If Doctrina Social Ix Andrea Flores II
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AÑO DE LA DIVERSIFICACIÓN PRODUCTIVA Y DEL FORTALECIMIENTO DE LA
EDUCACIÓN
FACULTAD CIENCIAS CONTABLES FINANCIERAS ADMINISTRATIVAS
ESCUELA PROFESIONAL CONTABILIDAD
ASIGNATURA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II
CICLO IX
DOCENTE ELIZABETH VILCHEZ BULA
ESTUDIANTE
FLORES DIAZ ANDREA KATERIN
TEMA
INVESTIGACION FORMATIVA
HUARMEY-2015
INDICE
Dedicatoria……………………………………………………pag.2
Introducción………………………………………………….pag.3
Titulo……………………………………………………………pag.4
Objetivos………………………………………………………pag.4
Desarrollo…………………………………………………….pag.4, 5,6.
Los Ángeles se comunican entre ellos………………pag.7
Los coros de Ángeles………………………………………pag.8
La protección de los ángeles custodios……………..pag.10
Valiosos consejeros celestes…………………………….pag.11
Conclusión……………………………………………………..pag.12
DEDICATORIA
Quiero dedicarle este trabajo
A Dios que me ha dado la vida y fortaleza
para terminar este proyecto de investigación,
A mis Padres por estar ahí siempre cuando más los necesito;
en todos los momentos .
A todos aquellos que ayudaron directa
o indirectamente a realizar este documento.
A mi maestra por su motivación para la culminación de
nuestros estudios profesionales y por su apoyo ofrecido en este
trabajo.
INTRODUCCION
Los ángeles tienen el supremo grado de perfección entre todas las
criaturas. Los ángeles son los más nobles efectos de la creación, pero
no han sido creados como independientes de las demás cosas y sin
relación alguna con las otras criaturas, sino que se ordenan a ser parte
del universo y al gobierno y servicio de las cosas corpóreas, o sea, las
que tienen cuerpo, tanto de las inferiores, como del hombre, que
participa de su naturaleza espiritual y de la de los cuerpos humanos
físicos.
No puede la razón teológica demostrar las verdades reveladas, pero sí
exponerlas con argumentos de conveniencia. Por eso escribe santo
Tomás: "Para la perfección del universo se requiere cierta graduación
en las criaturas que se vaya acercando a la perfección infinita de Dios,
su Creador. Hay criaturas que se parecen a Dios solamente en el
existir, como las piedras; otras, como las plantas y los animales, en el
vivir; otras, en el entender imperfectamente, como el hombre. Parece
pues natural, que existan otras criaturas puramente espirituales y
perfectamente intelectivas, que se parezcan a Dios de la manera más
perfecta en que se le pueden parecer las criaturas.
ÁNGELES
¿Dios creo a los Ángeles?, ¿Quiénes son los Ángeles?
1.- OBJETIVO GENERAL: Saber si Dios creo a los Ángeles, investigar
sobre la existencia y el concepto de los mismos.
2.- OBJETIVOS ESPECIFICOS:
Conocer más acerca de estos seres espirituales.
Con que propósito existen.
La veracidad acerca de la existencia de Ángeles malos.
Como fueron creados.
3.- DESARROLLO:
Dios ha creado no solo las cosas que vemos, sino también otras que no
vemos: los Ángeles. Son más perfectos que nosotros porque son
espíritus, sin cuerpo, pero son igualmente criaturas de Dios.
San Pablo enseña que “en El (en Cristo) fueron creadas todas las cosas
del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las
dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por El
y para El” (Col. 1,16).
Como las demás criaturas, los Ángeles han sido creados por dios para
su gloria: para que le alaben, para que le obedezcan, para el cielo,
donde está la felicidad eterna de los Ángeles y de los hombres con dios
nuestro padre. Ellos también fueron adornados con la gracia
santificante, elevados al orden sobrenatural.
Algunos se rebelaron contra Dios, su creador y padre, y en castigo de
su pecado fueron condenados al infierno. Perdieron la gracia,
perdieron a dios y perdieron el cielo. Son los demonios.
Los que llamamos Ángeles son los que permanecieron fieles, y a
algunos de ellos dios les ha encomendado la guarda de los hombres,
para ayudarles en el camino del cielo. Cada hombre tiene su Ángel de
la guarda.
Un salmo dice: “Dios te ha encomendado a sus Ángeles, para que te
guarden en todos tus caminos” (Ps. 90,11). Y Jesús en el evangelio nos
previene contra el escándalo que podemos producir en los niños con
nuestro mal ejemplo, porque “sus Ángeles en el cielo ven de continuo
el rostro de mi padre, que está en los cielos”(Mt. 18,10).
