In Memoriam Dr. Andoni Garritz - Alex Baeza · Jorge Ibáñez Cornejo (U. Iberomericana) Miguel...

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ISSN 1870 - 1809 Bol. Soc. Quím. Méx. 2015, México, D.F. www.bsqm.org.mx Volumen 9 Número 3 In Memoriam Dr. Andoni Garritz

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ISSN 1870 - 1809

Bol. Soc. Quím. Méx. 2015,México, D.F.

www.bsqm.org.mx

Volumen 9 Número 3

In Memoriam Dr. Andoni Garritz

Publicación cuatrimestral

Comité EditorialGuillermo Delgado Lamas (UNAM, México) Andoni Garritz Ruiz (UNAM, México)† Jesús Valdés Martínez (UNAM, México) Julia Verde Star (UNAM, México) Bernardo Frontana Uribe (UNAM, México) Carolina Godoy Alcántar (UAEMor, México) Jorge Ibáñez Cornejo (U. Iberomericana) Miguel Ángel Méndez Rojas (U. de las Américas) Olga Margarita Padilla Bernal (U.A. Zacatecas) Kira Padilla Martínez (UNAM)Aarón Pérez Benítez (BUAP, Puebla)Catalina María Pérez Berumen (Universidad Autónoma

de Coahuila)Leticia Lomas Romero (Universidad Autónoma

Metropolitana)Ignacio Rivero Espejel (Instituto Tecnológico de Tijuana)

Editor en jefe: Guillermo Delgado Lamas (Instituto de Química, UNAM)

Asistencia editorial: Adriana VázquezEditor técnico: Formas e Imágenes Diseño y formaciòn editorial: Marion Huerta,

Lizbeth MéndezCorrección de estilo: Adriana CatañoCertificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor: en trámite.

Certificado de Licitud de Contenido: en trámite.

Registro postal de impresos depositados por sus editores o agentes otorgado por SEPOMEX: IM09-0312

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Las ideas y opiniones contenidas en esta publicación son total responsabilidad de los autores.

Editada y distribuida por: Sociedad Química de México, A.C. Barranca del Muerto 26, Col. Crédito Constructor, Del. Benito Juárez, C.P. 03940, Ciudad de México Tel. +5255 56626837; +5255 56626823 [email protected] http: www.sqm.org.mx

Impreso en Formas e Imágenes

Tiraje: 600 ejemplares

Boletín de la Sociedad Química de México (Bol. Soc. Quim. Mex.)

EDITORIAL¿Recuerdas cómo aprendiste? ¿Qué tuviste que hacer para memorizar o deducir información que no sabías si te sería útil? Éstas son preguntas significativas. Para muchos, la respuesta es quizá un mal recuerdo o mu-chas horas sin dormir; para otros quizá fue divertido, ayudó a construir relaciones y definir caminos en la vida.

Sin embargo, como muchos de nuestros lectores recordarán, los docen-tes aparecían como los únicos encargados de la transmisión de los co-nocimientos; ellos decidían sobre que métodos y estrategias tenían que enseñar; cómo priorizar un conocimiento o tópico sobre otro. Aparen-temente siempre había un solo camino para aprender, y normalmente era uno de ida sin regreso. “El método tradicional” por llamarlo de alguna forma, hacía del estudiante un agente pasivo que se sentaba a escuchar y memorizar todo lo que le decía su profesor, sin alcanzar aprendizajes sig-nificativos. Como diría Paulo Freire, en 1969: “Los educandos son así una especie de ‘recipientes’ en los que se ‘deposita’ el saber. El único margen de acción posible para los estudiantes es el de archivar los conocimientos, convertidos en objetos del proceso, padeciendo pasivamente la acción del educado”.

Al parecer las cosas han cambiado y el salón de clases no es más un recinto gobernado por un solo actor. Cada vez se dificulta mantener interesados y motivados a los estudiantes, pues el saber ya no es propiedad de una sola per-sona y los medios al alcance de los estudiantes hacen cuestionar cada uno de los argumentos que se presentan en el salón de clases. Esto ha llevado a los docentes a crear y utilizar en su proceso de enseñanza-aprendizaje nuevas herramientas y estrategias heurísticas que permitan adaptarse a los entornos cambiantes y tratar de seguir a la par los requerimientos, necesi-dades, gustos e intereses de los alumnos. Además, es indispensable una ca-pacitación constante no exclusiva de la materia de su interés, sino en tópi-cos que incrementen sus habilidades en didáctica y manejo de contenidos.

La enseñanza química siempre ha sido un reto que se acompaña de la inte-rrelación de la triada docente-dicente-conocimiento y de la ayuda de las he-rramientas planteadas didácticamente que nos permiten construir y vincu-lar un pensamiento teórico-práctico en torno a los fenómenos químicos. Es decir, las fórmulas y ecuaciones se conectan más fácil y compresiblemente para el aprendizaje de los alumnos, si se emplean estrategias didácticas diri-gidas a promover una mejor apropiación de los saberes (teorías, conceptos, formulas), con el fin de generar competencias (conocimientos, habilidades, aptitudes, capacidades y destrezas) indispensables para la competitividad con una proyección al quehacer del futuro profesional.

La didáctica desempeña un cambio sustancial en la manera en que el estu-diante construye el saber con un pensamiento más crítico, proactivo, con conciencia sobre el aprendizahe, y los docentes somos partícipes de esa construcción y transformación.

Los docentes tenemos esas herramientas conceptuales y la didáctica aporta las habilidades instrumentales necesarias para que se comprendan los procesos de abstracción de conocimientos y que los alumnos creen aprendizajes significativos.

En la Sociedad Química de México lamentamos el fallecimiento del doctor Andoni Garritz, pionero en química teórica en el país. Hombre de espíritu revolucionario con una impresionante trayectoria en el fortalecimiento en la enseñanza de la química. Hacemos votos para que su ejemplo siga siendo una semilla que nos impulse a mejorar como profesionales en cual-quier ámbito en que decidamos desempeñarnos.

Lizbeth Méndez M. SQM

En recuerdo de Andoni GarritzDr. Alberto VelA AmieVA

Premio Nacional de Química “Andrés Manuel del Río”, en la categoría de Docencia, Edición 2015Dr. AlejAnDro bAezA

Premio Nacional de Química “Andrés Manuel del Río”, en la categoría de Investigación, Edición 2015DrA. SofíA GuillerminA burillo AmezcuA

Premio a las Mejores Tesis de Licenciatura Maestría y Doctorado en Ciencias Químicas “Rafael Illescas Frisbie”en la categoría de Licenciatura, Edición 2015Q. iVAn jonAthAn bAzAny roDriGuez

Premio a las Mejores Tesis de Licenciatura Maestría y Doctorado en Ciencias Químicas “Rafael Illescas Frisbie”en la categoría de Maestría, Edición 2015m. en eQ. e. mArtínez González*, c. frontAnA

Premio a las Mejores Tesis de Licenciatura Maestría y Doctorado en Ciencias Químicas “Rafael Illescas Frisbie”en la categoría de Doctorado, Edición 2015Dr. clAuDe St. thomAS*, Dr. rAmiro Guerrero-SAntoS

El Laboratorio Químico Farmacéutico de T. Bezanilla e Hijos, 1905-1919AlbA DoloreS morAleS coSme*, cArloS VieScA treViño

Génesis e importancia de la Tabla Periódica Monumental (TPM). Proyecto original de la Sociedad Química de MéxicoVerónicA GArcíA montAlVo, joAQuín PAlAcioS AlQuiSirA, lenA ruiz AzuArA y oliViA SPArzA GuADArrAmA

Resultado del proceso electoral, 2016-2017, Comité Ejecutivo Nacional y Sección Valle de México

Expoquímica 2015

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CONTENIDO

Boletín de la Sociedad Química de México

En recuerdo de Andoni Garritz

Dr. Alberto Vela Amieva*

Me parece que alguien dijo durante el homenaje a Andoni, en la Facultad de Química, que en la vida de cualquier ser humano uno se topa con dos o tres personas, no más, que te marcan, que te dejan una indeleble huella que recorda-rás hasta tu último suspiro. Coincido con el comentario y comparto que, también en mi caso, una de esas personas es Andoni Garritz Ruiz. En estas breves líneas quiero dejar tes-timonio de cómo lo conocí y qué aspectos de su arrolladora personalidad me dejaron una profunda e imborrable huella.

Escuché hablar por primera vez de Andoni Garritz en con-versaciones con algunos de los jóvenes profesores que tuve en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesiona-les-Cuautitlán (ENEP-C, hoy Facultad de Estudios Superio-res-Cuautitlán), donde empecé a cursar mis estudios en In-geniería Química. Entre los profesores a los que me refiero se encontraban Federico Martín Polo, Javier Bourges, Rafael Fernández y Jorge Martínez Peniche. En aquel entonces, es-toy hablando de 1975 a 1977, Federico, Javier y Jorge esta-ban terminando sus tesis de licenciatura con varios de los profesores que conformaban el Departamento de Química Teórica de la Facultad de Química.

Fue en estas conversaciones que escuché por primera vez el nombre de Andoni Garritz, el famoso profesor de la Facul-tad de Química con el que varios de ellos habían tomado al-gún curso. Con mis jóvenes profesores tenía largas pláticas sobre ciencia, política y, en no pocas ocasiones, de nuestros futuros profesionales. Entre el primero y segundo semestre que cursé en la ENEP-C tenía muy claro que mi vocación era la investigación con una gran inclinación hacía la física y las matemáticas. Tal era mi convicción que en el transcurso de mi segundo año en la ENEP-C tomé dos decisiones: pri-mero, que quería cursar la carrera de Física y, segundo, que para hacerlo tenía que pedir mi permuta a Ciudad Univer-sitaria, campus que fue la primera opción que elegí cuando ingresé a la UNAM.

Tras varias dificultades personales y administrativas, final-mente en el verano de 1977 me aceptaron en Ciencias y me dieron la permuta para continuar con mis estudios de Ingeniería Química en la Facultad de Química en C.U. No recuerdo con exactitud el día, pero era el mes de octubre de 1977 cuando, mientras caminaba por el vestíbulo del edifi-cio A de la Facultad, donde estaba iniciando mis trámites de

revalidación de estudios y de inscripción a la Facultad, me topé con Federico Martín Polo y me detuve a platicar un rato con él. Lo puse al día y le comenté que estaba seriamente considerando centrar mis esfuerzos en la carrera de Física. Valga aclarar que en ese momento iba a iniciar el séptimo semestre de la carrera de Ingeniería Química. Casi de inmediato, Federico me detuvo y me dijo que debería hacer un intento por terminar la carrera pero, sobre todo, empezar a explorar alguna actividad de investigación. Tras algunas frases más me convenció de ir a hablar con Alejan-dro Pisanty para conocer las posibilidades de hacer investigación en Química Teórica y realizar mi tesis de licenciatura.

Y así, por primera vez ingresé a la, para mí, emblemática y famosa División de Estudios de Posgrados de la Facultad de Química. Re-cuerdo con claridad mi asombro por la actividad que había en el pasillo curvo de la División. En aquel entonces, Química Teórica se encontraba en los laboratorios que están enfrente del salón de seminarios de la División, en el lugar mejor conocido entre nosotros como la “sala de baile”, pues en esas épocas no había salón de seminarios y lo único que ocupaba el espacio era un par de perforadores de tarjetas que utilizaban los profesores y estu-diantes de Química Teórica para justamente perforar tarjetas y hacer una que otra broma de bienvenida a los compañeros que entraban a Química Teórica.

En uno de los laboratorios estaba la oficina de Alejandro y con-versamos por un buen rato. Muy enfáticamente me recomendó lo mismo que Federico: no abandonar la carrera en la Facultad y empezar mi trabajo de tesis de licenciatura con alguno de los profesores de Química Teórica. Sin más preámbulo, me llevó a las oficinas de los docentes que en ese momento estaban en Mé-xico: Carmen Varea, José Luis Gázquez, Guillermo del Conde y, claro está, Andoni Garritz.

