Ignacio Ramonet - El Mundo en La Nueva Era Imperial

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  • EL MUNDO EN LA NUEVA ERA IMPERIALIGNACIO RAMONET

  • Periodista y experto de enorme proyeccin en geopoltica, es

    director de la revista francesa Le Monde Diplomatique, edi-

    tada en ms de veinte idiomas y considerada publicacin de

    referencia de buena parte de la izquierda internacional. Fun-

    dador, a su vez, de la organizacin no gubernamental Attac, que persigue la fijacin

    de una tasa social sobre las transacciones financieras internacionales, y de Me-

    dia Watch Internacional, se ha convertido en uno de los idelogos del movimiento

    antiglobalizacin. Es, adems, uno de los principales promotores del famoso Foro

    Social Mundial de Porto Alegre. Doctor en semiologa e historia de la cultura por la

    Escuela de Altos Estudios de Pars, en la que fue discpulo de Roland Barthes, en la

    actualidad es tambin catedrtico de Teora de la Comunicacin en la Universidad

    Denis-Didedot (Pars-VII) y consultor de geopoltica de la ONU. Entre sus libros ms

    recientes figuran Geopoltica y comunicacin del final del milenio (2000), Marcos,

    la dignidad rebelde (2001), Propagandas silenciosas (2002), La Post-Televisin

    (2002), Guerras del siglo XXI (2002), Abecedario partiel et partial de la mundializa-

    cin (2003), este ltimo en colaboracin con Ramn Chao y Jacek Wozniak o bien el

    reciente Fidel Castro, biografa a dos voces (2006), un libro-entrevista que resume

    cien horas largas de conversacin con el presidente cubano.

    IgnacioRamonet

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 139

    Dos aos despus de la toma de Bagdad por las tropas estadounidenses, y tras la

    guerra contra la red terrorista al-Qaida, cules son las principales caractersticas geopo-

    lticas del planeta en estos comienzos del siglo XXI?

    Estados Unidos domina el mundo como ningn otro imperio lo ha hecho jams. Su su-

    premaca es aplastante en las cinco esferas tradicionales del poder : poltica, econmica,

    militar, tecnolgica y cultural. En cierto modo, Estados Unidos es el primer estado pro-

    tomundial opina un analista norteamericano. Tiene la capacidad de liderar una ver-

    sin moderna del imperio universal, un imperio espontneo cuyos miembros se someten

    voluntariamente a su autoridad. 1

    As pues, por primera vez en la historia de la humanidad, el mundo se encuentra do-

    minado por una nica hiperpotencia. Esta hiperpotencia ha exhibido en Afganistn y en

    Irak su hegemona imperial de tres maneras: aniquilando bajo las bombas en cuestin de

    semanas al rgimen talibn y al de Sadam Husein ; poniendo en pie una formidable coali-

    cin militar de apoyo a su accin (aunque no obtuve para la invasion de Irak el visto bueno

    de la ONU); y, por ltimo, reclutando como simples tropas auxiliares a las antao orgullo-

    sas fuerzas britnicas.

    No obstante, en esta nueva era, tal despliegue de podero militar y diplomtico resul-

    ta engaoso. En efecto, a pesar de su inmensa superioridad, Estados Unidos no consigue

    pacificar militarmente Irak Por qu? Porque, a diferencia de lo que ocurra en el siglo

    XIX y durante gran parte del XX, la supremaca militar ya no se traduce en conquistas terri-

    toriales. En la coyuntura actual, y consideradas a largo plazo, stas resultan polticamen-

    1

    International Herald Tribune,

    7 de enero de 2002.

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 140

    te incontrolables, militarmente peligrosas, econmicamente ruinosas y mediticamente

    funestas, en un contexto que ha confirmado a los medios de comunicacin como actores

    estratgicos de primer orden. 2

    Otro fenmeno esencial: todos los estados se ven afectados por la dinmica de la glo-

    balizacin economica. En cierto modo, se trata de una segunda revolucin capitalista. La

    globalizacin econmica se extiende a los rincones ms apartados del planeta soslayando

    tanto la independencia de los pueblos como la diversidad de los regmenes polticos.

