IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

12
IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA DE ANALISIS Maynor Antonio Mora Alvarado

Transcript of IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

Page 1: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

IDENTIDAD Y ECOLOGIA:ELEMENTOS PARA UNA

PROPUESTA DE ANALISISMaynor Antonio Mora Alvarado

Page 2: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

Chico Méndez

Tuve que formar un lago rojo bajomi cuerposervir de estuchea un trozo de metalque me dejó sin aliento.

Pero ahí tendidosupe la verdad de lastransformaciones.

Hecho insecto alojé un fértil polenen muchos corazones.Hecho fierapuse mi rugido en los cuatrovientospara que el hombre acuda pronto aevitar su ruina.

Hecho reptil inmenso y milenariosembré el pánicoentre hordas que destruían elbosque.

Horadé la futura economía de losdepredadoresconvertido en implacable roedor.Hundí navíos de criminalescon mis aletas de enfurecido pez.

Muchas cosas fuiantes de volverme ese árbolgigantescoque esparce bellotasdel claro animal que vivirá elfuturo.

84---ABRA 25-26

David Maradiaga

1992

1. Ubicación del tema en el marco dela «cuestión ambiental»

I tema del ambiente (o «cuestión arn-~----' biental») se presenta actualmente como

un tema de vital importancia dentro dela ciencia en general y las ciencias

••• __ --' humanas en particular. La «cuestiónambiental» comprende, al menos, tres dimensio-nes. La primera de ellas es la llamada crisis delambiente, es decir, el conjunto de dinámicas am-bientales generadas como respuesta frente a ladestructividad de la acción humana.

Estas dinámicas pueden ser clasificadas endos tipos. Primero, las dinámicas generadas enrelación con ecosistemas no-humanos, por ejem-plo, sequía de un río, desaparición de una especieanimal o vegetal, cambio climático.

Segundo, las dinámicas relativas al ser hu-mano, caso de pérdida de una cosecha, cáncer enla piel, pérdida de bellezas escénicas, etc. La crisisdel ambiente se hace patente cuando las condicio-nes del medio resultan tan alteradas que amena-zan con poner en peligro la existencia misma delser humano.

La segunda dimensión de la «cuestión am-biental» está referida a la relación conflictiva entrela realidad histórico-social y el entorno, relaciónque se muestra como causante del fenómenoanterior y que se expresa ante todo como contra-dicción entre la actividad económica y la estabili-dad de los órdenes ecosistémicos no-humanos(Cf.: Schutze, 1992; Klink, 1991; Malman, 1994,1995; Markl, 1989). Esta relación conflictiva com-prende la explotación de recursos ambientales, lacontaminación y la artificialización de ecosistemas.

Por último, la tercera dimensión de la «cues-tión ambiental» está referida a las formas de

Page 3: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

organización social en tanto las mismas, por unlado, conllevan a la relación conñkti a realidadhistórico-sociaJ, entorno y. por otro, en tanto hoy endía surgen nuevas dinámicas 100 . uales y colecti-vas que buscan minimizar esa relaoón conflictiva.

El presente ensayo trata de dimensionarteóricamente algunos elementos de la «identi-dad», ya que se parte de la idea de que la contra-dicción presente en la segunda dimensión tiene unreferente importante en dicha identidad, por tantola misma condiciona formas de organización so-cial ambientalmente destructivas. Para ello, separte previamente de un análisis respecto deltema de la identidad, la ecología, así como de lacategoría de síntesis «identidad ecológica». Acontinuación se tratan de sintetizar las caracterís-ticas del imaginario antropocéntrico propio de lasformaciones histórico-sociales occidentales, yaque el mismo es base para el desarrollo de conte-nidos de la identidad en nuestros países. En segui-da se analizan, como ejemplo, algunos elementosde la «identidad ecológica» de jóvenes ambienta-listas y ecologistas costarricenses. Finalmente, yamodo de conclusión, se trata de establecer algu-nos parámetros para una identificación ecológicaalternativa, fundamentalmente alrededor del con-cepto general de totalidad (Cf.: Zemelman, 1987,al respecto del significado epistemológico de estacategoría en la ciencia histórico-social). El presen-te esfuerzo se enmarca, entonces, como unapropuesta de análisis con respecto a la relaciónteórica entre ecología e identidad.

2. Breve acercamiento teórico a lacategoría de identidad

La identidad nos remite al ser histórico, esdecir, a la existencia concreta (condición)de los individuos (sujetos). Al respecto se-

ñala Marcela Lagarde: «la identidad en abstractocomo categoría teórica, es el conjunto de caracte-rísticas que distinguen la subjetividad del sujeto enrelación con el Ser y la Existencia» (Lagarde,1993: 23). Por ello cuando el individuo dice YOSOY está definiendo (descubriendo) los paráme-tros de su identidad, pues el ser no existe enabstracto sino en concreto.

Pero la identidad no es tampoco el ser sino unapercepción práctica del mismo; como percepción

está dada en el reino de los universos espiritualesde individuo como proceso dinámico multicausa-do, complejo y profundo, que se constituye enfunción de os mismos procesos sociales (Berger,1984: 216).

