I~ de€¦ · Pierre Bourdieu (1930-2002), uno de los más prestigiosos y polémicos pensa-dores de...

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-.' -- .~ ••••••• Ji- •• '_1,,- "" www.anagrama-ed.es Este breve libro, que tan poderoso impacto caus textos de dos emisiones televisivas realizadas en e -t , - En ellas, Pierre Boutdíeu presenta, de forma clara"~y''';s';;'¡';;:;':':;i;J de su investigación sobre la televisión. La primera desmo nismos de la censura invisible que se ejerce sobre la p~ desvela algunos de los secretos de fabricación de estos son las imágenes y los discursos de televisión. La segun<:J la televisión, que domina el mundo del periodismo, H~'al damente el funcionamiento de universos tan diferente os del arte, de la literatura, de la filosofía o de la política; e incluso de la jus1ida y de la ciencia; y ello introduciendo en estos campos I~ lógica de los ín- dices de audiencia, es decir del sometimiento demagógico a los requisi- tos 'del plebiscito comercial. Por indicación del autgr se han añadido a la edición española dos textos: «Los juegos olímpicos» y «La influencia del periodismo», y un posfacio, «El periodismo y la política.» : En palabras de Bourdieu: «Para mí, el mensaje más importante de 'este Ii-, bro era una llamada a la constitución de un movimiento en favor de un periodismo cívico y crítico que permitiría a los periodistas, enesp,ecial a aquellos oscuros y de rango inferior, trabajar colectivamente en la lucha contra las fuerzas del dinero y de la política que amenazan su autono- mía, condición fundamental del ejercicio de su oficio». «Un libro que en todo momento invita a pensar y en especial a discutir» (Antoine de Gaudemar, Ubération). Pierre Bourdieu (1930-2002), uno de los más prestigiosos y polémicos pensa- dores de nuestro tiempo, fu~ profesor de soci,ología en el Collége de France y director de estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciencies Sociales. En Anagrama se han publicado Lección sobre la lección, Las reglas del arte, Razones prácticas, Sobre la televisión, Meditaciones pascalianas, Contra(uegos, La dominación masculina, Contra(uegos 2, Las estructuras sociales de la economía, El oficio de cien- tífico, El baile de los solteros y Autoanálisis de un sociólogo. ANAGRAMA Colección Compactos

Transcript of I~ de€¦ · Pierre Bourdieu (1930-2002), uno de los más prestigiosos y polémicos pensa-dores de...

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Este breve libro, que tan poderoso impacto caustextos de dos emisiones televisivas realizadas en e

-t , - En ellas, Pierre Boutdíeu presenta, de forma clara"~y''';s';;'¡';;:;':':;i;J

de su investigación sobre la televisión. La primera desmonismos de la censura invisible que se ejerce sobre la p~desvela algunos de los secretos de fabricación de estosson las imágenes y los discursos de televisión. La segun<:Jla televisión, que domina el mundo del periodismo, H~'aldamente el funcionamiento de universos tan diferente os delarte, de la literatura, de la filosofía o de la política; e incluso de la jus1iday de la ciencia; y ello introduciendo en estos campos I~lógica de los ín-dices de audiencia, es decir del sometimiento demagógico a los requisi-tos 'del plebiscito comercial. Por indicación del autgr se han añadido a laedición española dos textos: «Los juegos olímpicos» y «La influencia delperiodismo», y un posfacio, «El periodismo y la política.» :En palabras de Bourdieu: «Para mí, el mensaje más importante de 'este Ii-,bro era una llamada a la constitución de un movimiento en favor de unperiodismo cívico y crítico que permitiría a los periodistas, enesp,ecial aaquellos oscuros y de rango inferior, trabajar colectivamente en la luchacontra las fuerzas del dinero y de la política que amenazan su autono-mía, condición fundamental del ejercicio de su oficio».«Un libro que en todo momento invita a pensar y en especial a discutir»(Antoine de Gaudemar, Ubération).

Pierre Bourdieu (1930-2002), uno de los más prestigiosos y polémicos pensa-dores de nuestro tiempo, fu~ profesor de soci,ología en el Collége de Francey director de estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciencies Sociales. EnAnagrama se han publicado Lección sobre la lección, Las reglas del arte, Razonesprácticas, Sobre la televisión, Meditaciones pascalianas, Contra(uegos, La dominaciónmasculina, Contra(uegos 2, Las estructuras sociales de la economía, El oficio de cien-tífico, El baile de los solteros y Autoanálisis de un sociólogo.

ANAGRAMAColección Compactos

TItulo de la edición original:Sur la rélévision, suivi de L'ernprise du journalismeLiber ÉditioflsParís, 1996

PREFACIO!

Publicado con la ayuda del Jvfinisterio ji-ancés de la Culturay la Comunicación

Diseño de la colección: Julio Vivas y Estudio AIlustración: © Alex Webb/Magnum Photos He decidido ofrecer por televisión estas dos confe-

rencias para tratar de ir más allá de los límites de laaudiencia normal de un curso del College de France.Pienso, en efecto, que la televisión, a través de los dife-rentes mecanismos que intento describir de forma su-cinta -un análisis profundo y sistemático habría exigi-do mucho más tiempo-, pone en muy serio peligro lasdiferentes esferas de la producción cultural: arte, lite-ratura, ciencia, filosofía, derecho; creo incluso, al con-trario de lo que piensan y lo que dicen, sin duda con lamayor buena fe, los periodistas más conscientes de sus

Primera edición en "Argumentos»: octubre 1997Primera edición en «Compactoscjunio 2005Segunda edición en "Compactos»: marzo 2007Tercera edición en "Compactos»: noviembre 2010

© De la traducción, Thomas Kauf, 1997

© Pierre Bourdieu, 1996

© EDITORlALANAGRAMA, S. A., 1997Pedró de la Creu, 5808034 Barcelona

1. Este texto es la transcripción revisada y corregida de la gra-bación íntegra de dos programas realizados el 18 de marzo de 1996en el marco de un ciclo de conferencias dadas en el College deFrance y retransmitidos por Paris Premiere en mayo de 1996 (e So-bre la televisión» y «El campo periodístico y la televisión». Collegede France- CNRS audiovisual). He reproducido en el anexo el textode un artículo (inicialmente publicado como introducción de unnúmero de Actes de la recherche en sciences sociales dedicado a lainfluencia de la televisión) que presenta, de forma más rigurosa, lostemas de esas dos conferencias.

ISBN: 978-84-339-6803-6Depósito Legal: B. 42641-2010

Printed in Spain

Liberdúplex, S. L. v., erra. BV 2249, km 7,4 - Polígono Torrenrfondo08791 Sanr Llorenc d'Hortons

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Me gustaría plantear, aquí, en la pequeña pantalla,una serie de preguntas acerca de la televisión. Un pro-pósito algo paradójico, puesto que creo que, en gene-ral, no se puede decir gran cosa en ella, y menos aúnsobre la propia televisión. Pero entonces, si es ciertoque no se puede decir nada en la televisión, ¿no debe-ría concluir, junto con buen número de intelectuales,de artistas, de escritores, y de los más destacados, quesería mejor abstenerse de utilizarla como medio de ex-presión?

Me parece que no se puede aceptar esta alternativatajante, en términos de todo o nada. Creo que es im-portante hablar por televisión, pero en determinadascondiciones. Hoy, gracias al servicio audiovisual delCollege de France, me beneficio de unas condicionesque son absolutamente excepcionales: en primer lugar,mi tiempo no está limitado; en segundo lugar, el temade mi disertación no me ha sido impuesto -lo he esco-gido libremente y todavía puedo cambiarlo-; en tercerlugar, no hay nadie, como en los programas normalesy corrientes, para llamarme al orden, sea en nombre

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de la técnica, 'del «público, que no comprenderá 10 queusted dice», de la moral, de las convenciones sociales,etcétera. Se trata de una situación absolutamente insó-lita puesto que, empleando un lenguaje pasado demoda, tengo un dominio de los medios de producciónque no es habitual. Al insistir en que las condicionesque se me ofrecen son absolutamente excepcionales,ya digo algo acerca de las condiciones normales a lasque hay que someterse cuando se habla por televisión.

