I Encuentro Internacional de Educación

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I ENCUENTRO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN Espacios de investigación y divulgación. 29, 30 y 31 de octubre de 2014 NEES - Facultad de Ciencias Humanas – UNCPBA Tandil – Argentina I.1II. Formación inicial de docentes. Prácticas y representaciones Las actividades de enseñanza en los programas de las asignaturas Ballester, María Alejandra (UNICEN) [email protected] Barrón, María Pía (UNICEN) [email protected] Eizaguirre, María Daniela (UNICEN)

Transcript of I Encuentro Internacional de Educación

I ENCUENTRO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN

Espacios de investigación y divulgación.

29, 30 y 31 de octubre de 2014

NEES - Facultad de Ciencias Humanas – UNCPBA

Tandil – Argentina

I.1II. Formación inicial de docentes. Prácticas y representaciones

Las actividades de enseñanza en los programas de las asignaturas

Ballester, María Alejandra (UNICEN)

[email protected]

Barrón, María Pía (UNICEN)

[email protected]

Eizaguirre, María Daniela (UNICEN)

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Introducción

La presente ponencia se enmarca en el Proyecto de Investigación “Enseñar y

aprender en la universidad. Aportes para una didáctica de la formación inicial de

profesores”, dado que una de las finalidades pautadas para el trienio 2012-2014 apunta a

investigar las actividades de enseñanza que proponen los docentes, las actividades de

aprendizaje que realizan los estudiantes, como así también las características y

condiciones del contexto del aula universitaria para el desarrollo de prácticas de lectura

y escritura.

En esta oportunidad nos abocaremos al análisis de los programas de primer año

correspondiente al primer cuatrimestre de las carreras de Profesorado de la Facultad de

Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos

Aires -Profesorado de Educación Inicial, Profesorado de Ciencias de la Educación,

Profesorado de Geografía y Profesorado de Historia- con el propósito de indagar qué

lugar ocupan en los mismos las prácticas de lectura, escritura y oralidad.

Nos interesa entonces rastrear algunos componentes en los Proyectos de

Cátedra/Programasi de las diferentes asignaturas. Fundamentalmente ponemos el foco

en los profesorados ya que consideramos que las modalidades de enseñanza que se

emplean en la formación inicial de los profesionales de la educación debieran guardar

coherencia con las que se espera que pongan en marcha en su trayecto profesional, en

las clases destinadas a sus alumnos.

En primer lugar, presentaremos una breve recapitulación sobre nuestra mirada

acerca de las prácticas de lectura, escritura y oralidad (en adelante LEyO), así como

algunas consideraciones sobre la enseñanza y la evaluación en el nivel superior. Luego,

realizaremos algunas consideraciones acerca del lugar que le cabe a los programas en

las propuestas de enseñanza y, por último, intentaremos describir y analizar los

componentes que encontramos en los mismos.

La lectura, la escritura y la oralidad en la Universidad

Es preciso considerar la enseñanza de las prácticas de LEyO a lo largo de toda la

formación superior. Esto obedece a varias razones: por un lado, aprender los contenidos

de cada asignatura consiste en una tarea doble: apropiarse de su sistema conceptual-

metodológico y también de sus prácticas discursivas características, ya que una

disciplina es un espacio discursivo y retórico tanto como conceptual. Y, por otro lado,

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con el fin de apropiarse de cualquier contenido, los alumnos deben reconstruirlo y es

aquí donde la lectura y la escritura devienen en herramientas fundamentales en esta

tarea de asimilación y transformación del conocimiento.

El ingreso a la Universidad implica una modificación entre aquellas

competencias demandadas por los estudios superiores y aquellas ejercidas por los

estudiantes en niveles anteriores de formación. “La tarea académica en la que los

profesores solemos ubicar a los alumnos en clase es la de escuchar nuestras

explicaciones y tomar apuntes (de los que nos desentendemos). Asimismo, esperamos

que los estudiantes -fuera de la clase- lean la bibliografía proporcionada (pero no nos

ocupamos de ello). (…) A pocos sorprende este esquema porque es al que nos hemos

acostumbrado” (Carlino, 2005:10). Nos preguntamos entonces ¿qué papel juegan en las

propuestas del docente la planificación de tareas que propicien que los estudiantes se

apropien de los temas de las cátedras?

