Ian Grey - Stalin
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STALIN (Ian Grey)
NOTA DEL AUTOR
Han pasado ms de treinta aos desde la muerte de Stalin. El incesante
clamor de elogios que acompa a su nombre en la Unin Sovitica se ha acallado. En Occidente su mencin provoca indignacin y crtica. Se
le considera un dspota perverso, el mayor criminal de la historia. Como un icono situado delante de su lmpara de aceite, y tan tiznado que sus rasgos apenas son visibles, se ha convertido en una sombra
confusa, que slo con dificultad puede ser identificada.
Stalin fue, sin embargo, un gobernante en la tradicin de Ivn el Terrible y Pedro el Grande. Eran grandes su valor, su habilidad y sus
objetivos. Su enrgico liderazgo transform una nacin vasta, atrasada y agrcola en una potencia industrial moderna. Fue tambin despiadado e inhumano en sus mtodos. Al igual que muchos hombres
excepcionales, era una amalgama de cualidades diversas.
No faltan los libros e informes algunos sensacionalistas, eruditos otros, y muchos inspirados por la malicia y el odio dedicados al lado
lbrego de su mandato. Han tenido tendencia a oscurecer y distorsionar, levantando barreras que impiden entender al hombre y su
importancia. Escasean los estudios sobre sus aspectos positivos.
El retrato distorsionado de Stalin es en parte obra de Trotski y de sus partidarios. Han contribuido, adems, otros factores tales como la idolatra a Lenin, la amargura de los socialdemcratas exiliados, y los
juicios ticos de los historiadores occidentales. A todo esto hay que aadir el discurso pronunciado por Kruschev en el XX Congreso del
partido en 1956 y el parcial rechazo de Stalin por el partido y el gobierno sovitico, as como las confusas medidas de desestalinizacin.
Trotski, hombre de gran talento y ardor, pero tambin posedo de una extrema arrogancia, estaba convencido de haber sido derrotado y
humillado como resultado de las maquinaciones de Stalin. Nunca pudo aceptar que Stalin se hubiera convertido en el lder del partido y de
Rusia, y se dedic a manifestar su odio por el hombre al que deca despreciar. Trotski era un enemigo rencoroso, y un escritor poltico polemista ms que historiador siempre dispuesto a distorsionar e
inventar pruebas en contra de sus oponentes.
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Los trabajos sobre Stalin citados y ledos con ms frecuencia son:
Stalin: valoracin del hombre y de su influencia, de Trotski, y la biografa escrita por Boris Souvarine, comunista francs contemporneo, simpatizante de Trotski e igualmente inspirado por el odio hacia su
biografiado.
Tambin destaca entre los simpatizantes y partidarios de Trotski en Occidente Isaac Deutscher, cuya familiaridad emocional e intelectual
con l se manifiesta en una biografa de tres volmenes. Deutscher tambin escribi una interesante y erudita biografa de Stalin, pero sigui en ella fielmente la lnea marcada por Trotski. Tambin otros, y
especialmente el profesor E. H. Carr, destacada autoridad en la Revolucin y en la era de Stalin, se han aproximado a la interpretacin
de Trotski.
Mientras Stalin ha sido execrado, se ha deificado a Lenin. En la Unin Sovitica, desde luego, la idolatra a Lenin ha alcanzado extremos
difcilmente crebles. Pero tambin en Occidente, muchos escritores Souvarine y Dutscher en particular han descrito a Lenin con una gran admiracin no sometida a crtica. Aunque fue un gran lder
revolucionario, Lenin tuvo muchos defectos y dist mucho de ser infalible. En ocasiones no pasaba de ser un poltico sin escrpulos, decidido a conseguir el poder. Ms an, fue l quien foment el terror,
los campos de trabajos forzados, la supresin de toda oposicin, la organizacin monoltica del partido y del Estado y otros aspectos del
sistema sovitico que son anatema para la opinin liberal occidental, y que se atribuyen por regla general a Stalin. Sin embargo, el ensalzamiento de Lenin parece exigir la denigracin de Stalin, aunque
ambos fueron los creadores de la Rusia sovitica, y la contribucin de Stalin no fue en absoluto la menos importante.
Los disidentes soviticos condenan a Stalin, pero estn divididos
respecto a Lenin. Roy Medvedev, que an permanece en la Unin Sovitica y contina siendo un comunista convencido y seguidor de Lenin, mantiene que Stalin fue enteramente responsable de las
aberraciones del rgimen sovitico. Su libro Que juzgue la historia es un intento ininterrumpido de culpar al estalinismo. Soljenitsin sostiene que
la poltica de Stalin y del sistema comunista son ajenas a la vida rusa, y desde luego son aberraciones malignas, engendradas por Lenin y el partido. Se sita cerca de los eslavfilos que solicitan el retorno a las
tradiciones de la Rusia ortodoxa y aparentemente idealizada y vieja Moscovia del zar Alexis Mijilovich. Ambas ideas me parecen
inaceptables, como trato de mostrar en esta biografa.
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Los intentos de los historiadores occidentales para entender y representar a Stalin son normalmente estrangulados por los principios
ticos y la indignacin moral. Parten de la premisa de que fue un dspota que medr haciendo el mal y cuya cnica preocupacin era satisfacer su ansia de poder. En general son contrarios a admitir que
tuviera otro objetivo o ni siquiera que tuviera dotes de ningn tipo, excepto tal vez astucia y crueldad.
Richard Pipes, profesor de historia rusa en la Universidad de Harvard, a
quien respeto por sus conocimientos, ofrece pruebas sorprendentes de la casi deliberada negativa o incapacidad de los acadmicos occidentales para escribir sobre Stalin desapasionadamente. As ha
afirmado que Stalin no posea talento de estadista, que su mayor don, la capacidad de penetrar en lo peor de la naturaleza humana, fue
en definitiva negativo, y que anim a Hitler a iniciar la guerra y, hecho esto, confi las decisiones estratgicas ms importantes a soldados profesionales como Zukov. Estos juicios y otros similares son en mi
opinin tan contrarios a los hechos, que llegan a ser perversos, pero son representativos de mucho de lo que se ha escrito sobre l en el mundo occidental. La subida al poder y al mando de Iosif Stalin constituye uno
de los ms extraordinarios captulos de la historia. Su familia, su medio ambiente y su infancia no contribuyen en nada a la comprensin de su
personalidad y su vida. Existan numerosos obstculos para que consiguiera relevancia alguna: corta estatura, aspecto vulgar, cara picada de viruela y defectos fsicos; no era ruso, sino georgiano y del
linaje ms humilde; haba recibido una educacin slida, pero dentro de los lmites estrictamente conservadores de un seminario ortodoxo. Con
estos comienzos tan poco prometedores, su vida sigui una trayectoria ascendente hasta que se convirti en el dirigente absoluto de una nacin con ms de doscientos millones de habitantes.
Las cualidades que le llevaron a mandar a otros hombres y que le
convirtieron en rbitro de sus destinos fueron su gran inteligencia altamente disciplinada, su firmeza, su voluntad implacable, su valor y
su inflexibilidad. Aunque su educacin formal haba sido limitada, fue un lector incansable. Estudi la historia de Rusia y de otros pases, prestando especial atencin al pasado en cuanto a la formulacin de los
programas polticos, las habituales ocupaciones del gobierno y la estrategia en tiempos de guerra. Lleg a ser un experto en muchos temas, poda pasar de un tema a otro con maestra, y jams olvidaba
nada.
Desde que se convirti, durante su juventud, en revolucionario y despus en bolchevique, se mantuvo firme en su dedicacin al
marxismo-leninismo. Pero esta dedicacin se funda con otra lealtad
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que le obsesionaba. Viviendo y trabajando en Rusia, se convirti en un
ruso. Se identific completamente con su pas de adopcin, y se revel como un autcrata esencialmente ruso.
En su entrega a las dos causas Rusia y el marxismo-leninismo lleg
a sentirse plenamente convencido de que era un hombre que pasara a la historia; su destino era gobernar Rusia de acuerdo con el dogma del marxismo-leninismo, convertirla en un pas seguro y poderoso, y crear
una nueva sociedad. Ningn sacrificio era excesivo para esta causa, y en un futuro el pueblo ruso conseguira la recompensa en paz, justicia y
bienestar. La poltica de socialismo en un pas, las campaas de industrializacin y colectivizacin, los sucesivos planes quinquenales, e incluso las purgas iban dirigidas a este objetivo. Todos aquellos que se
oponan o eran sospechosos de oponerse a l en el gran diseo de la historia, eran enemigos y deban ser eliminados.
Como hombre, Stalin era extraordinario y a veces desconcertante. A
pesar de su reputacin, era muy humano, sensible a los sentimientos de los dems y capaz de sentir gran afecto. Amante de la soledad, posea un cierto encanto y un vivo sentido del humor; intent ser un
padre para sus hijos, pero fracas; en su vida privada era extremadamente tico, casi puritano, y vivi de manera sencilla, sin lujo
de ningn tipo. Pero su comprensin y benevolencia estaban con frecuencia dominadas por su desconfianza y suspicacia crnicas, por explosiones de ira y por su inflexibilidad. Paradjicamente, no era un
hombre cruel no le produca placer hacer sufrir a los dems, pero se mostraba inflexible en su predisposicin a sacrificar vidas humanas
a gran escala para llevar a cabo sus planes y conseguir sus objetivos.
Entre Stalin y los lderes occidentales haba una diferencia de perspectiva fundamental. El liberalismo y el humanitarismo proclamado en Occidente le parecan poco realistas para su pueblo, que no estaba
preparado para tales lujos. Pero los principios humanitarios de los lderes occidentales le parecan, adems, hipcritas. Por ejemplo, ellos
hacan una distincin arbitraria entre guerra y paz que l no aceptaba. Rusia estuvo en estado de guerra; en su opinin, no slo mientras duraron las hostilidades contra Alemania, sino durante toda su vida.
Churchill evidentemente acept la innecesaria matanza de ciento treinta y cinco mil hombres, mujeres y nios en Dresden, porque se llev a cabo en tiempos de guerra. Truman no dud en lanzar la bomba
atmica sobre Hiroshima y Nagasaki, aunque ello no era necesario para conseguir la victoria sobre Japn. Pero se mostraban indignados por la
muerte de doce o catorce mil militares y civiles polacos que eran antirrusos y constituan un peligro real para la nacin, as como por la eliminacin de disidentes, que podan minar el poder de Stalin. Sobre
tales incidentes, as como respecto al tratamiento de la cuestin polaca
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y otros temas importantes, apareca una manifiesta divergencia de
perspectiva entre Stalin y los lderes occidentales.