Andoni ya era secretario de la División y tenía mucho trabajo, así que tuve que hacer una cita para el día siguiente, a la cual llegué puntualmente. Ése fue mi primer encuentro con Andoni Garritz. Me topé con su enorme talla, su inconfundible barba, sus lentes, su penetrante mirada, su sonora y muy particular risa y su saco de cuadritos. La conversación fue larga, pero lo que más recuer-do es cómo me explicaba, en un pequeño pizarrón que había en el laboratorio, de lo que se trataba la teoría de dispersión múltiple, de la que jamás había oído hablar, y del tema que me proponía estudiar para realizar mi tesis de licenciatura.

En esta entrevista, Andoni me mostró uno de los aspectos que lo hacían un excelente profesor y un amenísimo platicador. Me refiero al entusiasmo y énfasis que ponía cuando enseñaba o pla-

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* CINVESTAV, Instituto Politécnico Nacional.

ticaba algo que le interesaba. No sé si era su personalidad de vasco, pero cuando aseveraba algo siempre era enfático, firme y seguro. Así, decidí hacer mi tesis con Andoni con el tema de la realización de cálculos de estructura electrónica de dímeros de rutenio utilizando el caballo de batalla de aquellos días en el departamento de Química Teórica, el programa Celular, y, de esta manera, el 7 de noviembre de 1977 inicié mi carrera como Químico Teórico en la Facultad de Química bajo la tutela del profesor Andoni Garritz.

Como lo señalé arriba, en ese momento Andoni era el se-cretario de la División de Estudios de Posgrado y a pesar de estar muy ocupado con los asuntos relacionados con su cargo era común que se diera una vuelta por el laboratorio para platicar y discutir con nosotros, sus alumnos y sus co-legas en Química Teórica.

En esas semanas estuve realizando un sinnúmero de visitas a la sección de servicios escolares de la Facultad para soli-citar la revalidación de las materias que había cursado en la ENEP-C. Para mi desánimo, me informaron que no me iban a revalidar todo con el argumento de que los temarios de varias asignaturas no eran iguales. No quería comentarlo con Andoni pues consideraba que yo tenía que resolver el problema, pero como el panorama era bastante pesimista, mi capacidad de concentración se vio afectada. Andoni se percató y sin muchos rodeos, me preguntó qué me pasaba. Y le comenté mis avatares.

Estábamos en su oficina de la Secretaría, que se localizaba en la entrada del pasillo curvo de la División y recuerdo con claridad cómo empezó a montar en cólera conforme avan-zaba en mi explicación. Se levantó, yo creo que hablando en vasco pues no le entendía muy bien, se volteó a verme y me dijo: “¡Ven, vamos a Servicios Escolares!”. Y fuimos, después de que la siempre atenta y eficiente Rosita, su secretaria, hu-biera llamado a alguien en Servicios Escolares. Y el problema se resolvió. Andoni es central en mi vida académica; es él quien me inició en la investigación en Química Teórica y es gracias a su apoyo que logré terminar la carrera de Ingenie-ría Química en la Facultad.

Con los problemas administrativos resueltos recuperé la con-centración y el entusiasmo por mi trabajo de investigación, el cual se reforzaba cada tarde cuando Andoni trabajaba con nosotros. Las sesiones eran intensas, de mucho trabajo; de-mandaba resultados y era sumamente meticuloso en revisar cada detalle. Pero siempre había lugar para un chiste o para cambiar el tema y charlar sobre política, música y, por su-puesto, de uno de sus amores: la Universidad, su querida UNAM. Me son inolvidables estas largas tardes de trabajo y discusión donde descubrí al Andoni riguroso, metódico, exigente, pero siempre, siempre, mostrando su sensibilidad hacia los problemas del otro, cualquier otro, yo en este caso o cualquiera de sus alumnos, colegas o compañeros.

No tuve la oportunidad de tener a Andoni como profesor en la licenciatura, pero en 1978 me dijo que quería que en-trara a su clase de maestría de Simetría Teoría de Grupos

aplicada a la Química. Por supuesto, entré a la clase en la cual los alumnos o, mejor, las alumnas inscritas eran Silvia Castillo, María de Jesús Rosales y Marta Sosa, entre otros asistentes al curso. El curso fue, como diría Andoni usando una de sus palabras favori-tas, “¡sensacional!”.

En clase, su estatura llenaba el espacio físico del salón, pero mucho más importante era su capacidad para hilar ideas, tejer argumen-tos con rigurosidad, con un cuidadoso y perfectamente diseñado orden en el pizarrón sumado a una extraordinaria habilidad para detectar cuándo el interés en la clase se caía y era el momento de un chiste o de relajar la seriedad y hacer un comentario chusco. Esto llenaba la atmósfera del salón y contribuía a que sus clases de Simetría fueran, parafraseándolo, “¡sensacionales!”.

La pasión que ponía en la clase te contagiaba e invitaba a esforzar-te por seguir su implacable lógica. Esta imagen de Andoni como profesor es una de las más gratas que tengo en mi memoria. Su ejemplo de cómo dar una clase sigue siendo una de las pautas que uso como guía para dar mis clases. Su ejemplo es el de un MAES-TRO, sí, en mayúsculas, como uno de los mejores maestros que he tenido en mi vida. Simplemente ¡sensacional!

Tuve otra magnífica oportunidad de apreciar las enormes virtu-des de Andoni como profesor. Varios de los alumnos de Química Teórica decidimos que necesitábamos y queríamos profundizar nuestros conocimientos en Matemáticas y se lo comentamos a Andoni. Sin titubear y con el entusiasmo que siempre tuvo hacia cualquier actividad académica, nos dijo que por supuesto. Propu-so organizar seminarios entre nosotros del libro Mathematics for Physicists, de Philippe Dennery y André Krzywicki, al que debido a nuestro desconocimiento del polaco nos referíamos como el “Rice Krispies”, mote dado por Andoni, claro está. Muchas de las sesiones fueron memorables, especialmente aquéllas donde Andoni, ante una duda de quien exponía, se paraba y empezaba a tejer los argumentos para desenredar la madeja. Casi siempre lo lograba. Si no aclaraba la duda en su totalidad, las pautas que daba eran suficientes para terminar de entender. Nuevamente, quedaban patentes sus virtudes como MAESTRO.

El 30 de junio de 1980 me recibí de licenciatura con la tesis Dis-tribución de cargas atómicas en cálculos moleculares por dispersión múltiple, bajo la dirección de mi entrañable profesor el doctor Andoni Garritz Ruiz, quien en ese momento ya se había converti-do en mi “Apá”. Varios de los compañeros de Química Teórica se dirigían a Andoni así, pero independientemente de eso, para mí, la intensidad con la que trabajamos e interactuamos en esos tres años le habían dado ese título y ese lugar en mi memoria y en mi corazón. Además de ser mi asesor y maestro, Andoni se convir-tió en un confidente y consejero. Al recibirme de licenciatura se cerró un ciclo de mi relación con Andoni, una época inolvidable (Figura 1). Mi gusto por la Física me llevó a realizar la Maestría en Fisicoquímica en Mecánica Estadística y mi necesidad de tener un ingreso a buscar camino fuera de la Facultad. Ambas decisiones me alejaron temporalmente de Andoni.

Años más tarde, me reencontré con él en el departamento de Química de la UAM-Iztapalapa, donde Andoni decidió tomar un año sabático. No fue con la misma intensidad que cuando hice la

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Boletín de la Sociedad Química de México

licenciatura bajo su supervisión pero su presencia, nueva-mente, era evidente.

Vinieron años duros para Andoni. La muerte de Diana, sin duda, uno de los peores momentos, y su primer enfrenta-miento con la enfermedad. Pero también tuvo logros y ale-grías como iniciar la mejor revista del universo: Educación Química, ser director de su amada Facultad de Química y encontrarse con un ser maravilloso que lo acompañó hasta el final, nuestra querida Eli. Mis encuentros con Andoni se volvieron esporádicos pero cada vez que nos encontrábamos surgía, espontánea y naturalmente el “¡Hola, Apá!”, de mi parte, y “¡Mi Gordinflas!” de la suya. Podía haber distancia fí-sica entre nosotros, pero el lazo afectivo ahí estuvo, siempre.

Andoni nos dejó físicamente el 17 de julio de 2015. Todos quienes fuimos tocados por su carisma lo lamentamos, lo extrañamos y lo recordaremos por siempre. De su legado como universitario ya se ha dicho mucho y ahí está para la posteridad y el juicio de la historia. Para mí, se fue mi Maes-tro y mi querido Apá.

Figura 1. El doctor Andoni Garritz, al centro; el doctor Jaime Keller, a la derecha, y el autor, a la izquierda, en la firma del acta del examen

profesional del autor, 30 de junio de 1980.

Reseña curricular de Andoni GarritzSe graduó de la carrera de Ingeniería Química en 1971. Realizó su maestría en Fisicoquímica en 1974 y el doctorado en Ciencias Químicas en 1977. Fue pionero en el estudio de la Química Teó-rica en México, dedicado a la investigación en la Didáctica de las Ciencias desde 1984.

Impartió cátedra por más de 30 años en bachillerato, licenciatura y posgrado en diferentes universidades, entre las que podemos mencionar la Universidad Nacional Autónoma de México, la Uni-versidad Autónoma Metropolitana y la Universidad de Extrema-dura, en Badajoz, España.

En la UNAM alcanzó el grado académico “D”, Nivel PRIDE; fungió como jefe de la División de Posgrado de la Facultad de Química de 1983 a 1987 y como director de la misma de 1993 a 1997.

Fue investigador Nivel III en el Sistema Nacional de Investigado-res, CONACyT desde 1985, y Académico de Número en la Aca-démica de Ingeniería de México.

En el ámbito editorial contó con más de 1,200 citas. Publicó di-versos libros de divulgación y de texto. Fundó la Revista Educación Química y participó en el equipo editorial de muchas otras, inclu-yendo el Boletín de la Sociedad Química de México.

Algunos de sus logros y distinciones son:

• Mención honorífica en el examen profesional, en México, 1971.• Medalla Gabino Barreda de la UNAM, como estudiante de licenciatu-

ra y de doctorado, en México, 1972 y 1979.• Hylleraas’ Award de la Universidad de Uppsala, en Suecia, 1975.• Premio Nacional “Andrés Manuel del Río” de la Sociedad Química de

México, 1988.• Premio Nacional “Ingeniero Ernesto Ríos del Castillo” del CONIQQ

de México, 1995.• Premio “Universidad Nacional en Docencia en Ciencias Naturales”,

UNAM, 1996.• Académico de Número de la Academia de Ingeniería, México, 1996. • Reconocimiento de la Academia Mexicana de Profesores de Ciencias

Naturales, “por su incansable labor en pro de la educación científica en México e Iberoamérica”, noviembre de 2012.

Figura 2. Andoni Garritz recibe el Premio Andrés Manuel del Río 1988.

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El escalamiento en Química va más allá de la adaptación téc-nica de los contenedores de reacción y de las operaciones unitarias a gran escala (Ingeniería Química) o a escalas me-nores inclusó a nivel atómico (Nanoquímica). Lo anterior implica también la adecuación de los principios de la reac-tividad química a la nueva escala, es decir, el desarrollo de nuevas metodologías analíticas y sintéticas. La totalidad de los libros de texto publicados en Química a Microescala están dirigidos a la enseñanza de la Química General en los primeros años universitarios y a nivel preuniversitario. Los temas tratados de Química Analítica se limitan a las micro-titulaciones ácido-base semicuantitativas con indicación del punto final con indicadores coloridos.

