Icono14. Nº15. Lectores dinámicos ante textos interactivos

8/9/2019 Icono14. N15. Lectores dinmicos ante textos interactivos

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N 15 REVISTA DE COMUNICACIN Y NUEVAS TECNOLOGAS ISSN: 1697 - 8293

REVISTA ICONO 14, 2009, N 15, pp. 261-273. ISSN 1697-8293. Madrid (Espaa)

Estrella Martnez Rodrigo: Lectores dinmicos ante textos interactivos

Recibido: 01/10/2009Aceptado: 15/01/2010

# 15 REVISTA ICONO 14 - N 15 pp. 261/273 | 01/2010 | REVISTADECOMUNICACINYNUEVASTECNOLOGAS | ISSN: 16978293

C/ Salud, 15 5 dcha. 28013 Madrid | CIF: G - 84075977 | www.icono14.net

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LECTORES DINMICOS

ANTE TEXTOS

INTERACTIVOS

Estrella Martnez RodrigoProfesora de Comunicacin Audiovisual

Facultad de Comunicacin y Documentacin. Universidad de Grana-da. Campus Universitario de Cartuja, s/n. 18071 Granada (Espaa)Email:[email protected]

ResumenCon la aparicin de Internet, los mensajes en el entorno digital

pronto dieron lugar a la creacin y uso de los hipervnculos,que producen un nuevo tipo de textos. Mientras unos perci-ben este hecho como liberacin frente al texto impreso tradi-cional, otros lo interpretan como deshumanizacin, por consi-derar que los autores de dichos textos pierden todo protago-nismo, a la vez que lo ven un peligro para el rigor cientfico, acausa de la proliferacin de textos irrelevantes y annimos enla red, provocados por desarrollo de la tecnologa. En esteartculo trata de mostrarse la complementariedad entre ambostipos de composiciones escritas.

Palabras clave

Internet, interactividad, comunicacin,

mensaje, hipertexto

Key Words

Internet, interactivity, communication,

message, hypertext

AbstractFrom Internet, the messages in the digital

surroundings prompt gave place to thecreation and use of the hypertext, whichproduce a new type of texts. While onesperceive this fact like release front to the

traditional written text, others interpret it likedehumanization, to consider that the authorsof said texts lose all authority, at the same

time that they see it a danger for the scientificrigour, to cause of the proliferation of irrele-vant and anonymous texts in the Net, caused

by development of the technology. This articledeals with the complementarity between both

types of texts.
mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]


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IntroduccinUno de los temas ms relevantes de nues-tro tiempo es, sin duda, la globalizacin ysu dimensin cultural. A finales de la dca-da de los ochenta, el recurso a los ordena-dores en el mundo acadmico y, sobretodo, la difusin cada vez mayor de Inter-net conllevan una radical transformacinsocial y cultural: se pasa rpidamente delcontexto socio-cultural basado en el texto

impreso, al entorno digital. Estados Unidosestablece ya en los aos ochenta el uso deInternet en el mbito acadmico, y difundepublicaciones sobre una nueva forma detextualidad y de comunicacin basada enhiperenlaces.

Diversos acadmicos interpretaron la posi-bilidad del hipertexto en el medio digital

como una liberacin de la tirana del merotexto impreso. Para algunos, el hipertextofacilitaba que la escritura actuara en unmodo temporal que hasta el momento sloera posible para el discurso oral; esto haraposible la desaparicin de las diferencias,por ejemplo, entre lo culto y lo popular oentre lo pblico y lo privado, y por deriva-cin desapareceran tambin las diferenciasentre diversas disciplinas, reducidas a ca-minos de encuentro en la investigacin(Hesse, 1998). Se trata de un campo abier-to en el que el lector, a la vez que puedeelegir diversos itinerarios, puede convertir-

se en coautor de la obra (Rodrguez,2000).

