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J .'• " -J •> o SEMANARIO LIBERAL. + AfiO 1. LOS ANGKLKH, CAL., OCTUBRE 12 DE 1907. NÚM. 17. iinunnrc ípnrpT*npn ni iiüiVIUllLu ftiiiiLólHUUi) Lll ANGELES QUE SON LOS DE LA LIBERTAD EN MÉXICO I Mago d Villarreal y Rivera están Comt'fttien dopor los Derechos del Pueblo. EL PRESIDENTE DÍAZ ES A BISADO DE ATROCES CRUELDADES T DE SUBVENCIONAR A LA PRENSA DE LOS DOS PAÍSES- Por KTliri, DOI.HIÍ:». Traducido de "THE CALL" de San Francisco. [ Continuación ] Laxa se propone escribir una fe- rie de novelas, tratando de la vida •ocluí y política 4* México* es un nUdio del capttal y el trabajo, oon loi acontecimientos de Caño- nea y las cautas qne loe motivaron, pintando fielmente á dos persona- jes que ein ninguna duda le descu- bre en ellos lae personas de Díaz y Greene. ASESINATOS POR ORDBN DEL DICTA- DOR DS MÉXICO. riogiín le opinión de Lara, apo- yada últimamente por Magón, Por- firlo Díaz eiU muy distante de ser el MAGNÁNIMO gobernante, oo- mo todo el munde se cree. {PAN- TERA SANGUINARIA! es el tí- tulo que Lata da á Días. Me reci- una hiitoria de horrores, tos cuales si aon verídicos, prueba que Día* se ha convertido en un verda- dero Nerón, matando no tan 10I0 á hombres, lino á indefemas muje- res y niños. Lara eetá dispuesto á probar cada oaso que ptta con datos irrefutable!. Uno de los hechos de despótica crueldad qae T . a acusa á Días, **i¿ el asssi r. . u> de 40 personas en Vií.atiuiiiittce veintisiete años, por el delito de haber organisado un Club de estudios políticos y socia- les. Kstas 40 personas represen- taban la vida intelectual de Vera- cruz, habiendo entre olios 15 estu- diantes. Día* ordenó al Jefe del PlfUOuiCOS DE DOS PAÍSES SUBVEN* C ION A DOS. xioo, no debamos retrocad oír un. celebra meeting para {>i^téjér% Existen miles de obreros que trabajan en el algodón, dice Lara, que trabajan 18 horas por día y perciben tren pesos por semana. Las mujeres trabajan las mismas horas por 75 centavos por semana, y los niños eon las mismas horas están empleados & rscojer las he* bras del suelo por 25 centavos por semanal Un gran libro se podría llenar con la historia de la bárbara ex- plotación practicada por los capi- talistas de México y saneíonada por el gobierno de Díaz. La libertad de imprenta es un mito en México, dice Lara. Tan pronto como un escritor dedica su pluma para criticar la administra- ción, su cuerpo va á parar en la cárcel, mientras que los periódi- cos que cantan himnos de alaban- za á Porfirio Díaz, BOU subvencio- nados y bien tratados. k 'Rl Im- pareial" qun se publica en la ciu- dad de México, cobra 52,000 pesos anuales. Los misinos medios que pe ha valido Díaz para atraerse la pien- sa mercenaria de México, los está practicando con la prensa de los ¡Estado* Unidos, pudiéndose fácil- mente probar que Harrisou Gray Otib, propietario do "Los Angeles iUmes/ r y W i11 i a m Randolph Los esbirros deDíazhanoreldo disolver el Partido Liberal Mexi» cano, arrestando en Los Angeles, California, á los liberales mexi» oanos, Ricardo Flores Magda, Li- brado Rivera, Modesto Días y Antonio I. Vülarreal. No saben los muy canallas que aunque los principales miembros de ese Par* tido sean confinados á los horri- bles presidíosle la patria Ai teca, cada uno de los liberales (que son muchos) pueden seguir la labor iniciada y ya casi verifica- da, por la libertad del esclavo de allende el Bravo. Qué chasco se ha llevado el Dictador si creyó terminada nues- tra tarea! Los dignos mexinos, residen- tes en los Angeles, Cal, han ido á la corte acompañando á los reos que, hollando las flores que señoritas mexicanas arrojabau á ,su paso, marchaban con las ca- bezas erguidas y con la tranqui- lidad de las conciencias honr, las El noble pueblo americano se unió también á los perseguidos liberales, y el día 87 de Agosto, no parecía que en la oorte de los Angeles se juigaaba á cuatro reos, sino que se coronaba fc cuatro héroos. En San Louis Mo. t apenas lle- gadas las noticias délos Angeles, la U nion Obrera (que forman más de ocho mil ciudadanos ameri- canos) oíreoióayuday protección á los perseguidos. El primer mitin para este fin fué celebrado en Uash St. el día primero de Septiembre, y se a- cordó que la historia de los r e - volucionarios mexicanos sería publioada en loa periódicos de la Unión y que se enviarán tele- gramas á Washintong protestan- do contra las iujustiuias del Go- bierno tío Méxioo y acusando do déspota á Porfirio Díaz. Nosotros, los liberales do Ma- sólo paso. Nuestra lujfc» debe ser incansable hasta terminar oon la tiranía, oon esa vetusta ti- ranta que se embriaga de iangre humana y que balo el seudónimo de la Paz, ese ferds mito de núes- i tra Patria, desgarra vientres y rompe cráneos, j [Ahí El despotismo de Porfi- rio Días, no funciona solamente enMóxico;es una red que se ex* tiende hasta ta América del Nor- te para aniquilarnos. Y pensar qne el Gobierno de esta Patria permita que su Cons- titución sea ultra! a da por un ti- rano odioso, por na famélioo de sangre humana. Por que ultrewr & la Constitu- ción de este país, ¡es acusar ¿ ciu- dadanos honrados, de crímenes que no cometieren; y pedir (y conseguir) qne w castiguen se- guí leyes qne en realidad no existen. Nosotros heme i venido & esta Patria en boaea de libertad y de Justicia y, ¿porgué no decirlo? en esta Patria también liemos buscado en vano justicia, ¿En donde estj& la justioi, en donde la libertad? es amargo do- el rio, pero es cierto; no existo en el mundo. j Las hordas desvastadoras del Alarioo mexicana han llegado & esta Patria, y los vampirel» del Norte, los insaciables de la con- quista, los amontbnadores de oro; los que se han ajíoderado de Ca- lifornia, de Ariiojha, de Texfts, les han dado la bienj venida. [Hurrra por loji vendedores de la Patria mtxicajnal jHuirá por los; que pisotean la leyl |Son ellos» son! los próeeres los queso abraxan | estrechamente! ¡Somos nosotros, rrol*1»rioe á quienes perslgjuen* Y asi, el Gobierno de -tsta A- mórisa atiende i las c: imiaales maquinaciones de los dé*pofts de México, y el pueblo americano ejército quo arrestara & todos ios Hearit, del "Exanünor," reclhie- Bocios, y cuando esto se hizo, vino otra orden de Díaz que dcoia: "{fu- sílalos en caliento!" lo cual fue ejecutado al día siguiente. Otro grave cargo contra Díaz, fuó el haber ordenado IL sus solda- dos hacer fuego contra numerosos huelguistas de las fábricas de algo- dón de Drizaba, hace ocho meses. Cien hombros, doce mujeres y tros niños cayeron atravesados por las balas do los soldados de Días. ron hnru pocos masca grandes re- galo* di* terreno hechos por el Pre- sidente de México* A Hearst, quien vino tí mi país después de BU derrota para Gobernador de Nueva York, Día/, lo dio no tan solo terreno, sino que le hizo una concesión de ferrocarriles, Porfirio Díaz no ignota que te- niendo de su parte ¿í esos editores, no tendnín ocasión de dsfaader la causa do los infelices mexicanos que tos tienen sujetos á un estado de vergonzosa esclavitud. En los últimos tres años el go- bierno ha cerrado ntáe de 1000 es- cuelas! la mayoría en los distritos rurales, declarando Díaz que era más necesario para los uifloa ensa- yarlos en trabajos agrícolosquo no instruirlos. En Cananea existeu 20,000 habitantes, y solamente hay dos escuelas. Y aquí terminó Lara sus innumerables datos que verdadertmente horroricen y todo hombre honrado debe abominar. A consecuencia de las mentadas detenciones, son esperados osta se- mana en Los Andeles, vario! ad- herentea del partido lilu, al, entre ellos Manuel Satabia, ij-iieo íu<5 aeuouestrado en JDoublas Aris., el 30 dol pasado Junio, y en yogado á los rurales de México. Su atención fué debida á que te aousa o di ho- micidio el Cónsul do pougl&s» An- tonio Masa. Gracias á la nnn lia- ta acción del pueblo do pouglas, la deliberación de Sarabia fué ol> tenida, siendo deyuulto á la f mie- ra por el Gobierna mexi^aio. Los indignados ciudadanos obtuvieron el arresto y prosecución del Cón- sul y de los policías americanos quo tomaron parteen el atropello. los liberales. A los liberalee se les acusa de libelista. ¿Seguro que hab de ser libelistas] ¿Acaso van á pre- sentar pruebas ó evidencia pan justificarse ante loe jueces? ¿No, ellos las han presentado ante el desnudo y hambriento populacho I Susurrad al oído de Porfirio Díftr, versos edmo los de Horaoio y Virgilio; arrulladlo oon alaban- zas á su dios y á su reyno; decid- le que es el mejor estadista del mundo civüisado y seréis coro- nados; pero id á ta tribuna oon las rugientes expresiones de Miraba- au, hablad ante el populacho eon el verso literario de Viotor Hugo, escribid los divinos livelos (?) de Dante ó los sanamos de Voltai- re y nuestra hiena de Tuxtepeo rugirá desaforadamente: I L a guillotina, la guillotina! Este grito es el qne ha traspa* do las fronteras de M- -eo; este grito desvastodor y. salvaje ha vibrado en la Amérle* dal Norte. La pereeoucién ha sido san- grienta y será interminable* Después del plagio de Manuel Sarabia, vergonxo para loa dés- potas de México, ultrajante para esta Nación, Teodoro Roosevelt no debiera permitir que los libe- rales mexicanos fueran nueva- mente é injustamente persegui- dos; por que bien sabe el Presi- dente americano, qne los libera- les mexicanos emigrados & este país, no son más que refugiados políticos, Pero ya que la persecución es inevitable ¿qué nos resta por ha- cera los liberales? ¿Pelear hon- radamente y frente á frente con- tra nuestra gobierno que no oo- noee la honrados? No claudiquemos, no espere- mos Las quejas de todos los li- berales no «uooiifai irán apoyo ni en Ghapultepeo ni en la C a s a Blanea. Esperar más es apoyar la tiranía después de todo lo que ha pasado. Obrar inmediatamente: he aquí el deber. Si la revoluoión es nn impo- sible, ei una lucha franca y hon- rada no haria progresar la causa de la libertad; en el caso extremo en que nos encontramos no es una afrenta, no es una cobardía, no es crimen asesinar & Porfirio Díaz, Quién de los liberales es capaz do volar los palacios del Dicta- dor? ¿Be & la ley A la qne se ataca? ¿es & la humanidad? ¿es á la jus- ticia? ¿es & la libertad? ¿es al Go- [Pasa á la cuarta plana.3