Algunas tradiciones rusas surgidas con la formacin de Moscovia han mantenido una impresionante continuidad en la historia de Rusia,
perdurando hasta el siglo XX. Stalin, sus orientaciones y su mandato estaban firmemente basados en estas tradiciones. En la breve introduccin que sigue a estas lneas sealo los ms importantes y
profundamente arraigados de estos factores histricos, que tienen una relevancia directa para este estudio.
En el futuro, la polmica sobre Stalin sin duda continuar. Pero espero
que se estudiarn los aspectos ms positivos y dinmicos de su mandato. La Rusia sovitica es hoy da una superpotencia con una
armada probablemente ya superior en efectivos a la de Estados Unidos, un ejrcito ciertamente ms numeroso, y una capacidad armamentista al menos igual. Stalin fue el artfice y organizador de este podero
militar y econmico, que ha sido conseguido en un espacio de tiempo sorprendentemente corto.
Uno de los objetivos bsicos de Stalin fue siempre superar el atraso y la
debilidad, y conseguir un nivel semejante al de Occidente. Este objetivo se ha cumplido slo unos aos despus de su muerte. De manera sorprendente, esto se simboliz en Vladivostok en noviembre de 1974
con motivo del SALT II. Segn ha observado Raymond L. Garthoff: El objetivo poltico fundamental de los rusos ha sido conseguir el
reconocimiento de la igualdad entre la Unin Sovitica y Estados Unidos. Igualdad en su ms amplio sentido poltico y poltico-militar, as como estratgico, que supone el fin de la inferioridad de la Unin
Sovitica en sus relaciones con Estados Unidos, y esto fue formalmente reconocido en Vladivostok.
La lucha por el poder y la necesidad de un equilibrio de fuerzas son tan
relevantes para el mundo en el siglo XX como lo fueron en siglos anteriores. Pero con frecuencia ambas rivalidades aparecen difuminadas por los problemas de los derechos humanos, de los pases
en desarrollo y otros similares que suponen una preocupacin real y urgente. Occidente est particularmente interesado en estos temas, y es conveniente saber que sin embargo no son considerados prioritarios por
los soviticos. Maquiavelo, cuya obra El prncipe se dice que fue estudiada a fondo por Stalin, defenda que la conducta y las medidas
polticas deberan ser consideradas sin tener en cuenta la moral cristiana. Stalin sigui este precepto: cuando trataba las realidades
polticas, dejaba a un lado la ideologa, y sus programas polticos son todava los programas polticos de la Unin Sovitica. Slo conociendo
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estos programas polticos y las actitudes nacionalistas que los
informan, el estudio del hombre y de su poca adquieren especial significacin e importancia.
Este estudio es, pues, un intento de sacar el tema del cmulo de
distorsiones, prejuicios y ofuscacin en el que ha sido enterrado. He intentado presentar brevemente la vida de Stalin, sus objetivos y puntos de vista, y, hasta donde me ha sido posible, con el escaso material
disponible, dar a conocer al hombre. No he pretendido atenuar, ni mucho menos justificar, los hechos inhumanos de su mandato: stos
estn bien documentados. Pero he renunciado a los juicios de valor y he mantenido al margen mi propia opinin poltica, aunque, como nacido y educado en la tradicin del imperio de la ley y del sistema de gobierno
parlamentario, encuentro los dogmas marxistas totalmente inaceptables, y rechazo de plano las opiniones de la mayora de los
marxistas. As, he in-tentado entender y presentar a Stalin en su propio contexto ruso; espero haber sido capaz de evitar, al menos en parte, lo que Marc Bloch describi como ese enemigo satnico de la historia : la
mana de emitir juicios. Stalin, que era proclive a invocar el nombre de la deidad, hubiera dicho probablemente: Esto es por Dios.
Stalin y Rusia presentan un campo de estudio amplio y desafiante. Las
dificultades del historiador se ven, sin embargo, seriamente agravadas, tanto por la falta de materiales como por la falta de credibilidad de buena parte de los documentos disponibles. No se sabe nada sobre
algunos periodos de su: vida : especulaciones y rumores llenan los vacos.
Stalin por su parte es excesivamente reservado. Aparentemente no
estaba interesado en el veredicto de la historia. Roosevelt estaba mucho ms preocupado por el lugar que ocupara en ella. Hitler tambin estaba preocupado por el veredicto de la historia. Churchill escribi
profusamente para registrar, explicar y justificar sus acciones frente a la posteridad. Stalin no intent nada de eso; tena una vida pblica y
una privada. Las adulaciones del culto a la personalidad se referan a su vida pblica. Las biografas oficiales publicadas durante su vida por Yaroslavsky, Reria, Barbusse y otros, son tambin parte de ese culto.
Si, como afirm Kruschev, revis cuidadosamente su breve biografa oficial para asegurarse de que se le describa como convena al culto a su personalidad, no hay que olvidar que eso afectaba a su vida pblica
y formaba parte del boato del poder. Pero l no escribi nada sobre s mismo, ni sus pensamientos ntimos ni sus motivaciones. Nadie le
conoci verdaderamente, pero hubo algunos que captaron aspectos del hombre. El historiador debe basarse en los documentos oficiales los discursos y artculos de Stalin y en los escritos de otros.
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La mayor parte del material publicado en Occidente sobre Stalin ha sido escrito por personas que le eran hostiles o que tenan prejuicios contra
l. Trotski y Souvarine han sido mencionados anteriormente. Este material es interesante y con frecuencia muy valioso, pero debe ser tratado con precaucin. A menudo es tendencioso y no se puede
verificar. Si se exigieran pruebas que demostraran su veracidad, tal como se hace en los tribunales britnicos, gran parte sera considerada inadmisible.
Ejemplo de esto es la tan citada afirmacin, supuestamente hecha por Stalin, quien una noche de verano en 1923, abriendo su corazn a Dzerzinsky y a Kamenev, dijo: Elegir una vctima, preparar los planes
minuciosamente, cumplir una implacable venganza, y despus irse a dormir... no hay nada ms dulce en el mundo. Dejando a un lado la
circunstancia de que este testimonio de odas fue consignado con reservas por Souvarine, a quien presumiblemente se lo dijo Kamenev, tanto el contenido del comentario como la idea de Stalin abriendo el
corazn a estos dos hombres, no me parecen en absoluto propios de l. Pese a todo, este comentario se cita generalmente como un hecho.
El discurso de Kruschev con ocasin del XX Congreso del Partido
Comunista y los volmenes de sus memorias son muy interesantes, pero tambin tienen que ser tratados con precaucin. Su nica preocupacin era degradar a Stalin mientras se salvaba y justificaba a
s mismo, e hizo todo lo posible por conseguirlo.
Mientras estuvo en el poder, se destac cada vez en mayor medida su liderazgo militar durante la II Guerra Mundial, cuando era comisario
poltico. La obra en seis volmenes Historia de la gran guerra patritica de la Unin Sovitica (1941-1945) contiene gran cantidad de material
valioso y objetivo, pero tambin, mientras ensalza el papel relativamente poco importante de Kruschev, hace una mencin crtica y marginal de Stalin. Desde su cada del poder, el genio militar de Kruschev ha sido
olvidado, y se ha hinchado el insignificante papel de Breznev en la guerra. No obstante, la denigracin de Stalin ha tocado fondo; de nuevo
se empieza a rendir homenaje a su liderazgo durante la guerra y a otros aspectos de su mandato.
En vida de Stalin, los generales rusos no se atrevieron a publicar memorias. La versin oficial era que Stalin, como gran lder y supremo
comandante en jefe, haba llevado a la Unin Sovitica a la victoria. Las memorias de los generales podran haberse apartado de esta versin, y
Stalin mismo habra mostrado su desaprobacin por ser la autoglorificacin de los generales a nivel individual. Estos, de hecho,
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haban recibido un reconocimiento considerable en forma de
condecoraciones, ascensos y las grandes salvas con las que se haban celebrado las victorias en su momento, y, con la excepcin de Zukov,
haban mantenido puestos de relevancia.
Despus del XX Congreso del Partido en 1956, los generales soviticos, ansiosos como sus colegas occidentales de relatar sus hazaas militares para promocionarse y justificar sus acciones, se lanzaron a la
publicacin de libros. Fueron tan numerosas las memorias, que un acadmico norteamericano, Seweryn Bialer, public una antologa con
numerosas notas y comentarios. Esto ocurri en plena desestalinizacin y muchos escribieron sobre los errores de Stalin y su falta de preparacin militar. Naturalmente, se pona el nfasis en sus errores, y
sus aciertos como jefe militar no se mencionaban, aunque todos dejaban bien claro que como comandante supremo mantuvo el control
sobre todos los frentes y sobre las principales operaciones. Desde la primera avalancha de memorias, sin embargo, el pndulo se ha inclinado hacia un reconocimiento relativo de su papel. En este estudio
me he basado casi enteramente en las memorias de Zukov, Rokossovsky y Shtemenco, y en los artculos de Vasilevsky, porque estos hombres trabajaron estrechamente con Stalin.
Lderes, oficiales y jefes de servicio occidentales han vislumbrado aspectos que contribuyen a perfilar un retrato del hombre. Tienen especial valor las memorias de Hopkins, Churchill y Harriman, as como
las ocasionales intuiciones de Birse, el intrprete. Pero el ms importante de todos, por supuesto, es el retrato de Stalin que nos
presenta su hija en el libro Veinte cartas a un amigo, que me impresiona por su espontaneidad y por ajustarse a la verdad. Me he inspirado profundamente en l. El segundo libro de Alliluyeva, Solamente un ao, pertenece a una categora diferente. Fue escrito en Estados Unidos despus de haber roto los lazos de unin con su pas, y en sus juicios
sobre su padre se aprecia seguramente la influencia de sus nuevos amigos occidentales. Entre estos estaban Kennan y otros que leyeron el manuscrito del libro, y cuyas interpretaciones bsicas de Stalin yo
rechazo. Slo me queda sealar que la suya aunque posteriormente ha regresado a su pasfue la ltima traicin a su padre, que podra
haber dicho, con palabras del rey Lear:
How shaper than a serpent's tooths it is To have a thankless child!
(Tener un hijo ingrato hace ms dao que una mordedura de serpiente.)
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TALIN (Ian Grey)
1. LA TRADICIN RUSA
Algunas caractersticas del mandato de Stalin, que son ajenas a los
conceptos occidentales, estn enraizadas en la historia y la manera de ser del pueblo ruso de forma duradera. Son parte de la tradicin rusa
de la que era heredero, y que mantuvo por las mismas razones que sus predecesores.
Las ms importantes de estas tradiciones han sido: la supremaca del
Estado; el poder absoluto del autcrata, como encarnacin del Estado, sobre las vidas, la propiedad y los pensamientos de todos los sbditos, de los ms importantes a los ms humildes; el sentimiento de
vulnerabilidad; el laconismo y la desconfianza, especialmente hacia los extranjeros occidentales; el sentimiento de superioridad y mesianismo; la sensibilidad a las crticas y el ejercicio brutal de la autoridad. Los
viajeros de Occidente que visitaron el pas durante el reinado de Ivn el Terrible y los observadores de la Rusia de Stalin han advertido las
mismas caractersticas. Sus observaciones transmiten una sensacin de continuidad, e incluso de ausencia de cambios, en la historia rusa.
