Ilustres Americanas

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1823

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    1

  • l

    ||

  • // 1772. C-244.

  • * 7 - c. 1T,

    LAS

    ILUSTRIES AMERICANAS.

    DE LA INFLUENCIA DE LAS MUJERES

    EN LA SOCIEDAD;

    Y

    CARACAs.

    4-w-wavega-pe-meeuwer

    1826.

  • ... + + , , , , , , , ,

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    ILUSTRES AMERICANAS.si es " e "... I ,

    de la influencia de las mujeres en la sociedad, yacciones ilustres de varias americanas.

    * " " " Vosotras poseeis el fuerte encanto a

    **** De inspirar la virtud una mitada." -sos

    IN embargo de que muchos clebres escritores han,

    tratado con alguna estension de la influencia que ejerce,

    el bello sexo en las qostumbres, la gloriay la felicidad,

    de las naciones, nos ha parecido oportuno, tocar esta,

    materia, aunque con la posible brevedad, para, tener,

    ocasion de consignar en nuestra obra, varias acciones,de nuestras amables, compatriotas, que, por sublimes,

    por jemerosas, merecen conservarse en la memoria,

    la providencia, al crear a la mujer parece habwe.

    propuesto por objeto colocarla como,de mediadora,

    entre la aspereza natural y la capacidad sentimental del,

    hombre. La belleza y la elegancia desu figura, su gra-,

    ciosa vivacidad, su dulzura, encantadora, su prontitud,

    en concebir, sufecunda inventiva, y poder de agradar,

    son los dotes que recibe la mujer de la naturaleza, cm,cambio del mayor grado de fuerzayrobustez con que

    se presenta el hombre.Su imajinacion, mas ardiente,

    (9V, contestacion del ejrcito libertador del Pe

    .- , , , , y

  • 2 Luis Tres AmericANAs.

    e la de este; autora a veces de sinsaboresy desgracas, en jeneral la hace mas sensible, modesta, docil; la

    inspira en mas alto grado sentimientos de benevolen:

    ca, de amor, y ternura, y si por una parte la hace mssusceptible de estravos, por otra tambien la predispo

    ne ser mas virtuosa que el hombre. Siempre prontaejercitar su beneficencia, se deleita en aplicar un bl

    samo saludable las heridas de los desgraciados: la cama del enfermoylos calabozos son antiguos testigosde

    subella ndole. Por el Capitan Carver,y otros auto

    res que han descrito las costumbrs de las tribus salva

    jes del nuevo mundo, dice Gisborne, (t) *tenemos

    noticias del afecto conyugaly maternal de las mujeres

    entre los indios de la Amrica septentrional;y sta

    cualidad es tanto nias sealada en aquellas relaciones,

    cuanto que efector no puede dejar de contrastarlaeonltriste apata de los hombres. El Almirante Byron,

    en la narracin que "haee de las calamidades que l y

    sus compaeros sufrieron despues de su naufrajo cerca del estrecho de Magallanes, menciona varios hechos

    de la compasiva benevolencia con que fueron tratadospor las mujeres de las familias indianas que los condu

    cian; hechos que, cm los anteriores, se presentan

    con todas las ventajas del centraste. Prno multipli

    car autoridadesy citas sobre una materia que no es du

    dosa en s, ique difcilmente puede serlo para el lec

    tor,me limitar a insertar, con preferencia todo otrotestimonio;*ha declaracion de un hombre que, como

    ()v.Aunquiry into thedules of the females sex.

  • Ulises en otro tiempo,* . LMores homimum multorum viditeturbes;

    habia viajado por rejiones mui distantes entre s; que

    era buen observador,i habia esperimentado en casi to

    dos los paises que visit el mayor peso del infortunio.

    Espondr su sentir en sus propias palabras. Constan

    tenente he notado (1) que las mujeres en todos los

    paises son urbanas, atentas, induljentes, i humanas;queestn siempre dispuestas a ser alegresi joviales; que

    son medrosasi modestas, imo vacilan, como los hom

    bres,para hacer una buena accion. Sin soberbia, sin

    arrogancia, sin altaneria, son en estremo corteses, i

    amantes de la sociedad; por lo comun sonmas frjiles

    que el hombre,pero en cambio tambien son en jeneral

    masvirtuosas,i hacen mayor nmero de acciones bue

    nas. Jamas mehe dirijido una mujer, salvaje civi

    lizada, entrminos decentes i amistosos que no me ha

    ya contestado del mismomodo. Con el hombreme ha

    sucedido muchas veces lo contrario. Vagando por las

    ridas llanuras de la inhospitable Dinamarca, por la

    honradaSuecia i lahelada Laponia,por la agreste Fin

    landia, la inculta Rusiai las inmensas rejiones delTr

    taro errante, sitenia hambre, sed dfrio, si estabamo

    jado enfermo, siempre me han socorridoi favoreci

    do uniformemente las mujeres. Agregar esta virtud,

    tan digna del nombre de benevolencia, que hacian

    aquellas acciones con tanta franqueza i cario, que

    (1)V.Account of Mr. Ledyard in the proceedings of

    the asociation for making discoveries in theinterior

  • 4 mLusTres AMERICANAs.

    cuando estaba sediento, bebia el mas dulce trago, i

    cuando hambriento, comia con doblegusto el bocado

    Con su trato iejemplo suaviza i mejora la mujerlos

    modales, las disposiciones, i la conduota del otro sexo.

    Su organizacion mas delicada, hacindola comunmente

    mnos apta para perseverar en la ejccucion de empre

    sas rduas, que demandan muchoteson ienenjia, le se

    ala casisiempreporteatro de sus operaciones el tran

    quiloi delicioso crculo de la vida domstica. Ala ma

    mera demansos arroyuelos, que amenizan los valles con

    un silencioso abandono, el mayor nmero de las mu

    jeres recorre la escena del mundo, embelleciendo los

    dias de sus padres, hermanosi de cuantos las rodean,

    sin otra pretencion que la de agradar. Sus encantos dis

    traen al biterato i al hombre de negocios delas ocupa

    ciones serias, que quizpor amor ellas emprendieron

    estimulndolos,para proseguir sus tareas con nuevo

    ahinco. En suma, son las amigas de losjvenes, las

    compaeras de los hombres maduros,i las nodrizas de

    los viejos i de los nios. , , , , , , ,

    ... De aqu es que en todos tiempos han tenido tanta

    influencia, en el destino de las naciones, cuyo estado

    ejerce tambien recprocamente ungrande influjo en la

    suerte de las mujeres. La libertad i el dspotismo, la

    civilizacioni la barbarie, obteniendo alternativa pose

    sion dla tierra, dulcifican acibaran la existencia del

    bello sexo. En Francia i en Inglaterra,en donde la so

    ciedad ha llegado al nas alto grado de cultura, es uni

    versalsu dulce impero; imedida que la educacion

    desplega sus grandes disposiciones naturales, vatam

  • mILUSTREs AMERICANAs, 5

    bien en aumento el justo homenaje de aprecio i de

    consideracion que all se tributa la mas bellaparte de

    nuestra especie. Pasando al estremo opuesto, vemos

    que los salvajes dan lasmujeres el trato masinhuma

    mo. Losindios errantes, los hotentotesi demas brba

    ros graduan el mrito de la mujer como nosotros el de

    la bestia de carga: su constancia en elmas duro traba

    jo, i su resistencia en las mayores fatigas, son las cua

    lidades requeridas, por susperezosos amos, para con

    siderarlas buenas esposas hijas. Aun en semejante estado de dura esclavitudi miseria, manifiestan susupe

    rior sagacidadi escelente inclinacion, i pormedio de

    ellas obtienen influjo. Su docilidad isumision doman a

    veces la ferocidad, de aquellos corazones de piedraCuantoshombres civilizadosno deben su vida la in

    tercesion de aquellas desdichadas! Cuando sus ruegos

    - eran intiles, cuntas no se han espuesto lavengan

    za desus tiranos,porlibertar las vctimas queiban

    -sacrificar! ... . . . . .

    Mas el caracter de madres instructoras de la juven*ud, es el que acaba de dar a las mujeres la mas alta

    importancia entre las naciones civilizadas. Nadie duda

    deldominio que ejercen las primeras impresiones du

    rante el resto de la vida por consiguiente nada puede"nteresarmas a los estados que el procurarque aquellas

    impresiones sean buenas. Elbello sexo viene a ser co

    mo el sembrado, en que el otro recoje las semillas de

    sus preocupaciones, de sus vieiosi virtudes: de aqu

    la necesidad de perfeccionar en lo posible su educacion. Hablando de los franceses, dice as J. J. Rouseau

    Nunca sern los hombres otra cosa que lo que quie

  • ran las mujeres; i por consiguiente si se aspira que

    lleguen sergrandes i virtuosos, es necesario comen

    zar por ensenar aquellas en lo que consiste la grande

    za i la virtud. Una corta dcis de penetracion basta

    para convencernos de que esta verdad es deuna apli

    cacion universal. Los ingleses se han esmerado siem

    pre mucho en la educacion de las mujeres; i por esto

    vemos que sus costumbres eseeden en pureza las de

    los otros pueblos. Es un error, que desgraciadamente

    tiene todavia bastante aeojida, el suponer qne la ilus

    tracion perjudique sumoralidad. En ellas, como en

    los hombres,producen las luces unos mismos efectos:las mas instruidas sontambien lasmasvirtuosas: lo son

    por conviccion,por el conocimiento quetienen de sus

    verdaderos intereses. Las que carecen de estas venta

    jas sucumben con facilidad.

    No hace sin embargo muchos aos que aun en Hn

    glaterra i en Francia se creia que las facultades menta

    les de la mujer tenian sobrado campopara su desarro

    llo i ejercicio en la estrecha esfera de los asuntos do

    msticos; ise creia esto pesar de los repetidos ire

    cientes ejemplos quepresentaban las seorasMontagu,

    Dacier, Sevign,i otras, de la altura que es capaz de

    elevarse su injenio. Se juzgaba que los estudios serios,

    no solo eran superfluos sino perjudiciales al bien estar

    de la mujer; i estaban casi enteramente monopolizadospor el otro sexo. Al fin se empez hacerlas justicia.