En 2000 se inicia en nuestro laboratorio una nueva línea de investigación original con gran impacto en docencia e in-vestigación aplicada: Química Analítica a Microescala Total (Low Cost Instrumentation with Locally Produced Mate-rials). La originalidad y beneficios de esta nueva metodo-logía ha sido adoptada por muchos colegas a su actividad docente individual o institucional en México y en el extran-jero. En la mayoría de los casos anteriores ha permitido acceder por primera vez a la enseñanza experimental de la Química Analítica y como iniciación o apoyo a la inves-tigación en electroquímica analítica sin menoscabo de la calidad analítica a escala convencional.

La Química Analítica a Microescala Total está basada en la utilización de aparatos e instrumentos de medición dise-ñados y construidos con materiales de fácil adquisición local: plástico, acrílico, pegamento, frascos pequeños, je-ringas desechables, puntas de plástico desechables, minas de carbón, alambres cortos y delgados de cobre, acero inoxidable, plata, tungsteno para soldadura, algodón, re-sina epóxica, ventiladores de computadora, conexiones y circuitos usados en electricidad y electrónica, multímetros

de bajo costo para medir voltaje, corriente y resistencia eléctrica, tablets, smartphones.

Desde el punto de vista docente, la enseñanza de la Quí-mica Analítica a Microescala Total con equipo producido con materiales locales de bajo costo conlleva las siguientes ventajas formativas ya que fomenta:

Referencias bibliográficas1. Baeza, A. 2003. Revista Chilena de Educación Científica 1(2), 4-72. Vierna L., García-Mendoza A., Baeza A. J. 2012. Mod. Edu. Rev. 2,

243-251.3. De Santiago, A., García, A., Baeza, A. 2014. 65th Annual Meeting of

the International Society of Electrochemestry, ISE, Lausana Suiza.4. De Santiago, A., García, A., Baeza, A. 2015. 66th Annual Meeting of

ISE, Taipei, Taiwán.

Premio Nacional de Química “Andrés Manuel del Río”, en la categoría de Docencia, Edición 2015

Química Analítica a microescala totalDr. Alejandro Baeza*

* Facultad de Química, UNAM; [email protected]; microelectroche malexbaeza.com

Boletín de la Sociedad Química de México

Mi interés por la química surgió cuando cursaba la prepa-ratoria; mis materias preferidas eran química, física y ma-temáticas. Cuando me recibí de Química en la Facultad de Química de la UNAM pensé, con tristeza, que la Facultad y la UNAM habían terminado para mí. Ahora 46 años más tar-de, veo con profunda alegría que aún continúo en la UNAM. Cuando entré a la recién aprobada Maestría en Ciencias Nu-cleares, en esa institución, soñé con ser alguna vez como mis maestros, en especial como el doctor Manuel Navarrete. Durante mis estudios en la licenciatura, me esforcé literal-mente por ganar cada punto en mis calificaciones y lograr de ese modo una mención honorífica. Gracias al interés que mostró por mi desempeño el M. en C. Luis Gálvez Cruz, fundador de la Maestría en Ciencias Nucleares y del Labo-ratorio Nuclear, hoy Instituto de Ciencias Nucleares, entré a trabajar en el ahora ICN medio tiempo y como profesora de asignatura en la Facultad de Química. Lamentablemente falleció mi esposo Germán Velazquez, quien fue mi com-pañero de Facultad y padre de mis dos hijos, cuando ellos contaban con 3 y 6 años de edad. Aunque fue muy doloroso, fue la oportunidad que me dio la vida para hacer un docto-rado en la Universidad Pierre y Marie Curie en Francia, bajo la dirección del doctor Adolphe Chapiro, padre del injerto por radiación, en un laboratorio fundado ex profeso para él: Laboratoire de Macromolecules sous Rayonnement; su libro al respecto es como la biblia en este campo.

A mi regreso del doctorado, el cual obtuve con mención honorífica, fundé el Laboratorio de Química de Radiaciones en Macromoléculas en el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM. Actualmente goza de gran reconocimiento inter-nacional, de donde han salido numerosos premios obtenidos por nuestros estudiantes.

Desde entonces me he dedicado a la modificación de polí-meros mediante radiación ionizante, con tres enfoques prin-cipales:

1. Reticulación de polímeros. Algunos de estos artículos los es-cribí en colaboración con el doctor británico Arthur Char-

lesby, líder en la reticulación de polímeros y autor de un libro muy famoso al respecto; y en él se encuetran los valores más altos de rendimiento radioquímico de reticulación, los cua-les se explican en un Handbook de polímeros, editado por Wiley Interscience. 2. La síntesis y modificación de compuestos con mayor resistencia a la radiación y 3) el injerto por radiación e injerto binario por radiación. Muchos de estos sistemas fueron sintetizados con polímeros y/o monómeros, estímulos sensi-bles “inteligentes”, con dos enfoques principales: la retención de iones pesados y la retención y liberación controlada de fármacos. Éste es un tema fascinante, ya que mediante radia-ción podemos injertar lo que sea en lo que sea, en cualquier estado físico, cualquier temperatura y sin agregar aditivos. Amplié los estudios en estos sistemas y por primera vez en el mundo se injertaron redes interpenetradas e hidrogeles tipo peine en otros polímeros.

La importancia de esto radica en que diferentes arquitec-turas, con los mismos monómeros y polímeros, cambian drásticamente sus propiedades. Por ejemplo: la retención de iones un copolímero, un injerto binario o un injerto de redes interpenetradas e injertadas en otro polímero puede modifi-car la velocidad de respuesta a un proceso de inmovilización desde varias horas hasta algunos minutos, y su eficiencia y propiedades mecánicas también se ven modificadas en forma importante. En el contexto de esta área de investigación, se obtuvo un premio otorgado por la American Nuclear So-ciety, Sección Latinoamericana, como el artículo más inte-resante de 2010 y el registro de una patente sobre sistemas antifúngicos bioinspirados.

Debido a mi desempeño académico, recibí el premio de Ca-tedrático UNAM, el de Sor Juana Inés de la Cruz otorgado por la misma institución y fui nominada por la revista Who’s Who, como la mujer del año 2014, en Química de radiaciones.

Hasta la fecha he dirigido 80 tesis de licenciatura y la mayoría de mis estudiantes graduados de doctorado se encuentran trabajando como investigadores en diferentes instituciones y universidades de México.

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Premio Nacional de Química “Andrés Manuel del Río”, en la categoría de Investigación, Edición 2015

Conferencia Premio Nacional de QuímicaDra. Sofía Guillermina Burillo Amezcua*

* Instituto de Ciencias Nucleares, UNAM.

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RESUMEN

El desarrollo de quimiosensores fluorescentes para anio-nes es un área activa y de frontera en química supramole-cular analítica. Durante la última década se ha reportado un gran número de receptores biomiméticos para aniones de interés biológico, como halogenuros y nucleótidos que son funcionales en medios no acuosos [1], lo cual limita seriamente sus aplicaciones. El presente trabajo discute el diseño, la síntesis y estudios espectroscópicos de recono-cimiento de aniones de una serie de receptores catiónicos orgánicos basados en el grupo piridin,2-6,dicarboxamida como sitio de asociación y grupos quinolinio como unida-des luminiscentes. A partir de las estructura cristalinas de los receptores, estudios de sus propiedades ácido-base y experimentos de RMN, se observa que la cavidad formada por grupos amida convergentes está fuertemente acidifica-da y puede operar como sitio de asociación en agua para

reconocer nucleótidos y halogenuros por interacciones del tipo N-H»»»Anión. Constantes de Stern-Volmer calcula-das a partir de titulaciones fluorímetricas a pH= 6.5 mues-tran la siguiente selectividad para las especies aniónicas es-tudiadas: ATP > GTP > ADP > CTP > AMP > Cl- > PPi con el receptor 1-TfO, lo cual permite detectar nucleótidos en concentraciones micro-molares.

SÍNTESIS

El Esquema 1 representa de manera generalizada la ruta sintética de cada uno de los compuestos empleados en este estudio. A través de las sales de triflato se llevaron a cabo los estudios de reconocimiento molecular. La carac-terización de los compuestos fue realizada por Resonancia Magnética Nuclear de 1H y 13C, Espectrometría de Masas (FAB/EI), Espectroscopia de Infrarrojo (ATR) y Difracción de Rayos X de Monocristal.

Premio a las Mejores Tesis de LicenciaturaMaestría y Doctorado en Ciencias Químicas

“Rafael Illescas Frisbie”, en la categoría de Licenciatura, Edición 2015

Quimidetección de nucleótidos y aniones inorgánicos utilizando receptores artificiales basados en Piridin-2,6-

Dicarboxiamida. Síntesis y reconocimiento molecularQ. Iván Jonathan Bazany Rodríguez*

Director de tesis: Alejandro Dorazco Gonzales**

Figura 1. Ruta sintética de los receptores de piridin-2,6-dicarboxiamida (1-TfO, 2-TfO) y la respectiva N-quinolin benzamida de 1-TfO.

** Centro Conjunto de Investigación en Química Sustentable, UAEM-UNAM. Instituto de Química, UNAM. ** Facultad de Química, UNAM. [email protected]

Boletín de la Sociedad Química de México

DISCUSIÓN DE RESULTADOS

1. Estructuras cristalinas

Las estructuras cristalinas correspondientes a las sales de triflato (1-TfO y 2-TfO) muestran que el anión está posi-cionado en la cavidad del receptor, a través de enlaces de hidrógeno del tipo NH»»»X-»»»HC, similar a lo descrito en la literatura para algunos receptores con grupos amino o ureidopiridinio [2]. La estructura cristalina correspondiente a 3-TfO manifiesta interacciones del tipo CH»»»X-»»»HC y NH»»»X-, un grupo CH pertenece al anillo de la quino-lina y está situado en la posición cuatro con respecto a su átomo de nitrógeno; el segundo grupo CH se encuentra posicionado en el anillo de la benzamida; el grupo NH co-rresponde a la amida y éste contribuye directamente con un enlace de hidrógeno. La conformación de 1-TfO y 2-TfO está preorganizada para hospedar, debido a que los grupos NH de las amidas se encuentran dentro de la cavidad, similar a los receptores de piridin-2,6-dicarboxiamida que se han informado [3]. Enfocándonos a la conformación de las sales de triflato de los receptores 1-TfO y 2-TfO, observamos que los grupos NH de amida se encuentran orientados en forma convergente hacia al centro de la cavidad y éstos forman en-laces de hidrógeno con los átomos de oxígeno de dos iones triflato. Adicionalmente, dos enlaces de hidrógeno del tipo CH aromáticos también se encuentran interaccionando de la misma manera; por lo tanto, para fines de este estudio con nucleótidos y de acuerdo con los resultados en estado sólido y solución se esperaría que la cavidad sea un sitio de interacción con los grupos fosfato y los grupos quinolinio sean sitios para interactuar con las bases de purina (ATP, GTP) o pirimidina (CTP) a través de apilamiento π, tal como lo propone la referencia 4.

Figura 1. Estructura cristalina de las sales de triflato de los receptores

2. Constantes de asociación y perspectivas

Las sales de triflato de los compuestos sintetizados fueron estudiadas como quimiosensores para aniones con relevan-cia biológica, los cuales incluyen especies inorgánicas (Cl-,

H3P2O7-) y sales de sodio de nucleótidos (ATP, GTP, CTP, ADP y AMP). En general, la adición de alícuotas de aniones extingue la fluorescencia de soluciones acuosas de los quimiosensores a pH= 6.5 (MOPS, 40 mM).

