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IDENTIDAD Y DESARROLLO DE TERRITORIOS UNIDAD Nº I

Identidad

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Introducción

La siguiente semana del estudio de Identidad y Desarrollo de Territorios, estará abocada a exponer cuatro conceptos: cultura, hegemonía, identidad y territorio. Son concepciones que la literatura especializada no siempre aborda de conjunto. En consecuencia, las ideas principales han sido apoyadas con imágenes para facilitar su comprensión. Al igual que la semana anterior, cada materia es vinculada con aproximaciones al territorio, con el objetivo de ampliar gradualmente los conocimientos de la materia central de la asignatura: Identidad y desarrollo territorial. Los puntos relativos a cultura son expuestos desde distintas ópticas, de preferencias visitando autores que admitan diferentes interpretaciones. Reconociendo que los estudios culturales son de data recientes, que ha querido destacar, sus nexos con identidad. Por su parte, los tópicos de hegemonía, son desplegados desde su fuente principal, Antonio Gramsci y completados con otros aportes, a fin de establecer una adecuada articulación con los factores de cultura y como las ideas dominantes en una sociedad determinada dan contorno a identidad. Para exploración de la diferencia entre identidad y pertenecía cultural, se expone recurriendo a algunos aspectos conceptuales referidos en primer lugar a la construcción del “otro” como un sujeto distinto, pero construido desde el “yo”. La exposición así faculta una visión de interpretación tanto de la cultura como de identidad, referida a como “nosotros” componemos al otros distinto (ellos). Lo anterior, facilita una primera cercanía a las ideas dominantes que dan cuenta de un acentuado centralismo del país, y como esas ideas dominantes hegemónicas permean las decisiones públicas y finalmente elaboran probables soluciones para las regiones (ellos). No obstante, es válido reconocer avances y así se detallan, en reducir esa visión centralizadora, destacando recientes intervenciones gubernamentales que procuran instalar las necesidades de los territorios desde los territorios, traspasando funciones de responsabilidad central a los gobiernos regionales y sus recíprocas modificaciones en la cultura e identidad. La profundidad de las intervenciones y sus eficiencias serán estudiadas con mayor profundidad en la respectiva sección, por lo cual se ha evitado indagar en la tensión histórica entre centralismo-descentralización y sus impactos en las políticas públicas.

SEMANA 2

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Ideas Fuerza

1. La cultura y sus estudios son de data reciente.

2. La cultura, en términos amplios ha demostrado su eficiencia en los proceso de socialización que se dan dentro de una comunidad.

3. No existe una comunidad sin una cultura inherente, que la identifique, la

distinga y oriente su accionar y modos de hacer.

4. En la mayoría de las sociedades, la cultura se asienta en dos estructuras básicas; la familia y el hogar. Esas estructuras muestran una significativa resistencia a los cambios bruscos, pero no implica que ambas sean estáticas.

5. Es posible sostener que la principal función de la cultura sea la de guiar el

comportamiento de los sujetos.

6. La influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce, no a través de la dominación, sino a través del consenso.

7. Ciertas formas culturales predominan sobre otras y determinadas ideas son

más influyentes que otras, es lo que se denomina hegemonía.

8. La intervención del Estado en los territorios, modifica la cultura e identidad de las comunidades y sus asentamientos humanos.

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Desarrollo

1.3 Cultura, Hegemonía, Identidad y Territorio.

En esta semana se trata el estudio de esos cuatro conceptos, aparentemente no relacionados, no obstante, en las siguientes páginas, se podrán apreciar sus nexos. Cultura Los estudios referidos a la cultura son un fenómeno reciente, eran pocos los autores que se ocupaban de este tema. Los primeros análisis al respecto hacían referencia a preocupaciones por los valores, los ritos, las creencias, las tradiciones, y en algunos casos estaban asociados a ciertas expresiones desde el folklore. La cultura, en la actualidad, se la pretende vincular con el proceso de socialización que se da dentro de una comunidad, a través de una objetivación social. No existe una comunidad sin una cultura inherente, que la identifique, la distinga y oriente su accionar y modos de hacer, rigiendo sus percepciones y la imagen que los individuos tengan de ella. La cultura se nutre de parte importante de sus premisas de la sociedad en la que los sujetos y los grupos se encuentran insertos. De esta manera, se produce una coherencia básica entre los individuos y su entorno. Los estudios culturales señalan que cuando un grupo de individuos cuyas proposiciones son contradictorias con los de la sociedad global, se habla de una subcultura, o de contracultura, tales fueron los casos del movimiento hippie o más reciente del movimiento punk. Eric Hobsbawm, al referirse al movimiento contracultural estable una interesante vinculación entre identidad y amplios sectores generacionales, específicamente los jóvenes y sus manifestaciones culturales.

El autor expone que “La radicalización política de los años sesenta y

setenta, anticipaba por contingentes reducidos de disidentes y

automarginados culturales etiquetados de varias formas, perteneció a los

jóvenes, que rechazaron la condición de niños e incluso de adolescentes, al

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tiempo que negaban el carácter plenamente humano de toda generación

que tuviese más de treinta años, con la salvedad de algún gurú”1.