Pero, me objetarán, ¿por qué, a pesar de los pesa-res, la gente hace todo lo posible por aparecer en la te-levisión en condiciones normales? Se trata de unacuestión muy importante que, sin embargo, la mayorparte de los investigadores, de los científicos, de losescritores, por no mencionar a los periodistas, queaceptan participar no se plantean. Me parece necesa-rio interrogarse sobre esta falta de preocupación alrespecto. Creo, en efecto, que, al aceptar paI1!f!l2.."!:Lsinpreocupa~seJ?or §'Q(;;LsLs~~U;!ºJ;¡_d~~~igunacosa, s;P_9;~;_cÚ~am~~t~e-rnanifiest()_que no ~~o·~~·tá~;;:hTparadeciralgo, sino por razones co~pietamé~t~-di~tinta~~~iti~~i~IITi~~t;p~;;'dej~_~~~'-VffYser visto~-'~SeI2~;~d,~-"cía~:Be-r1q;I~y,";~~~~"5-~~~ió.::;-oPara:aIgüií'Q~__dej!~~QS o," ."filósofos (y de nuestrosescritores)¿ ser es se~,~~.~ __enla televisión, es decir, en definitiva, ser visto porIos pe-'¿ºd¡~t~s, '~sta;,-o~~,~~,~~o~;~l-~,~~~~i~,'bien visto por-l~so.periQdi~tAS{ló·Oqúeimplica muchos compromisos'ycomponendas). Bien es verdad que, al no contar conuna obra que les permita estar continuamente en elcandelero, no tienen más remedio que aparecer con lamayor frecuencia posible en la pequeña pantalla, y por

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lo tanto hande escribir a intervalos regulares, cuantomás cortos mejor, unas obras cuya función principal,como observaba Gilles Deleuze, consiste en asegurar-les que serán invitados a salir por televisión. De estemodo, la pantalla del televisor se ha convertido hoy endía en una especie de fuente para que se mire en ellaNarciso, en un lugar de exhibición narcisista.

Este preámbulo puede parecer algo extenso, perome parece deseable que artistas, escritores y científi-cos se planteen explícitamente la cuestión -a ser posi-ble de modo colectivo-, para que nadie se vea abocadoa decidir en solitario si hay que aceptar las invitacio-nes para aparecer en televisión o no, si hay que acep-tadas planteando una serie de condiciones o no, etcé-tera. Desearía fervientemente (siempre se puede soñar)que se ocuparan de este problema, de modo colectivo,y que trataran de entablar negociaciones con los perio-distas, especializados o no, con el objetivo de llegar auna especie de acuerdo. Ni que decir tiene que no se

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trata de condenar ni de combatir a-los periodistas, loscuaIes'"álneñudo"iamblén--I~,op~sa~·.b~sta~t~·W~t~¿nhis coerciones que se ven obligados a imponer. Se trata,pO{~Íc:oiiírariü: de as()daa~s a un~ réfléxiórr'orienta;ª¡;t~J?:DúsquedaaeTos'meaios-para~süpera:-r]~mto'~la,samena~~~'de {nstrum~~t~li~~~ió~.o,--,-",~.o....0 ·.·.0 ',"" ~ .•. ,

'--'t;üpciÓrideo negarse lisa y'ii~namente a expresar-se por medio de la televisión no me parece defendible.Pienso, incluso, que, en determinados casos, apareceren ella.J?lledeconstituir una especie de deber, a ~~df':"~Ió.~dequ~-Se~P2sible hA-é'etl§e&~:C9h:<:li~F)!í~i~~a.z.o.~~-bles. y para orientar la toma de esta decisión hay que

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considerar la especificidad del instrumento-televisual.La televisión es un instrumento que, teóricamente,ofrece la posibilidad de llegar a todo el mundo. Lo queplantea una serie de cuestiones previas: ¿Está lo quet~ngo que decir al alcance de todo el mundo? ¿Estoydispuesto a hacer lo necesario para que mi discurso,por su forma, pueda ser escuchado por todo el mun-do? ¿Merece ser escuchado por todo el mundo? Sepuede ir incluso más lejos: ¿Debería ser escuchado portodo el mundo? Una de las misiones de los investiga-dores, y en particular de los científicos -y puede quesea especialmente acuciante en el campo de las cien-cias sociales- es hacer llegar a todos los logros de laciencia. Somos, como decía Husserl, «funcionarios dela humanidad», que cobran del Estado para descubrircosas, sea acerca del mundo natural, sea acerca delmundo social, y forma parte, me parece, de nuestrasobligaciones difundir los logros conseguidos. Siempreme he preocupado de pasar mis aceptaciones o misnegativas a participar en programas de televisión porel cedazo de estas interrogaciones previas. Y desearíaque todos los que se encuentran 'en este caso se lasplantearan o se sintieran más o menos obligados aplanteárselas, porque los telespectadores, los críticosde televisión, se las plantean y las plantean a propósitode sus apariciones en la pequeña pantalla: ¿Tiene algoque decir? ¿Está en condiciones de decido? ¿Vale lapena decir aquí lo que está diciendo? En resumen:(.Qué está haciendo aquí?

UNA CENSURA INVISIBLE

Pero vuelvo a lo esencial: he afirmado al empezarque el accesQ_~_J-ª~l~y:!sióntiene como contrapartidauna formidable censur;---~~'~--'·é~did;;;:-"d~'";'''--'',,'-'~.,__•.~__ ~._~,.v"_-,,,_ •._""' __ ,_".,_,.~_,. __, •• ,p utonomíaque está ligada, entre otras cosas,a.·q~e 'el tema' es im-puesto, aquélas 'cóndiCí6hesde'lá'éomuni~;'~iÓ~'~~~ímpués~~~X'sobr~ todo, a que la llmita~ió~~~it¡~~P9impone al discurso tantascortapisas que resulta .P~corF!?1Jé:l.blé',qÍl,ep:lie-ªª9t.:,~iEsealgo.Ahora' se espera demí que diga que esta censura, que se ejerce sobre losinvitados, pero también sobre los periodistas que con-tribuyen a imponerla, es política. Es verdad que hayintervenciones políticas, y un control político (que seejerce, en particular, mediante los nombramientos delos cargos dirigentes), pero también lo es que en una~E~~~_,~~mola étctual, de gran precariedad en~l erñ~pleo y C'ün'un"ejérdi60erese:r\iádé"a'spirantesa ingre-~h.J-ª.~_,PE?_fe~iones relacionadas"can"la ia:dí6 y -ía!~l~Yi$ióI1,..la propensión ál'c()riforrnfsrno-políticü"és~",)'o~.La gente. se deja llevar por Una f~~~' ~~~~ci~~-.t~ Q in~~r.l:s~~ente:-de·áuio~é:n!$ura,sin _qu~,:i~g;'.,f~lt~efectuar llamadas al orden:'---Tam:poco-h~y'q~~-~ividar las censuras económicas.Bien mirado, podría decirse que, en última instancia,lo que pesa sobre la televisión es la coerción económi-s!:Pero-;-arrñ-reéoñocTé'~dolo:'iio'c"ah~lliñÍtars"é' á'aeCirque lo que sucede en la televisión está determinadopor las personas a las que pertenece, por los anuncian-tes que pagan la publicidad o por el Estado que otorgalas subvenciones, y si de una cadena de televisión sólo

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, , se supiera el nombre de su propietario, la parte conque contribuye cada anunciante a su presupuesto y elimporte de las subvenciones que recibe, bien pocacosa se sabría de ella. Lo que no quita que convengarecordado. Es importante saber que la NBC es propie-dad de General Electric (lo que significa que, si entre-vistara a quienes viven en los aledaños de una centralnuclear, es probable que...; de todas maneras, a nadiese le pasará por la cabeza semejante ocurrencia ...), quela CBS es propiedad de Westinghouse, que la ABC espropiedad de Disney, que TF1 es propiedad de Bouy-gues, 10 que tiene consecuencias, a través de toda unaserie de condicionamientos. Es evidente que hay cosasque un gobierno no le haráa Bouyguessabfeñ<l'ó=quees'qúienestá'detrás pe~TF1.Setr~ta de c~~~s:ta~ noto-rias-y burdas que no se le escapan a la critica más ele-menta1, pero que ocultan los mecanismos anónimos,invisibles, a través de los cuales se ejercen las censurasde todo orden que hacen que la televisión sea un co-losal instrumento de mantenimiento del orden sim-bólico.

