Idr libro Itinerario de Renovación Diócess de Valencia

A r c h i d i ó c e s i s d e Va l e n c i a

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Archidiócesis de Valencia

© Arzobispado de Valencia

Edita: Arzobispado de Valencia

Diseño y producción gráfica:Medianil Comunicación

Ilustraciones:Iván García Aguado

2010-2014

“Seréis mis testigos”

Itinerario Diocesano de Renovación

Carta Pastoral “Caminando con Jesús”

I. Os proponemos un viaje apasionante

II. ¿A quiénes invitamos?

III. ¿Con quiénes vais a viajar?

IV. ¡Animaos a venir!

V. ¡Preparad el equipaje!

VI. Las jornadas del viaje

VII. Plano general del viaje

VIII. La última sorpresa: la gran ascensión

s u m a r i o

2010-2014

“Seréis mis testigos” 7


Caminando con JesúsCARTA PASTORAL

i n t r o d u c c i ó n

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Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y dis-cutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.Él les dijo:– «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:– «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»Él les preguntó: – «¿Qué?»Ellos le contestaron:– «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que esta-ba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».

Itinerario Diocesano de Renovación 2010-2014


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Entonces Jesús les dijo:– «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de se-guir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:– «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.Ellos comentaron:– «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañe-ros, que estaban diciendo:– «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan”.

(Lc 24, 13-35)

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A todo el Pueblo de Dios que peregrina en Valencia y a to-dos los hombres y mujeres de buena voluntad que convi-ven con nosotros.

Queridos hermanos y hermanas, “Bona gent”:

Hace algo más de un año que estoy entre vosotros. En este tiempo he sido testigo de la vitalidad de nuestra Archi-diócesis: lo he visto a través de la vida de tantas parroquias y grupos a los que he visitado; también a través del testimonio de todos con los que me he ido encontrando. Ha sido –y sé que lo seguirá siendo– un tiempo de acción de gracias al Se-ñor por el trabajo y el anuncio incansable del Evangelio que estáis llevando a cabo. Este tiempo entre vosotros, con los que me siento a la vez hermano y pastor, me permite poder hablaros con sinceridad y con esperanza porque sabemos que es el mismo Señor quien conduce a su Pueblo: Él es quien nos acompaña y nos alienta.

No puedo ocultar que, junto con la vitalidad que he perci-bido, he descubierto con vosotros que se abre para la Iglesia Diocesana una nueva etapa de su camino, y que resuenan en todos nuestros corazones las palabras que un día Jesús dijo a Pedro después de haber hablado a la muchedumbre, lo invi-tó a “remar mar adentro” para pescar: Duc in altum (Lc 5, 4). Tanto Pedro como los demás discípulos se fiaron de la Pala-bra del Señor y echaron las redes. A ninguno se nos escapan las dificultades propias de la vida y del momento presente, la urgencia de vivir la identidad cristiana, pero descansamos en



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la palabra de Cristo, y con esa confianza absoluta en el Señor sabemos que nos sucederá lo mismo que a los primeros dis-cípulos: “Y habiéndolo hecho, recogieron una cantidad enorme de peces” (Lc 5, 6). Aunque hemos realizado un gran esfuerzo de formación en todos los niveles de nuestra comunidad cris-tiana, seguimos teniendo una visión limitada de Jesucristo y necesitamos escuchar con más fuerza las palabras del Señor: “rema mar adentro”. La Iglesia Diocesana necesita recuperar la alegría y eso lo tendrá si se dedica a contemplar el rostro del Señor, si se hace peregrina, si se decide a anunciar con entu-siasmo y convicción profunda a Jesucristo, en definitiva, si se deja guiar por quien es su Pastor, Jesucristo.

Todo ello suscitará un dinamismo nuevo que nos empuja-rá a emplear el entusiasmo que nace del encuentro con Jesu-cristo y que se hace vivo en iniciativas concretas. Es muy im-portante que todo lo que nos propongamos esté fundado en la contemplación y en la oración. Tenemos que resistirnos a la tentación de hacer por hacer. Hoy de maneras muy diferen-tes, los hombres nos siguen interpelando a los discípulos de Jesús: “queremos ver a Jesús” (Jn 12, 21). No sólo tenemos que hablar de Jesús, tenemos que hacérselo ver.

Por éstas, y por otras razones, creo conveniente que ini-ciemos un tiempo de renovación, para que juntos tomemos conciencia de nuestra identidad cristiana y del valor de nues-tra fe, y así podamos ofrecer a nuestros hermanos el tesoro que llevamos en “vasijas de barro”.

En este sentido, nuestra Diócesis ha decidido iniciar un Iti-nerario de Renovación: un tiempo de oración, de estudio y de

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acción que nos lleve a consolidar las bases de la tarea que nues-tra Iglesia en Valencia tiene encomendada: proclamar la Buena Noticia del Evangelio, anunciando a Jesucristo Resucitado en este momento de la historia. Os propongo, pues, que inaugure-mos este tiempo de gracia escuchando la Palabra de Dios.

“Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana”. Todos reconocemos y recordamos este texto: el evangelio de Lucas nos cuenta la experiencia de aque-llos dos discípulos que, desanimados por lo que habían vivido, y sin acabar de entender lo que había pasado, quieren regresar a su mundo y a sus cosas, quieren volver a lo de siempre, a lo suyo. Ésta puede ser también la situación de muchos hombres y mujeres que conviven con nosotros en nuestras parroquias, en nuestros pueblos y ciudades. Han conocido a Jesús en su in-fancia, en su adolescencia… siguen recordando muchas cosas de Jesús de Nazaret, pero no han encontrado en Él el sentido auténtico de sus vidas. Son hombres y mujeres que aunque sa-ben que Dios está con ellos, no es decisivo para sus vidas.

“Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acer-có y se puso a caminar con ellos”. En este caminar hablan y discu-ten de sus cosas: de la economía, de su vida familiar, del trabajo –tan precario para muchos en este tiempo–, hablan de aquello que les preocupa, de lo que les pasa a sus vidas, de los aconteci-mientos que han vivido. Y es ahí mismo, en medio de su conver-sación, donde Jesús se hace presente y se une a su camino. Ellos no le reconocen ahora, quizá porque antes tampoco le recono-cieron como Señor y Mesías, y por eso la decepción predomina en ellos; sin embargo Jesús sigue haciéndose presente en el ca-minar de los hombres y mujeres de nuestra Iglesia.



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Dios no ha dejado de caminar al lado de esta sociedad en la que vivimos, aunque muchos se empeñen en vivir sin Dios o nos repitan que Dios ya no forma parte de este mundo; Dios no ha dejado de caminar a nuestro lado, como siempre de for-ma discreta y respetuosa, y como siempre escuchando de qué habla el hombre de nuestro tiempo.

Siguiendo la pedagogía del Maestro, este Itinerario quie-re ser un instrumento para poner de manifiesto la presencia de Jesús en el caminar de nuestras vidas. También quiere ser un medio para descubrir, a muchos hombres y mujeres, la presencia salvadora de Jesús para ayudarles a reconocer que el que camina a su lado es Jesús Resucitado. En ámbitos cris-tianos, en nuestras parroquias, encontramos a muchos des-animados y cansados. ¡Son tantas las tareas, los esfuerzos, el trabajo, y tan pocos los frutos! En la catequesis, con los jó-venes, con los matrimonios, con los que ocasionalmente se acercan a la parroquia, con los movimientos…

Pero en medio de nuestras conversaciones y preocupaciones, Jesús camina a nuestro lado, nos interpela, y nos pregunta: “¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?”. En este Itinerario de Renovación, esta pregunta de Jesús es fundamen-tal: ¿Cuáles son las preocupaciones de los hombres y mujeres a los que hemos de proclamar el Evangelio? ¿Qué es lo que ocupa las vidas de aquellos que van de camino? La respuesta es el punto de partida pues nos ayudará a situarnos ante las preocupaciones de los hombres y mujeres de hoy. La pregunta de Jesús ayuda a los discípulos a indagar en sus propias vidas, a dar razón de sus preocupaciones, a ver qué les pasa, a saber situarse ante la reali-dad que les supera, que no entienden y que condiciona sus vidas.

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“Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo…”. Esta res-puesta de los discípulos refleja muy bien la situación en la que vivimos. Muestra el respeto, incluso la admiración, que sien-ten por Jesús, pero no se atreven a decir quién es Jesús para ellos. Y su respuesta muestra su profunda desesperanza, una esperanza hundida. No se atreven a decir si ellos le conside-raban el Mesías: Jesús ha muerto y todo ha terminado. “Algu-nos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron”.

No hemos de engañarnos: el desaliento no está sólo fuera de nuestras parroquias, en los que no son cristianos o no viven con intensidad su fe, sino que también en el seno de nuestra Iglesia Diocesana nos encontramos en esta situación de des-esperanza. Por eso, es tan importante que nos dejemos inter-pelar de nuevo por Jesús en el camino de nuestras vidas.

“La época que estamos viviendo, con sus propios retos, re-sulta en cierto modo desconcertante. Tantos hombres y mujeres parecen desorientados, inseguros, sin esperanza, y muchos cris-tianos están sumidos en este estado de ánimo”1. Ésta será, pues, la primera etapa de nuestro Itinerario: conocer la situación de nuestro mundo y de nuestra Iglesia en Valencia para dar una respuesta adecuada desde la situación en la que vivimos.

“¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para en-trar en su gloria?». Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura”. El relato de la aparición a los discípulos de Emaús continúa con

1 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica postsinodal Ecclesia in Europa, n. 7.



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estas palabras de Jesús. Él mismo se convierte en intérprete de su vida. ¿Quién mejor? A lo largo del caminar hacia Emaús Jesús les hablará y les contará lo que de Él dicen las Escrituras. Y mientras les habla pasan de la tristeza y la desesperanza a la alegría; de la indiferencia y el desinterés, al amor. ¡El cami-nante se ha convertido en Maestro! Y la Palabra de Dios les va transformando paso a paso, porque en los hombres y mujeres de buena voluntad puede arder de nuevo la esperanza, si les presentamos de forma viva y sincera, al Cristo vivo.