    Tanto es as que la Tierra vive una nueva era de conquistas, como en la poca de las

    colonizaciones. Pero si los principales actores de la anterior expansin conquistadora eran

    estados, esta vez quienes pretenden dominar el mundo son empresas privadas y conglo-

    merados, grupos industriales y financieros. Los dueos de la Tierra nunca fueron tan po-

    cos ni tan poderosos. Estos grupos estn situados fundamentalmente en la trada Estados

    Unidos-Unin Europea-Japn. La mitad de ellos tiene su base en Estados Unidos.

    Esta concentracin del capital y del poder se ha acelerado formidablemente durante los

    ltimos veinte aos, bajo el efecto de las revoluciones de las tecnologas de la informacin. El

    siglo XXI que comienza ser testigo de un nuevo salto cualitativo impulsado por las modernas

    tcnicas genticas de manipulacin de la vida. La privatizacin del genoma humano y la con-

    cesin generalizada de patentes sobre los procesos biolgicos abren nuevas perspectivas de

    expansin al capitalismo. Se prepara una privatizacin a gran escala de todo lo que afecta a

    la vida y la naturaleza, que favorecer la aparicin de un poder probablemente ms absoluto

    que cualquier otro que haya podido conocerse a lo largo de la Historia.

    La globalizacin no aspira tanto a conquistar pases como a ganar mercados. El obje-

    tivo de este poder moderno no es la anexin de territorios, como en las pocas de las gran-

    des invasiones o en los periodos coloniales, sino el control de riquezas.

    Esta conquista trae consigo destrucciones impresionantes, como atestigua la espec-

    tacular quiebra de Argentina en diciembre de 2001. Dicho pas era el mejor exponente del

    modelo universal preconizado por el FMI, que intenta exportarlo a todo el planeta con dog-

    mtica tozudez. La cada de Argentina es al neoliberalismo lo que la cada del Muro de Ber-

    ln fue al socialismo estatal: la evidencia del descrdito, la constatacin del fracaso. En el

    resto del mundo, en todas las regiones, industrias enteras se ven abocadas al cierre. Con

    los sufrimientos sociales que de ello se derivan: paro masivo, subempleo, precariedad, ex-

    clusin... Quince millones de parados en la Unin Europea, mil millones de desempleados

    y subempleados en el mundo... Sobreexplotacin de los hombres, de las mujeres y, lo que

    es ms escandaloso, de los nios: trescientos millones de menores la sufren en condicio-

    nes de extrema brutalidad.

    2

    La antigua secretaria de estado

    del presidente Clinton, Madeleine

    Allbright, ha llegado a afirmar, por

    ejemplo, que la cadena CNN es el

    decimosexto miembro del Consejo de

    Seguridad de Naciones Unidas.

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 141

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 142

    La globalizacin es tambin el saqueo de la naturaleza, el pillaje planetario. Las gran-

    des empresas privadas depredan el medio ambiente utilizando herramientas desmesura-

    das; esquilman las riquezas naturales, que son el bien comn de la humanidad; y lo hacen

    sin escrpulos y sin freno. Este fenmeno se aade a una criminalidad econmica ligada

    al mundo financiero y a la gran banca, que reciclan sumas superiores al billn de euros por

    ao, es decir, ms que el producto nacional bruto (PNB) de un tercio de la humanidad.

    La mercantilizacin generalizada se traduce en un formidable agravamiento de las

    desigualdades. Aunque la produccin mundial de alimentos bsicos equivale a ms del

    110% de las necesidades del planeta, treinta millones de personas siguen muriendo de

    hambre cada ao y ms de ochocientos millones sufren malnutricin.