Por el contrario, otros sectores de la aca-demia perciben el proceso como deshuma-nizacin porque el texto pierde gradual-mente su autora y cada vez ser ms difcil,reconocer el autor de un texto (Simone,1998). Lo consideran como una prolifera-cin enorme de textos annimos que ex-pone al lector a numerosos materialesirrelevantes, y perciben el desplazamientode los instrumentos que conformaban elmundo acadmico por el uso del hipertex-to, a causa del progresivo crecimiento delmundo digital. Comprueban que antes deestablecer claramente las categoras de losnuevos discursos, quedan aejas las estruc-

turas tradicionales. Estas dos posturas en-contradas no constituyen sino un puntoms en el itinerario de los clsicos debatesentre lo antiguo y lo moderno presentes entoda la historia intelectual de occidente yque adquieren particular virulencia en losmomentos de transicin. En cualquiercaso, tanto defensores como detractoresdel hipertexto, coinciden tambin en ver latecnologa como causa de las transforma-ciones, reconociendo su neutralidad en estefenmeno y su anterioridad a l. Lo que enningn caso se debe obviar es la necesidadde provocar el debate sobre la responsabi-lidad tica que su uso implica.


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Objetivos- Comparar las caractersticas del textodigital y del texto impreso.

- Analizar las teoras de los defensores ydetractores del texto hiperenlazado.

- Reflexionar sobre el concepto del hi-pertexto, su retrica y sus implicacio-nes en el mundo acadmico.

- Mostrar la libertad que los hiperenlacesaportan al lector de textos digitales.

MetodologaA lo largo de este trabajo se establece unrecorrido sobre la relacin entre el autor,el texto y el lector desde el punto de vistade la filosofa de la modernidad, de lapostmodernidad y de la poca actual, sea-

lando el predominio de uno u otro deaquellos elementos en cada poca y desta-cando la importancia que en los textoshiperenlazados adquiere el lector sobre elautor y el texto mismo.

1. Acerca del texto interactivoPodramos definir hipertexto como untexto en forma digital con diversos enlacesa otros textos. Se trata de un fenmenosocio-cultural posible gracias a una serie deavances tecnolgicos que cuenta, lgica-mente, con sus defensores y detractores.En principio, no es nada nuevo, sino queparece tener su origen en las composicio-nes de los clsicos textos acadmicos con

sus anotaciones a pie de pgina. La unidadde cualquier texto siempre ha sido relativay variable, por la relacin entre los trmi-nos que lo componen y por su relacintambin con otros textos.

El hipertexto actual, en cambio, tiende aconsiderarse desde una proyeccin posmo-derna entendindolo como un conjunto de

caminos enlazados y siempre abiertos anuevos enlaces sin fin (Landow, 1992), loque permite la descentralizacin del textomismo y de su autor.

Fuente: http://www.unisimonbolivar.edu.co/.../view. h ?id=325

Grfico n 1: Estilo hipertexto


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Pero aquella definicin puede ser analizadadesde otra perspectiva si se prescinde de

los paradigmas actuales y se reduce msbien a una experiencia comn. Basta pen-sar, por ejemplo, en la lectura de un libroque se debe detener por las diversas tarease investigaciones que esa misma lectura haprovocado. Mientras busca en otros escri-tos antes de conseguir continuar con ellibro primero, con los movimientos y tras-lados fsicos correspondientes, el lector no

ha dejado de establecer asociaciones menta-les e intelectuales, construyendo una espe-cie de hipertexto, slo que mediante unprocedimiento distinto al que proporcionael mundo digital.

Volviendo a las crticas al hipertexto, sereducen, en definitiva, a considerarlo untexto discontinuo a causa del proceso no

secuencial que lo genera. Se habla del usode fragmentos mediante un proceso nolineal a travs de diversas subordinacionesque distraen al lector. Se puede sintetizar lasituacin actual indicando que se trata deun proceso de cambio en el acto de la co-municacin que se conduce hacia un nuevoparadigma: si la modernidad se centr en elautor, y la posmodernidad en el texto, el

discurso hipertextual se entra en el lector.La aparicin del hipertexto en Internet sepercibe con unas connotaciones destructo-ras. Por un lado, quedaba difuminada ladistancia entre el lector y el autor sin losmediadores crticos anteriores; por otro, seperciba una cierta independencia de lanormativa acadmica a la que se vea sujeto

el texto, por lo que comienza a descalifi-carse desde esas instancias.

Es importante recordar, en cambio, quedesde la filosofa propia de la modernidad,el significado que se concede al texto sehace al margen del lector o del contexto delectura, lo que implcitamente conlleva lanecesidad de una intervencin de la autori-dad para interpretar correctamente el tex-

to. Asimismo, para precisar la nocin dehipertexto parece primordial aclarar elerror de quienes suponen que el hipertextono posee organizacin objetiva, sino quedepende del lector que va a utilizar losdiversos enlaces. Cabe aqu recordar, encambio, la etimologa de la palabra texto,

de textere entretejer o trenzar palabras,

fragmentos o bloques de textos. Lejos deser anrquica, su estructura simplementeactualiza su capacidad de completarse yenriquecerse mediante diversos contextos yproyecciones intertextuales incluidas en l,que se hacen manifiestas gracias a las de-nominadas lexias.