La identidad concreta del individuo está atra-vesada, por ende, por todas las dimensiones enlas que se desarrolla el ser concreto, es decir:género, clase, sexualidad, etnia, nacionalidad,edad, religión, adscripción a un partido, etc. (La-garde, 1992: 5), así como las relaciones entre losseres humanos y los otros elementos de la natura-leza (ecosistemas no-humanos). La identidad esun proceso dinámico (Ibíd.), histórico. La historici-dad de la identidad supone que sea una identifica-ción de la posición del sujeto en la historia. En tantoidentificación es una percepción práctica, es unaforma de ser. Por ello es a la vez un componentede la misma condición del sujeto. Cuando se dice«YO SOY» y se reconoce lo que «se es» y/o «secree se es», este reconocerse, este identificarnosa nosotros(as) mismos(as) se suma a nuestracondición de sujetos. En el proceso de vernossomos de manera particular, es decir, somos comouna condición específica en la que esa identidades parte actuante.

Las «identidades no son condiciones subje-tivas aisladas unas de otras, sino que son unsistema de referencias entre sujetos diferentesentre sí que se clasifican con un método basado ensemejanzas y diferencias» (Lagarde, ·1993: 23), locual implica una «alteridad» (ser-con-Ios-otros) u«otredad» de cada sujeto.

Al implicar un referente y una asignaciónrespecto de la condición, las identidades concre-tas tienden a ser excluyentes: el sujeto es o no-es«esto» o «aquello»; en el caso del género, porejemplo, la identidad del hombre implica precisa-mente ser-hombre, lo que significa no-ser-mujer yviceversa: «En un mundo de clasificaciones seralgo significa no ser lo otro. Yen realidad tenemosuna organización muy esquemática de la identi-dad, por ello es que podemos ser muy pocascosas, estamos determinados históricamente paraser de ciertas maneras y no de otras» (Lagarde,1992: 7).

Cabe rescatar, además, una diferencia defondo en torno a la identidad. Esta es la diferencia-ción entre identidad efectiva e identidad no efectiva.

ABRA25-26-85

Page 4: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

Por identidad efectiva se entiende aquella identi-dad que corresponde a la condición del sujeto, esdecir, a través del reconocimiento concreto delser. Por identidad no efectiva se entiende lo con-trario, o sea, la identidad que no corresponde a lacondición del sujeto, por tanto el reconocimientoes un reconocimiento falso, ideológicamente cons-truido, es decir, impuesto. En el caso de la concep-ción tradicional respecto de la naturaleza, porejemplo, se nos asigna una identidad como suje-tos distanciados y distintos de la misma. El sujeto(vhombre»), es decir, «ser humano» aparece comoun ser distinto, aislado, independiente del «obje-to» (naturaleza). Al creer que ambos están distan-ciados el primero (el ser humano) actúa creyendoque «domina a la naturaleza», pero siendo verda-deramente parte de la misma este dominio apa-rente se transmuta en destrucción y devastacióndel medio, de los otros ecosistemas y, como di-chos ecosistemas están estrechamente vincula-dos con los ecosistemas humanos en el marco dela totalidad de la biosfera, se amenaza con destruira los mismos seres humanos.

La identidad se puede deconstruir en fun-ción de al menos dos momentos. El primer mo-mento está integrado por el desarrollo interno delsujeto, es decir, la coofiguración de su espíritu(tiempo espiritual). Este desarrollo comprende, enprimer lugar, la concepción identitaria, es decir, laforma en que el sujeto se percibe y define su ser enrelación con las distintas dimensiones de este ser.Así, por ejemplo, la identidad de género compren-de una concepción sobre la condición de géneroen particular y la identidad etaria sobre la edad delsujeto.

El sujeto, por ejemplo, se concibe mujer o seconcibe etariamente «joven», porque tiene deter-minada concepción sobre lo que es ser mujer y seretariamente «joven». En segundo lugar, compren-de los valores o disvalores, es decir, aquelloselementos que permiten valorar la condición asícomo la misma identificación del sujeto respectode cualquier dimensión identitaria. Por ejemplo,cuando el sujeto dice «soy joven y me gustaserio», esta identificación es valorada positiva-mente. El segundo momento se refiere a la praxis, esdecir, a las prácticas humanas (individuales y colec-tivas), los actos-pensados y no pensados del sujetocon los que se concretan o no sus concepciones

86-ABRA 25-26

sobre sí y sus valores identitarios. El sujeto joven,por ejemplo, podrá entonces tener una participa-ción dentro de grupos de jóvenes, viendo realiza-da su identidad juvenil particular.

3. Elementos para una caracteriza-ción de la ecología y su objeto

El término «ecología» (Oekologie) fue pro-puesto por Ernesto Haeckel en 1869, aun-que apareció utilizado por primera vez en

una obra de «ecología vegetal» de Euqene Warming(Rioja, 1987: 124; Acot, 1978: 18-19). La ecología(Cf.: Odum, 1972; Turk, 1973; y Margalef; 1982)es, primero que todo, una disciplina científica que,aunque en principio' derivada de la biología, en laactualidad posee un carácter complejo, ya que ensus análisis depende, por un lado, de principios yconocimientos de las disciplinas científicas «natu-rales» (biología, química, física, biofísica, bioquí-mica, genética, zoología, botánica, termodinámi-ca, meteorología, geología, hidrología, etc.) «so-ciales» (sicología, sociología, economía, demo-grafía, estadística, etnología, geografía, etc.) y«mixtas» (cibernética, lingüística, etc.) (aparte dela lógica y la matemática) y, por otro, depende demarcos teóricos diversos (teorías de la comunica-ción, teoría de poblaciones, teorías de la conduc-ta, teoría de sistemas, teoría de juegos, teoría deconjuntos, teoría del caos, etc.).