    Tanto en los seminarios, como en la enseanza priva

    da, se introdujo, al lado de las adquisiciones de mero

    adorno, la instruccion slida, que ilumina el entendi

    mientoi fortifica el espritu. Ademas de las palpables

  • utilidadesmorales que en ambas nacionesha produci

    do este sistema equitativo ibenfico, ha desenvuelto

    tambien talentos, estraordinarios: en una i otra se en

    cuentra en el dia un nmero, considerable de, seoras

    que han brillado en el mundo literario, i aun trepado

    el Parnaso competencia de los primeros poetas del

    siglo. Es de desear que resultados, tan lisonjeros pro

    muevan la adopcion de iguales medios, en otros paises,

    El entendimiento de la mujer, mas, fino que el del

    hombre, percibe cn, mas rapidez,penetra mejor las

    diferencias delicadas de los objetos, i, debidamente

    cultivado, suele producir resultados asombrosos,Ador

    man el catlogo de los sabios los nombres, de muchas

    seoras ilustres, que veces han igualado i, aun esce

    dido a los hombres en la epsinosa carrera, de las cien

    cias sublimes i de las bellas artes. Una intelijencia

    superior, dice el seor Jouy,(1) ha empuado en

    todas las edades el cetro delpensamiento; sucesiva

    mentes ejercieron este imperio en Francia, Descartes,

    Corneille,iVoltaire. A qu hombre pertenece en el

    dia? Entre tantos mritos iguales, entre tantas glorias

    paralelas no me atrever pronunciar el fallo. Si meobligaran elejir,yo adjudicaria la palma,iproclampas

    sia, sin vacilar, por elprimer injenio del siglo, auna

    mujer que ya no existe, amadama, de Stael, Norme

    alucino mas que otro alguno acerca de los errores deesta clebre escritora, Conozco la estravagancia de ya

    nias de sus opiniones en moral, en poltica,en litera:-

  • 8 milstESTAMERICAN.As.

    tura. Con todo, creo que ningn autor de este tiempo

    ha dejado en sus obras huellas mas profundas ilumi

    osas. Ella ha sabido vivificar su estilo; ha pintado con

    calor, i esplicado con elocuencia algunos de los arca

    mos de la metafsica; iha hecho aparecer con brillo

    aquella filosfa del septentrion, cuya oscuridad es tanfriste itan descnsoladora. En s misma encontr la

    fuente de su talento; i sus ideas independientes han

    efectuadounareaccion sobre las ideas delpblico.

    * Abrase en cualquier parte la historia antigua mo

    derna, imo solo encontraremos all multitud de ejem

    plos qu acreditan la influencia del sexo delicado sobre

    el fuerte, sino tambien multitud de modelos de cons

    tancia, magnanimidad i valor de presencia de nimo;

    i sufrimiento en los peligros: " ... ao" , b

    " Las sagradas escrituras manifiestan dice Jouy,()*que los judios, hombres sensuales igroseros, mode

    rabansus costumbres crueles i fantieas por la atractiva

    inocencia de sus mujeres. Las hijas de Sion se pare

    cian, segun la comparacion bblica, las fuentes de

    agua viva en las rocas deGhizers, sin las Saras, las Ru

    tes, las Raqueles, aquellos hombres sanguinarios ha- .

    bran sido unos monstruos de crueldad... + x e ico

    "*"L ms tierno i amable quese encuentra enla his

    toria del pueblo de Dios, se debe a las mujeres era

    una madre aquella Eln queno quera la consolases

    por la muerte desus hijos: viva solitaria i su dolor te

    mia el alivi:Eran tambien hijas de Israel las que en

    el cautiveri cantaban tan patticamente lo que sigues

    (1) La morale applique la politique, &c., a

  • LUSTREs AMERICAN.As. 9)

    -- Sentadas la orilla de las aguas deuna tierra estras

    a hemos llorado al acordarnos del triste dia en que el

    enemigo enrojecido desangre,amonton los cadveres

    sobre las alturas de Jerusalen, donde fueron dispersa

    das las hijas de Sion, i se espatriaronjimiendo.

    *Mirando estbamos las ondas que se deslizabana.

    muestros pies; pidinos entnces el estranjero que can

    tsemos; mas no, jamas gozar este horrible placer

    Antes se estinga mivoz; squese mi mano antes que

    pulsar, para que la oigan nuestros tiranos, una sola

    cuerda de la harpa de Israel

    Harpa santa, colgadate dejo de lasramas delsau

    ce";y nuncate descolgar hasta que sea libre: la voz

    -de los crueles que me rodean, no se mezclarjamas

    con tu dulce armonia.Habria encontrado un hom

    bre acentos tan sencillos i afectuosos?

    Una sola observacion histrica basta para hacer

    palpable lainfluencia del bello sexo entre los antiguos:

    todos los pueblos que honraban las mujeres fueron

    virtuosos; i al contrario, todos los que las esclavizaban.-vivian envilecidos. Las Persas eran esclavas de sus ma

    ridos, i estos lo eran de todo el mundo: las Espartanas

    fueron libresiveneradas; tenan hroes por esposos

    hijos; todas estaban en el caso de contestar, como lo

    -hizo la mujer de Lenidas a un strapa que manifest

    su sorpresa alver laigualdad que reinaba en aquella re

    pblica:aqu no se echa en olvido, dijo, que nosotras somos las madres de los hombres.

    Portodaspartes encontramos la influencia delbello

    sexo. Quin inspir los Griegos aquel amor subli

    me de la patria, queyalos impeliainmortalizar suva

  • IO, ILUSTRIES AMERICANAS,

    lor en la defensa de sus hogares,i ya producir obras

    maestras que llenarn de admiracion la mas remota

    posteridad? quin debio Roma la espulsion de los

    Tarquinos,i su libertad? quin la salv del orgullo i

    la venganza de Coriolano?qun disminuy el horror

    de las proscripciones de Mario i Sila? Podrn olvi

    darsejamas las mrtires del cristianismo? las europeas

    de la poca de las cruzadas,i de la caballeria andante;

    lasnumantinas, las saguntinas, i las espaolas al tiempo

    de la invasion de la Pennsulapor Bonaparte? Las fran

    cesas del tiempo de Atila, i deCarlos VII; las suizas,

    las holandesas, las inglesasi las alemanas, no sobre

    salieron tambien por sus virtudes cvicas, su jenerosi

    dad i desprendimiento durante las sangrientas convul

    siones poltico-relijiosas de aquellospaises?

    Qu lecciones tan admirables, qu ejemplos tan

    honorficos nuestra especie nos ofrecen las mujeresen esa revolucion de Francia, tan terrible en sus con

    secuencias inmediatas como benficasla presente i

    .. las venideras jeneraciones! Las mismas mujeres que

    tanto contribuyeron acelerar la poca de aquellarevo

    lucion, itantose distinguieron, despues que estall, porsufrentica decision a favor de las formas democrti

    cas, son las que en el reinado del terrorismo dieron,

    sin renunciar susprincipios, las mas relevantesprue

    bas de grandeza de alma. Durante aquellos dias de

    luto. dice el seorJouy, se transformaron las mu

    jeres en njeles de valori de consuelo; i daban los

    hombres ejemplos de las mas hericas virtudes. Aqu

    seveia una esposa muriendo con su marido que nopu

    do Salvar; mas alluna hija liberta lavida de supadre.

  • ILUSTRES AMERICANAS, III

    esponiendo la suya propia; otras mil se disputan el

    placer de dar asilo a los proscritos, que apenas cono

    cen,i sin detenerse examinar si el cadalso ha de ser

    el premio de su jenerosidad. Todas se consagran

    porfia al alivio de los desgraciados; su existenciaya no

    es mas que unavida de amor: ningun temor las detie

    me, ningun riesgo las asusta: no perciben niuno ni

    otro; solo ven el peligro ajeno.

    Mas, para qu mendigar de la historia de otros

    pueblos modelos que ensalzan el caracter del bello se

    xo? acaso carece de ellos la de nuestra gloriosa lucha

    por la independencia ? Ljos de esto, hallamos cada

    paso acciones sublimes que sealan a las americanas un

    puesto eminente entre las mujeres mas distinguidas del

    mundo. La decision que desplegaronpor la causa de

    su pais; sus jenerosos sacrificios para sostenerla; su

    impertrrita constancia en los mayores reveces; suvi

    vo entusiasmo favor de los defensores de lapatria,

    con quienes competian a veces en valor; la noble hu

    manidad que sin cesar desplegaron cia los vencidos;

    son hechospor s solos suficientes para honrar albello

    sexo americano,i hacernos capaces de graduar el in

    flujo que ejerce en los destinos de supais. Demasia

    dotiempo habeis pasado marchitndoos en la oscuri

    dad, oh amables i queridas compatriotas; igualmente

    olvidadas porunos, i calumniadas por otros! Ah!

    quin pudiera celebrar dignamente vuestras altas vir

    tudes! Quin pudiera esclamar con Ossian: El tro

    vador conservarvuestros nombres, i los transmitir

    las edades lejanas!.

    Entre la multitud de acciones interesantes que her

  • 11 IEJUSTRIES AMERICANAS,

    mosean la carrera de nuestra revolucion, es difcil elea

    ir. Aun ntes de aquella poca se proporciona las

    bellas arjentimas una ocasion de sealar su consagracion

    alpais de su nacimiento. Lainvasion del Rio de la Pla

    tapor los ingleses en 1806i 1807, desenvolvi en ellas

    eljrmen de estavirtud. *Mujer hubo, dice el doc

    tor Fumes,() cuyo postrer adios fu decirsu ma

    rido: no creo que te muestres cobarde; pero si por

    desgracia huyes,busca otra casa donde te reciban.No satisfechas con exortar i animar a los hombres la

    resistencia, seprecipitaban en medio de la carnicera

    del campo de batalla; distinguindose entre todas doa

    Manuela Pedraza, quien fupremiada, por su heroici

    dad, con el grado deteniente. Batidos los ingleses i

    prisioneros, tuvieron ocasion de conocer,ihan confe

    sado, que no esfcil esceder lajemerosa hospitalidad de

    las portuguesas.(2) ..."

    Vino luego el dichoso dia en que BuenosAiressacu

    di las cadenas que la ligaban a la Pennsula; i desde

    entncesse abriun campo inmenso al patriotismo de

    sus hijas. Su desinteres yano conoce lmites: las jo

    yas de lasricas, el trabajo de las pobres, el entusiasmo

    de todas socorren al tesoro nacional. Lospapeles p

    blicos,recordando las accionesilustres de aquellos dias

    (1) V. Ensayo de la historia civil del Paraguai, Bue

    mosAiresi Tucuman; tom. iii. BuenosAires 1817.

    (a) V. Narrative of Sir Home Popham's expedition,

    tothe RiverPlate,with an account of the events con

    nected with the subsequent loss ofBuenosAires,&e.-

  • LuisTres AMERICANAs., 13

    en que ray la aurora de la libertad, han conservado

    los nombres de tantas seoras que contribuyeron con

    mano prdiga la defensa de la causa de la patria. Las

    madres escitaban los hijos, las hermanas a los herma

    nos, las esposas a los esposos,para que arrostrasen los

    peligrosisostuviesen la independemcia. No pudiendo,

    por su constitucion, tomar las armas, las Quintanas i

    Escaladas, las Buchardos i La Salas, las Castellis i Pe

    fas, las SanchezIgarzabal,i otras varias concibieron

    la idea depresentar fusiles al gobierno para quese re

    partiesen entre los defensores de su pais; suplicando

    se gravasen en ellos susnombrespara estimular alguer

    rero noperder aquella prenda de la estimacioni con

    fianza de sus conciudadanas, ipara conferir estas el

    derecho de reconvenir al cobarde que hubiese abando

    mado el arma, que debia repeler al enemigo.(1)Las ca

    lamidades de esta guerra ofrecieron las porteasnuevos medios de estender su mano consoladora los des

    graciados: losprisioneros espaoles, los proscritos de

    los diversos partidos, todos sin escepcion recibieron

    pruebas de su compasiva beneficencia."