Tabla 1. Constantes de asociación, de Stern-Volmer y ρ de 1-TfO y 3-TfO con nucleótidos y aniones inorgánicos

Una inspección a los valores de las constantes de asociación co-lectadas en la Tabla 1 indica que el receptor dicatiónico 1- TfO se asocia con aniones mucho más fuertes que su análogo monoca-tiónico 3-TfO. Este fenómeno se repite para el caso de las cons-tantes de Stern-Volmer. Las constantes de Stern- Volmer (Ksv = 2 - 131) muestran que los receptores pueden detectar concen-traciones milimolares de nucleótidos y aniones con una tendencia ATP > GTP > ADP > CTP > AMP > Cl- > PPi.

Los perfiles de fluorescencia de 1-TfO para cloruro y bromuro muestran una tendencia que es típica de estos aniones, en los que el mecanismo de extinción de la emisión de la fluorescencia describe a un único proceso de índole dinámico donde colisiones aleatorias entre el sensor y el anión provocan que disminuya la emisión de la fluorescencia. El perfil de este tipo de mecanismo tiende a la linealidad donde la pendiente corresponde a la constante de Stern-Volmer (Figura 2.) Para el caso del perfil de fluorescen-cia de 1-TfO-pirofosfato se observa un mecanismo de extinción de la fluorescencia dinámico y estático con un adulto fluorescen-te; los datos experimentales se ajustan a la ecuación del proceso tres (comportamiento parabólico). Los perfiles de fluorescencia de 1-TfO muestran asociación con los nucleótidos estudiados manifestando una selectividad para ATP (Kass = 1759±70 M- 1 Ksv = 105). Los datos experimentales se ajustan a un mecanis-mo dinámico (colisiones) y estático (asociación Huésped-Sensor) para la extinción de la fluorescencia de 1- TfO (Figura 3).

Este mecanismo comprende una combinación de apagamiento dinámico y estático con la formación de un aducto fluorescente. En este caso, el apagador (nucleótido) se une al sensor y for-man un complejo supramolecular donde la emisión del sistema huésped-anfitrión no se extingue por completo. Para fines de este estudio con nucleótidos y de acuerdo con los resultados en estado sólido y solución se propone un modo de asociación (receptor-nucleótido), en el que la cavidad de los receptores di-catiónicos funciona como un sitio de interacción con los grupos fosfato, mientras que los grupos quinolinio actúan como sitios de

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interacción con las bases de purina (ATP, GTP) o pirimidina (CTP) a través de apilamiento π.

Figura 2. Perfiles de las titulaciones fluorescentes de BQ3RTf con cloruro, bromuro y pirofosfato

Figura 3. Perfiles de las titulaciones fluorescentes de BQ3RTf con nucleótidos.

CONCLUSIONES

Se han diseñado y sintetizado tres nuevos quimiosensores fluorescentes para nucleótidos y aniones inorgánicos con relevancia biológica. Cada sensor químico ha sido caracte-rizado por técnicas espectroscópicas y por difracción de rayos X de monocristal. Los sensores 1-TfO y 2-TfO son derivados de piridin-2,6-dicarboxamida con grupos N-alquil y N-bencil quinolinio insertados en el fragmento de los gru-pos amida. Las constantes de Stern-Volmer (Ksv = 2 - 131) muestran que los receptores pueden detectar concentra-ciones milimolares de nucleótidos y aniones con una ten-

dencia ATP > GTP > ADP > CTP > AMP > Cl- > PPi. Los estudios en solución acuosa permitieron el análisis de los diferentes procesos que extinguen la emisión de la fluo-rescencia en los sistemas huésped-anfitrión a partir de los perfiles de Stern- Volmer. Los perfiles de fluorescencia de 1-TfO muestran asociación con los nucleótidos estudiados manifestando una selectividad para ATP (Kass = 1759±70 M-1 Ksv = 105). Los datos experimentales se ajustan a un mecanismo dinámico (colisiones) y estático (asociación huésped-sensor) para la extinción de la fluorescencia de 1-TfO. Por otra parte, los perfiles de fluorescencia de 1-TfO para cloruro y bromuro muestran una tendencia que es tí-pica de estos aniones en los que el mecanismo de extinción de la emisión de la fluorescencia describe un único proce-so de índole dinámico, donde colisiones aleatorias entre el sensor y el anión provocan que disminuya la emisión de la fluorescencia. Por otra parte, las estructuras cristalinas de los receptores dicatiónicos (1-TfO, 2-TfO) muestran una conformación preorganizada para hospedar aniones debido a que los grupos NH de las amidas se encuentran dentro de la cavidad y éstos forman dos enlaces de hidrógeno que in-teraccionan con uno de los átomos de oxígeno que compo-nen el anión triflato, por lo que aniones tetraédricos como HP2O7-3 o bien la cadena secuencial de tres grupos fosfato en los nucleótidos sea similar. Combinando los estudios en estado sólido y en solución acuosa y en particular debido a la selectividad que manifestó el receptor BQ3RTf por ATP frente a otros nucleótidos alientan a abrir una perspectiva donde el receptor 1-TfO puede competir en afinidad y/o selectividad con los receptores informados hasta la fecha que detectan ATP en solución acuosa.

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Boletín de la Sociedad Química de México

RESUMEN

Las interacciones vía puentes de hidrógeno son procesos esenciales en el desarrollo de estructuras supramoleculares con aplicaciones específicas. La energía de enlace en estas interacciones puede modificarse empleando procesos de formación de puentes de hidrógeno controlados electro-químicamente (ECHB, por sus siglas en inglés). En este tra-bajo, se estudiaron procesos ECHB entre nitrocompuestos reducidos y 1,3-dietilurea, como molécula donadora de puen-te de hidrógeno (DH). Los resultados revelaron un efecto modulador del sustituyente (en ambas especies reactivas) sobre la estabilidad de asociación de los complejos forma-dos; dicho efecto de sustituyente fue parametrizado de ma-nera sistemática, al calcular el poder electrodonador de la especie receptora. Por otro lado, el uso de derivados de 5-nitroimidazol como especies receptoras permitió eviden-ciar procesos ECHB controlados por la cinética de transfe-rencia de carga. Dicho control cinético ocurrió debido a cambios conformacionales en la estructura química de los complejos.

INTRODUCCIÓN

Las interacciones vía puentes de hidrógeno son procesos esenciales en el desarrollo de estructuras supramoleculares con aplicaciones específicas; por ejemplo, interruptores mo-leculares, sensores químicos o transportadores de aniones en membranas celulares [1]. Un puente de hidrógeno posee un carácter principalmente electrostático, por lo que su fuerza puede modificarse cambiando el estado de carga de las especies reactivas mediante el uso de procesos de for-mación de puentes de hidrógeno controlados electroquími-camente (ECHB) [2-3], donde la especie electroactiva (como el nitrocompuesto) experimenta cambios en sus po-tenciales de oxidación o reducción hacia valores más/me-nos negativos, respectivamente, en la medida en que se in-crementa la concentración de la especie DH en la disolución. Dichos procesos ECHB han sido ampliamente estudiados y en general [4-6], se ha observado que la presencia de susti-tuyentes en las estructuras químicas del receptor o del do-nador de DH ocasiona cambios en la estabilidad de los complejos; sin embargo, no se ha logrado explicar de mane-ra sistemática dicho efecto de sustituyente, lo que permiti-

ría el diseño de nuevos sistemas supramoleculares con aplicacio-nes cada vez más específicas y selectivas [7]. Una forma de analizar efectos de sustituyente es empleando cálculos de es-tructura electrónica: se han calculado valores de la carga sobre el oxígeno en receptores de ureas y estos datos se han correla-cionado con valores experimentales de constantes de asociación (Kb) [10]; el empleo de una combinación de índices químicos (energía de ionización, I, afinidad electrónica, AE y la carga en el átomo de oxígeno de radicales dianión) ha permitido la descrip-ción de procesos ECHB [8]. Dado que es importante identificar las propiedades mínimas que describen la reactividad de las espe-cies reactivas en procesos ECHB, en este trabajo se estudiaron procesos ECHB entre 1,3-dietilurea y nitrobencenos sustituidos, considerando que la complementariedad de ambas especies con-duce a la formación de complejos altamente estables (Kb≈105) [4], con el objeto de obtener valores experimentales de Kb y correlacionarlos con alguna propiedad asociada a cada especie reactiva, pero que también describa el proceso global ECHB. En compuestos con actividad biológica, como en derivados de 5-ni-troimidazol, la reactividad depende principalmente del proceso de formación de radicales anión, los cuales interactúan con mo-léculas de ADN formando aductos [11, 12], por lo que un proce-so ECHB permitiría modificar su reactividad al generar cambios en los potenciales de reducción del grupo funcional nitro. Por ello, también se utilizaron derivados de 5-nitroimidazol como posibles receptores de ureas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Uso del poder electrodonador (ω^-) para describir la reactividad en procesos ECHB Se realizó un estudio electroquímico del primer proceso de re-ducción para una serie de nitrocompuestos mono-sustituidos en posición orto y para (con respecto al grupo nitro), en presencia y ausencia de concentraciones crecientes de 1,3-dietilurea, como molécula donadora ([DH]: 0 - 0.13 mol L-1). En ausencia de urea, los voltamperogramas (Figura 1, línea roja) exhibieron un proceso de reducción reversible asociado a la formación de un anión, R-∅-NO_2^(•-). Al incrementar DH, se observaron desplazamientos de potencial hacia valores menos negativos, sin observarse una pérdida en la reversibilidad del proceso (Figura 1, línea azul), lo cual es consistente con procesos ECHB controlados por la ter-modinámica [2]. Dado que la magnitud de los desplazamientos de potencial fue diferente en todos los casos estudiados, se obtuvie-ron valores de Kb empleando la estrategia sugerida por Gómez y col. [5], con el objeto de analizar el efecto del sustituyente sobre la estabilidad de asociación. No fue posible explicar dicho efecto

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la categoría de Maestría, Edición 2015Análisis de los efectos de la estructura química sobre el proceso de formación de puentes de hidrógeno controlado electroquími-

camenteM. en EQ. E. Martínez González*, C. Frontana

* Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquí-mica. Parque Tecnológico Querétaro, Sanfandila, Pedro Escobedo, Querétaro. C.P. 76703 [email protected]

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de sustituyente empleando el modelo de Hammett [13], debido a que no existen valores de σ_R para compuestos sustituidos en posición orto. Por ello, se recurrió a evaluaciones teóricas del poder electrodonador (ω^-, Ec. 1) en cada especie receptora, el cual mide la capacidad que ciertas especies reducidas tienen para donar carga, por lo que este parámetro podría explicar procesos ECHB. Al comparar los valores experimentales de Kb con cada valor de ω^- calculado, se obtuvo una correlación (Figura 1) entre los datos:

Figura 1. Parametrización del efecto del sustituyente en procesos ECHB

Por definición [9], valores bajos de ω^- indican una elevada capa-cidad de la especie nucleofílica para donar carga y a la inversa para valores bajos, lo que es consistente con los resultados obtenidos de manera experimental, ya que se obtuvieron valores bajos de ω^- para sistemas con valores elevados de Kb (~130), además de que los valores mayores de ω^- se asociaron a aquellos siste-mas experimentales con las constantes Kb menores (~50). Se con-cluye entonces que ω^- permite sistematizar los efectos de susti-tuyente en procesos ECHB.