Al analizar el objeto de la ecología, o sea, la«casa», vemos que el mismo se puede compren-der en cuatro niveles fundamentales (como nive-les de realidad), el primero de ellos no es directa oestrictamente objeto de la ecología sino que dichoobjeto recae sobre todo en los tres niveles siguien-tes: a) la naturaleza como totalidad de lo existente.Dicha totalidad u «holon» (esta es la raíz griega dela palabra «hcllstico») se comprende corno totali-dad concreta. La naturaleza es finita pero a la vezilimitada; b) la biosfera como el nivel más ampliode existencia-reproducción-interacción de los se-res vivos. La biosfera constituye una tenue pelícu-la que representa una cantidad ínfima del total demateria-energía del planeta, película donde sedesarrolla lo que conocemos como vida orgánica;c) los biomas, o sea, las unidades bioclimáticasdiferenciadas entre sí, caso de las tundras, lastaigas, las zonas tropicales, etc.

Page 5: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

Estos son sectores de la biosfera, diferen-ciados no tanto por límites espaciales sino másbien por diferencias sistémicas (organización in-terna); y, por último, d) los ecosistemas, o unida-des mínimas de existencia-reproducción-interac-ción de los seres vivos. Este término lo creó elbotánico inglés Arthur Tansley (Hedstrorn, 1986:9). El mismo se refiere a un «sistema de interac-ción que incluye los seres vivos junto con el subs-trato no viviente del medio ambiente» (Ibíd.: 9). Elecosistema incluye determinada biocenosis (ocomunidad de organismos vivos) en un determina-do biotopo o espacio físico de interacción (Acot,1978: 23-27). Los ecosistemas son el principalobjeto de estudio de la ecología. El objeto de laecología engloba a la realidad (totalidad) histórico-social o, mejor expresado, a la especie humana,en tanto la misma pertenece a la biosfera como uncomponente o conjunto de ecosistemas aparte delos componentes y ecosistemas no-humanos.

Desde el punto de vista de los sujetos huma-nos (punto de vista subjetivo) la ecología trata delambiente, medio o entorno. «Ambiente» define elmismo objeto (la totalidad de la biosfera-Ios bio-mas-los ecosistemas), pero desde una referenciasituacional, esto es, subjetiva, desde los distintossujetos y actores (biológicos) de la biosfera. Am-biente alude, de este modo, a dos cosas: primero,al ambiente en general, como el espacio-conteni-do donde existe y se desarrolla determinada espe-cie viva, y, segundo, al ambiente en específicocomo el espacio-contenido más inmediato de exis-tencia de un individuo de determinada especiebiológica Iel ambiente de Carlos o Juana, el am-biente del alga parda. el ambiente del sapo dora-do). Ep relacion con el ser humano, el ambiente

(tanto a nivel general comoespecífico) comprende elespacio no-humano (notransformado) como el es-pacio humano (espaciotransformado por la acciónhumana), así como los pun-tos coyunturales donde seintersectan ambos. La dife-rencia entre estos dos es-pacios radica en la legali-dad o conjunto de normasa los que están condiciona-

dos cada uno. En el caso del espacio no-humano,la legalidad es no-humana. En cambio, dentro delespacio humano (espacio urbano o rural, por ejem-plo) la legalidad u ordenamiento depende de lasdirectrices humanas.

La ecología da cuenta de la «casa» (biosfe-ra) en tanto totalidad de movimiento compuesto,organizado y equilibrado, así como, en el marco dela actual crisis de la biosfera, da cuenta de losdesequilibrios generados por el ser humano quien,por otra parte y contradictoriamente, es uno de loshabitantes de la «casa». La ecología «es un saberde las relaciones, interconexiones, interdepen-dencias e intercambios de todo con todo en todoslos puntos y en todos los momentos» (80ft, 1995:18). El sector de la realidad, del que trata laecología, se comprende como un sector suma-mente complejo, interactivo y dinámico, cuya com-prensión sólo puede lograrse a través de marcosanalíticos amplios y epistemológicamente abier-tos, en tanto la ecología más que un saber espe-cializado es «un saber de saberes, entre sí relacio-nados» (Ibíd.).

4. La cateqoría «identidad ecológica»como smtesis

Partiendo de los aportes de la teoría de laidentidad enumerados hasta aquí, más lascuestiones señaladas respecto de la ecolo-

gía y su objeto, se puede señalar la existencia deuna «identidad ecológica» (categoría de síntesis),entendida como la unidad identitaria compuestapor la concepción (o concepciones), los valores y,consecuentemente, las prácticas del sujeto enrelación con la existencia del mismo en el marco

ABRA25-26-87

Page 6: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

de su unidad ecológica inmediata, la existencia delmismo en el marco de su unidad común (la biosfe-ra), yen último término, la existencia del mismo enel marco de su unidad total (el cosmos, si quere-mos sacar conclusiones más generales). Es decir,la «identidad ecológica» está referida al sujeto(individuo, ser humano) en tanto oikonomós, entanto ser ecológico (Hedstrórn, 1986: 97). La «iden-tidad ecológica» como cualquier otra forma deidentidad es una autopercepción de los sujetos, eneste caso una percepción en relación con sucircunstancia ambiental local, biosférica y cósmica.

De acuerdo con lo anterior se puede señalarque la «identidad ecológica» comprende al menoslos siguientes elementos: a) la concepción delsujeto en relación con «el ambiente», él mismocomo «ser humano» y «la naturaleza»; concep-ción comprendida por la definición del concepto deambiente, de naturaleza y de «lo natural», por ladefinición de la situación del sujeto en tanto «serhumano» respecto del ambiente, los elementos deéste, la naturaleza y lo natural, y por la identifica-ción desde el sujeto de tipos de relación entreecosistemas no-humanos y seres humanos; b) lasvalorizaciones del sujeto en relación con los distin-tos elementos del ambiente; y e) las prácticas delsujeto (tanto individuales como colectivas) en rela-ción con el ambiente y sus elementos.