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SEMANARIO LIBERAL.

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AfiO 1. LOS ANGKLKH, CAL., OCTUBRE 12 DE 1907. NÚM. 17.

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ANGELES QUE SON LOS

DE LA LIBERTAD EN MÉXICO I Mago d Villarreal y Rivera están

Comt'fttien dopor los Derechos del Pueblo.

EL PRESIDENTE DÍAZ ES A BISADO DE ATROCES CRUELDADES T DE SUBVENCIONAR A LA PRENSA DE LOS DOS PAÍSES-

Por KTliri, DOI.HIÍ:».

Traducido de "THE CALL" de San Francisco.

[ Continuación ]

Laxa se propone escribir una fe­rie de novelas, tratando de la vida •ocluí y política 4* México* es un nUdio del capttal y el trabajo, oon loi acontecimientos de Caño­nea y las cautas qne loe motivaron, pintando fielmente á dos persona­jes que ein ninguna duda le descu­bre en ellos lae personas de Díaz y Greene. ASESINATOS POR ORDBN DEL DICTA­

DOR DS MÉXICO.

riogiín le opinión de Lara, apo­yada últimamente por Magón, Por-firlo Díaz eiU muy distante de ser el MAGNÁNIMO gobernante, oo-mo todo el munde se cree. {PAN­TERA SANGUINARIA! es el tí­tulo que Lata da á Días. Me reci­tó una hiitoria de horrores, tos cuales si aon verídicos, prueba que Día* se ha convertido en un verda­dero Nerón, matando no tan 10I0 á hombres, lino á indefemas muje­res y niños. Lara eetá dispuesto á probar cada oaso que ptta con datos irrefutable!.

Uno de los hechos de despótica crueldad qae T . a acusa á Días, **i¿ el asssir.. u> de 40 personas en Vií.atiuiiiittce veintisiete años, por el delito de haber organisado un Club de estudios políticos y socia­les. Kstas 40 personas represen­taban la vida intelectual de Vera-cruz, habiendo entre olios 15 estu­diantes. Día* ordenó al Jefe del

PlfUOuiCOS DE DOS PAÍSES SUBVEN*

C ION A DOS.

xioo, no debamos retrocad oír un. celebra meeting para {>i^téjér%

Existen miles de obreros que trabajan en el algodón, dice Lara, que trabajan 18 horas por día y perciben tren pesos por semana. Las mujeres trabajan las mismas horas por 75 centavos por semana, y los niños eon las mismas horas están empleados & rscojer las he* bras del suelo por 25 centavos por semanal

Un gran libro se podría llenar con la historia de la bárbara ex­plotación practicada por los capi­talistas de México y saneíonada por el gobierno de Díaz.