Los/as estudiantes del Nivel Superior deben formarse como lectores expertos, es

decir, deben conocer los procedimientos de la comprensión lectora, a fin de poder

comunicar los saberes y dar cuenta de cómo se lee cada texto. En cada disciplina se

implican ciertas operaciones cognitivas que el docente debe poner en juego para que los

estudiantes puedan comprender un texto de su campo científico o técnico. Por ello, la

progresión de las prácticas lectoras en la trayectoria estudiantil debería surgir de

acuerdos y consensos entre los docentes de la carrera.

En relación a la escritura, a partir de los aportes de Hayes y Flower (1996) y

Bereiter y Scardamalia (1987) podemos entender la misma como un proceso recursivo

y reflexivo de planificación para la producción de información que colabora en la

estructuración del pensamiento y lo modifica. Cuando el sujeto logra modificar lo que

antes sabía sobre el tema, se habla de la función epistémica. En el proceso de escribir se

establece una relación dialéctica entre el conocimiento que se tiene, las exigencias

discursivas y los objetivos de la escritura. Entendemos que los diferentes momentos de

una clase pueden constituir situaciones donde tanto la escritura como la oralidad operen

como mediadoras de la comprensión y de la producción de conocimiento. No hay

posibilidad de significar la metacognición si no es a través de procesos de lectura y

reescritura.

En cuanto a la oralidad, creemos que los docentes se preocupan por la expresión

oral de los estudiantes pero, sin embargo, ello no se refleja en la incorporación de

estrategias que posibiliten mejorar la oralidad en la formación profesional; es decir que,

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en líneas generales la producción de textos orales no es objeto de reflexión en el

proceso de enseñanza.

Consideraciones acerca de la enseñanza y la evaluación

“En la Educación Superior, entendemos la enseñanza como el proceso que lleva

a cabo el formador para hacer posible la apropiación, por parte de los estudiantes, de los

conocimientos requeridos para desempeñarse en su futuro ámbito de trabajo. Se trata de

una acción intencionalmente orientada al desarrollo de las capacidades necesarias para

seguir formándose durante toda su trayectoria profesional: capacidad de acceder a

información actualizada, de participar en comunidades profesionales, de orientar

éticamente su ejercicio profesional” (Documento de Apoyo, 2003:3).

Compartimos las ideas de Goñi y Etchemendy (2012:2) cuando expresan que

parten “de la consideración que enseñar una asignatura es más que la mera transmisión

de contenidos. Implica aprehender la lógica utilizada por el docente en el recorte y

selección de los contenidos, un tipo de discursividad particular, una terminología

específica; esto es, implica aprehender la lógica de construcción de un conocimiento

disciplinar sin perder de vista el sentido de la disciplina en la carrera en el que se inserta

la asignatura”.

Si bien entendemos que el conocimiento disciplinar es un eje central de

cualquier propuesta de enseñanza en una asignatura, consideramos que no basta con la

organización lógica de dicho conocimiento, se requiere además un saber didáctico que

oriente la elaboración de propuestas que favorezcan en los estudiantes la apropiación de

dichos contenidos.

La noción de estrategias de enseñanza nos permite dejar de pensar la enseñanza

como pasos fijos, “como un conjunto de reglas externas al docente a las que se debe dar

cumplimiento para enseñar algo (...) y se afirma que la estrategia permite concebir la

enseñanza como un proceso complejo no exento de decisiones políticas en torno al qué

enseñar, cómo hacerlo, para qué hacerlo. (Documento de Apoyo, 2003:5).

En relación con la evaluación, consideramos que el mayor desafío es el de poder

generar situaciones de evaluación integradas al proceso de enseñanza y de aprendizaje

de los conocimientos de la asignatura y no como apéndices, como actos finales

desprendidos de las demás acciones planificadas (Celman, 1998). La evaluación así

entendida se constituirá en una herramienta que permita un continuo proceso de

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reflexión acerca de la construcción de los aprendizajes y la enseñanza, implicando una

actitud de investigación por parte de los docentes y de los alumnos.

Asimismo, creemos que para ocuparnos realmente de enseñar a leer y a escribir

en nuestro campo específico, de comunicar un modo particular de construcción de

conocimientos debemos proponer prácticas evaluativas coherentes con estos

presupuestos.