5. El fundamento antropocéntrico dela identidad en las formaciones his-tórico-sociales occidentales

En Occidente se han construido universossimbólicos (es decir, universos de significa-ción espiritual comunes a los integrantes de

una formación histórico-social concreta) (Cf.: 8er-ger, 1984) profundamente perjudiciales para elambiente. Estos universos condicionan el desa-rrollo de identidades ecológicas profundamentedestructivas, fundamentadas en una concepciónantropocéntrica (que pone a un «ser humano»abstracto como el centro del universo). Al respec-to, señala Leonardo Boft «Una palabra resume laantropología imperial y antiecológica que rige nues-tros sueños, proyectos, ideas, instituciones yvalo-res actuales: el antropocentrismo.!/ ¿Qué dice elantropocentrismo? Todo en la historia de 15 billo-nes de años tiene razón de ser únicamente por

88-ABRA 25-26

causa del ser humano, hombre y mujer. Por tanto,todo culmina en él. Nada tiene valor intrínseco,nada por su alteridad y sentido sin él. Todos losseres están a su disposición, para realizar susdeseos y proyectos. Son sus propiedades y domi-nio. El se percibe sobre las cosas y no junto y conlas cosas. Se imagina un punto aislado y único, fuerade la naturaleza y encima de ella» (80ft, 1995: 112).

La concepción ontológica occidental parte,en primer lugar, de la fragmentación y la ruptura enel plano espiritual de la realidad. Alrededor de estaruptura se desarticula la realidad en partes su-puestamente independientes, o sea, es una con-ceptualización que «deviene un ejercicio volunta-rio de fragmentación de lo real/social-real/natural»(Gallardo, 1992: 12), en donde la «totalidad desapa-rece o es escindida mediante espiritualismos ytrascendentalismos. Invisibilizada o desnaturali-zada la totalidad, lo verdadero y virtuoso puede seridentificado con el éxito de su destrucción, des-tructividad que se aprecia como progreso y comotriunfo del sujeto» (Ibíd.).

La fragmentación incide dentro de cada for-mación histórico-social como una estrategia depoder (antropocéntrica) sobre el medio, pero tam-bién como una estrategia de poder de los sectorespoderosos de la economía sobre el resto de sec-tores (Binder, 1992: 22-26), estrategia que partede los sectores capitalistas globales, instituyéndo-se como un imaginario que defiende la reproduc-ción del capital y que, en consecuencia, niega lavida de los pobres y la vida de los ecosistemas no-humanos.

Esta concepción supone una identificaciónque deifica al sujeto como sujeto poderoso ydominante y, a la vez, como sujeto independientede la totalidad (universo, realidad) y lo inscribeespecíficamente en oposición con los otros órde-nes de la biosfera y de la naturaleza (a través de laactividad económica), y no sólo con éstos sino quetambién con los demás sujetos, dentro del marcode una lógica fragmentaria que, en última instan-cia, busca satisfacer los intereses de los sectoresdominantes (sectores transnacionales y burgue-sías locales). Todo definido dentro del gran con-curso de «la libre competencia». Por lo tanto, elpoderío humano parece expresarse en su capaci-dad económica, hoy en día denominada comocapacidad de «desarrollo».

Page 7: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

La lógica fragmentaria divide al ser humanorespecto de lo que se denomina «naturaleza». Seconsidera así que el ser humano se encuentrafuera de la naturaleza y que no se rige por susleyes sino que, más bien, se ha escapado de lamisma, ha construido sus propias leyes y, de aquí,se deduce la capacidad humana de enfrentar a la«naturaleza», dominarla y hacerla suya. El serhumano, entonces, es calificado como un ser«externo», «autosuñciente» y «capacitado» parael dominio sobre todo el universo, es decir, repito,«es el centro».

En segundo lugar, las valorizaciones dentrode los universos simbólicos occidentales giran entorno a la capacidad de producir mercancías paraposibilitar el «desarrollo» que mencioné hace uninstante, sin medir consecuencias ni límites. Noobstante, más «allá de los límites de la política dedesarrollo y de su capacidad de asegurar undesarrollo tendencialmente igual entre las diferen-tes regiones de la tierra, la crisis del medio ambien-te revela el límite implícito de cualquier desarrollopor crecimiento económico ilimitado, sea este de-sarrollo desigual o igual» (Hinkelammert, 1992:12). Al poner la producción como el valor supremose totalizan las posibilidades del mercado (Hinke-lammert, 1994; 1995) y, por ende, frente a estemercado total, sin trabas ni límites, sólo se puedeesperar la destrucción, ya que el ambiente única-mente se contabiliza en tanto proveedor de mate-ria prima para la reproducción del capital y nocomo conjunto de ecosistemas interactuantes conel ecosistema humano en el marco de la totalidadde la biosfera. Se trata de una percepción valora-tiva perversa de la economía.