    En 1960, el veinte por ciento de los ms ricos de la poblacin mundial tena unas ren-

    tas treinta veces superiores a las del veinte por ciento de los ms pobres. Era una situacin

    escandalosa, pero, lejos de mejorar, ha seguido agravndose: en la actualidad, las rentas

    de los ricos son, no treinta, sino ochenta y dos veces superiores a las de los pobres... De los

    seis mil millones de habitantes del planeta, apenas quinientos millones viven desahogada-

    mente, mientras que cinco mil quinientos subsisten en condiciones precarias. El mundo ha

    perdido el rumbo.

    Las estructuras estatales, al igual que las estructuras sociales tradicionales, son

    barridas de forma desastrosa. En mayor o menor medida pero de forma generalizada, en

    los pases del Sur y del Este, el estado se desmorona. La autoridades se retiran o son ex-

    pulsadas de los territorios perifricos, que se convierten en autnticas zonas sin ley. En

    Pakistn, en el Caucaso, en Argelia, en Somalia, en Sudn, en el Congo, en Colombia, en

    Filipinas o en Sri Lanka, se desarrollan entidades caticas e ingobernables que se sustraen

    a cualquier forma de legalidad y vuelven a un estado de barbarie. La fuerza prevalece so-

    bre el derecho, y slo los grupos violentos se muestran capaces de imponer su ley some-

    tiendo a las poblaciones.

    Surgen nuevas amenazas: hiperterrorismo, fanatismos religiosos o tnicos, prolife-

    racin nuclear, crimen organizado, redes mafiosas, especulacin financiera, quiebra de

    macroempresas (Enron), corrupcin a gran escala, extensin de nuevas pandemias (sida,

    virus bola, enfermedad de Creutzfeld-Jakob...), desastres ecolgicos, efecto invernadero,

    desertizacin, tsunamis, etctera.

    Paradjicamente, cuando la democracia y la libertad triunfan, en apariencia, en un

    planeta que se ha desembarazado de la mayora de los peores regmenes dictatoriales, la

    censura y las manipulaciones retornan con renovada fuerza bajo diversos disfraces. Se-

    ductores opios de las masas proponen una especie de mundo feliz, distraen a los ciu-

    La globalizacin econmica,

    que es tambin el saqueo de la

    naturaleza y el pillaje planetario,

    lleva a la Tierra a una nueva era

    de conquistas. Slo que en vez de

    los estados, que se enfrentan al

    hecho de que la supremaca militar

    ya no se traduce en conquistas

    territoriales, son grandes empresas

    que aspiran a ganar mercados

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 143

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 144

    dadanos e intentan apartarlos de la accin cvica y reivindicativa. En esta nueva era de la

    alienacin, en la poca de Internet, la World Culture, o cultura global, y la comunicacin

    planetaria, las tecnologas de la informacin desempean un papel ideolgico fundamental

    para amordazar el pensamiento.

    Todos estos cambios estructurales y conceptuales, iniciados hace una dcada, han

    producido un autntico estallido del mundo. Conceptos geopolticos fundamentales como

    estado, poder, soberana, independencia, frontera o democracia han adquirido significados

    totalmente nuevos. Hasta tal punto que, si observamos el funcionamiento real de la vida

    internacional, no podemos dejar de constatar que sus actores han cambiado.

    A escala planetaria, los tres protagonistas principales (que, bajo el Antiguo Rgimen

    monarquico, eran la nobleza, el clero y el estado llano), son actualmente: 1) las asocia-

    ciones de estados: Alena (Estados Unidos, Canad y Mxico), Unin Europea, Mercosur,

    Asean, etctera; 2) las empresas globales y los grandes grupos mediticos o financieros;

    y 3) las organizaciones no gubernamentales (ONG) de envergadura mundial (Greenpeace,

    Amnista Internacional, Attac, Human Rights Watch, World Wide Life, etctera).

    Estos tres nuevos actores operan en un marco planetario fijado no tanto por la Or-

    ganizacin de las Naciones Unidas, como signo de los tiempos por la Organizacin

    Mundial del Comercio (OMC), nuevo rbitro global.