La creación de los Ángeles la profesamos en nuestra fe. Pablo VI dice
en el credo del pueblo de Dios: “creemos en un solo Dios, creador de
las cosas visibles… y de las cosas invisibles, como son los espíritus
puros, que reciben también nombre de Ángeles”.
¿Qué son los Ángeles?
Los Ángeles son seres espirituales, dotados de inteligencia y voluntad.
¿Para qué ha creado dios a los Ángeles?
Dios ha creado a los Ángeles para que lo alaben, le obedezcan y sean
felices en el cielo; para que sean sus mensajeros y cuiden de los
hombres.
¿Quiénes son los demonios?
Los demonios son seres espirituales, dotados de inteligencia y
voluntad, que desobedecieron a Dios y fueron condenados al infierno.
Los demonios odian a Dios y tientan a los hombres para apartarnos
del camino del cielo.
¿Quién es el ángel de la guarda?
El ángel de la guarda o ángel custodio es el ángel que Dios da a cada
uno de nosotros, para que nos proteja en la tierra y nos ayude a llegar
al cielo.
¿Cómo honramos al Ángel de la guarda?
Honramos al Ángel de la guarda encomendándonos a el, sobre todo en
las tentaciones y peligros, siguiendo sus inspiraciones y respetando su
presencia.
La iglesia celebra durante el año las fiestas de los arcángeles San
Miguel, San Rafael y San Gabriel (29 de setiembre), de los Santos
Ángeles Custodios (2 de octubre).
Los ángeles se comunican entre ellos.
Santo Tomás de Aquino sostiene que los ángeles se hablan entre sí por
un mero acto de la voluntad, abriendo su mente y revelando cualquier
idea que deseen transmitirse unos a otros. Este lenguaje angélico es
llamado "iluminación"
¿Cuantos ángeles son?
En los evangelios se habla de miríadas y miríadas, pero sin número
exacto. Es un dogma de fe de la Iglesia la existencia de los ángeles y
que algunos grupos de ellos protegen a naciones y a comunidades.
Distintos autores de la Iglesia han hablado de los “coros angelicales”
(las jerarquías) mencionados en la Biblia, pero sin que se puedan
señalar las diferencias entre unos y otros. El primero que catalogó
estas jerarquías era Dionisio Areopagita (del siglo V). La teología,
especialmente la patrística medieval, no ha rechazado estas
representaciones, tratando en cambio de darle una explicación
doctrinal y mística, pero sin atribuirles un valor absoluto.” (San Juan
Pablo II, 6, VIII, 86)
En estos nueves Coros Angelicales encontramos:
“Serafines”, los que arden con el amor (Is 6,2-6) y guardan la
entrada al paraíso (Gen 3,24)
“Querubines”, la figuras que Dios manda adornar el arca (Ex
25,18) y el templo de salomón (1 Rey 6,29-39)
“Virtudes”, (Rom 8,38; 1 Co 15,24)
“Potestades”,(1Cor 15,24; Ef 1,21)
“Principados”, (Rom 8,38; 1 Co 15,24)
“Dominaciones”, (Ef 1,21; Col 1,16)
“Tronos”, (Col 1,16)
La Iglesia no ha definido exactamente en cuanto a las teorías sobre la
jerarquía de ellos, es decir NO ES DOGMA DE FE conocer el orden y
cual ángel es más “alta”, o su función exactamente.
Algunos autores y místicos, dividen a los ángeles entre Asistentes al
Trono Divino (los grados más altos) y Mensajeros de Dios que cumplen
diversas misiones por encargo suyo.
Aunque podemos entender que unos tienen más poder jerárquico que
otros, como es el caso con los arcángeles. Esto lo demuestra el
Arcángel Rafael cuando se le reveló a Tobías que le dijo: "Yo soy
Rafael, uno de los siete ángeles que están delante de la gloria del
Señor y tienen acceso a su presencia." (Tobías 12,15) En este caso,
si el Arcángel San Rafael dice ser uno de los 7 ángeles con acceso a la
presencia de Dios, entonces deben existen otros grupos de ángeles que
no tienen acceso a la presencia del Señor.
Los nombres de los otros 4 arcángeles
Los únicos 3 nombres de Arcángeles aceptados por la Iglesia Católica
son: San Miguel, San Gabriel y San Rafael Arcángel, por los cuales
muchos católicos sienten mucha devoción.
San Uriel, San Barachiel ó Baraquiel, San Jehudiel, Saeltiel son los
nombres de los otros 4 arcángeles, pero estos no aparecen en la
Biblia. Se encuentran en los libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro
de Esdras y en la literatura rabínica. Estos nombres no son doctrina
de la Iglesia Católica ya que provienen de libros que no son parte del
canon de la Sagrada Escritura y ningún católico debe hacer uso de ellos
para rendirles veneración de algún tipo.