Utilizar el hipertexto no supone anular altexto ni a su autor, sino que conlleva la

Fuente: http://felixbahon. word-

press.com/2008/02/07/escribir-un-post-

no-es-lo-mismo-leerlo-tampoco

Grfico n 2: Representacin del acto

de acceder a un hipervnculo


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posibilidad de diferentes lecturas por partede autores diferentes. El hipertexto sigue

perteneciendo a un autor que crea el textoy lo controla a su modo, teniendo en cuen-ta las necesidades o deseos de los potencia-les lectores, desde su autonoma y libertadque le lleva a recurrir a otros hipertextosque, a su vez, le abren nuevas posibilidadesde enlaces.

Al mismo tiempo, es posible que en elrecorrido por los diversos enlaces de la red

se llegue a otros hipertextos que otrosautores habrn creado con objetivos muydiferentes. Todo depender de la tcnicautilizada y del grado de confianza deposita-da en la estructura del hipertexto corres-pondiente.

Por consiguiente, no se trata tanto de aso-ciaciones libres que un autor genera, como

de la perspectiva dialgica que cada autoradopta, cuando pretende comunicar con-ceptos mediante una serie de relacionesintertextuales. El lector puede elegir unosu otros enlaces segn sus propios interesesprevios o segn las asociaciones que cadatexto le vaya sugiriendo. La libertad dellector se traduce en la posibilidad de elegiruno u otro de los caminos ofrecidos por el

autor que ha creado la estructura mltiple.As pues, el estudioso se encuentra ante un

nuevo paradigma. El discurso dialgicodesde la perspectiva del lector, da explica-cin y sentido a lo que resultaba incom-prensible para los esquemas comunicativosde pocas anteriores centrados en el autoro en el texto. Es evidente que lo que endefinitiva cambia es la ubicacin del eje decada texto: en unos casos se considerabaque lo proporcionaba el autor, cuya inten-

cin se deba comprender para lograr unalectura correcta; en otros, todo el sentidose encontraba centrado en el texto mismo,y por consiguiente en los acadmicos quesancionaban su correcta lectura. Aqu elcentro lo constituye cada lector conformelee, desde un contexto determinado. Elhipertexto, con sus diversos enlaces haceposibles mltiples lecturas, pero no signifi-ca arbitrariedad ni incoherencia, sino liber-tad y creatividad del lector para elegir yordenar la informacin. En definitiva, ellector establece un acto comunicativo tantocon el texto como con el autor de dichotexto hiperenlazado.

2. Linealidad y secuencialidad de los hiperenlacesFrente a las diversas teoras mostradas hastaahora, el aspecto en que defensores y de-tractores (Amaral, Aarseth, Julio Rodr-guez, Nielsen) coinciden, y que ms serepite a la hora de describirlo, es el carc-

ter no lineal de este tipo de texto, su dis-continuidad, frente a lo que estamos acos-tumbrados a percibir en el libro tradicio-nal, que todos consideramos como lo natu-ral, lo normal y habitual a primera vista. En


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una mirada ms profunda, sin embargo, seadvierte que en los captulos o pginas de

un libro impreso se pueden encontrar o nosecuencias intertextuales. Cabe detenersebrevemente en tres consideraciones bsicassobre la naturaleza de este tipo de texto.

Algunos lo han calificado de anrquico,como opuesto a lo jerrquico o establecido,lo que carece de sentido ya que el autor deun macrotexto sigue una estructura jerr-quica y multilineal en su composicin,

mediante la creacin y ubicacin de losdiversos enlaces, de acuerdo con los mlti-ples trayectos posibles que intuye de in-ters para la disposicin general de su obra.

Otros consideran que este tipo de texto noentraa un orden determinado de lectura,por lo que deducen que carece de secuen-cialidad, precisamente porque pueden

darse mltiples secuencias. Pero, como enel caso que se acaba de considerar, estaapreciacin se debe al nuevo carcter deltexto, abierto, a diferencia del libro tradi-cional; aqu el texto est explcitamentedesarrollado y contextualizado a travs delos diferentes enlaces. Pero tanto al trasla-darnos al creador de esa red de textos,como al lector que vuelve a crearla en suacto de lectura, queda manifiesto el carc-ter de secuencia.