La autonomía de la juventud como estrato social independiente quedo simbolizada por un fenómeno mundial, los jóvenes se volcaban de manera creciente a ídolos, cuyas manifestaciones culturales más sobresalientes fueron la música rock. Lo particular de aquellas manifestaciones fue el surgimiento del adolecente como agente social consciente recibió un reconocimiento cada vez más amplio y entusiasta por parte de los fabricantes de bienes de consumo, que percibieron un nuevo “nicho” de consumo, proporcionado bienes que reafirmaban su identidad. En términos generales, la cultura de una comunidad se refiere a las presunciones y creencias básicas que comparten los miembros de esa comunidad, sea esta un país, una región, una localidad etc. Ellas operan en forma inconsciente, definen la visión que los miembros de la comunidad tienen de ésta y de sus relaciones con el entorno y han sido aprendidas (escuela) como respuestas a los problemas que la tensionan y actúa como catalizador para encontrar respuestas desde los propios individuos para mantener la integración interna de la colectividad. Desde otra perspectiva, la cultura es concebida como una construcción simbólica-interpretativa, la comunidad se percibe como una construcción simbólica materializada comunicativamente; un proceso mediante el cual se conforman, trasmiten y desarrollan los significados. La sociedad constituiría un sistema cultural, una construcción social constituida simbólicamente y mantenida por la interacción social de sus miembros. Por su parte, algunos autores entienden la colectividad como un sistema compuesto de subsistemas en continua interacción, y a la cultura, como una variable interna más de la sociedad, producida por ella. El fenómeno cultural constituye, un sistema de significados compartidos donde los individuos, la estructura societal, las instancias institucionales de toma de decisiones y los sistemas de control (policía, leyes, normas) interactúan y producen normas de comportamiento. En él interviene el sistema comunicativo, que sirve de mediador y de vasos comunicantes en el intercambio entre los miembros, los cuales comparten lógicas simbólicas a través de un sentido de pertenencia referido a la cultura. La identidad juega un rol esencial pues conforma un sentido de pertenencia, con la particularidad de ofrecer una interpretación compartida por la comunidad/sociedad de la realidad que facilita la socialización de los integrantes en esa comunidad. La

1 Eric Hobsbawm, 2007, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Buenos Aires, p. 326.

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cultura desde esta óptica, promueve un sentido de integración simbólica básica para reconocerse en aquella organización comunitaria, sea esta una sociedad, una región, una localidad, y es aplicable a un espacio más recudido como por ejemplo, una sala de clases. Sin embargo, no todas los aspectos de la cultura provienen de la sociedad global. En la era actual, algunos son importados desde el exterior, a veces conscientemente, con el intento explícito de copiar modelos extranjeros que parecen mejores que los nacionales, otras veces en forma inconsciente, con valores y normas que vienen solapadamente ocultos en modas importadas, que parecen libres de valores, universalmente validos y que, no obstante traen supuestos culturales incorporados. En la mayoría de las sociedades, la cultura se asienta en dos estructuras básicas; la familia y el hogar, en otras palabras “(…) a través de la estructura de las relaciones entre ambos sexos y entre las distintas generaciones”2. Estas estructuras han mostrado una impresionante resistencia a los cambios bruscos, no obstante, no implica que ambas sean estáticas. La particularidad de ambas estructuras es su extensión mundial, considerando sus respectivas particularidades culturales (por ejemplo, aceptación de la poligamia), o privilegios especiales (el adulterio), sin embargo, la familia sigue siendo el núcleo fundamental. Por su parte el hogar, espacio físico de la familia, se ha ido consolidando hacia el ámbito de la vivienda y desde allí hacia nuevas necesidades de la ciudad. Otro aspecto necesario de destacar en los estudios culturales es el influjo de la palabra escrita. En efecto, desde la primera impresión de “La Biblia” por Gutenberg, hasta hoy la cultura se transmite esencialmente en forma escrita. No obstante, hay dos aspectos fundamentales que distinguen nuestro momento actual: las imágenes y la sustitución del papel impreso por otros medios virtuales. Hobsbawm indica que la palabra escrita o impresa pierde terreno frente a la hablada de la pantalla. La cultura global de nuestro tiempo, señala Hobsbawm “(…) necesita un lenguaje igualmente global que complete al local, y no solo para una élite insignificante (en cuanto al número se refiere), sino para estratos más amplios de la población”3. Hoy el idioma inglés ocupa aquel lugar. En cuanto al papel impreso pierde preferencias ante los medios tecnológicos más avanzados, a pesar que hasta la fecha es más duradero. Muchos de los textos

2Ibíd., p. 322.

3 Eric Hobsbawmn, 2013, Tiempo de ruptura, sociedad y cultura en el siglo XX, Barcelona, Crítica,

p 25.

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escritos con los cuales innumerables generaciones se han formado todavía pueden leerse en las sucesivas reimpresiones, pero no sucede necesariamente lo mismo con los textos en plataformas virtuales, si fueron publicados tan solo hace 20 años atrás. La prensa escrita (diarios) fue en su momento el principal medio de difusión de noticias de la cultura local, y unos de los principales soporte de la identidad colectiva, hoy sufre los embates de una forma “americanizada” de saber de las noticias, siendo su principal exponente CNN, el cual se dirige a un públicos atípico, principalmente masculino, globalizado y profesional. La desconexión de aquel formato de tratamiento de las noticias, ha obligado a CNN y a otras cadenas internacionales a emitir señales nacionales por TV. Aspectos relevantes de la cultura Resulta complejo hacer un resumen de los principales aspectos de la cultura, no obstante puede hacerse un breve esquema de sus grandes ámbitos.

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Cuadro N°1

Cultura

Es una construcción social. Es parte del proceso de socialización que se da dentro de una comunidad, por medio de la escuela. Se alimenta de parte importante de códigos de la sociedad en la que los sujetos y los grupos se encuentran insertos. Existe una vinculación entre cultura y movimientos contraculturales como lo expone Eric Hobsbawm. En términos generales, la cultura de una comunidad se refiere a las presunciones y creencias básicas que comparten los miembros de esa comunidad, sea esta un país, una región, una localidad etc. En la mayoría de las sociedades, la cultura se asienta en dos estructuras básicas; la familia y el hogar. La lengua juega dos funciones fundamentales en la cultura: permite la comunicación y ofrece los rasgo que otorgan un sello a una determinada comunidad. La palabra escrita como trasmisor de la cultura se encuentra tensionada, en la era actual, por las imágenes y la sustitución del papel impreso por otros medios virtuales. La lengua nativa también es afectada por una forma mundializada de transmisión de saberes. Hoy el idioma inglés ocupa un lugar privilegiado en un mundo globalizado del intercambio de conocimientos. Otras manifestaciones de la cultura en donde se expresa las podemos encontrar en:

a) Recitales masivos de música. b) Ballet. c) Conciertos de música clásica. d) Expresiones deportivas. e) Teatro. f) Museos. g) Exposiciones de arte. h) La literatura. i) Medios de comunicación. j) Gustos alimentarios. k) Modas l) El cine m) Etc.

