Imperio Bizantino y Arte Bizantino

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Imperio Bizantino y Arte Bizantino Historia del Imperio Bizantino El Imperio Bizantino premedieval El Imperio Romano se dividió en el año 395 tras la muerte del emperador Teodosio, que legó a cada uno de sus dos hijos una de las partes: a Acadio, la parte oriental, con capital en Constantinopla, y a Honorio, la parte occidental, con capital en Rávena. Esta división no fue arbitraria. La economía, sociedad, lengua, que en la zona oriental era predominantemente griega. La cultura e incluso los ritos litúrgicos se diferenciaban mucho en las dos áreas del antiguo imperio. Con la caída en el 476 del Imperio Romano de Occidente, este territorio occidental se dividió en centros independientes de poder, los llamados reinos germánicos, y en consecuencia el Imperio de Oriente se convirtió en el único sucesor legítimo del Imperio Romano y principal potencia del Mediterráneo, tanto en el plano político como militar, económico y cultural. Al Imperio de Oriente se le va a denominar Imperio Bizantino porque Constantinopla era una antigua colonia griega fundada en el Bósforo en el siglo VII llamada Bizancio. Constantino creó sobre esta colonia una nueva ciudad a la que dio su nombre, convirtiéndola en el centro político y militar de la zona oriental del Imperio. Cuando éste se dividió, Constantinopla se convirtió en la capital del Imperio de Oriente, que por extensión de la palabra Bizancio fue denominado Imperio Bizantino. Los propios soberanos germánicos del Mediterráneo occidental mantenían la convicción de que el emperador de Oriente era la autoridad suprema

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Imperio Bizantino y Arte Bizantino

Historia del Imperio Bizantino

El Imperio Bizantino premedieval

El Imperio Romano se dividió en el año 395 tras la muerte del emperador Teodosio, que legó a cada uno de sus dos hijos una de las partes: a Acadio, la parte oriental, con capital en Constantinopla, y a Honorio, la parte occidental, con capital en Rávena.

Esta división no fue arbitraria. La economía, sociedad, lengua, que en la zona oriental era predominantemente griega. La cultura e incluso los ritos litúrgicos se diferenciaban mucho en las dos áreas del antiguo imperio.

Con la caída en el 476 del Imperio Romano de Occidente, este territorio occidental se dividió en centros independientes de poder, los llamados reinos germánicos, y en consecuencia el Imperio de Oriente se convirtió en el único sucesor legítimo del Imperio Romano y principal potencia del Mediterráneo, tanto en el plano político como militar, económico y cultural.

Al Imperio de Oriente se le va a denominar Imperio Bizantino porque Constantinopla era una antigua colonia griega fundada en el Bósforo en el siglo VII llamada Bizancio.

Constantino creó sobre esta colonia una nueva ciudad a la que dio su nombre, convirtiéndola en el centro político y militar de la zona oriental del Imperio. Cuando éste se dividió, Constantinopla se convirtió en la capital del Imperio de Oriente, que por extensión de la palabra Bizancio fue denominado Imperio Bizantino.

Los propios soberanos germánicos del Mediterráneo occidental mantenían la convicción de que el emperador de Oriente era la autoridad suprema del poder legítimo y, por ello, los distintos reyes germánicos mantenían su lealtad a Oriente y se manifestaban vasallos del emperador.

El Imperio Bizantino, por su parte, seguía siendo el centro del mundo conocido, pero a pesar de haber superado la avalancha de las invasiones bárbaras sin sufrir grandes daños, puesto que las desviaron hacia occidente, era un imperio bastante desintegrado por la herejía monofisita.

Dicha herejía aseguraba que Cristo sólo tenía naturaleza divina. Este conflicto teológico estaba provocando grandes divisiones en el Imperio.

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Esta desintegración del Imperio finalizó en el año 518 cuando Justino I accedió al trono imperial y especialmente con su sucesor, Justiniano, que accede al trono en el 527, momento en el que comienza la época de esplendor político y cultural del Imperio Bizantino.

En este momento los territorios del antiguo Imperio Romano estaban divididos en:

Imperio Romano de Oriente, presidido por Justiniano Reino de los Visigodos Reino de los Francos Reino de los Ostrogodos Reino de los Vándalos.

Justiniano, motivado por la idea de renovar el antiguo Imperio Romano, emprende la conquista del Mediterráneo occidental.

Como novedad, Justiniano concibe el Imperio Romano como un imperio Cristiano, de ahí su obsesión por librar a sus súbditos del poder de los cismáticos arrianos, que conlleva poner fin a la soberanía de los germanos.

En el ideal de Justiniano se ven unidos fe y política. De este modo, conquista Italia a los ostrogodos, África a los vándalos y una parte de Hispania, la Bética, a los visigodos.

Justiniano era un hombre de excelente formación de procedencia latina más que griega. Era un gobernante obsesionado por conseguir un poder ilimitado. Él a sí mismo se considera representante de Dios en la tierra, y asume en consecuencia tanto el poder político como el religioso.

Teóricamente, él admite que existen dos instituciones de poder paralelas, el político y el religioso, que no deben interferirse, pero este deseo de poder le convierte en la práctica en un "rex-sacerdos", un rey sacerdote, un césar-papa, creando un sistema político-religioso llamado "cesaropapismo".

Aun siendo un hombre muy amable, aparece en público con un ceremonial tan grandioso y tan inaccesible que le convierte ante sus súbditos en el símbolo más evidente del poder absoluto. Se casó con Teodora, una actriz de teatro y prostituta de gran inteligencia, tanto que se convirtió junto a Justiniano en el gran poder del Imperio Bizantino.

El Imperio Bizantino en época medieval

A partir de la segunda mitad del siglo IX el imperio bizantino alcanza su máxima expansión desde Justiniano. Habían perdido, por supuesto, el Mediterráneo occidental pero se habían asentado y logrado el dominio sobre los Balcanes, hecho retroceder a los musulmanes hasta Palestina y reconquistado Creta y Chipre. Llegan a dominar incluso la Italia del sur, aunque los árabes tuvieron el dominio de Sicilia desde el 827.

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Bizancio se convierte, por tanto, de nuevo en una civilización cristiana que irradia por el sur de Italia, por la zona de Venecia a través de las relaciones comerciales, por la corte de los emperadores germanos a través de alianzas matrimoniales, por los Balcanes, Rusia (gracias a la actividad misionera de Cirilo y de Metodio en los países eslavos).

Se trata de una cultura asentada fundamentalmente en bases de la antigüedad aunque profundamente cristianizadas. Al igual que en el periodo de Justiniano, tanto la cultura como el arte siguen siendo signos externos del poder imperial.

La Iglesia, por su parte, se encuentra en vías de separación de Roma. A mediados del siglo IX, Focio, patriarca de Constantinopla, establece ya la independencia de su sede respecto a Roma, aunque el cisma definitivo llegó en el 1054 cuando Miguel Cerulario, también patriarca de Constantinopla, se negó a reconocer la autoridad de los legados del papa León IX y funda la iglesia ortodoxa griega.

Esta fue la culminación de las diferencias religiosas, políticas y culturales que existían entre Roma y el Imperio de Oriente, aunque ésta escisión no se refleje en el arte.

Historia del Arte Bizantino

El arte bizantino constituye uno de los episodios más grandiosos del arte universal. Se fundamenta en el arte griego y paleocristiano, con grandes influencias orientales (persa y musulmana).

Para los templos, se usa con preferencia la planta centralizada o de cruz griega con grandes cúpulas sobre pechinas. Aunque los materiales constructivos no son especialmente ricos, sí lo es su decoración a base de mosaicos y pinturas murales, donde la representación de la figura humana, solemne y hierática, genera una gran sensación de espiritualidad que heredará posteriormente el arte románico.

El arte bizantino se va a dividir en tres grandes etapas:

Arte protobizantino: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.

La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los iconoclastas contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística acentuadísima, especialmente en el arte figurativo.

Primera Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen Constantinopla.

Segunda Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.

El cesaropapismo va a durar durante todo este periodo y este arte va a ser fundamentalmente áulico, al servicio del poder político, y cuando represente al emperador, hecho muy frecuente, será un arte que aparentemente parece irreal, pero que es el reflejo de esa ostentación majestuosa y solemne que rodeaba a los emperadores y les convertía en símbolos del poder político y religioso.

Arte y Arquitectura Bizantina en el periodo premedieval

Los emperadores, y especialmente Justiniano, utilizaron la arquitectura como un instrumento político para impresionar a los pueblos, tanto del interior como del exterior del Imperio.

Por tanto, es una arquitectura imperial, normalmente costosa, puesto que el emperador podía financiar los gastos necesarios para su programa constructivo.

Fue Justiniano el que buscó a un historiador llamado Procopio para que relatara en un volumen cuáles y cómo eran sus construcciones, llamado "de edificis".

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Hasta la llegada de Justiniano al poder, las construcciones religiosas tanto en oriente como en occidente se habían basado en la basílica romana paleocristiana. Sin embargo, la situación cambia totalmente en el siglo VI.

Occidente continúa adepto a la basílica, pero la arquitectura justiniana rompe con esta tradición. El emperador prefiere iglesias de planta central y abovedadas, inspirándose en modelos del Bajo Imperio Romano que se habían desarrollado en torno a salones palaciegos, pabellones de jardín y construcciones funerarias.