La intención es que la acreditación vaya formando parte de los procesos de

enseñar y aprender, de las situaciones de enseñanza y de aprendizaje; se pretende, así,

que la evaluación vaya adquiriendo las características de las “buenas prácticas

evaluativas” (Hogan, 1999, en Carlino, 2005). De acuerdo al planteo de la autora una

buena evaluación deber ser válida, en tanto evalúa lo que se compromete a enseñar;

explícita, a que comparte con los alumnos desde el principio los criterios a partir de los

cuales serán evaluados y educativa, si promueve el aprendizaje en el sentido de ir

brindando informaciones durante el proceso acerca de los logros o las dificultades en la

apropiación de los contenidos a aprender y si la actividad cognitiva que la tarea

evaluativa demanda es coherente con los objetivos de aprendizaje. Otra característica es

que la buena evaluación debe ser internalizable ya que debe contribuir a formar los

criterios de la autoevaluación, como un medio para poder progresar en el aprendizaje.

Los programas como organizadores de la enseñanza

Nuestro interés en la temática parte del convencimiento de que los programas de

las asignaturas, lejos de ser meros requisitos formales, necesariamente deben ser

pensados como herramientas ineludibles de trabajo, tanto para los docentes -enseñanza-

como para los alumnos -aprendizaje-; y, por otra parte entendemos también que el uso

de los programas se constituye en un saber a utilizar por nuestros alumnos en tanto

futuros profesionales, es decir, en sus inserciones laborales docentes.

En este sentido es que rastrearemos en esta primera aproximación a los

programas de cátedra, referencias explícitas a la enseñanza, que nos permitan analizar

cómo se plasman en los mismos las propuestas didácticas, entendidas éstas como

aquellos dispositivos que se crean para resolver los problemas propios de la

comunicación del conocimiento. Desde nuestra postura, la elaboración de los programas

de cátedra se resignifica en tanto que posibilita el planteo de modalidades de enseñanza

que incluyan las prácticas de LEyO a fin de facilitar la construcción del conocimiento

por parte de los estudiantes.

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Steiman define “…al proyecto de cátedra como una propuesta académica en la

educación superior en la que se explicitan ciertas previsiones, decisiones y condiciones

para la práctica didáctica en el aula y que intenta hacer explícitos ciertos acuerdos que

conforman aquello que puede objetivarse del contrato didáctico que se establece con los

alumnos/as y con la institución” (2011:19).

Es necesaria la previsión de un plan de trabajo. “El proyecto de cátedra

constituye un plan hipotético y es en sí mismo una herramienta que supera, por su valor

pedagógico, los diseños tipo programa de materia” (Steiman, 2011:20).

Sin embargo, y retomando las ideas del citado autor “… en la educación superior

la entrega del programa suele ser vista como un acto burocrático: (…) casi como un

trámite. Si bien en algunas universidades o a veces al interior del propio sistema escolar

de una jurisdicción se prescriben o sugieren formatos para la entrega de los programas,

cuando no hay formalidades expuestas, la mayoría de nosotros sólo volcamos un

listado de los `temas´ que vamos a enseñar y su bibliografía y a lo sumo le adosamos a

ello los objetivos de la cátedra y algunas aclaraciones respecto a la evaluación”. En esta

línea, trabajaremos sobre la idea de que los proyectos de cátedra anticipan nuestras

grandes decisiones, las más relevantes, la planificación de nuestro trabajo docente.

Steiman enuncia una serie de razones que enfatizan el valor y la importancia que

revisten para los alumnos los proyectos de cátedra; a saber:

- “Organizar su estudio ya que el proyecto de cátedra explicita claramente

cuáles son los contenidos a aprender, cuál es la bibliografía obligatoria que opera como

soporte teórico de dichos contenidos y cuáles son los trabajos prácticos a resolver;

- conocer la postura de la cátedra en cuanto a la orientación con que es

concebida la unidad curricular que es objeto de enseñanza y la concepción de

aprendizaje que subyace a la propuesta;

- conocer las condiciones de evaluación de la unidad curricular en cuanto a

parciales y finales, requisitos de entrega de trabajos y criterios que tomará en cuenta el

docente o el equipo docente para decidir la aprobación;

- poseer un documento escrito que en cierto sentido `garantiza´ no tener

que enterarse de sus obligaciones académicas de un día para el otro” (Steiman,

2011:22).

Los Programas en el Reglamento de la Facultad de Ciencias Humanas

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Previamente al análisis exploratorio de los programas, creemos pertinente citar

el Reglamento interno de la Facultad, que oficia como encuadre normativo para la

elaboración de los Programas, haciendo referencia de forma sintética a ciertas

consideraciones para la presentación de los mismos.