Voy a detenerrne un poco en este punto. El análisissociológico tropieza a menudo con un malentendido:quienes forman parte del objeto analizado, en estecaso particular los periodistas, tienen tendencia a pen-sar que la labor deiñ~e~tigación: y' descripción de su$'-mecanismos es una labor de denuncía. 'dirigida cont~aaIgúlen,ó, como suele decirse, un «ataque», un ataque'personál; ad hominem (ahorabien, si el sociólogo dije--ra o escribiera lá dé~ima parte de 10, que oye cuandohabla con pe~i?distas sobre_los «arreglos», por ejem-

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,', plo, o sobre la.elaboración, nunca mejor dicho, de los,'--P;oir~~é1~_:~.eI1~.·.ª~~:Y.l!ª!a~O,-p6r-·es(}S--mi:;rrr6S"Perlo-

ª~§~PQL~H:~pr~j~~~i~s.y ~~'falta' de ''obJetl'Vlcladr·Engeneral, a la gente' no l~gLi~taque lc,(c¿;nviert~~~nob-jeto, ya los periodistas menos que a nadie. Se sientenenfocados por el punto de mira, cuando lo que ocurreen realidad es que cuanto más se avanza en el análisisde un medio más compelido se ve uno a liberar a losindividuos de su responsabilidad -10 que no significaque se justifique todo lo que pasa en él-, y cuanto me-jor se entiende cómo funciona más se comprende tam-bién que las personas que intervienen en él son tanmaniI)11Ia-ctoras'·-como··ijl;'q1ipg!adas.IIld~so,- a menu-do, rríaiilp~i~'Ji"má~--'~~a~doIllás"manipuladas están ymás conscientes son de estarlo. Insisto sobre este par-ticular a sabiendas, pese a todo, de que.Jo_que digo,~~rátomado com~unª_ crítica: J.lJl~.I~_~cci9n_queJª,!l1-bién es llP~ forma de defensa contra el análisis. Creo'ir;~ius~ g~~ja denu~~~-d~l;;~ e~Zán:d~i¿~,d~ l~s-ha;~-'fi~~-y~f;~h~ri;~d~'-t~o cuaLpresentad~~,"~'de los SY~l-dosdesorbitados d~ ciertos productores, puede c~ntri-büír~'a-aésViarla'a'tenciónde'1~eseñ2Úil,' en la medida

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en,que la corrupción de las persona~ disimula. esa es-pecie de ~()!7YPciQ1Jj;strRÚur:ªl (pero ¿es que siemprehayql:l:~ablar de corrupción?) que se ejerce sobre elconjunto del medio a través de mecanismos talescomo la competencia por las cuotas de mercado, queme propongo analizar.

Quisiera, pues, exponer una serie de mecanismosque hacen que la televisión ejerza una forma particu-larmente perniciosa de violencia simbólica. La violen-

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cia simbólica es una violencia que se ejerce con lacomplicidad tácita de quienes la padecen y también, amenudo, de quienes la practican en la medida en queunos y otros no son conscientes de padecerla o depracticarla. La sociología, al igual que todas las cien-cias, tiene como misión descubrir cosas ocultas; al ha-cerlo, puede contribuir a minimizar la violencia sim-bólica que se ejerce en las relaciones sociales engeneral y en las de comunicación mediática en parti-cular.

Em~~!p-os'por lo más fácil: la crónica desucesos,que"~empre -ha ~ons1ItjiT49:er_"PGtst9_predif~~tode lapreñs~-~~;~~Cio~~ii~t~;"la sangre y el ~e~~',,_~ícÍrijpay~icrimen sie~pre·se·nañ-vén4~_49~li~~J.~1.E~l~ad;delos·índicésde·auaienclaj~iúa que hacer que ocuparanlas portadasdeÍos teiedi~ri~~ ~~t~~ingr~die~tésquelas ansias de respetabilidad impuestas por el modelode prensa escrita seria habían hecho descartar o rele-gar a segundo término hasta ahora. Pero los sucesosson también elementos de distracciónvLos p~stidigi-ta49I~~~ti~;;e~~; principi~·'~l~m~~tal, q~~ ~~~s~nll-ªmar la -áteiicion ·sobre una cosa distinta -dil;- ~-tá~h~aeñdo~"tJna'paI1:e de l~ a~~i6:n:-simbólica de la

-t~k;isiÓ~, -~-~ivelde los noticiarios, por ejemplo, con-siste enllamar la atención sobre unos hechos que porsu natur~leZa-p~;d~~-i;;'t~;~~;:-~tod¿~1-mliñao:-(fé"T6squeca¡;~ d~~i~--q~';¿~pa;~'t~do;-l~s gu.stos.S-e--tratade hechos "qÚe:"eviJentem~~t~~r;.~"deben eScañaa:lízar~"n~~:iie:en los que'no' se vép~ila nada: que nodividen.que crean c9P-§e"ns~,qu~interesan a todo el "m~~9:2,pero que porsu propia naturaleza no tocan nada im-

- ',_. ::".~ ..... -'.- .. ,.... ,;""- ..... '-.--;: .'.-:.-".-~'-_.'-;~.•.." -: .. . '. . ..,.'..".

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p<2..r:!ante.La crónica de sucesos.es una especie de su-cedáneo elemental, rudimentario, de la información,muy importante, porque interesa a todo el mundo, apesar de su inanidad, pero que ocupa tiempo, un tiem-po que podría emplearse para -declr otra cosa. "Ahorabién,~o¿úITe"-queel tiempo es un producto' queva ex-tr~ITJ~~a~_en~e'esc;~~o-en la televisión. Y si se empleanunos minutos tan valiosos para decir unas cosas tanfútiles, tieriéque ser porque esascosas tan fútiles sone~~~~aIid~~~~uy importantes, errIa medida en que9culta!!.,c<?~~,?,_y~!i~s~,s.Insisto sobre este particularporque, como es bien sabido, hay un sector muy im-portante de la población que no lee ningún periódico,que está atado de pies y manos a la televisión comofuente única de informaciones. La tel~'1~ió_p.posee unaespecie de monopolio deJ!e,c;:ho:"":-&;b~~la formacióndel~iJnente~';{~ .esa p~rte nada desdeñable de la pobl~-f!Q~:Pero al privilegiar lossuc~~~~:;y~ií~'ñar~seti~'mpotan escaso de vacuidad, de nada o casi nada, s~~j<;H!d~J~<!ºJ_~~:P-9Jic;:ia~.pert.i.~~rt±~~."ql!~,geJ~~fÍ?conocer elciudª-dan9_,pm:::?~ejercer su~ derecho~_~emocráÍi~~~:Locual hace que se"~;t;ble~~'a-~~~di~;iÓn7';~;;';~~ri~de