Ésta será la segunda etapa de nuestro Itinerario de Re-novación; presentar, en síntesis, “lo que se refiere a Él en toda la Escritura”. A lo largo de tres años, en el seno de nuestras Parroquias, de los movimientos, de las comunidades y de los grupos, resonará, de un modo especial y más intenso, la Pa-labra de Dios. Dejaremos que Dios hable a nuestro corazón y lo haga arder de nuevo; creceremos en nuestra esperanza al calor de Jesús que nos habla, que nos interpela, que nos acompaña. En pequeños grupos, en un clima de oración y de encuentro con Jesús, iremos desgranando la Historia de la Salvación de la que formamos parte. Será nuestro camino de Emaús personal y comunitario, en el que nos encontraremos con otro Caminante que nos desvelará el sentido mismo de nuestro caminar juntos, en el que descubriremos el misterio de la presencia de Jesús cuando proclamamos su Palabra.

“Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caí-da”. Y esa Palabra, escuchada y entendida, hecha oración y vida, empezará a actuar en nosotros: el amor y la caridad irán incluso por delante de la fe renovada. Aquellos dos caminan-tes abrieron su casa y su vida al caminante desconocido que,

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antes, les había abierto su corazón. Y el amor les condujo a la fe. Pues bien, ésta es la tercera etapa de nuestro Itinerario, una tercera parte que no está en último lugar sino entretejida con las demás. A lo largo de nuestro camino ¿no sentiremos la necesidad de descubrir las necesidades del otro? ¿No sentire-mos la necesidad de actuar desde la Palabra que estamos es-cuchando y haciendo vida? Por eso a lo largo del Itinerario se nos irán sugiriendo acciones que podemos realizar, y modos de comunicar nuestra experiencia y criterios de discernimien-to para ver cómo está transformando nuestras vidas.

“Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron”. La celebración de la Eucaristía será el punto culminante de nuestro Itinera-rio. No entendemos un encuentro con Jesús resucitado que no pase por la Eucaristía, por el encuentro con la comunidad reunida en la escucha de la Palabra y en la Fracción del Pan, con Jesús mismo sentado a la mesa. La celebración dominical de la Eucaristía “da impulso a nuestro camino histórico, ponien-do una semilla de viva esperanza en la dedicación cotidiana de cada uno a sus propias tareas”2. ¿Por qué reconocieron a Jesús en ese momento? Si sus ojos se abrieron en ese momento es porque Jesús lo quiso así, mostrando de este modo que, en adelante, su presencia estaría tanto en su Palabra como en la Fracción del Pan: así, nuestro Itinerario quedará marcado por estos dos acontecimientos.

“Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén”. Un elemento fundamental de nuestro camino será ese con-

2 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica postsinodal Ecclesia in Europa, n. 75.



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tinuo regreso a Jerusalén para proclamar lo que “hemos visto y oído”, para encontrarnos con la comunidad de los discípulos que, a su vez, nos anunciaron la Buena Noticia. Este Itinerario ha de movernos a proclamar a Jesús Resucitado en medio de este mundo, en esta sociedad valenciana en la que vivimos.

“Que Jesús resucitado, el cual nos acompaña en nuestro ca-mino, dejándose reconocer como a los discípulos de Emaús «al partir el pan” (Lc 24,30), nos encuentre vigilantes y prepara-dos para reconocer su rostro y correr hacia nuestros herma-nos, para llevarles el gran anuncio: “¡Hemos visto al Señor!” (Jn 20,25)3.

Confío este camino de Emaús que hemos de recorrer a la materna intercesión de la Mare de Déu. Ella ha de ser la estrella que guía con seguridad nuestros pasos, la misma que ofreció al mundo el Verbo encarnado y que orienta a la humanidad hacia Aquél que es el Camino, la Verdad y la Vida. Mare de Déu dels Desamparats, Madre de la esperanza ¡haz el camino con nosotros! Con tu sabiduría enséñanos a proclamar al Dios vivo y verdadero. Ayúdanos a ser testigos de Jesucristo que es el único Salvador. Haznos apasionados de la comunión, atentos a los signos en la peregrinación, servidores ilusionados en la misión, convencidos de que en el anuncio explícito de Jesu-cristo estamos realizando el mejor servicio a esta humanidad. Mare de Déu, vela por la Iglesia que camina en Valencia, por los niños, los jóvenes, las familias, los ancianos, los sacerdo-tes, los miembros de la vida consagrada, que siempre sean trasparencia del Evangelio y, por ello, lugares auténticos de comunión y encarnaciones gozosas de la misión en las que

3 Juan Pablo II, Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte, n. 59.

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contemplando, viviendo y anunciando el amor de Dios, se muestre a todos los hombres el Evangelio de la esperanza.

Valencia, 25 de julio de 2010, solemnidad del Apóstol Santiago.

Con gran afecto, os bendice

+ Carlos, Arzobispo de Valencia

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Os proponemosun viajeapasionante

Os proponemosun viaje apasionante

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1. ¿A dónde?¿A dónde?El Itinerario Diocesano de Renovación que proponemos

tiene como finalidad ayudar a madurar una actitud de fe entendida como adhesión personal al Señor Jesús, que desemboca en una actualización y compromiso cristiano en medio de nuestro mundo. Como toda acción evangelizadora persigue como fin último favorecer la comunión con Jesu-cristo: buscamos volver la mirada sobre la propia vida a la luz del Evangelio, para llegar a un encuentro con Jesucristo sos-tenidos por la gracia del Espíritu Santo. Queremos seguir un proceso de fe en nuestra Archidiócesis como tiempo propicio de conversión al Señor, que nos ayude a dar respuesta a los grandes interrogantes de la existencia humana.



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2. ¿Para qué?¿Para qué?

1.

2.

3.

Para ayudar a vivir la identidad cristiana.

Para fomentar la unidad y la visibilidad de la Iglesia Diocesana, convocando a todos sus miembros.

Para potenciar la misión de nuestra Iglesia y de todos sus miembros en el mundo de hoy.

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Este Itinerario Diocesano tiene los siguientes objetivos:

1) Ayudar a vivir la identidad cristiana. Para alcanzar este objetivo necesitamos profundizar en las verdades cen-trales de la fe, de modo que lleguemos a una relación perso-nal e íntima con Jesucristo. También es urgente presentar los fundamentos de la vida cristiana para comprender, celebrar y vivir el Evangelio de a través de un camino de renovación de la vida cristiana.

2) Fomentar la unidad y la visibilidad de la Iglesia Dio-cesana, convocando a todos sus miembros. Este Itinerario es una oportunidad para suscitar y favorecer una vinculación más estrecha, profunda y activa con la comunidad cristiana y entre nosotros. A lo largo de este proceso se potenciará la dimensión eclesial de la fe, buscando una mayor unidad y co-munión a través de encuentros y oraciones diocesanas, y en los ámbitos de vicaría, arciprestazgos y parroquias.

3) Potenciar la misión de nuestra Iglesia y de todos sus miembros en el mundo de hoy. Este Itinerario prioriza el servicio de la caridad y el anuncio misionero del Evangelio en la comunidad cristiana y en la sociedad actual. El carácter histórico de la Revelación de Dios convierte este Itinerario de Renovación en una pedagogía que busca leer los signos de los tiempos y los desafíos actuales a la luz de la historia de la salvación: la pedagogía divina no aparta a la persona de su realidad espacio-temporal, sino que la lleva a buscar caminos para iluminar la propia vida y el mundo.

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¿A quiénesinvitamos?¿A quiénes invitamos?

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El destinatario de nuestro Itinerario es toda y cada per-sona, creyente o no creyente, joven o adulto, que quiera es-cuchar y hacer resonar en su propia vida la Palabra de Dios. Este proceso quiere ser una ayuda para un camino personal de fe que ponga en el centro de nuestra vida el proyecto salví-fico de Dios. Por eso, queremos recorrer un camino que toque los puntos fundamentales de la experiencia cristiana, y de esta manera, nos veremos llevados a recorrer todo el mensa-je cristiano a partir de la Palabra de Dios y de la Tradición de la Iglesia. Estamos ante el doble reto de una nueva evange-lización (primer anuncio) y de una reiniciación cristiana (se-gundo anuncio) que haga posible el seguimiento, la adhesión e identificación con Jesucristo, y la participación en su misión ante el mundo de hoy. Este Itinerario de fe, por tanto, puede servir como catecumenado de adultos que recibirán los Sa-cramentos de la Iniciación Cristiana a lo largo del camino, y como proceso de formación para los que quieran recibir el Sa-cramento de la Confirmación.



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Los invitados pueden ser:Los invitados a este viaje pueden ser:

1.2.

3.

4.

Los que participan en las tareas de la Iglesia.

Los que acuden a la Eucaristía dominical.

Los bautizados que viven al margen de toda vida cristiana (cristianos no practicantes).

Los no cristianos que sienten necesidad de encontrar un nuevo sentido a su vida.

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- Los que participan en las tareas de la Iglesia. Son aque-llas personas que tienen una vivencia de fe fundamentada suficientemente y vivida con coherencia, pero que necesitan seguir madurando las actitudes cristianas que se descubren en ella, y vivificar su testimonio en el mundo.

- Los que acuden a la Eucaristía dominical. Son aque-llas personas que, manteniendo una vinculación habitual con la Iglesia, quieren profundizar en los fundamentos de la fe y necesitan un nuevo impulso para adherirse más plenamente a Jesucristo y fortalecer su compromiso cristiano.

- Los bautizados que viven al margen de toda vida cris-tiana (cristianos no practicantes). Son aquellas personas que no tienen una experiencia de fe eclesial, pero que sienten un míni-mo interés por dar un sentido cristiano a sus vidas, y por acer-carse en alguna ocasión a participar de la comunión eclesial.

- Los no cristianos que sienten necesidad de encontrar un nuevo sentido a su vida. Son aquellas personas que se acercan a la Iglesia para iniciarse en la fe y en el reto del se-guimiento a Cristo, porque vislumbran que el plan salvífico de Dios sobre cada uno de nosotros es un regalo de amor y una llamada a la felicidad.

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¿Con quiénesvais a viajar?¿Con quiénes vais a viajar?

¿Con quiénes vais a viajar?

Con un pequeño grupo de personas

En el seno de una parroquia

Con los grupos de vuestro arciprestazgo y vicaría

En comunión con la Iglesia de Valencia

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1. Con un pequeño grupo de personas y un animadorCon un pequeño grupo de personas y un animador

Para recorrer este Itinerario se propone la creación de grupos de un número reducido de miembros (unos 15 aproximadamente), para facilitar la intercomunicación, el diálogo, la búsqueda y la oración en común. La novedad y originalidad de este Itinerario aconsejan crear grupos nuevos y específicos para recorrerlo, pero cada parroquia organizará la composición de los grupos en función de sus circunstancias propias.