Dentro del Reglamento encontramos un apartado titulado “La enseñanza”;

cuatro de los artículos que lo forman remiten a los programas y sus componentes. Los

artículos 22, 23 y 25 refieren a ciertos procedimientos y formalidades de entrega. Nos

parece pertinente transcribir el Artículo 24 porque es el que reviste mayor interés para

nuestro trabajo, ya que allí se remite a algunos componentes que los programas deberían

tener y que hacen referencia a la explicitación de los trabajos y las actividades (lo

destacamos en negrita):

Artículo 24º: Los programas serán analíticos, con temas claramente

diferenciados y con indicación precisa de los trabajos y actividades que su desarrollo

requiera y el cronograma de los mismos.

El análisis de los Programas de los Profesorados

Nuestra muestra está compuesta por diez programas. En el análisis de los

mismos observamos: componentes comunes y diferenciados y, al interior de cada uno

de los apartados, rastreamos referencias a la enseñanza, a las prácticas de LEyO y a la

evaluación.

En relación a los componentes comunes a los diez programas analizados puede

decirse que todos ellos poseen una caratula en donde se mencionan la asignatura,

equipo de cátedra, carrera y año.

Nueve de los diez programas analizados plantean una serie de propósitos

formulados como objetivos o expectativas de logro.

Observamos también un apartado que plantea la fundamentación de la

asignatura-en esto coinciden nueve de los diez programas analizados. En algunos casos,

la fundamentación aparece como más extensa y especificada que en otros; incluso en

algunos no aparece bajo el rótulo de fundamentación pero, al leerla, lo que encontramos

son los fundamentos básicos que dan sustento a la asignatura.

Todos los programas analizados plantean los contenidos a trabajar; en general,

discriminados por unidades o bloques temáticos.

En cuanto a la bibliografía, siete programas discriminan entre bibliografía

obligatoria y bibliografía complementaria (o general y específica // obligatoria y

recomendada). En general la bibliografía aparece discriminada por unidad y ordenada

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según criterio alfabético. Sólo tres de los programas considerados no explicitan

bibliografía complementaria.

Todos los programas contienen un apartado referido a los criterios de evaluación

y acreditación. En algunos casos, se limitan solamente a enunciar fechas de prácticos,

parciales y recuperatorios, mientras que otros intentan dar cuenta de los criterios a ser

considerados para la aprobación de la cursada.

En cuanto a las estrategias docentes, sólo tres programas hacen referencia a la

metodología // modalidad de trabajo. Y lo mismo sucede con el Plan de

prácticos/actividades que puede observarse sólo en tres de los programas considerados.

Seis programas incluyen un apartado relativo a la organización de la cursada.

Cinco programas incluyen un cronograma de actividades/ lecturas indicadas

para cada una de las unidades.

Programas

Componentes

P

1

P

2

P

3

P

4

P

5

P

6

P

7

P

8

P

9

P

10

Caratula

Asignatura/ Año/Carrera/

Equipo de cátedra/

X X X X X X X X X X

Objetivos

/Propósitos/ Expectativas

de logro

X X X X X X X X X

Organización de la

asignatura X X X X X X

Fundamentación X X X X X X X X X

Unidades/ Bloques

temáticos/ Contenidos X X X X X X X X X X

Bibliografía

obligatoria X X X X X X X X X X

Bibliografía

complementaria X X X X X X X

Criterios de X X X X X X X X X X

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Cuadro N01: Componentes comunes

En cuanto a los componentes diferenciados, podemos afirmar que:

En el Programa Nº 1 aparece un apartado titulado Articulación de actividades y

objetivos, en el que se observa un cuadro discriminados por unidades temáticas.

El Programa Nº 7 presenta dos componentes diferenciados:

- un apartado remite a la Forma de comunicación pedagógica que habrá

de privilegiarse durante el desarrollo de los contenidos temáticos.

- Otro apartado remite a orientaciones metodológicas para el abordaje de

la bibliografía.

El Programa Nº 8 añade una guía de preguntas para estudio y reválidas.

El Programa Nº 10 incorpora como apartados la Modalidad de trabajo y el

Desarrollo de las actividades y guías de lectura.

Con respecto a los componentes de los programas, creemos que el encabezado,

si bien es una formalidad, brinda información con respecto a algunos datos

institucionales y también curriculares.

