Dedicado al meji y a fede que me ayudaron a subir SanGlorio y a toda la peña que me esperó arriba. Subiendo y conversando dialécticamente, en mi cabeza se esbozó esto....

Hubo un valle en Riaño, y como es costumbre, donde el valle, un río,

el Esla que bajaba sus aguas desde San Glorio

para encajonarse hasta Cistierna y desaguar en el mayor, el Duero.

En invierno se crecía y en verano se amansaba Para que pudiéramos jugar y bañarnos en sus pozas esmeralda

Con sus corrientes se hacían molinos para moler el grano regadíos para las huertas

lavaderos para colar la ropa abrevaderos y fuentes para que bebiera toda la fauna Allí se pescaba y, en las fiestas del verano, se bailaba

En primavera, el valle se cubría de pastos ricos, abundantes y verdes

para engordar al ganado Venían de otros lugares al amparo de la Mesta

se pagaban muchos reales por los derechos a pastar y por los derechos de paso para llegar a Castilla

Pero le pusieron dique al valle

y el valle se llenó de agua y ya no hay valle en Riaño

solo mar un mar raro, sin sal, sin olas, sin mareas

entre montañas emulando, sin llegar a ser, fiordos.

Dicen que con estas aguas

beben otras tierras y otras gentes que hacen fértiles las huertas

y frondosos los praderíos que antes eran secos

También dicen que gracias a este mar

hay luz por la noche y arranque de motores de calor o frío según conveniencia

y de todas las clases y usos mecánicos que ya no hacen falta aperos de labranza

ni leñas para el hogar ni fresqueras para enfriar

Pero.... hijo... las campanas de la Iglesia ya no tañen igual

se la llevaron arriba, donde la ermita, y allí....ya no hay eco.