Un tercer grupo, en cambio, defiende quepueda hablarse de linealidad, ya que dichostextos pueden considerarse construidos nopor un solo comienzo y fin, sino por mu-chos diferentes. Es evidente la experienciapersonal e ntima, de carcter secuencial,

que todo lector desarrolla en el proceso delectura, pero interesa aclarar que todo

texto tiene en s mismo un principio y unfinal, aunque tambin los tenga desde unaperspectiva diferente para el autor o para ellector. Evidentemente estas nociones no seidentifican con el nmero de pgina inicialy final como en el texto impreso. Peroquien escribe debe tener en cuenta a losdiferentes lectores de tu texto, con susdiversas necesidades, intereses y capacida-

des de asociacin mental. Todo autor quequiera escribir un buen macrotexto debetener en cuenta que el destino de cada unode los enlaces tiene la posibilidad de ser elprimero o el ltimo en la trayectoria quecada lector haya elegido, partiendo de lalibertad que tiene cada lector para seguiruna u otra de las trayectorias que le ofrecenlos diversos vnculos.

Fuente:http://www.dolmendigital.es/ ar-

te/ayuda.htm

Grfico n 3: Representacin de texto inter-

calado en otro texto mediante un vnculo
http://www.dolmendigital.es/%20arte/ayuda.htmhttp://www.dolmendigital.es/%20arte/ayuda.htmhttp://www.dolmendigital.es/%20arte/ayuda.htmhttp://www.dolmendigital.es/%20arte/ayuda.htmhttp://www.dolmendigital.es/%20arte/ayuda.htmhttp://www.dolmendigital.es/%20arte/ayuda.htm


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Si nos fijamos en el texto, no podemosperder de vista en ningn momento la gran

diferencia entre el formato digital y elformato impreso, ya que elementos quepueden gozar de gran relevancia en elmundo impreso pueden no tener ningunaen el mundo digital. En el caso de un hiper-texto sern los enlaces los encargados deestructurar el comienzo y el posible final.Cada lexia o unidad mnima de significadodeber tener en cuenta este hecho. El lec-

tor ser guiado por los enlaces creados porel autor, para decidir personalmente adnde dirigirse, y descubrir la lexia que elbuen autor ha decidido destacar comocomienzo, para llegar, guiado por el autor,a aquellos lugares en los que oportunamen-te se llegue a conclusiones parciales.

As pues, este tipo de textos se construye

desde una configuracin abierta gracias alos diversos enlaces no slo dentro delpropio macrotexto, sino tambin con otrostextos que pertenecen a otras estructuras.

Por el contrario, el lector del texto impre-so queda sometido a la estructura inamovi-ble y a la sucesin predeterminada deprrafos y pginas. Podemos decir que, encierto modo, el lector se encuentra en unaen actitud pasiva, con la sola capacidad deaceptar o rechazar la norma preestablecida.Slo puede llevar a la prctica su deseo decontextualizar y relacionar lo que lee, fuerade los lmites del papel impreso que formauna unidad; deber recurrir a esquemas uotro tipo de anotaciones personales en los

mrgenes del libro o en otros lugares fuerade l.

A lo largo de este trabajo se ha repetido laimportancia de situarse en la perspectiva

del lector al estudiar los hipertextos. Y esobligado referirse ahora a la capacitacindel lector para una lectura correcta, ya queno toda lectura tiene por qu ser la adecua-da. En los textos a los que se viene hacien-do referencia no basta con reconocer letraso palabras, sino que se exige un talanteactivo por parte de quien va a desarrollar lalectura. En primer lugar, la estructuramisma del texto le empuja a elegir losenlaces que seguir; siempre cabe la posibi-lidad de hacerlo al azar, como ocurre alhojear un libro en papel. Esa ha sido lacausa de implantar ya el hipertexto en losmanuales tcnicos, que siempre tuvieronlectores activos y que hoy encuentranenormemente facilitado su trabajo, ya que

Fuente:http://201.234.71.135/portal/ uzine/ volu-

men22/html/articulo2_2.html

Grfico n 4: Representacin del recorrido textual

que el lector hace mediante los hipervnculos
http://201.234.71.135/portal/%20uzine/%20volumen22/html/articulo2_2.htmlhttp://201.234.71.135/portal/%20uzine/%20volumen22/html/articulo2_2.htmlhttp://201.234.71.135/portal/%20uzine/%20volumen22/html/articulo2_2.htmlhttp://201.234.71.135/portal/%20uzine/%20volumen22/html/articulo2_2.htmlhttp://201.234.71.135/portal/%20uzine/%20volumen22/html/articulo2_2.htmlhttp://201.234.71.135/portal/%20uzine/%20volumen22/html/articulo2_2.html


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cualquier referencia se encuentra ahora enel siguiente enlace.