Con Justiniano, pues, la planta central cupulada con bóvedas de ladrillo se va a convertir en norma para construir los edificios religiosos, independientemente de cuál fuera su función litúrgica. Al parecer, la influencia de la liturgia fue determinante para esta elección. La liturgia que se había desarrollado en las costas del Egeo (Acheiropoietos) requería la nave central como lugar exclusivo para el coro. Un edificio de planta central en cambio no requiere este tipo de separación. La zona central está ocupada con el coro y el deambulatorio por los fieles. De este modo se facilita enormemente el desarrollo de esta liturgia oriental que se manifiesta distinta a la que se realizaba en Roma y en parte del occidente europeo.

Iglesia de los Santos Sergio y Baco (Constantinopla)Es una iglesia que mandó construir Justiniano cuando todavía era príncipe heredero. Estaba junto al palacio que habitaba por lo que se trata de una capilla palatina al mismo tiempo que un martirium pues guardaba las reliquias reales.

Es de planta centralizada, formada por un núcleo central que es un octógono cubierto con una cúpula que se apoya en ocho pilares y que está inscrito en un cuadrado irregular que forma el deambulatorio envolvente. La conexión entre el núcleo y el deambulatorio se hace a través de exedras alternadas con tramos rectos configurados por columnas que sustentan el piso superior o tribuna situado sobre el deambulatorio, aunque el gran apoyo son los ocho pilares.

Nos encontramos con un presbiterio orientado al este, bastante profundo y que consta de un tramo recto que comunica con el deambulatorio y que está cubierto con bóveda de cañón y una exedra. Todo el deambulatorio se cubre con bóveda de cañón.

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Al oeste hay un nártex bastante pequeño pero al ser una capilla palatina seguramente no se necesitara. Encima del piso de tribuna hay un tambor horadado que sostiene una cúpula formada por 16 plementos alternos curvos y rectos (los tramos curvos coinciden con el arranque de los pilares y los tramos rectos con la clave de los arcos que sustentan estos).

Al exterior manifiesta una estética horizontal; se trata de un edificio muy macizo y achaparrado, con predominio visual de la cúpula.

Santa Sofía de ConstantinoplaSanta Sofía se construyó entre los años 532 y 537, inmediatamente después de la destrucción de la primitiva basílica constantiniana debido a un incendio que brotó durante la llamada Insurrección de Nika, en el mismo año 532.

Santa Sofía es una iglesia palatina construida junto al palacio imperial y como el emperador quería realizar una construcción eminentemente grandiosa con el fin de manifestar así su poder, mandó llamar a dos ingenieros especializados en construcciones militares porque se consideraba que así podría ejecutarse una obra con más innovaciones técnicas que si la dirigiese un arquitecto. Estos ingenieros fueron Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles.

Trabajaron en este edificio más de diez mil obreros y sabemos, especialmente por Procopio, que prácticamente todas las provincias del Imperio enviaron sus materiales más preciados para la decoración de esta iglesia. El elemento más grandioso es su gran cúpula, pero se hundió en torno al 550 y tuvo que ser reconstruida entre los años 558 y 562 por Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto.

Como característica fundamental, se trata de un edificio en el que se compatibilizan a la perfección la tendencia basilical con su sentido dinámico y ritmo longitudinal y la tendencia centralizada con la cúpula como elemento principal. La primera cúpula iba cubierta con un mosaico de oro. La definitiva, al parecer, llevaba como decoración una enorme cruz. Parece evidente que la iglesia de Santa Sofía no presentaba mosaicos figurativos.

Las principales características estéticas de la basílica son:

Materiales ricos y exóticos que buscan el destello de las piedras y de las teselas de los mosaicos con el fin de diluir la estructura arquitectónica y de crear un ambiente trascendente que fuese manifestación de Dios y de su lugarteniente en la tierra, Justiniano.

Perfección técnica de la obra, irrepetible en la arquitectura del mundo Mediterráneo.

El exterior es similar a la de los otros edificios de estilo bizantino: achaparrado, muy voluminoso, donde destaca la cúpula pero no de manera estilizada, sino muy baja y con un tambor poco desarrollado. Los minaretes son producto de la invasión turca.

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El interior es, sin embargo, soberbio. Se accede desde un atrio y tiene dos exonártex. La planta es cuadrangular (70 x 77 metros aproximadamente), en la que hay dos ejes perfectamente diferenciados: este-oeste y norte-sur. En el eje este-oeste es donde nos encontramos con el planteamiento característico de una planta centralizada, pues está presidido sobre una enorme cúpula que está levantada sobre pechinas y se soporta sobre cuatro grandes pilares. Esta cúpula mide 32 metros de diámetro y está formada por 40 plementos curvos en cada uno de los cuales hay una ventana que ilumina directamente la nave y que en determinados momentos del año y del día provoca el efecto "cúpula colgante".

Pese a la centralización, los ingenieros fueron capaces de desarrollar una serie de elementos que hacen que impere el eje este-oeste hacia el ábside. Para ello, lanzan de pilar a pilar unos muros que cubren totalmente las naves laterales y que forman arcos sujetos por pilares. Además, debido al gran tamaño de la cúpula, tuvieron que transmitir los empujes a unas semicúpulas que a su vez los transmiten a unos cuartos de cúpulas que hay en los extremos y que tienen forma de nicho.

Todo ello termina en un presbiterio formado por un tramo cubierto por bóveda de cañón y una exedra semicircular cubierta por una bóveda de horno que al exterior se muestra poligonal. Al otro extremo hay un tramo cubierto por una bóveda de cañón que da al nártex. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de arista que alternan con tramos cubiertos por bóveda de cañón, que coinciden con los contrafuertes. En el piso de tribuna la cubrición se hizo a base de pequeñas cupulitas. Hay una gran diferencia de altura entre las naves laterales y la central.

La iglesia primitiva era prácticamente igual a la actual, por lo que se supone que lo que hizo Isidoro el Joven cuando la cúpula primitiva se hundió fue agrandar los pilares para que no volviera a ocurrir.

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Probablemente en el siglo VII u VIII se tuvieron que añadir unos enormes contrafuertes. La decoración del interior se debe a reformas turcas, la decoración vegetal destaca de manera especial.

Iglesia de Santa Irene de ConstantinoplaFue reconstruida en torno al 740 tras un terremoto. Sin embargo, es un edificio del periodo Justiniano que se estaba construyendo en el 532.

Su tipología es basílica con cúpula, es decir, es una estructura que pretende imitar a Santa Sofía pero que se queda exclusivamente en un ensayo secundario de basílica presidida por una cúpula central, mientras que en Santa Sofía se consigue una conjunción perfecta entre planta centralizada y basilical.

Presenta como gran novedad, respecto a la primitiva justiniana, tribunas en las naves laterales, pero todo parece indicar que la estructura del piso de abajo no varía sustancialmente.

Tiene un pequeño nártex y la nave central presenta tres tramos, el central con la gran cúpula y tramos extremos con bóveda de cañón que contrarresta el peso de la cúpula. Las naves laterales se cubren con bóveda de cañón. En el prebisterio, la exedra presenta un perfil semicircular, mientras que el exterior presenta un perfil poligonal, igual que el tipo Egeo.

Iglesia de San Vital de RávenaRávena se convierte en el prototipo de ciudad para conocer el arte de Justiniano porque la herejía iconoclasta se llevará muchas obras de iglesias de Constantinopla, mientras que las de Rávena permanecerán intactas.

La iglesia de San Vital de Rávena se convertirá en la iglesia oficial del exarcado bizantino y es, por tanto, la Iglesia Imperial del territorio del Imperio Romano Occidental. Se termina entre los años 546 - 548. Está hecha de ladrillo. Es una iglesia palatina, por lo que tiene planta centralizada; también es centralizada porque es una iglesia martirium. Es semejante, por tanto, a la de los Santos Sergio y Baco.

Está formada por dos octógonos, uno inscrito dentro de otro. El octógono central con pilares se extiende hasta el deambulatorio mediante siete nichos formados por columnas. Tiene un gran presbiterio en el octógono interior, formado por dos partes: tramo recto que ocupa la anchura del deambulatorio y remate en exedra. Está encuadrado en dos pequeñas capillas y dos más grandes formadas por un tramo circular y tramo rectangular.

La iglesia presenta un atrio y un nártex, que está unido al deambulatorio a través de un ángulo del octógono y crea unos torreones y unos espacios triangulares con el fin de unir el nártex con el deambulatorio. Hacen que el acceso sea especialmente original. La decoración se hace en mármoles, en mosaicos se desarrolla el ábside (tramo recto y exedra) exclusivamente.

En sus inicios, la cubierta del deambulatorio era de madera pero en la Edad Media se cubrió con bóveda. La cúpula está sobre un gran tambor con ventanas, sobre la parte central de la planta sobreelevada. En torno a ella, está el deambulatorio que presenta dos pisos, uno bajo y la tribuna.

Frente a una estética horizontal característica de Oriente, se tiende a estética vertical, al contrario que los orientales, permite ver cómo podría ser el interior de la iglesia.

El programa iconográfico de San Vital es de una belleza inimaginable.