La libertad de imprenta es un mito en México, dice Lara. Tan pronto como un escritor dedica su pluma para criticar la administra­ción, su cuerpo va á parar en la cárcel, mientras que los periódi­cos que cantan himnos de alaban­za á Porfirio Díaz, BOU subvencio­nados y bien tratados. k'Rl Im-pareial" qun se publica en la ciu­dad de México, cobra 52,000 pesos anuales.

Los misinos medios que pe ha valido Díaz para atraerse la pien­sa mercenaria de México, los está practicando con la prensa de los ¡Estado* Unidos, pudiéndose fácil­mente probar que Harrisou Gray Otib, propietario do "Los Angeles iUmes/r y W i11 i a m Randolph

Los esbirros deDíazhanoreldo disolver el Partido Liberal Mexi» cano, arrestando en Los Angeles, California, á los liberales mexi» oanos, Ricardo Flores Magda, Li­brado Rivera, Modesto Días y Antonio I. Vülarreal. No saben los muy canallas que aunque los principales miembros de ese Par* tido sean confinados á los horri­bles presidíosle la patria Ai teca, cada uno de los liberales (que son muchos) pueden seguir la labor iniciada y ya casi verifica­da, por la libertad del esclavo de allende el Bravo.

Qué chasco se ha llevado el Dictador si creyó terminada nues­tra tarea!

Los dignos mexinos, residen­tes en los Angeles, Cal, han ido á la corte acompañando á los reos que, hollando las flores que señoritas mexicanas arrojabau á ,su paso, marchaban con las ca­bezas erguidas y con la tranqui­lidad de las conciencias honr, las

El noble pueblo americano se unió también á los perseguidos liberales, y el día 87 de Agosto, no parecía que en la oorte de los Angeles se juigaaba á cuatro reos, sino que se coronaba fc cuatro héroos.

En San Louis Mo.t apenas lle­gadas las noticias délos Angeles, la U nion Obrera (que forman más de ocho mil ciudadanos ameri­canos) oíreoióayuday protección á los perseguidos.

El primer mitin para este fin fué celebrado en Uash St. el día primero de Septiembre, y se a-cordó que la historia de los r e ­volucionarios mexicanos sería publioada en loa periódicos de la Unión y que se enviarán tele­gramas á Washintong protestan­do contra las iujustiuias del Go­bierno tío Méxioo y acusando do

déspota á Porfirio Díaz. Nosotros, los liberales do Ma­

sólo paso. Nuestra lujfc» debe ser incansable hasta terminar oon la tiranía, oon esa vetusta ti­ranta que se embriaga de iangre humana y que balo el seudónimo de la Paz, ese ferds mito de núes-

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tra Patria, desgarra vientres y rompe cráneos, j

[Ahí El despotismo de Porfi­rio Días, no funciona solamente enMóxico;es una red que se ex* tiende hasta ta América del Nor­te para aniquilarnos.

Y pensar qne el Gobierno de esta Patria permita que su Cons­titución sea ultra! a da por un ti­rano odioso, por na famélioo de sangre humana.

Por que ultrewr & la Constitu­ción de este país, ¡es acusar ¿ ciu­dadanos honrados, de crímenes que no cometieren; y pedir (y conseguir) qne w castiguen se­guí leyes qne en realidad no existen.

Nosotros heme i venido & esta Patria en boaea de libertad y de Justicia y, ¿porgué no decirlo? en esta Patria también liemos buscado en vano justicia,

¿En donde estj& la justioi, en donde la libertad? es amargo do-el rio, pero es cierto; no existo en el mundo. j

Las hordas desvastadoras del Alarioo mexicana han llegado & esta Patria, y los vampirel» del Norte, los insaciables de la con­quista, los amontbnadores de oro; los que se han ajíoderado de Ca­lifornia, de Ariiojha, de Texfts, les han dado la bienj venida.

[Hurrra por loji vendedores de la Patria mtxicajnal

jHuirá por los; que pisotean la leyl

|Son ellos» son! los próeeres los queso abraxan | estrechamente! ¡Somos nosotros, N» rrol*1»rioe á quienes perslgjuen*

Y asi, el Gobierno de -tsta A-mórisa atiende i las c: imiaales maquinaciones de los dé*pofts de México, y el pueblo americano

ejército quo arrestara & todos ios Hearit, del "Exanünor," reclhie-Bocios, y cuando esto se hizo, vino otra orden de Díaz que dcoia: "{fu­sílalos en caliento!" lo cual fue ejecutado al día siguiente.

Otro grave cargo contra Díaz, fuó el haber ordenado IL sus solda­dos hacer fuego contra numerosos huelguistas de las fábricas de algo­dón de Drizaba, hace ocho meses. Cien hombros, doce mujeres y tros niños cayeron atravesados por las balas do los soldados de Días.

ron hnru pocos masca grandes re­galo* di* terreno hechos por el Pre­sidente de México* A Hearst, quien vino tí mi país después de BU derrota para Gobernador de Nueva York, Día/, lo dio no tan solo terreno, sino que le hizo una concesión de ferrocarriles,

Porfirio Díaz no ignota que te­niendo de su parte ¿í esos editores, no tendnín ocasión de dsfaader la

causa do los infelices mexicanos que tos tienen sujetos á un estado de vergonzosa esclavitud.

En los últimos tres años el go­bierno ha cerrado ntáe de 1000 es­cuelas! la mayoría en los distritos rurales, declarando Díaz que era más necesario para los uifloa ensa­yarlos en trabajos agrícolosquo no instruirlos. En Cananea existeu 20,000 habitantes, y solamente hay dos escuelas. Y aquí terminó Lara sus innumerables datos que verdadertmente horroricen y todo hombre honrado debe abominar.

