IIº Encuentro de amigos/asEl encuentro celebrado en la Bolsa de Bilbao el 14 de noviembre sirvió para que una treintena de personas amigas de Batera ibiliz nos juntá-ramos, conociéramos el momento del Plan de Soya a través de una proyección comentada de 70 imágenes e intercambiáramos preguntas, aclaraciones, nuevos retos y buenos deseos de futuro. A continuación, un resumen de lo visto y hablado en el mismo.

La vida en SoyaEn Mali se distinguen tres zonas climáticas. Septentrional: desértica, temperaturas por en-cima de los 40º casi todo el año y 14 días de lluvia. Intermedia: sahel, por encima de 40º de abril a junio y entre 30º/40º el resto del año, con 25 días de lluvia. Sur: alrededor de 40º de marzo a mayo, y entre 31º/36º el resto del año, con 74 días de lluvia.

Soya, situada al norte de la zona sur, participa de algunos rasgos geo-climáticos sahelianos, oscilando entre la aridez extrema y las lluvias torrenciales. La vida en Soya es labranza, co-secha, molienda, criba de grano, acarreo de aguas, pastoreo..., y de ella participan niñas y niños. Es una comunidad campesina pobre e institucionalmente abandonada.

Boletín informativo • Diciembre 2016 • nº 2

Las cosechas de mijo y de sésamoHombres y mujeres de la asociación local Jama jigi trabajan un terreno comunitario cu-yos beneficios (cuando los haya) los destinarán a cubrir gastos de mantenimiento del centro de salud. Este año no ha ido bien. El terreno se preparó en mayo, la lluvia apareció en junio, el mijo y el sésamo brotaron en julio y las plantas fueron creciendo, pero para mediados de sep-tiembre las nubes de lluvia se retiraron y las plantas de mijo empezaron a languidecer. La cosecha de mijo se ha perdido.

La idea de Jama jigi es alquilar un local en Ba-mako que les sirva de almacén de grano. Si Jama jigi comprara el grano directamente a los campesinos del lugar podrían pagarles un pre-

cio más justo, a la vez que la venta del mismo en la capital produciría una plusvalía a invertir en el centro de salud para beneficio del pue-blo. Batera ibiliz nos mantenemos atentos a las sugerencias que puedan irnos haciendo.

Jama jigi, también organiza jornadas de traba-jo comunitario con implicación de la población en tareas de interés común: apertura de cami-no desde el centro de salud al pueblo, limpieza del patio del centro, etc.

Educando en salud en las aldeasEl equipo sanitario está visitando familias y convocando asambleas donde hablan de todo, incluso de planificación familiar y de escolari-zación de las criaturas. El diálogo sobre estos temas no es fácil ya que trastoca el orden so-cialmente establecido, pero es indispensable en una población con altísimos niveles de na-talidad y de malnutrición.

Entre los temas más comunes están los rela-cionados con el agua. El consumo de agua no potable y la presencia de aguas estancadas, donde los niños se bañan y juegan, están en la base del paludismo, las fiebres tifoideas, la conjuntivitis, las enfermedades diarreicas, etc.

En el anterior boletín informativo quedábamos a la espera de los resultados del análisis de agua de consumo en Soya. Ya hay resultado: el agua de los cinco pozos en los que se recogieron muestras es “no potable”. Dado que la pobla-ción consume agua de sesenta y seis pozos como éstos, el dar vuelta a la situación se con-vierte en una cuestión de largo plazo, es decir, su resolución satisfactoria no puede plantearse en un mañana próximo sino a través de tareas mantenidas en el tiempo.

• A medio plazo, dotar de agua potable al cen-tro mediante una perforación profunda que asegure la potabilidad del agua extraída y la instalación de una bomba de extracción y un depósito en altura. Esta actuación, además de dotar de agua potable al dispensario, propor-cionaría una toma para servicio público desde la que formar a la población en su uso y man-tenimiento.

• A largo plazo, mantener una línea de educación en relación al consumo, a las normas de higie-ne/prevención y al uso correcto de los pozos. Esto incluye el aprendizaje in situ de técnicas sencillas de potabilización del agua extraí-da sirviéndose de un producto tan asequible como la lejía.

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Estos son los nuevos retos de 2017 en Soya, que se suman al actual de consolidación del ser-vicio sanitario de 2016 que despedimos en estas fechas. Desde Batera ibiliz haremos todo lo que esté en nuestras manos para que el compromi-so con la Iniciativa Soya camine al ritmo de sus demandas. Feliz año a todas y a todos!

La cuestión del agua (II): ¿Y ahora qué?