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Desde el punto de vista histórico se inicia el programa con la historia de Abraham, ya que fue el primer personaje del Antiguo Testamento con la promesa de su alianza con el pueblo de Israel.

Continúa con Moisés, el receptor de la Antigua Ley. Luego Jeremías planteando que sus profecías son los eslabones entre la Antigua Ley y la Nueva Ley de Cristo y culmina este proceso histórico con la figura del Cordero, símbolo de la Redención, cuya universalidad queda patente en la Epifanía que se observaba en el manto de Teodora.

Cristo y los evangelistas que aparecen en el arco triunfal, representan a la Iglesia que transmitirá la Nueva Alianza y la Salvación a la Humanidad. A lo largo de este proceso histórico la piedad de los hombres se manifiesta de un modo reiterado: Abraham ofrece a Dios a Isaac; Abel y Melquisedec haciendo sus correspondientes ofrendas; Justiniano y Teodora también haciendo presentes y, por último, al propio obispo Eclesio ofreciendo la iglesia.

Cristo, al igual que su padre, premia al hombre piadoso, representado aquí en la coronación de San Vital.

San Apolinar in ClasseEn Rávena también, por mandato de Justiniano, se construyó esta basílica, aunque era una mera imitación de San Apolinar Nuovo: la torre está exenta y es de planta circular. Tiene un exonártex y tres naves.

Sólo los mosaicos de los intersticios y de la bóveda de horno son del S.VI. La bóveda está presidida por un enorme clipio, que inserta una cruz gamada sobre un fondo azul con estrellas, la bóveda celestial. Arriba está la mano de Dios y a ambos lados hay dos figuras (Elías y Moisés). Es el tema de la transfiguración, el momento en el que Cristo se va al monte con tres de sus apóstoles: Pedro, Juan y Santiago, y se les manifiesta a partir de luces y resplandores como el propio Dios junto a dos personajes: el profeta Elías y Moisés.

Cristo está repetido en la cruz. Debajo hay tres ovejas que son los apóstoles, la que está sola es Pedro ya que tiene más importancia. Abajo está San Apolinar en un paisaje totalmente conceptual y rodeado de 12 ovejas, quizá el conjunto de los bienaventurados o quizá los apóstoles. San Apolinar está en actitud orante. La cruz, aparte de gemas, presenta el rostro de Cristo, lo que supone la primera vez que aparece una referencia figurativa de Cristo.

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San Apolino Nuovo. Mosaicos

Aquí se produce un alineamiento de prototipos humanos del hombre cristiano (hombre - esquema).

Los pliegues muy rígidos y hieráticos que ocultan la figura. Tienen caras sin rasgos verídicos, modelo ideal del rostro que expresa espiritualidad: ojos muy abiertos y muy grandes. San Martino es el único que se diferencia un poco más.

Las santas son incluso más estereotipadas y menos volumétricas. En ambos cortejos el paisaje es totalmente estereotipado y hay telón cromático.

Arquitectura y Arte Bizantino Medieval

Tras la querella iconoclasta se dan tres periodos según la dinastía gobernante en Bizancio:

Período Macedonio: 867-1057. Período Comneno: 1081-1204. Imperio latino de Constantinopla: cuando llegaron los cruzados de occidente. Período Paleólogo: contemporáneo al gótico.

Respecto a la arquitectura, predominan dos tipos iglesia: la de cruz inscrita y la de octógono cruciforme. En ambas se da la planta cuadrangular o rectangular, una cruz inscrita y una cúpula central coronando el edificio. Esto se debe fundamentalmente a que pretenden que el templo sea un compendio del cosmos creado por Dios, por eso se denominan iglesias microcosmos. La cúpula simboliza el cielo, el cuadrado representa la tierra y la cruz es la forma geométrica que sirve de interrelación entre el cielo y la tierra.

Desde el punto de vista de las artes figurativas, hay que decir que llenan en su totalidad los muros de las iglesias y constituyen una manifestación teológica que pretende ser el compendio de la fe cristiana. Buscan, por tanto, representaciones trascendentes y rechazan todo aquello que suponga materia. Se trata de que todos los aspectos estilísticos y estéticos de estas artes aproximen al hombre a lo divino. En consecuencia, buscan la anulación espacial mediante:

Fondos de oro como telón de fondo y si no se usa el oro, telones cromáticos. Representación de paisajes y arquitecturas totalmente conceptuales. Los suelos no tienen relación real con los objetos o figuras que se depositan en ellos. Se usan perspectivas conceptuales: las jerárquicas y las diversas fundamentalmente. Se buscan los arquetipos intemporales, las figuras-esquema, que anulen el concepto

de tiempo. Esto lo logran mediante:o Se suprimen los moderados, que dan sensación de plasticidad y relieve. Por el

contrario, predomina la línea.o Tendencia a figuras muy estilizadas, ya que la estilización contribuye a

manifestar espiritualidad.o Impasibilidad e inmovilidad.o Las figuras siempre se proyectan en dos dimensiones, anulan conscientemente

la tercera dimensión.

Generalmente todos los programas iconográficos, del mismo modo que los recursos estilísticos, se repiten constantemente en todas las iglesias. Esto se debe a la elaboración posiblemente en la segunda mitad del siglo IX de un tratado llamado "Hermeneia" en donde se dicta cómo se deben realizar las escenas y que escenas deben colocarse en cada lugar del templo. De este modo, surgió un proyecto decorativo que va a ser común para todas las iglesias.

La Hermeneia no se conserva, pero la conocemos muy bien porque en el siglo XIX se encontró un manuscrito que recogía la Hermeneia en un monasterio del monte Athos, en Grecia. En función de la Hermeneia las escenas y las figuras disponen de la misma manera:

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El nivel inferior (en los muros): deben aparecer exclusivamente patriarcas del Antiguo Testamento, profetas, apóstoles, mártires y obispos.

En el nivel medio (trompas, pechinas, tímpanos...): deben aparecer historias de la vida de Cristo que recojan sus momentos más trascendentales.

En el nivel superior (cúpulas y bóvedas de horno en los ábsides): debe aparecer Cristo en majestad, la Vírgen y los ángeles.

Monasterio de Hossius LucasEste monasterio es ejemplo de los dos tipos de plantas que se dieron en Bizancio. La más pequeña es de cruz inscrita y está dedicada la Vírgen Teotocos; la de San Lucas es la iglesia de octógono cruciforme.

La iglesia de la VírgenEs una iglesia de planta con una cruz inscrita en un cuadrado (prescindiendo de la cabecera y del nártex). En el tramo central aparece una cúpula pequeña y esbelta soportada por pechinas y por cuatro soportes, en este caso y generalmente columnas, aunque también pueden ser pilares, que producen un gran efecto de ligereza. La cúpula además es contrarrestada por las bóvedas de cañón que cubren los brazos de la cruz. Los tramos de esquina se suelen cubrir con bóvedas de aristas, como sucede aquí, o con pequeñas cupulillas que junto a la cúpula principal configuran un modelo de iglesia de cinco cúpulas característica del templo bizantino.

Al éste hay una triple cabecera formada por tres ábsides, el central más amplio. Su estructura es igual y comprende un tramo recto cubierto con bóveda de cañón y un tramo absidial cubierto con bóveda de horno. El perfil de estos ábsides al exterior es poligonal. A los pies aparece un nártex doble, de seis tramos, cubiertos con bóveda de cañón y articulados en torno a dos soportes centrales, aquí columnas.

Iglesia de San LucasSan Lucas es la iglesia de planta rectangular presidida en el centro por una gran cúpula que se trasdosa al cuadrado en el que se inserta mediante trompas. Debido a su gran tamaño, necesita un mayor número de soportes. Así, está soportada por ocho grandes pilares, por esto se llama octógono. También se llama cruciforme porque en los ejes ortogonales de la planta aparecen cuatro tramos más grandes que los restantes tramos de la iglesia cubiertos con bóvedas de cañón o de aristas más elevados del resto de los tramos y que sirven de contrarresto del peso de la cúpula. El tramo oriental es el tramo recto del ábside.

En muchas de estas iglesias puede aparecer una tribuna sobre los tramos laterales. Al oeste hay un nártex cubierto con bóveda de aristas.

Mosaicos: en la bóveda de horno aparece la Vírgen Teotocos y en la cúpula que cubre el tramo recto aparece el Pentecostés. En las trompas, aparece el Nacimiento, la Anunciación, la Adoración de los pastores y de los Reyes Magos.

Esta conjunción de temas es debido al calendario litúrgico bizantino. Además, está ambientada en una gruta. También aparece la Anástasis, el descenso de Cristo a los infiernos, en el tímpano del nártex, una crucifixión con la deesis y Cristo muerto y un sol, que simboliza la naturaleza divina, y una luna, que simboliza la naturaleza humana.

Monasterio de DafneIglesia de cruz inscrita en un octógono de pleno siglo XI. La cúpula es grande y achaparrada. Los mosaicos están peor conservados. En la cúpula central, aparece el Pantocrátor, es un fragmento del Cristo apocalíptico.

El artista está claramente influido por el arte del bajo imperio: Cristo aparece colérico, tal y como era representado Júpiter, y hay un cierto modelado. La mandorla tiene numerosos colores a modo de arco iris. En el nártex aparece la Anástasis. En una trompa aparece el bautismo de Cristo y en el tímpano aparece la escena de María presentada del templo.