A consecuencia de las mentadas detenciones, son esperados osta se­

mana en Los Andeles, vario! ad-herentea del partido lilu, al, entre ellos Manuel Satabia, ij-iieo íu<5 aeuouestrado en JDoublas Aris., el 30 dol pasado Junio, y en yogado á los rurales de México. Su atención fué debida á que te aousa o di ho­micidio el Cónsul do pougl&s» An­tonio Masa. Gracias á la nnn lia-ta acción del pueblo do pouglas, la deliberación de Sarabia fué ol> tenida, siendo deyuulto á la f mie­ra por el Gobierna mexi^aio. Los indignados ciudadanos obtuvieron el arresto y prosecución del Cón­sul y de los policías americanos quo tomaron parteen el atropello.

los liberales. A los liberalee se les acusa de

libelista. ¿Seguro que hab de ser libelistas] ¿Acaso van á pre­sentar pruebas ó evidencia p a n justificarse ante loe jueces? ¿No, ellos las han presentado ante el desnudo y hambriento populacho I

Susurrad al oído de Porfirio Díftr, versos edmo los de Horaoio y Virgilio; arrulladlo oon alaban­zas á su dios y á su reyno; decid­le que es el mejor estadista del mundo civüisado y seréis coro­nados; pero id á ta tribuna oon las rugientes expresiones de Miraba-au, hablad ante el populacho eon el verso literario de Viotor Hugo, escribid los divinos livelos (?) de Dante ó los sanamos de Voltai-re y nuestra hiena de Tuxtepeo rugirá desaforadamente: I L a guillotina, la guillotina!

Este grito es el qne ha traspa* do las fronteras de M- -eo; este grito desvastodor y. salvaje ha vibrado en la Amérle* dal Norte.

La pereeoucién ha sido san­grienta y será interminable*

Después del plagio de Manuel Sarabia, vergonxo para loa dés­potas de México, ultrajante para esta Nación, Teodoro Roosevelt no debiera permitir que los libe­rales mexicanos fueran nueva­mente é injustamente persegui­dos; por que bien sabe el Presi­dente americano, qne los libera­les mexicanos emigrados & este país, no son más que refugiados políticos,

Pero ya que la persecución es inevitable ¿qué nos resta por ha­cera los liberales? ¿Pelear hon­radamente y frente á frente con­tra nuestra gobierno que no oo-noee la honrados?

No claudiquemos, no espere­mos Las quejas de todos los li­berales no «uooiifai irán apoyo ni en Ghapultepeo ni en la C a s a Blanea. Esperar más es apoyar la tiranía después de todo lo que ha pasado.

Obrar inmediatamente: he aquí el deber.

Si la revoluoión es nn impo­sible, ei una lucha franca y hon­rada no haria progresar la causa de la libertad; en el caso extremo en que nos encontramos no es una afrenta, no es una cobardía, no es crimen asesinar & Porfirio Díaz,

Quién de los liberales es capaz do volar los palacios del Dicta­dor?

¿Be & la ley A la qne se ataca? ¿es & la humanidad? ¿es á la jus­ticia? ¿es & la libertad? ¿es al Go-

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ROOT EN MÉXICO. »' r > " •" •' ~ ? * » " d e ?«°' x festines y de JOB hogares hambren-

' c e t 0 8 • • '^" m^'*n ^e Pe,0f l 8e ' i a ex" DERROCHE ÜE CAUDALES traído de los bolsillos del sufrido

pueblo, para votarlo en menos de lloot so encuentra en Mvxirr-. ¡rjuinco «lina. Esa «norme suma es

El servilismo niite odioso, encarna- j e( producto metalizado de muchas do en tres ó cuatro mequetrefes,, lagrimas. Mientras los saqueado cnud las fronteras para ir en bus- ¡ r H ,|,.i pueblo se divierten y gastan ca del magnate extranjera. La jen u n banquete cien mil pesos, Ciudad de México te encuentra i mulares do criaturas yacen en la engalanada 7. la desesperante y : n K¡ f l horrible desnudes, .vistiendo numeroBa jauría de lacayos con 1 andrajos y alimentándose deba que cuenta la Dictadura te diiptt-j ,Uni. ta el desecho d« inclinarse ante el ¡ J Í 0 obstante que el pueblo os »e«rc6arioBoflt;Md*.quaij)r«t*o-l(Jl,ifI1 C08t#ft d l o h „ aestai, no se de tener más flexible eí íspinaiQ, ha permitido 1».entrada de loides-

! ¡J c J O ¡ J± - n i " R / » c f /fél

Fiestas regia» se le han preparado y la aristocracia se ha dado cita paro colmarlo de protestas decim

heredados de la íortuna á IOH per qiit'B donde ee ha lestejado á Koot lo6abfamoB.de antemano: low po­

pa.'» y agradecimiento por haber-1 brpB D0 p i l e ( i e n codearte con loa *ed';nado aceptar las humildísi­ma* y reiteradas invitaciones del Dic*»*4aV 1 C 1 gran anticipación se biso corr. - la especie de que- la visita de lti, t sería la señal da una era de pro*: •-idad y grandeta para la Bepúhtóe» Mexicana. Loe perió-dicus suvbeiu>uados trataron de desvirtuaría e^laiou publica di-

nobles, Loe perro» que forman el séqui­

to de Root no lo. han soltado un momento, obedeciendo la consigna del Dictador, para moatrarle el México dorado sin darle tiempo & que levante los oropeles y conozca el verdadero Méxicii, el que traba­ja y «ufre lo» figorea del maldito

, , . . . . , régimen existente, hobitando en tiendo aue al ir i. *H a México iba , , , ' . . , H / i J oaeuohas malsanas y puercas á

(ionio huésped del iUQtador y no: , , . *, , , ' ^ ,Z " . J ; causa de la miseria y del pauperie-por asuntas políticos « i b . i s > m o e n ^ ^ eB.efl0reado «oraban alguno. naawr El mi»- j ^ ^ ^ ^ mo iíoot. en el discurso ;e vro- , , , . , , , , , . 7 ,

° ' " ™""™ «•' J ÍJ. publica, áel vicio, culpa de la ig-nuntió «n San Antonio/ Ti • dejó v ' , .' •*_ 6

: . . . . . 1 ' t , u norunoia y de la veugonsoea ex-treslucir olereBaentequ* el «neto * • , 1 imitiitíiún que subiré el obrero de parte del ambicioso oapltalista. No habrá oído Mr. Roul de loa k>-aioé-de-toe sufridas mertcnnoi» pa­

cón Ira

de su visita i México era día* -1 sobre les asuntos de la Améi de) Bur.

Loa ilusos, fascinados por el es- ¡. TT' , .. _ . , , . , , v . . > •uaptas de odioay maldición pensmo de las frases elefantes que; . . , , , , . f r ",, ,. • , sustiranos, cuidándose los aiasa-ha vertido en sus.-discursos etre-K , B-* y ^ - ,v . 7". ,.