    Llegado el primer ejrcito auxiliar de BuenosAires

    unpunto de las inmediaciones de Crdoba, en que

    debia mudar de caballos para pasar adelante, se pre

    sent al jeneral enjefe, don Antonio Balcarce, con elnmero suficiente de estos animales,la viuda delmaes

    tro deposta,i le dijo: Mijeneral, acepte V. S. es

    tos caballos para el servicio de la patria. Aquel jefe,

    (1) V. Gaceta ministerial de BuenosAires, de Junio36de 1812.

  • 14, ILUSTRIES AMERICANAS

    sabiendo que ellos constituian todo su patrimonio, ele

    jisu desinteres,pero almismo tiempo la hizo ver que

    las circunstancias no exijian semejante sacrificio, idi

    rden al comisario para que la pagase. Pues bien.

    replic, ya que V.S. nolos necesita por ahora, con

    sidrelos siempre como propiedad pblica: disponga

    de ellos cuando la salud del pais lo exija;yo los cuida

    r mucho con este objeto. LlvelosV.S. hasta donde

    guste; pero le ruego que no me confunda conla jente

    mercenaria, i no me agravie ofrecindome dinero.

    Asombrado de este rasgo de patriotismo, quiso el je

    neral persuadirla que sus deberes de madre de familia

    merecian la preferencia sobre todos los demas. No

    le contest, misbienes, mis hijos, mipersona,todo

    pertenece la patria: todo lo debo ella, i todo lo

    sacrificargustosa por su felicidadipor sugloria. A

    esta elocuente esposicion de sus bellos sentimientos no

    habia respuesta que dar: se le concedi lo que solici

    taba;i al frente de sus peonestuvo ella la dulce satis

    faccion de trasportar el ejrcito gratuitamente hasta la

    siguiente posta. Un testigo de vista, persona de todo

    erdito, que nos ha favorecido con la relacion de este

    pasaje, no ha podido,por desgracia, acordarse ni del

    lugar de residencia, ni del nombre de aquella buena

    EnSeptiembre de 1810, pasaba el ejrcito auxiliar

    de Buenos Airespor la posta,de Monogasta, en la ju

    risdiccion de Santiago del Esterno. El representantedelgobierno don Juan Jos Castelli, con el jeneral en

    jefe i otros oficiales de su comitiva entraron ella

    descansar mientrasse hacia el relevo de caballos para

  • 1LUSTREs AMERICAN.As. 15

    continuar su marcha. La casa de la posta i lasjentes

    que la habitaban, eran un retrato de la miseria, que

    cadapaso aflije en nuestros campos la vista del viaje

    ro, hacindole pensarinvoluntariamente en los efectos

    que causa un gobierno establecido a niles de leguas

    de distancia, i que,imitando la conducta de los salva

    jes delCanad, no conoce otros medios de recojer el

    fruto, que destruyendo el rbol que lo produce. Pare

    cia imposible que en este asilo de la indijencia, hubie

    seuna alma espansiva capaz de salir de la humilde esfe

    ra en que se presentaba all la raza humana, i remon

    tarse hasta lo sublime del entusiasmo patritico. Entre

    los que habitaban aquella choza, llamaba la atencion

    por su notable ancianidad una mujer, que desde que

    vi la luz, nunca se habia alejado hasta perder de vista.

    el lugar de su nacimiento. Trasportada degozo al sa

    ber el destino de sus huspedes,tom con su trmula

    mano una flor del campo, i la present al seor Cas

    telli: este la recibi con espresivo agrado,imovido de

    la natural curiosidad que escitaba la abuela de aquella

    humilde familia, la pregunt cuantos aos tenia: su

    contestacion fuuna sonrisa,i nadie conjetur al prin

    cipio su motivo; pero instandola mucho a que no le

    dejase en duda sobre su edad, le dijo, seor,yo no

    soi tan vieja como parezco: no cuento sino cuatro

    meses de edad. Esta respuesta sorprendi a Castella

    i a todos los circunstantes; i estrechada la vieja es

    plicar el enigma, aadi: S, seor, nac el 25 de

    Mayo;(1)hasta entnces no he vivido un solo dia

    () Dia en que Buenos Aires hizo, en el ao 1830, su

  • 16 TTLUSTRIES AMERICANAS.

    Al decir estas palabras, la naturaleza minaba su voz,f

    susemblantesurcadopor el tiempo brillaba de una ale

    gria, que interesaba aun mas que la que acompaa

    veces la belleza en la primavera de la vida. (2)

    Antes deproseguircon la relacion de hechospatri

    ticos igualmente admirables, no queremos privar

    muestros lectores deun rasgo de amor filial, con que

    una mujer lav la afrenta de bajeza, quepor lo comun

    se suponeinseparable de la servidumbre. En 1815 ha

    bia en Buenos Aires,un caballero ingles quetuvo cono

    cimiento con una esclava, quien cobrmucha aficion

    tanto por su interesante figura como por sus buenos

    sentimientos, mui superiores los que en jeneral poseen esas mserasvctimas de nuestra codicia. Porlti

    mole ofreci los quinientos pesos en que estaba tasa

    da, para que se libertase. Ella le di las gracias, i le

    manifest que no podia haceruso del dinero en su fa

    vor: masinsistiendo aquel en que aceptase su oferta,

    estrechndola que declarase el motivo de su resisten

    cia, le dijo, baada en lgrimas: podryo gozar delos beneficios de la libertad, mientras mimadre sea es

    clava? Hazpues,uso de este dinero para libertar

    tu madre, la contestsorprendido el estranjero: t

    malo i cumple tan sagrado deber. Entnces admiti

    los quinientos pesos; i enajenada de gozo, vol a ponerlos disposicionde su ama. En consecuencia que

    dlibre la madre i esclava lahija, nopor falta de je

    gloriosa revolucion. . . . . . . . .

    (2) Censor de la revolucion,nmero4 Santiago de

  • 1.L.U sTREs AMERICANAS. 17

    merosidad de parte de su seora, sinoporque estimaba

    tanto sus buenas cualidades, que ningun precio que

    ria perderla; asi era tratada en la casa, no como cria

    da, sino como compaera.

    Qu de ejemplares brillantes de consagracion pa

    tritica no ofrecen las mujeres de Chuquisaca, Cocha

    bambai la Paz!. Luego que estall la revolucion en es

    tas ciudades, se vi al bello sexo animado de un entu

    siasmo estraordinario. El jeneral Nieto, (1) instruido

    de la adhesion de las chuquisaqueas alnuevo sistema,

    proscribi muchasseoras distinguidas, despues que

    sofoc laprimera conmocionpopular acaecida enla ciu

    dad de la Plata Chuquisaca en 18og. A doaTeresa

    Lemoine, deuna de lasprincipales familias ique se habia sealado por su amor los derechos de su pais, le

    confisc los bienes; la conden al destierro de Lagumi

    llas; (2) ila oblig trasladarse all con nueve criatu

    ras, pie, por caminos escarpados i desiertos, sin el

    menor auxilio para su manutencion abrigo. La resig

    nacion ifirmeza que mostr esta seora, harian honor

    una romana del tiempo de la repblica. Noseinmut cuando le intimaron la cruel sentencia: nose humi

    ll ante el tirano, en vez de pedirperdon, que quizs

    habria obtenido, dijo los que se compadecian de susuerte: La aurora de nuestra felicidad acaba de ma

    cer: una nubepasajera la oscurece: para disiparla he

    mos menester constancia, i podr haberpatriotismo

    (1) Presidente de Charcas en aquella poca.

    (2) Horrorosopramo, cincuenta iuna leguas distan

    -cui-wwww.org.

  • si se renuncia esta virtud? En efecto, se mantuvo

    en su destierro, hasta que los patriotas la sacaron entriunfo.

    Cmo se engaaron los jefes espaoles, al figurarso

    que medidas de esta clase intimidarian las america

    mas! Ellos queran privar la causa de la independen

    cia delpoderoso influjo del bello sexo; qupoco co

    nocan el caracter de nuestras compatriotas. En lugar

    de disminuir, aumentaban su decision con las violentas

    inhumanas providencias que espedian.

    La victoria deSuipacha,ganadapor el jeneral arjen

    tino Balcarce sobre Nieto el 7 de Noviembre de 1810,

    abri los patriotas laspuertas de Chuquisaca. Castee

    lli, su entrada,fu cumplimentadopor diputaciones

    de todas las autoridadesi cuerpos. El bello sexo envi

    tambien la suya su encuentro, presidida por doa

    Merced Tapia. Esta preciosa jven vestida de blan

    co, consu largo cabello de bano suelto sobre sus be

    Hos hombros, conun semblante en que estaban impre

    sos los sublimes sentimientos que ajitaban su alma, i

    con ademanes de una dignidad natural que realzaban

    lo interesante de su figura i la elocuencia de sus pala

    bras, pronunci en presencia de Castellii de su comi

    tiva una arenga, en que recordando los ultrajes de su

    patria, arranclgrimas todos los circunstantes: has

    ta las encendidas mejillas de los guerreros se sintieron

    humedecidas. Cmo ha sidoposible, dijo, que

    por tanto tiempo sufrisemos elignominioso espect

    culo dever nuestros compatriotas degradados al es

    tremo de tener que renunciar las nobles prerogativas

    quelos elevan tanto en nuestra estimacion? II qui

  • ILUSTRIES AMERIGANAs 19

    mes son los que as encadenaron las fuerzas fsicas i

    mentales de muestros padres, hermanos,i queridos?