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Arte bizantino.

Expresión artística que se configura a partir del siglo VI

fuertemente enraizada en el mundo helenístico como

continuador del arte paleocristiano oriental. En sus primeros

momentos se consideró como el conservador natural en los

países del Mediterráneo oriental del Imperio Romano, siendo

transmisor de formas artísticas que influyen poderosamente en

la cultura occidental medieval. Los períodos del arte

bizantino se ajustan, como es natural, a las grandes fases de

su historia política.

Desde comienzos del siglo V se va creando un lenguaje formal

artístico propio y diferenciado del que se mantiene en el

Imperio de Occidente. Más tarde, en la época de Justiniano

(527-565) se inicia la primera etapa específicamente

bizantina: es la Primera Edad de Oro que comprende los siglos

VI y VII, es la etapa de formación del arte bizantino en sus

aspectos formales básicos.

Después del período de la lucha de los iconoclastas, aunque

pobre en monumentos, comienza, en torno al año 850, el arte

bizantino medio o Segunda Edad de Oro que perdura hasta el

año 1204, cuando Constantinopla es conquistada por los

cruzados; en esta época esencialmente se consolidan los

aspectos formales y espirituales del arte bizantino; es la

verdadera etapa creadora y definidora de la estética

bizantina.

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Después del dominio latino, con la dinastía de los

Paleólogos, se da paso a la Tercera Edad de Oro que se centra

en el siglo XIV y que finaliza con la toma de Constantinopla

en el año 1453. Después, el arte bizantino florece en los

países eslavos, Rusia y sureste de Europa, transmitiéndose

hasta nuestros días a través del Monte Athos.

*Arquitectura bizantina*

En la Primera Edad de Oro, época de Justiniano, siglo IV, se

realizan las más grandiosas obras arquitectónicas que ponen

de manifiesto los caracteres técnicos y materiales, así como

el sentido constructivo que caracteriza el arte bizantino de

este período.

Del mundo romano y paleocristiano oriental mantuvo varios

elementos tales como materiales (ladrillo y piedra para

revestimientos exteriores e interiores de mosaico), arquerías

de medio punto, columna clásica como soporte, etc. pero

también aportaron nuevos rasgos entre los que destaca la

nueva concepción dinámica de los elementos y un novedoso

sentido espacial y, sobre todo, su aportación más importante,

el empleo sistemático de la cubierta abovedada, especialmente

la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en

los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la

circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas se

construían mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo

de coronas de radio decreciente reforzadas exteriormente con

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mortero, y eran concebidas como una imagen simbólica del

cosmos divino.

Otra aportación de gran transcendencia fue la decoración de

capiteles, de los que hubo varios tipos; así, el de tipo

teodosiano es una herencia romana empleado durante el siglo

IV como evolución del corintio y tallado a trépano, semejando

a avisperos; otra variedad fue el capitel cúbico de caras

planas decorado con relieves a dos planos. En uno y otro caso

era obligado la colocación sobre ellos de un cimacio o pieza

troncopiramidal decorada con diversos motivos y símbolos

cristianos.

En la tipología de los templos, según la planta, abundan los

de planta centralizada, sin duda concordante con la

importancia que se concede a la cúpula, pero no son

inferiores en número las iglesias de planta basilical y las

cruciformes con los tramos iguales (planta de cruz griega).

En casi todos los casos es frecuente que los templos, además

del cuerpo de nave principal, posea un atrio o narthex, de

origen paleocristiano,y el presbiterio precedido de

iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado

se colocaban los iconos pintados.

La primera obra bizantina, del primer tercio del siglo VI, es

la iglesia de los Santos Sergio y Baco,en Constantinopla (527-

536), edificio de planta central cuadrada con octógono en el

centro cubierto mediante cúpula gallonada sobre ocho pilares

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y nave en su entorno. A este mismo momento de la primera

mitad del siglo V, corresponde la iglesia rectangular con dos

cúpulas de la Santa Paz o de Santa Irene, también en

Constantinopla. Pero la obra cumbre de la arquitectura

bizantina es la Iglesia de Santa Sofía, iglesia de la divina

sabiduría, dedicada a la Segunda Persona de la Santísima

Trinidad, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e

Isidoro de Mileto, entre los años 532 y 537, siguiendo las

órdenes directas del emperador Justiniano.

También fue importante la desaparecida iglesia de los Santos

Apóstoles de Constantinopla, proyectada como mausoleo

imperial e inspirada en la iglesia de San Juan de Éfeso,

ofrecía un modelo de planta de cruz griega con cinco cúpulas

ampliamente imitada en todo el mundo bizantino, por ejemplo

en la famosa iglesia bizantina de San Marcos de Venecia, obra

del siglo XI.

No fue Constantinopla el único foco importante en esta

primera Edad de Oro de Bizancio, es menester recordar el

núcleo de Rávena, el exarcado occidental situado en el

nordeste de la península italiana, en las riberas del mar

Adriático,junto a Venecia.

Las iglesias bizantinas de Rávena presentan dos modelos: uno

de clara inspiración constantinopolitana relacionada con la

iglesia de los Santos Sergio y Baco, la de iglesia de San

Vital en Rávena (538-547), en la que, igualmente que su

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modelo, es de planta octogonal con nave circundante entre los

elevados pilares y con una prolongación semicircular en la

cabecera, delante del ábside del presbiterio; en los pies

tiene un amplio atrio con torres laterales. En esta iglesia

de San Vital están ya prefigurados los rasgos más

característicos de la estilística en la arquitectura medieval

de Occidente, sobre todo en los que se refiere al sentido

vertical de la construcción en detrimento de la

horizontalidad precedente. Las otras iglesias bizantinas de

Rávena tienen influencia paleocristiana por su estructura

basilical con cubierta plana. Son la iglesia de San Apolinar

in Classe y la iglesia de San Apolinar Nuevo, ambas de la

primera mitad del siglo V y con destacados mosaicos.

En la Segunda Edad de Oro predominan las iglesias de planta

de cruz griega con cubierta de cúpulas realzadas sobre tambor

y con una prominente cornisa ondulada en la base exterior.

Este tipo nuevo de iglesia se plasma en la desaparecida

iglesia de Nea de Constantinopla (881), construida por

Basilio I. A este mismo esquema compositivo corresponde la

catedral de Atenas, la iglesia del monasterio de Daphni, que

usa trompas en lugar de pechinas, y los conjuntos monásticos

del Monte Athos en Grecia.

En Italia destaca la anteriormente citada basílica de San

Marcos de Venecia, del año 1063, planta de cruz griega

inscrita en un rectángulo y cubierta con cinco cúpulas sobre

Page 16: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

tambor, una sobre el crucero y cuatro en los brazos de la

cruz, asemejándose en su estructura a la desaparecida iglesia

de los Santos Apóstoles de Constantinopla. En esta Segunda

Edad de Oro el arte bizantino se extendió a la zona rusa de

Armenia, en Kiew se construye la iglesia de Santa Sofía en el

año 1017, siguiendo fielmente los influjos de la arquitectura

de Constantinopla se estructuró en forma basilical de cinco

naves terminadas en ábsides, en Novgorod se levantan las

iglesias de San Jorge y de Santa Sofía, ambas de planta

central.

Durante la Tercera Edad de Oro, entre los siglos XIII y XV el

arte bizantino se sigue extendiendo por Europa y Rusia,

predominando las plantas de iglesias cubiertas mediante

cúpulas abulbadas sobre tambores circulares o poligonales. A

esta etapa corresponden en Grecia la iglesia de los Santos

Apóstoles de Salónica, del siglo XIV, la iglesia de Mistra,

en el Peloponeso, y algunos monasterios del Monte Athos.

Así mismo se multiplican los templos bizantinos por los

valles del Danubio, por Rumania y Bulgaria, llegando hasta

las tierras rusas de Moscú donde destaca la iglesia de la

Asunción del Kremlin, en la Plaza Roja de Moscú, realizada en

tiempos de Iván el Terrible (1555-1560), cuyas cinco cúpulas,

la más alta y esbelta en el crucero y otras cuatro situadas

en los ángulos que forman los brazos de la cruz, resaltan por

su coloración, por los elevados tambores y por su

Page 17: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

característicos perfiles bulbosos.

*Artes figurativas bizantinas*

La pintura y los mosaicos bizantinos, más que su escultura,

han tenido una singular importancia en la historia de las

formas de representación plástica, por cuanto que han servido

de puente a los modelos cristianos orientales hacia Europa,

así como a la transmisión de las formas clásicas cuando en

Occidente había desaparecido por la acción de los pueblos

bárbaros, y por último, el arte bizantino ha sido la fuente

principal en la fijación de la iconografía occidental.

*Escultura bizantina*

La plástica escultórica bizantina supuso la culminación del

arte paleocristiano, manteniendo sus técnicas y su estética

de progresivo alejamiento de las cualidades clásicas: la

mayor rigidez, la repetición de modelos estereotipados, la

preferencia del bajorrelieve a las obras de bulto redondo y

el uso de materiales ricos (marfil) que proporcionan pequeñas

piezas, son los caracteres más destacados de la estatuaria

bizantina de la primera etapa.