El grupo, que se reúne en nombre de Jesús, es decir, con-vocado por Él y en su presencia, puede ofrecer una experien-cia intensa de pequeña Iglesia, en la que se facilitan tres ca-racterísticas principales de toda comunidad cristiana:

- La fraternidad directa y real entre personas que llegan a conocerse y amarse, compartiendo todo lo que son y tienen.

- La corresponsabilidad, el participar todos en la misión de Jesús de modo conjunto y ordenado.

- La unidad en la diversidad: personas diferentes en sexo, edad, origen, situación social y nivel de fe, viven la experien-cia gozosa de que “ya no hay distinción entre judío o griego, entre esclavo o libre, entre varón o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 28).

En toda acción pastoral es clave la figura del animador. La comunicación de la fe tiene necesidad de una mediación existencial y personal puesto que ninguna forma de evange-lización se agota en los métodos, contenidos y objetivos. Por eso, es imprescindible e insustituible la presencia del anima-dor. Su función consiste en favorecer una comunicación res-



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Guiar ExplicarTejervínculos

petuosa y fluida entre los miembros de un grupo: aclarar los objetivos y el tema, ayudar a que todos se expresen, relacio-nar lo que expresa cada uno de los participantes, resumir y re-solver posibles conflictos. El animador no es el misionero del primer anuncio, ni el profesor de teología, sino el creyente que acompaña en el itinerario.

El animador que comparta y acompañe este itinerario debería ser un creyente adulto, con una experiencia y vi-vencia de fe profunda que le capacite para llevar adelante un camino adulto de fe con otros. El animador debe tener una fe madura, capacidad de escucha y empatía, tiempo y de-dicación pues poniendo los “talentos” que Dios le ha dado al servicio de la comunidad cristiana encuentre su propia voca-ción y misión. En la comunidad cristiana, el animador gesta la conciencia de ser llamado por Dios, se va fortaleciendo en su sentido apostólico, va participando de un itinerario en comu-nión con otros hermanos y, desde la comunidad, es enviado. Por esa razón, el animador de cada grupo será siempre nom-brado por el párroco.

Sugerimos algunos consejos a propósito de las tareas del animador:

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• Guiar. El animador es un “mayeuta”: sabe dar la palabra a todos, poner límite a los que hablan demasiado, dar ánimos para que hablen los tímidos porque sabe que el equilibrio en la toma de la palabra depende de él. Parte de su misión es moderar los tiempos pues el tiempo es un bien a disposición del grupo, y no hay que malgastarlo. El animador procurará que ninguna parte de la sesión absorba todo el tiempo dispo-nible del encuentro, y cuidará de que haya siempre una actua-lización y compromiso al final de cada tema.

• Tejer vínculos. El animador es un “tejedor” puesto que los participantes no tienen en cuenta a veces lo que dicen los demás. El animador interviene entonces para establecer vín-culos entre lo que se ha dicho. De esta forma crea una cohe-sión entre todos que ayuda a que procedan de una manera más provechosa. El animador es también la memoria del gru-po, y por eso es importante que el animador resuma de vez en cuando lo que se ha ido diciendo y reoriente cada encuentro.

• Explicar. El animador ha de ofrecer claves de lectura, pautas o pistas para interpretar el desarrollo de cada sesión. A veces basta con una o dos preguntas bien formuladas para conducir al grupo a una mirada correcta sobre los temas.



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2. Integrados en el seno de una parroquiaIntegrados en el seno de una parroquia

La parroquia es el lugar donde vivimos el misterio de la Iglesia de Cristo de una forma más completa y cercana. Porque es una comunidad estable, integrada por todos los cristianos que viven en nuestro propio pueblo o barrio y que, presidida por un presbítero en nombre del obispo, asume el conjunto de la misión evangelizadora sobre todos los habi-tantes de este territorio. En ella nacemos como cristianos, a través del proceso de la iniciación cristiana; en ella nos ali-mentamos y crecemos, gracias al doble alimento que nos proporciona continuamente: el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía; en ella compartimos y testimoniamos nues-tra fe y esperanza, sobre todo en la oración común; en ella ejercemos nuestra caridad hacia los de dentro y hacia los de fuera; en ella y desde ella asumimos nuestros compromisos evangelizadores.

Todos los grupos que caminan por este Itinerario se de-ben sentir integrados en su comunidad parroquial, y vivir este proceso como una forma de hacer más viva y operante la co-munión con la misma. El párroco y los demás sacerdotes de la parroquia, coordinarán, acompañarán y animarán continua-mente el trabajo de los grupos. Además, la misma dinámica que seguimos, nos invitará de vez en cuando a celebraciones, encuentros y otras acciones de índole parroquial.

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3. En relación con grupos de vuestro arciprestazgo y vicaríaEn relación con grupos de vuestro arciprestazgo y vicaría

El territorio de nuestra Diócesis está dividido en dos tipos de estructuras territoriales: los arciprestazgos y las vicarías episcopales territoriales.

La institución territorial más cercana a las parroquias, y también la más antigua, es el arciprestazgo. El derecho ecle-sial vigente lo define como la unión de varias parroquias ve-cinas, con el fin de facilitar el ejercicio de su responsabilidad eclesial mediante actividades comunes. Está presidido por el arcipreste, que es un presbítero nombrado por el obispo, con la tarea de fomentar y coordinar la pastoral común, cuidar de la vida y misión de los demás sacerdotes, y preocuparse por la dignidad de la liturgia y del mantenimiento del patrimonio eclesial.

Hay que constatar que históricamente, siempre que la Iglesia se ha propuesto revitalizar la acción pastoral, ha vuelto a poner los ojos en las posibilidades que ofrecía el arciprestaz-go como polo dinamizador de la base eclesial. No es extraño, pues, que a la hora de poner en marcha este Itinerario de Renovación confiemos también en nuestros arciprestaz-gos, recientemente renovados, como ámbitos de colabora-ción entre las parroquias con los siguientes fines:

- convocar al mayor número de personas para que lo sigan;

- organizar los grupos, encontrar animadores y formar-los adecuadamente;

- posibilitar encuentros entre los grupos de la demar-cación;



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- animar continuamente a los grupos y seguir su funcio-namiento;

- resolver incidencias y problemas que puedan obsta-culizar la marcha.

Es importante subrayar que todo el desarrollo del Itinera-rio debe servir para reforzar la comunión efectiva entre todas las comunidades parroquiales del arciprestazgo.

La otra estructura territorial, de más reciente creación, es la vicaría episcopal territorial. En realidad no es una ins-titución eclesial dotada de personalidad propia, sino la zona geográfica confiada a la jurisdicción de un vicario episco-pal, que tiene la potestad de vicario general en ella. Esta figura fue creada por el Vaticano II para facilitar una presencia más cercana del obispo en las diócesis más extensas4. Dada la magnitud de nuestra Diócesis, pronto se vio la necesidad de crear varias vicarías. La última remodelación territorial las ha fijado en ocho, que comprenden grandes zonas geográficas de la diócesis, caracterizada por elementos sociales y cultura-les propios. Las amplias facultades del vicario episcopal, que goza de potestad ordinaria ejecutiva en nombre del obispo, lo convierten en una figura clave para aplicar los planes y pro-gramas diocesanos, fomentar una mayor conciencia de Igle-sia diocesana, promover y potenciar la corresponsabilidad, y para preocuparse de los sacerdotes y de todos los demás agentes de pastoral en su propio territorio. En concreto, den-tro de esta gran iniciativa diocesana que es el Itinerario de Renovación, le competen las siguientes responsabilidades:

4 Concilio Vaticano II, Decreto Christus Dominus, n. 27

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- presidir y animar la convocatoria en toda su zona;- supervisar la creación de los grupos y el nombramien-

to y formación de los animadores;- resolver los problemas que se puedan generar en el

proceso;- presidir las celebraciones y demás encuentros a nivel

de vicaría.

En este momento en que acaba de producirse un cambio en la extensión de las vicarías y en las personas de los vicarios, el Itinerario debe servir para hacer más conocida y cercana esta figura que representa al Arzobispo, como último respon-sable y animador de todo el proceso.



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4. En comunión viva con la Iglesia en ValenciaEn comunión viva con la Iglesia en Valencia

“La Iglesia difundida por todo el orbe se convertiría en una abstracción, si no tomase cuerpo y vida precisamente a través de las Iglesias particulares”5. Todos nosotros vivimos y cons-truimos la Iglesia universal, sobre todo viviendo y constru-yendo nuestra Iglesia particular o diocesana de Valencia, que hace presente todo el misterio de la Iglesia de Cristo en nuestra tierra. El Concilio Vaticano II define la diócesis como “una porción del Pueblo de Dios que se confía a un obispo para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de forma que unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en la que verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es una, santa, católica y apostólica”6. Esta bella definición nos presen-ta una comunidad eclesial completa porque tiene todos los elementos que integran la Iglesia:

- Es una comunidad de fe, convocada y reunida por la fuerza del Espíritu.

- Nace de la proclamación de la palabra de Dios, hecha con autoridad apostólica.

- En ella se celebra la Eucaristía de todo el pueblo de Dios, que es la manifestación principal de la Iglesia y el centro de toda su vida y misión.

- Está presidida por el obispo, en quien se hace presente todo el colegio episcopal, encabezado por el Sucesor de Pedro, y que la apacienta con la colaboración del pres-biterio.

5 Pablo VI, Evangelii nuntiandi, n. 62.6 Concilio Vaticano II, Decreto Christus Dominus, n. 11.

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IglesiaDiocesana

Es una comunidad de fe

Nace de la proclamación de la palabra de Dios

En ella se celebra la Eucaristía de todo el pueblo de Dios

Presidida por el obispo

Integrada por una porción del pueblo de Dios

Unida a la Iglesia universal por los vínculos de la fe, la caridad y la comunión con el Papa

- Está integrada por una porción del pueblo de Dios, en la que el Es-píritu suscita toda clase de dones, carismas y servicios.

- Está unida a la Iglesia universal por los vínculos de la fe, la caridad y la comunión con el Papa y el colegio episcopal.