. i i . A i l • • . rWonBfl do que nadie d« esos ínfrli-presentante del Gobierno a m e n c a - ¡ r ^ / . * . *̂ w , , . , . cft descamiflados se acercara áeu no, creen inocenteni«nte que la vt-í, W a B . , . -. J , . J . i _ J i'chw Para Root solo B» permi-

sita de date pueda reportar algor*;. T*? , n . . f. .. • :, - j . i t, -nin aplausos y vxvaa, rDeigra-nos bienesá la Nación. ¡DMOI-' ,V.\ í , , '•. .5 , , » , „ , „ _ . . .ado del que fie hubiera atrevido A (ibadoi! No conocen al Secretario T t ? AL J . * v , _ : , . • . «, . u*r nota descordante de la fiesta, de Estado yanqui: zorro ülpocr.- ,". , , , , \ , ,' f¿ • • .7 * 11. » d«iando «aeren loa oído* del mi-téii, iioy tiene palabra* ama! .*j . , . , 1 1 J ti- _ ^ 11 «tro americano palabra* de ver-para Ine ana ha de engallu rr^ua-1 ? ^ . . r . t. r , w > 1 - f - j í j I 'dad, denunciando el despotismo na, ai somos demasiado oVi.-.iídob, J . . . t_Z^ „„ t-ii pefmítirly loa ijUBCoii* mus al gran explotador de la política.

Lo que hay MI realidnd, prenisa poseer una gran dows de Balvajis-*niu para no compruiidcrlo, es que Root ba ido i México para oonfe- '•

\\ .0 OB equivocáis, farsantee go­bernantes, nosotros nos sentirnos

i más capaces para doaacrcdiUirus.y deaunmaficarafos en el extranjero,

: que todo el podar político de Mr. ¡ Root, y todaa esas fiestas y ruidos ¡ bsrnador de Arizona?

renciaroonPorariP &ía* noToTo ¡ d e <dttrlnef M r d n M % > » a l públiw d» Méxiccy el Ternto-«cerca de los as«Atoj *t Centro ña ^J fc«»<«*: Root no podrá ¡ r i 0 de Ariiona podrían ser r*t> Amfrioa,sino qa«ttfbj«o p« inc i . i

C 4 t n b i w l a 0P i n i , 5 n d e l P u e b ! o a" i ponaablos del plagio do Sarabia, puf, sobre ItTiBM del* 3ftjo Ca-i m e n c t t f i o y U ** t o d o e l raund°! pero do cualquier ranne» no tsr-liforuia 6 cuando -asnos ia ft.htajl* h * dwoubierto la perfidio del

Constable Shopbsire, El acto de Sarabia es recomen­

dable porqne di mayor publici dad al deshonroso complot sobre Un autoridades a quienes se sa-pone lo fraguaron. Pero recor­dando el experimento di \".i 'ríes H, Moyer, Presidente de L Lr(?-deracón de mineros del Oeste, que fué ilegalmeote «noarcelado por varios meses en las inoptiio-nas de Crípple Créele y fué bur­lado por la Asoomción de mino-sos propietarios, qniBnea uicne-jaban la suprema Corte del Esta-do donde le entabló demanda por dafios, oreemos faoil gane Sa­ra bia su pleito. Tai oomo están las eondioiones Industriales aquí, en Arizona permanecen sal co­mo son; cualquier miembro de la claso trabajadora no debe es­perar justioia de las Cortea por-que están mnnejdas por las cor­poraciones,

La idea de "obtener aecidV contra la Compañía de Segaros que dio llanta por el Constable Shropsbíre, es un paso dado en buena dirección, perú el juicio debía haberse llevado más lejos por el mismo camine.

Id atrás de quienes son real-méate responsables por estos ul­trajas. Estos Consulss Mexica­nos, diputados sherffs, constables y rangert americanos, son sola-mants los instrumentos de saos que están más arriba <rn pillada. El Cónsul Mará, en ose tiempo, representaba al Gobierno m«xí> oano, y nunca hamos t do qua el Gobierno mexicano hay* deseo-. nocido la acoión quo tomó Ma­to en al plagio de Sarabia. Loa actos da los policías Shropsuíref DpwUy, Stambueght 7 Thorap-son han aido desaprobado! por.la ciudad de Douglas 6 cual elfos representaban. Pero el vanger Hajhnsrst representaba el Terri­torio da Arisona, y ¿ha sido des­aprobado este acto por el Oo-

La Ae-

EL PRESIDENTE DÍAZ

ENSEÑA LAS UÑAS.

CONTINÚAN LAS PERSECUCIONES T ARRESTOS DE REFUGIADOS POLÍTICO MEXICA)IOS.

da M>gdal>n*. w , qu« h» com- i D i c t a d o r de Mi:su:n y ;i neso-

pron l .tido uk- . i t l . tercera p.rt. l " o e K ™ ÍMÍ mi' «id>\° P°" da la- BepübtU», «O «eilMá on en-; 1 t t 0 ropnaenUmo. .1 pueblo han. tt.«rkB»¡« C.U*>«i.y !>edM!r*d 0 'I"8 "•»" '•«"t'r.j .ed d^ «A aambio, l . *»par««lon 4e loa J in' l l ia»- . rtvoluoiOP PÍoa. Ha ahí al fio da' l¡ ""• latan de ,ad« vialta del Secreta- fJVGAYOS AMERICANOS DE DÍAZ ..y i»..- por el Oral. Días.

' Entretanto, ac Agasaja siesta-dista americaao de mil maneras, no se le da momento de reposo; se organisan bailes, banquetes, ex* cursionrj, Baraos, días de campo y muchas otras fiestas en su honor, se le lleva á las partes bonitas de de la ciudad y se le ensenan las mansiones de loa poderosos. Se pretende que cuando Root regrese i Estados Unidos cuants maravi­llas de U ciudad de IOB palacio» y pregónelas "virtudes" del be*roe ds la Pos.

Muy cero* de on millón de pe­sas ss han gastado para festejar i Root. Los ecos ds loa burras lan-aadoa por al pueble "oficial" en honor del Ministro americano, han llegado hasta nosotros como un sarcasmo á la miseria y el dalor,

DEMANDADOS POR DANOS. Manuel iüLarabia, quien fué la

víctima de un asqueroso complot de plagio por autoridades aino-risanas y mexicanas eu Douglas, hace algunos meses, ha traído juicio ds demanda en la- suma de t 20.000 contra los responsables en la cobarde acción. Las si­guientes, personas están envuel­tas, eü el asunto: Antonio Masa, Cónsul Mexicano en Douglas; Constable A. 3. J< Shorpsbire; Hangar Saín Hayhrust; Policías J. E. Do.vley, .1. L. Stambaugh y Les Thomson, y The Title (lúa. raaty and Company de Baratón, Papo. La última es m compañía de seguros que dio la flanea del

mina allí el asunto, porque los capitalistas de ambos lugares tie­nen el mando y es el en pitt.li.nno quteu demanda la extermina' ción de Sarabia, porque Barah... es agitador de oíase trabajadora por sus principio*.

Así es que los que ejecutan o sos suolos trabajos que han sido planeados por otros y qusson pa­gados por los qoe están roas arri­ba, son los menos sesponsables. —"Grahm County Advócate," Otifton, Arii.

8uplicanuw atentamente ñau ha­gan el favor de llenar el cupón que lee hemos enviado y devolvérnoslo» pues necesitamos presentarlo si administrador de correos.