-..,...--------------'.---~ .---:;:-.' ~ ..•.~--" .•.."'" -.- .,-,>,--' - ->~. ,,~_..,.,'....::••..•:!~......---..~-_.,~",:.,información, entre quienes pueden leer.los.díaríos ila~r9.a:dQs:s~rjbs (eriel supuestode -q~.e·"19'~iga~ ~i~ndo,debidoala cOlirp(Ú~IlciZt,"de"'!a televisiórt); tien~;L~cc~-so_a"JQs.l?e.rióil.k9S.,j]]-!~D1acional~s,A las cadenas deradio en lengua extranjera, y quienes, "~~_~CQtrp-_~~t~~-~~ri.i_ªD':'~ºJijiiªi.h_ag-ª.1iP9)Iü~9-c-g~~J,ª.JpJ2r::-~~~ióll_suministrada por la televisión, es dec:~r,prácti-camente -riaa-a" Car-margen--d;'I~-"inf~~~~ió~'q~~proporciona el conocimiento directo de los personajes

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"que aparecen en la pequeña pantalla, de su cara, desus expresiones, cosas todas ellas que hasta los másdesvalidos culturalmente saben descifrar y que contri-buyen en no poca medida a alejados de muchos diri-gentes políticos).

OCULTAR MOSTRAl'l"DO

He hecho hincapié en lo más visible. Quisiera ocu-parme ahora de cosas que no lo son tanto exponiendocómo la televisión puede, paradójicamente, ocultarmostraIiaü.:tüEace cuando muestra algo"distinto" delo que tendri~uemostrar-srrucreralo-qli'e-sé-sl:ip~neque·se-Iia-d~)~~c~r~~e~:·q~:~if;:!.n.fo.Emi.tf,--Y'táñibién -cuan-ªQi1iiJ<:;:~trª.1~Lml~_..debe, ,.peiC:.4~i.~.J2rrp.a q1,!~Jlaceque pase inadvertido o que p~reZ,c§t!l).§iggificante,o-fa~1~???~..:q~.·t.ªtm_bdoque:t6m~'un sentido _qu~..~'Q-=co-

.rresponde en absoluto a la realidad .

.~····S'~·breéste.paiticúlar, pondré. dos ejemplos toma-dos de las obras de Patrick Champagne. En La miséredu monde, dedica un capítulo al tratamiento que danlos medios de comunicación a los fenómenos llamadosde «extrarradio» y muestra de qué modo los periodis-tas, influidos tanto por las predisposiciones inherentesa su profesión, a su visión del mundo, a su formacióny a sus aptitudes como por la lógica de su profesión,seleccionan dentro de esa realidad particular que cons-_!it.l!~ela-vida·de-l~s~~!ii'~~-perifé~i~~~·~ ·~~p"~~t;~.~b-~-?luÚtmente'particular, en f1~n~ióñcf~)a~·,cél.!egó.ri~~4epercepción que lesson propias. La metáfora a la que~_.•.-- '."-'"' .- _. .- -. _. -,.: .' ,. - --

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recurren los profesores con mayor frecuencia para ex-plicar.la noción de categoría, es decitde estas estruc-turas jnvisibles que organizanló perdSiCió'y determi-nan lo que' se ve y lo que no se ve, es la de los lentes.Las' categorías son' fruto de ,.nuest~a educación, déí~historia, etcétera. Los periodistas tienen UtlOS «lentes»yarticulares medi~~telos-c~~i~~ ven ~nas c¿~a~,-y~otras:-iven ·dé-uñl::cfórmádeterminada-lóqúeven. I..'l~:§iii~a·_~~ªf)ó~ña--s.el~cci~ªy !~~g9..el~bonl~-lo que hanseleccionado. - ' '. ..., ", ".', ...__,.,,,,ú

C•• " El "prlncipio de selección consiste en la búsquedade lo~-;cion;rd~[oesp~ciaSBfi~~i·¡terevrslón~i-~la d;;-matlzaClÓii','eñ"~'doble sentidorescenifica,~.!l.jrp.ág§"llé¿~J.~l.lIJ.,.aconte~i.D?:iel1!oy exagera su tmpor-tancia':su gravedad, así como' su c~acier.d~~mátfZc;',

.~gico~f;,ne1-éasod~1qs' barriósperiférlcos,10.quein-_t~re.:?~~~.~_~E~~.jq~:.t~~P!!9i' Y"tuniuítos" ya "~o~p;l~-bras mayores ... (Se lleva a cabo la misma labor con laspalabras. Con palabras corrientes, no se «deja pasma-00» al burgués ni alpueblo. I{acep. falta pa¡~..p:r..asex-traordinarias: D~,"hecJ;l9".D;:t+~dóji~:lrn;l1t~J,.J;l~ndó

d~-ía i~~geIi '~stá dominado po~}e~..pc.i~ºL~§'.~~L4J2i9iló--esnada sin el pie, siJ}lªJey,é¿;:hLqll~,c1j¡;::e.lQqLJ~J!..§...Yque leer -legendum-, es decir, _a_IIJ,~!lLl.Q9Ll!l:e.!'asJ~y~:p.-das, quehacen ver.Io que sea. Dar nombre, como esbien sabido, significaha~~;;~r, sigñr~ca 'crear, signifi-caaIUm13raf:'Y"las"pai~b~~~' pued~n~causar estragos;por:-e]empl<;'islam, islámico, islamista: ¿El chador esislámico o islamista? ¿Y si se tratara, sencillamente, deun pañuelo, sin más? A veces me entran ganas de co-rregir cada palabra que dicen los presentadores, por-

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que hablan a menudo a la ligera, .sin tener la más mí-nima idea de la complejidad y l~ gravedad de lo quedicen ni de la responsabilidad en que incurren antemiles de telespectadores al utilizar determinadas pala-bras sin comprenderlas y sin darse cuenta de que nolas comprenden. Porque esas palabras hacen cosas,crean fantasmagorias:T~m~óre;;'-19bias o, sencilla~~~-

_~e :-ripr:es~iLlª~I?_ri~j~~iq!ii'::~f~9~~j,"Los periodista~:-'agrandes r~~~os~.~~.~nteresanp¿r lo'-e;z~epcional,por loque es excepcional paraelZos.'Ló'que puede ser bana]pa~~~~i.~os"p~ed~.ser extraordinario para ellos, y ªLr~-.v~.~..Seinteresan por.Ioextraordinario, po~j~ que__~e~~l_e..<:!~,locomún, porlo que no 0s.urr~,~.9-.i.a.:rt9':.lospe-riódicos tienen que ofrecer cada día cosas que se=~;lende la rutina habitual, lo que no resulta fáciL. Y ellomotiva el lugar que otorgan a lo extraordinario coti-diano, es decir, previsto por las expectativas cotidia-nas: incendios, inundaciones, asesinatos, sucesos va-rios. Pero lo extraordinario es también, y sobre todo,lo gge no es cotidiano en relación con los demás perió-dicos. Lo que es diferente de lo cotidiano y lo que sediferencia de lo que los otros periódicos dicen de lo co-tidiano o de lo que dicen habitualmente. Se trata de1:lp.a.<:~~r:ciónterrible: J(iqu~jInpo~~Jª,.J:>.ú;q\I:~da~d~la

.primic~q_info:rrrzat~v..q,(leJ5t!:xcliAs,Ü!,t¡l. Para ser el prime-'ro"en'ver algo, y en mostrarl~,' se está dispuesto a loque sea, por así decido, y como todo el mundo se co-pia mutuamente para adelantarse a los demás, paramostrar algo antes que los demás, o para mostrado deun modo distinto que los demás, todo el mundo acabahaciendo lo mismo, y la búsqueda de la exclusividad,

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qu~, en otros campos, produce originalidady singula-ridad, desemboca en éste en la uniforrnización y la ba-nalización.