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Funciones de la cultura Es posible sostener que la principal función general de la cultura sea la de guiar el comportamiento hacia los modos de acción de los sujetos que convienen y son aceptados por una comunidad. En general los autores coinciden en describir ciertas funciones que la cultura ofrecería a la sociedad, entre ellas se pueden destacar:

1. Función epistemológica. 2. Adaptativa. 3. Legitimadora. 4. Instrumental. 5. Simbólica. 6. Reguladora 7. Motivacional.

Para efectos del tema cultura e identidad sean seleccionadas las siguientes funciones:

Cuadro N° 2

Epistemológica

Adaptativa Legitimadora Instrumental Simbólica

La cultura funciona como un mecanismo para estructurar el estudio de las comunidades como un fenómeno social. Se convierte en una vía para la comprensión de la vida de las organizaciones.

Facilita los mecanismos para lograr una comprensión común sobre su problema de supervivencia, de su esencial sentido de pertenencia y de vida

La sentido al sentido de existencia de la comunidad. Refuerza la orientación y la finalidad de esta, confiriendo inteligibilidad y sentido al comportamiento de los sujetos y proporciona una base para socializar el comportamiento de los individuos.

Es el instrumento ideal para conseguir la cohesión de la comunidad. Proporciona eficiencia al implicar a miembros de la comunidad/sociedad.

Actúa como una representación de la vida social de un grupo. Expresa los ideales sociales y las creencias que compartidas de los miembros de una comunidad...

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¿Cuál es la relación entre cultura y hegemonía? Es probablemente Antonio Gramsci quién inicialmente propone unas de las primeras aproximaciones para el estudio conjunto de cultura y hegemonía. Gramsci, intelectual italiano, propone que el hombre, sujeto o individuo conoce objetivamente de su realidad en la medida en que el “(…) conocimiento es real para todo el género humano históricamente unificado en un sistema cultural unitario”4. En consecuencia, el sujeto conoce una realidad históricamente determinada por una cultura que envuelve todo la histórica, o al menos una etapa histórica. Por medio de ella puede aproximarse a la realidad. ¿Podría la realidad ser subjetiva?, en otras palabras, ¿podría la realidad prestarse para una interpretación, según cada sujeto? Para Gramsci, la respuesta se puede encontrar en la historia y en sus procesos, en tanto el hombre conoce de la realidad, por medio de los procesos históricos. Puede leerse como una retórica, pero no es tal. En efecto, la tesis de Gramsci sitúa al sujeto en un conflicto para liberarse de verdades parciales y falaces y agrega que “(…) esta lucha es la misma que se libra por la unificación cultural del género humano”5. En consecuencia, la cultura actúa como un vínculo explicativo de los procesos históricos en los que los individuos son participes, tanto como actores como también sujetos concernidos en esos procesos. De acuerdo al autor, la cultura al igual que los procesos históricos se encuentra sometida a una tensión, la cual pretende conquistar a los sujetos a una sola explicación universal de ambos procesos. Edward W. Said al referirse a la vinculación entre cultura y hegemonía recurre a la distinción analítica elabora por Gramsci. Said, indica que para Gramsci existe una separación entre sociedad civil y sociedad política, según la cual “(…) la primera está formada por asociaciones voluntarias (o, al menos racionales y no coercitivas), como las escuelas, las familias y los sindicato, y la segunda por instituciones estatales (el ejército, la policía y la burocracia central) cuya función dentro de la sociedad es la dominación directa”6. La cultura, acota Said, funciona en el marco de la sociedad civil “(…) donde la influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce, no a través de la dominación, sino a través de lo que Gramsci llama consenso”7.

4 Antonio Gramsci, Política y sociedad, Santiago, Centro Grafico, p. 37.

5 Ibíd., p. 37

6 Edward W. Said, 2016, Orientalismo, España, Debate, p. 26

7 Ibíd., p. 26.

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De acuerdo a lo anterior, ciertas formas culturales predominan sobre otras y determinadas ideas son más influyentes que otras; la forma que adopta esta primacía cultural es lo que Gramsci llama ‘hegemonía’. Lo expuesto es coincidente con las definiciones de cultura, pues, estás se refieren a un conjunto de conocimientos e ideas no especializadas, adquiridas gracias al desarrollo de facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo, o bien para la Real Academia la Lengua Española, como un conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar un juicio crítico. Breve Síntesis del Concepto de Hegemonía. Continuaremos con Gramsci y sus estudios relativos a la hegemonía. Gramsci expone que una clase hegemónica se convierte así mismo en la clase-sujeto de la historia que, por concepción del mundo, llega a impregnar a una formación social de su unidad y a dirigir, más que dominar, provocando el consentimiento activo de las clases dominadas/subordinadas. De acuerdo a la particular visión de Gramsci, la sociedad se compone al menos de dos tipos de clases sociales, clases dominantes y subordinadas, ambas participan de una concepción de mundo que les es impuesta por las clases dominantes. Lo anterior es posible por el papel que juega la ideología, en especial, la ideología de las clases dominantes y su función histórica. Para Gramsci el papel de la ideología dominante influye sobre las clases subordinadas (obreros, campesinos), por varios canales, a través de los cuales la clase dominante construye su propia capacidad de plasmar en la conciencia de toda la colectividad, su hegemonía. Los canales utilizados por la clase dominante, para Gramsci, se pueden resumir en:

Figura N°1

Canales

La cultura

La religión

Losperiódicos

La escuela

La radio

La iglesia

El servicio militar

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En otras palabras, una clase hegemónica impone sus propios objetivos y sus propias perspectivas a la sociedad entera, su hegemonía correspondería a la constitución de una concepción del mundo, que la erigiría en un principio de unidad de una formación social determinada. Es decir, la clase hegemónica transforma la sociedad a su imagen, reinventa el sistema económico, las instituciones políticas, los valores culturales de la sociedad, al punto que los sujetos hacen suya esa imagen de sociedad, siendo este el punto de entronque con la identidad. La hegemonía, por tanto, no es sólo política, sino que además es hecho cultural, moral, de concepción del mundo. Luciano Gruppi, señala que la hegemonía es la capacidad “(…) de unificar a través de la ideología y mantener unido un bloque social, que sin embargo, no es homogéneo, sino marcados por profundas contradicciones de clase”8, en otras palabras, una clase es hegemónica, dirigente y dominante, mientras con su acción política, ideológica y cultural, logra mantener junto a sí un grupo de fuerzas heterogéneas e impide que la contradicción existente entre fuerzas estalle, produciendo una crisis en la ideología dominante y conduciendo a su rechazo, el que coincide con la crisis política de las fuerzas que está en el poder. La clase dominante no apela a la fuerza para imponerse, sino a la aceptación, al consenso, de las clases subordinadas, para imponer su particular forma de moldear el mundo.