La historia de Rusia constituye una batalla pica e interminable para
colonizar la inmensa llanura euroasitica. Un clima extremado de inviernos largos y muy fros, y veranos cortos y calurosos; una llanura enorme, sin barreras defensivas naturales, y una red de ros
caudalosos, marcaron las condiciones en las que se cre la nacin. Pero ha sido una nacin asediada, situada en las fronteras entre Europa y Asia, entre pueblos sedentarios y nmadas, y sometida a constantes
ataques.
En Occidente los pueblos han luchado por la riqueza y por los derechos polticos y econmicos. La primera preocupacin de los rusos de todas
las generaciones ha sido defender a su pas y a sus familias de los invasores. La invasin y la guerra han moldeado su manera de ser, su sistema poltico. Han aceptado la subordinacin total al Estado, del
mismo modo que han aceptado el poder absoluto del autcrata, debido primordialmente a que la supervivencia nacional exiga un Estado
centralizado y un gobernante capaz de movilizar todos los recursos humanos y materiales para la defensa.
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El Imperio de Kiev, primer paso para la formacin de la nacin rusa, se mantuvo durante unos tres siglos y medio. Pero no pudo resistir las
destructivas olas invasoras de los pechenegos, cumanos y otras tribus nmadas de Asia, ni el avance de las tribus germnicas que empujaron a los lituanos y a los letones hacia el norte. En busca de seguridad, los
rusos se desplazaron hacia Galitzia y Bielorrusia, pero su migracin principal fue hacia los bosques de la parte alta de los ros Volga y Oka. All, Mosc se convirti en el centro de la nueva nacin rusa. Despus,
en el siglo XIII, se produjo la invasin monglica.
Las hordas de Gengis Khan arrasaron la llanura eurasitica destruyndolo todo a su paso. La conmocin causada por la ferocidad
de los dos siglos siguientes, causaron una profunda y duradera impresin en los rusos y en el naciente Estado de Moscovia. La
autoridad del Gran Khan se impuso sin piedad. El Yasa, recopilacin de las leyes militares y civiles del Imperio mongol, estableca la pena de muerte para la mayor parte de las infracciones a la ley. El impago de
tributos o el no proporcionar el nmero requerido de reclutas y, lo peor de todo, la rebelin, eran castigados rpida y salvajemente. Se exiga a
los rusos y a los de-ms pueblos sometidos una obediencia servil.
En el siglo XV los grandes prncipes de Mosc se sacudieron el yugo mongol. Pero tenan ante s la formidable tarea de crear la nueva nacin rusa. Esto exiga defender sus tierras, y al mismo tiempo reconquistar
el territorio habitado por rusos ortodoxos bajo dominacin extranjera y colonizar las extensas tierras hacia el sur y hacia el este. Moscovia
sufra continuos ataques del khanato de Kazn, hasta que el zar Ivn IV lo conquist en 1552, y de los suecos, polacos, lituanos y alemanes por el oeste.
Durante estos aos, sin embargo, el desgaste ms constante y significativo de la joven nacin rusa lo constituy la incesante guerra contra los trtaros del khanato de Crimea, tras los que estaba su
soberano el poderoso Imperio otomano.
En sus frecuentes ataques, que a veces se producan una vez al ao, los trtaros surgan de repente de las estepas, saqueando y destruyendo,
pero procurando principalmente conseguir prisioneros que serian luego vendidos como esclavos en los mercados del Mediterrneo. Los rusos guarnecan sus defensas, que en algunos lugares no estaban ., ms de
trescientos kilmetros al sur de Mosc. Gradualmente fueron creando puestos defensivos y ciudades fortificadas a lo largo de esta frontera
meridional, y comenzaron a extenderse hacia el sur.
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Esta lucha contra los trtaros domin la historia de Rusia durante casi tres siglos. El historiador ruso Klyuchevsky ha hecho la siguiente
observacin: Si pensamos en la cantidad de tiempo y en las fuerzas materiales y espirituales consumidas en esta agotadora, violenta y dolorosa persecucin de los depredadores esteparios, casi no es
necesario preguntarnos lo que hacan los pueblos del este de Europa mientras la Europa occidental consegua sus xitos en la industria y el comercio, la vida social, las artes y las ciencias.
El khanato de Crimea fue finalmente conquistado, y en 1783 incorporado el Imperio ruso. Las invasiones y guerras que haban caracterizado a la historia de Rusia se hicieron menos frecuentes. Pero,
a principios del siglo XIX, Napolen invadi Rusia. Se libr una terrible batalla en Borodino, y los franceses ocuparon Mosc, que fue
parcialment fruido por el fuego. En el siglo XX Rusia ha experimentado devastadoras invasiones de los alemanes.
Las tragedias de la guerra se han mantenido vivas en la memoria de todos los rusos a lo largo de la historia. Es dudoso que alguna otra
nacin haya sufrido tan constantemente los horrores de las invasiones; la larga experiencia ha implantado en la gente un sentimiento de
vulnerabilidad y de amenaza a sus tierras. Desde luego, resulta difcil para los anglosajones sean del Reino Unido o de Norteamrica que han disfrutado de seguridad durante largo tiempo, entender la presin
que supone estar siempre preparado para la guerra, as como el interminable terror y la tragedia de una historia tan accidentada.
Ningn pueblo del mundo tiene mayor veneracin por su prncipe que
los moscovitas, a quienes se ensea ya desde nios a hablar del zar como de Dios en persona, observ Adam Olearius, un viajero del siglo XVII.
El zar estaba rodeado del ceremonial y la magnificiencia de Bizancio. Pero no era meramente un objeto de adoracin, sino que estaba investido con los mismos poderes absolutos que el khan mongol. Sus
sbditos eran esclavos que le deban servidumbre y obediencia. La herencia recibida de los mongoles fue reforzada, y en algunos aspectos transformada, por la influencia de Bizancio y de la Iglesia ortodoxa, que
inculcaba la doctrina del cesaropapismo. El zar era el jefe no slo de la nacin, sino tambin de la Iglesia, y era el vicario de Dios en la tierra.
Durante un breve espacio de tiempo, durante la Epoca de los conflictos (1605-13), cuando se extingui la dinasta Rukivid, los polacos invadieron el pas y ocuparon Mosc, y Moscovia qued
reducida a la anarqua y se debilit la fe del pueblo en la autoridad
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divina de los zares. Pero pronto se reaviv con el establecimiento de la
dinasta Romanov en 1613. La tradicin de veneracin, servidumbre y obediencia absoluta al zar durara sin cambios importantes hasta la
Revolucin de 1917. En esta tradicin se basaron la deificacin de Lenin y el poder y el culto a la personalidad de Stalin.
La principal funcin del zar era movilizar hombres y recursos para la defensa. El pueblo tena que estar organizado segn una estructura
militar para asegurar que hubiera fuerzas dispuestas en las fronteras meridionales y para luchar contra los enemigos en el oeste. El pas era
ex-tenso y el proceso de colonizacin hacia el sur y hacia el este haca que la poblacin estuviera diseminada. Surgi as un sistema en el que todos eran siervos sometidos a la autoridad del autcrata.
Se basaba en lo que era de hecho la nacionalizacin de la tierra, que se conceda a la nobleza exigiendo a cambio su servidumbre. La con-cesin de estas pomestie o territorios, implicaba que los campesinos tambin estaban ligados a la tierra. Este estado de servidumbre evolucion durante el siglo XVII hacia un sistema de dependencia similar a la
esclavitud. Todos, incluidos los nobles, eran esclavos, o jolopi, del zar.
Para imponer las obligaciones de servidumbre y el pago de tributos en un pas inmenso y con una poblacin dispersa, el Estado utilizaba unos
mtodos salvajes, inspirados en los empleados por los mongoles. Ejecuciones, apaleamientos con caas o batogi, que podan llegar a causar la muerte, y otros crueles castigos estaban a la orden del da.
Todos los sbditos del zar podan recibir el mismo tratamiento, y hasta finales de1 siglo XVIII no se concedi a los nobles y a los sacerdotes el
privilegio de inmunidad frente a los apaleamientos. En el siglo XIX el exilio y los trabajos forzados se convirtieron en condenas frecuentes.
La polica especial del zar, que comenz en 1565 con la Oprichniki del zar Ivn IV y se convirti en la Ojrana y la Tercera Seccin de la
Cancillera personal de Su Majestad, se encontraba en todas partes. A lo largo de su historia, los rusos, reconociendo su sumisin al zar,
aceptaron los castigos impuestos en su nombre. Los mtodos para imponer la autoridad embrutecan a la nacin, pero no surgieron protestas. Desde luego, los rusos sentan un ferviente patriotismo y un
amor exaltado por su pas y por su rgimen, considerado por ellos superior a los de los dems pases. Era una manera de ser que
sorprenda a los viajeros occidentales, quienes se quedaban consternados por la servidumbre, el tratamiento brutal y las miserables condiciones que tena que soportar la mayor parte del pueblo.
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Nikolai Karamzin, prestigioso historiador ruso de principios del siglo
XIX, escribi: Nuestros antepasados, al asimilar muchas de las ventajas que ofrecan las costumbres extranjeras, nunca dejaron de
estar convencidos de que un ruso ortodoxo era el ms perfecto ciudadano y la Santa Rusia el Estado ms importante del mundo. Esto puede ser considerado como un error, pero fortaleci en gran medida el
patriotismo y el espritu moral de la nacin. Karamzin no consideraba esta idea de superioridad como un error, ni tampoco la gran masa del pueblo ruso.
Los rusos de Kiev y Novgorod haban mantenido estrechos contactos comerciales y culturales con Occidente. Despus, durante casi doscientos cincuenta aos (1240-1480), al estar sometidos al yugo de
los khanes mongoles, permanecieron aislados. No tuvieron noticias del Renacimiento, la Reforma, las exploraciones y los descubrimientos
cientficos que transformaron el mundo occidental. En los siglos XVI y XVII, los zares se dieron cuenta del atraso en que se encontraba Rusia, especialmente en las artes de guerra. Los mercaderes ingleses que
llegaron hasta Moscovia fueron bien recibidos por el zar Ivn IV, necesitado de la pericia militar occidental. Pedro el Grande (1682-1725), que luch durante su reinado contra el atraso y el aislamiento de Rusia,
se interes especialmente por las tcnicas navales y militares occidentales. Reconoci, sin embargo, que la seguridad de Rusia no
poda basarse exclusiva-mente en su podero militar: eran tambin necesarios un gobierno eficaz y una economa fuerte.