    Unos hombres vulgares, rapaces, sin educacion, sin

    moral. Os someterispor mas tiempo al oprobio de

    ser esclavos de jente advenediza? Consentiris que

    vuestras madres, vuestras hijasi queridas se abatanpor

    mastiempo ante esos estranjeros, tan orgullosos cono

    avaros ignorantes? No, yo leo en vuestros varoniles

    rostros que estais determinados sacudirpara siempre

    tan humillanteyugo. En cuanto nosotras, no habr

    sacrificio que no hagamos gustosas: mientras lostira

    nos ocupen un solopalmo de nuestro pais, nada nosdistraer de los medios de salvarlo. Aqu estn nues

    tras alhajas, las prendas de vuestro amor, Podemos

    acaso emplearlas mejor que en vosotros mismos? Si

    volveis vencedores, no os contentaris con nuestras

    virtudes?Si sois vencidos, habr americana que quie

    ra adornarse para agradar los esterminadores de sus

    compatriotas? Pero al desprendernos devosotros,no

    renunciamos todo?... Corred, pues, a las armas, id,imostrad en el campo de batalla, hasta dejar sellada

    con sangre vuestra libertad i la nuestra,que sois los de

    fensores de nuestros hogares, de nuestros derechos, los

    sostenedores de la inocente Amrica, sus dignos hijos,

    Sifuere necesario, cooperarmosnosotrastambien con

    elfusilal hombro, con el sable en mano. En vuestra

    ausencia tejermos guirnaldas con que orlar vuestrasvalientes siens; cuidarmos delos enfermosi heridos;

    trabajarmos pormuestra subsistencia i la delos huer

    fanitos que dejareismuestro cargo. Marchad, ivolved

    victoriosos.? Al escuehar semejantes palabras, quin

  • 38- ILUSTRIES AMERICAN.As.

    creera que se pronunciaban en un lugar largo tiempo

    dominado por el despotismo inquisitorial? Los efectos

    del discurso de la hermosa Merced Tapia, sobre

    aquella reunion,fueron como los del trueno acompa

    ado delluvia en un caloroso dia. Despues del desgra

    ciado suceso de Guaqui,(1) se posesionaron los espaoles de Chuquisaca; i como era natural, una de las

    seoras masperseguidasfu nuestra oradora. No ostam

    te, vivi lo suficiente para morir consolada: idlatra de

    su patria, cuando recibi la noticia de la victoria gana

    da prlospatriotas en Salta, (2) espir en el acto de

    puro gozo. Parece que el cielo sepropuso conservar

    aquella benemrita americana, solopara darle este pla

    cer pasajero, i que quiso aorrarle las angustias que lehabran ocasionado los grandesi repetidos reveces que

    posteriormente sufrieron los independientes. "

    *Nos estremecemos al recordar las escenas cruentas

    de los espaoles en la Paz; mas sin ellas, no habria bri

    llado tanto la virtud de sus hijas. Haban estas abraza

    do con ardor la causa de la independencia,i coopera

    do a ella por cuantos medios estaban su alcance; as

    fu que los opresores de Amrica las hicieron sufrir las

    mas crueles persecuciones, i los mayores padecimien

    tos que puedehaber para corazones sensibles. Desgra

    cadas paceas: "Co que solo sobrevivsteis para llorar los infortmios i desolacion de vuestra patria? para

    (1) Accionganadapor las tropas espaolas mandadas

    por el indigno americano Goyeneche, el 20 de Junio

    (a) El ao de Febrero 1815, por el jeneral Belgrane.

  • 1ILUSTREs AMERICAN.As. 21

    ver arrancar de vuestro seno los que os habian dado

    el ser, a los que tenian los ttulos mas sagrados vues

    tra ternura? para verlos arrastrar de suplicio ensuplicio

    hasta el patbulo? No lleg la cruoldad de aquellos

    monstruos hasta el punto de ofreceravuestros ojos los

    palpitantes miembros de los dolos de vuestro corazon,

    obligndoos acompaar su brbaro triunfo mientras

    lospaseaban elevados en las bayonetaspor las calles en

    sangrentadas?

    La conducta de las paceas en aquellos diasde dolor

    no se puede alabar lo bastante: en ellos, como en los

    de prosperidad, siempre fieles sus principios, hicie

    ron los ltimos esfuerzos,yapara restablecer el simu

    Ilacro de la patra, ya para aplacar la ira del desnatura

    lizadoGoyeneche: con unamano remitian secretamen

    te auxilios los patriotas, con la otra prodigaban oro

    los espales parasalvar de su venganza sus conciu

    dadanos. Antes i despues de la batalla de Guaqui, an

    tes i despues de las de Vilcapujo()iWiluma, (a) aun

    que observadas en sus menores movimientos ivejadas

    por los espias de Ramirez, de Sanchez Lima,(3) del

    feroz Ricafort, (4) se mantuvieron siempre firmes, siem

    pre fuertes. Todavia despues delltimo desastr que

    (1) Ganada por eljeneral espaol Pezuela, elprimero de Octubre 1813.

    (2) Perdida por el jeneral arjentino Rondeau, el28de Noviembre 1815.

    (3) Gobernadores espaoles de la Paz.

    (4) Brigadier espaol i presidente del sanguinario

    tribunalde purificacion, establecido por Pezuela.

  • oblig al grueso del ejrcito independiente. evacuartodo el Alto Per, tuvieron valor de mantener comu

    nicacion oon los vencidos,i siguieron contribuyndo

    su reorganizacion. Unas equipaban i aconsejaban sus

    hijos que pasasen reunirse aquellos, otras fomenta

    ban la intrepidez de las guerrillas que haban quedado

    en las cercanias: todas empleaban los mayores sacrifi

    cios, i apuraban su natural injenio para enganar el ene

    migo isalvar la patria. Si nos abstenemos de nombrar

    aqu las seoras de la Paz que mas sobresalieron, es,

    por temor de comprometerlas. Quierapreservarlas el

    cielo para quevean libre su pais,ipara que, publica

    dos sus nombres, les ofrezca todo americano el tributo

    de admiracion i de respeto que ciertamente son

    Ascomo en la Pazi Cochabamba,gustaba tambien

    en Potos el brbaro Goyeneche de aplaudir desde el

    balcon desu casa los horrorosos atentados con queul

    trajaba la naturaleza. Asen aquellos lugares como

    en este ltimo se complacia su enconosa rabia en hacer

    que los presenciasen las inocentes compaeras de sus

    vctimas. El sabio mineralojista, el justificado Matos

    fuuna de las que alltuvieron que espiar el delito de

    haber sido til su patria con sus conocimientos, i

    honrdola con sus virtudes. La esposa de aquelhom

    bre meritorio participaba de sus sentimientos,i debia,

    segn las mximas que,profesaban los tiranos, tener

    parte tambien en sus agonias. Un destacamento de sok.

    dados la condujo al lugar donde su infeliz marido de

    lvia exalar el ltimo aliento, i decirla el ltimo adios.

    Levanta la cabeza, ergullosa rebelde" la decian aques

  • ilustres AMERICAN.As. 23

    fos monstruos: mrale, mirale espirar. Una mujer

    comun no habria podido resistir tan amargo trance;

    masla esposa de Matos no se manifest indigna de l,

    aun depues de haber agotado el cliz de la adversidad

    i de la humillacion. Mi querido, dijo con voz ente

    ra a su moribundo esposo, "tu me enseaste vivir;i ahora me enseas morir. Sube al cielo, martir de

    la patria; queyo no tardar en seguirte. Aun respi

    rando aquel, he separaron hachazos la cabeza del tron

    co, la clavaron en una pica vista de su mujer,i la lle

    varon en procesionpor las calles de Potos hasta la ca

    sa del difunto, cuyapuerta la fijaron. Sirva esto de

    escarmiento t i los que piensan como t, le dije

    ron, echndola a empujones en su casa. Pronto vino lamuerte libertarla de su dolor, i de los insultos de

    aquellasfieras. Elenlace del os sucesos nos conduce ahora a Cocha

    bamba,teatro quiz el masfecundo en acciones memo

    rables de patriotismo i valor, que presentan las provin

    cias Unidas. Con decir que el espritu marcial de sus

    habitantes ha contenido engran parte los progresos de

    las armas victoriosas de los espaoles en el Alto Per;

    i que, insensibles a las incesantes i cada vez mayorescrueldades de los tiranos, se sublevaron seis veces en

    masa, gasi a la vista del ejrcito enemigo; con agregar

    quejamas ha logrado el gobierno opresor domarlos en

    teramente,ique desde 18o9hasta la fecha han sabido

    sostenerse en parte, en el centro del Per, incomuni

    cados, destituidos detodo, sin mas auxilio que su arro

    jo, contra fuerzas infinitamente superiores; con decir

    esto, repetimos, habr quien quiera disputar la palma

  • 24 1LUSTREs AMERICANAS

    de constancia i heroismo los cochabambinos? Las cs

    nizas de las vctimas que sacrificaba el dspotismo pa

    recia enjendrar nuevos defensores de los derechos deAmrica.

    *No, no defienden los injustos fueros

    De un avaro seor, ni los palacios

    De un dspota orgulloso......

    . . . . . . . . . Sus hogares,Su rstica inocencia, sus costumbres,

    Se 9 5 g. G.

    Tales son los derechos, que inflamand

    Su puro corazon,a guerra eterna.

    A la lid los provocai la venganza.(1)Hemostraido colacion los antecedenteshechos con

    el intento deponer aun mas en claro elpoderoso influ

    jo que tuvieron las mujeres durante esa carniceria interminable lucha."Muial principio de ella habian lascochabambinas demostrado con ardor su adhesion alnuevo rden de cosas. A la mano tenemosun sin n

    mero de rasgos eminentes i verdicos, que nos autori

    zan asegurar que las seoras de Cochabamba hanso

    lbrepujado en virtudes, si posible es, las demas ame

    ricanas. Ellas promovieron con su ejemplo las nclitas

    proezas delos hombres; han sido sus rivales; i se han

    inmortalizadoporundenuedo que, en nuestro concep

    to, carece de paralelo. He aquuna prueba.

    , Obligado el jeneral Pezuela en 1815, hacerun mo

    vimiento retrogrado con el grueso de su ejrcito por

    las operacionees del jeneral Rondeau, i precisado

    (1)V. El Espaol constitucional, nm.XIV..

  • LUSTRIES AMERICANAs. 25

    concentrar todas susfuerzaspara resistir los patrio

    tas, solo pudo dejar enCochabambaunapequeaguar

    nicion de tropa veterana: todos los cochabambinos,

    capaces de disparar un fusil estaban ya, incorpora

    dos, contra su voluntad, a las filas del enemigo, in

    quietandole en partidas de guerrilla; pero los mas se

    haban agregado al ejrcito independiente. En resu

    minen, en aquella ciudad solo quedaban (si csceptuamos

    las mujeres, los decrpitosi nios,) algunos vecinos

    espaoles i la guarnicion. Esta fu la ocasion que ellas

    elijieron para sealar supatriotismo. Resolvieron apo

    derarse del cuartel de la tropa, i lo consiguiron. A

    pesar de no haber en todo el lugarunnmero de hom

    ibres suficiente para dar cuidado los soldados, est

    ban estos recelosos ivijilantes,porlo que ya sabian de

    la intrpidez de las mujeres. Aguardan ellas las son

    bras de la noche; i armadas del mejor mod posible,

    se presentan, en buen rden delante del cuartel: inti

    man rendicion,i recibiendoporrespuesta el silvido de

    las balas, acometen al enemigo: tres veces son recha

    zadas, i otras tantas vuelven al asalto; hasta que al fin

    logran tomarposesion de un punto fortificado con pa

    rapetos, i triunfan completamente. Tanjenerosas co

    mo osadas, trataron los prisineros con la mayor hu

    manidad; i en sus propias caballerias los enviaron

    disposicion del jeneral Rondeau. Varias de las heroi

    nas murieron consecuencia de las heridas que recibieron en el combate.