En el mbito de las humanidades, en cam-bio, el uso de de hiperenlaces puede resul-tar mucho ms rico, pero de momento esetipo de lectores, ms reflexivos, muestranuna mayor resistencia a su uso. Mientrasuna enciclopedia o un libro tcnico preten-den difundir conocimientos concretos, loscontenidos de humanidades tienen otrocarcter y se recurre al libro para guiar a

los lectores desde el comienzo hasta elfinal, pasando por un desarrollo interme-dio, de modo que el contenido quede pro-tegido de cualquier adulteracin. De ah sutemor al hipertexto, que puede alejar del

eje central previsto y conducir por otrasrutas alternativas (Gaggi, 1997).

Como es lgico, el sujeto recibe sustancia-les implicaciones en este sistema, en el queno existe eje central, ni rutas sealadas paradirigirse a un enlace u otro, ni coordina-ciones preestablecidas, ni otras prioridadesque las que l mismo se marque.

En definitiva, este tipo de macrotextos,como ya se ha sealado, es multilineal ymultisecuencial, tanto desde la perspectivadel autor como del lector, aunque uno yotro no deban coincidir necesariamente enel orden de acceso a las diferentes lexias.La participacin activa del lector es, preci-samente, una de las principales caractersti-cas configurativas de estos textos abiertos.

3. Nuevo dinamismo de espacio y tiempoEn el contexto en el que se viene desarro-llando este estudio es muy comn subordi-nar este tipo de textos a la tecnologa quelo hace posible y restar toda importancia alas coordenadas espaciales donde se localizael texto y donde se lee (Gaggi, 1997). Estaconcepcin tiene su base en la desubicacin

de la red frente al libro impreso, ya que elservidor que aloja la informacin puedeencontrarse en cualquier lugar y los textosque ah se contienen estn al alcance decualquier persona ubicada en cualquierpunto geogrfico. Pero no hay que enga-arse con esta primera observacin, pues ellibro impreso puede enviarse igualmente a

cualquier lugar del mundo, siendo menosrelevantes el lugar donde el autor lo escri-bi y la imprenta que lo edit. Hay quedestacar que la verdadera diferencia resideen la facilidad del lector para acceder altexto correspondiente; si no todos, sonmuchas ms las personas que pueden dis-

poner de un determinado texto, y de formamucho ms rpida.

Lo que est claro es que tanto el textoimpreso como el macrotexto digital hansido creados por alguien, en unas determi-nadas circunstancias de espacio y tiempo, yen el correspondiente contexto social,cultural, histrico. As, obras como la


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Divina Comedia de Dante, El Quijote deCervantes o Los miserables de Vctor Hugo

se hallan localizadas en sus respectivossiglos y en los consiguientes marcos cultu-rales. Si en la sociedad actual se construye-ra un hipertexto a travs de cualquiera delas respectivas obras, o incluso a travs delas tres, con mltiples lexias que estable-cieran diferentes contextos y relacionesintertextuales, esa composicin quedaraineludiblemente unida a su autor o autores

y a su correspondiente contexto histrico ycultural, con caractersticas diferentessegn el planteamiento que utilizara elautor, segn su nacionalidad, etc. En defi-nitiva, tanto el macrotexto digital como eltexto impreso son producto de sus coorde-nadas histrico-culturales y tiene sus con-secuencias en el tiempo y en el espacio.

A partir de lo dicho, se est en condicionesde valorar la tcnica en su justa medida, almargen de valoraciones exageradas, parasepararla del contenido. Segn Gaggi(1997), en el espacio virtual no existendirecciones claras ni ejes establecidos paraque el lector pueda posicionarse. Ya se hacomentado en pginas anteriores la falta desentido de este planteamiento tanto desde

el punto de vista del lector del macrotextocomo de su autor.