La influencia occidental, que lleg a Rusia durante los siglos XVI y XVII,
alarm al pueblo. Este desconfiaba de todo lo que procediera de Occidente. Desconocan por completo los pases que se encontraban ms all de sus fronteras, y no se les permita viajar. Los expertos
extranjeros que prestaban servicio al zar fueron obligados a vivir en el Barrio Extranjero, a las afueras de Mosc, para que no contaminaran al pueblo ortodoxo. Los siempre conservadores moscovitas continuaron
con sus prcticas y tradiciones, que crean superiores.
La Iglesia ortodoxa fortaleca en ellos esta conviccin. Los rusos recibieron el cristianismo a travs de Bizancio hacia finales del siglo X.
La nueva fe enraiz profundamente entre ellos y les influy hondamente. Los khanes mongoles haban sido tolerantes con el cristianismo, y durante su ocupacin la Iglesia rusa se desarroll
vigorosamente. Jug un papel decisivo en la creacin de la nacin rusa, y, aunque reconoca al primado de Constantinopla como centro de la
cristiandad ortodoxa, se hizo fuertemente nacionalista.
En 1453, Constantinopla cay en poder de los turcos infieles. Ya
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independiente, la Iglesia rusa asumi el papel de heredera. Se aliment
la leyenda de que Mosc era la Tercera Roma y se convirti para los rusos devotos en artculo de fe. Esta leyenda reforz la autoridad y la
categora del autcrata y el renombre de Mosc. Tambin proporcion a los rusos el sentido de tener una misin que cumplir. Su Iglesia era la nica guardiana de la verdadera fe cristiana. Ellos llevaran las
naciones del mundo, y particularmente las occidentales, a la unidad, la hermandad y la salvacin.
En el siglo XX este mesianismo ya no poda expresarse en trminos de
cristianismo ortodoxo o de una concepcin de Mosc como la Tercera Roma. El marxismo-leninismo se convirti en el credo del que los rusos pretendan ser guardianes para los pueblos de Occidente y del mundo.
Junto con su pretensin de estar en posesin de la verdad, los rusos han continuado considerndose responsables de la misin de guiar y proteger la civilizacin occidental. Rusia, han afirmado durante largo
tiempo, protegi a Occidente de las hordas mongoles de Gengis Khan, de los trtaros de Crimea y de los turcos.
Este sentido de misin es tan fuerte hoy en da como lo fue en el
pasado. En la II Guerra Mundial, Rusia salv a Occidente con su victoria sobre los poderes fascistas. De acuerdo con las declaraciones soviticas, los rusos no luchaban slo para defender a su pas, sino
para librar a los pueblos de Europa del fascismo, para salvar al mundo de su barbarie y bestialidad. Afirmaciones de este tipo son
caractersticas, y expresan el sentido mesinico, de tener la misin de dirigir y convertir, que ha marcado la manera de ser del pueblo ruso desde el siglo XV.
Rusia es una potencia europea, declar Catalina la Grande, y lleg
incluso a decir que Rusia haba sido siempre un pas europeo. Esta afirmacin fue frecuentemente debatida en el siglo XIX y contina
siendo objeto de discrepancias. Sea verdad o no, el hecho es que Rusia siempre se ha diferenciado claramente de Occidente en cuanto a valores sociales y a tradiciones. Los viajeros siempre han manifestado su
asombro v horror por la esclavitud, la brutalidad, el secretismo y suspicacia, el mesianismo y otros aspectos de la vida rusa. Tambin han mostrado generalmente un sentimiento de superioridad y, en
ocasiones, una arrogante condescendencia, al tiempo que George F. Kennan y otros escritores del siglo XX han manifestado una orgullosa
desaprobacin moral hacia muchas costumbres rusas.
Los rusos han sido siempre muy suspicaces respecto a las crticas v a
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ser tratados con aire protector. Desde luego, Stalin se quej de la
actitud de superioridad de los oficiales navales britnicos, que prestaron servicio en el norte de Rusia durante la guerra, respecto a la
Armada Roja. Las actitudes occidentales de superioridad moral han contribuido a intensificar la desconfianza, el secretismo, e incluso la hostilidad de los rusos hacia los extranjeros. Ms an, como observ
Vasily Klyuchevsky, piensan que los occidentales nunca han apreciado su larga y cruel lucha por la supervivencia ni los dems factores que han obstaculizado su desarrollo. Las actitudes occidentales, de hecho,
han ayudado a fortalecer el sentimiento ruso de tener una fuerza y una misin especiales.
Los rusos, por su parte, se hallan divididos en su actitud hacia
Occidente. Los occidentalizantes, representados por Pedro el Grande y simbolizados por la ciudad de San Petersburgo, han procurado
renunciar a la mayora de las tradiciones conservadoras moscovitas, reformar Rusia e integrarse totalmente en la comunidad occidental de naciones. Los eslavfilos, a veces llamados moscovitas, que incluyen a
la gran mayora de la nacin, han cuidado las viejas tradiciones y han confirmado su creencia en la innata superioridad del pueblo ruso, en su fuerza y sus valores morales. Han tratado de mantener un contacto
mnimo con Occidente, convencidos de que Rusia se desarrollara a su manera hasta conseguir el poder y el liderazgo mundial. El conflicto
entre ambas tendencias ha quedado reflejado fehacientemente en la rivalidad entre Mosc y San Petersburgo.
Al adoptar a Rusia como su pas, Stalin hizo suyos la manera de ser y
las tradiciones de los moscovitas, as como su fe en el destino de la nacin rusa. 2. LOS PRIMEROS AOS DE IOSIF DJUGACHVILI
Iosif Vissarionovich Djugachvili, que ha pasado a la historia como Iosif
Stalin, naci el 21 de diciembre de 1879 en la antigua ciudad georgiana de Gori. Situada a la orilla del rpido ro Kura, y rodeada de colinas, Gori es el centro de un bello distrito de la provincia de Tiflis, cuyos
valles son conocidos por sus viedos, sus trigales y sus orqudeas. Forma parte de la regin conocida por los antiguos griegos como Clquida, donde Jasn y los argonautas buscaban el vellocino de oro.
En este ambiente idlico pas Iosif su niez.
Vissarion, su padre, proceda de Didi-Lilo, un pueblo cercano a Tiflis, donde sus padres, como sus antepasados, haban sido siervos
campesinos. Para Vissarion la emancipacin signific quedar libre para
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continuar con su trabajo de zapatero. Hacia 1870 se traslad a Gori,
donde en 1874 contrajo matrimonio con Ekaterina Georgievna Geladze, hija de una familia de siervos de un pueblo cercano. Ella tena unos
dieciocho aos de edad, cinco menos que su marido, y ambos eran humildes trabajadores, pobres y analfabetos. Fijaron su residencia en una modest,, domik en la calle Soborovaya, cerca de la catedral de Gori.
Su casa tenia un portal y dos habitaciones con el suelo de ladrillo, y tambin un stano. La habitacin principal meda unos veinte metros cuadrados y contaba con una pequea ventana que proporcionaba
escasa iluminacin. Estaba amueblada con una mesita, cuatro taburetes, un pequeo aparador con samovar, un espejo, un bal con
sus pertenencias, y una ama de tabla con colchn de paja. Unas escaleras conducan al stano, donde Ekaterina probablemente cocinaba al fuego. En la Rusia de aquella poca, era un alojamiento
tpico de una familia pobre. [1]
En esta casa, Ekaterina tuvo tres hijos; todos ellos murieron en la infancia. El cuarto nio fue Iosif, y sobre l, su Soso o Soselo,
diminutivos cariosos de Iosif, prodig su amor y sus cuidados.
Los datos sobre Vissarion son escasos. Al parecer no lograba ganarse la vida como zapatero. En 1885 regres a Tiflis, donde consigui trabajo
en una fbrica de calzado, que perteneca a un armenio llamado Adelkanov, donde ya haba trabajado algn tiempo antes de casarse.
Slo una vez, Stalin se refiri en pblico a su padre, cuando coment
que, como zapatero, su padre no era un verdadero proletario, ya que tena mentalidad de pequeo burgus. [2] En otra ocasin mencion su niez y a sus padres. Fue en diciembre de 1931 cuando concedi una
entrevista a Emil Ludwig, el bigrafo popular del momento. A la pregunta Qu le impuls a rebelarse? Fue quiz el trato que le dieron sus padres? Stalin respondi: No; mis padres carecan de educacin,
pero no me trataron mal en absoluto. Esta afirmacin no coincide con otras versiones sobre su infancia. [3]
Iosif Iremachvili, uno de los amigos de losif, describi a Vissarion como
de constitucin fuerte, con cejas negras y bigote, de carcter austero e irascible. Se deca que habla sido alcohlico. Los georgianos tienen fama de bebedores, y tanto en Georgia como en Rusia era muy corriente la
expresin beber como un zapatero.
Iremachvili escribi aos ms tarde con la parcialidad de un exiliado: Palizas terribles e inmerecidas hicieron al nio tan tosco y despiadado
como su padre. La hija de Stalin, Svetlana, relata que su padre le cont
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cmo, en defensa de su madre, un da lanz un cuchillo a su padre. El
padre corri tras el nio gritando, y los vecinos escondieron al muchacho. [4]
Su madre, Ekaterina, fue la persona ms influyente en su niez. Al
parecer era una joven pelirroja y atractiva. Al igual que su marido slo hablaba georgiano, pero posteriormente aprendi a leer y a escribir al menos su nombre en ruso, para ser digna de su hijo. El era el centro de
su vida. Desde que su marido empez a gastar en beber lo que ganaba o no pudo ganar lo suficiente para mantenerlos, ella tuvo que trabajar
da y noche para poder sobrevivir. Despus de que Vissarion se marchara a Tiflis, todo result probablemente ms fcil, porque slo tena que cuidar de s y de Iosif. Lavaba la ropa, coca el pan, limpiaba y
cosa. Le vesta y le alimentaba bien, de modo que el muchacho creca fuerte y sano, con una energa y una resistencia excepcionales.
Ekaterina era profundamente religiosa, pero decidi que Iosif fuera
sacerdote tambin por razones sociales. La emancipacin de los siervos haba abierto las puertas de los seminarios a los hijos de campesinos con cualidades excepcionales. Ordenado sacerdote, se casara y tendra
a su cargo una parroquia; dispondra de la posibilidad de promocionarse y, al mismo tiempo que serva a Dios, disfrutara de un
bienestar y de una seguridad que ella no haba conocido nunca. Esa era su mxima ambicin para su hijo, y trabaj duro para conseguirlo.
Gori se enorgulleca de sus cuatro centros de enseanza, incluyendo el
colegio religioso en el que Ekaterina consigui matricular a su hijo. Por entonces ste slo hablaba georgiano, y ella hizo que recibiera clases de ruso, el idioma indispensable. Tambin consigui para l una beca
mensual de tres rublos. Su sueldo como limpiadora y lavandera del colegio era de diez rublos. Con estas exiguas ganancias se mantuvieron durante los cinco aos siguientes.