    El voto democrtico del conjunto de los ciudadanos tiene muy poco peso en el fun-

    cionamiento interno de estos tres nuevos actores. Esta gran mutacin del mundo, que

    vaca de contenido a la democracia, se ha consumado sin que nadie lo advirtiera, ni si-

    quiera los propios responsables polticos. En efecto, todos estos cambios, rpidos y bru-

    tales, desestabilizan a los dirigentes polticos. En su mayora, se sienten desbordados por

    una globalizacin que modifica las reglas del juego y los reduce, siquiera parcialmente, a

    la impotencia. Porque los verdaderos dueos del mundo no son aqullos que ostentan las

    apariencias del poder poltico.

    sta es la razn de que los ciudadanos multipliquen las acciones y las movilizaciones

    contra los nuevos poderes, como pudo verse en diciembre de 1999, con motivo de la cumbre

    de la OMC en Seattle, y ms tarde en Praga, Davos, Niza, Quebec, Gnova, Barcelona, etc.

    Estn convencidos de que, en el fondo, el objetivo de la globalizacin liberal, en el milenio que

    acabamos de iniciar, es la destruccin de lo colectivo, la apropiacin de las esferas pblica y

    social por parte del mercado y el sector privado. Y estn decididos a oponerse.

    Otra evidencia: en la era del neoliberalismo, la supremaca geopoltica y el ejercicio de

    la hiperpotencia distan de garantizar un nivel de desarrollo humano satisfactorio a todos

    Los cambios estructurales y

    conceptuales en el mundo derivados

    de la tecnologas de la informacin

    han producido un autntico estallido

    del mundo. Conceptos geopolticos

    fundamentales como estado,

    poder soberana, independencia,

    frontera o democracia han

    adquirido significados nuevos

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 145

    los ciudadanos. Entre los habitantes de un pas tan rico como Estados Unidos, por ejemplo,

    hay treinta y dos millones de personas cuya esperanza de vida es inferior a sesenta aos,

    cuarenta millones sin cobertura mdica, cuarenta y cinco millones viviendo por debajo del

    umbral de la pobreza y cincuenta y dos millones de analfabetos funcionales... De modo si-

    milar, en el seno de la opulenta Unin Europea, en el momento del nacimiento del euro, te-

    nemos cincuenta millones de pobres y dieciocho millones de desempleados...

    A nivel mundial, la pobreza sigue siendo la regla y el bienestar, la excepcin. Las des-

    igualdades se han convertido en una de las caractersticas estructurales de nuestro tiem-

    po. Y siguen agravndose y alejando a los ricos de los pobres cada vez ms. Las doscientas

    veinticinco mayores fortunas del mundo representan un total de ms de un billn de euros, o

    el equivalente a los ingresos anuales del cuarenta y siete por ciento de las personas ms po-

    bres de la poblacin mundial (dos mil quinientos millones de seres humanos!). Hoy por hoy,

    hay particulares ms ricos que muchos estados: el patrimonio de las quince personas ms

    ricas del planeta supera el producto interior bruto (PIB) 3 total del conjunto de los pases del

    frica subsahariana.

    Quin domina el mundo en este umbral del siglo XXI? Puede afirmarse que las riendas

    del planeta estn en manos de un doble triunvirato, que acta como una especie de ejecutivo

    mundial. En el plano geopoltico y militar, el triunvirato est constituido por Estados Unidos, el

    Reino Unido y Francia. En el econmico, financiero y comercial, por Estados Unidos, Alemania

    y Japn. En ambos casos, Estados Unidos ocupa una posicin hiperdominante.