Esta búsqueda interesada, encarnizada, de lo extra-ordinario puede tener, en la misma medida que lasconsignas directamente políticas o las autocensurasinspiradas por el temor a la exclusión, efectos políti-cos. !J disponer de esa fuerza excepcional que, ~1'la.imagenTelévisada, - los periodistás pu~d~n producirlÚw~..efectos que no tienen °pararigÓñ. La\1i~f¿;'¡P~~i-diana...~~.,~~-b~rri()··pe~féri~o-:-·~~-s~-iób~~'g~·~o~oio'-nía, nole d{ce-~daa ~~die-,-~~1¡{téré~s~<~'''i1adie:'y'a losperiodist~s'~~~os q{¡~~·~~dü~~.Pero.el1 el,caso de queles interesara lo que sucede realIIi~i1te en los bam;;~periféricos, en elsupuest(¡de que loqUisierarÍiriostr'~rde 'verdad; 'les"fésUliárlí:.~~t;ema:(liiñ:íente~difíC::lfNadah

~;i.;,U':··~·~~ •••'" ".~"";'~""'''<'''''''''-'''''''''''-,.,..,~.•.•,.::,:.,.<,:,-.~"-',,:,:,';I':"-''''' ••.' • ...,_' ,.....~"':~..:r.~:(' ..•: •••..••-..L" ·c-:.•...: . • ", .••.. "_-"_,,_~,_,,,,.~.,"-"~",!>,-' ~-.",

ay más arduo que reflejar la b~malidad,de la realidad.Fl~:;:;:b~rtsolíá(M::ir:'<("Hay'que'd~~¿ribir'b~;;'I~';;~'~'Úo-cre.» Ése es el problema con el que topan los sociólo-gos: hacer extraordinario lo cotidiano, evocarlo de for-ma que la gente vea hasta qué punto se sale de locorriente.

Los peligros políticos inherentes a la utilización co-ti~~ña:S!/ ~~-televis~~gJesult~ dé que i~·Tm~g~~~'~o-see la particularidad de prod{¡~ir lo que'Tos"Ci{ii~os-Íi-

--- ---' ... -- .". '-. '~-''''~' ,,-_. ,'-""'_. . ... _-o -_t~~os, llarr:~c.e! ~fec¿{p'4~"leíl.zi4q4~j!~~5!~~·§.~~tr,~Ychacer creer en 10 que, muestra. Este poder, deevoca-éió;~·s·cap~;·.de~'p~o~~~~~fe~ÓiTI~~;;~d~';;;C:~ili;~ciÓn

,..-- • --"":",-,,- ••'oi •••••-...-0;.; •••...•.••••.••..•~"". _._ .•••...•.."",.-.;::<- ••• ;:o;,'..-;'~ ...•""...... ,~~.~. 'tr:;.~

SOCIal.Puedec:l?r.,vida a ideas °representaciones, así-éº!p-º~~a-g~p~s~ Lo~suceso~~)9'~'iñ~úi~ilt~s'o los'''acti~d.~D.t~~.:.~.Qiidi4D-os~!J~'d~n.e§Jª[ p~eñ;d~~' d~'"{~pÜca-

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ciones políticas, éticas .. etcétera, susceptibles de de~~pert;;; sentimientos intensos, a menudo nega~iv<?s,corno el racismo, la xenofobia, el temor-odio al ext@!l-=jéro, y la simple información, e(h~~h~ de informar, lOrecÓra~ de manera 'periodíStica, implica siempre unaelaboración social de la realidad ~apa~ePro~~~ar.lamovilización (o la desmovilización) s-ocial~

- . Otro' ejemplo tomado de Patrick' Champagne: el dela huelga de estudiantes de enseñanza media de 1986,en el que se ve hasta qué punto los periodistas pueden,de buena fe, ingen;¡;~~nie~ dejándósé' neVa~usintereses -Io que les interesa-, por sus p~ejuid"(;S,"porsus categorías de"percepción y de valoración.' porsusexpectativas intonsCierifes,~'jJróéJ.udr efectos de re~li-dad y ~fectos' ~~'"¡ar~alÍda(C uñ~~-efect~s'n(taeseaaospor nadie que: en algunos ¿aso§)' p~eQ~;J:es~.llt~;-<;:a-tastróficos. Los periodistas te~ían en ~~nt~ mayo de1968 y temían «un nuevo 68». En este caso se las te-nían que ver con unos adolescentes, no demasiado po-litizados, que no sabían muy bien qué decir, así que!?~scªr.on_P9rt_aY9.~es(sin duda los hallaban entre losmás politizados), los tomaron en serio, y ellos se toma-ron en serio a sCÍnismos. De este iñodo, 'la -ieIeYis!9Íl,

que pretende ser un- instrumento 'que refleja la reali-dad, acaba convirtiéndose enTnstrumento qu~~reaUna realidad.Vamos cada vez más' hacia' l1l1ivérsosenque él mundo 'social está descrito-prescrito por la tele-visión. La televisión se convierte en el árbitro del acce-so a 1", existencia ~ociai y' política. Supo'nga~-;;~'quetrato de conseguir- elde~echo-de'jubilación a los cin-cuenta años para el personal docente. Hace unos años,

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habría convocado una manifestación, y los reunidoshabríamos llevado pancartas, habríamos desfilado, ha-bríamos ido al Ministerio de Educación; hoy en día,hay que contratar -apenas exagero- a un buen asesorde com~nicac:iórÍ:§i Preparan, de cara a los medios decomunicación, algunos trucos que resulten sorpren-dentes: disfr~ces, máscaras, y se consi~e' .~~í,gracias ala tele~sión, un efecto que no debe d~-~nd_armuy 1~2?del"que se obtendría con, una manifestación ..~.~~~P.-cuenta mil personas ..

Uno de los ·f~ctores fundamentales de las luchaspolíticas, tanto a escala de los intercambios cotidianoscomo a escala global, consiste en la capacidad de im-poner unos principios de visión cÍel mundo, de hacerITévarünos lentes que hagan que la gente v~.a,.e.1mundosegún urías divisiones' deterInin~das (i;~jóvenes y los

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viejos, los extranjeros y los franceses)._Ali:mP9l}.~r.c:s-tas divisiones, se crean grupos, los cuales semoviliza»Y::iLha~~JJ..~~~éiiconseguir convencer de su exís-tencia, presionar. y obtener v~ntajas.·En est':s- luchas,---- ---- --_.- - .- - -'. --hoy en día, la televisión tiene un papel determinante.Quienes todavía creen que basta con manifestarse, sinocuparse de la televisión, corren el serio peligro deerrar el tiro: hay que producir, cada vez más, manifes-taciones para la televisión, es decir, manifestacionesque por su naturaleza despierten el interés de la gentede la televisión, haciendo hincapié en sus categorías depercepción, y que, retransmitidas y amplificadas poresa gente, alcancen su plena eficacia.