    Victoriosos los espaoles en Wiluma volvieron

    * apoderarse de Cochabamba,itomarontan biensus me

    didas que lograron prender a doce de las seoras que

  • 26 1 LuisTREs AMERICAN.As.

    se habian hallado en el ataque. Todas docefueron con

    denadas la horca; sus cuerpos descuantizados, i los

    pedazos colocados en jaulas de hierro, sobre altos pa

    los en losparajes mas frecuentados de los caninos pblicos, i al rededor de la ciudad. Todas doce observa

    ronuna enerja asombrosa: Viva la patria, repetan,

    ya con el cordel ajustado; viva balibutia su mori

    bunda lengua. Es sensible que no hayamospodido ad

    quirir los nombres de estas bellas mrtires de la liber

    tad tan dignos de eternizarse. Las senoras del Tucuman, las de Salta i Santa Cruz

    de la Sierra, merecen tambien adornar las pjinas de

    nuestra historia. Muchos testigos de sus gloriosas vir

    tudes i azanasviven aun. Ojal nos comuniquen cuan

    to sepan acerca de los pormenores de ellas, para publi

    arlas! Nosotroslas conocemosimperfectanente, i con

    sentimiento tenemos que ceninos tributarlas el ho

    menaje de nuestra admiracion en trminos jenerales;

    dejando para mejor oportunidad el hacerlas justicia,

    con dedicar sus acciones heroicasun captulo separa

    do. La nica vez que los espaoles lograron penetrar

    al Tucuman, (en 1812) no se debi cn mucha parte

    lavictoria la cooperacion de sus denodadas hijas? No

    se las vio engrupos de caballo recorrer el campo, i

    escitar el entusiasmo de los defensores de la patria? Ja

    mas se olvidar la decision toda prueba que siempre

    manifestaron por la causa de supais, las seoras Araoz,

    Molinas, i otras. Esprobable que alguna vezse piense en Santa Cruzsin recordar la devocioni el entusias

    mo de sus mujeres? Precisados repetidas veces los mo

    radores de aquella ciudada enmigrarpara sustraerse -

  • Ilustres AMERICAN.As. 27

    la venganza del encnigo, ellas les acompaaron las

    ardientes i despobladas selvas de la frontera del Brasil;

    las elevadas sierras i hondas quebradas del Per; so

    brellevando con resignacion en sus espediciones mili

    tares enormesfatigasiprivaciones, consolndolosi animndolos.

    Durante los pocos meses que el jeneral San Martin

    estuvo encargado del mando de los restos del ejrcito

    arjentino que se haban salvado de la catstrofe de Wi

    luma,recibia con regularidad noticias exactas de la si

    tuacion i fuerza del enemigo por conducto de una se

    ora de Salta, cuya ciudad estaba la sazon en poder

    de los espaoles. Esta seora era obsequiada por el

    coronel Castro, americanoiluso, que mandaba la van

    guardia de los realistas, i que habia contribuido, quiz

    mas que otro alguno, las desgracias de los patriotas,

    asporsuvalor personal, como por el completo cono

    cimiento que tenia del terreno en que se hacia la guer

    ra. Pero su orgullo, sus esperanzas de ascenso, todo

    cedia las lgrimas desu amada, que de acrrimo ene

    migo de nuestra causa le convirti en uno de sus masdecididos defensores. La mutacion de Castro habria

    puesto degolpe trmino la guerra, si un compaero

    no hubiese revelado el secreto. Descubierta la conspi

    racion, casi en el instante de estallar, fupreso aquel

    ipasado por las armas.

    Cuando el jeneralSan Martin hacia en Mendoza, es

    fuerzos inauditos para formar el ejrcito que despues

    libert Chile, hall en las mujeres (segun supropio,

    testimonio), el apoyo mas firme. En aquella poca

    aciaga de la revolucion, cuandolos cspaoles eran due

  • os deVenezuelaiCundinamarca, de casi todo Mji

    co, del PeriChile,las seoras i las criadas de Men

    doza, las hacendadas i las jornaleras, mozas iviejasse

    disputaban el honorde ser las primeras en mejorar la

    condicion de los defensoras del pais. Las dificultadesacrecentaban su entusiasmo: unas renunciaban sus

    placeres, otras las ocupaciones de quesacaban la sub

    sistencia, para consagrarse enteramente al servicio de

    la patria. Por medio de una subscripcion lograron reu

    mirun completo i magnfico servicio para el hospital:

    las delicadas manos de las seorasprepararon las hilas,

    los vendajes &c. las madres defamilia erogaban dona

    tivos cuantiosospara la manutencion, el aseo,i aun las

    comodidades del ejrcito: sus casas eran talleres en

    que gratuitamente asistidas de las pobres, se cosian las

    camisas i demas ropa. Quhumanidad no manifesta

    ron los emigrados deChile, imas tarde los prisio

    neros deguerra espaoles! Muchos existen aun;ellos

    apelamos para que certifiquen la jenerosa compasion

    con quefueron tratados por las sensibles mendozinas.

    Entre las seoras que masse acreditaron porsus virtu

    des, merecen particular mencion, la esposa del jeneral

    San Martin, (1) las Corbalanes, las Correas, las Orti

    ces, i otras varias. " " -

    Al otrolado de la cordillera ofrec laguerra deeman

    (1) DoaRemedios Escalada de la Quintana, hija deBuenos Aires,dilas demas seoras el noble ejemplo

    de vender sus aderezos de diamantes i otras joyaspara

    subvenir las necesidades pblicas. V. Biografa del

    jeneral San Martin. Lond. 1825. " - es

  • ILUSTRIES AMERICAN.As. 29

    cipacion resultados no menos admirables. Sacrificios

    sin nmero, igual entusiasmo i constancia aseguran

    las chilenasla reputacion de buenas patriotas. Despues

    de la funesta jornada de Rancagua, (1) ellas mostraron

    una resignacion ejemplar, prefiriendo abandonar sus

    hogares, mas bien que someterse sus brbaros inva

    sores. Entnces se convirti su entusiasmo, intil ya

    para escitar losguerreros, enun esmeroincesante pa

    ra aliviar los sufrimientos de sus compatriotas. En el

    paso de los Andes, atravesaron la nieve i padecieron las

    mas crueles privaciones con entereza. Durante aquella

    penosa emigracion i prolongado destierro, (2) quin

    os igual en actividad industria,nclitas chilenas, pa

    ra socorrer a los compaeros de vuestra triste suerte?

    Restituidas a Chile qurazon tenanlos asoladores de

    vuestro suelo, para esperar la jenerosidad con que lostratsteis? Inexorables en la victoria hasta con el sexo

    dbil, hallaron en l, despues devencidos, los mejores

    imastiernos abogados. Elgobierno babria descargado

    repetidas veces la espada de la justicia sobrelas crimi

    nales cabezas de los espaoles i satisfecho la vindicta

    pblica, no haber intercedido por ellos las mismas

    (1) Los patriotas de Chile perdieron esta accion el

    primero de Octmbre de 1814; i en su consecuencia se

    posecionaron los espaoles de todo el pais, de que to

    m el mando el jeneral Osorio.

    (2) No regresaron Chile hasta despues de la me

    morable batalla de Chacabuco, ganadapor el jeneral

    SanMartin, el 12 de Febrero de 1817. En el campo de

    batalla se hall una nujer muerta de un balazo.

  • 30 mil USTREs AMERICANAS

    mujeres que tanto habian ultrajado con suinicua comducta. .

    Cuando oeupOsorio aChile, varios patriotas distin

    guidos habian tenido que quedarse ocultos,unos por

    sus achaques,i otrosporfalta de cabalgaduraspara po

    merse en salvo;mas habindose publicadouna amnista

    jeneral volvieron algunos al seno de sus familias. De

    all pocos dias, cuando aquel jefe crey asegurado el

    fruto de su usurpacion, di conocer superfidia imalafe imitando los demas de su nacion en su conduc

    ta respecto de los americanos, un mes despues de ha

    berganado la batalla de Rancagua, bizo prender a los

    principales vecinos de la capital. Temeroso, empero,

    de exasperar al pueblo, que impaciente sufriasuyugo,

    no se atrevi derramar la sangre de sus vctimas,i se

    propuso inmolarlas de un modo menos violento; a

    fuerza de molestias iprivaciones. Los mas acreditados

    patriotas fueron enviados la desierta isla de Juan Fer

    mandezsin permitrseles otro recurso para satisfacer las

    primeras necesidades de la vida que una racion de sol

    dado raso porpersona; i neg sus hijas i esposas el

    permiso de consolarlos con su compaa. Cuarenta i

    seispadres de familia, ancianos los mas,(1) iacostum

    brados las comodidades de la vida social, fueron

    (1) No habia diez cuya edad nopasase de cincuenta

    aos. Entre otros mencionaremos al sabio donJosAn

    tonio Rojas, paraltico de 74 aos, quepara moverse

    en su cama necesitaba del auxilio de tres hombres: A

    don J.A. Ovalle, de72 aos,i enigual condicion que

  • 1.LUSTREs AMERICAN.As., 31

    amontonados en dos pequeas camaras abordo de la

    corbeta deguerra espaola Sebastiana, de donde no

    se les dejaba sacar siquiera la cabeza para respirar, (1)

    mi salir desempear las mas urjentes funciones de la

    naturaleza. La infeccion del aire causada por clgran

    nmero de personas i la acumulacion de inmundicias

    cn tan estrecha habitacion, afect de tal modo la salud

    de los deportados que si elviaje, en lugar de una sema

    na,hubiese durado dos,seguramente habrian todos pe

    Desde 1815 estaba abandonado el presidio de Juan

    Fernandez, i solo servia de guarida a milares de ratas.

    (2) A estas iban los despatriados disputar el terreno.

    Qu perspectiva para las chilenas! Pero el conoci

    miento de la miseria que las aguardaba no pudo arre

    drarlas; cubiertas de luto, se presentan aquellas tiernas

    hijasi amantes esposas los tiranos; no omiten ruegos,

    ni cohechos; mas todo es en vano para mover com

    ibicion de acompaar los objetos de su carino, se

    aadi la de todaespecie de comunicacion con ellos bajo

    los ms graves castigos. El dejar escapar, presencia

    (1) En las puertas de cada cmara habia centinelas

    con rden de hacer fuego cualquiera que se asomase.

    (2) Era tal la abundancia de estos asquerosos anima

    les que puede asegurarse, sin exajeracion, que se co

    mian la cuarta parte de los vveres que introdujeron los

    espaoles para sus nuevos colonos. A millares se mata

    ban, sin que por esto se experimentase una divinasensible.

  • de aquellas fieras, los sentimientos que abrigaban, era

    bastante para esponer las afectuosas chilenas sus in

    Una sola mujer pudo vencer las dificultades que se

    presentaban,ilogr acompaar al destierro al autor de

    sus dias. Contrariandola rden espresa de este, que te

    de lospadecimientos de aquella jven, obtuvo a fuer

    za de lgrimas i ruegos, ivalida de la amistad de Sir

    ThomasStaines, comandante de la fragata de S.M.B.

    la Bretona, que el capitan de la corbeta Sebastiana la

    permitiese seguirsupadre.