Procesos ECHB controlados por la cinética de transferencia de carga Como se comentó anteriormente, los procesos ECHB podrían modular la reactividad de nitrocompuestos con actividad biológica, al ocasionar cambios en sus potenciales de reducción, por lo que en esta sección se analiza el efecto de 1,3-dietilurea sobre el primer proceso de reducción en derivados de 5-nitroimidazol. Al utilizar Ronidazol o Dimetridazol como especies receptoras, se observó un comportamiento electroquímico similar al comentado anterior-mente, lo que indica la evolución de procesos ECHB operando bajo un control termodinámico. Sin embargo, en el caso del Metro-nidazol y Ornidazol las cosas fueron diferentes: en la medida que se incrementaba la concentración de urea (Figura 2A, línea azul), se observó un ensanchamiento en la señal de oxidación y su corriente de pico comenzó a decrecer; este comportamiento sugiere la evo-lución de procesos controlados por la cinética, por lo que se obtu-vieron valores de Kb y de transferencia electrónica (ks), de acuerdo con la estrategia sugerida por Savéant [4]. Los resultados revelaron valores bajos de ks (~0.09) en el caso del Ornidazol y del Metroni-dazol y valores elevados (ks ~0.40) para los sistemas Ronidazol y Dimetridazol; por lo que los resultados demuestran que dicho con-trol cinético ocurrió debido a una transferencia electrónica lenta. Se recurrió nuevamente al cálculo de estructura electrónica para explicar qué hace lenta la entrada de electrones a los sistemas. Los resultados exhiben la formación de un puente de hidrógeno intra-molecular en la especie receptora, el cual incrementa la energía de reorganización del complejo. Dado que en estos sistemas se obser-varon valores bajos de Kb (~40) en comparación con aquéllos en

donde el control resultó ser termodinámico (Kb ~200), se concluye que dicha interacción intramolecular compite con el proceso intermolecular.

Figura 2. Análisis de procesos ECHB controlados por la cinética

CONCLUSIONES

Se estudiaron procesos ECHB en medio aprótico, entre radi-cales anión electrogenerados a partir de nitrcompuestos y 1,3- dietilurea, como especie donadora de puente de hidrógeno. Los resultados revelaron un efecto modulador del sustituyente sobre la estabilidad de asociación de los complejos. Dicho efec-to de sustituyente fue parametrizado, de manera sistemática, al calcular el poder electrodonador de cada especie receptora de puente de hidrógeno. El uso de derivados de 5- nitroimidazol como especies receptoras permitió evidenciar procesos ECHB operando bajo un control cinético. El control cinético obser-vado de manera experimental fue producto de la formación de un puente de hidrógeno intramolecular en la especie recepto-ra, que compite con la interacción intermolecular.

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Boletín de la Sociedad Química de México

Resumen

En este trabajo se reporta la síntesis de un nuevo agente de transferencia dual RAFT/NMP, el cual fue utilizado en la pre-paración de macroagentes (MA’s) altamente funcionalizados. Posteriormente, los MA’s se emplearon en la elaboración de copolímeros en bloques (pentabloques en dos etapas) y anfi-filos, los cuales son capaces de organizarse en nanoestructu-ras mediante el autoensamblaje inducido por polimerización (PISA). Posteriormente, las nanopartículas funcionalizadas en la coraza fueron sometidas a un nuevo proceso de polimeriza-ción iniciada por superficie (SIP).

Introducción

La polimerización radicálica convencional (PRC) es la metodo-logía más conocida y mejor consolidada para la producción de polímeros vinílicos [1] u olefinicos [2]. A pesar de las enormes ventajas, la PRC no permite ejercer un buen control sobre las dimensiones macromoleculares como el peso (Mn) y la polidis-persidad (Ð), ni sobre la microestructura de las cadenas. Por esta razón, en las últimas décadas surgieron nuevas versiones de la polimerización radicálica, subsecuentes de la polimerización aniónica viviente, que permiten un excelente control del peso molecular promedio de un grupo restringido de monomeros [3] y de su uniformidad, pero sigue una técnica muy limitada [4]. Por tal motivo, se han estudiado un nuevo conjunto de técnicas que funcionan mediante la desactivación reversible (RDRP) [5].

La RDRP ha experimentado un crecimiento exponencial en años recientes como lo atestigua la gran cantidad de investiga-ciones publicadas en los últimos años [6]. En conjunto, RDRP incluye tres técnicas principales: Atom Transfer Radical Polymeri-zation, Nitroxide Mediated Polymerization y Radical Addition Frag-mentation Chain Transfer, conocidas con los acrónimos ATRP [7, 8], NMP [9, 10] y RAFT [11, 12] respectivamente. Cabe enfatizar que en conjunto, las técnicas de la RDRP han dado un gran impulso a la creación de un sinnúmero de materiales altamente complejos o avanzados con propiedades ajustadas a la aplicación en campos tan disímiles como la biotecnología, la liberación de medicamentes, los recubrimientos, la nanociencia y la optoelectrónica, etc. [13].

A la fecha existen pocos reportes sobre compuestos que con-tienen doble funcionalidad apropiados para intervenir dos o más técnicas de la RDRP y son alrededor de veinte reportes que detallan la preparación de copolímeros mediante la combi-nación de las técnicas RAFT y ATRP [14], NMP y ATRP [15] y RAFT y NMP [16] a partir de una sola molécula inicial. En esta investigación, presentamos un nuevo agente de transferencia dual RAFT/NMP, el cual es muy versátil para la síntesis de po-límeros altamente funcionalizados mediante diversos métodos de polimerización [17].

Metodología

Para llevar a cabo el proceso, se sintetizó la molécula RN1 [17] que posteriormente se utilizó en los diversos procesos de po-limerización (masa, solución, emulsión tanto PISA como SIP), para obtener polímeros bien definidos. Tanto el agente dual como los polímeros fueron caracterizados mediante diferentes técnicas tales como: resonancia magnética de protón y de car-bono, DOSY, UV, TGA, DSC, GPC, DLS entre otros.

Resultados y discusiones

La preparación del nuevo agente de transferencia se llevó a cabo mediante la reacción de Mitsunobu esterificando los si-guientes compuestos: un ácido (S, S’-Bis (R, R’-dimetil-R”-ácido acético)- tritiocarbonato) y un alcohol (2-fenil-2-((2, 2, 6, 6, tetra metil piperidinil)oxi) etanol) (Figura 1).

Figura 1. Proceso de reacción de esterificación y Espectro de RMN del agente de transferencia RN1

Después de varias etapas de purificación, el producto RN1 fue caracterizado mediante resonancia magnética nuclear de pro-tón y de carbono. En este caso, se observa la presencia de los

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en la categoría de Doctorado, Edición 2015Síntesis de agentes de transferencia dual RAFT/NMP para

la obtención de copolímeros multibloques y nanopartículas autoensambladas

Dr. Claude St. Thomas*, Dr. Ramiro Guerrero-Santos

* Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), Blvd. Enrique Reyna Hermosillo 140, Saltillo, Coahuila, México.

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desplazamientos químicos correspondientes a los protones y carbonos de la estructura química. Con el fin de comprobar la eficiencia del agente de transferencia, se realizó un sinnúme-ro de polimerizaciones para obtener diversos tipos de MA’s de poliestireno, poliacrilato de butilo o poliácido acrílico, por ejemplo.

Los MA’s de poliestireno fueron utilizados en el proceso de evaluación, tanto de la funcionalidad de los polímeros como en la determinación de cadenas muertas generadas por la presen-cia de los radicales del iniciador.

Figura 2. Espectro de RMN del poliestireno funcionalizado con los grupos TEMPO y tritiocarbonatos, Espectro UltraVioleta del PS y Diagramas de

TGA del PS.

Los resultados obtenidos en los distintos análisis demuestran que el macroagente de poliestireno está altamente funcionali-zado con los grupos TEMPO y tritiocarbonatos.

Por otra parte, los MA’s de poliacrilato de butilo y poliácido acrílico se usaron en la síntesis de copolímeros multibloques de diferentes morfologías. En el caso del poliacrilato de butilo, se utilizó en la polimerización tándem (es decir, las dos funcio-nalidades actuaron al mismo tiempo), en la cual se obtuvieron copolímeros pentabloques en sólo dos etapas.

Figura 3. Espectro de RMN de doble dimensión de difusión ordenada (DOSY) de: (A) macroagente de PBA y (B) copolímero multibloque

de PS-b-PBA-b-PS-b-PBA-b-PS

La caracterización del copolímero pentabloques PS-b-PBA-b-PS-b-PBA-b-PS mediante el análisis de espectroscopia de difu-sión ordenada (DOSY) justifica el proceso de polimerización tándem y la formación de un copolímero con arquitectura bien definida.

En cuanto a los MA’s de poliácido acrílico, se emplearon en los proceso de autoensamblaje inducido por polimerización (mediante la técnica RAFT) y polimerización iniciada por su-perficie (mediante la técnica NMP), respectivamente.

Figura 4. Micrografias de TEM: (a) micelas, copolímeros tribloques PAA-b-PS-b-PAA, (b) micelas decoradas de copolímeros: multibloques

PSSNa-b-PAA-b-PS-b-PAA-b-PSSNa y (c, d) nanofilamentos: copolímeros multibloques de PSSNa-b-PAA-b-PS-b-PAA-b-PSSNa

Las anteriores micrografías nos demuestran la formación de polímeros tribloques de PAA-b-PS-b- PAA (a) y multibloques de PSSNa-b-PAA-b-PS-b-PAA-b-PSSNa (b, c y d) de morfolo-gías bien definidas partiendo de micelas, partículas decoradas y nanofilamentos.

ConclusionesHa sido demostrado que el agente de transferencia es muy efi-ciente en la preparación de polímeros y copolímeros a partir de MA’s compuestos de acrilato de butilo y ácido acrílico. Polí-meros bien definidos de diferentes morfologías (multibloques, anfifilos) se obtuvieron usando diferentes métodos como la polimerización tándem, el proceso de autoensamblaje induci-do por polimerización, así como la polimerización iniciada por superficie.

AgradecimientosLos autores agradecen al CONACyT por el apoyo financiero CB 2008-01-101637. CST agradece al CONACYT por su nominación como Joven Inves-tigador comisionado al CIQA y al CEN de la SQM por haberle otorgado el premio de mejor Tesis de Química 2015 (Doctorado), al personal del CIQA y LCPP, Lyon, Francia por la estancia académica.

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Boletín de la Sociedad Química de México

Resumen

En 1905, el Laboratorio Químico Farmacéutico de T. Bezanilla e Hijos se estableció en la sede de la antigua botica de La Mariscala, que funcionaba en la ciudad de México desde prin-cipios del siglo XIX. El reemplazo de la botica ocurrió en los años en los que la farmacia y sus practicantes discutían el per-fil de su disciplina, a fin de vincularla con las ciencias químicas y biológicas, cuyo ámbito prometía expandir las aplicaciones comerciales e industriales de la farmacia. En este trabajo se revisa el proceso que acompañó la fundación del laboratorio, cuyo establecimiento, por un lado, resulta importante para ilustrar los inicios de la industria farmacéutica en México y, por otro, refleja el cuestionamiento de las boticas como es-pacio de trabajo.

Palabras clave: Historia de la farmacia; Historia de la quími-ca; Siglo XIX; Botica.

Abstrac

In 1905 the Laboratorio quimica farmacéutico de T. Bezanilla e hijos was founded in Mexico City on the land that the old apothecary shop called La Mariscala had occupied since the early 19th century. The replacement of the apothecary shop was due to the discussions held by pharmacists regarding the relationship of their profession with chemistry and biology. Moreover, the expansion of the realms of usages of the sci-ences within the commercial and industrial disciplines also triggered changes within the pharmacist trade. This paper describes the process that accompanied the founding of the laboratory, which is important because of its relevance to the early stages of the pharmacists industry, and on the other hand, it also reflects the questioning of the apothecary shops as a workplace.

Key words: History of pharmacy; History of chemistry; XIXth Century; Apothecary shop.

El Laboratorio Químico Farmacéutico de T. Bezanilla e Hijos, 1905-1919

Alba Dolores Morales Cosme* y Carlos Viesca Treviño

Introducción

En 1905, en el local que había ocupado la renombrada bot-ica de La Mariscala se estableció el Laboratorio Químico Farmacéutico de T. Bezanilla e Hijos, fundado y dirigido por Triunfo Bezanilla Gómez y su hijo Triunfo Bezanilla Testa. El reemplazo de la botica ocurrió en los años en los que la farmacia y sus practicantes discutían el perfil de su discipli-na a fin de vincularla con las ciencias químicas y biológicas, cuyo ámbito prometía expandir las aplicaciones comerciales e industriales de la farmacia.