    El nmero de estados del planeta, que a comienzos del siglo XX eran apenas una cua-

    rentena, ha ido aumentando hasta aproximarse a los dos centenares. La proliferacion de

    estados ha sido una de las grandes caracteristicas del siglo XX. Pero, en el plano geopol-

    tico, el mundo sigue dominado por el pequeo grupo de estados (Reino Unido, Francia, Ale-

    mania, Japn y Estados Unidos) que lo diriga a finales del siglo XIX. Entre las decenas de

    pases surgidos del desmantelamiento de los grandes imperios coloniales britnico, fran-

    cs, espaol, holands, portugus y belga, apenas tres (Corea del Sur, Singapur y Taiwn)

    han alcanzado un nivel de progreso suficiente para permitirles acceder a la categora de

    pases desarrollados. Los dems siguen estancados en un subdesarrollo crnico y en una

    pobreza aparentemente eterna.

    Salir de esa situacion les ser tanto ms difcil cuanto que el precio de las mate-

    rias primas (incluidos los hidrocarburos), de cuya venta depende esencialmente su eco-

    noma, experimenta una imparable cada, dado que los grandes pases desarrollados,

    adems de no querer pagar las materias primas a su justo precio, han reducido conside-

    rablemente el uso de buen nmero de productos bsicos (metales, fibras, comestibles),

    cuando no los han reemplazado por productos sintticos. En Japn, por ejemplo, cada

    3

    Valor de la produccin global

    (bienes y servicios) de un pas.

    Las desigualdades se han convertido

    en una de las caractersticas

    estructurales de nuestro tiempo. Y

    en la medida en que la nueva riqueza

    cada vez ms se basar en la materia

    gris, los tres factores tradicionales

    del poder territorio, demografa

    y materias primas han pasado

    a convertirse paradjicamente

    en graves desventajas

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 146

    unidad de produccin industrial ha reducido su consumo de materias primas en casi un cuarenta por ciento

    respecto a 1973.

    A medida que avance el siglo XXI, la nueva riqueza de las naciones se basar cada vez ms en la materia gris,

    el saber, la informacion, la investigacin y la capacidad de innovar, y no en la produccin de materias primas. A

    este respecto, no es exagerado afirmar que, en esta era postindustrial, los tres factores tradicionales del poder

    extensin del territorio, importancia demogrfica y abundancia de materias primas han dejado de constituir

    atributos envidiables para convertirse, paradjicamente, en graves desventajas.

    Los estados muy extensos, muy poblados y muy ricos en materias primas Rusia, India, China, Brasil, Ni-

    geria, Indonesia, Pakistn, Mjico... figuran entre los pobres del planeta. La excepcin de Estados Unidos con-

    firma la regla.

    En el extremo opuesto, en nuestra poca de globalizacin financiera, microestados sin apenas territorio, con

    muy poca poblacin y ninguna materia prima Mnaco, Liechtenstein, Gibraltar, las islas Caimn, Singapur...

    tienen algunas de las rentas per cpita ms altas del mundo.

    El rea del caos generalizado se ampla de forma constante, englobando y atrayendo a un nmero creciente de

    estados cuyo sistema econmico se halla definitivamente estancado, y sumiendo a un nmero creciente de pases

    en la violencia endmica. Desde 1989, ao que vio el fin de la Guerra Fra, se han producido ms de sesenta con-

    flictos armados, con un saldo de centenares de miles de muertos y ms de diecisiete millones de refugiados. En la

    actualidad, en muchos lugares del planeta, la vida cotidiana es sencillamente infernal. No es de extraar que un

    nmero creciente de personas, en especial los ms jvenes, quiera huir del caos y la violencia e intente emigrar a

    toda costa hacia zonas desarrolladas y pacificadas de Europa occidental y America del Norte.