ProotLroae el próximo núme­ro; contendrá buena 'informar ojón,

REVOLUCIÓN se ha cambia­do al Núm. 654 S. Fernando St.

I miembros de la Junta y sus tra­bajos socialistas en general qn* le han sido encomendados, han hecho que ssa señalado cotno urna délas víctimas. Alto, y de cons­titución atlética, de piel atesada y pelo negro, de gestos y palabra elegantes y oon toda la aparien-

El Tirano Mexicano tiene muy poca ¡ f l i a d * u u «mollero y hombre va-Diflcultad en Axeipirar U Coope- t>r0BO> 0B *' u n o d s l o a V*e hacen ractou det L.ubicrno de los Esta- »»'ublnr a los Uranos cobardea jr dos Unidos. 1 ; que óstos desearían poner fuera

de combata. Soma muohóaa-«res héroes, el lansará sonoros a-Desde la última

"Common Sense", pasado en el drama revoluciona­rio de vida real que se lleva á ca bo en esta ciudad y en el cua nuestros compañeros tienen los principales papeles. El vier­nes 27 de Septiembre, el conso­cio L. Gutiérrez de Lara fué arrestado en su casa W. Fourth St., por un oficial del Departa­mento de policía, obrando bajo instrucciones telegráficas del a-bogado General de los E. U., Bonaparte. Esta vez el policía portaba una orden de arresto. El documento acusaba á de Lara, de robo en la "República" de Mé­xico, pero no especificaba en que lugar se había verificado ni en que consistía éste. Esta acusa­ción de robo fue una superche­ría tan clara que hasta "The Ti­mes", que siempre está buscando la oportunidad de atacar á los socialistas y leaders del trabajo, dijo:

"De Lara está acusado de robo cometido en México pero atrás de esa acusación técnica está el deseo de parte de las autoridades mexicanas de conectar al preso con el complot revolucionario en el cual Magón, Villarreal y Ri­vera ya han figurado".

Esta superchería es ya conoci­da, pero siempre se usa poniendo en juego las vías legales para des­hacerse de un enemigo de la tira­nía de los capitalistas.

Ha sido negada fianza al con­socio de Lara y tiene que per­manecer en la cárcel cuarenta días, siendo este el tiempo que permiten los tratados de extra­dición entre México y Estados Unidos para retener á un prisio­nero á quien se necesita en Mé­xico, mientras se arreglan los papeles bajólos [...] puede ser extraditado.

De este modo, el Gobierno bru­tal de Díaz tiene cuarenta días en los cuales puede fabricar cualquier prueba sobre la cual se vea algún asesinato, y si es posi­ble, se toma la joven y noble vi­da de alguien. Ahora es el tiem­po en que los Pincentons mexi-anos, Moparlands and Orchards van ha tener su diabólico trabajo.

El consocio de Lara es un ti­po espléndido y robusto que está en la edad viril. Como sus com­pañeros presos, es de origen azte­ca, hombre de colegio, graduado de jurisprudencia y un escritor notable. Se cree que sus referen­cias á los sanguinarios de Cana-nea bajo la dirección del indefec­tible "Coronel" Green, en una de sus novelas, unido a sus gran­des trabajos en favor de los

edición del otro acto h íoles desde su celda.

. j Socialistas da América I La» vidas de estos oompaHeroB mexi­canos daban salvarse. Ha l l a ­gado al tiempo da demostrar la solidaridad internacional da la clase trabajadora de el movi­miento revolucionario. Ha lla­gado el tiempo de probar que un hombre -puede decir sus convic­ciones y trabajar por el avance de la humanidad síu tener qua popersuoabesa eu un nudocorre-diso 6 poner su peoho ante loa. rifles del, asesinato legalitado. Permitid que la vos de la oíase trabajadora sea oída tan tan cla­ra en los Angeles, oomo lo ha ar­do siguo oyéndose en Boise, Iduho liemos ganado una victoria en Idaho, puro ti preoio & que no adquiero la libertad, necesita e-'turna vigilancia. No hay títim-pn jMira pt-ruiHr-¿ciM\ inactivos H R M . M y leales nbogadub c-téu* (lefcinlifiido k nnei.tm« " " - I - H fieros pero lo que se nucu»iiu pa­ra completar los refuerzos de loa abogados es el sentimiento pú­blico y AGITACIÓN. (Traáuoido del"Common Sanee")

FEtMANUO 1-AI.OHAStSÍN

Este es el nombre da un dela­tor. No es de la raza de jada» sino que eu origen viene de algo más repugnante. Palomares ja­más ha seuifdo eu su alma da-lacayo los vellos impulsos de lo» que aman las cxccltittidon y lien-don la mirada á lo infinito; fue? nacido en la cuna de la abyec­ción y su villa ha quedada consa­grada al crimen. KHUI mísera ble que deemostró SUB aptitudes oomo delator omitido la huelga do» Cananaa, fué escogido por el Dic­tador para que eHOÍHra los i t pa«o délos miembros déla Junta. El año pasado estuvo en St. Louis Mo., en donde conoció á los Se­ñores Librado Rivera y Manuel Sarabia. Para sorprender me­jor á los liberales les dice Palo-maros que conoce A todos los. miembros de lu Junta y quo anda viajando por cuenta do i-sl.u. Recomendamoaa nuestros corre­ligionarios este miserable queso haoe aparecer como liberal y como socialista cuando as{ le oonviene.

Se le oonooe por varios nom broa, fis moreno, de eslotara regular, y apareoa tener 25 * 30 arios.

Hay motivos poderosos para creer que Palomares delató á loe miembros de la Junla que e s ­tán presos y como es uno de los espías más encarnizados que sirven á la Diotad ura, damos el el alerta á todos los liberales. No olvidaremos el daño que ha causado esta vivora repugnante.

U **'

Page 4: iiüiVIUllLu ftiiiiLólHUUi) Lll LOS ANGELES QUE SON ...archivomagon.net/wp-content/uploads/rev_n17.pdf · plotación practicada por los capi talistas de México y saneíonada por

UN BRIBÓN ACUSA A GUTIÉRREZ DE LARA

El autor de "Los Bribones", Lie. Lázaro Gutiérrez de Lara , ha sido acusado de robo por uno de los bribones que tan magis-t ra lemente describe en su libro este querido compañero. El in-fectible instrumento de la dieta-dura , el famoso "Coronel" Green obedeciendo las órdenes del vie­jo t i rano, encuentra oportuni­dad de vengarse de quien ha exhibido su corrupción ante los hombres honrados . En el libro de Gutiérrez de Lara podemos v e r a Green, el Rey, como él le llama, y á sus cómplices en el c r imen , gozarse ante la desgra­cia de los desheredados de la for­tuna, podemos ver á estos mise­rables u rd i r t ramas infernales contra algunos inocentes para hacerlos aparecer como ladrones con objeto de que el Rey se sal­ve de pagar a lgunos millones que ha extraído de la Caja. Po­demos ver como estos seres de­generados en el vicio y la crápu­la someten á sus victimas á tre­mendos suplicios y sienten ver­dadera pasión por su ar te , pi­diendo á sus brutales refina­mientos, goces contra naturale­za á fin de conmover sus almas asquerosas.