La antigua botica llegaba a los albores del siglo XX precedida de una historia que se acompañaba de ilustres farmacéu-ticos, entre los que se puede contar a José María Alegre (1792-1852), José Donaciano Morales (1850-1929) y Gume-sindo Mendoza (1834-1884), quienes en diferentes épocas fueron responsables del establecimiento. A estos perso-najes correspondió la época de intensos debates en los que los nuevos actores y los nuevos productos en el mercado del medicamento cuestionaron la manera en la que se ad-ministraban las oficinas farmacéuticas.

Las discusiones en torno al perfil de la disciplina y de la boti-ca como espacio de trabajo fueron encauzadas por la Socie-dad Farmacéutica Mexicana, fundada en 1871, de la cual fue miembro Bezanilla Testa, protagonista de los difíciles años que llevaron a la carrera de Farmacia a salirse de la Escuela de Medicina para trasladarse a la Facultad de Ciencias Quí-micas y Farmacia en 1919.

En este trabajo se revisa el proceso que acompañó la funda-ción del laboratorio, cuyo establecimiento, por un lado, re-sulta importante para los inicios de la industria farmacéutica y, por otro, refleja los cambios en la concepción de la botica como espacio de trabajo.

Resultados

Boticas y farmacia en el siglo XIX

En la calle de La Mariscala número 1, hoy avenida Hidalgo, de la ciudad de México se ubicaba una botica que experimentó los cambios ocurridos en la Farmacia durante el siglo XIX. El primero de ellos fue el paso del México colonial al indepen-diente, época que en el ámbito farmacéutico se caracterizó por la incorporación de las novedades teóricas relacionadas * Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de

Medicina, UNAM.

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con los postulados linneanos de clasificación natural y el análi-sis químico de Lavoisier. A lo largo del siglo, los cambios en la preparación del medicamento y la incorporación de las espe-cialidades farmacéuticas transformaron el ejercicio profesional del farmacéutico y modificaron la antigua botica que terminó siendo la sede de uno de los primeros laboratorios químicos nacionales [1].

La historia de la botica en el siglo XIX se remonta a 1827 cuan-do se tiene el primer registro de su responsable, José María Alegre, quien estuvo al frente del establecimiento hasta 1852, año de su muerte [2]. A este personaje, titulado en 1819, le tocó en suerte rubricar la desaparición del Real Tribunal del Protomedicato (1831), organismo que durante la época colo-nial vigilaba y normaba el ejercicio de los practicantes de la sa-lud. Dos años después fue creado el Establecimiento de Cien-cias Médicas, donde los farmacéuticos tuvieron acceso, por primera vez, a la instrucción institucionalizada y abandonaron la denominación de boticarios para adquirir la de farmacéutico.

En este periodo destaca la botica de La Mariscala por haber sido el lugar donde algunos de los primeros farmacéuticos ti-tulados en el Establecimiento de Ciencias Médicas acreditaron la parte práctica de su instrucción. José María Alegre fue el profesor que más discípulos registró en los primeros diez años de existencia de la cátedra, siendo tutor, entre otros, de José Homobono Vargas, hijo de José María Vargas, profesor de la cátedra de Farmacia.

Sin embargo, a pesar de la importancia de las boticas en los pri-meros años de existencia de la carrera farmacéutica, su papel como lugares de instrucción fue cuestionado por los propios practicantes de la disciplina, quienes en el afán de hacer de la Farmacia una ciencia institucional, apartaron al boticario prác-tico carente de educación formal y, por lo tanto, asociado a un modelo empírico de la disciplina. A lo largo del siglo XIX, los farmacéuticos enfatizaron que la creciente especialización de la disciplina obligaba a conocer la identidad, pureza, dosifi-cación y efectos de las sustancias medicinales; tareas que no se adquirían con las operaciones mecánicas aprendidas en un establecimiento, sino como resultado de una buena educación.

A fin de resguardar el ejercicio profesional de la Farmacia, sus practicantes recurrieron tanto a la obtención de grados aca-démicos como a la cobertura legal propocionada por los orga-nismos responsables de la salud pública; elementos a través de los cuales pretendieron afianzar el reconocimiento social a su profesión [3].

En enero de 1841, el Consejo Superior de Salubridad asumió las funciones de vigilar el ejercicio profesional de los practican-tes de la salud [4]. De acuerdo con la fracción 12, del artículo 72, del reglamento del Consejo emitido en 1841, la venta de medicamentos se restringía a las boticas, por lo que los al-macenes de drogas, cuya inspección también estaba a cargo

del Consejo, sólo podrían vender sustancias medicinales a los farmacéuticos. Sin embargo, esa normatividad no fue suficiente para hacer frente al desatado comercio de medicamentos no-vedosos, que desde tempranos años llegaron a la ciudad de Mé-xico causando conflictos entre los practicantes de la Farmacia. Numerosas fueron las ocasiones en las que el Consejo emitió circulares para recordar a médicos, drogueros, tlapaleros y al-macenes generales que las boticas eran los establecimientos autorizados para la venta de medicamentos y que cualquier específico secreto debía someterse a examen ante el Consejo para que se autorizara la venta [5].

Sin embargo, que un almacén anunciara la venta de quinta esen-cia de cloruro de París, utilizado como preventivo de enfer-medades y purificador del aire [6]; que una carnicería francesa ofreciera píldoras de Morrison y polvo de sedliz, usados como purgantes [7], o bien que la Librería Mexicana y la Mercería de Guillarmin vendieran medicamentos, se convirtió más en una constante que en una excepción [8].

Si bien las boticas representaban la expresión mercantil de la Farmacia y sus practicantes gustaban de ser considerados como hábiles comerciantes que sabían hacer de su oficio un negocio, los practicantes de la Farmacia del siglo XIX estaban tratando de construir una imagen científica que los identificara más que con la venta, con el análisis cuidadoso y experto de las propiedades de los medicamentos. En este escenario, la venta de productos extranjeros los desplazaba de su faceta de exper-tos en el análisis de la materia médica, para tornarse en meros “mercaderes de efectos medicinales”, como llegó a lamentar el propio Alegre [9].

Los profesores farmacéuticos aducían que el tipo de comercio que se practicaba en las boticas impedía tratarlos como sim-ples negocios mercantiles, ya que para su despacho se precisa-ban “conocimientos científicos muy especiales”, cuya carencia ponía en peligro la salud pública [10]. Sin embargo, clausurar boticas, como se solicitaba, no parecía ser la solución ya que no existían las suficientes para proveer los medicamentos ne-cesarios entre la población. De acuerdo con un artículo perio-dístico de principios del siglo XX, en la ciudad existían sólo 33 farmacéuticos propietarios de botica frente a 124 propietarios sin título [11]. Ante tal panorama, la continua querella de los farmacéuticos contra los practicantes y propietarios no titula-dos, afirmaba el artículo, resultaba insubsistente.

La botica debe terminar

La incursión de nuevos productos y de nuevos actores en el mercado del medicamento suscitó que la manera tradicional en la que se administraban las boticas fuera cuestionada. A fin de representar los intereses de los farmacéuticos y de sus es-pacios de trabajo en esta etapa de cambios, en 1871 se confor-mó la Sociedad Farmacéutica Mexicana, cuya primera tarea fue

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actualizar la Farmacopea de 1846, trabajo a través del cual se pretendía contribuir a sistematizar y unificar los procedi-mientos farmacéuticos realizados en las boticas [12].

En este último tercio de siglo, la botica de La Mariscala contó con destacados miembros de la Sociedad como sus responsa-bles. Entre ellos, se puede mencionar a Gumesindo Mendoza, fundador y vicepresidente de la Sociedad, quien fungió como responsable de la botica en 1863 y en 1869, año en el que se separó para fundar su propia botica en la calle de San Andrés [13]. Mendoza, además, fue profesor del curso Análisis Quí-mico incorporado al plan de estudios de los farmacéuticos en 1867; plan a partir del cual los contenidos curriculares se fueron orientando hacia las ciencias químicas.

En 1866 y 1889 fue registrado como responsable del estable-cimiento José Donaciano Morales, quien también fue miem-bro de la Sociedad Farmacéutica Mexicana y en la última dé-cada del siglo fungió como catedrático del curso de Farmacia Teórico-Práctica.

El profesor Donaciano Morales además formó parte de la Comisión de Boticas del Consejo Superior de Salubridad. Como parte de dicha Comisión, el profesor encabezó las jun-tas celebradas en 1885 para la elaboración de un reglamento de boticas. En esas reuniones le tocó en suerte explicar al presidente del Consejo las características de los medicamen-tos que se despachaban en las boticas. Morales explicó que los medicamentos específicos se podían clasificar en dos cla-ses: los medicamentos de patente, cuya fórmula era posesión de un autor y, por lo tanto, secretos; y los medicamentos de patente de composición conocida, pero elaborados exclusi-vamente por determinada casa, por lo que se les identificaba como especialidades farmacéuticas. Para Domingo Orvaña-nos la explicación era sencilla, las medicinas secretas eran aquéllas cuyo modo de acción es conocido “y cambiándole el nombre la hacen subir de precio con perjuicio de las boticas”.

Morales afirmaba que el Consejo no podía evitar la venta de las medicinas llamadas “secretas” de composición conocida ya que se salía de la esfera sanitaria e higienista del Consejo, siendo “de otro resorte” su existencia. Con ello quizá refería que su regulación correspondía al ámbito mercantil que queda-ba fuera de la influencia del Consejo.

Liceaga estaba interesado en discutir las viejas regulaciones que ataban a los farmacéuticos a un solo establecimiento y lo sancionaban cuando abandonaba el local. El presidente del Consejo argumentaba que precisamente las características de los nuevos medicamentos, como los dosimétricos o las es-pecialidades farmacéuticas, podían emancipar al farmacéuti-co. En el ánimo de argumentar que las boticas debían cambiar su manera tradicional de administrarse, las palabras anotadas en la sesión del Consejo celebrada en septiembre de 1885 fueron destempladas: “la botica tiene que acabar” [14].

La opinión de Liceaga ilustra los debates que existían entre los propios farmacéuticos sobre el perfil que debería tomar la dis-ciplina frente a las nuevas vertientes de la química y de la elaboración del medicamento [15]. Para algunos profesores, la confrontación entre los farmacéuticos titulados y los no titulados, presente a lo largo del siglo, radicaba en confundir la profesión de la Farmacia con el comercio de las boticas. Tal era la opinión de Mónico Mancilla, quien entró en polémica con el farmacéutico titulado Ramón Calderón Armendáriz, quien llamaba a emular la legislación de Francia y Alemania donde sólo los farmacéuticos con estudios podían dirigir y establecer boticas [16]. Sumado a la polémica, “un farmacéu-tico” de la Botica Internacional de Avenida Juárez lamentaba que la circunstancia de las boticas locales no pudiera compa-rarse con la de Europa, porque en esos países “las oficinas de farmacias tienen todas laboratorios y no son expendios de medicinas como por desgracia pasa aquí en México, que casi todo se compra hecho en las droguerías y no se practican análisis de ningún género” [17]. En ese sentido, Mancilla ad-vertía que el porvenir de la Farmacia no se encontraba en las boticas, que sólo ofrecía un estrecho campo de operaciones, sino en las fábricas de productos químicos y en los laborato-rios privados.