La fundamentación debería poder dar cuenta de los supuestos que sostienen la

propuesta, específicamente en lo referido a la actividad de la docencia. Steiman (2011)

entiende que en el marco referencial deben explicitarse dichos supuestos a fin de dar

cuenta del posicionamiento teórico e ideológico de una cátedra. Los propósitos en los

programas apuntan a hacer aún más explícito el contrato didáctico e intentan dar cuenta,

desde la óptica de la enseñanza, la dirección que se le da al proceso de aula.

En cuanto a los contenidos, éstos constituyen el eje de los programas en el

intento de dar respuesta a la cuestión acerca de ¿qué enseñar?

El cronograma intenta ser una ayuda para organizar la distribución de los

tiempos, para considerar en una línea temporal el tiempo que se le dedicará a cada

unidad didáctica (al menos una primera aproximación) y también el tiempo que

insumirán las diferentes estrategias de evaluación empleadas (parciales, prácticos, entre

otros).

evaluación / Acreditación

Cronograma de

temas/ TPs/ Actividades/

Lecturas

X X X X X

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En relación a la bibliografía resulta interesante la diferenciación entre

bibliografía obligatoria y complementaria dado que mientras que la lectura de la primera

es considerada indispensable, la segunda resulta orientativa, o profundizadora de algún

contenido en particular.

Los Trabajos Prácticos y las prácticas de LEyO en los programas

Otro componente que nos propusimos rastrear es la propuesta de Trabajos

Prácticos (TPs) referenciadas en los programas, dado que en general es un aspecto en el

que las estrategias de enseñanza quedan explicitadas. En muchas ocasiones, estas

propuestas se presentan por fuera de los mismos; no obstante considerando el

Reglamento Interno de la FCH, más precisamente en su Art. 24, consideramos

pertinente su enunciación o explicitación en los programas. Vinculado a este

componente y a la explicitación de las estrategias de enseñanza, buscamos referencias a

las prácticas de LEyO.

Cuadro Nº 2 Referencias a TPs

Cuadro Nº 3 Referencias a Prácticas de LEyO

Programas

Referencias a TPs

P

1

P

2

P

3

P

4

P

5

P

6

P

7

P

8

P

9

P

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TPs enunciados X X X X

TPs desarrollados X

Referencias a la

modalidad de TPs X X X X

Referencias a la

inclusión de TPs X X

Programas

Prácticas de LEyO

P

1

P

2

P

3

P

4

P

5

P

6

P

7

P

8

P

9

P

10

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En el Programa N° 1, en una sección sobre Organización de la cursada se remite

a la presencia de clases teóricas y prácticas, a ciertas cuestiones disciplinares

contempladas en la materia y se especifica que “para la transferencia de conocimientos

y el logro de los objetivos se utilizarán clases y trabajos prácticos que contemplen el

uso de técnicas orientadas al campo disciplinar de la carrera de grado”. Esta sería, a

nuestro juicio, la única referencia a la enseñanza focalizada en el uso de técnicas

orientadas el campo disciplinar de la carrera de grado. En relación con los TPs,

encontramos seis enunciados y un apartado titulado Articulación de las actividades y

objetivos en donde se menciona la relación entre los objetivos de cada uno de los seis

trabajos prácticos con las unidades con las que se corresponden.

En el Programa Nº 2, en el apartado Evaluación refieren a los TPs que se

desarrollarán durante la cursada. En relación con las estrategias de enseñanza, en el

apartado Presentación de la Propuesta aparece una única referencia vinculada con el

objetivo de introducir “herramientas conceptuales que permitan una práctica

reflexiva”, para “cuestionar el carácter meramente instrumental” que ha caracterizado

a la disciplina. En ese sentido, también se postula que finalidad que se persigue en la

enseñanza de la disciplina “en la formación docente es proporcionar un conjunto de

herramientas teórico-metodológicas que les permitan analizar, organizar y desarrollar

propuestas de enseñanza fundamentadas”.

En el Programa Nº 6, en un apartado titulado Bibliografía de los Trabajos

Prácticos aparecen los nombres de los mismos y la bibliografía para cada uno de ellos.

En el Programa Nº 8 se detalla un cronograma de lecturas para cada una de las clases

prácticas. Al final proponen una Guía de preguntas para estudio y reválidas donde se

formulan un conjunto de preguntas orientadoras para cada una de las unidades de la

materia. En relación con las actividades o estrategias de enseñanza, se explicita que se

“buscan ilustrar los temas generales elegidos con trabajos referidos a procesos

cercanos a la experiencia biográfica de los alumnos, de forma de evitar una

presentación absolutamente abstracta de la disciplina”. En el Programa Nº 4 no hay

Referencias a la

alfabetización académica X X X X

Referencia a las

prácticas de LEyO X X X X X

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referencias a los TPs. En ninguno de estos programas (2, 6, 8 y 4) se hace referencia a

las prácticas de LEyO.