4. La protección de los Ángeles Custodios
En el Antiguo Testamento hay un libro muy bonito, en el que se
narra que Tobías hijo debía hacer un viaje largo y lleno de peligros.
Entonces busca un compañero de viaje, y Dios le envía al arcángel
Rafael que le acompaña y le enseña el camino devolviéndolo feliz a su
casa.
Nosotros también vamos de camino hacia el cielo; en este camino
hay muchos peligros para nuestra alma y nuestro cuerpo. Dios nos da
un compañero que está siempre a nuestro lado, aunque no lo veamos:
es el Ángel de la Guarda o Ángel Custodio.
Nuestro Ángel nos ama como el mejor de los amigos, nos protege de
noche y de día, y nos habla al corazón invitándonos a hacer las cosas
bien. Cuando rezamos, él presenta nuestra oración a Dios. ¡Qué buen
amigo es el Ángel Custodio!
5. Uso del agua bendita
La Iglesia recomienda a los cristianos usar el agua bendita, que es
un sacramental, para implorar el perdón de los pecados veniales y
alcanzar la protección de Dios contra las asechanzas del demonio.
Santa Teresa de Jesús decía: "De ninguna cosa huye más el demonio,
para no tornar, que del agua bendita".
6. Valiosos consejeros celestes
Los Ángeles de la Guarda son nuestros consejeros, inspirándonos
santos deseos y buenos propósitos. Evidentemente, lo hacen en el
interior de nuestras almas, si bien que, como vimos, hayan existido
almas santas que merecieron de ellos recibir visiblemente celestiales
consejos.
Cuando Santa Juana De Arco, aún niña, guardaba su rebaño, oyó una
voz que la llamaba: "Jeanne! Jeanne!" ¿Quién podría ser, en aquél
lugar tan yermo? Ella se vio entonces envuelta en una luz
brillantísima, en el medio de la cual estaba un Ángel de trazos nobles
y apacibles, rodeado de otros seres angélicos que miraban a la niña
con complacencia. "Jeanne", le dice al Ángel, "sé buena y piadosa, ama
a Dios y visita frecuentemente sus santuarios". Y desapareció. Juana,
inflamada de amor de Dios, hizo entonces el voto de virginidad
perpetua. El Ángel se le apareció otras veces para aconsejarla, y
cuando la dejaba, ella quedaba tan triste que lloraba.
El desvelo de nuestro Ángel de la Guarda para con nosotros está bien
expresado por el Profeta David en el Salmo 90: "El mal no vendrá
sobre ti, y el flagelo no se aproximará a tu tienda. Porque mandó
[Dios] a sus Ángeles en tu favor, para que te guarden en todos tus
caminos. Ellos te elevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece
con alguna piedra" (Sl. 90, 10-12).
Innumerables son los ejemplos del poderoso auxilio de los Ángeles en
la vida de los Santos. Santa Hildegonde, alemana (+ 1186), habiendo
ido en peregrinación a Jerusalén con su padre y falleciendo éste en el
camino, fue frecuentemente socorrida por su Ángel. Cierto día, cuando
viajaba camino a Roma, fue asaltada y abandonada como muerta.
Apenas pudo lograr levantarse, y vio surgir a su Ángel en un caballo
blanco. Éste ayudó cuidadosamente a su protegida a montar, y la
condujo hasta Verona. Allá, se despidió de ella diciendo: "Yo seré tu
defensor donde quiera que vayas".
Santa Hildegonde podría aplicar a sí misma el siguiente comentario
de San Bernardo al Salmo arriba citado: "¡Cuán gran reverencia,
devoción y confianza deben causar en tu pecho las palabras del profeta
real! La reverencia por la presencia de los Ángeles, la devoción por su
benevolencia, y la confianza por la guarda que tienen de ti. Mira vivir
con recato donde están presentes los Ángeles, porque Dios los mandó
para que te acompañen y asistan en todos tus caminos; en cualquier
posada y en cualquier rincón, ten reverencia y respeto a tu Ángel, y no
cometas delante de él lo que no osarías hacer estando yo en tu
presencia". San Buenaventura afirma: "El santo Ángel es un fiel
paraninfo conocedor del amor recíproco existente entre Dios y el alma,
y no tiene envidia, porque no busca su gloria, sino la de su Señor".
7. Conclusión:
Dios creó a los ángeles y a los arcángeles antes de que creara y colocara
a Adán sobre esta Tierra. Ellos estaban aquí aun antes de que fuese
echada la fundación de la Tierra. Clamaron de gozo cuando por
primera vez vieron la Tierra en toda su perfección (Job 38:1-7).
Ello fue antes de la semana de la creación, que tuvo lugar tiempo
después de la destrucción de la Tierra ocasionada por la rebelión de
Lucero (Isaías. 14:12-17). La Tierra no fue creada desordenada y
vacía, como la encontramos en Génesis 1:2, sino que Dios la creo para
que fuese habitada; no la creo en ruinas, como vino a quedar después
(Isaías. 45:13).