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Además, por estar constituida por una porción de hu-manidad concreta, que habla una lengua determinada y tie-ne una cultura, una historia y una visión del mundo propia y específica, la Iglesia diocesana tiene la función de “asimilar y trasvasar lo esencial del mensaje evangélico al lenguaje que esos hombres comprenden y, después, anunciarlo en ese mismo lenguaje”7. Por eso, nuestra Iglesia tiene “un rostro propio”, a través del cual se manifiesta la identidad de la única Iglesia.

La Iglesia diocesana tiene la responsabilidad sobre todos los hombres de su área territorial y sobre todas las dimensiones humanas que han de ser evangelizadas, pero también es corresponsable, junto con las demás Iglesias, de la evangelización en el mundo entero.

Este Itinerario de Renovación es esencialmente dioce-sano: en primer lugar, porque convoca a todos los cristianos de la Diócesis, y a todos los hombres de buena voluntad que viven en su territorio; en segundo lugar, porque pretende au-mentar la conciencia de Diócesis, y la comunión efectiva entre todos sus miembros desde las raíces de nuestra fe común. La experiencia gozosa de saber que miles de hermanos nuestros, a lo largo y ancho de nuestra Iglesia, están haciendo el mis-mo camino, el uso de unos mismos subsidios formativos, las noticias frecuentes que se irán produciendo, los encuentros que tendrán lugar a nivel de arciprestazgo, vicaría y diócesis, y los encuentros personales con gentes de otras parroquias que están viviendo la misma experiencia, contribuirán poderosa-mente, bajo el impulso del Espíritu Santo creador de la unidad eclesial, a “retejer el tejido de nuestra Iglesia”.

7 Pablo VI, Evangelii nuntiandi, n. 63.

2010-2014



¡Animaosa venir!¡Animaos a venir!

¡Animaos a venir!

Lanzaos a la aventura.

Con todo lo que sois.

Os espera un gran encuentro.

Preparad vuestros corazones.

Os llama el mismo Jesús.

2010-2014



1.¡Lanzaosa la aventura!¡Lanzaos a la aventura!

La imagen de itinerario, propia del camino y del viaje está muy arraigada en nuestra vida cotidiana pues en la literatu-ra, en la vida cristiana y en la tradición bíblica es también una imagen significativa, querida y venerada. ¿Quién no recuerda la larga marcha del pueblo de Israel, los viajes de Abraham, de Elías, el viaje de Rafael con Tobías o los viajes de Jesús por los caminos y de Pablo por la tierra de los gentiles? En nuestra cul-tura actual se valoran muchísimo los viajes: viajes de ocio, via-jes de trabajo, y viajes que encierran grandes tradiciones como el camino de Santiago, camino del Rocío, etc.

La idea de emprender un viaje suscita muchas emociones en el interior de cada persona porque viajar es una de las expe-riencias que más abre horizontes, fortalece, ayuda a madurar y a adquirir autonomía. Las llamadas de Yahvé en el Antiguo Testamento y las de Jesús en el Nuevo Testamento siempre son invitaciones a ponerse en marcha, a salir de uno mismo. Ésta es la clave fundamental de todo viaje: el movimiento y el dinamismo. “Sal”, “Ve, yo te envío”, “Ven y sígueme”. Hacer un camino supone siempre la existencia de un punto de parti-da, un itinerario o trayecto para recorrer en el que se pasa por distintos lugares y situaciones, y una meta.

Para andar por los caminos podemos tener actitudes di-versas: los hay previsores, que gustan de preparar todo con mucho detalle para evitar riesgos y obstáculos, y eligen ca-minos trillados y seguros; los hay aventureros, que prefieren indagar, proveerse de brújula y adentrarse en la aventura de cada día; los hay autómatas, que van de aquí para allá, y sólo les importa moverse, desplazarse, evitar pensar, etc. La acti-



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2.¡Con todo lo que sois!¡Con todo lo que sois!

tud que os proponemos para nuestro itinerario es la de llegar a comprender que el viaje en sí mismo es una experiencia libe-radora y transformadora. En cada viaje puede pasar de todo, y poco tienen que ver las previsiones realizadas con la experien-cia vivida o con el punto al que el Espíritu nos conduce, siempre sorprendente.

Os proponemos un viaje apasionante lleno de riesgos y obstáculos: un viaje cuyo destino es siempre la identificación con Jesús, el Señor, para el que se eligen unos medios concre-tos en función de la meta que nos orienta. Este viaje pasa por muy diversas etapas, superando dificultades para evitar no pararnos, desviarnos o desorientarnos. En este viaje necesi-tamos poner en juego todo lo que somos, porque el mis-terio de Dios tiene que ver con el propio misterio personal, y sólo el encuentro con Él da sentido a la propia vida humana. Creemos que la itinerancia es una actitud de vida que afec-ta a todas las dimensiones de la persona: pensamientos, sentimientos, emociones, movimientos, acciones. Vivir con actitud itinerante en el seguimiento de Jesús significa “seguir sus huellas”, escuchando, acogiendo y adhiriéndo-nos a Él en la encarnación de su proyecto 8.

8 La imagen de itinerario se la debemos a San Buenaventura, en el siglo XIII, en su Itinerario de la mente a Dios. Muchos testigos de nuestra tradición cristiana utilizan el camino como imagen de la vida espiritual. En la Didajé se encuentra la idea de los dos caminos. Clemente de Alejandría intenta distinguir diversas etapas en el camino de perfección. Agustín de Hipona habla de progresar en la caridad como modo de caminar hacia la perfección. Teresa de Jesús nos presenta el camino de perfección como un continuo itinerar por las siete moradas. Juan de la Cruz presenta la Subida come un viaje cuyo destino es la unión del alma con Dios, etc.

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3.¡Os espera un gran encuentro!¡Os espera un gran encuentro!

Ponerse de viaje requiere una motivación. La primera suele ser la emoción de un encuentro, “Hemos encontrado a aquél de quien escribió Moisés y del que hablaron los profe-tas” (Jn 1,45); otra motivación es la inquietud por seguir una huella, “¿Dónde está el rey de los judíos?, porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo” (Mt 2,2); o bien escuchar un testimonio, “Os anuncio una gran alegría: os ha nacido hoy un Salvador que es el Mesías, el Señor” (Lc 2, 10-11); otras veces motiva el haber encontrado una perla que produce una ale-gría inesperada, “Un buscador de perlas, al encontrar una de gran valor, la vende..., compra” (Mt 12,45-46). Esa motivación es la fuerza que impulsa a salir o ponerse en camino y lanzarse a la aventura del encuentro personal con Jesucristo.



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4.¡Preparadvuestros corazones!¡Preparad vuestros corazones!

En los itinerarios de fe, los comienzos suelen ser entu-siasmantes, alegres y gozosos. Las dificultades vienen más tarde; pero al comienzo casi siempre se tiene la sensación de beneficio afectivo y muchas veces efectivo. Hay una serie de actitudes facilitadoras para este “viaje”:

• “Aprender a mirar con los ojos del corazón para poder reconocer la esperanza a la que hemos sido llamados” (cf. Ef 1,18). Se trata de una mirada contemplativa que nos ayude a no dejar de sorprender, a descubrir siempre la novedad de la vida.

• “Desear descubrir la propia vocación personal y agra-decerla” (cf. Is 42, 1-7), como prolongación de la vocación y misión de Jesucristo.

• “Cultivar el discernimiento como ‘talante’ y actitud de vida” (cf. Mc 13, 35-37). Para los discípulos de Jesús la pro-puesta de vivir en clave de discernimiento es fundamental.

• “Tomar conciencia de forma progresiva de lo que significa vivir la vida como misión” (cf. Mt 24). No podemos identificar este itinerario con “hacer cosas”. Lo que urge es lanzarse y arriesgar por Jesucristo y su Reino.

2010-2014



5.¡Os llama el mismo Jesús!¡Os llama el mismo Jesús!

La itinerancia surge de una llamada porque toda voca-ción de seguimiento a Jesús es escuchar el ”¡Te quiero!, ¿Quie-res?” de Jesús y disponerse con pasión al seguimiento (cf. Jn 1,37-40; Jn 21,15-17).

La vocación cristiana se fundamenta en la misma voca-ción de Jesús. Lo primero que llama la atención al acercarse a la figura de Jesús es que fue un itinerante incansable: Marcos lo presenta en actividad, siempre en marcha. Esta itinerancia de Jesús es fruto de una actitud vital. Él no se deja llevar de las circunstancias, aunque las tiene en cuenta para discernir. Jesús realiza su propio itinerario vital y coteja sus decisiones movido continuamente por su relación con el Padre: “Nadie le quita la vida, Él la da”.

En Cristo ya hemos sido liberados y salvados. Porque en el Bautismo se nos ha dado ser hijos y hermanos. Al poder reconocer la vida como don, se nos llama a vivir el mismo ca-mino, en actitud de itinerancia. A lo largo de la historia, todos los testigos de Jesús por la llamada se ven urgidos a po-nerse en camino. Este romper, desplazarse y abrirse a otras relaciones es rasgo peculiar y configurador de la actitud del caminante y peregrino.

2010-2014Itinerario Diocesano de Renovación

¡Preparadel equipaje!¡Preparad el equipaje!


¡Preparad el equipaje!

Con una pedagogía propia y

unas actitudes concretas

para seguir el camino de Jesús.

2010-2014



1. La dinámica del viajeLa dinámica del viaje

La dinámica de itinerancia requiere una pedagogía pe-culiar. Una pedagogía motivadora y exigente: motivadora, porque no trata de imponer sino de despertar la confianza en uno mismo y en Dios; exigente, porque es capaz de valorar el tramo de camino andado, pero no para detenerse sino para abrirse continuamente al cuestionamiento y a la superación.

Una pedagogía personal, contemplativa y creativa porque interioriza lo que acontece en la oración asidua y en el estudio sistemático, como medios insustituibles para vivir desde el fondo y aplicar el discernimiento a la vida. Así se va generando un proceso de renovación cristiana. Esta pedago-gía favorece una mayor capacidad reflexiva y creativa, esti-mula el diálogo y facilita el intercambio mutuo porque pro-mueve una metodología que potencia el uso de la palabra, interioriza posteriormente de manera objetiva y cristiana, y sacar conclusiones para avanzar en el seguimiento a Cristo.