    En muchos pases pobres del Sur, el estado ha fracasado, ha sido incapaz de garantizar la paz, el desarrollo y

    la seguridad a sus ciudadanos. Y stos se han visto obligados a emigrar masivamente. Cerca de ciento veinte mil

    marroques, por ejemplo, emigran cada ao, la mayora de ellos clandestinamente. Seis millones de marroques,

    de los treinta que tiene Marruecos, viven ya en el extranjero, es decir un habitante de cada cinco Es una pro-

    porcion muy superior a la que conocieron, en los siglos XIX y XX, los grandes paises de emigracion europeos, como

    Irlanda, Italia, Polonia, Portugal y Espaa. Se ha dado el hecho de que los habitantes de determinados pases del

    Sur renieguen de la lucha de sus mayores por la independencia y reclamen el retorno de la potencia colonial (en las

    Comores), o incluso la pura y simple absorcin por la metrpolis dominante (en Puerto Rico). En tanto que entidad

    poltica, el Tercer Mundo ha dejado de existir.

    Son otros tantos sntomas de la crisis del estado-nacin y de la poltica, en un momento en que la segunda

    revolucin capitalista, la globalizacin de la economa y las mutaciones tecnolgicas estn transformando el pa-

    norama geopoltico. En un momento en el que, por aadidura, el nmero de macroempresas cuyo peso supera a

    menudo al de los estados se multiplica a golpe de fusiones y de concentraciones. El volumen de negocio de General

    Motors es superior al PIB de Dinamarca; el de Exxon Mobil excede al PIB de Austria. Cada una de las cien empre-

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 147

    sas globales ms importantes del mundo vende ms de lo que exporta cualquiera de los ciento veinte pases ms

    pobres. Estas macroempresas globales controlan el setenta por ciento del comercio mundial.

    Sus dirigentes, como los de los grandes grupos financieros y mediticos, detentan la realidad del poder y, por

    el intermedio de sus poderosos lobbies, influyen con todo su peso sobre las decisiones polticas de los gobiernos

    legtimos y los parlamentarios elegidos. En definitiva, secuestran la democracia en su provecho.

    Los contrapoderes tradicionales (partidos, sindicatos, prensa libre), ms necesarios que nunca, parecen

    poco operantes. Y los ciudadanos se preguntan qu audaces iniciativas restablecern el contrato social frente al

    contrato privado en este siglo XXI. Recuerdan que, en octubre de 1917, a la revolucin bolchevique le bastaron

    diez das para convulsionar el mundo. Y que, por primera vez, la apisonadora del capitalismo tuvo que detener-

    se prolongadamente.

    El mpetu del capitalismo se haba beneficiado del impulso de los aportes de grandes tericos (Adam Smith,

    David Ricardo), de decisivos avances tecnolgicos (mquina de vapor, ferrocarril) y de importantes transforma-

    ciones geopolticas (consolidacin del Imperio britnico, unificacin de Alemania, emergencia de Estados Unidos).

    La conjuncin de todos estos factores produjo la primera revolucin capitalista. Pero, al mismo tiempo, esta ex-

    pansin aplastaba a los mismos trabajadores cuyo esfuerzo creaba la riqueza en las nuevas fbricas, como ates-

    tiguaron, en novelas estremecedoras, Charles Dickens, mile Zola o Jack London.

    Cmo obtener provecho colectivo de la formidable riqueza producida por la industrializacin, evitando al mis-

    mo tiempo la aniquilacin social de los humildes? sta es la pregunta a la que respondera Karl Marx en su obra

    fundamental, El Capital (1867). Y habr que esperar otros cincuenta aos para que un genial estratega poltico

    llamado Lenin consiga conquistar el poder en Rusia a la cabeza de los bolcheviques, y funde la Union sovietica con

    la esperanza mesinica de liberar a los proletarios de todo el mundo.

    Ochenta aos despus, la Unin Sovitica se ha ido a pique y el mundo experimenta otra gran mutacin, que

    he dado en llamar la segunda revolucin capitalista. Como la primera, es el resultado de la convergencia de un

    haz de transformaciones sobrevenidas en tres campos.