Los ángeles son espíritus invisibles, inmortales, dotados de poder
e inteligencia superiores (2 Pedro. 2:11). Ellos han visto todas las
actividades del hombre sobre la Tierra y, por tanto, conocen mucho
más de la mente humana, de sicología, sociología, ciencia y de todas
las artes, que cualquier ser humano. Y Dios los ha colocado aquí con
nosotros como espíritus ministradores, para servirnos. "No son todos
espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que
serán herederos de la salvación" (Hechos. 1:14).
Han sido colocados aquí para ayudarnos en el camino hacia la vida
eterna, para salvarnos de la muerte prematura, de accidentes, etc., y
para ayudarnos a trabar nuestras batallas y protegernos del diablo y
sus demonios. No es de sorprender que Eliseo no sintiera ningún
temor frente a sus enemigos físicos cuando vio uno de los ejércitos
espirituales de Dios dispuesto en la montaña (2 Reyes. 6:15-17).
Dios ha asignado a sus ángeles la tarea específica de supervisar y
proteger a su Iglesia a lo largo de su historia (Apocalipsis. 1:4, '6, 20;
2:1, Salmos, 12, 18; 3:1, 7, 14). El tiene a su disposición a ángeles
quienes continuamente recorren la Tierra para observar y reportar las
condiciones generales que privan en el mundo (Apocalipsis. 5:6;
Zacarías. 4:10; 2 Crónicas. 16:9).
Y Dios tiene a ángeles específicamente asignados a la protección de
sus hijos humanos engendrados (Hechos. 12:15; Mt. 18:10). Dios
promete: "Pues a sus ángeles mandara acerca de ti, que te guarden en
todos tus caminos" (Sal. 91:11). Doce de los ángeles de Dios serán los
porteros en la nueva ciudad de Jerusalén (Apocalipsis. 21:12), uno por
cada tribu de Israel.
Los ángeles eran mensajeros enviados a los patriarcas de antaño. Se
aparecieron a Abraham, Lot, Hagar, Moisés, Manoa, Gedeón, Elías y
muchos de los profetas y apóstoles.
Cuando estos ángeles se manifiestan a sí mismos a los seres humanos,
generalmente lo hacen en forma de hombres; en la Biblia no se
describen llevando alas o aureolas. Pablo señala en Hebreos 13:2 que
pueden viajar de incógnito, sin revelar quienes son.
Los seres espirituales son muy "reales"—en efecto, más reales que
nosotros. Siendo seres inmortales, no pueden morir, en tanto que
nosotros, en esta carne humana, tenemos una existencia meramente
transitoria.
Y, en términos espirituales, los espíritus malignos pueden destruirnos
por completo, a menos que los resistamos a ellos y a todo lo que
representan con todas nuestras fuerzas y con la ayuda de Dios y de sus
ángeles. Esa protección se otorga a aquellos que aman a Dios y
guardan sus mandamientos.
Deberíamos acatar la advertencia del apóstol Pablo y no vivir en
ignorancia de la existencia de Satanás, o de sus artificios, ni dejar que
se aproveche de nosotros (2 Corintios. 2:11). Entonces podremos
confiadamente anticipar el "cielo nuevo" y la "tierra nueva", en la que
únicamente sobrevivirá la justicia —una época en la que Satanás y sus
ángeles serán arrojados para siempre a las tinieblas de afuera, lejos
de nosotros (Apocalipsis. 21:1, 27).
Cuando Jesús dijo, "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra"
(Mateo. 28:18), se refería al control absoluto sobre todos los poderes
del mal, todos los seres espirituales, tanto buenos como malignos.
Todos deben obedecer sus órdenes.
Él es "la cabeza de todo principado y potestad... y despojando a los
principados y a las potestades [cuando conquisto a Satanás], los
exhibió públicamente triunfando sobre ellos en la cruz" (Colosenses.
2:10,15).
Si continuamos sirviendo a Dios, no debemos temer a ninguno de estos
seres espirituales—por poderosos que sean o por mucho que deseen
dominarnos. Aunque Satanás día y noche exhibe nuestros pecados
ante Dios (Apocalipsis. 12:10; Job 1:6), tenemos a Jesucristo como
nuestro Abogado y su sacrificio como la expiación por todos ellos (1
Juan. 2:1; Hechos. 7:25-26; 8: 24-26).
Por tanto, podemos decir con el apóstol Pablo: "Por lo cual
estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo,
ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos. 8:38-39).
Verdaderamente, quienes confían en Dios no tienen nada que temer,
"porque más son los que están con nosotros que los que están con
ellos" (2Reyes. 6:16).