8 Luciano Gruppi, 1988, El concepto de hegemonía en Gramsci, México, Ediciones cultura popular,

p. 95

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Figura N°29

La Figura N°2, representa para Manuel Castells la relación hegemónica ejercida por los gobiernos, a través de los medios de comunicación en la opinión pública. Castells, lo denomina el “efecto cascada”, es decir, la secuencia entre los diferentes actores en una jerarquía de influencia que combina los mecanismos de establecimiento de la agenda pública10, la preparación de ella e indexación en un único proceso que se caracteriza por las relaciones asimétricas entre los actores. La posibilidad de ir a contracorriente de la cascada, es mínima. La opinión pública es moldeada por dos grandes fuentes hegemónicas: gobierno y otras élites. Los individuos se identifican con el sistema económico, con las instituciones políticas, con los valores culturales, subsiguientemente, la estrategia hegemónica exitosa gira en torno al modo en que se estructuran las posibilidades sociales para restringir la percepción de las opciones posibles a aquellas que son compatibles con los intereses de la clase dominante, conformado un cierto “sentido común” indiscutible e identitario de los individuos impregnando sus actuaciones a esa estructura explicativa.

9 Manuel Castells, 2009, Comunicación y Poder, Madrid, Alianza Editorial, p. 223.

10 Agenda pública se refiere al modelo de administración que utilizan los gobiernos para abordar o

no, una determinada demanda, o bien para imponer a la ciudadanía una decisión política.

Gobierno

Opinión pública

Otras élites

Medios de comunicación

Marcos de información

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Expuesta las principales características de cultura y hegemonía es posible intentar establecer, a grandes rasgos, sus vinculaciones

Figura N° 3

¿Existe una relación entre cultura, hegemonía e identidad? La respuesta es afirmativa. Efectivamente, y se puede apreciar en los siguientes aspectos:

a) Pretenden ofrecer un sello distintivo, tanto a los individuos y a los grupos. La cultura por medio de procesos de socialización, que finalmente opera identificación y otorgando una cierta autonomía. En cambio, la hegemonía, y según la tesis de los procesos históricos, pretende explicar las acciones de los sujetos, mediante la aceptación universal de ideas preponderante de un grupo social determinado respecto a otro. Finalmente la identidad, opera a través de generar o conformar un sentido de pertenecía, con una interpretación compartida por la comunidad.

b) Las tres responden a una construcción simbólica de los sujetos y de la comunidad y de sus comunidades, materializada comunicativamente; un proceso mediante el cual se conforman, trasmiten y desarrollan los significados.

Las ideas dominantes

moldean a las clases

subordinadas

influido por ideas dominantes y

aceptadas

Sujeto determinado por

procesos históricos

Clase hegemónica impone sus ideas

Dominación directa e indirecta

La cultura conjunto de cocimiento impuestos por

la clase dominante

Sujeto

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c) Reproducción de los actos de los individuos. En la cultura, la hegemonía y la identidad, requiere de ciertos medios o soportes que faciliten la reproducción de las conductas y de las ideas. La escuela, la familia y los medios de comunicación son los soportes más evidentes, no obstante, de igual forma se aprecian una contracultura, la cual utiliza iguales soportes.

d) El lenguaje es el principal medio de transmisión para la cultura, la hegemonía y la identidad. Su expresión oral o escrita favorece las expresiones predominantes sobre otras y es el medio preferente para que ciertas ideas sean más influyentes que otras.

e) El espacio físico (territorio) permite marcar diferencias entre los sujetos, cuya delimitación establece la construcción simbólica respecto a los sujetos que habitan otro espacio físico. Según donde su ubique el sujeto, los otros sujetos de ese espacio físico se transforman en los “otros”. Los procesos de cultura, hegemonía e identidad cobran significado cuando se contrastan con igual procesos desarrollados por los “otros” en ese otro espacio físico.

En resumen, la cultura e identidad se encuentran vinculadas con los moldes impuestos por una clase determinada, que impone hegemónicamente sus ideas. La particularidad de la hegemonía es lograr la aceptación de las ideas por medio del consenso, los sujetos actúan aprobado las ideas predominantes, sin necesidad de recurrir a la coerción. La cultura facilita la penetración de aquellas ideas, pues una de sus funciones es la de guiar el comportamiento hacia los modos de acción aceptados por los sujetos que se ajustan a los aprobados por la comunidad. La identidad juega un rol esencial pues conforma un sentido de pertenencia, con la particularidad de ofrecer una interpretación compartida por la comunidad.

1.4 Diferencia entre Identidad y Pertenencia Cultural Para situar la diferencia entre identidad y pertenecía cultural, nos apoyaremos por una parte, en algunos aspectos conceptuales de territorio y por otra parte, en la construcción del “otro” como un sujeto distinto, pero construido desde el “yo”.