Dos sucesos estuvieron a punto de arruinar sus proyectos. En 1886 Iosif cay gravemente enfermo de viruela. Su fuerte constitucin le permiti superarla, pero su cara quedara siempre marcada por la
enferme-dad. La segunda amenaza fue la oposicin de su marido, que estaba decidido a que el nio aprendiera el oficio de zapatero. Quieres que mi hijo sea sacerdote, verdad? protestaba l. No lo vern tus
ojos! S, soy zapatero y mi hijo ser zapatero como yo.
Un da, probablemente en 1889, Vissarion fue a Gori y se llev a su hijo a la fbrica de Adelkanov en Tiflis. Fue un suceso familiar tormentoso.
Su mujer y sus vecinos trataron de disuadirle, pero l insisti
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machaconamente en que su hijo deba ser aprendiz en la fbrica de
zapatos. Se desconocen los detalles de la lucha acerca del futuro de Iosif, pero est claro que Ekaterina dijo la ltima palabra, ya que el nio
regres al colegio de Gori.
Stalin nunca mencion este episodio, y desde luego su silencio sobre su padre puede haberse debido al odio que senta por este hombre que les haba pegado a l y a su madre, y les haba avergonzado con sus
borracheras. Aunque tena solamente once aos cuando muri su padre, en 1890, apualado en una reyerta de borrachos, sus
experiencias probablemente dejaron tan slo tristes recuerdos.
Por su madre senta un amor fuerte y perdurable. Mujer de nobles principios, puritana en su manera de pensar y testaruda, en ocasiones
se mostraba estricta y le pegaba, pero sin duda tambin le consenta. Siendo nio tuvo con ella una relacin estrecha y se daba cuenta de que su vida era dura. Iba a quedarse completamente sola: el hijo al que
adoraba se fue a Tiflis a la edad de quince aos. Slo volvi a casa para pasar en ella breves periodos de tiempo durante los cinco aos siguientes, pero despus prcticamente desapareci de su vida. Iba a
or hablar de l constantemente, pero para entonces perteneca a otro mundo; se haba convertido en el gran lder y gobernante de Rusia, lejos
de Georgia y ms lejos an del sencillo entorno de su madre.
Ekaterina continu siendo una mujer devota, de gustos sencillos, incluso austeros. Stalin deca de ella que era una mujer inteligente,
aunque inculta, y tambin la admiraba por su rectitud de carcter. Preocupado por su soledad, la convenci para que se trasladara a Mosc, y durante un breve espacio de tiempo permaneci en el Kremlin.
Pero el cambio era demasiado grande y regres a la tranquila y familiar Georgia.
Una fotografa, tomada en 1932, muestra el rostro de una mujer mayor
con un traje negro georgiano. La boca se muestra firme y sensible, pero la expresin de los ojos es triste y desorientada. Dos aos ms tarde, cuando su nietos la visitaron, la encontraron semisentada en una
estrecha cama de hierro en su pequea habitacin del viejo palacio de Tiflis; le haban ofrecido alojamientos ms lujosos, pero sta haba sido su eleccin. Los nietos apenas podan comunicarse con ella porque
solamente uno de ellos entenda georgiano. Su visita, al parecer, la conmovi profundamente, ya que lloraba gran parte del tiempo.
Nunca entendi el alto cargo de su hijo, ni la adulacin que le rodeaba.
Cuando fue a visitarla poco antes de su muerte, ella le dijo qu pena
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que no hayas sido sacerdote. Fue el gran pesar de su vida. Stalin sola
referirse a este comentario aprobando el desprecio de su madre por lo que l haba conseguido, y por el clamor y la gloria mundanos. Tambin
l se preocupaba poco por el esplendor del alto cargo; al igual que ella, viva de manera austera. Ekaterina muri en 1936, a los ochenta aos de edad aproximadamente.
Iosif pas cinco aos en el colegio religioso de Gori. Su madre, sin duda,
le inculc la necesidad de trabajar duro, pero l era por naturaleza enormemente competitivo, tena que sobresalir y que demostrarse a s
mismo que era mejor que los dems. Era inteligente por naturaleza y estaba dotado de una memoria excepcional. Sus notas eran siempre altas, se le consider como el mejor estudiante, y le fue concedida' una
mencin de honor cuando abandon el colegio en julio de 1894, a la edad de catorce aos. Los responsables del centro le recomendaron
para que fuera admitido en el seminario de Tiflis. Para el hijo de una familia humilde y de un padre alcohlico, cuya srdida muerte era sin duda conocida por los sacerdotes, la recomendacin era una muestra
de la fe de stos en las cualidades del nio y en su futuro.
Iremachvili describi al Iosif de aquella poca como un muchacho delgado y fuerte, con la nariz aguilea y la cara estrecha picada de
viruelas, con unos ojos oscuros, vivos e inquietantes. Aunque de complexin menuda, era fuerte y el mejor luchador del colegio. Pero era diferente a los dems nios y no caa bien por sus modales hoscos y
amenazantes. Como muchos hombres de talento que son bajos de estatura v pobres de origen, o con defectos fsicos, se mostraba agresivo
y deseoso de imponer su voluntad. [5] Iremachvili escribi que de nio y de joven era un buen amigo, siempre que uno se sometiera a su imperiosa voluntad.
Durante su estancia en el colegio de Gori, Iosif cay de nuevo
gravemente enfermo. En esta ocasin fue un envenenamiento de la sangre que le afect el brazo izquierdo. Hablando aos ms tarde sobre
esta enfermedad a su cuada, Anna Alliluyeva, dijo: No s lo que me salv entonces, si mi fuerte constitucin o el ungento de un curandero del pueblo. Su brazo izquierdo qued ligeramente mas corto y
marchito. Trotski advirti que, aos ms tarde, llevaba un mitn en la mano izquierda, incluso en las sesiones del Politbur. [6] Este defecto seguramente acrecent su sentimiento de inferioridad y su necesidad de
afirmarse a s mismo.
En el colegio, Iosif se convirti en un lector voraz y, segn Iremachvili,, ley casi todos los libros de la biblioteca de Gori. Emelyan Yaroslavsky
afirm que por entonces ley a Marx y a Darwin, y se hizo ateo. Cuando
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un compaero le habl de Dios, Iosif le interrumpi: Sabes que nos
engaan. No existe Dios... Te dejar un libro para que lo leas; te ensear que el mundo y todas las cosas vivas son bastante diferentes
de corno las imaginabas, y que hablar de Dios es una tontera. Este incidente, caso de ser cierto, debi de ocurrir ms tarde, cuando, siendo seminarista, ciertamente haba perdido la fe. Es improbable, tambin,
que las ideas marxistas fueran conocidas por entonces fuera de un pequeo crculo de intelectuales en Tiflis. Se dice, sin embargo, que Iosif pudo adquirir sta y otras obras en una librera de la ciudad.
Dos aos despus de que empezara a estudiar en el colegio, se produjo un cambio drstico en la enseanza. El georgiano siempre haba sido el idioma en que se impartan las clases, pero en 1890, como una medida
ms de las enrgicamente adoptadas por Alejandro III con el fin de conseguir la rusificacin del pas, se impuso el ruso en la enseanza y
el georgiano se convirti oficialmente en lengua extranjera a la que se dedicaban dos horas de clase a la semana. [7]
Vano Ketskhoveli, uno de los compaeros de Iosif, escribi que en las clases superiores del colegio de Gori nos familiarizamos con la literatura
georgiana, pero no tenamos tutor que guiara nuestra evolucin y diera direccin precisa a nuestros pensamientos. El poema de Chavhavadze
Caco, el ladrn, nos caus una profunda impresin. Los hroes de Kazbegi despertaron en nuestros corazones juveniles el amor a nuestra tierra, y cada uno, de nosotros, al abandonar el colegio, senta enormes
deseos de servir a su pas. Pero ninguno tenamos una idea clara de la manera en que se llevara a cabo este servicio.
Este amor por su pas y por su literatura era perfectamente
comprensible porque Georgia tiene una historia romntica y una rica herencia cultural. Iosif se senta atrado por los hroes romnticos
georgianos. Ley el clsico de Shota Rustaveli El caballero de la piel de pantera, pero la impresin ms honda se la produjeron las historias de Kazbegi sobre el rebelde de las montaas, Koba (el Implacable).
Comenz a utilizar el nombre de Koba como apodo, nombre que utilizara con gran frecuencia hasta aproximadamente 1910, cuando
adopt el nombre de Koba Stalin y despus, finalmente, el de Iosif Stalin.
El istmo del Cucaso era una de las antiguas rutas invasoras. Escitas,
sumerios, griegos, rabes, mongoles, turcos, persas y, finalmente, los rusos lo haban ocupado. Georgia, como Armenia, la otra nacin cristiana de Transcaucasia, estaba bajo el dominio ruso. Los georgianos
vean al zar como su protector natural contra turcos y persas, y consideraban a Mosc el centro de la ortodoxia. Ms an, la nobleza y
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la alta burguesa georgiana era muy numerosa y pobre. Muchos
aprovecharon, la oportunidad de ir al norte, atrados por la deslumbrante corte de San Petersburgo y por las prebendas que se
podan conseguir al servicio de los rusos.
A travs de los siglos, a pesar de la destruccin llevada a cabo por los conquistadores, la prdida de vidas humanas en innumerables guerras, las constantes demandas de esclavos eslavos, turcos, persas y otros, y a
pesar de la emigracin hacia el norte, los georgianos, sacando fuerza de su antigua cultura, consiguieron sobrevivir como nacin.
Los georgianos suelen ser altos y enjutos, de tez oscura y pelo negro;
tienen fama de indmitos, imprevisibles, impetuosos, generosos hospitalarios, animados en la conversacin; forman una nacin risuea
de poetas y oradores, y de grandes bebedores que consumen el buen vino de la tierra.
Las generalizaciones sobre las caractersticas de un pueblo son, en el mejor de los casos, aproximadas, pero con frecuencia contienen
elementos verdaderos. Iosif, sin embargo, era completamente atpico excepto, quiz, en algunas caractersticas fsicas. Pronto comenz a
considerarse ruso y a despreciar a los georgianos, quiz porque stos son amantes de los placeres, bulliciosos, gente romntica que fcilmente pierde el contacto con la realidad.