En el Programa N º 3 en el apartado Recomendaciones para la cursada de esta

materia plantea la entrega de informes escritos y el acompañamiento de los docentes en

clases Prácticas. También aparece en el programa un apartado con un cronograma de

los textos que se trabajarán en cada clase práctica. Se hace referencia aquí también a las

clases prácticas y a la importancia del acompañamiento a los alumnos, lo cual se refleja

en la siguiente cita: “En el presente curso se sumará una nueva modalidad de

acompañamiento para los cursantes en su ingreso a la formación universitaria que

prevé la instancia de entrega de informes escritos que permitan favorecer el desarrollo

de competencias y prácticas de lectura y escritura de los textos académicos”. Queda

explícito en este programa que la tarea del docente será la de aproximar a los alumnos a

los conceptos, a los distintos niveles de análisis de lo social y a los actores sociales,

señalando además algunas estrategias para concretarla tales como la necesidad de

“promover una adecuada estructuración y organización de los contenidos

historiográficos a impartir, una selección jerarquizada de asuntos a tratar e introducir

un análisis comparado de los procesos históricos”.

En el Programa Nº 5, en los propósitos de la materia que refieren al

conocimiento disciplinar se enuncian dos objetivos que remiten a las prácticas de

LEyO: “Generar situaciones didácticas que propicien el pasaje de la hétero a la

autorregulación en los procesos de lectura y escritura de nuestros alumnos” e

“Incorporar a los alumnos en los modos de interpretar los textos en la comunidad

universitaria”.

Encontramos una posición más desarrollada en el apartado Metodología de

Trabajo en donde recuperamos la siguiente cita: “Los contenidos temáticos se

desarrollan a través del abordaje teórico con participación grupal, incorporando

actividades que favorezcan la interrelación, tales como grupos de discusión, análisis de

casos, puestas en común de guías de lectura, vinculadas con algunos de los temas

tratados. Se complementará el trabajo con el análisis de documentación emanada de

las instancias superiores del nivel educativo inicial. Una vez desarrollados los temas se

buscará la integración y reelaboración del material trabajado”.

En el Programa Nº 7 encontramos un amplio tratamiento acerca del abordaje del

trabajo en clase. Refieren a guías de lectura que el profesor y/o los auxiliares de cátedra

confeccionan para cada unidad bibliográfica y ofrecen oportunamente a los estudiantes.

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También mencionan guías de actividades de aprendizaje y enumeran algunos

propósitos que pretenden con estas guías en los que se enlazan las prácticas de LEyO.

Citamos los más relevantes: “Entusiasmen a los estudiantes por la producción de textos

orales de diverso género para dar a conocer el tratamiento que hacen de los contenidos

temáticos”, “Promuevan en los estudiantes la actividad de lectura sincrónicamente con

la comprensión del texto escrito -construcción del sentido-”, “Fomenten en los

estudiantes el gusto por las diversas formas de textualización escrita acerca de lo

comprendido, progresando desde actividades preliminares -como pudieren ser la

construcción de esquemas y cuadros sinópticos-, hasta la producción de diversos tipos

de textos escritos -tanto aquellos que podrían redundar en material de uso para el

propio estudiante, como pueden llegar a serlo resúmenes y síntesis, como informes

académicos a modo de producción de cierre”.

En el Programa Nº 9 encontramos también un objetivo complementario que

trasciende los objetivos vinculados exclusivamente a la construcción de conocimiento

disciplinar: “Que los alumnos lleven adelante el ejercicio de prácticas de estudio que

deberán instrumentar en el presente y a futuro en sus trabajos con textos académicos”.

El mismo apartado continúa planteando la siguiente idea: “Atendiendo que la

asignatura se encuentra en el primer cuatrimestre del primer año de cursada, se

realizarán actividades que contemplen producción de textos sencillos y exposiciones

orales que favorezcan el desarrollo de competencias académicas iniciales en el proceso

de constituirse en alumnos universitarios”. Asimismo en este programa la cátedra toma

posición en relación a la enseñanza, planteando, por ejemplo, que “La enseñanza aspira

a ser llevada a cabo en condiciones que faciliten un máximo la transferibilidad del

aprendizaje (...) transferencia en términos de constituirse en lectores críticos de los

corpus teóricos que serán el fundamento de su formación académico profesional”.