6. Rasgos de la identidad de jóvenesabocados a la protección del am-biente en Costa Rica

Para comprender en concreto algunos ele-mentos de la identidad respecto de lo ecoló-gico, presento, como ejemplo, una síntesis

de los resultados del trabajo con dos jóvenes (unhombre y una mujer) de cuatro organizacionesjuveniles abocadas a la protección del ambienteen Costa Rica existentes en 1995 (la Juventud dela Asociación Ecológica Costarricense, el FrenteEcologista Universitario de la Universidad de Costa

Rica, el grupo ecologista GENE de la UniversidadNacional y la Asociación Ambientalista Shurakmade Sarva de Heredia), a los cuales se aplicó uncuestionario-test, como parte de una investigaciónde campo (Mora, 1996). Debe tomarse en cuentaque se trató de un estudio sin pretensiones derepresentatividad estadística; el mismo sólo tratóde identificar elementos identitarios ecológicamen-te significativos como parte también de un ensayometodológico para la caracterización de conteni-dos de esta dimensión de la identidad.

Los elementos de la identidad ecológica delos jóvenes reflejan diversas contradicciones. Es-tas contradicciones giran en torno a la presenciade dos identificaciones distintas que subsisten alinterior de la identidad de dichos jóvenes, unaantropocéntrica y otra alterna. Paso, en seguida, aanalizar estas dos identificaciones generales.

La primera identificación de los jóvenes equi-vale a la identificación imaginaria aceptada e in-teriorizada en las formaciones histórico-socialesoccidentales (tanto centrales como periféricas), esdecir, la identificación antropocéntrica. Esta identifi-cación, como veíamos atrás, separa abstractamen-te al «sujeto» (al «ser hurnano») de la «naturaleza».Ambas abstracciones (<<sujeto»y «naturaleza») sepresentan entre sí como «externalidades»: el «su-jeto» es «externo» a la «naturaleza» y viceversa,la «naturaleza» es «externa» al «sujeto» (desde iapercepción de los sujetos). De este modo se'considera al «ambiente» como una externalidadmaterial, sin relación aparente con el ser humano.La «naturaleza», asimismo, se percibe como «todolo que está 'fuera' de lo humano», todo lo que noha sido transformado por la acción humana, esta-bleciéndose dos mundos distintos: el mundo delos seres humanos y el mundo de la naturaleza. Lo«natural» se comprende circunscrito, por lo tanto,a los espacios y factores no transformados por laacción humana: árboles, agua, pájaros, insectos,palmeras, etc.

La situación ontológica de los seres huma-nos se establece en función de varias premisas: lalejanía es un criterio que, según los jóvenes,confirma la inexistencia de relación entre los suje-tos humanos y otros elementos del ambiente; seconsidera al sujeto pasivamente en relación con elambiente (es decir, él mismo no tiene influenciasobre este último), o bien se considera que el

ABRA25-2&-89

Page 8: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

sujeto, al destruir el ambiente, lo abandona; se caeen posiciones biologicistas, al considerar comofactores «naturales» del sujeto los componentes ylas funciones netamente biológicos (anatomía,metabolismo, etc.). Finalmente, se considera queel ser humano, al destruir el ambiente, deja deformar parte de la «naturaleza». Es así como losjóvenes se consideran parte de la «naturaleza»pero, a la vez, consideran que por culpa de ladestrucción generada por el ser humano estánseparándose de esa misma «naturaleza». Estosupone un problema existencial, pues el sujeto nosabe cómo ubicarse respecto de la totalidad de lascosas, si como un «ser natural» o como un «ser no-natural».

En relación con los valores se presenta unequilibrio entre el valor bienestar individual res-pecto del valor bienestar de componentes delambiente, así como se establece un equilibriorespecto de las relaciones de valores bienestareconómico-bienestar del ambiente y bienestarcolectivo-bienestar-del ambiente. En algunos ca-sos se prima el valor «ambiente» en el marco deidentificaciones ecologicistas o naturalistas de losjóvenes (supervaloración del ambiente y de suscomponentes no-humanos).

Las prácticas negativas (que atentan contrael bienestar del entorno) de los jóvenes se reducena abrir-cerrar la llave del tubo del baño una solavez, generando desperdicio de agua, utilizaciónde desodorantes aerosoles, fumado y lanzamien-to de la basura al basurero sin reciclarla o reutili-zarla (lo cual, por cierto, no es una práctica comúnen Costa Rica).

La otra forma en que, desde la alternativi-dad, se identifican los jóvenes en relación con suambiente, gira alrededor del concepto de totalidad(el cual veremos con detalle más adelante). Nosdice uno de los jóvenes que la naturaleza es latotalidad de las cosas animadas e inanimadas, detodos los seres, «el mar, los seres humanos, losinsectos», completa otro. El criterio alterno queubico en los planteamientos de los ocho jóveneses un criterio que se enfrenta a la tiranía de laseparación imaginaria e ideológica «ser huma-nov-vnaturaleza», al suponer que el ser humanoes parte integrante de la misma. De este modo sededuce que el problema ambiental no tiene quever con la naturaleza sino con nuestra relación

9O--ABRA 25-26

conflictiva, destructiva con los ecosistemas no-humanos del entorno, esto es, con los bosquestropicales, el arrecife de coral y la tundra. Ambien-te se considera como todo lo que nos rodea, con locual los sujetos humanos establecen relaciones einteracciones en el marco de una totalidad mayor.La naturaleza, repito, se considera como la totali-dad de lo existente.