Tras la sistemática destrucción del período iconoclasta hay

una vuelta al culto de las imágenes, pero para no caer en la

idolatría y por influjo de las nuevas corrientes islámicas

desaparece la figura humana en la estatuaria exenta.

Las obras más destacadas son las labores ornamentales de los

capiteles con motivos vegetales y animales afrontados como

Page 18: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

son los de San Vital de Rávena o los sarcófagos de la misma

ciudad en los que se representan los temas del Buen Pastor.

Pero las obras capitales de la escultura bizantina son las

pequeñas obras, dípticos y cajas, talladas en marfil,

destacando el díptico Barberini, Museo del Louvre, del siglo

V, o la célebre Cátedra del obispo Maximiano, en Rávena,

tallada hacia el año 533 sobre placas de marfil con minuciosa

trabajo.

*Mosaico y pintura bizantinos*

El gusto por la riqueza y la suntuosidad ornamental del arte

bizantino, eminentemente áulico, exigía el revestimiento de

los muros de sus templos con mosaicos, no sólo para ocultar

la pobreza de los materiales usados, sino también como un

medio para expresar la religiosidad y el carácter semidivino

del poder imperial (cesaropapismo).

De la Primera Edad de Oro destacan el conjunto más importante

es el de Rávena, que enlaza con los mosaicos paleocristianos

del siglo V: en las iglesias de San Apolinar Nuevo y San

Apolinar in Clase se cubre sus muros superiores con mosaicos

que representan, en la primera un cortejo procesional,

encabezado por los Reyes Magos, hacia la Theotokos o Madre de

Dios, en la segunda, en el ábside, se muestra una visión

celeste en la que San Apolinar conduce un rebaño.

La obra maestra de del arte musivario, es sin duda alguna,

el conjunto de mosaicos de San Vital de Rávena, compuestos

Page 19: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

hacia el año 547, y en los que se representan varios temas

bíblicos y en los laterales del ábside los grupos de

Justiniano y de su esposa Teodora con sus respectivo séquito.

Terminada la lucha iconoclasta, a mediados del siglo IX es

cuando verdaderamente se configura la estética bizantina y su

iconografía. Surgirá una nueva Edad de Oro, la segunda, que

supondrá el apogeo de las artes figurativas, irradiando sus

influjos al arte islámico, por entonces en formación, y al

naciente arte románico europeo.

Las figuras acusan una cierta rigidez y monotonía, pero muy

expresivas en su simbolismo, con evidente desprecio del

natural y las leyes espaciales; son alargadas y con un

aspecto de cierta deshumanización.

Los nuevos tipos iconográficos se adaptan simbólicamente,

según un programa prefijado (Hermeneia), a las diferentes

partes del templo: el Pantocrator (Cristo en Majestad

bendiciendo) en la cúpula, el Tetramorfos (cuatro

evangelistas) en las pechinas, la Virgen en el ábside, los

santos y temas evangélicos en los muros de las naves.

Los modelos más repetidos son las figuras de Cristo con barba

partida y edad madura (modelo siríaco) y de la Virgen que se

presenta bajo diversas advocaciones (Kyriotissa o trono del

Señor en la que sostiene sobre sus piernas la Niño, como si

fuera un trono; Hodighitria, de pie con el Niño sobre el

brazo izquierdo mientras que con el derecho señala a Jesús

Page 20: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

como el camino de salvación - es el modelo desarrollado en el

gótico -; la Theotokos, o Madre de Dios, ofrece al Niño una

fruta o una flor; la Blachernitissa o Platytera con una

aureola en el vientre en el que parece el Niño indicando la

maternidad de la Virgen).

Otros temas muy repetidos son la Déesis o grupo formado por

Cristo con la Virgen y San Juan Bautista, como intercesores,

y los dedicados a los doce fiestas litúrgicas del año entre

las que destaca la Anastasis o Bajada de Cristo al Limbo, el

Tránsito de la Virgen, la Visón de Manré, es decir, la

aparición de los tres ángeles a Abrahám, simbolizando la

Trinidad.

Durante la Tercera Edad de Oro el mosaico continuó en uso

hasta el siglo XIII, en esta época se enriquece la

iconografía de los ciclos "marianos", de los santos y

evangélicos, a la vez, que por influjos italianos, se aprecia

una mayor libertad compositiva y una evidente manierismo en

las estilizaciones.

Destruidos los mosaicos de Constantinopla quedan como únicas

referencias los de San Marcos de Venecia, con abundante

empleo del dorado que ejercerán un marcada influencia en las

obras góticas de Cimabue, Duccio y otros pintores italianos.

La pintura sustituye al mosaico en esta Tercera Era, contando

con el precedente de los interesantes conjuntos de iglesias

rupestres de Capadocia, en Asia Menor.

Page 21: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

Son importantes los talleres rusos de Novgorod y Moscú, donde

trabaja Teófanos el Griego, fresquista y pintor sobre tabla

en el siglo XIV y en la centuria siguiente destacan como obra

maestra la Virgen de Vladimir (Moscú) y el monje Andrés

Rublev o Rubliov especialmente a través de su icono de la

Trinidad, este icono del siglo XV es considerado como el más

importante icono bizantino de la escuela rusa, representa a

la Trinidad a través de la escena bíblica llamada visión de

Manré, es decir tres ángeles que se aparecen al patriarca

Abrahám. Se caracteriza por el aire melancólico, de intensa

espiritualidad, en la que el ángel del centro, con túnica

roja, se cree que representa a Cristo con un árbol al fondo;

el de la izquierda representa a Dios Padre y el de la derecha

al Espíritu Santo. La perspectiva es típica del tipo

bizantino, es decir, inversa, abriéndose las líneas conforme

se alejan de los ojos del espectador.

Algo más tardía son las escuelas veneciana y cretense donde

destacó Andrea Riccio de Candia, a quien se atribuye la

creación del famosísimo icono de la Virgen del Perpetuo

Socorro.

La pintura de iconos ha seguido manteniéndose durante toda la

Edad Moderna, tomando como referencia estética los caracteres

de la pintura bizantina clásica, que se impone a las

influencias italianas.

Las colecciones de iconos más completas se encuentran en la

Page 22: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

galería Tretiakov de Moscú, en el museo Puskin de Leningrado,

en la catedral de Sofía (Bulgaria) y en el museo de iconos

"La Casa Grande" de Torrejón de Ardoz (Madrid). En la

catedral de Cuenca se encuentra el díptico de los déspotas de

Epiro correspondiente a la escuela yugoslava.

Paralelamente se desarrolla la realización de miniaturas para

los códices purpúreos, llamados así por el uso de fondos de

púrpura. De la primera época es el Génesis de Viena, del

siglo V, los evangeliarios de Rábula y de Rossano, ambos del

siglo siguiente.

En las etapas siguientes destacaron los salterios con

abundantes representaciones en toda la página o en los

márgenes llenas de sentido narrativo. Destacan el Menologio

de Basilio II (Biblioteca Vaticana) y el tratado de

Cinegética de Oppiano (París).

En las artes suntuarias sobresalieron gracias al ambiente

cortesano bizantino.

Las labores textiles se inspiraron en los modelos sasánidas

(motivos encerrados en círculos); en la orfebrería sobresale

el uso de los esmaltes sobre metales preciosos, siguiendo la

técnica del tabicado o alveolado de origen germánico, en el

que los colores se separan por filamentos de oro. La obra

maestra de la orfebrería es la Pala de Oro, San Marcos de

Venecia o el icono esmaltado de San Miguel del mismo templo.

Refiriéndonos a Justiniano cabe decir que nunca fue popular, era

Page 23: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

frío y distante con el pueblo, reinaba solo o aconsejado

por su esposa Teodora, evitando tentaciones a usurpar el poder,

aunque sabía delegar responsabilidades como construcción de

Iglesias y edificiospúblicos, compilaciones de leyes o campañas

bélicas. Fue un hombre culto, hablaba latín, era estudioso, apasionado

por los problemas teológicos, inteligente, ambicioso, pero debió

muchas de sus buenas acciones de gobierno al buen criterio y la

valentía de su mujer, Teodora. El gran sueño de Justiniano era

reconstruir el Imperio Romano, tarea que consideraba factible dada

la inestabilidad de los reinos germánicos en Occidente.

Por ello en el ámbito militar dedicó varios años a reconquistar por

intermedio de su general preferido, Belisario, el Africa occidental

(Cartago) a los vándalos, la península itálica a los ostrogodos y el

sureste de la península ibérica a expensas de los visigodos.

Este merito se consiguó además gracias a su general Narsés

(también lidiando con las vicisitudes de una guerra intermitente,

tratados de paz de por medio, con Persia, cuyo rey, Crossroes I la

llevó a la cima de su poder y cultura en esa misma época).

En el ámbito político convirtió varias circunscripciones pequeñas

en provincias de mayor extensión, dando mas poder a los gobernadores,

sin embargo solo unos pocos tenían el poder militar y civil a la vez,

estos en su mayoría en las provincias occidentales recién conquistadas.

Tuvo una gran actividad constructora, mandó fundar ciudades, hizo

construir iglesias, palacios, baños, puentes y acueductos.