Buscamos una pedagogía integral, experiencial y trans-formadora. Este itinerario tiene en cuenta a la persona en to-das sus dimensiones, su experiencia, los tiempos y etapas de maduración que necesita todo ser en su crecimiento humano y cristiano. Es una pedagogía que parte de la vida del desti-natario para evocar la experiencia humana, y así provoca el encuentro con el misterio de salvación favoreciendo una ver-dadera experiencia de fe. Es una pedagogía transformadora porque no aparta a la persona de la realidad sino que la lleva a buscar caminos para actuar en ella y trasformarla: busca leer los acontecimientos y la experiencia humana a la luz de la his-toria de la salvación.



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Proponemos una pedagogía grupal, fraternal y comu-nitaria. Este itinerario requiere una experiencia comunitaria como lugar donde se pueden gestar experiencias nuevas de relación, de encuentro y de fraternidad. La dinámica del gru-po fomenta el sentido de cooperación y de corresponsabili-dad cristiana y puede ofrecer a sus miembros no solamente una ocasión de profundizar en la formación religiosa, sino también una magnífica experiencia de vida eclesial pues el grupo es el contexto y ámbito idóneo para un itinerario de fe auténticamente eclesial.

2010-2014



2. Las actitudesque se requierenLas actitudes que se requieren

La pedagogía propia del Itinerario Diocesano de Renova-ción conlleva unas actitudes concretas:

• Son más importantes las preguntas que las respues-tas. La pregunta genera siempre un movimiento personal que lleva directamente al fondo: “¿Quién decís que soy yo?”, pregunta Jesús a sus discípulos.

• Tiene prioridad el diálogo sobre los discursos. En el diálogo siempre nos abrimos a expresar nuestros puntos de vista y nuestras convicciones, pero igualmente estamos dis-puestos a acoger los de los otros, caminando juntos.

• Es más importante la creatividad que la mera repe-tición. En el proceso de la formación y en cada itinerario vital personal y comunitario hay momentos de acogida contem-plativa, de escucha interior y asentimiento personal con lo recibido, momentos de crítica y momentos de búsqueda de alternativas que se encarnen en la propia vida.

• Se hace más necesaria la actitud del Éxodo. Se tra-ta de hacer el camino de la libertad liberada para ponermos en sintonía con Aquél que es capaz de llevarnos a la felicidad plena. La dinámica propia de emprender un viaje permite no guardarse la vida sino arriesgar y romper con la seguridad de lo conocido.

• Suscita la práctica del agradecimiento. Cuando se escucha, se dialoga, se reflexiona y se hace silencio para de-jar que surja desde ahí la comprensión de lo vivido, del fondo del corazón brota el agradecimiento. Y esta capacidad de dar gracias, nos da alas para continuar el camino.



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Actitudes

Son más importantes las preguntas que las respuestas

Tiene prioridad el diálogo sobre los discursos

Es más importante la creatividad que la mera repetición

Actitud de Éxodo

Práctica del agradecimiento

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3. Para seguirel camino de JesúsPara seguir el camino de Jesús

En cuanto a la metodología proponemos la que nos ofre-ce el Evangelio, concretamente, el precioso pasaje de Emaús (Lc 24, 13-35) que inspira la Carta Pastoral de nuestro Arzo-bispo. El relato de Lucas es una bella y didáctica catequesis que nos ayuda a reconocer al Señor presente entre nosotros acompañando nuestro caminar. A partir del texto de Emaús podemos extraer las claves necesarias para una catequesis al estilo de Jesús: partimos de la experiencia humana, que se ilumina a partir de la escucha de la Palabra, hasta lle-gar a una sincera oración y compromiso concreto en la vida personal y comunitaria.



Las jornadasdel viajeLas Jornadas del viaje

Las jornadas del viaje

35 jornadas en 4 ciclos.

Método de la “lectio divina”:

1. Escuchamos (interiorización)

2.Reflexionamos(análisis)

3. Actualizamos (experiencia y compromiso)

4. Oramos juntos

5. Preparamos la jornada siguiente

2010-2014



Las jornadasdel viajeLas jornadas del viaje

El Itinerario se compone de treinta y cinco jornadas, distribuidas en cuatro ciclos, que corresponden a cuatro cursos pastorales. La periodicidad de las jornadas puede ser mensual o quincenal, según disponga el grupo en cada mo-mento. Y en cada una de ellas se tratará un tema con la ayuda de unos materiales que se ofrecerán al principio de cada ciclo. Cada jornada comprende una reunión del grupo y la prepara-ción previa a esa reunión por parte de todos los componentes. El temario de cada ciclo indicará el contenido de las distintas reuniones, o tema, y la forma de prepararlas.

El método que seguirán las reuniones y los temas co-rrespondientes será el de la “lectio divina”, que es el modo concreto y ordenado de leer religiosamente la Sagrada Escri-tura que ha ido conformando toda la tradición cristiana desde el monacato antiguo. Supone un pequeño proceso que, co-menzando siempre por la escucha de la Palabra de Dios, que es la “luz para nuestros pasos”, intenta transformar nuestro corazón y nuestra vida desde la voluntad divina. La dinámi-ca de este método supone varios pasos sucesivos, que aquí hemos sintetizado en cuatro: primero escuchamos atenta-mente lo que Dios quiere decir en el texto leído; después re-flexionamos, es decir, intentamos descubrir lo que Dios nos quiere decir a nosotros hoy; en tercer lugar, actualizamos, nos preguntamos qué comportamientos y compromisos nos pide Dios; y, por último, oramos, hablamos a Dios manifes-tándole nuestros deseos y pidiéndole las ayudas que necesi-tamos.



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Oración inicial

1. Escuchamos (interiorización)

Lectura del texto bíblico

Este momento consiste en una prime-ra reacción espontánea de los participantes frente al texto bíblico. Desde el punto de vista pedagógico esta fase es de gran importancia, ya que favorece una primera mirada sobre el texto por parte del grupo, permite al anima-dor conocer los problemas que tienen las perso-nas y fomenta el intercambio de experiencias. No olvidemos que el punto de partida es la vida propia, la experiencia humana concreta, unas veces evocada y otras veces provocada. Para que sea provechosa, esta fase tiene que con-cluir con la síntesis, y la interpretación de todo lo que se ha compartido.

En consecuencia, todas nuestras reuniones, y por tanto los temas que las ilustran y preparan, seguirán el siguiente esquema:

Comenzamos cada encuentro con una oración que nos disponga y ayude a poder recibir la verdad de Dios que nuestro corazón cree y ama.

2010-2014



Breve análisis del texto, situación

La palabra nos interpela

A través de un método muy sencillo hace-mos un análisis claro del texto bíblico des-entrañando su estructura y significado. Esta tarea propia del discípulo encierra una gran utilidad, ya que habitúa a una mirada atenta y respetuosa de la Palabra, a través de la obser-vación de las acciones y las actitudes de los per-sonajes entorno al Maestro.

Ofrecemos una serie de cuestiones que ayuden a hacer una lectura creyente del tex-to, orientadas a fortalecer la fe y a introducir el tema que nos proponemos en cada encuentro.



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En este momento desentrañamos los aspectos funda-mentales de la fe cristiana. Apostamos por un Itinerario que ayude a profundizar en los contenidos de la fe, y que sea significativo y estimulante para la vida pues queremos que la Palabra de Dios ilumine la vida humana. Jesús es la respuesta a los interrogantes e inquietudes del ser humano: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6)”. Su Palabra re-sonará como una apertura a los propios problemas, como una respuesta a las propias preguntas, como el Dios que llama, que salva y que da sentido a la vida. La opción que tomamos intenta armonizar la transmisión de conocimientos con las experiencias básicas de las personas que aceptan recorrer un camino de fe, a la luz de la Palabra y de la Tradición de la Iglesia, siguiendo este esquema:

2.Reflexionamos (análisis)

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Preguntas para el diálogo

Para profundizar en el tema

Bibliografía complemetaria

Exposición del tema correspondiente

Es un momento de enriquecimiento mu-tuo. Se pretende que los participantes capten lo fundamental del tema, aclaren dudas y se clarifiquen los puntos más complejos de la ex-posición.

Presentamos unas ayudas complementa-rias al tema tratado, unas sencillas sugerencias para continuar fortaleciendo la fe eclesial. Este apartado puede ser leído y comentado por todos los componentes del grupo durante la se-sión o al final del encuentro; también se puede invitar a que los participantes lo lean en casa, dejando el comentario para el encuentro con el grupo.

Indicamos algunos artículos y obras senci-llas que puedan ayudarnos a ampliar y profundi-zar los distintos momentos del Itinerario.



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3. Actualizamos(experiencia y compromiso)

Sugerencias para la actualización

Posibles compromisos/acciones

La pedagogía divina no nos aparta de la realidad, sino que nos lleva a buscar caminos para iluminar el mundo y la vida propia desde la llamada a la conversión. Por esto, la pedagogía que proponemos en todo el Itinerario par-te de la vida del destinatario, evoca la experiencia hu-mana, posibilita la correlación con el misterio de salva-ción y tiene como fin llegar a una sincera expresión de fe a través de la oración y de compromisos concretos en las distintas realidades temporales. Buscamos una verdadera experiencia de fe a través del encuentro con Jesucristo, que nos ayude a vincular los contenidos de la fe con la vida y a actuar desde la experiencia creyente.

Al tratarse de un Itinerario de Renovación integral ha de ir acompañado por el testimonio personal y co-munitario. En este momento tenemos que ofrecer cla-ves y sugerencias para que resuene el anuncio en el que lo escucha, y éste se convierta en un interlocutor activo. Queremos proponer pautas claras y sencillas para la encarnación de los valores evangélicos, para la renuncia a criterios contrarios al Evangelio, para la oración perso-nal y comunitaria, para la configuración con Cristo y para el espíritu misionero propio de cada cristiano.

2010-2014



4. Oramos juntos

5. Preparamos la jornada siguiente

A partir de nuestra experiencia personal y comunitaria en este encuentro presentamos a Dios nuestra oración. El grupo alcanza así su dimensión cristiana más profunda como co-munidad orante, utilizando todos los registros de la oración que nos enseñó Jesús: el reconoci-miento humilde de nuestras pobrezas, la acción de gracias por todos los dones de Dios, la res-puesta comprometida a su palabra, la petición de la ayuda divina, la intercesión por todos los hermanos, de los que somos responsables. El Itinerario tiene también la vocación de con-vertirse en escuela de oración y de comunión, con sugerencias variadas y motivadoras.