La situación ontológica del sujeto (joven) sedefine alrededor de las siguientes líneas: el sujetose concibe parte de la naturaleza, percibe la exis-tencia de interacción entre él mismo y los elemen-tos del ambiente, se identifica como parte delambiente o, más bien, como factor que interactúacon él mismo y concibe toda su subjetividad comoun factor «natural», .no limitando la misma a unreduccionismo biologicista. Los jóvenes conside-ran, por ejemplo, a la nube, a la flor (factoresambientales no mercantiles) y al ayate (factorambiental mercantil) como elementos más útilespara el ser humano que una casa, un lápiz y unvaso (mercancías). Se percibe aquí una identifica-ción de los jóvenes con los elementos no-huma-nos, lo cual indica cierta tendencia al ecologicismoy al «naturismo». Además, existe una tendenciageneral a considerar igualmente importantes ele-mentos ambientales no mercantiles, elementosambientales mercantiles y mercancías o, de locontrario, se priman los dos primeros casos a lavez que se les adjudica menos importancia a lasmercancías.

Como señalo atrás se tiende a establecer unequilibrio entre los valores relativos a la realidadhumana y aquéllos relativos al ambiente.

Las prácticas individuales de los jóvenesentrevistados nos permiten deducir otros elemen-tos importantes al respecto de la identificaciónecológica alternativa frente a la identificación eco-lógica antropocéntrica: las responsabilidades glo-bales las están asumiendo individuos y gruposespecíficos como en el caso del reciclaje de papel,el manejo sostenible del agua en el baño y en ellavado de dientes y el uso de desodorantes noaerosoles (prácticas concretas de los jóvenes).Esto indica la existencia de un movimiento quetiende a la protección del medio y que en laactualidad, aunque desordenado, nos permite in-ferir que la sostenibilidad económica y ecológicaes posible.

Page 9: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

Las prácticas colectivas (mediante agrupa-ción) de los jóvenes, son muy recientes (desdeseptiembre de 1989 en un caso, a julio de 1995 enotro). Las mismas se concretan alrededor de gru-pos ecologistas y ambientalistas juveniles (loscuatro seleccionados y otros más). Estas prácti-cas comprenden actividades como participaciónen marchas de protesta, manifestaciones, semi-narios, talleres, foros, jornadas de educación am-biental, campañas de limpieza, ferias, etc. Losmotivos de inserción personal en grupos ambien-talistas y ecologistas son diversos pero, en gene-ral, oscilan en torno al eje toma de «conciencia»-sentido de responsabilidad hacia la protección delambiente-consideración de la necesidad de cam-biar la forma de organización social imperante,con el fin de facilitar una mejor relación entrelarealidad humana y el ambiente.

Al respecto, señaló uno de los jóvenes: «mepreocupa el estado actual del ambiente, que cadavez está más artificial. Si nadie se preocupa porhacer algo (por más mínimo que sea), ¿quién loharía?, ¿qué pasaría con este planeta?, ¿qué leheredaríamos a las generaciones futuras? Tal vezalgunos piensen que lo que hacemos no sirve paranada, pero se equivocan: por más pequeño quesea el esfuerzo, no deja de ser esfuerzo. Yo piensoque si todos tomáramos conciencia del estado delplaneta, y si todos decidiéramos hacer algo, tal vezesto podría cambiar, mejorar el mundo, cambiarlo».

Esta segunda identificación ubicada en elcaso de los ocho jóvenes, abre la oportunidad deenumerar teóricamente las características de unaidentificación ecológica alternativa, identificaciónnecesaria no sólo para el investigador en el áreade ciencias sociales, sino también para cualquierproceso de educación en materia de ambiente odefinición de proyectos de transformación socialen esta área.

7. La concepción de totalidad, baseteórica para una identificación eco-lógica alternativa

na identificación ecológica efectiva de losseres humanos respecto de su entorno debepartir, necesariamente, de la comprensión

del carácter de totalidad de la realidad y, dentro deella, de la biosíera como subtotalidad de la cual los

seres y los ecosistemas humanos y demás ecosis-temas somos partes interactuantes pero de nin-gún modo aislables entre sí. En relación con elprincipio de totalidad de la biosfera rescato tam-bién el principio de interacción total, o sea, quedentro de la biosfera todo está relacionado contodo (Ander-Egg, 1985: 23-24), es decir, que dentrode la misma ningún elemento (humano o no-huma-no) se encuentra aislado del resto.

Esto implica entender que dentro de la bios-fera existimos como «ser-en-comunidad», lo cualsignifica que cada parte de la biosfera «es esencialpara el bienestar de todo lo demás» (Müler, 1992:9) y que, en consecuencia, todos nuestros actostienen efectos colaterales en el resto de sujetos yobjetos del medio y, en últimotérmino, en nosotros(as)mismos(as).

De este modo resulta posible desechar elprincipio ideológico que define una supuesta su-perioridad del ser humano respecto de los otrosseres de la biosfera. En este mismo sentido nosdice Helio Gallardo que el «ser humano no tras-ciende la naturaleza ni vale más que el resto de lanaturaleza. Es parte de ella, su suerte coincide conla de la vida natural; si las plantas y los animalesperecen, perecerá él también; si se agotan losrecursos energéticos y materiales, no podrá so-brevivir» (Gallardo, 1994). Yendo más allá delplanteamiento de Gallardo podemos decir que sientendemos a la Naturaleza como la Totalidadtambién comprenderemos que la trascendenciaresulta imposible, porque para lograr tal trascen-dencia sería necesario abandonar la Totalidad, esdecir, sería necesario dejar de ser parte del univer-so, siendo esto imposible.

La auto identificación humana (simbólica) nopuede definirnos efectivamente como el centro delmundo, ya que «el hombre no puede ponerse en elcentro sin poner a la naturaleza con él» (Hinke-lammert, 1994: 9), por la sencilla razón de que si lohace así estará poniéndose en contra de sí mismo,pues él es parte de la Naturaleza, de la Totalidad.Cabe rescatar aquí las palabras del Jefe Seattle:«Nosotros sabemos esto: la tierra no pertenece alhombre. El hombre pertenece a la tierra. Nosotrossabemos esto: todas las cosas están relaciona-das, como la sangre que une a una familia.