En el Programa Nº 10, tal lo anteriormente mencionado, encontramos también

un apartado titulado Desarrollo de actividades que contiene una serie de guías de

lectura y escritura que incluye la actividad final para la aprobación de la cursada.

En el apartado titulado Modalidad de trabajo se puede apreciar que los docentes

sostienen que enseñar contenidos no es independiente de la forma de hacerlo y

proponen una serie de modalidades didácticas entre las que se destacan:

- Lectura y análisis de bibliografía con acompañamiento de guías.

- Producción individual de fichas resúmenes.

- Ensayo de la modalidad de parcial.

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- Revisión de producción entre pares.

- Reescritura de producciones propias, entre otras.

También se hace referencia a continuación a algunas posibles intervenciones de

los docentes “(…) los docentes guiaremos la reconstrucción conceptual,

responderemos dudas, orientaremos el establecimiento de relaciones entre autores,

líneas teóricas, así como semejanzas y diferencias entre ellas (…).”

Más adelante se propone que “(…) en las diferentes instancias los estudiantes

operarán, junto a los docentes, como lectores, revisores y productores de textos

buscando conformar una comunidad de lectores y escritores.”

Para finalizar resta señalar que dos de los diez programas analizados, el N° 4 y el

N° 6 no hacen ninguna referencia a la enseñanza, no presentan de ningún modo alguna

referencia vinculada a cómo llevar a cabo el proceso de transmisión o

apropiación/reconstrucción por parte de los alumnos de aquellos contenidos

seleccionados y jerarquizados dentro de cada uno de los campos disciplinares. Tampoco

alguna referencia a las prácticas de LEyO.

La evaluación en los programas

En el Programa N° 1 en un Apartado denominado Criterios de evaluación y

acreditación se enuncia que la materia se acreditará a través de los seis trabajos

prácticos y de dos instancias un parcial y su recuperatorio y un final. También se

mencionan los requisitos para la aprobación de la cursada, para la presentación al

parcial, las características del examen final y la opción de rendir libre la materia, así

como las condiciones de presentación de los trabajos prácticos (prolijos y en término).

El Programa N° 2 en el Apartado denominado Criterios para evaluar el proceso

es la única propuesta de enseñanza en la cual se toma posición en cuanto a qué

considera el equipo de cátedra que es evaluar, planteando que “conformaría también un

proceso de conocimiento que podría integrarse a la situación de enseñanza”.

Seguidamente explicita los criterios de evaluación a considerarse en las clases tales

como la expresión oral y escrita, la apropiación del lenguaje específico de la disciplina,

la resolución de producciones parciales que denote apropiación conceptual y relación

entre los conceptos, la participación en los pequeños grupos y en el grupo total de clase,

la responsabilidad y actitud crítica y reflexiva y la predisposición hacia las prácticas

corporales. Asimismo, presentan las condiciones para acreditar el cursado de la materia,

los criterios de evaluación para los trabajos prácticos grupales y la acreditación final.

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En el Programa N° 3 en un Apartado denominado Recomendaciones para la

cursada de la materia se plantea que los alumnos entregarán informes escritos, a partir

de las consignas pautadas en las clases prácticas, que serán evaluados y entregados en

dichas clases. Se explicita el porcentaje de asistencia requerido y el requisito de aprobar

un examen parcial escrito “al finalizar el dictado y lectura del material bibliográfico

que se analice hasta la tercera unidad inclusive”. Una segunda nota de la cursada se

obtendrá a partir de la asistencia, participación y presentación de actividades que se

proponen en las clases de prácticas. Por otra parte, se detalla qué se evaluará en la

instancia de parcial (la comprensión y análisis de la bibliografía obligatoria) y en el

final (también centro en la bibliografía evaluando además la capacidad de integración

de los procesos históricos).

En el Programa N° 4 en un Apartado llamado Evaluación y Acreditación se

detallan los requisitos para mantener la condición de regular. También consta que la

aprobación de la materia será a través de un examen final.

El Programa N° 5 en la parte Evaluación se explicita que se realizará a partir de

la presentación y aprobación de un Trabajo Final Integrador y de un Examen Parcial

Escrito. Asimismo, se considerarán para la aprobación de la cursada, aspectos tales

como la asistencia a clase, la participación durante las discusiones y la presentación a

tiempo de los TPs.