Para preparar el próximo encuentro lee-mos el texto bíblico introductorio y el tema correspondiente, con la ayuda de unas pre-guntas muy sencillas. Mientras vamos leyendo el texto, podemos anotar lo que nos venga a la mente, respondiendo a dichas preguntas.



Plano generaldel viajePlano general del viaje

Plano general

“Ojalá escuchéis hoy su voz”

(2010-2011)

“La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”

(2011-2012)

“Para mí la vida es Cristo”(2012-2013)

“Seréis mis testigos”(2013-2014)

2010-2014



Un elemento esencial y que da identidad a todo itinerario cristiano es el de la gradualidad porque son necesarias unas etapas, hay que dar unos pasos concretos, se necesita tiempo en el proceso de crecimiento y maduración de la fe. Los ci-clos, las etapas, las reuniones, los ritos y las celebraciones forman un conjunto orgánico que busca proponer un ritmo adecuado a la comunidad cristiana diocesana. Por este moti-vo nuestro Itinerario Diocesano de Renovación se desarro-llará a lo largo de cuatro ciclos, y tiene como eje vertebra-dor el texto de Mc 3,13-14: “Llamó a los que él quiso, para estar con él y para enviarlos a predicar”.

Plano generaldel viajePlano general del viaje



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2010-2014



El primer ciclo (2010-2011) “¡OJALÁ ESCUCHÉIS HOY SU VOZ!” (Sal 95,7), está dedicado a la convocatoria y puesta en marcha del proceso de renovación. Consta de tres eta-pas: la convocatoria diocesana, motivación y formación de los grupos; la preparación de los animadores de los grupos; y la iniciación del trabajo en grupos. Esta iniciación comenzará con la celebración del Miércoles de Ceniza (llamada comu-nitaria a la conversión). Un primer tema explicará el itinerario que vamos a seguir, según el texto de Mc 3,13-14: “Llamó a los que él quiso, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar”. Después, los temas 2º y 3º reflexionarán sobre los destinatarios de la misión: el mundo de hoy y el hombre. El 4º tema estará dedicado al sujeto de la misión: nuestra Iglesia Diocesana, con sus luces y sombras. El 5º tema presentará el origen de la misión y de toda la reflexión sobre ella: la Revela-ción divina. El curso acabará con la celebración de la entrega de la Biblia.

El tiempo fuerte de este curso introductorio será la Cua-resma, como tiempo de conversión en el que Dios nos llama a renovarnos.

CICLO 1º (2010-2011) ¡Ojalá escuchéishoy su voz!¡Ojalá escuchéis hoy su voz!



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1ª Etapa (octubre-diciembre)

2ª Etapa (enero-febrero)

Presentación del Itinerario a la Diócesis y formación de los grupos

Reuniones preparatorias con los animadores de los grupos

CICLO 1º (2010-2011)

¡Ojalá escuchéis hoy su voz!

2010-2014



3ª Etapa (marzo-junio)

Inicio del trabajo de los grupos

Celebración de la Ceniza

“Convertíos y creed en el Evangelio”

Tema 1

“Llamó a los que él quiso, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar” (Mc 3,13-14) Nuestro itinerario apostólico.

Tema 2 “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo” (Jn 3,17) Lectura creyente de la realidad de nuestro mundo.

Tema 3

“Yo os anuncio eso que veneráis sin conocerlo” (Hch 17,23) El hombre, ser radicalmente abierto a Dios.

Tema 4

“Anímate y cambia de conducta” (Ap 3, 19) Lo que el Espíritu dice hoy a la Iglesia de Valencia.

Tema 5 “Después de hablar Dios muchas veces y de diversos modos a nuestros padres, últimamente nos ha hablado por medio del Hijo” (Hb 1,1-2) Dios habla al hombre: la Revelación.

Celebración de la entrega de la Biblia

La Sagrada Escritura, palabra de Dios al hombre de hoy.

La palabra se hizo carne

y habitó entre nosotros

2010-2014



La palabra se hizo carne

y habitó entre nosotrosLa palabra se hizo carne y

habitó entre nosotros

El segundo ciclo (2011-2012), “LA PALABRA SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS” (Jn 1,14), tiene como trasfondo la idea de vocación: “Llamó a los que él qui-so”. En efecto, toda la historia de la salvación, desde el inicio mismo de la creación, es contemplada como una llamada al encuentro con Cristo, el modelo, centro y fin del mundo y de la historia humana.

Este curso consta de dos etapas. En la primera etapa se parte de la primera palabra pronunciada por Dios, la creación (temas 1º y 2º) y los grandes modelos veterotestamentarios de personas que han acogido la palabra en su vida y la han hecho centro de su existencia (temas 3º-6º). Una celebración de la palabra hace de intermedio entre los temas veterotesta-mentarios (promesa) y los siguientes (cumplimiento). La se-gunda etapa del año se centra en el misterio de la encarnación contemplado a la luz de los evangelios de la infancia (temas 7º-10º. Y concluye, a modo de síntesis, con una celebración en la que se plantea la gran pregunta a la que debe enfrentarse todo aquel que se acerca a Jesús y que adquiere un sentido nuevo a la luz de toda esa historia anterior que hemos recorri-do: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mc 8,29).

Si en el ciclo anterior el tiempo señalado era la Cuaresma en este segundo año la gran fiesta será la celebración de la Navidad.

CICLO 2º (2011-2012)



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Tema 1

“La palabra del Señor hizo el cielo” (Sal 33,6)La creación, obra del amor de Dios.

Tema 2 “Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Gen 1,26) Creación del hombre y pecado original.

Tema 3

“Abrahán creyó a Dios” (Gen 15,6) Abrahán, modelo de acogida obediente de la Palabra de vida.

Tema 4

“He visto la aflicción de mi pueblo…, yo te envío para que saques a mi pueblo de Egipto” (Ex 3,7.10) Por medio de Moisés, Dios libera a su pueblo y hace alianza con él.

Tema 5 “Su reino no tendrá fin” (Lc 1,33; cf. 2 Sam 7,16) David y la promesa mesiánica.

Tema 6 “Mirad a mi siervo a quien sostengo” (Is 42,1)Los anuncios proféticos de Cristo.

Celebración de la Palabra

“Cuando vino la plenitud de los tiempos…” Jesús, cumplimiento de las promesas.

1ª Etapa

El tiempo de las promesas

La palabra se hizo carne CICLO 2º (2011-2012)

2010-2014



Tema 7

“Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38) María, la mujer que acoge y engendra la Palabra como hombre.

Tema 8 “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14) El nacimiento de Jesús.

Tema 9

“Hemos visto salir su estrella” (Mt 2,2) Jesús nace para todos y le encuentran los que le buscan.

Tema 10

“Estar en las cosas del Padre” (Lc 2,49) La vida oculta de Jesús.

Celebración de la Palabra

“Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mc 8,29) Jesucristo, nuestra salvación.

2ª Etapa

El tiempo del cumplimiento

y habitó entre nosotros

2010-2014



CICLO 3º (2012-2013) Para míla vida es CristoPara mí la vida es Cristo

El tercer ciclo (2012-2013), “PARA MÍ LA VIDA ES CRIS-TO” (Flp 1,21), sigue profundizando en el misterio de Cris-to. En el trasfondo resuena la segunda idea expresada por Marcos en su relato de la Vocación de los Doce: “para que estuvieran con él”. Así pues, a la categoría de vocación sigue ahora la de encuentro personal con él.

En una primera etapa (temas 1º-6º), se tratan distintos aspectos de la actividad pública de Jesús, desde el Bautismo hasta el anuncio de su Pasión. En ellos se quiere profundizar en los diferentes aspectos que manifiestan el misterio de su persona, como la autoridad única de su enseñanza, las exi-gencias de su seguimiento, su trato con los pecadores, etc. En una segunda etapa, los temas están centrados en el mis-terio pascual (temas 7º-10º), núcleo de la confesión de fe cris-tológica, y en la nueva vida que nace de la participación en este misterio.

La gran celebración de este tercer curso será la Vigilia Pascual, y en ella recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana aquellos no bautizados que están siguiendo el Itine-rario.



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Tema 1

“Tú eres mi Hijo amado” (Mc 1,11) La identidad y misión de Jesús proclamadas en su Bautismo.

Tema 2 “El Reino de Dios está llegando. Convertíos y creed en la Buena Noticia” (Mc 1,15) El anuncio del Reino, como llamada a la conversión.

Tema 3

“Enseñaba con autoridad” (Mc 1,22) Las parábolas y los milagros explican y manifiestan el Reino.

Tema 4

“Dichosos los pobres en el espíritu” (Mt 5,3) Las Bienaventuranzas: el rostro y la meta del hombre nuevo.

Tema 5 “Quien me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9) Cristo revela al Padre.

Celebración de la entrega delPadrenuestro

1ª Etapa

Acompañamos a Jesús en su misión

CICLO 3º (2012-2013)

Para mí la vida es Cristo

2010-2014



Tema 6

“Los amó hasta el extremo” (Jn 13,1) La Eucaristía, sacramento del amor de Cristo.

Tema 7 “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Cor 15,3) El sacrificio de la redención.

Tema 8

“Resucitó al tercer día según las Escrituras” (1 Cor 15,4) Cristo resucitado, nuestra salvación.

Tema 9

“Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20,22) El Espíritu, don de la Pascua.

Tema 10 “Experimentaré el poder de su resurrección” (Flp 3,10) La vida nueva en Cristo Resucitado.

Celebración de la luz:entrega del Credo

2ª Etapa

El misterio pascual

2010-2014



El cuarto ciclo (2013-2014), “SERÉIS MIS TESTIGOS”, tiene una proyección misionera. Su título sirve de inclusión con el de todo el Itinerario y en el trasfondo aparece la tercera frase del texto de Marcos: “para enviarlos a predicar”. La cate-goría principal que subyace en este año es, pues, la de misión. La misión que tiene como fuente de todo su dinamismo al Espíritu Santo. Por eso comienza con el acontecimiento de Pentecostés (tema 1º), donde nace la Iglesia con un impulso claramente misionero. Después, la misión es contemplada desde una doble perspectiva, que explica las dos etapas del curso: una primera etapa, como progresiva transformación de las realidades humanas (familia, trabajo, cultura…) en Rei-no de Dios (temas 2º-7º); y una segunda etapa, como anun-cio explícito del Evangelio con palabras y con el servicio de la caridad (temas 8º-10º).