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Figura N° 4

Edward W. Said, al referirse al “Orientalismo”, es decir a la identidad y la cultura de los pueblos distintos de occidente, expone que el “orientalismo” ha sido estudiado desde distintas perspectivas, todas ellas destacan, por ejemplo una “(…) visión política de realidad cuya estructura acentúa la diferencia entre los familiar (Europa Occidental, ‘nosotros’) y lo extraño (Oriente, el Este, ‘ellos). Esta visión, en cierto sentido, creó y luego sirvió a los dos mundos así concebidos”11. En otras palabras, los orientales vivían en su mundo, en cambio y siguiendo al autor “nosotros” vivimos en el nuestro. Las implicancias de esta forma de construir el “otro” se pueden anotar las siguientes12:

i. Tener una cierta libertad para relacionarse con el otro es un privilegio de occidente, porque la cultura occidental es más fuerte.

ii. El estudio del otro está restringido a las limitaciones relativas que se tenga de esa visión.

iii. El pensamiento oriental es estudiado desde las clasificaciones y tipologías occidentales. El pensamiento oriental se invisibiliza, y se destaca la comprensión de él, efectuado por occidentales.

iv. Said indica que el orientalismo es un campo de estudio, “(…) los campos de estudio se crean y con el tiempo, adquieren coherencia e integridad

11 Ibídem Edward W. Said, p. 73.

12 Ibíd. pp. 73-74.

Nosotros Los otros

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porque los eruditos se consagran con devoción a lo que parece ser una disciplina comúnmente aceptada”13.

v. El orientalismo, como especialidad científica se encuentra restringida a un campo geográfico, el cual se encuentra delimitado espacialmente, por un pensamiento hegemónico, comúnmente aceptado. No obstante, referirse al espacio occidental, resulta impreciso, incluso al pensamiento hegemónico. Por ejemplo: Turquía pertenece a Europa occidental o es parte de Oriente.

vi. Al ubicarnos en el caso nacional, los límites territoriales han experimentado cambios, los ciudadanos de la Región Metropolitana (antigua provincia de Santiago), siendo todos chilenos, intentan construir ciertos rasgos que los diferencien por ejemplo; de los habitantes de la V Región o de la VI Región. Cuando un habitante de la Región Metropolitana se refiere a un connacional de Valparaíso o Rancagua, lo hace desde sus puntos referenciales de Santiago. Igual acontece en la dirección contraria. Para un habitante de Valparaíso le resulta de difícil comprensión trasladarse en Santiago de un punto a otro, con un tiempo superior a 30 minutos.

vii. La cultura “porteña”, se encuentra fuerte influenciada por su condición geográfica (cerros), por su principal actividad económica (puerto) y por los asentamientos humanos que la vieron nacer (extranjeros) y que desplazaron a los habitantes originarios. Las tres circunstancias dan cuenta de una identidad distinta respecto, por ejemplo, a Santiago, Temuco o Rancagua.

viii. La representación de los interés subnacionales o locales, están fuertemente limitados por el centralismo nacional. En este caso, el centralismo, que será visto en la sección “Administración y Gestión Territorial en Chile” con mayor profundidad, trabaja como un pensamiento hegemónico para comprender las necesidades o los intereses de las regiones.

ix. En volviendo a Said, plantea que la diferencia entre Occidente y Oriente, desemboca en otras más pequeñas, cita como ejemplo Grecia y la Roma clásica. El autor expone que “(…) los geógrafos, los historiadores, los personales públicos como César, los oradores y los poetas contribuyeron a (…) una diferenciación de razas, regiones, naciones y mentes; en gran medida este proceso se llevó a cabo para su utilización

13 Ibíd., p. 81

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interna y sirvió para demostrar que los romanos y los griegos era superiores a otros pueblos”14.

x. Lo señalado anteriormente por Said, es posible interpretarlo en términos de cultura e identidad de acuerdo a los siguientes puntos:

1) Las diferencias más sustantivas entre cultura e identidad, son más

evidentes en aspectos de detalles. En efecto, la diferencias entre territorios, sus culturales y sus identidades son elocuentes al analizar las peculiaridades de las ciudades, en otras palabras, las singularidades de las ciudades, tales son los casos de Valdivia, Buenos Aires, Santiago, Arica, Punta Arenas, por citar algunos casos.

2) La construcción de la cultura y la identidad se basa y se perpetua, para demostrar la superioridad de algún pueblo respecto de otro. Se puede citar por ejemplo, la percepción que se tiene de la tierra para la cultura mapuche de la que tienen los primeros colonos tanto chilenos como extranjeros. Para los primeros la tierra se encuentra situada una cosmovisión, en cambio para los segundos, la tierra es un recurso económico y transable en el mercado, sujetos a ciertas leyes productivas. La superioridad de la idea de tierra productiva entra en conflicto con la cosmovisión mapuche, pero la idea occidental de tierra productiva se instala en el sentido común.

14 Ibíd., p. 91.

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Figura N° 5

Identidad, Pertenencia Cultural y Territorio Hasta ahora se ha estudiado que tanto identidad y cultura son concepto complementarios e inclusive el territorio juega un rol integrador para los individuos, a fin de dar sentido a sus respectiva identidades y cultura. En esta sección situaremos al territorio, a trazos generales, pues su estudio más acabado se abordado en el Capítulo II “Desarrollo del Territorio”. Por ahora nos referiremos a sí el territorio facilita o no la identidad y la cultura. La literatura especializada difiere en cuanto a proporcionar una definición aceptada de territorio. En términos generales, algunos especialistas, central la atención en los elementos constitutivos del territorio, con especial énfasis en su resignificación de elementos tales como; aspectos ecológicos, estructura social, entidad física, dinámicas de individualización, entre otros. Para otros, sus puntos focales se refieren a dimensiones asociadas a las redes colaborativas presentes en espacios físicos determinados, expresiones políticas y administrativas. En cambio otros, utilizan la idea de un territorio se define y se redefine en función de cómo los actores lo utilizan para relacionarse entre ellos. Desde otra perspectiva, otros autores (Ulrich Beck, David Harvey, Manuel Castells) los territorios han sido sepultados por la globalización. Sostienen que el desarrollo del mercado mundial ha tenido consecuencias importantes para las culturas, identidades y modos de vida. La globalización del quehacer económico, se encontraría acompañada de olas transformadores de los aspectos culturales,