Se destaca la construcción de la Iglesia de Santa Sofía, creación de

Page 24: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

Antemio de Tralles y sus ayudantes Isidoro de Mileto e Ignacio.

Debido al alto costo de las guerras que inició y de las construcciones

emprendidas tuvo una política fiscal cada vez mas agresiva y opresora.

Trató todo el tiempo de hacer menos corruptibles a los funcionarios, por

ejemplo, suprimió la costumbre de comprar "semilegalmente " cargos

públicos. De todas maneras, toda esta renovación administrativa no

estaba dada por el hecho de querer cambiar, sino que el objetivo

más importante y que terminó siendo el único, fue hacer más

funcional la administración para conseguir recaudar más y más

y así financiar sus proyectos.

Tal vez, junto a la construcción de la Iglesia de Santa Sofía, lo que

lo hizo célebre fue la recopilación de las Leyes Romanas que hicieron

Triboniano y un grupo de selectos juristas, el Corpus Iuris Civilis,

el que se convirtió en la base jurídica bizantina, y con el tiempo ejerció

una gran influencia en occidente.

En cuanto a la religión, apoyó incondicionalmente al cristianismo

ortodoxo, incluso él mismo dedicó mucho de su tiempo (sobretodo

en su vejez) a los problemas teológicos, pero en lo que se refiere

a los "herejes" monofisitas su política fue ambigua y cambiante,

alternando persecuciones con permisividad, tal vez por influencia

de la emperatriz Teodora, de quien se sabe que los defendía

cuando podía.

En la época de Justiniano estaba vigente el paganismo, al cual

el emperador le dedicó no pocos esfuerzos con el objetivo de

desterrarlo del Imperio.

Page 25: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

Por ejemplo, la decisión de cerrar la Universidad de Atenas,

centro del paganismo, en 529.

Si bien su importancia en esa época era limitada, la Universidad

seguía influenciando a los griegos, y así el emperador con esta y

otras numerosas medidas administrativas terminaba con el problema.

No existe constancia de que el culto pagano se haya extendido

(en el Imperio) más allá del gobierno de Justiniano, así que parece

que el emperador acabó con él.

Pero sin embargo su mayor dilema no eran los paganos, ya muy

escasos y fáciles de combatir, sino el cisma monofisita, que

justamente se daba en las provincias más ricas (Egipto y Siria

fundamentalmente), lo que implicaba decidir entre aplastar y

perseguir a los monofisitas con el riesgo de perder dichas

provincias, o pactar con ellas, con el problema entonces de poder

perder el apoyo de los ortodoxos (mayoría en los Balcanes y Asia

Menor.) Como fue habitual en Justiniano, su política no fue

coherente, alternando persecuciones sangrientas con concesiones

que lo acercaban demasiado a los "herejes monofisitas", lo

cual no le llevó a ningún resultado positivo.Es probable que el pueblo

de Bizancio no sintiera ya ese querer volver a la gloria del Imperio

Romano de Augusto, como lo sentía el emperador, es probable

que tantas y tan largas guerras hayan afectado negativamente el ánimo

de la gente que antes de Justiniano vivía sin tantas campañas

que fueron muy caras en vidas y dinero.

Es probable que, por todo ello, Justiniano no fuera popular

Page 26: Imperio Bizantino y Arte Bizantino

en la medida de sus logros.

De todas maneras, fue ese pueblo y sus sucesores los que

heredaron un Imperio muy grande, demasiado grande para su

inestabilidad, puesto que las arcas del estado ya estaban vacías luego

de tantas guerras, y los territorios occidentales muy lejos como para

defenderlos a un mínimo costo.

ARTE BIZANTINO

•A partir del siglo VI. -Continuador del arte paleocristiano oriental. -Influyó poderosamente en la cultura occidental. •Primera Edad de Oro: -Emperador Justiniano. -Luchas iconoclastas hasta el siglo IX. •Segunda Edad de Oro: -Es la etapa creadora y definidora. -Termina con la toma de Constantinopla por los cruzados (1204). -Hay dos dinastías:  a) Macedonios.  b) Commenos. •Tercera Edad de Oro: -Acaba en 1453 con la toma de Constantinopla por los turcos. -Persiste en Rusia y sureste de Europa.

  Arquitectura •Muros de piedra y ladrillo cubiertos: -Interiormente: mosaicos. -Exteriormente: placas con relieves. •Tipos de capiteles: a) De hojas muy movidas semejando avisperos > Técnica del trépano. b) Cúbicos de caras planas decorados con relieves. •Arco de medio punto. -Alternan piedra y ladrillo en las dovelas. •Aportación más importante: la cubierta abovedada. -Sobre todo la cúpula sobre pechinas: triángulos esféricos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular. -Se construye mediante hiladas concéntricas reforzadas con mortero.

•Templos: -Sobre todo de planta centralizada. -Se mantiene el atrio. -El narthex paleocristiano se hace doble. -El presbiterio (espacio que circunda el altar mayor) se separa mediante el iconostasis (biombo).

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-El altar se dispone bajo ciborio o baldaquino (dosel sobre pies derechos que cubren una tumba o un altar). -Al fondo está el coro o bema (espacio elevado entre el ábside y la nave). -A los lados están las dos cámaras o sacristías (prothesis y disconicon).

Primera Edad de Oro. •Iglesia de los santos Sergio y Baco (s. VI) -Planta irregularmente cuadrada. -Cúpula sobre un tambor octogonal rodeada de un pasillo o deambulatorio, en que se abre un ábside opuesto al narthex. •Iglesia de Santa Sofía de Constantinopla (s. VI) -Arquitectos:  Antemio de Tralles                        Isidoro de Mileto -Fusión entre una planta basilical y una gran cúpula central de 55 m de altura. >Esta cúpula fue rehecha por Isidoro el Joven. -La cúpula está horadada en la parte inferior del casquete por unas ventanas a modo de corona de impresionante luminosidad. -Por ello, da la sensación que está suspendida. -Está apoyada en pechinas. -La estabilidad se consigue con: sistema de semicúpulas                                                   grandes contrafuertes •Iglesia de los Santos Apóstoles -Planta de cruz griega con 5 cúpulas.

>Las destrucciones del periodo iconoclasta obligan a ver ejemplos fuera de Constantinopla. •Iglesia de San Vital en Rávena -Planta central (cruz griega) octogonal, inspirada en la iglesia de los santos Sergio y Baco. -Cúpula con un espléndido decorado interior. •Iglesias de San Apolinar: nuevo                                           in classe •La crisis iconoclasta tuvo graves consecuencias artísticas. -Se destruyen muchas obras de arte a cargo de los defensores de las imágenes.

Segunda Edad de Oro: •Catedral de Atenas. •Catedral de San Marcos de Venecia (s. XI, copia de la de los Santos Apóstoles). •Santa Sofía de Kiev (s. XI).

Tercera Edad de Oro: •Se extiende el arte bizantino y se repiten los modelos ya creados.

  Artes figurativas Primera Edad de Oro: •Hay dos tendencias: -Helenística: preocupada por ambientes                                               espacios

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                                              volúmenes -Siria: concepción plana          idealismo trascendente de las figuras y escenas •En la iglesia de San Vital de Rávena: a) Representación de Cristo efebo (adolescente). -En el ábside. -Le entrega la corona del triunfo a San Vital. b) Representaciones de Justiniano y Teodora: -En la parte inferior del arco triunfal. -Con sus séquitos. -Hieratismo. -Anulación del espacio. -Frontalidad.

Segunda Edad de Oro: •Arte abstracto, simbolista. •Se estilizan las figuras y se integran en un conjunto. -Reflejan la inmutabilidad de la creencia. •Se imponen dos perspectivas: a) Jerárquica: el tamaño de la figura está en relación con su importancia. b) Inversa: las figuras más alejadas se hacen más grandes. •Modelo sirio en la figura del cristo: -Larga melena y pequeños mechones en la frente. -Barba partida. -Representado como Todopoderoso (Pantocrator).      Sentado.      En la mano izquierda tiene los evangelios.      Actitud bendicente con la mano derecha. •Situación de las figuras: -Lugares de honor dedicados a la divinidad. a) Pantocrator: -En la cúpula, en un círculo que es símbolo de su gloria y eternidad. -Está escoltado por ángeles y sostenido en las pechinas por el tetramorfos. b) Prototipos de la virgen > en el ábside. -Kiriotissa: tiene al niño de frente, pues ella es el trono de la Sabiduría. -Blachernitissa: el niño en su seno dentro de una aureola. -Hodigitria: señala al niño como camino de salvación. -Glycofilusa: juega o acaricia cariñosamente al niño. -Galactotrofusa: alimenta al niño. -Theotokos: Madre de Dios. Ofrece al niño una fruta o una flor.

Tercera Edad de Oro: •Se enriquece la iconografía. •Mayor libertad en la interpretación de los temas.

•Escultura: dípticos consulares. -Placas de marfil. -Festejan la toma de poder de cónsules y otros altos cargos.

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•Mosaico: -Recubren muros y bóvedas con gran colorido. -Figuras con carácter rígido. -Disposición simétrica. >Mosaicos de los séquitos de Justiniano y Teodora. >La última etapa de los mosaicos es en la iglesia de San Marcos de Venecia.