La gran celebración de este último año, en la que cul-minará todo el itinerario, será la Vigilia de Pentecostés. A lo largo de este ciclo recibirán el sacramento de la Confirmación aquellos que, siguiendo el Itinerario, aún no lo hayan recibido.

CICLO 4º (2013-2014) Seréismis testigosSeréis mis testigos



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Tema 1

“Recibiréis fuerza de lo alto” (Hch 1,7)Pentecostés, nacimiento de la Iglesia.

Tema 2 “Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre” (Tt 3,4)La dignidad de la persona humana, y la defensa de sus derechos, camino primero y fundamental de la Iglesia.

Tema 3

“Si no tengo amor, no soy nada” (1 Cor 13,2) La comunidad humana: visión cristiana de la sociedad.

Tema 4

“Como Cristo amó a la Iglesia” (Ef 5,25) El cristiano ante el matrimonio y la familia.

Tema 5 “Cada uno los oía hablar en su propia lengua” (Hch 2,6) Evangelizar la cultura y las culturas del hombre.

Tema 6 “Lo que hacéis, hacedlo para servir al Señor” (Col 3,23) El cristiano ante el trabajo y la economía.

Tema 7 “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21)El cristiano en la vida pública.

Celebración de la entrega de la cruz

1ª Etapa

Vosotros sois la sal de la tierra

CICLO 4º (2013-2014)

Seréis mis testigos

2010-2014



Tema 8

“¿Cómo van a creer, si no oyen hablar de él?” (Rm 10,14)El mandato misionero y las dificultades de la misión hoy.

Tema 9 “Yo os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí” (1 Cor 15,3)La transmisión de la fe.

Tema 10 “Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común” (Hch 2,44) El servicio de la caridad.

Gran Vigilia de Pentecostés

2ª Etapa

Id por el mundo y proclamad la Buena Noticia

2010-2014



La últimasorpresaLa última sorpresa

La última sorpresa

Echar a andar con Jesús.

Subiendo hacia Jerusalén.

En comunión con Cristo y con la Iglesia.

A través de la Cruz.

2010-2014



El último secreto de nuestro viaje, el que descubre el sen-tido y las motivaciones más profundas de nuestro Itinerario, fue explicado magistralmente por el Papa Benedicto XVI ante miles de jóvenes que llenaban la plaza de San Pedro, el Domingo de Ramos de 2010, con ocasión de la XXV Jornada Mundial de la Juventud. En este mensaje descubrimos que el caminar con Jesús es en realidad una ascensión, una subida hacia Dios y hacia la realización definitiva de la humanidad, una escalada. Nuestro Itinerario, nuestro caminar con Jesús, es en realidad una escalada que no podemos acometer solos: necesitamos estar unidos a una cordada en la que el jefe o cabeza, el que va primero, es Jesús.

La Iglesia de Valencia, al proponer este Itinerario, quiere acabar haciéndose eco de este mensaje del Pastor supremo de la Iglesia; un mensaje que proclama de nuevo el núcleo esencial de la identidad cristiana como una llamada esperan-zada a los hombres de nuestro tiempo.



96

1. Echar a andarcon JesúsEchar a andar con Jesús

2. Subir con JesúsSubir con Jesús

“El Evangelio de la bendición de los ramos, que hemos es-cuchado reunidos aquí, en la plaza de San Pedro, comienza con la frase: ‘Jesús echó a andar adelante, subiendo hacia Jerusa-lén…’ ” Ser cristiano significa considerar el camino de Jesu-cristo como el camino adecuado para ser hombre, como el camino que lleva a la meta, a una humanidad plenamente realizada y auténtica. De manera especial, quisiera reiterar a todos los jóvenes y a todas las jóvenes, en esta Jornada Mun-dial de la Juventud, que ser cristiano es un camino, o mejor dicho una peregrinación, un caminar con Jesucristo. Un ca-minar en la dirección que él nos indicó y nos indica”.

¿Pero de qué dirección se trata? ¿Cómo encontrarla? La frase de nuestro Evangelio ofrece dos indicaciones al respec-to. En primer lugar, dice que se trata de una ascensión. Ello tiene, ante todo, un significado muy concreto. Jericó, donde se inició la última parte de la peregrinación de Jesús, se en-cuentra a 250 metros bajo el nivel del mar, mientras que Je-rusalén –la meta de su camino– está a 740-780 metros sobre el nivel del mar, lo que representa una ascensión de casi mil metros. Pero este camino exterior es, sobre todo, imagen del movimiento interior de la existencia que se realiza en el se-guimiento de Cristo: una ascensión a la verdadera altura que representa ser hombre. El hombre puede escoger un camino cómodo y evitar toda fatiga. Puede también descender hacia lo bajo, lo vulgar. Puede hundirse en el pantano de la men-

2010-2014



3. Hacia JerusalénHacia Jerusalén

tira y de la falta de honradez. Jesús camina ante nosotros y va hacia lo alto. Él nos conduce hacia lo que es grande, puro; nos conduce hacia el aire salubre de las alturas: hacia la vida conforme a la verdad; hacia la valentía que no se deja intimidar por el parloteo de las opiniones dominantes; hacia la paciencia que soporta y sostiene al otro. Él conduce hacia la disponibilidad para con los dolientes, para con los aban-donados; hacia la fidelidad que se pone de parte del otro in-cluso cuando la situación se vuelve difícil. Conduce hacia la disposición a prestar ayuda; hacia la bondad que no se deja desarmar ni siquiera por la ingratitud. Jesús nos conduce hacia el Amor: nos conduce hacia Dios.

“Jesús echó a andar adelante, subiendo hacia Jerusalén”. Si leemos esta palabra del Evangelio en el contexto de la tota-lidad del camino de Jesús –camino que, precisamente, pro-sigue hasta el fin de los tiempos–, podemos descubrir en la indicación de la meta “Jerusalén” diferentes niveles. Natu-ralmente, ante todo debe entenderse sencillamente el lugar “Jerusalén”, la ciudad en la que se hallaba el Templo de Dios, cuya unicidad había de aludir a la unicidad del mismo Dios. Este lugar anuncia, por lo tanto y ante todo, dos cosas: por un lado, dice que Dios es uno sólo en todo el mundo, que supera inmensamente todos nuestros tiempos y lugares; es el Dios a quien le pertenece toda la creación. Es el Dios en cuya busca van todos los hombres en su más profunda intimidad



98

y del que todos tienen, de una u otra manera, conocimien-to. Pero este Dios se dio un nombre. Se dio a conocer a no-sotros, emprendió una historia con los hombres; escogió a un hombre, Abrahán, como punto de partida de esa histo-ria. El Dios infinito es al mismo tiempo el Dios cercano. El que no puede ser contenido en ningún edificio, quiere sin embar-go vivir entre nosotros, estar totalmente con nosotros.

Si Jesús sube hacia Jerusalén junto con el Israel peregrino, se dirige allí para celebrar con Israel la Pascua, el memorial de la celebración de Israel: memorial que, al mismo tiempo, es siempre esperanza de la libertad definitiva que Dios otorga-rá. Y Jesús va hacia aquella fiesta consciente de ser él mismo el Cordero en el que habrá de cumplirse lo que el Libro del Éxodo dice al respecto: un cordero sin defecto, macho, que al atardecer, ante la mirada de los hijos de Israel, es inmolado como “ley perpetua” (cf. Ex 12,5-6.14). Por último, Jesús sabe que su camino irá más allá, que no tendrá su fin en la Cruz. Sabe que su camino rasgará el velo que se extiende entre este mundo y el mundo de Dios; que subirá hasta el trono de Dios y reconciliará a Dios y al hombre en su cuerpo. Sabe que su cuerpo resucitado será el nuevo sacrificio y el nuevo Templo; que alrededor de él, partiendo de la legión de los ángeles y de los santos, se formará la nueva Jerusalén que está en los cie-los y que sin embargo también está ya en la tierra, pues con su pasión él abrió la frontera entre el cielo y la tierra. Su cami-no conduce, más allá de la cumbre del Monte del Templo, hasta la altura del mismo Dios: ésta es la gran ascensión para la que a todos nos invita. Él permanece siempre con nosotros aquí en la tierra y siempre ha llegado ya adonde está Dios; nos guía en la tierra y más allá de la tierra.

2010-2014



4. En comunión con Cristoy con la IglesiaEn comunión con Cristo y con la Iglesia

En la amplitud de la ascensión de Jesús se hacen visi-bles las dimensiones de nuestro seguimiento, la meta a la que él quiere llevarnos: hasta las alturas de Dios, a la comu-nión con Dios, al estar-con-Dios. Esta es la meta verdadera, y la comunión con Él es el camino. La comunión con Cristo es un caminar, una subida permanente hacia la altura verdadera de nuestra llamada. Caminar con Cristo es siempre, al mismo tiempo, caminar en el “nosotros” de cuantos quieren seguir-lo, en cuya comunidad nos introduce. Como el camino hasta la vida verdadera, hasta ser hombres según el modelo del Hijo de Dios Jesucristo, supera nuestras propias fuerzas, este ca-minar es siempre también un ser llevados. Nos encontramos –valga la expresión– en una misma cordada con Jesucristo, con él en la subida hacia las alturas de Dios. Él tira de nosotros y nos sostiene. Forma parte del seguimiento de Cristo dejar-nos integrar en esa cordada, aceptar que solos no podemos. Forma parte de la ascensión este acto de humildad: entrar en el “nosotros” de la Iglesia, agarrarnos a la cordada –la responsabilidad de la comunión–, no romper la cuerda con nuestra terquedad y petulancia. Creer humildemente con la Iglesia, como estar unidos en la cordada de la ascensión hacia Dios, es condición esencial del seguimiento. Formar parte de la cordada implica también no comportarse como dueños de la Palabra de Dios, no correr tras una idea errónea de emanci-pación. La humildad de “estar-con” resulta esencial para la ascensión, e implica también que en los sacramentos deje-mos una y otra vez que el Señor nos lleve de la mano, que él nos purifique y fortalezca, que aceptemos la disciplina de la ascensión aún cuando estemos cansados.