Nosotros Los otros

Tierra productivaCosmovisión de la

tierraTierra productiva

Cosmovisión de la tierra

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de sus símbolos, universalizando los sentidos de vida, símbolos culturales y modos de vida transnacionales, haciendo de los territorios como un espacio físico diferenciador pierda vigencia. Al respecto Beck, señala que “Lo mismo de una aldea de la Baja Baviera que en Calcuta, Singapur o en las favelas de Río Janeiro, se ven los mismos culebrones televisivos, se llevan los mismos vaqueros y se fuma el mismo Marlboro como signo de una naturaleza libre e incontaminada. En una palabra: que la industria de la cultura global significa cada vez más la convergencia de símbolos culturales y de formas de vida”15, independientes del territorio o espacio físico que habitan los individuos, debilitando sus perfiles o características propias que en algún momento fueron patrimonio de su identidad. Castells, asegura que la identidad ya no se encuentra afincada en los territorios. La identidad, como se ha visto en las secciones anteriores, para este autor, es fuente de sentido para los propios actores y por ellos son construidas mediante un proceso de individualización. Asegura que la sociedad contemporánea se basa en la disyunción sistemática de lo local, ante la supremacía de lo global, para la mayoría de los individuos y grupos sociales. La autonomía propia de los territorios, expresada en el concepto de soberanía, lograda como un baluarte alcanzando después de la Revolución francesa, a consecuencia de la expansión de la globalización requiere de una redefinición y complementaría de la identidad, comprendiendo las instituciones y organizaciones estatales. Lo anterior, permite asegurar que las nuevas condiciones impuestas por la globalización, han forzado una reducción y desarticulación de las sociedades civiles y su suplementaria lógica de creación de poder local y su anexa representación de culturas específicas. Aparentemente el territorio, es utilizado como la última defensa de construcción de identidad entorno a principios comunes. Los grupos sociales y ciertamente los individuos se refugian en espacios físicos de límites difusos, para hacer frente a los flujos globalizantes, los sujetos se vuelcan a lo que Beck denomina “glocalización”, neologismo formado con las palabras globalización y localización, con el fin de dar sentido a sus pertenencias fragmentarias y convivir con movimientos transculturales, ante la evidencia del socavamiento de la soberanía del Estado y por ende de su autoridad propiamente dicha, con el fin reforzar la existencia misma de las comunidades locales.

15 Ulrick Beck, 2004, ¿Qué es la globalización?, Falacias del globalismo, respuestas a la

globalización, Buenos Aires, Paidós p. 71.

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El surgimiento de una cultura, identidad con un fuerte componente globalizado, puede apreciarse en ciertas formas culturales, como se indicará más arriba de maneras “americanizadas” de estilos de alimentación (Mcdonald), ropa de vestir (vaqueros), tecnologías de información, soportes comunicacionales (Facebook, Instagram, WhatsApp), lo que deja a la vista y representa contextos y maneras diferentes de comprender la cultura e identidad, con la paradoja que ellas tiene lugar en los mismos territorios que antaño acogieron otras expresiones culturales. Concepto de territorialización El concepto de territorialización, señalan Alejandro Balanzo y Patricia Herrera, es difuso en la literatura académica por esa ambigüedad, se recurre, por lo general, al estudio de los desarrollos locales, donde es posible encontrar más evidencias de identidad y su cultura. Los autores reconocen las siguientes líneas interpretativas para el territorio:

1. Una primera relacionada con procesos sociales. En ella se destacan los análisis del territorio y sus particularidades (geográficos, asentamientos humanos, conectividad, factores económicos, grado de cohesión de los grupos, etc.), y en menor medida los desarrollos locales.

2. Otra se relaciona con procesos estatales. Los autores señalan que el “(…) objeto (de estudio) se enfoca en los aspectos prácticos del control estatal del territorio. Este enfoque centra su preocupación en la ubicación del aparato público administrativo y se preocupa por la competencia y el poder de gobierno en el territorio. El enfoque de competencia subraya el quién, el dónde, el cuándo y el cómo de la asignación de acciones de responsabilidades dentro del Estado”16.

3. Otra variante, es aquella que centra su atención en la operacionalización en los territorios, esto es, en la vigencia de la práctica cotidiana en un contexto local determinado y observa al Estado como un agente de cambio en relación dinámica con otros, en síntesis, como un actor emprendedor institucional.

En aquella misma dirección, se pueden citar las propuestas de la OCDE, que han detallado el abordaje del desarrollo territorial como un desafío para Chile. Margarita Fernández señala que “El diagnóstico de ese organismo que el desarrollo en el país enfrenta profundas desigualdades económicas, sociales y

16 Alejandro Balanzo y Patricia Herrera, 2016, Cuando la descentralización no es suficiente:

conceptos para la territorialización de políticas, en “Desafíos para el desarrollo, Políticas públicas y sostenibilidad, Santiago, Ril Editores - Universidad Central”, p. 24.

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territoriales, entre otras problemáticas, y que nuestra estructura institucional centralizada es inhibidora, tanto de los procesos de integración de las regiones al desarrollo del despliegue de las iniciativas que pujan desde los espacios subnacionales por la integración”17. Esquemáticamente se puede constatar lo siguiente:

Figura N° 6

En forma muy sucinta, se puede decir, que un territorio, entendido como un espacio físico con límites reconocibles, alberga a un grupo humano determinado, donde los individuos conforman una cultura e identidad determinada, las que les permite dar un sentido de pertenecía. En aquel territorio residen instituciones (aparato público) y acoge a organizaciones públicas y privadas (empresas) que fomentan su desarrollo. La globalización hace porosa los límites territoriales, debilitando la cultura e identidad y sus respectivas instituciones, tanto públicas como privadas.