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[1] V. Kaminsky e 1. Vereshchagin, Detstvo i yumost vozhdya: documenty, zapisi, rasskazi, en Molodaya Guardiya, nm. 12 (1939);
E. Yaroslavsky, Hitos en la vida de Stalin (Londres, 1942). En la casa fue erigido un pabelln de mrmol por Lavrenti Beria
en los aos 30 para preservarla como monumento nacional. En l hay una placa con la siguiente leyenda: Aqu naci el gran Stalin, el 21 de diciembre de 1879, y vivi hasta 1883. Svetlana Alliluyeva, hija de
Stalin, vio el mausoleo y el museo adyacente en 1951 y escribi: Bajo el baldaqun de mrmol se ve con dificultad la vivienda que debera haber sido dejada tal como estaba, ya que sin el mrmol hubiera reflejado su
historia. Todo estaba tratado como una reliquia. Veinte cartas a un amigo (Londres, 1967). El mausoleo fue completamente abandonado
despus de la. muerte de Stalin, y en 1962 fue cerrado para ser restaurado. A partir de 1956 se orden la retirada de estatuas y fotografas de Stalin de los lugares destacados en toda la Unin
Sovitica. La nica excepcin fue Georgia, donde el pueblo se
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enorgullece de que en su tierra naciera el gran lder y lamentan su
relegacin. En consideracin al sentimiento de los georgianos, el gobierno sovitico permiti que se mantuvieran los monumentos. Un
periodista americano, Robert Kaisser, inform en abril de 1973 que el mausoleo y el gran museo de Stalin estaban abiertos y que la gran estatua de Stalin todava se encontraba sobre su base en el centro de
Gori. The Guardian (Londres, 9 de abril de 1973).
[2] Iosif Stalin, Sochineniya (Mosc, 1946-55).
[3] El relato ms convincente es el de Iosif Iremachvili, titulado Stalin und die Tragdie Georgiens, publicado en Berln en 1932.
[4] Svetlana Alliluyeva, Only one year (Londres, 1969).
[5] Hay quien ha sugerido que en este colegio se hizo consciente de las
diferencias y los odios entre las clases sociales. Isaac Deutscher, Stalin. Biografa poltica (Mxico, Era, 1966). [6] Trotski tambin menciona el comentario de Souvarine de que la
caquexia del brazo izquierdo y el hecho de tener dos dedos del pie unidos son pruebas de la transmisin hereditaria del alcoholismo de su padre. Ambos defectos difcilmente constituyen una demostracin de
nada. Leon Trotski, Stalin (Barcelona, Plaza y Jans, 1969).
[7] Se dice que Iosif y sus compaeros realizaron una manifestacin en protesta por este cambio. Iosif era su lder y fue castigado, obviamente
con poco rigor, ya que fue recomendado para el seminario de Tiflis.
3. EL SEMINARISTA
Tiflis, capital de Georgia, se encuentra en la calurosa y polvorienta regin occidental del pas. Es una ciudad antigua, con espaciosas
plazas y avenidas, de las que salen callejuelas estrechas y sinuosas a cuyos lados se alinean abigarradas casas con azoteas y bazares, donde comerciantes de Turqua y Parma, as como georgianos y armenios,
regateaban y se abran paso a codazos.
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A principios de siglo su poblacin era superior a doscientos cincuenta mil habitantes, con predominio de armenios, georgianos y rusos. Como
sede del representante del zar y del gobierno de Transcaucasia, que inclua no slo a Georgia, sino tambin partes de Armenia y Azerbaidjan, Tiflis era una ciudad animada y cosmopolita.
El gobierno ruso, reconociendo la importancia de Transcaucasia como
zona fronteriza, haba hecho construir un camino militar para reforzar sus defensas. Pero la regin empezaba a adquirir relevancia econmica.
Las industrias de la minera y del petrleo experimentaron un rpido desarrollo con ayuda de tcnica y capital extranjeros. En 1867 se comenz a trabajar en la lnea frrea de Tiflis al mar Negro, que pronto
se prolongara desde Tiflis hasta Bak, a orillas del mar Caspio.
Para Iosif, que contaba entonces quince aos, el traslado de Gori a esta bulliciosa ciudad debi de suponer un cambio radical. Haba vivido
siempre en casa, cuidado por su madre, y ahora se encontraba solo, en un medio extrao. Tambin Ekaterina estaba sola, pero poda enorgullecerse de que su hijo hubiera conseguido plaza en el seminario
de Tiflis, considerado por los georgianos como su principal institucin de enseanza superior.
Al igual que los seminarios de otras partes del imperio, su objetivo no se
limitaba a proporcionar una buena educacin, sino que tambin preparaba a los estudiantes para la vida religiosa. Durante la segunda
mitad del siglo XIX, sin embargo, una oleada de inquietud recorra Europa. En Rusia alcanz su punto culminante en los seminarios.
Cuando ingres Iosif, el seminario de Tiflis se haba convertido en centro de oposicin a las autoridades rusas. En 1885, Sylvestr
Dzhibladze, un estudiante que ms tarde se convertira en lder revolucionario, fue desterrado a Siberia por agredir al director,
Chudetsky, que se refiri al georgiano como un idioma de perros, y al ao siguiente Chudetsky fue asesinado por otro estudiante. En marzo de 1890 los estudiantes se mantuvieron en huelga durante una
semana. A finales de 1893, Mijail Tskhakaya y Lado Ketsjoveli ambos llegaran a ser activos revolucionarios dirigieron otra huelga estudiantil. La polica cerr el seminario y ochenta y siete estudiantes
fueron expulsados. [8]
Los archivos de la polica de Tiflis, publicados en 1930, revelaba que ya en 1873 haba expedientes de estudiantes por leer libros prohibidos, y
se mencionaban las obras de Darwin, Buckle, Mili y Cherny, shevsky.
http://web.archive.org/web/20050228051219/http:/leninismo.org/stalin_grey3.htmhttp://web.archive.org/web/20050228051219/http:/leninismo.org/stalin_grey3.htm#[8]
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Un registro en el seminario permiti descubrir La vida de Jess, de Renan, y El pequeo Napolen, de Vctor Hugo. Tres profesores fueron despedidos por su espritu liberal. Los archivos policiales ponan de
relieve, sin embargo, que el ardiente nacionalismo, ms que las ideas liberales o revolucionarias, era la verdadera causa de la inquietud
estudiantil.
Al ingresar Iosif, el director del centro era un monje ruso, Germgenes, y el jefe de estudios, un georgiano deseoso de congraciarse con las autoridades rusas. Debido al antecedente de la muerte de Chudetsky
estaban preocupados por su propia seguridad y alarmados por el talante rebelde de los estudiantes. Imponan estricta disciplina y,
siempre al acecho, espiaban a los estudiantes y registraban con frecuencia los dormitorios.
Iremachvili escribi: Encerrados entre aquellas paredes, nos sentamos
como prisioneros que, sin culpa alguna, se ven obligados a pasar una larga temporada en prisin. En el seminario se segua una rgida rutina diaria. A las siete de la maana todos asistan en la capilla a larga misa
ortodoxa. Clases y oraciones se alternaban durante el da. Con permiso especial, los estudiantes podan salir durante dos horas al finalizar las clases, pero tenan que regresar antes de las cinco, hora la que se
cerraban las puertas. La disciplina era dura: por pequeas faltas eran sancionados a permanecer encerrados en una de las oscuras celdas del
stano. La vigilancia de los monjes, la mala comida y la falta de ejercicio al aire libre quebrantaron la salud y el nimo de muchos estudiantes.
Durante sus dos primeros aos en el seminario, Iosif evidentemente caus excelente impresin a sus profesores como estudiante dotado y
obediente. Fue octavo de la clase el primer ao y quinto el segundo. Con su aguda inteligencia y su prodigiosa memoria, pudo asimilar la
preparacin religiosa, y nunca perdera el gusto por el ritmo y la poesa la liturgia y por el Nuevo y Antiguo Testamento. Adems, el plan de estudios inclua matemticas, griego y latn, as como literatura e
historia rusa. Aunque formal y limitado, proporcionaba una slida educacin bsica.
Al mismo tiempo aprenda la astucia y habilidades del conspirador.
Lleg a odiar el seminario y a los monjes, y lo que ms tarde se denomin su rgimen humillante. Pronto se contagi del espritu de rebelin que reinaba entre los estudiantes. Pero los monjes
desconocieron sus autnticos sentimientos hasta ms tarde, cuando ya no se preocupaba de ocultarlos.
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Iremachvili, que ingres en el seminario al mismo tiempo, evidentemente senta hacia Iosif cierto temor. El nio que en el colegio
de Gori haba sentido una imperiosa necesidad de demostrar su superioridad se estaba volviendo temible. Se mantena apartado de sus compaeros de estudios y no era popular. En la lgubre atmsfera del
seminario estaba descubriendo su propia fuerza y aprendiendo a autodisciplinarse.
En esta poca, Iosif comenz a leer sobre los ms diversos temas. Haba
una biblioteca en Tiflis de la que tornaba libros prestados. Sus lecturas incluan no solamente la poesa georgiana, sino tambin los clsicos rusos y occidentales. Gogol, Saltykov-Shchedrin, Chejov y Tolstoi se
convirtieron en sus favoritos entre los escritores rusos. Ley traducciones de Balzac, Hugo y Thackeray, cuya Feria de las vanidades le caus una honda impresin. Tambin se dedic de lleno al estudio de la historia, la economa y la biologa. Ttulos destacados eran La descendencia humana, de Darwin; La esencia del cristianismo, de Feuerbach; Historia de la civilizacin en Inglaterra, de Buckle; Etica, de Spinoza; Evolucin literaria de las naciones, de Letourneau, y Qumica, de Mendeleiev. Era un atrevido programa de lectura para un joven estudiante de teologa. Al igual que con la liturgia y la Biblia, no
olvidaba lo que lea. Aos ms tarde citara y hara referencia a muchos de estos libros.
Iosif escribi poesa durante sus dos primeros aos en el seminario.
Nunca hizo referencia a sus versos ni tampoco reconoci o neg su autora. Cinco poemas fueron publicados en la segunda mitad del ao 1893 y el sexto poema al ao siguiente. Quedaron en el olvido hasta que
diciembre de 1939, con motivo de la celebracin de su cumpleaos, el peridico de Tiflis Zarya Vostoka (El amanecer de Oriente) lo reimprimi bajo el ttulo Stiji Yunogo Stalina (Versos del joven Stalin).
Los poemas son de inspiracin romntica y fuertemente nacionalista. Dedic uno de ellos a la memoria del prncipe Rafael Eristavi, popular
poeta georgiano, y en l expresaba su gran amor por su pas. Otro poema que reclama especial atencin es A la luna, de un lirismo apasionado; en l invoca a los mrtires georgianos muertos a manos de los opresores extranjeros. Si verdaderamente fueron escritos por Iosif, los poemas evidencian su fervor como patriota georgiano en aquella
poca.