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LA CIRCULACIÓN CIRCULAR DE LA INFORMACIÓN

Hasta ahora, he hablado como si el sujeto de todosestos procesos fuera el periodista. Pero el periodista esun ente abstracto que carece de existencia real; lo queexiste son periodistas diferentes según el sexo, la edad,el nivel de instrucción, el periódico, el «medio». Elmundo de los periodistas es un mundo fragmentadodonde hay conflictos, competencias, hostilidades. Apesar de todo ello, mi análisis sigue siendo válido,pues estoy convencido de que los productos periodísti-cos son mucho más homogéneos de lo que la gentecree. Las diferencias más evidentes, relacionadasfun-dame:ntaImentecoñeícol;;~p~lÚi~o de los periódicos(los cuales, dicho" se~ de 'paso, están cada vez másdescoloridos ...), ocultan profundas, ~i!pil~tl!~t~S,,",G9l!S_e-cuencia sobre to'aó,d~ 'los 'co~'st~eñimientos imp~s-tos'po/lás fuentesy por tod~'~~;"~~rie-Cfi,~_~,~~I1is-mos. entre los cuales 'erae"ñiayoi' Importancia es"laiógi~~ de Iácompetencia. Se 'dlce's¡'err;'i;~~:~~-~~~bredel credo liberal" qué el monopolio uniformiza y lacompetencia diversifica. Evidentemente, _~~~~~~!s0en contra de la comp~,~~,~ci,a.;,~e1,~!l1ito_~g9.~~ryAI.gue-,cuando ésta' se da 'entre periodistas o periód~c~~~.o.~e-

"Üaüs"a 'unas mis~as imposiciones, ayn?~,~,121.i~mOSso~de'¿s, a ~ri'os'mismosa~~nciantes (basta con verco~ qué' faciÍidaclpa..~áiiJ?~'p,~6~4!sj~s,,~~"~~,'~~ª,?~COa ot~o)~'h()mogeiiei~: No hay más que comparar lasportadas de losseÍi1anarios franceses con quince díasde intervalo: los titulares de unas publicaciones se re-piten más o menos modificados en las otras. Lo mis-

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rno sucede con los informativos telévisivos o radiofó-nicos de las cadenas de gran difusión: en el mejor delos casos, o en el peor, sólo el orden de las noticiascambia.

Esto se debe en parte a que la producción es colec-tiva. En el cine, por ejemplo, las obras son producto decolectivos cuyos nombres quedan reflejados en los tí-tulos de crédito. Pero el colectivo cuyo producto sonlos mensajes televisados no se reduce al grupo consti-tuido por el conjunto de una redacción; engloba alconjunto de los periodistas. Siempre se plantea la mis-ma pregunta: «Pero ¿a quién se refieren al decir esto?»Nadie cree nunca que se refieran a él... Somos muchomenos originales de lo que creemos. Y esto resultaparticularmente cierto en unos universos .QQP"9-t; )~,~constreñimientos colectivos son muy fuertes, enparti-c~i~~'í~~"q;¡~-'iiilpo'neia'~'~~pett;?Ci~,"'e!1]~,Íp,~(l~gaenqu~:'-~~d.a.,,1!D,9~.4~léipi94ii~t9,ii~s.~,,~~,<?21~g~g9,a..h~~_~r~os'a~_~:'..~~_E.~~í~_,~t.Jg"s,_ª~!P:~~l}9-~&g!~I."a.!.l;las q~ehace, por ejemplo, para llegar antes que los demas.Nadie lee tanto los periódicos como los periodistas,que, por otra~E-~rte,son propensos a pensar que todoel mundo lee todos los periódicos (olvidan, para empe-zar, que mucha gente no lee ninguno, y, en segundo lu-gar, que los que leen alguno sólo leen uno. No es fre-cuente que alguien lea un mismo día Le Monde, LeFigaro y Libération, salvo que se trate de un profesio-nal). Para los periodistas, la lectura de los periódicoses una actividad imprescindible y ~.Sta,...de-p-rensaun instrumento de trabajº:_,p_ªr?:,~-ª!?~:dg_que_"Ullo_.va,.a'd~~i;'hayg~~'~~b-~'l~'que han dicho los demás. Éste" ".,.- ~~..,.-- -~, -"~·"'"--"'-·--''-·~'''''''--''''·-·''·''·'·'''''''''-'·_·~_~_~·-'--''.r ,-.'>'.~'''''''--_ •.•••.__.,..':,..,...•,...-'.• ,......,.•._<-.., .• :-.._ ..•...•~.••

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es uno de los .mecanísmos a través de los cuales se ge-¡{era la·h(;~¿g~n:eid~dd~ 10~·prod~Zi;s-pr~e~t9s. SiiiE&-;t¡;;ñ- saca-en portadaun a~o'~tedrniento d~t~~f.'nado, J.f"...1V19nd~ no _puede permanecer -<i~dife-re~te,~~lr;q;e sea pa~~ d~~~a;¿arse uI! poco,Jy' c9Q_rPá~'~o-~ivo sisé' tra,t§-d,e rrn a fin -de ):narcar dist~néiás' ypres~rvar su reputación de altiva objetivic;la(ty:_dese-.riedad. Pero estas pequeñas diferencias, a las que, sub-jetivarnente, los periodistas otorgan tanta importancia,ocultan semejanzas enormes. En los comités de redac-ción, se pasa buena parte del tiempo hablando deotros periódicos, y en particular de «lo que han hechoo han dejado de hacer» (<< ¡Nos ha pasado por altoesto!») y de lo que se debería hacer -sin discusión-,puesto que ellos lo han hecho. Puede incluso que estoresulte más manifiesto todavía en el ámbito de la críti-ca literaria, artística o cinematográfica. Si X habla deun libro en Libération, Y tendrá que hablar de él en LeMonde o en Le Nouvel Observateur, aunque le parezcaun bodrio o lo encuentre carente de interés, e inversa-mente. Así se crean los éxitos mediáticos, que a vecesincluso van seguidos de éxitos de venta.

Esta especie de juego de espejos que se reflejanmutuamente produce un colosal efecto de enclaustra-miento, de aislamiento mental. Otro ejemplo de esteefecto de interlectura, corroborado por todos los con-sultados: para hacer el programa del telediario de me-diodía hay que haber visto los titulares del de la nocheanterior y los diarios de la mañana, y para redactar lostitulares del periódico de la tarde hay que haber leídolos diarios de la mañana. Forma parte de las exigen-

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cias tácitas de la profesión. Para demostrar que se estáen el ajo y a la vez para desmarcarse, con frecuenciamediante diferencias nimias, a las que los periodistasconceden una importancia extraordinaria, pero quepasan completamente inadvertidas para el telespecta-dor. (Tenemos aquí un efecto de campo especialmentetípico: se).l'l~_eE.!_~onel convencimiento de ajustarse~~ a-l~s de~e_~~~~Io.i~-ne~tis', co~as que en reali-dad tieneñ'-Como referencia a los' c9m.petidores:)' Porejemplo,"deterrnlnados periodistas dirán -cito=:' «He-mos jodido a TFl», lo que es una forma de confesarque existe una competencia y buena parte de sus es-fuerzos va dirigida a producir pequeñas diferencias.«Hemos jodido a TF1: ellos no han conseguido el soni-do y nosotros SÍ» significa: hay entre nosotros pequeñí-simas diferencias de sentido, Diferencias del todo im-perceptibles para el espectador medio, que sólo podríapercibirlas si viera simultáneamente varias cadenas' ,así, unas diferencias que pasan totalmente inadverti-das son muy importantes desde el punto de vista de losproductores, que parten de la idea de que son adverti-das y contribuyen al éxito de los índices de audiencia,el dios oculto de este universo, el cual reina s~bre lasconciencias hasta el extremo de que bajar un punto enel índice de audiencia, en determinados casos, signifi-ca la muerte, sin paliativos. Se trata sólo de una de lasecuaciones, falsas, a mi entender, a propósito de la re-lación entre el contenido de los programas y su su-puesto efecto.