17 Margarita Fernández, 2012, Gobernanza y articulación de actores en experiencias de desarrollo

de los territorios recopiladas por Territorio Chile, en “Nueva agenda de descentralización en Chile, Sentados más actores a la mesa”, Santiago, Ril Editores – Universidad de los Lagos, p. 24

Desiguales

Cultura

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Territorio

Cultura

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Cultura

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TerritorioNueva fase de

descentralización

Creación de dos nuevas regiones

Incluir dimisión territorial a la gestión pública

Traspaso de funciones centrales a los gobiernos

regionales

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Figura N° 7

Los desarrollos territoriales, no solo a consecuencia de la globalización, han corrido en forma en desigual. De donde surgen las distintas interpretaciones para intervenir y forzar los necesarios y en la actualidad urgentes cambios. Intervención del Estado en los Territorios, Cultura e Identidad. Independiente de una mayor profundización ulterior, se constata los siguientes avances orientados al fortalecimiento del desarrollo territorial:

1. En la actualidad el desarrollo territorial se encontraría en una nueva fase de descentralización, caracterizada por un fuerte impulso a las zonas insulares, entendidas como territorios que requieren un régimen administrativo y gobierno diferente a las restantes regiones de Chile. Materias que ha adquirido connotación recientemente a consecuencia de las protestas en Aysén y Chiloé.

2. Creación de dos nuevas regiones (Arica-Parinacota y de los Ríos) que viene a cambiar el panorama de la división política administrativa del país.

3. A principios de la década de 2000, se incorpora la dimensión territorial en la gestión pública, se comenzó a hablar de gestión territorial tanto en los gobiernos regionales como en otras agencias públicas. Las distintas expresiones se verán en la respectiva sección. A modo de adelanto se puede señalar los esfuerzos de SUBDERE, que lleva adelante el PIRT (Programa de Infraestructura Rural para el Desarrollo Territorial) o Chile Emprende que agrupan distintas instituciones públicas.

4. En el primer gobierno de Michel Bachelet, se avanza en poner “(…) el foco decididamente sobre el territorio, traspasando a los gobiernos regionales competencias de planificación regional y de ordenamiento territorial que

Cultura

Identidad

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Creación de dos nuevas regiones

Incluir dimisión territorial a la gestión pública

Traspaso de funciones centrales a los gobiernos

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estaban en manos de los Ministerios de Planificación (actual Ministerio de Desarrollo Social) y Vivienda y Urbanismo”18. Con el traspaso de competencias se busca resolver una dispersión de iniciativas y agruparlas en torno a una sola institución., el gobierno regional, la planificación territorial regional y la capacidad para ordenar el territorio según lo planificado.

La siguiente figura esquematiza las intervenciones más recientes del Estado en el territorio y sus impactos en la cultura e identidad.

Figura N° 8

Cada aspecto de la intervención tiene consecuencias en la cultura e identidad. En efecto, baste poner como ejemplo, creación de dos nuevas regiones, donde los gobiernos regionales en sus planes de promoción del turismo, deberán resaltar los rasgos identitarios y culturales de sus respetivas regiones. En resumen, la diferencia entre identidad y pertenecía cultural, están referidos a la construcción del “otro” como un sujeto distinto, pero construido desde el “yo”. En

18 Claudia Serrano y María Ignacia Fernández, 2012, Un Nuevo ciclo en la descentralización

regional en “Chile, en Nueva agenda de descentralización en Chile, Sentados más actores a la mesa”, Santiago, Ril Editores – Universidad de los Lagos, pp. 74-75.

Cultura

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Incluir dimisión territorial a la gestión pública

Traspaso de funciones centrales a los gobiernos

regionales

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otras palabras, una realidad cuya estructura acentúa la diferencia entre un “nosotros” y lo distinto o extraño (ellos). La fundación del nosotros se abastece de clasificaciones y tipologías determinadas por una idea hegemónica dominante. El pensamiento distinto se invisibiliza, y se destaca la comprensión de él, efectuado desde el dominio predominante. Aplicado al caso nacional, la representación de los interés subnacionales o locales, están fuertemente limitados por el centralismo nacional, idea dominante que ordena y un pensamiento hegemónico para atender los intereses de las regiones. La literatura especializada establece diversas definiciones para el territorio. En términos generales, las definiciones más aceptadas incluyen aspectos ecológicos, estructura social, entidad física, dinámicas de individualización, entre otros. Desde otra perspectiva, para varios autores, los territorios han sido sepultados por la globalización. Sostienen que el desarrollo del mercado mundial ha tenido consecuencias para las culturas, identidades y modos de vida. Manuel Castells, asegura que la identidad ya no se encuentra afincada en los territorios. Asegura que la sociedad contemporánea se basa en la disyunción sistemática de lo local, ante la supremacía de lo global, para la mayoría de los individuos y grupos sociales. El concepto de territorio es difuso en la literatura académica, por lo general, los estudios están referidos al desarrollos local, donde es posible encontrar más evidencias de identidad y su cultura. Para OCDE, el desarrollo territorial en el país enfrenta profundas desigualdades económicas, sociales entre otras problemáticas, y muestra una estructura institucional centralizada inhibidora de los procesos de integración de las regiones al desarrollo de las iniciativas que pujan desde los espacios subnacionales. En el caso nacional dicha intervención se expresa: a) en una nueva fase de descentralización; b) creación de dos nuevas regiones (Arica-Parinacota y de los Ríos); c) incorporación de la dimensión territorial en la gestión pública; d) traspaso de funciones centrales a los gobiernos regionales. La intervención del Estado en los territorios, modifica la cultura e identidad de las comunidades y sus asentamientos humanos.

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Conclusiones La semana ha pasado revista a cuatro conceptos, aparentemente no relacionados: cultura, hegemonía, identidad y territorio. Lo referido principalmente pone en el centro el territorio. De acuerdo a lo anterior, los temas vinculados con cultura están asociados al territorio, es así como, los estudios referidos a la cultura siendo un fenómeno reciente, y en la actualidad, referidos a los proceso de socialización que se dan dentro de una comunidad, están asentados a una objetivación social, localizada en un territorio. En términos generales, la cultura de una comunidad se refiere a las presunciones y creencias básicas que comparten los miembros de esa comunidad, sea esta un país, una región, una localidad etc. Ellas operan para encontrar respuestas para mantener la integración interna de la colectividad. Desde otra perspectiva, la cultura es concebida como una construcción simbólica-interpretativa, la comunidad se percibe como una construcción simbólica materializada comunicativamente; un proceso mediante el cual se conforman, trasmiten y desarrollan los significados.