 Pintura •Murales en las iglesias: -Teológicos. -El Pantócrator está en las zonas más elevadas. -El coro de los ángeles está más abajo. >Primera Edad de Oro: •Icono: -Cuadro religioso sobre tabla. -Rostros: rigidez y frontalidad. -Suele ceñirse a Cristo                          la Virgen                          un santo -Oculta buena parte de una lámina de plata u oro, dejando al descubierto sólo la cara o las manos. •Pinturas de los libros. -Siglos XI y XII. -Psalterios: libros de salmos. -Ilustraciones muy logradas. -Son de gran riqueza los libros de carácter cortesano. -Los más sencillos son los de uso popular o monástico.

 Artes menores •Elaborada y minuciosa técnica. •Artes suntuarias. a) Rituales imperiales o litúrgicos. b) Rituales privados. •Alto desarrollo: -Labor textil de influencia sasánida. -Orfebrería y esmalte combinados con metales preciosos. -Adornan objetos religiosos: relicarios, cálices... >Pala de Oro (Venecia).

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SAN VITAL DE RÁVENA

LOCALIZACIÓN

 

Iglesia de San Vital, en la ciudad italiana de Rávena. Comenzada a construir en época ostrogoda, es encargada por el obispo Eclesio (522-532) y financiada por un banquero local

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(argentarius) llamado Juliano, quien gastó en ella la suma de veintiséis mil solidi. A la  muerte de Eclesio la construcción continua con el obispo Víctor (538-545). Los mosaicos del presbiterio y del ábside se comenzaron en 546 bajo el obispo Maximiano quien consagra la iglesia en 547, ya en el período de dominación bizantina. El arquitecto pudo ser occidental, pero conocedor de la arquitectura que se estaba creando en la corte de Constantinopla.

A primeros del siglo X se instala al lado de la basílica un convento de monjes benedictinos. Debido a las nuevas necesidades, el atrio existente fue transformado en claustro realizándose un nuevo acceso al noreste para los laicos. En el siglo XIII se añade un campanile sobre la base de la torreta meridional de acceso al gineceo; de esa época data la transformación de la cobertura lígnea de las arcadas en bóvedas de crucería. En el XVI se eleva el pavimento en 80 cm. por problemas de infiltraciones acuíferas renovándose el presbiterio eliminando el ciborio tardoantiguo y la decoración en opus sectile e insertando un coro de madera. Por la mismas fechas se reconstruye el claustro bajo el proyecto de Andrea della Valle (1562) y se realiza el acceso por el portal sur. En 1688 un terremoto destruye el campanile y se reemplaza por el actual en 1696-98.

A partir de mediados del siglo XIX y hasta la primera década del XX, se realizan obras para recuperar el edificio en su forma original eliminándose las estructuras internas añadidas y devolviendo el suelo a su nivel, solucionando el problema de las filtraciones mediante un sistema de drenaje. 

ANÁLISIS FORMAL

 La planta se inscribe en un octógono, con un espacio central abovedado y delimitado por ocho pilares sobre los que voltean arcos de medio punto, rodeado por un deambulatorio por encima del cual

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discurre una tribuna. Siete nichos se abren entre los pilares del baldaquino central, que se proyectan en el anillo del deambulatorio, mientras que el octavo lado está ocupado por el presbiterio cuadrado y el ábside saliente y más bajo que atraviesa la zona del deambulatorio y de la tribuna. Flanquean este ábside poligonal dos torrecillas rectangulares seguidas de sendas capillas circulares, provistas cada una de ellas de un absidiolo rectangular. En el lado occidental hay un nártex rectangular, absidiado en ambos extremos, dispuesto en posición oblicua, tangente en uno de los vértices del octógono que permite la colocación, a los lados del espacio interior resultante, de dos torretas, en una de las cuales se encuentra ubicado el campanile y en la otra la escalera que da acceso al gineceo. Asimismo, esta posición del nártex, permite la colocación de un doble acceso al interior tras los dos tramos triangulares que restan entre éste y el polígono, de ellos el de la izquierda da al tramo opuesto al presbiterio, y el otro al tramo contiguo. Antecede al nártex un atrio porticado en tres de sus lados que es uno de los accesos al edificio. Las otras dos entradas con las que cuenta están situadas a los lados de las capillas mencionadas anteriormente.

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Fue realizada al parecer por trabajadores de la zona y construida en gran parte con materiales locales, los ladrillos, son distintos de los utilizados anteriormente en Rávena y en todo el norte de Italia. Delgados y largos, separados por juntas de mortero bastante gruesas, imitan los de Constantinopla, y fueron fabricados en la localidad para todas las construcciones financiadas por Juliano en la ciudad. La bóveda, muy ligera, que cubre el tramo central, no está construida de ladrillos en sardinel, sino mediante la técnica occidental de tubos de cerámica insertados unos en otros dispuestos en hileras horizontales, de modo concéntrico. Al exterior está cubierta con tejas.

Se conserva la decoración musiva del ábside y del presbiterio, el revestimiento de los pilares, de suntuoso mármol jaspeado, se ha restaurado sobre fragmentos existentes y el pavimento de opus sectile, está reconstruido en dos secciones triangulares del octógono interior. Los fustes de las columnas con basas poligonales y sus capiteles de forma troncopiramidal, esculpidos con trépano, fueron importados de los talleres de Proconesia.

En su interior domina la unidad y la diafanidad. El espacio central, octogonal, está delimitado por ocho pilares que sustentan arcadas que forman grandes exedras divididas en dos alturas, ambas provistas de arquerías sobre columnas. La esbeltez de sus arcos, unido a la ausencia de entablamento, confieren al conjunto una gran verticalidad. Alrededor del octógono central corre la galería baja, conservando también planta poligonal que se traduce al exterior, y encima de ella, tribunas para el gineceo. Las zonas del deambulatorio y la galería están cubiertas mediante bóvedas de crucería (en origen eran de madera). La cúpula es alta, está elevada no sólo por piso de galerías, sino también por el tambor que va sobre los arcos. Éste conserva la forma octogonal y tiene una gran ventana en cada lado,

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enmarcadas cada una de ellas por arcos de medio punto, a partir de cuyas claves comienza la curvatura de la cúpula.

 Refuerza la sensación de diafanidad, el caudal de luz que atraviesa las filas de grandes ventanales del deambulatorio, de la tribuna y el cuerpo de luces de la zona central, que traba todas las partes del edificio.

Esta perfecta articulación del espacio interno se traduce al exterior con una correcta proyección de volúmenes, con el mismo sentido de la verticalidad y ritmo ascendente, desde las capillas hasta la cubierta central.

La planta octogonal de San Vital tiene su antecedente en los grandes mausoleos  imperiales de la Antigüedad, como el de Diocleciano en Spalato; éste  era octogonal al exterior y circular al interior y coronado con una cúpula. Estos mausoleos no eran simplemente tumbas, eran heroa, templos funerarios destinados a conmemorar la muerte del emperador y rendirle honores. Los heroa habían tomado de los edificios religiosos, como el Panteón de Roma la planta circular, los nichos envolventes, la cúpula celestial y el vocabulario arquitectónico. Pero el antecedente directo de San Vital parece ser la iglesia llamada El Octógono Dorado de Antioquía. Se conservan descripciones de su aspecto: de ocho lados, iba precedido por un nártex de dos pisos cubierto por una techumbre dorada, su núcleo central estaba envuelto por naves de dos pisos, deambulatorio y tribuna, de las que se separaba mediante columnas y nichos. Fue construido en época de Constantino, sus contemporáneos debieron de encontrar natural el adaptar la planta de los mausoleos imperiales a la conmemoración de Cristo.

En la época de su construcción San Vital fue una excepción en la producción arquitectónica de Rávena, donde la basílica italiana era la norma. Siglos después, en 787, sería visitada por Carlomagno quien la utilizaría como modelo para la construcción de su capilla palatina de Aquisgrán.

En cuanto a la decoración, los mosaicos se hallan situados en la bóveda del ábside y, dentro del presbiterio, en sus muros laterales, sus tímpanos superiores con las enjutas, su bóveda y el intradós del arco de acceso.

Esta obra de mosaico fue realizada probablemente por artistas de formación oriental y occidental. Se ha visto un primer estilo de tendencia impresionista y expresión muy libre en los mosaicos que revisten el presbiterio dentro de la tendencia estilística y técnica romana y otro más abstracto que se plasma en el ábside. Las composiciones aquí están en relación con las concepciones orientales; las figuras muy frontales, no tienen volumen, igual que el espacio está al margen de la tridimensionalidad. Sin embargo, el empleo de

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materiales preciosos como oro o nácar en la composición nos habla de un nuevo concepto de la obra, considerada como un objeto de valor por sí mismo. En síntesis, en San Vital encontramos una vitalidad y creatividad extraordinarios que hacen revivir temas clásicos a  la vez que crean otros nuevos, revitalizando así la época teodoriciana.

APROXIMACIÓN AL SIGNIFICADO

Los mosaicos de San Vital contienen un programa iconográfico muy completo. En la bóveda del ábside se halla representado Cristo imberbe, con el cabello corto y un nimbo en forma de cruz, entronizado sobre la bola del mundo y vestido con la túnica de púrpura.