    En primer lugar, en el mbito tecnolgico. La informatizacin de todos los sectores de actividades y la revolu-

    cin digital (sonidos, textos e imgenes transmitidos a la velocidad de la luz mediante un cdigo nico) han permi-

    tido la realizacion de las autopistas de la comunicacion y llevan aparejados cambios revolucionarios en el trabajo,

    la economa, las comunicaciones, la educacin, la creacin, el ocio, etctera.

    En segundo lugar, en el mbito econmico. Las nuevas tecnologas favorecen la expansin de la esfera fi-

    nanciera y estimulan las actividades que poseen cuatro cualidades fundamentales: globalidad, permanencia, in-

    mediatez e inmaterialidad. El big bang de las Bolsas y la desreglamentacin, impulsados en los aos ochenta por

    Margaret Tatcher y Ronald Reagan, han favorecido la globalizacin de la economa, que constituye la dinmica fun-

    damental de este inicio de siglo y a cuya influencia ningn pas puede sustraerse.

  • I Seminario ATLNTICO de PENSAMIENTO 148

    En tercer lugar, en el mbito sociolgico. Las dos transformaciones sobredichas hacen

    tabla rasa de las prerrogativas tradicionales del estado-nacin e invalidan cierta concep-

    cin de la representacin poltica y del poder. ste, antao jerrquico, vertical y autoritario,

    tiende hoy a adoptar una estructura reticular, horizontal y gracias a la manipulacin de

    las conciencias que facilitan los grandes medios de masas consensual.

    Desorientadas, las sociedades se lanzan a una bsqueda desesperada de sentido y de

    modelos, pues estos tres grandes cambios se producen simultneamente, lo que acenta

    el efecto de choque. Al mismo tiempo, dos de los pilares sobre los que descansaban las

    democracias modernas el progreso y la cohesin social son reemplazados por otros

    dos la comunicacin y el mercado que desvirtan su naturaleza.

    La comunicacin, convertida en la primera supersticin del tiempo presente, se nos ofrece

    como un medio capaz de regularlo todo, incluidos los conflictos interpersonales, tanto en el seno

    de la familia como en el de la escuela, la empresa, la fbrica o el estado. Es la pacificadora uni-

    versal. Sin embargo, cabe temer que su misma abundancia origine una nueva forma de aliena-

    cin y que sus excesos, en lugar de liberar las conciencias, acaben aprisionndolas. 4

    En la actualidad, el mercado tiende a gestionar, a reglamentar todas las actividades

    humanas. Antao, ciertos mbitos la cultura, el deporte, la religin se mantenan

    fuera de su alcance. Ahora, son absorbidos por la esfera del mercado. Los gobiernos le ce-

    den terreno de forma gradual y le abandonan actividades del sector publico (electricidad,

    ferrocarriles, correos, enseanza, etc.) mediante las privatizaciones. Sin embargo, el mer-

    cado sigue siendo el principal enemigo de la cohesin social (y de la cohesin mundial),

    pues su lgica slo concibe una sociedad dividida en dos grupos: los solventes y los insol-

    ventes. Estos ltimos, que ni producen ni consumen, no le interesan en absoluto; estn,

    por decirlo as, fuera de juego. Por naturaleza, el mercado es un productor de desigualda-

    des, lo que no le impide exhibir una arrogancia pasmosa.

    Consecuencia: se palpa en el ambiente la necesidad de soadores que piensen y pen-

    sadores que sueen, para encontrar, no un proyecto de sociedad al uso, sino un modo de

    ver y analizar la sociedad que permita reemplazar a tiempo, por medio de una nueva arqui-

    tectura de conceptos, la ideologa liberal.

    4

    Cf. Ignacio Ramonet, La

    tirana de la comunicacin,

    Debate, Madrid, 1998.

    La comunicacin, convertida en

    la primera supersticin del tiempo

    presente, se nos ofrece como un

    medio capaz de regularlo todo.

    Es la pacificadora universal.

    Sin embargo cabe temer que su

    misma abundancia origine una

    nueva forma de alienacin y que

    sus excesos, en lugar de liberar

    conciencias, las aprisione