    Era este septuajehario don Juan Henrique Rosales,

    ciudadano respetable que haba llenado los primeros

    empleos enChile,i estaba la sazonmui enfermo. Ro

    sario es el nombre de su hija, de este modelo de amor

    filial, cuyos desvelos, as en la navegacion como en el

    destierro, fueron inscesantes para aliviar los padeci

    mientos de aquel infeliz, que se haban acrecentado dresultas de una cada que le oblig a hacercama po

    pacio de seis meses. Cuando ella supo la derrota de

    chilenos en Rancagua, fu acometida de una enfermes.

    dad de nervios que desde entnces la atormenta casi

    sin interrupcion; mas pesar de esto, nsensible sus

    Con una solicitud infatigable, le hacia de comer en la

    isla, le lavaba ile curaba; con sus delicadas manos la

    br la tierra para sustentarl; se despoj de su ropa pa

    ra preservarle de la intemperie. En ranchos de paja,

    destechados, espuestos a las fluvias que all caen lomas

    del ao, los recios temporales que soplan de conti

  • 1LUSTREs AMERICAN.As. 33

    nuo, malprovistos de ropa, sujetos una escasa racion

    de frijoles i charqui, pasaron aquellos desventurados

    mas de dos aos con la mayor constancia, consolndo

    sei ayudndose mtuamente; i la jven Rosales ani

    maba a todos con su ejemplo.

    Afuerza de dinero lograron las chilenas burlar algu

    navez la vijilancia del gobierno,i remitir a los dester

    rados vveres i ropa: una sola escepcion hicieron los

    opresores, concedindolaspermiso para estraeruna li

    mitadaporcion de aquellos artculos.Pero de qu ser

    via? Lo que no robaban los conductores, lo guardaba

    elgobernador de la isla; i este i aquellos, con licencia

    superior, los vendian pblicamente precios enor

    mes. (1)

    (1) En otra ocasion, cuando dediquemosun artculo

    separado a la relacion de las crueldades de los espao les en Anrica, detallarmos este hecho i otros mu

    chos mas atroces. Porahora solo diremos que en aque

    lla isla habian prohibido los gobernadores, spena demuerte, la introduccion de lo mas mnimo: todo tenia

    que pasarpor su mano: todo lo tenan monopolizado.

    Un 5oopor 1oo era pocaganancia. No es estrao, pues,

    que con sus robos i estorsiones ganase uno de ellos, en

    menos de un ao, mas deveinte mil pesos. No crean

    nuestros lectores, que no han presenciado los horroro

    sos crmenes de los espaoles durante laluchapornues

    tra independencia, que en este cuadro nos hayamos

    propuesto trazarlos: solo hemosinsertado lo indispen

    sable para nuestro objeto, que es unaimjenimperfec

    wwwwww ,

  • 34 mLUSTREs AMERICAN.As.

    Alos dos aos se incendiparte de la poblacion de

    Juan Fernandez,i con ella el rancho que ocupaba Ro

    salesi su virtuosa hija, i lo poco que tenian adentro

    para su abrigo. Reducidos dormir cielo raso, re

    mov aquel anciano los ruegos que repetidas veces ha

    bia hecho su amada Rosario, para que regresase a

    Chile. No, mipadre (contest), la suerte deV.de

    be ser la mia. Permtame que siga acompandole: no

    puedosepararme deV.: elpensamiento solo de aban

    donarle me es menos soportable que la muerte. En

    hernecido, accedi Rosales su splica; i ella conti

    nu consolandole hasta que la batalla de Chacabuco

    puso trmino tan larga serie de infortunios. La pro

    videnciapremi sus afanes. Esta escelente hija, estima

    da detodos,goza en l dia, al lado de supadre i apre

    ciable familia, del dulce espectculo de ver libre su

    patria.

    Unpoco antes de aquella accion,perpetr el gober

    nador espaol en Chile un hecho atroz en la personade una seora. Doa Mara Cornelia Olivares, vecina

    de aquella ciudad, se distinguia porsu amorpatrio.Sa

    bido es que en concepto de los tiranosno podia haber

    mayor delito. Sin embargo, contenidos por el temor

    de la influencia que tenia la familia de aquella seora,

    en razon de sus muchos parientes i de su fortuna, se

    contentaron por algun tiempo conperseguirla oculta

    mente. Mas al fin se sobrepuso el despotismo agoni

    zante toda consideracion. Cuandosesupo en Chillan

    que los libertadores estaban salvando los Andes, no le

    fu posible a la patriota Olivares reprimir su entusias

    mo. Enmedio de los enemigos, irritados mas que num

  • ILUSTRIES AMERICAN.As., 35

    capor la tentativa de losindependientes,tuvo ella va

    lor de pronunciarpblicamente sus sentimientos, sus

    deseosi esperanzas; idepronosticar el glorioso xito,

    quemas tarde logr aquella espedicion en la cuesta do

    Chacabuco. Entnces la aprisionaron, le raparon el

    cabello i las cejas, i la tuvieron espuesta en Chillan

    a la verguenzapblica desde las diez de lamaanahas

    ta las dos de la tarde, cuyos ultrajes sufri con inalte

    rable firmeza de animo. Su heroicidad fu premiada

    luego por el supremo gobierno de Chile, el cual en

    decreto de 2 de Diciembre de 1818,(1) declar a do1a Mara Cornelia Olivares una de las ciudadanas

    mas benemritas del estado, en atencion sussobre

    salientes virtudes cvicas, , , ,

    Despues de la dispersion de Cancha Rayada, acaeci

    da el 19 de Marzo de 1818, entr eljeneralSan Mar

    tin, muienfermo, descansar en un rancho que seha

    llaba sobre el camino de la capital. Aun no hacia mu

    chosmomentos que estaba recostado, cuando la seora

    de una hacienda inmediata, doa, Paula de Jara Que

    mada, se lepresenta con el semblante encendido, los

    ojos despidiendo rayos, i le dice con vehemencias

    Con que ha sido V. desgraciado, querido libertador

    de mipatria? le han batido los espaoles? volvern

    dominarnos esos crueles amos? hai algun remedio?

    cual es?... DgameV.por Dios, puedo servirde al

    go? Disponga V. de mis bienes, de mis criados i peo

    mes, de mis hijos, de mipropiapersona,todo lo sacris

    ()V Gaceta ministerial de Chile, de 5 de Diciens

    bre de 1898. ..."

  • 36 TLUSTRES AVITAICANAs.

    ficar gustosa en las aras de la patria San Martin atmito con la sbita efusion de los jenerosos sentimientos

    de aquella seora, logra al fin calmarla un poco,per

    suadindola quefiado en la proteccion de la providen

    cia esperaba escarmentar al enemigo en breve. Algo

    calmada,prosigui: Antes mandel resto de miga

    mado en auxilio del ejrcito; ahora traigo cincuenta de

    mis inquilinos, patriotas toda prueba,para que lesin

    corpore V. sus filas. Tambien le presento aqumis

    dos hijos con igual objeto; ivolvindose ellos, les

    dijo en untono decidido ifuerte: hijos mios, sabed

    que sino cumplis con vuestro deber, dejareis de lla

    marme madre: acordaos de que la muerte es preferi

    ble la ominosa esclavitud que nos quieren deparar

    los espaoles. Yo os dar el ejemplo; seguidmeive

    reis que arrostrarlos peligros hasta el ltimo estremo,

    antes que doblar la cerviz esos malvados. I dirijien

    do la palabra San Martin: buen animo,mijeneral,

    el reves que V. ha sufrido harver que somos dignos

    deser libres: pronto acreditarmos los invasores que

    merecemos tener una patria. Aquel jefe tuvo queva

    lerse de toda su afabilidad i destreza para persuadirla

    que se retirase Santiago,por ser este el punto de reu

    nion para reorganizar el ejrcito.

    Sentimos que nuestros lmites no nos, permitan refe

    rir ahora todo lo que debe la Amrica al entusiasmo, i

    al desprendimiento que desplegaron las chilenas du

    rante los preparativos de la espedicion destinada libertar el Per. Mientras tenemos la satisfaccion de ha

    cerlo, baste decir que en esta, como en las pocas an

    teriores, sobresalen por aquellas cualidades las Larrai:

  • 1LUSTREs AMERICAN.As. 37

    mes, Trucios. i Rosales; las Rojas, Vicuas,i Perez;

    las Sanchez. Mascallanos,iGuzmanes. "

    Al mismo tiempo que los reveses i las glorias de las

    armas independientes, despertaban en las provinciasUnidas i en Chile-todos los sentimientos delicados ik

    hericos de que es susceptible el eorazon de la nujer,

    se ajitabatambien enVenezuelaiCundinamarca lagran

    cuestion de si la Amrica se hallaba, dno, en estado de

    pertenecer smisma. Tuvieron entnces las mujeres

    de todas clases ocasion de desplegar su civismo. Les

    fuyapermitido llamarse patriotas,i la transformacion

    poltica produjo all los mismos efectos que en la parte

    meridional del continente: su consagracion fu com

    pleta, unos mismos sus sacrificios,su constancia, su humanidad.Tanto maslaudable ha sido su conducta cuan

    to que en Venezuela iCundinamarca lleg su colmo

    la medida del encarnizamiento de los espaoles; los

    horrores de la conquista no solo se renovaron sino que

    se escedieron con mucho: la manera de los tigres

    derramaban la sangre de sus vctimasporplacer: nadalos saciaba,

    Ni el sexo,ni la edadfuperdonada:

    Los nios tiernos, la belleza misma,

    Las gracias que desarman al soldado,

    Todo sufrisus vengativas iras. (1)

    A discrecion de los Montes,Samanos,Zuazolas; de

    los Boves,Morales,Mnteverdes;()perseguidas tam

    () V. El canto titulado Campaa de Bogot.

    ... en la gaceta de este nombre de 18 de Julio 182o.

    (2) Algunos de los jefes espaoles que en Venezue

  • 38 milustres AMERICANAs.

    bienpor el brbaro Morillo cuando ocup este todo el

    pais, quinvijamas desmayar las hijas de Colom

    bia? Los mas crueles tormentos, la muerte misma, en

    vezde apagar, aumentaban el sagrado fuego que ardia

    ensus pechos: su alrededor espiraban los hroes dela independencia, sus padres,sus hermanos, sus espos:

    sos hijos, cuyos miembros mutilados se ostentaban

    en los caminospblicos: ellas eran de mil modosvc

    timas de sus sentimientos; masnunca pudo intimidar

    las ni lo esquisito de lostormentos, ni la vista misma

    Mucho antes de la revolucion de Carcas tenan los

    patriotas reuniones secretas en aquella ciudad; siend9

    la principal en casa de doa Juana Antonia Padron, madre de los clebresjenerales colombianos donMariano

    i donTomas Montilla. Afin de burlar la vijilancia del

    gobierno, se valia aquella seora de dar convites para

    poder celebrar juntas patriticas, que asistian ella,

    sus hijas i amigas,i en las cuales se discutian i concer

    taban las medidas mas adecuadas para libertar al pais

    del yugo peninsular. El entusiasmo de aquellas cara

    queas era tan grande que manifestaban francamente

    sus opiniones sin temor de peligro,i sin consideracion

    ninguna dificultad;i sostenian que era preciso con

    seguir la independencia, perecer en la tentativa. Des

    pues de efectuada la revolucion, han dado las hijas de

    Venezuela mil pruebas de patriotismo, que nos abste

    la iCundinamarca sobresalieron maspor sus horrendos

    atentados, hasta quevino Morillo disputarles la pre

    ferencia en el arte de atormentar la humanidad.