Sujeta en la mano derecha una corona y en la izquierda un pergamino. A su lado derecho, el arcángel Gabriel conduce a San Vital, vestido con traje de corte, con túnica de charreteras y cenefas bordadas y la clámide de sedas tejidas en las fábricas palatinas, con las manos cubiertas por esta última, dispuesto a recibir la corona del martirio que Cristo le ofrece, a la izquierda, se encuentra San Miguel con el obispo Eclesio, quien ofrece a Cristo una maqueta del templo. En lo alto de la escena se ven nubecillas alargadas y debajo del orbe vemos la tierra con flores, sobre la que se apoyan los arcángeles, el santo y el obispo y de la que brotan los cuatro ríos del Paraíso. Arriba, en las enjutas, se hallan las ciudades de Jerusalén y Belén.

El tema de las otras escenas del presbiterio es eucarístico en su conjunto. En el tímpano izquierdo del presbiterio, Abraham recibe a los tres ángeles bajo el roble, en Mambré, y se dispone a sacrificar a Isaac. En el sacrificio, el carnero vuelve la cabeza hacia Abraham, y la mano de Dios aparece entre las nubes mientras Isaac espera sobre el altar. En las enjutas hay, en la izquierda una representación de Jeremías y en la derecha se ve a Moisés recibiendo las Tablas de la

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Ley, mientras al pie del monte Sinaí le esperan las doce tribus de Israel. En la parte superior del tímpano hay dos ángeles que portan un medallón con una cruz adornada con joyas.

En el tímpano de la derecha Abel y Melquisedec hacen sacrificios. Abel sale de una choza cubierta de paja y ofrece al cielo un pequeño cordero. El altar de Melquisedec tiene sobre la mesa la copa sacramental y los dos panes-hostias, está delante de una iglesia que tiene forma de basílica. La mano de Dios sale de entre las nubes a recibir las ofrendas. En las enjutas, Moisés se desata la sandalia ante la zarza ardiente y cuida de los rebaños de su suegro Jetró. En el otro lado hay una representación de Isaías. En el centro se repiten los ángeles con la cruz y el medallón.

La bóveda del presbiterio está decorada por un mosaico de volutas vegetales con pájaros, dividida en cuatro por nervaduras formadas por hojas de laurel. En el centro, cuatro ángeles con orbes sostienen una guirnalda central que enmarca al Agnus Dei.

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En el intradós del arco que se abre al presbiterio hay una serie de quince medallones que representan a los bustos de Cristo, en lo alto, con barba y cabello largo, a los doce apóstoles y a los santos Gervasio y Protasio.

En las paredes entre las aberturas de la galería y la entrada y en los extremos absidales del presbiterio aparecen los cuatro evangelistas con sus animales simbólicos, sentados en las rocas de un paisaje árido, con pequeñas plantas, junto a una fuentecilla del desierto, que comparten con animales para beber. Su parco mobiliario se reduce a un pupitre con los útiles de escribir y un cubo para los rótulos.

 Entre estas escenas principales hay gran riqueza de motivos ornamentales secundarios: jarrones llenos de fruta,  pavos reales, cornucopias cruzadas, flores y acantos habitados por un auténtico zoológico de aves y animales.

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Dentro del ábside, en las paredes de ambos lados, se hallan dos paneles en los que se representa al emperador Justiniano y a su esposa Teodora.

En el lado del Evangelio, se ve a Justiniano, con aureola, coronado y revestido de clámide de púrpura sujetada con una enorme fíbula de oro y joyas. Su mano izquierda, cubierta, sostiene la bandeja. Está acompañado por su corte y por el obispo de Rávena Maximiano y llevan los utensilios necesarios para la celebración de la misa: patena, cruz, Evangelios e incensario. A su derecha, en el extremo, un grupo de la guardia real. Todos están de pie ante un fondo verde, , y dirigen su mirada hacia el espectador.

En el lado de la Epístola, destaca la figura de la emperatriz Teodora, engalanada con joyas, diadema, catatheistae y collar, ataviada con una clámide de púrpura bordada en oro con las figuras de los tres Magos, sostiene un cáliz de oro y es precedida por dos chambelanes. Uno de ellos alarga el brazo hacia una cortina recogida que cuelga de la puerta, pero vuelve la vista hacia la emperatriz. La emperatriz se halla en pie en un nicho coronado por una concha, las damas acompañan a la emperatriz debajo de un dosel recogido; delante de la puerta, a la izquierda, hay una fuentecilla de la que brota agua.

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Esta ofrenda imperial realizada por Justiniano y Teodora era un gesto frecuente en aquellos tiempos hacia las iglesias más importantes del Imperio. Su representación se basa en la oblatio, tema que responde a una iconografía jurídica con precedentes en Roma, llegado el momento de invocar la acción sagrada del emperador como pontífice máximo. Este cortejo imperial (ficticio, pues parece ser que Justiniano y Teodora nunca visitaron Rávena) perseguiría dos objetivos, por una parte el reconocimiento de la divinidad de Cristo como hijo de Dios; un reconocimiento que negaba la doctrina arriana, y por otra parte trataba de invocar la relación entre Dios y el emperador plasmando así una idea que era casi un principio moral: el carácter divino del soberano que dispensa al mundo la gracia divina. Justiniano tendría como misión hacer triunfar en la tierra el reino de Cristo.

Recordaremos que el encargo del edificio data de fechas anteriores a 540, cuando la ciudad es reconquistada por el general Belisario a las tropas ostrogodas. A partir de esa fecha Rávena se convierte en sede de un exarcado en el que el puesto de gobernador lo ocupa el propio obispo; en fechas de la terminación de San Vital lo es Maximiano, quien consagra la iglesia en 547. Por ello, es probable que los paneles en los que se representa al emperador y a su esposa, manifiesten el interés por la reconquista bizantina de Italia, así como el apoyo al virrey Maximiano un candidato imperial, la entrega de regalos a la iglesia de San Vital y la acentuación de las dos esferas de autoridad, el imperium y el sacerdotium.

La celebración del Imperio de Justiniano está estrechamente relacionada con el reino y el Imperio de Cristo mostrado en el ábside como el máximo signo del poder. Por trono el globo cósmico y en la mano el rollo de la Ley con la Sabiduría que gobierna el mundo. Los arcángeles representan la eterna corte de Cristo, eterno en su representación juvenil de su rostro imberbe que lo sitúa fuera del tiempo. La figura del soldado mártir Vital y el obispo Eclesio incorporadas a lo intemporal confieren al imperio terreno de Justiniano la idea de un reino sin fin.

El arco del ábside con el águila imperial que acompaña el monograma de Cristo y los cuernos de la abundancia que simbolizan la abundancia del Imperio, extraídos de la tradición romana del triunfo imperial que conjuga la dimensión política con la religiosa.

En el presbiterio en estrecha vecindad con los cuadros imperiales están las cuatro escenas de la vida de Moisés, el profeta liberador legislador, prototipo de emperador autor del Código de Derecho Civil. Siempre en el presbiterio la imponente figura de los profetas Isaías y Jeremías del Antiguo Testamento y los cuatro Evangelistas por el Nuevo Testamento, representando el testimonio histórico y de fe de cuanto es ilustrado bajo la unidad de la Iglesia y el Imperio, Imperio y Sacerdocio.

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En el arco triunfal Cristo con su senado apostólico y por circunstancias devocionales se añaden los santos Gervasio y Protasio considerados los hijos de San Vital.

El aspecto religioso retoma la primacía en lo sublime y celeste centralidad del Cordero del Apocalipsis, Cristo en un cielo de veintisiete estrellas, número y símbolo terrario-trinitario que reina para la eternidad. Anunciado en el tiempo de la historia providencial profética del sacrificio bíblico de Abel y Melquisedec en la derecha, y Abraham a la izquierda, quien recibe en las figuras de los tres ángeles a la Trinidad, que le anuncia la futura maternidad de su mujer Sara, de la que descenderá más tarde la figura de Jesús.

En el presbiterio central sobre el muro del arco del ábside, las ciudades de Belén y Jerusalén, símbolo la una de los hebreos (l’ecclesia ex circuncisione) y la otra de los gentiles (l’ecclesia ex gentibus) unidas en un solo pueblo por Cristo. Entre ellas, sustentado por dos ángeles, el símbolo solar con el Alfa en el centro como Cristo creador del que emanan rayos del mundo cósmico y del universo histórico. Evidente triunfo contra los ostrogodos y todos los pueblos bárbaros, que abandonan el imperio, arrianos como son, superados por la fe antiarriana de Justiniano.

Este mensaje de triunfo terreno-divino se ve apoyado por la tipología de la planta de la iglesia, la forma es la resultante de la combinación del cuadrado, símbolo de lo terrenal con el círculo, símbolo de lo celestial. El octógono es, dentro del valor simbólico de los números, el símbolo que representa la eternidad. En conjunto, el edificio de San Vital es un “envase” cuyo espacio se expresa como presencia divina, en una compleja interacción de efecto mistérico que suscita el espíritu de Oriente, así como también las doctrinas neoplatónicas de Dionisio Areopagita quien, como reacción al dictado de los sentidos, defendía una visión espiritual dirigida a valorar la esencia de las cosas.