Durante su entrevista con Stalin, Emil Ludwig hizo mencin de que el estadista checo T. G. Mazarik haba afirmado sentirse socialista de la
edad de seis aos. Entonces pregunt a Stalin qu le haba impulsado a
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hacerse socialista y cundo. La respuesta fue: No puedo decir que ya
fuera favorable al socialismo a los seis aos. Ni siquiera a 1os diez o los doce. Me un al movimiento revolucionario a los quince aos cuando
entr en contacto con grupos clandestinos de marxistas que entonces vivan en Transcaucasia. Estos grupos ejercieron una gran influencia sobre m y me inculcaron el gusto por la literatura marxista
clandestina... No suceda lo mismo en el seminario ortodoxo en el que estudiaba. En protesta por el rgimen ultrajante y los mtodos jesuticos que prevalecan en el seminario, estaba a punto de
convertirme, y de hecho me convert, en un revolucionario, en un creyente del marxismo como verdadera doctrina revolucionaria.
Parece ms probable, sin embargo, que Iosif se hiciera marxista en
1894, sino dos o tres aos ms tarde. El severo rgimen le haba afectado negativamente, pero l siempre odi cualquier autoridad que le
fuera impuesta por los dems. No poda aceptar la oposicin ni las crticas de sus compaeros de estudios, y replicaba con sarcasmo y desprecio. Iremachvili le consideraba tremendamente ambicioso e
interesado no en el marxismo, sino en dominar a los dems.
El expediente acadmico del seminario muestra que l, que fue estudiante modelo durante su primer y segundo aos, estaba entrando
en conflicto con los monjes. En noviembre de 1896, un supervisor ayudante, Murajovsky, anot en el libro de conducta:
Djugachvili tiene una tarjeta para el servicio de prstamo de la
biblioteca. Hoy le he confiscado Los trabajadores del mar de Victor Hugo, donde he encontrado dicha tarjeta. El director, el padre Germgenes, hizo la siguiente anotacin: Confinarle en la celda de
castigo por un perodo prolongado. Ya le he llamado la atencin una vez por tener un libro sin autorizacin, Noventa y tres, de Victor Hugo.
En marzo de 1897 el mismo Murajovsky hizo otra anotacin: A las once
de la maana he retirado a Iosif Djugachvili el libro Evolucin literaria de las naciones, de Letoumeau, que haba tomado prestado de la biblioteca. La papeleta de prstamo estaba dentro del libro. Lo estaba leyendo en las escaleras de la capilla. Es la decimotercera vez que este
estudiante ha sido descubierto leyendo libros de prstamo de la biblioteca. Entregu el libro al padre supervisor.
Para Iosif sta debi de ser una poca de incertidumbre. Saba que no tena vocacin para el sacerdocio y desde luego haba dejado de creer en
la Iglesia ortodoxa. Pero no saba qu camino tomar. Sasha Tsulukidze y Lado Ketsjoveli, ambos mayores que Iosif, eran dos hombres
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extraordinarios que le influyeron grandemente en esta poca. Eran
tpicos representantes de una nueva generacin que surgi en Rusia a principios de siglo. Todos eran valientes, imaginativos y emprendedores,
pero estaban motivados por un odio implacable hacia el orden establecido, y crean que a travs de la destruccin se llegara a un milenio en el que la gente gozara de justicia y bienestar; al menos la
mayora lo disfrutara, ya que la minora habra sido violentamente eliminada.
Tsulukidze, que proceda de familia noble, era un intelectual con
cualidades literarias. Estaba entregado a la causa revolucionaria y escriba colaboraciones en georgiano para Kvali (El surco) e Iberia, las publicaciones ms destacadas, tratando de explicar y popularizar las
teoras marxistas. Muri en junio de 1905 de tuberculosis, y todos los revolucionarios georgianos asistieron a su funeral, que se convirti en
una manifestacin popular. Iosif recopil todos los escritos de su amigo y los public en forma de libro en 1927 como homenaje a su memoria.
Lado Ketsjoveli era muy diferente a Tsulukidze, el enfebrecido
intelectual. Era un hombre de accin, incansable y emprendedor. Haba estudiado en el mismo colegio religioso en Gori y en el seminario de Tiflis, y ms tarde inici su trayectoria revolucionaria. Despus de la
famosa huelga en el seminario en diciembre de 1893, se traslad a Kiev, donde, tras ser detenido y permanecer tres meses en prisin, fue puesto en libertad vigilada. En 1897 regres a Tiflis y trabaj fanticamente en
el movimiento clandestino que preparaba la revolucin.
Los dos amigos despertaron el inters de Iosif por el marxismo. Fueron probablemente quienes le introdujeron en Messame Dassy (El Tercer
Grupo), primera organizacin socialdemcrata marxista de Georgia. [9] Sus fundadores fueron Noi Zhordania, antiguo seminarista y ms tarde
presidente de la independiente Repblica de Georgia (1918-21), y K. Chjeidze, G. Tseretelli y Sylvestr Dzhibladze, todos ellos destinados a ocupar puestos relevantes hasta que, por moderados, fueron
desplazados. Noi Zhordania era el lder del grupo.
Messame Dassy era una organizacin legal que funcionaba con autorizacin de la polica. Editaba un diario en georgiano, Kvali, y una publicacin mensual, Moambeh (El Heraldo). Tsulukidze y Ketsjoveli mantenan una postura crtica frente a ambas publicaciones. Ellos eran
partidarios del desafo, de la incitacin a la conspiracin y a la accin violenta y dramtica contra el rgimen zarista.
La militancia en Messame Dassy fue, en cualquier caso, un paso
http://web.archive.org/web/20050228051219/http:/leninismo.org/stalin_grey3.htm#[9]
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importante en la evolucin de Iosif. Los debates con sus dos amigos y
los contactos con otros miembros del grupo ampliaron su inters por el marxismo Se le hizo responsable de un crculo de estudio para obreros.
Recordando estas reuniones aos ms tarde, Stalin dijo: Recib mis primeras lecciones prcticas en el piso del camarada Sturua en presenc de Dzhibladze (que fue tambin uno de mis profesores), Chodrichvili,
Chjeidze, Bochorichvili, Ninua y otros destacados trabajadores de Tiflis. Pronunciar conferencias ante obreros era una experiencia nueva estimulante para un revolucionario de diecinueve aos. Pero era toda
seminarista y los estrechos lmites de su libertad le resultaban tanto insoportables cuanto que en aquellos momentos estaba descubriendo
tantas cosas por hacer.
En sus memorias, escritas en Pars en los aos treinta, Noi Zhordania recordaba: A finales de 1898 yo estaba al frente de Kvali. Un da
apareci en la redaccin un joven que se present a si mismo: "Soy Djugachvili, estudio en el seminario." Despus de pedirme que le escuchara, me dijo: "Soy asiduo lector de su peridico y de sus
artculos. Todos ellos m han impresionado. He decidido abandonar el seminario y dedicar tiempo libre a los obreros. Qu me aconseja?" Su decisin me agrad. En la organizacin socialdemcrata de
Tiflis haba pocos propagandistas. Pero antes de aconsejarle, me pareci necesario comprobar el bagaje de conocimientos de este joven. Cuando
le hice varias preguntas sobre historia, sociologa y economa poltica me sorprendi que slo tuviera una nocin superficial sobre todo ello. Sus conocimientos de poltica se basaban en los artculos de Kvali y el programa Erfurt de Kautsky. Le expliqu que sera difcil funcionar en tales condiciones. Nuestros trabajadores eran curiosos y queran saber.
Cuando estaban convencidos de que un propagandista no tena suficientes conocimientos, perdan inters y rehusaban escucharle. Yo aconsej a Djugachvili que permaneciera un ao ms en el seminario y
comenzara a prepararse por s mismo: "Lo pensar", contest; y march.
Zhordania se senta paternalista hacia el joven estudiante y, al igual
que otros enemigos polticos resentidos e impotentes que escribieron sus memorias en el exilio, intent denigrar a este hombre que se haba
convertido en gobernante supremo. Ciertamente exager la falta de conocimientos de Iosif. A sus diecinueve aos haba demostrado ya ser un estudiante bien dotado y habla ledo sobre los ms diversos temas,
interesndose particularmente por el marxismo y las ideas revolucionarias. Su visita al director de Kvali, que era uno de los ms conocid osescritores polticos de Georgia en aquella poca, parece sin embargo probable. La vida en el seminario se haba hecho insoportable. Su militancia en el Messame Dassy y la experiencia de hablar a los
trabajadores del crculo le daban la sensacin de tener un objetivo;
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buscaba consejo porque empezaba a dirigirse hacia la decisin final de
entregarse totalmente a la tarea revolucionaria.
Informes soviticos de las actividades polticas de Iosif durante 1898 le atribuyen una importancia que difcilmente poda justificarse en esa
etapa; se deca que se haba convertido en el crtico y oponente ms destacado de las opiniones de Zhordania, y que haba adquirido un cierto liderazgo entre los ferroviarios, a los que organizaba para llevar a
cabo una gran huelga en diciembre de 1898. Pero estaba por entonces todava en el seminario, y era un aprendiz de revolucionario. Poca
influencia podra haber tenido entre los ferroviarios y no hubiera conseguido gran cosa en su oposicin a los prestigiosos lderes de Messame Dassy.
A finales de 1898 la actitud de Iosif hacia los responsables del seminario era insolente y desafiante. En diciembre de 1898, el supervisor ayudante escribi en el libro de conducta: Durante un
registro de los estudiantes de la quinta clase llevado a cabo por miembros de la junta de supervisin, Iosif Djugachvili intent varias veces discutir con ellos, mostrando su descontento por los repetidos
registros a los estudiantes, y afirmando que tales registros nunca se hacan en otros seminarios. Djugachvili se muestra generalmente
irrespetuoso e insolente hacia sus superiores y se niega pertinazmente a inclinarse ante uno de los profesores (S. A. Murajovsky), como este ltimo ha sealado repetidamente a la junta de supervisin.
El castigo impuesto a Iosif fue el aislamiento en una celda durante cinco horas.
Finalmente, el 5 de mayo de 1899, el consejo del seminario le expuls por haber faltado a sus exmenes sin causa justificada. La decisin no
respondi a sus expectativas. Los monjes no le haban expulsado por dirigir una revolucin entre los estudiantes. El mismo declar ms tarde
que haba sido "expulsado del seminario por propagar el marxismo". Su madre mantuvo siempre que su hijo no haba sido expulsado. que ella misma le haba sacado del seminario. Hablando en 1930 con el
periodista norteamericano H. R. Knickerbocker, afirm: Le llev a casa debido a su salud. Cuando entr en el seminario era un muchacho tan fuerte como el que ms, pero el exceso de trabajo hasta los diecinueve
aos min su salud, y los mdicos me dijeron que poda contraer tuberculosis. Yo le saqu del seminario. El no quera marcharse. Pero
yo me lo llev. Era mi nico hijo. [10]
Est claro que fuera cual fuera la autntica razn de su salida del
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seminario, Iosif no tom la decisin. Pero una vez libre, se entreg a la
tarea revolucionaria y se convirti en Koba, El Implacable.