  • rLUSTREs AMERICAN.As. 39

    miemos de particularizar,pues que el hacerlo seriaun

    repeticion de lo que queda referido de las americanasde otras secciones del continente. No ostante, citar

    mos el adios de la seora Padron sus hijos, cuando

    iban partiren defensa de la patria. Nohaique com

    parecer en mipresencia (les dijo), sino volveis victoriosos.

    Batido el jeneral Bolivar por el execrable Boves

    medados de 1814, amageste Carcas. En semejan

    tes circunstancias no quedaba las patriotas otro arbi

    trio que el someterse los ultrajes de aquel monstruo,

    buscarun asilo en la fuga. La eleccion no era difcil:

    prefirieron lo ltimo; escondironse muchas en el

    monte; i las quepudieron, se embarcaron en las na

    ves que habia la sazon en la Guaira. Errantes de isla

    en isla; sin entender otro idioma que el suyo; ajenas

    sus usos, costumbresi relijion; las Montillas, las To

    bares, las Palacios i otras muchs seoras habituadas

    la delicadeza i al regalo, sobrellevaron con la ltima re

    signacion todas las penalidades de un destierro, que

    dur mas de siete as. Las hijas de los primeros ha

    cendados de Caracas, las de mediana fortuna,i las que

    carecian de ella, todas indistintamente se vieron en la

    necesidad de trabajar con la aguja para ganar su sub

    sistencia; todas dieron ejemplos de honradez,i de virtud.

    Cuando casi todaVenezuelafusubyugada en 1814,

    una caraquea, la seora doa Josefa Palacios, viuda

    del benemrito jeneral don JosFelix Rivas, prefiri

    enterrarse viva, antes que soportar la presencia de los

    devastadores de su pais. Bajo los trpicos, sujeta aV

  • 4o 1LUSTREs AMERICANAS

    achaques de hidropesa, se mantuvo aquella venerable

    seora por seis aos encerrada en un cuarto pequeo,

    acompaada de solas sus criadas; sin recibir otra visita

    que la del mdico que la asistia, ignorada de todos.

    Eljeneral Bolivar que sabia su paradero, en la memo

    rable entrevista quetuvo en SantaAna con Morillo, le

    habl de esta seora, i le suplic que su regreso

    Carcas, la persuadiese salir de su encierro i la pu

    siese casa por cuenta suya; en suma se la recomend

    delmodo mas estrecho. Morillo, que pareci entnces

    arrepentido de sus crmenes i querer reconciliarse con

    la humanidad que tanto habia ultrajado, cumpli lapa

    labra que diera Bolivar. Cuando volvi Carcas,

    envi un edecan manifestarla el encargo que el jeneral Bolivar habia hecho Morillo, i los deseos que este

    tenia depoderserla til, i acreditar la sinceridad de sus

    promesas. De nada sirvieron las invitaciones de Mori

    Ilo, repetidas por su edecanipor otras personas. Su

    contestacion fu siempre la misma. Digan VV. su

    jeneral que Josefa Palacios no abandonar este lugar

    mientras su patria sea esclava; no lo abandonar sino

    cuando los suyos vengan anunciarla que es libre,i la

    saquen de l. As lo ha hecho. Qu virtud!

    En 1816sospecharon las autoridadesespaolasdeCu

    man que la bellaLuisaArrambide,(1) confidenta de los

    patriotas quienes habia prestado eminentes servicios,

    tenia intelijencia secreta con los independientes; i sin

    otro motivo la condenaron ser azotado en laplazap

    * (t) Laseora azotada en Cumana,se llamaba Leonor

    Guerra. Vase el apndice.

  • blica hasta rendir el postrer aliento. **Confiesa tus

    cmplises, le decian sus verdugos despues de cada

    descarga: Viva la patria, mueran sus tiranos,

    prorrumpia ella. El pudor tan solo pudo arrancar l

    grimas esta jven, mrtir de su patriotismo.

    Mientras que el jeneral Morillo se hallaba empeado

    en el sitio de Cartajena, los habitantes de la isla de

    Margarita levantaron el estandarte de la libertad conun

    heroismo de que la historia presenta pocos ejemplares:

    capitanebalos el jeneralArizmendi. La esposa de este,

    doa Luisa Cceres, se hallaba la sazon en la capital

    de la isla, llamada la Asuncion, dominada por las ar

    mas espaolas. Luego que el comandante enemigo en

    aquella ciudadtuvo noticia de la insurreccion de Ariz

    mendi, hizo llamar su linda esposa, que no contaba

    mas de diez inueve aos; i la mando que escribiese

    su marido, incitndole a traicionar la causa que haba

    abrazado, i ofrecindole no solo el perdon, sino re

    compensas nombre del rei de Espaa. Aquella jven

    se neg resueltamente a dar semejante paso; i en con

    secuencia la enviaron presa Carcas. All volvicron

    a instarla para que escribiese su marido en los trmi

    nosya indicados; mas su contestacionfu siempre la

    misma, Cargada de prisiones, encerrada en un oscuro

    calabozo, nopor eso desmay su constancia. Al cabo,

    la anuncian que seria condenada a pasar Espaa bajo

    partida de rejistro (1), si no se prestaba los deseos

    (1), Castigo mui comun, que empleaban los visires

    espaoles en Amricapara deshacerse de aquellas per

  • 42 - Luis TREs AMERICANAs.

    de la autoridad i tomando la mascara de la compasion

    i la indijencia los satlites del despotismo, la pintan con

    los colores masvivos cual era la suerte miserable que

    la aguardaba en caso de ser ostinada; la amenazan con

    separarla para siempre de los suyosi de su esposomis

    mo, que no tardaria en ser sacrificado la justicia; la

    alhagan, hacindola ver cuan diferente podia ser,por

    el contrario, la fortuna de ambos si ella hacia lo quese

    le pedia,i l entraba en su deber. Su deber, contes

    t, es servirsu patria, i libertarla: me congratulo de

    que as lo haga; i la esposade Arizmendi no olvidar

    jamas lo que debe a s misma, lo que debe a aquel

    nombre, aconsejndole un crmen. Enviadme aEspa

    a; 6 adonde gusteis: en cualquier lugar, en cualquie

    ra situacion ser feliz, si poseola estimacion de mpro

    pia; si s que mi marido ha vengado los ultrajes de

    muestro pais, muerto como hroe. En vista de su

    resolucion, la remitieron, en efecto la Pennsula; i

    as en la navegacion como durante su residencia en Es

    paa sufri las mayores penalidades, hasta que pudo

    denados esta pena eran por lo regular, encadenados

    durante la navegacioni tratados barbaramente. A su

    llegada Espaa iban aumentar, con solo elinformes.

    del mandatario que los remitia, el nmero de los des

    dichados que jemian en los presidios de la Carraca,

    Ceuta,&c. De este modofueron trasportados itrata

    dos, cl hermano del inca Tupac-Aru durante mas de

    treinta aos; el jeneral Miranda que muri en uno de

    aquellos; el ilustre don Antonio Nario, infinitos

  • figar Francia en 1817. De allpas los EstadosUni

    dos,i al siguiente ao tuvo la felicidad de abrazar su

    Lainsurreccion de Margarita que acabamos de aludir,

    es de lo mas estraordinario que presenta la historia de

    nuestra revolucion,Atacada la isla repetidasvecespor

    el ferozCanterac,ipor el mismo Morillo, con mas de55oo hombres; cuando los habitantes carecian de ar

    mas,i de lo maspreciso la defensa, son sin embargo,rechazados losinvasores. Entncesfu cuando tanto se

    distinguieron las margariteas. Comolos patriotas eran

    en tan corto nmero,itenian variospuntos queaten

    der, no podian ni sobrellevar la fatiga militar, ni pro

    veer su subsistencia en aquella isla tan escasa de to

    do. Mas las mujeres vinieron en su auxilio; ellas la

    braban los campos de dia;i de noche,para que aque

    los pudiesen descansar un rato, velabani hacian cen

    tinela. Lleg tal grado su patriotismo, que se adies

    traron tambien en cargari disparar los caones. A su

    valor, constancia, i enerja se debi en gran parte el

    triunfo de los margariteos, quienes al cabo obligaron

    a Morillo evacuar toda la isla,incluso el castillo de

    Pampatar, dejando aquellosvalientes habitantes en el

    goce de su libertad.

    En el sitio de la ciudad de Valencia, en laplaza de

    Cartajena, estrechamente bloqueada por maritierra,

    resaltaronigualmente el valori entusiasmo de las muje

    res: con su ejemplo enseaban los ciudadanos so

    brellevar gustosos las mayores fatigasi escaseces. En

    Cartajena,trasformadas en esqueletosvivos,ya espiran

    tes exortaban sus compaeros aperecer, antes que en

  • tregarse los sanguinarios sitiadores. Reducida la plaza

    al ltimo estremo, imitaron aquellassenoras el ejemplo

    delas caraquenas: todas las que pudieron obtenerpa

    saje se embarcaron; las Revollos, Narvaez, Lasas,

    otras mil anduvieron errantespor las Antillas, sujetas

    a milpenalidades hasta 1821, en que los patriotas re

    cuperaron Cartajena. Varias seorasque mo lograronembarcarse, buscaron un asilo en los conventos, al

    tiempo que el enemigo se posesion de la ciudad.Una

    de ellas fu doa Isabel Blasco. Esta jven, llena de

    gracias, de amabilidad,i de dulzura, debiaprometerse

    que los conquistadores la tendran algnna consideracion, pasado que fuese el primermpetu de su furia

    En efecto, hallando los espaoles que ua gran partedel bello sexo habia abandonado la ciudad, estaba re

    fujiado en los conventos, solicitaron, entre otras, a la

    seorita Blasco para que saliese. Sus atractivos la ase

    guraban un lugar distiguido en la sociedad, de que era

    el adorno; mas su patriotismo la hizo renunciar todo

    trato con los opresores,i se mantuvo encerrada en el

    retiro que habia elejido, sin dejarse ver de nadie,

    mo ostante las reiteradas instancias de hos jefes, hasta

    queCartajenavolvi a poder de los patriotas.