En el Programa N° 6 figura un título llamado Evaluación en el que explicita que

consistirá en dos exámenes parciales donde se tendrán en cuenta los contenidos teóricos

y los TPs desarrollados durante la cursada.

El Programa N° 7 en la parte denominada Evaluación y acreditación explicita

que los auxiliares docentes propondrán a los estudiantes 5 (cinco) Guías de Actividades

de Aprendizaje centradas en los contenidos temáticos de la asignatura y que esas

producciones “serán objeto del seguimiento por parte de los auxiliares docentes,

quienes devolverán a cada estudiante su trabajo, con las orientaciones a propósito de

consolidar la apropiación de los contenidos tratados en cada una de ellas”. También se

plantean los requisitos para aprobar la cursada de la asignatura (dos pruebas parciales,

escritas y de realización individual, con sus recuperatorios). La acreditación final de la

asignatura se obtiene, luego de aprobar la cursada de la asignatura, durante una

evaluación integral centrada en la exposición dialogada entre estudiante - docentes.

El Programa N° 8 en la parte Forma de evaluación define que tendrá dos exámenes

parciales de tipo presencial y luego exámenes finales. En el caso de los exámenes

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parciales, existirá la posibilidad de un examen recuperatorio para quienes lo desaprueben

en la primera instancia.

El Programa N° 9 en relación con la evaluación expresa que se realizarán

evaluaciones parciales individuales y grupales, actividades de producción de textos y de

exposiciones orales para favorecer el proceso de constituirse en alumnos universitarios.

El proceso de evaluación se completará con un examen escrito de evaluación parcial.

Los Programas N° 5 y N° 10 además de los requisitos para aprobar la cursada y

el final de la materia, contemplan las fechas del parcial y su correspondiente

recuperatorio.

Los Programas N° 7 y N° 10 son los únicos que mencionan lo relativo a la

instancia de prefinal, una instancia que posibilita a los alumnos de la facultad que no

aprobaron la cursada la opción de rendir en la primera mesa de examen regular un

examen escrito de todos aquellos contenidos desaprobados durante la cursada.

Por otra parte, este último Programa, el N° 10, es el único que, a nuestro juicio,

considera a la evaluación final integrada al proceso de enseñanza aprendizaje ya que la

última actividad de la cursada está concebida como actividad preparatoria para la

instancia de examen final. La misma consiste en la elaboración de un esquema que sirve

como actividad preparatoria para el examen final oral.

En síntesis, consideramos que lo único que se explicita en relación con la

evaluación en la mayoría de los programas analizados es lo que concierne a la

acreditación parcial o final de la materia, detallando en algunos con mayor precisión que

en otros aquellos criterios que serán considerados para aprobar cada una de las

instancias de evaluación planteadas por cada cátedra. En pocos casos, como el Programa

N° 3 se efectúan otras consideraciones en relación con la importancia del seguimiento

de las lecturas durante la cursada y lo sustancial de esa actividad en la formación de los

estudiantes universitarios.

A modo de cierre

Podemos decir que la mayoría de los programas privilegian la organización y la

secuenciación de los conocimientos pero prácticamente no mencionan cómo serán

enseñados. Según lo señalado, el eje central de los programas estaría constituido por los

conocimientos disciplinares, por su organización lógica encontrando muy pocos casos

en los que además se expliciten consideraciones acerca del modo de entender la

enseñanza.

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En el mismo sentido, si bien en todos los programas analizados aparecen las

modalidades y los criterios de evaluación, en muy pocos casos se enuncian y se explican

cuáles serán las propuestas de enseñanza para comunicar los contenidos seleccionados

por cada equipo de cátedra a los estudiantes.

En relación con las prácticas de LEyO propias del ámbito académico, en algunos

casos proponen que el no conocimiento de esas prácticas es una debilidad en los

alumnos y no un saber de cuya enseñanza tendríamos que ocuparnos en este ámbito.

Muy pocos programas se ocupan de la enseñanza de estas prácticas como saberes a

construir en el ámbito universitario.

Por otra parte, si bien en algunos programas se mencionan las prácticas de LEyO

como prácticas a ser enseñadas por los docentes, luego las modalidades de enseñanza y

de evaluación explicitadas son tradicionales.

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i Utilizaremos indistintamente los términos Programas y/o Proyectos de Cátedra.