Todas las cosas están interrelacionadas entresí. Todo lo que sucede a la tierra sucede a los hijos

ABRA 25-26-91

Page 10: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

de la tierra, sucede a los hijos de ella. El hombre notrama el tejido de la vida. El es, sencillamente, unapausa de ella. Lo que él hace a ese tejido lo hacea sí mismo» (Ibíd.: 9).

La identificación de los seres humanos entanto comprendan estos principios podrá ser con-siderada como una identificación que rescata lacondición verdadera,legítima, efectiva del mismosujeto, es decir, no como sujeto supuestamenteaislado sinocomo una parteque tiene exis-tencia comúncon los demásseres vivos y losentes no vivosde la biosfera yde la totalidadde la realidad engeneral. Otrasformas de iden-tificación seránconsideradasdesde estaperspectiva teó-rica como ca-renciales, puesno representana los sujetoshumanos en el marco de su condición históricaverdadera.

Se nos presenta, pues, la necesidad dediferenciar los estereotipos identitarios (ideológi-cos) en torno a nuestra percepción de lo que senos dice que somos (supuestos seres autónomose independientes), de la identificación ecológicalegítima, o sea, de aquélla que corresponde anuestra condición (como parte del todo material engeneral y del todo de la biosfera en particular).

En este sentido, desde una postura teóricaradical y profunda se «indica un doble movimiento:de sospecha hacia la identidad considerada comorasgo natural del individuo o del grupo, y de re-construcción crítica de las condiciones histórico-sociales bajo las cuales se hace posible/imposiblela consecución de una identidad efectiva (procesohistónco-socíal)» (Gallardo, 1992: 29). Es enton-ces que debe comprenderse que «el ser humanopleno es una finalidad, pero de ello no se sigue que

92-ABRA 25-26

constituya el centro de lo que existe (antropocen-trismo)» (Ibíd.: 38), por lo que frente a este antro-pocentrismo se define la necesidad de un «antro-potelismo» (antro pos = «hombre», telos = fin), esdecir, de una teoría donde se define que «el todono gira alrededor del ser humano, pero las prácti-cas de éste deben imaginarlo/pensarlo y asumir suliberación y su plenitud como su finalidad» (Ibíd.:40). En este mismo sentido rescatar nuestra iden-

tidad (ecológi-ca) legítimaconsiste envernos como loque verdadera-mente somos,como partes dela totalidad,cosa que debeconducir nece-sariamente auna prácticacolectiva (so-cialmente ge-neral) de pro-tección del am-biente. Esto,por tanto, si meconcibo partedel todo (bios-

fera) y si este todo está en peligro, deduzco que demi práctica y de la práctica interactiva de los otrossujetos depende la existencia común (futura) deese mismo todo y, por ende, mi existencia, laexistencia de todos los seres humanos y la exis-tencia de plantas, animales, ríos, etc.

El proceso mediante el cual el sujeto selibera de la identidad ecológica no-efectiva (im-puesta) y alcanza una identidad ecológica efectivase comprende como un proceso de liberación (unproceso político), o sea, una lucha del sujeto frentea la lógica y el imaginario antropocéntricos. Casotambién de las mujeres en su búsqueda de laliberación frente a la lógica patriarcal. Caso tam-bién de los jóvenes en su lucha contra la lógicaadultocéntrica. Caso también de los indígenasfrente al carácter etnocéntrico de las formacioneshistórico-sociales occidentales. «Político» en rela-ción con la lucha ecologista y/o cualquier otra luchade liberación designa el hecho de la transformación

Page 11: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

de los sujetos en fuerzas colectivas, que enfrentanlas diversas formas de dominación y poder queatentan contra la vida (Cf.: Mires, 1990,1994, encuanto a la relación ecología-política).

El desarrollo histórico de una identificaciónecológica efectiva, hoy alrededor de sectores subal-ternos, caso de los indígenas (Cf.: Toledo, 1992;Mires, 1991), campesinos, jóvenes, estudiantes,mujeres (Cf.: Salleh, 1992) y, propiamente, losgrupos abocados a la protección del ambiente(ambientalistas, ecologistas), se plantea en elmarco de un horizonte utópico evidente. No sólose trata de la posibilidad de una identificación (anivel de la identidad y los universos simbólicos)efectiva, que rescate el sentido de totalidad, comoseñalé arriba, sino de la construcción de formacio-nes histórico-sociales paritarias (sin asimetrías)donde todos y todas quepan (Cf.: Hinkelammert,1995: 325) y cuyas relaciones con el entorno seanequilibradas y sostenibles, es decir, la construc-ción de formaciones histórico-sociales que no ha-gan imposible el hecho de que ellas mismas comoformaciones humanas, sociales, quepan, existany se realicen en plenitud dentro del planeta.

Ante la crisis de la biosfera y a partir de unanueva identificación ecológica y ontológica engeneral, los sectores excluidos de la riqueza, elpoder y el control de la economía mundial, seencuentran ante sí la gigantesca tarea de consti-tuir «tejido» (Gallardo, 1992) en el marco de susdiversos procesos de resistencia y construir nue-vas formas de organización histórico-social, si-guiendo el fundamento de sus espiritualidades,sus necesidades, sus carencias, formas capacesde permitir el establecimiento de un equilibrio delas diversas formaciones histórico-sociales con elmedio. Lo alternativo se vislumbra actualmente noen su contenido sino en su forma, como «radicali-zación de la democracia» (siguiendo las líneas delpensamiento de Agnes Heller y el legado de laEscuela de Budapest) (Cf.: Ibáñez, 1991), o sea,bajo una democracia liberada de la metafísica delmercado y de la metafísica del industrialismo,signos ambos e inequívocos de la «CondiciónOccidental», tan cara históricamente para la vidahumana y no-humana.