Las elecciones que se llevan a cabo en la televisiónson, en cierto modo, elecciones sin sujeto. Para expli-

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car esta afirmación, tal vez algo exagerada, me limita-ré a mencionar las consecuencias del mecanismo decirculación circular al que he aludido antes brevemen-te: el 9.~~Jo~,.p~r:iodist~squ.~,por lo. demás, compar-ten muchas características comunes por-su-¿ünaíéI6n,así como por su' procedencia y suf~rrríaa:óii:ose lean

.- - - ~_, - • ~ •• •••••• ---- •• - -- .-- ••• ----- , __ o. __ •• ~~_. • __ • ~.' • __ ,_ ,.....,......,..._ -- --'o::... _---o.mutuamente, se vean mutuamente, se encuentren cons-tantemente' eIi,PP9'S~d~b9-,~e:s,enlos que siéñipreapare-cen las'mismas caras, tiene uno'~e'f~ciOsde enclaustra-miento y, nohay que va~iláreI).'d~cirl;;"de'.cen~;~a-taneficaces -más eficaces, incluso, porque el principio noes tan aparente=ccmo .loi.-dt:.una l;niro-eraClaceútral,-" ..---,",;::""",- -de una intervención política deliberada. (Para medir lafuerza de enclaustramiento de este círculo vicioso dela información basta con hacer que penetre en él -paraque salga hacia el gran público- una información noprogramada: sobre la situación en Argelia, sobre el es-tatuto de 10s extranjeros en Francia, etcétera. La con-ferencia de prensa, el comunicado de prensa, no sirvende nada; se supone que los análisis resultan aburri-dos, y es imposible meterlos en un periódico, salvo sillevan la firma de un nombre famoso, que vende. Para

. romRer_~rcír~ulo, hay que abrir una brecha en él;"uña)?I."e~haque sólojruede ser jnedíática: hay que con-.seguir dar el. golpe .de manera que se inteúsellTos

"- - "'_,". . - --.--- ---~; medios, o, por lojnenos.junmedío: sólo así se podrá'~;~~r~~ su -~:Üfusi¿n,.gracias al ~fe~ta"de la 'c~m~-tenciá~}' ',' ." e,.". " ,,--- ,--

Si uno se pregunta, pregunta que puede pareceralgo ingenua, cómo se informa la gente que se encargade infonIl",mo~:-re~~ta.que',' ~~:Íí.ne;;.g~pe~;re~·:·;;in-

- .. _0'- "- •. - - -.-:->~.,.~ _

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formada por otros informadores. También, por su-puesto,'porla AgenCÍ;l'Prance-Presse, las demás agen-cias, las fuentes oficiales (ministerios, policía, etcéte-ra), con las que los periodistas, en principio, han demantener unas relaciones de intercambio muy com-plejas, etcétera. Pero la parte más determinante de lainformación, es decir, esa información sobre la infor-mación que permite decidir qué es importante, quémerece ser.transmitido, .procede ~I?-,granparte .de Q.tro~--informadores. Lo que conduce a una especie de nivela-cióri, 'dE!i'ómogeneización de lasjerarquías' y de su im-portañcia'~'Recuerdo 'una conversación "q~~tuve conun director de programas, que vivía en un mundo deevidencias totales. Al preguntarle: «¿Por qué da másimportancia a esto q"'uea aqiielló?», merespóndió" «Esévidente.»Y poresta 'iaz6ñ':--slñduda:oclipaba~rpu~s-toque'ocüpaba:--es,,~~~~'~,¡;:~rq~~,~:U~'éateg9.·r,i~i4e per--cepdóri-'se-'~jus~~b.~na los requerimientos objetivos.(Al escuchar sus palabras, "no pude '~~:no'~que' pensaren Godard diciendo: «Verneuil es un gitano compara-do con el director de TF3. Eso, por comparacións.)Claro que, en las diferentes situaciones que se dandentro del campo del periodismo, no todos los perio-distas encontrarían evidente lo que lo era para aqueldirector. Los responsables que encarnan los índices deaudiencia tIenen..,üií¡;,.{~;d;-í~'-e~d~~t~ que -ne"com-parte .obligatoriamente la J;;;~:rJ."p'~ri;d1~t~recién lícen-~~~~'"~~<'~.~!~~'~ªi~~C~rp9r~;s~., ~ja~~.~¿Gl~~i~nL~~~ .proponejmtemay a laque _dic.en:".5<No~.tiene-ningún....interés, ...» No se debe considerar este medio como algohomogéneo: hay mezquinos, jóvenes, subversivos, lato-

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sos, que luchan desesperadamente por introducir pe-queñas diferencias en ese enorme caldo homogéneoque impone el círculo (vicioso) de la información quecircula de forma circular entre personas que tienen encomún -no hay que olvidarlo- el estar sometidas a losconstreñimiento s de los índices de audiencia, pues lospropios mandos intermedios no son más que el brazode tales índices.

El índice de audiencia es la medición del númerode telespectadores que sintonizan cada cadena (hayinstrumentos que permiten a algunas cadenas compro-bar su índice de audiencia cada cuarto de hora e inclu-so, se trata de un perfeccionamiento de muy recienteintroducción, conocer su variación dentro de los gran-des sectores sociales). Se dispone, pues, de un conoci-miento muy exacto de lo que funciona y lo que no fun-ciona. Esta medición se ha convertido en el criterioúltimo del periodista: hasta en los lugares más autó-nomos del periodismo, excepto tal vez en Le Canardenchainé, Le Monde diplomatique y cuatro pequeñasrevistas de vanguardia impulsadas por personas gene-rosas e «irresponsables», los índices de audiencia es-tán en la mente de todos. Impera, en la actualidad,una «mentalidad de índices de audiencia» en las salasde redacción, en las editoriales, etcétera. En todas par-tes se piensa en términos de éxito comercial. Hace tansólo Uil.0S treinta años, y como consecuencia del am-biente imperante desde mediados del siglo XIX, desdeBaudelaire, Flaubert, etcétera, entre los escritoresde vanguardia, los escritores para escritores, tomadoscomo modelo por los escritores, así como entre los ar-

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rístas tomados como modelo por los artistas, el éxitocomercial inmediato resultaba sospechoso: se 10 consi-deraba una señal de compromiso con el siglo, con eldinero ... En cambio, ahora, y cada vez más, elmerca-do es reconocido coñiOIris-rañcia legitim~de l~gitima-"'--'''''- ~._~-::'.'... ',' ..,..'...-~--r'''--~r..-......--- . .-.. .....-.;:;.~# '"'".... -

ción. Lo ~poñe de manifiesto esa otra institución re-~ • -- -~_ •.••-. _o .. _,~_" __ • o'.' -..:...."._._.~,_. ,~'_ _ •..•. _ P, ._ ••• _

ciente que es la lista de bestsellers. Esta misma mañanahe escuch~~> ~~'la ~~dioa- ~l'ocutor que comentabacon conocimiento de causa el último bestseller y decía:«La filosofía está de moda este año, puesto que se hanvendido 800.000 ejemplares de El mundo de Sofia.» Elveredicto final, el criterio absoluto, era para él la cifrade ventas. A través de los índices de audiencia la lógicade lo comercial se impone a las producciones cultura-les. Ahora bien, es importante saber que, histórica-mente, todas las producciones culturales que conside-ro -y, cófñó fió soy elúnico, espero, que Cierto númerode personas considera-las más insignes de la humani-dad, por ejemplo, las matemáticas, la poesía, la litera-tura, la filosofía, se han realizado a contracorriente delo que equivaliera errcada momento a los índices deaudiencia, a contracorriente de 1~ lógica d~l comercio.Resultamuy preocupante que la sumisión a los índicesde audiencia se manifieste incluso entre los editores devanguardia, incluso en las instituciones científicas,que se lanzan a hacer marketing, porque puede poneren peligro las condiciones mismas de la producción deobras que tal vez parezcan esotéricas, porque no van alencuentro del público, pero que, a largo plazo, son ca-paces de creárselo.