La identidad juega un rol esencial pues conforma un sentido de pertenencia, con la particularidad de ofrecer una interpretación compartida por la comunidad/sociedad de la realidad que facilita la socialización de los integrantes en esa comunidad. La cultura desde esta óptica, promueve un sentido de integración simbólica básica para reconocerse en aquella organización comunitaria, sea esta una sociedad, una región, una localidad, y es aplicable a un espacio más recudido como por ejemplo, una sala de clases. En la mayoría de las sociedades, la cultura se asienta en dos estructuras básicas: la familia y el hogar. Estas estructuras han mostrado una impresionante resistencia a los cambios bruscos, no obstante, no implica que ambas sean estáticas. La particularidad de ambas estructuras es su extensión mundial, considerando sus respectivas particularidades culturales (por ejemplo, aceptación de la poligamia), o privilegios especiales (el adulterio), sin embargo, la familia sigue siendo el núcleo fundamental. Por su parte el hogar, espacio físico de la familia, se ha ido consolidando hacia el ámbito de la vivienda y desde allí hacia nuevas necesidades de la ciudad. La cultura cumple ciertas funciones en la sociedad entres ellas se pueden destacar las siguientes: Función epistemológica; Adaptativa; Legitimadora; Instrumental; Simbólica; Reguladora; y Motivacional.

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Es probablemente Antonio Gramsci quién inicialmente propone unas de las primeras aproximaciones para el estudio conjunto de cultura y hegemonía. Propone que el hombre, sujeto o individuo conoce objetivamente de su realidad en la medida en que el conocimiento es real para todo el género humano históricamente unificado en un sistema cultural unitario. En consecuencia, el sujeto conoce una realidad históricamente determinada por una cultura que envuelve todo lo histórico. De acuerdo al autor, la cultura al igual que los procesos históricos se encuentra sometida a una tensión, la cual pretende conquistar a los sujetos a una sola explicación universal de ambos procesos. De acuerdo a lo anterior, ciertas formas culturales predominan sobre otras y determinadas ideas son más influyentes que otras; la forma que adopta esta primacía cultural es lo que Gramsci llama ‘hegemonía’. Luciano Gruppi, señala que la hegemonía es la capacidad “(…) de unificar a través de la ideología y mantener unido un bloque social, que sin embargo, no es homogéneo, sino marcados por profundas contradicciones de clase”. La diferencia entre identidad y pertenecía cultural, fue estudiada con apoyo de algunos aspectos conceptuales de territorio y por otra parte, analizando la construcción del “otro” como un sujeto distinto, pero construido desde el “yo”. Tiene implicancias construir el “otro” de la forma señalada, entre ellas: El estudio del otro está restringido a las limitaciones relativas que se tenga de esa visión; el estudiado del otro utiliza clasificaciones y tipologías de un pensamiento dominante occidentales; los campos de estudio se crean y con el tiempo, adquieren coherencia en base a ideas dominantes; entre otras. La representación de los interés subnacionales o locales, están fuertemente limitados por el centralismo nacional, ideas que actúan como un pensamiento hegemónico para comprender las necesidades o los intereses de las regiones. Las diferencias más sustantivas entre cultura e identidad, son más evidentes en aspectos de detalles. En efecto, la diferencias entre territorios, sus culturales y sus identidades son elocuentes al analizar las peculiaridades de las ciudades, en otras palabras, las singularidades de las ciudades, tales son los casos de Valdivia, Buenos Aires, Santiago, Arica, Punta Arenas, por citar algunos casos. Para OCDE, el desarrollo territorial en el país enfrenta profundas desigualdades económicas, sociales entre otras problemáticas, y muestra una estructura institucional centralizada inhibidora de los procesos de integración de las regiones al desarrollo de las iniciativas que pujan desde los espacios subnacionales.

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En el caso nacional dicha intervención se expresa: a) en una nueva fase de descentralización; b) creación de dos nuevas regiones (Arica-Parinacota y de los Ríos); c) incorporación de la dimensión territorial en la gestión pública; d) traspaso de funciones centrales a los gobiernos regionales. Cada aspecto de la intervención tiene consecuencias en la cultura e identidad. La intervención del Estado en los territorios, modifica la cultura e identidad de las comunidades y sus asentamientos humanos.

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Bibliografía Libros

1. Eric Hobsbawm, 2007, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica.

2. 2013, Tiempo de ruptura, sociedad y cultura en el siglo XX, Barcelona, Crítica.

3. Antonio Gramsci, Sin fecha de publicación, Política y sociedad, Santiago,

Centro Grafico.

4. Edward W. Said, 2016, Orientalismo, España, Debate.

5. Luciano Gruppi, 1988, El concepto de hegemonía en Gramsci, México, Ediciones cultura popular.

6. Manuel Castells, 2009, Comunicación y Poder, Madrid, Alianza Editorial.

7. Ulrick Beck, 2004, ¿Qué es la globalización?, Falacias del globalismo,

respuestas a la globalización, Buenos Aires, Paidós. Artículos en libros.

1. Alejandro Balanzo y Patricia Herrera, 2016, Cuando la descentralización no es suficiente: conceptos para la territorialización de políticas, en “Desafíos para el desarrollo, Políticas públicas y sostenibilidad”, Santiago, Ril Editores - Universidad Central”.

2. Margarita Fernández, 2012, Gobernanza y articulación de actores en

experiencias de desarrollo de los territorios recopiladas por Territorio Chile, en “Nueva agenda de descentralización en Chile, Sentados más actores a la mesa”, Santiago, Ril editores – Universidad de los Lagos.

3. Claudia Serrano y María Ignacia Fernández, 2012, Un Nuevo ciclo en la

descentralización regional en Chile, en “Nueva agenda de descentralización en Chile, Sentados más actores a la mesa”, Santiago, Ril Editores – Universidad de los Lagos.

Libros consultados

1. Tzevetan Todorov, 2014, El miedo a los bárbaros, Barcelona, Galaxia Gutenberg.

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