    Al tender la vistapor las escenas de Amrica desde

    principios de la revolucion, se diria que sus hijas han

    revivido el siglo de las mrtires. Constantes toda

    prueba, prdigas, como ellas, de su sangre, lashemos

    visto sellar con esta en los suplicios la independencia

    de su patria. Aqu, la sombra de una vctima ilustre

    sale de la tumba para escitar la admiracion de todas

    "las edades; es de la virtuosa, la inmortal Policarpasa

  • 1usTres AMERICAN.As., 45

    havarrienta. Esta seora era natural de Bogot; distin

    guasepor sus sentimientos patriticos, que ni los ene

    migos ocultaba, ino es estrano que llegase ser el blan

    co de la rabia de aquellos desalmados. Toda la vijilan

    cia inquisitorial del gobierno opresor habia ella burla

    do, instruyendo circunstanciadamente los patriotas,

    dispersos por las tropas de Morillo, del estado de la

    opinion pblica, de las fuerzas i operaciones del ene

    migo. Su amante, empleado porfuerza en 1818 en el

    estado mayor del ejrcito espaol, le daba noticias de

    cuanto pasaba; i ella las transmitia al jeneral Santan

    der, que entnces a la cabeza de unos cuantos bravos,

    se sostenia en la provincia de Casanare, en los cnfines

    de Venezuela i Cundinamarca. Fuertes sospechas in

    dujeron al vireiSamano (1) allanar varias veces la

    casa de nuestra heroina: por algun tiempo fu vano

    su empeo de encontrarla delincuente; mas habindo

    se encargado aquel mismo jven, con quien deba casarse en breve, de llevar una comunicacion interesan

    te los patriotas, fu sorprendido por los enemigos

    en elpramo de Toquillo, i conducido Bogot con

    el cuerpo del delito, tomado sobre su persona. Luego

    que Policarpa supo esta ocurrencia, se present con en

    tereza al viei, i le dijo que su amante era inocente;

    que ella misma habia estraido los papeles,ipersuad

    dole que emprendiese el viaje,pero sin imponerle

    el contenido de lo que llevaba. Interrogado el jven

    conductor sostuvo, al contrario, que l era el delin

    cuente, i que aquella no tenia conocimiento alguno de

    (). Ultimo vincide la Nueva Canada "

  • 46 ILUSTREs AMERICAN.As.

    sus intenciones. Confrontados ambos, se mantuvieron

    firmes en el propsito de salvarse mtuamente. Segun

    costumbre en estos casos, sentenciaron aljven a sufrir

    lapena capital; i sentado ya en el banquillo, llevaron

    Ila Salavarrieta su presencia; la ofrecieron el perdon,

    i aun que protejeran los dos, siempre que declarase

    los cmplices: maslos espaoles no lograron otra co

    sa que renovar el conflicto entre dos corazones jemero

    sos, que se amaban entraablemente, i que estaban de

    oididos atodo sacrificio antes quetraicionar la causa de

    su patria. Viendo los tiranos lo intil de sus esfuerzos

    para arrancar almas de semejante temple un secreto

    de tanta importancia, ordenaron la ejecucion del intr

    pido mensejero,i le arcabucearon en presencia de su

    amada. Volvieron conducirla la prision; i cons

    tantemente se neg revelar los nombres de las perso

    nasque en secreto estaban trabajando favor de la libertad. En consecuencia, fu calificada de traidora,i

    condenada a muerte.

    Su conducta hasta elmomento mismo de espirar, en

    se susverdugos el grado de enerja de que es ca

    paz elverdadero patriotismo: solo la aflijian las desgra

    cias de su pais natal; mas la consolaban los servicios

    que ella le habiaprestadoi la certidumbre de quepron

    to se veria libre, mientras su espritu iba unirse al de

    su amante. Cuando caminaba (1) al fatal lugar donde

    debia ser sacrificada, exort al pueblo, que lloraba des

    consolado itriste, del modo mas enrjico. No lloreis

    por m, les dice, lloradpor la esclavitud i opresion

    (1)V. Correo del Orinoco.

  • 1LUSTREs AMERICAN.As. 47

    de vuestros abatidos compatriotas; sirvatos de ejem

    pio mu destino; levantaos i resistid los ultrajes que

    sufris con tanta injustcia. Llegada al patbulo, pi

    diunvaso de agua; mas observando que era un espa

    ol quien se lo traia,se nega admitirlo diciendo: Ni

    un vaso de agua quiero beber a un enemigo de mi pa

    tria. El comandante del destacamento que la custodia

    ba, la inst entnces para que nombrase ella misma al

    guna persona de su estimacion que la hiciese aquel ser

    vicio. Milgracias (contest),poruna bondad que no

    puede aprovechar,pues que el pasajero alivio de esta

    mi ltima necesidad podria quizs comprometer ante

    los tiranos quien quiera que yo dispensase tal pruebade amistad..... Vamos morir. Un momento antes

    de darse la seal de ejecucion, sevuelve sus crueles

    verdugos, icon espritu tranquilo esclamo: Asesinos.

    temblad al coronar vuestro atentado: pronto ven

    dr quien venguemimuerte.Tuprediccion se cum

    pli, ilustre cundinamarquesa: desde la morada de los

    anjeleste complaces en lasglorias detu patria: tu san

    gre pura fecund su suelo: cada gota ha brotado unhroe; i todos ellos han heredado tus sentimientos.

    Por una coincidencia singular, el nombre i apellido de

    esta esclarecida jven se prestan a perpetuar la memo

    ra de su heroismo en este bello anagrama:

    Policarpa Salavarrieta.

    *Yace por salvar la patria" "

    Asombrados de semejante mezcla de herosmoide

    barbarie, sevuelven nuestros ojos hcia el sur; escalansegunda vezlosAndes: se elevan hasta su nevada cum

    bre, i se trasportan la tierra de los antiguos incas. A

  • 48 LUSTRIES AMERICANAS

    lo lejos se aparecen clamando venganza los manes de

    Atahualpa, de Tupac Amaru, Pumacahua; los de An

    gulo, Muecas,i otros insignes peruanos, vctimas de

    la ferocidad espaola. En las revoluciones emprendidas

    de 1815 i en 1814, tuvieron las hijas del Cuzco i de

    Arequipa una oportunidad de sealar su patriotismo.

    En la descripcion que el doctor Funes hace de la des

    graciada jornada deMananchili, (1)perdidaporTupacAmaru, se lee: Murieron en este combate mas de

    370 patriotas, inclusas las mujeres que peleaban como

    auxiliares de sus maridos. El mal xitq de ambas re

    voluciones atrajo sobre ellas todo el odio de los ene

    migos del nombre americano. Sin embargo, nopor eso

    desistieron: no se hizo tentativa alguna hcia la liber

    tad que no contara peruanas entre suspartidarios: casi,

    no hubo asociacion secreta en que no sobresaliesenpor

    su ardor, en que no se haya prestado atencion sus in

    sinuaciones para promover la independencia. No pu

    diendo obrar cara descubierta contra su gobierno

    sanguinario, que castigaba severamonte todo cuanto

    contrariaba sus miras, recurri el bello sexo toda la

    astusia de que es capazpara animar sus compatriotas

    i protejerlos en las desgracias. Las limeas, bajo los

    ojos del cruel Abascali delfiero Pezuela, (2) arros

    traron todos los peligros; se burlaron de la vijilancia,

    de sus satlites; menospreciaron la insolencia de las

    guardias fin de suavizar con sus socorros i cuidados

    (2) Los dos ltimos vireyes del Per,

    ()y Ensayo de la historia civil del Paragua, se

  • 1.LUSTRES AMERICAN.As. 49

    consoladores elinfortunio de los prisioneros de Casas

    Matas. (1) Ellas inspiraban aquellos constantes ameri

    canos nuevovalor para que no sucumbiesenbajo elpe

    so de los indecibles males que sufrian.

    Di, al fin, la hora dela retribucion. Aparcese, cual

    lluvia al viajero en elabrasado desierto, la deseada es

    pedicion libertadora: pisar la playa de Paracas,i des

    pertar el adormecido patriotismo de los peruanos fu

    obra del momento. A la manera de un torrente impe

    tuoso, largo tiempo contenido, as rompi entnces el

    bello sexo todos los diques que el despotismo opusiera

    sus sentimientos. La historia no dejar de referir

    las edades futuras el uso que hizo de su imperio: tras

    mitir con fidelidad la relacion de su espritu pblico:

    detendra maravillada su buril cuando llegue indivi

    dualizar las acciones con quesellsu consagracion la

    causa americana: ella le presentar,ya desprendindo

    se desus bienes;ya renunciando lo que es mas caro

    a su corazon; ora escitando el entusiasmo de suspa

    dres, de sus hermanos, esposos hijos, hasta en el

    campo de Marte; ora estendiendo indistintamente su

    mano bienhechora al enfermo i al prisionero.

    Durante la gloriosa campaa que termin en la ocu

    pacion de la capital del Per, se desenvolvieron de tal

    modo los fecundosi bellos jrmenes abrigados en el

    () Calabozos subterraneos donde jamas penetra la

    luz del sol, hmedos, estrechos, infectos; en que, en

    un clima ardiente, fueron encerrados durante siete aos

    los patriotas que los espaoles tomaron prisioneros enel Alto Per.

  • 5o ILUSTREs AMERICAN.As.

    alma de la mujer, queprodujeron hechossublimes. En

    la sierra i en la costa, enGuayaquil i en Huamanga, en

    Trujillo i en Tarma, donde quiera que reson el grito

    consolador de libertad, fu siempre mezclado con losmelodiosos acentos del bello sexo.Aun en elterritorio

    de que estaban enposesion los enemigos, habia muje

    res que se sobreponian a todotemorpara demostrarsu

    adhesion la justa causa. El siguiente hecho no neceSita COmmento.

    En un pueblo de la jurisdiccion de Pataz, sobre la

    ribera oriental delMaraon,departamento deTrujillo,llegunaproclama del jeneral San Martin manos de

    una anciana, al parecer heladaya por el tiempo. Mas,

    cunto engaan las apariencias! Hallndose esta res

    petable matrona en un territorio dominado por las ar

    mas espaolas, trescientas leguas de los libertadores

    no vacila en poneral jeneral San Martin una carta, en

    que, despues de desahogarsupecho del vivo amorpa

    trio en que se abrasaba, le dice: S que te (1)faltan

    hombresicabalgaduras: tengo un hijo nico i cinco

    caballos; con estos i su trabajo me procuraba la sub

    sistencia: en adelante, mientras t libertas mipais

    de sus opresores, la buscaryo. Ya va emprender el

    viaje,para ponerlos, con su persona, a tu disposicion.

    Esta es la rden que lleva,iva resuelto no descansar

    hesta encontrarte. Admtelos, pues; emplelos en el

    servicio de lapatria, que es cuanto aspiro.A los diez

    (1) Las lenguas aborjenes, usadas porun gran n

    mero de los habitantes del Per, carecen del equ