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Hueimais no y conosc razo
Tras la derrota sufrida por los cristianos el 19 de julio de 1195 en
Alarcos, y con el objetivo de animar a Alfonso VIII de Castilla y a
Alfonso II de Aragón para que emprendiesen nuevas empresas contra
los almohades, un trovador nacido en Masella alrededor del año 1155,
componía un bello y emotivo poema lleno de fervor religioso,
”hueimais no y conosc razo” (De ahora en adelante no conozco
razón).
Fulco de Marsella, autor de este magnífico poema compuesto por
cinco coblas unisonantes de once versos, y dos tornadas de seis
versos, ingresaba el mismo año de la derrota cristiana de Alarcos en
la abadía cisterciense de Thoronet, abadía situada en la Provenza
francesa, y de la que fue abad en el año 1201. Cuatro años después,
Fulco era ordenado obispo de Toulouse.
Tal era el celo religioso de Fulco de Marsella, que ya en este poema
animaba a su buen amigo Bertrand de Born a dejar la vida
trovadoresca y a abrazar el amor de Dios…“Bello Aziman, vemos que
Dios os espera, pues os quisiera ganar libremente, porque os
mantiene tan honrado que a mi me complace. No le hagáis, pues, su
buena intención, antes bien cambiad vos, que uno le vale más que
ciento al que se somete antes que caer por tierra forzado”.
Finalmente, Bertand de Born, vizconde de Hautefort, ingresaba en el
monasterio cisterciense de Dalón, en la provincia francesa de
Périgord.
El maestro Eduardo Paniagua, recuperaba en el año 2007 este
maravilloso poema, incluyéndolo en su no menos maravilloso disco
“Ciudad Real siglo XII. La batalla de Alarcos, 1195. Alfonso VIII de
Castilla y los Almohades”.
Aunque es cierto que la música de esta obra de Fulco de Marsella se
ha perdido durante su viaje por el tiempo, Eduardo Paniagua a
adaptado como contrafacta, (recurso por el cual se cambia la letra de
una poesía o canción tradicional por otra), la melodía de “Sisot me
soi atart aperceubutz”, del mismo Fulco de Marsella, dando como
resultado una auténtico regalo para nuestros sentidos, siendo capaz
de transportarnos en el tiempo durante los nueve minutos y cuarenta
segundos que dura la obra.
Podéis escuchar este deleite para los oídos pinchando en:.
http://bit.ly/S7CgpW