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[8] Istoriya Klassovoi Borby V. Zakavkazi (Milis, 1930).
[9] Priveli Dassy (El Primer Grupo), fundado por Ilya Chavchavadze, lder liberal de la nobleza georgiana. Meori Dassy (El Segundo Grupo)
dirigido por G. Tseretelli, organizacin de la intelligentsia georgiana afn a las teoras de los socialistas utpicos de Europa Occidental. Vase L.
Seria, Sobre la historia de las organizaciones bolcheviques en Transcaucasia (Londres, 1939).
[10] H. R. Knickerbocker, Stalin, hombre misterio incluso para su madre, en New York Evening Post, 1 de diciembre de 1930.
4. KOBA EL REVOLUCIONARIO
Despus de abandonar el seminario, el instintivo sentimiento de rebelin de Koba comenz a convertirse en una imperiosa necesidad de
desafiar y destruir el rgimen zarista. Lea con avidez todo el material revolucionario que caa en sus manos, y hablaba con otros que estaban
enardecidos por el nuevo espritu de la revolucin, pero no pudo encontrar todava el tipo de orientacin y las respuestas que necesitaba. Los escritos de Plejanov y de Lenin estimulaban sus ideas, pero al vivir
alejado en Georgia, no tena contacto directo con el movimiento revolucionario.
Los revolucionarios rusos, que vivan en el extranjero estaban divididos
por virulentas y a veces ociosas polmicas. Georgi Plejanov, padre de la socialdemocracia rusa, se consideraba a s mismo el rbitro de todos los asuntos concernientes al movimiento en Rusia. Estaba indignado con la
hereja del economismo que propugnaba como prioritaria la lucha de los trabajadores por mejorar los salarios y las condiciones de trabajo.
Una hereja ms seria, defendida por los marxistas legales denunciaba la revolucin violenta. Para todos los marxistas ortodoxos esto no era ms que revisionismo y reformismo, trminos muy severos en la
crtica comunista. Lenin, que surga como el lder destacado del movimiento ruso, consideraba cualquier argumento contrario a la revolucin violenta como la peor forma de apostasa.
http://web.archive.org/web/20050228051219/http:/leninismo.org/stalin_grey3.htm#8http://web.archive.org/web/20050228051219/http:/leninismo.org/stalin_grey3.htm#9http://web.archive.org/web/20050228051219/http:/leninismo.org/stalin_grey3.htm#10
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Subyacente a estas herejas estaba la cuestin bsica de la posibilidad
de adaptar el marxismo a la realidad rusa. Era una doctrina occidental, concebida y enraizada en las sociedades capitalistas e industrializadas de Europa occidental. Al adherirse al marxismo, Plejanov, Axelrod,
Martov, Lenin y otros haban aceptado la idea de que Rusia debera alcanzar el mismo nivel de industrializacin, para que existiera una masa proletaria capaz de hacer estallar la revolucin y tomar el poder.
El hecho de que Rusia, a finales de siglo, contara con ms de cien millones de campesinos de un total (excluyendo Finlandia) de ciento treinta millones de habitantes, haca este objetivo enormemente lejano.
Desde 1892 aproximadamente, sin embargo, bajo la acertada direccin del conde Sergei Witte, ministro de Economa y Finanzas, la
industrializacin se desarroll con extraordinario mpetu. Plejanov y otros comenzaron a pensar que el objetivo de una masa proletaria podra no estar tan distante. Pero Lenin, impaciente por entrar en
accin y conseguir el poder, opinaba que haba que adaptar el marxismo a las condiciones de Rusia.
Al regresar del exilio en febrero de 1900, Lenin residi por un tiempo en
Pskov y despus se traslad a Munich. Estaba deseoso de convocar un congreso para proscribir todas las herejas y restaurar la unidad del movimiento socialdemcrata ruso. Tambin tena el proyecto de editar
un peridico que se llamara Iskra (La Chispa). El 24 de diciembre de 1900 se public en Leipzig el nmero uno. Los ejemplares fueron
llevados clandestinamente a Rusia y el peridico adquiri enseguida influencia como la voz del movimiento marxista en Rusia.
En la lejana Georgia, Iosif Djugachvili, o Koba, como se haca llamar
entonces, probablemente tuvo noticias de las herejas y de las discusiones entre los socialdemcratas en el exterior. No le causaron impresin porque era intransigente con los marxistas emigrados que
vivan cmodamente en pases capitalistas y se dedicaban a alimentar polmicas ociosas. Los verdaderos revolucionarios corran riesgos, al tiempo que enseaban y organizaban a los trabajadores. Pero pronto se
interes vivamente por Iskra.
La informacin fidedigna sobre su vida y actividades desde mayo de 1889, cuando abandon el seminario, hasta diciembre de 1905, que fue
cuando asisti al Congreso de Tammerfors y conoci a Lenin, es escasa. Algunos historiadores le describen dirigiendo un gran movimiento
revolucionario clandestino durante esos aos. Para ellos est claro que tuvo que ser un prodigio como Atenea, nacida de la cabeza de Zeus
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completamente armada y lanzando un grito de guerra. Los escritores
hostiles se aferran a estos aos como reveladores de su atraso e incapacidad para colaborar con el movimiento.
Trotski escribi sobre su torpe inteligencia, falta de talento, su
irrelevancia fsica y moral. Souvarine, sealando esta falta de influencia, le catalogaba con las cualidades de un suboficial. En aquella poca puede ser que Koba pareciera un inexperto recluta, agresivo por
la falta de gseuridad en s mismo al encontrarse entre intelectuales. Era un miembro marginal de la intelligentsia, sin origen noble ni trayectoria
profesional. Incluso entre los paznochintsi, una clase heterognea, sus orgenes eran humildes. Un agudo sentimiento de inferioridad social,
intensificado por la cara marcada de viruelas y el brazo deforme, debieron de ser factores que influyeron en su torpeza general, en su agresividad hacia los dems, incluyendo amigos y compaeros, y en su
autohumillacin.
Pese a todo, este perodo fue una etapa importante en su larga trayectoria. Empez a aprender seriamente de otros revolucionarios y de
los trabajadores, sobre todo de los ferroviarios, que eran los ms activos polticamente. Llev una existencia clandestina al margen de la sociedad, perseguido por la polica. Era espiado de cuando en cuando,
pero despus se desvaneca en la sombra. Soportaba una vida oscura, incluso miserable, y su nica compensacin era el sentimiento de
luchar junto a unos pocos camaradas por los objetivos de la revolucin y una sociedad nueva. Sin embargo, reuna buenas condiciones para la vida clandestina: tena valor, autodisciplina, paciencia, una inteligencia
aguda y un fuerte instinto de supervivencia. [11]
Despus de salir del seminario, quiz pas algn tiempo con su padre en Gori restablecindose. Ganaba dinero dando clase a nios de
familias ricas de Tiflis, y posiblemente vivi en algn tugurio de obreros. Entre sus discpulos estuvo Ter-Petrosian, el audaz terrorista armenio, conocido por Kamo, que se convertira ms tarde en su discpulo y
lugarteniente.
Hacia finales de diciembre de 1899, Koba comenz a trabajar como empleado del Observatorio Geofsico de Tiflis. Segn Vano
Berdzenichvili, expulsado del seminario en otoo de 1899, y que haba comenzado a trabajar en el observatorio en febrero del ao siguiente, eran en total seis observadores. Entre ellos figuraban los hermanos
Vano y Lado Ketsjoveli. Vano recordaba ms tarde que tenamos que mantenemos despiertos toda la noche y hacer observaciones a
intervalos sealados con la ayuda de delicados instrumentos. El trabajo exiga gran concentracin y paciencia. En un informe policial de la
http://web.archive.org/web/20050228051234/http:/leninismo.org/stalin_grey4.htm#[11]
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poca, Koba no figura, sin embargo, como observador meteorolgico,
sino simplemente como administrativo.
Evidentemente, Koba encontraba ventajoso su trabajo en el observatorio. El sueldo era bajo, pero por primera vez en su vida
disfrutaba de una habitacin para l solo y, cuando estaba trabajando, era libre. Iremachvili describi su habitacin como desnuda y austera, pero su mesa estaba siempre llena de libros y panfletos, entre los que
destacaban los trabajos de Plejanov y Lenin. Divida su tiempo libre entre la lectura y la participacin en reuniones de grupos de
trabajadores. Berdzenichvili recordaba ms tarde que sola llevar panfletos ilegales y el diario Iskra, que nos dejaba leer; pero ninguno de nosotros saba dnde y cmo los consegua.
El primero de mayo de 1900 fue un acontecimiento importante para Koba. La Mayevka, como se llamaba, era ilegal y no se haba celebrado nunca en Georgia. Koba se encarg de los preparativos, segn Sergei
Aptluyev, un ferroviario que fue su amigo y ms tarde su suegro. A pri-meras horas de la maana, pequeos grupos de trabajadores se
dirigieron al Lago de la Sal, en las montaas cercanas a Tiflis, dando la contrasea a piquetes situados a lo largo de la ruta. Llevaban pancartas con eslganes revolucionarios en ruso, georgiano y armenio, y portaban
dos estandartes con los retratos de Marx y Engels.
En un estado de exaltacin, quinientos trabajadores cantaron la Marsellesa y escucharon discursos sobre el proletariado internacional y la prxima lucha por los derechos de los trabajadores. Sergei Alliluyev mencion la participacin de Koba como orador, [12] pero Georgy Ninua recordaba algunas de sus palabras: Nos hemos hecho tan fuertes, que
el ao que viene podremos celebrar la Mayevka no ya en las montaas, sino en las calles principales de Tiflis... Nuestra bandera roja tiene que
estar en el centro de la ciudad, para que la tirana conozca nuestra fuerza.
La agitacin industrial aumentaba en Rusia durante estos aos; en
Georgia alcanz su punto culminante. Una oleada de huelgas se extendi por las fbricas de Tiflis entre los meses de mayo y junio de 1900, y en agosto los ferroviarios llevaron a cabo una gran huelga. Se
dice que fue Koba, apoyado por M. I. Kalinin, metalrgico que llegara a ser presidente de la Unin Sovitica, quien organiz y dirigi estas huelgas. [13]
En el verano de 1900, Viktor Kumatovsky lleg a Tiflis. Hombre alto y delgado, que se inclinaba al hablar por ser duro de odo, era apreciado y
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respetado en los crculos revolucionarios. [14] Haba sido terrorista
activo, y en el exilio se haba convertido en asiduo compaero de Lenin. Su llegada a Georgia coincidi con un aumento de las actividades
revolucionarias. Seguan adelante los preparativos para la manifestacin del primero de mayo de 1901 que