Se pretende aqu, ms bien, establecer elcentro en el concepto de espacio, comoelemento cultural. En los saberes y cono-cimientos basados en la cultura de transmi-sin oral, el texto ocupaba un espacio de

carcter dinmico, en constante transfor-

macin. Frente a este mensaje oral, elescrito, y sobre todo la imprenta, aporta-

ron la estabilidad del texto por lo que los

signos impresos tienen de inmutables; perode ah se deriv la aplicacin de dicha in-mutabilidad al mensaje.

Es lgico que se acelerara entonces el desa-rrollo de un tipo de ciencias que avanzaba

gracias a la nueva posibilidad de utilizarsignos estables que podran reproducirestructuras exactas. Es el caso de de lasciencias exactas y tambin de las humani-dades, pero en las segundas este hechocontribuy a la creacin de un discurso decarcter dogmtico, a partir de la percep-cin de un mensaje universal, de la crea-cin de un canon y, en consecuencia, de la

Fuente:http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com

Grfico n 5: Portada de la

obra completa
http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com/http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com/http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com/http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com/http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com/http://don-quijote-de-la-mancha.uptodown.com/


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fundacin de un cierto estatus de poder porparte de los entendidos o expertos.

El pensamiento posmoderno complica estasituacin cuando pone el acento en elcarcter intertextual de cualquier texto,recuperando el carcter dinmico del textooral que haba sido desplazado en ciertomodo por la imprenta. Se parte entoncesde la continua transformacin a que seencuentran sometidos tanto textos comocontextos y se provoca una reaccin de

aoranza de aquella impresin de estabili-dad y de seguridad de la poca anterior,aunque se reconozca como deficiente ypoco operativo el texto impreso. Se de-manda en esa etapa un texto dinmico quese considera imposible conseguir en el libroimpreso.

Realmente, hablar de textos dinmicos es

hablar de lectores dinmicos, activos, yaque el texto potencial se actualiza mediantela lectura individual de cada lector; se creaas un nuevo tipo de espacio que requiere laintervencin de un lector activo y la facili-ta. En esto consiste el hipertexto, que sinrechazar en absoluto el texto estable, recu-pera de algn modo las caractersticas de lacomunicacin oral, en lo que tiene dedinmica y de dependiente del receptor encuanto a ser capaz de dotarla de significado.

Si se quisiera buscar un ejemplo perfectode macrotexto, sin duda se podra encon-trar en lo que se ha denominado gran librode la naturaleza. En efecto, all se puedereconocer un inmensurable texto, coninnumerables enlaces y mltiples relaciones

textuales. En la naturaleza, cada elementopuede situarse al comienzo o al final de la

lectura: el agua, el aire, las nubes, los pja-ros, las ramas, los rboles, las races, lahumedad No es el libro de la naturale-za, sino el contexto de quien la observa, lo

que otorga prioridad a una parte cualquierasobre otra. Sin duda todos los componentesde la naturaleza se encuentran enlazadosentre s de alguna forma que nunca es ca-tica. Adems, no se trata de una relacin

esttica sino dinmica, que puede ser expli-cada por personas desde su propio procesode transformacin, es decir, desde su pro-pio dinamismo.

Ciertamente es posible viajar por la natura-leza partiendo de cualquiera de sus elemen-tos constitutivos, lo mismo que puedehacerse a lo largo de los diversos enlaces de

un macrotexto, al menos en su versinideal. En la versin prctica, tanto los obje-tivos, como las diferentes preguntas retri-cas planteadas y por plantear provocarnformas peculiares en los textos impresos yen los digitales hiperenlazados.

La comparacin del texto creado hiperen-lazado con el libro de la naturaleza facilitade alguna forma entender mejor los logrosy los lmites de las descripciones que se hanido haciendo del macrotexto. Landow(1992), que es el referente indiscutiblepara el estudio de este tema, considera queel texto impreso cuenta con una fijacinespacial de la que carece el texto electrni-co por no tener ni pretender una versin ouna presentacin definitiva. Aclara,


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adems, que el segundo goza de un ciertogrado de dinamismo, por un lado, en el

sentido de que siempre es susceptible decorrecciones u otras modificaciones enmuy poco tiempo, y por otro, a causa de laatomizacin o dispersin que los enlaces leproporcionan frente al texto impreso.

Landow construye su afirmacin desde elpunto de vista del texto y lgicamente lofavorece frente al autor o al lector, lo quele permite utilizar trminos como atomiza-

cin o dispersin, que remiten a una reali-dad no dinmica, esttica, que se puedetransformar, renovar o censurar. Esteautor puede utilizar dichos trminos por-que se fija en las distintas partes del texto,volviendo a la metfora de la naturalezaque se ha venido utilizando.

