqueda bibliográfica en LILACS, MEDLINE

utilizando los descriptores: escritura científica, revisión, revisiones, lectura crítica.

También se realizó una búsqueda en internet en el buscador “google académico” con los

mismos términos. Se seleccionaron aquellos documentos que informan sobre los aspectos que

debía presentar una fractura de cadera, mediante la búsqueda de citas directas e indirectas de

autores, la lectura crítica de documentos, la clasificación de las fracturas con sus diferentes

gráficos que ayudan a la comprensión del tema.

46

VI. RESULTADOS ESPERADOS

Es de vital importancia el aporte de la presente revisión para obtener una idea clara de que

esta patología aumentara al pasos de los años debido al aumento de la población adulta mayor

y que es muy frecuente en el sexo femenino por las comorbilidades que tiene; con el

consiguiente incremento de costos y la mala calidad de vida que pueden llegar a tener los

pacientes con este tipo de fracturas

Promover la prevención, promoción de la salud, y bienestar de todos los adultos mayores

mediante la utilización de un calzado ortopédico como medida preventiva mediante:

La creación de un protocolo de atención primaria para reducir factores de riesgo, aportará una

mejor evolución de los pacientes asistidos para luego referirlos hacia los Servicios pertinentes

de acuerdo a su enfermedad.

También reportará beneficios a los familiares de los pacientes con encamamiento

prolongados, al reducir la sobrecarga y el estrés de los cuidadores y familiares.

47

Se promoverá al desarrollo de un plan de prevención de riesgos ambientales y el abordaje no

farmacológico de los deterioros cognitivos graves asociados a la edad avanzada

Mediante la utilización de zapatos ortopédicos personalizados que se encuentren adaptados al

pie del paciente, nos ayudara a prevenir caídas.

48

IX. BIBLIOGRAFIA

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Disponible en: http://plan.senplades.gob.ec/adultos-mayores. Consultado: 11 de

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septiembre del 2013

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49

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septiembre 2005. Vol. Lxix nº 1.574. Disponible en:

http://www.jano.es/ficheros/sumarios/1/69/1574/23/1v69n1574a13078750pdf001.pdf

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17. Giorjanela López, Kennedy Chacón, Álvaro Rivera. Incidencia de fractura de cadera

en costa rica. Revista médica de Costa Rica y Centroamérica-ortopedia. Lxiv (580)

125-132; 2007

50

18. Linares, Msc. Deliana Fernández García. Caracterización clínico epidemiológica de

pacientes con fracturas de cadera /Clinical epidemiological characterization of patients

with hip fractures hospital Clinicoquirúrgico docente “Dr. Ambrosio Grillo

Portuondo”, Santiago de cuba. Medisan 2012; 16(2):182

51

I. ANEXOS

1. Tablas

Fracturas de fémur proximal (31 AO)

A꞊ REGION

TROCANTEREA

B꞊ FRACTURA DEL

CUELLO

C꞊FRACTURA DE ÑLA

CABEZA

A1: PERTROCANTEREA

SIMPLE

B1:SUBCAPITAL,

DESPLAZAMIENTO

LEVE

C1: FRACTURA DE LA

CABEZA CON

SEPARACION

1: siguiendo la línea

intertrocantérea

1: impactada en valgo ≥ a

15°

1: avulsión del ligamento

redondo

2: a través del trocánter

mayor

2: impactada en valgo <15° 2: con ruptura del

ligamento redondo

3: por debajo del trocánter

menor

3: no impactada 3: con fragmento grande

A2: PERTROCANTEREA

MULTIFRAGMENTARIA

B2: TRANSCERVICAL C2: FRACTURA DE LA

CABEZA, CON

DEPRESION

1: con un fragmento

intermedio

1: basicervical 1: posterior y superior

2: con varios fragmentos

intermedios

2: medio cervical en

aducción

2: anterior y superior

3: >1cm por debajo del

trocánter menor

3: medio cervical por

cizallamiento

3: depresión-separación

A3:

INTERTROCANTÉREA

B3:SUBCAPITAL, NO

IMPACTADA

C3: FRACTURA DE LA

CABEZA, CON

FRACTURA CERVICAL

1: simple, oblicua 1: desplazamiento en varo 1: separación y fractura

transcervicales

2: simple, transversa 2: desplazamiento vertical y

rotación externa

2: separación y fractura

subcapitales

3: multifragmentaria 3: desplazamiento rotable 3: depresión y fractura del

cuello

Tabla 1

Tabla 2

FRACTURAS DE LA EXTREMIDAD

INTRACAPSULARES EXTRACAPSULARES

Afectan al cuello femoral

anatómico

Afectan a macizos

troncantéreos.

Problema biológico:

interrupción de la

vascularización de la cabeza

Problema mecánico:

tendencia al desplazamiento

por acción muscular

Desplazadas o no desplazadas Estables o inestables

52

Tabla 3

2. Figuras

Fuente: Ramiro Padilla Gutiérrez

Figura 0

COMPLICACIONES

Descompensación Dolor

Trastornos hidroelectrolíticos Hemorragia digestiva

Trombosis venosa profunda Anemia

Tromboembolismo pulmonar Síndrome confusional agudo

Retención aguda de orina Infecciones

Incontinencia urinaria y /o

fecal

Inmovilidad

Pérdida de capacidad

funcional

Depresión

Estreñimiento y obstrucción

intestinal

Muerte

53

Figura 1

Figura 2

54

Figura 3

Figura 4

55

Figura 5

Figura 6

56

Figura 7

Figura 8

57

Figura 9

Figura 10

58

Figura 11

Figura 12

59

3. Gráficos

Gráfico: 1

0

100

200

300

400

500

600

700

50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 80+ EDAD

hombres

mujeres