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LA URGENCIA Y EL FAST THINKlNG

~9S .índices de a.!ldi~Ilcia~ej~!"<:'~IL.~mefecto muyparticular sobre la televisiÓn: se traduce~ eñ'-un~-ma-y~r presión de l~ urgencia.ILa éompetencia-eñtre-'los

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periódicos, entre los periódicos y la televisión, entrelas cadenas de televisión, adquiere la forma de una ri-validad temporal por la primicia informativa, por ser elprimero. Por ejemplo, en un libro donde presenta unaserie de entrevistas con periodistas, Alain Accardomuestra hasta qué punto los que trabajan en televisiónse ven constreñidos, porque tal cadena competidora ha«cubierto» una inundación, a «cubriría» a su vez y,además, tratando de mostrar algo que a la otra cadenale haya pasado inadvertido. Es decir, hay te.~~s~que.~on"~I!l'py'~sto,s_a.Jo_st~!.~~~~!~d.?r_e..sp~:)l:gue.antes lof}i~º-~ ~l"<?s~productores, precisamente por la cornpe-tep.s;:.iqc~D..:oiió~J)rodüctores·:-Estáespecie "dep~~~-iÓnsimultánea que l~s periodIstas ejercen unos sobreotros tiene una serie de consecuencias que, a su vez>setraducen en elecciones, ausencias y presencias.

J2~9.L'!"~L_~I!1pezarque la televisión no resulta muyfavorablepara J~~~XpreSIQ!}.jfeLpe"nsami~nt~.'Es..tabJe-cía un vínculo, negativo, eI2.t"~~Ja.urgencia y el pensa-miento: Esun' 1ÓpÍco~nti~~ del di~cu~sofiIo~Ófi~o~esla oposición que establece Platón entre el filósofo, quedispone de tiempo, y las personas que están en elágora, la plaza pública, las cuales son presa de las pri-sas. Dice, más o menos, que cuando se está atenazadopor la urgencia no se puede pensar. Opinión franca-mente aristocrática. Es el punto de vista del privilegia-

do, que tiene tiempo y acepta sus privilegios sin hacer-se demasiadas preguntas. Pero no es éste el lugar paradebatir esa cuestión; lo que está claro es que existe unvínculo entre el pensamiento y el tiempo. Y uno de losmayores problemas que plantea la televisión es el delas relaciones entre el pensamiento y la velocidad. ¿Sepuede pensar atenazado por la velocidad? ¿h.ca~º"l?lte.-levisión, al concederla palabraa peIl?ado~~~_?EP~.~~t'?:~.",mente' capa:~~ de pensar a toda velocidad, !lO ~~. estácorid"e.ñin.dó~p.¿"cpntar másque ~oP.fa.~UhiYJ.~~rs.".c,9};:t._pensadores quepiensan rnás rápidoque s~ sombra ..)

.Hay que preguntarse, en efecto, cómo son capacesde responder a estas condiciones absolutamente parti-culares, cómo consiguen pensar en unas condicionesen las que nadie es capaz de hacerlo. La respuesta, meparece, es que piensan mediante «ideas preconcebi-das», es decir, mediant~ ~;tÓplCOS).~as'~;¡ldea~precon-c;bid-;;):'-'d~-q~;'h;'bí~"Fla~b~;ts~n'id~a:~'\i{iét~d;el_~7-"'''''''-'~''''-~'-'-"'_.''~-'"'.--~~'_""''''-:::''-'''''--''~--''.••••...--.::....•'-...•~.~""-c-~_::-:.•••...• .t-' ~,.,..,,;::. •.••.•/";! -. :;'';"_.;:,

mundo ha recibido, porque flotanenel ªrn9i~nt~.,J:~a-~'ále'~~-co-~;~~~i¿~~l~~!.'~-~rTi~~t~s;por eso, el problemade Iarécópción nose plantea: no pueden recibirse por-que ya han sido recibidas. Ahora bien, trátese de undiscurso, de un libro o de un mensaje televisivo, el pro-blema principal de la comunicación consiste en sabersi se han cumplido las condiciones de recepción: ¿Tie-ne quien escucha el código para descodificar lo queestoy diciendo? ~ando se e~.~~_~~_~:~_~~~..P[~s.º!!~e-bida», es corno si eso ya se hubiera .hechoc.el.proble-ma"esiá-resueiiü. iaco~~ci~~ción es instantánea-por-ciüe",- en" un" se~ii~?:·?_9.,-e.xi~i~":.:o-'~s sólo aparente. Elínierc~mbio' cie" (~ideaspreconcebidas» es una comunica-

Clan sin más contenido que el propio hecho de lacomunicación. Las «ideas preconcebidas», que desem-peñan un papel fundamental en la conversación co-tidiana, tienen la virtud de que todo el mundo puederecibidas, y además instantáneamente: por su banali-dad, son comunes al emisor yal receptor.' Y, por"'elconfrario,-erpe:¿s~~i"~~t~~~, 'por'deRiliéión, -sub~;;i-vo: pa;~ empe-za(li~'Q(p:e_S:Bafªiai-Ias «ideas P~~$2~=cebidas» y luego tiene. que demostrar las propias.'.C.l!andoDescartes hablade demostracícn, serefiereadilat~d~~ c~n:~'at~~~~ion~sde razonamientos. Lo cualifev~'s~-'ti~~po:-p~~~~h~yque desarrollar ~~a s~rie'deproposiciones enlazadas mediante términos'~~m;;«por lo tanto», ·«consecuentemé:ntt:?)·,.«dichol~'c~~»,;(bien entendido que);... Ahor~ bien, este desp1ie~~~'delpensamiento.p_~1J$~7J1ú·está-·i~tri~s~camentevi~c{;í~d~'afti;~p~·.--' '·'ce •.......

""'Sr l~"televisión privilegia a cierto número deJastthiñkers>'~qitt;.'Pro]:)(m:eh faslfQocÍ. cultur'al, alimento cul-

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tural---pr~dig~Tido-;prepensado,no essólo porque (yesot;ñ{bié~'fo~a parte de la· sumi;ión a:' la urgencia)cada cadena tiene un panel deexpertos, siempre los

-mismos, eVideñtem~nte (sobre Rusia, F~ll~no~·lVÍe~g~-ña,'-sob~e-Aiemania, Zutano): hay también servicialesbustos parlantes que eximen de la nec~sÚ.ladd~hu.§cara~~ngUienCqueteIlg~.ver:cl.a4~r:ªmente.algo.que.decir; 'A'"Ineníldóse'- trat~ri~'--de jóvenes, desconocidos aÚn,comprometidos con su investigación, poco propensosa frecuentar los medios de comunicación, a los que ha-bría que preocuparse de buscar, cuando las cadenastienen a mano, siempre disponibles y con el rollito

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bien a punto y dispuestos a conceder su entrevista, alos habituales de los medios de comunicación. Tam-bién cuenta el hecho que, para ser capaz de «pensar»en unas condiciones en las que a nadie le es posiblehacerla, hay que ser un pensador muy particular.

UNOS DEBATES VERDADERAMENTE FALSOS O FALSAlV1ENTE

VERDADEROS

Ha llegado el momento de hablar de los debates.Sobre este particular voy a ser breve, porque piensoque la demostración es más fácil: para empezar, haydebates verdaderamente falsos, que en seguida se reco-nocen como tales. Cuando se ve en la pantalla del tele-visor a Alain Minc y a Attali, a Alain Mine y a Sorman,a Ferry y a Finkielkraut, a Julliard y a Imbert ..., salta ala vista que son amiguetes. (Hay gente, en EstadosUnidos, que se gana la vida yendo de facultad en facul-

-tad haciendo dúos de este tipo ...) Son personas que seconocen, que almuerzan juntas, que cenan juntas.(Lean el diario de Jacques Julliard, Llannée des dupes,que publicó Seuil en 1996, y verán cómo- funciona elsistema.) Por ejemplo, en un programa de Durand so-bre las élites que seguí con detenimiento, estaban to-dos: Attali, Sarkozy, Mine ... En una de sus intervencio-nes, Attali, dirigiéndose a Sarkozy, dijo: «Nicolas...Sarkozy.» Hubo un silencio entre el nombre y el apelli-do: si se hubiera detenido en el nombre, se habría vis-to que eran amiguetes, que se conocían íntimamente,·cuando pertenecen, al menos sobre el papel, a partidos

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