100

5. A través de la cruzA través de la cruzPor último, hemos de decir también que de la ascensión

hasta la altura de Jesucristo, de la ascensión hasta la altu-ra del mismo Dios, forma parte la Cruz. Al igual que en las cosas de este mundo no pueden alcanzarse grandes resulta-dos sin renuncia y duro ejercicio; al igual que la alegría por un gran descubrimiento en el mundo del conocimiento o por una auténtica capacidad operativa dependen de la disciplina, o mejor aún de la fatiga del aprendizaje, así el camino hacia la vida misma, hacia la realización de la propia humanidad, depende de la comunión con aquel que subió a la altura de Dios a través de la cruz. A fin de cuentas, la Cruz es expresión de lo que el amor significa: sólo quien se pierde a sí mismo se encuentra.

2010-2014



6. En síntesisEn síntesisEl seguimiento de Cristo requiere como primer paso el

despertar de la nostalgia por ser hombres auténticos y, por lo tanto, el despertar a Dios. Requiere además que entremos en la cordada de quienes ascienden, en la comunión de la Iglesia. En el “nosotros” de la Iglesia entramos en comunión con el “tú” de Jesucristo y así alcanzamos el camino hacia Dios. También se nos pide escuchar la Palabra de Jesucristo y vivirla con fe, esperanza y amor. Así caminamos hacia la Jerusalén definitiva y ya desde ahora, de alguna manera, nos encontramos allí, en la comunión de todos los santos de Dios”9.

9 Homilía de Benedicto XVI en la celebración del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, XXV Jornada Mundial de la Juventud, 28-3-2010.

Sinopsis generaldel ItinerarioSinopsis general del Itinerario



104

CUARESMA

CONVOCATORIA

CELEBRACIÓN DE LA CENIZA:

“Convertíos y creed en el Evangelio”

Categoría

PRIMER

CICLO

(2010-2011)

Tiempo fuerte

2010-2014



ENTREGA DE LA BIBLIA

1ª ETAPA (octubre-diciembre): Presentación del Itinerario.

2ª ETAPA (enero-febrero): Reuniones preparatorias con los animadores.

3ª ETAPA (marzo-junio): Inicio del trabajo de los grupos.

Tema 1º. “Llamó a los que él quiso, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar” (Mc 3,13-14). Nuestro itinerario apostólico.

Tema 2º. “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo” (Jn 3,17). Lectura creyente de la realidad de nuestro mundo.

Tema 3º. “Yo os anuncio eso que veneráis sin co-nocerlo” (Hch 17,23). El hombre, ser radicalmen-te abierto a Dios.

Tema 4º. “Anímate y cambia de conducta” (Ap 3, 19). Lo que el Espíritu dice hoy a la Iglesia de Valencia.

Tema 5º. “Después de hablar Dios muchas veces y de diversos modos a nuestros padres, últimamen-te nos ha hablado por medio del Hijo” (Hb 1,1-2). Dios habla al hombre: la Revelación.

CelebraciónEtapas y temas



106

VOCACIÓN

“Llamó a los que Él quiso”

NAVIDAD

Categoría

SEGUNDO CICLO

(2011-2012)

Tiempo fuerte

2010-2014



CELEBRACIÓN DE LA PALABRA:

“Cuando vino la plenitud de los tiempos…”

(Gal 4,4) Jesús, cumplimiento

de las promesas.

1ª ETAPA: EL TIEMPO DE LAS PROMESAS

Tema 1º. “La palabra del Señor hizo el cielo” (Sal 33,6). La creación, obra del amor de Dios.

Tema 2º. “Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Gen 1,26). Creación del hombre y pecado original.

Tema 3º. “Abrahán creyó a Dios” (Gen 15,6). Abrahán, modelo de acogida obediente de la Palabra de vida.

Tema 4º. “He visto la aflicción de mi pueblo…, yo te envío para que saques a mi pueblo de Egipto” (Ex 3,7.10). Por medio de Moisés, Dios libera a su pueblo y hace alianza con él.

Tema 5º. “Su reino no tendrá fin” (Lc 1,33; cf. 2 Sam 7,16). David y la promesa mesiánica.

Tema 6º. “Mirad a mi siervo a quien sostengo” (Is 42,1). Los anuncios proféticos de Cristo.

2ª ETAPA: EL TIEMPO DEL CUMPLIMIENTO

Tema 7º. “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). María, la mujer que acoge y engendra la Palabra como hombre.

Tema 8º. “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14). El nacimiento de Jesús.

Tema 9º. “Hemos visto salir su estrella” (Mt 2,2). Jesús nace para todos y le encuentran los que le buscan.

Tema 10º. “Estar en las cosas del Padre” (Lc 2,49). La vida oculta de Jesús.

CelebraciónEtapa y temas



108

ENCUENTRO

“Para que estuvieran con Él”

VIGILIA PASCUAL

Categoría

TERCER CICLO

(2012-2013)

Tiempo fuerte

2010-2014



CELEBRACIÓN DE LA ENTREGA DEL

PADRENUESTRO

CELEBRACIÓN DE LA LUZ: ENTREGA

DEL CREDO

1ª ETAPA: ACOMPAÑAMOS A JESÚS EN SU MISIÓN

Tema 1º. “Tú eres mi Hijo amado” (Mc 1,11). La identidad y misión de Jesús proclamadas en su Bautismo.

Tema 2º. “El Reino de Dios está llegando. Con-vertíos y creed en la Buena Noticia” (Mc 1,15). El anuncio del Reino, como llamada a la conversión.

Tema 3º. “Enseñaba con autoridad” (Mc 1,22). Las parábolas y los milagros explican y manifiestan el Reino.

Tema 4º. “Dichosos los pobres en el espíritu” (Mt 5,3). Las Bienaventuranzas: el rostro y la meta del hombre nuevo.

Tema 5º. “Quien me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9). Cristo revela al Padre.

2ª ETAPA: EL MISTERIO PASCUAL

Tema 6º. “Los amó hasta el extremo” (Jn 13,1). La Eucaristía, sacramento del amor de Cristo.

Tema 7º. “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Cor 15,3). El sacrificio de la redención.

Tema 8º. “Resucitó al tercer día según las Escrituras” (1 Cor 15,4). Cristo resucitado, nuestra salvación.

Tema 9º. “Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20,22). El Espíritu, don de la Pascua.

Tema 10º. “Experimentaré el poder de su resurrec-ción” (Flp 3,10). La vida nueva en Cristo Resucitado.




110

MISIÓN

“Para enviarlos a predicar”

VIGILIA DE PENTECOSTÉS

Categoría

CUARTO

CICLO

(2013-2014)

Tiempo fuerte

2010-2014



CELEBRACIÓN DE LA ENTREGA DE LA CRUZ

GRAN VIGILIA DE PENTECOSTÉS

1ª ETAPA: “VOSOTROS SOIS LA SAL DE LA TIERRA” (Mt 5,13)Tema 1º. “Recibiréis fuerza de lo alto” (Hch 1,7). Pentecostés, nacimiento de la Iglesia.Tema 2º. “Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre” (Tt 3,4). La dignidad de la persona humana, y la defensa de sus derechos, camino primero y fundamental de la Iglesia.Tema 3º. “Si no tengo amor, no soy nada” (1 Cor 13,2). La comunidad humana: visión cristiana de la sociedad.Tema 4º. “Como Cristo amó a la Iglesia” (Ef 5,25). El cristiano ante el matrimonio y la familia.Tema 5º. “Cada uno los oía hablar en su propia lengua” (Hch 2,6). Evangelizar la cultura y las culturas del hombre. Tema 6º. “Lo que hacéis, hacedlo para servir al Señor” (Col 3,23). El cristiano ante el trabajo y la economía.Tema 7º. “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21). El cristiano en la vida pública.2ª ETAPA: “ID POR TODO EL MUNDO Y PRO-CLAMAD LA BUENA NOTICIA” (Mc 16,15)Tema 8º. “¿Cómo van a creer, si no oyen hablar de él?” (Rm 10,14). El mandato misionero y las dificultades de la misión hoy.Tema 9º. “Yo os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí” (1 Cor 15,3). La transmisión de la fe.Tema 1oº. “Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo en común” (Hch 2,44). El servicio de la caridad.




112

2010-2014



Carta Pastoral “Caminando con Jesús” ...............................................................................7

I.- Os proponemos un viaje apasionante ...........................................................................21

1.- ¿A dónde? .......................................................................................................... 23

2.- ¿Para qué? .........................................................................................................24

II.- ¿A quiénes invitamos? ................................................................................................. 27

III.- ¿Con quiénes vais a viajar? ......................................................................................... 33

1.- Con un pequeño grupo de personas y un animador ............................................. 35

2.- Integrados en el seno de una parroquia ..............................................................38

3.- En relación con los grupos de vuestro arciprestazgo y vicaría..............................39

4.- En comunión viva con toda la Iglesia de Valencia ................................................42

IV.- ¡Animaos a venir! .......................................................................................................47

1.- ¡Lanzaos a la aventura! .......................................................................................49

2.- ¡Con todo lo que sois! .........................................................................................50

3.- ¡Os espera un gran encuentro! ............................................................................ 51

4.- ¡Preparad vuestros corazones! ...........................................................................52

5.- ¡Os llama el mismo Jesús! ................................................................................... 53

V.- ¡Preparad el equipaje! .................................................................................................55

1.- La dinámica del viaje .......................................................................................... 57

2.- Las actitudes que se requieren ...........................................................................59

3.- Para seguir el camino de Jesús ............................................................................61

VI.- Las jornadas del viaje .................................................................................................63

VII.- Plano general del viaje .............................................................................................. 73

1.- Ciclo primero: “¡Ojalá escuchéis hoy su voz!” ...................................................... 77

2.- Ciclo segundo: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” .....................81

3.- Ciclo tercero: “Para mí la vida es Cristo” ..............................................................85

4.- Ciclo cuarto: “Seréis mis testigos” ......................................................................89

VIII.- La última sorpresa: la gran ascensión. ......................................................................93

1.- Echar a andar con Jesús ..................................................................................... 96

2.- Subir con Jesús .................................................................................................. 96

3.- Hacia Jerusalén ..................................................................................................97

4.- En comunión con Cristo y con la Iglesia ............................................................. 99

5.- A través de la Cruz ............................................................................................100

6.- En síntesis ........................................................................................................ 101

Sinopsis general del Itinerario ........................................................................................ 103

Archidiócesis de Valencia

Idr libro Itinerario de Renovación Diócess de Valencia

Spiritual

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