Gut iérrez de Lara , además de most ra r al descubierto por me­dio de su libro, el vergonzoso [...]taverelo de estos explotado­res con el dictador para causar la desgracia de la Patr ia , estaba trabajando activamente por la liberación de nuestros hermanos de lucha; en los meetings de los socialistas no perdía oportunidad para dar á conocer á los bando­leros que gob ie rnan en México y exponer los ideales del Par t ido Liberal por los que sufren mil persecuciones los miembros de la Jun ta , y como cada día nue­vos simpatizadores, a traídos por la elocuencia de Gutiérrez de Lara , luego que se enteraban de la verdad de los hechos, no sólo contr ibuían con dinero para la defensa de los presos sino que anatemat izaban á los esbirros de este país que tan desinteresada­mente sirven al dictador de Mé­xico, comprendieron aquellos que la propaganda que hacía Gutiérrez de Lara en favor de los presos podría hacer que el pueblo indignado ante el cri­men, hiciera una ruidosa mani­festación y obligara á la au to r i ­dad á entregar á las victimas del despotismo, para ver de impedir que siguiera en su noble tarea lo han acusado de robo.

Ya tiene de Lara casi dos se­manas en la cárcel y no se sabe todavía de que clase de robo se le acusa, donde se cometió éste, pero ni siquiera el nombre del acusado está con claridad. Tan luego como pasen cuarenta días que da de plazo la ley á los acu­sadores para que presenten pruebas , veremos salir de pre­sidio á nues t ro compañero, por­que el Rey no se dignó moles­

tarse en sostener la acusación. Y entre tanto , nuestro hermano sufre en las mazmorras toda clase de privaciones y las conse­cuencias de una bruta l discipli­na carcelaria, y Green, el Rey, reirá satisfecho de su inmenso poderío. ¡Oh justicia! ¡Existes solo en el corazón del pueblo! ¿Permit i remos que se siga atro-pellando á los paladines de la l iber tad?

Con la cólera en el corazón y la espada en la mano debe er­guirse el pueblo y cor tar la ca­beza de la Dictadura.

¿Consentiremos en que se ex­termine al último guerrero?

Hay que tener presente que las bastillas más poderosas se desmoronan an te el simultáneo empuje de las multitudes.

OBREROS Y CACIQUES

Diserción sobre la in­jus ta inferioridad de cla­se en que se le considera

al obrero en diversos paí­ses en general, y en el imperio de Porfirio I en part icular .

Refiriéndome á la generalidad de las naciones, á las diferentes clases de t i r anue los , burgueses, amos y peleles en general , he de hacer observar que, esta gentuza baja, más baja de lo que uno puede imaginarse no conociendo á fondo sus actos, no contentos con chupar la sangre al desca­misado, no contentos con vivir holgadamente, sin t rabajar y sin pr ivarse de nada, mientras que el obrero echando el alma por la boca t rabaja para mante­nerlos y divertirlos haciéndoles vivir en la más completa opu­lencia, mientras él, después de un trabajo indefinido y superior á sus fuerzas viva (sí vivir pue­de l lamarse) en la indigencia más lamentable, no contentos con eso, todavía no están con­formes.

No, todavía su corazón malva­do no se satisface con nuestra sangre, qu ie re también nues­tra humillación, en una palabra, después que el obrero los man­tiene, quieren escupirle el rostro, pisotearlo, menospreciarlo y tra-

En casi todos los países del mundo, cuando un t raba jador con la mala ropa que su mísera situación le permite llevar, se acerca, sea en un tranvía , en un pasco ó en una circunstancia cualquiera á un sietemesino ca-trincito mantenido con nuestro sudor, se verá que hace muecas de mal humor y que hasta adopta aires de superioridad y menos­precio.

Pues bien, en México todavía se ha ido más lejos que todo eso; en México, bajo la dictadura de Díaz, se han llegado á hacer se­paraciones en las plazas públicas en donde hay las noches de con­cierto público un lugar especial por donde pasan los burgueses y otro por donde dejan pascar

(sin hab la r muy alto) á los po­bres peladitos.

¡Miserables!¿será acaso que el contemplar los andrajos de vues­tros explotados os amarga la di­versión remordiéndoos la con­ciencia? Eso sería de creer si conciencia tuvierais.

¿Acaso diraís que el t raba jador no se asea lo suficiente?

¡Bribones! si no le dais t iem­po para asearse. De las veinti­cuatro horas que tiene el día quisierais hacerle t r aba j a r vein­tiséis si posible os fuera.

¡Miserables! Una y mil veces miserables. El obrero es mucho más digno que vosotros, pues él t rabaja y votros sois holgazanes que vivís á sus costillas ; el obre­ro es una y mil veces más digno que vosotros, pues él es h o n r a d o y vosotros sois picaros ladron­zuelos que le hacéis t raba ja r en vuestro provecho y la mayoría de veces, no contentos con ex­plotarlo, le robáis la totalidad de su miserable jo rna l .

Pero no obs tan te , siendo el obrero un esclavo vues t ro , rui­nes caciques, no obstante los su­frimientos morales y materiales á que lo exponéis , todavía vale más que vosotros.

El obrero, apar te de la mise­ria á que lo sometéis, tiene en su familia personas de corazón ab­negado que lo aman, y encuen­tra en su hogar la felicidad que encierra el verdadero afecto; mientras que vosotros, chupa­dores de sangre humana , cuan­do llega vuestra postrera hora no tenéis á vuestro a l rededor sino corazones viles y metal iza­dos que no desean otra cosa sino veros da r el último suspiro para heredar vuestro oro.

No obstante, hoy día, la bur­guesía ha tenido que ceder un poco, pues el t raba jador se va instruyendo, es decir, abre los ojos y ve que tiene tanto derecho á la vida como el burgués .

¡Pero en México! en México en donde sí un t raba jador pro­testa es asesinado jun to con su familia; en México en donde un trabajador tiene que ceder á cuanto su cacique quiera de él, sin decir esta boca es mía, y en donde el bruta l amo no respeta honra de hijas ó esposas de sus subditos (que así pueden llamar­se los t rabajadores en México); en México en donde el Señor feudal Díaz hace y desace a su antojo disponiendo de vidas y haciendas; en México, la cosa pasa ya los l ímites de lo t i ranía, pasa ya de lo fantástico, pasa ya de cuanto ruin, feroz y salvaje puede concebirse.

Liberales, es hora ya de aca­ba r con todo esto, es hora ya de hacer valer el derecho individual, es hora de que se haga algo pa­ra que no se diga que México es un país de hombres sin valor, siendo uno de los países de más energías del mundo.