Observando el macrotexto desde un dis-

curso dinmico, cada parte podra ser ob-servada como elemento de un ecosistema,cuyos enlaces estn relacionados de formacomplementaria, ajenos a la idea de disper-sin. De este modo se vuelve a conceptosdesarrollados ms arriba, como no-secuencial o no-lineal, que no puedenaplicarse al autor ni al lector, sino al textomismo. As, los enlaces complementan,unen, crean proximidad, lejos de dispersar;y las mltiples relaciones establecidas a lolargo del texto sustituyen lo que se habaconsiderado atomizacin. Se llega de estemodo al ecosistema que el lector percibe.

Puede ayudar a comprender mejor todo loexpuesto hasta aqu la comparacin con eldiscurso hablado. Mediante el texto hiper-

enlazado se recuperan algunas caractersti-cas de dicho discurso, sin abandonar las

notas del texto impreso considerado comoestable. Tambin la msica puede servirpara comprender esta situacin y paramostrar que este proceso no ha surgido dela nada, sino que est generando y desarro-llando desde hace tiempo. Ni la palabrahablada ni la msica haban logrado serrecogidas en los textos impresos, a pesar delos abundantes intentos a lo largo de la

historia. Lo que hasta hace relativamentepoco era un acto transitorio y perecedero,limitado a tiempos y lugares precisos, pare-ce alcanzar su madurez gracias al mediodigital, que dota al signo-sonido de dina-mismo y estabilidad al mismo tiempo,capaz de dar lugar a una composicin musi-cal concreta en las relaciones intertextua-les.

As, el ejemplo de la expresin musical y supotencial digital nos ayuda a comprender elproceso de asociacin de los textos hiper-vinculazos: por un lado, se aporta estabili-dad al sonido; por otro, conservan algunascaractersticas temporales pertenecientes ala tradicin oral, todo ello, al tiempo quese potencia el dinamismo del texto.

Sin duda, se trata de un momento muypeculiar de de transicin y cambio; la so-ciedad se sita ante uno de esos jalones dela historia de la civilizacin humana, porproducirse un cambio de paradigma. Mien-tras tenemos ante nuestros ojos un nuevoorden, contamos, en cambio, con los ins-trumentos conceptuales del que estamos


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dejando, con la paradoja que supone utili-zar esos instrumentos antiguos para descri-

bir lo nuevo.As, el nuevo sistema origina una nuevaubicacin en un espacio potencialmentedinmico, es decir, temporal, frente alatemporal o meramente fsico. A partir deahora el texto queda expuesto a una actua-

lizacin continua, frente a la estabilidad deque gozaba en el libro clsico. Mientras en

el pasado el libro se haba convertido en unreferente de permanencia de sus conteni-dos a lo largo del tiempo, en el nuevosistema ser el tiempo el que pueda hacersepresente en cualquier sitio.

Conclusiones- El texto impreso cuenta con una fija-

cin espacial de la que carece el textoelectrnico por no tener ni pretenderuna versin o una presentacin definiti-va.

- La verdadera diferencia entre el textoimpreso y el digital reside en la facilidadde acceso del lector; si no todos, son

muchas ms las personas que puedendisponer de un determinado texto en lared.

- Los enlaces complementan, unen, cre-an proximidad, lejos de dispersar; y lasmltiples relaciones establecidas a lolargo del texto sustituyen lo que se hab-a considerado atomizacin. Se llega de

este modo al ecosistema que el lectorpercibe.

- Tanto el macrotexto digital como eltexto impreso son producto de sus co-

ordenadas histrico-culturales y tienesus consecuencias en el tiempo y en elespacio.

- El hipertexto, sin rechazar en absolutoel texto estable, recupera de algn mo-do las caractersticas de la comunica-cin oral, en lo que tiene de dinmica yde dependiente del receptor en cuanto

a ser capaz de dotarla de significado.- Lo que hasta hace relativamente poco

era un acto transitorio y perecedero,limitado a tiempos y lugares precisos,parece alcanzar su madurez gracias almedio digital, que dota al signo-sonidode dinamismo y estabilidad al mismotiempo, capaz de dar lugar a una com-

posicin musical concreta en las rela-ciones intertextuales.


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