Los Bezanilla

En 1893, el farmacéutico Francisco G. Bernal vendió la botica de La Mariscala a Jesús Pérez Rodríguez, quien, sin ser farma-céutico, pudo estar al frente del establecimiento al acatar el artículo 212 del Código Sanitario de 1891 que indicaba anotar en los rótulos de la farmacia si el responsable era o no titulado; en este caso no lo era, pero cumplió con la ley al anunciarlo.

Pérez Rodríguez fue el último dueño de la oficina identifi-cada como botica ya que en 1905 el domicilio de Mariscala número 1 pasó a ser propiedad de la familia de farmacéuticos Bezanilla, quienes al cambiar el nombre del establecimiento pudieron presumir que se trataba de un “Laboratorio Quí-mico Farmacéutico” que sí contaba con profesores “titulados en las facultades de Madrid y Méjico” [18].

Triunfo Bezanilla Gómez era originario de la provincia de Santander, España. En 1870 inició los cursos de farmacia en la Universidad Central donde se graduó cinco años después. En 1899 y residiendo ya en México, en San Andrés Tuxtla, Bezanilla Gómez usó los servicios de un representante de “José Uihlein, Sucesores. Almacenes de Drogas”, negocio lo-calizado en la calle de Coliseo Nuevo, en la Ciudad de Méxi-co, para empezar los trámites de inscripción a la Escuela de Medicina de su hijo Triunfo Bezanilla Testa, también nacido de Santander, España.

Bezanilla Testa fue aceptado como alumno de Farmacia en 1902. Como parte de sus comprobantes de inscripción, el

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profesor de la cátedra de Historia Natural de las Drogas Sim-ples, Juan Manuel Noriega, también encargado de la botica del Hospital de San Andrés, certificó que el aspirante había reali-zado su práctica en dicho nosocomio entre los años de 1900 y 1902 [19]. Como alumno de la Escuela, Bezanilla Testa cursó el plan de estudios que para entonces constaba ya de cuatro cátedras: Farmacia, Historia de Drogas y Primero y Segundo curso de Análisis Químico. Dos años después, le fue concedido derecho a examen general que realizó el 4 de agosto de 1904, acto durante el cual presentó la tesis El chancarro y la semilla de culebra, donde estudia este par de plantas usualmente utilizadas contra la mordida de víbora y donde deja ver su interés por el análisis de la flora local. Sus sinodales fueron Manuel Domín-guez, José Donaciano Morales, Víctor Lucio, Andrés Almazán y su instructor de prácticas, Juan Manuel Noriega.

En enero de 1905, su padre Bezanilla Gómez adquirió la boti-ca de La Mariscala para instalar su laboratorio de productos farmacéuticos. Sin embargo, sólo fue registrado como respon-sable del establecimiento durante un mes porque a finales del mismo enero su hijo Triunfo Bezanilla Testa, recién graduado, figuró como responsable del local que dejaría de ser denomi-nado como botica para empezar a llamarse “Laboratorio Quí-mico Farmacéutico de T. Bezanilla e Hijos”.

En septiembre de ese año, los Bezanilla hicieron trámites ante el Consejo para que el establecimiento fuera declarado farma-cia de primera clase, ya que, conforme al “Reglamento para el expendio de medicinas” de 1904, contaba con farmacéutico titulado, además de algunos instrumentos y reactivos suple-mentarios, con lo cual podían ofrecer un servicio científico destacado. El responsable de visitar el establecimiento para

determinar si cumplía con los requisitos fue su antiguo farma-céutico, José Donaciano Morales.

Algunos de los productos ofrecidos en los laboratorios eran especialidad de los Bezanilla, por ejemplo, el brillo Nizabella, que fue registrado en la oficina de patentes en 1905. En 1908, también como parte de sus trabajos en la Farmacia, se le con-cedió el privilegio exclusivo por un aparato para filtrar solucio-nes medicinales [20].

En 1909, la antigua calle de La Mariscala fue rebautizada con el nombre de Avenida de los Hombres Ilustres, donde siguió exis-tiendo el establecimiento que con la nueva numeración ocupó el número 5 y se identificaba ya como Sociedad Mexicana de Productos Farmacéuticos. T. Bezanilla y Cía.

En esos años, la papelería distintiva de la negociación presumía la posesión de diversas exclusividades en el mercado del me-dicamento ya que se anunciaban como únicos importadores de “Productos La Toja” (de higiene personal), provenientes de España; del Agua de Fuente Nueva de Verín, bebida promovida como diurética y depurativa, también procedente de España; así como del Agua del Carmen de los padres Carmelitas Des-calzos de Tarragona, indicada para trastornos digestivos y ner-viosismo. También advertían ser importadores y agentes exclu-sivos para la venta de sueros orgánicos de Frederick Stearns, compañía que radicaba en Detroit, Michigan, y que se dedicaba a elaborar sueros antidiftéricos, antiestreptocóccicos y anti-neumocóccicos. Además, se anunciaban como fabricantes en gran escala de especialidades farmacéuticas, sueros fisiológicos y soluciones medicinales inyectables en ampolletas y envases especiales cerrados a la lámpara. Para respaldar la negociación,

Figura 1. Laboratorio químico farmacéutico de Bezanilla e Hijos. Fuente: Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública,

Inspección de Farmacias, Caja 2, expediente 24.

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sus membretes especificaban tener cuenta corriente con The Canadian Bank of Commerce y el Banco Nacional de México.

En 1915, Bezanilla Testa ingresó a la Sociedad Farmacéutica Mexicana, desde donde representó los intereses de los far-macéuticos mexicanos [21]. Bezanilla estaba convencido de que defender la Farmacia era defender a México, país que “también es bastante mío”. Bezanilla aducía que el papel del farmacéutico no se limitaba a ser un mezclador de sustancias ordenadas por el médico; su propósito era investigar aquello que al enfermo se administraba, y en su papel de investiga-dor requería de herramientas químicas a fin de determinar la pureza de las composiciones y de los productos empleados; habilidad necesaria frente a los abusos de los almacenes de drogas: “Yo de mí, sé decir que en el ejercicio de mi deber me he visto en la necesidad de rechazar la cuarta parte de los productos que han llegado a mis manos” [22].

La generación de Bezanilla Testa se distinguió por plantear la necesidad de mejorar la educación farmacéutica para poder hacer frente a los cambios conceptuales y metodológicos que la medicina de patente, la bacteriología y la química analítica planteaban a la disciplina.

La creciente especialización de los contenidos de la Farmacia fue alejando a la disciplina del perfil de la Escuela de Medicina, por lo que a finales del siglo XIX se fue delineando un discur-so cuyo propósito era crear una escuela especial de Farmacia, proyecto entre cuyos gestores destacó Bezanilla Testa como uno de los artífices que logró concretar, en 1919, el paso de la carrera de Farmacia hacia la entonces llamada Facultad de

Ciencias Químicas y Farmacia. En ese mismo año la Sociedad Farmacéutica le comisionó para visitar diversas ciudades de Europa, entre ellas, Madrid, París, Berlín, para estudiar “los adelantos de la ciencia industrial farmacéutica” [23]. Comi-sión que ilustra el reconocimiento al fundador del laboratorio químico-farmacéutico y el entusiasmo de la asociación por el nuevo perfil que parecía estar tomando la disciplina.

Conclusiones

Durante el siglo XIX, la farmacia transformó sus marcos teó-ricos y metodológicos y vio nacer las aplicaciones industriales de la disciplina. En este escenario, el trabajo de las boticas se vio alterado por la llegada de nuevos productos y de nuevos actores que se incorporaban al mercado del medicamento. Los cambios provocaron una crítica a sus roles tradicionales como oficinas de instrucción, como locales exclusivos para el comercio de medicamentos y más aún como espacio para el desarrollo profesional del farmacéutico.

En el último tercio del siglo XIX, los farmacéuticos replantea-ron la identidad de su profesión para dirigir la disciplina ha-cia las ciencias químicas y las aplicaciones industriales de ese ramo. El laboratorio establecido por la familia Bezanilla es considerado uno de los pioneros en la ruta de la industriali-zación farmacéutica. Sus inicios revelan los lazos mercantiles establecidos con España; sin embargo, también se manifiestan sus iniciativas al elaborar productos originales que lograron patentar. Triunfo Bezanilla Testa, como farmacéutico forma-do en el país, representó las inquietudes del gremio por dar a

Figura 2 . Etiqueta para productos farmacéuticos Fuente: AHSS, Salud Pública, Inspección de farmacias, caja 2, expediente 24

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la disciplina un marco académico y profesional más acorde con los cambios teóricos experimentados por la Farmacia. Como resultado de este desarrollo histórico, las boticas perderían relevancia en el ámbito de la salud, sin embargo, las circunstan-cias se imponían ante el propósito del gremio de dar relevancia científica a su profesión y emprender los primeros intentos por conformar una industria farmacéutica nacional.

Agradecimientos

Este trabajo contó con el apoyo del CONACyT otorgado para el registro

84078.

Referencias bibliográficas

1. Godínez, R. y Aceves, P. 2014. Proyectos, realidades y utopías: la transfor-mación de la farmacia en México (1919-1940). México, Universidad Autó-noma Metropolitana.

2. Archivo Histórico de la Facultad de Medicina, Real Tribunal del Proto-medicato, Legajo 13, expediente 10. “Expediente de José María Alegre”.

3. Morales, A. 2010. La transformación de las profesiones médico-farmacéu-ticas en México. Del antiguo al nuevo régimen. Tesis. México, Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco.

4. Rodríguez, M. 2010. El Consejo de Salubridad General y las epidemias. México, Consejo de Salubridad General.

5. Ortiz, M., Puerto, F., Aceves, P. 2008. La reglamentación del ejercicio far-macéutico en México. Parte 1. (1841-1902). Rev. Mex. Cienc. Farm. 39(1), 12-19.

6. Avisos. Interesante. El Fénix de la Libertad, 17 de agosto de 1833, p 4. 7. Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública, Inspección de

Farmacias, caja 1, expediente 44. 8. Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública, Inspección de

Farmacias, caja 1, expediente 65.

9. Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública, Ejercicio de la Medicina, caja 1, expedente 67.

10. La salubridad pública y las boticas, Consecuencias del Can-Can. El Popular, 11 de marzo de 1899, p 1.

11. La cuestión de las boticas. El Popular, 2 de julio de 1906, p 2.12. Schifter, L. 2014. Espíritu e identidad farmacéuticos. La construcción de

la farmacopea mexicana (1846-2011). México, Universidad Autónoma Me-tropolitana.

13. Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública, Actas de Con-sejo, caja 2, expediente 1

14. Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública, Actas de Con-sejo, caja 3, expediente 3, sesiones del 9 de septiembre y 8 de octubre de 1885.

15. Hinke, N. 2001. Entre arte y ciencia: la farmacia en México a finales del siglo XIX. Relaciones. Estudios de Historia y sociedad. Ciencia y Nación en México 22(88), 50-78.

16. La cuestión de las boticas. Carta del señor Ramón Calderón Armendariz, farmacéutico con título. El Popular, 25 de junio de 1906, p 3.

17. Cuestión de boticas. El Popular, 14 de julio de 1906, p 3.18. Archivo Histórico de la Secretaría de Salud, Salud Pública, Inspección de

Farmacias, caja 2, expediente 24.19. Archivo Histórico de la Facultad de Medicina, Fondo Escuela de Medicina

y Alumnos, Legajo 72, expediente 96.20. Colección legislativa completa de la República Mexicana, con todas las

disposiciones expedidas para la Federación, el Distrito y los Territorios Federales. México, Secretaría de Justicia, 1908.

21. Martínez, S., Aceves, P., Morales, A. 2007. Una nueva identidad para los farmacéuticos: la Sociedad Farmacéutica Mexicana en el cambio de siglo (1890-1919). Dynamis 27, 263-285.

22. Bezanilla Testa, T. 1917. Por la profesión y por la patria. La Farmacia 1, 8, 61.

23. [Sin autor]. 1919. Al Sr. Prof. Don Triunfo Bezanilla Testa. La Farmacia, 2 (3), 20.