Levantad, pues, vuestra altiva frente y aplastad la d ic tadura y harais ver que sois dignos hi­jos de vuestros antepasados.

C. SANTOS.

: U VERDADERA KMOCRACtA

r> nei'ówivín inrinir nferfn de los mato» gobernantes y do lae defectuosas rcpúbürufl, idios-

jtrandooon la l$gie» y la ruda rjuo no «"lubalimoa el gobierno

¡<i* Pía» por puro guate 6 por odios personales, aiao porque i¡nub¡noa }A nhtiiLpd por ver «Un ia garantía <l« nuestras acciones «d«miU ee ser una,valla «puesta a I .-IB nuibici >nee de ¡sombrea ain etcmpulos ai eaneiencia.

í.e verdadera democracia d« loa pueblos, aquellos prineipioi de república que nacíeten en ¡01 puchen generosos da lu* an­tiguo* patríelo* griego*, eon idéalas desconocidos da la ma­yoría dal pueblo, eucubriíndose can su manto ¡OÍ farsante* polí­ticos, tergiversando las liberta <l«f en beneficio propia, impor­tándoles poco que al pueblo »u-fca las coneocueneiaa do su apoe­tasía mientra» alio* nadan en medio-de la riquesa y explendor ain praocuparat da la muera ai. 'uaoi6n ea que ae halla el traba­jador, que producá para qu» «os gobernantes y explotadora* día-I roten i eoata de su sador.

Ün aletarga de repáblie*) ba­sad ft con loa principioademoerA-lioos, significa completa sobera­nía popuiai, ó sea EL GOBIER­NO DEL PUEBLO PARA El, PUKBLO, un rigimen en que t ;tlo3 !J« indívídans ¿tienen de­rechos y deberás, no existiendo diterenoja alguna cutre al rnit* o*uro ciudadana y el jete dej gebiarno. Las palabras IGUAL» DAD. LIBEBTAD y jriíATER. NI DAD, sintéticas lodo el má-icimnm de Libertadla que un po etilo debe goiar para heder una existencia fetig y tranquila, pero, desgraciadamente todavía existen hombrea perversos y mi­serables que dubido á *uorgullo. »mhioi<5n 6 amor propio, dan un puntapié i esos principio* sagra­do» del puoblo y se erigen en la-roces dictadores y déspotas mal­vados, comí ha hecho Porfirio Día* que Im traicionólo á an pueblo y bu vendido ana liberta­des, arrastrándolo rwoia ana ti­ranía degradante y vergoasosa.

Nn, no pedemos ahogar nues­tras gritos de protesta contra ese ,-i-Udú de cosas, no podemos romper nuestras plumas mien­tras continué ««o calvarlo del pueblo roexioano, ni erásemos de l,r*¿os en presencia de tales atropellos a nuestra dignidad de hombre*, queramos regenerar k nuestros hermanos eaplotados evitando que sea pisoteada la li­bertad que nuestros padree ob­tuvieron al sacudir el yugo es­pañol, por culpa da ese gobierno estúpido éíneapas. -

NotoLro» sofismos, y no está lejana el dfa qae ee» tealidad, cou uu gobierno popular que de­fienda lea derechos del obrero, que lo proteja de las garres de. «us explotadores, que se reparta la tierra nutre los labrador»» y q u e se cultive bajo-, ltt pro­tección d e I gobierno, q u e Itt'ltberUd del pensamiento se»

on hecho, pudifrmio** rnnniHstsr S propagar toda c!a«e Ja Opiuio-»w, quernntM «uchas *¿IMIU!IIS para inaiinir y educar 4 la in­fancia, pues d« ella depende el potvamr de nuestro ¿ierra. Y por (odas asas libaríane» laob*. BJCÍ y sasiinearérnos nuestra* vidries! ee precias . por verla* rea.'iíadtis, na deseimaaado ha*-ti qge VIIBIH «gonitw i la GKSTU FEROZ, fue o-ra v u

aaa vencida y eplattad* esu HISNA CAliNIBOBA, esa ha*, da da holgaron»*, g»nu jnc«p«* de ganarse la vida por ñus pro plus braro» ó intdjgenois,, que por nao adulan A Día» y tplau-den sus ordenes drsjconiflne». esa gente desaparecerá por; a< santo, porque son -cobardes ,• suitu.», no teuiand» Valor p*.r» vera» lieute a frente de leah> ,Á-bree honradoi que pedittn » : « -tas á loa tirano* por sus Jtwah¿, loa y crímenes ojun bao «at-i^tt-do oontrn el pueblo rmxtttno.

Y aera entónese; en*r,¿o haya desaparecida esto gotierno ne-íaato, que la vertedera déme, orada serf uu h^uho, basteado de nuestro pe,! uu pueblo rico y i) creciente

l'>. tOS DE VEKTA.

U a apstiíador de noeetra eaa-«*, t Jonadn un gran anrtido de ltlud*. do toda* olas**, qttecet¿u «W V -lía en nuestra oficina, y «uyos t reductos se d*sünarajj ai Jomen--ad»BEVOí.U<:Kljr,

ífoveltB da Dumis, 16*en, C*r-< iota, M. Brneroe y libroí aocioldgi-

- • de ToWl, Deniiífllo, B laseo •fliea y otros autores celebn-e, ka

oi'eoemoe i precios muy redut-idot", i l « mea iníormaoi'-oaa, diríjan­

se rf fnde«!n l).í.«, i;¡5p Sai. Frr-rtaivi- t —Loe Angtleá, Cal.

La "1 íona» de Juan F»rb£i." l«Sala usted. Val» 10 oei.ta-

voe en esta tc-laecktn.

[ Viene de ¡a primera plana, j

¡ABAJO EL DÉSfSflSMQ!

bierno* ¿es á U fViñ»!tru. Ion o> México» jNo! P, H. ¡ Día i. es­ta) «a contra d« la > déla h;i-manidnil, de In j'ist i, da I* l.i-berta-l, de todo buea obiurno y de la >Jonetic!ón do ti. loo!

Despule de Ma*itn¡lt n f l u r . pudor, Ju4rez reformador.

Desposa do l'orfirio Día», Die-tador, los esclavos do Múxico uo obedecerán í ningftn amo ni m humillarán ante loa despula*.

¡Oh, poBhlo que.tiendo siervo dvbioraa ser eefior; que eiendo eaolavo debiera* eer - rey, (arte, derramar la envenenadadn san­gre de OhapnHopee para que trr. mee tu pneato.

Pueblo amotinado: he nqietel pueblo veaeedor, pueblo fuerte!

¿Sabéis cimoee vence d un ti­rano? Cortándole la -.•aboza!

Si IB salvación da México de­pende de la muerte de un tirano, salvad A ilixiaty, liberales.

j A bajo el despotismo'

AM1REA V ;j.I,AEBKAt CiüNlALKÍ

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