BIBLlOGRAFIA

Acot, Pascal (1978). Introducción a la Ecología. EditorialNueva Imagen. México.

Ander-Egg, Ezequiel (1985). El Desafío Ecológico. EUNED.San José, Costa Rica.

Berger, Petery Luckmann, Thomas (1984). La ConstrucciónSocial de la Realidad. Amorrurto Editores. BuenosAires, Argentina.

Binder, Alberto (1992). «La sociedad fragmentada », En Pa-sos Especial 3. DEI. San José, Costa Rica.

Boft, Leonardo (1995). Ecología Grito da Terra Grito dosPobres. Editora Atica SA Sao Paulo, Brasil.

Gallardo, Helio (1992). «Radicalidad de la teoría y sujetopopular en América Latina ••. En Pasos Especial 3.DEI. San José, Costa Rica.

__ (1994). «Ser humano: trascendencia y revolución ••.En Semanario Universidad. Universidad de CostaRica. San José, 23 de setiembre.

Hedstr6m, Ingeinar (1986). «Somos parte de un gran equili-brio». La Crisis Ecológica en Centroamérica. Se-gunda edición. DEI. San José, Costa Rica.

Hinkelammert, Franz (1994). «¿Es el antropocentrismo occi-dental el culpable de la debacle ecológica actual? » EnAmblen-Tico 21. Escuela de Ciencias Ambientales,Universidad Nacional. Heredia, Costa Rica.

__ (1995). Cultura de la Esperanza y Sociedad sinExclusión. DEI. San José, Costa Rica.

__ (1992). «La lógica de la expulsión del mercadocapitalista mundial y el proyecto de liberación ». EnPasos Especial 3. DEI. San José, Costa Rica.

Ibáñez, Alfonso (1991). Agnes Heller: la Satisfacción de lasNecesidades Radicales. DEI. San José, Costa Rica.

Lagarde, Marcela (1993). Identidad de Género. Curso ofreci-do del 25 al 30 de abril de 1993 en e¡' Centro Juvenil«Olof Palme ••. Managua, Nicaragua.

__ (1992) . Identidad y Subjetividad Femenina. Puntosde Encuentro. Nicaragua.

Malman, Sanford (1994). «Hacia una integración de lascontabilidades económica y ambiental », En Ambien-te y Desarrollo X-2. CIPMA. Junio.

__ (1995). «Las nuevas tendencias del análisis econó-mico para la valorización del medio ambiente ». EnAmbiente y Desarrollo XI-1. Marzo.

Margalef, Ramón (1982). Ecología. Ediciones Omega. Bar-celona, España.

Markl, Hubert (1989). «Economía y ecología: la investigacióncientífica y los desafíos ecológicos », En Contribucio-nes. CIEDELA. Buenos Aires, Argentina. Enero-mayo.

Mires, Fernando (1991). El Discurso de la Indlanidad: laCuestión Indígena en América Latina. DEI. SanJosé, Costa Rica.

__ (1990). El Discurso de la Naturaleza Ecología yPolítica en América Latina. DEI. San José, CostaRica.

__ (1994). «La nueva ecológica: el sentido político de laecología en América Latina ••.En América Latina Hoy7. SEPLA. España. Enero.

ABRA25-26-93

Page 12: IDENTIDAD Y ECOLOGIA: ELEMENTOS PARA UNA PROPUESTA ...

a, Maynor (1996). La Identidad Ecológica de los Miem-bros de Grupos Juveniles Abocados a la Protec-ción del Ambiente en Costa Rica. Tesis de licencia-tura en Sociología, Escuela de Sociología, Universi-dad Nacional. Heredia, Costa Rica.

Müler, Geiko (1992). «La vida al servicio de la vida: algunoscriterios para una ética ecológica». En Praxis 43-44:Etlca y Medio Ambiente. Departamento de Publica-ciones, Universidad Nacional. Heredia, Costa Rica.

Odum, Eugene (1972). Ecología. Tercera edición. Interame-ricana. México.

Rioja, Enrique (1987). Algunos Conceptos Ecológicos deInterés para el Sociólogo y el Economista. Segun-da edición. UNAM.

Salleh, Ariel (1992). «Ecosocialismo-ecoferninisrno». En Nue-va Sociedad 122. Venezuela. Noviembre-diciembre.

Schutze, Christian (1992). «La incompatibilidad entre econo-mía y ecología». En Nueva Sociedad 122. Venezue-la. Noviembre-diciembre.

___ (1992). «La incompatibilidad entre economía y ecolo-gía». En Debats 35-36. España. Marzo-junio.

Toledo, Víctor (1992). «Utopía y naturaleza: el nuevo movi-miento ecológico de los campesinos e indígenas enAmérica Latina». En Nueva Sociedad 122. Venezue-la. Noviembre-diciembre.

Turk, Amos y otros (1973). Ecología, Contaminación, Me-dio Ambiente. Interamericana. México.

Zemelman, Hugo (1987). «La totalidad como perspectiva dedescubrimiento». En Revista Mexicana de Sociolo-gía XUX-1. UNAM. México. Enero-marzo.

94-ABRA 25-26