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A 60 años de su fundación, la Sociedad Química de México tiene logros significativos en favor de la divulgación de la química. Ejemplo de ello es el proyecto “Tabla Periódica Monumental”.

¿Cómo nació la idea?

La TPM tiene su origen en 2011 durante la celebración del Año Internacional de la Química, en el seno de la Sección Valle de México, de la SQM, siendo Lena Ruiz Azuara la presidente de la Sección y Cecilia Anaya Berrios, la presidente nacional.

La idea de una Tabla Periódica Monumental se planteó como un modelo de divulgación de la ciencia y como un modelo edu-cativo alternativo, inclusivo y participativo. Para ello se hizo una convocatoria, la cual se difundió tanto en la zona metropo-litana de la Ciudad de México como a nivel nacional, contando con el apoyo de la ANUIES. A esta convocatoria respondieron 39 instituciones educativas de todo el país. En cada una partici-paron estudiantes y profesores atendiendo los lineamientos de contenido y forma que habría de tener la TPM.

La idea originalmente concebida consideraba que cada elemen-to sería manejado en un cubo de un metro de arista. Una de sus caras serviría para apoyarlo y las cinco restantes conten-drían información clasificada de cada uno de los elementos. El acomodo de los elementos para su exhibición, requería una superficie de 40 × 90 metros cuadrados como mínimo.

Los que participaron en este proyecto se plantearon como objetivo despertar el interés por la Química entre niños, estu-diantes y público en general, informando de los beneficios que los desarrollos químicos han brindado a la sociedad a lo largo del tiempo en todas las esferas y aspectos de la vida cotidiana.

Los beneficios previstos consideraban fomentar el interés por la Química entre los estudiantes que participaron en la elabo-ración de cada elemento; itinerar la TPM en plazas públicas, escuelas y otros espacios abiertos, donde los estudiantes y la sociedad en general pudieran tener la información y el disfrute de un producto estéticamente agradable además de educativo; y, finalmente, hacerla llegar a tantos sitios del país se pudiera, para difundir la Química y los servicios que esta disciplina otor-ga a la sociedad.

Principios y planteamiento

La Tabla Periódica es el eje fundamental del entendimiento de las propiedades de cada uno de los elementos y, por tanto, de la base de la reactividad química. A los docentes se nos presenta

siempre el reto de enseñar el orden y contenido de la Tabla Periódica de los Elementos sin que represente un ejercicio ne-tamente memorístico. Ésta es la razón por la cual, desde hace cientos de años, se han tratado de entender las similitudes y di-ferencias de los elementos. De esta manera, Antoine Lavoisier los clasificó como metales y no metales; Jean Bauptiste Duma como halógenos y anfígenos; Johan Wolfgang Döbereiner los or-ganizó por triadas; John Alexander Reina Newlands por octavas; Dimitri Ivanovich Mendeléyev los ordenó por masa atómica y similitud de propiedades; Julius Lothar Meyer por masa atómica creciente y finalmente, con base en la Mecánica Cuántica, tene-mos la Tabla Periódica que se utiliza hoy en día, lo que permitió reconocer que la Mendeléyev fue la más acertada a tal grado que predijo la existencia de elementos que no se habían des-cubierto entonces.

A pesar de que la Tabla Periódica, con base en la Mecánica Cuántica, tiene de por sí una lógica que permite conocer la reac tividad de los elementos en la TP bidimensional, es imposi-ble describir las características de un elemento, sus propieda-des y las de sus compuestos, la historia de su descubrimiento y sus aplicaciones.

La TPM con su composición tridimensional permite tener cinco veces más información del elemento. La posibilidad de un desplazamiento tridimensional da la posibilidad al visitan-te de circular entre los “elementos” y no sólo informarse de sus propiedades sino entender su relación con los “elementos vecinos”. Este interesante paseo entre los elementos es una experiencia activa y más participativa por parte de los alumnos.

¿Cómo se hizo realidad?

Como se mencionó en párrafos anteriores, la elaboración de la TPM se elaboró de manera colectiva. La convocatoria marcaba las características que debían cumplir cada escuela o instancia educativa con deseos de colaborar en el proyecto. Se regis-traron los nombres de estudiantes y profesores participantes y con esta información el Comité Académico, formado en la SQM, asignó a cada escuela un elemento. Los grupos trabaja-ron y entregaron la información requerida, la cual fue revisada, y se dio una retroalimentación sobre los contenidos a los gru-pos. Este proceso derivó en la conformación de los contenidos definitivos de la TPM.

Si bien la idea de los cubos era el punto de partida del pro-yecto y se tenía ya la información completa, había que definir materiales y características para que pudiera cumplir con los objetivos y beneficios planteados en el origen del proyecto:

GÉNESIS E IMPORTANCIA DE LA TABLA PERIÓDICA MONUMENTAL (TPM)

PROYECTO ORIGINAL DE LA SOCIEDAD QUÍMICA DE MÉXICOVerónica García MontalVo, Joaquín Palacios alquisira, lena ruiz azuara

y oliVia sParza GuadarraMa

hacer una gran estructura lo suficientemente fácil de manejar para que satisficiera las condiciones de viajar, de ir a todos los sitios a donde fuera requerida. Éste era un reto que re-quería la participación de otros profesionales además de los químicos.

El D.I. Lázaro Corona, de la empresa Icolori, propuso los ma-teriales y forma de armado de la TPM. Finalmente, el proyecto se hizo realidad: cada cubo se hizo con perfil de fierro desmon-table y se cubrió con una lona plastificada a color con cinco caras impresas.

El gran día: la inauguración

Después dos años de grandes esfuerzos y largas horas de pla-neación y estructuración, el 12 de diciembre de 2011 en la Plaza de Santo Domingo en el centro de la Ciudad de México, se ex-puso por primera vez la Tabla Periódica Monumental. El evento sirvió de marco para dar fin a las celebraciones del Año Inter-nacional de la Química. Para lograr la exposición de la TPM en tan importante sitio, se contó con el apoyo del doctor Rodrigo Vidal del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, quien promovió las autorizaciones para el uso de la Plaza.

Figura 2. Exposición de la TPM en la Explanada del Centro Educativo Cultural del Estado de Querétaro, octubre de 2015

Figura 1. Inauguración de la TPM, en la Plaza Pública de Santo Domingo, 12 de diciembre de 2011

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Los apoyos

La ejecución de un proyecto con las características de la TPM requería más que buenas ideas; era necesario el apoyo de patrocinadores interesados en el proyecto. La primera versión de la TPM se logró gracias a la participación eco-nómica de:

• Dr. Julio Mendoza, director del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal.

• Dr. Marcelo Galván de la Universidad Autónoma Metro-politana-Unidad Iztapalapa.

• Dr. Gabriel Cuevas, director del Instituto de Química de la UNAM.

• M. en C. José Manuel Méndez Stivalet, vicepresidente de la Sección Valle de México.

¿Qué ha sido de la TPM en estos años?

Desde su inauguración en 2011 hasta diciembre de 2015 muchas cosas han pasado con la TPM. Primero, ha cumpli-do con su tarea de viajar y presentarse en distintos sitios del país.

Durante 2012 se presentó en varias sedes como el CCH, plantel sur de la UNAM; la UAM Iztapalapa; la UAM Azca-pozalco; el Instituto Andersen, A.C.; la UNAM; el Palacio de Minería; el IPN; la Facultad de Química de la UNAM y la Universidad de Guadalajara. Durante el Congreso de la FLAQ en 2012, en Cancún, se expuso en la plaza pública frente al Palacio Municipal. En 2013 visitó la Plaza de las Ranas en Guanajuato en el marco del 48° Congreso Mexi-cano de Química y el 33° Congreso Nacional de Educación Química. En 2014 se exhibió en la FES-Cuautitlán, UNAM;

la UAM Iztapalapa y en la Preparatoria del Tecnológico de Mon-terrey campus Santa Fe. Durante 2015 se presentó en la expla-nada del Centro Educativo Cultural del Estado de Querétaro en el marco del 50° Congreso Mexicano de Química y 35° Congre-so Nacional de Educación Química.

En Querétaro sirvió de marco para el desarrollo del Primer Fes-tival de la Química organizado por la SQM en colaboración con la American Chemical Society (ACS). Cerca de 600 niños y niños y 59 profesores de educación primaria y media básica de escue-las estatales recorrieron la TPM apoyados por 100 estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro de diferentes carre-ras en el área Química, quienes se disfrazaron de luchadores, villanos y superhéroes químicos y explicaron de manera lúdica y didáctica la información de la TPM.

Su próxima parada está prevista para el 51° Congreso Nacional de Química y el 35° Congreso de Educación Química, a realizarse en Pachuca, Hidalgo, el próximo mes de septiembre de 2016.

Por lo que se refiere a su diseño y materiales, hasta ahora ha cumplido con los objetivos previstos, aunque ha sido necesaria la reimpresión de las lonas, para mejorar la información ahí con-tenida y restaurar la impresión y la integridad del material, que han sufrido algunos daños al estar expuestos al sol o a la lluvia.

Para la reimpresión se realizó una revisión de contenidos con-tando con el apoyo de la Q. F. B. Consuelo García Manrique y del Q. Arturo Verduzco Ramírez de la Facultad de Química de la UNAM.

El pasado 11 de diciembre de 2015 la Tabla Periódica Monumen-tal fue registrada como obra intelectual en favor de la Sociedad Química de México, idea original construida gracias al apoyo de muchos. Hoy no sólo es un medio educativo y divulgativo de la Química, sino también una estructura con importancia estética y cultural.

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Resultado del proceso electoral 2016-2017, Comité Ejecutivo Nacional

y Sección Valle de México

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Expoquímica 2015

La Sociedad Química de México y el Comité Organizador de los Congresos agradece la participación a las empresas, uni-versidades e instituciones que estuvierón presentes durante la EXPOQUIMICA 2015 con motivo de la celebración del 50° CONGRESO MEXICANO DE QUÍMICA y 34° CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN QUÍMICA, que se llevó a cabo del 07 al 10 de octubre del 2015, en la Ciudad de Querétaro, Querétaro. México, en el Centro Educativo y Cultural del estado de Querétaro, Manuel Gómez Morin “CECEQ”.

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Agradecemos el apoyo brindado de las Universidades e instancias que patrocinaron, apoyaron e hicieron posible el congreso

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COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL

Dra. Lena Ruiz AzuaraPresidente Nacional

Dr. Benjamín Velasco BejaranoVicepresidente

Dr. Eduardo González ZamoraSecretario

M. C. Olivia Soria ArtecheProsecretaria

M. C. Natalia Elvira de la Torre AcevesTesorera

Q. F. B. Consuelo García ManriqueProtesorera

Dr. José Norberto Farfán GarcíaVocal Académico

Dra. Elisa Leyva RamosVicevocal Académica

Dr. Bernardo Frontana UribeVocal Académico

Dr. Ignacio Rivero EspejelVicevocal Académico

Dr. Jesús Valdés MartínezVocal Académico

Dra. Patricia Flores SánchezVocal Industrial

Dra. Irma Patricia Flores AllierVicevocal Industrial

Dr. Carlos Antonio Rius AlonsoVocal Industrial

Dr. Miguel Ángel Romero Martínez del SobralVicevocal Industrial

Gerencia EjecutivaMtra. Olivia [email protected]

AdministraciónMauricio Vargas Herná[email protected]

EditorDr. Ignacio González Martí[email protected]

Asistencia editorialM. V. Z. Adriana Vázquez A. [email protected]

Acervo Histórico Lic. Estefanie L. Ramírez [email protected]

Capacitación y Extensión AcadémicaLic. Lizbeth Méndez [email protected]

Diseño GráficoMarion Huerta